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Nº 19 - NOVIEMBRE - DICIEMBRE DE 2013 coordina:Isidro Felipe Acosta (Pasa a la página siguiente) Una de las últimas eta- pas constructivas del tem- plo parroquial de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo Bajo, se centró en la construcción de una torre a nivel de fachada en el mismo lugar donde unos siglos antes se levantaba un modesto campanario. Has- ta el momento el vacío do- cumental o el poco interés por su estudio, nos han de- jado únicamente su posible atribución al arquitecto Ma- nuel Oráa y Arocha (1822- 1889). El investigador Pedro Tarquis, cuando biografiaba al citado arquitecto, describía la obra con las siguientes pala- bras: Una obra modesta de nuestro arquitecto es la torre que se levantó en la parroquia del Realejo de Abajo. Se eri- gió del lado de la Epístola, para seguridad de la cimen- tación. Es el costado de la plaza del Levante, entre dos puertas de cantería que se abren por aquel costado. Se alza por repisas. Bastante alta el primer cuerpo, hasta sobresalir de la techumbre de la iglesia. En la segunda repisa se halla el cuerpo de las campanas y el reloj. Ter- mina en una cornisa muy es- pecial. Templete cubierto por media naranja, también con campanas. Agudo rema- te que simula una linterna. La reciente publica- ción de la catedrática Car- men Fraga sobre la fachada del templo de Nuestra Se- ñora de la Peña de Francia en la ciudad de Puerto de la Cruz, y su mímesis arquitec- tónica con la torre de la pa- rroquia realejera nos han suscitado una serie de cues- tiones que intentamos diluci- dar en este trabajo. La primera que nos planteamos es la fecha de su construcción, que debía de ambular entre 1895 y 1904, fechas que tomamos de instantáneas fotográfi- cas donde podemos apre- ciar el primitivo campana- rio y la nueva torre. Ante el conocimiento, hace al- gún tiempo, de la existen- cia de un pergamino loca- lizado al desmontar la construcción tras el incen- dio de 1978, y su transcrip- ción por parte del sacerdo- Manuel Jesús Hernández González A comienzo del siglo XX: la construcción de la torre de la parroquia matriz de la Concepción CATHARUM Revista de Ciencias y Humanidades del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias El proyecto de construcción de la torre se atribuye al arquitecto Manuel Oráa y Arcocha (1822-1889)

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Page 1: A comienzo del siglo XX: la construcción de la torre de la ... · uno solo de sus hijos po-seía ningún estudio supe-rior. Ahora, la consulta mé-dica, el servicio de farmacia y

Nº 19 - NOVIEMBRE - DICIEMBRE DE 2013

coordina:Isidro Felipe Acosta

(Pasa a la página siguiente)

Una de las últimas eta-pas constructivas del tem-plo parroquial de NuestraSeñora de la Concepcióndel Realejo Bajo, se centróen la construcción de unatorre a nivel de fachada enel mismo lugar donde unossiglos antes se levantaba unmodesto campanario. Has-ta el momento el vacío do-cumental o el poco interéspor su estudio, nos han de-jado únicamente su posible

atribución al arquitecto Ma-nuel Oráa y Arocha (1822-1889). El investigador PedroTarquis, cuando biografiaba alcitado arquitecto, describía laobra con las siguientes pala-bras: Una obra modesta denuestro arquitecto es la torreque se levantó en la parroquiadel Realejo de Abajo. Se eri-gió del lado de la Epístola,para seguridad de la cimen-tación. Es el costado de laplaza del Levante, entre dos

puertas de cantería que seabren por aquel costado. Sealza por repisas. Bastantealta el primer cuerpo, hastasobresalir de la techumbrede la iglesia. En la segundarepisa se halla el cuerpo delas campanas y el reloj. Ter-mina en una cornisa muy es-pecial. Templete cubiertopor media naranja, tambiéncon campanas. Agudo rema-te que simula una linterna.

La reciente publica-

ción de la catedrática Car-men Fraga sobre la fachadadel templo de Nuestra Se-ñora de la Peña de Franciaen la ciudad de Puerto de laCruz, y su mímesis arquitec-tónica con la torre de la pa-rroquia realejera nos hansuscitado una serie de cues-tiones que intentamos diluci-dar en este trabajo.

La primera que nosplanteamos es la fecha desu construcción, que debía

de ambular entre 1895 y1904, fechas que tomamosde instantáneas fotográfi-cas donde podemos apre-ciar el primitivo campana-rio y la nueva torre. Anteel conocimiento, hace al-gún tiempo, de la existen-cia de un pergamino loca-lizado al desmontar laconstrucción tras el incen-dio de 1978, y su transcrip-ción por parte del sacerdo-

Manuel Jesús Hernández González

A comienzo del siglo XX: la construcción de la

torre de la parroquia matriz de la ConcepciónCATHARUM Revista de Ciencias y Humanidadesdel Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias

El proyecto de construcción de la torre se atribuye al arquitecto Manuel Oráa y Arcocha (1822-1889)

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te e investigador D. JoséSiverio y su consecuentepublicación, podemos con-firmar la fecha exacta deinicio de las obras en1901. Para el conocimien-to general reproducimos eltexto:

El 16 de Abril de 1901fue abierto el cimiento de estatorre, construida por sus-cripción popular, de el I.Ayuntamiento, Excmo. Sr.Obispo, propietarios foras-teros y algunos vecinos deSanta Cruz de Tenerife yPuerto de la Cruz y Realejoalto.

Dios conserve la uniónde los hijos de este pueblopara seguir por la senda delprogreso alentados en suscristianos sentimientos en lanoble aspiración a su engran-decimiento y prosperidad;pues convencidos de los quedice el profeta •gaperis tumanun tuam et imples omneanimal benedictione•h, aldedicar esta obra al Altísi-mo, quieren que sea comoelevado pararrayos queatraiga siempre el Trono delCordero la benéfica lluviade la gracia que es la vida yla alegría.

LA COMISIÓN: ElAlcalde, Pedro Palenzuela.-El Párroco, José PestanoOlivera.- El Juez Mupal.Eliseo Toste Pérez.- El No-tario, Joaquín Estrada.- ElSecretario, GonzaloSiverio.•h (Firmado y ru-bricado)

Un simbólico texto,probablemente redactadopor el párroco Pestano, yque une la realidad socialdel momento, donde se an-siaba el progreso y la pros-peridad, con la alegóricacomparación de la cons-trucción con un elevadopararrayos que atraiga lagracia divina, todo muy pro-pio de la época y la sensibi-lidad manifestada por el cle-ro de principios de la cen-turia.

Por tanto, el conoci-miento de este documentonos aclara diferentes cues-tiones hasta ahora descono-

cidas, fundamentalmente lafecha de inicio de las obras,1901, y los promotores,suscripción popular. Entrelos promotores se encontra-ba el Ayuntamiento del Rea-lejo Bajo, el propio Obis-po, y vecinos de diversos lu-gares, tal y como recoge elpergamino. Sin embargo,este testimonio del momen-to de inicio de los trabajos,

no nos proporciona ningu-na información acerca de suautor.

La pérdida del archi-vo del consistorio del Rea-lejo Bajo, en el incendio de1952 del exconvento agus-tino de San Andrés y SantaMónica, sede del Ayunta-miento, nos dejó un vacíodocumental considerable.Los datos indirectos, saca-

dos de otros archivos,prensa o la propia tradiciónoral, nos han servido parareconstruir parte del pasa-do del pueblo. Estas fuen-tes son las que nos han des-velado otra de las conside-raciones sobre esta obra, elposible autor.

Como ya comentabaanteriormente, la publica-ción de la doctora Fraga

González sobre la facha-da del templo portuense deNuestra Señora de la Peñade Francia, nos alentaba aestablecer una serie de re-laciones entre ambas cons-trucciones que en ciertos ydeterminados aspectos es-tilísticos parecen miméticas.Sin embargo, los datosaportados en ese trabajo,entre los que se encuentranel autor del proyecto, el ar-quitecto Manuel Cámara, yel maestro de obra que loejecuta, Nicolás ÁlvarezOlivera, nos sugerían unaprobable autoría para la to-rre de la parroquial realeje-ra, a lo que se sumaba lacercanía geográfica, la se-mejanza arquitectónica, laaproximación cronológica,dejándonos entrever una re-lación entre ambas cons-trucciones, que tan sólo sehallan separadas por diezaños escasos.

La localización de losextractos de las actas mu-nicipales del Realejo bajodel último trimestre de 1900,nos confirmaban nuestra hi-pótesis. En la sesión cele-brada el 28 de octubre deaquel año, en el segundo delos puntos se acuerda:Aprobar el croquis de pro-longación de la torre de laiglesia Parroquial para lainstalación del reloj público,formado por el Maestro deobras D. Nicolás Álvarez yque con sujeción a el se pro-ceda a ejecutar las obrasnecesarias al efecto.

Confirmamos tambiénel promotor principal de laobra, el propio Ayuntamien-to, pero además como ele-mento necesario no sólopara la iglesia, que se«adaptaba» a los nuevosgustos estéticos, sino paracumplir una función, la co-locación del reloj público,elemento ya que había sidoadquirido unos años antes.

El avance de las obrasqueda refrendado en la cró-nica de la visita pastoral deese año 1901:

Al visitar el Realejo-

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Las obras comenzaron en 1091 y se realizaron por suscripción popular.

Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

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bajo ha contemplado tambiéngustoso nuestro Prelado unamejora que gracias al celo delPárroco Sr. D. José Pestanoy al de otras personas distin-guidas de la población, seestá llevando a feliz términoen la iglesia. Nos referimos ala bella torre octogonal quese construye con donativosde los fieles en uno de los la-dos angulares del templo pa-rroquial para campanario delmismo, y colocación de unreloj de doble esfera adquiri-do con anterioridad con eseobjeto por la municipalidad.La obra es digna de ponde-rarse por su utilidad y conve-niencia; no dejando de her-mosear el exterior del temploque por lo mismo, se desta-ca mejor y demás distancia.

En lo concerniente alautor y director de obra, Ni-colás Álvarez, nos hace pen-sar en una posible adaptaciónde los planos de la ya cons-

truida torre de la iglesia ma-triz portuense, o por lo me-nos una interpretación deaquellos. Su propia experien-cia constructiva y sus conoci-mientos como contratista yejecutor dan por hecho unapronta solución para el encar-go del Ayuntamiento del Rea-lejo Bajo. Tampoco aquí des-cartamos la prevalencia delgusto dominante en la época,no sólo por parte de los pro-motores civiles sino del pro-pio clero, que buscaban esa«modernización» de los es-pacios sacros acorde con lallegada del siglo, aunque nopodemos obviar una clara fi-jación –por los promotores-en el modelo establecido enel Puerto, que a partir de aquícrea precedente en la arqui-tectura religiosa de las islas.Si para la fachada del templode la Peña de Francia existióun planteamiento metódico yartístico, en el cual el remo-zamiento de la fachada se

transformó en una nueva lec-tura de un edificio donde pri-ma la praxis de humildes artí-fices, como apunta FragaGonzález, en el caso del Rea-lejo Bajo la construcción dela torre sólo su pondría unañadido que conseguiría dar-le más esbeltez al templo,consonante con la altura deledifico y su volumetría. Lapropia resolución constructi-va, con la combinación deparamentos blancos y ele-mentos de cantería en el nivelde campanario, aportabacierta elegancia al conjunto,mientras en la parte inferior eltratamiento grisáceo de labase mantenía una visiónacorde con la fachada del re-cinto donde prima la piedrade las portadas, esquineras yventanales.

Nicolás Álvarez y Oli-vera, portuense de nacimien-to, desarrolla su labor comomaestro de obra principal-mente en el Valle de la Oro-

tava. A sus intervenciones yaconocidas como el HotelTaoro, la decoración del sa-lón de sesiones del Ayunta-miento de la Orotava y al-gunas viviendas en aquellavilla, añadimos la ya citadadel Puerto de la Cruz comocontratista de la torre parro-quial y la que nos atañe en elcaso de Los Realejos. Sintener constancia documentalal respecto, nos aventura-mos a atribuirle su interven-ción en la fachada de la pa-rroquial de San Juan Bautis-ta del Farrobo, relación queapuntaba Juan AlejandroLorenzo Lima en su mono-grafía sobre el templo oro-tavense. Sin embargo, supersonalidad, hasta el mo-mento poco conocida, sevincula con la masonería; supertenencia a la logia de Tao-ro nº9, explicaría su interven-ción como director de obradel Mausoleo para el mar-qués de la Quinta Roja, di-

seño de Adolphe Coquet y laplaza del Ayuntamiento de LaOrotava, calificada por el Dr.David Martín López, como«conjunto masónico de ex-cepcional magnitud».

Nos planteamos, a ma-nera de conclusión, algunosaspectos no aclarados hastael momento y que dejamosabiertos para futuras investi-gaciones. Desconocemos elpresupuesto de ejecución dela obra, si hubo intervencióno no del arquitecto Cámarao si sólo lo asumió el propiomaestro de obra, así como lafecha de conclusión del pro-yecto, que debió ser anteriora noviembre de 1904.

Hoy, tras la reconstruc-ción del templo después delincendio de 1978, la torrecampanario se levanta en elcostado sur del templo, si-guiendo el modelo anterior,pero bajo diseño del arqui-tecto redactor del proyectoSebastián Matías Delgado.

La Iglesia de la Concepción en 1898. Foto Marcos Baeza.

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Veinte o treinta añosatrás, la cultura de este pue-blo, en términos generales,era en verdad muy diferen-te. Hoy no puede afirmarselo mismo. Numerosos jóve-nes de ambos sexos siguenactualmente los estudios deBachillerato y otras ense-ñanzas superiores en diver-

sos Centros privados o es-tatales. Y ya cuenta satisfac-toriamente la Cruz Santa conun acreditado número deProfesionales salidos de lasaulas universitarias y de di-ferentes Academias, Sa-cerdotes, médicos, licencia-dos, militares, maestros, pro-curadores, peritos, y otros

títulos oficiales, avalaránel acervo cultural y hono-rífico de un pueblo, cuyageneración actual recuer-da perfectamente cuando niuno solo de sus hijos po-seía ningún estudio supe-rior.

Ahora, la consulta mé-dica, el servicio de farmacia

y las atenciones de practi-cante están desempeñadoscon plena eficiencia portres prestigiosos y honora-bilísimos cruzanteros.¿Qué más puede pedirse entan corto espacio de tiem-po transcurrido despuésdel año veinte , en el quela Cruz Santa no era más (Pasa a la página siguiente)

que un pueblo anclado enla incultura rural, a cuyaraquítica sombra han idovegetando pobremente laspoblaciones campesinas?.

Fue una fecha claveen la marcha positiva deeste populoso sector de lasRealejos, el día en que se

La Cruz Santa, un problema inmediato y

más urgente: la iglesia parroquial (I)

José Álvarez GonzálezRevista Canarias. Noviembre de 1958

De las nuevas Parroquias creadas después del año treinta, el templo de la Cruz Santa, es uno de los más agradables y artísticos.

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construyó por la AutoridadDiocesana como parroquiaindependiente. Sus nume-rosos habitantes, la exce-siva distancia a recorrerpara el cumplimiento delos deberes religiosos, lasemiorfandad en que sevivía respecto de la cues-tión espiritual, reclamabanimperiosamente la acerta-da medida tomada por elinolvidable Fray Albino.

A partir de ese mo-mento, el horizonte se des-peja y se imprime nuevorumbo a la ansiedad que eneste orden cosas se hallabainsatisfecha muy a pesar detodos. La oscura cerrazóndesaparece, los VenerablesPárrocos promueven unacorriente altas aspiraciones,el hambre de saber y la sedde salvación dan un insólitocarácter de inédito sesgo ala condición cruzantera, y heaquí que la Cruz Santa, sinrenegar de sí misma, sinomuy al contrario: cada vezmás amante de lo suyo, se haincorporado con efectiva efi-cacia al fervoroso afán pro-gresivo de los pueblos mo-dernos, y el ideal religioso haprendido en ella hondamen-te con fructífera abundancia.La fe cristiana más arraigaday viva al correr de los años,las vacaciones religiosas quese despiertan, los dos vene-rables hijos suyos que regen-tan con general aplauso yapostólico celo otras tantasParroquias de Tenerife, y elnuevo clérigo de la localidadya en vísperas de recibir lasúltimas Ordenes Sagradas,son firmes argumentos queavalan nuestras afirmacionescon validez definitiva.

En medio de esta lar-ga serie de motivos que nopueden producir más que unaprofunda complacencia, sedestaca un problema apre-miante que se desarmoniza elconjunto con la exigente de-manda de su perentoria so-lución: La Iglesia Parroquial.

El templo actual no esmás que la antigua ermita, delimitadas dimensiones, queno han sido ampliadas sino

con la pequeña añadidura delbaptisterio. En todo lo demássigue ahora igual que antaño,si exceptuamos el embelle-cimiento interior. Este se de-bió en gran parte al Venera-ble Párroco, ya fallecido,Don Manuel García Fernán-dez, que se desvivió en sumogrado por convertir el mise-ro aspecto de una ermitacampesina en una suntuosamorada más digna del Se-ñor. Sus entusiastas iniciati-vas, secundadas por los pia-dosos feligreses, llevaron afeliz término la aspiracióncomún. De las nuevas Pa-rroquias creadas despuésdel año treinta, el templo dela Cruz Santa, dedicado a laCruz Santa y a Nuestra Se-ñora de las Mercedes, esuno de los más agradables

y artísticos. Pero su estrechez no

se ha remediado mucho nipoco todavía, y el aspectoexterior continúa lo mismoexactamente que en tiem-pos primitivos. La pobla-ción ha aumentado enor-memente más que en aque-llas épocas de lenta expan-sión, y los creyentes se mul-tiplican, y la organizaciónreligiosa con la pompa ygrandeza de su culto se per-fecciona y extiende. Y losreducidos límites del ámbi-to sagrado, bajo el techovetusto, ofrecen un obstá-culo insalvable.

Esta es por el mo-mento la gran incógnita quees preciso despejar en laCruz Santa, donde todosse lamentan con razón de

la dificultad para acomodarseen los días festivos los asis-tentes a la Santa Misa. No ha-blemos de la imposibilidadabsoluta con que se enfrentael pueblo cristiano cuando setrata de las festividades nota-bles, o de la tradicional afluen-cia en los solemnes cultos deSemana Santa. Entonces escuando se echa de ver el pro-blema en toda su cruda, sudramática realidad.

¿Que hacer para que seresuelvan tamañas dificulta-des?. No cabe duda que esmenester realizar un gran es-fuerzo para que desaparezcade una vez para siempre el se-rio obstáculo que imposibilitala debida asistencia a los Ofi-cios Divinos. Pero en la CruzSanta quedó ya demostradoque hay arrestos y voluntad

suficientes para actuar en lasocasiones decisivas y darcima felizmente a las empre-sas que a otros menos enér-gicos y decididos asustan yamilanan.

La construcción de unanueva Iglesia, en sitio ade-cuado, con la amplitud ne-cesaria, con arquitectura só-lida y moderna, con artísticoaspecto parroquial, con ele-vadas torres que anuncien alos cuatro vientos gozosa-mente, en el jubiloso y musi-cal sonido de sus campanas,la fe robusta e inquebranta-ble de un pueblo y el éxitorotundo de una voluntad do-tada de ejemplar decisión: !He aquí el secreto a vocescon que se debe solventarurgentemente el gran proble-ma religioso de esta circuns-cripción eclesiástica !

La Gloria que se coro-naría con ese hecho honro-so a los actuales habitantesde la Cruz Santa, sería in-marcesible.

Creemos con la mayorfirmeza que la propia nece-sidad y el honor de Dios ha-rán el milagro de aunar lasvoluntades y mancomunarentusiasticamente los esfuer-zos de un pueblo creyente,para emprender sin pérdidade tiempo esta magna obraque está pidiendo a gritos suconstrucción inmediata.

Si alguna voluntad titu-bease, si algún pusilánime sesintiera acobardado ante lamagnitud de la empresa, mirecon ojos bien abiertos el elo-cuente constaste que ofrecenel majestuoso edificio delCasino y la cercana, humil-de y pobre casa del Señor.De seguro sus bríos crece-rán desmesuradamente a lavista de esa desproporciónlamentable, y se encontraráentonces con ánimo valero-so y fuerte para acometer elproyecto al instante, aunqueello fuera una verdadera ha-zaña de los viejos gigantesmitológicos. El Dios infinito,nuestro adorable Redentor,su Madre Inmaculada, elalma inmortal y el Cielo en-tero se lo merecen plenamen-te.

El Venerable Párroco, Don Manuel García Fernández, se desvivió por convertir el miseroaspecto de una ermita campesina en una suntuosa morada más digna del Señor.

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Don José Viera y Cla-vijo falleció el domingo 21 defebrero de 1813, a las dosde la madrugada. Su muertey no por inesperada, ocasio-nó un tenso debate en el ca-bildo. ¿Dónde se ha de se-pultar al arcediano difunto?Por un lado, una reciente le-gislación prohibía los ente-rramientos en las iglesias ycatedrales. Por otro, elAyuntamiento no había con-cluido las obras del cemen-terio público, encontrándo-se además en un estado deabandono e indecencia. DonJosé había manifestado eldeseo de ser sepultado en lacapilla de San José de la ca-tedral y así lo dejó escrito ensu testamento, aunque tam-bién era sabedor de las le-yes contrarias. Todos estascircunstancias incidieron enel debate del cabildo, que elacta recoge con minuciosi-dad y crudeza:

Murió el Sor. Arce-diano de FuerteventuraDon José Viera y Clavijo.Cabildo extraordinarioDomingo 21 de Febrero de1813 por la mañana antesdel coro. En este cabildocitado por el Sr. Presiden-te se juntaron en esta Aulacapitular los SS. Dignida-des Arcediano titular Lugoy Prior Ruiz = Los SS. Ca-nónigos Borbujo y presen-te secretario = SS. Racio-neros Álvarez, Suárez, Cas-tillo, Cabral y Cueva. El Sr.Presidente titular Lugo dijohaber llamado este Cabil-do con motivo del falleci-miento del Sr. Arcediano deFuerteventura Dn. JoséViera y Clavijo, acaecien-do en la noche inmediata,a fin de que se dieren lasdisposiciones para su entie-rro y demás de estilo deesta casa. Y habiéndoseconferenciado sobre el es-tado e indecencia en que sehalla el Cementerio públi-co de esta ciudad sin ha-

berse acabado de cercar ycon entrada franca paraanimales y otros usos pro-fanos, a pesar de las recon-

venciones que ha hecho elCabildo al Ayuntamientode palabra y por escritopara que se construya esta

obra y no se tenga paradacomo está de muchos me-ses a esta parte; por lo quealgunos SS. fueron de dic- (Pasa a la página siguiente)

Julio Sánchez Rodríguez

Muerte y sepultura de Viera y Clavijo

«José de Viera y Clavijo, Sacerdote y Arcediano (2007)»

tamen que no se llevase atal sitio el cadáver del ex-presado Sr. Arcediano, sino

Retrato de Viera y Clavijo pintado por José de Ossavarry poco antes de su muerte.

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que se enterrase en el Pan-teón de esta Sta. Iglesia,puesto que el mal llamadoCementerio estaba tan in-decente para entierros defieles cristianos, y más desacerdotes, por negligen-cia por quien debe cuidarde esta obra para la que elCabildo ha dado aún másde lo que le correspondíaen cantidad de cerca dequatro mil pesos, fuera dehaber avisado en tiempooportuno que se continua-se su prosecución para queno llegara un caso como elpresente; ni se estuvierenenterrando los fieles comosi fueran bestias; se acor-dó por Bolillas por la M. P.que sin embargo de las jus-tas razones que ven apun-tando y reservándose el ca-bildo promover inmediata-mente quanto esté de suparte la conclusión del Ce-mentario en términos quesea lugar decente para elentierro de los fieles; porotras consideraciones node poco peso, se tenga elenterramiento del expresa-do Sr. Arcediano en el ce-menterio público de estaciudad en la tarde de estedía, abriéndose la sepultu-ra en lugar contiguo al pa-raje en donde ha de cons-truir el cabildo el del ente-rramiento de sus indivi-duos, para que no se em-barace esta obra, y cu-briéndose con una lozapara que tenga la decen-cia componible con el malestado de dicho Cemente-rio, y puedan a su tiempotrasladarse los huesos allugar del enterramiento delCabildo, que forzadamen-te para evitar inconve-nientes entierra a este in-dividuo suyo en semejantesitio; en cuyo acto se harálo mismo que se hizo en elentierro del Sr. Deán Tole-do, a excepción de ir acom-pañando éste todo el Ca-bildo hasta el mismo Ce-menterio continuando has-ta allí la procesión en elmodo y forma que salga dela Iglesia y volviendo des-

pués a ella de la propiamanera; lo que se hará sa-ber al Maestro de Ceremo-nias, Sacristán Mayor, ydemás para que cada unocumpla con lo que le tocaen esta función que se eje-cutará con la pompa y apa-rato de estilo.

A continuación se ce-lebrarán en esta Sta. Igle-sia los oficios mayores y losmenores según la oportu-nidad. Escríbase la vacan-te a la Regencia del Rey-no, a los SS. ausentes y alSr. Ilmo. Obispo de Arequi-pa para que aplique al Sr.difunto las tres Misas deconfraternidad, y a todoslos Hacedores para que seretengan y pongan en ar-cas todo lo correspondien-te al post mortem, y sobre-

viviente al dicho Sr., cuyotestamento se leerá en elprimer Cabildo por no ha-berse podido leer en éstesino las cláusulas más in-dispensables a causa de nodiferir mucho la entradaen el coro. Y a Cabildo paratomar quantas providen-cias están de parte del Ca-bildo a fin de que el cemen-terio de esta ciudad se con-cluya y ponga en estadodecente, para que en élpuedan enterrarse los fie-les. Dr. Ramírez, secretario.

El deán don MiguelMariano de Toledo habíafallecido el 31 de julio de1811. El cabildo acompañóhasta la ermita de NuestraSeñora de los Reyes dondese rezó un responso. Su ca-dáver se enterró en el ce-

menterio provisional quese había habilitado junto ala ermita de San Cristóbal.Leemos en el acta de dichodía «que el entierro sea estatarde por no poder el cadá-ver aguantar a más tiempo,según juicio de los médi-cos... Mas por quanto nopuede darse a este señor lasepultura que señala en sutestamento y le tenía conce-dida el Cabildo en esta ca-tedral y capilla de Ntra. Sra.de los Dolores, mediante laactual disposición del Go-bierno para que no se haganentierros en las iglesias, sinoen los cementerios públicosextramuros de los puebloscomo el que se está cons-truyendo para esta ciudad,por lo que mientras éste seconstruye, se ha señalado elprovisional de San Christó-val». En el Libro de Preben-dados, leemos esta memo-ria-epitafio, que nos sirve deepílogo:

Escribió la Historiacivil y eclesiástica de lasIslas Canarias y la naturalde ellas mismas, y otrosvarios tratados sueltos quehacen muy su memoria,por cuyos méritos el Ilmo.Cabildo hizo sacar retra-to y colocar entre otrosque por semejantes moti-vos conserva a la entradade su Aula Capitular. Fa-lleció el 21 de Febrero de1813 a las dos de la ma-ñana en su casa situada enla plaza de Santa Ana, nº7, de edad de 82 años. Sucadáver fue sepultado enla cripta capitular del ce-menterio de esta capital,y en 20 de Febrero de 1913fue exhumado y sepultadoen la capilla de San Joséde esta S. I. Catedral Ba-sílica de Canarias, cele-brándose al día siguienteen la misma iglesia, conmotivo del primer cente-nario de su defunción, unfuneral solemne con ora-ción fúnebre, al cual asis-tieron las autoridades ynumeroso público». [Enrealidad, el finado tenía81 años y 55 días].

Los restos mortales de

(viene de la página anterior) Viera y Clavijo habían sidoexhumados con anterioridadel 19 de diciembre de 1860para ser trasladados a un ni-cho nuevo dentro del cemen-terio de Las Palmas. El actanotarial explica las razonesde dicho traslado: «...Su Se-ñoría manifestó que mediantehaberse expresado por par-te de la Comisión que esta-ba presente el deseo que te-nía el Ilmo. Cabildo Catedralde exhumar los restos mor-tales del Sor. D. José Vieray Clavijo arcediano que fuede Fuerteventura e individuode dicha Corporación, delmonumento ruinoso dondese hallan para trasladarlos auno de los nichos del Sepul-cro que la misma posee enel propio cementerio, ínte-rin se escogitan los mediospara costear un monumen-to digno de su memoria yque atestigue a las genera-ciones venideras la estima-ción en que la presente tienesus obras históricas y litera-rias que tanto honran a estasIslas...».

Por consiguiente, elacuerdo del cabildo en la fe-cha de la muerte de Viera [21de febrero de 1813] de tras-ladar sus restos al proyecta-do panteón de los capitula-res, tardó cuarenta y sieteaños en cumplirse. La deci-sión de trasladar en 1913 losrestos de Viera a la capilla deSan José de la catedral, nopudo ser más acertada. Pri-mero, porque así se dabacumplimiento a su voluntadtestamentaria y segundo, por-que el arcediano había sidouno de los tres José que ha-bían costeado la imagen delSanto Patriarca, junto al ca-nónigo don José Borbujo yal escultor de la misma donJosé Luján. A éstos se aña-dieron luego los canónigosBriñes y Bencomo, quienescontribuyeron con una cuar-ta parte. La inscripción de lalápida de mármol que cubreel sepulcro del sacerdote eilustre polígrafo reza así:

Don José de Viera yClavijo Arcediano de Fuer-teventura. Ecce nunc in pul-vere dormis

Lápida sepulcral de Viera en la Capilla de San José de laCatedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria.

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Leyenda es en LosRealejos el alma de Ben-tor, Mencey de Taoro a lamuerte de su padre Benito-mo o Bencomo, vagandopor la ladera de Tigaiga, es-cenario de su sacrificio rituala finales de la conquista. Elresplandor nocturno que aúndicen que puede verse, nosólo muestra su pena por lalibertad perdida, sino la ra-bia y la impotencia por eldestino de sus descendien-tes.

Por las investigacionesde Leopoldo de la Rosa Oli-vera conocemos que deBentor hay noticia de doshijos: un varón del que seacusó al Adelantado AlonsoFernández de Lugo, «hom-bre de dudosa solvenciamoral y de más dudosa fi-delidad de palabra», dehaberlo vendido dos veces,primero a su hermana, luegoa un Diego de Llanos, de LaPalma, y nada más sabemos;y una hija llamada despuésdel bautismo Ana Gutiérrez,casada con Martín de Mena,vecino de La Laguna. Unanieta de éstos se firmaba AnaBentor de Mena y un nietoAntón de Mena Benchorbe.Es probable que de losMena-Bentor quedara des-cendencia en Tenerife. PorLos Realejos queda memo-ria viva de aquel guancheque prefirió morir en liber-tad a vivir en esclavitud, víc-tima de conquistadoresirrespetuosos y desalmados.

Leyenda son los amo-res entre una princesa guan-che y su novio guerrero, juntoa la charca de Higa, en lazona baja de La Cruz Santainmediata al barranco de LaRaya. Amores desgraciados,por celos originados a raízde la presencia de europeosinvasores en la zona. «¡Quélinda era la princesa, y quégrande era su amor!», repiteel eco desde entonces.

Leyenda, amalgama dehistoria y fábula, es en LosRealejos el hecho de quedespués de la entrega de laisla de Tenerife, y de cantar-se en nuestra tierra la victo-ria, se bautizaron en un le-

brillo de barro barnizado deverde los Menceyes que serindieron, sentándose entres cuadernos sus nuevosnombres, los que al que-marse el archivo desapare-cieron con todos sus docu-mentos antiguos parroquia-les, concretamente en lacasa del mayordomo Mar-cos Hernández de Chaves.

Leyenda es la cam-pana donada por los mis-mísimos Reyes Católicos,presente hasta hace poco enel exquisito campanario gó-tico de la iglesia de Santia-go, al que en otro tiempo lasalmenas, cruces y cipresesdel Camposanto próximo(hoy Plaza de La Unión, ode los enamorados), le for-maban un cortejo como deestampa romántica. Aque-lla campana guarda relacióncon algún miembro de ladestacada familia Grimón.radicada en Los Realejos,donde muchos nombres re-cuerdan su influencia.

Leyenda alberga el tem-plo parroquial de la Concep-ción del Realejo Bajo, encuya portada lateral izquier-da según se mira, tiene incrus-tados en la pared, más altosque la cornisa, un sol y dosmedallones con bustos re-lieve, de factura muy tosca,que la tradición local afirmaque son retratos de Alonso deLugo y de Bencomo, prota-gonistas especiales de nues-tra Historia.

Leyenda es el misterio-so jinete que, guiado por sucaballo, encontró una Cruz enel barranco de La Raya den-tro del pago de Higa y quemandó hacer una ermita paracolocar el Santo Madero, loque daría lugar a la posterioriglesia parroquial de la SantaCruz en La Cruz Santa.

Leyenda recogida porJosé Antonio Oramas Luis esla que cuentan algunos de losvecinos de mayor edad denuestra zona costera. Asegu-ra que en el pasado siglo XIX

existió en el barranco deLos Caballos (junto a laRambla de Castro) otraermita o capilla, también ala advocación de San Pe-dro. Incluso señalan el lugarexacto en que estuvo, en el

margen derecho del barran-co y cercana al mar. Afirmanque se la llevó el aluvión de1826, pero que la imagen deSan Pedro, que en ella ha-bía, se salvó, pues «San Pe-dro se puso pesado» y lasaguas no pudieron con él.Indican que dicha imagen,restaurada, es la que perma-neció en la ermita de San Vi-cente hasta su posterior en-tronización en la restauradaermita de su nombre, al bor-de del camino real que ibadel Realejo a San Juan de laRambla. (Advierte el profe-sor citado que esta leyendadebe ser tomada con las de-bidas reservas, pues se ca-rece de documentación quela avale. Parece obvio seña-lar que esta ausencia de do-cumentos es una de las ca-racterísticas inherentes de lasleyendas o tradiciones ora-les, transmitidas de boca enboca, de generación en ge-neración).

También cuentan di-chos vecinos –añade el pro-fesor- que el aluvión se llevóigualmente la casa de la fa-milia López (de don Cristó-bal López Bautista (1756-1836), que fue Alcalde Realde San Juan de la Rambla),que estaba en dicho barran-co, en su margen izquierdo;y que un crucifijo tallado enmadera, que había en aque-

Álvaro Hernández Díaz

Leyendas realejerasPrograma de las Fiestas del Mayo del año 2000

Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

Leyenda es el misterioso jinete que, guiado por su caballo, encontró una Cruz en el barranco deLa Raya

En el aluvión de 1826, la imagen de San Pedro, se salvó, pues«se puso pesado» y las aguas no pudieron con él.

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lla casa, apareció días des-pués en la playa de LasAguas. Afirman, asimismo,que fue tal la cantidad demateriales que arrastró el ba-rranco hacia el mar, que sepodía ir andando hasta lapiedra de la Ruisa, que estáfrente a la costa.

Leyenda circula en tor-no a la llegada de la venera-da imagen de Nuestra Se-ñora del Carmen, del sigloXVIII, obra del taller geno-vés de Antón María Mara-gliano. Según se cuenta, estaimagen y la que habían soli-citado en el Puerto de laCruz arribaron al muelle endos cajas parecidas. La cajadestinada a los portuensesapareció deteriorada, por loque los receptores supusie-ron que la imagen contenidase hallaría igualmente en malestado. Los portuensescambian las cajas y nos en-vían la imagen que creíandañada, resultando que no loestaba, pues, al contrario,era de mejor ver y de mejorhechura la talla que llegó alRealejo. Se dice que de ahíarranca la tradición de quevengan los pescadores a larealejera fiesta del Carmen,«porque ésta tenía que ha-ber sido su imagen».

Otra versión es másconcreta al señalar que a laimagen de inferior calidad sele había asignado un emba-laje en caja de caoba, mien-tras que la Virgen del Reale-jo era el contenido de unarústica caja de madera co-rriente, hecho que, sin duda,debió confundir a los que enun principio creyeron en lasupuesta calidad artística dela que venía protegida en tanbuenas condiciones. Por úl-timo, la confraternidad oVenerable Hermandad de laVirgen del Carmen, que seorigina a la sombra del con-vento de San Juan Bautistay del Espíritu Santo, bajo losauspicios y el constante apo-yo de la comunidad agustinaestablecida en él, se quedócon aquella otra imagen que,al parecer, no les pertenecía.

Según el investigador

José Javier Hernández Gar-cía, la historia de la existen-cia de las dos cajas, con susdistintas versiones, puedeestar basada en una anécdo-ta cierta, pues era frecuenteen aquel momento en el quela adquisición de obras ar-tísticas fue tan importante,que varias imágenes llegarana un tiempo a los puertos dela Isla y se confundiese sudestino real. Y dejando a un

lado esta leyenda, es gratopensar que habitantes de unpueblo sencillo se reúnan yconsigan, para la iglesia con-ventual del pago de SanAgustín, esta atrayente obraitaliana en un momento en elque la aristocracia de la islaprefiere, todavía, hacer susencargos artísticos a talleresinsulares.

Leyenda envuelve alpersonaje Ángel García, co-

nocido por «Cabeza dePerro», pirata cruel que fueel azote de los mares de lasAntillas en el siglo XIX. Cap-turado en el puerto de SantaCruz de Tenerife, fue encar-celado en el castillo de PasoAlto. Y cuentan que en losaños de prisión construyó unpequeño bergantín, por tra-tarse de una promesa quehabía hecho invocando elnombre de la Virgen del Car-men, fabricando el barcosentado él y casi siempre fu-mando. El bergantín perfec-tamente aparejado lo ofre-ció para que fuera entrega-do a la Virgen del Carmendel Realejo Bajo y pasó a en-grosar el número de objetosdevocionales del Santuario.Se afirma que cuando habíarecalado por la parte nortede Tenerife, lo hizo por lasaguas cerca de la costa dela Rambla, divisando en loalto una casita, blanca comouna paloma, donde, al pare-cer, Cabeza de Perro habíanacido.

Justo nos parece re-cordar agradecidos a donAndrés Toste y familia, poracoger, cuidar y remozardurante muchísimos años la

maqueta del barco. A donJosé Luis Rodríguez Guilla-ma por ser su segundo res-taurador en fechas recientes.Y al maestro don José Na-varro López por dejar pa-tente la categoría de su artecomo tallista de la madera enla mesa-vitrina que actual-mente contiene el bergantínde Cabeza de Perro en elcorredor alto del santuariocarmelita del pago de SanAgustín.

Leyenda son los exvo-tos que pudieron contem-plarse alguna vez en la ermi-ta de San Vicente. Don Gui-llermo Camacho, nuestro in-olvidable y querido historia-dor, nos hablaba de un la-garto gigante que colgabadisecado del techo, como sele ve en algunas otras ermi-tas, ofrenda, al parecer, dealgún cabrero que lo captu-rara para librar del miedo asu ganado. Y el mismo donGuillermo había ofrecido laespoleta de una granada quedurante unos ejercicios mili-tares cayó a sus pies, afor-tunadamente sin explotar niproducir tragedias. Hemosindagado el paradero de losdos exvotos nombrados, sinobtener resultados positivos.Nuevamente, la desidia y lafalta de memoria históricahan dejado su huella, igno-rando el pasado, quizás pararepetirlo, irremediablemente.

Leyenda son las cruceshalladas en las barranquerasdel Naciente y del Ponienteen las inmediaciones de laCruz del Castaño, en LasLlanadas. Estas cruces notienen fecha, ni de cuándofueron colocadas y luegoencontradas. Y el relato tra-dicional detalla que delantede dichas cruces pasaba uncamino que utilizaban losabuelos para ir de peregri-nación a Candelaria. Ciertodía uno de estos peregrinosque pasaba por el camino encompañía de su esposa e hi-jos, es sorprendido por unafuerte tormenta que arrecia-ba con tanto ímpetu que lle-garon incluso a temer por susvidas. La familia se refugió(Pasa a la página siguiente)

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Cabeza de Perro», pirata cruel que fue el azote de los mares de las Antillas en el siglo XIX,construyó un pequeño bergantín, por tratarse de una promesa que había hecho invocando elnombre de la Virgen del Carmen,

Leyenda son las cruces halladas en las inmediaciones de laCruz del Castaño.

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en una cueva de arenas suel-tas sobre la que había unaenorme piedra abrazada porun gigantesco castaño don-de le rogaron a Dios alzaruna cruz en el castaño si sal-vaban sus vidas. La tormen-ta pasó y la familia peregrinapudo proseguir su camino.

Poco tiempo despuésla familia regresó a aquel cas-taño gracias al cual salvaronsus vidas, para hacer la cruzprometida para lo cual antesdebían pedir permiso al due-ño de la finca, don BenignoBarroso, de Icod de los Vi-nos. Este se lo concedió conla condición de que la ma-dera que utilizasen fuese sa-cada del para ellos benditocastaño.

Del castaño sacaron lamadera para hacer una ca-pilla y unir las tres cruces yquitarlas de la intemperie,pero la de ellos no la podíanponer dentro y la colocaronen lo alto de la capilla, y eldía tres de mayo la enrama-ban y por la noche monta-ban sus parrandas. Actual-mente, a la celebración de laCruz del Castaño se ha uni-do la de San Antonio Abad,protector de campos y ga-nados, y la fiesta tiene lugaren los primeros días del mesde septiembre.

La Leyenda acompa-ña a muchas de nuestras ce-lebraciones festivas. Leyen-das basadas en anécdotas yrecuerdos, a los que se vanincorporando progresiva-mente las fantasías e imagi-naciones populares. Como laque relata que hubo un añoen que la comisión de fiestasde la Calle del Medio soli-citó de una vecina, que vivíamuy cerca de la Cruz, queprestase la sábana de hiloque tenía, como lo venía ha-ciendo anualmente. Sin sa-berse por qué, se negó aello. En el momento en quela procesión pasaba por elPuente Arriba, al quemar unalluvia de voladores, se intro-dujo uno en la casa de dichavecina, quemando el baúldonde guardaba la sábana.

Podría pensarse en una elo-cuente y «llamativa» manerade expresarse la mismísimaSanta Cruz, como aseguranque hace la imagen del Cristolagunero, cuyos labios no semueven, y, sin embargo, lehabló a tantos devotos, an-helantes de su milagrosa pro-tección.

Una leyenda piadosaen torno a Nuestra Señorade las Mercedes, Patronade La Cruz Santa, transmiteque existía otra Virgen de laMerced más antigua que laactual. Al ir una mujer a co-ger trigo en un granero en elque, al parecer, vio la ima-gen, le pasó la mano por lacara, diciendo: «Virgen San-tísima, como no haces mila-gros te tienen ahí arrimada».Y, en respuesta, la Señora lehizo el milagro en su propiocuerpo, dejándole paraliza-do un brazo, que sirviera detestimonio ante sus conveci-nos, que habían descuidadosu culto.

En otra ocasión hubouna fuerte lluvia y unas vieji-tas escondieron en una es-quina debajo del tejado unasprendas, prometiendo a la

Virgen que si el agua no selas llevaba, le regalarían lamejor prenda. Y así fue, cesóel temporal, permanecieronen su lugar las prendas, yellas, en agradecimiento, leregalaron a la Señora el me-jor anillo. Según se cuenta,aún puede contemplarse enpoder de la Virgen de lasMercedes, la venerada ima-gen donada por el capitándon Juan Fernández del Cas-tillo, cuya fiesta se registradesde el lejano año de 1666.

En la relación de mila-gros de Nuestra Señorade Candelaria, que propo-ne Fray Alonso de Espino-sa, aparece el salvamento delnavío de un tal Pedro Belo,que en 1576 navegaba ha-cia España, y en el cual ibael bachiller Felipe Machado,cura beneficiado que era en-tonces del Realejo. Otro mi-lagro, el 27, da cuenta de unhermano de un citado Agus-tín Calderón, un moro que seconvirtió a la fe y se bautizóviendo la santa imagen deCandelaria, que en un mis-mo tiempo fue cautivado conél, esclavo de Hernando deCastro, del Realejo. Y un

tercer milagro que da cuen-ta de un Domingo Alfonso,vecino del Realejo, en el año1521, que habiendo quebra-do el espinazo, fue auxiliadopor unos guanches que pa-saron a su lado. Hizo pro-mesa a la Virgen, curose, yno fue desagradecido el buenhombre, porque de ahí apocos días fue a cumplir suromería y promesa. El mila-gro, pues, como fenómenosobrenatural, se integra per-fectamente en los relatos tra-dicionales que se volvieronleyenda.

Leyenda es la puertapintada de verde que a prin-cipios de siglo llamara laatención del escritor Leon-cio Rodríguez en la que lla-ma plaza principal del pue-blo. Según le informan des-pués, aquella puerta, en laque se leían las iniciales delos nombres de los Realejos(Alto y Bajo), marcaba lajurisdicción de ambos pue-blos. Una hoja pertenecía alRealejo de abajo y la otra alRealejo de arriba. Y seasombra:» ¡Ay del alcaldeque intentase gobernarmás allá de la hoja de su

puerta! Le darían con ellaen las narices. Aquel linde-ro es inviolable, y todosacatan esta sencillísimaordenanza municipal, queno ha sido menester poner-la en papel sellado ni enletras de molde.» (Nospreguntamos si esta puertasería la de la vivienda don-de tenían muy en cuenta lahabitación en que nacieseuna nueva criatura, para tras-ladarla inmediatamente, se-gún la conveniencia paternade que fuera inscrita en unou otro ayuntamiento realeje-ro, ya que, como las hojasde la puerta, unas habitacio-nes estaban en el linde delRealejo Alto, y otras en eldel Realejo Bajo. ¡Eran otrostiempos! Y aún quedan porcontar muchos detalles deaquellas circunstancias, aveces risueñas, a veces contintes de cierto dramatismo,por la mutua intolerancia quesiempre altera y daña la con-vivencia).

Leyenda debe ence-rrar una calle de San Vicen-te para ostentar el nombrede El Secuestro. No es

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Una leyenda piadosa en torno a Nuestra Señora de las Mercedes,Patrona de La Cruz Santa, transmite que existía otra Virgen de laMerced más antigua que la actual.

Leyendas basadas en anécdotas y recuerdos, como la que serelata de comisión de fiestas de la Calle del Medio

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cuestión de desatar capaci-dades de fábula, sino conti-nuar investigando para darcon el origen de tal denomi-nación que se nos antojaevocadora de episodiosnada agradables por cuantocualquier secuestro suponeprivación de libertades.

Leyendas de claustrodebieron acompañar a sorJesús María de San JoséÁlvarez, la anciana monja,última superviviente del Mo-nasterio de Recoletas Agus-tinas del Realejo de Abajo,quien en 1852 dirigió a laReina Isabel II un mensajeque era una entristecida lla-mada de socorro desde lasoledad de su celda. Con lamayor consideración y res-peto, su reverente súplicabuscaba que fuera restable-cido a su primitivo destino decasa religiosa aquel conven-to que ocupaban entoncesen su mayor parte las ofici-nas y salas del Ayuntamien-to, escuela y cárceles públi-cas

Nadie sabe si llegó elmensaje a manos de la rei-na. El Padre Siverio nos re-lata que la religiosa perma-neció en su celda hasta lamuerte, porque ni siquierapodía ya aceptar, a sus másde ochenta años, el trasladoal monasterio de San José deLa Orotava que le ofrecía en1856 el arcipreste don Do-mingo González Chaves, porcomisión del provisor y go-bernador eclesiástico.¡Cuánto podría haber con-tado aquella anciana monjasobre el devenir histórico denuestro pueblo y sobre lasrelaciones entre las comuni-dades de sus monasterios oconventos!

Leyendas encierranhasta las piedras realejeras.¡Que lo digan, si no, los be-llos nombres que ostentan enla costa: La Madre de lasViejas, Bucarona, Los Mo-rretes, La Mesita, La Cum-plida, El Sombrerete, ElMollero, La Rodriga,...! Y,cómo no, la cantada Piedradel Camello, en la Rambla

mantuvo con el mar un diá-logo extraño, a raíz del ma-nifiesto poder con que habíasido dotada la criatura deagua.

- Quiero dotarte detanta fuerza que todos losdías podrás aumentar tu ni-vel en un metro de altura osumergir en tus profundida-des a una criatura humana.Tú mismo debes elegir unade estas dos opciones que

te propongo.Y se afirma que el pro-

pio mar, dotado de razónpara este cometido, optó porlo segundo. Desde entonces,todos los días, sin faltar unosiquiera, el mar se ha estadotragando una criatura huma-na, porque si hubiera deci-dido crecer cada día un me-tro, ya hace tiempo que todoel planeta habría estado su-mergido en fondos de mus-

go y coral, donde ni la luz delsol se asoma.

Leyendas acompaña-ron buena parte de la infan-cia, como queriendo expli-car lo inexplicable. Por ejem-plo, el sabor amargo de loschochos o altramuces. Secuenta que cuando la Virgenhuía de la matanza decreta-da por el rey Herodes consu pequeño Jesús en brazos,tuvo que pasar por un huer-to de chochos secos que, alser movidos por el viento,simulaban chácaras jocosasy por tanto desconsideradasde su trance. «Qué amargase vio María/ cuando se ibaocultando,/ pero los chochossonando/ aumentaban suagonía». Y, en castigo, enton-ces la Virgen los maldice:«Tan amargos os veais,como amarga me veo».

Leyendas alcanzan afenómenos naturales como laesterilidad de la mula, cua-drúpedo híbrido y por tantoestéril, resultante del cruceentre individuos de la espe-cie caballar y asnal. Es ani-mal conocido desde la másremota antigüedad, valoradopor sus excepcionales con-diciones de fuerza, resisten-cia y sobriedad. No obstan-te, la leyenda aprovecha ele-mentos religiosos para expli-carnos su singularidad. La le-yenda se alía a veces con lapoesía para relatar en el len-guaje de los versos. La es-cena tiene lugar en el esta-blo de Belén, donde Jesúsnace:

(viene de la página anterior)

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de Castro. Camello, o másprecisamente dromedario, loes por su similitud con el la-borioso herbívoro. La ima-ginación ha concebido inclu-so historias de amor paraexplicar su origen fabuloso.Amores y hechizos, comoconcibe Miguel DomínguezGonzález, entre la bella prin-cesa Guayarmina de Taoroy un joven majorero que via-ja a lomos de un camello ala-do. Amores imposibles, per-turbados por la autoridadpaterna, que los vuelve des-graciados, mientras que bru-jos maléficos convierten ani-mal y soldados guanches enmiles de piedras esparcidaspor la costa.

Leyenda es casi elmar en sí mismo, desde susorígenes, como oíamos dechicos, cuando los mayoresnos acompañaban con cuen-tos hasta la antesala del sue-ño, al calor del hogar, al amorde la lumbre. Contaban, porejemplo, que el mismo Dios

Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

Leyendas de claustro debieron acompañar a sor Jesús María de San José Álvarez

Leyendas encierran hasta las piedras realejeras. cómo la cantada Piedra del Camello, en laRambla de Castro.

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Dios quiere a la res va-cuna porque la encontró a sulado, fue por ella acompa-ñado y un pesebre fue sucuna. No puede parir lamula, no puede tener hijitos,porque se comió la paja don-de nació Jesucristo.

El malvado animali-to, por poco conocimiento,no le causó sentimiento denuestro Dios infinito.

Leyenda es sinónimode fantasía, de fábula, don-de alternan realidad y fic-ción. Indudablemente, a tra-vés del tiempo, ha sabidotransmitir realidades y sue-ños de muchas generaciones,y de los más recónditos lu-gares del planeta que habi-tamos.

Leyenda y habladuríafueron durante un tiempo lasmisteriosas luces que,como almas en pena, se veíanatravesar por la noche lashuertas de la finca de La Is-leta, en el Realejo Alto. Mu-chos aseguraron sus dimen-siones, y el ritmo sincroniza-do de sus idas y venidas, aveces en medio de brumas,cual pálida mortaja, para re-alzar su efecto de concitar lamisericordia y la plegaria delos débiles mortales. La au-sencia de electricidad contri-buía a la creencia en su ori-gen de ultratumba. Sólo queel encanto y el susto desapa-recieron cuando alguien, ar-mándose de valor, decidióacercarse lo más posible... ycomprobó que no había ta-les espíritus, sino un humildecampesino regando a medianoche, que se alumbraba conuna campochina habilidosa-mente sujeta a su sombrerode fieltro. La única pena erano disponer de una buena lin-terna u otro artilugio con quepoder ver mejor en esas no-ches de dula de agua, a la luzmortecina de las estrellas, ode la pálida guadaña de laluna, eso si no campaba laneblina, como santa compa-ña de la rústica faena.

Leyenda o tintes de le-yenda, al menos, se nos an-toja que adquirió un fenóme-

no que se conoció como «elbicho». Fue en el año 1971,cuando en la isla de La Pal-ma se empezaban a producirnoticias sobre la erupción delvolcán Teneguía. Por LosRealejos, casi en la desem-bocadura del barranco Go-dínez, a la altura de San Vi-cente, comenzaron a produ-cirse fenómenos «extraños»,acompañados de ruidos in-quietantes, en una cueva dellugar, a donde se accedíadesde la carretera, junto aunas huertas. Se barajaron lashipótesis más dispares. Des-de que era un bufido que lle-gaba del mar; que se tratabade un tubo que traía directa-mente desde La Palma los re-bumbios del volcán; que eraun bicho desconocido... Al-gunos llegaron a acceder has-ta la entrada de la cueva, eintrodujeron ramas secas a lasque prendieron fuego. Todosin éxito. La concurrencia devecinos y muchos foráneosiba en aumento, atraídos unospor el «efecto científico», y losmás por el tenderete que elagrupamiento de curiosossuscitaba. Un ventucho cer-cano, que, oportunamente fueconocido como «la tasca delbicho», hizo su pequeño ogran agosto, por el incremen-

to de las consumiciones de losvisitantes. Hasta las murgascarnavaleras incorporaron elasunto a sus irónicas letrillas,aludiendo a que la visita aaquel «bicho» había produ-cido algún que otro «bichito»algunos meses después, a raízde la sugerencia de las som-bras en las inmediaciones delpunto de reunión. Unos me-ses más tarde se desveló elenigma, y fue paseada por elpueblo la pareja de noctám-bulas lechuzas que eran lascausantes de producir aque-llos ruidos, en sus naturalesprácticas de celo y aparea-miento en la cueva que es-cogieron como tranquila man-sión de amor, hasta que llególa marabunta y la confusión,que tanto dio que hablar,mientras La Palma atraía aotros amantes de la naturale-za, quizás un poco más sen-satos, a pesar de los impre-sionantes efectos del volcán.(Curiosa muestra de cómosurge una leyenda popular,que fue muy comentada en sumomento, y que al cabo deltiempo suscita la sonrisa yque, en cualquier caso, incre-menta nuestra particular mi-tología o colección de leyen-das populares).

Leyenda que circula

por Icod el Alto es la de lafamosa Piedra del Gallo.Hermógenes Delgado Luisnos detalla que se trata de unapiedra bastante grande, demás de dos metros de altura,que se encuentra en una delas laderas del barranco Ruiz,cerca del bar «El Bosque»,en el Lomo Juan de la Guar-dia.

Sobre esta piedra hayvarias leyendas. Unos dicenque las brujas que habitabanpor aquellos parajes el siglopasado y a principios deéste, colocaban sus piessobre la piedra y atravesa-ban de un salto el barrancoRuiz.

Otros cuentan quecuando los jóvenes de Icodel Alto venían de madruga-da de los bailes de LaGuancha, al pasar por lapiedra se sentían marea-dos, y las brujas los zaran-deaban y los tiraban por losaires de lado a lado delbarranco, sin que nada lespasara.

Otra versión dice queen El Lomo vivía un hom-bre muy bueno, cabrero deprofesión, a quien llamabande apodo «El Gallo», y quetenía por costumbre sentar-se en aquella piedra, mien-

Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado(viene de la página anterior) tras su rebaño de cabras

comía por las orillas y fon-do del barranco. Allí se ca-lentaba al sol cuando esta-ban los días buenos y, pa-sadas unas horas, se poníaa silbar para que las cabrasse fueran reuniendo. Cuan-do las tenía, se marchabaa su casa. Esto lo hizo du-rante muchos años hastaque ya muy viejo se murió.

Pasó el tiempo, ycuando hicieron la carrete-ra actual, hace unos cin-cuenta años, los trabajado-res que allanaban el terre-no, para dejar espacio a lacarretera, intentaron quitarla piedra, pero al empujar-la cantó un gallo muy fuer-te y su kikirikí sonó de den-tro de la piedra.

Los trabajadores, ex-trañados, contaron al en-cargado de los trabajos ya los vecinos lo que habíapasado. Fueron todos allugar aquel y de nuevo in-tentaron arrancar la piedra.Al instante se oyó de nue-vo el canto de un gallo. Losvecinos dijeron entoncesque dejaran la piedra don-de estaba, porque era vo-luntad de «El Gallo» que lapiedra en que se sentó du-rante tantos años, perma-neciera en el mismo sitio.Desde entonces es conocidacomo «la piedra del Gallo».

Es posible que el gallocantara por casualidad, por-que los gallos cantan cuan-do quieren. De todas for-mas, allí está la piedra paraque vaya a verla todo el quequiera, y si quiere compro-bar la leyenda... ¡que inten-te arrancarla!

Nadie ha podidoarrancar la piedra jamás.Como difícilmente arranca-rá alguien alguna vez la le-yenda de la esencia popular,en la que toma cuerpo firme.La leyenda es una de las ma-nifestaciones del saber de lospueblos, que permanece,que lo identifica y que lo de-fine. La época de fiestaspuede ser buena ocasiónpara el reencuentro y valo-ración de nuestras leyendas.

Leyenda que circula por Icod el Alto es la de la famosa Piedra del Gallo.

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Tesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoTesoros de nuestro patrimonio artísticoLos contactos co-

merciales establecidos entreTenerife y Andalucía en laépoca moderna determina-ron un continuo mercado de obras de arte, que iránengrosando el patrimonioinsular. La llegada de obrasescultóricas a las islas, es-pecialmente a Tenerife, pro-cedentes de esta regiónpeninsular ha sido una cons-tante en el proceso artísticoinsular desde el siglo XVIIhasta la actualidad. Aunqueserá a partir de los años cin-cuenta del pasado siglo,cuando este comercio sereaviva, aún más sicabe, después de las crisisde todo el siglo XIX y prin-cipios del XX. Las herman-dades y cofradías, las co-munidades parroquiales y particulares, son los querealizan principalmente es-tos encargos ante la escasaproducción de esculturaexistente en la isla.

La proliferación deescultores formados en laAcademia de Santa Isabelde Hungría de Sevilla, entalleres locales, así comoen determinadas Escuelasde Artes y Oficios provin-ciales, siempre bajo los pos-tulados más arraigados dela Escuela Andaluza del Se-tecientos, son sólo los des-encadenantes de toda unatradición escultórica quepodemos acuñar como ne-obarroca y que perviven entoda Andalucía. Una co-rriente que ha llevado con-sigo un continuo emplaza-miento de imágenes proce-sionales o la adquisición deotras para incremento de losmisterios o cortejos. Es, portanto, a estos talleres a don-de van dirigidos los encar-gos más relevantes que serealizan desde Tenerife5.

La villa de Los Rea-lejos en su historia más re-ciente no ha estado ajena aeste fenómeno. Sus princi-pales parroquias, NuestraSeñora de la Concepción y Santiago Apóstol atesoranobras salidas de talleres an-daluces contemporáneos.La falta de imágenes para

Pablo Hernández Abr eu

La imaginería andaluzacontemporánea en Los Realejos

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poder completar la secuen-cia pasional de la SemanaSanta fue el germen que in-dujo desde los últimos añosde la década de los noventa a establecer contactos conlos principales talleres de laregión andaluza para el encar-go de estos misterios; ade-más, en el caso de la parro-quial de la Concepción, estehecho se acentuó tras el in-cendio de 1978 que destru-yó su rico patrimonio. Porende, nos encontramos den-

tro del patrimonio escultóri-co procesional del templorealejero del Apóstol San-tiago con cuatro obras sali-das de la gubia de dos im-portantes imagineros: LuisGonzález Rey y AntonioBernal Redondo, de los queexpondremos unas brevesreseñas biográficas y el en-cuadre de estas obras den-tro de su producción.

Luis González Rey, ga-ditano de nacimiento, estaconsiderado como el más

importante imaginero de la provincia. Formado en laEscuela de Artes Aplicadasy Oficios Artísticos de aque-lla ciudad por parte del es-cultor Alfonso Barraquero,desde muy pronto comenza-rá a recibir encargos escul-tóricos. Desde su primeraobra concebida, fue el Se-ñor Resucitado para Jerez de la Frontera en Cádiz, sugubia, sus manos y su mentehan creado un sinfín de obras de una calidad artística in-

conmensurable, todas ellasdentro de la línea del neoba-rroco andaluz. Pero además,durante su vida artística se haencargado de múltiples y va-riadas restauraciones a imá-genes de reconocida famaen su ámbito más cercano.Su obra se proyecta fuera desu comunidad autónoma na-tal, ya que nos encontramosproducción suya en nuestraisla. Exceptuando las obrasexistentes en Los Realejos,su producción se localiza enBuenavista, Santiago delTeide y Puerto de la Cruz.En el primer municipio seconservan las tallas de Ntra.Sra. de Los Remedios(1997), Virgen de los Do-lores (1998), María Mag-dalena y Verónica (2000),así como un Sagrado Cora-zón de Jesús (2001). En lalocalidad sureña de Santia-go del Teide se atesorandos esculturas salidas de sutaller, una Dolorosa y unSan Juan llegadas a la islaen 1998. Por último, en laciudad del Puerto de la Cruz la parroquia de Ntra. Sra.de la Paz adquiere en 2001una nueva imagen de su ti-tular.

El templo matriz del Apóstol Santiago de LosRealejos, como ya se ha co-mentado anteriormente,conserva dos obras de esteescultor: El Ecce – Homoo Señor de la Cañita, fuedonada por los propios feli-greses a la comunidad parro-quial. La talla de excelenteacabado, nos presenta aCristo sentado sobre un cu-bículo, dolorido y abatido después de la flagelación ala que fue sometido. El ros-tro de marcado dramatismo,y uno de los mejores logra-dos por el escultor en su tra-yectoria artística, nos sobre-coge por su mirada de unhombre agotado por el su-frimiento. En su mano sopor-ta una caña a modo de ce-tro y parte de su cuerpo está cubierto con una capa de terciopelo púrpura. El Se-ñor Preso será el otro Miste-

Licenciado en Historia del Arte

Ecce – Homo o Señor de la Cañita. Parroquia del Apóstol Santiago, obra de Luis González Rey.

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rio cristológico que salieradel taller del mencionado es-cultor, obra bendecida elMartes Santo de 1998 y quefue donada por D. IsidroDorta y esposa. Jesucristose nos presenta de pie, ata-do de pies y manos, con mi-rada perdida y cabello enar-bolado. De gran maestríaescultórica se nos muestracomo una obra que rompeel usual esquema hierático alque estamos familiarizadosen Canarias. Incluso podría-mos acuñarla como una obra novedosa dentro de suproducción escultórica.

Antonio Bernal Re-dondo será el otro escultor– imaginero que posee obrasen el templo realejero Esteartista nace en el barrio deSan Basilio (Córdoba) enfebrero de 1957. Estudia ar-tes y oficios, visita el estudiodel profesor Amadeo RuizOlmos, pero por influenciafamiliar, orienta su futuroprofesional de otra manera,y trabaja como delineantedurante diecisiete años. Contreinta años decide dar ungiro a su vida y dedicarseplenamente a la escultura.De esta muestra recibe suprimer encargo, un Nazare-no para la localidad de Ada-muz. Una de las dos obrasque encontramos en el tem-plo realejero es Cristo en laOración en el Huerto. Lacomunidad parroquial nocontaba antiguamente conesta representación icono-gráfica, por lo que en el año1998 D. Avelino RodríguezGonzález y su esposa Dña.María José Mesa Pérez, através del párroco D. Anto-nio Hernández Oliva solici-tan al ecónomo de la Dióce-sis, D. Julián de Armas Ro-dríguez permiso para encar-gar a Bernal Redondo estegrupo escultórico. Dos añosmás tarde, en marzo del2000, la imagen llega a Te-nerife y es bendecida en eltemplo parroquial el domin-go 9 de abril, siendo sus pa-drinos los donantes ya men-cionados. El grupo escultó-

rico consta de dos imágenes:la imagen de Cristo se nospresenta arrodillado, con lasmanos abiertas y mirando alcielo, los ojos están lloro-sos y el sudor se convierteen sangre. Sus rasgos facia-les y su tono de piel morenadotan a la obra de una pro-funda belleza. La segundatalla de este grupo es el án-gel, de una ejecución exqui-sita, que se nos muestra depie, en una actitud que nosrecuerda al de la Oración enel Huerto de Francisco Sal-zillo.

La segunda obra delartista cordobés que encon-tramos en la parroquia rea-lejera es La Piedad. Ante-rior a esta, existía otra re-presentación que llegaría aTenerife en 1956 por media-ción por la familia JiménezFregel y que provenía de lostalleres de Olot. La imagenprocesiona por primera vezel Viernes Santo de 1961.

En el año 2003, y de nuevopor la iniciativa de la citadafamilia, se decide sustituir laimagen de La Piedad por suescaso valor patrimonial, ha-ciéndole el encargo a Anto-nio Bernal Redondo. Se tratade una talla en madera poli-cromada y revestida de te-jidos, compuesta por lasimágenes de la Virgen quesostiene sobre su cuerpo elcadáver de su hijo Jesucris-to. Llama mucho la atenciónel gran estudio de anatomíade esta última pieza, asícomo la expresividad delrostro de la Virgen.

En el Realejo Bajo, enlo que englobamos a la pa-rroquia Matriz de NuestraSeñora de la Concepción ya la parroquia de NuestraSeñora del Carmen, nos en-contramos con tres piezasque procesionan en nuestraSemana Mayor. En estecaso, estas nuevas imágenestienen un carácter algo más

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(viene de la página anterior) histórico ya que vienen a sus-tituir a las imágenes que seperdieron en el fatídico in-cendio del 5 de noviembrede 1978. La autoría de dosde las tres obras que vamosa ver corresponde a un mis-mo taller familiar, el del es-cultor Francisco FernándezEnríquez. Este escultor seforma en la Escuela de ArtesAplicadas de Sevilla, cola-bora con numerosos artistashispalenses como FranciscoBuiza o Carlos Valle. Com-paginó el mundo laboral conel arte hasta que pudo abrirun taller propio y dedicarsetotalmente a su faceta comoartista, trabajando con sushijos Rubén y Darío Fernán-dez Parra. Este último es elautor de la segunda imagenque nos ocupa, la EntradaTriunfal de Jesús en Jeru-salén. Nacido en Sevilla en1973, desde muy joven tuvovocación de escultor. Entróen el taller como discípulodel imaginero D. AntonioDubé de Luque, al mismotiempo que estudiaba en laEscuela de Artes Aplicadas

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Cristo en la Oración en el Huerto. Parroquia del Apóstol. AntonioBernal Redondo.

La Piedad. Parroquia del Apóstol. Antonio Bernal Redondo.

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y Oficios Artísticos de Sevi-lla, pasó al taller de su padrecon el que colabora en va-rias obras y luego se indepen-diza, abriendo su propio ta-ller en la ciudad hispalense.Su primera obra a destacarson los dos evangelistas querealiza en 1992 para el pasodel Santísimo Cristo de laHumildad y Paciencia de laHermandad de la SagradaCena de Sevilla.

El primer caso es el deCristo atado a la Columna,la imagen desaparecida erade talleres industriales penin-sulares, fue donada a la pa-rroquia por D. Martín Tosteen 1941. Tras el incendio, nosería hasta el año 1999 cuan-do este paso se volvería a verprocesionar por las calles deRealejo Bajo. La talla de Fer-nández Enríquez se nos pre-senta con las característicasde esta iconografía, desta-

cando el trabajo de sus ma-nos y en un rostro que nostrasmite serenidad al mismotiempo que sufre el dolor delos azotes. La escultura fuebendecida el 20 de marzo deese mismo año y recibió elnombre de Jesús de la Sa-lud y Misericordia atado ala Columna. Los padrinosde la imagen fueron sus pro-pios donantes, D. AntonioVera Pérez y su esposa Dña.Ascensión Pérez Domínguez.

En el caso de la Entra-da Triunfal de Jesús en Je-rusalén también se trata deuna imagen que sustituye auna anterior desaparecida en1978. Ésta databa del año1976, realizada por sacerdo-te hijo de este pueblo y Ca-nónigo Emérito de la SantaIglesia Catedral de La Lagu-na, D. José Siverio Pérez. Enel año 2004, la Hermandadde Nuestra Señora del Car-men decide encargarle a Da-

río Fernández Parra una ta-lla en madera policromada dela Entrada Triunfal de Jesúsen Jerusalén para que se in-corpore a la Semana Santarealejera, recibiendo culto enla parroquia mariana. Cristose presenta sentado de ladoen un burro, con la manoderecha bendice al pueblo ycon la izquierda agarra lasoga. El sábado 3 de abrilde ese año, víspera del Do-mingo de Ramos, se bendi-ce la obra, actuando comopadrinos la Venerable Her-mandad-Cofradía de Nues-tra Señora del Carmen.

La imagen de MaríaMagdalena es la última tallaque se ha incorporado a laSemana Santa realejera,concretamente de RealejoBajo, procedente de Anda-lucía, del taller de Juan Ven-tura, nombre artístico deJuan Antonio González Gar-cía, nacido en Lora del Río

en 1954. A los diecisiete añosse traslada a Sevilla para ma-tricularse en la Escuela Supe-rior de Bellas Artes, dondedesarrolla sus dotes artísticas.Al mismo tiempo entra comoaprendiz en el taller de D.Francisco Buiza Fernández,su maestro. El primer encar-go que ejecuta es el Cristo dela Sentencia para la Cofradíade la Sentencia de Vélez (Má-laga) en 1979.

Antes de esta existieronotras dos representaciones deesta iconografía: la primera deellas fue realizada en el sigloXVII y pertenecía a la Co-fradía de la Misericordia, pro-cesionaba arrodillada con elCristo Predicador el LunesSanto. La talla fue sustituidaa comienzos del siglo XIX poruna atribuida al escultor gran-canario José Luján Pérez(1758-1815). En el año 2009el sacerdote hijo del munici-pio de Los Realejos José Luis

García Hernández dona laimagen de la Santa, que con-servaba en su casa desdeunos años antes. El 21 demarzo de ese año fue bende-cida, actuando como padri-nos D. Salvador Celso Gar-cía Hernández y Dña. MaríaIrene León Álvarez, y proce-siona por primera vez en esaSemana Santa. La santa senos presenta de frente, aga-rrando con la mano derechael copón de perfumes y en laizquierda un pañuelo para se-carse las lágrimas. La pelucade pelo natural, el copón, tra-je y capa son de la antiguaimagen.

Con este artículo que-remos recordar cómo siguevigente el contacto de imagi-nería entre Canarias y Anda-lucía, no menospreciamos enningún momento a los artis-tas canarios, pero sí hace quenuestra Semana Santa seavariada y rica en arte.

(viene de la página anterior)

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Cristo atado a la Columna. Parroquia de la Concepción. Fernández EnríqueEntrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. Parroquia de la Concepción. Darío Fernández

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Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

Terminada la conquistade Tenerife, Alonso de Lugoviaja a España para comuni-carle a los Reyes Católicosel final de tal odisea. En Bur-gos, 3 de diciembre de 1496,realiza su primer reparto dela isla para sí y para Hernan-do de Hoyos, ayudante decámara del Rey Católico,arropado por la facultad quele han concedido sus Alte-zas:” de las tierras e aguasque son en la dicha Ysla deTenerife, que se disen Taho-ro".

Tahoro era uno de losnueve Reinos guanches den-tro del cual están hoy losmunicipios de La Orotava yLos Realejos. En este últimolugar, las mejores tierras yaguas correspondieron a es-tos dos personajes; las lla-maron del Campo del Rey ylos Traslataderes. El Adelan-tado, aunque esta data de re-parto de tierras era indivisa,dispuso de una parte de ellaspara darlas de nuevo a ungrancanario y a varios portu-gueses debido a la demora deFernando del Hoyo en tomarla posesión ya que no se diodemasiada prisa en venir aTenerife.,

En parte fue también

una de las formas de cubrirlos cuantiosos gastos de laconquista. Así pagaba a lamayoría de los que le habíanayudado económicamente ocon pertrechos.

Uno de ellos fue JorgeGrimón. Había nacido en elcondado de Namur que es-taba en la Borgoña belga, porcuyo motivo se le denomina-ba con frecuencia en lasfuentes documentales de laépoca por el sobrenombre de“el borgoñón”, aplicado a supersona y a sus propiedades.

Grimón, como soldadode fortuna, dispuso de unpequeño ejercito que puso alservicio de los reyes de Es-paña en la dificil toma deGranada donde tuvo el man-do de los bombarderos ale-manes. Alonso Fernández deLugo, después de llevar losreyes guanches a la corte deAlmazán, donde fueron bau-tizados, reclamó su ayudapara terminar de dominar losaborígenes tinerfeños. Aun-que poco conocida existeotra Matanza entre San Juande la Rambla y La Guancha(Ycode el Alto), donde se-guramente fueron derrota-dos los guanches, según sepuede deducir de lo que vie-

ne a continuación.Sabemos por una infor-

mación que hizo el propioJorge Grimón, en 1506: “conmucha cantidad de pólvora ycon tres espingardas, y altiempo que llegué, dice, aúnestaban por ganar las partesde Abona y los altos de Yco-de, e con mi llegada e de mihijo Juan Grimón y con elsocorro de la pólvora en bre-vemente se ganó todo “.

Tanto en el Sur comoen el Norte, Grimón empleópor vez primera las armas defuego para la lucha con losguanches alzados.

Tal azaña requería unpago proporcionado y poreso, el Adelantado, lo hizodueño de varias tierras. Selas concedió de secano y deriego. Para estas últimas re-currió a parte de las propie-dades de Hernando del Hoyoen los Traslataderes.

Esta zona era, y es, ricaen fuentes y sus caudalesimprescindibles para el culti-vo de la caña de azúcar, fun-damento económico del co-mienzo de la nueva sociedadisleña en el principio del si-glo XVI.

Así, en 1500, le repar-ten cuatro fanegadas en Tao-

ro, entre los Reinos de Yco-den y Taoro, junto a la mar, conel agua para el riego de lascañas que ha de sembrar. Siel agua de la fuente no fuerasuficiente debe usar el caudaldel barranco del Agua, llama-do luego del Borgoñón. Que-daban también limitadas pordos valles con sus respectivosbarrancos: el de los Sauces yel de los Barbuzanos. Espe-cies vegetales que nos danidea de la riqueza vegetal dela zona, pues por los primerostenía abundancia de agua y porlos segundos encajaba en lazona de laurisilva o en susproximidades.

Esta propiedad, con eltiempo, se convirtió en unas delas haciendas de los grimones.En ella construyó lagar, bode-ga y casa.

Cuando Jerónimo Gri-món casó con Antona García,Jorge Grimón, su padre, le tras-pasó parte de la hacienda quecontenía unas casas y linda-ba, hacia la mar, con el cami-no real que iba a Daute y porla parte alta, con los riscos deYcode de los Trigos. Le diceen la escritura, fechada en1526, que le da: “Una heredadde viña que se dice la fuente,donde tengo mi casa..”

Jerónimo, en ella, yamuy enfermo, hizo testamen-to bajo el cual murió.

En esta misma morada,su viuda y Sebastián Grimón,su hijo, hicieron Mayorazgo,con licencia real, que heredóTomás Grimón, hijo y herma-no de ambos. Lo recogió enescritura Juan Vizcaino, escri-bano público de Los Realejos,en 1558. En ella se nombrauna heredad que más tardefue conocida como Finca dela Torre.

La heredad de JorgeGrimón fue adaptada a losnuevos tiempos y la vid susti-tuyó a la caña de azúcar.

En 1576, fray Jorge Gri-món da a partido a Juan Gon-zález: un pedazo de viña yheredad en La Rambla, hastahoy se sigue conociendo comoLa Rambla de El Realejo,desde: “La calsada y caminode la entrada de la casa paraarriba, que va a dar y lindacon la viña que tiene JuanEstévez y es de Tomás Gri-món..”

El fraile especifica algu-nas condiciones entre ellasuna que le concede a JuanGonzález el derecho de utili-zar la casa de la “torre alta,

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La Finca de La Torre en la Rambla de El RealejoCristobalina Mesa León

(Noviembre-Diciembre del 2001).

En 1576, fray Jorge Grimón da a partido a Juan González: un pedazo de viña y heredad en La Rambla, hasta hoy se sigue conociendo como La Rambla de El Realejo,

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que se entiende el sobradomás alto de ella, que lo de-más de abajo quede paracriar seda”.

En la parte alta de laheredad, casi debajo de ElLance de Ycod el Alto, sesembraron morales; estabanjusto en las tierras que ha-bían dispuesto para pagar lacapellanía del conventoagustino de La Laguna, gra-cias a la cual construyeronuna capilla en el dicho mo-nasterio bajo la advocaciónde San Jorge.

Era costumbre de laépoca construir torres en lascasas de las haciendas. Ser-vían para la vigilancia de lostrabajadores, impedir la en-trada de piratas y de gana-dos extraños y observar elpaso de las naves que utili-zaban los cercanos puertosde El Guindaste y de doñaJuana, hoy conocido como elpuerto de La Rambla. Segu-ramente desde ella JerónimoGrimón vió un día, con grandisgusto, como una nave zo-zobraba frente a su heredadcuando se dirigía al puerto deEl Guindaste. Casualmenteera una que tenía en propie-dad compartida.

Esta atalaya pasado eltiempo le da nombre a un es-pacio más amplio. En 1685,testó Fernando Martín y diceque es vecino del pago de LaRambla donde dicen La To-rre, de donde era encarga-do.

Con este nombre se co-

noce, hoy, la propiedad y elcauce que la limita. Este ba-rranco no es otro que el quellamaban de El Agua y de ElBorgoñón. A su vez es el queservía de límite entre los rei-nos guanches de Taoro eYcode.

La torre ha desapare-cido pero la casa no; existedesde que se puso en pro-ducción la heredad, con losconsiguientes cambios en suestructura adaptados al co-rrer del tiempo y a las nece-sidades de sus ocupantes ydueños.

La finca y la vivienda,junto con toda la zona, tie-nen gran valor histórico, noreconocido oficialmente qui-zá por desconocimiento. Sedebe registrar todo el antiguoTraslatadere como una delas joyas de nuestro patrimo-nio histórico. La destrucciónde la casa de La Torre y suentorno significaría una granpérdida para el acervo cul-tural de Tenerife.

La importancia delTraslatadere y de La Ram-bla se ve reflejada en distin-tos y variados trabajos de in-vestigación que se enumerana continuación:

Sobre la producciónazucarera, como el realiza-do por Benedicta RiveroSuárez en su obra: “El azú-car en Tenerife, 1496-1550”.

Tomás Nichols, merca-der inglés, y0 en la isla de Te-nerife en el S. XVI, dice enla descripción de ella: “Fue-

ra de esta isla llevan gran-des cantidades de vino a lasIndias Occidentales y a otraspartes. El mejor se da en unamontaña llamada La Ram-bla”.

Una amplia, completí-sima y premiada obra sobre“La vid y el vino en Teneri-fe, en la primera mitad del si-glo XVI” se hizo gracias alesfuerzo de Pedro MiguelMartínez Galindo. En su apar-tado dedicado a las grandeshaciendas laicas, dice que LaRambla es un símbolo detransformación económica.Dentro de este pago realeje-ro, la hacienda de los Grimón.Manifiesta de Jorge Grimónque implantó muy pronto laproducción vitivinícola en suheredamiento. Jerónimo Gri-món, su hijo, compartió conél la responsabilidad del de-sarrollo del viñedo.

“La gestión económicallevada a cabo por JerónimoGrimón coincidió, a grandesrasgos, con la practicada porotros grandes propietarios dela Rambla. Por una parte, secaracterizó por la generaliza-ción del viñedo de regadío ydeforma especial del dedica-do a la elaboración del vinocon cepas como la malvasíay la torrontés, comunes en lazona.. “.

Juan Ramón NúñezPestano y Ana Viña Brito, ensu trabajo para el Ayunta-miento de Los Realejos, pu-blicado en “Los Realejos, unaSíntesis histórica”, dicen:

“Las tierras de regadío y se-cano concedidas al conquis-tador Jorge Grimón y las com-pras posteriores que éste lle-vó a cabo, fueron el punto dearranque de una de las prin-cipales familias terratenientesde la zona baja de la Ramblay de él derivaría el amplioconjunto de haciendas per-tenecientes a los marquesesde Villanueva del Prado, co-nocida vulgarmente comolas tierras de los grimones”.

Se incluían en estas tie-rras las haciendas del Terre-ro, del Roque, de La Torre ylas de secano en Ycod el Alto.

Como constancia delantropónimo Grimón, se hallanen la zona: La Playa de la Gri-mona, La Laja de la Grimona,El Mirador de la Grimona y elcanal de la Grimona, donde serecoge el agua que se extraedel pozo que existe en la pla-ya antes nombrada, pertene-ciente a la finca La Torre, yque riega tierras algo alejadasdel punto donde se extrae.

Su riqueza acuífera esmucho más amplia. En lascercanías de la morada de LaTorre existen galerías y hastano hace muchos años, en loque hoy es jardín, manaba unafuente de la que se surtían nosolamente los dueños y me-dianeros sino incluso algunosconductores que pasaban porla cercana carretera.

Con respecto a este li-quido elemento hacemosconstar que entre las alegacio-nes al PLAN INSULAR DE

ORDENACIÓN DEL TE-RRITORIO - (PIOT) - pre-sentadas por LA COORDI-NADORA DE ASOCIA-CIONES PARA LA DE-FENSA DEL PATRIMONIODE TENERIFE, figura unapropuesta dedicada a la “cul-tura del agua”, históricamen-te vinculada a la captación yaprovechamiento humano delagua dulce, incluyendo entreotros elementos: nacientes,pozos, galerías, canales, atar-jeas..., etc.

Todo esto existe en LaTorre y es una pena que sehaga desaparecer bajo capasde asfalto, porque como diceesta 4ª propuesta es ”el es-fuerzo histórico de los habitan-tes del País por identificar,transportar y utilizar los esca-sos recursos hídricos“.

La casa de La Torre,enclavada como hemos vis-to dentro de una propiedadagrícola, desde comienzo delsiglo XVI, y tiene a su alre-dedor una amplia zona cu-bierta de platanera compar-tida con otros propietarios,amén de árboles frutales,dragos, palmerales, restos dela antigua laurisilva y el ba-rranco de la Torre, tambiénllamado del Dornajo enYcod el Alto, que siguenmanteniendo, hoy como en-tonces, su fama de lugar pri-vilegiado y cuya riqueza agrí-cola han hecho de La Ram-bla uno de los espacios másrentables del municipio deLos Realejos.

Curiosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasadoCuriosidades del pasado

La finca y la vivienda, junto con toda la zona, tienen gran valor histórico, no reconocido oficialmente quizá por desconocimiento

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El deporte ha sido alo largo de los últimos 60años, uno de los actos másatractivos de los progra-mas de las Fiestas del Car-men. Muchas han sido lasmodalidades desarrolla-das, pero sólo una de ellas,el cinturón ciclista, se hamantenido a lo largo deeste más de medio siglo devida.

En su primera edicióncelebrada en el año 1957 elperiódico «Aire Libre» rea-lizaba esta crónica: «Den-tro del programa generalde las Fiestas en honor dela Virgen del Carmen de1957, el lunes día 29, secelebrará una carrera ci-clista en la que intervienenlos más destacados corre-dores de esta localidad.

El circuito a recorreres el comprendido entreSan Agustín, carretera ge-neral hasta el empalme deLa Guancha, subida a estalocalidad y paso por ellahasta Icod el Alto, RealejoAlto, Montañeta, carreterageneral y acceso hasta SanAgustín, con meta frente alteatro cine.

Los trofeos y premiosen metálico en disputa sonlos siguientes: primer Pre-mio, «Trofeo Realejos»;Segundo Premio, «TrofeoComisión de Fiestas»; Ter-cero, Trofeo donado por«Agua Doramas», de estalocalidad; cuarto, trofeodonado por la firma comer-cial «Agustín HernándezSiverio»; quinto, trofeo do-nado por la Ferretería dedon José Pérez Siverio. Eltrofeo para el premio de lamontaña ha sido donadopor el Ilustre. Ayuntamien-to de La Guancha. Los pre-mios en metálico han sidodistribuidos en la siguienteforma: Primer premio. 400pesetas; segundo, 200 pe-setas; tercero, 100; cuarto,50 pesetas. Se concederán,además, cinco premios porvalor de 25 pesetas cadauno para los siguientes cla-sificados, y otro de 100 pe-setas como premio de la

montaña. Se cuenta tam-bién con distintos donativoshechos por diversos comer-cios de la localidad, paradistribuir entre los últimosclasificados.

Dado el interés que seha puesto en la organiza-ción de esta primera, carre-ra organizada por la Comi-sión de Fiestas del Carmen,y contando con el granambiente que reina ya entorno de ella, es de esperarconstituya un rotundo éxi-to. La salida está fijadapara la cuatro y media dela tarde». El ganador de estaprimera edición fue EstebanGonzález Quintero, seguidode José González «CanaritoI» y Manuel Gil

Poco a poco la facetadeportiva fue ganándose unhueco dentro del programade las fiestas de julio, en lasde 1959 según «Aire Libre»en la cancha de Deportesdel Colegio San Agustín»tuvo lugar un interesantepartido de baloncesto entrelos equipos de la SecciónFemenina, de La Orotavay el titular del nombradocentro docente. Venció elequipo local por un claro30-19, habiendo terminadola primera parte con el re-sultado de 18-6.

El próximo viernes, a

las cinco de la tarde, en elantes nombrado campo deDeportes del Colegio «SanAgustín», darán comienzoel torneo de Píng- Pong, enel que equipo del Colegiomedirá sus fuerzas conotros de gran valía, entre losque se encontraban la so-ciedad XIII de enero de LaGuancha

Para las cuatro de latarde del sábado, 25, seanuncia la celebración deotros dos partidos de balon-cesto en la misma cancha.Contenderán, en primer lu-gar los equipos femeninos«Academia», del Puerto dela Cruz y Colegio «SanAgustín», y los masculinos«Águila del Valle», de LaOrotava y el del propio Co-legio «San Agustín»,

En las Fiestas de 1962,«se celebraron diversos ac-tos deportivos, todos loscuales revistieron la tradi-cional brillantez, alcanzan-do, igualmente, gran éxitoaquellos que por primeravez se incluían en el progra-ma de las Fiestas.

Dichos actos se inaugu-raron en la tarde del día 25,Festividad de Santiago, conuna exhibición de lucha japo-nesa y defensa personal acargo de los alumnos delGimnasio de Añaterve Villar,

de la capital.Grandes y pequeños

se hicieron aplaudir en másde una ocasión, por el pú-blico congregado en la pla-za de San Agustín, escena-rio de tan interesante comonovedosa demostración.

El viernes, 27, en lasala del Teatro-Cine tuvolugar la anunciada veladade boxeo amateur, entre lassalas San Joaquín e Iberia,ambas de Santa Cruz. Sevieron algunos combatesinteresantes, y el numerosopúblico que asistió a la ve-lada pudo calibrar el actualmomento del boxeo ama-teur tinerfeño, ya que estu-vieron presentes algunos delos púgiles que concurrieron

recientemente a los Cam-peonatos Nacionales deMálaga.

En la tarde del sába-do 28, se dieron cita en elcampo de deportes de Go-dínez las más renombradasescopetas de la zona parala celebración de las com-peticiones de Tiro al Plato,que cada año organiza laComisión de Fiestas. Esta-ban en litigio trofeos dona-dos por el Ayuntamiento ypor la Comisión de Fiestas.Resultaron muy reñidas einteresantes dichas compe-ticiones, habiéndose adju-dicado el máximo galardónel señor Déniz con su biencimentada maestría en estamanifestación deportiva».

El deporte en las Fiestas del Carmen.

El Cinturón Ciclista

El realejero José Manuel González Espinosa fue uno de losprincipales animadores del Cinturón Ciclista.