tenamitl julio 2010
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1
No. 9 JULIO DE 2010
PONENCIA EN EL FORO ESTATAL DE ANÁLISIS SOBRE EL
MARCO JURÍDICO DE LA CULTURA EN MÉXICO:
“LA CULTURA COMO INSTITUCIÓN EN EL MUNICIPIO”
LOS HERMANOS OSCÓS, PRIMEROS FOTÓGRAFOS
DE TENANCINGO
LA MÚSICA EN TENANCINGO: LA BANDA SANTA CECILIA
2
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EDITORIAL
DE COLORES Y DE LABORES…
En la editorial del mes de abril, en esta publicación, hice una
solicitud –o propuesta- a nuestro ayuntamiento, para que se limpiara
la fachada del palacio municipal, se retirara de la puerta de entrada la
máquina expendedora de golosinas y se terminara el mural en el cubo
de las escaleras. A la semana de la publicación se comenzó a limpiar
la fachada, días después se quitó la máquina y ahora está por
terminarse el mural que narra la historia de Tenancingo, obra del
Arquitecto Javier Saldaña Arriaga.
Posiblemente sea muy pretencioso suponer que todo eso se
hizo gracias a mi propuesta, pero seguramente es muy satisfactorio
pensar que nuestro ayuntamiento escucha las peticiones de los
ciudadanos, incluso si se trata de aspectos regularmente ignorados por
los gobiernos municipales, como es el área cultural.
Ya sea porque se hizo caso a mi propuesta o no, desde estas
páginas felicito sinceramente y le agradezco en todo lo que valen estas
acciones a nuestra Presidenta Municipal, la Licenciada Tanya Rellstab
Carreto. En especial me satisface su decisión de continuar las labores
del mural, ya que ésta podría haber supuesto algún conflicto partidista,
siendo el proyecto una iniciativa del gobierno anterior, y el artista
miembro de otro partido.
Pero si ninguna acción de gobierno que se realice en bien de la
ciudadanía debe anteponer intereses ideológicos o de partidos
políticos, mucho menos debe hacerlo si se trata del patrimonio
cultural del pueblo. Lo he dicho y lo vuelvo a repetir: la cultura no
puede estar sujeta a limitaciones de colores, ideologías, o
temporalidades. Su acción trasciende a los partidos, a los funcionarios
y a los periodos gubernamentales. Si algo he de reconocerle
especialmente al Licenciado Gabriel Gallegos, anterior Presidente
Municipal, es que me haya llamado a colaborar en su gobierno como
Coordinador de Cultura, aun sabiendo que no pertenezco a su partido
político.
La historia es sustento y plataforma para el desarrollo cultural.
(Continúa en la página 24)
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¿QUÉ FUE PRIMERO…?
Aunque parezca mentira, aun en este “año del bicentenario”, habemos muchos mexicanos que no sabemos nada de los conflictos que ha sufrido nuestro país ni mucho menos el orden cronológico en que han sucedido éstos. Incluso se da el caso de estudiantes de preparatoria que creían –o creen- que la revolución ocurrió antes que la guerra de independencia,,,
Para conocer el orden cronológico de los principales episodios bélicos que ha sufrido México en su vida independiente, ordénalos de modo que las letras que están al principio de cada uno de ellos formen una bella palabra. X _ Invasión Norteamericana. C _ Segunda Intervención Francesa (Imperio de Maximiliano). I _ Guerra de Reforma. M _ Guerra de Independencia. O _ Revolución. E _ Primera Intervención Francesa (Guerra de los Pasteles).
La palabra es: _ _ _ _ _ _ Numéralos del uno al seis para saber los años en que ocurrieron: 1.- De 1810 a 1821. 2.- De 1838 a 1839. 3.- De 1846 a 1848. 4.- De 1857 a 1861. 5.- De 1862 a 1867 6.- De 1910 a 1928 (Incluyendo la “Guerra Cristera”)
La Página de Gloria Temblador
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PONENCIA:
“LA CULTURA COMO INSTITUCIÓN
EN EL MUNICIPIO” Presentada por Héctor Gordillo Camacho, en el
FORO ESTATAL DE ANÁLISIS
SOBRE EL MARCO JURÍDICO DE LA CULTURA EN MÉXICO
I.- ANTECEDENTES.
En los planes de trabajo de los gobiernos municipales es
frecuente atestiguar la discriminación que se le hace a todo lo
referente a la cultura al diseñar acciones de beneficio para la
ciudadanía.
Continuamente se habla de satisfacer necesidades primordiales
respecto a la vivienda, el abasto de alimentos, la seguridad pública, y
la organización vial y urbana, pero solamente como medio de los
gobiernos para generar una imagen positiva ante la opinión pública,
como una forma de justificar su permanencia en el poder o, en el
mejor de los casos, como una medida para tratar de solucionar
problemas existentes, pero no de una forma real y definitiva, sino
como un paliativo que les permita mantener las condiciones sociales
que los llevaron a ser electos como los administradores de los destinos
del municipio.
Uno de los errores más frecuentes de los planes de gobierno
municipales consiste en trabajar para solucionar problemas que ya se
han hecho presentes, sin atender las causas y circunstancias que les
dieron origen, lo que no asegura que, una vez solucionados, estos
problemas no se vuelvan a presentar.
La mayoría de los problemas urbanos tienen su origen en el
crecimiento desorganizado de los grupos habitacionales, en la falta de
recursos de quienes se instalan en ellos, y en la ignorancia que
manifiestan acerca de las posibilidades y características del terreno y
los servicios disponibles, tanto al momento de ubicarse ahí, como en
el futuro. Todos estos aspectos son manifestación de la carencia de un
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elemento en especial: cultura.
El único factor que nos puede asegurar que los problemas a los
que se pretende dar solución no se vuelvan a presentar, es la
formación de una plataforma cultural que soporte el “desarrollo
sustentable y armónico con el medio urbano, social y natural”.
Además, si se
quiere desarrollar un
plan de acción
verdaderamente
exitoso que involucre
a la ciudadanía como
beneficiaria, debe
tomarse en cuenta
que esta es también
parte activa en dicho
proceso. Un plan no
tendrá éxito si es
impuesto de manera arbitraria por parte de las autoridades, sin
considerar en todo momento las necesidades y características de la
población en la que se va a aplicar, pero también debe hacer participar
a ésta, cooperando en el proceso de solución.
Es un error común ver los problemas desde el punto de vista
económico, antes que considerar el aspecto cultural de los mismos.
Por lo general atribuimos la causa de las carencias y las tribulaciones
de nuestra sociedad a la injusta distribución de la riqueza, a la
corrupción, a la inseguridad pública, a la propia apatía y
conformismo, etcétera, sin pensar que estos factores, por más que
existen y todos tenemos que sufrirlos diariamente, no son en sí la
causa de los problemas, sino una consecuencia de la causa originaria y
generadora de todas nuestras desgracias. Esta causa es la falta de
cultura; la educación deficiente que recibimos de nuestros padres y
maestros, y la ausencia total de identidad y de orgullo comunitario.
La práctica de buenos hábitos sociales, la planificación
familiar; la conciencia ecológica; el tratar de llevar una vida
saludable; el aprovechamiento razonado de los recursos intelectuales y
monetarios, la participación ciudadana, etc., son manifestaciones
culturales que tienen que ver, más que con una aplicación de recursos
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económicos, con el desarrollo de una actitud positiva, participativa y
cooperativa entre los ciudadanos, en donde el respeto a uno mismo y a
los demás asegure la tan ansiada convivencia organizada y armónica,
sin la cual sería imposible poner en práctica un plan de desarrollo
verdaderamente efectivo.
Es el desarrollo de la cultura la única base firme que puede
asegurarnos el progreso y bienestar de nuestra sociedad.
Muchas son las leyes y reglamentaciones que han surgido para
regular –o tratar de regular- el crecimiento demográfico y urbano. A
nivel Federal, Estatal y Municipal, se han diseñado normas para
controlar este crecimiento y para asegurar los servicios básicos a los
núcleos urbanos. Pero este control, por lo general, no tiene efecto por
dos razones principales:
a).- La población no tiene la cultura suficiente para ver los
beneficios de estas reglamentaciones, y por consiguiente no está
dispuesta a acatarlas.
b).- Las autoridades correspondientes no cuentan con los
recursos o la decisión necesaria para hacer cumplir estas
reglamentaciones.
Así, las normas que determinan el crecimiento organizado y
ordenado, que asegure una oferta suficiente de servicios y un entorno
adecuado para vivir, se han convertido en reglamentaciones sin
vigencia ni efecto, que no cuentan con el respeto ni el acatamiento
tanto por parte de la ciudadanía como de las autoridades.
Leyes y reglamentos como los que determinan el uso del suelo,
los que prohíben los asentamientos en zonas de riesgo o el
fraccionamiento de tierras ejidales, los que regulan el tránsito de
vehículos, la circulación peatonal, y más específicamente los que
reglamentan el tipo de construcción en una población, el respeto a la
arquitectura histórica, la recuperación, mantenimiento y
aprovechamiento de nuestra riqueza arqueológica, etc., son sólo textos
que generalmente no se aplican ni cumplen con la función para la que
fueron redactados.
El tratar de lograr núcleos urbanos agradables, funcionales y
estéticos, no es sólo un capricho o un lujo que no corresponde al
contexto de nuestra sociedad. Por el contrario, es una necesidad que
satisface el natural requerimiento humano de vivir en un entorno
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adecuado y satisfactorio. Los sentidos de pertenencia, de identidad, de
orgullo y de respeto, son acentuados por la propiedad o el hecho de
compartir edificaciones limpias, organizadas y estéticamente
agradables.
El transitar por la calle y las demás vías de comunicación
también requiere de un desarrollo
cultural que nos permita, como
automovilistas, manejar con
precaución y cortesía, y como
peatones, evitar peligros y no
comprometer la existencia propia
y la de los demás. El cuidado de
las carreteras; la aceptación de las
molestias temporales que
conllevan las labores de
construcción y remozamiento de
las calles, y la comprensión ante
las dificultades que enfrentan las
autoridades para estas labores, son
actitudes que solamente
ciudadanos debidamente educados
e informados pueden manifestar.
Por último, las relaciones
entre ciudadanos son también
manifestaciones culturales que no podrán darse si antes no se genera
un sentido de participación, de pertenencia, de cooperación y de
orgullo por pertenecer a una comunidad determinada. Así también
debe desarrollarse el deseo de progresar, tanto individual como
comunitariamente.
II.- FUNDAMENTO LEGAL
El Artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos establece que “toda persona tiene derecho al acceso a la
cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la
materia, así como el ejercicio de sus derechos culturales”.
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Para el cumplimiento de este artículo, es función de los ayuntamientos
promover los medios para la difusión y desarrollo de la cultura,
atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y
expresiones con pleno respeto a la libertad creativa.
III.- PROPUESTA.
Ante la necesidad de mejorar los procedimientos de los que se
valen los gobiernos municipales para desarrollar y promover la cultura
en los municipios, y tomando en cuenta la necesidad primordial que
se tiene de generar una plataforma cultural que asegure el desarrollo
social y económico de la población, se presenta la propuesta de
investir al área de cultura municipal de una mayor personalidad
jurídica y administrativa, así como permitirle autonomía y autoridad
para desarrollar sus funciones, y asignarle mayores responsabilidades
e injerencias en todas las actividades y funciones del gobierno
municipal.
En lugar de una Coordinación de Cultura, dependiente del
área de Educación, debería existir en los municipios un Instituto
descentralizado, o incluso una representación municipal de una
SECRETARÍA DE CULTURA que funcione a nivel federal, con
representaciones en los Estados.
Por lo general, el área de cultura en un ayuntamiento, si es que
ésta existe, es una dependencia menor, subordinada al área de
educación y a la correspondiente regiduría. La coordinación de
cultura, frecuentemente, es vista como un apéndice inútil e
innecesario, cuyas funciones se limitan a organizar festejos y
conmemoraciones de fechas importantes.
Por el contrario, ya se ha expresado aquí la trascendencia,
importancia y beneficios que pueden llegar a tener las actividades del
área de cultura en un ayuntamiento, si éstas se realizaran con la debida
formalidad, suficiente profundidad, y correcta estructuración.
El área de cultura debe ser un organismo descentralizado, que
funcione como un instituto, con identidad y recursos propios, dirigido
por auténticos promotores culturales, verdaderos conocedores de la
historia local y genuinos defensores del patrimonio cultural del
municipio. Debe contar con el suficiente equipo material y humano y
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trabajar en estrecha relación con las diferentes áreas del ayuntamiento
para desarrollar sus importantes funciones, que deberán abarcar
aspectos como:
1.- Fomentar la cultura para desarrollar un sentimiento de
pertenencia, identidad y participación, mediante la organización de
actividades que promuevan el conocimiento de la historia, las
tradiciones y los valores artísticos e históricos del municipio, para
desarrollar la conciencia comunitaria y predisponer a la ciudadanía
para trabajar en conjunto y
vivir mejor.
2.- Desarrollar accio-
nes, principalmente dirigidas a
los alumnos de primaria, que
promuevan en las nuevas
generaciones un conocimiento
de la historia local, llevando a
cabo concursos, dinámicas y
campamentos de verano que le
permitan al alumno aprender
de manera fácil y divertida
acerca del pasado histórico de
su comunidad, y de esa forma
desarrollar un orgullo profundo
y una identidad fuerte.
3.- Promover el de-
sarrollo de las tradiciones y las
artes locales con exposiciones,
concursos y financiamientos a
artesanos, para que su labor sea reconocida en su justa medida, se
promueva la práctica de estas actividades en la gente joven y se
retribuya económicamente de manera justa y conveniente su trabajo.
4.- Abrir espacios para la correcta apreciación del arte, las
artesanías y la historia. Muy pocos municipios cuentan con inmuebles
adecuados y bien ubicados para servir como museos, galerías y salas
de exposición, y los edificios históricos que podrían acondicionarse
para servir a este propósito se han ido perdiendo porque quienes se
ocupan de la cultura en los ayuntamientos carecen de los recursos y la
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autoridad para hacer valer las disposiciones del Instituto de
Antropología e Historia y otras instituciones.
5.- Gestionar apoyos ante diversas instancias para realizar
trabajos de rescate y conservación de sitios históricos y arqueológicos.
6.- Motivar la participación ciudadana para mejorar la imagen
urbana y asegurar la convivencia pacífica y respetuosa.
7.- En cuanto a educación vial, debe fomentarse la cultura
ciudadana para que los automovilistas manejen con precaución y
cortesía, los peatones respeten las señales y tengan precaución, y los
motociclistas y ciclistas respeten las medidas de seguridad, ofreciendo
los conocimientos teóricos que les hacen falta a todos, ya que casi
nadie realiza los exámenes necesarios para utilizar correctamente las
vías de comunicación ni conoce los reglamentos de tránsito. Esto es
especialmente grave en el caso de muchos taxistas, que toman el
volante desde muy jóvenes y desarrollan hábitos negativos.
8.- Trabajar con los niños para desarrollar hábitos de higiene,
conciencia ecológica, participación y respeto desde los primeros años
de vida. En los niños puede lograrse con mayor facilidad el desarrollo
de una cultura ciudadana, a diferencia de los adultos que en muchos
casos se muestran reacios a cambiar y poco dispuestos a aceptar ser
corregidos. Además, los niños son un medio especialmente efectivo
para acceder a través de ellos al interior de la familia.
Es necesario que, al mismo tiempo que se fomenta la
participación ciudadana, también se compartan las responsabilidades y
la búsqueda de soluciones. El no esperar que todo lo resuelvan las
autoridades y el hacerse partícipe de las soluciones, aun cuando en
algunos casos se afecten negativamente nuestros intereses para
beneficiar a la mayoría, son actitudes que darán como resultado una
sociedad más digna y edificante, y una existencia más agradable para
todos.
IV.- CONCLUSIONES.
Contrariamente a lo que se piensa, la cultura es la base de todo
desarrollo social, y sin ella es imposible pensar en una superación real
de los problemas. De nada sirve rodear de servicios y comodidades a
una comunidad carente de la cultura ciudadana que le permita valorar,
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conservar y usar debidamente estos bienes. De la misma manera, es
imposible pensar en un progreso y superación de una sociedad,
cuando ésta da muestras de falta de conciencia, integración, sentido de
pertenencia, participación, orgullo y cooperación, elementos todos
aportados por la cultura, y reforzados por la educación y el
conocimiento de la propia historia.
Las acciones que lleven a la realización de estas condiciones
solamente pueden ser logradas por el área de cultura de un
ayuntamiento cuando ésta cuenta con las condiciones, la autoridad y
los recursos adecuados. Por ello,
el área de cultura debe ser
promovida a nivel de Dirección o
de Instituto descentralizado, y
dotársele de equipo y material
humano capaz y suficiente para
desarrollar su importante trabajo.
Que su labor como promotora del
conocimiento de la historia sea
valorado y aprovechado en todo
su potencial y que los
conocimientos de historia que
debe poseer quien esté a cargo
sean capitalizados de la mejor
manera.
Que se le permita mayor
autonomía y libertad para
disponer de su presupuesto,
considerando que las actividades
culturales rara vez pueden ser
contratadas mediante comprobantes fiscales como los utilizados por
otros proveedores, y que el trabajo de los artistas debe ser tan
valorado como el de cualquier otro profesionista.
Que se le proporcionen los medios y la autoridad para expedir
comprobantes deducibles de impuestos cuando obtenga apoyos y
patrocinios de particulares y empresarios para organizar actividades
culturales, así como autoridad jurídica y contable para formar
patronatos, asociaciones y consejos ciudadanos para la promoción de
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la cultura, la obtención de recursos para el rescate de zonas
arqueológicas, y la
recaudación de fon-
dos para la funda-
ción de bibliotecas y
museos.
Que se per-
mita y exija su par-
ticipación en activi-
dades de otras áreas
del ayuntamiento,
especialmente en el
caso de obras
públicas, para que se planeen las acciones sin poner en peligro áreas
históricas, monumentos arqueológicos, obras de arte, etc., y cuando el
aspecto turístico pretende anteceder al interés histórico y cultural.
Dentro de las funciones de un Ayuntamiento, la importancia de
la labor cultural es comparable a la que tiene la administración de los
recursos económicos y la dotación de obras y servicios públicos. Es
una pena que hasta ahora pocos gobiernos lo consideren así, pues
mientras no haya un apoyo digno, una asignación de recursos
suficiente, y una verda-
dera atención a la
promoción de la cultura,
los proyectos guberna-
mentales quedarán in-
completos, como simples
paliativos que no
sustentan un verdadero
desarrollo ni un beneficio
permanente para la
sociedad, y que son sólo muestras de una labor discontinua e
improvisada que resta méritos a una administración municipal, retrasa
el progreso y niega la posibilidad de disfrutar de un verdadero
bienestar a los ciudadanos.
Toluca, Méx., 14 de julio de 2010.
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ESTAMPAS DE TENANCINGO
Hermanos fotógrafos de Tenancingo.
La fotografía formal surge en Europa al rededor de 1870,
recordemos que antes de esta fecha existió el Daguerrotipo que a
diferencia de la fotografía presentaba varios inconvenientes sobre todo
en el tiempo de exposición y la poca duración de las imágenes
impresas en cristales que con el tiempo se borraban.
Las primeras cámaras que salieron a la venta eran de madera y
de gran tamaño, la mayoría se
producían en Francia y Estados
Unidos. Alrededor de 1880 los
primeros fotógrafos en México
comenzaron a viajar por la provincia
ofreciendo sus servicios de manera
temporal y seguramente en su paso
por Tenancingo llegaron a tomar
algunas fotografías principalmente de
retratos que difícilmente podrían
conservarse a la fecha ya que los
procesos de revelado empleados no
tenían el tiempo y forma adecuados.
Para 1890 se extienden las cámaras
portátiles en todo el mundo y
comienzan a surgir fotógrafos
aficionados que tomaban sus placas,
mismas que debían llevar a la ciudad
de México para ser procesadas.
Algunos de los retratos más antiguos
de personas de Tenancingo fueron tomados en Toluca o la ciudad de
México ya que aquí no existían “talleres de fotografía”.
Mauro y Antonio Oscós Díaz fueron originarios de
Tenancingo y dedicaron una buena parte de su vida a la fotografía;
Don Mauro Oscós con su
esposa e hijos.
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Mauro el mayor nació en 1876 y desde su juventud mostró interés por
la fotografía comenzando como aficionado al igual que otros amigos
de apellido Peñaloza y Venancio Villegas quienes junto con Mauro se
consideran como los primeros fotógrafos de Tenancingo a fines del
siglo XIX. Sin embargo ninguno de ellos contaba para esto con un
taller formal de fotografía. Antonio Oscós nace en Tenancingo en
1884 y aprende el oficio de su hermano Mauro. El 15 de Septiembre
de 1910 se establece un
taller de fotografía en la
casa Nº 1 de la calle 14 de
marzo de esta ciudad
contando para ello con
aparato rápido según dice el
volante impreso que registra
esta fecha. Este era un
estudio formal donde se
sacaban retratos de los
siguientes tamaños: Mignon,
Visita, Imperial, Princesa,
Boudoir y Salón. El
responsable del estudio era
Mauro Oscós, su hermano
Antonio combinaba este oficio con el de Industrial, además de viajar
constantemente a la ciudad de México para suministrar los materiales
necesarios para el estudio. El estudio constaba de una cámara de
formato grande hecha en Nueva York, con lente desmontable, Una
amplificadora de pie, marginadora y el cuarto obscuro para procesar el
material. El estudio era completamente de madera con fondos de
manta y alfombra; para los retratos se ocupaban sillas, mesas,
reclinatorios, imágenes religiosas incluso un ataúd pequeño ya que era
costumbre retratar a los niños o niñas que morían. Antonio Oscós
emigra a la ciudad de México para profesionalizar su oficio, monta un
estudio fotográfico cerca del mercado de San Juan en la calle del Buen
Tono Nº 32. esto fue alrededor de 1918 o 1920. Antonio llegó a ser
secretario de actas de la asociación de fotógrafos profesionales de
México. Sin embargo la competencia era muy dura ya que a mediados
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de los años 30 llegaron a México fotógrafos rusos que comenzaron a
acaparar el mercado.
Con la muerte de Mauro y debido a diversas situaciones
familiares Antonio regresa a Tenancingo y retoma el estudio
fotográfico el cual trabajó hasta fines de los 50`s. Entonces moderniza
el taller, implementa más aparatos y esto hace que aumente el trabajo.
Las fotografías de Mauro y Antonio Oscós han sido expuestas
en diversas exposiciones aquí en Tenancingo, otras más se encuentran
en los hogares de Tenancingo permitiendo que las actuales
generaciones vean y reconozcan a sus antepasados, al Tenancingo
antiguo que tanto se
añora, ya que en ellas se
muestran escenas
importantes de carácter
político, artístico,
cultural y social
La labor del
fotógrafo implica mucha
dedicación, invertir
mucho tiempo en el
laboratorio sin embargo
gracias a ello podemos
ahora reconstruir la historia, recordar glorias o penas pasadas. Una
fotografía de estudio registra no solo la personalidad de la gente sino
que gracias a su alta calidad perdura en los recuerdos, impacta por su
sobriedad, y magnifica la noble labor del fotógrafo. Sé que la vida
moderna, la tecnología e incluso la economía han modificado en
mucho la forma de tomar fotografías pero mientras existan fotógrafos
profesionales que encuentren ese sentido artístico, ese placer por
fotografiar la belleza y lo más importante que estudien y se preparen
para ser mejores, la fotografía será, como ayer, una noble práctica que
nos ayude a registrar y a detener el tiempo para la posteridad.
Dedico esta breve reseña a mi tío Mauro y a mi abuelo Antonio Oscós Díaz
como muestra de profundo reconocimiento a su trabajo.
Lic. en Diseño Gráfico Sergio Octavio López Oscós.
Don Antonio Oscós en su tienda.
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18
¡MÚSICA, MAESTRO!
EL ARTE MUSICAL EN LA HISTORIA
DE TENANCINGO.
El patrimonio musical de Tenancingo es extenso, ya que el
talento local ha brillado a lo largo de su historia, y las bellezas
naturales y artesanías de la región inspiran también a nuestros
visitantes. Incluso las danzas prehispánicas y las que mezclan los ritos
religiosos antiguos y cristianos son parte intrínseca y prueba
fehaciente del alma musical que el pueblo tenancinguense posee desde
sus más remotos orígenes, y que se manifiesta en sus celebraciones,
festivales y concursos escolares.
Desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado el XX,
existió en Tenancingo una sucesión casi ininterrumpida de bandas de
viento. Fue el maestro
Toribio Hernández quien
fundó esta herencia
musical. A don Toribio lo
siguió su discípulo Jesús
Estrada, mientras el hijo
del maestro fundaba una
academia de solfeo donde
daba clases gratuitas. De
ahí salió el poeta e
inspirado compositor don
Manuel Silva, quien después, en 1896, fue el director de la primera
Banda Santa Cecilia, nombre que fue muy utilizado para bautizar a
este tipo de grupos. En 1899 fue don Felipe Mendoza quien formó y
dirigió la segunda Banda Santa Cecilia, la más numerosa de todas, ya
que estaba integrada por 44 elementos. Cuando el director fue llamado
por el gobernador para dirigir la banda estatal, la Santa Cecilia resintió
la falta, pero aun cuando el número de músicos se redujo, la banda
continuó alegrando los paseos dominicales en el jardín central hasta
los años de la Revolución. No fue sino hasta 1920 que se formó una
nueva Banda Santa Cecilia, la cual no duró ni un año, para que en
1921 surgiera otra a iniciativa de don Heliodoro López. A la
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desintegración de ésta siguió un espacio de más de quince años sin
que se escucharan las tradicionales notas de la banda de viento. Hasta
que el 4 de mayo de 1938 se presentó con gran solemnidad la más
longeva de las Bandas Santa Cecilia, ya que ésta se mantuvo
ofreciendo conciertos hasta 1964, bajo la dirección de don Bonifacio
Bernal. Finalmente, de 1968 a 1988 se contó con la última Santa
Cecilia.
Manuel Rentería Polanco fue un exitoso compositor en
los años cuarenta del siglo pasado, nacido en el Mineral de Ocampo,
Chihuahua. A partir de su primera visita a Tenancingo, en junio de
1942 cuando quedó gratamente impresionado, al grado de regresar
cada año, compuso varias canciones a esta tierra, las cuales tituló
“Tenancingo” (1942); “Soy de Tenancingo” (1945); “Adiós a
Tenancingo” (1945), y “A Tenancingo” (1946). Todas ellas llevaron
el nombre de este suelo por diferentes lugares de la República, y la
primera se transmitió por la radiodifusora XEQ de la ciudad de
México, en voces del trío “Los Tres Vaqueros”; también era muy
aplaudida al estar incluida en el repertorio de la Rondalla del célebre
“Tata Nacho”.
Don José Silva González compuso, en 1939, una
canción también llamada “Tenancingo”; ésta es considerada por
muchos como un Himno, y se canta en todas las presentaciones del
Coro de la Ciudad. Don Bonifacio Bernal, a quien se mencionó antes
como director de una de las más célebres Bandas Santa Cecilia,
también compuso varias piezas musicales, entre las que se incluye un
vals dedicado a la esposa del entonces presidente de la República, la
señora Eva Sámano de López Mateos.
Mención especial merece la familia Acevedo, por ser
semillero de grandes cantantes y compositores. don Pablo Acevedo
Vázquez, quien es dueño de una voz privilegiada, fue integrante
durante muchos años del celebre grupo romántico “Los Tecolines”, de
fama internacional. Su hermano Juan José Acevedo Vázquez es
compositor de varias piezas musicales que han sido interpretadas por
grandes cantantes; entre sus composiciones destaca “Rebozo de
Tenancingo”, canción que grabó “La Voz del Heraldo de México”,
Martha María; él mismo ha destacado como vocalista; así también es
digno de mención el joven Guillermo Acevedo, heredero de la
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tradición familiar, quien es un excelente cantante de ranchero. Por
otro lado, la familia López ha destacado con su música bailable y
coral, con grupos como “Leo Continental”, “Cosa Nostra”, “Los
Julios” y “Blanco y Negro”. Gil Prado es un notable compositor
tenancinguense cuya fama ha trascendido fronteras.
Entre los grupos musicales y artistas que alegran las
fiestas y celebraciones en Tenancingo, los cuales forman parte de
nuestro patrimonio artístico, podemos mencionar a las bandas y
conjuntos de Acatzingo, así como el señor Ventura, quien integra el
coro de Joan Sebastian; existen varios tríos y rondallas en el
municipio que gozan de gran popularidad en todo el Estado, entre
ellos “Tenancingo·, “Elegía”, “Imperio”, “Imperial”, “Trigo y Vid” y
otros; en este tipo de música destaca por su virtuosismo el señor
Ángel Montes; también hay
excelentes cantantes de ranchero,
grupos de mariachi y de música
moderna. El señor Taurino Montes es
un cantautor que ha ganado
concursos en diversos lugares de la
República.
En un lugar muy especial
dentro del patrimonio artístico de
Tenancingo se encuentra otro
personaje de apellido López, pero
éste hijo de quien fuera cantor de la
Parroquia de San Francisco durante
muchos años, don Álvaro López: se
trata del Maestro Guillermo López
Nava, quien después de realizar sus
estudios en nuestro país y en Europa,
y de dirigir al Coro de la Catedral
Metropolitana de la Ciudad de
México, ha venido a fundar una escuela y un coro a su ciudad natal. El
Coro de la Ciudad de Tenancingo ofrece desde hace diez años un
concierto mensual en el que los nuevos valores comienzan a
destacarse dentro de la música clásica y popular. El maestro López
Nava ha iniciado también un loable trabajo con el Coro Infantil de la
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Ciudad de Tenancingo. Además, cada año dirige el coro y la orquesta
de la soprano italiana Filippa Giordano, máxima exponente del género
Ópera Pop, en la gira anual que realiza por nuestro país desde 2004.
Como se dijo, gracias a la iniciativa del Maestro Guillermo
López Nava han surgido nuevos talentos en la música. Precisamente
uno de estos nuevos valores es el grupo “Capriccio”, formado por
alumnos de la escuela de música del Maestro. Este grupo ofrecerá un
concierto el próximo sábado 31 de julio, en lo que es el tradicional
concierto del Coro el último sábado de cada mes. Como siempre, será
un concierto para no perderse, sobre todo porque seremos testigos una
vez más de la riqueza musical que hemos descrito aquí, la cual nos
asegura que, así como en otras expresiones culturales, Tenancingo
siempre gozará de un alto nivel en su patrimonio, lo cual es motivo de
orgullo y alegría para todos los tenancinguenses y un atractivo más
para nuestros visitantes.
El Coro de la Ciudad de
Tenancingo
En su concierto de julio, presenta:
GRUPO “CAPRICCIO”
MÚSICA VERSÁTIL
Sábado 31 de julio de 2010
8 de la noche Auditorio Petronilo Monroy
ENTRADA LIBRE ¡NO FALTES!
22
LA RIQUEZA HISTÓRICA
ES LO MÁS VALIOSO DE UN PUEBLO
Por el Maestro en Historia
Raymundo Cruz Centeno
En esta ocasión nos vamos a apartar un poco de la
nomenclatura e historicidad de las calles de Tenancingo, lo que es la
razón de mi colaboración mensual, para abordar un tema preocupante
de lo que a últimas fechas se viene observando en nuestro querido
Tenancingo, y es lo referente a la conservación de nuestro patrimonio
cultural y artístico. Algunas de las piezas y edificios que se incluyen
en este patrimonio están catalogados como Monumentos Históricos
por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), siendo
ejemplos representativos el edificio del Palacio Municipal, templos
como la Parroquia, el Calvario, las capillas, y algunos otros edificios
que aun se mantienen en pie en nuestro “Centro Histórico”.
Desde finales del siglo XVII se venía dotando de una
fisonomía arquitectónica verdaderamente rica a nuestro Tenancingo,
con un sello distintivo acorde a la época colonial, dentro del estilo
neoclásico, en boga
en aquellos tiempos,
en el que no se
escatimaron
recursos, ya que de
alguna forma eran el
reflejo del amor y el
orgullo por vivir en
este terruño.
Cuando llegó
a la Presidencia
Municipal el señor Estanislao Oscós, éste se propuso dotar a la
población de vías de comunicación y acceso hacia y desde los pueblos
vecinos. Así, determinó la construcción de puentes como el de la
Trinidad, el Salitre, el Salto, el de Chalchihuapan y, el más
importante, el de doble arco en Tepetzingo, rumbo a Tonatico. De
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estos, todos los que no han sido destruidos por la mano del hombre, ya
sea para ampliar los caminos o para construir otras cosas, aun están en
pie, lo que da idea de lo bien construidos que están. Sobre todo este
último, del que pocos conocen su existencia.
Pero la obra más emblemática de este presidente es el Palacio
Municipal el que -me permito mencionar aquí- no es propiedad de
ningún ayuntamiento en específico, para que pueda disponer de él a su
libre albedrío, sino que es propiedad de todos; por ello está
contemplado dentro de los bienes nacionales. Esto lo digo porque en
el pasado reciente se han hecho modificaciones, remodelaciones y
adiciones que constituyen un atentado a su calidad de edificio
histórico, por lo que
puede considerarse
incluso un daño en
propiedad ajena.
Ejemplo de estas
agresiones han sido las
grandes letras que se
clavaron en su fachada
para pregonar innece-
sariamente que ahí
estaba instalada la
“PRESIDENCIA MU-
NICIPAL”.
Afortunadamente estas letras ya fueron retiradas, pero permanecen
otros daños causados en diferentes épocas, como el entrepiso
adicional que se instaló en el ala poniente del edificio, para albergar
ahí oficinas municipales. En el colmo de la ironía, estas oficinas,
absolutamente improvisadas y en las que es necesario cruzar casi en
cuclillas de una oficina a otra, pertenecían hasta hace pocos días ¡a la
Dirección de Obras Públicas!
¿Con qué cara la Dirección mencionada y la de Desarrollo
Urbano suspenden obras que con muchos sacrificios realizan algunos
tenancinguenses para tener una mejor vivienda, cuando son ellos
precisamente quienes con la mayor desfachatez atentan contra las
normas de construcción, remodelación, restauración y conservación
de edificios y monumentos?
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Si se desea abrir espacios para oficinas –las que en todo caso
son producto de la política de “creación de empleos” determinada por
los compromisos políticos de los candidatos en campaña. Un
ayuntamiento como el nuestro podría funcionar perfectamente con la
tercera parte del personal con el que cuenta actualmente-, debería
considerarse el espacio tan grande que existe al fondo del patio del
Palacio, donde se encuentran los talleres del reclusorio. Tan grande es
que sirvió de panteón para sepultar a los que morían en las calles a
causa de la influenza española, en la epidemia de principios del siglo
pasado, así como a
los ahorcados en
los fresnos de la
Plaza Morelos
durante la revolu-
ción y la guerra
cristera.
El mantener
un centro peniten-
ciario en el corazón
de la ciudad y en
un edificio público
significa un altísi-
mo riesgo que de-
bería ser conside-
rado ya desde hace mucho tiempo. Frecuentemente se ha visto la
facilidad con que reos de “mediana peligrosidad” (¡!), como el asesino
y violador que fue recapturado hace unos meses, se escapan de esta
cárcel.
Afortunadamente hoy contamos con una Presidenta Municipal
muy preparada y sensible a las inquietudes de la ciudadanía, con un
gran cariño por nuestro terruño, la Licenciada Tanya Rellstab Carreto,
en quien ciframos nuestras esperanzas, ya que sería la persona idónea
para dar continuidad a una inteligente decisión de otra destacada
mujer en nuestra historia: La Licenciada Elena Gómez Issa, quien
cuando fue Presidenta Municipal logró la salida y reubicación del
Ministerio Público. Ojalá nuestra actual máxima autoridad lograra la
salida de la cárcel municipal de nuestro Palacio.
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AHORA YA SABES lo que ocurrió en
México hace 200 años.
También lo que se vivió hace 100 años.
Pero…
¿Sabes lo que pasó en Tenancingo hace 150 años?
¡Prepárate a conmemorar
EL RENACIMIENTO DE TENANCINGO!
Te invita: Don Graciano Guadarrama F.
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DE COLORES Y DE LABORES. (Continuación de la página 1)
Sin embargo, como ciencia, muchas veces carece de objetividad. Se
dice que la historia la escriben los vencedores de acuerdo a sus
intereses y que los que para algunos son los buenos para otros son los
villanos y viceversa. Todo eso es muy cierto, por lo que al estudiar la
historia debemos hacerlo con ojo muy crítico y una mente muy
abierta. Atentos a los colores, los matices y las mezclas de ideologías.
Lo más importante es darse cuenta de si esas mezclas, uniones y
alianzas dieron como resultado un bien a las mayorías; en nuestro
caso, al pueblo mexicano en general.
El único momento auténticamente glorioso y legítimo de la
revolución mexicana fue aquel en el que Zapata y Madero lucharon en
el mismo bando. Posteriormente, el caudillo del sur le declaró la
guerra al presidente Madero por considerar que éste había traicionado
los ideales revolucionarios y aquello se volvió un “pleito de viejas”.
Al inicio de la guerra de independencia, Hidalgo, un español criollo y
pudiente, se unió a Morelos, un indígena orgulloso de sus orígenes.
Fue así que la guerra tuvo validez y se realizó en beneficio de los
mexicanos. En cambio, las actuales alianzas entre partidos, las que
tienen lugar solamente por el afán de mantener valores hegemónicos o
en la desesperación de prevalecer ante la fuerza contraria, son
comparables a la alianza entre Iturbide y Guerrero que, si bien trajo
consigo la consumación de la independencia, no disimulaba las
intenciones de don Agustín de proclamarse después emperador,
aprovechándose del patriotismo y nobleza del insurgente.
Con esto quiero decir que las labores culturales, que deben
tener por objeto trascender más allá de los intereses políticos y
convertirse en historia, deben mantenerse ajenas a los colores y a las
ideologías, porque no pueden tener más interés que beneficiar a los
ciudadanos actuales y a sus descendientes.
Y ya “encarrerados”, suponiendo que hay disposición de
nuestras autoridades, solicito nuevamente a la Lic. Tanya considerar
el tianguis cultural, turístico y artesanal, el último sábado de cada mes,
en la calle de Casanova. Y el curso de historia de Tenancingo en el 6º
grado de primaria.
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MUEBLERÍAS
LÓPEZ SARO
Hidalgo Pte. No. 621 Tels. 142-17-14, 142-04-09 Fax 142-12-98
Prolongación Madero s/n Tel. 140-83-00
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Revista de información cultural, turística y comercial
Tenancingo, Méx., julio de 2010
Editor: Héctor Gordillo Camacho
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Portada: El Naranjo de la Catedral de Tenancingo. un árbol centenario.
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