ergonomía y discapacidad animal
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Ergonomía y discapacidad animal
Rediseño de un carrito para perros discapacitados
Diseño Industrial
Melanie Yanet Gerenni 98603
Creación y expresión
Diseño y producción de objetos, espacios e imágenes
14/09/2021
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Agradecimientos
Quiero agradecer a todas aquellas personas que me acompañaron a lo largo de mi
carrera y que hicieron posible que hoy esté finalizando esta gran etapa. A mi familia por
siempre estar presente y apoyarme en todo lo que hice; a mi pareja por contenerme y
ayudarme a nunca bajar los brazos; a todos los profesores de la carrera que me guiaron
en mi formación profesional; y a todas las personas que ayudaron en la construcción de
este Proyecto de Graduación.
Dedico especialmente este trabajo a mi perro, Fortín, cuya discapacidad fue la fuente
de inspiración para el desarrollo del proyecto.
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Índice Introducción……………………………………………………………………………. 4 Capítulo 1: El diseño universal y la ergonomía………………………………….. 13 1.1 El Diseño Industrial, escenario y perspectivas……………………………….. 13 1.2 Metodología del diseño…………………………………………………………. 15 1.3 El diseño inclusivo………………………………………………………………. 19 1.4 La ergonomía en el diseño……………………………………………………... 22 Capítulo 2: La impresión 3D y la producción de objetos……………………….. 26 2.1 Impresión 3D: la manufactura aditiva…………………………………………. 26 2.2 Ventajas y desventajas sobre esta tecnología……………………………….. 29 2.3 Tipos de manufactura aditiva y materiales utilizados………………………... 32 2.4 Impresión 3D y diseño………………………………………………………….. 37 2.4.1 Prótesis impresas 3D……………………………………………………. 38 Capítulo 3: El perro como usuario………………………………………………….. 41 3.1 El perro dentro de la familia…………………………………………………….. 41 3.2 Diseño para el perro…………………………………………………………….. 43 3.3 Conceptos básicos de anatomía y biomecánica canina…………………….. 45 3.3.1 El aparato locomotor…………………………………………………….. 46 3.3.2 Biomecánica y equilibrio………………………………………………… 49 3.4 Discapacidad motriz en perros………………………………………………… 51 Capítulo 4: Movilidad para perros discapacitados……………………………….. 54 4.1 Análisis de mercado..……………………………………………………........... 55 4.2 Producción, materialidad y estética………………………...…………………. 60 4.2 Experiencia de uso y ergonomía………………………………………………. 62 4.3 Consideraciones y problemáticas generales ….……………………………... 66 Capítulo 5: Rediseño de la silla de ruedas canina………………………………... 69 5.1 Usuarios y contexto.…………………………………………………………….. 69 5.2 Requisitos de diseño..…………………………………………………………... 70 5.3 Elección del proceso productivo y la materialidad..……………..…………… 73 5.4 Propuesta de diseño…..………………………………………………………... 77 5.4.1 Aspectos morfológicos, estructurales y comunicacionales…..……… 78 5.4.2 Aspectos operativos y funcionales…...………………………………… 80 5.4.3 Aspectos técnicos y de producción…………………………………….. 82 Conclusiones…………………………………………………………………………... 85 Lista de referencias bibliográficas…………………………………………………. 89 Bibliografía……………………………………………………………………………… 92
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Introducción
El presente Proyecto de Graduación (PG), titulado Ergonomía y discapacidad animal.
Rediseño de un carrito para perros discapacitados, pertenece a la carrera Diseño
Industrial de la Universidad de Palermo y se enmarca dentro del ámbito de la ergonomía
y del diseño universal. Se propone el nuevo diseño de una silla de ruedas canina que
sea más inclusivo y ergonómico.
Un buen diseño no se determina solo por si gusta su estética o si es agradable
visualmente, sino que será aquel que cumpla su función de la mejor manera posible.
Esto quiere decir que el diseño no es algo superficial, sino que en él hay que tener en
cuenta cada característica del producto, incluyendo a los usuarios, el contexto en el que
se utilizará, la secuencia de uso y demás. Un aspecto importante y muchas veces
olvidado, es la ergonomía. En algunos casos se puede notar que el producto fue
pensado únicamente para que cumpla su función, pero, si bien es algo fundamental,
pensar solo en ello es un error. El producto puede funcionar a simple vista, pero si es
incómodo o genera molestias al usarlo, puede generar lesiones en el usuario y ser
contraproducente para su salud. Este es el caso de la silla de ruedas canina,
comúnmente conocida como carrito para perros discapacitados. Los que existen en el
mercado cumplen con su función, pero no cuentan con la mirada de un diseñador y, por
lo tanto, presentan ciertas problemáticas, principalmente en torno a la ergonomía.
El usuario principal de este producto es el perro que sufre de parálisis parcial, pero
también existe un usuario secundario y se trata de un ser humano, quien es el que debe
asistir a su mascota. La problemática aparece cuando el perro supera un cierto peso y
la persona que lo ayuda deba realizar un esfuerzo excesivo para sostenerlo y al mismo
tiempo colocarle el carro. Además, y no menos importante, el producto carece de
ergonomía para el animal, dado que no se adapta correctamente a su cuerpo y eso
puede generarle molestias y lastimaduras en el largo plazo.
Resulta importante que los diseñadores tengan en cuenta este estilo de productos
porque no solo puede mejorarles la calidad de vida a los perros discapacitados, sino
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también la de sus dueños. Por lo tanto, se plantea la siguiente pregunta problema ¿cómo
podría rediseñarse un carrito para perros discapacitados, mejorando su ergonomía tanto
para el animal como para la persona que lo asistirá? A raíz de esta problemática, el
objetivo general del PG es rediseñar un carrito para perros discapacitados que logre
mejorar la calidad de vida tanto de los perros como de sus dueños, logrando un diseño
más inclusivo y ergonómico. Es decir que tenga en cuenta a todo tipo de perro, y que
sea más ergonómico, no solo adaptándose al cuerpo del perro para favorecer su
comodidad sino también considerando a la persona para que no deba realizar
sobreesfuerzos que lo perjudiquen. El producto que se encuentra en el mercado hoy en
día carece de la visión de un diseñador y requiere de una reestructuración
principalmente morfológica, logrando que sea más cómodo y se adapte mejor al cuerpo
canino. También será necesario replantear la secuencia de uso en cuanto a la
colocación del carro, la cual afecta directamente sobre la persona que atienda a su
mascota, puntualmente cuando se trata de un perro con sobrepeso o de gran tamaño.
Del objetivo principal se desprenden objetivos específicos: investigar sobre la anatomía
y la biomecánica del perro para así poder encontrar una morfología que se adapte mejor
a su cuerpo; analizar los carritos que ya existen, cuáles son sus problemáticas y cómo
se pueden solucionar mediante el diseño; analizar cómo las nuevas tecnologías, como
la impresión 3D, podrían ayudar a lograr un diseño más eficiente y ergonómico.
Este PG se encuadra dentro de la categoría de creación y expresión, siguiendo la línea
temática de diseño y producción de objetos, espacios e imágenes, dado que el objetivo
es crear un nuevo diseño de un producto, utilizando las técnicas y conocimientos
aprendidos a lo largo de la carrera de Diseño Industrial. La materia central que
acompaña el PG es Taller de Producción V en donde se toma la ergonomía como
herramienta fundamental del diseño industrial, para que mediante la morfología los
productos se adapten mejor al cuerpo del ser humano. Si bien ella se enfoca en el
abordaje de la ergonomía en el diseño de objetos de uso para el hombre, esas técnicas
pueden ser utilizadas para analizar cómo un producto puede adaptarse a cualquier tipo
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de cuerpo, en este caso de los perros. De todos modos, el humano también está
involucrado en el uso de este producto y es importante tener en cuenta su integridad
física. Además, a lo largo de este PG, se pondrán en práctica todos los conocimientos
adquiridos en todas las materias troncales de la carrera, que son Diseño de Productos
I, II, III y IV, y Diseño Industrial I, II, III y IV.
Para realizar este PG, se seleccionaron algunos antecedentes institucionales
pertenecientes a la Universidad de Palermo. El primero es el proyecto de Harambour
(2016), titulado Vínculo humano-animal. El perro en la ciudad, y trata sobre la relación
entre el humano y las mascotas, especialmente el perro, y cómo la presencia de estos
animales influye en la vida de las personas y viceversa. También hace un recorrido por
la historia de la domesticación de los animales, desde ser utilizado por las sociedades
primitivas hasta vivir en una casa en la ciudad, siendo un integrante más de la familia.
El PG se relaciona con este proyecto porque el vínculo de las personas y sus mascotas
es un punto fundamental para el diseño del carrito, el cual no solo cambiará la vida del
perro discapacitado sino la del humano. El segundo proyecto, creado por Sargo (2018)
y titulado Prótesis de mano impresas con tecnología 3D. Cómo mejorar la aceptación
de las personas con respecto a sus prótesis, aborda el tema de la discapacidad física,
pero enfocándose en un paradigma particular, en el que se considera a la persona
discapacitada como un ser integral y pensante, y no solo una sumatoria de cuestiones
físicas. Además, Sargo toma como punto de partida la digitalización y la impresión 3D,
y hace un estudio de las aplicaciones de esta tecnología en la medicina, puntualmente
las prótesis, analizando sus fortalezas y debilidades. Si bien el presente PG trata sobre
la discapacidad en perros y no en humanos, se relaciona con el proyecto de Sargo en
la exploración de la tecnología de impresión 3D, cómo gracias a ella se puede lograr un
diseño personalizado y más eficiente. El tercer antecedente elegido es Manufactura
aditiva 3D. La Innovación Revolucionaria escrito por Petzold (2017) y trata sobre la
impresión 3D, haciendo un recorrido por su historia y cómo esta tecnología fue
evolucionando, desde utilizarse para obtener prototipos rápidos hasta transformarse en
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una forma de manufactura de productos. Petzold hace hincapié en la conjunción de esta
nueva tecnología con los diseñadores industriales, quienes son los que deben
capacitarse para entender sus ventajas y alcances, y así poder aplicarla en el diseño de
sus productos. El PG se vincula con este proyecto dado que será necesario conocer e
investigar todas las formas de impresión y cuál es el alcance de esta tecnología para
poder aprovechar sus cualidades en el diseño del carrito. Conocer el alcance es muy
importante porque para cada proceso productivo existen limitaciones que siempre
deben ser tenidas en cuenta a la hora de diseñar. En cuarto lugar, se encuentra el
proyecto de Gazzotti (2015) titulado Implementación de una nueva tecnología en el
Diseño Industrial. Impresión 3D aplicada a la medicina y odontología, el cual investiga
sobre la implementación de la impresión 3D en el diseño industrial para crear productos
personalizados en el ámbito de la medicina. Más puntualmente, el objetivo del proyecto
es la creación de un producto odontológico elaborado según la anatomía de cada
paciente. El PG se relaciona con el proyecto de Gazzotti porque en él también se indaga
en sobre cómo, con la nueva tecnología como la impresión 3D, se puede llegar a un
producto que se adapte mejor al cuerpo del usuario, en este caso es el perro
discapacitado, innovando en sus aspectos morfológicos. El quinto proyecto elegido es
el de Maggi (2017), titulado Diseño de una órtesis dinámica, con biofeedback sensitivo.
Diseño industrial aplicado a la medicina, que, como se indica en su título, también
aborda el tema del diseño industrial en la medicina, basándose especialmente en el
diseño de un dispositivo ortopédico para personas con paresia en la mano. Maggi
plantea que tiene que ser un producto eficiente, porque si no la persona no solo pierde
energía y dinero, sino que pierde tiempo de disfrutar la vida. El presente PG se relaciona
con este proyecto, porque también relaciona al diseño industrial con los productos
ortopédicos. En el caso del carrito también será importante la eficiencia del producto, no
solo para que cumpla correctamente su función sino para que también sea ergonómico,
que no provoque heridas y que sea fácil de colocar, teniendo en cuenta que será el
humano el que lo haga. El sexto antecedente se trata de una tesis de maestría de la
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autora Cárdena Garavito (2014), llamada Metodología de diseño en productos médicos,
y refiere al aporte del diseño industrial en los productos médicos, especificándose en el
diseño de dispositivos ortopédicos externos. Realiza un recorrido teórico comenzando
por la definición del diseño y luego explorando los dispositivos médicos y la clasificación
de los mismos, analizando el papel que cumple el diseño en estos dispositivos y cuál es
la metodología para el desarrollo de los mismos. El PG se relaciona con esta tesis, ya
que también se planteará al diseño como aspecto fundamental de los productos
ortopédicos, puntualmente en el carrito para perros discapacitados. En séptimo lugar,
se seleccionó el proyecto de De Obaldía (2015) llamado Un esqueleto sustituto. Diseño
de una Órtesis Infantil, que plantea cómo el Diseño Industrial puede ayudar a niños con
parálisis parcial o total debido a una anomalía congénita mielomeningocele, mediante
el diseño de una órtesis que facilita su movilidad. Como problemática se plantea la falta
de ergonomía de los dispositivos ortopédicos existentes y cómo eso provoca
limitaciones en la movilidad. El presente PG se relaciona con este proyecto porque ataca
la problemática de una manera similar, en donde hay un producto ortopédico que
presenta fallas y cómo el Diseño Industrial puede ayudar a mejorarlo, logrando un diseño
más ergonómico. El octavo proyecto elegido es el de Montesanto (2017) titulado Diseño
para cuatro patas. Interiorismo en refugios para perros rescatados y trata sobre cómo
poder rediseñar el interior de los refugios para perros rescatados para que éstos dejen
de ser espacios tristes y estén mejor adaptados para las necesidades de los caninos.
Para ello hace un estudio del bienestar animal como un estado de completa salud física
y mental, de cuáles son las necesidades básicas de los perros y de los diferentes
tamaños y pesos. El PG se vincula con la producción de Montesanto porque en él se
hará énfasis en el bienestar de los perros discapacitados y también se hará un estudio
de las distintas categorías según peso y tamaño para poder llegar a un diseño de carrito
más inclusivo. Además, también se considera a los perros como un miembro importante
en la sociedad, quienes, al igual que los humanos, tienen necesidades que necesitan
ser resueltas mediante el diseño. En noveno lugar, se cita el proyecto de Negrete (2015),
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Diseñando inclusión. Aportes del diseño industrial a la inclusión de personas con
discapacidad, que trata sobre el diseño inclusivo, el cual consta en diseñar productos o
espacios cuyo uso no excluya a personas con discapacidades. Pero Negrete plantea
que llevar a cabo un diseño inclusivo puede muchas veces ser poco viable y de gran
costo, debiendo ser una producción personalizada y única. De allí que surge como una
posible solución la impresión 3D, pudiendo fabricar prototipos de manera rápida y
económica. El PG se vincula con este trabajo ya que también se plantea como objetivo
general diseñar un producto que mejore la calidad de vida, analizando la tecnología de
impresión 3D como proceso productivo para este tipo de productos. Por último, se
seleccionó el proyecto Imprimiendo soluciones. Diseño e impresión 3D de una prótesis
para dedos de la mano, cuyo autor es Negro (2015). Este trabajo también aborda el
tema de productos médicos impresos 3D, en este caso se trata de una prótesis para
dedos de la mano. Negro plantea que la evolución en el diseño de las prótesis se
relaciona directamente con el desarrollo tecnológico, el progreso en el manejo de
materiales y el entendimiento de la biomecánica del cuerpo humano. Este trabajo se
relaciona con el PG propio porque también se tomará al Diseño Industrial como
herramienta para crear un producto que brinde una solución a una discapacidad, en este
caso de un perro paralítico. Además, como ya se mencionó, se pretende estudiar sobre
la impresión 3D y cómo esta tecnología podría favorecer la producción de un mejor
carrito, tanto en lo morfológico como en lo económico.
El Proyecto de Graduación se encuentra dividido en cinco capítulos. En el primer
capítulo se hablará sobre el Diseño Industrial como disciplina, sobre cuál es el rol del
diseñador en la sociedad, y sobre cómo es la metodología del diseño, cómo se llega
desde un boceto hasta obtener el producto final. Aquí será de gran apoyo citar al autor
Löbach (1976), en su libro Diseño Industrial, donde establece su postura acerca del
concepto de diseño industrial y plantea un detallado proceso de diseño dividido por
etapas. También se indagará sobre qué es la ergonomía y su importancia en el diseño
de productos, ya que es un aspecto fundamental a tener en cuenta tanto en la morfología
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como en la secuencia de uso, para que al usuario le resulte cómodo y no lo lastime o
perjudique a largo plazo. Para profundizar en el tema se estudiará el texto de Flores
(2001), Ergonomía para el diseño, que indaga sobre la metodología de diseño, en el que
deben tenerse en cuenta todos los aspectos que enmarcan al producto, haciéndole
especial énfasis al aspecto ergonómico del mismo. De esta manera, se examina el
alcance de la ergonomía para mejorar el diseño de los productos y servicios, y las
condiciones de uso y de trabajo, teniendo siempre como objetivo mejorar la calidad de
vida del usuario. El capítulo dos tratará sobre la impresión 3D y su incidencia en la
producción de objetos. Se hará un resumen de la historia de esta tecnología en auge,
contando de qué se trata y cómo funciona, se estudiarán sus ventajas y desventajas, y
se investigará sobre los materiales utilizados en esta tecnología y las propiedades de
cada uno de ellos. Para ello se citará a los autores Gibson, Rosen y Stucker (2015) en
su libro Additive Manufacturing Technologies, en donde se hace un recorrido por la
historia, el funcionamiento y las aplicaciones de la impresión 3D, aportando una especie
de curso para los interesados en profundizar en dicha tecnología. También se indagará
sobre la utilización de la impresión 3D en el diseño, y cómo esta abre las puertas hacia
la innovación. Para apoyar esta investigación, se tomarán los conceptos de Vazhnov
(2014) en su obra Impresión 3D: cómo va a cambiar el mundo, en donde sostiene que
la digitalización está generando una revolución en las tecnologías productivas,
pudiendo, con la impresión 3D, transformar lo digital en un producto real y disminuir los
límites en cuanto a creatividad del diseñador. En el tercer capítulo se hará un breve
recorrido por la historia del perro, cómo pasó de ser un animal de trabajo hasta
convertirse en una mascota y formar parte de una familia. Se estudiará cómo es la
relación entre el humano y el perro, y cómo éste último puede llegar a ser de gran
importancia para las personas a nivel psicológico y emocional. También se indagará
sobre los conceptos básicos de la anatomía del perro para entender cómo funciona su
cuerpo, especialmente su aparato locomotor, que es el encargado de la movilidad de
los seres vivos. Para ello se estudiará el libro Anatomía veterinaria de Dyce, Sack y
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Wensing (1999), en el cual se hace un recorrido por la anatomía sistemática de los
animales, prestando atención a la composición del cuerpo del animal a nivel estructural.
También se examinará el texto Ortopedia, neurología y rehabilitación en pequeñas
especies. Perros y gatos de Santoscoy Mejía (2008), en el que se hace un estudio de
las diversas patologías que pueden sufrir estos animales en el aparato locomotor,
incluyendo tanto lesiones y enfermedades a nivel óseo y articular, como problemas del
sistema nervioso que afectan la médula espinal y la columna vertebral, siendo
comúnmente la causa de la paresia o parálisis. Este escrito servirá de apoyo para el PG
al momento de estudiar las discapacidades motrices en los perros, cuáles podrían ser
las causas y cómo son los procedimientos en traumatología, ortopedia y rehabilitación
de los caninos afectados. En el capítulo cuatro se entrará más en tema sobre la
problemática del PG, comenzando por la investigación sobre las distintas sillas de
ruedas caninas que se consiguen en el mercado, analizando las variables que las
destacan, y se hará un estudio de las problemáticas que presenta este producto en torno
a las distintas situaciones de uso. Para detectar dichas problemáticas será pertinente
realizar entrevistas a los usuarios de este producto, para poder tener distintas miradas
y opiniones, y así lograr un análisis más rico y profundo. También será pertinente realizar
una entrevista a un profesional veterinario especialista en la materia, que ayudará a
considerar aspectos a nivel fisiológico del animal que podrían comprometer su salud
física. Como consecuencia de este análisis, se podrá examinar la ergonomía y así
determinar los aspectos que deben corregirse, teniendo en cuenta no solo la comodidad
del perro que lo utilizará, sino también la ergonomía para la persona que deberá levantar
al can y colocarle el carro. Por último, en el capítulo cinco se planteará una propuesta
de rediseño de carrito para perros discapacitados en base a todo lo investigado en los
capítulos anteriores. Primero, se describirá un perfil de usuario y el contexto en el cual
el producto será utilizado, para poder entender las necesidades requeridas y tenerlas
en cuenta al momento de diseñar. También se establecerán los requisitos que deberá
cumplir el nuevo diseño de manera tal de solucionar las problemáticas planteadas.
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Luego, se evaluará la materialidad a utilizar, considerando a la impresión 3D como un
recurso para satisfacer la ergonomía. De esta manera, podrá plantearse un concepto y
una idea rectora que será fundamental para tomar decisiones de diseño en cuanto a
morfología y funcionalidad. Finalmente, se presentará la propuesta recorriendo y
explicando los aspectos morfológicos, técnicos, operativos y funcionales.
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Capítulo 1. El diseño universal y la ergonomía
En este primer capítulo se abordarán los conceptos que definen al diseño industrial
como disciplina fundamental en el mundo de los objetos y se planteará una metodología
de diseño a seguir, incluyendo en ella los conceptos de diseño universal y ergonomía.
El objetivo de este capítulo es dejar en claro cuál es la postura que se tomará en el
presente proyecto respecto al diseño y exponer cómo éste puede utilizase como una
potencial herramienta para solucionar problemas en torno a las necesidades de los
usuarios.
1.1 El Diseño Industrial, escenario y perspectiva
No existe una definición clara de la palabra diseño ni tampoco una sola postura respecto
a lo que ella significa. Muchas veces se cree que diseñar consiste únicamente en
embellecer un producto para que se vea más bonito estéticamente y así atraer a más
consumidores para aumentar las ventas. Si bien en ciertas ocasiones puede ser
implementado para ese fin, sobre todo bajo la influencia de una empresa o marca, la
realidad es que detrás de cada diseño existe una investigación y un detallado
procedimiento que tiene como protagonista no solo al producto sino al usuario. El
propósito de esta disciplina es concebir un objeto que satisfaga las necesidades de los
usuarios teniendo en cuenta la relación que sostienen los mismos con el producto
durante el uso. Desde la forma y el tamaño, hasta el más pequeño detalle, todo tiene un
por qué. De esta manera, y así como sostiene el diseñador Bernd Löbach, el diseño en
su perspectiva general puede definirse como “el proceso de adaptación de un entorno
objetual a las necesidades físicas y psíquicas de los hombres, de la sociedad” (1976, p.
12).
Con una postura definida y apuntando particularmente hacia el diseño de productos
industriales, se podría denominar al diseño industrial como la actividad que transforma
ideas para satisfacer determinadas necesidades en productos que pueden fabricarse
industrialmente (Löbach, 1976). Esta categoría abarca innumerables tipos de productos
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de los que el ser humano vive rodeado e interactúa constantemente, y cada uno de ellos
cumple funciones que cubren cierta necesidad. En este punto es donde entra en acción
el rol del diseñador industrial quien será el que investigue y conozca en profundidad las
problemáticas actuales y las necesidades de los usuarios para poder proporcionarle las
debidas características a los productos. A la hora de investigar y diseñar, deben
considerarse principalmente tres aspectos importantes: aspectos funcionales y
operativos, aspectos morfológicos y estéticos, y aspectos productivos o tecnológicos.
Los aspectos funcionales y operativos refieren a determinar cuál o cuáles serán las
funciones que deberá cumplir dicho producto y cuál es la secuencia de uso del mismo.
Aquí se pretende establecer cuál será la relación entre el objeto y el cuerpo humano,
qué operación realiza el usuario al utilizarlo, qué movimientos debe realizar y si requiere
algún determinado esfuerzo. Estos aspectos son los que Löbach denomina como
funciones prácticas y que define como “todas las relaciones entre un producto y un
usuario que se basan en efectos directos orgánico-corporales, es decir, fisiológicos”
(1976, p.55). De aquí también se desprenden los aspectos morfológicos, que es lo que
establecerá la forma del objeto para que se adapte al cuerpo del usuario y no dañe su
salud a raíz del uso. Esto último, hace alusión a la ergonomía, que se verá más adelante
en el apartado 1.4. Junto con la morfología se acompaña la estética del producto, que
no se trata solo de brindarle un aspecto agradable y buscar la aceptación por parte del
usuario, sino de generar una comunicación, en donde cada color y textura se eligió por
una razón con el objetivo de transmitir un mensaje, por ejemplo, las texturas indicando
zonas de agarre, los colores en los botones, etc. Löbach denomina a estos aspectos
como funciones estéticas que determinan “la relación entre un producto y un usurario
experimentada en el proceso de percepción” (1976, p.56). Finalmente, los aspectos
productivos o tecnológicos aluden a la construcción del objeto, es decir, con qué
materiales y qué procesos productivos se fabricará. En este punto será importante para
el diseñador conocer y evaluar la tecnología disponible ya que su diseño se verá
condicionado por el alcance del proceso y los materiales. Por ejemplo, si se decide
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realizar una pieza por inyección de plástico, habrá que tener en cuenta ángulos de
desmolde, espesores mínimos y máximos, la complejidad del molde y demás. Como
analizan los autores Rodgers y Milton en su libro Diseño de producto, la labor del
diseñador no es solo mejorar los aspectos funcionales, morfológicos y estéticos, sino
que también debe “realizar los productos de forma más eficiente, aprovechando los
últimos avances tecnológicos y de fabricación; abaratar la producción usando materiales
nuevos e innovadores” (2011, p.12). Por lo tanto, el diseñador industrial debe lograr un
balance y convivencia entre todos estos aspectos, adaptando el diseño a la viabilidad y
a los aspectos económicos de fabricación, seleccionando procesos productivos y
materiales eficientes, al mismo tiempo que desarrolla un producto funcional y
ergonómico que resuelva el problema planteado.
1.2 Metodología del diseño
Habiendo definido el rol del diseñador y los aspectos fundamentales de los productos
industriales, es momento de indagar en el vínculo que los une. Esta relación entre el
objeto y su diseñador, se trata del proceso de diseño (Löbach, 1976). Con esta
profundización también se pretende establecer y explicar el método que se llevará a
cabo a lo largo del presente proyecto para finalmente obtener una propuesta de solución
a la problemática planteada.
El objetivo del proceso de diseño es encontrar soluciones nuevas para el producto en
cuestión, y el encargado de hallarlas es el diseñador industrial. Por lo tanto, el diseñador
será el productor de ideas que investiga y recopila la información necesaria, utilizándola
para buscar soluciones a los problemas de manera creativa. Con la creatividad, el
diseñador logra establecer nuevas relaciones entre la problemática planteada y la
información, sus conocimientos y sus experiencias previas, alcanzando soluciones
originales. Cuantos más conceptos se combinen, mayor será la probabilidad de lograr
nuevas soluciones y se enriquecerá aún más el trabajo (Löbach, 1976).
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Aunque no existe una fórmula única de cómo debe ser este proceso, el mismo podría
dividirse en cuatro etapas principales: investigación y análisis; planteo de ideas y
propuestas; elección y desarrollo de la mejor solución; y confección del prototipo final.
El proceso comienza a partir del descubrimiento de un problema en el diseño de un
producto, y, para analizarlo, es importante recopilar toda la información pertinente ya
que cualquier dato puede ser un pilar en la construcción de la solución. La autora Cecilia
Flores, en su texto Ergonomía para el diseño, define a la etapa de investigación como
“la parte medular del proyecto, pues es la que nutre de conocimientos al diseñador”
(2001, p.170). En esta primera etapa, cabe realizar un análisis de mercado, es decir,
investigar sobre la oferta que existe actualmente de ese tipo de producto y realizar una
comparación entre las distintas opciones. Esto es puntualmente importante en el caso
de que el objetivo sea mejorar un producto que ya existe. Haciendo una comparación
de productos es posible identificar puntos que caracterizan al objeto y detectar defectos
y aciertos en él. Para ello además es necesario hacer un análisis funcional y operativo
del producto, en donde se debe estudiar cómo funciona, la forma en la que se lo utiliza
y los pasos que conforman su secuencia de uso. La investigación asimismo debe incluir
un análisis de cuáles son los usuarios y en qué entorno se manejará dicho producto. De
esta manera, puede estudiarse cómo es la relación del usuario con el producto y llevar
a cabo un análisis ergonómico, como se planteará en el apartado 1.4. Es conveniente
en esta etapa también indagar en la estructura y composición del producto para
determinar la cantidad de piezas que presenta, cómo se unen entre ellas, qué materiales
suelen utilizarse, con qué proceso de fabricación están confeccionados y demás. Con
el abordaje de todos estos análisis, sumado al conocimiento previo del diseñador, será
posible determinar las ventajas y desventajas del producto a mejorar, y establecer una
problemática definida junto con objetivos claros que servirán de punto de partida para
la generación de ideas y propuestas.
En la siguiente fase es donde se originan las posibles soluciones a la problemática a
partir del planteo de las ideas. Con los resultados analíticos obtenidos en la fase anterior,
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comienza la etapa de inspiración y creatividad del proceso, cuya importancia no debe
subestimarse. Este es el momento de la generación de conceptos, que es donde se
desarrolla la búsqueda morfológica, funcional, tecnológica y estética del producto,
construyendo un fundamento en base a las necesidades del usuario (Rodgers y Milton,
2011). La técnica que más se utiliza en esta instancia es la denominada brainstorming,
en la que deben dejarse fluir las ideas y alcanzar la mayor cantidad de ellas posible. Al
mismo tiempo que surgen las ideas es crucial realizar bocetos rápidos para bajarlas al
papel y poder visualizarlas. De una misma idea pueden surgir varias propuestas, y todas
ellas podrán combinarse entre sí para formar una mejor solución. Una vez que concluye
la inspiración, se evalúan todas las propuestas para poder seleccionar la más adecuada.
La etapa de selección y desarrollo de la mejor solución comienza con un examen de
todas las propuestas planteadas en la fase anterior, teniendo en consideración los
requisitos que el nuevo producto debe cumplir según lo estudiado en el desarrollo
analítico. Observando la importancia que el producto tendrá para el usuario, su
viabilidad técnica y aspectos de fabricación, puede determinarse cuáles de las ideas
podría cumplir mejor la necesidad del usuario, realizando un primer filtro de selección,
o refinamiento preliminar como lo denominan Karl T. Ulrich y Steven D. Eppinger (2012)
en su libro Diseño y desarrollo de productos. Una vez obtenidos los mejores candidatos,
los diseñadores pueden comenzar a realizar modelos o maquetas de estudio que
ayudan a visualizar mejor la idea en tres dimensiones, pudiendo corroborar ciertos
aspectos morfológicos, dimensionales y de proporción. De esta manera se pueden
detectar mejor las fortalezas y debilidades de las propuestas, y así poder ir
perfeccionándolas y combinándolas entre sí para finalmente llegar a una única
propuesta que reúna todas las cualidades necesarias. Una vez llegado a este punto, se
avanza a la realización de ilustraciones más detalladas o, más útil aún, incluso puede
crearse un diseño asistido por computadora (CAD), logrando un modelo 3D digital de la
propuesta. Con el uso de estas herramientas CAD, el diseñador puede plasmar su idea
de manera más rápida y concreta, pudiendo lograr incluso un diseño más innovador
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(Ulrich y Eppinger, 2012). Este también es el momento de realizar maquetas en más
detalle, ya no de estudio, sino que presenten la forma de manera más fidedigna y que
incluyan detalles como texturas y relieves, para comprobar que todo funcione como se
espera. De esta manera, la idea comienza a tomar forma de un producto real y se
adentra en la última fase del proceso, la etapa de confección del prototipo final.
La última fase del proceso consta de la realización concreta de la solución del problema.
Aquí se continúa puliendo el producto, se determina la unión de las partes, se ultiman
los detalles y se realizan los planos del conjunto y de las piezas por separado, para así
poder lograr un profundo desarrollo de producto. En esta instancia, es importante la
realización de un prototipo, es decir, la construcción de un modelo a escala real, en lo
posible con los materiales elegidos para el producto, y fundamentalmente que sea
funcional. De este modo, es posible realizar todas las pruebas necesarias en cuanto a
funcionalidad e interacciones con el usuario en las situaciones de uso, y así poder
perfeccionar aún más el producto. Una vez que éste se encuentra corroborado y
realmente funciona, el proceso de diseño concluye y el producto puede ser finalmente
fabricado.
En el presente proyecto, como se mencionó previamente en la introducción, el producto
en cuestión es una silla de ruedas canina. En el transcurso del trabajo se llevará a cabo
principalmente la fase analítica del proceso de diseño, recopilando toda la información
pertinente en estos primeros capítulos, para poder ser analizados en profundidad en el
cuarto capítulo. Toda esta información dará paso a la fase de planteo de ideas y su
posterior selección para, finalmente, en el capítulo cinco poder presentar una propuesta
de rediseño de este producto. La problemática ya se ha definido en la introducción,
habiendo detectado fallas principalmente funcionales, en la interacción entre los
usuarios y el objeto. Para dejar en claro, este producto cuenta con dos usuarios. El
primero será la persona que asista al perro, quien se ocupará de colocar y quitar el carro
a su mascota discapacitada, teniendo una estrecha relación con el producto. El
segundo, y el que ejecutará propiamente la función principal del producto, será el perro
19
discapacitado. Si bien éste no puede expresarse con palabras si el producto, por
ejemplo, le resulta cómodo o no, existe la relación entre su cuerpo y el objeto, y será de
vital importancia estudiar esa interacción para preservar la salud del animal durante su
uso. En este vínculo entre usuario y objeto es donde puede estudiarse qué tan inclusivo
es el diseño, si es fácil de usar, si requiere poco esfuerzo físico y demás aspectos que
definen al diseño inclusivo, como se verá en el próximo apartado.
1.3 El diseño inclusivo
Cabe destacar que, en el caso de la silla de ruedas canina, se estaría frente a un
producto médico, o, mejor dicho, veterinario, y de carácter ortopédico. Lo que suele
suceder con este tipo de productos es que son objetos fabricados por industrias que se
dedican a los equipos médicos, que no prestan atención a los detalles de diseño,
ofreciendo objetos serios, fríos y hasta incluso, desagradables. Además, muchas veces,
estos productos no logran satisfacer al cien por ciento las necesidades del usuario, por
lo que resulta evidente la falta de un diseñador industrial (Flores, 2001). Esto es lo que
sucede con el carrito para perros. La mayoría de los que se encuentran en el mercado
son fabricados o por veterinarios especializados en ortopedia o por emprendedores
individuales que solo repiten lo que ya existe y que poco saben de diseño. Pero el
problema no solo reside en si el producto es o no agradable, sino que su mayor conflicto
es que no es inclusivo. Cuando se planteó la problemática, se estableció que las fallas
del producto aparecen especialmente cuando se trata de un perro de gran tamaño o con
sobrepeso. Y esto indica que esa fracción de la población canina no se ha tenido en
cuenta. Por la misma razón, tampoco se han considerado aquellas personas que
deberán levantar y ayudar al perro, que probablemente se encuentren solos con su
mascota, o que no tengan la fuerza suficiente y deban realizar un esfuerzo excesivo que
afectará su salud, entre muchas otras cosas. Por eso, al no considerar en el diseño a
estos grupos de potenciales usuarios, podría decirse que se trata de un diseño no
inclusivo.
20
El diseño inclusivo se conoce más comúnmente como diseño universal. El fundador de
este concepto fue el arquitecto y diseñador Ronald Mace (1991), quien lo define como
el diseño de productos y espacios que puedan ser utilizados por la mayor cantidad de
personas posible, sin necesidad de hacer productos especializados. Esto es
especialmente aplicado para la inclusión de personas discapacitadas, que muchas
veces no pueden utilizar determinado producto porque en su diseño no se han
contemplado las dificultades que podrían llegar a enfrentar dichas personas para usarlo.
Pero el diseño universal no solo tiene como objetivo incluir a las personas
discapacitadas, sino a toda la población. Como comenta Flores (2001), al momento de
diseñar para un usuario, se suele tomar como prototipo a un hombre, del sexo
masculino, de entre 3 y 35 años de edad, diestro y con un buen estado físico. Pero claro
está que este grupo en realidad no llega a conformar ni la mitad de la población, ya que
existen también mujeres, niños, ancianos y discapacitados que usan productos y tienen
necesidades. Es necesario que los diseñadores exploren a todos los potenciales
usuarios y que un mismo producto pueda adaptarse a las necesidades de cada uno de
ellos independientemente de la sección de la población a la que pertenezcan.
Como guía para los diseñadores, The Center for Universal Design (Centro por el Diseño
Universal) de la North Carolina State University, EE.UU., ha establecido siete principios
del diseño universal: uso equitativo, flexibilidad, uso simple e intuitivo, información
fácilmente perceptible, tolerancia para el error, poco esfuerzo físico, dimensiones
apropiadas. En primer lugar, el uso equitativo se refiere a proporcionar las formas de
uso para que el producto pueda ser utilizado por todas las personas
independientemente de sus capacidades, evitando discriminar y garantizando la
privacidad y seguridad de todos. El segundo, la flexibilidad, trata de un diseño que se
acomode a las preferencias y habilidades de los usuarios, ofreciendo distintas opciones
en los métodos de uso para que el usuario pueda elegir la que mejor le sienta, como la
posibilidad de utilizar tanto la mano derecha como la izquierda, por ejemplo. En tercer
lugar, se establece un uso simple e intuitivo, que quiere decir que sea un diseño fácil de
21
entender, sin importar las experiencias o conocimientos del usuario, eliminando
complejidad innecesaria, que sea coherente con la intuición del usuario, que se
acomode a cualquier tipo de habilidad lingüística y que ordene la información según su
grado de importancia. El cuarto, información fácilmente perceptible, hace alusión a un
diseño que transmite la información necesaria de una manera efectiva,
independientemente de las capacidades de percepción sensorial del usuario, utilizando
diferentes modos de presentar la información esencial (gráfica, táctil, etc.) y
proporcionando el contraste suficiente para maximizar la legibilidad. En quinto lugar, se
presenta la tolerancia a los errores, que busca minimizar los riesgos y las consecuencias
adversas por accidentes, disponiendo los elementos de manera tal que se reduzcan
esos riesgos y errores, incluyendo advertencias para el usuario y sumando
características de seguridad en el producto. El sexto principio, poco esfuerzo físico,
refiere a un diseño que pueda ser usado de manera cómoda y eficiente con un mínimo
de fatiga, teniendo en cuenta cuestiones ergonómicas del uso como mantener la
posición natural del cuerpo, realizando fuerzas razonables y minimizando las acciones
repetidas y el esfuerzo físico. Por último, el principio de dimensiones apropiadas,
establece que el tamaño de los productos debe ser apropiado para su manipulación y
uso, independientemente de las dimensiones corporales, postura y movilidad del
usuario (Connell et al., 1997).
Los principios del diseño universal deberán tenerse en cuenta en la fase analítica de la
metodología del diseño. De esta manera, se podrá detectar qué principios están faltando
en el diseño existente en el mercado y tenerlos en cuenta a la hora de rediseñar,
buscando lograr un diseño más universal. Dentro de este análisis será fundamental
prestarle especial atención a las cuestiones ergonómicas, que será lo que definan los
aspectos morfológicos del nuevo diseño.
22
1.4 Ergonomía en el diseño
Como para casi todo aspecto de diseño, no existe una única definición para ergonomía
y probablemente cada autor o investigador tendrá una mirada distinta sobre lo que ella
significa. “La ergonomía está presente cuando hay un ser humano frente a un objeto en
un espacio al realizar una actividad” (Flores, 2001, p.13). Es decir que cuando el objetivo
es diseñar para el ser humano como usuario, siempre se tiene una íntima relación con
la ergonomía. Muchos autores asocian el término ergonomía únicamente con el operario
y su puesto de trabajo, ya que se remontan al origen del propio término proveniente del
griego, donde ergon significa trabajo y nomos, leyes naturales (Oborne, 1987). Si bien
eso es correcto, dado que, en ese caso, el hombre manejará una máquina o herramienta
y existirá una relación usuario-objeto, sería erróneo hablar de ergonomía únicamente
en los puestos de trabajo u ocupación laboral, ya que estos son un tipo de actividad, y
se dejarían de lado todas las demás acciones o prácticas que el hombre realiza
cotidianamente donde también existe esa relación. Es por eso que Flores (2001)
introduce el concepto de ergonomía para el diseño industrial, en la que el hombre es
considerado usuario, es decir, todo aquel que usa cualquier objeto, independientemente
de la actividad que realice y del entorno en donde la ejecute. Por lo tanto, se define a la
ergonomía para el diseño industrial como “la disciplina que estudia las relaciones que
se establecen recíprocamente entre el usuario y los objetos de uso al desempeñar una
actividad cualquiera en un entorno definido” (Flores, 2001, p. 25). De esta manera, la
relación ergonómica no solo se dará entre el usuario y el objeto, sino que además
existirá una interacción con el espacio donde se realice la actividad, la cual también
necesita ser estudiada por esta disciplina.
Considerando el trinomio usuario-objeto-entorno, Flores (2001) sostiene que para el
estudio de la ergonomía de un producto hay que tener en cuenta diversos factores que
involucran a cada uno de los componentes: humanos, objetuales y ambientales. Los
factores humanos reúnen la información acerca del usuario, incluyendo a su vez
factores físicos (anatómicos, fisiológicos y antropométricos), psicológicos y
23
socioculturales. Los factores anatómicos y fisiológicos analizan la estructura y
funcionamiento del cuerpo del hombre, el factor antropométrico estudia sus dimensiones
corporales, el factor psicológico involucra sus capacidades psíquicas y mentales de
percepción sensorial, y el factor sociocultural evalúa sus aspectos culturales, sociales e
ideológicos. Por otro lado, los factores ambientales son aquellos que estudian las
características del espacio físico donde el usuario realizará determinada actividad con
el producto, que podrían ser la temperatura, humedad, iluminación, entre otros.
Finalmente, los factores objetuales examinan las propiedades del objeto en cuestión y
serán definidas durante el proceso de diseño en base a los otros dos grupos de factores,
como, por ejemplo, su forma, volumen, peso, material, dimensión, etcétera (Flores,
2001).
Una vez definidos el concepto de ergonomía y sus factores, es momento de integrarlos
en la metodología de diseño que ya se desarrolló en el apartado anterior. En primer
lugar, será importante incluir un análisis ergonómico en la fase de preparación e
investigación del proceso. Éste implicara definir el sistema usuario-objeto-entorno para
tener en claro quiénes son los usuarios, qué actividad desempeñarán con el producto y
en qué entorno sucederá esa interacción. Pero, antes que nada, será necesario hacer
una aclaración. Flores plantea que “una característica básica de todo objeto de diseño
industrial es que debe ser usado por un ser humano. Partiendo de esta premisa estamos
conscientes de que todo proyecto de diseño industrial incluye un capítulo de ergonomía”
(2001, p.167). Según esta afirmación, la ergonomía existe en el diseño porque el usuario
es un ser humano. Ahora bien, está claro que el comprador siempre será un ser humano
y, de alguna manera u otra, éste será usuario de un producto. Pero si este producto está
destinado para un perro, ¿puede hablarse de ergonomía canina en el diseño industrial?
Si bien no existirán los factores socioculturales y los psicológicos serán difíciles de
comprobar, el perro es un ser vivo vertebrado que tiene un cuerpo definido, existe el
estudio de su anatomía y fisiología, presenta biomecánica y tiene determinadas
dimensiones corporales. El perro se mueve, come, bebe, duerme e incluso forma parte
24
de una familia y vive en una casa rodeada de objetos. El perro usa cosas y, por lo tanto,
es usuario. No podrá expresarse con palabras, pero eso no quiere decir que no se
exprese. El perro ladra, llora y tiene actitudes que transmiten algo. Su cuerpo también
expresa. Si, por ejemplo, el perro renguea, es evidente que algo le sucede en una de
sus patas. O si tironea al pasear y la correa lo sofoca, habrá que utilizar más bien un
pretal. O sin ir más lejos, en el caso del presente proyecto, si el carrito para
discapacitados le provoca escaras, se revela a simple vista que existe un problema en
la interacción perro-producto. Entonces, si el perro es usuario y mantiene una relación
con el producto realizando una determinada actividad, en base a la previamente
mencionada definición de ergonomía para el diseño industrial de Flores, en este caso
también existirá la ergonomía. De esta manera, en el proceso de diseño de una nueva
silla de ruedas canina, se deberá tener en cuenta la ergonomía tanto para el ser humano
que realizará la colocación y extracción del carro, como para el perro que podrá
movilizarse gracias él.
Habiendo ya aclarado estos aspectos, se pueden definir como usuarios al perro
discapacitado y a la persona que lo cuida, el objeto en cuestión será la silla de ruedas
canina y el entorno podrá ser una habitación dentro de una casa, la acera o un parque.
Otra cuestión que Flores (2001) destaca importante a especificar en este punto, es si el
proyecto se tratará de un diseño o de un rediseño, porque de ello dependerá si se
aplicará la ergonomía preventiva o la ergonomía correctiva. La ergonomía preventiva se
dará cuando se diseñe un nuevo objeto o espacio y para ello habría que hacer una
profunda investigación de todos los problemas ergonómicos que pueden llegar a existir,
realizando muchas pruebas para que no haya sorpresas en el prototipo final. Por otro
lado, cuando se trata de un rediseño será relevante aplicar la ergonomía correctiva. Este
tipo de ergonomía servirá para corregir fallas tanto a nivel práctico-funcional, detectadas
incluso por los propios usuarios, como a nivel tecnológico y estético si el producto ha
quedado anticuado, por ejemplo. En el caso de la silla de ruedas canina, el producto ya
existe, pero se han descubierto diversas fallas ergonómicas para ambos usuarios
25
cuando se trata de un perro discapacitado grande o con sobrepeso. Por lo tanto, el
presente proyecto estará basado en una ergonomía correctiva.
Dentro del análisis ergonómico debe incluirse el estudio de los factores que se
mencionaron anteriormente. Para ello, será fundamental analizar la secuencia de uso
del producto, es decir, observar y detallar cada una de las etapas de su uso. Tratándose
de un rediseño, este análisis podrá realizarse tomando como modelo el objeto existente
en el mercado, para así poder hacer una “simulación ergonómica tridimensional” (Flores,
2001, p.179). De esta manera, es posible comprobar determinadas características del
objeto como la cantidad de partes, dimensiones, peso, etcétera, así como también los
segmentos corporales del usuario que se comprometen durante el uso, los movimientos
que realiza y las posiciones que toma el usuario, la cantidad de pasos y la duración que
tiene la secuencia, entre otras cosas. Esto tiene como objetivo revelar la interacción que
existe entre los usuarios, el objeto y el entorno, pudiendo así detectar todas las fallas y
aciertos con los que se encuentra el usuario al relacionarse con el producto. Este
análisis se presentará más en detalle en el capítulo cuatro, en donde se estudiarán
puntualmente las problemáticas de uso de la silla de ruedas canina.
Luego del análisis de la relación entre los usuarios y el objeto, y antes de proseguir a la
etapa creativa de producción de ideas con su posterior selección y verificación, es
necesario incluir en la etapa analítica un estudio sobre los posibles procesos de
fabricación para el producto. En el caso del presente proyecto, al tratarse de un producto
que requiere ser personalizado para adaptarse a las dimensiones de cada perro, no se
tratará de una producción masiva. Teniendo en cuenta este aspecto, en el próximo
capítulo se investigará por qué la tecnología de impresión 3D puede ser la mejor opción
para la fabricación del rediseño de la silla de ruedas canina.
26
Capítulo 2. La impresión 3D y la producción de objetos
Aunque existe una gran variedad de procesos productivos industriales y la tecnología
avanza a pasos agigantados, de alguna manera, la creatividad en el diseño de productos
siempre se encuentra limitada ya sea por el alcance de cierto proceso, los requisitos
que presenta, la disponibilidad en la industria local, los costos de producción y demás,
pero con la ventaja de poder obtener miles de unidades en cuestión de horas o, incluso,
minutos. Diferente es el trabajo artesanal, en donde la creatividad encuentra un camino
más libre, logrando piezas muy complejas o casi imposibles de fabricar con un proceso
automático, pero el trabajo manual siempre requerirá más tiempo y será más costoso
por unidad producida, posiblemente transformando inviable al proyecto. Como opción
intermedia a estos dos tipos de procedimientos, podría considerarse la popularmente
conocida impresión 3D.
2.1 Impresión 3D: la manufactura aditiva
La producción en masa es eficiente, disminuye los costos de producción y aumenta las
ganancias de las compañías, pero afectan la variedad y personalización de los
productos. Por otro lado, la producción artesanal sí permite estas características, pero
en lotes pequeños. La tecnología de impresión 3D ofrece un nuevo camino que combina
aspectos tanto de producción masiva como de la artesanal (Lipson y Kurman, 2013). Si
bien la impresión 3D se trata de un proceso totalmente automático, los tiempos de
producción pueden ser elevados, dependiendo del tipo y modelo de impresora, por lo
que no podría ser considerado para una fabricación masiva. Sin embargo, su tecnología
abre caminos nunca antes explorados por los procesos productivos tradicionales,
logrando piezas complejas sin dificultades y, además, se encuentra en constante
desarrollo mejorando cada vez más sus capacidades. El principio básico de la
manufactura aditiva, el término más específico de esta tecnología es que un modelo
digital tridimensional generado con herramientas CAD pueda ser fabricado directamente
sin necesidad de planificar todos los pasos de la fabricación del mismo ni analizar
27
aspectos constructivos de la pieza como sí lo requieren otros procesos (Gibson, Rosen
y Stucker, 2015). Como su nombre sugiere, el procedimiento consiste en la adhesión de
capas de material, una por encima de la otra, que adhiriéndose entre ellas van formando
el modelo desde su base hasta su parte superior. Es decir que cada capa representa un
corte transversal paralelo al plano de la base de la pieza y su espesor definirá cuánto
se acercará el producto final al modelo digital y, por lo tanto, la calidad del mismo. De
esta manera, se repite el proceso desde la base hasta el punto superior del modelo y se
obtiene una pieza final sin necesidad de moldes ni mecanizados.
Un punto desfavorable, sobre todo en los modelos más complejos, es que la impresión
suele necesitar una estructura de soporte para favorecer la construcción de partes que
no tengan apoyo del propio modelo. Por ejemplo, si se quisiera imprimir una mesa, sus
cuatro patas no necesitarían soporte ya que cada capa puede fijarse a la anterior sin
problemas, pero cuando se llega a la tabla horizontal de la mesa, esa primera capa solo
tendrá sostén en sus extremos, lo cual no llega a ser suficiente para que el material se
sostenga. Para ello, será necesario configurar el proceso para que, a medida que se
construya la pieza, se añada material extra de soporte y así, al llegar a la tabla, el
material que surge del extrusor encuentre apoyo. Lamentablemente, ese material
empleado en el soporte termina por convertirse en desecho, pero en muchos casos,
puede evitarse o disminuirse la cantidad de ese soporte disponiendo el modelo en otra
posición. En el caso de la mesa, si se la construyera dada vuelta, es decir, con la tabla
apoyada en la base de la máquina, todas las capas ya encontrarán apoyo en la capa
anterior del modelo y no se necesitaría añadir material de soporte. Sin embargo, muchas
veces no es así de sencillo y depende directamente del diseño de la pieza. Es por eso
que, al momento de diseñar un producto con el fin de producirlo mediante manufactura
aditiva, será fundamental tener en cuenta este aspecto para aprovechar al máximo las
capacidades de la tecnología con un mínimo de desperdicio de material.
En un principio, este proceso era considerado únicamente como prototipado rápido, y lo
sigue siendo, ya que funciona como una herramienta para conseguir un modelo de
28
manera rápida y así poder seguir estudiando y trabajando sobre la pieza. Por ejemplo,
para los diseñadores de productos, es fundamental trabajar los diseños mediante
maquetas o modelos en escala para poder comprobar distintos aspectos como la
morfología, el tamaño, las proporciones, etc. Entonces, la impresión 3D resulta muy útil
a la hora de realizar estas maquetas, ya que no solo se logra un modelo más preciso,
sino que se ahorra mucho tiempo y el trabajo se agiliza. No obstante, en los últimos
años, esta tecnología pasó de ser considerada solo como prototipado rápido y abrió las
puertas hacia una revolución en el desarrollo y manufactura de productos. Su carácter
de rápido no refiere puntualmente al tiempo que lleva construir una pieza, si no a la
agilidad de todo el proceso en general, con una mínima cantidad de pasos a llevar a
cabo independientemente de la complejidad del modelo (Gibson et al., 2015). Al
demostrar sus grandes virtudes, las impresoras 3D han ido progresando y se han
extendido hacia diferentes campos. Ha llegado a introducirse incluso en la náutica, por
ejemplo, habiendo alcanzado en el año 2019 el récord del cuerpo sólido más grande
construido mediante impresión 3D con la producción de una embarcación de 7,62
metros de eslora, totalmente funcional. Mérito de la Universidad de Maine en Estados
Unidos, la lancha denominada 3Dirigo fue construida completamente en una sola pieza
de plástico y fibras de carbono en un tiempo de 72 horas mediante la impresora 3D más
grande jamás construida, otro récord batido por la misma universidad (Mas, 2019). Este
es un claro ejemplo de las capacidades que presenta dicha tecnología, pudiendo ser
utilizada aun a nivel industrial de gran escala. Por supuesto que, a mayor tamaño e
industrialización de la máquina, se necesitará un especialista con experiencia que la
opere, pero ese no siempre es el caso. Las impresoras 3D más pequeñas pueden ser
utilizadas de forma personal en un hogar u oficina, tienen un bajo costo y demuestran
la simplicidad de la secuencia de uso (Gibson et al., 2015). Es una tecnología muy
accesible y, para poder manipularla, simplemente se necesitan algunos conceptos
básicos, principalmente sobre herramientas CAD para preparar el modelo a imprimir y
sobre cómo configurar la máquina según las características del modelo y el material a
29
utilizar. Esto permitió que muchas personas que obtuvieron su propia impresora 3D
pudieran fabricar, por ejemplo, piezas que funcionen como repuesto a otra que se perdió
en un artefacto o demás objetos personalizados para el hogar, e incluso ha incentivado
a muchos a iniciar un emprendimiento propio.
“[…] la producción personalizada dará una nueva modalidad de generar valor a los que
ya tienen habilidades de diseño, pasión por la moda y relación con los clientes”, sostiene
Vazhnov (2014) al referir a la impresión 3D como “la artesanía del siglo XXI”. La
personalización y versatilidad es una característica primordial de esta tecnología ya que,
a diferencia de los procesos de producción masiva, fabricar miles de piezas distintas
tiene el mismo costo que hacer miles iguales. El hecho de poder individualizar un
producto sin elevar el costo del producto es una de sus mayores virtudes, que no
presentan los procesos de sustracción automatizados y el moldeo por inyección y
termoformado.
La habilidad de ajustar la propuesta de valor para cada pequeño nicho y hasta para cada cliente en función de los parámetros de calidad y desempeño que le importan a cada uno, va a permitir a los artesanos locales desarrollar mercados totalmente nuevos y todavía inexplorados. (Varzhov, 2014, Artesanía Siglo XXI, parr. 16)
2.2 Ventajas y desventajas sobre esta tecnología
Al preparar un modelo 3D para construir en una impresora, y puntualmente desde el
punto de vista de un diseñador de productos, hay que tener en claro en qué situaciones
es convieniente utilizar esta tecnología y cuándo no lo es, según las características de
cada diseño y qué funciones aspira cumplir. Horvath (2014), en su texto Mastering 3D
Printing, establece como crucial principio de la impresión 3D que la complejidad es
gratuita. Con esto se refiere a que la complejidad no impacta en el costo y dificultad de
la producción, como sí puede suceder en otros procesos en donde hasta puede resultar
inviable. Como la pieza se construye de a capas, no importa si cada una de ellas es una
figura plena o si es un dibujo intrincado, solo basta con poner en marcha la impresora.
Construir algo complejo no requiere más tiempo, habilidad o costo que imprimir un
simple bloque. Asimismo, lo plantean Lipson y Kurman (2013) que, de igual manera,
30
sostienen que la variedad también es gratuita, porque con una misma impresora pueden
construirse un sinfín de morfologías distintas, sin provocar una reconfiguración de la
máquina o un reentrenamiento de los operarios. Además, el espectro de diseño es
infinito, a diferencia de las tecnologías de manufactura y el trabajo artesanal que se
encuentran limitados por la capacidad de transformar materia prima que tiene cada
máquina o herramienta, y por la habilidad del operario o artesano. La impresión 3D quita
esas barreras, pudiendo obtener figuras que hasta el momento solo se encontraban en
la naturaleza, y prácticamente elimina la necesidad de un trabajador cualificado ya que
la complejidad no requiere mayor destreza, solo se necesita dominar la configuración
del archivo y el seteo de la máquina, independientemente del diseño (Lipson y Kurman,
2013). Por supuesto que, para construir un modelo nuevo y propio, sí es necesario tener
conocimientos y un buen manejo de herramientas CAD para plasmar el diseño de
manera digital tridimensional. Si bien esto puede resultar una desventaja, sobre todo en
comparación al trabajo artesanal, la realidad es que para los diseñadores las
herramientas CAD son muy útiles tanto para presentar mejor una idea como para tener
una mejor noción de las proporciones que en los dibujos a mano alzada. Hoy en día, los
estudiantes de diseño industrial y afines difícilmente atraviesen su carrera sin manejar
este tipo de herramientas. Por lo tanto, para un diseñador, tener que construir el modelo
3D de manera digital no sería un problema, sino que ya estaría incluido en el proceso
de diseño. De todos modos, hay que tener en cuenta que no siempre la pieza saldrá de
la impresora lista para ser utilizada, sino que necesitará un postproceso, ya sea para
quitar los soportes, lijar la superficie para remover las cicatrices de los soportes o para
lograr una textura más lisa de lo que la impresora puede alcanzar, pintar si es necesario,
etc. Para ello, probablemente sí se necesite tener cierta habilidad con el trabajo manual
y, dependiendo del acabado que se le quiera dar a la pieza, su producción total llevará
más tiempo.
El punto más débil de la manufactura aditiva podría decirse que es que suele demorar
mucho tiempo en producir una sola pieza, tratándose de horas o días dependiendo el
31
tamaño, calidad deseada y demás configuraciones. Esto resulta una desventaja si lo
que se quiere es elaborar una gran cantidad de una misma pieza o, si la pieza a realizar
es muy simple, probablemente sea más rápido y conveniente fabricarla con un método
más convencional. Sin embargo, esta desventaja puede ser insignificante si se trata de
un producto único y personalizado, y si su complejidad requiere de la versatilidad de
esta tecnología. En productos como el carrito para perros discapacitados, que se
realizan a pedido y son personalizados, el hecho de que el tiempo de producción sea
largo no es un problema. Si bien llevaría bastante tiempo imprimirlo, en una semana
podría estar listo. Además, esta tecnología daría mucha más libertad a la hora de
diseñarlo, pudiendo aportarle funciones y características que en los carritos actuales no
existen. El tiempo de producción incluso podría disminuirse si en el diseño se incluyen
piezas estandarizadas, es decir, piezas que ya existen en el mercado que podrían
ensamblarse junto con las nuevas piezas fabricadas. Volviendo al ejemplo del presente
PG, el carrito para perros lleva ruedas y, si bien éstas podrían también imprimirse, por
un lado, no sería lo ideal utilizar ruedas que no sean las adecuadas, y por el otro, se
aumentaría notablemente el tiempo total de producción. En el mercado existe una gran
variedad y tamaños de ruedas que pueden utilizarse, y habría que hacer esa elección
en una primera instancia para luego diseñar el producto acorde a ellas y a las demás
piezas estándar que se empleen. Una gran ventaja es que la versatilidad de la impresión
3D permite poder adaptar los modelos a piezas ya existentes pudiendo abaratar costos
y reutilizar objetos alargando su vida útil.
Otra ventaja de la impresión 3D que establecen Lipson y Kurman (2013) es el tamaño
de la máquina con relación al del producto que puede construir. Por ejemplo, la máquina
de moldeo por inyección de plástico es mucho más grande que los productos que puede
realizar ya que éstos se forman en la cavidad de un molde el cual requiere espacio para
su cierre y apertura, y que, además, se llenan de material proveniente de un tornillo
sinfín que empuja el plástico al mismo tiempo que lo calienta para inyectarlo dentro de
él. En cambio, en una impresora 3D se puede fabricar un objeto del mismo tamaño que
32
la cama de impresión y la altura de la máquina. Gracias a ello, no es necesario disponer
de un gran espacio y, como existen máquinas de costo accesible, sería posible formar
un pequeño taller con más de una impresora 3D. Desde luego existen impresoras muy
grandes que sí requieren tener acceso a un amplio espacio, como en el ejemplo de la
embarcación que se mencionó previamente, pero en ese caso la máquina se construyó
específicamente para fabricar ese tipo de productos y su tamaño es acorde al rubro para
el cual está destinada.
Por último, un aspecto muy interesante de esta tecnología es que abre camino a la
innovación en materiales. Desde un primer momento, los materiales más utilizados son
los fotopolímeros y los termoplásticos, los cuales se explicarán brevemente en el
siguiente apartado. Pero el plástico no es el único material, con el correr del tiempo y el
desarrollo de la impresión 3D se fueron sumando los metales, las cerámicas y hasta
incluso material biológico para fines medicinales. Además, actualmente ya existen
impresoras con más de un extrusor, por lo que pueden construirse modelos combinando
más de un material, lo cual resulta difícil utilizando las máquinas convencionales. En un
futuro, a medida que siga desarrollándose la tecnología, la antes inaccesible
combinación de distintas materias primas ofrecerá una más amplia paleta de materiales
con distintas propiedades y comportamientos (Lipson y Kurman, 2013).
2.3 Tipos de manufactura aditiva y materiales utilizados
Existen distintos tipos de impresión 3D y con el avance tecnológico surgen nuevos, pero
todos cuentan con el mismo principio básico de construcción por capas, y cada uno de
ellos tiene un sistema de funcionamiento diferente y puede trabajar con distintos
materiales según sus propiedades. Aquí se presentará un breve resumen sobre los
sistemas principales de esta tecnología y algunos de los materiales más utilizados en
cada uno de ellos, pero cabe aclarar que han ido surgiendo diversas variantes de los
mismos y se encuentran en constante desarrollo, así como también los materiales que
se emplean. Lipson y Kurman (2013) dividen los tipos de impresoras 3D en dos grandes
33
grupos, por un lado, las que expulsan material y por el otro, aquellas que lo fusionan.
En el primer grupo, se encuentran aquellas de modelado por disposición fundida o FDM
por sus siglas en inglés, las cuales son las más populares actualmente gracias a su
accesibilidad y fácil uso. En este caso, cada una de las capas se genera con la ayuda
de un extrusor que expulsa el material y, moviéndose a través de cada plano, dibuja su
figura. Este tipo de impresión 3D tiene como materia prima principal el termoplástico,
que se presenta en forma de bobinas de filamento de diámetro prestablecido, y que, al
pasar por el extrusor, se calienta permitiendo su moldeado. Luego, al enfriarse, el
plástico rápidamente se endurece y se adhiere a la capa inferior. Al terminar cada plano,
el extrusor sube al siguiente nivel y se repite la secuencia hasta llegar al último punto
superior. Este método no solo puede utilizarse con plásticos, ya que, si se reemplaza el
extrusor con un sistema de jeringa, pueden construirse piezas de cerámica, arcilla o
incluso materiales alimenticios (Sanchez Restrepo, 2017). En esta tecnología existe una
gran variedad de plásticos e incluso materiales híbridos que combinan polímeros con
otro tipo de materiales como madera, arena y metal, que le aportan cierta textura a la
pieza. Como la cantidad de materiales es muy amplia y cada año se descubren nuevos,
aquí solo se mencionarán los plásticos más conocidos y utilizados, el ABS y el PLA, y
algunos más técnicos como el nylon y el policarbonato (PC). El primero, el acrilonitrilo
butadieno estireno (ABS), es apto para una gran variedad de aplicaciones gracias a su
dureza, flexibilidad y alta resistencia al impacto, como en las carcasas de productos
electrónicos, carrocerías de automóviles, entre otros. Pero para imprimirlo hay que tener
ciertas precauciones, ya que tiene un punto de fusión más alto y es más susceptible a
los cambios bruscos de temperatura que otros plásticos, por lo que tenderá a
deformarse si no se lo imprime en las condiciones adecuadas (Sanchez Restrepo,
2020). Otra gran ventaja del ABS es su facilidad de mecanizado, pudiendo lijarlo,
perforarlo y demás. La naturaleza del material, además, permite ser tratado
superficialmente mediante el vapor de solventes como el acetona, logrando una
acabado suave y brillante. El segundo y muy utilizado también, el ácido poliláctico (PLA),
34
está fabricado a base de recursos renovables como el almidón de maíz, de manera que
es un plástico más amigable con el medioambiente, a diferencia del ABS y otros hechos
a base de petróleo. Además, el PLA es más fácil de manejar debido a su bajo punto de
fusión y mayor resistencia a los cambios de temperatura, pero no cuenta con las mismas
propiedades mecánicas que el ABS, siendo mayormente utilizado para piezas que no
serán sometidas a desgastes o esfuerzos. Junto con el ABS, son los dos filamentos más
accesibles en el mercado, ofreciendo también gran variedad de colores. Entrando en
materiales más especializados, el nylon cuenta con una mayor dureza, flexibilidad y
durabilidad que los ya mencionados, lo que lo hace un excelente candidato cuando se
requiere producir piezas mecánicas o herramientas. La desventaja de este material es
que es mucho más complicado de imprimir en FDM debido a que necesita una mayor
temperatura de impresión y una menor velocidad, sumado esto a que es
considerablemente más costoso que el ABS. Un caso similar es el del PC, considerado
el filamento de mayor dureza y resistencia al impacto, pero presenta las mismas
desventajas que el nylon en cuanto a dificultad de impresión y costo (Rohringer, 23 de
julio 2021). Estos últimos dos materiales mencionados presentan excelentes
propiedades mecánicas, pero su impresión probablemente requiera más conocimientos
técnicos así como también máquinas con extrusores especiales, haciéndolos aún más
inaccesibles. La gran ventaja del PLA y el ABS es que la mayoría de las impresoras
FDM son compatibles, siendo por ello los más utilizados y económicos del mercado.
Generalmente, las máquinas de FDM satisfacen las necesidades de muchos usuarios
industriales, sobre todo gracias a su bajo costo y a las propiedades de los materiales.
Sin embargo, tiene algunas limitaciones en cuanto a velocidad y precisión de la
impresión. Como se mencionó anteriormente, el espesor de las capas determina la
calidad de la impresión, pero en este sistema es difícil que las máquinas lleguen a
espesores muy pequeños, primero, porque el tiempo de producir una pieza sería muy
elevado y, segundo, porque aumentaría notablemente el costo de la máquina y dejaría
de ser accesible (Gibson et al., 2015). De todos modos, la mayoría de los filamentos
35
permiten un pos procesamiento superficial como puede ser el lijado o algún tratamiento
especial que permita el material, pudiendo lograr buenos acabados a bajo costo.
En el segundo grupo, el material no es expulsado de un extrusor, sino que se comporta
de manera diferente. Los sistemas más conocidos dentro de este grupo son la
estereolitografía (SLA) y el sinterizado selectivo por láser (SLS). El SLA fue el pionero
en manufactura aditiva en la década de 1980, y hoy en día también es muy utilizado y
accesible según tamaño y prestaciones de la máquina. Este método utiliza
fotopolímeros, generalmente resinas, que se encuentran en estado líquido y al ser
incididos por luz ultravioleta (UV) se endurecen. El rayo de luz realiza el dibujo sobre la
superficie del líquido formando una de las capas, luego la base desciende un nivel, se
introduce más líquido, se forma la capa siguiente que se adhiere a la anterior y así
sucesivamente se forma el modelo, de manera similar al FDM, pero logrando un mejor
acabado gracias a su capacidad de realizar capas mucho más delgadas de manera más
rápida. Al igual que en el FDM, los modelos necesitan material de soporte en las zonas
colgantes o que sobresalen. En cuanto a materiales, se encuentran limitados a las
resinas de las que existe cierta variedad, tanto con consistencia rígida como flexible,
pero que no suelen tener la misma resistencia al impacto y durabilidad que los
termoplásticos (Gibson et al., 2015). Además, en el SLA el postproceso de la pieza
puede resultar tedioso ya que es fundamental realizar un lavado con disolvente para
remover el exceso de resina sin atacar y, en algunos casos, también se requiere
someterlo a un proceso de poscurado con rayos UV para finalizar el proceso de
fotopolimerización y obtener la máxima resistencia del material (Sanchez Restrepo,
2017).
Por último, el SLS trabaja de manera similar que el SLA, pero la materia prima no se
encuentra en estado líquido, sino en polvo. La base de la impresora se cubre con una
capa de polvo y un rayo láser de alta intensidad incide sobre él sinterizando
selectivamente las partículas, es decir, fusionándolas y creando así las capas de
material sólido. Este método permite trabajar con una muy amplia variedad de
36
materiales como plásticos, vidrio, cerámica y metales. Una gran ventaja de esta técnica
es que las piezas, con excepción del metal, no requieren de material de soporte ya que
el propio polvo no sinterizado funciona como tal. Esto acelera el proceso y permite un
mejor provecho del material y del espacio de trabajo. Asimismo, con este sistema se
logran piezas finales con precisión y alta resistencia, sin necesidad de un poscurado
como en el SLA (Jordan, 2018). De todos modos, la precisión suele ser inferior a los
procesos a base de líquido, encontrándose directamente asociado al tamaño de las
partículas de polvo. Cuanto más fino es el polvo, más suave será la superficie del
modelo impreso, pero más difícil será de manjar el material. Como la pieza impresa
queda totalmente cubierta de polvo, requiere de una limpieza luego de haberla dejado
enfriar completamente, lo cual puede demorar varias horas. Además, el manejo de
material en polvo requiere de extremo cuidado ya que puede ser perjudicial para salud
e incluso puede generar una explosión si se lo maneja incorrectamente. Otra desventaja
de este sistema es que el costo, tanto de la máquina como de la materia prima en polvo,
suele ser elevado, siendo inaccesible para uso personal u oficina (Gibson et al., 2015).
La elección del sistema de impresión dependerá de las necesidades requeridas por las
funciones y el diseño del producto, sobre todo debido a las propiedades de los diferentes
tipos de materiales que se pueden utilizar y la calidad que puede alcanzar el producto
en cada uno de ellos. Si se quiere obtener la máxima calidad en el acabado
probablemente sea conveniente utilizar el SLA; o si prevalece la resistencia por sobre
la calidad sería mejor optar por el FDM con ABS como material, por ejemplo; o si se
necesita que el producto sea de metal inevitablemente deberá utilizarse el SLS. Otro
factor importante será el costo de la máquina y de la materia prima en relación con las
necesidades del productor y su accesibilidad a dicha tecnología. Por ejemplo, una
máquina SLS podrá ser adquirida por grandes talleres o empresas, que además tengan
el espacio y estén capacitados para tomar los debidos recaudos requeridos por dicha
tecnología, mientras que un emprendedor individual posiblemente no la pueda
solventar, siendo más accesible para él obtener una impresora FDM o SLA. Además,
37
habrá que tener en cuenta al público objetivo del producto, si es que será introducido en
el mercado, ya que cuanto mayor sea el costo de producción, mayor será el precio al
público. Por lo tanto, será fundamental que evaluar todos los distintos factores
dependiendo la accesibilidad del fabricante y del futuro usuario del producto y, por
supuesto, el diseño del producto y las necesidades que deberá satisfacer.
2.4 Impresión 3D y diseño
El diseño de productos es un proceso creativo cuyo objetivo es, como se mencionó
anteriormente, solucionar determinados problemas mediante los objetos. De una
problemática surge una idea, y de una idea pueden surgir miles de diseños, desde los
más minimalistas hasta los más complejos o alocados. Pero, para que un diseño logre
materializarse en un producto real, debe sufrir modificaciones de manera tal que se
adapte a las limitaciones de la manufactura tradicional y que su costo de producción sea
acorde al mercado para el cual estará destinado. Con la manufactura artesanal se
pueden producir diseños intrincados, pero eso se reflejará en un tiempo de producción
elevado, así como también en un mayor costo por unidad. Por otro lado, en la producción
masiva con procesos convencionales se pueden fabricar muchas unidades en poco
tiempo, disminuyendo el costo por unidad, pero con la necesidad de una inversión inicial
alta y con limitaciones en cuanto a lo que las máquinas pueden producir. Por lo tanto,
como sostiene Varzhov (2014), con la impresión 3D se abre paso a una revolución en
la producción de objetos. “Dado que con las Tecnologías Aditivas la complejidad no
tiene costo y la personalización no tiene límites, surge una enorme oportunidad de crear
productos físicos para un sinfín de mercados de nicho” (Mercados de miles, párr. 1). La
producción para mercados de nicho que menciona Varzhov refiere a poder satisfacer
las necesidades de pequeñas porciones de la población que no ven sus gustos
reflejados en los objetos de producción masiva, los cuales deben ser genéricos por la
imposibilidad de personalización que existe en dicha manufactura. En cambio, como en
la impresión 3D la variedad y la complejidad no tienen costo adicional, es posible
38
producir una infinidad de diseños para satisfacer hasta las necesidades y gustos más
personalizados.
Gracias a su capacidad de crear objetos personalizados, la impresión 3D se ha
introducido en el ámbito de la medicina con la producción de partes del cuerpo humano.
Si bien ya se encuentra en desarrollo la impresión de órganos con material orgánico,
por el momento se han producido con éxito partes inanimadas, como coronas dentales,
placas de ortodoncia o prótesis y extremidades artificiales. Esto ha sido posible también
gracias al desarrollo de los escáneres 3D, que ayudan a obtener una imagen digital
tridimensional de un objeto existente y así poder editarlo y luego reproducirlo con una
impresora. Por ejemplo, para crear las placas transparentes que ayudan a alinear los
dientes, primero se escanea la dentadura de la persona, luego esas imágenes son
procesadas y ajustadas en un archivo digital, y, finalmente, con un plástico flexible y
transparente la impresora fabrica la placa personalizada para dicha persona, sin la
necesidad de los moldes tradicionales (Lipson y Kurman, 2013). Muy común también en
la actualidad es la impresión de prótesis de extremidades para personas amputadas,
que gracias a la tecnología permiten ser mucho más económicas que las prótesis
convencionales, pudiendo mejorar la calidad de vida de muchas personas que no
tengan los medios para acceder a ellas. Este último ejemplo resulta un caso importante
a destacar ya que, si bien presenta características distintas a la silla de ruedas canina,
puede funcionar como antecedente para tener en cuenta en el presente PG.
2.4.1 Prótesis impresas 3D
“Una prótesis es un dispositivo artificial creado por el hombre, con la finalidad de suplir
o reemplazar alguna parte del cuerpo que haya sido perdida o aquellas partes que no
se encuentran realizando su función tan bien como deberían” (Quiñonero López, 2017).
Desde su invención, las prótesis han ayudado a miles de personas amputadas a
recuperar, en parte, la movilidad perdida y, por lo tanto, enriquecer su calidad de vida.
Pero su fabricación con métodos tradicionales implica un proceso largo, complejo y
39
costoso, que requiere la producción de distintos moldes junto con una minuciosa mano
de obra y calibración. La pieza más compleja de una prótesis, sobre todo de miembro
inferior, es el socket o encaje, es decir, la parte plástica que conecta el muñón con la
extremidad artificial. Esta parte será la que entre en contacto directo con el cuerpo del
paciente y en donde éste sentirá el apoyo, por lo que es crucial que el socket logre
adaptarse correctamente al muñón y, así, evitar incomodidades o puntos de presión
molestos. Para su fabricación, normalmente primero se realiza un molde negativo del
muñón con venda de yeso, para luego con él obtener un segundo molde de yeso positivo
que se usará para efectuar el termoformado de plástico. Posteriormente se procede a
eliminar sobrantes, pulir los bordes y, finalmente, ensamblarlo junto con la extremidad
artificial que es genérica, variando por supuesto en longitud de la pierna y tamaño de
pie (Sin Ruta, 2019). Pero gracias a la impresión 3D, las herramientas CAD y los
escáneres 3D, ese proceso puede simplificarse notoriamente, no solo reduciendo el
tiempo de producción sino también su costo y permitiendo una mayor personalización
del dispositivo. Con esta tecnología, al poder escanear tridimensionalmente el muñón,
el encaje puede diseñarse completamente a medida de manera digital sin la necesidad
de producción de moldes, por lo que en ese punto ya se estaría reduciendo
significativamente la cantidad de pasos de fabricación. De esta manera, disminuye el
tiempo de producción pudiendo obtener la prótesis en cuestión de días, en vez de
semanas como en el método convencional. Esto también se ve reflejado en el costo, ya
que se reduce notablemente al necesitar menor cantidad de materiales, menos tiempo
y menor trabajo de mano de obra especializada. Otra de sus grandes ventajas es la
versatilidad de la tecnología, como ya se mencionó con anterioridad, porque la
complejidad y la variedad no tienen costo adicional, lo que permite personalizar la
prótesis a gusto del paciente, aportando a su calidad de vida, como así también para
adaptarla a distintas actividades específicas como el deporte, lo cual resulta altamente
costoso en el método tradicional (Quiñonero López, 2017).
40
Si bien el caso de las prótesis es distinto al de la silla de ruedas canina, ya que, en el
primer caso se reemplaza directamente el miembro y en el segundo, se trata de un
dispositivo que funciona de apoyo para las extremidades, éstos poseen ciertos puntos
en común. Así como en las prótesis de miembro inferior, la silla de ruedas servirá de
apoyo para el tren trasero del animal en reemplazo a sus patas que ya no se mueven.
Por lo tanto, el producto deberá adaptarse correctamente al cuerpo del animal, así como
el socket debe adaptarse al muñón, para evitar generar molestias o lesiones. Es por eso
por lo que considerar la impresión 3D para el diseño del carrito para perros puede
resultar en una gran ventaja, así como lo es para las prótesis en humanos. Aunque
previamente será necesario investigar puntualmente cómo se comporta el cuerpo de los
perros, cómo se distribuye su peso y demás aspectos que se estudiarán en el siguiente
capítulo.
41
Capítulo 3. Anatomía canina y biomecánica
Desde un principio, el perro ha sido de gran ayuda para el hombre, involucrándose en
tareas del campo como pastoreo de ganado, la vigilancia o la caza de otros animales,
así como también, gracias a su desarrollado olfato, la detección de narcóticos o la
localización de personas desaparecidas. Pero con el correr de los años, la relación entre
el humano y el perro se ha profundizado de manera tal que el perro ha dejado de ser
una mera propiedad y se ha convertido en un compañero dentro del hogar, un miembro
más de la familia (Correa, Davis, Ruffin, Ebert y Floyd, 2011). La domesticación del perro
junto con el gato y otros tipos de animales ha dado lugar a un nuevo ámbito en el
mercado. Mayor cantidad de veterinarios especialistas, centros de atención veterinaria,
medicación especial, alimentos balanceados de distintas variedades y todo un nuevo
mundo de productos, desde juguetes hasta indumentaria. Las mascotas son usuarios
de productos y servicios, y si existe un usuario, existe el diseño y la ergonomía. En este
contexto, al diseñar para un perro será necesario indagar sobre su rol dentro de una
familia y los cuidados que necesita, como así también estudiar conceptos básicos de su
anatomía y biomecánica. Con el foco puesto en la silla de ruedas canina, también será
pertinente investigar sobre la discapacidad motriz en perros y en qué consiste el
tratamiento ortopédico en dichos animales.
3.1 El perro como parte de la familia
Desde su domesticación, el perro ha sido la mascota más elegida por los humanos
gracias a su fiel compañerismo. Comenzando con su ayuda en diversas tareas de
trabajo, el perro ha desarrollado una estrecha relación con el humano a medida que la
sociedad se transformaba en áreas metropolitanas más pobladas. Como sostienen
Correa et al. (2011) este vínculo brinda grandes beneficios a la sociedad pudiendo
mejorar la calidad de vida tanto de jóvenes como adultos dado que el perro no juzga,
brinda amor, y el ser humano puede fiar en él sus íntimos sentimientos. Además, al ser
animales muy inteligentes, los perros pueden ser entrenados para distintos fines, en los
42
que se incluye la asistencia a personas con discapacidad como, por ejemplo, los perros
lazarillos que guían a las personas ciegas o con discapacidad visual. Asimismo, los
canes pueden brindar apoyo psicológico y emocional, ayudando a reducir la depresión,
el estrés, la ansiedad y el aislamiento. “La investigación médica ha determinado que el
contacto con los perros puede disminuir la presión sanguínea y prevenir ataques
cardíacos” (Correa et al., 2001, p.6). De esta manera, estos animales significan un gran
beneficio para el hombre no solo de manera individual en su salud sino para la
construcción de una mejor comunidad.
Según un informe realizado por la agencia Kantar TNS en el año 2017, siete de cada
diez personas en Argentina tienen al menos una mascota, de los cuales el 61% tiene un
perro, el 34% tiene un gato y el 24% tiene ambos animales. Además, la encuesta arrojó
que de las personas que tienen perros o gatos, el 91% está parcial o totalmente de
acuerdo en que su mascota es un integrante más de la familia y que su tenencia implica
una gran responsabilidad a la que se compromete con placer (Kantar TNS, 2017). Esto
significa cumplir con los requerimientos básicos necesarios para preservar la salud y el
bienestar del animal, ya sea alimentarlo correctamente, brindarle un espacio de
descanso amparado de las situaciones climáticas, pasearlo periódicamente para su
recreación y para realizar sus necesidades, entre otros. Las mascotas dentro de una
familia, así como las personas que la componen, consumen productos y servicios,
algunos necesarios para vivir y otros por deseo o gusto del humano, quien será el
comprador y quién decidirá de qué manera vivirá su mascota. Volviendo al informe de
Kantar TNS (2017), el 45% de la población que convive con un animal asegura que, en
caso de un alza de precios, no reduciría el gasto de lo que su perro o gato consume.
Con estos datos puede demostrarse que, por lo menos en la Argentina, el mercado
encuentra un sector considerable de la población a quien satisfacer con dichos bienes
y servicios. Alimento balanceado, antipulgas, deparasitante, consultas veterinarias,
juguetes, baño y peluquería son algunos de los consumos más comunes de las
mascotas. También existe una gran variedad de accesorios como collares, correas,
43
platos para el alimento, camas, etc., de distintos tamaños, colores y precios, y que,
dependiendo de lo que el humano esté dispuesto a invertir en su mascota, se adquieren
en menor o mayor medida. Los animales de compañía dieron lugar a un mundo de
productos para los cuales incluso existen locales especializados, los denominados pet
shops, y como para todo producto, para quién sea que esté destinado, detrás de ellos
existe el diseño.
El buen cuidado del perro en cuanto a nutrición, salud y entrenamiento puede aumentar
la posibilidad de mantener la unión del humano con su mascota durante toda la vida
natural del perro (Correa et al., 2001). Pero como todo ser vivo, los perros envejecen y
pueden sufrir patologías degenerativas o alguna enfermedad que requiera mayor
cuidado y tratamiento para mantener una buena calidad de vida. Y así como el perro
puede beneficiar la salud y el ánimo del ser humano con su compañía, su malestar
podría impactar negativamente en la persona que cuida de él. En consecuencia, el nivel
de calidad de vida de la mascota influirá de alguna manera en la del humano. Es común
que los perros de avanzada edad sufran algún tipo de discapacidad ya sea auditiva,
visual, neurológica o física, pudiendo derivar incluso en una parálisis en sus patas. En
este último caso, el cual es el que compete al presente PG, no solo hay que cuidar la
parte afectada sino también considerar otros aspectos que pueden interferir en su
calidad de vida, como se verá más adelante en este capítulo.
3.2 Diseño para el perro
Diseñar para un animal puede enfrentar ciertas dificultades que no se presentan cuando
el usuario es el ser humano. Ya se ha definido que cuando existe una relación usuario-
objeto, la ergonomía está presente y el diseñador es el encargado de que el producto
posea las características necesarias para que esa interacción sea lo más amena
posible. Es decir, que el producto cumpla su función correctamente y que se adapte a
las necesidades físicas y psíquicas del usuario preservando su salud e integridad física.
Para ello es necesario conocer el cuerpo, su anatomía, sus proporciones y dimensiones,
44
así como también entender qué puede dañarlo físicamente, como podrían ser una mala
postura o movimientos repetitivos. A la hora de diseñar, es importante tener en cuenta
estos aspectos para que la morfología y las dimensiones del producto sean acordes a
la sección del cuerpo que interactuará con él, asegurando el confort durante el uso y
evitando posibles lesiones. Además, para un diseñador es de mucha ayuda recibir el
feedback por parte del propio usuario, ya que no habrá nadie mejor que él mismo para
evaluar cómo le resulta el producto y en base a esa devolución poder ajustar los detalles
del prototipo. Pero cuando el usuario es un perro no existe el feedback directo, el animal
no puede dar una devolución de su experiencia de uso, no puede expresar con palabras
ni señas si le resulta cómodo o si le molesta. Sin embargo, en el mediano o largo plazo,
el animal probablemente sí exprese indirectamente las consecuencias del uso de dicho
producto. Por ejemplo, el psicólogo canino Hallgren (2010) mediante un estudio ha
descubierto que el uso de los collares en perros, debido a los tirones producidos al
pasear, pueden provocar dolorosos problemas en la espalda a los canes. Hallgren,
además, establece que cuando un perro sufre dolor, comúnmente se vuelve agresivo,
nervioso o hiperactivo, por lo que esa sería su manera de expresarse y no debe ser
ignorado. De allí surge la necesidad de utilizar pretales en vez de collares, consiguiendo
que la presión producida por la correa se distribuya mejor en el cuerpo del animal. De
todos modos, también pueden existir otros signos más directos o evidentes, tal como
puede ser alguna reacción puntual del animal en el uso del producto o alguna
lastimadura que pueda generarle, entre otros indicios.
El objetivo del presente PG, es crear un nuevo diseño del carrito para perros
discapacitados que tenga en cuenta todos los aspectos mencionados. Así como en el
diseño para humanos, la ergonomía debe ser objeto de estudio fundamental para lograr
que el uso del producto no sea contraproducente para la salud del animal y que no
ocasione futuros problemas. Un objeto que no es ergonómico, como el caso del collar,
puede cumplir su función y en un primer momento no manifestar inconvenientes, pero
su uso constante, en un futuro cercano o lejano, afectará la salud del perro. Lo mismo
45
puede suceder con la silla de ruedas si es diseñada con el único propósito de que
cumpla su función. Hay que considerar que se trata de un producto destinado a un perro
que ya de por sí se encuentra en una situación delicada, un perro que ya no puede
moverse por sus propios medios requiere de más atención y cuidado que uno sano y no
se querrá empeorar su estado. Si bien la ergonomía para productos caninos no ha sido
tan estudiada como para el hombre, el concepto es el mismo y puede perfectamente
aplicarse en cualquier tipo de cuerpo. Para ello será necesario investigar acerca del
cuerpo del perro y entender cómo éste funciona, contemplar las distintas partes que
estarán comprometidas en el uso del producto, estudiar la postura natural del animal y
cómo se distribuye el peso del cuerpo en los cuadrúpedos.
3.3 Conceptos básicos de anatomía y biomecánica canina
Como se vio en el primer capítulo, unos de los factores importantes en el análisis
ergonómico son los anatomofisiológicos, que contemplan la estructura de los cuerpos y
sus funciones orgánicas. Acerca de estos factores Flores (2001) sostiene que:
Su enfoque principal es la detección de las capacidades, limitaciones y características físicas del hombre que se ven afectadas por su relación con los objetos y el entorno para que, por medio de la aplicación del buen diseño, se beneficie al usuario sin poner en riesgo su integridad física. (p. 35)
Así como se estudian estos aspectos del cuerpo humano, ese mismo análisis puede
aplicarse para el cuerpo del perro de manera tal de lograr un diseño que se adapte a
sus características y no afecte su salud. Estudiar por completo la anatomía del perro
sería muy extenso y sobrepasaría el alcance del presente PG, por lo que en este caso
se hará una breve investigación sobre las partes del cuerpo que estarán en directa
relación con el producto a diseñar. La silla de ruedas estará destinada a un perro que
presenta parálisis en sus patas traseras, mientras que todavía cuenta con movilidad en
sus patas delanteras. Es decir que el producto funcionará de apoyo para sus patas
traseras y, con ayuda de unas ruedas, el perro podrá caminar con sus patas anteriores
y hacer rodar el carrito que sostiene la parte posterior de su cuerpo. Por lo tanto, el
46
aparato locomotor cumple un rol importante en el uso del producto, y puntualmente
habrá que enfocarse en la zona posterior que se trata de la parte afectada y que, de
cierta manera, deberá ser reemplazada por la silla de movilidad.
3.3.1 El aparato locomotor
König y Liebich (2011) definen al aparato locomotor como un sistema orgánico complejo
cuya función principal es ejercer el trabajo mecánico, es decir, generar el movimiento
del cuerpo. En él participan en conjunto el sistema esquelético y el sistema muscular,
de manera pasiva y activa respectivamente. El primero forma la estructura corporal y se
compone de los huesos, cartílagos, ligamentos y articulaciones. Los huesos tienen
como función ser el sostén general del cuerpo y el protector de los órganos internos en
las regiones torácica y pelviana, así como del sistema nervioso central que son el
cerebro y la médula espinal; los cartílagos son conjuntos de fibras dispuestas en una
fina capa que recubren los extremos de los huesos y facilitan su deslizamiento en una
articulación; las articulaciones son las uniones entre dos o más huesos y son las que
permiten la movilidad del esqueleto; y los ligamentos son recubrimientos elásticos que
rodean las articulaciones brindándoles estabilidad y movimiento. El segundo sistema,
compuesto por la musculatura, otorga la fuerza necesaria para generar el movimiento
del esqueleto y favorecer la locomoción, soporta parte del peso del cuerpo y participa
en actividades de los órganos internos (König et al., 2011). Aquí se estudiará
principalmente el sistema esquelético para comprender la disposición del cuerpo del
perro y las diferentes partes que lo componen, entendiendo aspectos de movilidad y
postura, y adquiriendo el vocabulario pertinente.
Dyce, Sack y Wensing (1999), en su texto Anatomía veterinaria, para un estudio más
ordenado del cuerpo del perro plantean que éste se encuentra dividido en tres partes
principales: el tronco, la cabeza y los miembros anteriores y posteriores. El tronco es la
sección más grande y es aquello que quedaría del cuerpo si se quitaran las cuatro patas,
la cabeza, el cuello y la cola. A su vez, esta parte puede dividirse en otras tres secciones:
47
el tórax, el abdomen y la pelvis. El tórax es la porción del tronco que se posiciona entre
el cuello y el diafragma, comprendiendo la zona de las costillas y los pulmones. El
abdomen, comúnmente llamado vientre, es la sección ubicada posterior al diafragma
hasta los huesos de la cadera. Y la pelvis es la cavidad conformada entre dichos huesos.
Por encima de estas tres secciones, la parte dorsal del tronco es lo que se conoce como
lomo, y está conformado por la columna vertebral y los músculos que se asocian a ella,
que se extiende desde el cráneo hasta la punta de la cola. La columna vertebral, así
como en los humanos, se compone de una serie de vértebras unidas entre sí que
refuerzan el eje del cuerpo manteniendo su postura y se divide en cinco regiones:
cervical, torácica, lumbar, sacra y caudal. No cabe aquí entrar en detalle de cada una
de ellas ni explayarse sobre los distintos tipos de vértebras, pero sí debe tenerse en
cuenta que las mayormente comprometidas en el uso del carrito será la lumbar y la
sacra. Como destacan Dyce et al. (1999), el contorno que dibuja la columna vertebral
en esta zona, que se extiende desde el final de la región torácica hasta el inicio de la
sección caudal, es aproximadamente horizontal, aunque puede variar según la especie,
la raza y su postura natural. La postura es un aspecto fundamental para considerar en
el diseño, ya que, si el producto lleva al usuario a adoptar una postura incorrecta, el uso
prolongado puede impactar negativamente trayendo futuros problemas en la columna.
Resulta importante destacar la sección sacra, comprendida entre el final de la lumbar y
el inicio de la cola, que se trata de un hueso individual producto de la fusión de vértebras.
De esta manera, el sacro forma una articulación con la cintura pélvica, denominada
articulación sacroilíaca, y a través de ella se transmite el peso del tronco a los miembros
posteriores cuando el perro está de pie y, en sentido contrario, transmite al tronco el
empuje producido por dichos miembros en movimiento. La cintura pelviana está
constituida por los huesos de la cadera, también llamados coxales, que se presentan
como dos mitades simétricas y cumplen un rol fundamental en la locomoción y la
postura, a la vez que mantienen un contacto estrecho con los órganos pélvicos,
pudiendo influir en ellos. Esta sección del cuerpo del perro también se conoce con el
48
nombre de grupa. Los huesos coxales, dorsalmente, se articulan con el sacro, y,
lateralmente, en cada uno de ellos se forma una profunda cavidad denominada
acetábulo donde se une a la cabeza del fémur formando la articulación coxofemoral
dando inicio al apéndice libre posterior. Cada uno de estos miembros en cuanto a la
estructura ósea se compone por: el fémur y rótula; la tibia y peroné; y los huesos del
tarso, metatarso y falanges. En el orden mencionado, las partes del cuerpo que
representan dichos conjuntos de huesos son el muslo, la pierna y el pie,
respectivamente. Las articulaciones importantes en este miembro, sumadas a las ya
definidas sacroilíaca y coxofemoral, son la rodilla y el tobillo o corvejón. En la primera,
se articulan en conjunto el fémur, la rótula y la tibia, y en la segunda, se articulan la tibia,
el tarso y el peroné. Cuando el animal está de pie en una postura normal, la articulación
de la rodilla se mantiene flexionada, y por más que pueda extenderla, el fémur y la tibia
nunca se alinean en línea recta. (Dyce et al., 1999)
Así como la cintura pelviana en el miembro posterior, también existe la cintura pectoral
en el miembro anterior. Esta cintura está formada por dos huesos llamados escápulas
o huesos de los hombros que se unen al tronco en la parte craneodorsal del tórax. Pero,
a diferencia de los huesos coxales, las escápulas no se unen al tronco mediante una
articulación, sino mediante un conjunto de músculos, definido como sinsarcosis. El
espacio generado entre las crestas de las escápulas se denomina cruz, y la distancia
generada en línea recta desde ese punto al suelo se utiliza para determinar la altura del
animal. De manera análoga a las extremidades posteriores, el apéndice libre anterior se
compone de tres partes: brazo, antebrazo y mano. En la primera se presenta el hueso
húmero; en la segunda, los huesos cúbito y radio; y la tercera, los huesos del carpo,
metacarpo y dedos. Con relación al movimiento, las articulaciones más importantes en
este miembro son: el hombro, mediante la unión de la escápula y el húmero; el codo,
donde se articulan el húmero, el cúbito y el radio; y la articulación del carpo o muñeca,
que une el radio, el cúbito y el carpo. Aunque, a diferencia del miembro posterior, esta
última articulación se mantiene a un ángulo de 180°, alineando verticalmente el radio y
49
el metacarpo y pudiendo mantener la posición extendida con poco esfuerzo muscular.
Gracias a su estructura esquelética y su alto contenido tendinoso y muscular, el miembro
anterior tiene la capacidad de amortiguar el peso, la presión y el impacto durante la
estática y el movimiento (König et al., 2011).
3.3.2 Biomecánica y equilibrio
El autor Rodrígues Ricco (2006) realiza un análisis sobre el mecanismo corporal del
perro y cómo se distribuye el peso del animal entre sus miembros, que será lo que una
órtesis deba soportar en caso de necesitarla para la recuperación de una fractura en
una de sus patas. “A la hora de su diseño y aplicación […] se debe tener en cuenta la
posición natural de las extremidades, el peso y las fuerzas que deben soportar para
respetar las leyes de la biomecánica y así asegurarnos un buen resultado” (p. 42). En
cuanto a biomecánica, Rodrígues Ricco (2006) se refiere a la ciencia de los movimientos
que pueden llevar a cabo los animales conforme a las restricciones anatómicas de su
cuerpo. Aunque la silla de ruedas canina es un caso distinto al de una órtesis, en ambas
situaciones el producto deberá soportar parte del peso del cuerpo y ayudará al animal a
mantener su equilibrio.
“La estática estudia los principios de la organización estructural orientados a mantener
el equilibrio durante la estación y el movimiento” (König et al., 2011, p. 265). Como todo
cuerpo en la Tierra, los animales están supeditados a las leyes de la física. En la
biomecánica en estática, el factor principal es la gravedad, que es el fenómeno por el
cual las masas son atraídas hacia el centro de la tierra y genera que los cuerpos tengan
peso. Esa fuerza peso puede considerarse aplicada en un punto del cuerpo llamado
centro de gravedad. Descrito este punto, König et al. (2011) definen que el animal podrá
mantener el equilibrio si la línea que une su centro de gravedad con el suelo de manera
perpendicular cae dentro del área rectangular que forman las cuatro extremidades. De
esta manera, la fuerza gravitacional se encuentra estabilizada por la fuerza de reacción
ejercida por el piso, generando una simetría estática sin la necesidad de un alto esfuerzo
50
muscular del animal para mantener su equilibrio. Al variar la carga de alguna de sus
patas, el centro de gravedad se moverá y el equilibrio se modifica. En el diseño la silla
de ruedas habrá que tener bien presente este aspecto para que, durante su uso, el perro
pueda mantener su equilibrio tanto estando quieto como en movimiento.
Debido a que la cabeza y el cuello se encuentran por delante de las patas delanteras,
el punto de gravedad del cuerpo se presenta más cerca del miembro torácico, debiendo
éste soportar más peso que el miembro pelviano. Por este motivo, el peso de los
cuadrúpedos generalmente se distribuye en un 60% en el miembro anterior y un 40%
en el miembro posterior. Por lo tanto, en cuanto a la organización estructural de los
miembros, el torácico es el que debe cargar y amortiguar el peso que se transfiere desde
atrás, mientras que el pelviano es el que aporta la fuerza de empuje para el
desplazamiento del cuerpo hacia adelante. Esta diferencia entre las funciones de los
miembros se evidencia con la propia anatomía. La cintura torácica presenta menor
cantidad de huesos y la extremidad no se une al tronco mediante una articulación sino
únicamente mediante estructuras de músculos y tendones, llamada sinsarcosis, que
está especialmente habilitada para soportar una carga importante con mínimo trabajo
muscular. Por el otro lado, en la cintura pelviana existe un mayor desarrollo muscular y,
para asegurar una eficaz transmisión del impulso del miembro al tronco, el sacro y la
pelvis se unen firmemente mediante la articulación sacroilíaca. Pero la función del
miembro pélvico no solo es la propulsión, sino que también sostiene y afirma el cuerpo
cuando está quieto de pie, gracias a que la articulación coxofemoral actúa como un
punto de apoyo del peso del cuerpo (König et al., 2011).
Con el paso de los años, así como sucede con el ser humano, la biomecánica corporal
puede verse afectada cuando las articulaciones comienzan a degenerarse provocando
la osteoartritis. En estos casos, sumado a otras posibles causas, los miembros del
animal se debilitan, pierden el equilibrio o incluso se paralizan. Sea una situación
reversible o no, el perro necesitará una órtesis o silla de ruedas que lo ayude a mantener
el equilibrio y conservar su movilidad.
51
3.4 Discapacidad motriz en perros
Existen diversas causas por la que los perros pueden perder su movilidad de manera
parcial o total, en cualquier momento de su vida, aunque mayormente sucede en canes
de avanzada edad que pierden movilidad en sus patas traseras. La parálisis puede ser
provocada principalmente por un traumatismo o por una enfermedad, ya sea congénita
o infecciosa. La causa más común, que sucede producto de la edad, es una enfermedad
degenerativa de los discos intervertebrales (EDIV). Un estudio realizado por Rossi,
Stachel, Lynch y Olby (2020) desde la Universidad Estatal de Carolina del Norte revela
que, en un período de cinco años, del total de perros registrados en la sala de
emergencias del NC State Veterinary Hospital Emergency Room el 3,9% presentaron
parálisis aguda. De ese porcentaje, el 72% sufrían de EDIV, mientras que el restante
28% fueron diagnosticados con distintas enfermedades. Entre estas otras patologías se
encuentran las enfermedades infecciosas como la rabia o el moquillo, la presencia de
algún tumor en el cuerpo del perro o una lesión en la médula espinal o el cuello producto
de un fuerte traumatismo, entre otras causas. Ante la gran variedad de motivos que
pueden existir, es muy importante realizar el diagnóstico de manera temprana, pudiendo
en muchos casos reverter la situación del animal con algún tratamiento, rehabilitación o
cirugía. En caso de que la situación sea irreversible o resulta peligroso someter al animal
a una operación por su avanzada edad, la mejor opción será brindarle una silla de
ruedas lo antes posible y así evitar la inactividad.
La empresa española Ortocanis (s.f.) compuesta por profesionales veterinarios y que
produce silla de ruedas y arneses para canes paralíticos, aconseja tener un especial
cuidado general del animal discapacitado para conservar su calidad de vida a pesar de
su condición. Un aspecto importante es mantener su higiene para conservar la salud de
su piel, evitando el contacto prolongado con orina y/o heces. Es recomendable utilizar
pañales que absorban dichas excreciones previniendo la irritación de la piel, revisándolo
frecuentemente y cambiándolo cuando sea necesario, así como también realizar baños
frecuentes con champús especiales para perros. Brindarle una adecuada alimentación
52
es vital para prevenir enfermedades subyacentes como la insuficiencia renal, la cual es
muy común en perros de avanzada edad. Además, es frecuente que los perros
paralíticos tengan problemas para miccionar ya que pierden el control del esfínter uretral
siendo incapaces de vaciar la vejiga por su cuenta y orinando únicamente por desborde
cuando ésta se llena, por lo que la persona que cuida de él deberá ayudar a vaciarla
para prevenir las infecciones urinarias. Otro cuidado fundamental es evitar el arrastre
con el suelo, ya que probablemente al no poder mover sus patas, el animal tenderá a
arrastrarse sobre él y se podrán generar heridas. Por otro lado, si el perro no se mueve
y está mucho tiempo apoyado sobre el suelo de un mismo lado puede sufrir úlceras de
decúbito o escaras que se producen en las zonas sobresalientes del cuerpo, por lo que
será necesario cambiar de posición a la mascota frecuentemente. Y en cuanto a la silla
de ruedas, ésta puede ser de gran beneficio si el perro aún tiene fuerza en sus patas
delanteras, ya que de esa manera se fortalecerá el cuerpo del animal, ganando masa
muscular, se evitarán las úlceras de decúbito, y especialmente se ayudará a conservar
su bienestar mental. Además, es importante que el perro pase tiempo al aire libre, ya
que se trata de un ser olfativo que necesita percibir olores cambiantes y a otros animales
para preservar la salud mental (Ortocanis, s.f.).
Cuando el perro presenta problemas en la movilidad de sus miembros posteriores es
fundamental actuar de manera rápida y no permitir que él permanezca mucho tiempo
inactivo. “[…] el ejercicio fortalece el cuerpo, mientras que la inactividad conduce al
deterioro; durante la historia médica temprana, varios médicos han recomendado la
actividad y la movilización como herramientas útiles para conservar la salud mental y
física” (Santoscoy Mejía, 2008, p. 502). Cuando disminuye drásticamente la actividad
musculoesquelética, es inevitable que se produzca debilidad y atrofia por desuso,
incluso en partes del cuerpo que no son las originalmente afectadas que produjeron la
discapacidad. Por ejemplo, siendo la parte originalmente afectada el miembro posterior,
si el animal deja de moverse por completo, lo más probable es que sus miembros
anteriores se deterioren por inactividad, así como también pueden afectarse diversos
53
órganos y sistemas del organismo. Santoscoy Mejía (2008) establece que, con el reposo
total y prolongado, un músculo puede perder entre 10 y 15% de la fuerza semanalmente,
es decir, aproximadamente un 50% luego de un mes. A medida que el músculo pierde
fuerza, éste también comienza a atrofiarse, y, aunque la situación puede llegar a
revertirse con el ejercicio, la recuperación de la fuerza toma un ritmo de 6% por semana,
siendo mucho más lento que la debilitación. Por lo tanto, la inactividad debe presentarse
únicamente en la parte afectada si es que la parálisis es irreversible. Pero en cuanto al
resto del cuerpo, cuanto menos tiempo de desuso transcurra, menores son las
posibilidades de debilidad y atrofia muscular, y el perro mantendrá su estado físico y
salud cardiovascular (Santoscoy Mejía, 2008).
Concluyendo la etapa de construcción del marco teórico del presente PG, se ha
establecido una metodología de diseño ordenada y se han adquirido los conocimientos
necesarios para proceder al análisis puntual de la silla de ruedas canina en el mercado,
con la finalidad de detectar problemáticas presentes en el diseño de la misma.
54
Capítulo 4. Movilidad para perros discapacitados
En la vida de un perro, el paseo diario es fundamental. Desde que son cachorros, el
paseo permite que aprendan a socializar con otros perros y personas, y con distintos
objetos y entornos. Ello no solo es importante en su vida temprana, sino que, cuando
son adultos, deben seguir socializándose para evitar cambios en su conducta, como
pueden ser el miedo o la agresividad. Además, el salir al aire libre es crucial, ya que así
pueden recibir vitaminas provenientes del sol, lo que mejora el sueño y calma los dolores
de articulaciones en perros ancianos. Durante los paseos, el perro también puede
olfatear y percibir olores distintos a los del hogar, y ello le brinda bienestar y disminuye
el estrés. Estos animales necesitan explorar, y en la calle pueden encontrar una infinidad
de estímulos que los entretienen mientras descubren cosas nuevas. Asimismo, esta
actividad permite mejorar la relación con sus humanos, ya que, al ser su momento
favorito del día, el can apreciará a quien lo lleve de paseo. Sin dudas, además de
grandes beneficios para su salud, ese momento les proporciona diversión y felicidad, lo
que convierte al paseo a ser un factor importante en la calidad de vida de estas
mascotas (García, 2018).
La situación se dificulta cuando un perro tiene discapacidad motriz, pero ello no debería
ser motivo para dejar de pasear, ni mucho menos para dejar de vivir. Existen casos en
que, cuando el perro presenta una discapacidad de esta índole, el humano opta por el
abandono de su mascota o incluso por la eutanasia, es decir, ponerle fin a su vida para
que deje de sufrir. Sin embargo, a pesar de su condición, el animal puede llevar una
vida totalmente sana y libre de sufrimiento si se lo asiste de la manera correcta. Uno de
los aspectos fundamentales es mantener una rutina de paseos, ya que, si se lo priva de
esta actividad, puede perjudicarse tanto su salud física como emocional, así como
también provocar cambios en su conducta como la ansiedad y agresividad para con
otras personas o incluso con los humanos que conviven con él. De estos motivos se
desprende la necesidad de que un perro con discapacidad física no deje de pasear, pero
para ello necesitará asistencia y algo que lo ayude a movilizarse: la silla de ruedas.
55
La discapacidad motriz en perros, aunque puede presentarse en cualquiera de sus
miembros, es más común que suceda en los posteriores, ya que existe una mayor
cantidad de patologías que los comprometen, como la EDIV, el síndrome de la Cauda
Equina, mielopatía degenerativa, la displasia de cadera, entre otros. En algunos casos
la situación es reversible con tratamiento o cirugía y su posterior rehabilitación, pero en
muchos otros, la patología podría causar que el perro sufra dificultad para caminar o
parálisis por el resto de su vida. En este último caso, y así como sucede con la
discapacidad en humanos, la opción será una silla de ruedas. La elección de este
producto dependerá de la patología del animal, si es que aún puede mover algo sus
patas traseras o no, si tiene fuerza en sus patas delanteras, etc. Existen muchas
consideraciones para tener en cuenta antes de su utilización, que se verán más adelante
en este capítulo.
A lo largo de este capítulo, se hará un análisis de las sillas de ruedas que ofrece el
mercado tanto internacional como nacional, estudiando y comparando aspectos
técnicos, morfológicos, ergonómicos, operativos y funcionales. Dentro de estos
aspectos, para la silla de ruedas canina pueden encontrarse variables como la
estructura, materiales, el sostén del tren posterior, etc. Para abordar el análisis se realizó
una observación simple, tomando casos puntuales como referencia y confeccionando
sus respectivas fichas de observación en base a dichas variables (ver Cuerpo C, pp. 3-
19).
4.1 Análisis de mercado
La compañía estadounidense K9 Carts se trata de la primera empresa del mundo en
fabricar y comercializar una silla de ruedas canina. Su fundador, Lincoln Parkes,
veterinario especialista en ortopedia y neurocirugía, notaba que cuando los animales
tenían problemas espinales que les impedían caminar, las personas optaban por la
eutanasia. Parkes sostenía que, aunque un perro no pueda caminar, no debería dejar
de vivir. Allí fue cuando, en 1961, el veterinario construyó el primer carrito para animales
56
discapacitados, fundando K9 Carts Company ese mismo año (Judson, 2019). A partir
de ese momento hasta la actualidad, la mayoría de los productores de sillas de ruedas
se inspiran en ese modelo en todas partes del mundo, inclusive en la Argentina. Este
modelo consiste en un armazón o cuadro compuesto por barras de metal unidas entre
sí, que apoya en el piso mediante dos ruedas. La ventaja de esta estructura es que es
fácilmente producible, mediante el curvado de barras de aluminio y la unión entre ellas
ya sea mediante conectores regulables, como el carro K9 Carts, Walking Wheels o
Eddie’s Wheels, o a través de bulones y tuercas con barras perforadas como puede
verse mayormente en el mercado nacional, tomando de ejemplo el caso de Wocars.
Esto da la posibilidad de regular el carrito en largo, ancho y alto, permitiendo flexibilidad
entre los distintos tipos y tamaños de perros. De esta manera, los productores de estos
carritos podrían prefabricar las piezas en distintos tamaños y luego combinarlas entre sí
dependiendo de las medidas del perro. En algunos países incluso venden talles
preestablecidos que luego el comprador puede armar y ajustar para su propio perro.
Según pudo observarse, esa opción es viable cuando el carrito usa conectores
regulables, especialmente el caso de Walking Wheels cuya estructura se compone de
tubos huecos que se enfundan entre sí y, mediante un botón, pueden cambiarse de
posición tanto los laterales como las ruedas, siendo, además, plegable, lo que supone
una gran ventaja cuando se trata de un carro grande. Otra posibilidad de armar esta
estructura y a un menor costo de producción, es mediante la soldadura de las barras
como puede observarse en el caso de las marcas nacionales AC Carros o Run Again,
utilizando menor cantidad de materiales. La desventaja es que, de esa manera, el
cuadro quedaría fijo sin margen de error, impidiendo regular las medidas en caso de
requerirlo. Nótese que, en el caso puntual de AC Carros, la estructura difiere de los
demás en la zona posterior, en donde las barras perpendiculares de las ruedas se
extienden en esa dirección hacia arriba y se unen de un lado a otro mediante un
travesaño. Esta diferencia en el armazón se encuentra relacionada con el sistema de
sostén del miembro posterior, el cual se analizará a continuación para cada caso.
57
En el centro de esa estructura, entre medio de las barras laterales, es donde se
encuentra el soporte para la pelvis del animal, el cual podría llamarse sillín o asiento.
Este sostén es una de las partes más importantes del producto, ya que será la que
estará en contacto directo con el cuerpo del perro, generando presión para que su pelvis
quede suspendida a la altura correspondiente. El sistema clásico, como en los casos de
K9 Carts, Walking Wheels y Wocars, está compuesto por dos cintas o sogas recubiertas
en goma acolchada, que forman dos aros unidos entre sí, por donde atraviesan las patas
del animal. Es decir que la pelvis se apoya en la unión entre esos dos aros, mientras
que el resto de la cinta en cada lado rodea la ingle y contiene al muslo junto con el lateral
del armazón. Si el perro tiene problemas para mantener su cadera en alto, pero todavía
tiene movilidad en sus patas traseras, el sostén simplemente ayudará a que su cadera
no caiga y el perro podrá seguir impulsándose con sus miembros traseros. Pero, si
presenta parálisis, habrá que atar sus patas hacia atrás para que no arrastren sobre el
suelo y, así, la cadera quedará totalmente suspendida por las cintas, generando mayor
presión en la pelvis y en las ingles del animal. Según Eddie’s Wheels, esos puntos de
presión en los tejidos blandos de la ingle pueden ser causantes de úlceras en la piel
(Eddie’s Wheels, 2021). Pero el problema realmente reside en qué tan juntos y tirantes
estén esos aros, ya que, si están muy flojos o separados, la cadera colgará de ellos y
las cintas, al hundirse, se insertarán más en las ingles, aumentando el roce y
probablemente produciendo heridas. En cambio, si el sostén está tirante y firme, se
hundirá levemente manteniendo una posición casi horizontal y la presión se aplicaría
mayormente en el piso pélvico y no tanto en las ingles. Es por eso que el sillín de Eddie’s
Wheels es rígido, formado por barras de metal soldadas al armazón y recubiertas de
goma para la comodidad del perro. Así, se asegura que el apoyo se genere en el piso
pélvico y que no esté colgado por las ingles. En el caso de Run Again, también se
pretende solucionar ese problema, pero en vez de un asiento rígido, se utiliza una
especie de faja de cuerina acolchada con dos orificios que, unida al marco de lado a
lado, también funciona como asiento para la pelvis. Distinto es el caso de AC Carros,
58
en el que el sostén consiste en dos correas en forma de aro recubiertas de goma
separadas entre sí que se cuelgan del travesaño superior mediante un gancho. Es decir
que, para colocarlo, primero deben pasarse las correas por las patas del perro, luego
con ellas levantar su cadera y colgarlas del travesaño. Podría destacarse aquí un
método de colocación distinto en el que no se requiere levantar en su totalidad el tren
posterior del perro para introducir las patas en los aros. No obstante, con este método,
las cintas de sujeción quedan totalmente verticales, generando toda la presión y roce
en la ingle del animal, pudiendo provocar úlceras o lastimaduras en la piel. En general,
la ventaja de todos los sostenes observados es que permiten al animal evacuar tanto la
orina como la materia fecal mientras están arriba del carrito.
Luego, otro aspecto importante del carrito es el arnés delantero donde se sostienen los
extremos del armazón. Según la veterinaria especialista en fisiatría Ivaskovic, no solo
hay que prestarle atención a la región posterior donde se encuentra la parálisis, sino
que hay que observar al animal en forma global. Respecto a ello, Ivaskovic sostiene que
en los carritos “el peor punto de presión es en la region torácica donde apoyan los
extremos y la region cervical” (comunicación personal, 31 de mayo 2021). En los carros
de dos ruedas, el arnés delantero ayuda a mantener las barras laterales del carro en
alto paralelas al piso, ya que, sin él, los extremos caerían al piso. De esta manera, la
región cervical de la columna del animal estaría soportando un peso extra del que
naturalmente su cuerpo dispone, pudiendo generar futuros problemas en esa región. En
el caso de K9 Carts, ese arnés consiste simplemente en dos cintas, una que rodea el
lomo dorsalmente y la otra de manera ventral, ubicándose inmediatamente detrás de
las patas delanteras. De esta forma, el apoyo se genera sobre las vértebras torácicas
provocando allí ese nocivo punto de presión. Lo mismo sucede con la mayoría de los
carros de dos ruedas. El caso de Run Again, intenta alivianar ese peso adicionando una
faja entre la región torácica y la lumbar. Sin embargo, eso no eliminará el punto de
presión, sino que solo hará que cambie de posición afectando otras vértebras espinales.
Según el fundador de Eddie’s Wheels, esas cintas que rodean la espina dorsal por
59
detrás de los hombros ejercen presión en músculos centrales y en delicadas vértebras
espinales (Eddie’s Wheels, 2021). Como solución a esta problemática, Eddie’s Wheels
en vez de un arnés presenta una barra rígida en forma de semicírculo que encierra el
lomo justo a la altura de las crestas de las escápulas, en donde esa presión encuentra
resistencia mediante los miembros anteriores. Si bien se libera el esfuerzo en las
vértebras, se estarían sobrecargando la cintura torácica y las patas delanteras,
debiendo soportar más peso de lo normal. En el mediano o largo plazo, eso puede
conducir a debilitar el tren anterior, generando contracturas y dolor en el animal.
Otra variable a considerar es cómo se sostienen las patas traseras para evitar el arrastre
en caso de que el perro ya no pueda moverlas. En la mayoría de los casos, como K9
Carts, Walking Wheels, Eddie’s Wheels y Wocars, esto se resuelve flexionando las
patas del animal hacia tras y colgando sus pies mediante unos estribos, que cuelgan de
la barra transversal trasera. Pero la posición que toma el animal resulta antinatural, con
sus patas colgando y moviéndose de un lado al otro con el movimiento. Ante ello, puede
notarse que el carro Run Again, lo ha resuelto con una especie de buche situado entre
las dos ruedas al ras del piso, en donde se apoyan los pies en una posición más natural,
quedando más firmes y resguardados. Una posible desventaja aquí es que, al no
controlar esfínter, el perro puede llegar a evacuar sus necesidades con el carro puesto,
por lo que la orina, en las hembras, y la materia fecal, en ambos casos, puede llegar a
caer dentro del buche y habría que limpiarlo inmediatamente. Y en el caso de AC Carros,
directamente no existe la posibilidad de sostener las patas inmovilizadas, sino que se
arrastran sobre el piso teniendo que resguardar las patas con unas botas para perros.
Esto no es conveniente porque, por más que se coloquen las botas, al estar arrastrando,
los pies pueden engancharse o golpearse con objetos o pozos en el camino,
aumentando la posibilidad de sufrir alguna lesión. De esta manera, este último caso
podría utilizarse únicamente para los casos en que el animal aún puede mover sus
miembros posteriores.
60
Finalmente, cabe resaltar que todos los casos mencionados presentan la posibilidad de
agregar otro par de ruedas en la sección delantera formando un carrito de cuatro ruedas,
en caso de que el animal presente debilidad en las patas delanteras. Para ello bastará
con agregar dos barras en los extremos delanteros del carrito, cada una con una rueda
en la punta. Es importante destacar también que esas dos ruedas ubicadas adelante
tienen la particularidad de poder rotar 360 grados, permitiendo al perro cambiar de
dirección. En cambio, las ruedas traseras pueden estar fijas en una dirección rotando
sobre su eje como puede observarse en todos los casos. Los tipos de ruedas pueden
variar de un carro a otro, siendo algunas mejores para amortiguar el andar y adaptarse
a distintos tipos de superficies. La diferencia se centra en el diámetro, en si tienen un
rulemán en el eje y en la cubierta de la rueda, que puede ser de plástico rígido, de goma
de poliuretano o de goma de caucho neumáticas. Las más adecuadas para todo tipo de
terreno serán las neumáticas, aunque requieren un mayor mantenimiento y corren el
riesgo de pinchaduras. Generalmente las de plástico son más económicas y suelen
utilizarse con el fin de abaratar costos, como sucede en el mercado nacional.
4.2 Producción, materialidad y estética
Según se ha observado, lo más común es que la estructura de las sillas de ruedas esté
fabricada totalmente en aluminio, en forma de tubos o barras macizas, ya sean planas
o de sección circular. Las ventajas de este metal es que es muy liviano, siendo su peso
casi un tercio del acero, es maleable y fácil de trabajar, es impermeable y resistente a
la corrosión. En estado puro es un metal blando, por lo que no es muy resistente a los
esfuerzos. Variando la composición de su aleación es posible mejorar sus propiedades
mecánicas, debido a lo cual en el mercado podrán encontrarse diversos tipos de
aluminio, influyendo también en su costo. Luego, otra opción que puede utilizarse,
aunque no es muy aplicada en este producto, es el acero inoxidable. Lo que lo diferencia
del aluminio es principalmente su mayor fuerza y dureza, siendo más resistente a los
esfuerzos mecánicos, pero que se ve reflejado en un mayor peso. Además, el costo del
61
acero es mayor al aluminio debido a que su proceso de producción es más laborioso, y
aún más si es inoxidable (Alsimet, 2020).
Las propiedades del aluminio lo hacen un candidato perfecto para conformar el armazón
de la silla de ruedas, sobre todo por su ligereza y resistencia a la corrosión. Al ser liviano,
será más llevadero para el animal que deberá tenerlo montado en su cuerpo al andar.
No obstante, si se trata de un perro pesado probablemente haya que utilizar una
aleación bien resistente u optar por el acero, sobre todo para las barras perpendiculares
que estarán sometidas a un mayor esfuerzo. Por otro lado, si se trata de un can muy
pequeño, habrá que usar la aleación de aluminio más ligera, ya que el problema no se
centraría en que el material pueda resistir el peso, sino en que el carro sea lo
suficientemente liviano para su menudo cuerpo, considerando que el peso del producto
no debería superar nunca el propio peso del perro. Y luego, la resistencia a la corrosión
es otro punto muy importante que ofrecen tanto el aluminio como el acero inoxidable, ya
que favorece la durabilidad del material, siendo de fácil mantenimiento e higiene. Debe
considerarse que se trata de un producto que andará rodando sobre el suelo, en la calle
o en un parque, y podría estar expuesto a muchos agentes externos que lo deteriorasen
si no fuera resistente.
En cuanto a la producción de este producto, generalmente se trata de un proceso
artesanal, debido a que, por un lado, no es un producto que pueda industrializarse a
gran escala, sino que suele hacerse a medida para cada perro y, por el otro lado, no se
trata de un proceso complejo que requiera grandes máquinas industriales. Éste se basa
principalmente mediante el curvado de barras que luego se conectan entre sí, con
conectores regulables, bulones y tuercas, o soldándolos. La baja complejidad de
producción muchas veces alienta a las personas a fabricar ellos mismos el carrito para
su mascota o como emprendimiento para venderlo a quien lo necesite para su perro. En
algunos casos, cuando el perro es pequeño, incluso se han fabricado carritos hechos
con tubos y codos plásticos sin necesidad de un taller o herramientas complejas. Pero
ello da lugar a que cualquier persona lo fabrique sin tener en cuenta muchas
62
precauciones y consideraciones necesarias para preservar la salud física y calidad de
vida del animal.
Por lo tanto, el proceso productivo del armazón es relativamente sencillo y no requiere
gran cantidad de material. Pero, de este modo, el diseño se encuentra muy limitado y
se puede observar que, en el mercado, más allá de las variables analizadas, los carritos
son todos muy similares entre sí tanto funcional como estéticamente. Claro está que al
animal no le importará si su carrito es agradable visualmente o no, y lo primordial
siempre es que el producto cumpla su función de manera correcta y ergonómica, pero
el humano también es usuario de este producto e incluso es quién lo compra. La función
estética de los productos puede gratificar los sentidos, causar impresiones positivas o
negativas, inspirar, enriquecer, etc. (Hekkert, 2006). Y no porque un objeto sea de
carácter ortopédico deba ignorar esa función, sin embargo, es lo que suele suceder con
todos los productos de este tipo, incluyendo la silla de ruedas canina.
Ya habiendo examinado y comparado las características que definen el diseño de las
distintas sillas de ruedas que pueden conseguirse en el mercado, para completar el
análisis ergonómico resulta pertinente estudiar también el modo de uso y cómo es la
experiencia de usuario con este producto. Con el objetivo de enriquecer dicho análisis,
se han entrevistado a usuarios que contaron su experiencia y expresaron su opinión
acerca de la silla de ruedas canina, así como también a la Diseñadora Industrial
Izcovich, especialista en ergonomía.
4.3 Experiencia de uso y ergonomía
Como se ha planteado en capítulos anteriores, la silla de ruedas canina tiene dos
usuarios principales: el perro que andará con él y el humano que lo colocará y quitará.
En consecuencia, el diseño del producto deberá contemplar la ergonomía para ambos
casos. Por un lado, el diseño de la silla de ruedas canina debe priorizar la comodidad e
integridad física del animal convaleciente a la vez que le permita movilizarse de manera
fácil y segura. Por el otro lado, también debe considerarse que detrás de lo que use el
63
animal siempre estará el humano, ya que él será quién decida cuidar de su mascota
discapacitada, él deberá elegir y adquirir el carrito, él será quien lo coloque en el perro
cada vez que lo saque a pasear. Como se estudió en el capítulo anterior, son muchos
los cuidados que debe recibir un perro discapacitado para mantener una buena calidad
de vida, y no es tarea fácil para una persona, se necesita tiempo, esfuerzo y dedicación.
“[…] es raro que una persona se haga cargo de una situación así con un animal, son
pocos los casos, prefieren sacrificarlos porque dan trabajo” (Farias, comunicación
personal, 1 de junio 2021). Por lo tanto, el uso del carrito debería ser un elemento que
de alguna manera ayude en ese proceso y no lo empeore o lo haga más trabajoso.
Independientemente de si el usuario tiene o no una discapacidad, los productos deberían facilitar sus tareas, disminuir los esfuerzos en las acciones, tener las dimensiones adecuadas, evitar posturas forzadas del cuerpo, etc. Los productos ergonómicos se adaptan a las personas, no son las personas las que se adaptan a los productos. (Izcovich, comunicación personal, 31 de mayo 2021)
Está claro que su uso es muy beneficioso para el animal, le da autonomía para
movilizarse, puede continuar con su rutina de paseos, evita las úlceras de decúbito al
no estar acostado o arrastrándose todo el día, entre otros. Cabe aclarar que cuando se
trata de un perro pequeño, la situación se facilita ya que se los puede levantar sin
esfuerzo, se los puede higienizar más rápido, suelen evacuar menor cantidad de orina
y materia fecal por lo que se facilita la limpieza, la colocación del carrito no trae mayores
complicaciones. Pero cuando se trata de un perro más grande y pesado, la situación es
muy diferente. “Es complejo porque no es algo fácil de poner el carrito, necesitás ayuda
para ponerlo, y más en un perrito pesado. Porque mientras se lo ponés tenés que meter
las patas y sostenerlo al mismo tiempo” (Ferrero, comunicación personal, 26 de mayo
2021).
En la secuencia de uso de la silla de ruedas canina podría decirse que el humano
cumple una función fundamental. Esta secuencia se divide en tres pasos principales:
montaje, paseo y desmontaje. El paseo será el momento en el que únicamente el perro
haga uso del carrito, y en ese momento es donde entra en juego la ergonomía para con
el animal. Pero en el resto de la secuencia estarán implicados ambos usuarios, sobre
64
todo el humano, quien deberá realizar dichas acciones, pero también supone un
esfuerzo al que estará sometido el can. Considerando un perro mediano o grande, el
montaje o colocación de la silla de ruedas implica levantar el tren trasero del perro e
introducir las dos patas a través de los aros u orificios del sostén. Es decir que, por
ejemplo, si el perro pesa 25 kilogramos, según la distribución del peso corporal, al
levantar su tren posterior, el humano estará levantando alrededor de 10 kilogramos
desde el suelo hasta la altura que le permita introducir las patas en el sostén. El
problema de ese esfuerzo no es solo el peso sino también la postura que toma la
persona durante la acción. Si se inclina la columna hacia el suelo con las piernas
estiradas y se levanta el peso, inevitablemente se generará una sobrecarga en la zona
lumbar de la columna. Además, si es un carrito de dos ruedas, el producto no se sostiene
por sí solo, entonces una vez que las patas están en su lugar, inmediatamente hay que
levantar los laterales del marco para que el perro no se caiga, lo que lo dificulta aún
más. En cambio, si el carro cuenta con cuatro ruedas, puede mantenerse parado por sí
solo y favorece el proceso de colocación. Por ejemplo, Farias comenta que, si bien su
perro era grande y que subirlo y bajarlo del carrito implicaba levantar un peso importante,
podía colocarle el carro sin ayuda de otra persona gracias a que tenía cuatro ruedas
(comunicación personal, 1 de junio 2021). Luego, el proceso de desmontaje será igual
a la colocación, pero en el sentido inverso, debiendo realizar nuevamente el trabajo de
levantar su cadera para sacar las patas del sostén y apoyarlo en el suelo. Toda esta
secuencia no solo compromete la integridad física de la persona, sino que resulta
también un esfuerzo para el animal discapacitado.
Todo este procedimiento se hace incómodo ya que el animal es pesado, es probable que esté todo contracturado o que tenga dolor por delante de la patología problema que le causó la parálisis y esta maniobra de ponerlo y sacarlo del carro empeorará más ese dolor. Hay que tener siempre presente y no olvidar nunca que debemos priorizar una buena calidad de vida. (Ivaskovic, comunicación personal, 31 de mayo 2021)
Un método de colocación distinto, como se ha observado, es el caso de AC Carros, del
cual una de las personas entrevistadas para el presente PG fue usuaria. Resulta una
65
aparente ventaja que el arnés de sujeción del tren posterior no esté fijo a la estructura,
sino que primero pueda ponerse en el perro y luego con él se lo levante para
engancharlo en el carrito. De esta forma, no sería necesario levantar totalmente el tren
posterior del animal para introducir las patas en los aros. Pero cuando es un perro
pesado que no tiene sensibilidad en sus miembros traseros y no apoya sus patas en el
suelo, para colocarle las cuerdas es necesario levantar y mantener la cadera en alto.
Además, al estar separadas las cintas y cada una con un gancho en el extremo, resulta
difícil sostenerlas con una sola mano, teniendo en cuenta incluso que la inestabilidad
del carro de dos ruedas necesitará que alguien lo sostenga (Luna, comunicación
personal, 20 de mayo 2021). Por consiguiente, con este método, si quien asiste a su
mascota no tiene quién lo ayude a colocar el carro, no podrá utilizar el producto o deberá
realizar un excesivo esfuerzo que desalentará su uso.
Otro punto importante que se buscó mediante las entrevistas, es si realmente el sistema
de sujeción del tren trasero resulta cómodo y ergonómico para el perro. En el caso de
Farias, quien ella misma fabricó el carro, el soporte es rígido y consiste en una estructura
de barras metal curvadas y soldadas, forrada con una manguera de goma, similar al
soporte de Eddie’s Wheels analizado en el apartado anterior. Según la usuaria, ello
jamás lastimó a su mascota, considerando, además, que lo usó casi todos los días
durante ocho años. Por otro lado, en el caso de Luna con AC Carros, al poco tiempo de
usarlo, en su perro notó que las cinchas, a pesar de también estar recubiertas de goma,
habían provocado heridas profundas en la piel de la zona inguinal. Esto demuestra lo
planteado anteriormente, es decir que serán menos probables las úlceras o heridas en
la piel si el punto de apoyo se genera en el piso pélvico y no en las ingles.
Con el análisis ergonómico a partir de la experiencia de los usuarios se han podido
detectar ciertas complicaciones que pueden presentarse con el uso de la silla de ruedas,
tanto desde el punto de vista del animal como del humano. Pero a ello también será
necesario añadir una serie de consideraciones a nivel fisiológico del perro, que a simple
vista no pueden detectarse y que se estudiarán en el próximo apartado con el refuerzo
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de la palabra de una veterinaria especialista en fisiatría, Ivaskovic, a quien se entrevistó
para conocer su visión acerca de este producto.
4.4 Consideraciones y problemáticas generales
Cuando un perro comienza a presentar síntomas de debilidad del tren posterior o
parálisis aguda, es muy importante que, antes de recurrir a la silla de ruedas, se agoten
todas las posibilidades de revertir la situación, acudiendo al veterinario para su
diagnóstico y rápido tratamiento. Será el especialista quien determine la patología que
sufre el animal y si su situación puede recuperarse o no, y será él quien recomiende el
uso del carrito. Ivaskovic, recomienda su uso siempre y cuando se confirme que ya no
existe la posibilidad de que vuelva a caminar, ya que, de lo contrario, “si llegase a tener
posibilidad de recuperar reflejos ya sea cortos, generando una marcha medular o
sensibilidad profunda donde existe la posibilidad de recuperación, el carrito deja atrás
esa posibilidad, perdiendo toda esperanza de recuperación” (comunicación personal, 31
de mayo 2021).
Una vez que se determina que el can no podrá volver a caminar sin asistencia, será
hora de buscar la silla de ruedas que mejor se adapte a su patología y condición física.
Habrá que tener en cuenta, por ejemplo, si todavía tiene sensibilidad en sus patas
traseras o no, el peso del animal, la fuerza que presentan sus patas delanteras, si sufre
algún dolor o si tiene alguna otra condición en otra parte del cuerpo.
[…] hay que tener en cuenta la existencia de alguna patología cervical ya que el animal en cuestión va a tener que llevar el peso de su cuerpo más el del carro y de esa forma terminará lesionandose el tren anterior, ocasionando contracturas musculares generando dolor, inflamación y en peores casos discopatías cervicales que son extremadamente dolorosas. (Ivaskovic, comunicación personal, 31 de mayo 2021)
Uno de los primeros aspectos relevantes a considerar es si el perro todavía mueve sus
patas traseras. En casos como la displasia de cadera, el perro tiene dificultades para
caminar y mantener su cadera en alto, pero no pierde la movilidad de sus extremidades.
Por lo tanto, la silla de ruedas lo ayudará a que su cadera no caiga pero el can podrá
67
impulsarse y caminar con sus extremidades posteriores con un menor esfuerzo. Así, el
peso que soporta el sostén del carro no es el mismo que si el animal no tiene sensibilidad
y sus patas no pueden ejercer ningún tipo de resistencia a su peso. Es decir que, en
este último caso, la cadera ejerce todo su peso en el carro y ello repercutirá en una
mayor carga para el miembro anterior. Además, será necesario que el carrito contemple
que las patas traseras no arrastren sobre el suelo. La mayoría de los modelos lo
resuelven colgando hacia atrás sus patas, con la rodilla flexionada, resultando
antinatural para la fisionomía del perro. “No está buena esa posición, debería estar lo
más fisiológica posible, con una base donde pueda mantener apoyados sus patas, y si
esa superficie es rugosa es mejor para estimular los miembros” (Ivaskovic,
comunicación personal, 31 de mayo 2021).
Como se vio anteriormente, en el caso de los carros de dos ruedas los extremos
delanteros deben sostenerse en un arnés que ejercerá peso sobre las vértebras
torácicas o cervicales. Muchas veces, según lo observado, en el diseño del carrito
clásico suele ignorarse el hecho de que ese esfuerzo puede afectar otras regiones de
la columna. En algunos casos sí se ha contemplado este aspecto, pero en el intento por
alivianar la sobrecarga se cambia de lugar el punto de presión o se procura distribuirlo
con un arnés que abarque una mayor superficie del lomo. Pero la realidad es que el
esfuerzo seguirá estando. Ante esto, Ivaskovic recomienda siempre considerar cuatro
ruedas, aunque el perro aparente estar sano en su miembro anterior, para liberar ese
peso y que sea más llevadero para el animal (comunicación personal, 31 de mayo 2021).
Sin embargo, por lo común, las cuatro ruedas se utilizan únicamente si es que el perro
presenta debilidad para mantenerse de pie y caminar con el carrito de dos ruedas.
Resulta lógico ese razonamiento, ya que de esa manera, si el animal tiene las
condiciones, puede seguir usando y ejercitando normalmente sus patas delanteras. No
obstante, que un carro tenga cuatro ruedas no quiere decir que el perro no utilice sus
patas delanteras, ya que el impulso lo seguirá dando con ellas y no dejarán de
ejercitarse. Lo que logra agregar un par de ruedas extra será que el carro sostenga el
68
peso del tren trasero por sí solo y no se necesite que ese peso lo deba soportar el tren
anterior.
Durante la etapa de análisis llevada a cabo en este capítulo, se han detectado y
planteado diversas problemáticas presentes en el diseño de las sillas de ruedas
existentes en el mercado y las complicaciones que pueden surgir a raíz de su uso.
Concluida dicha etapa es momento de comenzar con la fase creativa del proceso de
diseño, que tendrá lugar en el próximo capítulo.
69
Capítulo 5. Rediseño de la silla de ruedas canina
Recopilando toda la información obtenida a lo largo de la investigación del marco teórico
y el análisis del material conseguido mediante el trabajo de campo, en este quinto y
último capítulo se planteará una propuesta de diseño de la silla de ruedas canina que
resuelva problemáticas presentes en el diseño actual. Como para todo proceso de
diseño, es importante establecer desde un principio quién será el público objetivo, que
características presenta el usuario y en qué entorno usará el producto. Será valioso
también realizar un planteo de los requisitos que deberá cumplir dicha propuesta en
base a lo analizado y que ayudarán a cumplir el objetivo planteado.
5.1 Usuarios y contexto
Uno de los principios del diseño universal, es que el producto pueda ser utilizado por la
mayor cantidad de personas, independientemente de sus capacidades y condiciones
físicas. Pero como se ha observado en la experiencia de uso de la silla de ruedas canina,
cuando el perro en cuestión es de talla mediana o grande, el proceso de montaje y
desmontaje exige realizar un esfuerzo excesivo por parte de la persona que asiste a su
perro. Probablemente si esa persona es joven y fuerte, podrá levantar ese peso sin
ayuda, pero habría que considerar que, si toma posturas incorrectas mientras realiza el
esfuerzo, a largo plazo podría de todos modos afectarle. O, si al cuidado del animal
discapacitado se dedican dos o más personas, pueden ayudarse mutuamente en el uso
del carrito y la situación se facilita. Pero, considerando que se trata de un producto de
uso diario, sería incorrecto dar por sentado que siempre estarán disponibles dos
personas al mismo tiempo. Alivianar el trabajo debería apuntar a poder dividirse las
tareas, y no que se requiera el trabajo de ambas personas a la vez. Si una persona
necesita la ayuda de otra para utilizar el producto, probablemente terminará por usarlo
con menos frecuencia o incluso ceder su uso. Además, se estaría privando del producto
a aquellas personas que viven solas con su mascota, o que en la vivienda son ellos
70
solos los que se ocupan de ella, porque están más tiempo en la casa o por el motivo
que fuere.
Según el informe realizado por la ya citada agencia Kantar TNS, en Argentina, la
responsabilidad del cuidado de la mascota dentro de una vivienda se da con mayor
frecuencia entre las mujeres y en el segmento de entre 24 y 64 años de edad (2017).
De esta manera, para la propuesta de diseño de la silla de ruedas, se tomará como
público objetivo a esa fracción de la población, teniendo en cuenta la situación más
desfavorable, en la que, teniendo un perro discapacitado mediano o grande, no reciban
ayuda frecuente en el cuidado del animal y deban colocar y quitar el carro por su cuenta.
En cuanto al perro como usuario y siguiendo la línea de la condición más desfavorable,
es decir, la situación en que mayores problemáticas se presentan, se apuntará a
aquellos perros de tamaño mediano o grande que presentan discapacidad en sus patas
traseras, con poca o nula movilidad en las mismas. Esto significa que el animal no podrá
sostener su cadera en alto por su cuenta en ningún momento, requiriendo un mayor
esfuerzo por parte del humano. Diferente es cuando el perro, por ejemplo, sufre de
displasia de cadera, en la que presenta debilidad en su miembro posterior pero aún
puede, por momentos, mantenerse en pie. De no ser así, la persona deberá alzar la
cadera de su mascota y sostener su peso mientras coloca la silla de ruedas.
Como se ha mencionado previamente, los perros necesitan pasear diariamente para
preservar su salud física y mental. La silla de ruedas canina tiene como principal objetivo
permitir que los perros con discapacidad motriz no se priven de su paseo y puedan
continuar su vida como lo hacían antes de su discapacidad. De esta manera, el entorno
en el que se utilizará el producto, será al aire libre, ya sea en la ciudad, en un parque o
donde sea que el animal esté acostumbrado a realizar su rutina de paseos.
5.2 Requisitos de diseño
En base a las problemáticas analizadas en el capítulo precedente, podrán plantearse
una serie de requisitos hacia los que el rediseño deberá apuntar para lograr resolverlas.
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Para ello también, a través de las entrevistas, se ha buscado la opinión tanto de usuarios
como de especialistas en relación a qué características debería presentar para ellos la
silla de ruedas canina para que sea ideal. La experiencia de los usuarios es crucial para
poder determinar fortalezas y debilidades del diseño de un producto, y la palabra de un
especialista es indispensable para fundamentarlas.
En primer lugar, el diseño debe ser cómodo y ergonómico para el perro, respetando la
anatomía y fisiología del animal para preservar su salud física. En este aspecto, la clave
será centrarse en las zonas donde el producto interactúa con su cuerpo que son el
sostén o asiento del tren posterior, la sujeción general del carrito y el resguardo de las
patas traseras. El arnés posterior deberá proveer un apoyo cómodo para el piso pélvico,
evitando el roce en las ingles y manteniendo una posición firme de la cadera en el carrito.
La sujeción general refiere a la manera en la que el carro se ajustará al cuerpo del perro
de manera que se mantenga correctamente colocado durante todo el paseo sin afectar
o sobrecargar otras partes del cuerpo. Lo que sucede en los carritos de dos ruedas
actuales, al quedar los laterales sostenidos por el arnés delantero, se genera un punto
de presión contraproducente en la zona cervical, y ello podría evitarse adicionando otro
par de ruedas en los extremos de los laterales, como ya se ha visto. En ese caso, las
ruedas delanteras deberán tener la característica de poder girar 360 grados, permitiendo
al animal moverse libremente hacia todas las direcciones. En cuanto a la sujeción de
las patas traseras en estado de parálisis deberá permitir que los miembros tomen una
posición lo más fisiológica posible, a la vez que queden resguardadas durante el
movimiento, que no arrastren sobre el piso y que no corran riesgo de lesiones. De esta
manera, la posición del animal montado en la silla de ruedas sería similar a estar de pie,
en vez de tener sus patas flexionadas hacia atrás y colgando de estribos como se
observa en la mayoría de los diseños del mercado. Además, la superficie en donde
estén apoyadas, como aconseja Ivaskovic, podría ser rugosa para estimular los
miembros y ayudar a que no se atrofien tan rápidamente.
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Otro requisito importante es que la estructura de la silla de ruedas sea lo suficientemente
resistente para soportar el peso del perro sin deteriorarse, a la vez que sea liviano para
el animal. Hay que considerar que el perro deberá impulsarse totalmente con sus patas
delanteras, y si el carro es pesado, sumado al peso de su tren posterior, debería realizar
mucho esfuerzo para tirar de él. Esta estructura también debe aportar estabilidad y
seguridad al perro al andar, evitando posibles vuelcos.
Desde el punto de vista del humano como usuario, un requisito sustancial es que la
colocación y el quite sea fácil, rápido y práctico. Esto no solo será favorable para la
persona, sino que también lo es para el animal, ya que toda esa maniobra puede
provocarle estrés e incomodidad. Al considerar un perro con parálisis en sus patas
traseras, la persona deberá levantar totalmente el peso del miembro posterior desde el
suelo. Además, en los carritos convencionales se requiere elevar la cadera del animal
de manera tal de poder introducir sus patas en el sostén trasero, no solo exigiendo a la
persona a realizar más esfuerzo, sino que somete al animal a una mala postura. Podría
establecerse como requisito de diseño mejorar la situación de uso, evitando tener que
levantar al perro de manera exigida a una altura por sobre la natural de su cadera, y que
el tiempo entre levantar al animal y colocarle el carro sea lo más corto posible. Desde
este punto de vista, que el carrito tenga ruedas delanteras resulta una gran ventaja ya
que el aparato se sostiene erguido por sí mismo y facilita la tarea de colocación.
De más está decir que, para lograr un diseño inclusivo y ergonómico, deberán cumplirse
en la mayor medida posible los principios del diseño universal estudiados en el primer
capítulo. Las mayores falencias que pueden encontrarse en las sillas de ruedas actuales
giran en torno al incumplimiento de algunos de dichos principios, al no tener en cuenta
en muchos aspectos de diseño el tamaño y peso del animal. Esto puede verse reflejado
en la situación de uso cuando se trata de un perro de talla mediana o grande, desde la
perspectiva de cada uno de los usuarios, es decir, humano y mascota. Puede notarse
la falta del uso equitativo que incluya perros con dichas características, situación en la
cual tampoco existe un uso simple ni se cumple el principio de poco esfuerzo físico para
73
el humano durante el montaje y desmontaje, ni para el perro durante el andar. Si bien el
peso del animal es una variable inalterable, mediante el diseño debería poderse reducir
al máximo el esfuerzo a realizar y simplificar su uso.
5.3 Elección del proceso productivo y la materialidad
Habiendo establecido los requisitos que deberá cumplir el nuevo diseño de silla de
ruedas canina, será cuestión de este apartado evaluar qué materiales se adaptarán
mejor a las necesidades presentadas. Una de las principales cuestiones que involucran
la materialidad es que la estructura resista el peso del animal a la vez que sea lo
suficientemente liviano para no sobrecargarlo. Como se ha estudiado, el material más
comúnmente utilizado en este producto es el aluminio gracias a su ligereza,
maleabilidad y fácil trabajo. Una posible desventaja que presenta es que, al ser un metal
blando, no será tan resistente como el acero y si no se utiliza la aleación correcta podría
llegar a deformarse al intentar resistir el peso del perro. La solución podría ser, en su
defecto, utilizar acero inoxidable, pero al ser tres veces más pesado que el aluminio, no
estaría cumpliendo el requisito de ligereza.
La desventaja general del uso del metal como material, es la limitación en los procesos
de transformación del mismo. La conformación del armazón mediante tubos o barras
curvadas y acopladas entre sí, si bien resulta de producción sencilla y de costo no muy
elevado, limita al diseño en términos morfológicos y ergonómicos. No es casual que la
mayoría de los carritos en el mercado sean muy similares entre sí. No es falta de
creatividad sino una dificultad a nivel técnico productivo. Además, al ser un producto
que requiere personalización, resulta inviable su producción mediante moldeo por
inyección, en el cual se necesita fabricar un molde para cada pieza distinta. Y aquí es
donde entra en juego la impresión 3D. Como se estudió en el segundo capítulo, la
manufactura aditiva elimina barreras que se presentan con los procesos productivos
tradicionales, pudiendo alcanzar morfologías que con los métodos convencionales
resultan difíciles o imposibles de realizar. Si bien la impresión de metales todavía no se
74
encuentra del todo accesible mundialmente o resulta muy costosa, el desarrollo de la
impresión en plástico ofrece materiales de una gran variedad de propiedades que se
adaptan a diversas aplicaciones y morfologías. Dicha versatilidad resulta favorable
desde el punto de vista ergonómico, pudiendo conseguir formas que se adapten mejor
a los cuerpos, incluso de manera personalizada. La desventaja presentada por esta
tecnología es el tiempo que se tarda en producir una sola pieza, que dependerá del
tamaño de esta y de las configuraciones de calidad que se le otorguen. De todos modos,
el producto no está destinado a una producción masiva, sino que se realizaría a pedido
y con las medidas necesarias para cada perro particular, por lo que, si imprimir y
ensamblar un carrito tarda, por ejemplo, una semana, en realidad sería un tiempo de
producción corto. En este sentido, se lo puede comparar con un trabajo artesanal hecho
a medida, cuyo tiempo de producción dependerá del tamaño del trabajo a realizar. EN
la impresión 3D también existe una limitante en el tamaño de la máquina, que, si bien
pueden llegar a ser muy grandes a nivel industrial, las impresoras más accesibles en el
mercado no superan un volumen equivalente a un cubo de cuarenta centímetros de
lado. Por lo tanto, al seleccionar este proceso de producción, en el diseño del producto
habrá que tener en cuenta las limitantes que se presentan.
La impresión 3D, a su vez, ofrece principalmente tres distintos tipos de tecnología que
habrá que seleccionar acorde al proyecto a realizar y los requisitos que debe cumplir.
Retomando lo visto en el capítulo dos, en primer lugar, se encuentra el FDM, es el más
popular y es utilizado principalmente para la impresión de variedad de termoplásticos,
es el más accesible de los tres y sencillo de manejar, aunque con una calidad de
terminación inferior a los demás. El SLA, más costoso que el FDM pero con un nivel de
terminación muy superior, utiliza como materia prima fotopolímeros en estado líquido,
ofreciendo una variedad de materiales y colores acotada. El SLS, utilizado mayormente
para la impresión de metales, pero también para ciertos plásticos, se trata del proceso
más sofisticado y con mejor terminación, aunque siendo el más costoso y complicado
de manejar debido a la manipulación de materia prima en polvo. Las variables más
75
relevantes para el presente proyecto que diferencian las tecnologías mencionadas son
el costo, la calidad, la variedad de materia prima y la dificultad de impresión.
Considerando como producto la silla de ruedas canina, si bien la calidad y terminación
superficial debe ser buena para asegurar el confort del animal en el carrito, el costo de
producción resulta una limitante. Además, cuanto más sofisticada es la tecnología, más
conocimientos y habilidades requiere, sumado a un costo superior, dejando de ser
alcanzable por muchas personas. Es por ello que las máquinas más comúnmente
utilizadas son las FDM, que pueden encontrarse tanto en una casa como parte de un
hobby o en un lugar de trabajo como parte de un negocio. Aunque la calidad superficial
no logre ser como la obtenida mediante SLA o SLS, aún así, con las adecuadas
configuraciones, se puede alcanzar una buena terminación e incluso es posible mejorar
el acabado mediante el posterior lijado de la pieza. Respecto a la morfología que puede
alcanzar, el FDM no se queda atrás respecto a las demás tecnologías, ya que todas
tienen el mismo principio de manufactura por capas. En cuanto al producto en cuestión,
lo primordial es que sea funcional, que tenga una morfología ergonómica y que su
producción sea viable y accesible, por lo que la tecnología más conveniente en este
caso será el FDM. Además, esta manufactura ofrece variedad de materiales a utilizar
dependiendo del proyecto, así como también diversos colores para elegir y la posibilidad
de pos procesamiento.
Dentro de los materiales aptos para la impresión FDM, habrá que seleccionar el más
adecuado para la silla de ruedas canina. Tal como se mencionó previamente, entre los
materiales de filamentos más utilizados se encuentran el PLA y el ABS. Una de las
propiedades más importantes y necesarias que debe presentar el material del carro es
que sea resistente al peso del animal y no se quiebre con facilidad, considerando que
estará soportando esfuerzos constantemente durante su uso. Además, deberá ser
perdurable en el tiempo, no tendrá que deformarse y deberá tolerar las circunstancias
del entorno. En este caso, será un producto que se utilizará al aire libre, estando
expuesto al sol, a las condiciones climáticas, a la suciedad, etc. Con estos requisitos, el
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PLA, aunque es el más popular y económico, será el menos indicado para esta situación
debido a que presenta pobres propiedades mecánicas, pudiendo ser quebrado más
fácilmente, y tiene una baja resistencia a la deformación durante la exposición al sol,
por ejemplo. Si bien la resistencia de la pieza siempre dependerá de las características
del modelo, el PLA es el más frágil en comparación con los demás materiales. El ABS,
en cambio, se trata de un material mucho más rígido, duradero y resistente al impacto
y a la tensión. Le sigue al PLA en popularidad teniendo un costo ligeramente superior,
y, si bien resulta levemente más difícil de imprimir, se puede realizar con la mayoría de
las impresoras del mercado, lo cual resulta una gran ventaja en cuanto a accesibilidad.
El ABS, además, es fácilmente mecanizable, pudiendo ser lijado y tratado
superficialmente. Si se requiere aún más dureza y resistencia existen otros tipos de
plásticos técnicos como el nylon y el PC, pero se tratan de materiales considerablemente
más costosos y complicados de imprimir, requiriendo máquinas más profesionales o con
determinadas características especiales. Para la silla de ruedas canina, seleccionando
como material el ABS y teniendo un adecuado espesor, relleno y otros ajustes de
impresión, será suficiente para obtener un producto funcional y resistente.
Entonces, la impresión 3D permite alcanzar una morfología ergonómica y personalizada
más fácilmente que con procesos de producción tradicionales. Esta tecnología, a su vez,
otorga ciertas libertades al diseñador en cuanto a la estética del producto. Si bien ello
no condiciona la funcionalidad del objeto, sí puede llegar a ser un factor importante para
el usuario e impactarlo psicológicamente. Muchas veces, en el intento por abaratar
costos, por los límites de los procesos o por la propia finalidad del producto se ignora el
aspecto visual del mismo, como sucede con la mayoría de los aparatos ortopédicos u
hospitalarios. Que el producto sea atractivo visualmente le otorga valor adicional para
el consumidor.
Todo proceso tiene sus limitantes y la impresión 3D no es la excepción. Atendiendo a
que las impresoras más comunes del mercado tienen un límite en cuanto al tamaño,
será conveniente que las piezas a imprimir no sean muy voluminosas. Con ello, además,
77
se podrían acortar los tiempos de producción considerando que cuanto más grande es
la pieza más tiempo tardará en imprimir. Además, podría considerarse combinar la
impresión 3D con piezas estándar en el mercado, como lo son los tubos de aluminio que
ya utilizan los carritos tradicionales. La silla de ruedas canina requiere la versatilidad de
la impresión 3D sobre todo en piezas como el soporte de la cadera que necesita
adaptarse al cuerpo del animal, pero ello no quiere decir que la totalidad del producto
deba fabricarse mediante la impresión. Los tubos de aluminio, además de ser muy
accesibles, podrían aportarle una mayor resistencia estructural al producto.
Otro aspecto a considerar del producto son las ruedas. Como se ha visto, si cuenta con
ruedas delanteras, es fundamental que éstas sean giratorias para permitir el libre
movimiento del animal. Para ello, dichas ruedas deberán contar con una horquilla que
se ensambla en el extremo del tubo de aluminio y que permite un giro de 360 respecto
a la vertical. Además, es fundamental que todas las ruedas posean un rodamiento en
su eje, para un andar más suave y cómodo. En cuanto a la cubierta, se han seleccionado
las de goma de poliuretano, gracias a su alta resistencia tanto a las cargas como a
agentes externos como agua, suciedad, grasa y demás. También absorben los impactos
con delicadeza, son accesibles en el mercado y cuentan con la gran ventaja de que no
se pinchan y requieren poco mantenimiento (Roydisa, 2018). Respecto al tamaño de las
mismas, considerando un perro mediano o grande, se utilizarán de 200 mm para las
ruedas traseras y de 100 mm para las delanteras. De todos modos, en el mercado
existen diversos tipos de ruedas, con distintos tipos de llanta y cubierta, por lo que
resulta una variable del producto que también podría personalizarse.
5.4 Propuesta
Planteados el usuario, el entorno y los requisitos de diseño, se da lugar al desarrollo de
una propuesta de diseño que cumpla el objetivo principal del proyecto. Partiendo de este
objetivo, sumando todo lo investigado y analizado, han ido surgiendo ideas y propuestas
prematuras. Durante el proceso de diseño se han explorado posibles morfologías y
78
maneras de resolver los problemas planteados, llegando finalmente a la propuesta que
se presenta en el Cuerpo C. Aquí se fundamentarán los aspectos morfológicos y
estructurales que inciden en la ergonomía; los aspectos operativos y funcionales que
influyen en la situación de uso; y, finalmente, los aspectos técnicos, profundizando en
el proceso de producción y la materialidad que ya se han seleccionado.
5.4.1 Aspectos morfológicos, estructurales y comunicacionales
Se ha visto que la estructura de los carritos tradicionales de dos ruedas provoca presión
en la zona cervical y que, para evitarlo, se requieren dos ruedas adicionales delanteras
que sostengan los laterales. Esto, además, facilita la tarea de colocación al no voltearse
el carrito. Es por eso que, en primera instancia, se han planteado propuestas iniciales
que cuentan con esta característica. Pero, en el proceso de diseño se ha detectado que
ello complejiza la estructura, implicando sumar más material, peso y costo al producto,
a la vez que ocupa más lugar, resulta incómodo su manejo y limita los movimientos del
perro. Teniendo todo esto en cuenta, surgió como disparador para llegar a la propuesta
final la idea de diseñar un carrito de tres ruedas, dos traseras y una delantera. En
principio, se planteó la opción de que la rueda delantera se posicionara en el plano
medial, a la altura del punto más bajo del tórax, funcionando, a la vez, como soporte de
los miembros delanteros. Pero esta propuesta prematura se descartó debido al hecho
de que, al caminar el perro con sus patas delanteras, el tórax, por inercia, realiza un
movimiento oscilante vertical. Si se coloca allí, la rueda delantera estaría interfiriendo
en el movimiento natural del cuerpo y la locomoción. Por ello, finalmente, se decidió
posicionar esta rueda más caudalmente, debajo de la pelvis, sin tener contacto con el
cuerpo ni estorbar el movimiento y logrando un producto más compacto que no ocupa
mucho espacio. De esta manera, se permite que el producto se mantenga erguido por
sí solo, así como también logra sostener la cadera del perro sin necesidad de cargar
peso sobre la zona cervical. Los vástagos de las ruedas traseras se encuentran
levemente inclinados hacia adelante, provocando que el carrito encuentre su apoyo en
79
la rueda central delantera y se mantenga el equilibrio general del producto. La pieza que
porta esta rueda y la conecta con las traseras, presenta una morfología diseñada para
dar contención a las patas posteriores, a la vez que resulta una pieza fundamental para
el equilibrio del carrito. A esta pieza, además, se ensambla un soporte con forma de
bota para cada pata, ligeramente elevado del nivel del suelo, que sujeta al miembro por
el metatarso mediante una cinta con velcro y cuenta con una base para apoyar las
almohadillas. De este modo, las piernas del animal quedan levemente flexionadas sin
tocar el suelo, adoptando una posición cuasi natural, a la vez que están resguardadas
y no oscilan de un lado a otro durante el movimiento, como pudo observarse en los
casos del análisis de mercado. La base de las botas presenta una textura en forma de
huella que le otorga estimulación a las almohadillas del perro y a la vez funciona como
indicador para su colocación.
La morfología está ideada para acompañar la anatomía del perro, con predominio de
líneas orgánicas, logrando así la ergonomía del producto, asegurando la comodidad y
evitando generar puntos de presión indeseados. Como se ha mencionado en el
apartado anterior, el producto está diseñado con el fin de producirse mediante la
manufactura aditiva, por medio del FDM y con filamento ABS. Las piezas impresas
permiten que el producto sea totalmente personalizado, asegurando las dimensiones
apropiadas, y le aporta flexibilidad al mismo, siendo así más inclusivo para los distintos
tamaños de perros. Además, el ABS se consigue en una gran variedad de colores y, al
poder cambiar de color de filamento fácilmente cada vez que se imprime, el usuario
también podrá elegir el mismo. Esto asimismo permite combinar varios colores entre las
distintas piezas del mismo producto, favoreciendo sus aspectos comunicacionales y
estéticos.
Una de las partes principales de este producto es el sillín o sostén de la cadera. En esta
propuesta se plantea un soporte en donde el apoyo se encuentra exclusivamente en el
piso pélvico, sin comprometer los órganos genitales tanto de machos como de hembras,
y evitando que la presión en el apoyo se genere en las ingles donde suelen producirse
80
las úlceras. La particularidad de este diseño es que el sillín se encuentra dividido en dos
partes, a diferencia de los carritos tradicionales en donde consiste en dos aros fijos por
donde deben introducirse las patas desde arriba. Aquí, una parte se encuentra fija y, la
otra, es móvil y forma parte de un arnés que se coloca previamente. Es decir que, la
parte fija se encuentra abierta por delante, formando una especie de w, pudiendo
simplemente introducir los muslos del perro y apoyar su pelvis en el centro, donde se
acoplan ambas piezas. En esta sección se ha aprovechado el cambio de color entre
piezas para poder comunicar dicha división. Se ha decidido combinar el negro con un
color llamativo como, por ejemplo, el naranja, para resaltar esta cualidad que identifica
al producto.
El arnés mencionado consiste en un conjunto de cintas de nylon y piezas de neopreno
que abarca tanto la cintura pélvica como la torácica. El mismo está diseñado de manera
tal que las piezas de neopreno funcionen como protector de las zonas sensibles, como,
por ejemplo, la zona pélvica y las ingles donde suelen generarse las úlceras. El
neopreno es un material liviano, resistente a las roturas y es impermeable, lo que resulta
una gran ventaja ya que es fácilmente lavable (Campz, 2021). En la zona dorsal, una
pieza rígida conecta la sección delantera con la trasera, permitiendo así mantener la
columna erguida y protegida. Asimismo, esta pieza propicia la transmisión del
movimiento desde el tren delantero hacia el posterior, pudiendo así el animal dirigir las
ruedas del carrito. Y, en la zona pélvica, al arnés se encuentra acoplada la pieza móvil
del sillín que encastrará con la fija al momento de la colocación, encerrando y
resguardando así los miembros traseros.
5.4.2 Aspectos operativos y funcionales
Dentro de los principales problemas a resolver de la silla de ruedas canina, se encuentra
la dificultad para colocarla, que afecta tanto al humano como a su mascota. A raíz de
esta problemática surgió la idea de poder colocar el carrito por partes, es decir, una
parte con el animal tumbado en el suelo que luego facilite levantarlo y montarlo sobre
81
ruedas. Esta primera parte del producto consiste en el arnés descrito previamente, que
abarca tanto la pelvis como la cintura torácica, y que cuenta con agarraderas en el lomo
del perro que facilitan la tarea de levantarlo y moverlo. Si bien el animal presenta fuerza
en sus miembros delanteros, ayudarlo a sostenerse con los mismos evitará que se
sobrecarguen. Además, estas manijas permiten controlar el movimiento del perro
considerando que, al tener fuerza en sus miembros delanteros, probablemente quiera
moverse y dificulte la colocación. Este arnés se coloca en su totalidad con el perro en el
suelo, ajustando las cintas que rodean el tórax y la cintura mediante hebillas presentes
en la pieza dorsal. Hecho esto, tomando de las agarraderas, se lo levanta de manera
que sus miembros apenas despeguen del suelo. La ubicación de las agarraderas en el
lomo le permite al humano tomar una postura correcta al levantar al perro, flexionando
las piernas y manteniendo la columna erguida. Sin elevar más la cadera del perro se
insertan sus patas en los huecos del sillín de manera que la pieza rígida del arnés
encastre en el centro. El encastre se genera entre un bajo relieve en la pieza fija y un
sobre relieve en la móvil, de manera que una vez que se apoya el arnés, el sobre relieve
desliza dentro del bajo relieve, logrando fijar el apoyo. Para asegurar que no se
desacople durante el movimiento, se afirma el arnés al sillín mediante una hebilla
ajustable. Gracias a que el carrito, con sus tres ruedas, puede mantenerse parado, la
colocación es rápida y el humano no debe sostener el peso de la cadera del animal por
un tiempo prolongado. Lo mismo para el desmontaje, cuyo proceso es idéntico al de
colocación, pero en sentido inverso.
Una vez acomodada la pelvis, deben posicionarse las patas traseras en las botas de
soporte y ajustarlas con el velcro que rodea el metatarso. Hecho esto, los miembros
posteriores quedan asegurados y resguardados. En suma, la morfología del sillín, que
rodea los muslos, permite dar contención a las piernas para que se mantengan firmes
durante el movimiento. Podría decirse que, así, la silla de ruedas reemplaza a sus
miembros en parálisis, permitiendo que el perro pueda pasear normalmente. Como se
mencionó, al contar con una tercera rueda, el carrito no genera presión en la zona
82
cervical, sino que soporta el peso de la cadera, así como lo harían los miembros
posteriores si no hubiera discapacidad. Esto favorece un andar más natural a la vez que
preserva la salud física del perro.
Este tipo de producto permite al perro discapacitado continuar con su rutina de paseos,
tan importante para su salud mental y emocional. Cabe destacar que es un producto de
uso diario y que debe utilizarse no más de una hora por vez, por lo que resulta
fundamental una colocación fácil y práctica. Esto significa, además, que el producto
estará un mayor tiempo en desuso, por lo que denota una gran ventaja su tamaño
compacto que facilita su guardado.
5.4.3 Aspectos técnicos y de producción
Profundizando en los aspectos productivos y de materialidad, esta propuesta se diseñó
para producirse en una impresora 3D de FDM con un tamaño de impresión de
400x400x400 mm y filamento ABS de dos colores. De esta manera, las piezas impresas,
que se han diseñado para un modelo de perro de gran tamaño, caben perfectamente
en el área de impresión de dicha máquina. En cuanto a los detalles específicos, se ha
seleccionado una altura de capa de 0,2 mm, que significa una calidad intermedia,
aunque alcanzando una buena terminación superficial para este fin, a la vez que no
implica un tiempo de impresión excesivo. Para alcanzar una buena resistencia
mecánica, especialmente necesaria para la pieza del asiento pélvico y la pieza base que
porta las ruedas, se ha establecido un espesor de pared de 1,2 mm y un relleno cúbico
del 20%. Las piezas, además, están diseñadas para utilizar la menor cantidad de
soporte posible. Teniendo en cuenta que, para el ABS, el soporte se utiliza en las zonas
que sobresalen en un ángulo superior a 45 respecto a la cama de la impresora. Aunque
al presentar una morfología orgánica resulta inevitable su utilización, en el proceso de
diseño se ha tenido en cuenta no abusar de ello ya que aumentan el tiempo de
producción e implican un considerable desperdicio de material. Para ello también es
necesario contemplar la posición en la que se imprimirá la pieza (ver Cuerpo C, pp. 41-
83
43). La orientación incluso influye en la terminación superficial de la pieza y la resistencia
generada por la adhesión de capas al esfuerzo al que estará sometida. Por ejemplo, el
asiento pélvico, como estará ante un esfuerzo que le generará palanca, deberá estar
impreso de manera tal que sus capas sean ortogonales al mismo.
Dicho en la elección de la materialidad, para darle mayor resistencia general al carrito
y, a su vez, evitando generar más volumen de impresión, se ha combinado el 3D con
tubos de aluminio de 7/8” de diámetro y 1,5 mm de espesor para los vástagos de las
ruedas traseras. Estos tubos conectan el sillín con la pieza base y se aseguran en cada
extremo mediante un tornillo de hierro zincado. A la pieza base se ensamblan las ruedas
traseras mediante un bulón de cabeza plana que atraviesa su eje y que se ajusta con
una tuerca del lado externo. En cuanto a la rueda central, otro bulón conecta la horquilla
con el extremo de la pieza base y, gracias a un ruleman, ésta puede girar libremente
sobre su propio eje permitiendo el cambio de dirección.
El arnés, de neopreno y cintas de nylon, corresponde a un trabajo de moldería y
confección. El neopreno materializa las secciones del arnés que abarcan zonas
sensibles como la pelvis y las ingles, así como ayuda a generar la contención global del
cuero del perro. Mediante costura, se unen las piezas de neopreno con las cintas de
nylon, mientras éstas últimas se disponen de manera tal que pueden ser ajustables. Al
ser el neopreno un material flexible y al poder ajustar las cintas que rodean el cuello,
pecho e ingles, puede quedar el arnés bien asegurado. En la parte dorsal, se acopla la
pieza impresa mediante remaches de tela garantizando así su firmeza. Allí, además,
mediante costura, se posicionan las agarraderas hechas también de cintas de nylon y
cubiertas con neopreno para la comodidad del humano al tomar de ellas. Al ser regulable
en largo y ancho, cabe la posibilidad de establecer talles predeterminados, así como
sucede en el mercado de arneses y pretales caninos, que se rigen por el contorno del
cuello, pecho, vientre y muslo, y el largo desde la cruz al nacimiento de la cola. De esta
manera, podría agilizarse la producción y entrega del producto completo. Dado esto, en
la zona pélvica, se une la pieza impresa que acoplará con el sillín mediante unas ranuras
84
por donde atraviesa el neopreno, de manera tal de poder ensamblar la pieza
personalizada al arnés prefabricado.
Respecto a las dimensiones del producto, se trata de una variable que dependerá del
usuario. En consecuencia, es fundamental la correcta medición del animal previa a la
producción. Habrá que adicionar a la toma de medidas para el arnés la altura de la pelvis
desde el suelo con las piernas extendidas, el ancho de las caderas y la separación entre
muslos. Con estas medidas lo que variará fundamentalmente son las dimensiones del
soporte de la cadera y el largo de los vástagos, y, por consiguiente, el ancho te la pieza
entre ruedas. Esto es posible y accesible gracias a las características de la tecnología,
permitiendo modificar la pieza a imprimir cada vez sin costo adicional, logrando las
dimensiones adecuadas y asegurando la ergonomía del animal.
85
Conclusiones
El presente Proyecto de Graduación ha sido impulsado por el objetivo de diseñar una
silla de ruedas canina más ergonómica e inclusiva, partiendo de la problemática
morfológica y funcional presente en los diseños actuales del mercado cuando se trata
de un perro mediano o grande. El uso de este producto involucra tanto al animal como
a la persona que lo cuida y atiende su discapacidad, por lo que su diseño impacta en la
calidad de vida de ambos. Debido a ello, mediante este proyecto se han utilizado las
herramientas del Diseño Industrial para concluir con una propuesta eficiente e
innovadora.
En primera instancia, se han estudiado los fundamentos del Diseño Industrial y cuál es
el rol del diseñador de productos en la sociedad. Se ha visto cómo desde el diseño
pueden detectarse y solucionarse problemas, satisfaciendo necesidades de toda índole,
a la vez que se logra un balance armónico entre aspectos morfológicos, funcionales y
técnicos. También se ha establecido una metodología de trabajo del diseñador, que
comienza a partir de una fase de investigación y análisis exhaustiva, seguida de una
fase creativa y, posteriormente, de concreción. Luego, se ha estudiado el concepto de
diseño universal y sus principios, aplicables para cualquier tipo de producto, siendo
estos el uso equitativo, flexibilidad, uso simple e intuitivo, información fácilmente
perceptible, tolerancia para el error, poco esfuerzo físico, y dimensiones apropiadas.
Dentro de este concepto también se ha hecho hincapié en la noción de ergonomía y
cómo ésta puede ser una herramienta fundamental en el diseño de productos. Se definió
la ergonomía como la disciplina que estudia la relación que existe entre usuario y objeto,
y en base a ello se ha fundamentado que en la silla de ruedas canina existen dos
usuarios primarios, el perro que andará en ella y el humano que lo asistirá montándolo
y desmontándolo. De esta manera, se ha establecido la importancia de realizar un
análisis ergonómico del uso de este producto tanto para el humano como para el animal.
Cuando se trata de diseño de productos, se ha puesto en claro que no solo entra en
juego la creatividad, sino que la capacidad del proceso productivo y la materialidad es
86
un factor importante en el desarrollo del diseño. Teniendo en cuenta este aspecto y
continuando con la investigación del presente PG, se ha estudiado la manufactura
aditiva como una combinación entre el proceso artesanal y el industrial, pudiendo lograr
morfologías complejas y personalizadas, pero de una manera totalmente automática.
Se investigó este proceso, conocido como impresión 3D, con el fin de analizar sus
ventajas y desventajas en el diseño y producción de objetos. Con la ayuda de esta
tecnología, pueden lograrse productos más ergonómicos gracias a la versatilidad
morfológica que ofrece y a su capacidad de personalizar el producto al no tratarse de
una producción masiva. De esta forma, puede obtenerse un producto con dimensiones
apropiadas y flexible a las necesidades de cada usuario. Incluso, ofrece una gran
variedad de colores y, al tener menos limitantes que los procesos tradicionales, da la
posibilidad de conseguir productos más agradables estéticamente. Luego, se han
estudiado los distintos tipos de impresión 3D que existen actualmente, cuáles son los
principios de su funcionamiento y cualidades que ofrece cada uno, así como también
algunos de los materiales con los que pueden trabajar. También se ha visto cómo esta
tecnología se ha insertado en el ámbito de la medicina con la fabricación de prótesis
ortopédicas, siendo éste un caso allegado a la silla de ruedas canina. Con toda esta
información fue posible fundamentar la ventaja que representa la impresión 3D para el
producto en cuestión.
Avanzando con la indagación concierne a la ergonomía, resultó pertinente estudiar
puntualmente al perro como usuario de productos. En principio se investigó el rol de las
mascotas en la sociedad y cómo han pasado a formar parte del hogar, existiendo,
incluso, un mercado destinado a ellas. Se ha visto que un gran porcentaje de las
perosnas que tienen mascotas las consideran como parte de la familia y asumen con
responsabilidad los gastos que conlleva su tenencia. Esto se traduce al consumo de una
gran variedad de productos y servicios, que tienen como usuario, por un lado, al humano
y, por el otro, al animal. Por lo tanto, este tipo de productos no quedan exentos de la
importancia de un proceso de diseño y un análisis ergonómico, desde el punto de vista
87
de ambos usuarios. En el caso puntual de la silla de ruedas canina, el producto debe
adaptarse al cuerpo del animal sin afector tejidos blandos ni zonas sensibles, a la vez
que proporciona apoyo y favorece la movilidad. Por consiguiente, para lograr el objetivo
del PG fue imprescindible estudiar los conceptos básicos de la anatomía canina y su
biomecánica, poniendo el foco en el aparato locomotor, para conocer las distintas partes
que conforman el cuerpo del perro y que cumplen una función primordial en el
movimiento cuadrúpedo. En suma, se han visto las posibles causas que pueden generar
la discapacidad o parálisis en perros y cuáles son los cuidados que necesitan. Se ha
puesto en claro que estos animales necesitan de su paseo diario para mantener su salud
fìsica, mental y emocional, y que su discapacidad no debería impedirlo. Es aquí donde
se evidencia la importancia de la silla de ruedas para ayudar a los perros en dichas
condiciones a mantener una buena calidad de vida.
Buscando detectar y analizar las problemáticas que presenta el diseño los carritos
actuales del mercado, tanto nacional como internacional, se continuó el proyecto
realizando un trabajo de campo. En él se ha efectuado el método de observación,
teniendo en cuenta variables morfológicas, estructurales, técnicas, operativas y
funcionales. De esta manera, se han hallado las partes más importantes del producto
que cumplen una función primordial en la ergonomía y en la secuencia de uso, y que
requieren una mayor atención por parte del diseñador. También se han llevado a cabo
entrevistas a usuarios de este producto para conocer distintas experiencias y opiniones,
así como a profesionales de la fisiatría veterinaria y del diseño universal. Así pues, se
hallaron falencias ergonómicas y funcionales, tanto para el can como para el humano,
que se agravan al tratarse de perros parapléjicos de mediano o gran tramaño y peso.
La recopilación de la información en la primera parte del PG y el análisis de mercado en
el trabajo de campo, representa la fase de analítica de la metodología del Diseño
Industiral, abriendo paso a la fase creativa. Para proponer un rediseño de la silla de
ruedas canina, se han establecido los usuarios y el contexto en que será utilizado, así
como se han planteado los requisitos de diseño necesarios para resolver la problemática
88
del presente proyecto. A continuación, se ha seleccionado con fundamento el proceso
productivo y la materialidad, ya que resulta imprescindible establecerse de antemano
para considerar en el diseño las posibles limitaciones de producción. De esta manera,
se inició el proceso creativo esbozando propuestas prematuras, explorando posibles
morfologías, para, finalmente, desarrollar la propuesta final.
La propuesta planteada reúne todos los requisitos que se han establecido con el fin de
resolver la problemática. Siguiendo los principios del diseño universal, esta propuesta
ofrece un uso equitativo para los distintos tamaños de perros ya que se ha diseñado un
método de colocación fácil y rápido que no depende de las características del animal.
Si bien, lógicamente, cuanto más pesado sea el perro más esfuerzo habrá que realizar,
al ser de rápido montaje y desmontaje, ello reduce el esfuerzo físico que debe llevar a
cabo el humano. La estructura de este diseño también consigue reducir los esfuerzos
físicos del animal, tomando la postura correcta y evitando sobrecargar o afectar otras
partes de su cuerpo. Además, gracias a la impresión 3D, su morfología logra adaptarse
ergonómicamente al cuerpo del perro y sus dimensiones son personalizadas,
aportándole flexibilidad al diseño. Asimismo, seleccionando esta tecnología que quita
barreras productivas, pudo desarrollarse un diseño innovador que rompe la estética
tradicional de la silla de ruedas canina. De esta manera, implementados los principios
del diseño universal, se ha logrado un diseño inclusivo y ergonómico, cumpliendo así
con el objetivo general de este proyecto.
Para concluir, mediante el presente PG ha puesto al descubierto la importancia del
Diseño Industrial en cada relación usuario-producto, independientemente del ámbito en
el que se encuadre. Siguiendo un proceso de investigación, análisis y creatividad,
pueden detectarse y solucionarse problemas que implican una mejora en la calidad de
vida. Esta disciplina, junto con los principios del diseño universal y los fundamentos de
la ergonomía, puede extenderse hacia infinidad de campos, así como la ortopedia
veterinaria, e incluso considerando usuarios de otra especie, como el perro.
89
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