aÑo 15 n.º 171 marzo de 2015 - larevistaagraria.org · en el marco de la conferencia mundial...

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AÑO 15 N.º 171 MARZO de 2015

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AÑO 15 N.º 171mArzO de 2015

2 LA REVISTA AGRARIA / 171

Publicaciones

contenido

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Entre el minifundio y la gran propiedad, la pequeña agricultura existe

Quesos ayacuchanos:¿Cómo potenciar su gran valor cultural y comercial?

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Las artimañas del Gobiernopara evadir el proceso de consulta sobre temas de minería

El Perú debe utilizar su riqueza genética para enfrentar al cambio climático

II Congreso Internacional de Terrazas. Encuentro de culturas y saberes de terrazas del mundo. Bueno de mesquita, mourik; Ti l lmann, Timmi (editores generales). Cusco: Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y Centro de Estudios regionales Andinos Bartolomé de Las Casas (CBC), 2015.Publicación que contiene una memoria

de las diferentes actividades y momentos desarrollados en el referido congreso, realizado en la ciudad del Cusco en mayo de 2014, y una sistematización de los testimonios, los debates, las plenarias y las conclusiones generados en las cinco mesas de diálogo que se establecieron. Descargable desde <http://bit.ly/1ECeAkQ>.

Perú. Reino de bosques. Peru. Kingdom of forests. Dirección general: Franco, Óscar, y Huberth Jara. Escritor: Castaño, José Alejandro. Lima: ministerio del Ambiente (minam), 2014. En el marco de la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático (COP20), realizada en diciembre de 2014, el Minam publicó este libro que recoge una importante información sobre los ecosistemas que ocupan la mayor parte del territorio peruano. La publicación presenta una serie de impactantes fotografías y un conjunto de textos que combinan la información científica, las historias y la poesía. Entre ambos generan un recorrido visual y literario por los distintos tipos de bosques que alberga nuestro país. Puede descargarse desde <http://bit.ly/1bktUJk>.

Agua, minería y cambio climático. Posicionamiento de la Red Muqui frente al cambio climático en el Perú. Diversas instituciones. Lima: red de Propuestas y Acción (red muqui), 2015.La Red Muqui tiene el interés de aportar proponiendo en la agenda pública nacional una serie de temas de discusión, como los del agua, la minería y el ordenamiento territorial. Esta publicación recoge las propuestas y el posicionamiento de la Red Muqui respecto a la

situación del cambio climático en nuestro país, con el objeto de que sean discutidas y puestas en la agenda nacional y que se inicie un serio debate sobre las medidas y acciones que debemos afrontar hacia el futuro para evitar que los impactos y consecuencias del cambio climático sean mayores. Puede descargarse de <http://bit.ly/1BfJDP4>.

12La paradoja de la abundancia de los recursos naturales

13El boom agroexportador,pero ¿de qué productores?

3marzo de 2015

n LRA hemos tratado, en repetidas ocasiones, de llamar la atención sobre la falta de voluntad política de las autoridades para llevar adelante una política alimentaria que enfrente decididamente

la desnutrición, las incertidumbres a la seguridad alimentaria, y prorice el fomento de una alimentación saludable.

Con el riesgo de parecer repetitivos, debemos decir que las medidas orientadas a encauzar al país hacia una real seguridad alimentaria han quedado a medio camino, en una mezcla de desinterés y de presiones de la industria alimentaria. Esta se opone a que se regule la publicidad de la comida no saludable (aquella que tiene en exceso sodio, grasas y azúcares e ingredientes artificiales), razón por la cual aún no se ha aprobado el reglamento de la Ley 30021, de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes. En cuanto a la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, que fue aprobada en diciembre de 2013, aún no se ha formalizado el Plan de Acción, sin el cual no se puede ejecutar. Ha pasado más de un año para que las burocracias de varios ministerios revisen la propuesta, con una lentitud digna de mejor causa. Finalmente, por razones inexplicables —o solo explicables si asumimos que la incapacidad es un rasgo sustancial del Congreso de la República—, una ley aprobada en el Pleno con alta votación, la de Seguridad Alimentaria y Nutricional, fue archivada.

La comparación con lo que ocurre en algunos otros países de la región nos produce una sana envidia. El Ministerio de Salud del Brasil acaba de difundir una «Guía alimentaria para la población brasileña»1. Es un documento orientador, producto de contribuciones de 27 oficinas estatales y de 3125 aportes de todo tipo de instituciones y personas, y que toma en cuenta estudios realizados por diferentes organismos de las Naciones

editorial

E

Fernando EgurenDirector

Guía para una buena alimentación: Brasil da el ejemplo

1 Versión original en portugués en <http://bit.ly/1mtswaW>.2 Ver <http://bit.ly/1FXUqDX>.

Unidas. El resultado es un documento de 150 páginas de un gran valor educativo. Como anota uno de los más influyentes diarios del Brasil, Folha de S. Paulo, la guía «es lúcida y corajuda», que «con un gran sentido común indica que la dieta debe basarse en productos poco procesados»2. Además, la guía explicita su compromiso con la garantía al derecho humano a la alimentación y pone en valor las tradiciones culturales locales.

El carácter educativo del documento se muestra con claridad en su propia estructura. Un primer capítulo introduce al lector en conceptos generales de lo que es la salud y su relación con la alimentación. Luego da recomendaciones generales sobre los alimentos que hay que evitar —los procesados— y los que hay que utilizar: las «preparaciones culinarias». El tercer capítulo hace una revisión de las preparaciones culinarias en su diversidad regional, sobre cuya base propone orientaciones específicas para la población brasileña. El cuarto capítulo aborda temas que generalmente están ausentes en la literatura sobre alimentación y nutrición: las circunstancias que rodean el acto de comer: la regularidad, el ambiente en el que se come y la conveniencia de comer en compañía. La guía cierra con una revisión de los obstáculos que pueden dificultar la aplicación de las recomendaciones hechas en las anteriores secciones.

Esta guía constituye un invalorable ejemplo para nuestro país. Existe, incluso, un marco legal que debe promover su elaboración —la ya mencionada Ley 30021— y la disposición de instituciones como la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) y otras de la sociedad civil que con entusiasmo participarían en tal iniciativa. Pero, por supuesto, la decisión política del Gobierno y de los ministerios más directamente involucrados —Minsa, Midis y Minedu— es el paso más importante.

Publicación del Centro Peruano de Estudios Sociales

Av. Salaverry 818, Jesús maría, Lima 11/ PerúTelf. (511) 4336610

Email: [email protected]: www.larevistaagraria.org

www.facebook.com/LarevistaAgrariaTwitter: @revistaAgraria

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el último miércoles de cada mes.

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4 LA REVISTA AGRARIA / 171

para los campesinos, que organizan sus mecanismos de intercambio, herencia, etc., bajo su control y una mínima inscripción ante el Estado (Minagri, juez de paz). Son pautas absolutamente formales… solo que no se trata de la formalidad registral estatal. De pronto, un día, porque esos territorios interesan a una gran empresa, los campesinos se vuelven «ocupadores informales».

Estrategias para contrarrestar el minifundio

Pero lo más interesante de este caso no es la pretensión de desprestigiar a la señora Acuña, sino su empeño y, sobre todo, su estrategia para seguir siendo pequeña productora. El artículo periodístico al que nos referimos3 informa que la pareja ha logrado tener unas tres hectáreas estandarizadas (unas 11 hectáreas de pastizales de secano en sierra) al haber comprado o compensado a los otros herederos. Es decir, son pequeños productores, pero no son minifundistas. Y eso es notable.

Uno de los problemas más graves que enfrentan los pequeños agricultores es la sucesión hereditaria, la principal causa del creciente minifundio. Un pequeño agricultor que tiene y trabaja tres hectáreas y con ello mantiene con un mínimo de dignidad a su familia, enfrenta el problema de que tiene, por ejemplo seis hijos. Como herencia, a cada uno le tocaría 0.5 hectáreas y todos se volverán pobres y trabajarán probablemente muy mal la tierra porque de ella no podrán vivir, y dedicarán más tiempo y preocupación a un negocito o a «chambas»

ocasionales. Así crece el minifundio4: por fragmentación producto de herencia.

Lo que parecen haber hecho doña Máxima y su esposo es contrarrestar esta tendencia al minifundio, comprando o compensando a sus coherederos. Lo que logran algunas —infor tunadamente pocas— familias es que el hijo o la hija que ve en la agricultura un potencial de vida, de trabajo y, ojalá, de progreso, colabora para que los otros hermanos desarrollen mejor otras actividades. Muchos conocemos casos de agricultores que recibieron tres hectáreas con la reforma agriaría, y 15 o 20 años después tienen 10 o 12 hectáreas (una pequeña empresa agrícola), gracias a que, en vez de subdividir, han comprado a parientes y vecinos a quienes no les interesa ya mucho la agricultura.

Recientemente vimos, en las páginas de un diario de circulación nacional, un intento de «desprestigiar» a la señora Máxima Acuña de Chaupe —humilde símbolo de la lucha de pequeños agricultores que quieren continuar siendo pequeños agricultores—, y grandes empresas mineras que prefieren vaciar los espacios que antes fueron espacios campesinos para convertirlos en depósitos de roca, en pozas de relave. Doña Máxima ha hecho reconocer sus instrumentos de propiedad por la justicia y vive el acoso de la empresa que la presiona para que salga y se vaya a engrosar el número de desempleados o malempleados urbanos, que terminan gastando el dinero que les da la empresa, en negocios inciertos y precarios. Doña Máxima no ha aceptado el dinero. Y vive el acoso.

Acusar a doña Máxima de tener «varias parcelas» o de que sus posesiones provienen de la «ocupación» es de tanta ignorancia que no vale la pena volver a detenerse en ello: si se desconoce la enorme bibliografía sobre el patrón disperso de la economía campesina (Figueroa, Cotler, Mayer, De la Cadena, Kervin, Golte y muchos otros), lean por lo menos a John Murra y su concepto sobre «el control vertical de un máximo de pisos ecológicos»2.

Y respecto a la cuestión de la «ocupación» de predios no inscritos en registros públicos (según el último Cenagro, solo lo está el 38 %), lo que sucede, especialmente en áreas de pastoreo de secano como las de la señora Acuña de Chaupe, es que son tierras pobres que solo tienen interés

Entre el minifundio y la gran propiedad, la pequeña

agricultura existeMaría Isabel Remy1

5marzo de 2015

Esta , que podemos l l amar «estrategia Máxima Chaupe de consolidación de pequeña agricultura y combate al minifundio», podría ser una estrategia que apoye el Estado.

Muchos pequeños agricultores a c t u a l m e n t e n o s a b e n q u é hacer y dejan que, a su muerte, l o s h i j o s s e r e p a r t a n ( p a r a empobrecimiento de todos) el patrimonio familiar.

Un fondo de crédito hipotecario de largo plazo destinado a comprar los derechos de coherederos o las microparcelas de vecinos permitiría capitalizar el campo: los hermanos que tienen hijos en la universidad podrían tener los recursos para la tesis o la maestría, o dar la cuota inicial para una movilidad, o mejorar la bodeguita con una congeladora.

La «reconcentración parcelaria»

Estas son pequeñas estrategias de salida de la agricultura, que brindan una oportunidad para que pequeños agricultores se consoliden y poco a poco inviertan y se vuelvan pequeños empresarios agrícolas. En otros países (España u Holanda, por ejemplo), este tipo de políticas se llamaron de «reconcentración parcelaria», siempre buscando resolver los problemas de herencia sin fragmentar la tierra y capitalizando la sociedad rural. No se trata de crear grandes propiedades, sino de consolidar un agro de pequeños empresarios. Un modelo alternativo a la única imagen de desarrollo rural que parecen tener nuestros gobernantes: la sociedad anónima con 70 000 hectáreas.

¿Por qué es importante una «estrategia Máxima Chaupe de

consolidación de pequeña agricultura» combatiendo el minifundio? Porque la pequeña agricultura teje espacios de vida, pueblos donde no solo hay agricultores, sino maestros y comerciantes y una agencia bancaria, un molino, etc. A diferencia de lo que normalmente se cree, buena parte de la «urbanización» en el Perú no opera solo por emigración del campo a la gran ciudad, sino por densificación del espacio rural asociada a procesos de desarrollo agrícola de pequeños productores. A diferencia de una gran empresa, las ganancias de cientos o de miles de pequeños agricultores se gastan en su respectiva región dinamizando miles de pequeños mercados que multiplican las oportunidades de empleo. Nada es más desolador que recorrer la zona de Chavimochic, con kilómetros y kilómetros de espacio vacío de vida o de sociedad.

Si en vez de cuestionar a una familia campesina que trata de mantener y ampliar su patrimonio y d e s a r r o l l a r s u a c t i v i d a d agrícola y pecuaria empezamos a ver cuáles son sus estrategias de consol idación, podríamos encontrar rutas más armónicas y más inclusivas de desarrollo rural, así como inspiración para políticas públicas que multipliquen las oportunidades y capitalicen a pequeños emprendedores.

Notas1 Investigadora del Instituto de Estudios

Peruanos (IEP). La reflexión del presente artículo surge a partir del sonado caso de la campesina cajamarquina Máxima Chaupe, quien ha sido acosada por la empresa minera Yanacocha.

2 Este concepto, en resumen, destaca el hecho de que los habitantes andinos accedían a distintos tipos de bienes mediante el control de tierras en distintos pisos ecológicos. De esta manera tenían acceso directo a productos diversos.

3 «El pantanoso caso Chaupe». Ricardo Uceda. Diario La República. 24 de febrero de 2015.

4 Quizá el dato más terrible del Cenagro 2012 es el crecimiento de las unidades productivas de menos de una hectárea.

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Muchos pequeños agricultores peruanos, como doña Máxima y su esposo, contrarrestan la tendencia al minifundio al comprar las hectáreas de parientes y vecinos a los que ya no les interesa la agricultura.

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U n rec ien te in fo rme de l a Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) subraya la gran importancia del uso y aprovechamiento de los recursos genéticos para reducir los impactos negativos del cambio climático2. El informe nos lleva a reflexionar acerca de si en el Perú las políticas públicas alientan el desarrollo de una agricultura orientada a la valorización de nuestros propios recursos genéticos. No parece ser el caso, pues, desde hace más de dos décadas, los diferentes gobiernos han priorizado una agroindustria moderna de gran escala que, en la búsqueda de lograr las más alta rentabilidad económica y competitividad en el mercado internacional, tiende a reducir la variabilidad genética. Caracterizada por el monocultivo, la estandarización de las variedades cultivadas y la generalización de métodos industriales de producción, esta agroindustria pareciera que va a contracorriente de una agricultura y una seguridad alimentaria sostenibles, realzadas, ambas, por el mencionado documento.

Según el informe, hasta hoy no se ha dado la debida importancia a la contribución de los microorganismos y los recursos genéticos invertebrados en la agricultura y en la producción de alimentos (creación y mantenimiento de los suelos, polinización, control biológico de pestes). Una de las razones es que la interacción entre los recursos genéticos para la agricultura y la producción de alimentos, y el cambio climático, no ha sido debidamente estudiada y evaluada. En los futuros sistemas de producción agrícola —afirma la FAO—, serán esenciales los cultivos, ganados,

especies forestales y organismos acuáticos que puedan sobrevivir y producir en los climas futuros. Muchos de los programas de investigación que se realizan actualmente tendrán, pues, que modificarse para integrarlos de manera prioritaria.

Los impactos a los que el Perú se enfrenta

Aun cuando los mayores impactos negativos del cambio climático se apreciarán en los años y décadas venideros, en muchas regiones del mundo se evidencia actualmente la baja de los rendimientos del trigo y del maíz. Según el Minam3, en el Perú, cultivos tan importantes para la alimentación de los peruanos, como el maíz, la papa y el arroz, serán afectados. De acuerdo con la misma fuente, las sequías, las inundaciones, las heladas, las granizadas y las fuertes lluvias se incrementaron seis veces entre 1997 y 2006; la fauna y la flora biodiversa de la Amazonía corre el riesgo de extinción; cerca del 90 % de la infraestructura vial del país es vulnerable a los eventos climáticos; y se estima que en cuatro décadas el Perú tendrá solo el 60 % del agua que tiene hoy. Según un estudio del Banco Central de Reserva realizado en 2009, un aumento del 2 % en la temperatura máxima y de 20 % en la variabilidad de las lluvias, al 2050, generaría una pérdida de 6 % respecto al PBI potencial en el año 2030, mientras que en el año 2050 las pérdidas serían superiores al 20 %.4

¿Cuáles son las recomendaciones de la FAO?El informe de la FAO llega a dos

conclusiones a las que hay que prestar atención. La primera es que se debe identificar, conservar y aprender cómo se usan los recursos genéticos para la agricultura y la alimentación. Esta recomendación es tanto más importante por cuanto muchos recursos genéticos —enfatiza el informe— están en riesgo de extinción y requieren medidas efectivas de conservación. Muchos de estos recursos tienen que ser preservados in situ, lo que implica que quienes los mantienen —en su mayoría,

c a m p e s i n o s — deben ser apoyados financieramente o de otros modos

Informe de FAO alerta sobre la importancia estratégica de los recursos genéticos

El Perú debe utilizar su riqueza genética para enfrentar al cambio climático

Fernando Eguren1

7marzo de 2015

que contribuyan a mantener o mejorar su calidad de vida.

La segunda conclusión es la necesidad de promover un enfoque integrado, adaptativo y ecosistémico de la gestión de los recursos genéticos para la agricultura y la alimentación. Ello requiere la acción conjunta y colaborativa de varios actores, incluyendo aquellos involucrados en la gestión ambiental y el desarrollo económico.

Las recomendaciones de la FAO conducen al rechazo de prácticas que destruyen la biodiversidad y reducen la resiliencia de los ecosistemas, y contr ibuyen a sustentar la conveniencia de priorizar políticas públicas que promueven el desarrollo de una agricultura orgánica que ayude a la conservación de los recursos genéticos.

Necesitamos políticas públicas sobre recursos genéticos

Las observaciones de la FAO son especialmente pertinentes para el Perú, por tres razones. En primer lugar,

porque es uno de los países que serán más afectados por el cambio climático. En segundo lugar, porque sus impactos afectan a la agricultura —y a los agricultores—, más que a cualquier otro sector social y económico5. En tercer lugar, porque el Perú tiene una inmensa diversidad biogenética cuyo aprovechamiento le daría muchas ventajas para adaptarse a los impactos negativos del cambio climático, ventajas que, resulta claro, pueden serlo solamente si se construyen sobre la base de políticas y acciones concretas.

El problema es que no solo carecemos de tales políticas y acciones, sino que estas van en sentido contrario a las predominantes, que promueven, al menos desde mediados de la década de 1990, una agroindustria a gran escala caracterizada —como ya vimos— por el monocultivo. Como anotan Beus y Dunlap6, se trata en realidad de dos paradigmas en competencia —la agricultura convencional y la alternativa—, cuyas diferencias se pueden resumir en seis dimensiones: c e n t r a l i z a c i ó n — v e r s u s —

descentralización; dependencia —versus— independencia; competencia —versus— comunidad; dominación de la naturaleza —versus— armonía con la naturaleza; especialización —versus— diversidad; explotación —versus— uso controlado.

Es imperativo que en el Perú haya un debate acerca de qué tipo de agricultura se debe apoyar, tomando en cuenta su capacidad de responder adecuada y sosteniblemente a los desafíos del cambio climático (y que, al mismo tiempo, contribuya a la construcción de una sociedad más equitativa y menos desigual). Es necesario que en la elaboración de las políticas públicas sobre este tema se puedan superar —como criterios únicos de priorización— la competitividad y la rentabilidad (que fundamenta la agroindustria de gran escala).

Notas1 Sociólogo. Director de La Revista Agraria

y presidente del Cepes.2 FAO. Coping with climate change. The roles

of genetic resources for food and agriculture (Hacer frente al cambio climático. El papel de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura). Roma, 2015. Se puede encontrar en

<http://www.fao.org/3/a-i3866e.pdf>. 3 Ver Ministerio del Ambiente (Minam). ¿Por

qué el Perú es el tercer país más vulnerable al cambio climático?

<http://bit.ly/YmwEi5>. 4 Vargas, Paola. El cambio climático y sus

efectos en el Perú. BCR, 2009. <http://bit.ly/1H6jYgg>. 5 Sobre el tema, puede consultarse la

también reciente publicación de la FAO: The impact of natural hazards and disasters on agriculture and food and nutrition security. A call for action to build resilient livelihoods (El impacto de los desastres y los peligros naturales en la agricultura y la seguridad alimentaria y nutricional. Un llamado a la acción para construir modos de vida resilientes). Marzo, 2014.

<http://www.fao.org/3/a-i4434e.pdf>.6 Curtis E. Beus y Riley E. Dunlap.

«Conventional versus alternative agriculture: The paradigmatic roots of the debate» («Agricultura convencional versus alternativa: las raíces paradigmáticas del debate»). Rural Sociology 55, 1990.

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Los campesinos de Challhuahuacho, en Apurímac, son los principales protectores de la gran diversidad genética de las papas nativas. Según la FAO, es necesario conservar este tipo de riqueza para afrontar el cambio climático.

8 LA REVISTA AGRARIA / 171

Casi todos los pueblos de Ayacucho tienen su propio queso, pero los más emblemáticos y conocidos son el mantecoso de Lucanas; el carrete de Puquio y Andamarca; el mantel de Coracora; el de Salla Salla, de Incuyo; los huata quesos de Huancasancos y Paras; el sincho, de Pampa Cangallo; el wicho, de las quebradas de Llauta y Laramate; y, por su presencia en el mercado de Huamanga, el de Viscapalca, del distrito de Pilpichaca, de la provincia de Huaytará.

Los ayacuchanos siempre hemos creído que el sabor y la textura de los quesos de nuestra tierra se debían a nuestras vaquitas, al tipo de pastos de nuestras moyas o echaderos, y a la forma y el cariño con los que nuestros padres los hacían. También creíamos que no existían quesos mejores que los nuestros; sin embargo, eso no es tan cierto.

En primer lugar, un queso no es mejor que el otro, sino que solo son diferentes: tan bueno es uno como el otro. En segundo lugar, su sabor, su textura y su aroma se deben principalmente a la acción de una bacteria láctica específica y propia, porque a cada tipo de queso le corresponde su propia bacteria. Por esta razón, no es un factor primordial el tipo de vaca (criolla, mejorada o de raza pura), ni la particularidad de la pradera, y menos aún que el cuajo2 sea de pastilla o del cuajar de la vicuña. Todos los quesos son diferentes, pero ninguno es superior a los demás.

La necesaria convivencia entre bacterias y quesos

Así, el sabor exquisito del queso de Lucanas se debe a una bacteria que (propongo) debería llamarse

Lucanensis lacticus sp; el del queso de Vizcapalca —que se parece mucho al de Lucanas—, a una bacteria pariente: la Viscapalquina lucanensis lacticus sp; el del sincho de Pampa Cangallo, a la despampanante Pampinus lacticus sp; y el del Salla Salla, a la Yanahuicu lacticus sp.

Por ejemplo, en la selva central, en Oxapampa, la empresa Floreal elabora el afamado queso camembert, originario de la Normandía francesa, para lo cual compra la bacteria Camembert sp. En Chuquibambilla, Puno, el maestro quesero formado en el recordado proyecto Queserías Rurales3 elaboraba

de manera frecuente los quesos emmental y gruyere con las bacterias que le proporcionaba el proyecto.

El proyecto de Queserías Rurales tuvo el acierto de posicionar la calidad de la leche y la limpieza en el proceso como exigencia básica para la elaboración de los productos lácteos. Sin embargo, trató de generalizar un tipo de queso que derivó en llamarse suizo o andino, poniendo en riesgo la diversidad y riqueza de variedades de quesos originarios de cada lugar.

Quesos ayacuchanos:¿Cómo potenciar su gran valor cultural y comercial?

Enrique Moya1

Foto: Vuelta al Mundo de Loïc y Magda. http://es.keepintouchwithus.com/

Una estrategia para posicionar comercialmente (en los supermercados urbanos) los tradicionales quesos ayacuchanos es promover su gran variedad, darle un atractivo empaque y una certificación sanitaria que garantice su inocuidad.

9marzo de 2015

El potencial de los quesos ayacuchanos

La globalización mundial del mercado no significa la uniformidad de los gustos ni el que todos comamos un solo tipo de queso. Por el contrario, la globalización abre la puerta a lo diferente, busca la particularidad y la identidad de los diversos productos. La sociedad humana, de esta aldea global, aprecia mucho la diferencia y la paga bien.

Por ello, para posicionar en el mercado mundial a nuestros quesos emblemáticos ayacuchanos hay que darles su identidad de queso de montaña, andino, exótico. Estamos hablando de un queso elaborado «en el escenario de

un cielo azul, de praderas naturales, de agua pura y limpia». Además, debe tener un bello empaque y una certificación sanitaria que garantice su inocuidad. De esta manera, a la demanda nostálgica de los migrantes serranos que

viven en Lima y otras ciudades se agregará la de los nuevos clientes que compran en Plaza Vea, Wong, Vivanda y otros supermercados.

En consecuencia, lo primero que se debe hacer es promover la variedad y para ello hay que identificar el tipo de bacteria correspondiente a cada queso; multiplicar las bacterias originales para devolverlas a cada escenario y así darle más fuerza para mantener su sabor propio; luego debemos levantar los protocolos de cada proceso y certificar la marca y la sanidad del producto.

El queso ayacuchano forma parte de nuestra cultura

Pero el queso no se come solo; es parte de nuestra cultura alimentaria y está asociado a nuestras comidas. Comencemos con el queso de Lucanas, de pasta blanda y mantecoso, excelente para untar en el pan y para acompañar las yanuy papas en el desayuno. Sigamos con el queso pampino sincho, formato comercial de la cachipa, de pasta blanda y fresco, ideal para los tectes4 y que se luce en el hapchi5, acompañando muy bien al choclo y a las papitas nativas de Tambo.

Los huata quesos de Huancasancos y Paras son de pasta dura y de sabor fuerte, ideales para acompañar la cancha de maíz chulpi y excelentes para rallarlos y agregarlos a los tallarines. También tenemos el queso mantel coracoreño, semiduro, ideal para cócteles y emparedados. El de Salla Salla es un queso exquisito, semiblando, para comer con papitas asadas, llullu habitas (habas blandas) y choclos tiernos.

Pero es en la sociedad de Viscapalca donde la culinaria y los quesos tienen su mejor encuentro. El agradable sanco se hace con el wata queso, conservado por un año, harina tostada de trigo, mantequilla y agua con canela, un fiambre predilecto de los pastores. La deliciosa lata huara (en referencia a los pantalones rotos) es

una pizza andina que se prepara con un queso fermentado especialmente, que se mezcla con harina de trigo y el «chicharrón de quesillo», que se prepara con el quesillo fermentado, chancaca o miel de abeja y trocitos de pan chapla ayacuchano.

Si perdemos nuestra cultura culinaria de lawas6, tectes, hapchi y lata huara, nuestros emblemáticos quesos serranos desaparecerán y serán sustituidos por quesos como el Bonlé, de Laive, o el fundido, de Gloria, insípidos, incoloros y hechos para paladares sin papilas gustativas.

El reto es introducir nuestros que-sos en la gastronomía culinaria de la sociedad limeña, que es el mayor mercado nacional. Tenemos que lograr el reconocimiento de nuestros quesos por parte de chefs afamados, hacerlos competir con los quesos franceses, suizos o italianos y ganar-nos el escaparate de supermercados como Plaza Vea o Wong, donde ya están los quesos moqueguanos, el cajamarquino o el paria puneño. Un gran reto para poder revalorar nues-tros quesos ayacuchanos.

Notas1 Ingeniero agrónomo, expresidente

del Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos (Conacs). Fue rector de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga (UNSCH). La presente es una versión actualizada del artículo publicado en la revista El Tejuelo, en 2012.

2 El cuajo es una sustancia presente en el estómago de los mamíferos rumiantes. Contiene una enzima conocida como quimosina, utilizada en la fabricación de quesos.

3 El proyecto de Queserías Rurales (1972-1986) fue un programa promovido por la Cooperación Técnica Suiza (Cotesu) en el sector ganadero lechero.

4 Guiso ayacuchano cuyos ingredientes son ají, ajo, queso fresco, alverjas, leche, huevos, huacatay, menudencia de pollo y papas.

5 Crema hecha a base de queso ayacuchano, piel de rocoto, cebolla china y leche.

6 Lawa o sopa de chochoca, en base a harina de maíz cocido y seco. Un plato típico que lleva huevos, queso, carne de res, cecina, apio, poro, zanahoria, zapallo, papas y otros ingredientes.

10 LA REVISTA AGRARIA / 171

Hasta hace poco, nadie se explicaba cómo el Ministerio de Energía y Minas (Minem) se las había arreglado para evadir la aplicación de procesos de consulta previa en temas vinculados a la minería. Conocíamos de la resistencia de los grupos empresariales, pues la consideran un trámite más que sortear, antes de empezar sus operaciones; pero lo que no sabíamos es cómo estaban haciendo para saltarse con garrocha la obligatoria aplicación de este derecho.

Pues bien, por increíble que parezca, las actas de asambleas generales de comunidades campesinas y nativas se han convertido en los documentos más importantes, para el Minem, para sustentar la no realización de procesos de consulta previa sobre temas de minería.

Atrás quedó el cumplimiento de normas internacionales y nacionales que regulan el derecho a la consulta previa. Ahora, y de manera singular,

lo que decide la implementación de este derecho son las actas comunales entregadas al Minem por las mismas empresas mineras. En estas actas, las comunidades supuestamente afirman que las actividades extractivas no afectan su calidad de vida o su desa-rrollo, sus derechos colectivos ni su identidad cultural.

Pero eso no es todo: el propio Minem está contratando empresas consultoras para decidir quién es o quién no es indígena en nuestro país, desconociendo la propia base de datos que con tanto esfuerzo creó el Ministerio de Cultura (Mincul) para la aplicación del derecho a la consulta previa.

Renuncia de derechos fundamentales

Con actas, al parecer redactadas impecablemente y con una técnica ju-rídica envidiable, varias comunidades campesinas y nativas de Cusco, Puno,

Áncash, Cajamarca y Apurímac han declinado su condición de indígenas3.

La pregunta que surge es cómo fue que las comunidades dejaron de lado su identidad cultural y cómo esta situación no generó mayor sospecha en el Minem, que aceptó estos documentos comunales como fehacientes e irrefutables. En primer lugar, el Minem no ha considerado las históricas relaciones de abuso de las empresas mineras en contra de las comunidades cuando se trata, sobre todo, de aprovechar sus tierras; y, en segundo lugar, tampoco ha tomado en cuenta la información enviada por el Mincul y que da cuenta de la presencia de población indígena en dichas regiones.

Hay que tener presente que existe un desequilibrio de poder entre ambas, que es abiertamente favorable para los agentes privados. Se da, sobre todo, en la esfera económica (mayor capacidad técnica y financiera), en el acceso a los órganos de decisión política y, sobre todo, en la posibilidad de contar con información privilegiada. Hay que recordarle al Minem que, siendo parte del Estado, tiene el deber de garantizar el efectivo ejercicio de derechos fundamentales y no convertirse en un tramitador de autorizaciones y permisos para las empresas.

En opinión de la Defensoría del Pueblo, que viene realizando un trabajo de supervisión sobre las medidas administrativas relacionas con la minería que pudieran afectar derechos colectivos de los pueblos indígenas, tanto en nuestro ordenamiento jurídico como en la jurisprudencia constitucional sobre la materia se prevé expresamente que

Las artimañas del Gobiernopara evadir el proceso de consulta

sobre temas de mineríaPedro Castillo Castañeda1 / Lucía Santos Peralta2

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11marzo de 2015

los derechos fundamentales, como la identidad cultural y étnica, son irrenunciables y no pueden sufrir limitación alguna, por lo que aquella renuncia a su condición de indígenas, cuando ya el Mincul aceptó la presencia de ellos en la zona, está fuera de derecho.

Consultoras privadas deciden quién es indígena

La información generada por el Mincul, ente rector en materia de derecho a la consulta y encargado de elaborar la base de datos de pueblos indígenas en nuestro país, no es tomada en cuenta por el Minem4.

Basta que las empresas interesadas en desarrollar proyectos mineros señalen que en el área de influencia del proyecto no hay afectación de derechos co lec t ivos , para que el Minem, en una presunta divergencia entre la información oficial de Cultura y la empresarial, contrate los servicios de consultoras privadas a fin de emitir una opinión técnica dirimente de esta discrepancia.

Comunidades de Áncash y Apurímac son las mayores afectadas con este accionar del Minem. Las consultoras han indicado, en sus informes, que en las comunidades, «aunque mantienen elementos tradicionales [...] no se evidencia elementos ancestrales que definan su identidad». Asimismo, han señalado que «no existe continuidad histórica en el régimen de propiedad, posesión y usufructo del territorio [...] debido a la irrupción de instituciones coloniales». Ello ha sido suficiente para que el Minem decida no aplicar el derecho a la consulta en estas regiones.

A casi cuatro años de promulgada la Ley 29785, Ley del derecho a la

consulta previa, no se ha realizado hasta el momento un solo proceso de consulta sobre temas vinculados a actividades mineras. El sector minero ha logrado minar el desarrollo de procesos de consulta, con la complicidad del Minem.

Mientras que, por un lado, se celebra con pompa y estruendo la firma del acta del proceso de consulta previa donde se aprueban las propuestas del reglamento de la Ley 29763, Ley Forestal y de Fauna Silvestre, entre el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) y siete organizaciones indígenas de carácter nacional, por otro lado, tenemos al

Minem dedicado a evadir de una manera inconcebible la aplicación de este derecho.

Notas1 Investigador en temas relacionados con

comunidades campesinas, tierra y agua, del Programa de Acceso a Recursos Naturales, del Cepes.

2 Estudiante de derecho de la PUCP, que realiza practicas preprofesionales en el Programa de Acceso a Recursos Naturales, del Cepes.

3 Oficio 0249-2014-DP/AMASPPI, de la Defensoría del Pueblo, dirigido al señor Guillermo Shinno Huamani, viceministro de Minas del Ministerio de Energía y Mi-nas, del 29 de agosto de 2014.

4 Oficio 0249-2014-DP/AMASPPI, referido en la nota anterior.

El pasado 19 de marzo se produjo el lamentable fallecimiento de Hugo Fano Rodríguez, uno de los funcionarios más respetados y calificados del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri). Hugo se graduó de economista agrario, en 1983, en la Universidad Nacional Agraria La Molina, con la sobresaliente tesis: «Cambio tecnológico y tendencias de la producción de papa en la región central del Perú. 1948-1979». Luego obtuvo una maestría en economía agraria en la prestigiosa Pontificia Universidad Católica de Chile.

Laboró en importantes instituciones relacionadas con la actividad agraria, como el Centro Internacional de la Papa (CIP), el Proyecto de investigación y extensión agrícola (Incagro), y fue consultor en instituciones de prestigio, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre otros.

En los largos años de destacado desempeño en el sector público agrario, ocupó cargos de gran responsabilidad. En el año 2012 fue nombrado director general de la

Oficina de Estudios Económicos y Estadísticos del Minagri, en cuya condición cumplió un importante papel en la concepción y ejecución del IV Censo Nacional Agropecuario. Con ese motivo, LRA lo entrevistó en su edición 145. Su último cargo fue el de director de la Dirección de Estadística Agraria de la Dirección General de Seguimiento y Evaluación de Políticas del Minagri (2014).

Cepes lamenta la pérdida, en la plenitud de la vida, de un hombre bueno y capaz, dedicado al servicio público.

Hugo Fano Rodríguez(19 de enero de 1951 - 19 de marzo de 2015)

12 LA REVISTA AGRARIA / 171

La paradoja de la abundancia de los recursos naturales

Flavia Goya1

Sin duda, uno de los principales objetivos del gobierno de Ollanta Humala es facilitar la presencia y actividad de las grandes corporaciones extractivistas que operan actualmente en nuestro país. En los últimos meses, la principal evidencia de este apoyo gubernamental ha sido la aprobación de diversas normas legales que simplifican el acceso de las empresas a los recursos naturales, especialmente la tierra. De esta manera, la fuerte competencia que existe por el aprovechamiento de los recursos naturales es inclinada por el Estado peruano a favor de las grandes empresas y corporaciones.

Consecuencias de la competencia por los recursosEn los últimos años, la competencia

por los recursos naturales se hace notar en una variedad de sectores, como hidrocarburos, minería, forestal y agroexportador. La principal característica de dicha competencia suele ser siempre la misma: conflictos sociales.

Por ejemplo, en el mes de febrero se produjo un grave conflicto en Pichanaki (Junín), donde los habitantes salieron a protestar por el daño ecológico que la empresa petrolera multinacional Pluspetrol causó en la zona.

Así como Pichanaki, otras zonas también cuentan con una gran diversidad de recursos naturales que son codiciados por las corporaciones extractivistas. Sin embargo, al no existir reglas claras sobre cómo aprovechar dichos recursos, los conflictos sociales están a la vuelta de la esquina.

A mayor competencia por los recursos, ¿mayor conflicto?La mayor competencia por

los recursos natura les v iene incrementando el número de conflictos sociales en el país. Según la

Defensoría del Pueblo, hasta febrero del presente año se registraron 211 conflictos sociales, de los cuales 142 son de índole socioambiental; es decir, 67.3 % de los conflictos están relacionados con el uso de los recursos naturales. La actividad minera es la que genera una mayor cantidad de conflictos socioambientales (66.9 %), seguida por los hidrocarburos (23 %).

Las directrices voluntarias como propuesta de desarrolloUna de l a s consecuenc ias

de un inadecuado uso de los recursos naturales es que se afecta negativamente la seguridad alimentaria de un país. Por esta razón, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó en 2012 las llamadas «Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional» (DVGT). Este documento proporciona una orientación a los gobiernos y a la sociedad civil para mejorar la gobernanza de los recursos naturales y lograr así una seguridad alimentaria para todos.

Precisamente, con la finalidad de difundir el conocimiento sobre

este documento y su importancia, Cepes y la Plataforma Gobernanza Responsable de la Tierra —en alianza con organizaciones gremiales— organizaron recientemente el primer curso sobre el contenido de las DVGT y sus implicancias para la formulación de políticas públicas relacionas con la tierra2. El curso estuvo dirigido a líderes de organizaciones campesinas e indígenas, y generó espacios de diálogo con funcionarios públicos de diferentes dependencias públicas.

Es necesario comprender que el uso —y abuso— de los recursos naturales por parte de muchas empresas extractivistas tiene una relación directa con la presencia e incremento de los conflictos socioambientales, donde las poblaciones protestan debido a que ven afectados sus territorios. En la competencia por los recursos naturales, el Estado peruano tiene que recordar que su deber es proteger y priorizar el apoyo a sus ciudadanos, especialmente de las zonas rurales, que conforman la gran mayoría del país.

Notas1 Comunicadora del Programa de Acceso a

Recursos Naturales, del Cepes.2 Este primer módulo del taller se realizó en

Lima del 11 al 13 de marzo. El siguiente módulo se desarrollará en mayo.

<http://goo.gl/h8P0lh>.

Líderes campesinoscompartieron experiencias en el taller sobre directrices voluntarias.

13marzo de 2015

E l va lor de nues t ras agro–exportaciones, durante la década previa al último censo agropecuario (2002-2011), vino creciendo a un ritmo de 14 % anual, tasa con la que el Perú ocupó el primer lugar entre los países con mayor crecimiento agroexportador en toda Sudamérica —de cerca lo siguen Uruguay (promedio anual: 12 %) y Paraguay (promedio anual: 11 %)— durante ese mismo periodo2. Este espectacular crecimiento debería haber traído, desde luego, muchos beneficios al sector agropecuario en el que se encuentra una gran masa trabajadora del país, lo que, sin embargo, no ha ocurrido.

La última información censal revela que solo un pequeño número de unidades agropecuarias (UA) son las que exportan en el Perú. Aunque

la mayoría de estas unidades son agricultores —personas naturales— y no empresas, son estas últimas las que se encuentran en mejores condiciones que los primeros. Además de concentrar la mayor cantidad de tierras para exportación, estas empresas mantienen niveles tecnológicos muy superiores y acceden a mayor financiamiento que los pequeños agricultores, los cuales, en su mayoría, conducen unidades familiares cuyos ingresos no son suficientes para el mantenimiento de la familia, poseen pocas tierras y limitados niveles tecnológicos y de financiamiento. Precisamente, el Estado debería priorizar sus políticas dirigidas a este último sector, con el objetivo de crear más oportunidades que mejoren las condiciones en las que exportan.

Cabe resaltar que para el análisis del presente artículo no se incluye a los agricultores «exportadores» de café ni de cacao, por dos motivos: primero, los caficultores no exportan directamente, sino a través de cooperativas, por lo que el censo no los considera como exportadores; segundo, aun si el censo los considerara como exportadores, no sería apropiado incluirlos en el análisis. Ambos productos son casos exitosos y consolidados: durante la década previa al IV Cenagro, el valor de las exportaciones de café y de cacao tuvieron un crecimiento anual de 29 % y 31 %, respectivamente, siendo —juntas— responsables del 38 % de valor total de las exportaciones agropecuarias peruanas durante dicha década. Su inclusión en el presente análisis haría perder de vista a la amplia gama de los otros productos exportados por los agricultores y que probablemente requieran de un apoyo permanente del Estado para lograr consolidarse. No obstante, queda pendiente para un número futuro de La Revista Agraria el análisis del caso específico de los agricultores que exportan café y cacao.

Los exportadores: costeños y autosuficientes

Antes de ver quiénes son los principales exportadores agrarios y sus características, examinemos, en primer lugar, su localización y su situación respecto de los no exportadores. El total de unidades agropecuarias (UA) que exportaron en 2012 fue de más de 16 000, mientras que las UA que no exportaron bordearon los dos millones. Estos dos tipos de UA

El boom agroexportador,pero ¿de qué productores?

Gianmarco Cheng y Miguel Ángel Pintado1

AGROdata

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Gráfico 1. Ubicación de las unidades agropecuarias

Fuente: Cenagro 2012.

14 LA REVISTA AGRARIA / 171

tienen una localización claramente opuesta (gráfico 1). La gran mayoría de las UA que exportan se encuentran en la región costa; en la sierra solo hay una pequeña minoría. En contraste, la mayoría de las UA que no exportan se encuentran en la sierra, mientras que en la costa se encuentra la minoría. Los grandes proyectos de irrigación, la mejor infraestructura vial, entre otras razones, hacen de la costa el

principal foco de concentración de exportadores.

Ahora bien, no solo a los exportadores les va mejor que a los no exportadores, sino que a los exportadores costeños les va mejor que a los exportadores en general. En el IV Cenagro se les formuló a los agricultores la siguiente pregunta: ¿la actividad agropecuaria le produce suficientes ingresos para

cubrir sus gastos? (cuadro 1). Como es de esperarse, en el grupo de los exportadores se encuentra una mayor proporción de agricultores que respondieron positivamente a esta pregunta (40.1 %). Es decir, un productor que exporta tiene mayores posibilidades de que sus ingresos sean suficientes para cubrir sus gastos, que uno que no exporta. Asimismo, en la región costa se registra el porcentaje más alto de agricultores exportadores (50 %) que respondieron de manera positiva a dicha pregunta. En otras palabras, si un productor exporta y vive en la costa, tiene mayor posibilidad de que sus ingresos cubran sus gastos, que uno que vive en la sierra o en la selva.

Muchos y pequeños agricultores, pocas y grandes

empresas Ahora que sabemos cuántos son

y dónde se concentran las UA que exportan, solo falta conocer quiénes son estos exportadores (agricultores o empresas) y qué características presentan (tamaño del predio, financiamiento, tecnologías, etc.), con la finalidad de tener un mejor panorama del sector agroexportador. Esta información la podemos encontrar en el cuadro 2.

Según el último Cenagro, el número de exportadores agrarios en el país supera los 16 000, de los cuales el 96 % son agricultores y solo el 4 % empresarios. Estos últimos, sin embargo, son los que poseen la mayor cantidad de tierras para exportación (cerca de 72 000 hectáreas), mientras que, a pesar de ser mayoría, los agricultores manejan menos de la tercera parte de la superficie total para exportación.

Este antagonismo no debería parecernos descabellado, dado que las empresas, debido a la naturaleza de su orientación económica, tienen una escala mayor de funcionamiento. No obstante, lo que sí llama la

AGROdata

Cuadro 2. Agricultores y empresarios agroexportadores

Agricultores Empresarios Total exportadores

NúmeroN° 15 526 643 16 169

% 96 % 4 % 100 %

Superficie para exportación

ha 33 951 71 692 105 643

% 32 % 68 % 100 %

Tamaño promedio de la UA ha 7 238 16

Tamaño promedio de tierras de cultivo ha 3 128 8

Financiamiento: uso del crédito

Sí 25 % 37 % 26 %

No 75 % 63 % 74 %

Usa semilla certificadaSí 35 % 86 % 37 %

No 65 % 14 % 63 %

Usa insecticidas químicos

Sí 30 % 86 % 33 %

No 70 % 14 % 67 %

Utiliza energía eléctrica

Sí 6 % 67 % 8 %

No 94 % 33 % 92 %

Utiliza tractoresSí 23 % 92 % 26 %

No 77 % 8 % 74 %

Fuente: Cenagro 2012.

Cuadro 1. Suficiencia de ingresos para cubrir gastos, según regiones naturales

Agricultores que:

¿Ingresos cubren

gastos?*Costa Sierra Selva Perú

No exportan Sí 27.2 % 21.6 % 27.3 % 23.6 %

Sí exportan Sí 50.0 % 31.8 % 24.4 % 40.1 %

Fuente: Cenagro 2012.Nota: *Esta pregunta solo es realizada a agricultores, no a empresas.

15marzo de 2015

atención es que las condiciones en las que exportan ambos grupos de productores son bastante disímiles, poniendo en cuestionamiento si el Estado es realmente imparcial en su apoyo o incentivo a la exportación.

La primera desigualdad en cuanto a las condiciones de exportación viene por el lado del financiamiento. El uso del crédito agropecuario es mayor en el grupo de empresarios (37 %) que en el de los agricultores (25 %). La segunda desigualdad tiene que ver con el uso de insumos modernos en la producción. El uso de semillas certificadas está casi generalizado en los empresarios (86 %), mientras que en los agricultores aún es limitado (35 %). De manera similar, el uso de insecticidas químicos es mucho mayor en el grupo de empresarios que en el de agricultores. Por último, también existen grandes diferencias en el uso

de energías. Mientras que la utilización de energía eléctrica es casi nula en el grupo de agricultores, la mayoría de empresarios sí usa dicha energía. Por su parte, la utilización de tractores está presente en las actividades de 9 de cada 10 empresarios, pero solo en las de 2 de cada 10 agricultores exportadores.

La tarea: equilibrar las condiciones

Excluyendo a los agricultores exportadores de café y de cacao, los resultados del presente artículo muestran una marcada diferencia en las condiciones de exportación entre los agricultores y las empresas. Esto plantea una gran tarea para el Estado. El limitado acceso al financiamiento y el poco uso de tecnologías modernas (semillas, insecticidas, energía eléctrica, tractores) son obstáculos para un mejor desempeño de los

pequeños agricultores que anhelan consolidar sus exportaciones. De allí que el 60 % de los agricultores que exportan en todo el país sostengan que sus ingresos no son suficientes para cubrir sus gastos. No solo basta con exportar; se necesitan condiciones adecuadas para un desarrollo del sector. Así como el Estado apoya a las empresas agroexportadoras a través de inversiones en proyectos de irrigación, estímulos en el monto de impuestos y subsidios en general, también el compromiso debe estar, sobre todo, con los pequeños y medianos agricultores exportadores, quienes en su mayoría cuentan con pocas tierras y limitado acceso a recursos, financiamiento y tecnologías.

Notas1 Investigadores del Cepes.2 Información obtenida de: <http://faostat.fao.org/>.

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Trabajadores agrarios del departamento de La Libertad, en plena recolección de alcachofas, uno de los boyantes cultivos de exportación en el Perú. Los beneficios del incremento de las agroexportaciones recaen principalmente en las grandes empresas, no en la pequeña agricultura.