2.- paraíso, la ciudad santa

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Revelaciones Divinas Inicio Todos los idiomas Paraíso, la Ciudad Santa y la gloria del Trono por el Rev. Elwood Scott (Abridged Edition)

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  • Revelaciones Divinas Inicio Todos los idiomas

    Paraso, la Ciudad Santa

    y la gloria del Trono por el Rev. Elwood Scott (Abridged Edition)

  • Cerca de la vuelta del siglo 20, Dios dio a Seneca Sodi la gloriosa experiencia de

    pasar cuarenta das en el Cielo. Este libro pondr a prueba tu vida y te dar esperanza y motivacin para dejar de lado todos los obstculos y seguir adelante

    en la gloria de Dios. Como l relata sus experiencias a Elwood Scott, usted

    sentir como si estuviera viendo las muchas escenas diferentes del Reino Celestial, escoltado por el rey David. Usted se asombrar por la gloria y la

    inmensidad de lo que Dios ha preparado para nosotros. Su corazn se agitar ante

    la descripcin de la Santa Convocacin alrededor del trono y como Jess habla un mensaje del fin de tiempo y de la preparacin para su venida. Su mente y su

    corazn se ampliar como se mira a un mundo ms all del velo, sabiendo que valdr la pena todo!

    -Los Editores

    PRLOGO

    "Voy a preparar un lugar para vosotros." ( Juan 14:2 )

    Las palabras ms positivas acerca de la morada eterna de los santos se encuentran

    en estas palabras de nuestro Salvador. l hizo el cielo muy real para nosotros. Sin Jess, no sabramos mucho de lo que realmente es el cielo, l abri la puerta a la

    "tierra que es ms justa que el da" y vamos a echar un vistazo a ella. Es nuestra mayor autoridad porque vino del cielo y tiene una total comprensin y

    conocimiento de la tierra celestial.

    En este ltimo tiempo, mientras muchos de nosotros hemos sufrido la prdida de nuestros seres queridos. Les hemos echado de menos profundamente y deseado a

    menudo volver a verlos y compartir nuestras alegras terrenales con ellos. Cuando nos damos cuenta de que no estn ms con nosotros aqu, en la

    forma fsica, nos da mucho dolor interior. En este ltimo tiempo, el Seor ha

    llamado a muchos santos de su eleccin, a su hogar para estar con l.

    Lo nico que puede consolar nuestro dolor por la prdida que hemos sufrido es

    el conocimiento de que estn con el Seor en la casa que L ha preparado para

    ellos. Ahora estn esperando a que vallamos y nos unamos a ellos all. Personalmente, creo que muchos ms de sus justos, pronto sern llamados a

    Casa. Mi propio hermano, Jamie, fue llamado a Casa muy pronto, apenas unos meses atrs. El conocimiento de que l est con el Seor, es mi nico consuelo;

    cuando me desped de mi padre en su lecho de muerte era una pena profunda

    para m, porque yo s que l me amaba entraablemente.

  • Al pasar de este mundo al lado de mi madre, mi esposo Jim y yo cantbamos al

    Seor, porque se llev a su hijo al cielo para L. Cantamos mientras que los ngeles bajaban y se lo llevaron al seno de Abraham. Yo estaba en Alemania

    cuando mi padre estaba enfermo. Yo no saba si iba a ser capaz de verlo antes de

    que el Seor se lo llevara. Yo estaba teniendo una lucha terrible en dejarlo ir. Un da el Seor hizo el cielo tan real para m que yo era capaz de ver a mi

    padre. Empec a escribir un "adis". De repente, la uncin vino sobre m y la

    prosa se sintoniz de una forma potica en la escritura. Quiero compartir esto con ustedes. Si usted ha sufrido la prdida de un ser querido, pido que te d

    consuelo:

    Tu est de pie en la puerta de la maana,

    Y es difcil dejarte ir,

    A pesar de que se trata de una carne de despedida.

    Nuestros espritus estn unidos siempre y

    siempre estarn cerca.

    Si t debes salir de esta casa de arcilla

    es para decir hasta luego, Entonces no me siento mal, mi querido

    padre,

    Vas por delante.

    Estamos llegando muy de cerca

    mi madre, hermanos, Jim y yo nos reuniremos de nuevo, querido pap,

    Por el otro lado.

    Vas a abrazarme y besarme con una sonrisa

    Al igual que lo has hecho siempre.

    Y voy a olvidar cada milla solitaria Mis pies cansados haber corrido.

    Ya sabes, te envidio un poco Debido a que tu lo vers en primer

    lugar, a

    Aquel que am y vivi y muri Y l que tom nuestra maldicin.

  • He anhelado verlo durante tanto tiempo,

    S que todava hay que esperar. As que dile que lo amo, pap,

    Cuando pases junto a la puerta.

    Y as, tu nos haces una oferta de adis, " querido pap.

    Recuerda que tu chica te ama todava

    Y realmente no perder a su pap!

    ---- Gwen R. Shaw

    CIELO

    Mir ms all de la cortina del tiempo,

    Y vi subir las escaleras hermosas

    Diez mil ngeles brillantes en gloria Todos vestidos de ropas blancas tan

    justos.

    "La batalla ha terminado", les o, Sus voces resonaron en el aire.

    Con hojas de palmas gritaban "Hosanna",

    Su gloria para siempre compartir.

    Nuestros problemas y trabajos han terminado,

    El tentador est bajo nuestros pies l lo ha arrojado en las tinieblas para

    siempre

    Mientras caminamos por las calles hermosas.

    Las flores florecern para siempre,

    Las hojas de los rboles de hoja perenne. No llegar la noche a nuestra ciudad,

    Porque est iluminado por un haz luminoso del cielo.

    Al pasear por el jardn del cielo

    Y el olor de las azucenas tan dulces, Vamos a estrechar las manos de nuestros

    seres queridos,

    Como l dice: "Que vuestra alegra sea completa".

  • Como nos muestra cada una de nuestras

    mansiones Y nos movemos siempre para

    quedarnos,

    Los nios jugarn junto a la fuente, Nuestros tesoros nunca decaern.

    nos visitaremos el uno al otro en el cielo,

    Muy a menudo voy a llamar a tu puerta. Podremos sentarnos en el porche de tu

    mansin Y mirar hacia fuera la hermosa costa.

    Podremos hablar de las bendiciones de

    Dios para las edades, Porque el tiempo all arriba no tendr

    fin.

    Todos vamos a tener un montn en el cielo,

    Voy a ser tan rico como nunca. El barco viejo de Sin est anclado,

    Estn saliendo a la orilla.

    "El viaje ha terminado", gritaban, "Nunca vamos a navegar por mares

    nunca ms." Las puertas se abren con tanta suavidad

    Como todos los hijos de Dios pasan;

    Por fin omos a Jess decir en voz baja, "Vine aqu para arreglar esto para usted."

    -Autor Desconocido

  • INTRODUCCIN

    Durante muchos meses en el pasado, tuve frecuentes visitas de un visitante muy

    peculiar. Aunque sus visitas han sido sorpresas para m, sin embargo, fueron de

    lo ms agradable por cierto.

    Al principio me sorprendi cuando este hombre con barba y vestidos de seda que

    fluyen, entr en mi estudio totalmente sin invitacin y sin excusas.

    Al principio, sus visitas eran breves, y luego ms frecuentemente. Me fui de paseo una tarde en los campos o bosques, que con frecuencia se reducira en mi

    empresa, y pareca encantado de caminar conmigo. Pronto descubr que poda hablar diferentes idiomas con perfecta facilidad y que su nacionalidad era

    diferente de la ma.

    Pareca de capacidad superior y sus facultades intelectuales estaban en capacidad mucho ms all de la ma. En resumen, era una persona muy poco comn.

    He tenido la costumbre desde hace muchos aos de levantarme temprano en la

    maana y dar un paseo por una hora o dos antes del desayuno. No pocas veces me he encontrado que un hombre que me pidi un aventn, pero en varias

    ocasiones despus, me di cuenta, como l era mi amigo con barba de seda.

    Con frecuencia despus de una hora de conversacin, simplemente desaparecera

    de mi presencia, sin previo aviso y en un momento, y muchas veces mir en

    todas las direcciones, pero en vano pude ver el curso de su partida.

    Me he quedado fascinado y perdido en asombro y admiracin por la tendencia de

    su conversacin, y la naturaleza de sus revelaciones. Mi alma lo amaba sobremanera y me doli su partida. A veces, despus de que mi familia se haba

    retirado a dormir, llegara a mi habitacin mientras estuve ocupado en mis

    estudios, l permaneci hasta despus de la medianoche.

    En una de sus visitas, una noche me pregunt si yo podra escribir taquigrafa.

    "De hecho", le dije, "con tanta facilidad como en los primeros das".

    "Te he estado buscando durante algn tiempo", respondi, "y si tu das tu consentimiento para servir a la finalidad para la que te he buscado, voy a conferir

    bendicin de un santo sobre ti."

  • Le di toda la seguridad que poda; y obedec a toda solicitud razonable que poda

    hacer. Luego amorosamente respondi:

    "A continuacin, debers escribir un mensaje de m, a la gente".

    Despus que los acuerdos se completaron todos para su disposicin final, escogi

    una noche para una visita similar a las que haba disfrutado mucho, cuando me tom por sorpresa. As que de vez en cuando nos reunimos, y los resultados

    fueron las siguientes pginas que explican esta introduccin.

    Me alegro de haber dado mi consentimiento de escribir para l. Ha sido de asombro continuo, de sorpresa y admiracin, y tambin ha sido una gran

    bendicin para m personalmente.

    Durante una de sus visitas anteriores, me explic que l era el mismo hombre que

    yo haba conocido unos aos antes en las laderas de las montaas de las

    Cascadas. Yo lo recordaba muy bien, porque yo haba pasado un da y una noche en su casa alegre, y bajo su influencia santa. Su nombre era Seneca Sodi, un

    griego de origen judo, muy buen estudiante, un firme creyente en el

    cristianismo, y un estudiante a fondo de la Biblia.

    Pero pareca tan cambiado ahora, y su rostro resplandeca con una aureola de luz

    que yo no lo reconoc al principio, y me inclinaba a dudar de su historia y pens que todo era como un truco ingenioso, que no poda explicar, que se practicaba

    sobre m. Sin embargo, pude ver una gran similitud en la apariencia de este

    hombre y mi amigo de barba que conoc en las Cascadas.

    Yo le dije: "Cmo puede ser esto?" l respondi rpidamente, en un abrir y

    cerrar de ojos, "Slo soy una gavilla de la cosecha de la gran resurreccin"

    "Oh, Dios mo!" Le dije: "es cierto que hay un hombre que ya ha experimentado

    la gran resurreccin de los justos, lo que va a ocurrir en el ltimo da?"

    Pens entonces en la traslacin de Enoc, y del carro de Elas que se extendi a los cielos; de Moiss, quien dos veces ayun cuarenta das y estaba a solas con Dios

    en el monte de la visin hasta que l haba cogido un resplandor de la gloria

    eterna.

    Pens en Pablo, que haba sido arrebatado hasta el tercer cielo y oy palabras del

    reino eterno.

  • Volv a pensar en los muchos cuerpos de santos que haban dormido, y que se

    levantaron despus de la resurreccin de nuestro Seor, y cmo stos anduvieron en Jerusaln mostrndose como vivos de entre los muertos.

    As razonaba dentro de m, diciendo: pueden ocurrir grandes acontecimientos

    como esos, en estos ltimos das de gracia a los gentiles? Por qu no creer que Seneca Sodi, es uno de los descendientes de la antigua Israel de Dios en estos

    ltimos das y que recibi grandes revelaciones del Todopoderoso y una

    resurreccin antes que el resto de la gran cosecha? Pero tengo que dejarlos para que l les cuente su propia historia.

    --- Elwood Scott,

    CAPITULO PRIMERO

    Primera Visita Seneca Sodi

    Era el primer da de junio y el sol se haba puesto. El duro trabajo del da haba

    terminado. Yo tena mi estudio en el fondo, iluminado y en un estado lo ms limpio y mejor que poda yo hacer. Yo haba previsto lpices, papel, plumas y

    tinta, y estuve nerviosamente esperando a mi amigo barbudo de seda. Tuve un

    agudo sentido de inquietud, sin saber la naturaleza exacta de su misin y lo que todo ello podra abarcar. Me arrodill y or con toda solemnidad para que el

    Padre Todopoderoso me ayudara, porque mi visitante me haba impresionado con un sentido de admiracin, y yo era bastante insignificante en su presencia.

    La puerta se abri al fin y Sneca Sodi entr con un halo maravilloso de luz sobre

    su cabeza y cara. Me levant a saludarlo y con un agradable "buenas noches", al parecer, se

    apoder de mi mano.

    "Mi hijo", dijo, "Yo te saludo en el nombre del Padre." Cuando hubo tomado asiento, dijo: "Te acuerdas de mi humilde casa al pie de

    las cascadas?" , y el largo paseo entre las montaas que disfrutamos juntos ese da) y de las horas sin dormir hasta despus de la medianoche y de mi promesa de

    esforzarme por verte de nuevo en tu casa terrenal que da poca de felicidad."

    "No poda esperar a su regreso", dije a Sneca: "experiencias extraas me estaban esperando. Haba estado esperando fervientemente por lo cerca que est la venida

    del Seor y haba orado mucho.

    Me impresion extraamente con el pensamiento de la gran venida de eventos, pero no esperaba que los grandes favores, tan pronto me llevaran a m. Pero me

    parece que Dios se deleita en sorprendernos con nuevas y grandes bendiciones.

  • Mi historia comienza

    La cena se acababa de comer y me haba acostado en el sof para descansar unos momentos. Mis dos criados, Sena y Serva, estaban ocupados por la casa, cuando

    de repente, una explosin de trompeta nos llama a todos a la puerta.

    Una hermosa carroza de oro y dos pilotos vestidos de ropas blancas estaban muy cerca. Inmediatamente me pareci que ca en trance y perd el conocimiento de

    las cosas terrenales por un tiempo. Los ngeles vinieron a la habitacin y me

    instaron a prepararme rpidamente, diciendo: "Porque el Seor del reino tiene necesidad de ti."

    Yo poda entender su misin y el lenguaje. Yo estaba lleno de alabanza exultante en el pensamiento de que de inmediato me ira a Casa. Cuando reanud la

    conciencia de las cosas terrenales, rpidamente arregl todo con Sena y Serva,

    quienes slo haban visto destellos de gloria en destellos de luz brillante, pero sintieron la presencia de los invisibles sobre la habitacin, y cubrieron

    cuidadosamente mi cuerpo, debo dejarlos atrs?. Me encontr en un estado

    semi-consciente, y vi un nmero de seres santos, de ngeles sobre mi cama, me senta tan cansado, me haba acostado. Haban pensamientos momentneos que

    venan a travs de mi mente: "Es realmente la muerte realmente voy a decir adis a las cosas del mundo el da de hoy Estoy realmente en la frontera de la

    eternidad? Si es as, !!la victoria bendita!!"

    Senta, ahora que se arrastraba mi alma, los raptos de alegra eterna - oh, luz, tales son las visiones de gloria que se concedieron a m entonces! Esencias

    espirituales y cosas empezaron a surgir ante m, con gran viveza a mi comprensin. Me pareca estar pasando a un lugar grande donde un nuevo orden

    de cosas existen. Con un ltimo esfuerzo para ver y hablar a mis siervos, apenas

    pude decir: "Adis", y vi que sus ojos ansiosos buscaban en los mos. O algunas frases entrecortadas y trat de explicarles, pero cuando yo pensaba que estaban

    lejos de la audicin, yo cerr los ojos, slo para abrirlos en un da eterno.

    La siguiente cosa que observ fue que yo estaba de pie en una esquina de la habitacin, mirando con profundo inters sobre mi cuerpo, que estaba en reposo

    tranquilo en la cama. No bien puedo describir los sentimientos extraos, an alegre de mi alma en la bsqueda de m mismo, puestos en el cuerpo. Me acerqu

    y me puse al lado de la cama y con sentimientos mezclados de alegra y pena, le

    dije a mi cuerpo ", me da pena dejarte atrs, pero usted es todava un mortal y ser hasta la resurreccin".

  • Volv a ver a tres ngeles conmigo que parecan ocupados con algn proceso de

    embalsamamiento peculiar para mi cuerpo, que yo no comprenda. Me hablaron muy agradablemente y dijeron: ".. No tengis miedo, hemos venido como sus

    escoltas a su hogar celestial, con la luz con la cual brilla tan intensamente sobre

    ustedes ahora"

    Qu tan rpido pens lo que la Escritura dice: "Los ngeles son espritus

    ministradores enviados para servicio a favor de los que sern herederos de la

    salvacin (! Hebreos 1:14 ) Pronto me di cuenta de que los ojos fsicos no pueden ver a los seres espirituales ni comprender sus movimientos, excepto por alguna

    intervencin milagrosa, pero los espritus pueden comprender tanto la materia como el espritu.

    Me encontr con que mi visin mejor mucho desde que fui liberado del cuerpo

    mortal y no lamentaba que me hubiera muerto, ya que todo pareca brillar con un lustre y brillo que nunca haba conocido antes, y lo que pareca ms notable an ,

    fue que la luz del sol no me ayuda en ningn sentido, para comprender cosas

    sobre m, y saba que por la noche todo el mundo est dormido y est totalmente oscuro para los ojos humanos, pero ahora, en m todo brillaba con un esplendor

    ms grande que la tierra nunca produjo, era ms brillante que el medioda.

    Una y otra vez la escritura vino a m: "Si, las tinieblas no encubren de ti, y la

    noche resplandece como el da; la oscuridad y la luz te son iguales para

    ti." ( Salmo 139:12 ) y de nuevo: "Habr algn da en que no habr noche. ( Apocalipsis 21:25 )

    Vi claramente una serie de ngeles sobre la habitacin, cada uno de ellos estaban cubiertos con vestiduras de luz pura y celestial, as alegraron a mi alma. Me

    pregunt por qu no podra haber discernido esto antes, incluso mientras estaba

    en el cuerpo. La escritura vino a m cuando el profeta dijo: "El ngel de Jehov acampa alrededor de los que le temen y los defiende." ( Salmo 34:7 )

    A partir de este momento empec a sentir una extraa tendencia de ser alzado.

    Mi espritu sinti un tirn fuerte hacia el cielo como si las cuerdas elsticas fueron sujetados en todas las partes de mi alma, hacia el otro extremo en el cielo.

    Sena y Serva estaban llorando junto a la cama. Trat de hablar con ellos, pero no pudo obtener su atencin. Camin cerca de ellos y puse mi mano sobre su cabeza,

    pero todava no me comprendan. Slo parecan llorar ms amargamente porque

    no pareca que yo los tocaba.

  • Entonces otra vez sus lgrimas se secaron y exploraban la habitacin como si

    una voz se haba escuchado, y estuve seguro de que se dieron cuenta de algo de mi presencia, sin comprender la verdad en cuanto a lo que era.

    Los ngeles empezaron a cantar y !oh tan dulce msica nunca o mientras estuve

    en el cuerpo!. Cuando terminaron el himno, me dijeron: "Ser que ahora nos sigues?" Cuando haba salido fuera, vi el carro que pareca estar hecho de

    luz. Estaba parado en el umbral de mi casa. Comprend su significado y la

    misin especial de los ngeles, y yo anhelaba ir; entonces grit mucho: "Aleluya," yo, hormiga que los ngeles vinieron a buscar, y se apresuraron a

    decir: "Gloria a Dios en las alturas".

    Trat de decirle adis a mi cuerpo dormido, a la casa vieja y a mis dos criados,

    cuando los ngeles me apresuraron a sentarme en el asiento con ellos en una

    carroza. Nuevamente me aseguraron un buen viaje de regreso. En un momento ms, el carro comenz a levantarse con un movimiento rpido y silencioso, y

    para m era a una velocidad desconocida. bamos en nuestro vuelo, hacia las

    mansiones eternas.

    CAPTULO DOS

    Primera Visita - Continuacin

    Apenas haba tomado mi asiento en el carro, cuando descubr que poda

    conversar con los ngeles con libertad perfecta. Parece que hay una especie de

    comprensin de las ideas sin el esfuerzo de las palabras, y sin embargo hablaba como hablan los espritus. A menudo o las palabras habladas mientras que

    estuve en el cuerpo, pero ahora eran totalmente en el odo del alma, y an ms claramente comprendido cuando no haba voz audible. Lo mismo que en la

    conversin que el Seor tuvo con Pablo: l oy una voz externa y clara en el

    interior de su conciencia mientras que los que viajaban con l no vieron a nadie de quien vena la voz.

    Ahora me pregunt: "Estos son realmente y verdaderamente ngeles de Dios, de

    quien hemos ledo y cantado y escuchado por mucho tiempo en el mundo?"

    "En verdad somos", me respondieron, "pero de nuestro nacimiento no sabes nada,

    porque en realidad no hemos nacido, pero si creados. No en la tierra sino en las regiones celestes; hemos aprendido nuestras lecciones en las eternidades pasadas

    en presencia de Dios, pero estamos contentos de ser sus sirvientes y ayudantes,

    BahamuthResaltado

  • y este ha sido nuestro servicio, contentos desde que el hombre fue creado sobre

    la tierra, pero podemos darle ms informacin acerca de nosotros mismos en otro momento ".

    Yo le respond: "Hemos sido desconocidos hasta este momento, pero me hacen

    sentir una gran confianza por su habilidad para guiar con seguridad el carro. He estado buscando esto por muchos aos, pero no saba que estaba tan cercano".

    "Oh," dijo el auriga, "no es necesario tener ningn miedo, yo te conducir con

    seguridad a tu hogar eterno."

    "Mir por el carro de nuevo y vi que estbamos pasando a una velocidad

    indescriptible. La tierra con sus ciudades, pueblos y montaas desaparecan como un inspector en la distancia. Muy pronto pareca tener la luna bajo los pies

    mientras suba los pilares de los cielos. Tuvimos muchas conversaciones y yo

    pude ver que los ngeles son tan tiernos y encantadores, tan llenos de instruccin y amabilidad;.. mi alma los amaba sobremanera y me sent como si estuviera

    familiarizado con el reino celestial. Dije para dentro de m: como me gustara ver

    en el exterior de la ventana del carro; las estrellas se vean por todas partes al igual que yo siempre los haba visto desde la tierra, entonces supe que no

    habamos ido ms all de las regiones del sistema solar, as que le pregunt al ngel: "Dnde est el cielo?"

    "Oh", dijo, "no est muy lejos. La tierra es la primera habitacin del hombre, y

    mientras que l sea de la tierra, ser siempre terrenal en su naturaleza. El cielo es la morada futura y eterna de todos los que se han preparado a s mismos para

    ello. Usted pronto encontrar que mis palabras son ciertas y que el cielo no est lejos. El amor de tu Padre y su cuidado, ha dado estos dos mundos para ti. Su

    hogar celestial es su verdadero hogar. La tierra era slo su lugar de nacimiento, el

    lugar de su principio. Pero cuando Dios te dio la vida eterna, l te ha conectado con todos los reinos celestiales, porque l te dio la vida, que siempre ha sido.

    "Mira y ve", dijo, porque yo estaba en la ms profunda consideracin de estas

    cosas y signific mucho para m.

    Mir al exterior; estbamos entrando en una zona de nubes brillantes, algo as

    como una gloriosa puesta de sol brillante, terrenal, slo que esta era muy superior. El tiempo haba sido muy breve, pero en realidad estaban descendiendo

    en los suburbios ms grandes del reino eterno.

    "Escucha un momento", le dije al ngel: "Qu msica escucho? Es real o estoy en la imaginacin?"

    BahamuthResaltado

  • "Es la cancin de los redimidos en el cielo lo que escuchas. Todo el reino de los

    cielos est lleno de msica sin discordia".

    No hay msica ms dulce jams que mis odos hayan odo, exclam.

    "Estamos cerca de las puertas de la ciudad?"

    "Estamos muy cerca de los portales del paraso", dijo. En esto, los ngeles bajaron la cabeza y se cubrieron el rostro con las manos, mientras camos de

    bruces en el carro. La calma rein en nuestras almas, pero las emociones ms

    profundas comenzaron a llenar mi pecho. Romp el silencio al gritar las alabanzas de Dios. Los ngeles empezaron a cantar con una voz dulce, "Santo,

    santo es el Seor Dios Todopoderoso, justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos."

    Me puse en pie y por un momento estuve desconcertado con lo que encontr mi

    mirada en todas direcciones. La luz era tan transparente y muy por encima del da ms perfecto que la tierra jams haya ofrecido. Los racimos de flores celestiales

    estaban creciendo en todas partes. Arboledas de hermosos rboles cargados de

    frutas, junto con arbustos de flores magnficas, hermosas e indescriptibles vi en todas las direcciones. Las vas de acceso, como las calles sinuosas, estaban

    dispuestas con un gusto exquisito; y la belleza, fueron penetrando en este terreno

    de placer y de gloria. Almas preciosas iban y venan, pasaban y volvan a

    pasar- y se saludaban unas a otras con los saludos y cortesas que slo Dios

    conoce.

    El carro estaba disminuyendo su velocidad y el xtasis de gloria fue tal que llen mi alma, no puedo describirlo! Yo estaba perdido simplemente con asombro,

    mientras yo segua diciendo: "Ciertamente estoy en casa por fin." El carro pareca

    temblar como una cosa que tiene vida y finalmente se detuvo al lado de una hermosa arboleda de rboles frutales cargados. Las puertas se abrieron y los

    ngeles salieron. Yo salt a los slidos cimientos del reino celestial. Por un momento qued completamente fascinado cuando vi las almas felices vestidas

    con vestiduras blancas de patrones encantadores, y todos con caras tan brillantes

    y felices sonriendo con alegra y satisfaccin perfecta.

    Ya no pude contener mis sentimientos . Ca sobre mi rostro junto al ngel, con

    fuerte accin de gracias a Dios, y estaba en el acto de adorar al ngel por su gran

    cuidado y bondad hacia m, cuando dijo: "Adora a Dios solo, yo tambin soy consiervo tuyo y este es mi servicio alegre. " Con esto, l hizo una sea a uno

    que estaba cerca. Se acerc y se present como uno de los ancianos del cielo, y me dio una bienvenida tan cordial que mi alma lo amaba intensamente a la vez.

  • El ngel entonces dijo: "Le dejo a su cuidado, pero voy a volver a verte pronto."

    Puse mi mano hacia l diciendo: "Lamento que te vayas, has sido un amigo para m. Qu puedo hacer por tu gran bondad para m?"

    "Oh, pronto puedes ayudar a los dems", dijo el ngel. Entonces, saludando con

    la mano y con una sonrisa encantadora, me dijo "Adis", y su carro se haba ido.

    El anciano dice ahora:... "Bueno, mi hijo, ahora est en casa. Todo lo que ve es

    infinitamente ms la manifestacin del amor de su Padre celestial y su poder

    omnipotente. Esta es la zona fronteriza, hijo mo, del dominio celestial. Tus sacrificios en la tierra han sido pequeos en comparacin con sus ganancias muy

    bien aqu ".

    "Oh s, y fueron realmente nada", le dije. Me vino a la memoria un pasaje de las

    Escrituras dulces, que nunca comprend plenamente hasta ahora: ". Porque esta

    leve tribulacin, no es sino un momento para nosotros un peso cada vez ms excelente y eterno de la gloria" ( 2 Corintios 4:17 )

    "Efectivamente", dijo el anciano. "Usted no ha hecho ms que empezar a

    comprender la gloria, el peso de lo que an se siente."

    "La grandeza y la belleza de todo lo que sobresale, sobrepasa mi mayor

    expectativa. Todo parece tan real. Dgame si slo es fantasa o estoy en un sueo, o es verdad que estoy en el cielo?"

    "Oh," dijo el anciano, "es una cosa comn a las almas cuando llegan al mundo

    celestial estar desconcertados la primera vez que hacen entrada en la presencia de los ngeles y los espritus de los justos hechos perfectos, y la gloria de este

    reino. Se, de hecho, que lo que ven aqu, supera las expectativas ms optimistas. No, hijo mo, no ests en una visin, usted est realmente aqu. Su cuerpo en

    realidad se qued detrs de usted, y encontrar que usted tiene muchas cosas que

    aprender antes de llegar al trono, en la ciudad santa. Pero est contento, porque veo que ha lavado bien las ropas y las ha dejado blancas en el momento de dejar

    su morada terrenal. "S perfectamente libre", dijo el anciano, "haga cualquier

    pregunta que usted tenga a gusto, porque el conocimiento de este mundo es adquirido por la investigacin y la investigacin se hace al igual que nuestro

    conocimiento terrenal. Cada deseo de usted tiene que ser cumplido plenamente aqu. Sus deseos y anhelos los logra, tras el conocimiento de su morada eterna

    que han sido provistos en su totalidad aqu. vuestro Padre celestial ser su

    voluntad y todo lo que ves, que es infinitamente ms, son suyos para disfrutar para siempre.

  • Si usted ha hecho un buen uso de sus oportunidades en su vida pasada, le queda

    mucho tesoro guardado en la ciudad celestial, la cual nuestro Seor habl en la tierra y de la cual usted podr conocer ms adelante. "

    "Ya veo", dije.

    Dijo el anciano, " all est otra alma que acaban de traer desde la tierra al paraso a quien tengo que ir a dar la bienvenida." Y diciendo esto, se fue hacia el carro y

    de all sali un hombre encantador buscando, en realidad, con un vestido de una

    tnica del blanco muy puro. El anciano me hizo seas para que fuera hacia l. A medida que me acercaba, o la conversacin y me pareci que ese hombre vena

    del lado opuesto de la tierra de donde haba venido yo. l hablaba un idioma diferente al mo y sin embargo yo lo entenda bien. En un momento, alz sus

    manos y apretndolas juntas, dijo, "Oh, bendito sea Dios por siempre", y ambos

    camos de rodillas sobre nuestros rostros, con adoracin y alabanza a nuestro Padre Todopoderoso. Seguimos de largo y nuestras almas se llenaron de las cosas

    de este lugar.

    Cuando nos levantamos, otro de los santos, al parecer de la antigedad, se le acerc y le dijo: "Te voy a ayudar en los caminos del reino." Le o preguntar por

    su nombre. l respondi: "me llamo Bohemundo del norte de Rusia. Slo hace unas horas le di un beso a mi esposa e hijos de despedida y me embarqu en un

    buque en el Mar Blanco en Oneida con destino a Cabo Norte. Slo recuerdo que

    el barco se estaba hundiendo.. y descendimos a muchas brazas de profundidad. Oh, dime, es el cielo o es ms que un sueo del marinero, cuando suea con

    estar en casa, cuando est lejos "?

    "Mi hijo", dijo el padre venerable, "Usted ha aterrizado con seguridad, no en el

    Cabo Norte, ni en el fondo del mar Blanco, pero en tu casa eterna. Su cuerpo est

    sin duda en el fondo de la profunda salobre;. Pero el ngel estaba con usted cuando el buque baj y le ha trado aqu a salvo. Su cuerpo ser atendido en el

    da de la resurreccin de recompensas. "

    El anciano que estaba conmigo dijo: "!Con qu rapidez se estn reuniendo de todas las partes de la tierra, a la casa de nuestro Padre. Esto es slo una de las

    muchas estaciones ubicadas en las partes distantes del paraso. De estas estaciones vienen todas las almas para su introduccin en esta celestial casa ".

    "Explqueme ms?"

  • "Por supuesto", contest, "usted comprender ms plenamente a medida que

    avanzamos. Usted no podra soportar la gloria del trono, sin estar preparados para ello. Incluso ahora no puede soportar la luz tan abundante en la ciudad."

    Justo en ese momento vi a una mujer que lleg de un carro. Pareca estar tan

    confundida, que se hundi cuando uno de los asistentes se acerc a ella. Ella levant las manos y exclam con asombro: "Oh, Dios mo! Yo no soy digna ni

    adecuada para esta gloria. Oh, podr estar bien con Dios?" Ella cerr los ojos

    casi inconsciente con desconcierto y pareca que no poda hablar, cuando una doncella amablemente se dirigi a ella con palabras muy cariosas. Por fin abri

    los ojos y mir a su alrededor con asombro y sorpresa, y exclam: "Oh, estas prendas blancas, las copas de oro, rboles de la vida y las flores florecer. Yo no

    soy digna de ellos. De verdad tengo derecho de estar aqu con todos estos

    hermosos rboles cargados de frutas tan encantadores? Oh, la misericordia de Dios! Yo era una gran pecadora. "

    "S, por supuesto", respondi su gua, "pero tus pecados han sido perdonados.

    Los ngeles no cometen errores. Usted tiene derecho a estos rboles, ya que son en los que usted crey;.. S, son suyos, son para usted. "

    En esto, ella se levant sobre sus pies y dijo: "Pero tengo el vestido de bodas del que estaba pensando tan seriamente, cuando el carruaje lleg a m y el ngel me

    vio que estaba en angustia tan profunda y confusin del alma, sabiendo que no

    me haba preparado para tan grande momento.

    "Usted ha sido salvada, hija ma." dijo su acompaante, "as como por fuego. No

    era una fiel sierva de Dios, no construy con piedras de oro, ni plata, ni piedras preciosas, pero con madera, heno y hojarasca, que se han quemado. Dios no te

    puede recompensar en gran parte ahora. Estas bendiciones infinitas se extendern

    ante usted en todas las direcciones y podr obtenerlas en breve tiempo, cuando usted est preparada para ellos. S fiel a tus oportunidades presentes, por tanto

    hay delante de ti por hacer. Los avances que deberas haber realizado en el

    mundo tendrs que hacerlos aqu, antes de que usted puede ir a las puertas de la ciudad, o ver la gloria brillante de el muro de Jaspe. Venid conmigo y os ayudar

    a obtener un mayor conocimiento de Cristo y de su salvacin eterna y el reino. "

    Ahora le dije al anciano a mi lado: "Quieres explicarme cual fue su gran error?"

    "Por supuesto", respondi. "Ella representa una clase muy grande en el mundo,

    que no han hecho un buen uso de las oportunidades terrenales, nunca se interes profundamente en su salvacin, hasta casi la hora de su muerte. No ves cmo

    est de esbelta y tan delgada, y la poca ropa que tiene,! slo un vestido!

  • Su arrepentimiento fue genuino y su fe acept las promesas de la vida eterna en

    su Seor y su perdn ha sido completo. Ella ha sido aadida al reino, pero hay poco de gracia; y de crecimiento no hay casi en su alma. Ella se siente mal ahora,

    ya que todas esas almas, deben hacer y sentir, su gran prdida.

    Ella no tiene ningn tesoro guardado en los cielos. El Paraso mismo parece demasiado bueno para ella,.. pero Dios en su gran misericordia, la llevar sobre

    estos rboles, y sus hojas son para ella.. estn llenas de virtud curativa. Nadie que

    no haya recibido el don de la vida eterna ni vuelto a nacer, nunca ser llevado por los ngeles a esta gloria. Muchos, por desgracia, desaparecen de la tierra a la

    vista de los brazos extendidos del Redentor, de amor y de misericordia, porque no quisieron aceptar su generosa ayuda,. aman los placeres del pecado ms que a

    Dios o estas alegras y placeres eternos que estn en Su mano derecha aqu para

    siempre "

    "Oh, bendito Cristo", exclam, "lleno de amor eterno y misericordia por tu

    pueblo, que incluso en los ltimos momentos de la vida, como el ladrn

    moribundo, puede ser arrancado de las garras de la muerte! Pero, oh, su gran prdida, qu triste! "

    Un grupo de almas felices ahora venan hacia nosotros. El anciano nos present. No los conoca, pero conversamos entre s con gran libertad, a pesar de que

    nunca los haba visto antes. Nos pareca conocernos perfectamente en algunos

    momentos y la visita fue muy agradable. Un hombre grit fuertemente las alabanzas de Dios con aleluyas fuertes, diciendo: "Oh, mi Dios, yo te bendigo, yo

    estoy en el cielo al fin!"

    "Ahora", me dijo Sneca: "Tengo que irme por la noche. Ests cansado y debes

    dormir. Te ver de nuevo en la prxima noche", y desapareci de mi habitacin.

    Me sent pensativo. Dnde ha ido? Dnde se aloja? Cul es su comida? Tiene ahora ninguna asociacin humana en la tierra? No puede mostrarse a los dems

    como lo ha hecho a m? Cuando l venga otra vez tengo que hacerle compaa y

    averiguar, si es posible, sobre otros secretos de su estancia en la tierra.

  • ________________________________________

    CAPTULO TERCERO

    La segunda visita

    Introduccin ms lejos en el Paraso

    El da con sus cuidados y ocupaciones fue pasando. La noche era preciosa por cierto. Las estrellas haban empezado a mostrar su presencia en la penumbra y yo

    lo estaba esperando en mi biblioteca a la hora sealada. La puerta se abri y entr

    Seneca Sodi; me levant a saludarlo, y le dije: "Buenas noches", y trat de estrechar su mano en la ma, pero no senta ningn toque de material de palma

    de mano que fuera como la ma. l respondi: Estoy contento de verlo, hijo mo. ? Est usted preparado? no le contest, porque senta una extraa

    sensacin de temor, mezclado con temor. Su pureza sin mancha, pareca venir

    delante de m, y mi propio pecado e indignidad era tan evidente. Pero me arm de todo mi valor y le dije: "Estoy listo para su mensaje." l me pregunt: "Has

    transcrito fielmente el mensaje anterior?" Yo le dije que si lo tena y le mostr el

    manuscrito que l apresuradamente mir con satisfaccin y dijo: "Ahora puede escribir" y l procedi de la siguiente manera:

    Pareca ms maravilloso para m al descubrir que poda conversar con toda facilidad y libertad con cualquier persona que conoc, aunque en la tierra, nos

    habamos acostumbrado a diferentes idiomas y lenguas, y muchas veces tena que

    hablar a travs de intrpretes; ahora he encontrado, que despus de haber dejado a un lado, el cuerpo material y que me encontraba en el cuerpo espiritual, poda

    fcilmente entender los pensamientos de todos. Tan rpidamente ocurri todo, que poda leer sus pensamientos. Los asuntos de explicacin detallada no eran

    necesarios o requeridos, como cuando estaba en la carne, porque, en el cielo,

    cuando un tema es evidente para cualquiera que est conversando, pareca que a la vez es tan claro para mi propia mente, as que estaba muy sorprendido de

    encontrar lo rpido que poda tomar el conocimiento del mundo espiritual. Sin

    embargo, una segunda sorpresa constantemente conoc: el de la gran profundidad de la verdad divina.

    Por ejemplo, muchas cosas que haba aprendido de las Sagradas Escrituras, mientras estuve en mi carne, se abrieron ahora con una profundidad de

    significado que nunca haba visto antes. Yo podra comparar una gran capa

    despus de la capa y los estratos de los estratos de roca mineral valiosa, de manera ms profunda y ver ms abajo en l, el ms precioso mineral que se

    convirti en el ms fino metal. Le dije al anciano a mi lado: "Cmo es esto?"

    BahamuthResaltado

    BahamuthResaltado

  • Rpidamente sonriendo respondi: "Dios da lo mejor que tiene para dar. Pero

    encontrar ms adelante, que la verdad es insondable".

    Ahora me senta como un pez pequeo que acaba de lanzarse desde la

    desembocadura de un gran ro, a un gran ocano sin lmites y sin una orilla para

    ser visto o profundidad que podra ser sondeada.

    Mis sentimientos eran alegres ms all de cualquier poder para describir, de un

    hombre mortal de carne y hueso. Pareca que mi espritu era todo perfecto en un

    estallido de alegra. Le pregunt al anciano, que pareca deleitarse en quedarse conmigo, cmo puede ser que esta alegra entusiasta vaya aumentando tan

    constantemente en mi alma, hasta sentir que voy a estallar en gritos y aleluyas.

    l dijo: "El espritu de Dios es la atmsfera del cielo, Su alegra se hace nuestra

    en una escala mayor de lo que has conocido, mientras que en nuestra carne la

    gran alegra que sentas, ahora es slo un pequeo anticipo de lo que siente desde que se le hizo entrar en la ciudad y alrededor del trono. "

    En esto, me acord rpidamente la Escritura en que el profeta dijo: ". En tu

    presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre" (Salmo 16:11)

    Un sentimiento de alabanza se fue desplazando continuamente en mi alma para

    que hablase. Quise alabar a Dios, por mi existencia, y an ms por mi salvacin del pecado, por cambiar mi corazn que me lleva a la gloria. Nada del carcter

    terrenal podra haberme inducido a haber vuelto al mundo. Me pareca rerme de

    los pensamientos del miedo a la muerte, miedo que solo pertenece a los impenitentes y los no salvos.

    El anciano, que pareca perfectamente consciente de mi deseo, me dijo: "No tiene por qu temer de dar expresin a sus sentimientos, todos aqu alaban a Dios. Las

    alabanzas a l, ms fuertes, son de aquellos que han aprendido a alabar mejor a

    l en la tierra . "

    El anciano, a quien encontr, era el Josu de tiempos antiguos, y quien haba

    estado tomando tanto inters en mi introduccin en el estado celestial, ahora dijo:

    "Vamos a acercarnos a los rboles y sentmonos un momento. Me di cuenta de que nos acercamos a unos rboles que estaban creciendo al lado de un gran ro,

    cuyas aguas eran claras como el cristal y brillantes, con una luz de la que yo no tena ms que una vaga idea, cuando yo estaba en la carne. Los rboles eran

    hermosos ms all de todo lo que haba visto en mi vida. Su forma era tan

    hermosa y simtrica, sin ramas muertas ni marchitas. Las hojas tienen un aroma cuya fragancia est repartida en todo y en todas las partes del reino de Dios.

  • Todos quedamos bajo su influencia. Haba sentido el poder de esta fragancia

    mucho antes de conocer la fuente que lo originaba.

    El anciano ahora me dijo: "Mire al otro lado del ro," vi racimos y bosques de

    estos rboles que bordean la orilla hasta donde alcanzaba la vista. All vi a

    multitudes de almas redimidas vestidas con el ms puro blanco y todos ellos parecan llenos del mismo espritu de alabanza que yo haba estado sintiendo tan

    constantemente desde mi entrada en los portales del reino.

    El anciano otra vez me dijo: "Vamos a recoger algunos de los frutos de estos rboles y luego nos reuniremos all en la empresa del Seor". Le respond:

    "Estara muy contento de hacerlo, porque no he comido nada desde que dej mi cuerpo", y sin embargo no senta gran sentido de necesidad. Mi hambre se

    pareca ms al hambre que senta, mientras estuve en la carne, cuando deseaba

    escuchar un sermn del evangelio bueno. Mi gua dijo: "Qu clase de fruta te gusta ms? Usted puede seleccionar cosas aqu como lo acostumbraba hacer en

    la tierra. Si se siente dbil o cansado de su larga abstinencia de alimentos, este

    tipo ( apunt a una determinada fruta de color en forma de pera y muy bonita) es lo que necesita, porque el rbol tiene doce clases, como se ve sobre ella ". Me

    dijo con sentimientos de profunda alabanza: "Oh, qu maravillosamente Dios ha provisto para nosotros! Doce frutos en cada rbol, cuyos frutos maduran cada

    mes, y L nunca deja que se marchiten!!"

    "Aqu", dijo, "arranquemos la fruta de las ramas de este lado del rbol y comamos." As lo hice, y me sent mucho ms refrescante, con una gracia

    iluminadora que se imparti sobre m. Esto va ms all de la comprensin del hombre mortal saber, y debe ser consumido para ser entendido. El sabor de la

    fruta era delicioso por cierto. La tierra nunca ha ofrecido cosa semejante para el

    gusto, ni el melocotn, naranja, ni el meln. Ni la fragancia de las rosas se pueden comparar con ella. "Cuando uno come de estos rboles", dijo el anciano,

    " nunca puede volver a morir, envejecer ni sentirse cansado, porque la muerte no

    tiene dominio sobre l. Uno de estos rboles creca en el Jardn del Edn, pero despus que nuestros primeros padres pecaron contra Dios, pensaron en comer

    del fruto de ella tambin, pero Dios dijo, "No," porque si hubieran comido de ella, siempre hubieran vivido en ese estado de pecado y muerte. Un ngel

    llameante fue enviado para proteger ese rbol , por lo que nunca el hombre ha

    podido nutrirse de ella, hasta que haya pasado los lmites de su vida terrenal. "

    "Ahora", dijo Josu: "vamos a cruzar el ro." Para mi gran sorpresa encontr que

    poda caminar sobre la superficie del agua, lo que pareca un mar de vidrio, era

    tan transparente, y sin embargo, pude deslizarme y rodar a lo largo de tan hermoso ro, sobre una corriente que jams haba visto en la tierra.

  • Rpidamente me acord la Palabra de Dios por medio de Su profeta: "Pero el

    Seor glorioso ser para nosotros un lugar de ros, de arroyos muy anchos, por el cual no andar galera de remos, ni pasar gran nave de ese modo." (Isaas 33:21)

    Mientras caminbamos, le pregunt: "Cmo es que no nos hundimos en el

    agua?" l dijo: "Usted parece haber olvidado que ha dejado su cuerpo detrs de usted, y que usted est listo para ser revestidos de un cuerpo mucho ms

    excelente que haya conocido. Su espritu no puede hundirse en estas aguas. Usted

    pronto descubrir que puede ir de un lugar a otro a voluntad, ya sea en el aire o sobre las bases slidas de la patria celestial, pero apresurmonos ", dijo, porque

    veo que usted est dispuesto a quedarse en cada objeto nuevo que encuentra, "y tengo que presentarle la gran empresa de Dios, vmonos ya, dijo".

    A medida que avanzbamos, mir de arriba abajo el ro y vi a muchos otros

    espritus, que se lavan cuando llegaron ms tarde, y pasan por las regiones hacia la recoleccin de la sangre. Entre ellos se encontraba mi amigo, Bohemundo de

    Rusia, a quien conoc cuando sali del carro poco tiempo despus de que yo

    llegu.

    Mi alma se llen de un sentido tan inexpresable de alabanza a Dios por el don

    inefable de la vida eterna y por un sentido racional de que era yo, yo mismo, quien una vez haba vivido en un mundo de dolor y de muerte, y consciente de

    ello, ahora se llena mi alma con un xtasis de gozo eterno.

    "Ahora", dijo Sneca, "usted est cansado y necesita dormir. Su ngel guardin bueno de Dios lo cuide y tenga descanso". Y, diciendo esto, desapareci.

    ________________________________________

    CAPTULO CUATRO

    Tercera Visita

    Introduccin a los Santos

    En la segunda noche de nuevo lo esperaba, saba ciertamente, que l vendra en

    ese momento. Pero yo apenas tena mi estudio en forma para el visitante hasta

    que estuvo a mi lado. Sus vestidos brillaban con un brillo peculiar y su rostro estaba radiante con la luz del cielo. Le dije: 'Seneca Sodi, aqu tiene un asiento y

    explqueme el misterio de su cuerpo y su comida. Porque tanto la mano como el fruto de su cartera, evaden el alcance de mi mano. "

  • "En otra ocasin, mi hijo, voy a dejarle esto claro. Ests listo para mi mensaje?"

    "Yo estoy listo", le contest. A continuacin, procedi de la siguiente manera:

    En este momento, me haba subido a la orilla oriental y me acercaba cerca de

    una multitud de espritus felices. Muchos de ellos se volvieron hacia m. El

    anciano ahora dijo: "Usted se sentir como en casa con ellos." Y despus de unas breves palabras de introduccin, dijo, con una sonrisa agradable, "Adis, te ver

    otra vez", y l se haba ido. Entre los primeros que conoc fue el espritu de un

    hombre querido, un viejo amigo mo de Noruega, aquel a quien yo haba conocido desde la infancia. Le haba dicho adis a l en un puerto extranjero

    hace casi cuatro aos y no haba odo nada de l desde entonces, hasta que lo vi entre esta multitud. Estbamos cara a cara. Pareca desconcertado y maravillado.

    Le dije: "En verdad, es usted, seor Hansen, el amigo de mi juventud?" "Oh, por

    cierto, y es esta la cara de Seneca Sodi?" y con eso, nos abrazamos como solo las almas redimidas pueden hacerlo. "Yo no te estaba buscando aqu", le dije,

    "pareca que estabas tan bien y fuerte cuando te vi la ltima vez." "Oh, s, por

    supuesto, pero yo estoy aqu, y nada podra inducirme a volver." l me pregunt: "Cunto tiempo tienes desde que llegaste?" estaba procediendo a contestarle

    cuando otro sali a nuestro encuentro a quien haba conocido tan bien durante muchos aos. Ella era una mujer cristiana noble y fiel servidora de Cristo en su

    via de la tierra, y haba convertido a muchos al Seor. Yo no haba odo hablar

    de su salida de la tierra, pero all estaba ella con un halo de luz alrededor de la cabeza, a la vez que pens en las palabras del Seor: " Los entendidos

    resplandecern como el resplandor del firmamento; y los que ensean justicia a la multitud, como las estrellas para siempre jams. "(Daniel 12:3)

    Vi tambin entre la gran empresa, el espritu de un nio que haba tan

    recientemente fallecido. El que lo tiene a su cargo, dijo que su madre haba llorado, y muchos haban intentado consolarla en el da de su muerte, pero su

    dolor era demasiado grande para recibir consuelo. "Oh!" Yo pens: "si pudiera

    verlo ahora en esta gloria y con tal cuidado que rpidamente se secara sus lgrimas; nos gloriamos en la manera en que Dios ha provisto para todos sus

    hijos." Inmediatamente me puse a pensar en muchos de mis amigos y familiares queridos que se haban ido muchos aos atrs. "Donde estn Ahora?" Me

    pregunt. As que le pregunt a uno de los recin llegados antes, si saba un

    sistema o un orden aqu, en referencia a los que haban dejado atrs la tierra los aos pasados. "Oh," dijo l, "han llegado a la ciudad en s, de la que se ve la luz

    all a lo lejos," apunta hacia el nacimiento del ro. "No deberamos ir all pronto

    nosotros mismos?" Le pregunt. "S", dijo, "tan pronto como nuestra empresa se completen, ahora est casi completa."

  • Mir al otro lado del ro, hacia donde yo acababa de ir, y vi un gran nmero de

    almas cerca de los rboles y los oa ms claramente gritando: "Bendice al Seor, alma ma!" Vi a otros recoger frutos, desde diversos puntos, todos los cuales

    parecan tener escoltas o espritus ministradores para guiarlos en su primera

    introduccin en la patria celestial. Volv a pensar en esa palabra preciosa de Dios:" Fue llevado por los ngeles al seno de Abraham". Alegra de Abraham es,

    sin duda vamos, me susurr a m mismo. Entonces yo modestamente y de mala

    gana pregunt: "Est Abraham en cualquier lugar cerca de aqu?" y me refer a la Escritura que acababa de citar. "Oh!" y ellos dijeron: "no est aqu, estuvo

    aqu slo un rato antes de que usted viniera, pero fue llamado repentinamente a la ciudad para alguna misin importante, porque aqu todas las almas estn

    involucradas en un gozoso servicio para nuestro Seor. No cabe duda de que

    Abrahn estar aqu pronto o alguien de los ancianos o de los antiguos, pues siempre guan, estos anfitriones de reunin, a las almas, a las puertas de la

    ciudad. "

    Me pareca ahora ser conscientes de que estbamos en algn lugar cerca de una de las grandes entradas o puertas de enlace hacia el mundo celestial, donde todas

    las almas de algunas partes de la tierra son llevados y dado la bienvenida.

    Desde el mismo momento de mi salida del cuerpo, haba un dibujo constante y

    fuerte de mi alma hacia arriba, hacia el trono de Dios. Pareca casi imposible para

    m, seguir estando sobre la tierra, incluso, me era imposible tomar una ltima mirada a las cosas terrenales, porque yo saba que haba pasado ms all de los

    lmites del tiempo en una eternidad sin lmites, y me preguntaba por qu senta profundamente esa sensacin extraa y tendencia a ir hacia arriba?, as que me

    sent con la libertad de preguntar para ver si me poda dar una explicacin.

    "Oh!" , dijo, "todos sentimos lo mismo. Es la ley de la gravitacin espiritual que atrae a todos los seres, que se han purificado y santificado, para este gran reino

    donde est Dios. No cabe duda de que a menudo ha sentido algo de esto,

    mientras todava estaba en la carne. Con toda seguridad, a veces suspiraba para sus adentros y deseaba ser liberado de su carne mortal. Los dibujos de esta

    gravitacin eran tales que durante la angustia de enfermedad o dolor lo has dicho muchas veces: "Oh! quien tuviera las alas de una paloma, entonces volara lejos,

    y descansara. "Eso fue lo que Pablo deca, y lo cual usted sin duda recuerda:"es

    mejor para m partir de este cuerpo y estar con Cristo. "(Filipenses 1:23)

    "Ah, s", le respond: "Veo que ahora, estoy seguro, que con todas las almas pasa

    lo mismo cuando abandonan el cuerpo, y que no sienten ninguna consideracin a

    su estado moral o espiritual."

  • "Oh, no", dijo mi amigo, "hay dos grandes centros de fuerzas de gravedad en el

    universo espiritual de Dios. Ellos podran ser comparados a los dos polos de un imn con el que no cabe duda, usted conoce, mientras estuvo en su estado de

    prueba en la tierra: una positiva y la otra negativa. Todas las almas se sienten

    atrados hacia uno de estos dos lugares, de acuerdo a su condicin espiritual. El trono de Dios que es el gran centro de su reino eterno de la luz, atrae hacia L a

    todos los espritus amables, que fueron lavados con la sangre de Cristo, y son

    atrados desde el momento en que aceptaron a Cristo y han nacido de L, con un poder ms o menos consciente, segn se rindan a su santa voluntad, y segn

    fueron transformados a su imagen bendita ".

    "Entiendo totalmente lo que quieres decir", le contest. "Yo saba algo de esto,

    mientras estuve en mi vida terrenal y haba hablado a menudo de lo mismo a los

    que me rodeaban, pero me vas a decir, en una palabra: son ms los que eligieron una vida de pecado en el mundo?"

    Respondi, "ellos se dibujan con una fuerza poderosa hacia abajo, hacia el

    abismo de la muerte eterna, donde la muerte siempre reinar."

    Justo en ese momento vi que vena hacia m, a quien reconoc como mi abuelo,

    que se haba ido de la tierra desde hace ms de treinta aos. l era un siervo muy fiel a Dios durante su vida en la tierra. Era viejo y gris cuando nos dej, pero aqu

    estaba en la belleza y el vigor de la virilidad.

    "Oh, Sneca!" l dijo: "Ests en casa por fin."

    "De hecho", le dije, mientras lo estrech entre mis brazos, abrazndonos con un

    tierno amor y con un besar que nunca conocimos en la tierra. Sus palabras de bienvenida fueron tan celestiales. Los dos gritamos: "Bendice al Seor, oh, mi

    alma!" l me hizo muchas preguntas sobre parientes y amigos, y la condicin de

    la iglesia donde sola adorar, cunto tiempo hace que sal de la tierra, etc., pero pronto me di cuenta de que sus preguntas se parecan a la pregunta de uno de los

    ancianos del cielo, que le hizo el discpulo amado, Juan, cuando lleg al cielo:

    "Qu son estos que estn vestidos de ropas blancas y de dnde han venido?" (Apocalipsis 7:13) El anciano saba mejor que el mismo Juan. Pronto descubr

    que su conocimiento, incluso de las cosas terrestres, que haban ocurrido despus de sus das en la tierra, era superior. Record, entonces, que en el bendito libro

    dice que el ngel que hablaba con Juan, mientras estuvo en Patmos, dijo: "Yo soy

    siervo contigo, y con tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro." (Apocalipsis 22:9 )

  • Yo le dije a mi abuelo: "Cmo es que sabes tanto sobre las cosas del mundo

    despus que lo dejaste?" "Oh!" , dijo, "tenemos una gran libertad aqu en el vasto dominio de este gran reino de Dios Todopoderoso. Muchos han venido

    desde que entramos en las puertas del cielo a quien usted conoce bien. Hemos

    tenido muchas visitas largas y preciosas. Me han hablado mucho de usted . " "Confo en que con el tiempo podamos visitarnos", le contest, "porque yo estoy

    tan contento de haberte visto." "Ciertamente lo haremos", dijo el abuelo, "pero

    all viene Abraham y quiero que lo conozcas". "Claro, me alegro ms all de lo que yo pueda decirlo, porque he ledo y odo hablar de l toda mi vida. Oh, alma

    ma! Favores tantos maravillosos se me ha mostrado".

    ________________________________________

    CAPTULO CINCO

    Tercera visita - Continuacin

    Nueva visita de Sneca con los Santos - Abraham y otros,

    Ests seguro de que era Abraham que viste? ", Le pregunt a mi abuelo." Oh,

    por supuesto! Yo lo conozco bien. "" Entonces ", le contest:" Voy a estar muy feliz de verlo, porque como usted sabe, su nombre era una palabra familiar entre

    nosotros en la tierra. Podras decirme donde se encuentra, ya que hay tantos santos con vestiduras resplandecientes que van y vienen? Estaba preguntando por

    l, justo antes de verte. Yo me preguntaba mucho qu clase de hombre guapo

    era Abrahn?, y a menudo haba pensado que estara encantado de verlo. He admirado su fe, que nunca se tambale, y su obediencia a ir a donde el ojo no

    poda ver. Cun preciosos para nosotros fueron sus palabras que influyeron en nuestras vidas. "Abraham crey a Dios y le fue contado por justicia." (Romanos

    4:3)

    "Yo no lo veo en este momento", dijo el abuelo, "pero l estaba entre ese grupo all que viene a lo largo de la orilla del ro. l ha hecho su curso con nosotros

    slo por un ratito, porque veo que se ha ido a dar la bienvenida a una compaa

    de los recin llegados, que acaban de cruzar el ro. Veo por sus movimientos que tiene la intencin de llevar a cabo esta empresa a la ciudad, donde se introdujo el

    Seor. "

    "Pero abuelo, si vamos a la ciudad en la actualidad te ver de nuevo?"

    "Oh, s", dijo: "Estar all a menudo y tendremos mucha oportunidad de hablar

    sobre todos los eventos pasados, as como los que estn ante ti.

  • Muchas cosas tengo que decirte. Despus que hayas sido reconocido por nuestro

    Seor Jess y confesado delante de su Padre y de los ngeles, a continuacin, tendrs libertad para ir abundantemente donde quieras. Acabo de venir del propio

    trono y he dejado all a muchos que te van a reconocer cuando ests all. Tu

    querida madre, quien ha estado fuera de ti por ms de cincuenta aos, est consciente de que has entrado en las puertas del reino celestial. Ella hubiera

    venido conmigo en este momento porque est muy ansiosa por verte, pero fue

    detenida sobre algunas cuestiones muy importantes para su Seor. Sin duda, ella te encontrar antes de llegar a la puerta de la ciudad, pero justo ahora tengo que

    apresurarme porque un viejo amigo con el que yo era compaero de juegos en la tierra, acaba de llegar. Estbamos unidos como David y Jonatn. Cuando sal de

    la costas terrenales, l lo tom muy duro, y por muchos aos fue un hombre muy

    solitario. Acaba de ser llevado por los ngeles a esta nuestra gloria y voy ahora para darle mi bienvenida y llevarlo a esta gran empresa. Hay un revuelo inusual

    en el trono hoy y Abraham puede explicarte cuando te renas con l. l te

    introducir cuando venga. Espero volver a tiempo para ir contigo hasta la ciudad; y agitando la mano, se despidi.

    Vi a mi abuelo, como solamos llamarlo en la tierra. Se alej con tanta gracia o ms bien saltando como un hombre joven. Sola ser viejo y decrpito, pero ahora

    su juventud se renueva como las guilas y cada expresin de su rostro era

    alegra.

    En ese momento me di la vuelta y, para mi gran alegra, vi a una persona muy

    encantadora que vena muy cerca de m. l tena marcas de gran edad, y aun con todo esto, tena una apariencia juvenil indescriptible. l no era como los otros

    espritus que yo estaba acostumbrado a ver. El anciano que conoc cuando

    llegu(Josu) y l, eran muy parecidos.

    "Es este Abraham?" me pregunt.

    "yo soy Abrahn", respondi.

    "En el seno de Abraham" (Lucas 16:22) dije en voz baja, y empec a postrarme ante l, y un cierto sentimiento de temor llen mi alma.

    "Levntate, hijo mo", dijo, "todos somos hermanos aqu". Entonces l agarr mi mano y con la otra me acerc a l y me dio el beso de bienvenida. Oh, esa

    frescura del amor y la alegra estall sobre mi alma, por lo que bien grit:

    "Aleluya", y dije de nuevo: "En el seno de Abraham!"

  • "Te acuerdas de las Sagradas Escrituras?" y l me dijo: "Bueno, has de

    comprender su significado ms y ms, pero quin est a tu lado?"

    "Bohemundo," respond, "que tambin acaba de salir del mundo."

    Luego le dio su bienvenida cordial y dijo: "El gran gozo y alegra que sienten

    ahora ha sido la ma durante cientos de generaciones de vidas terrenales. Algn da espero que pueda presentarles a Lzaro, de quien fue dicho por el Seor: "l

    fue llevado por los ngeles al seno de Abraham."

    "Ya veo," dijo Abrahn: "ustedes acaban de llegar y tienen mucho asombro y muchas preguntas para hacer acerca de este reino celestial de nuestro Seor.

    Mientras hablamos por unos momentos, vamos a refrescarnos con una bebida de este ro cristalino, por que se deriva del gran palacio hacia el trono. Te gustara

    probar sus aguas? "

    "Oh, claro que lo hara, he cantado himnos y ledo en las Sagradas Escrituras con respecto a este mismo ro, donde el ngel le indic a Juan, y en su visin vio que

    sala del trono de Dios y del Cordero." (Apocalipsis 22:1)

    Ahora se dirigi a la orilla y con una copa de oro la llen; y l llen una copa para m y otra para Bohemundo, y dijo: "Hijos mos, beban de este ro y nunca

    volvern a tener sed, ni sern dbiles, ni estarn cansados, porque sus aguas nunca fallarn ".

    Mientras beba de la taza dije: "Oh gracias a Dios por tal entrega! Tan dulce al

    paladar! !tan lleno de energa vigorizante! Me hace sentir la alegra y el resplandor de la juventud."

    "Nunca se puede sentir viejo o cansado otra vez, despus de beber de esa agua viva", dijo Abraham, ya que es el agua de la vida. Slo ahora di un trago a una

    empresa de nuevas almas, llegadas antes de venir a ti. No los omos alabar a

    Dios? Ellos, ahora estn aprendiendo a cantar juntos, y es bueno que usted se una a ellos, para aprender la cancin que todos vamos a cantar en la puerta de la

    ciudad en breve. Algunos de ellos lo aprendieron bastante bien ahora, y otros ya

    lo saban cuando llegaron, porque est contenida en las Sagradas Escrituras en la tierra. Dios ha revelado la orden para que todos estn familiarizados con ella. Te

    acuerdas de la cancin? "

    "Por favor, reptala para m", le dije, "para que yo sepa qu cancin quieres

    decir."

  • l respondi: "Juan fue llevado en espritu para or los acordes de esta msica y

    escribi:" O una gran voz de gran compaa en el cielo, que deca: Aleluya, la salvacin y la gloria y la honra y el poder son para el Seor nuestro Dios y el

    Dios del cielo dijo: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le temis,

    as pequeos como grandes. Y o como la voz de una gran multitud, como la voz de muchas aguas. como la voz de grandes truenos, que deca: Aleluya:

    Gocmonos y alegrmonos y dmosle gloria, porque las bodas del Cordero han

    llegado, y Su esposa se ha preparado "(Apocalipsis 19:1,5, 6,7)

    "Oh, s", le respond: "Recuerdo esa cancin tan bien y puede unirme a ellos

    cantando ahora". Le pregunt: "Padre Abraham, no hemos de seguir pronto al trono? Yo dije: tengo tantas ganas de ver a mi Seor Jess, lo he amado todos

    estos aos, y tengo muchos seres queridos al lado de los que estoy seguro, estn

    cerca del trono ".

    "Tus deseos, hijo mo", replic, "se cumplirn a cabalidad. La paciencia que has

    tenido en la tierra, es de gran utilidad para usted aqu. As que espero que usted

    se sentir relajante, tranquilo, en confianza en todos los caminos de Dios."

    "Oh s, mi alma entera dice: 'Hgase su voluntad'".

    "Pronto ver al Rey en su hermosura, y probablemente ver a algunos de los que usted conoca mejor, y podrn salir y reunirse con nosotros en el camino hacia la

    puerta de la ciudad, ya que sin duda saben que ests aqu. Tan pronto como la

    empresa estuvo completa se fueron. Doce legiones de la empresa, se ve que se renen desde todas las direcciones.

    "Echando una vista por la corriente, se puede ver otra empresa llenndose rpidamente. Mire al otro lado y ms lejos del ro arriba. Ellos estn a la espera y

    pronto sabrn a qu compaa pertenecen. Algunos de ellos, tuvieron poca

    preparacin para esta gloria, porque se fueron para el mundo, y ahora la luz es demasiado grande para ellos, y, como puedes ver, vuelven a caer en la parte

    trasera metido entre los rboles, a la espera de una mayor preparacin con una

    aplicacin de estas maravillosas hojas de los rboles. Pero todas estas empresas que ves aqu, pronto se reunirn alrededor de las puertas de la ciudad. "

  • ________________________________________

    CAPTULO SEIS

    Tercera visita - Continuacin

    Los preparativos para la Ciudad

    "Padre Abraham, podemos hacerle una pregunta mientras esperamos que estas compaas de almas hagan su recoleccin ?"

    "Por supuesto", respondi, "utiliza tu libertad ms grande."

    "Acabo de conocer a mi abuelo, que ha estado aqu por ms de treinta aos y tuve una larga conversacin con l; antes de venir me ha dicho muchas cosas sobre

    este mundo eterno de la luz,.. Pero justo cuando me iba a dejar , le dio la bienvenida a otro amigo suyo, y me dijo que haba una conmocin considerable

    sobre el trono hace un momento. Quieres explicrnoslo a nosotros? "

    "Oh, de muy buena gana. Los grandes acontecimientos estn a punto de ocurrir para el personaje ms interesante que el tiempo y la eternidad ha conocido.

    Nuestro Seor ha anunciado recientemente que el tiempo casi ha llegado cuando

    l dejar el trono como mediador, y en compaa de todos los santos y los ngeles, descender a la tierra para su juicio, porque la copa de su iniquidad est

    casi llena. "

    "Ah", me respondi, "hemos estado esperando la venida de Cristo a la tierra por

    muchos aos. Algunos haban llegado incluso al extremo de tener fechas

    establecidas de cuando l vuelve."

    "Pero", dijo Abraham, "esto ha sido su locura. Nuestro Seor les dijo claramente

    como usted recordar en su palabra, y tenemos copias fieles de las Sagradas Escrituras aqu en el cielo, a los que tenemos acceso cada vez que lo elijamos

    hacer, que no hay hombre que sepa el da ni la hora, y hasta los mismos ngeles

    no lo saben ni siquiera (Marcos 13:32). Ninguno de los que han estado aqu durante grandes ciclos de la eternidad han sabido cuando el tiempo sera y hasta

    ahora el perodo exacto no ha sido anunciado. Hay acontecimientos notables que

    se anuncian en el trono durante la gran convocatoria, cuando millones de santos y ngeles cumplirn los servicios con grandes elogios al Seor, de los cuales usted

    podr conocer ms tarde. Todos los que estamos aqu, al igual que en tierra, estamos muy interesados en este gran evento, que tiene el Padre y que ha

    mantenido en los secretos de sus propios consejos. "

  • "La iglesia en la tierra y en el cielo, pronto se unirn en un gran jubileo para

    celebrar las grandes victorias finales de la cruz de nuestro Seor, en la resurreccin de todos los santos, desde los das de Abel hasta el final de los

    tiempos. La santos vivientes de la tierra, como sabe, sern transformados en un

    momento, en un abrir y cerrar de ojos, y con el permiso divino y su disposicin, en el cielo, todos volveremos al lugar de nuestro nacimiento y daremos los

    buenos das a la iglesia de la tierra. Entonces la gran resurreccin se producir.

    Luego seguir el gran Sabbath terrestre. Aunque hemos estado aqu por largo tiempo, sin embargo, hemos observado con gran inters hacia este evento.

    Tenemos tiernos recuerdos acerca de las escenas de nuestra infancia y de la primera juventud, y nos sentimos contentos de saber que pronto visitaremos el

    lugar de nuestra primera experiencia en el mundo y las escenas que fueron

    testigos de nuestra salvacin del pecado. Entonces recibiremos la plenitud y la realizacin de nuestra salvacin. La redencin de nuestros cuerpos. Muy pocos

    de nosotros ya hemos tenido nuestra resurreccin como podis ver en mi propio

    caso. "

    "He estado esperando por un poco de tiempo, le contest, "Que es lo que hace la

    gran diferencia entre su apariencia y esos espritus felices e incluso la ma?"

    "Todos los ancianos", dijo Abrahn, "recibieron su resurreccin, en el momento

    en que se levant el Seor, y con l se convirtieron en las primicias de los que

    durmieron, y sin embargo nosotros seremos recin vestidos con usted para las bodas del Cordero, un gran evento al que todos estamos esperando. "

    "Oh", dije, "Bendito sea el Seor, nuestro Dios! Mi alma est en xtasis perfecto por su don inefable".

    "Usted bien puede saber", dijo Abraham, " que nunca va a morir lejos de su alma.

    El tiempo est casi cumplido aqu y los ngeles y los santos han llevado la noticia a los lmites mximos de este dominio celestial. Tambin el Espritu Santo, que

    es la Luz de la Iglesia en la tierra, as como en el cielo, ha impresionado la mente

    de los ms piadosos en la iglesia militante con este gran evento. Voy a hablar con usted otra vez de esto si lo desea; pero veo que nuestra empresa est ahora llena y

    tenemos que prepararnos para estar fuera de la ciudad santa. "

    "La actitud, de toda esta gran multitud no es la misma, aunque casi todos son

    recin llegados de la tierra, con slo pocas excepciones, todos estn ansiosos por

    ver al Rey en su hermosura.

  • Algunos estaban muy alegres y otros no tanto, por que algunos no hicieron un

    buen uso de sus oportunidades en la tierra, y no han llenado sus almas con el bien y no han sido dedicados a mucha oracin y esfuerzos para desarrollar los frutos

    del espritu en s mismos, y que constituir su carcter de eternidad. Ellos han

    construido con madera, heno y hojarasca, en vez de oro, plata y piedras preciosas. Pero ustedes se sienten completamente a gusto, ya que pronto se

    prepararn para la ciudad ".

    Abrahn otra vez nos detuvo, y dijo:. "Veo tus observaciones y has estado notando como algunos se han estado preparando para nuestro viaje a la ciudad y

    el trono, pero se inclinan y caen en la parte trasera, y no estn tan llenos de regocijo. " "S", le dije, "y creo que lo entiendo, porque recuerdo que en la tierra,

    muchos de los hijos de Dios nunca pudieron ser inducidos a entrar de todo

    corazn por el camino de la vida. Su fe era dbil e insatisfactoria, y en tiempos de gran regocijo en Dios, tenan poco gusto por las cosas ms profundas del

    Reino. Carecan de lo que llamamos realidad y verdadera consagracin a Dios. A

    veces, casi nos preguntbamos si ellos fueron salvados de los pecados del pasado. Era una regla entre nosotros que los que tenan un conocimiento claro de lo

    mucho que fuimos perdonados, siempre aman mucho, y los que fueron llenos del Espritu Santo Bendito, tenan un sentido de gran victoria sobre el mundo, la

    carne y el diablo, y eran de los que vencan y tenan derecho al rbol de la vida

    para entrar por las puertas en la ciudad. Estos estaban llenos de gran regocijo del alma, y parece que la misma disposicin en la tierra se extiende al reino celestial.

    "T tienes toda la razn, mi hijo", dijo Abraham, "y cuando aquellos, delgados en el alma, llegan aqu, tienen muy poco gusto por el ro cristalino, ni pueden

    disfrutar de las fuentes en el trono, ni sienten gran sabor de las frutas en los

    rboles, de los que sin duda usted ha estado comiendo. Toman ms en gran parte desde su venida aqu, de las hojas, la fragancia de la que es tan dulce y potente en

    ti.

    Todo el tiempo que me hablaba, siempre venia a mi mente las palabras del apstol: "la obra de cada uno se har manifiesta, porque el da la declarar,

    porque ser revelada por el fuego, y el fuego revelar la obra de cada uno de cul tipo es. Si la obra de alguno que haba construido permanece, l recibir

    recompensa. Si la obra de alguno se quemare, l sufrir prdida, si bien l mismo

    ser salvo, aunque as como por fuego. " (I Corintios 3 :13-15)

    "Oh", dije, "qu bendicin saber que tienen la misma base, la expiacin hecha

    por nuestro Seor Jesucristo y el privilegio de estas hojas, y recuerdo que son

    para la sanidad de las naciones". (Apocalipsis 22:2)

  • Abraham entonces me dijo: "Dios no puede recompensarlos en gran manera, por

    su falta de capacidad para recibir, y sin embargo, estn dispuestos a hacer lo que pueden para disfrutar de las glorias de este reino celestial. Cada uno es diferente,

    as como una estrella es diferente de otra en gloria. Pero los entendidos

    resplandecern como el resplandor del firmamento y los que ensearon a la multitud la justicia, como las estrellas para siempre jams. " (Daniel 12:3)

    "Ahora", dijo Sneca: "Tengo que dejarte descansar, has servido fielmente a m,

    y ests cansado. Te ver de nuevo en la segunda noche," y l me dio las buenas noches y se fue.

    ________________________________________

    CAPTULO SIETE

    Cuarta visita

    En ruta por la ciudad

    A la hora sealada mi amigo de barba sedosa, entr y con el saludo de

    costumbre, le di la bienvenida a mi estudio, y dije: "Seneca Sodi, yo estoy muy

    profundamente interesado en su narrativa, y estaba esperando ansiosamente su venida"

    Est listo ?", me pregunt, y yo le dije que estaba listo. l entonces procedi de la siguiente manera:

    En ese momento todo estaba listo y nos fuimos. Doce legiones de almas de varios

    lugares se haban reunido en un tiempo muy corto al lado del ro y todos haban llegado por el camino de la cruz. No importa el idioma que habamos conocido

    en la tierra, podamos entendernos completamente el uno al otro all, y todos estbamos hablando, cuando pasamos a lo largo de la preciosa salvacin a travs

    de Jess. Cuando me apart de los temas de mi conversacin anterior y empec a

    mezclarme ms libremente con el grupo de espritus alegres, conoc a algunos que reconoc como viejos amigos. Una querida seora a quien haba conocido

    como una invlida durante muchos aos, y sin embargo era una cristiana muy

    espiritual, estaba en el grupo. Ella se regocijaba con gran alegra. No puedo decir cmo nos reconocimos, pero no hay tal semejanza del propio espritu a las

    caractersticas corporales con las que nos conocamos entre s, cuando estuvimos en la tierra, y la memoria era tan fresca que pareca no haber olvidado a nadie. Se

    vea tan bien ahora, y su rostro estaba radiante de juventud inmortal.

  • Al acercarme a ella haba un halo de luz y alegra celestial, ms all de mi

    alcance para describirla, cubriendo toda su alma. Mientras hablaba con ella, llamndola por su nombre, ella inmediatamente se apoder de mi mano,

    exclamando: "Gloria al Padre. Salva, salva, para siempre! Todas las

    enfermedades y el sufrimiento acabaron! Aleluya!

    "S", le dije, "y lo bien que te ves. Las cosas viejas pasaron." Me doy cuenta

    ahora de las palabras de Pablo:" Porque esta leve tribulacin, no es sino una obra

    momentnea para nosotros y un peso cada vez ms excelente y eterno de la gloria. "(II Corintios 4:17)

    Mi alma est tan llena de gloria. Estamos consiguiendo tan cerca al Rey en su belleza. Oh escucha, qu puedo ver y or? Oh, los carros de Dios que vienen!"

    A esto, gritamos mucho, y se oa una msica muy hermosa en la distancia,

    mirando en la direccin de donde vena la msica, vimos un gran squito de ngeles con carros de llameante luz que vienen hacia nosotros. Grit, junto con

    muchas otras voces, al ver la primera visin de ellos. "

    "Oh, Padre Abraham, es nuestro Seor Jess a quien hemos estado ansiosamente buscando tanto tiempo?"

    Abraham respondi cariosamente:. . Estos son los carros de Dios bajo la direccin de los ngeles, y pronto estarn en medio de ti, con muchos seres

    queridos antiguos, para darles la bienvenida, ellos te llevarn a la ciudad y al

    propio trono. Te acuerdas de cmo era en la tierra, cuando nuestros amigos venan de viajes largos, cmo recorramos largas distancias para reunirnos con

    ellos. ?Yo sola ir muy abajo de Hebrn y daba la bienvenida a Lot y a sus hijos. Isaac recorri un largo camino en los campos cuando supo que los camellos y

    Rebecca iban llegando. En tus das se iban a las estaciones de ferrocarril y los

    muelles de la orilla para cumplir con sus seres queridos. Mantenemos esta costumbre en los cielos. "

    Se acercaban ms rpido, que muchos de los trenes expresos ms veloces de la

    tierra - y se acercaban ms y ms, haciendo un crculo de barrido grande que pareca que nos pasaran, pero a sugerencia de Abraham las legiones numerosas

    de almas, ahora se separaron, de pie, en dos largos grupos con un espacio abierto o pasillo entre ambos, para dejar pasar los carruajes. Pronto, comenzaron a

    aflojar su velocidad y se movieron muy graciosamente y pasaron entre las largas

    filas de almas ansiosas. Todos nos quedamos en silencio sin aliento con asombro y maravilla grande, por la vista maravillosa. Los carros y todo dentro brillaban

    con un fulgor y gloria que no sabamos que se reflejaba desde el mismo trono.

  • As que cuando por fin se haban detenido, dimos un gran grito de aleluya a Dios,

    diciendo:!! sus redimidos estn aqu!!

    Tan pronto como se detuvieron los carros entre nosotros, vimos que estaban

    llenos de alegra, brillando los seres queridos. Pronto salieron y se encontraban

    entre nosotros. Habamos llegado a reconocernos y nos dieron la bienvenida a estos reinos de la luz eterna y da. Pero quines eran ellos?, eran conocidos,

    amigos y parientes a quienes habamos conocido tan bien en la tierra, y que

    saban de nuestra llegada. Solamos tener reuniones cristianas en la tierra, pero no se poda de ninguna manera comparar a la alegra de este encuentro. Algunos de

    ellos haban estado all por muchos aos. En unos momentos ms, muchos nos abrazamos en los brazos del otro. Oh, alegra que nunca antes conoc, ni

    bienvenida tal! "Oh, benditas recompensas!" Llor.

    Entre ellos se encontraba mi querida madre. Ella haba muerto muchos aos atrs. Cmo lo saba? no puedo decirlo, ni cmo la conoc, no s, pero ella

    corri hacia m y yo la conoc muy bien y dije: "Oh, mam, es usted?" Era

    hermosa y encantadora. Ella me abraz en sus brazos y dijo: "Yo saba que ibas a venir." Los recuerdos de la infancia y todas sus sonrisas y amabilidad

    acostumbradas que el amor de una madre da, vinieron a m. Haba muchos otros como yo. Las madres y los hijos, padres y nios, viejos amigos reunidos de

    nuevo. La gloria y la alegra de la ocasin destac todo lo que haba conocido

    todava. Los aurigas (ngeles que conducen los carruajes) ahora amablemente nos invitaron a todos a dar un paseo con ellos. Aceptamos, por supuesto, con

    accin de gracias, sus ofertas de bondad y pronto dentro de los carros, toda la multitud estbamos alabando a Dios. En pocos momentos estbamos volando a

    gran velocidad hacia la puerta de la ciudad, siguiendo el curso del ro.

    "La luz hacia la ciudad que yo haba visto en mi primera llegada, se hizo ms deslumbrante a medida que nos acercbamos a la ciudad. Pudimos ver por fin el

    resplandor de los muros de jaspe. Aunque estbamos rodando con gran rapidez,

    tal que las ruedas parecan ser los carros. silenciosos y sin un tarro. La apariencia del paisaje a ambos lados pareca a la distancia, como un mar de vidrio mezclado

    con fuego;. pero en un anlisis ms detenido, pareca que era inmortal. Flores de gloria inmarcesible, y con un sin fin de variedad de colores, muchos de los cuales

    nunca he visto, nada antes de que yo pudiera comparar; y su hermosura

    indescriptible atraa la atencin de todos. Vimos miles de ngeles y espritus felices que pasan en todas direcciones. Y todo lo que vi me pareci muy alegre y

    feliz en su trabajar. Pens en la palabra del Seor: "l hace a sus ngeles

    espritus, y a sus ministros llama de fuego. "

  • Le dije a mi madre: "Puedes decirme por qu no nos llevaron directamente al

    trono la vez cuando salimos de nuestra casa terrenal?" "Oh," dijo ella, "no hubieras podido soportar esta gloria, pero habras sido deslumbrado en una total

    confusin y prdida del conocimiento. Incluso ahora tus poderes en expansin no

    pueden tomar en toda la gloria y grandeza de la ciudad, hasta que ests ms preparado para ello . La misma ley prevalece en el cielo como en la tierra. Los

    sistemas patriarcales y judos, eran muy inferiores a la dispensacin cristiana y el

    reino de los cielos en la tierra es muy inferior al reino aqu, como ves, en el punto de la gloria y la alabanza. As que no puedes ser introducido alrededor del trono

    hasta que te prepares generosamente para ello. Pero estoy tan contenta de que ests aqu. Escuch palabras de tu llegada antes de que llegaras a las puertas del

    paraso, y muchas veces he tenido palabra acerca de ti, desde que me fui de la

    tierra. Este ngel que tu no reconoces, a menudo ha sido para ti, el que te cuida. Una vez cuando estabas muy enfermo y lejos de tu casa y llegaste poco menos

    que moribundo, estabas junto a la cama toda la noche y el ngel puso su mano

    sobre ti y te dijo que deberas vivir y terminar tu trabajo. l me cont que te guard en el agua una vez cuando te estabas ahogando ".

    "Oh, madre, el ngel estaba all en ese momento?"

    "De hecho, mi hijo, su propia mano enderez tu pequeo bote cuando casi se

    volc ".

    "Bueno, mam, yo siempre senta que haba algo misterioso y que la Providencia nos haba salvado aquel da, pero lo menos que me imagin, era que este ngel

    del cielo estaba conmigo entonces Oh, gracias a Dios por su maravilloso cuidado."

    "S", dijo mi madre, "a la vez, me dijo, que te impidi subir a un tren de

    ferrocarril, y si lo hubieras hecho, habras perdido tu vida y tu trabajo no se habra hecho. No te acuerdas que hubo muchos momentos en que una extraa

    Providencia entr en tu camino y que te habas preguntado y a veces entristecido

    por la ocurrencia? l estaba cuidando y protegiendo tu vida de las explosiones tormentosas del peligro. Algn da te podr decir todo acerca de esos tiempos, y

    hablaremos por todas partes, ya que este momento es slo la primavera de nuestra vida eterna. Pero, ves que estn a punto de abrir la puerta de oro, con

    una gran perla brillantes, con mil piedras brillantes? En poco tiempo, todos nos

    uniremos para cantar el cntico de Moiss y del Cordero La conoces?

    "S", respond, "porque hemos estado cantando muy atrs en el paraso donde

    esta gran legin estaba compuesta". Le repeta la cancin, en un tono apagado a

    mi madre, pero quera gritar en la parte superior de mi voz.

  • "Aqu", me dijo mi madre: "toma esta arpa que he trado para ti." Ella lo solt de

    un cinto de oro alrededor de ella y me lo dio a m. "Mira, yo tengo una.

    _______________________________________

    CAPTULO OCHO

    Quinta Visita

    Justo fuera de las murallas de la ciudad

    Seneca vino como de costumbre y procedi con su narrativa, de la siguiente

    manera:

    Justo cuando estbamos llegando cerca de la gran puerta de entrada, uno de los

    ancianos nos acompaaron, diciendo: ".. Todos bienvenidos, hijos de Dios, Su Redentor se encuentra justo dentro de la puerta all en el que pronto entrarn". El

    anciano hizo una preciosa reverencia y sus palabras eran tan cordiales y llenas de

    amor que pareca enviar un estremecimiento de alegra a travs de cada alma.

    Dirig la mirada hacia la pared majestuosa. Era de gran altura y brillaba con un

    fulgor que no puedo describir. Descansaba sobre doce cimientos masivos, cada

    uno con el nombre de uno de los apstoles por encima de ella, por lo que se redujo a la duodcima y presentaba el aspecto de una escalera majestuosa. El

    nombre de Pedro fue escrito en la primera fundacin, Juan, Pablo en el segundo, en el tercero ..., en el cuarto..., y as sucesivamente hasta la cima. A partir de este

    fundamento ms alto, adornado con una amatista, la pared se elev a gran altura.

    La luz brotaba de estas fundaciones y era muy preciado. Slo aqu me di cuenta de que Abraham pasaba cerca de m, y le pregunt el misterio del muro y los

    cimientos.

    "Oh," dijo l, "este muro es la seguridad eterna del pueblo de Dios. Las verdades

    poderosas de Dios, promulgadas por los apstoles, como lo ense nuestro Seor

    mismo, es nuestra seguridad eterna. Algunos de los ngeles que fueron muchos aos antes de mi tiempo, no permanecieron en la verdad, y Dios los ech fuera y

    ahora son demonios y se encuentran en la oscuridad eterna y la vergenza. Pero

    ahora esta pared, que puedes ver solo un poco en su totalidad, rodea completamente esta ciudad gigante, y dentro hay verdades propuestas y son bases

    o fundamentos que debern cumplirse siempre, entrando y saliendo y encontrando consuelo eterno, T ves que gran Judea hay all en la puerta? Su

    marco y las bisagras son de oro puro y es un conjunto con una gran perla. Esta

    puerta siempre est abierta porque no hay restriccin en el cielo sin lmites para

  • la libertad que es ahora tuya para siempre. Y el muro tiene respeto a estos, as

    como a los que estn dentro. El ngel en la puerta de entrada le da sentido a todo para que puedes consultarle. Adems, usted recordar que hay doce de estas

    puertas, as como doce fundaciones y hay doce ngeles, as como doce puertas.

    Ninguno puede entrar por estas puertas si no est completamente preparado. Te has fijado que algunos caen rodando en un momento hasta la parte trasera? En el

    mundo, la verdad tena que ser observada y obedecida por todos, por adelanto.

    Este muro con sus puertas marca una experiencia definitiva en la carrera de los redimidos. Se trata de un desarrollo ms completo de las grandes verdades

    propuestas por el antiguo tabernculo. Est el lugar santo y el lugar ms santo, y todo ello, hace referencia a los santos tanto en la tierra como en el cielo.

    Justo en ese momento me di cuenta que muchas almas felices tenan la gloria de

    Dios sobre ellos, entrando por la puerta de entrada hacia nosotros. Ellos estaban vestidos todos en el blanco ms puro y cada uno con un arpa en la mano. Cuando

    se acercaron a nosotros, empez a haber un reconocimiento general de la otra.

    Estos fueron redimidos de entre las secciones de la tierra que haban venido. Muchos de ellos eran viejos amigos que haban venido desde la tierra hace

    muchos aos, sin embargo, a quien habamos conocido tan bien en la vida temprana y, como soldados en el ejrcito del Seor, muchos de nosotros

    habamos luchado las batallas juntos.

    El reconocimiento fue tan completo y los recuerdos frescos, que pareca que slo fue ayer cuando nos separamos de ellos, cuando nos despedimos y partimos hacia

    el puerto. No hubo ningn intento de contener sentimientos porque no podan ser contenidos. Fue un aleluya a Dios. Parecan tan contentos como nosotros. Volv a

    pensar en cmo vagamente haba credo la palabra de Dios en la tierra, y sin

    embargo, cun divinamente cierto era. Pasamos mucho tiempo en darles la mano y un abrazo de amor, con un sentido consciente de que nos unimos ahora en una

    unin eterna. Volv a pensar en las palabras de Pablo: "Ahora vemos por espejo,

    oscuramente, pero entonces veremos cara a cara." (I Corintios 13:12) Muchos ngeles se mezclaban entre nosotros y pareca que les era un gran deleite

    presenciar nuestra alegra. Uno de ellos me dijo: "Hemos estado viendo sobre ti desde tu infancia en el mundo, esperando este da, y nos regocijamos con usted y

    tenemos una alegra cada vez mayor mientras contemplamos el suyo propio.".

    Abraham ahora se puso de pie y destacaba ante todos nosotros y con la mano hizo seas de silencio, y dijo: "Ahora deseo compartir con todos, una porcin de

    la Palabra de Dios, y que yo se que van a reconocer:" Mas os habis llegado al

    monte de Sin, a la ciudad del Dios vivo, Jerusaln la celestial, a la compaa de muchos millares de ngeles, a la asamblea general e iglesia de los primognitos

    que estn inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espritus de los

  • justos hombres perfectos y a Jess, el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre

    rociada que habla mejor que la sangre de Abel. "(Hebreos 12:22-24)

    En efecto, fue refrescante para todos en nuestros recuerdos, porque nuest