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Actas I Congreso internacional de la Red española de Filosofía ISBN 978-84-370-9680-3, V ol. III (2015): 63-78. 63 Una mirada crítica sobre el Bioarte Entre la fe tecnocientífica y la ética ecológica 1 José ALBELDA y Serena PISANO Universidad Politécnica de Valencia En el amplio panorama del arte contemporáneo, el bioarte es una de las tendencias que más debate ha suscitado en lo relativo al vínculo entre arte, naturaleza y tecnología desde la perspectiva de la ética. Indudablemente dicha práctica artística está en una s ituación privilegiada, porque puede establecer sinergias con el rápido desarrollo de la biotecnología, introduciendo una nueva mirada creativa en la relación del ser humano con la naturaleza a través del uso de la recombinación genética. Pero deberá asumir también la responsabilidad de las importantes implicaciones culturales, éticas y simbólicas que conlleva. Procede introducir nuestra aproximación al tema partiendo de algunos ejemplos previos a la manipulación genética propiamente dicha, pero vinculados, sin embargo, a la reflexión artística sobre las posibilidades de la tecnología como medio de modificación del cuerpo humano y, por ende, de la conformación natural de los organismos biológicos. Artistas como Marcel.li Antúnez, Stelarc y Orlan pertenecen a este ámbito, utilizando en algunos de sus proyectos la biónica, aquella disciplina que aspira a la mejora de la anatomía de los seres vivos por medio de instrumentos mecánicos y de otros aparatos artificiales a modo de prótesis (López del Rincón, 2010, 76). Citaremos uno de los ejemplos más reseñados: La tercera mano (1980), una prótesis electromecánica diseñada con la finalidad de aumentar las potencialidades del cuerpo, no desde una perspectiva reparadora de carácter médico-quirúrgico, sino como un camino de progreso biotecnológico para mejorar y trascender los límites del cuerpo natural. De aquí se deduce que el autor considera los límites de la naturaleza humana como una frontera negativa, una 1 Una primera versión de la presente ponencia ha sido admitida en la revista Arte y Políticas de Identidad, ISSN 1889-979X

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JosALBELDA y Serena PISANO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 63 Una mirada crtica sobre el Bioarte

Entre la fe tecnocientfica y la tica ecolgica1

Jos ALBELDA y Serena PISANO Universidad Politcnica de Valencia Enelampliopanoramadelartecontemporneo,elbioarteesunadelastendenciasquems debate ha suscitado en lo relativo al vnculo entre arte, naturaleza y tecnologa desde la perspectiva de la tica. Indudablemente dicha prctica artstica est en una situacin privilegiada, porque puede establecersinergiasconelrpidodesarrollodelabiotecnologa,introduciendounanuevamirada creativaenlarelacindelserhumanoconlanaturalezaatravsdelusodelarecombinacin gentica. Pero deber asumir tambin la responsabilidad de las importantes implicaciones culturales, ticasysimblicasqueconlleva.Procedeintroducirnuestraaproximacinaltemapartiendode algunosejemplospreviosalamanipulacingenticapropiamentedicha,perovinculados,sin embargo,alareflexinartsticasobrelasposibilidadesdelatecnologacomomediode modificacindelcuerpohumanoy,porende,delaconformacinnaturaldelosorganismos biolgicos. Artistas como Marcel.li Antnez, Stelarc y Orlan pertenecen a este mbito, utilizando en algunos de sus proyectos la binica, aquella disciplina que aspira a la mejora de la anatoma de los seres vivos por medio de instrumentos mecnicos y de otros aparatos artificiales a modo de prtesis (LpezdelRincn,2010,76).Citaremosunodelosejemplosmsreseados:Laterceramano (1980), una prtesis electromecnica diseada con la finalidad de aumentar las potencialidades del cuerpo, no desde una perspectiva reparadora de carcter mdico-quirrgico, sino como un camino deprogresobiotecnolgicoparamejorarytrascenderloslmitesdelcuerponatural.Deaquse deduce que el autor considera los lmites de la naturaleza humana como una frontera negativa, una 1Unaprimeraversindelapresenteponenciahasidoadmitidaenlarevista ArteyPolticasdeIdentidad, ISSN 1889-979XUna mirada crtica sobre el Bioarte Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 64 cortapisaasuperargraciasaprocesostecnolgicosybiotecnolgicoscadavezmssofisticados, identificndose,portanto,conelmodelodeprogresoprometeicocaractersticodelaModernidad sobre el que ms adelante volveremos2.Pero la apuesta decisiva por la manipulacin de sistemas y organismosvivosenelmbitodelarteydelatecnologanovendratravsdelasprtesis, implantesydemsintervencionessobrelamorfologaylascapacidadesdelosorganismosya desarrollados,sinoporlamodificacindesuscdigosgenticos.Acorde,portanto,conuna concepcin de la tecnologa que ya no se ocupa de modificar una naturaleza preexistente natura naturata, sino que interviene en las estructuras vivas a travs de su diseo apriorstico, entrando en el mbito antes sagrado e inescrutable de natura naturans. Los decisivos avances en biotecnologa suponen, ciertamente, una autntica revolucin, pero cabra resaltar que no es slo tecnolgica, pues afecta a los fundamentos culturales ms acendrados relativos a la intervencin en los patrones de la vida,generandounfuerteimpactoenelmbitodelabioticaydelaecologa.Novamos,sin embargo, a entrar directamente en dicha polmica, profusamente tratada desde el ecologismo y la ticaecolgicaenlasdosltimasdcadas,sinoacentrarnosenalgomuchomsacotado:la aportacinconceptualdelartebiotecnolgicoenelampliocontextodelamanipulacingentica, analizandosulugardialcticoylosfundamentosdeldebateculturalquehagenerado.Desdeesta perspectiva, hay principalmente dos tendencias que coexisten en el bioarte: una que asume sin ms crticaslosprocesosdelabiotecnologaparalaexperimentacinartstica,defendiendosus posibilidades de creacin y libertad recombinante, y otra que se plantea como objetivo la reflexin crticasobreelimpactocultural,ticoyecolgicodedichastecnologastanpoderosas3.Enla primeratendenciaencontramosaautorestanconocidoscomoEduardoKac;yvinculadosala segunda,acolectivoscomoCriticalArtEnsemble(CAE),BrandonBallengeoNatalie Jeremijenko,autoresquerevisaremosmsenprofundidadposteriormente.Laprimerapostura, reafirmanteyproactiva,asumeunainerciahistricamuyslida,queconsisteenbucearentodo nuevo avance tecnolgico para investigar sus posibilidades desde el mbito del arte. Esto ha sido as desde los inicios de la fotografa y por supuesto de la imprenta, hasta desembocar en el amplio territorio de los new media contemporneos. Cada innovacin invita a que el arte la explore desde su pticadiversa,aparentementeindependienteycaracterizadaporunacreatividadconescasos condicionantesexternos.As,enelmbitodeunartealiadoalasbiotecnologas,seperfilacon facilidadelestereotipodelartistacomosupremocreadorincuestionable,elevadoahoraala categoradedemiurgograciasaunatcnicatanpoderosacomocegadoraporsucondicinde novedad, as como por la ausencia de la distancia temporal necesaria para poder calibrar sus efectos. Ysibienresultafcildejarnosseducirporlaspromesasdelasnuevastecnologas,laexperiencia previadelaModernidadnosmuestraprecisamentesusdobleces,puesnosofrecenunpoderque puedeseraplicadoalamejoradelbiencomnoasudestruccin,dependiendodelosmodelos culturalesalosquesevinculen.Yanopodemosactuardesdelafegeneralizadaenelprogreso tecnocientficopropiadelaprimeramitaddelsiglopasado,notraslosdiferenteshitosquehan marcadosimblicamenteladefuncindelproyectomodernocomountelosemancipadorlinealy sin fisuras, basado, en gran medida, en el crecimiento exponencial de la tecnociencia sin mayores 2 La slida idea o ms bien falacia de que los lmites biofsicos son condicionantes negativos que deben ser siempre superados como indicio de progreso, ha sido suficientemente contestada por diversos autores vinculados a la tica ecolgica, que plantean precisamente los principios de autocontencin tecnolgica y biommesis como medios de conservacin del equilibrio ecosistmico. A su vez, la aceptacin del lmite es uno de los principios de la vida buena filosfica, que no basa la felicidad en una continua superacin de fronteras, sino en el disfrute de lascondicionesdeequilibrioquepermitenunavidaacordeconlapropiaestructuradelosecosistemas.Veral respecto la extensa bibliografa de Jorge Riechmann, especialmente: Riechmann (2006) y Riechmann (2011). 3 Ver tambin al respecto la clasificacin de Daniel Lpez del Rincn sobre las prcticas bioartsticas: 1. La artificializacin de lo natural, 2. Arte reparador, y 3. Artivismos biotecnolgicos, (Lpez del Rincn, 2012). JosALBELDA y Serena PISANO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 65 cortapisas morales4. Tampoco debemos caer en la tentacin de aceptar a priori la supuesta supuesta por algunos autores neutralidad de las tecnologas, cuando en realidad siempre se han desarrollado en funcin de determinados objetivos ideolgicos de aplicacin. A este respecto la biotecnologa es unejemploparadigmtico,vinculadacasidesdesusiniciosalcontrolsobrelaproduccin agroalimentaria por parte de las multinacionales, precisamente en contra de la diversidad biolgica y lasoberanaalimentaria.Quizsporellolosautoresmsconocidosdeambastendenciaslaque confirmalasbiotecnologascomoprogresoincuestionableylaqueasumeunaposturacrticase cuidandeargumentarconvenientementesutrabajoartsticointentandoprecisar,amodode prolongacin terica de la obra, las premisas de las que parten y los fines sociales que persiguen. De hecho, una de sus principales aportaciones es precisamente el debate que se suscita ante las diversas escenificaciones de una biotecnologa que aqu se nos muestra ajena a sus habituales condicionantes industriales5.Paracomprendermejorlasdiferentesopciones,revisaremosalgunosejemplos prcticos,comenzandoconlosautoresquedefiendenquelabiotecnologapermitirpotenciarla creatividad y la autodeterminacin humana aprovechando la oportunidad de disear y modificar la vida.Dichosartistas,entreellosEduardoKac,planteanestenuevoretodesdeunaptica democrticayemancipadoraquesupuestamentenoslibera,precisamente,delviejoDios inescrutable que reinaba sobre el azar, sustituyndolo por un nuevo poder tecnolgico, laico, que se sustentaraenunsupuestocontroldemocrticorealmentepococreble.Enestamismalneade pensamiento que considera la biotecnologa como democratizable y amiga de la diversidad en la medida en que puede crear nuevos seres distintos a los existentes, se sita Stelarc. En sus declaraciones, el autor identifica la libertad deseable con la decidida ampliacin de las fronteras de la biotica para permitir cualquier tipo de creaciones genticas, algo que, porcierto,noesenabsolutoevidente6.Ilustrandoestacuriosahiptesissobrelaque posteriormente volveremos, Eduardo Kac, reconocido como el padre del arte transgnico, utiliz su 4Dichofracasoseejemplificasimblicamenteconalgunossucesoshistricosquecertificanlafalaciadela concepcindelasinnovacionestecnolgicascomointrnsecamentepositivasyejemploincuestionablede progresocultural.Seraelcasodeldesarrollotecnolgicoalasombradelasdosguerrasmundialesymsen concreto, la investigacin atmica que desemboc en las bombas nucleares que arrasaron Hiroshima y Nagasaki. En su variable civil, se citan las catstrofes nucleares de Chernbil y, recientemente, Fukushima como ejemplos de la falsedad de los discursos que prometan plena seguridad en la industria nuclear, as como un futuro dorado deenergabarataydemocratizable.Unanuevareedicindelmitoliberadordelprogresotecnocientficoseha encarnadoahoraenlasbiotecnologas,llamadas,segnsusartfices,aacabarconelhambreenelmundo.Sin embargo hasta la fecha no se ha cumplido tal profeca, pero s es demostrable el auge de la agricultura industrial conpesticidasvinculadosaloscultivostransgnicos,ascomoelavanceenelmonopoliomundialdelas semillasporpartedelasempresasagroqumicasybiotecnolgicas,enabiertoenfrentamientoconasociaciones deagricultores,quevencmolasplantacionestransgnicascontaminansuscultivosautctonos,hundiendola agricultura de subsistencia familiar en pases como la india. Hay abundantes informes y bibliografa contrastada al respecto, entre la que podemos destacar: Durn y Riechmann (1998) y Shiva (2001). 5 Podemosencontraruninteresanteanlisisdelasposturascrticasylosdiscursosambiguosdelbioartea partir de las obras de CAE y T&AP en: Dixon (2009). 6 Declaraciones de Stelarc citadas en Giannetti (1997). Una mirada crtica sobre el Bioarte Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 66 propio ADNparacrearunanuevaflor, Edunia,unhbridoquecontieneinformacingenticadel propio artista. Segn consta en su sitio web, el gen introducido fue aislado y secuenciado a partir de lasangredeKac,cuyogenomaseexpresaenlasvetasrojasdelosptalos,amodode ramificacionesvenosas.Laserie,queabarcatodoelprocesodehibridacin,setitulaNatural History of the Enigma (Fig. 1). La apariencia de esta nueva flor no nos permite sospechar que se trata de un hbrido transgnico entre humano y vegetal, pues nada hay en ella que nos recuerde la innovacinconscientementetransgresoradelatradicinmoderna,lonuevoentendidocomolo rompedoroextrao7,sinomsbienuncomedidodiseoestticodondehallamosunainnovacin conceptuallahibridacinentregenesdehumanoydeplantaque,sinembargo,notienesu correlato en una alteracin formal, pues seguimos percibiendo una flor bella, absolutamente normal. Desdeestospresupuestos,esfcilencuadrarelbioartequehastaahorahemosdescritocomoun refuerzo a las poderosas tecnologas recombinantes. Veamos en qu otras estrategias conceptuales se apoya esta tendencia afirmativa, una vez ya descrita su apuesta por una formalizacin emptica, que previene el posible rechazo en funcin de su apariencia.Engeneral,seconstruyeel argumentarioticoyemancipadordel bioartepro-transgnicosprecisamentea partirdelasrazonesqueseesgrimenen contradeldesarrollocientficoycomercial delasbiotecnologas.Sistasse caracterizan por el control de los procesos y el diseo de los productos en funcin de los beneficiosdemercado,elbioartista resaltarensustextoslasupuestalibertad creativa, que le permitir inventar formas de vida, superando la coercin y lentitud de laevolucinnaturalodeloscrucesentre especies.Silaindustriabiotecnolgicaes altamente opaca y prcticamente blindada a cualquiersupervisindemocrtica,ensus instalaciones pblicas los bioartistas explicarn cuidadosamente sus procesos e, incluso, permitirn la interaccin del espectador como copartcipe de la creacin y de los resultados de la obra. En este sentido,unproyectocomoGenesis(Fig.2)puedeserunbuenejemplodelconceptodelibertad creativa recombinante de cdigos genticos8. As pues, prcticamente todos los aspectos de control ycoercinsetrocanenparticipacinycreatividadenlaversinartsticapositivadelas biotecnologas.Ypuestoquestashansidoatacadaspordaarlosecosistemasyafectar negativamenteacomunidadesquepracticanunaagriculturadesubsistencia,elbioarteafirmativo 7 A este respecto, Roncallo (2008, 78) alude a la tradicin de lo monstruoso como una de las tendencias hacia el lmite en el arte contemporneo. Efectivamente, las obras de bioarte crean fenmenos, pero en este caso sin la connotacin repulsiva de los monstruos. De hecho, la esttica negativa que los caracterizaba tena en parte que ver con el castigo por su desafo prometeico, mientras que en la actualidad la tendencia artstica pro-transgnicos apuestaprecisamenteporundiseoformalqueresulteculturalyestticamenteaceptable.As,estanueva transgresin del orden natural no debe ser castigada ni por su apariencia ni por su fundamento, porque parte de otro marco de referencia moral, donde el progreso tecnocientfico ya no es un desafo punible.8Enestainstalacinlosespectadorespueden,atravsdeinternetodeunordenadorqueformapartedela obra, modificar la estructura de las bacterias cuyos genes representan, a travs de una codificacin morse, frases del libro del Gnesis. Ver al respecto: Dobrila, y Kostic (2000, 85-95). Figura 1. Eduardo Kac, Natural History of the Enigma, 2003-2008 (sitio web del artista, http://ekac.org/nat.hist.enig.html) JosALBELDA y Serena PISANO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 67 resaltarsucompromisomedioambientalylaposibleutilidadsocialdesusinvestigaciones. Respectoalargumentoticoenelbioarte,procededetenernosenlaspropuestasdelgrupo australiano Tissue Culture & Art Project, activo desde 1996. Sus componentes, Oron Catts e Ionat Zurr, han desarrollado interesantes proyectos en los que reflexionan sobre el concepto de vida fuera delcuerpoyesculturassemivivientesatravsdecultivoscelularesquepuedensermodelados sobre una estructura formal inerte9. Sus trabajos se caracterizan por venir arropados por un discurso declaroperfiltico,quenoshabladelintersdelosautoresporevitarelsufrimientoanimal.En primerlugariniciaronunproyectogenrico: VictimlessUtopiaSeries,amododemarco tericoeintencionalenelqueseplanteael sufrimientoocultodelosanimalesde produccinindustrialparaconsumohumano enlassociedadesoccidentalesconunadieta cadavezmsdependientedelaprotena animal. Dentro de este marco, los autores han desarrolladoproyectosespecficosque cuentanconsusrespectivas instalaciones/exhibicionespblicas,como Victimless leather (Fig. 3), Semi-living steak o Disembodiedcuisine10.Esteltimo, DisembodiedCuisine(2003),acaba concretndose en una obra comestible, desarrollada a partir de cultivos de tejido celular de rana. La obrafuealimentadadiariamenteconunasolucinnutritivahastaconvertirseencomidaparael pblico. Otro proyecto, Victimless Leather (2004), consiste en una minscula chaqueta de cuero que vive dentro de un biorreactor. En este caso las clulas utilizadas proceden de un ratn y de huesos humanos, siendo posteriormente injertadas en una estructura de polmeros que adquiere la forma de una chaqueta, una tcnica similar a la que se utiliz para desarrollar Extra ear (2003), una pequea escultura/oreja extracorprea confeccionada con cultivos celulares. Segn se afirma en el texto de DomenicoQuaranta(2010),en2008,durantelaexhibicindelproyectoenelMoMAdeNueva York, donde formaba parte de la exposicin Design and the Elastic Mind, la clulas de la chaqueta semi-vivaempezaronamultiplicarsedemasiadorpidamente,provocandouncrecimientono deseadoyfueradecontrol.Lacomisaria,PaolaAntonelli,sevioobligadaamatarelcultivo cortando su suministro de nutrientes, lo cual, obviamente, gener un interesante debate tico sobre la decisin de acabar con la vida de la escultura. De hecho, el titular del New York Times fue: Museo mataobraviviente(Schwartz,2008).Segnlasdeclaracionesdelosautores,tantoVictimless Leather como Disembodied Cuisine responden al sufrimiento animal planteando alternativas al uso depielesparalafabricacinderopa11,yalacradeanimalesparausoalimenticio12.Lasdos 9 Podemos citar, como ejemplos suficientemente ilustrativos, los proyectos Extra ear (2003), o las conocidas Worrydolls(2000),objetossemivivientes(semi-living)compuestosportejidovivodesarrolladosobreuna estructura que imita unas tpicas muecas guatemaltecas. 10 Todos ellos se encuentran descritos e ilustrados en el sitio web del colectivo: http://tcaproject.org/ 11 Resulta esclarecedor el breve texto explicativo incluido en su sitio web:Thisartisticgrowngarmentwillconfrontpeoplewiththemoralimplicationsofwearingpartsofdead animals for protective and aesthetic reasons and will further confront notions of relationships with living systems manipulated or otherwise. An actualized possibility of wearing leather' without killing an animal is offered as a starting point for cultural discussion (Zurr y Catts, 2004). 12 Vase el fundamento tico del Semi-living steak segn los autores: Theprojectoffersaformofvictimlessmeatconsumption. Asthecellsfromthebiopsyproliferate,the steak in vitro continues to grow and expand, while the source, the animal from which the cells were taken, is Figura 2. Eduardo Kac, Genesis, 1999 (sitio web del artista, http://www.ekac.org/geninfo2.html) Una mirada crtica sobre el Bioarte Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 68 propuestas representaran soluciones razonables a la explotacin industrial de animales si el coste de produccinfuerasostenibleyelpreciofinalaccesibleparalosconsumidores,peronoesas.Por otra parte, los mismos artistas afirman que se necesita una cantidad muy grande de suero sanguneo para criar estos tejidos, de manera que algunos animales seguiran permaneciendo en la condicin devctimas.Estosproyectos,muyinteresantescomoindagacinsobreelconceptodelossemi-vivientes13yporlainvestigacinconceptualquellevanacabosobreelorigenespecistadelas clulasquevanareproducirenlos bioreactores14,muestransudebilidad cuandosepresentancomosoluciones alternativas dentro del campo de la tica animalista.Esevidentequenotienen muchofuturoprcticolaschaquetas vivascuandosepuedenusartejidos sintticosodefibrasnaturales,nila carnederanacultivadaparala alimentacinhumana,desdeluegono msqueelsuficientementedifundido veganismo.Engeneral,uncambiode hbitosdeconsumobasadoenel comedimientoyelrespetoalos animales,resultaramuchomsefectivo ysencilloquedudosasinnovaciones biotecnolgicas, que en el fondo tienden a perpetuar un sistema de alimentacin o de vestimenta perfectamente prescindible. As pues, parece bastanteclaroquelavoluntadticaqueparecenincorporarestasobrashaciendogaladeuna cuidadapuestaenescena,imprescindiblepararesultaratractivasnodejadeserunrecursode complemento que puede ayudar a hacer todava ms interesantes los proyectos o, quizs, ofrecerles el aparente sentido que los justifique. Esto nos obliga a reconsiderar la capacidad real del arte a la horadeproponermodificacionesproductivasrealesquenometafricasencaminadasamejorar healing.Potentiallythisworkpresentsafutureinwhichthekillingandsufferingofanimalsdestinedforfood consumptionwillbereduced.Furthermore,ecologicalandeconomicalproblemsassociatedwiththefood industry can be reduced dramatically. However, by making our food a new class of object/being a Semi-Living we risk making the Semi-Living a new class for exploitation (Zurr y Catts, 2003, 13). 13 En realidad podramos traducirlo mejor como semi-seres, pues el material es tejido vivo -no "semivivo"-, peronoexisteunavidaorgnicasuficientementeestructuradacomoparaadquirirplenamentelacondicinde ser, en la medida en que no hay autonoma ni autoconciencia, slo tejido vivo moldeado. Finalmente se trata de cultivos celulares, una prctica cientfica y mdica que lleva tiempo desarrollndose, slo que expresada en el mbitoartsticoyconplanteamientosyobjetivosmuydistintos.Comovemos,laaportacinanivelde experimentacin conceptual ya es de por s suficientemente atractiva. 14 A destacar las diferentes reacciones sociales en funcin de si el origen de las clulas que posteriormente se vanacomersondetejidoanimalohumano,apropsitodelofrecimientodeladirectoradelgrupoanimalista PETA de ceder sus propias clulas, para incidir en el debate no especista. Figura 3. Tissue Culture & Art Project, Victimless leather, 2004 (sitio web del grupo, http://tcaproject.org/projects/victimless/leather) JosALBELDA y Serena PISANO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 69 los perfiles ticos y/o ecolgicos de una sociedad15. Esta crtica ya la encontramos en Carol Gigliotti (2006)16,queponeenteladejuiciolaaparente radicalidaddeestetipodepropuestas,juntoal recurrente argumento de la libertad del artista como unprincipioquenodebesercuestionado.Enefecto, estasrazonescaenfcilmenteenlademagogia:la libertad del artista, igual que el ejercicio del arte en una determinadasociedad,nopuedezafarsedelmarco ticoquedeberegularlastecnologasyla comunicacinenelcontextodelabsquedadelbien comn.Elartenotieneporqudisponerdeun salvoconductoexperimentalquelodistingadelas demsactuacionesenelcampodelaproduccin culturalyelconocimientotecnocientfico.Pretender este privilegio es, ya de por s, cuestionable. El arte, en elmomentoenelquetrabajauntemaespecfico, necesariamentedebeadoptarunaposturadialcticay sometersealacrticacomparada,sinpretender blindarse detrs de ninguna sacralidad esttica que le permita pasar por encima de la problemtica social que dicho tema conlleva17. El polmico Eduardo Kac, la ptica animalista y la fe tecnocientfica SinembargoseruntrabajodeEduardoKac,consideradopormuchoscomoelmximo exponente del bioarte, el que ha suscitado mayores controversias desde la ptica animalista. Se trata del proyecto GFP Bunny(Fig. 4), del que surge el famoso y controvertido conejo transgnico Alba, que adopta una tonalidad verde fluorescente ante determinada iluminacin, por incorporar su cdigo gentico un gen de medusa18. Alba no es el nico ser transgnico creado en laboratorio, los primeros fueron diseados en losaos ochenta. Pero quizs la pequea conejita s sea la nica que ha sido concebidaconunacaractersticagenticaquebuscaesencialmentelaatipicidadesttica,que permite ser sujeto de polmica y de xito en la esfera artstica. A este respecto surge un doble debate: por una parte, la tica animalista y el ecologismo cuestionan la instrumentalizacin de la vida que implica cualquier manipulacin gentica, incluso si el argumento es mejorar en algo el bienestar de 15 Pero en tanto en cuanto indagacin conceptual su valor es indiscutible. Citaremos al respecto un fragmento delosautoressobreExtraEar14ScaleProjectquesuscribimos(fragmentodelinformequelosautores presentaronalHumanEthicsCommittee,ResearchEthics,ResearchServices,theUniversityofWestern Australia. Project N 0813 September 2003):This project is intended to make the viewers rethink their perception of life. This will undoubtedly causeuneasiness to some of the viewers. We feel that forcing people out of their comfort zone is one of the major roles of contemporary artistic practice dealing with the implications of the introduction of newtechnologies, and in particular when these technologies are dealing with new modes of manipulation ofliving systems (Zurr y Catts, 2003, 17). 16 Ver especialmente el apartado: Is thinking in art always radical? (Gigliotti, 2006, 24 y ss). 17Aesterespecto,DeborahP.Dixon,insiste,apoyndoseenRancire,enquelaestticanoesslouna disciplinaligadaalartecomounaburbuja,sinoprecisamenteesunvehculoquepermiteconfiguraruna ideologa en lo real, materializar y crear vnculos de conocimiento. Por tanto, la esttica y todo arte tiene un perfil necesariamente poltico (Dixon, 2009). 18 Alba naci en febrero 2000 en Francia. En el sitio web del artista se lee que el proyecto logr generar una grancantidaddediscursoscrticosacercadelosaspectoslegales,ticosoestticosdelarte,lacienciayla sociedad en relacin con los desarrollos de la tecnologa gentica (Biografa. Eduardo Kac, n.d).Figura 4. Eduardo Kac, GFP Bunny, 2000 (sitio web del artista, http://www.ekac.org/gfpbunny.html) Una mirada crtica sobre el Bioarte Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 70 los humanos19. As, la vida no se entendera como una mercanca ms ni como un objeto susceptible decualquiertipodeexperimentacin,precisamenteporestarhablandoenmuchasocasionesde seres autoconscientes con capacidad de sufrir y, en general, desde el principio de precaucin que nos llevara a evitar los experimentos con transgnicos por el riesgo que puede suponer su liberacin al medioambiente.Desdeestalneadereflexinanimalista,elbioarteyadeberasercuestionadoa priori, aunque no necesariamente debemos hacer una mocin a la totalidad, como luego veremos. Sin embargo, al respecto Kac declara: Ciertas cosas que consideramos naturales y damos por sentadas han sido en realidad creacin del hombre.Unejemploeselperrodomstico,elanimaldecompaaalqueelhombrehaido moldeando a lo largo de cincuenta mil aos, para acabar convirtindolo en lo que es hoy, un ser que no exista originalmente en la naturaleza. En cierto sentido, se trata de un organismo artificial (De Vicente, 2001). Una clsica afirmacin generalista que pretende equiparar la lenta evolucin de especies a travs desistemasdeseleccinderazasporcrucescontrolados,ylarepentinacreacin,amanosdeun artista y sus herramientas de manipulacin gentica, de un ser vivo diseado a partir de genes que no podran combinarse a travs de procesos de cruce biolgico20. Evidentemente la comparacin se cae por su propio peso, pero nos interesa resaltar el fondo de su discurso: lo que Kac intenta defender es laaportacinpositivaquesuponelacreacindenuevosseres,argumentandounaumentodela diversidad, aunque sea algo tan aparentemente frvolo como la fluorescencia del conejo cuando se expone a la luz negra, una innovacin meramente teatral21. No hay realmente aqu ninguna postura antiantropocntricadefendible.Lacreacindenuevosseresconlafinalidaddesuexhibicin musestica,desdeunaatipicidadllamativaconscientementediseada,esmsbienungestode dominio antropocntrico ajeno a la tica animalista. El segundo aspecto del debate, que se deriva del primero es, propiamente, el sentido de la creacin y manipulacin de seres vivos desde la esfera del arte, y el anlisis de su contribucin especfica. El conejo fluorescente ha sido creado afirma Kacpara demostrar que la ingeniera gentica puede utilizarse como modo de ampliar la biodiversidad, proponiendounademocratizacindelatecnologatransgnica,trascendiendolosestrictosfines delaindustria(Bolognini,2004).Sinembargo,elhechodequealgunosartistasprediqueneluso supuestamentelibreycreativodelostransgnicosacabasiendosimplementeunaexcepcinal control dominante, no el principio o el vector de su apertura y democratizacin real. En este sentido, elartefuncionacomoalteridadquenogenerainercia,peroquespuedecontribuirauncierto lavadodeimagenticodelasbiotecnologas.Dmonoscuentaquecualquierproceso cultural/industrialpotencialmentepeligrosoyquegenererechazosocial,buscarserreplicadoen 19 Ver al respecto la abundante bibliografa de tica animalista no especista y abolicionista, a destacar: Singer (2011). 20Cuandohablamosderespetarelazardelavidaysualeatoriedadfrentealdiseohumanoyla manipulacingentica,hayqueaclararquenoestamoscayendoenningunafalacianaturalistaderespeto absolutoalanaturalezaperse,niconsideramoscomonegativaaprioricualquierintervencinhumanaenel ordennatural.Msbienaplicamos,comoanteriormentedecamos,elprincipiodeprecaucinenlalneaque apuntaHansJonas,alhilodelaexperienciahistricadeexperimentosdeintervencintecnolgicadura,que hangeneradoconsecuenciasimprevisiblesamedioylargoplazo,incluidoelmbitodelostransgnicosen agricultura (Jonas, 1995).21 Al respecto, no perderse la opinin de Flix Duque en: De la insoportable banalidad del arte transgnico (Duque, 2008, 54-61). Entresacamos de dicho captulo una cita ilustrativa: Elcasoesque,bajoelmantoprotectordeltrminoarte,lapropianaturalezasevealteradaenloms ntimoparasatisfacercaprichosparecidosaesoqueSan Agustnllamabasacrilegasacramenta,juegosdeun dios menor al servicio de la sociedad del espectculo (Duque, 2008, 57).JosALBELDA y Serena PISANO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 71 entornos que sean socialmente respetadosel arte museificado es un buen ejemplo donde pueda revestirsedelosvaloresopuestos:creatividad,estticaamable,cercanaalpblico,aparienciade progreso positivo y, sobre todo, voluntad tica. Segn Eduardo Kac, tenemos que comprender que estamos prximos a compartir el mundo con nuevos seres, clones, transgnicos, quimeras, etc., as quetenemosqueprepararnosnosotrosmismosylasociedadaaceptarlosyaacogerlos.Unavez ms,unaposturateleolgicasimplificadadondeparecequelahistorianoobedeceadecisiones culturales -dialcticas, debatibles, con alternativas sobre las posibilidades de intervencin humana enlanaturaleza,sinoquesepresuponeunfuturodeterminadoporeldesarrollodetodoslos procesos tecnocientficos posibles, sin atender ni siquiera al control de la biotica, como reflexin previa sobre la pertinencia o no de un proceso que afecta a algo tan importante como la vida y su cdigo gentico22. Pero esta postura, claro reflejo de una fe ciega en la tecnociencia, olvida que la evolucindelosprocesosculturalesesconsecuencia,finalmente,delaproyeccindeuna determinadacosmovisindominante.Portanto,laevolucintecnocientficanoesunfenmeno apriorsticoeinevitableensudecursoquedebamosaceptarcomoundesignio,sinoquedebeser ponderado en funcin del anlisis de sus beneficios e inconvenientes, a la luz de una tica ampliada que atienda a los intereses de toda la biosfera en su conjunto. Puesto que de ser como afirma Kac quelatcnicaseautoproyectainevitablementehaciaelfuturoconcaminosprefijadose inamovibles, certificaramos el fin del libre albedro humano y, a partir de ah, se esfumara la idea de libertad que el autor tambin apunta, para convertirse en la dictadura de un proceso que ya no estara bajo nuestro control. En cualquier caso, ante esa supuesta inevitabilidad, seguira habiendo dos posturas: mirarla con ojos aduladores y obedientes, presentando como positivo lo que de hecho se nos aparece como inevitable o, al contrario, reivindicar la lucha por el control democrtico de los procesostecnolgicos,anteponiendoelbiencomnyelprincipiodeprecaucinalosfrutos impredeciblesdeunatecnologadesbocadaqueseautoreplicaadinfinitumsinespecialcontrol social.VolviendoaAlba,apesardequeelautorafirmabaquenodebaconsiderarseunobjeto artstico, su destino fue precisamente su exhibicin en los circuitos musesticos, y la polmica que su creacinsuscitfueconvenientementeobjetualizadaeinstrumentalizadaporKacpara autopublicitarse, mostrando en los mismos museos los textos crticos y una recopilacin de recortes de prensa, incorporndolos al propio proceso artstico-sociolgico. A su vez, parece que la puesta en escena y la espectacularidad acaban siendo algo conscientemente alentado. Resulta evidente que los proyectosdeKacpresentanunacuidadaescenografaqueintentamostrarunacomplejidad estructural que no necesariamente se deduce de la simple contemplacin de unas plantas. De hecho, una de las objeciones estriba precisamente en la necesidad de esa puesta en escena, en la medida en que la intervencin transgnica no supone per se un valor plstico autosuficiente, ni necesariamente unaaportacinrealmenteslidaalmargendesuautoenunciacinespectaculardesdelaesferadel arte. Por otra parte, encontramos una voluntad explcita de escenificacin de la diferencia, forzando un efecto tan antinatural como la fluorescencia del conejo, algo que no es propio de su especie ni 22CarolGigliotti(2006)tambinapuntaqueKacpartedeldiscutibleprincipiodeinevitabilidaddel progreso y dentro de l de la experimentacin gentica. Una mirada crtica sobre el Bioarte Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 72 especialmente til para otra cosa que no sea el mero atractivo esttico efectista. Pero esto no es ni siquierainnovadorcomoconcepto:loextraoyloatpicosiemprehanllamadolaatencin,y tambin han sido objeto de exhibicin pblica. A ese respecto, Deborah P. Dixon (2009, 421) alude precisamente a la larga tradicin de los gabinetes de curiosidades durante los siglos XVIII y XIX23. Hay,pues,algomsqueespectacularidadyautopropagandaeneldiseodeunconejo fluorescente?Dndeestnrealmentelosvaloresticosqueelpropioautordefiende?Noparece haber mucho ms que no sea la novedad de acercar el mundo transgnico a la esfera del arte. Pero dicho acercamiento corre el riesgo de convertirse en la lnea afirmativa y acrtica de Kac en una contribucinallavadoculturaldelas biotecnologas,muycuestionadascon slidosargumentosporecologistas, comunidadesdeagricultoresdelSury figurasdereferenciacomoVandana Shiva.Porlodems,elimpacto sociolgicodelasobrastransgnicasde Kacesrealmenteleve,sobretodosilas comparamosconelefectorealy poderossimodelasbiotecnologas desarrolladasporlasmultinacionales desdelapticadelneoliberalismo econmico e industrial. Sin embargo, esto noimplicaqueelbioartenopuedahacer aportaciones importantes, si nos atenemos a aspectos conceptuales que no tienen por qucentrarseenunplanoticoy transformador.SuobraGenesis,porejemplo,planteaunainteresantsimareflexinsobrelos procesossemialeatoriosderecombinacingentica,presentandounacuidadainstalacinqueno incurre en excesivos efectismos gratuitos. Bioarte y tica ecolgica Puesto que uno de los argumentos recurrentes en las declaraciones de los bioartistas es el inters porlaticayalgunosaspectosdelaecologayelanimalismo,procedecerrarlaaproximacinal discurso y la obra de Kac a la luz la tica ecolgica que, por cierto, tiene cada vez ms peso en los artistasquetrabajanenelmbitodelaecologaylasostenibilidad.Dichadisciplinaseconfigura comounaampliacindelaticaaristotlica,manteniendoelprincipiodelavidabuenapero ampliando su mbito de aplicacin al conjunto de los seres sintientes, para lo cual necesariamente hayquecuidarelequilibrioecosistmico.Desdeestepuntodevista,elartenopuedebasarse exclusivamente en la innovacin o en la libre experimentacin aparentemente no condicionada, sino quedeberetomarsuresponsabilidadsimblicacomovectordeformasdepensamientoyde actuacin, renunciando a la torre de marfil a la que conscientemente se haba retirado como lenguaje porencimadeladialcticadelocomn.Apartirdeaqusuquehacersertambinpoltico, consciente de su contexto sociolgico y colaborando en el enraizamiento de dicha tica ampliada. Desde estos presupuestos, la transgresin artstica no ser ya un valor en s mismo, sino en funcin delvalorcontextualquelleveimplcito.Peronopodrser,encualquiercaso,unsimpleobjetivo finalstico, sino instrumental y sometido a debate en relacin a su contexto. Tampoco la aceptacin 23 Ver tambin, desde otro enfoque aludiendo a las quimeras y lo monstruoso,Roncallo (2008, 86).Figura 5. Natalie Jeremijenko One trees, 1998 (Wikieducator, http://wikieducator.org/Digital_art_timeline) JosALBELDA y Serena PISANO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 73 acrtica de los nuevos procesos tecnolgicos una postura anclada en la primera Modernidad ser unaactitudindiscutible.Ninecesariamentelaapropiacindelasbiotecnologasdesdeunarte bsicamente afirmativo hacia las mismas, tiene que ver con la fractura de los cdigos dominantes a la que alude Roncallo (2008, 89 y ss.). Ms bien se tratara de un doble juego de legitimacin: en primer lugar, el aumento de la empata social con las biotecnologas gracias a su divulgacin amable a travs de proyectos artsticos y, en segundo lugar, la utilizacin de la polmica de lo transgnico para la autopublicitacin de la obra y del artista. En este sentido Kac es un ejemplo paradigmtico. Centrndonos en el contexto contemporneo, con la reflexin sobre arte y naturaleza muy decantada hacialasintervencionesmnimasylaspoticasdelapreservacin24,juntoaunincipientearte ecolgicocrticoyreivindicativo,losproyectosdeKacsenospresentancomopartcipesdeuna cosmovisin de dominio que ya viene siendo cuestionada desde hace tiempo por amplios sectores delpensamientoylacultura25.Enunmundodondelatcnicasincontroldemocrticoestbajo sospecha, los smbolos prometeicos, por muy bien escenificados y argumentados que estn, suenan a discurso laudatorio, obviando las consecuencias histricas del llamado progreso tecnocientfico a las que ya nos hemos referido. As, desde la tica ecolgica, el apoyo a la biodiversidad a la que Kacaludecomoargumentoquerefuerzalacreacindeserestransgnicosnodependeradela invencin de nuevas quimeras a travs de la manipulacin gentica, sino, sobre todo, de la decidida defensadelosecosistemasnaturalesengraveprocesodedestruccin,precisamentecomo consecuencia de los cada vez ms sofisticados medios de antropizacin tecnolgica de alto impacto, aliados a un pensamiento econmico neoliberal de dimensiones planetarias26. A propsito de un bioarte que contempla la perspectiva crtica Pero,comodecamos,nosiemprelaexperimentacinartsticadelasnuevasbiotecnologasha llegadoaresultadostandiscordantesconlaecologa.Dehecho,algunosautorescomoBallenge reivindican el papel ecolgico de sus trabajos. En su proyecto Species Reclamation (1999), el autor recurri a las tcnicas de cra y seleccin gentica para recuperar una especie de rana africana que se consideraba extinguida. Ballenge afirma que los conocimientos actuales pueden utilizarse con fines ecolgicos,queesposiblehacerunusoalternativodelasbiotecnologasconpropsitosno comerciales,sinoreparadoresodedenunciadeldeteriorodelosecosistemas27.Sinembargo,no pareceevidentequeseaelarteunmedioconsuficientepodercomoparapotenciarestalneala recuperacin de variedades extinguidas modificando las prioridades productivistas de las grandes corporaciones. Ni que un experimento cientfico como la reproduccin de la rana sea, en s mismo, unproyectoartstico,almargendelcontextodondeseexhibe.Esteesunodelosprincipales problemasdeunarteconvocacinticatransformadora,queenocasionesolvidaellugardesde donde acta la modesta provincia del arte y el mbito de lo simblico, y se adentra en proyectos queresultanindistinguiblesenrelacinapropuestasdeotrosmbitosculturalesoindustriales, exceptoporlafuncindeanclajedelcontenedorenelqueseubicamuseo,galera,websde entornoartstico...Peroprecisamenteesecontenedornofacilitaunadifusinpblicarealmente eficaz, puesto que el espectador ya asume el punto de vista de quien contempla una obra de arte y es 24 Esta idea la hemos desarrollado con mayor amplitud en Albelda y Saborit (1997). 25 Ver: El planeta como escultura, el hombre (artista) como Dios (Albelda y Saborit, 1997, 95 y ss.). 26SobrelaargumentacindeKacafavordelacontribucinalaumentodelabiodiversidadporpartedela biotecnologa,insistiramosenqueenrealidadocurretodolocontrario:lacrecienteextensindecultivos transgnicoshaidodiezmandoprecisamentelabiodiversidadtantodelasvariedadesdecultivosautctonos, como la correspondiente a los millones de hectreas de selva destruida para engrandecer las nuevas plantaciones sobre todo de soja transgnica, por ejemplo en la Amazona.27 Ver tambin al respecto Lpez del Rincn (2012, 275). Una mirada crtica sobre el Bioarte Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 74 discutiblequeconsideredichaspropuestasdesdesupretendidavocacintransformadoradela sociedad. La crtica al sobredimensionamiento de la capacidad transformadora del bioarte no niega, sinembargo,quepuedahabercontribucionesdegraninterssobreeltema.Seraelcasodela conocida obra de Natalie Jeremijenko One trees (1998), (Fig. 5), en la que demuestra, a travs de la produccin y plantacin de 1000 rboles clnicos que poseen, por tanto, el mismo genoma que a lolargodesuvidapresentarnmorfologasycomportamientosmuydistintos,apesardesu identidad gentica28. Se trata, pues, de un proyecto que resalta magistralmente la importancia de la influencia ambiental las variables fenotpicas como dominantes sobre los patrones genotpicos, a lavezquecuestionalaafirmacindeuncontrolbiotecnolgicosinfisuras,demostrandola importancia del azar y la influencia del entorno en el desarrollo de los organismos diseados, que nunca llegaremos a dominar del todo. La valoracin de ste y otros ejemplos, pretende aclarar que el artepuedeserungranmediodereflexinculturalsobrelostransgnicos,perosiempreycuando adopteunaciertadistancia,laqueseesperadelaautopredicadaindependenciadelartista contemporneo29. Desde esta perspectiva, la crtica a algunos planteamientos y autores del bioarte no tiene por qu obedecer a un pensamiento arcaizante ni antitecnolgico. Frente a la complejidad sistmicadelaspoderosasnuevastecnologas,elarte,msquerecibirlasconlosbrazosabiertos asumiendoeldiscursocorporativodesusbondades,harabienenrevisarlasdesdelasmltiples perspectivas que una mirada crtica e independiente puede ofrecer. La tecnologa es necesaria, pues nohayculturasintcnicainstrumental,perosuusosiempredebepartir,comodecamos,del principio de precaucin (Jonas, 1995), atendiendo y anticipndose a los riesgos que pueda entraar, pues no todo lo que sea tcnicamente posible de llevar a cabo es ticamente aceptable. Esta postura se hace explcita en algunos proyectos del CAE, un colectivo de cinco artistas que trabajan con los TacticalMediayquedesdeaosdefiendenlaslibertadescivilesylacontrainformacin. Presentndose en sus performances participativas como una corporacin orientada al desarrollo de las biotecnologas pero tambin preocupada por su responsabilidad social consiguen escenificar la complejarelacinqueseestableceentrelainvestigacinsobrelostransgnicosylas consideracionesticasquedeberanrespaldarla.EnlaperformanceGenTerra(2001),elCAE plantedudassobrelaticaylaseguridaddelabiotecnologaatravsdelaobservacindelas consecuenciasdeunapotencialliberacindeorganismosgenticamentemodificadosenel medioambiente, usando materiales genticos y prcticas de laboratorio con la participacin directa del pblico, para examinar su comportamiento y temores acerca de dicho riesgo. Quisiramos cerrar esta revisin crtica resaltando el gran poder de autolegitimacin y la alta pregnancia de las nuevas tecnologas. Tanto M. Bolognini, artista y terico, como M. Costa, especialista en la esttica de la comunicacin, hablan de una tendencia a la sublimacin del medio. Sugieren que no es el arte el que seformalizaatravsdelinstrumentotecnolgico,sinoquelatecnologasevaledelartepara 28 Citado tambin en Lpez del Rincn (2012, 278). 29 Hemos apuntado las amplias posibilidades de un arte que se ocupa de la estructura gentica de la vida en un artculo anterior. Citaremos un prrafo del mismo: Donde se cuece lo ms importante de la dialctica cultura-naturaleza en la actualidad es en un nivel muy por debajo de lo que pueden percibir los sentidos, en el universo de los genes (...) Este fascinante y a la par temido territoriosecaracterizaporlainvisibilidad.Peronosetrataslodeunainvisibilidadperceptiva,loqueno podemosverconnuestrosojos,sinotambinlaquesedesprendedelaoscuraimpenetrabilidaddela tecnociencia que va construyendo este nuevo mundo (...) Quizs tambin sean estos nuevos retos para el arte. El artista, tendra el impagable papel de mostrar a travs de sus obras todo aquello que no podemos ver. Ayudarnos a comprender aspectos sistmicos de nuestra relacin con lo ms estructural de la naturaleza, ampliando la visin cientfica, tantas veces excluyente, para que el pblico pueda acercarse a comprender su proyeccin cultural, el alcancedesusefectoseneldiseodelmundoyenlaredefinicindeloslmitesdelazar.Sucontribucinal conocimientoyalalucidezserainestimable.Unartequepermitieraverms,overconotrosojos,el totalitarismo de lo invisible (Albelda, 2003, 1 ed., 27-28). JosALBELDA y Serena PISANO Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 75 manifestarse,dadoquelaherramientainducedeterminadasmodalidadesexpresivasyacaba constituyndose en el alma de la obra (Bolognini, 2005); muy en la lnea de la conocida mxima de McLuhanelmedioeselmensaje.Esinteresantevinculartambinestaideaconelartequese pretendecrticoconlabiotecnologa.Esrealmenteeficaz?Logrademocratizarsucrtica?En general, como decamos, su alcance se circunscribe al territorio del arte y aledaos, pero s arroja diversidadaldebateconceptualsobrelasnuevastecnologasyamplalasposibilidadesdeuna aproximacin crtica a las mismas, lo cual es de agradecer. A modo de resumen y conclusin Quisiramosinsistirenquenoeselobjetivodeesteartculocuestionarglobalmentenilas biotecnologas ni el trabajo artstico sobre las mismas. La biotecnologa al servicio del bien comn, consuficientecontrolbioticoydemocrticopermite,porejemplo,desarrollaraplicaciones esperanzadoras en el campo de la medicina en relacin a muchas enfermedades a las que se pueden aplicar terapias gnicas. Pero es dudoso que su gran potencial, en manos de las multinacionales de la agroqumica,hagaotracosaquenoseaserviralabsquedadelbeneficioquecaracterizaala empresa privada en el contexto de una economa neoliberal, sin mayor inters por el medioambiente o la justicia social. Al menos la experiencia de las ltimas dcadas por desgracia nos lo confirma. Porello,nuestroartculosmuestrareticenciaanteunaacogidaporpartedelartedemasiado desprejuiciada,sintenerencuentalahistoriadesuimplantacinreal,sobretodoenrelacinal compromisoticoalquerecurrentementesealude.Elarte,precisamenteporsucarcter independienteomsindependienteysucapacidadderastrearlasposibilidadesexpresivasy metafricas de procesos habitualmente muy condicionados por sus objetivos de aplicacin prctica, esunmedioprivilegiadoparaeldesarrollodeproyectosconceptualesycrticosenrelacinalas nuevastecnologas,entreellaslasbiotecnologasqueaqunosocupan.Esprecisamentedesdeel pensamiento creativo y las visiones no mediadas por la industria, desde donde se puede enriquecer eldebateenuncampodeprimersimaactualidadcomoeseldiseoartificialdelavida,untema centralennuestracultura,tantoenloquerespectaalapercepcinontolgicadenuestraespecie, como a la discusin moral sobre los lmites de la manipulacin de otras especies y de la naturaleza en sentido extenso. El enfoque del artculo ha pivotado principalmente sobre dos cuestionamientos: elprimeroponeendudalapertinenciadeunaaceptacinacrticadelaspotencialidades biotecnolgicassininternalizarpreviamenteelconflictoculturalyambientalqueconllevan; mientras que el segundo interroga sobre la posibilidad de ejercer desde el arte una crtica realmente eficaz y democratizable sobre los riesgos de los transgnicos. Sin embargo, si se es consciente de los lmites de la esfera artstica, as como de su capacidad para establecer sinergias con otros mbitos y disciplinas, cuidndonos de cualquier sobredimensionamiento, entonces el trabajo del artista puede resultar de gran inters. En la primera aproximacin hemos intentado abundar en el debate sobre los condicionantesqueafectanalarteensuinteraccincontecnologashegemnicas,que inevitablemente confieren una impronta muy fuerte a modo de mensaje internalizado, aun cuando losproyectosartsticossesitenenlasantpodasdelasaplicacionesindustriales.Enlasegunda, hemosrevisadoelsentidoyloslmitesdeunartequeejercelacrticaculturalsobrelas biotecnologas, apuntando que su aportacin ms importante es la ampliacin conceptual del tema a travs de la reflexin terico-plstica, ms que el logro de cambios sociales realmente eficaces fuera delaprovinciadelarte.Aspues,lamejorcontribucindelarteenrelacinalosavancesya consolidadosdelaindustriabiotecnolgicasera,precisamente,loquehistricamenteleesms especfico: la reflexin sobre los aspectos simblicos, ticos, sociolgicos y estticos de esta nueva ventana de la tcnica que lleva pareja una autntica revolucin cultural, revestida de polmica desde susinicios.Asuvez,hemosqueridoreforzarlalneadereflexinticasobreelprincipiode Una mirada crtica sobre el Bioarte Actas I Congreso internacional de la Red espaola de FilosofaISBN 978-84-370-9680-3, Vol. III (2015): 63-78. 76 precaucinque,lejosdeadoptarunaposicinantitecnolgica,buscaevitarlafeapriorsticaenla tecnociencia, defendiendo su anlisis extenso y la necesidad de control democrtico a la luz de sus consecuenciashistricas.Yaquelartetienemuchoquedecir,haciendousodesucapacidad simblica y alegrica. Asimismo, fruto de la experiencia de la crisis ecolgica y la translimitacin, hemosapuntadoqueelartenotieneporqualiarseinmediatamenteconlasnuevastecnologas comoindiscutiblesmbolodeprogreso,sinotambinomsbienestablecersinergiasconlas lneas de pensamiento y actuacin que cuestionan la obediencia a un desarrollismo tecnocientfico quenoasumelosprincipiosdelaticaecolgica,ycuyosobjetivosnovieneninspiradosporlos principios de la vida buena generalizable, sino por el enriquecimiento a corto plazo de una lite, sin considerar sus efectos sociales y ecosistmicos a medio y largo plazo. As, el pensamiento que se dedicaaargumentarlasbondadesdelaautocontencincomomarcoimprescindibleparael reequilibriodelvnculoentreculturayecosistemasnaturaleslaticaecolgicacontempornea, necesitatambindeunarteunarteecolgicoqueescenifiqueymaterialicesusprincipios,que simbolice con su alta capacidad emptica la crtica al seguidismo de una tecnologa finalstica en vez deinstrumental,alavezquemuestralaposibilidaddeunaarmonaentretecnocienciaytica, contribuyendo al nuevo paradigma de la sostenibilidad. Bibliografa Snchez Ferlosio, Rafael (2000), El alma y la vergenza, Destino, Barcelona. Albelda, J. (2003), Territorios, caminos y senderos, en: Juan Bta. Peir coord.; Otras naturalezas, ComunidadAutnomadelaRegindeMurcia,pp.23-30.2ed.enFabrikart,n4,2004, Universidad del Pas Vasco,pp. 100-113. Albelda, J. y Saborit, J. (1997),La construccin de la naturaleza, Generalitat Valenciana, Valencia. 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