avances del trimestre 11-o -...

177
1 Posgrado en Estudios Sociales Línea de conocimiento Economía Social Transferencias monetarias para superar la pobreza de los adultos mayores. El caso de México 2008 Avances del Trimestre 11-O Alumna: Alida Marcela Gutiérrez Landeros Asesora: Dra. Nora N. Garro Bordonaro . Julio 2011

Upload: voquynh

Post on 18-Oct-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

1

PPoossggrraaddoo eenn EEssttuuddiiooss SSoocciiaalleess

LLíínneeaa ddee ccoonnoocciimmiieennttoo EEccoonnoommííaa SSoocciiaall

Transferencias monetarias para superar la pobreza de los adultos mayores.

El caso de México 2008

Avances del Trimestre 11-O

Alumna: Alida Marcela Gutiérrez Landeros Asesora: Dra. Nora N. Garro Bordonaro

.

Julio 2011

2

Resumen

El objetivo de esta investigación es examinar el efecto que genera la ausencia de un

esquema de seguridad social en adultos mayores sobre la pobreza y el consumo. Así como

cuantificar el costo social y económico de implementar una política de transferencias para

sacar de la pobreza a la población de 65 años y más. Para estos fines, se estima el indicador de

pobreza propuesto por Sen (2001), el cual integra 3 dimensiones: conteo de cabezas --head

count--, brechas—gaps--e intra- desigualdad. Además, se incluye una propuesta de estimación

del monto de las transferencias monetarias requeridas para eliminar la pobreza alimentaria,

de capacidades y patrimonial, basado en la medición de las brechas per cápita entre el ingreso

observado y la línea de pobreza correspondiente. La muestra recoge información de la

Encuesta de Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH) de México para el periodo 1992-2008.

La hipótesis subyacente es que los sistemas de pensiones no son progresistas, ni

redistributivos. En este contexto, se conjetura como prioritario la constitución de un ingreso

básico cuyo régimen sea de tipo universal. Además se asume que el descenso de la tasa de

dependencia genera un aumento en el ahorro de las familias, con lo cual se asegura un ingreso

aceptable durante la vejez.

Del análisis cualitativo se advierte, que las características del mercado laboral, la limitada

cobertura de los sistemas de pensiones y la transición demográfica en México provocan

expectativas negativas sobre el consumo preferente y la redistribución del ingreso en la

población de 65 años y más. Los resultados del análisis cuantitativo indican que se requiere

una baja proporción del PIB y gasto de gobierno para sacar de la pobreza a los adultos

mayores.

3

Índice Capítulo 1. Sistemas de seguridad social. El contexto de propuestas: demografía,

informalidad, pobreza y reformas recientes en México ....................................................... 10

Introducción ........................................................................................................................ 10

1.1. Propuestas teóricas recientes a los sistemas de seguridad social en el mundo ..... 11

1.2. La cuestión demográfica. El caso de México ........................................................... 15

1.3. La cuestión de la formalidad de los empleos. El caso de México ........................... 20

1.4. La cuestión pobreza. El caso de México .................................................................. 21

1.5. Sistema de seguridad social en México: Evolución ................................................. 23

1.5.1. Estructura de los principales programas de pensiones ........................................... 24

1.6. La crisis financiera de los sistemas de seguridad social en el mundo ..................... 29

1.7. Reformas recientes al IMSS e ISSSTE. Principales consideraciones ........................ 32

1.7.1. Inviabilidad financiera ............................................................................................. 32

1.7.2. Reforma al IMSS ...................................................................................................... 35

1.7.3. Reforma al ISSSTE .................................................................................................... 39

1.8. Conclusiones ............................................................................................................ 43

Capítulo 2. La situación económica de los adultos mayores en México: pobreza y empleo ... 45

Introducción ........................................................................................................................ 45

2.1. Los pobres extremos con edad adulta mayor.......................................................... 46

2.2. El trabajo en la edad adulta mayor ......................................................................... 48

2.2.1. Mercado laboral y adultos mayores ........................................................................ 49

2.2.2. Pobreza, mercado laboral y vejez ............................................................................ 53

2.3. Retirados y asegurados con edad adulta mayor y las pensiones ............................ 58

2.4. Conclusiones ............................................................................................................ 65

Capítulo 3. Modelos de decisiones individuales e intervención del estado en temas

relacionados con la seguridad social ................................................................................... 67

Introducción ........................................................................................................................ 67

3.1. Enfoques teóricos .................................................................................................... 68

3.1.1. Ciclo Vital- Franco Modiglianni ............................................................................... 68

3.1.2. Economía de la Felicidad ......................................................................................... 71

3.1.3. Teoría de la Elección Social - Arrow ......................................................................... 85

3.1.4. Teoría de la justicia- John Rawls ............................................................................. 89

3.1.5. El enfoque de capacidades - Amartya Sen .............................................................. 92

3.1.6. El votante mayoritario y redistribución generacional ........................................... 102

4

3.2. Justificaciones de una política social de transferencias monetarias a los adultos

mayores pobres ................................................................................................................. 109

Capítulo 4. Una estimación de política social para México, 2006-2008 .............................. 112

1.1. Introducción .......................................................................................................... 112

1.2. Población objetivo: adultos mayores pobres ........................................................ 113

1.3. Una metodología para la estimación de las transferencias monetarias requeridas

para eliminar la pobreza entre los adultos mayores ......................................................... 117

1.4. Medidas de la Pobreza para los adultos mayores en México. Resultados. .......... 120

1.5. Ejercicio de simulación. Costo requerido para sacar de la pobreza al 25% y 50% de

la población adulta mayor en situación de pobreza de capacidades. .............................. 124

1.6. Conclusiones .......................................................................................................... 128

Bibliografía ...................................................................................................................... 130

Anexo 1. Ejercicios de programación en el paquete estadístico Stata. ............................... 140

A. Para el año 1992 se hizo el siguiente DO – FILE .................................................... 140

B. Para generar la base pobreza, CONEVAL proporciona en su página de internet el

siguiente DO- FILE que corresponde al año 2008. ............................................................ 144

5

Introducción

La discusión en torno a la reforma de los sistemas de seguridad social se ha centrado en los

siguientes tópicos: i) efectos macroeconómicos (implicaciones sobre: el ahorro interno,

inversión productiva y crecimiento económico); ii) mercado laboral; iii) el papel del estado en

el diseño e implementación de los sistemas de seguridad social; iv) la cobertura de los sistemas

[Rofman 2005; Rofman y Lucchetti 2006; Uthoff 2006; Gill et al 2004; Mesa-Lago 2004;

Bertranou 2004; Hollzman 2005]. En la Gráfica 1 se presenta un esquema de la relación entre

estos tópicos.

Gráfica1 El Sistema de Seguridad Social y su relación con el crecimiento económico, el estado y el

mercado laboral

Fuente: Elaboración Propia.

La reforma a los sistemas de pensiones abre la posibilidad para que en un largo plazo se

obtenga un potencial crecimiento económico, esto se alcanzaría con un probable incremento

del ahorro interno, lo cual conllevaría al aumento de la inversión productiva y una más estable

dinámica de desarrollo económico. Pero esto solo beneficiaría a aquellos individuos jóvenes y

que se encuentran en el mercado laboral formal, puesto que son ellos los que tienen cuentas

individuales para el retiro. Las reformas no tendrán un efecto inmediato en el monto de sus

pensiones, sino hasta que los individuos que se encuentran actualmente laborando lleguen a

su edad de retiro. ¿Qué pasa con los trabajadores del mercado laboral informal?. Estos

trabajadores no cuentan con seguridad social y sus pensiones dependen de sus ahorros

voluntarios y/o de un sistema de asistencia social no contributiva, en donde el Estado tiene un

papel preponderante.

6

Si bien la reforma al sistema de seguridad social, ha generado algunos beneficios

económicos, ésta ha sido incompleta y con una limitada cobertura de previsión social [Gill

2005, Schmidt-Hebel y Corbo 1998, Feldstein 2000, Orsag y Stiglitz 2001].

La importancia de esta discusión reside en el hecho de que el limitado acceso a los

esquemas de protección social en la población durante su vida laboral productiva y, por ende,

la ausencia de un ingreso mínimo en la población adulta mayor, reproduce profundos

problemas en el bienestar social colectivo y en el consumo de bienes preferentes (bienes

sociales).

México, como otros países en desarrollo de Latinoamérica enfrenta elevados retos en

términos de pobreza y prestación de servicios públicos de asistencia social como consecuencia

del crecimiento del mercado laboral informal (segmentación del mercado de trabajo), por el

desequilibrio en el balance generacional y por la inoperancia de los esquemas preexistentes de

reparto.

Ante este panorama se han impulsado distintas reformas para asegurar la viabilidad

económica de los esquemas de pensiones y en general de los sistemas de seguridad social; en

estas circunstancias en años recientes en México se realizó la transición de un sistema de

reparto de beneficios definidos a un esquema de capitalización individual de contribuciones

definidas. Este proceso tuvo como objetivo disminuir la pobreza en la vejez; proporcionar un

nivel de consumo uniforme durante toda la vida; proveer un ingreso en el retiro que sea

adecuado, financiable, sostenible y robusto; fortalecer el crecimiento y el desarrollo

económico.

A pesar de estas transformaciones las expectativas de mediano y largo plazo siguen

generando incertidumbre en el entorno económico y social, dada la grave intensificación de la

dicotomía en el mercado de trabajo y de la ineficiencia financiera de los sistemas de seguridad

social [Gill 2005, Schmidt-Hebel y Corbo 1998, Feldstein 2000, Orsag y Stiglitz 2001]. Por ello, el

principal desafío es lograr que el sistema de pensiones incluya de manera eficiente y

equitativa1, esquemas no contributivos bajo la lógica de la seguridad social [Uthoff 2006,

World Bank 1994, Barr 2004, Bertranou 2002].

En la literatura empírica existe un consenso de que el objetivo central de los sistemas de

pensiones es el de suavizar las fluctuaciones a lo largo del ciclo de vida del individuo y

proporcionar un ingreso mínimo a los adultos mayores. El debate se encuentra enfocado en los

1 Eficiente se refiere al disfrute de más servicios y bienes con los mismos recursos, mientras que la segunda se

alcanzaría un bienestar social más elevado si se redistribuyeran estos bienes y servicios de un grupo a otro, de acuerdo con una ética social (CISS 2002).

7

medios empleados para lograrlo. Del tal forma, que la discusión se concentra en tres aspectos

principales [Rofman 2005, Uthoff 2006, Rofman y Luccetti 2007, Barr 2004, Orsag y Stiglitz

2001]: a) en el debate asociado con el vínculo entre los sistemas de pensiones y el mercado

laboral (quién debería recibir los beneficios), b) el debate relacionado al origen de los recursos

de financiamiento de los sistemas de pensiones (quién debería financiarlos), y c) el debate

respecto al papel del Estado.

La primera línea de discusión se enfoca en si los sistemas de pensiones deben erigirse

(establecerse) como esquemas de compensación (ante la pérdida de ingresos por incapacidad

de los individuos de seguir trabajando después de cierta edad) en beneficio de los trabajadores

formales aportantes [World Bank 1994, Barr 2004, Orsag y Stiglitz 2001]. En contraste, el

argumento alternativo que establece que los sistemas de pensiones deben garantizar un nivel

de vida mínimo en beneficio de todos los ciudadanos en edad de retiro independientemente

de su aportación previa [Uthoff 2006, Bertranou 2002, Rofman 2005]. O bien, focalizar

(orientar) hacia los adultos mayores pobres los programas pensionales asistenciales – no

contributivos - con el objetivo de aliviar la pobreza [World Bank 1994, Bertranou 2002,

Bertranou y Grushka 2002, Brachet 2007].

La segunda fuente de debate, es si los sistemas de pensiones deberán ser financiados en

un periodo dado por sus propios beneficiarios con fondos capitalizados (sistemas de

capitalización) o con transferencias intergeneracionales (sistemas de reparto) (World Bank

1994, Mesa-Lago 2002). Como parte de esta discusión, existe la idea de que si los sistemas de

pensiones asistenciales deberán ser financiados por la población en general, a través de los

impuestos (Bertranou 2002, Uthoff 2006).

La discusión final, está relacionada con el papel del Estado, en su carácter de a) facilitador,

b) regulador y c) proveedor. Bajo el carácter de facilitador, el Estado debería limitar su rol a la

regulación de los mercados financiero y de seguros, con lo cual se podría garantizar un

determinado nivel de consumo a lo largo de la vida y dejar que los individuos tomen sus

propias decisiones. Dicho de otra manera, el Estado permite a los trabajadores la toma de

decisiones racionales (Barr 2004). El segundo enfoque, concibe al Estado como un agente

promotor del ahorro individual, a través de subsidios e incentivos para la cuenta de ahorro

(Uthoff 2006, Brachet 2007).

El último enfoque, considera al Estado como un agente que debe intervenir como

proveedor en los sistemas para corregir problemas de asimetría en la información e

incertidumbre, mediante la administración de un sistema de pensiones (Orsag y Stiglitz 2001).

8

En suma, el proceso de transición demográfica, así como la segmentación del mercado

laboral, debilita la cobertura de los sistemas de pensiones; por lo que un elemento sustancial

en la discusión de los sistemas de seguridad social es lograr que las reformas a los sistemas de

pensiones incluyan de manera eficiente el financiamiento solidario (combinación del esquema

contributivo y el no contributivo) o esquemas de múltiples pilares. La finalidad es generar

ingresos de jubilación con mayor eficacia y eficiencia, es decir, con un aumento de la cobertura

de los sistemas de seguridad social.

En esta investigación se analizará la situación económica de los adultos mayores, con

especial referencia en el caso reciente de México. El estudio se hará en niveles: el primer nivel,

corresponde a aquellos adultos mayores pobres o no pobres; el segundo nivel, esta

caracterizado por aquellos adultos mayores que trabajan o no; y el tercer nivel, aquellos

adultos mayores que están pensionados o no pensionados. Poniendo especial atención a los

adultos mayores pobres que no trabajan y no tienen una pensión, ya que éstos comparten la

peor situación económica, además de que nos interesa saber, cuál sería el monto que el

estado tendría que transferir para asegurarles un ingreso mínimo para su retiro.

Varias son las interrogantes que se pretenden contestar en esta investigación: ¿Cuál es la

evolución de la situación económica de los adultos mayores en México de 1992 a 2008?,

¿Cuáles son los determinantes de la situación económica de los adultos mayores en la

transición demográfica?, ¿Cuáles son las principales justificaciones teóricas de una política de

transferencias monetarias a los adultos mayores pobres?, ¿Cuál es el costo económico social

en términos de transferencias monetarias requerido para asegurar un ingreso mínimo a los

adultos mayores en situación de pobreza, independientemente de sus aportaciones previas a

los sistemas de seguridad social?

Con base en lo anterior se pretende mostrar que los sistemas de pensiones públicos de

seguridad social tienen una escasa cobertura entre los adultos mayores, lo que propicia altas

tasas de participación laboral y niveles de pobreza en este sector de la población. Por ello, se

asume, sería conveniente la constitución de un ingreso básico para los adultos mayores pobres

a través de una política que vaya desde la simple focalización a una universalización selectiva,

para luego terminar en un régimen universal (Bertranou 2002). Finalmente, se conjetura que el

descenso en la razón de dependencia coadyuvará un aumento en el ahorro de las familias

(Coale & Hoover, 1958) lo cual ayudaría a que una proporción de la población pueda tener un

nivel de ingreso aceptable para su vejez.

9

En virtud de lo antes señalado esta investigación se organiza de la siguiente manera. El

primer capítulo expone los procesos demográficos, laborales y de pobreza en México.

Asimismo, pone de manifiesto los principales retos que enfrentaron los distintos esquemas de

seguridad social en el país, así como las reformas llevadas a cabo con la finalidad de enfrentar

dichos desafíos. En este sentido, se presentan algunas propuestas teóricas recientes a los

sistemas de seguridad social. En el segundo capítulo se realiza el análisis de la situación

económica de los adultos mayores. El tercer capítulo lo conforma el marco teórico y los

fundamentos teóricos una política social para sacar de la pobreza a los adultos mayores.

Finalmente, en el cuarto capítulo se presenta una estimación de la transferencia monetaria

para superar la pobreza de la población de 65 años y más para México, para los años 2006 y

2008.

10

Capítulo 1. Sistemas de seguridad social. El contexto de

propuestas: demografía, informalidad, pobreza y reformas

recientes en México

Introducción

El propósito de este capítulo es presentar las principales características de los sistemas de

seguridad social en México, otorgando particular atención en las regulaciones jurídicas, la

evolución y expectativas de los esquemas de pensiones.

La seguridad social ha desempeñado un papel relevante en la mayoría de las economías,

no sólo por sus implicaciones económicas, sino porque éstas se extienden al ámbito social y

político. En nuestro país la seguridad social ha representado una fórmula para luchar contra la

pobreza y las desigualdades de la población (Narro 1993).

En los últimos 30 años la economía mexicana ha denotado un lento crecimiento

económico que ha repercutido sustancialmente en el nivel de bienestar de la población,

especialmente en la cobertura del sistema de seguridad social. Un hecho de este contexto

macroeconómico se advierte con la dualidad (segmentación) del mercado laboral en el país,

pues en los últimos años el crecimiento del mercado laboral informal ha crecido en forma

exponencial, generando graves presiones sobre la cobertura de los principales esquemas de

seguridad social.

Desde esta perspectiva, en México, como en otros países, se han instrumentado diversas

reformas sobre las políticas de seguridad social, con el propósito de optimizar los esquemas

financieros de largo plazo. Sin embargo, este proceso de transformación del marco normativo

excluye a la cual la población adulta sin beneficios de seguridad social, particularmente la

cobertura de pensiones.

En otras palabras, las transformaciones en las políticas públicas de seguridad social no

consideran un marco claro de la situación de la población adulta mayor desprovista de un

esquema de seguridad social; omitiendo de esta forma los efectos directos e indirectas sobre

el consumo, la pobreza y el poder adquisitivo de este segmento de la población.

Por ello, la presente investigación encuentra su justificación en la necesidad de abordar

algunos factores de consideración para el diseño de un sistema de pensiones no contributivo o

asistencial para los adultos mayores en México, en un marco de redistribución y bienes

11

preferentes. En ese sentido, se encuadra en una propuesta concerniente al pilar uno del

modelo del Banco Mundial de 1994, dado el carácter redistributivo y de alivio a la pobreza de

los adultos mayores. Esta propuesta también se relaciona con el pilar cero y cuatro del Modelo

del Banco Mundial de 2005, ya que el carácter residual de estos pilares permitiría focalizar las

políticas sociales asistenciales hacia los adultos mayores pobres, con o sin seguridad social,

trabajadores formales o informales.

El capítulo se organiza de la siguiente manera: en la primera parte, se exponen las

principales estructuras de pensiones. En segundo lugar, se describe la evolución de los

sistemas de seguridad social en México, poniendo especial atención a las reformas que se han

dado como respuesta a los problemas financieros del sistema de reparto. En tercer lugar, se

presenta una caracterización de la población adulta mayor de México en relación con los

cambios demográficos experimentados.

1.1. Propuestas teóricas recientes a los sistemas de seguridad social en el

mundo

Las reformas a los sistemas de pensiones han representado un tema de gran relevancia en

la actualidad, debido a los efectos que genera en las finanzas públicas y en el funcionamiento

económico. Atendiendo a esta situación, en la región latinoamericana se han implementado

importantes reformas a sus sistemas de pensiones2, basados inicialmente en el modelo

normativo de 3 pilares propuesto por el Banco Mundial (Cuadro 1.1).

El primer pilar tiene como objetivo aliviar la pobreza de aquellos adultos mayores que

dados sus bajos ingresos durante su vida activa laboral; no alcanzaron un nivel suficiente de

ahorro para su retiro. Los programas de apoyo que propone el Banco Mundial son: i)

implementación de un programa de cobertura universal para la población en situación de

pobreza, según necesidades y edad; ii) otorgar garantía de una pensión mínima por medio de

un pilar de ahorro obligatorio; y, iii) proveer un beneficio uniforme, universal o vinculado al

empleo. Estos programas serían administrados por el sector público y financiados mediante

impuestos generales (Banco Mundial 1994).

2 Chile (1981), Bolivia (1997), México (1997), El Salvador (1997), República Dominicana (2003-2005), Nicaragua

(2000) estos países con un plan sustitutivo; Argentina (1994), Uruguay (1996), Costa Rica (2001), Ecuador (2001)

optaron por un sistema mixto; finalmente, Perú (1993) y Colombia (1994), donde aplicaron un sistema paralelo, es

decir, tienen cierta libertad de elección entre un sistema público y uno de capitalización individual.

12

El segundo pilar cumple con la función de ahorro individual. Se basa en el ahorro personal

u ocupacional obligatorio, cuya fuente de financiamiento corresponde a un modelo de

capitalización y es gestionado por entidades privadas. Este pilar podría tener dos modalidades:

i) planes de ahorro personales; y, ii) planes ocupacionales. Con el financiamiento total se

fomentarían la formación de capital y el desarrollo de mercados financieros, que a su vez

fortalecería el crecimiento económico y facilitaría el financiamiento del pilar público.

Por último, el tercer pilar, tiene por objetivo fomentar el ahorro voluntario para la vejez, a

través de mecanismos como los incentivos fiscales. En estas circunstancias se espera exista una

protección adicional de las personas que quieran obtener una mayor tasa de reemplazo.

Cuadro 1.1 Sistema de seguridad social: Modelo de Tres Pilares

Pilar Descripción

1 Función redistributiva y de alivio de la pobreza que podrá tomar la forma de una pensión mínima, contributiva y/o contributiva, de carácter público y principalmente asistencial.

2 Destinado a la suavización del consumo intertemporal del individuo, mediante la aplicación de planes de pensiones contributivas de capitalización individual.

3 El objetivo es fomentar el ahorro voluntario para la vejez, mediante incentivos fiscales para la contratación de planes de pensiones.

Fuente: World Bank,1994.

Aunque este modelo conceptual incluye características redistributivas y de diversificación

de las fuentes de financiamiento, Holzzmann (2003) argumenta que el diseño final de un

sistema de seguridad social debe incluir al menos 4 características básicas: i) generar ingresos

suficientes para reducir la pobreza en la edad adulta mayor; ii) conjugar la capacidad financiera

de los individuos y de la sociedad sin abandonar otras necesidades sociales y económicas del

país; iii) la financiación del sistema tiene que ser sostenible a largo plazo; y, iv) el sistema debe

ser lo suficientemente sólido para resistir las presiones demográficas, económicas y políticas.

Además, los cambios del sistema económico mundial, en particular el de las economías en

desarrollo, han impulsado el diseño de nuevos planteamientos teórico- conceptuales sobre los

sistemas de seguridad social. Entre los cambios más significativos están el combate de la

pobreza y la cobertura de los esquemas de protección (Cuadro 1.2).

13

Cuadro 1.2 Sistemas de seguridad social: Modelo Conceptual de Pilares Múltiples

Grupo objetivo Principales criterios

Pilar Pobre

permanente Sector

informal Sector formal

Características Participación Financiamiento

0 X X X “pensión básica” o “pensión social” al menos

asistencia social (universal o mediante haberes comprobados)

Universal o

residual Presupuesto o ingresos

generales

1 X Plan público de pensiones, públicamente

administrado (beneficio definido o aportación definida virtual)

Obligatorio Contribuciones quizás con algo de reservas financieras

2 X Planes de pensiones gremiales o individuales (de

beneficio definido parcial o totalmente financiados y de contribución definida completamente fondeados)

Obligatorio Activos financieros

3 X X X Planes de pensiones gremiales o individuales (de

beneficio definido parcial o totalmente financiados y de contribución definida completamente fondeados)

Voluntario Activos financieros

4 X X X Acceso a apoyo informal (familiar) otros programas

sociales formales (atención a la salud) y otros activos del individuo (propiedad de una vivienda)

Voluntario Activos financieros y no financieros

Fuente: Holzmann H. R. (2005) Nota: El tamaño y apariencia de x refleja la importancia de cada pilar para cada grupo objetivo en el siguiente orden creciente en importancia: x, X, X.

Según se observa en el cuadro anterior, el sistema de Pilares Múltiples se cimenta en la

interacción de 5 elementos básicos (pilares):

Pilar cero o no contributivo, en forma de ingreso básico o pensión social de carácter

universal o bien focalizado que proporcione un nivel mínimo de protección. El objetivo

de este pilar es instrumentalizar pensiones asistenciales o básicas de carácter no

contributivo y estará dirigido principalmente a proteger a los sectores de la población

de menor capacidad de ahorro, este pilar es financiado por presupuesto público o

impuestos generales.

Pilar uno o sistema contributivo, el cual está vinculado a un sistema público de

contribuciones definidas obligatorias por parte de los trabajadores del sector formal,

es de carácter obligatorio y las prestaciones dependerán del capital aportado y del

rendimiento del mismo.

Pilar dos o ahorro obligatorio individual, el cual es esencialmente una cuenta de ahorro

individual a cargo de los trabajadores del sector formal de la economía.

Pilar tres o ahorro voluntario, el cual consiste en acuerdos que pueden adoptar varias

formas (individuales, patrocinados por el empleador, prestaciones concretas,

cotización definida), pero que son flexibles y de carácter discrecional, y

Pilar cuatro o fuentes sociales formales e informales de carácter voluntario de ayuda

financiera y no financiera, incluido el acceso a la asistencia sanitaria y a la vivienda. La

importancia de este pilar radica en que para proporcionar niveles de consumo

14

adecuados durante el retiro, se fusionen programas de política social con el sistema de

seguridad social.

En este modelo teórico los pilares cero y cuatro constituyen dos factores principales para

superar las carencias del diseño anterior que pudieran estar dificultando la consecución de un

nivel óptimo de cobertura. El objetivo es integrar una estructura que sea capaz de recoger

aquellos grupos de trabajadores que no han sido capaces de incorporarse a los regímenes de

cuentas individuales de ahorro y, para conseguirlo, reintroducen en el sistema de seguridad

social factores que posibiliten una cierta manifestación del principio de solidaridad que había

sido eliminado en la transición desde los sistemas públicos de reparto a los sistemas de

capitalización individual.

Con este modelo de pilares múltiples, un sistema de seguridad social que incorpore el

máximo de elementos posibles, dependiendo de las características de cada país, así como del

nivel y la incidencia de los costos de transición, podrá mediante la diversificación generar

ingresos de jubilación con mayor eficiencia. La meta es la combinación de estos elementos en

un sistema global de seguridad social que responda a las necesidades económicos-sociales de

cada país y establezca la directriz para una reforma viable (Gill et al 2005).

Las reformas a la seguridad social, han representado una solución del problema de las

pensiones de los trabajadores que se encuentran en el sector formal. También han tenido

efectos económicos positivos en el ahorro, desarrollo del mercado de capitales, mayor

eficiencia del mercado de trabajo, control de deuda pública de largo plazo, crecimiento

económico (Schmidt–Hebbel 2000). Sin embargo, el componente asistencial supone una

asignatura pendiente y una prioridad a abordar con urgencia (Gill et al 2005).

La presente investigación encuentra su justificación en la necesidad de abordar algunos

factores de consideración para el diseño de un sistema de pensiones no contributivo o

asistencial para los adultos mayores en México. En ese sentido, se encuadra en una propuesta

concerniente al pilar uno del modelo del Banco Mundial, dado el carácter redistributivo y de

alivio a la pobreza de los adultos mayores. Esta elaboración también está relacionada con el

pilar cero y cuatro descritos en el Cuadro 1.2, ya que su carácter residual permite focalizar al

sector de los adultos mayores pobres, con o sin seguridad social, trabajadores formales o

informales, con carácter redistributivos y la fuente de financiamiento serían los impuestos

generales.

15

1.2. La cuestión demográfica. El caso de México

Entre las causas fundamentales de la crisis del sistema de pensiones en México están: la

inviabilidad financiera, el desempleo y la vejez. Estos elementos en su conjunto han promovido

la transición del modelo de pensiones de un esquema de reparto a un esquema privado de

pensiones.

El desajuste del balance intergeneracional. Para que el esquema de reparto funcione

eficientemente, se requiere que el número de la población en edad de retiro sea

considerablemente menor que el número de personas jóvenes y en edad de trabajar. Debido a

que los trabajadores activos pagan las pensiones de los retirados, en caso contrario (número

de trabajadores activos disminuyen y el de pensionados aumenta) existiría un desequilibrio, ya

que no se recaudarían las contribuciones necesarias para pagar las pensiones. Por ello, cabe la

pertinencia de analizar el aspecto demográfico en México.

A continuación, se presentan algunos indicadores sobre las características del

envejecimiento de la población en México3.

En la primera mitad del siglo XXI México mostrará un mayor proceso de envejecimiento de

su población. Es decir, la población de 65 años o más continuará mostrando un creciente

incremento relativo con relación a la población de otros rangos de edad. Este proceso, que

inició a mediados de los noventa continuará durante toda la primera mitad del presente siglo,

primero a un ritmo moderado y después en forma acelerada. El Consejo Nacional de Población

(CONAPO) estimó que los adultos mayores representan el 7.9% de la población total y

proyecta un 17.5% en 2030, 20.2% en 2035 y 28% en 2050, inalcanzándose un total de 36.2

millones de personas adultas mayores (Gráfica 1.1).

Gráfica 1.1 México: Proyección de la población adulta mayor (2000-2050)

3 Se define envejecimiento de la población como el proceso demográfico medido a partir del incremento en el número y proporción de la población con 65 años y más.

16

Fuente: Proyecciones CONAPO.

El cambio de la estructura poblacional se ha debido a varios factores, entre los que

destacan el incremento de la esperanza de vida, la disminución de las tasas de natalidad y

mortalidad, así como la disminución de la tasa de dependencia (Cuadro 1.3).

Cuadro 1.3 Indicadores sobre la población en México

(1980-2007)

Año

Total

Por grupos de edad (años) Tasa de

natalidad2

Tasa de

mortalidad3

Esperanza de vida4

0-14 15-64 65 y más Tasa de

dependencia

1980 67,384,234 44.636 51.100 4.264 34.7 7.0 67.0 8.344 1990 83,971,014 39.043 56.813 4.144 28.8 5.4 71.0 7.294 1991 85,583,336 38.476 57.356 4.168 28.3 5.2 71.5 7.267 1992 87,184,832 37.928 74.882 5.430 27.8 5.1 71.8 7.251 1993 88,752,014 37.399 58.369 4.232 27.1 5.1 72.0 7.250 1994 90,265,775 36.890 58.835 4.274 26.6 5.0 72.3 7.264 1995 91,724,528 36.397 59.280 4.322 25.8 5.0 72.5 7.291 1996 93,130,089 35.917 59.705 4.378 25.0 4.9 72.8 7.333 1997 94,478,046 35.445 60.115 4.440 24.2 4.8 73.2 7.386 1998 95,790,135 34.978 60.513 4.509 24.0 4.7 73.5 7.451 1999 97,114,831 34.529 60.887 4.584 24.2 4.7 73.8 7.529 2000 98,438,553 34.107 61.228 4.664 24.5 4.7 74.0 7.617 2001 99,715,512 33.657 61.591 4.752 22.9 4.6 74.3 7.715 2002 100,909,383 33.133 62.016 4.851 21.7 4.6 74.4 7.822 2003 101,999,558 32.554 62.486 4.960 20.6 4.7 74.5 7.938 2004 103,001,871 31.938 62.985 5.077 19.8 4.7 74.5 8.061 2005 103,946,866 31.305 63.495 5.199 19.3 4.8 74.5 8.188 2006 104,874,282 30.657 64.015 5.329 19.0 4.8 74.5 8.325 2007 105, 790,725 30.002 64.532 5.466 18.6 4.8 75.0 8.470

Fuente: Consejo Nacional de Población.

En 1980 la esperanza de vida era cercana a los 67 años, mientras que para el año 2008 esta

alcanzó los 75.1 años. Según, las proyecciones de CONAPO la esperanza de vida aumentará de

17

74 años en el 2000 a 76.6 en el 2010 y, finalmente, a 81.3 años en 2050. En estas

circunstancias, para aquellos individuos que se retiren a los 65 años de edad, el sistema de

seguridad social tendrá que pagarles en promedio una pensión por 12 años si el retiro se

produce en 2010 y 17 años si el retiro se produce en 2050; lo cual representa una bomba

financiera para el sistema de pensiones en México.

En cuanto a la dinámica de las tasas de natalidad y mortalidad en México (gráfico 1.2),

Partida (2005) describe cuatro fases de transición: i) Fase pretransicional (1910 a 1921); en

este periodo hay un comportamiento demográfico irregular de aumento de la tasa de

mortalidad, derivado de la Revolución Mexicana. ii) Primera etapa de transición (1945-1960),

caracterizada por tasas de mortalidad en descenso y tasas de natalidad constantes e incluso

ascendentes. iii) Segunda fase de transición (a partir de 1970), en la cual se observa un

descenso en las tasas de fecundidad, derivado de la política de población en 1974 promotora

de la planificación familiar y salud reproductiva. iv) Tercera fase de transición (primera mitad

de este siglo XXI), empiezan a converger las tasas de natalidad y mortalidad.

Gráfica 1.2 México: Transición demográfica (miles de personas)

1930-2050

Fuente: Estimaciones y proyecciones del Consejo Nacional de Población basadas en estimaciones de Collver (1965) y Zavala (1989).

La grafica 1.3 recoge información sobre la conversión de la estructura piramidal en México

durante 1950-2050. Mientras que en los años anteriores a 1990 la estructura de la población

muestra una distribución cargada hacia la población joven, es de esperarse que esta situación

se revierta, porque la tasa de crecimiento poblacional promedio anual a disminuido de 1.8% en

18

el periodo de 1990-2000 a 1% de 2000- 2005. En este sentido las capas del pirámide

poblacional irán moviéndose hacia arriba, derivado de una carga de más adultos mayores por

menos jóvenes. La tendencia de los últimos cincuenta años así lo revela. Ya que la tasa de

dependencia que mide la proporción entre la población inactiva (de edad inferior a 16 años o

mayor de 65 años) con respecto a la población activa (de edades comprendidas entre los 16 y

los 65 años) ha mostrado un crecimiento constante.

Gráfica 1.3 Proyección demográfica en México, según edad y sexo. Varios años

Fuente: Estimaciones y proyecciones del Consejo Nacional de Población.

19

Las modificaciones observadas en la estructura de edad de la población provocará una

serie de retos, entre los que destacan: i) una demanda creciente de recursos destinados al

cuidado de la población en edades avanzadas, lo que probablemente significará una

importante redistribución en la asignación de recursos sociales; ii) presiones hacia las

instituciones públicas de seguridad social principalmente en el rubro de pensiones; iii)

agudizará las presiones a las distintas formas de apoyo familiar a los adultos mayores, en las

que ha descansado principalmente el sostenimiento económico de la población en edades

avanzadas en México (IMEF 2006).

En 1990 ya se tenía un diagnóstico de los problemas de la seguridad social en México,

resultado de estos cambios poblacionales. Como resultado de dicho diagnóstico llevado a cabo

en ese año, se propuso la creación del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR).

1.2.1. Bono demográfico

Un efecto característico particular de la transición demográfica ha sido el bono

demográfico. Se le llama bono o dividendo demográfico al período en el cual las personas en

edad relativamente más productiva (15 a 64 años) son considerablemente más que las

económicamente dependientes (menos de 15 y más de 64 años) y el número de estos

dependientes por individuo en edad productiva disminuye de manera continua. Esto es, el

periodo inmediatamente antes de que alcance su mínimo la tasa de dependencia total (CISS

2002).

Una vez alcanzado ese mínimo, la razón tenderá a incrementarse como consecuencia del

crecimiento de la población adulta mayor.

Lo relevante del bono demográfico es que genera una “ventana de oportunidades”4, en el

sentido que ante este proceso de cambio demográfico, es posible liberar recursos públicos

que antes eran dedicados a la manutención de menores de edad y asignarlos a mejorar la

cobertura y calidad de los servicios ofrecidos por la seguridad social, generalmente de los

adultos mayores; también, podrían ser destinados al ahorro y la inversión, con la consecuente

generación de empleo productivo.

4 www.conapo.gob.mx

20

El bono demográfico se presentará en México de 2006 a 2028 y se estima que la tasa de

dependencia demográfica se mantendrá por debajo de 60 personas en edad dependiente por

cada 100 individuos en edad laboral, con ello se podría esperar la probable formación de

ahorro interno que permitirá, asimismo, aliviar la carga creciente de la población adulta mayor,

una vez que haya concluido el periodo del bono demográfico.

El incremento de la población de 15 a 65 años (en 2006 a 2028) tendrá repercusiones

importantes, entre los que destacan mayor demanda de empleo, que si son atendidas

adecuadamente ayudarán a dinamizar el crecimiento económico, la consolidación de los

sistemas de pensiones, con la consecuente constitución de reservas suficientes para tener una

pensión digna en la etapa de retiro.

1.3. La cuestión de la formalidad de los empleos. El caso de México

Según estimaciones del CONEVAL, entre 1992 y 2006 el número de personas ocupadas en

el país creció en 65.3 por ciento. Este aumento representa 15.3 millones de personas

adicionales, de las cuales 5.1 millones de personas se incorporaron como trabajadores

formales–trabajadores con seguridad social formal: IMSS, ISSSTE, Petróleos Mexicanos

(PEMEX), Secretaría de Marina- y 10.2 millones de personas se integraron en actividades

informales –los ocupados sin seguridad social y que no son patrones-(CONEVAL 2008). Esta

tendencia denota la profunda segmentación del mercado laboral en México, pues el peso

relativo de las actividades informales es 2 a 1 con respecto a los trabajadores formales durante

el periodo de estudio.

Este balance entre el sector formal e informal, aunado a los recurrentes episodios de crisis

y altos niveles de desempleo, se convierte en un entorno altamente desfavorable para el

esquema de reparto. El abultamiento del mercado laboral informal se ha alimentado de

diversos factores, entre los que destacan: el esquema obligatorio del sistema de reparto, por

decisión deliberada y por la incapacidad de absorción del mercado laboral formal. En cuanto al

primer punto el carácter obligatorio del esquema de pensiones de reparto creo incentivos para

una migración de trabajadores del sector formal al sector informal, con lo cual sectores de la

población ocupada encontraba una válvula de escape. El segundo punto se asocia con el hecho

de que un sector de la población ocupada prefiere desempeñarse en el sector informal. El

tercer punto está ligado al hecho de que la población ocupada se integra al sector informal, no

por obtener más beneficios, sino porque no encuentran un empleo en el sector formal. Estos

elementos en su conjunto afectan directamente a la población adulta mayor que cuentan con

21

el derecho de recibir una pensión, sin mencionar el daño que infringe a los trabajadores que se

encuentran en el sector informal, dado que esta situación limita el acceso a una pensión en su

vejez.

En estas circunstancias, el estado juega un papel importante para asegurar, entre otras

cosas, pleno empleo y salarios más asequibles, con el propósito de mejorar el poder

adquisitivo y nivel de ingresos monetarios de la población ocupada, esperando con ello un

atractivo para los integrantes del sector informal. No obstante, los resultados y expectativas

fijadas fueron muy limitadas en términos de un mejor funcionamiento del esquema de

reparto, ya que en los últimos veinte años, aproximadamente, el peso de la población ocupada

informal ha aumentado de manera sustantiva y con ello un efecto negativo sobre la viabilidad

del esquema de financiamiento del modelo de pensiones de reparto (Gráfica 1.4).

Gráfica 1.4 Tasa de ocupación informal (1990-2008)

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

1.4. La cuestión pobreza. El caso de México

En México, según metodología del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de

Desarrollo Social (CONEVAL), la pobreza es definida en tres niveles5: 1) Pobreza alimentaria:

Incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el

ingreso disponible en el hogar en comprar sólo los bienes de dicha canasta; 2) Pobreza de

capacidades: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta

alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso

total de los hogares nada más que para estos fines; y, 3) Pobreza de patrimonio: Insuficiencia

del ingreso disponible para adquirirla canasta alimentaria, así como realizar los gastos

5 www.coneval.gob.mx

22

necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso

del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios. En este

estudio se abordará a la pobreza alimentaria como referente de la pobreza extrema.

En la Gráfica 1.5 se presenta la evolución de las líneas de pobreza según la definición de

CONEVAL ente 1992 a 2008, la tendencia de las líneas de pobreza han sido decrecientes.

Primero, con lo que respecta a la línea de pobreza alimentaria a nivel nacional, en 1992

alrededor de 21.4% de la población se encontraba en esta situación, mientras que para el

2008, esta proporción era sólo 18.2% de la población.

Con respecto a la línea de pobreza de capacidades, en 1992 se encontraba en esta

situación el 29.7% de la población, pasando a 25.1% en 2008. Finalmente, en cuanto a la

población en situación de pobreza patrimonial paso de 53.1% en 1992 a 47.4% en 2008

(Gráfica 1.5).

Gráfica 1.5 Líneas de pobreza (1992-2008)

Fuente: Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

A pesar de la evolución de la pobreza en México, entre 2006 y 2008 los tres niveles de

pobreza experimentaron un incremento. Por ejemplo, el número de personas pobres

alimentarias aumentó de 14.4 a 19.5 millones, es decir, de 13.8 a 18.2% de la población. Lo

que significa un cambio de 42.6 a 47.4% de la población.

23

1.5. Sistema de seguridad social en México: Evolución

El sistema de seguridad social en México surge a principios del siglo XX en los estados de

Nuevo León y Estado de México, el cual otorgaba protección contra accidentes, enfermedades

laborales o muerte de los empleados del sector público. Sin embargo, es con el artículo 123

de la constitución de 1917, cuando se reconocen los derechos de los trabajadores y quedan

protegidos por los seguros de pensiones. Siendo con el mandato de Elías Calles (1924-1928)

cuando se introducen dos reformas importantes a los sistemas de retiro: la Ley General de

Pensiones Civiles de Retiro (sólo para servidores públicos y militares) con un esquema de

financiamiento tripartito (trabajador, empleador, estado) y la Ley de Organización de

Tribunales del Fuero Común del Distrito y Territorios Federales el cual disponía que los

magistrados, jueces y oficiales gozaran del derecho a ser pensionados. El actual sistema de

retiro, encuentra su base con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS),

impulsado en principio por Lázaro Cárdenas (1934-1940) y consolidado con el gobierno de

Ávila Camacho en 1943. Extendiéndose con esto, los beneficios a los trabajadores asalariados.

Para 1959 bajo el mandato de López Mateos se plantea la iniciativa de Ley que daría origen

al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), con el

propósito de lograr una eficaz protección social obligatoria para todos los servidores públicos.

En 1992 se crea el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) como un esquema obligatorio

complementario a los programas de retiro que ya existían para los trabajadores afiliados al

IMSS o al ISSSTE.

En 1994 se constituyó la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR)

que junto con la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) conformaron un organismo

regulador para mejorar y supervisar el sistema de previsión. Para 1995, se promulga la nueva

Ley del Seguro Social que entró en vigor el primero de julio de 1997, sustituyendo a la anterior

de 1973. En esta fecha se reforma el sistema de seguridad social de México de forma parcial,

dado que el ISSSTE no es integrado en este proceso de reforma sino hasta el 2007, año en el

cual se promulga la nueva ley del ISSSTE.

En la actualidad, el sistema de seguridad social mexicano se encuentra fragmentado, ya

que existen planes ofrecidos por diversas instituciones de seguridad social, gobiernos,

empresas, entre otros organismos. Las principales instituciones de seguridad social en México

son el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el

IMSS; el primero beneficia a los empleados del sector público y el segundo es el más

24

importante por su cobertura, ya que abarca la mayor parte de los trabajadores formales. Cabe

señalar que hay otras instituciones de seguridad social que benefician a sectores de

trabajadores públicos, tales como los Institutos de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas

(ISSFAM), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX).

1.5.1. Estructura de los principales programas de pensiones

En este apartado se presenta un esbozo general de la evolución del sistema de pensiones

en México, tomando como base de análisis los programas de retiro del IMSS e ISSSTE, así como

del esquema de ahorro obligatorio complementario SAR. El propósito de este apartado es

identificar las condiciones que incidieron negativamente en el desempeño de los programas

públicos de pensiones en México.

La cobertura de las principales instituciones de seguridad social en el país –IMSS e ISSSTE-

ha crecido significativamente en términos absolutos en las últimas décadas; sin embargo,

medido como porcentaje de la población, el crecimiento ha sido más modesto. En 1980 ambas

instituciones cubrían a 29.1 millones de personas, correspondiente al 43.5% de la población

total; mientras que, para diciembre del 2005, se estimó que la cobertura alcanzaba a 57.4

millones de derechohabientes o 54.7% de la población del país, para el 2010 ambas

instituciones cubren alrededor de 62.4 millones de personas, lo que representa

aproximadamente el 57.5% de la población total (Gráfica 1.6).

Gráfica 1.6 Cobertura IMSS-ISSSTE (1980-2010)

25

Fuente: INEGI, Instituto Mexicano del Seguro Social y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

IMSS

El sistema de seguridad social más importante en México por el número de afiliados es el l

IMSS. Está institución empezó a operar en 1943. Su sistema de pensiones fue diseñada para

proveer de un seguro en cuatro áreas: Invalidez, Vejez, Cesantía en Edad Avanzada y Muerte

(IVCM), cubriendo únicamente a los asalariados del sector privado y algunos trabajadores

independientes que voluntariamente se afiliaron al Instituto. Para 1958 los centros industriales

y agrícolas más importantes ya estaban siendo cubiertos por esta institución. Los años

siguientes fueron de prosperidad para el Seguro Social que se encontraba en una posición

excelente, tal fue el caso que se expandió a otras áreas que ya estaban cubiertas por sus

prestaciones. Se reformó la ley del Seguro Social y en 1973 salió una nueva ley en donde se

planteaba la idea de expandir la seguridad social a las poblaciones marginadas de tal forma

que el IMSS contribuiría con otras instituciones públicas al combate a la pobreza.

Sin embargo, lo anterior resultó fatal en las décadas siguientes, ya que el gobierno

mexicano dispuso de las reservas destinadas para asegurar una pensión en el largo plazo a

dichos programas, así como a la ampliación de infraestructura.

México tuvo una época de bonanza desde la creación del IMSS hasta la década de los años

setenta. En 1960, había 35 millones de personas, de los cuales 5.6% eran personas adultos

mayores y el 55% eran jóvenes menores de 20 años, por tanto el nivel de dependencia se

mantenía bajo control; es decir, había 4 pensionados por cada 100 contribuyentes, su

26

cobertura representó aproximadamente 10% de la Población Económicamente Activa (PEA),

aumentando a 27% en 1995 y 29% en 2007, esto es alrededor de 17.1 millones de personas.

Este programa era de beneficios definidos (esquema de reparto); es decir, a los

trabajadores se les especificaba el monto al cual iban a ser acreedores una vez que se retiraran

de su vida laboral activa. El financiamiento se basaba en las aportaciones del empleador (75%),

el trabajador (25%) y el gobierno (5%).

Para la pensión de vejez y cesantía en edad avanzada, el asegurado requería de una

contribución mínima de 500 semanas y tener 65 años de edad en pensión de vejez o 60 años

para cesantía en edad avanzada. Los periodos de contribución no se apegaban al ideal

igualitario. Ya que un trabajador que contribuía durante un periodo de diez años tenía los

mismos derechos que uno que había contribuido veinte años; el monto de la pensión se

establecía con el promedio del salario base de los últimos cinco años de trabajo, el resto de los

años que trabajo son irrelevantes para determinar la pensión. Esto generaba incentivos para

subdeclarar durante la mayor parte de su vida activa laboral y sobredeclarar en los últimos

cinco años, para beneficio tanto del empleado y del empleador, por lo tanto era una razón

para aumentar el fenómeno de evasión. Es decir, disminuía los costos de la contribución al

sistema de pensiones, ya que el que paga solamente 10 años de contribuciones, y se pensiona,

se ahorró los otros 10 de contribución obligatoria.

Las reservas eran invertidas en bonos del gobierno federal o en otros valores aprobados

por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (Solís y Villagómez 1999).

ISSSTE

El ISSSTE se crea en 1959, con el fin de ofrecer sus servicios de seguridad social a los

servidores públicos. Este sistema otorga los siguientes beneficios: pensión por jubilación,

pensión por retiro, pensión por invalidez, pensión por causa de muerte y pensión por cesantía

en edad avanzada. La cobertura de este Instituto incluye a más de 400 organismos, entre los

que figuran secretarías de estado, hospitales e instituciones de salud, universidades y otros6.

En conjunto, los afiliados directos en 2007 representaron 5.8% de la PEA.

6 Para una revisión completa de los organismos y entidades que abarca esta institución, puede consultarse el sistema de estadística institucional del ISSSTE en la siguiente página

http://estadistica.issste.gob.mx/ReportServer?/SE/1_39&rs:Command=Render.

27

Hasta el 1 de abril de 2007, fecha en la cual entró en vigor la nueva ley del ISSSTE, el

esquema era de beneficios definidos (plan de reparto). El pago de las cotizaciones se efectúa

sobre el sueldo básico, hasta una cantidad que no rebasa diez veces el salario mínimo general.

Todo trabajador incorporado a este régimen tiene que cubrir una cuota fija del 8% del sueldo

básico de cotización.

Dicha cuota se aplica de la siguiente forma: 2.75% para cubrir los seguros de medicina

preventiva, enfermedades, maternidad y los servicios de rehabilitación física y mental; 0.50%

para cubrir las prestaciones relativas a préstamos a mediano y corto plazo; 0.50% para cubrir

servicios de atención para el bienestar y desarrollo infantil, integrales de retiro a jubilados y

pensionistas; servicios turísticos; promociones culturales, de preparación técnica, fomento

deportivo y de recreación y servicios funerarios; 3.50% para la prima que se establezca

anualmente, conforme a las valuaciones actuariales, para el pago de jubilaciones, pensiones e

indemnizaciones globales, así como para integrar las reservas actuariales; el porcentaje

restante se aplicará para cubrir los gastos generales de administración del Instituto

exceptuando los correspondientes al Fondo de la Vivienda (Ley del ISSSTE 2001).

Tenían derecho a la pensión por jubilación los trabajadores con 30 o más años de servicios

y las trabajadoras con 28 años o más de servicios e igual tiempo de cotización al Instituto, no

importando la edad. La pensión por jubilación daba derecho al pago de una cantidad

equivalente al 100% del último año de sueldo. El monto de la pensión de retiro se determina

de acuerdo al tiempo de servicio, de acuerdo al Cuadro 1.4.

Cuadro 1.4 Monto de la pensión por edad y tiempo de servicios

Años de servicio Monto de la pensión como porcentaje del último año de sueldo

15 50% 16 52.5% 17 55% 18 57.5% 19 60% 20 62.5% 21 65% 22 67.5% 23 70% 24 72.5% 25 75% 26 80% 27 85% 28 90% 29 95%

Fuente: Ley del ISSSTE, 2001.

La pensión por cesantía en edad avanzada se otorga al trabajador que se separa

voluntariamente del servicio o que quede privado del trabajo remunerado al cumplir 60 años o

28

más, con un mínimo de 10 años de cotización. El monto de la pensión se calcula aplicando al

sueldo regular los porcentajes que se especifican en el Cuadro 1.5.

Cuadro 1.5 Pensión por cesantía en edad avanzada

Años de edad Años de servicios Porcentaje de la pensión

60 10 40% 61 10 42% 62 10 44% 63 10 46% 64 10 48% 65 10 50%

Fuente: Ley del ISSSTE, 2001.

De acuerdo con la Ley previa a la reforma7, la constitución de las reservas actuariales es

prioritaria respecto a las financieras, con el fin de garantizar el pago de pensiones,

indemnizaciones globales, amortizaciones de créditos otorgados a los trabajadores y entrega

de depósitos. La inversión de las reservas financieras del Instituto deberá hacerse en las

mejores condiciones posibles de seguridad, rendimiento y liquidez, garantizando una mayor

utilidad social. Además, los ingresos, egresos de los seguros y prestaciones, servicios así como

los fondos especiales, se registrarán contablemente por separado, distinguiéndose el seguro

de riesgos del trabajo, el seguro de enfermedades y maternidad, así como las pensiones y

demás seguros previstos.

SAR

El Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), se establece en 1992 como un esquema

obligatorio complementario a los programas de pensiones existentes para los trabajadores que

cotizaban al IMSS o ISSSTE. Este esquema corresponde a un plan de contribuciones definidas

(cuentas individuales), con dos subcuentas: una para el retiro y otra para la vivienda. Este

sistema se unifica con el IMSS y el ISSSTE, después de las reformas hechas por dichas

instituciones en los años 1997 y 2007 respectivamente.

Las contribuciones las realiza el empleador (2% del salario base de cotización) y el

trabajador (5% para la de vivienda8). Existe la posibilidad de realizar aportaciones voluntarias.

El monto de las pensiones está determinado por los fondos acumulados en las cuentas

individuales más los intereses generados. Cuando el trabajador se retira o cumple 65 años de

7 Anterior a la nueva Ley del ISSSTE emitida el 31 de marzo de 2007 en el Diario Oficial. 8 En el caso del salario base de cotización se establece un límite superior de 25 veces el salario mínimo general vigente en el Distrito Federal. Para el caso de las aportaciones a la vivienda el límite superior es de 10 veces el salario mínimo.

29

edad, se hace acreedor de una pensión por cesantía en edad avanzada, vejez, invalidez,

incapacidad total o parcial del 50% o más. El pago de los recursos es en una sola exhibición o

en la forma de una pensión vitalicia.

El sistema incluye otros beneficios, como la posibilidad de retirar hasta 10% del saldo total

en la subcuenta de retiro cuando la invalidez parcial es de mayor duración que el periodo

establecido por la Ley del ISSSTE o en caso de desempleo; esto último siempre y cuando el

saldo del trabajador en su subcuenta de retiro no sea inferior a 18 veces su última aportación y

sólo si no ha realizado retiros en los últimos 5 años.

Las aportaciones que se hagan a este sistema son depositadas en cuentas individuales,

administradas por entidades privadas, tales como los bancos comerciales. Las instituciones

bancarias canalizan los fondos de la subcuenta del retiro al Banco de México para su inversión,

y al FOVISSSTE en el caso de la subcuenta de vivienda.

Las entidades encargadas de la administración de las subcuentas tienen la responsabilidad

de llevar la contabilidad y generar estados financieros, así como el compromiso de otorgar un

rendimiento positivo superior al 2% anual.

Para regular, supervisar y asegurar el adecuado funcionamiento del sistema y sus

participantes se creó en 1994 la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (CONSAR),

encargada de determinar las reglas y procedimientos del SAR.

Otros programas de pensiones públicos son los de las fuerzas armadas, electricistas y

petroleros. Éstos cuentan con una cobertura conjunta aproximada del 0.6% del total de

programas de seguridad social, como proporción de la PEA, el ISSFAM y PEMEX representan el

0.8% de 2006.

1.6. La crisis financiera de los sistemas de seguridad social en el mundo

La primera política moderna en materia de seguridad social surgió con Otto Von Bismarck

a finales del siglo XIX en Alemania, en donde se instauró el seguro obligatorio de

enfermedades, el seguro contra accidentes de trabajo y el seguro obligatorio contra invalidez,

para todos los trabajadores del comercio, la industria y la agricultura. También se estableció

que a partir de los 70 años de edad dichos trabajadores recibirían una pensión. Para 1913, la

edad de retiro se redujo a 65 años.

30

El plan de Bismarck se basaba en contribuciones del empleador y el empleado así como en

un régimen de capitalización. Como apoyo a los empleados de bajos ingresos, se agregó una

subvención por parte del estado, otorgando a éstos la posibilidad de recibir una pensión más

alta que la que les hubiera correspondido de acuerdo con su contribución.

Para 1942 surge un esquema más extenso de seguridad social en Inglaterra como

consecuencia del informe de William Henry Beveridge, en el cual se proponía un programa de

previsión social que proporcionaría a las personas mayores de 70 años pensiones universales

sobre la base de contribuciones fijas y beneficios uniformes para mantener un nivel de vida

mínimo.

En América Latina los programas de seguridad social surgieron a principios del siglo XX,

principalmente en Argentina, Brasil, Chile, Cuba y Uruguay, generalizándose después a otros

países de la región9.

En México, estos programas surgieron a principios del siglo anterior de manera aislada en

algunas legislaciones estatales (Solís y Villagómez 1999). Posteriormente, surgen el Instituto

Mexicano de Seguridad Social (IMSS) para dar protección a los trabajadores del sector privado

y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) para los

trabajadores del sector público, en 1943 y 1959, respectivamente.

Conviene resaltar que la mayoría de los sistemas fueron creados cuando la situación

económica y demográfica de los países era distinta a la actual, lo cual llevó a que algunos

países hicieran modificaciones recientes en sus sistemas de seguridad social, ya que de seguir

con el mismo marco conceptual y normativo de sus esquemas podrían tener problemas

financieros a largo plazo. Por ello, en un importante número de países se ha reformado el

sistema de seguridad social, pasando de un esquema de reparto a uno de capitalización

individual, mientras otros países optaron por combinar ambos esquemas (Cuadro 1.6).

Cuadro 1.6 Reformas a los sistemas de pensiones

Países

Sistema de ahorro y capitalización individual

Sustitutivo

Capitalización

Individual

Mixto

(Reparto y Capitalización

individual)

Paralelo

(Reparto o Capitalización

individual)

Argentina (1994)

Bolivia (1997)

Chile (1981)

Colombia (1994)

Costa Rica (2001)

Ecuador (2001)

9

Para un estudio histórico extenso, véase Mesa Lago (1994).

31

El Salvador (1998)

México (1997)

Nicaragua (2000)

Perú (1993)

República Dominicana (2003-05)

Uruguay (1995)

Fuente: Mesa-Lago 2004.

Hay que señalar que las reformas pueden ser clasificadas en estructurales y paramétricas.

Las estructurales son aquéllas en las cuales se adopta un sistema de contribución definida

(cuentas individuales), en el que las pensiones dependerán del monto de las aportaciones,

tiempo de cotización, tasa real de interés, edad de jubilación, entre otros. Este tipo de reforma

se puede agrupar en tres bloques:

Sustitutivo: es aquel en donde se sustituye de manera total el régimen de reparto, (ya no

puede haber más afiliados) por uno de capitalización individual.

Mixto: en éste se integran ambos regímenes, en otras palabras, se reformó el sistema

público de reparto integrándolo con el régimen de capitalización individual10.

Paralelo: aquí los sistemas de capitalización se crean de manera paralela al sistema de

reparto, el cuál es reformado también y funcionan de forma separada los dos regímenes, es

decir, compiten entre sí.

Las reformas paramétricas son aquéllas en las cuales se mantiene el esquema de beneficio

definido pero con algunas modificaciones en los montos de las pensiones y los requisitos para

obtenerlas (Mesa-Lago 2004). Por ejemplo: incrementar los años de cotización, aumentar la

edad de retiro, aumentar el monto de las cotizaciones, indexar el aumento de las pensiones al

salario mínimo o al Índice de Precios al Consumidor (INPC).

Las reformas estructurales de pensiones en Latinoamérica se caracterizan por pasar de un

esquema de reparto, con beneficios definidos y administrados por el Estado, por otro

capitalizado, con contribuciones definidas y administración privada, pero regulado por el

estado. Este cambio implicó que los trabajadores actuales destinen una parte de su ingreso a

una cuenta de ahorro privada y de esta manera cuentan con recursos para su retiro.

Entre los principales factores que han motivado las reformas implementadas a los sistemas

de pensiones pueden mencionarse los siguientes: i) la transición demográfica y el

10 En Europa se ha preferido adoptar este tipo de reforma.

32

envejecimiento de la población; ii) los déficit financieros de los sistemas de pensiones de

reparto; iii) los problemas actuariales de los esquemas públicos de pensiones; iv) los crecientes

subsidios estatales que los sistemas de pensiones demanda, así como los desequilibrios

macroeconómicos, experimentados por las economías en desarrollo, que en conjunto se

traducían en efectos negativos sobre las finanzas públicas; v) la creciente demanda por

mayores beneficios provisionales(Arenas y Gana 2001).

En suma, las reformas al sistema de pensiones trataron de superar las crisis nacionales de

los sistemas existentes (reparto), que reconocían aspectos comunes: desequilibrios financieros

de los sistemas y cobertura previsional menor a la deseada, que resultan diferenciados y

específicos para cada uno de los países.

En el caso de México, el modelo de financiamiento de pensiones de reparto presentó una

crisis debido a diversos factores que se analizarán con detalle en el presente capítulo. Por otro

lado, se dará un breve esbozo de la evolución del sistema de seguridad social en México, con la

finalidad de identificar algunos de los problemas que llevaron a modificar el sistema de

pensiones del país.

1.7. Reformas recientes al IMSS e ISSSTE. Principales consideraciones

En esta sección se presenta el análisis de los factores determinantes que promovieron el

proceso de reforma del esquema de Seguridad Social en México, entre los cuales destacan el

envejecimiento poblacional y la inviabilidad financiera de los sistemas de reparto. Asimismo, se

describen las principales modificaciones hechas a los esquemas de pensiones.

1.7.1. Inviabilidad financiera

La seguridad social es una de las políticas sociales más relevantes de un país, esto se

refleja en la cantidad de recursos que los gobiernos destinan a ella. En el caso de México, el

porcentaje del PIB que se destina a la seguridad social es alto a comparación de otros gastos

3.2% en el 2008. Sin embargo, del total de la cantidad que están gastando los gobiernos solo

un porcentaje se destina al sistema de pensiones debido al esquema de reparto que lo

financia. No obstante, el esquema de reparto requería la suficiencia fiscal del Estado para

sostener las carencias y sus obligaciones.

33

Como se ha mencionado, los sistemas de pensiones de las principales instituciones (IMSS

e ISSSTE) se basaban en el plan de reparto. Esto implicaba que el pago de las pensiones, que

obedecen a beneficios prometidos en el pasado, se realizaba con los recursos procedentes de

las contribuciones de los trabajadores activos y las pensiones de estos trabajadores activos

debían ser cubiertas en el futuro por las contribuciones de los trabajadores activos futuros. Es

decir, para este tipo de plan funcionara adecuadamente se requería que hubiera una relación

actuarial entre contribuciones y beneficios corrientes.

Sin embargo, las contribuciones se mantuvieron casi estancadas; en el caso del IMSS de

1944 a 1990 representaban el 6% del sueldo base de cotización y en 1996 alcanzaron el 8.5%.

Por otra parte, los beneficios fueron aumentando tanto en magnitud como en la cobertura. La

pensión mínima también aumentó, ya que de representar alrededor de 40% del salario mínimo

de 1960 a 1990 se incrementó hasta alcanzar el 100% en 1995.

Para que el sistema de pensiones mantuviera un equilibrio actuarial, dados los cambios

demográficos, las posibles soluciones eran aumentar las contribuciones, reducir el monto de

los beneficios o una combinación de ambos. En caso de no haber un incremento en las

contribuciones, el financiamiento del pago de beneficios tendría que provenir de recursos

fiscales.

Otro factor importante fue que no se mantuvo un plan de capitalización parcial, ya que,

cuando el sistema inició sus operaciones, la baja proporción de pensionados-contribuyentes

permitió la generación de reservas que fueron utilizadas para financiar la creación de

infraestructura, así como para subsidiar otros programas. Esta tendencia se vio agravada por

los cambios en la estructura poblacional, debido a que ha disminuido la razón entre

trabajadores en activo y pensionados. Según cálculos del IMSS, sólo entre 1980 y 1995 el

cociente pasó de 13.1 a 6.1 y para el año 2007 fue de 5.3. Mientras que para el ISSSTE la

situación ha sido más grave, mientras que en 1980, había veinte asegurados por cada

pensionado, para el 2000 era de cinco cotizantes activos por cada pensionado. Es decir, el

número de trabajadores en activo por pensionado a disminuido de 19% en 1980, 5.3% en 2000

y finalmente a 3.4% en el 2007 (Gráfica 1.7).

Gráfica 1.7 Número de trabajadores en activo por pensionado

34

Fuente: Primer Informe de Gobierno, 2007.

También debe tenerse presente, que la fórmula utilizada para el cálculo del monto de la

pensión que considera el salario promedio obtenido durante los cinco últimos años antes del

retiro, creaba incentivos para los trabajadores tales como: i) cotizar el período mínimo

requerido para asegurar la pensión mínima; ii) subdeclarar salarios durante la mayor parte de

la vida laboral y iii) sobredeclarar durante los últimos cinco años. Estos problemas condujeron

a prácticas de evasión y un aumento del mercado laboral informal (Solis 2001), que

combinadas con la transición demográfica podrían generar, en los sistemas de seguridad

social, inviabilidad financiera a largo plazo.

Otro aspecto importante reside en el nivel de desempleo. Es posible que exista población

en edad de trabajar suficiente para pagar las pensiones de la población en edad de retiro, pero

la mayor parte de éstos, se encuentren laborando en el sector informal. De tal forma, el sector

formal se ve reducido y con ello resultan insuficientes los recursos para pagar la pensión, como

en el caso intergeneracional.

Asimismo, otro aspecto que aumentó la brecha entre contribuciones y beneficios fue la

alta inflación, la cual produjo una caída significativa de los salarios reales y por lo tanto la

erosión de las pensiones otorgadas. A partir de 1982, México atravesó por una serie de crisis

económicas. Como se observa en la Gráfica 1.8, en la década de los ochenta, hubieron altos

niveles de inflación incluso llegando al 179.73% en 1988. En los años siguientes hubo un

descenso significativo en las tasas de inflación. Sin embargo, para 1995 (año en el cual se hizo

la primera reforma), las tasas de inflación aumentaron alcanzando un porcentaje de 51.97.

Gráfica 1.8 Inflación Anual INPC (1980-2010)

35

Fuente: Banco de México.

Los altos índices de inflación causaron una grave erosión de los salarios mínimos, tales

como de un 60% entre 1980 y 1994. Esto conllevo a que se elevaran los porcentajes de

contribución a los sistemas de pensiones, llegando a ser tres veces mayores.

1.7.2. Reforma al IMSS

Como se ha señalado, la reforma al sistema de seguridad social entró en vigor el 1 de julio

de 1997 para el IMSS. La razón fundamental de esta reforma se debió a que el programa

anterior respondía a características demográficas, sociales y económicas que no correspondían

a las actuales, la consecuencia inmediata de ello fueron signos de debilitamiento e inviabilidad

financiera del sistema de seguridad social.

Inicialmente, los sistemas públicos de pensiones en México se establecieron como

sistemas de beneficios definidos. Con el fin de lograr este objetivo, el estado debió generar

reservas en forma colectiva para hacer frente a las obligaciones frente a los futuros

pensionados. Sin embargo, dichos excedentes se destinaron principalmente a elevar los

beneficios ofrecidos a los trabajadores por encima de lo que permitían las aportaciones, en la

construcción de infraestructura inmobiliaria, a la operación de otras prestaciones sociales tales

como seguro de enfermedades y maternidad, y a la atención a la población abierta.

Antes de la reforma, el sistema de pensiones se basaba en el llamado seguro de Invalidez,

Vejez, Cesantía en edad avanzada y Muerte (IVCM). Una vez que se realizó la reforma, las

36

pensiones se dividieron en dos seguros: 1) seguro de invalidez y vida (SIV) y 2) el seguro de

retiro, cesantía en edad avanzada y vejez (SRCV).

Las principales diferencias entre el sistema jurídico previo a la reforma y posterior a la

misma se muestran en la Gráfica 1.9.

Gráfica 1.9. Principales diferencias entre el sistema jurídico previo y posterior a la

reforma al IMSS

Una de las principales reformas se refiere a que se cambia el sistema de reparto a uno de

contribuciones son definidas y que las contribuciones serán administradas por entidades

privadas denominadas Administradoras de Fondos para el Retiro (AFORES). El sistema se basa

en un esquema de capitalización individual, a través del cual se generan rendimientos con las

aportaciones que hacen los trabajadores, empleadores y el estado a lo largo de su vida laboral;

por tanto, el monto de las pensiones depende no solo de las contribuciones sino también de lo

que ocurra con los mercados financieros y los costos de administración.

A partir del primero de julio de 1997 todos aquellos trabajadores que iniciaron su vida

laboral se incorporaron al sistema de capitalización individual, únicamente pudieron elegir los

trabajadores que estaban afiliados antes de la reforma al sistema de pensiones.

El monto de la pensión depende de varios factores: las aportaciones que acumulen los

trabajadores durante su vida laboral, los años de cotización, el ahorro voluntario, los intereses

que hayan obtenido las aportaciones, menos los costos de administración.

El sistema prevé una pensión mínima a los afiliados –trabajadores del sector formal y

privado- que hayan cotizado al menos durante 1,250 semanas (25 años aproximadamente),

Ley del IMSS 1973

• Esquema de beneficios definidos (reparto)

• Administración Pública

• Años mínimos de cotización 500 semanas (10 años)

• Edad de retiro: 65 años

• No hay pensión mínima

• Financiamiento, se toma de las contribuciones corrientes que financian a las pensiones corrientes

Ley del IMSS 1997

• Esquema de contribuciones definidas (capitalización individual)

• Administración Privada (Múltiple)

• Años de cotización: 1250 (25 años)

• Edad de retiro 65 años.

• Hay pensión mínima garantizada (1 salario mínimo)

• Financiamiento, aportaciones más intereses menos comisiones

37

que equivaldrá a un salario mínimo al momento de la reforma ajustado por el nivel de

inflación.

Para poder ser acreedor a la pensión por vejez, el requisito es contar con 65 años de edad;

sin embargo, a partir de 2005 la edad va incrementando un mes cada año hasta el 2040, pero

se puede solicitar una jubilación anticipada si se cuenta con 60 años de edad. Para la pensión

por invalidez, el trabajador tiene que comprobar haber perdido al menos un 75% de su

capacidad laboral y contribuir al sistema por lo menos 150 semanas. Finalmente, la pensión de

sobrevivencia se otorga a los beneficiarios del pensionado que hayan aportado por lo menos

durante 150 semanas al momento de su muerte.

La cuenta personal que administra la AFORE se divide en cuatro subcuentas: 1) retiro,

vejez y cesantía; en esta subcuenta se depositan las cuotas y aportaciones que realiza el

trabajador, el empleador y el estado. El empleador aporta 2% del salario base de cotización

para retiro y 3.15 del salario base de cotización para cesantía en edad avanzada y vejez. Las

aportaciones se realizan de manera bimestral. El gobierno aportará 0.225% del salario base de

cotización por cesantía en edad avanzada y vejez y una cantidad equivalente al 5.5% del

salario mínimo general para el D.F., por cada día cotizado (cuota social). Finalmente el

trabajador aportará 1.125% sobre el salario base de cotización de manera bimestral (Cuadro

1.6). 2) Aportaciones voluntarias: el trabajador o el empleador, podrán hacer aportaciones

voluntarias a los fondos de pensión en forma adicional a la aportación descrita anteriormente.

No hay montos mínimos ni máximos. El trabajador puede realizar retiros de la subcuenta de

aportaciones voluntarias cada 2 ó 6 meses dependiendo de la AFORE en la que se encuentre

registrado. 3) Vivienda: es aquella subcuenta en la que únicamente el empleador realiza

aportaciones que equivalen al 5% del salario base de cotización. Estos recursos son

canalizados al INFONAVIT a través del Fondo Nacional de Vivienda y la AFORE sólo lleva el

registro de dichos recursos. Pueden ser utilizados para solicitar un crédito para la vivienda o

para elevar el monto de la pensión. 4) aportaciones adicionales o complementarias: en esta

subcuenta se podrán realizar aportaciones tanto del trabajador como del empleador con la

finalidad de incrementar el monto de la pensión. A diferencia de la voluntaria, en está solo se

podrá disponer de las aportaciones hasta el retiro del trabajador.

Cuadro 1.7 Contribuciones para las seguridad social a cargo de empleadores, trabajadores y estado

(1983-2001)

38

Como se muestra en el Cuadro 1.7, las reformas a la Ley del IMSS de 1997 modificaron la

participación de los diferentes agentes, trabajadores, empleadores y estado en las

contribuciones. El total de contribuciones obrero-patronales sobre la nómina se redujo un

poco más de 5 puntos porcentuales, al pasar de 25.6% a 20.2%, de 1997 a 1998. La tendencia

39

hacia el alza en las tasas anteriores a 1997 era marcada, con un crecimiento promedio anual

de 3.3%; por el contrario, después de la Reforma de 1997 se han mantenido relativamente

constantes.

La tasa de contribución a cargo de los empleadores bajó de 20.3% a 17.8% y la tasa a cargo

de los trabajadores, de 5.3% a 2.4%. Antes de la reforma, las contribuciones a cargo de los

empleadores aumentaban al 3.5% promedio anual y a cargo de los trabajadores al 2.4%

promedio anual (Garro 2003).

Por otro lado, el depósito a la cuenta individual para el seguro de retiro y el de cesantía en

edad avanzada y vejez pasó de 2.0 a 11.5 por ciento de la contribución. El Estado se obligó a

participar con el 35 por ciento del total de las cuotas a la seguridad social, a diferencia del 5

por ciento bajo el sistema de reparto, que señalaba la ley anterior.

Al respecto, Garro (2003) argumenta que debe ser un objetivo de política económica fijar

las contribuciones en un nivel tal que se obtenga una máxima recaudación sin perjuicio a los

incentivos al aumento de la productividad y a la participación en el mercado formal de trabajo

tanto de empleadores como de trabajadores. Mientras mayor sea la valoración de los servicios

de la seguridad social por parte de éstos, menor será la parte de estas tasas que se perciba

como carga impositiva. Por tanto, la reforma buscó, entre otros objetivos, un aumento en la

creación de empleos asegurados o en la cobertura del sistema de seguridad social y, con ello,

una disminución en el dinamismo de crecimiento del sector informal o desprotegido, así como

un aumento en la recaudación total de impuestos laborales destinados al financiamiento de la

seguridad social en nuestro país.

1.7.3. Reforma al ISSSTE

El 1 de abril de 2007 entra en vigor la nueva Ley del ISSSTE, algunas de las razones que

condujeron a plantear la reforma fueron: que desde su fundación, se había mantenido

prácticamente la misma estructura, aproximadamente 50 años, periodo en el cual se ha tenido

cambios en el ámbito económico, social y demográfico. Esto último ejercía presión no sólo en

las finanzas del Instituto, sino a las finanzas públicas del país.

A continuación se presentan algunos de los aspectos más relevantes de la Ley del ISSSTE

(Cuadro 1.8):

Cuadro 1.8 Comparación entre la Ley anterior del ISSSTE y la actual. Concepto Ley anterior Ley Actual

40

Esquema Beneficios definidos Cuentas Individuales

Administración de recursos SAR PENSIONISSSTE, que es un

órgano público, desconcentrado del Instituto

Pensión garantizada 1 salario mínimo 2 salarios mínimos

Beneficios pensionarios

No prevé beneficios pensionarios para

trabajadores menores a 15 años de cotización

Reconoce beneficio pensionario a todos los

trabajadores activos

Manejo de recursos No portabilidad Portabilidad y propiedad de

recursos Aportaciones obligatorias del

estado 19.75% 25.145%

Cuotas y Aportaciones 7%: 3.5% del

trabajador y 3.5% Estado

12.7%: 6.125% del trabajador y 6.125% del

estado Ahorros voluntarios No presenta Presenta la opción

Edad para jubilarse

48 años para mujeres y 50 años para hombres

Aumentará gradualmente hasta alcanzar 58 años para

mujeres y 60 años para hombres en 2028

Manero de recursos Se pueden transferir

recursos de un seguro a otro

Prohíbe el uso de recursos de un seguro a otro

Opción laboral Por honorarios con

suspensión de pensión Continuar laborando con

goce de pensión

Se modifica el sistema de financiamiento colectivo de beneficio definido por otro de

capitalización individual y costo definido. Esto significa que bajo el nuevo régimen las

aportaciones de los trabajadores pasaran a una cuenta individual.

Bajo el nuevo sistema de pensiones, el trabajador, tendrá la certidumbre de que los

recursos que aporta no serán utilizados para otros fines, y en caso de fallecimiento, sus

beneficiarios podrían disponer de ellos. De igual forma, debido a que la pensión depende de la

cantidad de recursos que el trabajador y el Estado hayan acumulado, la ley del ISSSTE permite

que el trabajador escoja su edad de retiro, siempre que los recursos en la cuenta individual

sean suficientes para tener una pensión de al menos 30 por ciento mayor a la mínima

garantizada. De esta forma, incentiva al trabajador a ahorrar de manera voluntaria en su

cuenta de ahorro individual.

Los recursos que antes se acumulaban en una bolsa general y eran administrados por el

SAR, ahora serán administrados e invertidos por un organismo público descentralizado del

Instituto denominado PENSIONISSSTE, el cual estará sujeto a la regulación y supervisión de la

CONSAR. Los costos de administración serán cubiertos con el producto de las comisiones.

41

La inversión de los recursos se llevará a cabo a través del mercado de valores, teniendo

como objetivo brindar seguridad y rentabilidad de los recursos de los trabajadores, así como la

promoción del ahorro interno de largo plazo y el financiamiento de infraestructura.

Se establecen cuatro tipos de seguros de los 21 que había11, siendo compatibles con los del

IMSS: i) retiro, cesantía en edad avanzada y vejez; ii) invalidez y vida; iii) riesgos de trabajo y,

iv) salud. Es decir, los trabajadores tendrán la posibilidad de moverse entre el sector público y

el privado, manteniendo íntegramente sus derechos pensionarios (portabilidad plena).

Se duplica el monto de la pensión mínima garantizada de uno a dos salarios mínimos. Para

los trabajadores de menores ingresos cuyo saldo acumulado en su cuenta individual no sea

suficiente para obtener la pensión mínima garantizada, el estado aportará la diferencia.

Incorporación de una cuota social financiada por el estado, esto es, un monto fijo que

equivale alrededor de 5.5% de un salario mínimo y es igual para todos los trabajadores,

independientemente de su nivel de ingreso. Las contribuciones de los trabajadores se

incrementarán gradualmente de 3.5% de su salario de cotización a 6.125% en un periodo de 5

años y el resto estarán conformadas por una cuota de 5.175% a cargo de las dependencias y

entidades más la Cuota Social de 1.5% del salario promedio de los trabajadores que cotizan al

ISSSTE.

Cabe señalar que las contribuciones para el sistema de pensiones de reparto equivalen a

7% del salario de cotización y se dividen por partes iguales entre el trabajador y el patrón, pero

bajo la nueva ley se llegará a 12.7%.

Se incluye un nuevo régimen de ahorro en el que se obliga al estado a contribuir con 3.25

pesos por cada peso que aporte el trabajador.

Se incrementará gradualmente la edad mínima de retiro de 50 años para los hombres y de

48 para las mujeres a 60 y 58 años respectivamente, para el 2028. Estos cambios no modifican

los años de cotización de 30 y 28 años (hombre-mujer) que se requieren para alcanzar la

jubilación. Asimismo, aumentará de forma gradual el requisito para el retiro por edad y tiempo

de servicio a 65 años.

11 Prestaciones en especie: medicina preventiva, seguro de enfermedades y maternidad, seguro de rehabilitación física y mental, servicio de atención para el bienestar y desarrollo infantil, servicios que contribuyen a mejorar la calidad de vida, servicios turísticos, actividades culturales, sociales y recreativas. Prestaciones económicas: seguro de riesgo en el trabajo, seguro de jubilación, seguro de retiro por edad y tiempo de servicio, seguro de invalidez, seguro por causa de muerte, seguro de cesantía en edad avanzada, indemnización global , arrendamiento o venta de habitaciones económicas, préstamo hipotecario y financiamiento para vivienda, préstamo a mediano plazo, préstamo a corto plazo, Sistema de Ahorro para el Retiro S.A.R. Prestaciones económicas y en especie: servicio integral de retiro a jubilados y pensionados, servicios funerarios.

42

Para los trabajadores que actualmente cotizan tendrán la libertad de elegir el sistema de

pensiones que más convenga a sus intereses hasta noviembre de 200812. Si deciden cambiar al

sistema de cuentas individuales recibirán un bono de reconocimiento de antigüedad en su

cuenta individual cuyo monto será equivalente a lo que marcan los derechos pensionarios13. Si

el trabajador opta quedarse en el sistema actual, éste prevé modificaciones que

implementaran de manera gradual.

Se otorgarán beneficios pensionarios a todos los trabajadores activos, incluyendo a

aquellos con menos de 15 años, lo que beneficiará al 60% de los trabajadores que cotizan al

ISSSTE y que actualmente no gozan de estos beneficios.

12 El trabajador que a esa fecha no haya avisado al ISSSTE a través de la dependencia o entidad donde trabaja que opción elige, se entenderá que opta por la jubilación conforme al antiguo régimen.

13 Estos bonos se calculan de acuerdo al Artículo 9 transitorio de Ley del ISSSTE. Para calcularlo se toman en consideración, la edad, los años de cotización, el salario al 31 de diciembre de 2007 y la esperanza de vida del trabajador. No obstante, existen algunos topes entre los que destacan: años de antigüedad (únicamente se considerarán 30 años) y salarios que no exceda a los 10 salarios mínimos.

43

1.8. Conclusiones

En este capítulo hemos buscado enumerar el conjunto de elementos que promovieron la

reforma al sistema de pensiones en México. Para ello, se realizo el análisis del funcionamiento

de los sistemas de seguridad social antes y después del proceso de transición; concediendo

especial atención a las condiciones del IMSS y el ISSSTE en este marco.

A grosso modo se concluye que la reforma a los sistemas de pensiones en México fue

impulsado, por la insostenibilidad financiera del sistema; contexto alimentado por cuatro

fenómenos particulares: i) por el desequilibrio en el balance generacional; ii) por la

profundización de la segmentación del mercado laboral; iii) por el desequilibrio entre

aportaciones y beneficios; y iv) por la inadecuada utilización de las reservas.

Esto es, la transición demográfica experimentada por México, así como el aumento de la

esperanza de vida de la población, provocaron una disminución de la tasa de dependencia y la

conversión de la estructura poblacional, originando graves presiones sobre la liquidez del

sistema de pensiones en el país. Un reto adicional asociado con el problema demográfico es el

aumento del peso relativo de la población de 65 años y más, debido a que en el largo plazo

genera reducida certidumbre en términos de posibilidades de consumo, pobreza y el acceso a

otros servicios de seguridad social. Si bien la evolución de la población en México incidió, como

un elemento particular, en el impulso de reformas a los sistemas de seguridad social en el país;

aun queda pendiente la implementación de políticas públicas de nueva generación que

incluyan las características de largo plazo de la transición demográfica.

Aunado a este entorno, la creciente dicotomía y polarización del mercado laboral en

actividades de carácter informal derivaron en el debilitamiento de la viabilidad de un sistema

basado en aportaciones intergeneracionales, además del efecto negativo sobre la cobertura de

los sistemas de seguridad social en el país; que de seguir profundizándose incrementara en

forma exponencial la población adulta mayor en condición de pobreza y en ausencia de un

esquema asistencial en la vejez.

Otros factores determinantes del desmoronamiento financiero del sistema de seguridad

social fue la prevalecencia del esquema de la mínima contribución y máxima pensión, que

detonaron un estancamiento importante de las contribuciones obrero- patronales. Además, el

uso recurrente de las reservas obreros-patronales para programas sociales y ampliación de

infraestructura, resultó ser fatal para el sistema pensionario, ya que con la crisis, inflacionaria y

salarial, no existían fondos suficientes para sostener las pensiones. De esta manera, el

44

gobierno se veía obligado a subsidiar pensiones; teniendo como solución inmediata el subsidio

a las pensiones y/o el aumento de las contribuciones.

Ante tales circunstancias, entre 1992 y 2007 se diseñaron e implementaron un conjunto

de estrategias tendientes a asegurar la eficiencia financiera del esquema de pensiones así

como la de incentivar el ahorro - inversión en México. Entre los cambios más significativos

destacan:

i) Modificación de las fuentes de financiamiento. Transición de un esquema de

reparto de capitalización individual;

ii) Modificaciones a la condición de elegibilidad. Aumento en el nivel de cotizaciones

y periodo de contribuciones;

iii) Unificación del régimen pensionario. Con el objetivo de evitar multiplicidad de

regímenes.

Si bien, el marco jurídico e institucional del sistema de pensiones en México proyecta

mejores condiciones para los individuos después de su vida laboral. También, este proceso de

reforma genera amplios costos de transición entre los cuales están: el aumento de la deuda

implícita del sector público, en el largo plazo, y la disminución del presupuesto público, de

corto plazo, como resultado del reconocimiento de los aportes previos y por efecto de los

gastos administrativos de dicha transición. Al parejo de estos costos, se suma la incertidumbre

que genera la administración de los recursos de pensiones y el desbalance de la relación

ganancias – costos del manejo del fondo de pensiones.

En la discusión sobre la cobertura de los sistemas de seguridad social, un elemento

relevante son las expectativas y garantías de aquellos individuos que mantuvieron una

condición laboral en sectores informales de la economía. Ya que las estrategias de las políticas

públicas sobre seguridad social contemplan solamente a aquellos trabajadores del sector

formal, dejando de lado los efectos negativos que esta omisión genera sobre la capacidad de

consumo de las familias y el aumento de la pobreza.

Por tal motivo, esta investigación se orienta en la integración de un marco normativo que

aprehenda un sistema de pensiones no contributivo o asistencial para los adultos mayores en

México. Basado en el pilar uno del modelo del Banco Mundial de 1994 y los pilares cero y

cuatro del esquema del Banco Mundial de 2005; que entre otros objetivos incluye un marco

redistributivo y de alivio a la pobreza, así como una política focalizada hacia el sector de los

adultos mayores pobres, con o sin seguridad social, trabajadores formales o informales.

45

Capítulo 2. La situación económica de los adultos mayores en

México: pobreza y empleo

Introducción

En este capítulo se presenta un análisis descriptivo de la situación de los adultos mayores,

durante 1992-2008 con especial énfasis en los últimos años, para lo cual se abordan tres

temas de discusión: pobreza, situación laboral y acceso a los sistemas de seguridad social. El

propósito es delinear los determinantes básicos sobre las condiciones económicas y de

bienestar de los adultos mayores, mediante el uso de indicadores como: pobreza alimentaria,

capacidades y patrimonial, condición de ocupación e índice de cobertura. La fuente de

información se cimenta en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los

Hogares (ENIGH) de 1992 a 200814. Se considera adulto mayor a las personas de 65 años y más.

Uno de los temas relevantes dentro de la cobertura de los sistemas de seguridad social se

refiere a las condiciones de los adultos mayores con y sin acceso a pensión. Esto es así porque

el desbalance generacional, el aumento de la esperanza de vida y la profundización del

mercado laboral generan un entorno en donde un mayor número de individuos en su vida

adulta mayor carezca de las garantías mínimas ofrecidas por un esquema de seguridad social.

Aunado a este problema de la cobertura de los sistemas de seguridad social, se agregan las

presiones sobre los índices de pobreza en el grupo de adultos mayores en su edad laboral y no

laboral.

Este capítulo se organiza de la siguiente manera. El primer apartado incluye una

descripción general de los adultos mayores según su condición económica (pobre y no pobres)

que como puede observarse en la Gráfica 2.1 representaban el 40.53% y 59.47% del total de

adultos mayores en el 2008, respectivamente. En el segundo apartado, se integra la

descripción de las condiciones en el mercado laboral de los adultos mayores. Finalmente, en la

tercera sección, se presenta el estatus de los adultos mayores con respecto al acceso al

sistema de pensiones.

14 Las estimaciones se realizaron en el paquete estadístico STATA. La programación—o Do File—se presenta en el Anexo 1.

46

2.1. Los pobres extremos con edad adulta mayor

La protección social comprende una serie de mecanismos de manejo de riesgos que

abarcan desde instrumentos informales (ahorros, transferencias familiares y remesas) hasta

instrumentos formales de protección (seguridad social y asistencia social) para hacerles frente.

Entre los adultos mayores, se pueden identificar algunos grupos vulnerables claves,

particularmente los que viven en situación de pobreza que obligan a examinar el alcance de la

cobertura formal, ya que el alcance de esta protección es baja entre este grupo. Por ejemplo,

en el 2006, alrededor del 20 % de la población urbana de 65 años o más recibe pensión,

mientras que sólo 7% de los adultos mayores urbanos pobres y 1% de los adultos mayores

rurales pobres recibían este beneficio.

En México, según metodología del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de

Desarrollo Social (CONEVAL), la pobreza es definida en tres niveles15: 1) Pobreza alimentaria:

Incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el

ingreso disponible en el hogar en comprar sólo los bienes de dicha canasta; 2) Pobreza de

capacidades: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta

alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso

total de los hogares nada más que para estos fines; y, 3) Pobreza de patrimonio: Insuficiencia

del ingreso disponible para adquirirla canasta alimentaria, así como realizar los gastos

necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso

del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios. En este

estudio se abordará a la pobreza alimentaria como referente de la pobreza extrema.

Según estos indicadores, en México la tasa de pobreza en la población adulta mayor es

superior a la de la población en su conjunto. De acuerdo con el reporte del Banco Mundial del

2005 (Banco Mundial 2005), la tasa de pobreza en la población de 65 años o más es 70%

superior a la de la población total en México. Los bajos niveles de cobertura en pensiones son

un factor que contribuye a aumentar esta desigualdad.

Entre 2006 y 2008 la situación de pobreza en la población adulta mayor en México creció a

un ritmo promedio del 7.81% al pasar de 4.01 millones de personas en 2006 a un total de 4.32

millones de adultos mayores en 2008. En otras palabras, según información de la ENIGH, en

2006, aproximadamente el 39.90% de la población de 65 años y más mantenía una situación

de pobreza, mientras que para 2008 esta proporción representó 40.53% (Gráfica 2.1). Esto

15 www.coneval.gob.mx

47

implica que este grupo de edad tiene un ingreso inferior a 1904.84 pesos mensuales en zona

urbana y de 1282.36 en zona rural, de acuerdo con la definición de línea de pobreza

alimentaria (CONEVAL 2010).

Gráfica 2.1. Pobreza en los adultos mayores (Porcentaje de personas)

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH. Varios años

De acuerdo con la definición de pobreza, entre 2006 y 2008 la línea de pobreza alimentaria

en los hogares con población adulta mayor creció a una tasa del 7.70%, mientras que el ritmo

de crecimiento de la pobreza de capacidades ascendió a 9.93% y el de la pobreza patrimonial

fue de alrededor de 8.63%. La información anterior muestra que la pobreza, en sus tres líneas,

aumenta entre 2006 y 2008. No obstante, a nivel poblacional esta situación se ve modificada,

dicha diferencia se encuentra marcada por la proporción de adultos mayores pobres sobre el

total de la población de 65 o más, teniendo como excepción la pobreza patrimonial que

muestra un aumento. Esto es, el número de personas adultas mayores en situación de

pobreza alimentaría aumentó de 1.46 millones a 1.52 millones, lo que significa un cambio de

14.6 a 14.3 por ciento; en cuanto a la situación de pobreza de patrimonio el número de adultos

mayores pasó de 4.01 millones de personas en 2006 a 4.32 millones de personas en 2008. De

esta forma, la proporción de la población de 65 años y más en situación de pobreza

patrimonial, respecto del total, pasó de 39.90% en 2006 a 40.53% en 2008. Y el porcentaje de

48

adultos mayores en situación de pobreza de capacidades pasó de 20.49% a 20.30%, de 2006 a

2008, respectivamente.

2.2. El trabajo en la edad adulta mayor

En la literatura se identifican los factores determinantes de la decisión de retirarse o no del

mercado laboral: i) estar cubierto por algún programa de seguridad social; ii) la estructura y

nivel de los impuestos a los que se enfrenta una persona; y iii) el acceso a un seguro de salud

una vez que se deja de trabajar definitivamente. Los programas de seguridad social

representan una fuente importante de ingreso durante la vejez; sin embargo, en México como

en América Latina dada la baja cobertura de los esquemas de seguridad social, entre otros

elementos, las cifras de adultos mayores activos en el mercado laboral es elevado (CISS 2005).

Según un estudio de la CEPAL (2001), a finales de la década de 1990 en América Latina,

siete de cada diez hombres de 60 años o más aún integraba la población económicamente

activa; tan elevada tasa de participación laboral pone de manifiesto que las personas adultas

mayores se ven en la necesidad de obtener un ingreso que les permita atender a sus

principales necesidades. Un factor adicional a la debilidad de los sistemas de seguridad social

en la toma de decisiones de los adultos mayores está asociado con los bajos montos de las

pensiones.

De ahí que la seguridad económica de la población adulta mayor se convierte en un tema

de interés, pues con el paso de los años disminuyen las posibilidades de generar ingresos de

forma autónoma para la población activa, y aún más para este segmento de la población. Si

consideramos que la población de 65 años o más se encuentra en su transición hacia el retiro y

la viudez, los ingresos se reducen y aumenta la probabilidad de pobreza en sus hogares (Del

Popolo 2001). La seguridad económica de los adultos mayores radica en las características

individuales y generacionales en que ha transcurrido su vida laboral así como en la

acumulación de activos de dicho grupo de población. Otra fuente importante de ingresos para

los adultos mayores son las transferencias y los apoyos familiares (Guzmán 2002, Huenchuan

2006).

En esta investigación, se considerará como población objetivo a los adultos mayores

pobres, de acuerdo con las tres definiciones de pobreza consideradas por CONEVAL. En la

estimación de las transferencias monetarias requeridas para eliminar la pobreza por ingresos

49

no se tomará en cuenta la relación que estos adultos mayores pobres con el mercado laboral y

los sistemas de seguridad social.

2.2.1. Mercado laboral y adultos mayores

En este apartado se presenta una descripción general de la tendencia de empleo y

desempleo así como un análisis comparativo de la situación laboral de los adultos mayores

entre 1992 y 2008.

En principio, según se observa en la Gráfica 2.2, la tasa de ocupación de la población adulta

mayor denota un comportamiento cíclico importante, alrededor del 31.09% entre 1992 y

2008; lo que sugiere una baja cobertura en pensiones y problemas de incentivos para optar

por el retiro.

Por otro lado, es importante resaltar que durante 2008 la tasa de ocupación presentó una

caída sustancial de 10.72 puntos porcentuales con respecto del 2006; lo que expone los

fuertes cambios que puede presentar la inserción en el mercado de trabajo en períodos cortos

de tiempo y en periodos de crisis económica, como lo fue, para el caso de México, en el 2008.

Dicha participación laboral representó en el 2008 alrededor de 2.67 millones de adultos

mayores, del cual el 69.8% eran hombres y el 30.2% mujeres.

Otro aspecto importante es la tasa de ocupación de la población adulta mayor entre 1994

y 2006; la cual durante este período se mantuvo por encima de la tasa media de participación

ocupacional (32.3%) (Gráfica 2.2). Este contexto advierte la dificultad de la población adulta

mayor para optar por un retiro temprano; debido a la pérdida de la capacidad adquisitiva, de

los ingresos familiares reducidos, de variaciones en el ahorro personal o por mantener el

acceso a los servicios médicos.

Gráfica 2.2 México: Adultos mayores ocupados (% de adultos mayores)

50

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH. Varios años.

En la Gráfica 2.3 se muestran algunas estimaciones de la situación en el mercado laboral

de los adultos mayores, integrantes de la Población Económicamente Activa (PEA) 16 —es

decir, ocupados y desocupados y de la Población Económicamente Inactiva (PEI) (Gráfica 2.3).

Gráfica 2.3. México: Adultos mayores y su condición en el mercado laboral (%) (1992-2008)

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH. Varios años.

16

Ocupados: personas de 65 años o más que durante el periodo de referencia realizó alguna actividad económica; o bien, tenía trabajo pero se ausentó temporalmente. Desocupados: personas con 65 años o más que buscaron trabajo activamente. Ocupados informales: personas de 65 años o más con una actividad autónoma o independiente, o con un trabajo subordinado no remunerado sin prestación social. Ocupados formales: personas de 65 años o más con un trabajo subordinado remunerado con prestación social. Población económicamente inactiva: personas de 65 años o más que durante el periodo de referencia no tuvieron ni realizaron una actividad económica, ni buscaron hacerlo.

51

Por ejemplo, entre 1992 y 2008 es notoria la disminución de la población ocupada en

actividades informales, mientras que se observan incrementos marginales en los ocupados con

seguridad social, sobretodo en el 2002 y 2008. Sin embargo, siguen siendo altas las

proporciones de trabajadores por cuenta propia o se encuentran en el sector informal de la

economía. Esta situación deja ver la alta precariedad del trabajo en los adultos mayores. En

este sentido, la participación laboral de los adultos mayores en México no debe interpretarse

como un rasgo positivo asociado a una vejez productiva, sino como un resultado de la

insuficiencia de los programas de pensiones (CONAPO 2004), lo que obliga a muchos adultos

mayores trabajar en actividades precarias y de baja productividad. Sin embargo, esto podría

seguir reproduciéndose en el futuro conforme siga aumentando este grupo de personas.

Por otro lado, en 2008 se advierte un aumento de la población adulta mayor

económicamente inactiva. No obstante, la población que declaró no estar ocupada y se

encuentra en busca de empleo—o sea, desempleada--se ha mantenido casi estable, con

excepción del año 1996 y 2008.

También, resalta la evolución de los adultos mayores pensionados, ya que la proporción ha

ido disminuyendo a pesar del aumento de este grupo de población. Estos resultados reflejan

que la cobertura de los sistemas vigentes en el país resultan insuficientes para garantizar una

reducción del número de adultos mayores en situación de pobreza.

La falta de recursos económicos y de prestaciones laborales ha hecho que la población

adulta mayor siga activa en el mercado laboral a edades cada vez más avanzadas. Ya que

cumplir los 65 años o más no significa que la población se retire o deje de realizar algún trabajo

para su sustento. Es así que la participación laboral de adultos mayores era de 35.71% (3.59

millones de personas) en 2006 y 24.99% (2.66 millones de personas) en el 2008. De éstos, en

2006, el 30.02% están en el sector informal o trabajando por cuenta propia y el 5.69% cuenta

con algún seguro. El 64.29% de esta población adulta mayor no trabaja, de los cuales el 59.81%

pertenece a la PEI, el 0.62% está desocupada pero en busca de un trabajo y únicamente el

3.86% recibe pensión. Y en el 2008 tenemos que baja a 16.36% el empleo en el sector informal

o que se encuentran laborando por cuenta propia. Por el contrario, los adultos mayores que se

encuentran ocupados en el sector formal aumentan a 8.64%. En cuanto a la población adulta

mayor que no trabaja aumenta 75.01% de los cuales el 66.90% pertenece a la PEI, el 4.12%

está desocupada pero en busca de un trabajo y únicamente el 3.99% recibe pensión. Esto pone

52

de manifiesto la dificultad de los adultos mayores por insertarse al mercado laboral en épocas

de recesión o crisis económicas.

En el cuadro 2.1 se muestran los ingresos que perciben los adultos mayores, según su

situación en el mercado laboral.

Cuadro 2.1

Población de adultos mayores de 65 y más años. Clasificación de actividad principal e ingresos mensuales1, 2008

Distribución Ingreso Coeficiente

(%) mensual de variación

($) (d.estándar/media)

Total: 10,671,196 personas 100.0 $1,491 2.04

Población económicamente activa: 29.1 $1,086 1.91

Ocupados 85.9 $1,408 2.06

Ocupados con seguridad social2 7.4 $3,112 2.04

Ocupados informales 78.4 $1,236 1.78

Desocupados 14.1 $814 2.11

Población económicamente inactiva: 70.9 $1,473 2.02

Pensionados 26.5 $2,266 1.62

Sin pensión 72.4 $1,086 2.28

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH, 2008 1

Ingreso mensual neto total per capita 17

de hogares con presencia de adultos mayores

2IMSS, ISSSTE, PEMEX, Ejército, Marina y Universidades.

La mayoría de los adultos mayores pobres—71%--constituyen población económicamente

inactiva y, dentro de ellos, la mayoría no cuentan con una pensión—72%. El resto—29%--está

vinculado con el mercado laboral, principalmente en ocupaciones informales—78% de la PEA.

La tasa de desempleo alcanza el 14%. Cabe destacar que los microdatos presentan una

categoría posible de clasificación para cada adulto mayor entre PEA y PEI, lo que impide

detectar situaciones tales como no tener pensión y estar ocupado.

El ingreso mensual promedio neto total per capita de un hogar con presencia de adultos

mayores es de $1,491. El mayor ingreso lo tienen los ocupados formales, seguidos por los

pensionados, los ocupados informales, los sin pensión y, por último, los desocupados. Las

mayores variaciones de estos promedios están entre los desocupados y los sin pensión.

Como se viene diciendo, un indicador importante de las condiciones laborales de los

adultos mayores es su situación en el empleo. Las estimaciones con base en la ENIGH 2008,

17

De acuerdo a las definiciones del CONEVAL, se denomina neto porque se restan los regalos dados.

53

sugieren que la población adulta mayor se concentra en las actividades agropecuarias

(46.20%) y en menor medida en estudiar (0.13%).

Por otra parte, como se puede observar en la Gráfica 2.4, en cuanto al total de adultos

mayores que se encuentran dentro de la Población económicamente inactiva (PEI) tenemos

que la mayor proporción de estos adultos mayores en el año 2008 se encuentra realizando

quehaceres en el hogar (45.97%) y sólo el 26.36% recibe alguna pensión o es jubilado.

Gráfica 2.4 Población económicamente Inactiva de adultos mayores (%) (2008)

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH. 2008.

Profundizar en las condiciones laborales y de seguridad social en las que se encuentra la

población adulta mayor es de suma importancia, toda vez que requiere de una atención

especial debido a que las demandas laborales y de seguridad social serán cada vez mayores.

2.2.2. Pobreza, mercado laboral y vejez

54

Una discusión relevante sobre el papel de los adultos mayores dentro del mercado laboral,

es como sus condiciones de vida y de bienestar afectan la decisión de mantenerse

laboralmente activos.

Según se muestra en el cuadro 2.2 la población adulta mayor de 65 años y más era de

alrededor de 10.67 millones de personas, lo que representa aproximadamente el 10% de la

población total del país en el 2008. El 40% de estos adultos mayores se encuentran en alguna

situación de pobreza por ingresos—alimentaria (14.3%), de capacidades (20.3%) o patrimonial

(40.5%). El 54% de los adultos mayores son mujeres, observándose un punto porcentual

adicional entre los pobres alimentarios.

Entre los adultos mayores hombres, predominan los jefes de familia—86%--no siendo el

caso entre las mujeres—31%. Cabe notar que entre los pobres hay menos adultos mayores

jefes de familia—tanto hombres como mujeres--que entre el resto de los adultos mayores.

La viudez afecta al 23% de mujeres y al 9% de hombres adultos mayores. El 29% de los

jefes de familia adultos mayores son viudos, 75% de los cuales son mujeres.

El 85% de los adultos mayores tiene residencia propia; de ésos, el 56% son jefes de familia

y de éstos, el 16% son mujeres. Ahora bien, cuando se consideran sólo los jefes de familia,

resulta que el 85% tienen residencia propia; entre las mujeres jefes de familia, ese porcentaje

alcanza el 79%.

El número de miembros promedio de los hogares con presencia de adultos mayores es de

cinco miembros. Dicho número aumenta entre los pobres y mientras más aguda es la pobreza,

mayor es el número promedio de miembros del hogar. Los mayores contrastes con el

promedio de miembros se observan en los hogares presididos por una mujer adulta mayor—

4.7 en el total y 7.6 en los hogares pobres alimentarios.

Los contrastes en la disponibilidad promedio de algunos bienes y la correspondiente a los

pobres son importantes. Mientras que en promedio, el 72%, 56%, 50% y 89% de los adultos

mayores cuentan con pisos firmes, teléfono, lavadora y refrigerador, respectivamente, un

porcentaje significativamente menor de pobres alimentarios cuenta con ellos—64%, 19%,

18%, 51%, respectivamente.

La estructura educativa de los adultos mayores ocupados y jefes de familia presenta una

concentración en el nivel de primaria completa e incompleta—58%--, siguiéndole en

55

importancia el nivel menos de primaria--22%--y el de secundaria completa e incompleta--11%.

Los adultos mayores en situación de pobreza presentan mayores porcentajes en estos niveles.

Cuadro 2.2 Situación socio-económica y de pobreza de los adultos mayores de 65 y más años 2008 Pobreza

alimentaria Pobreza

capacidades Pobreza

patrimonial Total de Adultos Mayores

De 65 y más años (número de personas) 1,521,131 2,166,306 4,324,590 10,671,196

% de la población total con 65 años y más 10.0

% de la población de adultos mayores 14.3 20.3 40.5 100.0

% de hombres 44.9 46.7 47.1 46.0

% jefes de familia 50.7 52.0 52.6 56.5

% jefes mujeres en el total de jefes 29.8 27.2 26.1 30.0

% de hombres jefes en el total de hombres 79.4 81.1 82.6 86.0

% jefes de familia viudos 26.4 26.6 26.2 28.7

% jefes hombres viudos 22.0 28.2 26.7 24.6

% mujeres viudas en el total de mujeres 19.0 18.7 19.1 22.6

% hombres viudos en el total de hombres 6.6 8.4 7.8 8.7

% con residencia propia 85.1 84.4 84.6 85.3

% de jefes de familia en el total que tiene residencia propia

50.0 51.7 51.9 56.2

% de jefes de familia mujeres en el total que tiene residencia propia

13.7 12.7 12.2 15.6

% con residencia propia en el total de jefes de familia 83.9 83.7 83.4 84.9

% con residencia propia en el total de jefes mujeres 77.3 75.9 75.1 78.6

Número de personas en el hogar 6.7 6.5 5.9 5.0

Número de personas en el hogar con jefe de familia adulto mayor

6.5 6.2 5.5 5.2

Número de personas en el hogar con jefe de familia adulto mayor mujer

7.6 7.3 6.1 4.7

Condiciones del hogar con jefe de familia adulto mayor:

% Pisos firmes 64.2 65.8 67.0 52.1

% Teléfono 18.6 21.8 32.6 56.1

% Lavadora 17.7 22.2 29.2 49.9

% Refrigerador 50.7 57.4 67.2 82.8

Número de cuartos 3.1 3.2 3.4 4.2

% Adultos mayores ocupados y jefes de familia (%): 38.2 36.7 35.3 33.4

Estructura educativa de los adultos mayores ocupados y jefes de familia:

% Menos de primaria 1 34.7 31.5 30.6 21.7

% Primaria completa o incompleta 55.3 59.5 60.2 58.0

% Secundaria completa o incompleta 9.5 8.6 8.3 11.2

% Media Superior completa o incompleta 0.6 0.5 0.5 2.4

% Superior completa o incompleta 0.0 0.0 0.4 5.8

% Posgrado 0.0 0.0 0.0 1.0

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH, 2008. 1

Sin instrucción y preescolar

56

En cuanto a la situación laboral de los adultos mayores pobres, según muestra la Gráfica

2.5, entre 2006 y 2008 es notoria la disminución de la población ocupada en actividades

informales en las tres líneas de pobreza, mientras que se observan incrementos marginales en

los ocupados con seguridad social y los desocupados. Por otro lado, en este bienio se advierte

un aumento de la población económicamente inactiva.

También, resalta la evolución de los adultos mayores pensionados en situación de

pobreza; ya que entre 2006 y 2008 se manifiesta un aumento en las 3 líneas de pobreza de

esta categoría. Estos resultados reflejan que la cobertura de los sistemas vigentes en el país

resultan insuficientes para garantizar una reducción del número de adultos mayores en las

líneas de pobreza.

Otras características observadas en la Gráfica 4 son: i) los adultos mayores en situación de

pobreza alimentaria, son los que en mayor proporción gozan de una pensión, así como los que

en mayor proporción se encuentran en actividades laborales informales; ii) también, en el

grueso de la población adulta mayor en situación de pobreza patrimonial, se encuentra un

menor número de individuos pensionados; y iii) dentro de la PEA, se observa una disminución

del empleo informal así como un incremento ínfimo del empleo con seguridad social a medida

de que se superan las líneas de pobreza.

Gráfica 2.5 México: Adultos mayores en situación de pobreza y su condición en el mercado laboral (%)

(2006-2008)

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH 2006 y 2008.

57

En contraste, la situación laboral de los adultos mayores no pobres denota, por un lado

una mayor participación en actividades formales y, por ende, una menor participación en

actividades por cuenta propia o informales. Así como una alta condición de inactividad laboral

(Gráfica 2.6).

Asimismo, es posible inferir la presencia de un efecto diferenciado de la cobertura social

en los adultos mayores. Esto es un número reducido de adultos mayores pensionados evitan la

condición de no pobreza en este grupo de edad.

Gráfica 2.6 México: Adultos mayores sin pobreza y su situación en el mercado laboral (%)

(2006-2008)

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH 2006-2008.

En ambos grupos de adultos mayores resulta elevada la proporción de ocupados, así

como la proporción de desocupados sin pensión. Estas dos situaciones pueden ser

consideradas socialmente como desfavorables, no deseables o no incentivables para este

grupo de población. Esto como consecuencia de que este grupo, al igual que el de los menores

de edad, se consideran fundamentalmente no participantes en el mercado laboral

contemporáneo. Por ejemplo, en Estados Unidos, sólo el 24.9%--en comparación con el

35.71% en México en el 2006 -- de los adultos mayores trabaja; además, el sistema tributario

establece mayores tasas impositivas para el adulto mayor que decida trabajar.

58

La participación laboral de adultos mayores es de 35.71% (3.59 millones de personas) en

2006, de los cuales el 23.35% están en el sector informal o trabajando por cuenta propia y el

9.07% cuenta con algún seguro. El 74.89% de esta población adulta mayor no trabaja, de los

cuales el 69.03% pertenece a la PEI, el 2.95% está desocupada pero en busca de un trabajo y

únicamente el 2.91 % recibe pensión.

2.3. Retirados y asegurados con edad adulta mayor y las pensiones

La seguridad social es un mecanismo para mejorar la calidad de vida en la vejez. El derecho

a una pensión o jubilación contribuye al aseguramiento de ingresos monetarios lo cual

promueve que disminuya la dependencia del adulto mayor de terceros y puede evitar la

pobreza extrema.

Rofman (2005) señala que el debate en torno a la seguridad social en un sistema de

capitalización se ha enfocado en 3 tópicos: i) efectos macroeconómicos; ii) diversificación de

riesgos; iii) papel del sector privado en la administración de los mismos. Sin embargo, la

discusión se ha comenzado a orientar al problema de la cobertura de los sistemas de

pensiones. El giro del debate, se debe a que las reformas a los sistemas de pensiones en los

países de América Latina tuvieron un efecto no significativo sobre la participación de los

trabajadores en los sistemas formales de seguridad social (aumento del tamaño del mercado

laboral informal) y al crecimiento de la población adulta mayor sin ingresos (transición

demográfica).

La discusión sobre la cobertura de los sistemas previsionales se ve limitada por la falta de

información cuantitativa consistente; lo que dificulta la comparabilidad entre instrumentos y,

por lo tanto, la representatividad de los mismos no es uniforme18, también impide captar en

forma precisa las características buscadas en la información. Asimismo, obstaculiza la

comparabilidad internacional e intertemporal en forma robusta (Rofman y Lucchetti, 2006).

Si bien, en la literatura empírica reciente se presentan algunas cifras e indicadores; las

fuentes y las metodologías empleadas carecen de claridad. De tal forma, señala Rofman

(2005), que la estimación y el diseño de nuevos indicadores sobre la cobertura de los sistemas

18

Puesto que la información obtenida proviene de encuestas exclusivamente urbanas y/o de encuestas nacionales.

59

de seguridad social19, contribuirá en la ventilación del debate y avanzar hacia el desarrollo de

propuestas específicas (políticas públicas).

El objetivo del estudio de Rofman (2007) es la medición de la cobertura previsional y sus

determinantes. La muestra comprende 17 países de América Latina (incluido México), se

estiman 15 indicadores sobre cobertura con base en información de las encuestas de hogares,

para los años entre 2000 y 2003.

Los indicadores estimados siguen dos criterios generales: la cobertura en edad activa

(proporción de la PEA mayor a 20 años que realiza aportes a un sistema previsional) y la

cobertura entre adultos mayores (proporción de la población de 65 años y más que reciben

algún beneficio). Estos indicadores de cobertura se agrupan en: i) agregados (tasa de cobertura

de la población activa y tasa de cobertura de adultos mayores); ii) por grupo poblacional (tasa

de cobertura de la población activa, tasa de cobertura de la PEA ocupada y tasa de cobertura

de la PEA asalariada); iii) por edad (tasa de cobertura de la PEA por edad y tasa de cobertura

de la población mayor de 65 años por edad); iv) por género (tasa de cobertura de la PEA por

sexo); v) por sector económico (tasa de cobertura de la población ocupada por sector

económico -primario, secundario y terciario-, tasa de cobertura de asalariados según carácter

de empleador -público o privado- y tasa de cobertura de la población asalariada según tamaño

de establecimiento); vi) por nivel socioeconómico (tasa de cobertura de la PEA por nivel de

ingreso, tasa de cobertura de la PEA ocupada por nivel de ingreso, tasa de cobertura de la

población mayor de 65 años por área de residencia (urbano o rural), tasa de cobertura de la

población adulta mayor según programas asistenciales -sistema contributivo, no contributivo y

ambos-,índice de participación del ingreso por jubilaciones y pensiones en el ingreso total de

los hogares y un indicador de cobertura conjunta).

El autor expone que los principales objetivos de los sistemas de seguridad social, son: el

financiamiento del consumo de los individuos y la disminución de la incidencia de la pobreza

entre los adultos mayores. Así, dados estos objetivos, los esquemas de seguridad social

“puros” pueden ser clasificados en contributivos y no contributivos (Rofman, 2005).

Con el esquema contributivo se pretende instrumentar un mecanismo mediante el cual se

sustituya el ingreso laboral cuando el individuo salga del mercado laboral, a través de ahorro

obligatorio o de transferencias intergeneracionales. Este esquema se restringe solo a la

cobertura de la población que participa (o ha participado) en el mercado laboral, es decir, éste

19

Obtenidos en forma simultánea y con bases de datos similares

60

modelo no pretende ser de cobertura universal, sino que se enfila a las necesidades de los

trabajadores formales (los beneficiarios del futuro serán los contribuyentes del presente)20.

En contraste, el funcionamiento del modelo no-contributivo consiste en la contribución de

los individuos ocupados en edad activa (PEA), para financiar un consumo mínimo, de cobertura

universal, de los individuos que han salido del mercado laboral (formal o informal). Dicho

financiamiento se da a través de rentas generales o por impuestos laborales fijos. Así, dada la

universalidad e igualdad de los beneficios mínimos obtenidos bajo este modelo, la cuantía de

dichos recursos son reducidos, pero que garantizan un consumo mínimo (Rofman, 2005).

Los resultados derivados de los indicadores sobre cobertura, sugieren que en la mayor

parte de los países de la muestra se presentan problemas para satisfacer los objetivos básicos

de sus sistemas de seguridad social. Solo en cuatro de los diecisiete países (Argentina, Brasil,

Chile y Uruguay) se observa protección efectiva a más de dos tercios de la población adulta

mayor. En tanto, en diez de los países la protección de la población de 65 años y más es

menos de un cuarto de la población total.

Rofman (2005) señala, con base en sus resultados, que el problema de los sistemas de

seguridad social radica en la etapa activa de los sistemas, debido a la enorme incidencia de la

informalidad, lo cual deriva en un bajo acceso a los beneficios previsionales para los adultos

mayores.

Finalmente, el análisis descriptivo indica que el problema de cobertura de los sistemas de

seguridad social transciende el debate sobre el tipo de gestión de los sistemas. Por lo que, la

baja cobertura pone de relieve la existencia de problemas estructurales en los mercados de

trabajo y en el diseño de los sistemas previsionales.

Por lo tanto, concluye Rofman (2005), el trabajo de medición de la cobertura provisional y

sus determinantes, debe avanzar con la preparación de mejores indicadores y base de datos,

por medio de herramientas más sofisticadas que simples cruces de variables.

Rofman y Lucchetti (2006) señalan, que el debate sobre la cobertura de los sistemas de

pensiones continúa abierto, tanto en los países en los que se efectuaron ajustes paramétricos,

como en los que no se implementaron reformas importantes.

20

Una hipótesis fundamental es que el conjunto de la sociedad mantiene ciertos mecanismos que aseguran la

subsistencia de la población adulta mayor y que la proporción de trabajadores aumenta en forma sostenida con el

crecimiento económico, tendiendo a la universalización en forma natural.

61

Asimismo, señalan que la evaluación del desempeño de los sistemas de pensiones debe

realizarse considerando tres aspectos: cobertura, suficiencia y sostenibilidad21.

De lo anterior, es la divergencia con respecto al origen de los recursos de financiamiento

(fondos de capitalización individual o esquemas de transferencias intergeneracionales), el

tópico de discusión más importante en la literatura relacionada a los sistemas de seguridad

social.

El objetivo del estudio de Rofman y Luchetti (2006) es proporcionar una serie de

indicadores y datos que permitan la formulación de algunas generalizaciones sobre la

cobertura de los sistemas de pensiones en América Latina. Sin embargo, se deja de lado el

análisis de potenciales determinantes de la cobertura de los sistemas de pensiones y la

dirección de causalidad de algunos elementos que median la cobertura de los sistemas de los

sistemas de seguridad social.

El análisis parte de una muestra de 17 países de América Latina (incluye México). Se

estimaron 3 índices para trabajadores activos22 y 2 índices para adultos mayores23. Asimismo,

se calcularon índices de cobertura considerando: edad, área geográfica, sector de empleo,

nivel de educación, sexo, ocupación, tamaño de empresa y nivel de ingresos. La información

fue obtenida de las encuestas de hogares entre 1990 y 2004.

Los resultados indican que la cobertura entre los trabajadores activos es baja en la mayoría

de los países, debido en parte a dos elementos: el desempleo y a la baja participación de los

trabajadores independientes (mercado laboral informal). Asimismo, se observa que los

problemas de cobertura son más importantes entre los trabajadores del sector primario y de

las empresas pequeñas. En contraste, se observan mejores resultados en el sector industrial y

de servicios.

Por otra parte, los indicadores calculados, sugieren que la cobertura de los sistemas de

pensiones es más alta en el sector público que en el sector privado. Por otro lado, los sesgos

de cobertura con respecto al sexo son menores entre los trabajadores activos, pero no así

21

“El primero se refiere a la proporción de la población de adultos mayores protegida por los sistemas (y, si se trata

de un sistema contributivo, a la proporción de adultos jóvenes aportantes). La suficiencia hace referencia al nivel de

beneficios y a la capacidad de quienes los reciben de mantener un nivel “suficiente” de consumo. Finalmente, la

sostenibilidad se remite a la capacidad de la sociedad y el Estado de mantener los sistemas en funcionamiento sin

ocasionar mayores inconvenientes en las cuentas fiscales” [Rofman y Lucchetti (2006:1)] 22

Cociente número de aportantes/PEA; cociente número de aportantes/PEA ocupada; cociente número de aportantes/trabajadores asalariados. 23

Cociente número de pensionados/Población de 65 años y más; cociente número de individuos de 65 años y más que residen en hogares donde hay al menos un beneficiario/ Población de 65 años y más.

62

entre los jubilados. Se observa una mayor baja cobertura de los sistemas de pensiones entre

los individuos que viven en áreas rurales, con bajo nivel tanto educativo como de ingreso.

En México, el acelerado aumento de la población de adultos mayores en México

representa un reto para el sistema de pensiones en dos vertientes: en cuanto a la viabilidad

financiera y en cuanto a la cobertura.

La primera dimensión, desarrollada en el capítulo 1, está asociada con la eficiencia y

rentabilidad del esquema de pensiones en el largo plazo. Mientras que la segunda vertiente

está asociada con el alcance de las garantías básicas de seguridad social, así como con el

diseño de un sistema de pensiones universal.

En el 2008, del total de la población de 65 años y más aproximadamente 1.68 millones de

personas tienen acceso al sistema de seguridad social, de esta cifra 1.38 millones

corresponden a pensionados o jubilados y 299 mil adultos mayores ocupados cuentan con

seguridad social. Esto implica que aproximadamente 8.98 millones de adultos mayores en

México carecen del beneficio de un esquema de seguridad social, de los cuales 2.44 millones

de adultos mayores se encuentran ocupados en el mercado informal y el resto como población

económicamente inactiva.

Cuadro 2.3. Porcentaje de adultos mayores de 65 años que cuentan con seguridad social

Año Pobre No pobre Total

1992 0.30 3.16 2.67

1994 0.49 3.92 3.24 1996 0.46 2.85 2.12

1998 1.13 2.32 1.97 2000 0.00 2.03 1.59 2002 0.10 5.62 4.66 2004 0.00 2.31 1.97

2005 0.34 3.58 3.04 2006 0.18 2.35 2.03

2008 0.71 3.15 2.81

Fuente: Elaboración propias con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. Varios años.

Por otro lado, según la información contenida en el cuadro 2.3 del total de asegurados

para el 2008 0.71% de la población de 65 años y más mantenía una situación de pobreza y

3.15% mantiene una condición de no pobreza.

Las estimaciones con base en la ENIGH 2008 sugieren que 1.68 millones de adultos

mayores estaban cubiertos por algún tipo de seguridad social, de los cuales el 72.19% eran

hombres y el 27.81% son mujeres.

63

La gráfica 2.7, entre otros aspectos describe la importancia relativa de las principales

instituciones de seguridad social en México. De ella se extrae que el IMSS constituye el

principal organismo de cobertura en el país, ya que alberga 70.13% de la población adulta

mayor afiliada a los sistemas de seguridad social. Siendo el ISSSTE la segunda institución con

mayor cobertura en México, al contar con 19.34% de la población de 65 años afiliada.

Gráfica 2.7. Adultos mayores afiliados o inscritos a la Seguridad Social (%) (2008)

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH 2008.

El Cuadro 2.2 recoge información sobre los tipos de afiliación a los esquemas de seguridad

social en México. Por ejemplo, en 2008, la jubilación o invalidez constituye el principal tipo de

afiliación en el país pues el 36.82% de la población adulta mayor integran este rubro.

Cabe resaltar que un número importante de adultos mayores se integra a los sistemas de

seguridad social, por apoyo familiares dentro y fuera del hogar, ya que representa 46.58% del

total. En estas circunstancias se advierte un entorno donde la población de 65 años y más se

erige como un grupo altamente dependiente y, por ende, vulnerable de terceros.

Cuadro 2.2 Porcentaje de origen de afiliaciones de los adultos mayores. 2008

Origen de afiliación Porcentaje

Prestación en el trabajo 5.70

Jubilación o invalidez 36.82

Algún familiar en el hogar 28.66

64

Muerte del asegurado 9.29

Ser estudiante 0.04

Contratación propia 1.41

Algún familiar de otro hogar 17.92

No sabe 0.17

Fuente: Elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. 2008.

La complejidad que se asociada con la falta de seguridad social en todos los extractos de la

población ha llevado a la implementación de diversos programas de protección social con

objetivos muy focalizados, particularmente el combate de la pobreza. En años recientes se

llevo a cabo la instauración del seguro popular, el cual busca extender la cobertura de los

servicios de salud a través de un aseguramiento público y voluntario. Este programa de

protección social está enfocado para aquellas personas de bajos recursos que no cuentan con

empleo o que trabajan por cuenta propia y que no son derechohabientes de ninguna

institución de seguridad social. De la población de 65 años y más, alrededor de 1.2 millones

gozan de éste tipo de seguro, de los cuales 46.65% son hombres y 53.35% mujeres (Gráfica

2.8).

Gráfica 2.8. Adultos mayores afiliados al seguro popular (miles de personas)

(2008)

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de la ENIGH 2008.

65

2.4. Conclusiones

A lo largo de este capítulo se realizó un análisis sistemático sobre las condiciones generales

de los adultos mayores en los rubros de: situación de pobreza, mercado laboral y acceso a la

seguridad social.

Después de este análisis se obtienen cinco importantes conclusiones: i) la situación de

pobreza en el sector de adultos mayores afecta a una parte sustancial y se profundiza durante

los episodios de crisis económica; ii) las características del mercado laboral en los últimos años

representa un determinante fundamental de las decisiones de retiro o jubilación de la

población adulta mayor; iii) los sistemas de protección social son de cobertura limitada en la

población de 65 años y más; iv) la principal vertiente dentro del mercado laboral de los adultos

mayores se focaliza en actividades informales; y v) el principal origen de afiliación a los

sistemas de seguridad social corresponde al apoyo de familiares dentro y fuera del hogar.

Con respecto a la situación de pobreza, entre 1992 y 2006, según las estimaciones basadas

en la ENIGH, la proporción de adultos mayores por debajo de las líneas de pobreza denotó un

descenso significativo. Sin embargo, entre 2006 y 2008 la tendencia previa encuentra un punto

de inflexión ascendente; que resulta de la desaceleración económica, el aumento de la tasa de

desempleo (pérdida de empleo) y en general por la pérdida de poder adquisitivo (así como

por la contracción del gasto real en transferencias sociales).

En 1992, la razón de adultos mayores por debajo de las líneas de pobreza alimentaria, de

capacidades y patrimonial representó el 17.10%,24.10% y 48%, respectivamente; mientras que

en 2006, las cifras muestran una participación del 14.59%, 20.49% y 39.90%, respectivamente.

En contraste, en 2008 la proporción de adultos mayores en situación de pobreza alimentaria,

de capacidades y patrimonial ascendió a 14.25%, 20.30% y 40.53%, respectivamente.

Por otro lado, en cuanto al mercado laboral, durante el periodo de análisis (1992-2008), se

advierte un comportamiento creciente de la tasa de participación laboral de los adultos

mayores en México, la cual es superior al 31.09%. Bajo este contexto, es posible sostener que

las pensiones no crean los incentivos suficientes para que los trabajadores adultos mayores

opten por un retiro temprano del mercado laboral.

Este mismo comportamiento es experimentado por el grupo de adultos mayores en

situación de pobreza, siendo el mercado informal el receptor más importante. Por ejemplo, en

66

2006 del total de pobres alimentarios: 43.39% continua laborando en el mercado informal,

0.41% en el mercado formal, 0.57% se encuentra en busca de un trabajo, 33.96% es

económicamente inactivo, mientras que el 21.67% de la población adulta mayor era

pensionada. En estas circunstancias el esquema de pensiones en México no representa un

elemento suficiente para asegurar una condición de no pobreza.

Con respecto al alcance de los esquemas de seguridad social en México, para el 2008, se

encontró que solo alrededor del 12.62% de los adultos mayores cuenta con dicho beneficio. Lo

cual deja de manifiesto la incapacidad de los sistemas de protección social para: reducir la

pobreza, brindar atención médica y permitir el acceso a un ingreso mínimo.

Finalmente, se halla que del total de la población de 65 años y más beneficiada con el

esquema de seguridad social en México, poco más del 46% fue afiliado con el apoyo de

familiares dentro y fuera del hogar; lo que expone la alta dependencia de este grupo de edad a

terceros para acceder a los sistemas de protección social.

67

Capítulo 3. Modelos de decisiones individuales e intervención del

estado en temas relacionados con la seguridad social

Introducción

En este capítulo se hace una revisión de las proposiciones teórico-conceptuales más

relevantes dentro del campo de la elección social y la economía del bienestar, con especial

énfasis en el análisis de los fundamentos normativos, éticos y económicos de cada enfoque. El

propósito es circunscribir un marco de referencia sobre el problema de cobertura y

financiamiento de los Sistemas de Seguridad Social, cimentado en las directrices de la elección

individual y la acción del Estado.

Primero, mediante el enfoque de la elección individual, se buscan identificar los factores

que determinan las motivaciones de la conducta humana en la elección de bienes o

capacidades y del sistema de seguridad social, pública o privada. Ello, permitirá desprender los

elementos básicos que determinan el proceso mediante el cual los agentes económicos

optimizan y mejoran sus condiciones o preferencias.

Por otro lado, con el enfoque de la acción del Estado se pretende analizar los principios y

teoremas que fundamentan la existencia de los Sistemas de Seguridad Social, en el marco de la

redistribución y bienes preferentes. Esto es, se pretende derivar los elementos de causa-efecto

de una política pública determinada, así como los mecanismos que optimizan el logro de fines

particulares (por ejemplo, la implementación de una pensión de cobertura universal), en el

ámbito del aumento del bienestar colectivo y el acceso a bienes precedentes.

El capitulo se organiza de la siguiente manera. En la primera parte, sección 3.1, se realiza

una revisión de la teoría de la elección social y de la economía del bienestar. Para estos fines se

distingue entre dos cuerpos teóricos: 1) las teorías basadas en la agregación de las

preferencias individuales (Arrow 1951 y 1973 Layard 2005, Mulligan y Sala-i-Martin 1999) y 2)

las teorías basadas en principios normativos (Rawls 1971, Sen 2001). El objetivo de tal síntesis

es encontrar las justificaciones teóricas para una política social de transferencias monetarias a

los adultos mayores pobres.

En la segunda sección se presenta los principios teórico-conceptuales que justifican la

integración de una política social de transferencias monetarias a los adultos mayores pobres

(conclusiones del capítulo).

68

3.1. Enfoques teóricos

En esta sección se realiza una revisión de la teoría de la elección social y de la economía

del bienestar. Para estos fines se distingue entre dos cuerpos teóricos: 1) las teorías basadas

en la agregación de las preferencias individuales (Arrow 1951 y 1973 Layard 2005, Mulligan y

Sala-i-Martin 1999) y 2) las teorías basadas en principios normativos (Rawls 1971, Sen 2001).

3.1.1. Ciclo Vital- Franco Modiglianni

El modelo del Ciclo Vital permite analizar las decisiones individuales de ahorro y consumo,

durante la vida productiva y de retiro. Este modelo fue elaborado inicialmente por Roy Harrod

en su obra Towards a Dynamic Economics en 1948 y posteriormente por Brumberg, Ando y

Modigliani en el periodo de 1954-1966 (Boadway 1984; Dornbush 2002; Lera 1999; Mankiw

2003). El objetivo de este sistema es determinar cómo los agentes económicos organizan sus

decisiones de consumo y ahorro a través de su ciclo de vida de manera que asegure un

consumo promedio satisfactorio. Además de evaluar los efectos macroeconómicos sobre el

ahorro nacional derivados de distintos esquemas de seguridad social.

El modelo del Ciclo Vital se basa en el supuesto de que el individuo es capaz de tomar

decisiones considerando un horizonte temporal de largo plazo. De este modo, se supone que

el individuo maximiza la utilidad derivada de su consumo a lo largo de su ciclo de vida, sujeto a

una restricción presupuestaria formada por los ingresos que puede disponer en toda su vida.

En este modelo, la función de consumo depende del ingreso disponible en cada período y

de los ingresos futuros, de la edad y los tipos de interés esperados. También se incluyen los

impuestos, los rendimientos de capital, la tasa de descuento y la seguridad social.

En esta hipótesis se supone que ahorran cuando trabajan y no trabajan. Los ahorros

aumentan durante la vida productiva hasta alcanzar un máximo en el momento de retiro; el

consumo se mantiene estable durante todo el ciclo de vida. Los ingresos acumulados, riqueza

acumulada o ahorros durante la vida productiva y el retiro tienen la forma de U invertida

(hump saving) mostrada en la Gráfica 3.1.

69

Gráfica 3.1 Modelo de Ciclo Vital

Los supuestos del modelo son: (i) conocimiento por parte del consumidor respecto a todas

las variables, incluso aquéllas que se refieren al futuro. De tal forma que el agente considera

como dato la duración de su vida laboral (N) y de su vida (L); (ii) la fuente de ingreso es el

mercado laboral ( )* NY es el ingreso total a lo largo del ciclo de vida); (iii) el ingreso (Y) se

destina al consumo (C) y al ahorro (S); (iv) el ahorro cumple la función de consumo futuro; por

consiguiente, al momento de morir el individuo no deja herencia, ya que no acumulará

riqueza.

( )* NY …1.1

En consecuencia, la restricción presupuestaria viene dada por el consumo del individuo a

lo largo de su ciclo de vida, el cual es exactamente igual al ingreso que espera recibir en toda

su vida. Si se supone que el agente consume una cantidad constante en cada periodo (año),

ésta vendrá expresada por la siguiente ecuación:

YL

NC * …1.2

Dado que el ahorro está definido por la ecuación (1.1), al sustituir (1.2) en (1.1), se

obtiene:

YL

NLS *

…1.3

El agente ahorrará la cantidad S en cada período de su vida laboral, hasta el último año de

su vida activa. Después de ese momento, su ingreso laboral es cero y empieza a desahorrar por

Desahorro Desahorro Ingreso

Años de vida

Ingreso

-Co

nsu

mo

Ahorro

Consumo

70

el valor C cada año en su vida de retiro. De tal modo, que en el momento de su muerte su

riqueza es cero, ya que todo lo ahorrado en su vida laboral lo destina al consumo de su vida de

retiro.

La función de ahorro agregada (o de consumo futuro) resultará de la suma de las funciones

de ahorro de todos los individuos.

)(e

YRnS …1.4

Donde R es la riqueza acumulada por todos los agentes; e

Y los ingresos esperados en los

próximos (futuros) años y n total de individuos.

Del modelo del ciclo vital se puede derivar las siguientes implicaciones macroeconómicas y

microeconómicas (Modigliani 1986,1993). Primero, al considerar el ahorro como la diferencia

entre el ingreso disponible y el consumo en ese año, el ahorro se ve afectado por el ingreso

corriente y sus posibles variaciones. Segundo, la tasa de ahorro agregado, definida como

Riqueza/Ingreso, depende del crecimiento económico, de la población y de la productividad.

Tercero, la tasa de ahorro depende de la proporción entre la esperanza de vida después de la

jubilación y la vida laboral activa. Cuarto, el monto ahorrado, por lo tanto, estará determinado

por la tasa de preferencia temporal de los consumidores y la tasa de interés real. De esta

forma, el individuo que valore más el consumo presente frente al consumo futuro, ahorrará

menos que aquél que tenga una preferencia inversa. Quinto, si el nivel de ingreso es

constante, la tasa de ahorro a nivel individual es positiva y constante antes de la jubilación,

convirtiéndose en negativa en el momento de la jubilación. Si el nivel de ingreso es creciente

(aumenta con el tiempo), entonces el volumen de ahorro y su proporción sobre la renta crecen

hasta la jubilación, disminuyendo a partir de ese momento. De esta manera, a lo largo de la

vida de un individuo, sus ingresos, consumo y ahorro siguen un ciclo. En donde al momento de

la jubilación, los ingresos se reducen notablemente (en el caso de que se tenga una pensión,

sigue siendo bajo porque nunca se alcanzara el nivel de los salarios durante la vida activa

laboral). Sexto, el consumo por lo general disminuye, salvo que surjan gastos inesperados,

relacionados con la salud o la atención médica del individuo.

Críticas al modelo del Ciclo Vital

Alrededor de este enfoque se han formulado algunas críticas consistentes en señalar que

el modelo: i) tiene supuestos simplificadores, tal como la estabilidad del ingreso y ausencia de

71

herencias (por lo cual la riqueza de todos los individuos al momento de nacer es nula, negando

de esta manera la importancia de las donaciones interpersonales); ii) no contempla la miopía o

poca visión de ahorro de largo plazo de los individuos, por lo que en economías domésticas no

siempre se realizan las mejores estimaciones acerca de la cuantía de su ingreso futuro; iii) no

refleja la incertidumbre de las personas acerca de su edad de retiro y esperanza de vida; iv) los

adultos mayores no se retiran a una edad determinada, su salida del mercado laboral depende

de diversos factores.

3.1.2. Economía de la Felicidad

El objetivo de la teoría de la felicidad (Layard 2005) es determinar los riesgos y factores

que afectan las decisiones de los individuos en entornos de incertidumbre, así como el papel

del Estado en el aseguramiento de dichos riesgos. La revisión de este modelo permitirá

delinear la importancia y el papel del estado en la asistencia de los adultos mayores en

condiciones de fallas de mercado. En otras palabras, analiza las acciones de los individuos y del

estado para hacer frente a los riesgos propios de los ciudadanos y, en particular, de los adultos

mayores, enfocándose generalmente al caso de los países desarrollados.

Este enfoque se basa en dos conclusiones del utilitarismo24 clásico de Jeremy Bentham: la

imparcialidad25 y la felicidad. La primera, se refiere a que todos los individuos son igualmente

importantes. La segunda conclusión es que la felicidad constituye el bien en última instancia.

La diferencia radica en que Layard (2005) aboga por el fomento de los buenos sentimientos, es

decir, por la visión del individuo de fijarse objetivos con una mezcla de estímulo y factibilidad

(aspecto psicológico), y no por la satisfacción de deseos, aunque alega que esto último es

importante.

24

El utilitarismo tiene sus orígenes con algunos filósofos de la Grecia antigua (Parménides). Aunque, el

utilitarismo clásico fue propuesto en el siglo XVIII por Jeremy Bentham (inspirado por la doctrina de

Epicúreo) y posteriormente por John Stuart Mill (1863). Éste último define el utilitarismo como la

disciplina que acepta como fundamento de la moral a la utilidad o principio de la máxima felicidad. Es

decir, está teoría sostiene que las acciones son correctas en la medida en que tienden a promover la

felicidad, entendiendo por felicidad: el placer y ausencia (exención) del dolor. Otros economistas que

han estudiado esta teoría son William Stanley Jevons, Henry Sidwick, Francis Edgerworth, Alfred

Marshall y A. C. Pigou.

25 Consiste en que una situación que implica a A y a B la acción moralmente correcta debe de ser la

misma tanto si es A como si B. En otras palabras, la decisión debe realizarse otorgando idéntica

importancia a los intereses de A y B.

72

La teoría de la felicidad, en el marco de la teoría económica tradicional, se tropieza con el

reduccionismo que restringe al individuo a la categoría conocida como homo oeconomicus: un

individuo aislado en una construcción teórica atomística, sin interés en el estado mental de los

otros, sin necesidad de considerar la simpatía o empatía con los otros, cuya esencia no

necesita de las relaciones humanas (Zumagni 2007; Phelps 2007). Este individuo es egocéntrico

y obtiene utilidad, placer, satisfacción, bienestar o felicidad—sinónimos en este contexto--

primeramente de su relación con los bienes y servicios; es posible concebirlo maximizando su

utilidad en soledad, aislado de otras personas.

Entre varias críticas al individualismo metodológico como guía de la elección social, Sen

(2008) menciona que las personas pobres extremas, por lo general, tienden a ajustar sus

deseos y expectativas a lo poco que consideran factible, cuestión que no entra en el análisis

individualista donde se tiende a tipificar a un solo tipo de individuos. Si se tomara en cuenta

esta característica de adaptación, la utilidad individual de los pobres extremos puede resultar

menor y sus desventajas sociales mayores. Otra limitación del análisis individualista es la

imposibilidad de comparar la utilidad entre individuos, lo cual a su vez requiere del restrictivo

óptimo de Pareto consensual como único criterio para determinar la bondad de la

implementación de una política social determinada (Gutiérrez et al 2010).

Cabe destacar, sin embargo, que el individualismo metodológico contempla la

incorporación del otro en el análisis. No obstante, debido a las restricciones iniciales respecto a

la naturaleza humana, no se alcanzan resultados óptimos. El intento más notable corre a cargo

de Becker (1974): la utilidad del otro forma parte de la utilidad del individuo. La utilidad del

otro entra en el esquema de preferencias individuales y con los adecuados signos en las

derivadas, el altruismo figuraría en la función de utilidad individual. Nótese, sin embargo, que

no se trata de un altruismo desinteresado sino instrumental para aumentar la propia utilidad:

la utilidad del otro funciona como un bien o servicio despersonalizado. Resulta importante

destacar que esta concepción sugiere que los potenciales donadores no consumarán su

donación debido a que sus costos se incrementan en mayor medida que el ingreso o la utilidad

del donatario. En el contexto de nuestra investigación, este modelo sugiere que la población

no-adulta mayor no estará dispuesta a aceptar una transferencia monetaria hacia los adultos

mayores pobres por cuanto el costo individual de hacerlo supera el aumento en el bienestar de

los adultos mayores debido a su contribución.

Existe una variación de este modelo altruista egocentrista que sugiere que el individuo

realiza la donación porque gana en reputación y si sostiene sus donaciones en el tiempo piensa

73

que podría usufructuar algún beneficio potencial en el futuro. Esta versión no explica por qué

existe una buena opinión social sobre el altruismo; si ésta existe es porque hay otro tipo de

individuos que realizan un altruismo desinteresado, el cual no es parte del análisis. Aplíquese

este argumento a una política social de transferencias monetarias a los adultos mayores

pobres y resultará que puede haber individuos egoístas, instrumentalistas, entre los donantes,

aunque es improbable que todos lo sean.

Zamagni (2007) menciona otra variante analítica que, si bien no tiene su origen en el

individualismo metodológico de la economía, sus conclusiones pueden equipararse. Se trata

del llamado altruismo ético: el individuo realiza la donación porque así lo demandan sus

ideales morales. Resulta que este tipo de altruista también es egocéntrico, no interesado en el

donatario como tal sino en su propia acción. Esta acción no es voluntaria ni libre y ello impide

darle un fundamento racional. Es un altruismo sin el otro, sin interés en la identidad del

donatario. Esto, paradójicamente, puede incentivar a la gente a ponerse la máscara de víctima,

con el objeto de ser donatario. En el caso de una política social de transferencias monetarias a

los adultos mayores, esto significa que si su fundamento es el altruismo ético puede suceder

que se descuide la correcta identificación de los beneficiarios de tal política.

Una política social destinada a la superación de la pobreza de los adultos mayores requiere

un marco analítico más amplio, donde sea posible incorporar conceptos tales como

relacionalidad, altruismo desinteresado, reciprocidad, regalos, aspiraciones, deseos,

adaptación y otra concepción de felicidad distinta de satisfacción o placer individual.

Profundizar en estos conceptos excede los objetivos de esta investigación. En cambio, nos

centraremos en algunas consideraciones sobre el concepto de felicidad.

Algunas consideraciones sobre el concepto de felicidad

Un acercamiento al enfoque filosófico de la felicidad permite la comprensión de este

concepto en la teoría económica. Al respecto, Naussbaum (2007) presenta un esclarecedor

contraste entre el concepto de felicidad de Aristóteles, Bentham y John Stuart Mill.

Para Bentham, la única cosa buena en sí misma es el placer y la única cosa mala en sí

misma es el dolor; inmediatamente, equipara el placer con felicidad y el dolor con infelicidad.

Esta extrema simplificación de la vida se completa con la definición de placer y dolor como

sensaciones singulares y homogéneas, sin diferencias cualitativas y con la única posible

74

variación en cantidad. Bentham no vió problemas en la comparación y agregación de los

placeres y concluye que la mejor acción social es aquélla que produce el mayor placer para el

mayor número de personas. Este pensador tampoco introduce valores éticos que podrían

dejar fuera del análisis a placeres considerados indeseables o viles para el individuo y para la

sociedad. El atractivo del planteo simplificado de Bentham es el énfasis en la necesidad de

aliviar el sufrimiento y sus determinantes a todos los seres humanos por igual pero no ofrece

un recuento del placer y el dolor, la felicidad o la utilidad social ni un desarrollo filosófico de

estos conceptos (Naussbaum 2007).

Al contrario de Bentham, Aristóteles reconoció la dificultad de definir la felicidad: para

unos puede representar el placer, para otros el honor, para otros la virtud. Dada esa dificultad,

propone las características formales de la felicidad: debe incluir todo lo que para una persona

tiene un valor intrínseco; debe estar disponible para quienes hagan el esfuerzo adecuado;

debe ser relativamente estable; aunque es autosuficiente no implica el aislamiento pues debe

incluir relaciones personales de amistad, amor y ciudadanía; debe estar ligada a actividades de

una buena vida y un buen hacer. Aunque no es específico respecto a las actividades y actos

buenos, señala que el objetivo del coraje, la moderación, la justicia, entre otros, valen la pena

aunque las definiciones de estos conceptos no son únicas; insiste en que el amor y la amistad

ayudan a las buenas elecciones de actividades y actos. Aristóteles explícitamente niega la

identificación de la felicidad con el placer. Éste acompaña a las actividades relevantes para una

persona pero lo importante son las actividades. Descarta el placer como medida normativa

para calificar una buena vida y considera que la felicidad es la norma. Precisamente,

Aristóteles señala que algunas actividades valiosas no incluyen placer: el valiente guerrero que

enfrenta la muerte en batalla en nombre de un noble fin. Hay felicidad porque decide

libremente la actividad valiosa para él, aunque no esté presente el placer. Aristóteles reconoce

que el bloqueo al ejercicio de las actividades valiosas es un causante de infelicidad—como, por

ejemplo, en casos de prisión, tortura (Naussbaum 2007).

Mill defiende el planteo de Bentham aunque reconoce que las definiciones de placer y

dolor son insatisfactorias, aunque aclara que ni el placer ni el dolor son sensaciones

homogéneas, que existen categorías además de diferencias en la intensidad. También

considera, en la línea de pensamiento de Aristóteles, que los placeres pueden ser considerados

ligados a actividades o experiencias sin los cuales no serían posibles. Mill introduce la idea de

que la mayoría de las personas deciden alejarse de los placeres bajos debido a un sentido de

dignidad; o sea, este sentido de dignidad es parte de lo que es la felicidad, y consiste en evitar

una vida dedicada a las meras sensaciones. Este sentido de la dignidad no disminuye la

75

felicidad sino que produce conformidad. En definitiva, Mill al igual que Aristóteles piensa que

la felicidad es una vida de momentos de éxtasis, pocas penas transitorias, muchos y variados

placeres y con una predominancia de lo activo sobre lo pasivo. Sin embargo, Mill considera que

una vida de excelencia ética e intelectual y actividades acordes con estas excelencias puede no

ser suficiente para lograr la felicidad si no hay placeres y, en cambio, están presentes las penas

(Naussbaum 2007).

Por su parte, el economista Layard (2005) sostiene que la felicidad es el bien en última

instancia, tal como lo señaló en su momento el propio Aristóteles. La diferencia entre su

planteamiento y el paradigma individualista es la inclusión de los buenos sentimientos

encarnados en un individuo cuyo objetivo no se centra solamente en la satisfacción de deseos

o preferencias sino también en estímulos y factibilidad psicológicos. Esta visión individual se

incorpora en la sociedad, la cual será feliz en la medida que cumpla con dos pilares: el de la

mayor consideración hacia los demás y el de los principios morales de la imparcialidad. La

felicidad sería el principio rector de una ética humanista. Layard (2005) coincide con

Nausbaum (2007) al considerar que las personas sufren más por las pérdidas de una cierta

intensidad que disfrutan por las ganancias de igual intensidad. O, dicho de otra manera, las

personas por lo general son adversas al riesgo de disminución de ingresos monetarios,

enfermedades o accidentes.

Zamagni (2007) propone que el análisis económico se mueva de una posición

predominantemente individualista a otra relacional. Propone reemplazar al individuo por la

persona o ser humano definido como relación con otro. En este nuevo contexto, parte de que

se necesitan al menos dos personas para que surja la felicidad. El autor considera que el

individualismo es útil al discurso económico por cuanto explica la autonomía y la racionalidad

en la toma de decisiones pero que existe una limitación en considerar que la racionalidad sólo

tiene que ver con la satisfacción de las preferencias individuales. Hay que llenar el vacío acerca

de la racionalidad de valores, afectos, emociones y relaciones humanas. En este sentido, una

mejor calidad de vida—con cuidados, participación social y relaciones interpersonales, sin una

sociabilidad insociable kantiana—es un bien real y como tal está dentro del dominio del

discurso económico. Según el autor, el vacío teórico se puede eliminar introduciendo el

concepto de regalo como reciprocidad en la teoría económica: la donación espontánea, libre,

cuyo interés es establecer una cadena de actos recíprocos, sin oportunismos, intención de

filantropismo unilateral o anónimo, sumisión o humillación por parte del donatario, más allá

de las relaciones contractuales legales de intercambio de equivalentes. Al respecto se propone

agregar a las usuales categorías de valor—de uso y de cambio—una tercera: valor de vínculo.

76

Este tipo de regalo como reciprocidad tendría la capacidad de afectar la personalidad del

individuo permitiéndole experimentar la felicidad al introducir la noción de dar sin perder y de

recibir sin quitar (p.327).

Una política social de transferencias monetarias a los adultos mayores pobres requiere de

una definición de felicidad individual y social que introduzca conceptos de buena vida, de

convivencia fraternal, de relaciones interpersonales básicas; incluso, consideraciones sobre el

comportamiento virtuoso o digno de los ciudadanos. En efecto, si se introducen esos

conceptos, entonces se justifica la política social a favor de los adultos mayores pobres por

cuanto es una exigencia natural a la condición humana y a las sociedades que buscan la

felicidad. La felicidad identificada con el placer parecería no ofrecer argumentos; sin embargo,

es a través de su contraparte, el dolor, sufrimiento o infelicidad, donde es posible enmarcar la

necesidad de ayudar a los adultos mayores pobres a no caer en insuficiencia alimentaria, de

salubridad, de condiciones de vida. La situación de pobreza en que se encuentran las pone en

una situación de riesgo que la sociedad debe mitigar. De esta manera, se conseguiría una

mejor distribución de tales riesgos y, con ello, un aumento en la felicidad—o disminución de la

infelicidad--de la sociedad en cuestión.

El ingreso monetario, la familia, salud, trabajo y su relación con la

felicidad

Easterlin (2007), Frank (2007), Frey (2008), Layard (2005), entre otros, sostienen que es

posible evaluar los medios a través de los cuales se afecta a la felicidad individual y social, tales

como: la situación económica, las relaciones familiares, el nivel de salud, el trabajo, la

comunidad y los amigos, la libertad y los valores personales. Las encuestas, aunque sean una

medición de la subjetividad de un individuo, permiten detectar el grado de felicidad individual

y social así como los medios específicos que favorecen el aumento de la felicidad.

En la actualidad se ha acumulado evidencia empírica suficiente como para establecer

patrones de relación entre la opinión del grado de felicidad y las variables socio-económicas

más relevantes, entre las que destaca el ingreso monetario.

Evidencia empírica de Japón, Estados Unidos y Unión Europea (Easterlin 2007; Layard

2007, Frey 2008) indican que, a pesar de una tasa de crecimiento positiva en el largo plazo del

ingreso per capita, el nivel de felicidad promedio se ha mantenido constante a través del

tiempo. No obstante, cuando se realizan análisis de corte transversal se obtiene que el nivel de

77

felicidad de los individuos está relacionado positivamente con el nivel de los ingresos

monetarios.

Layard (2007) ha resuelto la aparente paradoja asegurando que los resultados pueden

deberse a la existencia de dos efectos negativos que aparecen unidos al aumento en el ingreso

per capita de los países desarrollados: la rivalidad y la costumbre. La rivalidad se refiere a los

efectos negativos sobre la felicidad producidos por el aumento en el ingreso de los otros. La

costumbre o adaptación se refiere a que varias formas de consumo producen más placer al

comienzo que en el mediano y largo plazo, cuestión que algunas personas no prevén cuando

se embarcan en estilos de vida más caros. Estos dos efectos combinados podrían explicar

según Layard (2007) la paradoja de la constancia en los niveles de felicidad a través del tiempo

y las diferencias observadas en los cortes transversales. El autor propone políticas educativas y

de incentivos sociales y económicos para mitigar los efectos negativos de la rivalidad. Por

ejemplo, impuestos que restrinjan el consumo conspicuo, transferencias que disminuyan los

gastos privados a favor de un aumento en los bienes públicos, son medidas que contribuirían a

la disminución de dicha rivalidad.

Al comparar países, entre los que tienen un nivel mayor o igual a unos 15,000 dólares per

capita cabe señalar que no hay evidencia de que los más ricos sean más felices. Sin embargo,

cuando se analizan los países más pobres, los menos entre ellos presentan mayores niveles de

felicidad. Asimismo, dentro de cada país la diferencia entre los niveles de felicidad entre los

menos y más ricos es mayor que la observada dentro de los países más ricos del planeta. Estos

hallazgos permiten afirman que para los países pobres es importante el desarrollo económico

que conlleve aumento del ingreso per capita. Para el caso de los países ricos, Frank (2007)

argumenta que el motivo del estancamiento en los niveles de felicidad se puede deber al

agotamiento del modelo consumista y depredador de la naturaleza. Propone utilizar los

incrementos en los ingresos, vía donación, impuestos, transferencias, hacia inversiones y

gastos destinados a conservar la naturaleza, la investigación médica y prevención de

enfermedades, nuevas fuentes de energía, y otros usos acordes con un sentido de la

solidaridad social y mundial.

A nivel del patrón de gastos de las personas comunes, Frank (2007) presenta evidencia

empírica en la cual, a través de preguntas sobre diferentes elecciones de gasto, las personas se

inclinan racionalmente por los llamados gastos discretos—en contraste con los llamativos o

conspicuos. Así, se prefieren casas de menor tamaño pero con menos problemas de ruido y

tráfico, más tiempo diario para hacer ejercicios, más tiempo para juntarse con amigos y para

78

disfrutar de vacaciones. Adicionalmente, la investigación médica ha confirmado el beneficio

sobre la salud de ambientes sin ruido, no exposición al tráfico intenso, red de amigos y

descansos prolongados. Por lo tanto, la re-asignación de los gastos y del tiempo podría resultar

en vidas más sanas, más largas y más felices.

La evidencia empírica disponible actualmente ha permitido establecer los límites de un

proceso de adaptación que en la teoría psicológica se postula como una oscilación alrededor

de un determinado nivel de felicidad—determinado por la personalidad y la genética--, un

ajuste completo hacia ese nivel cualquiera sean las circunstancias (Easterlin 2007). Hablando

en términos promedio y con la presencia de una varianza considerable, un deterioro en la

salud tiene efectos negativos permanentes en la felicidad, mayores mientras mayor sea el

deterioro; así como la formación de uniones maritales tiene un efecto positivo y permanente

en la felicidad y la disolución de tales uniones, un permanente efecto negativo. Sin embargo,

el autor ha encontrado que el ajuste es más completo cuando se trata de variaciones en el

ingreso, con lo cual explica la constancia en los niveles de felicidad a través del tiempo y ante

variaciones en el ingreso de los países. Según el autor, el grado de adaptación de la felicidad

ante cambios en las circunstancias puede depender del comportamiento de las aspiraciones en

cada dominio de las circunstancias. Así, las aspiraciones parecen más difíciles de adaptarse a

las circunstancias en el campo de la salud y de la familia, mientras que son más elásticas en

relación con el ingreso. Basándose en estas consideraciones, el autor propone la existencia de

una función de utilidad o felicidad dependiente de una serie de condiciones pecuniarias y no

pecuniarias—o dominios. La jerarquía de estos dominios según la evidencia empírica es, de

mayor a menor importancia: nivel de vida, familia, salud, valores, trabajo. En cada dominio

existen objetivos o aspiraciones así como niveles de logro. La felicidad de una persona

depende del balance entre objetivos y logros en cada dominio y de la importancia relativa de

cada dominio en su función individual de utilidad. Según este punto de vista, las aspiraciones

están determinadas principalmente por el efecto del hábito—adaptación hedonista--y de las

preferencias interdependientes—comparación social--y varían según el dominio. Por ejemplo,

las preferencias interdependientes y el hábito parecen más importantes en el dominio del

ingreso monetario que en la familia y la salud.

Phelps (2007) explora empíricamente la relación entre resultados económicos y la

satisfacción en la vida con respecto a los antecedentes familiares en la niñez en Estados

Unidos. Encuentra relaciones significativas. Las relaciones familiares basadas en paternidad

responsable generan, en promedio, individuos con esa responsabilidad, de tal manera que en

la adultez temprana generan un ambiente familiar seguro y confiable que tratan de conservar

79

en la época de adultez. También encuentra que las aspiraciones materiales están

positivamente relacionadas con el éxito en forjar una carrera en la adultez temprana. Una

consideración importante de esta investigación es que la felicidad y sus determinantes varían

con el tiempo—con la edad de las personas—, lo cual refuta la idea de un conjunto fijo de

características determinado por la genética y la personalidad. Este autor propone dirigir la

política pública social hacia el apoyo a los matrimonios con hijos—a través de la creación de

guarderías, licencias por maternidad a ambos géneros, mayor involucramiento de los padres

en la educación básica, entre otros-- con el fin de crear la cultura del apego, solidaridad o

apoyo familiar entre sus miembros. Se puede inferir que también son necesarias las políticas

públicas de apoyo a los adultos mayores, procurando facilitar la solidaridad familiar a su

alrededor.

Layard (2005) considera que en la sociedad actual existe una desigual distribución de los

riesgos por disminución de ingresos monetarios, enfermedad, accidentes, desempleo y otros

acontecimientos frente a los cuales las personas en general sienten aversión. Una causa

generalizada que favorece esta desigualdad en percepción de los riesgos—más allá de las

diferencias personales psicológicas—es la desigual distribución de la riqueza. Las personas

mejor dotadas de riqueza material, en general, están mejor preparadas para enfrentar los

riesgos mencionados que los menos dotados. Las políticas públicas deberían contribuir a

disminuir los riesgos y mejorar la distribución de los mismos entre la población. De esta

manera, se logra aumentar la felicidad individual y social, desarrollando una población más

saludable y confiada en las instituciones del país.

Esto se alcanza con la valoración de algunos bienes que por orden de importancia son: las

relaciones familiares, la situación económica, el trabajo, comunidad y amigos, salud, libertad

personal y valores personales. En efecto, existen más variables que complementan el cuadro

de la felicidad, pero es evidente que el papel del estado en dichos factores, es crucial.

Layard (2005) afirma que los individuos están dispuestos a sacrificar uno de estos bienes

en beneficio de otro. Por ejemplo, en aras de otorgar un ingreso a los adultos mayores, el

estado recauda impuestos (ponderando el valor de los logros personales frente al liberalismo

económico). Tales ideas transcienden en la sociedad, que para ser feliz tiene que cumplir dos

pilares: i) el de la mayor consideración hacia los demás y; ii) el de los más sólidos principios

morales de imparcialidad.

Layard (2005) determina que ninguna sociedad puede funcionar a menos que sus

miembros asuman sus responsabilidades además de sus derechos, lo que origina la siguiente

80

pregunta ¿Por qué deberían los individuos sentirse responsables de otras personas?, por

medio de la cual concluye que mediante el estudio de nuestra cultura actual no hay una

respuesta clara, dado que hay una disminución de la solidaridad social, lo cual ha promovido

un vacío moral. Esta afirmación va en consonancia con el enfoque de Adam Smith, a partir del

cual enuncia que si el mundo es egoísta, las cosas mejorarán por sí solas, en otras palabras, los

contratos libres entre agentes independientes producirán la mayor felicidad posible.

Esto nos lleva a otra interrogante ¿cómo es posible cooperar para obtener un bien común?

Parte de la vida humana consiste en interacciones entre personas, cuya suma total refleja el

grado del bienestar individual. Dicho beneficio procede de la cooperación directa en una causa

común, es decir, cuando dos personas acuerdan perseguir un mismo objetivo, motivados por

el deseo de aprobación y el sentido de la justicia. Donde el resultado es una actividad en la que

todos ganan. No obstante, existe la posibilidad de tener una contraparte antagónica, a través

de cual uno gana y el otro pierde, ello se debe principalmente a una falta de confianza.

Llevando lo anterior al tema de la presente investigación tenemos que existen formas

voluntarias de cooperación entre los individuos, motivados por una satisfacción personal, a

través del cual se podría procurar un ingreso mínimo a los adultos mayores, ya que el individuo

tiene como incentivo, la posibilidad de obtener una recompensa por dicha cooperación, ahora

o en el futuro.

Lo que conduce al “principio de mayor felicidad” entendida como aquella decisión pública

o privada, que debe ser juzgada según su impacto sobre la felicidad de todos aquellos

individuos a quienes afecte, eligiendo finalmente la acción que genera mayor felicidad26.

De esta manera, el principio de mayor felicidad implica dos etapas: primero, nos ayuda a

fijar las reglas; y segundo, en el caso de que las reglas planteen un conflicto entre sí, nos ayuda

a decidir la acción correcta.

Layard (2005) determina que partiendo del análisis de la teoría económica, los individuos

satisfacen sus deseos en mayor o menor medida, debido a las interacciones que surgen dentro

del mercado. Este intercambio no es el tipo de cooperación de la que se expuso

anteriormente, se trata de una transacción cercana que tiene su funcionamiento particular

completamente impersonal, en donde, un individuo lleva al mercado los talentos o riquezas

que posee y los cambia por algo que desea más. Es una situación sin perdedores.

26

Aunque el principio de la mayor felicidad está intrínsecamente a favor de los pobres.

81

El resultado es eficaz si dentro del intercambio voluntario afecta sólo a las partes que lo

efectúan. Ya que, si un trato afecta desfavorablemente a otras partes, puede que se registren

pérdidas netas para la sociedad en su conjunto, aun cuando haya beneficios para las partes

tratantes. Esto, afirma Layard (2005), es cierto. Sin embargo, la teoría económica se olvida que

no solo es un medio el intercambio, sino un fin.

Un segundo análisis económico que nos permite ir más allá del intercambio voluntario, es

el de costo - beneficio, a través del cual se toman decisiones. Esto se realiza mediante el

cálculo para cada grupo social en función de su disposición a pagar y de la felicidad que le

genere, según la importancia que cada uno de estos grupos sociales otorgue al dinero.

No obstante, Layard (2005) determina que, en particular, el segundo análisis refleja más

importancia en el poder adquisitivo total y no en la felicidad. Esto lo conduce a revaluar el

bienestar social desde su enfoque de la felicidad; para ello, denota que hay por lo menos cinco

características principales de la naturaleza humana que se deben incluir: i) desigualdad, en

donde los ingresos suplementarios importan más a los pobres que a los ricos; ii) efectos

externos, se le tiene que otorgar importancia a las terceras personas que pueden verse

indirectamente afectadas como resultado de un probable intercambio voluntario; iii) valores27,

las normas y valores de los individuos cambian en respuesta a las influencias externas; iv)

aversión a la pérdida, los individuos valoran más una pérdida de lo que valoran el beneficio

equivalente; v) comportamiento incoherente, el comportamiento del individuo es imprevisible

en gran medida, esto proviene de la incapacidad de las personas para pronosticar sus

sentimientos futuros y el comportamiento mal informado acerca del riesgo.

Respecto al cuarto punto se tiene una posible explicación del por qué existe una red de

seguridad social en los países desarrollados y un estado de bienestar. Un primer acercamiento,

es que la seguridad social es buscada por la mayor parte de la población, esto se justifica

debido a que al menos cinco de las siete fuentes de felicidad que propone Layard (2005) se

cumplen: ingresos, trabajo, familia, comunidad y salud.

En otras palabras, los altibajos en el empleo y la llegada a la edad adulta mayor

constituyen dos amenazas primordiales para la obtención de ingresos estables. Y aunque en la

mayoría de los países se han logrado algunas mejoras en sus sistemas de pensiones, en los

27

Valores se define como las cosas y actividades que se valoran y la felicidad que se obtiene al

combinarlas.

82

últimos años se ha planteado, particularmente, un nuevo desafío; los ingresos en la edad

adulta mayor.

Estos ingresos que dependen de dos tipos de esquemas: i) esquema de reparto, los

ingresos se derivan de un subsidio estatal que se basa en los ingresos anteriores del retirado y

los impuestos de los trabajadores en activo; ii) esquema de capitalización individual, en donde

los ingresos son resultado de el monto de contribuciones de los trabajadores, más los intereses

que se generen al invertir en la bolsa, menos las comisiones. No son suficientes para la

población adulta mayor que ha ido en aumento, debido a que mucha población se encuentra

fuera del mercado laboral formal, por ello, se requiere un compromiso que se suscribe en

virtud de la capacidad que tiene el estado para recaudar impuestos, a través de un tercer

esquema no contributivo de asistencia social, o bien, mediante la flexibilización en los

mercados laborales con la finalidad de alcanzar una mayor felicidad social.

El trabajo, afirma Layard (2005), es un elemento clave en el bienestar de la población. Sin

embargo, hay que proponer algunas modificaciones en la estructura del mercado laboral.

Las políticas públicas tienen una influencia decisiva en la naturaleza de la felicidad que

sienten las sociedades. En el caso del empleo, Layard (2005) evidencia cómo, en cualquier país,

el trabajo es un elemento clave en el bienestar de la población. Sin embargo, el estado tiene

que proponer algunas modificaciones en la estructura mercado laboral y modernizar las

políticas para generar distintos tipos de ocupación aun en épocas de recesión o crisis.

En el caso de Latinoamérica, los jóvenes tienen un acceso limitado en los mercados

laborales, dicha exclusión tiene un costo social. Por tanto, hay una falta de reconocer cuál es el

objetivo social de seguridad social, dentro de este objetivo de mayor seguridad social y del

empleo, hay un modelo denominado “Flexicurity” o flexibilidad laboral. La flexibilidad combina

un nivel relativamente alto de protección social con un mercado laboral dinámico, en el cual

las personas gozan de menos protección en un puesto de trabajo específico pero encuentran

nuevos puestos de trabajo más fácilmente, redundando en una mayor seguridad social.

83

Donde una red de seguridad social que ofrece subsidios para el trabajador despedido.

Después de un periodo corto de desempleo, se les exige a los desempleados ingresar al

mercado laboral, para ello reciben formación profesional obligatoria con el fin de adecuar sus

conocimientos a las exigencias del mercado. Otro ejemplo sería, donde se reforme la

legislación de protección al empleo con la finalidad de aumentar la protección de los

trabajadores temporales, de tiempo parcial. Mediante este mercado laboral dinámico se

obtendría posiblemente prestaciones sociales generosas.

Un recuento de ideas

Una vez presentadas las principales líneas de investigación sobre la teoría y la evidencia

empírica sobre la felicidad en la teoría económica, trataremos de extraer líneas de

investigación apropiadas a la situación de los adultos mayores pobres en México.

En primer lugar, destaca el hallazgo de las diferencias entre la relación de la felicidad total

y relativa con el ingreso nacional o individual, según se trate de un país rico o de un país pobre.

Un país pobre o en desarrollo todavía depende del crecimiento económico para aumentar sus

niveles de bienestar o felicidad. La experiencia de los países desarrollados debería tomarse en

cuenta para canalizar los esfuerzos productivos al consumo y la inversión inconspicuas. Esto

podría lograrse con los adecuados incentivos sociales en el campo de la educación así como

con incentivos de apoyo económico y fiscal hacia los sectores productivos de interés. Los

países pobres deben planificar su producción con el objetivo de ser autosuficientes a su

máximo nivel posible en alimentos, educación, salud y en los bienes materiales que se

consideren parte de una canasta básica de vida digna, bienestar o felicidad mínima por hogar o

individuo. Este esfuerzo de producción exige una redistribución del producto nacional en

términos de los bienes y servicios que se produzcan y también una redistribución de la

84

felicidad por cuanto se estaría atendiendo al aumento de la felicidad de los más pobres—

incluidos los adultos mayores en situación de pobreza--, por la vía de la mayor disponibilidad a

menores precios de los bienes básicos. Con ello, no sólo se aumentaría el nivel de felicidad

social sino que también se disminuiría la brecha observada actualmente entre los niveles de

felicidad de las personas ricas y pobres en un país pobre—por cierto, mayor que la observada

en países desarrollados.

En cuanto a las políticas públicas, la definición y jerarquización social de los dominios de la

felicidad en nuestro país resulta crucial. Sin duda, el nivel de vida, la familia, la salud y el

trabajo tendrán las prioridades que ya han sido detectadas en países desarrollados, aunque se

podrían establecer niveles más detallados de definición y jerarquización. Estas evidencias

empíricas deben guiar la política pública social, buscando influir en cada uno de los dominios

importantes de la felicidad. Es aplicable aquí el objetivo de la redistribución de los riesgos de

infelicidad en los dominios importantes. Esto se logra con políticas sociales que atiendan las

desventajas de las personas pobres—incluidos los adultos mayores pobres-- para enfrentar

estos riesgos en ingresos, alimentación, salud, etc.

Las argumentaciones filosóficas y psicológicas expuestas parecerían aplicables, en mayor o

menor grado, al concepto de felicidad en los países pobres.

Críticas al utilitarismo de Bentham

Entre las principales críticas del utilitarismo, están la de John Stuart Mill (1861), el cual

sostiene que es difícil establecer una escala de beneficios subjetivos. Una segunda crítica es la

paradoja de la felicidad. Según Mill (1861) esta paradoja consiste en que el individuo puede

perseguir la felicidad de manera indirecta, haciendo cosas y adoptando actividades que sabe

que en última instancia son favorables a la felicidad, aunque directamente pareciera no

perseguirla directamente. Otra crítica al utilitarismo según Mill (1861) es que esta corriente

sólo se ocupa de las consecuencias de las acciones, haciendo caso omiso de la naturaleza de la

acción en sí misma; es decir, que sacrifica el medio al fin.

Por su parte, Sen (2000) distingue dos formas de ver la utilidad y que han sido aplicadas en

la teoría económica, la primera es el utilitarismo clásico de Bentham, que está representado

por una medida de placer o felicidad generados, prestando atención al bienestar individual.

Este enfoque ha sido empleado por Edgeworth (1881), Marshall (1890) y Pigou (1920). Otra

85

forma de ver la utilidad es mediante el enfoque de Harsanyi (1976), Hare (1981) y Mirrles

(1982) y se define como el deseo o realización del individuo.

Según Sen (2000), las principales limitantes de la teoría de la utilidad son: i) dado que el

bienestar utilitario es entendido como felicidad o deseo y este varía intensamente de una

persona a otra, reducir el bienestar a un comportamiento que exprese tales sentimientos,

ideas o acciones es una visión muy reducida de los seres humanos con lo cual empobrece el

alcance y la investigación en la teoría económica; ii) no es posible hacer comparaciones y

clasificaciones interpersonales del bienestar muy precisas; iii) dado que uno de los postulados

del utilitarismo es tomar como medida del bienestar social, la suma de todas las utilidades

individuales, las utilidades se ven como la base de información para evaluar que tan buena es

una sociedad. Esto es limitado en el sentido de que algo puede seguir siendo valioso

independientemente del grado de utilidad asociada en un momento dado; iv) la

representación de la justicia en el enfoque utilitarista es limitado, la principal razón es que el

utilitarismo es un enfoque orientado hacia la eficiencia y el fin último, busca promover la

maximización de la suma total de utilidades, sin importar que esa suma total pueda ser injusta

y distribuida en la sociedad, otra razón es la posibilidad de rechazar las desigualdades ya que

son a menudo ineficientes. En el mismo sentido, Sen (2000) señala que la pobreza y la felicidad

no necesariamente son antagónicas.

Layard (2005) responde a estas críticas argumentando que un principio rector de una ética

humanista que aprecia lo que la población quiere para sí y para los demás; es la felicidad. Sin

embargo, para poder hacer una comparación interpersonal y entre diversos países se tiene

que incluir algún aspecto psicológico, que estimule la visión de los individuos por fijarse

objetivos. También afirma que es posible evaluar los medios a través de los cuales nuestras

acciones afectan a la felicidad, tales como: las relaciones familiares, la situación económica, el

trabajo, comunidad y amigos, salud, libertad personal y valores personales. Dichos factores son

comunes entre los distintos países. Adicionalmente, se cuenta con encuestas que favorecen el

estudio de los medios para alcanzar la felicidad.

3.1.3. Teoría de la Elección Social - Arrow

La teoría de la elección social se enfoca en el estudio de los efectos que generan las

decisiones colectivas a partir de las preferencias individuales, basado en el enfoque normativo

de la economía del bienestar. Los aspectos de análisis más relevantes en este enfoque se

vinculan con la racionalidad y la voluntad colectiva; la elección social colectiva y la

86

redistribución y bienes preferentes. Dicho de otra manera, el estudio se enfoca en las

relaciones que existen entre los objetivos de política social y las preferencias de los miembros

de una sociedad, de esta manera se pueden comparar distintos estados de asistencia social.

Sus orígenes se remontan a la Ilustración con John Locke y Jean-Jacques Rosseau, quienes

plantean las dificultades para establecer un contrato social, y a Jean-Charles de Borda y el

Marqués de Condorcet, quienes destacan las contradicciones de las reglas de votación (Taylor

1984). En su concepción moderna esta teoría comienza con Bergson (1938), quien introdujo el

concepto de una función de bienestar social. Aunque fue el trabajo de Arrow (1951) que

marca el inicio de los avances más importantes en este campo. Este autor propuso el teorema

conocido como “Teorema de la Imposibilidad de Arrow” mediante el cual demuestra la

imposibilidad de cumplir simultáneamente con ciertas condiciones “racionales” en las reglas

de elección colectiva.

De manera muy general puede decirse que el objeto de la teoría de la elección social es el

estudio de “las relaciones entre los objetivos de política social y las preferencias y aspiraciones

de los miembros de la sociedad“ (Sen 1970; Villar 1988). El problema se centra en derivar

algún criterio de elección y evaluación de las políticas sociales, mediante un conjunto de

alternativas sociales a partir de las preferencias de los individuos de una sociedad. Según

Arrow (1951), la ordenación de dichas preferencias debe satisfacer algunas propiedades

formales, tales como:

─ Ordenaciones individuales, únicamente el que los individuos ordenen una alternativa

antes que otra (pero no las intensidades de preferencia);

─ Universal, la regla debe ser susceptible de ser aplicada cualesquiera que sean las

configuraciones de preferencia individuales;

─ Operatividad, la regla de evaluación debe ser un orden, es decir, debe verificar las

propiedades:

o Completud, la alternativa X es al menos tan buena como la alternativa Y, o,

la alternativa Y es al menos tan buena como la alternativa X o puede

ocurrir las dos cosas ─el individuo es indiferente entre las dos alternativa.

o Reflexividad, cualquier alternativa es al menos tan buena como ella

misma.

o Transitividad, si la alternativa X es al menos tan buena como la Y y Y es al

menos tan buena como la Z, entonces se piensa que X es al menos tan

buena como la Z;

87

─ Comportamiento,

─ Función de bienestar social: si las preferencias individuales son preórdenes totales,

entonces la preferencia social debería ser también un preorden total.

─ Unanimidad o Pareto: Si todos los individuos prefieren X a Y entonces X debe

considerarse socialmente preferida a Y.

─ Mínimamente democrático: La regla de elección social no puede corresponder a los

deseos de un único individuo de la sociedad.

─ Independencia: Cuando estamos valorando un par de alternativas, X y Y, únicamente

las preferencias de los individuos con respecto a tales alternativas cuentan.

La conclusión central del Teorema de imposibilidad de Arrow indica que la única regla de

elección social posible que cumpla con las condiciones anteriores resulta ser la dictatorial (es

decir, la valoración que se tomaría en cuenta provendría de uno de los individuos de la

sociedad: el dictador). Dicho de otra manera, no existe ninguna regla de agregación de

preferencias que sea a la vez racional, eficiente, general y democrática.

Con el objetivo de comprender el planteamiento anterior se formalizará el problema.

Considérese: i) una sociedad compuesta por un número finito de individuos N=(1,2,3,…,n); ii)

existe un conjunto de alternativas o estados sociales, X; iii) el orden de preferencias del

individuo i-ésimo se representa por Ri ; es decir, Ri es una relación binaria para cada política

social propuesta que puede leerse como ser al menos tan preferido como y verifica las

propiedades de completitud, reflexividad y transitividad; iv) las relaciones ser preferido se

representa por Pi; v) las relaciones ser indiferente se representa por Ii; vi) E denota el conjunto

de todas las posibles ordenaciones que pueden establecerse sobre los elementos de X y En

expresa el conjunto de todas las n-uplas (R1, R2, R3,…,Rn) de órdenes posibles sobre X.

En consecuencia, la regla de elección social de Arrow puede representarse de la siguiente

manera:

R= F (R1, R2, R3,…,Rn)

Donde:

F denota una aplicación de En sobre E

R es la función de bienestar social.

Lo anterior nos indica que la forma de ordenar socialmente las alternativas contenidas en

X, es una función de la forma en que las ordenan los individuos de la sociedad.

88

Hay otras especificaciones que pueden describirse mediante las siguientes propiedades:

─ Dominio universal: La función F está definida para todo En (para toda ordenación

posible de preferencias individuales).

─ Principio Pareto: si xPiy, para todo i, entonces xPy.

Este supuesto muestra que si existe unanimidad referente a la preferencia x sobre y el

mecanismo de elección social debe respetar las preferencias de los individuos.

─ No dictador: No existe tal que para todo elemento de En, y para todo x, y X,

se verifica que: xPiy ⟹ xPy

Un agente que viole el supuesto anterior se le denomina dictador ya que,

independientemente de las preferencias de los demás agentes, sus preferencias individuales

prevalecen a nivel social. Por lo tanto, este supuesto demuestra que una función de elección

social no debería permitir la existencia de un dictador.

─ Independencia de alternativas irrelevantes: Sean (R1, R2, R3,…,Rn) y (R’1, R’2,

R’3,…,R’n) dos posibles ordenaciones de preferencias individuales, y sean R y R’ las

correspondientes relaciones sociales, es decir: R= F (R1, R2, R3,…,Rn), R’= F (R’1, R’2,

R’3,…,R’n). Entonces, si para todo i, xRiy ↔xR’iy, se verifica que: xRy ↔xR’y. Es

decir, si las preferencias entre las alternativas x y y no cambian cuando cambian las

preferencias de los agentes, entonces la elección social entre estas no debe cambiar

cuando se utilizan las primeras preferencias en la función de elección social o las

siguientes. Asimismo, la elección social entre dos alternativas solo depende de la

elección individual entre estas dos alternativas y las preferencias por otras

alternativas irrelevantes para la elección social.

Las propiedades anteriores son características mínimas que se espera cumpla cualquier

función de bienestar social. Arrow (1951) demuestra que no existe ninguna función de

bienestar social capaz de satisfacer simultáneamente las condiciones de dominio universal,

principio Pareto, no dictador e independiente. En otras palabras, si existen más de tres

89

alternativas en el conjunto X, entonces no existe ninguna función de elección social que

satisfaga los cuatro supuestos de Arrow.

Sen (2000) señala que el teorema de la imposibilidad de Arrow no es una condición que

deba utilizarse como fetiche para criticar la elección social de las políticas públicas, pues el

hecho de que exista una mejor alternativa para la sociedad en cada subconjunto constituye

por sí mismo una base de información firme para la elección racional. Esto depende,

principalmente, de las proposiciones normativas, es decir, de los juicios de valor. En el caso de

que haya unanimidad en el juicio sobre la mejor alternativa, se facilitaría la base informativa

satisfactoria para la economía del bienestar.

El problema de encontrar el máximo de bienestar se puede resolver de distintas maneras,

entre las que destacan (Villar 1988):

I. Relajación del requerimiento de racionalidad de la regla de agregación, respetando

el marco de referencia arroviano, se relaja el requisito de racionalidad colectiva

que exigía que F(R1,R2,R3,…,Rn) fuera un orden. Dos opciones diferentes fueron

analizadas desde esta perspectiva: a) sustituir la propiedad de transitividad de la

relación binaria R por alguna propiedad más débil, tal como el supuesto de

aciclicidad o de la cuasitransitividad28, de esta manera se logra una función de

decisión social y la diferencia radica en que a ésta no les afecta el Teorema de la

Imposibilidad de Arrow; b) suponer la eliminación del requisito de que la regla de

valoración social tuviera la estructura de una relación binaria, que se conoce como

funciones de elección social.

II. Restringir el dominio universal de aplicación de la regla de elección social,

mediante un método de decisión mayoritaria y una adecuada restricción de las

configuraciones de preferencias individuales admisibles. Del levantamiento del

supuesto de dominio universal surge el modelo del votante mayoritario (Sala-I-

Martin 1999).

3.1.4. Teoría de la justicia- John Rawls

28

Si la alternativa x1 es preferida a x2, x2 a x3 y así sucesivamente hasta xn entonces x1 es al menos tan

buena como xn.

90

La teoría de la justica, Rawls (1971; 2006), tiene particular influencia entre los economistas

que buscan una alternativa a la teoría del bienestar y al utilitarismo. El objetivo de este

enfoque es desarrollar una teoría ética de la justicia, optando por retomar la teoría tradicional

del contrato social de Thomas Hobbes, John Locke, Jean Jacques Rosseau e Immanuel Kant.

Desde la perspectiva de este cuerpo teórico se estudian las reglas que aseguran que los

individuos se organicen en una comunidad de justicia, libertad e igualdad, en condiciones de

divergencias religiosas, filosóficas, morales y de doctrinas. Esto es, el modelo se enfoca en las

razones que las razones que las personas podrían tener para adoptar una posición liberal,

basada en la moralidad y no en el interés propio, donde la situación original sea de igualdad y

se obtenga como resultado acuerdos justos.

Para Rawls (1971; 2006), la justicia determina que los beneficios y cargas de la sociedad

sean compartidos entre la población atendiendo al principio de equidad. El problema consistía

en definir qué es justo y equitativo en una sociedad contemporánea, la cual está caracterizada

por las desigualdades y las distintas interpretaciones acerca de los objetivos de las vidas

particulares. Por ello, el autor propone que una adecuada concepción política de justicia debe

suponer lo siguiente: i) cada persona ha de tener un derecho igual al esquema más amplio de

libertades básicas que sea compatible con un esquema semejante de libertades para los

demás; ii) las desigualdades sociales y económicas habrán de ser conformadas de modo tal,

que a la vez: a) se espere que sean ventajosas para todos; b) se vinculen a empleos y cargos

asequibles para todos.

Respecto a las desigualdades, Rawls (1971; 2006) argumenta que es posible, teóricamente,

permitir algunas libertades fundamentales y ser compensadas mediante ganancias económicas

y sociales. Sin embargo, los principios antes anunciados no permiten el intercambio entre

libertades básicas y ganancias económicas - sociales. Con la finalidad de permitir dicho

intercambio, analizar los principios de justicia y llevar a cabo comparaciones interpersonales

acerca de las condiciones de bienestar, el autor centra su atención en los mínimos sociales y

económicos requeridos para realizar la concepción de lo justo. Para ello introduce el concepto

de bienes primarios, los cuales se definen como cosas que necesitan los ciudadanos en tanto

que los individuos sean libres e iguales.

Según Rawls (1971; 2006), los bienes primarios a disposición de la sociedad son: los

derechos y libertades básicas en la estructura social, tales como, libertad política, libertad de

expresión y de reunión, libertad de conciencia y de pensamientos, libertad de escoger una

profesión, libertad de oportunidades, libertad de movimiento y de elección de empleo,

91

poderes y prerrogativas de los puestos y cargos de responsabilidad en las instituciones

políticas y económicas, un ingreso económico o riqueza, bases sociales de respeto a sí mismo,

salud y vigor, inteligencia e imaginación.

Rawls (1971; 2006) afirma que los principios de justicia y equidad serían aquéllos que

unánimemente aceptaría toda la población en una situación que denominó “posición original”,

en la cual todos los individuos coincidirían cuando tengan que elegir entre algún bien primario.

El acuerdo obtenido en esa posición original se considera justo y equitativo aunque exista el

llamado “velo de ignorancia”. Este último describe la situación de los representantes de los

ciudadanos que ocupan puestos ignorando las características moralmente irrelevantes de los

ciudadanos, los talentos, habilidades, etnicidad, sexo, religión o sistemas de creencias. En

consecuencia, se lograrían acuerdos justos, descritos mediante el concepto de justicia como

imparcialidad. Según este autor, la libertad del individuo se debería extender hasta un límite

marcado por el disfrute de similares libertades por los demás individuos y las desigualdades

económicas y sociales deberían modificarse para proveer mayores beneficios a los menos

favorecidos, lo cual denomina “principio de diferencia”.

Sen (1997) criticó esta postura, argumentando que la justicia se encuentra en las

libertades reales que gozan los individuos y que las posesiones de medios (como los bienes

primarios) para la libertad no pueden proporcionar las comparaciones interpersonales que

constituyan una base informacional de la justicia. Al respecto, Sen (2000) propone centrarse en

las capacidades a diferencia de Rawls que propone la distribución de los bienes primarios; es

decir, este autor fija su atención en los medios para lograr los fines deseados por los

individuos.

Sen (2000) manifiesta que como la capacidad de convertir los bienes primarios en libertad

varía de un individuo a otro, la igualdad en la posesión de estos medios puede implicar

desigualdades en las libertades reales que gozan los individuos.

Sen (2000) argumenta que aunque la lista de bienes primarios es amplia ya que incluye los

derechos, libertades, oportunidades, ingresos, riqueza y autoestima, no considera lo que esos

bienes o cosas significan para los individuos. Adicionalmente, afirma que, en términos

generales es inevitable realizar juicios de valor cuando se compara el bienestar o la calidad de

vida de los individuos. Y aunque la utilidad, sí se ocupa de lo que esos bienes o cosas suponen

para las personas, no valora lo que los individuos hacen con ellos.

92

3.1.5. El enfoque de capacidades - Amartya Sen

El modelo de Sen (2000) permite evaluar y valorar el bienestar individual29, los acuerdos

sociales y el diseño de políticas públicas en la sociedad, en donde la libertad es concebida

mediante las capacidades individuales (capabilities).

Al seno de este enfoque surgen 3 interrogantes claves: ¿Cuál es la naturaleza de ese

Estado de bienestar?, ¿Cómo sería una sociedad perfectamente justa?, ¿Cómo podemos

revaluar el Estado de bienestar?.

La importancia de este cuerpo teórico se cimenta en el hecho de que permite examinar las

demandas inherentes al desarrollo económico, tales como la seguridad social y económica de

los individuos, ofreciendo posibles mecanismos para asegurar la satisfacción de las

necesidades básicas a determinados grupos de personas, en particular, el de los adultos

mayores.

Sen (1997) define que “…hay al menos cuatro categorías de problemas que pueden

tratarse desde la teoría de la elección social: i) en relación al proceso de agregación, puede

distinguirse entre problemas que se refieren a agregación de intereses y problemas que se

refieren a la agregación de juicios individuales; ii) en relación al resultado de la agregación, se

puede desear simplemente asegurar que la regla proporcione algún resultado (que alguna

alternativa sea elegida) o se puede desear que la regla proporcione una valoración del

bienestar asociado a las diferentes alternativas. Del cruce de estos dos criterios surgen cuatro

categorías”.

Sin embargo, para la realización de los juicios de valor sociales dentro del enfoque de

elección social hay que abordar, primero, un elemento importante que se denomina “base de

información”. Ya que para Sen (2000), las bases de información que emplean el utilitarismo, el

pensamiento libertario30 y la justicia rawlsiana tiene serias deficiencias, al considerar que las

libertades individuales fundamentales son importantes.

29

El bienestar es entendido por Sen (1985) con los logros de una persona o su calidad de vida.

30 La teoría económica liberal se gesta durante la Ilustración y tiene como su primer exponente clásico a

Adam Smith (1776). Se entiende por liberalismo, una corriente de pensamiento filosófica, económica y

de acción política, que promueve el desarrollo de las libertades individuales y, a partir de ésta, un

probable progreso de la sociedad. La principal característica se basa en una limitada interferencia del

Estado en la economía. En otras palabras, la libertad económica (libre empresa) conduciría a una

sociedad más igualitaria y un mayor bienestar.

93

De esta forma, Sen (2000) mediante un enfoque normativo, sostiene que el desarrollo

puede concebirse, como un proceso de expansión de las libertades reales que disfrutan los

individuos. Por tanto, se debe prestar una atención primordial en la expansión de las

capacidades de las personas para llevar el tipo de vida que valoran y que tienen razones para

valorar. Estas capacidades tienen una relación bilateral, debido a que pueden incrementarse

por medio de políticas públicas; por otro lado, el uso eficaz de las capacidades de participación

de los individuos puede influir en el rumbo de estas políticas.

Desde el punto de vista de la evaluación, el enfoque de las capacidades centra la atención

en una información que lo diferencia de otras corrientes éticas, políticas y económicas que

evalúan el desarrollo a través del tradicional indicador del ingreso (PIB, PIB per cápita). Eso no

quiere decir que la privación de capacidades individuales no guarde una estrecha relación con

la escasez de ingresos. Pero también hay otros factores que influyen en las capacidades básicas

y libertades que disfrutan los individuos.

El enfoque de las capacidades tiene como fundamento la libertad entendida como

capacidad, la libertad real con la que un individuo debe contar para alcanzar aquello que

valora. En su concepción de la libertad responde a uno de los problemas señalados por Rawls

(2002) ¿en qué sentido pueden ser libres los ciudadanos en una sociedad democrática? La

respuesta que da Sen (2000) es que la libertad entendida como capacidad permite el

desarrollo de una persona para tomar decisiones.

Sen (2000) desde el enfoque de las capacidades analiza los problemas sociales que afectan

el bienestar humano como la desigualdad, la pobreza, la calidad de vida, la ausencia de

desarrollo, llegando incluso a redefinirlos, permitiendo evaluar los alcances y limitaciones de

una sociedad libre. Desde su perspectiva, ya no se pregunta por el grado de satisfacción o

felicidad de las personas o por la cantidad de recursos con que cuentan los individuos para

llevar un tipo de vida u otra, sino por lo que estos individuos son capaces de hacer o ser (física,

legal o intelectualmente).

El enfoque de las capacidades puede ser utilizado como una herramienta para diseñar y

evaluar políticas públicas. Sobre este aspecto Sen (1996) afirma que dicho enfoque no es un

conjunto de fórmulas, sino un marco normativo y crítico para el análisis de la información,

dentro del cual se puede conceptualizar y evaluar problemas sociales.

Según Sen (2000), el objetivo de una sociedad debería ser convertirse en una sociedad

libre mediante la igualdad de capacidades básicas que están constituidas por la capacidad de

94

disponer de medios para vestirse, tener vivienda, o la capacidad de participar en la sociedad.

Estas capacidades o habilidades se pueden suponer valiosas en la medida en que no se

encuentran representadas en la igualdad de la utilidad, en los bienes primarios, ni combinación

de ambas, tal y como los enfoques del utilitarismo y de la justicia. Al respecto, Sen (2000)

arguye que cada manera de enfocar la evaluación puede caracterizarse en gran medida por la

información en la que se basa, es decir, la información que es necesaria para realizar juicios de

valor y la información que se excluye y no desempeña ningún papel directo en la evaluación.

La exclusión de información constituye un elemento relevante en algún método de evaluación,

que puede influir en el carácter del enfoque.

Por ejemplo, en el utilitarismo clásico dejan de lado algunas cuestiones potencialmente

transcendentales como la libertad individual, el reconocimiento o la violación de derechos

reconocidos, que son aspectos de la calidad de vida, pues su base de información es

fundamentada en la suma total de las utilidades que se alcanza en las distintas situaciones. El

pensamiento libertario propuesto por Sen (2000), a diferencia de la teoría utilitarista, no le

interesa directamente la felicidad, su base de información está formada por diversos tipos de

libertades y una visión distinta de la justicia. En otras palabras, mientras que el utilitarismo

clásico utiliza la información sobre la felicidad o los placeres de los individuos, el pensamiento

libertario exige el cumplimiento de ciertas reglas de libertad y propiedad y evalúa la situación

basándose en información sobre este cumplimiento.

Las virtudes y limitaciones de los enfoques de propuestas y evaluación de las políticas

públicas se entienden examinando el alcance y los límites de su base de información. Lo

anterior resulta relevante ya que Sen (2000) parte de los problemas que tienen los distintos

enfoques, con la finalidad de diseñar otro enfoque alternativo de la justicia, cuya base de

información son las libertades individuales.

Bienestar mediante el enfoque de capacidades

Sen (2000) argumenta que existen al menos cinco razones que limitan el estudio del

bienestar basado en el ingreso: i) heterogeneidad personal, en donde las personas tienen

distintas características físicas relacionadas con la incapacidad, la enfermedad, la edad o el

sexo, lo que hace que sus necesidades sean diferentes; ii) diversidad relacionada con el medio

ambiente. Éste puede influir en lo que obtiene un individuo con un determinado nivel de

ingreso; iii) diversidad de clima social, en la conversión del ingreso y de los recursos personales

95

en calidad de vida; también influyen las condiciones sociales, incluidos los sistemas de

enseñanza pública y la presencia o ausencia de delincuencia y de violencia en un determinado

lugar; iv) diversidad entre las perspectivas relacionales. Los bienes que exigen las pautas de

conducta arraigadas pueden variar de unas comunidades a otras, dependiendo de las

convenciones y de las costumbres; v) distribución dentro de la familia. , los ingresos que ganan

uno o más miembros de una familia pueden ser compartidas por todos, tanto por los que no

perciben ningún ingreso como por los que perciben alguno. Por lo tanto, según Sen (2000) la

familia es la unidad básica para examinar los ingresos desde el punto de vista de su uso. El

bienestar o la libertad de los miembros de una familia dependen de cómo se utilice el ingreso

familiar para satisfacer los intereses y los objetivos de cada uno de ellos.

Debido a lo anterior, Sen (2000) propone abordar el bienestar mediante el enfoque de

capacidades.

Hay dos elementos fundamentales en el enfoque de capacidades que están íntimamente

ligados: los funcionamientos (functioning) y las capacidades. Elementos en los cuales Sen

(2000) centra el criterio normativo que permita la evaluación y valoración del bienestar

individual.

Desde la perspectiva de Sen (2000), los funcionamientos son referidos a fines humanos, es

decir, las diversas cosas que una persona es capaz de hacer o ser. Estos funcionamientos se

pueden clasificar en simples y complejos. Los funcionamientos simples son aquellas funciones

más elementales, como estar nutrido adecuadamente, vestido, gozar de buena salud, tener

acceso a la educación, entre otros. Los funcionamientos complejos incorporan funciones de

mayor complejidad como ser feliz, tener dignidad, poder integrarse socialmente, respetarse a

uno mismo, entre otros.

Ahora bien, la relación que existe entre los funcionamientos y las capacidades es

bidireccional, porque los funcionamientos o los distintos vectores de funcionamientos entre

los que se puede elegir, establecen una capacidad, y la ausencia de una capacidad refleja el

deterioro de los funcionamientos de un individuo. Según Sen (1997), las relaciones entre

funcionamientos y capacidades son mucho más complejas de lo que pueden parecer a primera

vista. Las condiciones de vida son, en cierto modo, estados de existencia: ser esto o hacer

aquello. Los funcionamientos reflejan los distintos aspectos de tales estados, y el conjunto de

paquetes de funcionamiento viable es la capacidad de una persona. Sin embargo, entre las

posibilidades de ser y de hacer están las actividades de escoger. De tal manera, hay una

relación bidireccional y simultánea entre los funcionamientos y las capacidades.

96

Los funcionamientos son elementos fundamentales del estado de una persona y la

evaluación de su bienestar consiste en la valoración de estos elementos. Lo relevante de

evaluar el bienestar a partir del enfoque de Sen (2000) es que los bienes de consumo o el nivel

de riqueza que el individuo tiene no constituyen las variables más importantes del análisis,

sino lo que consigue realizar con lo que tiene.

De tal forma, un funcionamiento refleja una parte del estado de una persona, es decir, su

bienestar. Sen (2000) señala que hay un modo de formalizar matemáticamente los

argumentos expuestos anteriormente (Basu, López C. 2002).

Si una persona escoge la función de utilización fi con su respectivo vector de bienes de

consumo xi,, entonces los funcionamientos alcanzados serán caracterizados por el vector bi

que vendría representado de la siguiente forma:

bi =(fi(c(xi))

Donde: xi es el vector de bienes que posee i; c es la función que convierte un vector de

bienes en un vector de características de esos bienes; fi es una función de utilidad personal de i

que refleja un criterio en el uso de los bienes que i puede realmente realizar.

El vector bi puede expresar las capacidades y funcionamientos de una persona. Por tanto,

el bienestar se puede ver como una evaluación de este vector.

La felicidad que disfruta el individuo está representada por la ecuación:

ui=hi(fi(c(xi))

en donde hi expresa qué tan feliz es una persona con el vector de funcionamientos bi.

La valoración de un individuo se expresaría por la función vi con los valores del vector de

funcionamiento bi:

vi= vi(fi(c(xi))

Para un vector de bienes de consumo xi, los vectores de funcionamientos factibles para la

persona estarán dados por el conjunto Pi(xi) de tal manera que:

Pi(xi)=[bi| bi=(fi(c(xi)) por algún fi ∈ Fi]

Donde Fi es el conjunto de las funciones de utilidad fi, cualquiera que el individuo i escoja;

Qi es el conjunto de capacidades de la persona i

97

Si la elección de los vectores de bienes de una persona está restringida al conjunto Xi,

entonces los vectores de funcionamientos factibles de una persona están dados por el

conjunto Qi(Xi). Así:

Qi(Xi)= Pi(xi)=[bi| bi=(fi(c(xi)) por algún fi ∈ Fi y por algún xi∈ Xi ]

De lo anterior se pueden derivar las siguientes implicaciones: i) Sen (2000) separa el

aspecto maximización del conjunto Qi(Xi) , pues dice que maximizar el bienestar individual

puede no ser el único motivo para elegir, dado que pueden haber otros probables objetivos y

requerimientos valorativos que lleven al individuo a tomar una elección distinta a maximizar su

propio bienestar; ii) se puede observar que el enfoque de las capacidades tiene dos niveles de

evaluación, el de los funcionamientos (el nivel de la realización del bienestar), y el de las

capacidades (nivel de las posibilidades o bienestar realizable); iii) los bienes son un medio de

desarrollo y mantenimiento de ciertas capacidades; iv) una capacidad es un conjunto de

vectores de funcionamientos o una suma de vectores de estos funcionamientos, que refleja la

libertad de la persona para alcanzar aquello que valora; en otras palabras, son las diversas

combinaciones de funcionamientos que se pueden obtener.

La capacidad se define al derivarla de los funcionamientos. Éstos expresan una

combinación alternativa del ser esto o hacer aquello de un individuo que se expresa como un

conjunto de n funcionamientos. Entonces, la capacidad se define como un conjunto de tal n-

múltiplo de funcionamientos, que representan las distintas combinaciones alternativas de lo

que los individuos quieran hacer o ser, del tipo de vida que quieren llevar, una vez que se

tengan las oportunidades para escoger aquellas opciones que más valoran. Por lo tanto, la

capacidad se define desde el espacio de los funcionamientos.

De esta forma, podemos resumir que un funcionamiento es el logro de una persona,

mientras que la capacidad es un conjunto o realización de tales logros. Sin embargo, Sen

(2000) se rehúsa a enlistar una serie de capacidades básicas que permita elaborar una

evaluación crítica del bienestar de las personas en cualquier contexto social. Nussbaum (2002)

propone capacidades básicas, con la finalidad de desarrollar una teoría parcial de la justicia. Su

análisis del enfoque de capacidades es desde la filosofía moral y política, con el propósito de

proponer capacidades que un gobierno debería garantizar a todos sus ciudadanos.

Nussbaum (2002) partiendo del enfoque de las capacidades de Sen (1997), propone un

marco evaluativo del bienestar de un individuo y articula así las capacidades junto a la idea de

un mínimo de las mismas. Así, ofrece una base para los principios constitucionales de los

98

distintos países, a partir del cual los ciudadanos tienen derecho a exigir a sus gobiernos

políticas públicas que contribuyan a fortalecer su dignidad.

La fundamentación de Nussbaum (2002) parte desde la idea aristotélica - marxista

referente al funcionamiento humano.

La lista de capacidades que Nussbaum (2002) concibe como básicas para el

funcionamiento humano son: 1) Vida. Ser capaz de vivir hasta el final de la vida con una

duración normal, no morir prematuramente o antes de que la vida se reduzca a tal punto que

no merezca ser vivida; 2) Salud corporal. Ser capaz de tener buena salud, incluyendo la salud

reproductiva; estar adecuadamente alimentado; tener una vivienda digna; 3) Integridad

corporal. Ser capaz de moverse libremente (de un lugar a otro); tener seguridad; tener

oportunidades para la satisfacción sexual y para la elección en materia de reproducción; 4)

Sentidos. Imaginación y pensamiento. Ser capaz de usar los sentidos, de imaginar, pensar y

razonar, haciendo estas cosas de forma informada y cultivada por una educación adecuada; 5)

Emociones. Ser capaz de amar, llorar, a experimentar deseo, gratitud y enojo justificado. Evitar

deformar el desarrollo emocional por miedo o ansiedad; 6) Razón práctica. Ser capaz de

formarse una concepción del bien, promoviendo en una reflexión crítica acerca de la

planeación de nuestra vida; 7) Afiliación. Ser capaz de reconocer y de mostrar preocupación

por otras personas, de promover varias formas de interacción social (proteger esta capacidad

significa proteger las instituciones que constituyen tales formas de afiliación). Poseer las bases

sociales del respecto hacia la persona, no humillación, no discriminación; 8) Otras especies. Ser

capaz de vivir con cuidado por los animales, las plantas y el mundo de la naturaleza; 9) Juego.

Ser capaz de reír, jugar y disfrutar de las actividades recreativas; 10) Control del entorno

político y material. En cuanto al entorno político, ser capaz de participar efectivamente en las

elecciones políticas que gobiernan la propia vida; tener el derecho de participación política. Y

en lo material, ser capaz de tener propiedades, tener los mismos derechos de otros a buscar

trabajo.

Para Nussbaum (2002) una vida humana sin estas capacidades no es una vida digna. Esta

lista de capacidades es completamente universal, pues son importantes para cada ciudadano,

en cada nación y cada persona debe ser tratada como un fin.

Elección social y conducta individual

99

Los funcionamientos individuales pueden analizarse con mayor facilidad mediante la

comparación interpersonal, cuestión que no permite el enfoque utilitarista. Esta es una ventaja

para utilizar el enfoque de las capacidades para realizar evaluaciones y valoraciones.

No obstante, las comparaciones interpersonales de los funcionamientos requieren de un

marco de valores que les permita emitir juicios, debido a que los componentes son

heterogéneos. Asimismo, Sen (2000) afirma que se necesitan instituciones, normas y

razonamientos que permita alcanzar objetivos sociales.

Sen (2000) afirma que el criterio para la toma de decisiones en materia de políticas

públicas dependerá del tipo de información que se tome en consideración. Ampliar la base

informativa puede significar tomar decisiones más coherentes y consistentes.

Una política de consenso social defiende no sólo las actividades basadas en las

preferencias individuales, sino la sensibilidad de las decisiones sociales para el desarrollo de

preferencias individuales y normas. Por lo tanto, el enfoque de capacidades acepta la

diversidad y con ello se descarta un único orden social. Del consenso social pueden surgir

acuerdos parciales que parten de opciones distintas y que al poner en marcha alguna de las

posibles soluciones, pudiera haber una unanimidad social. Es decir, lo primero que se debe

valorar es el espacio focal, con el fin de seleccionar ciertas funcionamientos que se consideren

relevantes para los más desprotegidos, analizando posteriormente la relación que tenga con

otros grupos de población, para obtener finalmente una ordenación parcial de distintas

situaciones, de la siguiente forma: si la persona i tiene una cantidad mayor de funcionamientos

significativos que la persona j y, al menos una cantidad igual de todos esos funcionamientos,

entonces la persona i tiene un vector de funcionamientos mejor valorado que el de la persona

j.

Sen (2000) afirma que esta ordenación parcial puede extenderse especificando con mayor

detalle las posibles ponderaciones, lo que podría generar una ordenación completa; es decir, al

reducir la gama de ponderaciones (seleccionar una ponderación), la ordenación parcial se

ampliará de forma sistemática, incluso aunque no exista unanimidad. Para la evaluación es

fundamental preguntarse cuál fue el mecanismo para elegir esa ponderación. Por ejemplo, en

el caso de un individuo que basa su elección en un juicio de valor, requiere de mayor reflexión

en lugar de un acuerdo interpersonal. No es así cuando se realiza una evaluación social, ya que

en este caso tiene que haber algún tipo de consenso razonado y elegido sobre alguna gama de

ponderaciones.

100

Es en ese sentido que la elección social juega un papel importante, ya que para elegir

alguna política social, se requiere de debate público, comprensión y aceptación democrática.

Sen (2000) afirma que si bien el procedimiento de elección basado en el consenso puede ser

difícil, no existe alguna fórmula que proporcione algunas ponderaciones que sean perfectas

para la sociedad, debido a que la elección de la ponderación es una cuestión de evaluación y

valoración que depende de qué tan aceptable sea para la población.

Sen (2000) determina que existe un poderoso argumento metodológico para hacer

hincapié en la necesidad de asignar explícitamente ponderaciones valorativas a los diversos

componentes de la calidad de vida (o bienestar), para posteriormente someter estas

ponderaciones elegidas a un debate público y un escrutinio crítico. Finalmente, se obtienen

criterios de evaluación, en donde se utilizan juicios de valor sobre los que no necesariamente

existe unanimidad.

Sen (2000) considera que existen tres enfoques prácticos para realizar evaluaciones de

política social:

1. Enfoque directo. Consiste en examinar directamente lo que puede decirse sobre

las respectivas ventajas analizando y comparando vectores de funcionamientos o

capacidades. Las variantes que tiene este enfoque son:

a. Comparación total, consiste en la ordenación de todos esos factores en

función de la pobreza o de la desigualdad;

b. Ordenación parcial, consiste en la ordenación de algunos vectores, pero

sin exigir que la ordenación sea total;

c. Comparación de capacidades específicas, consiste en la comparación de

una capacidad elegida como centro de atención, sin tratar de que la

cobertura sea total.

En este sentido se plantea que es posible pasar de un conjunto de comparaciones

de capacidades específicas a una ordenación agregada de conjunto de

capacidades, incluso esas comparaciones pueden resultar de gran importancia en

los ejercicios de evaluación.

2. Enfoque complementario. Consiste en el continuo uso de procedimientos

tradicionales de las comparaciones interpersonales en los espacios del ingreso,

pero complementándolo con consideraciones relacionadas con las capacidades.

Pudiendo complementarse con comparaciones directas de los funcionamientos o

101

con variables instrumentales distintas del ingreso que se supone que influye en la

determinación de las capacidades.

3. Enfoque indirecto. Centra su atención en el espacio del ingreso, debidamente

ajustado. Para calcular el ingreso ajustado puede utilizarse información sobre los

determinantes de las capacidades distintos del ingreso. La ventaja de este

enfoque reside en el hecho de que el ingreso es un conocido concepto que a

menudo permite realizar una medición más estricta. Puede facilitar la formulación

y la interpretación.

Estos enfoques tienen ventajas dependiendo del tipo de evaluación, la existencia de

información y la toma una decisión pronta.

El enfoque de capacidades y la seguridad social

Mediante el enfoque de capacidades podemos observar que el desarrollo social no finaliza

en el aumento de la producción económica y es el motivo por el cual los ingresos o la riqueza

son insuficientes para la evaluación de políticas públicas. Antes bien, según este enfoque, el

desarrollo social tiene que ver con las cosas que las personas pueden realmente hacer o ser,

con las capacidades de que disponen, entendidas como las oportunidades para elegir y llevar

una u otra clase de vida.

A pesar de lo dicho antes, Sen (2000) determina que es recomendable examinar algunas

demandas inherentes al desarrollo económico, incluida la necesidad de la seguridad social y

económica de los individuos. Una de las ideas principales de dicho autor es que la provisión de

seguridad social no debe recaer únicamente en las fuerzas del mercado. De tal forma que si el

mercado laboral causa vulnerabilidad a determinados grupos de personas es necesario

construir mecanismos que aseguren el cumplimiento de las necesidades básicas de las

personas, en nuestra investigación los adultos mayores, mediante un esquema de provisión

social31.

31

Uno de los principales responsables del bienestar social es el estado. Sin embargo, la provisión pública

se refiere a las diversas formas en las cuales una sociedad organiza la distribución de bienes y servicios

por medio de instituciones (Tapia y Campos).

102

Los programas que ofrecen asistencia social y beneficios públicos pueden ser de carácter

temporal o permanente, y los probables apoyos son desde proporcionar un beneficio en

especie (alimentos) o monetario (dinero en efectivo) a la población que se encuentra en

situación de pobreza hasta formas convencionales tales como un seguro de desempleo,

pensiones, alimentos subsidiados, infraestructura rural, entre otros.

La asistencia social pública puede fortalecer la seguridad de los individuos de dos formas: i)

protege a los grupos vulnerables (pobres, sin seguridad social), aumentando la capacidad de la

población para alcanzar un nivel de vida más elevado y prevenir una disminución, que puede

ocurrir cuando un individuo por su edad avanzada ya no puede trabajar; ii) mejora las

condiciones de vida y la expansión de las capacidades básicas de la población, en particular,

fortaleciendo los activos de las personas (su trabajo y sus conocimientos), aumentando la

posibilidad de una vida mejor.

Con las características anteriormente descritas, la provisión pública y los beneficios de la

seguridad social desempeñan un papel crucial en el establecimiento de estándares mínimos de

bienestar, a los cuales toda la población tiene derecho. Sen (2000) argumenta que, en los

países desarrollados, las hambrunas pudieron disminuir o incluso dejado de existir no porque

tengan un ingreso promedio más alto sino debido a que en la mayoría de estos países hay

mecanismos que garantizan mínimos de consumo y de ingreso.

La seguridad social es un instrumento para el ejercicio de la libertad. Por ello, hay que

erradicar las raíces que inhiben la libertad del individuo, tales como la pobreza, las escasas

oportunidades económicas y un sistema de seguridad social frágil o inexistente.

A continuación, se presentan tres modelos recientes. El primero, es el modelo del votante

mayoritario, el cual se asocia a la teoría de la elección social presentado anteriormente. El

segundo, es el modelo de la redistribución óptima generacional en la seguridad social. Y

finalmente, el modelo intergeneracional de la seguridad social asociada al capital humano.

Estos modelos fueron extraídos de Mulligan y Sala-I-Martin (1999).

3.1.6. El votante mayoritario y redistribución generacional

En este sub-apartado se realiza un análisis de los modelos del votante mayoritario, del

modelo de redistribución generacional y del modelo intergeneracional de la seguridad social

103

asociada al capital humano. En estos sistemas, Mulligan y Sala-i-Martin (1999) presentan un

conjunto de principios teóricos conceptuales encauzados a determinar las fuerzas que

sostienen los sistemas de seguridad social como programas públicos. Alrededor de este tópico

se delinean los fundamentos conceptuales como bienestar en adultos mayores, la relación

entre seguridad social y en la toma de decisiones colectivas, coaliciones y redistribución

intergeneracional.

Las consecuencias emanadas de las reformas a los sistemas de Seguridad Social (SS) están

íntimamente vinculadas a la pregunta ¿Qué fuerzas económicas crean y sostienen los sistemas

de seguridad en la vejez como un programa público?

Mulligan y Sala-i-Martin (1999) presentan ocho características comunes, a nivel

internacional, de los sistemas de SS que ayudan a entender las fuerzas que sostienen los

sistemas de seguridad social: 1) los programas de Seguridad Social cuentan con importantes

incentivos que promueven la jubilación; 2) los sistemas de Seguridad Social tienen un fuerte

efecto redistributivo intergeneracional; 3) los beneficios no dependen de los ingresos de los

activos, pero aumentan con los ingresos de prejubilación; 4) los sistemas democráticos y no-

democráticos tienen programas similares de Seguridad Social; 5) los sistemas de Seguridad

Social se financian primordialmente con impuestos sobre la renta; 6) los beneficios son

frecuentemente, pero no siempre, pagados como una renta vitalicia; 7) el Estado es muy

importante como ente financiero y administrador de las pensiones en la vejez; 8) la relación

entre población (demografía) y gasto por adulto mayor es inestable.

El marco teórico relacionado con los sistemas de Seguridad Social puede clasificarse en 2

enfoques teóricos (Mulligan y Sala-i-Martin, 1999a; 1999b): i) las teorías políticas y ii) las

teorías de la eficiencia.

Desde la óptica del enfoque político los sistemas de Seguridad Social son un proceso de

redistribución entre generaciones (entre jóvenes y viejos), producto de la lucha política. Esto

es, dos o más grupos de ciudadanos luchan para extraer recursos de los demás.

Modelo del votante mayoritario racional (teoría de la elección social)

En una versión simple del modelo, adaptado para explicar la Seguridad Social, la población

de adultos mayores son los ganadores de la lucha política, donde el premio es una pensión. Es

104

decir, los programas de pensiones son el resultado de una elección mayoritaria (voto

mayoritario) entre votantes racionales, quienes deciden (votan) en función de sus propios

intereses.

En la literatura se emplea el modelo del votante mediano para la discusión de la naturaleza

o existencia de los programas de Seguridad Social. Sin embargo, se introducen dos supuestos

al modelo antes de ser aplicado a la Seguridad Social: a) los viejos forman coaliciones de

votación con otros grupos (los viejos son líderes en una coalición ganadora con los pobres) y

b) para la elección de una política permanente que se desea alcanzar, los viejos realizan una

coalición con la población de edad media32.

La inclusión de la primera hipótesis al modelo del votante mediano, presume que dado

que las personas mayores no son la mayoría de los votantes, ellos pactan con otros grupos de

votantes a fin de formar una coalición mayoritaria, con el objetivo de impulsar programas de

Seguridad Social que los beneficien. En este sentido, Tabellini (1992; tomado en Mulligan y

Sala-i-Martin, 1999) adopta este enfoque y argumenta que los viejos forman una coalición con

los pobres para respaldar políticas fiscales a favor de los perdedores de la lucha política, es

decir, la coalición entre adultos mayores y pobres se forma con el objetivo de obtener

programas anti-pobreza financiados por el Estado.

La introducción del segundo supuesto, implica otra posibilidad de coalición de la población

adulta mayor (viejos). Esto es, los adultos mayores forman coaliciones de votación con la

población de edad media para instituir sistemas de Seguridad Social que, pueden, perjudicar

en el corto plazo a los de edad media, pero obtienen beneficios en el largo plazo (cuando son

mayores). Dicho de otra manera, los grupos de edad media ceden recursos a la población

adulta mayor (viejos) a cambio de asegurar ellos mismos su sustento al llegar a la tercera edad

(modelo de generaciones traslapadas).

Modelo de la redistribución óptima generacional en la seguridad social

Un modelo de riesgos que se basa en el modelo de Mirrlees (1971) fue realizado por

Mulligan y Sala-i-Martin (1999) en el cual concibe a los sistemas de Seguridad Social como

32 Tal vez bajo la amenaza de castigo de los que aún no han nacido.

105

programas de “política óptima”, esto es, el modelo se basa en la idea de que el mercado no

mitiga la pobreza entre la población adulta mayor, por lo tanto, el Estado debe crear esquemas

de seguridad social que resuelvan éste problema.

Supuestos del modelo:

i) Se considera un índice del consumidor (variable continua) para cada grupo de

edad, lo que permite al gobierno observar el comportamiento del consumo según

la edad y permite a los programas de bienestar social asignar diferentes pesos a las

utilidades de los jóvenes y los adultos mayores.

ii) La función de utilidad se construye con la diferencia entre el ingreso individual y la

obligación tributaria. Además, se asume que todos los individuos tienen la misma

función de utilidad.

iii) El ingreso individual asignado a cada individuo es igual al producto entre el

esfuerzo no observado y la productividad laboral no observada. Por lo tanto,

puede resultar diferente al ingreso individual observado.

iv) El gobierno elige un plan tributario no lineal, sobre el ingreso laboral observado,

para maximizar la función de bienestar social. La optimización toma en cuenta a)

la designación de esfuerzo individual en respuesta al plan tributario y b) las

necesidades de ingreso del gobierno (G).

v) El problema de redistribución (problema de bienestar óptimo) se resuelve en dos

pasos: 1) el gobierno divide sus necesidades de ingresos entre los dos grupos

(jóvenes y adultos mayores) y 2) el gobierno elige un plan tributario diferenciado

entre los jóvenes y los adultos mayores.

vi) El tamaño del programa de seguridad social puede ser calculado como la

diferencia entre G y el ingreso tributario medio por persona adulta mayor (Gy), y

por la diferencia entre G y (Gy) per cápita.

Del modelo se deriva que si el gobierno asigna igual peso en el bienestar de las personas

jóvenes y adultas mayores, entonces no hay un programa de seguridad social; es decir, no hay

transferencias de los jóvenes a los viejos. También implica que los planes tributarios son

iguales para ambos grupos de edad.

Por otra parte, si el gobierno asigna un mayor peso al bienestar de la población adulta

mayor, entonces surgen los programas de seguridad social. Este modelo también explica por

qué incluso pequeñas poblaciones de personas mayores, reciben al menos alguna

transferencia de los jóvenes. Además, si los impuestos sólo fueran cobrados a los jóvenes,

106

esto explicaría el mayor consumo de los adultos mayores que los jóvenes. Asimismo, al asumir

el problema del beneficiario parásito (free-rider), este modelo privilegia los sistemas de

seguridad social públicos sobre los privados.

Los beneficios de los sistemas de seguridad social en el modelo de redistribución óptima

dependen en gran medida de la cantidad de trabajo (esfuerzo individual) y del ingreso

obtenido a lo largo de la vida del trabajador, pero en menor medida del ingreso por activos

propios (asset income). Importante resulta señalar, que si bien los programas de seguridad

social ayudan a mitigar la pobreza entre los adultos mayores, desde la perspectiva del modelo,

también es cierto que no es posible explicar el crecimiento de los programas de seguridad

social, la variación inter-país, su tamaño en contraste con otros programas de bienestar social,

la forma en que la cantidad y la composición de los ingresos determinan los beneficios del

sistema, o por qué las fórmulas de beneficios crean incentivos sustanciales para la jubilación.

Modelo intergeneracional de la seguridad social asociada al capital

humano

Sala-i-Martin (1996), basado en una extensión del modelo de crecimiento de Lucas (1988),

argumenta que los sistemas de seguridad social son diseñados como un mecanismo que

induce (incentiva) a las personas adultas mayores a jubilarse.

Supuestos del modelo

i) La productividad laboral de un individuo depende positivamente de su propio nivel de capital

humano y del nivel de capital humano medio de la economía; ii) En ausencia de impuestos

distorsionadores y de subsidios, el producto marginal privado (PMP) es igual a la productividad

laboral individual, esto es, el nivel de capital humano medio de la economía depende del nivel

de capital humano de los que trabajan y no del nivel de capital humano de los que no trabajan;

iii) El producto marginal social (PMS) es igual al PMP más la contribución de un individuo al

nivel de capital humano medio por el efecto agregado en el salario cuando cambia el nivel de

capital humano medio; y, iv) El capital humano se deprecia con la edad, por lo que la población

adulta mayor (viejos) tiende a estar por debajo del nivel de capital humano medio de la

economía.

107

Las implicaciones teóricas del modelo sugieren que cuando un trabajador está por

debajo del nivel de capital humano medio de la economía y decide trabajar, se reduce el nivel

de capital humano medio de la economía, lo que conlleva a una reducción de la productividad

laboral agregada.

Por lo tanto, las personas mayores tienen un impacto menor sobre la productividad de

la economía en comparación con los jóvenes. De tal manera, que el joven tiene incentivos para

inducir a la población adulta mayor a trabajar menos o a la jubilación; esto es, los jóvenes,

estarían dispuestos a dar ingresos en forma de contribuciones monetarias para disponer de los

puestos de trabajo ocupado por los adultos mayores.

En síntesis, la idea subyacente del modelo es que los sistemas de pensiones constituyen

transferencias intergeneracionales hacia la población adulta mayor para favorecer su retiro del

mercado laboral. Por lo que los sistemas de pensiones representan un mecanismo de

expulsión del mercado laboral de aquellos trabajadores cuya productividad ha descendido

debido a su mayor edad; lo cual puede aumentar las posibilidades de producción de los

trabajadores activos al sustituir a los jubilados con otros más productivos. Esta premisa implica

que los trabajadores adultos mayores ocupados en el mercado laboral generan externalidades

negativas y su retiro del mercado laboral incrementa el nivel de eficiencia de la economía.

En este enfoque teórico, los sistemas de seguridad social se conciben como una renta (o

interés) pagada a los adultos mayores por la inversión pública en capital humano que ellos

hicieron (como contribuyentes) cuando los trabajadores actuales estaban en edad escolar.

Supuestos del modelo: i) cada generación vive tres periodos de vida (niñez, adulto, adulto

mayor); ii) la inversión en capital humano se realiza durante el primer periodo de vida; iii) los

individuos sólo trabajan en el periodo medio de vida; iv) cada generación invierte en la

formación de capital humano de la siguiente generación; v) el gobierno obliga a los jóvenes a

pagar dividendos a los viejos; vi) cada generación ofrece dos tipos de fondos a los sistemas de

seguridad social: 1) fondos para pagar los dividendos a los primeros inversionistas –a través del

impuestos sobre la renta- y 2) fondos para financiar las próximas generaciones.

En este enfoque, dado algún miembro de la generación actual, la tasa neta de retorno de

las contribuciones está en función en forma directa de los dividendos de la inversión hecha por

los adultos mayores hacia los jóvenes (de acuerdo a la contribución hecha durante su vida

laboral) e inversamente de la inversión hecha por la generación actual. Estos es:

108

111

ttt

tttss

tpw

pwr

Donde: ss

tr es la tasa neta de retorno de las contribuciones (TNRC), 11 ttt pw representan los

dividendos de la población adulta mayor (viejos) y ttt pw representa la inversión hecha por la

generación actual.

De este modelo se desprende dos versiones: a) cuando la tasa neta de retorno de las

contribuciones (TNRC) es mayor a la tasa de retorno del mercado de inversiones de similar

riesgo (TRM) y b) cuando la tasa neta de retorno de las contribuciones (TNRC) es menor a la

tasa de retorno del mercado de inversiones de similar riesgo (TRM).

En relación a la primera versión del modelo de capital humano de la seguridad social, muestra

que si la TNRC es mayor a la TRM, entonces la contribución realizada por la generación actual a

un sistema de cuentas individuales es voluntaria. Sin embargo, el pago de dividendos hacia los

adultos mayores puede ser obligatorio. Asimismo, bajo este enfoque se extrae que todas las

generaciones pueden beneficiarse de los sistemas de seguridad social, lo que implica que este

modelo de seguridad social no tiene efectos redistributivos intergeneracionales. La segunda

versión del modelo del capital humano de seguridad social explica que cuando TNRC es menor

que TRM, las contribuciones hechas por la generación actual al sistema tendrán que ser

obligatorias. Si, por el contrario, las contribuciones fueran voluntarias, bajo este caso,

entonces ningún trabajador contribuirá debido a que la tasa de retorno de otras inversiones es

mayor.

109

3.2. Justificaciones de una política social de transferencias monetarias a los

adultos mayores pobres

En este capítulo se integró la discusión teórica de los fundamentos de la economía del

bienestar con la conformación de los sistemas de seguridad social, particularmente con el

diseño e implementación de esquemas de pensiones en adultos mayores para mitigar la

situación de pobreza e incentivar el consumo preferente en este grupo de edad, en líneas

generales. Se concluye: i) El modelo del Ciclo Vital (Modigliani 1954; 1966) se refiere a la

decisión individual de elección del periodo laboral y retiro así como el efecto de tales

elecciones en la riqueza individual y social; ii) El modelo de la teoría de la felicidad (Layard

2005) analiza las acciones de los individuos y del estado para hacer frente a los riesgos propios

de los ciudadanos y, en particular, de los adultos mayores, enfocándose generalmente al caso

de los países desarrollados; iii) La teoría de la elección social (Arrow 1951; 1963) estudia las

relaciones que existen entre los objetivos de política social y las preferencias y aspiraciones

que tienen los miembros de una sociedad, de esta manera se pueden comparar distintos

estados de asistencia social; iv) La teoría de la justicia distributiva (Ralws 1971) analiza las

razones que las personas podrían tener para adoptar una posición liberal, basada en la

moralidad y no en el interés propio, donde la situación original sea de igualdad y se obtenga

como resultado acuerdos justos; v) El enfoque de las capacidades y de elección social (Sen

1979; 2000) permite examinar las demandas inherentes al desarrollo económico, tales como

la seguridad social y económica de los individuos, ofreciendo posibles mecanismos para

asegurar la satisfacción de las necesidades básicas a determinados grupos de personas, en

particular, el de los adultos mayores; y vi) Los modelos recientes analizados por Sala-I- Martin

y Mulligan (1999): a) El modelo del votante mayoritario, éste se asocia a la teoría de la elección

social, en particular, analiza como la población adulta mayor forma coaliciones de votación con

los jóvenes o los pobres para obtener como resultado de una lucha política, una pensión;

b)Modelo de redistribución generacional (Sala-I-Martin y Mulligan 1999), se refiere a la idea de

que el mercado no mitiga la pobreza entre la población adulta mayor, por lo tanto, el estado

debe crear esquemas de seguridad social que resuelvan éste problema; y c) Modelo

intergeneracional de la seguridad social asociada al capital humano, este modelo arguye que

los sistemas de seguridad social son diseñados como un mecanismo que incentiva a las

personas adultas mayores a jubilarse.

110

A continuación, se enumeran las justificaciones básicas de una política social de

transferencias monetarias a los adultos mayores pobres basadas en los fundamentos teóricos

presentados en las secciones anteriores.

a) Óptimo de Pareto. Es muy probable que los adultos mayores pobres aumenten su

nivel de bienestar al recibir la transferencia monetaria. Si en el resto de los ciudadanos

no hay nadie que, debido a esta política, vea disminuido su propio nivel de bienestar,

entonces se cumple con el óptimo de Pareto y esta política puede implementarse. Con

ello, se habrá logrado aumentar el bienestar social.

b) Votante mayoritario racional o votación por representantes. Esta política debe

someterse a votación por cualquiera de estos métodos. En este contexto, son válidas

las coaliciones entre los adultos mayores pobres con otros grupos de interés. En una

sociedad democrática, la elección social de esta política no debería ser la decisión de

una sola persona.

c) Felicidad social. Esta política social permitiría disminuir la brecha existente entre los

adultos mayores pobres y los no pobres en cuanto a los medios para enfrentar los

riesgos propios de la edad. Con ello se lograría una disminución de estos riesgos en la

sociedad y un aumento en la felicidad social (población más saludable y más confiada

en las instituciones).

d) Justicia social. Toda política social debe preocuparse prioritariamente de la

distribución igualitaria de los bienes primarios naturales y sociales, entre los que

destaca el ingreso monetario. Por ello, esta política se justifica en términos de justicia

social, siempre que los adultos mayores pobres se encuentren entre los grupos más

desfavorecidos en la dotación de dichos bienes primarios.

e) Capacidades y funcionamientos. Los adultos mayores pobres enfrentan una

disminución del abanico de posibles logros o funcionamientos básicos y complejos

debido a la situación de pobreza y también a la edad avanzada. Esta política permitiría,

de un modo indirecto, el desarrollo de capacidades potenciales y la satisfacción

inmediata de necesidades básicas pues la privación de capacidades individuales guarda

111

una estrecha relación con la escasez de ingresos. Con ello, se asegura el aumento del

bienestar de este grupo de ciudadanos.

112

Capítulo 4. Una estimación de política social para México, 2006-

2008

1.1. Introducción

Probablemente, todo ciudadano razonable del mundo actual acepta que un objetivo

fundamental de la política social para adultos mayores tiene que ver con la reducción de la

pobreza; en el sentido de eliminar los riesgos que afectan el nivel y calidad de vida del adulto

mayor tras el retiro de la actividad productiva.

Esta perspectiva deviene como consecuencia del proceso de envejecimiento de la

población mundial a partir de la segunda mitad del siglo XX; el cual, se ha caracterizado por el

incremento sostenido del número y proporción de la población con 65 años y más. Fenómeno

que continuará durante toda la primera mitad del presente siglo, primero a un ritmo

moderado y después en forma acelerada (en México este proceso inició a mediados de los

noventas).

El presente capítulo tiene como primer objetivo derivar los fundamentos teóricos

asociados al diseño e implementación de políticas de transferencias monetarias desde la

perspectiva de la teoría de elección social. Con tal propósito, se analizan los enfoques teóricos

basados en el utilitarismo y en preceptos normativos. En los primeros se revisan los

fundamentos así como las principales críticas y desarrollos posteriores al planteamiento básico

(Arrow 1951 y 1963, Layard 2005). En los segundos se analiza la teoría de la justicia social

propuesta por Rawls (1971) y la teoría de las capacidades de Sen (2001).

Un segundo objetivo es estimar los tres componentes del índice de pobreza propuesto

por Sen (2001): conteo de cabezas --head count--, brechas—gaps--e intra- desigualdad.

Además, se incluye una propuesta para estimar el monto de las transferencias monetarias

requeridas para eliminar la pobreza alimentaria, de capacidades y patrimonial, según las

definiciones oficiales de la pobreza por ingresos. Este cálculo, está basado en la sumatoria de

las brechas per cápita entre el ingreso observado y la línea de pobreza correspondiente.

Finalmente, el tercer objetivo de este capítulo es hacer una simulación del costo social

requerido para sacar de la pobreza a aquellos adultos mayores que se encuentran dentro del

25 y 50 por cierto en la situación de pobreza de capacidades. Con la finalidad de ver la

113

viabilidad de incorporar a un mayor grupo de adultos mayores que no cuentan con un ingreso

suficiente para salir de la pobreza.

1.2. Población objetivo: adultos mayores pobres

CONAPO estimó que los adultos mayores representan el 7.9% de la población total en

2000 y proyecta un 17.5% en 2030, 20.2% en 2035 y 28% en 2050, pasando de un total de

aproximadamente 7 millones a 36.2 millones de adultos mayores en sólo cincuenta años

(Gráfica 4.1).

Gráfica 4.1. México: Proyección de la población adulta mayor

(2000-2050)

Fuente: CONAPO.

Las modificaciones observadas en la estructura de edades de la población provocará una

serie de retos, entre los que destacan: i) una demanda creciente de recursos destinados al

cuidado de la población en edades avanzadas, lo que probablemente significará una

importante redistribución en la asignación de recursos sociales; ii) presiones hacia las

instituciones públicas de seguridad social principalmente en el rubro de pensiones; iii)

agudización de las presiones a las distintas formas de apoyo familiar a los adultos mayores, en

las que ha descansado principalmente el sostenimiento económico de la población en edades

avanzadas en México.

114

Entre los adultos mayores se pueden identificar algunos grupos vulnerables claves, entre

los que destacan los adultos mayores que viven en pobreza.

La pobreza de las personas adultas mayores rebasa por mucho la de la población en su

conjunto. De acuerdo con el Banco Mundial (1994), en México la tasa de pobreza en la

población mayor de 65 años es 37.6% superior a la de toda la población. Además, los ingresos

por pensiones contribuyen a aumentar y no a reducir la desigualdad en México.

En general, con base en los microdatos de la ENIGH para el período de 1992 a 2008, se

observa una tendencia decreciente en las líneas de pobreza33

de la población adulta mayor

(población de 65 años y más). Con lo que respecta a la pobreza alimentaria en 1992 alrededor

de 17.10% de la población adulta mayor se encontraba en esta situación. Para 2008, la

población adulta mayor en pobreza alimentaria represento el 14.25% aproximadamente

(Gráfica 2).

Con respecto a la línea de pobreza de capacidades en el grupo de adultos mayores, en

1992 se encontraba en esta situación el 24.10% de la población, pasando a 20.30% en 2008.

Finalmente, en términos de pobreza patrimonial paso de 48.04% en 1992 a 40.53% en 2008

respecto de la población adulta mayor.

33

De acuerdo con la metodología para la medición de la pobreza por ingresos del Consejo Nacional de

Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), se definen tres niveles de pobreza: 1) Pobreza alimentaria: Incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar en comprar sólo los bienes de dicha canasta; 2) Pobreza de capacidades: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso total de los hogares nada más que para estos fines; y, 3) Pobreza de patrimonio: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirirla canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios. En este estudio se abordará a la pobreza alimentaria como referente de la pobreza extrema.

115

Gráfica 4.2. México. Adultos mayores pobres. 1992-2008 (Porcentaje de adultos mayores)

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.

Es importante destacar 3 aspectos particulares de la Gráfica 2: i) se observa un

incremento sustancial en las líneas de pobreza de los adultos mayores en 1996, posiblemente

impulsado por la pérdida de empleo y poder adquisitivo (periodo inflacionario); ii) la tendencia

a la disminución de la población adulta mayor pobre a partir del año 1996, en cualquiera de las

tres modalidades de medición de la pobreza—misma que se observa en la población total

(CONEVAL); iii) no obstante, entre 2006 y 2008 se aprecia un aumento moderado de la pobreza

patrimonial de los adultos mayores.

El mismo comportamiento se observa para los hogares que cuentan con algún adulto

mayor, la diferencia consiste en que entre el 2006 y 2008 se percibe un aumento marginal en

las tres situaciones de pobreza en los hogares que cuentan con algún adulto mayor (Gráfica

4.3).

116

Gráfica 4.3. México. Hogares con adultos mayores pobres. 1992-2008 Porcentaje

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.

Los indicadores de pobreza alimentaria, de capacidades y patrimonial, parecen mostrar

que las políticas públicas de combate a la pobreza han logrado impactar eficientemente la

situación de pobreza de la población adulta mayor.

A pesar de ello durante los periodos de recesión económica los índices de la línea de

pobreza experimentan cambios sustanciales como en 1994 – 1996 o como en el periodo de

crisis 2008 (fase inicial).

Por otro lado, en términos absolutos se observa un crecimiento sustancial de las líneas de

pobreza en la población adulta mayor. En el Cuadro 4.1, se observa que en la población adulta

mayor la situación de pobreza alimentaria entre 1992 y 2008 aumento en poco más de 52

puntos porcentuales; en tanto la situación de pobreza de capacidades de este mismo grupo de

edad tuvo un crecimiento del 59% aproximadamente; finalmente, con respecto a la pobreza

patrimonial, el número de adultos mayores experimento un crecimiento de poco más del 57%

durante el periodo de estudio.

117

Desde esta perspectiva resulta paradójico la situación de pobreza de la población adulta

mayor. Ya que si bien en términos relativos se observa una tendencia decreciente, en términos

absolutos la situación de pobreza de los adultos mayores se manifiesta creciente.

Cuadro 4.1.Líneas de pobreza en términos absolutos Líneas de pobreza Tasa de crecimiento

1992-2008 Tasa de crecimiento promedio

anual 1992-2008

Alimentaria 52.95 2.69

Capacidades 59.49 2.96

Patrimonial 57.41 2.88

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.

A continuación se presenta la metodología de investigación empírica para la estimación

de las transferencias monetarias requeridas para eliminar la pobreza de los adultos mayores

para los años del 2006 y 2008.

1.3. Una metodología para la estimación de las transferencias monetarias

requeridas para eliminar la pobreza entre los adultos mayores

Esta sección se concentra en la metodología de la investigación empírica utilizada para

estimar las transferencias monetarias requeridas para eliminar la pobreza entre los adultos

mayores en México, en el año 2006. Esta metodología consiste en la estimación del indicador

de pobreza propuesto por Sen (2001) al caso de los adultos mayores pobres alimentarios.

Sen (2001) propone un indicador para medir la pobreza en una sociedad. Para ello

argumenta que hay dos pasos en la evaluación: i) identificación de la población objetivo; ii)

agregación de las características relevantes de la población objetivo. Estas características se

refieren a tres aspectos: 1) conteo de cabezas o head-count, H; 2) brechas de ingreso; 3)

desigualdad de ingresos.

La identificación de la población objetivo se lleva a cabo mediante el indicador de H que da

como resultado la estimación del porcentaje de la población total cuyos ingresos se

encuentran por debajo de una línea de pobreza. Así, sea

118

n

qH …(1)

Donde q representara la cantidad de los adultos mayores pobres y n es la población total

de adultos mayores.

La siguiente medida es la profundidad o intensidad (I) medida por la brecha de ingreso, la

cual da cuenta de la distancia entre el ingreso efectivo de los adultos mayores pobres y la línea

de pobreza. Esta medida permite responder la siguiente pregunta ¿cuán pobres son los adultos

mayores pobres? La representación de esta medida viene dada por:

z

yzI i

i …(2)

Donde z es el ingreso considerado como línea de pobreza y yi el ingreso de la persona i. El

numerador de la ecuación (2) permite medir la extensión de la “brecha per capita” entre la

línea de pobreza y el ingreso de cada adulto mayor. Por lo tanto, la sumatoria de estas brechas

capta la distancia general de los ingresos de los adultos mayores pobres con respecto a la línea

de pobreza.

Si se sustituye en la ecuación (2) yi por el ingreso medio de la población pobre (µp) se

obtiene la “brecha promedio del ingreso”. Así,

z

zI

p …(3)

La siguiente característica es la desigualdad de la distribución de ingresos en la población

objetivo, estimada con el coeficiente Gini, Gp.

La propuesta de Sen (2001) es un índice compuesto (S) que combina las tres medidas

distintivas del perfil interpersonal de la pobreza anteriormente descritas. Su formulación es la

siguiente:

GpIHHIS )1( ó ])1([ GpIIHS …(4)

El índice de Sen varía, entre 0 y 1. Es decir, cuando todos los pobres tienen el mismo

ingreso, el coeficiente de Gini de la distribución del ingreso entre los pobres es igual a cero y S

es igual a HI. Dada la misma brecha media de pobreza y la misma proporción de pobres en la

119

población total, S crece con la desigualdad del ingreso inferior a la línea de pobreza, como la

mide el coeficiente de Gini. En síntesis, S es una función de H (número de pobres), I (brecha

agregada de pobreza) y Gp (desigualdad de la distribución del ingreso inferior a la línea de

pobreza).

Para determinar las propiedades que debe satisfacer una medida de pobreza, Sen(2001)

contruye un esquema de tres axiomas:

Axioma focal o de dominio: la medida de pobreza debe depender únicamente del ingreso

de los pobres. Esto implica que una vez elegida la línea de pobreza, si se realizan cambios en

los ingresos de la población pobre, el valor del indicador no variará, siempre que dichos

cambios no hagan que los pobres se sitúen por encima de la línea de pobreza establecida.

Axioma de monotonía: una reducción de ingreso de una persona que está por debajo de

la línea de pobreza, manteniendo constante todo lo demás, debe incrementar la medida de

pobreza.

El índice H sólo satisface el axioma focal e incumple los axiomas de monotocidad y de

transferencia débil. Es decir, si el ingreso de alguna persona no pobre de la población aumenta,

no ocasionará alteración alguna en la cantidad de pobres y como consecuencia en el valor del

índice. Pero cualquier pérdida de ingreso de los no pobres afectará a la medida de pobreza, si

es que la cantidad de pobres se mantiene intacta. Si se diera una transferencia desde un pobre

hacia otra persona menos pobre, el índice no la registrará en la situación de que el receptor

continúe bajo la línea de pobreza. No obstante, si a causa de la transferencia éste dejara de ser

pobre, el índice reconocerá una disminución.

Axioma de transferencia: una transferencia pura de ingreso de una persona que está por

debajo de la línea de pobreza hacia otra no pobre, manteniéndose todo lo demás constante,

debe aumentar la medida de pobreza. Este axioma infiere que las medidas de pobreza deben

ser sensibles a cambios en la distribución del ingreso de los pobres. Es decir, al aumentar la

desigualdad entre los ingresos menores a la línea de pobreza, la pobreza medida debe

incrementarse.

Una de las justificaciones que Sen (2001) da es la noción de privación relativa. Sostiene

que si tienen lugar una transferencia regresiva desde una persona de mayor privación relativa

a otra de menor privación relativa, la privación relativa total aumenta, aunque se mantenga

constate la privación absoluta.

120

1.4. Medidas de la Pobreza para los adultos mayores en México. Resultados.

En esta sección se estiman los sub-componentes del indicador de Sen (2001), H, I y Gp, así

como el índice S. Adicionalmente, se considera la sumatoria de las brechas per capita, lo cual

constituye una estimación del monto de las transferencias monetarias para eliminar la pobreza

en el grupo de los adultos mayores. Cabe destacar que se estiman las transferencias necesarias

para eliminar tres tipos de pobreza: alimentaria, de capacidades y de patrimonio, de acuerdo

con las tres respectivas líneas de pobreza oficiales en México. Para facilitar comparaciones,

también se estimaron estas transferencias como proporción del PIB.

La estimación de estos indicadores se efectúa con base en los microdatos de la ENIGH para

los años 1992, 2006 y 2008. Las líneas de pobreza, propuestas por CONEVAL, toman como

unidad de análisis el hogar; por lo tanto, son líneas de pobreza de ingreso per cápita del hogar

y no deben interpretarse como líneas de ingreso individual. Por lo cual, el ingreso asignado al

adulto mayor se refiere al ingreso per capita del hogar y no al ingreso individual de estos.

El Cuadro 4.2 incluye información relativa a las líneas de pobreza en términos absolutos

así como la participación en el grueso de la población adulta mayor. Por otro lado, el Cuadro

4.3 contiene las estimaciones de las diferentes categorías del índice de Sen. Finalmente, el

Cuadro 4.4 concentra las transferencias monetarias requeridas para superar la pobreza en los

adultos mayores pobres (según el indicador de Sen).

Cuadro 4.2. México. Medidas de pobreza de adultos mayores pobres

Concepto Pobreza alimentaria Pobreza capacidades Pobreza patrimonial

Urbanos Rurales Urbanos Rurales Urbanos Rurales

Número de adultos mayores 1992 365,578 600,070 542,246 828,488 1,349,300 1,363,302

Porcentaje de adultos mayores 1992 10.81% 26.48% 16.04% 36.56% 39.91% 60.16%

Número de adultos mayores 2006 383,632 1,083,216 624,841 1,435,117 1,590,301 2,420,940

Porcentaje de adultos mayores 2006 6.78% 24.64% 11.04% 32.65% 28.11% 55.07%

Número de adultos mayores 2008 506,351 1,014,780 885,108 1,281,198 2,173,143 2,151,447

Porcentaje de adultos mayores 2008 7.73% 24.64% 13.51% 31.11% 33.16% 52.24%

Ingreso neto total per capita 2006 (promedio)

474 271 543 319 850 465

Ingreso neto total per capita 2008 (promedio)

485 382 626 428 956 564

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.

121

Según la información desplegada en el Cuadro 4.2 entre 1992 y 2006 se presenta una

reducción en las tres líneas de pobreza en la población adulta mayor en México. Sin embargo,

esta tendencia encuentra un punto de inflexión para 2008; esto es, entre 2006 y 2008 se

observa que el porcentaje de personas en situación de pobreza en sus 3 líneas aumenta en el

estrato rural. Sin embargo, destaca la variación observada en el sector rural, es decir, mientras

que los pobres alimentarios se mantienen constantes, los adultos mayores que se encuentran

en situación de pobreza de capacidades y patrimonial disminuyen. Tómese en cuenta que la

población rural representa cada vez una proporción menor de la población mexicana, debido a

diversos factores entre los que destacan la migración a zonas urbanas y emigración a otros

países.

Por ejemplo, en las zonas urbanas, la pobreza alimentaria para este grupo de la población

baja entre 1992 y 2006, de 10.81 % a 7.73 % respectivamente. Mientras que de 2006 a 2008 se

presenta un aumento de casi un punto porcentual (0.95%).

En forma paralela en la zona rural destaca el descenso de la pobreza alimentaria entre

1992 y 2006—de 26.48% a 24.64%. Mostrándose, para el periodo de 2006-2008, constante el

porcentaje de personas en pobreza alimentaria en 24.64%.

Con respecto a la desigualdad y brechas de ingreso de la población adulta mayor en

situación de pobreza se advierte lo siguiente (Ver Cuadro 4.3):

a) Entre 1992 y 2006 denota una disminución marginal de la desigualdad en los

estratos urbanos y aumento en las zonas rurales, de acuerdo al coeficiente de Gini.

b) Contrario a lo se observa en el periodo anterior, entre 2006 y 2008 la desigualdad

en el ingreso aumenta en las zonas urbanas y disminuye en las zonas rurales en las

3 líneas de pobreza.

c) En cuanto a la intensidad de las brechas de pobreza tipo I para el año 2006, las

estimaciones sugieren que para que todos los adultos mayores pobres alcancen la

línea de pobreza alimentaria es preciso aumentar en 42% y 54% en promedio sus

ingresos en las zonas urbanas y rurales, respectivamente. En pesos de 2006 esto

significa que en promedio se requieren al mes aproximadamente $335.43 para

que cada adulto mayor en situación pobreza alimentaria en las zonas urbanas

perciba un ingreso de $809.87 mensuales que corresponde a la línea de pobreza

alimentaria del 2006. Y para el caso de los adultos mayores en situación de

122

pobreza alimentaria rural, se requiere de $327.25 al mes para que cada adulto

mayor pobre tenga un ingreso de $598.70 mensuales.

d) En contraste, para el 2008 las estimaciones indican una mayor proporción de

ingresos, principalmente en las zonas rurales; por ejemplo, para que todos los

adultos mayores pobres alcancen la línea de pobreza patrimonial es preciso

aumentar en 50 y 56% en promedio sus ingresos en las zonas urbanas y rurales,

respectivamente. Lo cual significa que en promedio mensualmente se requieren

$948.88 para que cada adulto mayor en situación pobreza alimentaria en las zonas

urbanas perciba un ingreso de $1904.84 mensuales que corresponde a la línea de

pobreza alimentaria del 2008. Y para el caso de los adultos mayores en situación

de pobreza alimentaria rural, se requiere de $718.10 al mes para que cada adulto

mayor pobre tenga un ingreso de $1282.36 mensuales.

e) Respecto al índice de Sen, las estimaciones muestran un decremento del grado de

privación absoluta de sus ingresos frente a la línea de pobreza y a la distribución

del ingreso entre los pobres, en particular, entre los pobres que corresponden a

las zonas urbanas para el periodo de 1992 a 2006. Sin embargo, para el año 2008

hay un aumento marginal, principalmente en las zonas urbanas. Por ejemplo, el

índice S para los adultos mayores en situación de pobreza patrimonial urbana

disminuyó de 0.255 a 0.174 entre 1992 y 2006, para el 2008 aumentó a 0.212. En

el estrato rural el indicador mejora (disminuye), por ejemplo, en la pobreza de

capacidades, pasa de 23.1% en 1992 a 22.3% en 2006. A su vez, se distingue que

en las zonas urbanas empeora (aumenta) para el periodo de 2006-2008, ya que la

brecha en situación de pobreza de capacidades paso de 0.07 a 0.08 %. Esto indica

que el déficit de ingreso de los adultos mayores pobres en los últimos catorce años

en las zonas rurales mejoró y en las zonas urbanas empeoró.

En general, es posible argumentar, con base en estos indicadores, que el comportamiento

de la brecha de ingresos I tiene diferencias de acuerdo a la zona que se observe. Asimismo, los

estadísticos sugieren una reducción constante de las líneas de pobreza según el índice de Sen.

Además, los indicadores muestran una convergencia del ingreso entre los adultos mayores en

las líneas de pobreza a partir del 2006.

123

Cuadro 4.3. México. Indicadores de pobreza de adultos mayores pobres

Concepto Pobreza alimentaria Pobreza capacidades Pobreza patrimonial

Urbanos Rurales Urbanos Rurales Urbanos Rurales

Coeficiente Gini 1992 0.258 0.268 0.260 0.267 0.274 0.292

Coeficiente Gini 2006 0.245 0.287 0.248 0.295 0.272 0.316

Coeficiente Gini 2008 0.275 0.256 0.273 0.264 0.280 0.290

Línea de pobreza CONEVAL (pesos de 2006)

809.87 598.70 993.31 707.84 1,624.92 1,086.40

Línea de pobreza CONEVAL (pesos de 2008)

949.38 706.69 1,164.41 835.52 1,904.84 1,282.36

Brecha promedio (pesos de 2006) 335.43 327.58 449.87 388.73 774.67 621.91

Brecha promedio (pesos de 2008) 463.92 325.08 538.63 407.16 948.88 718.10

Sumatoria de brechas (pesos de 2006)

92,765,007 216,912,712 193,771,713 343,926,166 861,753,669 951,786,596

Sumatoria de brechas (pesos de 2008)

147,268,897 225,453,893 305,078,684 358,186,800 1,347,806,975 1,041,556,971

Brecha del ingreso (I) 1992 0.458 0.479 0.506 0.499 0.503 0.569

Brecha del ingreso (I) 2006 0.415 0.547 0.453 0.549 0.477 0.572

Brecha del ingreso (I) 2008 0.489 0.459 0.462 0.488 0.498 0.560

Índice Sen (S) 1992 0.065 0.164 0.102 0.231 0.255 0.418

Índice Sen (S) 2006 0.038 0.167 0.065 0.223 0.174 0.389

Índice Sen (S) 2008 0.049 0.147 0.082 0.194 0.212 0.359

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.

En el Cuadro 4.4 se observa el costo social requerido que permitiría cerrar la brecha de

pobrezas para los años 2006 y 2008. Por ejemplo, en cuanto a la pobreza alimentaria urbana,

el costo social para sacar de la pobreza a los adultos mayores, en el 2006, sería de alrededor

del 0.011% del PIB, lo que equivaldría a 92.7 millones de pesos al año; asimismo, ese costo

representa el 0.09% del gasto de gobierno. Por su parte, el costo social requerido para cerrar

la brecha de pobreza alimentaria rural es de aproximadamente 0.025% y 0.22% del PIB, para el

2006 y 2008, respectivamente, lo que representaría 216.9 millones de pesos en el año 2006 y

225.4 millones de pesos para el año 2008, esto significaría 0.22% del gasto de gobierno en el

2006 y 0.19% del gasto de gobierno del 2008.

Por su parte, el costo social requerido para cerrar la brecha de pobreza de capacidades en

el estrato urbano es de cerca de 305.1 millones pesos anuales en 2008 (0.030% del PIB), lo

que representaría 0.25% del gasto de gobierno, para que el ingreso promedio de cada pobre

en capacidades alcance a satisfacer los requerimientos alimenticios determinados por su línea

de pobreza y efectuar los gastos necesarios en salud y educación. Para cerrar la brecha de

pobreza en capacidades rural, en el mismo año, se requiere de $358.2 millones anuales

(0.035% del PIB) lo que equivaldría a 0.30% del gasto de gobierno.

124

Finalmente, para que todos los adultos mayores pobres urbanos alcancen la línea de

pobreza patrimonial se requiere de $1,347 millones anuales lo que representaría el 0.13% del

PIB y 1.13% del gasto de gobierno. Para los adultos mayores pobres rurales se necesitaría de

$1,041 millones anuales (0.11% del PIB), y alrededor de 0.87% del gasto de gobierno.

Cuadro 4.4 México. Transferencias monetarias para sacar de la pobreza a los adultos mayores pobres, 2006 - 2008

Concepto Pobreza alimentaria Pobreza capacidades Pobreza patrimonial

Urbanos Rurales Urbanos Rurales Urbanos Rurales

Porcentaje del PIB 2006 0.0107 0.0251 0.0224 0.0398 0.0996 0.1100

Porcentaje del PIB 2008 0.0146 0.0223 0.0302 0.0354 0.1333 0.1030

Porcentaje del PIB (deflactado a precio del 2006)

0.0170 0.0261 0.0353 0.0414 0.1558 0.1204

Porcentaje del consumo del gobierno 2006

0.0943 0.2205 0.1969 0.3496 0.8759 0.9674

Porcentaje del consumo del gobierno 2008

0.1236 0.1893 0.2561 0.3007 1.1315 0.8744

PIB 2006

(A precios corrientes) PIB 2008

(A precios corrientes)

865,163 350 294

10,109,026,907

Gasto de gobierno 2006

(millones de pesos del 2006) Gasto de gobierno 2008

(millones de pesos del 2008)

1,180,667

1,429,412

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.

En términos generales, podemos observar que a precios de cada año aumenta el costo

como proporción del PIB en zonas urbanas, caso contrario a lo que ocurre con las zonas

rurales. No obstante, cuando se deflacta el año 2008 a precios del 2006 se observa un

aumento significativo en este periodo de tiempo para las tres líneas de pobreza, en ambos

estratos, urbanos y rurales.

1.5. Ejercicio de simulación. Costo requerido para sacar de la pobreza al 25%

y 50% de la población adulta mayor en situación de pobreza de

capacidades.

En esta sección se presenta un ejercicio de simulación por escenarios evaluando el cambio

en los indicadores de pobreza. Con ello, se pretende cuantificar sus impactos sobre la situación

de pobreza y el costo requerido para sacarlos de la pobreza.

125

Para poder determinar el número de adultos mayores que se encuentran en situación de

pobreza dentro estos escenarios simulados, la línea de pobreza se modificó, tanto para el

sector urbano como rural.

En el cuadro 4.5 se exponen los valores obtenidos para la estimación de brechas de

pobreza alimentaria tomando en consideración el 25% y 50% de hogares pobres de

capacidades.

Cuadro 4.5. Ejercicio de simulación: Estimación de adultos mayores en pobreza alimentaria considerando el 25% y 50% de adultos mayores pobres de capacidades.

2008.

Concepto Pobreza capacidades 25% Pobreza capacidades 50%

Urbanos Rurales Urbanos Rurales

Número de adultos mayores 2008 578,340 1,158,739 654,063 1,186,415

Porcentaje de adultos mayores 2008 10.22% 26.36% 11.56% 26.99%

Ingreso neto total per capita 2008 (promedio)

476 411 489 405

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.

Según la incidencia de pobreza, se tiene que para el 2008, hay una mayor proporción de

adultos mayores en las zonas rurales constituyendo el 26.36% y el 26.99% de la población

adulta mayor rural en pobreza de capacidades, al 25 y 50% respectivamente. En contraste,

para las zonas urbanas hay una proporción baja de adultos mayores.

En forma paralela en la zona rural destacan los niveles bajos de ingreso neto per capita.

En el cuadro 4.6 se muestran los niveles de desigualdad y las brechas de ingreso de la

población adulta mayor en situación de pobreza, para el año 2008. En cuanto al primer punto,

se observa que hay una mayor desigualdad en los estratos urbanos, en comparación de los

rurales, de acuerdo al coeficiente de Gini.

Las estimaciones sugieren que para que todos los adultos mayores pobres alcancen la

línea de pobreza de capacidades al 25% es preciso aumentar en 52% y 47% en promedio sus

ingresos en las zonas urbanas y rurales, respectivamente. En pesos de 2008 esto significa que

en promedio se requieren al mes aproximadamente $487.81 para que cada adulto mayor en

situación pobreza alimentaria en las zonas urbanas perciba un ingreso de $1,006.70

mensuales. Y para el caso de los adultos mayores en zonas rurales, se requiere de $376.48

pesos al mes para que cada adulto mayor pobre tenga un ingreso de $787.27 mensuales.

126

Similar es el escenario de adultos mayores que se encuentran en el 50% de pobreza de

capacidades, las estimaciones indican que para que todos los adultos mayores pobres alcancen

la línea de pobreza es preciso aumentar en 53.7 y 47.7% en promedio sus ingresos en las zonas

urbanas y rurales, respectivamente. Lo cual significa que en promedio mensualmente se

requieren $497.25 para que cada adulto mayor en dicha situación de pobreza perciba un

ingreso de $1,056.27 mensuales. Y para el caso de los adultos mayores en situación de

pobreza rural, se requiere de $492.42 al mes para que cada adulto mayor pobre tenga un

ingreso de $773.72 mensuales.

Cuadro 4.6. Simulación. Indicadores de pobreza de adultos mayores pobres. 2008.

Concepto Pobreza capacidades 25% Pobreza capacidades 50%

Urbanos Rurales Urbanos Rurales

Coeficiente Gini 2008 0.2792 0.2605 0.2807 0.2585

Línea de pobreza estimada (pesos de 2008)

1,006.70 787.27 1,056.27 773.72

Brecha promedio (pesos de 2008) 487.81 376.48 497.25 492.42

Sumatoria de brechas (pesos de 2008)

177,441,182 305,961,903 207,721,921 389,816,628

Brecha del ingreso (I) 2008 0.5269 0.4785 0.5368 0.4770

Índice Sen (S) 2008 0.0674 0.1658 0.0771 0.1614

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.

Respecto al índice de Sen, las estimaciones indican que en el estrato rural se concentra la

población adulta mayor pobre, teniendo una cifra que sobrepasa el doble del indicador

urbano. Por ejemplo, en la simulación del 50% de adultos mayores en situación de pobreza de

capacidades, pasa de 7.7% en zonas urbanas a 16.1% en zonars rurales.

En general, es posible argumentar, con base en estos indicadores, que el comportamiento

de la brecha de ingresos I tiene diferencias de acuerdo a la zona que se observe.

Finalmente, en el Cuadro 4.7 se observa las transferencias monetarias requeridas para

cerrar la brecha de pobrezas, para este grupo de población adulta mayor simulada.

127

Cuadro 4.7. Simulación. Transferencias monetarias para sacar de la pobreza a los adultos mayores pobres, 2008.

Concepto Pobreza capacidades 25% Pobreza capacidades 50%

Urbanos Rurales Urbanos Rurales

Porcentaje del PIB 2008 0.0205 0.0354 0.0240 0.0451

Porcentaje del consumo del gobierno 2008

0.1490 0.2569 0.1744 0.3273

Fuente: Elaboración propia con base en los microdatos de ENIGH. Varios años.

Tenemos que, en cuanto a la pobreza de capacidades urbana de 25%, el costo social para

sacar de la pobreza a los adultos mayores, en el 2008, sería de alrededor del 0.02% del PIB, lo

que equivaldría a 177.4 millones de pesos al año; de la misma forma, ese costo representa el

0.15% del gasto de gobierno. Por su parte, el costo social requerido para cerrar la brecha de

pobreza rural es de aproximadamente 0.035%, lo que representaría 306.9 millones de pesos,

esto significaría 0.17% del gasto de gobierno.

Por su parte, el costo social requerido para cerrar la brecha del 50% de pobreza de

capacidades en el estrato urbano es de cerca de 207.7 millones pesos anuales en 2008

(0.024% del PIB), lo que representaría 0.17% del gasto de gobierno, para que el ingreso

promedio de cada pobre en capacidades alcance a satisfacer los requerimientos alimenticios

determinados por su línea de pobreza. Para cerrar la brecha de pobreza rural, en el mismo

año, se requiere de $389.8 millones anuales (0.045% del PIB) lo que equivaldría a 0.33% del

gasto de gobierno.

128

1.6. Conclusiones

En este capítulo se han elaborado dos estimaciones empíricas de los tres aspectos del

indicador de Sen. La primera, considerando las líneas de pobreza oficiales: alimentaria,

pobreza y patrimonial. La segunda, realizando una simulación de líneas de pobreza

alimentarias considerando al 25 y 50% de la población adulta mayor en situación de pobreza

de capacidades.

Entre 1992 y 2006, según las estimaciones basadas en la ENIGH, la proporción de adultos

mayores por debajo de las líneas de pobreza denoto un descenso significativo. No obstante,

entre 2006 y 2008 la tendencia previa encuentra un punto de inflexión ascendente por

hogares que cuentan con al menos un adultos mayor; que resulta de la desaceleración

económica, el aumento de la tasa de desempleo (perdida de empleo) y en general por la

pérdida de poder adquisitivo (así como por la contracción del gasto real en transferencias

sociales). A nivel de personas adultas mayores el escenario es otro, ya que se sigue mostrando

tendencia hacia el descenso en la línea de pobreza alimentaria y de capacidades, no es así para

la situación de pobreza patrimonial, en la cual se muestra un aumento marginal.

En 1992 la razón de adultos mayores por debajo de las líneas de pobreza alimentaria, de

capacidades y patrimonial represento el 27.10%, 24.10% y 48.04%, respectivamente; mientras

que en 2006, las cifras muestran una participación del 14.59%, 20.49% y 39.90%,

respectivamente. En contraste, en 2008 la proporción de adultos mayores en situación de

pobreza alimentaria, de capacidades (descendió) y patrimonial (ascendió) a 14.25%, 20.30% y

40.53%, respectivamente.

El índice de Sen, es un método de medición de pobreza por ingreso en la que se

encuentran los hogares y sirve, principalmente, para evaluar mejor el impacto de las políticas

económicas y sociales sobre la población en pobreza. El modelo aplicado para los adultos

mayores pobres permitió estimar el monto de las transferencias monetarias para eliminar la

pobreza a este sector de la población. Cabe destacar que se estiman las transferencias

necesarias para eliminar los tres tipos de pobreza aquí presentados.

Las estimaciones sugieren que el costo social requerido que permitiría cerrar la brecha de

pobreza alimentaria urbana del año 2008, sería de alrededor del 0.014% del PIB, lo que

equivaldría a 147.3 millones de pesos al año; es decir, 0.12 % del gasto de gobierno, y para

cerrar la brecha de pobreza alimentaria rural se necesitaría de aproximadamente 0.022 % del

129

PIB, lo que representaría 225.4 millones de pesos en el año 2008 y 0.19 % del gasto de

gobierno.

Por su parte, la brecha de pobreza en capacidades urbana en el 2008 era de 28 %, lo que

significa que se requiere cerca de 305 millones de pesos anuales (0.26% del PIB) para que el

ingreso promedio de cada pobre en capacidades alcance a satisfacer los requerimientos

alimenticios determinados por su línea de pobreza y efectuar los gastos necesarios en salud y

educación. Para cerrar la brecha de pobreza en capacidades rural se requiere de $358.1

millones anuales (0.035% del PIB) lo que equivaldría a 0.30 % del gasto de gobierno.

Finalmente, para que todos los adultos mayores pobres urbanos alcancen la línea de

pobreza patrimonial se requiere de $1,348 millones anuales lo que representaría el 0.13 % del

PIB y 1.13 % del gasto de gobierno. Para los adultos mayores pobres rurales se necesitaría de

$1,042 millones anuales (0.10% del PIB), y alrededor de 0.87% del gasto de gobierno.

Si bien, la combinación de políticas públicas focalizadas y reformas de los sistemas de

pensiones pudieron apuntalar el comportamiento descendente de la pobreza de la población

en edad avanzada, esto pudiera ser insuficiente, dada la transición demográfica que enfrenta

el país y que se agudizará en las próximas décadas. Por ello, es importante continuar con el

análisis de posibles políticas públicas para este sector de la población dado que, por ejemplo,

las necesidades que enfrentan en términos de salud pueden ser muy diferentes al del resto de

la población.

130

Bibliografía

Aguiar M., Hurst E. (2008). Deconstructing lifecycle expenditure. National Bureau of Economic

Research. NBER Working Paper No. 13893. Cambridge, MA. March.

Ando, A. y Modigliani, F. (1957). Test of the life cycle hypothesis of savings: Comments and

suggestions. Bulletin of the Oxford University Institute of Statistics, núm. 19.

Ando, A. y Modigliani, F. (1963). The life-cycle hypothesis of saving. Aggregate implications and

tests. American Economic Review, núm. 53; pp. 55-84.

Aristóteles (1981). Obras filosóficas. En Los clásicos. Editorial Grolier.

Arrow K. (1951). Social Choice and Individual Values. Segunda Edición 1963. Wiley. Nueva York.

Arrow K. (1971). Análisis general competitivo. Ed. Fondo de Cultura Económica. España

Arrow, K. (1951, 1963). Social Choice and individual values. John Wiley and Dover. New York.

Primera y segunda edición.

Banco Mundial (1994). Averting the old age crisis: Policies to Project the old and promote

Growth, Oxford University Press, Washington D.C., U.S.A .

Banco Mundial www.bancomundial.org

Banco Mundial (1994). Averting the old age crisis: Policies to Project the old and promote

Growth, Oxford University Press, Washington D.C., U.S.A .

Banco Mundial (1994). Reporte 1994. Income security for old age. USA.

Banco Mundial (2001). Reporte No. 23161 y 21841. Risk and vulnerability: the forward looking

role of social protection in a globalizing world. USA.

Banco Mundial (2003). Reporte No. 30256. Social risk management: the World Bank´s

approach to social protection in a globalizing world. Vol. 1. USA.

Banco Mundial (2004). La Cobertura, en Pension Reform Primer.

Barr, N. (1998). The Economics of Welfare State, 3a Edición, Oxford University Press, Oxford.

Barr, N. (2001). The Welfare State as Piggy Bank: Information, Risk, Uncertainty and the Role of

the State, Oxford University Press, Oxford.

Basu K. y López C. F. (2002). Functionings and Capabilities; en Arrow, Sen y Suzumura (eds.),

Handbook of Social Choice and Welfare, Elsevier, North Holland.

131

Becker G., Rayo L. (2007). Evolutionary Efficiency and Happiness. Journal of Political Economy,

vol. 115, No. 2. The University of Chicago.

Bertranou, F. (2002). Ampliando la protección: El papel de las pensiones mínimas y de la

asistencia social. Pensiones no contributivas y asistenciales en Argentina, Brasil, Chile,

Costa Rica y Uruguay. Asociación Internacional de la Seguridad Social. Seminario sobre

bases financiera y actuariales de los regímenes de pensiones, Santiago de Chile.

Noviembre.

Bertranou, F. (2004). Protección Social, Mercado Laboral, Organización Internacional del

Trabajo.

Bertranou, F. (2004). Sistemas de Jubilaciones y Pensiones en América Latina: Reformas,

Paradigmas y Temas Emergentes, mímeo, OIT.

Beshears J., Choi J., Laibson D., Madrian B. (2008). How are preferences revealed?. National

Bureau of Economic Research . NBER Working Paper No. 13976. Cambridge, MA. April.

Blinder A. (1982). Private pensions and public pensions: Theory and fact. National Bureau of

Economic Research. NBER Working Paper No. 902. Cambridge, MA. June.

Blocker A., Kotlikoff L., Ross S. (2008). The true cost of social security. National Bureau of

Economic Research. NBER Working Paper No. 14427. Cambridge, MA. October.

Boadway, R. E. W., (1984). Public Sector Economics, Little Brown and Company. Toronto,

Canadá.

Bound J., Stinebrickner T., Waidmann T. (2007). Health, economic resources and the work

decisions of older men. National Bureau of Economic Research. NBER Working Paper No.

13657. Cambridge, MA. November.

Bravo J. (2000). Envejecimiento de la población y sistema de pensiones en América Latina.

Revista de la CEPAL. No. 72. Chile.

Card D., Ransom M. (2007). Pension plan characteristics and framing effects in employee

savings behavior. National Bureau of Economic Research. NBER Working Paper No.

13275. Cambridge, MA. July.

Cawley J., Moran J., Simon K. (2008). The impact of income on the weight of elderly Americans.

National Bureau of Economic Research. NBER Working Paper No. 14104. Cambridge, MA.

June.

Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE) (2003a). América Latina y El Caribe: El

envejecimiento de la población 1950-2050, Boletín Demográfico, 72, CEPAL.

Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE) (2003b): "América Latina y Caribe:

Estimaciones y proyecciones de población 1950-2050", Boletín Demográfico, 73, CEPAL.

132

Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE). Estimaciones y proyecciones de la población

de ambos sexos por años calendario y edades simples, 1950 -2050.

CEPAL (2002). Estrategia internacional para la acción sobre el envejecimiento. Cumbre Mundial

de Envejecimiento. Madrid.

CEPAL (2006). Acceso, financiamiento y solidaridad. Trigésimo primer período de sesiones de la

CEPAL Montevideo, Uruguay. Impreso en Chile.

Chackiel J. (2000). El envejecimiento de la población latinoamericana ¿hacia una relación de

dependencia favorable? Centro Latinoamericano de Demografía –CELADE. Serie población y

desarrollo. Chile.

Coale, A. J., & Hoover, E. (1958). Population Growth and Economic Development in Low-

Income Countries. Princeton: Princeton University Press.

Comisión Económica para América Latina y el Caribe www.eclac.org

Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) (2002). Problemas de financiación y

opciones de solución. Informe sobre la Seguridad Social en América. México.

Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) (2005). Mercado laboral y seguridad

social en una sociedad que envejece: un Resumen para México. México.

Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social www.coneval.gob.mx

Consejo Nacional de Población (2004). Envejecimiento de la población de México. Reto del

siglo XXI, México, noviembre, Distrito Federal.

Consejo Nacional de Población (2006). Los retos del envejecimiento y la discapacidad: empleo y

aseguramiento, convenios internacionales de seguridad social. México.

Consejo Nacional de Población www.conapo.gob.mx

Consejo Nacional de Población. Prever las demandas del envejecimiento demográfico y brindar

más y mejores oportunidades al adulto mayor. Informe de ejecución 2004-2005 del

Programa Nacional de Población 2001-2006. Secretaría General del Consejo Nacional de

población.

Del popolo, F., 2001, Características sociodemográficas y socioeconómicas de las personas de

edad en América Latina, Serie Población y Desarrollo, núm. 19, Cepal/Celade,

noviembre, Santiago de Chile.

Del Popolo, Faviana. Características del adulto mayor en América Latina. CELADE. CEPAL.

Diario oficial de la federación (2007). Ley del instituto del Instituto de Seguridad y Servicios

Sociales de los trabajadores del Estado. México.

133

Dornbusch R., Fisher S., Startz R., (2002). Macroeconomía, Octava Edición, Ed. Mc. Graw Hill.

Madrid, España; pp. 310-331.

Ehrlich I., Jinyoung K. (2007). Has social security influenced family formation and fertility in

OECD countries? An economic and econometric analysis. National Bureau of Economic

Research. NBER Working Paper No. 12869. Cambridge, MA. January.

Feldstein M. (1980). Private pensions and inflation. National Bureau of Economic Research.

NBER Working Paper No. 568. Cambridge, MA. October.

Frank R. (2001). Microeconomía y conducta. Cuarta edición. Ed. Mc Graw Hill. España, Aravaca.

Garro B. N. (2003). “La seguridad social en México. Contribuciones y prestaciones. 1983-2001”

(2003). Revista Seguridad Social. Número 243. Julio-agosto 2003. Conferencia

Interamericana de Seguridad Social. Págs. 17-35.

Garro B. N. (2003). “La seguridad social y el mercado laboral en América”. Revista Seguridad

Social. Número 240. Enero-febrero 2003. Conferencia Interamericana de Seguridad Social.

Págs. 11-27.

Garro B. N. (2004). “México. Cuotas y valoración y de los servicios IMSS: incidencia en el

empleo cubierto”. Revista Seguridad Social. Número 251. Conferencia Interamericana de

Seguridad Social. Págs. 1-7.

Garro B. N. (2007). Seguridad social: reflexiones y algunos hechos del caso mexicano. En

Molina, R. (coord.). La seguridad social: retos de hoy. UAM.

Garro B. N. y Meléndez B. J. (2004). “Un análisis de los diferenciales salariales entre

trabajadores con y sin seguridad social IMSS”. En Aragonés, A. et al. Análisis y perspectivas

de la globalización. Un debate teórico. Vol. II, No. 1, cap. VII. ISBN 970-722-436-3. Editorial

FES ENEP ACATLAN UNAM y Plaza y Valdés. Primera edición. 2005.

Garro B. N., Martínez, G. y Miranda, M. (2005). “La seguridad social en América”. En Informe

sobre la seguridad social en América. 2005. Conferencia Interamericana de Seguridad

Social. México. Capítulo III.

Garro B. N., Meléndez B. J. y Rodríguez-Oreggia, E. (coords.) (2002). Problemas de Financiación

y opciones de solución. Informe sobre la Seguridad Social en América 2002. Conferencia

Interamericana de Seguridad Social. México. Versión en español y en inglés. 116 páginas.

Garro B. N., Meléndez B. J. y Rodríguez-Oreggia, E. (coords.) (2003). Evaluación de las

reformas. Informe sobre la seguridad social en América 2003. Conferencia Interamericana

de Seguridad Social. México. Versión en español y en inglés. 250 páginas.

Garro, N., Meléndez, J. y Rodríguez, E. (2002). “Informe sobre la seguridad social en América

2002. Presentación”. Revista Seguridad Social. Número 239. Enero-febrero 2003.

Conferencia Interamericana de Seguridad Social. Págs. 27-39.

134

Geanakoplos J., Zeldes S. (2008). Reforming social security with progressive personal accounts.

National Bureau of Economic Research. NBER Working Paper No. 13979. Cambridge, MA.

April.

Gill I., Packard T., Yermo J. (2005). Keeping the promise of social security in Latin America,

Washington, D. C., The World Bank, Stanford University Press, U.S.A.

Gomes F., Kotlikoff L., Viceira L. (2008). Optimal life-cycle investing with flexible labor supply a

welfare analysis of life-cycle funs. National Bureau of Economic Research. NBER Working

Paper No. 13966. Cambridge, MA. April.

Grochulski B., Kocherlakota N. (2007). Nonseparable preferences and optimal social security

systems. National Bureau of Economic Research. NBER Working Paper No. 13362.

Cambridge, MA. September.

Gustman A., Steinmeier T. (2008). How changes in social security affect recent retirement

trends. National Bureau of Economic Research. NBER Working Paper No. 14105.

Cambridge, MA. June.

Guzmán, J. M., 2002, “Envejecimiento y desarrollo en América Latina y el Caribe”, en Población

y Desarrollo núm. 28, mayo. Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía, División

de Población, Santiago de Chile.

Hernández L, E., Garro B. N. y Llamas H. I. (2000). Productividad y mercado de trabajo en

México. Plaza y Valdés. México. 267 páginas.

Holzman, Robert (2001). New ideas about old age security: toward sustainable pension

systems in the 21st. century. USA.

Holzmann, R. y Hinz, R. (2005). Old-Age Income Support in the 21st Century: An International

Perspective on Pension Systems and Reform, Banco Mundial, Washington, D.C.

Horneff W., Maurer R., Mitchell O., Stamos M. (2008). Asset allocation and location over the

life cycle with survival- contingent payouts. National Bureau of Economic Research, NBER

Working Paper Series No. 14055. Cambridge, MA. June

Huenchuan, S. y Guzmán J.M., 2006, Seguridad económica y pobreza en la vejez: tensiones,

expresiones y desafíos, Reunión de Expertos sobre Población y Pobreza en América

Latina y el Caribe, del 14–15 de noviembre, organizado por CEPAL/CELADE/UNFPA.

Huenchuan, S., 2006, “Políticas de vejez como mecanismo de promoción de los derechos de las

personas adultas mayores: algunos acercamiento teórico conceptuales”, en Revista

Brasileira de Ciencias do Envelhecimiento Humano, Passo Fundo, julio-diciembre.

IMEF. Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, A. C. (2006). Sistemas de pensiones en

México perspectivas financieras y posibles soluciones. México, D. F.: Alexander Forbes.

135

IMEF. Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, A. C. (2006). Sistemas de pensiones en

México perspectivas financieras y posibles soluciones. México, D. F.: Alexander Forbes.

INEGI (1994 y 1998). Encuesta Sociodemográfica de los Adultos Mayores. México.

Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. Anuarios estadísticos

www.issste.gob.mx

Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (2001). Ley del

Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, México.

Instituto Mexicano de Seguridad Social. Memoria estadística www.imss.gob.mx

Instituto Nacional de Estadística y Geografía www.inegi.gob.mx

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los

Hogares. Varios años.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Varios

años.

James, E. (1999). Coverage under old- age security programs and the uninsured: what are the

issues? Documento de trabajo de investigación de Políticas No. 2163, Banco Mundial.

Jiménez, F. y Cuadros, J. (2003). Ampliación de la cobertura de los sistemas de pensiones en

América Latina, Revista de la CEPAL.

Jiménez, F. y Cuadros, J. (2003). Ampliación de la cobertura de los sistemas de pensiones en

América Latina, Revista de la CEPAL.

Kahneman, D., Odean, T. y Barber, B. (2005). Privatized Pensions: An Irrational Choice, Global

Agenda Magazine.

Kaplow L. (2006). Myopia and the effects of social security and capital taxation on labor supply.

National Bureau of Economic Research. NBER Working Paper No. 12452. Cambridge, MA.

August.

Keynes, J.M. (2000). Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero, Fondo de Cultura

Económica, Santafé de Bogotá, D. C., Impreso en Colombia, quinta reimpresión de la

Segunda edición. pp. 55-86, 102-106.

Krueger D., Ludwig A. (2006). On the consequences of demographic change for rates of returns

to capital, and the distribution of wealth and welfare. National Bureau of Economic

Research. NBER Working Paper No. 12453. Cambridge, MA. August.

Layard P. G. R., (2005). Happiness. Lessons from a new science. Ed. Penguin Press, New York,

E.U.A.

136

Lera L. F. (1999). Insuficiencias de la Teoría del Ciclo Vital en el comportamiento ahorrador.

Universidad de Navarra, España.

Llamas, I. y Garro B., N. (2001). “¿Incentivan las contribuciones a la seguridad social el

crecimiento del empleo informal en México?”. Revista Seguridad Social. Número 232.

Septiembre-Octubre 2001. Conferencia Interamericana de Seguridad Social. Págs. 10-18.

López G. (1987). La economía de las pensiones de la seguridad social: una introducción en La

Economía del sistema de pensiones de la seguridad social (comp.), Ministerio de Trabajo

y Seguridad Social, Madrid.

Mankiw, N. G. (2003). Macroeconomics, Worth Publishers, Fifth Edition, New York, U. S. A.; pp.

432-457.

Mas-Colell A., Whinston M. D., Green J. R. (1995). Microeconomic Theory. Oxford University

Press. New York, Oxford.

Mckinnon R. y Levinsky R. (2005). Social Security: Toward Newfound Confidence. International

Social Security Association. Switzerland.

Mesa-Lago, C. (2002). Models of Development, Social Policy and Reform in Latin America.

United Natios Research Institute for Social Development. Social Policy in a Development

Context. Geneva, Switzerland. Noviembre.

Mesa-Lago, C. (2004). Las reformas de pensiones en América Latina y su impacto en los

principios de la seguridad social, Serie Financiamiento del Desarrollo, 144, CEPAL.

Mesa-Lago, C. (2000). Estudio comparativo de los costos fiscales en la transición de ocho

reformas de pensiones en América Latina, Serie Financiamiento del Desarrollo, 93,

CEPAL.

Mill, S. (1861). Utilitarianism, 1993. Editado por Williams, G. Londres. Editorial Everyman.

Modigliani, F. y Brumberg, R. (1954) Utility analysis and aggregate consumption functions: An

attempt at integration, en ABEL, A., The Collected Papers of Franco Modigliani, vol. 2,

MIT Press, Cambridge, 1980, pp. 128-197.

Modigliani, F. (1986). El ciclo vital, el ahorro individual y la riqueza de las naciones. Papeles de

Economía Española, núm 28; pp. 297-315.

Molina C. (2005). Universalismo básico. Una nueva política social para América Latina. Banco

Interamericano de Desarrollo. Ed. Planeta. Washington, D. C. Octubre.

Molina S. R. coord. (2007). La seguridad social: retos de hoy. México. Universidad Autónoma

Metropolitana. Unidad Iztapalapa.

Narro R. J. (1993). La seguridad social en los albores del siglo XXI, México.

137

Novy-Marx R., Rauh J. (2008). The intergenerational transfer of public pension promises.

National Bureau of Economic Research. NBER Working Paper No. 14343. Cambridge, MA.

September.

Nussbaum, M. (2002) Las mujeres y el desarrollo humano: el enfoque de las capacidades. Ed.

Herder. Barcelona.

OECD (2008). Growing Unequal? Income distribution and poverty in OECD countries, Paris.

Organización Internacional del Trabajo (OIT). (1984). Introducción a la Seguridad Social,

Ginebra, Suiza.

Organización Internacional del Trabajo www.ilo.org

Orszag, P. y Stiglitz, J.E. (2001): Rethinking Pension Reform: Ten Myths about Social Security

Systems, en Holzmann, R. y Stiglitz, J.E. (eds.): New Ideas about Old Age Security, Banco

Mundial, Washington, D.C., 17-57.

Partida B. V (2004). La transición demográfica y el proceso de envejecimiento en México.

Publicaciones del Consejo Nacional de Población. México.

Rawls J. (1971). A theory of justice. Cambridge. MA. Harvard University Press.

Rawls J. (2002). Justicia como equidad. Materiales para una teoría de la justicia. Madrid,

Tecnos.

Rawls J. (2006). Teoría de la justicia. 6ª reimpresión, México: FCE.

Rawls, J. (1993). Liberalismo Político. Fondo de Cultura Económica. México.

Rawls, J. (1999). The Idea of an Overlapping Consensus, en Collected Papers, Cambridge,

Harvard University Press,

Rawls, J. (1971). A theory of justice. Harvard University Press. Cambridge, Mass. USA.

Richard L. (2005). Happiness. Lessons from a new science, The penguin press, New York, U. S.

A.

Rofman R. (2005). Social security coverage in Latin America. Social protection unit human

development Network, The World Bank.

Rofman R. y Lucchetti L. (2006). Pension systems in Latin America: Concepts and

measurements of coverage. Social Protection Discussion Paper No. 616. Working Paper

38170. World Bank, Washington D. C. Noviembre.

Sala-i-Martin X. (1996). A Positive Theory of Social Security. Journal of Economic Growth. June;

pp. 277-304.

138

Sala-i-Martin X. y Mulligan C. B. (1999). Social Security in theory and practice (I): Facts and

political theories. National Bureau of Economic Research, NBER Working Paper Series,

Working Paper 71118. Mayo.

Sala-i-Martin X. y Mulligan C. B. (1999). Social Security in theory and practice (I): Facts and

political theories. National Bureau of Economic Research, NBER Working Paper Series,

Working Paper 71119. Mayo.

Schmidt–Hebbel, K., (1998). “Consumo e inversión en Chile (1974-1982): Una interpretación

real del boom”. En F. Morandé y K. Schmidt-Hebbel (editores): Del auge a la crisis de

1982. IIMC-ILADES /Georgetown University, Santiago, Chile.

Schmidt–Hebbel, K., (2000). The Economics of saving and growth: Theory, Evidence, and

implications for policy. Cambridge University Press. 1999-2000.

Scott, J. (2007) Efectos económicos de los sistemas de pensiones. CIDE.

Sen K. A. (1996). On the foundations of welfare economics: utility, capability, and practical

reason. En Farina F., Hahn F., Vannuci S. (edited). Ethics, Rationality, and economic

behaviour, pp. 50-65. Oxford University Press. United States.

Sen K. A. (1997). Choice. Welfare and Measurement, Oxford: Basil Blackwell. Cambridge,

Mass.:Harvard University Press.

Sen K. A. (2000). Desarrollo y libertad. México. Ed. Planeta; pp. 29-336.

Sen K. A. (2000). Development as Freedom, winner of the Nobel Prize in Economics, First

Anchor Books Edition Trade. New York.

Sen K. A. (2001). La desigualdad económica. Edición ampliada con un anexo fundamental de

James E. Foster y Amartya Sen. Fondo de Cultura Económica. México.

Sen K. A. (2008). The economics of happiness and cabability. En Bruni L., Comim F., Pugno M.

(edited). Capabilities and happiness, pp 1-27. Oxford University Press. United States.

Sen, A. (1995). The Political Economy of Social Targeting, en Van de Waller, D. y Nead, K. (eds.):

Public Spending and the Poor: Theory and Evidence, John Hopkins University Press,

Baltimore, 11-24.

Sistema Nacional de Información en Salud sinais.salud.gob.mx

Solís S. F. (2001). Los sistemas de pensiones en México: agenda pendiente, en Una Agenda para

las Finanzas Públicas en México. Arturo M. Fernández. Ed. México D. F. Impesora Aldina

S. A. pp. 187-295.

Solís S. F., Villagómez A. (1999). La seguridad social en México, Trimestre económico, Fondo de

Cultura Económica, México D. F.

139

Tabellini G. (1990). A positive theory of social security. National Bureau of Economic Research.

NBER Working Paper No. 3272. Cambridge, MA. February.

Taylor L. (1984). Social choice theory and the world in which we live, Cambridge Journal

Economics, 1984; pp. 189-196

United Nations. (2007). World economic and social survey 2007. Development in an ageing

world, New York.

Uthoff A. (2002). Mercado de trabajo y sistemas de pensiones, Revista de la CEPAL, 78.

Uthoff A. (2006). Brechas del estado de bienestar y reformas a los sistemas de pensiones en

América Latina, Revista de la CEPAL Nº 89, Agosto. Centro de Estudios para América

Latina y el Caribe. pp. 9-23.

Villar A. (1988). La lógica de la elección social: una revisión de los resultados básicos.

Investigaciones económicas. Segunda época. Vol. XII, núm. 1, Universidad de Alicante, St.

Antony’s College, Oxford pp. 3-44.

Villar A. (1988). La lógica de la elección social: una revisión de los resultados básicos.

Investigaciones económicas. Segunda época. Vol. XII, núm. 1, Universidad de Alicante, St.

Antony’s College, Oxford pp. 3-44.

Weil D. (2006). Population aging. National Bureau of Economic Research. NBER Working Paper

No. 12147. Cambridge, MA. March.

Willmore, L. (2006). Universal Pensions in Low Income Countries, International Institute for

Applied Systems Analysis (IIASA), Luxemburg, Austria. Mayo.

World Bank (2005). México: Income generation and social protection for de poor, report

number, 36853, enero, Washington.

140

Anexo 1. Ejercicios de programación en el paquete estadístico

Stata.

A. Para el año 1992 se hizo el siguiente DO – FILE

Clear; *GENERANDO UNA BITÁCORA DE RESULTADOS

log using "C:\Users\Alida Landeros\Desktop\pobreza92_1.smcl";

*ASIGNANDO MEMORIA

set mem 300m;

*ABRIENDO LA BASE DE DATOS DE POBLACIÓN DE LA ENIGH

use "C:\Users\Alida Landeros\Desktop\poblacion92.dta", clear;

*CONVIRTIENDO EN NUMÉRICA LA VARIABLE PARENTESCO destring parentesco, replace; *LIMPIANDO LA BASE DE DATOS keep if ((parentesco>=3 & parentesco<=7) | (parentesco==1)); *GENERANDO LA VARIABLE DEL ADULTO MAYOR gen edad65= 1 if (edad>=65 & edad<=97); *GENERANDO LA VARIABLE OCUPADOS gen ocup= 1 if real(substr(ocupacion,1,2))>0 & real(substr(ocupacion,1,2))!=.; recode ocup (.=0); *GENERANDO LA VARIABLE DESOCUPADOS gen noocup = 1 if ocup==0; *GENERANDO LA VARIABLE OCUPADOS- ADULTOS MAYORES gen ocup65 = 1 if ocup==1 & edad65==1; *GENERANDO LA VARIABLE DESOCUPADOS- ADULTOS MAYORES gen noocup65 = 1 if noocup==1 & edad65==1; *GENERANDO LA VARIABLE SEGURIDAD SOCIAL gen segu= .; foreach x in 1 2 3 4 5 6 { gen p`x'= substr(prestacio1,`x',1)

141

replace segu= 1 if (p`x'=="1" | p`x'=="2" | p`x'=="3"); } ; *GENERANDO LA VARIABLE SEGURIDAD SOCIAL- ADULTOS MAYORES gen segu65= 1 if edad65==1 & segu==1; gen ocupseg65 = 1 if segu65==1 & ocup65==1; gen jubil = 1 if causa_n_t=="14"; gen jubil65 = 1 if jubil==1 & noocup==1 & edad65==1; ***INTEGRANTES DEL HOGAR DE 12 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS*** gen pei = 1 if (causa_n_t>="12" & causa_n_t<="17"); recode pei (.=0); gen pei65 = 1 if pei==1 & edad65==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS gen peiocup65 = 1 if pei65==1 & ocup==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS OCUPADOS gen peinoocup65=1 if pei65==1 & noocup==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS NO OCUPADOS gen peisegu65= 1 if pei65==1 & segu65==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS CON SEGURIDAD SOCIAL gen peijubil65=1 if pei65==1 & jubil65==1; //INTEGRANTES DEL HOGAR DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVOS CON PENSIóN O JUBILADO POR SU TRABAJO *GENERANDO UNA BASE DE DATOS collapse (sum) edad65 ocup noocup ocup65 noocup65 segu segu65 ocupseg65 jubil jubil65 pei pei65 peiocup65 peisegu65 peinoocup65 peijubil65, by(folio); sort folio; *COMBINANDO BASES DE DATOS merge folio using "C:\Users\Alida Landeros\Desktop\basefinal_92.dta", unique; tab _merge ; drop _merge ; *GENERANDO FACTOR POBLACIÓN ADULTO MAYOR gen factor_am=edad65*factor; *Pobreza alimentaria tabstat edad65 segu65 ocup65 ocupseg65 noocup65 jubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp1); *Pobreza capacidades tabstat edad65 segu65 ocup65 ocupseg65 noocup65 jubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp2); *Pobreza patrimonial tabstat edad65 segu65 ocup65 ocupseg65 noocup65 jubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp3); *POBREZA ALIMENTARIA (POBLACIóN DE 65 AñOS Y MáS NO ECONóMICAMENTE ACTIVA) tabstat edad65 pei65 peiocup65 peisegu65 peinoocup65 peijubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp1);

142

*POBREZA CAPACIDADES (POBLACIóN NO ECONóMICAMENTE ACTIVA) tabstat edad65 pei65 peiocup65 peisegu65 peinoocup65 peijubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp2); *POBREZA PATRIMONIAL (POBLACIóN NO ECONóMICAMENTE ACTIVA) tabstat edad65 pei65 peiocup65 peisegu65 peinoocup65 peijubil65 [w=factor_am], stats(mean sum) format(%18.6f) by(poblp3); *LINEAS DE POBREZA PARA LOS ADULTOS MAYORES gen lin_pobalim1=167955.32 if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp1; gen lin_pobcap1=205997.2012065 if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp2; gen lin_pobpat1=336985.5560544 if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp3; gen lin_pobalim2=124750.50 if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp1; gen lin_pobcap2=147492.51615 if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp2; gen lin_pobpat2=226372.2573 if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp3; replace intpc=0 if intpc<0; gen inpc=intpc/edad65; *Urbano gen brechaalim1= (lin_pobalim1-inpc); gen brechacap1= (lin_pobcap1-inpc); gen brechapat1= (lin_pobpat1-inpc); *Rural gen brechaalim2= (lin_pobalim2-inpc); gen brechacap2= (lin_pobcap2-inpc); gen brechapat2= (lin_pobpat2-inpc); sum brechaalim1 [w=factor_am] if edad65!=0; *PROMEDIO Y SUMA DE LAS BRECHAS POR ESTRATO tabstat brechaalim1 brechacap1 brechapat1 brechaalim2 brechacap2 brechapat2 [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); *INGRESO MEDIO DE TODOS LOS ADULTOS MAYORES tabstat inpc [w=factor_am] if edad65!=0, stats(mean) format(%18.6f); sum inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp2==1; *INGRESO MEDIO DE LOS ADULTOS MAYORES POR TIPO DE POBREZA tabstat inpc [w=factor_am] if edad65!=0, stats(mean) format(%18.6f) by( poblp1); tabstat inpc [w=factor_am] if edad65!=0, stats(mean) format(%18.6f) by( poblp2); tabstat inpc [w=factor_am] if edad65!=0, stats(mean) format(%18.6f) by( poblp3);

143

*PARA EL CALCULO DEL COEFICIENTE DE GINI inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp1==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp2==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp3==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato<=2; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato>=3; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp1==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp2==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato<=2 & poblp3==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp1==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp2==1; inequal inpc [w=factor_am] if edad65!=0 & estrato>=3 & poblp3==1; *BRECHAS Y FALTANTES DEL CUADRO FINAL DE COMPONENTES DEL INDICADOR SEN 1992 ****Brecha pobreza alimentaria urbana gen brechaalim_hpurb= ( lin_pobalim1-inpc) if poblp1==1 & edad65!=0 & estrato<=2; sum brechaalim_hpurb [w=factor_am]; tabstat brechaalim_hpurb [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); ***Brecha pobreza alimentaria rural gen brechaalim_hprur= ( lin_pobalim2-inpc ) if poblp1==1 & edad65!=0 & estrato>=3; sum brechaalim_hprur [w=factor_am]; tabstat brechaalim_hprur [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); ***Brecha pobreza capacidades urbana gen brechacap_hpurb= ( lin_pobcap1-inpc) if poblp2==1 & edad65!=0 & estrato<=2; sum brechacap_hpurb [w=factor_am]; tabstat brechacap_hpurb [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); ***Brecha pobreza capacidades rural gen brechacap_hprur= ( lin_pobcap2-inpc) if poblp2==1 & edad65!=0 & estrato>=3; sum brechacap_hprur [w=factor_am]; tabstat brechacap_hprur [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f);

144

***Brecha pobreza patrimonial urbana gen brechapat_hpurb= ( lin_pobpat1-inpc) if poblp3==1 & edad65!=0 & estrato<=2; sum brechapat_hpurb [w=factor_am]; tabstat brechapat_hpurb [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); ***Brecha pobreza patrimonial rural gen brechapat_hprur= ( lin_pobpat2-inpc) if poblp3==1 & edad65!=0 & estrato>=3; sum brechapat_hprur [w=factor_am]; tabstat brechapat_hprur [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f); tabstat brechaalim_hpurb brechaalim_hprur brechacap_hpurb brechacap_hprur brechapat_hpurb brechapat_hprur [w=factor_am], stats (mean sum) format(%18.6f)by(rururb); tabstat edad65 [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp1==1, stats (mean sum) format(%18.6f) by (rururb); tabstat edad65 [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp2==1, stats (mean sum) format(%18.6f) by (rururb); tabstat edad65 [w=factor_am] if edad65!=0 & poblp3==1, stats (mean sum) format(%18.6f) by (rururb); tabstat edad65 [w=factor_am] if poblp1==1, stats (mean sum) format(%18.6f) by (rururb); ***INGRESO MEDIO POR ESTRATO Y NIVEL DE POBREZA tabstat inpc if poblp1==1 & edad65!=0 [w=factor_am], stats (mean sum) by(rururb); tabstat inpc if poblp2==1 & edad65!=0 [w=factor_am], stats (mean sum) by(rururb); tabstat inpc if poblp3==1 & edad65!=0 [w=factor_am], stats (mean sum) by(rururb); log close; save "C:\Users\Alida Landeros\Desktop\población mayores-pobrezas92.dta";

B. Para generar la base pobreza, CONEVAL proporciona en su página de

internet el siguiente DO- FILE que corresponde al año 2008.

#delimit; clear; cap clear; cap log close; set mem 500m;

145

********************************************************* Este programa debe ser utilizado con el Software Stata versión 8 o superior. Todas las bases de datos de la ENIGH 2008 pueden ser obtenidas en la página de internet del INEGI, www.inegi.gob.mx, y deben estar convertidas a formato *.dta (Stata) En este programa se utilizan las siguientes bases, renombrándolas de la siguiente forma: Base de ingresos: ingreso08.dta Bases de gasto monetario: *gastodiario.dta *gastos.dta *gastoeduca.dta Base de gasto no monetario: nomonetario.dta Base de concentrado: concentrado.dta En este programa se utilizan tres tipos de archivos, los cuales están ubicados en las siguientes carpetas: 1) Bases originales: "C:\MedicionPobreza\2008\Stata\ENIGH" 2) Bases generadas: "C:\MedicionPobreza\2008\Stata\Bases" 3) Bitácoras: "C:\MedicionPobreza\2008\Stata\log" Para cambiar estas ubicaciones, se modifican los siguientes globals; gl data="C:\MedicionPobreza\2008\Stata\ENIGH"; gl log="C:\MedicionPobreza\2008\Stata\log"; gl bases="C:\MedicionPobreza\2008\Stata\Bases"; log using "$log\Pobreza 2008 17Jul09.txt", text replace; ********************************************************* * * PROGRAMA PARA LA MEDICIÓN DE LA POBREZA 2008 * ********************************************************* Última modificación: 18 de julio del 2009 ********************************************************* *Parte I *Creación del ingreso monetario deflactado a pesos de agosto del 2008. Los deflactores se crean previamente a partir del INPC

146

general (ver Nota Técnica). En esta parte se crea la base: "$bases\ingreso_deflactado08.dta" la cual se encuentra a nivel de hogar (folio). ********************************************************; *Ingresos; use "$data\ingresos.dta"; ************; gen str folio= folioviv + foliohog; *Las variables mes_1 mes_2 mes_3 mes_4 mes_5 mes_6 definen los meses a los que corresponden cada uno de los ingresos de la persona en los seis meses anteriores al levantamiento de la información. Estas variables toman cuatro valores cada una: mes_1 7 8 9 10 mes_2 6 7 8 9 mes_3 5 6 7 8 mes_4 4 5 6 7 mes_5 3 4 5 6 mes_6 2 3 4 5 Así, se sabe que la encuesta fue levantada entre los meses de agosto y noviembre, y, por lo tanto, al preguntarse por los ingresos de los seis meses anteriores se recolectó información correspondiente a los meses de febrero, marzo, abril, mayo, junio y julio;

147

*Definición de los deflactores 2008; scalar ene08 = 0.973529049 ; scalar feb08 = 0.976423103 ; scalar mar08 = 0.983500031 ; scalar abr08 = 0.9857381 ; scalar may08 = 0.984673088 ; scalar jun08 = 0.988747916 ; scalar jul08 = 0.994258196 ; scalar ago08 = 1 ; scalar sep08 = 1.006814534 ; scalar oct08 = 1.013675372 ; scalar nov08 = 1.025197567 ; scalar dic08 = 1.032297648 ; *La estrategia para deflactar será dividir cada columna de ingreso por el deflactor correspondiente a su mes y la decena en que fue levantado; replace ing_6=ing_6/feb08 if mes_6==2; replace ing_6=ing_6/mar08 if mes_6==3; replace ing_6=ing_6/abr08 if mes_6==4; replace ing_6=ing_6/may08 if mes_6==5; replace ing_5=ing_5/mar08 if mes_5==3; replace ing_5=ing_5/abr08 if mes_5==4; replace ing_5=ing_5/may08 if mes_5==5; replace ing_5=ing_5/jun08 if mes_5==6; replace ing_4=ing_4/abr08 if mes_4==4; replace ing_4=ing_4/may08 if mes_4==5; replace ing_4=ing_4/jun08 if mes_4==6; replace ing_4=ing_4/jul08 if mes_4==7; replace ing_3=ing_3/may08 if mes_3==5; replace ing_3=ing_3/jun08 if mes_3==6; replace ing_3=ing_3/jul08 if mes_3==7; replace ing_3=ing_3/ago08 if mes_3==8; replace ing_2=ing_2/jun08 if mes_2==6; replace ing_2=ing_2/jul08 if mes_2==7; replace ing_2=ing_2/ago08 if mes_2==8; replace ing_2=ing_2/sep08 if mes_2==9; replace ing_1=ing_1/jul08 if mes_1==7; replace ing_1=ing_1/ago08 if mes_1==8; replace ing_1=ing_1/sep08 if mes_1==9; replace ing_1=ing_1/oct08 if mes_1==10; *Se deflacta la clave P008 (Reparto de utilidades)

148

con el deflactor de mayo a agosto 2008 y se obtiene el promedio mensual.; replace ing_1=(ing_1/may08)/12 if clave=="P008"; *Una vez realizada la deflactación, se procede a obtener el ingreso mensual promedio en los últimos seis meses, para cada persona y clave de ingreso; egen double ing_mens=rmean(ing_1 ing_2 ing_3 ing_4 ing_5 ing_6); *Para obtener el ingreso corriente monetario, se seleccionan las claves de ingreso correspondientes; gen double ing_mon=ing_mens if (clave>="P001" & clave<="P008") | (clave>="P011" & clave<="P013") | (clave>="P015" & clave<="P018") | (clave>="P020" & clave<="P045") | (clave=="P063") | (clave>="P067" & clave<="P080"); gen double ing_lab=ing_mens if (clave>="P001" & clave<="P007") | (clave=="P011") | (clave=="P013") | (clave=="P015") | (clave>="P017" & clave<="P018") | (clave>="P020" & clave<="P022") | (clave=="P063") | (clave>="P067" & clave<="P080"); gen double ing_trab=ing_mens if (clave>="P001" & clave<="P007") | (clave=="P011") | (clave=="P013") | (clave=="P015") | (clave>="P017" & clave<="P018") | (clave=="P063"); gen double ing_negp=ing_mens if (clave>="P067" & clave<="P080") | (clave>="P020" & clave<="P022"); gen double ing_rent=ing_mens if (clave=="P012") | (clave=="P016") | (clave>="P023" & clave<="P031"); gen double ing_tran=ing_mens if (clave>="P032" & clave<="P045"); *A continuación se estima el total de ingresos de cada hogar y fuente de ingreso, y se guarda la base en un archivo aparte; collapse (sum) ing_mon ing_lab ing_trab ing_negp ing_rent ing_tran, by(folio); label var folio "Identificador del hogar"; label var ing_mon "Ingreso corriente monetario del hogar"; label var ing_lab "Ingreso laboral"; label var ing_trab "Ingreso por remuneraciones al trabajo"; label var ing_negp "Ingresos por negocios propios"; label var ing_rent "Ingresos por renta de la propiedad"; label var ing_tran "Ingresos por transferencias";

149

sort folio; save "$bases\ingreso_deflactado08.dta", replace; ********************************************************* Parte II Creación del gasto monetario deflactado a pesos de agosto de 2008. Los deflactores se crean previamente a partir del INPC según aparece en la Nota Técnica. Se crea la base: "$bases\gastomonetario_def08.dta" la cual se encuentra a nivel de hogares (folio). *********************************************************; *Gasto Monetario En la ENIGH 2008 hay 3 bases de gasto que se utilizan: * gastodiario: que contiene las claves de Alimentos y Transporte Público. * gastoeduca: que contiene las claves de Educación (E001 a E007). * gastos: que contiene todas las demás claves que se utilizan. *Se unen las 3 bases de gasto contenidas en la ENIGH 2008; use "$data\gastodiario.dta"; append using "$data\gastos.dta"; append using "$data\gastoeduca.dta"; gen str folio= folioviv + foliohog; *En el caso de la información de gasto, para deflactar se utiliza la decena de levantamiento de la encuesta, la cual se encuentra en la tercera posición del folio del hogar. En primer lugar se obtiene una variable que identifique la decena de levantamiento; gen decena=real(substr(folio,3,1)); tab decena; *Al comparar con la información del catálogo, se observa que la información se levantó en nueve decenas, correspondientes a: Decena | Periodo de levantamiento Periodo de referencia de mes pasado 0 | 11-17 de Agosto Julio 1 | 21-27 de Agosto Julio 2 | 31-06 de Septiembre Agosto 3 | 10-16 de Septiembre Agosto

150

4 | 20-26 Septiembre Agosto 5 | 30-06 de Octubre Septiembre 6 | 10-16 de Octubre Septiembre 7 | 20-26 de Octubre Septiembre 8 | 30-05 de Noviembre Octubre 9 | 09-15 de Noviembre Octubre Así, para realizar el análisis, y conforme a lo establecido en la información de la ENIGH2008, se tomarán como periodos de referencia: Decena | Periodo de referencia /Semanal /Mensual /Trimestral /Semestral 0 | /Agosto/Julio /Mayo a julio /Febrero a julio 1 | /Agosto/Julio /Mayo a julio /Febrero a julio 2 | /Agosto/Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 3 | /Septiembre /Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 4 | /Septiembre /Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 5 | /Septiembre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 6 | /Octubre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 7 | /Octubre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 8 | /Octubre /Octubre /Agosto a octubre /Mayo a octubre 9 | /Noviembre /Octubre /Agosto a octubre /Mayo a octubre *Los rubros a considerar según la metodología del CTMP, serán: Rubro /Periodicidad /Nombre del deflactor Alimentos y bebidas no alcohólicas /Semanal /d11wmes Bebidas alcohólicas y tabaco /Semanal /d12wmes Vestido y calzado /Trimestral /d2tmesini Vivienda y servicios de conservación /Mensual /d3mmes Estimación del alquiler /No se deflactará /No se deflactará Artículos y servicios de limpieza /Mensual /d42mmes Cristalería y utensilios domésticos /Trimestral /d42tmesini Enseres domésticos y muebles /Semestral /d41smesini Cuidados de la salud /Trimestral /d51tmesini Transporte público /Semanal /d611wmes Transporte foráneo /Semestral /d6smesini Comunicaciones /Mensual /d6mmes Educación básica /Mensual /d7mmes Cuidado personal /Mensual /d23mmes Accesorios personales /Trimestral /d23tmesini Otros gastos y transferencias /Semestral /dINPCsmesini Regalos otorgados /Semestral /dINPCsmesini *Definición de los deflactores; *Rubro 1.1 semanal, Alimentos; scalar d11w07= 0.992849335 ;

151

scalar d11w08= 1.000000000 ; scalar d11w09= 1.007547538 ; scalar d11w10= 1.013695578 ; scalar d11w11= 1.031951707 ; *Rubro 1.2 semanal, Bebidas alcohólicas y tabaco; scalar d12w07= 0.9932201 ; scalar d12w08= 1.000000000 ; scalar d12w09= 1.004577412 ; scalar d12w10= 1.006356646 ; scalar d12w11= 1.009037254 ; *Rubro 2 trimestral, Vestido, calzado y accesorios; scalar d2t05 = 0.995665531 ; scalar d2t06 = 0.996958756 ; scalar d2t07 = 0.999047098 ; scalar d2t08 = 1.002728766 ; *Rubro 3 mensual, Vivienda; scalar d3m07 = 0.9958319 ; scalar d3m08 = 1 ; scalar d3m09 = 1.0030142 ; scalar d3m10 = 1.0168688 ; scalar d3m11 = 1.0365948 ; *Rubro 4.2 mensual, Accesorios y artículos de limpieza para el hogar; scalar d42m07 = 0.991289243 ; scalar d42m08 = 1 ; scalar d42m09 = 1.013674952 ; scalar d42m10 = 1.02126174 ; scalar d42m11 = 1.027860798 ; *Rubro 4.2 trimestral, Accesorios y artículos de limpieza para el hogar; scalar d42t05 = 0.984148069 ; scalar d42t06 = 0.992234399 ; scalar d42t07 = 1.001654732 ; scalar d42t08 = 1.011645564 ; *Rubro 4.1 semestral, Muebles y aparatos dómesticos; scalar d41s02 = 0.992557573 ; scalar d41s03 = 0.995164752 ; scalar d41s04 = 0.996819338 ; scalar d41s05 = 0.998708459 ; *Rubro 5.1 trimestral, Salud;

152

scalar d51t05 = 0.996679643 ; scalar d51t06 = 0.998782369 ; scalar d51t07 = 1.000350038 ; scalar d51t08 = 1.00260528 ; *Rubro 6.1.1 semanal, Transporte público urbano; scalar d611w07 = 0.980054808 ; scalar d611w08 = 1 ; scalar d611w09 = 1.016238497 ; scalar d611w10 = 1.020556684 ; scalar d611w11 = 1.027320837 ; *Rubro 6 mensual, Transporte; scalar d6m07 = 0.990822285 ; scalar d6m08 = 1 ; scalar d6m09 = 1.007629278 ; scalar d6m10 = 1.014032711 ; scalar d6m11 = 1.019274815 ; *Rubro 6 semestral, Transporte; scalar d6s02 = 0.979756067 ; scalar d6s03 = 0.985035808 ; scalar d6s04 = 0.990415013 ; scalar d6s05 = 0.996299612 ; *Rubro 7 mensual, Educación y esparcimiento; scalar d7m07 = 0.996539589 ; scalar d7m08 = 1 ; scalar d7m09 = 1.018093842 ; scalar d7m10 = 1.020146628 ; scalar d7m11 = 1.023013196 ; *Rubro 2.3 mensual, Accesorios y cuidados del vestido; scalar d23m07 = 1.008233945 ; scalar d23m08 = 1 ; scalar d23m09 = 0.998860856 ; scalar d23m10 = 1.007889908 ; scalar d23m11 = 1.012568807 ; *Rubro 2.3 trimestral, Accesorios y cuidados del vestido; scalar d23t05 = 1.004801223 ; scalar d23t06 = 1.00401631 ; scalar d23t07 = 1.002364934 ; scalar d23t08 = 1.002250255 ;

153

*INPC semestral; scalar dINPCs02 = 0.985556739 ; scalar dINPCs03 = 0.989486222 ; scalar dINPCs04 = 0.993371972 ; scalar dINPCs05 = 0.998028184 ; *Una vez definidos los deflactores, se seleccionan los rubros de gasto de la Metodología del CTMP; gen double gasm=gas_tri/3; *Gasto en Alimentos deflactado (semanal); gen ali_m=gasm if (clave>="A001" & clave<="A222") | (clave>="A242" & clave<="A247"); replace ali_m=ali_m/d11w08 if decena==0; replace ali_m=ali_m/d11w08 if decena==1; replace ali_m=ali_m/d11w08 if decena==2; replace ali_m=ali_m/d11w09 if decena==3; replace ali_m=ali_m/d11w09 if decena==4; replace ali_m=ali_m/d11w09 if decena==5; replace ali_m=ali_m/d11w10 if decena==6; replace ali_m=ali_m/d11w10 if decena==7; replace ali_m=ali_m/d11w10 if decena==8; replace ali_m=ali_m/d11w11 if decena==9; *Gasto en Alcohol y tabaco deflactado (semanal); gen alta_m=gasm if (clave>="A223" & clave<="A241"); replace alta_m=alta_m/d12w08 if decena==0; replace alta_m=alta_m/d12w08 if decena==1; replace alta_m=alta_m/d12w08 if decena==2; replace alta_m=alta_m/d12w09 if decena==3; replace alta_m=alta_m/d12w09 if decena==4; replace alta_m=alta_m/d12w09 if decena==5; replace alta_m=alta_m/d12w10 if decena==6; replace alta_m=alta_m/d12w10 if decena==7; replace alta_m=alta_m/d12w10 if decena==8; replace alta_m=alta_m/d12w11 if decena==9; *Gasto en Vestido y calzado deflactado (trimestral); gen veca_m=gasm if (clave>="H001" & clave<="H122") | (clave=="H136"); replace veca_m=veca_m/d2t05 if decena==0; replace veca_m=veca_m/d2t05 if decena==1; replace veca_m=veca_m/d2t06 if decena==2; replace veca_m=veca_m/d2t06 if decena==3;

154

replace veca_m=veca_m/d2t06 if decena==4; replace veca_m=veca_m/d2t07 if decena==5; replace veca_m=veca_m/d2t07 if decena==6; replace veca_m=veca_m/d2t07 if decena==7; replace veca_m=veca_m/d2t08 if decena==8; replace veca_m=veca_m/d2t08 if decena==9; *Gasto en Vivienda y servicios de conservación deflactado (mensual); gen viv_m=gasm if (clave>="G002" & clave<="G022"); replace viv_m=viv_m/d3m07 if decena==0; replace viv_m=viv_m/d3m07 if decena==1; replace viv_m=viv_m/d3m08 if decena==2; replace viv_m=viv_m/d3m08 if decena==3; replace viv_m=viv_m/d3m08 if decena==4; replace viv_m=viv_m/d3m09 if decena==5; replace viv_m=viv_m/d3m09 if decena==6; replace viv_m=viv_m/d3m09 if decena==7; replace viv_m=viv_m/d3m10 if decena==8; replace viv_m=viv_m/d3m10 if decena==9; *Gasto en Artículos de limpieza deflactado (mensual); gen lim_m=gasm if (clave>="C001" & clave<="C024"); replace lim_m=lim_m/d42m07 if decena==0; replace lim_m=lim_m/d42m07 if decena==1; replace lim_m=lim_m/d42m08 if decena==2; replace lim_m=lim_m/d42m08 if decena==3; replace lim_m=lim_m/d42m08 if decena==4; replace lim_m=lim_m/d42m09 if decena==5; replace lim_m=lim_m/d42m09 if decena==6; replace lim_m=lim_m/d42m09 if decena==7; replace lim_m=lim_m/d42m10 if decena==8; replace lim_m=lim_m/d42m10 if decena==9; *Gasto en Cristalería y blancos deflactado (trimestral); gen cris_m=gasm if (clave>="I001" & clave<="I026"); replace cris_m=cris_m/d42t05 if decena==0; replace cris_m=cris_m/d42t05 if decena==1; replace cris_m=cris_m/d42t06 if decena==2; replace cris_m=cris_m/d42t06 if decena==3; replace cris_m=cris_m/d42t06 if decena==4; replace cris_m=cris_m/d42t07 if decena==5; replace cris_m=cris_m/d42t07 if decena==6; replace cris_m=cris_m/d42t07 if decena==7; replace cris_m=cris_m/d42t08 if decena==8; replace cris_m=cris_m/d42t08 if decena==9;

155

*Gasto en Enseres domésticos y muebles deflactado (semestral); gen ens_m=gasm if (clave>="K001" & clave<="K036"); replace ens_m=ens_m/d41s02 if decena==0; replace ens_m=ens_m/d41s02 if decena==1; replace ens_m=ens_m/d41s03 if decena==2; replace ens_m=ens_m/d41s03 if decena==3; replace ens_m=ens_m/d41s03 if decena==4; replace ens_m=ens_m/d41s04 if decena==5; replace ens_m=ens_m/d41s04 if decena==6; replace ens_m=ens_m/d41s04 if decena==7; replace ens_m=ens_m/d41s05 if decena==8; replace ens_m=ens_m/d41s05 if decena==9; *Gasto en Salud deflactado (trimestral); gen sal_m=gasm if (clave>="J001" & clave<="J072"); replace sal_m=sal_m/d51t05 if decena==0; replace sal_m=sal_m/d51t05 if decena==1; replace sal_m=sal_m/d51t06 if decena==2; replace sal_m=sal_m/d51t06 if decena==3; replace sal_m=sal_m/d51t06 if decena==4; replace sal_m=sal_m/d51t07 if decena==5; replace sal_m=sal_m/d51t07 if decena==6; replace sal_m=sal_m/d51t07 if decena==7; replace sal_m=sal_m/d51t08 if decena==8; replace sal_m=sal_m/d51t08 if decena==9; *Gasto en Transporte público deflactado (semanal); gen tpub_m=gasm if (clave>="B001" & clave<="B007"); replace tpub_m=tpub_m/d611w08 if decena==0; replace tpub_m=tpub_m/d611w08 if decena==1; replace tpub_m=tpub_m/d611w08 if decena==2; replace tpub_m=tpub_m/d611w09 if decena==3; replace tpub_m=tpub_m/d611w09 if decena==4; replace tpub_m=tpub_m/d611w09 if decena==5; replace tpub_m=tpub_m/d611w10 if decena==6; replace tpub_m=tpub_m/d611w10 if decena==7; replace tpub_m=tpub_m/d611w10 if decena==8; replace tpub_m=tpub_m/d611w11 if decena==9; *Gasto en Transporte foráneo deflactado (semestral); gen tfor_m=gasm if (clave>="M001" & clave<="M018") | (clave>="F010" & clave<="F017"); replace tfor_m=tfor_m/d6s02 if decena==0; replace tfor_m=tfor_m/d6s02 if decena==1;

156

replace tfor_m=tfor_m/d6s03 if decena==2; replace tfor_m=tfor_m/d6s03 if decena==3; replace tfor_m=tfor_m/d6s03 if decena==4; replace tfor_m=tfor_m/d6s04 if decena==5; replace tfor_m=tfor_m/d6s04 if decena==6; replace tfor_m=tfor_m/d6s04 if decena==7; replace tfor_m=tfor_m/d6s05 if decena==8; replace tfor_m=tfor_m/d6s05 if decena==9; *Gasto en Comunicaciones deflactado (mensual); gen com_m=gasm if (clave>="F001" & clave<="F009"); replace com_m=com_m/d6m07 if decena==0; replace com_m=com_m/d6m07 if decena==1; replace com_m=com_m/d6m08 if decena==2; replace com_m=com_m/d6m08 if decena==3; replace com_m=com_m/d6m08 if decena==4; replace com_m=com_m/d6m09 if decena==5; replace com_m=com_m/d6m09 if decena==6; replace com_m=com_m/d6m09 if decena==7; replace com_m=com_m/d6m10 if decena==8; replace com_m=com_m/d6m10 if decena==9; *Gasto en Educación y recreación deflactado (mensual); gen edre_m=gasm if (clave>="E001" & clave<="E033") | (clave>="H134" & clave<="H135") | (clave>="L001" & clave<="L029") | (clave>="N003" & clave<="N005"); replace edre_m=edre_m/d7m07 if decena==0; replace edre_m=edre_m/d7m07 if decena==1; replace edre_m=edre_m/d7m08 if decena==2; replace edre_m=edre_m/d7m08 if decena==3; replace edre_m=edre_m/d7m08 if decena==4; replace edre_m=edre_m/d7m09 if decena==5; replace edre_m=edre_m/d7m09 if decena==6; replace edre_m=edre_m/d7m09 if decena==7; replace edre_m=edre_m/d7m10 if decena==8; replace edre_m=edre_m/d7m10 if decena==9; *Gasto en Educación básica deflactado (mensual); gen edba_m=gasm if (clave>="E002" & clave<="E003") | (clave>="H134" & clave<="H135"); replace edba_m=edba_m/d7m07 if decena==0; replace edba_m=edba_m/d7m07 if decena==1;

157

replace edba_m=edba_m/d7m08 if decena==2; replace edba_m=edba_m/d7m08 if decena==3; replace edba_m=edba_m/d7m08 if decena==4; replace edba_m=edba_m/d7m09 if decena==5; replace edba_m=edba_m/d7m09 if decena==6; replace edba_m=edba_m/d7m09 if decena==7; replace edba_m=edba_m/d7m10 if decena==8; replace edba_m=edba_m/d7m10 if decena==9; *Gasto en Cuidado personal deflactado (mensual); gen cuip_m=gasm if (clave>="D001" & clave<="D026") | (clave=="H132"); replace cuip_m=cuip_m/d23m07 if decena==0; replace cuip_m=cuip_m/d23m07 if decena==1; replace cuip_m=cuip_m/d23m08 if decena==2; replace cuip_m=cuip_m/d23m08 if decena==3; replace cuip_m=cuip_m/d23m08 if decena==4; replace cuip_m=cuip_m/d23m09 if decena==5; replace cuip_m=cuip_m/d23m09 if decena==6; replace cuip_m=cuip_m/d23m09 if decena==7; replace cuip_m=cuip_m/d23m10 if decena==8; replace cuip_m=cuip_m/d23m10 if decena==9; *Gasto en Accesorios personales deflactado (trimestral); gen accp_m=gasm if (clave>="H123" & clave<="H131") | (clave=="H133"); replace accp_m=accp_m/d23t05 if decena==0; replace accp_m=accp_m/d23t05 if decena==1; replace accp_m=accp_m/d23t06 if decena==2; replace accp_m=accp_m/d23t06 if decena==3; replace accp_m=accp_m/d23t06 if decena==4; replace accp_m=accp_m/d23t07 if decena==5; replace accp_m=accp_m/d23t07 if decena==6; replace accp_m=accp_m/d23t07 if decena==7; replace accp_m=accp_m/d23t08 if decena==8; replace accp_m=accp_m/d23t08 if decena==9; *Gasto en Otros gastos y transferencias deflactado (semestral); gen otr_m=gasm if (clave>="N001" & clave<="N002") | (clave>="N006" & clave<="N016") | (clave>="T901" & clave<="T914"); replace otr_m=otr_m/dINPCs02 if decena==0; replace otr_m=otr_m/dINPCs02 if decena==1; replace otr_m=otr_m/dINPCs03 if decena==2; replace otr_m=otr_m/dINPCs03 if decena==3;

158

replace otr_m=otr_m/dINPCs03 if decena==4; replace otr_m=otr_m/dINPCs04 if decena==5; replace otr_m=otr_m/dINPCs04 if decena==6; replace otr_m=otr_m/dINPCs04 if decena==7; replace otr_m=otr_m/dINPCs05 if decena==8; replace otr_m=otr_m/dINPCs05 if decena==9; *Gasto en Regalos Otorgados deflactado; gen reda_m=gasm if (clave>="T901" & clave<="T914") | (clave=="N013"); replace reda_m=reda_m/dINPCs02 if decena==1; replace reda_m=reda_m/dINPCs03 if decena==2; replace reda_m=reda_m/dINPCs03 if decena==3; replace reda_m=reda_m/dINPCs03 if decena==4; replace reda_m=reda_m/dINPCs04 if decena==5; replace reda_m=reda_m/dINPCs04 if decena==6; replace reda_m=reda_m/dINPCs04 if decena==7; replace reda_m=reda_m/dINPCs05 if decena==8; replace reda_m=reda_m/dINPCs05 if decena==9; collapse (sum) *_m, by(folio); sort folio; save "$bases\gastomonetario_def08.dta", replace; ********************************************************* Parte III Creación del ingreso no monetario deflactado a pesos de agosto del 2008. Los deflactores se crean previamente a partir del INPC según aparece en la Nota Técnica. Se crean las bases: "$bases\gastonomonetario_def08.dta" a nivel de clave de gasto, y "$bases\auto_def08.dta" "$bases\esp_def08.dta" "$bases\reg_def08.dta" a nivel de hogar (folio). *********************************************************; *No Monetario; use "$data\nomonetario.dta"; gen str folio= folioviv + foliohog; *En el caso de la información de gasto no monetario, para deflactar se utiliza la decena de levantamiento de la encuesta, la cual se encuentra en la tercera posición del

159

folio del hogar. En primer lugar se obtiene una variable que identifique la decena de levantamiento; gen decena=real(substr(folio,3,1)); tab decena,m; *Al comparar con la información del catálogo, se observa que la información se levantó en nueve decenas, correspondientes a: Decena | Periodo de levantamiento Periodo de referencia de mes pasado 0 | 11-17 de Agosto Julio 1 | 21-27 de Agosto Julio 2 | 31-06 de Septiembre Agosto 3 | 10-16 de Septiembre Agosto 4 | 20-26 Septiembre Agosto 5 | 30-06 de Octubre Septiembre 6 | 10-16 de Octubre Septiembre 7 | 20-26 de Octubre Septiembre 8 | 30-05 de Noviembre Octubre 9 | 09-15 de Noviembre Octubre Así, para realizar el análisis, y conforme a lo establecido en la información de la ENIGH2008, se tomarán como periodos de referencia: Decena | Periodo de referencia /Semanal /Mensual /Trimestral /Semestral 0 | /Agosto/Julio /Mayo a julio /Febrero a julio 1 | /Agosto/Julio /Mayo a julio /Febrero a julio 2 | /Agosto/Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 3 | /Septiembre /Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 4 | /Septiembre /Agosto/Junio a agosto /Marzo a agosto 5 | /Septiembre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 6 | /Octubre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 7 | /Octubre /Septiembre /Julio a septiembre /Abril a septiembre 8 | /Octubre /Octubre /Agosto a octubre /Mayo a octubre 9 | /Noviembre /Octubre /Agosto a octubre /Mayo a octubre *Los rubros a considerar según la metodología del CTMP, serán: Rubro /Periodicidad /Nombre del deflactor Alimentos y bebidas no alcohólicas /Semanal /d11wmes Bebidas alcohólicas y tabaco /Semanal /d12wmes Vestido y calzado /Trimestral /d2tmesini Vivienda y servicios de conservación /Mensual /d3mmes Estimación del alquiler /No se deflactará /No se deflactará Artículos y servicios de limpieza /Mensual /d42mmes Cristalería y utensilios domésticos /Trimestral /d42tmesini Enseres domésticos y muebles /Semestral /d41smesini

160

Cuidados de la salud /Trimestral /d51tmesini Transporte público /Semanal /d611wmes Transporte foráneo /Semestral /d6smesini Comunicaciones /Mensual /d6mmes Educación básica /Mensual /d7mmes Cuidado personal /Mensual /d23mmes Accesorios personales /Trimestral /d23tmesini Otros gastos y transferencias /Semestral /dINPCsmesini Regalos otorgados /Semestral /dINPCsmesini *Definición de los deflactores; *Rubro 1.1 semanal, Alimentos; scalar d11w07= 0.992849335 ; scalar d11w08= 1.000000000 ; scalar d11w09= 1.007547538 ; scalar d11w10= 1.013695578 ; scalar d11w11= 1.031951707 ; *Rubro 1.2 semanal, Bebidas alcohólicas y tabaco; scalar d12w07= 0.9932201 ; scalar d12w08= 1.000000000 ; scalar d12w09= 1.004577412 ; scalar d12w10= 1.006356646 ; scalar d12w11= 1.009037254 ; *Rubro 2 trimestral, Ropa, calzado y accesorios; scalar d2t05 = 0.995665531 ; scalar d2t06 = 0.996958756 ; scalar d2t07 = 0.999047098 ; scalar d2t08 = 1.002728766 ; *Rubro 3 mensual, Vivienda; scalar d3m07 = 0.9958319 ; scalar d3m08 = 1 ; scalar d3m09 = 1.0030142 ; scalar d3m10 = 1.0168688 ; scalar d3m11 = 1.0365948 ; *Rubro 4.2 mensual, Accesorios y artículos de limpieza para el hogar; scalar d42m07 = 0.991289243 ; scalar d42m08 = 1 ; scalar d42m09 = 1.013674952 ; scalar d42m10 = 1.02126174 ; scalar d42m11 = 1.027860798 ; *Rubro 4.2 trimestral, Accesorios y artículos de limpieza para el hogar;

161

scalar d42t05 = 0.984148069 ; scalar d42t06 = 0.992234399 ; scalar d42t07 = 1.001654732 ; scalar d42t08 = 1.011645564 ; *Rubro 4.1 semestral, Muebles y aparatos dómesticos; scalar d41s02 = 0.992557573 ; scalar d41s03 = 0.995164752 ; scalar d41s04 = 0.996819338 ; scalar d41s05 = 0.998708459 ; *Rubro 5.1 trimestral, Salud; scalar d51t05 = 0.996679643 ; scalar d51t06 = 0.998782369 ; scalar d51t07 = 1.000350038 ; scalar d51t08 = 1.00260528 ; *Rubro 6.1.1 semanal, Transporte público urbano; scalar d611w07 = 0.980054808 ; scalar d611w08 = 1 ; scalar d611w09 = 1.016238497 ; scalar d611w10 = 1.020556684 ; scalar d611w11 = 1.027320837 ; *Rubro 6 mensual, Transporte; scalar d6m07 = 0.990822285 ; scalar d6m08 = 1 ; scalar d6m09 = 1.007629278 ; scalar d6m10 = 1.014032711 ; scalar d6m11 = 1.019274815 ; *Rubro 6 semestral, Transporte; scalar d6s02 = 0.979756067 ; scalar d6s03 = 0.985035808 ; scalar d6s04 = 0.990415013 ; scalar d6s05 = 0.996299612 ; *Rubro 7 mensual, Educación y esparcimiento; scalar d7m07 = 0.996539589 ; scalar d7m08 = 1 ; scalar d7m09 = 1.018093842 ; scalar d7m10 = 1.020146628 ; scalar d7m11 = 1.023013196 ; *Rubro 2.3 mensual, Accesorios y cuidados del vestido;

162

scalar d23m07 = 1.008233945 ; scalar d23m08 = 1 ; scalar d23m09 = 0.998860856 ; scalar d23m10 = 1.007889908 ; scalar d23m11 = 1.012568807 ; *Rubro 2.3 trimestral, Accesorios y cuidados del vestido; scalar d23t05 = 1.004801223 ; scalar d23t06 = 1.00401631 ; scalar d23t07 = 1.002364934 ; scalar d23t08 = 1.002250255 ; *INPC semestral; scalar dINPCs02 = 0.985556739 ; scalar dINPCs03 = 0.989486222 ; scalar dINPCs04 = 0.993371972 ; scalar dINPCs05 = 0.998028184 ; *Una vez definidos los deflactores, se seleccionan los rubros de gasto de la metodología del CTMP; gen double gasnomon=apo_tri/3; gen auto=1 if tipogasto==1; gen esp=1 if tipogasto==2; gen reg=1 if tipogasto==3; replace reg=1 if tipogasto==4; *Gasto en Alimentos deflactado (semanal) ; gen ali_nm=gasnomon if (clave>="A001" & clave<="A222") | (clave>="A242" & clave<="A247"); replace ali_nm=ali_nm/d11w08 if decena==0; replace ali_nm=ali_nm/d11w08 if decena==1; replace ali_nm=ali_nm/d11w08 if decena==2; replace ali_nm=ali_nm/d11w09 if decena==3; replace ali_nm=ali_nm/d11w09 if decena==4; replace ali_nm=ali_nm/d11w09 if decena==5; replace ali_nm=ali_nm/d11w10 if decena==6; replace ali_nm=ali_nm/d11w10 if decena==7; replace ali_nm=ali_nm/d11w10 if decena==8; replace ali_nm=ali_nm/d11w11 if decena==9; *Gasto en Alcohol y tabaco deflactado (semanal); gen alta_nm=gasnomon if (clave>="A223" & clave<="A241"); replace alta_nm=alta_nm/d12w08 if decena==0; replace alta_nm=alta_nm/d12w08 if decena==1;

163

replace alta_nm=alta_nm/d12w08 if decena==2; replace alta_nm=alta_nm/d12w09 if decena==3; replace alta_nm=alta_nm/d12w09 if decena==4; replace alta_nm=alta_nm/d12w09 if decena==5; replace alta_nm=alta_nm/d12w10 if decena==6; replace alta_nm=alta_nm/d12w10 if decena==7; replace alta_nm=alta_nm/d12w10 if decena==8; replace alta_nm=alta_nm/d12w11 if decena==9; *Gasto en Vestido y calzado deflactado (trimestral); gen veca_nm=gasnomon if (clave>="H001" & clave<="H122") | (clave=="H136"); replace veca_nm=veca_nm/d2t05 if decena==0; replace veca_nm=veca_nm/d2t05 if decena==1; replace veca_nm=veca_nm/d2t06 if decena==2; replace veca_nm=veca_nm/d2t06 if decena==3; replace veca_nm=veca_nm/d2t06 if decena==4; replace veca_nm=veca_nm/d2t07 if decena==5; replace veca_nm=veca_nm/d2t07 if decena==6; replace veca_nm=veca_nm/d2t07 if decena==7; replace veca_nm=veca_nm/d2t08 if decena==8; replace veca_nm=veca_nm/d2t08 if decena==9; *Gasto en Vivienda y servicios de conservación deflactado (mensual); gen viv_nm=gasnomon if (clave>="G002" & clave<="G022"); replace viv_nm=viv_nm/d3m07 if decena==0; replace viv_nm=viv_nm/d3m07 if decena==1; replace viv_nm=viv_nm/d3m08 if decena==2; replace viv_nm=viv_nm/d3m08 if decena==3; replace viv_nm=viv_nm/d3m08 if decena==4; replace viv_nm=viv_nm/d3m09 if decena==5; replace viv_nm=viv_nm/d3m09 if decena==6; replace viv_nm=viv_nm/d3m09 if decena==7; replace viv_nm=viv_nm/d3m10 if decena==8; replace viv_nm=viv_nm/d3m10 if decena==9; *Gasto en Artículos de limpieza deflactado (mensual); gen lim_nm=gasnomon if (clave>="C001" & clave<="C024"); replace lim_nm=lim_nm/d42m07 if decena==0; replace lim_nm=lim_nm/d42m07 if decena==1; replace lim_nm=lim_nm/d42m08 if decena==2; replace lim_nm=lim_nm/d42m08 if decena==3; replace lim_nm=lim_nm/d42m08 if decena==4; replace lim_nm=lim_nm/d42m09 if decena==5; replace lim_nm=lim_nm/d42m09 if decena==6; replace lim_nm=lim_nm/d42m09 if decena==7;

164

replace lim_nm=lim_nm/d42m10 if decena==8; replace lim_nm=lim_nm/d42m10 if decena==9; *Gasto en Cristalería y blancos deflactado (trimestral); gen cris_nm=gasnomon if (clave>="I001" & clave<="I026"); replace cris_nm=cris_nm/d42t05 if decena==0; replace cris_nm=cris_nm/d42t05 if decena==1; replace cris_nm=cris_nm/d42t06 if decena==2; replace cris_nm=cris_nm/d42t06 if decena==3; replace cris_nm=cris_nm/d42t06 if decena==4; replace cris_nm=cris_nm/d42t07 if decena==5; replace cris_nm=cris_nm/d42t07 if decena==6; replace cris_nm=cris_nm/d42t07 if decena==7; replace cris_nm=cris_nm/d42t08 if decena==8; replace cris_nm=cris_nm/d42t08 if decena==9; *Gasto en Enseres domésticos y muebles deflactado (semestral); gen ens_nm=gasnomon if (clave>="K001" & clave<="K036"); replace ens_nm=ens_nm/d41s02 if decena==0; replace ens_nm=ens_nm/d41s02 if decena==1; replace ens_nm=ens_nm/d41s03 if decena==2; replace ens_nm=ens_nm/d41s03 if decena==3; replace ens_nm=ens_nm/d41s03 if decena==4; replace ens_nm=ens_nm/d41s04 if decena==5; replace ens_nm=ens_nm/d41s04 if decena==6; replace ens_nm=ens_nm/d41s04 if decena==7; replace ens_nm=ens_nm/d41s05 if decena==8; replace ens_nm=ens_nm/d41s05 if decena==9; *Gasto en Salud deflactado (trimestral); gen sal_nm=gasnomon if (clave>="J001" & clave<="J072"); replace sal_nm=sal_nm/d51t05 if decena==0; replace sal_nm=sal_nm/d51t05 if decena==1; replace sal_nm=sal_nm/d51t06 if decena==2; replace sal_nm=sal_nm/d51t06 if decena==3; replace sal_nm=sal_nm/d51t06 if decena==4; replace sal_nm=sal_nm/d51t07 if decena==5; replace sal_nm=sal_nm/d51t07 if decena==6; replace sal_nm=sal_nm/d51t07 if decena==7; replace sal_nm=sal_nm/d51t08 if decena==8; replace sal_nm=sal_nm/d51t08 if decena==9; *Gasto en Transporte público deflactado (semanal); gen tpub_nm=gasnomon if (clave>="B001" & clave<="B007");

165

replace tpub_nm=tpub_nm/d611w08 if decena==0; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w08 if decena==1; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w08 if decena==2; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w09 if decena==3; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w09 if decena==4; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w09 if decena==5; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w10 if decena==6; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w10 if decena==7; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w10 if decena==8; replace tpub_nm=tpub_nm/d611w11 if decena==9; *Gasto en Transporte foráneo deflactado (semestral); gen tfor_nm=gasnomon if (clave>="M001" & clave<="M018") | (clave>="F010" & clave<="F017"); replace tfor_nm=tfor_nm/d6s02 if decena==0; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s02 if decena==1; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s03 if decena==2; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s03 if decena==3; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s03 if decena==4; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s04 if decena==5; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s04 if decena==6; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s04 if decena==7; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s05 if decena==8; replace tfor_nm=tfor_nm/d6s05 if decena==9; *Gasto en Comunicaciones deflactado (mensual); gen com_nm=gasnomon if (clave>="F001" & clave<="F009"); replace com_nm=com_nm/d6m07 if decena==0; replace com_nm=com_nm/d6m07 if decena==1; replace com_nm=com_nm/d6m08 if decena==2; replace com_nm=com_nm/d6m08 if decena==3; replace com_nm=com_nm/d6m08 if decena==4; replace com_nm=com_nm/d6m09 if decena==5; replace com_nm=com_nm/d6m09 if decena==6; replace com_nm=com_nm/d6m09 if decena==7; replace com_nm=com_nm/d6m10 if decena==8; replace com_nm=com_nm/d6m10 if decena==9; *Gasto en Educación y recreación deflactado (mensual); gen edre_nm=gasnomon if (clave>="E001" & clave<="E033") | (clave>="H134" & clave<="H135") | (clave>="L001" & clave<="L029") | (clave>="N003" & clave<="N005"); replace edre_nm=edre_nm/d7m07 if decena==0; replace edre_nm=edre_nm/d7m07 if decena==1; replace edre_nm=edre_nm/d7m08 if decena==2;

166

replace edre_nm=edre_nm/d7m08 if decena==3; replace edre_nm=edre_nm/d7m08 if decena==4; replace edre_nm=edre_nm/d7m09 if decena==5; replace edre_nm=edre_nm/d7m09 if decena==6; replace edre_nm=edre_nm/d7m09 if decena==7; replace edre_nm=edre_nm/d7m10 if decena==8; replace edre_nm=edre_nm/d7m10 if decena==9; *Gasto en Educación básica deflactado (mensual); gen edba_nm=gasnomon if (clave>="E002" & clave<="E003") | (clave>="H134" & clave<="H135"); replace edba_nm=edba_nm/d7m07 if decena==0; replace edba_nm=edba_nm/d7m07 if decena==1; replace edba_nm=edba_nm/d7m08 if decena==2; replace edba_nm=edba_nm/d7m08 if decena==3; replace edba_nm=edba_nm/d7m08 if decena==4; replace edba_nm=edba_nm/d7m09 if decena==5; replace edba_nm=edba_nm/d7m09 if decena==6; replace edba_nm=edba_nm/d7m09 if decena==7; replace edba_nm=edba_nm/d7m10 if decena==8; replace edba_nm=edba_nm/d7m10 if decena==9; *Gasto en Cuidado personal deflactado (mensual); gen cuip_nm=gasnomon if (clave>="D001" & clave<="D026") | (clave=="H132"); replace cuip_nm=cuip_nm/d23m07 if decena==0; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m07 if decena==1; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m08 if decena==2; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m08 if decena==3; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m08 if decena==4; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m09 if decena==5; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m09 if decena==6; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m09 if decena==7; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m10 if decena==8; replace cuip_nm=cuip_nm/d23m10 if decena==9; *Gasto en Accesorios personales deflactado (trimestral); gen accp_nm=gasnomon if (clave>="H123" & clave<="H131") | (clave=="H133"); replace accp_nm=accp_nm/d23t05 if decena==0; replace accp_nm=accp_nm/d23t05 if decena==1; replace accp_nm=accp_nm/d23t06 if decena==2; replace accp_nm=accp_nm/d23t06 if decena==3; replace accp_nm=accp_nm/d23t06 if decena==4; replace accp_nm=accp_nm/d23t07 if decena==5;

167

replace accp_nm=accp_nm/d23t07 if decena==6; replace accp_nm=accp_nm/d23t07 if decena==7; replace accp_nm=accp_nm/d23t08 if decena==8; replace accp_nm=accp_nm/d23t08 if decena==9; *Gasto en Otros gastos y transferencias deflactado (semestral); gen otr_nm=gasnomon if (clave>="N001" & clave<="N002") | (clave>="N006" & clave<="N016") | (clave>="T901" & clave<="T914"); replace otr_nm=otr_nm/dINPCs02 if decena==0; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs02 if decena==1; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs03 if decena==2; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs03 if decena==3; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs03 if decena==4; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs04 if decena==5; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs04 if decena==6; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs04 if decena==7; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs05 if decena==8; replace otr_nm=otr_nm/dINPCs05 if decena==9; *Gasto en Regalos Otorgados deflactado; gen reda_nm=gasnomon if (clave>="T901" & clave<="T914") | (clave=="N013"); replace reda_nm=reda_nm/dINPCs02 if decena==1; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs03 if decena==2; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs03 if decena==3; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs03 if decena==4; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs04 if decena==5; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs04 if decena==6; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs04 if decena==7; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs05 if decena==8; replace reda_nm=reda_nm/dINPCs05 if decena==9; save "$bases\gastonomonetario_def08.dta", replace; *Construcción de la base de autoconsumo a partir de la base de gasto no monetario; use "$bases\gastonomonetario_def08.dta", clear; keep if auto==1; collapse (sum) *_nm, by (folio); rename ali_nm ali_nma; rename alta_nm alta_nma; rename veca_nm veca_nma; rename viv_nm viv_nma; rename lim_nm lim_nma;

168

rename cris_nm cris_nma; rename ens_nm ens_nma; rename sal_nm sal_nma; rename tpub_nm tpub_nma; rename tfor_nm tfor_nma; rename com_nm com_nma; rename edre_nm edre_nma; rename edba_nm edba_nma; rename cuip_nm cuip_nma; rename accp_nm accp_nma; rename otr_nm otr_nma; rename reda_nm reda_nma; sort folio; save "$bases\auto_def08.dta", replace; use "$bases\gastonomonetario_def08.dta", clear; *Construcción de la base de pagos en especie a partir de la base de gasto no monetario; keep if esp==1; collapse (sum) *_nm, by (folio); rename ali_nm ali_nme; rename alta_nm alta_nme; rename veca_nm veca_nme; rename viv_nm viv_nme; rename lim_nm lim_nme; rename cris_nm cris_nme; rename ens_nm ens_nme; rename sal_nm sal_nme; rename tpub_nm tpub_nme; rename tfor_nm tfor_nme; rename com_nm com_nme; rename edre_nm edre_nme; rename edba_nm edba_nme; rename cuip_nm cuip_nme; rename accp_nm accp_nme; rename otr_nm otr_nme; rename reda_nm reda_nme; sort folio; save "$bases\esp_def08.dta", replace; use "$bases\gastonomonetario_def08.dta", clear; *Construcción de base de regalos a partir de la base no monetaria ;

169

keep if (reg==1); collapse (sum) *_nm, by (folio); rename ali_nm ali_nmr; rename alta_nm alta_nmr; rename veca_nm veca_nmr; rename viv_nm viv_nmr; rename lim_nm lim_nmr; rename cris_nm cris_nmr; rename ens_nm ens_nmr; rename sal_nm sal_nmr; rename tpub_nm tpub_nmr; rename tfor_nm tfor_nmr; rename com_nm com_nmr; rename edre_nm edre_nmr; rename edba_nm edba_nmr; rename cuip_nm cuip_nmr; rename accp_nm accp_nmr; rename otr_nm otr_nmr; rename reda_nm reda_nmr; sort folio; save "$bases\reg_def08.dta", replace; *Construcción de la base de Estimación del Alquiler; use "$data\hogares.dta", clear; gen str folio= folioviv + foliohog; recode estim32tri (.=0) (-1=0); sort folio; collapse (sum) estim32tri, by(folio); gen est_alq= estim32tri/3; sort folio; save "$bases\alq_def08.dta", replace; ********************************************************* Parte IV Cálculo de la incidencia 2008 Con el propósito de obtener cifras representativas a nivel nacional, rural y urbano, se obtiene una base con las variables de tamaño del hogar, estrato y factor de

170

expansión, y a ésta se le unen las bases anteriormente generadas. Se estiman los ingresos corriente total y corriente neto, se genera el factor de expansión para personas, y se calcula la incidencia de la pobreza de acuerdo con la metodología del CTMP y el cálculo oficial de la Sedesol. Se genera la base "$bases\basefinal08.dta" la cual se encuentra a nivel de hogar (folio). *********************************************************; use "$data\concen.dta", clear; gen str folio= folioviv + foliohog; keep folio estrato factor tam_hog est_dis upm; sort folio; merge folio using "$bases\ingreso_deflactado08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\gastomonetario_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\alq_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\esp_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\reg_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; merge folio using "$bases\auto_def08.dta"; tab _merge; drop _merge; sort folio; destring estrato, replace;

171

gen rururb=1 if (estrato>2 & estrato!=.); replace rururb=0 if estrato<=2; label define rururb 1 "Rural" 0 "Urbano"; label value rururb rururb; *Se calculan los gastos totales; egen double gasmon=rsum(ali_m alta_m veca_m viv_m lim_m ens_m cris_m sal_m tpub_m tfor_m com_m edre_m cuip_m accp_m otr_m); egen double autocons=rsum(ali_nma alta_nma veca_nma viv_nma lim_nma ens_nma cris_nma sal_nma tpub_nma tfor_nma com_nma edre_nma cuip_nma accp_nma otr_nma); egen double pago_esp=rsum(ali_nme alta_nme veca_nme viv_nme lim_nme ens_nme cris_nme sal_nme tpub_nme tfor_nme com_nme edre_nme cuip_nme accp_nme otr_nme); egen double reg_esp=rsum(ali_nmr alta_nmr veca_nmr viv_nmr lim_nmr ens_nmr cris_nmr sal_nmr tpub_nmr tfor_nmr com_nmr edre_nmr cuip_nmr accp_nmr otr_nmr); egen double nomon=rsum(autocons pago_esp reg_esp est_alq); egen double reda=rsum(reda_m reda_nma reda_nme); gen double redan= -1 * reda; gen double reg_espn = -1 * reg_esp; egen double ict=rsum(ing_mon nomon); egen double gct=rsum(gasmon nomon); egen double intt=rsum(ing_mon nomon redan reg_espn); egen double gnt=rsum(gasmon nomon redan reg_espn); label var ict "Ingreso corriente total"; label var gct "Gasto corriente total"; label var intt "Ingreso neto total"; label var gnt "Gasto neto total"; *Información per capita; gen double ictpc= ict/tam_hog; gen double gctpc= gct/tam_hog; gen double intpc= intt/tam_hog; gen double gntpc= gnt/tam_hog; label var ictpc "Ingreso corriente total per capita"; label var gctpc "Gasto corriente totalper capita";

172

label var intpc "Ingreso neto total per capita"; label var gntpc "Gasto neto total per capita"; *Generación del factor de expansión para personas; gen factorp=factor*tam_hog; label var factor "Factor de expansión para hogares"; label var factorp "Factor de expansión para personas"; ********************************************** Generación de las Líneas de Pobreza ********************************************** *NOTA: En este programa se calculan las tres líneas de pobreza definidas por la Sedesol (ver el Capitulo 5 del libro "Números que mueven al mundo: la Medición de la Pobreza en México", coordinado por Miguel Székely, editorial Miguel Ángel Porrúa). El documento Metodológico del CTMP establece tres líneas de pobreza, las cuales son: LP I: Valor de la Canasta Alimentaria LP II: Valor de la Canasta Alimentaria expandido por el coeficiente de Engel obtenido al considerar los gastos en alimentación, vestido y calzado, vivienda, salud, transporte público, y educación. LP III: Valor de la Canasta Alimentaria expandido por el coeficiente de Engel obtenido al considerar los gastos en todos los bienes. Sedesol retomó las definiciones del CTMP, y definió una cuarta línea de pobreza que incluía los gastos correspondientes a alimentación, educación y salud, y no considero la LP III. Así, para la medición oficial del año 2000, se nombró a la LP I como Línea de Pobreza Alimentaria, a la LP II como Línea de Pobreza Patrimonial, y a la nueva línea se le nombró Línea de Pobreza de Capacidades. En este programa se calculan las 3 líneas definidas por la Sedesol , denominándoles: lp1 : LP I o Línea de Pobreza Alimentaria lp2 : Línea de Pobreza de Capacidades lp3 : LP II o Línea de Pobreza Patrimonial ********************************************** LP1

173

**********************************************; *Valor de la canasta básica (ver Nota Técnica); scalar can_urb = 949.38 ; scalar can_rur = 706.69 ; *Se identifica a los hogares bajo LP1; gen poblp1=1 if intpc<=can_urb & rururb==0; replace poblp1=0 if intpc>can_urb & rururb==0 & intpc!=.; replace poblp1=1 if intpc<=can_rur & rururb==1; replace poblp1=0 if intpc>can_rur & rururb==1 & intpc!=.; ********************************************** Hogares y población debajo de la LP1 **********************************************; * Número y porcentaje de hogares en pobreza de acuerdo con la LPI; tab poblp1 [w=factor]; tab poblp1 [w=factor] if rururb==0; tab poblp1 [w=factor] if rururb==1; * Número y porcentaje de personas en pobreza de acuerdo con la LPI; tab poblp1 [w=factorp]; tab poblp1 [w=factorp] if rururb==0; tab poblp1 [w=factorp] if rururb==1; ********************************************** LP2 **********************************************; *Se incorporan los coeficientes de engel del año 2000; *Coeficiente de Engel urbano; scalar e_lp2_u=1.2265; *Coeficiente de Engel rural; scalar e_lp2_r=1.1823; *Se identifica a los hogares bajo LP2; gen poblp2=1 if (intpc<= (can_urb*e_lp2_u) & rururb==0); replace poblp2=0 if (intpc>(can_urb*e_lp2_u) & rururb==0) & intpc!=.;

174

replace poblp2=1 if (intpc<=(can_rur*e_lp2_r) & rururb==1); replace poblp2=0 if (intpc>(can_rur*e_lp2_r) & rururb==1) & intpc!=.; ********************************************** Hogares y población debajo de la LP2 **********************************************; * Número y porcentaje de hogares de acuerdo con la LP2; tab poblp2 [w=factor]; tab poblp2 [w=factor] if rururb==0; tab poblp2 [w=factor] if rururb==1; * Número y porcentaje de personas de acuerdo con la LP2; tab poblp2 [w=factorp]; tab poblp2 [w=factorp] if rururb==0; tab poblp2 [w=factorp] if rururb==1; ********************************************** LP3 **********************************************; *Se incorporan los coeficientes de engel del año 2000; *Se obtiene los Coeficientes de Expansion de Engel; *Coeficiente de Engel urbano; scalar e_lp3_u=2.0064; *Coeficiente de Engel rural; scalar e_lp3_r=1.8146; *Se identifica a los hogares bajo LP3; gen poblp3=1 if (intpc<= (can_urb*e_lp3_u) & rururb==0); replace poblp3=0 if (intpc>(can_urb*e_lp3_u) & rururb==0) & intpc!=.; replace poblp3=1 if (intpc<=(can_rur*e_lp3_r) & rururb==1); replace poblp3=0 if (intpc>(can_rur*e_lp3_r) & rururb==1) & intpc!=.; ********************************************** Hogares y población debajo de la LP3 **********************************************; * Número y porcentaje de hogares de acuerdo con la LP3;

175

tab poblp3 [w=factor]; tab poblp3 [w=factor] if rururb==0; tab poblp3 [w=factor] if rururb==1; * Número y porcentaje de personas de acuerdo con la LP3; tab poblp3 [w=factorp]; tab poblp3 [w=factorp] if rururb==0; tab poblp3 [w=factorp] if rururb==1; label var folio "Identificador del hogar"; label var factor "Factor de expansión a nivel hogar"; label var factorp "Factor de expansión para personas"; label var estrato "Tamaño de la localidad"; label var rururb "Identificador de localidades rurales"; label var tam_hog "Tamaño del hogar"; label var ict "Ingreso corriente total del hogar"; label var gct "Gasto corriente total del hogar"; label var intt "Ingreso neto total del hogar"; label var gnt "Gasto neto total del hogar"; label var ictpc "Ingreso corriente total per cápita"; label var gctpc "Gasto corriente total per cápita"; label var intpc "Ingreso neto total per cápita"; label var gntpc "Gasto neto total per cápita"; label var poblp1 "Identificador de los hogares en situación de pobreza alimentaria"; label var poblp2 "Identificador de los hogares en situación de pobreza de capacidades"; label var poblp3 "Identificador de los hogares en situación de pobreza de patrimonio"; ********************************************** Concentrado de Tabulados **********************************************; *Incidencia en personas; tabstat poblp1 poblp2 poblp3 [w=factorp], by(rururb) stats(mean sum) format(%15.4gc); *Incidencia en hogares; tabstat poblp1 poblp2 poblp3 [w=factor], by(rururb) stats(mean sum) format(%15.4gc); ********************************************** Errores Estándar al 95% de nivel de confianza **********************************************; *Personas; svyset upm [w=factorp], strata(est_dis) vce(linearized); *Nacional; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 ;

176

*Urbano; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 if rururb==0; *Rural; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 if rururb==1; *Hogares; svyset upm [w=factor], strata(est_dis) vce(linearized); *Nacional; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 ; *Urbano; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 if rururb==0; *Rural; svy linear, level(95): mean poblp1 poblp2 poblp3 if rururb==1; scalar list; sort folio; save "$bases\basefinal08.dta", replace; log close;

177