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2|2011 61 Ketzalcalli ACTITUDES DE MONOLINGÜES DE ESPAÑOL HACIA LA MAYA Y SUS HABLANTES EN MÉRIDA Eyder G. Sima Lozano Universidad de Quintana Roo, México [Ketzalcalli 2|2011: 61–80] Resumen: En el sector sur de la ciudad de Mérida las actitudes hacia la maya y sus hablantes son heterogéneas, la lengua es valorada positivamen- te, pero los mayahablantes son vistos todavía como pobres e inferiores. Por lo anterior, la noción de actitud lingüística propuesta se basa en la situa- ción actual de la lengua maya, por lo que sugerimos un modelo conside- rando a la lengua y sus hablantes. Palabras clave: Actitud lingüística, maya, mayahablantes, sur de Mérida “Y si yo hablara maya”, “es necesario saber”, “los ven muy poquitos”, “pero su idioma es un valor”, según diversos informantes. INTRODUCCIÓN En el año 2010 en Yucatán 1 hablan maya 537,618 personas, lo que constituye el 27.5% de la población estatal, sólo superada por Oaxaca que mantiene 34% de hablantes de lenguas indígenas. Las estadísticas del INEGI 2005 2 señalan que el 13% de población de la ciudad de Mérida habla la maya, un 33% de los habitantes son de origen étnico maya y el munici- pio alberga el 42.5% de la población estatal. En la capital yucateca, las actitudes de monolingües de español son heterogéneas: por una parte están los que piensan que la maya tiene valor, prestigio, función y expresan frustración por no hablarla; por el lado contrario, los que creen que la maya es una lengua de los pue- blos, que no se habla en la urbe, no les gustaría aprenderla y que desaparecerá pronto. La metrópoli yucateca ocupa un lugar predominante en la Península de Yucatán, es la ciudad más poblada de la región, con las mayores actividades económicas, educativas, culturales y ofrece un alto nivel de vida a sus habitantes. Por eso, un estudio de actitudes hacia la lengua maya en la ciudad de Mérida es rele- vante, dada la complejidad cultural, lingüística, étnica y social de la localidad. En este artículo me referiré a la lengua como “la maya”, siguiendo a Pfeiler (2006: 282) que señala: “La maya” the name given to the language by its speakers, is spoken in the Yuca-

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Ketzalcalli

ACTITUDES DE MONOLINGÜES DE ESPAÑOL

HACIA LA MAYA Y SUS HABLANTES

EN MÉRIDA

Eyder G. Sima Lozano

Universidad de Quintana Roo, México

[Ketzalcalli 2|2011: 61–80]

Resumen: En el sector sur de la ciudad de Mérida las actitudes hacia la

maya y sus hablantes son heterogéneas, la lengua es valorada positivamen-

te, pero los mayahablantes son vistos todavía como pobres e inferiores. Por

lo anterior, la noción de actitud lingüística propuesta se basa en la situa-

ción actual de la lengua maya, por lo que sugerimos un modelo conside-

rando a la lengua y sus hablantes.

Palabras clave: Actitud lingüística, maya, mayahablantes, sur de Mérida

“Y si yo hablara maya”, “es necesario saber”, “los ven muy poquitos”, “pero

su idioma es un valor”, según diversos informantes.

INTRODUCCIÓN

En el año 2010 en Yucatán1 hablan maya 537,618 personas, lo que constituye el 27.5% de

la población estatal, sólo superada por Oaxaca que mantiene 34% de hablantes de lenguas

indígenas. Las estadísticas del INEGI 20052 señalan que el 13% de población de la ciudad

de Mérida habla la maya, un 33% de los habitantes son de origen étnico maya y el munici-

pio alberga el 42.5% de la población estatal.

En la capital yucateca, las actitudes de monolingües de español son heterogéneas: por una

parte están los que piensan que la maya tiene valor, prestigio, función y expresan frustración

por no hablarla; por el lado contrario, los que creen que la maya es una lengua de los pue-

blos, que no se habla en la urbe, no les gustaría aprenderla y que desaparecerá pronto.

La metrópoli yucateca ocupa un lugar predominante en la Península de Yucatán, es la

ciudad más poblada de la región, con las mayores actividades económicas, educativas,

culturales y ofrece un alto nivel de vida a sus habitantes.

Por eso, un estudio de actitudes hacia la lengua maya en la ciudad de Mérida es rele-

vante, dada la complejidad cultural, lingüística, étnica y social de la localidad.

En este artículo me referiré a la lengua como “la maya”, siguiendo a Pfeiler (2006: 282)

que señala: “La maya” the name given to the language by its speakers, is spoken in the Yuca-

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tan Peninsula”, y Briceño Chel (2010) en el título de su ponencia: “La maya, lo maya, un

maya: Lengua, cultura e identidad de un pueblo”, se refiere a la lengua como la maya3.

En otro punto, la mayoría de los habitantes del municipio no habla maya, lo cual no

indica que su contacto con los mayahablantes sea estrecho, por el contrario es amplio, ya

que el bilingüismo en español y maya4, las migraciones continuas, las relaciones comunes

con parientes mayas y la cultura yucateca influenciada por las tradiciones mayas forman

múltiples valores y opiniones tanto hacia la lengua como hacia el hablante.

Así, el objetivo de este trabajo es identificar actitudes de monolingües de español hacia

la lengua maya y sus hablantes en el sector sur de la ciudad de Mérida.

Analizamos la parte sur de la metrópoli, dado que es un punto de partida para conocer

las actitudes hacia la lengua. En esta zona se concentran las viviendas de hablantes y migran-

tes mayas, por lo que su contacto con los monolingües de español aporta al trabajo de actitu-

des. No se aborda aquí al sector norte de la ciudad donde un alto número de mayahablantes

labora en diversos oficios por lo que se suponen actitudes diferentes hacia la lengua.

La actitud lingüística, desde una perspectiva sociolingüística, es un conjunto de valores

que un sector de población le concede a una lengua o sus variantes, motivado por la situa-

ción temporal en la que se encuentra el idioma, ya que las actitudes cambian conforme a

las diversas circunstancias en las que se encuentra la lengua.

La definición que proponemos tiene que ver con la temporalidad en la que se encuen-

tra actualmente la lengua maya, ya que las condiciones sociales, culturales, políticas y

económicas generan que los hablantes acomoden sus ideas hacia la maya con las circuns-

tancias que ellos observan, como consecuencia de las políticas lingüísticas que se han im-

plementado a favor del idioma.

ANTECEDENTES

Entre los estudios de actitudes hacia la lengua maya destaca el trabajo de Bárbara Pfeiler

(1993) “La lealtad lingüística del indígena Maya Yucateco. Validación de la prueba mat-

ched–guise”. En este artículo expone las condiciones sociales de la población rural y de

los bilingües de maya y español. El trabajo sigue el modelo clásico de las aplicaciones del

matched–guise, cuyos reactivos se centraron en la evaluación del aspecto, la inteligencia,

la voz, entre otros factores. La autora presenta una crítica constructiva acerca de las fallas

metodológicas de la prueba en los contextos aplicados, lo cual nos permite tener un refe-

rente sobre qué y no hacer en la elaboración de esta técnica en otro estudio de actitudes

que contemple la aplicación del matched–guise.

José Enrique Durán Caballero y Julio Enrique Sauma Castillo (2003) en su tesis de

licenciatura “Actitudes hacia la enseñanza de la lengua maya en el municipio de Mérida,

Yucatán: Un estudio desde la perspectiva de la Sociología del lenguaje”, muestran los aná-

lisis de las actitudes que observaron en estudiantes de primarias, secundarias y facultad,

donde se ha llevado a cabo la implementación de la lengua maya como materia optativa y

experimental. Uno de sus resultados principales es que existen fuertes desventajas hacia la

maya, pero el promedio general es de aceptación entre los estudiantes.

Los autores concluyen “que la maya tiene aceptación en la población estudiantil de la

capital yucateca”, partimos de allí para verificar nuevamente cuál es el nivel de aceptación

de la maya ahora en un sector más amplio cómo es el sur de la ciudad de Mérida.

Por último, tenemos el trabajo de Edna Álvarez Murillo (2008) “Estudio de actitudes

lingüísticas maya–español a través del análisis del discurso en Holcá, Yucatán”. Este estu-

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dio parte desde una perspectiva teórica–metodológica centrada en el discurso y sostiene

que las actitudes están en el habla y no en la mente. Para la autora la aplicación de las

técnicas mentalistas limita al hablante y lo induce a decir lo que el investigador espera.

En esta perspectiva, la crítica que proporciona nos permite tener una comparación

entre diversas posturas para el estudio de actitudes y rescatamos la importancia de reali-

zar investigaciones en comunidades pequeñas de Yucatán, esto como un contraste al estu-

dio que realizamos que es en la metrópoli yucateca.

LA MUESTRA

Los datos analizados se obtuvieron de 22 entrevistas semidirigidas en las que participaron

11 hombres y 11 mujeres, quienes habitan en colonias que se encuentran en el sur de

Mérida. En las siguientes tablas proporciono una caracterización de quienes son los entre-

vistados por género, edad, clase social, actividades que desempeñan y colonias en las que

viven. El rasgo de clase social es el más subjetivo del estudio, ya que se infirió en función

de sus labores y en lo que se observó de los hablantes: apariencia, vestimenta, nivel de

vida en algunos casos.

Queremos notar que las colonias Sambulá, Mulsay, Juan Pablo II, aunque se ubican al

poniente de la ciudad de Mérida, forman parte del sur si hacemos únicamente la división

entre el norte y la parte meridional de la metrópoli. Resaltamos que la inclusión de 1

hablante femenino de la colonia Pensiones obedece a que fue abordada en la interacción

con otros hablantes que se encontraron en el sur, además, la informante de 47 años, men-

cionó, que por sus labores profesionales pasa más tiempo en esta zona.

Tab. 1: Tercera generación: 60 años en adelante

Tab. 2: Segunda generación: 30 a 60 años

Género Edad Clase social Actividad Colonia

Masculino 77 Baja Ejidatario Morelos

Masculino 86 Media Pensionado Azcorra

Masculino 60 Baja Vigilante Granjas

Femenino 66 Baja Despachadora Azcorra

Femenino 61 Media Jubilada Azcorra

Femenino 62 Baja Sin trabajo Sambulá

Género Edad Clase social Actividad Colonia Masculino 58 Baja Mesero Sambulá

Masculino 56 Baja Tiene un negocio de comida Sambulá

Masculino 36 Media–alta Servidor Público en CFE Morelos

Masculino 34 Baja Tiene un ciber Morelos

Masculino 33 Media Doctor en Nutrición Mulsay

Femenino 59 Baja Costurera Sambulá

Femenino 53 Media Ama de casa San Marcos Nocoh

Femenino 53 Baja Costurera Sambulá

Femenino 47 Media–alta Médico Pensiones

Femenino 36 Media–alta Médico Morelos

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Tab. 3: Primera generación: 15 a 30 años

LA METODOLOGÍA

Los datos obtenidos en una primera inspección muestran resultados asombrosos, porque

la mayoría de los informantes menciona el gran valor que tiene la lengua maya. Esa impre-

sión genera sospechas, por lo que no faltará el argumento que señale que se deben aplicar

las técnicas directas e indirectas con el fin de corroborar los resultados.

Sin embargo, si analizamos la información y encontramos que las categorías de análisis

se repiten constantemente, esto puede asegurar que los datos obtenidos son confiables.

El análisis consta de tres partes, en la primera expongo lo que los informantes argu-

mentan sobre la lengua maya; en la segunda, lo que dicen sobre los mayahablantes. Poste-

riormente presento algunas reflexiones sobre la mayanización en la ciudad de Mérida co-

mo parte de las observaciones que se han hecho en el medio.

Acerca de la metodología de las actitudes, existen dos posiciones: la mentalista, según

la cual las actitudes están en la mente de los hablantes. Las técnicas que se usan para

acercarnos a ellas son la prueba del matched–guise y el diferencial semántico. La segunda

posición, la conductista, sostiene que las actitudes están en el medio y se descubren por

medio de la entrevista, la observación participativa o indirecta y los cuestionarios5. La

elección de un tipo de técnicas depende de las perspectivas temáticas y el contexto

(comp. Gallois et al. 2007; Garrett 2007).

Desde la posición mentalista, las actitudes se infieren indirectamente, son propias del

estado interno de la mente, y están integradas por 3 componentes. El primero es el cogni-

tivo que es la información que tiene un sujeto sobre la lengua, el segundo es el afectivo

que se refiere a la valoración y el tercero es el conductual lo que haría alguien ante la len-

gua (comp. Castillo 2007: 285; Baker 1992: 12–13). La posición mentalista se relaciona

con las técnicas indirectas como el matched–guise y el diferencial semántico y explica

cómo se conforman las actitudes en la mente de los hablantes. Puede usarse para el análi-

sis de los datos obtenidos con las técnicas directas.

Por otra parte, estos tres componentes, cognitivo, afectivo y conductual, no actúan

solos, los tres elementos se enlazan para explicar qué es el prestigio de la maya para el

sector de la parte de la población de Mérida que analizamos en este trabajo.

Un ejemplo de los componentes de las actitudes es: “For example, my attitude to a

minority Group in my community may involve the belief that their language style contains

many gramatical faults (cognitive component), a tendency to correct their purpoted mis-

takes (conative component), and a negative evaluation of their “faulty” style (affective

component)” (Gallois et al. 2007: 596).

Género Edad Clase social Actividad Colonia

Masculino 27 Media Ingeniero en Sistemas San Marcos Nocoh

Masculino 25 Media Ingeniero en Sistemas San Marcos Nocoh

Masculino 23 Media Estudiante de Ingeniería Melitón Salazar

Femenino 22 Baja Estudiante de Derecho Morelos

Femenino 29 Media Profesora Morelos

Femenino 20 Baja Estudiante de enfermería Juan Pablo II

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ACTITUDES HACIA LA MAYA

“Si necesita ir uno a un pueblo y tratar con gentes, ¿es necesario, verdad? es

necesario saber”

Analizaremos las respuestas de los informantes a quienes se les planteó la siguiente pre-

gunta: ¿actualmente cree que la maya tiene valor y prestigio?

Entendemos el valor como la cualidad por lo que algo es apreciado y la significación e

importancia de ello. Cabe señalar que existen diversas categorías dentro de las actitudes

lingüísticas hacia la maya como el deseo de aprender maya, la elección entre maya e

inglés, el futuro de la lengua maya, entre otras que no abordamos en este artículo, ya que

nuestro interés se focalizó en el valor y prestigio.

De los 22 entrevistados elegimos las respuestas de 7 de ellos para ser transcritas: 4

femeninos y 3 masculinos, por ser las que expusieron diversidad de ideas.

E es entrevistador y A, B, C, D según el orden en que aparecen los informantes.

A. María Dolores, femenino, 61 años.

– E. ¿Actualmente, cree que la maya tiene valor?

– I. A. Nunca ha dejado de tener el valor, los que sabemos apreciar nuestra cultura,

sólo con ver ese, esa serpiente como baja, es una maravilla ver, ¿si fue recono-

cida verdad? Porque casi nunca, casi nunca leo, compro periódicos, pero yo

desde la primera vez quedé maravillada de cómo a esa distancia de, de la civili-

zación, ellos podían ser excelentes astrólogos, astrónomos, las construcciones

que no había facilidades como ahora, cómo hicieron, entonces cómo no estar

orgullosos, cómo no estar orgullosos de nuestra raza.

La señora María Dolores de 61 años, quien vive en la colonia Azcorra, centra su idea

en que los mayas eran astrólogos, algo que se sabe sobre ellos, por eso es un componente

cognitivo y al decir que nunca ha dejado de tener su valor se refiere a la lengua y a la cul-

tura, lo cual es un componente afectivo que da cuenta de que la maya tiene una cotización

cultural e intelectual.

Menciona que la maya nunca ha dejado de tener un valor para los que la aprecian, pero

la relación que establece es con la antigua civilización maya y los monumentos arqueológi-

cos. Para ella la maya vale por la herencia cultural y el patrimonio de los mayas6.

B. Rosa María, femenino, 66 años

– E. ¿Y actualmente cree que la maya tenga valor?

– I. B. Yo me imagino que sí.

– E. ¿Por qué cree que tenga valor?

Componente conductual: “si quiere salir de la ciudad, necesita […] tratar con gentes

Componente cognitivo: “ellos podían ser ex-

celentes astrólogos”

Componente afectivo: “nunca ha dejado de

tener el valor”

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– I. B. ¿Por qué será? como por ejemplo uno si quiere salir de la ciudad, necesita ir

uno a un pueblo y tratar con gentes, ¿es necesario verdad? es necesario saber.

Esta es una de las expresiones que más se vincula con el componente conductual, dado

que ante un hipotético caso de salir de la ciudad, la señora Rosa María, despachadora en

una lonchería de la colonia, supone que se debería saber la maya si se acude a un pueblo.

En este punto se podría pensar que la relación de la maya con el interior de la entidad

es nuevamente una actitud estereotipada, prejuiciosa, sin embargo no nos parece que se

incline la informante hacia dicha idea. Aunque ciertos sectores de población de la ciudad

de Mérida sí relacionan a la lengua maya con comunidades, pueblos y monte.

Sin embargo, esta informante reconoce la necesidad de saber la maya fuera de la ciu-

dad, ya que es común que gran parte del sector de población de la ciudad de Mérida acu-

da a las poblaciones del interior por asuntos familiares, negocios y paseos.

La respuesta proporcionada por la informante no es común escucharla en otras entida-

des del país, puesto que se cree que cuando se visitan localidades rurales, los habitantes

hablan español junto con sus lenguas nativas. Gran parte de la población de la capital yuca-

teca sabe que en el interior del estado se habla español y no sería difícil encontrar bilingües

de maya y español que les ayuden si necesitan traducción en su contacto con los mayas,

pero reconocen que a pesar que existen hablantes de español, también se habla la maya y

habrá gente que use dicho idioma y por lo tanto es valioso por la necesidad comunicativa.

Vale la pena resaltar que esta es una de las constantes ideas que los monolingües de

español y bilingües de español y maya constantemente repiten, la necesidad de saber la

maya si se visita una población del interior yucateco, como otros dicen: “si sabes maya, te

pules donde sea”7.

C. Mildred, femenino, 36 años

– E. ¿Actualmente, crees que la maya tenga valor y prestigio?

– I. C. Que tenga valor, sí, en mi caso por ejemplo, en que yo trabajo en el pueblo, allí

tengo mi consultorio, tengo muchas pacientes que hablan maya y si yo hablara

maya, sería más fácil para mí entenderme con ellas, ahora sí, ahora sí, ahora sí

hubiera sido bueno, ahora digo, cómo es que no me enseñó mi mamá.

La informante, médico de profesión y residente en la colonia Morelos, señala que la

maya sí tiene valor, lo cual es un componente afectivo y es conductual al mismo tiempo

por la necesidad de saber la maya para entenderse con sus pacientes. Lo cual es algo que

potencialmente haría, conocer la lengua con fines profesionales.

D. Bernardino, masculino, 36 años

– E. ¿Actualmente qué piensas sobre la lengua maya, crees que tenga valor, prestigio?

– I. D. Bueno, sí tiene un uso, ¿no? Porque la gente lo sigue hablando, la gente que

está, sobre todo la gente que están en los pueblos chicos, lejos de, de las ciuda-

Componente afectivo: “Que tenga valor, sí” Componente conductual: “y si yo hablara ma-

ya sería más fácil entenderme con ellas”

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des grandes, pues solamente maya hablan, sobre todo algunas poblaciones que

están cerca de, de Quintana Roo, me he fijado que allí puro maya hablan, y ni

una gota de español, entonces yo considero que sí se sigue utilizando, ha sido

menospreciada en las ciudades, me imagino yo que por la modernidad prefie-

ren hablar o practicar inglés que es lo más novedoso para ellos a seguir con la

lengua materna, esa es mi idea.

El señor Bernardino reconoce el uso de la maya en las comunidades, para él la lengua

es hablada por la gente fuera de la ciudad de Mérida, supone que se usa en poblaciones al

oriente del estado, cerca de Quintana Roo, lo cual representa un imaginario parecido al de

la maya legítima, cuando muchos hablantes de maya dicen que la “verdadera maya” se

habla lejos, por Valladolid y Quintana Roo.

El señor Bernardino, quien labora en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y

tiene contacto con las comunidades, explica que en esos sitios el español no se usa, y, a

manera de metáfora, lo dice: “ni una gota de español”. Posteriormente relaciona la moder-

nidad con el inglés y explica que la gente ha preferido aprender inglés, la cual desde su

punto de vista ha sido menospreciada en las ciudades.

E. Fabián, masculino, 34 años

– I. E. Bueno, aún se usa, pero debido a que cada vez más, se abre, eh, se globaliza

más la comunicación, la información, entonces quizás antes era más probable

ver que algunas personas conservaban muy arraigada la lengua maya y era bas-

tante pura, sin embargo, en la actualidad, creo, sino todo el 100% pero la ma-

yoría está en contacto con, con información, imágenes a través de la televisión,

el Internet y van aprendiendo otras cosas y gradualmente el maya, va, va su-

friendo un mestizaje. […] Qué valor tiene, eh tiene valor para las comunidades

que se identifican en un grupo social y la siguen utilizando porque incluso es

una manera de, de, de tener su propia identidad porque no se identifican con

la gente que vive incluso cerca de su lugar de residencia, como la ciudad de

Mérida, la gente de aquí no se identifica con la maya, se identifica con el espa-

ñol, incluso más probablemente con el inglés y no con el maya.

El informante plantea un componente afectivo cuando expone que hay un valor en las

comunidades que hablan la lengua maya, pero su pensamiento se centra sobre todo en lo

que cree que sucede con la maya en cuanto a la conservación de ella, su contacto con los

medios, la identificación de la maya con el inglés y el español, esto como parte de un con-

junto de saberes que él como habitante de la ciudad de Mérida tiene y ha observado, por

lo que hace una buena descripción de los acontecimientos de la lengua en el presente.

Componente cognitivo: “sí tiene un uso”.

Componente afectivo: “el valor de las comu-

nidades que se identifican”

Componente cognitivo: “aún se usa”

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Parte de la respuesta de señor Fabián de 34 años que relaciona la lengua con la globali-

zación8 tiene relación con sus labores, puesto que al dedicarse a la informática en un ci-

ber, nos habla del internet y las imágenes en televisión que pueden generar el mestizaje

hacia el idioma maya, punto que habría que ver en otra investigación y que me parece

pertinente analizar: la influencia de otras lenguas como el español y el inglés en la maya a

través de los medios de comunicación.

Nuestro participante agregó que la maya tiene un valor en las comunidades y que en la

ciudad de Mérida la gente no se identifica con la maya, sino con el inglés, lo cual no es un

absoluto, es un punto de vista relativo a las personas que no valoran la maya, porque tam-

bién existen sectores de población que sí tienen un fuerte aprecio por la lengua vernácula

de Yucatán9.

F. Marta, femenino, 47 años

– E. ¿Para ti, crees que la maya tiene valor, prestigio?

– I. F. Sí, yo creo que la maya es para empezar es una, es lengua, es, maya es parte

de nuestra cultura, pero también es muy importante porque hay lugares donde

se habla maya, yo como médico lo vi, o sea la necesidad de maya porque no

podía entender a las personas, entonces yo creo que sí tiene muchísimo valor,

porque mientras haya gente que hable maya eso es valioso.

Hay un valor afectivo que reconoce la informante cuando se refiere al gran valor que

tiene la lengua y uno cognitivo cuando expresa que la maya es una lengua que forma parte

de la cultura yucateca. Ella le concede importancia como parte de su experiencia profesio-

nal y que observó durante sus labores, reconoce que necesitó de la lengua para compren-

der a sus pacientes, porque no podía comunicarse con ellos, y concluye que mientras se

use por un sector de población, la maya tiene valor.

Resaltaremos que el lugar de residencia de la informante, como mencionamos en el

segundo párrafo de la sección “La muestra” es en la colonia Pensiones, pero sus contantes

labores médicas las realiza en el sur de la ciudad, por ello la inclusión de su opinión, pues-

to que interactúa constantemente con la gente del sur de la metrópoli yucateca.

La posición de clase media de la informante, quien radica en el norte de la ciudad de

Mérida, nos permite sugerir que este trabajo se puede complementar con el análisis de

actitudes hacia la maya por parte de los habitantes del norte de la ciudad, lo cual faltó

abordar en este artículo, por lo que sugerimos esta orientación en otra investigación.

G. Josué, masculino, 23 años

–I. G. Pues, sí tiene, yo pienso que sí tiene, este, el valor o prestigio que necesita la

sociedad, porque debido a esa cultura hoy somos lo que somos, es básico sobre

todo para el turismo que entra aquí a México y sobre todo lo que es parte de

Componente afectivo: “sí tiene mucho valor” Componente cognitivo: “es parte de nuestra

cultura, […] porque hay lugares donde se

habla maya”

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Yucatán, la Riviera maya, o sea que, la cultura maya tiene un gran peso en sí

para los turistas que llegan a esta ciudad.

Para Josué el valor de la maya se debe a la identidad local, pero en lo que más centró

su discurso relacionado con el componente cognitivo, fue en el vínculo de la maya con lo

turístico, para él sólo los turistas son los que le conceden el valor y prestigio a la lengua,

es como si fuera para y por ellos, un propósito más utilitario y con fines comerciales.

Lo anterior muestra que los entrevistados no cuestionan el hecho de que la lengua ma-

ya tenga valor y prestigio, lo cual no es discutible para ellos, las diferencias radican en las

causas que ellos otorgan.

En esta muestra resulta que la maya goza de valor y prestigio, que se debe hablar en

los municipios del interior de la entidad, y que es importante para ciertos profesionistas, y

que los turistas le conceden un alto grado de valor. Villanueva (2008:80) deriva esta situa-

ción del “renovado impulso y promoción de la cultura y la lengua maya en la política cul-

tural del Gobierno de Estado”.

Pero también obtuvimos opiniones contrastantes (de dos hombres de 36 y 34 años), co-

mo la opinión de que la maya no se habla en Mérida, sino en las comunidades alejadas, que

es menospreciada en las ciudades y de que los medios de comunicación influyen para que se

esté generando un mestizaje, de tal forma que predominen el uso del español y el inglés.

Así, notamos que las actitudes hacia la maya son heterogéneas, porque hay contrastes

de opiniones, los que piensan que es importante su uso, su legado, el patrimonio histórico

de la cultura maya y los hablantes que la emplean. Por el lado contrario, subsiste la idea

de que es un idioma de los pueblos y se encuentra en peligro ante las denominadas len-

guas de prestigio.

ACTITUDES HACIA LOS HABLANTES DE MAYA

“Son personas muy pobres, de baja categoría”

Aunque las actitudes hacia la maya son favorables y los monolingües de español en gene-

ral consideran que la maya tiene valor y prestigio, no es el caso para las actitudes hacia los

hablantes nativos indígenas de la lengua.

Los entrevistados contestaron la siguiente pregunta: ¿cómo es una persona que sólo

habla la maya, cuál es la imagen que tienes de alguien que sólo habla maya? Así, el énfasis

de la pregunta fue en los hablantes que sólo usan la lengua maya. Veamos algunos ejem-

plos de 4 informantes, 3 masculinos y 1 femenino, sus respuestas se eligieron por ser las

que llamaron la atención al tener opiniones desfavorables hacia los hablantes de maya:

A. David, masculino, 25 años.

– E. ¿Cómo es una persona que sólo habla la maya, cuál es la imagen que tienes?

Componente cognitivo: “debido a esa cultura hoy somos lo que somos, es básico sobre todo

para el turismo”

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– A. No pos que, para mí que sabe más de la vida, o sea antigua, no, de ir a sem-

brar, de la milpa, de la parcela, más o menos así, no.

– E. ¿Alguien que sólo habla español?

– A. Pues ya es más contemporáneo, ya es más de este mundo.

En esta cita predomina el componente cognitivo, pues se refiere a lo que cree el infor-

mante acerca de los hablantes: personas antiguas o de la tercera edad que viven en el

campo, en el interior del estado; es un campesino que se encuentra en los montes, mien-

tras que el hablante de español es alguien del presente: “contemporáneo, de este mundo”,

propiamente de la ciudad de Mérida.

David radica en la colonia San Marcos Nocoh y es Ingeniero en Sistemas. El responde

de esta forma porque su entorno en el que habita tiene un panorama campirano, rural,

con una amplia población de mayahablantes. Al observar el patrón de vida de ellos; segu-

ramente es común que muchos se dediquen al campo y a las siembras, puesto que la zona

se presta por sus amplios terrenos a la realización de tales actividades.

B. Rosario, femenino, 59 años

– E. ¿Aprenderías maya actualmente si pudieras?

– B. Sí.

– E. ¿Por qué?

– B. Porque a mí me gusta hablar maya, para mí es un idioma bonito.

– E. ¿Actualmente los que hablan maya, cómo son, cómo los describirías, qué ima-

gen, idea tienes de ellos, sólo los que hablan maya?

– B. Pues son personas muy pobres, muy, que no sobresaltan como un profesional,

sino como de muy de baja categoría, así para los que tienen dinero, los ven

muy poquitos, pero su idioma es un valor, lo que tienen ellos de su idioma no

se comparan con un doctor, con un doctor por decir, porque ellos, no, si es

que lo estudian tienen que pagar, ellos no, de nacimiento traen ese idioma.

Aquí encontramos un contraste: la significación de hablar maya cuando se habla de la

lengua y lo que son los hablantes nativos. Observamos que la informante señala su deseo

de saber la lengua y destaca una expresión positiva sobre ella al denotarla como “un idio-

ma bonito” y con “un valor”, pero ante la pregunta de cómo son los que hablan la lengua,

su percepción usa componentes afectivos para describir a los mayas como personas “de

baja categoría”, y al mismo tiempo emite un componente cognitivo, porque describe la

realidad de la pobreza en la que se hallan los mayas y la forma en que son percibidos por

los que tienen poder adquisitivo, diferenciando así entre lengua y hablantes.

Componente cognitivo: “sabe más de la vida, o sea antigua, […] de ir a sembrar”

Componente afectivo: “son personas muy po-

bres […] de baja categoría así para, los que

tienen dinero, los ven muy poquitos”

Componente cognitivo: “son personas muy

pobres […] de baja categoría así para, los que

tienen dinero, los ven muy poquitos”

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C. Josué, masculino, 23 años

–C. Yo pienso que esa persona es, no que sea no que esté bien preparada, no que

tenga sus estudios, tal vez porque nunca en su vida se ha tomado la molestia, o

simplemente porque no vivió con personas que hablan español, sino porque

está muy alejada mucho de la comunidad de las civilizaciones que hoy en día

ya han crecido, entonces esa persona su idioma es su lengua natal de nacimien-

to, no se le culpa de nada o sea es de él, me parece bien porque además es

suyo, hay personas que todavía entienden su idioma y pueden ayudarlo, y

quizás pueda también aprender un poco de español.

Nos llama la atención cómo Josué de 23 años usa los 3 componentes en su discurso,

primero titubea entre asumir que las personas mayas tienen o no estudios, para él, alguien

preparado es quién ha convivido con el español tal como dice: “porque no vivió con perso-

nas que hablan español”. Luego nos dice que los mayas están alejados de las civilizaciones,

por lo tanto implica que le parece que los mayas no son civilizados.

Asume una posición como paternalista al decir que el maya no es culpable de su situa-

ción, y que lo deseable es que los que saben español le puedan ayudar. Así, una persona

que sólo habla maya, para Josué es alguien que no forma parte de la civilización, pues los

estudios y la preparación académica o técnica tienen que ver con el español y no con la

lengua maya. Las personas que hablan la maya necesitan ayuda, y, desde su punto de vis-

ta, deben de saber el español para formar parte de lo que él considera “civilización”.

D. Bernardino, masculino, 36 años

–D. Yo he notado que los lugares donde más se habla maya son los alejados de las

ciudades principales, por lo mismo por ser las más alejadas son las más dismi-

nuidas, no tienen escuelas, no tienen servicios, su cultura la siguen conservando

tal como la aprendieron de sus abuelos, de sus ancestros, ¿no? Ellos viven

humildemente en sus casitas de paja, ellos cultivan su comida, ellos crían sus

animalitos, la mayoría son campesinos, se dedican todavía a la milpa, no es que

la maya sea exclusiva de gente humilde, sin preparación, con pocos recursos, lo

que pasa son los lugares alejados que no han sido afectados por la sociedad. Los

que están más cerca de la ciudad por lo mismo se ven obligados a aprender

español y siento yo que se sienten avergonzados de hablar en maya.

Encontramos aquí otra forma de explicar quienes son los mayas, el componente cogni-

tivo y al mismo tiempo afectivo cuando el informante expresa lo que sabe acerca de los

Componente cognitivo: “no

vivió con personas que hablan

español”

Componente afectivo: “está

muy alejada mucho de la co-

munidad de las civilizaciones”

Componente conductual:

“quizás pueda también apren-

der un poco de español”

Componente cognitivo: “ellos viven humilde-

mente en sus casitas de paja”.

Componente afectivo: “ellos viven humilde-

mente en sus casitas de paja. […] Son los luga-

res que no han sido afectados por la sociedad”

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mayas, pero evaluando la vida de ellos: “viven alejados, en sus comunidades no hay escue-

las ni servicios, se dedican a la vida del campo, a la crianza de animales, tienen pocos re-

cursos, viven humildemente en sus casitas de paja”.

Posteriormente aparece un componente afectivo que llama la atención cuando dice:

“no han sido afectados por la “sociedad”, eso implica que para Bernardino ¿los mayas no

viven en sociedad? ¿estamos ante una visión del maya como un ser primitivo y exótico?

Bernardino concluye diciendo que los mayas que viven cerca de la ciudad, en este caso,

Mérida, se ven obligados a aprender español y se avergüenzan de hablar maya.

Cabe resaltar que la descripción que hace Bernardino sobre los mayas tiene relación

con las labores que desempeña en la CFE, pues acude a diversas comunidades del interior

yucateco donde ha observado las condiciones en las que viven los mayahablantes.

No negamos que los informantes, monolingües de español de Mérida, cuando describen

a los mayas en condiciones de humildad y pobreza, hacen alusión a una realidad que se

puede verificar porque hay escasos recursos en muchas comunidades yucatecas, pero llama

la atención cuando se afirma que necesitan el español y no son parte de una civilización.

Los datos presentados muestran que el estudio de actitudes hacia la lengua maya en

Mérida y sus hablantes representa una dicotomía, pues las actitudes hacia la maya diver-

gen claramente de las actitudes hacia los hablantes de esta lengua. En este marco surgen

varias preguntas: ¿qué genera que la lengua sea percibida de un modo y los hablantes de

otro? ¿por qué no existe la correspondencia entre actitudes hacia la lengua y los hablantes

en el ámbito de la maya en Yucatán?

Los monolingües de español por el tipo de respuestas que han presentado hacen una

relación de la maya con el español, para ellos el maya se civiliza, adquiere valor y prestigio

siempre y cuando sepa la lengua española, porque si es alguien que sólo habla la maya no

tiene el mismo aprecio, su lengua entonces adquiere un costo en el mercado lingüístico

sólo cuando va en compañía del español y, si es posible, del inglés10.

Sin embargo, debemos notar que la lengua maya por sí misma, y sin considerar al

hablante de maya, tiene prestigio entre los entrevistados del sur de la ciudad de Mérida,

en comparación con los estudios que tratan las actitudes hacia otras lenguas indígenas de

México, como el otomí de Toluca (Terborg & Velázquez 2008). Los hablantes nativos de

otomí que usan el español como segunda lengua en la capital mexiquense tienen fuertes

desventajas en el ámbito profesional, el acento indígena que se nota al momento de hablar

español genera prejuicios hacia su idioma y hacia ellos como personas, es decir, las actitu-

des hacia el otomí y sus hablantes aparecen en el mismo nivel aun cuando hablen español,

de tal forma que son más negativas las actitudes en ese ámbito11.

En cambio, en Yucatán no siempre existe una correspondencia lingüística con la étni-

ca, es decir, no todo el que habla maya es indígena, es por eso que se propone distinguir

mayahablantes indígenas y mayahablantes no indígenas, entre ellos: mestizos, criollos y

personas que descienden de otros grupos étnicos, dado que Yucatán se ha caracterizado

por tener una fuerte inmigración extranjera11.

La mayoría de los hablantes de la maya en la actualidad son indígenas y mestizos, pero

desde la época colonial y durante los periodos postindependientes un amplio sector de

población no indígena empleó la lengua maya12.

El idioma vernáculo yucateco es un elemento que homogeniza a un amplio sector de

población de la Península de Yucatán, ya que la gente siente que la lengua y la cultura

maya pertenecen a todos los yucatecos y forma parte de su identidad que les genera

“orgullo”.

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Como vimos en la primera parte, muchos monolingües de español se expresan positiva-

mente acerca de la maya y la valoran fuertemente. Sin embargo, las actitudes se modifi-

can cuando se trata de los hablantes nativos y del presente, ya que los mayas prehispáni-

cos son los “grandes sabios, astrónomos, los que edificaron las pirámides”, en palabras de

la gente, no así los actuales que viven en condiciones humildes13.

Dice Tusón (1997: 30) que es humana la opinión sobre las lenguas y los hablantes,

pero con la posibilidad de que sea una historia del prejuicio lingüístico. Concordamos con

el autor que existen juicios de valor hacia la lengua y los hablantes, en nuestro estudio

encontramos muchos prejuicios de los que ya hemos dado cuenta.

Así, como resultado de lo anterior, propongo el siguiente modelo para el estudio de las

actitudes hacia la maya y sus hablantes en la Península de Yucatán:

Las actitudes, siguiendo la figura, deben estudiarse hacia la lengua en un nivel y hacia

los hablantes en otro. Pero esto no impide que en algún momento se combinen y los lími-

tes entre lengua y hablantes no se distingan, es decir, que en un futuro hablar de la maya

implique al mismo tiempo a los hablantes. Por lo pronto, en nuestro análisis hemos visto

que no existe esta correspondencia, son 2 los tipos de actitudes: hacia la lengua y hacia

los hablantes.

¿ES MÉRIDA UNA CIUDAD CON FUERTES INFLUENCIAS MAYAS?

A pesar de que las actitudes son diversas y heterogéneas, la capital yucateca es una ciudad

en la que la lengua y la cultura maya erigen patrones de costumbres y estilos de vida, no

sólo porque las estadísticas del INEGI (2005) aseguran que un 13% de la población de

Mérida habla la maya, sino porque la lengua tiene función y uso, tanto en los ámbitos

públicos como privados, además de que los estilos de vida de los mayas siguen estando

presentes en la urbe.

Al respecto, Allan Burns (1993: 71) sostiene que Mérida es una ciudad que se está ma-

yanizando:

“En lugar de pensar en la ciudad como un monstruo que come gente y cultu-

ra, podemos ver la ciudad como un espacio que poco a poco está reconvir-

tiéndose en un sitio maya. En otras palabras, la ciudad no está cambiando a

la gente, pero la gente, sí está cambiando a la ciudad”.

Los hablantes de maya emplean su lengua en las calles, en el mercado, en los edificios públi-

cos gubernamentales, en el hogar. Además, existen colonias en el sur de Mérida, con altos

índices de migrantes mayas que siguen hablando su idioma (Mossbrucker (1999: 101).

Muchos comercios, probablemente por intereses económicos, usan letreros en maya y

español14, mientras que en los edificios históricos de Mérida es común encontrar láminas de

color rojo que exponen la historia de la construcción tanto en maya, español e inglés, lo cual

está generando un nuevo paisaje lingüístico urbano como aparece en las siguientes fotos:

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�����

�� ��

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��� ���

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Foto 1: Ejemplo de un letrero en maya en un comercio del centro

histórico de la ciudad de Mérida

Foto: Sima 2010

Foto 2: Lámina pegada en el edificio colonial conocido como La Casa

de Montejo, los datos históricos aparecen en español, inglés y maya

Foto: Sima 2010

Por el lado laboral, un hablante de maya es considerado en Mérida como alguien de

bajo estatus, sin embargo existen mayahablantes originarios de comunidades del interior

yucateco en situación económica de pobreza, que han sobresalido en el ámbito profesional

una vez que arribaron a la ciudad de Mérida (López Santillán 2010).

El espacio no nos alcanza para extendernos sobre este aspecto, pero queremos citar a

Ismael May, quien asegura que la gente de la capital yucateca se sorprende escuchándolo

hablar n maya15:

– I. Lo que sí me recuerdo recientemente, es de personas que cuando me

escuchan hablar en maya se voltean, y pero es como que una actitud

diferente me da la impresión, como casi como decir: ¡Habla maya! Bue-

no también tendría que decir que tal vez esa conducta se deba a que me

ven en un automóvil, me ven con cierto estatus ¿no? y bueno me ven

como una persona de la ciudad yo creo, por la forma en que visto, por

la forma en que me desplazo, por la forma en que me comporto y me

escuchan hablar en maya, parece que es algo que les sorprende.

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Ketzalcalli

De acuerdo con esta manifestación existen perspectivas positivas hacia los hablantes de

la maya en Mérida, si bien predominan las actitudes negativas; es posible que en un futuro

se genere una nueva visión hacia los mayas nativos, del mismo modo en que su lengua

actualmente goza de gran valor.

Queremos destacar finalmente que en el ámbito educativo es común la enseñanza de

la maya en muchas escuelas primarias de la ciudad de Mérida. El estudio de lengua maya

inició desde la aplicación del acuerdo 66 de la SEP en la década del ochenta, bajo el nom-

bre de “Ko’one’ex kanik maaya” (Aprendamos maya), por lo general se ha caracterizado

por ser un programa piloto y hasta el momento es una materia optativa.

El programa de enseñanza de la maya es parte de las políticas del lenguaje que los go-

biernos estatales de Yucatán emprendieron en los últimos años con el resultado que en la

última década se generó una nueva forma de ver a la lengua maya con actitudes más posi-

tivas (Villanueva 2008).

Al respecto, la Gobernadora del Estado, Ivonne Ortega Pacheco en materia de educa-

ción dijo lo siguiente16:

Desde la propia Secretaría de Educación, estamos inculcando a los niños de,

ver la posibilidad de tener una alternativa también la lengua maya en el nivel

primaria. […] Hoy, Yucatán por su propia vocación que tiene como un desti-

no turístico por naturaleza al cual le apostamos también como estado para el

desarrollo económico, los jóvenes le apuestan a aprender inglés sin perder

obviamente sus raíces, […] más con un fin económico o de mejoramiento de

su calidad de vida. […] Por eso estamos trabajando en que la escuela prima-

ria, además de poder tener inglés; también tener el maya y tener opciones de

diversidad en la lengua, ya no seríamos bilingües sino también trilingües.

Como podemos ver en este fragmento, la mandataria estatal asume que Yucatán tiene una

vocación turística de tal forma que para ella es importante que la juventud considere una

oportunidad no sólo aprender el inglés, también la maya como una forma de no olvidar

sus raíces, por lo que le apuesta a ser un estado trilingüe, además, considera que la lengua

maya debe ser impartida desde el nivel de primaria, por lo tanto su gobierno está impul-

sando una política lingüística hacia la maya en el ámbito de la educación básica.

CONCLUSIONES

Las políticas lingüísticas que han llevado a cabo los gobiernos estatales en los últimos

años favorecieron al idioma regional, lo que generó una serie de actitudes que reconocen

la importancia, el valor y el prestigio de hablar maya y que “todo yucateco debiera cono-

cer” en palabras de los informantes.

El número de hablantes de maya en Mérida no está en aumento17, pero las actitudes

hacia la lengua son heterogéneas con tendencias positivas, favorables, lo cual significa que

es eficaz y provechoso, valido y eficiente para el desarrollo de las personas y del estado.

Sin embargo, los puntos de vista para los hablantes nativos e indígenas del idioma no

corresponden siempre con la lengua, puesto que consideran todavía al mayahablante co-

mo un individuo rural y que es raro encontrarlo en la ciudad de Mérida, aunque la capital

yucateca es una ciudad con fuertes influencias de lo maya; las actitudes hacia los hablan-

tes mayas son negativas.

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Las políticas del lenguaje se han centrado en la lengua y cultura, por lo que debe exis-

tir un replanteamiento en el que los hablantes nativos gocen de reconocimiento, ya que

hablar de la diversidad y el valor de un idioma no es en abstracto, puesto que los códigos

lingüísticos provienen de una comunidad que los usa.

El concepto de actitud lingüística que se propuso: “un conjunto de valores que un sec-

tor de población le concede a una lengua o sus variantes, motivado por la situación tempo-

ral en la que se encuentra el idioma, ya que las actitudes cambian conforme a las diversas

circunstancias en las que se encuentra la lengua”, indica que con el presente estudio no

estamos ante una reflexión profunda por parte de los informantes respecto a la lengua y

cultura maya.

Los vientos de marea, basados en políticas lingüísticas y asuntos mercantiles como el

turismo, generan en la población un conjunto de valores sobre el idioma maya como si

fueran novedosos.

Algunas ideas predominantes en el medio son: “Los que hablan maya salen hasta en la

tele”, “se gana mucho dinero si sabes hablar maya, español e inglés”, “el que sabe maya,

aprende fácilmente el inglés”, por lo que el factor utilidad, ganancia, beneficio, prestigio,

estatus, ingresos económicos, imagen, son las bases de la representación de las actitudes

hacia la maya por parte de los monolingües de español y también en los bilingües de maya

y español, aunque en este trabajo no nos centramos en ellos.

Esto nos habla que las actitudes de los hablantes hacia el idioma están sujetas a una

promoción temporal y la moda actual hacia la maya, según lo expresa Villanueva (2008:

79): “Durante la administración 2001–2007 del Gobierno del Estado de Yucatán, la cultu-

ra y la lengua maya de este estado se pusieron nuevamente de moda a nivel internacional,

nacional y local”.

De esta forma el concepto de actitud propuesto tiene relación con la situación tempo-

ral de la lengua maya que no se sabe si será perdurable, lo cual significa que la maya en

estos momentos es una moda muy rentable.

Por otro lado, la definición permite abrir una serie de discusiones acerca del presente y

pasado de una lengua. Las expectativas teóricas con esta definición es que sirva como una

forma de explicar los acontecimientos por los que atraviesa actualmente la lengua maya.

NOTAS

1. Según el INEGI 2010 hay 537,618 mayahablantes en el estado. El INEGI 2005 registró 527,107

mayahablantes en la entidad. Eso quiere decir que aumentaron a 10,511 hablantes, pero en

términos proporcionales de población ha caído 6% la población mayahablante en 5 años. Habrá

que observar qué factores determinan este cambio tan drástico.

2. Por su parte, Briceño Chel (2010: 5) dice: “los números supondrían que se trata […] de una

lengua con gran vitalidad, pero la realidad no es esa, sobre todo cuando vemos que la pirámide

de habla de la lengua maya queda casi invertida respecto a la pirámide poblacional, […] los cen-

sos muestran que […] el número absoluto de hablantes se ha elevado de cierta forma […] el por-

centaje de personas que la hablan va en descenso”.

3. Hasta el momento el INEGI no ha publicado la referencia a la población mayahablante de la

ciudad de Mérida del 2010.

4. Sin embargo es una cuestión estilística, ya que también suele usarse “el maya” en la población

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yucateca. Briceño sugiere la realización de un artículo desde la perspectiva de los autores sobre

cómo nombran la lengua y la propia de la población yucateca.

5. Arzápalo (1969: 133) señala a Yucatán como uno de los estados con mayor índice de bi-

lingüismo: “Yucatan being the Mexican State with the highest percentage of bilinguals (even

higher than Guatemala), it offers, on the other hand, an excellent example for the study of lan-

guage contact”.

6. Baker (1992: 17) señala como métodos para el estudio de actitudes: “Guttman’s Scalograma

analysis, the Semantic Differential Technique, the Repertory Grid Technique, Factor Analysis

and Sociometry being varied examples. Document analysis, content analysis, interviews, case

studies, autobiographes and the matched–guise technique are also well established alternatives”.

7. De acuerdo con Savarino (1999: 70) “Los indígenas conservaron sus tradiciones, […] retuvieron

una buena dosis de conciencia étnica, alimentada por su condición de herederos de una gran

civilización, cultivando recuerdos de la fuerte resistencia a la conquista española”.

8. Al respecto, García Landa (2006: 65) dice: “The particular ideology a person has in relation to

learning a language or several languages can be another factor in choosing a language, which

might be connected as well with what the individual’s academic, work or leisure community

believes it would be appropriate to learn”.

9. Al respecto, León–Portilla (2004: 66) dice: “Los procesos de globalización que, cada vez más

intensos, se dejan sentir, obviamente afectan también a las lenguas de los pueblos indígenas”.

10. Como dice Moreno Cabrera (2000: 237) que “el idioma es algo con lo que estamos familiariza-

dos de una u otra forma y ello nos lleva a emitir juicios apresurados y no basados en la reflexión

y el estudio, sino más bien en impresiones subjetivas, la mayor parte de las veces engañosas, y

en ideas inculcadas desde arriba o desde abajo. Esto explica lo extendidos que están muchos de

los prejuicios, estereotipos y tópicos”. Así, la maya es algo muy común en el entorno de Mérida

y Yucatán, pero cada quien emite sus opiniones subjetivas.

11. Algo parecido señala Baker (1992: 77) sobre actitudes hacia las lenguas en contextos de bilin-

güismo. En Canadá la gente supone que saber inglés y francés es bueno. En Galés; hablar galés

e inglés es importante. Hablar ambas lenguas es mejor que hablar sólo una. Se tiene mejores

amigos si se habla inglés y galés, entre otras actitudes que menciona el autor.

12. Redfield (1941: 23) afirmó que fue curioso escuchar gente hablando árabe y chino en los mer-

cados de Mérida durante la década del 40, situación que actualmente no se encuentra en la

ciudad.

13. Redfield (1946: 7) señaló que: “los elementos del lenguaje y la cultura maya aparecen hasta en

la ciudad principal, Mérida”.

14. Savarino (1999: 70) dice: “Al finalizar el periodo colonial, los mayas constituían el 75% de la

población, mantenían un extenso sistema comunitario con jerarquías sociales y políticas propias,

y habían logrado absorber a los mestizos, imponiendo su idioma y algunas costumbres incluso a

los españoles. Junto con Paraguay, Yucatán fue la región latinoamericana en donde los coloniza-

dores ibéricos fueron más indianizados culturalmente”.

15. Según Villanueva (2008: 91) “la revaloración de los mayas de Yucatán es ambivalente; transita

entre verlos y asumirlos como sujetos que merecen respeto y capaces de tomar sus propias deci-

siones, y mirarlos y exhibirlos como objetos, piezas de museo, que deben conservarse como

expresiones exóticas […] ante espectadores extranjeros y para beneficio de los empresarios del

turismo”.

16. Pfeiler, Franks y Martín Briceño (1990) exponen las actitudes en las nomenclaturas de comer-

cios del centro de la ciudad de Mérida hacia la maya y el inglés.

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17. Aunque su caso es evidente, dado que es profesor de maya, por lo que es natural que constan-

temente hable en maya, de cualquier forma sirve como ejemplo de los profesionistas mayas que

usan la lengua en espacios públicos de la urbe yucateca.

18. Entrevista que me fue concedida en septiembre del 2009.

19. Al respecto Pfeiler, Canché Teh y Carrillo Carreón (2010: 237) señalan que a pesar de que en

la década del noventa hubo un incremento en números absolutos de bilingües y monolingües

de maya, los porcentajes parecen decrecer, lo que se observa desde 1930.

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