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Maurice DuvergerINSTITUCIONES POLITlCASy DERECHO CONSTITUCIONAL (5.' ed., totalmente rehJndidll)

Algunos títulos publicados en la colección DEMOS,Biblioteca de Ciencia Política, bajo la direcci6n deManuel ]imén"e;;; de P~rga

PUBLICACIONES DEL DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGIADE LA UNIVERSIDAD DE MADRID, BAJO LA DIRECCIÓN DE

Salustiano del Campo

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MAURICE DUVERGERProfesor de la Facultad de Derechoy Ciencia~ Económicas ne París

,POLITICA

BIBLIOTECA DE SOCIOLOciA

EDITORIAL ARIELBARCELONA. CARACAS. MÉXICO

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,SOCIOLOGIA

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DEMOS

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~laurice DuvergerINTRODUCCIÓN A LA POLITICA (3.' ed.)"Maurice DuvergerMf:TODOS DE LAS CIENCI:AS SOCIALES (4.' ed.)Hugh ThomasEL SISTEMA ESTABLECIDOJacques_ LambertAM£RICA LATINA (2." ed.)

1

Maurice DuvergerSOCIOLOGíA POLtTICA (2," ed.lAlain TouraineSOCIQLOC1A DE LA ACCIóN

TRATADOS Y OBRAS BASICAS

ESTUDIOS Y MONOGRAFlASJulio BusQuetsEL MILITAR DE CARRERA EN ESPA~A (2,:1.ed.JSaiustiano del Ca:npoCAMBIOS SOCIALES Y FORMAS DE VIDAPedro Negre RigolEL OBRERO Y LA CIUDADLuis González SearaOPINIóN PúBLICA y COMUNICACIóN DE MASASJosé 1.•1. MaravallEL DESARROLLO ECONOr.nCO y LA CLASE OBRERA

José R. Torregrasa PerisLA JUVENTUD ESPAl'l'OLAConciencia generacional y políticaPÍJilip M. HauserLA SOCIEDAD CAóTICAJuan EstruchLA INNOVACION RELIGIOSAEnsayo teórico de Sociología de la religión.

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Titulo original:SOCIOLOGIE POLITIQUE

Traducción de:JORCE ESTEB •••.N

Profesor Adjunto de la Uni\'ersi~ad de Madrid

Cubierta: Alberto Corazón

l." edición: mayo de 19682.' edición puesta al dia: noviembre -de .1970S," edición: oCtubre de 19722.' reimpresión: mayo de 1981

@ 1966: Presses Universitaires de Frarice, 'París<O 1968 Y 19.12 de la traducción' castellana para España r América:~riel, ~.A., Tambor ~el 81'1.1(" 10 - San¡ joán Despi (Barcelona)

Depósito legal: B. 14.704 - 1981[SBN: 84344 16565

Impreso en España

1981. - 1. C. Seix y Barral Hnos., S. A.Carretera de Camella, 134, Esplugues de Llohregat (Barcelona)

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TABLA DE MATERIAS

INTRODUCCIÓN. - La noción de sociología política

~ 1. La noción de sociología9 2. La noción de política

PARTE GENERAL

VISIÓN GENERAL DE LA SOCIOLOGtA POLtTICA

CA~Í'fULO PRIMERO.- Los marcos de la política

Sección 1. - Los marcos físicos

~ 1. Los marcos geográRc'osA) El clima y los recursos naturalesB) El espacio como marco político

~ 2. Los marcos demográficos.A) La dimensión de la población.B) La presión demográficaC) La composición de la población

Sección n. - Los marcos sociales.

~ l. Las técnicas .A) La transformación. de la3 estructuras socioeconómicas

por el progreso técnico .B) Las consecuencias políticas del progreso técnico

~ 2. Las instituciones.A) Nociones generales sobre las institucionesB) Las instituciones políticas: la clasi6cac~6n de -los regí-

menes políticos .C) Instituciones políticas y estructuras tecnoeconómicas .

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394046

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LOS PARTIDOS. POLíTICOSY LOS GRUPOS DE PRESIÓN

Sección n. - El desarrollo de la integración

S 1. La noción de integración

A) Li~itación del combateB) Establecimiento del compromisoC) Desarrollo de las solidaridades

S 2. El poder 'j la integración.

A) Los medios políticos de la integración .B) ¿Integración verdadera o seudointegración?

S 3. El desarrollo de la integración .'

A) El hecho del desarrollo de la integraciónB) Los mitos de la integración total.

CAPÍTULO L - Los partidos políticos.

Sección L - Las estructuras de los partidos políticos

S 1. La organización interna de los partidos

A) Los partidos de cuadrosB) Los partidos de masasC) Los tipos intermedios

S 2. Los sistemas de _partidosA) Los sistemas pluralistas de partidosB) Los factores del bipartidismo y del muItipartidismo .

_.c:) _~fa.Lti.Qo__!!~J_~o__y-;- P-ª!~i9.9_"_q.~!!!i!}~n~:.o.:. ._'~_. <"-

Sección n. - Los partidos políticos europeos .S 1. El desarrollo histórico de los partidos europeos

A) Los dos conflictos fundamentales ,B) La transformación contemporápea de los conflictos fun-

damentales .C) La interferencia de los problemas nacionales

S 2. Cuadro de los partidos europeos actualesA) Los sistemas dualistas o paradualistas: .B) Los sistemas multipartidistas .

ÍNDICE

PARTE ESPECIAL

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215216216217220,223227239239242246250254

12712813614414A146147151

157

158163168168169178183183188193195

196204208

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA

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S 1. Las luchas de clases .

A) La nC,~ión de claseB) Antagonismos de las cIases y conflictos .políticos

S 2. Los conflictos de razas .

A) Las diferentes t,eorías racistas.B) Crítica de las teorías racistas.C) La existencia de conflictos raciales .

9 3. Los co~flictos entre grupos horizontales

A) Los conflictos entre grupos territoriales.B) Los conflictos entre grupos corporativosC) Los conflictos entre grupos ideológicos

~ 3. Las culturas

A) Las creencias: ideologías y mitos.B) Los conjuntos culturales .

CAPÍTULO n. - Los factores de los antagonismos polítiws .

Sección L - Los factores individuales .

9 1. Las aptitudes individuales

A) Las teorías relativas a las aptitudes individualesB) La exper'iencia de las sociedades animales

'S 2. Los factores psicológicos .

A} Psicoanálisis y políticaB) Los temperamentos políticos

Sección n..,-Los factores colectivos

CAPÍTULO IlI.- De los anta~onismos a la integración.Sección L - ¡"as formas de las luchas políticas

~ 1. Las armas del combate

A) La violencia física."""='="-""""'"-=-B) 'La 'riqueza-'~~-'=:- -.- ';":-==;'-'=-'-;-=-=¡''''~¡,-<-,~~,;--.-=-,--=-:: ..-- ..-_.:

C) El número y la organizaciónD) Los medios de información

~ 2. Las estrategias políticas .

A) Concentración o dispersión de las armasB) Lucha abierta y lucha enmascarada .C) Lucha en el régimen y lucha sobre el régimen,D) .Estrategia de los dos bloques y estrategias centristasE) La simulación

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b:mcE ALFABÉTICO

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CAPÍTULO n. - Los grupos de presión

Sección 1. - Teoría general de los grupos de presión -.

~ 1. ~a noción de grupo de presiónA) La definición de los grupos de presiónB) Los seudogrupos de presión

S 2. La .organización de los grupos de presión.A) La estructura de los grupos de presiónB) Los medios de acción de los grupos de presión.

Sección n. - Los diferentes grupos de presión .

S 1. Las organizaciones profesionales.A) Las organizaciones patronales de la industria y

mercio :B) Las organizaciones campesinasC) Las organizaciones de asalariados.

S 2. Los otros grupos de presiónA) Los grupos privadosB) Los grupos públicos

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El término "sociología" fue inventado en 1839 por Au liste Cornte, enel tomo e su ursa e t oso la positiva, para designar a cienciade la sociedad. Auguste Cornte había empleado en un principio para esleproposlto la expresión "física social", que fue utilizada ya por Saint-Simone incluso por Hobbes. Comte sustituyó este último término por el de:'sociologialJ, a cc:iusade que el matemático bel~a guételet había desig-nado "física social" al estudio estadístico de los feu¿rnenos morales (1836),lo que fue motivo para que eorote denunciase la "viciosa tentativa deapropiación" de este término.

Desde la época de Auguste Corote,_ha variado poco el empleo de lapalabra "sociología". Ciertos autores querrían limitarla a una especie deciencia social general, de ciencia de síntesis, que deduciría las conclusionesde las mvestlgaclOnesefectuadas en el dominio de cada ciencia social par-ticular. Ahora bIen, esta concepción no es apenas admisible porque no se!pueden separar, en el terreno de la ciencia, la investigación y la síntesis.Toda investigación particular descansa en hipótesis, 'en teorías y en unapnmera smtesis provisional. Así, para la mayoría de los sociólogosel tér-mino "sociología'" continúa designando al. conjunto de ciencias sociales

lNTRODUCClON

LA NOCIÓN DE SOCIOLOGíA POLíTICA

~ 1. - La noción de "sociología"

Ni el término de "sociología", ni el de "política" son suficientementeprecisos en sí mismos. Por ende, es necesario indicar, "aunque sólo sea su-'nanamente, el sentido en el que se emplean en este libro. Una de lasdificultades he las .ClenClassociales estriba precisamente en que su termi~nologÍa no se encuentra establecida, siendo así que cada especialista hade definir su propio vocabulario.

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SOCIOLOGÍA POLÍnCA10

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12 SOCIOLOGÍAPOLÍTICA LA NOCIÓNDESOCIOLOGÍAPOLÍTICA 13

l. Las críticas sobre el determinismo. - Candentes discusiones han te-nido lugar primeramente entre filósofos, en los años 30, a prop6sito de

•='" "=. los-";-límites-~del"-determinismo;"-base---misma~de-"~la~investigacióh--:-cientinca~"";'--,,,--""-"-:-~-"~-""Para que las ciencias puedan explicar "las relaciones necesarias que derj;van de la naturaleza de las cosas", es menester que estas relaciones sean-efectivamente necesarias, es decir, que tal antecedente A tenga como re~sultado indefectible y de manera rigurosa, tal consecuencia B; no es otrala definición del detenninismo. Ahora bien, los estudios sobre él átomohan sugerido la idea de que las relaciones físicas, dentro de este marco,no se encuentran estrictamente determinadas; dicho de otro modo: a unantecedente A le pueden suceder varios consecuentes B, e, D, etc., sinque se pueda prever cuál acaecerá efectivamente, sino, todo lo más, la pto~

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(en la actualidad se emplea- preferentemente el plural en esta materia, enlugar del singular, que fue empleado hace un siglo, porque el desarrollomismo de la ciencia social ha producido su floración en múltiples disci~pUnas especializadas). Es este último sentido el que ado tamos nosotros.Cada ciencia social particular pue e aSl ser eSlgna a por la a juncioné un epIfefo a la palabra soc1010gla: sociología familiar, sociología eco-

~a~iologÍa reHgiosa, ~oclOlog!apolítica, etc.

a) LA NOCIÓNDE UNASOCIOLOGÍACIENTÍFICA.- Auguste Comte insistióvigorosamente en el carácter cientínco de la sociología., La propia apari-ción de esta disciplina se halla vinculada a la Idea fund:aIl)ental de quese deben emplear, en el estudio de los fenómenos sociales, los mismosmétodos que se emplean en las ciencias de la naturaleza; de ahí la ex~presión ."física social" utilizada en un prinCipio por Comte. Durkheimexpresará más tarde la misma idea al señalar ue se deben tratar loS"hechos sociales "como _cosas". Más a e ante veremos que los autoresmodernos no adoptan en todos los casos la misma actitud.

1. La confusión primitiva entre la sociología y la filosofía y la moralsodales. - Esta actitud positivista constituyó una auténtica revoluciónmental. Hasta el siglo XVIII,se estudiaron los hechos sociales fundamental-mente a través del prisma de la filosofía y de la moral. Se trataba de.dennir, no lo que era la sociedad, sino lo que debía ser, en función de creen~cias metafísicas y religiosas sobre la naturaleza del hombre, el fin de suvida, etc. La idea misma de que el hombre y la sociedad podían ser estu.diados "como cosas", es decir, de manera científica, parecía sacrílega.

El método de análisis de los hechos sociales, en esta fase primitiva,era, pues, esencialmente deductivo. Se formulaban en la base ciertos prin-cipios, objeto de creencias, sin verincación experimental posible. A 'partirde estos principios, se obtenían "consecuencias por encadenamiento lógico.Los resultados eran así ~'normativos", es decir, ,se trataba de definir lasreglas (o "normas") que permitiesen hacer funcionar una "buena socie-dad", conforme a los principios metafísicos y morales establecidos en la

.~-=--=-base-del--razonamiento;"'"En ;-lugar--de~descansar-sobre~~juicios-de realidad" "que expresasen 10 que son en verdad las cosas, los sucesos y los hombres,este método se desarrollaba en el marco de los "juicios de valor", confron-tando los hombres, los sucesos y las cosas con definiciones establecida~a priori sobre el bien y el mal, lo justo y lo injusto, denniciones conside-radas como absolutas e intangibles. Las reglas de conducta o "normas"eran deducidas de estos juiciC?sde valor.

2. El desarrollo de una sociología científica. - No cabe duda de queya desde la Antigiiedad ha habido autores que han tratado de estucti J

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cientrncamente los hechos sociales. Aristóteles desempeña en este sentidoun papelde pionero, así como, más tar?e, Maquiavelo (El Príncipe, 1532)y Jean Bodin (La República" 1577). Pero sus obras permanecieron aisla-das. Además, se hallaba das OI la tendencia general haciael estu io. osófico y moral de los hechos sociales. Los ana isis cient cosvan de par en ellas

tcon los juicios de valor, por 10 que la orientación ge~

neral de sus investigaciones sigue siendo siempre "normativa". \Las cosas cambian de manera decisiva con Montesquieu, cuyo Espí~

ritu- de laS léyes (1(48) es el pnmer tratado de SOCIOlogíapolítica. "Aquí "se dirá lo que es, y no 10que debe ser" afirma claramente el señor de La

, Bréde, quien dio una buena definici6n de las leyes, en el sentido cientincacrertérmino: "relaciones necesarias que derivan de la naturaleza de las"cosas".No obstante, su obra permanecerá. también en cuarentena durantemucho tiempo. Dejando aparte la sociología económica, hay que esperarhasta el siglo XIX para que se afirme con éxito la tendencia a utilizar inves-tigaciones objetivas en la ciencia social. Si Auguste Comte pensó en unprim~r momento en bautizarla con el nombre de "física social", fue paramarcar nítidamente, en la propia denominaci6n, que se tratal1ii de uti-lizar los mlSíIlOSmétodos de observacIOn que los empleados en las cien~CIasde la naturaleza, en las cienCIas ilfisicas". Esta onentaCIón fundamen-tal continóa siendo todavia válida para dennir la sociología de nuestraépoca. Las ciencias sociales son c.iencl.'asen la medid.a.e . ue tratan, como \las ciencias e la naturaleza, de describir y de explicar los enomenosreales or el empleo de -técnicas de observacIón, así como de formularjuicios de realida y no juicios de va or". No obstante,)a nOCIOngene.

ral de ciencia ha evolucionado a este respecto.

b) LA CONCEPCIÓNMODERNADEL CONOCTh-UENTOCIENTÍFICO.- La nociónde ciencia ha sufrido una transformación bastante profunda desde "hacecincuenta años, lo que ha' repercutido sobr~ la concepción"de la sociología.

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babilidad relativa de cada uno (Louis de Broglie). Por otra parte, en algu-nos otros dominios, se ha podido. formular una especie de «relación de'incertidumbre": cuanto más preciso y determinado llega a ser un elementode un conjunto, lo es menos el elemento correlativo. Hei~enberg ha demos-trado que cuanto más se precisa la posición de un m~v'il, mellOS posibili-dades existen de precisar su velocidad, lo que hace imposible determinarcon toda certidumbre su trayectoria. De esta manera, los £1ósofos hangeneralizado análisis científicos particulares sin tener la suficiente forma.ción para comprenderlos. Se puede .afirmar, pues, que estos análisis noposeen la signillcación general que se les. ha atribuido de manera abusiva.Semejantes críticas por lo que hace al determinismo, no constituyen nadaesencial en la evolución de la noción de ciencia. '

2. Del determinismo absoluto al determinismo estadístico. - En pri-mer lugar, es esencial comprobar cómo el determinismo y la ciencia nose conciben ya hoy de la misma lllanera que se concebían' a final~s delsiglo XIX y a comienzos del xx, época de los grandes debates sobre estosproblemas fundamentales. El determinismo adopta cada vez más un sen-tido estadístico. Ya no se dice que tal elemento A ~iene como resultadonecesario la aparición de tal otro elemento B, sino que la probabilidad dever aparecer B. como consecuencia de A, es de talo tal orden. En la ma-yoría de las ciencias físicas, esta probabilidad es extremamente grande,

. mientras que la probabilidad contraria es casi nula. No obstante la situa-ción es algo diferente a este respecto en' el nivel del átomo. Resulta posi-ble entonces que varias hipótesis puedan realizarse (B, e, D, etc.) comoconsecuencia de un factor A, con probabilidades respectivas. bastanteelevadas. La ciencia se esfuerza en calcular con precisión las posibilida-des de cada una.

En las ciencias sociales, esta última situación es la más eneral. Lamisma "causa' pue e tener corno resu a o varios efectos" diferentes,de los que es aSIble medir el grado respectivo de robabilidad. De estaguisa, ha cambiado el punto e vista, con respecto a fines del siglo .XIX,

!en lo que se r~fiere a la comparación entre las ciencias sociales lasciencias físicas. ~ntaño, se trata a e a mear as ciencias sociales de acuer-do con las CIencias físicas, afirmándose la existencia de un determinismosocial, análogo al determinismo físico, c,onsiderado entonces como abso.luto. Hogaño, ya no se conci,be que este último sea absoluto, sino relativo,al igual que ocurre con el determinismo estadístico, cuya imagen ha. sidosuministrada precisamente por las ciencias sociales. Se tiende. por tanto,ahora a alinear las ciencias físicas de acuerdo con las ciencias sociales, enbase a este determinismo estadístico.

Esta evolución es favorable al desarrollo de las ciencias sociales, al re-chazar definitivamente la vi~ja objeción pr,oveniente de la libertad humana.

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15LA NOCIÓN DE SOCIOLOGÍA PoLÍTICA

El concepto de libertad se opone diametralmente al de determinismo tra.dicional. Ser libre es tener la posibilidad de autodeterminarse, es decir,de no estar' dete'rmmado por el exterior. Los positIVIstas del SIglo pasadollegaron a negar la hbertad del hombre, que consüleraoan puramente Du-.SOrta, con el En de hacer'posible así la exiStenCIa de las CleneIe a manera m ermma es e ates oso coso s as polémi-

cas, a menos en lo referente a las CIenCIas sociales, se encuentran hoysuperadas. El determinismo estadístico no contradice la noción de liber-tad, la cual; por otra parte, ha sido revalOrIzada por la filosofía existencial~sa únicamente los resultados de las condiciones concretas dentro delas cuales se eJerce la lIbertad. :Afirmar que el 60 % de los parisienses aban-aonan la capital el 15 de agosto no quiere decir que cada uno de ellosesté obligado a quedarse o marcharse ese día. Esta observación estadísticasignillca sencillam'ente que la presi6n de las condiciones de la vida socialarrastra a los parisienses a evadirse el 15 de agosto, y que el 60 % de ellospreferiráp probablemente seguir esta inclinación generalizada antes queoponerse a ella, al menos en tanto no sean modificadas las condicionescolectivas, o la voluntad de los individuos para oponerse a ellas. El de-terminismo est~dístico, al ex resar coro ortaroientos de coniuntos en, tér-

os e probabilidad, tiene en cuenta la libuos que los forman. __

3. L(l naturaleza "operaciorull" de los ciencias. - Por otra parte, ya nopreocupa demasiado en la. actualidad la cuestión de saber si la investi@-ción científica describe.o no la "realidad" de las cosas. De. hecho, unono sabe exactamente 10 que significa esta expresión, ni tampoco pareceser mucho más clara la de "fenómenos", por la que fue sustituida por 1acrítica kantiana del conocimiento. El verdadero objetivo del sabio moderno

)

no consiste en describir la "realidad" o los "fenómenos", sino en ponera punto reglas de acción, La ciencia ya no es una investigación onlologlca,una búsqueda del "-ser" de las cosas, sino que en nuestros días es conce-

. bida "fundamentalmente como un conjúnto de fórmulas coordinadas quepermitan actuar sobre las cosas y los hombres. No se afirma ya que er'universo está realmente formado por átomos, de acuerdo con la configura-ción que describen los físicos, sino que se .comprueba simplemente queestas descripciones permiten obtener resultados prácticos., tales como laliberación de la energía atómica. D~ esta manera, se tiende hoy a susti.tui! la antigua idea de los "-juicios ¡de realidad", qúe es la que deberla'expresar la ciencia, 'por la de "conceptos operacionales", o 10 que es lomIsmo, or pnceptos que permitan actuar. Lógicamente, si con estosconce tos se 'ue e actuar so r 5as II aCierta realidad ...Eero no se pretende en absoluto ue sean "la" realidad,á cual es incognosci e. Probablemente existen "varias" rea 1 a es, mn 1.

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA14

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16 SOCIOLOGÍA POLÍTICA t; LA NOCIÓN DE SOCIOLOGÍA POLÍTICA 17

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pIes, complejas, diversas, en lo que se refiere a cada aspecto del univerw~y a cada punto de vista de pbservación. No se trata de •.descrihir cada "',una de ellas - ~o que sería probablemente imposi~le..:- sino de aislarciertos elementos que permitan actuar y de determinar conceptos quesean operacionales. Como sostiene Edouard Le Roy, la ciencia actual no

\otorga a los conceptos científicos más que el "sentido estricto que les con-fiere su defiuic16n". Desde un punto de vIsta clentlfico, la razon no consis-te enlil tacuinrdpara apreciar evidencias, según la definición clásica,sino en "la capacidad para reconstruir un concepto" (lean UIlrno).

e) Los LÍMITES DEL CARÁcrER CIENTÍFICO DE LA SOCIOLOGÍA. - La plenaasimilación entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias del hombre,mnto si se considera a- la CIenCIa en su conce to tradicional (investigaclOlIde la lealI a , como en su sentido moderno (medio de- acción sobre las

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cosas) no es posible. La socIOlogf!t, por ta~ es completamente cien-, tífica.

1. Los límites del empleo de los métodos científicos. - Se pueden em-

\

plear - y de hecho se emplean - métodos cientí£co.s en la sociologia.Pero, sin embargo, una gran parte de los fenómenos sociales no son reduc-

( tibIes por abara a Investigaciones de este tipo. lndudablemente, exis~ten tam61en en las ciencias de la naturaleza muchos hechos que son rebel~des a la investigación cientí£ca, pero la situación de las ciencias sociales,en este sentido, es diferente desde dos puntos de vista.

/~ En primer lugar. a causa de la exigüidad del sector en donde pueden,~sert:empleados actualmente los métodos científicos. En ciertas disciplinas(demografía, economía) este sector es muy importante. Pero en las otrascontinúa siendo muy restringido. Querer describir la realidad o buscarresultados operacionales basándose únicamente en las observaciones cien-tíficas es lo mismo, empleando las palabras de un 'Politista t americano, que"imitar al borracho que ha perdido su reloj en una callejuela somhría yque se obstina en buscarlo únicamente junto al reverbero de la entr.ada,

'O-="" -- porque: es+-el"único~liIgar-iluminado»~Todo.,;. análisisTalgo~profundo-de- un---grupo social descansa bastante más en aproximaciones y en hipotesIs qüe

1. En Francia existen tres diferentes denominaciones que son empleadas por ladoctrina para nombrar al especialista de la política, es decir, al political scientist enterminologia anglosajona, que es de donde proviene el término. Unos - como 1,1. PRÉ-LO. _ utilizan la palabra politologue; otros - como M. DUVERGER - se valen depoliticologue; el resto - que puede denominarse como la joven escuela francesa deciencia politica (LAVAU, CROSSER, HURTIG, RD-fOND, Couro;" Yo etc.) - han adoptadoel término inventado por COGUEL de poli tiste. Nosotros, a pesar de que el profesorDtJVERGER emplea el ya citado de politicologue, nos servimos en nuestra traducciónde la palabra politista. La razón, ante la necesidad de introducir en castellano -unt~rmino que no posee aún carta de natur:J.le:-a, es obvia: puestos a elegir hemos adop-tado el meno~ rimbombante y el más adecuado pflra una garganta hispana. (N. del T.)

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en hechos cientillcamente establecidos. En el dominio social, los métodos¿jentíficos continuan SIendo bastante menos operacionales que en el domi-nio físico.

En ciertos aspectos esta situación es provisional. En parte resulta delsubdesarrollo actual de las ciencias sociales, benjamín de todas las cien-cias, y aún en la infancia podríamos decir. Pero esta situación corre elriesgo de prolongarse aún mucho tiempo. Cabe preguntarse, por otraparte, si la naturaleza misma de la actividad humana permitirá algún díaanalizar sus aspectos nncIpales a través de métodos realmente cientí osy SI no existe un misterio en el ombre, que ace ue sus actos sean am-p iamente imprevisibles.

2. La pla...<tieidadde los fen6menos sociales. - A pesar del preceptode Durkheim, los -hechos soci<!ks difieren de las "cosas". - es deCIr, de IOSnechos físicos - por un carácter muy Importante que podría denominarsesu "amorfismo" o su "plasticidad". Las "cosas" materiales se distinguenmuy fácilmente unas de otras. Incluso, aun estando formadas por atamos,estos se combinan en conjuntos con formas muy claras y fácilmente dis-tinguibles: una silla, una mesa, el suelo, las paredes, un animal, una planta.Ciertamente. la psicología de la forma ha demostrado que la percepciónde los conjuntos separados no descansa únicamente en su separación obje-tiva, sino también en un cierto condicionamiento social. La educación, quetJ;-ansmite la civilización y los conocimientos socioculturales en general,ir,fiuencia la manera de interpretar cada uno el universo físico. Vemos lascosas a través de la educación, como a través de cristales de colores. Lapsicología individual influencia también esta interpretación. Ciertos tests,destinados al análisis de la personalidad, se basan en esta influencia so-ciopsicológica de nuestra percepción de los hechos físicos; por: ejemplo,el test de Rorscharch, basado en la interpretación de manchas de tinta conformas insólitas que sirven para identificar la personalidad de cada unopor lo que se cree reconocer en ellas. No deja de ser ~enos cierto queestas posibilidades de interpretación personal de cada uno se hallan limi-'_tadas .,pcr--.:-.hechos+materiales~que .•se+imponen __a~todos.+Se~percibe .•la~silla~:~_ ~-._~~separada del suelo, sea cual fuere el contexto cultural o la psicología indi-vidual (o es que se sufre entonces una grave enfermedad mental). Se pue-den establecer, de esta manera, cIasifis:aciones entre los minerales, lasplantas, los animales, los elementos materiales en general, las "cosas". ctc.

Los fenómenos sociales son, por el contrario) mucho más amorfos. mu~cho '"mas plashcos. Se presentan bajo el as ecto de un continuum CUYOS

A.iferentes elementos son i Ici mente aisla bIes, es decir, como si nin unan a separase a tierra el mar, o como si la silla v la mesa no se distin-

gUiesen del suelo,. ni el suelo de las paredes. Existen sin duda separaCIOnesobjetivas entre ellos, pero son mucho más vaporosas, menos claras, y tam-

2. _ SOCIOLOGiA POLÍTIC,\

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bién mucho más flexibles y frágiles. Resulta muy difícil encontrar la cIasi.£cación natural de los fenómenos sociales. Las líneas maestras de su arqui-tectura y de su articula:ción son cambiantes, de tal guisa que se modelany se organizan según las formas que" el propio espectador les confiere. Elcual adopta como clasificación natural objetiva, la proyección del sistemasubjetivo que él mismo se ha creado y que ha obtenido de la sociedad endonde vive. Podríamos decir que los hechos sociales se comportan encierta manera como la viruta de hierro que adopta la con£guración im-puesta por las líneas 'de fuerza del imán situado bajo la placa en donde seencuentra depositada, Pues qien, en el caso de los 'fenómenos sociales elobservador desempeñaría el papeleel Iman.

"De esta forma, se ha podido pretender que las interesantes conclusio-nes de la importante encuesta americana sobre la personalidad autoritariarealizada en 1950 (cfr. más adelante) se hallaban en germen en el esquemaconceptual que sirvió de base para formular los cuestionarios. En losanálisis de contenido 10$ resultados tienden a situarse en las "categorías"que el observador ha predeterminado, pudiéndose afirmar que otras "ca-tegorías" darían resultados diferentes. Estos ejemplos señalan un fenómeno

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general que posee una importancia fundamental. Toda ciencia no es ex-\ c1usivamente una investigación puramente empírica de hechos, sino que

láÍnvestigación se encuentra SIempre guiada por hipótesis, por "modelosl~por teorías or SIstemas, es deCIr, or una construcción del espíritu, Ifipo:esis, teorías, mo e os,' sistemas, son confrontados después con los hechos

por medio de la 'investigación empírica. Los resultados que obtiene estainvestigaciÓn es lo que permite precisar en qué medida las hip6tesis, losmodelos, las teorías y los sistemas expresan la realidad y en qué medidano es así y, por consiguiente, deben de ser modificados. En las cienciasfísicas se trata de una verdadera verificación, porque los hechos .son co-sas duras, sólidas, que resisten a la presión de las construCClQnes cahiales. En las ciencias sociales, por el contrario, los hechos tienden enfuayor medida a articularse en torno a hipótesis y modelos, a aclo tar Inf rma e o mo es e as teorías de os sistemas como acabamos edecIr, e r e que se o tiene siempre 'en porte lo respuesta que se éspe-raba.

-----£"5 menester atenuar en dos puntos el alcance de las observacionesprecedentes. En primer lugar, no se debe exagerar el amornsmo y laplasticidad de los fenómenos sociales!; pues, a pesar de todo, poseen for-

las. Sin duda son más flexibles y etéreos que los fenómenos Hsi-tos, peroM por ello dejan de tener una cierta realidad objetiv.a. La dife-rencia entre las dos categorías, es más bien de grado que de naturaleza.En segundo lugar, las nuevas concepciones de la ciencia disminuyen elobstáculo que presentan el amomsmo y la plasticidad de los fenómenosen las investigaciones científicas que pertenecen al dominio social. Poco

importa, en cierta manera, que no se pueda verificar claramente si losmodelos, las hipótesis y las teorías corresponden o no a la "realidad", pues-to que no se trata de conocer ~sta "realidad", sino únicamente de actuarpráctJc~. Lo illlpOlldnte es gue los modelos, ¡as teoríaS"Ylas1l1poteslssalrl""-óperacionales ; en este sentido, la ex eneOCla enmte con bastanteclaridad formular una re'SPües a. ....sposible establecer fác:imente eOflj.lSe hlpotesls, segun su eficaCia práctica; lo que constltlJ>"e en:IT;Bnjti"a, elnn_ de la illvesngacÚ5n científica.

3. La importancia de los valores en la vida social. - Hemos empleadoya el término ':Valor", 3.1 hablar de los juicios de valor, que se oponena los juicios de realidad. De manera géneral, los "valores" son las creen-cias relatIvas al bien y al mal, a lo justo y a lo i~justo, a Jo que debe serya lo que no debe ser. Los "valore-s" desempeñan UD jmpartan!Jsimo prlpelen la vida social. l.a mayoría de las relaciones humanas no se hasnl1 exclu-

-slvamente en hechos po~itivos, objetivos, sino tar1)Qi_énen juidos de valor(cfr. p. 133).

Esta circunstancia, a primera vista se opone a uo estudio científico delos fenómenos sociaies, afmenos en la concepción tradicional de la ciencia,La cual se deBne en este sentido, en etecto, por su exclusiva referencia R

los juicios de realidad, rechazando los juicios de valor. Sin embargo, estadificultad puede ser sup~ada si se estudian los juiciOS de valor formula-dos en una sociedad en tanto que elementos de la realidad social. Sl'~comprobará por ejemplo que en un rnomeqto dado, en un país determi .nado, la mayoría de la población cree en los valores monárquicos y juzgalos gobiernos en función de este c~iterio, o que en" otro momento, o enotro país, la población cree, por el contrario, en los valores democráticosy juzga según este otro criterio a los gobernantes. Eñ uno y otro caso, nose torna partido por la validez del criterio, ni se preguntan cuáles son los"verdaderos" valores, sino que se consideran corno hechos los valpres enlos que cree esa sociedad. Es posible explicar, al menos en parte, por mediodel mismo análisis objetivo, el nacimiento, el desarrollo y la transformaciónde los valores sociales. Dichos análisis son igualmente. ..operacionales";permiten medir la inRuen"cia de los valores sobre la conducta humana, sugrado de eficacia, y de actuar en consecuencia,r Sin embargo, el anali,sis objetivo de los' vaJores, deforma a éstos en

cierta manera. Comprobar que el 80 %' de los ciudarlanos de un país sehallan vinculados a los valores demorráticos y el 20 % a los valores auto-ritarios no es algo que dé cuenta exactamente del sistema de valores deesta sociedad, ya que las relaciones entre los dos tipos de valores quecoexisten no son matemáticas. El sistema de valores global de tina sociedadno es la adición de los diversos sistemas de valores que se enfrentan enella. No se debe olvidar, por otra parte, que los sistemas de valores deter-

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4, El coeficiente de deformación personal del sociólogo. - Acabamosde señalar que la observación de nómenos sociales di.6ere de la ob-servaci6n de os en6menos físicos porque el observa or es siempre en

este caso, un elemento también de los fenómenos observados. Convieneque insistamos otra vez en este problema del que únicamente hemosmostrado un aspecto: la vinculaci6n del soci610 o con uno de los sistemasde valores de la sQde_a__ _ ue vl~e. n segun o aspecto que conviene

minan la finalidad misma en función de la cual se efectúan las opcionesfundamentales que gobiernan la vida comunitaria. ELestudio objetivopermanece en la superficie de los sistemas de valores, sin penetrar en suprofunda signi.6cación. El que no ha poseído jamás la fe no puede llegara comprender totalmente el fenómeno religioso.

Por otro lado. en las ciencias sociales, el observador forma siempreparte más o menos de la realidad que observa. Incluso t::l más honrado lsociólogo no es Ilunca totalme ne tro con cto a nin una sociedad.La cosa es muc o más evidente si observa la propia sociedad en a quevive, puesto que compartirá necesariamente uno de los sistemas de \'alo-rE:-Sexistentes en ella y jamás podrá desentenderse totalmente de él. Pero,en cambio, cuando observa una sociedad alejada en el tiempo o en elespacio, se halla menos comprometido en sus sistemas de valores. Pero apesar de todo, no deja de comparar siempre, más o menos. consciente oinconscientemente, esta sociedad extranjera con la suya propia, proyec~tanda así sobre la primera, en cierta medida, los sistemas de valores de lasegunda. Lo cual se manifiesta sobre todo en la elaboración de las hipó~tesis, en los modelos de investigaci6n. en los cuadros conceptuales. Ahorabien, acabamos de ver precisamente que éstos poseen una importanciaparticular a causa de la plasticidad de los fenómenos sociales.

En la concepci6n moderna de la ciencia, basada en el carácter opera.cional de los resultados, la importancia de los valores en la vida socialobstaculiza bastante menos la investigación cientíBca. Carece de importan-cia que los métodos de análisis de estos valores no puedan alcanzar unagran objetividad, puesto que de 10 que se trata es de desarrollarlos pro~fundamente. Lo importante estriba en que estos métodos de análisis per-mitan comprender los valores de la sociedad estudiada y medir su impor-tancia con el nn de poderlos utilizar para obtener resultados e.6caces. Lasencuestas de opinión, los estudios de motivaciones. los tests, los métodospsicoanalíticos dan buenos resultados a este respecto. La publicidad co-mercial y la propaganda política pueden, basándose en ellos, conseguiruna gran eficacia operacional. También en este dominio, la sustituci6nde la concepción tradicional por una nueva concepción de la investiga-ci6n científica es favorable al desarrollo de las ciencias sociales.

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21LA NOCIÓN DE SOCIOLOGÍA POLÍTICA

~ 2. - La noción de "política"

también examinar es la tendencia natur 1 del sociólo o a proyectar en elexterior los resu tados de su propia introspecci6n. Veamos uno y o r. .

Por una parte, todo problema humano afecta, en cierta manera, alhombre que lo observa, el cual se halla vinculado, consciente o incons-cientemente, a un sistema de valores. Es posible considerar los juicios devalor de los demas como si fueran hechos, al menos en cierta medida, peroesta actitud es mucho más difícil cuando se trata de los propios juiciosde valor. El sociólogo corre así siem re el ries o de tomar posici6n sobrelos hechos que o serva. us propios juiciOS de .valor le empUJan natural-mente a ver los fenómenos'" sociales de manera deformada, a supervalorarla ImportanCIa de 10 ue esta de acuerdo con sus tendencias a infrav .orar, por el contrario lo que no es así. Ciertamente, una larga experienciade los métodos científicos ayuda a protegerse de este peligro. El apego aestos métodos, la creencia en la ciencia, es, por otra parte, un sistema devalores esencial para el sabio, que le ayuda para liberarse de la influenciadeformadora de los otros sistemas de valor. A pesar de todo, es difícil quese pueda liberar totalmente de estos últimos.

Por otra parte, el sociólogo dispone, para conocer los hechos hurna~nos, de otro medio además de la observación científica: el análisis de supropia conciencia, la introspección. Sin duda, debe desconfiar de los cono-cimientos adquiridos de este modo, porque no poseen un rigor científico.Pero no puede olvidarlos completamente. Le sería preciso en suma adoptarla actitud del Eterno a propósito del futuro, a quien Anatole France hacedecir en la Isla de los Pingüinos; "Ignoro lo qu~ sé. Sobre mis ojos com-primo los velos que he horadado". Pero se adivina 10 difícil que resulta,tanto más cuanto que el pequeño número de observaciones realmentecientíficas en materia social deja en la sombra un gran número de pro~blemas esenciales, sobre los que el análisis introspectivo confiere freCLlen~temente alguna luz - o ilusión de alguna luz.

La noción de "política" es más difícil de precisar ue la de "sociolo-~. Esta u tllna pa a ra es reciente conserva un sentido técnico es•.poco em ea a aun en el len uaje corriente. I:or el contrario, el término"po ítica" es mil anti lIO y pertenece al vocabulano usual; .E9r la tuerzae as cosas se ha converti o en un lermIDo muc o m s va o.

n u a emcnte, junto a este uso corriente, es utilizado de manera mu-cho más recisa 6'r los soclOló os. Las expresiones de "sociología politi-ca- o e "ciencia política" ue son mas o menos smónimas (dr. mas ade-an e p. ,a uirieron carta e natura eza en rancia hace ya variosaños, para esignar una rama e a SOCIOogla, una Ciencia socia partic".

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SOCIOLOGÍA POLmCA20

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23LA NOCiÓN DE soCtOLOC;Í.A l'OLÍTICA

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3. El alca1lce de la IJ()/c;".l-ica. - Lit polémica científica 'sobre la defi-nición de la sociología política t"s intpresante a causa de sus ocultas impli-caciones.

Tras lo que. parece una pura cuestión de definición, se disilmila ~ncierta manera una oposición fundaml:'ntal sobre la naturaleza del Estadoy de la sociedad nacional, en relación a las otras agrupaciones humanas.Hacer de la sociología política la ciencia del Estado, es decir, aislar el estu-~io de la sociedad nacional del estudio de las otras sociedades, significa que:Se sugiere implícitamente que el Estado y la sociedad .nacional son dena-turaleza diferente a la de los otros ru os humanos. Esta tendencia sea a vinculada con una teona que nació al mismo tiempo que el propio

Estado, a fines de la Edad Media. Nos refeFimos a la teoría de la "sobe-ranía", la cual ha dominado el ensamiento .undlCo hasta la prime~~llndial. Según ella el Estado es una especie de socieda ,perfectat que no depende de ni~guna otra, al mlsmo tiempo que domina a las reS-tantes sociedades. De esta forma, el Estado es soberano. Los gobeulJ.ntes~~~_~_----, 'l'"" ._~ _

del Estado tendrían consecuentemepte una cualidad particular, que_ losjefes de los otros ru os no compartían v ue es denominada i ualmente"soberama " Las dos nociones de "soberanía (e Estado" y de "soberaní~'en el Estado" corresponden respt!ctivamente a los conceptos de Estado-. nacían y de' E~tado-goblerno que hemos descnto más arriba.,---r '"

que goza del favor de un número mayor de politistas: la gÚe co.nsiderala sociología política como la ciencia del poder, del obíerno, de la auto-fl a, el mando, en todas las socie a es humanas v no solamente. en asociedad nacional. Esta eoncepción se halla vinculada a la distinción for-mulada por Duguit entre "gobernantes" y "gobernados", En todo grupohumano, pemClha este autor-, desde el mús pequeiio hasta el más grande,desde el más (~fínwro hasta el más estable, se da la diferenciación entrelos que mandan y los qlle obedecen,. entre los que dan las órdeof's y losque las acatan, entre [os que tornan las '-decisiones los ue resultan afec-ta os por e las. Esta distinción sería, asÍ, e fenómeno político fundamen-[al, que dehe-na ser estudiado de forma comparada, a todos los niveles,en todas las sociedades.

En esta concepción la sociología se inserta I:'D otra clasificación de lasciencias sociales, qm' no se hasa ya en la naturaleza de las sociedadesestudiadas, sino en ciertos tipos de fenómenos que se ofrecen en todas lassociedades. 'La sociulogia pobtica se oponp aSI a la sociología económica,a la soclOrogÍa religiosa, a la socidogla_del arte. etc. Un gran numero de,.aÜtores contemporúnpos admiten en principio esta définición de la SOClO-logía política, aunque se.-,til:'nda después a [estrin rirla en al una manera.'Entre ellos y principalmpntf' ~1ax \V/:'hl:"r.,Rayrnond, Aron, Georges Ve e,-Georges Burdeau y nosotros mi.~m()s.

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA22

a) LA SOCIOLOCÍA POLÍTICA, CIENCIA DEL PODER. - En primer lugar exis-ten dos nociones diferentes de la sociolo Ía olítica" ue se hallan en COD-

IC o: segun una, a sociología política es la ciencia del Estado; según la.~ la sociologla pohhca es la ciencia del poder. La segunda cóncepcionse1laIla mas extendida que ]a primera, siendo más 'Jope racional" . :E:sta esla que adoptaremos nosotros, pero conviene precisarla.

L La concepción de la sociologta política, ciencia del Estado. - Utili-za el término política 'en su sentido corriente, usual. Littré describe lapolítica como "la ciencia del gobierno de los Estados" y define el adjetIvopohtIco como- /lIo que esta en relación con los asuntos públicos". El Dic-

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'clOn.ario de la Academia Francesa dice: ".Politica (sustantivo): conocimien-to de todo lo que tiene que ver con el arte de obernar un Estado y demgir sus re aciones con los otros Estados". Ciertos autOres estiman de este

modo que la soclOlogia politlCa es aquella rama de la sociología que estu- -dia el Estado.

La palabra '<Estado" es considerada aquí en sí misma como designan-do una categoría particular de agrúpaciQnes humanas; de soCiedades. Por-.que esta palabra posee dos sentidos en la pi'áctica:",Estado-nación y Esta-do-gobierno. El Estado, en el sentido de Estado~nación designa la sociedadnacional, esto es, un tipo de comunidad que apareció a fines pe la EdadMedia y que en la actualidad es el mejor organizado e integrado (cfr. 198).El Estado-gobierno, por su parte, designa a los gobernantes, a los jefesde esta sociedad nacional. Denmr la soclOlogla pohttca como la CIenCIa delEstado, lleva a situarla en"'"una clasificación de las cienCIas SOCIales que--aescañsa en la naturaleza de las sociedades estudiadas: sociologia pohhca'se opone a soclOlogIa famI1mrl a SOCIOlogía de los grupos elementales, asociología urbana, etc.

lar. Estas expresiones son aún más corrientes en los países anglosajonesyprincipalmente en los Estados Unidos. Sin embargo, no existe un acuerdoentre los especialistas sobre los límites exactos de la"!spcjología....pohtica..:.....,VarIaS concepciones de l~b~política" qne conviene precisar, se

TItan a este respecto.

2. La concepción de la sociología política, ciencia del poder. ~,La con-,cepción precedente, que corresponde al sentido común, tiene, en'" últíma.mstancIa, poca aceptacIón entre los especialistas. No obstante. algunOSautores lIJipchtantes la han adoptado, principalmente el aíemán Jellinek,que escribía antes de la primera guerra mundial, y el frances Marcel Pré.lot. Se la puede considerar como la concepción antigua de la sociologíapolítica.

Por el contrario, en la actualidad existt~ 1ma ('oncepci6n más moderJ.laInti

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b) LA NOCIÓN DE PODER. - Afinnar ue la sociología política es la cien-qia del poder no es suficiente. ~s menester istmgUlr am u~n a nocionde "poder", la cual es enormemente am ha va a. La distinción realizadapor Duguit entre i!go ernantes y «goberna os" no es tan clara comopudiera parecer en un principio. Salvo en los grupos muy pequeños, úni-camente el ciudadano de más baja situación en la escala, es gobernado

""'.="'" -~-sin ser-gobernante;""-al~mJsmo-tiemporque-e!-jefe~del-,EstadoTes-gobernante'=-...sin ser gobernado. El resto de individuos son a la vez gobernados y gober-nantes. Entonces, es posible hablar de c, oder" cada vez que una relación

) humana es:desigua, ~d vez gue un jndiYiduo puede o ligar a otro a.' someterse? Si toda relación humana que posee un carácter de autoridad

dependiese así _de la sociología política, ésta invadiría casi totalmenteel terreno de la sociología. Es necesari.!6..pues, buscar una definici6n del'B0der que sea a la vez más Precisa y restringida y que pennjta distinguirel poder propiamente dicho (o poder "político") pe las otras faunas deautoridad. Varios criterios de distinci6n pueden' ser considerados paraeste menester.

2. La distinción entre sociedad global y sociedades particulares. - Una_~~==,•..~~gº_~_i!_:.-c!isliIl~iti.l!._sl_~~~~,~_~~º!Jr~~a-JJime!!~iQ!1_S..Ja _c9mplejidad_,-dc_,~.=-~_=-_=;

., los grupos sociales, sino sobre la naturaleza de las solidaridades que serealizan en ellos. Se oponen así frecuentemente las sociedades "particula-res" a las sociedades "generales". Las sociedades particulares son gruposcon objetivos especializados y, por consiguiente, con solidaridades res-tringidas: los sindicatos, las asociaciones déportivas, literarias, artísticas,religiosas, las empresas comerciales o industrialés. etc. Cada uno de estosdiversos tipos de actividad corresponden a una categoría de actividadeshumanas. AsÍ, todo hombre forma parte, de manera general, de una seriede sociedades particulares que corresponden a la diversidad de sus gUstos,

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LA NOCI6N DE SOCIOLOGÍA POLÍTICA ~~-OGfA-=J..~~'<;:''' •

1. La distind6n entre grupos elementales y coniuntos complefq¿~ Lateoría másextendida es la que opone, por un lado, la autoridad ,Iflos I#IlfFD('!1),.pos pequeños o "grupos elementales", y, por otro, el poder e l~s "cqn¡"";~_.'.'...::I)juntos complejos", fonnados por una arquitectura de grupos e ~entah:!s'\; J., ,;Larticulados y engarzados unos e;n otros.' La sociolo ía oBtica ,~Ía asíde los segundos, mientras que los primeros serían estudia os o'" si- - ,-,~'cologla social. Esta ~~ncepclOn~~ ajusta astante a a división p a~_... ..~.\~.,.ae! trabajO entre pohhstas y soclOlogoscon respecto a otras ramas de ~.ciencias sociales.' Los primeros estudiarían, sobre todo, los conjuntos com-plejos, dejando para los segundos el estudio del poder en los grupos ele-mentales.

Sin embargo, .semejante distinción sigue siendo singularmente frágil.La oposición entre los "grupos elementales" y los "conjuntos complejos"resulta incómoda de establecer. En primer lugar, porque en el -mtenorde un grupo, por muy restringido que sea, un proceso de diferenciaciónpuede hacer aparecer "camarillas", "coaliciones", "subgrupos". Los gru-pos auténticamente" elementales" son raros, puesto que incluso los grupospequeños se presentan complejos. Y desde otro punto de vista, porquela noción de grupo restringido escapa a la dennición. Consideremos, porejemplo, una empresa industrial: es un grupo elemental, si se trata deuna pequeña empresa; es un conjunto complejo si se trata de una grande.La "dimensión interviene con el mismo título que la complejidad en laclistinci6n de los grupos y, por otra parte, una está en función de la otra.Pero las fronteras son imposibles de delimitar en este dominio. AsÍ, cabríapreguntarse si los fenómenos de autoridad en el interior del consejo deministros - grupo elemental y restringido - dependen o no de la socio-logía política. Más adelante veremos, sin embargo, cómo la dimensiónde los grupos posee una gran importancia política y que es preciso dis-tinguir la "macropolítica", que se desarrolla dentro de las grandes comu-nidades, de la "micropolítica" que se da en los pequeños grupos. Las dos,empero, dependen de la sociología política.

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA24~

Los defensores de la "sociología olí. == ciencia del llOder" tienden,por e contrario, a pensar que e poder en el Estado no es -natura1m.entediferente del existente en las otras sociedades' humanas. únicamente sedistinguiría por ]a perfección de su organización interna o por el gradode obediencia que consigue. Implícitamente rechazan la teoría de la sobe~ranÍa. Más exactamente, la consideran como un sistema de valores que hatenido una cierta importancia en un momento determinado de la historia,que la conserva aún en parte, pero que no posee una significación cientí-fica, ni corresponde a una realidad positiva.

Desde el punto de vista científico, la concepción de la "sociología po-lítica == ciencia del poder;" es superior a la otra. Ahora bién, no se puede

""aIírii1arque sea más conforme a la realIdad, porgue las deflbjclOues de la;diferentes ramas de la CIenCIaSIrvenúnicame ara marcar las fronterascon el fin e repartir las investi aciones entre los es ecialistas. Por ende,semejante lstn UCIn es necesariamente artificial. ~ verdadera supe-nondad de la concepción "CIenCIapoÍltica:::=ciencia del poder" reside enque es más operacIonal que la otra, siendo únicamente ella la gue permite'la verificación de su hipótesis de base. Si se est'lldia, de manera comparada,el poder en iodos los grupos humanos, se podrá descubrir las diferencias"de naturaleza entre el poder en el Estado y el poder en los otros grupos,en el caso de que existan. Por el contrario, si nos limitamos a estudiar elpoder en el marco "sólo del Estado", como afirma M. Prélot, impedirnossu comparación con el poder existente en los otros grupos humanos y, porende, no podremos tal vez comprobar que la diferencia de naturaleza, quese ha formulado a priori, no se da en los hechos.

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de sus deseos, de sus necesidades. Pero no se siente .ligado a cada una deellas más que de manera parcial, a causa de ]a actividad considerada. Deahí el nombre de sociedades "particulares" y de ahí, tamhién, el caráct'errestringido de la solidaridad que se manifiesta en ellas. _Por el contrariocada individuo pertenece de forma más material y c~onfjencia de pef>;tenecer psicológicamente, a una sociedad "1 uf" que abraza y superaa to as estas SaCIe a es particulares. Es una agrupación "general" encierta gUISa, de la que se forma parte en tanto que hombre y no en tantoque individuo que desarrolla talo tal otra actividad parcial. La solidaridadno solamente es en ellas más amplia que en las sociedades particulares,sino que también es más profunda y más Íntima.

Para ciertos autores, la sociología política tendría como oh.eto el aná-lisis-del poder en las socieda es o a es no en las sacie ades articu-ares. n estas u timas, a autoridad tendría solamente un carácter técnico,~ que no plantearía los problemas de. dependencia de algunos hom-bres hacia otros, que es precisamente 10 que constituye la base mismadei poder propiamente dicho. Esta distinción corresponde a un ciertosel).tido de la palabra "política", según el lenguaje corriente. Es cierto,por ejemplo, que se- consideran ¡efes políticos o gobernantes a las autori-dades de la sociedad global. Es cierto que la "poHtica" se ocu a de losproblemas de con unto de los 'o jetivos en erales m6.s allá de toda rei-vin icación e talo tal ru o articular, poseyenctü precisamente como.n a tarea de ajustar a los primeros estas rel'vindicaciones especializa-das. Como más adelante veremos, uno de los criterios de distinción entre

líCiS"'"Partidospolíticos y los grupos d;Presion estrIba precisamente en quelos pnmeros poseen fines genera~ mientras que los segundos se lImnana fines especializados. . .

na vez dicho esto, la distinción entre sociedad global y sociedadesparticulares no puede servir de base para la definición de 1;1 sociologíapolítica. En primer lugar, porque continúa siendo vaga en demasía. Paraalgunos hombres la nación es la sociedad global; para otros lo es la familia.E incluso para algunos otros, puede ser un grupo que parece "particular"en un primer momento. Los procesos de la o. A. S. en 1962 han mostradoque, para ciertos militares, la Legión extranjera era una sociedad global,en la que encontraban el desenvolvimiento total de su existencia. Paralos monjes, su comunidad es, en parecida forma, la sociedad global. Endefinitiva, existen dos concepciones de la sociedad global. Según una, lasociedad global se define por el carácter del sentimiento de pertenencia,por la naturaleza de la solidaridad, referidas al conjunto de la activi-

. dad humana. Según otra concepción, más formal y jurídica, la sociedad/ global es la sociedad que engloba a las otras. En efecto,. para muchosautores, la sociedad global en nuestra época es el Estado-Nación. mientrasque en otras épocas lo fue la Ciudad, ......la Tribu, etc. Desembocamos"aSÍ

sencillamente, aunque bajo otro nombre, en la teoría de la "sociologíapolítica _ciencia del Estado". r-

En ultima instancia, es indiferente la concepción que se adopte. Lasdos tropiezan con la misma objeción que hemos formulado más arriba.Afirmar que la autoridad es de naturaleza diferente en las sociedadesparticulares y en la sociedad global, es una hipótesis que es preciso veri-ficar. Pero no es posible hacerlo más que en la medida en que no se erijanobstáculos a priori que impidan o que dificulten los estudios comparadosentre los dos tipos de sociedad. Desde un punto de vista riguroso,. no exis-te ninguna ventaja en definir la -sociolo Ía olítica como "ciencia delpo er en a socieda g o a en vez de considerarla como "ciencia del po-der en el Estado". La mayor parte de las veces, por otro lado, 'Son sinó.nimas las dos expresiones en la mente de los que las emplean.

3. La distinción entre poder inS"tituciorw.lizadoy relaciones de autori-dad. - En lugar de distinguir los diferentes tipos de sociedades para defi-nir después el poder político, parece preferible distinguir los diferentestipos de relaciones de autoridad dentro de todas las sociedades, con indi.[erencia de que sean pequeñas o grandes, elementales o complejas, par.,ticulares o globales. Por ,"relación de autoridad" se entiende, recordémoslo,' \toda relación desigual, en la cual uno o varios individuos. dominan a los~tros y les doble an mas o menos a su voluntad. La mayoda de.1as reIa.ClOnes umanas tienen este carácter: en a práctica son escasas las que soñ'lguaIrfá"rias. Las teorías jurídicas dHundieron antaño la idea contraria,merced a la extensión que daban de la noción de contrato. Pero la igual-dad de los ' antes es Hu oria or lo eueral: tras la apanenCIa cté. erechos iguales, uno de los contratantes impone su voluntad al otro dmanera más o menos velada. El derecho esconde aquí, tras teorías idea-lIstas, una realidad muy diferente. Sm embargo, no hay tampoco. que exa-ger.U en sennao contrano. Existen relaciones verdaderamente igualita~rias. Son muchas las r.elaciones humanas que se sitúan al inar en de lasrelaciones e uerza: as asa' as en la simpa ha, la admiración, la afec-'ción, el amor, por ejemplo.:. De cualquier modo, el problema consiste endistinguir, en las relaciones de autoridad, las que constituyen un "poder"en el sentido propio del término y las que no"entran dentro de esta noción.Lo cual tiene como objeto el no extender i::lemasiado el dominio de laciencia política y el impedir que englobe a la mayor parte de la sociología.-La- .solución puede encontrarse distinguiendo, en las relaciones ensentiOo, amplIo, de una parte, las ¡¡instituciones", y de otra,., las SImples'rel~ciones¡¡ en sentido restringido. El poder se halla constituido, a nuestraentender, por el conjunto de instit'uciones relativas a la autoridad, es decir,~mmaclOn de ciertos hombres sobre otras. Se excluyen de el las-sntiples relaciones desiguales que no poseen en ellas mismas un carácter

27LA ]';OCIóN DE SOCIOLOGÍA poLÍncA

SOCtOLOCÍA POLÍTICA26

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institucional o que no provienen de una institucióo. L,ª ciencia políticase define así como la ciencia de las instituciones relativas a 12.autoridad.Fittta ahora por explIcar lo que entendernoS' por "instituciones", en opo-sición a las simples "relaciones", Más adelante vblveremos a hablar deeste tema, porque el- estudlQ de la naCI TI TI es una arte im-par ante e a socio og:a política (efr. p. 96). Nos limitaremos, pues, porel IÚstame, a preCIsar la nOClOD ae "política",

La distinción entre "instituciones" y "relaciones" descansa sobre doscriterios complementanos: uno material y otro constituido por represen-taciones colectivas y creencias. Desde el punto de vista material, se llaman'relaCIOnes l en el sentido restringido del término, ~ los contactos humanos .

.-qete no se asemejan a mngun modelo preexistente ue no tienden a pro-1 ngarse en modelos ura eros: as re adanes tienen así un carácter oca-

\

sienal, efímero, inestabl1. Por .el éonttariol.'.~e llaman "instituciones" a unas~_-especles de modelos de reIaclOnes, que SIrven de moldes ara establecer

contactos concretos. stas con ac os poseen así caracteres de estabilidad,de duración, de ~oheSión. Sería preciso distinguir, si profundizamos elanahsis, entre los mismos modelos institucionales y las relaciones que deri.val1 de ellos. Los primeros corres anden a roXImadamente a la nOClOnde "estructuras", 'en el sentido de la sociología mo erna. En la prácticafa distinción no significa gran cosa, puesto que las estructuras son siste-mas de relaciones, que no poseen existencia propiá sin estas últimas. LaorígmaIldad de ésias se halla constItuida por su VInculo con (:1 modeloestructural. En este' sentido se dirá que el Parlamento, los ministros, elJefe del Estado, las elecciones, son instituciones.

La distinción entre las simples "relaciones", en el sentido estricto deltérmino, y las "instituciones" reposa al mismo tiempo sobre un segundocriterio, constituido por creencias. El poder es sentido como tal"por losque lo obedecen, tantq como por los que lo ejercen: a sus ojus no es unsimple fenómeno material, una simple dominación de hecho. Es tambiénun fenómeno psicológico. Tropezamos aquí con la noción de "legitimidad",sobre la que se hablará frecuentemente, porque se trata de una noción-clave (cf~ _p:_~~)._El E?der propiarnf'ote .. dicho es siempre más o men_os.considerado como f<legítimo",.. o dicho de otro modo, $-e. encuentra naturalel hecho de obedecerlo. Por el contrario, una simple dominación de hechoaparece solamente como el resultado de la impotencia para resistir supresiono Se obedece porque materialmente no se puede hacer otra cosa._Se obedece Eamblen al poder porque se estima que se debe" obede<;ery porque se piensa que es legítimo obedecerlo. Lo que distingue al po_oerde las simples relaciones de autoridad, aparte de la cohesión, de la esta-bilidad material y de la vinculación a un modelo estructural, es esta legG.timidacl. Los dos fenómenos están evidentemente ligados, pues la estabi-

( --

lidad, la duración y la vinculación a un modelo estructural engendran elsentimiento de legitimidad.

Se puede encontrar un buen resumen de conjunto del desarrollo de la sociologíaen A. CllVILLrEA,Manuel de sociologie, t. l, 3.- edición, 1958, pp. 1.96 (hay traduccióncastellana), con 'una gran bibliografía. Este volumen lo hemos utilizado bastante. Sedebería ver también J. TOCCHARD(y otros autores), Hi$to.ria de las ideas políticas,Tecnos, Madrid 1961. Un análisis más desarrollado se encuentra en G. GUSDORF,IntrodtJction aux sciences humaines, 1960; T. N. BONNER,D. W: Hn.L, G. L. 'Vn.BEIl,The contemporary world: the social sciences in historical perspective, EnglewoodCliffs, New Jersey, 1960; F. 2.NANrEGXI,Cultural sClences: their origin and develop-ment, Urbana (Ill.), 1952; F. N. HOUSE,The development o{ sociology, Nueva York,1936; E. BOGARDos,The development vf social thought, 3.- edición, Los Ángeles, 1955;H. E. BABNESY H. BECKEH,Social thought from lore to science, ~ vols., 2.' ed., Nue-va York 1952; H. E. BAR'-;ES,An introduction ta the hi$tory o/ sociology, Chicago 1947,y Historical sociology, Nueva York, 1948; A. W. SMALL,Origins of sociology, Chica-go, 1924. Igualmente 'el pequeño resumen de G. BOUTHoUL,Histoir€ de la sociologie,1951.

Sobre la noción actual de ciencia, cfr. J. ULLMO,La pensée scientifiqúe moderne,1958; J. CAVAn.u:S, Sur la logique et la théorie de la scienCe, 1960; G. G. GRANGER,Pensée formelle et sciences de l'homme. 1960 (trad. castellana, Formalismo y cien-cias humanas, Ariel, Barcelona, 1963).

Sobre la noción de sociología política, cfr. M. DUVERGER,Méthodes de la scien.-ce politiqueo 1959, introducción, pp. 1-58; G. BURDEAU,Méthodes de la science po-litique, 1960 (hay traducción castellana); J. MEYNAUD,Introducción a la cienciapolítica, Tecnos, Madrid, 1960; y La science politique: fondements et perspectives. Lau-sana, 1960; UNESCO, La science politique contemporaine, 1950"; F. BARBANO,So-ciologia della politica, Milán, 1961; W. A. ROBSON,The unioersity teaching of socialsciences: political science, UNESCO. Trad. franco 1955; R. BENDIXY S. M. LIPSET,Political sociology (número especial de Cummt sociology: the.contemporary sociology,6, 1957); D. W ALDO,Polilical science in the USA, UNESCO. 1956; B. CIUCX, Theamerican science of politics, 1960; S. HOFFMANN,Tendances de la science poJitiqueaux .:E:tats-Unis (en la Revue Fran~. Scien. Polit., 7195, p. 913); V. VANDYXE.CienciaPolítica: un análisis filosófico, Tecnos, Madrid, 1962; y las interesantes criticas deH. J. STORlNC(y otros), Essays on the, scientific study of politiC$. Nueva York 1962.(En España se puede ver también la obra del profesor F. MURlLLOF£:RnOL,Estudiosde sociología política, Tecnos, Madrid 1963, N. del r.)

Sobre el concepto de "poder" como base de la ciencia política cfr. los artículos deJ. LHOMME,en la Revue économiqiJe (1958. p. 859; 1959, p. 481); Y J. GAUDEMET,Esquisse d'une sodologi~ historique du Pouvoir, en Politiqueo julio-diciembre 1962;F. BOURlUCAUD,Esqui$se 'funet~_é9rje.-~eJaut~rité, 1981; B. JOUVENEL,Du pouvo_ir.Ginébra, 1945; la obtita-de J. W. LAPIERRE.Le pouooir politique, 1953; los libros deCh. E. M£RRIAM,Political power, Nueva York 1934 y Systematic p.olitics, Chicago,1945; los. de H. D. LASSWELL,Politics, Nueva York, 1936; Power and personality, Nue-va York, 1948; H. D. LASSWELLy A. lCAPLAN,Power and socwty, Londres, 1952; laobra colectiva del lnstitut International de Philosophie du Droit, Le pouvoir, 2 vals.,1956-57. - La tesis de la "ciencia política = ciencia del Estado" ha sido profundizadapor M. PRÉLOT,La conception fran~ai$e de la science politique (curso d~ ciencia polí-tica, profesado ei:l:.la Facultad de Derecho de París. 1956-57, roneotipado), y en sulibrito La science politique, 1961; cfr. igualmente A. CARROMARTÍNEz,'Introducci6na la ciencia política. Madrid, 1957; la concepci6n expuesta por David EASTON,Thepolitical system. Nueva York, 1953, para quien la ciencia política es la ciencia de la

29L\ r-;ocr6N DE SOCIOLOCÍA POLÍTICA

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA28

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distri1?ucián autoritaria de los valores en una sociedad, desemboca prácticamente enla vuelta a la concepción de la "ciencia política = ciencia del Estado", como lo hademostrado H. 1fORGE!'.'THAUen su artículo: Reflexions on the state of political sdence(Review 01 polítics, 1955, n. 4); sobre las teorías de EASTON, cfr. igualmente D. EAS-

TON, A systems andysis o/ political life, Nueva York, 196.'5, y A framework fati poli-tical analysis, USA, 1965. Las concepciones intermedias han sido expuestas por F. BOUR~IHCAUD, Science Poli tique et sociologie (Revue Fran{:. Scien. po/it., 19.'58,pp. 249 Y ss.).

Se' puede comparar con la noción del poder, la de "control social" o "sujeciónsocial": cfr. sobre este punto E. DURKHEI;.,f,Les regles de la méthode sociologique,l." ed.; 1895 (reeditada varias veces desde entonces); la gran encuesta dirigida de~926 a 1930 por G. L. DUPRATsobre las diversas formas de sujeción social, cuyosresultados fueron publicados por la Rev. Intern. Sociologie, 191.7~.30:un curioso cua-dro recapitula torio de todas las formas de sujeción ha sido elabo¡auo por G. L. Dupraten el número de enero de 1928; cfr. igualmente los trabajos americanos relativos a lanoción de "social control", muy próxima de la de sujeción social, principalmente:J. S. ROUCEK(y otros), Social control, 2." ed., Princeton, 1956; T. T. SEGERSTEOT,So~dal control as sociological concept, Upsala, 1948; L. L. BER!'>ARD,Social controlandits sociological aspects, Nueva York, 1901; la obra colectiva publicada por la AMERlc.SOCIOLOC.SOCIETY,Social control (Papers and proceedings, t. XII, Chicago, 1930); yla bibliografía sobre el poder citada en la página 61.

Junto con la noción de poder se puede comparar también la de "leadership":cfr. a este respecto F. BOURRICAUD,Esquisse d'une théorie de l'autorité, 1961 y Lasociologie du "leadership", en la Revue Franr. Scien. Polit., 1953, p. 445; J. MAISON-NEUYE,L'étude psychologique des petits groupes en L'Année sociologiql!d, 1951;D. CARTWRlGHTy A. 2ANDER,Group dynamics, Evanston, 195:3; P. MC:RRE,E. F.BORGATAy R. F. BALES,Small groups, Nueva York, 1955 (textos escC'gidos); A. V.l.COULDNER,Studies in leadership, Nueva York, 1950; J. KLEl:-<,The study o/ group,Londres, 1956; G. J. HOMANs,The.human group, Londres, 1951.

¿ "SOCIOLOGÍAPOLÍTICA"O "CIE!':CIAPOLÍTICA"?- Para designar esta rama de lasciencias sociales que estudia los fenómenos del poder, se emplea también la expre~sión "ciencia política", De manera general, 1<1sdos fórmulas designan lo mismo, esdecir, "sociología política" y "ciencia política" son sinónimos.

1. En ciertos' países, la distinción es puramente administrativa y pedagógica. Enlos Estados Unidos, donde la sociología y la ciencia política constituyen de ordinariodos "departamentos" distintos en las Universidades,' se habla de sociología pol1ticacuando un profesor del departamento de sociología se ocupa de los fenómenos del po-der, y de ciel1cia política cuando el estudio de los mismos fenómenos es llevado acabo por un profesor del departamento de ciencia política.

En Europa, el título de "ciencia política", todavía poco extendido, sirve gene~ralmente para designar al objeto de las investigaciones de especialistas, cuya for-mación de base es histórica o jurídica; el título de "sociólogo" se aplica más biena filósofos de profesión o, más raramente, a personas d~ formación propiamente so~ciológica.

2. Podríase decir que la expresión "ciencia política" dende a manifestar una ciertatendencia al estudio aislado de los fenómenos políticos, limitando así sus contactoscon otras ramas de las ciencias sociales. Por el contrario la denominación "sociologíapolítica" parece marcar una voluntad por situar los fenómenos políticcs en el con~junto de los fenómenos sociales, por suprimir los obstáculos entre' las disciplinas, porseñalar la profunda unidad de todas las ciencias sociales. -Es en este sentido en el quesería preferible la expresión "sociología política". Por otra parte, subraya tambiénuna más clara voluntad por emplear los métodos de investigación empíricos y expe-rimentales, en lugar del razonamiento filosófico.

PLAN

Este libro, al ser destinado fundamentalmente a los estudiantes de primer añode la- licenciatura de Derecho, ha debido adaptarse a un programa oficial que yuxta.pone dos. cuestiones diferentes: por una pade, un cuadro general de la sociologíapolítica; por otra, un análisis ¡más detallado de algunos de sus elementos, artificial-mente aislados de los demás: ~s partidos y los grupos de presión,

De esta guisa, se rratará en una primera parte de dar una vista de conjunto alos problemas fundamentales de la sociología política. En la segunda, estuiiaremosespecialmente los partidos y los grupos de presión,

-,••i.••••••!i.

11l¡.,¡.:1.,1:.:1.¡l. ¡••¡.!.i.Iil.¡.•,l.•'1:••'l.l.

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1:

31

BIBLIOGRAFIA GENERAL

LA NOCIÓN DE SOCIOLOGÍA POLÍTICA

No existe ninguna obra en lengua alguna, que considere simultáneamente el con-junto de los problemas examinados en este libro. Por ende, no es posible estableceruna verdadera bibliografía general, sino únicamente establecer algunas indicacionesgenerales sobre el tema. Daremos, por el contrario, indicaciones bibliográficas másfllctendidas a propósito de cada problema.

Aconsejamos vivamente la lectura, en lo que concierne a un enfoque occidentalde la sociología política comparado con el. marxista, de los siguientes libros: por unaparte, S. M. LIPSET, L'hómmeet la politique, 1963 (traducido del americano) (existetraducción castellana realizada en Argentina. T.), y, por otra, el manual Les princi~pes du marxisme-léninisme (traducido del ruso), Moscú, sin fecha (probablemente1962). (Existe también versión castellana. T.) Para una sociología comparativa de lassociedades desarrolladas y de las sociedades llamadas arcaicas, d. el eXCElente librode G. BALANDIER,Anthropologie politique,. 1967. (Hay traducción castellana, T.)

Igualmente: M. DuvERGER,Introducci6n a la política (versión castellana de J. Es-TEBAN),2." ed., Ariel, Barcelona, 1968; R. ARON,Dieciocho lecciones sobre la sociedad in-dustrial, Barcelona; La lutte des classes, 1964; Démocratie et totalitarisme, 1965; y ellibrito de BOlJTHOUL,Sociologie de la politique, 1965.-La obra de H. D. LASsWELL,The future o/ political science, Nueva York, 1963, es interesante sobre la participa-ción de las politicologías en las decisiones políticas, aunqu~ las perspectivas de futuroque señala son bastante discutibles.

Se puede consultar también: M. G. LANGE, Politische Soziologie, Berlín, 1961;S. S. ULMER, Introduction readings in political behaviour, 1961; S. M. LIPSET, Thesocial bases of poUtics, 1960; H. EULAu,.Political Behaviour,' 1956; F, BARBANO,Socio_logia della politica, 1961, etc.

Puede ser de utilidad la consulta de las obras generales de sociología citadas enM. DUVERGER,Méthodes des sciences sociales, 3." ed., 1964, pp. 84 Y ss. (Hay trad.casto Afiel, Barcelona) y de las obras concernientes a la ciencia política citadas en elmismo manual, p. 61. Entre los numerosos títulos indicados aquí, se debería con~sultar sobre todo G. GURVITCH(y otros), Traité de sociologie, 2 vals., 1958-60, (Existeedición en castellano, T.)

Por último, se podrán encontrar bibliografías bastante detalladas en UNESCO,Sociologie politique (la sociologie contemporaine), 1957.

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J. - SOCIOLOOIA l'OLfTIc.a.

Desde que los hombres reflexionan sobre la ~olítica, han oscilado entre.

Idos interpretaciones diametralmente opuestas,tlara unos, la política est, esencialmente una luch?J un combate. El poder permite a los maIVICIüOSy a los grupos que. lo detentan asegurar ¿ti dominación sobre la sociedady obtener provecho de tal sJtuación. Al mismo tiempo, los otros grupose individuos se eri en contra esta do~inació 'esta explotación, esfor-

¡jzándose por resistir a ambas y por destruirlas:<l ara otros, la po ltica ~_esfuerzo :por hacer re.i.nar el ord£!!...-y~justicia: J.?e este modo, el poderasegura el interés general y. el bien común contra la presión de las reivin-dicaciones particulares. ~ara los primeros, la política sirve para mantenerlos privilegios de una minoría sobre la mayoría. Para los segundos. es unmedIO de realIzar la mtegraclOn de todos los mdivIduos en la comunidady de crea'r,tle esta manera, la Ciudad ideal de ue hablaba Aristóteles.

a a eSlOn a una u otra tesis viene en parte etermina a por a si-tuación sociaI.'Los individuos las c insatisfechos obres •infortunados, no pue en considerar que el ocler ase ure un orden real.sino UDlcamen e una, caricatura e orden, tras el que se halla enmasca-"ñilla la dominación de los rivilegiados; OI lo cual. para ellos la política'es uc a. os individuos y las c ases afortunados. ricos. satisfech0-!.z. en-

. cuerifran: "que la sOCÍeaad esarmoniosa"y"'"que-' ero 'oaer manfieñe u-ri-brl'lell~-7;;;:,,",au ~n ICO; para e os a po ltica es 'mtegración. En las naciones occiden-tales, los s'egi.lndos han logrado más o menos persuadir a los primeros deque las luchas políticas son sucias, malsanas. inmorales, y que los parti-cipantes en ellas no persiguen más que intereses egoístas con métodosdudosos. Desmora.lizando de esta guisa a sus adversarios se aseguran una' 1gran ventaja. Toda «despolitización" favorece el orden establecido, ]a Iimnovilidad y el conservadurismo,

Hay que precisar que estas dos actitudes no expresan, cada una por su~

VISIÓN GENERALDE LA SOCIOLOGÍA POLÍTICA

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p A R T E G E N E R A I

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La idea de que la política es, por un lado una lucha, un combate entreindividuos y grupos, con vistas

l

; la conquista de un poder que-'es utili-r zado por los vencedores en provecho ro io en detrimento de los ven'"'ci os, y or otro am ién, un esfuerzo por realizar un or en SOCIa que, beneficie a todos, es e undamento esencial de nuestra teoría de a SOCIO-logía política. ESta idea servirá de hilo conductor en todos los desarrollosque seguid.n. Sin embargo, esta 'teoría no es aceptada por todo el mundo,_Una de las más graves la unas de la sociología política contemporáneara lca en a a ta de' una teoría de conjunto que sea -admitida de manerageneral por todos los especialistas. Cada uno de ellos, pues, se halla obli-ado a subsanar esta laguna edificando su propia síntesis. Valdría más

hacerlo francamente, confesando que se exponen sus ideas; que no dar aéstas un carácter general e impersonal que no corresponde a la realidad.

No obstante, la teoría que sirve de base a este libro posee la ambiciónde ser general, si no por el número de politistas que agrupa, al menos porlos hechos que explica. Su r' 1 ori inalidad estriba en superar el mar-

\co articular de cada una de las dos randes cosmogomas po Íticas actua -mente en conflicto :la teoría occidental y----.. a teona marxista. uestra tea:.

lado, más que una parte de la realidad. Los conservadores más optimista5"ñD"pueden negar que aun cuando la política tenga como Bu alcanzar laintegración social, ésta no se realiza sino raramente, de manera amplia-mente satisfactoria. Estos cornelianos describen la política tal como debie-ra ser;. sus adversarios, más racinianos, la describen tal como es. De todosmodos, estos últimos no pueden dejar de reconocer que su pintura es de-masiado negra. Los gobernantes más opresores e injustos realizan algunasfunciones de interés general aunque sólo fuese en el dominio técnico,como en los casos de la ordenación de la circulación automovilística, de ladistribución del correo o de la recogida de las basuras domésticas,

(

En definitiva, la esencia misma de la política, su propia naturaleza, suverdadera significación, estrIba en que es siempre_~iLtOdas partes am6i-valente. La imagen de Jano, el dios de las dos. caras, es la verdadera repre-sentación del poder y expresa la más profunda realidad poUtica, El Estado- y de manera más general el poder instituido en una sociédad - essiempre, en todas partes, al mismo tiempo, el' instrumento de la domina-ción de ciertas' cIases sobré otras. utilizado .por las primeras en su ventaja

",coii-desventaja -de las segundas . .x un medio de ase urar un cierto orden\social, una cierta integración de todos en a colectividad en aras al iencomún. La proporció'n de uno y otro elemento es muy variable,' segúnlas épocas, las circuns anClas y os paIses; pero os os coexisten si~mpre.-_.-- -- .'---_. .

,••••••••i.••-•l-•••••!I.••••-l.••••••••

35VISIÓN GENERAL DE LA SOClOLOch POLÍTICA

~

ría considera una y otra corno síntesis arciales y relativas que deben ser I"integradas en una smtesis g obal. De igua mo o que os economistascomienzan a construir una "economía generalizada", más allá de los dife-rentes sistemas económicos actualmente aplicados, nos esforzamos aquípor crear las bases de una "política generalizada", No poseemos la jactan-cia de haberlo logrado, sino "únicamente de haber adoptado el camino porel que se podrá llegar a esta meta,

La ex osición de con 'unto de la sociolo ía olítica ue intentamosagÜÍ se centra naturalmente en torno, a la idea central de que el po er) ,.tiene una doble cara: a la vez opresor e integrador. En un primer capí-tulo, describiremos los marcos en los ue se desarrolla la dialéctica de ~los antagonismos y de la inte ración es decir, el contexto de os enóme-nos po !ticos. En un segundo capítulo, abar aremos esta ialéctica' en SImisma, 'en su pnmer elemento, que es 'la existencia de antagomsmos.Porque la integración constituye recisamente un esfuerzo Dr su rimiro~re ucir estos antagonismos. Conviene, por tanto, estudiar en principio, os factores ue en endran estos conflictos~'Por último, en un tercer capí-tulo, describiremos el paso e os antagonism~ntegradón y los lími-teSQue ésta no parece capaz de superar.:

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CAPITULO PRIMERO

LOS MARCOS DE LA POLíTICA

Los fenómenos políticos, bajo su doble aspecto de antagonismos y deintegraclOD, se desarrollan -en las diversas comunidad umanas: nacio-'lles, proviñcias, ciu acles, sociedad internacional, asociaciones, sind{~-aanes. bandas, - camarillas. grupos dIversos. Para nosotros, en efecto, lasociolog{a 'política estudia el .poder en todos los grupos humanos y nosolamente en los Estados.naciones. Cada uno de estos grupos sirve asíde marco al desarrollo de los antagonismos y de la integración. Los mar-cos de la política -son ues, ante todo, los diferentes ru os sociales. Sinem argo, no es posible estudiar os aqul más que de manera sumaria, puestoque su a~álisis depende de la sociología general. Pero semejante estudioes indispensable. porgue permite. de este modo, relacionar los fenóme-nos políticos con los demás elementos de la vida colectiva.~ Este estudio uede llevarse a cabo de acuerdo con dos métodos. Sepue e ornar como base las iversas categor as e comum a es umanas,constituyendo cada categoría un tipo diferente de marco de la política. Sepuede tomar también ca _b diferentes elementos que encont';a7mos en o as o casi todas las -cornt"midades humanas: geogr cos. tecni.c<:ls.hlsUiuclOnales, culturales, etc. La diferencia se encuentra únicamente .eri"la- claslhcación. En el prImer caso. se clasifican-los marcos de la política••verticalmente •.:....definiéndose cada comunidad por una combinación delos diferentes _elementos. En el segundo caso. se clasifican los marcos po-líticos "horizontalmente". puesto que se encuentra cada elemento en .lasdiferentes comumdades. La segunda clasificación parece preferible _en unaexposición de sociología política, porque permite definir más c1aramen"telas relaciones entre los fenómenos políticos y los diferentes elementos delas comunidades humanas en las que se desarrollan. Adoptaremos. por.consiguiente, este segundo punto de vista en nuestra exposici6n.

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SECCIÓN 1

LOS MARCOS FISICOS

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Las comunidades humanas se encuentran en eneral más o menos locali.zadas en un territorio. nc uso las sociedades riómadas no se desplazanmás que SigUIendo ciertos itinerarios y dentro de ciertas zonas. Por otraarte estas comunidades están constituidas or una oblación ca~acteriza~a por iversos mentos: número, ,densidad, distribución, etc, ;Territorio,

, on elementos tradicicmalmente reconocidos corno constItuhvose las naciones en a teoría e. sta do. En rea i a son constitutivos de

todos los grupos humanos, DetiñIrerE'Stado-nación como "u~a .poblaciónlocalizada sobre un territorio", segun la tradlclon, es lo mIsmo que atribuira una sola comunidad un cará~er ue enenece-----acasi todas.,

os enomenos del poder se aBan estrec amente con icionados orlos marCOS lsicos en on e se esarro an, tanto si se tratan de antagoni~-mos cuyo objeto~ e po er, como e la m egracion que este mtenta fo-

•••••••,i.'.••••••elei•••!l.•1:e•l.•l-•q.l••I'.l.

39LOS ~Lo\RCOS DE LA POLÍTICA

~ 1. - Los marcos geográ(ieos

meptar. Los conflictos sobre fronteras aterias rimas vías de comuni-~ación ilustran a importancia política de los marcos geográficos, Las teo-nas ue expÍlcan Jas uerras' las revoluciones por la presión de una 0-

b ación excesiva muestran la im ortancia e os marcos demográficos.~---_.arece, no obstante, que 'el eso de las condiciones lsicas de la vida

pohtIca Ismmuye a medida que avanza e desarrollo técnico d las soc(e-a es. os stados de la Antigüe a se encontraban más sometidos a los

'~ntos geo raBeos v demográficos que los Estados modernos, Entreestos, as naciones industriales gozan e una menor sumisión u :ras na- I~ciones esarro a s, ombre tien e progresivamente a dominarla naturaleza en lugar de ser dominado por ella. ;

"La política de los Estados viene dada <1rsu eo rafía" es una frasede 'apo eon que expresa una vieja idea, localizable en genílen, ya en elSIglo v a. ¡. e., en el Tratado sobre el aire, el agua y los lugares, de--mpó-erales. Heródoto la aplicó lambien en sus Historias, y en el libro VII de suPolíti{:a, A;istóteles formuló una teoría sobre las relaciones existentes entre Iel clima la libertad otítica, ue fue utilizada posteriormente en el cortero'. e os siglos. p:rincipalmente IJ0!-lean o in, antes ~e ~e..:-~sarrolla acles-pues ~or Monlesguieu en los ibros XIV a XVII de ETEsplTitu de las leyes.Á fíñi es del siglo XIX y a principios del xx, estas tesis tradicionale5serañdesarrolladas de manera sistemática por los geógrafos. Un alemán, Frie':di'ich Ralzel publicó una Geografía política .en 1897; más tarde sus discípu-los llamaron "geopolítica" a ~sta nueva disciplina, En reacción contra lasconcepciones demaSiado deterministas de la escuela alemana, se . .desa-rrolló a continuación la escuela francesa de la "geografía hum~edada por Vidal de La Elache l lean Brúnhes. .

.Conservadores, fascistas, Ji erales _o marxistas, ninguno duda _91l.t~a{l,olítica depende así. de la geografía, aunque disienten en cuanto al radode epen eneja.' Las i ea oglas conserva oras tien en a exagerar esta in-fluencia, Las ideo oglas progresls a en en or e contrario a minim'~ rara. Barres a po itIca se fundaba en "la tierra y los muertos", o 10 quees lo mismo, en la geografía y en la historia, dependiendo ampliamentela segunda de la: primera. La escuela alemana de geopolítica estuvo muyvinculada en un principio a los pan~rmamstas y mas tarde a los naci~~J.-soCiaHstas. La afirrz::!aciónde que .el hombre se halla encIaustr or elaeEerminismo'. e sue o yero 10 no u ien o eva irse de la naturaleza,cons uye a ase mIsma e la filosofía de las derechas. En las izquierdas,.se piensa. por el contrano. que el hombre es libre, que puede escaparse de"los condicionamientos nafurales y que tiende precisamente a hacerlo.

SOCIOLOCÍA .POLÍTICA38

Definidos así los marcOS de la política, pueden ser divididos en dosgrandes categorías: los marcOS físicos y los marcos sociales. La separa-ción entre ambos no es, empero, rlgurosa. El término "físico" se aplicaaquí a los elementos más cercanos a 1 J}3.w,fa.wza (geográficos y demogri-cos; e término "social", a los elementos más artificiales ue han sidó

'mas ela~dos por el hombre (técnicas. instituciones, culturas, creencias.'&irlguna Bnea de demarcaCion precisa puede ser trazada entre ellos. Losmarcos físicos son percibidos por el hombre, no sólo en su aspecto mate-rial, bruto, original, sino a través de ideas, de creencias, de tradicionessociales. Además, en nuestla época son tanto el resultado de la evoluciónfísica, como de la transformación social. La acción del hombre sobre latierra, sobre los cultivos, las plantaciones, l~s comUnICaCIOnes, ha obtemdocomo consecuencia que la geografía sea tanto social como física. La imer-.venCÍón humana en los fen6menos demograBcos (por medio de lamedicina,rani iene a re U aClon e naCImIentos es aun mas importante. -, Del mismo modo, muchos elementos sodales reposan so re substratos

físicos. En ciertos casos, esta base es evidente: el instinto sexual y paternales el funda.nento de la institución familiar, las fuerzas de la naturaleza sonlas causas de las religiones animistas, etc. De manera más general, se pue-de afirmar. que casi todas las instituciones sociales corresponden a ele-mentos físicos; por ejemplo, las instituciones económicas tienen como finsatisfacer las necesidades materiales; la competición entre los hombres a~ste respecto explica muchas ideologías; la manera de satisfacer estas nece-sidades es la base de numerOSOs elementos culturales.

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menos.

A) El clima y los recursos nnturales

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Clima y I';.CUrsOS naturale~ se. hallan estrechamente ligados, sobre todoen lo que toca a las especies vegetales, que dependen a su vez del climay del suelo .. Estos diversos elementos no son prácticamente separables; elerror de ciertos autores antiguos consistió precisamente en separarlos, Va-mos a examinarlos aquí sucesivamente para tratar de determinar la influen-cia de uno y otro en este complejo.

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41LOS MARCOS DE LA pOLnncA

2. Crítica de las teorías .precedentes. - La influencia directa del climasobre los fenómenos políticos, no se puede negar; pero es menos simple yabsoluta de 10 que creían Aristóteles y Montesquieu. En algunos casos con-cretos, se observa una influencia djrecta bastante pIara, del chma sobrela política, La democracia antigua del Mediterráneo, cuyo centro era ~lÁgora o ~l Fórum, se halla evidentemente vinculada a un clima que fa-vorecía la vida al aire libre. Y lo mismo sucede con los "palabres" afri-canos o los "djemaas" bereberes. Ahora bien, en estos casos otros ele-mentos a emás del clima entran en 'ue o, por"lo qUA la inBuAneja delclima es sobre to o indirecta, En definitiva, es el modo general de vida10 que se haDa vinculado al clima. no siendo las formas políticas mas que",un aspecto particular de esta circunstancia,' .~ Por lo demás, existen climas que prohíben. casi. todo. desarrollg~s9ciaL"

~y-¡¡-olítiéQ-(los climas~ defríoexcesivo, Tosclinlas de -ájtitud~s alias); exis-ten otros que lo hacen difícil (los climas cálidos o húmedos, o los climas.desérticos). Aunque hay sociedades de esquimales y civilizaciones en gran-des altih;des, como las de los Andes o el Tibet y también ciertos paísestropicales o ecuatoriales que conocen un gran desarrollo (cfr. la ciudadde Río de Janeiro, por ejemplo). Por el contrario, otros climas favorecenel desarrollo social y político (esencialmente Jos climas templados). Las di-ferentes comunidades humanas se encuentran de esta manerá en su origen .con condiciones desiguales, que pesan enormemente en su desarrollo fu-

Bodin adopta las mismas ideas, pero siendo angevino muestra más cui-dado en defender a los meridionales que el girondino Montesquieu, y asípiensa que sus carencias de ener Ías uedan cOalpensadas por sus . ali-a es intelectuales,.debiéndose ambas cirt"'llDstancias al e ima,

Las ideas corrientes sobre la influencia política del clima no se hallanapenas alejadas de estas teorías tradicionales. En el siglo XIX, Micheletséñaló la influencia del calor en las jornadas revolucionarias de 1789 (quetuvieron lugar en general de mayo a septiembre); su tesis se aplicaríaa la Revolución de 1830 (julio), a las jornadas de junio de 1848, pero no aldesencadenamiento de la Revolución de 1848 (febrero). ¿Sería menesterrecordar que las revoluciones soviéticas hlvieron lugar en ochlbreMDoviem-bre (1905-1917), en país sin embargo ya frío en esta estación? Hace cuaren-ta años estaba de moda explicar las guerras y las revoluciones por mediode las "manchas $olares'"; ni que decir tiene que esta explicación tampoco /es seria. Sin embargo, existe probablemente una influencia climática so eacontecimIentos de es e or n, 1 os romanos Ieron a mes de marzo el'nombre del dios de la guerra, fue debido a que éste era el momento idealpara comenzar una campaña en Europa .. El "general Invierno" ha desemMpeñado un papel importante en la derrota de Napoleón en Rusia en 1813y en la de Hitler en 1941.

I

SOC'IOLOCÍA POLÍTICA

a) EL CLDfA. - Las primeras teorías sobre las relaciones ent're la geogra-fía y la política fueron formuladas a propósito del clima, comenzando Aris-tóteles hasta llegar a Montesquieu. Estas teorías gozan de un cierto ecoentre el público, quien aun ignorándolas géneralmente, imagina de maneramás o menos parecida su influencia en los fenómenos políticos, Geógrafosy sociólogos modernos poseen una visión de las cosas bastante diferente,

1. Las teorías de la influencia política directa del clima. - Montesquieuelaboró la expresión más célebre recisa de este ru o de doctrinas en~.!Ji ro e El Espíritu de las leyes: "El calor extremo aletarga la fuer-za y el coraje de los hombres, mIentras que "existe en los climas fríosuna fuerza física y moral que hace a los hombres capaces de las máslargas, penosas, grandes y osadas empresas", La conclusión de ello es que"no hay que asombrarse de que la abulia de los pueblos de clima cálido loshaya hecho casi siempre esclavos, mientras que el coraje de los "pueblos_de~climaJríoJos""haya. mantenido_li1.JJ~{~,-_~a:"'<servidumb.re. civil" ~ es de-cir, la esclavitud - se halla en dependencia ~J~.niiual'ma¡;'era ~cón -el clima~"~'"En los países cálidos, "los hombres no realizan un deber penoso más quepor el temor del castigo, por lo q;;'e la esclavitud choca en ellos menos a larazón", Estas teorías de Montesquieu' no hacen sino reproducir las queformuló Aristóteles. D~pués de haber comprobado que el clima frío con-duce a la libertad y el duna calIdo a la servidumbre, el estaguHa exa31i-na el problema del chma templado. e1 cual le incomoda eVIdentemente,

stima que os ombres son en este c 1ma i res, aunque a nna que sabenigualmente mandar, sin explicar de manera satisfactoria por qué. Jean

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De manera general1

la influencia de la geografía no es separable de la delas técnicas inventadas por el hombre, las cuales le permiten vencer lasdi£cultades del medio natural. Así, los factores geográficos son socioló icostanto como geográficos, socialestanto como ¡SICOS, crecien o el primerelemento ~n aetnmento del segundo a medida que aumenta el pr9g~~o.tecmco. En las sociedades arcaicas, los fenóii1eiiOs políticos dep.enden.mu-ChOde la geografia, mientras que en las naciones modernas dependen

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tUfO. Pero esta acción del clima se hace sentír menos como una influenciadirecta sobre la psicolo la de los hombres (segun crelan los antiguos auto-res ue a traves e una influencia sobre los recursos natural s. Más quede i~fl.ue~cia po ltica irecta el clima, a ría que hablar de influencia delos conjuntos "clirnato.botánicos" ,en lo que se renere al condicionamientode la vida politlca y social.

b) Los RECURSOS NATURALES. - Se entiende por recursos naturales elconjunto de los medios necesarios en la vida física de los hombres (alimen-~ción,yestidos, alojamiento, etc.) que la geografía pone a su dis¡Sosición.os recursos vegetales y animales son esenciales en las sociedades subde-

sarrolladas; los recursos minerales llegan a ser cada vez más importantes amedida que aumenta el crecimiento industrial.

1. Riqueza o pobreza y antagonismos políticos. - Como ha ocurridocon la teoría de los climas, la teoría política de los recursos natúrales seha mantenido durante mucho tiempo en el plano psicológico y, en parte,sigue siendo así todavía. Esta teoría tropieza con una contradicción debase a este respecto. Por un lado, la riqueza en recursos naturales parece

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ser una fuente de poder ,por consi uient un medio de desarrollo socialy po ltico; por otro, esta misma ri ueza tiende a aminorar a ener 1 , aemblandecer el coraÜ~ v' por tanto, conduce a la estancación y a la eca-aencia.

Los autores antiguos han pecado más bien en el segundo sentido. ParaMontesquieu, por ejemplo, ~a fertilidad de las tierras v la abundancia debienes conducen a la esclavItud, mientras que, por el contrario, la pobre.:la -en recursos naturales lavorec rta e los ciudadanos y la mde-pen encia rente al extran' era. En los países férti es a gente e campo,que en e os son la rnayona e pueblo,_ no son celosos de su libertad. Seen~uentran demasiado ocupados y satisfechos por sus asuntos particulares.Una tierra" que es fértil de todas clases, teme tanto el pillajee mo os ejercItas . Por el contrario, en los aIses )obres "la liberta .. '•.es el {mico bien que merece ser e en ido".,Por otra parte, "la esterilidadde las tierras hace a Jos hombres industriosas, sobrios, endurecidos por eltrabajo, animosos rO ios ara la e r Es preciso que se procureno que a tierra es niega. La fertilidad de un pais comporta, al mismo tiem.po que" la seguridad, la blandura y un cierto amor por la conservación dela vida". Encontramos en este razonamiento las huellas de las tesis mora-lizantes a lo Catón, tan desarrolladas en la Antigüedad, que identi6cabanla frugalidad con la democracia.

s ' ro ue afirman el desarrollo paralelo de la democra-cia 'y de la abundancia se oponen e manera lTecta a estas tendenCIas. TI

efecto, V$n ~"nla penuria un factor de agravación de los antagonismos polí-

ticos, que hace más difíciJ el funcionamiento de gobiernos libres. Por elcontrario, la riqueza tepderÍa a reducir los conflictos políticos y a f~cer la libertad idr. más adelante pp. 80 Y286). Sin embargo, la competicióníñternacional se interfiere en las rivalidades internas. En' este sentido, CIertas "ri uezas r los anta OnIsmos en lugar de reducirlo~carrera" por las materias primas es muy signi cativa a este respecto, ya

que explica muchos conflictos e intrigas entre Estados, así como gran nú-mero de convulsiones jnternas

2. La lucha por las materias primas. - Con el desarrollo de los inter-cambios internacionales as roa e-nas pnmas a llegado a ser esencial. En el siglo XIX, por ejemplo, GranBrerana era el taHer del mundo". Recibía materias primas provenientesd.e todos los meridianos que ella transformaba en productos fabricado;:;,Jos cuales más tarde eran yendjdo(en todos losp..atses.' Semejante SIstema

....no era asible más ue si existía la osib" --de as materias primas. En nuestros días los Estados Unidos consumen másdel 50 % de las materias p-rimas mundiales, siendo también fundamentalpara ellos el acceso a estas materias. De esta "manera, surgen compehclO-n~s V rivalidades entre los grandes Estada indus.triales y e0tre ellos y losEstados poseedores de materias primas. La existencia de materias primasen el territorio de una nación, fenómeno gengraEro, se convierte así en unode Jps elementos esenciales de su política e, indirectamente de la polttIcaae las otras naciones, especialmente de las naciones industriales.

Esta carrera or las materias rimas ex Hc as alianzase intngas internacionales. A veces, la política interior de ciertos Esta osrefleja igualmente la política exterior que' condiciona 'la existe.ncia en susuelo de materias primas',Cjertas revoluciones en las naciones petroleras"lasí como los regímenes autoritarioS" encargados de mantener el "orden" enéstos países, se encuentran directamente vinculados a la presión de.Ios Es."tados com radares. Se deberá tener cuidado, empero, de exagerar estas, iferencias, puesto que •.hov exis.te el mito del petróleo y de su influencia po-.l"~tica, del mismo modo que exis.tió en _el sÍl::do_.xJXel mito del rarbÓn O delacero.rLas rutas seguidas para ir a buscar y transportar las materias primas

han poseído también una importancia mu rande en todas las é ocas,es e a mas re a Anti . Se pudo mostrar así que la influencia

po ttica de París y del pueblo de los parisii, incluso antes de la conquistaromana, se debió a su situaCión sobre la ruta del estaño. La ruta delcoral, de la seda y de las especias poseía ya una -cierta importancia bajoel imperio romano. Del mismo modo, el poderío del reino de los partos se "debió a su situación con respecto a la ruta de la seda. También es conocidoel papel desempeñado por la famosa ruta de las Indias en la política bri-

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43LOS ~IARCOS DE LA POLÍTICA

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SOCIOLOGÍA .POLÍTICA42

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LOS MARCOS DE LA PoLÍTICA

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SOC iOLOCÍA POLmeA

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tánica del siglo XIX y primera mitad del xx, bien que haya sido a vecesexagerada. Los mercados de materias primas han servido también frecuen-temente como atas de atracClOTI para la creación de Estados o comOo Je os e competiciQn. ero, aqm, nos a ejamos ya de los elementos pura-mente geográficos.

2. El "handicap" geográfico. - Hoy dia, estas influencias climatnicas son de importancia secundaria. e¡;-las sociedades industrializadas.Pero, con to o, an esempeña o un Importan ISImo pape urante siglos.A causa del handicap geográfico, los países de las zonas glaciales y de lasregiones ecuatoriales y tropicales han sufrido un retraso considerable quedifícilmente pueden superar. En el caso de que estuviesen industrializa-dos, la acción del clima y de los recursos naturales tendría una importan-cia menor. Pero a causa de esta situación milenaria del clima y de losrecursos naturales no han podido precisamente industrializarse. Ahora

1. ZOfl.G.S climatobotánicas y zonas de desarrollo. - La comparación dedos mapas es asombrosa. Nos referimos, por una parte, al de los niveles deaesarrollo sQcioeconÓrni y, por otra, al de las grandes zonas climato-o anicasjcfr. fig. de la p. 45). El máximo subdesarrollo corresponde a la

vez a las zonas glaciales del Norte y del Sur, a la zona ecuatoria1 y a laszonas desérticas subtropicales. El superdesarrollo máximo corres ande alas zonas tempbcla~(América e arte, Europa, Rusia, franja de Africa"del Norte, en el hemisferio Norte; Australia, Nueva Zelanda, parte deChile y de Argentina y franja de África del Sur, en el hemisferio Sur). Laszonas de estepa conducen a una especie de desarrollo medio; en eIla5Se'constituyen, por ejemplo, sociedades patriarcales, que forman el núcleo de -los pueblos conquistadores. Ciertas circunstancias locales que mejoran lasituación climatobotánica (el valle de ciertos TÍos; Nilo, Tiaris, Éufrates;- -~= ----la zona asiática de los monzones, la a.ltitud en los imperios inca y azteca)pueden llevar consigo un nivel de desarrollo superior al de la zonaconsiderada.

e) GEOGRAFÍA y SUBDESAlIROt.LO. - Las viejas teorías de la influencia delclima y de los recursOS naturales sobre la política merecerían ser c.on-sideradas de nuevo. Modernizadas, podrían suministrar probablemente lamejor explicaci6n de la desigualdad actual en el desarrollo de las diversasnaciones. Los racistas pretenden que esta desigualdad se debería a ladesigualdad entre las razas. Todas las experiencias muestran, empero, quelos africanos, los asiáticos y los indoamericanos, disfrutando de las mis-mas condiciones de vida que las personas de raza blanca, pose~n las mismasaptitudes y el mismo nivel intelectual, según tendremos ocasión de exami-nar más adelante (cfr. p. 189).

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B) El espacio, como marco político

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bien, la técnica permite a las naciones ue se han industrializado acelerarconsidera emen e su ritmo e crecimiento, e manera que a osa en reellas y los países subdesarrollados es cada v~z mas rofunda. La maldi=ClOn e a geogra la pesa SIempre, e inc uso más pesadamente, sobre los'pueblos de las zonas no templadas.

a) LA DELIMITACiÓN DE LOS MAECOS ESPACIALES DE LAS SOCIEDADES poLÍTI-

CAS. - El marco espacial de una sociedad política, d~ un Estado, porejemplo, no resulta únic de elementos geográficos, sino que cuen-tap am ién a este respecto IDJlchas......otras in uencias y pnnclpa mente-todo el pasado histórico, Pero la geografía conserva su importancia, máso menos grande según los casos, siendo incluso a veces decisiva.

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47LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

1. Fronteras políticas y geográficas. - El espacio geográfico se encuen-trá" más o meDOS dividido y delimitado. Ahora bien, ,ciertas divisiones. y'nelimitaciones son ilusorias e resultado máslen e una idea que se concibe que de las condicjones físicas. Lo cualno obsta para que otras divisiones y delimitaciones posean una realidadgeográfica indiscutible. Este es el caso de las islas esencialmente, tomandola palabra en su acepción más amplia. Puesto que junto a las islas marinas(o de lagos o ríos) que corresponden a la definición estricta de insularidad,es menester situar los oasis o islas del desierto, los valles de ciertos ríos(el Nilo, por ejemplo), los claros o islas del bosque, etc. Los pueblos isle-ños no poseen vecinos, se encuentran se arado l tto u 61 or

vacIOS. o cual les confiere una mayor seglJridaQ, al mismo tiempoue hace ¿entir a los' Habitantes ue su vida se des onatural. Para los in su ares el concepto de fronteras natural e s 1 a cIara,preciso, in I5cutI e. ero, natura mente, a condición de que sólo ocupeel territorio de la isla un único pueblo y de que lo ocupe enteramente;si no, la insularidad no tiene sentido.

Aparte de la insularjdad las delimitaciones geográficas son siempremás~'aparentes qlle reales. No hay nada menos natural que las fronteras"-naturales. Esto no se discute ya en lo ue concierne a los ríos, que unenÍnás que separan. XIS en ClVl izaciones de valles fluviales que se esarro-lIan en ambas riberas. Se adoptan los ríos como fronteras porque consti-tuyen líneas fáciles de delimjtar. Sólo es natural" su trazado, pero 110 lafunción de muro que se quiere ver en él. El concepto d~ fronteras natu-ales fluviales ha sido for'ado Or la historia y no or la ea raha. La ciVI-lización renana estuvo a punto de ser a ase de un Estado, la famosaLotaringia. Sin embargo, ha sido la histQfÍa quien decidió' de maneradiferente y guien ha hecho del Rin una frontera. También existe u"TI'acivilización danubiana, gue ha servido de base para alianzas políticas, etc.

Las motntañas son más naturalmente barreras que los ríos. Aunque final- .mente todo depende de su relieve. Puesto que junto a las montañas-muros,¿cuántas montañas-p~sos? ¿No se ha llegado a ver, en muchos casos, civi-lizaciones que se han constituido en torno a un ,macizo que sirve de polode- atracción? Tanto los vascos como los catalanes sirven de ejemplo depueblos unidos'" por las montañas y ;0. semtrados por ellas, ya que habitanen ambas vertientes. Suiza nació de las "montañas y su unidad se debe aellas. Sería necesario distinguir sin duda los pueblos de las llanuras, enlambas partes del macizo, que las montañas separan, de los pueblos de lasmontañas, que ocupen sus vertientes y sus valles interiores y que la mon.taña une. De todo modos, la distinción no es tan clara con frecuencia.

La influencia política de las delimitaciones geográficas ha sido consi.derada siempre como importante. "Los pueblos de las islas son más dadosa la libertad que los pueblos del continente. El mar separa (las islas) ere

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SOCIOLOCÍA POLÍTICA46

Clima y recursos naturales no son se arables de otro elemento geo-gráfico que a si o estu ia o sobre todo por los contemporaneos: e es-pacio. Un ejemplo concreto muestra su. ImportancIa, aSl como su nexo''con los precedentes. Se. trata del Egipto antiguo, donde la influencia de lags;ografía sobre la política parece muy amplia. El valle del Nilo, aIsladopor los desiertos, delimita un marco natural. Sus tierras son prodigiosa-mente fértiles, gracias a las inundaciones del río, que poseen un canlcterregular. La utilizacion de este fenómeno natural supone el desarrollo deun sistema' de contención de aguas, de cuidados permanentes de los-ca.-ilales y norias que exige una organización social bastante perfeccionada.y centralizada. ncontramos am len a necesi a im enos o .fuertemente organiza o, así como todos los elementos ue permiten elesarra o e seme.ante Esta o incluso a en la Antigüedad: riqueza,comunicaciones fáciles or el Nilo, inexistencia e re ugios para las rebe-Fones, protección de los desiertos contra as invasiones extranjeras, etc.En los valles del Tigris y del Éufrates la combmaclOn del clima con losrecursos y la situación confirió las mismas posibilidades de civilización,pero la falta de crecidas regulares del río no tuvo como resultado el mismc .grado de centralismo,

Cada vez más, los eó rafas iensan ue el estudio del espacio esunótde las ramas esenciales de su ciencia. El espacio nat 1 entro ecual se desarrolla la activid u a de'a. sentir su influencia olíticaen tres cuestiones principales: l' en la delimitación de las 2 ena ordenación interior de las sacie a es así delimitadas; n la situaciónde estas sociedades entre sí y en los contactos resultan es de ello.

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1

2. Las delimitaciones internas. - Las divis.iones administrativas de losEstados están frecuentemente calcadas sobre las divisiones naturales queha establecido la geografía y la historia. Los municipios franceses, here-deros de las parroquias deC aneien régime, reproducen más o menos una'compartimentación galorromana. Los departamentos creados por la Cons-tituyente se basan en viejas divisiones establecidas por los capitulares. deCarlomagno, las cuales a su vez remontan a la G:alia primitiva. En todoslos países podemos encontrar situaciones semejantes. Repitámos, empero .

ue estas delimitaciones son tanto la obra de la natutaleza como de losQ!Íili.res, ero la geografía ha desempeñado su papel en este sentido.

Por otra parte, su accion parece eClSlva en otros casos. e era i.fmósuizo, por ejemplo, difiere de todos los demás federalismos por la dimen-sión de las unidades federadas, Por regla general, el federalismo existe enlos Estados muy vastos (U. R. S. S., Estados Unidos, Brasil) de manera quecarla Estado miembro posee a su vez unas dimensiones respetables. Porel contrario, Suiza realiza el federalismo en un pequeño Estado y las uni-dades federadas son en ella minúsculas, lo cual parece deberse a la geo-grafía. La delimitación natural del país por las montañas señala con cla-ridad valles y grupos de valles bastante aislados unos de otros. Estos valles

los grandes imperios, impidiendo que la tiranía extienda su garra. J~o~conquistadores se encuentran detenidos al el mar, por lo que los insu-ares no se ven afectados por sus conquistas, conservan o, e esta manera,

más fácilñ1ente sus leyes", escribió Montesguieu. Con frecuencJa se hadicho que la insularidad ha permitido que Gran Bretaña prescindiese deun ejercito permanente hasta el si lo xx, mientras que Francia debió decrear o a en tIempos de Carlos VII con o 'eto e pIe arar su e eosa,'rívado de un medio e presión irresistible sobre los grandes del reino,

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el monarca inglés no pudo establecer su poder absoluto. ~~s tentativas\ en este sentido desembocaron en UD fracaso, acelerando más bjen el des-

arrollo de un regimen parlamentario Por el contrario, el ejército perma-nente permÚlO al re de Francia desentenderse de los. Estados generalesen y reinar sin controles ni lirnitaciones~ Sin duda este análisis es'valIdo en líneas generales, pero es preciso tener también en cuenta quehan intervenido muchos otros factores .

La existencia de obstác~los naturales en las invasiones osee una in-fluenCIa C1 aga, aunque menos grande. Incluso si los ríos, y sobre todolas montañas, no constih.I en fronteras "les no de'an de ser Dar 1

'un O stacu O para los conguistadores. La vasta llanura del norte de Euro.pase hallaba más predispuesta a las invasiones que las zonas montañosascentrales. El carácter inestable, efímero, de las naciones que se han des-arrollado en ella, la incertidumbre de sus límites, las variaciones sufridasa lo largo de la historia, poseen evidentemente consecuencias políticas .

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49LOS MARCOS DE LA POL'meA

4. - sOcIOLOGI.•••pOLinc •••

3. La distribución del hábitat mral. - Se distinguen tradicionalmente<jos formas de hábitat rural: el hábitat disperso y el hábitat concentrado.Su definición rigurosa no es fácil, pero ~e ve fácilm"ente a' primera vistade qué se trata, más o menos. El hábitat es dis erso en el caso de ranjasaisladas, separadas unas de otras o a ru a as en con 'untos minúscu os

e os a res ran as cercanas a las tierras x lotadas. El hábitat esag amerado cuando los campesinos se agrupan en pueblos más o menosimportantes que dejan por la mañana, para volver por la tarue, realizandoun trayecto, con frecuencia bastante largo, para ir a trabajar en los campos.

La dispersión o concentración del hábitat de ende en arte de factoresgeogr coso Existe una teoría célebre sobre el particular. En los paísescon sucio permeable (calcáreo, por ejemplo) la lluvia penetra profunda-mente, por lo que es difícil encontrar agua, sobre todo si el clima es másbien seco. Las viviendas se construyen entonces en torno a los pozos queescasean. En los países con suelo impermeable, la lluvia no escase8., por loque el agua se encuentra en todas partes, sobre todo si el clima es másbien húmedo; los pozos son fáciles de perforar y el hábitat puede disper-sarse. Esta explic~ción parece válida a condición de no exagerar su al-cance. En las Causses, donde el suelo es permeable y ia lluvia rara, elhábitat es con frecuencia disperso; en la \Voe.vre y en la Puzta húngará,donde el suelo es impermeable y la lluvia abundante, el- hábitat oscon.-centrado. Evidentemente entran también en juego factores humanos, prin-cipalmente la seguridad (la 'eual parece haber desempeñado un importantepapel en la aglomeración del hábitat siciliano o italiano del Sur, o como enla de la Puzta húngara, por ejemplo).

De cualquier modo, esta distribución del hábitat posee una influenCiacierta sobre los fenómenos políticos. André Siegfried, estudiando la Fran-cia del Oeste en 1913, comprobó que las regiones de hábitat dispersoeran más bien conservadoras, mientras que las de hábitat concentrado

forman los cantones, cuyo conjunto constituye la Confederaci6n. Cierta-mente, los elementos históricos han poseído también una importanciaclara en esta delimitación interna, pero de todas maneras la geografíaparece en este caso preponderante.

Podríamos cita'r bastantes casos análogos. El que ofrece Noruega,llamó la atención de los discípulos de Le Play, los cuales atribuyeron unagran importancia política a los fjords, factores de aislamiento que engen-dran la familia particularista y el espíritu individualista. Sus conclusionesson muy discutibles, pero la delimitación de Noruega por los fjords nolo es y su influencia política es evidente. De igual modo, las tendencias alparticularismo político en ciertas regiones de un país se explican frecuen-temente por su situación geográfica: situación excéntrica (Bretaña), per-tenencia a un sistema montañoso (vascos, catalanes), etc.

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poseían un carácter más progre.sista. Siegfried explicó este fenómeno porel.aislamiento de los ciudadanos en el primer caso, puesto que se pro-ducí~ en ellos un replegamiento sobre sí mismos y sus tradiciones; y en elsegundo, por los contactos más numerosos que pennitían por el 'contrariola difusión más fácil y rápida de las ideas nuevas. Este análisis pareceválido, lo cual no obsta para que no se tenga en cuenta el "chismorreo"de los pueblos, el cual produce una presión social que constituye unfuerte factor de conservadurismo. Tal vez sería conveniente introducirtambién la dimensión de los pueblos concentrados, puesto que cuandoconstituyen verdaderas ciudades como en Italia del Sur o en Sicilia, laatmósfera es diferente de la que se encuentra en los pequeños pueblosrurales.

4. El fenómeno urbano. - Las ciudades no tienen siempre un origengeográfico. Queremos decir coñ esto que su localización no es en todos losc'íiso,fel resultado de condiciones naturales.) sino de factores humanos:' elcaso de Brasilia o el de Washmgton son muy típicos (aunque de to'~modos la sItüacl6n geogntñca ha intervemdo a este respecto: el emplaza-miento de Brasilia fue determinado a causa de que era el centro del país).Encontramos elementos muy variados en la base del fenómeno urbano:una ciudad se puede crear en torno a un santuario, a un mercado, a unpuerto, a recursos minerales; puede ser impuesta por necesidades milita-res (plazas fuertes) o políticas (capitales o cabezas de partido artificiales).

En todo caso, las consecuencias políticas del fenómeno urbano sonconsiderables. La democracia ha nacido en las ciudades, ...en los tiemposde las aglomeraciones antiguas. El socialismo se desarrolló en las ciudadesindustrIales modernas. Las revoluciones son esencialmente fenómenos ur-banos (las revueltas campesinas son raras y mas raramente aún construc-tivas). La influencia política de las ciudades no es solamente directa porlos contactos que multiplica entre los hombres •.por las posibilidades queofrece a su acción política (el derecho de reunión y, sobre todo, el dere-cho de manifestación, son esencialmente derechos urbanos), sino quetambién su influencia se ejerce de forma indirecta, por el hecho de quelas ciudades son el factor esencial del desarrollo. de la civilización y delprogreso material e intelectual. El lenguaje ha consagrado este hecho alconsiderar como sinónimos "urbanidad", y "carácter civilizado".

La ordenación del es ad ea ráfico dentro de las CIUdades es i ua.me un fenomeno rico e onsecuencias políticas. Se ha dicho que lautilización e ascensor agravó la lucha de clases'a acentuar la segrega-ción 'entre ellas. Antes, ]a aristocracia y la burguesía ocupaban los pisosinferiores del inmueble, a partir del entresuelo (el primero era el pisoprincipal, el segundo no tanto y el tercero menos); el pueblo vivía en lospisos superiores y en los entresuelos. De esta manera se establecían COll-

b) Los CONTACTOS. - Varias veces ya, hemos hecho alusión a la im.portancia política de los contactos entre sociedades. Estos contactos de-penden en parte de los factores geográficos.

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51LOS }'IARCOS DE LA POLÍTICA

tactos diarios entre las clases. Por el contrario, al revalorizar el aSC~l1S0rlos pisos superiores agravó la tendencia a formar barrios populares sepa-rados. Estos hechos probablemente son algo exagerados, puesto que lasegregación en barrios era anterior a la invención del ascensor (en 1848y en 1871, la escisión política de París en dos mitades, este y oeste, era yaasombrosa). Ciertas leyes sobre viviendas de renta limitada poseen elmismo sentido. En Gran Bretaña y en diferentes países, los urbanistastienden ahora a. crear por el contrario barrios mixtos, frecuentemente porrazones políticas: debilitar las reivindicaciones obreras, puesto que entales barrios, los votos, en efecto, de los obreros son con frecuencia másconservadores que en los barrios puramente obreros.

1. Las v,ías de comunicación, - Resulta dj£íci1 distjnguir claramentelas vías de comunicación "natJJra1es" de las qne el hombre ha creado. Enfa epoca en que se creía en el determinismo geográfico, se tuvo tendenciaa pensar que .las rtitas se uían las huellas im uestas or el relieve o elsue o. Mas tarde se apercibió que muchos de los caminos ue se consi-'a~raban "naturales" eran e pro ucto e a istoria más bien que de lageografía. Llegaron a ser naturales, pero no lo fueron en SJ!origen. Pocoimporta, puest'o' que de todas maneras existen vías de comunicación 'natu-rales (,:,íos, llanuras, mares) y ~demás el trazado d~ las vías "artificiales'.tiene siempre en Cllenta los djctados de la naturaleza,

La influencia de esta' I~,:iti~~~~~dmite dudas. y~merCla es, vías de peregrinación y ví s L a i2 siP'{lQ todas d~-"fuodo para establecer contactos.

traves de ellas circulan mercanCÍas, ejérc1tos!-.-enfermedªde~ideas.Los estudios de geografía electoral muestran el a el de estas vías como

ene raClOn e as nuevas doctrinas. Pero favorecen tam iénló~ contactos entre el pueblo y el poder, entre los gobernantes y los go-bernados. Policías y soldados las utilizan para reprimir las revueltas; los

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islotes de resistencia se sitúan lejos de ellas, en regiones de ac.ceso difícil.1" "La civilización es ante todo una rutf', ha dicho Kipling. Pero la centra.\/ lización, es también "principalmente una ruta". Encontramos siempre esta. ambivalencia que excluye todo determinismo. Si los valles de ciertos ríos,rodeados de desiertos, han sido centros políticos privilegiados en la Anti-güedad, en donde s~ desarrollaron los primeros grandes Estados (Tigris,Éufrates, Nilo), se debe probablemente a que se daban conjuntamen~te en ,ellos dos ventajas contradictorias: el aislamiento por los desier~os~ los 'contactos por la vía fluvial. '. '..

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA50

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Sobre la importancia política de los marcos geográficos, cfr. J. GOTI'MANN,La poli-tique des £tats et leur géographie, 1952 (eshIdia solamente las influencias geográficassobre la política exterior); J. BAUNHES, Géographie humaine, 3 vals., 3,. ed., 1925; ed.resumida, 1 vol., 1947; M. SORRE,Rencontres de la géographie et de la soclologie, 1957,y Les fondements de la géographie humaine, 4 vok .. 1943-1952¡ A. LE LANNou. La

1

Esta misma ambivalencia explica probablemente la ventaja que parece

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haber conterido la situación marítima. Porqu~ el mar cOIlstituye a la vezEna píOtecc16n, una barrera, y una vía de comunicación; la única quepermitia en la .Antigüedad transportes importantes esados en lar uísi-_mas 15 anClas. l,se caos 1uyeron os Imperios del mar; e griego y elromano en el 1vledlterraneo antIguo. ~or otra parte, ¿no cabe hablar hoyde imperIo Al1anucor EVIdentemente meDOS que entonces, porque la téc-nica moderna ha transformado el problema de las comunicaciones y dis-minuido la ventaja de la situación marítima. La influencia del mar sobre

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las estructuras políticas internas es menos clara. «Hombre libre, siempreadorarás el mar", ha dicho el poeta, De hecho, si los pueblos del marflan sido frecuentemente pueblos libres, no es posible establecer ninguna.generalización a este respecto. Por otra parte, "pueblos del mar" no -quie-re decir nada; porque la aptitud de los ribereños del mar es muy variable.Muchos pueblos marítimos no son apenas marinos: los corsos, ~o-yenzales. l~s italianos, P,O! ej~mplo ...

2. La situaci6n. - Las vías de cnmunicaci6n son un elemento de unanoción más general, que se podría denominar la situación, Consideremospor ejemplo la Francia actual, con sus 50 millones de habitantes, sus ciu-dades, sus fábricas, sus universidades, sus instalaciones técnicas e inte-lectuales. Transportémosla al Pacínco, en el emplazamiento de Nueva Ze-landa. Su importancia política en el mundo se habría redu~ido en sustres cuartas partes (este orden de valoración es puramente simbólico).Por consiguiente, esta importancia política se debe en sus tres cuartaspartes a la situación geográfica. Naturalmente, semejante suposición es~bsurda, puesto que si Francia se encontrase situada en Nueva' Zelanda,sería muy diferente actualmente de lo que es Francia; pero esto mismonos muestrt:! la im ortancia de la sihlación. Podríamos multiplicar los ejem-plos parecidos; la neutralidad de Suiza se e e evidentemente a la situaciónque ocupa este país en Europa; el desarrollo eventual del comunismo enCuba no tiene más importancia que a causa de ]a proximidad de estaisla con los Estados Unidos. La situación puede ser apredada, por otr'aparte, desde _diversos puntos de vista: situadóp- ..~-º-r~laci6n a otros Esta-aos, en relación con las randes vi as de cIrculacIÓn, en relación ,con las;ate'rias primas con los recursos natura es en eneral, etc. Dependetám ien e a istoria; el desplazamiento de los centros e imporlancÚli)"olítica del Mediterráneo' al Atlantko han moctIfícaaj) la situación de losribereños de estos mares...

...géographie humaj~e, 1949; A. DEMAl'\GEON, Probl.emes de la géographie humaine,1957; L. FEB\"RE, La terre el l'évolution humaine, 1922; M. DEfUH.iAU, Précis de géo-graphie humaine, 1961 (el manual más reciente, pero que trata poco de las inAuenciaspolíticas); H. y M. SPROUT.The ecological perspective on human affairs, Princeton,1965. Sobre los vínculos cntre la geografía y el subdesarrollo, dI. Y. LACOSTE,Géo-graphie du sous-développcment, 1965 (versión C3St.Ariel, Barcelona, 1970, T.); P. Cou-ROU, Les pays tropicau:r:, 1955, y principalmente el ens.:lYode P. LAVICNE,Climats etsociétés, 1966.

Los MODOSDEACCIÓNDE LOSFACTORESCEOCRÁFICOS.- Es interesante recordar aeste respecto algunas teorías formuladas en la primera mitad del siglo xx.

1. Determinismo o "posibilismo'''. - En un principi.o se ha concebido la acciónde los factores geográficos bajo la forma de un determinismo. Tal era la posicióntradicional de Arist6teles, Jean Bodin, Mont~sguieu.... etc. Tal fue, más cerca de noS-otros, la de "'los diSCipulos de Le Play, al estudiar las relaciones enrre los datos geo~grá6cos y la estructura. de la. familia. Y tal fue, sobre todo, la de Ratzel, que ha influen-ciado toda la escuela _alemana y p?oIte de la americana.--Ciertas f6rmulas de Ratzclson asombrosas a este respecto. "El suelo dirige el destino de los pueblos con cie~abrutalidad", y también: "La aparente libertad del hombre parece como suprimi ~ rpor la acción del suelo". Huntineton, autor americano .. ~crjbe frases del mismo tono:"El hombre no es más üe arcH a en las manos de la naturaleza".

espu s e Vidal de La Blache, la escuela francesa de geografía humana apart6completamente este determinismo. Para ella, la acci6n de, los factores geográ6cossobre la vida política y social no es en nin 'n •rada cci n '3. 'ca automa-

• ! lrreslS e. a sue o, ta cima, ta especie, no implica necesariamente tal régi-men politico o tales relaCIOnes SOCiales. Este suelo, este clima, este espacio, hacenfaas faca tal reglmen poHtico, más difícil tal otro, pero esto es todo. Seria necesa-rio incluso decir: "hacen más fáciles tales tales cate orías de re ímenes olíticQs,más difícil tales . es..{¡ros (Ir ue existe siem re una ama de osibi i a es muyextensa. un ampljo abanico para escoger De a 1 a cé ebre f6rmu a e propl 1 fde La Blache, frecuentemente citada: "En todos los grados, la naturaleza ofreceposibilidades; entre ellas el hombre elige. La geografia suministra el bashdor~l hom-~re borda eri- él su dibUJO. . _

2. La influencia directa y la influencia por reacción. - La escuela francesa de~eografía humana no parece concebir más que de manera directa la influencia deas posibilidades así ofrecidas por los factores geográficos: tal régimen político, talinstitución, tal tipo de sociedad tienen más posibilidades de desarrollarse en los mar-cos naturales que les ofrezcan más. facilidades. Pero probablemente es posible otraforma de ihfluencia que podríamos denominar la influencia por reacción.

Es preciso examinar ahora la célebre teoría del "desafiO" (chaUenge) formuladapor el gran historiador inglés c;ol}te~p'orá_neo,_Amold J. Toynbee. Según. este - a':ltor, /."la facilidad es perjudicial para la civilizaci6n . ladas las grandes civilizaciones sehan desarrollado en un marco difícil, por reacci6n precisamente contra esta d¡ficultádnatural. La efiergia del homlne, Sus aptitudes creadoras, su poder para inventar for-"ñiaSSóCI e 01 cas, scnan ébiÍes cuando no eXisten -obstáculos ue vencer, cuan-o as CaD iciones natura e.~son ro icias. or e contrario, e a a ser ucr e, I

'po eroso. frente a tales obstáculos. Así, escribe Toynbee, <:el estimulante de la CIVl-.

CI0n crece en ro orci a hostilidad del. medio".sta teona, que sistematiza unas i eas muy an Iguas sobre el sibaritismo, la "pen-

diente de la facilidad", cte., contiene ciertamente una parte de verdad. Grandes civi-~s, sistemas políticos perfeccionados, se han desarrollado en condici6nes geo-grá6cas hoshles or reac:::16n al desafío del mecho: los ImperiOS amerindlOs de los. n es son un ejemp o muy gr, ca a este respecto. El contraste entre la Beocia, fértir

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52 SOCIOLOGÍA POLÍTICA

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materialmente y poco civilizada, y la Hélade, poco fértil pero admirable laboratoriode formas de civilizaci6n es iguahnente asombroso. Sin embargo, Toynbee tiene ten.dencia a exagerar. No existe ninguna "proporción" entre el "estimulante de la el'o'l.hzaci6n" (noclOD muy vaga por orra parte) y la, hostilidad del medio. No bay queimaginar UDa especie de determinismo a contrapelo; aunque sigue siendo verdadsimplemente el hecho de que las condiciones naturales no actúan de forma úni~adirectamente, sino también por reacci6n

Los MARCOS GEOGRÁFICOS, ¿MARCOS FÍsICOS O MARCOS SOCIALES? - Existe unaacción directa de la naturaleza sobre la vida social y polític_a: acción del enma sobreel orgamsmo humano sobre los cultivos acción del suelo sobre los u;cursos ve eta-Ies;-aDlma es y minerales, a el de los TÍos del mar como as e comunicación, etc.ero os ac ores únicamente físicos._smo tam ien actores s

}6gicos.

1. El papel de las representaciones colectivas. - El gran geó'grafo americano1. Bowman ha escrito en el ocaso de su carrera: "Durante toda mi vida, he luchado

l. por explicar a la ente ue el medio natural no tenía' más im ortancia a ellosqu ' a que e querían conceder". La f6rmu a es' exagera a, el medio natural posee supropia realidad, independientemente de las ideas que uno se haga. Pero estas Ideastienen una importancia muy grande. Hemos dicho ya que existen muy pocas fronterasfísicamente naturales; sin embargo, las rivalidades nacionales, las propagandas, lahistoria, desarrollan ciertas concepciones de las fronteras naturales, falsas geográfica-mente. pero que jlcaban por convertirse en verdaderas sociológicamente, ya que todoel mundo las cree conformes con la naturaleza.

Nada más tisombroso también que el ejemplo de' los sistemas de. proyecci6n carto--grá.6.cos.La té.mica empleada para I:raducir el globo terráqueo en planisferio posee unainfluencia n&able sobre ciertas teorias de geopolítica, o incluso sobre ciertas creen.cias corrientes en este dominio. Las ideas de Mackinder sobre '1a isla del Mundo" yel heartland (cfr. más adelante, p.' 57) denvan vlSlblemente de un planisferio cen-trado a la-vez sobre el ecuador y sobre un meridiano situado enl:re el 30" y el 35" delongitud Este en relaci6n con Greenwich. En esta imagen de la tierra, el continenteamericano se encuentra rechazado sobre los bordes del mapa, cuyo cenl:ro lo ocupa elbloque Europa_Ames_Asia' siendo el corazón de este blo ue la Rusia europea. ~a '"situaci6nde Europa accidenta en a nva' ad EE. DU. - U. .. es muy erente, se-gún observemos un planisferio basado en el sistema tradicional de proyecci6n ecuatorial,o un planisferio que utilice la proyecci6n polar 'de moda desde hace veinte años. Enel primer caso, Europa, que se halla situada enl:re los dos Crandes, parece el objetomismo del conflicto; por ello la idea de un "no compromiso" europeo es_ absurda.En el segundo caso, los Estados Unidos y Rusia se encuentran frente a frente y muycercanos de los dos lados del polo Norte, mientras que Europa se encuen~a recha-zada sobre el lado; un neul:ralismo europeo no parece, por consiguiente, absurdo, geo-gráficamente hablando.

2.. La transformaci6n de la naturaleza por el hombre. -Independientemente delas imágenes que uno se haga Y' de las representaciones que se imaginen. el medio

fgeográfico actual es, en la roa oría de los casos, el resultado. de 'la acci6n del hombre,tan o ca e as con IClones ISIcas preeXIstentes. En el Sahara, en los' desiertos delAsia centraI, en las selvas del Amazonas o del A1nca ecuatorial, nOSencontramos sinduda frente a un medio natural verdadero. En la mayoría de los países habitados, porel contrario, ~l medio aC.tualse encuentra modelado por la naturale'Z8 tanto como. rel hombr,e. n gran numero .e r o es, e especies ve e a es y anima es, etc., hansido Instalados allí artificialmente; la roturaci6n de Jos grandes bosques, las talas deárboles, los cultivos, han transformado el clima al mismo tiempo que el paisaje, lo

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55LOS ~f."'RCOS DE LA POLÍTICA

que ha producido otras transformaciones en cadena. Incluso 10 que nosotros denomi- jnamos "la naturaleza", es decir excluyendo las ciudades, las construcciones, las carre-teras, los canales, etc" es el resultado tanto de la historia como de la geografía.

No obstante, es este "'medio actual" lo que influencia la vida social y los fenó-menos polí,ticos de la actualidad. Resulta vano tratar de distinguir en él la parte rcs-pectiva de los elementos físicos y de los elementos incorporados por la acción delhombre. Ambas influencias se encuentran amalgamadas en adelante en una mezclainexplicable. Por otra parte, poco importa. Lo esencial es m robar ue los fac-tores geográ£cos no son a únicamente factores físicos, sino ue también son a mis-mo tiempo actores sociológicos. Tal es la profunda significación e a expreslOn"geografía human~ que ha sido adoptada por la escuela francesa.

ALGUN..••S TEORÍASGENERALESDE CEOCRAFÍ..••POLÍTICA.- Resulta interesante citar"ahora a título documental, algunas hipótesis generales sobre la inUuenda de la geo.&,raha en la poubca. En principio no son apenas más serias en conjunto que las de .Aristóteles, Bodin }' Montesquieu, de las que ya hemos hablado. Algunas han ser-vido, por otra parte, más o menos de estimulante para las ambiciones y reivindica-

3. La liberación de la naturaleza. - No solamente el hombre modifica la natu.raleza hasta el punto de que la primitiva fisonomía de ésta sea cada vez más difícilde reconocer, sino que también el hombre se libera de ella progresivamente. En el"medio" complejo de la geografía humana la influencia de los factores propiamentefísicos tiende a disminuir, como' consecuellcia del desarrollo de las té9oicas. Hemosdicho que la técnica permite luchar contra el clima, ue su rime o disminu e lasISancla;;' o o cua ro uce o ras consecuencias o iticas.Por ejemplo, la nociónde "gran Estado" o de "pequeño Estado" no cs la misma ay que la de hace dossiglos. El departamento' era una gran división territorial cuando fue creado en 1791por la Constituyente, de acuerdo con el principio de que se debía poder trasladaren un día de la cabeza de partido al límite; en nuestros días, es preciso para ello sola.mente una hora, por 10 que el departamento ha pasado a ser demasiado pequeño'. Lainflu.encia de las técnicas ha llegado a ser capital también con res ecto a los rc-. r os na ura es. n ano. a economla e en la so re o o e a geografía. ti0gaño,epende mucho más e a tecnica. Las naciones desarrolladas no son as que tienen

.~n~Spósitnuaades geograiicas de recursos, S100 las ue oseen Uil mavor e Ul a-miento tecnológico., En definitiva, la distinci n entre "países subdesarro a os SI:

dice {amblen en vías de desatroHíi" o "en desarrollo acelerado") y los "países des-arrollados" (que son también los países "industrializados") es capital en lo que con-~Ierne a la influencia de Jos factores geográficos. Esta influencia .es muy importantepara los primeros; lo es cada vcz menos para los segundos. Así la influencia de lageografía disminu e a medida ue aumenta el ro reso técnico.

o re as concepciones de la escuela francesa de ea afía humana, cfr. P. VIDALDE HE, nnClpes e geograp ie umaine, 1922 y principa mente, L. FEBYl\£,La terre et l'hw,me, 1922; igualmente los trabajos del ge6grafo americano, 1. Bo\\'-M.\N,pnncIpalmente Geograp}llj in relation to the so~ial sciences, 1914, y el artículoconsagrado a Bowman por C. 1.•.1. 'VRIGLEY,en Geographical Review, 1951, p. 7.

Como ejemplo de un determinismo bastante sumario, cfr. E.-C. SEMPLE,Influencesof gcographic enoironmellt, Londres y Nueva York, 1911; las teorías de Amold Ton;.BEE sobre el "desafío" han sido expresadas por él en su obra fundamental en nuevevolúmenes, Studlj of historlj; en curso de publicación desde 1933, cuyos seis primerostomos han sido resumidos por D. C. SOMERWELLen un volumen traducido al franc;éscon el título: A. J. TOYNBEE,L'histoire: un essai d'interprétation, 1951 (cfr. sobre todolas páginas 74~182).

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LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

3, La teoría del heartIand de Mackiflder. - La ima inación in lesa no ha sidomenor que la americana, La teoría del heartland, omlU a a en por e gran geo.~rafo británico, Mackinder; es mas ramosa que la de Huntmgton, a causa de susImpIícac10nes estratégicas aunque no sea mas seria.

MacJdnder arte de una conce ción de la rivalidad de los pueblos continentalescon s pue os e mar. sta riva i a a la ama o a atenCIOll e mue os IS-.

s, soclO10gosy geógrafos amenores a 'el, rinei almente de RatzeI, el elial .lo /'

había pubÚcadó en 189S an lIbro sobre El mar en tanto que uente e (} er olítico, I 8ue coad vó ara 'ustiflcar la volunta e ex anSiOnmantima de Guillermo araae 'u er, os me ios e po er po Itico son diferentes en os Esta os marítimos que

e.n 105continentales; pero unos y otros se equilibran, Para que un Estado pueda do- fminar a los otros, sería necesario que reuniese al misIÍlo tiempo el poder rnarttimu yel continental. AsÍ" au o.~es uerzos e USIa OTconquistar bases con. acce-so al mar, los uerzos e as potencias marítimas ara iro e lrse o.

as i eas as orm a as por ac m er en 1907 ueron lanzadas otra vez orél, en , en su o ra un amenta so re L' acráticos a Tea 1 a ,'sistematizándolas en una teona general. SimpÚ.scando la lectura del planisferio, con-~idera a Europa, Asia Mrica como un. único bIo ue, drntro de la vida políticaterrestre, llamado' por él ."La -isla e Muo o , La cua se halla formada por paísesmiuítimos muy desarrollados y poblados en la periferia, .y con regiones más vacíasy' menos civilizadas en el interior. En esta enorme masa continental, una zona ocupauna sihmción fundamental, desde donde se puede dominar el conjunto. Mackinderla denomina el heartland (corazón del mundo) y la situó aproximadamente denrro delterrllOlio laso (no debemos olvIdar que el era comiSado bIitánlCó en Ucrama enUn9), Con arregló a esta dlVlslOny a esta termmologm resume en una frase lapi-dana, frecuentemente citada, su teoría: "Quien posea la Europa oriental domina elheartland; quien posea el heartland domina la Isla del Mundo qUIen osea la Isla. eona, cu o v or po hco es mnega e, s~gue~iendo, en el lana ositivo, meramente tantastica. a Sl o esmenti a por a IS-tona, tanto como or a evo UClon rea Iza a es e ue fue formulada; los EstadosUnidos, no inc ni os or Mackinder,. debido a que se sltua an uera e' La lsla delun o se- encuen an. actua mente en lClOn ara ominar a erra,

~o stante l¡¡s tesis de Mackin er m. SI o recuentem.ente utiliza as por os amores'joh6~~L~--º!9P~2S,__~~.ij_~l~IiL_'_ J~1.:s..!!ncJ a!í!i~~te,+-para Justificar r~l'1-ndIcaClO:-_~~_--==-=-_~~nes so re liTopa centra, o para, oponerse a e as,

4,' Las teorías ale~nas del "espacio vital". - Mucho antes del nacionalsocialismo,una escneIa de geógrafos alemanes desarrolló umi"..teorla del ¡¡es acio Vltal (Lebens-rau ,cuyo va or clenti ca es nu o, pero cuya in ueneia o ltica a sÚlo grande. Elori en \ rimero de esta teona se reman a a proplo atze. Para é , e po er po íTIco-e una naci6n de ende de do,~ e ementos eogr cos: a SItuación de una parte, y. el

espaCIO e rue ispone de otra, Pero aña e un ercer elemento no geogranco, quedenomina e senhdo del espacio" (Raumsinn), Se tratada de un sentido natural,como la vista-l.el Oldo o el tacto, ue estaría articularrncnte desarrollado en ctértosiuebIos, J' mUChOmenos en otros; os prim~ros senan por consl Ulen e

sando por el norte. Así se ex licaría el des lazamiento de los grandes núcleos de l. ~'Cl e loBa Ílonia a Grecia de Greci e ama a Fran-

ranCla a In aterra e n aterra a los Estados Unidos (al escri ir en unaépoca anterior. a 1940, Huntington es poco sensible al poder ruso. Como se puedeperclblr, esta teona tO:IImlacta por el geógrafo amencano es muy favorable a Amé- frica, Desgraciadamente para Huntington la arqueología ha aportado la prueba dela estabilidad de los climas a través de vanos mIlemos,

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la de Jean Brunhes,

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ciones de ciertos Estados. La más utilizable es proLablementereferente al conflicto entre nómadas y sedentarios.

1. Las teorías del corrflicto entre nór.nadas y sedentarios. _ El estudio de las civi.lizaciones de las este as asiáticos condujo a los discípulos de te Pla, a a fines delSlg o , armu ar una teoría de a In uenCla e noma iSIDO so re a vi a PO}-

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tiia. Segán elios, las condlclones de vida impoman la faD familia atriarcal, que".a cansa del au on ansmo po ltico. as.. far e, eó rafos, istoria ores, SOCIO ogos,se han sorprendIdo del caracter conquista aI e los pue os noma as ren epóEIaclOiIes sedemanas. Los esfuolos etnogdBco$ en Afnca del Norte y. en A:ftlcanegra, en las zonas de estepas ue bordean uno otro lado del desierto del Sáhara,ta:ilreve a:) enomenos astante parecidos, So re esta ase se ,a construido unateOIÍa del conflIcto entre los nómadas conquistadores y los sedentarios con uistados,la cual es bastante sena, pero bajo la condición de no exagerar su, a cance, E grangeógrafo Jean Brunhes la ha formulado así: "Las estepas herbáceas del Asia"'central,con InVIernos TI masas, no ermaen una ex 10taclOn extensiva; allí existe solamenteun cn tiva ue es prospero, so re las fa as e las montañas - en donde se han csta-ed o los oasis oe lrngación -, n ta as as eroas partes, el marco natural se

halla predispuesto para el arte pastoril, y tal ha sido por excelencia el dominio delos pastores caballeros, pequeños grupos de hombres dispersos con sus rebaños sobredominios inmensos, pero ohligados a desplazarse sin cesar, debiendo conocer por ade-lantado y de lejos los pastos disponibles y los recursos en agua, De esta manera, ad-quirían por la necesidad misma de su trabajo, un sentido de la conducta y de laestrategia que les predisponía a ejercer la soberanía del espacio y a dominar a sussemejantes, De estas estepas han salido algunos de los más g::-andes conquistadoresde la historia, Gengis Khan, Timur, Kubilai; es asible afiImar que es or estas este-pas, or las aptitudes confendas al ueblo astor, or a su or macion ea ra caar-me io, or o que se ex lcan en arte as cuaIi a es y acu tades que han con-tri uido a crear su po eL ntre estos grupos sue os e pastores y a ensl aIhclOsa de Jos pequenos cultivadores pululantes y esparcidos por toda el Asia meri-

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dional y oriental, ¿quiénes han sido los que han dirigido a ]a gente? Sin uuda, losprimeros. Durante varios siglos la China" y la propia India, han estado sometidas alos mangoTeso a lbs manchus, e~, a los nÓÍÜadas, o a los grandes pastores",

2. Las teorfas de Huntington sobre el desecamiento de la' Tierra. -Con estasteorías entramos en el dominio de la fantasía imaginativa, por otra parte brillante;El geógrafo americano Huntington, asombrado or el contraste entre las ciVl1izacio-nes prestl iosas del Asia .central y su occi enta en la J\ntigue a, a miseria ees a.~re iones a rínc' io e te SI o va -al ea e que esta eca enCla po la~xp 'carse por las variaciones del clima. La sequía 2ctua. e es os paIses e pareclaimpropia de los 'grandes imperios que conocieron antaño, por lo que comenzó 'a pen- rsar que su antiguo clima debió ser más húmedo, y que por consiguiente. habían sido _:~'t...víctimas""'de-+uno.-desecamiento'""ptbgte-sivb-:-~Pei'6'~tal'>-deseca1f:¡iei:itó---f~o""-podLa ser sino--==""--..'!~~.-general. De esta manera Huntin ton llegó a formular una teoría del desec iento;~f~~general de a tierra, que se rea lzana e manera pu s ti a través de alternancias de '/'penados secos y de períodos húmedos. :Cf

Por medio de esta randiosa hipótesis, Huntington pretendió explicar una serie ::ti<,f (k enomenos ist ricos, La istona e as" pere6rmaclOnes del paeblo hebreo, tal ~/t.1como la Blolia las cuenta, se haIlaba l:gada ara el con las alternancias de sequedad f>y e ume a a me la ermmo. a expansion e os mongo es, as InvaSIOnes ar-~aras en Europa occidental, habían 'sldo el resultado del desecamiento del nabÜ trlUllI sores, Huntin ton preten la or otrn «rte, ue e 'ec~' nto

progresivo de la tierra se reali7,:asegun una irección que va del este. al....l2f.S.te..pa-

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S 2. - Los marcos demográficos

A) La dimensión de la población

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La distinción entre grandes y pequeños Estados era familiar a los auto-res ca, an e que e esarro o e as eonas Jun 1

'rania en el sig O XIX a i uininase tras la idea e a iguald~~~e derechq.

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59LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

a). LA DISTINCIÓN ENTRE MACROPOLÍTICA y MICROPOLÍTlCA. _ La distin-ción entr~ micropolítica y macropolítica' es muy importante. La diferenciade dimensiones entre las comunidades produce una diferencia de natu-raleza en las relaciones soc;iales que se entrelazan en ellas y de los fenó ..menos políticos que se desarrollan.

Voltaire pensaba ue la democracia no conviene más que a pequeños 1stados. Roussea Constituciones I eren tes para o ama y

para Ginebra a causa de sus distintas dimensiones. En la actua i a , a'noción de dimensión de las comunidades vuelve al primer plano de laspreocupaciones políticas, lo mi~mo sea en el nivel de las naciones que en'el de otras comunidades (las "grandes urbanizaciones", las grandes ciuda~des, los "pequeños grupos", etc.). Desde el punto de vista teórico, parecelógico que la naturaleza misma de los fenómenos políticos cambie con ladimensión de las comunidades y que una distinción fundamental opongaasí la "macropolítica" a la "micropolítica".

La: dImensión de las c 'dades de ende esencialmente de la ai-mensión de sus poblaciones, es decir, del número e sus miero ros. adimensión del territorio no posee a este respecto más que una inHu~secundaria. Australia es un Estado medio, de acuerdo con su poblaci6n, a fp-esar de ue osea un gran territorio. Las relaciones entre la dimensiónde territorio y la poblacion e nen la d'ensldad demograñca: esta denSI-dad es la base del concepto de "presión demográfica" 1 que esfuctl3remosmás adel~nte.

l. La diferencia de dimensiones de las.comunidades. - La micropoIí-tica es la olítica' en ei marco de las pequeñas comunidades' mientras que!la macro oHOca es la ue se esarro a en as grandes comunida es. o-ra ien, ¿cómo distinguir las gran es cornuni a es e as pegueñas? Evi-dentemente las situaciones intermedias no son raras, ante las que cabeuna cierta duda. No se uede definir el número reciso de mie'robras apartir del cual uná comunidad deje de ser pequeña para conver use engrande. Sin embargo, la distinCión es en genera.l bastante cIara, En una. p~ ueña comunIdad, todos los miembros se conocen ersonalmente; susrelaciones son por consigUlente esencia ente relaciones interp~rsona'es,relaciones de hombre a hombre. pOdríamos decir. Así se definen los smalli{roups de los anglosajones. EE una 'gran comunidad, al contrario, ehu:>:-llocimientopersonal de todos los miembros ni existe, ni puede existir. Un _francés no puede conoCer a todos los franceses. ni un belga a todos losJ?elgas) c:.!c. ~a masa de hombres ue constiruyen la comunidad es, parasada uno de sus miem ros. l¿na a stracci6n. una imagen, un:mito en eler a.manera y no algo concreto y vivo. Las relaciones se hacen en gran partepor medio de organizaciones

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA58que los segundos ara a r " e~ ado euc les es necesario iarlo Cl

consecuenCia. espues de la guerra de 1914, el lnstitut für Ceo olitik de la Uni\f~r-sldad de Munie, aJo a IreCClOn e general af nus o er, que legó a ser mástarde canse/ero de Hitler, desarrollo en base a las Ideas de RatzeI una teoría del"espacIO vital" pasablemente- oscura pero poÚhcamente eficaz. Cada pueblo tenddgderecho a ,con Ulsrat el es aelO necesano ara desarrollarse Jenameotc. L..9s puebloso a os e "s('ntido el espacio" tienen el derecho de extellderse a costa de a uellosque no poseen esta cuahdad, \le no ue en, or consi uiente, ar eoar e es nciode'manera tan per ccta como e os. unto a geógrafos serios como Hausho er, e Insti.tuto de Geopolítica reunió a seudosabios umeamen e n UCI o si6n . 01-

tica, ca a vez mas numerosos a partir de 1933. Así, se convirti6 en una nueva 06-:cina de propaganda, destinada a simular bajo argumentos seudocientíficos la v,?luntadalemana de expansión. La clase de razonamiento era la siguiente (formulada por uno

rde los rnie~bros del !nstituto): "Un ueblo no puede privarse de las desembocadu-ras de sus nos del mismo modo que el ueno e una casa no Eue e pnvarse e anave de su puerta .. Sobre las teorías de Huntington, cfr. E. HUNTI:'\GTON,The pulse of Asia, 1901,Palestine aud its transformation, 1911, Civilíwtion .and climate, 1915, )' la crítica deJ. COTnlANN, en L'homme, la route et l'eau en Asie sud-occidentale (Annales de géo-graphie, 1938, pp. 575 Y ss.). - Sobre las teorías de i'.bckinder, cfr. H. MACKINDER,Democratíc ideals und reality, Londres, 1919, y su artículo The geographical pivot onhistor)' (Ceographícal ¡cumal, 1907). - Las teorías de Ratzel sobre el sentido dele.~pacio se encuentran desarrolladas en F. RATZEL,Politische Geographie, 1807.

La influencia de la demografía sobre la política, ~[ una idea que sej1alTa extendida desde hace mucho tiempo. El vulgo admite con agradula explicación de que las guerras y las revolucionE;s son la consecuenciade la presión de la poblaclOn. Esta Idea fue formulada hace ya varios.siglos, mucho antes de convertirse en la base de la propaganda hitlerianadel "espacio vital" y de volver a ser utilizada por ciertos sociólogos con-temporaneos.

Sin embargo, las grandes teorías políticas no conceden gran importan-cia a la demografía. Liberales y marXIstas no han esbozado apenas este ro-'bleina. Cnstianos, naCiona istas y comunistas se a an e acuerdo encriticar las tem maltUSIanas en o onerse al control de nacimientos.

!No ante a aceleraci6n del crecimiento demo r ca pro uce conse-<?llenciaspoHticas un amenta es. numero ruto de la población - quedefine la almensl6n de las comunidades - es en sí mismo un fenómenopolítico capital.~----.......,

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Finalmente, el criterio de la distinción de los tipos de comunidadesestriba en el hombre. Las pequeñas comunidades se fundan en relacioneshumanas directas, mieñtras que las grandes se basan en relaciones huma-ITas qUe pacifismos calilies! de medIatIzaaas. El ciudadano de una ciu-dad muy grande no tendrá prácticamente nunca la ocasión de vera sualcalde, a no ser en el curso de ceremonias en las que le verá «en re-presentación", podríamos decir, o en el curso de breves audiencias endonde el aparato y la distancia social harán artificiales las relaciones hu-manas. El ciudadano de una pequeña localidad uede ver a su alcalde,discutir con e,:,} conocer e particu amente, desarrollar con él lazos de sim-patia, etc. Normalmente el cmdadano de una gran ciudad poseerá ciertos"contactos con la administración municipal, pero serán muy diferentes. Deigual modo, para el ciudadano de una gran nación, el jefe del Estado esUD personaje aún más mítico y más lejano, siendo las relaciones con elpoder todav~ más puramente administrativas.

2. La diferenda de naturaleza de las relaciones SOCÚlleS.- Así, la dife-rencia de dimensiones entre las comunidades comporta una diferencia denaruraleza en las relaciones sociales; el contacto humano directo y las rela-ciones mediatizadas son fundamentalmente diferentes. Asta diferencia es.

lparticularmente clara sobre el lana ohhco. En las pequeñas comuni-a es, a uc a po lht:a se desarrolla esencialmente bajo forma individual.

Sin duda, pueden formarse coaliciones, planes, facciones que son el esbozode UDa lucha colectiva. Pero no se trata de organizaciones propiamentedichas, sino simplemente de alianzas entre individuos, de afinidades per-sonales. De igual modo, la integración es sobre todo un problema dearmonización de las relaciones interpersonales.

En las grandes comunidades, por el contrariQ,!,1 combate político escolectivo tanto COIllOmdlVldual.1 pOllIendo en funcionamiento organizacio-nes complejas y estructuradas. En ella-s se enfrentan' instituciones, "má-

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uinas", "aparatos", más O menos 1m ortantes y com le'os. La lucha seaesarrol a a a vez entre ellos y dentro e cada uno de ellos. Desde esteúltimo punto de vista adopta a veces los caracteres que posee en laspequeñas comunidades, es decir, se trata de una lucha individual. 6.sí, lamaciol)(ilífica- .y- la micropolítica sé entremezclan. Peto -con frecüenc1a,centro de estas organizaciones, las relaciones humanas son menos direc-tas, menos personales, más anónimas y burocráticas. La diferencia es aná~loga a la que separa las unidades artesanales de las grandes empresasmodernas. Las relaciones del patrón artesano con sus compañeros depen-den de la micropolítica, mientras que las del gran patrón con sus obrerosdependen de la macropolítica. La integración plantea entonces problemasde orgánización comunitaria, más bien que relaciones interpersonales, ytamhién prohlemas de- creencias y de imágenes colectivas que hacen posi-

ble que los miembros tengan una idea del conjunto de la sociedad (labandera, la patria, etc.).

b) Los PROBLEMAS DE LA MACROPOLÍTICA. - El poder político en lasgrandes comunidades plantea problemas particulares que _adquieren unaagudeza cada vez mayor en las sociedades modernas, porque éstas,precisamente, reposan sobre grupos humanos de dimensiones elevadas.Los principales conciernen a la burocratizaci6n y a la descentralizaci6n.

1. La burocracÚl. - El gobierno de las grandes comunidades tiendea convertirse en burocrátICO. Por una parte, los gobernantes no puedentener nmgun contacto directo con los ciudadanos, a no ser de manera tea~tral y ficticia, por medio de la radio, la televisióri y la propaganda. Porotra, cuanto mayor es la comunidad mayores son los escalones intermediosque se mulhphcan entre el srmple CIUdadano y el poder. ~ste desarrolloael aparato administrativo obIi a a standardizar las relaciones entre losunCI nanas e u ICO a través de formularios im reso c

que tien en a conferir un carácter anónimo mecánico a las eticionese os cm a anos. entro el a arato las relaciones lle an a ser i ual-

mente standllrdizadas entre os diferentes escalones jerárguicos .. Final-mente, el poder pierde contacto con la realidad social de base. No conocemás que una imagen abstracta reducida a elerpentos generales, esencial-mente estadísticos. El desarrollo de la mecanografía agrava esta tendenciahacia la abstracción. Tales son los aspectos principales de la bu:ocracia.Volveremos a considerar más ad~lante este fen6meno, que se encuentraligado al progreso técnico (cfr. p. 91).

Esta burocracia no se desarrolla únicamente en el nivel del poder. LasorgamzaclOnes politicas que luchan por conquistarlo tienden ellas mismasa convertirse en grandes comunidades en las que las relaciones humanas

. se burocratizan igualmente. La burocratizaci6n. de los sindicatos y de losartidos de masa se ha descrito hace ya mucho nempo. El combate polí-

tico hende asi a convertirse en una batalla de robots, en la que el simpleciudadano se siente ,extraño. Por reacción, esto constituye sin duda unode los factores. del crecimiento" de la tendencia general, en nuestra época,a personalizar el poder político; La con£anza y la admiración que el ciu-dadano consagra al jefe de ..E5tado~ O ai jefe de partido convertidos envedettes, le dan la impresión de un contacto humano directo, que fran-quea las barreras de la burocracia: esta impresión es, por otra parte, ilu-soria. Por otro lado, la burocratización del poder hace a éste más opresor,puesto que junto al peligro pS1cologlCOdel poder se encuentra un peligrotécnico (cfr. más adelante, p. 94).

2. La descentralización. - En una comunicad de randes dimens"iones,l~ lucha política real a nivel central se libra así entre gran es m qUillas,

61LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

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grandes organizaciones, en cuya actividad el ciudadano no artici a sino. e manera a stracta y epi s ICfl. sen lmIento e a ienación que resultade ello no se dISIpa más que parcialmente por la personaHiación delpoder, puesto que conserva un carácter ilusorio. La verdadera participa~

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'" ción del ciudadano en las decisiones no es entonces' asible más ue si lacamum a se encuentra dividida en ru os más e ueños, a la medidalimaDa, dentro de los cuales existe un poder, una autoridad, y una posi-

bilidad de decisión, es decir, si existe la descentralización.- La descentralización no debe confundirse con la ordenación territo~[¡al del poder. ~ncIuso en un régimen de centralización es preciso q'4e eXIstanprerrogatIvas locales de autoridad. Pero estas prerrogativas no implicanninguna vida política local, ya se encuentren en manos de simples agentesde ejecución, que hacen aplicar únicamente las decisiones tomadas en lacapital, ya se encuentren en manos de gente dotada de un poder dedecisión que ejercen en nombre del gobierno central, a quien únicamentedeben rendir cuentas (gobernadores). No hay vida política local, más que silas autoridades locales son inde endientes e o er centr si emanane una competición olítica local v si oseen al 'ere eClSlOn propio.La descentralización puede manifestarse por otra arte, no sólo en' el

plano local. En e ecto, existe, Junto a a escentralización territoria , unadescentralización que p¿dría denominarse "corporativa", que. remite po-deres de decisión y de elección de los hombres que los ejercen a comuni-dades particulares: asociaciones, sindicatos, .organismos de expansión eco-nómica, Universidades, etc. '

La descentraiización se ha convertido en uno de los roblemas esen-cia es .de a vi a o Itica randes comu ' Sin ella, en e ecto,la vida política se enmohece, la competición se desarrolla únicamente enel nivel de las grandes organizaciones burocratizadas, la integración ad-quiere un carácter abstracto y formal, los hombres se sienten alienados.Pero el desarrollo del progreso técnico va en sentido contrario de la ..des-centralización. En principio, porque al disminuir las distancias, permitetomar las decisiones en el escalón central (el teléfono, por ejemplo, es unobstáculo para la autonomía local, puesto que resulta muy fác"n zanjar lacuestión desde la capital). Además, porque tiende hacia una organizaciónde masas, una planificación y una previsión globales, en el mareo de gran-des unida"des. No hay que exagerar, sin embargo, esta antinomia. Incluso,técnicamente) es contraproducente un exceso de centralización '2omo se'ba visto claramente en a p ani cacion sovietica. esde hace algunos años,'se 'puede ver un renacimiento de la descentralización, en las grandes ca,mumdades centralizadas (D. R. S. S., democracIas populares, t'rancia, prin"@palmenta). .

a) PRESIÓNDEMOGRÁFICA Y ANTAGONISMOS POLÍTlCOS. - La idea de qut'en los aÍses su e obladas las tensiones sociales son violentas las revo-luciones la uerras frecuentes, es tan vieja como el mundo. Por e con-trario, en los paíse"s menos po a os, os antagonismos aparechían ate-Inuados, los gobernántes menos discutidos y la paz más segura. J

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63LOS }'lAACOS DE LA POLÍTICA

. B)La presión demográfica

derno ráfica se define por una cierta relación e.IÍtre la di-e la población y a e terntono. xlste presión demográEca

buando la oblación demasiado numerosa en....relaClOD con el terntono.a Situación actual y futura de la mayor parte e os países subdesarro-

llados es uno de lo~ ejemplos más curiosos de presión demográ£ca y delas consecuencias políticas que ésta comporta,

1. Las teorías de lo presión demográfica. - Aristóteles y Platón pen-saban ya que el crecimiento excesivo de la oblac' 'rturba-dones socia es. Montaigne, en el capítulo XXIII de sus Ensayos, relacionaestrechamente la teoría demográfica de. las guerras con la de las revolu-ciones, al considerar aquéllas como la "sangría de la República", que purgaal organismo e impide ser perturbado por un Hujo de sangr'e (de acuerdocon las creencias médicas de la época). El tema era entonces familiar.~'~chos autores del Renacimiento explicaban los contlictos de la epocapor medio de la presión de la población. "La guerra es necesaria con e.fin de ue la . ventud _se ex atrÍe de que;f-Já.p'oblación disminuya", es-'crib~a Ulrich van Hutten en 1518. "Si a guerra y la muerte no vienen_jen nuestr era menester a andonar nuestra tierra deambularde aguí para allá como os o emlOS , ana la e astian Franck en 1538.En el siglo xvm, la idea de que ]a presión d'émográBca era causa de losánta omsmos ohticos ins iró directamente las ideas de Malthus, el cuatemía que un aumento de la poblaci6n pobre, a a que se copobreza aún may"or a causa de este crecimiÉmto, aumentase su envidiasobre las propiedades de los ricos, destruyendo así el orden social.

Las teorías de la presión demográfica descansan en algunos hechosimpresionantes. La población de Europa se iluplicó entre 1814 y 1914,'estallando a continuación los grandes conflictos de la primera mitad de:lsiglo XIX; a £nes del si lo XVIll Francia se' encontraba probablemente 54-"

perpoblada,; en re acion con los recursos natura es con as tecnicas e aepoca: en este momento sur ieron la Revolución de 1789 as gran es

'-:guer¡:as e 1792-1815. En los países subdesarrollados actuales, a super!'poblaCión coincide con múltiples movimientos revolucionarios y con unaaptitud a menudo belicosa. En los años .30. Alemania en Europa y el

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Japón en Asia, se encontraban visiblemente superpoblados. Su expansio-ñismo y las guerras que éste desencadenó consecuentemente; tenían comofinalidad el procurar a estos países el espacio vital que les faltaba. Inver-samente la subpo6Jaci6n de los Estados Unidos en el si lo XIX untó- conla POSl 11 a ara did irse acia de . ita-ron as tensiones sociales disminu eran r' ,.... a de ases.e comprenden, de esta torma, las tesi:i de Gastan Bouthoul, p~ará quien lasguerras desempeñarían en la actualidad la función reguladora que enotros tIempos aseguraron las grandes epidemias, es decir, tener comO 1€-suItado una relaJaclOn demo~raBca;;. Dicho de otro modo, senan unaespeCie de valvulas de segnr;rlfI dA idea que se asemeja a la que sostuvotambIen Montaigne. .

2. Crítica de las teorlas de la presí6n demográfica. - Sin embargo, bajoeste aspecto simplista, las teorías de la presión demográ6.ca son critica.

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bIes. Los a~ses más .poblados no son los más belicosos, pues, en este caso,Holanda sena, merce a a eosi a e su po aClOn, a naClOn mas gue-rrera de Europa. "La China superpoblada ha sido mu aciSca durantemuchos siglos, mientras que as tn us e os ieles rojas de América del

, so re mmensos territorios; se encontra an contmuameI?-te

\

en lucha. Mu.~hos otros factores, aparte del exceso de oblación desen-cadenarOn la RevoluclOn francesa e 1789. Por otro lado, las revolucionesrusas de 1905 1917 estallaron en un pais subpoblado, donde resultabaunposi le hablar e preSlOn emogra ca. s a nocion continÚa siendo muy(\7aga; además no puede deRnírse solamente por la densidad de población.Alfred Sauvy nota que es preciso tener en cuenta igualmente su enveje __cimiento, que crece a medida de la expansión, lo que disminuye lapresión. También son importantes las representaciones colectivas. Por ejem-plo, el "peligro amarillo", de moda desde fines del siglo último, y nueva-mente desde hace algunos años, se basa más que en el análisis realistade la potencia de los asiáticos, en la vaga imagen de un hervidero deinmensas masas con ojos desorbitados y en su desbordamiento sobre lasnaciones blancas. El mito del "rodillo compresor" ha desempeñado mipapel-innegable en la moral de fa- nación francesa en 1914; .imágenes aná-logas contribuyeron a desmoralizar a los alemanes ~ partir de 1942.

Es preciso considerar sobre todo los recursos naturales las osibili-dades e s. ~lOn. cler os respectos, la teoría de la presión de as. ~

,ljoblaciones es una teona de la penUrIa, por 10 que es m~S bien económica---S.ue demográfica. Precisamente fue analizada con esta óptica pOi 1\Jalthus,cuando formulo en 1798 la célebre ley: "La población tiende natura~~,

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. mente a aumentar en progresión geométrica, mientras que los altmento .10 hacen en progre$lñn antmehcªlJ. La desproporclOn entre una y otr sserá cada vez mayor, pues mientras la "po~laclOn aumenta al ntrno,~ 5, ~ S/1(:lOt."ül \ 1'0lT,hH',<

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4, 6, 8, 10, 12, Ia no ser que se realizasecondenada_al hambre, 19

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LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

b) LA PRESIÓN DEMOGRÁFICA EN LOS PAÍSES SUBDESARROLLADOS. - En el Ipresente, la teoría de la resión demo ráRca ex resa la situación de lospaíses sub esarrollados en donde el crecimiento de.la pob acion a qUIere. un r.itmo demasiado rápido, que agrava mucho los antagonismos politIcos.Un mero vistazo sobre las estadísticas demográficas muestra que el creci-miento general de la población se realiza según velocidades muy due-mtes para cada país. 'Aproximadamente podemo~ distinguir dos ritmos:Q:¿ el de los aÍses ind striales desarrollados, en donde el creCllIllento esrelativamente lento, y 2. el de los países su esarro a os, en on e el'-~recimiento es al c'oñtrario' muy rapid,01Jo que les coloca en una SItuaCIóndramática.

1. Los dos equilibrios demográficos .naturales. - La observación im-parcial de los hechos sugiere la idea de que tienden a establecerse na-turalmente dos es ecies de e uilibrios demo ráRcos or el juego defactores asio ogicos y psicológicos a la vez: un equilibrio en os Ealses pnmI-tivos y un equilibrio en los aIses mdustriales mu desarroI adoso'---"El equilibrio e os países muy primitivos es de la misma naturalezaque el observado en numerosÍsimas especies animales. Se basa en la coro-,

2, 4, 8, 16, 3214:etc. La humanidad se verla de este modouna restricc~m voluntaria de los nacimientos,cua{ prodUCIrla conflictos muy graves.

a ley de Malthus, en la fOFma matemática dada por su autor, no hasido nunca verificada, ni tampoco es verificable. ¿Qué significa el creci-miento "natural" de una población o de los alimentOs? A pesar de todo,a idea de ue la primera crece más rá idamente ue tos se undos, haque ado profundamente gravada en la mente de los hombres. En la épocacontemporanea, la aceleración del ritmo de ex ansión demo ráfica le hada o un caracter e actualidad, por 10 que el maltusianismo a vue toa renacer, principalmente en los Estados Unidos. Un gran número deetnógrafos se a . ,......, de lapo aci n frente al carácter evident.emente limitado de los recursos. Algu-n e os, estiman, por otra arte ue enS1VO lende a'agotar las tierras ue as su sistencias se hallan a ' deescasez. os m s 'optimistas, que piensan ue una x ]otación raciona '1permitiría a a tierra a Imenta mas e seis mil millones de ersonas, seencuentran per lejos por el hecho de que esta ci ra corre el riesgosupera a a partir e año . DCuso si se a mIte a pOSI I a e a l-. mentar diez mil millones de hombres, esta cifra sería alcanzada en menosde tres cuartos de siglo. El ciego optimismo de las teorías expansionistasno basta ciertamente pará resolver un problema semejante.

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2. La ruptura de los equilibrios naturales en los países subdesarrolln-dos. - La situación de los países subd'esarrollado,s parece estar caracteri-zada por el hecho de que el equilibrio primitivo se ha roto ya, mientrasque no se ha establecido todavía en ellos el equilibrio de los países desarro-llados. La adopción de algunas reglas elementales de higiene y sanidad,y sobre todo los tratamientos fáciles y poco costosos para luchar contralas enfermedades endémicas (empleo masivo y regular del D. D. T. verbi-gracia) hacen disminuir rápidamente la mortalidad en fuerte proporción,principalmente la mortalidad infantil, que es la más importante desdeeste punto de vista del crecimiento demográfico (la prolongación de vidade los ancianos, posterior a la pérdida de la facultad de reproducción, noposee ninguna significación a" este respecto). La natalidad tiende, por elcontrario, a mantenerse durante mucho tiempo en el mismo nivel. Prime-ramente, porque el género de vida y las costumbres alimei1t.ariás camQian

binación de una natalidad y de una mortalidad muy elevadas. Podríamosden.oromarío el lo~quilibrio del esturión". La hembra del ~sturi6n ponedocenas de miles de huevos; si todos ellos llegasen a madurar, y si todoslos huevos de estos nuevos esturiones tuviesen la misma posibilidad devida, en muy poco espacio de tiempo todas las especies de animales severían aniquiladas por estos peces, y la tierra se convertiría así en uninmenso parque de esturiones. Sin embargo, ~on millares los huevos queno llegan a madurar, de igual modo que son millares IQS uenos estu-CIones amqUIlados. Por consiguiente, se esta eee un equilibrio demográ-B.ca relativo en el mundo de los esturiones. El equilibrio demográfico dela humanidad primitiva es análogo. Una fecundidad natural muy fuerte

1combinada con una falta de restricción de nacimientos, produce una nat:3.:-¡;aad muy elevada. Pero la falta de higiene, las dificultades de alimenta-cióllrlas enfermedades, el envejecimiento prematuro, producen Igualmenteuna elevada mortalidad.. En los países industriales muy desarrollados, la sih..Iaci6n es diferenteen ambos puntos. Una mejor higiene, una alimentación más abundante .Yeguilibrada. el desarrollo de la medicina, hacen disminuir en ran maneraia mortalidad. Pero al mismo tiempo' la nat i a tiende a bajar igual.mepte. En prime'tlugar, por el efecto de Jactares biológicos todavia m?al~conocIdos, pero cuya acción no es apenas -dúdosa. Contrariamente a laopinión corriente, la subalimentación y la debilidad £siológica tienen comeconsecuencia una' gran fecundidad natural. Ésta parece disminuir al con-trario cuando la alimentación es mejor y cuando la vitalidad general esmás fuerte. En segundo lugar, el desarrollo del confort, de la educación,del individualismo; aumenta la restricción voluntaria de los nacimientos.En deRnitiva, tiende a establecerse, de esta manera, un cierto equilibriodemográfico al coincidir una débil natalidad con una debil mortahdacl.

1. La teoría de In fecundidad diferencial y In eugenesia. - En todotiempo, los observadores se han extrañado por el hecho de que la nata-lidad descendía más en las clases ricas que en las clases pobres. Desdeháce muchos años,' ha habido autores ue han deducido de este hechoéonsecuencias o Itica as eyes e Augusto, es tinadas a favorecer la.'natali a , se aplicaban únicamente a los caballeros. Se trataba de mante-ner así el poder de la aristocracia, de impedir que fuese asfixiada por elcrecimiento demográfico más rápido de la gente del pueblo. Malthus,.J20r su parteJ-E!edicaba la restricción voluntaria de nacimientos en lo quse refiere exclusivamente a las clases obres con ob'eto de impedir quesu rapI o z.umento crease una situación ex losiva ue usiese en pe 19roas prople a es e los ricos.

En la época moderna, algunos teóricos han deducido conclusionesmás pesimistas todavIa de 10 que llaman la fecundIdad diferenCIal, es

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67LOS MAI\COS DE LA POLÍTICA

poco, y no se modifica la fecundidad natural. Después, porque las costum-bres tradicionales y la formación general evolucionan muy lentamente.oponiéndose por mucho tiempo aún a la práctica corriente de la restric-ción voluntaria de los nacimientos. El resultado estriba entonces en uela población tiende a crecer siE:uien o un ntmo muy _L<lpido, iferente al~itmo normal.

Las cornecuencias de este desequilibrio demográBco son tanto másgraves cuanto que aparecen en el momento en que la necesidad de uncrecimiento acelerado hace muy difícil el mantenimiento de los alimentosa su nivel habitual. En efecto, ya que es preciso suprimir trabajadores enla producción de bienes de consumo corrientes, para consagrarlos a' laconstrucción de fábricas, d~ carreteras, de pantanos, etc" es decir, en lasinversiones necesarias para e ..;~~struirla infraestructura de un país moder-~o. Durante e,ste período intermp.dio las subsistencias tiend, en a disminuir, \mientras que la población tiende a aumentar si uiendo un ritmo rá ido.e es a manera, os países su esarro a os se encuentran ante una situa-

élon explosiva!.. peor que la descrita por los dem6grifOSlilásiñiltuslano'(Los antagonismos olíticos se desarrollan en ellos violentamenteoao-'ele eCto e la presión demográfica. Revoluciones, guerras y dictaduras co.-'rren el nesgo de salir de esta situación. a no ser que se tomen medidasdraconianas para propaga~ el uso de los procedimientos anticonceptivos.

e) EL SUPERCRECIMIENTO DEMOGRÁFICO DE LAS CLASES MÁS POBRES.- Laruptura de los equilibrios demográficos naturales, que caracteriza a lospaíses subdesarrollados, ¿afecta también a las clases más pobres de lospaíses industrializados? Ciertos autores que así lo piensan, han construidode acuerdo con esta base la teoría llamada de la fecundidad diferencial,que ha producido a su vez la doctrina de la eugenesia. Ambas son criti-cables. ~

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SOCIOLOGÍApoLÍncA66

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1. Distrito en donde vive tradicionalmente la burguesía acomodada de París.(N. del T.)

69LOS :!o.1ABCOSDE LA POLÍTICA

C) La composfci6n de la poblaci6n

a) LA COMPOSICIÓN POR EDAD Y POR SEXO. - La influencia del sexo pa-rece más clara que la de la edad en los comportamientos políticos, aunquesin llegar a ser muy grande. ~a,s. mujeres normalmente son más conser-¡vadoras que los hombres. Los jóvenes son también con frecuencia- menosconservadores que los adultos. " "

1. Edad y actitud política. - En los paises desarrollados, donde la vida.es larga y la natalidad débil, los ancianos son numerosos en relación a las

Por otra parte, y sobre todo, nada es más falso que la creencia en lasuperioridad intelectual de los individuos de las clases llamadas «superio-res". Los eugenistas cometen a este propósito el mismo error que losteóricós del racismo. Pretenden apoyarse en un cierto número de encues-"tas realIzadas en dIferentes países sobre las aptitudes de los niños en edadescolar. Estas encuestas, realizadas mediante el sistema de test, han mos-trado en efecto que el nivel intelectual era más grande por término me-dio, a igual edad, en los niños de la burguesía que en los de las clasesobrera o campesina. Pero, sin embargo, esto no prueba de ningún modoque las aptitudes innatas de los unos y de los otros sean diferentes. Inclusodejando de lado los factorés físicos (mejor alimentación, etc.), muy impor ..tantes para el desarrollo intelectual del niño, la simple diferencia de me-dios sociales y de educación consecuente, basta para explicar las diferen-cias de respuesta~ en los tests.

La formación intelectual por ósmosis, que resulta de las conversacio-nes con los padres y del medio social es capital. Es indudable que lus Ihijos de obreros y de campesinos se encuentran en "d:esventaa a este res-pec o, en comparaClOn con los hijos de-la bur uesÍa. Esta desventaja bastapara F3XP icar as Herencias en los resultados de los tests. Un hecho tiendea probar la exactitud de una interpretación semejante. Se trata de quela distancia de las respuestas medias en los tests, según las clases socia.les, disminuye a medida que la edad de los niños se eleva y que comienzantodos a sufrir más profundamente la impronta de una formación escolarcomún (cfr. p. 78). Las diferencias de origen, es decir, las que resultande la ayuda de los padres en la redacción de los deberes, en las explic~-dones coq¡ lementarias de la escuela. y de la permanencia de la educa-CI n por ósmosis" del medio. exolican el mantenimiento e una: re a lvaistancia.

;La composición de la población por edad ...por sexo. por nivel socío-cultura o ca egonas etnicas,. y su istri uci6n geográfica desempeñan unaDeT1mportante en la vida oHtica. Menos importante que el de la pre-

-;sión- emográfica,-pero- .....no -despreciable,~sln~"~~~.!JargQ.,-=-=-=-';-=0 "-""'''''''''-"

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA68

2. Crítica de las teorlas de la eugenesia y de la fecundidad diferen-cwl. - Tedas estas teorías son muy discutibles. En principio. porque lasdiferenciás de fecundidad, o más bien de natalidad, según las clases so-ciales. no son tan grandes como se pretende. Tienden naturalmente a

, atenuarse. En los países más desarrollados, la natalidad aumenta desdehace algunos años _,enla clase burguesa, mientras que baja en la obrera;el caso de los Estados Unidos es típico a este respecto. En Francia. lossubsidios familiares frenan este movimiento; pero comienza a hacersesensible a pesar de todo. Por 'otra parte. la situaci6n de las clases ricas yde las cIases pobres, dentro de una misma sociedad industrial, no es com-parable a la de dos sociedades diferentes, una desarrollada y otra subdes-"arrollada.~.J:=.os.~-campesinos--y----':" los -obreros-=-se~encuentran" su:6cientemente.;:"~instruidos, para utilizar los procedimientos anticonceptivos, al igual quelos burgueses. Por otra parte, la mortalidad continúa durante mucho tiem-po siendo muy superior en las clases pobres, principalmente la mortalidad,infantil, lo que atenúa los efectos de una mayor natalidad (la mortalidadinfantil en algunos banios populares de París es el doble de la que se daen el distrito 16).1 .

,decir, el crecimiento más rápido de ]a lación más obre. Consideran-do que es a es taro ién la menos instruida, la menos desarrollada intelec-tualrnente, han concluido que dentro de la humanidad, la gente más inte-ligente tendía de forma natural a ser cada vez menos numerosa, y estarasfixiada por los más necios. Así, a causa de un mecanismo demográficonatural, la humanidad tendería a retroceder, esto es, la evolución la con-duciría hacia una estupidez global cada vez mayor.

Las consecuencias ló . sta teoría de a arienda cie~tí£ca las~n ":deduci o a gunos, los cuales preconizan una política que avorezcasistemáticamente la natalidad de las cIases superiores y desfavorezca laoc las clases inferiores; a esto se denomina eugenesia. Las leyes imperia-les de Augusto se basaoan en la eugenesia antes de existir el término.Los «eugenistas" moderados se limitan a establecer medidas análogas:por ejemplo, I~ supresión de los subsidios familiares en lo que respecta alas clases menos evolucionadas, ~ otorgamiento de ventajas sistemáticas

la.la natalidad en las clases superiores, etc. Los intranSigentes. van mucho"trlrs leJOS.Algunos reclaman la esterilización de los individuos ue sehallanafecta os por taras hereditarias o desór enes mentales, e incluso lacreacion de verdaderos "criaderos humanos". consagrados a la multipli.-~lOn de los mdividuos de calIdad supenor. Ños encontramos aquí. pormedio de una vía desviada. con las teorüis racistas. ~stenhzaci6n y~cleros humanos" fueron empleados en la Alemania de Hitler.

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1. Nombre dado en 1793 a los elegantes realistas. (N. del 1'.)

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jóvenes generaciones, mientras que en los países subdesarrollados aqué.Hos .son, por el contrario, escasos. Ahora bien. s~ admite generalmenteque los ancianos se encuentran mM vine do. e orden existente,sien o, p 1 Ulen e, mas conservadores, mientras que los jóvenes sonmas revolucIOnarIos. Sin embargo, el gusto de la juventud por .la novedadpuede tornarse muy fácilmente hacia falsas novedades, cuyo carácterchocante, provocativo, violento en apariencia, corresponde perfectamentea las manifestaciones psicológicas de la crisis de originalidad juveniL Enla burguesía, esta crisis engendra con frecuencia un conflicto entre la ne-cesidad de cambio que suscita. y la vinculación profunda, instintiva, a unasituación social privilegiada, todo lo cual corre el riesgo de conducir alfascismo y a todos los movimientos de estilo "muscadino".l Sigue siendo,

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empero, probable que una nación joven se encuentra más inclinada haCIalas revoluciones y los cambIOS rotundos ue. una naCIOn VIela que pro-esa una r u nanda más fuerte hacia estos cambios.

Diversos análisis han mostrado ue la juventud siente una mayor e-ferencia or votar a los partidos ue ro on que a os partidoséonservadores y mo erados. X ello, tanto si estos partidos son de izquier-Jas, como de extrema derecha, aunque, en definitiva, sea más normal enel primer caso, salvo en circunstancias particulares. La media de edad dela población se refleja también en los dirigentes: 12Juventud de los gober.nantes de los paises subdesarrollados actuales, la juventud de los hombresde 1189, etc:_~~~fleja la edad media de las p()blaciones. ,Estos fenómenos. demográficos expÍican en parte que las naciones industrializadas, conmedia de edad elevada, He uen a ser cada vez más conservadoras, mien-

j~ tras que los países subdesarrollados, con e 1 me la e e a , se~~.el contrano más' revolucionarios. La composición por edad de la .' oblación -viene as; a reforzar ]a presión demogr ca, en e sentido de agravar losa'ntagonismos políticos. >-

, Por otro lado, en una población joven de tipo subdesarrollado, la frac.ción de ancianos que hay que mantener es relativamente poco importante,mientras que por el contrario es mucho 'mayor en los países industrializa-dos, con media de edad elevada. Se ha previsto que podría elevarse. asíhasta cerca del 25 $ (en la hora actual es de 16 % en Francia' y, en GranBretaña, de 12 % en Italia, de 10 % en España). Lo cual representa ulla~esada carga para la población activa. Se puede hablar así a este propó-sito de un verdadero conflicto de generaCIOnes. Por ultImo, cuanto mayorsea la proporción de hombres de edad en un Estado, menor será el dina- .mismo en ellos y más se tenderá hacia el "inmovilismo". Estas nociones~on vagas. Pero, sin embargo, .no dejan de responder a una cierta reali-dad. Replegamiento sobre los valores estabiecidos, búsqueda de la segu-

ridad antes de nadalmentalidad de "jubilado", es decir, todo un sistema

de' vida se .define por(estas f.ormulas'que la elevación de la media de edadde la población tiende a hacer predominar. :r\aturalmente esto se r~flejaen la polític!: ------ "O

71LOl) MARCOS DI:: LA POLÍTICA

2. Sexo y actitud política. - Las diferencias de distribución de lossexos poseen probablemente una" cierta influencia olitica. Es más clar~que a In uencia e las diferencias de distribución por edad, según acaba-rnos de decir, Pero probablernente.~s menos importante, a fin de cuentas. \,El mito del rapto de las Sabinas ba perpetuado el recuerdo de las "gue-rras por las mujeres" gue fueron bastante corrientes probablementeeñ- 'un cierto estadio de la civilización. No es seguro que la escasez demográ-fica haya sido su única causa, y que el gusto por el cambio no hayatenido en este asunto una cierta parte. Las historias folklóricas de comuni-dades de pioneros americanos o de colonos d~ diversos países han popu-larizado igualmente la imagen de conflictos internos provocados por laescasez de mujeres. ~stos antagonismos por frustración son reales; perono hay que exagerar su .alcance.

Más importante son las consecuencias de la escasez originaria de lasmujeres en la formación de ciertas instituciones y de ciertos comporta-mientos que subsisten aún durante mucho tiempo. La escasez de mujeresblancas y la actitud original de los colonos frente a las mujeres de colorhan desempeñaq.o un cierto papel en la formación de sentimientos racis-tas (o, por el contrario, a veces, no racistas). El sociólogo brasileño Gilberto[reyre ha escrito páginas penetrantes sobre este tema, aunque tal vezalgo exageradas. La escasez de mu'eres en los Estados Unidos duranteel período heroico, con ujo a valorizarlas uertemente. De esta manera,se )1a formado una especie de matriarcado moral, mas o menos consagrado~por las leyes, que marca todavía con fuerza la sociedad americana 3:ctual.La importancia de este fenómeno no admite duda, puesto que la mayoríade las fortunas americanas se encuentra en manos de mujeres, lo que lesatr,ibuye una influencia cierta sobre la prensa, la radio, la televisión, etc.Sabemos, por otra parte, que han desempeñado un papel importante losclubs femeninos en la vida social y política de'los Estados Unidos.

La reeminencia de las mu'eres en la oblaci6n arece refonar el con.servadurismo

1al menos en las sociedades occidentales desarrolla as, on e

los sufra ios fememn ta os a e-rec a que .los sufragios masculinos. En las 'elecciones presidenciales fr~n- . \cesas de 1965 la ma oría de las mu 'eres al arecer votaron por de CauIle,mIentras que la mayoría de los hombres, sin em argo, o lCleron porVlIfterrand. Algunos autores piensan que estas diferencias se deben a la

: edad más bien que al sexo. En efecto, al vivir las mujeres por térmlDo me-dio más tiempo que los 'hombres, el pe~o de las mujeres de edad, mucho

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73LOS MARCOS DE LA POÚTICA

2. El problemn de las poblaciones multicomunitarias. - Ciertos Esta-dos poseen poblaciones compuestas, formadas por varios grupos .distintosor la lengua, la religión, las tradiciones, la raza. Se tiende a denominarlos

':7socIedades. pohétmcas::' nombre poco satisfactorio, debido a que utilizala noción de raza;'que con frecuencia no tiene nada que ver, al menosen el sentido biológico del término, con esta cuestión. Preferimos pornuestra parte la expresi6n- ".Estados multicomunitarios" .

A veces, se trata únicamente de una situación provisional, debida a laintensidad de la inmigración y a su carácter diversificado. Los inmigrantes I~eencuentran destinados a fundirse totalmente en la comunidad nacional.El caso más notable ha sido el de los Estados Unidos en el siglo XIX, don-de gente venida de todos los rincones del mundo se unieron en el melting~pot americano. La fusión no ha sido total, sin embargo, en lo que se refle-re principalmente a las razas de color (pero también en lo que respecta alos italianbs, los irlandeses, los israelitas, etc., que forman grupos étIúcosbastante coherentes y que desempeñan con frecuencia un imp?rtantísirno

tribución entre estas categorías - cuyos límites son por otra parte difícilesde definir - son muy grandes. Estas diferencias poseen .una importanciapolítica notable..En los países subdesarrollados, la élite político-administrativa capaz

de proveer el encuadramiento su erior del Estado es mu escasa. Los. cua os medios son igualmente muy raros, de igual modo que la mano deobra técnica formada en el manejo de las máquinas de acuerdo con laexactitud y regularidades que caracterizan a la civilización moderna. Lamasa de la población se halla formada por gente inculta que no sabe leerni escribir, habituada a modos de vida ancestrales, donde las divisionesdel tiempo no son rigurosas, donde la continuidad se desconoce con fre~cuencia, donde las técnicas de trabajo son muy primitivas. Una poblaciónde este género se encuentra mal adaptada a un Estado moderno, y nnCl~p mente a a roducción in ustria a sistema emocrático .. Haremosm s a e ante un análisis más detallado de este fenómeno.

Por el contrario, en los países fuertemente industrializados la ro or-ción e gente incu ta, ana a eta, no forma a de acuerdo con las técnicas..modernas es muy escasa. La adaptación a las máquinas, a las regularidadeshoraria.s, a la continuidad aeI esfuerzo a la recisión, es la saL comun dela roa ar arte e ción. Esta circunstancia ca ere a estos países,a número igual de habitantes, una potencia notablemente superior. Laimportancia de Europa occidental, de América del Norte. y poco a pocode la U. R. S. S. y de la Europa del Este se debe en parte a su situación en~anto que des ensa de hombr s técnicamente evolucionados. Como vere-mos, a emocracia se acomoda mejor en poblaciones de este género,aunque sea preciso no considerar este elemento de forma aislada.

SOCIOLOGÍA POr.fnCA

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b) LA COMPOSICIÓN' CUALITATIVA DE LA POBLACIÓN. - Las nociones decomposición por edad y por sexo de la población son precisas. La de com-posición cualitativa- no lo es así. ya que se puede -incluir en, eUa muchascosas. Nos limitaremos, de este modo,. a dictaminar aquí bajo este tílas con~cuencias olíticas de la.s diferencias de nivel técnico culturaluna parte, ~] carácter mezcI~~ de a po aCI n, por otra.

1. La composición técnico-cultural. - A excepción de algunos paIsesmuy atrasados, existen en la población de cada nación, elementos muy des-arrollados desde el punto de vista intelectual y técnico, elementos que loson menos y otros que no lo son en absoluto. Pero las diferencias' de dis~

más numerosas que los hombres de las mismas generaciones, es lo "quehabría producIdo que el conjunto de los sUfragios. femeninos tepdiese hacia.los arhdos conservadores. Porque, en los dos sexos, Jos votos son _má~conservadores en las e ases ile edad elevada. El hecho de £ue un -grannumero de mUjeres de edad sean vIUdas,. es decir, re le 3as sobre .supasado, debería. acentuar por otra parte esta tendencia conserva ora ge-n~raI.. Esta teoría es interesante. Sin embargo, diversas investigaciones handemostrado que el voto de las mujeres era iguahnente más conservadoren los sectores j6venes de las clases, principalmente en los medios popu-lares. Algunos ven aquí la influencia de la "prensa sentimental" y de unamentalidad general que la literatura, la televisión, el cine. tienden a con~ferir a las jóvenes del pueblo. Se les sugiere que la mejor vía para salirde su.condición y elevarse en la escala social consiste en descubrir el "prín~cipe azul" y la buena boda, perspectiva que les hace adherirse al sistemade valores de la burgu.esía y les suprime de esta manera todo dinamismorevolucionario. No debemos exagerar el alcance de esta explicación, aun~que expresa ciertamente un aspecto de la realidad.

En los países subdesarrollados, la influencia política de las mujeresparece a veces jugar en sentido contrario. es decir. contra el orden esta~brecido. a favor del cambio, hacia la agravación de los antagonismos. ~s~tuación social de las mujere$"es e.,9general peor que la de los hamafes,principalmente en los países musulmanes, en Asia, en Iberoamérica. eje.Pertenecen o son la categoría social más opriiñ'Klá. Es. natural, pues, quesea también la mas reyoluclOnana. Sin em6argo,_ er tema de la emanel?pación de las mujeres puede también servir de simulación para el rechazo. de una transformacIón real de las estructuras de la SOCIedad.Se ha VIStoasi en África del Norte, en lo que se refiere a los partidarios de la uArge-lia francesa", con la campaña contra el velo y también se ha podido veren el Vietnam del Sur con la propaganda de la celebérrima señora Nhu,por no citar más que dos ejemplos significativos.

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a) LA DISTRIBUCIÓNCEocRÁFICA.- La densidad media de una poblaciónno quiere decir nada en sí misma. Egipto es un inmenso desierto, su pq-blación se encuentra c - n densidades enormes, en un triá -u o del delta y dentro del mínimo círculo del valle del río. Las desigual-

fdl}des e lS n uci n de la oblación en o e un stado r naitagonismos político~ En~eI)d~an con frecuencia desigualdades de reRre-

pap,el político). Se han observado ciertos fenómenos políticos en diferentesestadios de la asimilación. Después de la naturalización, los nuevos ame-ris,~os manifiestan con frecuehcia UD. naclOnahsmo agresfv"o, que traducena la vez su voluntad de arnencamzaclón y sus dudas profundas sobre larealidad. El nacionalismo es con frecuencia muy vivo aun entre sus hijos,que rechazan su lengua de origen, criticando a sus padres el acento. y losrestos de comportamiento extranjero. Más tarde, esta agresividad se apa-cigua.

En otros casos, la situación "multicomunitaria" es duradera, rehusandocada grupo la asimilación y coñservando su originalidad. Numerosos ejem-plos muestran que esto no impide la formación de naciones muy unidas',muy integradas, en donde el sentimiento patriótico es .vivo. Pero es pre-ciso generalmente que las estructuras políticas tengan en cuenta entoncesel carácter multicomunitario. El federalismo es la solución más empleadaa este respecto; el caso de Suiza nos demuestra que puede ser de pro-vecho. A veces, circunstancias. particulares obligan a recurrir a solucionesmás sutiles, principalmente si las diferentes comunidades no se encuen-tran situadas cada una en una porción determinada de territorio. A estepropósito el Líbano es un ejemplo muy interesante de estudiar:

La situación es generalmente más difícil de resolver políticamentecuando existe una diferencia de dimensiones considerables entre las co-munidades, cuando una de ellas es minoritaria en mayor grado. Enton-ces, su temor de ser as6xiada por la comunidad mayoritaria le hace acen-tuar su particularismo. Como siempre, la agresividád y la intolerancia sonel resultado de una profunda debilidad. Si esta minoría es vecina de ungran Estado, que posee la misma civilización, la misma lengua, el mismomodo de vida que ella el problema se presenta todavía más complejo. Elriesgo de ver a la minoría apoyarse en este Estado extranjero para defen-derse frente al Estado del que forn;ta parte, y a veces para tratar de dislo-carlo, no es despreciable. La acción de la minoría alemana de los sudetesen Checoslovaquia en 1938-1939, es típica a este respecto. Los tratad.os de1919 habían imaginado unos sistemas de protección internacional de lasminorías que no dieron grandes resultados. Por ello, en 1945, en los casosgraves, se ha procedido a transvases de poblaciones frecuentemente dra-máticos.

2. Las desigualdades de re]J~esentación política. - En casi todos los 1pa.Íses, la desigualdad de distribución de la población produce deSIgualda-des en la representación olitic:a. Las regiones despobladas poseen una.proporcion e diputados superior a fa proporción de su:> habitantes en elconjunto de la pohla<:ión; se encuentran así superrepresentadas. Las regio-nes muy pobladas tienen, or el contrario una ro orción de alputadmin eIJor a a e su población; por consiguiente se encuentran su represen.tadas. 1eCOlcamente, estas deSIgualdades de representación podrian redu-"C'IrSe enormemente; incluso si se plantea el principio de que haya un dipu-tado por i habitantes, no se pueden reagrupar regiones demasiado extensaspara alcanzar esta cifra mínima de x habitantes, sino que habría queadmitir Ílni<:am('nte CJue algunas circunscripciones muy poco pobladas

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LOS M.J,Reos DE LA POLÍTICA

sentación, que tienen a veces una 2:ra

1. Las consecll-encias políticas de las desigualdades de distribuci6n.-Son muy variables según los países. De manera general la desigualdadestablecida, existente desde hace tiempo, habitual, posee menos canse.cuencias que una agravación de las desigualdades. La despoblación o lasu er obla ., una re ión or efecto de emi raciones interiores sonmás importantes que la coexistencia tra icianal de regiones muy pobla-das y de re iones poco pobladas. Sin duda la débil densidad de oblaciónplantea prohlemas permanentes: gastos más eleva os de las vías de comu~nicación, de los transportes, de las obras públicas, por cabeza de habi-tante; falta de capitales para las inversiones, etc. L.a aceleración de la

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despoblación aj'¡ade en ellos sentimientos de fr . i des-contento po Itko. Esto no se traduc~ apenas en una voluntad revoludo-'nana, SInO mas bien ep. un sentimiento de revuelta sin salida. Sin embargo,la débil concentrac:ión de población no permite a enas la manilestaclOOvio enta e este sentlmiento.

Las tensiones son más explosivas. en las regiones superpobladas. Lasgrandes migraciones hacia las ciudades en la Europa occidental del si-glo XIX que producían concentraciones de poblaciones miserables, mal alo-jadas,_ mal alimentadas, y sometidas a condiciones terribles de trabajo,han desempeñado ciertamente un papel de primera categoría en los mo-vimientos revolucionarios; 1789 y 1848. 1871 son algunos ejemplos de re-voluciones urbanas, dominadas finalmente or las rurales. La formación:le "chabolas" aIre edor de las aglomeraciones urbanas de los paísessubdesarrollados engendra hoy situaciones análogas. La densidad de pobla-ción no es aquí más que un elemento, en el seno de una situación com-pleja, donde se entremezclan el bajo nivel de vida, la explotación empre-sarial, el encuadramiento político, el desarrollo de las ideologías, etc.

SOCIOLOGÍA POLÍTICA74

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~Sobre los problemas de la población en gene-ral, cfr. la.~ obras dc S.-\U\.Y, princi-palmente: La populalion, 6.• ed., 1961 y T!léorie générale ~e la populatíon, 2 vals.,1952~1954; L. CHEVALrER, Démographíe générale, ¡951; A. L.-\:"OR\', Traité de démo-graphie, 2'.0 ed., 1949 y La récolution démographique, 1934; P. FRm-IONT, Démogra ..phie économique, 1947; M. H."LBWACHS, Morphologie socia/e, 1938; M. RE¡:.oH.-\RO,

Histofre de la population mondiale de 1700 ti 1948, 1949 (trad. C'a.~t.,Ariel, Barcelona);P. ARIES,Hisloire des populations franf;aises, 1948. - Sobre la influencia de la pobla-ción en el poder de las naciones, cfr. K. ORC.":"SK[y A. F. OHGA_,"SK[,Poprdufion andWorld Power, Nueva York, 1961. - Sobre la teoría de la presión demográ.flea cfr. G,80UU10lJL., La S1lrpopulalion, 1964.

Sobre la distinción entre "micropolitica" )" "macropolítica", cfr. J. ~f£\X-\l;O, Bi-bliographie sur les probIemes de changement d'échrlle dan,; l('s ,\.(';£'nces socialrJ

posean un diputado por una cifra de habitantes inferior, lo que_no tendríamuc~a importancia. Por el contrario, de hecho, las desigualdades de re-presentación son generalmente bastante grandes, a causa de motivos po-líticos. '

En la mayoría de los países de Europa occidental en el siglo XIX, laaristocracia conservadora se apoyó en el campesinado, en su lucha contrala burguesía liberal. En efecto, a medida que se vio obligada a ceder enla extensión del derecho de sufragio, tuvo tendencia a favorecer al campoen detrimento de las ciudades, con objeto de mantener su dominación .A continuación, la burguesía se- dio cuenta, 2. su vez, de que los socialistasy los comunistal', los cuales la, amenazaban, se apoyaban esencialmente.en las ciudades, y por consiguiente, el conservadurismo del campo podíaayudarla a su vez a mantener su poder. De, esta manera, sustituyó a laaristocracia en el estahlecimiento de desigualdades de representación, conventaja de las regiones rurales' menos pobladas, pero sin que los campe-sinos se beneGciasen de esta situación; en Jos dos casos, estos últimos handesempeñado el papel de "clase de apoyo" de otra clase.

Esta desigualdad es con frecuencia muy grande. En el Senado francés,la mayoría absoluta del cuerpo electoral (51 %) representaba, de acuerdocon el censo de 1954, a los municipios de menos de 1.500 habitantes, loscuales no agrupaban a la sazón más que el 35 % de la población francesa.Esta desigualdad se agravó desde entonces por la despoblación aceleradadei campo. Por otra parte, es tradicional, habiendo surgido de nuevo en1948 bajo la IV República, después de una breve interrupción de dos años.De hecho, se remonta a 1875, cuando la predominancia rural en el Senadofue el precio exigido por los monárquicos moderados para votar una cons-titución republicana. La superrepresentación de las regiones rurales es por .otro lado un fenómeno mu".. general. El caso inverso de una superrepre-sentaclOn urbana es muv raro. PodrÍamos encontrarlo en la U. R. S. S., antesde la constitución de 1936, cuando se quiso favorecer a una clase obreraurbana minoritaria, considerada como" el más firme apoyo. de la Revo-lución .

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77LOS MARCOS DE LA POÚI1CA

(UNESCO, 1958); se PUfde comparar esta materia con los trabajos de Georges Gur-vitch sobre la microsociología y la macrosociologia, y sobre todo con la distinciónfundamental de la ciencia económica entre macroeconomía y microeconomía.

Sobre la burocracia cfr. M. CROZLER,Le phénomene bureo:JCratique, 1963 (obramuy interesante, no ~ólo para el análisis de la burocracia, sino también de la autori-dad en general, y especialmente de la actitud de los franceses con respecto a la auto-ridad); P. M. BLAN,Bureaucracy in modern society, Nu~va York, 1956; R. K. MER-TON,Reader in bure(ltJc~acy, Glencoe (Ill.), 1952; G. TULLOCX, The poliHcs of burtiaU-cracy, Washington, 1961; la bibliografía sobre "bureaucracy and bureaucratisation"en Current Sociology, vol. VII, n.O 2, 1958, pp. 98-164, así cemo la bibliografía sobrela tecnocracia que se cita más adelante, p, 94. - Volveremos a encontrar más a~elanteel problema de la burocracia (cfr. p. 91). No se debe confundir tecnocracia y buro-.cracia, lo ~ue se hace con. frecuencia. Sobre la tecnoCraCHl.,cfr. mas adelante, p. 94.,

Sobre a descentra: ión oJítica la biblia afía es inmensa difícil de estable-cer, a ue el r con el del federalismo. Como intro UCCIn pro-b ema en Francia (donde es particularmente agu o r. J. RovA..'i,Une fc!ée neuve:la démocratie, 1961 y P. MDWES-FRANCE.La Repúbli(:a moderM. Aguílar, 1963.; J. RI-VERO,La décentralisation: problemes et perspectives, en E;tudes, enero 19.50.. Sobre las desigualdades de representaci6n, cfr. la obra de J. M. COTI'ERET,C. EME-RI Y P. LALUMIJ1:R.E,Lois électorales et inégalités de représentation en France (1936-1960), 1960, Y el prefacio de M. DUVERGER,que constitUye el primer esbozo de unateoría general. - Sobre las diferencias de actitudes políticas por clases de edad, esta4mos obligados a reducimos a los sondeos de opini6n, que DO son siempre demostra-tivos. Cfr. a título de ejemplo, los resultados de la encuesta de 1958, en FOUNDATIONNATIONALEDES SClENCESPOLITIQUES,Le référendum de septembre et les élec:iomde novembre 1958, 1961, pp. 119 Y ss. - Sobre el comportamiento político de lasmujeres, ver M. DUVE..':tGER,La participation des femmes ti la vie politique, 1955 (en-cuesta de la UNESCO); J. NARBONNEy M. DOCAN,Les Fra~aises face ti la politique,1955, G. BREM:ME,Die politische Rolle der Frau In Deutschland, Cotinga, 1956. _ So-bre las consecuencias de las diferencias técnico-culturales de las poblaciones cfr. más

.adelante, p. 83. Sobre los prcblemas de los Éstados multícomunítarios', cfr. los in-formes sobre las "sociedade:> poliétnicas" en el Congreso Mundial de Ciencia Políticade París en septiembre. de 1961 (roneotipado); cfr. igualmente la miscelánea colectivapubllcada por la Facultad de .Derecho de Aix, Le fédéralisme, 1956, y C. DURAND,Confédéroti<>n d'£lot8 et £'01 Fédéral, 1955.

Sobre las teorías neomaltusianas, cfr. principalmente M. G. SCHIMM(y otros), Pc-pulittiol') control: the immínent world crisis, Nueva York, 1961, y la exposici6n suma-ria de G. BOUTIIOUL,L.es guerres,' sobre la base de la teoría demográfica de las gue-rras. Antes de 1939, las teorías natalistas fueron defendidas en Francia por la Alianza .

. inal cpntra la Des oblación ue ublic6 diversos folletos nnClpaIíñente bajo.la firma de su resident des oblaci6n había crea o en onces en asmentes una verd.adera "an stia demo~ c Louis Ch~valíer), muy ien expresa a.en 193>9pór Jean Gnv.UDOUX: o as as fobias que acechan este momento de laimaginaci6n francesa se inspiran, sin saberlo, en idéntico sentimiento: ~l francés balIe ado a ser raro. Esta soledad ue sentimos como temible ue DOSobstiñamos enconSI erar c o una o so c a wternaclOD, es una soledad interior. La Soe a'tiüestros campos deSIertos, de nuestras famm~s redUCidas, de nuestras colonias dondehemos suprimido. la enfermedad del sueño, para introducir el propio sueño, y esta . im~presi6n casi fúnebre ue nos produce ahora el anuncio de toda guerra, ya sea europeao • esOm ien a a a mconsclen e e aque os que no nacen, que _~a refetv;te a las geuEiáclOnes francesas qué sobrevtven ¡Plelm poui56íi':t'. _ Estossentimientos expucan la publicaclon del Código de la FaInilia (1939) y el desarrollo

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA76

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Empleado, Cu~dro, Prolesionu IInduslrl~le' IntelectualHEdad Campesinos Obreros y y

llbe~alesfuncion"rlos comerciantes

6 a 6,5 años 42,1 47,7 54,1 62,3 72,17 años 55,3 61,3 70,6 75,9 89,18 años 74,8 81,2 87,6 97,4 111,39 años 91,3 98,7 106,4 115,0 128,610 años 107,3 112,2 121,2 128,6 141,411 años 120,6 125,3 132,9 139,6 146,212 años 128,6 131,1 140,6 144,0 152,7

LOS MARCOS SOCIALES

SECCIÓN 11

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79LOS MARCOS DE u.. },OLÍTICA

~ 1. ~ Las técnicas

Littré define la técnica como "el conjunto de procedimientos de unarte, de una fabricación". Por "técnicas" entendemos aquí el conjunto deinvenciones materiales de los hombres, útiles, máquinas, etc., que les ~anun poder sobre la naturaleza o sobre los otros hombres. Algunos autores,principalmente J. Ellul, consíder~n las «técnicas" en un sentido más am-plio, incluyendo también en ellas la organización social, considerada comouna técnica de encuadramiento de los hombres. Esta tesis, se vincula conlas concepciones del autor sobre los nexos estrechos que existen entre lastécnicas materiales y las instituciones sociales. Pero ambas deben distin-guirse de todas maneras.

El hecho esencial en este dominio, estriba en la asombrosa acumula~ción de invenciones .desde hace siglo y medio, que han transformadolas condiciones de existencia de los hombres. Esta "revolución" técnica hatransformado completamente la vida social. Pero ha avanzado de formadesigual según los países .. La diferencia entre los países llamados "subdes-arrollados", "en vías de desarrollo", o "en desarrollo acelerado" y los paí~ses industrializados es una diferencia esencialmente de nivel de desarrollotécnico.

Vamos a examinar en principio la influencia del progreso técnico sobreel desarrollo económico y cultural, y a continuación solamente su inRuen~cia sobre la vida política, porque la segunda se realiza por medio de laprimera. El progreso técnicQ,modifica los marcos económicos y culturales dela vida política; es el cambio de estos marcos económicos y culturaleslo que transforma a su vez la vida política. Las consecuencias directasdel progreso técnico sobre la vida política (uso de la televisión y de losmedios de información de masa por la propaganda, utilización de máqui-

los "mitos y de las civilizaciones (según los Qsicoanalistas, que probable-mente exageran, pero que seguramente tienen algo de razón); etc.

Así definidos, los marcos sociales pueden ch"sificarse en tres grandes ).categona~: las tecmcas, las mshtuClOnes y las cuIturas. Las tecmcas sotllos medios ue el hOffiore se crea ara aduar sobre las cosas: útiles, roa.quinas. etc. Las instituciones son los roce imientas de organización ~ble de las re adanes sociales: estatuto familiar, régimen e ienes y e apropIedad, constitución polític;l, etc. Por último, las culturas son las ideo-rogias, las creenCIas, las representaciones colectivas, eneralmente exten-.dictas en la comunida considerada. Naturalmente, técnicas, instHucio"nesy culturas no son en verdad separables unas de otraj. Como todas las c1a- 'l'.sIficacIOnes, ésta TI' aclara bastante b~n los aspectosesencia es de la vida social, en tanto que marco en el que se desarro an~_~ tenomenos políticos.

III

SOCIOLOGÍAPOÚnCA78de la ayuda a la natalidad que se llevó a cabo a partir de esta fecha. A partir de1944, las teorías natalistas se eX resaron bajo una nueva forma más científicamente,..p.O! re auvy, que igó el 'namismo enera con a ro resión derno ráfi Tesisque fue expuesta en pnnCIplO en AUVY.Richesse el pOpu ation, 1944, y reex-puesta a continuación en las otras obras, ya ~lfadas, del autor,

Sobre los problemas particulares de los países subdesarroUados, existe un libro queha tenido mucha influencia, J. de CASTRO, Géopolitique de la ¡aim, 1955; cfr. igual-mente P. MOUSSA, Les nntions prolétaires, 2',. ed., 1961.

Sobre las teorías de la fecundidad diferencial y el eugenismo, cfr. J. SUTTER, L'eu.génique, 195D, y la encuesta realizada en Francia en 1944 sobre 95.237 niños de lasescuelas primarias bajo el título Le niveau intellectuel des enfants d'age scolaire, 2 vals.,1950~1954.He aquí un cuadro general de los puntos obtenidos en los tests, según laedad del niñO y la profesión del padre, obteQido de esta encuesta:

Denominamos aquí marcos sociales de la política,. por oposición a losm~rcos físicos {geográficos y demográficos a aquellos que no se deben a..la naturaleza sino a la creación umana, lo mismo se trate de técnicasmateriales (un útil, una maquina) q\le de un procedimiento de relacIOnescolectivas (una sociedad por acciones, un régimen matrimonial), o inclu-s~de una doctrina o de una cultura (el marxismo, el humanismo acciden-tal). Recordemos que la oposición entre marcos "físicos" y marcos ."socia-les" no es' riguro~a. Los marcos físicos se encuentran en la actualidadmezcladDs con muchos elementos sociales, como hemos dicho, y las creen-cias colectivas que se forman a su propósito son frecuentemente tan impor-:-tan tes como su realidad material. Inversamente, existen elementos físicosen los marcos que se denominan sociales, las necesidades materiales delos hombres son el fundamento de las instituciones económicas. Las con~diciones físicas del desarrollo del niño desempeñan un importante papelen las relaciones sociales e incluso en la formación de la psicología, de

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A) La transformación de las estructuras socioecon6micaspor el progreso técnico

La revolución técnica ha producido una revolución económica queconsi,ste en la elevación del nivel de producción y de consumo. Esta revo-lución económica ha originado a su vez una revolución cultural.

a) PROGRESO TÉCNICO Y CRECThfiENTO ECONÓMICO. _ El progreso técni-co ha conferido a los hombres unos medios formidables para actuar sobrela naturaleza, lo cual ha permitido acrecentar. la producción en proporcio-nes considerables. Así, gracias a él, la humanidad comienza.3 salir de lapenuria. Pero únicamente los países técnicamente evolucionados, es de-cir, los países industriales, son los que se benefician esencialmente deestas ventajas. Los otros, por el contrario, continúan viviendo en la po-breza.

81LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

6. - sOClOLocl ••• I"OLiTl'::",

su renta. Per otra parte, las sociedades indu~triales continúan siendo mino-ritarias: no reúnen al tercio de la humanidad, y" esta proporción tiende adisminuir más bien que a aumentar, porque el crecimiento demográficoes mucho más rápido en los paises subdesarrollados. Ciertos autores COD-

sidp.ran así que las diferencias sociales verdaderas no se dan ya entre lasclases, sino entr~ las naciones, es decir, existen "naciones ricas" y "na cia.nes proletarias", entre las que se desarrollan antagonismos que estudia-remos más adelante.

2. Naciones ricas, naciones proletarías. - Un marciano que visitarala Tierra, como los persas de Montesquieu visitaban Europa, se encontraríapoco sorprendido ante las diferencias entre países occidentales y paísessocialistas. Pero la diferencia entre naciones industriales y naciones sub-desarrolladas, le saltaría a los ojos. Ciertamente, unas y otras, representandos polos extremos, entre los que se encuentran muchos países interme-dios~ El Japón, por ejemplo, es un país regularmente desarrollado. LaAmérica latina, África negra, el ~íedio Oriente y la Extrema Asia no sonsubdesarro!lados con el mismo grado, ni de la misma manera. Más alláde estos matices, el subdesarrollo presenta por doquier los m~smos colo-res de base: preeminencia de la agricultura, carácter primitivo, insuficien-cia alimenticia, debilidad de la industria y del consumo de energía mecá-nica, hipertrofia del sector comercial, bajo nivel de renta nacional, carácteratrasado de las estructuras sociales, gran desigualdad entre una masa dereducido nivel de_vida y un puñado. de privilegiados muy ricos, ausenciade clases medias, distancia considerable entre los modos de vida urbanoy los medos de vida rurales, analfabetismo, fuerte natalidad y fuerte mor-talidad, etc. Todos estos fen6menos se encuentran evidentemente vincü!a-des unos con otros, bien que según los países, algunos se encuentren. aveces más acentuados y otros menos. El conjunto reproduce una fisonomíamuy característica, que no se presta a confusión. Pero no se debe consi-derar únicamente el nivel de desarrollo, puesto que el ritmo del desarrolloes también muy irpportante. Se califica a las naciones de Asia, de Áfricay de América tan pronto de países "subdesarrollados", como de -países"en vías de desarrollo acelerado". _La primera fórmula pone el acentoen el nivel, la segunda en el ritmo .. - -- ~ o - - - :

Las- naciones industrializadas se encuentran aún lejos de la ...•sociedadde la abundancia". Pero ignoran ya el hambre desde hace mucho tiempo.No conocen ya la miseria más que de forma residual. Sus clases obreras,comienzan a alcanzar el nivel de vida que poseyó la pequeña burguesíahace un siglo. También tienden a ~aburguesarse. La totalidad de sus pro-blemas económicos fundamentales no se hallan enteramente resueltospero la mayor parte comienzan a ser)o parcialmente. La debilitación delos antagonismos comienza a manifestarse, según un proceso que descri-

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etc.), son

SOCIOLOGÍA POLÍTICA80

nas electrónicas para prepardr las decisiones gubernamentales,menos importantes que e~las consecuencias indirectas.

1. El fin de kz penuria. - El progreso técnko tiende a poner fin alfenómeno esencial que ha caracterizado hasta ahora a todas las Socieda-des humanas: la penuria. Desde los orígenes de la humanidad hasta nues-tros días, el mundo ha vivido bajo la ley de la escasez; las necesidades asatisfacer fueron constantemente superiores a los bienes disponibles. Eltérmino de "subdesarrollo" parece indicar una situación excepcional, enrelación, con el "desarrollo" que definiría la situación normal; sin embargo,la realidad es lo contrario. Antes del siglo xx, todas las sociedades huma-nas han sido, por doquier y siempre, "subdesarrolladas". Entendemos poreste término que ninguna de ellas ha logrado jamás asegurar las necesi-dades estrictamente elementales del conjunto de los hombres: alimenta-ción, vivienda, vestido. Esta situación comienza apenas a modificarse. -Lassociedades industriales garantizan más o menos el mínimo vital de susciudadanos; se acerca el momento en que podrán probable~,~9t~,._<¿1J.PJ_i!también las necesidades "secundarias" de todos (confort, esparcimiento,cultura). Asi se definiría lo que los occidentales lIamlm la "sociedad de laabundancia", cuyo advenimiento próximo describen (cfr. más adelante,p. 292). .

Eri realidad, incluso en las sociedades técnicamente más desarrolladas,se permanece todavia lejos de la abundancia generalizada. Cerca del 20 $de los ciudadanos de los Estados Unidos se encuentran por debajo delamerican way of life. Los dos tercios de los obreros franceses no puedensalir de vacaciones fuera de su residencia a causa de la insuficiencia .de

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biremos más adelante. Por el contrario, las naciones proletarias se encueu-trap. desgarradas por todos los conflictos que engendra la penuria. Éstosse agravan a la vez por el crecimiento de lqs contactos y comunicacionesy por los esfuerzos mismos del desarrollo. Cuando los indios de Iberoamé.rica, los campesinos de la selva africana o de las llanuras de Asia, se en-contraban confinados en su soledad, más o menos aislados del mundo, lapobreza y la desigualdad les pesaba menos que hoy cuando la radio yla televisión les han enseñado que existen civilizaciones diferentes en las quedisminuyen los sufrimientos de los hombres. Cuando se vive en un mundoinmóvil, donde la injusticia y la miseria parecen calamidades naturalesimposibles de evitar, éstas son más soportables. Pero llegan a serlo menos,desde el momento en que el mundo comienza a cambiar, des<;1eel momentoen que llega a ser posible esperar más justicia y menos miseria. La entrada'en el desarrollo acelerado provoca una mutación semejante. Pero las con-diciones mismas de este desarrollo hacen retroceder la esperanza queengendra, y agravan en el inmediato los sufrimientos que trata de supri-mir. Describiremos más adelante las contradicciones del período inter-medio y los antagonismos qué provocan (cfr. p. 93).

La distihción entre naciones ricas y naciones pobres se funda esencial-mente en diferencias de desarrollo técnico. Las naciones ricas son las na-ciones industriales, en las que la producción descansa esencialmente enla ciencia y en las máquinas. Las naciones pobres son aquellas en que laproducción reposa todavía en técnicas primitivas: la agricultura es pre-ponderante en ellas, tratándose de una agricultura tradicional; la indus-tria es embrionaria y se acerca todavía más bien al artesanado que a laindustria moderna. El nivel de rel).ta nacional per copita, que da la me-dida del desarrollo económico, es igualmente una de las medidas esencia-les del nivel de desarrollo técnico (cfr. p. 20'2).

El progreso técnico parece borrar así las diferencias geográficas natu-rales. Antes de las grandes revoluciones técnicas del Renacimiento y de laépoca contemporánea, las riquezas de las naciones dependían esencialmentede sus aptitudes agrícolas, de sus recursos mineros, y de la existencia deuna población suficientemente densa para explotarlos. Actualmente, estasdiferencias naturales desaparecen tras las diferencias de equipamiento téc-nico. No obstante, la debilidad de las riquezas naturales y las dificultadesparticulares de su explotación han obstaculizado el desarrollo técnico deciertos pueblos, 10 que les ha hecho retrasarse en la carrera hacia. el equi-pamiento técnico. Ahora bien, a partir de un cierto nivel, la distancia entrelas naciones técnicamente equipadas y las otras aumenta. En este sentido,la desigualdad de las condiciones geográficas naturales no disminuye amedida del progreso técnico, sino que tiende más bien al contrario a au-mentar. Las diferencias de evolución entre las naciones industrializadasde las zonas templadas y las naciones técnicamente subdesarrolladas de

las otras zonas geográficas se ,e.xplican..esenciaImente por estos fenomenos,y no por diferencias de aptitudes raciales (cfr. p. 44).

b) PROGRESOTÉCNICO Y DESARROLLO CULTURAL. - El progreso técnicofavorece el desarrollo cultural de dos maneras: por una parte, al lograrque el hombre goce de ocios que le permitan cultivarse; por otra, al des-arrollar los medios de la cultura.

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83LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

l. La liberación de las tareas materiales. - El progreso técnico favo-rece el desarrollo cultural al liberar en primer lugar al hombre de la ser-vidumbre del trabajo material permanente. La educación y la instrucciónsuponen un esparcimiento, el cual no es posible más que si los hombresno se encuentran absorbidos todo el tiempo por la necesidad de trabajarpara procurarse los objetos esenciales para su existencia física: alimenta-ción; vivienda, vestido. Indudablemente, el trabajo físico es en sí mismoun elemento de cultura, las soc'iedades pobres con bajo nivel técnico.desarrollan así culturas originales,. basadas en la imitación de gestos y enlas tradiciones orales, que pueden llegar a alcanzar una gran perfecciónartística, pero sus progresos intelectuales permanecen limitados. En socie~dades más ricas, algunos hombres se hallan más o menos dispensados deltrabajo productivo y se consagran a sus tareas culturales e intelectuales,gracias a los esfuerzos materiales de los otros, que continúan estando pri-vados de la cultura. En las sociedades mucho más 'ricas .únicamente, todoslos hombres no dedican más que una parte de su tiempo a los trabajosde subsistencia, y disponen de un ocio que les permite cultivarse.

El progreso técnico ha permitido liberar al hombre de la servidumbredel trabajo material necesario para que pueda asegurar su subsistencia.Una sociedad sin "Útiles, sin máquinas, sin técnicas, es una sociedad en laque todos los miembros se encuentran obligados a trabajar con todas susfuer~as, simplemente para sobrevivir; para no morir. En los países técni-camente subdesarrollados, el desarrollo de la cultura es prácticamenteimposible: los hombres permanecen en un nivel infrahumano. La civili-zación no ha podido progresar más que gracias a las ventajas naturales.excepcionales, que daban al trabajo hum'ano un rendimiento más fuerte(valle del Nilo, por ejemplo; litoral de los mares fácilmente navegables, quepermitían la pesca, etc.). El arte, la literatura, el pensamiento, la cienciase han desarrollado progresivamente gracias a que las masa.s de hOlnbresse encontraban privadas de lo necesario y estaban obligadas a trabajostodavía más duros, permitiendo así que algunos dispusiesen del espar-cimiento necesario para la reHexión, el estudio, la investigación; mientrasque "los esClavos mecánicos" (cfr. más adelante, p. 287) no existían, lacultura se basó en los esclavos humanos. El progreso técnico aporta puesuna liberaéión del hombre. La reducción de la duración del trabajo de

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todos, la prolongación de la duración de los estudios, la aparición de una"civilización del ocio" conduce a sociedades en donde el hombre puedecon más facilidad desarrollarse, y en donde sus posibilidades de culturason mayores.

Ciertos autores, empero, reprochan a la cultura moderna el ser artifi~cial y superficial, oponiendo a ella la cultura más auténtica y profundade las sociedades tradicionales. Sin embargo. es una cultura mucho másrudimentaria. Con el tiempo, la cultura moderna - todavía muy nueva-se interiorizará poco a poco probablemente y se desarrollará con profun-didad,

2, El, desarrollo de los medios Tnllteriales de la cultura . ....,....La invenciónde la imprenta es típica, a este respecto. Se ha llegado a decir que el Re-nacimiento y la Reforma proceden de ella directamente. Antes de existir,los hombres no podían acceder sino con dincultades a las ideas de otroshombres y a la herencia cultural del pasado. Después de ella, este accesollegó a ser más fáciL El desarrollo contemporáneo del "libro de bohillo"prolonga esta revolución de la imprenta. Los medios de información demasa modernos (prensa, radio, cine, televisión) se sitúan en la misma pers-pectiva, Cierto, el hombre del siglo xx, en las sociedades industriales, seencuentra frecuentemente asnxiado por la información, puesto que no sele presenta de forma adecuada, sin distinguir lo esencial de lo accesorio,impidiendo de este modo el desarroIIo cultural. Pero, a pesar de todo, laenorme masa de conocimientos que los hombres tienen así a su disposi-ción les hace mucho más cultos que en las sociedades tradicionales. ElnIvel intelectual general se eleva al mismo tiempo que el nivel, material.

Por otra parte, el progreso técnico desarroIIa la cultura al multiplicarlas comunicaciones entre los hombres. Termina así con los compartimientos-estancos en los que' cada pequeña comunidad vivía replegada, en unacerrazón que favorecía ia pereza del espíritu. El cine, la radio, la televi-sión, la prensa, los medios de información de masas en general, ponen asía cada hombre en contacto con los demás. Esto favorece la difusióri deideas nuevas y de la cultura, desarrollando también el espíritu crítico. Alver otros géneros de vida, otras costumbres, otras formas, ..otras ideas, seadquiere el sentido de la relatividad y del juicio. "La civilización es an-tes que nada una ruta", decía Kipling. De manera más amplia la civili-zación es, antes que nada, contactos con los otros. Únicamente el progresotécnico ha permitido desarroIIar estos contactos, al abolir el obstáculomaterial de la distancia.

El progreso técnico produce el debilitamiento de los antagonismos, eldesarrollo de la comprensión entre los hombres y el crecimiento del poderpolítico. Vamos a estudiar aquí los mecanismos de estos fenómenos. Exa-minaremos más adelante su influencia sobre los regímenes políticos (cfr.p, 120) Y sobre el desarrollo de la integración (cfr, p, 286),

85LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

B)' Las consecuencias políticas del progreso técnico

a) PROGRESO TÉCNICO Y DISMINUCIÓN DE LOS ANTA90NISMOS.- El progre.so técnico tiende a disminuir una de las fuentes esenciales de los antago-nismos, que consiste en la penuria de los bienes disponibles. La situa-ción de penuria engendra por regla general la desigualdad, es decir, unaminoría privilegiada vive en la abundancia, mientras que la masa soportagraves privaciones. Con frecuencia cuanto mayor es la pobreza general,mayor es la riqueza de las oligarquías. En los países de hambre endémica,la gordura es un signo de poder, Cuando el pueblo va en harapos, los pri-vilegiados se visten con brocados y oro; cuando habita en chozas misera-bles o duerme al cielo raso, los ricos construyen palacios fastuosos. Lariqueza y el lujo de un pequeño número, en medio de una masa miserable,eSIuna situación explosiva por naturaleza. La desigualdad desarrolla anta-gonis'mos muy profundos. Alodio de las masas contra los privilegiadosresponde el miedo de éstos. La política se construye con la violencia delas masas, en situación de revuelta endémica, y con la violencia de losprivilegiados .que se protegen contra, aquéllas.

Por" otra parte, la penuria hace que únicamente la explotación de lasmasas por Jos privilegiado~ permita que la civilización se desarrolle.En las sociedades subdesarrolladas, en el ca~o de que reinase la igualdad,todos los hombres se encontrarían" obligados a penar todo el día paraconseguir sobrevivir sin más: En este estadio, la ciencia, el' pensamiento,el arte, y la cultura no serian posibles más que si algunos hombres dispu-sieran del ocio indispensable, gracias al esfuerzo impuesto a los otros demanera creciente.

1. Debilitamie;io de las desigualdades ydt.u carácter insoportable,"=,-El progreso técnico no suprime las desigualdades sociales, pero sí debilitasu alcance. Las sociedades modernas son sociedades complejas, en las quela diversidad de las funciones y de su importancia originan la desigualdadde las rentas y de las co~diciones de trabajo. Conviene, empero, que no~entendamos en este sentido. Pretendemos .presentar dos imágenes opues-tas q,e la evolución de las sociedades industriales. De un lado, se podríamostrar que tienden a una estratincación social compleja, a una diversi-ficación de las situaciones; de otro, se podría describir un proceso inverso.

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2. El marxismo y la reducción de los antagonismos. - Se puede señalarque el pensamiento occidental y el marxista se encuentran de acuerdo paraestimar que el progreso técnico ti~nde a reducir los antagonismos. Peroestas teorías difieren en cuanto al ritmo de esta reduccion. En el Este, comoen el Oeste, se cree que el progreso técnico conducirá un día a una sociedadsin conflictos, sin antagonismos, es decir, plenamente integrada. Una pro-funda semejanza acerca en este sentido la "fase superior del comunismo",paraíso futuro del marxismo, y la "sociedad de la abundancia" paraíso fu-turo del Occidente (cfr. más adelante, p. 292). Ahora bien, los caminos queconducen a este Eldorado no son los mismos. Para los marxistas la des-aparición- completa de los antagonismos no será la consecuencia de su re-ducción regular, a medida que se produce el desarrollo del progreso téc-nico. No se disfrutará del paraíso por pequeñas dosis antes de poseerloenteramente. Por el contrario, el progreso técnico, al modificar los modosde producción y las relaciones sociales que son consecuencia de él, agra-va la lucha de clases, que se exaspera a través de la explotación, la revueltay la represión hasta llegar a la explosión revolucionaria. Ésta conduciráa la clase obrera al poder; pero será necesario todavía atravesar una largafase de dictadura del proletariado antes de alcanzar la fase superior del

Muchos americanos gustan decir que los Estados Unidos presentan laimagen de Ulla sociedad sin clases, puesto que la similitud de los génerosde vida es sorprendente en ellos, efectivamente. El desarrollo económicotiende a red)Jcir la distancia de los niveles de existencia, a estrechar elabanico de las rentas. Entre Rockefeller y el obrero americano, ]a distan.cía es menos grande que entre el barón medieval y su siervo. Las socie-dades industriales parecen evolucionar hacia la desaparición de la exce-siva riqueza y de la excesiva miseria. Marchan así visiblemente hacia unaigualdad relativa de las condiciones de vida.'. Por otro lado, la elevación general del nivel de vida, el crecimiento delbienestar material y de la comodidad, el desarrollo de los placeres y de sudisfrute, son hechos que caracterizan a la abundancia económica debida alprogreso técnico, y que tienden a reducir la importancia conferida a lasdesigualdades y a los antagonismos que se deducen de ella. Cuando unpueblo cubierto de harapos, hambriento, malviviendo en chozas, es anona-dado por las carrozas de los ricos en las puertas de los palacios, la injus-ticia es duramente sentida y la envidia grande. Únicamente la violencia,o la resignación engendrada por la miseria y la ignorancia, pueden mante-ner esta situación. Cuando el «4/4" del obrero es rebasado por el «Merce-des" o el «Jaguar" del industrial, la envidi;:¡ existe, ciertamente, pero deforma más superficial y secundaria. Las tensiones disminuyen, un _ciertoconsenso se establece, la lucha política llega a ser menos violenta, la inte-gración se desarrolla, la democracia, en definitiva, puede ser viable.

comunismo. El Bn de los antagonismos surgirá, por tanto, después de unperíodo de reforzamiento de los antagonismos, y nacerá de est~ pr9Pioreforzamiento por medio de un mecanismo dialéctico.

Para la mayoría de los occidentales, por el contrario, la reducción delos antagonismos se desarrolla bastante regularmente, a medida que elprogreso técnico hace desaparecer la fuente esencial de los antagonismos,es decir la penuria de bienes disponibles; resulta directamente de la mar-cha hacia la sociedad de la abundancia. No obstante, se encuentra en elpensamiento occidental algunas semejanzas con las teorías marxistas del"período intermedio" en el que los conflictos se agravan y se exasperan.Estas semejanzas las encontramos en la idea de que un progreso rápido,acelerado, produce provisionalmente una agravación de los antagonismos.Lo cual nos lleva a la noción de ritmo de desarrollo.

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3. El desarrollo acelerado y la agravación de los antagonismos. - Elritmo de desarrollo es probablemente tan importante como el nivel de desa-rrollo. Su acción se ejerce por otra parte en sentido contrario, es decir, eldesarrollo rápido aumenta las tensiones, mientras que el .lento las dismi-nuye. EilcQntramos aquí la idea marxista de que el p_l"ogresotécnico agravalos antagonismos, pero relativizada. La distinción ~ntre sociedades establesy sociedades en evolución acelerada es prohahlC'nH'nh> tan importante comola de sociedades superdesarrolladas y subdesarrolladas.

En las sociedades estables, el orden existente es objeto de un consensocasi unánime, por injusto que éste sea. La gente se ha habiruado a esteorden, de manera que ha acabado por ser considerado natural. Es "natu-ral» desde el punto de vista sociológico lo que existe desde hace muchotiempo, de tal modo que las generaciones actualmente vivas, y las que leshan precedido, no han visto otra cosa. No se puede imaginar que tal ordenancestral pueda ser modificado. Se puede decir que la gente se ha acostum-brado a este orden, del mismo modo que se habitúa: uno a un. viejo trajeque ya no molesta, aun cuando fuese así en un principio. La injusticia yla desigualdad, la arbitrariedad y la dominación acaban así por l-legar a serrelativamente sopo"rtables a la larga, de manera que no es necesarioutilizar la violencia para mantenerlas. F;:n las sociedades estables, inclusode forma muy desigual, las tensiones sociales se atenúan:-Los antagonis-mos siguen eXistiendo, pero están adormecidos.

El desarrollo acelerado posee efectos contrarios. Cambios brutales delas estructuras sociales tienden a suprimir el carácter natural del ordenestablecido. Las alteraciones que produce la evolución demuestran que sepuede cambiar este orden, puesto que se le cambia efectivamente. Derepente, las desigualdades y las injusticias, que se soportaban porque secreían eran ineluctables se convierten en menos soportables. Los antago-nismos entre las masas miserables y la minoría privilegiada aumentan. Por

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1. Título de un 6hne del famoso director de cine Codard, en el que describe una~ociednd técnicamente muy avanzada, pero deshumanizada. (N. del T.)

1. La ob;eción: la comple;idad creciente de los problemas. _ Sin em.bargo, el progreso técnico aumenta la dificultad de los problemas al mismotiempo que eleva el nivel de comprensión de los ciudadanos. Ciertos auto-res piensan que el primer fenómeno se halla más acentuado que el.segundo,de manera que la comprensión real disminuiría, en lugar de aumentar. La

b) PIlOGRESO TÉCNICO y DESARROLLO DE LA COMPRENSIÓN. _. Este fenóme-no es más discutido que el precedente. La idea fundamental radica en queel progreso técnico, al elevar el nivel cultural, permite a los hombrescomprender los problemas y obrar en consecuencia. En las sociedades pri-mitivas, por el contrario, en donde la masa es inculta, analfabeta, ignorante,donde está embrutecida por la miseria y las enfermedades, ésta no puedeformarse una idea precisa de los problemas políticos esenciales. Es decir,no puede efectuar con conocimiento de causa las elecciones necesarias. Espreciso pues, que alguien elija y decida por ella; en otras, palabras, úni-camente es posibre --iü.lrégimen autocraÜco. " - -' ~

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democracia real se debilitaría. Esta tesis se encuentra en la actualid&d muyextendida. "Entre el público y el poder político que emana de él, las exi-gencias técnicas interponen una zona de caráeter opaco", señala el ClubJean Moulin en su libro fundamental, L'État et le citoyen. Esta significaque las diferentes opciones no pueden presentarse ya a los electores, nisiquiera a los diputados de forma clara, sino bajo una forma técnica queles hace prácticamente incomprensibles. En materia de planificación, porefemplo, v.n Parlamento no puede abrir una discusión con profundidad 50-

bre las diversas opciones de un plan elaborado. De manera general, la ci-vilización técnica hace que las decisiones que se deben tomar sean tancomplejas que resulta realmente difícil hacer participar en ellas a)a na-ción y a sus representantes. Estas decisiones deben ser tomadas por los es-pecialistas, únicos capaces de comprenderlas; llegaríamos, de esta manera,a la "tecnocracia". El equilibrio entre el nivel de complejidad de los pro-blemas y el nivel de comprensión de los ciudadanos parece mayor, a cier-tos respectos, en las sociedades tradicionales poco desarrolladas que en lo:;grandes Estados industriales modernos.

Podríamos citar COmo ejemplos ciertas ciudades bereberes del Áfricadel Norte, que conocieron un sistema de elecciones bastante perfecciona-dos, un~ separación de poderes muy elaborada, y un gobierno de. asamblea,el d;emaa. Muchas sociedades de pequeñas dimensiones, antes de la apa-rición de los Estados nacionales, se .construyeron de acuerdo con un tipoanálogo, principalmente muchas democracias antiguas. Se trataba de co-munidades agrícolas, que unían a los campesinos propietarios (o a vecesa comunidades de pescadores), sin demasiadas desigualdades de renta. Elequilibrio económico se alcanzaba gracias a costumbres frugales, aceptada~desde antiguo, que aseguraban una moderación de las necesidades, las cua-les no superab~n de man~ra sensible los bienes disponibles. Una culturatradicional oral aseguraba un nivel intelectual general elevado, a pesar dela débil difusión de la escritura y de la lectuia. Las Repúblicas griegas yromanas correspondían a situaciones de este género. La ruptura de su equi-librio material e intelectual, como consecuencia de su expansión y desarrolloeconómico, provocó 'en ellas la' descomposición de la democracia y la apa-rición de la dictadura.

Podríamos señalar otros<-ejemplos de tipos+de sociedades todavía me-nos desarrolladas, tales .como las que estudian los etnólogos. Con muchafrecuencia, en estas sociedades se toman las decisiones colectivamente porasambleas integradas por miembros de la tribu. Los "palabres" africanosconstituyen ulla aplicación del procedimiento de discusión que caracterizaa las democracias; podernos compararlas con las discusiones del Ágora grie-go o.del Fórum romano. Esta "democracia de pequeña:; unidades" se basaen el hecho de que las decisiones que hay que tomar son extremadamentesimples a causa.de las modestas .dimensiones de la comunidad y de que,

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otra parte, el desarrollo acelerado tiende a modillcar los marcos tradiciona-les, por 1<::,. que mucha gente se encuentra así desarraigada, desampara~da. Se sienten en alguna manera extranjeros en su propia sociedad, alie-nados, en el sentido propio del término. Esta ruptura de los vínculostradicionales hace que la gente sea más sensible a la miseria y a la injusticia,y más dispuesta a la revuelta; de este modo se agravan los antagonismos.

4. Las teorías psicológicas de la agravación de los antagonismos. _ Lateoría según la cual el progreso técnico tiende a debilitar los antagonismospolíticos se encuentra muy extendida en Occidente. Es discutida, empero,por ciertos psicosociólogos, que :le basan más o menos en el psicoanálisis.Para ellos, el progreso técnico produce nn mundo inadaptado ante lassociedades reales y a~J.telos deseos pro"fundos del hombre, un mundo cadavez más artificial, en el que el hombre se siente cada vez más extraño. Lapretendida "sociedad de' consumo" satisface las necesidades superficialesy secundarias, artilicialmente desarrolladas por la publicidad. Pero las ne-cesidades esenciales y profundas continúan estando insatisfechas, y de estamanera lo son menos que en las sociedades tradicionales. Habría así unaoposición fundamental entre los instintos hUl)1anos esenciales y el universoorganizado, aseptizado, mecanizado, racional - la AlphavilIe 1 _ en dondela técnica aprisiona a los hombres. f:stos se entregarían de forma naturala la violencia; de ahí las guerras, las "revoluciones, las dictaduras. Más ade-lante veremos esta tesis, al estudiar los factores psicológicos de los anta-gonismos políticas (cfr. p. 160).

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por consiguiente, se encuentran al alcance de ciudadanos incluso pocoinstruidos.

l. El reforzamiento del poder. - El progreso técnico refuerza directa-mente el poder político. De entrada, porque permite más fácilmente suacción sobre la totalidad del territorio del Estado, al ofrecer los mediospara suprimir las distancias. La centralización que resulta así tiende a des-

e) PROGRESOTÉCNICOY CRECIMIENTODEL PODER.- Los marxistas pien-san que el Estado tiende a desaparecer a medida que se va produciendola atenuación de la lucha de clases, que es consecuencia del progreso téc-nico. Los occidentales, por lo general, mantienen teorías harto diferentes.11uchos juzgan que el progreso técnico conduce a reforzar el Estadofrente a los ciudadanos, puesto que. por una parte, concede a éste unaespecie de omnipotencia, y, por otra, reduce a los individuos a la situa-ción de meras ruedecillas de un inmenso engranaje colectivo (sobre la teo-ría marxista de la consunci6n del Estado, cfr. p. 298).

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truir las autonomías locales y las libertades que se dan a los ciudadanos.Sobre todo, el progreso técnico confiere al poder unos medios de presiónirresistibles contra los ciudadanos. Antaño, los soldados y los policías dis~ponían de armas poco diferentes de las que tenían los revoltosos, y ade~más la ventaja del número restablecía .la igualdad; de esta manera, lasrevoluciones podían triunfar y las dictaduras pretorianas siempre eIlm frá-giles. Hogaño, como ha dicho Trotsky, "no se hacen ya revoluciones contrael ejército". La guerrilla no parece eficaz más que en los países subdesa-rrollados (cfr. p. 217). Por último, las técnicas de la propaganda confierenal poder unos medios de presión probablemente más poderosos todavía.

Sin embargo;hemos observado que el progreso técnico no refuerza sola-mente al Estado, sino que también ofrece nuevos medios de resistenciaa la oposición. El Estado moderno es una poderosa máquina, aunque com-pleja y frágil, y, por ende, vulnerable. Contra su ejército, la resistencia enlas barricadas es imposible, como se vio claramente en España, entre1936 y 1938. Pero la huelga general es capaz de aniquilar la presi6n delos soldados, monstruos ineficaces con sus armas en la mano, en medio deun pueblo que se detiene inesperadamente en su vivir. En Berlín, en 1920,bastar-on algunas horas al general van Lüttwitz para adueñarse del poder.Pero los sindicatos le obligaron a abandonarlo en el término de nos días. alparalizar toda la actividad en la ciudad y en la nación. La introducción decélulas revolucionarias en los cuadros del Estado ofrece igualmente otrosmedios para resistir a la opresión. Sin embargo, parece indiscutible queel poder se beneficia mucho más que los ciudadanos del progreso técnico.En fin de cuentas, los medios de resistencia que acabamos de citar son deuna eficacia dudosa, excepcional, frente al enorme poder cotidiano que elEstado obtiene del progreso .técnico.

2. La burocratizaci6n del poder. - Por otro lado, el progreso técnicotiende a transformar el Estado y sus administraciones, igual que las em-presas y administraciones privadas. en gigantescas organizaciones que nopueden funcionar convenientemente más que si sus elementos de base - esdecir, los hombres - se encuentran estandardizados, como los elementosde una máquina: A causa de esta situación algunos autores como ]acquesEllul designan con el nombre de 4.técnicas" tanto a las máquinas mate~riales, como a las organizaciones sociales, ya que piensan que el progresotécnico obliga a las segundas a modelarse de acuerdo con las primeras.Así tiende a formarse un tipo de hombre que William H. Whyte ha deno-minado .'el hombre de la organización" que literalmente se halla deshuma-nizado. Sin duda, podríamos esperar que cada cual proteja ferozmentesu profunda libertad, tras la máscara del conformismo necesario; del mismomodo que los reclutas se resisten a la fonnaci6n militar durante su sen;icio,fingiendo exteriormente que se pliegan a. ella. Pero el servicio dura poco,

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2. Los límites de la objeción, - Los ejemplos precedentes no -son dis-cutibles. Tampoco es discutible que en los grandes Estados industrialesmodernos, la democracia debe funcionar ampliamente en el marco de las"pequeñas unidades" locales si realmente se desea que sea profunda. So-lamente en estas pequeñas unidades existe una auténtica igualdad entreel nivel de comprensi6n y el nivel de complejidad de los problemas. Esdecir, se encuentra una adecuación más apta que en las sociedades tradi-cionales que acabamos de describir, puesto que el desarrollo culturalproducido por el progreso técnico ha elevado el nivel intelectual de losciudadanos.

Por otro lado, incluso en el marco nacional, no conviene exagerar laopacidad de los problemas. Los problemas políticos, incluso siendo niássimples y menos técnicos, eran más difíciles de comprender en la EdadMedia por la masa de individuos, que en ei siglo xx por ciudadanos rela~tivamente instruidos y cultos. El nivel de dificultad de los problemas hacrecido. pero el nivel de comprensión de los hombres probablemente haaumentado aún más. No .debemos olvidar que los casos de sociedadestradicionales con alto nivel de comprensión son excepcionales. Por otrolado, se exagera a veces la tecnicidad de los problemas políticos moder-nos. No es posible explicar al Parlamento y a la gran masa de ciudadanoslas modalidades de establecimiento y aplicaci6n del Plim. Pero ello noimpide que sí sea posible formular de manera muy clara algunas de lasgrandes opciones de base, así como sus signilicaciones. Los diputados y losciudadanos pueden realizar entonces su elección ent.'e estas grandes op-ciones de forma bastante clara.

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mientras que «el hombre de la organización" se encuentra encuadrado porésta durante toda su vida activa. Además, durante su tiempo de esparci-miento, tiende también a servirse de recreaciones estandardizadas, tal cornola prensa de gran tirada y los medios de información de masa le recomien-dan; incluso entonces, no se evade por lo tanto de las estructuras téc-nicas.

Esta mecanización de las organizaciones sociales se traduce en la cús-pide en una transformación de ]a autoridad, la cual se deshumaniza tam-bién. Se tiende al establecimiento de reglas abstractas y mecánicas entodos los sectores de la jerarquía, de manera que el poder llega a ser anóni-mo, a la par para aquellos que lo ejercen y para aquellos que lo obede-cen. Los primeros aplican la regla, mientras que los segundos la soportan.Las relaciones~de autoridad personal desaparecen, pudiéndose afirmar quelos ciudadanos obedecen a una máquina dentro de la máquina: la buro~erada. La "personalización" del poder, de la que se habla tanto en las so-ciedades modernas, es una reacción contra este fenómeno. Pero sigue sien-do ilusoria, puesto que el jefe personalizado, tal como lo presenta la granprensa, la radio y la televisión, posee un carácter más mítico que real.El margen de autonomía de sus decision'es es muy estrecho. (rnicamentecorrige algunos excesos de la burocracia más bien que la sustituye. Hemosescrito ya las consecuencias de esta burocratización del poder (cfr. p. 61Y también pp. 280 Y 300).

Las teorías que se oponen al progreso técnico han sido expuestas con mucha fuerzay penetración en la obra de J. ELLUL, La teehnique ou l'e!1;eu du sieéle, 1954, quedeberla leerse; se encontrará en. ella igualmente una bibliografía muy ,detallarla. Cfr.también del mismo autor L'illusion politique, 1965. - Sobre la servidumbre del hom~brc con respecto a la organización, cfr. W. 'H. WHYTE, L'homme de l'organisation,1959; se encontrará en este libro como anexo un excelente método para "hacertrampa en los tests de personalidad" (p. 558 Y ss.). - Las tesis de los partidarios delprogreso técnico no han encontrado defensores de visión tan aguda; a este respectouna de las exposidones más interesantes, y la más moderna, 'es la de L. ARMANDYM. DRANCOURT,Plaidoyer pour l'avenir, 1961; consultar también los libros de J. Fou.RASTtÉ,principalmente La civilisation de 1975, 1960; Y J. FOURASTIÉY A. LALEuF,Réüolution d l'Ouest, 1957. Cabe citar otras obras sobre este debate: L. MUMFORO,Technique et civilisation, 1950; R. DUCHET, Bilan de la civilisation technique: .anéan~tissement ou prº-Jryotionde l'homme, 1955; J. LEBRET,Stl.icJde ou suroie de l'Qecident,1959, etc. Sobre la transformación del Estado .como consecuencia de la evolucióntécnica, la obra fundamental es el libro colectivo del Cl\lb Jean Moulin L'£tat et ledtoyen, 1961. Sobre el carácter esencial de la influencia del progreso técnico sobreel desarrollo .económico y social, cfr. el libre de Jean FOUR.\sTIÉ,Le grand espoir duXXeme siecie, ed. definitiva, 1963 (trad. casto Ariel, Barcelona).

Sobre la influencia política del nivel de desarrollo, cfr. ante toclo W. "v. ROSTOW,Las etapas del crecimiento económico, Fondo de Cultura Económica, Mexico, 1961;R. ARON,La société industrielle et la guerre, 1959, así como las otras obras del mismoautor citadas en la bibliografía general, p. 31; el curso de Doctorado de A. HAURIOU,B.égimes politiques el. structures économico~so~ales (Droit Constitutionnel ];:tranger),Les eours de Droit, 1960~61; y M. DUVERCER,De la dictature, 1961. (Sobre las reper-

(;usiones políticas del desarrollo económico acelerado, ver también J. ESTEBAN,AIgull<U;reflexiones sobre las consecuencias políticas del crecimiento económico acelerado, enAnales de Sociología, n." 3, junio 1967. N. del T.) _ Por otro lado, se podrá consultarla bibliografía sobre los países subdesarrollados en general, que es inmensa. Comoprimera iniciación, cfr. Y. LACOSTE,Les pays sous~développés, 2.- ed., 1962 (Colec-ción "Que sais~je?") y Géographie du sous-dé¡;eloppement, 1965; P. MOUSSA,Les na.tiOfUprolétaires, 2.- ed., 1961; R. BARRE,Le développement économique, 1958 (Cahiersde n. S. E. A.); F. PERROt:X, La coexistence pacifique, 3 vals., 1959; C. MYRDAL,

Une économie internationale, 1958; R. NUllKSE, Probiems of capital formation in under-de(¡eloped counlries, 1953, etc.

A propósito del desarrollo contemporáneo del Estado y de la burocracia, cfr. labibliografía citada más arriba, p. 77.

LAS DIFICULTADESDEL PERÍOIX)lJ'I,TERMEDIO. _ El desarrollo del progreso l'écnicono se realiza sin dificultades, sin retrocesos, sin contradicciones, todo lo cual agrava,al menos provisionalmente, los antagonismos políticos. Es preciso señalar, a este res-pecto, las dificultades del período inicial de desarroIlo que conocen hoy la mayoríade las naciones del Tercer "fundo, las cuales salen ahora de un largo letargo, de unaestabilidad casi milenaria, para pasar a una evolución rápida. Desde el plano mate~rial, los esfuerzos que realizan para lograr su transformación obligan a imponer nue~vos sacrificios a sus poblaciones durante la fase intermedia de construcción de lainfraestructura necesaria a una sociedad moderna. Mientras dura este período deacumulación de capital, la penuria se agrava en lugar de disminuir. Al mismo tiempo,la baja de la mortalidad, pero no de la natalidad, engendra una presión demográficaextraordinaria, que aumenta el número de bocas que hay que alimentar. Así, las ma~sas populares son algo más desgraciadas todavía, en el momento preciso en que co-mienzan a tomar conciencia de su desgracia y de la posibilidad de evadirse de ella.Los antagonismos políticos se agravan evidentemente en proporciones considerables.La situación era análoga en las naciones europeas del siglo XIX cuando Karl Marxobservó el desarrollo de la lucha de clases. Al mismo tiempo, el contacto cog. lastécnicas modernas produce una disolución brutal de las civilizaciones tradicionales.Sociedades que reposaban en un sistema de rdaciones humanas equilibrado, lenta-mente establecido en el transcurso del tiempo, y en posesión de una cultura y de unacivilización con frecuencia muy profundas, son brutalmente destruidas por la irrup~ción de la civilización técnica. Los modos de vida tradicionales desaparecen, los va~lores antiguos se rechazan, sin ser reemplazados por otros nuevos, ni por un modode vida aceptable. Cermaine TilIion ha inventado una palabra muy gráfica para des~cribir la situación a la que se ven compelidos los miembros de estas sociedades: la"c1ocharclisation". Se convierten así literalmente en ciochards, en desarraigados, enmiserables, rechazados, a la vez por. una comunidad antigua que no admiten ya y poruna nueva que es demasiado elevada para sus niveles de vida y de culhIra.

Un nuevo equilibrio se establecerá más tarde; un nuevo tipo de vida comunitarianacerá en el marco de una civilización técnica. Pero es .iíeces.ario un largo plazo parallegar ahí. Porque la introducción de esta civilización técnica tropieza con dificultadesde modernización según acabamos de señalar.' El "período intermedio" corre el riesgopor consiguiente de prolongarse durante mucho tiempo. -Qurante toda .su duración,las tensiones serán naturalmente muy vivas entre las masa.s clochardisées y las escasasélítes cuyo nivel de vida es muy superior. De ahí la tendencia a regímenes autorita-rios, e incluso dictatoriale:>. De ahí también el rencor respecto a los países' desarrolla-dos. Fenómenos análogos de clochardisation con idénticas tensiones y semejantes im-plicaciones políticas, se produjeron en el siglo XIX ('n Europa, en las sociedades envías de industrialización rápida. La disolución de las civilizaciones campesinas tta-dicioMles. bajo el choque de la técnica, presentó en ellas caracteres semejantes.

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Sobre el período intermedio y la elochardisation. cfr. G. TILLlON, L'AIgétie en1957, 1957.

LA "TECNOCRACIA". _ Según ciertos autores, los progresos de la ciencia y de' latécnica proporcionarán el poder supremo a los sabios y a los técnicos. Después delas armas, de' la riqueza y del número, el saber se convertiría así en el arma políticaesencial, que daría lugar a la aparición de las "tecnocracias" (sobre las armas políti-cas cfr. más adelante p. 216).

Así, en L'avenjr de la science, Ernest Renan imaginaba ya un mundo dominadopor los sabios. En los orígenes de la humanida.d, hechiceros y sacerdotes ejercierontambién una influencia considerable, porque' detentaban los secretos que permitían-...:.según se creía _ manejar las fuerzas ocultas. Hoy, los sabios, los técnicos y losintelectuales tenderían a ejercer una potencia semejante. Estos nuevos hechiceros po-seen los verda,deros secretos que permiten gobernar la naturaleza, los cuale.s seríanpor otra parte tan misteriosos e incomprensibles para el profano, como los de suspredecesores.

Este análisis no es cierto más que en parte. Es exacto que los sabios, ~os técnicosy los intelectuales, poseen las fuentes de poder fundamental del mundo moderno.Un Estado que les persiga, o que 'no les dé los medios para proseguir sus trabajos, sedebilitaría inmediatamente. Pero es mucho más dudoso que los técnicos utilicen estepoder en las luchas políticas, La investigación cie~tí6ca es por naturaleza neutra, des-interesada y objetiva. Los sabios, no tratan de conquistar el poder, sino únicamentea veces de influenciarlo a propósito de problemas humanitarios, Lo que se denomina"tecnocracia" es otra cosa. Se llama así al hecho de que siendo Jos grandes funcio-narios de los servicios especializados los únicos capaces de realizar ciertos análisis, dereunir ciertas informaciones y de tomar ciertas decisiones, a causa del carácter alta-mente técnico de los problemas tratados, ostentan así una influencia política cierta.En un sistema de planificación económica, por ejemplo, la decisión pertenece en mayorgrado a los técnicos que a los partidos políticos, al Parlamento o al Gobierno. Perola -influencia de los tecnócratas continúa siendo limitada en ciertos sectores. Algunospiensan, por otra parte, que esta influencia es benéfica (cfr. p. 291). Para que seejerza de fomla autónoma, sería necesario que formasen un cuerpo cerrado, unaclase decidida a actuar por sí misma, lo que no es el caso. Así definida, la "tecnocra-cia" continúa siendo por consiguiente un fenómeno limitado. Sabios y técnicos noconstituyen la fuerza esencial en las luchas por el poder.

Pero se puede deflnir también de otro modo la tecnocracia, denominando así ala transformación del poder político, bajo la influencia del progreso'técnico, que tiendea despersonalizar la autoridad real en ventaja de una vasta organización,- de unaenorme máquina. No obstante, se aplica más bien a este fenómeno el nombre de"burocracia", y es bajo este nombre como la estudiaremos en este libro.

Sobre la burocracia, cfr. p. 61 Y p. 91. Sobre la tecnocracia, J. MEYNAUD,Pro-blemas ideológicos del siglo XX (traducción de J. Esteban), Ariel, Barcelona; 1964;R. BOlSDE, Technocratie et démocratie, 1964; O. C. D. E., La science et la politiquedes gouvernements, 1963; J. L. COTTlER,La technocratie, nouvcau pouvoir. 1959; laobra colectiva Politique et technique, 1958; M. RIVrERE, E:conomie bourgeoise etpensée technocratique, 1965; igualmente J. BILLY, Les techniciens et le pouvoir, 1960;el artículo de B. GOURNAY,en ]a Rev. Franf. Seien. PoI., 1960, p. 880; las notas deJ. MEYNAVD,ibid., 1961, p. 673, Y de R: CORNEvrn,ibid" 1961, p. 684; las informa-ciones contenidas en la obra colectiva de B. CHAPMAN,The profes,sion of govunment,Londres, 1959 (obra colectiva sobre la función pública en Europa), y el libro del ClubJt:an Moutin, L'£tat et le cUoyen, 1961, ya citado. Cfr. también la bibliografía sobrela burocracia, p. 77.

PROGRESOTÉc~JCOy Socw..IZAcróNECONÓ1>UCA. - El progreso técnico, ¿va en elsentido de la libre empresa y de la' economía capitalista, o en el sentido del socia-lismo? En Occidente se observa frecuentemente que las sociedades más avanzadastécnicamente son capitalistas (los Estados Unidos), y se concluye así estableciendouna correlación entre los dos elementos. La conclusión es discutible, puesto que, enel momento en que el socialismo se estableció en los países del Este, éstos se encon-traban muy atrasados en relación con la América del Norte y la Europa occidental.Por consiguiente, han reducido más bien la distancia que les separaba, lo que esparticularmente notable, )'a que la distancia entre las naciones industrializadas y lassubdesarrolladas tiende de forma natural a aumentar,

1. Sociedad de la abundancia y socialismo. - Se puede considerar que el pro-greso técnico va en el sentido del socialismo desde un doble punto de vista. Enprimer Jugar, puesto que permite perseguir una "sociedad de la abundancia" en dondelo esencial de las necesidades primarias (alimentación, vivienda, vestido) y secunda-rias (confort, esparcimiento, cultura) de los hombres estarían satisfechas. Sin tal. abun-dancia, el principio fundamental de distribución igualitaria de los bienes, que es labase del socialismo ("a cada uno según sus necesidades") no podría aplicarse. Perolos marxistas piensan que no se puede llegar a esta sociedad de la abundancia másque suprimiendo en primer lugar el capitalismo, porque éste se opondría al desarro-llo total del progreso técnico. Para ellos, la abundancia real no es posible en régimencapitalista, porque éste sigue siendo malthusiano por naturaleza. La alienación deltrabajador disminuye la productividad del trabajo. El empresario frena la aplicaciónde los progresos técnicos, porque resulta más rentable conservar hasta que se gastentotalmente. las antiguas máquinas ya amortizadas, que realizar nuevas inversiones,costosas y largas de amortizar. Un gran número de inventos y nuevos métodos sonsilenciados así mediante acuerdo de las empresas que dominan el mercado. Por últi-mo, y sobre todo, a partir de un cierto grado de progreso técnico, la organizaciónde la inv'estigación, la previsión y la planificación global no pueden realizarse en elmarco de las empresas privadas, sino únicamente en el de una producción dirigidapor el Estado. Los descubrimientos más importantes de los últimos decenios _ elátomo, los proyectiles dirigidos, etc. - han sido el resultado de una investigaciónsocializada y no de una investigación capitalista (los estudios nucleares en los Esta-dos Unidos han sido realizados por el Gobierno, a causa de la guerra, por lo que nohubiesen podido llevarse a cabo. por los mecanismos de la economía privada).

Los hechos parecen haber contradicho esta tesis, Las naciunes más desarrolla-das, las que se aproximan más a la abundancia en el mundo actual, son c~pitalistasy no socialistas. Pero el argumento no es decisivo, puesto que el socialismo se haaplicado hasta ahora en países subdesarrollados o semidesarrollados, cuyo retraso.cuando abandonaron el c'apitalismo, era muy grande en relación con la América del.Norte o la Europa Occidental. El hecho de que este 'retraso no .se haya atajadotodavía no demuestra gran cosa. Con un. sistema capitalista, sería probablementetodavía mayor.

2. Planificación y progreso técnico. - El progreso técnico parece que implica unaorganización socialista de la economía, según vislumbró el gran econom!sta occidentalJ. Schumpeter. La lógica de un sistema de producción basado en la propiedad pri-vada, consiste en que cada empresario, al ser señor de su casa, organiza su produc-ción como mejor le parece, en función de los beneficios que obtiene. Por su propianaturaleza, el capitalismo es "microeconómico", es decir, considera, a la economíaen el marco de cada unidad de producción. Pero no admite dudas que la "macroeco~nomía". que considera a la producción en su conjunto, a escala de una nación o deun grupo_ de naciones, es más eficaz. Una economía coordinada, planificada, organi-

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A) Nociones generales sobre las instituciones

Vamos a estudiar en primer lugar las instituciones en general. Lasue se refieren más especialmente al poder -las instituciones politicas-

serán exammactas a conhnuaclOD .

a) Los ELEMENTOS DE LA NOCIÓN DE INSTITUCIONES. - Hemos descrito yasumariamente la noción de institución (cfr. p. 27). Dijimos que se definíapor dos elementos: un elemenro estructural y UD elemento de creencias,de representaciones 'colectivas. Es "preciso volver a considerar aquí -el pro.blema, llevando más lejos nuestro análisis.

(1) El elemento estructural. - Hemos dicho que las instituciones sonuna especie de modelos de relaciones humanas, sobre las que se calcan re.laciones concretas que adquieren a causa de ello caracteres de estabi.J.idad. de duración y de cohesión. Se distinguen así de las relaciones trabadasfuera de todo modelo institucional, que son ocasionales, ~a~ e inesta-bles En esta definición, hemos reservado el término "estructuras" para lospropios modelos institucionales, considerados al margen de las -relacionesconcretas que se deducen de ellos. Ambos términos no son separables enla práctica y constituyen la noción misma de institución; las estructurasson sistemas de relaciones, que no tienen existencia real sin estas mismasrelaciones. La originalidad de éstas se encuentra en su vínculo con el mo-delo estructural.

No obstante, es preciso" distin uir dos ti os de instituciones, Unas sonsim "les sistemas e relaciones, calcadas--sobre un modelo estructpral, segón

'la definición que aca amos de d~~ ..Q"l:rn~R~seeri-aaemá~-un~.organizaci6n,téCnica y materia~ textos jurídicos que las reglamentan~ locales, muebles,máquinas, emblemas, pa el timbrado, ersonal, una 'erar uÍa adminis~"ttativ~ -'etc. AS1, 'se pueden citar un Parlamento, un ministerio, un go ier-no civil, una asóciación: En _el lenguaje jurídico se reserva frecuentementé"el nombre de institución a estas últimas. Los JUristas de derecho púbHco,principaImente, tienden a e~tudiar las organizaciones más bien que las re-laciones bajo el nombre de instituciones, Por ejemplo, el estudio de las"instituciones internacionales" es en realidad, sobre todo, el esludio del~s orgalllzacIOnes InternacIOnales. El estudio de las "relaciones iriterna~cionales" es un estudio de relaciones en el sentido estricto del términocuando se realiza de acuerdo con el método histórico, describiendo lasrelaciones sucesivas y ocasionales de los Estados. Se convierte, por el

lituciones propiamente políticas, es decir, la or anizaci6n la estructurae po er, ac an ntemente e orma m s direela todavía so re a

'(vida política .

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SOCIOLOCÍA POLÍTICA

S 2, - Las insti~ueiones

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zada, es ciertamente superior en sí misma a la economía anárquica y desorganizadaque co~responde a la propia naturaleza del capitalismo (con excepción de los erro-res posibles de planificación y de organización que Fueden ser corregidos). Pero lacoordinación. la organización y la plani6.cadón, no son posibles más que a partirde un cierto nivel de progreso técnico. Son precisos unos medios concretos de conta-bilidad estadística, de previsión y de cálculo a brga plazo. Es menester que se puedaproducir por grandes unidades, y no por empresas pequeñas y medias.

La organización global de la economía no puede realmente desarrollarse en 110

marco capitalista. El sistema de los :lcuerdos, de los carteles, de los trusts, puede darlugar a una organización eficaz parcial en tat o tal secta!, pero solamente en relacióncon los intereses de este sector, no con los in~ereses generales de la población. Elcartel mundial del petróleo, por ejemplo, organiza con mucha eficacia el mercado deeste produ(:to; pero en interés de las empresas petrolíferas, que no es necesariamenteel interés general. Una organización global de "la economía supone que los empre-sarios deben estar obligados a seguir las decisiones del plan. Una planificación pura-mente "indicativa" O "incitati\'a" es una falsa planificación. Ahora bien, la propiedadprivada de los medios de producción implica la libertad de decisión del propietario,a menos de enccontn:.r!'e profundamente limitada, en l2UYO caso no se trataría ya deun verdadero régimen ~apitalista.

Con todo, la planificación socialista atraviesa actualmente una crisis en los paísesmás desarrollados. Se ha mostrado muy eficaz para permitir a los países atrasades osemiatrasaoos llegar rápidamente al nivel de naciones industriales modern~s. Pero unavez que han llegado aquí, la planificación funciona bastante peor. En una socieda"dde consumo, una planificación centralizaua no puede satisfacer correctamente la mul-tiplicidad de las necesidades y de las demandas. De ahí, las dificultades económicasde la U. R. S. S. y de las democracias populares de Europa, que vienen conociendo desd';lhace algunos años, El progreso técnico implica así una evolución de Jos métodossocialistas, que combine la planificación global. y los mecanismos del mercado. Estono significa un retorno a! capitalismo, sino una adaptación del ~odalismo (cfr. sobreeste punto H. DENIS, Histolre de la pensée économiqtJe, 1966, pp. 737.739) .

96

Las sociedades humanas están estructuradas, por lo que parecen másbien un edificio que un montón de piedras, L:!'s instituciones, en el sentidoestricto del término, determinan la ar uitectura de estos edificios. El dic-;-ClOnano Rooert las e ne aS1: Conjunto de forrna~ o estructuras funda-mentales de organización social, 'tajes como se encuentran establecidas por

1a ley o la costumbre de un grupo hUffi?J10' :-Eneste sentido, las institu-ciones poseen una intluencla indiscutible sobre 105- tenoIiieI1üS polílic.Os','Iñ'CJüSO los regirnenes matnmomalb, les s~stemas escolares. las relacionesde urbamdad tienen una acción sobre" ellos. Muchos sociólogos o histonado-res conservadores, como Le Play y Fustel de Coulanges. han tralado deexplicar la vida política a través de las instituciones familiares. 40s marXIS-tas conceden una importancia fundamental a los regímenes dé propiedad;

~cieJ;tos autores occidentales actúan de la 'misma manera, al considerar lapropiedad privada como el fundamento mismo de la derP-ocracia. Las ins •

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2. El elemento de representación colectiva. - Hemos insistido constan-temente en el hecho de que los fenómenos sociales poseen una importan-cia. no solamente por su realidad material, sino también por la idea queuno se'hace de ellos. por las representaciones colectivas. las ideas, las creen-cias, los sistemas de valores que se desarrollan en torno a ellos. Estas repre-sentaciones colectivas, estas creencias. estos sistemas de valores, son ~nelemento tundamental de las mstih.Iciones. Poco importa, ante el hechoconcreto. qué estas I epI eSemaclOnes colectivas correspondan o no a larealidad, es decir, que sean o no ilusorias. Lo esenci

Jal, es la adhesión que

les manifiesta el grupo sociaL.1 Toda institución e 1 mismo tiem o un modelo estructural y un con-

--P junto de representaciones colectivas más o menos valoriza as. Es eClr..toda Institución se refiere m~s o menos directamente a un SIstema deva ores o, en otras a a r s a una canee del Bi n e a, e ousto y de lo Injusto. que.jmplica una toma de posiciÓn "por" o contra"(cfr. p. 133). El grado de valorización es variable según las instituciones,

contrario, en un estudio de las instituciones en sentido' amplio. cuandotiende a dennir y a clasificar los difer~ntes modelos estructurales que sir-_ven de base a las relaciones entre Estados, los diversos sistemas de rela-ciones. Se notará que, en las Facultades de Derecho. el .curso de institu-ciones políticas estudia rincipalmente las organizaciones políticas, má.slen que os SIstemas e relaciones.En realidad, los elementos técnicos y materiales que distinguen las

"organizaciones" de los simples "sistemas de relaciones" son secundariosen relación a los modelos estructurales. Ciertamente, estos elementos re-fuerzan la cohesión la estabilidad la duración de los modelos estruc-turales. al exteriorizarlos al conferirles una realidad tan ib e VISI e.Pero pueden existir modelos estructurales sin organizaciones materia es,que sean muy coherentes, fuertes y estables, e incluso mucho más queQtros cuyas organizaciones materIales parecen importantes. El alcance dela influencia de las religiones no es proporcional a la importancia de sustemplos. Los usos las costumbres son con frecuencia mucho más fuertes..9ue las leyes y los có igos. Las organizaciones no son r u ade las mStItucIOnes, su cobertura exterior, ue no corresponde siempre asu realidad profunda. Por consiguiente, resulta mue o mas conforme conlos hechos, y mucho más «operacion~l" situar en primer plano la unidadde la noción de "institución", en, sentido amplio, opuesta a las simplesrelaciones ocaSIonales, ue no están .calcadas sobre un o tructural,rec azar a segundo plano la oposición entre "organizaciones" y siste-

structurales sin organizaciones materiales corres ondient~s ~s pre-ciso, pues. descartar la nOClOn estrec a e institución asimilada a la or-ganización.

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b) ~A INSERCIÓN DE LOS INDIVIDUOS EN LAS INSTITUCIONES: STATUS y RO-

LES. _ Resulta interesante comparar la noción de institución con las destatus rol,' utilizadas corrientemente or los psicólogos sociales, ya queestas últimas aclaran el problema fundamental de la inserción de los in i-'viduos en las instituciones, prácticamente, status y roles son institUCIOnes,-en el sentido que hemos dado nosotros a este término. más exactamente.,las instituciones son conjuntos de status y roles.

Los conceptos de status y rol fueron elaborados en 1936 por Ralph Lin-ton, en la primera edición de su libro The Study of man. A continua-ción .fueron adoptados por la mayoría de los psicólogos y sociólogos. con máso menos exactitud. En la actualidad han sido admitidos de manera casigeneral. a pesar de que sean objeto todavía de muchas discusiones. Nocomentaremos éstas, para ceñirnos estrictamente a lo esencial.

1. El equivalente en Francia del Carda español. (N. del r.)

1. El status. - Vada hombre se halla. situado en un gran número deposiciones sociales. M. Dupont,l por ejemplo, es a la vez esposo, padre de•familia, secretario de un club- de rugby, tornero en la fábrica Renault,miembro del partido comunista, integrado en un grupo de camaradas, etc.Cada una de estas posiciones. ofrece la posibilidad de una serie de rela-ciones sociales. Según la expresión del sociólogo alemán Dahrendorf, es

LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

pero -en lo que respecta a las instituciones políticas es muy elevado por logeneral. La política está más o menos "sacralizada". Es decir, que está máso menos vinculada con el sistema de valores supremo de la sociedad.

La noción de "legitimidad" se deduce de este sistema de valores," Enuna sociedad determinada, existe una cierta idea de la forma, de 'la na-turaleza, de la estructura que dehe presentar el poder, para ser recono-cido como bueno y válido en sí mismo (independientemente de los actosconcretos que realice). Es legítimo el poder que corresponde a estas repre-sentaciones colectivas, a este sistema de valores. Si el poder existente seconsidera de esta manera" legítimo, se le obedece espontáneamente, nah.I-ralmente. Pero si se considera ilegítimo se tiende, por el contrario a opo-nerse a él, y entonces no reposará ya más que sobre la fuerza., Veremosmás adelante estos problemas que son importantes, principalmente el delacuerdo (o del consensus) sobre la legitimidad. Si en una sociedad, algu-nos reivindican un sistema de legitimidad, y otros desean otro. ningúnpoder puede ser legítimo para todos. de ahí que entonces todo Gobierno"sea difícil. Nos encontramos ante una situación revolucionaria. Tal fue elcaso en Francia después de la Revolución francesa, hasta los primerosaños del siglo xx, cuando se enfrentaron los partidarios de la legitimidadmonárquica tradicional contra los de la nueva legitimidad democrática.

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1. En nm;si;;: 'traducción he~os vertido la ~presión corriente francesa "jo~~ unrole", por la correcta castellana "desempefiar un paEel". Sin embargo, ahora tradu-cimos el término francés "role" por el término castd anizado "rol". La razón es sim~pIe: en el caso anterior se trataba de la acepción general que se utiliza en el len_guaje (;orriente. Ahora, se trata del término técnico empleado en sociología para ex-presar la acepción particular. Por ello, utilizamos el término rol ya empleado porotros especialistas en el mundo hispano. Ver, por ejemplo, F. MURILLO FERROL, 'Es~tudios de Sociología Política, Tecnos, Madrid, 1963, pp. 46 Y ss.; J. FERRA.. .••lDO BADÍA,'

"Status y rol de los grupos de presión en el se:lO del régimen político", en Estudiopreliminar a la obra de S. E. FINI::R, El imperio anónimo, Tecnos, Madrid, 1907,pp. 35 Y ss, (N. del T.)

un "vínculo ti tit e un campo de relaciones sociales", Este cam-po de relaciones sociales es "'por pnnCIpIO a go que existe independiente-mente del individuo" que ocupa la posición. Se trata pues, de sistemas derelaciones estables, que entran dentro de nuestra definición de institución.La posición de esposo corresponde, en la sociedad donde'vive M. Duponta un conjunto de relaciones imaginadas por sus miembros; de igual modoocurre con la posición de padre de familia, de secretario del club de rug-by, etc. Si M. Dupont deja de ser secretario del club, o tornero en la fá-brica Renault, será sustituido por otro. Se llama status, la posición social.definida así objetivamente. Los status no son más que modelos de re~a-dones, es decir, de instituciones en el sentido que hemos dado a estapalabra.

2. El rol. - A cada status corres ande un cierto número de compor-tamientos que se es eran de su titular al mismo tiempo ue etenta uncierto numero e atributos. Así, se espera que el tornero en. a a rica'Reñault aSIsta regularmente a su trabajo, que efectúe sus tareas profesio-nales, que tenga relaciones con sus camaradas de trabajo, que reivindiquesus derechos frente a la dirección. Al mismo tiempo, el hecho de ser tor-nero en la fábrica Renault implica para Dupont Ullas obligaciones de .pre-sencia, de trabajo y de disciplina; salarios y ventajas sociales; una ciertacons'ideración por parte de sus vecinos, etc. Se denomina rol a los atributosque resultan del status, y a los comportamientos que los otros miembros aeksociedad esperan de su titular. F;l rol DO es en suma más que un aspecto~ status. Sto(j:zeI dice une el stab1s es el conjunto de comportamientos!lue puede esperar !vI.Dupont de los otros. mientras que el rol es el con-junto de comportamientos q.ue los otros ~speian normalmente de M. Du-ponl.~r término "rol" 1 ha sido .bien escogido por ue su. iere ue cadahorn re es un actor en la sacie a en a que vive. Es un actor que debedesernpenar, por otra parte, varios papeles '(roles), como ciertas vedeftesque desempeñan un papel en la función de tarde de un teatro, otro en lafunción nocturna de otro teatro, tal otro por la mañana en la televi.sión,etcétera. La diferencia fundamental con el papel de actor, estriba en que

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rol social no se ~ncuentra determinado de forma tan rigurosa. El hom-bre que asume .uno de sus roles sO<;:lalesno se encuentra sUJcto como elactor a un texto rígida, del que no se puede separar. Como en la come-dia italia~a, debe improvisar ampliamentc: los papeles de la Comediadel Arte - Arlequín, Pierrot, Colombina, etc. - nos ofrecen una idea bas-tante precisa del rol social. Calderón en El gran teatro del mundo ilustraesta noción de manera todavía más espectacular.

3. El rol y la personalidad. - El interés de la noción de rol radica enprecisar el punto de inserción entre la sociedad y el individuo. Dentrode su rol e::;pecial, el hombre posee un margen de libertad. Como acaba-mos de decir, no sigue un texto preciso, sino simplemente un bastidor.Debe improvisar en gran manera. Según su grado de originalidad persa.nal, se apartará más o menos del bastidor estereotipado de su rol. El con-flicto ~ntce la personalidad y el rol social es más o menos violento, peroexiste en la mayoría de los casos, ya que la integración en el rol raramentees total. No obstante, status y rol formar. parte integrante también de lapersonalidad, a la cual ayudan a formarse y a reforzarse.

Se observará, por otro lado, que si los miembros de la colectividad es-peran ciertos comportamientos del titular de un status -lo que consti-tuye precisamente su rol- esperan a veces más o menos oscurament,=que el actor se evada también del rol en cuestión, o que no haga exacta-mente lo que se espera que haga. Esta esperanza signinca que el gruposocial no está satisfecho de los status y de los roles existentes, y que suenamás o menos verlos modificar. En política, esto corre'sponde a las aspira-ciones revolucionarias. Se puede incluir también aquí las tendencias a la"personalización" del poder, puesto que los ciudadanos esperan que unhombre excepcional, un salvador, romperá las barreras de su rol en inte-rés común. La esperanza de un Moisés es tanto más fuerte cuanto seanaceptadas meDOS generahnente las instituciones, pero de todos modosnunca se halla ausente de las sociedades, Sus instituciones -son demasiadoimperfectas para qu@' los hombres puedan encontrarse completamentesatisfechos. . .

e) LAS DIFERENTES CATEGORÍAsDE INSTITUCIONES. - Resulta muy difí-cil clasificar las instituciones. Se 'n su oh'eto se ueden distinguir lasinstituciones políticas, las religiosas. las económicas, las fami lares, as a<.minjstratjyas etc. Querríamos intentar zquí otra distinción, que posee el.mérito de precisar la noción de institución y de aclarar primordialmenteel lugar que oc;upan las instituciones jurídicas. .

1. Instituciones de hecho e instituciones c01lscientes. ~ Ciertas institu- .ciones surgen automáticamente, casi mecánicamente podríamos decir,

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merced al juego de los determinismos y de las evoluciones. Así ocurrec0!l las clases sociales, los niveles de renta, los géneros de vida, etc. Estasinstituciones existen incluso si los hombres no cobran conciencia de suexistencia, aunque evidentemente esta toma de conciencia tendría comoefecto reforzarlas y transformarlas. No implican una determinada tomade posición a su propósito. De esta manera, el estar "a favor" o "en con-tra", el considerarlas "buenas" o "malas", "justas" o "injustas", no cons-tituye un elemento esencial de su existencia, aunque igualmente esta valo-ración tendría una gran influencia sobre ellas. Tales son - O tales serían,porque esta noción es discutible, como vamos a. ver-las institucionesde puro hecho.

Por el contrario, otras instituciones descansan esencialmente en fen6-menos de conciencia y valoración. Primeramente, en fenómenos de con-ciencia: los hombres a quienes encuadran saben que existen, siendo este.conocimiento un elemento propio de su existencia. Seguidamente; en fe-nómenos de valoración: no es posible la neutralidad a su propósito, sinoque implican necesariamente una toma de posición, porque se refierenesencialmente a un sistema de valores (bien o mal, justo o injusto, con-veniente o poco conveniente, etc.). Este sistema de valores constituye subase misma.

Llamaremos a esta segunda categoría de instituciones . n s"conscientes", Q taro ién instituciones "normatiyas"-r porque se basan a.sÍen "normas;' (este término procede de la palabra latina "norma" .que sig~niBca propiamente "cartabón" que se toma aquí como sinónimo de "re-~a"). Estas instituciones están constituidas en efecto por prescripcionesaueaeBnen reglas de conducta conscientes a las ue lo:rupo e en con armar su acción. Mientras que las instituciones 'de hechoson ctetermmantes - es decir, que se sufre su acción automáticamente,en cierta medida-las instituciones conscientes son "obligatorias". Se po-dría no acatar las regias que establecen, es deCIr, materialmente no seestá forzado a hacerlo, sino únicamente "obligado", esto es, afectado poruna obligación (jurídica, moral, o social) a la que uno no puede sustraersea menos de caer bajo el efecto de las diversas categorías de sanc~ones.Por consiguiente la sumisión a estas instituciones es voluntaria. Igualmentees consciente, puesto que si se ignoran las reglas, no se puede acatar laobligación que se deduce de ellas, a no ser por mera casualidad.

Esta distinción entre instituciones conscientes e instituciones de hechoes muy discutible. Cabe preguntarse si existen verdaderamente institucio-nes de puro hecho, en el sentido que acabamos de dar a esta expresión.¿Pueden existir instituciones sociales sin elemento de conciencia? Y, porotro lado, ¿desde que una institución es consciente no encubre siempre uncierto elemento de valoración, una cierta toma de posición a su .respecto?Inversamente, cabe afirmar que toda institución consciente reposa sobre

un "dato'" de hecho, determinado, imposible de eludir, que le sirVe dehase. Los grupos de edad no se convierten en instituciones más que si setoma conciencia de ellos y si son causas de ciertos comportamientos;- esdecir, si se crea un juego con unas reglas.' M,arx ha señalado igualmente laimportancia de la conciencia de clase, en lG que respecta a la instihIciónde las cIases sociales. A falta de toda conciencia social, las clases puedenexistir materialmente, pero no poseen importancia .social; es difícil afirmarque sean así instituciones. Por otro lado, ciertas instituciones conscientespueden engendrar instituciones de hecho: por ejemplo, un régimen de pro-piedad privada engendra un sistema de clase social. La. verdadera dife-rencia, en definitiva, parece ser de grado, no de naturaleza. En ciertasinstituciones, el "construido" consciente se encuentra muy desarrolladoen relación con el "dato" positivo; en otros casos ocurre lo contrario.

2. Las Instituciones jurídicas. - La distinci6n de las instituciones jurí~ 19icas dentro de las otras, es muy im oftante en sociología politIca. !Oíquelas instituciones un icas son a uellas ue el oder establece o reconoce.El derecho es así uno e los instrumentos fundamentales de la accion e'poder político.- Las instituciones jurídicas son una cate orÍa de instituciones "conscien-tes" o «normativas, e acuer o con o ue aca e eeír. A pesar-de que el propio concepto e instituciones normativas no se halle delimi-tado muy claramente; cabe di~tinguir en su inter.ior, de forma mas clara, ytres categorías de instituciones no s: las que dependen del dere-cho-, las que epen en e la moral, y las que dependen de los usos socia.~ distinción descansa a la par sobre los sistemas de valores qpe sir-ven de base a las "normas" y sobre los modos de elaboración y de sanciónde éstas~ La distinción según los sistemas de valores es más fundamentalen teoría, pero menos precisa en la práctica. El derecho, .la mora~usos poseen j.omo carácter. común d ser sistebas <le valores, característicauc recisamente oponen las instituciones ue dan Iu ar a las instItu-ciones de ec o. in. em argo, se pue en istinguir sus sistemas de vaIo~res respectivos igualmente desde este punto de vista. Los valores quede.finen a los usos, consisten en.lo siguiente: ."10 que se hace y lo que no sehace". La moral reposa .sobre las nociones del bien y del mal, valoresesenciales, considerados como superiores a todos los demás. El derechose basa en las nociones de bien ,público, de orden social, de interés general,pero también invoca la noción de justicia. :rtsta - aspecto particular del"bien" - es en realidad un val~r moral. A este respecto, resulta muydifícil separar la moral y el derecho, ya que el segundo utiliza el presti~gio de la primera para reforzar sus instituciones.

La distinci6n técnica, según los modelos de elaboración y de sanciónde las reglas es mucho más precisa. El derecho es el conjunto de reglas

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sancionadas por la autoridad pública, y establecidas y reconocidas por lamisma. De este modo, se denominan jurídicas las "instituciones que son:1.0, bien establecidas por las leyes" los reglamentos y, en general, las deci-siones que emanan del poder; 2.°, bien establecidas por la costumbre opor contratos celebrados entre particulares, pero reconocidos y validadospor las leyes, los reglamentos, o las decisiones del poder. Unas y otras sonsancionadas por el poder, quien utiliza los medios de sujeción de que dis-pone (jueces, policías, cárceles, multas, pena capital, etc.), para reprimirsu violación. En esta definición puramente técnica se considltra al derechocomo el conjunto de reglas establecidas o reconocidas por el poder (esdecir, en general, por el Estado) y que son sancionadas por él, siendo elsegundo elemento, en definitiva, más general y preciso que el primero.Una regla de derecho, puede no ser establecida por el poder, pero siemprees sanCionada por él. El derecho puede pues definirse, en última instancia,como el conjunto de reglas de conducta sancionadas por el poder político.La moral comprende el conjunto de reglas de -conducta provistas de .san-ciones religiosas (infierno, purgatorio, etc.) o psicológicas (remordimien-tos) que son, bien establecidas por las religiones, bien percibidas por ]aconciencia humana. Esta definición recubre en realidad dos concepcionesde la moral, una religiosa, otra psicológica. No existe necesariamente con~tradicción entre esta moral trascendental y la otra fnmanente. Pero cadauna plantea problemas particulares, que no serán examinados aquí. Porúltimo, los "usos" son reglas de conducta elaboradas por la costumbre, cuyaviolación lleva consigo sanciones sociales difusas, inorganizadas, pero fre-cuentemente severas: reprobación, sorna, puesta en cuarentena, etc.

Derecho, moral y usos no c-onstituyen diferentes dominios, enteramenteseparados de instituciones sociales, sino que se recubren ampliamente unoscon otros. Muchas reglas de derecho son al mismo tiempo reglas morales yusos, y viceversa. Sin embargo, existen también dominios propios de cadacategoría, pudiendo existir incluso contradicciones entre ellas. Los con-flictos entre derecho y moral son particularmente graves, porque en laescala de valores, los valores morales se juzgan superiores a los valoresjurídicos, al menos desde el punto de vista de la conciencia indívidual.Desde el punto de vista del interés colectivo, las cos~s.son m~nos_claras.~ ..Er;'"au~eI'9~entre-'''Anlígoñay--C¡'eoñtellllit~a perfectamente estascoñiradiC:"ciones, Con frecuencia dramáticas en sus consecuencias. El hecho de quesean menos graves y menos profundos los conflictos entre moral y usos oentre usos y derecho, no signillca que sean menos agudos. Las resistencia-sde los rusos ante los edietos de Pedro el Grande que prohibían la barba,la de los turcos ante las leyes de Mustafá Kemal prohíbiendo la utiliza-ción del fez, demuestran la 'importancia del conflicto entre los usos y elderecho.

d) 'INSTITUCIONES y TÉCNICAS. - Las instituciones de una sociedad, in-diferentemente de que provengan de la ley, de la costumbre o de otroorigen, se encuentran estrechamente vinculadas con su .desarrollo técnico,según hemos visto. A este propósito los marxistas tienen tendencia a nover en las instituciones más que un -reflejo de las técnicas. Esta tests esexagerada, puesto que existe una cierta autonomia de las mstituciones enrelación con el desarrollo técnico.

1. La dependencia de las instituciones en relación con el desarrollotecnoecGnÓmic;o. - La doctrina marxista es rigurosa a este respecto. Paraella, las instituciones son el fruto de una categoría especial de técnica,de las que no son más que un reflejo, un epifen6meno en cierta medida:las técnicas relativas a la producción. El estado de las fuerzas producti-vas, esto es, de .las_técnicas relativas a la produccibn, determinan los modosde producción, es decir, las instituciones relativas a la producción y prin-cipalmente la propiedad. Estos modos de producción en sí mismos deter-minan las otras instituciones: familiares, sexuales, religiosas, pohhcas, etc.Existen de este modo dos niveles institucionales si cabe decir; el nivelde las instituciones socioeconómicas, relativas a. los modos de produccióny a las relaciones de clase que se deducen de ellos. v el nivel de las otrasinstituciones. Las segundas son el resultado de las primeras. Unas y otrasson a su vez fruto del estado de las fuerzas productivas. Sin duda, las in-fluencias no se ejercen únicamente en un sentido, sino que existe unareacción de los niveles superiores sobre los niveles inferiores, ~e las super~estructuras sobre la base, Pero esta reacción es de carácter secundario, enrelación con la acción directa.

Esta concepción es demasiado estrecha. El hecho de que las institu-ciones dependan del mvel del desarrollo tecnoecon6mico y el hecho deque entre ellas, las instituciones 'socioeconómicas condicionen a las otras,es algo que no se puede discutir. Pero no se encuentra en ningún grado.una determinación rígida, sino únicamente cOI)dicionamientos más o me~nos amplios. A cada 'nivel de desarrollo socioeconómico corresponde unagran variedad de instituciones .socioeconómicas posible; es decir, de "mo-dos de producción" y de relaciones de clases, por hablar con lenguaje'"m1ü'-xisfá~Acadátipó-deiDStifucfón--sócioecon6mica;r cor:esponQ"e una-gran _..,variedad de las otras instituciones posibles (familiares, religiosas, políti-cas, etc.). Los marxistas no niegan esta pluralidad de las superestructurasen relación a la base. Pero pretenden que existe siempre una relación entreel tipo de superestructura que se establece en la práctica y la naturalezade la base, Examinaremos más adelante esta tesis, a propósito de las rela-ciones entre los regímenes políticos y los sistemas de producción (cfr.p. 118). Digamos simplemente aquí que dicha tesis es muy exagerada.

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2. La autonomía de las instituciones. - El condicionamiento de las ins-tituciones socioeconómicas por el nivel de las técnicas de producción, yde las otras instituciones por el sistema de producción, es mucho másamplio. Existe una cierta autonomía de las instituciones en relación conlas técnicas económicas. Un mismo nivel de desarrollo puede engendrarvarios tipos de sistemas de producción, sin que tal tipo determinado estéen relación con tal variedad del nivel del desarrollo. Un mismo sistema deproducción puede producir una gran diversidad de instituciones familia-res, escolares, culturales, políticas, o religiosas, sin que la aparición de taltipo más bien que de tal otro se halle ligada a una modalidad del sistemade producción.

Las diferencias de los sistemas escolares americano, inglés, alemán yfrancés no corresponden a diferencias en los sistemas de producción, deigual modo que las diferencias del régimen presidencial norteamericano,del régimen parlamentario británico, de los regímenes de la Europa nór-dica y de los sistemas italiano o francés tampoco dependen rígidamentede los sistemas de producción. Las diferencias de comportamiento sexualentre católicos y protestantes en Occidente no parecen tampoco ligadas adiferencias en los sistemas de producción o en los niveles de técnica eco-nómica. Las diferencias entre el partidismo flexible de los Estados Unidos,el bipartidismo rígido de la Gran Bretaña, el multipartidismo disciplimidode los países escandinavos, el multipartidisrno anárquico de Francia e Ita-lia, no reposan sobre diferencias en los modos de producción y en el es-tado de las fuerzas productivas. Podríamos multiplicar los ejemplos. Porconsiguiente, existe una cierta autonomía de las instituciones respecto alas estructuras socioeconómicas. En la medida de esta autonomía, que esbastante amplia, las instituciones son en sí mismas, y no a título de deri-vados, factores de antagonismos políticos y también de integración.

Un buen ejemplo de la autonomía de las instituciones nos 16 ofreceel sistema de partidos que estudiaremos más adelante. Nadie discute quelos antagonismos y la integración política son profundamente diferen-tes en un sistema bipartidista de tipo británico y en un sistema tnulti-partidista de tipo francés o italiano. Estas instituciones que son los siste-mas de partidos influencian profundamente la vida política. Ahora bien,siguen siendo ampliamente autónomas, respecto a las estructuras socioeco-nómicas. Ciertamente, el- bipartidismo y el multipartidismo son, en granmedida, una consecuencia de los factores socioeconómicos. Los partidosreflejan las clases o las categorías sociales en conflicto, El desarrollo his-tórico, las circunstancias particulares de cada país, las tradiciones, des-empeñan también un papel en este sentido, puesto que las ludid::; de clasesy de categorías sociales se desarrollan dentro de este contexto cultural.Pero interviene también otro factor, de naturaleza puramente institu-cional: el régimen electoral. Demostraremos más adelante que ..el sistema

mayoritario a. una vuelta, de tipo anglosajón, tiende al bipartidismo, delmismo modo que la representación proporcional o el sistema a dos vuel-tas de tipo 'francés tienden al multipartidismo (cfr, p, 325), Asi, su acciónfrena o acelera la de los factores socio económicos y culturales.

Estas relaciones entre sistemas electorales y sistemas de. partidos acla-ran de manera muy precisa la autonomía de las instituciones. La ordena-ción de una institución (el sistema electoral) conEere a otra institución (elsistema de partidos) una cierta forma que actúa en sí misma sobre losantagonismos políticos al desarrollarlos o limitarlos. Indudablemente, elalcance de tales organizaciones institucionales continúa siendo mínimoen relación con los otros factores de antagonismo y de integración polí-ticos. Sin embargo, es con frecuencia grande. Podríamos multiplicar losejemplos análogos en todos los dominios. La transformación de las ins-tituciones familiares en Franc;ia, después de la segunda guerra mundial,se debe menos a una evolución de los modos de producción que a unalegislación original que multiplicó las ventajas materiales en favor de lanatalidad, cuya acción parece fue decisiva en los cambios intervenidosen 1944-1945. La "revolución sexual" realizada eu los Estados Unidos y enEuropa del Norte a partir de 1950 no parece que esté vinculada en absolutoa un desarrollo de las técnicas económicas, sino que se debe más bien aun debilitamiento de las prohibiciones religiosas y morales, cuyas causascontinúan siendo todavía imprecisas por otra parte.

Limitándonos al dominio político, es menester señalar un punto esen-cial. t-as tesis marxistas han desconocido la verdadera naturaleza del poder.al considerarlo como un e ¡fenómeno de las estructuras tecnoeconómicas.N adie discute ue e o er se halla condicionado or la lucha de clases.

ora bien, lo que parece contrario a los hechos es ue de enda única-ment" ue deba desa arecer al mismo . e a,según lo desea la teoria de la consunción del Estado (cfr, p. 298), Eldesarrollo del stalinismo ha demostrado que la supresión de las clases yla llegada del socialismo podían coincidir con el crecimiento de una dic-tadura implacable que no basta para explicarla, ni el cerco capitalista dela U. R. S. S., ni la resistencia de las antiguas clases explotadoras. Únicamen-te, el 'concepto de autonomía de las instituciones, permite explicar que elpoder político posee una realidad propia, independientemente de las es-tructuras de clases y de los otros elementos que lo condicionan. Esta rea-lidad parece deberse a una tendencia natural de expansión, que se pro-duce desde el momento en que el poder no encuentra límite. Veremos másadelante esta idea fundamental, que conduce a considerar que el poderes peligroso por naturaleza, y que es preciso siempre tomar precaucionescon él, incluso si la lucha de clases y las otras causas de antagonismospolíticos han desaparecido.

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2. La influencia de la persistencia de las instituciones. _ Las institu~ciones que sobreviven así a los factores que las han producido, tienden aconvertirse propiamente en factores de antagonismo o de integración po-lítÍC'os. Actualmente, no existe un partido radical porque existan ciertosconflietQs políticos, sino que persisten ciertos conflictos políticos porque. elpartido radical sobrevive aún. Algunas luchas políticas -no tienen de estemodo más que una base histórica. Pero, a veces, el fenómeno jtlega en

e) LA PERSISTENCIA DE LAS INSTITUCIONES; Lo\. INERCIA SOCIAL. __ Inclusocuando las instituciones son fruto de las estructuras técnicoeconómicas, si:-guen conservando una autonomía. Uno de los aspectos de esta autonomíaconsiste en que continúan superviviendo después de que han desapareddolos factores que las engendraron, a causa de una especie de .inercia soc:ial.

1. El fenómeno de la persistencia de las instituciones. _ La persisten-cia de las instituciones es un fenómeno muy general.. En todos los países,en todas las épocas, encontramos así una mezcla de instituciones contero.poráneas que corresponden a las necesidades actuaies, junto a institucionespasadas, que correspondían . a necesidades desaparecidas. Estas últi-mas sobreviven porque se apoyan sobre elementos materiales (cuadrosdirigentes, un patrimonio, una organización) y sobre representaciones co-lectivas, puesto que los hombres están habituados a su existencia, y no sedan cuenta claramente de su arcaísmo.

Citaremos solamente dos ejemplos, particularmente demostrativos deesta persistenCia de las instituciones. El más importante es el de la super-vivencia de las estructuras romanas, principalmente a través de la Igle-sia, después de las invasiones bárbaras y de la caída del Imperio. Enefecto. mantuvieron una fachada de Estado durante siglos cuando la eco-nomía tendía a la atomización del poder dentro de pequeñas cOI;nunidadesrurales replegadas sobre sí mismas. !vlás tarde, produjeron el renacimien-to de una centralización a comienzos de la época merovingia, y prin-cipalmente con Carlomagno. Posteriormente contribuyeron a dar formaa los nuevos Estados nacionales, cuando la evolución económica permitióla reconstitución duradera de grandes conjuntos políticos.

Los partidos políticos suministran otro ejemplo de ersistencia de lasinstituciones. Consi eremos e partí o ra ical-socialista francés. el cuales un vestigio hist6rico. Este partido correspondió a una realidad socialhace algunas décadas, cuando expresaba la oposición de los liberalesintransigentes frente a los moderados y conservadores. Los soportes fun-damentales de este conflicto han desaparecido, en la hora actual, casienteramente. No obstante, ciertas organizaciones radicales continúan ,exi,s-tiendo, al mismo tiempo que subsiste UDa cierta ideología, p()r lo que sepuede afimra-r-=--qúe-vlaihstitución radical existe aún: - --<-.---=.

B) Las instituciones políticas:La clasificación de los regímenes políticos

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sentido inverso, y así la integración es más fuerte de lo que las estructu.ras J;luevas de la sociedad deberían producir normalmente, a caU!'ia de lapersistencia todavía de instituciones de interés común, que no correspon-den ya a la realidad.

La persistencia de las instituciones puede conducir así a mantener oincluso a hacer revivir regímenes opuestos a las estructuras socioeconó.micas. De este modo, el esfuerzo de unificación de Clovis y el imperiode Carlamagno se hallaban en contradicción con la evolución económicade una época que tendía a la preeminencia de la agricultura arcaica, lacual implicaba la co.nstitución de pequeñas comunidades replegadas sobresí mismas. Las estructuras socioeconómicas tendían a los señoríos y al cen-tralismo. La persistencia de las instituciones frenó esta desagregación delEstado e incluso provocó renacimientos provisionales de éste, Sin duda.estas instituciones no duraron mucho tiempo, aunque sí lo suficiente paracambiar el destino de la existencia de muchos hombres y para producirconsecuencias duraderas.

Esta persistenCia en la Edad Media de instituciones romanas en con-tradicción con las bases sociológicas, favoreció a la sazón la integración má.sbien que los antagonismos, frenando así, en cierta medida, el desarrollode los conflictos políticos. De manera general, cuando las viejas institucio-nes son queridas y res-petadas, cuando parecen ante los ojos de la gentemejores que las engendrad',ls por la evolución, la opinión pública las S05-

tiene y se acomoda muy bien con su "persistencia". Por el contrario, cuan-do las viejas instituciones se soportan mal y cuando la evolución tiende amodificarlas, si sus beneficiarios tratan, a pesar de todo, de mantenerlas,esta inercia social agrava los conflictos y puede producir explosiones re-volucionarias. .

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. .~as instituciones políticas son aquéllas que se refieren al-poder, a suorganizacjÓn a su devolución, a su ejercicio, a su legitiInidad, etc. A tra-, vés de la histoiia, estas -insi{tuc{onés se han combinado según diferf:mtestipos denominados "regímenes políticos". L...o5regímenes políticos se refie-ren a los marcos institucionales directos, dentro de los que se desenvuelvela vida politica. Pero -éstos se sitúan a su vez en el conjunto constituidopor las otras instituciones y por los elementes geográficos y demográficosde la sociedad considerada. De ahí, la importancia del problema de laclasificación de los regímenes políticos.

Todas la.s clasificaciones de los regímenes políticos se reBeren, implíci-tamente o no, a un sistema de valores. Las de Aristóteles y Platón tendían.

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a) LAS CLASIFICACIONESARCAICAS.- Hasta finales del siglo XIX, se viviócon una tipología de los regímenes políticos heredada de los griegos, loscuales oponían la monarquía, la oligarquía y ]a democracia.

a señalar las cualidades de los regímenes mixtos. La de Montesquieu po-see la misma significación,. ero su conee ción de ré imen "mixto" es di-erente. La tipo ogía occidental. qlle opone las democracias a las dicta u.-\r~s t~ata de)~sti£car ~.asprime~as.y des,valorizar las segu,~das, por~u~ el. temInO de dIctadura es peyoTatJYO rnmntras que el de democracIa es,aprobativo, situándonos en el lenguaje corriente. La distinción comunistaentre regímenes capitalistas y regímenes socialistas posee la misma signi-ficación: "capitalista" es malo y "socialista" hueno, en el vocabulario mar-xista. Vamos a tratar de superar estas clasiBcaciones subjetivas, para bus-car una tipología más objetiva que aclare las semejanzas y diferencias delos regímenes políticos actuales. El enfoque histórico es el más apropiadog,ra esta tarea. ya gue todas las clasificaciones actuales se InSplralI enmás o en menos de las antiguas.

l. De Her6doto a Montesquieu. - Monarquía o gobierno de uno solo,,oligarquía q gobierno de algunos. de~ocracia o gobierno de todos. sondefiqiciones simples que correspondían a la par a una clasificación lógicay a la descripción concreta de los regímenes que existía en la Antigüedadhelénica. La primera fórmula precisa de esta distinción se encuentra enHeródoto, y data probablemente de mediados del siglo v antes de J. C.Sin embargo, parece fruto de una tradición anterior sólidamente estable-cida. Ya, por otra parte, se distinguía dentro de cada régimen la formapura correcta y sus "desviaciones". Aristóteles dará posteriormente de estaclasificación un cuadro célebre, en el que oponía la tiranía, la oligarquíay la democracia (formas corrompidas) a la monarquía. la aristocracia y la"timocracia" - o democracia censitaria - formas puras. Antes de él. Pla-tón había maniÍestado "ideas análogas, añadiendo la idea de una sucesiónentre los diferentes tipos de regímenes, según un eterno retorno.

La trilogía, "monarquía, aristocracia, democracia" domina el pensa-miento político .hasta Montesquieti; e incluso más alla. Cada autor impor-tante la complica en el detalle, pero sin tocar lo esencial. Bodin la aplicaseparadamente a las formas de Estado y a las formas de gobierno, lo quele permite realizar 'Combinaciones anodinas, pero con frecuencia intere-santes. El Estado monár uico, or e'em lo en donde "la soberanía se en-cuentra en las manos de un rey, puede tener un o lerno emocratico, SIto os os cm a anos oseen i enticas osibilidades frente a las funcionesÚblicas, o aristocrático, si estas fun~iones se reservan a los no es y a

.los ricos. El Principado romano es un gobierno monárquico dentro de unEstado democrático, puesto que la soberanía poseía una base popular, aun-

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111LOS M..\RCOS DE L\ poLÍTIC.",

que fuese ejercida por una sola persona. Esta última. definiciun se aplicaperfectamente al bonapartismo y a ciertas dictaduras modernas. Vemosque la tipología de Bodin no carece de valor. En efecto, posee el méritode demostrar la contradicción posible eEtre los sistemas de valores quesirven de fundamento al Estado (que Bodin llama "soberanía") y su or-ganización real.

1. Confusión de los poderes, separación de poderes, régimen parlamen-tario. - ~legamos así a una división tripartita nueva: ~régimen de confu~ }¥sión de poderes, régimen de separación de oderes, y régimen parlamen-tario o e co a oracion e po eres. La confus~ón de po eres slgm ca que"todas las decisiones fundamentales son tomadas por un mismo órgano delEstado, confusión que puede producirse en provecho de un hombre o deuna asamblea. El primer caso corresponde, bien a la monarquía absoluta,bien a la dictadura, siendo la diferencia entre ambas el modo de investi-dura. Puesto que el rey llega al poder por herencia, mientras que el dic-tador lo hace por la fuerza. El segundo caso corresponde al "régimen deasamblea" o "régimen convencional" (porque se reputa" que la encarnó laConvención). Pero esta última categoría es más bien teórica que práctica;se asemeja en cierta manera a las ventanas simuladas de las arquitecturasdecadentes, situadas para dar ilusión de simetría. De hecho, la Conven-

2. Montesquieu y las formas de gobierno. - Aparentemente, Montes-quieu parece po.r lo pronto que se separa de la. tipología tradicional, puesto \que escribe: "Existen tres especies de gobierno: el republicano, el monár..:. \...quico y el despótico." Pero distingue irunediatamente, en la república, lademocracia y la aristocracia; encontramos aquí la vieja distinción de He~róctoto la idea de las formas uras de las tormas corrompidas (el des-potismo es una orma corrompida de la monarqUla ... o o stan e, la com~paración entre democracia y aristocracia es fecund;: El siglo XIX, e In-cluso el xx, Iban a justificarla, cuando la distinción entre democracia yaristocracia era difícil de realizar, a causa de "la importancia del sufragiocensitario o del papel de las oligarquías en los regímenes basados en elsufragio universal. De igual modo, para un sociólogo moderno, la dife-rencia entre monarquía y dictadura es fundamental, según lo había vistoperfectamente Montesquieu.

b) LAS CLASIFICACIONESJURÍDICAS COXTEMPORÁNEAS.- Los juristas COD_ )

tero oráneos se inspiran todavía en Montesquieu, pero no tanto en suteoría tres armas e go ierno corno en su eona e a separación,de poderes. En la ráctica; casI can os regImenes po ltlCOSse un as reJa- ~ciones internas de J9.~diferentes po eres" es eCÍr, de los diversos ele-mentos del Estado.

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1. Llamado así porque corresponde en Francia a la monarquía de Luis Felipe,ex duque de Orleáns.

113LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

terio. De esta manera, el Gabinete concentra en sus manos todo el podergubernamental, mientras que se cons_igna al rey a' un papel de puro ador~no ("el rey reina, pero no gobierna"). En 1875, Francia calcará en unmarco republicano este sistema parlamentario, y será imitada a continua-ción por numerosos Estados. La diferencia real entre las repúblicas parla-mentarias y las monarquías parlamentarias es muy pequeña, porque, reyo presidente, el jefe del Estado no tiene prácticamente ningún poder. Asi,no es un mérito despreciable del sistema haber superado la oposición"monarquía - república", que desgarró al siglo XIX europeo, privándole designificación real.

c) LA CLASIFICACIÓN SOCIOLÓGICA MODERNA. - Las clasificaciones jurídi-cas precedentes no expresan de forma adecuada las diferencias entre losregímenes político.s actuales. De hecho, se tiende a abandonarlas en pro-vecho de otra q,ue descansa en la distinción fundamental entre regímenespluralistas, o democráticos, y regímenes unitarios, o a.utocráticos .

1. La distinción entre regímenes unitarios y regímenes pluralistas. - Enlos regímenes pluralistas o democráticos la lucha política se desarrolla a laluz pública, libremente, a cielo raso. Así ocurré, en principio, en el planode los partidos politicos, de los que e.X:,i!'iten siempre varios; de ahí; el nom-bre de regímenes "1Jluralistas". Puede haher más de dos; pero al n:enossiempre hay dos. La lucha es pública y abierta .igualmente en el planode la prensa y de los medios de. expresión e información. Los regímenespluralistas son también regímenes liberales, es decir, regímenes dondeexisten libertades públicas que permiten a cada uno expresar librementesus op~niones, por medio de, la palabra, la escritura, la adhesión a organi-zaciones, la participación en manifestaciones públicas, etc. La actividadde los grupos de presión que tratan de influenciar indirectamente el poder,es algunas veces más secreta. La vida política, comporta siempre zonassombrías

jpero éstas están reducidas al mínimo en los regímenes plura-

listas.Por el contrario, en los regímenes unitarios, la lucha política no existe

oficialmente, a no ser bajo la forma de combates individuales para obte-ner los favores del prín¿¡¡;é~Pero el propio príncipe (rey,- emperador, Füh-rer, duce, dictador) no puede SE:r discutido, estando su poder supremofuera del terreno de la lucha política. La diferencia es fundamental encomparación con los regímenes democráticos pluralistas, en donde el pro~pio poder supremo se encuentra, por el contrario, sujeto a competición aintervalos regulates cada cuatro o cinco años, a través del juego de elec-cion'es generales. Sus detentadores no 10 ejercen más que a título precario,como los usuarios cuyos derechos cesan a la expiración del contrato, de- .hiendo obtener su renovación, a falta de la cual se les hace abandonar el

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA112

2. La evolución hacia el régimen parlamentario. - Esquemáticamente,la evolución de las monarquías europeas se ha realizado en tres fases, aimagen de Gran Bretaña: monarquía absoluta,~monarguía limitada ,r mo-,narquía parlamentaria. La a arición de un Parlamento frente al Rey - or:nás bien la extensión de los po eres e este Parlamento, sali o de lasasambleas de vasallos propias del feudalismo - hizo que se pasase de la

~primera a la segunda fase. El desarrollo de las ideas democráticas obligó acontinuación al monarca a tener cada vez más en cuenta la voluntad delParlamento. Los ministros.1 ue en principio eran simples secretarios delrey que ejecutaban su olítica, debieron o tenertam len e arma .pro-

resIva a con anza el Parlamento, para po er ac uar; e amos aSI alestacHa intennedio e . par íimebtarisrno orleanista" 1 en don-de-e minis-terio debe reumr a la vez la confianza del monarca y de los diputados.Pero esta fase dura poco, porque el éxito creciente de las doctrinas demo-cráticas refuerza la legitimidad del Parlamento y de los ministros que seapoyan en él, al mismo tiempo que arruina la legi,timidad real. La con-fianza de los diputados es por consiguiente la 'Única que se exige al minis~

ción no ejerció la dictadura, sino que la sufrió (de la Comuna O de losComités). De todos modós, los regímenes de asamblea son demasiadobreves, raros e inestables para que podamos ver en ellos una categoríageneral tan importante como las otras.

Dentro de los regímenes de separación de poderes y de los regímenesparlamentarios, encontramos una misma subdivisión general entre monar-quías y repúblicas. La forma realista de la separación de poderes es la

}'monarquía limitada, donde UD Parlamento dotado de coro etencias finan-cieras y egislativas aminora las prerrogativas del rey. Su forma repu 1-

cana es el régimen presidencial, cuya más brillante encarnación es el sis-tema arnt. ' :ano. La comparaciqn entre ambas formas no es artificial, puesto.que el régimen presidencial fue inventado por los colonos de los EstadosUnidos a imagen del gobierno de la metrópoli británica del siglo XVIII,

que era la monarquía limitada. El ré imen arlamentario se caracteriza por

!.la distinción entre el jefe del Estado ~Yel jefe e o ierno, no cump ¡en-do el nmero más ue un a el honorífico, sin oa eres reales, mientr~.que el segundo asume sólo la dirección del ejecutivo, en el seno' eu-n

.. abinete mmisterial res onsable con él ante el Parlamento. Este sistemacomp eJo es e ú timo estadio de unuvo]ución que permitió pasar de la

.E2cnarquía absoluta a la democracia, sin cambiar las formas exteriores

....de un SIstema tradicional, aunque vaciándolas prácticamente de toa a sus-o.janda.

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)8. - SOCIOLOGÍA ?OLITICA

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local arr.endado. En todo caso, el más absoluto monarca no puede evadirseapenas de sus colaboradotes inmediatos, de sus consejeros, de sus favo-ritos, de los grandes cuerpos del Estado. Es 'decir, toda una serie de fun-ciones que confieren una parte de poder son así objeto de una luchamuy viva. A veces, el monarca se convierte en instrumento de los hombreso de las instituciones que le rodean. El faraón era el instrumento de lossacerdotes de Ammón; el monarca merovingio lo es del jefe de palacio, etc.

2. Las diferentes categorías de regímenes pluralistas. - En cada una"de estas grandes categorías, regímenes pluralistas o democráticos, regíme-nes unitarios O autocráticos, se pueden establecer subdistinciones. En lasegunda categoría encontramos de nuevo la oposición entre monarquíashereditarias y dictaduras surgidas de la conquista. Más realista, y menos for~mal, es la distinción entre autocracias moderadas, que aceptan una ciertaoposición al régimen y admiten ciertos medios de expresión legal de los anta-gonismos políticos, más o meDOS simulados, y autocrácias totalitarias quedestruyen toda oposición y obligan a las luchas clandestinas.

En lo que se refiere a las democracias pluralistas, la mejor clasificacióncombina las formas jurídicas de los regímenes y la naturaleza de los parti-dos políticos que se enfrentan en ellas. La distinción entre bipartidismo- regímenes con dos partidos - y multipartidismo - regímenes con más dedos partidos - es capital en lo tocante a la estructura de los regímenes po-liticos, puesto que condiciona la solución del problema de la mayoría en laAsamblea nacional, fundamental en el régimen parlamentario, a causa deque el gobierno se basa en ella. En el bipartidismo, la mayoría pertenecesolamente a un partido, por la fuerza de las cosas, y por consiguiente. eshomogénea, no se halla paralizada por las discusiones internas, y posee "uncarácter estable. Por el contrario, en el multipartidismo, ningún partido essuficiente por sí solo para alcanzar la mayoría, la cual ha de formarse P9rla coalición de varios, por lo que existe una fr~gmentación de fuerza. En-tonces, esta mayoría es evidentemente heterogénea, dividida e inestable.Por otra parte, la lucha política no posee la misma fisonomía si se desarro-lla entre dos adversarios, que si entran en juego más de dos.

Pero el número de partidos no es el único problema que se debe consi~derar. En efecto, la estabilidad y la homogeneidad de gobierno en un ré-gimen bipartidista depende esencialmente de la disciplina interna delpartido mayoritario. Si todos sus diputados votan de igual manera, cornoocurre en Gran Bretaña, el ejecutivo "se apoya en una mayoría parlamentariarealmente coherente y duradera. Pero si, por el contrario, la lipertad de votoes total - si se trata pues de un partido "flexible", como sucede en los Es-tados Unidos - el Gobierno posee tantas dificultades para mantenerse enel poder y para gobernar como en un régimen multipartidista. Así. el únicobipartidismo verdadero es el bipartidismo "rígido" de tipo británico, en

dondeooada partido. impone a su,odiputados una disciplina de voto. El bipar-tidismo "flexible" de tipo americano es en realidad un "seudobiparti~isJ:!10"que conduce en la práctica a los mismos resultados que el multipartidismo.

Se puede establecer, de esta manera, una clasificación de tres tipos deregímenes pluralistas: l.0 Los regímenes presidenciales, lo mismo se basenen un seudobipartidismo, como ocurre en los Estados Unidos, que" en unmultipartidismo, como sucede en Hispanoamérica, puesto "que la diferenciaentre los dos es prácticamente casi nula; 2.° los regímenes parlamentarioscon base bipartidista, de tipo inglés; 3.° los regímenes parlamentarios, <;onmultipartidismo, de tipo europeo continental. Desde el plano jurídico,los dos últimos se encuentran muy próximos el uno del otro y ambos muyalejados del primero. Desde el plano del funcionamiento de las institu-ciones, por el contrario, la estabilidad y la autoridad del gobierno, enrégimen parlamentario bipartidista, se aproximan mucho más a las del eje-cutivo presidencial, que a las del gobierno parlamentario multipartidista.Desde el plano del papel de los ciudadanos en la elecci6n de sus jefes, ele-mento capital de todo régimen político, la semejanza es todavía mayor,según se ha visto.

3. Democracias directas y democracias mediatizadas. - En el momen~to de las elecciones parlamentarias, el ciudadano inglés tiene conciencia,no solamente de votar por un diputado, sino también - y sobre todo - dedesignar al jefe responsable de la política británica. A causa de la disci-plina de los partidos, sabe que al votar conservador o laborista, sitúa ala cabeza del gobierno, durante cuatro años. al Sr. X, líder conservador, oal Sr. Y, líder laborista. Su situación es ex"actamente igual que la del ciu-dadano americano cuando designa a los electores presidenciales que sehán comprometido a escoger corno presidente a uno de los candidatosrivales. En Gran Bretaña y en los Estados Unidos, a pesar de la diferen-cia de las estructuras políticas, todos los ciudadanos tienen conciencia deelegir por sí mismos al jefe real del gobierno. Por el contrario, en los Esta-dos occidentales europeos, el multipartidismo impide esta- elección directa,puesto que el jefe del gobierno es designado por los estados mayores delos partidos, de acuerdo con combinaciones que tienen un carácter esoté-rico ante los ojos de los ciudadanos.

Se puede establecer de acuerdo con esta base una distinción nuevaentre democracias «directas" y democracias "mediatizadas". En las pri~meras, los electores eligen por sí mismos, prácticamente, al jefe del go-bierno; en las segundas, designan a aq:JelIos que realizarán esta eleccióny que desempeñan así un papel de mediadores. Esta distinción tiende aconvertirse en fundamental en Occidente. El ejecutivo es el centro delpoder real en los Estados modernos, mientras que el legislativo no poseemás- que un papel de control, de limitación y de freno. La designación

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117LOS MARCOS DE LA pOLmeA

cos diferentes. Pero esta diversidad de los regímenes corresponde a su veza diversidades dentro del sistema de producción )' del régimen de pro-piedad .

Consideremos, por ejemplo, el sistema de producci6n medieval fun~dado en técnicas agrícolas extensivas (grandes propiedades) y primitivas,que produjo la oposición entre señores y siervos. De forma general, revis-tió dos aspectos sucesivos. En primer lugar, se desarroll6 en el marco deuna economía cerrada, en la que cada sef!.orÍo vivía replegado sobre símismo, produciendo más o menos todo lo que era necesario para la sub~sistencia de las personas que vivían en sus tierras, por lo que los intercam-bios y el comercio se hallaban reducidos a la más mínima expresión. A estavariedad del sistema de producción feudal, corresponde un régimen polí-tico mu)' descentralizado, en el que el poder se halla atomizado entreseñores vinculados unos con otros por jerarquías muy amplias. Por el con-trario, con el desarrollo de las comunicaciones y el comercio y la sustitu-ción de una economía cerrada por una economía de cambio, la autonomíalocal -de los señores desapareció progresivamente, y apareció el Estadocentralizado, bajo la forma de la monarquía absoluta.

Las diferencias entre las formas del Estado burgués, se encuentranasirilismo vinculadas a diferencias en el sistema de producción capitaw

lista. Por ejemplo, cuando éste comienza a establecerse de forma domi-nante, pero 'todavía desempeña un papel importante la gran propiedadrural, el Estado burgués tiende a revestir la forma de una monarquía par-lamentaria de tipo orleanista, tal como funcionó en Francia bajo Luis Fe-lipe (1830-1848). Por el contrario, cuando el sistema de producción ca-pitalista comienza a re~quebrajaise por la fuerza de los movimientosobreros, y surge amenazadora la evolución hacia el sociaHsmo, el Estadoburgués se inclina hacia la violencia de tipo fascista. La monarquía parla-mentaria sería así la forma de Estado que correspondería a la primera fasede un sistema capitalista en expansi6n, mientras que el fascismo sería laforma de Estado que corresponde a la última fase de u.n sistema capita~lista en decadenc.ia. Eu_ su fase de florecimiento, el sistema capitalistatendriacomo resultado el Estado democrático occidental, basado en unsistema de libertades políticas, en pluralismos de partidos, en eleccionescompetitivas, etc. - - ----~ ..~-:=,- , .-

La misma correspondencia entre las variedades del sistema de produc-ción y las formas de Estado, se encuentran en el socialismo. Los teóricosmarxistas reconocen actualmente dos formas' de Estado socialista: el sis-tema soviético y la democracia popular. Uno y otro "han nacido en condi-ciones diferentes desde el punto de vista de la disposición de las fuerzasde clase" (Los principios del marxismo-leninismo, Moscú, 1960). Ambasformas se apoyan esencialmente en la cIase obrera y en la producción' so-cialista. Pero la dictadura soviética descansa en el partido único, en la

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C) Instituciones politieas y estructuras teenoeeon6mieas

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directa de su jefe por el conjunto de los ciudadanos es, por consiguiente,esencial. La creación de un circuito de confianza entre el pueblo y el po-der es mucho más fácil en un sistema de este tipo. De hecho, el pueblono se siente concernido apenas por las intrigas de p~sillo y de comitésde donde sale el nombramiento del jefe del gobierno en una democracia"mediatizada", Esto quiere decir que en la democracia "directa" la com-petición política es más real, más profunda y más sentida por los ciu-dadanos que en las democracias «mediatizadas", Vamos a calibrar laimportancia de este fenómeno .

La instauración de talo tal otro régimen político en un país DO dependede la casualidad o de la arbitrariedad humana. Como todas las institu-ciones, éstas se encuentran condicionadas por numerosos factores. Dosgrandes teorías se oponen a este respecto. Los marxistas ven en los regí-menes políticos el reflejo de los sistemas de producción, esencialmentedefinidos por el régimen de propiedad. Al actuar de este modo, niegantoda autonomía tanto a las instituciones políticas, como a las demás; noconceden, por consiguiente, a éstas más que una importancia secundaria .Los occidentales, después de haber exagerado por el contrario la inde-pendencia de la política con respecto a la economía, comienzan a mode-rar sus tesis iniciales en este sentido y a acercarse a los marxistas. Peropara ellos, el factor esencial que explica el establecimiento de tal. o talotro régimen político no es el' régimen de 'propiedad, sino el nivel dedesarrollo técnico .

a) REGÍMENES POLÍTICOS Y SISTEMAS DE PROPIED.W. - Hemos descritoya el esquema general de la dependencia de los regímenes políticos enrelación con los sistemas de producción y con los regímenes de propiedadque éstas engendran, de acuerdo con la doctrina marxista .

1. _La:_~?9Líg. marxista. - En primer lugar distingue _cuatro _tipos _cl~Estado: el Estado esclavista de la Antigüedad, el Estado fe~dal,~f Estadoburgués y el Estado sO'cialista, que corresponden cada uno a un modo q.epropiedad)' a un sistema de producción diferentes. Cada "tipo" de Esta'do se subdivide a su vez en varias "formas" de Estado, es decir, de regí-menes políticos: despotismo oriental, tiranía o república, en el Estadoesclavista, señoríos o monarquías centralizaq,as en el Estado feudal, demo-cracias .occidentales o fascismo en el Estado burgués, régimen soviético ydemo~racias populares en el Estado socialista. De este modo, correspon-den a un mismo sistema de producción y de propiedad, regímenes poIíti-

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supresi6n de toda propiedad privada de los medios de producci6n, salvolas parcelas de tierra individuales de los koljosianos, y en la desaparición. de la burguesía. Por el contrario, las democracias populares han mante-nido algunas formas de empresas p'rivadas comerciales, artesanas, y, sobretodo, agrícolas. Algunas veces han admitido un cierto pluralismo de par.tidos (muy atenuado por otra parte por la dominación del partido comu-nista y la práctica de los "frentes nacionales"). También se apoyan en lacolaboración de ciertos elementos de la burguesía.

2, Límites de. la teoría marxista.- Las tesis marxistas sobreestimanla influencia de los sistemas de producci6n y de los tipos de propiedad,sobre los regímenes políticos. Que esta influencia existe, y que es impor-tante, es indiscutible. Pero los regímenes políticos no son un simple re-flejo, un epifen6meno de los regímenes de propiedad y de producci6n. Larelación de los grandes tipos de Estado descritos por los marxistas - Esta-do esclavista, Estado feudal, Estado burgués, Estado socialista - conlos grandes tipos de sistemas de producción es exacta en su conjunto. Peroestos "tipos de Estado" son mal definidos desde el punto de vista politico,puesto que se trata de categorías muy amplias, que comportan en reali-dad regímenes muy diferentes. Y, además, estas diferencias políticas de-penden a veces escasamente de las diferem;:ias en el sistema de produc-ción. Consideremos el ejemplo de los regímenes fascistas. ¿Cabe decir. queel sistema de producci6n de la Alemania de 1933 era muy diferente al deGran Bretaña de la época? Un marxista respondería que el primer país noposeía colonias, a diferencia del segundo, en donde el imperialismo no en-contró más exutorio que el fascismo. El .argumento es menos convincenteaún cuando pensamos que los Estados escandinavos o los Estados Uni-dos no tenían tampoco colonias y, sin embargo, no sufrieron el fa.scismo.Ciertamente, el fascismo .alemán - como todos los fascismos - dependede factores económicos, pero. la importancia del sistema de producción, entanto que tal, parece en él muy escasa.

El desarrollo del estalinismo en la U. R. S. S. es otro ejemplo de esta re-flexión. Los propios soviéticos no tratan <;leexplicarlo por el sistema deproducción. Sin duda, éste ha tenido una cierta influencia, puesto que laplaflificación centralizada tendía naturalmente a una dictadura. Pero la pla-.nificación no se encontraba menos centralizada en el momento de lamuerte de Stalin, cuando la necesidad de liberalización se hizo sentir im-periosamente. La descentralización económica relativa, realizada desdeentonces en Rusia, no ha sido la causa de la desestalinización, sino su con-secuencia. Explicar la tiranía de }osef Stalin por medio de sus propios vi-cios, por sus defectos de carácter, como se hace oficialmente en la U. R. S. S.,no es en absoluto marxista, y a todas luces es insuficiente. El estalinismoes una fonna de Estado, un tipo de régimen político, que se ha desarro-

3. Regímenes pluralistas y capitalismo. - Sin embargo, la oposicionentre las dos grandes estructuras económicas definidas por la propiedad- capitalismo y socialismo - corresponde de manera general a la oposiciónentre dos grandes categorías de regímenes políticos actuales: régimen plu-ralista y régimen unitario. Una economía capitalista o semicapitalista com-porta una separación entre el poder político y el poder económico. Esteúltimo se encuentra. repartid.o entre múltiples empresas privadas (y par-cialmente, a veces, entre empresas y organismos públi.cos), que son a suvez "centros de decisión" autónomos, más o menos independientes delEstado. La propiedad privada de los medios de producci6n conduce asía una. estructura pluralista que se refleja en el dominio político. Por elcontrario, la propiedad pública de todas las empresas y la planificaciónglobal tienen como resultado .concentrar en las mismas manos el poderpolítico y el poder económico, por lo que se tiende así ai sistema unitario.

Esta descripción tiene necesidad en todo caso de nu~erosas reservas.La separación entre el poder político y. el poder económico es parcial-mente 'ilusoria, porque el segundo dispone de poderosos medios. de pre-sión sobre el primero. En el régimen de capitalismo liberal, tal como fun-

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Ilado en un sistema de producción socialista, después de un régimen deforma muy diferente (el leninisrnC?)y antes de un régimen de forma asi-mismo muy diferente (el kruschevisffio), sin que la evolución del sisfemade producción baste para explicar estas diferencias.

Las diferencias' entre las tres grandes formas de regímenes políticosoccidentales - régimen presidencial americano, régimen parlamentario in~glés con bipartidismo, régimen parlamentario continental con multiparti-dismo - son muy importantes, según hemos dicho. Pero no se las puedehacer ."depender tampoco. de diferencias en los sistemas de produc.ción yde propiedad. El hecho de que la parte del sector público de producci6nsea mucho menos grande en los Estados Unidos que en Gran Bretaña o enFrancia no parece tener ninguna influencia en la materia. Lo que explicalas diferencias actuale$ entre los regímenes políticos .de los grandes Esta-dos occidentales,. es un desarrollo histórico y cultural sin re~ación directacon el sistema de producción. Inversamente, la transformación de las es-tructuras económicas de Francia, de Gran Bretaña y de otras nacioneseuropeas desde hace un cuarto de siglo, que produjo el reemplazamientodel sistema de producción capitalista por un sistema de producción mixto,medio capitalista, medio socialista, con un sector público muy importantey una planificación global bastante desarrollada, no ha producido una trans-formación política de igual importancia. El crecimiento del ejecutivo esevidente, pero no es apenas más fuerte que en los Estados Unidos dondelas estructuras econ6micas han continuado siendo capitalistas d~ fonnamás pura.

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donaba en el siglo XiX. el poder político no poseía apenas existencia pro-pia, no siendo en realidad más que un reflejo del poder económico. Ladivisión entre ambos no adquiere realidad más que en los regímenes mix-tos actuales. Por otro lado, la concentración y el poder económico entrelas manos de una oligarquía hace muy engañosa la imagen de una multi-plicidad de "centros de decisión" autónomos. La vinculación entre régimende propiedad privada y regímenes políticos pluralistas no es tan evidentecorno se dice. El caso de la dictadura nazi nos demuestra claramente queuna autocracia de tipo uitratotalitario puede estable(:erse en un sistemacapitalista. El fascismo es por otra parte un fenómeno ligado a la evolucióndel capitalismo, a su resistencia ante la creación de una economía socia-lista o planificada.

lización economlca' ba3tante eficaz, por medio del sistema hereditario.Pero cabe imaginar que una evolución análoga desemboque en una des-centralización económica basada en otros procedimientos más democráti-cos, según soñaban los socialistas del siglo XIX.

b) RECÍMEJ\'ESPOLÍTICOSy NIVELESDE PRODUCCIÓN.- Finalmente, la co-rrelación entre los regímenes políticos y el nivel de desarrollo tecnoeco-nómico, parece tan importante como la correlación entre los regímenespolíticos y los sistemas de propiedad de los medios de producción. Encon-trarnos aquí otra vez las consecuencias políticas del progreso técnico, quehemos descrito ya de manera general (cfr. p. 85). Vamos a estudiarlasahora de manera más precisa, en relación con .las instituciones poIíticás.

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4. Régimen unitario y socÚllismo. - El vínculo entre economía socia-lista y régimen unitario no está tampoco muy claro. Disponemo!; de expe~riencias demasiado cortas y raras para poder formular una conclusión va-ledera. La evolución de las sociedades capitalistas puede ser analizadadesde la distancia ce más de un siglo, y en un número bastante grande deEstados repartidos por Europa oceidentaÍ y América del N arte. La evolu-ción de las sociedades socialistas, por el contrario, no puede ser analizadamás que en un período de cerca de 50 años y en un solo Estado, la UniónSoviética. En las democracias populares eu:opeas, donde la experienciadura desde hace menos de 20 años, se encuentra falseada por el proble-ma de la dominación exterior (salvo en Yugoslavia). En China, donde to-davía es más reciente, la liquidación de una terrible guerra civil y el nivelde subdesarrollo hacen todas estas comparaciones imposibles. Los regí-

. menes de' los Estados socialistas son pues demasiado escasos y nuevostodavía para ser objeto de análisis válidos de sociología política. No sedebe excluir, pues, que :m carácter totalitario y su ausencia, de pluralismose deban a su situación revolucionaria, y por consiguien'té, no posean sinoun carácter provisional. Tal es, por otro lado, la imagen que se hacen desí mismos (a través de la teoría de la dictadura del proletariado, que afir-ma el carácter transitorio de esta última).

Se puede vislumbrar, en todo caso, con bastante claridad, en el senode los países socialistas, una teñ-dencia a la descentralizaCión ecoriómicaque les acerca al "pluralismo de los centros d~ decisión", por el que sepretende caracteri~ar a los regímenes capitalistas. Yugoslavia se encuen~tra caminando par esta vía desde hace varios años. La U. R. S. S. y los otrosEstados socialistas europeos la han adoptado a su vez. Se podría realizaraquí una comparación muy sugestiva con la evolución histórica de la des-centralización política. Bajo el feudalismo, se encontraba asegurada porla herencia de los jefes locales; en la época moderna, reposa sobre su elec-cion popular. Actualmente, la propiedad privada asegura una descentra-

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l. Democracia y riqueza; dictadura y pobrez.-a. - La de~ocracia plu-ralista corresponde a un grado elevado de industrialización. A£rmar quelos pueblos libres SOn pueblos ricos expresa, con una fórmula brutal, peroapenas exagerada, una verdad fundamental. Aplicar un sistema pluralistaa naciones, cuya mayor parte de la población se halla casi famélica, y esinculta y analfabeta, prácticamente resulta imposible. Bajo la aparienciade los procedimientos modernos, los viejos regímenes de autocracia feuelalcontinúan funcionando en ]a práctica. Lejos de ayudar a derribarlos, estosprocedimientos democráticos pueden incluso servir para prolongarlos pormedio de una simulación .

La observación concreta de las diferentes naciones del mundo parececorroborar la tesis de la coincidencia entre el desarrollo técnico y el des-arrollo de la democracia. Si se comparan dos mapas, el de los paísesdesarrollados y subdesarrollados y el de los países democráticos y autorita-rios, se comprobará que coinciden exactamente más' O menos. Las gran-des zonas de industrializadón (América del Narte, Europa occidental, Aus-tralia, Nueva Zelanda) son también las grandes zonas de democracia. Laszonas de subdesarrollo de Iberoamérica, de Asia' y de África, son tambiénlas zonas de autocracia. ..

El carácter' autó~rático y unitario de los regímenes comunistas no sedebe probablemente a la concentración únicamente del poder político ydel poder económico, sino también (y ¿sobre todo?) al carácter subdes-arrollado o semi desarrollado de los paises en donde se han establecido. LaRusia de 1917 y las democracias populares de 1945 1 poseen un rasgocomún: Se sitúan a un nivel económico inferior al' de las naciones indus-triales de Occidente. Propiamente hablando no son países atrasados, muysubdesarrollados (como el Yemen o ciertos Estados africanos), sino qu'e

1. Salvo la República Democrática Alemana y Checoslovaquia, en lo que se re-fiere a Bohemia; pero el comunismo fue importado allí por el ejército rojo, facili-hmdo su penetración en' ellos los cambios de la guerra.

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2.' Enriquecimiento y liberalizaci6n. -La "liberalización- que se es-boza en la U. R. S. S. y en las democracias populares corresponde a su evolu-ción económica. La U. R. S. S. llega a ser una de las grandes potencias indus-triales del mundo. El desarrollo por el método socialista, que antepuso lafortaleza sobre la abundat;lcia y el equipamiento sobre el consumo, hafrenado las consecuencias de esta evolución, pero comienza, empero, amanifestarse. Como los países más desarrollados de Occidente, la U. R. S. S.se aproxima a una situación de abundancia relativa, donde no solamenteserán satisfechas las necesidades primarias de todo~ los hombres (alimen-tación, vivienda, vestido), sino incluso sus necesidades secundarias (con-foit, cultura, diversiones). Una especie de "satisfacción media» generali-zada se habría obtenido así, lo cual tendería a aflojar las tensiones y ahacer disminuir los antagonismos. El funcionamiento de un Estado indus-trial desarrollado exige por otra parte que un sector muy importante dela población tenga acceso a una cultura superior, que la ponga en con-tacto obligatoriamente con las ideas extranjeras, que desarrolle su espíritucrítico. Los fundamentos mism,?s del Estado totalitario se encuentran deesta guisa amenazados. La Europa del Este, predominantemente agrícolahasta 1945 (salvo la República Democrática Alemana y la de Checoslova-quia) se industrializa también, con idénticas consecuencias.

han alcanzado una especie de nivel medio. De este modo. tenemos la ten-tación de afirmar que constituyen la franja superior de los países subdes-arrollados o ]a franja inferior de los países desarrollados. Estas fórmulasno tienen significación precisa, sino únicamente un valor gráfico. Expre-san de forma clara, a pesar de todo, la situación de países en el umbral dela industrialización a los que se imponen consecuentemente los sacrificiosde inversiones considerables, tanto más penosos de soportar cuanto queel nivel de vida es de por sí bajo. El régimen político de la autocracia co-rresponde a estas necesidades económicas.

Dentro de los grandes sistemas políticos volvemos a encontrar la mismaoposición. La democracia liberal es más fuerte en la Europa nórdica, másdesarrollada desde el punto de vista de la técnica y de la economía, queen Francia y en Italia. El comunismo es más duro en China y en Albania,naciones más subdesarrolladas, que en la U. R. S. S. y en el resto de la Euro-pa. oriental. La evolución histórica nos muestra la misma concomitancia en-tre el crecimiento de la producción bajo la influencia del progreso técnico ylos pro"gresos de la democracia. Así la democracia pluralista se instauróen Occidente en el siglo XIX y principios del xx, a medida que se produjoel crecimiento de la industrialización. Volveremos más adelante a hablarde esta relación entre la industrialización y la democratización (cfr. p. 289).Por el momento insistiremos únicamente en un aspecto particular de ellaque reviste en nuestra época en los Estados socialistas europeos.

Ciertamente, muchos factores frenan esta evolución. La acción de laclase política, es decir, de la "gente del aparato" vinculada a la dictaduraque les confiere poder y honores, la amenaza exterior y la competicióncon los Estados capitalistas. los peligros de crisis interior en el caso deuna liberalización demasiado rápida, los riesgos de reacción en las na-ciones satélites, las dificultades técnicas inherentes al debilitamiento deun régimen autoritario, etc. son algunos ejemplos. A pesar de todo, pa-rece claro que a largo plazo, la evolución es irreversible. Pero no con-cierne más que a los países comunistas desarrollados (la U. R. S. S. y lasdemocracias populares europeas), puesto que los países comunistas subdes-arrollados (China, Vietnam, etc.) continuarán estando sometidos todavía du-rante más largo tiempo al sistema de dictadura político que corresponde asu nivel económico. No resulta extraño pensar que un día la distinción fun-damental no será ya la de regímenes occidentales y regímenes orientales,sino la de regímenes políticos de las naciones desarrolladas y regímenes delos países subdesarrollados, por lo que cabe afirmar que el nível de laeconomía prevalecerá decididamente sobre su ~tatus jurídico.

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3. Las excepciones. - A vuelo de pájaro, se puede afirmar que la teo-ría de la vinculación entre la democracia y el progreso técnico es válida.Pero esta, tendencia general se encuentra afectada por otros elementoscontrarios, que la desvían e incluso la llegan a invertir. Es asombroso ver, cómo la más terrible dictadura del siglo xx - el nazismo - se desarrolló enel seno de un país muy avanzado técnicamente, el más avanzado, despuésde los Estados Unidos, en 1933. Podemos citar aquí' dos series de excep-ciones a la tesis de paralelismo entre el desarrollo democrático y el pro-greso técnico. Por un lado, la de los países muy desarrollados que son almismo tiempo muy autocráticos; por otro, la de los países subdesarrolla-dos que son al mismo tiempo democráticos. Hemos estudiado más arribala última serie (pp. 88 Y 89), a propósito del equilibrio entre el nivel decomplejidad de los problemas y el nivel de comprensión de los dudada-nos, por lo que no volveremos a insistir sobre el tema. El mejor ejemplode la excepción dél primer tipo es el suminis,trado por la Alemania deHitler. Se ha tratado de explicarlo en principio por elementos coyunturales:crisis moral, como consecuencia de la derrota de 1918, crisis económicay paro, miedo ante el comunismo y el socialismo por parte de las clasesmedias. Elementos culturales (tradición de autoritarismo, falta de, sentidodemocrático, etc.) se añaden a aquéllos. No obstante, estas explicacionesco~tinúan siendo insuficientes.

Algunos piensan que las tendencias autocráticas en los países desarro-llados pueden explicarse también por factores generales. A este propó-sito pueden señalarse dos teorías importantes: una psicológica y otra so-ciológica. Hemos estudiado ya la primera; la cual ha sido formulada por

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psicoanalistas. que creen que el progreso técnico aumenta los antagonis-mos políticos en vez de disminuirlos, ya que engendra un mundo iDadap~tado a las necesidades y a los deseos profundos. del hombre, es decir, unmundo cada vez más artificial (cfr. p. 88). Los sociólogos piensan por suparte que los ciudadanos de las sociedades muy desarrolladas se encuen-tran al mismo tiempo ante una doble perspectiva: por un lado, se hallanmuy vinculados él su confort material, están muy "despolitizados", y mi-ran con bastante indiferencia las fonnas políticas; y, por otro, son pocosensibles a los peligros de la dictadura, que por lo general ignoran. Si enuna situación de este tipo surgiese una crisis econ6mica muy grave, elriesgo de ver a la población entregarse a las manos de un "salvador" sería,por consiguiente, muy grande.' Estas explicaciones generales no son muyconvincentes, A muchos respectos, parecen incluso menos sólidas que lasexplicaciones coyunturales precedentes (ch. p. 303).Por el contrario, existe otra explicación general que parece mucho más

importante. Se trata de la teoría que compara el rihno de desarrollo conel nivel de desarrollo. Hemos indjcado ya la importancia de este fenó-meno (cfr. p. 87). Su influencia parece, en este caso, muy Ímportante. Lasdictaduras se manifiestan en la historia sobre todo en las épocas de muta-ciones bruscas y, principalment~, en las que existe un desarrollo técniconí.pido. La violencia sirve entonces, bien para acelerar la mutación y pre-cipitar el progreso (dictadllr~.s revolucionarias), bien para tratar de man-tener el orden tradicional y frenar la evolución (dictaduras reaccionarias).En nuestra época, el comunismo es un ejemplo gráfico del primer tipo,y el fascismo del segundo. Estos fenómenos se producen en diferentes ni-veles de desarrollo. En Alemania el hitlerismo tendía a impedir que unasociedad muy industt:ializada se deslizase hacia el socialismo. En Españay en Portugal, se trató de.frenar la evolución de una sqciedad aristocráticahacia la democracia liberal. En China, el comunismo es un medio de ace-lerar el nacimiento de la industria y de superar el subdesarrollo. En laU. R. S. S. actual, tiende a convertirse en el instrumento para la evoluciónhacia una sociedad muy industrializada.

Sin duda, el establecimiento de dictaduras es siempre más fácil y fre-cuente en las sociedades subdesarrolladas que en las desarrolladas. Se halIegadn incluso a demostrar--que existe una -cierta antinomia- entre un ciertonivel de producción y la dictadura. En los países muy evolucionados, elediScio social entero reposa sobre la técnica, los sabios y los inteléctua-les, todos los cuales no pueden realizar su tarea má~ que en una atm6sferade libertad. La Alemania de Hitler, al provocar el éxodo de sus sabios, acausa de la opresión que ejerció sobre el intelecto arruinaba las basesmismas de su poderío. Por otra parte, podríamos decir que en las socie¥dades de este nivel, la libertad, bajo todas sus formas) forma. parte delconfort cotidiano. Su privación se siente duramente, pqr lo que provoca

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un profundo descontento que la hace siempre frágIl. De toclo.,'t';;odos, el . ¿>;'\nivel de desarrollo es sin duda menos importante a este rldiJecf:p,1fP/,pr/1 c:.-,rihno de desarrollo. I ._ V, _.~"Sl~A.D ~ \)"

.u Ci:NT;~;.,p .~ IEn su origen, la palabra "institución" -designaba según la ex r~ón de Littré ,.. ~ i

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"todo lo que ha sido inventado y establecido PO! los hombres, en op .. n a lo que ~./es natural"; el acto sexual, por ejemplo, es un fenómeno natural, mient. e el ma- ~~h';trimonio es una institución. Para Durkheim y sus discípulos, por el ,. ario~las "t) .,.. yinstituciones son las ideas, las creencias, los usos, las prácticas sociales que " "viduo encuentra preestablecidos ante él; es decir, "un conjunto de actos o de ideas .enteramente instituidas que los individuos encuentran ánte ellos y que se imponenmás o menos a ellos" (Fauconnet y Mauss). Lejos de oponerse a la "naturaleza", lasinstituciones son así los datos naturales del universo social. En todo -caso, la defini-ción de Durkheim es demasiado amplia. .Alrededor de 1900, la noción de "instituci6n" se encontraba en el centro de la

sociología: cfr. P. LACOMBE,De l'histoire con.riderée comme science, Hachette, 1894;J. W. POWELL,Sociology, or the science oI institutions, en America Anthropol., 1899,pp. 475 Y ss.; FAU<;::ONNETy 1-1Auss,Art. "Sociologic" en la f;rande Encyclopédíe.-En los años 25-30, fue desarrollada una teoría original de la institución por Mau-rice HAuRrou, Thébrie "de l'ínstitutíon et de la londalian (essai de vÚalisme social),IV Cahier de la Nouvelle ]oumée, 1925. Para Hauriou, "una institución es una ideade obra o empresa que se realiza y dura jurídicamente en un medio social; para reali-zar esta idea se pone en práctica un poder que le procura 6rganos; por otta parte,entre los miembros del grupo social interesados en la realización de la idea, surgenmanifestaciones de comunión dirigidas por los órganos del poder y ordenadas porlos procedimientos". Esta teoría, ciertamente oscura, reposa sobre una observaci6ninsuficiente de los hechos, puesto que confiere demasiada importancia al elementoracional y consciente y a los fenómenos jurídicos. Fue consi~erada de nuevo y..des-arrollada por un discípulo de Hauriou, Georges Renard, que acentuó incluso más sucarácter ideal y ético. (Georges RENARD,La théorie de l'institution, essai d'ontologiefuridique, 1930; Philosophíe de Z'institution, 1939; Le droit constitutionnel et la théo-rie de l'institution, en Mélanges Carré de Malberg, 1933).Ciertos sociólogos modernps se refieren de nuevo & la noción de institución: cfr.

por ejemplo, R. T. LAPIERRE,Sociology (Nueva York y Londres, 1946) y sobre todoBr. MALINOWSKI,Freedom and civilisation (Londres, 1944), cuyas concepciones resultainteresante comparar con las de Hauriou (cfr. un breve resumen en A. CUVlLLlER,Ma-nuel de sociologte, p. 217). En todo caso la palabra "estructura" está más demoda en la hora actual que la de "institución". Poseen ambas, como hemos visto,significados muy próximos. Sobre los debates actuales acerca del concepto de "es-tructura", cfr. J. VIET, Les méthodes structuralistes dans les sciences sociales, 1965;Notion de structurc et structure de la connaissance ("Recueil" de la XX Semana deSíntesis), 195_7;_T. PAI\SONS,-£léments pour une, sociologie de -l:action, trad. fran,.;1958; ver la información del Coloquio de la UNESCO de 1958 en el Bulletin Inter-national des sciences sociflles, 1958, pp. 481 Y ss.; los análisis de C. LÉVI-STRAUSS,Anthropologie structurelle, 1958; G. GRANGER,Evénement et structure dans les scien-ces de l'hornme (Cahiers de l'1nstitut' de Science économique appliquée, 1957, n.O 55,p. 25); T. PARSONS,Structure and process in modem society, Glencoe, 1960; S. F. NA-DEL,The theory 01 social structure, Glencoe, 1957; M. ]. LÉvy, The structure 01 so-ciety, Pririceton, 1952; A. n. RADCLIFFE-BROWN,Structure and tunction ir, primítivesociety, Londres, 1952; M. FORTES,Social structure, Nueva York, 1949.Sobre Jos status y los roles, cfr. A. M. ROCHEBLAVE-SPENLE,La notíon de rdle

en psychologie sociale, 1962; R. LINTON,The study 01 man, Nueva York, 193~, y

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Les fondements cutturels de la personnalité (tr. fr.), 1959; N. GROSS, W. S, MASON yA. W. Me. EACHERN, E:r:plorations in role analysis, Nueva York, 1958.

Sobre la noción de institución jurídica, y sus relaciones con la sociología, cfr. enprincipio las obras de sociología jurídica: H. LÉVY-BRUItL,Aspects sociologiqucs dudroit, 1955; Coloquio de Esrrasburgo, Méthode sociologique el droít, 1958; G GyRVITCH,

. tléments de sociologie ¡uridique, 1940; N. S. TlM •.••SHEFF. Introduction a la sociologie¡uridique, 1939; Coloquio de Toulouse sobre "Droit. économique et sociologie", en Archi-ves de la Faculté de Droit de Toulouse. 1~59. t. VII; VIII Congreso Internacional deSociología, Sociología del Derecho, México, 1957; G. 'NIRCHIO, Introduzione alla 50-ciologia giuridica et diritto, Milán, 1946; F. W. ]EI\USALEM,Soziologie des Rechts,t. I, 1925; E. ElIRLIClI,Grundlegong der Soziologie des Rechts, Munich, 2.- ed.,1929. Se deberán consultar también obras más propiamente jurídicas: ante todoF. GÉNY,Science et technique en droit privé positif, 4 vols., 1914-1924; L. DuculT,Traité de droit constitutionnel, 3.- ed., 1927, t. I; .M. HAURIOU,Théorie de l'institution,en Archives de philosophie du droit, 1930, núms. 1 y 2; G. RIPERT,La regle moraledans les obligations civiles, 3.- ed., 1936; cfr. también M. RÉGLADE,La coutume endroit publique interne, 1919, y las obras más generales de L. JULLIOTDELA'MORAN-DIERE,P. ESMErn",H. LÉvy-BRUliL,Y C. SCELLE,lntroduction d ¡'étude du droit, t. l,1951; J. BRÉTREDE LA GRESSAYEy M. L..•.BORDE-LACOSTE,Introduction .générale ti[,étude du droit, 1947; C. DU PASQUIER,Introduction ti la théorie générale et ti la phi-losophie du droit, París y Neuchatel, 2," ed., 1942.

Sobre la tipología de los regímenes políticos, véase R. ARON,Démocraties et tota.litarismes, 1965; G. BURDEAU,Traité de Science Politique, 7 vals" 1949-1957; y M, Du-VERGER,Introduction a une sociologie des régimes politiques, en el Traité de socio-logie, bajo la direcci6n de C. GURVITCH,t, lI, pp. 3 Y ss, (Hay traducción castellana);La Vle République et le régime présidentiel, 1961, e Institutions politiques et droit consti-tutionnel, 8.~ ed., 1965, En esta obra (de-la cual también hay trad. cast.), se encuen-tra una bibliografía detallada sobre el problema, y un .análisis bastante profundo decada tipo de régimen político, acompañado de bibliografía. De hecho, el curso de"Sociología política" y el de "Instituciones políticas" se completan, En el segundose trata sobre todo de los regímenes políticos, pero no se l€;s puede ignorar en elprimero,

Sobre la teoría. marxista de los regímenes políticos, cfr. el manual soviético Lesprincipes du mar:xisme-léninisme, 2." ed., 1962, y G. VEDEL,Les démocraties marxis-tes et populaires, Curso del Instituto de Estudios Políticos de París (aparece cada dosaños en forma roneotipada); LENIN,El Estado y la Revolución (diferentes edicil;mes encastellano); H. KELSEN,The political theory of bolcltevism, Berkeley, 1949; B. MIR-KINE-CUETZÉVITCH,La théorie générale de l'£.tat soviétique, 1928; cfr. también labibliografía general sobre el marxismo citada- en la p. 182; se debe añadir aquí el ma-nual soviético, Les principes du marxisme-léninisme, Moscú, 1962, que sería inte-resante confrontar con el Petit dictionnaire philosophique, Moscú, 1955 y con obrasmás propiamente econ6micas, principalmente R. FOSSAERT,L'avenir du capifalisme,1961; F. STERNBERG,Le conflict du siecle, 1958 (trad. del alemán). Sobre las cone-;'tionesentre la democracia y el nivel de desarrollo, cfr. M. DU\'ERG~R,De la dictature,1961, así como la bibliografía del parágrafo. anterior,

Los "MODELOS"DE REGÍMENESPOLÍTICOS.- Los diferentes regímenes políticos queexisten en el mundo derivan unos de otros, o, más exactamente, derivan de algunosmodelos de base, qu~ son muy reducidos.

L Los regímenes occidentales y el modelo britúnico.'- Todos los regímenes de-nominados "occidentales" se han construido de acuerdo con el modelo de las insti-tuciones británicas. Pero la imitaci6n se ha realizado en dos momentos diferentes:

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127LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

El término "cultura", opuesto a "técnicas" y a "instituciones" designalas creencias, las ideologías y los mitos, es decir, las representaciones co.lectivas de una comunidad, que son en cierta medida sus elementos espi-rituales y psicológicos, mientras que las técnicas y las instituciones cons-tituyen más bien los elementos materiales, Pero es preciso señalar una vez'más que todas estas clasificaciones son artificiales. Las representacionescolectivas se encuentran mezcladas con todos los elementos materiales:

en primer lugar, se imitó el régimen inglés de mediados del siglo XVIll,y después elrégimen inglés de fines dél siglo XIX,En el primer caso surgieron los regímenes pre-sidenciales, mientras que en el segundo, se llegó a los regímenes parlamentarios. Cuan-do los constituyentes americanos en la Convenci6n de FiladeI£a quisieron dar unasinstituciones al nuevo Estado, nacido de una escisi6n de la madre patria, se inspira-ron de modo natural en las instituciones de ésta, tal y como las conocían, De estaman~ra, traspusieron en América el régimen inglés de los años 1750 aproximadamente,es decir, la monarquía limitada. Algunos pensaron en una imitaci6n pl;lra y simple,es decir, en una constitución monárquica, pero finalmente, la mayoría prefirió su adap-taci6n dentro de un marco republicano, lo que dio origen al régimen presidencial, enel que el Presidente posee unos poderes y una función bastante análogos a Jos delRey en la monarquía limitada.

'En la Europa occidental, la lucha entre conservadores y liberales, que desgarróal siglo XIX,condujo progresivamente a la debilitaci6n de los poderes monárquicos yal desarrollo de los poderes de las Asambleas surgidas del sufragio. En Gran Bretaña,esta evolución se realiz6 sín demasiados incidentes, y desembocó a :finalesdel siglo XIX

y principios del xx en el régimen parlamentario tal como 10 conocemos en la actua-lidad, en donde el rey no es más que un personaje simbólico, desdibujado, mientrasque el gobierno se encuentra efectivamente en las manos de un minist~rio responsa-ble ante el Parlamento. Las naciones del norte de Europa (Bélgica, Holanda, Luxem-burgo, Países Escandinavos) imitaron entonces directamente el sistema británico en elmarco monárquico. Francia imagin6 en 1875 la trasposici6n del régimen parlamen-tario a un marco republicano. ,Este sistema fue imitado a continuación por diversos'países, entre los cuales, principalmente, se encuentran en la actualidad, Italia, laRepública Federal Alemana, Austria, etc,

2. Los regímenes' comunistas y el modelo soviético. _ Los regímenes de los paísescomunistas, por su parte, han derivado del modelo sovi¡'tico, el cual se estableciólentamente en unf!. situación revolucionaria, casi a partir de cero (aunque inRúyó enél la Constitución jacobina fmocesa de 1793). Los juristas marxistas distinguen dosformas actuales de regímenes de tipo comunista: el régimen soviético y la "democra-cia popular". Pero reconocen que se trata únicamente de variedades de un mismo sis-tema de base, no más alejadas que la variedad inglesa )' la variedad francesa del ré-gimen parlamentario.

Finalmente, podemos 'afirmar, pues, que los tres sistemas de instituciones políti-cas de los qU2 derivan más o menos todos los regímenes existentes, salvo regímenesarcaicos (del tipo del Yemen) o regímenes excepcionales (del tipo suizo), son el mo~delo inglés de 1750, el modelo inglés de 1900 y el modelo ruso de mediados delsiglo xx. Ahora bien, las diferencias son importantes dentro de cada uno de estos"sistemas", pero menos a causa de las reglamentaciones institucionales que en razónde las fuerzas políticas, de su estructura}' de su competici6n.

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SOCIOLOGÍA POLÍTICA126

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~ A) Las creencias: ideologías y mito~

En cierto sentido, la sociedad es el conjunto de representaciones quese hacen sobre ella sus miembros. Pero, entre estas representaciones colec-tivas, unas corresponden a realidades exteriores a las conciencias, las cua-les, poseen una existencia objetiva, material: el suelo, la naturaleza, loshombres, los útiles y las máquinas, el ejército, el Parlamento, etc. Las otrasson únicamente estados de conciencia; dejando aparte la expresión mate-rial que revisten (libros, fotografías, signos), éstas son las que especialmenteestudiamos aquÍ. Se denominan "creencias" porque no reposan. sobre el

con las costumbres, con los comportamientos, con la~ otras iostituciones,con las técnicas, e incluso con la geografía y la rlemografía. Por otra parte,.las representaciones colectivas reflejan en gran medida los eleme~tos ma-teriales del grupo. Cuando se acepta la cultura en este primer sentido,se indica únicamente que se desean estudiar aparte los elementos de unacomunidad que son principalmente representaciones colectivas, sin preten-der aislarlos totalmente del conjunto que constituyen junto con los elemen-tos más materiales.

El término "cultura" se considera con frecuencia en un sentido másamplio. Designa entonces las formas singulares según las cuales se com-binan todos los elementos que constituyen un grupo social: representacio-nes colectivas, creencias, ideologías, instituciones, técnicas e incluso los ele-mentos geográficos y demográficos. El sociólogo elabora síntesis abstractasde estos elementos, que le permiten definir los diferentes tipos de socie-dades: sociedades capitalistas, sociedades socialistas, sociedades feudales,sociedades privadas, etc. _Pero estas síntesis generales se encarnan en larealidad ba,io formas diversas, adoptando cada una ,de ellas un aspectosingular; esto es precisamente la cultura. En la realidad no existe una so-ciedad capitalista o una sociedad socialista, sino que hay tal sociedad ca-pitalista o tal sociedad socialista en un momento y en un lugar determina-dos, tal com':.!la historia la ha engendrado y con tales características que lehacen diferir de las otras. Cada una de estas sociedades constituye unacultura.

Para evitar toda confusión denominaremos "conjuntos culturales" a lasculturas en el sentido amplio del término. Denominaremos, por el contra-rio, "creencias" a los elementos propiament-e culturales de un grupo, poroposición a las instituciones y a las técnicas, es decir, a las culturas en elsentido restringido del término. Estudiaremos así sucesivamente las creen-cias y los conjuntos culturales, permitiéndonos, el análisis de estos últimos,realizar las síntesis de los diferentes elementos descritos en este primer ca-pitulo.

\129LOS MARCOS DE LA POLÍTICA

1. Las ideologías. - Las ideologías son conjuntos de creencias elabo-radas y sistematizadas. Reflejan la situación de la sociedad en donde nacen.Los marxistas preten'den incluso que no son más que el reflejo de las situa-ciones de clase (sobre este punto cfr. p. 210). Pero la acción personal de losque las elaboran, de los pensadores, de .Ios filósofos, de los creadores desistemas, de los "ideólogos", no carece de importancia. Sin ~Iarx, habríaexistido de todas maneras una ideología socialista, pero no l.labría poseídoexactamente el mismo contenido, ni probablemente la misma fu~rza depenetración y expansión. La combinación de los factores sociales con lacreación individual, no difiere gran cosa ,en materias corno la ideología, elarte, la moda y la invención en general. El creador de ideas, de formas, detécnicas, por un parte, actúa bajo la presión de una necesidad social; pOFotra, el destino de su obra depende de la acogida que le hace la sociedad .Entre ambos condicionamientos, interviene la alquimia misteriosa de lac~eación individual.

En cierta medida, el ideólogo expresa sus tendencias psicológkas, susconflictos internos, en la doctrina que dabora. Sobre este punto, veremosmás adelante el análisis de los factores psicológicos de los antagonismospoliticos (cfr. p. 157). Pero, por otro lado, el ideólogo siente propiamentelas preocupaciones, las aspiraciones y las pasiones de la sociedad en laque vive .. Las fuerzas sociales se .manifiestan a través de él. Lo que élsiente en común con los otras hombres puede expresarlo mejor que ellos,porque; su talento y su oficio le ofrecen -precisamente mejores posibilida-des de expresión. Montesquieu, Adam ~mith y Karl Marx, son tanto comoVictor Rugo "ecos sonoros" en donde repercuten los gritos de su -época.Son, en cierta medida, los instrumentos, 'los órganos, de las fuerzas socia-les. La doctrina que elaboran, los sistemas que construyen, no nacen ensu espíritu por generación espontánea, sino que los elementos de es~ossistemas proceden de la sociedad, cuyas necesidades traducen.

El papel de los creadores de doctrinas no es únicamente el de un ins-truIIiento registrador o el de un altavoz. La sociedad les proporciona los

9. -- SOCiOLool" POLlTIC.\

a) Los DIFERENTES TIPOS DE CREENCIAS. - Resulta poco menos que im-posible el intento de clasificar las diferentes creencias. Proponemos distin-guir, a este propósito, dos grandes categorías: 13.5 ideologías, creencias ela-boradas y más racionales, y las creencias irracionales y más espontáneas,que llamaremos mitos, Ahera bien, los mitos con frecuencia están bastanteelaborados mientras que las ideologías no son siempre racionales. Ambascategorías se entremez.clan a veces de manera inexplicable: el ejemplo delas religiones es significativo.

conocimiento objetivo de los hechos, sino que son únicamente opinionessubjetivas.

SOCIOLOGÍA POLÍTICA

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130de la doctrina continúa siendo venerado, entonces sus obras servirán para.'suministrar 'un<arsenal de -citas. 'que -separadas de su contexto, permitiránjustificar la interpretación actual, sin preocupaciones de autenticidad ..Así,por una transformación constante, de naturaleza colectiva y más o menosinconsciente. las ideologías se adaptan a la evolución de las estructuras yde las fuerzas sociales. Su contenido primitivo no interesa ya más que alos especialistas de la historia de las ideas; a no ser que sirvan a sus adver-sarios para denunciar la herejía y la heterodoxia.

2. Los mitos._ Entendemos aquí por mitos las creencias más vagas.menos racionales y elaboradas que las ideologías. Esta definici6n, bastanteimprecisa, recubre en realidad dos cosas bastante diferentes: los mitos quepodríamos denominar tradicionales y los mitos de acción.

Los mitos tradicionales son imágenes más o menos fabulosas de la na-turaleza. del mundo, de los hombres, de las sociedades, que están fuer-temente valorizados (es decir, que poseen el carácter de un bien o de unmal esencial), y que inspiran así la vida del grupo. El pecado original,el paraíso perdido, la raza, el valor de la virginidad, el tabú del incesto, elmiedo a las serpientes y a las arañas, la fuerza nutritiva de la sangre, larealeza. el sufragio. popular, son algunos ejemplos de mitos, voluntaria-mente escogidos, en dominio!j muy diferentes. Todo puede llegar a con-vertirse en un mito. por medio de un doble proceso de fabulación. quealeja de la realidad concreta y de valorización que lo clasifica en las cate-gorías del bien o del mal. Pero este praceso no es voluntario y consciente,como sucede con la elaboración de una ideología sino que se parece a laelaboraci6n de las costumbres, con respecto a la elaboración de las leyes.Ciertamente, se pueden producir intervenciones consCientes y voluntariasa este respecto, por medio de la prensa, de los medios de infonnaci6n demasa, de la publicidad y de la propaganda moderna que crean y desarro-llan mitos. Pero no llegan a ser verdaderamente mitos, más que cuandose insertan en los marcos tradicionales o los sustituyen.

El problema fundamental radical en el origen de los mitos tradiciona-les. Las teorías materialistas ven en ellos el fruto de una acción delibe-rada de ciertos hombres, de ciertas clases sociales. que enmascaran detrásde los mitos la explotación de otros hombres o de otras clases. Los marxis-tas explican así las mitologías antiguas, las religiones. el desarrollo de losmitos modernos. Los sociólogos explican del mismo modo la "vedettiza-ción" y la creación de los mitos del cine, del teatro o de la política. Estasexplicaciones son parcialmente verdaderas •. ya que no tienen en cuentaciertos aspectos de los mitos tradicionales, como por ejemplo. los caracte-res extraños y anodinos con que se encubren frecuentemente, o la fascina-ción profunda que estos caracteres provocan. El psicoanálisis ha renovadoel enfoque de este problema, viendo en muchos mitos la transposici6n Ia-

SOCIOLOGÍA POLÍTICA

ladrillos y con ellos construyen los edificios. Su función es pues. la de unarquitecto~ .en cierto sentido. A este respecto. la influencia de su geniopersonal, y principalmente de su aptitud para la síntesis, es muy impor-tante. Muchas ideologías se han visto perjudicadas por no haber encon~trado nunca un pensador de primera talla que haya sabido coordinar suselementos esparcidos y realizar con ellos una sólida construcción, un sis-tema cuyas piezas estuviesen fuertemente engarzadas. Al fascismo o a lademocracia cristiana, por ejemplo, les ha faltado un Karl Marx, lo cualciertamente ha obstaculizado su desarrollo. El renacer de las ideologíasconservadoras en Francia; entre 1900 y 1940. se debió en gran parte a lafortaleza intelectual de un Maunas., La fuerza de expresión es 'tan impor-tante, en este sentido, co~o la aptitud para la síntesis; muchas ideologías,pues, se han visto frenadas por la falta de un escritor de genio que hu-biese podido condensarlas en fórmulas atrayentes.

Las ideologías, elaboradas por individuos bajo la presión de necesida-des sociales que comparten con los demás hombres, se hallan sometidasdespués a una especie de «recepción" por la sociedad. Unas, son recha-zadas y, consecuentemente, caen en el olvido o sirven únicamente paraanimar pequeños grupos sin inHuen~ia. Otras son uaceptadas", podríamosdecir, y entonces_ muchos hombres se reconocen en ellas. De esta maneralas utilizan para expresar sus aspiraciones y reivindicaciones, les sirven paraencuadrar los objetivos fundamentales de su acción política y cons,truYlmen base a ellas partidos u organizaciones de la misma naturaleza. La acep-tación o el rechazo de las ideologías depende esencialmente de la medidaen que correspondan a las necesidades comunitarias, en que reflejen lasfuerzas sociales. Sin duda intervienen también otros elementos: la difusiónde una ideología puede. ser acelerada o frenada según sea la situación desu autor, su fuerza de expresión .y, sobre todo, de las posibilidades quetenga para extender su pensamiento, y, principalmente, para utilizar losmedios de información. La propaganda y la publicidad pueden facilitarla recepción social de las ideologías. Sin embargo, a la larga, son incapacesde conseguir el éxito de una ideología que no corresponda a las necesida-des de la época. Por el contrario, una ideología de este' género acab.a siem.pre por imponerse, Cuanto más necesaria sea ésta, mayor será la propor-ción de intelectuales que concentran sus preocupaciones en ella; y porconsiguiente mayor será su posibilidad de encontrar un pensador capazde construirle un sistema.

Una vez "recibida" por la sociedad. la ideología vivirá su propia vida,independientemente de su creador. Cuanto más larga seá esta vida, mayorserá la deformación del pensamiento inicial del creador. El marxismo vi-vido en 1966 se halla bastante alejado de las teorías elaboradas por KarlMarx hace un siglo. El liberalismo actual se'encuentra todavía más lejosdel pensamiento de Adam Smith o del de Benjamín Constan\. Si el autor

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-133LOS :>fARCOS I?E LA POLÍTICA

Rca, mientras que las ideologías lo realizan de manera más precisa y máselaborada. Como las lenguas de Esopo, mitos e ideologías pueden servi.rpar:::.mentir o para decir la verdad. Nos limitaremos aquí a señalar algu~nos rasgos esenciales de su acci6n.

"1. Los sistemas ele valores. - Las ideologías y los mitos traducen enprincipio sistemas de valores. Toda sociedad descansa sobre definicionesdel Bien y del Mal, de lo Justo y de lo Injusto, cuyo conjunto constituyeun sistema de valores. Estas definiciones son a su vez creencias, porqueel Bien y el Mal, lo Justo y lo Injusto no dependen de la experiencia, sinode ,la fe y de la adhesi6n vqluntaria. Son, por consiguiente, definicionesideológicas o míticas. De hecho, todas las ideologías son, en cierta medida,sistemas de valores, incluso aquellas que se reputan objetivas; los mitos,como hemos dicho, 10 SGn por su propia naturaleza. Todos los fenómenosy todas las actividades sociales no están valorizados, pero sí muchos. Enalgunos dominios, la valorización es más general y profunda que en otros;particularmente en los dominios religioso, familiar, sexual, y, .precisamente,políticos. Pasando del nivel de 10 útil o de lo perjudicial, de 10 agradabley de lo desagradahle, al de lo Justo y lo Injusto, del Bien o el Mal, losantagonismos políticos adquieren una fuerza mucho mayor. Llegan a sermucho más irreductibles. Las ideologías y los mitos tienden de este modoa reforzar los conflictos. No obstante, pueden también atenuarlos. En efec ..to, si cada clase o cada categoría social forja su propia ideología y suspropios mitos en le lucha política, el poder desarrolla también los suyos,que tienden al apaciguamiento de los conflictos y a la integI"ación. Todoslos miembros de una misma sociedad poseen en común ciertas creencias,ciertos juicios de valor, que constituyen una ideología unitaria, que se in-terHeren con las ideologías parciales y opuestas de los diferentes grupos enlucha entre sí. La noción de legitimidad aclara puntualmente este aspectodel problema.

2. La legitimie!4d. - La legitimidad es en sí misma una creencia final-mente, que depende estrechamente de las ideologías y de los mitos exten-didos en la sociedad. Cada ideología trata de definir la imagen de un go-bierno- -iO.-éal.Consideta-=-Como legítimos' los gobiernos -que se acercan aesta imagen, siendo ilegítimos los otros.

Determina así un tipo de legitimidad: existen una legitimidad monár-quica, otra democrática, otra comunista, etc. La legitimidad no se deHneabstractamente, con referencia a un tipo ideal de gobierno que posee unvalor absoluto, sino de manera concreta, en relación con cada una de lasconcepciones hist6ricas del tipo ideal de gobierno, es decir, con cada .unade las ideologías políticas. En Este sentido, se llamará legítimo

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momento dado y en un país determinado, al gobierno que corresponde

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buIosa de conflictos psicológicos, elaborados en la infancia. Sus explicacio~nes del mito de Edipo, de la Virgen Madre - común a muchas religiones _del de la Edad de Oro y del paraíso perdido, pueden ser citados comoejemplos (cfr. p. 159). J. Jung ha desarrollado una teoria más original to-cavía: la de un inconsciente colectivo, que sería la despensa de los gran-des mitos de la humanidad, que él denomina "arquetipos",

A principios del siglo xx, George Sorel elaboró otra noción de mito, lade los mitos de acción. Para él, uno de los medios más eficaces para actuarsobre una comunidad, es el de mostrarla imágenes sumarias y simplifica-das de un futuro ficticio o de un pasado fabulado, que polarizan sus pa-siones y la conducen a la acción. Únicamente en la medida en que se puedancrear así mitos aceptados por'las masas es como se podrá conseguir .queéstas actúen. "Se puede hablar indefinidamente de revuelta, sin provocarnunca ningún movimiento revolucionario, en tanto no haya mitos acepta-dos por la niasa." (Introducción a las Réflexions sur la violence, 1907.)Definidos así los mitos, son una especie de ideologÍa.s simplificadas, o másbien imaginadas, reducidas a temas sumarios y brutales. Si estos mitosartificiales se fabrican en los moldes de los mitos tradicionales, obtendránun poder todavía mayor. Estos mitos de acción pueden provocar tantomovimientos revolucionarios, según pensaba Sore], como contribuir a. man-tener el orden establecido (cfr. por ejemplo, el mito actual de la "sociedadde la abundancia" que sirve para acalltir las reivindicaciones populares,al confundir un futuro que se dice próximo, pero que no se halla todavíarealizado, con un presente muy diferente).

b) LA INFLUENCIA POLÍTICA DE LAS CREENCIAS. - Los marxistas estimanque las ~reencias no poseen sino un papel secundario en la vida política.En efecto, traducirían únicamente las estructuras socioecon6micas, y prin-cipalmente las relaciones de clase, que son la realidad esencial. Por el con-trario, alg:unos occidentales piensan, según la frase. de Thibaudet, que "]apolítica consiste en las ideas". Examinaremos más adelante estas dos tesis,que son, tanto una como otra, demasiado absolutas, aunque la tesis mar-xista se encuentre más cerca de la realidad (cfr. p. 210). Estudiamos única-mente ahora las formas de influencia política de las representaciones co-lectiv~s, -no--su imp:lrtancia. "'_.

Mitos e ideologías desempeñan aproximadamente el mi.smo papel enla vida política, esto es, sirven para movilizar a los ciudadanos, sea co"ntrael poder, 'sea en torno a él. Esta movilización posee frecuentemente los ca~racteres de una "simulación" (cfr. mh adelante, p. 254). Es decir, las creen-cias sirven para disimular la realidad, para hacerla aceptar de mejor gana .Mitos e ideologías son instrumentos de simulación eficaces y muy emp]ea-dos. Pero pueden también expresar la realidad. Los mitos lo hacen deuna manera sumaria y simplificada para hacerla más accesible y más grá •

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3. El consenso. - Existe consenso en una sociedad, cuando existe en~tre sus miembros un acuerdo casi general sobre la forma de gobiern9 .•..quese juzga legítima. Decimos bien "casi general" y no "absolutamente ge~neral" porque la idea es que los opositores al sistema de legitimidad domi-nante son escasamente minoritarios. no poseyendo demasiada influencia(tal es la situación de los monárquicos en la Francia de hoy). La existenciade un consenso semejante demuestra que los antagonismos políticos sonrelativamente moderados, es decir, se lucha dentro de un régimen al cualno se le .pone en entredicho (sobre 1" distinción de la luoha dentro delrégimen y de'la lucha sobre el régimen cfr., más adelante, p.246).

Pero sucede frecuentemente que una ideología deje de ser consideradapor la casi generalida~ de los ciudadanos como legítima, sin que otra la

a la idea que la masa de los ciudadanos de este país se hace del gobiernolegítimo, esto es, al gobierno de acuerdo con las creencias que poseensobre la""legitimidad. De este modo, la monarquía era legitima en la Fran-cia del siglo xvrr, la democracia es legítima en la Francia actual, UD go-bierno liberal es legítimo en los Estados Unidos, un sisteITI3. socialista eslegítimo en la U. R. S. S.

Estas teorias del gobierno legítimo reflejan más o 'menos las estructu-ras sociales y principalmente l~s situaciones de clase, por io que tiendena justificar un tipo de gobierno, en relación con las preferencias de aque-llos que ¡as elaboran. Traos£guran una situación social relativa y provi-sional, al conferirle un carácter absoluto y eterno. La creencia en lalegitimidad de un gobierno tiende a incluir éste en la categoría de lo "sa-grado", es decir, en un absoluto mítico. Si los gobernados creen que sus go~hemantes son legítimos, se inclinan a obedecerlos por un movimiento na-tural, reconociendo así que la: obediencia es obligada. El gobierno legítimoes precisamente aquél al que se cree se debe obedecer, no ocurriendo asíen los gobiernos que se juzgan ilegítimos.

La legitimidad es. de esta manera, como dice Ferrero, el "genio invi-sible de la Ciudad", el cual mantiene el orden social y el Estado, al funda-mentar la obediencia de los ciuq.adanos. Éstos obedecen naturalmente,en cierta medida, a un gobierno legítimo; la sujeci6n O la amenaza nodesempeñan plás que un papel secundario, únicamente en lo que res~pecta a-algunos recalcitrantes, o cuando surgen circunstancias excepciona-les. Por el contrario, frente a un gobierno que los ciudadanos estiman ile..;gítimo, éstos se inclinan naturaimente a negar la obediencia, no obede-ciendo entonces más que obligados y forzados. La violencia y la amenazason en ese caso las únicas bases del poder. :E:stees mucho más frágil. apesar de las apariencias. El carácter ilegítimo conduce pues a los gobier~nos a ser muy autoritarios. muy duros; así se explica la violencia de las dic-taduras, regímenes ilegítimos.

reemplace totalmente. Entonces coexisten en el país varias ideologías yvarios sistemas de legitimidad. Existe, .entonces, una ruptura del consenso.En una situación semejante, ningún gobierno puede ser legítimo ~nte. losojos de la casi generalidad de los ciudadanos. Un gobierno JegítiI1ío existepara unos ciudadanos, mientras que es ilegítimo para otros y viceversa.Esto quiere decir que todo gobierno no reposa únicamente más que sobrela fuerza.y la violencia, ante los ojos de una parte importante de la po-blación. f:sta fue, por ejemplo, la situación en Francia durante el siglo XIX,

cuando la legitimidad monárquica y la legitimidad democrática' se repar~tían más o menos el país.

Tal situación es revolucionaria, porque traduce una crisis de las estruc~turas sociales, que son puestas en entredicho por una part~ importantede la población. La ideología política nueva y los nuevos mitos que laacompañan, los cuales se oponen al sistema de legitimidad que existíaantes, expresan la"voluntad de nuevas clases o de nuevas fuerzas socialesde desempeñar un papel más importante en el Estado. Al mismo tiempo,esta ruptura del consenso agrava la situación revolucionaria, puesto quela crisis material va acompañada de una crisis moral e intelectual, de unacrisis de las creencias. Hace así más vulnerable el sistema político anti~gua, ya que causa su "desacralización" ante una parte de la poblaciÓn,suprimiéndole el valor mítico que se l~ atribuía hasta entonces.

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4. La conCiencia política. --:-:f:sta se refiere a las ideologías, casi exclu.sivamente, y no a los mitos. Los sondeos de opinión demuestran que cincoelementos principales desempeñan un papel en las elecciones y en lasactitudes de los ciudadanos. tanto en Francia como en otros países: 1.°, elnivel de vida. la cualidad de asalariado o de no asalariado, la pertenenciasocial en general; 2.°, el grupo de edad y de sexo; ~.(O, el nivel de instruc-ción; 4.°, la religión; 5.°, la simpatía por un partido político. Los tres últi-mos elementos son ideológicos. puesto que los partidos reposan sobre ideo-logías políticas, m:is o menos vinculadas con las doctrinas religiosas. Elnivel -de instrucci6p condiciona la posibilidad de comprensión de todosellos. .

Las ideologías. al integrar cada uno de los comportamientos particu~lares en una representación de conjunto de la política, influencian estoscomportamientos.' La influencia será tanto mayor cuanto más compleja"precisa y sistematizada sea la ideología, mejor la conozca el ciudadano yse adhiera a ella más completamente. El concepto "conciencia política"aclara adecuadamente este .papel de las ideolo~ías. Cada actitud politicaparticular, es a la vez la respuesta.a una situación concreta surgida en lavida social, y la manifestación de una visión global del poder, de sus rela~ciones con los ciudadanos y de los conflictos de los que es el objeto, visiónglobal que constituye precisamente la conciencia política. Cuanto más

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menes políticos. Como acabamos de decir, ellos bordan los dibujos, sobrela trama constimida por la evolución sOcioeconómica, la cual determina la.arquitectura, podríamos decir, o más exactamente la osamenta, mientras.que los elementos nacionales precisan la decoración. :f:stos definen igual-mente el estilo de Jos regímenes y de la vida política, lo cual, en última ins-tancia, es muy importante. La democracia británica se debe tanto a uncierto estilo de vida parlamentaria, de relaciones entre el gobierno y losdiputados, de discusiones y de debates, como a reglas constitucionales, aestructuras de partidos, y a equilibrios entre grupos de presión. El estilo delas asambleas nórdicas y el de las de París y Roma son profundamentediferentes, diferenda que posee mucha importancia en lo que respecta alfuncionamiento de los regímenes parlamentarios.

Sobre la nO':lon de cultura y las diferentes culturas, cfr. J. LElF, Esprit et évolu-tion des civilisations, 1950; R. LrnToN, Le fondement culturel de la personnalité, 1959;A. L, KROEBER,Culture: a critical review of concepts and definitions, Harvard, 1951(recensión de F. BOURR1cAl.:D,en francés, en L'Année sociologique, 1952, p. 22.9); YThe nature of culture, Chicago, 1952; T. S. ELIOT, Notes towards the definition otculture, Londres, 1948. Resulta interesante comparar el concepto de "personalidadde base" con el de cultura (cfr. pp. 194:.-195): la cultura de un grupo definiría losdementas de base de la personalidad de sus miembros; cfr, A. KARDINERY R. LINTON,The individuql (}nd his society, Nueva York 1939, y The psychological frontiers of so-ciety, Nueva .York 1945, y sobre todo M. DUFRENNE,La personnalité de base, 1953;así como la,. bibliografía citada en la p. 167.

Sobre la nación cfr. el célebre disoorso de E. RENAN,"Qu'est-ce qu'une nation?"(1882), reimpreso en sus Discours et conférences, 1928. _ Sobre los "conjuntos cultu-rales" nacionales, cfr. G. ALMONOy S. VERBA, The civil cultures: political attitudesarld democracy in ¡ive nations, Princeton, 1963, intento de análisis comparado delas culturas de los Estados Unidos, de Gran Bretaña, de Alemania, de Italia y de Mé-:dco en base a encuestas (5..000 individuos fueron interrogados); se puede compararcon esta obra el libro discutible de R. MÉTRAUXy M. MEAD, Themes de culture de laFrance, 1957, editado por el Instituto havrés de Sociología de los Pueblos. Algunosestudios interesantes, as: como bibliografía, se enC'.1entran en el número del Bulletininternational des Sciences. sociales, dediclldo a los "Estereotipos nacionales y com-prensión internacional", n.O 3, 1951; en H. C. S. DUI]KER y N. H. FRIJDA, Nationalcharacter and national stereotypes, Amsterdam, 1960 ("trend report" y bibliografía)y en O. KLlNEBF.RG,£tat;¡ de temion et compréhension internationale, 1951. Cfr. tam-bién p. 195 la nota sobre los "etnotipos". - Sobre el papel de la historia en la for-mación de las naciones,- cfr. R.. RÉMOND¡Les., tempéraments natlonaux produits del'histoire, en la Revue éconQtnique, 1956, p. 4.399 C, JULLIAN, De la Gaule d la France,1922; G. DUPONT-FERRIER,Lq formation de 1'J!;tatfrantais et de l'unité ¡ranyaise, 1929.

Sobre las ineologías en general y su papel, cfr. la bibliografía general sobre elmarxismo, p. 182; J, FOUGEYROLLAS,La conscience politique dans la France contempo-raine, 1963; J. MEYNAUD,Problemas ideológicos del siglo XX (traducc.ión d~ J. Es-teban), Ariel, Barcelona 1964. - Sobre el estudio de las ideologías, cfr. las puntua-Jizaciones y la bibliografía de N. BlRNBAUM,en Current sociology, 1960, pp. 91-172;sobre las diferentes ideologias políticas la obra fundamental es J. TOUCHARDy orros,Historia de- las ideas políticaf, Tecnos, Madrid 1962; se puede consultar tambiéu .p, jANET, Hutoire de la science politique dans ses rapports anec la morále, 1858,5.- ed., 1924, 2 vols.; J. J. CHEVALLIER,Las grandes obras políticas, de Maquiao;elo a

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nómica y evolución política parece explicarse por razones de orden cultu-ral. Polonia, Hungría y Yugoslavia poseen una tradición secular de luchapor la libertad que ha desarrollado sin duda en las poblaciones el deseo delibertad; el personal político en estos países se ha formado, por otra parte,en gran número en las universidades occidentales, de las que ha recihidouna impronta liberal, etc,

Otro ejemplo de la importancia de los factores culturales en la campe.tición política, nos 10 ofrece el análisis de los sistemas de partidos en Eu-ropa. En el siglo XIX, la evolución socioeconómica tuvo corno resultado enprimer Jugar los partidos conservadores y liberales, y en segundo, los par-tidos socialistas. En el siglo xx, aparecieron a continuación los partidos co-munistas, los movimientos fascistas y los partidv,:; demócrata-cristianos,pero, sobre esta trama general, común a todos los países, los factores cultu-rales han bordado arabescos diferentes en lo que respecta a cada uno. EnFrancia, la sucesión de los regímenes políticos antes de 1885 complicó lasituación, produciendo la interferencia de conflictos sobre la Constitucióñcon grandes debates conservadores-liberales. De esta manera, surgieron acontinuación varias tendencias conservadoras y liberales, no estando nuncaclala la separación en .el centro, entre unas y otras. En Holanda, los pro-blemas religiosos se han mezclado con los problemas políticos, de tal guisaque los conservadores se dividieron en dos partidos, conservadores católi-cos y conservadores protestantes, antes de que estos últimos se subcJividie-sen a su vez en dos ramas ("antirrevolucionarios" y "cristianos históricos").En Escandinavia se desarrolló una tendencia liberal en el campo, distintade los partidos liberales de la ciudad; más tarde aquella se inclinó haciala derecha, pero no se ha confundido nunca con los conservadores propia-mente dichos.

2. El carácter secundario de los jactores culturales, _ Vernos así a tra-vés de estos ejemplos, el papel exacto de los factores culturales en la vidapolítica, Con todo, conservan un carácter secundario con respecto a losfactores socioeconómicos, que constituyen el elemento eSE:ncia1. En ¡::ri~mer lugar, hay que señalar que estos factores culturales actúan en el con-junto, no com() motore~,_,sino COI!I_O aceleraQ_ores O: frenos. En £olonia, .enHungría y en- Yugoslavia, por ejemplo, los factore~ culturales aceleran la"liberalización" en relación al estadio del desarrollo económico, de maneraque la primera se encuentra en avance sobre el segundo. En Alemania, losfactores culturales frenaron la evolución hacia la democracia occidentalen el siglo XIX y principios del xx. Sin embargo, el nivel del capitalismo en

.este país. debiera haber conducido a ella mucho antes de la segunda post-guerra mundial. En Francia, por el contrario, los factores culturales acele-rarOn este movimiento hacia la democracia liberal.

Por otro lado, los factores culturales determinan los detalles de los regí-

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nuestros dlas. Aguilar, Madrid, así como los cursos profesados por éste en la Facul-tad de Derecho. En inglés la obra fundamental es la de G. H. SA.BINE, Historia de lateoría política, Fondo de Cultura Económica, México, 1945. Cfr. también la biblio-grafía de las pp. 372-373.

Sobre los valores, cfr. C. MYRDAL, Value in social th~ory, Londres, 1958; L. R.WARD,Ethics and the social sciences, Natre-Dame, Indiana, 1959; E. DURXHEIM,Ju-gements de réalité et jugements de valeur en Rev. métaph., 1911, p. 437 (repr~duddoen el "recueil" Sociologíe et philosophie, 1924); F. ADl.ER, The value concept in sodo-logy, en American ¡cumal o/ Sociology, 1956" p. 272; A. M. ROSE,Soéiology aod thcsrudy oí values, en The Eritish ¡oumal o{ Sociology, 1956, n,a 1; B. M. ANDERSON,Social values. Boston 1911. - Sobre el concepto de valor en general, cfr. J. PIACET,Le ;ugement moral chez l'errfant, 1932; S. C. PEPPER, The sources o{ value. Califor-nia, 1958; A. Sn:RN, La philosophie des valeurs, 2, vals., 1936; R. LE SENNE,Obstacleet valeur. 1934, y Qu'est-ce que la valeur? (En el"BuUetin de la Société Fratlfaise dePhilosophie, sesiones del '28 de abril y 28 de mayo de 1945); E, DUPRÉEL,ESiJuissed'une philosophie des valeurs. 1939; D, PARODI,.La conduite humaine et les valettrsidéales, 1939; R. RUYER, Le monde des valeurs, 1948, y los trabajos del IX CongresoInternacional de Filosofía (1937) y del nI Congreso de las Sociedades qe Filosofía deLengua Francesa (1947). ' ;

Sobre la noci6n de legitimidad, ver M. DUVERCER,InstitutiOllS politiques, 8,a ed.,1965, pp. 32 Y ss.; Y sobre todo el libro de G. FERRERo,Pouvoir: les génies invisiblesde la Cité. Nueva York, 1943, París 1945; igualmente B. CONSTANT.De l'esprit deconqu~te el de l'usurpation, 3.- ed., 1814, - Sobre las creencias en el caJ'ácter ."sa-grado" del poder, elemento de su legitimidad, cfr, la obra' colectiva Le pouvoir .et lesaCTé (Annales du Centre d'lUooes des Religions de l'InsWut de Sociologie de Solvay,t. 1, Bruselas, 191;)2), y G, DUMÉzIL,Mitra-Varona: essai sur deux répresentations indo-e.IJTopéennes de la souveraineté, 1948. - Sobre los mitos, cfr. G. SOREL,Réflexions surla violence. 1907; 'R;'-CAILLOIS,Le mythe el l'homme, 1938; A. H. KRAP.PE,La genesedes mythes, 1952; M. ELUADE, Le sacré"et le profane. 1965 y Mythes. réves et mys-teres. 1957; J. PÉPIN,'Mythe et aUégorie. 1959. .

Los ORÍCENESDE LAS lDEOLOCÍASNACIONALISTAS._ Las ideologías nacionalistas sehan desarrollado sobre todo a partir de la Revolución francesa de 1789. El término "na-ción" proviene del vocabulario revoluciom~rio. El grito de "¡Viva la Nación'" se oponíaen un principio al de. "1Viva el Reyl". La idea de que la nación es la depositaria de lasoberanía nacional ha servido para construir ciertas doctrinas democráticas, principal-mente la de la soberanía llamada "nacional", opuesta a la soberanía popular (sobreesta distinción cfr. M. DUVERCER,lnstitutions palitiques. 8.a ed., pp. 37 Y ss.). Algomás tarde se dedujo de las ideas revolucionarias el principio de .las nacionalidades, odel derecho de los pueblos a disponer de sí mismos. En suma se trata de la transpo-sición, a un plano colectivo, de las ideas de libertad e igualdad, Se aplica la libertady la igualdad a las comunidades nacionales y no solamerJte a los individ.uos,

Sin embargo, las ideologías naqionalistas reposan también sobre baS'es mucho másantiguas, El patriotismo es un sentimiento natural, bastante anterior a la Revoluciónfrancesa. Al mismo tiempo traduce la vinculaci6n a la comunidad y al sistema cultu-ral del que se forma parte y la desconfianza respecto de los otros, de los "extranjeros".Desde siempre, el extranjero ha sido tratado como un ser má~ o menos inferior, privadode los derechos reconociuos a los miembros de la comunIdad salvo cuando se trata dehuéspedes de paso, de viajeros, a los que se debe recibir de acuerdo con las leyes dela hospitalida~. Para los griegos, como para muchos otros pueblos, los extranjeros eranlos "bárbaros". teniendo esta palabra un sentido peyorativo IIlenos fuerte que en la.actualidad. pero a pesar de todo peyorativo.

En la formación de las ideologías nacionalistas, el odio al extranjero, al otro, ha

pesempeñado a veces un importante papel; pero en todo caso, menos en los, naciona-'lismos heredados .directamente de 1a 'Revoluci6n francesa que en los neonacionalismosconservadores del siglo xx. "El enemigo hereditario" - supuesto o verdadero - tienecon frecuencia mucha importancia en el desarrollo del sentimiento nacional; especial-mente después de una guerra y sobre todo cuando se trata de una guerra perdida,El antigermanismo fue mU)l~vivo én Francia después de 1871, constituyendo entoncesun tema fundamental de la derecha nacionalista, Por otra parte, daba cuenta 'de uncambio de enemigo hereditario puesto que en el siglo XIX fue Gran Bretaña quien ha-bía desempeñado este papel.

En ciertos países, el extranjero, el enemigo, no es' una nación rival, sino una raza,El sentimiento racista ha desempeñado un importante papel en Alemania, incluso antesde Hitler. En la actualidad es esencial en el patriotismo de los blancos de África delSur. En ciertos Estados nuevos africanos o asiáticos, posee gran importancia. A vecesla religi6n sustituye o refuerza los sentimientos racistas, o la idea de una naci6n.ene-miga, El catolicismo ha tenido un indudable papel en la formación de la naci6n fran-cesa, como el protestantismo 10 ha tenido en la creaci6n de lanaci6n holandesa. Elnacionalismo musulmán descansa en parte en el sentimiento del umma, de la comu.aidad islámica, etc.

Sobre las ideologías nacionalistas, cfr, R. GmARDET,Introduction a l' étude du na-tionalisme fran\;ais (Reto, fratlf. scien. palit.. 1958, pp. 505 Y ss.). - Las principalesobras sobre el nacionalismo están en lengua inglesa:- ROYALINSTITUYE OF INTERl"ATIO-NALAFFAIRS,Nationalism, Londres, 1939; H. KOHN, Nationalism: its meaning andhistory, Nueva York, 1955 (fragmentos escogidos con una buena introducci6n), y Theidea o{ nationalism. Nueva York, 1946; C. J. H. HA:YES, The hisiorical evolution af mo-dern nationalism, 1948; J. W. DEUTSCH,Nationalism and social communication, Nue-va York, 1953; E. L. SNYDER,The meaning o/ nationalism, New Brunswick, 1954.

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