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    I ;ftI?.

    BIBLIOTECA DEL NIO MEXICANO

    IA MON1ANAiCRANEU(it R LL 14 itø

    ¶ S I 9 ) T'.

    MAUCCI H 09 s. MEXICO

  • BIBLIOTECA DEL NffiO MEXICANO

    LA MONTANA 1W CRANEOS

    ri

    LAS CRITELBABES BE AIIIIIZOTLpor

    HERIBERTO FRIAS

    Ed

    MEXICOMaucci Herzaanos.—PriIflOta del Relox, 1

    1900

  • La Montana de Crineos

    Cuando en Tenochtitlán la insolente cobar-dia del rey Tizoc, sublevó a todos los buenosmexicanos y a los mismos guerreros y sacer-dotes del Teocalli de Huitzilopochtli y murióal fin envenenado, los electores propusieronpor rey al tremendo caudillo de los ejércitosaztecas, Ahuizoti, quo acababa do ganar mu-elms y continuadas batallas, allá en los confi-nes del ya inmenso imperio mexicano.

    Los sacerdotes vistieron a Ahuizotl con unatünica que imitaba la que tenia el dios de la

  • 4

    guerra; pusieron en su nariz, en sus labios, enBus orejas y en el cuello, infinidad de esrne-ralda8 bellisimas, y lo lievaron sobre unas an-das entre mm multitud de nobles personajes,hasta el gran Teocalli, donde esperaban se-pultados en horribles calabozos los prisionerosque el rey habia hecho en sus guerras y quedespues de su coronación deblan ser sacrifi-cados.

    Ante el idolo horroroso de Huitzilopochtlipusiéronle A Ahuizoti un gran velo, que teniapintadas horribles calaveras, y el mas viejosacerdote del templo le dijo solemnemente:cEsth significa, oh gran rey, que debes cubStu imperio con los cadáveres de tue eneniigosy que €1 dies de la guerra que tanto to ha pro•tegido en las batallas, quiere que 10 hagasofrendas de muerte y exterminio; y que asicomo to y tue guerreros beben con gusto elblanco .xneutle>> de los verdes magueyes, asi legusta A ei, dios de la guerra, beber la roja san-gre do los corazones humanos.>

  • 5

    los quo resistan a mis armas y a las do misguerreros, sean sacrificados pars entregar suscorazones a is divinidad de la guerra y do issangre.

    Ese mismo dia empezaron en Tenochtitlanlas fiestas de is coronación del roy. Por todaspartes habia cantos, gritos do algazara y danzas; pero antes se habia verificado una cosahorrible: el sacrificio de cinco mil prisioneros,cuyos corazones Heron of recidos al horribleIdolo y cuyos cuerpos eran arrojados desde 10alto de una elevada tone, sobre las gradas deltemplo, donde iban rebotando do una maneraespantosa.

    El rey desde la azotea de su palacio, con-templaba con alegria, rodeado do Bus servidores, principes y sacerdotes, aquellas escenas,cuando un bello enanito muy curioso y muyraro, vestido con un traje do garza blanca,apareció sin saber como ilevando en sue mannos una bandeja de plata incrustada de Opa-los magnificos en que habia una jicara do con-

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  • 7y su exquisito perfume lo decidieron y beblé.

    Cuando quiso devolver la jicara al enanoque se la habla presentado, éste habia desapa-recido; pero el rey exciamO lanzando una car-cajada: este es un licor de los dioses; solo' elbapudieron haberme mandado esto con el ena-no-garza que acaba de volar y esto significaque ya soy compañero de los dioses...

    ** *

    Parecia que estaba solitaria la azotea delpalacio; mas no fué asi, porque al instanteapareció una alta, linda y magnifIca mujer.

    La divina mujer le dijo al roy haciendololevantar:

    Ahuiiotl, vengo en nombre del genio quoprotege la raza de los reyes aztecas; sé que hoyso ban sacrificado en el templo de Huilzilo-

    pochtli, quince mu prisioneros; stodavia quie-roe maa sangre? Vengo a. avisarte que si prosi-.gues arrancando corazones do los pechos hu-manos, pronto vendran a ser ciertas las pala-

  • Le-

    bras del viejo Quetzalcoatl, el de la barba doplata, quo dejó dicho que habian do ilegar porel Omecatl, Oriente por donde Tonatiuhaparece con sus tUnicas de oro, los hijos yen-gadores de las crueldades de tu funesto dios:aeuérdate, oh rey de mis palabras, Be bueno yserás feliz y morirás aclamado y bendecidopor tu pueblo y no execrado vilinente comotu hermano Tizoc; no te dees lievar por laspértidas insirivaciones de las mujeres tiaxcal-tecas que odian a Mexico.

    Iba el rey a detener a la misteriosa vision,pero at dar unos cuantos pasos persiguiéndo-la llegó at pretil de itt azotea, y como ya era donoche no viendo el obstáculo se lanzO at Va-do... iba a caer desde to alto de aquella azoteahasta ci prof undo patio que se eneontraba de-bajo... lanzO un grito de horror y extendiO losbrazos.., estos encontraron en sus manos algoblando y sedoso... ;era una ala blanca adheri-da at cuerpo gentil de una águila blanca tam-biénL.

    En la negrisima noche liena de silencio, pa-

  • 9vorosa, en las tinieblas, el águila blanca echoa volar... echO a volar sobre la ciudad de Te-nochtitlan donde acababan de extinguirse losUltimos ruidos de las alegres danzas ylos pos-treros ayes de dolor de las victimas sacrifice.-dais en el templo de Huitzilopochtli..,

    jCuánta negruraL.. jcuánto silencioL. iYquién habla de decir que el nuevo rey Ahui-zoti, lejos de su palacio atravesaba los awescolgado de las plumas de una de las alas deláguila blanca rumbo a! abisrno!...

    4-

    Ahuizolt, el gran rey, está delante de unaanciana pequeñita y venerable, dentro de unjacal humilde, sin mas luz que la que dá laluna, entrando por la chaparra puerta, en litque està de centinela el águila blanca. La vie-jecita, vestida con un chuipilIfx hecho deplumas de paloma y alas de mariposa, le diceasi al monarca:

    Soy theta de los genios de la laguna, des-

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  • 11&Quiere8 salvarlas?

    Si, conteató amedrentado el roy Ahui-zoti.

    Torna entonces este colibri de oro, ledijo la viejecita entregándole un primorosisi-mo pajarillo, tan pequeño, que podia estar agusto y formar su nido entre las hebras másdelicadas de las cejas de una doncella. Estepequeño colibri, volviO a decir la anciana hi-ja de los genios de los lagos, significa vida ylibertad... puedes retirarte, Ahuizoti, monthen el äguila hianca y Itega hasta La azotea detu palacio, donde quedarás dormido como miáguila te encontrO; pero, lay de U si no toacuerdas de mis palabrasL.

    **El rey despierta en Ia azotea... brilla la luna

    y se encuentra a su lado una hermosa mujerque Ic dice enjugando su frente inundada deudor:

    1 0h gran rey cuantu has dormido, hasIlorado, tuviste pesadillas, reanlinste!.., 6porqué sufres?

  • 12Sufro, contestó Ahuizoti porque re-

    cuerdo haber hecho sacrificar ii muchos milesdo hombres que han n-iuerto y porque estoyoyendo los gritos, los suspiros, los gemidos dopobres madres, de enamoradas esposas, de hi-jos, de todos los quo dejaron mis prisionerossacrificados aIiá. rnuy lejos.

    Ahuizoti, ya no eres el mismo, le dijo lamujer que le acorn pañaba, ya tao te acuer-das do la tiaxcalteca Oxauncati, hermana deia esposa del rey Tizoc, tu hermano que mu-riO envenenado por la hija del vii ZumpaliclacHuracán de muerte>>?... Mira, mira, prosi-guiO la terrible mujer, ya se' que te han em-briagado con un extraño licor para volvertecobarde y que te apartes del culto clue tus Va-lientes antepasados ban rendido al dios de laguerra... Mira, ye la luna, estâ cubierta connubes color de sangre... 1Venga a tu hermano,rey Ahuizoti!

    El rey entablaba una lucha terrible entre suconciencia y los recuerdos de su sueño y sucólera espantosa, su sed de venganza contra

  • 13los que habian envenenado al rey Tizoc suhermano.

    La mujer tiaxcalteca —prosiguió toman-do de la mano al rey y llevándolo hasta tocarel pretil de la azotea, del palacio; ye, all!, enla orilla de la ciudad, sobre las aguas que laluna ilumina, ye esas nubecillas, son canoasque ilevan mujeres jóvenes que han hechovoto de pureza hasta que cesen lo que Hamantue crueldades; son muy hermosas, aprisióna-las, sino 6qu6 se diM mañana en Tenochtitlân?

    Entonces el rey Ahuizolt se olvidó de suspromesas de benevolencia, vencido por los Cs.piritus de la venganza, la crueldad y la ambi-don, mandO a sus guardias a que entrandoarmados en largas chalupas, bogaran veloceshasta alcanzar a las jóvenes que hulan de Me-xico dirigiendose a Texcoco temerosas de sudespotismo.

    Pronto las alcanzaron Ilegando con ellas alpalacio (le Ahuizoti, sin que ninguna hicieraresistencia.

    Al dia siguiente el rey, las encerrO en una

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    jaula y sabiendo que cada una de aquellasmujeres preciosisimas era amada por niuchosde los soldados de sus ejércitos, los mandoilamar, los introdujo en el patio más grandede su palacio y los tuvo encerrados alli cua-renta dias hasta que todos fallecieron de ham•bre, excepto uno el mas joven de aquellos Va-liente8 liamado Math que quedO como dorini-

  • 15do; luego la tiaxcalteca delante del rey Ahuizoti, fué cortando cabezas y cabezas, que thanamontonando de una manera horrible hastaforrnar una verdadera montana que chorreabasangre... una horrorosisima montana con mlles de ojos, bocas, narices, y en vez de árbolescabelios, y en vez de rocas carnes desgajadasy sanguinolentas v que exhalaba en vez doaromas el hedor horripilante de la came huemana descompuesta...

    Llegó la noche de tan horrendo dia: en elfondo del mas hello jardin del palacio doAhuizoti, se aizaba la montana de cabezas hu-mantis y muy cerca ofanse los gemidos de lasinfelices doncellas cautivas que también es-peraban la muerte,y que la hubieran recibidosolo al contemplar ci espantoso monte de ca-bezas. Pero en ci patio donde las habian cor-tado quedo aquel valiente joven el ünico quepudo escapar a la matanza. Este se hundiObajo una ioa entrando a un subterráneo yaili por la debilidad quedOse dormido muchosdias y al despertar oyO un zentzontle que asIcantaba: €toma el colibri de oro de los cabe-lbs del tirano y salva a las doncel1as.>

    Apenas oyó estas palabras, cuando corn-prendiendo el horror de su situación se lauza,guiárdole el ceo do Ia voz del zentzontle...

  • 16Bajo de un espeso sauce Ahuizoti contem-

    Flaba la montana de cabezas, recreán dose conB gritos de angustia de las mujeres quo te-

    nia encerradas. Mas he aquf pie de repente 10arrancan un punado de cejas oyendo al mis-mo tiempo esta voz: cya tengo al colibri deoro; ya he salvado a las rnujeres; iay de UAhuizotl! jay de Tenochtitián! iLa sangre teahogaral...a

    Desde entonce9, Ahuizoti, lieno de tenor,para ahogar sus rtmordimientos, so embriagOmae y mas en sangre; y en vez de arrepentirsesu cOlera y su envidia lo hicieron mas y masferoz preparando, como ya lo verAn mis bue-nos lectorcitos, la caida del irnperio azteca, dela que próximamente habré de hablaros enun interesante y conmovedor episodio quecomplete esta terrible narración.

    Véase el siguiente interesante, divertido ymoral episodio titulado:

    EL ESTANDARTE NEGROen que aparece Ia sombra do Quetzalcoatlanunciando la liegada de los conquistadoresespañoles.

    Barcelona.—Imp. de la Cass Editorial Maucci