amigo silvia 2005. clínica de los fracasos del fantasma. ed. homo sapiens

8/9/2019 Amigo Silvia 2005. Clínica de Los Fracasos Del Fantasma. Ed. Homo Sapiens

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Silvia Amigo es psicoanalista.E jerce supráctica enla ciudad de Buenos Aires. Pertenecedesde 1979 a la Escuela Freudiana de Buenos Aires, dondeha idoocupando diversos luga-

res de traba jo. EsA.M.E. d e esaInstitución desde 1989. En eseámbito dicta anualmente un seminario en que desarrolla unainvestigación clí nica. Es colabodora habitual de los CuadernosSigmund Freud. Ha presentadotrabajos y ha participado ennumerosos Congresos en América y Europa. Es autora del libroDe la práctica analít ica. Escritu-ras" (R. Vergara, 1994), Clínica delos fracasos del fantasma (HornoSapiens, primera edición, 1999)y Paradojas clínicas de la vida y lamuierte. Ensayos sobre el concepto de "primario" en psicoanálisis(Homo Sapiens, 2003) y dediversos volúmenes colectivosentre que se hallan Bordes ... UnV 'ite en la formalización(HomoSapiens, 1996) y Los Discursos yla cura (Acme-Agalma 1999).



Clínica delos fracasos

del fantasma

Silvia Amigo

SEGUNDA EDICI6N

Corregiday ampliada

Colección la clínica enlos bordes



Amigo, SilviaClínica de los fracasos del fantasma - 2a ed. – Rosario:Homo Sapiens Ediciones, 2005.

284 p. ; 21X15cm. (La clínica en los bordes dirigida por Pura Cancina)

ISBN 950-808-459-6

1.Psicoanálisis 1. TítuloCDD 150.195.

Imagen de tapa: Pareja reclinada . Naum KnopFoto de solapa: Sergio Chiozzone

© 2005 – Homo Sapiens EdidionesSarmiento 825 (S2000CMM) Rosario – Santa Fe – ArgentinaTelefax: 54 0341 4243399E-mail: editorialeshomosapiens.corn.ar

Pagina web: www.homosapiens.com.ar

Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723Prohibida su reproducción total o parcial

ISBN N°950-808-459-6

Corrección: Gabriela YankelevichDiseño Gráfico: Adrían F. Gastelú – Ariel Frusin

Esta tirada de 1000 ejemplares se terminó de imprimir en julio de 2005en Talleres Gráficos Fervil S.R.L. Santa Fe 3316

Te!: 0341 4372505 • E-mail: [email protected] Rosario - Santa Fe - Argentina



Al recuerdo de Inés Amigo



NOTA PRELIMINAR YAGRADECIMIENTOS

Los textos que componen este volumen son producto de untraba jo clí nico y teórico comenzado hace varios años sobre pacientesmuy graves y de muy difícil manejo clí nico.

Parte de esta investigación f ue desarrollada entre los años 1995 y1998 en el marco del seminario desarrollado sobre ese tema en la

Escuela Freudiana de Buenos Aires. Los dos últimos titulados Clínicad elos Fracasos del Fantasma.

Algunos capítulos provienen de reelaboraciones y reescriturasde clases del seminario. Otros, de ponencias presentadas fuera de él,pero inspirados en la misma temática.

Agradezco a los participantes, cuya presencia, aportes e inte

rrogantes permitieron ese diálogo tan necesario para hacer avanzaruna investigación.A la Escuela Freudiana de Buenos Aires, tanto al espacio insti

tucional como a sus miembros,dado que fue su ámbito el que diolugar, tanto f ísica como metafóricamente al desarrollo del seminario yla que propició jornadas y congresos que dieron ocasión para darforma a varios textos.La Reunión Lacanoamericanade Psicoanálisis y la ConvergenciaLacaniana me dieron la ocasión para avanzar ideas ligadas a estaproblemática.

A Héctor Yankelevich mi especial agradecimiento porsu lecturacrí tica y atenta de los textos, por su permanente interlocución y porsu prólogo.



A Pura Cancina, por brindarmela ocasión de publicar estasreflexiones.

A Thelma Contino por su paciencia en el armado del libro ypor los precisos esquemas que diseñó para ilustrarlo



ÍNDICE

PRÓLOGO ala primera edición ..................................

PRÓLOGO ala segunda edición ....................................

CAPÍTULO IEl goce fálico y la significación fálica .........................19

CAPÍTULO IINotas sobre el “Potlatch” ..............................................45

CAPÍTULO IIIApuntes sobre Hamlet ..................................................67

CAPÍTULO IVEl relato de los sueños ..................................................85

CAPÍTULO VUno unario. Uno unificante ..........................................95

CAPÍTULO VISomos semejantes, somos únicos ..................................111

CAPÍTULO VII¿Qué significa comer? ...................................................125



CAPÍTULO VIIILo real de lo imaginario.Uncaso de fobia a las gallinas .149

CAPÍTULO IXNotas sobre "El despertar de la primavera" .....................171

CAPÍTULO X

Segundo despertar e inhibición ............................................197

C APÍTULO XILa femineidad .........................................................................213

C APÍTULOXIIVeinte años después ..............................................................225

C APÍTULO XIII1976-1996: Una historia que no se quiso. Reflexionessobre el totalitarismo ...............................................................241

CAPÍTULO XIV¿De qué bordes se trata en laClínica en los bordes ... 253



PRÓLOGO A LAPRIMERAEDICIÓN

Un don del Ensayo

Acerca de la Clí nica d e los fr acasos d el f ant asma de Silvia Amigo

Es éste un libro singular. No sólo dentro de la producción teórica argentina -excelente en general- sino también el dela teorizaciónpsicoanalítica actual, sea en castellano o en francés.

Antes que nada por su objeto: Clínica de los fracasos d el fantasma. Analicémoslo. Centrar un libro en la cuestión del fantasma proclama de entrada su proveniencia teórica lacaniana; ya que esun punto central de la enseñanza de Lacan el hacer del fantasma, de suconstrucción y de su recorrido, el eje de la cura analítica. Pero, y eséste también un punto de singularidad del ángulo desde el cual laautora lee tanto el material delas curas como el texto delos maestros del análisis: el sostener absolutamente una orientación lacaniana lleva necesariamente consigo el articularla con la doctrina de

Freud. Sin de jar nada de ellos af uera, muy por el contrario, SilviaAmigo muestra cómo la escritura lógica de la sexuación llama necesariamente a los tres tiempos de lametáfora paterna y al complejo deEdipo tal como Freud lo escribiera en los años veinte y reescribiera ensu Moisés y el Monoteísmo.

Pero éste noes un libro de exégesis. No es un comentario

erudito, sagaz, didáctico del seminario de Lacan. No es que la autora no lo conozca al dedillo, en sus mí nimos vericuetos, en sus fabulosos avances lógicos, en su uso luminoso y enigmático a la vez delnudo borromeo, No. Noes que esos libros no sean necesarios, útiles yal mismo tiempo agradables, ya que llenan un cometido esencialenla divulgación del análisis: enseñan a los que los escriben y allanancamino a los que los leen.

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sujeto está tantosignificadofálicamente por el Otro, comogozado fáli-camente por el Otro. Al ser gozado, el sujeto no sólo debe necesamente responder produciendo síntomas, sino que ello alteraprofundamente el funcionamiento de la relación pulsión/narcisismoimpide la diferenciación de lo que el yo del sujeto es idealmente par

Otro, de lo que su yo es realmente para sí mismo. Significado fálicamente, es el amor sublimado el que prima, lo cual quiere decir que elOtro acepta la castración fálica de no poseer ni instrumentar al sujetoaras de su goce, acepta no saber lo que el sujeto realmente es. Eamor del Otro, sublimado, pasado por la experiencia de la castractiene también su origen en el Falo simbólico.

Escribiendo sobre Hamlet, o en su luminoso análisis d Despertar de la Primaverade Wedekind, la autora deja ver su estilo deanalista, ya que es alguien que, al modo freudiano, dice lo que hace.Y plantea, además, otra lectura de la feminidad y de su demanespecífica, que un análisis arriesga con encerrar si, a una mujer, se leresponde de manera equivocada sobre cuál es ese significante quedemanda. Esto cambia el punto del fin de un análisis.

De ahí pues que proponga,en las curas de adolescentes; y deadultos con cuadros que exceden la neurosis clásica sin ser psicóticos, un tipo de acto, la maniobra imaginaria literante, que al relanzar lamodalidad de lo posible, forma lógica del amor, permite posteriormal sujeto reinvestir lo simbólico, condición para que la interpretacclásica sea efectiva y no destructora o melancolizante, ya que puefectivamente tener ese efecto aún cuando en lo absoluto, es decir, fuerlo actual de la transferencia, sea verdadera.

Este libro -el segundo de Silvia Amigo, además de otras conbuciones en volúmenes colectivos- plantea un hecho apasionante:análisis, una cura analítica no consiste sólo en una tarea de lecturdesciframiento, a fin de hacer caer el exceso de goce que fija al sujeto

sus síntomas, sino que, también, por el solo hecho de leer, el analescribe lo que aún no estaba inscripto, actualiza la lettre en souffrancehace llegar a destino, pero ya no en el síntoma, sino en la adecuatraducción de la letra del Nombre del Padre. Cambiando el sentidomovimiento del nudo.

De ser cierto, y nosotros así lo creemos, ciertas neurosis nstandard lo son no como resolución legal del complejo de Edipo, sino



PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN

Acerca de los Fracasos del Fantasma

La novedad que aporta Silvia Amigo en este libro es importapor dos razones. La primera es que trata de modo estructural casos la clínica anglosajona deja en el no man´s land de la noción de límcuando, leyendo a Winnicott, él mismo dice que la mayoría de ellosestaba en el terreno de la psicosis. Pero no de una psicosis clínica, confenómeno delirante crónico, sino de lo que para él era su terreno: laimportancia dela ansiedad paranoide. No es fácil, sin embargo, cuando

se es lacaniano acordarcuándo un cuadro, por más grave que sea,pertenece de derecho a la estructura psicótica, ya queen muchos casosno se llega nunca al establecimiento f ehaciente del fenómenoelemental. Con lo cual, en alguna corriente del lacanismo francés, seha comenzado a diagnosticar psicosis no ya desde el significante, sinodesde fenómenos de goce sin anclaje significante, cuya apreciación no

puede no ser cuantitativa, y decisión subjetiva del analista.En los años '40, los neofreudianos, que traba jaban únicamentecon el retomo de lo reprimido, y nada más, reprochaban a los kleinianos la cantidad de descompensaciones "psicóticas" dela que éstosdaban cuenta, atribuyéndolas a su f uror interpretativo, ya que lossegundos pretendían ir más allá de l o secundariamente reprimido.Reproche que se encuentra teorizado y confirmado por HeinrichRacker, cuando éste autentifica la "psicosis transf erencial" como unmomento de la cura analítica, banalizando -teóricamente- así su aparición, lo que no es reprochable éticamente, yaque ese fenómeno noera, dado su nominalismo, imputable a una estructura. Lo cual, enprincipio, haría reír a unlacaniano. Que se atragantaría de golpe si

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se diera cuenta que un uso indebido del acto, la puesta en escena deque no es significante sino de lo que es construido por el analista comolado objeto de la división subjetiva, también puede provocarbreakd owns narcisistas como respuesta, y que no son propios a l

estructura del paciente.La segunda razón de la importancia de este libro, en lo quhace a los fracasos "estables" del fantasma, es que, aunque fuerpsicosis en suorigen, en el momento en que llegan al análisis hanconstruido por sí solos un síntoma que escabulle para siempreorigen forclusivo, lo que, obviamente, se diferencia de la restituciódelirante. Expliquémonos. Y aquí nos hacemos responsables nosotroslo que avanzamos, sin atribuírselo a la autora, quien, por el contrario,suscitó en nosotros, y en nuestra clínica, la necesidad de pensarlaesa manera, confirmarla o también pensarla de otro modo.

Creemos, con la autora, que las psicosis pueden ocurrir d urantla identificación primordial y atentar así contra la meraexistencia de lafunción del espejo. Sin embargo, la forclusión puede ocurrir durante

la identificación secundaria, y dejar incorporado al lenguaje aunquefunción dela palabra nopuede noresentirse. De ahí que no es lo mismouna paranoia schreberiana que un delirio en sector, oun deliriosensitivo de relación, donde los únicos que lo padecen son elperseguido del primero y el o los vecinos del segundo. Salvo quveces la sensitividad llega a atrincherarse en su casa con algrehén, hecho que no es tan raro enlos EEUU o en Europa.

Para Lacan, la diferencia entre las psicosis era una consecuencia de su extensión topológica (comunicación oral de MarCzermack). Lo que nos obliga a construir una teoría de esta extesión y de sus modalidades. Así hay melancolizaciones que curan,que revela que la función del semejante existe, y hay melancolías quesólo aparecen cuando el semejante que hacía de espejo real, no

hace más. Si curan, eso muestra que el lapsus entre imaginario y real esubsanable si y sólo si se llega a dar a otro semejante esa función.que puede hacerse sin alteración de lo simbólico. Que no esmismo cuando se acude a enamoramientos imposibles, que tamposon erotomaní as .

La propuesta de Silvia Amigo de considerar las bulimias l

anorexias "veras" como no formando parte de las histerias es16



importante, y ha hecho escuela, aunque no siempre se la cite. Porotro lado, la forclusión de la feminidad, que, e para Freud es un destinode la feminidad, no da nunca fenómeno elemental, sino una falicidadonde la genitaÍidad y toda la libido de esa función quedirremisiblemente de lado la vida entera. Lacan no objetó nunca esa

afirmación freudiana. Hasta hace tres siglos esto daba una SaTeresa o una Santa Catalina. Hoy el discurso de la ciencia les quitó,¡ay!, la aureola que llevaban. Lo cual es también una consecuenciareconocimiento de la equivalencia fálica con el hombre. La feminiperdió su carácter exquisito, como el dolor.

Esto nos lleva a suponer, siguiendo tanto a Freud como

Lacan, que puede haber forclusiones de la función fálica en la eroneidad de la zona oral, o de la genítalidad, y que estas pérdidas dEspecificidad de la función, por ausencia tanto de falicización coconsecuentemente, de significante··que haga corte en un goce queexiste, no son patognomónicas de psicosis;-aunque haya una. f orclusiónen su base. Pero no es "la" forclusión del Nombre-del-Padre.

¿Estamos cometiendo el pecado empirista· de multiplicar los entessin razón? Toda la época en que Lacan se esfuerza en distinguir al Falodel Nombre del Padre, en sus funciones, en sus tiempos y ensusextensiones permitirían a nuestra defensa contar con sólidosapoyos loque no implica que ambos significantessean Uno. Estas alteraciones dela función fálica, entonces, no siempre tienen que ser acompañadasmucho menos, de una desespecificación de todas las zonaserógenas, lo

que sí sería propio de la formación de u n a psicosis.La autora muestra también algo que los freudianos teníancuenta, y también Lacan en su clínica (relatos de pacientes): queneurosis, y no solo la obsesiva como para Freud, pueden estar acompañadas de fuertes alteraciones o modificaciones del yo (Freud yFreudianosla nombran Veranderung a partir de los años '23- ‘26) que

No objetan a su emplazamiento en la estructura, aunque esto las hmás proclives alacting out, aún a veces al pasaje al acto -la jovenhomosexual de Freud- o incluso, a veces, a ser las víctimas constientes de un padre, de una madre o de una pareja delirante que lashace su Ersatz de objeto, a lo que consienten, ya que éstos siguensiendo un Otro del cual nunca imaginaron separarse.

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surgir una respuesta fantasmática que va a decidir cuál ha de serdeseo de uno.

Pero para deducir un deseo en el campo del Otro es imprecindible que el goce del Otro no abrume al sujeto, porque si eso sude, éste no puede preguntarse por el deseo del Otro. Goce y des

que pueden anudarse, se contraponen en este punto.El sujeto no puede, por razones estructurales y no contingentpreguntarse ¿qué quiere el Otro? si vive abrumado por un goce del Oque no da respiro y que no permite, por ende, la menor hendija por dopueda establecerse el espacio de una lectura del campo del Otlectura que precisa de espacio y tiempo para ser efectuada.

Si no quedan intersticios, intervalos, el sujeto, abrumadotregua por ese goce, no podrá preguntarse por el deseo del Otro, ni esentido-genitivo ni en el objetivo del término. Presa continuameacosada por el goce, ni siquiera podrá formularse la pregunta pordeseo y resultará evidente que dada la situación jamás lograrárespuesta singular que es la frase fantasmática. Más adelante veremlas hipótesis que, sobre la razón y estructura de este acoso, podemformularnos. (3)

El fantasma no es algo, entonces, que venga dado por el Otrobien se deduce en el campo del Otro. Es claro que si el fantasmarespuesta del sujeto a la pregunta ¿qué quiere el Otro de mí?, la resputiene que deducirse en el campo del Otro, porque el deseo del Otrodeduce en ese campo.

Pero no se deduce rápidamente, mal que nos pese. Podcontestar qué quiere el Otro lleva al menos toda la primeravueltaedípica y también toda la segunda. A mi juicio, el Edipo culminala segunda vuelta, la de la adolescencia, donde se puede producirfantasma definitorio. Es decir una afirmaciónque defina para el sujetouna respuesta más o menos estable al¿Che vuoi?

No está de ninguna manera asegurada a priori la construcción y lacaracterística de un fantasma, dado que no está bajo la exclusdependencia del Otro, lo que reduciría al sujeto a la severa limitaciónun determinismo psicogenético. Además de las características de cOtro singular, están las contingencias de la vida y el modo específicimposible de predecir que asumirán las relaciones de un sujeto a vecon el Otro que le ha tocado en suerte.

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Estas reflexiones intentan subrayar la vigencia del Edipo"complejo" psíquico a través del cual pueden encontrar, la faz por adecirlo “ matemática" y la faz mítica de la estructura, una bisagra que·articule.

Entre las vueltas de la vida y la relación con un "determindo" Otro, mezcla estructural en la que cada quien se forja, surge ono, un modo de respuesta fantasmática.

El Otro se presenta al sujeto estructurado, para bien o parmal, sincrónicamente. Pero las relaciones del sujeto con ese Otrodesarrollarán en la diacronía, y ésta hace lugar a las contingencias enque se nutren las creaciones que escapan a un determinismo"mecánico".

Es común, por ejemplo, la situación de aquella madre que vienellevando muy bien la crianza de un niño hasta que un duelo inacabable la derrumba y la toma incapaz de continuar el ejercicio de suf unción de sostén de su niño.

Esto en la teoría matemática de los torbellinos se llama "crisis

estocásticas". Las "crisis estocásticas" son los momentos contingentesdonde, por ejemplo, porque sesaca la tapita de la bañadera se produceun torbellino que no estaba antes enel agua allí contenida, y que deno haberse sacado la tapita jamásse habría producido. Así , sin quenadapermitiera preverlo, podrí amos arriesgar perder por el desagüe unobjeto valioso que estuviera en ese agua.

Para armar el f antasma, para escribir el fantasma,se necesitan laestructura del Otro y las contingencias del sujeto en relación al Otro.Es mucho tiempo de vida que lleva armar esta construcción.

Los pasos deMagritte

Vamos aver cómo un pintor, Magritte, ha podido dar lo quemi juicio es una idea muy gráfica y refinada al mismo tiempo, dfantasma. La elección de este cuadro no es un hallazgo mío sino quhe sido guiada por Lacan, quien habla de este cuadro de Magritte, cunombre me reservo para más adelante, en su seminario sobre la lógdel fantasma. El afirma allí que no vio nunca una realización pictóricque le recuerde tanto la formalización humana del fantasma.

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(tres dimensiones) es taponado con un bastidor que reproduce exactitupaisaje imaginario (dos dimensiones) ficcionalizado en otra pintura dede la pintura, que reproduce exactamente el paisaje "real": las mismasnubecitas, el mismo cielo, el mismo conjunto pero sobre la superfi

del bastidor "pintado".En una primera mirada puede suceder que escape a la percepcla complejidad de la composición.

Hay al menos tres cosas en ese cuadro que podemos tomar cuentacomo los tres movimientos de conformación fantasmática.

En principio, lo real tiene que estar afuera, expulsado, manddo al exterior. En el cuadro hay una ventana por donde se mira unpaisaje real. Esta capacidad de poner fuera lo real en un sujeto humno no está asegurada ni mucho menos. Que un sujetohumano vivalo real como puestofuera de él,. Que el campo de lo real aparezca comoexterior, _d_epende de que haya hecho la primera identificación alenguaje, lo que en los autistas jamás se da Una vez que se ha incorporel lenguaje, el sujeto ha hecho la Ausstosung , tal como Freud la indicaba

para dejar fuera el objeto de goce. Por este mecanismo lo real queseparado del sujeto.En principio, el cuadro de Magritte muestra algo que es precondición delf antasma, primera identificación a lo real del Otro real, porincorporación del lenguaje que constituye lo real como exterior. Epuede no darse. Si no se da esto no podemos seguir con los pasos lógque voy a seguir planteando.

En segundo lugar, lo que ve en ese cuadro, es que el agujeroque hace "ventana" a lo real tiene marco, que permite acceder a lreal por un hueco legalmente bordeado. A veces, el sujeto ha puesto loreal fuera, pero carece de borde de ese agujero y accede a lo real poun desgarro o una rajadura dolorosa. Esta formación del marco eotro datoesencial del fantasma. No sólo se trata de que el sujeto teng

posibilidad de acceder a lo real, sino que tiene que poder accedertravés de un marco legal. Veremos más tarde que este marco se adquien la segunda identificación al rasgo unario deI Otro, al rasgo fálicoOtro.

Traeré a colación, antes de continuar, una frase de "Lsignificación del falo". (4) Allí se subraya cómo la escritura necesita

re-escrita una y otra vez, en distintos registros,._para que se vaya24



instalando el modo adecuado de su eficacia. De otro modo, tambiénsubrayó Freud en su carta a Fliess N° 52.

La cita: ''...loque está vivo del ser en loUrverdrängt,encuentra susignificante al recibir la marca de laVerdrängung del falo". Ademásde lo Urverdrängt,primer movimiento de expulsión de lo real, se

necesita adjuntar la represión del significante fálico para enmarel agujero. Y es imprescindible para recibir la marca de laVerdrängungdel falo, "( ... ) por lo cual el inconsciente es lenguaje".

Recién después de esta segunda retraducción, el nódulo del incociente va a ser un nódulo umbilical, tal como el ombligo del sueño.

Como tercer movimiento, constatamos en este cuadro aún o

escritura. Que a mi juicio corresponde a la tercera identificación, aimaginario del Otro real. El sujeto debe poder representarimaginariamenteel objeto en medio del marco, el sujeto debe podepintar, como lo figura Magritte sobre el bastidor "pintado", el objeto edos dimensiones, en medio del marco. Y allí Magritte coloca unarepre sentación de lo real del paisaje sobre su bastidor figurado.Repito los pasos.

Tiene que haber un primer movimiento de boqueteo, dondereal quede fuera, haya sidoaussgesstosen, expulsado, por el ingreso de losimbólico.Segundo movimiento, correspondiente a la segunda identificacióntal comoforma1iza Lacan las identificaciones en el seminario XXIV (5),siguiendo y extendiendo al Freud del capítulo VII dePsicología de las

masas y análisis de/yo. En ese tiempo el sujeto debe haber incorporaddel Otro las trazas que logren hacer:-marco al agujero tal que no seaun agujero sin marco, sin borde. El marcofantasma tico se traducetambién como marco de los agujeros del cuerpo, rouge de los labios,pintura de los párpados, aros de las orejas, cuidado de la musculacióque es anal, en las mu jeres pero también en los varones, modo de mira

modo de enarcar las cejas. Esta posibilidad de hacer marco se deja len el modo de llevar los agujeros del cuerpo, en el adecuado trazadel borde.

Finalmente, según un ordinal lógico, adviene la tercera identificación posible de lo imaginario del Otro real. Es imprescindible pimaginarizar un objeto dentro del marco. Lacan formaliza explícitamla necesidad de esta tercera identificación en sus últimos

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seminarios. Es imprescindible poder "dibu jarse", representarse, darseen lo imaginario u n objeto.

Se necesitan entonces estos tres tiempos para armar el fantasma.

Diferentes clases de fracaso del fantasma

Ahora bien, aún teniendolas tres pasadas de escritura, los tresmomentos de incorporación de la falta, una contingencia, una crisisestocástica, puede hacer que uno momentáneamente no cuentecon ladisposición de las tres letras que, más tarde veremos, señalizan estaoperatoria.

Durante los tiempos fundacionales de estructuración hay incontables ocasiones de perturbación de estas operatorias, pudiendo suceder que alguno de estos pasos fracase.

Desde luego que si fracasa el primero de los tiempos, el deprimera expulsión, el sujeto tendrá siquiera la chance de comenza

escritura que le proporcione un fantasma. Si no hay expulsión de lo rel sujeto jamás va a poder constituir fantasma.Si el sujeto no ha podido llevar a cabo la segundaidentificación a

lo simbólico del Otroreal, entonces no va a poder enmarcar los agujerosdel cuerpo ni constituir el marcoescritura1 de su fantasma.

En estas dos alternativas, expongo mi idea de que hay fraca-sos..definitivos y absolutos del fantasma; por ejemplo en el autismo ypsicosis. Estos entrañan por definición imposibilidad para el sujetoresponder al deseodel Otro por no poder situarlo, con lo cual elf racaso del fantasma esa perpetuidad, no por la eventualidad de nocontar momentáneamente con él, ni por detención en algún tiempofinal de su constitución, sino lisa y llanamentepor imposibilidaddeconstitución de los-pasos-fundantes del fantasma.

No vamos a detenemos en estos fracasos radicales, fracasosautistas o psicóticos (autismo y psicosis no sonla misma estructura)del fantasma.

Vamos a trabajar dosotros casos posibles de fracaso del f antas-ma: En principio los casos donde un sujetoque ha podido constituir unfantasma, por alguna contingencia o crisis estocástica de la vida,

pierde momentáneamente las letras o el orden de las letras, como si26



se le desarmara el cuadro, perdiera el marco, cayeran las cortinas, derrumbara el bastidor careciendo momentáneamente de figuraciónobjeto. El sujeto habrá perdido la disponibilidad de su fantasma. En condiciones el sujeto ha perdido su brújula, no puede saber lo que deporque al no poder creer situar lo que desea el Otro, ya no sabe lo

desea él, situación ésta que Lacan llama "tragedia del deseo". (6)Esta situación puede leerse en la tragedia shakesperiana

Hamlet, que tan bien comenta Lacan. También en la práctica cotididel análisis pueden constatarse fracasos momentáneos del fantasma.neurótico puede perder, por una crisis estocástica la disponibilidad dfantasma. Esta eventualidad en las neurosis se suele llamar "cris

Habitualmente estas crisis son tributarias de fracaso momentáneofantasma.Pero también hay otros casos en que el sujeto, no siendo psicóti

es decir no habiendo fracasado en la inscripción del significan teNombre del Padre, habiendo logrado la incorporación de lo realOtro real y la de lo simbólico del Otro real, aún así no puede terminar,por una crisis sino por estructura y ya no sólo por contingencias,constituir el fantasma y vive perpetuamente en un medio de las gradificultades de este déficit constitutivo.

Consideraremos casos parecidos al de Hamlet, subsidiarios mbien de la estructura neurótica en crisis, que en este volumen estconsiderado en el tercer capítulo.

Y consideraremos también casos subsidiarios de un fracaconstitutivo de la estructura, a los que llamaremos fracasos establesfantasma.

Para la constitución del fantasma definitorio, tal que defina pel sujeto la respuesta por el deseo del Otro, se necesitan entoncesmenos tres movimientos .estructurales.

Pero aún habiéndolos, puede intercurrir una crisis que al sujetoprive de la disposición de ese fantasma. Una vez armado el fantasno es·que esté siempre ahí, firme en la brecha, pase lo que pase. Clque si el sujeto contaba con las sucesivas anotaciones literalesfantasma, siempre las podrá recuperar. Siempre que se ha escrito letra en una historia se la puede recuperar. Pero en absoluto easegurado que el sujeto cuente en todo momento con

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una letra que tiene escrita. Puede sucederle que no disponga momtáneamente de una marca que tiene, por así decirlo, extraviada.

El advenimiento del nudo

Intentaré establecer, tomando apoyo en el nudo borromeo,escriturade las últimas de Lacan, que esclarece a mi juicio la tripdeterminación del fantasma,una diferencia entre goce fálico y signi- ficación fálica. De no establecerse esta diferencia, de colapsarse estados caras de las relaciones posibles que abre el significante fálicosu significación y al goce que éste organiza) puede inducirse un casofracaso del fantasma, Trataremos de demostrar por qué.

Se trata en el nudo de la última escritura de Lacan. Es una escri-tura, si se me permite el oxímoron, de una sencilla complejidad. Lacanintrodujo porque de hecho resuelve varias paradojas que él venconstatando a lo largo de su enseñanza. (7)

Lacan había empezado a trabajar describiendo el registr

imaginario. Su primer ponencia; devenida célebre, es la del estadidel espejo, presentada en 1936 en el Congreso de Mariembad.Más tarde él va a emitir el “discurso de Roma”, donde, a pesar de

dar los esbozos de sus tres registros, planteará la primacía de lo simbólicDurante un lapso bastante prolongado va a dedicarse a denuncia

reducción a lo imaginario (tomado este termino en su peor sentiddado que imaginario no es mala palabra) que planteaban los analisposfreudianos, tanto la escuela kleiniana como la escuela anafreudiaTomando apoyo en un segmento de su obra puede uno quedar entrampen el error de considerar este registro únicamente como fuentedesconocimiento, tapón de la verdad, obturador de la falta, etc., etc.

Lacan prosigue con su enseñanza e inmediatamente encuentcomo tope a la avanzada de lo simbólico aquello que no se deja redu

por la dialéctica simbólica, aquello que queda como resto inasimilaa la maquinación simbólica. Y allí pasará a acentuar el registro de lo rEs en esta época que formaliza lo que él mismo llama su “único invento”,el objeto a, resto irreductible, tanto a la simbolización como a imaginarización.

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Durante muchos años trabajará la dialéctica entre simbólicoreal, trabajo de resultados y aportes magníficos. De este trabajo susu acentuación del matema letra, frontera entre simbólico y real, qpermite de posconceptos una transmisión integral.

El problema es que el se encuentra con el inconveniente de q

con sólo estos dos registros, real y simbólico, no puede conclformalizaciones que le exige su clínica.Y en efecto, le falta ingresar uno de los registros, que era aqu

por el cual él había comenzado a exponer su enseñanza y sin el cno podía dar cuenta de serios problemas de la clínica, no solamentelas neurosis, sino por ejemplo de los casos graves, como las psico

Sin volver a recolocar una formalización de ese registro no podía salirenredo.La contingencia no estuvo ausente en la entrada en escena d

nudo borromeo, escritura mediante la cual zanjó Lacan el impasseque venimos hablando.

Durante una clase del seminario XIX,...ou pire (8), en los finales de la etapa del matema, que de ninguna manera queda superapor el nudo, sino que se articula al paso decisivo del nudo, una serita del público le alcanza a Lacan un papel donde figura el escude armas de la familia Borromeo. Esta familia vivió en Ferrara, en elnorte de Italia; dejando aquí y allá (en museos, iglesias, teatros) temonios de su generosidad.

El escudo de armas de los Borromeo era una cadena de tr

redondeles donde se simbolizaba la unión familiar, en tanto que la rupra de un solo miembro rompe el conjunto de la familia que se deshace

Debemos agradecer a la contingencia de la fulgurante intuición de esa señorita la riquísima lematización del nudo borromeo.

Este presente dejó pensando a Lacan. Al final del seminarXX, Encare (9), en la última clase, encontramos presentados lo

redondeles de hilo, donde se adelanta un esbozo de utilizaciónnudo borromeo.

Dado que no soy matemática, aunque me he acercado a matmáticos que me han enseñado y de los que soy deudora, Delia ElmeCarlos Ruiz, voy a manejar los nudos como una analista. Lacan acseja usar el nudo no de un modo algebraico, sino de un modo "bobo"

El escudo de los Borromeo es un nudo tal como lo conocemos29



hoy, clásico, de tres redondeles enlazados, que se anudan siguiendo laley de cruces que ordena que una cuerda pase por abajo de una y porarriba dela otra.

La condición del borromeo es que no puede haber entre lascuerdas interpenetración, Los nudos se apoyan uno en otro pero nose interpenetran. La interpenetración equivale en el nudoal accidente

forclusivo del Nombr e del Padre.Si un nudo es borromeo, lo es porque ninguno de sus redondeles interpenetra el agu jero del otro, esto es fundamental. Cuando unregistro creepoder anular, "comerse" el agujero del otro registro, hayaccidente forclusivo. Si escribiéramos un accidente psicótico del nudo loharíamos así:

Esta ley de composicióndel "una por arriba, otra por abajo"equivale estrictamente al trenzado. Si con tres hebras se realizan seiscruces en una trenza y sevuelven a unir los bordes, se obtiene unnudo borromeo. Un nudo borromeo es una trenza de seis cruces. Laley del "por arriba y por aba jo" indica que ningúnregistro pasa porelagujero del otrohacia el otro lado, en el nudo una cuerda pasa para

volver a salir, pasa y vuelvea salir, como en el bordado. 30



Además, con el correr delos seminarios, el nudo será planteado por Lacan como la adjunción de tres toros. Un toro, parecido auna cámara de auto, es la mínima figura topológica cuyo agujero irreductible. El nudo es la adjunción de tres registros tóricos de aguirreductible: real, simbólico e imaginario, donde ninguno de

registros se arroga el derecho de anular el agujero del otro. Se anudantres y forman zonas donde Lacan va a apoyar su matema. Es decir lejos de abandonar la teoría del matema cuando ingresa el nudo,

Lacan utiliza el nudo para apoyar su matema.En este punto estoy planteando una posición divergente dela de

Jean Claude Milner, quien en su texto La Obr a Clara (10) afirma que

cuando Lacanpropone el nudo borromeo da un paso que implica laabolición del matema. Esto lo afirma Milner en el citado libro que, porlo demás, considero magnífico. Me permito plantearle sin embargo unaobjeción. Esta, a mi juicio, aparece allí donde Milner afirma que ladisolución dela Escuela Freudiana de Parí s, que es un avatar político,corresponde a la disolución del materna que, de haber existido -cosaque personalmente no creo- habrí a sido un avatar epistemológico.

Lacan va a tomar el nudo como una prosecución superadoradel conjunto de suenseñanza, añadiendo al del esquemaalienaciónseparación, que es un esquema del cruce de lo simbólico con lo rearegistro imaginario. Él había planteado la intersección de lo simbólicoOtro, con el sujeto a advenir desde loreal.

Cuando Lacan en el seminario XIX, ... ou pir e, comienza apreguntarse por la importancia del registro imaginario en la clí nica



determinación, El fantasma implica tres modos de escritura, de selización del objetoa , ese objeto que se restade los tres registros.

Los tres hilos que se dejan leer en el punto decoinçagerevelanla escritura simbólica dela, la escritura imaginaria dela y la escriturareal dela.

Cuando ela está encuadrado en el hueco de los tres registroscuando ela se ubica en el punto decoinçage de los tres registros,puede afirmarse que ela se encuentra normativamente ubicado en ehueco fantasmático. Solo desde allí puede servir de respuesta para el suen relación al deseo del Otro.

Esta presentación del nudo, que no es la única posible, es

que permite conservar disponibles las zonas de empalme de los regtros entre sí, preservando sin anular los agujeros de los registros. Hempalme entre registros cuando no hay anulación por interpenetción entre registros.

En el nudo un toro equivale, como función de anudamiento,una recta al infinito. Es decir, si se cuenta con los anillos simbólicreal superpuestos, es decir apilados sin interpenetración, para ingrelo imaginario de modo tal de obtener la configuración borronea, tendos alternativas.

Una, es añadir como otro anillo toro al registro imaginariOtra, es sostener en anudamiento con una recta al infinito que se anucon la misma ley de cruces. Sólo que al quedar abierta al infinito haun cruce que sólo se constatará como correcto según se cruce por dela

o por detrás del plano. Tiene que ser una rectaal infinito,porque sifuera un segmento de recta se correría el riesgo de que en los extremdel segmento el nudo se deshaga. La apertura al infinito hace aparecer,sea cual sea la cuerda que se abre, su agujero específico.

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La intrincación pulsional y la significación fálica

Es útil detenerse a trabajar una zona de intersección del nudaquella dondelo simbólico se recubre con lo real. Ese cruce, comozona de empalme, aloja en el nudo al goce fálicoy permite traba jaralrededor de la diferencia entre goce fálico y significación fálica.

Por el hecho de la incorporación del lenguaje el bebe humanpierde bruscamente el goce de la cosa. Porque ingresa el lengua je seproduce la Ausstosung del objeto de goce. El goce queda fuera, tambiédel cuerpo. Se expulsa hacia fuera.

¿Cómo es que de esa masa de goce expulsado podrá llegar

haber recuperación parcial por canal fálico? ¿Cómo es queese gocerecuperable estará ligado, fuera del cuerpo, a la palabra?¿Cómo le llega al bebe ellenguaje? ¿Bajo qué manera? Por

qué el bebe incorporael lenguaje?Lo incorpora por vía de una función sin la cual morirí a. Se trata

de la función materna, vehiculadora del campo del lenguaje desdoblado como campo pulsional. El bebe humano incorpora el lengua je· vía la pulsión. madre, tal como señalara Freud, cumple en emomento fundante un importante rol civilizador. Justamente por pasarpalabra que demanda al niño goce. Lejos de ser una maniobraperversa, constituye la entrada en la posibilidad de recupero de gocepor vía de la palabra.

La madre ingresa al campo del lenguaje al bebe cuando interpreta el llanto del bebe como hambre, cuando interpreta el llanto dbebe como ganas de que le hagan upa o como ganas de quecambien o que lo duerman. Al decriptar como demanda el grito dbebe, la madre acude al bebe donando, en el mismo acto que donalengua je, el campo de la pulsión. El ingreso de la pulsión equivaleingreso al campo del lenguaje.

Pero resulta claro que una mamá puede atender de muchomodos distintos a su bebe. En principio podemos acordar que el mehecho de ocuparse de la difícil tarea de decriptar el llanto denuncque su bebe representa algo fundamental que merece para ella sem jante esfuerzo. Freud afirmará que una madre hace este esfuerzoporque su hijo entra, bajo el modo de una ecuación, a equivaler pene que lef alta. Si no hubiera tal equivalencia ninguna madre se

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tomaría el trabajo de criar un bebe, lo cual es bastante dif í cil, peno soy cansador. Si el bebe no le reportara a la madre una porción de goceque le falta, entonces ninguna madre podría ocuparse de un bebe.

Tratemos de delimitar en qué posición estructural se coloca unmadre cuando acentúa, del valor fálico de su bebé, o bien de la alternat

producen muy diferentes respuestas en el sujeto a venir.Una analista de Barcelona me relató uncaso de su práctica. Setrataba de una nena cuya madre habíaatado a los barrotes de la cunauna mamadera inclinada en unos cuarenta y cinco grados. Con esainclinación la leche no se caí a por el agujerito de la tetina,sólo salí a sila beba chupaba. Dejaba la mamadera atada todo el día con leche tibia

que se iba enfriando. Esta beba tomaba una leche que no vehiculizaba el campo del lenguaje. Nada le f altaba nunca a la vez queno es exagerado afirmar que le faltaba todo.

Como esta bebita devino autista, dado que no se le ofertó elcampo del lenguaje para ser incorporado, ni siquiera pudo establecerse el balanceo entre goce f álico y significación f álica, ambos f unciones de la palabra. Afortunadamente estos casos no son frecuentes.

En la mayorí a de los casos una madre pasa al niño el lenguajey las primeras marcas fálicas. ¿Cómo es que pasan estas primerastrazas fálicas?

La mayoría de las madres sí se ocupan dealimentar a su niño,alimentándolo de lenguaje, de pulsión. Esto severifica sencillamente enel mero hecho delritmo, ritmo de lactancia del tipo de "cada tres horas

u otro, pero que introduce en el niño la alternancia y la escansión, yde hecho la primera experiencia de fort-da, Este ritmo hace entrarfuturo sujeto en la alternancia entre presencia yausencia.

Hay pediatras que aconsejan la libre demanda en la lactancia.problema es que por bastante tiempo el bebe no demanda nada. Esmadre la que puede, sin forzamiento por supuesto, introducir u

demanda en el chico.Una madre dona un ritmo y al donar el ritmo dona el campdel lenguaje y una ley de presencia - ausencia.

Además si la madre, donando el campo del lenguaje, mietras da de mamar mira a su chico a los ojos ofrece al hueco parpbral del bebe el objeto mirada de ella, alrededor del cual el bebe va

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a acomodar su mirada. Si la madre no le ofrece su mirada, el bebcarece de apoyatura para acomodar la suya y no puede mirar a lojos.

También le habla, no continuamente porque eso abrumaría

bebe de su goce invocante. Pero le habla, pulsión invocante, lo sostne en sus brazos, pulsión anal, la del tono nuscular, dado que todasuperficie de los músculos se proyecta en el orificio anal.

Una madregood enough,como diría Winnicott, apenas buena, daa su niño el campo del lenguaje bajo un modo deintrincación pulsional que le brinda.

Podemos señalar algunos trazos diferenciales entre pulsión vida y de muerte. (11)

La pulsión de vida está acentuada en la intrincación de lapulsiones, m ientras que cuando una pulsión se independiza de las otrase desintrinca, acerca peligrosamente a la ribera de la muerte.

Como ejemplo de intrincación podemos tomar nota de unexperiencia cotidiana. Si colocamos un bebe en un moisés alto y sup

niendo que setrata de un bebe que no se sienta aún, si su madre lhabla caminando alrededor del moisés, el bebe seguirá con la mirda la voz de la madre Ya hay intrincación pulsional. La mirada siguevoz.

Si se toma upa un bebe, de no ser mirado, el bebe mismo vapedir con movimientos cefálicos la mirada de quien lo sostiene demtrando cuánto precisa la intrincación de lo anal con lo escópico.

Un bebe sostenido en brazos, con gorjeos, va a demandar quse le hable.

La pulsión de vida es la pulsión intrincada a las otras por spropia dinámica en la madre. Una madre es tanto más vital parachico, más vectora de Eros, cuanto más intrinca las pulsiones encrianza. Al así hacerlo, pasa las primeras limitaciones al goce puls

nal bajo la forma deun goce que, al coexistir con otro, lo limita.Si una madre da solo leche, si ni mira, ni habla a su chico, ni

sostiene, es probable que ponga la semilla de la desintrincación desdprimer momento de la crianza.

La madre, en tanto encarnadura del Otro, podrá dar, en cambio, campo de la pulsión intrincada donde una pulsión limita el goce de

otras. 36



Si me mantengo entre real y simbólico es porque una madre, sies normativamente, sólo puede vivir a su hijo como suplencia de su ffálica. Sólo si se configura de este modo, una maternidad será de parlétr

Ahora bien, la madre puede eternizar lo que debiera ser u

momento y utilizar a perpetuidad al bebe para obturar su falta fálica.situación es diametralmente opuesta a aquella donde ese niño pasarrecordarle, podrá ayudarla a que pueda sostener tolerablemente su ffálica.

Se trata de dos modos distintos de relacionarse con el falo. modo de usar el falo para instrumentarlo como garante del taponamiedel agujero, degrada aquello que dará encarnadura al falo significanteeste caso el niño mismo- a la categoría de fetiche. He aquí un modocrianza que se desliza en el perpetuo subrayado del goce fálico.

En otro polo, el significante fálico acentuará su potencial significación de la castración. No es necesario el Edipo desarrollado esentido de la aparición del personaje paterno para que se diferencnetamente estas dos vertientes, si bien este personaje será imprescind

para refrendarlas y convalidarlas.El primero de estos dos modos predispone, como desarrollaluego, al fracaso del fantasma.

Ahí donde el goce fálico se sitúa obturando los agujeros de lo ry de lo simbólico, la significación fálica relanza la disponibilidad de eagujeros de los dos registros.

La significación del falo señala el agujero, es su Bedeutung misma."Die Bedeutung des Phallus" es el título en alemán que Lacan le pone artículo célebre, creo yo que en referencia explícita al maestro Frege. Péste la Bedeutung -traducible aproximadamente como significación denotación- apunta a la referencia real de un término (12). La significacfálica es la Bedeutung de la falta, mientras que el goce fálico es el intentpuntiforme de bloquear la eficacia de la castración.

Todos necesitamos tener momentos de goce fálico, momentos empalme. Pero debiéramos poder reabrir las cuerdas, volver a disponerlos agujeros y poder reempalmar.

Un ejemplo de esta dialéctica de empalme y corte es el orgasmo

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masculino, donde el momento de goce puede articularse con la detumescencia. Allí se denuncia de una forma particularmente crista lina estructura de la dialéctica de la relación del sujeto al falo. El momentodel goce orgástico masculino es aquél en que se pier de la disposicióde la erección. Del falo puede gozarse un instan te en el momento e

que se empieza a perderlo, hasta la próxima vez.Los goces que se esperan y se pueden obtener con un hijodebieran poder ser inmediatamente abiertos a la significación fálica.

El goce (fálico) del Otro

La paradoja es que el goce fálico que la madre obtiene de su ijode ser permanente, de no tener resquicios, del lado de su retoño nopuede ser vivido sino como tomando el horizonte aplastante del gocdel Otro.

Lo que desde el borromeo de la madre, desde su propio tren-zado es goce fálico, es decir, goce ligado a la palabra; al chico le cae

sobre el cuerpo, como goce del Otro.Es un problema que se emparienta a la pregunta acerca de quéclase de goce es del superyó. Como heredero del complejo de Edipoheredero de los padres, vehiculiza los imperativos de la medida fálicque el Otro exige que su hijo cumplimente. Claro que para el sujeto qudebe padecer su embate, esta demanda de garantizar el goce fálico deOtro, es vivido como goce del Otro a secas. . . Siempre se debe tenecuidado de plantear de qué lado, si del lado del Otro o del lado desujeto, se examina la cuestión de los goces. Aquí vale a pleno laadvertencia de Lacan acerca de las relaciones de circularidad norecíproca entre ambos.

En el nudo, Lacan escribe una diferencia, explícitamente, entregoce fálico y significación fálica. Mientras que el goce corresponde amomento de empalme, la significación fálica emerge de la apertura ainfinito de la cuerda de lo real. Apertura al infinito que hace aparecer lreal de lo real, que delimita como escritura el significante fálico en supoder de significación: (13)

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Es este unsignificante Ф , en efecto, quien agujerea lo real,quien hace aparecer en la vida el agujero real.

Antes de la reproducción sexuada, ates de que hubiera dino-saurios, plantas, que se reprodujeran sexualmente, no había molé-cula orgánica, y no había muerte.

Pero aparece de pronto la vida, la molécula orgánica. No sesabe por qué, si es porque un rayo impactó en una molécula inorgá-nica, si es porque Dios lo quiso. Ella trae aparejada la reproducción

sexuada, que implica que el que porta las semillas muera, y que vivala progenitura, vive el resultado, el fruto, la descendencia.La introducción de la diferencia sexual introduce en lo real,

lo real de la muerte. Y para los seres que hablan, el símbolo de lareproducción sexuada es el falo. El falo, como significación, haceaparecer el agujero real de lo real.

Mientras que el goce fálico es un momento de obturacióndel agujero real de lo real.

Paradojas de la posición materna

Habitualmente una madre good enough, apenas buena,introduce al campo del lenguaje junto con una intrincación pulsional.

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Dada esa intrincación, el goce de una pulsión está limitado pogoce de las otras, no se hace de una pulsión un coto de goce, como qdice un coto de caza, sobre el cuerpo del chico.

No es fácil, para una mujer, devenir La madre. No le sería poble el enorme trabajo y la gigantesca responsabilidad de criar un niño s

fuera que éste le reporta la ocasión de restañar la herida de su falta fáPene: niño. Esta ecuación simbólica, descubrimiento deslumbranteFreud, fundamenta el habitual deseo femenino de maternidad. Es por misma ecuación que no es sencillo para una madre resistir la caída efácil tobogán del ejercicio, sobre su retoño, de un permanente goce fálic

Clínicamente, este goce se vectorializa por la vía de la ace

tuación del goce de una pulsión que, desintrincada del resto, hace cuerpo del niño una suerte de coto reservado a su exclusivo arbitrio.. consejos de crianza de poco sirven. Es sólo desde el saber inconscienteuna mujer devenida madre encontrará la ley que le impida ese ejercnefasto.

Cuando esto no sucede, en vez de primar sobre un niño la sigficación fálica (la que afirma que un niño significa la falta de la mahace ver a la madre lo real de lo real), cuando la madre goza permanencia fálicamente al chico, éste será garante de la obturaciónagujero real de la madre. Para el chico, el embate del goce fálico dmadre, que en general toma la forma de una demanda pulsiodesintrincada, es vivido como goce del Otro.

Se trata de poner a trabajar delicadezas, matices, del modo en q

fue donado, ingresado el campo del lenguaje. Intrincado o desintrinccon predominancia de goce fálico o sin, con significación fálica o falencias de esta significación.

El acoso del goce fálico del Otro

En los casos de configuraciones estables de fracaso del fantasma, es decir de problemas estabilizados, no crisis momentáneas defracaso del fantasma, suele haber un problema en el gran Otro, quiensobre el sujeto ha ejercitado sin tregua, no la significación fálica sino egoce fálico.

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El sujeto no ha estado bajo la égida de la significación fálica, qpuntúa lo que al Otro le falta.

El predominio de esta significación de alguien para otro es lo qse suele llamar amor, cuya llama se enciende cuando alguien represent

que al Otro le falta.Tanto en los casos de predominio de la significación fálica comen aquellos de goce fálico, la relación con el Otro está mantenidasostenida, pero en un caso en términos que llevan al puerto del predomdel amor y en otro caso en términos que llevan al puerto del primadogoce.

Freud dijo esto a su manera. Él afirmó que en el núcleo real dinconsciente se hallan sexualidad y muerte.

Si lo escribimos con escrituras lógicas, obtenemos la estructulógica de la cópula.

Sexualidad ^ Muerte

Cuando un chico es gozado y no significado fálicamente, cuanun canal pulsional se desintrinca y goza a muerte, al futuro sujeto pullegar a serle imposible esta conexión, y de lo real conocerá únicamentcostado de la muerte.

Cuando el chico es adecuadamente significado en el amor, conola posibilidad de una conjunción vital entre sexualidad y muerte. La mu

vendrá normativamente después del ejercicio de la sexualidad, despuétener la propia descendencia, la cuota de goce que cada cual puereencontrar.

El goce fálico ejercitado sin tregua sobre un sujeto en tren estructurarse, hace que de lo real, le reste como única alternativa la mue

Entonces, en vez de sexualidad y muerte, el sujeto deberá opexcluyentemente entre sexualidad o muerte. Y esta última es una faalternativa. No habrá forma de evitar la muerte como único destino.

Abrumado por el goce fálico del Otro, el sujeto no encontraresquicio para la pregunta vital: "¿Qué me quiere?", tal como veníamdesarrollando más arriba.

Faltando la mera posibilidad de formular la pregunta por el

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deseo del Otro, esto es, por su falta, el sujeto se verá impedido de interesponder fantasmáticamente.

El análisis intenta volver a abrir la significación fálica, intenvolver a poner a jugar el agujero real de lo real. Para permitir al suvolver a empalmar, volver a armar sus propios modos de goce.

El acto analítico no es sólo .ejercicio de corte, el acto analíticotambién elsavoir faire el empalme. El análisis opera entonces sobre unbáscula de corte y empalme. La clínica psicoanalítica no es, como suafirmarse de un modo un tanto fundamentalista, práctica del puro cortetambién una clínica del arte de rehacer empalmes de modo menos onerPero éstos estarán a cargo del sujeto, y no inyectados como imperati

del Otro.Para concluir por el momento, develaré el título que Magridecidió para ese cuadro que deja traslucir la triple determinación fantasma.

Su nombre es La condición humana.

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Notas

(1) Este cuadro de René Magritte es La condición humana, obra de1933 que inspiró un intercambio epistolar con André Breton. Pueconsultarse el libro Magritte de David Sylvester, Ed. Flammarion, París,1992.(2) Cazotte, J.El diablo enamorado, Ed. del Cotal, Barcelona, 1976.(3) Heinrich, Haydee.Cuando la neurosis no es de transferencia. Ed.Hamo Sapiens. Rosario 1997. La autora plantea allí, con enorme lucidla imposibilidad del sujeto para hallar su respuesta a esta pregun

Coincido con ella, si bien pienso que la separación del campo del Otrohace imposible por falla en el tiempo fundante de la alienación.(4) Lacan, Jacques. " Die Bedeutung des Phallus", Ecrits, Ed. du Seuil,Paris, 1966.(5) Lacan, Jacques. Seminario XXIV, L´ínsu..., inédito.(6) Lacan, Jacques. Lacan oral. Ed. CEP, Buenos Aires.(7) Lacan, Jacques. Seminario XXII, R.S.I., inédito.(8) Lacan, Jacques. Seminario XIX, ...ou pire, Inédito, Clase 9 defebrero de 1972.(9) Lacan, Jacques. Seminario XXEncore; Ed. du Seuil, Paris, 198b,Capítulo sobre los Ronds de ficelle.(10) Milner, Claude. L 'æuvre claire, Ed. du Seuil, Paris, 1995.(11) Yankelevich, Héctor.Todestrieb, Conferencia dictada en la

E.F.B.A. Año 1997, mes de agosto. Se puede encontrar una elaboraciónesta conferencia en su libro Lógicas del goce, Ed. Hamo Sapiens, Rosario,2002.(12) Frege, Gottlob.Über Sinn und Bedeutung, traducido como Sobresentido y significación, en el libroEscritos lógico semánticos.

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CAPÍTULO II

Notas sobre el Potlatch

En el capítulo anterior nos detuvimos en la consideración de utela célebre de René Magritte. Pareciera que "La condición humana" (tael título que el pintor eligió para su cuadro) tiene que ver con el intentalcanzar, a través de un agujero bordeado y enmarcado prolijamente, aqué no es lo real del paisaje, sino lo que vuelve a nosotros como alcanzde ese paisaje, por medio de una representación. En el lugar donde poentreverse el paisaje, el artista ubica un bastidor – que hace de cuadrodentro del cuadro- donde se ha pintado una reproducción del paisaje. estar perdido el paisaje puede ser suplido por una representación de ladisfrutamos.

Hoy vamos a citar a otros artistas, a los poetas escandinavos poco después del neolítico. Tomaré estos versos, citados en el gran clás

de Marcel MaussEnsayos sobre el don, que forma parte de su libro Antropología y sociología. (1) Este texto de Marcel Mauss es un supeclásico de estas dos disciplinas, que ha pasado a la historia y tiene enbibliotecas un lugar asegurado como libro de consulta, porque se consiun libro canónico dentro de su área. El prólogo del libro en la edicfrancesa fue escrito por Claude Lévy-Strauss, y es considerado

manifiesto fundacional estructuralista, que da basamento a lo que va atoda esa escuela de antropología.

1.Clase N° 2 del seminarioClínica de los fracasos del fantasma, 15 de septiembrede 1998

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En este libro primigenio, Mauss, inmenso antropólogo, ensaya primera hipótesis razonable acerca del "potlatch". Antes de intentingresar en su misterio, cedamos la palabra a unos remotos poetescandinavos:

He aquí unos poemas del Havamál, que forman parte de la Eddescandinava, en traducción personal desde la traducción al francés dpropio Mauss:

"No he encontrado nunca un hombre tan generoso, ni tandadivoso para nutrir o alimentar a sus huéspedes, que 'recibir no srecibido''',

"Ni he encontrado un hombre tan derrochón de sus bienes, qurecibir en retorno le fuera desagradable".

Mauss se detiene bastante en ese "recibir no sea recibido". Ydeduce que significa "que no le sea agradable recibir", o bien que "reciba el recibir".

Continúo con la saga escandinava: "Con armas y vestimentas, loamigos, deben agasajarse. Cada uno lo sabe por su propia experienc

aquéllos que se intercambian mutuamente regalos son amigos pasiempre, si las cosas andan bien"."Uno debe ser un amigo para su amigo y devolver regalos po

regalos, uno debe devolver risa por risa y fraude por mentira".Tú lo sabes, si tienes un amigo en el que confías y si tú quiere

que la cosa marche bien, debes mezclar tu alma con su alma y cambregalos y rendirle a menudo visita".

¿Qué significa toda esta historia de los regalos intercambiados?Continúo la traducción: "Pero si tú tienes otro amigo, del qu

desconfías y si no quieres que las cosas salgan mal, debes decirle bellpalabras, mientras piensas lo contrario, y devolver fraude por mentira"

"Así es, así sucede con aquél en quien tú no tienes confianza y dquien sospechas de los sentimientos, hay que sonreír1e, pero habl

contra tu corazón. Los regalos devueltos deben ser parecidos a lregalos recibidos".

"Los hombres valerosos y generosos tienen la mejor de las vidaellos no tienen jamás temor, pero un cobarde tiene miedo de todo. avaro tiene miedo de recibir regalos".

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arriesgaban quedar sin alimento. En esas ocasiones una tribu que sdedicara a la extracción de cobre podía llegar a depender para susubsistencia de la devolución del potlatch de tribus pescadoras. Lmera supervivencia social estaba asegurada en el intercambio de

bienes, sin que mediara otro contrato que este movimiento "donado" incluso "festivo" de los objetos.Si una tribu habitante de las montañas, dedicada a extraer cobre

de las minas, guardara para sí su cobre, y no lo diera en potlatchdurante las hambrunas de invierno arriesgaría no recibir alimentocomo devolución ritual. No porque se ejecutara una venganza, sinoporque no sería reconocida como una comunidad que mereciera ereconocimiento de otra, una tribu que no estuvo a la altura de hacer upotlatch.

La ley del intercambio de bienes funda el potlatch y toda lateoría de los regalos. Según esta ley, los bienes no son para ser acumulados. En esa lógica de nada me serviría guardar cobre para atesorarSe es dueño y rico en cobre si se lo puede dilapidar, si se lo puede tira

por la borda de una canoa, si se lo puede perder ritualmente.

El "hau" y el "maná"

Otra cosa que discute muy duramente Mauss, es la idea de queera indicio de pensamiento primitivo y atrasado el pensar que la

cosas que se daban portaban también el "hau" del donador. El "hau" eel alma, el espíritu de quien da, y a tal punto ello está comprometiden el regalo que, dándose una cosa, se da también el "hau" deldonante.

Intentaré referir una leyenda cuya lectura me ha fascinado. Unaborigen mahorí, Tamati Ranaipiri, informador de R. Eldson Bestantropólogo anterior a Mauss, intenta explicarle, con bastantedesesperación por hacerse entender, qué diablos es el "hau", Le dicasí:

"Yo le voy a hablar del 'hau'. El 'hau' no es el viento que sopla.No, no, en absoluto. Suponga que usted posee un artículo determinado, cualquier cosa, un objeto, y si usted me da a mí ese artículousted me lo da sin precio fijo. Nosotros no hacemos mercado a

propósito de ese artículo. Entonces yo, ese artículo que usted me dio50



llevan puesto el "hau" del que nos las ha donado. Cualquiera que shaya mudado habrá pasado por la experiencia de tener que decididesprenderse de pequeños objetos que carecen por completo de valode mercado. Cajas, souvenirs, cartas, cuadernos de notas, muñecos

fotografías. Estos pequeños recuerdos, estas nimiedades, de las quresulta tan doloroso desprenderse, demuestran detentar algo que norepresenta a nosotros mismos o a quien nos lo ha dado.

Por supuesto no se puede calcular sobre qué objeto va a recaer e"hau". Hay jardines de infantes que piden que los niños lleven unalmohadón, o algún otro objeto de la casa. Lamentablemente no sepuede estar seguro de que, para ese chico, el almohadón porte el "haude la madre y lo tranquilice en su ausencia.

El objeto transicional, ese objeto que por el hecho de representar a la madre permite separarse de ella, es la prueba más fuerte dque las cosas tienen "hau" y que portan algo de uno.

No se trata en el "hau" de una vieja historia en desuso. Hay en laidea de "hau" un profundo saber de la estructura.

Descartes tuvo muchos descendientes, uno de los cuales es la"lista de regalos". No voy a quejarme de Descartes. Este filósofofundador de los tiempos modernos, llevó a cabo una operación magnífica al afirmar que el verbo, la palabra, no es atributo divino sinohumano. Desde entonces es quien puede proferir el "pienso” el quepuede ser unsum un ser. Lo que tiende a olvidar Descartes es que unono piensa todo, tal como lo pretende la ciencia moderna. La ciencimoderna cree que puede pensarlo todo, y esto que excede pensamiento, eso que el pensamiento no puede pensar, que los analistallamamos "real", es algo que la ciencia cree poder reducir a cerodemostrando allí su potencial forclusivo tan de temer.

Descartes engendró varios nietos y bisnietos. Un bisnieto deDescartes es la lista de casamiento. Cuando uno es invitado a un casa

miento, obediente, elije algo en esa lista. Por supuesto este regalomoderno es casi indefectiblemente cambiado por los nóveles cónyuges por algo que resulte aún más práctico. ". . .

¡Qué poco queda en esta funcional manera de regalar delprecioso traslado de "hau" que preside al regalo antiguo!

¡Cuánto nos emociona hoy recibir un verdadero regalo, un

regalo de esa clase que hace que un alma se mezclé con la otra!52



Estos regalos antiguos no pasan algo que el donante posea, sinel punto precioso en que el objeto sea tan singular que puedrepresentar lo que justamente le falta.

La lista de regalos, con su practicidad, enfatiza la seguridad ddar algo necesario. ¡Es algo tan poco romántico, es tan cartesiano!

Lo que da a una persona la medida de su capacidad de ser alguien, de entrar en lazo social, no es lo que puede acumular. Lo queda la medida de la fuerza del sujeto, lo que la medida de su posibilidad de estar entre otros seres humanos, es lo que está dispuesto a perder, es lo que está dispuesto a donar de valioso, de portador de“hau”

Esta fuerza del que puede dar tiene como efecto también laaparición de lo que los tribales llamaban "maná", la fuerza carismática de alguien, su prestigio. El maná proviene entre otras cosas de capacidad de hacer potlatch.

Si alguien en su tribu es reconocido como jefe, es porque hademostrado ser digno de su nombre propio al desprenderse de la cosal asesinar la riqueza. El nombre propio señala a quien se constituysujeto, si ha podido salirse del espacio de los meros bienes.

El potlatch define por ende también la filiación. Si uno ama a unhijo no lo toma sólo como un pedazo de carne apto para completar aquél que lo hizo venir al mundo. Dado que uno lo ama, se desprendde él en tanto bien que se retiene, y le dona un nombre propio que declaro que no se trata de una cosa, Los objetos de posesión no tiene

nombres. Los floreros no tienen nombre, si tuvieran nombre, porqueveces uno se encapricha con un objeto y lo nombra, entonces esobjeto empezaría a ser otra cosa que una cosa.

Tres obligaciones y el brillo del nombre

En el "sistema de prestaciones sociales totales", de las cualesuna es el potlatch, hay tres obligaciones: la obligación de dar, laobligación de recibir y la obligación de devolver. Estas tresobligaciones no tienen ninguna relación con el comercio común, quexistía en estas tribus, con otros nombres que lo diferenciabanrigurosamente de este acto de don, ese que hace al prestigio en el laz

social: En el 53



comercio -que existía- era totalmente aceptado el regateo, se consideraba totalmente normal para las reglas del comercio tratar de pagalo menos posible. En el potlatch en cambio el que ganaba era el quedaba más, era el que se avenía a desprenderse más. El potlatch plan

tea la perspectiva de una suerte de plusvalía al revés.La ética del potlatch, que es la ética del psicoanálisis, es estrictamente inversa a la ética capitalista. Ahí donde el regateo, que existía en esas tribus como parte del comercio estaba legitimado, en e potlatch el que adquiría maná era el que podía dar más, el que en lostorneos rivalizaba con otros intentando demostrar cuánto más eracapaz de donar.

Hay obligación de dar porque el que no da se deroga a sí mismoen su nombre propio, se rehúsa al lazo social, a la alianza, a lacomunión. No dar equivale a declarar la guerra. Todo esto vuelve aponernos en posición de creernos por fuera de estos primitivismos. Nestamos, sin embargo, y por suerte, completamente por fuera de estlógica. Si en nuestros días alguien va de visita y no se le ofrece un

café, o no se lo hace pasar, las consecuencias son similares a unadeclaración de guerra.¿Cuáles son nuestros potlatch de hoy? Dar una cena, ofrecer una

fiesta. Las fiestas son potlatch, celebrar que nuestra hija cumple losquince años, celebrar que nos casamos, celebrar el nacimiento de unchico, es ofrendar un potlatch.

Se escuchan cartesianas teorías pragmáticas acerca de lainutilidad del gasto en una fiesta. En efecto, ¿para qué hacer fiestaEso cuesta mucho dinero. Si no se lo tiene, no hay más remedio quno hacer la fiesta. Pero si uno lo tiene ¿qué mejor que sancionar conun potlatch un matrimonio, un nacimiento, una presentación ensociedad? Cuando se puede dar una fiesta, qué mejor que ese gasta"inútil", ese destruir riqueza en una noche, para mostrar en sociedad

este nuevo vínculo, para hacer que el "maná" de ese vínculo exista.Una historia aún, esta vez la de la tribu tsimshian, que dice así:"Una princesa de una de las ciudades tsimshian concibió un niño

en el país de las focas. Ella da a luz, milagrosamente, a su niño llamad'pequeña foca'. Ella vuelve, con su hijo ya crecido, a la ciudad de spadre, el jefe. 'Pequeña foca' pesca grandes bacalaos, con los cuales s

abuelo, el jefe, hace fiestas para todos sus camaradas, jefes54



de las tribus vecinas. Él presenta a todos a su nieto y recomienda quno lo maten cuando lo encuentren en el mar bajo la figura de un pez."

Interrumpo aquí el relato para subrayar algunas ideas. Una princesa, una hija de jefe, concibe un niño. El nombre que se da al pequeño heredero, "pequeña foca", indica la pertenencia a la tribu pesquer

Por extensión afirma que los peces pertenecen a 'pequeña focaDelimita y demarca un territorio, pero no cuando "pequeña focapesca y por ende se apropia materialmente de los bacalaos, sinocuando hace la fiesta dando de comer los bacalaos que él pescó. Sólcuando su abuelo dona los peces en potlatch, "pequeña foca" seapropia de los peces que no podrán ser consumidos por otras tribus, y

que matar a un pez equivaldría a matar al nieto del jefe que ofreció e potlatch.El jefe presenta en sociedad a 'pequeña foca' ¿cómo? dando un

festín con los peces que pesca 'pequeña foca'. Es al dar el festín, adilapidar los peces, que él puede decir que los peces son el reino, elugar, el territorio de su nieto y que por ende hay tabú, para los demáde pescarlos.

No se trata de fenómenos sólo dignos de una mente primitivaHistorias de todos los días en el diván nos recuerdan la vigencia desta ética. Dice ella: "yo soy amante de tal, pero no me lleva a ningúlado, no me presenta a nadie. Si no me presenta a nadie ¿cómo va pretender que no se me declaren los otros hombres?". No hay nadque hacer, no hay progreso. Presentar a alguien en sociedad, es un

mini fiesta, es también potlatch, son actos de intercambio simbólicoque marcan el territorio que es de uno.Sigo con la leyenda: "He aquí a mi nieto, quien les ofrenda este

alimento para ustedes, yo se los estoy sirviendo, huéspedes míos. Ael abuelo se volvió rico con toda clase de bienes, que le ofrendabacuando esos extranjeros llegaban de visita a comer los peces, y

devolvían otros bienes".Quisiera subrayar que al poder decir "éste es mi territorio" lafamilia se comprometía a dar a los demás los peces para comer, no loretenía, no los freezaba y los guardaba a -30, los daba. Al dar esopeces podía recibir en devolución otros bienes, que tribus de otroparajes donaban. Aquí aparecen las reglas del intercambio no fundadas en el comercio.

Continúa: "( ... ) pero en la fiesta de presentación el abuelo se55



olvidó de invitar a un jefe. Un día que un grupo de remeros de la tribdespreciada encontró en el mar a 'pequeña foca', quien sostenía por lgarganta a un bacalao, el arquero mató a 'pequeña foca' y tomó el pezEl abuelo buscó a 'pequeña foca' hasta que fue alertado de lo que habí

sucedido. El jefe abuelo se excusó con la tribu despreciada. Estaexplicó que no podía reconocer a 'pequeña foca', que lo habían matadporque no sabían quién era. La madre murió de pena".

¿Qué es lo que sucedió para que esta historia termine de maneratrágica? El abuelo jefe donó un potlatch con los peces pescados por elnieto pescador, invitando a los jefes de las tribus vecinas. Pero olvida uno, para quien viola la obligación de dar. Ante los jefes que sinvita puede exigir reconocimiento para el nieto, quien de ahí en máexistirá en su nombre propio y merecerá los honores y el respetoacordados a un príncipe.

El séquito del jefe que no fue convidado, en cambio, no reconoce a 'pequeña foca'. Y esto porque para ellos él era nadie, dado quno había habido presentación en sociedad, no teniendo por ende

derecho al reconocimiento social. Como es "nadie", se lo matará y stomará el pez que estaba pescando. El abuelo no declara la guerra esa tribu, el abuelo pide disculpas, y la madre muere de pena.

Una vez más que uno se siente tentado de decretar, es elproducto de una mente de salvajes. Pero ... ¿A quién no le pasó alguna vez no ser invitado a una fiesta? La respuesta más frecuente a esdesprecio es decidir, de ahí en más, que quien no nos invitó, no existe ya para nosotros.

Al no dar uno no sólo deroga al otro. Lo que es más difícil dever es que al no dar uno se deroga a sí mismo. Al que yo no le doypara ese yo no existo. Me hago dueño de lo que estoy dispuesto ahacer circular, desprendiéndome.

El potlatch tenía también una faz sagrada: era considerado

indigno pedir a los dioses, ya que a los dioses se les da. Se esperabque los dioses, estuvieran dispuestos a dar algo a su vez. Nadie pensaba que tuviera derecho de pedir sin haber primero dado.

Pasemos a la segunda obligación, la de recibir. ¿Por qué hayobligación de recibir?

Esta regla es más compleja de lo que parece. Recibir dista

mucho de ser una tarea pasiva y confortable. Recibir creaobligaciones.56



Me acuerdo todavía de una paciente a la cual un señor habíaseguido por la calle, ofreciéndole un ramo de rosas. Ella, que adora larosas, tomó el bello ramo sin querer comprender que el señor exigirídespués, devoluciones. Esta chica moderna no había comprendido qusi ella tomaba el "hau" del señor, tendría que darle a él, a su vez, algú

"hau" de ella. Por supuesto la historia terminó bastante mal, lo qurecuerda que si uno recibe debiera no ignorar que está aceptando ucompromiso.

Entonces, si resulta tan comprometedor, ¿por qué hay obligación de recibir?

Porque si alguien se niega sistemáticamente a recibir es que se

rehúsa a la alianza o a la comunión.Volvamos a la sabiduría de la saga escandinava. Recordemos unverso: "El avaro teme a los regalos". ¿Por qué? Porque sabe que eregalo lo compromete a devolver. ¡Y a devolver el "hau"! ¡Nada dsalir del paso así nomás! Hay obligación de devolver, porque una veque he recibido el "hau" de alguien, no me lo puedo quedar, tengo quhacerlo circular. Devolver relanza el circuito de los dones.

Para ver que seguimos bien de cerca problemas del sujeto ytambién de la clínica: ¿Por qué razón uno discute el pago de unsesión? iSería tanto más cómodo no entrar en ese arduo territoritransferencial y permitir que no se-pague!

¿Por qué es importante cobrar? ¿Pór qué es importante pagarPorque el pago mismo demuestra la capacidad de un sujeto de hace

potlath. Es decir de tener "maná", prestigio y fundamentalmentenombre propio.El "contrato" analítico no forma parte del área delcomercio, sino que ingresa de lleno en la del potlatch.

Desprendiéndose de una porción de su "cosa" en forma dedinero el analizante podrá abrir su ventana a lo real, alcanzando desdallí la representación que pueda venir en el lugar de lo donado.

No se trata, en modo alguno, de pérdida masoquista. El potlatches el asesinato de la riqueza -respetando la tradición "aida"- o bien u"matar la cosa", tal corno anuncia el aforismo "la palabra es el asesinato de la cosa". En el potlatch se pierde la cosa para ganar unnombre. Para ganar un nombre, para obtener maná, me avengo perder.

Mientras que el masoquista, por el contrario, quiere ser una coshumillada y usada, y no tener nombre alguno; es un anónimo.

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Sacher Masoch pacta con su mujer que ha de ser tratado como unaalfombra, como un felpudo. La posición masoquista está en la antípoda del potlatch, dado que el masoquista quiere,al precio de serla,retener la cosa.

Buena parte delsetting analítico, tan injustamente maltratadopor muchos analistas, tiene que ver con el pago, por razones de estructura. ¿Qué es lo que el Hospital público nos enseña? Al no habe potlatch económico, hay algo de la escena analítica que no se terminade armar, lo cual no quiere decir que el análisis en el Hospital nosirva.

La ética del análisis es el reverso de la ética capitalista, queacumula y produce plusvalía. Quien retiene la plusvalía es considerado un hombre de éxito. La ética del potlatch es otra. Según ésta, unobjeto devendrá valioso, tendrá brillo agalmático en la escena socialcuando sea apto para representar el objeto que estamos dispuestos perder en la medida en que lo donamos, haciéndolo circular de uno otro.

Pero, ¿qué es el "agalma"? Es ese brillo que hace que un objeto, en vez de ser el objeto de una acumulación, o de una retencióncuyo prototipo puede configurarlo la ampolla anal, sea objeto evanescente de un don.

Potlatch y significación fálica

Si algo puede evocamosla fuerza del falo en su significación, si algova a ser capaz de hacer llegar a nosotros algo del brillo fálico, si algse torna por ende -tal como lo nombra Lacan en el Seminario de laTransferencia- agalmático, es que evoca a la joya inaccesible,encerrada en un objeto rústico. Si algo se toma agalmático, no esporque haya sido acumulado, sino que alguien ha sido capaz dedonarlo, desprendiéndose.

Esto vale para lo objetos inanimados pero también vale, porejemplo, para los hijos. Un chico es agalmático, un niño esencantador, cuando no es una cosa adosada a su madre, incapaz devivir fuera de contacto con ella. Un chico agalmático es aquél que edado por la madre a la vida, un chico cuya madre cuida y de quien ell

se ocupa, pero es capaz de donarlo al colegio, a los amigos, a lacirculación social.58



Lo que consideramos agalmático en psicoanálisis son aquellacosas, aquellos objetos, que tienen ese brillo particular por estar desnados a formar parte de una operación de intercambio y por ende pérdida.

Si un objeto, tal el paisaje figurado en el bastidor de Magritt

nos alcanza, es porque resulta evocador de lo real, dado que ya no espaisaje real. Lo que encanta es lo que está anotado, inscripto representado en la medida en que se ha perdido como real. El cuadnos ofrece una representación -agalmática- de un paisaje perdido.

Una cosa es acceder a la representación y otra cosa acceder a lreal del paisaje.

Todo lo que ingresa a hacer lazo social se funda en la capacidade intercambio de cosas que entran en el territorio de la representación en la medida que, en tanto cosas, dejamos ir.

El objeto que puede entrar en esta clase de intercambio sersignificado fálicamente, y tomará brillo fálico.

Toda vez que sea retenido el objeto, cada vez que se obstaculice su utilización en función de potlatch se estará frente al ejercicio,sobre ese objeto, del goce fálico.

Significación y goce son, ambos, preciosos para una correctestructuración.

Por ejemplo, en los matrimonios de las tribus arriba mencionadas, la familia que daba en esponsales a la mujer recibía trenzacortadas de los caciques, que eran muy valoradas, y retenía esas tre

zas durante un lapso de tiempo estipulado. Luego tenía el deberintercambiarlas. No estaba prohibido disfrutar durante un lapso dtiempo de la retención de esos objetos. Pero luego había que volverrelanzar la circulación.

Estas antiguas costumbres señalan la obligación de donar, ddesprenderse, pero no sin dejar de otorgar el derecho a lo que en l

nudos se llama empalme, recubrimiento de agujeros, dado que durate un tiempo se puede retener un objeto.Entre significación fálica y goce fálico ha de haber,

legítimamente, basculación. Esto equivale en el nudo a la alternanciadel corte y del empalme.

Es por esto que Lacan trae a colación el potlatch en el seminario de los nudos. ¿Qué tienen que ver los nudos con el potlatch? (3)

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En el momento de corte, el objeto, ése que está en el punto dcoinçage del nudo, puede caer. Cualquiera sea la cuerda que por cortese abre al infinito, permitirá por el agujero real que se abre en el actde corte, la posibilidad de caída del objeto.

Específicamente en la juntura entre real y simbólico, el gocefálico retiene en su frontera al objetoa. De abrir al infinito la cuerdareal, ha de caer el objetoa, momento en que se devuelve, se da elobjeto en regalo. Cuando se vuelve a empalmar se recupera la ilusióde capturarlo. A través del goce fálico se ilusiona retener el objetoa,cuando se abre al infinito, a la significación fálica, la cuerda de lo rease lo deja ir. La dialéctica de empalme y corte es normativa.

El análisis promueve lasouplesse de esa dialéctica, que merecería la extensión del concepto de "pulsación en eclipse".

Lo que el análisis, desde los tiempos de Freud se propone resolver son las "fijaciones patológicas" del objeto. Esas que nos haceesclavos del goce fálico, impedidos de potlatch, tal el avaro de la sagaescandinava.

En una persona que ha pasado por un análisis, uno nota, despuéde años de ese ejercicio, con cuánta más facilidad empalma y cortaCuánto menos fijado se halla, sea a la modalidad de corte a rajatablsea a la de retención a ultranza.

Función del fantasma en la báscula "goce-significación"

Para que ese gozne que permite el vaivén funcione ¿en qué noauxilia el fantasma?

En principio, nos asegura contar con el marco del agujero a loreal. El marco del agujero permite hacer salir y entrar al objetoHacerlo entrar en la ilusión de retenerlo, ilusión normativa necesaria,

hacerlo salir en el momento de dejarlo ir, momento necesario parfundar la ley simbólica de intercambio, de lazo social.

Haber constituido el fantasma, contar con el fantasma, es contacon el lugar desde donde yo puedo hacer alternativamente coordinar desobstruir el agujero con un objeto.

¿Qué madre podría criara un niño a quien jamás pudiera toma

en brazos, si ese contacto, si ese goce no se legitimara? Sissí, la60



emperatriz Habsburgo, fue, en los inicios de su reinado, madre de trniños. Apenas nacidos tuvo que entregarlos al imperio. Tuvo qudarlos antes de haber podido estrecharlos un tiempo en su abrazo. Trpríncipes deben de ser entregados a los deberes del linaje, pero no spermitir antes a la madre cierto contacto cuerpo a cuerpo. La

consecuencias sobre Sissi de este desgarro son narradas en innumrables novelas.Hay que tener cuidado en no caer en una suerte de terrorismo d

corte.El continuo imperio de la significación fálica resulta arrasador,dado que no permite al sujeto un amarre en el campo del goce.

El corte debe normativamente ser seguido de la posibilidad de u

empalme. Y este empalme será de una eficacia diferente para el sujetdado que, si es que fue precedido de un corte, la eficacia de goce dque es capaz será distinta, puesto que el objeto acababa de haber sidhecho caer en el corte precedente.

He leído desde niña historias acerca de la vida de Sissi, y máque la anorexia, que también está presente y que es una cuestión intresante, siempre me conmovió el padecimiento de esta madre ante brutalidad del arrancamiento de sus hijos. Si debe entregarlos sin anttener el derecho de sentirlos en sus brazos, al imperio austro húngaeste déficit de goce le va a generar a Sissí además una aguda sensacide falta de sentido. La falla del empalme del goce fálico afecta tambiel empalme imaginario-simbólico del sentido.

No es extraño que la cuarta hija de Sissi, María Valeria, nacid

en la Hungría de sus amores electivos, haya sido retenida hasta exasperación por su madre, quien finalmente ni con unos ni con la otuvo la chance de ejercitar una báscula correcta entre goce significación fálica.

La búsqueda de satisfacciónEl don no es un acto oblativo, está enlazado a la búsqueda de un

satisfacción en el orden de la ley. Hay una frase con la que Lacacierra su escrito sobre la subversión del sujeto, dice así: “la castraciónquiere decir que el goce debe ser rechazado, para que pueda serealcanzado en la escala invertida de la ley del deseo". (2) 1

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Esta frase que intenta definir bastante aforísticamente lacastración, afirma que ésta sólo estará lograda cuando el sujeto se hayasegurado un camino hacia la satisfacción. Todo el problema es bajqué ley se obtiene una satisfacción, motor de la acción humana.

Por supuesto que es posible querer alcanzarla por mediosilegales, en cuyo caso se rompe la trama de confianza mutua quasegura que se mantengan los lazos sociales.

Otra clase de satisfacción es la satisfacción legal. Esa implica epago de la castración, llega después de haber dado algo, de habeperdido algo y alimenta el tramado de los lazos sociales.

Todo sujeto quiere que se le dé, lo cual no está mal. El detalleque le escapa habitualmente al neurótico es que si quiere algo, poejemplo amor, debiera poder en principio darlo.

Claro que el propio Freud decía que amar y trabajar es muydifícil. Cuando uno puede amar y trabajar está curado. Y nadie llegcurado al análisis. Porque llega dañado en su capacidad de dar, poejemplo amor, y entonces no es extraño que tampoco lo reciba.

El análisis favorece claramente en principio el que se pueda darlo que luego provocará, sin que se pueda calcular cuándo, undevolución.

Sin duda alguna, el análisis rescata el aliento del antiguo potlatch.

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Notas

(1) Mauss, Marcel.Sociologie et Anthropologie, Ed. Quadrige,Presses Universitaires de France, 1950. Precedido de prólogo dClaude Lévy Strauss. Segunda parteEnsayo sobre el don. Forma yrazón del intercambio en las sociedades arcaicas. Todas las citas seencuentran en este capítulo.(2) Lacan, Jacques.Ecrits, Ed. Du Seuil, París, 1966. "Subversiondu sujet et dialectique du désir dans l'inconscient freudien".(3) LacanJacques, Seminario N° XXII R.S.I., Inédito. Véanse las primerascuatro clases.

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FR C SOS O C SION LES DELF NT SM



CAPÍTULO III

Apuntes sobre Hamlet

Horacio:¡Oh, luz y tinieblas! ... ¡Pero esto es prodigiosamenteextraño!

Hamlet: ¡Pues dale, por lo mismo, como a un extraño, buerecibi miento! ¡Hay algo más entre el cielo y la tierra, Horacio, deque ha soña do tu filosofía!

SHAKESPEARE, Hamlet I,5

Intentaré presentar la dificultad que a la clínica le planteanaquellos casos en que el sujeto no llega a consulta representado por sformaciones del inconsciente -entre las que podríamos consider

como paradigma al síntoma- sino por otra clase de manifestaciones.En el caso de las formaciones del inconsciente, la entrada clín

ca por la cuerda simbólica del desciframiento jeroglífico suele, vapertura de la poiesis inconsciente, ser vía regia de acceso, que dninguna manera está pasada de moda. No hay un "más allá de la intepretación".

Durante mucho tiempo se consideró "inanalizable" a quien no spresentara al análisis de este modo.Pero no representarse así puede obedecer a situaciones clínica

muy diversas.

1. Ponencia presentada en el marco de la segunda reunión fundacional deConvergencia lacaniana de psicoanálisis, Barcelona, febrero de 1998.

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Puede tratarse de una psicosis, donde se halla impedida, poaccidentes forc1usivos del Nombre del Padre en la estructuración, cualidad borromea de anudamiento.

Allí se imponen los remiendos, mejor llamados "suplencias", qu

enlazan de nuevo las cuerdas – que se mantienen juntas- pero sinrestablecer la cualidad borromea de su modo de anudamientoestructural.

Puede tratarse también de un sujeto por venir, ése que aún noconcluyó los tiempos escriturales de anudamiento. Tal como sucede elos niños o adolescentes. En esos casos el análisis transita los tiempode escritura del anudamiento, imponiéndose también otro dispositivo.

En verdad, los únicos sujetos analizables por el dispositivoclínico clásico son los adultos neuróticos en sus tres vertientehabituales: histeria, neurosis obsesiva y aquellas fobias cuyo objetpueda ser considerado, mediante el trabajo clínico, como unsignificante.

Estos casos mantienen la condición borromea de anudamiento

pero, además la conservación de sus zonas escriturales operativas: del objeto, la del sentido, la del goce fálico y la del goce del Otro.Existe también otra clase de posibilidad clínica: Se trata de caso

en que la cualidad borromea está conservada, pero se han corrido lohilos de tal manera que no se cuenta con la disponibilidad de algunade las zonas de escritura a disposición del sujeto.

En estos casos hay que trabajaren los bordes de los hilos – y deallí puede aprehenderse el por qué se llama a esta clínica “clínica debordes"- para restablecer, no la condición borronea - que estáconservada- sino la escritura de la zonas cuya disposición el sujeto hperdido.

Por lo tanto suele ser preciso "entrar" clínicamente por la cuerda real y por la imaginaria. Así, "no andan" las intervenciones d

desciframiento, intervenciones éstas que se abren camino través de cuerda simbólica, razón por la cual se trató mucho tiempo com"inanalizables" a estos pacientes.

En todo análisis hay momentos en que se debe trabajar clínicamente "en los bordes" porque hay circunstancias de la vida qu"corren los hilos" de modo tal de que el sujeto pueda llegar a no contar

con alguna zona vital del nudo ... 68



En algunos casos el sujeto cuenta con presentaciones establemente "corridas" de los hilos. Estos son casos de los que me he ocupdo bastante en los últimos tiempos: anorexias, bulimias, adiccionetendencias alacting-out a repetición, tales que no resulten epifenó-menos de una psicosis o de una perversión.

¿Por qué si afirmo que en estos casos no se trata de que hayaccidente forclusivo de estructuración, que se cuenta con el anudmiento borromeo, no llamo por ejemplo histerias a estos casos?

Porque creo que no es lícito hablar de histeria en casos en que presentación nodal no permite, por ejemplo, contar con la dispnibilidad de la zona sobre la que se escribe el goce fálico, o aquella d

la escritura fantasmática del objetoa, de la que depende por ejemplo laposibilidad de transferenciaConservo para estos casos el diagnóstico de neurosis. Discut

que pueda hablarse de histeria.No me ocuparé aquí de los casos establemente corridos de lo

hilos, casos graves que se suelen llamar “de borde”. Estos casos exis-ten, pero también existe la eventualidad de episodios graves dcorrimientos de hilos dentro decualquier neurosis. Solemos llamar“crisis” a estos episodios motivados por alguna contingencia azarosa -mente toca un punto débil de la estructura, en que de pronto los hiloscorren y el sujeto ya no cuenta con zonas escriturales vitales a sdisposición.

Esto pasa en cualquieranálisis. Cualquier sujeto puede, bajo

circunstancias que intentaré definir, andar “en la cuerda floja”.

Una lectura del Hamlet shakesperiano

Me ocuparé en esta ocasión del caso de un joven de unos treintaños, estudiante de una prestigiosa casa de altos estudios, descendiente de una familia ilustre, que ama a una mujer y es correspondidSe trata de Hamlet, príncipe heredero de la corona de Dinamarca. Ltragedia de Shakespeare, inspirada en la vida de este príncipe, interea Freud desde los inicios (1). De hecho introduce una lectura en Traumdeutung, en el apartado de los sueños típicos.

Es hablando de los sueños de muerte de personas queridas que

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a Freud introduce oficialmente -ya lo había mencionado en su correpondencia a Fliess- el tema del complejo de Edipo. Estos sueños típcos se demuestran en análisis dependientes del asesinoWunsh edípicocontra el padre.

Para aceptar dentro de la tipicidad a estos sueños, exige Freudque se trate de personas por cuya falta debiéramos de llevar duelo. Aestos sueños, de ser típicos, nos han de causar angustia.

Duelo y angustia denotan desde las primeras líneas de esta reflexión freudiana sobre los sueños típicos, la valencia especial que estpersonas queridas, objetos amados y perdidos, debieran poseer.

Este deseo de muerte edípico es tan radical e irreductiblementinconsciente que la censura lo deja pasar casi sin velo, ya que su lectra a la letra no ha de poder llevarse a cabo.

Entonces duelo, angustia y radical no saber, hacen al sueñoedípico, y más aún, al Edipo "típico".

En efecto Edipo, príncipe de Corinto por adopción y más tardrey de Tebas, ejecuta el crimen de parricidio y desposa a su madr

Yocasta en la más absoluta inconsciencia. El "no sabía". No sabía dsu deseo parricida ni de suWunsh incestuoso, La tragedia de Sófoclesva develando lentamente este misterio.

Pero cuando Edipo sabe de su pecado paga el precio de lacastración y padece de un duelo en regla. Lección ética para todos cada uno: de un acto propio, tanto más acto por el hecho de haber sidinconsciente, debe uno de hacerse responsable.

Freud pasa enseguida de Sófocles a Shakespeare, arremetiendcon Hamlet, Príncipe de Dinamarca.

Quisiera subrayar que tanto en la tragedia de época isabelina deHamlet shakesperiano, como en la tragedia antigua de Edipo, los actopor dentro o por fuera de la ley, serán cometidos, a sabiendas o sisaberlo, recibiendo sanción o no por ello, por personajes señeros d

alguna polis, Tebas de Dinamarca.Estos actos van a involucrar, pues, al conjunto de la trama socialNo escapa a la brillantez de Freud que se trata en Hamlet de un

reconocible vuelta del tema edípico. Nuestro atribulado personaje npodría vengar el asesinato de su padre -quien le ha encomendadexplícitamente la tarea- asesinando a su vez a su tío Claudio

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(que ha matado a su padre y usurpado el trono y el lecho de su madrpor presentir que él mismo podría haber sido el protagonista criminaincestuoso de esa trama macabra. (2)

Freud acentúa, con su genio, las similitudes de Hamlet y EdipEsto es, el carácter inconsciente y por ende poiético de la traged

shakesperiana.En términos de escritura nodal diríamos hoy que Freud acentúen su lectura la dimensión imaginariamente simbólica de la situacióhamlética, (3)

Los "escrúpulos de conciencia" y la vacilación, la postergación infinito del acto, son para el maestro, subsidiarios de esta lógic

inconsciente y calificados de neuróticos, específicamente histéricos.Genial lectura freudiana, ordena de un de un solo golpe y con sencillez del hallazgo verdadero las miles de páginas que se habíadedicado al enigma de una obra que, desde el lejano año 1601 deconmovidos y atónitos a sus espectadores.

El síntoma aparece como resistencia de lo real, "chillido" de lreal ante la avanzada del goce fálico, ante el exceso de goce fálico, quopera un corrimiento dextrógiro de lo simbólico por sobre lo real. Lsimbólico avanza imperialmente, intentando ocupar el territorio d

agujero de lo real, y éste resiste con el síntoma.



El síntoma histérico es ese quejido. Y su reducción ha de pasapor la corrección levógira de lo simbólico, reabriendo su agujerespecífico. Esto es, poniendo a jugar la capacidad curativa de lmaquinación de la poiesis inconsciente.

Como se observa en el esquema, el inconsciente se asienta en epunto de existencia de lo simbólico. Al abrirse al infinito la cuerdsimbólica, aparecerá lo real de lo simbólico.

Así, la lectura edípica freudiana del Hamlet shakesperiano acentúa una lógica de tramitación del goce por la vía de la existencia dgoce fálico -tramitación ésta de edipo "típico"- que exigiría una manibra clínica "típica" de trabajo sobre la batería de saber inconciente, través de la cual se podría llegar al nódulo real que lo organiza.

Cuando este goce -que exige que sólo el trazo fálico representlo anotable de lo real-ejerce exceso de violencia sobre este registroobtendremos una respuesta sintomática, un quejido de lo real que sresiste a ser forzado a limitarse, a dejarse agotar por esa marcación.

Desde luego, estas reflexiones evocan el tan remanido "más all

del padre" y "más allá del falo".Es, sin dudas, una tarea a encarar en un análisis esta excursió"por fuera" -prefiero esta expresión al esotérico "más allá"- de la capaterna que justamente dona el edipo, y por ende su marco fálico.

Pero resulta notorio en la práctica clínica; al menos al reali:zarla con asiduidad, que este franqueamiento es deseable, y por sobtodas las cosas es posible, si y sólo si se está en condiciones -comquien dice "en zona-" de realizar ese pase "por fuera".

Otra lectura de la tragedia de Hamlet

Nos permitiremos una lectura de la tragedia de Shakespeare qupondrá a la luz algunas diferencias con la apreciación freudiana.

Cuando William Shakespeare comienza el relato encontramos apríncipe Hamlet en graves problemas, en plena "movida de hilosdonde se derrumba subjetivamente.

¿Qué sucede? Resulta que su padre, el rey Hamlet, ha muerto. Smadre no ha podido llorar al muerto, respetar el tiempo de duelo, ymes del deceso se ha casado con Claudio, su cuñado.

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Hay salteo del tiempo de duelo que hubiera impuesto recato a viuda, abstinencia de su goce sexual, decoro, tiempo de espera pacontraer un nuevo enlace.

Al abalanzarse así sobre su nuevo vínculo sexual, que harpúblico además con un pomposo matrimonio, ha creado muchísim

dudas al joven Hamlet sobre el valor de un varón para una mujer.En efecto, ¿qué era el padre para la madre si es desplazado, de udía para el otro, como si tal cosa, de un plumazo, por otro? Y no pcualquier otro, sino por su propio hermano, de quien se hubieesperado también la observancia de las leyes del luto.

Antes aún de la aparición delghost del padre y de su terrible

revelación, Hamlet está en problemas. En una charla que mantiene csu amigo y compañero de estudios Horacio, quien ha concurrido palacio a acompañar al camarada para las exequias del padrecomentará con ácida ironía: (4)

"¡Economía, Horacio, economía! Los manjares cocidos para ebanquete de duelo sirvieron de fiambres en la mesa nupcial".

En la corte de Elsinor, su madre y su nuevo marido, lejos ddemostrar alguna aflicción, incitan a los cortesanos y también a Hama que festejen.

A Hamlet le reprochan, en el límite de la amenaza, su exceso dduelo, le piden que se quite los vestidos negros, que termine con ehistoria de las caras largas y que no les complique más la vida con recuerdo del padre.

Y estos reproches y amenazas son proferidos por su propimadre, ¡la viuda! El duelo del padre, el luto ritual impediría a Gertrudcompartir las alegrías del lecho con Claudio. Gertrudis, la madre, nvacila. Si el duelo contraría su goce, eliminará de la escena tanto duelo en sí como a quienes se lo recuerden.

Así las cosas, intentará "por las buenas" disuadir a Hamlet de s

hábito vestimentario de duelo. Le pide con meloso cariño:"Querido Hamlet, arroja ese traje de luto y mira en tus ojos coma un amigo al rey de Dinamarca".

No tardará en pasar de la zalamería a la amenaza. Y en consentir explícitamente que su propio hijo sea enviado a una muerte seguen Inglaterra. Su madre, siguiendo esta línea de acción desleal glotona, no

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podrá reservar su lecho para más adelante, una vez que haya dueladosu marido.

Ante la ausencia de un varón, tomar inmediatamente a otrocomo quien se entrega al mejor postor.

Pero no se trata solamente de la traición: se añade un ingrediente que explica, a mi juicio por qué no puede tratarse, en la problmática de Harnlet, esencialmente del goce fálico y de su productividainconciente.

Decía que la madre se entrega al mejor postor, y añadiría ahorque se entrega al mejor postor fálico. Pero me detengo y me pregunto: Esa voracidad genital, ese "carácter genital" de Gertrudis, ¿esubsidiario del "deseo de falo"?

En verdad creo que rotundamente no. Allí el órgano es obsce nobjeto del apetito desatado, indigna pound of flesh (5) destinada, no apagar la deuda, sino a ser consumida para gozar venga de donde vengaún del asesino del esposo, aún de aquél que acaba de destronar a shijo.

"Deseo de falo" evoca sin más trámite al falo en su significación, mientras Gertrudis se ocupa de hacer una exhibicionista mostrción de goce fálico.

Este goce fálico de la madre, será retraducido por el hijo comoarrasador goce del Otro.

¿Qué pasa, además, a partir de ahí con el objeto, cuya cobertures para Ham1et la imagen femenina?

Si su padre Hamlet fue no el digno varón falóforo sino fast food ,alimento de la voracidad de su partenaire ... , ¿qué podrá llegar a ser para su antes amada Ofelia?

En esta crisis terrible la antes amadísima Ofelia es ahora unapotencial ofensora del falo, una voraz genital. Ofelia ("¡Oh! falussegún la lectura de Lacan) se toma sospechosa de indignificar el falo,

el goce que el encuentro con ella prometía se ensombrece dobscenidad.

Ofelia, que no comprende el súbito desamor de su antes devotamante, pide en vano una explicación, suplica en vano al antigunovio.

Desesperada, cree haber sido seducida y abandonada, objeto d

un capricho pasajero. Busca en vano el antiguo amor de Hamlet. Lsigue por los pasillos de palacio e intenta hablar con su novio.74



que señale esta imposibilidad, a su propia cuenta. De faltar esa escrtura, esa traza literal de la imposibilidad, el horizonte arrasador de esgoce se hace presente en la clínica.

Cuando se presenta para cualquier sujeto una situación como l

que describimos para Hamlet, la formación imaginaria que debe velel agujero verdadero que engarza al objeto resulta ser velo de nadacobertura de nada.

En efecto, este "príncipe heredero" ¿tiene algún reino que heredar? ¿Este hijo de rey, no es acaso también hijo de la infamia?

Cuando estas funciones relacionables con la dignidad del faloque debieran ser sagradas, están comprometidas en el sentido de lo qunuestro argot porteño denomina lo "trucho", los blasones imaginariono cubren ningún real y el sujeto tiene la penosa sensación de llevar udisfraz vacuo, pesado y ridículo.

Así le sucede a Hamlet, quien porta la investidura de príncipheredero cuando se ha despojado esa investidura de todo sentido "realReal a ser leído, tanto en el sentido del registro de lo real, como en

de la realeza.Hamlet no ha de heredar ningún reino. Representa más unamolestia, un sobrante amenazador para la voracidad de poder de lnovel pareja real, que un ser verdaderamente querido. Asistimos atotal derrumbe de su imagen “amable”.

Los pecados del padre

¡Y todo esto antes aun de la aparición delghost !Cuando éste aparezca ante Hamlet le informará, como si todo l

anterior fuera poco, que ha sido asesinado en los jardines de palacmientras dormía. ¡Asesinado por su propio hermano! ¡El usurpador dtrono, del lecho nupcial!

Como no se le ha dado siquiera la ocasión de confesarse, estápagando en la vida de ultratumba, con horribles padecimientos, lopecados que ha cometido en vida.

Dice a su hijo que ha muertoen la flor de los pecados. Sinhaberse confesado, carga con la expiación de los crímenes ha cometiden vida.

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Le pide entonces a Hamlet que vengue la horrible afrenta, qumate a Claudio, que devuelva al trono la dignidad perdida.

Luego de esta demanda se desencadena la profunda inhibición dHamlet.

Este es capaz de fingir estar loco, de enviar a la muerte a

Rosencrantz y Guildernstern, de dar la estocada que mata a PoloniPuede de todo ... menos ejecutar el único acto que en su vida merece título de tal: matar a Claudio y restaurar la legitimidad y la digniddel trono asumiendo la corona. Para su acto, está profundameninhibido.

Pero, ¿cuál ha sido el pecado del padre? ¿Qué delito cometió es

padre tan idealizado -tal como deja claro la obra de Shakespeare psu hijo?Lacan, de cuyo comentario sobre Hamlet son deudores esto

apuntes, subraya este asunto de los pecados del padre, de la falta dpadre tan idealizado por su hijo, dejando en la indeterminación de qpecados se trata.

Arriesgaré una lectura.¿Qué le ordena elghost a Hamlet? Que no ceje hasta vengar la

horrible afrenta padecida, que no repare en gastos para nevar a cabo retomo de la legitimidad a la corona ..., pero sin comprometer -siquiera un-poco-a su madre.

Escuchemos un fragmento del parlamento delghost , proferidoluego de clamar venganza y de urgir a su hijo a ejecutarla: (7)

"Pero de cualquier modo que realices la empresa, no contamnes tu espíritu ni dejes que tu alma intente daño alguno contra madre". No nos hallamos ante un flor de pecado del padre, ¿esto es qlejos de hacerse cargo de la privación del Goce de la Madre se tranforma en su cómplice? ¿No le demanda el padre a Hamlet que tambiél haga "la vista gorda", se haga cómplice, cuando se trate de la madr

¿No encontramos aquí una poderosa razón para la encerroninhibitoria de Hamlet?¿Cómo sancionar los crímenes sin comprometer a la madre quie

es ejecutora por complicidad?En ese mismo sentido es impresionante la escena en el tocado

de la reina, en que Hamlet enfrenta a su madre luego de la famosa playscene con los actores ambulantes.

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Hamlet acude a hablar con ella luego de la representación. En lcámara de la reina, recrimina a su madre por toda esta situaciónanómala hasta el límite de la náusea, quien le pregunta, en el colmo dmalestar: "¿Pero qué he hecho yo?". (8)

Le replica su hijo: "Una acción que empaña la gracia y el sonrojdel pudor, tacha de hipócrita: a la virtud, arrebata su rosa a la tersfrente del amor puro, dejando allí una infame llaga, hace los votoconyugales tan falsos como los votos de tahur",

Y le pide a la reina que ya no se acueste con Claudio.Cuando la reina ya no puede más, cuando Hamlet está a punto d

lograr hacer que se angustie, y quizás deje de gozar tanto ... aparece ghost pecador quien le reprocha:

"¡Pero observa cómo el espanto se apodera de tu madre!¡Interponte en la lucha que sostiene con su alma ... !"

Fin de la eficacia de las palabras de Hamlet.Cuando se retire la sombra y la madre pregunte explícitamente

Hamlet:"¿Qué debo hacer? "Este responderá: "Nada por supuesto

Dejar que el cebado rey os atraiga nuevamente al lecho ..."Este pecado del padre impide ofrecer el recambio de su falo, dsu prestigio de su dignidad para tomar viable ese goce del lecho. Allí falo es una indigna pound of flesh destinada, no a pagar la deuda, sinoa ser consumida vorazmente.

¿Un progreso en la civilización?

No escapó, tal como se menciona más arriba, al genio de Freuque se trata en Hamlet de una reconocible vuelta del tema edípicotratando Freud a Hamlet como un "típico" producto del Edipo.

Pero el Edipo "típico" está destinado a desarrollarse y sucumbir, dejando como residuo la herencia del falo de padre a hijo, lsexuación lograda y el fantasma que orienta en relación al deseo.

Freud atribuye la inacción de Hamlet a un progreso "de larepresión", a un paso adelante dado por el hombre desde la antigüedad hasta nuestros días.

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¿Se sostiene esta tesis?¿Es más represión, más inconciente lo que retiene el brazo d

Hamlet y no le permite empuñar la espada vengadora? ¿Es más reprsión la que torna a Ofelia sospechosa, rechazable, humillable, a loojos antes enamorados de Ham1et?

No es ésta la situación de Hamlet. Al propio Freud no se lescapó que dentro del gran marco estructural Edipo-Hamlet hay difrencias, no por cierto de detalle.

Hay aquí profunda atipia del conflicto Edípico, no hayposibilidad de resolución porque, lejos de poder plantearse un más adel falo, la obra toda muestra un encalle "más acá" de la marca de cor

del falo."Tragedia del deseo" -así describe Lacan esta obra maestra. (9)Fracaso del fantasma, me permito añadir, dado que el fantasm

regula y sostiene la posición deseante, del marco fálico en que halescritura el hueco del objeto (10).

¿Es raro acaso que Hamlet, frente al desborde del goce del Otrque convalida el propio padre, se refugie en la inhibición?

La inhibición -lo simbólicamente imaginario, geometría angé lica, lignora la falta, la diferencia de los sexos y su ley- toma apoyo, arrieen la ex-sistencia de lo real, pero en este caso en su cruce conimaginario, en el goce del Otro. (11)

En condiciones normales, debiera este goce -imposible por

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estructura, pero que reclama letra de corte para que sea advertidy operante esta imposibilidad- estar limitado por la señal de angustiEsta prepara el corte y la normativización, ya que inicia una operación literante ante el goce del otro.

El ghost , lejos de preparar la solución que es precedida por laangustia, convalida como área intocada e intocable a ese goce.

El qué hacer clínico

¿Qué hacer en estos casos en que no tendría eficacia la técnica d

la lectura jeroglífica, puesto que -si se aceptan las consideracionenodales que he desarrollado- no se está en zona nodal donde resultareficaz operar por esa vía?

Texto literario, Hamlet nos permite sacar una lección para laclínica._ Se trata de maniobras clínicas que se ejecutan entrando polas cuerdas de lo Real y de lo Imaginario, llevando los hilos haciposiciones que hagan recuperar las zonas escriturales cuya disposción se había perdido.

La obra muestra el valor "curativo" de la escena del cementerioque saca a Hamlet de su profunda inhibición.

En esta escena se entera del suicidio de Ofelia. Este pasaje aacto en lo real restituye, muy al estilo de Antígona, puesto que esprecio de su vida, el valor de objeto precioso que sólo entonces Haml

entiende que tenían él mismo y su padre para ella.Este suicidio hace que bruscamente Hamlet recupere la disponibilidad de la dignidad del objeto, pudiendo de ahí en más hacerlpasar de objeto de goce obsceno a objeto de deseo digno.

Podrá, por ende, destrabarse de la encerrona trágica del deseo eque se hallaba.

En la misma escena del cementerio Hamlet se enfrenta a Laertellorando desgarrado la muerte de su hermana ante el hueco de stumba, abierto como hueco en la madre tierra. Su semejante Laertecumple -y lo hace ostentosamente-los ritos funerarios.

El rito funerario conecta al objeto amado y perdido con el huecode la falta en la estructura. Esto es, conecta ala con el hueco de – φ .

De faltar el rito,a revoloteará sobre escena como un alma

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en pena sin poder caer por el hueco-fosa que al tiempo que le otorpor su pasaje fálico brillo agalmático y dignidad, permite -reciéentonces- anotarlo como perdido.

Pero para ello es precondición que el sujeto cuente en la estructura con la letra – φ , muesca de tope real sobre lo Imaginario (12).

En Hamlet, arriesgo, asistimos a uno de esos casos en queacaecida la inscripción de la marca fálica, ante un grave acontecmiento real-que reclamaría su disponibilidad- el Otro se coloca dforma tal que el sujeto no dispone de la superficie para reescribirla. mi hipótesis, plantear que, así como en el síntoma, subsidiario de eficacia del goce fálico, resulta vía regia de acceso clínico la apertudel inconciente entrando por la cuerda simbólica, abriéndola al infmien los casos subsidiarios de la demanda de goce del Otro, se trata demaniobra en el borde de los cruces entre I y R. En esta zona, deberestablecerse el hueco letrado de - φ , restablecimiento subsidiario de laapertura al infinito de la cuerda de lo imaginario. Esta apertura haaparecer, de esa cuerda, el agujero real, es decir,lo real de loimaginario.

Propongo denominar esta intervención clínica "maniobraimaginaria literante ''.

En giro levógiro sobre el nudo -es decir dirigiéndose hacia lreal- se puede intentar escribir analíticamente el hueco de – φ , permitiendo la literalización, la escritura de cuerda imaginaria de la impsibilidad de respuesta al goce del Otro.

Puede salirse así de la encerrona inhibitoria, trágica. Sin esmaniobra, la salida espontánea suele producirse a costa de la inhibción en masa o del acto que cuesta la vida,not to be.

Ser o no ser

To be or not to be.En los casos de Edipo "típico" se trata de la pregunta por el ser

no ser el falo de la madre, porque lo típico consiste justamente einterpretar fálicamente ese deseo.

Cuando se trata delto be or not to be fast food , objeto obsceno yno falo portador de uno de los nombres del padre; la inhibición

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masiva restituye a altísimo precio el "decir que no" al goce del Otrcuando esta negativa vacila.

La inhibición suple la nominación imaginaria (13) con cuyarenovación no se está contando. Allí el falo pierde su dignidad de se

uno de los nombres del padre, para ser carne de la que se goza indignamente. Not to be fast food , responderá Hamlet luego de la escena del

cementerio y al precio de su muerte.Tragedia del deseo, fracaso del fantasma.Intentando evitar este desenlace trágico, las maniobras clínicas

mediando la presencia del analista, intentarán una salida. Entrando puna vía "atípica", esto es, por la cuerda real y por la imaginariarecolocarán una parte a perder, parte cuya demarcación precistambién el hueco fálico en la dignidad de la imagen.

Es corriente además que, de llevarse a cabo esta maniobra coneficacia en la cura, se logre cambiar el tono de tragedia y se coloque dimensión entre dramática y cómica; hace más transitable una, de po

sí bastante difícil, vida humana.

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Notas

(1) Sigmund Freud. La interpretación de los sueños, Capítulo V,sobre "Material y fuentes de los sueños". Apartado sobre sueños típicen particular: Sueño de muerte de personas queridas.(2) Ibid nota anterior.(3) Lo imaginariamente simbólico es lo que de lo simbólico hacefecto en lo imaginario, creando allí la fuente poiética inconciente. Spueden seguir los desarrollos de Lacan sobre esta temática nodal de caída de un registro sobre el otro en el Seminario XXIV, L 'Insu ...,Inédito.(4) Hamlet, príncipe de Dinamarca, por W. Shakespeare. ActoPrimero, Escena Primera; Ed. Aguilar, Madrid, 1960. Todas las citas dtexto serán tomadas de esta cuidada edición.(5) "Libra de carne", metáfora shakesperiana de la deuda. Puedconsultarse, de W. ShakespeareEl mercader de Venecia.(6) Shakespeare,W. Hamlet, príncipe de Dinamarca, Acto tercero,

escena primera. El subrayado es nuestro.(7) Hamlet, príncipe de Dinamarca, por W. Shakespeare. ActoPrimero, Escena Quinta.(8) Ibid, Acto tercero, escena primera. Este mismo fragmento habsido citado por María del Carmen Meroni en su artículo "El goce, una posición de cálculo ante la ley". Hay fotocopia en la biblioteca de laE.F.B.A.(9) Así llama Lacan a esta tragedia, en su Hamlet, un caso clínico, Ed.CEP. Este escrito parte de la lectura de este "Lacan oral".(10) Los desarrollos que siguen están en la línea de la tematización los trastornos no formalizables por la vía de la productividad típineurótica. Se puede consultar el libro Bordes ... Un límite en la formalización de S. Amigo, G. Díaz, C. Cruglak, H. Heinrich y P.Cancina, editado por Homo Sapiens. Esto con la salvedad de que nconsideramos a Hamlet un caso de "borde", sino un caso clínico quecontiene una situación de borde.(11) Lo simbólicamente imaginario es aquello que de lo imaginario desplaza sobre lo simbólico imponiéndole su "geometría angélicaborradora de la diferencia sexual. Puede consultarse el seminario XXIV L

'Insu ..., Inédito. 83



CAPÍTULO IV

El relato de los sueños’

Siempre resulta refrescante volver a transitar los conceptobasales del psicoanálisis. Inagotables, cada vez que volvemos a consderarlos, hallamos la ocasión de algo nuevo que aprender. Tal es caso de la interpretación de las formaciones del inconciente en tandesciframiento .dé una escritura jeroglífica. Dentro de .esas formciones del inconciente le cabe al sueño un lugar central.

Esto remite a los maestros. Freud no dudó en llamarescritura enimágenes, Bilderschrift al sueño, al que además consideró vía regia deacceso al inconciente. Al llamarlo "escritura" da una pista que luegoa retomar Lacan, quien no dudó en nombrar "texto canónico” deformación psicoanalítica a laTraümdeutung.

Lacan llegó a producir el aforismo que afirma que "el incon

dente es un lenguaje que en medio de su decir produce su propescrito" (2). Al hablar de escrito Lacan está refiriéndose no sólo a simbólico, sino al litoral donde éste encuentra a lo real como su límte. Así, de ninguna manera se trata de que por ejemplo en los sueños interpreta sólo una pura deriva en lo simbólico, sino que por la lectudel trazo que el sueño logra escribir, su interpretación puede produc

un efecto de sentido que alcanza a lo real. (3)Deseo subrayar el hecho fuerte de que por la vía de la interpretación clásica, la que "entra" por la cuerda simbólica, se alcanza

1. Trabajo presentado en la mesa redonda dedicada a "El relato del sueño", marco de las reuniones preparatorias para la "Convergencia lacaniana d

psicoanálisis". Septiembre de 1997. E.F.B.A. 85



algo más allá de lo simbólico mismo. El retorno de lo reprimido, ahacer retornar, escribiéndolo, el trazo que representa para el sujeto smarca identificatoria y que además resulta la marca que memora lpérdida de un objeto de goce fundamental, ofrece a lectura la traz

escritural de ese goce teniendo por eficacia el alcance de un reaEntonces, la interpretación clásica es eficaz para alcanzar un reaaunque desde los herederos jurídicos de Lacan se la declare caduca. increíblemente también la declaran fuera de moda muchos otroanalistas que se reclaman lectores del "último" Lacan.

Veremos si puedo hoy hacer ver cuán vigente sigue siendo lainterpretación clásica de los sueños, sí y sólo si se comprende en qucasos es pertinente y eficaz, y en qué casos no se está en el tiempo eque lo sea.

Para ello les relataré un breve fragmento clínico.Recibo en consulta a un señor que se decidió a llamarme po

encontrarse en medio de una severa crisis. Está tremendamente angutiado desde que una amante ha decidido cortar con él. Este hombre qu

está muy felizmente casado y que ha tenido decenas de amantes con lque jamás se involucró verdaderamente, dice que por primera vez en vida sufre por el amor de una mujer.

Se siente terriblemente mal, ha pensado incluso en matarse (sbien no cree llevar a cabo ese designio), bebe alcohol y fuma más de cuenta, descuida, aunque no a un límite alarmante, su trabajo.

Les presentaré un apretado resumen de los datos de la constelación edípica que se despliega en las entrevistas.

Su padre, un militante de izquierda y profesional muy prometedor murió en un accidente cuando nuestro analizante era muy pequeñ

Su madre, viuda sumamente joven, deja después del funeral lprovincia donde vivía toda la familia de su cónyuge, y donde quedarsin ser visitada jamás, la tumba paterna.

Se muda a vivir con su padre viudo. Este abuelo le inculca anieto huérfano unos recios ideales de macho. "No hay que llorarnunca", "nunca hay que ir para atrás" (referido al coraje y también a identidad sexual), "hay que bajarse a todas las minas posibles". Juntoestos ideales viriles caricaturales, le pasa sólidos ideales de rectituhonestidad y apego al trabajo.

Su joven madre no volvió a formar pareja, nunca.86



Mientras estudiaba, nuestro analizante militaba en la rama poltica de un grupo que había optado por la lucha armada, durante laños de estallido de las utopías guerrilleras.

Aún hoy ignora por qué razón no fue "chupado". Perdió con golpe militar a la mayoría de sus compañeros de militancia.

Advierte asombrado hasta qué punto él y su familia materna shan desentendido de todo lo relacionado con su padre. Comienza hacérsele claro hasta qué punto estaba en el tapete la muerte de spadre y la ausencia de todo vínculo con su memoria posterior a muerte: ni visitas al cementerio, ni frecuentar a los familiares, nuncni siquiera conocer detalles básicos de la biografía de su padre.

¿Cómo se relaciona todo esto con la crisis, inédita, que lprovoca el abandono de su amante? Por sufrir por una mina se sienun ser despreciable, un llorón, alguien que no puede estar a la estatudel varón recio que se esperaba de él.

Por no haber sido chupado, un cobarde; un traidor por el merhecho de seguir vivo.

Interrogo sobre elaffaire que lo unía a esa mujer que lo dejó.Comenta que hacía unos cinco años había comenzado con ella s

rutina habitual de "fato". Y que era una más, a la que quería tibimente, pero que no hubiera nunca soñado que le iba a producir sem jante crisis.

Indagando con detalle sobre el momento en que lo deja aparecel tema de un embarazo de esta mujer, atribuido por ella a su nov

oficial. Confirmado el embarazo ella corta la relación. Este embarazprosiguió y nació una niña, que lleva el apellido de la madre.El análisis ya había colocado en valor la función del padr

prematuramente muerto y ya había señalado el carácter ligeramencaricatural de la virilidad que le pasara su abuelo. Sin este trabaprevio hubiera sido inútil, no hubiera podido hacerse descifrable

desencadenamiento de la crisis.Es sobre esta base que ingresa como un rayo la pregunta obvque le formulo acerca de si él está seguro de quién ha engendrado a niña.

Él admite que jamás había pensado esto. Situado este puntoparadojalmente, comienza a ceder la crisis. Aparece en un primer plael tema de la paternidad.

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Su esposa padece una afección ginecológica indudablementorgánica y que él conocía al momento de casarse. Tuvieron entonceque adoptar a sus niños. Jamás se puso en marcha un duelo por lpaternidad biológica impedida.

La crisis ha pasado instalándose ahora una profunda tristeza. Enunca se había interrogado acerca de si tenía o no padre y cómo es qulo tenía. Nunca había situado entonces de qué modo él era hijo de spadre. Nunca tampoco se había interrogado sobre cómo es que él erpadre, por qué vías, de qué manera.

Se asombra del desconocimiento radical en que mantuvo todo etema del embarazo de ella. Aparece la preocupación acerca de lfiliación de la niña de su amante y la ilusión de tener un hijo con ella.

Cuando él intenta hablar con ella del asunto, ella lo rechaza coviolencia, asegurando que el bebe es sólo de ella. Él comienza percibir que ella ha maniobrado a su antojo la filiación del niño qullevaba en su vientre. El no puede evitar sentirse totalmente a smerced, enamorado, implorante, a pesar de no estar ya en medio de

crisis que lo trajo al análisis.Es en ese tiempo que visita en la provincia a la familia pater na la que jamás había frecuentado, y que pasa por primera vez portumba del padre; Comprueba el vínculo entre su militancia y eizquierdismo del padre, y revisa desde ese punto de vista la historia dlas desapariciones. Se acerca a los familiares de sus amigosdesaparecidos.

Se va dando cuenta de que jamás había podido amar a fondovivir a fondo, que había salteado cada uno de los duelos que en la vidle tocaron en suerte. Comprueba que, con tal de evitar cualquier dolohabía evitado también cualquier ligazón verdadera. También que sarreglo al ideal del abuelo lo hacía más una maqueta de varón que uvarón viviente.

Durante un tiempo se va a debatir con la idea de dejar a su mujeya sus hijos, poner su empeño en ganar el amor de su amante y tencon ella un hijo, aunque ella sea "una loca", aunque se apropie de lniños, aunque a él se le vaya haciendo claro de que un niño para ella más un trozo de carne que el nombre que representa al hombre que slo ha. donado.

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Una loca y una madre se habían mantenido para él, vía degradación de la vida erótica, rigurosamente clivadas. Cuando se le entrmezclan "loca" y madre él no tiene en su haber el trazo que les haga bisagra. Careciente de ese trazo no puede sino percibir a la "locmadre" como un todo sin falta donde a él le toca el triste papel d

haber llenado de carne un vientre para inmediatamente ser desechadoPero la "loca madre" entera mezcla de un modo que se hacintolerable lo materno y lo femenino. Los goces de cada una de estposiciones estaban para este hombre, totalmente disjuntos. Cuandodistribución de estos goces fue tocada, pudo emerger la pregunta pordeseo del Otro, el deseo de una madre. En la ligera movilidad del go

materno que esta contingencia de la vida le deparó, encontró ocasióndesencadenamiento de la crisis de angustia, momento en que pudaparecer la interrogación por su deseo.

Hasta aquí el análisis había operado la maniobra que sedemuestra eficaz para resolver la emergencia de la angustia. En primer tramo, al "rectificar las relaciones del sujeto con lo real" (había recolocado al significante fálico en funciones, el que hacagujero en lo real, volviendo a hacer de allí en más el analizantargumento a su función.

2. Valga aquí a pleno que "su deseo" remite a la madre. Por eso mismo va a impinexorablemente al deseo del sujeto.89



Pero este significante, universal en su función estructuranteprecisa ser retraducido en el trazo particular de un sujeto. Para ellhabía que esperar el momento en que le fuera posible poner a funcinar la maquinación de saber inconciente, para lograr que "en medio d

su decir éste produzca su propio escrito". El sueño es un hacedor poexcelencia del trazo poiético, personal. El sueño es escriba privilegiado de la escritura propia del sujeto, es traductor privilegiado de línea de corte universal, en términos absolutamente singulares. Es en sueño donde exquisitamente puede ponerse en juego el trazado de grafía del rasgo personal, el, por así decirlo, de marca registrada.

Así se comprobó en esta cura, donde, llegado el sujeto a estpunto de su análisis, va a traer un sueño.

Paso a comentarles el relato del sueño. El relato es ya unaprimera lectura, por parte del soñante, de la escritura en imágenes. Sel relato, podría esta escritura quedar en el estadio de "figurita". Debaclarar que este señor, por razones profesionales, poseía sólidoconocimientos de biología.

"Entraba a un gran edificio, esos que tienen en el fondo, en epulmón de manzana, un pequeño parque con una pileta. Subía a udepartamento cuyo balcón daba a ese fondo y veía desde arriba lpileta y unos cursos de agua, que como dos pequeños ríos, confluían los dos ángulos superiores del rectángulo de la pileta.

Bajaba y dejaba en el borde las llaves, el dinero y los cigarrillos. Entraba al agua y nadaba".

Comenta que todo el sueño le parece bastante obvio, que la piletes el útero lleno de líquido amniótico y que los riachuelos confluenteson las trompas de Eustaquio.

Le pregunto, un poco en chiste: Doctor, ¿cuáles trompas?Él, sin darse cuenta inmediatamente del error, insiste con las

trompas de Eustaquio, las que conectan ... Se disculpa, bastant

sorprendido por su error y se apura en afirmar que por supuesto se trade las trompas de Falopio etc., etc. Quisiera subrayar que en absolutse trata de un fallido. Su sueño precisaba dejar escrito "trompas dEustaquio". Para ello utiliza el recurso poético de laune-bévue. (5)

Continúa asociando. Por supuesto todo esto remite a los bebes.

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Y él quiere hacer un bebe de su carga genética al útero de algunmujer etc., etc.

Entonces puedo leer, interpretando en sentido clásico, estricto eficaz ya que en ese momento él esta en tiempo y en "zona" de podrecibir esta intervención, que se puede hacer un hijo cuy

engendramiento sea sólo biológico, animal, con una mujer sorda a palabra; o bien si va a comprender que él mismo pudo dejar estblecido en su sueño que la paternidad pasa por las trompas dEustaquio. Allí donde una mujer escucha lo que un hombre tiene padecirle.

Va a decirme entonces que yo soy una mujer que escucha, y qu

el borde donde pudo situar alguna escritura, algún trazo sobre enigma del engendramiento fue el borde donde dejó el dinero, locigarrillos y las llaves, tres claras remisiones transferenciales.

Dinero para pagar, cigarrillos que consumía uno tras otro y qudecidí que no se fumen en sesión, llaves de la puerta de calle que recbió de mí.

En ese marco transferencial, el sueño, formación princeps deinconsciente, por su lectura y con la presencia del analista va a prodcir la apertura del inconsciente, la poiesis de un más uno, creación dsujeto que pondrá marca propia y coto al exceso de goce que padeccomo todos y cada uno, desde pequeño.

En su caso: el niño es de la madre, sorda a la palabra y a ltradición paterna, y en general a todo hombre en posición de pen

trarla, sobre todo por trompas de Eustaquio. El padre de su realidcotidiana, cuya eficacia parcial por vía del abuelo no niego, es uncaricatura de padre, ineficaz en cuanto a intervenir "a fondo" sobre complejo materno. Entre otras cosas porque no penetra en el cuerpo la madre.

Lo que era -descontando el tiempo de la angustia, en que pud

preguntarse por el deseo del Otro materno al romperse la tranquizante distribución de goces que aseguraba su rebajamiento de la vierótica- clara primacía del goce fálico de la madre sobre el niño-falexigía del análisis su rotación hacia otra cosa que el goce fálico: Lsignificación fálica.

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Pero esa significación deberá ser retraducida en los términoúnicos de la poiesis del sujeto. Y este analizante escribe exquisitamente el enigma del engendramiento en términos de engendramient

por la audición. Esto ya esrespuesta singular del sujeto a un enigmaque lo trabaja. Para dar esta respuesta singular suele venir en funciónde escriba el sueño. Es entonces el sueño traductor de lo universal etraza singular,

Si el análisis no hubiera podido desplegar en un primer tiempofrente a la angustia, el horizonte del significante fálico, universamaniobra operante sobre la cuerda de lo real; que resuelve ese apremio, no se habría podido pasar al tiempo singular del relato del sueño

Como se comprueba, no se trata de decretar que lo eficaz esintervenir sobre lo real, o sobre lo simbólico, o aún sobre lo imagnario, sino que el verdadero problema clínico estriba en poder formalizar cuándo entrar clínicamente por una vía o por la otra. (6)

Ante la crisis de angustia, el primer movimiento fue de ingressobre cuerda real, poniendo en funciones el significante fálico.

Pero el sueño opera la retraducción del significante fálico entérminos poiéticos de más uno, producto del sujeto, destilación únicinvención y autoría a cuenta del trabajo del sueño. Entonces, la intepretación del relato del sueño es eficaz cuando el analizante sencuentra representado por el síntoma o alguna formación del incon

ciente, donde se trata del exceso de goce fálico -cuando en la angustse trataba de una alteración en lo creído como asegurado del goce92



del Otro, alteración que hace aparecer bruscamente el deseo del Otrque violenta lo real.

Preponderancia de goce fálico que no impide sino más bien vacompañado de una fijación fantasmática a la madre sorda, la que dpadre, no escucha nada. Pero en su fantasma, esa madre sorda n

entraba en juego en tanto mujer.Cuando una de sus "minas" se hizomadre, desencuadró de una manera intolerable su fantasma, que dejóde tener vigencia momentáneamente para él. Padece en medio de sucrisis, un momentáneo fracaso del fantasma.

Una vez en análisis, para reencontrar el marco del fantasma, npodrá volver al punto inicial, sino que tendrá que tomarse el trabajo

reescribirlo. He aquí el valor subjetivante de la reescritura del fantasmen el marco de la transferencia.El análisis coloca en un primer movimiento al significante fál

co en funciones. Más tarde el trazo del sueño, leído en la interpretción será apropiación subjetiva de la significación fálica, la que pueentonces hacer surco literal en lo real. Así, no hay oposición entinterpretación clásica y acceso a lo real.

El analizante, al escribir a su cargo su rasgo, reorganiza sufantasma haciendo entrar a una mujer en el fantasma que ahora puelograr esbozar una respuesta sobre el misterio de la paternidad: Por escritura afirma que el falo no sabría ser pura carne a ser gozada, sique debe ser también portador de uno de los nombres del padrnombre que su sueño hace entrar por los oídos de una mujer.

Toda madre busca en el falo-niño tanto la carne como el nombrCada una en una proporción que le es singular (7). Pero cuando amante separó hasta la total disyunción el falo nombre del falo carnuna crisis vino a recordarle a este mujeriego, que corría desde siempel riesgo de no ser más que el sobrante de una operación de llenadmaterno ya que en absoluto de donación.

La interpretación, vía lectura del trazo recolocará para él ldignidad del engendramiento. Pero entonces alcanza a lo real, en escaso a lo imposible de determinar de la paternidad.

Vía regia de acceso al inconsciente, y por su interpretación, víregia de acceso al más uno que rozará lo real de la fijación, escrbiendo el trazado de la línea de su corte, está bien lejos de ser caduca escucha y la correspondiente interpretación del relato del sueño.

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Notas

(1) Trabajo presentado en la mesa redonda dedicada a "El relato desueño", en el marco de las reuniones preparatorias para la"Convergencia lacaniana de psicoanálisis". Septiembre de 1997E.F.B.A.(2) Lacan, Jacques. D’un discours qui ne serait pas du semblant ,Inédito.(3) Lacan, Jacques. R.S.I . Seminario XXII, Inédito, Clase N° 1.(4) Lacan, Jacques,Ecrits. "La direction de la cure et les principes

de son pouvoir", Ed. du Seuil, Paris, 1966.(5) Tal como lo comenta Lacan en el Seminario XXV L'insu quisáit de 1'une-bévue s 'aile à mourre, Inédito.(6) Amigo, Silvia. "Intervenciones clínicas en las diferentes cuerdas". Trabajo presentado en la Reunión Lacanoamericana de BahíaAgosto de 1997. Se encuentra en este volumen en el capítulo N° X.(7) Esta idea del falo entre carne y Nombre surgió de HéctoYankelevich en el transcurso de la habitual interlocución que mantenemos.

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CAPÍTULO V

Uno unario, Uno unificante’

¿Por qué todas las buenas maestras jardineras ponen un especiempeño en que un niño puedadibujar la figura humana? ¿Se trata deun prejuicio de las maestras y eso es una pavada, o hay allí una mecuyo alcance, o no, por parte del niño, preocupa a su docente por uprofunda razón?

Encontrar una respuesta plausible a esta pregunta contribuirá mi juicio a develar algunos aspectos de la constitución imaginarnormativa del sujeto.

No puede evitarse, si se desea hallar una respuesta, efectuar udesvío que puede resultar de utilidad.

La primera época de la enseñanza de Lacan gira alrededor detema de la imago, Su primera contribución original al campo de

constitución humana normativa es el estadio del espejo. A diferencde su tesis sobre la paranoia, que trata de casos decididamente psicticos, el estadio del espejo es planteado como un mojón insalvable la constitución "normal" en tiempos fundantes de la infancia.

Allí afirma que la capacidad de reconocerse en el espejo, lcapacidad de representarse en imágenes de sí es un atributo human

por excelencia.El texto primigenio sobre el espejo fue leído en el Congreso dMariembad, bajo la presidencia de Ernest Jones, quien le cortó palabra al joven analista francés a los diez minutos, impidiendo que

1. Clase N° 4 del seminarioClínica de los Fracasos del Fantasma, del27 de octubre de 1998.

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Finalice suexposé . La historia de Lacan con la I.P.A., como seve, no comenzó de forma halagüeña: Transformado y reciclado, en año `49, Lacan da a conocer el texto que figura hoy en los escritos.

Todos los textos de esa época a están en la línea de la cuestión d

la imagen del espejo, la del doble, la de la tensión agresiva con esemejante.En los escritos previos al discurso de Roma, “Función y Campo

de la Palabra y el Lenguaje” hay un centramiento en lo imaginario.Luego hay un tope, hay unstop, y él va a ingresar por otra vía, la de laarticulación del sujeto en el campo del Otro. El discurso de Roma een ese sentido, fundacional. De ahí en más va a establecer la primacde lo simbólico, que luego será acotada por la minuciosa lematizaciódel registro de lo real.

Una vez bien cernido lo real como tope a la avanzada de losimbólico, el maestro dedicará toda una época de su enseñanza a“matema” que testimo nia del borde o frontera articulada de esos dosregistros, poniendo ya un tope a la idea de la primacía del significante

Lacan tardó mucho tiempo en reintegrar lo imaginario al conjunto de los movimientos de subjetivación, si bien de hecho nunca lhabía abandonado. Pero recién lo reintegrará de pleno derecho cuandintroduzca el nudo Borromeo, paso escritural fundamental que llevacabo obligado por los casos de su clínica, en particular los más graves

La “res extensa” y la “res pensante”

Una apreciación de Lacan, a mi juicio justa, hace del psicoanálisis hijo del cogito cartesiano.

El cogito cartesiano es fundador de la modernidad. El nacimiento de los tiempos modernos se puede situar en hechos histórico

como la conquista de América, la Reforma Religiosa que dionacimiento del protestantismo, el advenimiento del capitalismo. Perestos hechos fácticos, en su fondo cultural, están fundados en umovimiento del espíritu que profiere René Descartes. Este filósofo vaproducir un movimiento revolucionario al afirmar que quien profieel verbo tiene el ser: k.

Y añadirá la cláusula subversiva de que al verbo no lo detenta

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Dios, tal como creía el mundo premoderno. Pensar, esto esutilizar el lenguaje, es darse un ser.

Entonces “pienso luego existo”, promueve una fundación de lasubjetividad en la palabra, que desde ese momento cartesiano es dehombre y no de Dios.

Ahora bien,lo que no es ser o “res pensante”, las cosas delmundo, los cuerpos, la naturaleza, pierden de ahí en más el protectocarácter sagrado que les otorgaba la religión. En efecto, esos cuerporeales, que no piensan, o bien la “res extensa” como el las llama,carecen de ser.

De ahí al surgimiento de la ciencia moderna había un paso que

se franqueó bien pronto. El sujeto pensante se dedicó con ahínco estudiar la naturaleza, y las ciencias físicas y naturales conocieron uflorecimiento extraordinario. La naturaleza, que era antes sagrada inaccesible, tan criatura de Dios como el hombre, será ahora un entcarente de ser sobre el que se podrá hacer literalmente cualquier coshasta el límite de la depredación.

El psicoanálisis opera a mi juicio la mejor intervención que sconozca sobre elcogito. Denuncia su temible potencial forclusivo alhacerse, el psicoanálisis, guardián de la inaccesibilidad de lo real, quantes protegía, pero con otra eficacia, la religión. Freud fue el primerque graduó, por así decirlo, el voltaje enceguecedor de las luces decogito, sin volver al oscurantismo anterior. Le recordó a la soberbiadel cogito que todo no se puede pensar, que lo simbólico no puede

reducir a trazas anotables todo lo real. Y hace operar ese límite enombre del padre.Freud introduce, en efecto, para limitar el poderío totalizado d

lo simbólico, lo que Lacan va a llamar, cuando relea al maestro, "Nombre del Padre". El psicoanálisis es, a mi juicio, el único discurno oscurantista capaz de objetar eficazmente la ilusión totalizante d

discurso de la ciencia.Cuando Freud describe, por ejemplo, en un texto fundacioncomo La Interpretación de los Sueños, cómo el sujeto se funda en lacadena de representaciones que él mismo llama "pensamientosinconscientes, se sitúa en la brecha abierta por Descartes. Cuandlimita estos pensamientos a confrontarse con el ombligo del sueño, Unerkannte, produce en acto el límite a la forclusividad de la avanzadcartesiana.

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al semejante será el lugar inaugural y privilegiado para que el sujetenga la certeza de tener un cuerpo. Esa imago revestidora de laresextensa del cuerpo, no la va a garantizar Dios, sino el semejante.

Allí donde Descartes había negado a lares pensante cualquierintersección con lares extensa, Lacan va a reabrir la frontera y va a

señalar una vital zona de cruce.A diferencia de René Descartes, filósofo; Lacan, psicoanalistaseñala y subraya que el ingreso al campo del Otro es libinidaEntonces, entro a ese campo ahí donde no pienso, porque losignificantes son del Otro y yo no puedo pensar. Entro haciéndomobjeto del Otro.

Pero para ingresar al campo del Otro como objeto, al Otro ltiene que faltar algo, sino no me va a dar lugar como objeto. A esmovimiento en que justamente "yo no pienso" y caigo en el campo dOtro, Lacan lo va a llamar "pasaje al acto de la alienación", un pasaal acto no patológico, un pasaje al acto normativo. Así como en pasaje al acto "patológico" el sujeto se tira por la ventana, el bebhumano se arroja, sin pensar; al campo del Otro. (1)

Para ello, evidentemente, en el campo del pensamiento debe dhaber un algo que no se puede pensar donde ingresa el bebe. Si el Otpudiera pensar todo no habría vacío para alojar al bebe.

Para existir, parece ser necesaria una báscula entre elpensamiento y el vacío. El pensamiento necesita un punto de fuga, punto que no piense. Pensamiento, vacío, requieren además de algui

corporal que se preste a sostener tan delicadas funciones, lo quequivale a afirmar que el Otro necesita también articularse de algúmodo al otro, y lares extensa, ésa que se suponía carecer de ser, sehace aquí necesaria.

Lo mismo trae Lacan en el esquema del grafo del deseo. Eniñito está allí figurado por una delta, un niñito orgánico, un puro re

que se hunde, se abalanza, se tira por la ventana al campo del Otro, dque recibe una significación. Lo que era una necesidad, recibe unsignificación en el campo de lo simbólico. (2)

Asimismo en el esquema de alienación-separación, quedplan teado que la salida de esta alienación llega cuando el sujetoinfantil, porque aprende a hablar, puede conjugar el "yo pienso" painterrogar el campo mismo del Otro. "Me significas esto, mamá", "mdas ese mensaje, me dices esto, pero en realidad, ¿qué quieres?", "mdices ue me acueste a las ocho, ue coma carne, ue me lave los



dientes, me dices lo que me dices, pero en realidad, ¿qué quieres? ¿qume quieres?". (3)

El niño experimenta, en principio, el vacío en lo real, es decir seyecta al campo del Otro y puede hacerlo porque éste le ofrece e

potlatch del vacío.Una vez adentro como objeto, el niño intentará encontrar lasalida como sujeto, preguntando: "me significas esto, pero, ¿qué quires?". Y entonces, porque piensa, va a tratar de localizar cuál es evacío, dado que una cosa es vivirlo en lo real de su zambullimientootra es situarlo con una marca.

Por repetición de la pregunta a la madre, al Otro, va a podeencontrar un rasgo común de todas las demandas de la madre.

Cuando se logra desgajar un trazo que haga borde al vacío, ssale de la alienación logrando la separación. Ese trazo localizadoborde del pensamiento con el vacío en el Otro, constituye un uno, utrazo unario, una marca del deseo del otro.

El sujeto a venir empezó con un "yo no pienso, soy el objeto de

Otro", ahora va a poder situar un "yo no soy tu objeto, porque dado qupienso; sitúo tu vacío con una marca".Esa marca esuna clase de uno, uno que se llamaunario. Allí

donde simbólico y real,res extensa y res pensante en Descartes sedisyuntaban; se-articularán por el unodibujando la frontera donde searticulan y recubren dos carencias. Deberá recubrirse el vacío real qule dio lugar al niño; con la falta del niño por nacer al lenguaje, por sun ser de lenguaje que no se puede autoabastecer como un ser de lnaturaleza. Así, los registros se articulan entre sí a través de sus agujros, si estos están señalizados por el trazo. Si no hubiera agujero no spodría pasar un hilo sobre otro para tejer, bordar la estructura.

Entreres extensa, que es lo real, yres pensante, lo simbólico, laarticulación sé dará a través de los agujeros, localizados por una cla

de traza. Un agujero no es un boquete, un agujero tiene marco, talventana de Magritte (4). El agujero está bordeado por la ventanita qule hace el rasgo unario, entre simbólico y real. Ya ese rasgo lo dedujel chico, insistiendo una y otra vez con sus "¿por qué?".

Durante muchos años, muchísimos años, Lacan trabaja todo estesquema. Pero ... ¿qué pasó con su "primer amor", con lo imaginario

¿Fue acaso un capricho de juventud desechado luego?100



Lo que habitualmente se olvida, es que de una manera sincrónica, en el mismo momento en que el niño hace su pasaje al acto de alienación pasa en paralelo otra cosa. Simultáneamente se produce oclase de alienación. Si bien Lacan no lo puede tematizar sino hasmucho después, lo va a situar tempranamente en el grafo del deseo. E

efecto, a la vez que el niño se aliena y deduce luego un unario, mismo tiempo, el niñorecibe del Otro una imagen de sí . Hay unaalienación en el campo significante, desdoblado en campo de lpulsión. Pero también hay una alienación a la imagen de sí que el Otle devuelve al niño, notada en la zona inferior del grafo comoi'(a) ycuya significación se designa como moi. El yo es la significación de la

imagen para el Otro. (5)

Esto está escrito, y quedará ensouffrance. Recién va a ser retomado cuando se introduzca R.S.I. El mismo Lacan que había dicho qlo imaginario consistía en la buena forma, entera, totalizada, debeencontrar su agujero específico para que tomarlo articulable, trenzabcon los otros dos registros.

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Cogito y existencialismo

En la época en que Lacan comienza a darse a conocer en laescena psiquiátrica y psicoanalítica, se encuentra en auge el existencialismo francés. Este existencialismo francés, sartreano, es deudor dHüsserl. (7) Si bien Lacan nunca fue existencialista, los primerotrabajos, de ser leídos prestando atención, se demuestran marcados pel existencialismo. Luego abandonará y criticará esa corrientfilosófica, sobre todo al temible análisis existencialista. Pero esa certra crítica no debiera impedimos nutrimos del grano de verdad y nove

dad que allí reconocerá y utilizará Lacan.Uno de estos granos de verdad puede ubicarse en el aportenovedoso de Hüsserl sobre el sistema de René Descartes. Este grafilósofo modificará las premisas del sistema cartesiano de modo tal quno quede a Dios la tarea de garantizar que a los pensamientos lecorresponde algo en lo real, como referencia.

De un modo primigenio él afirmará que no es Dios quien asegurque existe lo real, sino el cuerpo propio, a través del cual será percibiel del semejante. Para ello hila un fino entramado de reflexiones.

Subraya este pensador que entre los cuerpos que se perciben, hauno, el propio, que además de tener un parecidoimaginario con losdemás cuerpos, produce sensacionesreales, asegurando una referencialidad real. Ese énfasis en el hombre hace que el existencialism

se alinee en el movimiento humanista.Pero las reflexiones que anteceden no implican que se funde l

certeza de lo real en la percepción "sensorial". Se trata de otra cosa dla, advertencia trascendental. Cuando se perciba otro cuerpo, se estaadvertido trascendentalmente, de que no se trata sólo un cuerpo-imagen,.una figura, sino un cuerpo que atesora un precioso real. Qui

percibe otro cuerpo, (dado que sabe, trascendentalmente, que su cuerp-el del que percibe-, además es real) estará advertido de que el cuerpdel otro será también, .además de imagen, real. El existencialismfunda el mundo y la referencia a través del cuerpo, el propio y el dsemejante.

Volvamos a la maestra jardinera. La única vía que hay para diferenciar real de imaginario es el pasaje por el cuerpo, porque el cuerpo

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es la única cosa que me asegura a la vez la figurabilidad en imagen ysensación real. Sólo su diferenciación permite su articulación.

La maestra jardinera, cuando se asegura de que los niñitos qutiene a cargo dibujen la figura humana y se preocupa, con toda razócuando el niño no la dibuja o lo hace con alteraciones serias, demue

tra saber, aunque no lo sepa con toda esta teoría, que el niño esadquiriendo el acceso a una diferencia fundamental entre imaginarioreal.

Porque sólo se va a situar bien lo real en su articulación a limago cuando lo real sea advertido como lo que le falta a loimaginario.

¿Qué le falta a una imagen, por ejemplo una fotografía? Hay algreal que no está allí.Cuando nombraban al hijo de Darwin, lo primero que él seña

laba era su imagen, fotografía o imagen en el espejo. Esto demuesten qué medida la identidad está profundamente alienada a una imagque viene del Otro, donde lo real va a ser justamente lo que se sustrae. Lo real escapa a esa profunda alienación en la imagen quedetermina el Otro.

Hüsserl va a trabajar un término que se llamaapresentación. Esaquello que no se me presenta, de alguien, en tanto mera imagen. Lreal no está en la imagen que se presenta, sino en suapresentación.

Pero sólo por lo que se presenta, gracias a laimago; se puedededucir lo que seapresenta. Por ello, por ejemplo, sé que otro cuerpo

humano debe de ser respetado, porque trascendentalmente estoadvertido de que él guarda unaapresentación de un precioso real.La aprehensión del cuerpo propio, de ser normativa, implica u

cuerpo percibido por la vía de lo propioceptivo de las sensaciones dcuerpo, y por la vía de una imagen que viene de afuera y que otorguna identidad alienada a lo que el Otro devuelve.

Llegada al estadio del espejo

Al igual que Wallon, Lacan pensaba que la unidad del ser no esdada desde el inicio, ni mucho menos. A diferencia de los idealistque piensan que el uno preexiste, Lacan afirma que el uno está

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en el lenguaje, pero para que opere a cuenta del sujeto, éste debe loclizarlo y apropiárselo mediante una ardua construcción.

Lacan, el mismo que rescata de Freud el uno unario, va a incluila necesidad deotro uno, uno de otra textura, que es el uno que me

hace un cuerpo. No el uno que señaliza el trazo unario, traza del Otrsino el uno que figura cómo me veo como un cuerpo en el campo dOtro.

Lo diría así: el sujeto se inscribe, por el uno unario, en el campdel Otro; mientras el yo se refleja como un cuerpo en el espejo deOtro.

El sujeto, que en el inicio vino de lo real, logrará inscribirse en ecampo del Otro mediante su unario.

Pero, además, tiene que saber quién es en el campo de la imagenVuelvo a las maestras jardineras, a enfatizar cuánta razón tienen apreocuparse cuando un niño no sabe inscribir el uno, no unario, sino uno unificante. El uno unificante escribe como uno la forma deconjunto del cuerpo. Saca al cuerpo de la percepciónmorce lée,

fragmentada, del tiempo del autoerotismo.Durante muchos meses el niño, un niño que se ha arrojado avacío del Otro, para hablar de mejores casos, recibe de la madre lintrincación pulsional. Durante meses y meses no tiene la menor idede tener un cuerpo. Siente, de modo propioceptivo su cuerpo, pero nsabe que tieneun cuerpo.

Sólo en el estadio del espejo es que se operará la adquisición dun cuerpo. Este estadio produce un antes y un después. Es por ello quno es exagerado calificarlo como un acontecimiento. El niño, antes, ntenía la idea de tener un cuerpo y luego del estadio del espejo va tener la idea de que tiene un cuerpo, comoimago unificada. (8)

Antes del estadio del espejo, elmorcellement del cuerpo noresultaba angustiante. Una vez conocido el uno unificante -pero es

uno sólo sabría aparecer si el desgajamiento del unario hizo su tarea dcavado en el Otro para que allí se aloje la imagen que otorga el espejla amenaza de retorno del cuerpomorcelé podrá llevar al sujeto alcolmo de la angustia.

La norma de asunción de esta unificación puede estandarizarsen la frase parental His Majesty The Baby, Su Majestad el Bebe, una

imagen agalmática. A la imagen del espejo se le añade una buena106



Lo que los psicoanalistas llamamos representación oscila ybascula entre trazas inscriptas, pero a la vez se apoya en la posibildad de figurabilidad -que no sólo hace al ''yo'' sino que tiene un corrlato escritural inconciente que cualquiera que sueñe por las noche

conoce.Estas consideraciones nos dejan seguir la necesidad de Lacancuando acepta el envite del nudo borromeo, que añade a su matema anillo de lo imaginario.

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Notas

(1) Lacan, Jacques. Seminario La lógica del fantasma, Inédito.(2) Lacan, Jacques. "Subversion du sujet et dialectique du dés

dans l'inconscient freudien",Ecrits, Ed. du Seuil, Paris, 1966.(3) Lacan, Jacques. Seminario N° XI Les quatre concepts fondamentaux de la psychanalyse, Ed. du Seuil, Apartado N° 4, París, 19'73.(4) Véase el capítulo N° 1 en este mismo volumen.(5) Ibid nota N° 2.(6) Wallon, Henri. Les origines du caractére chez 1'enfant , Paris,

PUF, 1949. Texto citado también por Guy Le Gauffey en su libro Lelasso spéculaire, Ed. E.P.E.L., París, 1997.(7) Husserl, Edmond. Méditations cartésiennes. París, Vrin, 1931,también citado por Guy Le Gauffey en el libro cuyas referencias encuentran en la nota N° 5.(8) Lacan, Jacques. "Le stade du miroir cornme formateur du 'jeEcrits, Ed, du Seuil, París, 1966.(9) Le Gauffey, Guy. Le lasso spéculaire. Une étude traversiére del'unité de l'image, Ed. E.D.E.L.P., Paris, 1997. Tercera parte; pág. 175 a221.

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CAPÍTULO VI

Somos semejantes, somos únicos’

El Uno del velo

Sin faltar a la verdad se puede afirmar que cada sujeto es, a svez, semejante a los otros, y también que es único, exquisitamente,hecho y de pleno derecho.

Entonces, ¿por qué somossemejantes pero también somosúnicos? ¿En qué elementos reposa esa doble condición?Comencemos con otra pregunta: ¿Cómo diferencia un niño s

cuerpo real, ese que, según Wallon se percibe con el aparato propiceptivo como real; de la imagen exterior que lo hace uno en tantcuerpo narcisista? ¿Cómo no confundir imaginario y real?

Volvamos sobre el ejemplo de esa amiga cuya mucama habípinchado su fotografía con alfileres. La preocupación y la angustia qel episodio le causara indican que, de una u otra forma, todos sentimque a través de la manipulación de la imagen parece alcanzarse algimportante del otro. Por supuesto, la imagen no es lo real, pero si, como lo creyó esa amiga, debiera merecer algún respeto, seguramenha de guardar alguna relación con nuestro real. Pero ... ¿Qué relación?

¿Por qué se preocupa una maestra o un analista de un niño si ésdibuja, por ejemplo, la pierna dentro del dibujo de un pantalón,

1. Clase N° 5 del seminario Clínica de los fracasos del fantasma, del 10 dNoviembre de 1998.

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cometiendo una "transparencia"? Porque esto indica que hay un fracso de lo imaginario en tanto velo, y debido a ese desfallecimiento de función, algo real aparece no velado en la imagen. Se considera qunormalmente, un chico tiene que dibujar la imagen como un plan

donde lo real no aparezca, sino que estéapresentado. El gran pintorcatalán Tapiès, ha producido varias pinturas de figuras humanas. Spueden apreciar varias telas donde las bocas cerradas dejan ver etransparencia a los dientes. (1)

El efecto es siniestro. Porque habitualmente nuestros labios, aque dedicamos toda una rama de la cosmética (delineador, rougecrema para labios, tratamientos con colágeno), hacen de cobertura aagujero de la boca, le ponen velo.

¿Cómo es que un niño, una vez que adquiere la imagen, que ldice que es uno, yesa clase uno es el velo mismo, adquiere luego ladiferenciación entre real e imaginario?

Únicos, semejantes

Encaremos la pregunta: ¿Qué hace qué todos seamos seme jantes, pero a la vez seamos únicos?

Cada "otro” que percibo a mi alrededor; tiene en común conmigoel hecho de ser un uno, uno del velo, Sé además que ese semejante mapresenta (2) un real que guarda alguna relación con ese "uno-Velo".

Pero ... ¿Qué es lo que me hace único, tan radicalmente únicocomo para no necesitar entrar en guerra de amo y esclavo para verficar cuál de los dos es el verdaderomoi, el auténtico yo?

Lo que me hace único en el plano imaginario, contrariamente a lidea de lo imaginario como registro completo, consistente, fuente ddesconocimiento, es justamente el modo totalmente único en quedibujo el contorno de su agujero. Agujero que lo hará además aptopara poder ingresarlo al nudo borromeo.

Resultará útil, para seguir paso a paso la constitución de eseagujero, volver al esquema del jarrón invertido. (3)

Allí el cuerpo aparece figurado por un florero. Figuración váliden la medida en que la vasija es la figura príncipesde fa civilización,

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la primera figura agujereada que crea el hombre. La vasija importa la medida en que el alfarero logra cernir con ella la vasija un agujersirviendo así para ofertar, convidar, por ejemplo, agua.

Los objetos que el Otro oferta hacen que se acomoden loagujeros del cuerpo. Si no se mira a un niño a los ojos, si no se

ofrece la mirada como objeto, el agujero del hueco palpebral no acomoda para alojar, cerniéndola, la mirada. Una "mirada perdida" un signo clínico que un analista remarca con cuidado. Si no se le haba un chico, no se acomoda a la voz el agujero que rodea el pabellóauricular. Si no se le da el seno o el chupete, no va a acomodarse agujero de la boca al objeto oral. Si no se lo cuida, higieniza, no va

acomodarse el agujero anal.Cuando el niño ingresa en el campo del Otro, que es el camppulsional del lenguaje, la pulsión organiza sus trayectos alrededor los agujeros del cuerpo sin ninguna necesidad de que el niño vivacuerpo como uno. Por eso, la entrada de la pulsión en el cuerpo havivirlo al cuerpo como cuerpo fragmentado: la tajada de la boca, tajada de los ojos, la tajada auditiva, la tajada anal. El cuerpo se vive un primer momento como un feteado, como acumulación de tajadas.

En un momento que no es cualquiera, el niño va a recibir decampo del Otro, fundacionalmente, una imagen que le va a dar pprimera vez la idea de que su cuerpo es uno, cosa que la pulsión nopodía dar. Gracias a la pulsión, se accede a la sensación real del gocdel cuerpo, pero no a la idea de que el cuerpo es uno.

La adquisición de este uno, el uno unificante, no el uno unarise adquiere entonces fundacionalmente, en el estadio del espejo, qenseña que la unidad corporal está alienada al Otro. Ese uno tambiviene del Otro constituyendo el “yo ideal”. También constituirá aquélque va a ser considerado semejante: ese que en el espejo devuelva euno, va a ser mi semejante. El espejo crea la oscilación entre primera

tercera persona y, por ende, todos los fenómenos del transitivismo. Lprimera y tercera personas de las que hablo son las gramaticales, naludo aquí a la "terceridad" que en Lacan evoca al Otro.

Las reflexiones hasta aquí vertidas no permiten aún encontrar equé mi semejante y yo somos, además de semejantes, únicos.

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Será de ayuda, para proseguir esta búsqueda, intentar pesquisacómo aparece una posibilidad de hacer entrar en juego a la segundpersona.

El drama de los celos

En medio de la báscula entre primera y tercera personas, puedsuceder un acontecimiento. Súbitamente un semejante, otro ununificante, aparece en mi campo de percepción munido de un objedel que goza. San Agustín contaba cómo un niñito de unos tres año

mirabaamare conspectu, con la mirada amarga, a su hermanito bebeprendido al pecho de su mamá, es decir tomando posesión del objet(4)

El drama de los celos hace aparecer bruscamente en el campo dlo que era pura imagen, en el campo que era puro transitivismo, yo él, lo que se llama el "tú", produciendo un viraje, desde lo que era msemejante a lo que Lacan llama mi prójimo.

Mi prójimo ya no es sólo aquél que es un uno como yo, un ununificante. Mi prójimo es aquel que goza de algo, en general sintiéndome yo (si fuera el niño que mira la escena), excluido de ese algo dque goza mi prójimo. Este prójimo provoca la jalouissance, los celos-goce formadores de un nivel del objeto. Cuando alguien que es msemejante aparece en mi campo de percepción con un objeto de goc

que me incumbe, súbitamente va a aparecer, vía el drama de los celola primera aprehensión dela cara imaginaria del objeto.Todo niño a quién se le da la ocasión, interrogando el campo de

Otro, terminará por orientarse en él desgajando, de la holofrase inicidel Otro, el trazo unario.

Pero sin el drama de los celos no habría ninguna posibilidad dque esta maniobra de extracción de rasgo, en el límite de los campodel significante y de lo real, pudiera tener eficacia en el campo demundo, haciendo aparecer como señalizado y deseable a un objeto. Lcelos enseñan eso.

¿Qué es deseable? ¿Sobre qué cosa del mundo aplico el rasgounario? La respuesta no llega sin el drama de los celos.

Observando a niños ... y adultos, puede constatarse cómo un

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objeto totalmente intrascendente puede elevarse a objeto cuya possión es cosa de vida o muerte por el mero hecho de que lo posee uprójimo.

El drama de los celos señala un objeto del mundo como uobjeto precioso.

En el cuadro de Magritte del que ya se ha hecho mención, sermuy difícil elegir- una vez hecha la operación de construcción de ventana que pone lo real afuera y, una vez enmarcada ésta con el traunario, el marco fálico- qué diablos pintar sobre el bastidor. ¿Cómelegir qué pintar? Para comenzar, me oriento pintando lo que mi prómo me enseñó, no sin celos, que a él le gusta. El unario que apare

entonces en este drama es el del otro.Me atrevería a calificar como "entrada al estadio del espejo" aconjunto de los fenómenos de asunción de la imagen y al drama de lcelos que señala al objeto en lo imaginario.

Salida del estadio del espejo: agujero en lo imaginario

Pero ... ¿Cómo se sale del estadio del espejo?¿Cómo no codiciar a perpetuidad' exclusivamente aquello qu

señala el otro? ¿Cómo constituir en el plano de los objetos del mundalgo que lleve una marca personalizada?

No hay, a mi juicio, sino una salida: Lograr alguna coordinación de la imagen del uno unificante con la traza del uno unario, y no el del otro sino el propio, que deberá ser retraducido a ese niveAquí, la letra necesita de la superficie imaginaria para concluir sescrituración en tanto tal.

Una vez inscripto sobre la imagen el trazo propio, ya no se estaobligado a entrar por el tobogán de la codicia cada vez que mi prójimacapara algo.

¿Cómo se inserta el rasgo unario en el uno unificante, cómo sanudan?

Si el rasgo unario logra posarse sobre el uno unificante, alguiepuede devenir único, pudiendo afirmarse que ha adquirido un estilo.

Pero esto ... ¿Cómo sucede?Una vez más, sirvámonos del esquema del jarrón invertido.

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Sobre la caja cerrada que figura el cuerpo biológico, inaccesibla la percepción, se forma una imagen real del cuerpo, no visible parun ojo demasiado "pegado" al córtex que figura el espejo cóncavo.

El cuerpo es alcanzado como imagen unificada desde el espej

plano que figura el Otro, que devuelve una imagen virtual-ununificante o "yo ideal"- de la imagen real.El Otro devuelve la imagen del chico bajo formas para nada

estandarizables. El grafo del deseo nos permite colegir que el yosignificación de la imagen, dista de ser uniforme.

Freud dejó establecido que lo que el Otro debiera devolver comuno del cuerpo, como yo ideal, podría subsumirse a la frase "HiMajesty the Baby". Pero no siempre pasa esto, no siempre los padrehacen esta devolución de reflejo a un chico.

¿Qué significa que el padre y la madre puedan hacer esta devolución normativa?

Significa que no capturaron el entero del cuerpo del niño comun objeto de goce de ellos. Los padres debieran poder significar al niñ

como objeto de amor, es decir significar fálicamente al entero decuerpo del niño. Si los padres no pueden, puede suceder que tomen entero del cuerpo del niño como objeto de goce y entonces, en vez dvenir de Otro la alterativa normativa; caen sobre el yo del niñoatribuciones injuriantes. Éstas hacen del niño no un objeto significaden el amor, sino, en el plano yoico, un objeto repudiable, _apto paejercitar un goce obsceno. (5).

Decir a un niño que es feo, tonto, torpe, malo ... resulta injuriante. También abandonarlo, porque sólo se abandonan objetos consderados cosas propias de uso.

Una paciente, que se quedó dormida a los tres años andando enel colectivo en que viajaba con su mamá -quien la había tenido a locatorce o quince años- fue olvidada allí. Después de varias horas fu

restituida al hogar por la policía, que había estado rastreando adóndpertenecía esa chiquita, que estaba llorando a los gritos, diciendo snombre y apellido porque no era un bebe. Adolescente ya, buscabdesesperadamente, en las florerías "no me olvides" para regalarle a smamá. Aquí hay también una cosificación del chico, tratado como upaquete, un objeto extraviado. Las actitudes de abandono, aunque

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no parezcan ejercicios directos de goce perverso sobre un chico, son hecho cosificaciones. Un chico gozado es abandonado de los cuiddos parentales normativos. Un chico abandonado es gozado como ucosa.

Vuelvo a subrayar la diferencia entre significar fálicamente a

niño en su cuerpo, como un entero, y gozarlo fálicamente, sea de moperverso, abuso directo sobre el cuerpo del chico, ya sea de modo coficador. El niño vive este goce fálico del Otro como goce del Otro.

Cuando acaece una atribución narcisista injuriante, abusiva abandonante, la catexia de goce sobre la imagen que el Otro devuelven el fondo del espejo, captura sin resto al yo. En esas condiciones,

ha de haber para el niño una salida adecuada del estadio del espejo.El "Nombre-del-Padre" organiza, de estar presente y no forcludo, una estructura neurótica. Pero el Nombre-del-Padre se actualiza los nombres del padre, en lo simbólico, en lo imaginario y en lo reaLacan llama al Nombre-del-Padre en lo imaginario,inhibición. (6) ElOtro ,si se atiene al poder ordenador de ese Nombre, se inhibe dcapturar por entero la imagen del niño en el fondo del espejo, en densidad de goce del Otro. Su correcta eficacia en lo imaginariinhibirá el uso instrumental del chico, permitiendo que algoreal delniño escape a la captura del espejo. Sólo así el niño podrá diferenciimaginario de real, dado que lo real se demostrará comono especularizable, por fuera del campo imaginariosi bien éste le hace velo.

En las últimas clases del seminario La Transferencia (7), Lacan

va a extenderse sobre una experiencia. Frente al espejo, auxiliado pun adulto, el niño suele girar la cabeza y -saliendo por un instante defascinación especular- mirar a la madre, al padre, o al adulto que está acompañando. Va a intentar averiguar adónde mira el Otro padar su asentimiento, su signo de amor . El niño intenta saber si elasentimiento amoroso es donado al niño real, o si bien sólo pued

catectizar el fondo del espejo. Normativamente el amor debiera Opercomo investimiento dirigido al niño real, signo de asentimiento a ereal que escapa a la captura especular. Así, el Otro demostraría uamoroso respeto por la alteridad radical de un niño. Sólo en esacondiciones podrá el niño tomar distancia del "yo ideal"utilizándolo·como cobertura o vestido para lo real que·le es permitidser.

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Si el padre o la madre pueden dar este asentimiento al niño rease hará evidente para el niño que no todo él está en la imagen“yo

ideal”. Ese hueco en la imagen hará aparecer en el espejo su agujeroespecífico, escrito como falta fálica imaginaria, -φ, agujero en loimaginario. Esta parte no especularizable permite que seaprofundamente investido un trozo en el cuerpo del niño que no entra el campo del Otro.

Es esa fisura de libertad que se le da al chico, respetándolo en sreal también en el campo de la imagen, en ese punto donde el Otro nse apropió de la masa del chico, la que aparece dibujada como falta ela imagen, como algo que el Otro se inhibió de tomar.

La letra -φ demarca aquello en lo cual somos preciosos, aquellode lo que el Otro no se apropió, porque justamente ahí es donde nsomos objeto de goce.

A esa faltaescrita en la imagen Lacan la llama agalma. El

agalma es el punto de irradicación de eso tan misterioso que se llambelleza o encanto de la gente y que no pasa por las medidas corporaleni la musculatura adquirida en los gimnasios.

Pero si en la búsqueda de asentimiento el niño encontrara que eOtro sólo es capaz de investir en el fondo del espejo, la imagen que ha fabricadoad hoc para su goce, fracasa la operación de escrituración

de -φ.118



El Otro demuestra amar al niño en el punto en que inhibe su gocsobre él. Amar es siempre inhibir un uso instrumental sobre unpersona. El amor inhibe el goce, respetando la inalienable cara real dniño que queda más acá del espejo, núcleo delechte Ich, yo auténtico,envoltorio de lo real. Más allá del espejo queda la imagen que fue

donada por el Otro y que el niño va a asumir, como "yo ideal".Normalmente habrá una báscula entre el yo especular y el yauténtico,echte Ich que permitirá adquirir distancia entre las significaciones especulares que le dio el Otro y algún sentimiento de su yreal, ese que lo hará devenir único.

Por esa vía puede advenir un imaginario no especular, impor

tante y fundamental, porque impedirá la continua tensión agresivacon el semejante. Si la única medida del narcisismo es el yo del sem jante, se está condenado a mirar al semejante permanentemente pasaber quién se es. Si se adquiere, en cambio, una aprehensión dnarcisismo más allá del espejo, se puede obtener alguna pacificaciócon el semejante.

Esta operación reposa en la coordinación de las significacionenarcisistas del Otro en el campo de lo unificante con el trazo unario damor del Otro, trazo único, punto de dibujo de -φ en la imagen,agalmaque la hace única.

En el amor, siempre hay una veladura normativa del agujeropero el amor sublimado, a diferencia del amor pasión, está presididpor la significación fálica, y no por el goce fálico.

La sombra del objeto cayendo sobre el yo

¿Qué pasa cuando el Otro no puede hacer don de su amor, qupasa cuando el Otro no inhibe el atrapamiento en la imagen, cuando Otro cree que puede responder por entero qué es un niño? En ese cano podrá dibujarse en la imagen el contorno de -φ y ésta quedaráimpregnada como un entero de valencia de goce.

Freud definió la melancolía como esa situación en que la sombrdel objeto cae sobre el yo. (8)

Ese yo sombrío y apesadumbrado no ha de ser, como en el casnormativo, velo del objeto, como el jarro del alfarero, cuya razón de



ser es el agujero central. No evacuado por su agujero específico de sombra del objeto, el yo está repleto de una carga maldita, con eresultado clínico de patologías severas del narcisismo. En esas condciones, fracasa, además, la constitución del fantasma por imped

mento de la escritura de la cara imaginaria del objeto.La pregunta que se impone es la siguiente: ¿podría suceder quepara un sujeto, estén escritas las letras que enmarcan los agujeros de simbólico y lo real (respectivamente S1 Y Ф) y no la que enmarca elagujero en lo imaginario?

Es mi hipótesis plantear que esto puede llegar a suceder, obteniéndose resultados clínicos específicos: fracaso del fantasma melancolización.

Freud definía la psicosis como conflicto entre el yo y la realidad, la neurosis como conflicto entre el yo y el ello, y la melancolcomo conflicto del yo con el superyó, es decircomo patología dentrodel campo imaginario del narcisismo.

La reescritura de -φ es un antídoto a la melancolización, porque

-φ es lo que le asegura al sujeto que su yo no es objeto, que es algdigno que merece amor. Gracias al trazado de –φ , en el caso de que lascosas anden bien, se va a dibujar el borde imaginario del objetoa,agujereando lo imaginario.

Por el agujero en lo imaginario éste resultará ingresable en eborromeo.

El registro imaginario normativizado no es completo, sino que limaginario normativo está descompletado por ela que le hace agujero,agujero específico, agujero escrito mediante la letra -φ, lo que le falta ala imagen para transformarse en objeto del Otro. Porque allí se inscribla falta, la imagen puede suscitar deseo, puede suscitar amor.

El problema del fracaso de la escritura de -φ, es el fracaso delfantasma que le es inmediatamente solidario. Este fracaso reposa en hecho de que ela no puede terminar de localizarse en su faz imaginaria.

Hay muchos casos clínicos que, sin ser psicosis, implican lagravedad del fracaso del fantasma.

¿Qué puede hacer un sujeto cuando la masa de su yo se hacobjeto?

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Una posibilidad es suicidarse. El problema es que, al suicidarsel sujeto, lejos de borrarse como objeto, afirma justamente ser uobjeto sobrante que se "elimina". Muchos enfermos aquejados dmelancolía afirman querer "limpiarse", dejando oír cuán sucios sienten por la parasitación del objeto.

Pero en la tristeza neurótica, ¿no se suelen acaso constatacadaverizaciones de la imagen? Cuando el. neurótico anda mal se suele notar en la cara y en la actitud corporal. Estas "martirizacionede la imago suelen presentarse cuando algún objeto está plantado enimagen del cuerpo, martirizándola, cadaverizándola. Por eso analista, además de escuchar a los analizantes, está atento al modo d

su presentación corporal. Durante el análisis, la realización escriturde la falta. de objeto logrará vivificar la imago. Cuando se libera de eobjeto que la martiriza, la presencia florece. De hecho, sonsorprendentes los cambios físicos de la gente en análisis.

Otro modo de defenderse de esta parasitación de la imagen por objeto, es realizar un clivaje del yo. El trozo clivado de yo se entrega Otro, a su goce, para no entregar el entero. Se entrega, por ejemplo, duodeno y empiezan las úlceras. Personalmente, no pienso que todlas enfermedades sean "psíquicas", lo real merece respeto. Hay muchenfermedades orgánicas, pero no todas. Para defender al yo de totalización objetal, para poder crear -φ, el yo se divide. Una parte esentregada al goce del Otro, y otra parte se intenta resguardar. El trozabandonado al Otro se enferma; se destroza.

Si uno hace el esfuerzo de vencer sus propios prejuicios y escucha a un adicto (a la comida, al alcohol, a las drogas legales o ilegles) escuchará otra forma de defensa a la captura global en el espejo dOtro. En efecto, el adicto afirma esperar el flash ¿Qué es el flash? Esun momento en que siente su cuerpo como propio, en que siente quereal, por supuesto, a un precio devastador.

Con sólo ser ladupe de la estructura, el analista confrontado aesta clase de analizantes, se verá obligado a revisar sus premisas sobla completud del universo tripartito neurosis, psicosis ,perversión.

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FR C SOS EST BLES DELF NT SM



CAPÍTULO VII

¿Qué significa comer?

Una reflexión psicoanalítica sobre loseating desorders'

Agradezco a las directoras del "Curso superior de bordes" de"Centro 2" la invitación a esta charla sobre los trastornos de la alimetación, que inicia un ciclo sobre "La clínica en los bordes". (1Intentaré también decir algo acerca de esta última nominación.

La generalidad del título "Trastornos de la alimentación" para uinicio de conferencias, me permite plantear algunas ideas basanalíticas sobre qué quiere decir alimentarse y sobre qué puede querdecir, psicoanalíticamente hablando, un trastorno de la alimentación.

La alimentación es un hecho que va mucho más allá de la necesidad nutricia del cuerpo, es un hecho que va mucho más allá del mehecho de hacer crecer el cuerpo; es un hecho que está ligado nacimiento mismo de las re1aciones del sujeto con el Otro. El acto

alimentarse es un acto sin el cual un bebe humano no sobreviviría mde algunas horas. El primer punto de relación con el Otro, en el estade necesidad absoluta en que se encuentra el bebe humano, es uncomida que sólo puede llegarle por vía del Otro.

El hecho de comer depende de este Otro, mientras que un bebrecién nacido tiene un reflejo innato e instintivo que le permite, p

ejemplo, respirar sin mediación del Otro. Esto no quiere decir que a largo de su desarrollo no trastorne su respiración. Episodios broquiales, asma, testimonian que también puede ingresar el Otro en el

1. Reescritura y reelaboración de la conferencia sobre "Trastornos de la alitación", dictada en "Centro 2" en abril de 1998.

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canal respiratorio. Pero lo cierto es que la alimentación, un hechabsolutamente primordial, sin el cual la supervivencia del bebe humno sería de muy poco tiempo, depende de cómo el Otro se dirija a éya que el bebe se encuentra allí absolutamente carente de una orien

tación instintiva.Siendo un hecho de raigambre psicoanalítica profundísima, uhecho fundador de la entrada del niño a las relaciones con el Otro, trastorno de la alimentación es un hecho del que nadie ha carecido,un epifenómeno potencial de cualquier estructura clínica. Cualquiestructura clínica puede estar acompañada, además, por un trastorno la alimentación. Las estructuras clínicas se definen por el modo drelación en que ese sujeto especificó su lugar en relación al OtroComo la alimentación está relacionada al modo primordial de ingresdel Otro en la conformación del sujeto, casi toda estructura clínicpuede y suele tener uneating disorder -tal como la llaman losamericanos, que tabulan todo-, un desorden alimentario.

Quien haya frecuentado los hospitales psiquiátricos Moyano

Borda, habrá visto a los grandes psicóticos, por ejemplo, en estado dcaquexia, de una delgadez extrema. Entonces, a veces van las cámarade televisión y dicen que el estado no los alimenta, lo cual a veces ecierto -sin duda hay falencias gravísimas del cuidado estatal de loenfermos hospitalizados. Pero además, el gran psicótico tienproblemas en la alimentación por que está lesionado gravemente svínculo con el Otro. Sería milagroso que comiera normalmente.

Entonces hayeating disorder como epifenómeno de la psicosis,así como hay trastorno alimentario como epifen6meno de cualquievida humana. Por cierto, cuando uno está triste o alegre, come más menos, puede estar excedido de peso o muy delgado. Por lo tanto, trastorno de la alimentación se puede añadir -como epifenómeno- cualquier estructura clínica, y de por sí no constituye estructura clíni

alguna.Con esta salvedad, uno podría preguntarse por qué tanta gent

habla como de algo específico cuando se refiere aleating disorder .¿Será una cuestión de los medios de comunicación que hablan deasunto porque está de moda? En efecto, hay algo inflado por lo mediopero no creo que sea sólo eso. Freud afirmaba que cuando alg

adquiere un nombre eso significa que está señalando una especificidaque126



con los nombres no se juega. Respetaré el hecho de que por algo tangente habla-de anorexias y bulimias como de una entidad diferencital que podría ser, no sólo epifenómeno de otra estructura, sino algque merezca que nos detengamos a averiguar qué especificidad posee

Voy a hacer una pequeña introducción deleating disorder en la

neurosis, porque frente al exceso de los medios que ven anoréxicasbulimicas en todos lados, muchas veces un grupo de analistas -no srazón- despacha la cuestión afirmando taxativamente que se trasiempre de un síntoma histérico, que es simplemente histeria. Podrser, pero me voy a detener a ver si podemos especificar qué hace quealgunoseating disorders en particular sean muy difíciles de tomar bajo

la exclusiva égida de la histeria.Recordemos aquello que Freud llamaba "la infección psíquicaEl daba el ejemplo de un internado de señoritas donde una recibe ucarta de su novio que le anuncia que la abandona, dado lo cual ella cen crisis. Al tiempo el resto de las internadas, en masa, hacen la mismcrisis. Freud afirma que ha entrado en escena esa peculiar capacidhistérica de imitar la situación del otro.

En la misma línea, desde luego, hay algunas histéricas que, comahora conocen que está de moda eleating disorder , simulan (y noestoy de ninguna manera imputando mala fe) uneating disorder ."Simulan" no significa que manipulen, se trata sólo de una manera presentarse al Otro estando a la moda, munida de esos rasgos que sel último grito de la moda. La histérica busca un eje identificatori

desesperadamente. Hoy día, un eje identificatorio posible, para sparte del grupo de mujeres, es padecer uneating disorder .Admitimos, pues, que hay en algunos trastornos alimentario

histéricos, tomando eje identificatorio en ese fenómeno. Pero así comla chica -del ejemplo de Freud del internado- que recibió la carta nestaba simulando el ataque, sino que tenía un ataque porque le hab

pasado algo real-la había abandonado realmente el novio así podemtener también cuidado clínico de ver qué muchacha (o muchacho, dimuchacha porque es trastorno que se da más en la mujer, despuveremos por qué) está haciendo unsemblant de eating disorder , a lavista del Otro, para ser amable al otro, porque está de moda; y cuál erecibiendo la carta, es decir está respondiendo con su trastornalimentario a algo real que le está pasando.

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Existe el célebre caso de las brujas de Salem. En la ciudadamericana de Salem, a fines del siglo pasado, hubo una serie de persnas, específicamente mujeres, que padecieron crisis de locura demoníaca, de posesión demoníaca. Hubo algunas mujeres que tenían alg

que podríamos llamar "locura" y se creían poseídas por el demonieran personas que estaban gravemente enfermas. Luego, hubo utendal de histéricas que simulaban estar poseídas por el demonio. (2).

Es de notar la diferencia: algunas padecían la crisis demoníacaun episodio "loco", grave, del cual no las podían sacar, y luego habíun tendal de histéricas que imitaban la posesión demoníaca. Como esabido, los métodos coercitivos sociales hicieron que quemasen todas, poseídas demoníacas e histéricas. Lo cierto es que esto pasó y elos anales registrados del caso de Salem se puede ver la diferencientre unas y otras.

Se debe intentar establecer la diferencia entre estas dos situaciones posibles, ahora en el campo de los problemas con la alimentación. Podría decirse así: Hay algunos casos -y voy a tratar de dec

cuáles- de bulimias y anorexiasveras no psicóticas, no perversas, nohistéricas. Y hay otros casos en que una histérica torna eje identifcatorio en el trastorno bulímico y anoréxico. Lo planteo como hipótesis. Antes de pasar a ver qué puede dar la clave de si alguien padeuna bulimia o anorexiavera, o si está haciendo eje identificatorio porhisteria-ante lo cual no digo que simulen ni que mientan, ni que nhaya que tomar en serio, pero reviste sin dudas otra gravedad, otrcoloratura clínica-, voy a referirme a qué es comer.

El complejo materno alimentario

Si se habla de comer, lo inmediato que se asocia está ligado a larelaciones del sujeto con la madre; sin embargo también voy a hablade las relaciones del comer con el padre; voy a tratar de unir lo qullamo complejo materno alimentario y complejo paterno alimentario.

Cuando el niño nace está sometido, absolutamente y completamente sin ningún instinto que lo guíe, a que e1 0tro lo tome, le oferel pecho y le dé de comer. El humano es el único cachorro que

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necesita esto; todos los demás tienen un reflejo que los hace llegmotrizmente al alimento sin necesidad de ningún Otro que estdispuesto a hacerlo.

Una madre alimenta a su hijo porque ese hijo -dijo Freud, en unde esas geniales fundaciones del psicoanálisis- representa el órgano

goce del que la madre carece. Eso no está mal, ni se trata del caso duna madre perversa, ni malévola. Una madre que pone empeño en crianza de su hijo lo hace porque significa a ese niño comprocurándole el trozo de goce que su falta de pene le hace anhelar. Unpodría decir entonces que criar a un chico es una maniobrmasturbatoria, una maldad. Freud -en "El malestar en la cultura" di

que es una importante función civilizadora de la madre, dado que simadre no integrara, no incorporara al niño al orden del erotism¿quién lo haría? Esa es una función de la madre.

La madre ya da el pecho significando un goce; significandoporque da el pecho a un ser al que le propone la palabra. Una madrehabla a su bebe, ¿por qué? Aunque éste obviamente no entienda nadle habla porque es una madregood enough, como decía Winnicott. Yono lo traduzco como "suficientemente buena" porque eso da a la madla angustia de tener que ser "suficientemente buena". Prefiero traducgood enough por "apenas buena", dado que lo que pide Winnicott duna madre es que sea "apenas buena".

Una madre "apenas buena" apuesta a que ese pedacito de carnque tiene "upa" vaya a ser un sujeto; como apuesta a que sea un suj

to le da el pecho y le habla. Es decir que el goce alimentario en unmadre “b uena" está acompañado de la pulsión invocante, no es sólpulsión oral; el goce alimentario ya está acompañado por la vectrialización del goce de la palabra.

Tal como dice Héctor Yankelevich, la madre debe de ser pascaliana, una madregood enough es pascaliana. Recuerden la apuesta de

Pascal, es la apuesta que hace cuando le preguntan si Dios existe o nPascal es un hombre del siglo de las luces, es un racionalista, no puehablar sólo de fe, ha puede responder en términos místicos. Pasccontesta que apuesta que existe porque de esta manera habrá unganancia ética y la idea de una trascendencia que guíe nuestros actoSegún él, es mejor apostar a esa existencia. (3)

Una madre "apenas buena” le habla a su chico, le da el pecho

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pero también le habla. Esa pascalización prepara un sujeto y vectorializa -con la leche- la palabra. Entonces, lo “oral” de comer y lo“oral” de – digamos- “examen oral”, unen la comida al hecho de hablar.

Freud llamó esta primera fonematización -en que la madre

apuesta al bebe como parlétre la simbolización primordial-, f ort-da,que es el régimen de la palabra. Uno habla haciendo pausas. Instaura goce con fragmentos de palabra y el pecho es la primera experiencdel niño del fort-da.

Hay una disputa entre los pediatras (que me causa gracia, pero nporque no haya pasado la angustia con mis hijos sobre cómo darles pecho) respecto de cada cuánto dar el pecho, "a libre demanda" o "cadtres horas". Si a un chico no se lo integra a un ritmo -no a la fuerzpendiente del reloj-, si no se le ofrece un fort-da, en principio, en laexperiencia del ritmo de la succión del pecho, no se vectorializa con pecho la alternancia de los fonemas. Dar el pecho cada tres horas es umodo precario, un modo como cualquier otro, de decir que el chico ntiene la boca tapada con la teta todo el día.

Me ha pasado, en los análisis que conduzco, pedirles expresamente a las mujeres embarazadas que se analizan que vinieran inmediatamente después de parir, porque en las semanas que siguen al parse establece la primera simbolización del chico. Pueden venir con bebe, con el moisés, con alguien que se quede con el niño en la sala despera, pero prefiero que vengan. Me ha pasado poder ayudar a madrneuróticas, digamos normales, a sacar al bebe de la teta, dado que, pangustia de que no le falte nada, no podían descolgarlo del pecho, colo cual daban un alimento que no llevaba los fonemas que parten goce en segmentos.

Entonces una madregood enough da la leche con la palabra ytambién da la leche con la mirada, pone en el acto de lactancia la lunarcisista de la mirada, adelanta y pascaliniza al niño en una imago d

buena forma -que es muy anterior al espejo- que la madre vpreparando para devolver después. Por lo tanto, una madregood enough da de comer leche, pulsión oral; palabra, pulsión invocantemirada, pulsión escópica. Lo hace sosteniendo muscularmente al niñen su abrazo, pulsión anal. Es decir que da de comer una intrincaciópulsional, nunca una pulsión sola.

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¿Qué puede querer decir Tánatos en la pulsión? Les doy uindicador clínico: un modo en que se deja ver Tánatos en la pulsión,por ejemplo aquella situación clínica donde se ve actuar una pulsiósola, no mezclada con las otras. Cuando la comida es sólo comidentonces es tanática; si una madre diera de comer sólo leche -con

bebe colgado de la teta- estaría vectorializando un goce mortal, nescandido por el significante ni bañado por la mirada. La pulsióerótica se diferencia de la tanática en el punto en que la pulsión erótiestá intrincada con otras pulsiones; mientras que un plano de Tánatpulsiona1 es una pulsión aislada.

La comida, el primer plano de la comida, que es la comid

materna, va a estar marcada por el modo en que la madre intrinque lpulsiones cuando dé el pecho. Se tratará de experiencias fundcionales del acto de comer. Ya la madre pasa la ley de la palabra y l1ey de la escena en el modo en que alimenta a su bebe recién nacido.

Freud en el "Proyecto ..." habla de la primera experiencia dsatisfacción ésa que el niño vuelve a repetir porque no alcanza, en lexperiencias ulteriores, una identidad con aquélla. Esto ya indica quepecho ha tenido que ser separado de la boca para que el niño puedestablecer diferencia entre la segunda vez y la primera, para que haseriación en la experiencia. Para que se historice lo oral, para que nsea un puro goce -mudo como muda es la pulsión de muerte-, tiene qhaber ausencia y presencia -fort da-, alternancia. Y tiene que habmirada y cuidado de la escena, sino no se constituir siquiera com

experiencia de satisfacción. Entonces, ya en el modo en que la madda el pecho se puede ver lo que va a ser un posible futuroeatingdisorder .

El complejo alimentario paterno

Pero la comida que se nos aclara bastante rápidamente del ladmaterno, no es la única comida posible, hay otra gran comida dpsicoanálisis que es el banquete totémico. Freud plantea que ha de spor la boca que la ley del padre ingrese a orientar al sujeto en imposibilidad del incesto. No es que la ley del padre imposibilite incesto, éste es imposible por el mero hecho de que hablamos; por el

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solo hecho de hablar no podemos realizar la relación incestuosa. Perla ley del padre dona al sujeto una marca que lo orienta en esa imposibilidad. No es lo mismo tener una marca del padre que no tenerlpara orientarse en lo imposible del goce materno.

¿Cómo mitifica Freud la entrada de la ley en el sujeto? Loshermanos tenían un padreur , terrible, acaparador de todo el goce,padre mítico de toda historia humana -transindividual, más allá de historia individual-, un padre gozador que se quedaba con todas lamujeres, que impedía a los varones tener cualquier clase de gocsexual. Él podía con todas, para él no había ninguna clase de prohbición. Los hermanos se juntan, conspiran contra esta figura y dice"basta". Lo asesinan y luego cada uno quiere ser el padre terrible, hasque se dan cuenta que sí no hacen un pacto van a volver a matarse una otros permanentemente. ¿Qué pactan los hermanos? Que van a matal padre y luego comérselo, incorporando en el banquete totémico ufragmento de la ley. Luego de incorporada la fuerza del padre, que ela ley por la boca -incorporada pues canibalísticamente-, ésta va

actuar indicándole a cada hermano con qué mujeres puede tenegenitalidad y con cuáles no. La ley del padre va a regular cuánto gocpuede tener cada hermano. Freud hace pasar el ingreso de esta normpor la comida. (4)

El banquete totémico de ninguna manera es una comilona, es eprototipo de toda comida social. Es un ritual solemne, sometidoreglas. Es un ritual donde se come en el acto mismo en que se estsuscribiendo un pacto, es un ritual donde lo que se traga es un segmeto de la ley; es un ritual donde se incorpora, no un goce, sino un límial goce. En el banquete totémico hay reglas sobre qué se dice, qué scome, dónde se sienta cada uno, es estrictamente lo más lejano de lque se puede imaginar de la comilona de la bulímica. Ésta es un acsecreto, furtivo, sin reglas, se come crudo, cocido, mezclado, sin orde

sin ley, sin palabras, sin escena, sin lazo social, (5)Entonces, el psicoanálisis en su fundación lantea-la-comida de

lado materno y plantea también el banquete totémico como modo drecordar que se come al padre bajo ley.

Voy a ir a otro banquete, que creo junta las dos vertientes. Setrata de un texto hermoso, un pilar de la cultura occidental,El banque-

te de Platón. (6)132



¡Todavía otro banquete! Es de subrayar cuánto la comida estinmersa en la civilización. Veamos cómo plantea Platón la ocasión dsu banquete. Resulta que Agatón había ganado un concurso literarmuy importante, le habían dado un premio como mejor poeta, por cual lo agasajarán con un banquete. Allí va a haber comida, bebid

una tocadora de flauta, y un grupo muy selecto de amigos va a hacerelogio de Eros.En este banquete, los invitados no sólo van a comer -y lo hará

porque rehusarse a comer sería una descortesía (en la anoréxica, ncomer no es la solución, el verdadero problema es comer sujeto reglas)-, sino que mientras se come se hace el elogio a Eros. Se com

pero hay pausa y escansión porque también se habla. Es un banquehay solemnidad, hay ritual, cuidado de la escena, cuidado de vestimenta, de la limpieza, de la forma.

El banquete de Platón es una obra cumbre de la cultura occidental, y su autor elige como escenario que le conviene, una escenque muestra qué puede ser comer regladamente. Nunca va a ser comda furtiva, nunca va a ser clandestina, nunca va a ser tragada; siempva a ser con reglas, siempre va a ser en una escena social -la máhumilde, el desayuno en la casa.

El hecho de comer es algo que puede aparecer en la juntura dlos complejos materno y paterno teniendo un residuo del goce primade comer mezclado con la ley de la palabra -se come; se habla, scome. Y se cuida la escena, hay un cuidado escópico: dónde no

sentamos, cómo nos vestimos, cómo nos manejamos en los modaleEntonces se come, se mira, se come. Este modo de comer podrllamarse un modo normativo de comer. Si ingresa la comida junto cola ley del padre, uno podría decir que en el banquete (llamo banqueteuna comida normativa, el desayuno, la cena cotidiana), el objeto oral ha coordinado con la ley del falo. Es decir que el objeto oral es

intrincado con el resto de las pulsiones y está enmarcado por lo qorganiza cualquier escena que es la ley del falo.

¿Histerias u otras estructuras?

Vamos a detenernos en la histeria, porque efectivamente se

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escucha -no sin razón- decir a muchos analistas que finalmente laanoréxicas o las bulímicas son histéricas. Hay rastros de este tema elos primeros historiales de Freud. Por ejemplo, Emmy de N., qupadecía una gran histeria, tenía síntomas conversivos, tenía alguno

delirios y alucinaciones no psicóticas -alucinaba serpientes, símbolofálicos, lo que indica que no son alucinaciones psicóticas. En generala alucinación histérica es visual y en general, representan el falfaltante.

Emmy de N. tiene recursos de conversión, recursos de alucinación y además está anoréxica, está delgada, come poco. Uno podrdecir -ya me lo han dicho- que Emmy de N. también era anoréxica. Nlo creo así, porque para ella el rehusarse a comerno era el únicorecurso que tenía para relacionarse con el Otro. Ella podía producitoda clase de síntomas, entre los cuales estaba eleating disorder .

Llegados a este punto, resulta legítimo establecer una especificación: una histérica puede padecer de uneating disorder , pero jamásva a tener como único recurso en su juego de deseo con el Otro a

trastorno alimentario, aunque pueda ser grave. Además, en unhistérica eleating disorder va a hablar. Quiero decir que, puesto enrelación en la transferencia, va a hablar, dado que el silencio de lhistérica es sólo palabra amordazada. Cuando una histérica no hablno es que carezca de recursos de palabra, es que momentáneamente lotiene fuera de juego.

Emmy de N., puesta en transferencia, va a hablar, aún del trastomo alimentario, va a significarlo, va a hacer serie, lo va a historizaEl problema alimentario en la histeria nunca es repetición vacía; comvamos a ver que lo es en eleating disorder vero, que es repetición deun acto alimentario que no se historiza, que no hace serie, que nhabla.

Hayeating disorder en la histeria, básicamente en dos pendientes

(cualquier estructura tiene subrayada una de estas dos pendientes): Hsujetos que cuando se ven enfrentados a algún fracaso en algunadquisición normativa fálica (el amor, tener un niño o no tenerlo, uncuestión de éxito profesional, una cuestión económica), al no llegauna reactualización del símbolo fálico, prefieren no ceder en estcláusula y deciden ya no comer. Es decir,

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sin el falo, sin su escena ni su ley, prefieren no comer. Son las histricas que tienen pendiente anoréxica que son las que se plantan más posición de amo.

La pendiente bulímica, por el contrario, opera con una lógica d"premio consuelo". Si no llega el símbolo fálico, al menos se goza

morder el pecho materno. En nuestro porteño argot "comérsela" o "comérsela” describen con bastante aproximación cada una de estas dovertientes. Todo sujeto tiene tendencia a alguna de las dos vertientes: anoréxica, más plantada del lado del amo; la bulímica más plantada territorio de esclavo del goce de comer, en tanto "premio consuelo".

Para explicarlo brevemente diría que si eleating disorder es uno

más de los muchos recursos de un sujeto, podemos decir que es ueating disorder histérico. En ese caso se trata de un recurso más quetiene el sujeto para poner en jaque al Otro, jugando a través de comida con su deseo.

Ahora bien, por el contrario, cuando el único recurso que tienun sujeto para poner en falta al Otro es no comer o comer y vomitaentonces creo que hayeating disorder vero, y que ahí tenemos un realclínico al que no podemos encasillar en el saco de la histeria sicometer una violencia clínica. Por lo tanto, hay casos de trastornalimentario que no dependen de la histeria. Intentaremos justificar esafirmación recordando cómo se constituye el sujeto en el campo dOtro.

Para todo sujeto es vital encontrar dónde alojarse en el campo d

Otro. Claro que para encontrar alojamiento tiene que haber un cuardisponible. Si uno llega a un hotel en el que no hay lugar, se quedaafuera. Lo mismo pasa en el Otro. Para encontrar allí un lugar, hay qhaber localizado qué lugar vacante hay en ese campo. Si no se localilo que le falta al Otro, no puede hallarse alojamiento en ese campo. Pesto tiende a ser de vida o muerte para el sujeto encontrar la falta en

Otro, porque esa falta demarcará el lugar donde el sujeto va a encontrsu morada.

2. "Comérsela" es un modo argótico argentino. Significa, aproximadamenentre otras acepciones, el aceptar sin discusión las condiciones -potencialmendesfavorables- que impone alguien a un sujeto.

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¿Cómo se encuentra normativamente la falta en el Otro? Si biese trata de una ardua, muy ardua elaboración, se puede resumir estbúsqueda en la pregunta "¿qué me quiere?", "¿qué soy para vos?"

Aquí debemos introducir el peso y la importancia de una fas

fantasmática de valor singular. Hay un tiempo fundacional imprescindible, en el que suponemos que el único modo de encontrar unfalta en el Otro es morirnos. Para hacerle falta al Otro fantasea el sujecon su propia desaparición. Todo niño, en efecto, en algún momento spregunta "¿cuántos van a llorar en el velatorio?" O bien se complace, hacérsele patente la falta que su deceso produciría: "Mi madre .¡cómo se va a desesperar!". Este fantasma a veces permaneceinconciente pero es imposible que el sujeto no conteste en primelugar, como primer objeto que le falta al Otro, con su propiadesaparición, la del sujeto mismo. El fantasma de la propia desaparición es el primer paso de la creación de un fantasma normal. Clarque al usar el ordinal "primer" estoy ya afirmando que tiene que habsegundo, tercero, cuarto ...

Seriación o no de los objetos

El primer objeto que el niño pone en juego para sostener a todprecio él deseo del Otro es su propia desaparición. Cuando se habla dprimer objeto es que la norma es quedespués haya una serie de objetos

parcializados ofrecidos para significar la falta en el Otro. Si un sujetono pudiera avanzar desde la posición de ofrecer como falta la totalidade su cuerpo hacia la posición de ofrecer un trozo de sí a la falta en Otro, no podría avanzar hacia lo que se llama la estabi lización dfantasma fundamental. El fantasma fundamental es producto de unlarga elaboración, una larguísima -todo el Edipo respuesta del sujepara poder contestar qué pedacito le ofrece al Otro para localizar sfalta.

.Si alguien ha logrado el armado de un fantasma fundamental eque ya no ofrece como único objeto al primero, que es su propidesaparición; es que ha logrado ofrecer un pequeño trocito. La pérdda no del entero sino del trozo, es aquélla que los psicoanalistas llammas castración. La lógica de la castración nunca es de todo o nada,

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sino que es la de perder el pequeño trocito marcado además con brilfálico. Eso es lo que se oferta en el fantasma al Otro, como cubriendsu falta. Quien ha logrado el armado de un fantasma, cosa fácil ddescribir pero larga y difícil de llevar a cabo, el que ha logrado esarmó su estructura.

Una histérica juega con el deseo del Otro con montones drecursos. Como cuenta con un fantasma fundamental, juega con primer objeto que se coloca en el marco fantasmático -que es su propdesaparición- y con muchísimos más.

En cambio, lo que yo llamo anorexia vera se da en el sujeto cuyúnico objeto en juego para movilizar el deseo del Otro, es su prop

desaparición.Podría objetarse que el suicida también lo hace. Pero a diferencia de éste, que comete un acto relámpago, y esta rapidez testmonia que ya ha caducado toda posibilidad de llamado al Otro -anoréxica llama al deseo del Otro ofreciendo a la mirada del Otro scadaverización .

Cuando un sujeto tiene este modo cadaverizante de presentarscomo único recurso para hacerle falta a algún Otro, Otro al que deninguna otra manera puede poner en falta, entonces va a sostener deseo por la vía de forzar a que ese Otro esté permanentementvigilante, anhelante, amenazado de que le falte (cuando acabe dmorir) la propia anoréxica.

En la percepción correcta de que se trata, en la anorexia, de u

juego (pero es a muerte) con el deseo del Otro, se fundan quienplantean como histérica esta posición. La diferencia con la histéricaque la anoréxica juega a muerte real el sostén del deseo, mientras qen la histérica el juego con el deseo del Otro está más de lleno en ucampo que podríamos llamar "lúdico".

El que ha trabajado con anoréxicas veras sabe de la obstinació

de que son capaces, a ellas difícilmente se las doblega. Esta es ltozudez que las cadenas de los centros concentracionarios de rehbilitación intentan mantener a raya. Si se entuba a alguien paralimentarlo con seguridad, se logrará pasar comida. El problema es qesto se parece mucho -en verdad demasiado- a la comida tanáticdesintrincada de la que hablaba más arriba.

La anoréxica, por las contingencias con su Otro, ha caído en

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la trampa de creer que sólo con su propia desaparición se sostendrá deseo del Otro. Debernos reconocerle a la anoréxica que, en su luchsin tregua para mantener vivo un deseo que sin dudas habíadesfallecido -sino, ¿por qué tanto esfuerzo para reflotarlo?- logra, e

efecto, mantener la mirada de la familia en vilo. Habitualmente, esfamilia termina por estar continuamente escrutando ese cuerpo que scadaveriza.

A diferencia del pasaje al acto suicida que es instantáneo, laanoréxica comete la hazaña de sostener -en una familia-no deseante- deseo vivo y permanentemente sobre ella. Es en ese punto que ella esemparentada a la posición del amo. Ella imponea muerte la falta en elOtro, no le importa arriesgar su propia muerte en medio de lcadaverización.

La anoréxica ha quedado entrampada en la obligación de morir ano poder -como la histérica- contar con una multiplicidad de objetoque signifiquen para la vida esa falta del Otro. Ella sólo puede ofertun único objeto, que es su propio cuerpo cadaverizante, único obje

que puede hacer falta a Otro tan difícil de hacer entrar en falta.La anoréxica, frente al problema de la falta de brillo fálico de lalimentación, tiene la fuerza "loca" de mantenerse a muerte en esplano donde, si no viene con el brillo fálico del amor eso que se ofrece como alimento, si no viene como escena de banquete, como deíctico del deseo, entonces no come. Así es que sostiene el deseo de umodo paradojal ya que, al perder la carne que contribuye a su encande mujer, no puede entrar en el juego erótico. Una mujer delgada elinda, pero un cadáver no suscita la elección erótica. Creyendo jugarmuerte el juego del deseo, la anoréxica no advierte que juega el juegtanático de la madre. Esa es la trampa del amo: luchando a muerte pel puro prestigio, termina cumplimentando una vocación de muerte. Lanoréxica logra la muerte en vida de una mujer que no va a suscitar

erección fálica.La anoréxica se planta en sostener a todo precio el deseo del Otr

faltándole ella misma en su cuerpo cadavérico.Al contrario, la bulímica, frente a la falta de brillo fálico de

aquello que le ofrecen para que "se coma" se dirige hacia el goce comsea, "transa" con un goce sin brillo fálico, y es así que constituye la

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típica escena bulímica. Típica escena de bulimiavera, no epifenó-meno de la histeria que se da todos los días, tal como le pasa a cuaquiera que, por ejemplo, porque esta triste, come.

La bulimiavera se presenta en aquella persona cuyo único modode obtener un fragmento de goce, porque está privada de los goces q

da el canal fálico, es."transar” con un goce obsceno y comer unacomida que no participa de las reglas del banquete, Se trata de uncomida clandestina, sin lazo social, sin palabra, sin ningún cuidado la escena. Es una comida asqueante, obscena, que no provoca posteriori ningún relato. En lugar del relato que la elabore, el modo quitarse el objeto obsceno que ha ensuciado el cuerpo, el único mod

que encuentra el bulímico es vomitarlo, es sacarlo de su cuerpprovocándose un vómito, poniendo por supuesto en riesgo la salud ydignidad de su cuerpo.

Habitualmente, la anorexiavera es estable, no se mueve delplano anoréxico, así como es estable también la bulimiavera. En lahisteria que hace además uneating disorder , en cambio, se suele constatar una suerte de "ping pong" entre episodios bulímicos y episodianoréxicos. He aquí un dato de diferenciación clínica. La alternancentre episodios anoréxicos y bulímicos, generalmente se da en histeria y denota que el sujeto intenta mantener el deseo intentando un lado y otro de la ecuación "deseo - goce" mantener la estructudeseante del Otro.

Fracasos del fantasma alimentario

Eating disorder hay en todas las estructuras, y por ende haymuchos en la histeria. Sin embargo, hay algunoseating disorder queson los únicos modos que algunos sujetos tienen de relacionarse de modo sostenible con el Otro.

Cuando este modo problemático es el único modo de vinculación, yo creo que se estarán transitando lo que se ha dado en llamar lbordes de las neurosis. ¿Qué característica tiene este modo de tránsien los bordes? Creo que se trata de un modo típico, particular específico de fracaso de la constitución del fantasma, por detencióndel fantasma en su tiempo narcisista (esto es, oferta del cuerpo

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entero, de su propia desaparición) sin poder avanzar a la parcialización del objeto.

Para estos casos coincido con la discutida denominación declínica en los bordes: Me parece una denominación pertinente, y l

encuadro como atribuible a los fracasos del fantasma. A diferencia destos casos, la histérica tiene éxito fantasmático, la histérica tiene sfantasma constituido.

Las mujeres y el don del falo

Estos trastornos aquejan electivamente a mujeres, aunquetambién haya varones que los padecen, a mi juicio, porque la mujelleva en su cuerpo la marca de la falta fálica. A varones y mujeres, pser parlétres, a todos por igual, les falta un fragmento de goce, de ungoce fundamental que se pierde por el sólo hecho de hablar.

Pero las mujeres, además, carecemos de una representación físicdel órgano de localización del goce. Todas las elucubraciones sobrdónde localizar el orgasmo femenino, si es en el punto "g" o en otrparte, tienen su raíz en lo imposible de determinar el lugar y el moden que goza. La falta fálica impone una difícil relación de la mujer coel goce. Mientras que el varón-si bien puede también gozar de todo cuerpo- tiene claramente un canal orgásmico que es el pene. Por ellla mujer depende más que el varón del don del falo. En la crianza, p

ejemplo, el desamor del padre en una mujer es mucho más devastadoNo digo que los varones la pasen de maravillas: el varón con el padtiene una relación muy fuerte, muy paradojal. Si un varón tiene padrtiene que pasar por la idea de que el padre lo pasiviza y lo somete, y quiere salir de esa situación "homosexual" tiene que matar al padre qulo quiere tanto. Para arreglárselas, el varón pasa por situaciones duraPero a la falta de don fálico los varones son claramente menosensibles que una mujer.

Si las mujeres leemos más novelas de amor, consultamos más los analistas, si las mujeres vamos más a la astróloga y ese tipo dcosas -no digo que todas, pero es un hecho- es que, por llevar la marcde la falta del órgano, que es vehículo del significante en lo real dcuerpo, nos hallamos más expuestas a algunos desórdenes

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con el cuerpo. Además, no se debe olvidar que el pene y el falo no slo mismo, pero justamente, por ser piezas discontinuas es que entran relación de articulación (artículus quiere decir justamente partediscontinua). El significante fálico proviene de una elevación dórgano al significante, lo que implica, que el varón tiene dónde hac

pié en su cuerpo propio para llegar al falo. Por el contrario, la mujdepende muchísimo del don fálico; en principio, del amor del padre no sólo al padre), de que el padre pueda donarle la ilusión de que varecibir el falo, bajo la forma del amor del padre y luego de otro varque, a su tumo, le dará un niño.

Una mujer depende fundacionalmente de ese tiempo, aunqu

puede, a mi juicio, desentenderse del padre más radicalmente que varón. Pero no sin haber pasado por el desfiladero de recibir convalidación de1 padre-que a veces falta- al derecho que ella debdisfrutar, de pedir el falo. Que una mujer sienta que el padre le legitimel derecho de pedirlo, es vivido por una mujer como amor del padrEsto no siempre sucede, porque el padre no siempre está a la altura legitimar esa demanda. Debe recordarse que el derecho de sujeto ddemandar no significa en absoluto que reciba el objeto que pide. amor del padre consiste en acoger al sujeto de la demanda, y no eresponder dando el objeto real imposible de ser dado. Muchas vecconstatamos en la clínica el encuentro fatídico de un padre que pproblemas totalmente propios a su neurosis, denigra o no quiere a propia hija. A veces es la madre quien no deja pasar la eficacia de

función.Como es el don fálico el que va a posibilitar la introyección demarco a los objetos de la pulsión, y al enmarcarlos los dignifica, de nhaberlo, se produce fracaso del fantasma. Al no contarse con efantasma, el objeto, oral por caso, carecerá de enmarcamiento y dbrillo agalmático.

Si sobrellevó bien los largos y difíciles tiempos del edipo femnino, una mujer puede tener más libertad que un varón, porque, al cargar con el órgano que presta el canal habilitante para gozar, pueadquirir, respecto del goce, una gran ductilidad.

Pero si pasó mal por ese tiempo fundacional, tiene mucha máchance de quedar adherida, por ejemplo, al objeto oral como fuente goce dañino y no objeto de banquete.

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Época del “padre humillado”

El sujeto depende del Otro materno, del Otro paterno y posupuesto está inmerso en el Otro social. Nos rodea una sociedaposmoderna, ésa que se veía venir desde la era de lo que Claudel llam"el padre humillado". (7) Vivimos en un momento en que los valoredel padre, el símbolo paterno está muy degradado. Desde el Otro socihay una dificultad en plantear la ley del falo como modo de acceslegal al goce. Yo creo que esto es más preva1ente que la presión decuerpo que plantean las propagandas, si bien este pressing propagandístico es importante. Lo que me parece más preocupante que l

propaganda a favor de la juventud y de la belleza a cualquier precio, ela temible situación de querer abolir la muerte como límite a la vida elo real. Este es un intento de abolir lo real, situación temiblementforclusiva. Pretender abolir este real va derechamente contra la lefálica de la vida. El Otro social influye para que se registren más casode fracaso del fantasma. Pero es de recordar que quizás en otrproporción los ha habido siempre.

El caso por caso

El dispositivo que creó Freud (no la teoría psicoanalítica sino edispositivo de la asociación libre, atención flotante, responsabilida

económica sobre las sesiones, horarios y honorarios, uso de diván) fuideado para psicoanalizar adultos neuróticos, exclusivamente. Poejemplo, ningún analista va a poner a un niño en un diván y pedirle quasocie. Y no es por que no se analicen niños, es que no se los analizbajo el dispositivo clásico.

Si se acordara que la anorexiavera y la bulimiavera no sonhisterias, entonces no se les podría aplicar el dispositivo clásico. ¿Quhacer? En principio, recordar algo que a mí me sirvió muchísimo, dFreud y de Lacan. De Freud: que no sólo están las interpretacionesino que también es acto analítico la construcción, la puesta en juegde la transferencia, el movimiento mismo de la transferencia. DLacan: que la estructura tiene real, simbólico e imaginario, y que el

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acto analítico es el intento de re-armar, de volver a poner a disposción del sujeto la falta, entrando por cualquiera de las tres cuerdas.

En estos casos deeating disorder veros, así como en cualquierotro caso de fracaso del fantasma, se "entra" clínicamente con máeficacia entre lo imaginario y lo real. Eso no quiere decir que no

hable, pero no se habla descifrando. Se puede hablar construyendhipotetizando, armando historias, si se quiere "explicando", pero eso es usar la palabra de modo que gire entre imaginario y real.

En muchísimos tramos transferenciales se comprueba la pertnencia de aquello que Lacan llamó discurso sin palabras, allí donde analista se presta en la transferencia a la constitución de tramo

escriturales faltantes.Estas entradas por cuerda real e imaginaria producen actanalítico al mismo título que una intervención en cuerda simbólicporque en estas entradas, se intentará analíticamente restablecer sagujero específico.

Más tarde, una vez efectuada la eficacia de estas maniobrassuelen producirse formaciones del inconciente. En efecto, leer comienzo de una cura bajo el modo jeroglífico una frase de una anorxica, resulta muy lindo para presentar en un congreso, no obstante, aanoréxica no le hace ningún efecto.

No es que se excluya entrar por lo simbólico: el analista transipor todos los lugares, pero como la fijación del objeto de goce clavaéste en el cuerpo (justamente al no estar tomado en la lógica del falo,

fijación resulta fuera de la palabra), es más útil intentar maniobrclínicas entre lo real y lo imaginario.Esta variación de dispositivo no indica que estemos hablando d

psicosis. Sólo indica, ni más ni menos, que al no tratarse de unneurosis de transferencia, el dispositivo clínico debe ser re-inventado

Hay modos no psicóticos de estar fuera de la ley. No tod

desviación respecto de la norma es psicótica. Esto vale también palas alteraciones graves de colocación del objeto oral en un marcfantasmático.

El problema de la anoréxica y de la bulímica es quesistemáticamente falla en ellas este fantasma.

Necesariamente, estas reflexiones suenan disonantes con la

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distribución de estructuras que manejamos corrientemente. Esto ndebería acobardamos.

Tal como le advertía el príncipe Hamlet a su incrédulo amigoHoracio: "Hay algo más en el cielo y en la tierra, Horacio, que lo qu

ha soñado tu filosofía".

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Notas

(1) Se trata de Stella Maris Rivadero y de Gabriela Pedrotti, psicanalistas que han organizado y dirigen este "Curso superior de bordes

(2) Elida Femández trabajó también el episodio de la ciudad amercana de Salem.(3) Yankelevich, Héctor.Ensayos sobre autismo y psicosis, Ed. Kliné,1997.(4) Freud, Sigmund.Totem y Tabú, Obras Completas, BibliotecaNueva.

(5) Staude, Sergio. "La bulimia: silencio y mirada", artículo aparecien Cuadernos Sigmund Freud, N° 18,El cuerpo en psicoanálisis, Ed.E.F.B.A., 1996.(6) Platón.El Banquete, Ed. Orbis, Buenos Aires, 1986.(7) Claudel, Paul. L 'Otage, Le pain dur, Le pére humilié , Ed.Gallimard, París, 1948.

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D IFICULT DES EN L CON FORM CIÓN F NT SMÁT IC

EN EL PRIMER DESPERT R SEXU L



CAPÍTULO VIII

Lo real de lo imaginario.Un caso de fobia a las gallinas’

'

Cuestiones sobre la letra

El de la escritura, es, en Lacan, un tema que recorre la obra desdel principio hasta el final, llevándole todo ese largo tiempo logrdesentrañar qué porción de cada uno de los tres registros participa

su trazado.En principio, planteó la letra como soporte material del signficante.

Más tarde, como borde o litoral entre lo real y lo simbólico. Edecir, como aquello del significante que muerde sobre lo realestablece, con ese registro, la frontera.

El rasgo unario, por ejemplo, aislado en su faz literal -puesto quconectado con la batería del saber inconciente es plenamentsignificante-, establece escrituralmente esta zona de borde.

¿Pero podría acaso escribirse y ser advertido si no se articularsu grafía con una superficie imaginaria?

Para subsanar este inconveniente, Lacan desarrolla en los últimoaños laescritura borromea; Que en el nudo lo imaginario ingrese almismo título anudante que los otros dos registros, indica bien que pallegar al estatuto de escrito no se puede prescindir de la participacióde esa cuerda.

1. Ciase del 14 de octubre de 1997 del seminarioClínica de los fracasos del fantasma.

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Durante el transcurso del seminario ...ou pire, Lacan se debatecon la frase "Yo te demando que rechaces lo que te ofrezco porque 'esno es eso", que involucra a los tres registros. Da vueltas y vueltaintenta escribir la formalización de los tres verbos presentes en la fras

con unos grafos que se pueden apreciar en el seminario. (1)En su socorro, una chica que forma parte de la concurrencia ldice "Mire Dr. me parece que esto le va ha ser útil" y le da una hojitcon el dibujo del nudo borromeo, que ilustra, en el escudo de armas dla familia italiana Borromeo, lo indisoluble de la lealtad familiadonde romper con sólo uno de los miembros equivale a romper cotodos.

A Lacan este hallazgo le cae del cielo como contingencia. Y dahí en más, él se lanza con el nudo, transformándolo en necesario.

La historia del nudo no nace de una elucubración matemática eLacan. Se puede abordar matemáticamente el nudo pero, en Lacanllega más bien por el sesgo de los lazos familiares. Y él recomiendexplícitamente utilizarlo de un modo "bobo".

Dando por adquirida la noción de cruce real-simbólico en laletra, me dedicaré, con la ayuda de un caso clínico célebre y del nudborromeo, a puntualizar qué es lo que aporta el registro imaginaripara que la letra devenga contabilizable para el sujeto.

Es tarea de la subjetivación el escribir y reescribir, cada vez quasí se requiera, la letra que escriba, señalizándolo, el agujero de cadregistro.

¿Qué letra escribe el agujero en lo real? El significante fálico, ede la ley fálica, dado que, en verdad, lo real en sí nada le falta.

¿Qué letra escribe el agujero en lo simbólico? El rasgo unario, S1que anota el trazo propio del sujeto, rasgo poético de su propia autoríque realiza la retraducción del significante fálico para reafirmar etrazos propios el trazado del agujero.

¿Y qué letra anota el agujero en lo imaginario? A riesgo míodado que Lacan no lo anota así en sus nudos, pero lo deja deslizar-, ela zona de apertura al infinito de la cuerda imaginaria, -φ.

Debe señalarse que no es lo mismo la letra que viene del Otrolugar donde todo estaba escrito, que la letra que el sujeto reescribdonde cabe y es bienvenida la novedad de una poética creación.

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le envía, que vuelva a tomarlo en análisis. La demanda finalmente edel muchacho. Ella acepta tomarlo nuevamente y se desarrollará eanálisis. Y será entonces que aparecerá la historia de una fobia qudevendrá centro y eje de la reconstrucción analítica de la neurosi

infantil de este sujeto.Resulta que este muchacho era el hijo menor de varios hermanos y hermanas que vivían en una granja. Había una diferencia impotante de edad, diez años, con el hermano que le precedía en edadResultó estar siempre pegado a su madre, era su preferido, tal esochiquitos que nacen al final de la vida fértil de una mujer y pasan a ssu apéndice.

Esta madre se ocupaba de la granja y con especial atención de lagallinas. Y el nene la acompañaba en las excursiones al gallineropegado al delantal materno.

La mamá palpaba con especial empeño y voluptuosidad la cloacde las gallinas para comprobar si estaban por poner un huevo. Cuandla mamá bañaba al futuro fóbico, éste le pedía que palpe su trasero pa

ver si él mismo estaba por ponerlo. Y la mamá, que bien podríhaberse negado, lo palpaba en un juego que se repetía cada día. El nenrepetía estos juegos después, una vez solo, tocándose él mismo el ancon su dedo.

A su vez, ponía a la madre, a modo de regalo; unos hermosohuevos de caca en los rincones de la casa. Para sorpresa del .niño, madre no se ponía contenta con estos huevos.

Vamos a detenemos aquí.Nace el niño y se enfrenta al mundo en estado de profunda

indefensión, dado el cual no tiene más remedio que dejarse auxiliar pla madre, quien se encarga de alimentar, cuidar a su retoño, pero no sque esto sea efectuado bajo el modo singular de su goce. Hay unprimera incorporación que este niño hizo, que es la incorporación d

campo del lenguaje, operación que pone fuera el goce de lo real. Ahablar se expulsa hacia afuera, el goce de la cosa.

Una vez incorporado el lenguaje, el niño va necesitar, paraorientarse allí, desgajar un significante que señalice electivamente paél el goce de la madre. Y este niñito opera lalectura del significantedel huevo, no la gallina sino el huevo. Orientado en él mundo

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de goce de la madre, él le pone huevos de caca, y le pide a lmadre que busque en su cuerpo de niño, hurgando en su ano, tal obje

Este significante electivo, único, exquisito y singular, señaliza eel campo del Otro aquello que, según la lectura del sujeto, respondcomo trazo por su goce.

Esta operación deextracción de rasgo es fundamental porque noes lo mismo estar a merced de un goce sin límites, de un goce masque haber localizado escrituralmente una zona puntual de ese goce,haberla balizado con el trazo.

A partir de allí, el niño estará orientado en el modo de goce deOtro. No está derivando en el campo del goce de la madre sino que es

orientado. Pero, aún así, está inmerso en la "relación anaclítica", dapoyo con el Otro real, anaclisis donde el Otro que satisface lanecesidades, al mismo tiempo, vehiculiza como cobro indefectible pese servicio, la obtención de su goce. Es por eso que anaclisis perversión van tan juntas.

Así están las cosas para este niño varón. El se vive como varónno tiene hasta ese momento ningún inconveniente visible o detectabcon su identidad de tal. Es de subrayar que a los siete u ocho años esimago es muy visible: vestimenta, modo de pararse, gestualidad, mode comer, modo de peinarse, modo de relacionarse con compañeros la escuela.

¡¿Cómo es que se las había arreglado para que su modo de goco interfiera en su imagode varón?!

Este chico no había podido, y por ello estaba protegido dangustiarse, hacer una deducción lógica: Si uno quiere albergar huevo, que es el objeto de goce de la madre, por lógica consecuencpor regla de tres, uno deberá aceptar paliar la imago de una gallina. Nde un gallo, de una gallina.

¿Qué es lo que pasó con este chico? Veamos si desarrollar algu

nas cuestiones acerca del Yo y sus ideales nos ayuda a comprender desencadenamiento de la fobia

La constitución del yo

Sigamos un tramo los avatares de la constitución del Yo.

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Es en el espejo del Otro que veo laimago de mi "yo ideal", no demi "yo", por así decirlo, verdadero. Como "yo ideal", la imagepertenece al campo del Otro. De no mediar alguna apropiación quhaga devenir a este "yo ideal" unechte Ich-yo verdadero, imagen real-, el sujeto debería llevar puesto permanentemente el espejo del Ot

para no disolverse en el campo imaginario.

Disyunción marco – imago

Volvamos al niño de nuestro caso antes de la fobia. Él ha localizado en el campo del Otro una muesca que lo orienta en relación

goce del Otro, el huevo.

Pero en cuanto a la imagen, élno ha podido coordinar ese rasgocon su imago, por lo cual continúa percibiéndose varón en el campo dla imagen.

Ahora bien, si hubiera coherencia entre la marca literal y limago, esa marca de goce indicaría, para el sujeto en formación, lobligatoriedad de asumir laimago de gallina. En efecto, quien quieraser portador del huevo, deberá ser una gallina en el plano de laimago.

Pero en ese plano, el Otro devuelve a este chico laimago, i'(a),de varón. El problema es que esaimago viril está, por así decirlo, vacíade sustancia, es una cáscara que no viste ningún nódulo real

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identitario para este chico. Es unaimago sin real, y no marcada por eltrazo, no coordinada al unario. En esas condiciones, jamás podrincorporarse luego como yo verdadero,echte Ich.

Si, por ejemplo, un guante hiciera las veces deimago de una

mano, valdría comoimago eficaz si pudiera albergar más tarde, unavez sacado del cajón del placard,realmente la mano, que hallaría allí calor y refugio. Si además quisiéramos estar seguros de quién es sdueño, podríamos escribir unas letras sobre su tejido, sus inicialeAgrego al pasar, que una mano derecha real será recubierta por uguante que, enfrentado especularmente con ella, parezca imaginariamente izquierdo.

¿El "guante" deimago varonil, ésa que le devolvía la familia, loseducadores, podía albergar realmente al portador de huevos?

He aquí una i '(a) carente de sustancia, que viste a su portador sinrepresentar la verdad de su trazo ni lo real de su goce.

A la imago de varón del niño de las gallinas, ¿qué es lo que nopasó? No pasó la marca que él mismo había leído en campo del Otr

como enseña de su goce. Laimago de varoncito está desconectada dela marca huevo.Entre el yo ideal yel trazo unario no hay relaciónalguna.

El sujeto ha sido capaz de leer en el campo del Otro, el trazo quseñala el goce del-huevo. Este campo Otro ya está conteado por echico, quien fue capaz de hacer -no todo niño puede- ésaextracción derasgo.

Esa marca de conteo se anota como trazo en la superficiepsíquica del sujeto, así como cuando se cazaban búfalos en los tiempos de las cavernas, donde los cazadores, nuestros ancestros, trazabarayitas sobre un hueso por cada búfalo que mataban para gozar de scarne en la comida. He ahí una buena experiencia de conteo. El contees la marcación en el campo del significante de aquello que e

significante puede tomar más cercanamente como goce del Otro. Edecir, el punto del significante muerde, aunque no lo alcance, lo real.

Este niño ha hecho su extracción de rasgo y ha marcado, en ecampo del Otro, el significante "huevo" como límite literal del signficante mediante el cual orienta su relación al goce de la madre. Pero,diferencia de las muescas que sí podía dibujar el cazador sobre un

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hueso, una parte del cuerpo del propio búfalo, el niño no encuentdónde asentar su escritura. Pasará mucho tiempo antes de que esdisyunción marca-imago haga agua, estalle.

Un sujeto puede llevar puesto durante mucho tiempo un yo qusea solamente una figurita a la que se acomoda en el espejo. E

problema es que en ese caso, el Otro en tanto espejo, es perpetuaimprescindiblemente requerido, dada la fragilidad de esta combintoria. Bajo esas problemáticas condiciones, el yo estará necesarimente relacionado con una figura a la que hay que seguir en el campdel espejo.

No es lo mismo estar alienado a una figura en lo imaginario, qu

haber incorporado -ya veremos cómo- lo que sostiene la figura mismEsta clase de imagen especular vacua de trazo y de real no se puedsuperponer a lo real que funda al sujeto. Opera, por así decirlo, por oposición, pero no se puede incorporar.

El niño de la fobia a las gallinas vive en esta situación que esclínicamente, totalmente observable. ¿Cuánta gente mantiene un yideal de inmutable "todobondad", mientras, por ejemplo, un goce cruestá oponiéndose letra a letra a lo que afirma la imago?

El problema, con el niño de las gallinas, es que estadescoordinación no es defensiva, como es observable en tantos adultosino que acaece en-tiempos fundacionales.

Hay una enorme distancia clínica entre tener un yo dependiende la imagen, de regulación frágil, alienada y dependiente de la imag

especular, y poder contar con un yo más allá del espejo. Un "yo ideal"es algo que se puede tener sin tener unechte Ich. No es lo mismoregular el yo con relación al "yo ideal" y entonces vivir preso despejo, que haber podido llevar a cabo una incorporación del Yo.

Pero esta incorporación sólo es posible si se trata de incorporalo imaginario del Otro real, y no una imagenstandard cualquiera. De

ejecutarse esta incorporación, el narcisismo no necesitará ser posiempre especular, si bien no puede evitarse el paso por lo especulaNarcisismo y especularidad podrían separarse luego de estincorporación.

Volviendo al chico de las gallinas, se puede leer en el historiaque cuenta; en el campo de la imagen, con un adosamiento especular

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a un "yo ideal", queno se dejará incorporar porque resulta no ligarsecon lo imaginario del Otro real, sino ser mera formalidad standarizada, vacía.

Lo que resulta preciso señalar, para poder continuar con este

rastreo del desencadenamiento de la fobia, es que sólo es agujereablereversible sobre el sujeto laimago del yo ideal,si allí se escribe elrasgo unario, que hará las veces de línea de corte. Una vez revertida,una vez que pase la libido de una a otra, se lograrán recubrir larelaciones derecho- izquierdo, tal como en el ejemplo del guante.

El estallido de la fobiaInauguralmente, esta conexión faltante de laimago con el trazo

será ejecutada por el hermano, en una escena calificada por la analita, y con razón, como traumática. Es de señalar que antes de que lescena aconteciera a los ocho años del niño, éste aún no había concludo las operaciones fundacionales de estructuración. Lo que augurabproblemas a futuro, y muy serios, con este sujeto. La escena con ehermano va a tener la virtud de catalizar movimientos de estructuración que venían faltando.

Vale la pena detenerse a relatarla.Un día como cualquier otro, el hermano ve en la granja al futu

ro niño de la fobia a las gallinas jugando en cuclillas en el piso

Entonces lo asalta por atrás, lo toma con su fuerza de diez años dventaja, lo inmoviliza y le dice, mientras imita por detrás del chico lomovimientos del coito: "yo soy el gallo y vos sos la gallina"Desesperado, nuestro héroe afirma: "¡No, no quiero ser una gallina!Con ese ensañamiento típico de la relación fraterna, su hermano insite malignamente en afirmar que su hermanito es una gallina.

De ahí en más, algo pasa. Este chico va a desarrollar una fobia las gallinas, lo cual resulta bastante incómodo si se vive en una granj(4)

En medio del territorio de goce irrestricto donde él vivía, la fobiva a establecer una suerte de ley de circulación y contacto. "Gallina" va definir el territorio de lo que no se toca y donde no se transita.

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¿Qué diablos hizo el hermano? Este, por primera vez en más dsiete años, conectó para este chico laimago del cuerpo con la marca"conteante" del goce.

Escribió por primera vez para el chico, sobre el registro imagnario del "yo ideal", la traza, que recién entonces devendrá línea d

corte del rasgo unario. No es indiferente que haya sido un hermano, semejante (5), o pequeño otro, quien haya tenido esta eficacia. Hasque no estuvo escrita sobre la superficie de laimago, la letra carecíadel efecto estructurante que se espera de ella: que ofrezca la línea dborde de un corte que agujeree el registro del que se trate, en este cael imaginario.

Sólo mediante el recurso de la fobia, este niño concluyó este pasestructural. Es en ese sentido, que este caso ratifica que la fobia suplencia de la función paterna. Por ello, dadas las habituales difcultades de esa función, es corriente en la infancia un momento fóbco. Particularmente este fue un caso en que se produjo un poco tardpero ... más vale tarde que nunca.

Aparición en escena del deseo del Otro

Desde ese momento, la marca, el trazo, ya no señaliza el goce dOtro, sino su deseo. ¿Por qué afirmo que se ha producido este pasaje goce a deseo del Otro?

Este chico ya tenía detectado ese goce, pero no había cesación



de su juego "perverso" con el mismo. Esta cesación es producida por fobia, y coincide con esta coordinación de la marca con lo imaginario

De ahí que en la segunda clase de R.S.I. Lacan plantee que lúnica idea sensible de lo real es la escritura. (6) Revisando sus propio

términos anteriores, Lacan afirma la necesidad de hacer "sensiblelegible, la letra sobre una superficie. Esta superficie va a otorgada pel nudo, que incluye como condiciónsine qua non, al registroimaginario.

El hermano pone laimago "a punto de caramelo", para seragujereada, ofertando la primera imagen que se deja coordinar con condición libidinal del goce del huevo, la de la gallina. Recuérdese invectiva "¡Sos una gallina!"

Por primera vez, de un modo fundacional, el chico va a podedecir que no al goce del huevo, dado que acaba de comprender qudebería sacrificar en el altar de ese goce, su identidad de varón.

El hermano da lugar a la última operación escritural, la de adosala letra sobre la superficie imaginaria para que sea leída. Cuando se

haga patente esta escritura, el niño podrá negarse a pagar el precinarcisista que exige ese goce. Recién entonces puede plantear el nsubjetivante, el "no quiero eso".

Este niño puede plantar su fobia en el momento mismo en que yno es más cuestión del goce del Otro sino que, al haber pasado atiempo del narcisismo y ser vivido el objeto como perdible, ahora ecuestión deldeseo del Otro.

Si se rompe el circuito de goce compacto, dado que el objetocomienza a ser percibido como perdible, lo que aparece en el centro dla escena es la angustiante inminencia del deseo del Otro, la pregunenigmática sobre su deseo. Es decir, en el mismo punto en que eobjeto cae del campo del goce, aparece ¿qué desea el Otro, qué mequiere?

Al ser vivido como perdible, el objetoa vectorializará lapregunta por el deseo del Otro en el primer plano de la subjetividaPor eso, en el seminario de la Angustia, Lacan va a decir que la angutia es respuesta al deseo del Otro, justo en el tiempo en que vacilacertidumbre sobre el objeto de su goce. Si no hubiera esa vacilación,pregunta por el deseo sería informulable.

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De hecho, este niño no se la formulaba jamás. Cuando puedhacerlo, va a cruzar la frontera de una futura posible perversión caminará de la mano de la fobia hacia una neurosis que constituyrecién a los siete u ocho años.

Imágenes vacuas, imágenes agalmáticas

¿Cómo se diferencia unaimago adosada en el espejo, vacua deltrazo que señale el real que debiera cobijar, de unaimago incorporadaa cuenta del sujeto?

En principio, ateniéndonos a un observable clínico, por s

fragilidad. Cuando alguien está sostenido en un yo especular, y no podido todavía pasar a un yo no especular oechte Ich, vivirá comoafrenta cualquier pavada que lo amenace. Será una persona frágil en narcisismo.

Pero debemos, metapsicológicamente hablando, situar la causde este observable, que está, a mi juicio, definida por la posición o n

del objeto en la imagen.La "imagen-cascara" de varón, que le habían dado su madrefamilia y maestros -el Otro- era para nuestro niño una cáscara vacía objeto real. Es una cáscara donde no puede habitar ningún objeto reporque no hay ninguna marca allí del unario, dado que, de haber estahabría operado un corte en su superficie. Ese agujero habría permiticoordinarla imagen con un objeto. (7)

Una excursión por la isla de Morel

En La Invención de Morel, inolvidablenouvelle de Adolfo BioyCasares, un hombre perseguido por la justicia llega escapando a uisla. (8) Ya le habían advertido que era una isla rara, de donde nadvolvía, donde reinaba lo tenebroso. Como él no tiene dónde ir termien la isla de Morel.

Allí trata de sobrevivir comiendo raíces, tratando de calcularlamareas para no ser barrido por una ola. Así transcurren sus días. Dpronto, una mañana encuentra súbitamente un montón de gente

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gente que proyecta la máquina es espectral, no está viva. Esa genvaporosa -entre la que se encuentra Faustine- repite como marionetapara siempre, los gestos vacuos ahora de vida, de lo que antaño fue viaje de placer de un grupo de amigos.

El fugitivo, para poner a prueba su terrible hipótesis, coloca un

mano delante de la máquina. Durante la próxima marea, se proyectarsolitaria, desmembrada, incongruente, esta mano en la isla. Con honoel protagonista verá su mano real sufrir los efectos de una necrosirreversible.

¡Finalmente acaba de entender! ¡La máquina mata lo que capta¡Inmortaliza la imagen al precio de la muerte del ser real que fu

tomado en la imagen!Faustine está muerta. También Morel, quien triunfará por sobrel fugitivoimaginariamente para toda la eternidad.

Nuestro héroe, espantado, se dará cuenta de que no hay nada reque sostenga la imagen de Faustine, que se trata de una imagen sninguna tibieza latiendo dentro. Por eso, nunca va a saborear novedad de una poiesis posible en ella. Faustine va a repetir siemprelas mismas palabras, a ejecutar los mismos pasos, a leer el mismo librva a contemplar el mismo horizonte, y a coquetear exaspe rantemencon Morel llueva, truene o caiga un rayo sobre ella.

Faustine, Morel, pero también el niño de las gallinas, en tantvarón, antes de la fobia, ejemplifican que hay modos de imagen que,no portar el rasgo poiético unario, no cubren nada real. Porque carecen

de ese trazo por donde podría escribirse el borde del agujero qualojara un objeto, se trata de una suerte de imágenes muertas.

Lo real de lo imaginario

Cuando el hermano advierte al pequeño del que nos ocupamo"¡sos una gallina!" éste inmediatamente sanciona con angustia el efecde verdad que allí se cuela. En tanto que gallina, recién entonceverosímilmente, podrá ser él: portador del agujero por donde entre semilla del gallo y salga el huevo. Como se ve, "gallina" prestrealmente superficie a la escritura del unario del huevo. Y éstehaceallí agujero, por donde entra y sale el objeto huevo.



Que una imagen sirva o no de cobertura de un objeto real eíndice de que haya o no pasado a la imagen la marca de la pérdida dobjeto. ¿Por qué pérdida? Mientras el niño de las gallinas vivía ignorante de que era incompatible su aposición de imagen de varón con s

conteo de huevo, él no había podido nunca establecer ni disfrutar lque es el brillo agalmático de una imagen.Convivían en este niño una imagen opaca de varón y el brillo

fulgurante de la relación anaclítica al goce de la madre. Mientras srelación anaclítica sostenía el goce de la madre, su relación narcisispermanecía ligada a los muchachos, situación clásica del futurhomosexual.

Cuando el hermano planta el unario del huevo sobre laimago,transformando laimago en el sentido de la gallina -sólo una gallina escobertura de un huevo- recién ahí se planteará lo que puede ser dorden de algo perdible por el sujeto. Mientras el huevo fuera algo queno se extrajera de la imago, el sujeto jamás iba a poder vivirlo como perdible, como herida narcisista. Y lo que exige la castración como

precio de pérdida, para que el sujeto gane su dignidad de tal, lo exigen moneda imaginaria.Este paso es fundamental para entender por qué el objeto se

constituye como perdido cuando entra a jugar esa pérdida en los trregistros para el sujeto. Mientras el huevo salía de una gallina con que él no tenía nada que ver en el narcisismo, poner huevos no contituía ninguna pérdida narcisista.

Por el contrario, en el momento que el hermano le devuelve suimago como gallina, el huevo es algo que puede salir de él. Reciénentonces el objeto se anota como posible de ser perdido para el sujeto

El lector puede con justicia objetar este desarrollo, dado esupuesto bien fundado de que el objeto está perdido desde siempr¡Desde ya! ¡Pero el chico no tiene por que tener la más mínima "ide

sensible" de ello!El objeto esvivible como perdido cuando se añade a la expulsión

de goce que entraña, la incorporación del lenguaje, y al conteo de goque es la inscripción de rasgo unario,la pérdida en el narcisismo.Recién ahí el objeto se constituye como objeto perdidoa cuenta delsujeto.

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Propongo entonces la posibilidad de que puedan convivir para usujeto, operaciones de estructuración fundamentales, como la incoporación del campo del lenguaje, y la extracción de rasgo unario; y qno se haya incorporado, sin embargo lo imaginario del Otro real.

En términos de las identificaciones tal como las plantea Lacan e

el seminario L 'insu ..., releyendo las tres propuestas por Freud en"Psicología de las masas y análisis del yo", estarnos tratando en escaso clínico, un traspié en la tercera identificación (9). .

Es mi hipótesis plantear que pueden darse las dos primeras y ndarse la tercera, situación que, a mi entender, es la del niño de lagallinas antes de la emergencia de la fobia. Esto equivale a afirmar q

las tres identificaciones, que funcionan en un neurótico en la sincronse adquieren diacrónicamente, pudiendo fallar por ejemplo la tercerestando presentes las dos primeras. .

Este fracaso acaece cuando laimago no lleva escrita la marca,careciendo por ende de la línea de corte el objeto. En esas condicines, el objeto conteado por el unario en el campo del Otro,no se constituye como objeto a para el sujeto. El sujeto solo vivirá al objetoacomo perdido cuando culmine la operación constitutiva dea,. momento en que éste es vividocomo una parte perdida del propio cuerponarcisista, no anaclitico.

La fobia de este chico es una negativa a sacrificar su identidaviril a un goce del Otro que ahora, además, lo hiere narcisísticament¡Nada de renunciar a ser un varón! ¡No seré una gallina!. ¡Además m

acabo de enterar que debo dejar caer, debo "poner" el huevo! ¡No!

Imaginario no especular

El "yo ideal" puede pasar a cubrir al "yo" oechte Ich cuando enel primero se escribió el borde de un agujero, desde el cualla libido se

trasvasa de uno a Otro. Es el "echte Ich" catectizado por esetrasvasamiento quien abrirá a la posibilidad de unimaginario no espe-cular .

El corte de laimagoengendra la superficie del Yo. El corte sobreel " yo ideal" engendrará lo que va a ser el "yo" como proyección

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de la superficie, lo que hace inteligible por qué Lacan afirma en R.Sque el "yo" es un agujero. (10)

De aceptarse esta serie de reflexiones se pueden constatar situaciones clínicas muy diversas.

Hay modos de configuración del "yo ideal" que conviven sintocarse con la marca de conteo, tal el que venimos examinando antedel estallido de la fobia.

En otras configuraciones, el yo mismo es por entero un objeto dgoce, situación melancólica por antonomasia que fue certeramentretratada por la brillantez del maestro Freud en su lúgubre frase "lsombra del objeto cae sobre el yo". En estos casos, en vez de habersapoyado sobre laimago la traza escrita de la lectura de ese goce, el yomismo se hace cargo de responder "cash" a la satisfacción demandada

La única posibilidad clínica de que el "yo ideal" pase a serincorporado como yo no especular, es que haya una superficie donde trazo unario se apoye en laimago, agujereándola, para permitir lareversión libidinal de uno a otro.

El yo brilla con lo que se llama agalma -tal el nombre que Lacale da al brillo que emana de una presencia- cuando laimagoalberga, adiferencia de Faustine, algo real de lo que se hace estuche. Solamense constituye ela como objeto de deseo, objeto causa del deseo,cuando es vivido también como falta agalmática en el campoimaginario.

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Llamaré –φ a la retraducción del rasgo unario sobre i'(a).El a, en el fantasma, se constituye como causa de la división

deseante del sujeto, si es que está ocupando la zona decoinçagedelnudo, en el lugar donde se superponen los tres agujeros, uno por caregistro.

La fobia dará curso a la virilidad de este muchacho, aunque ldedique a otros muchachos varones. Será un homosexual varón, no ugallina indigna.

Antes aún de la intervención de Helen Deutch, la fobia habrdado una resolución a la situación de este muchacho, calificable, si me permite el término deinconstitución parcial, por falta de iden

tificación a lo imaginario del Otro real.Es de señalar que esta "inconstitución" se presenta de este modrelativamente fácil de solucionar, en niños y adolescentes, quienes encuentran en medio de los movimientos de estructuración.

Si de un adulto se tratara, la inconstitución se habría de pagacon el carísimo precio de una grave patología duradera.

¿Cuál? Locura histérica, responden algunos autores. (11"Fracasos del fantasma" es el sintagma que me he permitido acuñpara intentar aprehender esta posibilidad de falla en la tercera idetificación.



Notas

(1) Lacan, Jacques. Seminario XIX...ou pire, Inédito. Clase del 18de febrero de 1970.(2) Deutch, Helene.Un caso de fobia a las gallinas, Ed. Sitio,Buenos Aires, 1991. Puede consultarse la traducción de la revistConjetural N° 23.(3) Lacan, Jacques."Remarques sur le rapport de Daniel LagacheEcrits, Ed. du Seuil, Paris, 1966.(4) Lacan, Jacques. Seminario N° XIII D’ un Autre à l'autre,

Inédito. Clase del 7 de mayo de 1969.(5) Vegh, Isidoro Acerca de una referencia clínica en el semina-rio Del Otro al otro, Ed. Agalma, Buenos Aires, 1997, pág. 35.(6) Lacan, Jacques. Seminario XXII R.S.I ., Inédito. Clase N° 4.(7) Julien, Philippe. Le retour à Freud de Jacques Lacan, Ed.EDELP, Toulouse, 1986, pág. 239.(8) Bioy Casares. La invención de Morel, Texto recopilado en Lainvención y la trama por Marcelo Pichon Riviére, Ed. Tusquets, 1991.(9) Lacan, Jacques. Seminario XXIII L'insu… Inédito.(10) Lacan, Jacques. Seminario XXII R.S.I ., Clases N° 2 y 3.(11) Vegh, Isidoro. Matices del psicoanálisis, Ed. Agalma, BuenosAires, 1991,pág. 53 a 67.

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D IFICULT DES EN L CON FORM CIÓN F NT SMÁTIC

EN EL SEGUNDO DESPERT R SEXU L



CAPÍTULO IX

Notas sobreEl desper tar de la pr imavera’

'

Se pueden señalar algunas singularidades del manejo de latransferencia durante el segundo despertar sexual. Lo cual no implicque haya, para el analista, una "especialidad" en niños o adolescentes, así como tampoco la hay para cada presentación particular dlas estructuras clínicas. Sin embargo, poder especificar las singu

laridades de una situación clínica determinada, contribuye a podeencarar la dirección de esa cura legítimamente advertido de sus peculiaridades.

Freud señaló como algo específicamente humano (además delhecho de habitar un mundo de palabras) esa característica excepcional de la sexualidad de presentarse en su emergencia como dividida edos momentos, dos picos, separados ambos por el período de latencia. (1)

Se trata de dos enfrentamientos cruciales con lo real del goce,goce que llega al sujeto exigido como demanda pulsional de ese Otrque lo hizo venir al mundo.

Como toda ocasión de contacto brusco, puntiforme, despertantecon lo real, el sujeto se verá obligado a cifrar, a escandir con significantes, esa masa que irrumpe, así como también a vestirla y velarlcon imágenes. Si logra este anudamiento con lo Simbólico y lo

1. Ponencia presentada en las jornadas de 1998 de la E.F.B.A. "Lo reade la transferencia". Mesa redonda dedicada al tema "Lo real de latransferencia en niños y adolescentes". En la misma mesa participaronGuillermina Díaz, Isidoro Guzmán y Enrique Rattin.

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red será "a",objeto irreductible al campo del significante. La línea defrontera de este objeto con la batería de saber podría nombrarse S1.· S1marca a cuenta del sujeto, el borde que señala al objetoa como

residuo de su sumersión en el campo significante.

En la misma línea, pero sobre otro registro, el niño -que duplicsu alienación inaugural al campo del significante, con la alienación nmenos fundante a la imagen, alineación ésta que Lacan nombr"estadio del espejo" (6) - deberá resolver que lo que él es como real npuede ni podrá entrar en la imagen de sí que el Otro le devuelve.

Así como el, se inscribe en el campo del Otro, el yo se refle ja en ese mismo campo, pero sobre otro registro. Ambas entradas dejael mismo resto, "a". Eso real ("a") que restará del niño "profundamente investido en su cuerpo propio" (7), inasimilable, tanto a lmaquinaria simbólica como al juego de espejos con el Otro, deberá sescriturado en las diferentes cuerdas, como pérdida de las opera cionde alienación. El "a" hace agujero diferente en cada cuerda, y cada unode esos agujeros se escribe con una letra diferente. (8)

El "cuento" edípico novelizará estas operaciones. Sóloen y por esta novela eílpica, quedará normativamente articulado que sea enNombre del Padre que del niño quede un real del cual el Otro no sapropia. Función paterna y prohibición del incesto (incesto a todaluces imposible desde un punto de vista exclusivamente "matemátco") son los nombres míticos necesarios de esta operación.

Sólo por su faz de novela, además, se adquieren los emblemas dla parada sexual femenina o masculina.

Así, la faz "matemática" de la entrada en la estructura precisarde su cortejo de novela para que algo de la subjetivación sexuada slogre.

Cuando culmina este arduo tramo de la primera vuelta edípica esujeto contará con los algunos "títulos en el bolsillo". Estos "títuloson esos trazos, esas letras que señalan el resto no apropiado por ecampo del Otro: S1 en lo Simbólico, -φ en lo Imaginario, Φ en lo Real.(9)

El encaje de triple agujero que señalizan estas letras, permitircolocar fantasmáticamente el "a".Pero estas escrituras no se puedenponer a prueba en lo real durante la primera vuelta edípica.

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¿Por qué esos títulos van a parar "a los bolsillos"? ¿Por qué nutilizarlos de inmediato? Porque ningún niño tiene posibilidades, enreal, de tener que "pagar" con esas letras (letras en el sentido analítipero también en el sentido contable) del término. Esas letras seráexigidas para responder a las demandas del Otro sexo cuando llegue

momento de la posibilidad del acto sexual.Y esto sucederá recién cuando otro empuje formidable de lo regolpee como una "catástrofe" (10) al sujeto en el segundo despertsexual.

Mientras tanto sobreviene la latencia, donde el sujeto acumulletras y cifras, geografía e historia, ciencias del hombre y la natu

raleza.Hasta que irrumpe, tal como dijera más arriba, el segunddespertar sexual.

El despertar de la primavera

En la magnífica pieza teatral homónima de Wedekind (11)varios púberes juegan los roles protagónicos. El autor encuadra espieza como "tragedia infantil". Veamos qué le ocurre a estos jóvenque merezca el sombrío nombre de "tragedia". Si en general, sconsidera riesgoso el momento lógico de la adolescencia, es que, eefecto, a pesar de no ser la tragedia el único desenlace posible, essegundo despertar, por las peculiares paradojas en que pone al Otrpuede concluir en un desenlace trágico.

Wedekind añade el adjetivo "infantil" al ominoso sustantiv"tragedia". La pieza trata acerca de las historias de un grupo de camradas de escuela de apenas trece o catorce años. Están todos elloapenas ingresando, pues, al segundo despertar sexual, con la infancpor cierto, bien cerca.

En este despertar, segundo, se añade una "novedad", al decir dFreud (12) a la sexualidad infantil. Se trata de lo genital, que exigirpara poder ser asumido según la ley del falo, toda la estructura dsujeto en formación.

Veamos cómo describen dos camaradas de escuela (se trata dMauricio y de Melchor, dos personajes centrales de la pieza) el súbito

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dificultad de cambiar el modo de goce en relación al abandonoimprescindible de la fijación de los objetos edípicos, para pasar a loexogámicos.

Lo real del goce reclama con ímpetu, pues, a lo real y a lo

imaginario para que hagan aparecer, para que sea posible la articulación de sexualidad y muerte, sus agujeros específicos. Y el adolecente, resguardado de la eventualidad psicótica en caso de encontrar usólido título S1, podrá aún así tener que enfrentar graves dificultadespara refrendar los títulos –φ y Φ , escrituras que ciñen respec tivamenteesos dos agujeros.

Estas escrituras reclaman re-escritura, reformulación, refrendamiento, en la adolescencia. ReescribirΦ y -φ volverá a poner adisposición del sujeto (ya que no es lo mismo contar con algo virtuamente, que tenerlo a disposición realmente) los agujeros de cuerdReal e Imaginaria. Recuérdese que estamos desarrollando una eventualidad en que el púber ha encontrado con facilidad la posibilidad drefrendar y re-escriturar S1.

Es en la cobertura Imaginaria del nuevo real, y en la puesta enforma del campo de lo real del goce como agujereado, que sueleencastillarse endemoniados problemas clínicos en la adolescencia.

Estas reflexiones no pretenden afirmar qué no se trabaje encuerda simbólica con adolescente Si se trabaja esa cuerda, sentidclásico del desciframiento de la labor dél inconsciente. Pero esto nsuele ser lo que especifica la dificultad de trabajo clínico. Sucede quen esta "zona" de trabajo clínico, no se constatan diferenciademasiado marcadas con relación a un sujeto que ya ha concluido spasaje por la adolescencia. Por ello, no es allí donde podría situarsuna verdadera singularidad del manejo transferencial de laadolescencia.

Por lo general, la producción, y la correspondiente lectura en

transferencia de formaciones del inconsciente, indican más bien unestabilización fantasmática con fijación clásica del objeto al campo dsaber inconciente, que es inicio de salida de la crisis del segunddespertar.

¿De qué estructura puede depender que en muchos casos el sujeto no pueda concluir una forma definitoria del fantasma, y no pued

por ende, "hacer hablar" al fantasma en las formaciones deinconciente?177



de la Primavera, charlará con su madre a propósito, justamente, delcambio de estilo de vestimenta al que obligan sus catorce flamanteaños.(16)

Es el diálogo que inicia El Despertar.; donde la madre lamen

tándose de estar a punto de perder a su niña-tesoro, ofrece un vestidde "mujer" a su hija. Wendla anticipa la tragedia afirmando, a modo dconsuelo que (según la fina lectura que lleva a cabo del deseo dretención de su madre, esto es, de muerte para todo tránsito por el canfálico) quizás no llegue a ser grande.

Esta mamá para quien su hija es "su único amor" (veremos luegel destino trágico de la niña, preparado con ahínco por ese modo tasingular de "amor"), desearía conservarla sin cambiar la imageangélica de "niña" pequeña que de ella guarda. Y si bien está forzadacomprender que ya tiene catorce años, el nuevo vestido largo aparecúnicamente en función de tapar sus piernas, no de sancionarla comvestida para la entrada en la sexualidad que se avecina.

Esta misma madre postergasine die la explicación acerca de

cómo llegan a las familias los niños. En efecto, cuando su hermana Idtenga un nuevo bebe, la madre insistirá con la historia de la cigüeña. pesar de que a todas luces Wendla ya no le cree. Pero no poder creer la madre no le otorga a ella un saber propio. Por ende, ella ignora cómse hacen los niños.

Es de recordar la celebre fábula de Longo (17), donde Dafnis yCloe, atraídos el uno por el otro, no encuentran el camino que los lleval coito y precisan de las enseñanzas de una mujer mayor, sin cuyauxilio no hubieran sabido salir del juego corporal infantil.

Wendla suplica que su madre le abra algún canal hacia lasexualidad. Ante la negativa, que su hija lee muy correctamente nsólo como rehusamiento de "información" sino como mala voluntad erelación al acceso subjetivo de la hija a tomar posición deseante en e

terreno, "jugando" con Melchor, se hará fustigar. Es una escena en quse muestra a pleno la encerrona trágica de esta muchacha. (18Necesita un saber que sólo puede ser eficaz viniendo de cierto Otro no de cualquiera. Y ese mismo Otro de quien depende se lo rehúsEntonces, buscando exutorio al empuje de esa "novedad" de lsexualidad que es lo específicamente genital, pero sin aval ni saber

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que el Otro aporte, ella llega bien cerca, haciéndose golpear, a bordar la ribera de la muerte. Flagelación, modo mortífero de dejar fluir ulibido ahijada por Tánatos.

Cuando Melchor, atraído por Wendla, finalmente encuentre ecamino del coito, la dejará embarazada. Su madre, de forma incon

sulta (pues no consulta a la hija, al padre de la hija y al padre del futro bebe) ordenará que le practiquen un aborto, en las condicionpeligrosas de principio de siglo, a consecuencia del cual encontrarámuerte.

Como se lee en este desenlace, Wendla termina por ofrendatrágicamente su cadáver de niña a una madre que no podía querer

como mujer viviente.Mauricio, por su parte (aquél muchacho de la conversación soblos relámpagos), se extenúa por llegar a las alturas de rendimienescolar donde lo imaginan, con poco respeto por ese joven real -qucomo tal, necesita tiempo para su deducción de la sexualidad- lopadres.

Latín, griego, Luis XV, paralelepípedos, Homero. Todo sutiempo está absorbido en esas tareas. Cuando en verdad él necesitiempo para investigar sobre ese misterio de lo que sucede en su cuepo y que lo lleva a imaginar hermosas chicas desnudas. Y para elucbrar acerca de diablos puede llegar a conectar sus erecciones con escuerpos.

No le queda tiempo para estos afanes investigadores. En e

reflejo que, sus padres le devuelven de sí sólo, habrá espacio paasegurarse de que pase al curso del próximo año. Lo quieren "hombrsólo para estudiar. No para ejercer una sexualidad que lo separaría ellos.

A tal punto no estaba legitimado en su propio real sexual, a tpunto cree sólo ser en tanto y en cuanto se amolde a esa imagen, q

da su palabra de honor de suicidarse en caso de desaprobar suexámenes.Y mantendrá su palabra. Cometerá suicidio antes de habers

podido dar una respuesta parcial y personal a los enigmas que se plateaba, antes de haber podido dar una vuelta por la sexualidad.

Distraído por esa sexualidad a la que no encontró cómo dacurso, dado que el Otro no daba allí la menor señal de asentimiento,

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no pudo estudiar, desaprobó y se voló los sesos en la ribera del mismrío que debería haber sido telón de fondo de sus momentos de ocio alegría. Muere sin siquiera haber podido leer unas notas que Melchole había escrito, respondiendo a su súplica, con algunas explicacion

de cómo se hacía “eso”. Este fin trágico de Mauricio deja claro hastaqué punto estudiar, para un niño o un joven puede ser vivido como unactividad apasionante si y solo si el estudio hace cuerpo con linvestigación sexual. Desarticulado de esta última, la dedicación aestudio sólo puede ser vivida como mera obediencia a los designios dlos padres.Estas muertes trágicas de Wendla y Mauricio señalan bien hasta qupunto estos adolescentes -que de ningún modo eran psicóticos, qullevaban claras muestras de S1 en su, discurso- no podían encontrarpara su nuevo real, ni un aval simbólico, ni una cubierta imaginaria quel Otro les proporcionara.

Sus padres insistían en devolverles sólo la imagen debon èléve,o de ángeles asexuados. El empuje de lo real, habiendo .cerrado el Ot

el canal de unión con la sexualidad, los llevó a la ribera de la muerte. la muerte real.De allí que Wedekind afirme haber escrito una tragedia.

Veremos más adelante si se puede especificar qué posición de Otro eeste momento subjetivo arriesga poner en escena esta modalidatrágica.

Consultas habituales

Sin llegar a estas riberas trágicas, podemos escuchar a MartinaEsta joven (19), consulta interrogada por primera vez por algo que everdad le sucedía desde la primera vuelta edípica: una vida monótonvacía, prolija, obediente, sin amistades, sin salida de un hondo lazendogámico con su familia.

Es recién desde el segundo despertar sexual que se siente raraRara en el sentido ominoso de "bizarra". En verdad, dirá con rabiaangustia que una amiga, harta de sus caras largas y de sus continuanegativas a "prenderse" en cualquier programa, le espeto una terribdenominación: "aparato". Ella afirma que lo que le duele es lo certe

del nombre: se siente realmente un aparato.

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Yo la escuchaba, pero también estaba atenta a su modo depresentación corporal: gorda, sin aditamento coqueto alguno a spulcra vestimenta, sin expresión de picardía o encanto; realmente dael perfil de "aparato".

Su familia la presionaba, ahora que esta niña obediente habí

devenido una adolescente problemática por su absoluta inacción a sala elegir carrera, a adelgazar...La ligó a mí el hecho de que yo no me sumara a esta presió

considerable de la familia. Esto es: que aparente curarse para sobradaptarse aun más.

Como ven, tal como comentaba mas arriba, clásicamente est

chica no venía representada por los enigmas a los que podía haberconducido la elaboración del saber inconsciente.Una lanzada de angustia se había sumado a la profunda inh

bición que -inadvertida y muda- padecía desde pequeña.Como se ve, se trata -muy típicamente- de esas presentacione

clínicas que sostienen su interrogación con fuerza entre lo real y imaginario.

En el análisis se pudo comenzar a hacer un mapa de la constelación edípica, además del habitualsemblant de charla sobre lo"actual" que es corriente con los muy jóvenes.

Esta niña no fue, como en casos graves, gozada perversamentpor el Otro, ni fue tampoco mal-dicha en su narcisismo. (20)

Pero pudo reconstruirse en el análisis que quedó dentro de un

compleja pinza psíquica.Su padre, excesivamente ligado a mujeres en posición maternde su propia familia, llevó muy mal el duelo que le ocasionara muerte de su madre. Más ligado a su familia de origen que a la quformara casándose, incluyó a su hija en la endogámica cofradexcluyente de los primos hermanos, hijos de su hermana mayo

Hombre "chapado a la antigua", se reveló más bien tranquilizado qalarmado por el hecho de que su hija no tuviera aspecto de “mina”.Su madre fue siempre una mujer ansiosa de que todo se mantu

viera en orden, que nadie se ofendiera, que no hubiera nunca un sí un no, que nadie se saliera del lugar que estaba previsto en el esquemde su tranquilidad. Y no sólo en su familia de alianza, sino también

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con sus propios padres y hermanos, de los que al igual que su esposno había podido desligarse por entero.

A Martina le tocó ser algo así como secretaria materna, dama dcompañía, ayudante, en esa cruzada de orden, control y continua d

retención de cualquier desborde. Ella lloraba por ejemplo, si shermanito lloraba, si los padres discutían. Entonces, invocar la fraglidad de la hija resultaba para su mamá un buen método para que todse encuadren en una sutil manipulación. Mujer de buenos sentimientpero tremendamente tensa, vertió sobre su hija laimago inmóvil de unadura prolijidad, de una rígida forma obediente, carente de erotismo eel sentido más amplio que se le quiera dar al término. Esta hijasobreadaptada a la demanda de la madre, fue una suerte de brazejecutor de la política de control de su madre. Y no pareció pagar caesto en el primer despertar, en la primera vuelta edípica.

Pero esta suelte de "pantallazo" sobre su historia indica lo suficiente que, si bien jamás hubo un uso perverso de esta niña, ella no fusignificada fálicamente por la madre.

Al igual que tampoco lo fueron Mauricio y Wendla.Un niño significado fálicamente se hace, debido justamente a leficacia de esta significación, representante de la falta materna y npresencia asegurada de un instrumento de dominación de la angustiaconsuelo de la insatisfacción de la madre.

Entonces, sin perversión, Martina, tal como los personajes dWedekind, fue retenida como aquello que no podría llegar a restarse eningún caso, so pena de desencadenarse en ese Otro una descompensación, del campo de los padres. Sin que medie perversión, puedafirmarse que estos jóvenes fuerongozados fálicamente, tal comosucede en toda retención.

El problema es que el goce fálico de Otro le llega al niñosobrevolando el horizonte aplastante del goce del Otro, goce que s

enclava en el niño fuera de la palabra: en el territorio narcisistacorporal.

Estas situaciones revelan su trágico potencial patogénicoelectivamente en la adolescencia, pudiendo constatarse que las más dlas veces son sobrellevados sin mayores costos aparentes en linfancia.

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Entonces,al goce fálico del Otro, el niño lo vive como goce deOtro, inductor de fijaciones del objeto fuera de la palabra.

Fijaciones dea en i' (a) que producen inconvenientes con lapropia imagen. Estas fijaciones son la raíz de lo que denomin"imágenes martirizadas" por la no caída de un objeto. Imágenes qu

han de carecer de eso tan difícil de definir y que se puede llamar bellza o "agalma".En una primera mirada sobre los datos obtenidos sobre su con

telación edípica, como en Melchor, Wend1a o Mauricio, no parecprimar ningún desborde escandaloso de uso perverso del hijo. Pero se toma uno el tiempo de comprender, éste nos lleva a la conclusión

que no prevaleció la preparación del hijo para la futura sexualidad, juego posterior de la seducción fálica, sino el propósito claro de hacun niño que no cree problemas y se adapte bien.

Esta situación es típica de aquellos adolescentes que habíapasado una infancia aproximadamente "normal".

Sólo se revelará en el segundo despertar sexual que el modo dconfiguración yoica que el Otro le reflejó al niño, era inepta pahacerlo un hombrecito o una mujercita.

Como se ve estamos girando en la órbita de los problemas dondla imagen i' (a) reclama la aparición de su agujero real, anotab1e como-φ; y donde lo real del goce reclama el agujereamiento que en scampo produce la renovada eficacia deΦ.

Por el contrario, en los casos en que el niño fue significad

fálicamente, los inevitables accidentes residuales de fijación del objese darán fuera del cuerpo, en campo del saber inconciente, generandola puesta en marcha del laboratorio retórico metáforo metonímico qle es propio, con producción clásica de síntomas.

Si se observa el nudo borromeo, tal como Lacan lo presenta eR.S.I., se constata que cada una de las tres cuerdas puede ser abierta

infinito. Esta apertura hace aparecer, de la cuerda que se trate,agujero real. Lacan pone nombre a los agujeros de lo simbólico y de real:

Deja indicado con sombreado pero sin escritura el agujero en loimaginario. Arriesgo a llamar ese agujero -φ.

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El segundo despertar sexual reclamará las reescrituras de estotres "títulos". Si descontamos la reescritura de S1 en los casos que noson subsidiarios de estructuras psicóticas, y también aquéllos qumuestran tal solidez de "fondos", que la re-escrituración de los tres erelativamente sencilla, nos quedarán como problemas típicos aquellocasos de dificultad de reescritura de –φ y de Φ .

La re-escritura deΦ, el hecho de que esta letra devenga disponible para el adolescente, será la chance de que él modo de goce infatil de la sexualidad logre él cambio de sentido, eh orden de abrir aadolescente a la sexualidad exogámica, apartándolo de la "misión" dcomplacer a sus padres. El significanteΦ dará a los goces que se abrenesta etapa, su regulación legal.

La reescritura de -φ, permitirá normativizar el campo imaginario -yoico-, dando a la presencia corporal el brillo agalmático qufacilitará el encuentro con el otro sexo.

Intervención en lo real y maniobra imaginaria literante

¿Cómo manejar la especificidad ele la transferencia en el sujetadolescente?

185



novedad de la genitalidad y de la entrada en la especie, lo que conllva al segundo hallazgo del objeto:

El problema es que cuando lo real (ese real del brutal empuje dla demanda de goce que renueva la adolescencia) está impedido d

hacer nudo con la sexualidad, se está en peligro de que la única ribede lo real que le reste al sujeto sea la de la muerte. La muerte trágica.Volvamos aEl despertar de la primavera. Dos de los prota

gonistas centrales, Wendla y Mauricio, no pudieron conjugar sus vidacon la sexualidad y se vieron sin otra alternativa que hallar esa muertrágica.

¿Qué destino le ha de tocar a Melchor?Melchor acabará encerrado en un reformatorio, con anuencia d

la madre, al acusárselo culpable de ambas muertes. (21)La de Mauricio, por proporcionarle -escrita- una distractiva

instrucción sexual y la de Wendla por haberla embarazado. Ningúadulto se hará la más mínima pregunta acerca de qué podrían llegartener que ver ellos con los decesos. Lejos de ello, los hijos, aú

muertos serán declarados -explícitamente- culpables de dar a los padrsemejantes disgustos.La madre de Melchor, que veía con buenos ojos ciertas liber

tades que se tomaba su hijo, esa madre que lo mimaba y lo protegía, retirará su apoyo en cuanto se entere de que "su" Melchor andaba coWendla. Retirado el apoyo materno, nada obstaculizará el encierro cofines punitivos de este menor de edad.

Se encontrará súbitamente, este joven de buena familia, alojaden un lugar temible, alejado de los suyos y soportando el peso moral duna acusación injusta y manipuladora de asesinato. Y como si todesto fuera poco, habiendo perdido el amor de su madre y de su padre.

Algo en él, tal vez un chispazo de la poca dignidad que puedrestarle luego de ese maltrato, hará que decida fugarse de esa verda

dera trampa kafkiana.Planea y ejecuta un plan para escapar del encierro. Huyendo de

instituto correccional, pasa corriendo a medianoche a través decementerio.

Allí se encuentra con el fantasma de Mauricio. Este muerto-

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vivo, cadáver parlante, intercepta a Melchor y despliega ante su anguo camarada un cínico discurso sobre la superioridad de los muetos, sobre la irrisión que a los cadáveres les provocan los estúpidopesares de los vivos. (22) Este parlamento, con ligeras modificacines, puede ser escuchado cientos de veces en consulta con adole

centes. Cuando se torna desesperante el hecho de vivir es frecuente qel joven afirme -con la misma lógica que se despliega en la fábula de"zorra y las uvas"- que vivir no le interesa, escudándose en undisplicente relación de coqueteo con la muerte. Coqueteo quequeriendo ser signo de superioridad, no hace sino acentuar más patticamente la profundidad de la impotencia.

En medio de esta escena de mortífera seducción, Melchor -que sabe adónde ir ni sabe más hondamente si tiene derecho a plantearlegítimamente algún destino- está a punto de ceder a los argumentos ese amigo de cuya muerte lo habían responsabilizado. Mauricicadáver tiende una mano putrefacta y le pide a Melchor que lestreche. Cuando este adolescente desesperado está a punto de estrchar esa mano cadavérica, se hace presente el enmascarado. (23)

Y nos da Wedekind, a través de ese personaje, una lección demodo de acto resolutivo de estas crisis donde, estando impedida conjunción sexualidad y muerte, quedará -peligrosamente- de lo reexclusivamente la tentación del abrazo de la muerte.

El enmascarado opera efectivamente de dos modos.En principio, denunciando la jactancia mentirosa del cadáver d

Melchor. El enmascarado le ordena al cadáver volver con los cadáveres, explicitando para los vivos el deber ético de seguir vivos. Esequivale a poner en acto -utilizando legítimamente la disparidasubjetiva que le da, frente a dos muchachos, el hecho de ser un aduto, y un adulto que aparece para aportar una solución- a poner efunciones la ley del falo. Falo significante; mortificando lo simbólico

haciendo agujero en lo real, apuesta a la vida. Vida que habrá de llegal puerto de la muerte después de haber pasado por los desfiladeros la sexualidad.

Este es, a mi juicio, un ejemplo luminoso deintervención en loreal. Esta maniobra opera la apertura al infinito de la cuerda de lo reahaciendo aparecer, de lo real, el agujero específico. Este agujero operado y anotado por la puesta en juego del significante Φ .

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Luego, frente a los múltiples reparos morales y autoincriminaciones con que Melchor se rehusaba a aceptar del enmascarado la invtación a salir del cementerio y dedicarse a vivir, el enmascarado instaa Melchor a dejar de sentirse culpable por sus padres por los disgu

tos que les habría causado. Le asegurará que mientras él se atormenpensando en ellos, ellos encuentran consuelo en el abrazo conyugal.Esta puntuación libera al chico de ocuparse de garantizar el goc

de los padres. Ya que deja claro que ellos pueden procurárselo más alde este hijo.

Ambas maniobras del enmascarado son intervenciones en lacuerda de lo real, abriéndola al infinito. Así aparece su agujero espcífico, contorno del agujero dibujado por el significanteΦ en su pode-río de ordenar el goce al ser alcanzado en escala legal.

Finalmente, se desarrolla un diálogo imperdible sobre la moraCuando el enmascarado sea interrogado por Melchor sobre este tópco, afirmará que la moral es "el producto real de dos cantidades imagnarias: el querer y el deber". Es decir que no sólo es moral el debe

sino que allí debe necesariamente entrar el querer, el deseoConstrucción interpretante (24), destraba el cruce de lo real yimaginario. Logra destrabar el agujero entre ambos registros al propner, para lo real, una cobertura imaginaría eficaz, y un relato sirnbólico aceptable. Tal es el caso de la "charla" del enmascarado sobre lque podríamos llamar lo "real" de la moral. Sólo por la articulación queste personaje aporta con elementos simbólicos e imaginarios, este remoral dejará de ser mortificante para este muchacho.

El enmascarado dejará sentado que "deber y querer" han de estacasados en la moral.

Mauricio se suicida por obediencia a la exigencia de satisfacción personal, disfrazada de hipermoral exigencia estudiantil de lopadres. Wendla es conducida a la muerte por el aborto que, por la

mismas razones, le impone su madre. Ambas muertes son creídas, sepor el sujeto suicida, sea por la madre cuasi homicida, como deberemorales. Este personaje, tan central como misterioso, será quiedenuncie que nada moral obligaba a estos chicos a la muerte. Por contrario, el subrayará con fuerza el imperativo ético de vivir.

El Enmascarado recuerda que de ningún modo se ha respetado e

imperativo moral, puesto que nadie ha computado allí el querer.189



sentido de la comedia dramática, género que no impone perder la vidantes de haberla vivido y disfrutado. El nudo de sexualidad y muerpudo llevarse a cabo, pero no sin la ayuda del enmascarado.

Wendla, Mauricio, como tantos otros jóvenes, demuestran

penosamente cuanto podría haber cambiado el destino trágico que ledeparó el clivaje salvaje al que se vieron obligados de muerte y dsexualidad, de haber contado con alguien que se prestase a la tarea dsemblante por excelencia, cuya eficacia demuestra el Enmascarado.

Figura por excelencia del semblante, el analista, tal como eenmascarado, deberá ponerse en la situación de abrir aquella cuerdsobre la cual se manifieste electivamente pegoteado el objeto a.

La eficacia de esta función de semblante es visible en cualquieanálisis que funcione. Pero en los análisis de niños y adolescentes, trabajar sobre estructuras aún no definitivamente "cerradas" se añadiotra clase de eficacia: la de interferir con un desenlace nefastooperando a tiempo el giro vivificante que, por ejemplo, podemos ver el caso de Melchor.

El término "adolescencia", desde su misma raíz etimológicaevoca tanto el "crecer" como el "estar ardiendo" -son éstas las signficaciones, en efecto, del verbo latinoadolescere.

Semblante de Otro que permite dar curso a este "ardor" ... y a suresponsabilidades añadidas, semblante de ese objeto ardiente yseparador electivo en el campo del Otro, el enmascarado relanza, por eficacia de ese objeto, el elemental hecho de poder seguir creciendo.

Para finalizar, quisiera enfatizar que Wedekind mismo hace unsubrayado de la importancia de la intervención de una figura tal etiempos fundacionales.

Se lee en el texto, al comenzar, con agradecimiento, esta dedicatoria: "Al enmascarado".

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Notas

(1) Freud, Sigmund.Tres ensayos para una teoría sexual, ObrasCompletas, Biblioteca nueva.(2) Freud, Sigmund. Más allá del principio del placer , ObrasCompletas, Biblioteca nueva.(3) Recuérdese el celebre ejemplo de "Signorelli" de SigmunFreud Psicopatología de la vida cotidiana, Cap. N° 1, BibliotecaNueva.(4) Esta presentación de la alienación, ligada a la operación lógicde negación de la cópula entre ser y pensamiento, es presentada porLacan en su seminario sobre La lógica del fantasma, Inédito.(5) Véase el grafo del deseo, presentado en su forma definitiva e"Subversion du sujet et dialectique du désir" por J. Lacan,Ecrits, Ed.du Seuíl, Paris, 1966.(6) Véase de J. Lacan la puesta en forma del estadio del espejo esu "Remarques sur le rapport de Daniel Lagache",Ecrits, Ed. du Seuil,

Paris, 1966.(7) Así lo señala Jacques Lacan en las primeras 10 clases del semnario La angustia, Inédito.(8) En el nudo borromeo, presentado en una forma elaborada en seminario R.S.I . (Inédito) de J. Lacan, el objetoa ocupa el lugar decoinçage de los tres registros, punto de-agujero verdadero.(9) En rélación a estos "títulos" véanse las 10 primeras clases dseminario Les formations de l'inconscient . Ed. du Seuil, Paris, 1998.(10) Véanse los dos artículos de Guillermina Díaz sobre ladolescencia y la teoría de las catástrofes en el libro Bordes ... Un Límite en la formalización, Ed. Homo Sapiens, Rosario, 1996.(11) Wedekind, Frank. L 'éveil du printemps, Ed. Téathres, MaisonAntoine Vitez, Paris, 1995.(12) Ibid Nota N° 1.(13) Ibid Nota N°11. Acto 1, Escena 2. El subrayado es mío(14) Esta alternancia del Otro entre simbólico y real está tambiésubrayada en el artículo de Silvia Amigo " Los impasses del segundodespertar sexual", de su libro De la práctica analítica. Escrituras, Ed.Vergara, 1994.

(15) Ibid. Nota N°ll. Acto 1, Escena 1. 192



(16) Longo y Heliodoro. Dafnis y Chloe y Las etiópicas, Ed. ObrasMaestras, Barcelona, 1976.(17) Debo a Fernando Ulloa este certero nombre de "encerrontrágica".

(18) Ibid Nota N°11. Acto 1, Escena 5.(19) Intervenciones clínicas en las diferentes cuerdas, en estemismo volumen.(20) Esta hipótesis de la "mal-dicción" narcisista está desarro- naden el Capítulo "El análisis en los bordes. Apuntes estructurales yclínicos", de Silvia Amigo, en el libro Bordes ... Un límite a la formalización, Ed, Horno Sapiens.(21) Ibid. Nota N° 11. Acto 3, Escena 3.(22) Ibid. Nota N° 11. Acto 3, Escena 7.(23) Ibid. Nota N° 11. Acto 3, Escena 7.(24) Este sintagma luminoso es hallazgo de Isidoro Vegh. Véase slibro Las intervenciones del analista, Ed. Agalma, Buenos Aires, 1997,pág.105 a 113.

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D IFICULT DES EN L CON FORM CIÓN F NT SMÁTIC

DEL SEGUNDO DESPERT R SEXU L



CAPÍTULO X

Segundo despertar e inhibición

El acto analítico y las diferentes cuerdas

Durante los últimos años me he ocupado de casos muy gravespero claramente no tributarios de la estructura psicótica. En el trancurso de esta investigación clínica me vi llevada, contra la fuerza dmuchos prejuicios, a comprender que la perturbación estructural afetaba electivamente la laboriosa normativización del registro imag

nario yoico. Esto me hizo concluir que la eficacia clínica pasaba eestos casos por maniobras e intervenciones que partían, no sólo pero muy necesariamente desde el registro imaginario. Esto es, intervenciones clínicas sobre la cuerda de lo imaginario.

Con sorpresa; me fui llevada a extenderla eficacia de esta clasde intervención a casos bastante clásicos de neurosis, aquellos en quprevalecenla inhibición o los rasgos de carácter como modo electivode presentación del sujeto.

El mero hecho de plantear la existencia de estas intervencioneen lo imaginario, contraría el modo inercial de pensamiento "lacaniano", Aún hoy, se caracteriza despectivamente algo llamándol"imaginario" .

Por supuesto, es estrictamente al revés. Si el analista está atento qué clase de problema le plantea cada demanda de análisis en singulay si lo habita el deseo del analista, se dejará llevar, será la

1. Ponencia presentada en dos versiones que aquí convergen. Una, en l"Reunión lacanoamericana de psicoanálisis" realizada en Brasil, Bahía eagosto de1997. Qtra en la "Reunión fundacional para una Convergencilacaniana de psicoanálisis", octubre de 1997.

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"dupe", el incauto de la estructura de quien se le dirige. Y dentro de misma estructura, del tiempo y modo en que se halle el sujeto. Asegún el caso, ha de elegir qué vía de ingreso es la que conviene cadvez.

Con esto, adelanto que me parece absurda la consigna, que po

otra parte es política, de abandonar la interpretación clásica, esa qudescifra la maquinación metáforo metonímica del saber inconcientMe parece absurdo plantear un "más allá de la interpretación".

La interpretación clásica, que opera sobre la cuerda simbólic-siempre dentro de una estructura borromea, que asegura que, vanudamiento, se extienda su eficacia a las otras cuerdas- resulta efic

para "apagar" toda manifestación clínica que en sentido estricto pueser colocada bajo la rúbrica del síntoma, paradigma de la produccióde la que es capaz la labor del saber inconciente cuando la inmixicióde lo simbólico sobre lo real obtura su agujero específico. (1)

Es claro también que siempre que el objeto a aparezca al estilde "faltar su falta" -situación de angustia-, el sujeto estará en situacide precisar una intervención sobre la cuerda de lo real -intervención lo real-, abriéndola al infinito para justamente restablecer el horizondel agujero en lo real. Este agujero está sostenido por el significanfálico.

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Sin pensar caducas ninguna de estas dos maniobras, sino mábien subrayando su eficacia y vigencia, añadiré otra: la que operanalíticamente sobre la cuerda de lo imaginario. ¿Cuándo se imponesta última, dentro del propio campo de las neurosis al que me limitahoy?

Escuchemos un par de fragmentos clínicos.Uno de ellos es el de Martina, adolescente callada, con esca

sísima capacidad de asociación, a la que nada le interesa. Ni sabe ques lo que quiere, finalizados sus estudios secundarios, para su vida; puede simplemente organizarse para hacer algo cada día de sumonótona vida.

Solemne, almidonada, de continuo malhumor, ha vivido hasta e

momento de la consulta una vida prolija, obediente, plana. Ella nllega entonces al análisis interrogada por los enigmas a los que podrhaberla conducido la maquinación de su saber inconsciente.

Yo escuchaba lo poco que decía, pero también estaba muy atenta su modo de presentación corporal. Martina estaba muy por fuera dla imago de una jovencita apetecible. Muy gorda, sin ningúnaditamento coqueto a su vestimenta correcta y pulcra, sin ninguna

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expresión que denotara picardía o vinculación erótica con su prójimNo tenía novio ni lo había tenido nunca. Más me alarmaba el hecho que no tuviera amigas.

Es desde el segundo despertar sexual que se siente rara, y ellmisma dirá, con dolor y rabia, que se siente un "aparato". Pasó s

secundario sin pena ni gloria, en una profunda inhibición, mientras cuerpo se hacía cada vez más desemejante de aquéllas que debierahaber sido sus semejantes.

Fue justamente una semejante quien, durante su viaje de egresados, harta de sus continuas malas caras le espetó esta terrible denminación: "aparato". De allí la angustia y la consulta.

La ligó a mí, según creo, el hecho de no sumarme, en principio,la presión considerable que le llegaba desde su familia: Que elijcarrera, que adelgace, que se maquille, que tenga amigos, que salgapasear, que tenga novio.

¿Cómo podía yo operar clínicamente con esta muchacha?Al no presentarse representada por sus síntomas o produccion

subsidiarias del saber inconsciente, hubiera sido inútil entrar porcuerda simbólica, que opera lectura jeroglífica tendiente a producir significante más.

Esto no quiere decir que no le hablara, ni que no recabara datopreciosos de su historia. Quiere sólo (ni más ni menos) decir que npodía resolver su situación en ese tiempo, el intento de producir poiede un significante.

Martina se presenta con una larga historia de inhibición, dondentrará como novedad esa lanza de angustia que, por fortuna, motivóconsulta.

En la inhibición se trata de la situación exactamente inversa a lde la poiesis inconsciente. Se trata de la caída de lo imaginario sobre lSimbólico, obturando lo Imaginario en esa caída, a través del exceso

sentido, el agujero poiético de lo simbólico. Resultado de esta caída, esta descripción de Lacan que le cuadra perfectamente a Martina: Usentido compacto, una "geometría angélica", que borra la diferencia los sexos. (2)

¿Porqué motivos cae así lo Imaginario sobre lo Simbólicaplastando e inhibiendo el acto de producción poiética?

Vale la pena detenernos; para dilucidar esta cuestión, en algunos

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aspectos de la constitución de lo Imaginario, a falta de lo cual, creo yresulta incomprensible esta clase de presentación del sujeto y resuldifícilmente abordable clínicamente el paciente.

Martina fue llevando a cabo las sucesivas incorporaciones de

campo del Otro (en ese orden su Real su Simbólico y su ImaginarioEs decir, ella incorporó normativamente el campo del Otro, produciendo entonces la expulsión, la Ausstosung del objeto de goce. Ahorabien, el psicoanálisis parte de la base de sustentación de que esta sepración del objeto de goce no se produce en ningún caso sin dejar comrastro alguna fijación residual. Sobre esas fijaciones es que se trabaen el análisis de las neurosis. Y no siempre estas fijaciones lo son en campo del saber inconciente.

En Martina, los habituales accidentes de fijación recayeron coespecial fuerza en el campo imaginario - narcisista. De esta clase dfijación del objeto depende la tenaz inhibición que padece y quademás empobrece al mínimo su posibilidad de discurso.

¿De qué depende que sea sobre un registro y no sobre otro, qu

tiendan a acentuarse las fijaciones?¿Qué pasó en esta niña aquí con la configuración de loImaginario? Esta niña fue querida, respetada, apoyada. Es decir, nfue, como en los casos graves, -o como solemos a veces llamarlos eArgentina, "de borde" -"mal - dicha" en su narcisismo.

Pero pudo reconstruirse en el análisis que quedó dentro de uncompleja pinza psíquica.

Su padre, excesivamente ligado a mujeres en posición maternde su propia familia, llevó muy mal el duelo que le ocasionara lmuerte de su madre. Más ligado a su familia de origen que a la quformara casándose, y hombre chapado a la antigua, se reveló más bietranquilizado que alarmado por el hecho de que su hija no tuvieraspecto de "mina".

Su madre fue siempre una mujer ansiosa de que todo se mantuviera en orden, que nadie se ofendiera, que no hubiera nunca un sí un no, que nadie se saliera del lugar que estaba previsto en el esquma de su tranquilidad.

A Martina le tocó ser algo así como secretaria materna, dama dcompañía, ayudante, en esa cruzada de orden, control y continu

retención de todo desborde. Ella lloraba por ejemplo, si su hermanito201



Con particular adhesividad, el objeto a que sostenía suimago -voz que exigía obediencia, objeto anal de la retención- no tuvo pomucho tiempo chance de ser deducido por nuestra joven como sostédel campo del espejo, martirizando su imagen por su no caída.

El primer indicio de apercibimiento subjetivo de la no caída destos objetos pudo aparecer cuando, desde su semejante, uncompañera, llega una terrible denominación: "aparato". Esto esrobotito a control remoto de la voz del Otro, carente de alegría, dtristezas, de vida propia.

Esta violenta frase de la amiga dibuja en el espejo por primervez para esta chica, el trazo, el contorno de la letra de corte del objet(-φ). Hasta ese momento Martina había sostenido, sin saberlo, lo quella había deducido, conteado en el campo del Otro como trazoorientador de su modo de goce. Sólo que no había coordinado esunario como inscripto sobre laimago yoica.

Este caso muestra, de modo particularmente nítido, lo que enverdad sucede estructuralmente siempre: Es desde lo imaginario desd

donde puede revelársele, si el unario logra allí posarse, al sujeto eobjeto que era, sin saberlo, para el Otro. (4)El objetoa no había logrado despegarse de la imagen i'(a). De

esta fijación depende de que, en casos como éste, se constateninconvenientes con la propia imagen, trastornos de la "buena formaLa presencia aparece, por así decirlo, "martirizada" por un objeto ncaído. Estas presencias "martirizadas" están condenadas a carecer datractivo, de seducción, de eso tan difícil de definir y que se suelllamar belleza. Se trata de imágenes yoicas sombrías, donde no sconstata el brillo de ningún agalma.

Es esta clase de fijación, arriesgo, la que hace que el imaginariocaiga pesadamente, mortificado y martirizado por el objeto, sobre losimbólico, obturando el agujero que le es propio.

Al predominio, por parte del Otro, del canal de la significaciófálica que induce para el niñoun goce fuera del cuerpo, suelecorresponder, en la clínica, un accidente de fijación del objeto, acentuado sobre el campo significante del saber inconciente. Es decir, unfijación del objeto fuera del cuerpo, si bien esta fijación suele secundariamente afectar al cuerpo.

203



La fijación del objeto en el campo imaginario yoico, en cambiosuele corresponder en la clínica a la dominancia de la operatoria degoce fálico del Otro,goce que llega al niño fuera de la palabra, entanto que, como señaláramos más arriba, la voz golpea exigiendo goccomo pura voz pulsional. Esta situación predispone a fijaciones fue

justamente de lo simbólico, en el cuerpo mismo.A diferencia de aquellos casos graves de los que hablaba másarriba, en la inhibición, se constata la paradoja de que la obediencidel sujeto a la voluntad de goce del Otro se halla endemoniadamentconvalidada por el guiño aprobador del Ideal del Yo. Como Hamlequien para conservar el amor del padre debía hacerse cómplice de lo

delitos gozosos de la madre, Martina debía obedecer a la demandgozosa de control materno para no disgustar a los ideales familiares preservar el amor del padre.

Dado que esta muchacha llegó angustiada, todo el primer tramode entrevistas estuvo dedicado a esta apertura de la cuerda real, poejemplo en la convalidación explícita de su rechazo a curarse sólo paconformar aun más a su familia. Con el tiempo, Martina adquirirtodas y cada una de estas cláusulas de mejoría que su familia le exigíEl análisis va a tener la eficacia paradojal de lograr que ella obtengpor la vía de su deseo lo que era, en el territorio familiar, una demandde adaptación que tranquilizara los ánimos de los padres.

Ahora bien, el Verdadero desafío clínico consistía, en este casoen la solución de la problemática de su inhibición.

Propondré hoy que, frente a la inhibición, la maniobra eficaz sha de llevar a cabo entrando por la cuerda de lo imaginario. En girlevógiro, es decir, dirigiéndose a lo real, se abrirá al infinito estacuerda produciendo, en lo imaginario, el hueco letrado de - φ. Es esehueco letrado el que constituye el agujero propio de lo imaginario. Epor ese hueco por donde podrá caer el objeto a de su fijación a l

imagen. Es desde ese hueco bien ceñido por la escritura que la imageirradiará el brillo agalmático que constituirá su "encanto". Propongllamar a esta operación productora de-φ, maniobra imaginaria literante. Por el hueco de esa escritura podrá hacerse caer el objeto de sufijación imaginaria.

204



La maniobra se desarrolla en el territorio mismo de la transferencia y en relación directa con la presencia del analista, dentro deese campo de la transferencia.

En la oferta de su presencia, el analista deberá hacer "semblantde espejo", para ofrecer sobre laimagoque oferta, la oportunidad deescritura de la letra de enmarcamiento de caída del objeto.

Como se constata, esta maniobra se .parece a la de la amiga de lpaciente, quien al denominarla "aparato" le dejó saber qué es lo que epara el Otro sin saberlo. Sólo que el analista, a diferencia de la amigno podrá aprovechar la ocasión para gozarla como sucedió en esepisodio; Esta maniobra en lo imaginario requiere al máximo el desedel analista, si entendemos por tal a una tenaz barrera a su goce sobrel paciente.

Pero esto no se logra interpretando al modo de la lectura jeroglífica; sino por lo general; poniendo a jugar en la cura aquello quLacan nombraba sin-poder formalizar del todo en sus últimos semnarios: un discurso sin palabras. Lo gestual, el cambio de tono, eextremo cuidado de la puesta en escena de cada sesión, el semblante dcharla sobre la vida cotidiana son cruciales. De ninguna manera se trade lo preverbal, y por eso subrayo aquello dediscurso sin palabras.

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Como enclave de pulsión invocante, que no es lo mismo que linsistencia significante, devenía exigencia superyoica, esto es, mandade continuar siendo ese objeto específico de satisfacción del hermanpara lo cual era imprescindible que permaneciera soltera.

Así, la obediencia a esta orden inhibía su yo del juego de seducción, y para que la exigencia se cumpliera, lo modificaba en el sentdo del afeamiento y de la torpeza.

Estudiante exitosa, creía firmemente que para ella sólo estabadestinados los libros, ya que los hombres por definición, creía, estabaimpedidos para las solteronas.

Durante el análisis se desarrolló un embarazo mío, mujer delibros según ella, también yo. Este embarazo no fue percibido polargos meses. Al promediar el séptimo mes decido pararme frente ella e invitarla a que observe mi cuerpo. Así, en el "espejo" de la mujintelectual pudo constatar la evidencia del don del falo. Faloencarnado, donado en el cuerpo, por un canal que no pueden efectulos libros. Con sorpresa, pudo ver lo que antes no veía, y en un gest

impensado acercó su mano muy suavemente a mi panza. Le permití econtacto, que no hubiera permitido en otro caso.Sólo después de esta maniobra específica es que pude pasar de l

voz al significante al indicarle que "soltera" es precondición de casady no su objeción; intervención de eficacia duradera.

Consideraciones sobre el Acto AnalíticoEl acto analítico puede ser llevado a cabo sobre cada una de la

tres cuerdas. Esto siempre sobre la base de un anudamiento borromeo, es decir que entrando por una cuerda en particular, el anudamiento asegura la llegada al conjunto de la estructura.

Sobre cada cuerda, el acto analítico opera la apertura al infinitodevelando, de esa cuerda, el agujero real. En efecto, al abrir una cuerdcualquiera al infinito, aparecerá ésta rodeada de lo que se llamtopológicamente suagujero real.

Es decir que la función del acto analítico es develar lo Real de lsimbólico, lo Real de lo real y lo Real de lo imaginario, maniobra ésde la que me ocupé prevalentemente hoy.

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Luego de esta apertura o corte,el sujeto podrá rearmar con otraeficacia el empalme que vuelva a velar normativamente estos agujerosreales. El análisis no opera entonces sólo cortes, sino que promuevque el sujeto sepa hacer allí mejor sus empalmes.

Sobre la cuerda de lo imaginario en particular, la apertura a

infinito ha de permitir la aparición del contorno de -φ, agujero realletrado de lo Imaginario. Liberado este agujero, el sujeto sabrá hacmejor el empalme del sentido para que éste no impida, sino que faclite, el juego poiético.

Esta última maniobra reclama al analista en su presenciaoperando su eficacia en el despliegue de un discurso sin palabras.

Intervenciones clínicas en las diferentes cuerdas según el tiempo del sujeto y la manifestación clínica que lo representen, hacen a uclínica lacaniana del acto analítico. Y a una posibilidad de eficacinsospechada en muchos casos considerados antes muy difíciles dabordar.

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Notas

(1) Lacan, Jacques. Seminario N° XXII R.S.I., Inédito. Clase N°1.(2) Lacan, Jacques. Seminario N° XXIII L 'Insu ..., Inédito.(3) Freud, Sigmund.El yo y el ello, Obras Completas, BibliotecaNueva.(4) Lacan, Jacques. D 'un Autre à l'autre, Inédito. Clase del 7 demayo de1969.

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F NT SM Y FEMINID D



CAPÍTULO XI

La femineidad’

Siempre es refrescante volver a un tema que trabajó a losanalistas desde los inicios: el enigma de la feminidad, la feminidaenigmática que es un hecho central de estructura. (1)

Trataré en lo que sigue de explicitar por qué afirmo que lafeminidad es un hecho de estructura.

El psicoanálisis nace emparentado íntimamente con las mujeresRecordemos que Freud, joven médico investigador, a causa de scrónico déficit económico no puede casarse con Marta, su novia. Epor causa de ella, por desear tener recursos para poder casarse con el(cherchez-la-femme!)que instala un consultorio neurolégico:

Y resulta que la mayoría de sus pacientes son mujeres que notienen ninguna patología orgánica.

Padecen histeria. Conocemos las deducciones de inicio de FreudSe tratará en la histeria de un compromiso corporal producido poreminiscencias. En general, ligadas al padre y en un segundo plano a madre. Freud se verá llevado a interrogar este vínculo electivo de histérica con el padre.

De la mano de Breuer, Freud escucha deslumbrado, a través dAna O., todo lo que la histérica tiene para decir. Pero también es capade percibir cómo en el margen de lo que se dice, lo no-dicho, lo ndecible motoriza la aparición del amor de transferencia, Breuer

1. Ponencia presentada en la mesa redonda dedicada al tema "La feminidaden el marco de las Jornadas de Carteles de E.F.B.A., noviembre de 1997Participaron también Stella Maris Rivadero, Elena Jabif, Benjamín Domb.

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hace saltar por los aires esa cura catártica, que no es analítica, podesatender ese margen de lo no decible, ese margen más allá de lcapturable por la palabra que presentifica la transferencia recubriéndolo de amor.

Resultado: lo no escuchado por Breuer, lo no analizado de l

transferencia retorna en el acting de la pseudo-ciesis, embarazo histrico de Ana. ¿Por qué Ana tuvo que hacer, en suacting, "padre" aBreuer?

En ese punto Freud toma distancia del hipnotizador Breuecomo así también de su maestro Charcot: El va a dar lugar en la curala escucha pero también sopesará la importancia del amor de tran

ferencia. De allí en mas, va a formularse una y otra vez la pregun¿Was will das Weib? ¿Qué quiere una mujer?Si bien él mismo contesta hacia el final de su obra, cuando defin

los destinos de la sexualidad femenina, que ella quiere el falo (2)bien serlo en la identificación viril o bien tenerlo normativamente bala forma de un hombre o un niño que le llega de un hombre-, insistencia en la pregunta que sigue formulándose el maestro muchdespués de emitir esta "respuesta", nos indica que ésta no le bastaba.

Lo cual indica que el falo no agotaba, ni siquiera para Freud, enigma de la sexualidad femenina.

La feminidad es un hecho de estructura en el sentido en qumuestra losimpasses de la sexuación humana, dependiente de lafunción fálica. Pero esta función, esencial para la normativa, no pue

sino fallar cuando se propone representar lo femenino.El punto que despeja el psicoanálisis, y en principio Freud, sfundador, es que ambos sexos humanos deben hallar su medida y valor según la vara del falo. Freud mide a ambos sexos con igual vara

A esa función del falo (en el sentido matemático fregeano detérmino), el sujeto hace argumento para poder sexuarse, adquirien

valor (otra vez en el sentido matemático del término) sexual de macho de hembra según argumente al modo del todo o del no todo. (3)Pero entonces no hay sino el falo como trazo para representar

sexualidad, aquello que de la sexualidad se aviene a ser representado.

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La estructura que resulta de “ello habla”

Les pido me acompañen un trecho en el recorrido de algunanociones elementales que pasaré a describir.

La incorporación, la adquisición del lenguaje implica, para e parlétre, la irremediable pérdida de la cosa. El mero hecho de habla(para quienes acceden a hablar. Los autistas muestran bien que estincorporación puede no darse) produce la Ausstosung del objeto degoce. Por estar perdido radicalmente es que intenta recuperarse poalguna vía, y en el caso normativo, por la vía de la ley del deseo. A

decir de Lacan, en el cierre de "La subversión del sujeto ...": "Lcastración quiere decir que el goce debe ser rechazado, para que puedser re-alcanzado en la escala invertida de la ley del deseo". (4) La ledel deseo apoya una recuperación de goce posible: En los términos dmarco fálico del fantasma.

Entonces, vía el falo el sujeto encuentra

a) Su posición sexual según cómo argumente la función fálicasegún el cuantor del todo (todo fálico) o del no-todo (no todofálico).

b) La constitución del marco del fantasma orientador de su deseola ley de su deseo, que procura la posibilidad de una necesarirecuperación de goce.

Estas posibilidades normativas se nuclean alrededor del falo, edecir del significante de lo viril. Tan es así, tan viril es este significante, que Lacan explicita en L 'Etourdit que el falo proviene de laoperación de elevar el órgano (pene) al rango de significante. El falentonces no es el pene, pero está articulado al pene, y a lo viril. (5)

El significante fálico en particular, y en general el significanterepresentan al sujeto, denotando lo viril.

¿Cómo hacer entrar la feminidad en esta historia?Creo que es pertinente hacerla entrar como hecho de estructura

A la estructura de "ello habla" la feminidad le recuerda que no todo normativo se deja reducir al falo significante, que hay algo precioso nuclear de cada sujeto que escapa a la sola primacía del falo. Al men

en los casos que paso a enumerar:

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a) el sexo femenino no se anota por vía del falo, si bien se acota pvía del falo

b) más allá del fantasma, de su marco fálico, el sujeto puede busca poder reencontrar una relación con lo real pulsional pofuera de la coerción del marco fálico. Tal es el caso, por ejempl

de la actividad sublimatoria.c) la recuperación del goce perdido de la cosa por el hecho dhablar puede darse mediante Otro goce (no goce del Otro) que goce fálico. Goce femenino, místico, sublimatorio.

Así, la feminidad le recuerda a la estructura que el imperio desimbólico del falicismo es no-todo. De no ser por lo femenino, existila posibilidad -aterradora por cierto- de un imperio totalizado cuanno totalitario de lo simbólico. Límite al todo de lo pensable, límite cogito mismo, a lo significable, la feminidad, como por ejemplo dicLacan, es la hora (l'heure que es "hora" pero que suena también comoleurre, "señuelo") de lo real.

Al no dejarse anotar por el significante, lo femenino revela dmodo exquisitamente singular, la vertiente de la estructura rebeldedejarse anotar por el trazo.

No hay significante de lo femenino. Este punto está luminosamente mostrando en los cuadrantes de la sexuación que introduLacan haciendo "jardín a la francesa de las vías abiertas por FreudAdemás en este caso, dando una punta de solución al crónicoimpasse

que el psicoanálisis mantenía con lo femenino.

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Veamos cómo escribe Lacan el cuadrante izquierdo, masculinode los avatares de la sexualidad.

Para hacer posible el valor sexual macho, es necesario que existaun padre. Un padre que, exceptuándose de la función del falo (es dec

liberándose del obstáculo al goce que impone el falo y acaparandmíticamente el goce del Otro), se haga agente de la castración.Universo cerrado, conjunto cerrado, lo masculino se sitúa en

relación a la existencia de un padre excepcional. Es la elaboración desta figura del padre primordial la que va a posibilitar poner al padre posición de poder donar al hijo el significante fálico. Que:

1) ofrece el falo como función a la que el sujeto varón podrá haceargumento, al modo del todo. Por ende, la identificación al padrofrece apoyo a la sexuación masculina.

2) ciñe el objeto imposible, haciendo ventana fantasmática, que evarón utilizará para dirigirse hacia una mujer que encarne para éel objeto rebelde al trazado.

3) permite, por ende, recuperar goce según orden fálico.

Así el varón queda firmemente ligado al goce fálico.

Escritura lógica del cuadrante femenino dé las fórmulas

Ahora bien, en el cuadrante derecho, femenino de las fórmulasLacan comienza por escribir una inexistencia.

En lo femenino, es imposible que exista el padre excepcional qupueda donar el significante del ser sexuado femenino, puesto que essignificante no existe. Es decir que no hay padre de la posiciónfemenina.

Por supuesto que en tanto sujeto, que lo es pero en su costadosignificante, es decir no estrictamente "de su género", una mujerintroyecta el falo del padre. No se trata de que carezca en absoluto dpadre (en tanto sujeto de la palabra lo tiene por supuesto ), sino que tanto "mujer" no tiene padre donador de significante. Para vérselas cosu real propio, femenino, no tiene padre significante en

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quien ampararse. Veremos más abajo cómo esta circunstancia la hacmás ligada al padre del nombre y del amor.

Por encarnar singularmente eso que no se deja anotar con usignificante, una mujer está en posición privilegiada de encarnar lugar de objetoa, rebelde a toda significantización. (6)

Así, una mujer está en posición de escribir laletra del objetoacomo limite entre la batería significante, que desde luego incorpora igual que su hermano -batería viril-, pero que sólo bordea y nrepresenta su ser sexuado; y lo real del objeto de goce que la batería agota en su tarea de inscribir.

El /a es la escritura de esa falta de significante. Desde esa falta

una mujer puede hacerse letra de la falta en el Otro, con el que srelaciona profundamente, íntimamente puesto que no está -al menos el canal hacia lo real que le deja su propio "agujero" simbólicestorbada por el significante. Es decir que se relaciona de un modprivilegiado con elhetereos que está del mismo lado de su sexuaciónasí se trate de un varón al que se dirige.

También desde esa falta de significante, se dirigirá hacia lbúsqueda del falo, hacia el costado masculino de las fórmulas. Porqtampoco es toda en su goce.

Dos comentarios

El primero. Una mujer no habita únicamente el costado derechde las fórmulas de la sexuación. Esto estimula el error de creer no qpueda ir más allá del padre, sino que es una desdichada que no tiepadre, lo cual es otra cosa muy distinta.

Una mujer bascula preferentemente sobre el costado derecho dlas fórmulas pero transita (como vale vice-versa para el varón) por lcuatro lugares que las fórmulas preparan para que habite allí unsubjetividad. (7)

Esto es fundamental para comprender la necesidad de identifcación de una mujer a la figura de excepción, identificación al padur , de la que una mujer debería ser capaz. Este tránsito posible por eslugar de las fórmulas le da un buen flanco de sujeto, un buen borpara que su "feminidad" no sea locura mística, extravío continuo.

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Como se constata, tan "no toda" es la feminidad que tampocopuede ser "toda" feminidad. Esta última es la situación continua dalgunas mujeres, por cierto muy desdichadas. Si habitara sólo en cuadrante de la inexistencia del padre se hallaría continuamente e

situación de locura o extravío místico.Pero esta identificación al padre es posible sí y sólo sí una mujedecide terminar su vínculo, su relación objetal con el padre. Freuafirmaba que al abandono de una carga de objeto, le sucede unidentificación.(8). Por ende, para poder identificarse con el padre, unmujer tiene necesariamente que haber dado por concluida su relacióobjetal al padre, es decir, en términos sencillos, debe haber dejado ddemandar, una demanda en particular, al padre.

Una mujer puede pasar a identificarse al padre, ganando así eborde sujeto que acote -y diría más aún- de profundo encanto a sfeminidad, cuando ha podido dejar de demandar al padre el signifcante, la clave de su ser mujer.

Pero para ello -y retomo ahora el tema del padre del amor qu

dejara en suspenso más arriba- es crucial en el destino de lo que habsido una mujer, que haya tenido el amor del padre. Y que contando coese amor del padre -que equivale al aval de su demanda de falo apadre, es decir de aquello que el padre sí puede donarle- haya podidhacer declinar esa demanda y entonces dar lugar a una identificación.

Una mujer puede (y esto difiere de las afirmaciones de Freudconcluir su vínculo con el padre, pero es claro que por diferentes raznes que el varón. El varón concluye su vínculo al padre para protegde la pasividad al órgano fálico cuya significación le ha hecho conocel propio padre.

Es decir, rompe un varón con el padre -asesinato míticomediante- para proteger el órgano cargado narcisísticamente por seuna suerte de "deíctica" del significante de su ser sexuado.

De manera muy distinta, una mujer rompe con la demanda dsignificante al padre, y entonces -recién entonces- puede lograr lo qule es posible de identificación -no toda- al padre; cuando puede hacel duelo de aquello que el padre no le ha de dar porque no lo tiene: significante de su ser mujer. Sólo si hace el duelo del significante quno puede serle dado en la medida en que no existe, podrá producirse

incorporación del significante viril-el único que le219



puede procurar el padre- que la hará no toda fálica, pero necesarimente también fálica.

Sólo cuando cumple su pasaje de duelo de la existencia a linexistencia de aquél que pudiera ofertarle el significante de su sexo, que puede -de modo puntualmente femenino- hacer su identificación

padre.Aquí se ve bien elimpasse de la histérica: en una posición dedemanda al padre del significante de su ser mujer, del significante dsu sexuación, al no cejar de insistir en demanda sobre el padre, histérica tiene dificultado el pasaje a la inexistencia, al costado del ntodo. Y por no dejar de demandar al padre tampoco puede transmut

en identificación significante su vínculo con el padre. Así, orbitandopadre, no puede resolver una relación al padre calificable d"referencia desesperante" (9).

Por eso, la histérica es hombre-sexual. Pero no por incorporación del falo del padre, sino por estar "clavada" en una demanda dsignificante femenino -inexistente- al padre. Al demandar un signficante -aunque lo demande femenino- sólo puede, encarnizándoseobtener de "El" un punto de amarre simbólico, trasuntar un empcinamiento en obtener, de lo viril, algo viril. ....

Pero entonces pueden diferenciarse dos distintas relacioneposibles al padre: Una, es de demanda que no declina.

Otra, lo es de declinación de la demanda, lo que propicia unidentificación, aunque ésta no responda por el ser sexuado.

La histérica está relacionada al padre por la vía de la demand(no de amor sino la queja, la denuncia, la intriga contra el padre) y nde la identificación, que es más bien favorecida por un tiempsuficiente lógicamente hablando de amor al y del padre. Subrayentonces que facilita las cosas el haber contado un tiempo suficiencon la circulación de este amor. Este amor facilita la tramitación de

propia declinación a favor de la identificación.Al contrario de la histérica, una mujer flanquea su corazón dreal con el no-todo fálico, es decir el modo particularmente femeninde relación al padre (más allá de la demanda de falo) pero no sin pasapor el tiempo necesario de amor al y del padre.

Una mujer no asesina al padre, sino que encuentra el momenten que se desentiende del padre.

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Una mujer no padece la inexistencia del padre. Una mujer arriba a elaborar la inexistencia por la vía del duelo, efectuado sobre ldemanda al padre existente de un significante inexistente, un signifcante de lo femenino que el padre no puede donar porque no existe.

Es excesivo y erróneo plantear que una mujer carece de padreDebe identificarse al padre, a diferencia del varón, por la vía del duelDuelo del significante de lo femenino.

Aceptar estas elaboraciones cambia totalmente el modo deacceso clínico al análisis de una mujer.

No hay por qué condenarla a no tener padre.Como tampoco a no tener el flanqueamiento fálico, no todo, qu

la extrae del extravío continuo, de un misticismo que -de sepermanente-la deja en la desolación de la ausencia intolerable dsubjetividad.

Segundo comentario. Se afirma a menudo que una mujer tienuna facilidad estructural, por el hecho de ser hora de lo real, de hace

se letra de la falta en el Otro. Como hecho de estructura, la feminidaevoca ese borde entre saber y goce, entré simbólico y real que dibuja letra.

La letra, femenina por estructura, localiza en medio del sabeincouciente; el plano de no saber que remite al goce. Por eso, no eigual que el sujeto cuente o no cuente con una letra. Si cuenta con elltendrá orientado el trabajo metáforo-metonímico del saber inconciente alrededor del corazón real que ciñe la letra.

Letra y corazón,kern, del inconciente se emparientan a fondocon lo femenino. Por ello, muchas veces una mujer está en el corazódel inconciente de un hombre representando, ella para él, suanudamiento con lo real del goce.

Él la ama porque la precisa para que ella efectúe ese nudo

Además de los momentos en que goza, gracias a ella, la precisa parmantener de un modo tolerable su nudo al núcleo real del inconciente

Aceptada esta profunda relación de lo femenino y la letra, es dsubrayar que la letra sola, de por sí, no nombra. La letra sola, sin mádeja sin nombre a la relación del saber con el goce. Y otra vez, comcon la cuestión del padre, de no afinar esta teorización, se dejaría a un

mujer a una desértica y a-nómica relación única con la letra.221



El nombre, a diferencia de la letra, llama al sujeto, a su unario, su rasgo de deseante, (dado que, al decir de Lacan, "el sujeto es lo qse nombra"). Nominar lo real no es lo mismo que situarlo, y anominarlo se concluye un anudamiento entre real, simbólico e imagnario. La letra -femenina- sitúa lo real. El nombre lo nomina, añad

posición subjetiva a la mera localización.Diferenciar letra y nombre es tarea importante. Esto se hace bievisible por ejemplo en elshifter ; en su diferencia con el nombre propio.

Es diferente afirmar -para echar mano a un ejemplo del propiLacan- "tú eres mi mujer" que afirmar "María, tú eres mi mujer".

Una mujer, estructurada electivamente en el terreno de la letr

reclama -y por razones fuertes de estructura, por estar más a merced lo real- un nombre. Aquí reencontramos las distintas paradojas que nos venían encima con la cuestión del padre. El padre no puede donauna mujer el significante de su sexuación, así como ningún nombpuede cubrir el hueco real de lo femenino.

Pero así como el significante fálico flanquea el no-todo de lfemenino, el nombre flanquea de nominación lo innominable dagujero de la feminidad, -anudándolo.

El nombre remite a las necesarias relaciones en que el velo deamor haga habitable el hueco de puro real que presentifica una mujeSi se carece de este plano del amor, se puede tomar desolado el huecde lo femenino.

Por eso es tan reiterada en la clínica, la importancia que otorg

una mujer al nombre que recibe del padre, y al momento de su vida que el amor de un hombre le done a ella, o a su hijo, otro nombre damor. No es igual el falo carne a ser gozado (sea en el varón o en niño), que el falo portador de uno de los nombres del amor.

El nombre donado dará a una mujer una dimensión de dignidadsu hueco, no significable en el ser. El nombre donado en la relación

amor constituirá para una mujer la evidencia de que, del agujero reflanqueado por la letra, no sólo se goza, sino que también desde allí suscita amor.

Por ello es tan baja la tolerancia femenina a la clandestinidad elas relaciones de amor, clandestinidad que obliga a callar el nombre.

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Una mujer no tiene por qué representar, de la hora de lo realsólo el costado del horror.

Si está bien flanqueada por la identificación al padre, es decir pola identificación al significante fálico como no-toda, y si ademá

cuenta con el flanqueamiento de los nombres del amor [del padre, dvarón (1O)] a la letra que denuncia su agujero central, entonces unmujer podrá disfrutar su feminidad, más allá del padre y del falo y dnombre. Pero no sin el padre y el falo y el nombre.

Es importante no dejar arrinconada en un costado entre heroicomístico y trágico una feminidad, que, de ser obligada a no bordearse recubrirse nunca con nada, realizaría el ideal de masoquismo que propio Lacan se ocupó de denunciar como un fantasma de los teórico

En términos sencillos: La única demanda que ha de declinar enuna mujer es la demanda de significante femenino a alguien eposición paterna. Ni más, ni por supuesto menos.

Cualquier otra demanda *demanda de amor, como cualquiedemanda- es índice de que, como cualquier sujeto, pero además po

habitar el costado de la subjetividad más expuesto al trato directo colo real, ella quiereencore el trazo que la flanquee y el velo que la vista.Así, de ese trato cotidiano con lo imposible, tendrá más chances dgozar con el ya célebre goce femenino, que de quedar atrapada en uhorror de cuyas consecuencias de estrago pueden testimoniar ellamismas con su "miseria neurótica" (11) y aquéllos que, por una u otrrazón, de ella dependan o con ella compartan un tramo del viaje de vida.

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Notas

(1) De ese interés testimonian los capítulos N° 5, 6, 7 y 8 del libde Silvia Amigo De la práctica analítica. Escrituras, Ed; Vergara, Año1994.(2) Freud, Sigmund, La sexualidad femenina y La feminidad , ObrasCompletas, Biblioteca Nueva.(3) Ver, de Silvia Amigo los artículos citados N° 2.(4) Lacan, Jacques.Subversion du sujet ... , Ed. du Seui1, Paris,1966.(5) Lacan, Jacques. L 'Etourdit , Scilicet N° 4, Ed. du Seui1, Paris,1973.(6) Ver Nota N° 4.(7) Héctor Yankelevich trabaja en el mismo sentido los cuantorede la sexuación. Pueden consultarse sus artículos "Qu' est-ce qu 'uconcept en psychana1yse?", en la revistaFutur antérieur , Paris. N° 10y11.

(8) Freud, Sigmund.El Yo y el Ello, Obras Completas, BibliotecaNueva.(9) Así define Jorge Jinkis al vínculo neurótico posible de mujcon su padre. Puede consultarse su artículo "Mujeres, decir la muerten su libro Lo que el psicoanálisis nos enseña, Lugar Editorial, BuenosAires-; 1983.(10) Dejo de lado en esta ocasión el tema absolutamente esencial damor amistoso entre mujeres; Esta amistad sostiene de un modprivilegiado la relación de las mujeres con su propio real.(11) Este sintagma de Freud puede ser también nombrado en lotérminos en que lo hace Analía Meghdessian cuando habla de "la peversión de la histeria". La interlocución con esta analista y amiga estambién presente en este tramo del texto.

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CAPÍTULO XII

Veinte años después

La práctica del análisis y sus interroganteshacia el fin de siglo’

Es para mí una ocasión de celebración este aniversario de laEFBA. Si bien no participé de su fundación, casi inmediatamentcirculé por su espacio transferencia1, ingresando como miembro e1979, hace ya 15 años.

Intentaré transmitir por qué no se trata solamente del festejo po

la permanencia de un lugar que fue fundante de mi posibilidad dsostener lo imposible del lugar del analista. Ha sido fundante parmuchos, acaso para la mayoría de quienes están hoy aquí.

Con sus eficacias y sus detenciones, con sus ritornellos temáticos resueltos; semi resueltos y aún no resueltos – las jerarquías y Iosgrados,·las escisiones, los intentos, muchas veces fallidos, de desarrollar en la cara pública la resolución de la cuestión del padre-, pueddecir que mi práctica, la del análisis, la de todos los días no es sin lEFBA, sin lo que funda su espacio público.

Eso ya sería mucho para festejar.Pero no es lo único.Hoy quisiera hacer, a modo de celebración, el subrayado de un

eficacia del espacio público de la EFBA en particular, dado que fuinvitada por el Comité de Jornadas a tratar de articular la práctica danálisis y sus interrogantes a este fin de siglo.

1. Versión corregida de la presentación del 17/8/94 en la mesa redonda deapertura de las jornadas por el 20° aniversario de la EFBA acerca de "Lpráctica del análisis y sus interrogantes hacia el fin de siglo". Participarotambién R. Harari, H.·Yankelevich e I. Vegh. Publicado en "CuadernosSigmund Freud" Nro 19 Ed. E.F.BA. 1997.

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Veinte años después, en pleno fin de un siglo tan distinto en ssuelo cultural a la ilusionada, belicosa -si se quiere loca- década de l'70 en que fue fundada, la presencia de la EFBA constituye una nadesdeñable respuesta en acto a una polémica cultural que se desplieen diversos foros de la polis.

Pero. ¿En que época vivimos? Esto es, ¿sobre qué suelo culturtrabajamos, conducimos análisis, enseñamos, supervisamos hoy?Lacan afirmó que el analista no podía desentenderse de la "l

subjetividad de la época". ¿Cómo situar, hoy, esa subjetividad?Esta, a mi juicio, queda reflejada en la polémica modernidad

posmodernidad que se desarrolla en múltiples foros de la polis, y en

que me parece imposible no involucrarse, ya que afecta la escencultural en que se asienta la práctica del análisis. Polémica que inclye ataques explícitos al análisis.

Personalmente, no sentí nunca inclinación a responder a loataques que se dirigen contra el psicoanálisis, aún viniendo éstos dpersonajes célebres, cargados de autoridad y eventualmente aplatantes. Siempre pensé que no todos tienen por qué ser sensibles a eparticular experiencia de lo real, según reflexiona Ricardo DíaRomero (1), que es el análisis.

No todos precisan un analista (lo real en transferencia) para qulo real no devenga pesadilla, locura, desrealización, desanudamientLos matemáticos, lógicos, físicos, pero también los literatos, poetamísticos no precisan esa presencia para hacer su experiencia.

Sin embargo, hace un tiempo comencé a sentir que algunaposiciones llamadas posmodernas deberían ser respondidas. No las qexhibieran una diferencia de experiencia con lo real, sino aquellas qsuponen un viraje decisivo de la escena cultural.

Una reflexión sobre las edades de la historia

Y vuelve la pregunta. ¿En qué época nos hallamos en el fin dsiglo?

Les pido que me sigan en un recorte temporal desde laantigüedad hasta hoy -mis conocimientos de historia apenas si mpermiten



Este es el momento decisivo. La fuente del Verbo pasa de Dios padre al hombre, que puede hacer uso de ese Verbo para asegurarseun ser, una subjetividad, el rasgo distintivo diferencial de lamodernidad .

Teniendo el Verbo, se abre la posibilidad de combinarlo en

cadenas de pensamiento para descifrar la naturaleza. Y para tener, plo tanto, eficacia en lo real sobre ella, que era antes el mundo de inaccesible, del pecado, reservado a Dios.

Por eso puede fecharse en elcogito el nacimiento de la cienciamoderna.

También es puesto el Verbo, convertido ahora en atributo

humano, a reflexionar sobre la historia, es decir, sobre el hombrmismo.Se crea la tradición de pensar cadenas de acontecimientos qu

preceden y suceden a un hecho histórico, se afirma la idea de causlidad, de secuenciación historizante. Puede verse despuntar lo que semás tarde la idea de estructura.

Llamamos modernidad a esa época en que el Verbo ya no emonopolizado por Dios padre. La razón se entroniza como producdel uso del Verbo razonante por el sujeto. La Ilustración hace a utradición racionalista, anticlerical y culta. Las Luces iluminan el matrial a estudiar. El sujeto de la conciencia es centro y eje de este mundmoderno.

Es también típicamente moderno el intento de secularizar, en l

político, estas conquistas del espíritu: rebelión contra el rey, cuetionamiento de la iglesia.Desafiado Dios, todo parece posible.De aquí ha de surgir el germen parlamentarista, los brote

democráticos, hasta llegar a las utopías que estallan con la revoluciófrancesa y acunan el sueño socialista.

Estos grandes relatos legitimadores muestran la dimensión dcambio social que brota de la modernidad.La fe religiosa, corrida de su lugar de eje centrador del unive

so, convive en paralelo con el discurso de la modernidad y sus grades relatos.

Lo irracional, lo demoníaco, lo místico no se pueden abolir: eromanticismo artístico, en particular el alemán, integra estas fuerzas

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a la escena, pero muy modernamente [puede leerse en este sentido interpretación de ese gran estudioso de lo moderno que es MarshaBermann del Fausto de Goethe (2)].

Pero todos estos ítems implican, por su propio movimiento, un

vuelta crítica -rasgo saliente junto con el pasaje del verbo al hombrede la subjetividadde la edad moderna.El verbo puede ser utilizado para hacer la crítica de sus propia

construcciones.Entonces, son las Luces mismas las que iluminan las zona

oscuras de la Razón. Esta todopoderosa razón puede razonar su desazón. El sujeto de la conciencia puede advertirse de sus puntos ddesvanecimiento.

Un impasse de la modernidad

Pero abolido el imperio de Dios padre, ¿se ha acaso acabado cola necesidad de una fuente de legitimación para la acción humana?

¿No engendra una peligrosa eficacia: en lo real el poderío deVerbo transferido al hombre, sin los límites de la ley? ¿Podemos creesuperada en los tiempos modernos la necesidad de ubicar una causa dla vida del hombre, causa también de los sentidos de esta vida?

Es este, a mi juicio, un punto central de losimpasses de lamodernidad, que conducen - por no resolverse- al perfil posmodern

Este atolladero es un dilema de la época a cuya solución, creo, epsicoanálisis puede contribuir.Afirmo esto porque no parece eficaz, dadas las consecuencia

visibles que más adelante desarrollaré, la solución que tomó este temespontáneamente.

El padre se coloca desteñido, desacralizado, en figuras limitadas en su poderío como el soberano con parlamento, que reina pero ngobierna.

Se endiosan en su lugar la Razón y la Ciencia. Pero éstas, decarecer del límite que regula la ley, conducen derechamente a lforclusión del sujeto.

¿Se puede seguir operando sobre la fertilidad, por ejemplo, sobr

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el engendramiento de la vida humana, de una manera que no roce tanla depredación? ¿Dónde detenerse? ¿Dónde poner el límite?

Si no hay tope, la investigación científica puede conducir a ldepredación, también de cuerpos humanos.

Si el deseo de éxito no se regula según ley, puede llevar dere

chamente a un cinismo caótico.Digamos que, si algo puede decirse de este corrimiento del verby su ley hacia el lugar del hombre, es que suele ser un atolladero situcon corrección las señales de la ley del padre en el discurso mismo.

Aparición del Psicoanálisis en la escena moderna

¿En qué punto de esta trama ingresa como cuña, surco tajante, pensamiento de Freud?

El psicoanálisis es hijo de una doble red de determinaciones, Poun lado, es hijo de la indigencia médica de un señor judío mufavorecido -por los azares de su historia personal- para captar l

decisivos desdoblamientos de la figura paterna. Un señor cuya madlo llamara hasta la vejezmein goldener Sigi, permitiéndole sospecharbajo qué condiciones libidinales se trae un niño al mundo.

Pero, con igual fuerza determinadora, fue hijo de la Viena de fide siglo anterior, esa Viena moderna de una modernidad decrépita qullegaba, a mi juicio, al límite de sus posibilidades de licuación de cuestión del padre.

Se trata de la Viena de fin de siglo, escéptica, pesimista e individualista. Viena, producto crítico de la misma modernidad en que modelara.

Esta ciudad mantiene aún, al costado de su exasperada, extenuada modernidad, a Francisco José, como padre del imperiHabsburgo, acosado por derrotas externas, desintegración de sunacionalidades, enfrentamientos de clases. Francisco José, padre ymuy vaciado de poder, ya ...casi ... pura imagen que no vela nada, peaún presente.

El imperio austro húngaro es un cadáver que no se da poenterado de su propia muerte. En esa Viena agonizante se siente al

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máximo el vértigo de la exasperación de la crítica, y la enorme difcultad de colocar alguna baliza del padre como ley del discurso mism

En este clima, va a aparecer Sigmund Freud, El sujeto sedescentra hacia el inconciente, donde se coloca la cadena de pensa

mientos. Sigue en pié entonces, sobre otro eje, la noción central dsubjetividad.Y aquí aparece la formidable respuesta de Freud. El padre e

reintegrado al discurso, ahora como marca en ese mismo discursocomo marca endopsíquica.

Dentro de este gran contexto, queda clara la solidaridad de estpensamiento con la lógica matemática de Frege en Alemania (qurastrea dentro de la cadena de los números naturales la señal operatoria del cero falta) y la lingüística de Saussure en Francia que rastrela ley de oposiciones y diferencias en la cadena de los significantes.

Como se ve, Freud, que no conocía según toda evidencia la obrde estos dos grandes, trabaja en la misma línea de rastreo y localización discursiva de la ley en la cadena simbólica, con marcad

acentuación estructural. Sólo que él explicitará que esta ley opera enombre del padre.Morirá Francisco José, desparecerá el Imperio Austrohúngaro

pero quedará esta marcación freudiana.Sólo que en Freud esta marca se sostiene en la figura edípica

sustancializada que, como roca intraspasable, establece que no hay fdel análisis, sino obediencia estabilizada, aceptada y asumida a upadre.

Este atascamiento seguirá por décadas. Hasta que llega Lacan.Pero antes, una pregunta. ¿Es el psicoanálisis un relato moder

no?A diferencia de Alain Touraine -quien plantea lo contrario en su

último texto, "Crítica de la modernidad" (3)-, pienso que la subve

sión del sujeto cartesiano que lleva a cabo Freud, se inserta de pleno ela vuelta crítica característica de la modernidad. Es más: Freudestraba lasimpassescon las que la vacancia del padre abrumaba alsujeto moderno.

Al intentar localizar en el discurso las señales del padre, epsicoanálisis reintegra la verdad al campo del saber, y reinstala la

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ética como límite a la satisfacción que la avanzada de lo simbólicpromete a los apetitos humanos.

Lacan y el átomo literal de padre

Pasamos, entonces, al último momento de esta historia. Llega etiempo de Jacques Lacan.

Lacan opera un formidable giro en plus. Preconiza el retorno Freud para ir más allá de Freud.

El sesgo estructural que ya señaláramos en Freud, es acentuadpor Lacan, en medio del auge del estructuralismo levistraussiano y

la izquierda althusseriana ilusionada por cambiar al mundo endécada de los sesenta.

Lacan trabaja desustancializando al padre -o, si se quiere, yendmás allá de él- por haberse servido lo necesario y suficiente como pade él, atesorar el átomo literal que opere de borde ético. Borde éticque impide creer poder reducir por entero a lo real.

Este real irreductible literalizado, objetoa, es el hallazgo lacaniano que asegura la colocación desustancíalizada deI padre reducidosu traza mínima para el parlètre.

Puede afirmarse por ello que la castración, en Lacan, pasa defalo al objetoa... si se ha usado al falo como demarcatorio.

Lo real como tope -tope por otra parte literalizado- se logrtrabajosamente hacia el final de un análisis, donde se aprende asavoir faire con el hecho de que todo no se puede, todo no se goza, yendo amás allá de la necesidad de que el padre se lo recuerde a uno a cadpaso.

Esta localización escritural del padre, entonces, puede operar emúltiples direcciones.

Por un lado, enfrenta las consecuencias de una ciencia que, pono admitir su tope, puede conducir, como decíamos, a la forclusión dsujeto, visible en la depredación del planeta, e incluso en la de cuerphumanos.

Esto es visible, también, en el terreno histórico-social. Si no hatope a la Ilustración aplicada a este campo, ésta puede conducderechamente a una ilustración despótica cuyos experimentos no

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tengan en cuenta, en lo real, la subjetividad de masas humanas a laque suponía beneficiar.

El análisis lacaniano propone el esfuerzo de situar trabajosamente la escritura que se obtiene por ir más allá del padre, habiéndo

servido, y sirviéndose cada vez, lo necesario y lo suficiente de él, compara colocarlo en una letra desobstruida de goce, tope ético dcualquier avanzada de lo simbólico.

Y ¿Qué sucede cuándo no se tiene en cuenta la necesidad descritura de esta pequeña letra?

La licuación de la causa: escena posmoderna¿Qué está sucediendo realmente en este fin de siglo?Creo que asistimos a un movimiento de la cultura, a gran escal

y muy alarmante por lo insidioso, por la dificultad de advertir cómo sva introduciendo en distintos recovecos del cotidiano; un movimientdigo, que va en sentido estrictamente contrario al del psicoanálisiQue va contra la colocación de la letra como tope en el discursmismo.

El clima de este fin de milenio tiende a operar la licuación de lotopes éticos que deberían regir la investigación científica, el progresindividual y, por fin, la convivencia humana.

Esta licuación, que personalmente deploro, es celebrada po

algunos ensayistas que, mientras celebran esta licuación, creen ver nacimiento de una nueva era, a la que a mi juicio pomposamentebautizan posmoderna.

¿Dónde se torna legible esta licuación?Se dice que la caída del muro de Berlín ha derrumbado toda

chance de búsqueda de una sociedad más justa, más propicia para emergencia del sujeto, ha clausurado la utopía.

Cunde un tipo de crítica al estructuralismo (caballito de batallde ataques posmodernos al lacanismo), que asume la forma extrema ddescreencia en cualquier clase de determinaciones y de la falta de todefecto de sentido legible para un individuo o una sociedad.

En lo individual, es localizable también la notoria reiteración dlas quejas acerca del sentimiento de falta de causa y sentido para l

vida de cada uno.

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Soledad, estrechez de miras, desilusión, apetito de éxito económico social y estético desarticulado de la causa ética que impulsa uvida humana.

Se nos presenta así un mundo desilusionado, rehén de un estrcho presente, prisionero del espacio privado, refugiado en el cinismo

en la búsqueda acrítica de placer personal.Esta atmósfera da, a este fin de siglo, un marcado sentimientque, con Nicolás Casullo, llamaré de desconsuelo (4).

La pérdida es, mi juicio, seria. Ofrezco a la discusión que estamos asistiendo a un momento de la cultura donde se cree que se pueprescindir del padre antes de haberse servido lo necesario y suficien

de él.Y creyendo que puede prescindirse de toda localización sociareguladora de su ley: No más estados, no más regulación del rédito pla ley, no más necesidad de sentirse parte de una historia estructuracon un pasado y un futuro donde poder ingresar, como eslabón, uacción personal.

Se pierde así, en el campo del espacio público, la localizaciódiscursiva del átomo literal del padre. Este átomo literal, cobijante lo real humanizado, aloja el sinsentido del que nacerán los posiblefectos de sentido.

De perderse, de habitar -cito a Daniel Paola (5)- un sinsentidiletrado, se ha de vivir una vida sin sentido y sin causa, queja dmuchos pacientes de borde, patología muy propiciada por la época (6

Si falta el átomo literal de padre, lo imaginario -que debieroperar como velo consistente de esa falta-, estalla fragmentándose emiles de escenas superpuestas, y la vida parece angustiosamenparecida a una caótica acumulación de video games.

Anulada esta marcación,"todo" cree poder decirse, "todo" podrser investigado y comprendido y solucionado. Todo vale, lo má

rápidamente posible, como sea, a cualquier precio.La subjetividad queda así abolida (7), si es que aceptamos que sujeto se aloja en el intersticio que abre el no-todo, y se causa, en esencia de división, en el objeto que cierne la letra.

Aparece en escena una nueva dinastía, al decir de ciertoposmodernos, "ontológico estética" (8) de abolición total (otra vez "todo") de las garantías.

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¿La licuación en nuestro propio campo?

En este contexto hay mucho que los analistas podemos reinstalar de marcas propiciatorias, esto si y sólo si nos preguntamos serimente qué de este aire "posmo" se instila también entre nosotros.

En términos del "moderno" que fue Lacan, "ir más allá depadre" y "autorizarse de sí mismo" significa haber pasado el pasehaber conseguido vaciar de goce -por haberla reescrito- la letra deobjeto del fantasma, habiendo adquirido por ende, respecto del padruna deuda de castración que se saldará por un lado con los hijos, pootro en la polis.

Si se entiende, en cambio, que no se le debe nada a nadie, que"todo vale", suficiencia anticipada (9) -según comenta María deCarmen Meroni- anticipada, creo entender, al necesario tiempo dalienación en el campo del padre, estamos en peligro de que se noapliquen las consideraciones que vengo desarrollando.

Como una de las consecuencias de esta interpretación maníaca efrecuente constatar, como comenta Alba Flesler (10), la creencia dque todo puede leerse, interpretarse, acotarse, atravesarse. Posición quno sólo hace irrespirable la reunión de analistas, dado que esa creencimpone el recelo y el envaramiento que proviene del disimulo de lsubjetividad, vivida como flanco de un posible "ataque lector" (11sino que va redondamente en contra de la localización del sujeto en punto de desvanecimiento de lo legible.

A veces se desliza esta ilusión de que no se necesita trabajoinconciente para obtener la pequeña marca del padre, a la canallada.

En verdad es más frecuente constatar, como medida desalva guarda ante el desastre, el retorno de "la peor versión de histeria" como comenta Analía Meghdessian (12), es decir el retorno la demanda de aparición sustancializada del padre, haciéndolo exist

convocando habitualmente su goce cruel.Esta demanda de padre es núcleo y causa de las profundasimpasses de la institución lacaniana, donde se constata la paradoja desostener una práctica -con su correspondiente teorización-, que intenir "más allá del padre", y una institución donde se despliega eempecinado retorno del escollo.

¿Qué decir de las consecuencias devastadoras de la reinstalación

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loca de la causa en un mundo que la ha licuado, bajo la formadel terro rismo, la aparición de sectas, la instalación de un sentidúnico y tota litario que ampara frente a la falta de sentido?

Doloroso ejemplo de esta reinstalación "loca", es esa bombasiniestra (13), que nos recordó de la peor manera, y aún estamos d

duelo por ello, cómo puede recolocarse torcidamente en la escena dmundo, una causa trascendente. Restaña fallidamente el fundamentalismo, la falta de marcación de una causa que haga de fundamento.

Y cómo no leer en el odio racista, antisemita or caso, el señalamiento del objeto cuya presencia de ausencia debería señalar l

letra?Si pudiéramos tematizar, intentar detectar por dónde estos airefiniseculares se instilan en nuestro propio campo, estamos en posiciólos analistas, y por ende también la EFBA que celebra sus veinte añode responder en acto a la polémica modernidad posmodernidad.

Creo que de no tomar en cuenta este cambio en la subjetividadde la época, corremos el riesgo de carecer del suelo (suelo modernoen que se asienta nuestra práctica.

Porque, finalmente, ¿qué implica iniciar un análisis?La idea de iniciar un largo y paciente camino de búsqueda de

determinaciones, la convicción de que aún las pequeñeces de nuestrcotidiano pueden mostrarse plenas de sentido resguardando algo de ugoce que nos retiene y esencialmente las fuertes limitaciones ética

que implica el inicio de un análisis se encuentran hoy muy en baja.Florece pues la oferta de alternativas terapéuticas mucho máafines con los aires fragmentarios, adoradores de la forma y éticamente cínicos de esta época posmoderna. A esto me refería cuanddecía que no sobre cualquier suelo cultural puede asentarse la prácticdel análisis.

La apuesta es renovar caso por caso en la clínica, y a vecesexponiendo en los foros de la polis, la apuesta de encontrar en ediscurso, el tope literal al todo vale.

Lacan preconizó el retorno a Freud para poder, leyéndolo, ir máallá de Freud.

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Debiera retomarse hoy al estudio y cuidado de las letras comoseñales discursivas de la eficacia paterna el parlétre y en los lazossociales que éste funda, para poder intentar cada uno en su tiempencontrar su propio estilo escritural e ir más allá del padre.

Pero si es cada uno en su tiempo, podría ser útil no quedaradheridos al gesto de disolución de Lacan (14), porque la disolución nse gobierna, cada uno la obtiene en el tiempo en que logró adquirpara con el padre su deuda de castración y la letra que opera de cauética y de generadora del sentido de su existencia.

Porque hay en la escuela espacio para esta clase de reflexioneses que decía que mi práctica hoy aún, no es sin la EFBA.

Es mi apuesta contribuir a que la Escuela mantenga vivo, juntcon la práctica del análisis, un flanco de humanidad moderna en esfin de siglo.

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Notas

(1) El lector se encontrará con el contexto en que Ricardo DíaRomero utiliza esta expresión en su artículo "De laUbertragung,Puestas de la estructura. Intervenciones", publicado en Lacan ...Efectos en la clínica de las neurosis, por varios autores, LugarEditorial, Buenos Aires, 1996.(2) Berman, Marshall.Todo lo sólido se desvanece en el aire, Ed. SigloXXI.(3) Touraine, Alain.Crítica de la modernidad , Ed. del Fondo deCultura Económica.(4) El debate modernidad-posmodemidad , por varios autores, conrecopilación y prólogo de Nicolás Casullo. Ed. Puntosur.(5) Paola, Daniel.Psicosis o cuerpo, Laderiva, Buenos Aires, 1995.(6) Estas patologías tienen como núcleo común el sentimiento doloroele pérdida de sentido, muchas veces reintegrado ilusoriamente por abuso de goce desarticulado de sus necesarias relaciones con el amor

con el deseo.(7) También esta abolición es percibida -pero para ser celebrada pensayistas posmodernos. Exponente de esta postura es el texto de LuJalfenPosmodernidad , aparecido en Cuadernos Sigmund Freud N° 16de la EFBA.(8) Ver nota anterior.(9) Expresión extraída del texto de María del Carmen Meroni Loingobernable presentado en la EFBA enjulio de 1994.(10) Comentario de Alba Flesler, Correo de la EFBA, junio de 1994.(11) La "lectura" a la que este párrafo alude está entrecomillada lector notará que "leer" y "todo" no son términos conjugables.(12) Concepto vertido por Analía Meghdessian, Correo de la EFBA junio de 1994.(13) El 18 de julio de 1994 una poderosa bomba destruyó la sedporteña de la AMIA. La opinión pública atribuye el atentado a grupvinculados al fundamentalismo islámico.(14) Este gesto de disolución y sus avatares (relatados con detalle pE. Roudinesco en su biografía de Jacques Lacan) no parecen emergde la lógica "moderna" que rigiera en mi opinión la marcha d

pensamiento de Lacan. 238



FR C SO DEL F NT SM Y L POLIS



CAPÍTULO XIII

1976-1996: Una historia que no se quiso

Reflexiones sobre el totalitarismo’

En 1980, en medio del así llamado "Proceso de reorganizaciónacional", la EFBA llevó a cabo sus tradicionales jornadas, que dedcó a la ética y al acto analítico.

Ese mismo año, que precedió a su muerte, Lacan visitó poprimera vez a los "lacanoamericanos", Hubiera correspondido, por userie muy consistente de razones, que eligiese a Buenos Aires para tsimbólica ocasión. No pudo ser así, y hubo que movilizarse hasCaracas.

¿Por qué? Podrá -y con no poca razón- aducirse que los herederos que ya manipulaban la obra y el personaje Lacan en medio los debilitamientos de la vejez habían desviado su presencia hactierras menos peligrosas por su independencia de juicio.

No es menos cíerto que, impotentes, no podíamos oponer argumentos cuando se nos recordaba que éramos habitantes de una tierintocable por visitas ilustres debido al oprobio que pesaba sobnosotros.

¿Se trataba únicamente de que vivíamos en medio de ungobierno militar e ilegítimo? Eso es ya mucho.

Pero, si éramos in-visitables, intocables, si había caído sobrnosotros una espesa maldición, esto no se debía, a mi juicio, al hechde vivir bajo un régimen de facto, situación de lamentable habitulidad en esta parte del planeta.

1. Ponencia presentada en las Jornadas de la EFBA "La Ética y el Acto Anal

hoy", en el Panel dedicado al 20 aniversario del golpe militar del 26-3-76.241



¿Qué era lo que nos otorgaba esa siniestra distinción? ¿Qué dhorriblemente especial estaba sucediendo aquí mismo, donde hoy, 1años después sentimos la imperiosa necesidad de volver sobre la éticy el acto analítico, con el agregado del aliviante "hoy"?

¿Cómo no guardar con emoción en nuestro recuerdo, el gesto dMoustapha Safouan quien, sabiendo diferenciamos de nuestro entono social, aceptó nuestra invitación a la escuela y vino ese mismo año

En esa ocasión, nos donó junto con su palabra -que recogen loCuadernos Sigmund Freud N° 8- su presencia, que era entonces unseñal de que no estábamos solos en el intento de crear un espacirespirable en medio de las circunstancias más hostiles. (1)

En aquellas jornadas no hubo ninguna ponencia que se dedicaraintentar poner letra a este torbellino que nos hacía una suerte de paridel planeta.

La inhibición y el temor, junto con la escasa perspectiva -vivíamos dentro del huracán- hacían imposible abrir el espacio de historización de esa historia que no se quiso.

Casi nadie quisoeso, que intentaré especificar, ni aún los queapoyaron lo que en principio parecía sólo un golpe militar másTampoco se pudo o se quiso hacer historia, esto es, escritura de lespecífico de real inasimilable que -literalmente- nos arrasó.

El espacio de este panel se propone comenzar a escribir las letrade esa historia, sumando esfuerzo a muchos otros. Intento que a m juicio debe pasar, en principio, por especificar de qué horror se trató.

En segundo lugar por proponer operatorias escriturales que lelaboren, algunas de las cuales son, a mi juicio, exquisitamente analticas. No se tratará en absoluto de psicoanálisis aplicado, sino dpsicoanálisis a secas.

Los impasses de la modernidadPara situar con algún apretamiento escritural la pregunta sobre l

específico del horror vivido, debo pedirles que me acompañen utrecho por los caminos que llevan a la modernidad a pegar la vueltsobre sus méritos más incuestionables, llegando a transformarse en impasse más fuerte para la emergencia del sujeto.

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El mundo premoderno atribuye el Verbo a Dios Padre, y sinterpretación, en exclusiva, a los padres de la Iglesia. Así las cosaterminaron en la hoguera los que intentaron poner a jugar al verbo secuencias lógicas para avanzar sobre lo real, avanzada ésta que sópuede realizar el verbo si se lo consideraba atributo humano. (2)

No es otro el giro que llevó a cabo Descartes, poniendo patapara arriba el orden hasta entonces establecido del cosmos cuandemite suCogito ergo sum. Cogito, esto es pienso, me apropio delverbo, y entonces soy, me aseguro un ser que ya no depende de voluntad divina.

He aquí el gran salto a la así llamada modernidad. El verbo

ahorra atributo humano, se va a poner a descifrar la naturaleziniciando las ciencias naturales, que van a conocer un crecimienprogresivo hasta llegar a las alucinantes -y a veces temibles- proezas hoy día.

El verbo se ocupará también de descifrar al hombre mismoinaugurando junto con las ciencias políticas, los intentos modernos ptrasladar a lo social las conquistas del espíritu. Desafiado Dios, todparece posible: revolución, cambio social son conquistas de lmodernidad.

Siendo el verbo atributo humano,todo parece posible. Pero ¿estodo posible por la avanzada de lo simbólico, del verbocogitante sobrelo real? ¿Es posible triturar todo lo real sin resto?

He aquí, a mi juicio, elimpasse profundo de la modernidad: si no

hay Dios, el verbo humano cree que puede todo. Muerto Dios,todo esnietzschianamente posible.Para resguardarnos de la inminente amenaza de reinado deltodo,

esto es del totalitarismo, ¿sería entonces preciso retomar a algún DioO bien, ¿habrá de acudirse como solución, a la licuación de toda cautrascendente, tal como propone la banalidad del zapping posmoderno?

Sobre este punto deimpasse va a colocarse la formidablerespuesta freudiana, respuesta cuyo alcance de salvadora eficacia vacontinuar emitiendo Lacan, y cada psicoanalista que permanezca en deseo de tal: No hay un todo que pueda alcanzar la máquina simbólidel cogito porque existe una ley que le recuerda alcogito que no sepuede avanzar en la conquista de lo real sin cumplir con

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el requisito legal de que todo no se puede ni se debe. Freud asigna estley a la función fálica paterna.

Y Lacan nombrará como objetoa al límite letrado a toda avanzada del imperio del verbo, objeto colocado adecuadamente en la

estructura por la eficacia del Nombre del Padre.Y aquí ya se lee como ética esta respuesta del psicoanálisis. Notodo es triturable por la máquina, queda un resto, y ese resto no edesecho, detrito, sino causa del deseo de seguircogitando.

Ley entonces que le recuerda alcogito que existe un resto inasimilable a su operatoria. Ley que además reviste aquel resto -al indicar su velamiento necesario- con la dignidad de la imagen que loaparta de su destino de detrito obsceno.

Sin el tope que, a mi juicio de modo insuperable, le formula elpsicoanálisis a la modernidad, se llega por su lógica interna a esepunto deimpasse en que lo que sin dudas ha hecho elcogito por el parlétre -desde el alargamiento espectacular de la expectativa de vidahasta la posibilidad de vivir bajo condiciones más justas en lo social

pegan la vuelta para erigirse en el peor enemigo posible de lo humano¿Dónde se torna este malhadado giro legible? Por ejemplo en losavances científicos que ya han llegado al punto de poder copiarclónicamente a un sujeto, fabricándole un "mellizo" digno de las máescalofriantes ficciones de Hoffmann. Clón idéntico, esto es; careciente de la inigualable Ding, Lacan nombró a está clase de proba-bilidad forclusión del sujeto por la ciencia.

La Pesadilla Totalitaria

En lo social no se han quedado atrás los horrores a los quepuede conducir la idea loca de que se puede todo. Son hijos de lamodernidad los así llamados regímenes totalitarios. No se trata deregímenes despóticos, que la humanidad ha sufrido desde que emundo es mundo. (3)

Cuando se ha ensayado en lo social la idea loca de que todo esposible, losmanagers de esa locura se han encontrado sistemáticamente con algo en el material de experimentación: esto es, grandecantidades de seres humanos aún no siendo contrarios al régimen,

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La dignidad del parlétre, que impone que aún bajo las peorescondiciones de sometimiento sea un posible hacedor de poiesis, unsemejante de sus semejantes, un ser dotado de Nombre Propio, un secuya suerte forma parte de lo inscriptible para su comunidad de lazo

sociales, y cuya muerte va a ser seguida de ritos funerarios, se haperdido sin remedio.Es de subrayar que los esclavos no estaban privados de los

requisitos que acabo de mencionar, lo que indica el inédito horror dlos campos de concentración, la novedad absoluta que introducensobre la degradación de la dignidad del parlétre hasta lograr identificarlo a esa partícula maldita, detrito de la máquina totalitaria, detrito a "aniquilar".

Los Ritos Funerarios

El rito funerario, cuyo inigualable valor la modernidad tiende engeneral a desdibujar -dado que sólo reconoce valores de mercado, seaéstos de uso o de cambio- es uno de los ritos fundacionales de ladignidad humana que el campo de concentración elimina. No se tratde que se impida dentro del campo su efectuación, sino que lisa yllanamente impide su cumplimiento.

No pueden cumplirlo los seres queridos, puesto que desconocen la suerte de los habitantes de esos verdaderos pozos del olvido

Los familiares terminan por tener la triste obligación de suponemuertos a aquellos que suponen en los campos de concentración.Pero además la polis en su conjunto se ve privada de la posi

bilidad de inscripción de la muerte que, como los nacimientos, es danotación obligatoria en actas accesibles a todo aquél que lasdemande.

Sin anotación de las circunstancias de la muerte y sin la dignificación del cuerpo muerto que impone el rito fúnebre, el cuerpo esólo carroña, sobrante.

Doloroso ejemplo de esta degradación nos ofrecen algunostestimonios. Los sobrevivientes del campo de exterminio de Vilnacuentan que estaban obligados, bajo amenaza de los peores castigos, llamar a cada uno de los cuerpos de los pilones de cadáveres que

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acumulaba la máquina nazi de exterminio,schmatten (trapos), figuren (figuras). (6)

El capitán de la marina argentina, actuante durante el "proceso" Adolfo Scilingo relató por televisión cómo, identificados a basura, a lastre, eran arrojados desde aviones oficiales cuerpos dormido

de "chupados", al Río de la Plata. (7)Resto, detrito, residuo molesto, no reciclable, el cuerpo humano ha perdido toda dignidad. Cada cuerpo ha perdido su nombre. Cadcadáver ha perdido el honor de haber sido la antigua morada desujeto. Sus deudos, la posibilidad de conocerlas circunstancias de lmuerte y de llorarla en tiempo y forma.

Insisto: Hemos tenido el tristísimo privilegio de ser habitantede la tierra en que se comprobó que todo esto podía volver a suceder.Unas treinta mil veces se ha repetido este horror. Hay unos

treinta mil ritos funerarios sin cumplir. Pero no sólo hay treinta mfamilias afectadas. (8) Si aceptamos que el rito funerario tiene su carprivada -la que hace posible el inicio del trabajo del duelo- y ademásu cara pública, podemos afirmar sin exagerar que estamos todoafectados de un duelo no cumplido y de sus efectos inhibitorios melancolizantes, efectos que, por ejemplo, ilustra muy bien la tragedia de Hamlet. (9)

Cambio de Posición del Objeto: de Detrito a Causa del Deseo

El que me haya seguido hasta aquí podrá pensar que estoyhablando de la cuestión ética y que no voy a tratar el acto analíticoQuizá también piense que finalmente hay aquí algo de análisis aplcado.

Intentaré demostrar que es un acto estrictamente, delicadamentanalítico, ése por el cual se produce la operación que hace rotar eobjeto de su lugar de deyecto gozado según un goce loco, al lugar dcausa del deseo, agalma inestimable que motiva la acción humana.

Es singular y exquisitamente analítico el acto que produce laoperación que Lacan llama “ rechazo" (refus) del otro finito, consistente y completo. Tomando elcogito y su valor fundante, el maestropropone una operación sobre el enunciado fundante:cogito ergo sum.

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Es éste el Otro del "pienso y soy", que no es otro que el Otrototalitario, donde al objeto sólo le cabe el lugar de detrito indigno y acuerpo muerto el deschmatten, figuren, lastre. Por ello el actoanalítico -en el sentido estricto- propone la operación de su rechazo

(10) Rechazada esta posición del Otro por el acto analítico, es que secoloca en el Otro la barra del no - todo es posible: Entonces "o nopienso o no soy". Si no pienso -pasaje al acto de la alienación, entrega a la demanda pulsional- entonces soy el objeto detrito.

Y si pienso, el pensamiento inconsciente opera el vaciamientodel ser del objeto: ser de no ente. (11). Entonces no soy el objeto. Ydebo hacer el duelo por ello. Duelo y acto analítico se entrelazannecesariamente.

Luego de este acto y del duelo que conlleva, es que el objeto,alojable como vacío letrado en el Otro, deviene causa de la emergencia del deseo, de la división deseante del sujeto en el fantasma. Llógica del fantasma puede primar entonces si se ha operado el acto d

rechazo del Otro del todo, el duelo por el objeto y el enmarcamientpor la letra.

Los Dioses Oscuros

Cuando Lacan advertía sobre la posibilidad de repetición del

holocausto, invocaba a los dioses oscuros, dioses que demandan unobjeto -ése que vengo nombrando como detrito, sobrante- de sacrificio. La fascinación de esta demanda, decía el maestro, es algo a loque muy pocos pueden no sucumbir. (12)

Perdido el Dios amor premoderno, ¿habremos de recolocar a losdioses oscuros, ésos -en mi lectura- cuyo goce no conoce para suregulación de caja fálica, caja paterna, caja legal, ésos que demandanla erección de los templos de pesadilla que son los campos, paraimaginar que nuestras vidas tienen alguna trascendencia? ¿Por quno?

Si hubiera chances de que no, lo sería también porque, entreotras cosas, está vivo aún el deseo del analista, que propondrá, frente la falta de la ilusión del Dios amor, una alternativa que pueda no ser e

Dios oscuro.

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En la pululante trama del irrompible lazo social, los habitantede la polis hemos forjado una letra, intraducible como el nombrpropio: "desaparecidos". Quien haya paseado por las más, lejanaciudades del mundo habrá leído, sobrecogido, en algún periódico dotra lengua, intraducible: "desaparecido". (13)

Es no sólo, pero también, el acto analítico el que permitirá quen cada uno de los treinta mil casos que tenemos como deuda dduelo, podamos acrecentar y singularizar esta poiesis espontánea conmás líneas. Pero para eso debemos transitar el camino del duelo. Eduelo es sin dudas dolor, como testimonió en su inolvidable“Elegía” ,el poeta Miguel Hernández:

Yo quiero ser llorando el hortelanode la tierra que ocupas y estercolascompañero del alma, tan temprano.

Un manotazo duro, un golpe heladoun hachazo invisible y homicidaun empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mí heridalloro mi desventura y sus conjuntosy siento más tu muerte que mi vida ..:

Quiero minar la tierra hasta encontrartey besarte la noble calaveray desamordazarte y regresarte.

Pero el trabajo cumplido del duelo permite relanzar la creatividad, la poiesis y el legítimo goce de vivir.

Progresa así la elegía del poeta, quien, trabajo de duelo mediante, reencuentra a su amigo en "las almas de las rosas":

A las aladas almas de las rosasDel almendro de nata te requieroQue tenemos que hablar de muchas cosascompañero del alma, compañero.

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Notas

(1) En los años 1980 y 1981 M. Safouan dictó seminarios invitado por la EFBA. El Seminario de 1980 La interpretación de losSueños fue publicado en los Cuadernos S. Freud Nro. 8 Los Sueños deFreud .(2) Este tema delcogito y la modernidad está ampliamentedesarrollado en el artículo "Veinte años después. La práctica del análsis y sus interrogantes hacia el fin de siglo", en este volumen.(3) Hanna Arendt despliega con amplitud esta idea. Véase en especial el Tomo Nro. 3. de Los orígenes del totalitarismo, AlianzaEditorial, Madrid 1987.(4) Véase en especial el comentario de Jacques Lacan sobre esttema en el Seminario XI Los Cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Apartado 4: El campo del Otro y retomo a la transferencia, Ed, du Seuil, Paris, 1973.(5) Se puede seguir el hilo del pensamiento que en Hegel condu

ce al momento del terror en su fenomenología del Espíritu Ed. Fondde Cultura Económica. El momento de terror hegeliano es retomadpor Lacan en el Seminario XI Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Apartado 4: El campo del Otro y retorno a la transferencia, Ed. du Seuil, Paris, 1973.(6) Así testimonian los sobrevivientes de Vilma en el film de J.CLangzman, Shoah.(7) Así lo testimonió, por ejemplo, en el programa de MarianoGrondona.(8) Existen al menos 8.000 casos detalladamente documentados eel Nunca Más que publicara la CONADEP durante el gobierno dRaúl Alfonsín.(9) J. Lacan toma el caso de Hamlet como paradigmático de loestragos de la falta de duelo en Hamlet , un caso clínico, Ed. CEF.(10) Esta operación es descripta detalladamente por J. Lacan en Lalógica del fantasma, Clases del 11-1-67 y 12-2-67, Seminario XIV,Inédito.(11) Según la definición de J. Lacan en "Subversión du Sujet et dialectique du désir ", Ecrits, Ed, du Seuil, Paris, 1966.

(12) Ver nota Nro. 4. 251



(13) No es que no exista traducción posible de "desaparecido" Missing, en inglés;disparu(e)e en francés, resultan traducciones aceptables en el sentido idiomático. Pero la prensa mundial ha percibidque la palabra "desaparecido" nombra un modo tal de desaparición

que resulta intraducible. Así se puede leer, por ejemplo en algúnperiódico de lengua inglesa "...argentinian 'desaparecidos"' ...o en laprensa francófona " ...les argentins 'desaparecidos "' ...Esto revela elcarácter de Nombre Propio que ha adquirido el término.(14) En Argentina se ha comenzado lentamente a inscribir esasmuertes. Bajo iniciativa privada, de asociaciones profesionales yfamiliares, se ha erigido, por ejemplo, un monumento recordatorio los cien desaparecidos de la facultad de Arquitectura en el predio qula rodea en La Plata. Allí se ven cada uno de los nombres grabados emármol.(15) El Nro. 31 de La Revista Conjetural (Ed. Sitio) está dedicado este ítem. Véase en especial la editorial de J. Jinkis, el artículo deEduardo Grunner y el de Juan B. Ritvo.

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CAPÍTULO XIV

¿De qué bordes se trata en la Clínica enlos Bordes?’

Propuesta de una escritura posible de los“fracasos del fantasma”

¿Qué hacemos cuando analizamos casos graves no tributarios dlas estructuras psicóticas?

Para comenzar, puede ser útil llevar a cabo un comentario sobrel sintagma "la clínica en los bordes". Dado que el término adquirentidad suficiente como para ser usado corrientemente casi dando psentado que queda claro de qué se trata, y que ello suscita una cierconfusión, puede ser útil tratar de explicitar de qué bordes se trata enclínica en los bordes.

El mero uso de la palabra "borde" suscitó una repulsaa prioripor parte de muchos psicoanalistas. Este resquemor no carece dfundamento si uno se atiene al uso del término "borde" en el contex

histórico, saussuriano por así decirlo, de su valor. En el contexto dpsicoanálisis posfreudiano, el deborderline fue un concepto con toda justicia criticado por aquéllos que, siguiendo la enseñanza de Lacavolvían a la lectura del texto freudiano. El casoborderline constituíaun híbrido descriptible en estos términos: una neurosis con núclepsicóticos y comportamientos perversos.

Planteada así la nosografía delborderline, se borraba toda ladiferencia tajante y las fronteras que no se cruzan entre las grandposiciones del sujeto. La riquísima corriente kleiniana, que apormuchas luces al campo del psicoanálisis, sostenía la idea del "núcleo

1. Reformulación y reescritura de la clase del de 9 de octubre de 1997del Semi

"¿Qué hacemos cuando analizamos?" dictado en la E.F.B.A., junto con AMeghdessian, Alba Flesler, Eva Lerner, Víctor Iunger y Ricardo Rodríguez Pon



psicótico" en la neurosis. Esta es una sombra que empañó durante añla intelección de la imposibilidad de pasaje de una estructura a otrImposibilidad que denota bien que se trata de tramitaciones de lo reno compatibles de una estructura a otra. De allí alborderline había un

solo paso y se lo franqueó con esta figura clínica. La repulsa, que pasociación con el uso de la palabraborderline, suscita la denominación "clínica de los bordes", estaría justificada.

Pero no se trata de esta clase de bordes. La investigación sobrpacientes graves que aquí se intenta describir, en principio fenomenológicamente, y que más tarde se tratará de situar estructuralmentno encuentra de ninguna manera valores intermedios entre las posciones de la estructura del sujeto. En las reflexiones de analistas qutrabajan sobre pacientes muy graves, la introducción del sintagm"clínica en los bordes" alude a otra cosa que alborderline. Al menoslos analistas que trabajan en este tema y con los que hemos convegido por razones de práctica analítica en común o de amistad -o biesimplemente porque el tema terminó por unirnos- no han planteado,

ningún caso, a su clínica de bordes como la clínica delborderline.No hay intermedio estructural entre las grandes estructuras en laque puede alojarse una subjetividad.

¿Qué pacientes suscitaron esta investigación? Valdrá la penadetenerse primero en una descripción fenomenológica para luego tratde esbozar algún apunte estructural.

Los pacientes que generaron esta investigación son pacienteque, en principio, suelen llegar al hospital. Allí llegan una clase dpacientes que nadie suele querer tomar a cargo. Los profesionales egeneral quieren ocuparse de pacientes neuróticos. Algunos deseaocuparse de pacientes psicóticos o perversos, a veces con afán invetigador. Pero habitualmente nadie, ni siquiera con fines de investgación, desea tomar a cargo la clase de pacientes que se describirá.

Se los llama "caños". Y básicamente manifiestan lo que podríllamarse una brecha insalvable entre un discurso imposible de diagnosticar como psicótico, un discurso que manifiesta todos los rastros dla función normativizante del punto de capitón, y los actos de su videndemoniadamente "locos". Esta brecha es, en efecto, sorpren dentSu discurso tiene direccionalidad, significa, se dirige a un nódu lo

escritura. Por lo tanto, no derrapa en el delirio. Este se produce254



por la carencia de punto de capitón, de trazo literal que produce que el flujo delalangue se conecte todo con todo, sin respeto por lasignificación, que es fálica. Al entrevistar a estos pacientes queda muclaro que, discursivamente, no habitan la estructura psicótica. Ya quel diagnóstico de psicosis es discursivo, resulta claro que de acuerdo

discurso que pueden emitir, queda excluida la posibilidad de psicosis.Pero el cuerpo de estos pacientes y sus acciones cotidiana

parecen no haber encontrado la eficacia de ese punto de detención d"todo vale", operante claramente en el discurso. El cuerpo de estopacientes parece un cuerpo loco, sostén de actos proporcionalmen

"locos" que hace que sean considerados, y con razón, "de riesgo".¿De qué cuadros clínicos se trata? Puede tratarse de pacienteque comen de más o de menos en un rango escalofriante. No en rango que todos tenemos de más o de menos con la comida. Puedevariar su peso, en más o en menos, decenas de kilogramos. O bieingieren sustancias químicas legales o ilegales, desde alcohol a psicfármacos de venta bajo receta a sustancias ilegales como la cocaína la marihuana o cualquier otro, en el límite de dañar su organismo. Esconsumo adictivo pone en riesgo la salud, la vida, y fundamentalmente la dignidad del cuerpo. O bien, se someten a riesgo de muerpor reiterados intentos de suicidio. O bien son pacientes que se suelllamar "actuadores", que hacen de su cuerpo una especie de letportátil puesta a circular por el mundo en los diversos escenarios d

acting out , pero no como respuesta a una falla de escucha del analistasino unacting continuo que no puede ser atribuido a una falla demanejo clínico.

Víctor Iunger quizá fue el primer analista que, reclamándose dla enseñanza de Lacan, hablando delacting out , remitió al paciente deborde. El fue el primero en observar que algo pasaba en esto

pacientes, para los cuales la transferencia "no cesa de no instaurarsetransferencia no instalable no por una falla de escucha del analista sipor alguna falla de posición en y para el Otro de la historia. (1)

Pero lo cierto es que la brecha insalvable -porque todos tenemos brecha entre el discurso y los actos, como los fallidos, sin ir mlejos, y esta brecha es neurótica-, dificulta que se pueda trabajar coellos al estilo clásico en que se trabajan analíticamente las neurosis

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de transferencia. Esto lo hablamos largamente hace muchos años coAnalía Meghdessian cuando ambas trabajábamos en el Hospital, dondtuvimos la oportunidad de intensos intercambios a causa de estoatolladeros de la clínica. Notamos, ya en ese entonces, que si se lo

dejaba, por ejemplo, librados a la "libre asociación" y no se intervenen alguna maniobra específica, el paciente se iba o se ponía aún má"loco". Es decir, el método de hacer "el muerto", tal como en el bridgno surgía efecto alguno.

Por los inconvenientes que les causan estos pacientes a losanalistas, porque los obligan a renunciar a considerar que todo está ydicho en las teorizaciones estatuidas, por la indocilidad a encuadraren el dispositivo clásico, por el temor que justificadamente despiertaen los analistas en relación a los gravísimos riesgos a los que sueleexponerse, durante mucho tiempo fueron vengativamente consideradinanalizables.

Se trata de sopesar si es que son inanalizables o que no se puedeanalizar con el dispositivo ideado exclusivamente por Freud para trat

casos de neurosis adulta de transferencia. Siempre que la consulta sepor otro tipo de casos, por ejemplo en el caso de un chiquito de pocoaños, nadie propondría el diván ni pediría asociaciones. Para el sujeinfantil se cambia el dispositivo, ofreciendo, por ejemplo, una caja d juegos.

También para esta clase de pacientes hay que cambiar el dispositivo. Lo que indica que si fueran tributarios de la estructura neurótica, lo serían con alguna señalada peculiaridad.

Adquisición diacrónica de la estructura

Durante la niñez y la adolescencia la estructura, que viene deOtro en forma sincrónica, deberá ser incorporada, asumida en varia"pasadas" de escritura en la diacronía del tiempo. El Otro que hacvenir a un niño al mundo tiene, para bien o mal, Su estructura selladasincrónica; están allí escritos los diferentes tiempos de la falta, o si nlo están hay algún recurso restitutivo -que es también escrituraaunque se trate de otras escrituras no normativas- de estabilizaciólograda.

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Pero el niño, sujeto por venir, va incorporando los tiempos defalta en las tres dimensiones del tiempo -el tiempo simbólico de lsignificaciones y retroacciones, el tiempo real de corte y cambiestructurante y el tiempo imaginario del calendario sin cuyo auxilio lanteriores carecerían de anudamiento (2). El niño los incorpora paso

paso, es decir que los incorpora diacrónicamente. y esta incorporción ofrece, en cada uno de sus pasos, la posibilidad de invenciones escritura a cargo del niño, dado que la poiesis posible del sujeto es lahendija -pequeña pero eficaz- por donde se cuela el estrecho margen libertad que tiene respecto del Otro, aún un niño pequeño.

Puede suceder que en cada uno de estos pasos haya fallas d

escritura singulares al encuentro del Otro con ese niño que pueden ndarse con otro hijo.La estructura no pasa durante los tiempos de la infancia y de

adolescencia en un solo acto, como un sello que se le pone sobre superficie al sujeto a venir, sino que la estructura exige varias vueltde escritura por los tiempos de la falta.

Esto indica que en niños y adolescentes, sujetos "en trámite" dhacer cada una de las escrituras, no puede ponerse en juego dispositivo clásico, el dispositivo clínico de un neurótico adulto.

Vale la pena pasar someramente por la descripción de los movmientos mínimos que exige la estructura para normativizarse. Así, pueden detectar los lugares dónde pueden establecerse las fallas descritura.

¿Neurosis “especiales”?

Hace tiempo me vi llevada a pensar en la posibilidad de un"cuarta estructura". Estuve obligada a pensar en esa posibilidad; riesgo, en caso de no darme esa libertad, de cerrar toda chance dinvestigación sobre una vasta zona de la práctica clínica. No porque minteresara especialmente emitir una hipótesis valerosa o audaz. Sodeudora de una lectura freudiana clásica, seguida de lectura lacaniallevada hasta los últimos seminarios, donde la introducción del nudborromeo enriquece de modo inconmensurable la clínica.

Entre otras cosas, porque hace tangible la importancia de

registro



las estructuras se distribuyen por la tramitación que, en cada una, hace del Nombre del Padre. Ahora bien, ¿qué es el Nombre del Padre

Esta pregunta abre a un debate apasionante. Remite a una discusión sobre la función del lenguaje. Un niño viene al mundo y ciertmente por un largo período, no habla. Le hablan. Y hay chicos -p

ejemplo los autistas- que no van a hablar jamás. La mera existencia dautismo indica que no está asegurado, ni mucho menos, que un niñhumano hable. Hay niños que jamás van a hablar. El ejemplimpactante del autismo deja ver que la incorporación del lenguaje una compleja trama, que no tiene nada de sobreentendido.

Esta incorporación del lenguaje es una operación que lo hace

entrar en el sujeto, expulsando en ese acto el goce de la cosa.Esto lo dice Borges de un modo admirable en su poema "El otrtigre". Nunca constaté mejor modo de descripción de esa operación daforismo "La palabra es asesinato de la cosa" que ese bellísimo poemBorges describe minuciosamente un tigre, con la belleza de la que poeta es capaz, hasta que advierte que el tigre de su verso, por el hecde ser nombrado, ha sido perdido como el tigre vertebrado, como tigre que va por la selva en ese instante de puro presente en que viveanimal. "El hecho de nombrarlo y de conjeturar su circunstancia, hace ficción del arte y no criatura viviente de las que andan por tierra". A la vez, describe la "aventura insensata y antigua" que haque uno siga buscando el tigre vertebrado, el goce perdido de la cosY entonces sigue uno hablando y escribiendo, es decir volviéndola

perder cada vez. Y recuperándola en la medida en que lo permite trazo poético. (3)Es por la posibilidad de escritura de ese trazo poético, signi

ficante, que puede haber una rotación de la economía libidinaExpulsado el goce de la cosa, adviene la posibilidad del goce de palabra, fuera del cuerpo.

Si por el mero hecho de hablar un sujeto expulsa el goce de lcosa. ¿Para qué necesita el Nombre del Padre?Henos aquí en el centro de una discusión muy interesante ace

ca de la pregunta por la necesidad o no de que el sujeto se oriente esa pérdida. Si tiene que orientarse, entonces necesita una marca. Paque el sujeto se oriente en la pérdida de goce, para que de la pérdida goce tenga lo que en el seminario R.S.I. Lacan llama una

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"idea sensible", se necesita no sólo la pérdida sino también una marcacuenta del sujeto (4). Esa muesca, ese trazo que orienta en la pérdida el Nombre del Padre. Este pone al sujeto en posesión de una marca qulo oriente en la imposibilidad del goce de la cosa. Así, la imposibilida

estará además sancionada por una prohibición.En la psicosis entonces, desde luego, no hay realización algundel incesto, pero sí hay forclusión de esa marca. Esta forclusión no spone de manifiesto en un único plano de carencia de trazo.

En el escrito sobre la psicosis, donde Lacan habla del Nombrdel Padre, para definir la estructura psicótica, plantea que el Nombrdel-Padre está "sub cero", forcluido (5). Pero añade que además esignificante fálico está "sub cero", forcluido. Esto puede escribirse así

Estructura psicótica: P0 + Φ0

En este escrito tan de los "primeros tiempos" Lacan da claramente a entender el desdoblamiento de los tiempos de escritura.

La forclusión del Nombre del Padre hace inadvertible la castración fálica, haciendo inviable para el sujeto argumentar la función dfalo simbólico.

Queda claro entonces que no se trata de un solo tiempo; de unoperación de estructuración sino de al menos dos. El sujeto psicótíco sujeto del lenguaje sin duda, pero no tiene marca a su cuenta sobre

pérdida de goce y por ende se le toma inalcanzable la posibilidad dargumentar el significante fálico. Por eso en la psicosis puedconstatarse el fenómeno schreberiano de transexuación, esa incoercibnecesidad de que este varón se transforme en mujer de Dios. No strata de perversión. En la psicosis hay un empuje estructural-por hecho de no poder argumentar el significante fálico, que otorga valosexual de varón o de mujer- a eso que los psiquiatras franceses muanteriores a Lacan llaman poussée à la femme (empuje a la mujer).

Lo que opera como mecanismo fundente de la estructura desujeto perverso es la renegación de la marca del Nombre del Padre. Esujeto cuenta con la marca, pero tiene la chance estructural – que elneurótico no tiene -de hacer, en algunos momentos, como si no la

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tuviera. Por eso el perverso da esa sensación de soberbia, de astucsuprema. Da la impresión de manejar las llaves maestras de la estrutura. A veces está sometido a la marca y a veces no.Sólo que tampoco es amo del momento de aparición de uno de los dos costados de srenegación. Por contar con el Nombre del Padre, puede advertir la

castración fálica a la vez que puede renegar de ella.Hay un ejemplo paradigmático que da Freud, si se acepta ucierto grado de simplificación. Es el ejemplo del fetichista que acerca a la percepción de la castración y, porque puede percibiraunque más no fuera en un instante intolerable, es que coloca al feche que la reniega. Por ello afirma Freud que el fetiche es a la vez

renegación y el monumento a la castración (6). El sujeto perveroscila, bascula entre las dos posiciones.La castración fálica, crucial en su consecuencia estructura

implica que el Nombre del Padre tiene que ser traducido en términdel significante fálico que además afectará al cuerpo del sujeto. Esignificante fálico no puede prescindir de una articulación con el cuepo. Lacan la especifica bastante nítidamente en L'Etourdit , hablandomuy medulosamente de cómo el sujeto hace argumento a la funciófálica. "Argumentar" es un término de lógica matemática que impliel someterse a una función.

Ese texto deja indicada una conexión preciosa:“()…el órgano seeleva al significante fálico", que subraya la raigambre corporal de lacastración· fálica. Pene y falo, por ser justamente elementos diferent

y discontinuos, es que pueden y deben encontrar una articulación.Las operaciones psicóticas o perversas de tramitación del signficante fálico no dejan de tener consecuencias en el cuerpo. Por eso que Schreber imagina en el fenómeno de pousée à la femme psicótico, su eviración. Va a erradicar un órgano que no puede elevar significante fálico.

Tiempos de escrituras en la neurosis

¿Qué de las diferentes escrituras en la neurosis? En ésta emecanismo fundacional es la represión de la marca del Nombre dPadre, represión que funda su eficacia. ¿Qué significa reprimir una

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marca? Lacan hace un trabajo muy interesante sobre lo que significborrar una huella. Conocemos cómo utiliza como apólogo la célebhistoria de Robinson Crusoe. Cuando Viernes posa un pie en la arende la isla de Robinson deja una huella de su paso. Cuando Robinson

borra con un gesto, pasa la huella a la categoría de significante. Eborramiento es la acción del sujeto. Al borrar la huella, la huella paal significante, pasa al inconsciente.

En la neurosis hay pasaje al inconsciente del Nombre del Padrevía represión fundante. Desde el nódulo del inconsciente, el Nombrdel Padre va a operar como punto de capitón que permitirá que ediscurso se dirija hacia algún lugar; constituyendo el punto de atración de las asociaciones.

Pero que haya anotación de "P" imposible de renegar para unneurótico, indica además que para éste habrá posibilidad de advertbilidad subjetiva de la castración fálica.

Porque está esa marca, es que puede además ingresar la eficacidel significante fálico al que el sujeto le va a hacer argumento d

distinta manera. Lo que devendrá varón hace argumento como todo significante fálico. Una mujer como no todo, implicando poner e juego un asunto de cuerpo.

Bastaría entonces para escribir la escritura de la neurosis con sumP + Φ?

Existe la posibilidad de que no baste con esas dos escriturasDebería añadirse una tercera. Este agregado surge la lógica R.S.I. dLacan cuando él anuda, al final de su obra, lo simbólico y lo real con registro imaginario con cuya descripción había comenzado en los añotreinta.

Sólo que sobre el final de su obra y de su vida misma, ha retrabajado este registro hasta hacerlo tórico, es decir irremisiblementagujereado. Por la vía de esta reformulación agujereada, es que e

imaginario se hace anudable -porque sólo pueden pasar las cuerdas plos agujeros de los registros- y adquiere además la posibilidad ddevenir independiente del plano de lo meramente especular. Es por hueco de aquello que falta a la imagen, aquello que no sabría secapturado por la imagen, que el sujeto puede incorporar como propiaimagen de sí, independizándose -hasta donde un humano puede- de captura especular.

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El agujero en lo imaginario deberá articularse de un modespecífico con la castración fálica.

La castración como “herida narcisista”

Si la neurosis se funda en la represión de la marca del Nombrdel Padre y por esa vía hace advertible la castración fálica, estamos derecho de interrogar a fondo qué es la castración. Y de cuestioncómo afecta al registro imaginario, ya que fue planteada desde loinicios por Freud como "herida narcisista". (7)

Tomaré una frase de Lacan, que cierra su artículo sobre lSubversión del sujeto. Lacan define allí espléndidamente la castrción. Dice así: " La castración quiere decir que el goce debe ser rechazado, para ser realcanzado en la escala invertida de la ley deldeseo”. (8)

Lacan indica para la castración, que ya es el segundo movimiento lógico estructurante de la neurosis, a su vez, un desdoblmiento. Esta operación implica un rechazo del goce -habrá que ver qgoce, porque no es fácil decidir qué goce tiene que ser rechazado. Peademás, la castración lograda debe conllevar una posibilidad del sujede realcanzar algún goce en la escala invertida de la ley del deseo. Noestará concluida la eficacia de la castración hasta que el sujeto noencuentre un modo de recuperar el goce.

¿Entonces, qué goce debe ser rechazado?Habíamos dicho que por el mero hecho de hablar, el goce de l

cosa queda afuera. ¿Cómo retorna? No es que el goce de la cosa queafuera sin volver a implicar al sujeto.

Dada la separación con el campo del goce que nos impone ehecho de hablar, ¿cómo retoma el goce, cómo vuelve? Como dema

da pulsional. Lo que vuelve a empujar al sujeto a volver a relacinarse con el goce, es la demanda pulsional. Por ello el campo dlenguaje ingresa como pulsión. Y por eso mismo es que no se puedpropiamente hablando, pensar que hay campo pulsional en el autimo. El goce rechazado por el mero hecho de hablar, sigue implicandal sujeto como demanda de goce por el hecho mismo de su pérdida.

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En la frase de Lacan, el goce a rechazar no es el goce incestuoso, porque el incesto es imposible por estructura, dado que, pohablar, hemos cortado con la cosa. El sujeto neurótico va a jugar ssuerte en la estructuración según lo que pueda hacer con el goc

pulsional, con lo que la pulsión reclama de goce perdido. A estdemanda de goce el sujeto va a tener que ponerle la marca de prohbición que da el Nombre del Padre. Es decir que, además de seimposible, debe estar prohibido satisfacer a pleno esa demanda dgoce. Eso lo indica la marca que añade a lo imposible una prohibición.

Y aquí se puede rozar de sesgo otra discusión interesantísima¿Puede escribirse la eficacia de esta traza sin la trama edípica? Es sódentro del Edipo, tanto en su faz estructural como en su faz mítica, quel sujeto por venir borda, hila, teje sus escrituras. No hay modo de qual sujeto le llegue lo imposible como prohibido, si no es en la tramedípica.

En el SinthKome, seminario apasionante, Lacan se explaya sobr

los modos de restablecer alguna estabilización entre las tres cuerdacuando el anudamiento borromeo ha fallado. Y da el ejemplo del cade Joyce. Luego del "remiendo" como cuartonudo no borromeo, Joyceestabiliza su escritura nodal sin haber necesitado tejer sus cuerdas en trama edípica normativa, Basándose en estas teorizaciones segeneraliza el argumento -olvidando que la generalización irreflexiva dlos argumentos suele engendrar espinosos sofismas- en el sentido dque se podría en cualquier caso prescindir del apoyo de anudamienque es el del Edipo. El argumento es aproximadamente como sigue: Joyce pudo "tejer" una cuarta cuerda que sostenga agrupadas a loregistros R, S e I, entonces cualquiera de nosotros es más o menoigualmente loco, o igualmente cuerdo, si que puede mantener "juntaa sus cuerdas. ¡Lo que, insólitamente, recuerda de muy cerca de l

teoría del núcleo psicótico de Klein en el seno de cualquier neurosis!No cualquier remiendo que mantenga juntas a las cuerdas tiene l

misma eficacia que el anudamiento borromeo. No se desprende eso dla lectura del seminario XXIII, Le sinthome de Lacan. Allí se planteanlos remiendos para aquellos casos en que falló la trama son pues, casde neurosis aquéllos que se estabilizan por la vía de

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una cuerda que no cumple la cualidad borromea de anudamiento. Yremiendo que Lacan escribe en Joyceno cumple con esta condición.

Esta idea de que da igual un anudamiento borromeo que unsuplencia no borromea de la trama de cuerdas, parece un retorno dkleinismo en que fuimos formados y que forma un reservorio com

de juicios inconscientes.Para los casos en que la condición borromea está conservadacasos neuróticos por ende, la trama edípica -la que hace borromeo tramado de escrituras- y su declinación normativa son necesarias. Mtarde se podrá ir más allá de ella, pero para ir más allá queda claro qse necesita haber establecido la marca que hace de la frontera. Para

más allá de la marca, necesito haber escrito la marca.Volvamos, tras estas reflexiones, a la cuestión de la castracióndel rechazo de goce. El goce a ser rechazado es el goce demandado pel despliegue pulsional y es imprescindible que el sujeto tenga a disposición una marca de prohibición sobre lo que era imposible. Si nno se orienta.

Pero, para cumplir el segundo requisito, para que pueda ademser realcanzado algún goce en la escala invertida de la ley del deseo, sujeto va a tener que llevar a cabo operaciones que hagan factibrecuperar goce una vez aplicada una escala legal.

¿Cómo llega el sujeto a la ley del deseo, cómo es que accede a lcapacidad de deseo?

Tiene que haber un pasaje de lo pulsional a lo deseante. Y a

deseo lo sostiene el fantasma. Alguna operación sobre el camppulsional ha de permitir a la pulsióndarse un objeto que en el fantasma oriente el impulso en el sentido "legal" del deseo. La pulsión carce de objeto. En el célebre ejemplo freudiano de los labios que besan a sí mismos queda claro que no se necesita engarzar en su marningún objeto.

Pero en el fantasma sí hay un objeto propuesto como escriturobjeto que va a sostener la división deseante del sujeto. Es claro queobjeto es imposible. Lo es. Pero el sujeto precisa tener en su haber uescritura de lo imposible del objeto que causa su deseo. De no tenerse produce lo que Lacan muy bellamente llama "tragedia del deseque acaece cuando el sujeto no cuenta con la disposicíón

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de la escritura que le permita alguna advertencia sobre lo que desea. Ltragedia del deseo es la abolición de la mera posibilidad de plantearun deseo. (9)

¿Cómo es que el sujeto logra darse un objeto de deseo para qu

se puedan cumplir el conjunto de los pasos que hacen a una eficaestructura neurótica? ¿Cómo es que pasa a poder recuperar goce eescala legal?

Además de haber incorporado y pasado al inconsciente elNombre del Padre, además de haber inscripto el significante fálico hacer allí argumento, debe el sujeto haber podido arribar a la consttución de un fantasma donde pueda ficcionar necesariamente el dar a pulsión algún objeto. En su fantasma, el sujeto puede representar comficción aquello que cree que el Otro le demanda, dado que le falta. Sóluego de constituir esta escena ficcional del fantasma es que el sujetpuede sostener su división deseante. Porque es, en principio, a travédel canal fantasmático que el sujeto va a poder recuperar goce.

El término "ficción" evoca que este fantasma debe de estar

apoyado en una sólida trama simbólica y que debe además, podeimaginarizarse.Por supuesto, en el fin de análisis, uno puede ir más allá de

fantasma pero antes éste debe haberse construido en el aparato psíquco. Si de neurosis se trata, la cláusula de la constitución del fantasmdebe de estar cumplidasine qua non.

Después de que estén fijadas las fronteras, se puede ir más allde las fronteras pero primero hay que dibujar la cartografía.

Los diferentes modos de aprehensión del cuerpo

Si la neurosis se funda en la represión de la marca del Nombrdel Padre y la represión es el tercer destino de la pulsión, podría unpreguntarse sobre el modo de incidencia en los destinos de la lógcamente ulterior represión, de los primeros mecanismos de "defensaen relación a la pulsión.

Hay dos destinos pulsionales que preceden lógicamente a larepresión y que son la transformación en lo contrario y la vuelta contsí mismo.

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En la transformación en lo contrario, Freud dice que se trata de reversión amor-odio y en la vuelta contra sí mismo dice Freud que carga pulsional apunta al Yo.

Amor -Odio- Yo, llevan al campo del narcisismo y efectivamente entre los artículos "Pulsión y destinos de pulsión" y "El incon

ciente", Freud tiene que intercalar un artículo esencial sin el cual nhubiera podido pasar de un escrito al otro. Se trata de "Introducción narcisismo".

La lectura atenta del artículo evidencia que el primer nódulo dobjeto que se ofrece a la pulsión es el "yo" mismo. Aquí se comienzavislumbrar que quizás todo esto ayude a aprehender algo de l

constitución del cuerpo, que quizás ayude en algo con esos pacientdel "cuerpo loco".¿Cuál es la primera aprehensión del cuerpo desde el beb

humano?Un bebe que puede incorporar el campo del lenguaje y que, p

ende, está marcado por la pulsión, percibe su cuerpo como unacumulación de tajadas por donde pasa la erotización materna. El bepercibe al cuerpo como una cantidad de "fetas" erotizadas por el pasade la pulsión. Es alimentado en la boca, es mirado y mira, es habladse le dicen palabras, palabras especiales, palabras que no se le dicennadie, Con un tono especial; es higienizado. Su cuerpo es percibidcomo cuerpo fragmentado, compuesto por fetas que no implican ni mni menos que el goce autoerótico. El puro movimiento de goce lleva

al bebe, sin dudas, a lo que Freud plantea muy pertinentemente, que la muerte real. Porque jamás encontraría objeto. Librado a sí mismo,goce autoerótico pulsional, es goce mortífero. Este goce debe de srechazado, detenido en su fluir, para encontrar el tiempo de hallobjeto.

El goce pulsional transita feteando el cuerpo, que inicialmente

percibido comomorcelé , fragmentado.Cambiando súbitamente el decurso de este fluir, va a llegar etiempo de lo que Freud llama "nuevo acto psíquico" del narcisismAntes de este "nuevo acto psíquico", el cuerpo no tiene ninguna idea su unidad, ninguna idea de seruno.

Y un cuerpo que no es vivido como uno, no se puede canteacomo separado del campo del Otro. De allí la importancia delnarcisismo.

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Pegado a su cortex, en la posición inicial de su indefensión, ebebe, sujeto a venir, no puede percibir la imagen real de su cuerpo.

Como el sujeto no alcanza la imagen que le haceuno a su cuerpo, no tiene más remedio que utilizar al Otro como espejo plano. Esva a devolver una imagen llamada i' (a), "yo ideal", unaimago del

cuerpo, imagen virtual de la imagen realEsta alienación imaginaria acompaña la alienación a la parejsignificante. No hay sólo alienación a la pareja significante, hatambién alienación a laimago.

En este momento de alienación imaginaria, el sujeto va a formagracias al nuevo acto psíquico del narcisismo, la inscripción de ot

clase de louno separador del Otro. El sujeto adviene a la inscripción dotra clase de lo uno. Está el uno del rasgo unario, traza simbólicordenadora del discurso. Y está el uno unificante, englobante de unidad imaginaria. Sin ambas dimensiones del uno se hace inhallabla ubicación de los diversos registros del sujeto en el campo del OtrEl narcisismo hace aparecer por primera vez un "yo ideal" .

Resultará crucial cómo el sujeto ha configurado este actopsíquico del narcisismo, en qué condiciones y bajo qué circunstancifue nombrado en su narcisismo.

Lo que afirma Freud; anudando el "yo" a los destinos de lpulsión, es que el "yo ideal" es cargado por la pulsión como un Objto. Este ideal Ich es el primer objeto que se propone a la pulsión."Primero" indica que deben venir más, significa que debe hab

seriación. Y hay problemas graves cuando el yo no es el primer objto que se da como señuelo a la pu1sión, sino el único.Aquí estamos bien cerca de llegar a un nódulo fundamental d

constitución del sujeto.El Otro, por supuesto, no devuelve una imagen objetiva del niñ

sino aquélla que para él constituye un objeto satisfaciente. Devuelv

una imagen alienada a su propio modo de goce. Si en ese Otrfuncionan bien las cosas; entonces va a dar a su niño un “yo ideal" queesté suficientemente velado en esa función de objeto de goce. Es decque en la atribución que funda el narcisismo va a haber respeto delosmandamientos de la palabra (10). Que son mandamientos de biendecir.

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Freud indica cómo habría que "bien decir" a un niño en sunarcisismo. Aproxima esta fórmula ya célebre: el niño será nombradcomo "su majestad el bebe". Esta majestuosa atribución coloca bien velo de engaño normativo de amor por sobre la voluntad de goce co

que se puede hacer venir a un niño al mundo. Velar con un engañamoroso el destino de objeto en que laimago del cuerpo podríarebajarse para ofrecer al campo pulsional, resulta esencial.

En la atribución fundante del narcisismo tiene que haber, poparte del Otro, una inhibición del rebajamiento instrumental, del reb jamiento objetal de laimago. Es por eso que Lacan propone, comoNombre del Padre en lo imaginario, a la inhibición (11). Hay unnecesaria inhibición de la objetalización de la primeraimago.

Esa inhibición, no cualquier inhibición. Se trata de una inhibición fundante que hace que el Otro no diga a su niño frases injuriantes como modo de nombrar el narcisismo. Más generalmente, spuede inferir que el campo del amor se funda en una inhibiciónormativa del uso de goce del "amado".

Pero en la práctica clínica se constata que no todos los padreprofieren para su niño la frase "su majestad el bebe", inhibiendo el uinstrumental del niño.

Hay también derrapes de la normativa: Oscar Masotta describíun pequeño derrape neurotizante de la normativa, cuando la mamconstituye imaginariamente a su niño como "el salame de mamá".

Pero existen también gravísimos derrapes de la atribuciónfundante que rebajan esta atribución al terreno siniestro de la injuriNo escapó esto al genio de Kafka, quien en "La metamorfosis", pone protagonista en tren de transformarse en aquello que era desde siemppara el Otro, una cucaracha. Es decir, un objeto que sólo pueddespertar el deseo de aplastarlo y rechazarlo, atrayendo ese insecto ugoce específico. (12)

En el recorrido de la pulsión que precede lógicamente al tiemprepresivo fundante de la neurosis, tanto el amor-odio como la tranformación en lo contrario, evocan el campo narcisista y la constitucióde un sí mismo adonde pueda apuntar la carga pulsional.

En el tiempo en que la pulsión se acomoda al nuevo acto

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en sus últimos seminarios. El "yo" devendrá la envoltura del objetoque debe ser situado también en el campo yoico, como falta en el sendel "yo".

Recién entonces, el objeto estará localizado con las tres cuerda

que hacen nudo. Recién entonces, el objeto puede pasar por el coladde la castración primordial, y colocarse así en el hueco de la ventanfantasmática, ubicable en el nudo en el punto de triple agujero. Aldonde se recubren las tres carencias o los tres agujeros de los treregistros.

La falta en lo real es creada por la eficacia fálica de lo simbólico (Φ), porque a lo real no le falta nada en sí mismo. La falta en losimbólico es el agujero en el campo significante que hace que siempre falte un significante para nombrar lo real. S1, que hace de límitesimbólico al objeto, la escribe. La falta en lo imaginario es agujero eel "yo", escrito como falta fálica imaginaria, -φ.

Recién entonces, el objeto a se ha colocado para el sujetofantasmáticamente, lo cual le permitirá darse un objeto elegido en la

contingencias de la crianza entre los objetos ofertados por el Otro.Luego de estos largos rodeos de trabajosos tiempos de escritura, el sujeto puede recuperar goce según ley, según la ley del deseen el fantasma.

En los casos en que la atribución primera ha sido injuriantedonde el Otro ha creído que puede no inhibir la posición gozante dedevolución deimago, no aparece -φ en la imagen del espejo.

Entonces se produce una situación harto compleja: el sujeto npuede discriminar de su "yo ideal", la porción de objeto que lo habitviviendo a su propio yo como un entero gozado. El yo no es el primobjeto que se ofrece fantasmáticamente a la pulsión, sino el único.

Y el fantasma se estanca sine dieen el congelamiento del tiem po en que se da un objeto narcisista.

La falla de la retraducción imaginaria

Cuando llegue el tiempo de la represión, se plantearán dificultades tan particulares, tansui generis, que permiten plantear la

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dignificar el cuerpo. Por eso, el acto suicida guarda muchos vínculocon el acto trágico. Es un acto de dignificación al precio de la vida. Eun acto desesperado de negativización del cuerpo como objeto de gocLa falta de frontera impide desprenderse de un pedazo, produciéndos

el desprendimiento del cuerpo entero.Las adicciones, que incluyen la comida entre sus variantesconstituyen un modo electivo de ruina impulsiva, porque los objetos adicción son objetos listos para consumir. Cuando uno no sabe, ntiene ninguna posibilidad estructural de saber qué objeto desea, consumir uno de estos objetosready made es un modo de darse unobjeto protésico para suplir la falla fantasmática. Y para sentirmediante el flash que produce el químico, al cuerpo como un reapropio, no incautado en el fondo del espejo.

Hay veces en que el sujeto intenta constituir lo inconstituidoperpetrando a repetición escenas deacting donde trata de forzar al Otroa ponerse en posición de terminar la operación que no ha sido termnada, dado que la escena delacting-out intenta señalar en la escena,

sobre lo real, el objeto que no termina de escribirse en su fantasma.Como se ve, el fracaso del fantasma puede hallarse en la baseestructural de varias presentaciones clínicas, que podrían quizás ssubsidiarias de una cuarta estructura.

Escritura del fracaso del fantasma

Se trata sin dudas de hipótesis arriesgadas. De asumir ese riesgo, podríamos deducir que si bastara conP + Φ para decir que unsujeto es neurótico, los sujetos de borde, los .que padecen fracaso dfantasma, serían neuróticos de pleno derecho.

Si hubiera que añadir aP + Φ la adición de (-φ), los sujetosaquejados de fracaso del fantasma, darían la ocasión de pensar en lposibilidad de una cuarta estructura. O bien de una estructura en estdo de inconstitución parcial. El problema para pensar en esta altenativa, es que habitualmente el sujeto adulto encontró para su fracasdel fantasma o su inconstitución parcial, algún remedio (adiccionetendencia a la actuación u otros) que, apoyándolo para seguir vivo, impide paradójicamente relanzar la escritura en el sentido normativo.

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La inconstitución parcial no "remendada" de modo tan onerossuele ser, en cambio, frecuente en el transcurso del primer y segunddespertar sexuales.

Parecen éstas afirmaciones herejes, pero también de herejía strata en R S I.

Desde luego, aquí no se expone aún ningún resultado que a esaltura esté demostrado. No ha llegado, ni siquiera cercanamente, momento de concluir sobre estos temas.

Pero sí de transitar el momento de comprender, insistiendo en linvestigación.

Si se aceptara que para definir neurosis se precisaP + Φ + (-φ),

al menos tres operaciones escriturales, los sujetos en quienes se contata fracaso del fantasma serían tributarios de otro modo de escritura:P + Φ + (-φ0)

Escritura estructural del caso de fracaso del fantasma:

P + Φ + (-φ0)

Particularidades del dispositivo clínico

Esta particularidad de escritura estructural es la que hace a unclínica exquisitamente analítica que recurra a otros dispositivos que

clásico ideado por Freud.La neurosis clásicas de transferencia se manifiesta, tomando poejemplo una definición aceptable entre las miles que se encuentran la obra de Freud y Lacan, como aquellas neurosis donde se puede hacel viraje del objetoa al lugar del analista. En ellas hay posibilidad detransferencia del lugar del objeto fantasmático al lugar del analista.

Esta posibilidad de viraje dela sobre el analista, genera laneurosis de transferencia, ésa que según Freud afirmó, es la única qcura un psicoanálisis. Una vez curada, automáticamente estará curala neurosis del sujeto. Pero para que haya transferencia dela, éste tieneque estar constituido yescrito en las tres cuerdas.

Si no hay escritura dela, ¿qué transferencia puede darse? Puede

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establecerse la suposición de saber, Pero no hay posibilidad de la necsaria rotación a la posición de semblante dea, porque no se cuenta conel a escrito con las tres cuerdas, no haya encajado en el punto de triplagujero del nudo. Propiamente hablando, no va a haber -espon

táneamente- nunca neurosis de transferencia. Por ende, no puede avazar un dispositivo ideado para la neurosis de transferencia adulta.No se trata de declarar inanalizables a estos pacientes porque s

trataría del mismo error de juicio que declara inanalizables a los niñoo a los adolescentes, quienes se encuentran también en situación -sóque en tiempo normativo- de parcial inconstitución.

Se trata de ver cómo, respetando hasta sus últimas consecuencias la idea de para no errar hay que ser incauto, hacerse ladupede esta particular forma de presentación estructural. Los astutos pieden. Un incauto no es alguien que acepte cualquier cosa, sino que somete a las leyes de la estructura, no las discute. El analista debieser ladupe, el incauto de la estructura de quien lo consulta.

Si quien se le presenta es un sujeto capaz de hacer una neurosi

de transferencia, se va a dejar transferir el objetoa y va a poner enmarcha el dispositivo clásico.Pero si se le presenta la estructura de un sujeto infantil, de u

sujeto en medio del segundo despertar sexual, o de uno de estos casoque vengo de mencionar, sería impertinente proponer el diván y pedsin más, asociaciones.

¿Qué dispositivo se demuestra eficaz cuando el analista puedhacerse incauto de estas estructuras?

En principio, no el dispositivo clásico. El sujeto en "fracaso defantasma", al no contar con unechte Ich, un "yo" no especular, carecede posibilidad de sostener la relación al semejante y a su propio yo smirarlo en el espejo. Para analizarse en el diván, dejando fuera ecampo de la visión, la mirada tiene que poder ser vivida como part

perdida del yo. Por esto es desaconsejado el uso del diván. Esta alienación al sostén de espejo el analista va a tener que sostenerla, persólo como semblante.

En segundo término, si bien, desde ya, uno habla y escucha aestos pacientes, jamás podría emitirse la regla fundamental de "diga que quiera". Porque el diga lo que quiera cuenta con que el discurso

va a dirigir al nódulo fantasmático.276



¿Qué es, en efecto, la "asociación libre"? El término que utilizFreud para nombrarla esEinfall, que no significa asociación libre sino"idea súbita". YEinfallen quiere decir, como verbo, "caer hacia". Laidea súbita, la palabra, hacen caer al objeto (15). Este apuntar de asociación al objeto es legible claramente en Freud. Ya en su

"Psicoterapia de la histeria", él describe cómo la discursividad se dige al nódulo patógeno, fantasmático. Como la libre asociación Einfall se dirige al objeto, si quien consulta no ha terminado de constituirlo, pedirle que asocie libremente es dejarlo perdido en la neblosa de palabras sin rumbo, sin dirección a una ventana de real. Pello, el analista en estos casos interviene bastante en una suerte d

semblante de conversación.Es señalable con un énfasis particular, un punto imposible dsaltear en estos casos. Se trata del punto de llegada en el curso danálisis a la formación injuriante del "yo ideal". Allí el análisis operrá un tiempo de constitución delechte Ich. No se trata de "reforzar elyo", sino por el contrario de hacerlo devenir agujereado, estuche dobjeto.

Será en medio de la trama transferencial que se operela interdicción del rebajamiento instrumental de la atribución primera del "yideal" . En el análisis se desarrollará el duelo de eso injuriado, gozadque fue en el campo narcisista para el-Otro.

Por supuesto que no se trata de afirmar al paciente "usted es esosino de verificarlo en relación al campo mismo de la trans ferencia

no sin el auxilio de la presencia del analista, quien se ve llevado "poner el cuerpo" en muchos tramos de estas curas.En relación a "eso" que fue el "yo", objeto impúdico, gozado

humillado, rebajado a instrumento de la satisfacción del Otro, se sueconstatar una reacción paradojal del sujeto en medio del análisiCuando la eficacia de la cura manifiesta que está a punto de dem

lerse este bastión, cuando se está a punto de podar las atribucionmortificantes que lo edificaron, suele el analista inadvertido, encotrar una feroz resistencia. Recordando una célebre letra de tango, analizante parece sentir "la vergüenza de haber sido y el dolor de ya nser". Duelo difícil y endemoniado en sus consecuencias transfrenciales, es sin embargo llave maestra de la progresión de la cura.

Muchas veces se logra, en medio de la transferencia operar el

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ahuecamiento de – φ , obteniendo recién en el análisis, la constitucióndel fantasma para estos pacientes.

Todas estas difíciles maniobras clínicas se llevan a cabo enmedio de la transferencia y en el tiempo de análisis, sobre una cint

transferencial muy ardua, ya que no regulada por la transferencia deladel fantasma, lo que imprime al tratamiento el tono pasional de lotiempos de la transformación amor-odio continua y la reversión contsí mismo; es decir, el campo de gozar y ser gozado al campo de amaodiar.

Esa difícil transferencia pasional no es pasional por momentosporque la transferencia debe ser pasional por momentos, cada vez quuno se acerca al objeto tiene una pasión-, es pasional todo el tiempcon lo cual el clima es particularmente agotador.

Interrogantes. Eficacia y límites del análisis

Este logro de conclusión de constitución de la escritura faltantabre a preguntas tan fundamentales como difíciles de responder antede que medie un buen tramo de tiempo de comprender. Podríformularse por ejemplo una. ¿Es acaso de la misma eficacia la tramfantasmática lograda espontáneamente en el curso de la vida, es decen medio de los avatares del primer y segundo despertar sexual, daquélla lograda en medio de la transferencia?

Es dable pensar que la inscripción que se logra en la tramatransferencial no es de la misma eficacia que la inscripción fundacional en tiempos en que no se estaba aún en el momento en quhubiera prescripto los tiempos de escritura. En efecto, no en cualquimomento se escribe una letra constitutiva.

Si se tratara en estos estables de fracaso del fantasma en adultosde casos de una "cuarta estructura"no podría operarse el pasaje a otraestructura, por ejemplo la neurótica.

En efecto, tal como quedó dicho más arriba, una operaciónfundamental del "jardín a la francesa" que llevó a cabo Lacan, consitió en delimitar las estructuras como modos radicalmente distintos descrituración de lo real de cada registro. Por ende, el análisis no puedoperar el pasaje de una estructura a otra; sino quedentro de la

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misma estructura el análisis realiza operaciones de escritura y reescritura.

Consecuentemente, el fantasma logrado en el curso de estacuras por ahuecamiento entransferencia-y no en los avatares normativos de la vida- de la escritura de – φ, debieran demostrarse de una

textura y solidez diferente del de las neurosis clásicas.Un hecho clínico parece abonar esta posibilidad. Pareciera que textura del fantasma lograda en transferencia es diferente dado que comprueba que estos pacientes suelen llamar y volver a consultar cavez que en alguna vuelta de la vida el fantasma es, por así decirl"exigido al máximo".

Estas nuevas consultas "andan" muy rápidamente. Pero epaciente llama una y otra vez, como si no pudiera prescindir de presencia del analista y fuera impensable una terminación de la cura.

Desde luego esto no sucede -al menos no sistemáticamente ecasos de neurosis clásicas, donde el fin de análisis se constata composible.

Pero esta sospecha de una eficacia diferente es una sospecha a que no hay por qué darle excesivo crédito. De ser así, resultaría difímantener la "apuesta de Pascal" implicada en la cura analítica. Coestos analizantes se debe ser pascaliano totalmente, y apostar a constitución fantasmática.

Estas reflexiones subrayan que los bordes de los que se trata ela clínica en los bordes, son los bordes de la escritura, bordes cuy

trazado puede haber fracasado total o parcialmente, y no el híbridterritorio delborderline.El difícil planteo de una cuarta estructura posible, dado el frac

so del fantasma estable, responde a un anhelo de honestidad inteletual, dado que sería a todas luces más rápidamente aceptado un plantque afirme la sola "gravedad" de casos que serían de derecho neurosi

Una de las diferencias que deslindarían a estas curas de las curade la neurosis de transferencia es la cuestión del fin de estos análisis.En estos casos de "fracaso del fantasma", la cura habitualment

termina cuando el sujeto ha logrado constituir el fantasma. No cuanlo ha atravesado, sino cuando lo ha constituido.

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Mantenerse en ese enigma, si va acompañado para el analista duna posición clínica pascaliana, promete abrir un espacio apasionande eficacia en la investigación conceptual de la clínica.

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Notas

(1) Ver el artículo de Víctor Iunger y Sofía Nadel " Acting-out y Acto",Suplemento de las Notas N° 2, EFBA.(2) En este sentido se pueden consultar los artículos de AnalíMeghdessian "Práctica psicoanalítica, escritura de lo real" y de AlbFlesler "Fin de análisis en los tiempos de la infancia", Inéditos. Shallan fotocopias en la biblioteca de la E.F.B.A.(3) Borges, J. L.El otro tigre, Obras Completas, Ed. Emecé, BuenosAires. 1974, pág. 824.

(4) Lacan, J. Sem. XXII Clase N° 2, Inédito.(5) Lacan, J. "D'une question préliminaire ...",Ecrits, 1966, Paris, Ed.du Seuil.(6) Freud, S.El fetichismo, Obras Completas, Biblioteca Nueva.(7) Freud, S. Introducción al narcisismo, Obras Completas, BibliotecaNueva.(8) Lacan, J. "Subversión du sujet...",Ecrits, 1966, Paris, Ed. du Seuil.(9) Así lo hace por ejemplo en el caso de Hamlet. Estos desarrollopueden seguirse en el seminario VIEl deseo y su interpretación,Inédito.(10) Concepto de Lacan vertido en su escrito "Variantes de la curtype",Ecrits, Ed. du Seuil y retrabajado por Pura Cancina en variasocasiones. Por ejemplo en su libroEl dolor de existir y la Melancolía,

Ed. Homo Sapiens, Rosario, 1992.(11) Así puede leerse lo que Lacan sugiere por ejemplo a lo largo de Seminario XII R.S.I., Inédito.(I2) Ver, de Silvia Amigo, "Mediaciones narcisistas en la conformación del objeto" en De la práctica analítica. Escrituras, Ed. RicardoVergara, Buenos Aires, 1994.

(13) Se pueden seguir, en este sentido, los desarrollos ele PhilippJulien en su libro Le retour à Freud de J. Lacan, Ed. EDELAToulouse, 1986. Particularmente los últimos seis capítulos.(14) En tal sentido Silvia Amigo ha dictado los años 1997 y 1998 useminario dedicado a laClínica de los fracasos del fantasma.(15) Yankelevich, H. Se refirió al "Einfall" en su conferencia" Direction de la cure" publicada en "Esquisses analytiques" Paris,1990.

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amigo silvia 2005. clínica de los fracasos del fantasma. ed. homo sapiens

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