aprendiendo de carlos mesters

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    APRENDIENDO DE CARLOS MESTERS

    HACIA UNA TEORÍA DE LECTURA BÍBL

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    Ralf Huning, SVD

    APRENDIENDO

    DE CARLOS MESTERHACIA UNA TEORÍADE LECTURA BÍBLIC

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    Editorial Verbo DivinoAvenida de Pamplona, 41

    31200 Estella (Navarra), España

    Tfno: 948 55 65 11Fax: 948 55 45 06

    www.verbodivino.es [email protected]

    Cubierta:Ignacio Migoya

    Título original:Bibelwissenschaft im Dienste popularer Bibellektüre

    Traducción: Alberto Capbosq, SDB

    © Verlag Katholisches Bibelwerk GmbH, Stuttgart/Alemania, 2005© Evangelium et Cultura, 2007© Editorial Verbo Divino, 2007

    © De la presente edición: Verbo Divino, 2012

    ISBN pdf: 978-84-9945-559-4

    ISBN versión impresa: 978-84-8169-743-8

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública otransformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización desus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (CentroEspañol de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmentode esta obra ( www.conlicencia.com ; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

    http://www.verbodivino.es/mailto:%[email protected]://www.conlicencia.com/http://www.conlicencia.com/http://www.conlicencia.com/mailto:%[email protected]://www.verbodivino.es/

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    Prólogo

    El presente trabajo fue acogido como tesis doctoral porla Facultad de Ciencias de la Cultura de la Universidad dePaderborn (Alemania), en el año 2004, y publicado bajo eltítulo Bibelwissenschaft im Dienste popularer Bibellektüre – Bausteine einer Theorie der Bibellektüre aus dem Werk vonCarlos Mesterspor la Editorial Katholisches Bibelwerk (Stutt-gart 2005). Para la edición en español, el texto ha sido revisa-do y actualizado.

    En el camino de su elaboración he experimentado el va-riado apoyo de muchas personas, y quiero dejar constanciade mi gratitud hacia ellos.

    Durante el trabajo bíblico-pastoral con el Equipo VerboDivino y el Equipo Teyocoyani, en Nicaragua (1996-1998), re-cibí importantes impulsos para ocuparme de la teoría de lalectura de la Biblia, así como también en mi posterior trabajoen comunidades en Alemania y en el “Centrum St. Michaël”, enSteyl (Holanda).

    Mi agradecimiento se dirige, en especial, al profesor Dr.Hubert Frankemölle y al profesor Dr. Rainer Dillmann, por suasesoramiento profesional. A través de Rainer Dillmann pudeconocer el “Proyecto de Exégesis Intercultural”, un equipo in-ternacional de trabajo fundado por Fritzleo Lentzen-Deis, SJ.Agradezco al conductor de ese proyecto, profesor Dr. Massi-mo Grilli, por invitarme a presentar parte de mi trabajo en las jornadas de verano, en los años 2002-2004. A los miembrosdel proyecto les expreso mi gratitud por los cuestionamientosy estímulos, y por la voluntad de publicar este estudio en suserie Monografías. La traducción del libro solamente ha sidoposible gracias al apoyo de la asociación “Evangelium undKultur” y a una donación de la señora doña Anneliese Sche- ven. Vaya, asimismo, un especial agradecimiento al profesorDr. Alberto Capboscq, SDB, y a la señora Lic. M. Inés BastónBalbín, por la cuidadosa traducción de este trabajo.

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    Para obtener literatura de difícil acceso, conté con la ayu-da desinteresada de los Carmelitas de Bamberg, del Centro

    Misionero de los Franciscanos de Bonn y del organismo deayuda de los obispos alemanes, Adveniat. La Fundación Bí-blica Verbo Divino, de Estella (Navarra), me ha apoyado ge-nerosamente con libros.

    Por último, quisiera expresar un especial agradecimientoa mi congregación, la Societas Verbi Divini (Misioneros delVerbo Divino), que me brindó la oportunidad de realizar misestudios. En el año 2000, el 15° Capítulo General de nuestraorden consideró el apostolado bíblico como una “dimensióncaracterística” de nuestra vida y acción, un “rasgo de la fami-lia”; espero que mi trabajo contribuya a que podamos com-prender mejor lo que eso significa verdaderamente para la vida de nuestra congregación misionera. Es por esto por loque dedico este libro a la Societas Verbi Divini.

    Steyl, 8 de septiembre de 2006

    Ralf Huning, SVD

    Prólogo6

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    ciencia bíblica dejando las cuestiones hermenéuticas. El bi-blista norteamericano-nicaragüense J. Pixley, en una miradaretrospectiva a su trabajo como científico de la Biblia, reco-noció:

    “No he sido jamás un teórico de la hermenéutica. Desdehace treinta años soy docente de ciencias bíblicas y predicadordel Evangelio. La teoría de la interpretación, la hermenéutica,me pareció siempre algo tan difícil que me habría distraído delo que consideraba mi vocación: interpretar la Biblia” 2.

    Ante la pluralidad metodológica actual, no me parecióresponsable, en el inicio de mi estudio de doctorado, dejarsimplemente de lado, como Pixley, el problema de la teoría dela lectura de la Biblia. Tras el encargo de mi congregaciónreligiosa, me había encontrado ante la siguiente cuestión:¿qué método bíblico-científico habría sido mejor en orden aadquirir conocimientos que fueran relevantes para el trabajocon lectores sencillos de la Biblia?

    A raíz de mi trabajo pastoral durante dos años en Nica-ragua, me habían surgido otros cuestionamientos hermenéu-ticos. En los talleres bíblicos que nuestro equipo de pastoralbíblica ofrecía en distintas diócesis, animábamos a los parti-cipantes a leer la Biblia, a la luz de sus propias experiencias.Es así como pude comprobar, igual que muchos de ellos,que al principio habían interpretado la Biblia de manerafundamentalista; tras unos pocos cursos, se habían vuelto

    sensibles ante temas de problemáticas sociales, científicas,políticas y religiosas en los textos de la Escritura y en su pro-pia realidad de vida; la Biblia, así vinculada con la vida, lesproporcionaba importantes impulsos de acción para lo coti-diano. En las parroquias confiadas a nuestra congregación,en los barrios populares de Managua, los grupos bíblicos seconvirtieron, en el transcurso de pocos años, en el motor deltrabajo pastoral. No obstante mi alegría por los resultados de

    nuestro trabajo bíblico-pastoral, de tanto en tanto me surgíanalgunos cuestionamientos: ¿por qué antes, en Alemania, nohabía percibido la dimensión socio-política de los textosbíblicos como ahora, en Nicaragua? ¿Hablan los textos tan

    Introducción8

    2 Citado del manuscrito inédito de una conferencia (marzo 1993), enFricke, Bibelauslegung, 68.

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    claramente de los pobres o, en realidad, estamos introdu-ciendo algo en ellos? ¿Estoy obrando responsablementecuando, en los cursos bíblicos, animo a los participantes aleer la Biblia desde sus perspectivas de vida marcadas por lapobreza? Fue al buscar un método bíblico-científico orienta-do a la praxis cuando me ocupé intensamente de la teoría dela lectura de la Biblia, y, entonces, se me hicieron plenamen-te conscientes esas preguntas y me surgieron otras: ¿qué ha-cemos, en realidad, cuando leemos la Biblia? ¿De qué mane-ra se distingue una lectura científica de la que no lo es? ¿En

    qué se basa la pretensión de que los biblistas pueden ayudara los lectores populares de la Biblia en su lectura y cómo debeconcretarse esa ayuda? Y viceversa: ¿los lectores populares dela Biblia pueden enseñar algo a los científicos?

    Me sucedía lo mismo que a J. Pixley: el difícil problemade la teoría de la lectura de la Biblia me impedía investigar enella sin preocupaciones de manera científica. Pero mientrasPixley se había formado como biblista en una época marcadapor la gran confianza en la ciencia, yo vivo en un tiempo enel que es siempre más creciente el escepticismo frente a laciencia y su crítica. Presumo que fue mi resistencia interiorante una cierta arbitrariedad posmoderna lo que constituyóun importante motor para que, primero, me cerciorara de mipropia posición hermenéutica antes de emprender cualquierotro estudio bíblico-científico.

    Muy pronto resultó claro que mi pregunta rectora, acer-ca de cómo había que concebir una ciencia bíblica que qui-siera ser servidora de los lectores populares, tenía que ver conmuchos ámbitos del saber, de los cuales sólo disponía de muypocos conocimientos. El conocido biblista G. Theißen estuvoante el mismo problema cuando, después de más de treintaaños de actividad docente, quiso esbozar una didáctica de laBiblia:

    “¡Cuántos campos del saber toca una didáctica de la Biblia!Hermenéutica e historia, filosofía y psicología de la religión,sociología y psicología evolutiva, pedagogía de la religión yteoría de la educación, la visión global de una teología bíblica yla historia de las religiones, una teoría de la modernidad y lacomprensión de las corrientes de pensamiento actuales. Nadiepuede dominar todas esas áreas en igual medida, y a menudo esdifícil integrar en un todo convincente fragmentos heterogéneosde teorías. Y, sin embargo, el actuar responsable exige que se

    Introducción 9

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    dé cuenta de las metas, los contenidos y los métodos del propioactuar, y todo esto elaborado con el mejor saber y la mejor

    conciencia”3

    .

    En cuanto colaborador formado científicamente en eltrabajo bíblico-pastoral, mi deseo de poder actuar respon-sablemente me llevó a plantearme el desafío de asumir unateoría de la lectura de la Biblia, no obstante la manifiesta li-mitación de mis conocimientos.

    El presente trabajo no tiene la pretensión de ser una ex-plicación sistemática del cuestionamiento fundamental; másbien, documenta el recorrido que he hecho al plantearme esapregunta. En ese camino, he recogido algunos ladrillos parala construcción de una teoría de la lectura de la Biblia, peroel edificio está recién en sus cimientos. Llegado al finalprovisional de mi búsqueda, tampoco puedo dar ningunarespuesta acabada a la pregunta que me guió, sino sólo indi-car senderos por los cuales –según mis expectativas– se han

    de poder encontrar otros importantes elementos de cons-trucción. De esta manera, quiero invitar a las lectoras y a loslectores a que se ocupen de este tema y puedan dar respues-tas a las preguntas que aquí se presentan.

    Este trabajo se articula en tres partes, que correspondena tres etapas del camino que he recorrido.

    En la primera parte , procuro dilucidar bien el cuestiona-

    miento básico que orienta mi investigación. Para ello, meocupo del debate de los últimos treinta años sobre la ade-cuada metodología de la ciencia bíblica, conforme a las vi-siones fundamentales de la teoría moderna de la ciencia, elproblema de la ética de la ciencia y las declaraciones delMagisterio eclesial sobre la lectura científica y no científicade la Biblia.

    En la segunda parte, que constituye el centro de gravedad

    de este trabajo, investigo la obra de Carlos Mesters, un biblis-ta que orientó su trabajo totalmente al servicio de los lectores sencillos de la Biblia. A través de la elaboración sistemática desus reflexiones sobre el uso de la Biblia en las comunidades

    Introducción10

    3 Theißen, Bibel, 13.

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    de base en Brasil y sobre las tareas de la ciencia bíblica, sedebían recabar elementos para la construcción de una teoría

    de la lectura de la Biblia en la Iglesia católica.En la tercera parte del trabajo me ocupo, a modo de ejem-

    plo, de tres temas que requieren una ulterior investigación, asaber: la búsqueda de un método de base para la ciencia bí-blica al servicio de los lectores de la Biblia, el desarrollo deuna hermenéutica intercultural y el acuerdo sobre una éticade la lectura científica de la Escritura.

    Este trabajo fue concebido, en primer lugar, para lectoresde mi propio contexto cultural en Alemania. Colegas de dis-tintos países me pidieron que facilitara los resultados de lainvestigación también a los lectores de América Latina. En laedición en español he insertado en el texto algunas modifica-ciones y añadidos. Con motivo de los cuarenta años de laconstitución conciliar Dei Verbum se publicaron muchos ar-tículos que se ocuparon de la teoría de la lectura bíblica enla Iglesia católica; para esta edición de mi estudio sólo pudetomar en consideración unos pocos de ellos.

    Introducción 11

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    Abreviaturas y siglas

    Para las siglas y abreviaturas, véase Theologische Realenzy- klopädie. Abkürzungsverzeichnis, compuesto por Siegfried M.Schwertner, 2ª edición revisada y aumentada, Berlín y otras:De Gruyter 1994.

    Otras siglas y abreviaturas, que no aparecen allí, las seña-lamos a continuación.

    BBLA Bibliografia Bíblica Latino-Americana(SanPablo 1 [1988] – 8 [1995])

    CEBI Centro de Estudos Bíblicos

    CELAM Consejo (Conselho) EpiscopalLatinoamericano

    CIB Curso Intensivo de Biblia

    CRB Conferência dos Religiosos do Brasil

    DV Dei Verbum

    EATWOT Ecumenical Association of Third WorldTheologians (Asociación Ecuménica deTeólogos del Tercer Mundo)

    GS Gaudium et spes

    HBA Handbuch der Bibelarbeit

    IBI La interpretación de la Biblia en la Iglesia

    ISEDET Instituto Superior Evangélico deEstudios Teológicos

    KlLexThB Kleines Lexikon zur Theologie der Befreiung

    LG Lumen Gentium

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    LKDog Lexikon der katholischen Dogmatik

    LexRP Lexikon der Religionspädagogik LThK.E Das Zweite Vatikanische Konzil.

    Dokumente und Kommentare (Lexikon für Theologie und Kirche)

    MLLKT Metzler Lexikon Literatur- und Kulturtheorie

    PNV A Palavra na Vida (San Leopoldo 1 [1988] ss)

    PTP Por Trás da Palavra (Angra dos Reis 1 [1981];Belo Horizonte 3 [1983] ss)

    REBILAC Red Ecuménica Bíblica Latinoamericanay Caribeña

    RIBLA Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana (San José de Costa Rica;Santiago de Chile; Quito) o Revista de Interpretação Bíblica Latinoamericana(Petrópolis; San Leopoldo; San Bernardo deCampo 1 [1988] ss)

    SEDOC Serviço de Documentação(Petrópolis 1 [1968] ss)

    ZNT Zeitschrift für Neues Testament

    (Tubinga 1 [1998] ss)

    Abreviaturas y siglas14

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    PARTEI:ESCLARECIMIENTO DELOS INTERESES COGNITIVOS

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    prende por él la interpretación de textos bíblicos que procedemetódicamente 2.

    En este trabajo (excepto en las citas) he sustituido elconcepto exégesispor los conceptos ciencia bíblica, como de-signación de la disciplina, y lectura científica (de la Biblia)para la actividad interpretativa. El concepto exégesis, talcomo se comprende en la modernidad, implica la pre-tensión de la disciplina científica así designada de poderanalizar e interpretar de manera neutral los textos bíblicos,independientemente del propio sistema de símbolos re-ligiosos, de la propia impronta cultural y social. La posibili-dad de realizar esa pretensión fue fuertemente cuestionadaen los siglos pasados 3. En lugar de exégesis empleo el con-cepto lectura científica de la Biblia para dejar claro que aquíse trata también de un proceso de lectura que necesaria-mente está configurado también por el sujeto de la lectura ysu contexto 4.

    La lectura científica de la Biblia se diferencia de la lectu-ra no científica no por la neutralidad y la objetividad, sinopor su crítico proceder metódico y, por ello, intersubjetiva-mente comprobable 5.

    b) Lectura popular Con el concepto lectura popular designo todas las lecturas

    de la Biblia que no proceden según una metodología científi-ca. Al contrario de la lectura científica de la Biblia, la lectura popular puede caracterizarse con nociones precríticas, pre-conceptuales, intuitivas y espontáneas 6.

    c) Teoría de la lectura de la BibliaRespecto a la indeterminación terminológica del con-

    cepto hermenéutica en la ciencia bíblica, observa acertada-

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos18

    2 Cf. Dohmen, Christoph, “Exegese. I. Begriff”, en LThK 3 3 (1995), 1.087;Müller, Karlheinz, “Exegese/Bibelwissenschaft”, en NHThG 2 (1991), 23-44.

    3 Cf. infra apartado I.1.4.4 Cf. Kosch, Bibellektüren, 55.5 Cf. Fuchs, Kriterien, 16.6 Cf. De Wit, Through the eyes – objectives,8.

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    mente W. Schenk que la “popularidad inflacionaria del térmi-no hermenéutica en el ámbito de la ciencia neotestamentaria”está “en proporción inversa a la determinación deficiente deesa categoría, así como de los principios que le correspon-den”7.

    Hermenéutica, en sentido amplio, designa la reflexióncientífica sobre el comprender en general. Específicamente,respecto a la comprensión de la Biblia, se emplea en estetrabajo el concepto teoría de la lectura de la Biblia o, respec-

    to a la cuestión de la tarea propia de una lectura científica,el término teoría de la ciencia bíblica. En un sentido másrestringido, se designa también como hermenéutica la pra-xis del comprender, es decir, en el caso de la Biblia, la tra-ducción de las declaraciones bíblicas a la actualidad. Así, laPontificia Comisión Bíblica, en su documento La interpreta- ción de la Biblia en la Iglesia, define hermenéutica como la“interpretación en el hoy de nuestro mundo” 8. De manera

    semejante a lo que sucede con la noción de exégesis, esta de-terminación conceptual se basa en la concepción que pro-pone que hay que separar totalmente el análisis neutral yobjetivo de los textos de su interpretación y aplicación refe-ridas a la actualidad. La justificación de esta concepciónserá comprobada aún más detenidamente a lo largo de estainvestigación.

    Finalmente, el concepto lectura aquí empleado incluyetambién el uso más estricto de hermenéutica. El término her-menéutica se usa en este trabajo como designación de unalectura realizada bajo una determinada precomprensión, y,por ello, la mayoría de las veces está precisado por una adje-tivación; por ejemplo, hermenéutica de la teología de la libera- ción o hermenéutica feminista .

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 19

    7 Schenk, Wolfgang, “Hermeneutik III. Neues Testament”, en TRE 15(1986), 144-150, 144.

    8 Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia,II.A.2.b. En adelante, este documento será citado con la abreviatura IBI . Adiferencia de los documentos pontificios, los párrafos del IBI no poseen unanumeración continua; por ello, se sigue en este trabajo la forma de citarsugerida por Williamson, a saber: dentro de la división ya ofrecida por laComisión Bíblica, los párrafos que no tienen numeración se indican con letrasminúsculas (cf. Williamson, Principles, XXII).

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    1.1.3. Necesidad y peligros de la abstracciónMi reflexión sobre la relación entre ciencia bíblica y lectura

    popular tiene lugar con la conciencia de estar constantementecaminando sobre una cornisa. Para poder hacer consideracio-nes fundamentales, es imprescindible abstraerse de las lecturasconcretas y de las situaciones concretas; pero con ello existe elpeligro de que dichas consideraciones resulten tan abstrac-tas que pierdan totalmente su referencia a la praxis 9.

    Los conceptos más importantes y más frecuentes en este

    trabajo son abstracciones. Su empleo parte de una precom-prensión concreta, pero procuro llegar al más alto grado po-sible de abstracción. Las premisas que menciono a continua-ción deben, por eso, ser comprendidas paradigmáticamente.

    a) La BibliaEn este trabajo se indaga, en general, sobre las condicio-

    nes de lectura de la Biblia. Los lectores populares tienencomo base textual un libro que es una colección de escritosque han sido reconstruidos por expertos, mediante la críticatextual, a partir de numerosas fuentes y han sido traducidos ala lengua hablada por los lectores. No se lee, pues, la Biblia ensí, sino una reconstrucción realizada con criterios científicosy una interpretación de textos bíblicos. Asimismo, qué textospertenecen a ese libro es algo que depende de una decisiónautoritativa de la propia Iglesia o de la comunidad eclesial.

    Además, hay que reflexionar sobre el hecho de que ese li-bro contiene una variedad de textos de distintos tipos y géne-ros literarios. La lectura de una carta paulina se distingueampliamente de la de un evangelio o la de un libro sapiencial.Debe hacerse abstracción de ello en este trabajo.

    b) La ciencia bíblicaCon este concepto se consideran de forma conjunta una

    serie de disciplinas científicas que abarcan desde la arqueo-logía bíblica hasta la lexicografía. A estas disciplinas las aúna

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos20

    9 Sobre esto llama la atención D. Kosch. Cf. para lo que sigue Kosch, Riqueza, 13-15.

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    la Biblia como el objeto fundamental al que deben referirse,de alguna forma, sus investigaciones, así como la conside-ración de los valores orientadores de su acción reconocidosgeneralmente en la comunidad científica 10.

    El punto de partida de mi consideración es la ciencia bíbli-ca como productora de traducciones, aclaraciones, comenta-rios e interpretaciones de textos bíblicos.

    c) El lector

    Hay tantos lectores distintos como individuos. De acuer-do con sus intereses cognitivos y con su situación, tambiénuna misma persona puede ser lector de distintas maneras. Yomismo soy lector de la Biblia como científico, como sacerdo-te a quien se le ha confiado, ministerialmente, el anuncio dela Palabra de Dios y como creyente que busca orientaciónpara su vida. La instrucción que posee el lector juega un granpapel, y también su sexo, su rol social y su impronta culturalejercen influjo en las lecturas.

    Al componer este estudio he escrito, en primer lugar, parahombres y mujeres de Europa Central que, por un interés defe, leen la Biblia como Sagrada Escritura 11. Mi investigaciónaparece ahora en versión española porque supongo que misconocimientos son interesantes también para personas deEspaña y Latinoamérica. De modo particular, en la segunda

    parte de este trabajo, me muestro conforme con publicacionesde biblistas que se orientan a receptores de Latinoamérica.Sin embargo, mi interés contextual marca la concepción quetengo de los lectores de la Biblia, por lo que habrá que pre-guntarse por el uso abstracto del concepto lector : si, en efec-to, con él basta para designar a los lectores a los que me re-fiero o si son necesarias ulteriores distinciones.

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 21

    10 Cf. al respecto infra apartado I.3.11 El concepto “interés de fe” se entiende aquí de manera muy amplia; no

    comprende, pues, sólo lectores que leen la Biblia según estrictas prescripcio-nes magisteriales, dogmáticas. Pero el Sitz im Leben de mi trabajo es cons-cientemente eclesial (en el sentido de la eclesiología de comunión del Conci-lio Vaticano II). La cuestión acerca del significado de mi indagación para unasociedad pluralista pos-secular es un paso ulterior que no tematizo aquí. Cf.al respecto la propuesta distinta que ha hecho G. Theißen de una didácticabíblica abierta : Theißen, Bibel, 15-26.

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    parábola de los trabajadores de la viña, esto tendría lugar enel mismo contexto: el del mismo pueblo, el del mismo dere-cho laboral. Pero si al leer la parábola partiesen de su propiocontexto de vida, la referirían a dos realidades totalmente dis-tintas 12.

    El contexto de la lectora suiza descrita por D. Kosch pro-bablemente tenga más puntos en común con el contexto deuna mujer de Buenos Aires que con el de su vecino. Por eso,al hablar de contexto, es necesario preguntarse siempre quése quiere decir concretamente con ello.

    Estas indicaciones acerca de los límites de la abstracciónponen en claro que los conceptos aquí empleados en singularhan de ser pensados permanentemente en plural. La abstrac-ción de la pluralidad de textos bíblicos, de lectoras y lectores,de modos de lectura y de contextos contiene también la su-presión de diferencias esenciales, junto al logrado estableci-miento de puntos en común.

    1.1.4. “Tu forma de hablar te delata” La necesaria abstracción en la terminología empleada

    está siempre impregnada de la percepción de la realidad delautor. Aunque me esfuerzo por ampliar mi percepción a tra- vés del diálogo con los demás, existe también una ineludibleperspectiva. Los intentos por lograr un lenguaje inclusivo tie-

    nen su justificación, pero no pueden velar esa perspectiva ysimular una objetividad que no es posible.En el transcurso de este trabajo se hará evidente que es

    para mí una cuestión personal el reconocimiento de los margi-nados grupal, social, religiosa, cultural y sexualmente, en cuan-to intérpretes de la Biblia y como interlocutores con igualdadde derechos. Sin embargo, supongo que no obstante todo ello,estoy todavía fuertemente marcado por las estructuras de po-der en las que fui socializado. A pesar de mis aseveraciones,mi forma de hablar me traicionará (cf. Mt 26,73).

    Por eso, renuncio a la que hoy es una excusa habitual porno usar una forma de hablar inclusiva. Las formas sustanti-

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 23

    12 Cf. Kosch, Riqueza, 14.

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    vas masculinas que empleo pueden recordar constantementea los lectores que juzgo desde una perspectiva masculina. In-

    vito en particular a las lectoras a cuestionar críticamente estaperspectiva.

    1.2. Necesidad de una mediación científicapara la lectura popular de la Biblia

    No existe una lectura bíblica sin mediación científica. In-cluso una lectura espontánea, conscientemente no científica,

    está referida a un texto de la Biblia que se debe a un esfuerzocientífico de crítica textual y de traducción. Esta mediacióncientífica, considerablemente invisible para el lector, toma yadecisiones previas ampliamente interpretativas que tienen uninflujo directo sobre aquello que el lector tiene por el sentidodel texto13.

    Ya el texto griego del Nuevo Testamento, fijado crítica-mente, no contiene un texto original, sino un texto estableci-do en base a criterios científicos, texto que no existe así enningún manuscrito transmitido. El hecho de que los biblis-tas, en sus análisis particulares, opten, ocasionalmente, pormotivos de contenido, por una variante que difiere del con-senso general es una indicación de que también la recons-trucción crítico-textual del texto original es una accióninterpretativa 14.

    Pero más claramente visible es aún la orientación de laconstrucción de sentido del lector a través de la traduc-ción15. Con cada traducción surge un texto nuevo, que con susestructuras efectuales posibilita y promueve determinadasrecepciones que el texto original no posibilita y que de estemodo no le son cercanas; y, viceversa, veda otras posibilida-des de recepción 16.

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos24

    13

    Cf. Alonso Schökel, Exegese,693s.14 Esto es particularmente evidente en la ciencia bíblica veterotestamen-taria en la que también se hacen conjeturas.

    15 Otros medios de orientación de la lectura son la división del textobíblico en capítulos y versículos, la introducción de párrafos y títulos, eldestacar versículos en negrita, las notas y aclaraciones de términos, etc. Cf.Leutzsch, Probleme, 33, 35s.

    16 Escribo aquí conscientemente sobre estructuras efectuales y no sobreefectos del texto. El concepto muy difundido de Wirkungsgeschichte implica

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    Una traducción nunca es neutral, sino que constituye yauna recepción del texto original. Dicha traducción está siem-pre marcada por la posición sexual específica, social, culturaly religiosa del traductor y por su visión del mundo 17.

    A pesar del esfuerzo científico por ofrecer traduccionesaccesibles a la lectura y adecuadas a los tiempos, no siemprees posible una comprensión espontánea del texto bíblico tra-ducido. Las razones de ello residen fundamentalmente en ladiferencia histórica y cultural entre el lector actual y los pri-meros destinatarios del texto bíblico. Los textos provienen deculturas extrañas, que hoy en día no son inmediatamente ac-cesibles. La experiencia de la realidad de aquel entonces y loscódigos de lenguaje empleados son a menudo incomprensi-bles para el lector actual si no media una aclaración filológi-ca e histórico-cultural. Se requiere entonces un trabajo detraducción adicional.

    Es por eso por lo que muchos lectores de la Biblia buscan

    ayuda científica para poder entender los extraños mundos deltexto bíblico y a los autores de los textos. Esa ayuda, quecomprende desde breves explicaciones en las ediciones de laBiblia hasta voluminosos comentarios, tiene una posición valorativa especial: de la ciencia bíblica no se esperan infor-maciones acerca de épocas pasadas sólo en razón de la cu-riosidad intelectual, sino que se requiere su ayuda porque seles atribuye a los textos bíblicos un significado que alcanza al

    presente. Hasta hoy, esos textos desempeñan un papel impor-tante, si no decisivo, en el otorgamiento de sentido en la vidadel lector creyente.

    Al menos esto es válido en mi propio contexto europeo,aunque de manera limitada, para el lector sin vinculacióneclesial. Nuestra cultura está también configurada por lahistoria de la interpretación de la Biblia, que es deudora, en

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 25

    la representación de que el texto es sujeto de sus repercusiones. Pero, de he-cho, sólo existe una historia de interpretaciones, que no está únicamente de-terminada por las estructuras efectuales del texto, sino también, y de mane-ra no despreciable, por las condiciones de recepción de los receptores. Cf.Frankemölle, Hubert, “Wirkungsgeschichte”, en LThK 3 10 (2001) 1.233; íd., Evangelium, 63-84; íd., Testament, 254.

    17 Cf. Reinmuth, Hermeneutik, 42-44. Ejemplos concretos ofreceLeutzsch, Probleme, 31-37.

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    muchos aspectos, de los efectos de la recepción de los textosbíblicos. Con la creciente secularización y la emancipación deestructuras de autoridad dentro de la Iglesia, muchos lectoresleen actualmente la Biblia con la sospecha de que el signifi-cado de los textos que la tradición les ha transmitido no es verdadero. Se espera de la ciencia bíblica una ayuda para po-der protegerse de la manipulación dogmática de la Biblia y (através de la Biblia) poder defender los propios espacios de li-bertad 18. Esta hermenéutica de la sospecha concierne especial-mente a textos que tratan temas controvertidos en la Iglesia y

    en la sociedad (por ejemplo, el rol de la mujer en dichosámbitos, las conductas sexuales, las formas de vida), pero serefiere a toda la tradición bíblica. Libros que prometen acla-rar quién era realmente Jesús alcanzan grandes tiradas, lo quees un indicio de la necesidad de mediación científica en lalectura de la Biblia, al menos en una lectura indirecta pormedio de filmes, literatura y arte 19.

    Las demandas de los lectores populares a las ciencias bí-blicas persiguen entonces un doble interés: por un lado, serequiere ayuda para obtener de la Biblia, de manera fiable,un conocimiento orientador 20 para la propia vida; por otro, seespera un apoyo competente para liberarse de normas queencuentran su fundamento en la autoridad de declaracionesbíblicas.

    1.3. La mediación entre lectura científicay popular de la Biblia en el plano pastoralEl contacto entre lectura científica y popular de la Biblia

    sólo es directo en muy raros casos. En efecto, es apenas posi-

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos26

    18 Un ejemplo es la lectura feminista de la Biblia; al respecto, cf. Schüss-ler Fiorenza, Brot, 11.

    19

    Pero dado que de las Iglesias tradicionales apenas si se espera una ayu-da competente para la propia búsqueda religiosa, las preguntas acerca delsignificado de textos bíblicos se dirige entonces mucho menos a los biblistasreconocidos eclesialmente; libros explicativos seudocientíficos alcanzan unpúblico más amplio.

    20 Sigo aquí la distinción introducida por J. Mittelstraß entre saber de dis- ponibilidad, que nos provee de medios para alcanzar nuestras metas, y saber de orientación, que, a través del esbozo de un ordenamiento de las personasy del mundo, nos permite establecer las metas como tales. Cf. Mittelstraß,Wissenschaft, 16ss.

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    ble porque a las ciencias les es inherente desarrollar un usolingüístico propio que a los lectores populares no les es in-

    mediatamente comprensible 21. De ahí que el contacto acon-tezca la mayoría de las veces en un plano de comunicaciónque, asumiendo una distinción de C. Boff, denomino plano pastoral22.

    En ese plano se da, en primer lugar, la mediación didácti-ca de resultados de la investigación científica al nivel del lec-tor popular de la Biblia. La teología práctica, que aquí tienesu espacio, se comprendió durante mucho tiempo como unamera ciencia aplicativa que tiene que ver sólo con el cómo dela realización de lo precisamente ya conocido correctamentede manera teórica. Sin embargo, después del Concilio Vati-cano II se dio un giro decisivo en la autocomprensión de lateología práctica. En base a la nueva valoración de la praxiscomo lugar de la teología y de su conformación teórica, éstase comprende hoy como ciencia operativa23. La mediación, en-tonces, no tendría que producirse sólo en una dirección 24.

    A través de las transformaciones en la autocomprensiónde la ciencia bíblica se tornó claro también que en el planopastoral se trata de mucho más que de una mera transmisióny aplicación del conocimiento producido de manera objetivay neutral en el plano científico. Tal como habré de presentaraún con más detalle en el apartado siguiente, en décadas pa-

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 27

    21 Hay que preguntar críticamente qué fines ocultos están unidos al de-sarrollo de lenguajes científicos. A finales de la década de los sesenta huboen España un proyecto de traducción de las más importantes publicacionesalemanas sobre el Antiguo Testamento; se constató que era preciso estable-cer primero un concepto en español para unas dos mil expresiones técnicas.A modo de crítica se preguntaba entonces L. Alonso Schökel: “Semejante muroterminológico ¿sirve a la tarea de actualizar la Biblia y hacerla accesible a loscristianos de hoy en distintos países?, ¿o sólo coopera a defender la posiciónprivilegiada de los especialistas?”(Alonso Schökel, Exegese,693).

    22 C. Boff distingue tres planos de la teología de la liberación: el profesio-nal (= científico), el pastoral y el popular (cf. Wissenschaftstheorie, 74-76).

    23 Cf. Mette, Handlungswissenschaft, 50-63; Haslinger, Frage, en especial105-115.

    24 Cf. Wegenast, Religionspädagogik, en especial 78-80. En Europa, estáaún muy ausente de la ciencia bíblica la idea de necesitar dicha mediación.R. Sohns, que en su tesis publicada en 2003, Comprender como lenguaje in-termedio, se ocupó del diálogo interdisciplinario entre ciencia bíblica y pe-dagogía de la religión, constataba que, por el momento, se trata al respectode “un diálogo que no ha tenido lugar”, de una comunicación unidireccional(Sohns, Verstehen, 3).

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    sadas se ha impuesto la noción de que la subjetividad del bi-blista y el marco teórico que escoge influyen decididamente ensu producción de saber y que, por ello, no es posible una pro-ducción de conocimientos objetiva y neutral. Pero todavía sonpocos los biblistas europeos que, como hizo el suizo U. Luz nohace mucho tiempo, abogan por una consideración de las lec-turas populares de la Biblia de parte de la ciencia bíblica:

    “Me auguro, entonces, exégetas mujeres y varones, que seinteresen por las lecturas de la Biblia del ‘ordinary reader’ en lascomunidades y fuera de ellas, no porque son receptores/as ma-

    yormente agradecidos e interesados por los frutos del trabajoexegético, sino porque ellos hermenéuticamente nos puedenenseñar algo propio” 25.

    El punto de partida de mis ulteriores investigaciones es lahipótesis de que en todos los planos (popular, pastoral, cien-tífico) existen justificadas interpretaciones de la Biblia que,en razón de la subjetividad del lector respectivo, son limita-

    das, pero que a su vez ofrecen un aporte particular que no seda en los otros planos.La cuestión que orienta mi indagación es, en primer lu-

    gar, en qué reside el aporte especial de las lecturas popularesde la Biblia, por un lado, y de las lecturas científicas, por otro.Responder a esa pregunta es el presupuesto para poder acla-rar qué tareas de mediación pueden darse en el plano pasto-ral y qué aporte específico a la interpretación de la Bibliapueden ofecer los intermediarios pastorales.

    1.4. La discusión sobre la metodologíade la mediación científica

    1.4.1. Puntos candentes de la discusión en los últimos treinta años

    Desde hace más de treinta años se debate intensamenteen torno a la metodología y la clasificación hermenéutica deltrabajo científico sobre la Biblia. A la ciencia bíblica históri-co-crítica actualmente dominante en el ámbito de lengua ale-mana se le cuestiona, de muchas maneras, la competencia

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos28

    25 Luz, Was hast du, 303.

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    para ser útil a la lectura popular de la Biblia. Dado que el em-pleo del método histórico-crítico hasta hoy se ve como sinó-nimo de cientificidad 26, el rechazo de este método significa asu vez un cuestionamiento de la mediación científica comotal. Aquí quisiera tomar la palabra de manera sucinta, en me-dio de la apenas abarcable discusión sobre los métodos, paradestacar el horizonte del problema 27.

    Ya hace treinta años, el biblista estadounidense W. Winkpuntualizó, de manera concisa, la crítica a la carente rele- vancia de la investigación científica histórico-crítica sobre laBiblia con la frase “la interpretación histórica de la Bibliaestá en bancarrota” 28.

    “La crítica bíblica no está en bancarrota porque se le hayanescapado los asuntos sobre los cuales ella tiene algo que decir oporque ella no tenga nada nuevo para investigar; está en ban-carrota sólo porque no puede cumplir la tarea que la mayoríade sus representantes considera como su tarea: interpretar laEscritura de modo que el pasado se torne viviente y que se lehagan evidentes a nuestro presente nuevas posibilidades detransformación personal y social” 29.

    Por parte de los biblistas que trabajan según el métodohistórico-crítico se objetó que había un malentendido: su tareano era mostrar el significado actual de los textos investigados,sino únicamente esforzarse por descubrir el sentido originariodel texto en tiempos de su surgimiento y su composición es-crita (en todas sus fases redaccionales). La causa de la dispu-ta, entonces, ¿reside sólo en la falsa expectativa de los recep-tores de los resultados del trabajo de investigación científicade la Biblia, de que “quien sabe cómo ha surgido un texto ha entendido también directamente su sentido actual para losdestinatarios de hoy en día”? 30 Falsa expectativa que –recono-cida luego– ha sido causada por los mismos biblistas, por

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 29

    26 Cf. recientemente Müller, Karlheinz, “Exegese/Bibelwissenschaft”, en NHThG 2 (1991), 23-44, 26; Oeming, Hermeneutik, 31.

    27 Dado que aquí se trata sólo de delinear el horizonte del problema, nose considera la cuestión de la ubicación confesional de las declaraciones aquícitadas.

    28 Wink, Bibelauslegung, 7.29 Ibíd.; cf. también Schüssler Fiorenza, Brot, 70.30 Zenger, Unverzichtbarkeit, 12 (subrayado en el original).

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    cuanto que éstos “muy a menudo, en una suerte de romanti-cismo del origen, aquello que trabajosamente han logrado es-tablecer como sentido originario de un texto lo han ofrecidocomo sentido actual” 31. Frente a esto surgieron múltiples nue- vas formas comprometidas de lectura que están marcadas porun decidido interés por la aplicación y que se comprenden, enparte, como complemento, pero en parte también como reem-plazo de la ciencia bíblica histórico-crítica.

    Mientras que, por una parte, se excluía de la ciencia bíbli-ca, orientada por el método histórico-crítico como irrelevantepara la propia investigación, la cuestión del significado actualdel texto, por otra parte, se les reprochó a las formas compro-metidas de lectura que no permitían que los textos “hablasencon su propio perfil” 32.

    Una solución, que se practica de varias formas, consisteen la separación estricta de exégesisy aplicación33. En primerlugar, de acuerdo con esto, la exégesisdebería destacar, de la

    manera más neutral posible, libre de valores, objetiva y com-probable intersubjetivamente, el sentido originario de los tex-tos. Después, en un segundo paso, podría preguntarse acercadel significado actual de ese sentido del texto puesto de relievecientíficamente.

    Sin embargo, la posibilidad –como sujeto cognoscente–de poder reconocer de manera neutral, libre de intereses y ob- jetivamente el sentido del texto ha sido cuestionada radical-mente. Ya en 1957, R. Bultmann había mostrado en un ar-tículo que la ciencia bíblica, ciertamente, tenía que estar librede presupuestos, en el sentido de que no podía presuponersus resultados, pero por otro lado no podía estar libre de pre-supuestos en el sentido de verse exenta de prejuicios. La cien-cia bíblica histórico-crítica presupone el método histórico-crítico, que descansa sobre ciertos axiomas y asume de ellosuna determinada forma de inquirir y una perspectiva, y con

    ello una precomprensión de la cosa a comprender. El biblistano es ninguna tabula rasa ; una vinculación vital con lo con-

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos30

    31 Dohmen, Bibel, 104.32 Zenger, Unverzichtbarkeit, 13.33 Por esta separación aboga especialmente K. Berger: cf. Berger, Herme-

    neutik, 111-120; íd., Buch, 169s.

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    cernido en el texto es incluso un presupuesto para podercomprender como tal 34.

    Todavía en 1971 podía K. Lehmann objetarle al métodohistórico-crítico que “sobre sí mismo, hermenéuticamente–no obstante las aseveraciones en contra–, todavía [estaba]ampliamente no ilustrado” 35. En su dilucidación del horizon-te hermenéutico de la ciencia bíblica histórico-crítica poníacomo una “aporía del método histórico-crítico, que entretan-to ya era evidente”, la “pregunta por su fundamentación teó-rico-científica”36 y, con ello, la cuestión acerca de sus presu-puestos. K. Lehmann hablaba de un “ shock interno […] querepresenta fácticamente la nueva hermenéutica para la ‘segu-ridad’ del método histórico-crítico” 37. Porque había quedadoclaro que no era posible un conocimiento sin presupuestos.Todo comprender está en un acontecer de tradición, de “Wir- kungsgeschichte”, y no sólo el objeto a considerar se muevehistóricamente, sino también el sujeto que comprende 38.

    Mientras que algunos biblistas dan la impresión de habersuperado rápidamente el shock interno diagnosticado porK. Lehmann y –con modificaciones más o menos grandes– si-guen ejerciendo su trabajo como antes, otros juzgan que, enrazón de la falsa suposición de la validez de los principios deobjetividad y neutralidad sobre los que de facto la ciencia bí-blica continúa edificando, sus investigaciones no sólo seríanirrelevantes para las lecturas populares, sino que, más allá deello, tendrían consecuencias negativas, porque no podríanhaber impedido el abuso de la Biblia o incluso, indirec-tamente, lo habrían legitimado. Esto fue sostenido con par-ticular vehemencia por biblistas feministas: la concienciadeficiente acerca del propio modelo de pensamiento an-drocéntrico habría vuelto ciegos a los biblistas ante las ex-periencias de las mujeres y ante la justificación implícita yexplícita del patriarcalismo a través de la interpretacióncientífica de la Biblia 39.

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 31

    34 Cf. Bultmann, Exegese,258-266.35 Lehmann, Horizont, 75.36 Ibíd., 60.37 Ibíd., 61.38 Cf. ibíd., 62.39 Cf. Schüssler Fiorenza, Brot, 147ss.

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    Lo que aquí se trata bajo la consigna de androcentrismo sepuede generalizar a la conciencia del biblista plasmada por dis-

    tintos factores (género 40, posición social, cultura, conviccionesreligiosas, etc.) que no permiten trabajar sin presupuestos. Asícomo el modelo de pensamiento androcéntrico cierra los ojosante las experiencias y preguntas de las mujeres, así también elmodelo de pensamiento plasmado social y culturalmente quesubyace tras el método histórico-crítico cierra los ojos ante lasexperiencias y preguntas del lector popular de la Biblia. La sos-pecha ideológica se dirige de modo particular contra una cien-

    cia que pretende, para sí, objetividad y universalidad.“Una ciencia que aduce proceder ‘objetiva’ y prácticamente

    de manera descriptiva no es por ello menos ideológica y parcialpor no ser consciente de su propia ‘subjetividad’ y ‘anclaje cul-tural’, así como tampoco de sus ‘propios intereses actuales’. Talcomprensión de la ciencia bíblica histórico-crítica ha pasadopor alto el conocimiento hermenéutico-crítico de los últimos cienaños y la discusión metodológica más actual en el ámbito de laciencia neotestamentaria. Tampoco toma en serio la discusiónteórico-científica e histórico-filosófica sobre la posibilidad y elcarácter específico del saber histórico” 41.

    Pero también allí donde ya no se discute de forma fun-damental sobre el perspectivismo y la subjetividad del científi-co, se dividen las opiniones acerca de si esto, inevitablemente,significa tener que decidirse como científico por una determi-nada perspectiva o si a través de una reflexión previa sobre lapropia precomprensión no es, sin embargo, posible una objeti- vidad aproximativa 42.

    1.4.2. La cuestión de la relevanciaLa neutralidad del científico frente a su objeto de investi-

    gación contradice la autocomprensión de los textos bíblicos,

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos32

    40 A diferencia de la sexualidad biológica ( sex), gender designa “en cuantocategoría a la vez semiótica y socio-cultural […] lo[s] significado[s] que unacultura confiere a la distinción entre varón y mujer, y que pueden coincidircon otras fundamentaciones de sentido básicas o las establecen” (Feldmann,Doris – Schülting, Sabine, “Gender”, en MLLKT 2, 217–218).

    41 Schüssler Fiorenza, Brot, 151.42 Cf. Weder, Hans, “Bibelwissenschaft II. Neues Testament”, en RGG4 1

    (1998), 1.529–1.538; íd., Kritik, 61–64; Berger, Buch, 178.

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    según dice una objeción central contra la ciencia bíblica quetrabaja histórico-críticamente, tal como la formuló a comien-zos de los años setenta el biblista estadounidense W. Wink.En su diagnóstico de bancarrota de la ciencia bíblica históri-co-crítica se encuentran los principales argumentos que hansido presentados hasta hoy. W. Wink escribía entonces que elcrítico histórico de la Biblia renuncia, en razón del postuladode la neutralidad, a juicios valorativos respecto del objeto deinvestigación y a un compromiso personal ante él, mientrasque precisamente la intención de los textos bíblicos es hablar

    personalmente a los lectores para suscitar en ellos la fe o ro-bustecerla.“La ‘neutralidad objetiva’ exige precisamente el sacrificio de

    las preguntas a las que la Biblia quiere dar respuesta. Pero sinuestras preguntas no están, en cierta manera, producidas por lasrespuestas, ¿cómo podemos esperar recibir esas respuestas? Si elsistema de nuestros métodos no está hecho para develar algo asícomo un ‘sentido’, entonces la posibilidad de que ese sentido pue-da salir a luz está bloqueada desde el principio por la manera en

    que se pone el problema. Si desde el comienzo nos hemos vueltohacia el texto porque buscamos razones en la vida, entonces yanos encontramos inevitablemente apartados, por nuestro método,del lugar en el que el texto puede hablarnos” 43.

    Dado que una ciencia bíblica orientada a la objetividad yneutralidad no puede corresponder ni a la intención de lostextos ni a los intereses cognoscitivos de los receptores de susresultados, consecuentemente, tampoco puede ser relevantepara ellos.

    De manera semejante se argumenta en la actualidad en ladiscusión acerca de la importancia teológica de la cienciabíblica44. Más aún, se le reprocha a la ciencia bíblica históri-co-crítica que en la práctica, sin embargo, valora teológica-mente por medio de juicios históricos. A la presunta exégesis objetiva de la Escritura que parte del principio metodológico

    de interpretar la Biblia etsi Deus non daretur , se le objeta serideológica y antiteológica y, en última instancia, una de lasformas más sublimes del ateísmo corrosivo 45. W. Wink llamó

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 33

    43 Wink, Bibelauslegung, 8.44 Cf. Disse, Exegese,115.45 Cf. Oeming, Hermeneutik, 44; IBI Introducción A.e.

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    a esto la “ideología del objetivismo”46. El objetivismo de laciencia bíblica sería intelectualista y conduciría por ello a ladivisión entre teoría y praxis y a la exclusión del sentimientoy de la experiencia. La falsedad del objetivismo residiría “enla represión sistemática de sus errores” 47.

    “El objetivismo presume de abstenerse de juicios de valor, loque sencillamente es imposible, porque toda investigación tie-ne lugar en base a preguntas que se hacen, por cierto, segúnuna escala de prioridades. Pero tales juicios presuponen un sis-tema de valores y una ontología del sentido por medio de loscuales nuestras preguntas no sólo son sopesadas, sino que sonposibles en absoluto. […] En realidad, el científico, como cual-quier hombre, tiene intereses raciales, sexuales y de clase, queapenas si toma en cuenta, pero que inconscientemente se refle-

    jan en su trabajo” 48.

    En razón de ese erróneo supuesto de objetividad, no hasido impedido el abuso de la Biblia para justificar la opresión,el racismo o el sexismo, o, incluso, ha sido inconscientemen-

    te legitimado 49. Esto seguirá siendo tratado en el apartado si-guiente.Otra repercusión del objetivismo de la ciencia bíblica se-

    ría la pérdida de significación de los textos bíblicos. En losaños ochenta, en Alemania, fue sobre todo E. Drewermann,protagonista del acercamiento psicoanalítico, quien lamentóesto de forma vehemente.

    “Un juicio más aniquilador sobre el balance de la exégesishistórico-crítica después de más de cinco generaciones de in- vestigación y de trabajo es, en todo caso, inimaginable. En-tretanto, se da el hecho de que cualquier cuento de hadas […]parece prometer a la mayoría de nuestra población más sabi-duría, vitalidad y riqueza experiencial que los insondablemen-te profundos, eternamente válidos, textos de la humanidad del‘Libro de los libros’”50.

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos34

    46 Wink, Bibelauslegung, 10.47 Ibíd.48 Ibíd., 11.49 Cf. Oeming, Hermeneutik, 44: “La exigencia de objetividad y neutrali-

    dad hace a la exégesis políticamente acrítica y propensa a la ideología”.50 Drewermann, Tiefenpsychologie II, 21. Llevaría muy lejos introducirse

    aquí más detalladamente en la fuerte confrontación entre representantes dela ciencia bíblica histórico-crítica y Drewermann.

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    La exclusión de la dimensión experiencial por la cienciabíblica histórico-crítica sería, sobre todo por esta cuestión,

    vivida dolorosamente, pues habría producido un cambio deintereses en los lectores populares de la Biblia. Ya no estaríanen un primer plano los intereses formativos y la búsqueda delas enseñanzas de fe, sino la experiencia personal y la orien-tación de vida 51.

    W. Wink señaló como otra razón de la carencia de relevan-cia de las ciencias bíblicas el distanciamiento sistemático de lacomunidad eclesial 52. Respecto a la situación de las biblistas fe-meninas dentro de la Iglesia católica, J. Kügler subrayaba to-davía en el año 2000, en su lección inaugural en la Facultad deCiencias de la Cultura de la Universidad de Bayreuth (Alema-nia), en qué medida ese distanciamiento, presente hasta el díade hoy, había producido una pérdida de relevancia. Por cierto,habría sido comprensible, tras el “amordazamiento dogmáti-co” que se extendió hasta el siglo XX53, que la ciencia bíblica sehubiese desarrollado distanciándose de normas eclesiales ma-gisteriales y, libre de prescripciones dogmáticas, se hubieseconcebido como ciencia literaria 54. La reputación científica queobtuvo la ciencia bíblica católica a través de esto habría sido,sin embargo, comprada a un precio muy alto.

    “Apostar por el caballo de la ciencia libre ha sido o ha llega-do a ser una osadía tan exitosa como delicada. Esto no ha signi-ficado otra cosa que el hecho de que la ciencia bíblica ha bus-cado su círculo primario de destinatarios en la escena científicay se ha desvinculado del contexto eclesial. La libertad que obtu-

    vo en esa separación es una libertad –así me parece– compradacon una evidente pérdida de relevancia” 55.

    J. Kügler diagnostica esta pérdida de relevancia en todoslos planos de la vida eclesial y habla de una “no percepciónpor parte de los fieles y del Magisterio” 56 que también seríafrustrante para los mismos científicos.

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 35

    51 Cf. Berg, H. K.,Wort, 21.52 Cf. Wink, Bibelauslegung, 13s.53 Kügler, Bibelwissenschaft, 97.54 Cf. el influyente libro de método de W. Richter Exegese als Literatur-

    wissenschaft (Gotinga: Vandenhoeck & Ruprecht 1971).55 Kügler, Bibelwissenschaft, 100.56 Ibíd., 102.

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    En la medida en que la ciencia bíblica, orientada históri-camente y en la línea de las ciencias de la religión, liberó los

    textos bíblicos “de su prisión canónica” 57, ella misma contri-buyó a la secularización de las Sagradas Escrituras. Con esto,además, perdió como receptores a los miembros creyentes dela Iglesia, como destacó U. Wilckens en una retrospectiva so-bre la ciencia bíblica plasmada por la escuela histórico-reli-giosa a comienzos del siglo XX.

    “La vitalidad –por cierto, impresionante– de la abierta volun-tad de comunicación de esa teología liberal no pudo, a la lar-

    ga, distraer del hecho de que en el fondo sólo era una forma denecesidad de formación lo que movía el manejo de la Biblia yde que también el círculo de lectores y receptores permanecíalimitado a la burguesía formativa interesada por las cienciasdel espíritu” 58.

    Desde la distancia de un siglo son claramente reconoci-bles las tendencias ideológicas y antiteológicas de la cienciabíblica científico-religiosa situada bajo la pretensión de obje-tividad y neutralidad 59. Se muestra que la desconexión de laBiblia de su contexto eclesial operado por la ciencia ha con-ducido, en los países secularizados, a la pérdida de significa-do del texto bíblico mismo, como constató la especialista enNuevo Testamento evangélica O. Wischmeyer. El significadode textos bíblicos que ya no son leídos sobre el trasfondo dela comprensión canónica proporcionada previamente por laIglesia está sólo a disposición. Allí donde la verdad y la auto-

    ridad de esos textos no es ya aceptada previamente, ellos de-ben procurarse entonces sus propios interlocutores e inclusopelear por ellos.

    “En una época poscanónica se decide de nuevo qué textos,en qué comunidades de textos, permanecen vivos y actúan comoportadores de sentido y qué textos caen nuevamente en el granámbito de los textos archivados y se tornan así parte integrantede la memoria colectiva, cultural y científica, pero por eso yano participan de la discusión actual. Para los textos neotesta-mentarios, ese ámbito de archivo sería el de la antigua litera-

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos36

    57 Wischmeyer, Text, 214.58 Wilckens, Schriftauslegung, 30.59 Esto es lo que muestra claramente la investigación de Karsten Lehm-

    kühler sobre exégesis y dogmática en la escuela de la historia de la religión:cf. Lehmkühler, Kultus, en especial 283-297.

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    tura religiosa, y, por cierto, de igual manera el de la judía y lagrecorromana” 60.

    La ciencia neotestamentaria en Europa y en EstadosUnidos se comporta, la mayoría de las veces, como si ese ar-chivar ya se hubiese producido y como si su tarea consis-tiese en administrar un apartado del gran archivo científico-religioso de la antigüedad. Una ciencia bíblica orientadacientífico-religiosamente tiene todavía cierto significadopara la memoria cultural de las Iglesias y de la sociedad,pero ya no se advierte su relevancia para los miembros in-dividuales de las Iglesias. ¿Las comunidades eclesiales de-ben seguir dedicando tal despliegue de personal y de finan-zas si sólo se trata de la administración de un archivo detextos que para el lector actual ya no tiene una significacióndirecta?

    Las preguntas por la relevancia y la legitimación de la

    ciencia bíblica surgen también de una comprensión de laciencia que ha cambiado. La ciencia ya no se entiende, comopara Aristóteles, como theoria, como satisfacción de la curio-sidad y acrecentamiento del saber. Desde la Ilustración sepregunta más bien por el progreso científico en vistas a laaplicabilidad práctica de los resultados de la investigación. Elfilósofo de la ciencia H. Poser escribe sobre el significado delprogreso científico:

    “Desde el punto de vista descriptivo y de la historia de laciencia [el progreso científico], se ha comprendido principal-mente como acrecentamiento del saber en orden a su profun-didad y amplitud. Pero objetivamente se trata de un conceptonormativo, de una valoración positiva de algo como progreso;

    valoración que, por su parte, no sólo remite a la descripción enla historia de la ciencia, sino que también se comprende comonormativa de la praxis de la investigación en vistas a un pro-greso. A diferencia del pensamiento de algo totalmente se-

    parado de la praxis, sólo orientado a la theoria, con el pen-samiento del progreso la ciencia ingresa en el horizonte deproblemas de una apreciación positiva de la ciencia como

    valor, y con ello surge el problema de la legitimación de laciencia. El progreso científico significa no sólo saber más –lo

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 37

    60 Wischmeyer, Text, 215; cf. Schüssler Fiorenza, Brot, 69.

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    que representaría un valor en sí mismo–, sino que también ase-gura una vida mejor, es decir, más feliz” 61.

    En este sentido, la pregunta por la relevancia puede plan-tearse de nuevo como una pregunta por la legitimación de laslecturas científicas de la Biblia en razón de su utilidad prác-tica. Si la utilidad práctica consiste solamente en la liberaciónde la Biblia de su “prisión canónica” 62, entonces la ciencia bí-blica ya habría alcanzado su meta y, en cuanto gestora de unarchivo, podría ser reducida a una medida discreta. Como

    ciencia sería entonces considerada valiosa sólo dentro de sucomunidad receptora si se fija nuevas metas de relevanciapráctica hacia las que progresa.

    Mi interés investigador se dirige a una ciencia bíblicacuya comunidad receptora es la Iglesia católica. En esa co-munidad receptora se reconocen la autoridad y el significadopermanente de los textos bíblicos hasta la actualidad. La uti-lidad práctica de una ciencia bíblica al servicio de lectores po-pulares de la Biblia debería consistir en que contribuyera aque los textos bíblicos efectivamente puedan servir de porta-dores de sentido para los lectores populares.

    La pregunta por la utilidad práctica seguramente no es elúnico criterio de legitimidad de la investigación científica dela Biblia. La concentración en una ciencia bíblica relevantepara lectores populares no representa ninguna pretensión de

    exclusividad. Como toda ciencia, también la ciencia bíblicarequiere investigaciones de base que están libres de una ur-gencia de aprovechamiento inmediato.

    1.4.3. La cuestión de las consecuencias negativas del trabajo científico con la Biblia

    En razón de su autoridad como texto inspirado, la Biblia

    ha tenido, y continúa teniendo, un gran influjo sobre la pra-xis de vida de las personas. Su uso y abuso ha dejado clarashuellas en muchas culturas y órdenes sociales, en normaséticas y políticas. En el siglo pasado, surgió una nueva sen-

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos38

    61 Poser, Wissenschaftstheorie, 138 (subrayado en el original).62 Wischmeyer, Text, 214.

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    sibilidad por las consecuencias de la interpretación de la Bi-blia. Se volvió claro que también una ciencia bíblica funda-da sobre postulados de neutralidad y objetividad, y que que-ría ser marcadamente crítica, legitimaba el uso impropio detextos bíblicos o, al menos, no lo impedía expresamente. Co-menzó una nueva reflexión justo cuando se hizo imposibledesoír el clamor de las víctimas del mal uso de la Biblia. Al-gunos destellos desde distintos contextos deberían aclararesto.

    En Europa, la denominación teología después de Ausch- witz expresa la convicción de que una ciencia bíblica (y unateología) presuntamente neutral han impulsado el abuso an-tijudío de la Biblia. E. Zenger constata:

    “Precisamente la ‘crítica’ ciencia bíblica veterotestamen-taria, conducida por clichés no reflexionados, pseudocristia-namente inspirados, en su interpretación de los libros delAntiguo Testamento ha producido o motivado numerosos anti-

    judaísmos. Por ello, en ese campo, necesitamos una nueva sen-sibilidad”63.

    El shock de la Shoa condujo a una nueva reflexión her-menéutica fundamental cuyo testimonio más reciente es eldocumento publicado en 2001 El pueblo judío y sus Escritu- ras Sagradas en la Biblia cristiana, de la Pontificia ComisiónBíblica.

    En Latinoamérica, en los años sesenta, se desarrolló, enla Iglesia y en la sociedad, una nueva conciencia por la opre-sión y el empobrecimiento de amplios sectores de la pobla-ción. Surgió también una nueva sensibilidad por el mal usode la Biblia para justificar la opresión y la explotación, quellevó a un cuestionamiento general de la posibilidad de neu-tralidad ante el contenido transmitido por la Biblia. Una su-puesta interpretación neutral de la Biblia sirve sólo al man-tenimiento del status quo social. El conocimiento de lapreferencia de Dios por los pobres y oprimidos condujo a ladecisión hermenéutica previa de la opción por los pobres

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 39

    63 Zenger, Thesen, 143. Cf. los impulsos que desde la pedagogía de la religiónse dan a esta reflexión hermenéutica de la ciencia bíblica: Bee-Schroedter,Schoah, 321-363.

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    como una elección consciente de la ubicación social desdela cual se tiene que leer la Biblia 64.

    Así como en Latinoamérica la percepción contextual-mente condicionada de la pobreza masiva causada por es-tructuras injustas condujo a una nueva conciencia de lasimplicaciones de la interpretación de la Biblia, así tambiénlo hizo en Estados Unidos la lucha por la emancipación dela mujer 65 y por la igualdad de los afroamericanos 66.

    En Sudáfrica, la lucha contra el apartheid puso a los bi-

    blistas ante la pregunta por las consecuencias de su inter-pretación 67. En distintos países del llamado Tercer Mundo seacusó la legitimación, por medio de la Biblia, de la coloni-zación y del imperialismo 68. La hermenéutica de la sospechase dirigía de igual manera contra la tradición opresiva en laBiblia y contra el mal uso de la Biblia para legitimar la opre-sión69.

    Esta nueva orientación no es un fenómeno circunscrito

    a las ciencias bíblicas. Más bien, hay que entenderlo sobre eltrasfondo de las transformaciones filosóficas, cultural-teóricasy sociales de mediados del siglo pasado, tal como se reflejanen tópicos como deconstruccionismo , crítica de la ideología y poscolonialismo.

    Pero más significativo que el uso inadecuado de la Bibliapor los biblistas es el hecho de que por primera vez las víc-timas de la interpretación opresora de la Biblia se convirtie-ron en sujetos mismos de la interpretación y, junto con el

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos40

    64 Cf. Mesters – Orofino, Bibel verändert [2.003b], 21. Cf. al respecto ladetallada presentación del tema en la segunda parte de este trabajo.

    65 Cf. como ejemplo las publicaciones de E. Schüssler Fiorenza. Para unpanorama sobre la lectura feminista de la Biblia en los países del llamadoTercer Mundo, cf. Kwok Pui-lan, “Biblia: Mujeres del Tercer Mundo”, en: Dic-

    cionario de teologías del Tercer Mundo,59-63.66 Para un primer panorama e indicaciones bibliográficas al respecto, cf.Wimbush, Vincent L., “Biblia: Afroamericanos”, en Diccionario de teologías del Tercer Mundo,43-47.

    67 Cf. Craffert, Apartheid, 65-79.68 Como introducción (con orientación bibliográfica), cf. Sugirtharajah,

    Bible, 175-297.69 Esto es enfatizado particularmente por la ciencia bíblica feminista. Cf.

    Schüssler Fiorenza, Brot, 9-15.

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    rechazo del uso de la Biblia para justificar la opresión y laexplotación, descubrieron, de forma nueva, la Biblia comoayuda para la expresión y fuente de inspiración en su propialucha por la liberación y la dignidad humana.

    1.4.4. La llamada a un cambio de paradigma en las ciencias bíblicas

    La idea de que una lectura científica neutral de la Bibliaera imposible condujo a la exigencia de una clara toma deposición de los científicos. En esto –sobre todo en el ámbitode lengua inglesa– se echó mano de un eslogan plasmado porel físico y teórico de la ciencia T. S. Kuhn en su libro publi-cado en 1962 La estructura de las revoluciones científicas70: el cambio de paradigma. Con todo, el concepto de paradigma te-nía ya en T. S. Kuhn cierta imprecisión y se usa también en ladiscusión metodológica de las ciencias bíblicas con distintosmatices. R. Schedinger intentó recientemente probar que la

    teoría desarrollada por T. S. Kuhn en base a observaciones enlas ciencias naturales era totalmente inadecuada para la dis-cusión de los fundamentos de las ciencias bíblicas 71. H. Küng,quien de forma particular se comprometió con la recepciónde la teoría de la ciencia de T. S. Kuhn en la teología, advirtióa su vez, ante el empleo indiferenciado del concepto, que, enúltima instancia, lo vacía de contenido 72.

    A la urgente necesidad de precisión del contenido del con-cepto “paradigma” ha de contribuir, en el siguiente capítulo,una visión global de los resultados de la discusión en teoríade la ciencia acerca de la introducción de dicho conceptopor T. S. Kuhn. En razón de la preocupación de esta inves-tigación por determinar más exactamente el método de unaciencia bíblica al servicio de la lectura popular de la Biblia,las reflexiones previas sobre teoría de la ciencia se revelancomo imprescindibles. Una investigación de O. Wischmeyer

    con los participantes de su seminario superior, en el año

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 41

    70 Traducción española de la segunda edición revisada: Kuhn, Thomas S., La estructura de las revoluciones científicas , México D.F.: Fondo de CulturaEconómica 1977.

    71 Cf. Shedinger, Paradigms, en especial 466-471.72 Cf. Küng, Theologie,210.

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    2000, sobre libros de método de las ciencias bíblicas de len-gua alemana llegó a la conclusión de que, no obstante algu-nas alusiones en el prólogo, tal discusión científica faltabahasta entonces 73.

    La Enciclopedia de filosofía y teoría de la cienciadefine unmétodo como “un procedimiento conforme a medios y fines(= metódico) que conduce con pericia técnica a la solución detareas teóricas y prácticas”. El método “es tenido por lo ca-racterístico del procedimiento científico y con ello –pars prototo– como lo distintivo de la ciencia misma” 74. Depende esen-cialmente del paradigma de la ciencia qué métodos se han deemplear. Una dilucidación científico-teórica del paradigma deuna ciencia bíblica orientada a la lectura popular constituye,por eso, el fundamento para examinar ulteriormente las con-tribuciones hermenéuticas y metodológicas de Carlos Mes-ters y otros biblistas latinoamericanos y valorarlos en ordenal desarrollo de un método.

    Pero una reflexión desde el punto de vista de la teoría dela ciencia es también necesaria no sólo porque la lecturacientífica de la Biblia es cuestionada, sino, en general, porqueen nuestro tiempo, designado como posmoderno , las cien-cias en muchos aspectos se miran de manera más críticaque en tiempos anteriores 75. La ciencia no es reconocida demanera obvia como un saber más o un saber mejor . Por esto,al comienzo de mi investigación, me surge una serie de pre-

    guntas: ¿la ciencia es una forma posible, entre muchas, dedescribir la realidad? ¿Una lectura científica respecto deuna lectura popular posee de por sí una preeminencia des-de el punto de vista teórico, cognoscitivo, o hay que com-prender a ambas como modos de acceso complementarios?La pregunta que orienta mi indagación, a saber, en quémedida la ciencia bíblica puede representar una ayuda parala lectura popular, ¿es unilateral y tendría más bien que

    tratarse de cómo ambas se complementan y apoyan recípro- camente?

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos42

    73 Cf. Wischmeyer, Selbstverständnis, 17. Por una reflexión teórico-cientí-fica abogan especialmente Alkier – Brucker, Einleitung XIII.

    74 Lorenz, Kuno, “Methode”, en EPhW 2 (1984), 876–879, 876.75 Cf. Poser, Wissenschaftstheorie, 9.

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    1.4.5. La cuestión del progreso científico en las ciencias bíblicas

    Después de más de doscientos años de intensiva investi-gación científica de la Biblia se impone la cuestión del pro-greso de las ciencias bíblicas. ¿Con qué legitimamos el grandespliegue de personal y finanzas para la investigación de laBiblia? Cada versículo ha sido ya comentado varias veces,cada año se publican miles de monografías y trabajos, el nú-mero de comentarios bíblicos a cada uno de los libros de laBiblia es inmenso 76... Si se define la tarea de la ciencia bíbli-ca como la búsqueda del sentido pretendido por el autor deltexto, entonces el progreso debería evidenciarse en un cre-ciente consenso sobre el sentido del texto. En vez de esto, re-sultados de la investigación, presuntamente seguros, son de-sechados completamente pocas décadas después; poco sepercibe de un creciente consenso.

    Una posible razón de esto podría residir en la empresa in- vestigadora de la ciencia bíblica, en la presión por tener quesacar siempre nuevas ideas de un objeto muy limitado por elcanon, como supone M. Hengel. Esta presión de tener queproducir algo nuevo y tener que elaborar luego todo lo nuevolo más rápidamente posible en nuevos comentarios, no con-duce realmente a un progreso, sino a lo sumo a un girar entorno al propio eje 77.

    Por otro lado, la estética de la recepción llama la atención

    sobre el hecho de que las hipótesis permanentemente nuevassobre el objeto de investigación tienen también su fundamen-to, que “es una máquina de producir interpretaciones” 78. Pero

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 43

    76 Ya en 1971, Lehmann llamó la atención acerca de que ese progreso con-llevaba a su vez un retroceso: “El material investigado y la correspondiente li-teratura crecen hasta hacerse inabarcables, de modo que surge el problemade cómo la masa de todo lo reflexionado críticamente puede ser aún mante-nida en el ámbito de control de la razón, sin que se convierta en una realidadinabarcable (como una suerte de segunda potencia). Lo razonable o lo con-trario a la razón se sustrae nuevamente a la reflexión, tornándose algo ex-traño e inmediato” (Lehmann, Horizont, 61).

    77 Cf. Hengel, Aufgaben, 337; íd., Disziplin, 19s. Es por eso por lo que esteautor aboga por una cierta abstinencia en el ámbito que se ha tornado dema-siado estrecho de los escritos canónicos y, en cambio, promueve una amplia-ción del campo de trabajo. Para una crítica sobre el esbozo de Hengel acercade la ciencia bíblica filológico-histórica, cf. Stegemann, Amerika, 99-101.

    78 Eco, Nachschrift, 9s.

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    si es imposible reconstruir el sentido del texto pretendido porel autor 79, entonces hay que establecer nuevamente en quépuede consistir el progreso de las ciencias bíblicas.

    La historia de la ciencia bíblica hasta ahora también podríacontemplarse desde la perspectiva del sujeto que interpreta. Talcontemplación pone en evidencia que una interpretación ob- jetiva de la Biblia que proceda de manera progresivamentemás precisa no es posible, como constató acertadamente elentonces cardenal J. Ratzinger:

    “Después de alrededor de unos doscientos años de trabajohistórico-crítico sobre los textos, no se pueden leer sus resultadosde manera superficial; hay que leerlos en perspectiva, en rela-ción con sus propia historia. Entonces aparece que esa historiano es simplemente la historia del progreso de resultados impre-cisos a resultados precisos y objetivos. Se hace visible que éstaes, más bien y sobre todo, una historia de constelaciones subje-tivas, cuyas sendas corresponden exactamente a los desarrolloshistórico-espirituales y se reflejan en la forma de las interpreta-ciones de los textos”80.

    La pregunta por el progreso científico puede ser hecha demanera externa en la medida en que, por ejemplo, en unadescripción científico-social del desarrollo de la ciencia seanaliza cuantitativamente la frecuencia de publicaciones y ci-tas, así como el aprovisionamiento material de los científicos,y se los documenta como progreso en curvas de crecimiento.Tal investigación describe meramente una dinámica, pero no

    ofrece el criterio de por qué un trabajo representa un progre-so científico81.En esta investigación, por el contrario, quisiera poner la

    cuestión del progreso científico como pregunta por las deter-

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos44

    79 Para esta afirmación se ofrecen dos fundamentaciones. Por un lado, seargumenta a partir del texto que, a través de su autonomía respecto del au-tor, es potencialmente polisémico. Por otro lado, se remite a las condicionesde nuestro proceso de conocimiento. El acceso al autor sólo nos es posible através del texto, porque entonces sería más bien posible reconstruir una in-tentio operis que una intentio auctoris . Cf. el excursus “Acerca del problemade la intención del autor” en Mayordomo-Marín, Anfang, 170-187; cf. tam-bién Fitzmyer, Senses, 103-107.

    80 Ratzinger, Schriftauslegung, 24. Para una crítica de su presentación dela exégesis histórico-crítica, cf. Kosch, Schriftauslegung, 220; Frankemölle,Schriftauslegung, 200-204.

    81 Cf. Poser, Wissenschaftstheorie, 138.

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    minantes internas del mismo: ¿con qué legitimamos nuestraciencia?, ¿cuál es su valor?, ¿por qué se hacen cambios en laimpostación teórica de una ciencia y se comprende esto in-ternamente como un progreso científico? Me preocupa lacuestión de por qué son siempre necesarias nuevas interpre-taciones y nuevos comentarios de la Biblia. Si no se puedetratar de un progreso lineal, sino siempre de un nuevo tradu-cir e interpretar, porque siempre hay nuevos receptores encontextos de lectura muy distintos 82, ¿por qué, entonces, losreceptores, en cuanto lectores realesde la Biblia, no desempe-

    ñan ningún rol en la metodología ordinaria de investigaciónde la ciencia bíblica? Y, finalmente, ¿cómo tenemos que va-riar el marco teórico y la metodología de la investigacióncientífica de la Biblia si ella debe orientarse hacia la recep-ción por los lectores populares?

    Motor decisivo de la ciencia es la aspiración al conoci-miento de la verdad. Éste fue también el punto de partida dela exégesis histórico-crítica: se quería descubrir la verdad so-bre Jesús y sobre los dogmas eclesiales. ¿Qué concepto de verdad mueve hoy a la ciencia bíblica? Una renuncia comple-ta a la verdad como ideal cognoscitivo terminaría por volverobsoleta la interpretación científica, porque entonces cual-quier interpretación fundamentalista habría poseído el mis-mo valor cognoscitivo-teórico que una científica 83.

    1.5. Síntesis: la necesidadde aclaraciones científico-teóricasEn una primera mirada global distinguí las lecturas de la

    Biblia en tres niveles: el popular, el pastoral y el nivel cientí-fico. Resultó también que para las lecturas populares es ne-cesaria una mediación científica; pero la discusión herme-néutica de los últimos treinta años ha dejado claro que nopuede tratarse simplemente de que el saber producido de ma-

    nera neutral y objetiva en el nivel científico sea transferido alnivel pastoral para los lectores populares de la Biblia por me-dio de un esfuerzo didáctico. La teoría moderna de la ciencia

    Contribución de las ciencias bíblicas a la lectura de la Biblia... 45

    82 Cf. Dohmen, Christoph, “Schriftauslegung”, en NBL3 (2001), 513-518,517.

    83 Cf. Hengel, Aufgaben, 350.

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    Capítulo 2Reflexiones previas sobre

    teoría de la ciencia

    2.1. Condiciones, alcances y límitesdel conocimiento científico

    Con el concepto ciencia se designa una orientación de vida y en el mundo, “que depende de una especial praxis defundamentación, la mayoría de las veces ejercida profesio-nalmente y que, en esa medida, va más allá del conocimientocotidiano disponible para cualquiera, y [designa] además laactividad que produce el conocimiento científico” 1. Es tareade la ciencia administrar y aumentar el “más seguro saber desu tiempo” 2. Está caracterizada por un proceder metodológi-camente regulado en la adquisición de sus expresiones y unapresentación argumentativa de las mismas en una estructuraordenada conforme a principios.

    La ciencia se evidencia como un fenómeno complejo que,a su vez, ha llegado a ser objeto de análisis científico. A dife-rencia de otras disciplinas de las ciencias que tienen por ob- jeto la misma ciencia 3, es decir, que reflexionan sobre la pra-xis científica, la teoría de la ciencia, como meta-teoría de lasciencias, indaga muy en general acerca de las condiciones deposibilidad del conocimiento científico:

    “Con ello la teoría de la ciencia es una parte de la teoría delconocimiento, una parte además que de antemano presupone

    que el conocimiento es, en cierta forma (dado el caso, con res-tricciones), posible y aplicable” 4.

    1 Kambartel, Friedrich, “Wissenschaft”, en EPhW 4 (1996), 719-721, 719.2 Poser, Wissenschaftstheorie, 11.3 Para un panorama sobre las ciencias de la ciencia, cf. ibíd., 13-17.4 Ibíd., 16.

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    Punto de partida central de la reflexión científico-teóricaes entonces “la pretensión de que las declaraciones científicascontienen un conocimiento y son verdaderas”5. En la discusióncientífico-teórica del siglo pasado destacan, de modo particu-lar, las contribuciones de K. Popper y de T. S. Kuhn. Tomocomo punto de partida de mi breve consideración científico-teórica la introducción del concepto de paradigma por T. S.Kuhn, porque representa una clara cesura, “una subversión orevolución científico-teórica” 6. Con el reconocimiento de lahistoricidad de los sistemas teóricos de la ciencia se tornó evi-

    dente la fuerza con la que las convenciones marcan el siste-ma de expresión de una ciencia.El punto de partida para la introducción del concepto de

    paradigma fue la observación histórico-científica de que enlas ciencias naturales existen tradiciones de investigación quese basan en consensos relativamente bien fundados de todoslos científicos que toman parte en ellas. Pero existen tambiénfases carentes de consenso general, fuertemente marcadaspor las discusiones de principios. T. S. Kuhn colige de sus ob-servaciones que sólo el consenso posibilita el surgimiento deuna ciencia.

    El consenso, que él llama paradigma, consiste en unaaceptación generalizada de suposiciones teóricas y de leyes,así como también de soluciones concretas de problemas, yconforma, a su vez, el marco y las reglas de juego(por ejem-

    plo, respecto de cuestiones y métodos admisibles) del trabajocientífico. Por paradigma T. S. Kuhn comprende “la comple-ta constelación de creencias, valores, técnicas, etc., comparti-dos por los miembros de una comunidad dada” 7. A través dela aceptación general de un paradigma se conforman a partirde grupos de investigadores menos organizados, una comu-nidad de investigadores ( scientific community). A causa de ladividida precomprensión de lo que se ha de tomar por cientí-fico (lo que corresponde al paradigma) y lo que no, se olvidanentonces las discusiones de principios y se posibilita el traba- jo científico continuo.

    Parte I: Esclarecimiento de los intereses cognitivos48

    5 Ibíd., 17 (subrayado en el original).6 Ibíd., 142.7 Kuhn, Estructura, 269.

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    Esa fase del consenso general la designa T. S. Kuhn cien- cia normal . Nuevas generaciones de científicos son iniciadosen el paradigma a través de manuales y de la práctica, lo querepresenta para ellos el fundamento incuestionable de su tra-bajo, un sinónimo de ciencia sin más. La investigación cien-tífica se da dentro del paradigma, lo confirma, lo precisa y loamplía. En la ciencia normal el progreso científico se mani-fiesta como un crecimiento acumulativo del conocimiento.Pero cuanto más detallado y preciso se torna el paradigma,tanto más a menudo los investigadores en su trabajo científi-

    co se topan con anomalías (por ejemplo: valores de mediciónque difieren significativamente de las previsiones condicio-nadas por el paradigma) que ya no pueden ser aclaradas den-tro del paradigma dominante o suscitan la sospecha sobre laeficacia del paradigma. Si se acumulan esas anomalías, laciencia entra en una crisis. Tiene lugar entonces un tiempo deintensa discusión de los fundamentos, designado por T. S.Kuhn como investigación extraordinaria , en el que un nuevo

    paradigma, capaz de esclarecer las anomalías y que prometenuevas perspectivas de investigación, va encontrando siem-pre más adeptos y, finalmente, constituye el fundamento de lainvestigación aceptado como evidente en la siguiente genera-ción de investigadores. El cambio de paradigma brusco repre-senta, según T. S. Kuhn, una revolución científica que posibi-lita nuevas actividades de investigación y, con ello, elprogreso.

    La concepción de T. S. Kuhn tuvo un reconocimiento ge-neral, pero también fue precisada, completada y ampliada.En particular, fue criticada la imprecisión del concepto de pa-radigma, pero hay que consentir con H. Poser cuando destacael mérito de T. S. Kuhn:

    “En lo externo, esa crítica se justifica, pero en el meollo delo que se ocupa Kuhn, es de establecer que hay (contra todas lasmetodologías positivistas de eliminar en las ciencias los ele-mentos no fundados en la observación) un modelo fundamentalabarcador, disciplinar, marcado por la concepción de la época,una reglamentación tanto de elementos metafísicos como deejemplos exitosos que es irrenunciable y, por ello mismo, no sepuede eliminar” 8.

    Reflexiones previas sobre teoría de la ciencia 49

    8 Poser, Wissenschaftstheorie, 153s.

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    “Que las ciencias no sólo comprenden convenciones, sinoque incluso tienen que comprenderlas para poder, en suma, eri-

    gir teorías, es uno de los más importantes y profundos resulta-dos de la teoría de la ciencia del siglo XX. Cala profundamente,sobre todo, porque con él se destruye definitivamente la ilusiónde que se puede construir una ciencia ‘sin presupuestos’ y, conello, libre de la metafísica” 9.

    Ya en 1935, L. Fleck había sostenido algo semejante, perosin hallar consideración 10. Sin embargo, en las casi tres déca-das entre el estudio de L. Fleck y el de T. S. Kuhn, a través delo