arte y letras

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La exposición del MARQ de Alicante sobre «La belleza del cuerpo» permi- te mirar hacia la globalidad del pen- samiento y conocer, además, los principios estéticos que dieron ori- gen a la cultura occidental. Página 8 ARTE Los principios estéticos en la muestra sobre Grecia A partir de la película «El lector», Jo- aquín Quílez habla de dos universos que están hechos de la misma mate- ria de la que están hechos los sue- ños: la lectura y el cine. Diferencias y relaciones, a debate. Página 14 MÚSICA La lectura y el cine, dos universos que se unen Páginas 2 y 3 arte y letras JUEVES, 30 DE ABRIL, 2009 Tesoros en la red

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Page 1: Arte y Letras

La exposición del MARQ de Alicantesobre «La belleza del cuerpo» permi-te mirar hacia la globalidad del pen-samiento y conocer, además, losprincipios estéticos que dieron ori-gen a la cultura occidental. Página 8

ARTE✒

❧ Los principios estéticos enla muestra sobre Grecia

A partir de la película «El lector», Jo-aquín Quílez habla de dos universosque están hechos de la misma mate-ria de la que están hechos los sue-ños: la lectura y el cine. Diferencias yrelaciones, a debate. Página 14

MÚSICA✒

❧ La lectura y el cine, dosuniversos que se unen

Páginas 2 y 3✒

arteyletrasJUEVES, 30 DE ABRIL, 2009

Tesorosen la red

Page 2: Arte y Letras

n fondo virtualque abarcaríadesde textosclásicos de Lo-pe de Vega,Calderón de laBarca o Miguelde Cervanteshasta contem-

poráneos como Mario Benedetti. Títu-los que estarían avalados por un con-sejo científico, formado por profeso-res universitarios y académicos, yarropados por materiales de referen-cia como estudios de investigación oartículos de revistas científicas. La Bi-blioteca Virtual Miguel de Cervantescolocaba, así, a los internautas a un«clic» de acceder a una obra de lamisma forma que en una bibliotecatradicional. Diez años después, eseespíritu no permanece intacto. Hayluces y sombras, como en todo pro-yecto. Con más de 100.000 registrosbibliográficos –entre el material queellos mismos han digitalizado y losenlaces a otras plataformas– y 715 mi-llones de páginas servidas desde susinicios, este espacio se ha convertidoen todo un templo virtual de la litera-tura en castellano. Ahora, su futuro

pasa por seguir engrosando los fon-dos de sus estanterías cibernéticas ycontinuar la senda didáctica y científi-ca que emprendió en marzo de 1999.

Durante el primer semestre de es-te año, la Cervantes incorporará dosnuevos portales a los que ya posee. Elprimero es una nueva colaboracióncon la Biblioteca Nacional de España–meses después de su apertura secerró el primer compromiso con estainstitución por el que se digitaliza-ban unas mil obras de sus fondos.Un portal dedicado al Teatro del Si-glo de Oro que «aspira a convertirseen la biblioteca digital de referenciade las fuentes textuales del teatro es-pañol de esa etapa», explica el res-ponsable de Comunicación de la en-tidad, Rafael González. Manuscritos,impresos e instrumentos bibliográfi-cos, en su mayoría de género teatral,que marcaron la historia de la litera-tura española al alcance de cualquie-

ra. Una aportación material que seirá incrementando progresivamente:«La Cervantes irá ofreciendo en fasessucesivas ediciones electrónicas delos ejemplares custodiados en sufondo con colecciones tan destacadascomo las de Gayangos, Osuna, Du-rán o La Barrera, desde autógrafos acopias manuscritas». Paralelamentea esta iniciativa, este archivo virtualinaugurará un portal complementa-

rio junto al Institut delTeatre de Barcelonaque cuenta con unfondo antiguo tea-tral. «Probable-mente –señalaGonzález– el másnotable en su géne-ro después del de laBiblioteca Nacionalde España». El se-gundo proyecto,«Fondos antiguos ycolecciones singu-lares de las univer-sidades españolas eiberoamericanas»,surge de acuerdoscon la UniversidadInternacional Me-néndez Pelayo, lade Barcelona, laComplutense deMadrid y, en breve,también las de Cá-diz, Murcia y Va-lencia. Un portal deportales que pondrá

a disposición de in-vestigadores y universitarios manus-critos, incunables y obras impresashasta 1830 en formato digital. En es-te sentido, la colaboración con la Me-néndez Pelayo permitirá a los usua-rios acceder a las conferencias de loscursos de verano celebrados, desdelos años 80, en las distintas sedesuniversitarias por tres vías: en forma-to escrito, visual y en audio.

Todo ello, sin dejar de lado la con-memoración de su aniversario. En suagenda ya hay marcadas dos impor-tantes citas que se llevarán a cabo enMadrid y Alicante, sedes principalesdel desarrollo de la institución. «Es-tamos preparando dos actos –adelan-tan desde la entidad– uno en la Bi-blioteca Nacional en el mes de junioy el otro en la Universidad de Alican-te (UA) para octubre o noviembre».Entre ambas ciudades está repartidala Fundación Biblioteca Virtual Mi-guel de Cervantes que es la en-

U

2 arteyletras Jueves, 30 de abril, 2009

EN PORTADA✒

Una década

La BibliotecaVirtual incluye en

su catálogoportales dedicados

a autores comoLope de Vega y

Benedetti

ANA AITANA FERNÁNDEZ❍

Desde su aparición, Internet hasido un caldo de cultivo de la

cultura gratuita, un vehículo conel que democratizar las artes y elconocimiento. En este marco de

infinitas posibilidades, laBiblioteca Virtual Miguel de

Cervantes nació con el objetivo dedifundir la cultura iberoamericana

más allá de las fronteras físicas.Trascurrida una década, Arte y

Letras hace balance de unproyecto único, analizando su

origen y su trayectoria.

( )➜

Con más de100.000 registrosbibliográficos y 715millones de páginas,la Biblioteca Miguel de Cervantesse ha convertido en un templo virtualde la literatura en castellano

A lo largo de este año, sumará unportal dedicado al Teatro del Siglode Oro que será todo un referente

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cargada de tutelar el proyecto.Aunque es en Alicante donde se en-cuentran los miembros del comitécientífico de este archivo virtual–compuesto por profesores de laUA– y el Taller Digital de la mismauniversidad, que es la empresa quela desarrolla y la mantiene.

El 2009 es también el año del eBo-ok o libro electrónico, un aparato quepermitirá al lector compulsivo llevarnumerosos librosen el bolsillo, igualque el mp3 funcio-na con la música.«Tenemos pensadorealizar la creaciónde un catálogo fun-damental con obrasde la literatura enespañol que elusuario pueda des-cargar en su eBo-ok», aseguran en laCervantes. De mo-mento, esto es sólouna idea ya que ca-da soporte digitalutiliza una tecnolo-gía diferente y en Es-paña todavía se des-conoce qué dispositi-vo gozará de las pre-ferencias de losusuarios. Un proble-ma que plantea alequipo de la bibliotecala cuestión de cómo trabajar en unformato que sirva para la mayor partede aparatos: «Si preparamos un catá-logo de mil títulos con Sonic o Phi-lips queremos asegurar que van a po-der ser leídos por el mayor númerode personas posible». El prometedorfuturo que auguran al eBook junto ala completa oferta de libre acceso enInternet hace peligrar el futuro del li-bro tradicional. Ante este temor, estetemplo virtual de las letras apuestapor la convivencia de lo analógico y lodigital: «Somos amantes del libro enpapel hemos llegado a él en este for-mato y estamos convencidos de quehabrá una coexistencia. El libro, tal ycomo lo conocíamos hasta hace unosaños, es un instrumento perfecto,una maravilla de la creación huma-na». Además, gracias al convenio decolaboración con la Federación deGremios de Editores de España, laCervantes mantiene el portal «Prime-ra Vista» en el que participan 80 edi-toriales españolas. Una de sus princi-pales tareas es la difusión de las nove-dades editoriales que van saliendo almercado mediante la publicación delas portadas, el acceso a las primeraspáginas del libro e, incluso, permi-tiendo al interesado comprarlo a tra-vés de la página de la editorial.

Pese a todo, en los planes a largoplazo de esta plataforma el libro elec-trónico todavía parece estar muy lejos.Eso sí, en una fase más avanzada sehalla otro de los retos de los responsa-bles de la Cervantes: las redes socia-les. «Ahora es una biblioteca, pero so-mos conscientes de que el reto es con-vertirla en un espacio web 2.0, es de-

cir, un espacio que los usuarios pue-dan usar como herramienta social, aligual que Facebook o MySpace». Así,concluida la transformación, cual-quier persona podrá crear contenidospropios o recomendar libros, inclusopoder colgar en su red un texto de Be-nedetti recitado por el mismo autor.Otra herramienta con la que transmi-tir la cultura de los libros y demostrarque no forman parte del pasado.

3arteyletrasJueves, 30 de abril, 2009

a Cervantes comparte espacio virtualcon multitud de plataformassimilares. El libre acceso a tesorosliterarios en diferentes lenguas, la

vocación de fomentar y divulgar valoreseducativos y científicos, así como laconservación de las obras las definen.

❧ El Proyecto Gutenberg fue la primerabiblioteca digital, impulsada en 1971 por MichaelHart. En la actualidad engloba unos 28.000libros, con enlaces a 100.000 títulos más, lamayoría en inglés.

❧ La Biblioteca Digital Hispánica es el espejovirtual en el que se mira el archivo nacional ypermite consultar, leer o descargar un total de10.000 obras –manuscritos, libros impresos delsiglo XV al XIX, grabados, dibujos, carteles ofotografías y mapas, entre otros.

❧ Europeana, la Biblioteca Digital Europea es lamás joven, con menos de un año de vida,aunque empezó a gestarse en 2005. Esteproyecto de la Comisión Europea cuenta concuatro millones de enlaces entre imágenes,textos, sonido y vídeo, así como accesos a obrasde arte en museos y galerías. Su próximo reto esreunir material de cada país miembro de laUnión Europea y convertirse en el mayor fondoeuropeo en Internet.

❧ La mayor base de datos bibliográfica espropiedad del polémico buscador de librosGoogle Books con siete millones de enlaces, másde un millón de libros que el propio Google hadigitalizado.

LPILAR CORTÉS

traspasando el papel

Instalaciones de laBiblioteca Miguel deCervantes en la UA

diario la Miguel de Cervantes recibe unas470.000 visitas gracias a un completo fondodocumental y bibliográfico que engloba más de

150 portales. Entre este material el usuarioencuentra poesía, narrativa o teatro,periódicos y revistas, colaboraciones conbibliotecas nacionales de ambos ladosdel Atlántico –España, México,Argentina o Brasil–, obras como«Cantar de Mío Cid» o «Tirant loBlanc» e incluso estudios dedicados aCristóbal Colón o Simón Bolívar.Contenidos a los que se accede no sóloen formato escrito sino tambiénaudiovisual a través de una videoteca–grabaciones de obras de teatro– yuna fonoteca con 700 archivossonoros. Las voces de actores ylocutores se unen a las de NicolásGuillén, Pablo Neruda, GloriaFuertes o Julio Cortázar. Además, lavirtualidad de la Cervantes ayuda avencer discapacidades auditivas conla divulgación del lenguaje designos. Así, los niños sordos puedeniniciarse en esta lengua viendovídeos signados de «Caperucita

Roja» o «El gato con botas».

A

Los datos de lapágina web

Otras bibliotecasvirtuales

Page 4: Arte y Letras

4 arteyletras Jueves, 30 de abril, 2009

NARRATIVA✒N

OV

ED

AD

ES Una extensa

novela contintes deautobiografía

❧ «El más largo viaje».E. M. Foster. Alianza.Madrid 2009.

Forster (1879-1970) mostrópredilección por esta novela

de formación que incluye tintesautobiográficos. Dividida entres partes, cada una de las cua-les transcurre en una ciudaddistinta, como Cambridge,Sawston y Wiltshire, su prota-gonista, Rickie Elliot, es here-dero del Julián Soriel de «Rojoy negro».

Dos relatosde terror del primo de Tolstoi

❧ «El vampiro. Lafamilia del Vurdalak».Alekséi Tolstoi. AlianzaBolsillo. Madrid 2009.

La obra de Alekséi Tolstoi(1817-1875) ha quedado

eclipsada por la de su afamadoprimo segundo Tolstoi. Alianzarecupera, en su Biblioteca deFantasía y Terror, dos relatosdel autor ruso con debilidadpor las novelas góticas, que to-man como base leyendas popu-lares de vampiros siguiendo elgusto romántico de la época.

ace apenas dosaños desde aquelmediodía en queun grupo de pro-fesores de un ins-tituto alicantinocompartía al-muerzo. El móvilde Luis Leante(Caravaca de la

Cruz, Murcia, 1963) sonó y, al otro ladode la línea, Mario Vargas Llosa le co-municó que acababa de ganar el Pre-mio Alfaguara por la excelente novela«Mira si yo te querré» (2007). Leantetuvo que abandonar el almuerzo, dele-gar sus obligaciones vespertinas, y es-perar un coche con chófer. Comenzabaasí su periplo por España e Hispanoa-mérica.

No siempre resulta fácil asumir elprecio de la fama: algún ganador delAlfaguara dilapidó los 175.000 dólaresdurante la promoción, además de que-dar seriamente dañado. Parece que Le-ante se lo tomó con más calma. Mien-tras sus obras anteriores, publicadas enpequeñas editoriales, eran rescatadas,él trataba de compatibilizar la docenciacon la escritura y los viajes. Durante

una estancia veraniega en la evocadoraEstambul surgió «La Luna Roja».Cuenta Leante que, de las paredes deun viejo café, copió un texto de EminKemal. Más tarde, pidió que se lo tra-dujeran, se dedicó a desentrañarlo, re-copiló datos sobre Kemal. «La luna ro-ja» arranca con la extraña muerte deese escritor.

Como hiciera en sus obras anterio-res, Leante construye de modo arqui-tectónico: cada pieza, cada hilo aparen-temente disperso, acaba encajando enuna estructura que recuerda a las nove-las policiacas, y que tiene mucho demetaficción. Desde sus páginas, pode-mos recomponer el plano de Alicante,las calles de Munich, los barrios de Es-tambul. En ocasiones, sus protagonis-tas –Kemal y su traductor, René Kuhn-heim– se acercan a través de sus viven-cias, se funden y se confunden: amanlos mismos libros y a la misma mujer;

pero siempre hallamos la vía para se-pararlos, gracias a la misteriosa Aure-lia, o al juego de un narrador omnis-ciente con otro limitado.

Probablemente hay mucho de Lean-te en este relato sobrio y cuidado, quehuye del tentador exotismo para hacer-nos cómplices de los personajes, paraatraparnos con los saltos temporales ylas descripciones cinematográficas. Po-demos encontrar al autor en los prota-gonistas y en sus libros; y podemosdescubrir tras otros nombres a diversaspersonas del Alicante actual. Porque,en «La luna roja», la verdad y la inven-ción se funden hasta devenir unaamalgama. Como en «Mira si yo tequerré», la locura, la degradación y elamor subyacen bajo una escritura frag-mentada, capaz de moldearse para in-teresar tanto a quien espera una obrade aventuras con final sorprendente,como a quien disfruta de las reflexio-

nes sobre el acto de la escritura, conce-bido como un proceso duro y catártico.Seguro que ese proceso le sirve tam-bién a Leante para superar la presiónque le ha llevado a la ansiedad, a losperiódicos y a la polémica.

unque se ha repe-tido en todas y ca-da una de las cró-nicas sobre el pri-mer libro, caberecordar de nue-vo que Steig Lars-son, autor de latrilogía «Milen-nium», murió al

poco de entregar los tres libros a sueditor. Y cabe también recordar que es-tos libros son la ópera prima del perio-dista sueco. Es pertinente recordarloporque se ha de tener en cuenta al leer-lo: no estamos ante una obra «viva»,donde cada uno de los tomos se ha es-crito después de conocer la aceptacióndel anterior o, al menos, suficientetiempo después de la redacción del an-terior.

Así pues, podemos decir que SteigLarsson escribió una novela de casitres mil páginas. Si tenía intención decorregir el segundo y tercer volumen,nunca lo sabremos (aunque, a tenor de

los problemaslegales entre losherederos, quizásí veamos publi-cada cualquiercosa que Larssondejase escrita,desde su corres-pondencia a suslistas de la com-pra), pero es evi-dente que concibiólas novelas comouna sola: «La chicaque soñaba conuna cerilla y un bi-dón de gasolina» esun «más de lo mis-mo» con respecto a«Los hombres que no amaban a lasmujeres». Ambos libros compartensus numerosas virtudes, y en «La chi-ca…» se acentúan los defectos, lo quenos lleva a pensar que quizá Larsson sítenía intención de corregirla.

Las virtudes también han sido glosa-

das hasta la saciedad:ritmo trepidante, in-triga bien conducida,personajes trabaja-dos e interesantes,tramas cruzadas en-tre sí, numerososmisterios a resol-ver… en definitiva,una buena novelanegra. En este caso,el interés por elenigma principaltarda en ser mos-trado, y se diluyeun poco en las tra-mas secundarias.El problema que

eso acarrea es que Larsson ha tenidoque recurrir a más «trampas» litera-rias, sobre todo argumentales, paramantener el interés del lector a la altu-ra del de la primera novela, que causanalgo de decepción, y los personajesprincipales vuelven a ser demasiado ar-quetípicos: los buenos tienen unos

conceptos éticos irrenunciables, y losmalos parecen sacados de una saga devideojuegos de acción. El lector agrade-cerá que no hayamos revelado hastaahora ningún detalle de la trama, úni-camente destacaremos que si bien laviolencia hacia las mujeres sigue sien-do central, en este caso se centra en de-nunciar las redes trata de blancas y laprostitución de mujeres del Este.

Lo que Larsson sí debió ver claro esque el dúo protagonista Mikael Blomk-vist-Lisbeth Salander estaba desequili-brado a favor de ella. En esta novela ad-quiere más protagonismo (incluido enel título, que hace referencia a ella yque, al igual que en la primera novela,no es una traducción exacta del origi-nal), y algunas de las intrigas principa-les giran en torno a averiguar sus orí-genes y en cómo se convirtió en unahacker de nivel mundial y en una «out-sider». Ella vuelve a ser la principalatracción de la novela, y quizá esta notadebería, en justicia, llamarse «Conti-núa la Salandermanía».

AÓSCAR MORA❍

❧ «La chica que soñaba con unacerilla y un bidón de gasolina».Stieg Larsson. Destino, 2008.

HMAR LANGA PIZARRO❍

❧ «La luna roja». Luis Leante.Alfaguara. 2009.

Continúa la Larssonmania

Una aventura conmucha reflexión

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embla mentida, peròallà pel 1981, quan lademocràcia espanyolatot just es deixondiade la llarga nit fran-quista, va córrer labrama que les terresdel litoral alacantí se-rien engolides per unagegantesca onada, un

tsunami de dimensions colossals que arri-baria fins les muntanyes de l’interior. Totfugint d’aquest desastre imaginari –bensimptomàtic, d’altra banda, de l’agitacióideològica del mo-ment–, diversosgrups pròxims a la te-osofia o l’esoterismees van refugiar a lesserres. És a partird’aquesta sorprenental·lucinació col·lec-tiva que Emili Rodrí-guez-Bernabeu bas-teix la seua primeraincursió novel·les-ca. El protagonistade «Naïve», un jovei exitós arquitecte,arriba casualment auna d’aquestes co-munitats alternati-ves, situada al corde la serra Aitana,amb la intenció decaçar un senglar, ila seua actitud es-cèptica provoca totun seguit de con-flictes amb el

grup. Conflictes que es veuen agreujats perl’inevitable idil·li amb una de les xiques,una misteriosa i visionària bellesa cobejadaper bona part del mascles muntanyencs.L’ambient clautròfòbic d’aquesta comunitatesdevé un marc ideal per al debat ideològic.

Les conviccions racionalistes del protago-nista i narrador xoquen amb el pensamentmàgic del grup, però durant l’intens cap desetmana que passarà al Mas del Rector, l’ar-quitecte veurà trontollar els seus principis.El somni, la passió amorosa, la utopia, elretorn al primitiu adopten una temptadoraforma femenina, i revelen la part romànticade l’apol·lini caçador. Rodríguez-Bernabeuaconsegueix una novel·la psicològica defactura clàssica, convencional de vegades,però amb personatges ben perfilats quevan consolidant-se al ritme dels treballatsdiàlegs, tot configurant en les seues dife-rents actituds davant de l’imminent apoca-lipsi una comèdia humana diversa i alliço-nadora. El caràcter filosòfic que subjau al’obra i la importància que el joc d’aparen-ces i realitat té en la seua estructura ens hafet pensar, irremeiablement, en Llorenç Vi-

llalonga, i espe-cialment en«Desenllaç aMonleó», on lavisió científica ireligiosa del móneren també sub-tilment enfronta-des. Però a mésd’una novel·lad’idees, «Naïve»constitueix un pe-tit tractat de lapassió amorosa,en què cada perso-natge juga lesseues cartes i n’a-maga alguna quealtra. També resul-ta remarcable l’am-bientació de l’obra,que si en la primerapart reïx a situar-nos en els paisatgesd’Aitana, a la sego-na recrea plausible-

ment els carrers de la ciutat d’Alacant, on elmar adquireix, com s’esdevenia en la seuapoesia, una força simbòlica creixent. La pri-mera provatura novel·lística d’Emili Rodrí-guez-Bernabeu s’ha resolt, doncs, amb sol-vència. Esperem, però, què en les pròximesi desitjables incursions –sens dubte és uncreador amb moltes coses a dir– resolgamillor els problemes plantejats per la credi-bilitat del model de llengua, i que l’editorque trie tinga més cura en l’acabat final.

5arteyletrasJueves, 30 de abril, 2009

Familia,identidad ydesapariciónen Argentina

❧ «Ministerio de casosespeciales». NathanEnglander. Mondadori,2009.

Una historia sobre la fami-lia, la identidad y la des-

aparición, donde tras cada pre-gunta sólo reina el mas absurdosilencio. Eso es «Ministerio decasos especiales», una obra cen-trada en la época de la guerrasucia en Argentina, donde Ka-dish Poznan hace desaparecerde las tumbas los nombres defamiliares de judíos influyentes.

La difícil tarea de lalibertad deelección

❧ «Los falsificadoresde moneda». AndréGidé. ClásicosModernos. AlbaEditorial, 2009.

Dos crónicas de sucesos, ladesarticulación de una

banda adolescente de falsifica-dores de moneda y el suicidiode un colegial ante sus compa-ñeros, fueron la primera inspi-ración de esta novela que na-rra la odisea de un hijo ilegíti-mo que abandona la casa pa-terna para vivir toda una«aventura» vital.

He llegit, amb fruïció, «Una educaciófrancesa», de Joan-Daniel Bezsonoff(L'Avenç, 2009). Es tracta d'un recull

d'estampes de la infantesa, cadascuna de lesquals comença amb la frase: «quan jo era pe-tit...». Els textos varen aparèixer, prèviament,a les pàgines de la revista L'avenç, en capítolscurts que pauten el recorregut de maneraprou simètrica i ordenada.

La infantesa de l 'autor estiguémarcada pels diversos llocs de la geografiafrancesa on va viure, pel divorci dels pares i,sobretot, per la petjada que varen deixar esco-les, liceus i professors. El títol, atenent aquestdarrer component que centralitza el recorre-gut, està ben triat: «una educació francesa».En efecte, el record de professors, de classes,de matèries, de companys i d'experiències es-colars es dilata de manera abassegadora. «Perquè són els professors bons conductors delrecord?» –es preguntava Roland Barthes en laseua autobiografia. No ho sé, però així és: ell libre de Bezso-noff ho mostra ambeficàcia.

El repàs del no-vel·lista, nascut aPerpinyà el 1963,passa per la geogra-fia que va recórrer,des d'Alsàcia a laProvença, i de Massya Niça i , per des-comptat, per la Cata-lunya d'enllà dels Pi-rineus; per la litera-tura que, poc a poc,va anar descobrint-litot un món –no po-dia ser d'altra mane-ra tractant-se d'unescriptor; i força im-portant també és lamúsica, que el vaproveir d’una enci-clopèdia sentimentalcandorosa i potent.

Al pròleg l'autor hi deixa caure unes petja-des de nostàlgia en avançar-nos que parlaràd'aquells temps: «antediluvians sense Inter-net, mòbils, fotocòpies, ni targetes de crèdits,[quan] els trens trigaven quinze hores perunir Perpinyà a París i calia esperar tres oquatre anys per tenir el telèfon a casa. Elscantants sabien cantar. Els actors pronuncia-ven admirablement el francès. El cinema feiasomiar. Els gendarmes us demanaven la do-cumentació amb la veu de Fernandel...» En fi,un temps que visitat per la memòria, i contra-posat amb el present, traspua una melangiosapèrdua de puresa i un esvaïment d'essènciesmolt destacat. ❏

La infantesa de l’autorestigué marcada pelsdiversos llocs de la

geografia frances on vaviure, pel divordi delspares i, sobretot, per la

petjada que varen deixarescoles, liceus i professors

ENRICBALAGUER

El somni, la passió amorosa, la utopiaadopten una temptadora forma femenina

TRAVESSIES✑

SXIMO ESPINÓS❍

❧ «Naïve». Emili Rodríguez-Bernabeu. InstitutoAlicantino de Cultura Juan GIl-Albert.

La novel·ladel poeta

«Una educaciónfrancesa»

Page 6: Arte y Letras

emoría» es laúltima entre-ga poética deBen Clark(Ibiza, 1984)después de«Los hijos delos hijos de laira» (2006),ganador del

premio «Hiperión». Publicado por lajoven editorial Huacanamo, «Memo-ría» se acoge a una estética alejada delos cauces generacionales que deter-minaban en buena medida su ante-rior propuesta. Menos deslumbranteque su declaración de parentesco conDámaso Alonso, pero más personal ymadura, su nueva obra se adentra enun territorio de difícil acotación: el deuna «automoribundia» –en antiguoneologismo de Gómez de la Serna–que alterna el retrato subjetivo, el re-lativismo ante la escritura y la con-ciencia de un finalismo que requiereuna tonalidad más displicente queexasperada.

El libro se abre con un prólogo-ho-menaje a Maïakovski donde el autorse presenta como un «hombre de lacalle» que ha profesado fe en el estoi-cismo y que defiende una estética de

mínimos retóricos para una época demínimos vitales. Así, la primera sec-ción, «Breve Historia de la Muerte»,ha de leerse en una clave discursivaque, como apunta Prieto de Paula ensu prólogo, parte de «una esencialidentidad entre la belleza y la muer-te». En este sentido, los signos exter-nos del «memento» se sacrifican enaras de una particular reflexión sobrelos trampantojos de la memoria («Lamamparra», «Memoria de papel»), ladudosa ley de las edades («26» y«50», respectivos homenajes a JohnKeats y Roberto Bolaño), las parado-jas utópicas y distópicas («1984»), y elabsurdo al que está abocada toda exis-tencia («Breve Historia de la Muer-te»). También se filtra en ocasionesuna mirada comprometida con la rea-lidad circundante, que cristaliza enremozados tratados de urbanismo(«Mis instrucciones para amar lasciudades») o se proyecta sobre un ho-rizonte social que diluye las fronterasentre víctimas y verdugos («Cuandoera pequeña, Du’a Khalil Aswad...» y«34.500 corazones»).

El segundo apartado, «Hai excomu-nión», se interna en el ámbito de lasfábulas literarias. Aquí conviven lameditación sobre la falta de expectati-

vas cotidianas(«En una bibliote-ca de Salaman-ca»), la sátira aciertas figuras oi n s t i t u c i o n e s(«Aclaración paraantólogos», «Vi-vat academia, vi-vant profesores»)y un humanis-mo irónico ydesencantado(«Poema paraun espermato-zoide vago»,«Doce versospara Maupas-sant»). La perspectiva deformante deBen Clark se orienta a veces hacia lapropia identidad («Apunte sobreHoullebeq») o se dirige hacia la de-nuncia de algunos vicios patrios(«Homo spains spains»).

La tercera sección, «Omenages»,introduce una impronta burlesca quepuede rastrearse en diversas compo-siciones. De hecho, el homenaje sue-le incluir aquí su reverso (la parodia)o su disolución (el exabrupto). En esteapartado, destacan las dudas ontológi-cas de «Omenage a la geografía», el

renovado pastiche lorquiano de«Omenage a Grito hacia Roma»,

la desnuda emo-ción de «Omenagea Eric», o el reflejometaficcional de«Omenage a Enri-que Garcés Blan-cart», que resucitaal Belano y al Limade «Los detectivessalvajes» para repro-ducir uno de los re-latos sin desenlacehabituales en Rober-to Bolaño.

El libro se cierracon un «Epílogo (Aun poema extraviadoen correos)», dondeel autor se preguntasobre el destino lite-ral de sus escritos, y

concluye con un encogimiento dehombros: «Es igual: al final todo es lomismo». Aunque este corolario se in-tegra en una tradición escéptica queabarca desde Manuel Machado a Ro-ger Wolfe, Clark no renuncia a la lu-cidez de quien ha decidido caminarsolo, a sabiendas de que el senderoconduce a la constatación de un fraca-so anunciado. En definitiva, con «Me-moría», Ben Clark ha dejado de serun poeta joven para convertirse en unpoeta a secas. «Gaudeamus igitur».

LUIS BAGUÉ QUILEZ❍

❧ «Memoría». Ben Clark.Huacanamo. Barcelona,2009.

«MAutomoribundia

6 arteyletras Jueves, 30 de abril, 2009

a lírica es tansólo una de lasvertientes crea-tivas de MaríaNegroni (Rosa-rio, Argentina,1951), una au-tora que tam-bién ha dado alas prensas en-

sayos, una novela y un buen númerode traducciones. Como poeta, ha pu-blicado «de tanto desolar» (1985),«Per/canta» (1989), «La jaula bajo eltrapo» (1991), «Islandia» (1994), «Elviaje de la noche» (1994), «Diario ex-tranjero» (2000), «Camera delle Me-raviglie» (2002), «La ineptitud»(2002), «Night journey» (2002) y«Arte y fuga» (2004); como ensayis-ta, «Ciudad Gótica» (1994), «Baude-laire, Drácula y las flores del mal»(1999), «Museo Negro» (1999), «Lainvención del desierto» (2000) y «Eltestigo lúcido: La obra de sombra deAlejandra Pizarnik» (2003); y, comonovelista, «El sueño de Úrsula»(1998). Además, ha colaborado conel artista plástico Jorge Macchi en«Buenos Aires Tour» (2004) y ha tra-ducido, entre otros, a Georges Batai-lle, Valentine Penrose, H. D., RobertDuncan, Marianne Moore, SylviaPlath, Charles Simic, Louise Labé,Elizabeth Bishop, Anne Sexton o De-nise Levertov. Es codirectora, junto aJorge Monteleone, de la revista poéti-ca «Abyssinia» y enseña LiteraturaLatinoamericana en el Sarah La-wrence College de Nueva York.

Avalada por tanimpresionante tra-yectoria, María Ne-groni acaba de pu-blicar en la editorialvalenciana Pre-Tex-tos su última entre-ga poética, «Andan-za», donde reúnecuarenta y una com-posiciones escritas acaballo entre BuenosAires y Nueva Yorkdurante los cuatroúltimos años (2005-2008). Todos los poe-mas adoptan unamisma forma estrófi-ca: constan de ochoendecasílabos, casi todos ellos blan-cos, aunque a veces aparece la aso-nancia. La cita inicial de Homero Ex-pósito, importante letrista de tangos,ofrece una pista sobre la clave de lec-tura adecuada para todo el volumen:«Primero hay que saber sufrir, / des-pués amar, después partir / y al finandar sin pensamiento...». No es laletra de un tango, sino el esquemaorganizativo del libro,que, según la propia au-tora, nació «de una auda-cia: la de aprender a bai-lar el tango. Sin porqué,como un complejo ejercicio de nos-talgia, me dejé embeber por esosmovimientos que el cuerpo de lamujer dibuja, cuidadosamente, paraabandonarse al goce mayor: el de serllevada a lo que ignora. Y, de paso, al-

gunas leccionescuriosas. A sa-ber, no importacuán bien seescriba la an-danza femeni-na, la danza esimposible si elvarón no sabellevar. Eso,más las pre-guntas desiempre, elamor, el de-seo, los aquíque son allá yviceversa, elimán de la

jerga porteña callejera, y el espejo deBuenos Aires, adonde tal vez puedaencontrarme –como dice el tango«María»– con la más mía, la lejana,la que siempre se me escapa».

Apenas hay puntuación en los poe-mas de «Andanza», si exceptuamosla mayúscula inicial y el punto finalde cada composición; en ocasiones,aparecen signos de interrogación oguiones, pero lo habitual es que no

aparezca ningún signo en los ochoendecasílabos de cada pieza. La pre-gunta lanzada en los primeros versos–«¿Esa mujer soy yo? ¿la que en elbaile / levanta como luz su inexpe-riencia / y se dirige leve como pluma

/ al sitio más esquivo de su adón-de?»– presenta un yo lírico femeninoque enseguida se encontrará con untú masculino que puede entendersecomo su pareja de baile en el tango ocomo su amante en la vida. Comoocurre en los tangos –y en la vida–,la pasión inicial se convertirá en des-encuentro, primero, y en odio y dis-tancia, después. El erotismo que apa-rece en muchos de los versos proce-de del baile, que va trazando la «an-danza» de un desamor, de un amorentendido como destrucción: «quédesastre me digo cómo fue / que medejé poner la lengua encima / sinmás anzuelo que tu contradanza /sin más ganancia que la sed entera».Cuando los amantes se alejan, algose ha roto en ella: «No seré más yacaso para nunca / la misma muñe-quita dulce y rubia»; «Sin duda tam-bién esto pasará / y yo estaré divinacomo nunca»; «quedaron cicatricespoco exactas / escritas como brújulasin norte / y un silencio en la nocheimaginaria / la realidad es el arte dela herida». Al cabo, la vida es un tan-go que siempre acaba en pérdida,

que siempre tiene sudespedida. Por eso, elúltimo poema de«Andanza» sólo podíaterminar con estos

versos: «yo me voy te vas vos nos he-mos ido / qué importa la impresiónde haber fallado / la despedida esparte del encuentro / el poema lo sa-be antes que nadie». Es, claro, eladiós de un tango.

LJOAQUÍN JUAN PENALVA❍

❧ «Andanza». María Negroni.Pre-Textos. Valencia, 2009.

El libro reúne 41 composiciones escritas entre BuenosAires y Nueva York durante los últimos cuatro años

Entre la nostalgia y el tangoPOESÍA✒

Page 7: Arte y Letras

ay gente seria yculta que por sen-tido doctrinario noreconocerá queCuba es una dicta-dura. No conside-ran relevante queen la isla sea im-posible leer a es-critores cubanos

de la talla de Cabrera Infante, SeveroSarduy o Reinaldo Arenas. Si les men-cionáramos la opinión que sobre Galdóstenía el jesuita Ladrón de Guevara,quien lo consideraba «dominado del es-píritu de odio», y «antipático defensorde disolventes ideas», una sonrisa con-miserativa aparecerá de inmediato. «Co-sas de curas reaccionarios», nos dirían.Pero no les provoca rechazo alguno queno se puedan encontrar en la librerías nien las bibliotecas cubanas novelas deVargas Llosa, V. S. Naipul, MartinAmis, Susan Sontag, Carlos Fuentes,Octavio Paz, Jorge Edward, Álvaro Mu-tis, Enrique Krauze o J. M. Coetzee.

Rafael Rojas ha escrito un libro sobre

lo que se lee y lo queno se puede leer enCuba, y el resultado esuna radiografía de laestafa cubana, que to-davía sigue engatu-sando a quienes cre-en que el esfuerzo enmateria educativa ysanitaria puede justi-ficar que ningún cu-bano residente en laisla haya podido leera pensadores funda-mentales para lacultura del siglo XXcomo Arendt, Bobbio, Ricoeur oIsaiah Berlin, además de serle imposi-ble ejercitar otras libertades de mayorfuste, como las políticas.

Rojas, un cubano exiliado en México(cómo si no hubiera podido escribir estelibro), pone el acento en los efectos delestrechísimo vínculo del régimen cas-trista con la Unión Soviética, y los efec-tos que en las élites cubanas tuvo la des-aparición de la URSS en 1992. No hay

duda que los lazosculturales en las déca-das de alianza cubano-soviética dieron un re-sultado estremecedoren el terreno de lasciencias sociales. Elmaterialismo dialécticoe histórico, «el comu-nismo científico», era laescolástica que se ense-ñaba en las Universida-des cubanas, o lo que eslo mismo, la versión másacartonada, fallera y dog-mática del marxismo. Niun marxista heterodoxo

pudo editarse en Cuba.Cuando el sistema comunista se vino

abajo con estrépito en Europa, en Cubase limpiaron los estantes de la farfollaeditada por las academias soviéticas yversionada al castellano con disciplinamarxista por esforzados stajanovistas dela traducción. Según Rojas el aparato in-telectual soviético adoptó un nacionalis-mo posmarxista que tiene sus concomi-

tancias con el invento de Hugo Chávezde intentar fundir en el caliente crisoldel caribe a Marx con Bolívar, y es opor-tuno que Rojas nos recuerde que Bolí-var era autoritario, defensor de las presi-dencias vitalicias y de los senados here-ditarios. Como dice Rojas, «frente a Bo-lívar, Marx quedaría como un demócra-ta liberal». Pero Bolívar, añadimos nos-otros, frente a Castro y frente al Chávezque está llegando quedará como una in-genua hermanita de la caridad.

La conclusión a la que llega el lectordel libro de Rojas es que en la Cuba cas-trista, sea la de Fidel o la de Raúl, la lite-ratura está dividida en «buenos» y «ma-los». Son «buenos» García Márquez,Mario Benedetti, Eduardo Galeano y Jo-sé Saramago, y «malos» todos los quehemos mencionado más arriba, y mu-chos más. El P. Pablo Ladrón de Gueva-ra (por el que siento una devoción sin lí-mites) escribió en 1928 su vademecumde novelistas buenos y malos, que tengosiempre a mano. Los segundos, que secontaban por miles, eran ejemplo deimpiedad, inmoralidad, y de deshonesti-dad asquerosa y desvergonzada, y sonlos únicos que vale la pena leer. Para elcastrismo todo es más simple: se tratade «aliados del imperialismo» y «agen-tes de la CIA», y sospecho que esos tam-bién son los mejores.

ENRIQUE GIMÉNEZ❍

❧ «El estante vacío. Literatura ypolítica en Cuba». EditorialAnagrama. Barcelona, 2009.

HLa estafa cubana

7arteyletrasJueves, 30 de abril, 2009

ENSAYO✒N

OV

ED

AD

ES Lo esencial

del TercerReich en 101preguntas

❧ «El Tercer Reich. 101preguntasfundamentales».Alianza. Madrid, 2009.

Estructurado en diez aparta-dos, como Ascenso al po-

der, Ideología, Estructuras oPersecución y Resistencia, parafacilitar el acceso a un tema de-terminado, Benz aborda loesencial de la ideología del na-cionalsocialismo y su dominioen el Tercer Reich. Aunque de-ja temas en el tintero, como lasescuelas de elite o la medicina.

Una síntesisde unperíodo clavedel siglo XX

❧ «La guerra fría. Unabreve introducción».Alianza de Bolsillo.Madrid, 2009.

McMahon describe en 8 ca-pítulos, aderezados con

mapas e ilustraciones y acom-pañados por un útil índice ana-lítico, la Guerra Fría desde 1945hasta el desenlace del enfrenta-miento entre Estados Unidos yla Unión Soviética en 1990 yelucida tendencias, temas yacontecimientos con destinadoal lector no especializado.

l filósofo ale-mán TheodorAdorno escri-bió, refiriéndo-se a la pintura,que los alema-nes en el sigloXIX pintaronsus sueños yen todos los

casos les salieron hortalizas; a losfranceses, sin embargo, les bastócon pintar hortalizas y el resultadofue un sueño: el Impresionismo pic-tórico. Otro de esos luminosos mo-mentos en que la historia de la pin-tura occidental va a recrear el coti-diano brillo de humildes hortalizases el que tiene lugar a lo largo delseiscientos europeo en Holanda.Momento y lugar en los que se de-tiene el poeta polaco Zbigniew Her-bert (1924-1998) en su «Naturalezamuerta con brida», donde se reco-gen seis ensayos que son a la vez lahistoria de su descubrimiento de ese«siglo de oro» holandés y la emo-ción ante el mismo, además de diezapócrifos de carácter narrativo querecuerdan al Michon de «Señores y

sirvientes», al Schwob delas «Vidas imaginarias» o,remontándonos aún más,a las «Memorias biográfi-cas de pintores extraordi-narios» de Beckford, re-cientemente reeditadaspor Sexto Piso. Los ensa-yos indagan en una Holan-da seguidora del «non pla-cet Hispania» erasmiano,en la hemorragia de talen-to pictórico que se produjoentonces y en el hambrede realidad de unos artis-tas que en una época llenade grandes acontecimien-tos históricos renunciaroncasi siempre a la represen-tacion de estos en benefi-cio de un arte hecho a me-dias de retratos de mujeresleyendo cartas y de natura-lezas muertas con unossencillos tulipanes puestosen un jarrón de cristal junto a unasfrutas. Los apócrifos por su parteforman una colección de vidas–ofrecidas como desde el ojo deDios– que evocan diferentes tipos

representativos de la época: el mili-tar, el científico, el filósofo (Spino-za), y sobre todo el artista (Vermeer)y el rico comerciante, a cuyo travésatrapa Herbert la esencia de la bur-

guesa Holanda del XVII. Nose piense en ningún mo-mento que nos hallamos an-te un texto para especialistas,aburrido y literalmente em-pedrado con un centón denotas al pie, pues desde laprimera hasta la última delas vidas y pinturas leídasque aquí se ofrecen no sonsino una gozosa celebracióndel hecho de estar en elmundo sin dejar por ello deevocar tambien su misterio-so vacío. Aunque no preten-demos desvelar al sobrio lossecretos de la embriaguez,conviene señalar que la lec-tura de este libro posee la vir-tud de operar nuestros senti-dos de cataratas, después deleerlo vemos todo muchomás claro y con mayor inten-sidad. En fin, dejemos yaque la vida sea, mientras mi-

rando a nuestro alrededor contem-plamos de otra manera las sillasabandonadas en la terraza del café ocelebramos la transparencia de lasrodajas de limón en los vasos vacíos.

RAFAEL TERUEL❍

❧ «Naturaleza muerta con brida.Ensayos y apócrifos», Zbigniew Herbert.Acantilado, 2008.

EToda esta belleza sin sentido

Page 8: Arte y Letras

través de una exqui-sita selección de pie-zas, desde el arte delas islas Cícladas y lasdiferentes etapas dela Grecia antigua, nostrasmiten una visióndel mundo que seconcreta en la elabo-ración estética del

cuerpo. Como es de todos conocido, el Dis-cóbolo de Mirón, siglo IV a. C., no existe,no existe el original. Las tres versiones con-servadas en Roma, Copenhague y Londresson copias romanas del s. II d.C. Quien co-nozca mínimamente el trabajo de repro-ducción escultórica, por el sistema de pun-tos, podrá darse cuenta de las diferencias

que deben de haber en los tres modelosatribuidos. La versión que ha llegado a Ali-cante, la del British, fue restaurada modifi-cando la postura de la cabeza, que mira alfrente, seguramente por razones estéticasque condicionan cada momento de la histo-ria. Estas acciones posteriores sobre lasobras clásicas forman parte de la transmi-sión de una cultura. Hoy, esta es la imagenque tenemos del Discóbolo griego y es unaimagen universal. Pero toda esta reflexiónque evidentemente nos llevaría a otro artí-culo, no quita ni un ápice de valor e interésa la exposición que podemos disfrutar en elMARQ, «La belleza del cuerpo».

El cuerpo es nuestro ser visible, nuestroser existencial. A lo largo de la historia, noshemos hecho visibles en él como elemento

que define nuestro espacio vivo. Muerto elcuerpo ya no existimos. Sin cuerpo no haypensamiento, no hay vida, no hay arte. Elhombre deja toda su información en estaconcreción estética como la visualizaciónde la existencia, como testigo de su inmor-talidad. En la reconstrucción de nuestro pa-sado, el cuerpo de la Venus del Espejo o dela Victoria de Samotracia son los textosdonde podemos contrastar los datos y loshechos que nos han legado sus contempo-ráneos. Podemos ver la imagen de sus pro-tagonistas.

El Discóbolo es una pieza clave en la rela-ción de objetos artísticos conocidos de lacultura griega. Mirón desarrolla su modeloescultórico dentro del canon clásico, que es-tablece unas medidas y proporciones. Unideal de belleza con el que un pueblo seidentifica. Pero esta pieza contiene, apartede esa conclusión de la forma, la idea del

movimiento. El personaje realiza una ac-ción que está dentro de las disciplinasdel deporte, en una modalidad que ex-presa la excelencia propia de estas re-presentaciones pero que ya tiene másen cuenta la realidad física del hom-bre, desligado de la representación re-ligiosa. Esta pieza tan singular que re-coge la tensión previa al momento dellanzamiento se ha convertido en unicono cultural de primer orden, por-que contiene en si mismo todo el co-nocimiento de la época, todo el espíri-tu cultural de un pueblo, en esa inte-rrelación en la que el planteamientoestético conecta con el filosófico, el li-terario y el científico. En esa concep-

ción geométrica del cuerpo, en esa rela-ción volumétrica con el espacio, en la con-

cepción de un movimiento en el que elcuerpo es un instrumento de la física, pues-to al servicio de las leyes de la fuerza centrí-fuga de un peso y de su trayectoria al serlanzado.

La exposición del MARQ es un montajeextraordinario que ha conseguido la crea-ción de un espacio neutro, donde la luz po-tencia la visión de unas obras que cobranuna gran significación, aun estando aisla-das de su contexto original. La arquitecturaefímera creada nos guía por las diferentesconcepciones estéticas de la cultura griega,con la disposición de las piezas que creanritmos e impactos visuales, potenciando eldisfrute con la ilustración de ese conoci-miento que se desarrolla en el recorrido dela exposición, además de hacerla más en-

tendible al público, apoyada porescritos y guías. No es suficiente con mos-trar, es necesario ilustrar.

Un recorrido que nos introduce en las di-ferentes maneras de perpetuarse del pueblogriego, a través de materiales como el már-mol, el bronce, de trasmitir su imaginario através de la cerámica, donde representar elcuerpo, su espiritualidad, su religiosidad,su sensualidad y ero-tismo. La cultura dela fundición en bron-ce, de la piedra, la de-coración vegetal, larepresentación delhéroe, del atleta, deldios, nace del deseo de conocimiento deuna cultura, que produce una estética delcuerpo humano basada en el lenguaje infi-nito de las proporciones, en el lenguaje uni-versal de la geometría. Desde la ejecuciónde un torso a una crátera, los ritmos de losmódulos de su composición pertenecen auna ecuación exacta con la que se busca lamedida de todas las cosas. El hombre comopersonaje central de una sociedad, la civis,

el ciudadano que forma parte deun cuerpo colectivo importante donde na-cen las escuelas, las artes.

Después de las tres salas que ocupan estemagnífico viaje por la antigüedad, en la bi-blioteca del MARQ, nos encontramos conuna muestra de investigación propia, másmodesta pero no menos importante. «Lashuellas griegas en la Contestania ibérica»,

como se conocía a estaparte del Mediterráneoque habitamos. Nospresentan piezas y res-tos de escritura únicosque reflejan la elabora-ción de un lenguaje

propio con la asunción creativa de la in-fluencia griega. Nos muestran los datos pa-ra asomarnos a una investigación arqueoló-gica que, indagando en nuestros orígenes,es un conocimiento también global de lacultura. Emocionante, y valioso, en cuantonos adentramos en la relación interculturaly el desarrollo de los pueblos en este mar-gen del Mediterráneo, concretamente en laprovincia de Alicante y alrededores.

8 arteyletras Jueves, 30 d

ARTE✒N

OV

ED

AD

ES Una investigación

sobre la parteexperimental yvisual de la poesía

❧ «Escrituras en libertad.Poesía experimental españolae hispanoamericana del sigloXX». Instituto Cervantes.Madrid, hasta el 24 de mayo.

Una exposición que investigasobre la parte visual, experi-

mental, de la poesía. Las puestasen escena de Ramón Gómez de laSerna, en España, y Marinetti enEuropa, a principios de siglo, sonel antecedente de la poesía de ac-ción de Joan Brossa, Juan Hidal-go, el grupo Zaj, y otros muchosautores destacados que experi-mentan con la poesía visual.

Algunas de lassombras quemás alumbranel arte

❧ «Sombras». MuseoThyssen-Bornemisza yFundación Caja Madrid.Hasta el 17 de mayo.

Remontándose a una visión po-ética de Plinio el Viejo sobre

el efecto de la sombra en la crea-ción pictórica, se concibe esta ex-posición en dos centros distintosde la capital, donde podemos verobra de diferentes momentos dela historia, algunas de excelentecalidad: Rembrandt, Goya, Janvan Eyck, Picasso, Hopper, Rich-ter, Andy Wharhol y Man Ray.

GUILLERMINA PERALES❍

A

El MARQ nos ofrece,con una información

que mira hacia laglobalidad del

pensamiento, una visiónsobre los principiosestéticos que dieron

origen a nuestra culturaoccidental

( )El museo ofrece un montajeextraordinario que ha conseguidocrear un espacio neutro

ISABEL RAMÓN

La belleza delpensamiento

El Discóbolo de Mirón quese puede ver en el MARQ

Page 9: Arte y Letras

l hacer referencia a las bibliote-cas, dado su elevado número ycalidad en los contenidos y enlos contenedores arquitectóni-cos, nos puede suceder como aNikolaus Pevsner, que no sepa-mos a cuántas y cuáles hacerreferencia, puesto que la nómi-na es abundante. De la anti-güedad, resulta obligada la re-

ferencia a la de Alejandría, que alcanzó fama mítica,incluso, más allá de su desaparición. También de lasque, como pieza intrínseca de los edificios, surgieronen los conjuntos monásticos y en las abadías de to-dos los tiempos. Por no decir de cuantas pertenecena universidadesy museos. En to-das ellas se acu-muló el saber.De tiempos másmodernos, laconstruida porAsplund en laciudad de Esto-colmo, resultaobjeto de cultoentre los arqui-tectos. Legenda-ria, en el futuro,llegará a ser laBiblioteca Nacio-nal de Francia,con los cuatroedificios situa-dos en las esqui-nas, imágenespotentes que su-gieren de librosabiertos, es obrade DominiquePerrault.

Entre las deAlicante, hayque hacer refe-rencia al valor delos fondos custo-diados en los Ar-chivos estatalesen Orihuela yAlicante. Ambosresultan de lamayor importancia para conocer la memoria y la his-toria de estas poblaciones y de la provincia a que die-ron origen.

Los depósitos están custodiados en edificios de re-ciente construcción. No tanto es el archivo oriolano,que fue edificado en el año 1992, sobre el solar queocupó la casa solariega dePinohermoso, sobre elcual Alberto Campo Bae-za realizó una obra muyambiciosa, reinterpreta-ción tipológica del pala-cio oriolano, quizás falli-da en el hiperdimensionado espacio común, realiza-do en detrimento de los específicos demandados pa-ra el cometido concreto del inmueble.

Más recientes, de construcción casi simultánea,son el archivo de Alicante y la biblioteca de San Vi-cente del Raspeig. El primero está en una zona urba-na resuelta en edificación abierta, por lo que el edifi-cio, que fue proyectado por Francisco Javier García

Alcázar, siendo coordinador de las obras el tambiénarquitecto Enrique López, ha sido inaugurado en elaño 2006, responde a las características del entorno.Queda espacialmente organizado mediante un patioclaustral alargado que otorga recogimiento a las es-tancias del interior, adecuadas a los investigadores.

Por su parte, la biblioteca sanvicentina, que se en-cuentra en un entorno urbano de nulo interés arqui-tectónico, responde al elevado nivel alcanzado por losnuevos edificios públicos y de uso comunitario, conque en los últimos años se ha venido dotando la loca-lidad. En este sentido, la implantación de la bibliote-ca supone un revulsivo en su contexto. Inauguradoen el año 2005, fue el resultado de un concurso deideas resuelto en 2001, del que resultó ganador elequipo constituido entonces por Paco Leiva, LilloLlopis, Daniel Solves, Campos Rosique, Alicia Parray Helena Velasco, quienes constituyen el Grupo Ara-nea, participando en la dirección de la obra J. M.

Chofre, como arquitecto municipal.El exterior del edificio se aprecia a modo de un ca-

jón opaco, cerrado por los paramentos de hormigón,constituyen a su vez el soporte de textos a modo decartelería, visualizando el uso, a modo de arquitectu-ra parlante. Fachadas en las cuales solo algunas ras-

gaduras permiten estable-cer la comunicación visualentre el interior y el exte-rior. Resulta relevante lapresencia del lucernario so-bre la cubierta, mediante elcual se remata la rampa

que, en el interior de manera continua y transmitien-do una sensación dinámica y de aproximación haciael libro como objeto, desde el acceso principal articu-la el espacio diáfano en el interior. Constituye estarampa el elemento protagonista que conduce hacialos diferentes ámbitos abiertos, que se hacen másparticulares y reservados a medida que se gana en al-tura y se distancia de la entrada.

9arteyletrasde abril, 2009

ARQUITECTURA✒

ASANTIAGO VARELA BOTELLA❍

Dos archivosy una biblioteca

Otras formas dehacer arquitectura

El premio Pritzker que, como el lectorsabe, es el equivalente al Nobel en ar-quitectura, ha recaído este año en el

suizo Peter Zumthor. Zumthor no es, en pro-piedad, un arquitecto al uso. Quiero decir quesus obras no se caracterizan por el efectismoque hoy se exige a la arquitectura moderna yque tanto alaban los medios de comunica-ción. Quizá por ello, su nombre resulte pococonocido para el gran público, aunque no en-tre los miembros de su profesión dondeZumthor tiene un notable prestigio. Hacediez años, obtuvo el premio Mies van der Ro-he por el Museo de Arte de Bregenz, en Aus-tria y puede afirmarse que todas sus obras,

sin excepción, handespertado interés.

Nacido en una fa-milia de artesanos–su padre fue carpin-tero– se ha queridover en la circunstan-cia una característicade su esti lo. Zum-thor, han dicho loscríticos, trae la artesa-nía al movimientomoderno, y corrigesu frialdad. Habríaque añadir a ello lacontención, que es laprimera virtud del ar-tesano cuando mere-ce tal nombre. Zum-thor es un virtuosocuyas construccionesjamás gritan: se reco-gen sobre sí mismas,

pues no han sido concebidas para la exhibi-ción, sino para el usuario. Nos encontramos,como el lector habrá advertido, en las antípo-das de los aclamados Zaha Hadid o SantiagoCalatrava.

La concesión del Pritzker a Zumthor, en unmomento de crisis económica, se ha queridointerpretar como una llamada de atención ha-cia una arquitectura más sobria, menos es-pectacular. Estas conjeturas son inevitables,lo que no supone, ni mucho menos, que seanciertas. La prensa las utiliza porque ofrecen allector un mensaje sencillo de entender, ocu-rrente, y formulado al hilo de la actualidad.Pero no hay que hacer excesivo caso de estasafirmaciones. Como todos los premios, elPritzker tiene sus vaivenes, y se ha otorgado aarquitectos de muy distinta clase. ¿No lo reci-bía, hace unos años, Glenn Murcutt, que tam-bién es un hombre de obra sobria, preocupa-do por el uso de sus construcciones?

En cualquier caso, está bien que el premiovenga a recordarnos la existencia de otras for-mas de hacer arquitectura, distintas a las quela prensa ha puesto de moda. Quizá de esamanera, el público llegue a entender que losedificios son algo más que espectáculos vi-suales y que su función es servir al hombre.El olvido de esta condición ha sido el pecadode buena parte de la arquitectura edificada enlos últimos años. La soberbia de algunos ar-quitectos ha creado imágenes de una granvistosidad, pero ha deshumanizado su traba-jo. Parecía que el único objetivo de un edifi-cio era hacerse notar, lo que en realidad sólointeresaba a los políticos y a los capitalistas.Las consecuencias extremas de esta situación,acabamos de verlas en Barcelona, donde aca-ba de inaugurarse una obra (¡) de Toyo Ito: lafachada de un edificio de apartamentos. A es-te punto ha llegado la arquitectura contempo-ránea. ❏

Peter Zumthor, handicho los críticos,trae la artesanía al

movimientomoderno y corrige su frialdad. Habría

que añadir lacontención, que es

la virtud del artesano

MIRADAS✑

JOSÉRAMÓN

GINER

Boceto delespaciointerior

F. L. I.

Los archivos estatales de Orihuela y Alicante resultan de la mayorimportancia para conocer la memoria

Page 10: Arte y Letras

En 1983, el bueno deFrancis Ford Coppo-la, acuñaba un au-téntico «hit» cine-matográfico y gene-racional denomina-do «The Outsiders»(«Rebeldes»). Conun reparto de acto-res guapetones, en-

tre los que se encontraban unos primeri-zos Matt Dillon, Patrick Swayze, Rob Lowey Tom Cruise, daba vida al libro de S. E.Hinton, que retrataba la historia de un gru-po de jóvenes inadaptados que siempre an-daban de camorra con otra banda.

Más de veinte años después, en los terre-nos sonoros españoles, también tenemos anuestros propios «outsiders». Una serie demúsicos que aparte de rastrear nuevas di-mensiones sonoras en la electrónica,apuestan por una imagen transgresora. En-tre ellos podemos encontrar ejemplos di-vertidos como el de Guille Milkyway, quese esconde tras una formación virtual lla-mada La Casa Azul. O Joe Crepúsculo, un

nuevo arquitecto de tecnopop que en susvideoclips, en sus canciones y en él mismoroza el surrealismo buñuelesco.

A Miguel López Mora algunos lo definencomo un Leonardo Da Vinci de la electró-nica. Exagerado o no, lo que sí está claroque este señor compone, produce, arregla,canta, toca, se encarga de los clips y del art-work de todo lo que concierne a Digital 21,su nombre artístico. Acaba de publica sucuarto trabajo, «Outsider» (AlgoenblancoRecords / Pias Spain), en el que ha contadocon colaboraciones de otros inadaptados yamados musicales como Ana Curra (Pará-lisis Permanente / Alaska y los Pegamoí-des), Silvia Superstar (Killer Barbies) o BigToxic (Silvia Superstar). Su primer singlees «Sálvame», cuyo remix le ha hecho Ste-fan Olsdal bajista del grupo Placebo. Setrata de un tema frenético, que utilizandoun ritmo agónico encuentra un punto deconexión con el oyente que lo hace pegadi-zo. «Alarma», «Rock Guitar Sex» o su par-ticular versión de «Quiero ser Santa», quedécadas cantantaba Parálisis Permanente,dan fe de la revisión que pretende hacer es-te artista sobre la Movida Madrileña, sinduda, un momento en el que en la capitalmadrileña aparecieron «outsiders» reales,y no comerciales.

aloma Pedre-ro (Madrid,1957) se dio aconocer con«La llamadade Lauren» y,desde enton-ces, su teatrose ha caracte-rizado por la

elección del desarraigo social y dela marginalidad como tema, queentronca con el realismo crítico, ypor la introspección de sus perso-najes y la poética con la que losalumbra, aderezado con un com-promiso deorientaciónf e m i n i s t a .Su escrituraconoce la efi-ciencia escé-nica, puestoque Pedreroha sido direc-tora, profeso-ra, actriz (fun-dó el grupoCachivache enla época del te-atro indepen-diente) y haimpartido ta-lleres de dra-maturgia, unode ellos en laMuestra de Te-atro de Alican-te. Es, por lotanto, una autora que escribe «des-de la actriz que llevo dentro», nopara deleitar al público, sino paratransformarlo con la sinceridad enla cabeza y con el deseo en la ma-

no, empleando el «dolor de la vida»como «materia prima» de su obra.De tal modo que, en «Caídos delcielo», el personaje de Marcelo lle-ga a decir que «el arte tiene esafunción: despertar conciencias».

Con «Caídos del cielo», I PremioTalía de Teatro, sigue la línea ini-ciada con «Magia café» de aprove-char la docencia impartida en untaller de teatro con un amplio gru-po de personas sin hogar, algunosde los cuales participan luego en elmontaje, y así crear una obra, queen esta ocasión versa sobre el pro-ceso de creación de una representa-ción teatral, también interpretadapor indigentes. La obra, que fue es-trenada en el pasado Festival deOtoño, está basada en la historia deRosario Endrinal, una indigente ca-talana que dormía en un cajero yque fue asesinada por varios jóve-nes al rociarla con gasolina y pren-derle fuego.

En esta pieza metateatral de finalprevisible, elpersonaje dela escritora,Luz, un tra-sunto de lapropia auto-ra, escribela obra en-redada enprisas yn e r v i o s .Una no-che, mien-tras Luzintenta re-solver laescriturade una es-cena ensu estu-dio, Cha-rito, laprotago-

nista, «cae del cielo» para echarleuna mano a modo de musa con es-píritu burlón y de paso resolver losmúltiples conflictos que surgencon los actores en los ensayos, per-sonajes desgarrados y caídos enpozos de marginación, miembrosde un reparto que en la calle sonjuguetes para las fieras y que enescena son seres con dignidad, ladignidad de los perdedores, que aveces buscan redimirse por mediodel amor. La intención de Pedreroera «transmitir que ellos y nosotrosno somos distintos». Y lo logra conemoción.

10 arteyletras Jueves, 30 de abril, 2009

TEATRO✒N

OV

ED

AD

ES El desencanto

de la transiciónpor MiguelSignes

❧ «Así fuimos».Miguel Signes.Diputación deSalamanca.

El valenciano Miguel SignesMengual ha publicado en la

colección Lengua y Literatura nº24 de la Diputación de Salaman-ca su obra «Así fuimos» en unapulcra edición, con una lúcidaintroducción del profesor JoséAntonio Pérez Bowie. Signesdialoga en trece escenas el des-encanto de una generación curti-da en la oposición a la dictadura.

Análisis de laobra completade un creadortotal

❧ «La literaturadramática de FernandoFernán-Gómez»».Manuel BarreraBenítez. Fundamentos.Colección Arte.

El profesor Barrera publica sutesis de doctorado sobre Fer-

nán-Gómez y analiza toda suobra, desde «Pareja para la eterni-dad» hasta «Morir cuerdo y vivirloco». La grandeza de la obra deFernán-Gómez no consiste sóloen su perfección, sino en el alien-to que transmite, en la intensidadde la vida y la experiencia quecontiene y que hace revivir.

P

INFORMACION

CARLOS FERRER❍

Miguel LópezMora, el

artífice deDigital 21

Juguetespara las fieras

De Rob Lowe a lo nuevo de Digital 21

ESERGIO ILLESCAS❍

MÚSICA✒

La obra está basada en la historia de laindigente que fue quemada en un cajero

Page 11: Arte y Letras

o es sencillo.P a r e c e nmundos anti-téticos, cami-nos que di-vergen y quesólo en rarasocasiones seentrecruzan.La lectura y el

cine, dos universos que, sin embar-go, están formados por la materiade la que están hechas los sueños.

Las diferencias son claras: la lec-tura es una vocación solitaria, querequiere de un cierto esfuerzo,concentración, voluntad de recons-trucción, de naturaleza esencial-mente intelectiva, que necesita deuna muy especial actitud, sensibi-lidad y constancia; el cine es, por

el contrario, básicamente colectivo;el espectador, además, tiende a re-plegarse en una actitud más pasi-va, y su naturaleza presenta ver-tientes de índole más sensorial, vi-sual; algunos códigos narrativosson comunes, pero son distintosen lo más decisivo.

Sus relaciones, por ello, resultancomplejas, mul-tidireccionales, yen ocasiones pa-radójicas.

En ese cami-no de doble sen-tido a la ficción(la poesía, el en-sayo o el docu-mental quedanfuera de nues-tro campo devisión), sabe-mos de algu-nas novelasque se hanacercado al ci-ne como ejetemático: po-demos remi-tirnos al PaulAuster de «Un hombre en la oscu-ridad» (las páginas en las que narraunas escenas de «El mundo deApu», «Cuentos de Tokio», «Lagran ilusión» son deliciosas, unprodigio de capacidad de emoción

y estímulo de la curiosidad) y «El li-bro de las ilusiones» centrada en lahistoria del cineasta Hector Mann.

En el camino inverso, viajamosal otro lado del espejo para tratarde vislumbrar cómo el paisaje cine-matográfico ha acogido la figuradel lector. Es un viaje que se hacedesde la subjetividad, desde el re-cuerdo (recordar que, según su eti-mología poética, es volver a pasarpor el corazón), desde la parciali-dad. Nadie ha leído todos los librosdel mundo ni visto todas las pelícu-las del mundo, y la memoria es uncurioso instrumento construido,

también, con los mimbres del olvi-do. Este destilado a veces imprede-cible de lagunas e imágenes borro-sas o fulgurantes contribuye a quecada uno de nosotros, si se aplica eldeber de visualizar lectoras y lecto-res en una pantalla, realice un in-ventario único, particular y, porfortuna, transferible.

La reciente adaptación de un títu-lo tan explí-cito como«El lector»,la novela deB e r n a r dSchlink, lle-vada al cinepor StephenDaldry (no esc a s u a l i d a dque su ante-rior película,«Las horas»fuera en reali-dad el retratovibrante y lúci-do de la lecturade «La señoraDalloway» deVirginia Wo-olf), se convier-

te en el vínculo más inmediato ymás diáfano sobre el tema. La obra(la novela, la película) contiene es-cenas donde el personaje protago-nista lee para sí y para Hanna, des-

de Homero a Shakespeare, en unaplasmación hermosa de la reden-ción (en genérico) que proporcionala lectura. Pero la dimensión «prác-tica» (moralmente) que podemosintuir o entrever en esta obra es só-lo una de las muchas facetas y ca-ras de la lectura. La dimensión pla-centera, gozosa, trascendente, noutilitarista son sólo lados de unarealidad poliédrica, que tambiénhallamos en otras películas. Unode los ejemplos canónicos es «Fah-renheit 451», la cinta de Truffautque traslada los hombres libro queimaginara Ray Bradbury a imáge-

nes. Sin embargo, una de las esce-nas más poderosas sobre la lecturaen el cine pertenecen a una obradel mismo director: toda la psicolo-gía y toda la educación sentimentaldel protagonista de «El amante delamor», que actúa como motor de lahistoria tiene un origen claro: lapasión por la lectura, en fotogra-mas contagiosos, de contenidaemoción. Pero la lista no terminaahí: a vuelapluma surgirán pelícu-las como «La lectora» de MicheleDelville, protagonizada por MiouMiou, que reivindica la lectura envoz alta, la lectura (paradójica)compartida y sonora; «Roma» deAdolfo Aristarain; o «La carta fi-nal», basada en la deliciosa novela«84 Charing Cross Road», los veci-nos devotos de Faulkner en «Ama-nece que no es poco»...

El siguiente paso, en la humildevorágine de curiosidad que a vecesnos sobreviene, y que hemos deposponer, es aguzar la vista y tratarde descifrar qué títulos, en qué no-velas, qué poemarios, qué ensayosleen los personajes de la películaque nos fascinan... Mientras tantohabremos de conformarnos con co-menzar este inventario de lectorasy lectores en un universo de celu-loide, en la región donde la reali-dad está hecha con la materia delos sueños.

ace años el espectador del ci-ne parecía poseer un talantetranquilo, alejado de la pa-sión por el vértigo y de la ca-

pacidad de asombro ilimitada que hoyle caracteriza. Se conformaba, tan solo,con películas inspiradas en buenas his-torias, contadas con funcional pulcri-tud e interpretadas por un elenco de ac-tores competentes. El espectáculo, re-ducido a la utilización del color y algu-nas dosis de acción, era un regalo ex-cepcional recibido con agradecimiento.Reinaba, todavía, el blanco y negro y,en casi todas las cinematografías, unaprofesionalidad a prueba de bomba, in-tentando ajustarse a los cánones clási-cos de la narración.

Recientemente el cronista ha podidovisionar una serie de aquellas películas,hoy olvidadas, que poseen todas un ras-go común: el profundo respeto al es-pectador global, sin otra ambición quela de hacerle pasar un rato agradable ydar por bien pagado el precio de la en-trada. Se trata, casualmente, de tresobras centradas en la II Guerra Mun-dial e inspiradas, como se decía antes,a modo de tirón publicitario, en «he-chos reales»: «Yo fui el doble de Mont-gomery», según las memorias de Clif-ton James y dirigida por John Guiller-min (1958), «El hombre que nuncaexistió» de Ronald Neame (1956) ci-ñéndose al libro de Edwing Montagu, y«El infierno de los héroes» de José Fe-rrer (1954), donde se cuenta la llamadaOperación Frankton que protagonizóun comando británico para destruiruna flota de acorazados alemanes enun puerto francés.

Las dos primeras comparten el temabélico con el de espionaje: un actor devodevil haciéndose pasar por Montgo-mery para confundir al Tercer Reichante la invasión de Normandía; y lahistoria del cadáver de un oficial ingles,aparecido en la playa española de

Puerto Umbria, portando una falsa do-cumentación en torno a la invasión delas tropas aliadas en Grecia. Sin bom-bas, ruidos, ni aparatosidades de nin-gún tipo, son dos filmes redondos, conla emoción asegurada, y que habríanalcanzado, probablemente, la categoríade obras maestras de haber caído enmanos de Hitchcock.

La tercera «El infierno…» es un mag-nífico precedente, nada más y nadamenos, que de la espectacular «Docedel patíbulo» de Robert Aldrich. Un fil-me muy entretenido, con más acciónque los anteriores, cuatro efectos espe-ciales y una carga emotiva que movía alaplauso masivo en la platea cuandoaparecía el inevitable «The end». Olvi-dar estas películas es un pecado mor-tal, continuar ignorándolas, por partede los jóvenes cinéfilos que no han po-dido gozarlas, resulta algo parecido a«fugarse» una clase de Matemáticas eldía que se explican las ecuaciones deprimer grado ¿Cómo seguir con los lo-garitmos?

11arteyletrasJueves, 30 de abril, 2009

CINE✒

H

JUAN HARPO❍

NJOAQUÍN QUÍLEZ FORTEZA❍ Según hechos

realesAM

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Lecturas en unasala de cine

El espectáculo, reducido a lautilización del color y algunas dosisde acción, era un regalo excepcional

La actriz norteamericana Kate Winslet, en un fotograma de la película «El lector»

Page 12: Arte y Letras

l Palau de les Arts no ha logrado convertir-se en el reclamo cultural encargado de llevar elnombre de la Comunidad Valenciana por elmundo, como se pretendió en su día. En cam-bio, los cuatro millones de euros anuales quese necesitan para su funcionamiento, lo hanconvertido en un dolor de cabeza para la Gene-ralidad. Abrir cada mañana las puertas del Pa-

lau, supone un gasto de once mil euros dedica-dos exclusivamente al día a día del inmueble,es decir, sin contabilizar los costes artísticos oadministrativos. A ello, hay que añadir los con-tinuos retoques realizados por el arquitecto Ca-latrava al edificio, o los dieciocho millones deeuros destinados a reparar los desperfectosproducidos por la última inundación.

12 arteyletras Jueves, 30 de abril, 2009

SUELTO DE LENGUA✒

E

CARLOS FERRATER❍

os estudios de literatura medieval se hanvisto sacudidos en sus cimientos después deque la investigadora Dolores Oliver Pérez,profesora de la Universidad de Valladolid,haya afirmado que el autor de «El Cantar deMío Cid» fue Abu l-Walid al Waqqashi, fa-moso poeta y jurista árabe que la escribió envida del Campeador, en el año 1095. Waq-

qashi –asegura la profesora Oliver Pérez–viajó a Valencia desde Toledo, huyendo de lacorte de Al-mamum, y fue el encargado deestablecer las cláusulas de la rendición deValencia, momento en el que hizo un pactocon El Cid, por el cual le ayudaba a impartirjusticia, le creaba una corte literaria y lecomponía el cantar. ¡Ahí es nada!

L

Últimamente he observado en mí dosrasgos propios de la edad venerable.Uno, la inclinación a regresar al lugar

donde nací, me pelé las rodillas jugando a laschapas y leí desaforadamente a RichmalCrompton. Otro, el gusto de releer los librosque me hicieron feliz, en detrimento de losque me llueven diariamente encima. Nosiempre la relectura es premeditada; a vecesse debe al puro azar. Así me sucedió anoche,cuando buscaba información sobre la defen-sa que Sabino Ordás había hecho de la revis-ta leonesa Claraboya, que condujeron en eltardofranquismo jóvenes poetas (José MaríaMerino, Luis Mateo Díez, Agustín Delga-do...), algunos reconvertidos hoy en novelis-

tas. En un artículosobre lírica de pos-guerra publicadoen 1978, GuillermoCarnero dictaminóque lo de Clarabo-ya era un «marxis-mo de secano».Dolido por el jui-cio, Sabino Ordásarremetía contra laantología donde Jo-sé María Castellethabía reunido a los«novísimos» –Car-

nero entre ellos–, autores de «desahogos ju-veniles y escurriduras de “ismos” franca-mente decrépitos». Al analizar aquella anto-logía de «cuatro barceloneses, dos valencia-nos y tres comparsas», se quejaba amarga-mente de la escisión maniquea entre lo vene-ciano, elegante, barcelonés, bello y marilynia-no, por un lado, y lo estepario, mesetario, in-terior, marxista y de secano, por otro.

Así que empecé buscando una cita paraun trabajo académico, y terminé prendidoen «Las cenizas del Fénix», libro sabio y aveces desternillante. Allí se reunían los artí-culos que, entre 1977 y 1979, había publica-do en el suplemento literario del diario Pue-blo Sabino Ordás, que luchó con la Repúbli-ca, padeció el exilio, dictó cátedra en univer-sidades norteamericanas, y había retornadoa España a la muerte de Franco. Desde en-tonces vivía retirado en Ardón, en un silen-cio sólo interrumpido por esos artículos queescribía en la mesa de la cocina, aromadapor cecinas y morcillas matanceras dignasdel Altísimo, con las que había decidido sui-cidarse poco a poco.

En los asuetos vacacionales, yo había se-guido con unción aquellos artículos de Pue-blo, ignorante de que, en realidad, SabinoOrdás era el pseudónimo colectivo de JuanPedro Aparicio, Luis Mateo Díez y José Ma-ría Merino. No sólo fui yo el engañado: algu-nos enteradillos llegaron a elogiar los inexis-tentes libros de Ordás, como antaño hicieroncon los cuadros de Jusep Torres Campalans,el imaginario compañero de Braque y de Pi-casso ideado por Max Aub. Los urdidores dela patraña llegaron a programar una confe-rencia de Ordás, no recuerdo si en el Ateneomadrileño. La sala estaba atiborrada mediahora antes del comienzo, así que los muñi-dores, enredados en su propia broma, tuvie-ron que impedir que Ordás se personara enla conferencia, para lo cual inventaron un ac-cidente del coche que lo conducía a Madrid,del que se dio noticia por un telegrama queenviaron ellos mismos. Hoy, cuando releo«Las cenizas del Fénix», siento algo parecidoa la felicidad ante este «inocuo atentado deimpostura», equidistante entre la verdad dela fábula y la fábula de la verdad. ❏

Empecé buscando unacita y terminé prendido en

«Las cenizas del Fénix»

MONÓLOGOS DEL JARDÍN✑

ÁNGEL L.PRIETO

DE PAULA

¿Qué fue deSabino Ordás?

Abrir laspuertas delPalau de lesArts suponeun gasto deonce mileuros al día

Caro Palau de les Arts

a exposición la Luz de las Imágenes, quese celebrará en Alcoy el próximo año, tendráun efecto milagroso sobre el patrimonio re-ligioso de la ciudad. Los diez millones deeuros que la Generalitat Valenciana inverti-rá en la muestra convertirán en importanteun patrimonio sin valor apreciable al día dehoy. Con la inversión está previsto reformar

las iglesias de Santa María y de la Mare deDéu, la fachada lateral norte de San Mauroy San Francisco, y dotar de un sistema deiluminación a la cúpula de San Jorge. El pa-trimonio industrial de la ciudad, que los es-pecialistas consideran de una gran impor-tancia, no recibirá, sin embargo, ningunainversión.

L

Exposición milagrosa

ras su muerte, Frida Kahlo esta lograndopintar un número de cuadros muy superior alque pintara en vida. El interés que despierta laartista entre el público ha creado un mercadode obras falsas que, probablemente, sólo seasuperado por el que genera Salvador Dalí. En elactualidad, se cree que hay más de cuatrocien-tos cuadros falsos de Frida Kahlo en el merca-do del arte y cada mes se incorporan obras nue-vas. Los compradores de estas obras falsas deKahlo son reacios a admitir el fraude, por loque el número de exposiciones de Kahlos fal-sos se está convirtiendo en un suceso habitual,especialmente en México y quien sabe si en unfuturo los falsos Frida Kahlo no llegarán a te-ner un valor superior a los verdaderos, dado loscaprichos de los coleccionistas de arte.

T

Pintar después de morir

Nuevo autor para el poema de El Cid

La pintoramexicana

Frida Kahlo

Page 13: Arte y Letras

13arteyletrasJueves, 30 de abril, 2009

LECTURAS PARA LA PRIMAVERA✒N

OV

ED

AD

ES Un relato

para explicarqué le sucedea la Tierra

El libro es un relato a granescala de los sucedido en la

Tierra desde su creación. Gra-cias a su amena combinaciónde saberes, resulta reveladordescubrir, por ejemplo, que ladeforestación ha acompañadoel desarrollo de todas las socie-dades, y que el 99 por cientode las especies que alguna vezvivieron se han extinguido.

Misterio yesplendor enplena AltaEdad Media

España es una tierra mágicarepleta de inquietantes

misterios y leyendas. En estaobra, Pedro Amorós nos guíapor los lugares de sucesos in-explicables, místicos y paranor-males que aún hoy planteannumerosos enigmas. Así, sesuceden increíbles relatos parair comprendiendo sucesos ex-traños y enclaves mágicos.

❧ «Guía de la EspañaMisteriosa». PedroAmorós. LibrosCúpula. Barcelona,2009.

❧ «Gran Historia. Delbig bang a nuestrosdías». Cynthia StokesBrown. Alba Editorial.Barcelona, 2009.

Voces y estilopropio desdela soledadmás urbana

Cristina Peri Rossi, la pri-mera mujer que ha recibi-

do el Premio Internacional dePoesía de la Fundación Loewe,explora en este singular poe-mario, entre otros temas, la so-ledad urbana, el anecdotarioirónico de la vida de una escri-tora que contrapone la poesía ala realidad de su escasa presen-cia en la vida diaria.

Paisajes muyíntimos paraperseguir un paraíso

El alicantino Antonio Gracia(Bigastro, 1946) llega ahora

con «Fragmentos de inmensi-dad, donde muestra el trayectohacia la reconstrucción de unyo eglógico y donde se realizauna persecución del paraíso.«Mis poemas –ha aseguradoAntonio Gracia–, son los paisa-jes íntimos que veo; mis libros,un intento de ordenarlos».

❧ «Fragmentos deinmensidad». AntonioGracia. Introducciónde Luis Bagué Quílez.Poesía Devenir, 2009.

❧ «Playstation».Cristina Peri Rossi.XXI Premio FundaciónLoewe. ColecciónVisor de Poesía, 2009.

El relato deun situaciónextrema enLos Andes

Un texto definitivo sobre lahistoria más increíble ja-

más contada. El 13 de octubrede 1972 un avión se estrelló enLos Andes, y a los pocos díasse suspendió la búsqueda y to-dos los ocupantes fueron da-dos por muertos. Setenta y tresdías después del accidente, losdieciséis supervivientes volvie-ron al mundo y a la vida.

Crónica deunos añosdecisivospara España

Este libro es la anatomía delinstante en que Adolfo

Suárez permaneció sentado enla tarde del 23 de febrero de1981 mientras las balas de losgolpistas zumbaban a su alre-dedor en el hemiciclo del Con-greso de los Diputados y todoslos demás parlamentarios –ex-cepto Gutiérrez Mellado y Ca-rrillo– buscaban refugio.

❧ «Anatomía de uninstante». JavierCercas. EditorialMondadori. Barcelona,2009.

❧ «La sociedad de lanieve». Pablo Vierci.Editorial Debate.Barcelona, 2009.

El poder sinlímites y laculpa, entrereflexiones

En su primera novela encastellano, hasta ahora in-

édita, profundiza sobre losefectos del poder sin límites yrealiza un retrato despiadadode la obsesión y de la culpa.Además, ya hay claras eviden-cias de que Coetzee es dueñode un inteligencia impactanteque le convierte en uno de losescritores más conmovedores.

Juego depalabras parauna historiaingeniosa

❧ «Marabajo». PabloAlbo, con ilustracionesde Jesús Aguado.Colección El duendeverde. Editorial Anaya,2009.

❧ «Tierras deponiente». J. M.Coetzee (Premio Nobelde Literatuta). EditorialMondadori. Barcelona,2009.

Un secretoinconfesablebasado en unhecho real

Narra la historia de un se-creto inconfesable y está

ambientada excepcionalmenteen el Oxford victoriano y basa-do en hechos reales, esta obra,llena de lirismo, revela la perso-nalidad atormentada e inquie-tanbte de un escritor que, conel tiempo, se convertirá en céle-bre por su obra dirigida preci-samente a los niños.

La condiciónhumanadesnuda y sinmáscaras

Los relatos de «Al final delmar» llevarán al lector, des-

pués de hacerle transitar poruna geografía variada e incier-ta, al centro del laberinto, a unlugar donde se reconoce lacondición humana desnuda devestidos y de máscaras. El textocorresponde a la primera nove-la de Gabriel Sofer que se pu-blica en España.

❧ «Al final del mar».Gabriel Sofer.Colección Narrativa.Editorial El olivo azul.Córdoba, 2009.

❧ «El col•leccionistade Fades». JosepBallester. Premi Ciutatd’Alzira. ColecciónL’Eclèctica. EdicionsBromera, 2009.

Un «thriller»policíaco enel corazón de EE UU

Ian West (seudónimo de unagente de la US Capitol Poli-

ce) nos adentra en el complejomundo de Washington consus miserias y grandezas, conuna novela censurada en EEUU por seguridad nacional,pero que no dejará indiferentea los que se atrevan a descubrirqué se esconde detrás del ma-yor imperio del mundo.

El mito dellaberinto y laculturaoccidental

El mito del laberinto es sinduda uno de los más fasci-

nantes y complejos de la cultu-ra occidental. Su historia sueleiniciarse en la antigua Grecia yen la Creta minoica, pero el au-tor rastrea sus orígenes en elEgipto de los faraones y en laMesopotamia de Gilgamesh.Ilustraciones y variados cami-nos para llegar al ser humano.

❧ «El laberinto.Historia y mito».Marcos Méndez Filesi.Alba Editorial.Barcelona, 2009.

❧ «El patriota deDios». Ian West.Editorial La factoría delas ideas, 2009.

Con esta obra el alicantinoPablo Albo logró el Pre-

mio de Narrativa Infantil deIbi 2008. Es una historia inge-niosa, divertida, ágil, con unestilo narrativo propio y perso-nal, y un buen gusto por jugarcon las palabras y utilizar ellenguaje como divertimento,que invita en todo momento ala participación del lector.

Page 14: Arte y Letras

osiblementeRadiohead esuno de esosgrupos quepone una picaen la historiamusical paraque desde ahíempecemos acontar. Antes

de su trabajo más reconocido, «OkComputer», tienen una serie dediscos en los que ya estaba cuajadasu auténtica fuerza, que no era for-mal, sino sociológica. En «PabloHoney y The Bends» ya está pre-sente toda la fuerza de cuestiona-miento de una realidad personal ya la vez universal muy determina-da. Se trata de poner al descubiertouna serie de bienestares tan débilesque son translucidos y muy que-bradizos. Ahora mismo la compa-ñía con la que rompieron hace unaño, Emi, ha reeditado estos traba-jos con material extra. Un material,por otra parte, excepcional. Parado-jas de la industria: aquellos de losque pretendían alejarse Radioheadpara ser más integros nos dan aho-ra por unos euros grabaciones ex-cepcionales y que nos acercan untanto más de comprensión de susideas. Coincidiendo con ésta, en-contramos una reedición aún másemocionante si cabe, la del primerdisco de la banda de Eddie Veder,Pearl Jam. Estas canciones atraye-

ron a jóvenes que tenían una pa-sión de lucha contra lo establecidomuy certera. Tenía el punto justode dirección: no se alejaba del fon-do del problema como puede ocu-rrir con muchas propuestas, perotampoco caía en utopías muy peli-grosas, tan peligrosas como la queacabó con la vida de Holderlin.

Jalea Real es un colectivo musi-cal que en reali-dad no existe.Se reunen enlugares de Cata-luña y Valencia,y allí descargantodo su enten-dimiento social, su certera visióndel fracaso. No han publicado nipiensan hacerlo. Su disco es des-cargable vía web. Super Submarinaes otro grupo del que todavía no

hay demasiado material disponible,tan sólo un corto con cuatro cancio-nes. Aunque estos si pondrán enbreve su disco a la venta. Son here-deros de esa tradición musical jo-vén, que nació a mediados de los90. Standstill fueron con su últimodisco, «Viva la guerra», quienes en2008 consiguieron rozar más decerca el alma de muchos desilusio-

nados sociales.Estos cuatrogrupos los sen-timos hoy tancercanos comoa un hermanoque necesita

ayuda, mostrándonos a la vez todaslas miserías y alegrías que el mun-do nos tiene reservadas. El cedéque en este momento se acercamás a toda esa corriente de auténti-

PISRAEL QUÍLEZ FORTEZA❍

14 arteyletras Jueves, 30 de abril, 2008

MISCELÁNEA✒

n 1883, el geólogo norteamericanoClarence King (1842-1901) recorrió Es-paña en compañía de un intérprete,«un hidalgo empobrecido» llamadoSalazar, «aunque rico en aquellas cua-

lidades del ánimo que distinguen a los hombresde bien y a los buenos amigos». King contaba enlos Estados Unidos con uno de tales amigos: Ho-race F. Cutter. «Don Horacio», como le gustabaoírse llamar, era un lector entusiasta de la obrade Cervantes. ¿Qué mejor regalo podía llevarleKing de España sino una bacía como la que donQuijote tomó por el yelmo de Mambrino?

En una extensa carta fechada en 1885 y dirigi-da a Cutter, King relata el hallazgo de la reliquiacervantina: Salazar y él han dormido en ciertomesón de La Mancha. Desayunan chocolate, «úl-timo recurso a que se aferra el viajero que nau-fraga en el océano de la hambruna española». Sa-lazar le explica a la posadera que «el caballeroamericano» busca una bacía de barbero, tan anti-gua que pueda ser la del mismísimo don Quijo-te. La posadera comienza a liar un cigarro y al finseñala las ruinas de una posada. Hubo allí unabarbería; siendo niña, le llamaba la atención labacía que colgaba sobre la puerta. Es posible queaún esté.

«Los más pobres de los pobres ocupan [en Es-paña] las posadas abandonadas, mientras éstasse mantienen en pie». King y Salazar se dirigenal lugar indicado. Allí se cobijan la viuda Barrile-ra y su hijo Crisanto. Un fuerte olor a ajo y cebo-lla impregna el ambiente.

Cuando la viuda oye que King es americano,exclama: «¡De Cuba, pues! Un primo de mi pa-

dre estuvo desoldado allí y secasó con unamujer tan negracomo una sar-tén». Salazar leexplica queKing deseacomprarle lavieja bacía col-gada en el patio;se trata de unregalo para cier-to americano«que jamás havisto una bacíade barbero. Nolas hay en Amé-rica». «¡Caram-ba, qué país!»replica la viuda.«¡Lleno de mu-jeres negras co-mo sartenes y

sin barberos! La jofaina es suya, señor». King entrega a la viuda «unas monedas de

oro» y dos duros de plata al niño Crisanto. Sala-zar observa entonces que el hallazgo de la bacíano será tal a menos que puedan adjuntar algúndocumento que certifique su origen, y los cuatrose dirigen a la «alcaldería».

El secretario del ayuntamiento toma café mien-tras Salazar describe la solicitud como un «capri-cho inocente». Una discreta gratificación allanala renuencia del funcionario, que manda en bus-ca de papel, pluma y tintero. Mientras aguardan,el secretario observa, dirigiéndose a King: «Hanpasado ustedes por una terrible guerra en su pa-ís». Responde King que «a Dios gracias, norte ysur vuelven a ser amigos». Se interesa el secreta-rio por el bando de King, y al identificarse éstecomo nordista, el funcionario municipal inquie-re cómplice: «¿Y cómo pueden ustedes soportara todos esos chilenos paseándose ahora por Li-ma, señor?».

E

JAIME LORENZO❍

Clarence King

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ClarenceKing enEspaña(1883)

INFORMACION

Cuando pasen los añosdescubriremos que esasmúsicas fueron nuestro Sartre

Vetusta MorlaLa otra realidad

Page 15: Arte y Letras

co cambio es «Un día en el mun-do», de Vetusta Morla. Una seriede personas que hacía diez añosque venían perfilando ese trabajoen el que debería uno morir y rena-cer. Su éxito más agridulce. Si algotienen la poesía y la música frentea otras artes es permitir llamar tan-tas ocasiones como deseamos alser. En algunas ocasiones inclusollamar a ese ser y decirle: «voy acambiarte, en algo nimio o en lomás íntimo, y gracias a eso voy aseguir». El truco de magia de ese«Un día en el mundo» era perfecto,definitivo. Un agujero negro delque emerger a no se sabe dónde yno se sabe cómo. Como agujeronegro, concentraba mucha literatu-ra y mucha música, toda la literatu-ra y toda la música. Desde Becketty su incompleción, a Scott Fiztge-rald y su éxito social/fracaso espiri-tual. Desde los Beach Boys a Radio-head, pasando por Dj Shadow y elrecordadísimo Jeff Buckley. Reco-nociendo una afinidad directa conotras propuestas músicales de críti-ca de la existencia más recientescomo Band of Horses y Arcade Fi-re. Estos dos últimos cuentan ade-más con propuestas tímbricas ex-cepcionales.

Todo esto lo escucha hoy genteque sale cansada de trabajar, quese dirige a casa convenientementehastiada. Es el impulso, el estímu-lo que mantiene el hálito de esa fi-losofía moribunda desde hacetiempo que es el existencialismo.Cuando pasen años descubriremosque esas músicas fueron nuestroSartre. Cuando esas gentes lleguena casa poco habrá cambiado, perose habrá mantenido de alguna for-ma imperceptible la capacidad deoponernos a lo que no hemosaceptado.

endemos a pensar que las nuevas tecnologías trans-mutan todo aquello que tocan. Pocas cosas escapan asu patógeno influjo y, las que lo consiguen, no lesqueda otra que aprender a convivir como una minoría«outsider» alejada de correos electrónicos, geolocaliza-

dores, bancas electrónicas, sistemas multimedia y multitud deotros servicios que ensanchan la «brecha digital» entre los que seconocen estas aguas y los que no. Razón no nos falta, pero en es-te paisaje tan digitalizado, no deberíamos olvidarnos de que,aunque las tecnologías reinventan por doquier, quien verdadera-mente alienta estos cambios es una fuerza, desatada y sin freno,a la que, en su momento, no tuvimos problemas en poner a lacabeza: les hablo de Neoliberalismo, de arramblar con todo, decrisis y de migrañas, de sálvese quien pueda y me quedo corto.Nada que no sepan. Esta doctrina de apetito voraz, ha sido la au-téntica artífice de la reconversión tecnológica que conduce la ac-tualidad. Pero si neoliberalismo se vio fuerte en su momento pa-ra hacerse con el mundo, fue porque ante sus ojos se revelaronlas mejores bazas para conseguirlo. La tecnología podía inclinara su favor el futuro financiero, pero no gracias a sus «gadgets» oartificios, sino a su facilidad para controlar la nueva moneda decambio: la Información. En la Sociedad de la Información he-mos contemplado la paulatina absorción de las plataformas decomunicación por parte de los grandes consorcios empresariales,y como éstos, en su fomento de las tecnologías como recurso fi-nanciero, han llevado al periodismo a una reconversión constan-te que muchas veces plantea callejones sin salida. El «traumáti-co» paso del papel a la pantalla o la parquedad de los nuevos for-matos informativos, son el resultado, entre otras cosas, del bajoíndice de lectura o los excesos del imperio digital, pero sobreto-do, de un sistema financiero que estrangula y exprime.

Ejemplo de ello es la reciente estrella del periodismo digital, lapágina web www.ShortFormBlog.com. Una plataforma que utili-za el microblogging (microformatos de lectura) para resumir lasnoticias de actualidad en apenas tres o cuatro frases. Quien des-ee saber más, sólo tiene que pulsar sobre éstas y será enlazado auna nueva página externa en la que encontrará la noticia comple-ta y que, por cierto, ha sido redactada por otro noticiario. Estecondensado panóptico de titulares, genial para estos tiempos ysu economía de medios, se deriva de una situación de escasezmuy similar. Cuando el periodista Ernie Smith, recientementedespedido por la gran debacle que están pasando los medios tra-dicionales, tuvo que transformar Internet en su nuevo despachode trabajo.

O la página www.plebstv.com, un concepto periodístico tam-bién innovador que, gracias a un sistema de geolocalización, des-pliega las noticias situándolas en un mapa generado con «Goo-gle Maps». Pinchando en cada localización del territorio que ve-mos en pantalla, una ventana emergente muestra la noticia (entexto, imágenes o vídeo) que allí acontece. Periodismo directo,sintetizado y, como en el caso anterior, a coste reducido, porquela mayor parte de las noticias las suben a la página los mismosusuarios. Ese «Quinto poder», el del periodista ciudadano, fue elque impulsó al reconocido portal www.ohmynews.com a des-arrollar un noticiario alimentado por las entregas de sus propioslectores, convertidos en eventuales reporteros gracias a Internet.Pero tampoco este ejemplo de nuevo periodismo ha podido cape-ar los estragos de las crisis y, si antes remuneraba económica-mente a sus participantes según la repercusión de la noticia,ahora ha rescindido pagos sustituyéndolos por un concursomensual entre los mejores reportajes. Así van, las tecnologías delperiodismo «económico».

15arteyletrasJueves, 30 de abril, 2008

T

MARIO-PAUL❍

Capeando el temporal

SE

RE

ND

IPIA

En la mesa de las novedades, el libro llamaba po-derosamente la atención: sólido, voluminoso,bien encuadernado. La portada era esplendida:

un dibujo a color de un vaquero disparando, en escor-zo, a un enemigo invisible, mientras sus cananas vola-ban por el aire. Parecía una ilustración antigua, deBlasco, Freixas, de alguno de aquellos dibujantes queiluminaban las viejas novelas de Editorial Molino, allápor los años cincuenta del siglo pasado. Después esta-ba la faja publicitaria que ceñía la portada con una fra-se tan tópica como eficaz: «El mejor western de todoslos tiempos». Y un comentario, escueto, de ThomasPynchon –ese hermético escritor que habita de incóg-nito en lo más alto del Parnaso estadounidense–:«Una de las mejores novelas americanas».

¿Qué amante de la literatura, ante los días ociososde la Semana Santa, podía resistirse a comprar este li-bro? ¿Quién demonios evitaba la tentación de sumirseen una aventura de 687 páginas? ¿Y si se producía elprodigio de la lectura absorbente, del placer hipnóticode vivir en otro mundo como ocurre en excepcionalesocasiones?

Así fue como compré «Warlock», la novela de Oa-kley Hall que, en1959, fue galardonadacon el premio Pulit-zer, y que hoy edita«Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores».Y durante una sema-na estuve cabalgandocon los viejos héroesde la Frontera por lascalles y alrededores dela ciudad de Warlock,asistiendo a la historiacompleja, intensa, de

la implantación del orden y la justicia en su recinto,abierto a todas las inclemencias propias del procesocolonizador en las tierras del Oeste americano. Unamúsica familiar que, no por escuchada en cientos ycientos de «westerns», dejaba de fascinar, gracias auna serie de virtudes del relato: la complejidad, ya cita-da, de la trama; el análisis psicológico de los persona-jes que proporcionaba dimensión humana a los este-reotipos del pistolero, el vaquero, el sheriff, la prostitu-ta, el viejo juez, el jugador de ventaja, el comerciantehonrado; el aliento épico fundado en los discutibles va-lores morales de los pioneros que, un contexto salvaje,pusieron los cimientos de un mundo nuevo. Todo unohomenaje a esos conceptos elementales que continú-an fascinando al hombre y que constituyen los idealessobre los que se forja la idea de civilización: la libertad,la amistad, la lucha contra el mal y la opresión.

Si el estribillo de «Warlock» no resulta en excesooriginal y el lector puede reconocer, incluso, que setrata del material que inspiró a Edward Dmytryk parafilmar, en 1959, «El hombre de las pistolas oro» conHenry Fonda, Anthony Quinn y Richard Widmark, lapartitura, extensa y minuciosa, se presta a una inter-pretación de más profundo calado que no defraudaráal lector de este tipo de libros y le hará pasar muchashoras agradables.

Otra cosa es que el juicio generoso de Pynchon seacierto. Si este hombre escribe como los ángeles, comolector debería ser más prudente. «Warlock» no es lamejor novela americana, a pesar de sus cualidades. Nisiquiera el mejor «western» de la historia. Ese honorle corresponde, aunque se trate de un «western» mo-derno, o crepuscular, a Cormac McCarthy en su exce-lente trilogía formada por «Todos los hermosos caba-llos», «En la frontera» y «Ciudades de la llanura». Soloque McCarthy es contemporáneo de Pynchon y aspi-rante, también, al premio Nobel: un escritor, igual-mente, de vida oculta a la manera de Salinger.Pynchon no debería olvidar, tampoco, tratándose denovelas sobre las grandes praderas y la conquista delOeste, a Larry McMurtry, el autor de la bellísima sagade «Paloma solitaria», otra obra ganadora del Pulitzerque suena como una balada legendaria de pólvora ycabalgadas que no desmiente a la Historia. ❏

Durante una semanaestuve cabalgando

con los viejos héroesde la Frontera

EQUIPAJE DE ARENA✑

MARIOMARTÍNEZ

GOMIS

Vetusta Morla

El grupo musicalVetusta Morla

«Warlock», la épicade las pistolas

Page 16: Arte y Letras

o tengo uno, doso media docenade libros preferi-dos o que mehayan marcadode una manera uotra. Son más, yme temo que notengo espaciopara hablar de

ellos con la extensión que se mere-cen. Además, hasta ahora la verdades que no había pensado en ello condetenimiento. Hacer-lo, supone abrir unacompuerta en mi me-moria por la que flui-rá un torrente casi ili-mitado de recuerdos ysensaciones. ¿Cómoencauzar y limitar estetorrente?

Acaso convenga em-pezar por el principio;es decir, cronológica-mente. Mi primer librono de texto que recuer-do es «Corazón», de Ed-mundo de Amicis. Norecuerdo quien me lorecomendó. Entonces yotendría ocho o nueveaños y vivía con mis pa-dres en la periferia deAlbacete. En casa no ha-bía apenas libros. Mi pa-dre leía novelillas del oes-te y mi madre de Corín Tellado. Y enmis colegios tampoco había más li-bros que los obligatorios de texto (co-mo los de «El florido pénsil»). Demodo que tenía que ir hasta una bi-blioteca pública que había en el cen-tro de Albacete para leer algo de miagrado. Recuerdo a propósito que yapor entonces despertaba mi aficiónpor escribir. Como me aburría du-rante las horas de estudio en la aca-demia Aristos y, si hablaba con miscompañeros, podía ser castigado, meentretenía escribiendo cuentos enuna libreta. Un día esta libreta fue aparar al director, don Pascual, quienllamó a mis padres a capítulo. «Estoestá muy bien, pero en casa. Aquí seviene a estudiar», les dijo, entregán-doles la prueba del delito. Yo debíatener diez u once años. Mis lecturasentonces se ceñían preferentementea Salgari, Verne y Mark Twain. Lue-go, ya en Barcelona, compré mi pri-mer libro: «La isla del tesoro», deStevenson. Con él inauguré mi bi-blioteca personal. Tenía trece años.Después llegaron algunos más, sien-do Dickens y su«Oliver Twist»del que guardoun mejor y másgrato recuerdo.Entre los 16 y los18 años estudiéen un internado de Madrid. Durantelos fines de semana compraba librosde saldo. De aquella época guardo li-bros de muchos autores y géneros,que hablan de mi apetito voraz (peseal limitado presupuesto que tenía) ydesordenado. De todos ellos destaca-ré cuatro novelas: «La ciudad y losperros» (me impresionó porque yoestaba en un internado muy parecidoal que describe el autor peruano); «El

Jarama», la única novela deSánchez Ferlosio (en mi opi-nión él y Agustín Gª Calvo sonlos últimos sabios que nosquedan en España); «Imán»,de Sender (un tío mío murióen el desastre de Annual) y«La montaña mágica», por serla primera novela que, ademásde entretenerme, me invitó apensar. Luego, ya de vuelta enBarcelona, empecé a trabajar ymi presupuesto para lectura se incre-mentó considerablemente. Dejé misestudios en primer curso universita-rio, cuando me percaté de que mehabía equivocado al escoger la ramade ciencias en el bachillerato supe-rior en vez de la de letras (nadie supoo se molestó en orientarme a su de-

bido tiempo) y apartir de enton-ces me convertíen autodidacta.En aquella épocacreció mi biblio-teca a un ritmo

casi desenfrenado.Fue en 1979 cuan-do leí mi primer diccionario, un so-pena con el que mi mujer contribuyóa engrosar la biblioteca común, juntocon otros libros. Ya sé que resulta ra-ro, quizás pedante, pero es la verdad.Desde entonces he leído muchosmás. Por supuesto, el de la RAE, pe-ro también temáticos (Americanis-mos, Autoridades, De las Dudas…).Desde hace años poseo el etimológi-

co breve de Corominas, con el quedisfruté tanto que, estas navidadespasadas por fin me regalé el comple-to, de seis tomos, aprovechando el

buen precio que me hi-zo mi amigo FernandoLinde. No tengo tiempoaquí para describir elplacer que me propor-ciona su lectura (estoyempezando el tercer vo-lumen). Fruto de estaafición por los tumba-burros, como los llamanen América, he publica-do dos glosarios, el últi-mo hace sólo unos me-ses, y estoy preparando

otro de curiosidades («Curiosidario»se titulará) dedicado a mis nietos.Aquel primer diccionario me llevó ala lectura de casi toda la novela pica-resca del Siglo de Oro. Fruto de ellofue «El Manuscrito», un pastiche deaquella época que conformaría la pri-mera parte de mi trilogía «La plica deBalbino el Viejo».

Ya en Alicante, viví un paréntesispolítico durante el cual mi lectura seconstriñó mucho. Aun así, tuve tiem-po para leer algunas obras muy reco-mendables: los «Ensayos» de Mon-taigne; Baltasar Gracián al completo;«Masa y poder», de Caneti; «El hom-bre rebelde», de Camus; y, sobre to-do, «El malestar en la cultura», deFreud. Pero una vez liberado del yu-go político recuperé el tiempo. Fuepor fases: poesía, teatro, historia, filo-sofía (desde los clásicos hasta los filó-sofos actuales, pero sobre todoNietzsche); biografías (que me ense-ñaron a aborrecer a algunos genios,sin dejar de admirar sus obras:

Wagner y Dostoyevski son los princi-pales); clásicos (Ovidio y sus maravi-llosas «Metamorfosis»; la «Ilíada»traducida por García Calvo, una joyapara los que no tenemos la fortunade conocer el griego clásico, obra pa-ra leer en voz alta, escrita con el mis-mo ritmo que Homero); religión(«Las máscaras de Dios», de JosephCampbell, afianzó mi agnosticismo yme animó a releer la Biblia, a escu-driñar el Corán y a introducirme enlas religiones orientales, que propi-ciaron dos ensayos propios); algunosautores españoles contemporáneos:Montalbán (ah, su «Galíndez») osudamericanos (Amado y su «Ga-briela, clavo y canela»); novelistas delXIX: Balzac, Hugo, Flaubert, Galdós,Brönte, Stendhal, Tolstoi, Dostoyevs-ki…, obras deliciosas que te invitan areflexionar. Como la durísima «Me-morias del subsuelo», de Dostoyevs-ki, que tanto impactó a Nietzsche; ocomo la única novela de Wilde, «Elretrato de Dorian Gray», salpicada demultitud de frases ingeniosas. Y, es-pecialmente, «En busca del tiempoperdido», de Proust, una obra queningún editor actual se atrevería apublicar si no fuera un clásico. En laindustria editorial actual, donde pri-ma la comercialidad, cómo encajaríauna novela de siete volúmenes en laque hay varias páginas dedicadas adescribir un jardín o el carácter deun personaje. Cuando ahora los edi-tores te venden una novela aseguran-do que en cada una de sus páginaspasa algo supuestamente emocio-nante, a un ritmo casi frenético, enobras como la de Proust el lectorpuede recrearse durante muchas pá-ginas con situaciones nada excepcio-nales, cotidianas, pero auténticamen-te deliciosas y escritas con frases aveces tan contundentes y profundasque te obligan a detener la lectura, areleer, a pensar durante un buen ra-to. Sólo de la segunda parte, «A lasombra de las muchachas en flor»,mi favorita, espigaré estas pocasmuestras: «La sabiduría no se trans-mite, es menester que la descubrauno mismo después de un recorridoque nadie puede hacer en nuestro lu-gar y que no nos puede evitar nadie,porque la sabiduría es una manerade ver las cosas». «Es un hecho cons-tantemente observado en la vida co-rriente que la persona a quien van di-rigidas nuestras palabras las llena deuna significación que extrae ella desu propia sustancia y que es muy dis-tinta de aquélla con que nosotros laspronunciamos». Y, por último: «Nose debe conocer a los escritores másque por sus libros».

Por suerte, hay más novelas queinvitan a pensar, aunque dediquenun capítulo a algo tan aparentementeintrascendente como el deambularde una tortuga («Las uvas de la ira»,de Steinbeck) o a describir la estepacalmuca («Vida y destino» de Gross-man). «El curioso incidente del perroa medianoche», de Haddon, y «Laelegancia del erizo», de Barbery, sondos ejemplos más recientes.

16 arteyletras Jueves, 30 de abril, 2009

LIBROS DE UNA VIDA✒

N

Con «La isla del tesoro»inauguré mi bibliotecapersonal. Tenía trece años

❧ La autora

Gerardo Muñoz Lorente es escritor.

GERARDO MUÑOZ LORENTE❍

Novelasque invitana pensar