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¿LECCIONES APRENDIDAS DEL DESASTRE QUIMICO EN BHOPAL?
Sebastian David Ariza Quiroga
En 1984 la mayor tragedia industrial en la historia tuvo lugar en la ciudad india de Bhopal,
una fuga de gases tóxicos provenientes de una fábrica de pesticidas en la ciudad causo la
muerte de al menos 20 mil personas y casi 500 mil afectados, una tragedia que el mundo no
debería olvidar, sin embargo con el transcurrir de los años parece cada vez más probable
que el destino de esta tragedia será el olvido, lo cual formula la pregunta ¿Podría ocurrir de
nuevo una tragedia como la ocurrida en Bhopal? ¿Puede pasar en Colombia?
La tragedia en esta ciudad india fue producto de una serie de sucesos desencadenados por
decisiones y acciones de absoluta irresponsabilidad y negligencia por parte de la Union
Carbide, compañía que operaba la planta, quien con el objetivo de ahorrar costos operativos
omitió y elimino varios controles de seguridad indispensables por la naturaleza del proceso
y los componentes que allí se manejaban. Además con pleno conocimiento dicha fabrica fue
ubicada en un terreno que representaba un riesgo potencial muy alto de sobre la población
a su alrededor, hecho que no hubiera sido posible sin la complicidad de las negligentes
autoridades locales que permitieron sin obstáculo alguno la instalación en dicha locación y
pareciera además que no hubieran realizado control temprano sobre las instalaciones que
allí se encontraban.
Este caso al que incluso podría denominarse como una “masacre accidental”, ante los ojos
de la justicia quedo en la total impunidad, teniendo en cuenta que además de la aterradora
cifra de muertos, una innumerable cantidad de habitantes de la ciudad que lograron
sobrevivir quedaron con secuelas permanentes sobre su salud, a los cuales en su mayoría
no se les reconoció una reparación, y los que sí fueron “reparados”, recibieron
indemnizaciones por cantidades miserables considerando el grave daño causado en ellas, a
lo cual se suma que la compañía nunca asumió realmente su responsabilidad sobre el
accidente y sus directivos nunca fueron presentados ante la justicia india y por el contrario
se dieron a la fuga con el beneplácito del gobierno indio.
El modo y las circunstancias a partir de las cuales se desencadeno tal catástrofe hacen
reflexionar sobre la posibilidad de que una tragedia como la de Bhopal puede suceder en
Colombia, teniendo en cuenta que cada una de dichas situaciones, por separado, parecen
ser pan de cada día.
Es bastante común encontrar en este país noticias sobre explosiones o incendios de fábricas
o bodegas de almacenamiento de químicos que suelen no cumplir los requerimientos
mínimos de seguridad, principalmente de pequeñas empresas que no disponen de los
recursos necesarios para implementar y mantener sistemas y controles mínimos de
seguridad y prevención de accidentalidad, sin embargo existen gran cantidad de empresas
con dichas características que siguen operando sin dificultad alguna.
Al riesgo de seguridad que ya implican dichas fábricas se le suma una situación de una
inexistente política de planeación territorial o ineficaces mecanismos de vigilancia y control
en los casos que estas existen; esto se traduce en la ubicación de instalaciones industriales
en zonas residenciales y viceversa, ante lo cual las autoridades locales no parecen tener o
la capacidad o la voluntad de intervenir.
Por último la forma en que actuó la justicia ante tan atroz hecho, no parece ser algo que en
Colombia no pueda pasar, en donde el sistema judicial se puede describir como muy
ineficiente especialmente frente a quienes tienen mayor poder económico que parecen
tener asegurado en Colombia el derecho a la impunidad.
En conclusión el panorama de la actual capacidad del estado colombiano para prevenir
desastres como el ocurrido en la India en 1984, parece estar dado para que ocurra acá una
tragedia de dimensiones similares, solo falta un irresponsable con los recursos y la visión
que Union Carbide tuvo cuando incursiono en su proyecto productivo en Bhopal.