analizando la pobreza y la riqueza

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ANALIZANDO LA POBREZA Y LA RIQUEZA Mercedes Cruz Aunque todo individuo pobre desee conscientemente dejar de serlo, existe una resistencia inconsciente provocada por las creencias y por los hábitos tradicionales. ¿Cuántas personas que fueron pobres en su niñez o juventud continúan comportándose como si realmente lo fueran, a pesar de que hace décadas que dejaron de serlo? Aunque parezca ridículo, la pobreza, como cualquier otra circunstancia social, a pesar de ser aborrecible, también es justificada por las viejas creencias que surgieron en su seno. Podríamos enumerar innumerables claves de fe que proclaman a la pobreza como una virtud indispensable para entrar en los cielos. Baste con recordar aquella parte de los evangelios cuando Jesús dice que es más difícil que un rico entre en el

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ANALIZANDO LA POBREZA Y LA RIQUEZA. MERCEDES CRUZ

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ANALIZANDO LA POBREZA Y LA RIQUEZAMercedes Cruz

Aunque todo individuo pobre desee conscientemente dejar de serlo, existe una resistencia inconsciente provocada por las creencias y por los hábitos tradicionales. ¿Cuántas personas que fueron pobres en su niñez o juventud continúan comportándose como si realmente lo fueran, a pesar de que hace décadas que dejaron de serlo?

Aunque parezca ridículo, la pobreza, como cualquier otra circunstancia social, a pesar de ser aborrecible, también es justificada por las viejas creencias que surgieron en su seno. Podríamos enumerar innumerables claves de fe que proclaman a la pobreza como una virtud indispensable para entrar en los cielos. Baste con recordar aquella parte de los evangelios cuando Jesús dice que es más difícil que un rico entre en el paraíso que un camello pase por el agujero de una aguja, o bienaventurados los pobres porque ellos heredarán la tierra.

Si bien es cierto que la riqueza puede resultar una trampa mortal para el espíritu, más cierto es que la pobreza es una trampa mortal para el cuerpo, pues produce una indigna muerte prematura no

deseada por nadie. La mayoría de los pobres de la tierra, si son virtuosos, es porque están más cerca del otro mundo que de éste, pero no por evolución espiritual ni por elección libre, sino porque se están muriendo de hambre.

Existen compañeros altamente titulados en las convenciones del mundo, que llevan consigo una fuente viva de humildad en el corazón, mientras que existen mendigos, con el rostro desfigurado, que cargan en lo íntimo la niebla espesa del orgullo empañándoles el entendimiento.

No juzguemos por las apariencias porque seguramente caeremos en la arena movediza de las transformaciones repentinas solapando el edificio de las conclusiones erróneas.

Hay ricos que son maravillosamente pobres de avaricia y encontramos pobres lamentablemente ricos de mezquindad.

Somos enfrentados, en todas partes por grandes almas que se hacen humildes, al servicio del Señor, en la persona del prójimo, y frecuentemente sorprendemos a espíritus rastreros vistiendo túnicas de vanidad y dominación.

La pobreza y la pequeñez no existen en la obra divina.

Constituyen apenas posiciones, transitorias creadas por nosotros mismos, en la jornada evolutiva en la que aprenderemos, poco a poco, bajo el patrocinio de la lucha y de la experiencia, que todo es grande en el Universo de Dios.

Todos los seres, todas las tareas y todas las cosas son piezas preciosas en la estructuración de la vida. Donde estuviéramos hagámonos espontáneo para recoger la luz de la comprensión.

El oro será, muchas veces, una prueba difícil y las cimas sociales en la Tierra, casi siempre, son amargos purgatorios para el alma sensible, tanto como la carencia de recursos materiales es bendita escuela de sufrimiento, más la simplicidad y el amor fraterno, brillando, por dentro de nuestro espíritu, en cualquier situación en el camino de la vida, son invariablemente, nuestro manantial de alegrías sin fin.

El camino para recibir el bienestar que viene de Arriba, es liberarse totalmente del sentimiento de "mi fuerza y el poder de mi mano", y

apoyarse totalmente en el Altísimo. Cuando el hombre se libera de sus preocupaciones personales y cree en Dios, y que Él es la fuente de la bondad y el bienestar, entonces se hace meritorio de ver la bendición en la acción de sus manos y de recibir la Bondad Suprema también en el mundo terrenal.

Contemplemos el cielo, en los días en que la sombra nos invada el corazón, y pensemos en la inalterabilidad del amor Infinito que se vierte del Creador hacia todas las criaturas.

Amigos estas excelentes asertivas son del Libro “Dinero” de Chico Xavier,