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MARÍA DE LOURDES ROMERO ÁLVAREZ historia basándose sólo en una percepción visual, la cual, si se carece de contex- to, puede producir una versión simplista y muy alejada de la realidad, tal y como sucedió con mucha de la información que se nos transmitió recientemente, desde Pekín, con motivo de las Olimpiadas de 2008. A MANERA DE COLOFÓN El periodista que cubre los hechos noticiosos para la televisión debe estar cons- ciente que las transmisiones en directo permiten, al igual que los otros medios, la manipulación de la información. Esta manipulación depende no solamente del reportero o del camarógrafo que se encuentra en el lugar de los hechos, sino tam- bién de las características del equipo que se emplea para la transmisión. Además, no se debe descartar la participación que tienen en este medio los gobiernos de los respectivos países. El camarógrafo y el reportero no trabajan aisladamente, son parte de una gran organización que debe funcionar de determinada manera, si no es así se puede parar el funcionamiento de lo que se ha llamado el cuarto poder: la prensa. Ante esta disyuntiva, surge una pregunta: ¿cuál es el papel del periodista crítico y responsable? Responder esta interrogante no es tarea sencilla; sin embargo, se puede reflexionar al respecto: lo primero que debe hacer quien labora en esta situación es cavilar sobre el lugar que ocupa en el proceso de producción de las noticias y, segundo, adoptar una actitud crítica para ejercer su profesión de manera responsable. Es decir, no sólo debe ser testigo en el sentido de que presencie lo que acontece, sino constituirse -intencionalmente- en un sujeto que vigile e investigue la situación para atestiguar sobre los acontecimientos que observe y pueda dar un panorama lo más amplio y completo sobre el asunto relatado. APRENDER A MIRAR 1 Marco Antonio Cervantes González ue unjueves de septiembre; todo había ocurrido al amanecer. Años después observo una fotografía de ese terrible día: varios jóvenes leen el titular de "las últimas noticias", el periódico informa sobre lo sucedido horas antes en la ciudad de México. Todos están absortos ante la lectura. Metros adelante de ellos la fotografía muestra una montaña atroz: varillas retorcidas, sábanas hechas jirones, cristales rotos y enormes bloques de concreto cuarteados. Sin embargo, las personas no quieren perder ningún detalle de las líneas que leen. La tragedia (la noticia, pues) los rodea, está junto a ellos. Pero la gente fotografiada necesita leer el periódico que se alza ante sus ojos. Prefieren voltear hacia el texto impreso. ¿QUÉ PASÓ; QUÉ PASA POR EL MUNDO? ¿Qué impulsó a leer a esos jóvenes el periódico antes que observar con ojos pro- pios la tragedia misma? Me aventuro a imaginar que les urgía una respuesta a su persona: "¿Qué pasó?" Pregunta y motivo central de un fenómeno fascinante: la actividad periodística. Desde hace algunos años, la Teoría del Conocimiento ha puesto de cabeza el concepto de verdad. Dentro de las aulas donde se enseña y aprenden ciencias, se expone de manera constante y sistemática que las teorías no son absolutas: son frágiles, revisables; sujetas a discusión. Pese a esa conclusión ya zanjada en muchos 1 Una primera versión de este texto fue leído y discutido por alumnos de la asignatura Géneros Periodísticos III, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Sus atinadas sugerencias enriquecieron de manera notable la versión final del escrito. Mi más sincero agradecimiento a ellos.

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Aprender a mirar de Marco Antonio Cervantes

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MARÍA DE LOURDES ROMERO ÁLVAREZ

historia basándose sólo en una percepción visual, la cual, si se carece de contex-to, puede producir una versión simplista y muy alejada de la realidad, tal y comosucedió con mucha de la información que se nos transmitió recientemente, desdePekín, con motivo de las Olimpiadas de 2008.

A MANERA DE COLOFÓN

El periodista que cubre los hechos noticiosos para la televisión debe estar cons-ciente que las transmisiones en directo permiten, al igual que los otros medios, lamanipulación de la información. Esta manipulación depende no solamente delreportero o del camarógrafo que se encuentra en el lugar de los hechos, sino tam-bién de las características del equipo que se emplea para la transmisión. Además,no se debe descartar la participación que tienen en este medio los gobiernos de losrespectivos países. El camarógrafo y el reportero no trabajan aisladamente, sonparte de una gran organización que debe funcionar de determinada manera, si noes así se puede parar el funcionamiento de lo que se ha llamado el cuarto poder: laprensa. Ante esta disyuntiva, surge una pregunta: ¿cuál es el papel del periodistacrítico y responsable? Responder esta interrogante no es tarea sencilla; sin embargo,se puede reflexionar al respecto: lo primero que debe hacer quien labora en estasituación es cavilar sobre el lugar que ocupa en el proceso de producción de lasnoticias y, segundo, adoptar una actitud crítica para ejercer su profesión de maneraresponsable. Es decir, no sólo debe ser testigo en el sentido de que presencie lo queacontece, sino constituirse -intencionalmente- en un sujeto que vigile e investiguela situación para atestiguar sobre los acontecimientos que observe y pueda dar unpanorama lo más amplio y completo sobre el asunto relatado.

APRENDER A MIRAR1

Marco Antonio Cervantes González

ue unjueves de septiembre; todo había ocurrido al amanecer. Años despuésobservo una fotografía de ese terrible día: varios jóvenes leen el titular de"las últimas noticias", el periódico informa sobre lo sucedido horas antes

en la ciudad de México. Todos están absortos ante la lectura. Metros adelante deellos la fotografía muestra una montaña atroz: varillas retorcidas, sábanas hechasjirones, cristales rotos y enormes bloques de concreto cuarteados. Sin embargo, laspersonas no quieren perder ningún detalle de las líneas que leen. La tragedia (lanoticia, pues) los rodea, está junto a ellos. Pero la gente fotografiada necesita leerel periódico que se alza ante sus ojos. Prefieren voltear hacia el texto impreso.

¿QUÉ PASÓ; QUÉ PASA POR EL MUNDO?

¿Qué impulsó a leer a esos jóvenes el periódico antes que observar con ojos pro-pios la tragedia misma? Me aventuro a imaginar que les urgía una respuesta a supersona: "¿Qué pasó?" Pregunta y motivo central de un fenómeno fascinante: laactividad periodística.

Desde hace algunos años, la Teoría del Conocimiento ha puesto de cabeza elconcepto de verdad. Dentro de las aulas donde se enseña y aprenden ciencias, seexpone de manera constante y sistemática que las teorías no son absolutas: sonfrágiles, revisables; sujetas a discusión. Pese a esa conclusión ya zanjada en muchos

1 Una primera versión de este texto fue leído y discutido por alumnos de la asignatura Géneros PeriodísticosIII, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Sus atinadas sugerencias enriquecieron de manera notablela versión final del escrito. Mi más sincero agradecimiento a ellos.

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ámbitos, en las aulas donde se reflexiona sobre periodismo pareciera ser un tópicoque convoca al debate, al fruncimiento del ceño.

La reflexión teórica del periodismo, para muchos, debe estar muy lejos delos futuros periodistas. O de plano, no existir. Una posible explicación de esteevidente malestar es resultado de algunos recuerdos de la muy mala educaciónque con tufos positivistas hemos recibido en nuestra enseñanza básica y mediasuperior. "Mis maestros -dice Juan Villero- no podían estornudar sin recurrira un 'marco teórico'". Esa actitud, por desmarcarse de lo "teórico", ha hecho quealgunos profesores definan al buen periodista como el que "sabe transmitir unanoticia siendo objetivo", "el que sale a la calle a cazar noticias", o el que escala elmás alto de los muros para obtener y no soltar la primicia. "¿Y después... qué?", sepreguntan mirando lo obtenido.

Alguna vez escuché a una profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y So-ciales reclamar que se debería dejar de "jugar a la escuelita, para hacer trabajosque tengan que ver con la realidad real, no con la realidad del aula". Me atrevo aseñalar que no se ha comprendido que el pensamiento teórico que debemos alentar-primero en las aulas y luego fuera de ellas-, es aquel donde los estudiantes tenganuna actitud para observar con detalle todas las posibles aristas y pliegues ocultosdel fenómeno periodístico.

Las teorías abstraen, responden, preguntan, concluyen y... vuelven a pregun-tar. Es un proceso crítico. Un círculo virtuoso. Exponer hipótesis o teorías paraacercarnos a escuchar de cerca la respiración del periodismo, debe ser tan creativocomo hacer cine, como componer música, como alertar sobre el calentamiento dela Tierra. En ese sentido, los egresados de la licenciatura en Ciencias de la Comuni-cación, a partir de sus conocimientos teóricos, deben plantear y resolver problemasque les genere un desafío intelectual constante. Esto con base en la disposición y lacapacidad propias de la investigación científica: creatividad, capacidad de análisis,habilidad para plantear interrogantes y poner a prueba respuestas.

Todo esto sin alejarse de la reflexión sobre la práctica y alcances del periodismoen una sociedad como la nuestra y en momentos realmente cruciales. Estimularla discusión teórica debe proponer a investigadores, docentes y alumnos unaexperiencia intelectual genuina. Una muy buena ocasión para la reflexión y elanálisis retrospectivo de la práctica, una indudable oportunidad para generarinterrogaciones que nos lleven hacia una exploración vital.

El periodismo no es un instrumento técnico que transmite sólo información,la extensión de un teclado acéfalo. El reto de los periodistas de hoy, y de mañana,es transformar la información en conocimiento: de modo que la primera sea el

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insumo básico del segundo. Recuerdo un texto de Tomás Eloy Martínez sobrelos desafíos del periodismo en el siglo XXI. Martínez comparte que los infinitivosconocer y narrar tienen un origen similar, su origen es una palabra del sánscrito,gná, que significa: conocimiento. A lo largo de nuestras vidas hemos utilizadomás y mejor el verbo narrar que el verbo informar.2 Así, el periodismo cobra unavigencia vital; no es la simple redacción de lo hechos, la persecución de la noticiao la escritura urgente. Entender esa notable diferencia entre información y cono-cimiento es uno de los grandes propósitos de la Teoría del Periodismo.

La incipiente Teoría del Periodismo ha puesto en la mesa de discusión más deuna pregunta por contestar, pero también nos ha acercado algunas y muy valiosasrespuestas. Muchas de esas conclusiones han enriquecido la práctica del perio-dismo actual y, sin duda, las podemos encontrar en el periodismo que leímos hoyo vamos a leer el día de mañana.

Tópicos como la desacralización de la objetividad, lo superficial que resultaactualmente etiquetar géneros de forma rigurosa o la de dudar sobre las fronterasentre interpretación y opinión, no se podrían entender hoy sin la reflexión quele ha impreso la teoría periodística. Sin esa discusión fomentada desde las aulasuniversitarias, muchos planteamientos seguirían repitiéndose a coro como dogmasintocables.

LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS: ENTRE CENTAUROS Y ORNITORRINCOS

Por ejemplo, la reflexión referente a la enseñanza y el aprendizaje de los génerosperiodísticos cobra mucha vitalidad en ese contexto. A mi parecer, hay una actitudacademista en entender invariabilidad y aguas siempre en calma en la actividad pe-riodística y sus productos. La reflexión seria y sistemática en torno a la actividadnos ha mostrado en más de una ocasión lo interesante y fascinante que puede serconstruir textos que pongan en entredicho a los manuales. La teoría periodísticaha justificado, desde una perspectiva histórica y estilística, las formas narrativasinnovadoras de diversos autores de diferentes épocas.

El impulso de los periodistas norteamericanos (Capote, Wolfe, Mailer) que re-gistraron su talento con el nombre de "Nuevo Periodismo", es una brillante muestrade eso. Sin duda, muchos de nosotros ni siquiera podemos pensar nuestra biografíacomo lectores sin esos relatos que nos han mantenido en vilo más de una noche.

• Tomás Eloy Martínez, La otra realidad. Antología, México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 238.

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sos periodistas de la segunda mitad del siglo XX desplazaron lo convencional con• fuerza de su estilo, en ese momento indefinible y sin duda innovador que le dioespalda a la tradición periodística y hasta literaria de entonces.Por eso me parece caduca la actitud de inhibir formas que no se parezcan a lo

invencional. El sólo hecho de concebir la tarea de escribir como un recetario eseligroso. En eso hay una actitud positivista riesgosa. A mi parecer, la reflexióni torno a los géneros periodísticos debe ser múltiple. Desde la discusión estilís-pa hasta la función social de éstos. Los profesores y los alumnos que precisan su¡scusión desarrollarán la capacidad de dialogar con más confianza a través des distintas formas de concebir el periodismo.

Visto desde ahí, el debate es una actividad que cobra sentido con la lecturaimpartida y el intercambio de interpretaciones en torno a diversos textos. Laflexión tendría que ser un proceso de idas y vueltas entre el uso del lenguaje¡riodístico en todas sus formas. Por eso me parece riesgoso descontextualizarquedarse únicamente en un mero ejercicio de reconocimiento y memorizacióndefiniciones. Entender cómo se hace un reportaje, una crónica o un ensayo es

jcho más que seguir "normas" o recetas invariables.Las características estilísticas que se exigen desde la docencia cuando se piensaun relato periodístico, son fáciles de enumerar: agilidad, claridad, sencillez,

.ginalidad. No las puedo contradecir ni mucho menos ponerlas en duda. Peroaestra labor, el clima académico en las aulas, fomentan que nos lleguen escritosi esas características? Es difícil exigir originalidad cuando se imponen corsés'eros. La agilidad en un escrito se puede encontrar en textos de jóvenes perio-tas que ven en la escritura un medio idóneo para expresarse y que no le temeni descalificación académica por redactar un párrafo de más de cinco líneas.Sancionar, delimitar, imponer alambres de púas entre los géneros periodísticos¡alienta la escritura. ¿Cuántas crónicas se estarán dejando de hacer, pues lossibles autores no saben diferenciar entre una crónica interpretativa y una crónicanatival ¿Cuántas ideas y argumentos frescos no se podrán leer, pues los autoresscuchar la palabra "ensayo" conciben esa forma expresiva como únicamente lairrida tarea de repetir ideas de otros?

El periodismo debe aceptar y fomentar lo innovador, la búsqueda constante. Aliprender el fenómeno periodístico, los estudiantes deben encontrar ciertos valoresu actividad futura. Por eso, construir una teoría del periodismo desde el escritorio,ala o la sala de redacción, deberá estar cimentada, también, por actitudes. Por loo, profesores y estudiantes que enseñan y aprenden periodismo deben hacersepuntas sobre el material que leen y escriben, ayudarse, hacerse preguntas sobre

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los más variados textos y recompensar a quienes planteen y escriban cuestiones pococomunes pero pertinentes. Es decir, concebir el salón de clases donde se reconozcay fomente la creatividad como cualidades académicas innegables.

Evitar el dogmatismo es una actitud científica. Los actores involucrados en elproceso de enseñanza y aprendizaje en torno al periodismo deben entender estefenómeno como un proceso para ampliar la comprensión y no como una verdadinalterable. No hay una sola definición, ni autoridades absolutas. Mucho menosdefiniciones que nos proporcionen invariablemente respuestas correctas.

Es relativamente sencillo encontrar ejemplos que nos ayuden a comprenderpor qué es riesgoso pintar al fenómeno periodístico de una fachada de respuestastajantes. Las aguas en calma en nuestro ámbito han sido perturbadas en más deuna ocasión. Mencioné a los norteamericanos que impulsaron el "Nuevo Perio-dismo", pero también en nuestra lengua los estanques se han visto perturbadosmuchas veces. Desde Alfonso Reyes hasta Juan Villero, de manera antisolemney antiacademicista, han definido sus textos de manera peculiar. Alfonso Reyes(1889-1959) definió al ensayo como "el centauro de los géneros literarios". Es decir,lo concibió mitad hombre, mitad caballo. Una extraña y mitológica mezcla que nohace caso a cánones predeterminados y definiciones rígidas; no conoce fronteras yen ocasiones éste visita casas ajenas, de las cuales sin más se adueña no habiendoquejas de nadie. Mientras, Juan Villoro (1956) define a la crónica periodística comoun ornitorrinco, una mezcla de siete animales en uno: desde novela hasta teatro,desde reportaje hasta ensayo.

En su hermosa compilación de crónicas titulada Relatos reales, el periodistay escritor catalán Javier Cercas festeja lo apatrida de las crónicas periodísticas:"Porque, si no me engaño, toda buena crónica aspira a participar de una triple con-dición: la de poema, la del ensayo y la del relato",3 menciona Cercas. A mi parecer,si procede de un genuino proceso de creación e interpretación de la realidad, esinútil y aburridamente laborioso tratar de etiquetar y revisarle el pasaporte a lostextos periodísticos que leemos.

¿Cómo etiquetar los textos publicados por el cubano José Martí (1853-1895)en los periódicos de su época? ¿Como ficción (cuento) o como uno de los mejoresejemplos del periodismo en español de todas las épocas? Recuerdo una crónicadurante su estancia en Estados Unidos donde nos relata con una precisión narrativapunzante, casi policial, la cirugía plástica de una mujer alemana. O cómo describíaese invento que haría escuchar los gritos de las moscas al ser aplastadas:

3 Javier Cercas, Relatos reales, Barcelona, El Acantilado, 2000, p. 16.

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Merced al micrófono, un químico inglés, ha llegado a demostrar que esas moscasinfelices, que miramos sin compasión, que tan a menudo perecen a manos de niñostraviesos, sufren tan vivamente como el más sensible de los mortales, y expresan sudolor en gemidos prolongados y angustiosos, que el micrófono transmite directamenteal oído.4

¿Cómo clasificar los textos del argentino Martín Caparros?,5 ¿reportaje o relatopoliciaco? Los textos del argentino se mueven en lo mejor de la tradición detecti-vesca; en esos relatos hay un afán de recrear situaciones límite. Un periodista quedeja para otro día interpretaciones "neutrales y objetivas", y nos hace cómplicesdel descubrimiento de un detalle, de un escalofriante hallazgo: un paseo por lascalles anegadas de lodo, suciedad y chivos muertos, o el terror de ver su habitaciónde hotel saqueada en Moscú. Escenas que lo dicen todo y que explican por sí solasuna realidad compleja y fascinante.

¿Qué etiqueta adherir en las crónicas del chileno Pedro Lemebel, que retratancon filosa ironía los túneles de la falsa moral y la intolerancia en contra de los ho-mosexuales en Santiago de Chile?,6 ¿crónica poética?

En la crónica "Las amapolas también tienen espinas", al describir un encuentrohomosexual, Lemebel escribe:

Quizás estas crispadas relaciones son el agravante que enluta las aceras donde yiranlas locas en busca de un corazón imposible, vampireando la noche por callejones, bajopuentes y parques donde la oscuridad es una sábana noche que ahoga los suspiros

Pero además de lo gráfico y huidizo de los ejemplos citados, los autores proponendistintas tentativas de un escenario invariablemente dinámico. Los estanques seven muy perturbados por distintos animales que se alejan de formas conocidasque nos salpican y nos despiertan a todos. Posiblemente leyendo estos ejemplos, elestudiante indeciso que quería escribir una crónica o el ensayista que dej ó para otrodía la redacción de su texto, se atreva a encender su PC y a escribir urgentemente.

4 Citado en Susana Rotker, La invención de la crónica, México, FCE, 2005, p. 99.3 Nacido en Buenos Aires en 1957. Periodista e historiador. Ha publicado una veintena de libros, entre los

que se destacan Larga distancia (crónicas) y La Historia (novela).6 Nace en Santiago de Chile a mediados de la década de los cincuenta. En su ficha biográfica, en el volumen

Enviados especiales, se lee: "en Lemebel lo más patente es el carácter posmoderno, empezando por su radicalcuestionamiento de la ideología represiva".

7 En Enviados especiales. Antología de nuevo periodismo hispanoamericano, México, Aguilar, 2004, p. 221.

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Desde el escritorio o desde el teclado también se puede cazar. Me atrevo a invitara ir a atrapar seres mitológicos desde la mesa donde se lee, se investiga o se escribe.Una de las posibilidades, en esa travesía, ¿por qué no?, sería atrapar un centauro concabeza de ornitorrinco. La presa -totalmente fuera de lo común- sería necesariopresumirla urgentemente (y en voz alta) en el salón de géneros periodísticos, enla sala de redacción.

Esto nos convoca a situarnos lejos de la imagen del periodismo caduco que bus-caba alcanzar a toda costa la denominada "objetividad periodística". El periodismoactual y el que se va a publicar en algunos años, debe privilegiar formas renovadasde concebir el hecho noticioso mediante una actitud que ponga el acento en lainterpretación y la construcción de la realidad por parte del periodista, formasnarrativas que convoquen a un mayor número de lectores. Como lo escribe TomásEloy Martínez:

El lenguaje del periodismo futuro no es una simple cuestión de oficio o un desafíoestético. Es, ante todo, una solución ética, el periodista no es un agente pasivo queobserva la realidad y la comunica; no es una mera polea de transmisión entre las fuen-tes y el lector sino, ante todo, una voz a través de la cual se puede pensar la realidad,reconocer las emociones y las tensiones secretas de la realidad, entender el porqué yel para qué y el cómo de las cosas con el deslumbramiento de quien las está viendopor primera vez.8

Esto convocará a lectores, que como lo traté de describir al inicio del texto, senti-rán la imperiosa necesidad de leer, de entender, de informarse, de apropiarse deinterpretaciones sin que les importe que el mundo se esté cayendo, como ese jueves19 de septiembre de 1985. Relatos periodísticos que convierten al periodismoen algo más que información que muere al instante. Así, el periodismo debe serun instrumento de información, una herramienta para pensar, para crear. Paraaprender a mirar y no sólo para ver de manera superficial.

La invitación a profundizar en estos temas me parece fascinante. La construcciónde las hipótesis que traten de esclarecer el fenómeno periodístico depende de todoslos involucrados en el tema. Las respuestas, como parte de racionalización científica,deben contener un fuerte componente ético, definido por la honestidad, por laargumentación, rigurosa, así como por el rechazo de las afirmaciones no funda-mentadas o la descalificación fácil.

Tomás Eloy Martínez, op.dt.,p. 241.

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La posibilidad de abordar los fenómenos periodísticos a través de una teoríapropia, invita a reflexionar sobre un escenario dinámico donde nuestros objetosde estudio se han multiplicado y diversificado. Nuestro reto como docentes (y porsupuesto, estudiantes) no debe terminar con "saber lo de nuestra materia", pasa pordesarrollar los conocimientos, los valores y las actitudes necesarias para que losalumnos aprendan a aprender. Alumnos alentados a dudar, capaces de preguntary preguntarse, de buscar información por su cuenta, de identificar y resolver pro-blemas. Jóvenes que tengan un perfil altamente calificado para argumentar, paratomar decisiones; jóvenes que enfrenten de manera crítica la actividad periodística.Donde concibamos que la tarea de escribir es uno de los mejores métodos parapensar. Que aprendan a mirarse en los textos de ellos mismos y de otros.

La enseñanza, como el aprendizaje, se debe convertir en una tarea colectiva.Debe ser una labor común definir metas y propósitos por alcanzar en nuestrasescuelas, en nuestras universidades. Es fundamental romper con el aislamiento dela labor docente, así como con el individualismo que caracteriza nuestra cotidiani-dad. Se requieren tiempos y espacios propios para encontrarse e intercambiar, porejemplo, bibliografía descubierta, antologar textos no convencionales, compartirestrategias de enseñanza y experiencias exitosas de evaluación, intercambiar opi-niones de estudiantes de distintos semestres. Estamos subrayando la necesidad dereflexionar en conjunto, de leernos, de discutir, de escribir y reescribir.

Así, la tarea de discutir sobre cómo construir una teoría de periodismo tendríaelementos más concretos para su análisis. El intercambio de perspectivas es vitalpara este tipo de planteamientos. Sin duda, esto implica una capacidad mayor parala crítica reflexiva, la disposición para aprender de forma continua, de fomentar lainvestigación y la curiosidad por saber.

Construir una teoría del periodismo nos invita recorrer un trayecto: fincar,cimentar, edificar. En el entendido de que la tarea periodística y, sin duda, latarea docente no tienen otro eje fundamental más arraigado que la interrogaciónconstante, la duda. Tenemos que dudar y trabajar en torno las preguntas que nosconvoca el fenómeno periodístico. Preguntas que nos proponen argumentar muybien la respuesta. Preguntas como aquellas que un periodista a su manera contestóen ese periódico publicado el jueves 19 de septiembre de 1985 y que todos peleabanpor leer para contestar: "¿Qué pasó, qué pasa?"

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LA CONSTRUCCIÓN DE LA REALIDAD SOCIAL A TRAVÉS

DE LA MEDIACIÓN FEMENINA, UN REPASO HISTÓRICO

Elvira Hernández Carballido

1 eje de este libro parte de una certeza, los medios de comunicación parti-cipan en la construcción de la realidad social. Se entiende la construcciónde la realidad social como la producción de sentido mediante la acción

de prácticas productivas de las mujeres en las publicaciones periodísticas. Estasprácticas las hacen funcionar como mediadoras entre lo que a ellas les ocupa y lespreocupa y la manera en que lo procesan para hacerlo del conocimiento público. Lamediación debe entenderse como la manera en que construyen a partir de ciertosrecursos vivenciales y expresivos. Es así como en el Seminario de Periodismo alque pertenecemos ha debatido y reflexionado en torno a esta idea, pero al hacerlodesde la perspectiva de género pueden hallarse condiciones diferentes.

El presente artículo hace un recorrido histórico de la manera en que las mujeresempezaron a fundar publicaciones periodísticas y la forma en que lograron inte-grarse a diarios de información general como reporteras. Las expresiones femeninashan existido desde siempre. Puede reconocerse a las Tlacuilas mesoamericanas,los escritos durante la conquista (poemas, crónicas, diarios personales, ensayos,recetas variopintas) encontrados en pequeñas botellas junto a los restos de suspropietarias, las monjas coronadas de los conventos que escribían y otras mujeresque escribieron y han escrito siempre, a veces con seudónimos o de manera anó-nima en diarios o narraciones.

Pero en este escrito se recupera el trabajo considerado periodístico, es decir,publicado en un periódico o revista que es presentado por las mismas fundadoras,colaboradoras o reporteras, como un espacio de expresión para dar a conocer re-latos o reflexiones en torno a la situación de la vida femenina o sucesos noticiosos.Y ¿cómo son presentadas en esas publicaciones periodísticas las situaciones quese viven en una sociedad? ¿Qué realidad se construye y cuál realidad se intenta