aspectos relevantes en la atencion a niños en educacion inicial

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ASPECTOS RELEVANTES EN LA ATENCION A NIÑOS EN EDUCACION INICIAL 1.- El Neonato Esposito Irene. Se entiende por período neonatal aquel que comprende los 30 primeros días después del nacimiento. Durante la mayor parte de la historia de la psicología Infantil, se ha considerado que el recién nacido es una criatura básicamente pasiva y desamparada cuya actividad era esencialmente casual. Ciertamente el recién nacido no está tan organizado como un niño de dos años pero su conducta dista mucho de ser fortuita o desorganizada. El neonato posee ritmos naturales de actividad que generan pautas de sueño y vigilia, comida y movimiento. Además, está dotado con muchas reacciones reflejas a la estimulación externa. También posee algunas pautas organizadas de conducta para investigar y controlar el entorno a través de la mirada, la succión y el llanto. Estudios más recientes señalan que sus capacidades sensoriales están especialmente dotadas para todo aquello que se relaciona con la interacción social. El bebé es capaz de fijarse en un objeto en movimiento y seguirlo hasta 180º en sentido horizontal y vertical, así como también discriminar entre diferentes estímulos cromáticos (teniendo en cuenta que su visión óptima es de unos 20-30 cm; los objetos presentados más lejos son aún borrosos para él). Las respuestas a los estímulos auditivos son de las primeras en aparecer. El oído es ya funcional desde la vida intrauterina. A las 24 semanas de gestación el feto ya responde delante estímulos provenientes del exterior, así como estímulos internos como el producido por el latido del corazón materno. Está también comprobado las capacidades gustativas del recién nacido en el sentido de discriminar gustos. Así prefiere el dulce al salado. Respecto al olfato, no tan sólo se ha verificado que son capaces de discriminar entre diferentes tipos de aromas sino que, incluso recuerdan experiencias olfativas previas. 1

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Aspectos Relevantes en La Atencion a Niños en Educacion Inicial

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ASPECTOS RELEVANTES EN LA ATENCION A NIOS EN EDUCACION INICIAL

1.- El NeonatoEsposito Irene.

Se entiende por perodo neonatal aquel que comprende los 30 primeros das despus del nacimiento. Durante la mayor parte de la historia de la psicologa Infantil, se ha considerado que el recin nacido es una criatura bsicamente pasiva y desamparada cuya actividad era esencialmente casual. Ciertamente el recin nacido no est tan organizado como un nio de dos aos pero su conducta dista mucho de ser fortuita o desorganizada. El neonato posee ritmos naturales de actividad que generan pautas de sueo y vigilia, comida y movimiento. Adems, est dotado con muchas reacciones reflejas a la estimulacin externa. Tambin posee algunas pautas organizadas de conducta para investigar y controlar el entorno a travs de la mirada, la succin y el llanto.

Estudios ms recientes sealan que sus capacidades sensoriales estn especialmente dotadas para todo aquello que se relaciona con la interaccin social. El beb es capaz de fijarse en un objeto en movimiento y seguirlo hasta 180 en sentido horizontal y vertical, as como tambin discriminar entre diferentes estmulos cromticos (teniendo en cuenta que su visin ptima es de unos 20-30 cm; los objetos presentados ms lejos son an borrosos para l). Las respuestas a los estmulos auditivos son de las primeras en aparecer. El odo es ya funcional desde la vida intrauterina. A las 24 semanas de gestacin el feto ya responde delante estmulos provenientes del exterior, as como estmulos internos como el producido por el latido del corazn materno. Est tambin comprobado las capacidades gustativas del recin nacido en el sentido de discriminar gustos. As prefiere el dulce al salado. Respecto al olfato, no tan slo se ha verificado que son capaces de discriminar entre diferentes tipos de aromas sino que, incluso recuerdan experiencias olfativas previas. Por todo lo expuesto, se considera que la observacin de la conducta espontnea del recin nacido es la base de un tipo de tcnicas muy sensibles para la evaluacin del desarrollo neuroconductual del beb desde el inicio de la vida. La evaluacin psicolgica del nio en sus primeras etapas del desarrollo ofrece la oportunidad de detectar alteraciones del desarrollo en el momento preciso, para poder prevenir futuros trastornos, al tiempo que nos permite estudiar la evolucin de las pautas consideradas normales.

Para la evaluacin sistemtica del beb desde los primeros das disponemos de instrumentos como la Escala de Brazelton o las Escalas Bayley (B.S.I.D.) aplicables hasta los dos aos y medio. 2- Estados sueo y alertaAlgunos investigadores (Wolff, 1966) ya observaron la variabilidad del estado del nivel de alerta en diferentes bebs pero, a su vez, una gran similaridad y regularidad entre ellos. Ello les llev a la conclusin de que se producan 6 posibles estados:

1-Sueo tranquilo. Caracterizado por respiracin regular, ojos cerrados y sin movimiento (salvo movimientos espasmdicos ocasionales).

2-Sueo activo. Ojos cerrados pero pueden observarse movimientos rpidos de los ojos (fase R.E.M.). Nivel actividad bajo. La respiracin puede ser irregular. Los movimientos son ms suaves que en el sueo tranquilo. Este tipo de sueo ocupa aproximadamente la mitad del tiempo total de sueo (alrededor de 8 horas). Es la fase donde se producen los sueos.

3-Somnolencia. Los ojos pueden abrirse o cerrarse. Las reacciones a la estimulacin son retrasadas. Pero dicha estimulacin podra hacer cambiar de estado.

4-Inactividad en alerta. Ojos abiertos. Atencin enfocada a los estmulos pero con nivel de actividad bajo.

5-Actividad en alerta. Ojos abiertos. Nivel de actividad alto. Puede mostrarse nervioso. Reacciona a la estimulacin con aumento de alerta y de la actividad motriz.

6-Llanto. Llanto intenso que es difcil de parar. Alto nivel de actividad motriz.

La distribucin temporal de los estados de sueo cambia rpidamente con la edad y a medida que el cerebro va madurando. La organizacin de estos estados se ve afectada en los bebs de madres alcohlicas o drogadictas. Los nios que presentan inestabilidad en la distribucin de los diversos estados entre las 2 y 5 semanas son susceptibles de presentar posteriores problemas de salud o de conducta. 3- Ciclos del SueoContrariamente a lo que puede parecer, los bebs recin nacidos son criaturas muy rtmicas. Su reloj biolgico es, evidentemente, diferente al de los adultos, pero variar progresivamente hasta sincronizarse con el nuestro, asumiendo el ciclo diurno-nocturno de 24 horas. En inicio, los ciclos de sueo y vigilia se pueden ir alternando cada 3 o 4 horas coincidiendo con las diferentes tomas de alimento. Los periodos de sueo se hacen paulatinamente ms largos por la noche y a partir de las 5 o 6 semanas, ya se han conseguido sueos con slo uno o dos despertares nocturnos. Hacia las 12 o 16 semanas, la pauta de dormir ms seguido por la noche puede estar establecida en condiciones normales. Hacia el final del primer ao, la mayora no pasa de dos sueos al da. La cantidad total de sueo vara de un beb a otro. Algunos duermen apenas diez u once horas, mientras otros lo hacen quince o diecisis. Poco podemos hacer si nuestro beb es de los que tienen tendencia a desvelarse a la ms mnima y no porque algo vaya mal. Cada nio sigue su propio patrn. As como el recin nacido suelen dormir en cualquier lugar, a partir de los 3 o 4 meses es conveniente que se habiten a quedarse dormidos en su cama y sin compaa (salvo circunstancias especiales).

4- ReflejosLos recin nacidos estn equipados tambin con diferentes pautas especficas de conducta. Algunas de ellas son las que denominamos reflejos y se caracterizan por ser muy estereotipadas y constituyen la respuesta a estmulos especficos. La presencia o ausencia de ellas nos proporciona informacin sobre el sistema nervioso del beb. Algunos de esto reflejos duran toda la vida otros desaparecen siendo indicadores del desarrollo de funciones cerebrales ms avanzadas.

Algunos de los reflejos ms importantes:

1-Reflejo de hozamiento: Es el primero en aparecer. Consiste en el movimiento de bsqueda propiciado al acariciarlo en la mejilla. Este reflejo es adaptativo ya que ayuda a encontrar el pezn del pecho de la madre. Desaparece a los 3 o 4 meses.

2-Reflejo de prensin: Se produce al ejercer presin con un dedo en la palma de la mano del beb. ste cerrar inmediatamente la mano agarrando el dedo. Este reflejo aumenta durante el primer mes y declina gradualmente. Desaparece a los 3 o 4 meses.Reflejo de prensin 3-Marcha automtica: Desaparece normalmente a los 3 meses de edad. Consiste en la flexin de piernas arriba y abajo cuando se aplica presin a la planta del pie. No todas las conductas del beb son respuestas a una estimulacin. El recin nacido tambin dispone de actividades denominadas "conductas congnitamente organizadas". Ejemplos de estas conductas son el mirar, succionar y llorar. En este caso no obedeceran a estmulos externos sino a una necesidad de conseguir alimentos y explorar su entorno.

4-Reflejo de Moro: Consiste en una serie de reacciones ante un sonido repentino o la prdida de apoyo de la cabeza. Para comprobarlo se puede tomar en suspensin al beb en horizontal y despus bajar las manos rpidamente y parar de repentinamente. El beb primero impulsa los brazos hacia adelante, abre las manos, arquea la espalda, y estira las piernas hacia adelante. Despus recoge los brazos hacia atrs en un movimiento de abrazo con los dedos apretados en forma de puo. La ausencia de este reflejo es seal de lesiones cerebrales, y si no desaparece despus de los 6 o 7 meses tambin es causa de preocupacin.5- LlantoTradicionalmente se han distinguido 3 tipos de llanto. Un llanto como respuesta a la sensacin de hambre, otro denominado de enfado (o rabioso) y un tercero identificado como llanto de dolor. Los dos primeros son similares en grado si bien el llanto de enfado fuerza ms aire entre las cuerdas vocales produciendo mayor variacin. El llanto de dolor se identifica por que es de comienzo repentino y cursa con un estallido inicial ms largo.

El llanto "normal" de los recin nacidos saludables es bastante caracterstico en grado y ritmo. Un llanto atpico por su frecuencia, ausencia o tono puede indicar problemas. Algunos de los bebs que estn afectados por anomalas genticas presentan este tipo de llantos atpicos con pautas temporales anormales o frecuencias altas Tabla Hitos motoresEdad (meses)Desarrollo motor y posturalCapacidad manipulativa0Tuerce la cabeza cuando est tumbado sobre el vientre; pobre control de la cabeza al levantarle; alterna el movimiento de las piernas cuando est apoyado sobre el vientre, como si nadara.Reflejo de agarrar, retiene agarrado un objeto.3Cabeza recta y tiesa cuando se le coge verticalmente; cuando est apoyado sobre el vientre, levanta la cabeza y los hombros por medio de los brazos, manos o codos; se sienta con apoyos; anticipa posiciones de levantarseAgarra el sonajero; intenta alcanzar objetos con las manos.6Se sienta slo momentneamente; se incorpora hasta la posicin de sentado con la mano del adulto como tirador; gira desde la espalda hacia el vientre.Al coger un cubo se produce flexin simultnea de los dedos; alcanza un objeto con la mano y gira la mueca; pasa el cubo de una mano a otra.9Se sienta solo; se incorpora hasta la posicin de sentado en la cuna. Hace progresos hacia adelante en posicin prono en direccin a los juguetes; camina agarrndose a los muebles.Opone al pulgar a los otros dedos al coger el cubo; coge bolitas con el pulgar y el ndice.12Est de pie solo; se agacha hasta sentarse desde la posicin en pie; camina con ayuda; anda a gatas perfectamente.Sujeta el lpiz adaptndolo para hacer una seal.*Basado en informacin de las Escalas Bayley de Desarrollo Infantil.

2.- EL APEGOJorge Barudy (neuropsiquiatra, psiquiatra infantil y terapeuta familiar de origen chileno establecido en Espaa).

1- IntroduccinLa especie humana tiene una larga historia. Ello nos ha hecho evolucionar de una determinada manera, configurando aspectos de nuestras necesidades bsicas como seres humanos. El nio nace programado para sobrevivir en determinadas condiciones pero tambin bajo la necesidad de que sus necesidades bsicas sean cubiertas. Estas pueden resumirse en:1-Necesidades fisiolgicas (alimentacin, higiene, sueo, etc...).2-Necesidad de proteccin ante posibles peligros (reales o imaginarios).3-Necesidad de explorar su entorno.4-Necesidad de jugar.5-Necesidad de establecer vnculos afectivos.

Los vnculos afectivos son una necesidad que forma parte del proyecto de desarrollo de un nio recin nacido. Si esta necesidad no es satisfecha, el nio, adolescente, joven o adulto sufrir de "aislamiento o carencia emocional".

El Apego (o vnculo afectivo) es una relacin especial que el nio establece con un nmero reducido de personas. Es un lazo afectivo que se forma entre l mismo y cada una de estas personas, un lazo que le impulsa a buscar la proximidad y el contacto con ellas a lo largo del tiempo. Es, sin duda, un mecanismo innato por el que el nio busca seguridad. Las conductas de apego se hacen ms relevantes en aquellas situaciones que el nio percibe como ms amenazantes (enfermedades, cadas, separaciones, peleas con otros nios....). El llorar es uno de los principales mecanismos por el que se produce la llamada o reclamo de la figura de apego. Ms adelante, cuando el nio adquiere nuevas capacidades verbales y motoras, no necesita recurrir con tanta frecuencia al lloro. Una adecuada relacin con las figuras de apego conlleva sentimientos de seguridad asociados a su proximidad o contacto y su perdida, real o imaginaria genera angustia.

Los vnculos de apego no slo van establecerse con los padres o familiares directos sino que pueden producirse con otras personas prximas al nio (educadores, maestros, etc...).

2- Figura principal de apego: la madreSi bien tradicionalmente la figura con la que se establece el vinculo de apego ms fuerte ha sido con la madre, hoy en da asistimos a una acentuacin de la implicacin del padre en los cuidados de la primera infancia. Motivos de horarios laborales, nmero de hijos, recursos econmicos, etc, determinan la necesidad de una corresponsabilidad por parte ambos progenitores en las labores de atencin al beb. An aceptando esta realidad, no hay que perder de vista que desde un punto de vista biolgico y evolutivo, es la madre la que est en disposicin de efectuar una relacin especialmente fuerte con el hijo. La importancia del buen establecimiento del vnculo de apego, ya en las primeras etapas, va tener unas consecuencias concretas en el desarrollo evolutivo del nio. Podemos afirmar con rotundidad que dedicar tiempo al beb, en una interaccin de cuidado y atencin, por parte de las figuras de apego, es la mejor inversin para garantizar la estabilidad emocional del nio en su desarrollo.

El vinculo de apego no debe entenderse como una relacin demasiado proteccionista por parte de la madre hacia el beb, sino como la construccin de una relacin afectiva en la que la atencin y los cuidados de la madre en las primeras etapas (el nio se siente atendido en sus necesidades), va a propiciar la paulatina adquisicin, desde una plataforma emocional adecuada, de los diferentes aprendizajes y, por tanto, de los primeras conductas autnomas. Si bien el nio quizs tardar unos meses en desarrollar el apego hacia la figura principal, el vinculo emocional de la madre hacia el beb se desarrolla rpidamente teniendo lugar en los momentos posteriores al parto.

El apego puede formarse con una o varias personas, pero siempre con un grupo reducido. La existencia de varias figuras de apego es, en general, la mejor profilaxis de un adecuado desarrollo afectivo dado que el ambiente de adaptacin del nio es el clan familiar y no exclusivamente la relacin dual madre-hijo.

3- Guarderias

Como se ver ms adelante, el momento en que el nio experimenta un vnculo de apego ms fuerte es alrededor de los 2 aos de edad, producindose un alto nivel de protestas ante la separacin de la figura de apego y la aparicin de personas nuevas o extraas.Esta etapa suele coincidir con la incorporacin de muchos nios a las guarderas y algunos de ellos pueden vivir este cambio del entorno vital con cierta angustia. Los primeros das pueden significar un verdadero suplicio por parte del nio y tambin de la madre. La guardera supone la primera salida del nio de su entorno ms prximo. Supone tambin el momento de empezar a asimilar los diferentes aprendizajes y, lo que es ms importante, el inicio de la relacin con sus iguales (sus compaeros). El nio pasa de ser el protagonista a ser uno ms dentro de un colectivo y esto puede crearle cierto desasosiego.

La incorporacin de un nio con dos aos o menos, no debera efectuarse de forma repentina y con tiempos prolongados, probablemente bajo las presiones laborales, necesidades horarias u de otro tipo por parte de los padres.Lo ideal es que los primeros contactos se produzcan en compaa de la madre u otras figuras de apego secundarios (abuelos, tos...) por tiempos breves para posteriormente irlo dejando slo en intervalos ms espaciados. Hay que tener en cuenta que a edades de 1o 2 aos, el nio no dispone de estructuras cognitivas suficientemente maduras como para interpretar que, la separacin de su madre en un entorno nuevo, es un hecho temporal. La marcha de la madre es vivida, en un primer momento, como una prdida real e irreparable (no entiende que ms tarde vendr a recogerle) y los mecanismos innatos de supervivencia se ponen en marcha (llanto, pataletas...). La angustia o ansiedad de separacin puede dispararse en algunos casos. No se trata tampoco de dramatizar la situacin pero s de minimizar sus posibles consecuencias negativas. Al respecto, es de elogiar las empresas que han creado en su seno guarderas para los hijos de sus trabajadores, proporcionndoles un entorno ms cercano y fomentando una interaccin ms frecuente.

Es fundamental, en la educacin del nio, proporcionarle una cierta seguridad afectiva (que no de sobre-proteccin) para que pueda construir su personalidad sobre una plataforma ms slida. Si el nio percibe, desde edades muy tempranas, que sus padres estn a su lado (no para concederle todos los caprichos, sino para ayudarle en el sentido ms amplio) crecer con mayor seguridad y autonoma.

Sabemos que vnculos de apego no establecidos debidamente a su tiempo pueden repercutir en la posterior relacin social y con los padres. La confianza, la seguridad en uno mismo, el respeto al otro, empiezan a construirse antes de lo que creemos. Hoy en da, por desgracia, es habitual encontrar en la conducta problemtica de muchos adolescentes, vnculos de apego no establecidos desde las primeras etapas. No se puede construir la relacin de los hijos slo a base de proporcionarles necesidades materiales. El escucharles, el intentar conectar con lo que les preocupa en el da a da , el establecer espacios de tiempo y de calidad de juego con ellos, son vitales para construir una slida relacin padres-hijos.

"El xito con nuestros hijos en un futuro no se medir por lo que les hemos dado materialmente, sino por la intensidad y calidad de las relaciones afectivas que hemos sido capaces de construir con ellos desde la infancia".

4- Curso del apegoFase 1 (desde el nacimiento a los 2 meses)En inicio, los bebs no centran su atencin exclusivamente en sus madres y suelen responder positivamente delante cualquier persona. Sin embargo, los neonatos, ya vienen al mundo con un cierto nmero de respuestas innatas diseadas para atraer a la madre cerca (llanto) y mantenerla prxima (mostrndose sonriente o tranquilo). Y aunque, en esta etapa, no est todava maduro el vnculo de apego con la madre o cuidador, s se ha comprobado que los recin nacidos prefieren mirar a sus madres que a un desconocido.

Fase 2 (desde los 2 a los 7 meses)Durante esta segunda etapa los bebs van consolidando los vnculos afectivos con la madre, padre o cuidador y dirigen hacia ellos sus respuestas sociales. Aunque todava aceptan extraos, les otorgan menor atencin. A lo largo de este perodo el beb y su cuidador desarrollan pautas de interaccin que les permiten comunicarse y establecer una relacin especial entre ellos.

Fase 3 (desde los 7 a los 24 meses)El Apego se hace ms evidente siendo muy fuerte alrededor de los 2 aos. Ahora las conductas de apego van a configurarse alrededor del desarrollo evolutivo en 2 reas concretas: la emocional y la del desarrollo fsico. Con el mayor nivel de capacidades cognitivas asumidas en esta etapa, los bebs empiezan a distinguir lo extrao de lo habitual y ahora suelen reaccionar negativamente ante situaciones o personas desconocidas. Apartarse de la figura de apego supone producir protestas por la separacin que implican llantos y la bsqueda de la madre. Por su parte el desarrollo fsico (el nio empieza primero a gatear para luego pasar a la posicin erguida y a dar sus primeros pasos), supone adquirir un control respecto al lugar donde se encuentra. Ahora, si desea no separarse de su madre, podr dirigirse hacia ella en lugar de reclamar su presencia mediante el llanto. El nio gana independencia gracias a sus nuevas capacidades de locomocin, verbales e intelectuales. Este proceso es siempre conflictivo porque exige readaptaciones continuas con ganancias y prdidas de ciertos privilegios. Por ello suele ir acompaado de deseos ambivalentes de avanzar y retroceder.

5- Determinantes del apegoSe cree que las madres que son ms sensibles ante las necesidades de los bebs y que ajustan su conducta a los de estos, tienen mayores probabilidades de establecer una relacin de apego segura. Estas madres reaccionan rpidamente a las seales que emiten sus hijos como el reclamo de comida, identificando cuando estn satisfechos y respetando sus ritmos de vigilia-sueo. Ante el reclamo mediante el llanto son ms eficaces en acunar o confortar en sus brazos al beb. Son madres cariosas, alegres y tiernas siendo as percibido por el nio. Evidentemente no slo cmo se comporta la madre resulta vital para el vnculo. La forma en que reacciona el nio, su temperamento, es tambin importante en el tipo de relacin que se va a establecer. No hay dos bebs iguales. En el caso de que estos sean de temperamento difcil o irritable puede favorecer en la madre o cuidador una respuesta menos adecuada y, por tanto, aumentar las probabilidades de un apego menos seguro.

Con frecuencia se ha planteado desde la psicologa por qu algunas madres responden de forma ms sensible a sus bebs. Una respuesta bastante vlida hace referencia a los recuerdos de las madres de sus propias experiencias infantiles. Una investigacin efectuada al respecto (Main y Goldwyn, 1.998) clasificaba a las madres en 3 grandes grupos. El grupo primero lo formaban las madres denominadas autnomas. Estas madres se caracterizaban por presentar una imagen objetiva y equilibrada de su infancia, siendo conscientes de las experiencias positivas y de las negativas. El segundo grupo se denomin madres preocupadas. Se caracterizaban por su tendencia a explicar de forma extensa sus primeras experiencias vitales con un tono muy emocional y, en ocasiones, confuso. Finalmente el grupo tercero lo formaban madres a las que se llam indecisas. Estas ltimas constituan un grupo que haba experimentado algn trauma con la relacin de apego y que an no han resuelto. Es el caso de los nios maltratados o que han perdido alguno de los padres. La hiptesis que subyace en este estudio es que los recuerdos y sentimientos de las madres sobre su propia seguridad de apego se expresar en sus atenciones hacia su hijo y as influir en su relacin. Diversos estudios han verificado que estas clasificaciones son bastante predictoras de las pautas de apego que formarn con sus hijos.

6- Efecto del apego en otras coductasEn lneas generales podemos afirmar que los bebs que presentan un apego seguro exhiben una diversidad de otros caracteres positivos que no se encuentran en el caso de bebs cuyas relaciones de apego son de menor calidad. Una de ellas es la competencia cognitiva del nio. Muchos experimentos ponen de relieve la mayor capacidad de solucin de problemas en nios con apego seguro. Igualmente seran ms competentes socialmente, ms cooperadores y obedientes.

Esto no significa, sin embargo, que los bebs con apego inseguro estn predestinados a tener problemas. En algunos casos, la experiencia en la guardera, puede ser beneficiosa y poner de relieve que, independientemente del nivel de apego, otras circunstancias del entorno pueden ser tambin relevantes en las competencias posteriores del nio. An y as, defendemos la importancia de establecer vnculos de apego satisfactorios, desde los primeros meses de vida, como situacin idnea para minimizar muchos problemas posteriores.

Igualmente insistimos en el hecho de no confundir "apego seguro" con "sobreproteccin". Lo primero supone una atencin fsica y afectiva apropiada, estando vigilantes a sus necesidades pero, al mismo tiempo, incentivando su autonoma. Lo segundo supone establecer unas pautas excesivamente proteccionistas (no dejarle jugar con otros nios, evitarle las excursiones por miedo a que sufra algn dao, es decir, trasladar nuestro propios miedos al nio lo que le har ms inseguro). Tambin aconsejamos evitar las actitudes muy tolerantes (acceder a todos sus caprichos, no marcarle hbitos en la comida u otras actividades, etc.).

7- El apego en etapas posterioresLos vnculos de apego van a seguir su curso durante todo el ciclo evolutivo con las transformaciones y adecuaciones que cada edad requiere. A lo largo de todo el perodo escolar se suelen mantener como figuras de apego los padres (la madre, casi siempre en primer lugar y con carcter secundario los hermanos y otros familiares). Paulatinamente el nio va tolerando mejor las separaciones cada vez ms largas, el contacto fsico no es tan estrecho y las conductas exploratorias no precisan de la presencia fsica de las figuras de apego. Sin embargo, en momentos de afliccin, pueden activarse en gran manera las conductas de apego con reacciones similares a la de los primeros aos.

Durante la adolescencia las figuras de apego suelen ser, por este orden, la madre (que sigue en primer lugar), padre, hermano, hermana, amigo y pareja sexual. La madre sigue siendo la figura central de apego. A diferencia de pocas anteriores, ahora puede ocurrir que se incorpore como figura de apego, alguna persona ajena a la familia (amigos).

Progresivamente los adolescentes se van distanciando ms de las figuras de apego y aparece un cierto rechazo como forma de buscar su propia identidad. El deseo ya no es estar con las figuras de apego sino que stas estn disponibles para casos de necesidad. Es un proceso natural por el que no hay que temer si se han hecho bien las cosas. El adolescente ha iniciado ya el camino de las relaciones sociales y los vnculos de amistad que marcan el inicio del camino hacia el encuentro de la etapa adulta. Si la relacin de apego se estableci de forma adecuada en los perodos crticos, el lazo afectivo que vincula a padres e hijos trascender a la poca adolescente y es probable que se prolongue toda la vida.

3.- LAS RABIETAS EN LOS NIOS: CMO CONTROLARLASEscrito por Marc Giner Cesar Andrs Lpez (psicologo clnico) de Punto de partida.

Se trata de un artculo muy interesante sobre como abordar las rabietas o pataletas, un aspecto que suele preocupar mucho a los padres y madres, un problema que se puede solucionar de forma relativamente sencilla, siempre que se actue de forma consecuente y determinada.Una rabieta o berrinche es una forma inmadura de expresar ira o enojo. Aunque usted tenga un carcter muy dulce y sereno, su hijo probablemente tendr algunas rabietas. Trate de ensearle que las rabietas no dan resultado, y que no le harn cambiar de opinin a usted. Para los 3 aos de edad, puede empezar a ensearle a su hijo a expresar sus sentimientos con palabras ("Ests enojado porque..."). Debemos ensear a los nios que el enojo es normal, pero que debe ser manifestado en la forma apropiada. Cuando los nios llegan a la edad escolar, las rabietas deben ser raras. En la adolescencia, puede recordarle a su hijo que explotar produce una mala impresin y que contar hasta 10 puede ayudarle a recuperar el control.En lo que se refiere a las rabietas existe una verdad casi universal: La rabieta no sucede si no hay un pblico que reaccione ante ella. El siguiente video demuestra claramente este punto.

Qu debo hacer cuando mi hijo tiene una rabieta?

En general, elogie a su hijo cuando logra dominarse, cuando expresa su enojo con palabras y se muestra dispuesto a cooperar. Sea un buen ejemplo para l manteniendo la calma, sin gritar ni tener rabietas de adulto. Evite pegarle, porque esto le sugiere a su hijo que usted ha perdido el control. Trate de usar las siguientes respuestas a los diferentes tipos de rabietas:

1. Apoye y estimule al nio que tiene rabietas por frustracin o fatiga.

A menudo, los nios tienen rabietas cuando se sienten frustrados consigo mismos. Pueden estar frustrados porque no consiguen armar algo. Los nios pequeos pueden estar frustrados porque sus padres no entienden lo que ellos dicen. Los nios mayores pueden estar frustrados a causa de su incapacidad para hacer su tarea escolar.

En estas ocasiones, su hijo necesita estmulo y un padre que lo escuche. Con un brazo apoyado sobre sus hombros, dgale algo que demuestre comprensin, tal como: "S que es difcil, pero vas a mejorar. Puedo hacer algo para ayudarte?" Elgiele tambin por no darse por vencido. Algunas de estas rabietas pueden ser prevenidas haciendo que su hijo se concentre en cosas que puede hacer bien.

Los nios tienden a tener ms rabietas cuando estn cansados (por ejemplo, cuando no han dormido la siesta), porque son menos capaces de hacer frente a las situaciones frustrantes. En estas ocasiones, haga que su hijo se acueste. El hambre puede contribuir a las rabietas. Si sospecha esto, dle un bocadillo. Las rabietas tambin aumentan durante una enfermedad.

2. No haga caso a las rabietas motivadas por el deseo de llamar la atencin o exigir algo.

Los nios pequeos pueden tener rabietas para salirse con la suya. Tal vez quieran salir con usted, en vez de quedarse con la niera (babysitter), quieran un dulce, quieran vaciar la gaveta de un mueble o quieran salir a jugar afuera cuando hay mal tiempo. En las rabietas para llamar la atencin el nio puede gemir, llorar, golpear el piso o la puerta, cerrar una puerta con violencia, o contener la respiracin. Mientras su hijo permanezca en un solo lugar y su comportamiento no sea destructivo, usted puede dejarlo tranquilo.

Si usted reconoce que un evento en particular va a hacer que su hijo pierda los estribos, trate de desviar su atencin hacia alguna otra cosa. Sin embargo, no ceda ante las demandas de su hijo. Durante la rabieta, si el comportamiento del nio es inofensivo, ignrelo por completo. Una vez que ha empezado, una rabieta rara vez puede ser interrumpida. Aljese, incluso yendo a otro cuarto para que el nio ya no tenga quien le escuche. No trate de razonar con su hijo. Simplemente dgale: "Veo que ests muy enojado. Te dejar solo hasta que te calmes. Hazme saber si quieres hablar". Deje que el nio recupere el control. Despus de la rabieta, asuma una actitud amistosa y trate de normalizar las cosas. Usted puede prevenir algunas de estas rabietas diciendo "No" con menos frecuencia.

3. Mueva fsicamente al nio que tiene una rabieta porque no quiere o evita hacer algo.

Si su hijo se niega a hacer algo sin importancia (tal como tomar un bocadillo o descansar en la cama), deje pasar este comportamiento antes de que empiece una rabieta. Sin embargo, si su hijo debe hacer algo importante, tal como acostarse a dormir o ir a la guardera, usted no debe dejar que la rabieta le permita evitar eso.

Algunas de estas rabietas pueden ser prevenidas dndole a su hijo una advertencia con 5 minutos de anticipacin, en vez de pedirle de repente que deje inmediatamente de hacer lo que est haciendo. Una vez que la rabieta ha empezado, deje que su hijo siga con ella durante 2 3 minutos. Trate de expresar con palabras el descontento del nio: "T quieres seguir jugando, pero es hora de dormir". Luego, llvelo a donde tiene que ir (por ejemplo, a la cama), ayudndole tanto como sea necesario (incluso llevndolo en brazos).

4. Para las rabietas de tipo perturbador o destructivo, utilice suspensiones temporales.

Algunas veces las rabietas son demasiado perturbadoras o agresivas para que los padres las pasen por alto. En esas ocasiones, mande o lleve al nio a su cuarto para que permanezca all durante 2 a 5 minutos. Algunos ejemplos de comportamiento perturbador son los siguientes:

* El nio se cuelga de usted o le sigue de un lado a otro durante la rabieta.* Su hijo le golpea a usted.* Su hijo llora y grita durante tanto tiempo que usted se siente exasperada.* El nio tiene una rabieta en un lugar pblico, tal como un restaurante o la iglesia. (Lleve al nio a otro sitio para su suspensin temporal. Los derechos de las dems personas deben ser protegidos.)* Su hijo arroja algn objeto o causa daos materiales durante la rabieta.5. Sujete al nio cuando tenga rabietas en las que podra causar dao o lastimarse.

Si su hijo ha perdido totalmente el control y grita desatinadamente, usted podra sujetarlo. Perder el control probablemente atemoriza al nio. Sujtelo tambin cuando tenga rabietas durante las cuales podra lastimarse (como cuando se arroja violentamente hacia atrs).

Tome al nio en sus brazos, dgale que usted sabe que est enojado y mustrele, con su ejemplo, la manera de dominarse. Tngalo en brazos hasta sentir que empieza a relajarse. Esto generalmente requiere de 1 a 3 minutos. Luego, sultelo. Esta respuesta reconfortante raras veces es necesaria despus de los 3 aos de edad.

Algunos nios no quieren ser consolados. Tome a su hijo en brazos solamente si esto sirve de algo. Si el nio le dice "Vete", aljese. Despus que pasa la rabieta, a menudo el nio querr que se lo tenga brevemente en brazos. Esta es una buena manera de reincorporarlo a las actividades de la familia.

Cundo debo llamar a un profesional?

Llame a un profesional durante el horario normal si:* Su hijo se lastima o lastima a otros durante sus rabietas.* Las rabietas ocurren cinco o ms veces al da.* Las rabietas ocurren tambin en la escuela.* Su hijo tiene varios otros problemas de comportamiento.* Uno de los padres tiene episodios de rabietas o gritos y no los puede detener.* Este enfoque no produce una mejora durante 2 semanas.* Usted tiene otras preguntas o inquietudes.

4.- LOS MIEDOS INFANTILES1- Introduccin2- Miedo, fobia y ansiedad 3- Curso evolutivo de los miedos infantiles4- Posible origen de los miedos5- Orientaciones para combatir el miedo

1- IntroduccinLos miedos en general y cualquiera de sus modalidades en la etapa infantil suponen un fenmeno universal y omnipresente en todas las culturas y tiempos. La nica explicacin a esta regularidad es que el miedo debe tener un importante componente de valor adaptativo para la especie. En pequea escala, estas sensaciones que se viven como desagradables por parte del nio o adolescente pueden cumplir una funcin de supervivencia en el sentido de apartarle de situaciones de peligro potencial (no acercarse a ciertos animales, no entrar en sitios oscuros, etc.). Sin embargo, cuando este miedo es desadaptativo (no obedece a ninguna causa real de peligro potencial o se sobrevaloran las posibles consecuencias) el resultado es un enorme sufrimiento por parte del nio que lo padece y sus padres. El miedo, puede entonces condicionar su funcionamiento y alterar sensiblemente su capacidad para afrontar situaciones cotidianas (ir a dormir, ir a la escuela, estar slo, etc.).

No hay duda que los miedos son evolutivos y normales a cierta edad, cambiando el objeto temido a medida que el nio crece y su sistema psicobiolgico va madurando. La tendencia natural ser a que stos vayan desapareciendo progresivamente. En otras ocasiones, podemos hablar abiertamente de temores o miedos patolgicos que pueden derivar hacia trastornos que necesitan atencin psicolgica (ansiedad, fobias). Establecer la frontera entre uno y otro (normalidad-patologa) no siempre es fcil y depender mucho de la edad del nio, la naturaleza del objeto temido y sus circunstancias, as como la intensidad, frecuencia, sufrimiento y grado de incapacitacin que se produce en el nio.

2- Miedo, Fobia y Ansiedad

Un nio puede sentir un miedo natural ante la presencia de un perro grande mostrndose reacio a tocarlo y mantenindose discretamente a cierta distancia (le tiene miedo). En otro nio la simple visin del perro o su ladrido puede despertar la necesidad de correr inmediatamente, sintiendo un malestar profundo y necesitando alejarse a mucha distancia para tranquilizarse. En ste ltimo caso no ha habido ninguna causa objetiva que pueda justificar el temor del nio (salvo en el caso de que el nio hubiera sido vctima con anterioridad de la accin de algn perro). Las expectativas de que el perro le pueda atacar cuando va acompaado de sus padres y el perro se encuentra a distancia y va atado son irracionales. A este miedo irracional le llamamos fobia.

Relacionado con los miedos y las fobias suele hablarse tambin de ansiedad. La ansiedad est muy presente en todos los procesos de miedos y, en especial, en las fobias. El trmino se utiliza para poner de relieve las importantes alteraciones psicofisiolgicas que se producen en nuestro organismo cuando experimentamos un miedo intenso. Este estado de activacin puede producirse ante un estimulo concreto (fobia especfica) u otro que la persona no puede describir con exactitud. Algunos autores lo han denominado el temor a sentir miedo.

La activacin fisiolgica se manifiesta, entre otros, por una activacin de las glndulas sudorparas (manos pegajosas, hmedas), aumento de la frecuencia e intensidad cardaca, elevacin del tono muscular, et.. El cuerpo se prepara para una respuesta de escape o huida activando los sistemas motores. Si el nio es obligado a permanecer ante el estmulo o situacin temida la voz se torna temblorosa, se producen bloqueos, tics, muecas faciales. Cada nio manifestar su ansiedad de diferente forma segn sus caractersticas.La ansiedad se retroalimenta creando un circulo vicioso a nivel cognitivo con los pensamientos irracionales (el perro tiene un aspecto muy fiero y viene a por mi; la oscuridad siempre es peligrosa...).

3- Curso evolutivo de los miedos

a) Primera infanciaLos diferentes estadios de desarrollo conllevan asociados la preponderancia de un tipo u otro de miedos. Segn algunos autores, los bebs no comienzan a manifestar el sentimiento de miedo antes de los seis meses de vida. Es a partir de esa edad cuando empiezan a experimentar miedos a las alturas, a los extraos y otros. Estos tres tipos de miedo se consideran programados genticamente y de un alto valor adaptativo. De hecho su presencia denota un cierto grado de madurez en el beb.A esta edad tambin surge la ansiedad de separacin de la figura de apego.

Entre el ao y los dos aos y medio se intensifica el miedo a la separacin de los padres a la que se le suma el temor hacia los compaeros extraos. Ambas formas de miedo pueden perdurar, en algunos casos, hasta la adolescencia y la edad adulta, tomando la forma de timidez. Lo habitual es que vayan desapareciendo progresivamente a medida que el nio crece.Es en esta etapa, cuando empiezan tambin a surgir los primeros miedos relacionados con pequeos animales y ruidos fuertes como pueden ser los de una tormenta.

b) Etapa preescolar (2,5-6 aos)Se inicia una evolucin de los miedos infantiles. Se mantienen los de la etapa anterior (extraos, ruidos, etc.) pero van incrementndose los posibles estmulos potencialmente capaces de generar miedo. Ello va en paralelo al desarrollo cognitivo del nio. Ahora pueden entrar en escena los estmulos imaginarios, los monstruos, la oscuridad, los fantasmas, o algn personaje del cine. La mayora de los miedos a los animales empiezan a desarrollarse en esta etapa y pueden perdurar hasta la edad adulta.

c) 6 a 11 aosEl nio alcanza la capacidad de diferenciar las representaciones internas de la realidad objetiva. Los miedos sern ahora ms realistas y especficos, desapareciendo los temores a seres imaginarios o del mundo fantstico.Toman el relevo como temores ms significativos el dao fsico (accidentes) o los mdicos (heridas, sangre, inyecciones).Puede tambin presentarse, dependiendo de las circunstancias, temor hacia el fracaso escolar, temores a la crtica y miedos diversos en la relacin con sus iguales (miedo hacia algn compaero en especial que puede mostrarse amenazador o agresivo). El miedo a la separacin o divorcio de los padres estara ahora presente en aquellos casos en el que el nio perciba un ambiente hostil o inestable entre los progenitores.

d) PreadolescenciaSe reducen significativamente los miedos a animales y a estmulos concretos para ir dando paso a preocupaciones derivadas de la crtica, el fracaso, el rechazo por parte de sus iguales (compaeros de clase), o a amenazas por parte de otros nios de su edad y que ahora son valoradas con mayor preocupacin.

Suelen tambin aparecer los miedos derivados del cambio de la propia imagen que al final de esta etapa empiezan a surgir.

e) AdolescenciaSe siguen manteniendo los temores de la etapa anterior pero surgen con mayor fuerza los relacionados con las relaciones interpersonales, el rendimiento personal, los logros acadmicos, deportivos, de reconocimiento por parte de los otros, etc.Decaen los temores relacionados con el peligro, la muerte. La adolescencia es una etapa de ruptura con la barrera protectora familiar y la necesidad de bsqueda de la propia identidad. Es posible que el joven sienta la necesidad de probarse ante situaciones de riego potenciales como medio de autoafirmarse ante sus iguales y demostrar que ha dejado atrs ciertas etapas infantiles.

4- Posible origen de los miedosIndependientemente de la programacin gentica del nio para desarrollar los miedos evolutivos normales de la infancia, se han apuntado algunos factores que pueden incidir significativamente sobre los mismos.

Una de las variables estudiadas han sido los patrones familiares. Segn algunos estudios, los padres con tendencia a ser miedosos y/o con ms trastornos de ansiedad suelen tener hijos con miedos o ansiedad, en mayor proporcin que los padres normales. Algunas teoras explican esta hiptesis en base a que los hijos buscan y captan la informacin sobre la reaccin emocional de sus cuidadores ante situaciones de incertidumbre. A travs del modelado (aprendizaje que efecta el nio por observacin de un modelo) una madre puede alterar o modelar los miedos de sus hijos en funcin de las emociones que manifieste o que el nio perciba.

Otro mecanismo de adquisicin o potenciacin de los miedos es la informacin negativa (instrucciones verbales). Una informacin negativa sobre alguna situacin o estmulo concreto puede ser una fuente que genere el temor. La capacidad de conviccin vendr condicionado por lo relevante que resulte para el nio la persona que emita la informacin. En algunos casos, es correcto levantar temores, por ejemplo por parte de los padres, acerca de determinados riesgos que corren, en especial, los adolescentes. No obstante, tambin pueden darse informaciones errneas por parte de personas ajenas a la familia que pueden provocar miedos injustificados. En la etapa adolescente se suele creer ms a los compaeros a que a los padres.

Hay un tipo de miedos que se adquieren por aprendizaje directo como es el miedo a no poder respirar. Sera el caso de nios que han sufrido ataques de asma o se han despertado repentinamente por la noche con la sensacin de no poder respirar.

Otra forma de adquisicin es por condicionamiento. Supongamos un nio que de pequeo sufri quemaduras importantes al jugar con un petardo que le explot en las manos. Probablemente la simple visin de los mismos o su estruendo le provoquen miedo y rechazo, tanto ms cuanto mayores fueron las consecuencias.

Finalmente apuntar como posible generador de miedos en nios, otras experiencias vitales desagradables o traumticas, como presenciar malos tratos, peleas o situaciones que le impacten emocionalmente (accidentes, muerte de algn ser querido, etc.). En el peor de los casos, estos miedos pueden derivar en trastornos clnicos como fobias especficas, ansiedad generalizada o estrs post-traumtico.Igualmente es desaconsejable la visualizacin de programas de televisin, pelculas u otros que contengan imgenes violentas o de terror cuando el nio an no presenta una edad adecuada para separar ntidamente la ficcin de la realidad.

5- Orientaciones para combatir el miedo infantil1- En primer lugar vivir la situacin del nio con tranquilidad, sin mostrar (al menos delante de l) preocupacin o angustia. Recordemos que el modelado, es decir, los comportamientos que el nio observa de los padres son los patrones que interioriza. Padres excesivamente preocupados pueden ser un mal modelo y aumentar la tensin.

2- No forcemos al nio a efectuar aquellas conductas que teme. Hay que trazar un plan de forma que podemos crear aproximaciones sucesivas. Por ejemplo, un nio que teme a la oscuridad, no podemos pretender que lo supere inmediatamente por mucho que se lo razonemos. Hay que crear una gradacin de situaciones (p.e. diferentes habitaciones con distintos grados de iluminacin hasta llegar a la oscuridad total) para que el nio vaya progresando. Tras la permanencia un determinado tiempo en una de estas habitaciones podemos reforzarle con algn premio o efectuar alguna accin de su agrado. El prximo da probaremos en otra un poco ms oscura. Hay que avanzar paulatinamente. No dar importancia a los retrocesos y celebrar los pequeos pasos. La solucin a los miedos no es evitarlos sino enfrentarnos a ellos. Sin embargo, en el caso de los nios, debemos hacerlo con calma y con mucho sentido comn. Utilice el juego y la imaginacin.

Algunas tcnicas psicolgicas utilizan la llamada escenificacin emotiva en donde las diversas aproximaciones del nio al objeto o situacin temida van acompaadas de instrucciones previas en el que ha de adoptar el papel de ayudante o colaborador de algn hroe de ficcin de su eleccin. El nio se imagina que est ayudando a su hroe favorito en la consecucin de alguna misin. No obstante estas tcnicas deben ser aplicadas y controladas por un profesional ya que forman parte de lo que se conoce como desensibilizacin sistemtica. Se trata del tratamiento psicolgico ms utilizado en trastornos de miedos, fobias y ansiedad.

3- Una forma muy eficaz de actuar es mediante el modelado. Uno de los padres puede efectuar la conducta temida (p.e. estar en la habitacin a oscuras) para ensear al nio que no sucede nada. No obstante, el modelado es ms eficaz cuando el modelo es de la misma edad del nio. En especial, terapias efectuadas en grupo de iguales para exponerse a los estmulos temidos (oscuridad, animales, etc.) han resultado muy eficaces en nios.

4- Evitar siempre ridiculizar al nio por sus miedos, en especial, delante de sus compaeros. No rerse de l, no castigar ni sermonear. La atencin debe estar dirigida a las posibles soluciones no a las consecuencias punitivas.

5- Evitar el visionado de pelculas, juegos o actividades que comporten violencia, miedo o terror. Procurar que las personas de su entorno no lancen mensajes amenazadores (si no comes llamar a....; si no te portas bien se lo dir a.....). No se trata de aislar o sobreproteger al nio. Hasta cierto punto el nio debe ir integrando las diferentes emociones y el miedo forma parte natural de nuestra vida desde el inicio. No obstante, siempre ser de gran ayuda que estas emociones estn reguladas por el consejo y el acompaamiento de los padres.

6- Puede resultar tambin til, segn el caso, la introduccin de alguna tcnica de relajacin.

7- Estas instrucciones son generales y deben ajustarse a la edad del nio y sus caractersticas.

8- Cuando los miedos son ms severos, persistentes y alteran significativamente el funcionamiento del nio en su entorno familiar, escolar o social, podemos encontrarnos con trastornos que ya no formaran parte del ciclo evolutivo normal sino que deberan ser objeto de tratamiento especializado (fobias especficas, trastornos de ansiedad u otros). Ante cualquier duda consulte con un profesional de la salud

5.- PROBLEMAS CON LOS HIJOS CUANDO LOS PADRES SE SEPARAN

IntroduccinEl nmero de separaciones en nuestro pas ha aumentado exponenciamente a lo largo de los ltimos aos. Ello supone que algunas famlias han sufrido cambios en su estructura bsica con la prdida de alguna de sus figuras y la incorporacin de otras.

El rompimiento de los lazos afectivos es siempre doloroso y se vive con cierta angustia por parte de la pareja que ha compartido parte de su vida y que ahora ve roto el proyecto comn. Pese a ello, las principales vctimas de todo proceso de ruptura son los hijos, en especial, los ms pequeos.

En esta pgina trataremos de exponer de qu forma puede influir la separacin parental en los hijos segn su edad y tambin las diferentes circunstancias o factores que pueden agravar o atenuar todo el proceso emocional que les supone. Tambin se aportarn unas orientaciones bsicas para guiar a los padres en todo este proceso.

2- Los nuevos sistemas y circunstancias familiaresHasta no hace mucho, la familia tradicional, se constitua en torno al matrimonio de un hombre y una mujer que deban permanecer casados hasta la muerte de uno de ellos. Su funcin fundamental era la de tener hijos, cuidarlos y educarlos. Dentro de la familia, el padre asuma el papel de cabeza del grupo y se le conceda mayor autoridad de forma ms o menos explcita. Los hijos, en todo caso, deban obedecer a los padres, al menos hasta la mayora de edad aunque las costumbres de la poca solan alargar ese tiempo hasta el matrimonio de los hijos.

Evidentemente, este sistema, a da de hoy, puede parecernos antiguo, restrictivo o limitador de los derechos individuales, pero lo cierto es que era tambin estable por ley, por costumbres y por moral. Todo ello ofreca un marco claro para los futuros conyugues y sus hijos. No se discuta la autoridad jerrquica de los padres abalados adems por los modelos educativos en la escuela. No se contemplaba la separacin y, por tanto, haba pocos hijos fruto de esas situaciones. La excepcin la constituan los nios nacidos fuera del matrimonio o los abandonados que eran susceptibles de sufrir cierta marginacin.

a) Las nuevas familiasActualmente, la familia se ha convertido en una de las instituciones sociales que ms ha cambiado tanto desde el punto de vista legislativo como en el social.

Para empezar el ncleo de la familia ya no tiene que ser necesariamente heterosexual. Puede haber tambin parejas de hecho con hijos, madres o padres solteros con hijos o nuevas familias surgidas de divorcios previos que comparten hijos de otras parejas anteriores.

Esta libertad, hoy en da, para vincularse y desvincularse afectivamente puede considerarse un logro para las personas adultas que ejercen sus derechos individualmente. Igualmente una separacin o divorcio puede suponer evitar que algunos hijos sigan sufriendo las consecuencias de un entorno excesivamente conflictivo. No obstante, no es menos cierto, que los hijos pueden sentirse desorientados, ansiosos, ser objeto de manipulaciones y, en definitiva, ser tambin vctimas cuando se produce la separacin parental. La ganancia de los derechos individuales de los adultos no siempre va asociada a beneficios psicolgicos para nuestros hijos.

Todo ello configura un panorama variable y complejo que puede afectar a los hijos de diferentes formas y que trataremos de ir explicando.

b) Cambios en las relaciones padres-hijosParalelamente a los cambios de vinculacin en las relaciones de los adultos, los padres han ido incorporando cierta simetra en la educacin de sus hijos y en aplicar la disciplina. Ha ido creciendo cierta idealizacin de los estilos democrticos. Sin duda, este estilo, basado en el saber escuchar y ser equitativo en la toma de decisiones, con frecuencia se ha mal interpretado y ha supuesto en la prctica un fracaso.

Uno de los puntos clave es el creer que hay que ser amigos de los hijos. Esto es totalmente errneo. Creemos que los padres deben saber escuchar, proporcionar afecto incondicional y por supuesto orientarles en su toma de decisiones en especial durante la adolescencia. Sin embargo, no somos sus amigos en el sentido literal. Este papel deben desempearlo sus iguales o compaeros. Si creemos que, ante todo, somos sus amigos, significa privarles de algo ms valioso: ser sus padres. Otro error habitual es creer que nunca debemos imponer las cosas, que siempre debemos negociar. Esto puede ser deseable hasta cierto punto pero teniendo en cuenta que no es incompatible el hablar las cosas, con la exigencia del cumplimiento de las normas y respeto a los lmites marcados en el propio sistema familiar.

Con cierta frecuencia un exceso de buena voluntad y exceso de amiguismo por parte de los padres acaba en fracaso y los jvenes acaban rompiendo un sistema que perciben confuso, laxo o en el que intenta hacer prevalecer sus derechos y exigencias por encima de las de sus padres.Todo ello se hace ms evidente en las situaciones de separacin o divorcio de los padres y es aqu donde deberemos poner especial atencin.

c) El trabajo y el consumo como prioridadEn la sociedad actual asistimos a un generalizado deseo de triunfar profesionalmente y asegurar unas ganancias para poder establecer y mantener un adecuado nivel de vida. El problema es que con cierta frecuencia ello se hace a costa de dedicarle excesivo tiempo y por ende no poder atender de forma eficaz a los hijos. Podemos delegar en muchas personas competentes cierta parte de la educacin de nuestros hijos pero no hay substitutos de la funcin de padres para crear una vinculacin afectiva adecuada con ellos y evitarnos problemas futuros.

En la base de muchas separaciones nos encontramos con padres que se creen con el derecho y el deber de priorizar el trabajo, la formacin, la superacin profesional anteponindolos al hecho de tener pareja y, sobre todo, a tener hijos y cuidarlos. Cuidarlos no significa slo proveerles de las materias primarias vitales (comida, techo, etc.) sino proporcionarles una seguridad emocional y afectiva para que crezcan sanos psicolgicamente y se conviertan en personas seguras, con una buena autoestima y capaces de crecer en su entorno educativo y social eficazmente.

Como padres debemos ser capaces de buscar dedicacin y tiempo de calidad con los hijos desde la infancia (ver: trabajando el vnculo afectivo con nuestros hijos). Ello no es incompatible con la dedicacin al trabajo y debemos encontrar un equilibrio entre ambas necesidades, especialmente cuando se ha producido la separacin y nuestros hijos necesitarn un apoyo emocional extra.

3- Cmo afecta la separacin a nuestros hijosNo resulta sencillo determinar unas consideraciones generales. Hay demasiadas variables que pueden determinar la forma con que cada nio expresa su malestar ante la ruptura de sus padres. Algunos padres pueden pensar que es lo mejor para sus hijos dado que el ambiente en casa era muy malo. Otros afirmarn imprudentemente que a sus hijos no parece haberles afectado dado que no suelen hablar del tema. Sea como fuere, la realidad es que siempre hay consecuencias, sea en el presente o en el futuro.Uno de los factores ms determinantes es la edad en la que se produce la separacin. Algunos estudios avalan la hiptesis de que cuanto ms pequeos son los nios, ms importantes son las consecuencias (a partir de los 2 aos aproximadamente).

Estudios recientes (Cantn y otros 2.007) parecen demostrar que la separacin o divorcio de los padres tienen efectos negativos importantes en los hijos que lo sufren. A continuacin exponemos algunas de las reacciones habituales, si bien, su aparicin, gravedad o frecuencia, depender de la edad del nio, su temperamento y otras circunstancias de su entorno.

a) Infancia (2 a 6 aos)En los ms pequeos son habituales conductas regresivas como volverse a hacer pip en la cama, chuparse el dedo, infantilismo, querer dormir con los padres, miedos, ansiedad, etc. Tambin rabietas, necesidad de llamar la atencin constantemente, ansiedad de separacin (al dejarlo en la escuela u otros). Vinculacin excesiva normalmente con la madre que se ve desbordada y no entiende lo que pasa. En ocasiones, el nio, pasa de la agresividad o al menosprecio a la bsqueda de un afecto incondicional (abrazos, besos, promesas de que se portar bien, etc.).

-Alteraciones en el patrn de las comidas y el sueo.

-Quejas somticas: dolor de cabeza, estomago, etc. no justificadas.

-Negarse a ir a casa de uno de los progenitores (normalmente el padre).

-Apata, introversin, mutismo ante nuevas personas. Dificultades para relacionarse o jugar.b) Nios (de 7 a 12 aos)En esta franja de edad, los nios ya disponen de mayores recursos verbales lo que en cierto modo les ayuda a exteriorizar sus sentimientos.

Pueden seguir presentes los diferentes sntomas antes expuestos en uno u otro grado. No obstante, hay que aadir, segn las caractersticas del nio las siguientes:

-Comportamientos y conductas de recriminacin a los padres con la esperanza de intentar unirlos de nuevo si siguen sin aceptar la realidad.

-Conductas manipulativas, de menosprecio o rencor a alguna de las figuras paternas paralelamente a la idealizacin de la otra (asimetra emocional).Esto puede agravarse segn las actitudes que tomen los adultos que rodean al nio.

-Sentimientos de culpa, conductas de riesgo, baja autoestima, dificultades en las relaciones con sus iguales, baja tolerancia a la frustracin, agresividad.

-Pueden aumentar la hiperactividad e impulsividad.

-Deterioro en el rendimiento escolar. Nios que habitualmente eran buenos estudiantes empiezan a tener dificultades.c) AdolescenciaEs una poca complicada para los jvenes y en la que se suelen amplificar los diferentes problemas que se arrastran o producen.

Durante esta etapa, los jvenes que afrontan la separacin de los padres pueden incrementar sus conductas de riesgo (alcohol, sustancias, drogas).

-En nias parece que puede producirse, en algunos casos, precocidad o promiscuidad en las relaciones sexuales y tambin conductas de riesgo. Necesidad de vincularse afectivamente a una pareja pero con poca capacidad para mantener una relacin estable y equilibrada.

-Dificultades en las relaciones con los iguales. Predominio de la impulsividad y poca capacidad para la resolucin de conflictos de forma dialogante.

-Baja autoestima, agresividad, baja tolerancia a la frustracin. En los casos ms severos puede derivar a un trastorno disocial.

4- Afrontar el problemaTal como hemos ido comentado, no es posible plantear unas orientaciones generales que nos sirvan para todas las familias, todos los procesos de separacin y que obedezcan a las diferentes realidades de cada pareja e hijos. Cada caso requerir la aplicacin de unas u otras estrategias en funcin de todas las variables existentes. En muchas ocasiones, deber ser el profesional de la psicologa el que sirva de punto de referencia para mediar en todo el proceso. A partir de aqu intentaremos aportar algunos de los puntos bsicos que deberemos tener en cuenta para minimizar los riesgos en el sufrimiento de nuestros hijos y el propio cuando se produce la separacin.

Toda separacin supone un proceso de duelo, de readaptacin a nuevas circunstancias vitales. No obstante, los ms pequeos son las vctimas ms propicias. A la poca comprensin de lo que sucede se les une, en muchas ocasiones, las constantes batallas legales por la custodia de los hijos con cambios constantes de domicilio (segn rgimen de visitas) y en los que el nio se convierte en una especie de paquete que viaja de un lado a otro. Es el perfecto escenario para menoscabar su seguridad emocional y que empiecen a aflorar todos los sntomas de una vinculacin insegura.

Es bsico que independientemente de las diferencias que como adultos tengan, los padres sepan ofrecer al nio un marco nico, un mensaje claro de que siguen siendo lo ms importante para ellos. Que pese a no vivir juntos estarn unidos en sus necesidades y proyectos y que incondicionalmente estarn a su disposicin.

En nios de 2 a 5 aos es fundamental, tras la separacin, que en la medida de lo posible introducir los menos cambios posibles (visitas, escuela, casa, etc.) al menos de entrada. Los pequeos necesitan reforzar su vinculacin con la principal figura de referencia (normalmente la madre) tras la separacin y la partida de uno de los progenitores. Ello es debido a la necesidad de compensar una situacin que no comprenden pero que la viven con angustia (en especial si han presenciado discusiones acaloradas, insultos o malos tratos).

5- Puntos bsicos a tener en cuenta:Es fundamental que los padres sepan desvincular sus problemas como adultos (procesos judiciales, rgimen de custodia, etc.) de las necesidades de sus hijos ante una separacin. Es decir, independientemente de nuestras diferencias personales, hemos de ser capaces de consensuar un proyecto educativo comn. Los nios deben percibir complicidad y compromiso incondicional de sus progenitores hacia ellos aunque ya no vivan juntos.Una de las peores situaciones que se puede producir es que uno de los padres intente manipular al hijo en contra del otro (hablarle mal, culpabilizar a la otra parte, crear incertidumbres, etc.). Tambin que alguno de ellos (quizs con mayor poder adquisitivo) le colme de regalos o juguetes para ganar su afecto. El afecto de los hijos slo se gana dedicndoles tiempo, comprensin y afecto incondicional, nunca con bienes materiales exclusivamente.Evidentemente deberemos evitar cualquier discusin delante de ellos y crear ms angustia. No obstante, desde el mismo momento de la separacin deberemos hablar con nuestros hijos y enfatizar especialmente aquello que nos une ms que lo que nos separa. Explicar (adecundolo a su edad) la decisin tomada y que, en todo caso, ellos van a seguir disponiendo incondicionalmente de sus padres. Que es mucho lo que les une y seguir uniendo. Evitar excesivos detalles de las causas de la misma. Procurar tambin que los hijos no se sientan en una u otra medida culpables de la situacin.No caer en el error de utilizar al nio como mensajero o espa de lo que sucede en casa del otro progenitor.Ambas figuras paternas son importantes para el nio. La madre, pero, es la principal figura de vinculacin, especialmente hasta los 5 o 6 aos. Por tanto, es muy arriesgada, una separacin maternal traumtica (aunque sea temporal) y slo debera contemplarse en casos extremos de evidente incompetencia o enfermedad fsica o mental de la madre.Recordemos que la separacin en los hijos, especialmente en los ms pequeos, produce una prdida de los referentes principales que los mantienen seguros delante el mundo exterior. Su forma de reaccionar, segn edad, puede pasar de un incremento de miedos, inseguridad y baja autoestima a manifestaciones de tipo conductual (rabietas desobediencia, etc.). La forma, pues, de combatirlo es precisamente reforzando la vinculacin afectiva. Una forma de hacerlo es mantener unos espacios comunes en los momentos de transicin de un hogar al otro. Por ejemplo, es habitual que la madre deje al nio por la maana en la escuela y por la tarde lo recoge el padre. En la medida de lo posible se aconseja que durante la transicin de hogar ambos padres dediquen un espacio comn (aunque sea corto) para intercambiar informacin del nio y transmitir la sensacin de complicidad e inters por su futuro. Esto puede hacerse mediante una breve merienda o encuentro en algn parque.Otro de los problemas que suelen surgir es el papel de las nuevas parejas de los respectivos padres. Estas figuras pueden establecer tambin vnculos afectivos con los hijos de sus parejas pero tambin ser una fuente de problemas si cuestionan algunos de los principios educativos establecidos por los padres. En todo caso no podemos imponer la aceptacin de nuestra nueva pareja a los hijos y forzar un nuevo padre o madre. No obstante, la vinculacin afectiva hacia unos u otros depender de los recursos que cada uno dediquen al nio y as lo perciba.La separacin produce al igual que otras prdidas en la vida un proceso de duelo. El perodo de duracin depender de cmo se ha afrontado por parte de los diferentes agentes y de la edad del nio. Normalmente antes de un ao los nios suelen haberse adaptado a su nueva situacin y no deberan presentar problemas significativos al respecto.

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