299 el lugubre aullido de las lobas

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Bolsilibro 299 correspondiente a la colección Selección Terror de la editorial Bruguera.

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El Lugubre Aullido de las Lobas

EL LUGUBRE AULLIDO DE LAS LOBAS

CLARK CARRADOS

Coleccin

SELECCION TERROR n. 299

EDITORIAL BRUGUERA. S. A.

BARCELONA BOGOTA BUENOS AIRES CARACAS - MEXICO

ULTIMAS OBRAS PUBLICADAS EN ESTA COLECCION

294 Locura en la madrugada Ralph Barby.

295 La succin de las mujeres-vampiro Curtis Garland.

296 La sangre del diablo Clark Carrados.

297 La perra encadenada Ralph Barby.

298 La momia viviente Adam Surray.

Depsito legal: B. 29.985 1978

Impreso en Espaa Printed in Spain 1a edicin: noviembre, 1978

Clark. Carrados 1978 texto

Desilo 1978 cubierta

Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S. A.

Parets del Valls (N-152, Km 21.650) Barcelona - 1978

CAPTULO PRIMERO

CUANDO iba a entrar en el dormitorio, Clarabelle Stacey crey or rumor de voces.

Clarabelle frunci el ceo. A esas horas, se dijo, nadie debera estar en su dormitorio. Todo lo ms, su esposo, echndose la siesta, pero no era precisamente la costumbre del seor Stacey. Intrigada, se pregunt quin podra hallarse en la estancia.

Abri ligeramente la puerta, sin hacer el menor ruido. A travs de la rendija, divis un espectculo que la dej sin respiracin.

El seor Stacey, completamente desnudo, estaba encima de una mujer, tambin desnuda. La postura de ambos no ofreca dudas.

Clarabelle escuch claramente los jadeos, los suspiros, las frases obscenas con que se estimulaban los amantes para aumentar su propio erotismo, los meneos de los cuerpos, el leve crujir de los muelles de la cama. Sintise tentada de entrar y gritarles su clera y su furia de mujer desdeada, pero un oscuro instinto la hizo detenerse en el acto, apenas concebida la idea.

Hara algo mejor. Se vengara.

Pero no sera una venganza comn y corriente. Sera una venganza

Cautamente, cerr la puerta con el mismo sigilo empleado para abrirla. Luego se retir y, a partir de aquel momento, empez a madurar su plan de desquite.

Aquella misma noche. Clarabelle se contempl al espejo, sin ninguna prenda de ropa. Andaba por los treinta y seis aos y todava posea una serie de atractivos que la hacan una mujer deseable. Los senos, altos y firmes, la delgada cintura, las caderas y los muslos slidos y las piernas largas.

Y su esposo, pens, pareca disfrutar ms con aquella criada que tena aspecto de mosquita muerta y que pareca no haber roto un plato en su vida. La culpa no era suya, se dijo; no era una mujer que rechazaba al marido casi de continuo, alegando supuestas jaquecas o fingidas indisposiciones. Antes al contrario, cada vez que la buscaba, ella lo acoga con el mayor deseo, con el mismo ardor que en su luna de miel, haca ya quince aos. Pero la contemplacin de aquella ardiente escena haba desencadenado una fiera dormida en su mente.

Durante un par de semanas, Clarabelle simul una absoluta ignorancia de lo que suceda en su casa. Pero saba que su esposo y la doncella, en la mayora de los das, se reunan en el dormitorio conyugal, tan desvergonzados, sabiendo que ella se dedicaba a escribir en el pequeo estudio situado en el tico de la casa. Clarabelle era autora de cuentos cortos policiacos que publicaba con cierta regularidad y notable xito y, tras el almuerzo, sola encerrarse cuatro o cinco horas en el estudio, para desarrollar su labor creadora.

El tico tena varios departamentos y uno de ellos, dedicado a guardar trastos viejos, caa directamente sobre el dormitorio matrimonial. Clarabelle empez a trabajar con la mayor astucia, con una absoluta discrecin, sin que en sus palabras y en sus gestos se trasluciera ni por un momento que estaba enterada de lo que ocurra.

La ocasin lleg cuando el ama de llaves, Mildred Newton, dijo que necesitara unos cuantos das de permiso, para visitar a su hermana, algo delicada despus del nacimiento de su ltimo vstago. A fin de cuentas, Clarabelle era, no slo duea de la propiedad, sino la que sufragaba todos los gastos, con las rentas de su capital y con los ingresos de su literatura. Clarabelle accedi de inmediato y dijo al ama de llaves que poda tomarse todo el tiempo que quisiera.

Molly cuidar del seor y de m dijo, con la ms dulce de sus sonrisas. Vyase tranquila y no se preocupe de ms. Ah, hgale en mi nombre un obsequio a su hermana.

El ama de llaves casi sall de alegra al recibir el cheque de doscientos cincuenta dlares que la seora le entregaba tan generosamente. Clarabelle llam a su esposo y le pidi que llevase a la seora Newton, hasta la estacin del ferrocarril, distante casi veinte kilmetros. El seor Stacey no tena otra cosa que hacer y accedi muy gentilmente.

Dos das ms tarde, Clarabelle entreg un cheque a su esposo.

Querido, puedes ir al Banco? Necesito dinero.

Harry Stacey contempl estupefacto la cifra escrita en el cheque.

Pero, Clarabelle, para qu necesitas diez mil dlares? exclam, enormemente sorprendido.

Ella le puso una mano sobre el hombro y le mir fijamente.

T confas en m, no es cierto?

Y te amo ms que a nadie en el mundo declar l apasionadamente.

Entonces, treme ese dinero. Un da podr contrtelo todo

Se trata de un chantaje, Clarabelle.

Por favor, Harry, no me obligues a ser ms explcita. Trae el dinero, te lo ruego.

Deberas decirme

Clarabelle domin el asco que ahora le inspiraba su esposo y le bes suavemente en los labios.

Confa en m, querido pidi ella con una honda mirada, que venci todos los escrpulos del seor Stacey.

Aquella misma tarde, Clarabelle tena ya el dinero. Stacey dijo que debera hacer algo para evitar el chantaje. Clarabelle contest que haba esbozado un plan, pero tena que madurarlo y que no poda llevarlo a cabo todava, por lo que le haba sido preciso sacar el dinero del Banco para entregarlo al chantajista.

Aquella misma noche, Clarabelle sali de su casa y estuvo un par de horas fuera. Cuando regres, se reuni con su esposo.

Me ha prometido que no me pedir ms dinero, pero no estoy segura de que cumpla su palabra. Si no es as, le matar.

Te ayudar dijo Stacey melodramticamente. Un chantajista es un pozo sin fondo. Pero qu es lo que tienes oculto en tu vida? No puedes contrmelo?

Ella le acarici suavemente le mejilla.

Algn da, amor mo contest.

Yo estar siempre contigo, pase lo que pase, querida.

Mientes, bastardo, pens Clarabelle, acometida sbitamente por un quemante ramalazo de furia. Sin embargo, la sonrisa continuaba en sus labios, dulce, persuasiva, ficticiamente expresiva de una pasin que ya se haba trocado en odio infinito.

Un da ms tarde, Clarabelle que vigilaba atentamente a los dos amantes, los vio besarse en el vestbulo. Luego, enlazados por el talle, se dirigieron al dormitorio. Arriba se oa el tecleo de la mquina de escribir, con ciertas intermitencias, pero ninguno de los dos amantes poda suponer que se trataba de una grabacin en cinta.

Apenas los vio dirigirse al dormitorio, Clarabelle corri al trastero. Haba practicado un delgado orificio en el suelo de tablas y aplic el ojo. As pudo ver la impdica exhibicin que haca Molly Aireen delante del embobado, y excitado, seor Stacey. Clarabelle torci el gesto. En comparacin con los suyos, los pechos de Molly parecan las dos mitades superiores de otras tantas peras de no demasiado tamao. Adems, era ms delgada y los huesos de la pelvis se marcaban a travs de la piel.

El seor Stacey se desnud tambin. Durante unos segundos, los dos amantes se dedicaron a un frentico cambio de caricias de todas clases, adoptando incluso lbricas posturas que Clarabelle haba visto solamente en revistas pornogrficas. De pronto, Stacey y Molly cayeron sobre la cama, l encima, ella debajo, agitndose con violentsima pasin.

Ha llegado la hora, se dijo Clarabelle.

Con la mano izquierda, levant la pequea trampilla que haba practicado durante todos aquellos das, en el mayor secreto. En la derecha tena un palo de metro y medio de largo, terriblemente aguzado en la punta. En el otro extremo, haba un contrapeso, hecho con dos gruesas piedras, planas, unidas por anchas tiras de cinta adhesiva. El contrapeso, que aada potencia a la improvisada lanza, result decisivo.

Molly tena los ojos cerrados, sumida en el xtasis del placer. En el ltimo instante, pareci presentir algo horrible y los abri, justo a tiempo de ver descender con enorme velocidad el palo puntiagudo.

Un horripilante alarido brot de sus labios. El palo, arrojado por dos manos cuya fuerza haba sido aumentada por la clera y el rencor, cultivados durante aquellos das, atraves de parte a parte el cuerpo del seor Stacey y, despus de salir a la altura del estmago, penetr en el pecho de Molly, hasta llegar a su columna vertebral.

Durante unos segundos, Clarabelle disfrut morbosamente del espectculo de dos cuerpos unidos por la estaca, que se debatan espantosamente, en las ltimas convulsiones de la agona. Luego, poco a poco, los movimientos de la pareja cesaron y sobrevino la quietud definitiva.

*

Das ms tarde, el comisario Talbot acudi a Lone Hill, llevado, segn expres, por ciertos rumores que corran en el pueblo acerca de la desaparicin de Harry Stacey y de Molly Aireen.

Es cierto, se han marchado confirm Clarabelle, impasible. En estos momentos, me encuentro yo sola en la casa. El ama de llaves est de viaje, para atender a su hermana convaleciente, aunque me ha telefoneado para decirme que no tardar ya mucho en regresar.

Es curioso dijo Talbot, rascndose la mejilla con el pulgar. Yo hubiera jurado que su esposo estaba perdidamente enamorado de usted.

Yo tambin lo habra jurado, hasta que me di cuenta de la desaparicin. Incluso tuvo la desfachatez de llevarse mi propio coche; por eso he tenido que alquilar uno en Marstonfield. Pero eso no es todo; cuando fui al Banco, me enter de algo muy desagradable.

Dgame, seora.

La entrevista tena lugar en el gabinete ntimo de la casa. Clarabelle, elegante, mesurada, exquisitamente distinguida, se levant, fue a un escritorio de persiana y sac algo que ense al sargento.

Mire indic. Diez mil dlares.

La firma es suya, seora observ Talbot.

Falsificada.

Por su esposo.

Clarabelle sonri.

Llevbamos quince aos de casados. Hay por ah ms de un documento con mi firma. Al seor Stacey le sobr tiempo para entrenarse.

No cabe la menor duda dijo el comisario.

El seor Stacey manifest en el Banco que iba de mi parle. Puesto que nos conocan a ambos de sobra, no consideraron oportuno confirmar telefnicamente la autenticidad del cheque. Veinticuatro horas ms tarde, bueno, algo ms, puesto que se marcharon cuando yo dorma profundamente, mi esposo y la seorita Aireen abandonaron Lone Hill.

Su esposo dorma a su lado, supongo.

Aquella noche, apostara algo bueno, debi de propinarme un narctico. Dorm de un tirn hasta las ocho y media de la maana. Cuando despert, estaba ya sola en la casa.

Talbot agit levemente el cheque.

Puesto que la firma es falsificada, querr formular una denuncia por estafa.

Lo cree necesario, comisario?

Usted decide, seora.

Clarabelle simul dudar un poco.

Para qu? dijo al cabo. Meterle en la crcel no me servira de nada. Y cuando le echaran el guante, suponiendo que lo consiguieran, ya habran gastado ese dinero.

Recobrar los diez mil dlares no me devolver jams el amor y el cario inmensos que yo haba depositado en un esposo infiel y casquivano.

Eso s es cierto, seora murmur Talbot. En fin, lo siento infinito.

En todo caso, y sin prisas, puesto que no las hay, estudiar la posibilidad de plantear una demanda de divorcio. La ley est de mi parte, supongo.

Sin la menor duda, seora. Talbot esboz una sonrisa. Permtame que le diga que le hace un par de noches, su ltimo cuento policiaco, Noches de luna roja. Es realmente escalofriante y con un desenlace absolutamente inesperado.

Clarabelle sonri, halagada.

Aunque slo fuese metafricamente, sud mucho para construir la historia dijo, celebro que le haya gustado, comisario.

Talbot se march. Al quedarse sola, Clarabelle encendi un cigarrillo.

Durante unos minutos, se sinti poseda por una terrible furia. La venganza no haba satisfecho su amor propio ultrajado. Todos los hombres eran iguales: vanidosos, eglatras, narcisistas. Cuntos Harry Stacey corran libremente por este mundo?, se pregunt.

Captulo II

LAS manos de Robin Ashton recorrieron vidamente los redondos contornos de los hermosos senos. Ella suspir y se apret contra el cuerpo de Ashton. Ashton desabroch la blusa y le quit el sostn. Luego se inclin para mordisquear suavemente aquel rosado vrtice que se haba endurecido bajo sus caricias. La mano izquierda se mova expertamente bajo las faldas de la visitante.

De pronto, ella tir de su nuca y lo arrastr al divn, en donde ambos cayeron fundidos en uno solo. Al cabo de un rato, la mujer se levant, arreglndose el pelo con las manos.

Otro da, en tu casa y con ms comodidad. Robin dijo, un tanto enojada. No me gusta portarme como una adolescente, haciendo el amor en cualquier sitio.

No pareciste sentirte muy disgustada coment l, con moderado cinismo.

Te has aprovechado de m. Casi me has violado.

Violacin con gusto no mortifica, preciosa.

Ella emiti un bufido.

Nunca ms en un divn insisti.

Minutos despus, Ashton se quedaba solo, fumando un cigarrillo. La rubia era una buena hembra, pero con un inevitable mal genio despus de los momentos de pasin carnal. No saba por qu, pero era as. Ashton empez a pensar en la conveniencia de dar de lado a una mujer que despus de recibir placer, se enfadaba, en lugar He mostrarse agradecida.

De pronto, llamaron a la puerta.

Abri. Una hermosa muchacha, de poco ms de veinte aos, pelo intensamente negro y silueta muy atractiva, apareci ante sus ojos.

Hablo con el seor Ashton, supongo dijo.

El mismo, seorita

Palmer, Myra Palmer.

Es un placer, mis Palmer. Ashton movi la mano. Quiere pasar a mi despacho? invit.

Gracias.

Myra avanz, taconeando vivamente. Una vez en el despacho, se sent trente al joven. Abri su bolso y sac mil dlares en billetes, que puso sobre la mesa.

Para qu es ese dinero, seorita?

Deseo que busque a mi amiga, Ilona Horvin. Aunque de origen hngaro, naci aqu, en el pas. Encuntrela y recibir mil dlares ms, aparte de los gastos.

Ashton contempl pensativamente el pequeo fajo de billetes, sujetos por medio de una gomita.

Debe de tener mucho inters en su amiga, para gastarse dos mil dlares en una investigacin observ.

Lo tengo admiti Myra. Era mi secretaria particular y se march inesperadamente, llevndose la cifra de la caja fuerte de mi casa. No hay all mucho dinero, sino documentos de gran importancia, que me son muy necesarios para la culminacin de un importante negocio que llevo entre manos.

Ashton levant las cejas.

Una mujer tan joven, y est metida en negocios de importancia, y no conoce la clave de su propia caja fuerte.

Usted cree que me estoy burlando, pero no es as. Yo tena plena confianza en Ilona. Ella, por los motivos que fueran, cambi la combinacin, sin advertrmelo previamente. Ayer, al ir a sacar esos documentos, me encontr con la sorpresa de que no poda abrir la caja.

Poda ser, pens Ashton. Haba llevado casos realmente absurdos, increblemente disparatados. Aquella muchacha poda resultar verdaderamente una hbil mujer de negocios, con una secretaria despistada, o tal vez infiel.

Dice que confiaba absolutamente en la seorita Horvin.

Seora. Ilona est casada. Si, confiaba y sigo confiando en ella.

Ha podido traicionarla por dinero.

No lo creo. Ella no se llevara jams los documentos.

Pudo fotografiarlos y vender el negativo, dejando en la caja el original. Al cambiar la combinacin, le impide a usted utilizar esos documentos, que sus competidores ya conocen, con lo que el negocio se ha frustrado. Ocurre ms de una vez, seorita.

Es posible. Myra vacil laciamente. Creo que no ha sido as, aunque nunca se puede asegurar rotundamente. Sonri con cierta timidez, tan contrastante con la resolucin expresada desde el primer momento. De todos modos, bsquela, por favor. Quiero saber por qu se ha marchado.

Antes dijo que est casada.

Si.

Tiene su marido en la ciudad.

En efecto. Anote su nombre y direccin, por favor.

Ashton hizo lo que le pedan. Al levantarse, Myra aadi: Puede que le interese. Hace tres o cuatro das, la o mencionar algo que pareca una residencia fuera de la ciudad. Lone Hill. Tambin el nombre de un pueblo: Marstonfield.

Har todos los posibles por encontrar a su amiga prometi Ashton.

ltimamente, la notaba un poco rara. Tengo la impresin de que su matrimonio estaba a punto de naufragar. Quiz ha decidido tomarse unos das de descanso, en algn lugar solitario, donde meditar sobre su futuro.

Tal vez.

Myra le entreg una tarjeta de visita, en la que escribi un par de lneas.

Si la encuentra y no quiere volver, pdale, por lo menos, la nueva cifra de la caja fuerte indic.

As lo har, miss Palmer.

Aquella misma tarde, Ashton habl con el seor Horvin, Tambin de origen hngaro, como su esposa. Frank Horvin le inform de cierta tirantez reinante en el matrimonio, lo que haba motivado la marcha repentina de Ilona.

Ha denunciado a la polica su desaparicin?

No. Por que iba a hacerlo? S dnde est.

En Lone Hill, Marstonfield.

Exactamente.

Ir a verla, seor Horvin. Su esposa tiene algo muy importante para la seorita Palmer.

Ah, Myra Palmer sonri Horvin. Una muchacha muy enrgica, inteligente y tremendamente capacitada para los negocios. Llegar lejos, se lo aseguro.

No lo dudo se despidi Ashton con una sonrisa.

*

El lugar resultaba un poco raro, terriblemente solitario y abundante en malezas y vegetacin selvtica. Haba un camino que conduca a la casa situada en lo alto de una colina de no demasiada elevacin. El pavimento se hallaba en malas condiciones y era preciso conducir con cuidado.

En algunos momentos, Ashton crea hallarse en otro pas en una regin que todava no haba sido explorada por el hombre. De pronto, divis un cartel, sostenido por un poste. Estaba al lado del camino y deca:

PROPIEDAD PARTICULAR

PROHIBIDO EL PASO

HAY PERROS!

El propietario no se responsabiliza de los daos que puedan sufrir los infractores Ashton detuvo el coche. Cmo se las arreglaba un visitante inesperado para llegar a Lone Hill?

Estaba a unos ocho kilmetros de Marstonfield y todava le quedaban casi diez para llegar hasta la casa, invisible desde aquel punto. Si la propiedad era tan extensa, se comprenda que no hubiese valla que la delimitase, a la vez que sirviera de obstculo a posibles intrusos. Se hubieran necesitado ms de sesenta kilmetros de red metlica, adems de un batalln de vigilantes, algo prohibitivo para el propietario de las tierras.

Decidindose de pronto, pis el acelerador de nuevo y reanud la marcha. Ya sabra excusarse ante el propietario, se dijo. Y si haba perros feroces, dentro del auto se sentira seguro.

Poco a poco, fue ganando terreno. El camino era muy irregular en su trazado; tan pronto suba en empinadas pendientes, como descenda al fondo de las vaguadas. Los baches eran continuos. All no se poda correr y Ashton empez a temer por la integridad de su coche. El dinero que le haba pagado Myra Palmer poda irse en la reparacin de alguna avera gorda, eso si no acababa por comprarse otro. Pero lo incluira en la cuenta de gastos, no faltara ms.

Se pregunt quin poda tener inters en vivir en un paraje tan desolado. En cierto modo, resultaba un lugar agradable. Aquella tierra estaba como en el principio de los siglos, sin contaminar. Deba de ser muy abundante en caza, de ah el cartel que haba visto en los lmites. Tambin divis algunas fuentes y arroyuelos, lo que le indic que el agua no era precisamente el elemento menos escaso en la propiedad.

De pronto, cuando ya llevaba seis o siete kilmetros a partir del rtulo que demarcaba la linde, vio a una mujer parada al borde del camino.

Ashton detuvo el coche de inmediato. Ella, sorprendida, se volvi al or el ruido del motor.

Era una mujer alta, de senos rotundos y figura con muchos atractivos, a pesar de que andaba rondando ya los cuarenta aos. Vesta una blusa de color claro, falda y botas camperas. En la mano llevaba una recia correa.

Ashton se ape.

Dispense la intrusin, seora, pero me dirijo a Lone Hill y no encuentro la manera de llamar desde la entrada manifest, con la mejor de sus sonrisas.

Ella le mir con curiosidad. Ashton apreci un rostro tostado por el sol, en el que destacaban unos ojos que casi no parecan tener pupilas, de tan claras. La cabellera era de color rojo Fuego. Al brillar bajo el sol, la cabeza de la mujer pareca estar envuelta en llamas.

Ese cartel est puesto ms bien para los cazadores furtivos contest la mujer. Soy Clarabelle Stacey, propietaria de Lone Hill.

No sabe cunto me alegro de encontrarlo, seora Stacey, aunque la verdad es que no me dijeron que el dueo de Lone Hill fuese una mujer. Mi nombre es Robin Ashton y soy investigador privado.

Ashton ense sus credenciales. Clarabelle enarc las cejas.

Qu busca aqu? pregunt,

Tengo noticias de que una joven vino a su casa, seora Stacey. Ilona Horvin

Oh, s, claro. Est en mi residencia. Puedo saber para qu te busca, seor Ashton?

No hay inconveniente, seora. La seora Horvin debe decirme la clave de una caja fuerte pero si no le importa, preferira hablar con ella, aunque sea en presencia de usted.

Ashton vio que Clarabelle vacilaba ligeramente. Tal vez no le agradaba su presencia en aquel lugar, pens.

Ser una entrevista brevsima, seora aadi.

Clarabelle hizo por fin un gesto de aquiescencia.

Vaya a la casa y hable con la seora Horvin dijo.

Mil gracias.

De repente, Ashton oy un sonido que hel su sangre en las venas.

El ruido le hizo volver la cabeza.

Retrocedi.

Delante de l haba un animal colosal, de pelaje rojizo, con los dientes fuera, la cola casi recta, movindose levemente a derecha c izquierda, dando la sensacin de que iba a atacarle de un momento a otro. Ashton se dijo que no haba visto jams un perro tan grande ni tan fiero.

El can grua amenazadora mente. Los sonidos que brotaban de su garganta no eran demasiado potentes, pero ponan los pelos de punta.

De pronto, Clarabelle emiti una orden:

Quieta, Rena! chate!

L1 animal obedeci. Sus gruidos cesaron en el acto. Clarabelle se acerc y sujet la correa al collar.

Ashton emiti una risita de circunstancias.

Je! Parece una loba

Es una loba dijo Clarabelle framente.

Ashton sinti que algo suba y bajaba por su garganta. Aquella mujer y su loba le daban miedo. Y, sin embargo, Clarabelle resultaba tan sensualmente atractiva

Ella sonri levemente.

Puede seguir, seor Ashton.

S, muchas gracias, seora.

Ashton volvi al coche. Diez minutos ms tarde, estaba hablando con Ilona Horvin, una atractiva joven de no ms de treinta aos de edad, que le pareci llena de frustracin. Ilona le dijo que senta mucho haber abandonado repentinamente el empleo, sin avisar a Myra, a la cual, manifest, estimaba profundamente, pero que, por ahora, no poda volver a su lado, llena, sin embargo, no especific los motivos que la haban impulsado a retirarse a aquel paraje tan solitario, aunque facilit la nueva clave de la caja fuerte.

Lo hice porque no me fiaba de mi propio esposo aadi.

Su esposo? se sorprendi Ashton, quien ya haba anotado la nueva combinacin.

Si.

Ilona no quiso dar ms detalles. Todo ello le pareca a Ashton muy raro, pero, a fin de cuentas, haba conseguido lo que deseaba y Myra no quera tampoco ms. Guard la agenda de notas en el bolsillo y se dispuso a despedirse de Ilona.

En aquel momento, se par un coche delante de la casa. Ilona mir a travs de la ventana.

Ah, es mi esposo exclam.

No dijo que no se fiaba de l, seora Horvin?

Eso no tiene nada que ver con su visita, seor Ashton.

El investigador hizo un gesto. All pasaban cosas muy raras. En el interior de la casa pareca reinar un ambiente opresivo. Ashton casi se ahogaba.

Ilona sali con l hasta la entrada y le present a su esposo.

Ya nos conocamos dijo el seor Horvin.

S, nos vimos hace un par de das convino Ashton. Ha sido un placer. Seor, seora

Cuando se dispona a montar en el coche, vio a Clarabelle que llegaba, con Rena atraillada. Dos mujeres salieron corriendo entonces por la parte posterior de la casa.

Eran tambin jvenes y atractivas. Una tercera surgi del bosque cercano. Ashton observ la esbeltez de su cuerpo, de piel oscura. Del otro lado de la casa, llegaron repentinamente unos aullidos estremecedores.

Clarabelle le mir y sonri.

Son los perros dijo. Durante el da, estn encadenados.

S, ya me imagino. Ha sido un placer, seora.

Las otras mujeres conversaban animadamente en un rincn de la explanada que haba junto a la casa, cuchicheando sobre algo que pareca muy divertido. Ashton se quit el sombrero un instante y volvi a su coche.

Estaba deseando abandonar Lone Hill. Aquel lugar le pona nervioso.

El camino terminaba diecisiete kilmetros ms adelante y desembocaba en la carretera secundaria que conduca a Marstonfield, situada a kilmetro y medio hacia el sur. Ashton decidi desviarse a fin de telefonear a Myra Palmer y anticiparle el resultado de sus gestiones.

Adems, se senta curioso y quera conocer ms detalles de Lone Hill y de su hermosa y extravagante propietaria, aquella mujer que tena una loba autntica como proteccin personal.

Captulo III

CUANDO abri la puerta, oy la voz de una mujer que deca:

El billete es falso, no cabe la menor duda. No no puedo decirle de dnde ha salido. Har que mis hombres investiguen su procedencia. Le tendr al corriente, desde luego. No hay de qu, es un placer. Adis.

Ashton mir el rtulo de la puerta, en que figuraban tres palabras reveladoras: Sheriffs Office. Prvate. En el primer momento, pens que se habra equivocado. Pero luego, al ver la insignia que brillaba sobre el seno izquierdo de la mujer, comprendi que, en Marstonfield al menos, las feministas haban ganado otra batalla.

La mujer que estaba tras el escritorio le mir inquisitivamente.

S?

Ashton sonri.

Dispense, sheriff

Jefe. O jefa, como prefiera. El rtulo est anticuado y he de cambiarlo dijo ella. Mi nombre es Alice Croyt Oiga, su cara me parece conocida Ah, ya est, hombre! T eres Robin Ashton.

El joven resping.

Por todos los diablos. Si estoy delante de la mismsima Alice Johnson. Pero has dicho otro apellido

Me cas y enviud respondi ella, a la vez que le tenda la mano. Sintate, hombre, y cuntame qu se te ha perdido por este rincn del mundo, olvidado de la mano de Dios.

Ashton sonri. Recordaba a Alice de sus tiempos universitarios. Ella estudiaba tambin la carrera de derecho, aunque iba un curso ms adelantado. Ahora, calcul, deba de tener treinta y tres aos y la chica alta y delgada se haba convertido en una mujer de formas rotundas y ojos perspicaces y llenos de malicia.

Bueno, la verdad es que eres la ltima persona a la que habra esperado ver aqu confes l, a la vez que sacaba el paquete de tabaco. T te has convertido en un jefe de polica y yo en un investigador privado, de cieno mrito, dicho sea sin falsa modestia. Pero me alegro infinito de verte, Alice.

Gracias, Robin. Oh, perdona un momento, tengo un caso importante entre manos.

Alice us el interfono. Momentos despus, un hombre de uniforme entraba en el despacho. Ella le entreg un billete.

Es falso. Me lo acaba de confirmar la oficina del Tesoro. Investigue su procedencia, Tom.

S, seora.

El polica se march. Alice jum las dos manos y mir sonriendo a su visitante.

Bueno, y ahora, cuntame tu problema. Tal vez yo pueda ayudarte.

En el fondo, se trata de un simple problema de curiosidad. Ya he despachado lo que me trajo aqu, mejor dicho, a Lone Hill. Pe o casa y su duea

Ah, te refieres a Clarabelle Stacey, la autora de cuentos policiacos.

No saba que fuese escritora contest Ashton, asombrado.

Tiene varios seudnimos. El ms conocido es Stella Vandelaert. Ahora, creo, se dedica, adems, a consolar a mujeres frustradas en su matrimonio. Una especie de cura Psicoanalitica muy peculiar. Lone Hill es un lugar muy bonito, aunque terriblemente solitario.

He tenido ocasin de comprobarlo. De todas modos, ella me ha parecido muy rara. Diablos!, todava no me llega la camisa al cuerpo. Alice, sabes que tiene como animal de defensa personal a una loba autntica?

S, algo he odo decir aunque todava no he recibido ninguna queja al respecto. Pero Alice sonri de aquella manera que le haba conseguido tantas simpatas en la Universidad, una vez conoc a un tipo que tena dos panteras.

Est casada Clarabelle?

Pues si, aunque d esposo la abandon hace tres aos, fugndose con la criada y con diez mil dlares que sac del Banco, falsificando la firma de su esposa en un cheque. Entonces yo no era an el jefe de polica: ese puesto lo ocupaba c comisario Talbot, ya retirado. Desde entonces, no se ha vuelto a ver a Clarabelle con otro hombre.

A menos que ese hombre llegue a Lone Hill, sin pasar por Marstonfield, como he hecho yo.

Alice se encogi de hombros.

La vida privada de las personas no me incumbe, a menos que causen dao a un tercero respondi. Robin, me gustara recordar viejos tiempos aadi, sonriendo. Si no tienes prisa, por qu no vienes a cenar conmigo, en mi propia casa?

Ashton hizo un rpido clculo. Myra ya tena la combinacin de su caja fuerte. Peda tomarse unas horas de descanso.

Hay un buen hotel en Marstonfield? pregunt.

En mi casa hay siempre una habitacin para huspedes inesperados respondi la jefe de polica.

*

Y dices que Lone Hill es una especie de residencia para mujeres frustradas en el matrimonio.

Haban terminado ya la cena y ahora estaban en un saloncito intimo, tomando el caf.

Si contest Alice. Ellas, las residentes, lo hacen todo, incluso la compra de las provisiones. Clarabelle tena un ama de llaves y la despidi har cosa de ao y medio. Es un lugar un poco raro, pero, mientras no quebrante la ley

Quiz las esposas engaadas o frustradas se retiran all para reflexionar sobre su futuro.

Posiblemente, es una teraputica de grupo, cosa muy de moda ahora. Pero, en general, eso les pasa siempre a las personas dbiles de espritu. Con un mnimo de fortaleza y amor propio, los trances amargos se superan sin dificultad.

Por ejemplo, t.

Alice asinti.

Sufr mucho al conocer la muerte de mi esposo. Pero el tiempo suaviza la pena y los vivos tenemos que seguir adelante. Era un hombre maravilloso, Robin suspir.

Lo siento.

Ya se me ha pasado sonri ella. Aunque, desde luego, no lo suficiente como para encadenarme de nuevo. Y t, sigues soltero?

Y sin compromiso ri l.

Alice le mir maliciosamente.

Se decan muchas cosas de ti en la Universidad. Eras irresistible.

Fantasas de la gente. No lo creas, Alice.

S, pero aquella profesora

Me caz, me tendi una encerrona. Era madura, pero guapa.

No te costara mucho rendirte.

Alice, no me saques los colores dijo Ashton, riendo.

Los hombres exclam ella. Sois incorregibles.

Es cuestin de opiniones Ashton apur su caf y mir el reloj. Creo que debiera irme a la cama.

De sbito, la mano de Alice se apoy en la pierna de su husped.

Tienes mucha prisa, Robin?

Ashton la mir fijamente. El pecho opulento de Alice, de slidas curvas, suba y bajaba rpidamente. Ella tena los labios entreabiertos y sus ojos brillaban de un modo especial.

La mano femenina segua sobre su muslo. Ashton se inclin un poco y la abraz. Alice ech su cabeza ligeramente hacia atrs.

Robin

Ashton maniobr con la mano y el cierre del vestido se desliz hacia abajo. Los hombros de Alice, redondos, tersos, salieron a la vista. Baj la cabeza y hundi su rostro en el clido hueco de los senos palpitantes.

Ella se agit, inquieta. Ashton sigui maniobrando con la mano. La presilla posterior del sostn salt. Dos redondas semiesferas, rematadas por sendas puntas de color rosado, erguidas y duras, emergieron vibrantemente.

Robin. Robin gimi la mujer.

Los labios de Ashton recorrieron ardientemente la sedosa superficie de los senos femeninos.

Me parece que tu habitacin para los huspedes quedar indita esta noche dijo.

De pronto, las manos de Alice se crisparon en su cabeza, aplastndole la cara contra el pecho.

Tienes razn murmur ardorosamente.

Ashton alz la cabeza y busc la boca de Alice. Una lengua emergi inmediatamente y luch contra la suya casi con ferocidad. Alice se agitaba y se remova convulsivamente, respirando con dificultad, pero sin romper el contacto. De pronto, Ashton se puso en pie y la alz en brazos.

Seala el camino pidi, con voz ronca.

Alice tendi una mano.

Es aquella puerta dijo.

El ltimo espasmo de placer los dej agotados, pero felices y satisfechos. Pasaron unos minutos antes de que Ashton alargase su mano en busca de cigarrillos.

Alice encendi la luz. Ashton le pas un cigarrillo ya encendido. Luego, a travs del humo del suyo, contempl aquel esplndido cuerpo, que se ofreca a sus ojos sin el menor velo.

En este momento, ciertamente, no pareces un jefe de polica dijo.

Los jefes de polica tambin son personas ri ella. Suspir largamente. Pero maana te marchars

As es la vida contest Ashton, filsofo.

Me gustara que vinieses de cuando en cuando, Robin.

Lo procurar.

Alice se acurruc sobre su pecho.

S que no puedo retenerte, pero, al menos, djame estar as un rato pidi.

Todo lo que quieras, hermosa.

Callaron durante unos momentos. De pronto, Ashton record algo.

Alice, crees que la presencia del marido de Ilona Horvin en Lone Hill forma parte de la terapia curativa de sus frustraciones cmo esposa?

No lo s respondi ella. Pero, en estos momentos, creme, los Horvin, y sobre todo l, me importan un rbano.

*

Los ojos de Frank Horvin contemplaron con horror infinito el crculo de rostros femeninos que le rodeaban. En ninguno de ellos pudo ver la menor piedad.

Pero qu les he hecho yo? Por qu tienen que condenarme a muerte? gimote. Es cierto que Ilona y yo hemos tenido nuestras diferencias, pero con un poco de comprensin y buena voluntad

Me engaabas continuamente acus Ilona. Y, adems, te aprovechabas de mi dinero, para gastrtelo con otras mujeres.

Que muera, que muera! gritaron las otras, encabezadas por Clarabelle, cuya voz destacaba por encima de las dems.

Horvin crea hallarse bajo el influjo de una pesadilla. Aquellas mujeres, se haban vuelto locas?

Su propia esposa, en tiempos tan dulce y sensitiva, tierna y amorosa, ahora pareca una arpa.

De pronto, sinti un violento empujn. Trastabill y cay de rodillas junto a la entrada.

Sal orden Clarabelle.

Todava a gatas, con la cara inundada de sudor, Horvin mir a aquella hermosa mujer, que pareca disfrutar enormemente con el miedo que le posea.

Qu qu es lo que van a hacer conmigo? pregunt. Un tiro por la espalda?

Acabaras demasiado pronto dijo Clarabelle perversamente. De pronto, hizo chasquear un ltigo.

Algo quem la espalda de Korvin, de cuyos labios brot un gemido de agona. El dolor le hizo saltar. Otro latigazo le impuls a correr. Era de noche. Poda ampararse en la oscuridad para conseguir la salvacin.

De sbito, cuando haba recorrido apenas una veintena de pasos, oy Iras l unos feroces aullidos.

Volvi la cabeza un instante. Cuatro, cinco, tal vez seis enormes canes corran fieramente a su alcance, dando enormes saltos en la explanada.

El pnico puso alas en los pies de Horvin. Pero las fieras corran ms.

De pronto, vio un rbol. Si consiguiera trepar a la copa

Cuando alargaba las manos hacia el tronco salvador, sinti un lancinante dolor en la pantorrilla derecha. Un horrible alarido brot de su garganta.

Unos colmillos agudsimos se hundieron cruelmente en su mano derecha. Horvin retrocedi, se tambale. La bestia tiraba ferozmente de la mano. Otro salt al brazo izquierdo y lo hizo caer por tierra.

En la casa, las mujeres contemplaban con morbosa avidez el espectculo. A las ventanas llegaba ruidos escalofriantes: chillidos de la presa, gruidos de las fieras, chasquidos de huesos partidos por las potentes mandbulas de los cnidos. De pronto, unos colmillos se hundieron en la garganta de la vctima.

Horvin pale todava un poco, pero no tard en quedarse quieto. Las fieras se entregaron entonces a disfrutar de un suculento festn.

Cuando todo hubo terminado, Clarabelle se volvi hacia Ilona.

Ests vengada dijo.

S contest la interpelada.

Pero la nuestra es una venganza que no puede tener fin jams declar Clarabelle casi estridentemente. Nunca dejaremos de seguir vengndonos de los hombres. Quin de vosotras quiere ser la siguiente?

Una hermosa joven, de pelo rubio, ojos azules y facciones de princesa de cuento de hadas, adelant un paso.

Yodijo, resuelta.

Clarabelle le puso una mano en el hombro.

Bscalo orden.

Lo buscar.

Pero recuerda una cosa, Juna Korstehl: si nos: traicionas, tarde o temprano, servirs de alimento a las lobas.

No os traicionar contest la joven de pelo rubio y ojos azules.

Captulo IV

ILONA se queda all durante una temporada dijo Ashton.

Myra hizo un gesto de incredulidad.

No lo entiendo, francamente manifest.

A veces, las personas con problemas sentimentales, tienen reacciones insospechadas, seorita Palmer.

Es probable admiti Myra. Pero, dgame, cul es la opinin que se ha formado sobre el particular?

Antes de contestar, Ashton se frot la mandbula.

Bien, en primer lugar, hemos de considerar Lone Hill. Es una propiedad absolutamente aislada, a casi veinte kilmetros de Marstonfield, en el centro de un paraje selvtico De no ser por las especies propias de este pas, dirase que es una selva virgen. Claro que la imagen que tenemos de una selva virgen es un tanto convencional, ya sabe, palmeras, lianas, vegetacin intraspasable, fieras, aguas encharcadas, mosquitos Pero creo que eso puede darle una idea de lo que es la propiedad.

S. Contine, por favor.

All hay unas cuantas mujeres frustradas, que hacen terapia de grupo, sin duda para recobrar la estabilidad emocional, perdida, no hay que decirlo, por causa de un hombre: esposo, amante, prometido

Bajo la direccin de un mdico, supongo.

Si hay un mdico, yo no lo vi. Pero me imagino que la duea de Lone Hill, dada su profesin, debe de ser una excelente psiclogo para tratar a sus Digamos pacientes sonri Ashton.

Ah, Lone Hill tiene duea.

Clarabelle Stacey, que usa, entre otros nombres, el de Stella Vandelaert. Quiz ha ledo algn cuento policiaco suyo. Tiene cierto renombre en este sentido, seorita Palmer.

Creo recordar ese seudnimo, aunque no estoy muy segura del todo. As que Ilona se queda All.

S, aunque vi a su esposo. Pero no puedo decirle si el seor Horvin se quedar tambin en Lone Hill o acudi para una entrevista en la que se iba a producir la ruptura definitiva en el matrimonio.

Myra hizo un gesto de pesar con la cabeza.

Tengo la impresin de que Ilona ha sufrido un tremendo fracaso manifest. Estaba muy enamorada de su marido.

Suele suceder dijo Ashton. Le engaaba con otra, me imagino.

Myra asinti.

Ilona toler muchas cosas, entre ellas, el inveterado horror que el seor Horvin senta hacia el trabajo. Pero la infidelidad fue la gota que colm el vaso lleno de agua.

Espero que recobre la paz de su espritu en Lone Hill, sobre todo, si no ve con frecuencia a Rena.

Quin es Rena? pregunt Myra, sorprendida.

La loba de la seora Stacey.

Tiene una loba?

S. Yo la vi y pas un miedo horroroso. Pero la seora Stacey se hace obedecer del animal con toda facilidad.

Hay gente caprichosa en este mundo sonri Myra, a la vez que abra su bolso. Bien, aqu tiene el resto de la suma concertada. Ahora, dgame por favor cules son sus gastos.

Ashton levant la mano en un ademn magnnimo.

No le voy a cobrar unos litros de gasolina dijo. Y ni siquiera tuve necesidad de hospedarme en un hotel. Estuve en la casa de una antigua conocida que, casualmente, result ser la jefe de polica de Marstonfield.

Vaya, s fue una casualidad sonri Myra, Seor Ashton, le quedo muy agradecida. Har saber a mis amistades la eficacia de sus servicios.

Pero si usted me lo dio hecho todo! Lo nico que hice fue viajar a Lone Hill Usted misma poda haber ido all

Myra se puso seria de pronto.

No poda contest escuetamente.

Te he calado. Horvin fue infiel a su esposa contigo, pens Ashton.

Por eso se explicaba la repentina marcha de Ilona y el cambio de combinacin, a fin de fastidiar un poco a la que, de patrona, se haba convertido inesperadamente en rival amorosa. Pero no hizo el menor comentario, aunque se sinti un tanto decepcionado al ver que una muchacha tan encantadora hubiera podido complicarse la vida con un hombre casado y, adems, con la ms fiel de sus empleadas. Por si fuera poco, Horvin no era demasiado atractivo fsicamente aunque tal vez poseyera otras virtudes, que haban llegado a cautivar a su interlocutora.

Muy bien dijo con una corts sonrisa. Sali bien el negocio?

S, ha resultado todo un xito.

Lo celebro infinito.

Gracias. Myra se puso en pie y l la imit. La entrevista haba tenido lugar a la hora del almuerzo, en el restaurante al que la muchacha acuda durante los das laborables. Al estrechar la mano de Myra, Ashton se dijo que all finalizaba toda relacin entre ambos.

*

Algunas semanas ms tarde, Ashton se encontr con un viejo conocido suyo, agente del Departamento del Tesoro. Bill Charmaine se senta muy preocupado, lo advirti de inmediato en la expresin de su rostro.

A ti te pasa algo dijo Ashton, despus de los saludos de rigor.

Cierto admiti Charmaine. Andamos detrs de una falsificacin de billetes de veinte dlares. Muy bien hechos, todo hay que decirlo.

T siempre vas detrs de los billetes falsos ri el joven. Es muy elevada la cantidad?

Varias decenas, por no decir centenares de miles de unidades. El bloque ms grueso, si es que la definicin sirve, fue a parar hace tres artos al Banco de Marstonfield. All, lgicamente, no se dieron cuenta, hasta que se les avis, mucho ms tarde, cuando la cosa ya no tena remedio.

Y los billetes se dispersaron

Se han podido recuperar unos cuatrocientos, es decir, alrededor de ocho mil dlares. Pero hay un paquete de diez mil o ms, de los que no encontramos el menor rastro. Un da, sin embargo, volvern a los Estados Unidos. Presumo que salieron del pas pero, a la corta o a la larga, no hay billete que no vuelva a casita.

Diez mil dlares no es ninguna tontera, Bill dijo Ashton.

Se los llev un tipo llamado Stacey. Segn creo, falsific la firma de su esposa en un cheque, sac el dinero del Banco y se larg con la criadita. No se les ha vuelto a ver ms.

Ashton se puso rgido.

Has dicho Stacey exclam.

Justamente. Lo conoces?

No. En cambio, conozco a la esposa abandonada.

Caramba, s que es casualidad! Te dijo ella algo de su esposo?

Me lo dijo la jefe de polica de Marstonfield. Cuando habl con Clarabelle Stacey, ella no mencion en absoluto al esposo infiel.

Tendra que hablar con la seora Stacey Quiz sepa algo de su marido

Lo dudo mucho. El seor Stacey ha desaparecido como si se lo hubiera tragado la tierra. Nadie sabe dnde est, Bill.

Charmaine suspir.

Seguir buscando ms billetes de veinte dlares falsos dijo. A fin de cuentas, Stacey no tuvo nada que ver con el asunto. Son los falsificadores los que nos interesan realmente.

Tuvieron que hacerlo bien, para engaar a los Bancos sonri Ashton.

Un billete de veinte dlares se mira mucho menos que otro de mayor calibre, Robin. Charmaine Consult su reloj. Bien, tengo que marcharme. A ver cundo, nos reunimos para tomar una copa juntos.

Cuando quieras, Bill.

Al separarse de su amigo, Ashton casi se ech a rer. Qu habra dicho el seor Stacey al enterarse de que todo el dinero robado a su mujer le haba sido entregado en billetes falsos?

*

Inesperadamente, pocos das ms tarde, Ashton recibi una llamada de Myra Palmer, chica le invitaba a una fiesta en la que, dijo, poda conocer a un personaje de importancia, que quera encomendarle una investigacin sumamente discreta.

Puede resultarle muy interesante para su futuro dijo Myra. Cit un nombre y Ashton parpade, asombrado. Tenemos relaciones de negocios y en este caso, le interesa el mximo de eficacia y discrecin. Por la minuta, no se preocupe; l sabr recompensarle adecuadamente.

Est bien accedi el joven. Cundo, dnde y a qu hora?

Maana, a partir de las siete, en mi casa. Habr buffet, fro, informal.

Har dieta ri Ashton.

Myra tambin se ech a rer. Cambiaron un par de frases ms y luego se despidieron hasta el da siguiente.

La fiesta, encontr Ashton, era muy selecta. No haba ms all de diez y ocho o veinte personas, todas ellas, segn apreci, de calidad. El conocido de Myra result ser Horacio Culver, luda una potencia financiera. El seor Culver, segn apreci Ashton, se encontraba muy enamorado de su esposa.

Le ser franco, amigo Robin dijo Culver, en el rincn al que se haban retirado para conversar sin ser molestados. Yo estoy loco por mi mujer Pero, a veces, uno es dbil Bueno, el caso es que mi secretaria personal me sublev Ms tarde he podido apreciar que lo hizo para ver si poda pescarme. Usted ya sabe lo que sucede muchas veces en casos por el estilo.

S, nunca faltan las mujeres aprovechadas que tratan de romper un matrimonio, para cazar al marido en buena posicin econmica.

Justamente reconoci Culver. El caso es que mi esposa nos sorprendi en digamos una situacin crtica. Peg un portazo y se march.

Y ya no ha vuelto a verla ms?

Prcticamente, no. Estuvo unos cuantos das en casa, encerrada en su habitacin, a la que se haca subir la comida. Luego, inesperadamente, se march. Una amiga suya, con la que habl hace algunos das y a la que ella haba relatado el conflicto, mencion un lugar al que mi mujer se retiraba para una especie de cura psicolgica o algo por el estilo Francamente, seor Ashton, me siento desesperado Por otra parte, no quiero informar a la polica; en estos momentos, un escndalo podra perjudicarme gravemente en los negocios Usted me comprende, no es as?

Ashton asinti.

Le entiendo perfectamente respondi. Pero creo haber odo algo de un retiro de meditacin

S, eso es lo que me dijo la amiga de mi mujer, aunque no supo darme ms detalles. Le sugiero, amigo Robin, que busque en las clnicas psiquitricas, en los lugares donde acogen a la gente con problemas

Sin saber por qu, Ashton se acord en aquel momento de Lone Hill, aunque, prefiri no mencionar aquel nombre.

Har lo que pueda contest. Encontrar a su mujer, no tema Culver sonri, muy aliviado.

No se preocupe por la minuta dijo.

Al cabo de unos minutos, se separaron. Entonces, Ashton vio una cara que le pareci conocida.

Era una joven encantadora, de rostro hechicero y cabellos que parecan de oro puro. Aquella cara dnde la haba visto?

Una voz son de pronto a su derecha.

Est embobado, contemplando a esa chica dijo Myra.

Es muy guapa, en efecto. Me parece conocida

Se llama Jutta Korstehl. Quiere que se la presente?

De sbito, Ashton record una casa solitaria, en una colina perdida en una zona agreste y selvtica, unas chicas preciosas que cuchicheaban en un rincn de la explanada, el aullido de los canes encerrados en las perreras

No, no hace falta contest. Estaba equivocado. Nunca la haba visto hasta hoy minti. Adems, ella parece muy entretenida con su acompaante.

Es Roy Warner, su prometido explic Myra. Haban roto el compromiso, pero, segn me ha dicho Jutta, han vuelto a hacer las paces.

Rias de novios, eh?

Si. l es un conquistador y Jutta algo celosa. Roy tuvo un devaneo con otra mujer, pero fue flor de un da Ella ha comprendido que no tiene nada que temer de su rival

Realmente, si yo estuviera en el lugar del seor Warner, no mirara a oir mujer sonri Ashton. Oiga, es una fiesta encantadora elogi.

Ha roto ya la dieta? pregunt ella maliciosamente.

Ashton baj la voz:

Se lo digo en confianza. He tenido que aflojarme dos puntos el cinturn. Myra se ech a rer.

Celebro su buen apetito Ah, perdone, me llaman. No se marche sin decirme adis, Robin.

S, seorita Palmer.

Me llamo Myra indic la muchacha, en el momento de separarse de su invitado.

Jutta Korstehl y su prometido estaban en un rincn, de irs de una enorme palmera de saln, con las manos muy juntas. Ashton maniobr para situarse cerca de la pareja, procurando actuar con toda normalidad.

Entonces, vendrs a verme, Roy?

Pero qu cosas tienes Por qu no has de poder curarte aqu? Yo conozco a un buen psiquatra, que te dejara como, nueva

El mo es mejor declar Jutta. Ven, y pasars unos das deliciosos en el campo.

De acuerdo suspir Warner. Dnde est esa clnica de maravilla, en la que se admiten invitados de los pacientes?

Lone Hill. El camino empieza a un kilmetro y medio antes de Marstonfield.

Ir el prximo fin de semana, querida prometi Warner.

Ashton se relaj discretamente. La semana acababa de empezar. Por qu diablos quera Jutta que su prometido fuese el viernes prximo a Lone Hill?

Desde luego, l pensaba ir antes. Al da siguiente.

Captulo V

EL camino segua igual de malo y polvoriento. En poca de lluvias, deba de resultar intransitable, pens Ashton.

Poco a poco, fue acercndose a la casa. Se pregunt qu dira su duea cuando mencionase los motivos de su nueva visita. Tendra que serle sincero, no haba otra solucin.

De pronto, la vio, erguida e inmvil, como en la ocasin anterior. Par el coche. Rena no estaba a la vista. Ashton supuso que la seora Stacey deba de sacar a la loba, a diario, para mantenerla gil y en forma. Una fiera semejante no se sentira demasiado a gusto atada a una cadena.

Clarabelle gir lentamente al or el ruido del coche. Ashton se ape, aunque mantenindose prudentemente junto a la portezuela abierta.

Seora Stacey

Ella sonri dbilmente.

De nuevo por aqu, seor Ashton?

El joven mir aprensivamente a su alrededor.

No tema adivin ella. Rena anda por ah, cazando conejos. Adems, estando yo presente, no le har el menor dao.

Gracias, seora. Por cierto, me enter en Marstonfield que es usted una distinguida autora de cuentos policiacos.

Tengo cierto xito, aunque ltimamente he espaciado bastante mi produccin literaria.

He ledo Noches de luna roja, Asesinato en el atoln y El muerto daba mucha risa Ashton haba juzgado prudente leer unos cuantos relatos y conservar los ttulos en la memoria. Francamente, me gustaron, seora Stacey.

Agradezco sus elogios contest ella, con una leve inclinacin de cabeza. Pero me imagino, no ha venido aqu para hablarme solamente de mis aptitudes como escritora.

Bueno, ya que la he encontrado, me pareci conveniente decrselo. Aunque la verdad es que estoy buscando a la seora Culver. Tengo entendido que se ha retirado a Lone Hill para soportar mejor cierto fracaso sentimental

Se refiere a Tracy Culver?

S, seora.

Efectivamente, est pasando una temporada en mi casa. Puede visitarla, sin ningn inconveniente. Vaya, vaya, seor Ashton.

Gracias, seora Stacey contest el joven, muy aliviado. Realmente, haba esperado una negativa, temiendo que sucediera algo extrao en la casa, pero la corts aquiescencia de Clarabelle disipaba sus temores.

Entr de nuevo en el coche y arranc en direccin a la colina.

*

Tracy Culver era una mujer verdaderamente hermosa, que apenas si rebasaba los treinta aos. Cuando conoci los propsitos del visitante, se mostr escptica, pero tambin encolerizada contra su esposo.

Le sorprend en su propio despacho, en el divn, acostado encima de la secretaria Se movan como animales

Y cuando l estaba encima de ti, cmo te movas t?, pens Ashton. Pero, claro, no lo expres en voz alta.

Procur ser paciente.

Su esposo ha reconocido el error cometido dijo. Debe ser comprensiva, seora. La mejor virtud del ser humano es el perdn y la comprensin. La secretaria le tent deliberadamente y, bien, su esposo, como cualquier otro hombre en las mismas circunstancias, fue dbil

Tendr que pensrmelo mucho contest la seora Culver. Por ahora, prefiero que todo siga igual.

Cuando l se entere del lugar en que est, vendr a verla.

Dgale que no lo intente siquiera o eliminar toda posibilidad de reconciliacin. Necesito algn tiempo para relajarme, para olvidar aquella repulsiva escena Dgaselo as y procure que lo entienda, si es que me ama tanto como dice.

Ashton se percat de la firmeza que lata en aquella respuesta y no quiso insistir sobre el particular.

Al menos, no puede adelantarme un plazo mnimo, para que su esposo se sienta ms tranquilo?

Tracy vacil.

Tendr que consultarlo con la seora Stacey dijo al cabo. Ella es nuestra consejera sentimental y debemos aceptar sus decisiones.

Bien, en tal caso, esperar en el vestbulo, seora Culver.

Ella hizo un ligero movimiento con la cabeza. Ashton abandon la estancia y descendi a la planta baja.

Encendi un cigarrillo. De pronto, oy una voz irnica a corta distancia: Buscas pareja, muchacho?

Ashton se volvi. Aquella hermosa joven de piel oscura y formas de gacela, le miraba con ojos irnicos y la sonrisa en los labios pulposos.

Tal vez t querras ser esa pareja contest. Me llamo Robin Ashton. Cul es tu nombre?

Keeni Tsamboo. Te suena?

Ashton entorn los ojos. Aunque no era demasiado aficionado a la msica moderna, recordaba el notable xito que no haca mucho tiempo haba alcanzado una cantante de color, con sus sorprendentes melodas, de evidente base musical africana.

La cantante sonri.

Si. Ahora estoy retirada.

No te pagaban bien?

Me pagaron con la traicin.

No entiendo

Mi partner era tambin mi prometido. Se li con otra el muy hijo de

Y has venido aqu a curar tu melancola.

S, pero el cuerpo me pide Bueno, estoy llena de fuego. Keeni entorn los ojos. No te sientes bombero, Robin?

Ashton trag saliva. Aquella ardiente chica era capaz de arrastrarle a la cama, a poco que se descuidase. Pero no iba a cometer una imprudencia en aquel lugar.

Sobre todo, si pensaba que haba una hermosa mujer, Alice Croyt, a menos de veinte kilmetros de distancia En aquel lugar, un devaneo no resultaba conveniente ni discreto. Y no lo haca por el color de la piel de Keeni; en tratndose de una mujer hermosa, la raza le tena sin cuidado. Pero un oscuro instinto le deca que deba mantenerse aparte de aquella seductora sirena de epidermis color canela.

Estoy muy enamorado de mi mujer contest evasivamente. Nos apagamos los fuegos mutuos a la perfeccin.

Lstima suspir Keeni.

Oye dijo l de pronto, aqu no hay ms que mujeres solas?

Slo mujeres. Nada de machos.

Excepto los perros sonri Ashton.

Tampoco. No hay machos.

Caramba! Dirase que esto es el Club de las Hembras. No te dan miedo las perras?

Keeni hizo un gesto negativo.

Slo las sueltan por la noche respondi.

Hay muchas?

Seis o siete Quieres verlas?

Si no hay inconveniente

Ella hizo un gesto con la mano.

Ven, sgueme.

Salieron de la casa y dieron la vuelta. Al otro lado haba un recinto vallado, en cuyo interior se vean media docena de animales de gran parecido tsico. Al ver a un extrao, aullaron furiosamente.

Ashton trag saliva. O Keeni estaba engaada o no quera que conociese la verdad, sin saber que l estaba enterado de la existencia de, por lo menos, una loba. Pero todos aquellos cuadrpedos que tena ante sus ojos eran lobas, tan grandes o ms que Rena, y con una fiereza que pona los pelos de punta.

Te gustan? pregunt Keeni.

So son muy hermosas

Hijas de la misma madre. El macho fue muerto despus del segundo apareamiento. Naturalmente, las que ves proceden de dos camadas. El semental estuvo aqu durante poco ms de un ao. Luego

Se suprimi el macho.

S.

Una de las lobas se acerc a la red metlica y apoy las patas delanteras para erguirse, a la vez que grua colricamente, aunque sin elevar demasiado el tono. Ashton reconoci a Rena, la loba favorita de la seora Stacey.

De pronto, se oy una voz a corta distancia:

Keeni!

La joven se volvi en el acto.

Hola, Clarabelle; estaba enseando la perrera al visitante

Los ojos de la duea de la casa fulguraban de un modo extrao.

No vuelvas a hacerlo dijo. Sabes que, para tu terapia, la vista de un ser del sexo opuesto resulta perjudicial. Retrate, por favor.

S, desde luego.

Keeni se march, agitando ligeramente la mano en seal de despedida. Ashton y Clarabelle quedaron frente a frente.

Siento haberla disgustado, seora Stacey dijo l.

No se preocupe, usted no tiene la culpa. Pero, como dije antes, la presencia de un hombre en esta casa puede resultar perniciosa en determinadas circunstancias. Sobre todo, cuando el tratamiento se ha iniciado no hace demasiado tiempo.

Comprendo.

En cuanto a la seora Culver, y si lo desea, puede preguntrselo usted mismo ha manifestado su deseo de aguardar todava algn tiempo antes de enfrentarse con su marido.

Tendr que hablar con ella. No porque desconfe de usted, seora Stacey, sino porque cuando informe a su esposo, deber decir que la respuesta procede directamente de boca de la seora Culver. Trate de comprender mi posicin, se lo ruego.

Clarabelle extendi una mano, como invitando al visitante a acompaarla de nuevo a la casa.

Nada ms justo accedi, con una brillante sonrisa.

Tracy Culver le mir fijamente momentos ms tarde.

Dgale a mi esposo que puede venir a visitarme dentro de tres semanas. Exactamente, el veintisis de junio. Si lo desea, y he advertido en l sntomas de indudable y sincero arrepentimiento, podr quedarse a pasar conmigo el fin de semana. De este modo, me ser ms fcil tomar una decisin en un sentido u otro. Pero habr de venir precisamente en esa fecha o no habr reconciliacin jams. Est claro?

Ashton se inclin ligeramente.

S, seora. He visto mujeres raras en este mundo, pero ninguna como esta chiflada pens.

Clarabelle le acompa hasta la puerta.

Cmo ha podido apreciar, seor Ashton, aqu no ocurren cosas extraas dijo. Tener unas lobas domesticadas como proteccin no es puro capricho, sino simple precaucin, lgica en un lugar tan solitario.

Muy justo, seora Stacey.

Ella le tendi la mano, sonriendo encantadoramente.

Celebro haberle visto de nuevo, seor Ashton.

Ha sido un placer contest l.

Un coche se detuvo repentinamente frente a la casa. Jutta Korstehl se ape, con aire de sentirse muy feliz.

Clarabelle! exclam. Oh, ests acompaada

El seor Ashton ya se iba dijo la aludida. Jutta, conoces?

Nos vimos hace poco en una fiesta manifest el visitante.

Oh, s, es cierto dijo Jutta. Fue una velada encantadora.

Desde luego. Ashton se volvi hacia la duea de la casa. Seor Stracey Seorita Korstehl

Subi a su coche y arranc en el acto. Las dos mujeres le contemplaron desde el umbral.

Roy vendr el prximo viernes, por la tarde dijo Jutta.

Clarabelle sonri demonacamente.

Ser nuestro invitado de honor contest. Perdname, pero tengo que hacer algo urgente.

Entr en la casa de nuevo. Junto a la puerta, haba un viejo arcn, cuya tapa levant, para extraer un objeto que aferr fuertemente con la mano derecha. Luego se encamin hacia el primer piso.

Abri una puerta. Keeni estaba sentada ante el tocador, arreglndose su rizada cabellera. Vio el ltigo en la mano de Clarabelle y su cara se puso gris.

Clarabelle, por favor dijo temerosamente.

El ltigo chasque en el aire. Keeni se retorci de agona y rod por tierra.

Has estado a punto de echarlo todo a perderdijo Clarabelle, inclinndose hacia la joven. Por qu tuviste que llevarlo a las perreras?

Yo No me imagin que eso tuviera importancia Pero no le dije la verdad

Estpida! l sabe que tengo una loba. Le has dicho que los animales que hay all son todas hijas de Rena. Qu crees que puede pensar?

Pero no es un delito tener

El ltigo chasque de nuevo. Keeni se retorci como una posesa.

Basta, por favor Te ruego me perdones

Debiera arrancarte la piel a tirasdijo Clarabelle, con profundo acento de rabia. Oye bien esto que voy a decirte: si cometes otra imprudencia, te echar a las lobas yo misma. Lo has entendido?

S, si No lo har ms.

Viniste aqu, por las mismas razones que las otras y bajo las mismas condiciones. Recuerda que hicimos un pacto, que no puedes quebrantar, sin perjudicarte gravemente a ti misma.

Pero yo quiero vengarme

Cuando te toque el turno. Todava es pronto. An no ests demasiado madura para disfrutar de la venganza.

Keeni hizo un esfuerzo y se puso en pie. Por fortuna, el albornoz que llevaba puesto haba amortiguado casi por completo el efecto de los latigazos. Pero la espalda le escoca fuertemente en el lugar afectado por los golpes.

No lo volver a repetir prometi humildemente.

Clarabelle sonri.

Lo hago por tu bien dijo.

Gir sobre sus talones, abri la puerta y sali, sin ver que Keeni le sacaba la lengua en son de burla.

Captulo VI

ALICE CROYT se sent de golpe en la cama. Sus pechos oscilaron por el gesto imprevisto, revelador de la sorpresa que acababa de recibir y que se reflejaba asimismo en la expresin de su rostro.

Por todos los Has dicho lobas, Robin?

Eso mismo he dicho, preciosa. Acaso no lo sabas?

Es la primera noticia que tengo dijo ella, frunciendo el ceo. Bien es verdad que, desde que ocupo el cargo, no he estado en Lone Hill. Y de ello hace dos aos y medio.

Habas estado all en alguna ocasin?

S, pero hace muchsimo tiempo, lo menos diez aos. Es un lugar muy agradable, hasta cierto punto. Demasiado solitario. Entonces, la casa estaba deshabitada. Slo volvieron a ocuparla har irnos cuatro aos; por lo visto, cuando ella empez a tener xito como autora de relatos policacos, al parecer, ese aislamiento le va bien para redactar sus narraciones.

Entonces, no conociste al esposo.

Le vi un par de veces en el pueblo. Me lo presentaron, cambiamos las frases de rigor y eso es todo. A Clarabelle, en cambio, no la he visto nunca quiero decir, que no la he saludado personalmente. No se deja ver mucho por Marstonfield, esta es la verdad.

Bueno, tener unas cuantas lobas como proteccin personal, dada la soledad de aquel paraje, no es ningn delito, creo yo.

A menos que causen dao a las personas.

Ya las tiene hace algo ms de un ao. Tienes noticia de algn ataque de las lobas?

No, aunque eso no me gusta

Puedes prohibrselo?

Tendr que consultarlo con el juez. Ciertamente, Lone Hill cae en mi jurisdiccin, pero no deja de ser una propiedad privada y no puedo intervenir mientras no tenga evidencias muy fundadas de que se ha cometido un delito. T eres abogado, como yo, y conoces bien mis limitaciones.

Desde luego contest Ashton. De todas formas, ella no parece darle importancia al hecho. Ni siquiera ha tratado de ocultrmelo. Por lo que he podido apreciar, se cree psicloga y ha montado esa especie de sanatorio Oye, practicar la medicina sin ttulo es delito, me parece.

Alice sacudi la cabeza. No podra atraparla por ese lado contest. Dira, y las otras mujeres se pondran a su favor tambin, que se trata de una especie de internado, donde unas mujeres decepcionadas y frustradas sentimentalmente estn pasando una temporada de calma y relajacin. T mismo podras hacer una cosa as, si lo desearas. Claro que con hombres

Con hombres! se espant l. Con lo apetitosas que son las mujeres.

Alice se ech a rer.

Para ti lo son todas, verdad?

Ashton alarg los brazos y atrajo a la joven hacia si, obligndola a quedar encima de l. Sus manos recorrieron lentamente la desnuda espalda de Alice Croyt.

Ella busc su boca. Dos lenguas se pelearon con furor sensual. Ashton senta contra su pecho el clido contacto de los senos femeninos. De pronto, hizo voltear a Alice. Luego se arroj sobre ella con la furia de un huno. Ella le acogi con un gozoso grito de placer.

*

Estaba relajado, lomando el sol en la terraza contigua a la piscina, con un vaso empaado por el fro en la mano, cuando vio pasar a una hermosa muchacha por su lado. Iba ataviada con un brevsimo traje de bao de das piezas y se lanz al agua con magnifico estilo.

Ashton continu en el mismo sitio, hasta que la vio salir del agua, erguida y esbelta como una diosa pagana. Myra Palmer se enjug el cuerpo un poco con la toalla de bao que haba dejado en el suelo y entonces fue cuando vio que alguien le entregaba un vaso en el que tintineaban unos cubitos de hielo.

Es usted un mago? sonri. Precisamente, estaba pensando en tomar algo fresco

Ashton le seal una tumbona.

Sintese y bbalo con calma dijo. La verdad es que no tengo nada de mago, porque no supuse que podra encontrrmela aqu, a estas horas.

Cuando hace calor, vengo muchos das a refrescarme un poco, durante el alto de medioda explic Myra. Naturalmente, tengo aire acondicionado en el despacho, pero unos minutos de natacin entonan mucho y dan nimos para continuar la jornada.

Trabaja demasiado. Es muy joven. Debiera tomarse la vida con ms calma.

Ella le mir curiosamente. Ashton vesta un polo de color rojo fuerte, pantaln de hilo y zapatos trenzados.

Predica con el ejemplo, eh? dijo irnicamente.

La verdad es que no. Estoy aqu por motivos profesionales.

Myra seal a la docena de hermosas baistas que haba alrededor de la piscina.

A cul de ellas est vigilando? pregunt.

A ninguna. Culver me cit aqu. No tardar mucho en venir, espero.

Oh Ha hablado con su esposa?

S. Anteayer estuve con ella. Regres ayer, pero Culver no estaba en su casa. Haba salido de viaje. He hablado esta maana con l, pero me ha citado aqu. No quiere recibir el informe por telfono.

Se comprende, claro. Es positivo? No, no me lo diga; he cometido una incorreccin dijo Myra rpidamente. Usted tiene que preservar el secreto profesional

Realmente, no hay gran cosa que ocultar. Encontr a la seora Culver, habl con ella y he podido observar sntomas indudables de reconciliacin.

De modo que la encontr exclam ella, admirada. Cmo supo su paradero?

Estuve donde tambin est Ilona.

Ah, entiendo. Por lo visto, es un refugio para mujeres frustradas por algn fracaso sentimental.

Ashton la mir fijamente.

Apostara algo a que usted tuvo parte en el fracaso de Ilona dijo.

Myra apart la cabeza a un lado. Ashton observ las rpidas palpitaciones de los senos juveniles, encerrados con dificultad en la escasa tela de la pieza superior del traje de bao.

Fue un error de Ilona, aunque las apariencias estaban en mi contra respondi con voz entrecortada. No se lo quise decir entonces pero debe saber que no sucedi absolutamente nada entre Frank Horvin y yo!

La creo, y no es necesario que me cuente lo que pas. Al menos, ahora. Est muy alterada. Tmese otro trago y dse un buen chapuzn; ver cmo se le pasa muy pronto.

Myra sonri.

Slo un trago y nada de bao; se me hace tarde para volver a la oficina. He de trabajar, Robin.

Ashton sac un pauelo y se lo pas por la frente.

Trabajar! Qu horror! fingi escandalizarse. En cambio, yo, me, parece que voy a pasarme el verano sin dar golpe.

Cigarra! le apostrof ella riendo, a la vez que se pona en pie.

Usted tiene la culpa, por haberme presentado a Culver. Voy a cobrar una buena minuta, sabe? dijo esta maana que tena cinco mil dlares preparados para mi Ashton retuvo la mano de la joven en la suya. Por cierto, estar trabajando a las siete y media de la tarde? Me gustara invitarla a cenar

Venga a buscarme a casa se despidi Myra alegremente.

Ashton mene la cabeza. Una chica encantadora, con el nico defecto de pensar demasiado en los negocios, se dijo. Pero en aquel momento vio a Culver que sala de uno de los vestuarios, en traje de bao y con una toalla en la mano, y se encamin a su encuentro.

*

Roy Warren daba vueltas como un len enjaulado, en aquel cuarto en que le haban encerrado tan inesperadamente, apenas llegado a Lone Hill. Despus de preguntar por Jutta, su prometida, una mujer le haba indicado aquella estancia. Warren haba credo que Jutta acudira a los pocos minutos, pero llevaba ms de dos horas y nadie haba dado an seales de vida.

La puerta estaba cerrada con llave por el otro lado. En cuanto a la ventana, haba una slida reja, imposible de forzar solamente con las manos desnudas. Haba intentado hacer algo con una silla, pero la madera resultaba demasiado endeble para aquellos gruesos barrotes. En cuanto a la puerta, de recios paneles de roble, provista de una cerradura de seguridad, resultaba asimismo invulnerable, sin disponer de medios adecuadas.

Era ya de noche cerrada. Warren haba llegado minutos antes de la puesta de sol y, hasta aquel momento, nadie haba dado seales de vida. Los nicos sonidos que haba escuchado eran unos horribles aullidos. Los perros de presa que cuidaban de la propiedad durante la noche, se dijo.

Sbitamente, oy ruidos de llaves en la cerradura. La puerta se abri a los pocos instantes.

Una mujer le mir con fijeza.

Salga.

Warren dio unos pasos fuera de su encierro.

Qu significa esto? grit. Por qu me han tenido encerrado ah, como si fuese un peligroso criminal?

De pronto, vio que haba ms mujeres en el amplio vestbulo. Una de ellas era Jutta, su prometida.

Jutta, qu burla es est? clam. Acaso tratas de tomarme el pelo?

Quiso avanzar hacia ella, pero la mujer que le haba abierto se interpuso en su camino.

Salga por aquella puerta orden.

No! grit Warren, muy excitado. He venido a reconciliarme con mi prometida y no me ir

Ya no te amo, Roy declar Jutta framente.

Warren se qued con la boca abierta.

No entiendo absolutamente nada manifest.

Sbitamente, la mujer blandi un ltigo y azot los hombros de Warren con todas sus fuerzas.

Salga! grit estridentemente.

Fuera, fuera! gritaron las otras a coro.

Warren empez a sentir miedo. Aquellas mujeres estaban locas?

El ltigo mordi su espalda nuevamente. Aull de dolor. Tambalendose, busc la salida. Su pierna derecha tropez con un delgado alambre, lo que le hizo vacilar, aunque logr recobrar el equilibrio casi en el acto, no sin recibir un tercer y dolorossimo latigazo.

La puerta se cerr de golpe tras l. Warren, con los ojos inundados de lgrimas a causa del dolor, vacil: De repente, oy unos atroces aullidos.

Volvi la cabeza.

Durante unos instantes, divis los rostros de las mujeres, situados al otro lado de dos ventanas, contemplndole con sonrisas burlonas en los labios. Pero, casi en el acto, oy los aullidos ms cerca. Y vio a la manada de fieras que galopaban velozmente hacia l.

El miedo puso alas en sus pies. Corri enloquecidamente, sinti en la espalda el hbito mortal de las lobas. Gema y lloraba de pavor, y senta en el interior de su pecho el loco bataneo del corazn. Le pareca que no poda soportarlo, que los pulmones le iban a estallar

Sbitamente, sinti un tremendo empujn y cay de bruces. Rod un par de veces por el suelo, pero el mismo pnico que senta le dio fuerzas para ponerse en pie y conseguir dar media docena de pasos, luchando desesperadamente por su vida.

Pero era una partida que tena irremisiblemente perdida. Su cuerpo desapareci debajo de las seis fieras que mordan y gruan, con sonidos horripilantes. Todava se movieron un poco sus piernas, hasta Que el mordisco final lleg al fondo de su garganta.

Un espectculo maravilloso dijo poco despus una de las mujeres.

S, pero eso no es suficiente exclam Ilona Horvin casi rabiosa.

Clarabelle se volvi hacia la joven.

Qu es lo que tratas de decir? pregunt.

Haba en los ojos de Ilona una extraa luz de odio.

Mi esposo no fue el nico culpable respondi.

Clarabelle guard silencio durante un momento. Hasta all llegaban los estremecedores sonidos procedentes del grupo de lobas que devoraban a su presa.

Al cabo de unos instantes, sonri y dijo:

Tomaremos tu propuesta en consideracin, querida.

Captulo VII

EL coche describi una cerrada curva y se par frente a la entrada de la casa. Clarabelle vio la insignia pintada en la portezuela y se sinti un tanto inquieta.

La nica ocupante del vehculo policial se ape y examin la casa durante unos momentos. Era una mujer He mediana estatura, guapa, vistosa, que vesta blusa con hombreras y bolsillos, falda del mismo color caqui claro y botas marrones. Llevaba un sombrero de ala media, con hendidura en la copa. Sobre el pecho izquierdo se vea brillar la insignia de su cargo.

Algunas mujeres la haban visto llegar a la jefe de polica y corrieron inquietas hacia el despacho de Clarabelle. La duea de la casa calm rpidamente sus temores.

Tranquilas, chicas, yo me entender con la jefe de polica. Y ya saben lo que tienen que contestar, si les interroga.

No tiene derecho sin una orden del juez

Clarabelle cort en el acto las protestas de Elisa McDrew.

Lo s, querida, pero hemos de evitar a toda costa que sospeche nada. Una negativa rotunda podra resultar muy perjudicial, y yo sabr cmo entendrmelas con esa curiosa que ya est llamando a la puerta. Vamos, volved a vuestras habitaciones. Ahora, en estos momentos, estis en vuestra hora matutina de relajamiento psicosomtico. Entendido?

Hubo un coro general de afirmaciones. Clarabelle se atus el pelo y emprendi el descenso hacia la planta baja.

Abri la puerta. Alice Croyt sonri en el umbral.

Seora Stacey.

S, jefe Croyt. Pase, tenga la bondad.

Gracias, muy amable. Perdone que la moleste, seora Stacey, pero he odo rumores acerca de los animales que tiene como guardianes de su propiedad.

Ah, las lobas Clarabelle ri6 mesuradamente. Las tengo bien guardadas durante el da.

Y las suelta por la noche.

No, nada de eso. Pero podran salir de su encierro, si alguien intentase llegar subrepticiamente a la casa. No obstante, debo admitir que, de cuando, saco a pasear a alguno de los animales. Convenientemente atraillado, por supuesto. Claro que, por otra parte, los he visto nacer y estn muy domesticados.

Para usted, por supuesto. Y para los dems?

Jefe Croyt, hay alguna diferencia entre tener lobas o tener un mastn o un doberman-pinscher o cualquier otro perro de guarda, de esas razas que slo obedecen a su amo y atacan fieramente a los intrusos? Clarabelle se ech a rer. Por supuesto, me doy cuenta claramente de lo que significa la palabra lobo para las personas. Odio a la fiera, temores ancestrales, supersticiones

Sus lobas podran escaparse y causar daos en la comarca.

Estn bien alimentadas. He hecho pruebas con ellas. Cuando suelto a alguna, siempre vuelve a su alojamiento. Le garantizo una total seguridad para la gente de Marstonfield, Jefe Croyt.

Bien, pero, si las tiene cerradas todo el tiempo, no podrn defender la casa de los posibles intrusos.

Clarabelle hizo un gesto con la mano.

Debera cercar la propiedad con una valla metlica, pero orden me hicieran un estudio de presupuesto y el precio resultaba prohibitivo. Si consideramos la casa como centro, los limites, en forma aproximadamente circular, estn a casi diez kilmetros de distancia. Por tanto, necesitara poner unos sesenta kilmetros de valla.

S, resultara caro admiti Alice.

De todos modos, quiero tranquilizarla. Le gustara ver las lobas?

Si no tiene inconveniente

Aunque nunca le haba agradado, Alice llevaba cinturn con un revlver en la funda. Maquinalmente, toc la culata del arma, cosa que la hizo sentirse ms tranquila.

Salieron de la casa. Clarabelle la llev hasta la linde de la explanada, donde empezaba la zona de vegetacin. Una vez all, seal dos gruesas estacas, hundidas en el suelo, de no ms de treinta centmetros de altura, situadas a ambos lados del camino.

Vea dijo. Por las noches, realizo la siguiente operacin

Clarabelle se apart un par de pasos del camino y regres con un alambre que pasaba por una anilla clavada a una de las estacas. El alambre tena un gancho en el extremo, por medio del cual qued unido a otro hilo metlico, que se hallaba tambin sujeto a la otra estaca.

Ahora queda cerrado un circuito explic Clarabelle. Cualquier intruso, por la noche, procurar llegar inadvertido, pero, a su vez, no advertir el alambre. En cuanto lo toque, la tensin disparar un resorte, que har funcionar el interruptor elctrico de la puerta del recinto donde estn las lobas. Como comprender, este sistema es tan efectivo como sesenta kilmetros de vallas, pero resulta infinitamente ms barato.

Clarabelle desenganch el alambre y lo arroj a la maleza.

Sgame, por favor.

Alice camin detrs de la duea de la casa. Una vez dieron la vuelta al edificio, se encontraron ante un amplio recinto vallado, con una gran caseta. Media docena de animales de pelo gris, rojizo se movan inquietos al otro lado de la valla.

Rena!

Una de las lobas se destac del grupo y trot mansamente hacia la puerta. Clarabelle la abri un poco y el animal sali fuera.

Alice retrocedi.

No tema dijo Clarabelle. Mientras yo est a su lado, no atacar a nadie. Rena, chate.

La loba apoy su vientre en el suelo, mientras mova la cola lentamente.

Es tan mansa como un gatito ri Clarabelle. Naturalmente, con un intruso hostil, se portara de muy distinta manera. Rena, saluda a la visitante.

La loba se puso en pie y camin hasta Alice, quien se mantuvo rgida, inmvil. El hocico de la fiera se acerc para olisquear los bajos de la falda de la visitante. De pronto, Rena se puso en pie y apoy sus patas delanteras en el lecho de Alice sacando la lengua, para dar unos lametones en la cara de la joven.

Vamos, Rena. Vamos, eso no se hace dijo Clarabelle cariosamente, a la vez que asa el collar que rodeaba el cuello de la loba. Como puede ver, Rena es manssima y sumamente cariosa.

Alice forz una sonrisa de circunstancias.

Le quedo muy agradecida por la demostracin, seora, pero, de todas formas, le recomiendo tome el mayor nmero de precauciones posibles. Si uno de esos animales se escapara bien, los dieciocho o veinte kilmetros que hay hasta Marstonfield no representaran nada para l.

Slo ira al pueblo en busca de comida, y aqu no le falta.

Mejor para todos, seora Stacey. Cmo van sus pacientes?

Clarabelle se ech a rer.

Temo que est equivocada, seora Croyt respondi. Esto no es ninguna clnica ni yo me tomo atribuciones que slo competen a los mdicos. Mis huspedes, amigas mejor dicho, estn aqu para pasar una temporada de reposo y superar ciertos traumas y frustraciones sentimentales. Yo me limito a aconsejarlas, a estimular su inters por la vida. Escucho sus confidencias y trato de hacerles ver que el fracaso con un hombre no significa la prdida total del optimismo y la fe en el futuro. Cualquier persona, con un poco de sensibilidad, podra hacer lo mismo, no le parece?

Evidentemente convino Alice. Pero pagarn su tratamiento

Bien, en este mundo no hay nada gratis. Sin embargo, mis honorarios son perfectamente soportables para mis huspedes.

Lo celebro infinito. Seora Stacey, tengo entendido, y dispense que esto remueva malos recuerdos en su mente, que su esposo se fug con la criada.

Clarabelle se puso seria en el acto.

Si contest con voz tensa.

Y le rob diez mil dlares, mediante un cheque falso.

En efecto.

Entonces, seora Stacey, rase de su esposo, est donde est, porque dio un cheque falso para recibir diez mil dlares en billetes falsos.

Clarabelle abri la boca, estupefacta.

Increble dijo.

Debo marcharme, seora.

Sbitamente, Clarabelle prorrumpi en una estruendosa carcajada.

El muy imbcil! exclam. Me hubiera gustado ver la cara, cuando cambiasen uno de los billetes y les dijeran que no valan ni el papel en que estaba impreso.

S, tuvo que resultar divertido sonri Alice. Seora Stacey, ha sido una conversacin muy instructiva. Gracias por su cortesa.

He tenido un gran placer en atenderla, jefe Croyt.

Alice volvi a su coche. Clarabelle permaneci en su sitio unos momentos todava, hasta que hubo perdido de vista el automvil. Luego hizo que Rena volviese al recinto vallado y corri a su habitacin.

Una vez en ella, levant la persiana de su escritorio. Abri uno de los cajones. Estaba repleto de billetes de Banco.

Tom uno y lo contempl a travs de los prpados entornados. Se pregunt cmo era posible advertir la falsificacin.

De pronto, se abri la puerta. Una mujer asom la cabeza.

Clarabelle, qu ha dicho esa mujer polica? exclam.

La mano de Clarabelle cerr de golpe el cajn del escritorio.

Nada, no te preocupes, Susan, todo ha ido como esperbamos contest.

Los ojos de Susan Lawrence se dirigieron un instante hacia el mueble. Luego sonri.

Mejor as dijo. Perdona que te haya molestado.

En absoluto, querida Clarabelle baj la persiana, ech la llave y se puso en pe. Creo que debieras salir a dar un paseo, Susan.

Es una buena idea admiti la otra mujer.

*

De modo que sigues haciendo el haragn dijo Myra, mientras contemplaba a su interlocutor, sentado frente a ella, por encima del borde de su copa.

Hasta que se pase el verano respondi Ashton.

Tienes vocacin de vago sonri la chica.

No es eso. Mira, Culver se mostr muy generoso conmigo; incluso me dio mil dlares de ms. Estaba contentsimo por conocer el paradero de su esposa y por las buenas noticias que le haba trado.

S, pero eso no explica del todo tu falta de inters por el trabajo, Robin.

Myra, veo que no me comprendes suspir l. Hace algunas semanas, t me pagaste dos mil dlares. Culver me ha dado seis mil. No tiene sentido afanarse como una hormiga, matndose a trabajar por conseguir unos cuantos billetes ms. Si yo fuese un hombre codicioso, s, desde luego, andara por ah buscando pruebas contra un esposo infiel o siguiendo a un empleado desleal. No soy un hombre que busque el dinero slo por conseguir ciertos lujos que me dejan indiferente. Vivo bien, con comodidad, no tengo caprichos caros o intiles

Eso es falta de ambicin, Robin dijo la joven.

No, no lo creas. Es tomarse la vida con tranquilidad, ganar lo suficiente para vestir con decoro, tener un Coche decentito, evitar las telaraas en el estmago y, de cuando en cuando, poder invitar a cenar a una chica bonita. No te parece suficiente?

Es eso cuanto deseas en otra vida?

Si lo dices por mi soltera, te dir que an no he encontrado la mujer ideal.

Porque te gusta que comparta tu forma de pensar.

Hasta cierto punto. Si pensase de una forma absolutamente idntica a la ma, la existencia resultara abrumadoramente montona. Lo que no quiero es dar con una mujer ambiciosa, que considere el dinero por encima de todo.

Eres un tanto filsofo, y yo dira que en esas frases hay un cierto reproche para m.

No andas descaminada del todo, aunque, como comprenders, no voy a disuadirte para que pienses de otro modo. Si tienes xito en los negocios, es que eres inteligente, y una mujer inteligente no necesita que le digan el comportamiento que ha de observar. Y, si adems, te gusta lo que haces, que es muy importante, miel sobre hojuelas.

Myra pareci quedarse pensativa unos momentos, mientras jugueteaba con su copa vaca. En aquel momento, se acerc un hombre a la mesa. Era Max Hubner, el dueo del local en que se hallaba la pareja.

Captulo VIII

ESPERO que hayan quedado satisfechos dijo Hubner, con su mejor sonrisa.

Oh, s, ha sido una cena estupenda, Max contest Ashton. Conoces a la seorita Palmer? Myra, te presento a Max, el dueo de este restaurante.

Cmo est usted? salud Hubner. Robin, celebro que, por lo menos, hayas quedado satisfecho del men. En cuanto al resto del espectculo, francamente, anda algo bajo de tono.

No te entiendo dijo el joven. He visto un par de cantantes muy buenas, musicalmente hablando, claro; un acrbata excelente

Hubner hizo un gesto con la mano.

Son nmeros corrientes respondi, desdeoso. El que tena antes s atraa pblico, pero ella se march de repente. Luego saldr su pareja, pero, solo, no es ni la dcima parte de lo que era hace unos cuantos meses. Sixtus Gordon ha perdido muchsimo desde la marcha de su chica. Claro que l tuvo la culpa

Creo recordar dijo Ashton. Haba aqu una pareja, de color; l contaba chistes, que enlazaban con las canciones de la chica

Exacto. Tenan un xito fenomenal y era preciso reservar las mesas con un par de semanas de antelacin, por lo menos. Ahora Hubner hizo un pesaroso ademn con la mano, ya ves, sobran sitios. Keeni Tsamboo me fastidi soberanamente, creme.

Has dicho Keeni Tsamboo, Max exclam el joven sbitamente.

S, en efecto. La conoces?

Haba odo hablar de ella minti en parte Ashton, De modo que formaba pareja con Gordon.

S, pero ese imbcil de Sixtus se li con una fulana y Keeni, que pareca chiflada con l, se enfad de tal manera, que, de la noche a la maana, desapareci y no la he vuelto a ver. Creme, dara algo bueno por tenerla aqu de nuevo.

Ashton se ech a rer.

Vamos, seras capaz de pagar una recompensa por Keeni, como se hace con los criminales exclam jovialmente.

Pues s, aunque, como puedes comprender, la quiero viva y en forma. No he perdido dinero realmente, pero he dejado de ganarlo. Y mucho, Robin. Bien, no les quiero cansar ms con mis problemas. Seorita Palmer, celebro que haya disfrutado de la cena, ya que no del espectculo. Robin Hubner palme los hombros del joven, eres mi invitado.

Oh, Max, no lo puedo consentir

Est hecho ya se despidi Hubner, con una ltima inclinacin de cabeza, dirigida a la chica.

Ashton se acarici el mentn pensativamente.

No se lo he querido decir murmur, pero yo s dnde est Keeni.

Qu? resping Myra.

S. Incluso habl con ella la ltima vez que estuve en Lone Hill.

Esa especie de clnica para mujeres con problemas sentimentales!

Exactamente.

Bueno, podras volver y hablar con ella. Max te pagara bien el trabajo sonri Myra.

Me lo pensar. Culver ir hoy a Lone Hill y no quisiera que mi presencia pudiera frustrar, de alguna manera, la reconciliacin con su esposa. Tal vez vaya el lunes

Puedes conseguir un buen puado de dlares, Robin.

Ashton mir a la muchacha con severidad.

Max es un buen amigo dijo. No sabes pensar en otra cosa que dinero, Myra?

Ella enrojeci.

No quise enojarte, Robin se disculp.

Perdname t, lo he dicho sin pensar. Quiz es que trato, inconscientemente, de cambiar tu carcter, pero no lo deseara. Eres feliz con tu trabajo, con tu forma de vida y eso vale mucho.

Myra sonri.

Cada uno, mientras pueda, debe hacer lo que ms le guste. Incluso dedicarse a la holganza durante una tmpora da. Si yo pudiera! suspir.

Todo es cuestin de proponrselo, querida Ashton se acarici el mentn. S, creo que el lunes volver a Lone Hill aadi.

*

El que no volvi de Lone Hill fue el seor Culver. El viernes por la noche, seis lobas tuvieron un magnfico festn. La seora Culver disfrut enormemente viendo a su esposo convertido en alimento para las fieras.

Y ahora dijo Ilona, cuando todo hubo terminado, es preciso pensar en mi plan.

He pensado mucho contest Clarabelle. Pero antes de llevarlo a cabo, me gustara estudiar personalmente a la persona involucrada en este caso. No es corriente y se sale de las normas establecidas, pero, desde luego, empiezo a estar de tu parte.

Tienes alguna idea formada?

Cla