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Post on 04-Jul-2015
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LLAA TTEECCNNOOLLOOGGÍÍAA
Nosotros y la tecnología
Las personas, de una manera u otra, están vinculadas a distintos productos tecnológicos. Algunas creándolos, otras
fabricándolos, muchas comercializándolos y todas utilizándolos.
Asociamos la tecnología con todo tipo de artefactos y máquinas complejas. Computadoras, trenes de alta velocidad,
satélites de comunicaciones, marcapasos, centrales nucleares, robots, son sólo una parte de la infinidad de productos
que el sistema técnico crea, desarrolla y produce como respuesta a la constante búsqueda humana de transformar y
controlar la realidad.
Desarrollamos y producimos soluciones tecnológicas que cubren nuestras necesidades de alimentación, hábitat, salud,
comunicación, etc., pero en este proceso se generan más necesidades: más energía, máquinas que puedan producir
más y mejores productos, técnicas más eficaces para utilizar ciertos recursos. El propio desarrollo tecnológico nos
abre nuevas posibilidades, las personas comienzan a demandar nuevos y variados productos para satisfacer gustos,
identificarse con ciertos grupos sociales o simplemente explorar nuevas formas de entretenimiento.
En muchos casos miramos estos productos con fascinación, en otros nos preocupamos por las consecuencias de su
uso o nos inquietamos por las potenciales implicancias de un nuevo campo de investigación y desarrollo. Por otra
parte, si observamos a nuestro alrededor podemos reconocer cuánto dependemos actualmente de los productos
tecnológicos para nuestra supervivencia.
A pesar de los notables progresos en la obtención de los más variados productos, las consecuencias de las
producciones y usos no resultan siempre positivas y se convierten en la mayoría de los casos en nuevos problemas a
resolver.
El avance en la producción ha hecho que aumente el consumo de energía en las grandes ciudades principalmente. La
reducción del esfuerzo físico y las ventajas económicas asociadas, se contrapone al enorme aumento en el consumo
de energía eléctrica. Esto representa un nuevo desafío tecnológico. La necesidad de ahorro de energía, sobre todo
aquella obtenida de recursos no renovables, debe ser enfrentada desde múltiples frentes: cambios en el modo de uso
por parte de las personas, desarrollo de nuevas tecnologías para el aprovechamiento de recursos renovables e
incorporación de formas de funcionamiento que representen ahorro de energía. Si bien es cierto que hay cuestiones
económicas detrás de estas búsquedas de soluciones, no es menos cierto que los nuevos valores conservacionistas
han impulsado este tipo de mejoras.
Los diversos aspectos que relacionan demanda, necesidad, respuesta, satisfacción, consecuencia e impacto de la
Tecnología en el medio natural y social en que se desarrolla, y la particular relación que establecemos como individuos
o formando parte de grupos sociales con la Tecnología, sus logros y sus consecuencias, son claves para comprender el
proceso tecnológico y la tecnología como actividad humana.
¿Qué es tecnología?
El término tecnología aparece hoy en muchos textos, tanto orales como escritos, que leemos, escuchamos y decimos
en nuestra vida cotidiana. Los diarios, la televisión, la radio, las conversaciones más mundanas comentan o discuten
acerca de temas que tienen que ver con la tecnología.
Sin embargo, esta palabra aparece con sentidos diversos, que no siempre son coincidentes, en distintas situaciones.
En 1985, en el simposio Internacional de París, la UNESCO propuso la siguiente definición:
"La tecnología es el saber hacer y el proceso creativo que puede utilizar recursos, herramientas y sistemas para
resolver problemas y para acrecentar el control sobre el ambiente natural y artificial con el propósito de mejorar la
condición humana".
Podemos concluir entonces que la tecnología:
pretende resolver problemas prácticos y/o concretos;
pretende mejorar la calidad de vida de la, gente;
implica un saber hacer, para diseñar, producir, comercializar y distribuir estas máquinas, es necesario contar
con una serie de conocimientos de tipo tecnológico.
El ministerio de educación propone la siguiente definición de tecnología:
"La Tecnología es una actividad social centrada en un saber hacer que, mediante el uso racional, organizado;
planificado y creativo de los recursos materiales y la información propios de un grupo humano, en una cierta época,
brinda respuesta a las necesidades y a las demandas sociales en lo que respecta a la producción, la distribución y el
uso de bienes, procesos y servicios. La tecnología nace de las necesidades, responde a las demandas e implica el
planteo y la solución de problemas concretos, ya sea de las personas, las empresas, las instituciones, o del conjunto de
la sociedad".
Dificultades en el concepto de necesidad
No es fácil definir con exactitud que es una necesidad, para acotar un poco su significado, suele llamarse necesidad a
aquellas carencias que deben cubrirse más o menos perentoriamente. Nadie duda que alimentarse, vestirse,
mantener la salud, dar cabida a actividades espirituales y culturales son necesidades humanas básicas.
Pero hay otras necesidades que son más relativas. Lo que es necesario para unos puede no serlo para los demás. Hay
factores sociales, culturales y personales que definen para cada caso que es considerado qué es una necesidad y qué
no.
También es una cuestión de época: lo que hoy no es una necesidad lo será tal vez en unos pocos años, lo que no era
necesario hace unas décadas lo es hoy.
Lo importante para destacar es que los proyectos tecnológicos se inician con el fin de satisfacer necesidades o resolver
problemas. Desde las toscas herramientas del hombre primitivo hasta la más sofisticada maquinaria moderna, hay
infinidad de productos que surgieron con ese fin.
Si los productos del trabajo tecnológico implican la satisfacción de necesidades o la solución de problemas, entonces
el conocimiento tecnológico es eminentemente práctico. En este sentido, un producto tecnológico es apropiado si
efectivamente soluciona el problema o responde a la necesidad que le dio origen.
Sin embargo, los proyectos tecnológicos, no siempre surgen de necesidades previas. A menudo es al revés. En nuestra
sociedad contemporánea nos vemos permanentemente inducidos a consumir productos, viéndonos a nosotros
mismos "necesitando" algo que pocas semanas atrás no sentíamos necesidad de consumir. En efecto, la publicidad
suele generar en nosotros estas pseudonecesidades.
En el siguiente ejemplo se pone en evidencia que muchas veces creemos necesitar productos (o características de los
mismos) que en realidad no necesitamos en absoluto:
Hace unos años se habían puesto de moda relojes que podían ser sumergidos en el agua sin que se dañasen. La
mayoría de ellos eran sumergibles hasta 30, 40, 60 y más metros de profundidad. Muchos adquirieron esos relojes
aunque la inmensa mayoría no necesitaba relojes que soportaran más de 5 o 6 metros de profundidad ya que a lo
sumo los iban a utilizar en piscinas y en zonas poco profundas de mares o ríos. Sin embargo el reloj era más apreciado
cuanta más profundidad soportara.
Por eso a menudo es conveniente hablar de deseos, gustos, preferencias, inclinaciones, pretensiones, en lugar de
necesidades (no había ninguna necesidad de tener un reloj sumergible a 60 metros de profundidad). Consideremos a
demás que no siempre la necesidad es previa al producto tecnológico que viene a satisfacerla.
Evolución tecnológica
El avance tecnológico es consecuencia directa de los descubrimientos e inventos que realiza el hombre:
Descubrimiento Invento
Encuentro, hallazgo, manifestación de lo que estaba escondido, oculto o encubierto.
Creación de un producto no existente en la naturaleza y apto para satisfacer necesidades humanas.
La evolución tecnológica fue lenta en sus comienzos. Como ejemplo de ello podemos mencionar algunos hitos:
El uso del fuego data de aproximadamente 200.000 años a.C.
La rueda 4.800 años a.C.
El alfabeto 1.500 años a.C.
La imprenta de Gütemberg año1450
El telégrafo año 1837
En el último siglo podemos citar: Automóvil, Teléfono, Energía atómica, Televisión, Fax, Satélites artificiales,
Avión, Computadoras, Robot, Transbordadores espaciales, etc.
Ética y tecnología
En los comienzos míticos de la Tecnología, podemos poner la célebre frase de Goethe "al comienzo fue la Acción".
Pero la acción pura aún no es tecnológica: debe acompañarla la reflexión. Por lo tanto, se podría llegar a decir que
desde algún punto de vista, la Tecnología y la Ética nacen juntas en el momento en que el ser humano comienza a ser
capaz de prever el resultado de sus acciones: cuando reflexiona sobre las consecuencias de sus actos y puede
comenzar a distinguir si estos serán nocivos o beneficiosos para sí mismo, para su comunidad o para con el otro.
Cuando analiza un problema, inventa una solución y prevé las consecuencias de esa solución, inventa lo artificial: la
acción y la reflexión sobre la acción.
Cuando algún homínido temprano recogió una rama para usarla como garrote, resinificó el objeto natural, que de ser
una cosa cualquiera, pasó a ser una herramienta.
La tecnología es una actividad centrada en un SABER HACER
Sabemos hacer muchas cosas: limpiar, cocinar, arreglar un sencillo artefacto electrodoméstico, destapar una botella,
jugar un juego, por señalar sólo aquellos saberes más cotidianos y comunes.
Este saber implica a menudo seguir una serie de pasos que llevan a una determinada meta u objetivo. Seguimos una
receta para obtener una torta, sabemos qué pasos seguir para arreglar el velador que hace días no funciona.
Saber hacer significa, entonces, contar con una serie de conocimientos organizados de tal manera que permitan
obtener un resultado siguiendo un orden determinado.
En este saber hacer consisten las técnicas. Una técnica es, entonces, una secuencia más o menos pautada, fija y
organizada de acciones y procedimientos que nos permiten obtener un determinado resultado. .
La tecnología es una actividad centrada en los distintos "saberes hacer" de que dispone el ser humano. Implica una
reflexión acerca de esos saberes; por ello la tecnología es mucho más que el dominio de una o más técnicas
específicas.
La tecnología trata aspectos tan diversos como los materiales aptos para la producción de un determinado objeto, los
costos, la forma de organización de las tareas o herramientas y máquinas necesarias, los efectos sobre el medio
ambiente.
De todo esto podemos sacar algunas conclusiones:
La tecnología no sólo se ocupa de los artefactos sofisticados y modernos. Los más sencillos elementos de
nuestra vida cotidiana son también un producto del trabajo y la reflexión tecnológicos.
La tecnología implica un saber hacer que debe considerar no sólo los pasos y procedimientos para obtener un
fin, sino también los materiales, las herramientas y máquinas por usar, los costos, la organización de quienes
trabajan, el modo en que se difundirá el producto en el mercado (si es el caso), los efectos positivos y
negativos de la aplicación de determinadas tecnologías, entre otros.
Saber hacer significa contar con una serie de conocimientos organizados que permitan obtener un resultado siguiendo
un orden determinado.
Saber hacer, querer hacer, poder hacer
Cuando se opta por una respuesta tecnológica a un problema determinado, no alcanza con tener los conocimientos.
Se trata también de contar con los medios necesarios para poder hacerlo (PODER HACER) y asumir las
responsabilidades éticas y/o políticas para obtener la solución tecnológica de tales problemas (QUERER HACER).
¿Cuántas veces nos encontramos ante situaciones que serían fácilmente solucionables desde el punto de vista técnico
pero en las que, o bien no existen los medios para encarar estas soluciones, o, aun contando con los medios, no se
toman las decisiones para hacerlo?
De ahí que la tecnología no sea sólo saber hacer. Es también contar con los recursos y la decisión para hacerlo. ¿Acaso
no tenemos los conocimientos técnicos y tecnológicos necesarios para resolver el problema del hambre? Obviamente,
no hay prácticamente limitaciones en el saber hacer, sino más bien en el querer hacer o en el poder hacer.
Saber hacer: distintos tipos
Hay distintos tipos de "saber hacer", los que podríamos clasificarlos del siguiente modo:
Saber construir o producir: el de los objetos de vidrio es un ejemplo de este tipo de saberes. Se trata de la aplicación
de técnicas y la consideración de distintos aspectos (como los referidos a costos, materiales, herramientas, máquinas,
efectos, etc.) que nos permiten obtener un producto determinado.
Saber usar: cotidianamente nos vemos enfrentados a la necesidad de usar determinados objetos: saber usar una
lapicera, un tenedor, una radio, una cámara fotográfica, un tester, una computadora, etc. en este caso no hay un
producto final, sino una serie de pasos e instrucciones que es preciso seguir para poder hacer uso de algún objeto
(herramienta, máquina, aparato, instrumento). Este tipo de saberes nos hace usuarios inteligentes de productos
tecnológicos.
Saber reparar: en otros casos se trata de saber reparar algo: un velador, una taza que se nos rompió o tener el
conocimiento de que dispone un técnico para reparar algún electrodoméstico, etc.
Cada uno de estos saberes implica el dominio de ciertas técnicas para cada caso: técnicas de producción, de uso y de
reparación.
Notemos, en los casos que nos son más familiares, que el dominio de alguna de estas técnicas no implica
necesariamente, conocer los principios físicos, químicos o científicos en general, que expliquen la eficacia de nuestras
acciones. En efecto, no es necesario que conozcamos cómo transitan los electrones a través de las moléculas cuando
circula la corriente eléctrica para que podamos reparar un velador. Ni que sepamos los principios químicos que
explican por qué se endurece un huevo cuando lo sometemos al calor para poder preparar una tortilla.
La mayor parte de los conocimientos tecnológicos que dominamos, no vienen acompañados del correspondiente
conocimiento científico que los explican.
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