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    Las tecnologas mediales, la escuela y la lectura: aliados-distantes /Diana Roco Soto

    Resumen

    El planteamiento que se abordar en este artculoparte de la premisa de considerar la incidenciaque han generado las tecnologas mediales enlos procesos lectores de los nios y los jvenes.Se trata de considerar que las revoluciones tec-nolgicas han transformado prcticas sociales,han generado formas novedosas de interacciones

    y comunicacin, al tiempo que han modificado lamente humana. Y es frente a este escenario que laescuela se ha mostrado carente de un horizonteque le permita comprender que la incorporacinde las tecnologas mediales no es slo un recursodidctico sino que se trata de una mediacincultural.

    Palabras clave: tecnologas mediales, escritu-ra, procesos lectores, escuela.

    Abstract

    Tis paper consider the importance of mediatechnologies in children and young lecturesprocesses. echnologyc revolutions have trans-formed social practices, creating new ways forinteraction and communication and at the sametime they have changed human mind. In this sce-nery, school looks so indifferent about how media

    technologies have became a cultural media, notonly a didactic resource.

    Keywords: media technologies, writing, rea-ding, school.

    Las tecnologas mediales, la escuelay la lectura: aliados-distantes

    Medial technologies, school and reading:distant-allies

    Diana Roco Soto*

    Fecha de recepcin: 04/03/2011

    Fecha de aceptacin: 25/04/2011

    * Licenciada en pedagoga infantil de la Universidad Distrital Francisco Jos de Caldas. Correo electrnico: [email protected]

    ** Actualmente existen varios conceptos para referirse a las nuevas tecnologas. Se habla de IC, NIC, tecnologas digitales,pero quizs el concepto ms amplio sea el de ecnologas Mediales. Este concepto surge a partir de los planteamientos su-geridos por el autor Henry Jenkins. La idea de considerar el trmino tecnologas mediales hace referencia a la articulacinde los medios de comunicacin, las IC y las NIC. Vase el texto Formando nios en la era digital. Disponible en: http://www.ceu.cl/archivos/jenkins.pdf

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    1. Transiciones, continuidades y

    connivencias en la historia de

    la tecnologa de la palabra

    El encuentro hoy con la cultura, el medio y el otro

    es esencialmente digital. La virtualidad, la instan-taneidad, la hipertextualidad y la interactividadinstauran un nuevo tipo de relacin del hombrecon su medio (Piscitelli, 2005). Es claro que es-tamos ante la presencia de una nueva revolucintecnolgica: el fenmeno de las tecnologas me-diales1. La cibercultura, la ecologa de los medios(Piscitelli, 1998), la virtualidad (Levy, 1995), lasociedad lquida (Bauman, 2005), la sociedadecnoplis (Postman, 1994), se constituyen endiscursos derrotero que han conceptualizado el

    impacto y la trascendencia de estas tecnologas enel conjunto de la cultura. La multitud de cambios,transformaciones sociales y cognitivas, estngenerando un nuevo tipo de sujeto (Piscitelli,2002).1 De hecho, un estudio realizado por laKaiser Foundation2revela que el uso permanentede computadores, videojuegos, celulares, o esce-narios como el chat moldean la mente del hom-bre al punto de generar el desarrollo de nuevascompetencias cognitivas o producir atrofias enotros procesos mentales. Por lo tanto, el impactode estas tecnologas no slo se evidencia desde la

    perspectiva general de la cultura sino que implicala emergencia de nuevas prcticas sociales y nue-vas habilidades que inauguran un nuevo tipo detecnicidad cognitiva (Martn Barbero, 2004).

    Sin embargo, la idea de discurrir sobre elimpacto de las tecnologas en un nuevo tipode cognicin no es nueva. ampoco lo son losdiscursos que asumen esta poca como el tiem-po de las grandes revoluciones. En realidad,siempre han existido revoluciones vinculadas

    a las tecnologas, especialmente a aqullas quese denominan tecnologas de la palabra (Ong,1987). Por esto es importante sealar que estaconciencia de cambio no es nada nuevo, nipropio de este tiempo. Puede decirse que desdesiempre el paso de una poca histrica a otra haestado marcado por la predominancia de algn

    tipo de tecnologa de la comunicacin (Mcluhan,1985; Ong, 1987).

    De este modo, caracterizar la actualidad de lastecnologas mediales implica, como dira DavidMorley, historizar el futuro, porque cuanto ms

    se habla de futuro, ms se necesita una pers-pectiva histrica (Morley, 2008, pg. 172). Estaactualidad no es necesariamente esperanzadora,pues si se toma en cuenta el aporte de Morley,puede hablarse de un cierto determinismo tecno-lgico, reflejado en la promesa de que las nuevastecnologas conducirn a una mejor comprensinde la realidad. Es desde esta perspectiva, que valela pena poner en tela de juicio la divisin simplistaentre los llamados medios antiguos y los nuevosmedios.

    Lo cierto es que para evidenciar la predominan-cia tecnolgica propia de cada poca, es necesariorevisar los perodos histricos de convergenciade los medios, las tensiones, contradicciones,coincidencias y continuidades, ms que actosde eliminacin o silenciosas sustituciones, entreuna tecnologa de la palabra y otra. Por ejemplo,la invencin de la escritura en el ao 5.000 A.C.gener distintas reacciones. Platn consider laescritura como un soporte inerte: [] lo escritono sabe a quin dirigirse que sea capaz de enten-

    derlo (Cavallo & Chartier, 1998, pg. 17). Peroal tiempo, el mismo Platn mantiene su propiocriterio para decidir lo que debe preservarsepor escrito y lo que no: la influyente serie de losDilogos as lo demuestra (Jaeger, 2001). Unacoyuntura como sta es la que permite a Ong(1987) sealar que el paso de la oralidad a laescritura reestructur la conciencia humana,por ejemplo en lo que a los usos de la memoriase refiere. En esencia, la escritura en la GreciaClsica represent un modo de fijar textos para

    poder traerlos a la memoria, y ms que haceruna resonancia al texto escrito, la escritura sedestin para conservar el texto.

    Con el paso de la escritura, fijada en el manus-crito, a la imprenta a mediados del Siglo XV, elacceso a los libros se intensific. [] El invento

    2 Artculo Neuronas en evolucin publicado por el peridico el Espectador el da 6 de enero de 2010. Disponible en: http://www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso180811-cuidado-neuronas-evolucion.

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    de Gutenberg permiti la circulacin de textos auna velocidad y en una cantidad anteriormenteimposibles (Cavallo & Chartier, 1998, pg. 37).De hecho, Ong es enftico en manifestar quefue la impresin del texto y no la escritura, laque potencio la palabra, y con ella la actividadintelectual. En contraste con esto, la invencin dela imprenta para otros represent una saturacinde informacin. Briggs y Burke (2002) lo definencomo la explosin de la informacin, esto es, el

    paso de la escasez a la abundancia de los libros,pero tambin el paso de la sacralidad a la super-ficialidad del texto. Ahora el problema radicabaen la seleccin y la crtica de libros, y autores quedeban realizar los lectores.

    La estabilidad de la acumulacin del conoci-miento que permiti la imprenta, cre nuevosmodos de administracin de la informacin.Esto implic la creacin de nuevos formatos, deproductos culturales novedosos que facilitaron ladifusin y el intercambio de informacin. De este

    modo nace la prensa en los inicios del Siglo XVIII.Briggs y Burke asocian a este suceso el origen de laopinin pblica, as como los primeros registrospara el pblico acerca de los acontecimientosimportantes para la vida diaria de los ciudada-nos.

    Posteriormente, a raz del surgimiento de laradio en los inicios del Siglo XX muchos acad-micos empezaron a reconocer la importanciade un moderado retorno de la comunicacinoral (Briggs & Burke, 2002). Albaladejo (2001)coincide con Briggs y Burke al afirmar que conla era de la radio la oralidad retom sus orgenes,constituyndola como [] un soporte tecnol-gico que multiplic la proyeccin del discursodel orador (Albaladejo, 2001, pg. 13). Es sig-nificativo, que la prensa haya intentado revelarsecontra esta nueva invasin de la oralidad, pues enlos aos 30 muchos llegaron a considerar que laradio sustituira a la prensa y a los otros mediosimpresos3. Sin embargo, con el paso del tiempoesta sensacin de inestabilidad desapareci, ypor el contrario los nuevos y los antiguos

    medios empezaron a coexistir y a buscar nuevospblicos a los cuales conquistar.

    Otras son las sensibilidades que se impactana partir del desarrollo de la televisin en los aoscincuenta. Hernndez subraya la idea de quela gestacin de este nuevo medio convierte alsujeto en un individuo multimedia, que se sirvede los medios de comunicacin tradicionalespara prolongar los sentidos (Hernndez, 2002,pg. 2).

    Y es este paulatino paso de los medios audiovi-suales a los medios multimediales lo que permiteque la prediccin de McLuhan (1985), de socieda-des conectadas que conforman una aldea global,se cumpla. Las tecnologas mediales inauguranun nuevo modus operandi epistmico horizontaly ms participativo (Abril, 2001, pg. 17), esto es,una nueva reestructuracin de la conciencia.

    En resumen, y de forma definitiva, la apropia-cin tecnolgica por parte de la cultura ha estadoligada a los intereses, convencionalidades y cir-

    cunstancias propias de cada poca. Sintetizandotodo este recorrido:

    La escritura no fue un acontecimiento naturalsino un conjunto de tcnicas e instrumentos quese desarrollaron en el tiempo con importantes

    Imagen proyecto ripulantes. 2011

    3 Esta idea es similar a los discursos que predican la desaparicin del libro, de los que se hablaran ms adelante. La referenciapuede encontrarse en: http://www.marcombo.com/Descargas/9788426714923La_nueva_radio/descargar_primer_capi-tulo_la_nueva_radio.pdf

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    repercusiones tanto cognitivas como sociales. Enese paulatino progreso, se han sucedido nume-rosos soportes y artefactos: primero la escrituramanuscrita, con sus propios accesorios y materia-les (p.e. punzones, piedra, tablilla, cuero, papel,pergamino...); ms adelante, la escritura impresay el mundo de la imprenta, pero tambin la radio,la televisin, el ordenador y la Internet mismahan podido ser consideradas otras modalidadesde tecnologizar la palabra, las cuales han creadosus propios instrumentos y artefactos culturales,desde el libro a la mensajera electrnica (Martos,2009, pg. 16).

    Por lo tanto, puede decirse que toda la historiade la cultura se ha desarrollado entre las tensionesgeneradas por el campo de fuerzas que constituyen

    la tradicin y el progreso. La tradicin remite auna condicin esttica y tiende a la conservacin.El progreso es, en cambio, dinmico, cambiantey tiende a la transformacin. Por ello, la historiade las tecnologas de la palabra ha mantenido estemismo escenario de tensiones entre la tradicin yel progreso. Por ejemplo, as como en la Antige-dad, Platn consider que la escritura desplazarala oralidad y que debilitara el pensamiento; hoyotro tanto ocurre con la Internet, pues circulala idea de que este medio desplazar al libro y

    sumir a la humanidad en una nueva esclavitud:la de la actualidad inmediatez y fugacidad de lainformacin.

    En este sentido, la incidencia de la tecnologaen la cotidianidad de los seres humanos es unproceso que a lo largo de la historia ha estadocargado de analogas y similitudes. Los cambiosexperimentados por la conciencia humana comoresultado del paso de la oralidad a la escritura sonanlogos a los cambios en la conciencia y en lasubjetividad que hay en el paso de lo impreso a lo

    virtual. Por ejemplo, el concepto de multitasking4,usado hoy en da para referirse a esa cualidad delos jvenes que los hace capaces de realizar variastareas al mismo tiempo mientras estn conecta-dos en red, es similar a las culturas verbomotorasque cita Ong, para referirse a la composicintradicional relacionada con la actividad manualen las culturas orales.

    2. El paso del medio al hipermedio

    Las dinmicas actuales de las tecnologas media-les generan una reestructuracin y configuracinen los modos de acceder a la informacin5, deinteractuar con y de reconocer al otro. Unacaracterstica especialmente llamativa es que el

    paso del medio al hipermedio no est caracteri-zado por la sustitucin de unas tecnologas porotras, sino que est orientado a la hibridacin delas tecnologas (Pea, 1997). Esto implica que elnuevo medio es capaz de abarcar a todos los me-dios que lo precedieron, potenciar su funciona-miento e incrementar los beneficios que prestanlas tecnologas ya existentes. El hipermedio noes solamente la suma de aparatos, dispositivosy contenidos, sino que es adems un medio decomunicacin esencialmente novedoso por su

    impacto masivo y su distribucin global (Brun-ner, 2002). Por ejemplo, las primeras tecnologasmediales de la modernidad, como la prensa, laradio, la televisin y el cine, se caracterizaronpor ser visuales, auditivas o audiovisuales, hoyla hipermedia combina todas estas particulari-dades a travs de recursos multimediales.

    Si bien, la invencin del computador a media-dos del siglo XX genera un cambio tecnolgicosignificativo, es a partir de los aos 90 que sedesarrollan los componentes de la tecnologa

    4 Este concepto es retomado del artculo Educacin Urge un cambio publicado en la Revista Dinero. Disponible en: http://www.dinero.com/edicion-impresa/caratula/educacion-urgecambio_70114.aspx

    5 Una caracterstica esencial en este auge tecnolgico es el acceso ilimitado a diferentes tipos y fuentes de informacin.Conviene aclarar que este concepto es esencialmente distinto de la nocin de conocimiento. Usualmente, se suele hablarde la Sociedad de la Informacin y la Sociedad del Conocimiento como conceptos equiparables. Informacin y conoci-miento no son sinnimos. Mientras que el primero se refiere a materia prima que debe ser procesada por la mente a fin detransformar esos datos exteriores en conocimientos de la realidad (Comboni & Jarez, 2010, pg. 10), el segundo obedecea la capacidad de interpretar la informacin, es en ese proceso que a partir de la informacin construimos conocimiento(Comboni & Jarez, 2010, pg. 10).

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    informtica que permiten que el hipermedioest al alcance de las personas. Un tiempo rela-tivamente corto comparndolo con la masifica-cin de otras tecnologas. Por ejemplo, desde lainvencin de la escritura hasta su masificacintuvieron que pasar ms de 3000 aos; pese aque la revolucin de la imprenta se produjo enel siglo XV, la circulacin masiva de libros es unfenmeno propio de finales del siglo XIX; losaparatos de radio fueron creados en los iniciosdel siglo XX, pero solo hasta los aos 50 y 60 seevidencia su masificacin; pese a que la aparicinde la televisin data de los aos 40, en realidadsolo se hace accesible para todos los pblicos detodo el mundo hasta bien avanzados los aos 60y 70; algo similar pasa hoy con la Internet quefuera desarrollada a principios de los aos 70, el

    acceso pleno a Internet comienza a darse entre1990 y 1995. La evidencia muestra entoncesque las tecnologas se vuelven masivas cada vezms rpido y que hoy con las nuevas tecnologasmediales el lapso de tiempo que media entre loscambios es cada vez ms breve.

    El impacto en la sociedad y la subjetividad delas tecnologas mediales que hicieron parte de larevolucin audiovisual no tuvo tiempo para sersuficientemente evaluado. Justo en el momento enque los efectos de estas tecnologas comenzaron ahacer parte de los intereses de los investigadoressociales, tambin empez el vertiginoso ascensoy difusin de las tecnologas hipermediales (Pis-citelli, 1998).

    La Internet se convierte entonces en el mediode comunicacin dominante en los inicios delsiglo XXI6, gracias a su carcter de hipermedio,a su capacidad para integrar y facilitar la interac-cin con todos los medios de comunicacin quelo preceden: los medios audiovisuales, el texto y

    las nuevas formas de comunicacin que surgen dela conectividad universal. Este hipermedio es enla actualidad el escenario en el que nios, niasy jvenes constituyen sus subjetividades, generaninteracciones aumentadas y tienen acceso a can-tidades ilimitadas de informacin, por primera

    vez en la historia humana. Las caractersticas dela Internet como medio de comunicacin, la in-teractividad, mxima conectividad, multiplicidadde dispositivos para la comunicacin, etc., tienenun impacto en las infancias y la juventud evidentepara todos pero incomprensible para la mayora(Martnez Snchez, 2003).

    Aspectos importantes de la vida social y cul-tural de los jvenes transcurren hoy en la red, loque demanda de ellos habilidades, competenciasy actitudes que los acercan a otros nios y jvenesdel mundo al tiempo que los distancian de losadultos cercanos de su entorno. Estas inciden-cias y otras menores, que se pueden evidenciaren prcticas sociales que sustituyen formas deser y de actuar propias de otros momentos dela historia: antes, por ejemplo, ir a bibliotecas,

    hojear un libro o recomendar una obra literaria seconsideraban prcticas habituales de los jvenesinteresados por la lectura, hoy esas acciones danlugar a nuevas formas de relacionarse en las quevisitar un sitio web, navegar un texto o reenviarun link expresan intenciones anlogas.

    6 Para ms informacin vase el documental de Discovery Channel La verdadera revolucin de la Internet. Disponible en:www.illi-pro.com/documental-la-verdadera-historia-de-la-internet-discovery-channel/

    Nios Escuela Rural San Jacinto de Chapa. Proyecto Almas,rostros y paisajes. 2008

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    3. Tecnologa, sociedad y sujeto:entre la disolucin y laintegracin mediada

    Los avances en las tecnologas mediales y la difu-sin de sus utilidades, as como su impacto socialno son ajenos a tensiones, discusiones y reflexinque permiten situar las diferentes visiones de larelacin en general del sujeto con la tecnologa.Estas discusiones tienen espacio en este ensayoporque reflejan posturas significativas que per-miten comprender la compleja relacin de lossujetos y la cultura con los incesantes desarrollosde las tecnologas mediales y porque contribuyena completar un panorama de los aportes a ladiscusin sobre la manera como pueden vincu-larse estos avances a la educacin en general y a la

    promocin de la lectura entre los nios y jvenesescolares en particular.

    Para Paul Virilio, por ejemplo, es necesarioadvertir sobre los peligros de la tecnologa, elriesgo de caer bajo el influjo de las aparienciasque ella genera, hacer no slo que lo slido, larealidad moderna, se desvanezca sino inclusoque desaparezca (Virilio, 1998). Estas tecnologasmediales implicaran tanto el peligro de unaprogresiva dependencia de sus servicios comode una progresiva sustitucin de la materialidad

    de la realidad por una apariencia igualmente tilpero desprovista de soportes. En una direccinsimilar, Giovanni Sartori (1998), denuncia losefectos de una sociedad en la que la tecnologa sepone al servicio de los intereses dominantes, demodo que los dispositivos virtuales amplan des-mesuradamente las posibilidades de lo real, perono son realidades (Sartori, 1998, pg. 39). Estosmismos dispositivos convertiran muy pronto anios, nias y jvenes en objetivos de una desme-surada promocin del consumo, en una sociedad

    cambiante en la que el sujeto se desmorona, sefractura, vctima de la modernidad lquida en laque se disuelve (Bauman, 2005).

    Estas previsiones contrastan con puntos devista ms condescendientes que sin perder de vis-

    ta la fuerza y evidencia de las transformaciones,ven en ellas nuevos indicios de una sociedad msdemocrtica y ms enriquecida por la diversidad.Para Brunner (2002), Piscitelli (2005) y MartnBarbero (2009), son ms las oportunidades que losriesgos y del reconocimiento de las mediacionesculturales generadas por las tecnologas mediales,as como de su integracin a la educacin, al en-riquecimiento de los escenarios de participaciny la construccin de conocimiento, que dependenen gran medida las posibilidades de su xito,quizs de supervivencia, en estos tiempos de augehipertecnolgico.

    4 Una consecuencia:la desaparicin del libro

    En el desarrollo de la reflexin sobre la natura-leza del vnculo que existe entre las tecnologasmediales, la educacin y la lectura, uno de losaspectos que merece una atencin especial es elque se refiere al futuro del libro tanto como objetofsico como dispositivo cultural. La entrada de lastecnologas mediales en la vida del hombre ha ge-nerado todo tipo de reacciones que se plasman endos grandes tipos de enunciados: discursos posi-tivos, progresistas y esperanzadores, por un lado;y discursos negativos, tradicionalistas y fatalistas,por el otro (Ortz, 2004). Uno de estos ltimos,tiene que ver con la idea de que las tecnologashipermediales estn provocando la desaparicindel libro.

    La tecnologa, desde esta perspectiva, ha pro-vocado una disminucin de los niveles de lectura.Para los ms pesimistas, los jvenes de hoy leenmucho menos que los jvenes de ayer, lo que sesuma a la escasa calidad de los productos cultu-rales que leen los jvenes hoy en comparacin

    con aquellos que lean las anteriores generacio-nes. La virtualidad y la instantaneidad propia delos productos digitales de hoy no proporcionan,segn esta postura, las mismas satisfaccionesque la clsica lectura de impresos7.

    Esta percepcin ha tenido su impacto en los mismos nios y jvenes que no consideran la lectura que realizan en Internetdentro de su definicin de lectura. Esto implica desvincular esta nocin de lectura de una actividad cotidiana que ellos realizanpara asociarla exclusivamente a las prcticas escolares que tienen finalidades acadmicas.

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    La idea de la desaparicin del libro haproliferado entre un sector respetable de los inte-lectuales que ven el desarrollo tecnolgico comoun desafo insuperable para la ya larga tradicindel impreso (Chartier, 2007; Melot, 2007). Estaperspectiva ha encontrado eco entre muchos edu-cadores y padres de familia que han emprendidosu personal cruzada contra los medios masivos decomunicacin y las nuevas tecnologas. De hecho,algunas opiniones del sector editorial, y en par-ticular de algunas libreras colombianas, sealanla fuerte competencia entre el libro y las nuevastecnologas (Soto, 2010):

    Los hbitos de lectura aqu en Colombiaen un 50% son muy bajos puesto que ahoraexisten muchos medios de comunicacincomo la Internet, la televisin, la radiomuchas cosas, que le han quitado demandae inters de las personas para que lean (Mu-nevar Harold, Fundalectura).

    Yo dira que el libro lo estn desplazando,porque t puedes estar en tu casa frente atu computador leyendo este libro o miran-do simplemente apuntes, entonces ah sepuede empezar acabar el hbito de la lec-tura (Cruz, Alejandro, Librera Alejandra).

    El efecto en los nios, nias y jvenes ha sidocontrario al deseado, pues en vez de estimular quese acerquen al libro y lo apropien como un objetocultural valioso, por el contrario han logradoque los nios y jvenes se alejen del libro, al queidentifican como un artefacto arcaico y obsoleto.En principio, no debera tratarse de satanizar lalectura en red ni establecer como nica formade lectura legtima, la que tiene por objeto a loslibros y otros materiales impresos, la cuestinaqu es evidenciar la posibilidad de que las dosprcticas se afecten y beneficien mutuamente,en un proceso intencionado de articulacin ycomplemento.

    Una implicacin que surge de este discurso dela desaparicin del libro, es el rechazo sistem-tico hacia las nuevas tecnologas, lo que generasituaciones tan inconvenientes como que institu-ciones educativas declaren como un objetivo desus estrategias pedaggicas: alejar a los nios y

    nias de la televisin o suponer que la restriccindel tiempo que el nio, la nia o el joven dedicanal computador debe ser un logro del proyectoeducativo de la institucin8.

    Pero otras voces se escuchan sobre el par-ticular: las de quienes sostienen que el libro

    Por ejemplo, estas ideas se evidencian en algunas de las propuestas abordadas por el Gimnasio Vermont. En el artcu-lo Vistazo a los horarios de clase de las instituciones educativas con mejores calificaciones, Raquel Rojas rectora del

    Imagen proyecto Con la radio tambin se aprende 2010

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    como producto cultural no desaparecer. Que laemergencia de las nuevas tecnologas quizs sloafecta un formato especfico del libro: el impreso,pero que con las nuevas tecnologas, en cambio,se amplan las posibilidades de que los libros clsi-cos y sus contenidos lleguen, en nuevos formatos,a muchos ms lectores, con preferencia a nios,nias y jvenes (Melo, 1997). Esta postura partede la idea de que el libro como objeto de la culturano se reduce al objeto fsico que se conoce desdeel siglo XV sino a su carcter de documento, aun concepto ms amplio, y que ste es posiblede recuperar en formatos digitales accesibles yatractivos para los ms jvenes.

    5 Las tecnologas mediales,

    la escuela y la educacin:aliados

    -distantes

    Dentro de este marco de comprensin que seha venido evidenciando, es posible situar lo quehay de problemtico en las relaciones entre lastecnologas mediales y la escuela. Estas rela-ciones, fundamentales y necesarias, han estadoatravesadas por la incomprensin, la distancia yel rechazo. En parte, por la rapidez e inequidadcon que las nuevas tecnologas se difunden enlos contextos sociales, y por otro lado, por la rup-tura que se producen entre las generaciones. Yalas distancias generacionales no slo se refierena los valores y actitudes hacia el mundo sino queinvolucran cada vez ms el acceso a las nuevastecnologas. La brecha generacional se comple-jiza con la brecha digital (Piscitelli, 2006). Estasituacin afecta tanto las relaciones de nios yjvenes con padres y familiares adultos, como lavida cotidiana en los contextos escolares dondelas instituciones y los docentes viven la mismadistancia con sus jvenes estudiantes (Soto,2010):

    La profesora no sirve para nada, slo ma-neja programas viejos como Power Point o

    la grabadora o el videobeam, pero no mane-ja Internet (Jimnez Anderson, 18 aos).

    [] me cuesta porque no soy una duchaen eso de la Internet. He dado clases []con videobeam [] si vamos a analizar una

    obra [] les pido que lo bajen de la Internety lo impriman (Consuelo Rojas, GimnasioVermont).

    Abordar esta situacin demanda comprenderde qu manera la educacin en su conjunto haincorporado las nuevas tecnologas a su pro-yecto cultural. Un punto de partida posible es laidea de diferenciar entre las nociones de aparato,dispositivo y contenido como una distincinnecesaria para comprender como han estado

    demarcadas o de cmo se pueden evidenciarlas posturas que han tomado las polticas edu-cativas hacia la incorporacin de las tecnologasmediales en la escuela, as como los puntos devista de los docentes y de los nios y jvenessobre el tema. Este planteamiento tiene dosaspectos: el primero, evidencia la necesidad dehacer propiamente la distincin ya que se repre-sentan de forma similar a estos tres conceptos, yel segundo tiene que ver con que esta distincinpone de manifiesto discursos y prcticas que se

    han asumido sobre las tecnologas mediales.Para el caso de las polticas educativas (Mi-

    nisterio de Comunicaciones, 2008; Ministeriode Educacin Nacional, 2008), el discurso de lastecnologas mediales est asociado con la nocinde aparato. Su preocupacin ha estado enfatizadaen el acceso a las tecnologas mediales, lo queno garantiza una incorporacin efectiva en laescuela. La perspectiva de la mirada de los do-centes, se traduce en una postura que incorporalas tecnologas desde la nocin del dispositivo.

    Su preocupacin radica en cmo utilizarlo, encmo acomodarlo y adaptarlo al aula tradicional,sin que este esfuerzo alcance para lograr eficien-cia en el pleno uso de las tecnologas mediales

    Gimnasio afirma que: es fundamental contar con una jornada completa, es decir, que abarque la maana y parte de latarde (o toda). Aprovechamos al mximo cada minuto y cada hora y evitamos que el nio se siente frente al televisor,apunta. Disponible en: http://www.eltiempo.com/vidadehoy/educacion/ARICULO-WEB-PLANILLA_NOA_IN-ERIOR-7610967.html

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    Las tecnologas mediales, la escuela y la lectura: aliados-distantes /Diana Roco Soto

    (Piscitelli, 2009). Finalmente, la postura de losnios y los jvenes est ms cercana a la nocinde contenidos, que reflejan sus intereses y gustos.El reconocimiento de los intereses de los nios,nias y jvenes podra ser el punto de partidaposible para lograr un principio de articulacinde los esfuerzos institucionales, docentes y de lospadres de familia. Esto implicara el inicio de unaverdadera revolucin educativa, pues aunque setengan nociones de cules son los intereses delos nios y jvenes, este conocimiento no es sufi-ciente si no se empieza a transformar la escuela,a replantear su arquitectura del control.

    Por ello, y pesar de los esfuerzos de los do-centes, esta relacin entre tecnologas medialesy educacin seguir siendo problemtica. Su

    relacin ser aliada pero distante a la vez. Seraliada si se sostiene en adaptar la escuela a lastecnologas; pero distante si no se presentanacciones generalizadas desde las polticas, laformacin del maestro sobre el uso de las tecno-logas mediales para promover los hbitos lec-tores. Y en especial por las distancias enormesentre las lecturas que quieren los maestros y laslecturas que hacen los nios y los jvenes.

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