afrodesc cuaderno 11

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  • 1. CuadernodeTrabajoNo.11 DocumentdeTravailNo.11 ReimaginandolanacinenHonduras:delaNacinhomogneaalaNacinpluritnica.LosNegrosGarfunasdeCristalesTesisDoctoralJORGEALBERTOAMAYABANEGAS Mxico,Abril2011AFRODESC http://www.ird.fr/afrodesc/

2. 1UNIVERSIDADCOMPLUTENSEDEMADRID(UCM) FACULTADDECIENCIASPOLTICASYSOCIOLOGA DEPARTAMENTODECIENCIAPOLTICAYDELAADMINISTRACINIII PROGRAMA:DOCTORADOENESTUDIOSIBEROAMERICANOSTESISDOCTORAL:REIMAGINANDO LA NACIN EN HONDURAS: DE LA NACINHOMOGNEA A LA NACIN PLURITNICA. LOS NEGROSGARFUNASDECRISTALES. AUTOR:JORGEALBERTOAMAYABANEGAS DIRECTORDETESIS: DR.HERIBERTOCAIROCAROU 3. 3Ques...lasupuestaesencianacionalsinounmestizajedeencuentrosentre loindgena,loeuropeoyloafricano?CarlosFuentes,escritormexicano.Cancingarfunaalhondureo: Blancowai,dejameentrar,dejameentrarconnacional.Blanco:Dedndevienes?Dndeestabas? Quinerest? Garfuna:Soyhondureodenacimiento dejamepasar dejamepasar.(LoubavaguoElotroLadoLejano,ObrateatralmusicalgarfunadeRafaelMurilloSelva). SgtiyebeMitchpowabaruwaguonnadiwa (ApesardelMitch,seguimosadelante) AurelioMartnez Cantautorgarfunahondureo 4. 4 NDICECONTENIDO....................................................................................................... PGINAI) DEDICATORIA 7II) AGRADECIMIENTOS8III) INTRODUCCIN11 IV) DISEO DE INVESTIGACIN 36A) Planteamiento del problema. 36B) Metodologa.45C) La muestra de la poblacin. 53 CAPTULO I 55 MARCO TERICO:LA NACIN, EL GRUPO TNICO Y LOS ESTUDIOS SOBRE LAS COMUNIDADES NEGRAS ENAMRICA.1) EL ESTADO-NACIN. 56A) El Estado moderno.56B) Poder y territorialidad del Estado-nacin.592)LA IDEA DE NACIN. 62A)El debate entre las corrientes de la nacin cvica y la nacin cultural. 62B)La idea moderna de nacin: los precursores del pensamiento contemporneo de la nacin. 71C)La idea de nacin en el marxismo. El debate de la cuestin nacional. 73D)Las aproximaciones tericas recientes sobre la idea de nacin. 803)LA IDENTIDAD TNICA Y EL PROBLEMA DE LAS NUEVAS IDENTIDADES TNICAS. 97A)El concepto de etnia.98B)La identidad tnica. 103C)El fenmeno de las Nuevas identidades tnicas. 1084)LOS ESTUDIOS ACADMICOS SOBRE LAS COMUNIDADES NEGRAS EN AMRICA. 118A) Los primeros enfoques hacia el estudio de los negros. 118B) Los nuevos enfoques sobre el estudio de los negros y el surgimiento de la investigacin122 latinoamericanstica sobre los negros.C) La investigacin acadmica sobre los negros garfunas en Estados Unidos y Europa. 131D) La investigacin acadmica sobre los negros garfunas en Honduras.1415) REPENSANDO EL ESTADO, LA NACIN Y EL GRUPO TNICO.144A) La nacin como Comunidad imaginada. 144B) Los conceptos de nacin homognea y nacin pluritnica. 148 CAPTULO II 155LA IMAGINACIN DE LA NACIN EN HONDURAS: EL PROYECTO DE NACINHOMOGNEA Y LA INVISIBILIDAD DE INDGENAS Y NEGROS.1561) EL PROCESO DE IMAGINACIN DE LA NACIN EN HONDURAS.156A) La idea de nacin en la intelligentsia hondurea.207B) La nacin como proyecto econmico.217C) La imaginacin de la nacin en el siglo XIX: creacin de smbolos nacionales (la bandera, elescudo) e invencin de tradiciones (estatuaria, culto a los hroes, fiestas cvicas, e historiasnacionales).D) La imaginacin de la nacin en el siglo XX: invencin de otras representaciones de la nacin 5. 5 (el Himno Nacional, el rbol nacional, la flor nacional, el ave nacional, el mamfero nacional, el 248 mapa y el Museo Nacional), la exaltacin del discurso sobre el mestizaje (espaol-indgena maya) y de la nacin mestiza y el racismo contra los negros.2) EL APORTE DE LAS MANIFESTACIONES POPULARES EN LA CONFORMACIN 278NACIONAL EN HONDURAS.A) La imaginacin de la nacin a travs de las artes.278B) La participacin de otras manifestaciones populares en la edificacin de la nacin en 286 Honduras: la nacin en las representaciones del folklore (msica, danza, artesanas) y la creacin del apelativo de Catrachos para designar a los hondureos en la regin centroamericana.C) Las contribuciones de la religiosidad popular en el forjamiento de la conciencia nacional en Honduras. 290D) La aportacin del deporte en la conformacin de la nacin en Honduras: el ftbol como una de las pasiones nacionales de los hondureos.2993) LA EVOLUCIN DEL CONCEPTO DE CIUDADANA Y EL PROYECTO DE NACINHOMOGNEA EN HONDURAS: LA INVISIBILIDAD DE INDGENAS Y NEGROS.310A) Primera fase de la construccin ciudadana: 1821-1839. La incorporacin ciudadana deindgenas y negros.312B) Segunda fase de la construccin ciudadana: 1839-1940. Las restricciones a la ciudadana delos sectores marginales (indgenas, negros, mujeres e iletrados).323C) Tercera fase de la construccin ciudadana: 1940-1994. Las polticas Indigenistas y laaspiracin de integrar a los grupos tnicos a la nacin. 331D) Cuarta fase de la construccin ciudadana: 1994 al presente. La aprobacin del AcuerdoPresidencial N 0719-EP y el reconocimiento de la nacin pluritnica por parte del Poder 337Ejecutivo del Estado de Honduras. CAPTULO IIILOS NEGROS GARFUNAS. SU ORIGEN Y SITUACIN EN EL CONTEXTO DE LA SOCIEDAD 351HONDUREA ACTUAL1) CONTEXTO TNICO EN EL MBITO LOCAL, NACIONAL Y REGIONAL DE LOS NEGROS GARFUNAS DE HONDURAS 352A) Situacin de los grupos tnicos de Honduras en la actualidad.B) Descripcin general del Departamento de Coln.352C) Caracterizacin general de la comunidad en estudio: La ciudad de Trujillo y el Barrio garfuna362 de Cristales. 3662) CARACTERIZACIN GENERAL DEL PUEBLO NEGRO GARFUNA DE HONDURASA) Poblacin garfuna actual y ubicacin geogrfica. 380B) Antecedentes de la presencia histrica de pueblos negros en Honduras: los negros esclavos,380 los negros ingleses o creoles y los miskitos. 387C) Origen tnico y marco histrico de los negros garfunas de Honduras. La etnognesis de un pueblo libertario.410D) Los negros garfunas y la nacin hondurea: la perceptible visibilidad de los negros a travs de la historia. 430 CAPTULO IVLA IMAGEN DE LOS NEGROS GARFUNAS: DE LAS NARRATIVAS COLONIALES A LAS 451CONTRANARRATIVAS DE LA INTELLIGENTSIA GARFUNA.1) LA MIRADA DE LOS EUROPEOS Y MESTIZOS.A) Los informes de los viajeros y cronistas del periodo colonial.456B) Los viajeros del siglo XIX. 456C) Los viajeros y estudiosos del siglo XX. 465D) La imagen de los garfunas en el gnero del ensayo en Honduras. 483 4872) EL DESARROLLO DEL MOVIMIENTO TNICO HONDUREO, LAS ORGANIZACIONES SOCIALES NEGRAS GARFUNAS Y EL SURGIMIENTO DE LAS NUEVAS IDENTIDADES 494 6. 6 TNICAS.A) Antecedentes histricos del movimiento tnico latinoamericano. Del Indigenismo al Indianismo. 495B) El movimiento negro latinoamericano.C) La aparicin del movimiento indgena hondureo. Del Indigenismo al movimiento Indianista. 510D) La plataforma de lucha de la etnicidad negra-garfuna: la organizacin del movimiento negro 524 hondureo.5323)LAS INVESTIGACIONES RECIENTES DE LA INTELLIGENTSIA GARFUNA. LAREAFIRMACIN DE LAS CONTRANARRATIVAS GARFUNAS.546A) Las contranarrativas garfunas de los intelectuales acadmicos.B) Las contranarrativas garfunas de los intelectuales tnicos.549 558 CAPTULO VLA IDEA DE NACIN EN LOS NEGROS GARFUNAS DE CRISTALES, TRUJILLO: LA 561TRANSICIN DE LA NACIN HOMOGNEA AL RECONOCIMIENTO DE UNA NACINPLURITNICA.1) ORGANIZACIN TNICA, REINTERPRETACIN DE LA HISTORIA Y LA IDEA DENACIN EN LOS NEGROS GARFUNAS DE HONDURAS.562A) La pertenencia a la comunidad y la estructura familiar.B) La idea de nacin en los negros garfunas de Honduras.5632) EL RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS DE LOS NEGROS GARFUNAS DE 570HONDURAS. LA TRANSICIN DE LA NACIN HOMOGNEA A LA NACIN 603PLURITNICA.A) La lucha garfuna en las esferas educativa y lingstica: las demandas de educacin y laconquista de una Educacin Bilinge Intercultural (EBI). 605B) Las luchas por la salud. Las reivindicaciones garfunas por asistencia sanitaria eficiente y elreconocimiento de un enfoque de salud intercultural. 631C) La lucha garfuna por el territorio.D) La lucha por los derechos polticos y la igualdad de oportunidades. 6653) MANIFESTACIONES CULTURALES DE LA (RE) CONSTRUCCIN DE LA IDENTIDAD 685TNICA GARFUNA. 699A) El autorreconocimiento como negros.B) La situacin de la religin en las comunidades garfunas: la irrupcin de la Pastoral Nacional 700Garfuna y las transformaciones en la prctica religiosa de las ltimas dcadas.703C) La reproduccin de smbolos e imaginarios garfunas: la creacin de la bandera y el escudo dela etnia garfuna. 714D) Saben quin lleg? Banda Blanca!: el xito e internacionalizacin de la msica, danzagarfuna.719E) El apogeo de las artes garfunas y su contribucin a la cultura nacional.4) REPRESENTACIONES CONTRADICTORIAS DE LA IDENTIDAD GARFUNA EN 727HONDURAS.733A) Los garfunas como Patrimonio de la Humanidad.B) La eleccin de una Miss Honduras garfuna y el racismo mestizo. 733 735CONCLUSIONES 739 ANEXOSANEXO 1755ACUERDO PRESIDENCIAL N 0719-EP. 756ANEXO 2DECRETO N 70-96. 760ANEXO 3ACUERDO ENTRE LOS REPRESENTANTES DE LA COORDINADORA NACIONAL DE ORGANIZACIONESNEGRAS DE HONDURAS (CNONH) Y LA COMISIN PRESIDENCIAL, CON OCASIN DE LA PRIMERA761GRAN MARCHA PACFICA DEL DA ONCE DE OCTUBRE DE 1996.ANEXO 4TERRITORIOS OTORGADOS A LAS COMUNIDADES GARFUNAS POR PARTE DEL ESTADO DE764HONDURAS: 1993-2001.ANEXO 5 7. 7ESCUDO GARFUNA.765ANEXO 6ENCUESTA. 766ANEXO 7PORTADA DEL AUDIO-CASSETTE DEL HIMNO NACIONAL DE HONDURAS EN LENGUA GARFUNA.774BIBLIOGRAFA Y FUENTES UTILIZADAS775 8. 8I)DEDICATORIAA mis viejitas de manos hacendosas, mi madre Lupita y mi abuela Chepita.A mi pandilla de hermanos, Ral Antonio, Jos Roberto, Carlos Omar, Irma Grissel,Oscar Javier, Dolores Maritza, Darwin Oswaldo y Yolanda (Mucha gente).A la memoria de mi viejo, Ral Antonio (QDDG), el mejor cuentero de Cantarranas, ydesde luego, a todos mis amigos garfunas, quienes con sus luchas, pero tambin consus risas, todava hacen de Honduras una tierra de esperanzas. 9. 9II) AGRADECIMIENTOSLa culminacin de un trabajo tan arduo e intenso como una tesis doctoral no sera unarealidad sin el desinteresado apoyo y afecto de un sinfn de personas invaluables, poreso, deseo agradecerles el aliento y cario que me han prodigado en estos aos. Enprimer lugar, deseo reiterar mi gratitud a mi Director de tesis, Dr. Heriberto CairoCarou, por todos los consejos, amistad y orientacin acadmica que ha compartidoconmigo a lo largo de estos ltimos tres aos. Adems, mi gratitud es extensiva a losprofesores Mara Nieves Pinillos, Mara Gonzlez Encinar, Esther del Campo, FernandoHarto de Vera, Xavier Arrizabalo, Toms Calvo y Secundino Gonzlez, por susacertadas y gratificantes enseanzas.Asimismo, quiero agradecer a la Universidad Pedaggica Nacional Francisco Morazn(UPNFM), que me concedi un permiso para poder terminar mi tesis en Espaa;especialmente, agradezco a mis colegas de la Direccin de Investigacin, GermanMoncada, Mario Alas, Russbelh Hernndez, Bessy Hernndez, Margarita Suazo, DaniaOrellana, Marinita Chvez y a Julita. A la vez, quiero recalcar las muestras de amistadal Rector, Ramn Ulises Salgado, as como a los compaeros Erwin, David Marn,Soledad, Geovanny, Dagoberto, Chayo, Medinita, Too Cruz y al primo Carlos Brune.Tambin, quiero subrayar mi gratitud a Fanny Pinto y a su familia, porque siempre hancreido en mi trabajo y eso ha sido un estmulo para terminar esta tesis. Asimismo,reconozco las muestras de amistad de Yadira Eguigure y toda su familia, as como demis amigos y compaeros Marlon, Tony, Carlos, Guillermo, Rolando, Omar, Irina, Irma,Nelson, Ventura y desde luego a Adriana Yu-Shan y sus hijas Maya y Coqui. No puedodejar de mencionar el cario de Karen y de mis compadres Karla y Walter, as comode sus hijitos, mis queridos ahijados.Del mismo modo, no dejo de valorar las enseanzas de mis profesores de historia,Ramn Oquel, Mario Argueta, Mario Felipe Martnez, Laura Glvez, Ledin Torres, 10. 10Rodolfo Pastor Fasquelle, Fernando Cruz, Ramn Fletes, Sucelinda Zelaya, MarielosMendoza, Ricardo Urqua, Virgilio Maradiaga, Gustavo Garca y, en general, de mis excompaeros de carrera, pero en especial, quiero resaltar el incentivo que me haexpresado doa Leticia de Oyuela, quien me ense a comprender y combatir desde lahistoria.Reconocimiento especial merecen mis amigos y amigas en Espaa, quienes meayudaron a suplir el cario de mis familiares en Honduras, y por tanto, me hicieron msacogedora la estada en este lado del charco, por ello, muchas gracias a Pilar, Carlos,Ronal, Pablo, Richard, Mery, Mlida, Maura, Beatrz, Anita, Hilda, Edwin, Jos, Wendy,Pamela, Lesly, Klaus, Lourdes, igo, Noelia, Adita, Sandra, Magda, Erwin, Estela y aTeresa y toda la familia Monzn.Infinitas gracias tambin a mis amigos garfunas, Hilda, Julio, Raquel, Soochilh, Nahn,Cleo lvarez, as como a mis compadres y amigos de Cristales, Esly, Lorena, Erlyn,Pablo, Payayo y su familia, la comadre Lala, Margarita, Lidia, Karla, Casimiro Loredo,Zulma, Nelly Martnez, Santiago Ruz, el periodista Beneddit y por supuesto, a laseo Telma Gotay y a su familia. Sin el apoyo proporcionado por todos ellos estetrabajo simplemente no existira.Finalmente, quiero dejar constancia de mi enorme agradecimiento a la AgenciaEspaola de Cooperacin Internacional (AECI), que me concedi una beca para cursary terminar mi doctorado en la Facultad de Ciencias Polticas y Sociologa en laEspecialidad en Estudios Iberoamericanos. Mi deuda con la AECI durar el resto de mivida, ya que adems del apoyo en la dotacin econmica, su respaldo tambin fueextensivo a la parte emocional y logstica, sobre todo por la extraordinaria ayuda queme dispensaron en la Biblioteca Hispnica, cuyo personal se mostr continuamentedispuesto a colaborar en la bsqueda de informacin para mi tesis. Por ltimo, quieroagradecer al resto de mi familia: sobrinos, sobrinas, tos, tas, primos, primas, cuados,cuadas, as como a Dios y a las personas que creen en mi trabajo. 11. 12III) INTRODUCCIN. 12. 13En el verano de 1999, tras haber culminado mis cursos en el doctorado de EstudiosIberoamericanos en la Universidad Complutense de Madrid, retorn a Tegucigalpa parareintegrarme a trabajar en la Universidad Pedaggica Nacional Francisco Morazn(UPNFM), especficamente a la Direccin de Investigacin; ah, adems de realizarlabores de investigacin y docencia, tambin me animaron a abordar una lneainvestigativa con los grupos tnicos del pas, los cuales, desde la dcada de los 80haban iniciado una lucha social frente al Estado con la finalidad de reclamar por susderechos y por el reconocimiento de una nacin pluritnica en el pas. La oportunidadde adentrarme en el estudio de las etnias hondureas se present cuando la Direccinde Investigacin recibi la propuesta de la Organizacin Panamericana de la Salud(OPS) para realizar una investigacin sobre el proceso de articulacin entre la medicinatradicional garfuna y la medicina oficial o institucional. As, a mediados del ao 2000, micolega Russbelh Hernndez y yo emprendimos el estudio en el municipio de Santa Fe,en el departamento de Coln, con lo cual, entabl mi acercamiento tanto profesionalcomo afectivo con los negros garfunas de Honduras.Posteriormente, esa primera experiencia me sirvi para continuar realizando otrosestudios sobre la etnia, ya que la Organizacin de Desarrollo tnico Comunitario(ODECO) de Honduras, la organizacin negra ms importante del pas, me contratcomo consultor para llevar a cabo tres investigaciones ms entre el 2001 y el 2002.Fundamentalmente, estos trabajos me hicieron percibir no solamente el grado deorganizacin que los garfunas han alcanzado en las ltimas dos dcadas, sinotambin, y esto es lo ms importante, las conquistas que han obtenido a travs de lalucha emprendida por las organizaciones sociales, tanto las de mbito nacional comolocal, es decir, los Patronatos Comunales, las organizaciones de base, lasorganizaciones culturales y otras ms.En efecto, la lucha conjunta que han encabezado los negros e indgenas hondureosen los ltimos aos, adems de reivindicar la asistencia del Estado en temas como laeducacin, la salud y la dotacin y ampliacin de territorios, tambin reclama 13. 14ardorosamente por el reconocimiento jurdico de una nacin pluritnica y multiculturalen el pas, desafiando por ende el tradicional proyecto de nacin homogneadifundido por el Estado hondureo desde el siglo XIX. De este modo, a partir de 1992,cuando el movimiento tnico estaba en su efervescencia ms notable, fue cuando seempezaron a perfilar evidentes cambios en este sentido, sobre todo cuando se logrconformar la Confederacin de Pueblos Autctonos de Honduras (CONPAH), queaglutin a las federaciones indgenas y negras en derredor de una plataforma unificadade lucha ante el Estado-nacin. Desde entonces, iniciaron una estrecha alianza con lasorganizaciones tradicionales como sindicatos, obreros, campesinos y docentes, ymediante una serie de estrategias de lucha como las famosas Peregrinaciones,adems de marchas, huelgas, tomas de carreteras, plantones y huelgas de hambre,han desplegado una lucha social en demanda de sus derechos sociales, econmicos,polticos y culturales.Este activo protagonismo de las organizaciones indgenas y negras del pas les harevelado como una nueva fuerza poltica, ya que tanto el Estado como la comunidadinternacional, han reconocido a estos movimientos como nuevos actores a ser tomadosen cuenta en las agendas de discusin poltica. De ah que algunos autores definan aeste fenmeno como el resurgimiento de nuevas identidades tnicas enLatinoamrica, ya que nunca antes, el Estado haba considerado a las etnias en suspolticas nacionales en condiciones de igualdad, y ms bien, siempre se intentintegrar a los indgenas, y muy marginalmente, o casi nunca a los negros, dentro delEstado-nacin.El tema de la formacin de la nacin y del nacionalismo en Latinoamrica ha generadoen las ltimas dcadas una serie de debates y revisiones tericas debido a latrascendencia que dicho fenmeno presenta en la regin, sobre todo por la sempiternainjerencia que han tenido las potencias industrializadas en la zona, principalmente porparte de Inglaterra en el siglo XIX y por los Estados Unidos en el XX. 14. 15En este sentido, para entender el proceso de imaginacin de la nacin en Honduras,es preciso resear la manera en que se desarrollaron los acontecimientos histricosque condujeron a la emancipacin de los territorios americanos que pertenecieron alImperio espaol durante la colonia, sobre todo para poder determinar el papel quejugaron las intelligentsias criollas en la formacin de toda una ideologa nacionalistaque pretenda promover las nuevas identidades nacionales y la idea de nacin en lasmasas conformadas por los indgenas, negros y castas.Los procesos de independencia de la regin, generalizados casi todos a principios delsiglo XIX -con la excepcin de Cuba, Puerto Rico y Panam, que alcanzaron suindependencia en el ocaso de esa centuria-, representaron quizs uno de los hechosms significativos en la historia de Latinoamrica, ya que marcaron la bsqueda de unproyecto propio de nacin. La libertad alcanzada por las nuevas repblicas, posibilitun primer intento de pensar la nacin y la ciudadana. Los incipientes Estados-nacinsurgidos de la independencia comenzaron a partir de entonces su largo e interminablerecorrido de construccin de la nacin y de las identidades nacionales.La razn anterior provoc que estos nuevos pases, generados en las luchasindependentistas, hayan experimentado primero la creacin del Estado antes que lanacin y las conciencias nacionales. En efecto, como seala Franois Chevalier, enLatinoamrica, [...] En muchos pases nacidos ms o menos prematuramente de lasguerras de independencia, el Estado por rudimentario que fuese, pudo preceder a lanacin como herencia de la administracin colonial 1 . Esta afirmacin, como se verms adelante, concuerda con las vertidas por Hobsbawm y Gellner en el sentido queson los Estados los que crean naciones y no a la inversa. En general, nosotrosestamos de acuerdo con estas premisas, aunque evidentemente aceptamos quetambin ya antes de la independencia brot algn germen de carcter nacionalista quecondujo a las lites criollas a impulsar los movimientos de emancipacin de Espaa.1 Chevalier, F., Amrica Latina: de la independencia a nuestros das, Barcelona, Editorial Labor, Coleccin Clo,1983, Pg. 315. 15. 16Los estudiosos del tema de la independencia hispanoamericana han reconocidodiferentes causas internas y externas que precipitaron dicho acontecimiento. Porejemplo, David Brading, autor de la obra Los orgenes del nacionalismo mexicano 2 ,uno de los trabajos ms serios sobre la emergencia de la nacin en el contexto de unpas latinoamericano, sostiene que el origen de la conciencia del ser mexicano seform a lo largo del periodo colonial, merced a una serie de factores de orden religioso,histrico y cultural.Brading apunta que en el Mxico colonial coincidieron tres factores sumamenteimportantes en la definicin de la conciencia mexicana. Por un lado, el factor religioso,mediante la difusin del culto a la virgen de Guadalupe sirvi como soporte deidentificacin a todas las capas sociales; por otro lado, una serie de autores criolloscomo Juan de Torquemada, autor de La Monarqua Indiana y Fray Servando Teresade Mier, autor de Escritos y Memorias, desarrollaron una historiografa que rastreabael origen de la nacin mexicana en los aztecas, especialmente en el Dios Quetzalcatl.En tercer lugar, Brading expone que el advenimiento de la lucha por la independenciaen Mxico deriv de la protesta que los criollos mantuvieron contra los peninsulares a lolargo de los siglos XVII y XVIII con el fin de ostentar el poder poltico 3 .John Lynch reconoce tambin que la independencia, a la que l da el calificativo deRevoluciones Hispanoamericanas, fue la consecuencia de las luchas entre los criollosy la corona espaola por ejercer el poder poltico en los territorios coloniales. A esterespecto seala: [la independencia fue...] Culminacin de un largo proceso deenajenacin en el que Hispanoamrica se dio cuenta de su propia identidad, tomconciencia de su cultura y se hizo celosa de sus recursos 4 .2Brading, David, Los orgenes del nacionalismo mexicano, Mxico DF, Ediciones Era, Coleccin Problemas deMxico, 1980.3Ibd., Captulos I y II.4 Lynch, Jonh, Las revoluciones hispanoamericanas: 1806-1826, Barcelona, Ariel, 2 edicin, 1976, Pg. 9.Recientemente, acaba de aparecer otro trabajo de John Lynch sobre los procesos independentistas y la formacin de 16. 17Tambin, sostiene que entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, se desat enHispanoamrica un nacionalismo incipiente, que incluso alcanz cierto grado deexpresin poltica, aunque estuvo sobre todo incrustado en el sector criollo. En estesentido, Lynch cita unas declaraciones de Bolvar con motivo del Discurso deAngostura, en el que el libertador seala una de sus tantas frases clebres:[...] no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre losaborgenes y los espaoles. Americanos por nacimiento, y europeos porderechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los ttulos deposesin y de mantenernos en el pas que nos vio nacer, contra la oposicin delos invasores [espaoles]; as, nuestro caso es el ms extraordinario ycomplicado 5 .En general, la tesis de Lynch es que el proceso de independencia y conformacinnacional de Latinoamrica tuvo sus races ya desde el periodo colonial. l sustenta quedesde el siglo XVII, Hispanoamrica haba tenido una primera emancipacineconmica cuando las colonias lograron desarrollar cierta autonoma econmica, noobstante, esta evolucin se vio interrumpida cuando la corona espaola implant lasReformas Borbnicas, que significaron -segn apunta Lynch- una segunda conquistade Amrica, sobre todo a partir del mandato de Carlos III. Dichas reformas provocarondescontento en los sectores criollos, quienes aprovecharon las circunstancias internas yexternas del debilitamiento imperial en Espaa para conducir los movimientos deemancipacin.Muchos autores tambin han expresado la influencia de acontecimientos externos comocausales de la independencia hispanoamericana, como ser la Independencia de losEstados Unidos, as como el influjo ideolgico de la Ilustracin y de la Revolucinla nacin en Latinoamrica. Cfr. Lynch, John, Amrica Latina: entre colonia y nacin, Barcelona, Editorial Crtica,Coleccin Libros de Historia, 2001. 17. 18Francesa. Asimismo, la invasin de Napolen al Reino de Espaa en 1808, precipit lallegada de un ambiente libertador a las colonias. Ante el desplome de la autoridadimperial, los criollos condicionaron su apoyo al Monarca y al imperio, a cambio de unamayor participacin en el gobierno de las colonias americanas y una mayor apertura alcomercio internacional.La ocupacin francesa al territorio espaol caus un revuelo poltico tanto en lametrpoli como en Amrica. La corte de Fernando VII se haba refugiado en Cdiz paraorganizar la liberacin. En el nterin, los liberales y los serviles adeptos a la monarqua,organizaron el 25 de septiembre de 1808 una Junta Central Suprema y Gubernativa delReino, la cual se encargara de convocar a Cortes. Una de las primeras proclamas de laJunta fue publicar un decreto que tuvo una repercusin extraordinaria en Amrica; enefecto, el 22 de enero de 1809 se ratific un decreto que afirmaba que los dominiosespaoles de Indias no eran colonias sino que formaban parte integrante de lamonarqua espaola, y a la vez, invitaba a formar parte a representantes americanos endicha Junta, concretamente por cada uno de los cuatro Virreinatos: Nueva Espaa,Per, Nueva Granada y Ro de la Plata, as como uno de cada Capitana General;Guatemala, Cuba, Venezuela, Puerto Rico y Chile, que en total apenas dejaba enprincipio a 9 diputados a la representacin americana 6 .En Amrica, por su parte, se formaron Juntas Patriticas, leales a las Cortes de Cdizque gobernaban el Imperio en nombre del Rey cautivo Fernando VII. Dichas Cortes seestablecieron para defender al Imperio Espaol amenazado. Por tal motivo, muchos delos miembros criollos que pertenecan a las Cortes, condicionaron el apoyo si seredefina el pacto colonial a su favor: Igualdad de derechos polticos y econmicosentre ambos sectores de la clase dominante colonial: criollos y peninsulares.Igualmente, los criollos y peninsulares residentes en las colonias se encargaban de5 Lynch, John, Las revoluciones... Op. cit. Pg. 35.6 Chust, Manuel, La cuestin nacional americana en las Cortes de Cdiz, Valencia, Coedicin de: Centro Franciscode Toms y Valiente (UNED/ Valencia) - Instituto de Investigaciones Histricas de la Universidad NacionalAutnoma de Mxico (UNAM), Biblioteca de Historia Social, 1999, Pgs. 31-32. 18. 19recaudar fondos para enviar a Espaa con la finalidad de colaborar en la defensa militarde la pennsula. Sin embargo, los diputados americanos representantes en Cdizintuyeron rpidamente que podan radicalizar sus demandas de mayor autonoma conrespecto al dominio absorbente que tenan los peninsulares en las colonias, y sobretodo, demandaron mayor representatividad en las Cortes, pues solamente se les otorgcalidad de diputados suplentes. Esas acciones permitieron que finalmente senombraran a 29 diputados a las Cortes, los cuales ascendieron hasta 86 entre 1810 y1814 7 .La estrategia ms ambiciosa que jugaron los diputados americanos en Cdiz consistien la presentacin del Manifiesto de 11 Propuestas, que resuma todo un pliego deaspiraciones autonomistas, tanto econmicas como sociales y polticas. En general, elManifiesto reinvindicaba una representacin proporcional equitativa ante las Cortes,igualdad de derechos de los americanos, criollos o indgenas para poder ejercercualquier cargo poltico, eclesistico o militar; distribucin de la mitad de los cargos afavor de los naturales de cada territorio; creacin de comits consultivos para laeleccin de cargos pblicos entre los residentes de la localidad y restablecimiento de laorden de los jesuitas en Amrica. En lo econmico, proponan la libertad de cultivo y demanufacturas, de importar y exportar toda clase de bienes a Espaa o a las potenciasneutrales y aliadas por medio de embarcaciones nacionales, as como el libre comercioentre las posesiones de Amrica y Asia y la supresin de los monopolios del Estado 8 .Las Cortes, que dieron origen a la primera Monarqua Constitucional en Espaa,finalmente reconoca que sus dominios en Amrica ya no tendran categora decolonias, sino que eran Provincias con la misma calidad jurdica que las de la pennsula,no obstante, las demandas de los diputados americanos causaron resquemor tanto en7 Por Centroamrica, fueron nombrados finalmente a las Cortes Antonio Larrazbal por Guatemala; SebastinEsponda por Chiapas, quien tras su fallecimiento fue sustituido por Mariano Robles; Ignacio vila por El Salvador;Jos Esteban Milla y Jos Morejn por Comayagua y Honduras; Jos Antonio Lpez de la Plata por Nicaragua yFlorencio Castillo por Costa Rica. Cfr. Garca Laguardia, Jorge Mario, Centroamrica en las Cortes de Cdiz,Mxico DF, Fondo de Cultura Econmica, 3 edicin, Coleccin Poltica y Derecho, 1994, Pg. 138.8Ibd., Pg. 54. 19. 20los liberales como en los serviles espaoles, pues las peticiones de los americanos lesparecan exageradas, adems, en verdad teman que stos llegaran a constituir unamayora si se aceptaba el principio de representacin proporcional. A pesar de la firmade la Constitucin de Cdiz de 1812, las desavenencias continuaron creciendo yfinalmente, el golpe de estado de Fernando VII en 1814 a la Constitucin resquebraj elincipiente proyecto de dicha revolucin.Con el retorno de la monarqua de Fernando VII, los diputados americanos volvieron asus tierras con ms desaliento y a la postre muchos de ellos se convirtieron enfuribundos partidariosdelaemancipacin poltica, liderandolosprocesosindependentistas 9 . De este modo, las condiciones para el inicio de los movimientosinsurreccionales en contra de Espaa presentaban una coyuntura favorable a partir de1814, no obstante, hay que reconocer que ya antes, desde 1810, se haban presentadoalgunos conatos preindependentistas, especialmente en Mxico y Centroamrica, sobretodo en El Salvador y Honduras 10 .Las luchas independentistas tuvieron dos frentes claramente definidos; por un lado seconcentr el frente suramericano, que a la vez se dividi en dos proyectosrevolucionarios. El primero, se gest en Argentina al mando de Jos de San Martn, elcual atraves las pampas y los Andes hasta Chile; el segundo proyecto se ubic en el9Ibd., Pg. 66. Los diputados americanos que despus de las Cortes tuvieron puestos de responsabilidad poltica enlas repblicas americanas fueron entre otros los siguientes: en Mxico, Jos Mara Couto, que ocup una Canonja enMorelia; Jos Mara Gordoa fue diputado por Zacatecas en el Congreso General Constituyente en los aos 1823-1824; Jos Miguel Guridi particip en la formacin en 1821 del Movimiento Juntero como vocal de la SoberanaJunta Suprema Gubernativa y diputado al Congreso Constituyente; Jos Simen de Ura fue miembro de la JuntaPatritica de Guadalajara en 1821; Mariano Mendiola fue vicedirector de la Sociedad Patritica de Guadalajara ydiputado en el Congreso Nacional en 1822; Jos Miguel Ramos de Arizpe fue diputado por Coahuila en el Congresode la Repblica Federal en 1824, adems de Ministro de Justicia en 1825. En Per, Juan Antonio Andueza fuediputado por Trujillo en el primer Congreso Constituyente de 1822; Jos Joaqun Olmedo fue presidente delGobierno independiente de Guayaquil; Francisco Salazar fue diputado en 1822. En Nueva Granada (Colombia), JosDomingo Caicedo fue diputado en el Congreso de Granada en 1824. En Venezuela, Esteban Palacios particip en laindependencia desde 1820 junto a su sobrino, Simn Bolvar. En la Capitana General de Guatemala, Florencio delCastillo fue diputado por el Congreso Constituyente mexicano, sin embargo, la Junta de Costa Rica no reconoci sueleccin.10Prez Brignoli, Hctor, Breve historia de Centroamrica, Madrid, Alianza Editorial, Coleccin Historia deAmrica Latina, 2 reimpresin, 1990, Pg. 75. 20. 21norte del subcontinente y fue dirigido por Simn Bolvar desde Venezuela y NuevaGranada y desde all a Quito y Guayaquil. Ambas ofensivas convergieron en Per, quefue el ltimo baluarte de los espaoles en Amrica, donde se gan la independencia enla batalla de Ayacucho en 1824. Por su parte, el segundo frente se desarroll enMxico, con una primera fase de verdadero movimiento revolucionario popular al mandode Jos Mara Morelos y el cura Miguel Hidalgo entre 1810-1816, quienes plantearonuna serie de demandas como la abolicin de la esclavitud, una reforma agraria y mayorparticipacin poltica de los sectores sociales marginados como los mestizos, mulatos,pardos, indgenas y negros; esta primera insurreccin fue sofocada cuando los criollostuvieron temor de perder sus privilegios -latifundios, mano de obra esclava y poderpoltico y econmico- si triunfaba la sublevacin popular y decidieron aliarse con losrealistas. Pocos aos despus, en 1821, Agustn de Iturbide, con un programa de lneaconservadora, prometi la independencia de Espaa sin afectar a los intereses de laslites; as, logr aglutinar a su alrededor a quienes luchaban en contra de los espaolesy ese ao se consum la independencia de Mxico a travs de un proyecto polticoconservador 11 .Cuando Iturbide proclam la independencia de Mxico, la Provincia de Chiapas,perteneciente en ese momento a Centroamrica, promulg al mismo tiempo suindependencia y su anexin al recin creado Imperio Mexicano de Agustn de Iturbideen 1821. El resto de la Capitana General de Guatemala, por su cuenta, vio con recelolos acontecimientos que se haban desarrollado en Mxico, por tanto, las autoridades yfuncionarios espaoles, junto con un reducido grupo de criollos, temieron que la luchapor la independencia fuera conducida por el pueblo y los desplazara de sus cargos.Este hecho forz al ltimo Capitn General del Reino de Guatemala, Gabino Ganza aconvocar a una reunin de todas las autoridades civiles, eclesisticas y militares para elda 15 de septiembre de 1821 en la capital Guatemala. Los partidarios de laindependencia hicieron correr la voz en los barrios capitalinos la noche del da 14, conel fin de tener presente cerca del acto a una multitud con el propsito de presionar a las11 Lynch, John, Amrica Latina: entre colonia... Op. cit., Pgs. 117-118. 21. 22autoridades espaolas. Aunque en la reunin el sabio hondureo Jos Cecilio del Vallepropuso que no se tomara ninguna determinacin hasta que se consultara a las demsProvincias, la votacin que se llev a cabo dio el triunfo a quienes deseaban que laindependencia se proclamase el mismo da 15 de septiembre. De esa forma, dichasautoridades firmaron la famosa Acta de Independencia que declar al Reino deGuatemala independiente de Espaa y Mxico; se nombr una Junta ProvisionalConsultiva bajo la presidencia del ltimo Capitn General Gabino Ganza y se convoca un Congreso de los Delegados de las Provincias, con lo cual el territorio pas adenominarse como Provincias Unidas de Centroamrica. Ese pavor de la lite ante laaccin popular se deja traslucir en el punto primero del Acta, que expresaba que: [...]el sr. Jefe poltico mande publicar la independencia para prevenir las consecuenciasque seran temibles en el caso que la proclamase de hecho el mismo pueblo 12 .En otro apartado del Acta, especficamente en el punto sptimo, se dejaba plasmadoincluso que no habra cambio de autoridades polticas, por tanto, las mismas litespolticas seguiran ejerciendo el poder tras la declaracin de independencia, lo cualevidencia que tal acaecimiento solamente fue una formalidad y ese proyecto polticonicamente quera perpetuar el poder de los criollos y los peninsulares cercanos a loscrculos hegemnicos como el alto clero o los funcionarios reales, de tal forma que elmismo Gabino Ganza sigui al frente del poder despus de la emancipacin, como seve a continuacin:Que entre tanto, no hacindose novedad en las autoridades establecidas, siganstas ejerciendo sus atribuciones respectivas con arreglo a la Constitucin,decretos y leyes, hasta que el Congreso indicado determine lo que sea msjusto y benfico 13 .12 Acta de Independencia de Centroamrica (15 de septiembre de 1821), En: Romero, Jos Luis (Seleccin, notas ycronologa), Pensamiento poltico de la emancipacin (1790-1825), Caracas, Biblioteca Ayacucho, N 25, 1977,Pgs. 243-245.13 Ibd., Pg. 244. 22. 23Asimismo, el punto dcimo tambin reconoca la continuidad de la religin catlicacomo culto oficial, dejando inalterable por consiguiente los ostentosos privilegios quegozaba el clero: [...] la religin catlica, que hemos profesado en los siglos anteriores,y profesaremos en lo sucesivo, se conserve pura e inalterable, manteniendo vivo elespritu de religiosidad que ha distinguido siempre a Guatemala 14 .De esta forma, Centroamrica naci a la vida independiente de manera muy endeble,ms bien como resultado de los acontecimientos que se fraguaban ms al norte, enMxico, territorio que desde la poca colonial haba ejercido una notable influenciaeconmica, social y cultural en el istmo. De hecho, la independencia fue tan efmera,que apenas cuatro meses despus, en enero de 1822, Agustn de Iturbide, elEmperador del recin creado Imperio Mexicano envi una fuerza militar al mando deVicente Filsola para terminar de consumar la anexin de Centroamrica a su imperio.Con ello, quedaba demostrado que la independencia que Centroamrica habadeclarado en septiembre de 1821 era en una coyuntura poltica inestable y la debilidadde las estructuras polticas y econmicas de las Provincias que formaban el antiguoReino de Guatemala la forzaron a anexionarse al Imperio Mexicano 15 .Lo cierto es que en las Provincias no haba unanimidad de criterios respecto a laanexin a Mxico; si bien la mayora de los ayuntamientos favorecan dicha decisin(tomada de nuevo unilateralmente por Guatemala), el ayuntamiento de San Salvadorencabez la oposicin contra la anexin y fue necesario enviar tropas mexicanas parasometer a la ciudad. Con ello, el resentimiento de las dems Provincias con relacin ala hegemona guatemalteca continu latente. En Honduras, Comayagua habadeclarado su independencia de Espaa con la condicin de que la Provincia quedaraindependiente de Guatemala y nicamente sujeta al gobierno que se estableca enMxico. Esto demostr que las antiguas disputas entre ciudades y Provincias -yaperceptible en el periodo colonial- constituiran un punto lgido en la configuracin de14 Ibd., Pg. 245.15 Prez Brignoli, Hctor, Breve historia de... Op. cit., Pg. 79. 23. 24las nuevas naciones centroamericanas, como en efecto aconteci a partir de la guerracivil de 1826 16 .Las Provincias se mostraban dispuestas a gobernarse por s mismas porqueprecisamente lo que les resenta era haber estado bajo la frula y el dominio deGuatemala por ms de 250 aos, por ello no queran continuar con la intervencin deGuatemala ni de otras naciones. De ah que la lite guatemalteca buscara acercarse aMxico y consolidar la anexin con el propsito de garantizar los privilegios colonialesque hasta ese momento haba detentado. Desde este punto de vista de la liteguatemalteca, la anexin mantendra el status colonial y Guatemala seguira ejerciendola hegemona sobre las dems provincias.En marzo de 1822, se practicaron elecciones para elegir diputados al Congresomexicano, sin embargo, Iturbide disolvi el Congreso y se declar Monarca absoluto.Posteriormente, un alzamiento de generales mexicanos (entre ellos Santa Anna,Guerrero y Bravo) en contra del Monarca Iturbide el 1 de febrero de 1823 provoc queel 20 de marzo, Agustn de Iturbide abdicara a la corona y eso lo oblig a salir del pas,dejando un vaco de poder en el que Centroamrica tambin se vio afectada, puestoque tena que decidir su destino. Una vez resquebrajada la anexin a Mxico, VicenteFilsola, representante de Iturbide en Centroamrica, opt por convocar a un CongresoCentroamericano para que decidiera sobre el asunto de la anexin 17 .El 1 de julio de 1823, el Congreso, reunido en la Ciudad de Guatemala, proclam laindependencia absoluta de Centroamrica y se declar en Asamblea Constituyente queproclam a las Provincias Unidas de Centroamrica como una nacin libre, soberanae independiente de la antigua Espaa, Mxico y de cualquier otra potencia del antiguocomo del Nuevo Mundo. Esa misma Asamblea culmin el 22 de noviembre de 1824,con la promulgacin de la nueva Constitucin que dio vida a la nueva Repblica16 Enciclopedia de Honduras, Barcelona, Grupo Editorial Ocano, 2001, Volumen 2, Pg. 250.17 Prez Brignoli, Hctor, Breve historia de... Op. cit., Pg. 79. 24. 25Federal de Centroamrica, que comprendera los Estados de Guatemala, El Salvador,Honduras, Nicaragua y Costa Rica.Como se ve, la gestacin de la nacin en Centroamrica recorri caminos tortuosos,acelerados en gran parte por los hechos derivados de la emancipacin mexicana. Enese sentido, esa fragilidad de las estructuras polticas y econmicas en el istmo propicipocos aos despus una larga cadena de guerras civiles entre los partidarios delliberalismo y los conservadores, lo que evidentemente influy negativamente en elproceso de construccin del Estado-nacin y aletarg la normal evolucin de laconformacin nacional en la regin.Por otro lado, la independencia centroamericana, a diferencia de los dems procesosde emancipacin hispanoamericanos que se conquistaron mediante luchas armadas encontra de los espaoles, incidi en parte para que en el istmo tardara ms tiempo endespertar el sentimiento de identidad nacional. Sobre este particular, el escritor espaolFernando Gonzlez Camino indica que: Al haberse logrado la independencia derebote, sin lucha y la capacidad aglutinadora en torno a una idea nacional que unesfuerzo blico prolongado siempre ejerce, cundi el vrtigo del fraccionamiento y elcaciquismo 18 .En resumen, durante las dos primeras dcadas del siglo XIX, Espaa haba perdido unimperio que logr dominar durante ms o menos trescientos aos, del que solamenteconserv Cuba y Puerto Rico hasta finales de esa centuria. Mientras tanto, laindependencia marc el nacimiento en Latinoamrica de nuevos Estados-nacin quecasi sin excepcin, vieron en el modelo francs y estadounidense el ejemplo a seguircomo opcin poltica republicana. Desde entonces, Honduras empez a construir suparticular proyecto de nacin.18Gonzlez Camino, Fernando, Alta es la noche: Centroamrica ayer, hoy, maana, Madrid, Ediciones de CulturaHispnica, 1 edicin, 1990, Pg. 38. 25. 26Ciertamente, desde el siglo XIX, el Estado hondureo -al igual que la mayora de paseslatinoamericanos- intent forjar un proyecto de nacin que estuviera en consonanciacon los ideales derivados de las naciones modernas surgidas en Europa tras lasexperiencias de la Revolucin Francesa, as como de la independencia de los EstadosUnidos. Desde luego, se obtuvieron algunos tibios resultados como la creacin oinvencin de algunos smbolos identitarios como la bandera, el escudo y las monedasnacionales, sin embargo, la diversidad tnica del pas, as como las debilidadesinfraestructurales producidas por las constantes guerras civiles acaecidas despus de laIndependencia de 1821, dificultaron dramticamente la construccin de la nacindurante las dcadas posteriores a la emancipacin poltica de la corona espaola;empero, durante el ltimo cuarto del siglo XIX, el proceso de construccin de la nacintom un impulso ms acelerado con la implantacin de la Reforma Liberal de 1876,cuyo objetivo era vincular al pas al sistema capitalista mundial, pero a la vez, consolidarel Estado-nacin para alcanzar el progreso. Desde ese momento, y hasta 1994, elEstado hondureo impuso la idea de la nacin homognea entendida como elproyecto de reformulacin de la nacin, mediante el cual se intent construir la nacincon base a la integracin cultural de los indgenas, negros y castas a los valores ynormas de la lite dominante, ya sea blanca o mestiza, pero en todos los casos,heredera de las tradiciones legadas de la sociedad colonial espaola o de las nuevasaportaciones que trajo consigo la modernidad, es decir, los postulados de Orden yProgreso provenientes del Positivismo desde Europa y Estados Unidos. Por tanto,homogeneizar consista en aculturizar a indgenas y negros, o sea, ensearles lalengua castellana, la religin catlica, las costumbres modernas, en definitiva,civilizarlos 19 .19En este sentido, tomamos el concepto sugerido por Mnica Quijada, quien expone que desde el siglo XIX, losEstados latinoamericanos intentaron imponer el proyecto de nacin homognea a indgenas y negros con elobjetivo de integrarlos a la civilizacin. Cfr. Guerra, Franois y Quijada, Mnica (Compiladores), Imaginar lanacin, Hamburgo, Asociacin de Historiadores Latinoamericanistas Europeos (AHILA), Hamburgo, Cuadernos,N 2, 1994, Pgs. 20 y ss. 26. 27A partir de entonces, el modelo mediante el cual se imagin a la nacin encarnaba lasaspiraciones de la lite dominante de origen criolla y mestiza; por ende, lasrepresentaciones de la nacin se inspiraban en los valores y expresiones de las clasesque ostentaban el poder. As, se fragu toda una creacin de smbolos e imaginarios,como la estatuaria cvica, que exaltaba a los hroes criollos de la Independencia; secrearon fiestas cvicas e historias nacionales que glorificaban las gestas patrias; seaprob el Himno Nacional; se decretaron otros smbolos nacionales y a la vez, seinventaron tradiciones como el culto al origen mestizo de los hondureos (la versinoficial extendi la creencia del origen racial de la sociedad hondurea como productodel mestizaje entre espaoles e indgenas mayas). Mientras tanto, los indgenas ynegros hondureos, quedaban excluidos en estos imaginarios, con lo cual, al serinvisibilizados dentro de la nacin, no tenan otro remedio que aceptar la imposicinde ser integrados a la nacin, lo cual significaba que tenan que aceptar la culturamestiza mayoritaria y en consecuencia, despojarse de su bagaje cultural, es decir, suslenguas, sus religiones, sus costumbres y valores para as -segn la versin oficial delEstado- civilizarse.Este proyecto de nacin homognea, tal como ha sido descrito, estuvo en vigenciaentre el siglo XIX y durante la mayor parte del XX, especficamente hasta 1994; justo apartir de ese ao, el modelo empez a fracturarse y comenz a vislumbrase una radicaltransicin a otra forma de reimaginacin de la nacin en Honduras: el reconocimientode una nacin pluritnica, fenmeno que est provocando una transformacin polticasin precedentes en la historia nacional.En efecto, el 3 de agosto de ese ao, el gobierno de Carlos Roberto Reina, aprob elAcuerdo Presidencial N 0719-EPen que estableci las polticas de EducacinBilinge Intercultural (EBI) para las etnias del pas, pero adems, por vez primera, elEstado reconoci el carcter pluricultural y plurilingstico de la sociedad hondurea.El Acuerdo 0719-EP tambin institucionaliz la creacin del Programa Nacional deEducacin para las Etnias Autctonas y Afro-Antillanas de Honduras (PRONEEAAH) 27. 28en sus modalidades bilinge e intercultural, a partir de 1994, el cual sera dirigido por laSecretara de Educacin Pblica.Esta reforma naturalmente fue resultado de las luchas de las organizaciones socialesindgenas y negras, las cuales se valieron de la movilizacin social de las comunidadesy de sus intelligentsias, as como de los marcos jurdicos nacionales e internacionales,como el Convenio 169 de la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT), que fueratificado por Honduras justamente ese ao de 1994. Este reconocimiento de lasociedad hondurea como una nacin pluritnica tambin moviliz a los grupostnicos hacia el reclamo de otras reivindicaciones no solo educativas, sino tambinsanitarias, jurdicas, sociales y polticas, las cuales empezaron a ser atendidas por elEstado, por tanto, el punto central de esta tesis es describir el proceso de transicin dela nacin homognea al reconocimiento de una nacin pluritnica en Honduras comoconsecuencia de la lucha tnica emprendida por los negros garfunas, as como analizarlas transformaciones en la identidad tnica que estn experimentndose en losgarfunas como producto del reforzamiento de la identidad.Este estudio se divide en cinco captulos. El captulo I, constituye el marco tericosobre el cual se sustentan las categoras de anlisis de nuestra investigacin. En primerlugar, se establece como concepto de Estado-nacin en el estudio al ente caracterizadopor la formacin de un tipo de Estado que posee el monopolio de lo que define como eluso de la fuerza dentro de un territorio delimitado y que busca conseguir la unidad de lapoblacin sujeta a su gobierno mediante la homogeneizacin, aspiracin a la quellamaremos como proyecto de nacin homognea. Con este fin, el Estado-nacin creauna cultura, smbolos y valores comunes, restablece o inventa tradiciones y mitos deorigen, esto sobre todo cuando el Estado y la nacin no coinciden, lo cual sucede en lamayora de los casos.Asimismo, este primer captulo aborda una discusin sobre la evolucin terica delproblema de la idea de nacin; en primer lugar, se plantea el debate surgido entre las 28. 29corrientes de la nacin cvica derivada de la Revolucin Francesa y de laIndependencia de los Estados Unidos, que conceban a la nacin como a la entidadconstituida por un cuerpo de personas que podan representar o elegir representantesde un territorio particular en Consejos, Dietas o Estados soberanos, y por otro lado, latesis sustentada por la corriente de la nacin cultural, liderada por Fichte y Herderentre otros, para quienes la nacin era un ente esencial e invariable construido por unpueblo a partir de elementos objetivos como el hecho de compartir una historia, raza,lengua, religin, costumbres y culturas similares. En segundo lugar, se exponen lasapreciaciones de otras corrientes contemporneas sobre la nacin, como por ejemplolas argumentadas por el marxismo y las corrientes modernistas, etnicistas ymedievalistas acerca del origen de la nacin. Por otro lado, como gua terica,retomamos tambin la perspectiva del historiador britnico Benedict Anderson, quienseala que la nacin es [...] una comunidad poltica imaginada como inherentementelimitada y soberana, concepto segn el cual -como se ver ms adelante-, la nacin esun artefacto construido e imaginado ya sea por parte del Estado-nacin o por parte dela intelligentsia al servicio del mismo.Igualmente, abordamos en este captulo el fenmeno de las etnias y las nuevasidentidades tnicas, pues apuntamos que el nuevo activismo y protagonismo de lasetnias indgenas y negras latinoamericanas en la lucha social en la regin a travs desus movimientos sociales han buscado en buena medida revitalizar las identidadestnicas y hacer que los indgenas y negros asuman un papel en la poltica nacional delos pases del rea, sobre todo en la conformacin de una nacin pluritnica y de laatencin de demandas sociales, polticas, econmicas y culturales. De hecho, la raznde que los movimientos indgenas y negros hayan llamado la atencin de la comunidadacadmica en una forma considerable se debe a su proliferacin, pero tambin a queforman parte de un fenmeno ms general, denominado de los nuevos movimientossociales, por esa razn, es atinente en el actual contexto latinoamericano hablar delsurgimiento de nuevas identidades tnicas. Tambin, el captulo I hace un recuentode los estudios sobre las comunidades negras en Amrica, desde las investigaciones 29. 30pioneras de Melville Herkovits hasta los estudios emprendidos sobre los garfunas porlas academias de Estados Unidos, Europa y la hondurea.El captulo II, es decisivo para entender el proceso de imaginacin de la nacin enHonduras, y sobre todo, el ansiado proyecto de conformacin de la nacinhomognea. En primera instancia, se describe la formacin del Estado-nacin enCentroamrica, y a la vez, se hace hincapi en la fragilidad poltica e institucional conque el istmo naci a la vida independiente, producto en gran parte de losacontecimientos que se generaron con la emancipacin mexicana; por ello, no fuecasual que la regin pasara a formar parte del Imperio Mexicano apenas cuatro mesesdespus de alcanzar su liberacin de Espaa en 1821. Este hecho marcdecisivamente los primeros aos de la vida independiente de Centroamrica yHonduras, lo cual produjo a posteriori una cadena de guerras intestinas a todo lo largodel siglo XIX, hasta el advenimiento de las Reformas Liberales, que lograron instauraruna cierta estabilidad poltica en la zona. Evidentemente, la continuidad de estasguerras civiles retard el afianzamiento de la nacin, no solo en Honduras, sino en elresto de Centroamrica; por esa razn, varios intelectuales -como Jos Cecilio delValle, Ramn Rosa, Froyln Turcios y Antonio Ochoa Alcntara- se dieron a la tarea depensar e imaginar la nacin hondurea desde el siglo XIX. Este fenmeno no solofue consubstancial a Honduras, pues en toda Latinoamrica, una gama de intelectualesse aproximaron a estas reflexiones a travs de una serie de posiciones, como porejemplo los de la generacin de los pensadores de la emancipacin mental y lospensadores positivistas, ambas del siglo XIX, as como los pensadores nacionalistas yantiimperialistas del siglo XX.Asimismo, se expone la imaginacin de la nacin en la primera etapa de la vidaindependiente, es decir, desde 1821 hasta 1900. En esta fase, se evidencia la intencinpor parte del Estado de crear una serie de smbolos identitarios que fueraninternalizados por las masas, como por ejemplo, la bandera, el escudo, las monedasnacionales, as comolaoficializacinde los nombres de las repblicas 30. 31centroamericanas. Sin embargo, las constantes guerras civiles y la inestabilidad polticacausada por las mismas, demoraron ostensiblemente el proceso de construccinnacional en Honduras y Centroamrica; tuvo que llegar la Reforma Liberal en el ltimocuarto del siglo XIX para que el proyecto de imaginacin de la nacin y la consolidacinnacional alcanzara cierta vitalidad. En efecto, la reforma impuls aceleradamente latentativa de imaginacin de la nacin, al aportar e inventar una serie de tradiciones,como por ejemplo el panten de los hroes nacionales; la instauracin de las fiestascvicas; la promocin del pas en el exterior a travs de las Exposiciones Universales;de la difusin de un libro de historia nacional; el fomento de archivos, bibliotecas,academias cientficas y de museos nacionales; del levantamiento de censos y otrasacciones ms. Pero adems, la reforma acentu el proyecto de nacin homognea, alinstaurar la educacin laica y gratuita encaminada a uniformar a la poblacintnicamente diferenciada, proceso en el que jug un papel relevante la instauracin delespaol como lengua oficial del Estado; con ello, se empez a fraguar un modelo deconvivencia poltica homogeneizante, en el que las lites blancas o mestizas seimponan la obligacin de civilizar e incorporar a la nacin homognea a los gruposque consideraban incultos e incivilizados, es decir, a los indgenas y negros.Finalmente, la Reforma Liberal hondurea constituy un acontecimiento detrascendental importancia en la historia del pas y sent las bases para unamodificacin sustancial de las viejas estructuras heredadas del perodo colonial; deigual forma, ejerci una influencia profunda en el ulterior desarrollo de la historianacional. Con ella, se cimentaron los fundamentos que dieron forma ms estable ycentralizada al Estado-nacin hondureo, tarea que fue continuada afanosamente porlas generaciones polticas e intelectuales subsiguientes, sobre todo las de la primeramitad del siglo XX, tiempo durante el cual todava se prosegua la labor de reproducirotras imgenes en las cuales se fuera identificando al pueblo con la nacin.Adicionalmente, este captulo II tambin describe el proceso de imaginacin de lanacin en el siglo XX, cuando se siguieron perfilando otros imaginarios en el proceso deconfiguracin nacional, como por ejemplo, la creacin de otros smbolos nacionales 31. 32como el Himno Nacional, el Mapa, y fundamentalmente, la divulgacin de una ideologanacionalista que pretenda mostrar que el origen racial de los hondureos era elresultado de la mezcla de los conquistadores espaoles con los indgenas mayas. Deeste modo, se intent ocultar el aporte de otros grupos indgenas en el mestizaje o en lacomposicin poblacional hondurea, como los lencas, los tolupanes, los pech, lostawahkas y especialmente, de los negros, tanto los que estuvieron presentes en elperiodo colonial, as como de los negros ingleses o creoles y de los negros garfunas.Ms bien, esta ideologa del mestizaje origin toda una propaganda racista en contrade la presencia de los negros ingleses, quienes haban venido a laborar en lascompaas bananeras afincadas en el Caribe hondureo. As, la historia decimonnica,que ensalz el aporte histrico de los hroes criollos, dio paso en el siglo XX a ladifusin de un Indigenismo que rescataba el esplendoroso pasado de los mayas, ascomo la legendaria figura del indgena lenca Lempira, que combati a los espaoles entiempos de la Conquista. No obstante, la exaltacin que se haca de los indgenasmuertos no significaba que se valorara en igual dimensin a los indgenas vivos, puesa ellos se les sigui imponiendo coercitivamente el ideal de integracin a la sociedadnacional, es decir, a la nacin mestiza.Por otro lado, el viejo ideal de integrar a los grupos tnicos a la nacin homogneatambin pasaba por la construccin de una ciudadana, que en esencia, sera elrequisito que otorgara calidad de nacionalidad a las personas, esto de acuerdo a laperspectiva de la corriente de la nacin cvica, que estipulaba que la nacin laformaban los ciudadanos. En este sentido, se expone en el captulo II que en el casohondureo, la evolucin de la ciudadana parti de la base en un principio de otorgar lacondicin ciudadana a los indgenas y negros tras la emancipacin poltica de la coronaespaola en 1821, pero en una segunda etapa, a partir de 1839, se restringi talderecho a los grupos tnicos en vista de que las Constituciones y las leyes electoralesimpusieron una serie de requisitos para poder optar a la ciudadana, como por ejemplo,el tener propiedades o saber leer y escribir. Desde entonces, y hasta bien entrado elsiglo XX, los indgenas y negros vieron por tanto limitados sus derechos ciudadanos en 32. 33virtud de no contar con las prescripciones legales estatuidas en las leyes. Asimismo, enel siglo XX, el Estado promovi la integracin de las etnias a la nacin mediante laspolticas Indigenistas, ya que la exclusin legal que haban sufrido les impeda optar acargos pblicos y a elegir autoridades, sufriendo por ende una marginacin einvisibilizacin por parte del Estado. Sin embargo, esta situacin cambi a partir de1994, cuando el gobierno de Carlos Roberto Reina aprob el Acuerdo Presidencial N0719-EP, en donde reconoci por primera vez que Honduras era una nacinpluricultural y multitnica. Por consiguiente, el Estado hondureo daba un pasosustancial no solo en cuanto al reconocimiento de los grupos tnicos, sino tambinabra una nueva fase en el proceso todava inacabado de construccin de la nacin, lacual, desde ese momento, se fundamentara ya no solamente en el proyecto imaginadode la nacin homognea idealizado por los sectores mestizos preeminentes, sinoincluso con la aportacin cultural de los indgenas y negros. Es decir, los acuerdospactados entre las etnias indgenas y negras y el gobierno estaban propiciando eltrnsito de la nacin homognea al reconocimiento de una nacin pluritnica. Conesto, est claro que el Estado hondureo est reimaginando la naturaleza y la esenciade la nacin en trminos de una sociedad multicultural y pluritnica.Finalmente, este captulo II tambin agrega una exposicin sobre la imaginacin de lanacin como proyecto econmico, fundamentalmente a travs de la construccin delFerrocarril Interocenico Nacional y de la bsqueda de un rubro econmico que pudieradinamizar la economa nacional e insertarla al capitalismo mundial, pero a la larga, lafragilidad econmica de las lites hondureas, facilitaron la formacin de los Enclavesminero y bananero, con lo cual, la economa hondurea qued supeditada al capitaltransnacional; esto evidentemente, obstaculiz la conformacin de una burguesanacional, as como al proyecto mismo de edificacin nacional. Por ltimo, se detallatambin el aporte de las manifestaciones populares en la formacin de la nacin enHonduras, principalmente el del arte popular, que hizo surgir por medio de la pinturaprimitivista de Jos Antonio Velsquez y sus adeptos, una corriente que logr captar elpaisaje hondureo y sobre todo, se lleg a convertir en representacin fsica y esttica 33. 34de la nacin; adems, tambin influy en este proceso la religiosidad popular, queincub un culto nacional a travs de la devocin a la Virgen de Suyapa; por ltimo, elftbol igual se convirti en un catalizador que logr despertar el sentimiento nacional enel pas, ya que el Estado acudi a l en momentos de crisis polticas -como la guerracon El Salvador en 1969-, asimismo, los xitos futbolsticos acumulados por lasSelecciones Nacionales y los equipos profesionales hondureos en el mbitointernacional constituyeron un motivo de orgullo y a la postre fueron uno de losmecanismos de identificacin nacional ms efectivos en el pas. En suma, se puedeaadir que todos los elementos anteriores sirvieron de modo significativo paraconfigurar las seas de la identidad hondurea.Por su parte, el captulo III, comprende una caracterizacin general de la comunidad enestudio, as como una revisin de la etnohistoria de los negros garfunas desde suorigen tnico en San Vicente hasta su arribo a Honduras en las postrimeras del sigloXVIII. En primer lugar, se presenta una contextualizacin general de la situacinsocioeconmica y poltica de Honduras, para luego pasar a describir la situacin detodos los grupos tnicos hondureos -tanto indgenas como negros- en la actualidad.Luego, se expone una caracterizacin de la comunidad garfuna de Cristales, un barriode la ciudad de Trujillo en Coln. Se relata la historia, as como los aspectos educativos,sociales, culturales, econmicos y religiosos de la comunidad en estudio. Finalmente,se resea la presencia de los diferentes pueblos negros que han habitado Honduras,desde los negros esclavos que llegaron durante el periodo colonial, hasta la presenciahistrica de los negros ingleses o creoles, los miskitos y los garfunas; por ltimo, sehace un recuento de la historia de los garfunas desde su formacin a partir de unnaufragio que los condujo a San Vicente en el siglo XVII hasta su deportacin aHonduras en 1797. El captulo se cierra con una exposicin que muestra que contrario ala invisibilizacin histrica que se ha producido de los garfunas en Honduras -sobretodo merced al esfuerzo de la historiografa oficial- ellos han sido protagonistas deacaecimientos importantes de la historia nacional, desde los sucesos previos a laIndependencia hasta las luchas sociales de las ltimas dos dcadas. 34. 35El captulo IV, narra aspectos sumamente importantes para entender los resultados yconclusiones del presente estudio. Por una parte, se exponen las imgenes que seformaron sobre los negros garfunas los viajeros, cronistas y estudiosos extranjerosdesde el periodo colonial, hasta las distintas imgenes que sobre los mismos seformaron los escritores hondureos de los siglos XIX y XX. Este tema es interesantepara entender los diferentes estereotipos que se form la sociedad mestiza mayoritariaacerca de los garfunas, ya que se demuestra que contrario a las imgenes de losextranjeros -que tendieron a ser de admiracin hacia los garfunas- las visiones de losmestizos generalmente fueron ponzoosas y muchas veces humillantes y despectivas.Esta situacin de alguna manera incidi en la idea de nacin que se fueron formandolos garfunas, ya que al ser caracterizados negativamente por la intelligentsiahondurea, provoc como resultado que los negros quedaran inimaginados einvisibilizados en los discursos y en las representaciones de la nacin. Esto de algunamanera retard la incorporacin de los garfunas a la nacin hondurea. Este captuloIV se cierra con la descripcin de las contranarrativas que han presentado laintelligentsia garfuna a los discursos Occidentales, en donde se plasma que el papelms destacado de esta intelligentsia garfuna ha sido la recuperacin de su propiahistoria, tendiendo a asumir un discurso ms bien reivindicativo y que trata de valoraren su justa medida, la participacin de los garfunas en los procesos histricos del pas,demostrando que el pueblo garfuna, invisibilizado en las historias y tradicionesoficiales, s ha tenido un papel activo y trascendental en los acontecimientos histricosdel pas. Se puede aadir que la reproduccin de estas contranarrativas garfunas,tiene una enorme incidencia en el desmantelamiento de los ideales de la vieja visin dela nacin homognea, pues sus trasfondos tericos e ideolgicos estn claramentesituados en las lneas de actuacin de la nacin pluritnica, por tanto, estnrepresentando un desafo al Estado-nacin hondureo en el sentido que estnobligando al gobierno a reimaginar una nacin ms plural, abierta y tolerante ante lanaturaleza multitnica del pas. 35. 36La tesis se cierra con el captulo V, que en trminos generales presenta los resultadosdel trabajo de campo llevado a cabo en la comunidad, es decir, se detallan losresultados de la encuesta, los cuales son analizados paralelamente con una serie denotas bibliogrficas y documentales, muchas de ellas an inditas, as como conentrevistas de informantes clave. Fundamentalmente, el captulo muestra en primerlugar cul es la idea de nacin que tienen en la actualidad y las diferentes modalidadesde lucha social que han entablado ante el Estado-nacin para que se reconozca unanacin pluritnica; en este punto, se resalta que las principales exigencias yreivindicaciones de la lucha de las organizaciones garfunas frente al Estado giranalrededor de 4 demandas especficas, a saber: a) la demanda de una educacinbilinge intercultural; b) el reconocimiento de un sistema de salud intercultural, querespete el marco y la cosmovisin mdica de la cultura garfuna; c) la dotacin,saneamiento y ampliacin de los territorios y del espacio martimo y; d) elreconocimiento de los derechos polticos y la igualdad de oportunidades, as como elreconocimiento oficial de Honduras como una nacin pluritnica, que admita que losgarfunas y los indgenas forman parte de los imaginarios de la nacin. Al final, seargumenta que la lucha social emprendida por las organizaciones garfunas, as comoel reconocimiento por parte del Estado y de la sociedad civil de la legitimidad delmovimiento negro hondureo, estn produciendo una serie de transformaciones tnicasal interior de la sociedad garfuna, que se manifiesta en un evidente reforzamientotnico que est provocando una reproduccin y auge a nivel nacional e internacional delas manifestaciones culturales garfunas como la lengua, la religiosidad tradicional, lamsica y las danzas, la pintura y las artesanas, las comidas, tradiciones y costumbresetctera, todo lo cual nos conduce a concluir que la lucha de los garfunas en torno a laimplantacin de una nacin pluritnica estn obligando al Estado a abandonar el viejoproyecto de la nacin homognea, forzando por ende al gobierno a reimaginar unanacin ms plural, democrtica e incluyente. Esto demuestra que la construccin de lanacin y de las identidades tnicas y nacionales es un proceso dinmico que est enconstante elaboracin y reconstitucin, de tal forma que estamos de acuerdo que elproyecto de nacin en Honduras es un proceso que an est en curso y que se 36. 37contina reimaginando a partir de las luchas indgenas, negras y de otros sectorestodava postergados como las mujeres y las organizaciones populares en general con lafinalidad de consolidar la nacin pluritnica.Al final, se presentan las conclusiones y anexos de nuestro trabajo, as como lasfuentes utilizadas en el trabajo. Para culminar, queremos dejar constancia nuevamentede la gratitud a nuestro Director de tesis, Dr. Heriberto Cairo Carou, quien con susconsejos y orientaciones nos ayud a enmendar un cmulo de deficiencias. Sinembargo, cualquier error u omisin es de nuestra entera responsabilidad. 37. 38IV) DISEO DE INVESTIGACIN.A) Planteamiento del problema.Honduras es una nacin pluritnica, conformada mayoritariamente por mestizosdescendientes del cruce racial entre espaoles, indgenas y negros durante el periodocolonial, sin embargo, tambin estn presentes en el pas una diversidad de etniasindgenas y negras con una riqueza cultural fascinante. En la actualidad, existen enHonduras ocho pueblos 20 indgenas y negros culturalmente diferenciados en relacincon la mayoritaria poblacin mestiza, estos son: Los negros garfunas, los negros dehabla inglesa o creoles, los miskitos, los lencas, los maya-chorts, los pech o payas, lostolupanes o xicaques y los tawahkas o sumos. Por su origen, los actuales pueblostnicos de Honduras se pueden agrupar as: a) mesoamericanos 21 (lencas y maya-chorts); b) circuncaribes, (tolupanes, pech, tawahkas); afrodescendientes, (negrosgarfunas y los negros ingleses o creoles) y c) los miskitos, cuya clasificacin respondea variaciones del mestizaje de culturas americanas circuncaribes y de pueblos negrosllegados en la colonia a tierra centroamericana.Pese a la diversidad cultural y tnica que se manifiesta en del pas, el Estadohondureo, -independiente de la corona espaola desde 1821- no ha reconocidohistricamente los derechos culturales de las etnias indgenas y negras. La nacin20 El concepto pueblo lo entendemos segn la acepcin de Taylor y Flint, que exponen que los pueblos se refierena entidades que abarcan [...] una mezcla compleja de fenmenos culturales... los pueblos estn implicados enjerarquas de poder, desde la escala global hasta el vecindario, y siguen siendo instituciones clave para legitimarlas desigualdades y para la resistencia poltica. En las actuales condiciones de la globalizacin se han destacadoms a medida que los grupos recalcan sus peculiaridades en respuesta a las tendencias a una homogeneizacincultural. As, los pueblos caracterizan a un conglomerado humano en trminos territoriales, histricos, culturalesy tnicos que le dan sentido de unidad. Cfr. Taylor, Peter J., y Flint, Colin, Geografa poltica. Economa-mundo,Estado-nacin y localidad, Madrid, Trama Editorial, Coleccin Ecmene, 2 edicin en espaol, 2002, Pg. 31.(Traduccin de Adela Ruiz-Jimnez y Heriberto Cairo Carou).21 Los arquelogos de los pueblos prehispnicos de Amrica han descrito la presencia de rasgos o manifestacionesde desarrollo cultural denominados tradiciones, en las cuales evolucionaron ciertas reas nucleares en dondese desarrollaron civilizaciones: Mesoamrica, que comprenda desde Mxico hasta Honduras, donde sedesarrollaron los mayas y los aztecas; y los Andes Centrales, desde Ecuador hasta el norte de Chile y Argentina,donde se desarrollaron los incas. Entre stas dos reas nucleares, se suele ubicar la zona Circuncaribe, regin quecomprende desde Honduras hasta Venezuela, as como las islas del Caribe, en donde no surgieron altas civilizacionessino pueblos a nivel de tribu o cacicazgo. 38. 39hondurea, por tanto, ha sido heredera de la tradicin social que legaron loscolonizadores espaoles, as como del modelo liberal que se impuls desde losprimeros aos de la independencia, el cual pretenda conformar una nacinhomognea, que se conceba de acuerdo a los ideales de la mayoritaria y dominantesociedad mestiza. De esa forma, desde los albores de la emancipacin poltica de 1821,el Estado hondureo trat de integrar al resto de pueblos a la nacin mestiza con laidea de imponer el poder homogenizador o unificador al estilo del Estado moderno, ascomo para asegurar la lealtad a la nacin. Ello conllev a lo largo de los siglos XIX yXX, la imposicin de la lengua oficial, el espaol; se aplicaron legislaciones civiles openales occidentales que para los indgenas y negros eran radicalmente diferentes; secrearon regiones administrativas que mutilaban los espacios naturales de los pueblostnicos o que no coincidan con los territorios reconocidos por ellos como su hbitattradicional; se propici la expansin de la religin catlica con el fin de modificar lascreencias paganas e idlatras de los indgenas y negros, as como para civilizar adichos pueblos; se instituyeron modelos educativos que marginaban las costumbres,tradiciones e ideas de las etnias entre otras reformas, todo lo cual fue en detrimento delas manifestaciones culturales de las etnias indgenas y negras hondureas.Si bien todas estas polticas han tenido un efecto negativo sobre las manifestacionesculturales de los indgenas y negros de Honduras, tambin es cierto que stos hansabido -en mayor o menor medida- desarrollar mecanismos sociales que les hanpermitido conservar y recrear su cultura ante la imposicin del Estado hondureo. Esteproceso se ha manifestado fundamentalmente en las ltimas dos dcadas,principalmente durante la dcada de los 90, como producto de influencias externas einternas. Por un lado, con la conmemoracin del Quinto Centenario de la llegada de loseuropeos a Amrica, los pueblos indgenas y negros reconocieron la importancia deaprovechar la efemride para reclamar los agravios que han sufrido desde 1492, y a lavez concibieron la trascendencia de organizarse en movimientos sociales e inclusopolticos. Igualmente, la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU) declar a esedecenio como la Dcada de los Pueblos Indgenas. El otorgamiento del Premio Nobel 39. 40de la Paz a la indgena guatemalteca Rigoberta Mench en 1992, as como eldesencadenamiento de la lucha armada del Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional(EZLN) en el Estado de Chiapas, Mxico en 1994, son algunos acontecimientos que ledieron protagonismo a la lucha social de los indgenas y negros en Latinoamrica apartir de entonces.En el mbito interno, el auge organizativo de las etnias indgenas y negras de Hondurasfue un proceso paralelo al debilitamiento de los movimientos sociales tradicionales,como los sindicatos, obreros, campesinos, docentes y estudiantes, quienes en ladcada de los aos 90 fueron perdiendo la beligerancia que haban tenido hasta ladcada del 80, cuando se desataron las tensiones y las guerras civiles enCentroamrica. En los 90, con la finalizacin de la Guerra Fra y la consecuenteconsolidacin de los procesos de paz en la regin y la incipiente democratizacin de lospases del rea, los movimientos tradicionales fueron perdiendo protagonismo ante laausencia de la utopa socialista. De este modo, el espacio para la organizacin de losindgenas y negros estaba libre de las sospechas que pesaban sobre los movimientoscontestatarios tradicionales, especialmente porque las organizaciones de izquierdahondurea jams incluyeron a los pueblos tnicos en sus programas de lucha y porquela izquierda del pas siempre fue ms urbana que rural. Prueba de ello es que lasregiones con mayor densidad de poblacin indgena han sido siempre un territoriodominado exclusivamente por los partidos mayoritarios, el Partido Liberal yprincipalmente por el Partido Nacional o conservador. De este modo, la dcada de los90 constituy una coyuntura favorable para la formacin y desarrollo de lasorganizaciones sociales indgenas y negras.Este proceso ha permitido que el Estado hondureo haya pactado con las etniasindgenas y negras una serie de medidas polticas, culturales, sociales, jurdicas yeconmicas tendentes al reconocimiento de los derechos de los pueblos tnicos delpas. Asimismo, el visible protagonismo del movimiento indgena y negro hondureo, les 40. 41ha revelado ante la opinin pblica nacional e internacional, lo cual los ha situado comouna fuerza social a tener en cuenta en la esfera poltica nacional.Estos cambios trascendentales en la historia social del pas han producido unreforzamiento de la cultura tnica de los pueblos indgenas y negros de Honduras quenaturalmente, tendr enormes repercusiones en las prximas dcadas; eso significaque la naturaleza del Estado hondureo, tal como ha evolucionado desde laindependencia hasta el presente ya no ser por lo menos igual. Esto supone que loscambios operados en la conciencia social de los indgenas y negros est configurandouna nueva visin sobre el Estado hondureo. Por lo menos, la idea de un Estadounificador y homogneo se va alterando y transformando, por tanto, los indgenas ynegros estn percibiendo a la nacin de manera distinta; y a la inversa, el Estadohondureo est visualizando a estas etnias de forma diferente. En este sentido, interesaestudiar el proceso que est dando paso de la nacin homognea a la nacinpluritnica en Honduras y las transformaciones tnicas que se estn desarrollando alinterior de los garfunas con estos acontecimientos.Para observar mejor estos cambios, el presente estudio se propone realizar un Estudiode Caso en una comunidad de origen negro garfuna para detectar cules son aquelloselementos de la lucha social garfuna que estn propiciando la transicin de la nacinhomognea a una nacin pluritnica y a la vez, determinar cul es la idea de nacinhondurea que tienen en la actualidad.I) Pregunta Problema de Investigacin.El estudio que nos proponemos ejecutar, se puede centrar en el siguientePlanteamiento del Problema o Pregunta Problema de investigacin:Culs son los efectos que est provocando la lucha de las organizaciones socialesgarfunas en la transicin de la nacin homognea a una nacin pluritnica y qu 41. 42idea de nacin hondurea se estn formando los garfunas a partir de esas luchassociales y del reforzamiento de su identidad tnica?. II)Objetivos de la investigacin.Los resultados y conclusiones del presente estudio esperamos obtenerlos a travs delos siguientes objetivos: 1) Objetivo general.- Determinar cules son los cambios que est produciendo la lucha tnica de los negrosgarfunas en el proceso de transicin de la nacin homognea a una nacinpluritnica en Honduras.2) Objetivos especficos.- Describir el proceso de imaginacin de la nacin que llev a cabo el Estado deHonduras en los siglos XIX y XX con el objetivo de difundir y consolidar la idea denacin homognea con la finalidad de integrar a indgenas y negros.- Identificar en qu medida los garfunas se sienten parte de la nacionalidad dehondurea.- Establecer cul es la idea de nacin en los negros garfunas de la Comunidad deCristales, Municipio de Trujillo en el Departamento de Coln, Honduras CA.- Determinar cules son las transformaciones tnicas que se estn manifestando alinterior de la sociedad garfuna como resultado de las luchas sociales que hanemprendido frente al Estado hondureo. 42. 433) Preguntas de investigacin.Nuestro estudio pretende responder las siguientes preguntas de investigacin:- Cules son los fundamentos y principios en que se inspir el Estado hondureo ensu proceso de imaginacin de la nacin homognea?.- Qu consecuencias produjo en las etnias indgenas y negras la imposicin de unmodelo de nacin homognea por parte del Estado hondureo?.- Cules son las percepciones que tuvieron los cronistas y viajeros extranjeros sobrelos garfunas?.- Cmo han representado los escritores hondureos en sus obras a los negrosgarfunas?.- Cul es el tratamiento que han hecho las academias estadounidenses y europeassobre los garfunas?.- Qu propuestas contranarrativas han presentado la intelligentsia garfuna a losdiscursos acadmicos externos?.- Qu nivel de participacin han tenido los negros garfunas en los procesoshistricos del pas?.- En qu grado los garfunas se sienten parte de la nacionalidad hondurea?.- Cules son los personajes favoritos de los garfunas de la historia hondurea?.- Cules son los personajes de la historia garfuna de los que se sienten msorgullosos?.- Cmo estn reinterpretando los intelectuales garfunas la historia de su etnia?.- Qu ideas tienen los garfunas sobre los smbolos nacionales y los smbolosgarfunas?.- Cmo ha sido la formacin y evolucin de las organizaciones sociales garfunas?.- Cules son las reivindicaciones que han conquistado los negros garfunas porparte del Estado en los mbitos de la educacin, la salud, los territorios y elreconocimiento de los derechos polticos y de igualdad de oportunidades?. 43. 44- Qu transformaciones tnicas se estn produciendo entre los garfunas comoconsecuencia de sus luchas sociales y del reforzamiento de su identidad tnica?.- Cules son segn los garfunas los aportes ms importantes que han hecho a lacultura hondurea?.3) Hiptesis de investigacin.El sistema de hiptesis que enmarcan esta investigacin est directamente relacionadocon los objetivos y preguntas propuestas en el trabajo, por tanto, tiene la finalidad deresponder a las inquietudes ya formuladas, as como a las variables expuestas en lamatriz que se presenta ms adelante. Atendiendo estos criterios, las hiptesisplanteadas se exponen a continuacin:Hiptesis principal. Las estrategias de movilizacin de las organizaciones tnicas hondureas en las dosltimas dcadas, en concreto, las organizaciones negras garfunas, han entabladouna lucha frente al Estado-nacin sobre la base de una poltica de identidad tnicaque est logrando que el Estado reimagine el modelo de nacin, abandonando elantiguo proyecto de nacin homognea para en su lugar, afirmar que la nacinhondurea es plurinacional y multicultural.Hiptesis secundarias. Desde la Independencia poltica de Honduras en 1821, el Estado hondureo intentconstruir la nacin, basndose en la meta de edificar un modelo de nacinhomognea para integrar a los indgenas, negros y castas al proyecto nacional. Eneste proyecto la intelligentsia desempe un papel fundamental a la hora deaportar ideas para la consolidacin de la identidad nacional. A la vez, desde lasesferas oficiales se procedi a la utilizacin de una serie de instrumentos que 44. 45 coadyuvaran a la cimentacin de la nacin, como la creacin de los smbolos nacionales, la invencin de tradiciones, la adopcin del espaol como idioma nacional, la incorporacin de las etnias a travs de la educacin y el ejrcito y de la propagacin de Historias nacionales que perseguan demostrar que la nacin era una construccin forjada por los hroes criollos de la Independencia y la Repblica Federal de Centroamrica, como Jos Cecilio del Valle, Francisco Morazn y otros. Este proyecto de nacin homognea, se inspir en los postulados derivados de las corrientes de la nacin cvica de la Revolucin Francesa y estadounidense, as como en la doctrina Positivista y ms tarde en las polticas Indigenistas, con cuyos principios el Estado imaginaba alcanzar el progreso, de tal forma que el modelo de la nacin homognea concibi que los indgenas y negros significaban un obstculo para construir a la nacin, ya que eran considerados como salvajes y atrasados, por ende, el ideal de la nacin homognea era integrar a las etnias a la nacin para civilizarlos. La labor integradora del proyecto de nacin homognea con respecto a los indgenas y negros, reprodujo un modelo poltico excluyente, en el que las representaciones de la nacin encarnaban los valores e intereses de las lites criollas y mestizas detentadoras del poder desde la colonia, por consiguiente, tanto los indgenas como los negros quedaron invisibilizados e inimaginados en las instancias de representacin de la nacin. No obstante, los procesos de movilizacin poltica indgena y negra en Latinoamrica en las ltimas tres dcadas, incidieron para que se lograra conformar un movimiento tnico en Honduras, el cual se afianz en la dcada de los 90, cuando las federaciones indgenas y negras se aglutinaron alrededor de la Confederacin de Pueblos Autctonos de Honduras (CONPAH), que logr convertir a las etnias en actores polticos que empezaron a demandar derechos sociales, polticos, econmicos y culturales, y sobre todo, la supresin del proyecto de nacin homognea, para en su lugar, afirmar la nacin pluritnica. El surgimiento de estas organizaciones sociales negras garfunas tambin ha estado ligado a la aparicin de una intelligentsia garfuna, la cual no solamente ha 45. 46 conducido las luchas sociales y la organizacin poltica en las comunidades, sino tambin, ha producido una serie de contranarrativas que pretenden poner en tela de juicio las narrativas producidas por los discursos acadmicos extranjeros y los de la historiografa oficial, que ha ocultado el papel de los garfunas en la historia nacional. De esta forma, estas contranarrativas garfunas intentan mostrar que los negros garfunas han sido actores y protagonistas en la historia nacional, pero adems, tambin recurren a la etnohistoria para reivindicar a sus hroes, pero sobre todo, estn reconstruyendo e inventando tradiciones como la bandera y el escudo garfuna para reafirmar la identidad tnica del grupo. La plataforma de lucha tnica de los negros garfunas, sustentada en las organizaciones sociales y en los patronatos comunales, emprendi desde comienzos de los aos 90, conjuntamente con los indgenas, una serie de estrategias de lucha encaminadas a exigir una serie de reivindicaciones al Estado hondureo, la ms significativa de ellas el reconocimiento de la naturaleza pluritnica y multicultural de la nacin. El activo protagonismo poltico, social y cultural de los garfunas en los ltimos aos, as como las conquistas obtenidas en cuanto al reconocimiento de sus derechos por parte del Estado, est produciendo una serie de transformaciones tnicas, que se manifiestan en una reafirmacin de la identidad del grupo, visible a travs de variadasformas de reconstruccin identitaria, como por ejemplo el autorreconocimiento que han hecho de su ascendencia negra y de la africana; mediante la creacin de sus smbolos identitarios, y especialmente, por el apogeo de las artes garfunas. 46. 47B) Metodologa. I) Tipo de Estudio y seleccin de la comunidad a estudiar.El presente estudio constituye una investigacin de tipo Estudio de Caso, dado elcarcter del pueblo a estudiar. En efecto, los negros garfunas estn asentados en 53comunidades de cuatro Estados-nacin centroamericanos, a saber: Belice, Guatemala,Honduras y Nicaragua, es decir, son un pueblo con una cultura supraestatal. Laslimitaciones econmicas, logsticas y metodolgicas para hacer una seleccin decomunidades y determinar una muestra del total de los poblados sugirieron laposibilidad de elegir una comunidad representativa a nivel cultural y por ello se decidirealizar un Estudio de Caso. Se opt por estudiar a una comunidad garfuna hondureaen vista de la disponibilidad del investigador a cargo del estudio, cuya nacionalidad yresidencia es hondurea.La comunidad elegida para el anlisis fue el Barrio de Cristales, ubicado en el Municipiode Trujillo, Cabecera del departamento de Coln en el Caribe hondureo, estoconsiderando que dicho poblado es estimado simblicamente como la Capital delpueblo garfuna. Este detalle ya lo han manifestado algunos investigadores, como elbrasileo Ruy Galvo de Andrade Coelho 22 , autor de uno de los estudios ms clsicossobre los garfunas redactado en los aos 40 del siglo pasado; o el ecuatorianoSantiago Valencia Chal 23 , que realiz un anlisis bastante general acerca de laspoblaciones negras que habitan los pases centroamericanos. Trujillo no es la msimportante o rica comunidad garfuna, sin embargo, el hecho de haber constituido elprimer asentamiento garfuna en tierra continental centroamericana, y por tanto el puntoa partir del cual fueron fundando sus asentamientos a lo largo del litoral Atlntico delistmo, ha arraigado en casi toda la etnia la imagen de que esa ciudad, y particularmente22 Galvo de Andrade Coelho, Ruy, Los Negros Caribes de Honduras, Tegucigalpa, Editorial Guaymuras, 2 edicin,1995, Coleccin Cdices de Ciencias Sociales, Pg. 52.23 Valencia Chal, Santiago, El negro en Centroamrica, Quito, Ediciones Abya Yala, Coleccin Etnos, 1986, Pgs.6-10. 47. 48el Barrio Cristales es como el Ombligo del pueblo garfuna. Ello qued evidenciado en1997, cuando el 12 de abril de ese ao se celebr el bicentenario del arribo de losgarfunas a Honduras, ceremonia que fue festejada en muchas ciudades y pueblos delpas pero el acto especial se conmemor en Trujillo. Tomando en cuenta estosantecedentes, se decidi intencionalmente escoger a esa poblacin para llevar a caboel estudio.En suma, la investigacin que se presenta es un Estudio de Caso, con carcterdescriptivo-anlitico, en donde las variables de estudio se abordaron de formacuantitativa y cualitativa. La naturaleza de las investigaciones de tipo Estudio de Caso,muchas veces impiden hacer generalizaciones para todo el pueblo garfuna, por lotanto, sta no es una investigacin representativa de todo el pueblo garfunahondureo, sino ms bien un Estudio de caso que de alguna manera puede arrojar luzsobre cmo ven el Estado-nacin hondureo los garfunas. Por ello consideramos queel estudio puede contribuir a ofrecer modelos y marcos tericos para hacerinvestigaciones similares sobre otros pueblos negros de Latinoamrica II) Fuentes e instrumentos de informacin.Este estudio comprendi cuatro fases de trabajo: primero, un proceso de exploracinbibliogrfica y documental; segundo, la ejecucin del trabajo de campo; tercero, larealizacin del anlisis de la informacin y finalmente la redaccin del informe final.La primera fase, de recoleccin de informacin bibliogrfica y documental, se llev acabo inicialmente en Honduras, a lo largo del ao 2002, consultando bibliografaespecializada sobre el tema, as como bibliotecas y hemerotecas como la BibliotecaNacional (BNH) y el Archivo Nacional (ANH), en donde se recopilaron libros, artculosespecializados y reseas periodsticas sobre el tema. Tambin, se obtuvo informacindel Archivo General de Centroamrica (AGCA), existente en la Ciudad de Guatemala.Se consult asimismo una diversidad de fuentes documentales, principalmente 48. 49informacin primaria proveniente de la organizacin social garfuna denominadaOrganizacin de Desarrollo tnico Comunitario (ODECO) que preside el dirigentegarfuna Cleo lvarez Casildo, localizada en la ciudad de La Ceiba. Esta fase secomplement obteniendo informacin en Madrid desde octubre a diciembre del 2002 y atodo lo largo del 2003, especialmente en la Biblioteca Nacional (BNM), en la BibliotecaHispnica de la Agencia Espaola de Cooperacin internacional (AECI), as como en laBiblioteca de la Facultad de Ciencias Polticas y Sociologa de la UniversidadComplutense de Madrid (UCM) y eventualmente en el Archivo de Indias en Sevilla (AI).Igualmente, se adquiri informacin destacada en la WEB a travs de Internet, la cualnaturalmente es reseada en la bibliografa general y fuentes consultadas de esta tesis.La segunda fase, correspondiente al trabajo de campo, consisti principalmente engiras de trabajo en las que se ejecutaron grupos focales, entrevistas a informantes clavey el levantamiento de una encuesta en la comunidad. Este proceso se desarroll entrejunio del 2001 y junio del 2002. Primero, en el ao 2001, se llev a