BOLETÍN PARA PADRES . NUMERO 120. MARZO 2017

D. JAVIER ECHEVARRÍA EN RETAMAR

Retamatch

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SumarioPresentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4Tertulia 2 - IX - 2005 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6La última visita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25Carta por el 50 Aniversario . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26Obras de Mons . Echevarría . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

Retamatch . Boletín para padres . Número 120 . marzo 2017 .Edita: Retamar S .A . Pajares, 22 . 28223 Pozuelo de Alarcón . Madrid .Imprime: Gráficas De DiegoDL: AV 85-1976 .Todas las fotografías proceden del archivo del Colegio Retamar y del archivo de la Oficina de Información del Opus Dei .

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Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei, falleció en Roma el pasado 12 de diciembre Había nacido en Madrid el 14 de junio de 1932; fue el menor de ocho hermanos. Hizo sus primeros estudios en San Sebastián, en el colegio de los padres marianistas, y continuó su formación en Madrid, en el colegio de los maristas.

En 1948, conoció a algunos jóvenes del Opus Dei en una residencia de estudiantes. El 8 de septiembre de ese año, sintiéndose llamado por Dios a buscar la santidad en la vida ordinaria, pidió la admisión en el Opus Dei.

Comenzó los estudios de derecho en la Universidad de Madrid y los continuó en Roma. Se doctoró en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás

(1953) y en Derecho Civil por la Pontificia Universidad Lateranense (1955).

Recibió la ordenación sacerdotal el 7 de agosto de 1955. Colaboró estrechamente con san Josemaría Escrivá de Balaguer, de quien fue secretario desde 1953 hasta su muerte, en 1975.

En 1975, cuando Álvaro del Portillo sucedió a san Josemaría, Mons. Javier Echevarría fue nombrado secretario general del Opus Dei y, en 1982, vicario general.

En 1994, tras el fallecimiento del beato Álvaro del Portillo, fue elegido prelado del Opus Dei y, el 6 de enero de 1995, en la basílica de San Pedro, recibió de manos de san Juan Pablo II la ordenación episcopal.

Desde el principio de su ministerio como prelado, tuvo como prioridades la evangeliza-

Presentación

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ción en los campos de la familia, la juventud y la cultura. Promovió el inicio estable de las actividades formativas de la prelatura en 16 países, entre otros, Rusia, Kazajistán, Sudáfrica, Indonesia y Sri Lanka, y viajó a los cinco continentes para impulsar la labor evangelizadora de los fieles y cooperadores del Opus Dei. Alentó la puesta en marcha de numerosas iniciativas a favor de inmi-grantes, enfermos y marginados. Seguía con especial atención varios centros de cuidados paliativos para enfermos terminales, uno de ellos en Madrid.

En sus viajes de catequesis y en su ministe-rio pastoral, fueron temas recurrentes el amor a Jesucristo en la cruz, la caridad fraterna, el servicio a los demás, la importancia de la gracia y de la palabra de Dios, la vida familiar y la unión con el Papa. Precisamente en su última carta pastoral, además de agradecer la audiencia que le había concedido Francisco el 7 de noviembre, pedía, como siempre, acompañar al Papa con oraciones por su persona e intenciones.

Escribió numerosas cartas pastorales y varios libros de espiritualidad, como Itinera-rios de vida cristiana, Para servir a la Iglesia, Getsemaní, Eucaristía y vida cristiana, Vivir la Santa Misa y Creo, creemos. Su última obra es una recopilación de meditaciones sobre las obras de misericordia que lleva el título de Misericordia y vida cotidiana.

Fue miembro de la Congregación para las Causas de los Santos y de la Signatura Apos-tólica. Participó en los Sínodos de obispos de 2001, 2005, 2012 y los dedicados a América (1997) y Europa (1999).

Falleció en Roma el 12 de diciembre de 2016, a causa de una insuficiencia respirato-ria. Como resume Mons. Fernando Ocáriz, Prelado del Opus Dei, en su Carta Pastoral de 14.2.17, “don Javier fue un buen hijo de Dios siendo un hijo fiel de san Josemaría.

Esta fidelidad fue la razón de su vida (…). Ha dejado un fecundo ejemplo de caridad pastoral, que se expresaba en la unión con el Santo Padre y con todos sus hermanos en el colegio episcopal, en su celo por las almas y en su activa solicitud por los enfermos y más necesitados”. Y concluía afirmando “la conveniencia de recoger recuerdos y testi-monios sobre don Javier, su vida entregada y sus enseñanzas”. Este Retamatch quiere ser una pequeña aportación del Colegio a esta tarea.

Siempre manifestó mucha atención e interés por el Colegio Retamar. Recibió en Roma y en sus viajes a Madrid a familias del Colegio, como sois testigos muchos padres y madres, profesores y antiguos alumnos.

En 2004 tuvo dos encuentros en el poli-deportivo del colegio con fieles del Opus Dei y Cooperadores. Uno de ellos, el que tuvo lugar el 2 del septiembre, lo hemos resumido a continuación, con el propósito de que todos sigamos aprendiendo de sus claras y amables enseñanzas.

En 2015 visitó el nuevo oratorio del Co-legio y estuvo con el Consejo de Dirección. Contamos esa visita y recogemos algunas fotos de aquellos momentos en los que nos animó a que acompañáramos con frecuencia a Jesús, realmente presente en el Sagrario del nuevo Oratorio, pidiéndole al Señor por la formación académica, humana, profesional y espiritual, que se impartía en el Colegio, por los profesores y empleados, y por las familias del Colegio y todas sus necesidades.

Con motivo del 50 Aniversario del Cole-gio nos escribió una carta que hemos incluido también en esta publicación, que quiere ser un recuerdo entrañable y agradecido a la atención, cariño y oración que don Javier nos prestó siempre, y una plegaria también para que siga apoyando la labor del Colegio, intercediendo ante Dios por Retamar.

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SOMOS LA CONTINUIDAD

Como bien podréis imaginaros, yo estoy pensando mucho San Josemaría, que se nos marchó al Cielo diciendo algo que es una realidad: “Está todo hecho y está todo por hacer”. Somos los hombres de la continuidad, los hombres que ahora están en primera fila y tenemos que procurar que este árbol de la Obra crezca recio, fuerte y frondoso. Me viene a la memoria el último día, la tarde, del 25 de junio de 1975, allí sentado en Cavabianca, y con esa visión de futuro, de pensar siempre en los demás –que es una cosa que tenemos que hacer todos–, estábamos sentados en una especie de terraza, y nuestro Padre comentó

con espontaneidad, –porque habían crecido los árboles que se habían plantado desde que comenzaron las obras y ya eran prácticamente un bosque frondoso– y decía: “Qué alegría da plantar árboles a cuya sombra se van a poder acoger otros”. Hijos míos, tenemos que vivir con esta visión de actualidad y de futuro. Somos hombres que tienen que hacer que la Obra crezca en profundidad y crezca también en extensión y en altura.

¡Está Rodri ahí! Hecho un chaval, un chavalito. Yo os voy descubriendo, ya me gustaría tener la oportunidad de ir hablando con cada uno para que me contaseis vuestras cosas y para aprender.

TERTULIA del 2 de septiembre de 2005en el polideportivo del Colegio Retamar

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VIVIR LA SANTA MISA

Hoy he dicho la Misa Votiva de la Euca-ristía, y también inmediatamente se me va a aquella alma contemplativa de San Josemaría que no podía pasar sin la Eucaristía. Era un contemplativo loco, de ese Loco con ma-yúscula que no ha escatimado medios para estar entre nosotros. Yo os pido por favor que hagáis todos los esfuerzos, que hagamos todos los esfuerzos –yo el primero– para que la Misa no se quede en esos momentos y también para que pongamos la Misa en el mejor momento del día, no hay que esperar a que tengamos un hueco sino buscar el hueco más apropiado para que la Misa sea el centro y la raíz de nuestra vida interior, es una obligación que tenemos todos como cristianos y concretamente como hijos de Dios en el Opus Dei.

Y hemos leído esa lectura de San Pablo en que nos dice una cosa que a San Josemaría volvía chiflado de amor: “Vos estis Christi, Christus autem Dei”. Es muy serio esto, eh. Que podamos decir un pedazo de carne como la que somos, un conjunto de miseria, que podamos decir que somos de Cristo, más, que podamos decir que Cristo es nuestro, –como decía nuestro Padre–, es para que nos demos cuenta de que hay que aprovechar todos los segundos, que hay que procurar sacar partido a toda nuestra manera de responder al Señor en lo que nos vaya pidiendo.

Hijos míos, pasad, pasemos, toda la jorna-da por la Santa Misa, por ese sacrificio ¡Real, actual! de la Cruz que se hace presente porque la magnanimidad de Dios es así. No quiere dejarnos de mostrar que hizo esa locura –y la hace porque es el sacrifico actual–. Pues

Recibimos al Padre con un gran aplauso

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vivamos la Santa Misa con mucha piedad. Y además hoy nos correspondía en la lectura continuada esa escena en la que ha predicado San Josemaría tantas veces, la pesca Milagrosa con Pedro que le presta su pobre nave. Y yo querría que nos preguntásemos como tantas veces, nos invitaba nuestro Padre, ¿La barca nuestra es de Cristo? ¿Las pobres tablas que tenemos están llevadas, dirigidas, por ese Señor Nuestro? ¿Le dejamos que sea el Patrón de nuestras vidas? Y de esa manera nos saldrá más espontáneo el Duc in altum, porque se lo escucharemos al Señor y porque lo haremos vida propia.

LLEVAR A CRISTO A TODOS LOS AMBIENTES

En estos momentos, hijos míos, sería tonto negar que se está atravesando una crisis. No tenemos que ser hombres que se quedan hundidos, sería tonto que ignorásemos la realidad de tanta gente que ha dejado al margen al Señor. Pues tenemos que procurar recristianizar, tenemos que procurar llevar a

Cristo a todos los ambien-tes y ponerle de verdad en la cumbre de todas las actividades humanas. Y eso puede llevar con-sigo que tengamos que soportar contradicciones, ser blanco de críticas. No importa absolutamente nada, tenemos que estar constantemente dispues-tos a jugarnos la vida por el Señor, con la prudencia que se quiera, pero que esa prudencia no nos lleve a quedarnos cortos.

¡Hay que moverse y meterse en todos los lugares!

Tenemos obligación, como cristiano y como hijos de Dios, de hacer presente la huella de Cristo ahí donde viven los hombres. Os acordáis de aquella película de una tertulia con San Josemaría, cuando ya estaba prác-ticamente a un año de su marcha al Cielo: “¿Dónde están los hombres? Donde están los hombres. ¿Donde están los intelectuales? Donde están los intelectuales. ¿Dónde están los trabajadores? Donde están los trabajadores. ¿Donde están los enfermos? Donde están los enfermos. Hijos míos, ahí tenemos que estar nosotros”. Ese mundo es nuestro, porque nos lo ha confiado Dios.

TRATAR A JESUCRISTO, VIVIENDO EL EVANGELIO

Pues vamos a procurar hacer mucho apostolado y a movernos con la idea clara de que Dios nos está esperando constantemente. Recuerdo que, en esas confidencias que tenía San Josemaría, nos decía que muchas veces sentía ganas de decirle como Pedro “Señor apártate de mí que soy un pobre pecador”

“Tenemos que procurar llevar a Cristo a todos los ambientes”

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pero que le salía más espontáneo “Señor no te apartes de mí, que si me dejas qué va a ser de mi pobre persona”. Tratad a Cristo viviendo el Evangelio. Tratadle con esa cercanía que quiere tener con cada uno de vosotros.

APOSTOLADO DE AMISTAD Y CONFIDENCIA

Llevemos esta cer-canía a la gente en ese apostolado personal de amistad y de confidencia, en ese apostolado que no debe faltar ningún día. Os ruego que cada uno de nosotros se pregunte cada día ¿Yo hoy qué he hecho para que alguien más trate más a Cristo? No importa que sean siempre las mismas personas el caso es que les demos esa renovación de vida, esa conversión que tenemos que vivir nosotros.

Estamos aquí un grupo numeroso de personas. Si San Josemaría hubiese tenido en los comienzos un grupo como el que es-tamos aquí se hubiese comido todo el globo como un bomboncito, ¡cloc, para dentro! Si estando sólo hizo lo que hizo, fijaos si hubiese tenido a los que estamos aquí. Pues vamos a procurar darnos cuenta de que está al mismo tiempo todo por hacer y de que somos esa continuidad de que os he hablado antes.

ORACIÓN Y UNIÓN CON EL PAPA

También os quiero decir que recéis por el Papa, es lo lógico, que recéis por el Papa. El Papa está mayor, está viejo, son 84

años los que tiene y está limitado con esas enfermedades que tiene que son serias. Al mismo tiempo está muy contento de que el Señor le pruebe con la Cruz. Jamás se queja, jamás pide algo más de lo que le dan. Es un hombre que se deja llevar por la gracia de Dios, y por el cariño de sus hijos de todo el mundo. Nos han dicho recientemente –yo no lo sabía–, que entre otras cosas por las que no puede ponerse de pie, es porque el hueso del muslo se le clava en la rodilla y es un dolor insoportable. Creo que si habéis visto las escenas de Lourdes arrodillado donde prácticamente se nos venía al suelo, es una demostración de cómo él no se resiste a alabar a Dios, también con el cuerpo enfermo. Pues, vamos a pedir por el Papa porque tenemos obligación, ahora mismo estos que estamos aquí, hagamos una petición expresa por el Papa, y luego durante el día alguna pequeña mortificación o no tan pequeña. Yo os puedo asegurar –y no tenemos que considerarnos privilegiados, si no responsables de esto–, de que el Papa le dijo a D. Álvaro: “Cuando

“También os quiero decir que recéis por el Papa, es lo lógico”

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el peso de la carga es muy grande, pienso en el Opus Dei, y vuelvo”, pues hijos míos, que sea verdad que pueda pensar en nuestra colaboración diaria, en nuestro ayudarle a llevar la Cruz de Cristo, que es lo que quiere.

Un amigo del Papa, sucesor en la cátedra de Lublín, ha escrito que en el libro “Signo de contradicción” habla de que Getsemaní es una oración actual y que continúa. Y este amigo suyo, este discípulo sucesor, dice que cuando supo que habían nombrado, o que el Espíritu Santo había buscado a este hombre como Papa, pensó “¡Ay, Dios mío, el Papa va a Getsemaní para acompañar al Señor! Y ya lo vemos, lo ha hecho con el espíritu y lo hace con el cuerpo. Está todo el tiempo en oración para sacar esa Iglesia por la que Cristo ha dado Su vida. Y él como Vicario suyo también está dando su vida.

Bueno, hijos míos, ¿queréis preguntar algo? —¡Padre! (pregunta José María Chiclana

Actis, antiguo alumno).— Sí.

— Bueno, lo primero agradecerle que esté aquí.

— Sí, yo estoy muy contento. Ya lo he dicho, a D. Ramón, que la próxima vez que vengamos, –si Dios me da vida, eh, no es que yo me ponga dramático ni triste, pero todos estamos en la manos de Dios, si Dios me da vida me gustaría tener una tertulia general aquí en Madrid, si paso por aquí.

— Buenos, yo creo que todos los que estamos aquí, tenemos en la cabeza y en el corazón la petición que nos hizo de pedir al Señor muchas vocaciones para la Iglesia y para la Obra.

— Ah! Claro, claro…— Y yo creo que entre todos, y con la

ayuda de Dios, lo vamos a conseguir, Padre.— Claro.— Entonces, esto es lo primero que quería

decirle. (aplausos).— Pero, hijos míos, que no se quede en

pitos y palmas, aquí hay que trabajar, aquí hay que salir al ruedo a buscar a la gente, también esos “toros” dif íciles porque se resisten, hay que buscarles.

José María Chiclana fue el primero en hacerse con el micrófono

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— Entonces, usted nos ha hablado de ser “santamente imprudentes”

— Sí, claro.— A la hora de plantear la vocación

a nuestros amigos, a la hora de que se acerquen más a Dios. ¿Cómo podemos hacer eso, Padre, en el día a día?

— Es fácil. San Josemaría enseguida se metía con el alma, y procuraba que hubiese progresos de vida interior en la gente que trataba. Y cuando no podía tener un contacto tan continuado con las almas, en cuanto tenía oportunidad, hablaba con la gente de su condición de hijos de Dios, de cómo se portaban, qué tenían que mejorar en esto, en aquello, y lograba una conversación de amistad.

REZAR PARA QUE CONOZCAN MEJOR A JESUCRISTO Y A LA IGLESIA

Es lo que tenemos que procurar todos los días. En primer lugar que no falte en nuestra jornada una oración más intensa por el apostolado, por que conozcan mejor a Jesucristo y a su Iglesia. Cuando acompañábamos a San Josemaría en el co-che o andando, muchas veces interrumpía para decirnos “¿Estáis rezando por los que se cruzan con vosotros?” porque Madrid, y los demás sitios donde estéis residiendo, tienen que estar llenos de vuestra oración, tienen que estar llenos de vuestra mortifi-cación, y tenéis que procurar vivir un trato muy intenso con el ángel custodio vuestro y con el ángel custodio de los demás, para que no pase inadvertida ninguna situación en la que podáis decir algo a las personas. Y es necesario crear esos diálogos y crear ese diálogo diario con nuestros colegas o con la gente con que fortuitamente nos encontramos.

HABLAR DE DIOS A NUESTROS AMIGOS

Me contaban esa anécdota de alguien que le dijeron: ¡cada día hay que hablar con una persona! Y llegó a su casa, se montó en el ascensor y justo en ese momento entró otra persona, y pensó “yo no he hablado con nadie hoy. ¿Qué hago, qué hago? ¿Le digo algo o no le digo, le digo algo o no le digo…?” Esos respetos humanos que nos entran a todos… Y ya cuando se marchaba y veía que no había hecho nada, metió el pie entre la puerta y dijo: ¡oiga, oye! El otro volvió y dijo: ¡quiero decirte una cosa importante, quiero hablarte de Dios! Y aquel otro se quedó sorprendido y le dijo: ah, pues me viene muy bien por-que desde hace tiempo me estaba diciendo a mí mismo cómo responder a una serie de favores que Dios me ha hecho. Y me viene

San Josemaría nos preguntaba: ¿estáis rezando por los que se cruzan con vosostros?

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muy bien para que yo entienda cómo hay que responder mejor. Pues, hijos míos nos están esperando en todos los sitios y es preciso que no desaprovechemos las ocasiones.

REZAR CON SENTIDO UNIVERSAL

Hemos venido de los países bálticos y de Croacia y Eslovenia, ¡es un mundo de esperanza! En algunos sitios hay que trabajar prácticamente arando la tierra con las uñas, porque es una minoría católica: en Estonia son siete mil católicos para un millón y medio de habitantes, y mis hijos están ahí como pez en el agua, buscando gente.

Tuvimos una tertulia general y me en-señaron contentísimos –os pido que recéis por ellos– las fotograf ías de la labor del Club juvenil con chicos de 14, 15 años, que ya son católicos.

Os pido que todos los días, al veros entre vosotros, porque tenemos que empujarnos al apostolado, y al ver a la gente por la calle, pida-mos para que Dios llame a muchos. Y os ruego

que también pidáis especialmente para que el Señor llame a muchos en los países donde el ambiente es más dif ícil. Con qué alegría recibirán ese nuevo hermano suyo. Pedidlo todos los días, sed respon-sables, sentid todo el peso de la Iglesia y de la Obra, no os quedéis metidos en vuestro pequeño mundo, que además lo podemos hacer más pequeño si que-

remos, podemos hacerlo raquítico.

Vamos a procurar vivir ese sentido uni-versal pidiendo por la Iglesia y por la Obra en el mundo entero, y a la vez para pedir de verdad, hagamos más apostolado. Y procura hacer oración y mortificación. Y después con las personas que hayas hablado hay que pensar yo qué les he dicho para que se acerquen a Dios, cómo les he facilitado el que sean más hombres y por lo tanto que sean más cristianos, porque el cristianismo lleva a ser más hombres, y los hombres están preparados para recibir la luz de Cristo, porque somos de Cristo y Cristo es de Dios.

REZAR CON LA FAMILIA

— Padre, soy Agus, estoy en Fontal con universitarios. Antes de venir para acá mi madre me ha pedido que le traiga todo el cariño de la oración y de las preocupaciones de toda la familia para que usted los admi-nistre como quiera. Y también un abrazo muy fuerte de mi padre que no ha podido venir por trabajo.

Padre, soy Agus, estoy en Fontal con universitarios

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— Ya te digo que San Josemaría, –que era muy humano, muy humano y le gustaba la música buena y la música popular— cantaba un cuplé que decía: “Adminístreme usted, lo que el pobrecito dejó”, pues voy a recoger toda vuestra oración, la oración de vuestra madre, de tu padre, y la oración de todas vuestras familias –porque tenéis que meter a la familia, eh, hay que implicar a la familia para que recen, para que sientan el optimismo de colaborar en la Iglesia y en esta “partecica” de la Iglesia que es la Obra de Dios. Yo lo recojo y le pediré al Señor que sepa administrarlo pidiendo por vosotros para que seáis más apostólicos y pidiendo por el apostolado en todo el mundo especialmente aquellos lugares donde tienen más dificultad porque la gente todavía no tiene la preparación básica.

VIVIR CON NATURALIDAD Y ALEGRÍA LA FE CRISTIANA

— Desde hace un año trabajo en una televisión pública so-bre películas de cine. Desde el principio me propuse actuar con naturalidad, y hablar de mi fe cris-tiana. Con el tiempo he podido hablar con la mayoría y además de las amistades que he hecho he compro-bado su respeto y el aprecio por modelos de conducta cohe-rente, como el del Papa.

– Como el tuyo, como el tuyo. Tene-mos que ser coheren-tes y que la gente se

fije en nuestras vidas, no porque queramos aparentar, sino porque somos conscientes de que a pesar de ser miseria tenemos que ser apóstoles.

– Como es lógico han surgido muchas conversaciones sobre Dios y situaciones que reflejan cómo les atrae el espíritu de la Obra. Por ejemplo, en una ocasión me preguntó un compañero por la mañana que qué tomaba para estar siempre tan alegre, aunque no era un día que estuviese especialmente alegre, pero bueno. Y, luego otro me dijo que, al leer una postal que les había enviado desde Roma, pensó que menos mal que alguien reza por ellos, porque se lo decía al final. Y también he podido explicar y tratar temas de moral con algunos, al hilo de algunos sucesos de la actualidad. Padre, la pregunta es ¿cómo dar la cara con naturalidad, con alegría y mano izquierda, pero también con exigencia y claridad para hacer la nueva evangelización que nos pide el Papa?

“Hay que implicar a la familia para que recen, para que sientan el optimismo de colaborar en la Iglesia”

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– Antes de contestarte quería decirte que dices que te han preguntado cómo es que estabas tan contento a primera hora de la mañana... Depende de caracteres, ¿eh? (risas) Hay algunos que no despiertan hasta las 11 de la mañana. (risas) Conozco alguno que hasta las 10 no es persona, (risas) hasta el punto de que en el comedor, cuando va a desayunar, ni siquiera tiene fuerza de decir pásame eso… ¿Y qué hace? (y el Padre hace un gesto de señalar con el dedo). (risas). Hay otros que a las 8 de la mañana escomo si fuesen las 5 de la tarde y hablan por todos, por arriba y por abajo. Pues, que no nos encontremos limitados porque no tengamos esa fuerza desde las 8.

VIVIR CON COHERENCIA Y VALENTÍA NUESTRA FE

Hemos de ser coherentes, y decir que no. Mirad, os voy a contar una anécdota que es muy representativa, en un país que estaba dominado por el comunismo se han abierto las puertas y hay una inmoralidad profundísi-ma –ya antes había mucha inmoralidad, ¿eh?

no nos engañemos, por la ignorancia en que mantenían a la gente– pero ahora además, el materialismo práctico ha llevado todavía más a vivir de espaldas a Dios, aunque gracias a Dios muchos reaccionan. Son dos cosas que sucedieron en el mismo país,…

¡Cómo, está aquí Luis Carrión! Ya sa-béis que tuvo que cambiarse de apellido en Canadá porque “carrion” es carroña en inglés (risas). Al mismo tiempo que seamos carroña tenemos que ser consuelo de Dios y fermento de Dios.

Pues en ese país del que os hablaba, había un chico que su abuela le había bautizado y le había dicho antes de morir: “mira tú eres católico, yo, aunque tus padres no lo hicieron, cuando eras niño te bauticé católico” Y eso le impresionó al chico, y empezó un poquito la práctica de la vida cristiana, pero se fue desinflando, se fue desinflando. En una clase, cuando tenía 16 ó 17 años, el profesor dijo una simpleza de los maximalismos que hay en las religiones, por ejemplo en el Islam y por ejemplo también en el Catolicismo. Y un chi-

co saltó “¡Eso es una estupidez!” Entonces él pen-só: “¡Ahí va!, este es católico” Y le preguntó: “¿Tú eres católico?” Sí. Y viendo que aquel hombre no se había deteni-do ante aquella estupidez del profesor, volvió a la práctica y se acercó total-mente a la labor apostólica de la Obra.“¡Cómo, está aquí Luis Carrión!”

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LA BELLEZA DE LA PUREZA CRISTIANA

Y en otra ocasión, en ese mismo país, un chico pequeño de ocho o nueve años, cuando entró en la clase una de las profeso-ras incorrectamente vestida, él se marchó, y le dijeron: “¡Bueno, esto no es posible! ¿Por qué te marchas?” “Yo en esa clase no entro si esa mujer va vestida como va vestida”. Es una criatura de nueve años, pues vamos a tener la valentía tanto por nuestra condición de cristianos, por nuestra condición de hijos de Dios, por nuestra condición del Opus Dei, de dar la cara aunque nos puedan colgar cualquier cosa en contra de nosotros. Es preciso que sepan que están delante de un cristiano. Y puede ser que, por el respeto humano de ellos o para no molestar, por lo menos delante de nosotros, no hablen. Ya es una gran ventaja y eso te puede llevar a hablar mucho.

Hijos míos sed prudentes con el cine y con la televisión. D. Álvaro nos decía que la

televisión es un enemigo que se mete artera-mente en casa. Os ruego, por favor, que si se pone indecente la televisión, pues no la veáis o cambiéis el canal, pero rápidamente, y no veáis programas que sepáis positivamente que tienen un riesgo de que salga algo indecente. Y decidlo a vuestros amigos y decidlo a las familias que tratéis, que vosotros no queréis haceros cómplices, manteniendo algo que está infectando toda la sociedad. Pues hablad con esta claridad.

APRENDER A PEDIR CON MAGNANIMIDAD

— Soy Miguel, formo parte del grupo promotor del colegio de Alcorcón, que está al suroeste de Madrid. Tenemos mucha ilusión en este proyecto. Seguros de que llegaremos a muchas familias y se hará una labor social importante en esa zona sur. Padre, quería preguntarle tres cosillas, si le parece se las digo de corrido. La primera, a unos nos cues-ta mucho pedir, y a otros aflojar la cartera,

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¿Qué podemos hacer para pedir mejor y para que nos den más? Segundo, ¿Cómo ser más generosos en las cosas de la Obra, Padre? Y por último, Padre, una petición: Padre, pida por mí y los míos, especialmente por Leticia. Muchas gracias.

— Con mucha alegría, todos los días hijos míos. He visto a San Josemaría ir al altar durante muchísimos años, y con mucha fre-cuencia se paraba y decía: “voy a encomendar en la Santa Misa –que era el momento álgido de su vida– a mis hijas y a mis hijos, a los padres de mis hijas y de mis hijos, a los hijos y a las hijas de mis hijas y de mis hijos”. Pues eso yo procuro hacerlo siempre. La Obra es una fuerza de oración extraordinaria. No sé si os lo he dicho antes, –hay cosas en que me repito, pero no me importa, pienso que tienen toda la novedad de la vida cristiana–. En una ocasión, D. Álvaro fue a ver al Papa actual, el Papa le dijo: “¡Qué fuerza tiene el Opus Dei!” Y D. Álvaro, con aquella sencillez

que tenía que desarmaba, dijo: “Santo Padre, fuerza ninguna, la única fuerza que tenemos es la de la oración”. Y dijo: “¡A eso me refiero!”. Cuando rezamos somos una gran ayuda para el Papa, una gran ayuda para la Iglesia, una gran ayuda en la Comunión de los Santos, pidiendo por vuestras familias, por nuestras familias, y por todo lo que os interese más especialmente.

Y lo que decías de pedir dinero, pues sí. Tenemos que hacernos violencia y pedir a San Nicolás que nos dé la gracia para actuar, –él que tenía tanta liberalidad para dar y conseguía tantas cosas, que San Josemaría lo buscó como intercesor–, que nos ayude también a buscar y a conseguir. Te voy a contar una anécdota porque importa mucho que precedamos con oración las acciones de pedir dinero, que son acciones apostólicas, si no, no interesa, porque hay que procurar al mismo tiempo ponerle más en contacto con Dios. En un país, hubo un hermano vuestro

“Cuando rezamos somos una gran ayuda para el Papa, una gran ayuda para la Iglesia, una gran ayuda en la Comunión de los Santos”

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que tenía que hacer una petición y les dijo en el Centro: “Por favor, rezad porque voy a hacer una gestión pidiendo 200.000 dólares a una persona”. Y fue y se encontró con que esa persona –que era pariente lejano al que no había tratado desde hacía tiempo– era sordo. Y le explicó todas las cosas, y después este hombre le dijo: “Pues mira, lo siento mucho, pero no te puedo dar más que la mitad de lo que me has pedido, en vez de 800.000 te puedo dar 400.000 (risas).

Bueno, pues si vamos con la seguridad de que pedimos en el nombre de Dios, conseguiremos que la gente ayude. Y después, no tengamos vergüenza, y pidamos con magnanimidad. Hijos míos, id con ese descaro santo, porque no vais a pedir para vosotros, id con ese convencimiento de que no vais a pedir para vosotros, vais a pedir para Dios, vais a pedir para sus hijos, vais a pedir para esta sociedad, por lo tanto id con descaro, con seguridad, pero todo precedido por la oración y por la mortificación. Y si pasáis

una pequeña humillación de que os dicen que no, pues ofrecedlo, ofrecedlo al Señor, y que eso forme parte de vuestro diálogo con el Señor: “Mira yo querría ser generoso, no como este hombre que no me ha dado nada, sino dándotelo todo, porque a veces nos quejamos de la falta de generosidad y ¡tenemos que pensar en la nuestra! Porque a veces somos cicateros con Dios, y no damos todo lo que podemos dar. Pues así conseguirás muchos frutos.

LOS COLEGIOS PROMOVIDOS POR LOS PADRES DE FAMILIA

Y hablando ahora de los colegios, yo siempre lo repito —y pienso que haremos muy bien en recordarlo— San Josemaría rezó por los colegios, por los padres y por los alumnos, con verdadera intensidad. Os puedo asegurar que eran noches insomnes pensando en esa desbandada que ha habido en algunos colegios católicos. Él no quería crear colegios católicos, como cosas confesionales, pero sí quería

San Josemaría rezó por los colegios, por los padres y por los alumnos, con verdadera intensidad

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centros en los que se diese la religión como punto central de la formación de los chicos. Y en 1963 —¡cuánto rezó, cuanto rezó!— estaba pasando unos día en Reparacea, en el norte de España, y qué alegría tuvo una noche, cuando vio “los colegios promovidos por los padres de familia”. Tenéis que procurar que sean los padres de familia los que se impliquen, los que ayuden, para que el colegio sea suyo, para que estén interesados en que se forme bien a sus hijos. Y entonces, cuando tuvo esa idea de que lo primero en los colegios son los padres, después los profesores y luego los alumnos, llamó enseguida al Vicario de la Comisión de España diciendo: “he visto esto en mi oración, vamos a poner en marcha lo de los colegios labores personales”.

Pues apóyate en la oración de San Jose-maría y procura decirle que tengas ese interés por ese colegio y por todos los colegios de todo el mundo. ¿De acuerdo?

LA FORMACIÓN DE LOS HIJOS EN LA SANTA PUREZA

— Padre, me lla-mo Nacho y desde hace poco tiempo vivo en Gurtubay. A veces podemos en-gañarnos pensando que en otras épocas era más fácil vivir la virtud de la santa pu-reza con más delica-deza, ¿Qué podemos hacer para ser deli-cados en este cam-po y también para ilusionar a nuestros amigos a que vivan con mucha finura la pureza?

— Oye, hijos míos, no penséis que ha sido más fácil en otras épocas. No pensemos que la pureza ha sido un problema ahora, siempre ha sido dif ícil en el sentido de que tenemos esa tendencia causada por el pecado original, y hay que procurar atemperar lo que es un motivo de traición en nuestra vida y puede ser traición para otras personas. La vista, procurar ir recogidos. Hay veces que no se pude poner la cabeza y los ojos en ningún sitio y hay que vivir lo que decía San Josemaría: “Ver, pero no mirar”. Ver para desagraviar, y unid todo lo que se ve, –procurando no mirar, procurando de verdad ir recogidos, sin hacer cosas raras–, para desagraviar y para pedir que cambie la situación.

Y después, cuando tengáis oportunidad, hablad con vuestros amigos, hablad con los padres de vuestros amigos, hablad con la gente para que se tome seriamente la formación de la pureza de sus hijos y de sus hijas. Y rechazad todo lo que pueda ser de lejos un peligro para una sensualidad, aunque sea sutil. Tenemos que vivir alerta, porque eso

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no solamente empaña el corazón sino que quita la posibilidad de amar.

No es que sea la pureza la virtud más importante, pero es completamente necesaria y tenemos que hacer constantemente una cam-paña para que los padrs en sus familias ¡hablen con sus hijos para formarles! Podemos quizá no conseguir los resultados que queremos, pero que hablen, porque no os olvidéis de aquello que decía San Josemaría tan repetidamente: “el infierno está lleno de pecados de omisión”, omisión por no guardar la vista, omisión por no saber hablar, omisión por no vivir nosotros una delicadeza de caballeros y de hombres que no se prestan al juego de una lógica que es pervertir a la persona.

Hijos míos, hay que procurar tener esta delicadeza de saber que lo que hiere a Dios, nos hiere a nosotros. Si no nos dice nada que aquello es una ofensa al Señor, quiere decir que estamos todavía con una costra muy grande. Por eso es importante la guarda de la vista y el estar prevenidos, sin estar obsesionados, pero estar prevenidos.

Y pedir al Señor que vivamos todos una pureza santa, y pedirlo especialmente con el rezo de las tres avemarías por la noche y después muchas veces a lo largo del día. Acudid a la Virgen, ¡que la costumbre de mirar sus cuadros y sus imágenes sea algo vivo!, que le digáis con generosidad: ¡Madre querr íamos ser tan limpios como tú! Y que digáis la comunión espiritual con

profundidad, que sea de verdad un deseo de querer recibir a Dios con aquella pureza de Nuestra Madre Santa María.

EL DERECHO A LA EDUCACIÓN Y LA LIBERTAD DE ENSEÑANZA

—Padre, soy Emilio, vengo de Ciudad Real, de La Mancha. Como en casi todas las zonas rurales de España, Padre, también en Castilla-La Mancha estamos experimen-tando un progreso enorme. Las ciudades y los pueblos disfrutan cada día de servicios más eficaces en sanidad, en infraestructu-ras, en comercio… Eso, Padre, no hace que abandonemos las migas, las gachas y el vino, afortunadamente. Pero también como en otros lugares de España, la influencia de la visión materialista y laicista de la vida es, Padre, muy grande. Sabemos que el mejor modo de luchar por el bien de nuestra sociedad es garantizar una educación de calidad a los jóvenes y en este momento muchas personas tenemos en marcha una serie de acciones para conseguir que las leyes sobre la educación respeten los derechos de los padres a elegir el tipo de educación que desean para sus hijos, con una

Emilio vino desde Ciuad Real

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adecuada orientación moral y religiosa, y el derecho a escoger una educación diferenciada. Padre, ¿podría animarnos a movernos más por el derecho a la educación y la libertad de enseñanza?

—Sí, yo te agradezco mucho esto. Es que además no es un derecho el que tenemos sino un deber, ¿eh? Un deber de defender la buena educación de la juventud, de la infancia en España.

TRABAJAR CON CALIDAD, PARA SERVIR

Para eso también es importante otro punto que yo quería tocar con vosotros y luego volveré a eso que tú me has preguntado y es: la calidad de vuestro trabajo profesional.

Tenemos que mirar y volver los ojos a aquellos primeros que acompañaron a San Josemaría, tenían un pluriempleo porque no había dinero para tantas cosas y sin embargo, tenían una gran ejempla-ridad tanto en su carrera universitaria como luego en su prestigio profesional.

Pues echad una miradita a vuestro trabajo profesional, para ver si sirve de ejemplo a vuestros colegas, no porque hagamos con esa finalidad el trabajo, pero hay que trabajar bien, acabadamente bien, cada uno en su profesión de tal manera que si alguno quisiera fijarse en una persona que tiene responsabilidad os mirase a vosotros. Trabajo profesional bien acabado, perfectamente acabado, ofrecido a Dios, y para ofrecerle a Dios un trabajo hay que procurar bordarlo, hay que procurar estar en el último detalle. San Josemaría llamó la atención en el Vaticano concretamente por la manera con que presentaba las cosas, porque eran acabadamente bien presentadas y en aquellos tiempos en que justificar

por los dos lados costaba tiempo. Hay que hacerlo así, porque esa vista de una cosa bien hecha ya invita a leer. Pues trabajad muy bien, hijos míos, trabajad muy bien lo mismo el que trabaja en la fresa, que el que trabaja en la ingeniería, que el que trabaja en la magistratura, trabajad bien para que ese buen trabajo sea también el escudo y también la plataforma para luego ser más apostólicos.

Y después lo de la educación, efectivamen-te. Tenéis que procurar batiros y organizar, como me han dicho que ha habido en otros lugares, verdaderas protestas organizadas implicando a todos los padres de familia. Tenéis que hablar con ellos, diciendo mira que te estás jugando el alma de tus hijos y más que nada te estás jugando tu alma porque

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no hablas, porque no actúas, porque no te mueves. Y moved, tenéis que meteros en las distintas asociaciones y organizar más cosas para implicar a más gente en esta defensa.

LA EDUCACIÓN DIFERENCIADA

Además, no penséis que es una cosa retro-grada, resulta que ahora en Estados Unidos, en Alemania, en Inglaterra, en Japón están saliendo artículos constantemente defendien-do la educación diferenciada. Pues eso que ven solamente con ojos de eficacia para la sociedad, nosotros lo vemos también con ojos cristianos. Y procuremos levantarnos y decir que no tienen derecho, que los hijos son hijos vuestros, no son hijos del Estado, que tienen mentalidad de partido único y quizá no se lo han podido decir, que tienen mentalidad de lo que tantas veces ellos achacan a otras cosas, que si nazismo que si comunismo, que si fascismo y resulta que ellos quieren imponer la educación única, pues protestad y sacad todos los argumentos para que de verdad haya una colaboración de todos, –padres, madres,

gente que esté deseosa de que la sociedad se reorganice– y moveos bien.

Pero os insisto mucho en que para tener categoría y para arrastrar a la gente tenemos que ser trabajadores que dan mucha importancia al acabamiento diario de su trabajo profesional, que pueda ser para los demás un punto de orientación.

SER AMIGO DE TODOS, TRATAR BIEN A TODOS

— Padre, soy Juanjo, trabajo en un Instituto público de Secundaria. Llevo 11 años en el centro y he tenido ocasión de hacer numerosos amigos, de todos los colores. Muchos cuentan con mi oración ante sus problemas y así me lo dicen, Padre. El otro día un profesor me llamó para pedirme que rezara porque el día 26 nacería su cuarto hijo; era la cuarta cesárea para su mujer y se presentaba dif ícil; gracias a Dios todo salió bien. Desde que me incor-poré al Instituto he intentado hacer las cosas como he aprendido, Padre, aquí y en Tajamar.

“En Estados Unidos, en Alemania, en Inglaterra, en Japón están saliendo artículos defendiendo la educación diferenciada”

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Padre, le agradecería que me encomendara pues este año me han confiado la dirección del Instituto público… Lo que es un reto ilusionante pero también será una fuente de preocupaciones, son muchas las familias, 92 profesores, 1.000 alumnos. Padre, me gustaría pedirle algún consejo para realizar mejor mi trabajo y afrontarlo con optimismo.

— Yo te pido que, como director, en primer lugar pongas como requisito previo a todo tu trabajo el de la oración y el de la mortificación. Todos los días en la Santa Misa, o en tu meditación pide expresamente por ese Instituto. Después un medio muy esencial es que hagas auténtica amistad con los profesores, para que vayáis todos a una. No se trata de que tú pierdas autoridad, pero que ellos se den cuenta de que les pides colaboración, de que les pides ayuda, de que les pides ideas y

cuando veas que no son oportunas razóna-selas, diciendo que va por medio el bien del Instituto y el bien de las familias.

Un profesor, que ya murió, fue durante tiempo catedrático de un instituto de enseñan-za. Y una vez que el instituto prácticamente llegó a la bancarrota, se reunió el claustro de profesores con el director, que les dijo: “Yo les puedo asegurar que he administrado los bienes del instituto como si fueran míos”. Y este catedrático le dijo: “Pues a nosotros nos bastaba que se hubiese administrado como si fueran del instituto”. (risas)

Pues diles que piensen en esa labor colegial, que piensen en esa labor de formación, que piensen en que tenéis que ir todos a una, y que tú eres el director que no quieres hacer pesar la autoridad como algo que les contradiga a ellos,

pero que lógicamente el director es el que tiene que marcar la pauta y que les pides la colaboración.

Reza por ellos, procura hacer amistad con todos ellos y procura tener también conversaciones de un cuarto de hora. A veces una sonrisa. Tú procura que haya una auténtica colaboración, un entrelazamiento entre todos los profesores aunque tengáis caracteres distintos, pero uníos a la idea fundamental de beneficiar a las familias y a los profesores. Yo rezo también contigo.

LAS FAMILIAS NUMEROSAS

— Padre, tengo 10 hijos. Junto a otros padres de familia hemos pro-movido la Federación de Familias Numerosas de Madrid con trece asociaciones en diversos munici-pios, y las estamos promoviendo José María Villalón hizo la última pregunta

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en otros tantos. Procuramos que se oiga la voz de la familia, que se reconozca su importancia para la sociedad y que se ayude a los padres de familia numerosa. ¿Qué puede decirnos, Padre, sobre la defensa de la familia en una sociedad en la que algunos comienzan a llamar matrimonio a lo que no es?

— Pienso que se están proponiendo ahora en tantos sitios matrimonios de gente que no tiene razón de ser para formar una familia. En el parlamento de un país se llegó a definir como familia aquel grupo de personas que participan en el mismo frigider (frigorífico o nevera). Verdaderamente es ridículo. De este modo vamos a una concepción de la familia completamente errónea. Es bueno que hagamos –y os advierto que no es fácil– lo que San Josemaría ha hecho: defender la doctrina siempre que podamos en los medios de comunicación, y junto a esto, una gran labor del apostolado personal de amistad y confidencia. No penséis que vamos a ganar la batalla con campanas al

viento, no, no, tenemos que procurar ir tratando a la gente, ir convenciendo a la gente, ir hablando uno a uno.

Empezad por vuestros círculos de familias numerosas, también para poneros de acuerdo –con quién podrías hablar tú, con quien podrías hacer esta gestión– y así poco a poco nos iremos ensanchando y volviendo a recuperar la dignidad de la familia. Te digo esto porque había muchas veces en que nos quejábamos, y le decíamos a San Josemaría es que esto, lo otro,… decía: “bueno, vamos a intentar ser tú y yo mejores, así habrá dos pillos menos en la sociedad”.

Pues esto aplicadlo a la vida corriente. Este problema que os preocupa –y que nos tiene que preocupar a todos–, el de la formación de la gente, de vuestro hijos, que son hijos nuestros, son hijos de todos, y la formación de las familias. Pues id haciendo una red.

Pensad en San Josemaría que empezó solito, solito, solito, con la gracia de Dios

San Josemaría decía: “bueno, vamos a intentar ser tú y yo mejores, así habrá dos pillos menos en la sociedad”

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que es la mejor compañía, pero él solito, y fijaos dónde ha llegado, porque fue haciendo un apostolado constante de amistad y de confidencia, y hablaba a fondo con las personas. Pues procurad en vuestro ámbito mirad las personas que conocéis y hablad con cariño y hacerles ver la gran alegría que tenéis de vuestra familia numerosa. ¡Qué estupendo es tener hijos! Idles descubriendo el gran panorama de dar la vida y dar sentido a la vida que transmitís. Haz ese apostolado y veréis cómo os vais ensanchando más las familias numerosas. Y pedídselo mucho a San Josemaría que fue un gran amigo de las familias numerosas.

Y los que no tienen hijos que no se preocupen, que no tienen hijos porque no se los da Dios, porque no se pueden poner límites a la providencia de Dios, pues si no les da hijos que estén muy contentos. Y los demás no ceguéis las fuentes de la vida. Yo no sé si habéis visto en las vueltas de los fines de semana van el matrimonio y el chico o la niña en el coche, más

mudos… no tienen nada que decirse; en cambio en una familia numerosa solamente por el bullicio ya se tiene de qué hablar… Pues hasta con argumentos humanos es convincente que la familia numerosa es una bendición de Dios. Porque además lo ha dicho el Señor: creced y multiplicaos; luego no podemos poner un límite a lo que Dios ha dicho que ¡quiere! que haya familias numerosas. Muy bien.

Hijos míos, os doy la bendición y os pido con toda el alma que tengáis esa idea clara: hombres de Eucaristía, hombres de oración, hombres de expiación, hombres apostólicos y hombres que ponen el trabajo profesional como medio apostólico principalísimo en la vida de cada uno.

Que el Señor esté en vuestros labios, en vuestros corazones, en vuestra alegría, en esa conciencia estupenda: yo tengo en las manos la continuidad, tengo en las manos todo el Opus Dei. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Que Dios os bendiga!

¡Qué estupendo es tener hijos!

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La última visita

Cuando se estaban acabando las obras del nuevo oratorio, nos llegó la noticia de que D. Javier Echevarría, de paso esos días en Madrid, quería verlo. Fue una gran ilu-sión y un gran acicate para rematar algunas cosas. El 4 de septiembre de 2015, el Padre acompañado por D. Fernando Ocáriz, actual Prelado de la Obra, y D. Ramón Herrando, Vicario para la región de España, llegaron a las 11 de la mañana al Colegio. Les recibió José Luis junto con otros miembros de la Junta de Gobierno.

(si no tenemos una crónica de esta visita, habría que eliminar este artículo)

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Obras de Mons. Javier Echevarría

Libros en formato electrónico (se pueden descargar gratis de la página: opusdei .es/es-es/article/javier-echevarria-rodriguez-libros-y-cartas-pastorales/)

El Papa Francisco convocó un año ju-bilar dedicado a la Misericordia, que se ha extendido del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.

A lo largo de ese tiempo, la página web del Opus Dei publicó 14 meditaciones en audio de monseñor Javier Echevarría sobre las obras de misericordia corporales y espirituales.

Este libro electrónico recoge el contenido de esas emisiones. En esta edición digital se han introducido ligeras modificaciones para adaptar el lenguaje oral al texto escrito.

MISERICORDIA Y VIDA COTIDIANA (2016)

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CREO, CREEMOS (2013) Mes a mes, Mons. Echevarría ha hecho

eco a la sugerencia del Romano Pontífice para que, durante el Año de la fe, se profundice en el contenido del Credo (cfr. Carta apostólica Porta fidei, 11-X-2011, n. 9).

Desde octubre de 2012 a noviembre de 2013 (fechas de comienzo y término de dicho tiempo), ha dedicado sus cartas pastorales mensuales a comentar los artículos del Credo, que se recitan en la Santa Misa los domingos, en las solemnidades litúrgicas y en algunas otras ocasiones especiales.

Al terminar este tiempo de confesión y profundización en la fe recibida y trans-mitida por la Iglesia, ofrecemos en un solo documento estos comentarios del Prelado del Opus Dei.

Siguiendo el magisterio de Benedicto XVI y del Santo Padre Francisco, y aplicando esas enseñanzas a las circunstancias de la vida ordinaria, Mons. Echevarría ofrece una pauta para meditar con frecuencia sobre estas verdades básicas de nuestra fe católica.

MEDITACIONES PARA LA SEMANA SANTA (2004)

Del domingo de Ramos al domingo de Resurrección, Mons. Javier Echevarría, acom-paña a Cristo contemplando cada una de las escenas evangélicas que marcan estos días.

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CARTA PASTORAL CON MOTIVO DEL JUBILEO DE LA MISERICORDIA (2015)

Carta de Mons. Javier Echevarría de 4-11-2015, como preparación del Año Santo de la Misercordia convocado por el Papa Fransico: «Agradezcamos al Santo Padre, con hechos y

Cartas Pastorales (se pueden descargar gratis de la página: opusdei .es/es-es/article/javier-echevarria-rodriguez-libros-y-cartas-pastorales/)

con oración, la convocatoria de este jubileo especial, verdadero tiempo de gracia para la Iglesia y para el mundo».

CARTA PASTORAL SOBRE EL AÑO DE LA FE (2012)

Carta de Mons. Javier Echevarría de 29-9-2012 al comenzar el año de la fe. El Prelado del Opus Dei señala la necesidad de una nueva evangelización, así como la exigencia de conocer y profesar la propia fe, uniéndose a Cristo por la oración.

CARTA PASTORAL SOBRE LA FORMACIÓN PARA LA NUEVA EVANGELIZACIÓN (2011)

Carta Pastoral del Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, sobre la formación para la nueva evangelización.

MEMORIA DEL BEATO JOSEMARÍA ESCRIVÁEntrevista con Salvador Bernal, Madrid, Rialp, 2000, 1ª, 357 pp.

Otras obras

ITINERARIOS DE VIDA CRISTIANA Barcelona, Planeta, 2001, 1ª, 263 pp

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PARA SERVIR A LA IGLESIAHomilías sobre el sacerdocio (1995-1999),

Madrid, Rialp, 2001, 1ª, 252 pp

GETSEMANÍ En oración con Jesucristo, Barcelona,

Planeta, 2005, 1ª, 272 pp.

EUCARISTÍA Y VIDA CRISTIANA

Madrid, Rialp, 2005, 1ª, 245 pp.

POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉLEscritos sobre san Josemaría, Madrid,

Palabra, 2007, 1ª, 234 pp.

VIVIR LA SANTA MISAMadrid, Rialp, 2010, 1ª, 196 pp.

DIRIGIR EMPRESAS CON SENTIDO CRISTIANO

Pamplona, Eunsa, 2015, 1ª, 103 pp.

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