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54 ANEXO M: ENTREVISTAS A continuación hacemos un pequeño resumen de las entrevistas realizadas: ENTREVISTA A TEÓDULA GARCIA El 11 de Febrero de 2011 realizamos nuestra primera entrevista. Fue a Teódula, una mujer de 94 años que ha vivido siempre rodeada de pastores. -Buenas tardes, queremos hacerla unas preguntas relacionadas con su vida como mujer de pastores. ¿Usted podría decirnos como era la vida de un pastor cuando pasaba largas temporadas en el campo? Iban al campo y allí hacían su vida, pues pasaban largas temporadas. Por la mañana soltaban el ganado y al mediodía se comían el almuerzo. Luego por la noche regresaban al chozo y encerraban a las ovejas en los corrales. Cuando se recogían en los chozos solía ser en invierno, porque en verano estaban en la rede que ponían por las tierras. La rede era una especie de telera que colocaban en las tierras para que el ganado al pastar las abonara. Esta rede la tenían que “mudar” todos los días hasta que terminaban la tierra.

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ANEXO M: ENTREVISTAS

A continuación hacemos un pequeño resumen de las entrevistas realizadas:

ENTREVISTA A TEÓDULA GARCIA

El 11 de Febrero de 2011 realizamos nuestra primera entrevista. Fue a

Teódula, una mujer de 94 años que ha vivido siempre rodeada de pastores.

-Buenas tardes, queremos hacerla unas preguntas relacionadas con su

vida como mujer de pastores. ¿Usted podría decirnos como era la vida de un

pastor cuando pasaba largas temporadas en el campo?

Iban al campo y allí hacían su vida, pues pasaban largas temporadas.

Por la mañana soltaban el ganado y al mediodía se comían el almuerzo. Luego

por la noche regresaban al chozo y encerraban a las ovejas en los corrales.

Cuando se recogían en los chozos solía ser en invierno, porque en verano

estaban en la rede que ponían por las tierras. La rede era una especie de telera

que colocaban en las tierras para que el ganado al pastar las abonara. Esta

rede la tenían que “mudar” todos los días hasta que terminaban la tierra.

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-¿Usted ha llegado a vivir en el chozo?

Yo no he vivido en el chozo, pero he ido mucho al corral con Florentino,

mi marido, porque como estaba solo había que ayudarle cuando ordeñaba,

ahora ordeñan poco, y había que estar recadando, y yo estaba al cuidado de

que no se salieran las ovejas. Luego cuando Florentino soltaba yo me quedaba

en casa, cuidando a las ovejas paridas, echándolas comida y agua, cuidando a

los corderos pequeños, etc.

- ¿Qué ropa llevaban cuando iban al campo a pasar largas emporadas?

Llevaban mantas o una buena capa parda que no se calaba, resbalaba

el agua.

- ¿Y no llevaban maleta como ahora cuando vamos de viaje?

No, de ropa solo llevaban lo puesto. Antes no era como ahora que os

ducháis mucho. La ropa solía ser de pana y se lavaba poco o nada. Había poca

limpieza. Como era de pana no la lavaban, la usaban desde que la estrenaban

hasta que ….

- ¿Usted ha pasado toda su vida al lado de pastores?

Sí, siempre, mis abuelos, mi padre... Me quedé sin padre con 6 años, y

mi tío se quedo con las ovejas de mi padre y las llevaba junto con las del amo.

Y había que ayudar, no como ahora. Luego me case con un pastor y tuve 12

hijos, hasta mellizos tuve. Y dos hijos, Jesús y Daniel, también son pastores.

- ¿Podría decirnos cómo ha cambiado la vida en estas tres

generaciones?

La vida ha cambiado mucho, para mejor en el trabajo, pues hay más

comodidades, pero está muy mal en el aspecto del cuidado y precio del ganado

y por eso ya casi no hay pastores. Además tienen que ir mucho a Peñafiel a

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llevar muchos papeles de las ovejas y las tienen que dar muchas medicinas.

Luego cuando se muere una oveja, antes se quedaba en el campo para que

sirviera de alimento al resto de animales, pero ahora hay que llamar para

vengan a recogerla y encima te toca pagar, como en un entierro, porque se la

lleven. Y si la dejas tirada en el campo para que se la coman los animales

encima te multan. Y menos mal que ahora mis hijos saben llevar el coche, si

esto pasa cuando mi marido, habría sido un inútil, porque no había coches y

como hay que ir tantas veces a Peñafiel…Antes se iba a los sitios andando o

con el burro. Mis hijos también tuvieron un burro, que llamaban la regalada,

porque se la habían regalado. Pero ahora ya no, y van a todos los sitios con el

coche, pero mi marido siempre ha ido a pie.

-Cuéntanos alguna anécdota que recuerdes

Una vez un burro se metió en un chozo y luego no había forma de

sacarle.

- Cuando tu marido iba a los chozos, ¿tú que hacías?

Yo siempre he estado en casa, no he vivido en los chozos, como tuve

muchos hijos había que cuidarles, atender la casa, he hecho mucho queso y he

lavado mucha lana. Antes la lana valía, pero ahora no vale nada. Florentino las

esquilaba y había que ayudarle, trabajaban mucho, ahora es una maravilla,

porque vienen unos esquiladores, los pastores ya no esquilan, y en una

mañana las han esquilado. Luego hay que pagarles y como la lana no vale,

pues no te queda nada. Si dejaran quemar la lana se quemaría, pero no dejan.

-¿De quién eran las ovejas, vuestras o de otros?

Al principio Florentino llevaba ovejas de 9 amos, luego la cosa fue mejor

y tuvimos las nuestras propias.

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-¿Usted ha hecho queso?

Sí, yo he hecho mucho queso, pero ahora nadie lo hace, porque no se

ordeña, mis hijos no ordeñan. Crían a los corderos dándoles de mamar para

que se hagan antes y se vendan. El queso lo hacíamos con el suero de los

corderos y venía la gente a por requesones, pero ahora no se hace nada.

- ¿Qué llevaban de comida cuando se iban al campo a pasar largas

temporadas?

Muchas patatas, que luego se hacían ellos y manteca, de lo del cerdo,

que llevaban en un puchero y si tenían alguna costilla o carne les servía para

hacerlo.

- ¿Antes había muchos pastores, cada pastor tenía su chozo o se

metían varios en un mismo chozo?

Sí, dependiendo de donde estuvieran se metían en un chozo dos o tres

pastores y guardaban las ovejas en los corrales.

-Tiene algún objeto de antes que nos pueda enseñar

Si tengo algunas cosas, como mantas, las capas ya se han roto. Yo

llegue a hacer mantas con pelo de burro.

(Muy amablemente Chelo, la hija de Teódula, nos enseñó unas agujas

que guardan de su abuelo Daniel y nos mostró unos badajos. También nos

enseñaron lo que utilizaban para hacer el queso y ropa antigua de su abuelo.

En las fotografías de los anexos se pueden apreciar estos objetos).

-Bueno pues no la entretenemos más y muchas gracias por todo lo que

nos ha contado.

Gracias a vosotras, hijas, que estáis muy guapas. (Teódula al concluir la

entrevista se emociono y rompió a llorar).

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ENTREVISTA CON MARIANO ALONSO

El 18 de marzo de 2011fuimos a visitar a Mariano. Cuando llegamos nos

llevamos una grata sorpresa, pues nos tenía preparada una pequeña

exposición con algunos de los objetos que ha realizado y con la ropa que había

usado durante su etapa de pastor. Después de enseñárnoslo y de decirnos

como se llamaban algunos de los objetos que allí había le hicimos las

siguientes preguntas:

- ¿Podrías contarnos como era un día normal para ti con las ovejas y

cuantas ovejas tenias?

Yo tenía pocas, las tenía junto con mi hermano. Entre los dos teníamos

un atajo, yo tenía unas 70 y mi hermano 60. El nuestro era pequeño, había

atajos de 200 o 300 ovejas. Hacíamos muchas horas de trabajo. Nos

levantábamos antes de salir el sol. Lo primero que hacíamos era ordeñar, se

ordeñaba desde febrero hasta mediados de agosto y luego desayunábamos.

Después soltábamos las ovejas por el campo y allí estábamos hasta por la

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tarde que regresábamos al corral y volvíamos a ordeñar. Llegábamos a casa

por la noche. Era muy cansado

-Las ovejas eran tuyas o eran de otras personas

Primero estuve de pastor con un amo, pero cuando volví de la mili decidí

trabajar de pastor con mis propias ovejas. Yo ya estaba casado y mi padre, que

también era pastor, se iba a jubilar e iba a vender las ovejas. Entonces yo,

decidí quedarme con ellas. Estuve desde marzo hasta San Pedro con un amo y

después, desde San Pedro hasta año nuevo con otro. Llevaba las ovejas mías

y las del amo. Luego mi hermano decidió venirse al pueblo y trabajar de pastor.

Estuvimos trabajando los dos juntos hasta que nos jubilamos. Llevábamos todo

a medias, las ovejas y las tierras. Cada día iba uno con las ovejas. Los dos nos

jubilamos a la vez, mi hermano por cumplir los 65 años y yo por problemas en

las caderas.

-¿Ha cambiado mucho la vida del pastor desde que empezaste?

Mira si ha cambiado que ahora ya ni las hay. No quedan ni pastores.

Cuando yo era chico casi todos íbamos de zagal. Creo que éramos unos 40

pastores y ahora, ya nada. En la Misa del Gallo nos juntábamos unos 30

pastores. Pero ahora ya no queda nada. Entonces eran pastores que

trabajaban para amos, en todos los sitios por donde ibas te encontrabas

ovejas, pero ahora ya ni se ven.

-¿Has tenido cabras?

Alguna he tenido, pero pocas. Algunos sí que tenían. Había por lo

menos 5 cabreros y una cabrada de todo el pueblo, pues en casi todas las

casas había una cabra y por las mañanas las llevaban a un corral y un cabrero

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se encargaba de soltarlas. Luego por la tarde las dejaban en la plaza y ellas

solas volvían a casa.

-¿Has tenido que vivir en los chozos?

Yo no he vivido en los chozos, pero si alguna vez ha llovido si me he

refugiado en ellos. En la choza de Casar del Rey he pasado muchas mañanas

cuando estaba en el campo con las ovejas.

-Y cuando estabas en el campo ¿qué hacías en tus ratos libres?

Pues nada, cantar. Como éramos muchos, nos solíamos juntar varios

pastores y echábamos una parlada, luego cuando llegó la radio ella era la que

nos hacía compañía. Yo no hacía objetos de madera, eso lo empeze a hacer

cuando me jubilé. Bueno lo que si hacía era embadajar las cencerras. Primero

se hacía el badajo, se metía con una embadajadera en el cencerro y se cosía

con agujetas. Lo importante del cencerro era que sonaran todos igual. Por el

ruido de las cencerras sabíamos de quien era cada rebaño.

-¿Tú has usado chalecos de piel o de paño?

Yo no he llevado eso, alguno si lo llevaba. Antiguamente llevaban

zamarras de piel que no les dejaban pasar ni el frío ni el agua. Lo que si llevaba

en la cabeza era una boina. Albarcas, piales y leguis si he usado y el morral y

la honda también.

-¿Tú has curtido la piel?

Para la ropa comprábamos la piel ya curtida, pero para hacer las

agujetas la curtíamos nosotros. Las agujetas se usaban para coser y se hacían

con piel de gato. Se echaba en la piel de gato sal, se metía entre basura y

luego se quitaba el pelo. Después lo sobaban hasta que se quedaba una piel

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blanca y dura que se usaba para coser. Con ella arreglábamos las albarcas, los

badajos. Todos cosíamos con agujetas.

-¿Hacías cosas de hueso?

Yo no, pero si hacían punzones y badajos. Después los badajos se

hicieron de espino y por ultimo de encina. Ahora en los badajos se mete un

clavo para que suene mejor la cencerra y se desgaste menos. También los hay

de asta de toro.

-Tú has hecho algunos instrumentos. ¿Es lo mismo pito que castañuela?

Si, he hecho varios instrumentos: pitos, castañuelas, carracas y

matracas. No es lo mismo, son muy distintos, la castañuela es redonda y los

pitos son más alargados. Otro instrumento que he hecho es la tarrañuela, que

no es de aquí, es de Mallorca.

-¿Qué solías llevar de comida cuando te ibas al campo?

Casi siempre tortilla de patata. Desayunabas en casa y luego tortilla para

almorzar y tortilla para comer. Alguna vez hacíamos sopas de leche o patatas.

Nos juntábamos dos o tres pastores, cogíamos unas patatas y las cocíamos o

asábamos en el campo. Las migas yo no he llegado a hacerlas. Antes, cuando

íbamos a la Misa del Gallo, los monaguillos se ponían las botas comiéndose las

migas, pero ahora ya ni las prueban.

-Hemos visto que tienes una rueca. Nos puedes contar en qué consistía

el proceso desde que se esquila hasta que se obtiene la lana.

Se esquilaba a la oveja, solía ser por el mes de mayo, se lavaba y se

escarmenaba. La lana se llevaba en carros hasta los arroyos, como el de

Valdecascón. Venía gente a lavar la lana de muchos pueblos, Campaspero,

Langayo, Bahabón,… Mi mujer ha hilado mucho. Con la lana y la rueca hacía el

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hilo y luego con unas agujas de punto tejía el jersey, los guantes. También se

han hecho muchos colchones de lana.

-¿Ponías nombre a las ovejas?

Alguna si tenía nombre, pero pocas. Lo importante era conocer a tus ovejas.

-¿Y los perros?

Sin perro un pastor no es nada. Había de muchas razas, alemán,

mastín,… los perros de pastor que llamamos.

Bueno Mariano, pues muchas gracias por atendernos y por enseñarnos todas

esas cosas tan magníficas que con tanto esmero has realizado.

Al despedirnos Mariano nos dijo que volviéramos cuando quisiéramos y que si

alguno quería ver las cosas que él hacía, con solo decírselo, se lo enseñaría

encantado. Así que ya sabéis, si alguno se anima, muy gustosamente Mariano

se lo enseñara.

En los anexos se pueden ver muchas de las cosas realizadas por Mariano. El

resto os lo mostramos a continuación

Cuadros de madera tallados con el nombre de Mariano y su esposa Angeles

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Herradones, badajos y teleras. Todos ellos de madera

Puñal y figuras echas de madera. El león es la figura del escudo de Castilla y León

Peonzas hechas por Mariano a sus nietos

Mural con algunos de los objetos realizados en madera

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Reconstrucción en madera de la choza de Casar del Rey.

En esta choza Mariano pasó muchas tardes

Reconstrucción de uno de los pozos que había por la zona

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ENTREVISTA CON CLEMENTE

El 25 de Mazo hicimos nuestra entrevista a Clemente, pastor de toda la vida y

que se jubiló hace dos años.

Hola Clemente, queremos hacerte unas preguntas sobre tu vida de pastor.

-¿Has sido siempre pastor?

Siempre pastor

-Cuando empezaste, ¿las ovejas eran tuyas o de otras personas?

No, yo empecé de obrero. Trabaje para otras personas y en otros

pueblos como Langayo, Bahabón

-Cuantas ovejas has llegado a tener

Mías propias 300

- ¿Las ovejas que llevabas eran de un solo patrón o de varios?

No, solo llevaba de un dueño. En Bahabón las tenían para hacer basura

para las tierras y luego sembrar en ellas remolachas

-¿Cuántos perros tenías?

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Casi siempre dos, pero de últimas tres

-¿Es verdad eso que dicen que los perros son vuestras manos?

Sin perro no puedes soltar el ganado, es él todo, solo con verle las

ovejas se espantan

-¿Cómo hablabas al perro cuando ibas con las ovejas?

Le tiraba un canto y le decía “¡anda pallí!” y el perro iba por él. El mejor

que he tenido ha sido el último, él solo llevaba el rebaño. Cuando me jubile se

lo regalé a un pastor de San Miguel.

-¿Has visto lobos alguna vez?

Sí, varias veces, y una de las veces que le vi el perro se asustó tanto

que no se retiraba de mí. Fue por la fiesta de la Armedilla, las primeras que lo

notaron fueron las ovejas, que empezaron a berrear, pero yo no le veía. Un

cazador me dijo que era muy grande y que no le había conseguido cazar. Yo

sabía que andaba por allí, porque tanto el perro como las ovejas estaban muy

nerviosos. Cuando menos lo esperaba salió de un pinar, se quedó mirándome

y se marchó. Menos mal que no hizo nada. Fue la única vez que he pasado

miedo.

-¿Has usado alguna vez los chozos?

Sí, yo me he quedado en ellos en verano. Pero no un día ni dos, pasaba

en ellos todo el verano. Era una choza de piedra, que hay en Langayo, en el

término llamado el Tasugo. Para dormir echaba paja en el suelo y una manta y

en la puerta ponía una alpaca para que no entrara frío.

-Tú has tenido burros, ¿cuántos?

Dos

-¿Cuándo paría una oveja en el campo que hacías?

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Al poco de nacer había que dar de mamar al corderillo para que no

criara calostros y luego le echábamos a las alforjas. Una vez estando en la

choza cayó una nevada y como teníamos lechazos recién paridos, unos 14

más o menos, los metí en la choza y allí estuve con ellos varios días

-¿Cuándo ibas con las ovejas cuántos kilómetros solías recorrer?

Recorrería unos tres o cuatro kilómetros diarios y casi todo el camino lo hacía a

pie, pero cuando tenía el burro iba algún rato montado en él

-Ahora que estas jubilado ¿echas de menos los paseos por el campo?

Sí, me da ansia, pero ya hemos trabajado bastante, desde los 14 años

que empecé… De niño fui de zagal con Avilio y le acompañaba para que no

entraran las ovejas en los sembrados, le ayudaba al ordenar,... El amo todas

las mañanas ordeñaba a la cabra, y en un calderillo de bronce echaba la leche

y con unos espliegos ponía lumbre y la calentaba. Así teníamos todos los días

el almuerzo caliente.

-¿Tú has usado leguis, albarcas, piales o vaqueta?

Si los he usado, las albarcas, los piales de lona y los leguis, lo único que

no he usado ha sido la vaqueta. Además llevaba un morral.

-Participas en la misa del gallo

Antes sí, pero ahora ya no

- Según hemos leído los pastores iban en cuatro ocasiones a misa.

Sí, y el día de San Pedro nos daban de comer o merendar.

-¿Has conocido muchos corrales por el término?

Si, antes había más de 50 corrales por todo el término, pero ahora ya no

quedan, ya no hay nada. Y con el tiempo no va a ver ni ovejas en Cogeces,

bueno ni en ningún sitio.

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-Cuando te encontrabas con otro pastor ¿no tenías miedo de que se

mezclaran las ovejas y luego no saber reconocerlas?

Por lo general las ovejas no se mezclan, saben cuál es su atajo. Yo

sabía las ovejas que tenía, pues todos los días al entrar y salir del corral las

contaba y lo anotaba en una libreta. Pero una vez me faltaron 2, yo sabía que

nos las había perdido, sino que otro pastor me las había cogido. Le dije al amo

que si íbamos al corral de ese pastor yo sabría reconocerlas. Fuimos y en

cuanto entre en el corral y me vieron las ovejas mías “me berrearon”, no me

hizo falta más, ellas mismas me reconocieron.

-¿Qué razas de ovejas has tenido?

Casi siempre churras, alguna vez israel. La churra da mejor carne, la

israel da mucha leche, pero la carne es más dura, tiene las costillas muy

grandes.

-Ahora que ya no tienes ovejas, cuando compras un lechazo en la tienda

¿sabes reconocer de qué raza es?

Sí, nada más verlo. Este año mismo en Nochebuena, compre un cuarto

y en cuanto le vi supe que era israel, menos mal que no era muy grande, sino

al comerlo con lo dura que es la carne….

Bueno Clemente, pues gracias por atendernos y contarnos algunos de

tus recuerdos.

A Clemente la entrevista le supo a poco, se ve que quería contarnos

más cosas. Pero nosotras no teníamos tiempo, habíamos quedado con Jesús y

Daniel para ver en vivo y en directo como es la vida de un pastor. En otra

ocasión será.

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ENTREVISTA A JESUS Y DANIEL

Después de despedirnos de Clemente, nuestras madres nos llevaron al término

del Llano, más concretamente a “La casa Pavero”. Allí es donde tienen Jesús y

Daniel sus ovejas. Los primeros que nos vieron llegar fueron los perros y

vinieron amenazantes hacia nosotras. Al sentirles ladrar Jesús, que nos estaba

esperando, salió a buscarnos. Los perros, al ver a Jesús junto a nosotros

dejaron de ladrarnos. Cuando llegamos Daniel estaba por el campo con las

ovejas y Jesús estaba cuidando a las que tenían en el corral. Eran ovejas

recién paridas o crías que aún eran pequeñas para salir. Nos enseñó donde las

tenían y nos permitió entrar. Pronto intimamos con los corderillos, los cogimos

e incluso nos chuparon la mano. Éstos estaban en una nave pequeña y al lado,

estaban las ovejas recién paridas. Mientras nos lo enseñaba nos contó que

ahora nadie quiere quedarse de pastor, pues el trabajo es muy esclavo, ya que

tienen que ir todos los días, los precios son muy bajos, y la leche no vale nada,.

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La leche de las ovejas a las que tienen que ordeñar la tiran, porque no les

merece la pena venderla. Aunque no venden la leche tienen que ordeñar a las

ovejas, pues sino las entra mastitis (ordeñan a mano). Cuando él entro como

pastor en el pueblo había unos 30 ganaderos, pero ahora solo quedaban tres

(en realidad quedan 4 pastores, porque su hermano Daniel y él pagan como

dos). Cuando le preguntamos que si no sería más fácil tener el ganado

estabulado nos dijo que no, que el ganado quiere estar libre. Ellos solos

quedan en la nave a las ovejas cuando paren o son pequeñas, las demás salen

todos los días al campo.

Un día normal para ellos comienza pronto. Lo primero que hacen al llegar al

corral es hacer un recuento y ver si han parido o si ha habido alguna baja.

Cuando se muere una oveja tienen que llamar para que venga el camión de los

cadáveres a recogerla. Antes se dejaba en el campo para que sirviera de

comida a otros animales (esto también nos los dijo Clemente), pero ahora

muchos de ellos se mueren de hambre porque no tienen que comer. Él piensa

que si hubiera una infección en las ovejas estaría bien que se recogieran, así

evitarían un contagio entre el resto de animales, pero si al morir están sanas

deberían servir de alimento para el resto.

Cuando tienen crías pequeñas, si están para vender, hay veces que se quedan

en la nave, porque vienen los “cacos” y se las roban. Nos dijo que lo primero

que te quitan son los lechazos, que pesan unos 10 kg, y los corderos, que son

un poco más grande.

Para distinguir a las ovejas que han parido de las que no las pintan de rojo y de

azul. Si tienen parideras grandes las separan, para en el caso de que tengan

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una infección, saber donde ha comenzado el brote y cortar enseguida el

problema.

Cuando su padre trabajaba de pastor venía en burro y se quedaban en el

campo con ellas durante una semana, pero ahora, gracias a los vehículos, ellos

van todos los días a casa. Ellos no han dormido nunca en los chozos, aunque

cuando están en el campo, si llueve si se han refugiado en ellos (Jesús se ríe y

nos dice,” bueno alguna siesta si nos hemos echado”). En sus ratos libres ellos

no hacen ningún objeto. Comen todos los días en el campo, suelen llevar

tortilla, chorizo, jamón y los platos de cuchara los suelen tomar para cenar.

También nos habló del trabajo del perro. Él tiene 7 perros, 4 salen al campo

con las ovejas y 3 se quedan cuidando la nave (eso lo pudimos comprobar por

nosotras mismas) y son un cruce con pastor alemán. Éste suele ir al lado del

pastor, esperando sus órdenes. Si alguna oveja se mete en algún sembrado

ellos les dicen “dala” y el perro va a sacarla. Cuando son pequeños les

enseñan a correr el canto.

A ellos les gusta participar en la misa del gallo y nos dijo que gracias a que

acuden los pastores jubilados, sino no podría mantenerse esta tradición.

Según estábamos hablando con Jesús llego Daniel, que venía del campo con

el resto del rebaño. Nos llamó la atención que en cuanto abrieron la puerta de

la nave entraron todas en fila, sin ningún esfuerzo. Ordeñaron a una oveja para

que viéramos como se hacía (con qué facilidad lo hicieron) y la leche se la

bebieron los perros. Nos dijo que habían visto 3 lobos por la zona y que alguna

vez habían sufrido el ataque de ellos.

En lo referente a la vestimenta nos dijeron que su vestimenta habitual nada

tenía que ver con la de antes.

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Antes su madre hacía queso, pero ahora ya no lo hacen. Como dato curioso

decir que donde guardan las ovejas, antiguamente era un caserío. En él aún

conservaban las tablas y los cinchos que se usaban para hacer el queso. Nos

mostraron cómo se colocaban para su elaboración.

Igual que las personas necesitamos sal, las ovejas también la necesitan. Ellos

tienen distribuidos por el corral trozos grandes de sal, para que cuando las

ovejas la quieran puedan chuparlo Nos llamó la atención como los corderos

que habían nacido por la mañana caminaban e iban a mamar de su madre.

Nos enseñaron el pienso que comen las ovejas, hecho con productos

naturales, alfalfa, maíz, pulpa, cebada. Además nos enseñaron el gario y la

garia, herramientas usadas para echar y sacar la paja.

Pues bien, hasta aquí nuestra tarde con Jesús, Daniel y sus ovejas. Queremos

agradecerles la paciencia que tuvieron con nosotras, pues aunque las dos

vivimos en un pueblo nunca las habíamos visto tan de cerca.

Gracias por todo y ¡Ánimo para seguir en vuestro trabajo!

A continuación os mostramos algunas de las fotografías que hicimos a Jesús y

Daniel.

Uno de los perros de Jesús y Daniel En el corral con Jesús y los corderillos

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María con uno de los corderillos

Ordeñando Jesús y Daniel ordeñando

Una parte del rebaño

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Pienso natural que comen las ovejas Sal que chupan las ovejas

Cordero chupando la sal

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Daniel con el gario recogiendo la paja

Jesús y Daniel