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  • i.

    EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. - DOMINGO 11 DE SETIEMBRE DE 1938. \

    En torno al vivir y al morir ' ... ; Por JLAN BOSCH

    l/na noche, y esto ocurría en la capital de mi pala, estaba un escrk fft la galería de cierto hospital, esperando momento propicio para

    tar a un enfermo de su afecto. Contemplaba, al favor da la claridad J\el patio lleno de florea, la enredadera que ganaba las macizas

    eohtmilas y daba al sitio un amable aire de rincón hogareño; vela el trajlá de enfermeras, ola el grito de un rorro, y pensaba en la vida, que bullía allí y allí luchaba por conservarse y allí iba a repararte. ¡Bello f Mtterioso don el de la vida! aun.en tierras como la del escritor, don- de ife puede cumplirse el fin primordial de la vida, que es realizar un lOeal o satisfacer una ambición; aun en tales tierras, donde todo esta limitado al capricho de tal o cual persona, es grande y bello vivir.

    TNnsaba el escritor en la vida esa noche y se decía que es divina 'greda la de poder ver, la da percibir los colores y las dimensiones, la da goaar la presencia de una mujer hermosa, o la de una flor delicada

    de poder utilizar los ojos en leer, es decir, en comprender el pen sa- lo de loa otros mediante su vista; se abismaba en la idea de que e que sus órganos auditivos recibían el ruido y la música y de que

    ¿«resonaban, templándose a través de sus sentimientos, las obras de Standes maestros de la música; ea decía que él sufría y gozaba, y

    peale amar y pensar, y que en su cerebro cabla el mundo y cabían otras ceaea que en la realidad exigen un espado infinito. —Luego—se afir- maba a si mismo—, por el sólo hecho de vivir yo contengo el infinito

    aoy entonces una parte del Todo que expresa al Todo, es decir, al Dios auténtico, no al pardal de tales o cuales sectas.

    . Estaba el escritor embebido en si mismo, gozando la deuda de sen- tirse agradecido de la vida y didéndose que sólo la vida era grande

    . y que el universo inagotable, el universo finito, lo inconmensurable y lo menudo sólo vivían en .función de su vivir; recordando a Nletzche: —"Oh sol, ¿qué serla de ti sin el hombre que te contempla?"—; Jus- ÜfJeaado al filósofo alemán, porque él no podía eludir la realidad físi- ca dq su existencia esa noche, y no podía, por lo mismo, negar que todo lo amable que trascendía del mundo, la luz, las flores, la enredadera, su propia paz y las lejanas estrellas, eran en tal momento mero es-

    , peetáeulo de su vida, cuando vinieron a sacarle de su éxtasis los queji- dos de un pedente. Se quejaba el enfermo a la desesperada y tanto prolongó sus gritos que el escritor llamó a un practicante y le rogó atender al dolido.

    —Es un infeliz campesino —explicó el practicante—. No se perderla gran cosa si muriera.

    Decir eso en presenda de quien minutos antes se gozaba tanto ■pensando en la grada de la vida, fué tan inoportuno como echar agua en las brasas que arden. Algo muy agrio debió responder el escritor, puesto que, tratando de justificar sus palabras, dijo asi el practicante:

    —Vivimos aquí cansados. Usted no imagina qué infierno es un hos- pital. Dia y noche, noche y día, enfermos que entran y que salen. Todos M quejan y todos .creen que van a morir ai no se les atiende de inme- diato. Se pone uno que no sabe a quién acudir. Por otra parte, nos acostumbramos de tal manera a la muerte, es tan frecuente que un se- ñor a quien hemos estado tratando durante dos o tres meses y a quien ya tenemos afecto se nos muera de golpe, que llega uno a pensar en la ninguna importancia de la muerte. Desde luego, se hace cuanto se puede por salvarlos a todos...

    Mientras hablaba dejaron de oírse los quejidos del paciente, aten- dido sin duda por otro enfermero. Desenvolvía el escritor la madeja de sus pensamientos y empezó a exponerlos en voz baja, como para si mismo.

    —Amigo mió —dijo—, la vida es una sola y no se disfruta sino una vez. Nada importa que a un entierro corresponda o suceda un nací- ] miento. Nada tiene que ver una cosa con la otra. La vida es única en cada persona. Muerto usted, todo desaparecerá: la tierra, la luz, la alegría, el dolor, el amor. Lo que usted ve y cree eterno lo es mientras usted lo aprecia. Lo que yo no veo, aprecio o comprendo, no existe. Más: ni siquiera ha sucedido lo que a mi me ha pasado y yo no r*-

    na-^ cuerdo. Le hablo, desde luego, desde un punto de vista que puede pa recer muy egoísta, con un concepto simple de las cosas, casi podría de- cirle que con sentido práctico de la existencia. En el momento de hun- dirse usted en la nada, se deshará todo, amigo mió. ¿De qué le vale a usted que yo siga gozando de cuanto hay si ya usted no puede hacerlo? No piense nunca, no imagine un instante que un enfermo muere; lo

    -que muere es el universo, lo que desaparece es la creación que ese muerto no podrá seguir apreciando. La vida es la más cerrada de las unidades, y de ahí que ella sea la suma de todas las unidades. La muer- te puede aceptarse nada más después de haberse hecho todos los es- fuerzo" por evitarla, aun los que exijan sacrifidos cuantiosos; y es so- Uunente bella cuando se redbe en defensa de un derecho de la huma- nidad) en defensa de la justicia. Quien ofrenda la vida asi se llama héroe. No crea usted que es héroe el conquistador, el militar victorioso e el gobernante afortunado. Héroe es aquel que, sin aceptar nada en cambia ni aún la gloria, da su vida o las ventajas de su vida en defen- sa" dé los demás o de los derechos de los otros.

    »£¡ practicante ola al escritor y cada vez parecía más sereno y más dulcemente asombrado de empezar a comprender razones tan senci- llai y primarlas.

    —Un hombre no debe morir sino cuando ya sea Imposible sujetarle la vida —continuaba el escritor— porque él vivirá siempre fuera de si, añas veces en el sentimiento —amor de sus hijos, de sus hermanos, de sus amigos—; otras \tcrs en la necesidad —sostén de los suyos—; siem- pre en el Estado —contribuyente o su defensor en un momento da- do-r- Pero aun hay más: ese seftor campesino que está enfermo ahora puede mañana salvar de las acechanzas de una corriente traidora, de tai-de un enemigo perverso, de las de un abismo disimulado, a un emi- aeata cuyos servidos sean preciosos a la humanidad. Ese hombre no debe morir a causa de un descuido porque él es útil en su medio y en TUS posibilidades, pero todavía puede ser mucho más útil. ¿No ha oído usted hablar de gentes oscuras que de la noche a la mañana se han elevado a la admiración universal con un acto de arrojo?

    C practicante no veia ya al escritor; le atendía religiosamente. Y proseguía el que hablaba:

    —Ahora bien, no acaban ahí las razones. Un grande hombre no lo seria;'sin duda alguna, si en vez de ser hijo de determinados padres lo fuera de otros. Hay una condición biológica precisa, heredada de una persona fija, que hace posibles riertas cualidades extraordinarias. ¿Cree usted que Beethoven hubiera sido Beethoven si nace de otros padres, aún de un hermano del suyo, pongo por caso?

    ■• —No —replicó en voi baja el ya apesadumbrado oyente—. Proba- blemente no.

    —Pues bien: ese campesino que se quejaba puede ser el padre de

    Domingo 11 de setiembre cié 1938. SAN JUAN

    FIALTO: "Siempre hay una Mujer" (There's Alwmys a Woman) con Joan Blondell y Malvyn Oouglas. MARTI: "Hijos sin Hogar" (My Bill) non Kay Francia. Aniu Loulie, Be- mu GranvlUr y Dlckle Moore. LUNA: "Pasión Salvaje" (Her Jungla I Lo ve i con Dorcthy Lamour y Ray ■ Mllland. TRES BANDERAS: "Lea Aventuras de Mareo Polo" con Oary Cooper y l Sigrld Curie. fUREKA: (Puerta de Tierra) 'Xas I Aventuras de Marco Polo" (The Ad-j % entures oí Marco Polo) con Oary Cooper. MARTI: (Puerta de Tierra) "Qold Dlggers en Parla" con Rosemary Lañe y Rudy Vallee. 8ANTURCS. RIO PIEDRAS. CATARO,

    CAGUAS, OUAYAMA FOX: (Mli-amar) "Silencio de Mu- Jer" (You and Me) con Oeorge Raft y Sylvia Sldney. LIBEBTY: (Parada 15) "Maestro Le-1 vita" con Pepe Arlas. ENCANTO: (Pda. 18. Carr. Nueva) , "La Divina Emhurtara" con Caróle Lombard y Fredrlc March. MARTI: (Parada 16 1|3) "Bajo el Cielo de Méjico" con Rafael Faleón, Lorenzo Barcelata y Chaflán. PARAMOUNT: (Parada 1») "Rebeca" fRabecca oí Sunnybrook Farm) con Shlrley Temple y Randolph Scott. FUERTO RICO: (Parada 31) "El Cal- varlo de una Esposa" con Consuelo Frank y Rene Cardona. POPULAR: (Parada 31) "Verdugo de si Mlamo" cOn Aklm Tamlroff y Oall Patrick. EELICIAS: (Pda. 33, Carr. Nueva) "La Pecadora de Broadwsy" con Oln- ger Rogara y James Stewart. CAPÍTOL: (Parada 34) "La Falsa Jo- eette" (Joaette) con Simona Simón, Don Ameohe y Robert Young. MARTT: (San Mateo) "Chlcoa de la Prensa" con Adellta Trujlllo y Raúl Talán. IMPERIAL: (Bo. Obrero) "Música pa- ra mi Dama" (Muslc for Madame) con Niño Martlni y Joan Fontalne y "Cna Carrera con la Muerte" con Frankla Darro. SAN JOSÉ: (Calle Loíza) "La Bata- lla de Broadway" (Battle of Broad- way) con Víctor McLaglen, Brlan Don- levy y Loula Hovlck. SAVOY: Calle Loíza) "Las Insacia- bles de 1937" iGlod Dlggers of 1987) con Dlck Powell y Joan Blondell. MARTI: (Bo. Obrero) "El Desfila Triunfal" (Hit Parade) con Phll Re- ían y Francea Langíord. ESTRELLA: (Hato Rey) "Aires del, Hawi con Bobby Breen y

    RAREZAS^CINE i Por e! Capilán Hoscoe Faweelt

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