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AHANOES )[ COL. MAMOCRAFÍA 383 simpatía por los materiales sintéticos utilizados como protésicos, porque le han dado malos resultados. Al Dr. Sobregratt. -Aun cuando existen diferencias entre su propio criterio y el expuesto por el Dr. SonRECRAU, estas diferencias son sólo parciales. La simpatectomla lumbar la considera útil si la lesión oclusiva arterial se encuentra por debajo de la poplítea. En principio, no ut:iliza la combinación de simpatectomía más injerto salvo cuando opera sobre la aorta, ya que en los demás casos no es necesario. Es partidario de intervenir todas las oclusiones arteriales y el mejor mo- mento es aquel en que aparece el síndrome de obliteración. Personalmente, incluso tratándose de la bifurcación aortoilíaca, se sirve siem- pre de venas para efectuar la corrección de una obliteración. Con ello obtiene mejores resultados que con materiales plásticos. POSIBILIDADES DIAGNóSTICAS DE LA MAMOGRAF1A R. ARANDES ADÁN, M. PRATS ESTEVE Esta nota representa un avance de una inminente publicación sobre la mamografía. Al respecto, expondremos seguidamente las posibilidades de este tipo de ell:ploración mamaria con el que llevamos algún tiempo trabajando y empleándolo de una manera rutinaria en aquellas mujeres que acuden a nosotros para resolver el problema de una posible afección mamaria. Nuestra casuística es varia, pero modesta, sobre todo si se la compara con el abundante número de mamografías realizadas en algunos servicios, especialmente norteamericanos y franceses. La historia de la mamografía se inicia en el año 1913 con SALo- (14), quien en mamas resecadas estudió el aspecto radiológico del llamando la atención, por primera vez, sobre la presencia de opacidades correspondientes a microcalcificaciones en el interior de la masa tumoral. , A partir de 1930 se reemprende el estudio radiológico, no sólo del cancer mamario, sino también de otras afecciones de la glándula. Diversos autores se han ocupado de este problema, pero entre ellos creemos que deben de destacarse, por sus aportaciones, los siguientes: WARREN (16), que fue el primero en emplear la radiografía directa rlas. enfermas. En realidad constituyó la primera aplicación de acliologta como exploración complementaria de la mama. VocEL (15), quien en 1932 aporta datos para diferenciar radiológi- camente la mastitis escleroquística del cáncer mamario.

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AHANOES )[ COL. MAMOCRAFÍA 383

simpatía por los materiales sintéticos utilizados como protésicos, porque le han dado malos resultados.

Al Dr. Sobregratt. -Aun cuando existen diferencias entre su propio criterio y el expuesto por el Dr. SonRECRAU, estas diferencias son sólo parciales.

La simpatectomla lumbar la considera útil si la lesión oclusiva arterial se encuentra por debajo de la poplítea.

En principio, no ut:iliza la combinación de simpatectomía más injerto salvo cuando opera sobre la aorta, ya que en los demás casos no es necesario.

Es partidario de intervenir todas las oclusiones arteriales y el mejor mo­mento es aquel en que aparece el síndrome de obliteración.

Personalmente, incluso tratándose de la bifurcación aortoilíaca, se sirve siem­pre de venas para efectuar la corrección de una obliteración. Con ello obtiene mejores resultados que con materiales plásticos.

POSIBILIDADES DIAGNóSTICAS DE LA MAMOGRAF1A

R. ARANDES ADÁN, M. PRATS ESTEVE

Esta nota representa un avance de una inminente publicación sobre la mamografía. Al respecto, expondremos seguidamente las posibilidades de este tipo de ell:ploración mamaria con el que llevamos algún tiempo trabajando y empleándolo de una manera rutinaria en aquellas mujeres que acuden a nosotros para resolver el problema de una posible afección mamaria.

Nuestra casuística es varia, pero modesta, sobre todo si se la compara con el abundante número de mamografías realizadas en algunos servicios, especialmente norteamericanos y franceses.

La historia de la mamografía se inicia en el año 1913 con SALo­~ION (14), quien en mamas resecadas estudió el aspecto radiológico del carci~oma, llamando la atención, por primera vez, sobre la presencia de opacidades correspondientes a microcalcificaciones en el interior de la masa tumoral.

, A partir de 1930 se reemprende el estudio radiológico, no sólo del cancer mamario, sino también de otras afecciones de la glándula. Diversos autores se han ocupado de este problema, pero entre ellos creemos que deben de destacarse, por sus aportaciones, los siguientes:

WARREN (16), que fue el primero en emplear la radiografía directa ~: rlas. m~as enfermas. En realidad constituyó la primera aplicación de

acliologta como exploración complementaria de la mama. VocEL (15), quien en 1932 aporta datos para diferenciar radiológi­

camente la mastitis escleroquística del cáncer mamario.

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384 ANALES. SECCIÓ~ CIRUGÍA

HICKEN (8), asimismo, empleó la radiología con o sin contraste de los conductos galactóforos para explorar mamas enfermas.

GRos (6), que en su libro "Les maladies du sein", publicado en 1963, dedica tm extenso capítulo al estudio de la radiología de la mama. Su apo1tación es fruto de tma extraordinaria eA-periencia sobre este tipo de

1 exploración.

En EW'opa han aparecido diversos trabajos, publicados de una manera escalonada a lo largo del tiempo exponiendo las posibilidades que ofrece el empleo ele la radiología en la exploración mamm·ia.

Ha sido en América, .donde se ha concedido especial atención a la mamografía. Así, LEBORGNE (9, 10), de Montevideo, en 1953, conb·ibuye con su publicación al estudio de una técnica radiológica adecuada, asi como también a la interpretación de las imágenes obtenidas, creando una verdadera semiología radiológica de las afecciones mamarias. Especial­mente este autor hace hincapié en el estudio analítico de las microcalci­ficaciones en el cáncer de la mamn. En los Estados Unidos merecen des­tacarse las diversas publicaciones de CEHSHON-COHEN (4, 5) y de EcA~ (2, 3) quienes han contribuido a divulgar este método de exploración defendiendo sus ventajas. El primero de estos auLores dedica uno de sus últimos trabajos sobre este tema a estudiar comparativamente las posibi· lidades, en la exploración mamaria, de la mamografía, la termografía Y la xerografía. Esta última, en ]a que sigue los consejos de RoACH y col. (12)

y de RuzrcKA )' col. (13), representa una técnica prometedora, muy objetiva, pero compleja. Es a EGAN (2, 3), del Deparlamento de RacUología del Methodist Hospital de Indianápolis, h1diana, y anterionnente del de Houston, de la Universidad de Texas a quien debemos una exb·aordinaria y numerosa aportación sobre la mamografia, propugnando su empleo p~a el estudio de la Patología mamaria, y avalando su experiencia con vanos miles de exploraciones efech1adas.

Particularmente consideramos un deber agradecer los consejos apor· tados directamente por RAÚL GONZÁLJJ.z, antiguo discipulo nuesb·o Y hoy instructor de radiodologfa en la Escuela de Medicina ele la Universidad de Louisville, para que pudiéramos iniciamos en el estudio radiológico de la patología mamaria.

En este momento, aportamos nuestra modesta experiencia, represen· tada por 250 mamografías efectuadas en mujeres que hemos tenido oca· sión de examinar en relación con alguna afección mamaria y a las que entre las exploraciones complementarias hemos efectuado rutinariame~te la mamografía simple, la fotografía con infrarrojos y la termometna; todo lo cual ha sido posible gracias a un b·abajo en equipo que agra· dccemos.

En esta comunicación nos ocuparemos exclusivamente de la mamo· grafía.

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\

t

Al1ANOES Y COL. M.UIOGRAFÍA 385

CRÍTICA DE LA PALPACIÓN EN LA EXPLORACIÓN MAMAIUA. -Jiasta hoy el diagnóstico de las enfermedades de la mama descansa fundamental­mente en los datos obtenidos por la palpación, y en caso de malignidad, por los síntomas de exteriorización. Esto representa una visión clasista del problema de las enfermedades tumorales de la mama, que contrasta con la que se tiene en las afecciones tumorales malignas o no, en otras localizaciones viscerales. Tal vez ello ha sido consecuencia de la presunta objetivización y exteriorización de las lesiones mamarias, pero es indu­dable que esta actitud representa una rémora ancestral enfrentada con la posición actual del diagnóstico precoz que se apoya incluso en matiza­ciones subclínicas, para poder aplicar un tratamiento adecuado, correcto )'radical en función de la malignidad del proceso, sin esperar a que apa­rezcan los signos obtenidos por los procedimientos de exploración corrien­temente empleados hasta hoy, que de ordinario suelen corresponder a una enfermedad maligna en plena evolución en la que las posibilidades de ctuaci6n quedan muy limitadas.

Así vemos que la primera manifestación del cáncer de mama suele ser una tumoración en la glándula mamaria, que para que sea percep­tible está demostrado debe superar los dos o tres centímetros de diámetro. Por la mamografía es posible evidenciarla cuando su tamaño aún es tan pequeño que está por debajo de las posibilidades de palpación, permi­tiendo visualizar tumores de menos de 1 cm.

En una mama nodular resulta muy difícil identificar por palpación un tumor de 1 cm de diámetro. Igualmente ofrecen una gran dificultad para la palpación las mamas voluminosas, cuando se trata de conocer las características de una presunta tumoración y sobre todo para apreciar pequeñas tumoraciones.

Otro aspecto es el de la existencia de tumoraciones mamarias que escapan a los diversos procedimientos corrientemente empleados para detectarlas y que su primera manifestación suelen ser las metástasis vis­cerales u óseas. Este es el caso del denominado "cáncer oculto" en el que la mamograf!a permite descubrir una tumoración con características de malignidad y de w1 tamai'io reducido (ng. 1).

En otras ocasiones raras, la primera manifestación de un cáncer de mama puede ser la apreciación por parte de la enferma o recogida por ra exploración wtinaria, de una adenopatía axilar. En estos casos también a ~amografía puede poner de relieve la existencia de una tumoración mahgna no palpable. A la inversa puede servir para descubrir el com­p~n~~lte ganglienar de la nxila que en ocasiones resulta de difícil apre­ctaciOn pol' las maniobras palpal:orins .

. A veces el nódulo mamario no es único, ya porque corresponda a un ~?gen multicéntrico, c.:omo ¡puede suceder con el carcinoma medular, o ten porque se trale de focos secundarios en relación con un proceso

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386 A!'IALES. SECClÓl\ CIRUGÍA

de dispersión celular por los conductos galactóforos, por los linfátial! o por los espacios vasculares con anidamiento secundario; en estas dos circunstancias los nódulos pueden parecer independientes entre si. La mamografía, descubriendo la existencia de más de una tumoración ma·

r~~- · ¡••

1

Ftc. l. - Cáncer oculto en paciente con metástasis múltiples.

Frc. 2

ligna, tiene también importancia porque permite que el cirujano adapte las maniobras quirúrgicas, incindiendo a distancia, a la existencia Y lo· calización de estas tumoraciones, evitando por lo tanlo que al pasar inadvertidas sean objeto de un tratamiento inadecuado facilitando entre otras cosas las recidivas locales.

LA BIOPSIA EN LA PATOLOCiA MAMABIA. - Es obvio aclarar que ]a biop· sia realizada con el material obtenido mediante una escisión de prueba, ' conserva un valor decisivo para el diagnóstico de las tumoraciones ma· marias, superior al que pueden proporcionar los demás métodos explora· torios y concretamente alcanza su máximo valor si es posilivo. Sin embar~o, sin discutir sus posibilidades, solamente queremos señalar dos pequenos inconveruentes que no desacredilan al método pero que obligan a adopt~ ciertas precauciones para que este método de e>.:ploración resulte m

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ARANDES Y COL. MAMOCRAFÍA 387

efectivo. Uno de los inconvenientes es que, en ocasiones, el médico de­cide su actuación ateniéndose al resultado de negatividad emitido por el histopatólogo que ha estudiado cortes correspondientes a una zona pre­cisamente no enferma. En estas circunstancias, como veremos, la mamo­grafía permite que la biopsia sea dirigida u orientada.

Por otra parte, las maniobras quixúxgicas realizadas paxa enconb·ar o escindir un fragmento de la tumoración sospechosa, puede contribuir a facilitar la diseminación celular. La orientación precisa que proporciona la mamografía posibilita que las maniobras quirúrgicas sean más cuida­dosas quedando reducidas a las imprescindibles disminuyendo por lo tanto las posibilidades de dispersión celulax.

IMPORTANCIA DE LA MAl.viOGRAFÍA Y SUS POSIBILIDADES.- Ante )a res­ponsabilida'd que alcanza el médico enfrentado con la frecuencia y gra­vedad del cáncer mamario, queda justificada cualquier ap01iación, sobre todo si es inocua, que permita detectar con precisión y precocidad una lesión maligna. Este es el caso de la rnamografía.

La mamog¡rafía permite: l. Detectar precozmente ~a existencia de w1a tumoración. 2. Demostrax la existencia de un cáncer mamario de pequeño tamaño,

incluso en fase de generalización, como es el caso del denominado "cán­cer oculto".

3. Estudiar la localización, tamaño y número, lo que es de indu­dable importancia, para efectuax un tratamiento quirúrgico adecuado. Pu~den observarse varias imágenes correspondientes a lesiones malignas e mcluso coexistir imágenes de malignidad con otras benignas. Es evi­dente su utilidad en la exploración del cáncer mamaxio cuyo momento evolutivo se encuentra situado en el denominado estudio I de Steinthal, en el que el tumor ofrece un tamaño aún reduc!do, alrededor de 1,5 cm.

A propósito del tamaño se ha establecido por GRos (6) la relaci6n radiotáctil, expresándola en tres posibilidades según sea menor, igual, 0 mayor que la unidad; siendo característico de los tumores malignos que aquélla resulte menor que la unidad ya que la radiología representa exac­tame~te la masa cancerosa, mientras que la palpación proporciona un ~amano mayor, por la reacción peritumoral. En los tumores benignos am-

os suelen ser iguales. 4. Evaluaci6n de la participaci6n en el proceso tumoral de otras

estr~cturas mamarias (piel, pezón y vasos) (flg. 2). 0· Estudio del componente ganglionar axilar. 6. Exploración de la mama adelfa. 7. Estudio regional en caso de recidiva. 8. Vigilar la evolución de las mastopatías endocrinas, especialmente

en aquellos casos en que la histología demuestra la existencia de lesiones

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388 ANALES. SECC!ÓN CIRUGÍA

que la experiencia sanciona como alteraciones celulares precaucerosas (células pálidas, metaplasia de epitelio apocrino, formaciones arborifor­mes, etc.).

9. La mamografía tiene su indicación como exploración rutinaria en medicina profiláctica, alcanzando un alto valor para descubrir precoz. mente lesiones incipientes.

10. Asimismo la mamografía está indicada en aquellas mujeres que presentan entre sus antecedente el elato del padecimiento familiar de una neoplasia mamaria.

11. Igualmente tiene su indicación en aquellos casos en que la en· ferma presenla molestias poco precisas referidas a las mamas, pues aun­que el cáncer suele ser indoloro, en alguna circtmstancia las molestia; emitidas por la enfem1a, justifican la mamografía e incluso es posible. en algunos casos, aunque raros, que pequeñas molestias o un dolorimiento vago pueda motivar la atención de la mujer para que sean exploradas sus mamas.

12. En los frecuentes casos de cancerofobia esta exploraci6n tran· quiliza a la enferma cuando resulta negativa e incluso en algunas cir­cunstancias puede descubrir una lesión claramente maligna o dudosa, que justifique una biopsia e:,.1:emporánea dirigida.

13. La mmnografía tiene también importancia en el diagnóstiro diferencial de las diversas enfermedades que integran la patología ma· maria como es el <:aso de las formaciones quísticas de ciertas mastopatias l endocrinas, ele los adenofibromas, en la tuberculosi:; mamaria y en el 1 sarcoma. En cuanto al sarcoma, scgtm BERCER y CERSHON-COHEN (1) se presenta en fotma de una imagen bien contorneada, muy clen$a, sin signos de exteriorización ni de invasión, que puede ser difícil de difereciar ~1 adenofibroma, y de otras imágenes benignas. Personalmente a diferencia de los autores citados l1emos encontrado calcificaciones superponibles a las del carcinoma en un caso de sarcoma (.6. 3) y creemos que es un signo valioso v constante el aumento visible ele la vascularización.

14. 'En cuanto a la mama del hombre MYRON-FonMAN (11) estudia los diversos aspectos que ofrecen las imágenes mamográficas en su pato· logía, que son superponibles a las de la mujer.

ASPECTO TÉCNICO DE LA ~lMJOCRo\F'Í.'\. -Las posibilidades de ]a ma· mografía dependen, en esencia, de las características radiológic~ ~ue \ ofrezca la lesión por sí misma y por la ·r.eacción del tejido con¡unuvo, especialmente <:uando se encuentra cu contacto con las células epiteliales tumorales. La radiografía simple tle la m<Una puede objetivizar una tumo· ración por contraste con -el aspecto que ofrece el tejido mamario normal¡ este contraste aumenta con la involución v sustitució11 por grasa de tejido peritumoral. También pem1ilc demostr~r ]a participación en el pro- \

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AR:\NDI!:S Y COL. MAJilOGRAFÍA 389

ceso de otras estructuras mamarias, incluso de una posible correspon­dencia ganglionar.

Para obtener la máxima información posible en los clichés radiológicos, es preciso c(lntar con una técnica adecuada y con un laboratorio com­petente.

1 FJG. 3.-Sarcoma de mama, con ealcifica­ClODes. La imagen de la lesión, aunque de poca densidad, contrasta con el aspecto nor·

mal del resto de la man1a .

o Cl

FIG. 4

. La e.>.:ploración radiológica, se realiza en las dos mamas y en ambas a.ulas; obteniéndose dos radiografías de cada mama en proyecciones craneocaudal, y mediolateral, respectivamente, y ob·a de cada axila en proyección adecuada. Puede utilizarse un aparato radiográfico corriente a CU):o tubo se adapta un coHmador. Las placas deben ser de grano fino tipo Kodak-M. No se emplean pantallas de refuerzo. El voltaje em­pleado será bajo y el amperaje alto, actuando durante un tiempo bas­tante largo, con todo lo cual, se obtie11e un gran detalle.

El revelado, .fljndo y lavado, serán cuidadosos, dmante un tiempo preciso,. Y no se intenumpirán para comprobar ~a imagen. Este estudio ~e reaüzarn una vez seco e l cliché. Con objeto de obtener una mejor Jnformaci6u se utilizará un adecuado foco luminoso y una lupa, emplean-

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390 ANALES. SECCIÓN cmUGÍA

do bastante tiempo en la 1ectura de cada plaoa. Es indudable que debe adquirirse una cierta experiencia en la interpretación de las imágenes.

La técnica varía según los diversos autores que emplean este pro­cedimiento para el diagnóstico de las afecciones mamarias. En líneas generales hemos adoptado, como ya hemos dicho, los consejos de EcAs.

TIPOS DE IMÁGENES.- 1) En la mama normal se visualizan las si· guíen tes estructuras:

- La piel de un espesor uniforme de 1-2 mm salvo a nivel de la areola y en ocasiones en los puntos ele implantación a la piel torácica.

- La areola en forma de semiluna más espesa y densa, dejando en su centro una depresión correspondiente al pezón que será más o menos visible según la incidencia.

- El espacio graso subcutáneo, claro, uniforme, solamente cruzado por impresiones vasculares, y más o menos voluminoso según las cir· cunstancias, pero con tendencia a ser más abundante en la porción interna y superior.

- La mama propiamente dicha cuyo aspecto varía, como veremos, en diferentes circunstancias, pero que se limita de la grasa que la rodea por su mayor densidad y que sólo se relaciona con la superficie externa a nivel de la areola, mediante una porción de aspecto irregularmente l cónica que contiene los conductos galactóforos. Denb·o de ella se verán tabiques fibrosos dibujados como un panal, vasos de contornos regulares arterias representadas por una doble linea.

- El espacio reb:omamario, que en condiciones normales es virtual. - El plano muscular que destaca como más denso y en el que no

se aprecia estructura alguna. - El plano estatal sólo visible en la proyección lateral y según la

incidencia. - En la proyección axilar destaca un espacio prácticamente triangu­

lar, limitado por arriba por el húmero, por dentro por la pared costal y la escápula y hacia afuera por la piel. En su ínterior se obssrvan a modo de lineas más claras, los límites de los músculos, e incluso la esb·iaci6n de sus fibras. En condiciones normales no debe haber ninguna sombra que rompa la estructura casi geométrica de las proyecciones musculares.

2) En rolaci6n con la fi$iologfa de la mama. - En la adolescente la glándula está poco desarrollada y se presenta como una sombra borrosa, mal definida, imprecisa en sus límites y sin esb'uctura, siendo toda ~lla ele un color gris difuminado y sin contraste apreciable con el tepdo graso. 1

- En la pubertad, el aspecto mamográfico es muy semejan.te a a anterior, pero empieza a concretarse por su periferia y en su intenor apa· recen algunas lobulaciones.

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ABANDES Y COL. MAMOCRAFÍA 391

- En la mujer adulta, aparece la estructura que hemos definido como típica con su espacio graso bien definido, que limita la periferia glan­dular, en cuyo interior aparece la imagen en panal, con zonas claras li­mitadas por un fino armazón conjuntivo con escasas zonas de fibrosis. Sin embargo, se ha de tener en cuenta que la actividad cíclica hormonal condiciona cambios estructurales que se hacen evidentes en la radio­grafía; asl, durante la fase menstrual el tejido conjuntivo sufre una tume­facción y la glándula se ingurgita con lo que toda ella se vuelve borrosa y al ganar espacio al tejido graso sus bordes pierden nitidez. Durante el embarazo y la lactancia ocurre algo semejante siendo mayor la falta relativa del tejido graso, con lo que la glándula ocupa casi todo el es-

/

FrG. S FIG. 6

~acio. mamario, siendo, por lo tanto, estos periodos poco adecuados para Identificar imágenes.

deJ-. En 1~ ~enopau~~a, la involución de la gl~ndula se hace a expensas pledormmo del te¡1do graso y de la .6bros1s con lo que se observa

una ~érdida de la limitación glandular predominando las zonas claras :~a as por líneas más o menos gruesas de fibrosis, sin distribución p1ca.

- En la mujer vieja, se acentúa la .fibrosis pudiendo dar una imagen

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392 A1\ALES. SECCIÓN CfRUGt.o.

densa concentrada en una zona determinada y de aspecto irregular, que no debe confundirse con una tumoración.

3) La mamo grafía en los procesos tumorales benig110s. - En prin· cipio los tumores benignos presentan radiológicamente las siguientes ~· racterísticas:

a) En el fibroadenoma (fig. 4): Opacidad densa. Homogénea. De contomo preciso, regular y policíclico de amplia lobu· Jación. Pueden presentarse calcificaciones que suelen ser:

redondeadas regulares de tamaño variable; unas, pequeñas como cabezas de ni· fll er y otras, grandes como ramas de coral.

F1c. ?. -Imagen 11 en sol" de nn carcinoma locn lízndtl profundamente.

Ftc 8 - Engrosamiento de piel Y l)~qu~fia htmorn.ci6u subyacente.

b) La imagen del quiste mamaria (fig. 5), puede demostrar la cxis· t·so como tencia de una sombra homogénea redondeada, con un contomo 1

un ribete y rodeada de un halo.

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¡\RNWES Y COl.. MAMOGRA.FÍA 393

4) La mamogmfía en f.os procesos malignos mamarios. - En los tumores malignos, prácticamente el cáncer mamario por su mayor fre­cuencia, la mamografía proporciona unas imágenes directas y otras indi­rectas demcsh·:.mdo la existencia y el carácter maligno de Ia lesión.

Entre otras imágenes se observan (fig. 6): - Ylasa de contomos imprecisos, desdibujados, con densidad aumen­

tada y no uniforme, que destaca de los tejidos vecinos. - Con espículas, a veces muy prolongadas, p resentando la imagen

un aspecto estrellado, radial (en sol) (fig. 7). Entre los signos indirectos destacan : - Engrosamiento y densificación cutánea. El engrosamiento de la

piel, visualizado por la radiología en sus fases iniciales, no será percep-

~IG. 9. - Tumoración, en grosamicnto de Plc-1, aunu!nto de vascul~u· i zaci 6 n. Cnrci~

noma.

];'1c. 10. - T umoración que rel•·ne cd J)Cl.Ón . C;.rcinoma pagetoide.

tibie clínicamente hasta que haya aumentado cinco veces su grosor (flgs. 8 y 9).

- Puede observarse la retracción del p ezón (fl.g. 10). - También puede11 visualizarse las adenopatías axilares, proporcio-

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394 ANALES. SECCIÓN CIRUGÍA

nando una referencia en cuanto a su situación y tamuño, si bien no es posible precisar su carácter histológico.

F 10. 1 t. - ~ficrocalcificacion cs en epitelioma mamario.

- La ex.istencia de calcificaciones es un dato interesante; se traL1

de microcalcificaciones (figs. 11 y 12). Aunque no patognomónicas al· canzan valor cuando son:

De tamaño variable. De forma redondeada, oval o en bastón. Irregulares. Su número variado, desde escasas hasta varios centenares. En la

Frc. 1.2.- ~licrocalcific.1cione:s en un u cáncer oculto" de la mama.

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ARANI)ES Y COl.. MAMOCRAFÍA 395

primera circunstancia suelen encontrarse en forma de conglomerados, en forma de granitos de sal o arena, mientras que cuando son múltiples ofrecen el aspecto, por su discreta dispersión, de constelación de esb·ellas. Ha sido descrita también la imagen en "bala trazadora'' (fig. 13).

1

FH;. 13

Ha sido configw·ado el denominado sú1drome radiológico maligno, basa­do según GRos (6) en los distintos aspectos recogidos en el sigujente es­quema:

SÍNDROME RADIOLÓGICO DE MALIGNIDAD EN PATOLOGÍA MA1v!ARIA

N6dulo epiteliomatoso:

Opacidad de densidad no homogénea y de contorno irregular.

Signos directos M 1 icroca cificaciones dispuestas de una manera anárquica. Relación radiotáctil inferior a la unidad. Prolongaciones espiculares o radiadas (ímagen "en sol")

4.

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396 ANAl,}:S. SECCIÓN CillUCÍA

S·g . d' t Piel engrosada, densificada y retraída. l

Circulación venosa abrmdante.

1 nos m rrec os . , Reb·acciÓn de pezon. Opacidades ganglionares axilares.

Epitelioma difuso:

- Distensión de la trabeculación: cáncer que evoluciona con edema perilesional.

- Microcalciflcaciones múltiples: frecuentes en el denominado come. 1 a clocarcinoma. 11!11

- Microcalficaciones orientadas hacia el pezón: suelen verse en el car· f cinoma tipo Paget.

Además de las particularidades señaladas deberán tenerse en cuenta los siguientes hechos:

- Las imágenes elementales presentan una distribución irregular. - Las imágenes consideradas como típicas suelen corresponder a pe·

rfodos avanzados - Las imágenes atípicas suelen observarse en los estadías precoces

del cáncer mamario. ¡

- Las imágenes de lesiones epiteliomatosas, localizadas o difusas, ' pueden presentarse asociadas.

RESUliiEN. - Consideramos que la mamografía debería adoptarse como ( una exploración de ruUna ya que permite que el diagnóstico pueda ser simplificado y en cie1ta manera asegurado.

Las posibilidades del diagnóstico precoz del cáncer mamario aume~· tan porque este método permite una labor de divulgación social. Predrs· pone a las mujeres a aceptarlo con facilidad, lo que tiene importancia para descubrir cánceres ocultos, pequeñas lesiones, en aquellas enfermas que son revisadas en serie, o bien por diversos motivos, tales como: cancero­fobia, historia cancerosa familiar, exploración en la mama adelfa en las mastectomizadas, y en aquellos casos que por otras causas induzcan a visitarse a una mujer por una presunta afección mamaria. Recorda· remos que m.mque el dolor, signo de almma para tantas enfermedades, .falte en la sintomatologia inicial del cáncer mamario, en algunos casos aunque poco frecuentes, puede observarse con precocidad, especia~mente en mamas esclerosadas que se dejan distender poco, con comprest6n .~e filetes nerviosos. Este l1echo puede comprobarse cuando la mama ha ~1 t asiento de 'lln proceso inflamatorio anterior. Otras veces puede setf a apl'eciación de una hipersensibilidad mamaria la que induce a la en~· ma a ser visitada. Esta motivaci6n del dolor es diferente de la que p;el e observarse en fases avanzadas del cáncer mamario en las que el

0 or

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ARA.,.,"DES Y COL. MAMOCRAFÍA 397

es debido a la invasión neoplásica o a la reacción inflamatoria ante el foco de necrobiosis.

- Consideramos que la mamografía no debe de entenderse como un gesto exploratorio complementario, sino que está en condiciones para ofrecer una información valiosa para lograr hacer un diagnóstico de be­nignidad o malignidad de una afección mamal'ia, sea ésta palpable o impalpable.

- Con esta aportación intentamos promover, pues, el interés para conseguir operar en una fase incipiente un tumor maligno de la mama, mediante un aparente procedimiento exploratorio más, pero que ofrece amplias perspectivas, sin dejar por otra parte de considerar a la biopsia mamaria, como el procedimiento diagnóstico fundamental.

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