54 5521 de mayo del 2016 21 de mayo del 2016

JUNTOS EN LA FE. Edith Varillas Garrido fue orde-nada diácono de la Iglesia anglicana en noviembre del año pasado. A su lado, el presbítero Jerry Acosta Grandes, su esposo.

Irma Varillas Garri-do es diácono de la parroquia La Ascen-sión, en Santiago de Surco, desde hace

siete meses. Entre sus funcio-nes está asistir al presbítero Jerry Acosta en la ceremonia de la eucaristía, aunque –a diferencia de las religiosas católicas– también puede oficiarla, lo que significa que da lectura a las Sagradas Es-crituras, las interpreta, ora y entrega el cuerpo y la sangre de Cristo a quienes quieran comulgar. Los fines de sema-na asiste a niños de Collique que requieren te-rapia psicológica. Es, además, en-fermera, madre de tres jóvenes profesionales y esposa. Está ca-sada con el pres-bítero Jerry.

Ella es miem-bro de la Iglesia anglicana, que permite a las mu-jeres ser diáco-

MUJERES AL ALTARA propósito del anuncio del papa Francisco sobre la formación de una comisión para investigar el papel de las mujeres diáconos en la Iglesia católica, exploramos esta labor en otras religiones en el país.

“La vocación religiosa no se condice con el matrimonio en la Iglesia anglicana, sino todo lo contrario, se refuerzan mu-tuamente”.

ESCRIBE: NORKA PERALTA LIÑÁN @NORKAPERALTAL

FOTOS: TATIANA GAMARRA

nos, presbíteros y obispos. Como hijos de pastores evan-gélicos, desde niños Irma y Jerry quisieron servir a Dios. Hace 14 años optaron por convertirse en anglicanos. “La vocación religiosa no se condice con el matrimonio sino todo lo contrario, am-bos se refuerzan”, explica el obispo anglicano Jorge Luis Aguilar Ocampo.

Irma recibió formación teológica durante tres años en un seminario externo como parte de su prepara-ción espiritual. Ahora puede oficiar matrimonios y bau-tizos, pero no consagrar la hostia ni el vino, ni absolver pecados. Por ahora, porque su anhelo es llegar a hacer-lo cuando alcance el grado

de presbítero. El problema es que la región que in-tegra el Perú den-tro de la estruc-tura de la Iglesia anglicana todavía es considerada conservadora y no ha dado luz verde para que esto suceda.

En la Iglesia cristiana evan-

POLÉMICA

56 5721 de mayo del 2016 21 de mayo del 2016

MISIÓN CRISTIANA. Flor Abad Campos es diácono en el Templo de Paz. Es profesional, madre de dos niños y esposa de un diácono.

Fan page: Somos

LA DIÁCONO EDITH VARILLAS CELEBRANDO UNA MISA:

gélica también hay mujeres diáconos, como Flor Abad Campos, una comunicado-ra y administradora de 36 años, de voz suave pero con una fuerte capacidad de con-vencimiento. Ella predica y desarrolla alabanzas en los cultos de la Misión Cristia-na Rey de Paz, en Breña, y puede oficiar bautizos y ma-trimonios, aunque aún no ha tenido la oportunidad. Por delante de ella hay pastoras y pastores, grados superio-res dentro de su Iglesia que reconocen la importancia de las diáconos.

“Como diácono siento que predico la palabra de Dios con esa sensibilidad especial que tenemos las mujeres. Muchas acuden a nosotras a contarnos problemas que no le dirían a los pastores, pero, claro, además de leer la bi-blia, tengo que dar el ejem-plo con madurez espiritual”, sostiene Flor sobre su labor.

PODER FEMENINOEl diácono es el primer gra-do del orden sacramental

tanto en la Iglesia anglicana como en la Iglesia católica, pero esta última no permite la ordenación de mujeres. “El Concilio de Orange del año 441 d.C. suprimió la ordenación de mujeres diá-

conos”, refiere el sacerdote Juan Miguel Dejo Bendezú, director de la Escuela de Posgrado de la Universidad Ruiz de Montoya. No se co-nocen los motivos detrás de esta decisión, que puso fin a

la participación femenina en este grado, pese a que esta fue promovida por los pro-pios apóstoles.

¿Podría cambiar esta si-tuación? En audiencia con 900 religiosas, el papa Fran-

cisco dijo el jueves 12 de mayo que se podría crear una comisión que es-tudie cuál era el papel de las muje-res diáconos en los primeros siglos de la Iglesia católica y si habían sido or-denadas o no.

En este encuen-tro, el pontífice pidió a las reli-giosas no aceptar trabajos domésticos en los servicios eclesiásticos porque devalúan su dignidad. Además, señaló que era necesario impulsar la participación femenina en cargos de responsabilidad en parroquias, diócesis y el Va-ticano. “Para ello no es nece-saria la ordenación”, precisó el portavoz del Vaticano, Fe-derico Lombardi, aclarando a quienes creyeron ver que se estaba abriendo una puerta

para que el cato-licismo permitie-ra la ordenación sacerdotal entre las mujeres, algo que no admite el Código de Dere-cho Canónico. Sin embargo, sectores radica-les, como la Aso-ciación de Muje-res Presbíteras Católicas Roma-

nas, reclaman la ordenación de mujeres “como una cues-tión de justicia y fidelidad al Evangelio”, según indican en su web. Sus miembros se han ordenado como sacerdo-tisas y obispos, aunque ello significó su excomunión. A la fecha hay 235 sacerdotisas en 13 países.

TESTIMONIO

“Somos hijas de Dios”

OLGA LUCÍA ÁLVAREZSACERDOTE COLOMBIANA

¿Cuándo y quién la ordenó? Fui ordenada el 11 de diciem-bre de 2010 por la obispa Bridget Mary Meehan, quien a su vez fue ordenada por un obispo en perfecta comunión con Roma. No podemos decir su nombre para no ponerle en problemas con el Vaticano.¿Antes de su ordenación cuál era su labor?Fui misionera seglar entre indígenas afro y campesinos de Colombia. ¿Por qué quiso ordenarse como sacerdote? Me hice presbítera por la

escasez de clero en el campo y en los barrios populares de la ciudad.Luego fue excomulgada... Nuestra excomunión es automática, por ser mujer or-denada dentro del rito católico romano, pero es algo que no aceptamos.¿Dónde realiza su labor?Las personas nos buscan en nuestras casas-iglesias, como se hacía en las primeras co-munidades. Somos personas mayores, aunque algunas trabajan como maestras, en-fermeras o en los hospitales.

LAS DIÁCONOS EN LA HISTORIAAL SERVICIO. Las diáconos aparecen en los orígenes del cristianismo como las mujeres que ayudaban en los bautizos y en servicios de caridad. Las cartas de San Pablo hablan de su labor.

HERMANAS. “Ruego a Evo-dia y también a Sintique, que se pongan de acuerdo como hermanas del Señor. Y a ti, fiel compañero de trabajo, te pido que ayudes a estas her-manas, pues ellas lucharon a mi lado en la predicación del mensaje de salvación”, dice la carta de San Pablo a los filipenses.

SÍMBOLO. Febe, llamada la diácono de la iglesia de Cencreas por el propio San Pablo, es la más conocida entre este grupo de mujeres

que jugaron un activo rol en los albores del cristianismo. “Ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo”, se lee en Roma-nos 16:1-2.

DISCÍPULAS. En Lucas 8:1-3 se relata que Jesús visitaba aldeas y ciuda-des junto a sus discípulos y un grupo de mujeres: María Magdalena, Juana y Susana.

EL PUNTO EN DEBATE. El diaconado es el rango inferior del orden sacramen-tal, que es transmitido por sucesión apostólica desde tiempos de Pedro. Así se or-denan sacerdotes y obispos.No hay certeza histórica de que las mujeres diáconos hayan sido ordenadas.

Francisco ha pedido a las religiosas no hacer trabajos domésticos en los servi-cios eclesiás-ticos para conservar su dignidad.

¿Por qué debe haber sacer-dotes y diáconos mujeres? Es un acto de reconocimiento en igualdad y justicia, como hijas de Dios. No es justo que se diga en el Canon 1024 que solo los hombres bautizados pueden ser ordenados. ¿Aca-so el agua con que los bauti-zaron a ellos es diferente?

PEREGRINA. Olga (derecha)trabaja entre Bogotá, Cali y Medellín.