aportes al estudio de la frenología en argentina

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  • 8/10/2019 Aportes al estudio de la frenologa en Argentina

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    APORTESPARAELESTUDIODELAFRENOLOGAARGENTINAENLASEGUNDA

    MITADDELSIGLOXIX1

    JULIO CSAR SPOA2

    Universidad de Buenos Aires3/ CONICE, [email protected]

    Recibido: 29 de julio de 2013 Aceptado: 15 de mayo de 2014

    Resumen:

    El objetivo del presente artculo es reflexionar desde una perspectiva antropolgico-histricasobre la diagramacin disciplinaria de la frenologa como umbral desde el cual discutir lainfluencia intelectual que caus en Argentina. Recuperando una serie de casos estudios detal ndole realizados en la Argentina, ilustraremos los sentidos tericos subyacentes a lasprcticas de mediciones antropomtricas y asociaciones fisonmicas como metodologade investigacin, intentaremos poner de relieve algunas particularidades adoptadas por lafrenologa en el escenario nacional. Para ello presentaremos una descripcin del campofrenolgico en la poca, recuperaremos las contribuciones contemporneas realizadas eninvestigaciones interesadas en la temtica, y buscaremos articular los resultados brindadospor los anlisis terico-conceptuales previos con los aportes provistos por la informacinbrindada por el nuevo caso de anlisis. Como cierre, plantearemos algunas consideracionesfinales sobre los acontecimientos analizados esperando as contribuir con la propuesta dealgunos dispositivos heursticos orientadores para futuras investigaciones en la materia.Palabras clave:Argentina; siglo XIX; antropologa histrica; frenologa.

    Some Contributions to the Study of Phrenology in Argentina duringthe Second Half of 19thCentury

    Abstract:

    Tis article aims to ponder on phrenologys discipline plotting from an anthropological-historical perspective, being phrenology a threshold from which to discuss the intellectualinfluence it had in Argentina. By recovering a series of case studies on this field in Argentina,we will illustrate the theoretical senses underlying the practice of anthropometricmeasurements and physiognomic associations as their research methodology; we willattempt to highlight some particulars followed by phrenology on the national scenario.

    1 Este artculo es producto del Proyecto PIP CONICET 112-200801-00026 (2011-2014). Polticasindgenas y estatales en los espacios de frontera del extremo sur americano, siglos XVII a XIX. Directora:Dra. Lidia R. Nacuzzi.2Doctor en Antropologa por la Universidad de Buenos Aires.

    3Facultad de Filosofa y Letras, Instituto de Ciencias Antropolgicas, Seccin de Etnohistoria.

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    In order to do that, we will provide a description of the field of phrenology at that time;we will recover contemporary contributions made through research on this issue, and willtry to articulate the outcomes given by previous theoretical-conceptual analyses alongwith the contributions given by the information provided in the new case under analysis.

    o conclude, we will present some final reflections on the events analysed expecting toadvance several heuristic devices to guide future research in this field.Keywords:Argentina; 19th century; historical anthropology; phrenology.

    Contribuies para o estudo da frenologia argentina na segundametade do sculo XIX

    Resumo:

    O objetivo do presente artigo refletir, a partir de uma perspectiva antropolgico-histrica,

    sobre a diagramao disciplinaria da frenologia como um ponto de partida medianteo qual possvel debater a influncia intelectual que teve no nosso pas. Recuperandouma srie de casos de estudo, realizados na Argentina, ilustraremos os sentidos tericossubjacentes s prticas antropomtricas e s associaes fisionmicas como metodologiade pesquisa. entaremos destacar algumas particularidades adotadas pela frenologia nocenrio nacional. Para isso, apresentaremos uma descrio do campo frenolgico da poca;recuperaremos as contribuies contemporneas realizadas nas pesquisas interessadasnesse assunto, e buscaremos vincular os resultados prvios das anlises terico-conceituaiscom as contribuies obtidas a partir da informao do novo caso estudado. Por fim,faremos algumas consideraes finais sobre os acontecimentos analisados, esperando,

    desse modo, contribuir com a proposta de alguns dispositivos heursticos que possamorientar futuras pesquisas nessa temtica.Palavras chave:Argentina, sculo XIX, Antropologia Histrica, frenologia.

    Introduccin

    Nuestro tema de inters recae en un mbito cientfico que, si bien hoy en dacarece por completo de legitimidad acadmica, antao constituy una disciplina

    reconocida por las universidades, los intelectuales y los estudiosos pertenecientes alas ms encumbradas instituciones de investigacin. La evidencia recabada indicaque a lo largo de casi dos siglos se configur un imaginario frenolgico consolidadoen bases terico-metodolgicas de naturaleza cuantitativa y cualitativa, cuyosresultados orientaron las inquietudes de pensadores influyentes en el occidenteen general y en la Argentina en particular. Nuestra intencin es adentrarnos enla lgica de la frenologa con la idea de recuperar sus dinmicas internas, sussentidos solapados y las racionalidades que guiaban su accionar. Configuradacomo una teora indisociable de la praxis, el quehacer frenolgico represent

    un campo de trabajo difundido donde confluyeron miradas sociolgicas junto a

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    enfoques de ndole predominantemente biolgico. Con el devenir disciplinario,la tnica cognoscitiva se inclin hacia la perspectiva naturalista, en virtud de lahegemona intelectual impuesta en la poca por el positivismo.

    Empero, observaremos que aun en medio de la concepcin positiva ms rigurosaasomaron reflexiones sociales, culturales y psicolgicas que enriquecieron yampliaron el terreno frenolgico. Ello sin abandonar en momento algunola seguridad que brindaba la pretendida solidez del suelo ultra-empiristacaracterstico de la mentalidad cientfica predominante en aquel momento.Con el surgimiento de miradas crticas respecto de la falsedad de los supuestosfundantes de la disciplina que nos interesa, se produjo un deterioro progresivo delentramado terico, metodolgico y conceptual que sostena el edificio frenolgico.Como resultado del desmoronamiento epistemolgico, se concluy que la

    experiencia frenolgica represent un rotundo fracaso. Su posterior abandonoimplic el sinceramiento de la comunidad cientfica frente a la inviabilidad deuna propuesta que en el pasado haba logrado nuclear un amplio abanico deintereses cientficos. Hoy en da, hablar de craneometras y anatomas cerebralescomo ncleo fisiolgico exclusivo y determinante de la conducta y la moral de losindividuos supone un ejercicio de erudicin histrica interesada en un momentoparticular y clausurado del desarrollo del pensamiento cientfico. Nada ms.

    El pensamiento frenolgico, por ende, constituye un mbito de investigacincuya aplicabilidad resulta por completo perimida. No existen evidencias

    concluyentes que permitan asociar la anatoma del cerebro y la forma del crneocon la conducta de las personas.4 Menos an sera posible inscribir dentrode leyes generales las supuestas regularidades asociativas que los minuciososmedidores profesionales de cabezas pretendieron estipular. Nada de lo queaqu veremos cuenta con ningn tipo de respaldo cientfico en la actualidad.Reiteremos, en la actualidad.

    No obstante lo cual, el saber de la frenologa goz de una lozana acadmicaenvidiable a lo largo de ms de un siglo, y sus estertores disciplinarios se dejaronsentir hasta finales del siglo XX. Una situacin como la planteada nos insta a actuarcon cautela frente al tema de estudio. Nuestro propsito dista de parodiar con insidia

    4 Mal que les pese a los modernos genetistas que avanzan da a da en su propsito de decodificar el genomahumano, y aun contemplando con admiracin la magnitud de sus contribuciones para el conocimiento,a todas luces resulta imposible el intento de reducir la complejidad de la conducta humana a la categorade epifenmeno resultante del entramado genotpico. Las tendencias ms extremas de esta vertientecientfica se expresaron en la rama sociobiolgica (Wilson, 1980), llegando a estipular hiptesis altamentecuestionadas como la del gen egosta. El conocimiento humano dista de poder sintetizar en frmulasmatemticas, qumicas o sociolgicas las causas que mueven a las personas a actuar de la forma como lohacen (Sahlins, 1982). Aumentando an ms la incertidumbre cognoscitiva, la cultura, la sociedad y lapsique representan conceptualizaciones tan esquivas en su definicin como operativas en sus efectos.Pero, sin duda, son campos de lo humano que participan en todas las instancias por las cuales transitan

    las personas en su proceso de formacin hacia la individualidad conductual.

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    un cuerpo de conocimientos exnime. ampoco pretendemos restituirle la vida aun cmulo de teoras, mtodos y conceptos que a las claras se muestra obsoleto.nicamente intentaremos llevar a cabo un estudio sistemtico que permita abordar

    los fundamentos reflexivos que, por un lapso de tiempo considerable, instituyeron lafrenologa como una prctica cientfica convalidada a lo ancho y largo de Occidente.

    A raz de lo antedicho, tomamos en consideracin las palabras que June Nash lededicase a Esther Hermitte en ocasin de la reedicin del trabajo de esta ltima.Con la intencin de poner de relieve el compromiso profesional del antroplogode considerar las versiones nativas en trminos respetuosos, Nash destac queHermitte valoraba las miradas e interpretaciones alternativas generadas por susinterlocutores. anto es as que las toma[ba] en serio (Nash 2004:09). Algoque puede parecer obvio en primera instancia adquiere una relevancia tico-

    profesional fundamental. Nosotros tambin tomaremos en serio la imaginacinfrenolgica como terreno de anlisis e intentaremos recuperar el entramado designificaciones que le otorgaron entidad y estatus de ciencia. Aun a sabiendasde que la frenologa supone una rama del saber caduca en todo sentido, nosplanteamos el desafo de estudiarla con la misma seriedad que Hermitte adoptabafrente a sus informantes mayas. Con ese fin nos proponemos adoptar un enfoqueantropolgico-histrico signado por la lectura etnogrfica de fuentes histricas,en virtud de que nuestro trabajo de campo se desplegar sobre los documentosescritos como interface hacia la produccin de conocimiento.

    Hacemos nuestras las palabras de Rosana Guber: La antropologa comparte conotras disciplinas la intencin explicativa de los fenmenos sociales en proceso,pero si quiere ser consecuente con su misin antietnocntrica debe reconocercmo los actores configuran el marco significativo de sus prcticas y nociones,lo que aqu hemos llamado la perspectiva del actor (Guber, 2009:68). En loque aqu nos atae, el proceso social remite a las dinmicas intelectuales puestasbajo estudio. Mientras que la recuperacin de la perspectiva del actor propiade la mirada etnogrfica supone la reconstruccin del pensamiento frenolgico,emancipado de los exmenes de verificacin organizados en relacin con los

    criterios de verdad. Por mor de lo sealado, se profundiza la necesidad de plantearel trabajo desde una mirada antropolgica capaz de aprehender la alteridadintrnseca en el imaginario de la poca, sin por ello desconocer una situacinautoevidente: el pasado que desconocemos y la otredad que nos inquieta formaparte de nuestra propia conformacin como sociedad.

    Qu es exactamente la frenologa?

    Hablar de la forma de las cabezas en calidad de objeto de interrogacin cientfico-inductiva con miras psicolgicas, somatologas craneanas como indicios tiles para

    realizar inferencias caracterolgicas y la idea de formular comparaciones tico-

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    conductuales entre individuos nacidos a siglos de distancia en base a las proporcionesde su estructura sea superior, podra parecer un cmulo de desatinos. al sera elcaso si lo anterior no se tratase de una serie de hechos formales organizados en tornoa una disciplina cientfica que posey un amplio reconocimiento intelectual en elsiglo XIX: la frenologa (Ottin, 1992). Dorsch indica que la frenologa se ocupa deestudiar las formas del crneo con el propsito de derivar conclusiones respectoal carcter y las cualidades de las personas. Llamada tambin a veces craneologa ocraneoscopia. Se basa en la teora de la localizacin de las funciones psicolgicas endeterminados centros cerebrales (Dorsch, 2002:340).

    Los principios rectores de esta rama del saber establecan que la mente residaen el cerebro y que este, como rgano maestro de la percepcin, la cognicin,el razonamiento y la subjetividad, era el receptculo de la totalidad de las

    facultades intelectuales de los individuos (Gall, 1835). A su vez, cada facultadse encontraba representada en una parte especfica del cerebro. La naturaleza,tenor e intensidad de las facultades depositadas en el rgano de la mente tenanuna expresin en la morfologa y volumetra de las diferentes reas cerebrales, loque a su vez se reflejaba en la forma exterior del crneo como expresin sea de laanatoma cerebral. Promoviendo una lectura integradora de su problemtica deinvestigacin, la frenologa consideraba que la forma y la dimensin de las regionesdel cerebro guardaban una relacin proporcional (directa o inversa, dependiendodel caso) con las propensiones singulares de las personas hacia determinadoscomportamientos (Cooter, 1985). Asimismo, bajo la expectativa de articular los

    datos recabados por las observaciones, las reflexiones eran encaminadas en claveinferencial con la expectativa de determinar la estructura psicolgica general delos sujetos, partiendo de sus caractersticas particulares (Atkinson, 2011).

    Como veremos, reconocidas personalidades de la intelectualidad argentina sevieron influidas por la reflexin frenolgica. Empero, el predicamento de dichadisciplina trascenda las fronteras. Por caso podemos observar la importancia queuna importante figura de las letras norteamericanas le asignaba a las observacionescraneolgicas. Edgar Allan Poe apelaba a argumentaciones de naturalezafrenolgica para reforzar la validez de las evaluaciones sobre terceras personas

    y para ironizar sobre su propia individualidad. En una comunicacin epistolardirigida a Fredereck William Tomas, Poe se permita relativizar la cuestionableopinin personal formada sobre un juez. En virtud de las inferencias factibles deser derivadas de los rasgos caracterolgicos propios de la conformacin craneanadel sujeto criticado, Poe relativizaba la validez de su parecer inicial:

    No siento un aprecio personal por el Juez Upshur pero tengo un profundorespeto por sus talentos [] Su cabeza es un modelo estatuario. Hablandode cabezas, la ma ha sido examinada por varios frenlogos. odos elloscoincidieron en considerarme en trminos tan extravagantes que meavergonzara repetirlos (Poe [1841] 1966: 125 la traduccin es nuestra).

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    Aceptada la serie de premisas fundantes de la prctica y la teora frenolgicas,su metodologa permita configurar un diagnstico encaminado por sendasque reconocan orgenes mltiples. La diversidad desde la cual se poda enfocar

    la caracterizacin evaluativa, proporcionaba un esquema verstil cuyo diseoresponda a la tarea de aproximarse hacia el sujeto/objeto de estudio partiendodesde distintos ngulos de anlisis (emkin, 1947). Por un lado, la inspeccinocular de un experto podra revelar el entramado de inclinaciones y sentimientosdel sujeto bajo observacin. Valindose de la aplicacin de una mirada atenta alas dimensiones, formas y ratios establecidos entre las diversas protuberancias,valles y componentes craneanos de la persona bajo inspeccin, el especialistalograra reconstruir el temperamento de un paciente. El diagnstico suponauna operacin concreta cuya lgica derivada de los principios tericosrectores del anlisis frenolgico los rasgos de la materialidad, la topografay la volumetra cerebral guardaban una relacin de determinacin con lapersonalidad del sujeto de estudio. Un escrutinio visual detenido develaralas sucesivas capas en las que se ordenaban las conductas ms evidentes, lasinclinaciones semiveladas y las pulsiones ms ntimas que gobernaban laconducta del individuo en cuestin.

    Si el reconocimiento ptico era apuntalado por la determinacin de magnitudesabsolutas mediante reglas, compases y dems elementos de medicin, se accedaa la postulacin de un dictamen con altos niveles de certeza. Amparados en la

    credibilidad detentada por los valores cuantitativos en su calidad de argumentosempricos, los exmenes frenolgicos incrementaban su cientificidad alrespaldar las conclusiones formuladas en dictmenes que respondan a los msaltos criterios de objetividad. En ltima instancia, la legitimidad ostentada porlos anlisis frenolgicos arraigaba en el cumplimiento de los requerimientosprocedimentales que impona el paradigma cientfico de la poca. El enfoqueintelectual positivista estaba signado por la unidad del mtodo cientficopropio de las ciencias naturales, cuyo alcance se proyectaba hacia todos loscampos del saber. Y las regularidades factibles de ser alcanzadas por la va de

    la mensurabilidad oficiaban como un umbral propicio para la formulacinde leyes generales dentro de las cuales se inscribieran los hechos particulares(Kolakowski, 1988).

    rascendiendo lo ponderable a travs de sendas cuantitativas condensadasen guarismos precisos, existan otras vas de investigacin frenolgica quegozaban de un alto ndice de validez. Una opcin alternativa para la pesquisacraneoscpica se apoyaba en la realizacin de un cmulo de apreciacionescualitativas, formuladas en base al examen visual de los comportamientos de unindividuo. Del estudio sistematizado de los comportamientos de una persona

    se poda disear una matriz de coordenadas actitudinales como dispositivos

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    de inferencia. Partiendo de los hbitos y las costumbres como instanciassintomatolgicas, el frenlogo desplegaba un campo reflexivo desde el cualreconstruir la arquitectura psquica de los individuos bajo observacin.

    Al inspeccionar con detenimiento las usanzas propias de las rutinas particularesse poda formular un conjunto de lineamientos generales dentro de los cualesse inscriba la personalidad del sujeto. Una vez esbozada la caracterizacinconductual, resultaba viable la produccin de una prognosis sobre la forma,el volumen y el peso del cerebro del individuo en cuestin. al operacin sebasaba en el supuesto frenolgico que subordinaba el actuar de los sujetos a laestructura de su psiquis. Y esta, siguiendo con el razonamiento lineal montadosobre la dinmica de causa anatmica/efecto conductual, se hallaba determinadapor la morfologa cerebral. En sntesis, como la conducta era el resultado de la

    composicin somtica especfica del rgano de la mente, se poda reconstruirla morfologa cerebral a partir del examen, el anlisis y la modelizacin de sumanifestacin directa: el comportamiento (ornielli, 1993).

    El razonamiento en sentido opuesto tambin contaba con el respaldo otorgadopor la metodologa formulada en el marco del pensamiento frenolgico. Si apartir de la conducta de un individuo se poda inferir su anatoma cerebral,en base al estudio de las caractersticas anatmicas del cerebro de un serhumano se poda reconstruir la personalidad del poseedor del rgano (lo

    mismo era aplicable al crneo por ser esta parte del esqueleto la manifestacinsea de la morfologa cerebral). La eficacia de la reversibilidad procedimentalse cimentaba en que la relacin causa-efecto bajo escrutinio exclua lainmiscusin de factores ajenos al binomio somtico/comportamental. Enconsecuencia, conociendo uno de los elementos, el establecimiento de sucontrapunto resultaba un simple ensayo lgico derivado de la aplicacin de lasleyes frenolgicas generales al caso particular.

    En la prctica, la investigacin frenolgica constitua un ejercicio bidireccionalde acuerdo al cual se poda inferir diseos cerebrales contando tan solo con laevidencia actitudinal o determinar comportamientos inobservables tomando laconstitucin material del cerebro como evidencia emprica (Young, 1970). Elnico inconveniente que radicaba en la segunda senda de pesquisa era que elexamen deba ser realizado efectivamente sobre el cerebro, lo cual significaba quesu antiguo dueo deba haber expirado. Empero, tanto el esfuerzo frenolgicode colegir el proceder de un occiso apelando al estudio de su cerebro, comola indagacin interesada en las particularidades anatmicas del centro depensamiento de una persona cuya conducta era conocida, reportaban beneficiospara los analistas y (en teora) tambin para los interesados.

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    En el caso en que un estudioso tuviera a su disposicin la masa enceflica deuna persona ajena a su conocimiento, la evaluacin brindaba la posibilidadde alcanzar terrenos desconocidos. Partiendo de la observacin de la evidencia

    provista por la masa enceflica, el procedimiento permita partir desde loconocido hacia lo ignorado con el objeto de recuperar un saber que de otramanera resultara inalcanzable. Para ilustrar el particular podemos recurrir alejemplo hipottico del hallazgo de un cadver cuya identidad se desconoce.Si bien la frenologa careca de dispositivos idneos para establecer unaidentificacin puntual para el ignoto sujeto de estudio, al menos el examende su cerebro contribuira a bosquejar el contorno aproximado de su perfilpsicolgico personal. Si lo que se tena a la mano era el crneo y no el cerebro,el razonamiento se apoyaba en las mismas premisas.

    Con ello, las conclusiones a las cuales se arribara contaban con un ndice devalidez anlogo al experimento anterior. Lo expuesto hasta aqu muestra queel dispositivo investigativo que parte de la evidencia cerebral o craneana paraarribar a las estimaciones conductuales responde a un patrn metodolgicoidntico, pero invertido, al procedimiento que se iniciaba en la observacin delcomportamiento para inferir la morfologa del cerebro y del crneo. Segn estatcnica, el reconocimiento de la topografa cerebral concurra a fundamentarcon mayor nfasis lo consabido. Al contar con antecedentes documentales oexperienciales que demostrasen con suficiencia el perfil psicolgico de la persona

    fallecida, el anlisis frenolgico reforzara en el aspecto anatmico aquello quehasta ese momento solamente se conoca en el aspecto conductual.

    Ante la aparicin de un caso en que la inspeccin llevada a cabo sobre el cerebro oel crneo del muerto arrojase evidencia que condujese a plantear una disparidadentre el comportamiento documentado (por experiencia o por fuentes) y lamorfologa cerebral/craneomtrica verificada en la inspeccin, se asuma que lasinclinaciones naturales del individuo se haban visto modificadas o reprimidaspor la situacin, el medio y la educacin. Otra explicacin de diferente talante

    pero provista con igual ndice de validez dictaba que la diferencia cotejadaentre conducta y masa enceflica/cerebro se deba a un enmascaramientopremeditado por parte del sujeto bajo estudio (Lombroso, 1896). A los efectosde desentraar la disparidad detectada entre dos elementos que en principiodeberan exhibir una congruencia perfecta, surgan sospechas relativas a lasinceridad y la transparencia de la persona bajo escrutinio. La incompatibilidadentre la forma del cerebro y del crneo (el origen somtico de la conducta)y la expresin conductual (la manifestacin ostensible de la configuracindel rgano de la mente as como de su receptculo seo), representaba unaevidencia conducente hacia una suposicin incriminatoria.

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    Conforme se registraba la contradiccin ocurra un descubrimiento simultneoque comportaba un cuestionamiento moral dirigido hacia el individuo bajoexamen: todo indicaba que el sujeto de estudio disfrazaba su proceder. En

    simultnea con la determinacin de la discrepancia entre lo somtico y loactitudinal tena lugar la revelacin de la falsedad con la cual el individuo ocultabasus inclinaciones reales. Las distorsiones detectadas entre factores cuya relacindebera develar armona, tornaban probable que la persona tuviese una doble vidaignorada por su entorno. odo apuntaba hacia una conclusin: la discrepanciaentre la equilibrada complementacin que debera haberse visto corroborada yla incompatibilidad que efectivamente se verificaba en el examen frenolgico,significaba que la persona se abstena de dar rienda suelta a los genuinos impulsosde su matriz fisiolgica. La causa de tal situacin deba ser rastreada en unaserie de razones contingentes que iban desde la represin inconsciente hasta elencubrimiento premeditado (Brant, 1961).

    Situaciones como la que acabamos de describir advertan a los investigadoressobre un amplio rango de acontecimientos susceptibles de ser interrogados,lo cual traa a colacin la necesidad de hacer entrar en juego consideracionesde distintos rdenes: los entornos sociales y familiares, potenciales psicopatas,posibles condiciones esquizoides, etc. Por ltimo, si el crneo bajo estudio todavaformaba parte de un cuerpo con vida, la inspeccin frenolgica contribua adelinear un perfil psicolgico capaz de adentrarse en los estratos ms profundos

    de la caracterologa personal. Un aporte con un sinnmero de aplicaciones parala investigacin policaca de la poca y que goz de una importante difusin enel plano criminalstico as como en el antropolgico (Lombroso, 1902). Huelgadecir que en tales casos se replicaban todos los recaudos investigativos prescriptospara los anlisis donde los componentes del miembro superior se hallabanseparados del cuello que los sostena. Cosa que en la prctica se traduca en laadjudicacin de patologas psicolgicas, como herramienta de ponderacin aptapara el esclarecimiento de la falta de compatibilidad entre lo que indicaban lasmediciones craneanas del sujeto y su accionar concreto.

    La forma acabada para comprender la lgica y el alcance de la frenologa laproporcionar una breve resea histrica sobre los orgenes de la disciplina y suproyeccin hacia el escenario argentino. Con ese objetivo en mente convieneremitirnos al padre fundador de la ciencia frenolgica, Franz Joseph Gall(1758-1828). Gall fue un mdico, anatomista y fisilogo de origen austraco,quien formul su cuerpo de teoras entre 1796 y 1802, que le vali un enormereconocimiento cientfico internacional por lo revolucionario de su planteo. Elmismo consista en la idea de que el cerebro se encontraba parcelado en 27 sub-rganos independientes, cada uno de los cuales se corresponda con una de lasfacultades mentales particulares manejadas por los seres humanos.

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    Original de J.G. Spurzheim (1834), tomado del libro de E.G. Boring (1950):A Historyof Experimental Psychology. New York: Appleton.Century-Crofst.

    Del grupo general de facultades cobijadas en el rgano del pensamiento, Gallestipula que diecinueve de ellas eran idnticas a las que poseen los animales. al escaso del caso del sentido de lugar, el principio de propiedad y la propensin a lareproduccin (solo nombrando tres de las diecinueve propensiones conductualescomunes a todos los miembros del reino animal).

    No obstante aquello, la humanidad se reservara la posesin exclusiva de ochoparticularidades intelectuales especficas que la diferenciara del resto de lacreacin, como la perseverancia, la compasin, la benevolencia, el sentidomoral, etc. (Grammatico y Romero, 2010:107). Forzado a abandonar suViena natal a causa de la consideracin de matices antirreligiosos con los queel gobierno interpret su iniciativa cientfica, Gall se traslad a Pars. All sufama alcanz una proyeccin aun mayor, y su ascendiente cientfico tuvo ecoen la formacin y la investigacin de varios intelectuales argentinos. Entre ellospuede destacarse a Francisco Moreno, quien luego se destac como explorador

    y naturalista en la Argentina.

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    En su etapa de formacin acadmica, Moreno viaj a Francia para estudiar en laEscuela de Antropologa de Pars, institucin fundada por Paul Broca. Este ltimorealiz una contribucin central para el desarrollo mdico cuando confirm laexistencia de una vinculacin entre las reas en las cuales se divida el cerebro y lasdistintas funciones cognitivas e intelectuales en los seres humanos. Entre las muchasramificaciones que conllev la corroboracin de su ideas, se destaca la de haberlogrado establecer la lateralizacin de las funciones cerebrales y particularmente enla localizacin del rea del habla (Grammatico y Romero, 2010:107).

    Qu significaba este aporte para el enfoque frenolgico de la poca? Al poneren evidencia que las zonas del cerebro guardaban relaciones especficas con lasfunciones mentales que las personas desplegaban, los frenlogos interpretaronel avance de Broca como una muestra tangible de la pervivencia y la actualidad

    de las tesis de Gall.5

    El descubrimiento de la ligazn entre las funciones mentalesy los segmentos del cerebro concurra a cimentar con argumentos anatmicosel supuesto central en el que se arraigaba la frenologa. Aquello tornaba anms factible la cadena lgica segn la cual la forma del cerebro determinaba lamorfologa craneana y esta, a su vez, poda operar como indicio inferencial idneopara la reconstruccin de la personalidad de un sujeto.

    En el clima de poca, la experiencia parisina tambin nutri a Moreno dealgunos de los principios generales diseados por Gall respecto de la frenologa.6Por ello se advierte que el cmulo de corrientes cientficas dispares (cuando no

    contradictorias) que dieron forma a la perspectiva intelectual del Perito Moreno,reconoce, entre otras, el predicamento de Broca as como el enfoque de Gall.Por encima de sus incompatibilidades tericas, el predicamento adquirido porMoreno en el campo cientfico nacional tuvo un efecto multiplicador en lo

    5 Si bien los desarrollos intelectuales formulados en el marco de la Escuela de Antropologa de Parscontribuyeron a propiciar la ruptura de la antropologa con la frenologa, las vinculaciones entre una y otrase mantuvieron vigentes en diferentes lneas de investigacin, como se evidenciar a lo largo del escrito.

    Al igual que los aportes de Darwin fueron reinterpretados para erigir teoras cuyo sentido contravena losmismos adelantos cientficos posibilitados por la obra del padre del evolucionismo (Lischetti, 2011:207-253), en ocasiones los adelantos realizados obtenidos por Broca y sus seguidores dieron lugar a laconfiguracin de marcos explicativos antitticos con el propio contenido de los cimientos cognoscitivos

    desde los cuales partan los razonamientos.6Cabe aqu hacer una distincin conceptual que hace a la especificidad de otros campos cientficosinvolucrados en la breve resea presentada sobre la frenologa. A pesar de que, en principio, esta disciplinase distingua a nivel formal de la craneometra (estudio del peso, el tamao y la forma del crneo de unapersona) tanto como de la fisiognoma (estudio de los rasgos faciales), la actividad frenolgica concretatendi a imbricarlas dentro de un ensamblaje integrado. En el caso argentino resulta particularmente

    visible los resultados observacionales obtenidos por Mansilla a lo largo de los mltiples anlisis que realizen su condicin de frenlogo amateur. El autor de Una excursin a los indios ranquelescomplementaba laestricta actividad frenolgica con diversas lecturas de origen craneomtrico y fisiognmico sin por ellodistinguir la identidad cientfica plural de los recursos puestos en juego. La articulacin de mtodos

    y lecturas provenientes de mbitos disciplinarios diversos ocurra en base a la subordinacin de lacraneometra y la fisiognoma frente a la frenologa. Ms adelante veremos que otros autores reprodujeroneste comportamiento y que, de hecho, Mansilla no fue el pionero en fusionar las distintas disciplinas

    detrs de la frenologa.

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    concerniente a su visin (Quijada, 1998, 2005, 2009). Finalmente, a causa dela resonancia acadmica adquirida por Moreno, la amalgama terica productodel cruce transdisciplinario entre los aportes de Broca y los desarrollos de Gall, se

    proyect en la obra de un nutrido conjunto de pensadores locales y repercuti enel mbito cientfico argentino en su conjunto. En virtud de que la antropologa dela poca nucleaba sus intereses mayoritarios en la vertiente fsica de la disciplina,los frenlogos modularon muchos de sus elementos cognoscitivos hasta hacerloscompatibles con los principios etnolgicos vigentes en aquel momento, situacinque nos proporciona la oportunidad de adentrarnos en la investigacin de lafrenologa argentina en clave reflexiva.

    Algunos antecedentes nacionales en estudios de frenologa

    Al sealar el ascendiente terico ejercido por la antropologa y la frenologaeuropeas en las mentes de quienes se constituyeron como los formadores de laopinin cientfica en nuestro pas, nos resulta posible configurar una descripcintentativa del encuadre terico hegemnico en nuestro campo de estudio. En loscomienzos de la actividad y la produccin antropolgicas en la Argentina se observauna estrecha relacin cientfica entre las ciencias humanas y las ciencias naturales(Podgorny y Lopes, 2008; Farro, 2009; Podgorny, 2009). Hacia finales del siglo

    XIX se verifica esa tendencia en el pensamiento nacional en su conjunto, siendola antropologa un exponente concordante con la inclinacin acadmica general.

    Quienes actuaron como productores de sentido y conocimiento cientficos leotorgaron un rol central al proceder metodolgico de las ciencias naturales, locual signific la conformacin de disciplinas cuyo diseo aspiraba a desplegar larigurosidad caracterstica de la biologa evolucionista darwiniana.

    En su estudio sobre el proceso de conformacin de la antropologa argentina,Stagnaro (1993) sintetiza el perfil de los profesionales que se desempeaban alinterior del escenario intelectual de aquel entonces. La identidad cientfica delmomento la representaba el erudito autodidacta versado en mltiples camposdel saber, a los que acceda por va de la pesquisa individual con el propsito de

    ampliar la base del conocimiento.La falta de especializacin y profesionalizacin caracteriz el quehacercientfico del periodo en estudio. Entre ellos, Guillermo Madrazo (1985)denomina los inicios positivistas a la etapa que analizaremos, extendindolahasta 1930, y determina como rasgo preponderante la imprecisin delos contenidos de la antropologa. La palabra se refera en general a laantropologafsica. Se trabaj tanto bajo la denominacin de paleontologahumana, como utilizando las de etnografa, folklore, lingstica yarqueologa, con el enfoque descriptivo propio de las ciencias naturales

    (Stagnaro 1993: 53).

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    la frente, revuelto el pelo cabello, sujeto con una vincha colorada, grandesrbitas que se hundan en el siniestro fondo cobrizo de su tez, todava sinarrugas, ojos envueltos en red de sangre vagando sin cesar, () salientes

    los pmulos y voluminoso el crneo: tal es el bosquejo del tipo de Auca-Nahuel, visto al pasar (Zeballos, 1881: 52)

    Las palabras de Zeballos brindan un ejemplo arquetpico del estilo derazonamiento frenolgico imperante en un plano tcito entre los intelectualesde la poca. Si bien los recursos de estricta descripcin craneana se mezclan conrasgos ms propios de la fisiognoma (en la mayora de los casos resultaba comnla interseccin de alusiones a la forma e impresin que causaba el rostro de unindividuo como parte de las referencias formuladas respecto de su morfologacraneana), el sentido integral de la narracin se orienta hacia la composicin de

    una instantnea frenolgica. omada como un todo, la cita se inscribe en el planode las inquietudes ms corrientes en el contexto antropolgico y arqueolgicodecimonnico, donde tambin adquieren sentido los eventos de exhumacionesde restos humanos para destinos musesticos (Lzzari, 2008; Pepe et al.,2010).En el mismo ao que Zeballos comunicaba su recoleccin de crneos, Florentino

    Ameghino constataba la amplitud del conjunto recabado durante un discursopronunciado en el Instituto Geogrfico:

    En el Museo Antropolgico poseemos la ms completa coleccin decrneos americanos, los que parecen abrazar la historia entera del hombre,

    desde su primitiva aparicin en tan vasto continente; pero no entrando ennuestro objeto sino la ltima forma, segn la encontraron los espaoles,a la poca que principia a llamarse colombina, seguiremos la apreciacinde Ameghino, uno de nuestros jvenes estudiosos, en cuanto a sus anuasy estado de civilizacin (Ameghino citado por Sarmiento, 1883:68-69).

    En tanto que Zeballos y Ameghino son pensadores que en muchos aspectosencarnan la mirada cientfica de la generacin del 80,7distan de ser los primerosen incursionar en el terreno de la frenologa en Argentina. Ya los miembros dela generacin del 37 haban expresado su apego a las doctrinas de Gall. As loexpuso Jos Ingenieros en su tratado sobre la locura. Refirindose a las primeras

    7 Las discusiones historiogrficas contemporneas han puesto en tela de juicio la validez analtica contenidaen la expresin generacin del 80. Las lecturas crticas de los reduccionismos sealan que la categoraremite a un colectivo atravesado por mltiples clivajes intelectuales. En consecuencia, resulta inviable asumirla existencia de un nico programa de pensamiento al interior de la generacin del 80. No obstante locual, la corriente intelectual identificada como tal detenta una serie de atributos identificables aunquepolismicos para los protagonistas del movimiento en sus propuestas de modernizacin, a saber: progreso,constitucin del estado, validez del conocimiento cientfico, inspiracin en modelos extranjeros, etc. Asabiendas de ello, y conscientes de la imposibilidad prctica de resumir el debate intelectual suscitado por lageneracin del 80, optamos por valernos de la expresin con la salvedad de no implementarla en trminosconceptuales, sino en su carcter de referencia genrica hacia una corriente de opinin y accin concreta en

    su existencia, pero difusa en sus contenidos y contornos (Biagini, 1985, 1995).

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    camadas de mdicos que accedan a sus laureas como egresados de universidadesnacionales, Ingenieros indic que Es muy probable que entre los 250 mdicos quese graduaron de 1827 a 1852, hubiese muchos curiosos lectores, y an partidarios,

    de la frenologa, que alcanz gran boga, por entonces, en Espaa. En paraleloal colectivo de profesionales de la salud que reconocan la validez clnica de lafrenologa, varios entre los pensadores ms influyentes del pas se reconocan comoseguidores de Gall. Esteban Echeverra, en 1843, declar que era frenologista;en 1827 haba sido sensacionista, como la mayora de sus coetneos emancipadosde la teologa colonial (Ingenieros, 1920: 68-39). Como puede apreciarse en laspalabras de Jos Ingenieros, los antecedentes frenolgico/fisiognmicos se hallanpresentes en la mentalidad de varios de los actores ms influyentes de la comunidadcientfica en la Argentina decimonnica.

    Echeverra no fue el nico miembro de la intelligentziaargentina que expres suapego a los principios frenolgicos. Sarmiento exhibi un profundo conocimientoen la materia al momento de redactar su Facundo. Sus mismas observaciones as loatestiguan:La frenologa y la anatoma comparada, han demostrado, en efecto,las relaciones que existen entre las formas exteriores y las disposiciones morales,entre la fisonoma del hombre y la de algunos animales a quienes se asemeja en sucarcter (Sarmiento, 2001: 71). La atencin asignada por Sarmiento a los estudioscraneanos expona la alta estima intelectual que los pensadores le guardaban aese campo del conocimiento. Por caso, se puede apreciar la importancia que los

    crneos detentaban, siempre segn la mirada frenolgica, a la hora de esbozar laslneas filogenticas del gnero humano.

    Ms atrs del fueguino est el crneo del hombre de Neanderthal, que es laforma ms animal encontrada en los terrenos cuaternarios de Europa. Hayde stos, tan raros all, varios ejemplares aqu; y conservan an la ganga depiedra, los crneos petrificados, arrancados a las rocas que los envolvieroncuando la roca era de barro, y llanura la montaa donde quedaron depositadosen el fango los animales muertos (Sarmiento, 2001: 74)

    Sarmiento, siempre actualizado en el estado del arte de los saberes que caan enel orden de sus intereses, recurri a las evaluaciones frenolgico-fisiognmicasal momento de redactar la descripcin del protagonista de su obra capital.Facundo, pues, era de estatura baja y fornida; sus anchas espaldas sostenansobre un cuello corto una cabeza bien formada, cubierta de pelo espessimo, negroi ensortijado (Sarmiento 2001: 71. El destacado es nuestro). Lo que aparentaser una simple caracterizacin descriptiva de los rasgos particulares de FacundoQuiroga donde la mencin de las proporciones adecuadas de la cabeza operacomo un detalle de color se transforma en un examen detenido de las relacionesexistentes entre la forma de su rostro, los rasgos seos del crneo y su efigie en

    general. Su cara un poco ovalada estaba hundida en medio de un bosque de

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    pelo, a que corresponda una barba igualmente espesa, igualmente crespa inegra, que suba hasta los juanetes, bastante pronunciados para descubrir unavoluntad firme i tenaz(Sarmiento, 2001: 71. El destacado es nuestro). Segn su

    parecer, los contenidos frenolgicos se acoplaban con los elementos fisiognmicoshasta darle forma a un retrato diagramado con un solo propsito: propenderhacia la comprensin psicolgica del individuo por va de la descripcin de lasparticularidades craneolgicas del sujeto evaluado.

    Sarmiento articul sus evaluaciones frenolgicas con la oportuna contextualizacinsocio-histrica, al considerar que la predisposicin personal constitua unimpulso congnito, determinante en su impronta pero difuso en su realizacin,por hallarse en estado embrionario. Segn su parecer, la dimensin innata deltemperamento subjetivo adquira una fisonoma conductual especfica al abrigo

    de un escenario que encuadrase y ordenase la pulsin interior de los sujetos. En elcaso de Facundo Quiroga, comenta que: La estructura de su cabeza revelaba, sinembargo, bajo esta cubierta selvtica, la organizacin privilegiada de los hombresnacidos para mandar. Quiroga posea esas cualidades naturales que hicieron delestudiante de Brienne el Genio de la Francia, y del mameluco oscuro que se batacon los franceses en las Pirmides, el Virrey de Egipto (Sarmiento 2001: 72).

    Reconociendo la predisposicin natural de Quiroga para la direccin de loshombres, Sarmiento lo compara con Napolen y con Mohamed Al (un guerreromameluco, que luego de luchar contra el ejrcito comandado por Napolen

    consigui ser nombrado Baj de Egipto entre 1805-1840), con la intencin dedesplegar un dispositivo explicativo, mediante el cual se pudiera tornar ostensiblela relacin de interdeterminacin existente entre la personalidad y el medio. Lasociedad en que nacen da a estos caracteres la manera especial de manifestarse:sublimes, clsicos, por decirlo as, van al frente de la humanidad civilizadaen unas partes; terribles, sanguinarios y malvados son en otras su mancha, suoprobio (Sarmiento, 2001:72). En resumen, Sarmiento opina que la conductade las personas se configura en la resultante de una dialctica entre el bagajeinmanente a la individualidad del sujeto y el contexto puntual en el cual deba

    desenvolver su agencia. De tal forma, el autor complejizaba el anlisis frenolgicoal complementarlo con una lectura sociolgica donde la praxis individual entanto que manifestacin actitudinal de una organizacin psquica exteriorizadaen los atributos craneanos y en los rasgos faciales adquiriera sentido en base alas oportunidades y condicionamientos impuestos por el entorno.

    Retomando un aspecto que aparentaba ser una mencin tangencial en una citaanterior, advertimos que Sarmiento consideraba un segundo par de componentesen la investigacin frenolgica. Sumado al vnculo consustancial entre conductaindividual y contexto social, se reconoca la presencia de una doble ligazn entre

    la conducta y el aspecto de las personas. La primera implicaba un vnculo de

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    determinacin entre las disposiciones actitudinales subjetivas y la forma delcrneo. En tal relacin el ejercicio de la caracterologa permita la reconstruccinde la estructura intelectual y emotiva en base a la bidireccionalidad que exista en

    la influencia. A saber, una determinada conformacin craneana implicaba unapredisposicin particular hacia una gama de comportamientos especficos. Ensentido contrario pero con un nivel idntico de certeza, la deteccin de una seriede actitudes y procederes daba lugar a colegir una morfologa craneana puntual.

    Un segundo aspecto independiente de la forma de la cabeza, pero que tampocose hallaba por completo desvinculado de la anatoma de la testa, indicaba quelos parecidos fisonmicos entre humanos y animales daban pie a la realizacinde observaciones ms profundas sobre la personalidad del individuo. Casiinadvertidamente, Sarmiento esbozaba una instancia analtica habitual en el

    quehacer frenolgico. El ejercicio analtico se compona por tres exmenessolidarios entre s y a la hora de disear un perfil psicolgico de un sujeto, sinpor ello otorgarle un orden de prelacin necesario a la relevancia de los nodosde reflexin frenolgicos tomados en consideracin (Caro Baroja, 1988, 1993;Hassin y roppe, 2000). En lo que sigue veremos que la lectura de Sarmientomodifica a su parecer los componentes del anlisis.

    Comenzando por el eje sociolgico del anlisis, advertimos que Sarmientodemandaba un esclarecimiento especulativo que contribuyera a arrojar luzrespecto del cariz de la relacin de influencia desarrollada entre la conducta de una

    persona, y el marco socio-histrico donde se insertaba. Descifrar las consecuenciaso inferir las causas que signaban el lazo de unin entre el proceder de unparticular, con las chances y condicionamientos establecidos por la coyuntura,conllevaba a integrar en un mismo razonamiento los dos factores actuantes. Locual daba por resultado un principio de subordinacin donde se jerarquizabael escenario por sobre el actor. De acuerdo a este precepto, el plano de accinhaca sentir su peso contextual sobre la pre-determinacin actitudinal. La lgicaoperante detrs del supuesto dictaminaba la primaca del encuadre coyunturalpor encima de la capacidad de agencia subjetiva.

    En virtud de que la trama socio-histrica donde se situaba el actor incida yorientaba las pulsiones innatas de la persona en cuestin, Sarmiento opinabaque el escenario tena la capacidad de estimular, modificar, disminuir o inclusoanular el repertorio de capacidades e inclinaciones psicolgicas inmanentes delsujeto bajo escrutinio. Las evaluaciones restantes remiten por un lado al ensayoinferencial de matriz estrictamente frenolgica, donde se conjugan la morfologacerebral, la anatoma craneana y la conducta individual (elemento que ya hemosanalizado), mientras que por otro se instala una instancia de reflexin originadaen el campo fisiognmico desarrollado por Johann Caspar Lavater, un estudioso

    contemporneo de Gall. La fisiognoma comprenda el estudio de los rostros

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    humanos en bsqueda de similitudes y parecidos con los semblantes animales,asociacin que conllevaba la proyeccin de las supuestas caractersticas animalesal hombre cuyo rostro guardaba alguna semejanza zoolgica (Mariaca, 2010).

    Te Peoples Cyclopedia of Universal Knowledge: (1883) W. H. De Puy

    Sarmiento tambin se vali de los relevamientos craneomtricos y los planteostericos formulados por los tericos que influyeron en la consolidacin cientficade la antropologa. al como lo atestigua una mencin hecha en su libro Conflictos

    y armonas(1883), Sarmiento abrev en esquemas explicativos anlogos a losdel Perito Moreno. En palabras de aquel: Brocca tuvo ocasin de comparar 115

    crneos autnticos de parisienses del siglo XII, con otra serie de crneos del sigloXIX (Sarmiento, 1883: 24) para determinar la capacidad craneana diferencial delos respectivos grupos humanos. Junto a Brocca, Gall tambin aparece nombradocomo una cita de autoridad en una serie de disquisiciones frenolgicas relativas ala creatividad de los pueblos. El juicio de Gall, corroborado por Sarmiento, indicala existencia de caracteres adquiridos a nivel poblacional:

    Diez y siete mil inventos han pedido patente el pasado ao hasta junioen los Estados Unidos; y aunque no se haya concedido la mitad, y lamitad menos se vengan concediendo en un siglo, con eso solo tenemos

    un pueblo armado de cien mil instrumentos de labor, distanciando de tal

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    manera a todos los pueblos contemporneos, que puede decirse que es undesarrollo del cerebro humano, preparado ya normalmente para inventarmquinas, como puede decirse que la veneracin segn el sistema de Gallha modelado la forma del crneo yankee predisponindolo al espiritismo,el mormonismo, el adamismo, y otras degeneraciones del sentimientoreligioso (Sarmiento, 1883: 332).

    Atentos al tenor de las palabras de Sarmiento citadas hasta aqu, parecera queel autor se limita a presentar una serie de opiniones fundadas en la simpledenigracin de lo diferente. Empero, la riqueza de su obra tambin contemplapasajes donde la contextualizacin de los acontecimientos pone en evidencia lacreencia de Sarmiento en que el progreso era el vector que impulsaba a todos lospueblos (aunque a unos ms rpido que a otros). De tal forma, al momento de

    hablar sobre los indgenas, y sealando que por miserables que sea su existencia ylimitado su poder intelectual, no deba pasarse por alto que nos encontrbamosen presencia de nuestros padres prehistricos, a quienes hemos detenido en susperegrinaciones e interrumpido en su marcha casi sin accidente perturbador atravs de los siglos (Sarmiento, 1883:75). Lejos se halla Sarmiento de aparecercomo un proto-indigenista. Pero tampoco sera una postura exacta interpretar suobra como una simple crtica dirigida hacia la otredad. Sin embargo, las lecturascontemporneas de su obra han quedando atrapadas dentro de una versinintelectual tan simplificada como inexactamente derivada del Facundo. Podemossintetizar la situacin trayendo a colacin las palabras que scar ern le dedicaraal tema en una obra de aparicin pstuma:

    Civilizacin y barbarie conforman muchas veces dos estructurasfuertemente diferenciadas y aun polarizadas en forma dicotmica yexcluyente. Pero en otros momentos, como cuando se habla de Rosas,lo civilizado y lo brbaro aparecen entrelazados, mezclados, hibridados. Deesto ltimo es posible pensar que lo que caracteriza a la Argentina queSarmiento ve es precisamente el encuentro, la interpenetracin, la friccinentre ambos elementos, y no su existencia independiente la una de la otra(ern, 2007: 69. El destacado es nuestro).

    Casi medio siglo despus de la redaccin del Facundo, otro exponente de laintelectualidad nacional plasm en una nota para un peridico la vitalidad de laque gozaba la frenologa en el imaginario cientfico argentino.

    Por mi parte, insisto en que el hombre est en lo exterior, y que lo nicoque hace insoluble, sino complicado e intrincado el problema, provienede la dificultad de analizar el rostro en accin, bajo la influencia de lasagitaciones interiores. Es imposible, moral y fisiolgicamente imposible,que una naturaleza spera, dura y por qu no, cruel, oculte, como lo

    infinito, algunos abismos insondables de ternura. Y es posible que en el

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    primer caso el alma se sienta flaca para el bien, por cobarda, y apta hastael sacrificio, en el segundo, por todos los arranques de valor (Mansilla,[1889-1890] 2000: 341).

    Lucio V. Mansilla, un notorio evaluador de personalidades y reconocido porla suspicacia con la cual realizaba sus descripciones (Popolizio, 1954), puso derelieve el ncleo de ideas, nociones y sentidos que giraban en torno a la evaluacinfrenolgico/fisiognmica. En el trascurso de su relato incluye al doctor donPedro Gooyena dentro de la corriente frenolgica por afirmar que cada hombre(era ms o menos lo que deca) tenan la fisonoma interna de su exterioridad(Mansilla, [1889-1890] 2000:338). En una de sus mltiples intervencionesperiodsticas, denominada con el sugerente ttulo de Cara Larga, Mansilla sedetuvo a pormenorizar los componentes conceptuales a disposicin del analista

    de conductas que condujera su estudio en atencin a los rasgos fenotpicos de laspersonas. A su vez, identific el mrito particular contenido en las contribucionesde los fundadores de las disciplinas frenolgica y fisiognmica, mbitos cientficosen los cuales l mismo se mostr como un entusiasta practicante.

    odos ustedes saben que la ciencia cuenta entre sus grandes representantesa Lavater y a Gall. Saben () que el primero ha intentado demostrarlas relaciones que existen entre el carcter del hombre y la forma exteriorde sus facciones; y el segundo, las coincidencias que existen entre ciertasprotuberancias del cerebro y las inclinaciones naturales de nuestra especie

    () Lavater ha demostrado que todos nos parecemos a algn animal ()y estudiando las costumbres de esos animales, ha llegado a esta curiosaconclusin: que el que tiene cara de mono es lascivo; que el que tiene carade chancho, por ah va; que el que tiene cara de zorro no carece de astucia;que el que tiene cara de pavo real, pavo es; y para concluir, que el que tienecara de len es bravo () Gall, para hablar slo de l, ha demostrado a suvez, con numerosos ejemplos tpicos, que el que tiene muy desarrolladasciertas protuberancias obedece invenciblemente a ciertas inclinaciones; ysiguiendo a Lombroso y los de su escuela su mismo procedimiento, hay

    ya una galera interminable en la cual se apoya la frenologa trascendental(Mansilla, 1997:59).

    Con sus palabras, Mansilla resume la legitimidad de la cual gozaba la frenologaen la Argentina de finales del siglo XIX y, valindose de la amalgama frenolgico/fisiognmica, se permiti retratar a sus contemporneos. Apelando al espectro deevaluaciones cientficas disponibles para el analista de personas, Mansilla redactun amplio nmero de descripciones donde se combinaban, segn su parecercontingente, distintos instrumentos de investigacin. Valindonos de la efigie queformul sobre Abel Posse podemos apreciar en accin la batera de herramientas

    pertinente a los anlisis caracterolgicos. Deca de su contemporneo: recta la

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    cabeza; y una frente espaciosa, un poco arqueada y unos ojos pardos, obscuros,grandes, rasgados, chispeantes, adornados de una nariz aguilea, abultada;correctamente perfilada, revelaban un temperamento rico, vigoroso, libre en sus

    acciones, la agudeza y la memoria necesarias para penetrar y retener las cosasgraves (Mansilla, 1894:60).

    Durante su famoso viaje a las tolderas de Mariano Rosas, Mansilla tambin se reservun espacio de meditacin para efectuar anlisis de naturaleza frenolgica, tomndosea s mismo como objeto de indagacin. Los resultados que arrojaron sus reflexionesadquirieron un matiz crtico que luego devendra en una actitud casi confesional: Yotengo, poco desarrollado el rgano frenolgico de los tonos (Mansilla, 2003:157). Acontinuacin, ntese que el sentido del odo es conceptualizado como una extensinde la estructura frenolgica imperante en su propio ser, mientras que las deficiencias

    en la apreciacin musical lo conducirn a una serie de deducciones cuyo talanteamenazaba con perjudicar su buen nombre y honor.

    Segn Mansilla, la incapacidad auditiva, entendida como una falencia derivadade su conformacin frenolgica puntual: Es una fatalidad como cualquier otraque en principio semejara restringirse al campo de lo anecdtico. Sin embargo,el autor le asigna una interpretacin diagnstica rayana en lo preocupante al serpuesta en relacin con una interpretacin moral sobre los sujetos que sufren talespadecimientos. e contara a este respecto algo muy curioso, un triunfo de lafrenologa, o en otros trminos, la historia de mis padecimientos infantiles por

    la guitarra. Y te la contara a pesar del natural temor de que me creyesen msmalo de lo que soy; porque tengo la desgracia de ser insensible a la armona(Mansilla, 2003:157). odo indicara que el saber popular configurado en tornoa la condicin de asepsia emotiva en el plano acstico, coincida en asumir unaopinin desfavorable hacia la persona que poseyese la mencionada peculiaridad.

    De acuerdo a lo declarado por Mansilla, a causa de un principio frenolgicodifundido en el terreno de la frenologa verncula, la gente juzgaba que quienfallase en conmoverse ante la msica tampoco dispondra de una inclinacinnatural hacia la virtud. sabes, que segn las reglas del criterio vulgar, nopuede ser bueno quien no ama la msica, las flores, aunque ame muchas otrascosas que embriagan y deleitan ms que ellas. Hay gentes que de buena fe creenque el sentimiento esttico o del arte es inseparable de los hombres de corazn(Mansilla, 2003:157). Para ms inri, la deficiencia frenolgica amenazaba condevenir en un estigma de corrupcin moral.

    Cmo operaba este peligro? Mansilla tema que el padecimiento crnico de unsuplicio sensorial viniera de la mano de una mala interpretacin por parte de suscongneres. De ser convalidado por la opinin general, el equvoco generara una

    asociacin entre la indiferencia frente a la emotividad provocada por el arte con

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    una predisposicin natural hacia el vicio y la maldad. La falta de fruicin o disfrutemusical representaba de por s una condicin patolgica reconocida por el propioautor. Pero en caso de que ocurriera una distorsin en las consecuencias morales

    del diagnstico, la insuficiencia frenolgica se traducira en una predisposicingentica hacia la malevolencia. Era sensato precaverse ante un horizonte como elconsignado? S, segn el sentir de Mansilla. La realidad del riesgo resida en quela enorme validacin social atribuida a la frenologa.

    Por ello, una distorsin perniciosa (aunque involuntaria) del conocimientosocial producido en ese campo, poda transformarse en una mcula que pesasecontra la persona que sufriera el sealamiento oprobioso de sus contemporneos.

    Y el autor, consciente de las posibles habladuras, deseaba prevenir cualquiertipo de prognosis frenolgica equivocada cuyo error significase sufrir el

    escarnio de los prjimos. No en vano Mansilla cifraba la esperanza de superarla situacin potencialmente deshonrosa en la educacin del pblico lector desu obra. Apelando a un recurso pedaggico-didctico, que en ltima instanciase encontraba anclado en su propia erudicin sobre la materia, el autor buscsembrar el descrdito en derredor del dictamen clnico que l considerabainfundado (y a la sazn, factible de deteriorar su renombre).

    Mansilla tena experiencia en los anlisis de este tipo. Aun por encima de laidentidad del objeto/sujeto de estudio sobre el cual se ejerciera el estudio,el autor sostena que trayendo a colacin la frenologa, en la que soy ducho(Mansilla, [1889-1890] 2000:170) poda alcanzarse un conocimiento sutily casi imperceptible para el lego en la materia. Consciente de sus limitacionesexplicativas, Mansilla reconoca la enjundia cientfica del sistema frenolgico/fisiognmico. Yo no entrar aqu a analizar los sistemas fisonmicos de Lavatery de Gall, las localizaciones cerebrales establecidas por el clebre mdico suizo.ampoco me detendr a discutir sobre la posibilidad de llegar a las localizacionesfaciales, a la interpretacin de las formas y de los movimientos no slo del rostrosino del cuerpo (Mansilla, [1889-1890] 2000:339).

    En su disertacin a favor de la frenologa, extiende el campo de reconocimiento derasgos conductuales y fenotpicos a la totalidad del cuerpo humano. Esta formastienen, sin duda, ciertas relaciones con nuestro sistema nervioso, y pueden darindicios de las cualidades de la inteligencia, de las inclinaciones, de los hbitos de unsujeto cualquiera. Y por qu no? (Mansilla [1889-1890] 2000: 339). Valindosede una serie de razonamientos concatenados que incluyen el sistema nervioso, lacognicin y las predisposiciones naturales hacia determinadas conductas, Mansillatrasciende las restricciones disciplinarias hasta contemplar la corporalidad enteracomo terreno de reflexin. Si el rostro y el cuerpo en estado de reposo tienen su

    lenguaje, con tanta ms razn lo han de tener cuando se mueven, ilustrndonos,

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    por decirlo as, sobre el estado de nimo. Segn su parecer, lo somtico en plenoexterioriza la constitucin espiritual y mental inmanente al sujeto. Si, el cuerpohace, hasta cierto punto, visible el alma a la observacin del que sabe asociar la

    penetracin de la mirada a la seguridad del juicio. eh!, ah est todo el quid de ladificultad (Mansilla, [1889-1890] 2000: 339).

    Ya durante sus viajes juveniles, en ocasin de su visita a Londres, haba tenido laocasin de ponerse en contacto con un frenlogo renombrado llamado Donovan,quien brindaba sus servicios clnicos. Ironizndose a s mismo, Mansilla se presentacomo un inexperto joven de diecinueve aos que recurre a la realizacin delexamen frenolgico por parte de un docto profesional en el tema. Continuandocon su narracin, el autor comenta que puso su crneo bajo la inspeccin de losdedos del sabio (Mansilla, [1889-1890] 2000: 209) quien dio paso a su dictamen:

    No puede llamarse seguro (Safe) el tipo de esta cabeza, por faltarlesecretividad y cautela, esto es, discrecin y circunspeccin, al paso queestn en condiciones muy activas las facultades productivas de la aficina las mujeres y a la buena mesa. Es malo ser tan abierto, franco y cndidocomo esta cabeza, pues para hacer con seguridad el viaje de la vida senecesita alguna astucia, reserva, rebozo. El que abra a todo el mundo eldepsito de su corazn, se ver pronto despojado de su contenido, congrave dao de s mismo. Es natural, franco, ingenuo, inartificioso, valiente.

    Aficionado a los placeres, amistoso, generoso, confiado e inclinadsimoa obrar segn los dems: comer con los gastrnomos, beber con losbebedores, fumar con los fumadores, besar con los besucadores y as(And so on). Si bien valeroso y confiado, es, no obstante, poco dado a laesperanza, y abandonar por imposible lo que vea que no puede ejecutaren el acto (Mansilla, [1889-1890] 2000:209-210).

    El diagnstico continu con una enumeracin de cualidades intelectualesintrnsecas a la estructura craneana detectada: claridad, rapidez y practicidad.Lamentablemente, cada una de las virtudes vena acompaada de una limitacin

    en su extensin. Sus rasgos frenolgicos mostraban a las claras que todas suscualidades positivas carecan de profundidad y solidez (Mansilla, [1889-1890]2000: 210). Mansilla siempre record el anlisis craneoscpico de Donovanporque los resultados que arroj la inspeccin tctil sobre su cabeza llev al expertoa advertirle que deba precaverse de sus inclinaciones naturales. Es malo ser tanabierto, franco y cndido como esta cabeza (Mansilla, [1889-1890] 2000:210).

    No obstante la caracterizacin formulada por Donovan, que podra interpretarsecomo una descripcin clnica donde la fisonoma moral del individuo examinadose encontraba anclada en el optimismo, el anlisis vena epilogado con una

    nota de puerilidad. Si bien valeroso y confiado, es, no obstante, poco dado a

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    la esperanza y abandonar por imposible lo que vea que no puede ejecutar enel acto (Mansilla, [1889-1890] 2000: 210). La franqueza del autor lo llev arevelar los corolarios de una indagacin cuyo acierto, y a juicio de Mansilla haba

    mucha certeza tanto en la tcnica del reconocimiento craneoscpico como enla experticia de Donovan, lo sealaban como una persona veleidosa que sufrauna fuerte cuota de inconstancia. A pesar de lo cual, y en honor de la verdadfrenolgica, el autor prefiri desnudar el trasfondo de su personalidad antes quevulnerar la rigurosidad cientfica del diagnstico.

    Otros autores compartieron la misma tnica cientfica que Mansilla al momento deredactar sus obras. al es el caso de Daireaux, en cuyo libro ipos y paisajes criollosincluy una serie de observaciones frenolgicas. A la hora de retratar a los aborgenesque poblaban la toldera del cacique Pincn, Daireaux recurri a un despliegue de

    precisiones ocupadas de la forma de los crneos como dispositivo patentizador deun ethos primitivo (1901:248). Por su parte, Eduardo Holmberg incluy a Manuelde Aliveira en su novela La bolsa de huesos. Se trataba de un frenlogo, adltere delmdico protagonista de la historia, cuya pericia craneolgica asistir al hroe a lolargo de su derrotero detectivesco. El autor expres sus inquietudes frenolgicas atravs de las disquisiciones efectuadas por el personaje secundario. Buena parte desu desempeo argumental const en estudiar las cabezas de los personajes centralesdel escrito, para finalmente descubrir una inclinacin comn hacia la vocacinmdica en muchos de ellos (Holmberg, 1896).

    Las alusiones teidas de frenologismo abundan a principios del siglo pasado. Porcitar solo algunas, podemos reproducir la impresin que caus para el joven ManuelGlvez su encuentro con Paul Groussac: Su fsico estaba en ntima correlacincon su carcter: hombros puntiagudos, facciones angulosas, nariz afilada. odoen l eran puntas y aristas (citado en Vias, 1998:58). En las palabras de Glvezaparecen de forma ostensible la valoracin y la validacin con las que contaba laidea de la existencia de un vnculo estrecho entre la idiosincrasia de una personay su aspecto exterior. Situacin que denota el influjo tangencial de Gall y Lavateren el razonamiento que conduca la observacin.

    Nombrando un ltimo ejemplo dentro del amplio abanico de posibilidades, traemosa colacin el caso de Leopoldo Lugones, quien recurre a la frenologa interpeladapor la disciplina fisiognmica, a la hora de elogiar a Domingo Faustino Sarmiento.El anlisis de los rasgos de la cabeza por Sarmiento se inaugura con una muestrade apego a la ciencia de Gall y Lavater. Su cabeza nica en nuestra craneologaclebre, es tan fuera de molde como su entidad espiritual. Nada es ms curiosoque ver cmo fue formndose entre las vicisitudes Como un caso de exhibicinleonina, aparece en la historia nacional la cabeza de Sarmiento. Bien examinada, ellaes un resumen de su carcter (Lugones, [1911] 1945:16. El destacado es nuestro).

    A continuacin, su erudicin lo lleva a realizar una exposicin de alta sofisticacin

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    descriptiva, a la hora de exponer la admiracin sentida hacia el sujeto que nuclea suinters y admiracin. Nos valdremos de una cita extensa para ilustrar la complejidadque poda llegar a adquirir una lectura frenolgica docta:

    Su espritu esencialmente positivo, su tendencia absoluta a la accin, suconcepto materialista de utilidad, su sensualismo, su pantesmo, su vivacidad,su curiosidad, su impetuosidad colrica, dimanan visiblemente del conflictode espritu y materia que aquella cabeza manifestaba, y de donde provenasu fealdad casi cruel. Es, en efecto, un techo formado por la convergenciaascendente de los parietales; una conformacin de vileza gentilicia. Por nos qu circunstancia paradojal, a Sarmiento le resultaba hermosa. En laarquitectura de aquella cabeza tan peculiar, formaba una especie de miembroesttico, que defenda de la bestialidad posterior con la nobleza de una torre

    de combate. Preponderaba otra vez la tendencia inferior, al determinar laproyeccin de la quijada prgnata, caracterstica en l hasta hacer de su labioun belfo. Aquello, en virtud de la conocida relacin facial, presentbale ato,aun cuando no lo era; si bien la prominencia superciliar muy desarrollada,acentuaba todava aquella impresin. Mas la cara chica con relacin a la cabeza,y sobre todo a la frente, restablece la superioridad psquica; constituyendo elrasgo capital de la estructura humana, que el rostro sea apndice del crneo.

    As, resultando ste a vista de pjaro (norma verticalis) y en su proyeccinmandibular, un verdadero crneo de negro, la frente y el rostro vienen adeterminar una fisonoma declaradamente caucsica. Nada ms ennoblecido,en efecto, de energa espiritual (Lugones, [1911] 1945:16-17).

    Complementando la descripcin de la testa con una breve alusin al parecidode Sarmiento con un felino poderoso, Lugones se adentraba de lleno en ladiagramacin de una semblanza minuciosa, donde se articulaban con rigurosidadlos conceptos instrumentales, de ndole estrictamente anatmica, con aquellossuministrados por la frenologa y la fisiognoma. El crneo, de irregularidaddolicocfala, comporta una aproximacin animal, acto continuo compensadapor la frente notoria. Pero esta faccin ofrece a su vez un resultado opuesto. Lanorma frontalisde Sarmiento, o sea el aspecto anterior de su crneo, manifiesta latendencia piramidal, comnmente desventajosa, de los individuos llamados porVogt tectocfalos (Lugones, [1911] 1945:17). El anlisis formulado constituye elejercicio frenolgico ms detallado y minucioso que hemos podido localizar. Pesea su extensin, resulta pertinente detenernos una vez ms en la exposicin, envirtud de la precisin y la amplitud que presenta el testimonio. Lugones pone en

    juego un amplio espectro de elementos diagnsticos: los rasgos faciales, la formacraneana, la presencia y ausencia de cabello, el permetro de las cejas, la potenciade la mirada, la morfologa de los labios y el permetro de la boca. En conjunto,para el improvisado frenlogo, el universo de rasgos individuales da forma a un

    umbral desde el cual inspeccionar el alma de las personas:

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    Desde la cspide encalvecida, diltase entre los lejanos aladares el inmensocampo frontal, arado de pensamiento a triple surco. Advirtese en suprominencia la marmrea luminosidad, el empuje de las ideas que componenla cimbra de aquella bveda. Cae sobre las cejas hirsutas, tras cuya prominenciacontrctil como un spid avizor, est emboscada la tremenda voluntad. Deall adentro, la mirada que fatigaron desmesuradas lecturas, prolonga con unmagnetismo8impvido la remota arrogancia inherente a la pupila diurna dellen. Al reflejo diverso de su alma, aquellos ojos, como las espadas, tienenuna doble luz. Serenos, tiran a un viso amarillento sobre el fondo pardo claro.Furiosos, obscurcense hasta la lobreguez, profundizados por la congestininterna. Constryanse la nariz robusta y ancha como una pata de braco.Los surcos que limitan la zona cigomtica y prolongan las comisuras labialescon una profundidad de devastacin, destacan la vasta boca cuyo desborde

    traza compulsivo neuma. Y cosa extraa! En la energa atroz de semejanterostro, aquellas arrugas parecen definir una especie de prolongacin lagrimal,comunicando a la escabrosa fisonoma la fiera triste que padece en aquellaestructura de hombre de las cavernas, forzada a reproducir la cueva originariaen plena roca primordial (Lugones, [1911] 1945:18).

    En virtud de que las observaciones frenolgico/fisiognmicas se multiplican en lasobras de Moreno, Zeballos, Sarmiento y en particular en los escritos de Mansilla,proyectndose tambin hacia la produccin escrita argentina del siglo XX (comolo demuestra la extensa cita de la obra de Lugones) optaremos por no abundaren ms ejemplos. Al nombrar algunos de los mayores exponentes intelectualesde la Argentina durante la segunda mitad del siglo XIX, creemos haber puestode relieve la impronta intelectual reservada a la ciencia de los crneos que tantodeslumbr a las mentes de la poca. Los ejemplos se multiplican y los estudioscientficos interesados en la situacin de los crneos indgenas reflejan la vigenciade la temtica (Lzzari, 2008; Pepe et al., 2010).

    Consideraciones finales

    A dnde hemos arribado con este artculo? Lo anterior supone la enunciacinde un interrogante legtimo a la hora de efectuar un balance entre los objetivos,los desarrollos argumentales y las lecturas integradoras, que intentan recuperar

    8 El magnetismo fue considerado alternativamente como una fuerza preternatural que manifestaba su fuerzaen trminos simpatticos o como una simple chapucera digna del ms completo olvido. En el caso de losadeptos a la frenologa, el magnetismo constituy una cuestin de peso dadas las mltiples influencias queejerca en la vida de las personas. As lo muestra Mansilla cuando, fascinado por los misterios que envuelvenlas conexiones nerviosas que conectan al cerebro con la mano, declara que la profundidad de su asombrohace palidecer aun a los fluidos imponderables, el galvanismo, la electricidad, el magnetismo, los cuales no

    valen un nervio infantil operando (Mansilla, [1889-1890] 2000:206). El cuerpo se impona en la mentalidadcientfica como un campo de indagacin casi por completo virgen, cuyos enigmas causaban vrtigo a quienesse abocaban a desentraarlos. La complejidad de la anatoma humana como eje de indagacin cientfica

    refuerza la centralidad asignada a la frenologa en la empresa del conocimiento positivo.

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    en clave sinttica el trayecto recorrido a lo largo de estas pginas. Nuestraintencin se orden detrs de una serie de objetivos que respondan a inquietudesespecficas, cuyo comn denominador se advierte en la Frenologa. En primer

    lugar reconstruimos de forma somera el entramado histrico y disciplinariomediante el que se construy y consolid la Frenologa como prctica cientfica.Habiendo sentado las bases desde las que resultaba inteligible la lgica terica,metodolgica y conceptual de la praxis frenolgica general, redujimos la escalatemporal y espacial de anlisis hasta restringirnos al marco argentino de la segundamitad del siglo XIX.

    En dicho contexto se verific el afianzamiento de la Frenologa en el campoacadmico argentino de la mano de dos elementos intervinculados. Por unlado, la craneologa se inscriba dentro de los parmetros y condicionamientos

    epistemolgicos impuestos por el paradigma cientfico imperante en la poca:el positivismo. Por otra parte, un amplio segmento de las personalidades queocupaban los puestos clave en las instituciones universitarias, musesticas y deinvestigacin nacionales, reconocieron el estatus de ciencia de la Frenologa yllegaron a practicarla.

    Conseguimos reportar algn tipo de incremento en el estado del conocimientosobre el pasado argentino? En relacin a nuestra temtica de investigacin,se observa que la tnica cientfica que articulaba a la Frenologa con el sueloparadigmtico de la poca, daba lugar a la formulacin de una larga serie de

    asociaciones entre lo cuantitativo y somtico y lo cualitativo y conductual. Comoantes establecimos, nuestro foco de inters se centr en la Frenologa, sus supuestostericos, las implicaciones conceptuales imbricadas en su estructura disciplinariay las consecuencias prcticas de su ejercicio. Ello nos brind la oportunidadde observar la manera puntual en la que las mediciones y comparacionescraneolgicas, frenolgicas, corporales y fisiognmicas daban forma a un terrenode reflexin intelectual signado por una pretensin constante. Se deseabaordenar en trminos taxonmicos y clasificatorios la evidencia conocida por laobservacin y, concomitantemente, predecir los eventos a suceder, o reconstruir

    los acontecimientos ya ocurridos.omando como eje de anlisis a los crneos, los cerebros o las conductas a partirde su carcter mesurable (el nico elemento de validez cientfica que reconocael enfoque positivista), se ambicionaba recuperar las formas de las cabezas, laanatoma de las masas enceflicas y los comportamientos que escapasen a laobservacin directa del estudioso. Basados en el supuesto que indicaba la relacinde causa-efecto entre una topografa cerebral con un tipo de personalidad(tomando a la forma craneana como una exteriorizacin de la volumetra delrgano del pensamiento), bastaba con contar con uno de los factores del tndem

    determinativo para reconstruir el componente faltante.

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    A su vez, el manejo operativo de las taxonomas logradas en la tarea frenolgica,tipos de cerebros, crneos y conductas, autorizaba al especialista a inferir aquellosaspectos de la situacin que escapasen a su dominio. El esquema planteado

    colmaba las expectativas cientficas decimonnicas. Permita ordenar lo conocidoen conjuntos homogneos en su interior, sintetizando la diversidad en definicionesclasificatorias en la unidad categoriales generalizadoras. As, se posibilitaba sortearintelectualmente el hiato que separaba lo visible con lo imperceptible.

    Luego de habernos detenido en las particularidades cientficas que caracterizabanel terreno frenolgico, indagamos sobre un costado poco estudiado de algunaspersonalidades polticas y cientficas centrales en el escenario argentinodecimonnico. Al considerar las retroalimentaciones operantes entre camposdel saber y espacios de actividad mbitos de inters y desempeo que muchas

    veces se conjugaban en una misma persona se pone de relieve la trama deintervinculaciones extendida entre las instituciones de mayor relevancia socialen la Argentina de la poca. El presente escrito representa un aporte somerorespecto de la frenologa argentina. El campo de estudio se halla poco exploradoy espera investigaciones de mayor envergadura, capaces de diagramar conmayor especificidad un segmento importante y poco conocido de la genealogaintelectual argentina.

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