ceret: unas jornadas clarificadoras · 2016-04-17 · ceret: unas jornadas clarificadoras las xv...
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CERET: UNAS JORNADAS CLARIFICADORAS
Las XV Jornadas de Historia de jerez, dedicadas este año al Ager Ceretanus y por ende
a la presencia romana en esta zona, han sido un éxito de público y bastante
clarificadoras.
Si hace algunos años era cuasi pecado hablar de la existencia de un núcleo urbano
romano en las cercanías de Jerez, hoy día nadie niega la evidencia de su existencia. Si
antes se discutía que el “Ceretani Agri” de Columela fuese realmente esta zona
geográfica, hoy día los historiadores concuerdan que realmente se trata de este
espacio, como siempre habían defendido hasta la saciedad los historiadores locales
Vega Geán y García Romero. ¿Acaso no era lógico que el gaditano Columela se refiriese
a los campos cercanos que había visto en su juventud? - Pues para muchos
historiadores – y la gran mayoría de los arqueólogos- aceptar que el “Ceretani Agri” de
Columela se trataba de esta zona no era más que continuar el localismo exacerbado
propio de los eruditos del XVIII y el XIX.
El “Ager cretano” visto desde el alto de Gibalbín, donde según Montero Vítores estuvo Ceret.
Es más, varios de los ponentes que asistieron( Genaro Chic, Pedro Sáez, Mª del Carmen
Borrego) confirmaron con sus estudios económicos, antropológicos y etnológicos que
muchas de las cuestiones planteadas por Columela en su tratado de agricultura se
corresponden con prácticas habituales y especializadas llevadas a cabo en los campos
jerezanos y que han perdurando casi hasta principios de este siglo.
Aceptado ya por todos que el “Ceretani agri” fue realmente esta zona, ya nadie
tampoco discute que poseyó un centro administrativo, Ceret, capaz incluso de emitir
monedas. También está claro que Ceret no estuvo en la actual Jerez, por más que
apareciesen monedas de esta efímera ceca en su casco histórico. La arqueología no ha
encontrado nada que se parezca a una ciudad, aunque sí numerosos alfares que
hablan de población rural diseminada, junto a las colinas (Montealto, El Almendral, Los
Villares) que bordeaban el estero del Guadalete que llenaba de aguas seminavegables
las cercanías del Jerez actual.
Los estudios presentados por Pedro Sáez y Jesús Montero Vítores incidieron más en la
mayor importancia del cultivo del trigo en la zona de Jerez, siendo más importante
quizá que la producción de aceite y del propio vino, aunque la producción de estos
últimos fuese en aumento a partir de época imperial. De ahí que en las monedas de la
primitiva Ceret, las espigas de trigo nos hablan de que el cereal era el cultivo más
extendido.
Aceptado por todos que esta rica zona de la Bética fue un granero que abastecía a
Roma, sus ejércitos y su imperio, la incógnita es clara: ¿dónde estuvo el centro
administrativo de esta población rural diseminada de la que se conservan alfares y
“villae” de explotación por todo el entorno?- Quizá Montero Vítores, como ya
mantiene desde hace tiempo, fue el más atrevido: el único yacimiento de la zona que
reúne características urbanas que van desde asentamientos prerromanos hasta
presencia visigoda e islámica está en la Sierra de Gibalbín.
Torre islámica de Gibalbín, donde es visible la reutilización de sillares romanos.
En sus cercanías han aparecido monedas de Ceret. Se correspondería con un Oppidum
o quizá Municipio, de carácter administrativo, de control económico de la zona y sin
perder nunca su carácter defensivo, que ya poseyó desde época prerromana. En torno
a este núcleo administrativo –Ceret- se extendería una población rural, dedicada a la
producción agrícola identificada por el “Ceretani Agri”.
Montero Vítores va más allá. El “Ceretani Agri” –controlado desde Gibalbín- nace tras
el castigo a Hasta Regia por su rebeldía en tiempos de Julio César, seccionándose sus
territorios, naciendo así el nuevo “Ceretani Agri”. Montero Vítores presenta la
hipótesis de que su creación puede estar relacionada con una colonización toscana en
el siglo I, de la que existen referencias epigráficas arqueológicas. El “Ceretani Agri”,
controlado desde Gibalbín, abarcaría un territorio que va desde la ribera occidental del
Guadalete hasta el estero del mismo río – Albadalejo o Salado- que avanzaba por el
oriente de la actual Jerez y cuyas aguas llegaban hasta el pie de Gibalbín. Desde este
promontorio, Ceret controlaba y fiscalizaba los esteros, incluso la navegación por el
Guadalete y por el Guadalquivir.
Muros de hormigón romano en el cortijo de La Mazmorra (Gibalbín)
Ahora, debe hablar la arqueología. Gibalbín necesita una campaña seria de
excavaciones para confirmar o desechar estas hipótesis. Gibalbín- probablemente
Ceret- tiene que aportar mucho al mundo romano de la zona, de la que no ha habido
estudios integrales por parte de ningún organismo.
Restos de un edificio romano de grandes sillares que poseía un gran arco de medio punto. El
monumento se relaciona con una fuente de agua, pues posee restos de canalizaciones que probarían
que el agua fluía bajo el arco.
En definitiva, Ceret existió. Dominaba el Ceretani Agri, dedicado mayormente a la
producción cerealista. Por el actual Jerez pasaba la vía augusta, atravesándola de oeste
a este desde el Portal hasta el camino de Lebrija. Por ello, en el interior del actual Jerez
debió existir población rural diseminada. Quien sabe si al final también será aceptado
en un futuro la referencia de Marcial a los vinos ceretanos como de este espacio,
aunque fuese más probable que se tratase de vinos del norte de Cataluña o quizá de
Italia. Queda por concretarse el eslabón perdido de saberse por qué esta población
rural diseminada se conjuntó en la edad media en el actual Jerez, probablemente la
primitiva Sharis árabe. Aunque ya hay historiadores que tienen mucho que decir
también en este aspecto…
Restos de un edificio en Gibalbín, donde se aprecia ladrillo y hormigón romano, que parece
corresponderse con unas termas.
Jesús Caballero Ragel
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