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CRÉDITOS

DIRECTOR: Emilio Ballesteros, e-mail: [email protected]; web: http://perso.wanadoo.es/emoball/emilioballesteros

DIRECTOR DE LA SECCIÓN TEATRAL: José Moreno Arenas, e-mail: [email protected]

DIRECTOR GRÁFICO e ILUSTRACIONES: Norberto Castillo Nadal

CONSEJO EDITORIAL: Rosa María Díez, Belén Juárez, Antonio Mansilla, Antonio Mejías, José Antonio Ramírez Milena, Eva Velázquez

SECRETARÍA Y ADMINISTRACIÓN: Dolores del Río Jurado, Miguel Nievas Aguilar

DIRECCIÓN POSTAL: Medios de Comunicación Albolote, Revista Alhucema, C/ Ramón y Cajal, s/n; 18220 Albolote (Granada)

PÁGINA WEB: http://perso.wanadoo.es/emoball/alhucema

CORRESPONSALÍAS: EUROPA:

HOLANDA: EVA NAVARRO; c/ Jacob van Lennepkade 44-3; 1053 ML Amsterdam SUIZA: ALFONSO KRIEGER V. (ULISES VARSOVIA); Bergstrasse, 24; 9037 Speicherschwendi, e-mail: [email protected]: JOSÉ PABLO QUEVEDO. Representante de Melopoelefant (Sismo Poético Resistente); Schönower Chausse, 1; Bernau, e-mail: [email protected]: BENIAMINO BIONDI; Viale Alessio Di Giovanni, 22; 92100 Agrigento, e-mail: [email protected]: LUISA RIBEIRO; Apartado 99; 9700 Angra do Heroísmo. Islas Azores. ESPAÑA: SALVADOR ENRÍQUEZ MUÑOZ; Apartado de correos 16.187; Madrid, e-mail: [email protected]. REBECA TABALES. Madrid, e-mail: [email protected]. ENRIQUE VILLAGRASA; Vidal i Barraquer 18,9, 2ª; 43005 Tarrago. JOSÉ Mª GÓMEZ VALERO y DAVID ELOY RODRÍGUEZ; C/ Peris Mencheta, 22,1º; 41002, Sevilla, e-mail: [email protected]

AMÉRICA: EEUU: FREDDY GÓMEZ; 302 Andros Ave. # A; Staten Island, NY 10303, e-mail: [email protected]. JUANA ROSA PITA; 37 Drake Rd. Apt. 420; Arlington MA 02476; Boston, e-mail: [email protected]. FRANCISCO ÁLVAREZ KOKI; 88-16; 58 Avenue; Elmhurst, New York 11373. e-mail: [email protected]

MÉXICO: DANIEL GUTIÉRREZ PEDREIRO; Privada del Tejocote # 41; Colonia Santa Fe, El Pirul; Delegación Álvaro Obregón; 01230, México D.F. JORGE LARA; c/ 61 Nº 278 por 8 col. Esperanza; C.P. 97169, Mérida, Yucatán. RITA VEGA BAEZA;Calle Loma de San Marcos nº 151; C.P. 98000; Zacatecas, Zac. CUBA: ILEANA ÁLVAREZ GONZÁLEZ; Calle Martí # 352 esquina Chicho Torres; Ciego de Ávila. C.P.65200 e-mail: [email protected]

COLOMBIA: WINSTON MORALES; A. A. 068 Neiva-Huila, e-mail: [email protected]. LUCÍA ESTRADA; Transversal 34 c Sur nº 33-41, 2º piso; Envigado; Antioquia. ECUADOR: WASHINGTON GORDILLO G.; Avd. del Ejército 3212 entre Colombia y Venezuela; Guayaquil. ARGENTINA: LUIS RICARDO FURLAN; Núñez 836; 1684 EL PALOMAR (Buenos Aires) PERÚ: SANTIAGO RISSO: Manuela Estacio 291,Urb. Pando, San Miguel, Lima, e-mail: [email protected]. DOMINICANA: ADRIÁN MORALES; c/ Horacio Blanco # 18; Ensanche La Fe; Santo Domingo D.N., e--mail: [email protected]: MARISOL PÉREZ MELGAREJO; Barrio Alianza Carrera, 1; nº 3-33; San Cristóbal (Estado Táchira)

ÁFRICA: MARRUECOS: EL HOUSSINE MAJDOUBI; Rue Mamoun Nº 36; Tetouan, e-mail: [email protected]. ELGANBOURI DRISS; N 168. G5 Amal 1: C.Y.M. 10053; Rabat

OCEANÍA: AUSTRALIA: JUAN GARRIDO; 22 Burt Avenue; Hilton 5033 SA, e-mail: [email protected]

ASIA: LÍBANO: JOUMANA HADDAD; An-Nahar newspaper; Po.Box 11-0226; Beirut

Depósito legal: GR-1641-98 ISSN: 1139-9139

EDITA: ED. DAURO C/ Poeta Zorrilla, 5-5. 18006. GRANADA [email protected], www.edicionesdauro.com

ÍNDICE DE AUTORES

Mohamed Ahmed Bennis, Beniamino Biondi, Martha Núñez Prieto, Jesús Aparicio, Rita Vega Baeza, Faustos Dimitrakis, Maximiliano Fenice, Santiago Risso, Luis Ricardo Furlan, Julio César Jiménez, Blanca Kais Barinas, Freddy Gómez Cajape, Daniel Rabanaque, Vicent Camps, Pilar Fraile Amador, Carmen Camacho, Antonio Iriarte C., Carlos Martín Briceño, Manuel Sánchez Moreno, Juan Carlos Fuentes Torres, Sebastián Jorge, José Vílchez García, Iván Montes Gálvez, Felipe García Quintero, Luis Carlos Massó, Ramón Mesa, Emilio José Álvarez Castaño, Susana Drangosch, Víctor Bueno Román, Winston Morales, Óscar Darío Ruiz Henao, José Pablo Quevedo, Antonia B. Taleti.

Autores de libros comentados: Santiago Risso, Ulrico Grasnick, (Carlos Perellón, Antonio Muñoz Molina, Gerardo Piña-Rosales, Eduardo Lago, Francisco Álvarez-koki, Víctor Fuentes), Jean Moreau, Yahya Nurul Hudá, Teresa, Lucía Estrada, Pedro M. Domene, Irina Ojeda Becerra, Diego Vaya.

Comentarios a cargo de: Carlos Zúñiga Segura, José Pablo Quevedo, Emilio Ballesteros, David González, José Domínguez Hoyos, Yahya Nurul Hudá, José Antonio Sáez, Jaime Galbarro García.

En Escaparate, libros de: Miguel Armas Coronado, Jesús Amaya, Juan Garrido Salgado, Antonia B. Taleti, Juan Bautista Serrano, Yela Rodríguez de Klein, Silvia Padrón Jomet, María Virginia Monteiro, Raffaele Mantegazza, Leticia Herrera Álvarez, Francisco Miguel López Jiménez, Ulises Varsovia, Alexis R., Ernesto Peña González, Marcelo Morales, Francisco León, Joan de la Vega, Lali Valls, Ricardo Ruiz, Mercedes Riba, Jacinta Negueruela, Julián Sesmero Ruiz, Mª Victoria Prieto Grandal, Antonio César Morón Espinosa, Emilio Ballesteros, José Luis Soto, Angelo Manitta, Joumana Haddad, Custodio Tejada, Fair Areco de Gañi, Silvia Berterreche, Eva Falotico Gandolfi y otros.

Estudios que se incluyen el presente número: -“El arte encarnado: Los kindertotenlieder de Mahler”, por MManuel Sánchez Moreno.-“Ignacio Ludueña poeta menor”, por SSebastián Jorge.-“La cábala”, por JJosé Vílchez García.-“La literatura contemporánea en El Cauca”, por FFelipe García Quintero.-“Un “Mar adentro” menos conocido: comentario a un poema de Pemán”, por Emilio José Álvarez Castaño.-“Crisis en el Cercano Oriente: Israel y la Guerrilla islámica de Hisbollah”, por Víctor Bueno Román.-“Jaime Sáenz: Revelación esotérica o delirium tremens”, por WWinston Morales.-“La amistad como capital social”, por ÓÓscar Darío Ruiz Henao.-“El poeta Hartmut Sörgel y el nacimiento de un Sismo Poético en Berlín”, por José Pablo Quevedo.-“Cruces culturales. Presencia morisca en América”, por AAntonia B. Taleti.

EDITORIAL

Tal vez lo más sencillo en el uso de la palabra sea contar cosas. Basta con tener un dominio suficiente del oficio para poder hacerlo con dignidad. El siguiente peldaño en dificultad es conseguir emocionar. Eso sólo pueden lograrlo aquellas palabras que, además de contar cosas, saben utilizar los recursos y el tono apropiado e impregnarse de un ritmo y un aire especial; es éste un terreno más propicio a la poesía que a la narrativa o el ensayo y al que, en puridad, aunque son legión los que lo intentan, sólo acceden unos pocos que se acercan en ocasiones a un poco de misterio.

Conseguir ese misterio que además de emocionar sobrecoja, inquiete, perturbe…, sólo está al alcance de unos pocos elegidos.

Y el último peldaño de dificultad, ese al que sólo algunas místicas tienen acceso (incluyo en éstas, por ejemplo, el mundo del Conocimiento de que habla Castaneda en sus libros sobre el chamán D.Juan), es el de acercarse al Silencio.

Porque, si como dice el evangelio de Juan, al principio era el Verbo, y como tantas cosmovisiones (no sólo la cristiana más esotérica) vienen a insinuar: LLa Palabra construye el mundo; o desde otro punto de vista, la conciencia hace real la existencia (sin ser conscientes de nuestro existir sería como no-existir), alcanzar el Silencio Absoluto, la ausencia de diálogo interior, puede parar el mundo y abrir caminos de percepción que ni nos imaginamos desde nuestro comportamiento racional y analítico. Y en este punto ciertas palabras pueden ser una llave; aunque las primigenias estén ya lejos de nuestro alcance y La Palabra Divina, el Nombre de Dios, para qué contar…

Pero en muchas ocasiones (si no en la mayoría), las palabras de uso habitual son más bien un estorbo. Me callo pues.

MOHAMED AHMED BENNIS

FUNERAL CIEGO

Llevo mi tumba y me infiltro ,disfrazado, en la vida. No hay nadie aquí excepto los restos de un cielo y unos cuervos graznando sobre el cadáver de un poeta . Descanso un poco y luego busco un lobo mítico que me presta su cara para entrevistar a una mujer bajo un árbol blanco, más bien busco huesos de unos hombres ahogados en un lugar en la noche . Maldigo mi alma que no me encerró dentro de un ciego útero. Veo mi mano lamiendo una estrella fluyendo sobre mi frente. Despacio nadie no recogió mis dedos para decorar mi morada de cualquier blancura .

[email protected]

Traducción del árabe por : Mohamed Ahmed Bennis. Revisión por : Salvador Álvarez Ledezma.

BENIAMINO BIONDI

Talete

Era tarda sera. Il chiarore opaco del tramonto cedeva al biancore artificiale dei lampioni e lo stradone,che per rigidi tornanti conduceva verso bui sterrati,era un cumulo di erbaccia torva e invizzita.Talete languiva pallido come una marionetta pisciando contro un muretto bitumato. Forse speculava sul colore della sua urina: un giallo che sfuma nel rossiccio,caldo e tetro. Pare che Dio ravvenne in quel gesto l’origine del mondo.

Tales

Era muy entrada la tarde. La claridad opaca del ocaso cedía al blancor artificial de los faroles y el camino, que por rígidos recodos conducía hacia oscuros desmontes, era un cúmulo de maleza torva y marchita. Tales languidecía pálido como una marioneta meando contra un murete embetunado. Tal vez especulaba sobre el color de su orina: un amarillo que se difuminaba en el rojizo, caliente y tétrico. Parece que Dios reconoció en ese gesto el origen del mundo.

Traducción: Emilio López Gálvez y Luisa Capra

MARTHA NÚÑEZ PRIETO

DETRÁS DE LAS PALABRAS

Casi toqué la parte de mi todo y me contuve con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.

CÉSAR VALLEJO

Si estuviera detrás de las palabras y del azar del viento envolvería de luces la sombra que me queda ya menos brillante más lacónica.

Si quizás al menos mi adentro reflejado en mi rostro te hubiera dado algo para conocerme, pero Dios no habla con palabras. Él conoce cada partícula del éxtasis y de la agonía. Conoce cuándo llora el alma. Sabe cuándo un rostro refleja la yagruma.

Cuando vuelva mi sombra te iré a buscar me volcaré en mis recuerdos para salir de vuelos a encontrarme conmigo quizás si mojo las alas se acuerden de mi nombre y de mi espacio.

Cuando se vuelven piedras las palabras no hay tiempo para orígenes ni cantos.

Quisiera escapar por los laberintos al volver las voces te encontraré como uvas muertas tiradas al azar por los rincones.

Ya he guardado mis cabellos

en el fondo de un cofre con llaves inservibles. No los hallarán para quemarlos.

Tengo más de un rostro en la memoria no todos en el alma.

Cuando ascienda la penumbra de los otros encontraré mis estaciones.

JESÚS APARICIO

Los juegos de la infancia son arena

sucia en un patio en ruinas; los amores de juventud, el agua que se pierde en las manos del tiempo; los negocios del artesano, esos castillos hundidos por la bota de un gigante de los números. Cierra los ojos, abandónate en la soledad de tus nubes grises y antes que un nuevo desengaño rompa otra vez tu copa vacía de palabras, bebe en sueños el vino hecho cenizas, el humus de tu primer nacimiento.

En el archivador mis manos se han pegado, hacen un todo sin fisuras con la hojalata gris.

Por todos los rincones de mi casa mis manos obedecen al dictado de la escoba y de un paño gris.

En la cama mis sueños ya sin manos amenazados por las astas de un toro gris.

La libertad tan sólo en el poema. Mis manos en el agua dan la vida a una flor azul.

RITA VEGA BAEZA

CONVENIO CON EL DIABLO

He firmado un convenio con el Diablo, (el Diablo es una “x” y estamos en paz con todas las sectas)alzando una fórmula vinculante entre mi representante, o sea, usted que está leyendo, y el ángel rebelde —llamémosle así con propiedad del lugar común—. Los puntos convenidos son: 1. Ambas partes tienen como objetivo rebelarse ante cualquier signo de absoluto, sea éste del ámbito volátil o académico con excepción de la Noche. 2. La administración central redimirá predicados y adjetivos Repartirá los verbos según su terminación y abrirá mediante el artículo 3º los sustantivos vacíos hacia el delirio: ¿Por qué? Porque el verde insobornable del desierto me llena de palmeras; En este jardín delirante de vencejos sentí el aire como un

premio. Y el principio amargo de los nombres ya me olvida. 3. Todo lector transmigrará en árboles, caballos,

caballitos de mar, humores, pájaros y peces de los ángeles caídos, es decir,

“rodará de su centro hacia la x”.4. La comunicación con el Diablo será verbal, siempre

relativa a la palabra, dicha. 5. Dicha será transferir a cada quien su detalle: pueblo,

habla, cielo, constelaciones, gobierno. Todo sereno, empezando por un reparto militar de vocales incluyendo las sordas,los símbolos olvidados —inhumana dosis de estrellas— y los restos de palabras.

6. La dirección de cada departamento religará el motín de silencios

con la inteligencia a la deriva en un organismo estético: una faluca en el Nilo, la infancia ida, y el posible patrocinio

de Caín,así como cualquier artificio de arena o zona erógena de los

nombres.

Firman, los monosílabos: Sí y No Acantilados.

FAUSTOS DIMITRAKIS CUCHICHEOS DESDE EL PENTAGONO

Olvídenlo todos, Guantánamo debe ser olvidado. Borrado de la memoria colectiva, por siempre, tapen, tapen, tapen.

Oye, George W. Bush, tapen, tapen, tapen, oye, Condoleeza, tapen, tapen, tapen, Rumsfeld,tapen, tapen, tapen, van para allá, (tras el hedor) los periodistas, irá la Cruz Roja, algún día, la ONU y los ilusos de los Derechos Humanos, algún día. Tapen, tapen, tapen.

Evaporen las montañas de excrementos, los campos de coles, desaparezcan las fosas comunes, arrojen al mar cadenas, grilletes, potros de tormento, jaulas, huesos, cenizas, perros de presa y los hornos crematorios.

Todo volverá a ser como antes después de que la prisión de Guantánamo no esté más.

Amarales -2005

MAXIMILIANO FENICE

ASPETTANDO ORIONE

La pietra liscia che ha solcato il tuo corpo ora è fredda e opaca di te Impercettibili essenze della tua vita impregnano le tenui venature del quarzo Fantasmi di cellule sprigionano vaghi odori di lussuria profumando ricordi incisi nella mente e nel corpo

Solo…. aspettando Orione

Il mio sangue è immobile nelle vene I pensieri congelati ora tagliano come lame La realtà capovolta di ambigue fantasie offusca il giorno e oscura la notte.

Solo…. guardando Orione

La notte: sordo dolore, nodi di viscere Il giorno: grigio colore, suoni spenti, lacerante attesa di nienteLa notte: odiata, silenziosa. Fredda solitudine Il giorno: eclissi di vita, frammenti di te Inutile guardare il passato, Inutile accarezzare il futuro che stupido si presenta oggi, non cercato.

Solo…. ricordando Orione

Attutire il dolore, lenire la profonda sofferenza Cancellare la viscida tristezza che attacca pelle e animaBasta cristalli di esistenza e immagini distorte fuse in orrende figure grottesche ed inumane Basta! È ora!

Solo…. dimenticando Orione

ESPERANDO A ORIÓN

Traducción: BBelén Juárez Revisión del autor

La piedra lisa que surcó tu cuerpo ahora es fria y opaca de ti imperceptibles esencias de tu vida impregnan el tenue veteado del cuarzo fantasmas de células que emiten inciertos olores de lujuria perfumando recuerdos, grabados en la mente y en el cuerpo.

Sólo …. esperando a Orión

Mi sangre inmóvil por las venas pensamientos helados, ahora cortan como láminas la realidad volcada de ambígüas fantasías ofuscado el día y oscura la noche.

Sólo …. mirando a Orión

La noche: sordo dolor, nódulos de visceras El día: color gris, sonidos extinguidos, lacerante espera de nada La noche: odiada, silenciosa. Fría soledad El día: eclipse de la vida, fragmentos de ti Inútil mirar el pasado Inútil acariciar el futuro que absurdo hoy se presenta, no buscado.

Sólo …. recordando a Orión

Atenuar el dolor, aliviar el profundo sufrimiento cancelar la viscosa tristeza que une piel y alma bastan cristales de existencia y de imágenes distorsionadas

fundidas en horrendas figuras, grotescas e inhumanas ¡Es el momento! Basta!

Sólo …. olvidando a Orión.

Massimiliano Fenice nace en Genova en 1959. Es profesor de Microbiología en la Universidad de Tuscia (Viterbo, Italia). Su labor como Investigador Científico se centra en temas relacionados con la Microbiología Marina Aplicada y Biotecnologia Micorbiana. Desde muy joven destaca por una gran sensibilidad literaria que le hace escribir poesía y artículos de opinión en italiano. Como poeta se encuadra dentro de la “Estética Cuántica Italiana” con poemas dedicados al Universo. Su obra completa se encuentra prácticamente inédita. Amante de la música, habla y escribe inglés, español y árabe, además de ser un buen músico destacando en composiciones de guitarra española y flauta.

SANTIAGO AUGUSTO RISSO BENDEZÚ

Lima- Perú Poema en forma de Eielson (Inédito escrito el 25 de marzo de 2006)

TENGO LA CORBATA TRISTE UNLARGOSOMBR UN NUDO EN LA GARGANTA DE BIGOTES ERODESUEÑOSY

UN MONO MILENARIO QUE SE COBIJA EN LA HIERBA Y RÍE

LUIS RICARDO FURLAN

EL POBRECITO DE AQUÍ

Niño a solas llorando su pobreza en el cuenco vacío de la mano (grillo silente, cuerda del verano; hacecillo de invierno, la tristeza).

Desnuda el ansia ——grano de maleza——,a la intemperie en el portal urbano, de Blancanieves el octavo enano, rito de caridad que nadie reza.

Calleja del dolor y del olvido, universo minúsculo, perdido, rueda frágil que clama su recalzo.

Celaje gris, el pibe de voz queda sólo busca la última moneda: el tercer mundo tiene el pie descalzo.

Luis Ricardo Burlan es argentino. Poeta y ensayista. Su últ imo l ibro es Cernida voz del corazón oyente .

JULIO CÉSAR JIMÉNEZ

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ SE SIENTA JUNTO A SU PADRE MUERTO

No hay nada más sólido en un cadáver que la voz última. No son sus manos remolinos óseos ni sus brazos candados de sangre ni la frente adarves solares.

Todo eso es su voz. Y quien ahora muere frente a mí tiene en los ojos estigmas desmenuzados por lo que no vio, tal vez aquella mujer marchándose por esa puerta o el peso de un cigarrillo en mis manos.

Ahora se estremece el aire, cruje peligrosamente, deben estar desmontándose las nubes. Mi padre está muerto y es como un trueno manso, como un eco entre mis dedos.

Inédito, de Explicar la fiebre

BLANCA KAIS BARINAS(República Dominicana)

A una rosa

Miro la rosa muerta, tan pensativamente, que me voy más allá de lo que pienso, y viene una pregunta que no tiene respuesta, ni quiero que la tenga.

La noche gira sola sobre su propio instante y contemplo mis manos como sin conocerlas. La rosa seca llora su muerte detenida por mi mano impaciente.

Voy mirando hacia dentro, hacia todas mis cosas, y regreso a la rosa, a su presencia inmóvil. Mis labios van diciendo la palabra escondida. ¡Y la noche comienza!

To A Rose

I look at the dead rose, so pensively, That I go farther of what I think, And it comes a question that doesn’t have an answer, Neither I wanted to have it.

The night turns alone over its own instant, And I contemplate my hands as if I don’t know them. The dried up rose cries her still death By my impatient hand.

I go looking within, towards all my things, And I come back to the rose, to her motionless presence. My lips go saying the hidden word. And the night begins!

(Tomado del poemario bilingüe Las manos del tiempo / The Hands of Time.)

FREDDY GÓMEZ CAJAPE

METROFUNK

La noche es una anaconda anacobera engullendo su placenta de placeres clandestinos. Sabiéndose viajera de símetricas pasiones zambullese en la fosforescencia cúrcuma del subterráneo. Hueso bermejo, el viento cruje se encrespa, y se enreda en los ombligos untuosos de muchachas que a ritmo de reggaeton regatean de la arcilla seminal de sus caderas el temblor ovular de un canto desnaciéndose en los andenes.

El bamboleo del tren une a los cuerpos en un imperceptible movimiento de muslos. El perreo de Tego, estirpe de sonero macumbero pasa la botella mi pana/ los consejos se pagan mix & mingle de traseros sinuosos columpiándose de un cable elíptico a punto de provocar un coitocircuito.

Como quien hace malabares con huevos de serpiente surfean los muchachos en el techo del tren. Gorgotea la sangre en los émbolos del espanto como atávica ofrenda a la diosa Shamanta. Attention passengers, the train has been held momentarily due to an accident on the tracks.La angustia pegajosa de los minutos tira por la borda los horarios. Alguien agita un banderín: Push Bush out. El ácido corrosivo de la impaciencia roe el humor de los pasajeros, seres unidos por la inexorable resina del tedio. Escuadrones de emergencia recogen los cadáveres. El tren reanuda su marcha. The next stop is Bowling Green.

Staten Island, N.Y 20-05-04

DANIEL RABANAQUE

treintaiuno a veces no puedo hacer menos que aflojar el bocado indisciplinar mis filas dejar que el fragor de la fiesta de pueblo atraviese las líneas me encuentro con una cerveza en la mano sonriendo al desfilecomo el bobo excitado para una sorpresa desear convertirme en payaso que a la noche llorase o en fanfarria alegre y burlona que no descansase o en oso de circo pierdo de vista los globos que suben sin niños atados

catorce / veinticinco podrían seguir así todo el año, sin dañar a nadie ni a ellos mismos pero en septiembre les anulará la universidad o el trabajar para otros dejarán de rozarse piel con piel y las caricias se asfixiarán en el humo de los bares serán barcos anclados a puerto, puentes vacíos, pasos que resuenan, no más bailes se recogerán en una cajita que abrirán en las oscuras horas para sentirse más vivos y poco a poco se instalarán en un orden diferente de perspectivas sin horizonte sacarán los jerseys del armario. se sentirán a tiempo parcial, tras el mono de trabajo otra vez preguntando si esto es vida si la vida no es lo otro hacer el amor, tocarse en cada palabra, preñarse de estrellas y el recuerdo de estos días será la única certeza para no deshacernos en la acera oirán hipoteca, horario

oirán copa del rey y apretarán los dientes negando con la cabeza escapando si tienen la suerte de recordar que hay otra cosa “hibernación” gritarán hasta que encuentren un sitio donde las cosas no les lleguen ordenadas o se acerque la primavera y puedan cortar sus propias flores

Daniel Rabanaque (Zaragoza, 1976) desarrolla una intensa actividad como diseñador y gestor de páginas webs, además de como poeta visual y verbal, dos líneas de trabajo que se unen en su implicación en el colectivo Zombra. Obtuvo con el poemario Vaho en el cristal el IV Premio Internacional Ciudad de Morón, libro que se edita en la editorial sevillana Point de Lunettes.

VICENT CAMPS

CONTRADICCIONES

He visto al guitarrista afilar las cuerdas de su guitarra

y al soldador afilar la llama de su soplete y con los dos me he sentado a la mesa

he visto niños que han sido pena y niños que han sido risa

y niños que nunca serán hombres y con todos he jugado a ser niño

he visto poetas escuchar a escritores

y he visto intelectuales escuchar a sabios

mas no he visto a quien instala

el aire acondicionado asistir a una conferencia

del intelectual

ni al albañil comentar

el último libro del escritor

ni a la planchadora degustarlos versos del poeta

¿Qué mundo es éste en el que unos montan

equipos de frío que nunca han de disfrutar

otras planchan telas de las que nunca gozarán su caída

y textura

y otros hacen casas que ni viviendo tres vidas

podrían comprar?

Vicent Camps.- Xirivella (Valencia, 1958) Estudió declamación en Valencia, es funcionario del área de cultura del Ayuntamiento de Valencia y desde hace aproximadamente quince años se dedica profesionalmente a la narración oral, recitando por pueblos y ciudades la palabra de poetas y narradores por centros escolares, librerías, casas de cultura, bibliotecas y teatros. Es autor de Taller (bilingüe valenciano/castellano, CELYA, 2003) y en breve aparecerá su segundo poemario, Pena capital, en la editorial canaria Baile del Sol.

PILAR FRAILE AMADOR

Abrieron los augures las entrañas del dios y entregaron su cuerpo lacerado a los depredadores. J. A. Valente

Los veo insomnes. Bordean el precipicio. Bailan. Manejan un mapa del tesoro al que siempre le falta una pieza: instrucciones para concluir la búsqueda. Los veo solos. Asomados a su miedo.

* * *

Corren de espaldas a la luz. He visto sus bocas encendidas de objetos. He visto el blanco puro del que nacen y luego sus ojos fijos, la repetición del gesto que los lleva a la muerte. He visto su caída y sobre ellos las voraces imágenes del futuro volando en círculo. He visto sus cadáveres en pie olfateando la presa.

Inéditos

Pilar Fraile Amador.- Salamanca, 1975. Ha sido accésit de poesía en 2004 y en 2005 del Certamen de Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid y premio de poesía Universidad de Zaragoza en 2005. Su primer libro publicado se llama El límite de la Ceniza (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005).

CARMEN CAMACHO

A LLORO REVERTIDO

De qué nos sirve este mensaje o que limpie las gafas con la lengua.

Broza de palabras, de saliva,

y otras viceversas.

TÚ QUE TIENES MANO

“Tú dile a Sabaria que digo yo que la nombre y que la comisione aquí o en donde quiera, que después le explico.”

AUGUSTO MONTERROSO

Hasta las ratas si hay tesón si hay suerte y las recomienda en el laboratorio algún pariente pueden tener una brillantehoja de servicios.

THERA (GRECIA), agosto de 2004, tres de la madrugada: dos gallos se disputan la primicia del alba.

CARMEN CAMACHO, poeta y narradora nacida en Alcaudete (Jaén) en 1976, vive en Sevilla, donde combina la actividad poética y literaria con la comunicación y la docencia universitaria. Es colaboradora habitual de las revistas literarias Renacimiento (ed. Renacimiento, Sevilla), Nayagua (Centro de Poesía José Hierro, Madrid) y columnista del diario La Mañana, de Lleida. Ha coordinado la sección poética de la Antología de Letras Jóvenes de Andalucía, que editará la Universidad Nacional Autónoma de México con motivo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

ANTONIO IRIARTE C.

AYAHUASCA

I

Conocí a don Luis Flórez en “EL RANCHO”, un viejo caserón de bahareque y teja de zinc, en el cual doña Beatriz atendía su restaurante de El Altico, emblemático barrio de nuestra ciudad.

Cuando me lo presentaron, por insinuación de la dueña de casa, quedé desconcertado. Ella misma y algunos de sus amigos que, según decían, ya habían tenido tratos con él en el ambiente sagrado y ritual de varias tomas de Yagé, me lo habían ponderado como chamán de poderes singulares, como hombre baquiano y confiable en los asuntos misteriosos de la Ayahuasca,otro de los nombres con el que algunas comunidades indígenas denominan el Yagé.

Sólo que el sujeto frente a quien me pusieron delante, no se correspondía en absoluto con la imagen mental que, previamente, me habían ayudado a construir acerca de su talante, quienes, además de sus amigos, se proclamaban aprendices y seguidores del supuesto hechicero de Mocoa.

Tal vez influido por unos veinte años de lecturas y de estudio en torno a los libros de Carlos Castaneda y de otras obras sobre chamanismo; con un libro sobre el tema recién publicado, La razón vulnerada (Neiva 2002), esperaba encontrar en don Luis un brujo a quien, tal vez por ser según decían medio indio, o quizás por su aureola de chamán amazónico (sólo para taita, me aclararían más tarde, le alcanzaba su saber), le quedara al menos algún vestigio de la majestad callada, de la rampante presencia de águila o de cóndor que caracterizaban a don Juan Matus o a don Genaro Flores, los insólitos y temibles brujos mexicanos que enseñaron a Castaneda el arte del “ver”, y la mejor manera de transitar, no sin sobresaltos mortales, por los territorios inquietantes de “la otra orilla”.

A cambio de eso vi frente a mí la figura menuda, insignificante, casi grosera, del que me pareció un pobre hombre montaraz, torsidesnudo y descalzo, cuyas encías mostraban sin el menor pudor la ausencia de varias piezas dentales. Lucía el menguado sujeto una hirsuta melena alborotada, y flotaba todo él, por lo que parecía, en las aguas quietas de un mar de incertidumbres, evidente, a mi juicio, en la tenacidad con la cual esquivaba mis ojos, tirado sobre una esterilla de enea en el piso del zaguán interior de “EL RANCHO”.

Ni siquiera se tomó el trabajo de sentarse para corresponder a mi saludo y a la presentación que de los dos hizo la dueña de la casa. El único gesto que se permitió como única respuesta a mis cortesías, fue alcanzarme con desgano —cercano a la displicencia— su mano fría y húmeda desde la estera donde pastoreaba su siesta, bajo el calor aplastante de una de esas tardes de agosto con las cuales el sol suele castigar de manera aún más inclemente la canícula perpetua de nuestra ciudad.

No sabría decir en definitiva si su obstinado mutismo frente a mis preguntas iniciales debería haberlo interpretado como desdén hacia el intruso que de manera abrupta se atrevía a perturbar el sopor de su sueño vespertino, o más bien como muro con el cual pretendía poner distancia entre los dos, a fin de neutralizar de manera terca cualquier intento por inmiscuirme en los asuntos de su saber.

Como estaba urgido de confrontar con él mis conoci-mientos acerca de la brujería indígena, mi decepción no pudo ser mayor cuando, al insistir en conversar con don Luis, en interrogarlo con apremio no exento de cierta impertinencia, frecuente en quien necesita saber de una vez por todas qué terreno está pisando —no fuera que terminara enredado en las malas artes de algún charlatán de vereda—, pude comprobar de manera clara la inutilidad de cualquier intento de comunicación verbal con el hechicero. Como era evidente que el tal don Luis no quería saber nada de mis preguntas o comentarios y mucho menos de ponerse en el plan de hacerme confidencias, terminé por convencerme de la

inutilidad de mi presencia allí, y de que lo que más convenía por el momento era despedirme y salir cuanto antes del restaurante.

Porque el asunto había ido aún más lejos. Varias veces lo sorprendí en la muy escasa información que pude sonsacarle a través de sus monosílabos, en ignorancias e inconsistencias que, de momento y desde mi perspectiva académica, juzgué escandalosas e inaceptables. Mientras yo hablaba o lo interrogaba, lo cual ocurrió casi todo el tiempo, él se limitaba a mirarme en silencio con el rabillo de sus ojos ladinos.

Para completar el cuadro de la incómoda situación, encima de toda esta inútil experiencia de abordaje, el hombrecillo me resultó indescifrable, pues jamás pude saber si su actitud arisca era producto de su timidez, de su ignorancia o de su socarronería. Hasta tuve la impresión por momentos de que, al fin medio indio, se burlaba con disimulo de mí.

“Este debe ser un charlatán, un vulgar culebrero del Putumayo, uno de esos embaucadores que aprovechan su procedencia o sus ambiguos rasgos indígenas para medrar a costa de la ignorancia de gentes, en mala hora metidas en esa vagabundería que algunos suelen llamar Nueva Era”, pensé.

Y, por supuesto, eludí con diplomacia el asedio de la dueña de “EL RANCHO” para que asistiera esa noche, junto con otras personas de su grupo, a una ceremonia de toma del Yagé, bajo la conducción del tal don Luis, la cual se llevaría a cabo en una casa de campo, a orillas de la represa Betania,pues, a juzgar por lo que acababa de observar, lo mejor era olvidarme de una vez por todas del supuesto huitoto y de sus brebajes de pacotilla.

Pasó un mes y mi amiga de “EL RANCHO”, la persistente doña Beatriz, me tendió una celada. Me solicitó, esta vez, le prestara la “Insula Barataria”, una parcela campestre de nuestra familia, a orillas del río Baché, para realizar allí junto con su grupo de amigos una nueva toma del zumo misterioso de la selva amazónica. Y con el cuento de que “...como la ceremonia se va a celebrar en su casa, considero imperdonable que, al menos por cortesía para con mis invitados, que ahora

son también los suyos, usted deje de asistir”, me argumentó con habilidad.

Terminé prometiéndole que iría para no desairar a sus invitados, pero sólo como observador. Deseaba que le quedara claro que, una vez allá, nadie me obligaría a tomar Yagé. Respondió a mi coartada con la razón perentoria de que eso no era posible, pues una de las reglas inviolables de la ancestral ceremonia indígena consistía, según dijo, en evitar por cualquier medio la presencia de intrusos y de fisgones. Al cabo de un rato de dimes y diretes, terminó por convencerme, y yo por ceder al encanto de su retórica. Acepté asistir y participar en el ritual, no sin dudas mortales y acezantes reticencias.

Después de un viaje nocturno de media hora, llegamos desde Neiva a la Insula Barataria. En mi automóvil viajaban, junto con el hermético curandero, otros tres invitados de un total de doce o quince que íbamos a participar. Sólo que antes de salir me dijo que como él sabía que yo tocaba la guitarra, me pedía que la llevara para la ceremonia. Le pregunté para qué, y él me respondió que más tarde me lo diría. Como no tenía el instrumento conmigo en ese momento, me toco volver por él hasta la casa. Luego, salimos de la ciudad. Una vez llegados a Barataria, y dispuesto un pequeño kiosco que, bajo las frondas de un mango edénico hace las veces de comedor, don Luis nos reunió alrededor de una mesa circular y nos pidió permanecer allí mientras él regresaba. Fue luego hacia una alcoba interior de la casa y, pasados unos cuantos interminables minutos durante los cuales no hice cosa diferente de mirar temeroso hacia la puerta por donde doña Beatriz había introducido al chamán, apareció de pronto don Luis con un par de frascos de vidrio, grandes y barrigones.

Del desconcierto inicial de “EL RANCHO” pasé a la incredulidad: don Luis parecía otra persona. No era el mismo homúnculo que me presentaron en Neiva. Venía ataviado con una hermosa camisa blanca, más parecida a una túnica corta, de anchas mangas litúrgicas, profusamente adornada con figuras y motivos propios del imaginario andino aborigen.

Ceñía un cinturón de lana virgen, ribeteado con el primor de dibujos prehispánicos, en colores ocres, verdes y amarillos. Traía la melena en el más perfecto orden y lucía un talante tan imponente, hierático y ceremonial como impensable del todo en el sujeto que conocí en el restaurante. Los rasgos entre aindiados y mestizos de su rostro de cobre parecían petrificados, gracias a un insólito dominio de la musculatura de su cara. Su faz nada decía, nada insinuaba a quienes tratábamos de adivinar, preocupados, lo que estaba a punto de ocurrirnos, así fuera a través de algún gesto sutil de sus ojos, de su entrecejo o de sus labios. Ni un solo movimiento, ningún atisbo de muecas o de visajes. Sus ojos permanecían alertas y fríos. Era como si sobre el rostro del pobre don Luis de todos los días, alguien hubiera superpuesto una severa máscara ceremonial, idéntica pero diferente en relación con los rasgos originales del oficiante. Sus ojos brillaban a la luz de las velas como si fueran los de algún depredador sigiloso de la noche. Alguien le hizo sitio en determinado lugar del apretado círculo de la mesa. Una vez allí, descargó con delicadeza los dos frascos que contenían, no más arriba de la mitad, una sustancia pastosa, casi compacta, de color indefinible, tal vez cercano al acaramelado que es característico de la miel de purga. Tomó asiento sin afanes, mientras los demás permanecíamos de pie, espiando medrosos cada uno de sus movimientos. Pidió, entonces, agua que le trajeron en un improvisado trasto de cocina, y después de enumerarnos en silencio uno a uno, vertió sobre otra vasija del mismo género y con la ayuda de una espátula o “cagüinga” de guadua, cierta cantidad de la sustancia de los frascos, a la cual añadió con escrupuloso sentido del cálculo determinada cantidad de agua. Apelando de nuevo a la cagüinga, y tomándose el tiempo que le pareció prudente o necesario, fue haciendo una mezcla homogénea y espesa, de olor nauseabundo, de la cual fue vertiendo cantidades iguales, hasta llenar la mitad de unos vasos desechables de tamaño mediano, dispuestos para la ocasión en número idéntico al de los participantes.

Luego se puso de pie y tras breves momentos de recogimiento, se soltó en un discurso fluido y lúcido, inverosímil del todo en el hombrecito adormilado y casi mudo que había conocido en agosto. Nos explicó, mirándonos uno a uno con seguridad y firmeza, que lo que íbamos a hacer allí no era un juego, ni un pasatiempo ni una diversión. Que mucho menos debíamos pensar que el asunto del Yagé no iba más allá de una simple “traba”. Que si alguna persona de las presentes había ido en ese plan, todavía era hora de devolverse para Neiva. Pero que una vez él hubiera abierto la ceremonia, a nadie le permitiría volverse atrás, no participar en la toma ni retirarse del lugar hasta que él no hubiera cerrado el ritual, hacia el amanecer del día siguiente. “Sucede, continuó, cuando la persona aún no ha sido iniciada en sus secretos, que el Yagé se comporta a la manera de un remedio natural, de una purga que limpia a fondo el cuerpo de los venenos y sustancias tóxicas que entran a nuestro organismo por culpa de nuestras costumbres alimenticias dañinas y a causa de la afición de algunos a fumar tabaco y a beber alcohol”. Que ese y no otro era el significado de la diarrea y del vómito inevitables que producía su toma. Que también esta entidad vegetal era una de las más indicadas para ayudar a poner en armonía nuestra mente y nuestro ser con la conciencia universal de la “Pacha Mama”. Que el Yagé o Ayahuasca, no debía ser considerado como un simple jugo vegetal, sino que era ante todo, en sí y por sí, una entidad sagrada, esto es, una presencia viva, conciente, autónoma y misteriosa, de la cual él sabía preparar siete clases a través de procesos largos, delicados y dispendiosos de recolección, manipulación, combinación y cocción de varias otras sustancias selváticas, cuyos proceso total de elaboración él había aprendido durante algo más de diez años de contacto con el saber de grandes chamanes del Putumayo. Que el que íbamos a tomar se llamaba “Yagé del tigre” y que debíamos entrar en contacto con él sin temor pero con respeto. Que como el Yagé era una entidad impredecible, en ocasiones caprichosa, a algunas personas les caía bien y a otras les caía mal, razón por la cual él no podía asegurar de antemano con

certeza cuáles serían los efectos en cada uno de nosotros. Que unas veces el Yagé estaba de buen genio y se comportaba, entonces, como una persona amable y comunicativa, pero que en ocasiones se ponía de un humor difícil y se hacía sentir en ese caso como un ser que infundía temor e intenso malestar corporal. Que en caso de esta última eventualidad, él estaba en condiciones de manejar cualquier situación por desagradable o peligrosa que fuera. Que hasta donde él sabía y siempre que la toma se hiciera bajo la supervisión de taitas o chamanes expertos, el Yagé no había matado ni enloquecido a nadie. Que, por el contrario, para quien estuviera ya iniciado en sus secretos, esta presencia misteriosa no sólo era fuente de bienestar físico, de armonía espiritual, sino guía en la búsqueda del conocimiento. Pero que nos advertía acerca de que no se trataba de cualquier clase de conocimiento, sino de aquel que proporciona sabiduría en el arte de vivir en buenos términos consigo mismo y con todos los seres vivientes de la tierra. Que debíamos tomarnos cada uno la totalidad del contenido del vaso que él nos alcanzara, que a nadie le estaba permitido escupirlo, botarlo o compartirlo con otra persona y, finalmente, que, una vez que el Yagé hubiera llegado al estómago, procuráramos contener, hasta donde fuera posible, las intensas ganas de vomitar.

Fuimos pasando luego uno por uno a recibir la pócima de manos de don Luis. Cuando me llegó el turno y luchando contra la enorme repugnancia que me produjo su olor, lidiando como mejor supe con mis miedos, lo tomé de un solo sorbo, a la manera como se despacha un trago de aguardiente. Al contacto con mi lengua y boca, el sentido del gusto resultó más agredido aún que el del olfato, pues su sabor indescriptible me pareció del todo insoportable. Aunque diferente en cuanto al olor o al sabor, se trataba de algo aún más aversivo que ese vermífugo natural que los campesinos conocen y utilizan con el nombre de Paico.Cuando el contenido de la pócima llegó a mi estómago, éste se defendió en forma de violentas náuseas que se resolvieron en arcadas que a duras penas pude dominar, a fin de evitar el

vómito prematuro. Poco a poco fue pasando el malestar. Entonces decidí recostarme en una hamaca que suelo guindar en otro kiosco más grande, ubicado en lo alto de un despeñadero que va a dar al río Baché. Decidí ponerme en el plan de observarme con cuidado. Estaba resuelto a espiar y a registrar, en caso de que eso fuera posible, cualquier cambió físico, mental o emocional y a contrastar esos eventuales fenómenos con los que había sufrido Castaneda con el uso de varias sustancias psicotrópicas proporcionadas por don Juan, tales como el Peyote, “El Humito” o la “Yerba del diablo”.

Pasó media hora y nada raro ocurrió. Me sentía lúcido, tranquilo, y sin rastros de malestar. Sólo persistía en la boca y garganta la ligera molestia del sabor del Yagé, sabor que poco a poco se convertiría en un tufo áspero e intenso, cuya duración suele prolongarse durante más de un día y que resulta, además de evidente, insoportable hasta para uno mismo.

Transcurrida aproximadamente una hora, miré hacia la casa, ubicada a unos setenta metros del kiosco en donde estaba recostado, y observé que veía doble la luz del foco del corredor. “Bueno, —me dije— es lo que suele ocurrir cuando uno está borracho “. Empecé, entonces, a sentir los brazos pesados como si fueran un par de mazos de cemento. No había euforia ni sensación alguna de borrachera. Decidí, por precaución, acercarme hacia la casa, en medio de cuya labranza de naranjos, anones y viejos árboles de cacao, yacían aquí y allá los demás participantes, cada uno en lo suyo. Algunos vomitaban, otros defecaban sin reato de pudor alguno; otros más conversaban en voz baja, distribuidos en pequeños grupos. Don Luis, entre tanto, pasaba vigilante de persona en persona, de grupo en grupo. Intercalaba su canto monótono de ancestrales músicas amazónicas con un ritual que consistía, al tiempo que abría con fuerza los brazos, en producir con su boca un sonido parecido al bufido de un animal, o al silbido de una olla a presión. Era como si arrojara con la fuerza de su boca, en un enérgico acto de escupir, algo que él ordenaba ir hacia donde lo indicaran los dedos índices de sus manos.

En algún momento me acerqué a él, me senté a su lado en el alto borde del zaguán, dispuesto a interrogarlo acerca de mis nuevas sensaciones. Ignoró mis preguntas. A cambio de respuestas, me ordenó tocar la guitarra. “Maestro —le dije—, sépor experiencia que cuando tomo licor, contrario a lo que otros dicen les sucede, suelo tocar de manera torpe, pues el alcohol me hace perder los reflejos, la agilidad de los dedos y el sentido de la precisión. Si eso me ocurre con el alcohol —continué—, cómo será ahora que siento los brazos como si fueran dos bloques de cemento”. Se quedó mirándome en silencio, y con voz segura me ordenó: “¡Toque la guitarra!”. Le obedecí. A pesar de la sensación de pesadez de mis brazos, observé, no sin sorpresa, que mis manos se movían sobre las cuerdas con enorme facilidad. Los sonidos salían limpios, la música fluía con naturalidad. Toqué en la guitarra durante algo así como dos horas la totalidad de mi repertorio, incluyendo aquellas obras que, debido a su dificultad, jamás me atrevería a tocar en público. Esa noche desfilaron por la caja de mi Gerona, Francisco de Tárrega, Fernando Sor, Luys de Millán, Doménico Scarlatti, Juan Sebastián Bach, Di Capua, Roberto de Visee, Manuel Ponce, Gentil Montaña y hasta la música barroca de Leopoldo de Weiss. Mi hija Marietta, quien era una de las participantes, se me acercó en algún momento y me dijo: ”Oye, papá: todos sabemos que tocas bien la guitarra, pero lo que estamos oyendo supera el nivel al que nos tienes acostumbrados; jamás te había escuchado tocar tan bonito. Pareciera que fueras otro guitarrista”.

Cuando terminé de ejecutar toda la música que sabía y recordaba en el momento, descargué la guitarra y me puse a pensar en la posible explicación para lo que acababa de sucederme. Luego me dirigí al chamán, quien continuaba sentado a mi lado. Me preguntó cómo me sentía. Le respondí que, fuera de la sensación de pesadez en los brazos, de la visión doble y de la fluidez inusual que había observado en mis manos al tocar la guitarra, nada extraordinario me había ocurrido. Entonces él se levantó. Se inclinó hasta poner su cabeza a la altura de la mía, me traspasó con sus ojos saltones de predador nocturno y, sin dejar de mirarme, hizo

sobre mi cabeza con una especie de escobilla de hojas carrasposas que llevaba en la mano derecha, un par de movimientos verticales, secos y enérgicos, al tiempo que producía con las hojas de su escobita un sonido ríspido, parecido al graznido de un pájaro.

De repente, todo se iluminó. Una profusión inimaginable de formas y colores de brillo y belleza nunca vistos por mí, por mí jamás imaginados, inundó la noche. Eran como plumas en forma de arabescos barrocos que iban pasando sucesivamente por toda la increíble gama de matices del arco iris. Subían y bajaban como hojas al viento o como extrañas luciérnagas juguetonas. Luego, todo ese infinito mundo de colores se fue organizando lentamente alrededor mío como si se tratara de un remolino de vivaces y policromas chispas luminosas que empezara a girar y a girar cada vez con mayor rapidez hasta convertirse en una especie de tornado de luz, el cual entre más rápidamente giraba más intensamente sonaba, como si se tratara del zumbido de un poderoso huracán. Yo que estaba en medio de todo aquel torbellino, dentro de aquel túnel vertiginoso, hecho de luz, de color y de sonido, de manera súbita y violenta me sentí halado hacia arriba. Cuando de nuevo fui conciente de mí, me percaté de que, de alguna manera, estaba en todo lo alto de la copa del mango corpulento. No sabía si mi cuerpo estaba allí, o sólo mi mente. Pese a la oscuridad de la noche, percibía abajo con toda nitidez la guitarra que había quedado sobre las gradas de las escaleras que del patio conducen hasta el corredor. También veía allá abajo, echado y profundamente dormido, nuestro perro “Monseñor”, un Labrador Dorado a quien consideramos desde que vino a nuestra casa como miembro importante de nuestra familia; a un lado del perro, al chamán con su escobita y sus escupitajos, y más al extremo del patio a varias de las personas que participaban en la extraña ceremonia. La visión que tenía de esas personas y objetos no se correspondía del todo con la que de manera normal tenemos con los ojos de nuestro cuerpo. Era más bien una visión en blanco y negro, cercana a la que es posible obtener a través de esos visores nocturnos de los aviones

militares, a base, según me han explicado, de rayos infrarrojos y ultravioleta. Pese a lo insólito de la situación, no había en mí asombro alguno, ninguna clase de emoción. Sólo había visión, contemplación desnuda, más allá de los sentidos, más allá de los sentimientos, más allá de las palabras, mucho más allá de la razón. No estaba alegre ni triste, tampoco inquieto; mucho menos aterrado. Simplemente estaba. Estaba allí, suspendido entre el cielo y la tierra, al margen del tiempo y del espacio, entre la vida y la muerte.

Alcé luego los ojos al firmamento estrellado. Era una de esas noches limpias de septiembre cuando la transparencia del aire permite ver en toda su magnificencia el brillo de la luna y de las constelaciones. Sólo que, desde donde estaba, en la copa misma del mango familiar, veía que las estrellas se movían de oriente a occidente y de occidente a oriente, como si se tratara de un gigantesco y rítmico movimiento pendular. Luego todo aquello se fue aquietando lentamente. Cuando volví a darme cuenta de mí, estaba de nuevo sobre el piso de la labranza, justo debajo del mango. En mi reloj eran las tres de la madrugada.

Me sentía cansado. Decidí entonces irme a dormir. No pude hacerlo. Estaba sin rastro alguno de sueño y mi cuerpo en un estado de flotación, como si se tratara de una pluma a merced del viento. Una sensación de bienestar físico y de armonía interior, de levedad, se apoderó de mí a partir de entonces, la cual me acompañó durante cerca de una semana.

Al otro día, cuando amaneció, don Luis hizo el cierre de la ceremonia. Recitó en lengua aborigen una especie de letanía sobre unas ramas de monte que mandó cortar y traer para la ocasión.

Luego, hacia las siete de la mañana, doña Beatriz sirvió el desayuno. Me las arreglé para sentarme a la mesa, al lado de don Luis, con el fin de interrogarlo y de comunicarle mis inquietudes.

Le conté las percepciones del túnel luminoso, del torbellino que me llevó a la copa del mango y de las estrellas oscilando de un extremo al otro del firmamento.

—¿Qué significa ese torbellino de colores, don Luis? —le pregunté—. Se quedó mirándome en silencio con sus ojos burlones. Luego me respondió:

—Luego no dice que se ha leído los libros de un tal Carlos Castaneda? Busque en ellos la respuesta en lugar de hacerme preguntas pendejas.

Después de pedirle con insistencia una explicación acerca del torbellino luminoso en forma de túnel a través del cual fui succionado hasta la copa del mango, con el argumento de que en los libros de Castaneda jamás había leído algo parecido a esa experiencia, al fin me respondió con desgano e ironía:

—¿El túnel? Pues es el tubo del mundo, la vagina de la Pacha Mama. Todos nacemos a través de un túnel y, al morir, pues volvemos a pasar por el mismo túnel.

—¿Y el vaivén de las estrellas, maestro? —Esa es otra pregunta pendeja. Esa explicación debe estar

también en los libros que usted dice que se ha leído —me respondió.

Y a continuación soltó una risita entrecortada y bobali-cona. Luego, mirándome de nuevo con sus ojos de zarigüeya, me respondió:

—Es el ritmo del mundo, el pulso de las estrellas. Todo lo que existe es ritmo y movimiento: la respiración, el coito, los latidos del corazón, el día y la noche, la música de su guitarra, el invierno y el verano, la vida y la muerte.

Cuando terminó de hablar el chamán, empezó a rondar por mi cabeza el viejo principio del taoísmo chino: “Una vez Yin, otra vez Yang. Una vez Yin, otra vez Yang: eso es el Tao”

Hacia las once de la mañana regresamos a Neiva y me despedí de don Luis. Cuando estrechaba en amistoso gesto su mano fría y húmeda, me dio por pensar que ese hombre parecía ser algo más que el menguado sujeto que conocí en “EL RANCHO”.

II

Año y medio después me volví a encontrar con el Yagé, esta vez en “EL RANCHO”, el viejo caserón de doña Beatriz. Aunque sentí a don Luis menos cortante y arisco que la primera vez que nos vimos —hasta nos saludamos de abrazo como si se tratara de dos viejos amigos— tal gesto, sin embargo, no lo eximió de su actitud distante ni de su habitual parquedad para hablar. Aunque sentía el ambiente más relajado que entonces, él persistía en su costumbre de escuchar y callar, razón por la cual me veía obligado, de tanto en tanto, a tomar las riendas de la conversación, no fuera que de un momento a otro se rompiera el hilo precario de nuestra comunicación.

Esta situación, para mí incómoda, me hizo recordar en algún momento de entre nuestros retazos de charla, lo que le ocurrió a un amigo mío cierto día que llegó al lago Titicaca. Era el atardecer y el crepúsculo languidecía en el horizonte. A esas horas tardías ya no se veía gente por los alrededores. El sitio parecía desierto. Sin embargo, no era así: allá en la lejanía, como si fuera un punto ínfimo perdido en la distancia; allá en la mera orilla de la laguna, mi amigo descubrió un indio acurrucado, ensimismado en sus pensamientos. Caminó hacia él, se detuvo a su lado y se puso a observarlo con curiosidad. Le intrigaba la soledad de este hombre, hecho un ovillo entre los pliegues de su ruana andina. Pasaban, sin embargo, los minutos y el indio no daba señas de advertir la presencia del forastero. Aguardó un rato más a ver si, al fin, el hombre se daba por aludido; hasta hizo ruido a propósito con la idea de hacer más conspicua su presencia. Pero el indio parecía petrificado y ajeno a todo lo que sucedía a su alrededor. Cansado y molesto por la espera, el visitante, finalmente, decidió abordarlo:

—¿Por qué tan solo?El indio levantó, entonces, los ojos y los dirigió con

parsimonia hacia el sitio de donde había salido la voz. Había perplejidad en su mirada y tal aire de extrañeza, como si no

hubiera escuchado bien o, mejor, como si no hubiera entendido a cabalidad el sentido de la pregunta.

—¿Cómo puedo estar solo en medio de todo esto? —res-pondió finalmente con timidez. Y empezó a señalar con el dedo las aguas del lago enorme; luego, unos arbustos raquíticos que luchaban cerca de la orilla contra el helado viento del atardecer; después, la palidez del sol que empezaba a morir en el horizonte y, finalmente, un pato que pasó chillando frente a ellos en busca de su dormidero.

Traigo a cuento el recuerdo de este suceso porque también aquella noche de Yagé hice a don Luis una pregunta parecida:

—¿Por qué tan callado, don Luis? —le dije, en un intento más por recuperar los cabos sueltos de nuestra conversación.

—¿Y qué necesidad tenemos de tanta conversa? —me respondió con suavidad, mostrándome la ringlera de sus dientes maltrechos. Luego, remató con ironía:

—¿Por qué será que alguna gente no puede vivir sino en medio del bochinche?

La ceremonia de aquella noche singular empezó tarde, hacia las once y media, pues alguien había invitado a un señor obeso, con aspecto de chofer de camión, quien por no tener la menor idea de a qué había ido, se dedicó a averiguar con todo detalle en qué consistía el asunto, si le era útil para adelgazar, cuáles eran los efectos del bebedizo, si era lo mismo que fumar marihuana y si, en caso de necesidad, el chamán disponía de algún medicamento para atajar la diarrea o controlar el vómito. Advirtió, alzando un poco más el tono y volumen de su voz —como si tales datos pudieran ser de nuestro interés— que era diabético, que tenía alta la presión arterial y hasta preguntó a don Luis si el Yagé era efectivo para conseguir dinero o para atraer a una amante que años atrás lo había dejado por otro. Don Luis, entre tanto, lo miraba de reojo con cierto desdén, mientras le respondía entre dientes con monosílabos.

Para superar situación tan enojosa, y ante las dudas y perplejidades del advenedizo, sugerí al gordo la posibilidad de no participar. Se negó de plano. Nos dijo que de todos

modos él estaba interesado en tomar Yagé y que tenía derecho a hacer las preguntas que considerara necesarias. Que a él nadie lo podía echar de ahí como si fuera un perro, que lo respetaran, que él era un hombre importante de Teruel, que estaba interesado en recuperar a su amante y otras sandeces de parecido jaez.

La persona que lo invitó, entre tanto, se esforzaba por calmarlo; le dijo en tono más o menos enérgico que no saboteara la reunión y que dejara de una vez por todas de preguntar babosadas. Finalmente, el sujeto se tranquilizó.

Al principio todo sucedió como aquella primera vez en Barataria: la preparación minuciosa de la mezcla, el discurso de don Luis, la desagradable ingestión de la pócima, Esta vez, sin embargo, eché de menos la visión doble y la sensación de pesadez en los brazos. Tampoco hubo aquella noche torbellino de luz.

Al cabo de una hora, u hora y media, fui al baño por primera vez. La diarrea y el vómito parecían incontrolables. Mientras capoteaba como mejor podía el mal momento, me dediqué, sentado largamente en la tasa del inodoro, a observar una procesión de hormigas arrieras que pasaban, eludiéndome, cerca de mis pies y subían, luego, por la pared del retrete hasta perderse, cada una con su carga de hojas trasquiladas, por la boca de una claraboya. Las veía de tamaño inusual, algunas tan grandes como una tarántula. Los movimientos de sus patas y antenas me parecían nítidos y coordinados, en medio de una atmósfera intensamente amarilla. No obstante, el tamaño y forma de los enseres del baño eran los normales, y cuando enfocaba mi atención hacia alguno de esos utensilios, desaparecía también el reteñido amarillo del aire que, supongo, era propio del campo visual desde el cual percibía las hormigas.

Una de ellas empezó a crecerse, de un momento a otro, aún más que sus compañeras. Ante su tamaño, las demás, aunque inusualmente grandes, me parecían enanas. Recordé entonces al monstruoso insecto en el que amaneció convertido Gregorio Samsa, en La Metamorfosis. Advertí, intrigado, que esa hormiga se detuvo frente a mí y empezó a

mirarme con curiosidad. Percibí que se daba cuenta de mi presencia allí y que quería “decirme” algo. La miré a sus ojos saltones y luego capté que ella me comunicaba algo así como, “Hola, ¿qué está haciendo usted ahí?”. Sé, sin embargo, que mi “conversación” con la hormiga no se dio propiamente a través de un diálogo verbal. Era algún género de comunicación más allá de las palabras. Llamó mi atención el hecho de que la hormiga me trataba de usted. La palabra usted era el único elemento lingüístico de aquella comunicación insólita, y al darme cuenta de ese hecho, fui conciente de que esa palabra la utilizamos en español para darle a nuestro interlocutor el estatus de persona. O sea, que esta hormiga me está tratando como persona, pensé. Entonces empecé a reír, no tanto por el hecho de que una hormiga me estuviera “hablando”, o de que me tratara de usted, situación que me pareció en ese momento completamente natural, sino porque, por alguna razón, sentí ridícula su pregunta.

—¿Qué esta haciendo usted ahí?—volvió a preguntar la hormiga.

—¿Y es que no lo está viendo, usteeed?, le respondí, enfatizando con ironía la última palabra.

Ella parecía divertirse con mi respuesta. Sin embargo, movía las antenas de un lado para el otro, como diciéndose a sí misma...”no estoy muy segura de lo que dice”. Estuvo mirándome un rato más y, luego, prosiguió su camino. Cuando, finalmente, se integró a la fila, observé sin asombro que su tamaño era igual al de sus compañeras.

Regresé a mi lugar y me recosté de nuevo sobre la colchoneta que me habían asignado en un rincón del corredor. Empecé a sentirme debilitado y tembloroso. Llegó un momento en el que no pude ya sostenerme en pie, ni siquiera podía permanecer sentado. Necesitaba, sin embargo, volver al baño. Pedí ayuda a don Luis y no tuvo más remedio que llevarme en guando hasta el retrete. No sé cuantas veces más don Luis tuvo que hacerse cargo —de todo a todo— de mi situación. Un malestar físico por momentos muy intenso, de naturaleza desconocida e indefinible, se iba apoderando

de mí. Sudaba copiosamente y tenía la boca reseca. No había sin embargo demasiada angustia.

De repente me percaté de algo aterrador: empecé a ver los objetos de “El RANCHO” y a las personas que estaban conmigo con las puntas de mis dedos, a escuchar con mis ojos los canturreos de don Luis, a oler con mis oídos los objetos y el aire circundantes y cuando, para apaciguar la sed, tomaba pequeños sorbos de gaseosa, percibía el sabor del líquido en alguna zona interna de mi nariz. En mi vida me había sentido tan mal. Pensé seriamente en la posibilidad de que no iba poder salir de semejante hueco y que debía ir pensando en la posibilidad de morir. El chamán, entre tanto, cuando llegaban los momentos más difíciles, se me acercaba y hacía con su escobilla de hojas carrasposas una serie de pases sobre mi cuerpo, al tiempo que canturreaba en lengua aborigen cierta retahíla monótona. Me ordenó varias veces respirar con lentitud y profundidad. Este ejercicio, en efecto, me hacía sentir algo mejor. Pude darme cuenta desde el fondo del foso donde, al parecer, estaba metido que fui la persona a quien el taita, casi de manera exclusiva, dedicó su atención la mayor parte de la noche.

Porque a mi lado, el gordo de Teruel, no cesaba de gemir desesperado, de quejarse a grandes voces, en medio de procacidades y palabrotas que reñían de manera dramática con el ambiente sagrado y ritual de la ceremonia amazónica: “Quiénme manda ser marica para tomarme esta porquería —decía de tanto en tanto a grito herido, cambiando cada momento, sin encontrar sosiego, la posición de su cuerpo rechoncho—. No me crean tan tetón”. En medio de semejante moridera, hasta tuve agallas para reírme un rato a costa de mi vecino. Frente a lo que podría suponerse le estaba sucediendo —si es que juzgamos por sus quejumbres e hijueputazos— yo estaba como un rey.

El chamán, entre tanto, hacía caso omiso de las procacidades del obeso. Sólo alguna vez le dijo que se tranquilizara, que nada grave le estaba ocurriendo.

Como me sentía insoportablemente mal, consulté mi reloj de pulsera, a ver si, al menos, ya daba trazas de estar

amaneciendo. Eran justo las tres de la madrugada. Dije para mis adentros: voy a cerrar los ojos, a tratar de permanecer inmóvil, de relajarme, de respirar con calma durante una hora, a ver si así es posible dominar el malestar. Me hice el propósito de ser objetivo en el cálculo de ese tiempo. Para orientarme mejor y, de paso, distraer algo mi atención en relación con lo que estaba sintiendo, me ingenié el ejercicio de dictarme a mí mismo una clase de literatura completa, quiero decir, de cincuenta minutos, tal como lo había hecho durante tantos años en la Universidad. Elegí un tema, de esos que uno se sabe de memoria, organicé los puntos de la exposición sin eludir un solo paso del ejercicio pedagógico; hasta saqué espacio para la acostumbrada ronda de preguntas por parte de imaginarios estudiantes. Cuando calculé que ya había pasado cerca de una hora, puesto que, en mi entender, había interpretado a cabalidad el papel de profesor de mí mismo, miré de nuevo el reloj. No lo podía creer: eran las tres y un minuto de la madrugada. Supuse que el reloj se había descompuesto. Miré otra vez el cronómetro con la mayor atención y pude comprobar que el segundero se movía con perfecta regularidad. Decidí, entonces, repetir el ejercicio, esta vez con un tema de clase diferente. Cuando consideré, al término de otros supuestos cincuenta minutos, que la nueva disertación había concluido, volví a mirar el reloj: las tres y dos minutos de la mañana. Y así, de clase en clase, le hice el quite a mi agonía, hasta que, por fin, amaneció.

Cuando, hacia las seis de la mañana, pude levantarme y empezar a caminar, tenía la sensación física de una radical levedad: Estaba ingrávido, pues con cada paso que daba, como si ocurriera en cámara lenta, sentía que me elevaba del piso cerca de medio metro, a la manera de un gallinazo que corretea por el suelo antes de echarse a volar, para caer de nuevo con elástica suavidad unos diez metros delante.

Antes de despedirme de don Luis, lo abordé para hacerle algunas preguntas y comunicarle mis inquietudes, que no eran pocas. Estaba sentado en el corredor con una taza de chocolate entre sus manos. Como siempre, desestimó mis

apremios e inseguridades. Después de algún rato, sólo atinó a decir, como si estuviera en el plan de hacer conmigo una especial concesión:

—¿Para qué insiste en la explicación de lo que no tiene explicación? Y me echó a la cara su par de ojos oblicuos y el relámpago de su sonrisa agujereada.

—Somos seres inteligentes —le dije— y por ese motivo nuestra razón necesita explicaciones.

Se quedó un rato pensativo con la mirada clavada en las baldosas del corredor. Luego se levantó y dio a entender con un gesto de la mano que daba el diálogo por concluido.

—Sólo le digo —remató con un murmullo de voz—que esta noche el Yagé ha sido generoso con usted. Lo que le pasó la primera vez, allá en su finca, fue una pendejada al lado de lo que él hizo esta noche con usted. El Yagé le ha dado un regalo bonito y usted ni siquiera se da por enterado. Yo, en su lugar, estaría muy agradecido con él.

—Y en qué consiste ese regalo, don Luis?—. Me atreví a preguntar, conciente de los riesgos de semejante pregunta

—Si no lo sabe usted, mucho menos yo—. Respondió en medio de una risita aflautada y temblona. Luego continuó, mientras hacía visibles esfuerzos por armarse de paciencia:

—A lo mejor un día de estos termina de averiguarlo. Nos dimos un abrazo de despedida. Don Luis, descargó

su taza de chocolate vacía, se entró a una alcoba en el plan de dormir y yo, dando largos saltos de gallinazo, alcancé con rapidez la calle.

CARLOS MARTÍN BRICEÑO

HELENA O LA ANUNCIACIÒN

Antes de Helena odiabas el piano. Había que estar en punto de las siete de la tarde, cada último viernes de mes, con el pelo arreglado, el vestido vaporoso y las zapatillas bien lustradas, en las tertulias musicales. El piano era una tradición en la familia. Tu abuela llegó a ejecutar con éxito en un teatro de la capital a Brahms cuando éste aún no era conocido en la provincia. De ello daba cuenta el programa de mano, un pedazo rectangular de papel brilloso, elegantemente impreso, que adornaba una de las paredes de la sala de música.

El primer recuerdo que tienes de Helena es el de una mujer etérea, sentada con laxitud en la silleta de mimbre del recibidor. Lleva unos gruesos lentes oscuros de carey y un vestido entallado, blanco y translúcido, de escote generoso. El sol, filtrándose por los cristales plomizos del ventanal, le pega de lleno en el rostro, creando una especie de halo en torno a su larga y rojiza cabellera. Te agradó desde el principio: ninguna de las profesoras anteriores se hubiera atrevido a presentarse en tu casa vestida de esa forma. No parece una mujer honorable, sentenció tu madre cuando, después de saludarla, te llamó aparte a la biblioteca. Si no es con ella, al diablo las clases, replicaste de inmediato; al menos no es un vejestorio.

Tu prima Fausta era en aquel tiempo, la nieta preferida. A sus doce años podía ejecutar desde una mazurca de Chopin hasta una rapsodia húngara de Liszt “con el virtuosismo de una profesional”, según decía tu abuela. En cambio, ya ibas a cumplir catorce y lo único que interpretabas con cierto decoro eran las piezas del libro de Anna Magdalena Bach. No pasabas de ser, para congoja de tu mamá, “una niña sin talento, a la que le hizo gran falta el padre”.

Helena era joven y delgada, tenía los ojos verdes y unos pechos grandes y puntiagudos que le temblaban al recorrer el teclado. No usaba sostén, su piel destilaba un aroma a agua de rosas. Pareció comprender desde el principio tu hostilidad por ese antiguo y majestuoso Bechstein. Sin presiones, acostumbraba decir, mejor concentra tu energía en liberar la tensión del cuerpo para que fluya el ritmo. Con ternura tomaba tus manos, invitándote a cerrar los ojos y masajeaba uno a uno los dedos, largamente, hasta que sentía los pasos de alguien aproximarse a la estancia de música.

Nunca te aplicaste tanto como en esos primeros meses después de su llegada. ¿Percibes la diferencia entre respetar la partitura y compartir el sentimiento de los autores?, inquiría, ansiosa, al término de cada pieza. Ante tu silencio dubitativo, fijaba el verdor de sus pupilas y decía, lacónica: ¡Ay, linda, cuánto te falta por vivir!

La lluvia escurriendo por el tejado, precipitándose hasta el piso; el zumbar insistente de los grillos después del aguacero, la algarabía de los pájaros al retirarse a sus nidos al desmayar la tarde, cualquier rumor de la naturaleza era pretexto para una nueva lección. ¡Escucha, escucha! ¿Estás lista para traducir en el piano esos sonidos? Y volvía a sentarse a tu lado en la banca para seguir de cerca el ensayo, llenando el ambiente con su perfume.

Para entonces, tu madre ya comenzaba a apreciarla. El recelo que le tuvo al principio se había ido transformando poco a poco en deslumbramiento. Se le miraba contenta. Solía entrar a escucharles mientras practicaban. Incluso dio su consentimiento para que aprendieras algo de Satie, un “revolucionario” compositor francés al cual nunca había oído nombrar, sólo por tratarse del favorito de la profesora. Después de un tiempo, comenzó a invitar a la pianista, al término de las clases, a conversar y a beber licor de café en la biblioteca. Tú aprovechabas sus risas para acabar con el tiramisú y la carlota rusa. Era como si hubiera siempre fiesta en casa.

Helena se convirtió pronto en presencia habitual en tu familia. Las clases se ampliaron de tres a cinco veces en la

semana y se mandó a habilitar uno de los cuartos de huéspedes para cuando ella deseara quedarse a dormir. Los sábados se le podía ver en el teatro o en algún restaurante haciéndoles compañía a ti y a tu madre. Te encantaba oírla disertar acerca del amor y la eternidad: no hay pasión decía, como aquella que nace de compartir una hermosa sinfonía, la buena música favorece la comunión de los amantes. Y sobre todo, disfrutabas oyéndola reír. Era la suya una risa franca, contagiosa, libre, que te inundaba de gozo.

Una madrugada de domingo, después de haber pasado el fin de semana juntas en casa, despertaste inquieta. Habías tenido una pesadilla y tu corazón palpitaba acelerado. Las sábanas parecían haberse cargado con tenues corrientes de electricidad. Cada vez que removías tu cuerpo en el lecho, un placer inexplicable recorría tu piel. En el sueño, eras una doncella desnuda condenada a morir en la guillotina. Una muchedumbre de harapientos esperaba atenta junto al cadalso. Podías sentir, como agujas, las miradas lascivas de la gente. Y justo cuando el verdugo tocó el resorte y el filo iba a caer sobre tu cuello, abriste los ojos. El reloj de la biblioteca anunció las dos de la mañana. En medio del silencio de la noche llegaron hasta tus oídos voces, risas, gemidos. ¿Era posible? ¿Seguían allí? Te hubiera gustado levantarte, ponerte algo de ropa, caminar con sigilo a la biblioteca y darles una sorpresa, pero después de aquel ensueño, extraviada aún, con el corazón retumbando, lleno de rumores nuevos, preferiste dormir. Te sentías plena. Soñaste con mujeres. Hembras hermosas de pechos grandes, anchas caderas y cabelleras largas. Sirenas de formas suaves que se bañaban a la orilla de un río, enjabonándose unas a otras.

Pero no faltaron las habladurías. En esa ciudad pequeña, tratándose de una familia tan conocida, alguien tuvo que ir a calentarle la cabeza a tu abuela, previniéndola, alertándola. Y en una de las reuniones, cuando estrenabas Gymnopédies, la escuchaste reclamar, indignada, a tu madre: esa música extraña y sofisticada no es de mi agrado. Estoy segura que es influencia de ésa, tu nueva profesora. Todo mundo habla de ustedes. Hazme el favor de retirar a esa mujer.

Ya en casa, mientras preparabas tus ropas para ir a la cama, estuviste dándole vueltas al asunto. ¿Qué iba a pasar ahora? Por lo regular, la abuela se entrometía de una forma menos directa. Pero cuando solicitaba algo, no había otro remedio que obedecer. Además, estaba lo de las rentas. Ninguno de sus hijos, tu mamá incluida, hubiera querido disgustarla y correr el riesgo de perderlas. Todo había terminado. Tu madre no iba a darle pretextos. Y menos en su condición de mujer sola.

Aquella noche te resultó imposible conciliar el sueño. Bajaste al cuarto de música y estuviste sentada largo rato al piano. Había llovido y el silbar del viento se colaba por los ventanales. El amanecer llegó mientras tocabas. Se encendieron luces en las habitaciones, pero nadie se atrevió a interrumpir el concierto. De haber tenido la oportunidad de estar contigo, Helena hubiera dicho: ¡Por fin, linda, has conseguido liberar tu pasión interior! Al finalizar, caíste rendida en el sillón de piel donde acostumbraba sentarse.

Helena dejó de acudir a las clases. Tu madre no dio ninguna explicación y estuvo encerrada en su cuarto una semana entera sin permitir que nadie la molestara. Ha transcurrido casi un año y aún se le humedecen los ojos cuando interpretas Gymnopédies. Por supuesto, esto sucede sólo en tu casa, donde te permiten recibir a tus amigas a cualquier hora de la noche y usar vestidos cortos y de escote pronunciado. Para las reuniones de los viernes has vuelto a Bach.

MANUEL SÁNCHEZ MORENO

EL ARTE ENCARNADO: LOS KINDERTOTENLIEDER DE

MAHLER

A la memoria de Ernst y Louise Rückert, de Maria Mahler y de todos los que salieron prematuramente. Para aquellos que sobrevivieron a sus hijos.

Thomas Mann, y especialmente Luchino Visconti retrataron en La muerte en Venecia a Gustav Mahler (1860-1911) en la figura de Gustav Aschenbach.1 Un anciano provecto, hipocondríaco y atribulado por el recuerdo de su hija muerta. Potenciando tal presencia espectral, Visconti usó el adagietto de la 5ª sinfonía de Mahler, compuesto en un momento de interés por la poesía de Rückert. Entre las sinfonías Quinta, Sexta y Séptima y los Rückertlieder (Canciones de Rückert) y Kindertotenlieder (Canciones a la muerte de los niños) sobre versos del poeta, se producirá cierta permeabilidad estética que marcará trágicamente la vida del compositor.

A Alma no le gustan

En noviembre de 1901, cuando componía el famoso adagietto, co-noció a la joven de 22 años, Alma Maria Schindler (1879-1964). A pesar de la diferencia de edad, Mahler quedó cautivado por aque-lla bella e inteligente muchacha.2

La atracción fue correspondida, y para diciembre de ese mismo año, la pareja anuncia su matrimonio que se celebraría el 9 de marzo de 1902.

1 Ver el prólogo de Francisco Ayala en MANN, Thomas: La muerte en Venecia. Mario y el mago, Quinteto, Barcelona, 2005. 2 DERNONCOURT, Sylvie: Mahler, Espasa-Calpe, Madrid, 1979, pp. 69-71.

Entre los veranos de 1901 y 1904 compondrá en la casa de recreo de Maierningg la 5ª y 6ª sinfonías y los liederbasados en Rückert.3 Mientras, nacían Maria en 1902, la primera y enfermiza hija del matrimonio por la que Mahler desarrolló un profundo amor, y Anna en 1904.

Mahler vive un gran momento personal, algo que no se refleja en el pesimismo y fatalidad de la Sexta y de los Kindertotenlieder. El compositor describió a sus hijas jugando en el scherzo de la citada sinfonía, donde “como un presenti-miento, las voces infantiles se hacían cada vez más trágicas, para terminar extinguiéndose en un gemido”.4 Alma transcribía y corregía sus composiciones dejando constancia del desagrado que le producían los Kindertotenlieder: “Yo concibo que se componga sobre tan terribles textos cuando no se tienen hijos o cuando se ha perdido a alguno de ellos [...] pero no acierto a comprender que se pueda cantar la muerte de los niños cuando media hora antes se ha besado y abrazado a los hijos propios, alegres y sanos. Yo le dije: ¡Por amor de Dios, estás tentando al diablo!”.5

¿Por qué Rückert? El poeta alemán Friedrich Rückert (1788-1866) se

encuadra entre el romanticismo de principios del XIX y las tendencias realistas de hacia 1850.6 Viajó mucho por Alemania y por Italia, donde contactó con diversos artistas y se especializó en el estudio y enseñanza de lenguas y literaturas orientales, influencia decisiva en su lírica.

En 1821 se casa con Louise Wiethaus-Fischer y tuvo que sobrevivir a sus dos hijos: Louise muerta en diciembre de 1833 y Ernst muerto en enero del año siguiente con una diferencia de 16 días a causa de fiebres escarlatinas. Esta

3 SADIE, Stanley (ed.): The New Grove Dictionary of Music and Musician. Tomo 11,Macmillian Publishers, Londres, 1980, p. 510. 4 KEEGAN, Susanne: Alma Mahler. La novia del viento, Ed. Paidós, Barcelona, 1993, p. 130. 5 DERNONCOURT, Sylvie: op. cit., p. 82. 6 MODERN, Rodolfo E.: Historia de la literatura alemana, Fondo de Cultura Económica, México, 1972, pp. 208 y ss.

circunstancia le lleva a escribir 425 poemas7 en los seis meses sucesivos a su desaparición. La fama que gozó en vida se trovó en crítica tras su muerte ante su gran fecundidad literaria. Él mismo decía “nunca pienso sin escribir”,8 aunque ello le llevara a componer poemas mediocres.

Mahler tomó sus versos para sendos ciclos liederisticos: los Rückertlieder y los Kindertotenlieder. Pese a cierta superficialidad y ausencia de contenido, el compositor encontró en las composiciones de Rückert afinidades estéticas como la influencia oriental, el sentimiento universalista y el contenido humano, doméstico y popular. A esto se debe unir el tema de la muerte y de los niños en el ciclo que nos ocupa, obsesión macabra muy presente en este periodo y en poetas como Rilke.9

Aparte, existían afinidades vitales. Mahler estuvo marcado desde su infancia por la temprana muerte de seis de sus catorce hermanos.10 Especialmente traumática fue la muerte de su hermano más querido, Ernst, fallecido en 1875 a los 14 años.11 Se llamaba como el hijo muerto de Rückert, aunque ninguna de las canciones escogidas hacen referencia al niño. También, en el invierno de 1901 Mahler tuvo una grave afección con dos operaciones y una larga convalecencia que estuvo a punto de acabar con su vida, situación que le haría estar especialmente sensible a estos temas.

En la fragua de la composición

Mahler escogerá cinco de los poemas de Rückert, concretamente aquellos que hacen uso de la luz, lo cual acalla las voces que hablan de un Mahler no experto en

7 En una edición posterior añade a estos 18 más, y en 1872 se publicó una selección póstuma de 166 poemas. 8 Citado en MARTÍNI, Fritz: Historia de la literatura alemana, Ed. Labor, Barcelona, 1964, p. 362. 9 SOPEÑA IBÁÑEZ, Federico: Estudios sobre Mahler, Rialp, Madrid, 1983, p. 72.

10 PÉREZ DE ARTEAGA, José Luis: “Gustav Mahler”, en VV. AA.: Enciclopedia Salvat de los Grandes Compositores. Tomo III: La Ópera. El Posromanticismo, Salvat, Barcelona, 1997, pp. 244-245. 11 Ibíd., p. 252.

literatura por el uso de poemas de Rückert,12 considerado un poeta de segunda fila en esta época.

Las canciones fueron escritas para la voz de barítono o de mezzosoprano y piano. La orquestación en este ciclo es pequeña, estando constituida por la sección de cuerda, dos flautas, dos oboes, un corno inglés, dos clarinetes, un clarinete bajo, dos fagotes, dos trompas, arpa, glockenspiel,timbal y gong. Mahler combina sabiamente la textura orquestal en cada canción, alternando las cuerdas con el viento-madera, reunidas simultáneamente en el último lied.Este uso de “orquestas alternas”13 en los Kindertotenliederserán el punto de partida para su desarrollo posterior en Das Lied von der Erde (La Canción de la Tierra). El precedente está en los Wessendonklieder (Canciones de Matilde Wessendonk)de Wagner.

Esta alternancia orquestal consigue variar el color en un ciclo que no varía mucho de tonalidad, como contraste a otras composiciones de Mahler. El ciclo comienza en Re menor, pasando por Mi sostenido mayor y terminando en Re mayor. De esta manera se llevó el dolor paterno en sentido ascendente, unificando las canciones del Re menor al Re mayor y logrando una enorme coherencia.

Ahora quiero que el sol salga tan luminoso... El poema contrasta en sus versos el dolor y el consuelo.

Esta dualidad es captada por Mahler mediante las “orquestas alternas” que generan sonoridades contrapuestas. Pero el compositor no limita cada sonoridad a un sentimiento, como puede pasar en el leitmotiv, sino que varía las asociaciones en cada poema para mostrar la ciclotimia emocional del padre en este trance.

El primer pasaje, un solo de trompa y oboe en contrapunto, adentra al oyente en el sombrío mundo de Rückert. La entrada de la voz apela a un amanecer: “Nun will die Sonn’ so hell aufgehn” (“Ahora quiero que el sol salga tan

12 WALTER, Bruno: Mahler, Alianza Música, Madrid, 1983, p. 92. 13 SADIE, Stanley (ed.): op. cit., p. 519.

luminoso”) en línea descendente, como si realmente el sol no pudiera salir. Pero cuando alude a la noche marca una línea ascendente que remarca la tragedia: “Als sei kein Unglück die Nacht geschehn” (“como si ninguna desgracia en la noche hubiera sucedido”), unida a las cuerdas y arpas. Mahler usa en esta frase, rítmicas figuras que se repiten al final de las siguientes estrofas, y que tienen rasgos del primer movimiento —la marcha fúnebre— de la 5ª sinfonía. A esto sigue una triste frase de trompa, tras la cual se vuelve a la tónica con la voz y el glockenspiel.

Este instrumento estuvo muy presente en la mente del compositor, y pudo simbolizar la eternidad, la campanita que se colocaba sobre la cama de los recién nacidos, el triunfo de la luz sobre la oscuridad, la campana de los muertos o la luz eterna. Sea como fuere, es el instrumento más característico de los Kindertotenlieder y tiene un significativo carácter fúnebre y trascendental.

En ocasiones, el glockenspiel aporta cierta irrealidad, un falso optimismo, y ambigüedad como en el último verso: “Heil sei dem Freudenlicht der Welt!” (“¡Sé saludada alegre luz del mundo!”), donde el arpa cae hasta resolver en la tónica, sonando el peculiar instrumento. Esta tensión creada no se resuelve hasta el último lied.

Ahora veo bien, porque mandas oscuras llamas... Este lied tiene similitudes y contrastes respecto al

precedente. El primer verso: “Nun she’ ich wohl, warum so dunkle Flameen” (“Ahora veo bien porqué me mandabas oscuras llamas”) comienza con un fragmento idéntico al del último verso del lied anterior. Esta misma frase ascendente la podemos encontrar también al comienzo del adagietto de la 5ª sinfonía,14 y en la canción “Ich bin der Welt”, de los Rückertlieder, obras que se estaban fraguando en un mismo periodo y cuyo origen remite a Tristán e Isolda de Wagner.15

14 DERNONCOURT, Sylvie: op. cit., p. 74. 15 GONZÁLEZ CASANOVA, José Antonio: Mahler. La canción del retorno, Ariel, Barcelona, 1995, pp. 190 y ss.

Pero hay diferencias, mientras que en el adagietto esta frase se resuelve, en el lied adquiere un tono siniestro y suspensivo, una constante musical del ciclo.

A mitad de la canción aparecen muy sutilmente dos toques de timbal al comienzo de la frase “Ihr wolltet mir mit eurem Leuchten sagen” (“Queríais con vuestra luz decirme”) en pianissimo. Esta frase tiene un breve tono en Re mayor sobre la palabra “Leuchten” (“luz”), que no se volverá a oír hasta el final del último lied.

El primer poema era particularmente rico en referencias luminosas, que eran enfatizadas por Mahler, circunstancia que vuelve a aparecer en determinadas palabras del segundo: “Nun seh’ ich wohl” (“Ahora veo bien”), “O Augen!” (“¡oh ojos!”), “der Strahl” (“el rayo”) o “Was dir nur Augen sind” (“Lo que para ti sólo son ojos”). Todas esas palabras y versos tienen en común la presencia de la luz, los ojos y las miradas, caracterizados por el uso de trompas.

Se expone en el poema que la luz en los ojos de sus hijos no durarán mucho en la tierra, pero sí en la eternidad. Esto tiene relación con la filosofía de Gustav Theodor Fechner, muy seguida por Mahler, y según la cual el universo tiene una conciencia que queda eternamente fijada en un plano espiritual superior: “Was dir nur Augen sind in diesen Tagen, / In künft’gen Nächten sind es dir nur Sterne” (“Lo que para ti sólo son ojos en estos días, / en un futuro anochecer serán sólo estrellas”). El compositor los ilustra con un lúgubre acorde pianissimo en la tonalidad de Do menor, como si alguien perdiera la vista.

Cuando tu madrecita...Esta es la única canción sobre la hija de Rückert, y la

única sobre uno de los dos niños en concreto. Los versos iniciales: “Wenn dein Mütterlein / Tritt zur Tür herein” (“Cuando tu madrecita / cruzaba la puerta”) poseen un gran ritmo que se verá en los finales. La acción de andar de la madre es subrayada por Mahler con pizzicato en los contrabajos. Cuando ella entra, el padre no se fija en su rostro sino en el espacio donde estaría el rostro de su hija.

Comienza con la tonalidad de Sol, el padre canta dos idénticas líneas ascendentes, volviendo a bajar al Re. Esta subida y bajada representa a un padre decaído que mira el vacío dejado por su hija.

La canción excluye a los violines; las violas y cuerdas graves combinan las notas más agudas con las más graves apareciendo nuevamente el fenómeno de la orquesta alternada, en relación con el contrapunto bachiano que estudiaba en estos momentos.

Es un lied que conecta musical y literariamente con los dos primeros Kindertotenlieder: los ojos, las miradas, los rostros radiantes e iluminados, la luz, el candil...

A menudo pienso, que sólo han salido a pasear... Con este lied el dolor de los precedentes cambia en cierta

enajenación evasiva. No en vano posee la tonalidad de Mi sostenido mayor, la tonalidad de la luz para Mahler como se oye en la primera parte de la 8ª sinfonía y en el final de la 2ª.

La introducción de la canción, donde se desvanecen las orquestas alternadas, ya es toda una declaración de intenciones: frescura orquestal, notas aireadas y una cadencia que elimina toda la desorientación del lied anterior. Esta atmósfera irreal se enturbia cuando entra una voz que no consigue mantener el tono desenvuelto, salvo en la palabra “Höhn” (“Colinas”) que simboliza al cielo.

Es admirable como Mahler sigue el ritmo de Rückert. En la primera estrofa relaciona musicalmente las palabras vinculadas rítmicamente por el poeta, como “gang” (“miedo”) con “bang” (“paseo”). Esta relación rítmica encontrará continuidad en el siguiente lied, pero de manera más terrible. El último verso originalmente terminaba con “Der Tag ist shön” (el día es bello”), pero Mahler añade “auf jenen Höh’n” (en aquellas colinas”) para dar unidad rítmica. También se manifiesta en el sentido ascendente de los arpegios luminosos del arpa, como contraste a la anterior canción donde no aparecían. A pesar de la ausencia de oscuridad en este lied, hay una inquietante sombra.

Con este tiempo, con este vendaval... La luz y el buen tiempo idílicos del 4º Kindertotenlieder se

vuelven una violenta tormenta en el 5º y último, como una vuelta a la cruda realidad. Mahler, ese gran maestro de la psicología humana vuelve a potenciar y mejorar con su música los versos de Rückert. Es esta una tormenta metafórica, sin orquestas alternas, por la que debe pasar el padre para encontrar la paz.

La tormenta está hecha a base de motivos descendentes y repetitivos en cada estrofa. Las cuerdas simulan violenta-mente el aguacero con el piccolo, el clarinete bajo y el fagot. Tras la intensa introducción orquestal, la voz entona el primer verso con las palabras “Wetter” (“tiempo”) y “Braus” (“vendaval”) en la misma nota, creando cierta monotonía y obsesión. En el primer verso de la segunda estrofa: “Wetter” y “Saus” (“tempestad”) se elevan a la nota Mi, y en la tercera estrofa: “Wetter” y “Graus” (“horror”) suben a Sol. Este carácter repetitivo y ascendente de las tres estrofas muestran la locura paterna. Hay una dura autoacusación como se oye en el verso “Nie hätt’ ich gesendet die Kinder hinaus”( “Nunca debía dejar a los niños fuera”) enfatizada por la voz en sucesivas repeticiones.

El clímax de la tormenta se encuentra al final de la tercera estrofa. La orquesta entera brama, incluido el timbal, el gong y un contrapuntístico diálogo entre el oboe y la trompa. La voz se eleva al Sol y en algunas palabras como “hinaus” (“fuera”) cobra una apariencia fantasmal.

Tras la tercera estrofa, se vuelve a la calma del primer lied, con el toque del glockenspiel acompañado por el piccolo,arpa y violonchelo creando una atmósfera mágica: la luz desbarata la tormenta. La disolución del clímax se produce por la mano de Dios, donde ya descansan los niños, y el liedse vuelve una nana con consoladoras cadencias en “Wetter”, “Braus”, “Saus” y en el dulcísimo “Sie ruh’n” (“ellos descansan”) libres de la violencia orquestal. Es la resignada y luminosa aceptación de la muerte de los niños, simbolizada por la flauta. Están en un lugar tan bueno como la casa materna, el símbolo del útero, uniendo el estado prenatal a la

muerte como si el irse fuera el regresar. Así lo confirma el último verso, añadido por el propio Mahler.

La nana cae con los últimos toques del arpa, en una bella melodía del violonchelo en Re mayor, recordando los Liedereines fahrenden Gesellen (Canciones del compañero errante) yanunciando Das Lied von der Erde, hasta quedar silenciosa e inmóvil. El padre ya lo ha dicho todo, le resta dejarlos en la mano de Dios. El ciclo vital de los niños y de los Kindertotenlieder se completa.

Es todo este lied la consumación de la sinfonía 2ª Urlich(luz primera), del último movimiento de la 4ª sinfonía, cuyo tema es la vida celeste y especialmente del coro de niños en la 8ª sinfonía.16

En la vida como en el arte

Estos lieder concluyen, como la 6ª sinfonía, con una visión de la vida eterna pero no de una manera convencionalmente religiosa, sino como respuesta a una serie de cuestiones metafísicas que siempre obsesionaron a Mahler. La creencia en la continua renovación y en la unidad del hombre con la naturaleza son dos constantes en esta madura fase creativa. El primer aspecto se ve en el último lied cuando asocia la muerte de los niños al útero materno; y el segundo se puede ver en el cuarto con la presencia de las colinas y el día radiante. Es un intento de comprender la muerte en tanto que pertenece a la vida; un gesto para superar el duelo, como terapia, desplazando el dolor en el objeto de la obra de arte creada.

El 29 de enero de 1905 se estrenan con éxito en la Musikverein de Viena los Kindertotenlieder, hasta la fecha la composición más avanzada de Mahler en el terreno liederistico.17

En el verano de 1908, en Maierningg, la primogénita Maria contrae la misma escarlatina que los hijos de Rückert, agravada con difteria. Tras dos semanas de agonía, muere

16 SOPEÑA IBÁÑEZ, Federico: op. cit., p. 75. 17 DERNONCOURT, Sylvie: op. cit., p. 83.

con cuatro años y medio.18 Fue un golpe del que Mahler nunca se recuperó.

Los poemas de Rücker fueron una trágica consecuencia, pero al ser musicados por Mahler se convirtieron en el recuerdo de los hermanos muertos, así como en un anticipo de la hija muerta.19 A pesar de pretender ir de la sombra a la luz en la música, esta ecuación se invirtió en su vida. El arte, la vida tienen a veces estas dolorosas muecas.

18 PÉREZ DE ARTEAGA, José Luis: op. cit., p. 259. 19 LEBRECHT, Norman: El mundo de Mahler, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 1999, p. 171.

JUAN CARLOS FUENTES TORRES

IV

Lejos de la llama y la ceniza. PABLO NERUDA

Viví siete años bajo los párpados de una mujer. Tierra de húmedos fuegos y acuáticos desiertos que prolongaban la sed o la inventaban al borde de insondables acantilados. Levantamos el Amor sobre lechos de cristal, tallamos el sílex de la madrugada, favorecimos el contrabando de sueños caros como relojes de oro... Pero hasta en los relojes de oro acaba por llegar la más pobre hora del día. Asediados por un ejército de recuerdos, que nos amenazaban desde las fronteras mismas de la felicidad, condujimos nuestros ojos, lo que quedaba de nuestros cuerpos, al último bosque donde ardía la ceniza del Amor puro, el puro Amor de los más impuros. Y allí enterramos nuestras manos a salvo de todo recuerdo; sus manos y mis manos que habían combatido en las tierras del Deseo, alimentado su cuerpo y mi cuerpo bajo un cielo de olvidadas estrellas. Allí abandonamos nuestras viejas armas. En silencio dejamos que el río se las llevara hasta Siempre, esa fortaleza en ruinas que el Tiempo oculta en lo profundo del Amor puro de los más impuros. Bajo los gastados yelmos sólo el Olvido conservamos. En la ciudad a la que volvimos como extranjeros es moneda suficiente para vivir.

V Para Auxi

Acontecen en mi pecho grandes naufragios. Poderosos ejércitos sucumben y vuelven cárdenas las orillas de mi cuerpo. ¿Quién enterró miserables relojes bajo la arena de mis párpados? ¿Quién condujo mis pasos hacia esa estación

abandonada? ¿Por qué los ríos dulcemente me buscan los ojos para suicidarse? ¿Por qué solas mis manos solas como si el mar abandonara todos los puertos? ¿Quién ató ese cielo a mi cometa? ¿Quién estableció la latitud de mis lágrimas? Mi corazón es un portento de sangre caliente. Extraviado y remoto camino. Allí donde hubo árboles me cobija la sombra de un recuerdo. Yo bebo el agua que enciende la noche y camino para desmentir mi vida en las esquinas del mundo, que me entregan siempre su último ramillete de sombras. Hermano triste de la tristeza con mi arquitectura de horas vacías, con mi corona de labios húmedos para los cuerpos frecuentados por el olvido. ¿Quién espera las flores de cristal que crecen en mis zapatos?

VI (Sísifo)

Para Diego Navajas

Sonará el teléfono, me dirás hoy no me has hablado, no me has preguntado cómo estás, qué tal en el trabajo, ¿te acordaste de mí? Fingiré distracción, desinterés, distancia, provocaré tu risa, después tu llanto, un beso, también yo te quiero, cuídate, adiós. Quedará abandonado el teléfono sobre el cristal demasiado sucio de la mesa. Seguiré leyendo ese poema en que suena un teléfono y hoy no me has hablado, no me has preguntado cómo estás, qué tal en el trabajo, ¿te acordaste de mí?...

SEBASTIÁN JORGI

IGNACIO LUDUEÑA POETA MENOR

A Ana María Guerra y Efraín

La vida del poeta Ignacio Ludueña se desarrollaba por los carriles de la más absoluta normalidad. Empleado del Ferrocarril, durante las horas libres se dedicaba con pasión a escribir poemas, vocación que le venía desde la adolescencia. A los cuarenta años había obtenido un premio literario en el concurso organizado por el Ateneo Popular de Escalada. Se trataba de un extenso poemario dedicado a los talleres del Ferrocarril Roca, situados a unos cuatro kilómetros de la estación Temperley. Por su forma de ser y porque no era un tipo de soportar problemas domésticos ni imbricaciones matrimoniales, había optado por quedarse soltero. Ponía toda su fuerza y su intelecto en la lectura de los grandes poetas y en escribir. Pero en el ambiente literario nunca había tenido una actuación de relevancia: era considerado un poeta menor. Su vida normal y meticulosa tuvo una interferencia, debido a una molestia que Ludueña comenzó a experimentar en la pierna derecha. No le hizo mucho caso al principio, hasta que un día lo invadió una especie de tembleque. Su médico le recetó unas píldoras para que tomase cada ocho horas. Se había retirado del consultorio aquella tarde con esa sensación de alivio que dejan los profesionales médicos cuando dicen: —No es nada, Ludueña, tómese estas píldoras y la semana próxima lo vuelvo a ver. Es un mal pasajero. Al abordar el colectivo, un fuerte tirón lo dejó semiparalizado. La pierna parecía que se le rebelaba, como si estuviese acelerada con respecto al resto del cuerpo. Una mujer le cedió el asiento. Al disponerse a sentar, la pierna lo envió hacia un costado. Algo le corría por la misma. —Siéntese —insistió la mujer.

La maldita pierna pataleaba ahora hacia el otro costado, poniéndose dura por momentos. Le fue imposible tomar asiento. Sabía que todos lo miraban. —Gracias —dijo, avergonzado. En los últimos años se había entregado por entero a la poesía y estaba falto de gimnasia. Siempre dedicado a la lectura, el cuerpo había perdido agilidad. Bajó del ómnibus al fin, con la ayuda de un jovencito que se aprestaba a abordar. Para llegar a su casa, debía cruzar el parquecito de los monoblocks y la Plazoleta Emilio Zola, inaugurada hacía poco tiempo. Ludueña había querido bautizar a la plazoleta con el nombre de Rimbaud pero la biblioteca socialista del barrio impuso su criterio, más que todo, por el desconocimiento que tenía un caudillito izquierdista en la comuna. Quién es ese tal Rimbaud, había sentenciado peyorativamente en una reunión barrial, por lo que Ludueña se mandó una perorata incomprensible para la mayoría de los vecinos. Se explayó sobre Las Iluminaciones y sobre Una temporada en el infierno de una manera tan detallada que más de una vecina desprevenida lo tildó de “viejo loco”. Sólo una muchacha, una humilde sirvienta que atendía a un par de ancianos en uno de los monoblockes, lo había apoyado representando a los vecinos más antiguos de todo el barrio, hasta se podría decir, de toda Escalada. Amanda había dicho solamente: mis patroncitos apoyan la moción de don Ludueña, porque la poesía está olvidada en este país. Y Ludueña se había sentido enormemente halagado ante esta postura y la indignación lo había sumido cuando el beligerante “socialista” apostrofó a la Amandita de “negra sucia, provinciana iletrada” y otros rótulos que indignaron a Ludueña de tal modo que intentó fajar al caudillo. Desde aquel momento, Ludueña había comenzado a visitar a los Testa, los vecinos más antiguos del barrio. Pero éstos apenas hablaban, tomaban mate todo el santo día y sus ojos permanecían vaya a saber en qué íntimos y lejanos recuerdos. Ni se hablaban entre ellos y parecían entenderse con la Amandita por señales y gestos. Ludueña supo entonces que la ocurrencia de Amandita de apoyarlo en aquello de la

estatua a Rimbaud había sido exclusivamente suya. Había partido de ella, pero no porque supiese algo de poesía y mucho menos de Rimbaud, sino porque le había dado lástima verlo a Ludueña solo ante la muchedumbre. —Y me ha dado lástima, don Ignacio, verlo así, golpeado por esos insensibles. A partir de aquel momento, Ludueña compartía con ella algunas conversaciones en la Plazoleta o en ocasionales salidas al Mercado o a la Feria de Lanús Este. Ya muchos ni lo saludaban, menos al verlo acompañado por una sirvienta, por una “negra de afuera”, como decía la esposa del caudillito. Hasta le daba cierta vergüenza a él mismo, a Ludueña, todo un empleado del Ferrocarril Roca, siempre de cuello y corbata, con un portafolios brilloso, en donde no portaba más que libros y poemas elucubrados en esos momentos de ocasional libertad, robados al tedio y a la rutina oficinesca. Había surgido entre Ludueña y Amandita una relación como de amistad, hasta el punto que un sábado él la invitó a tomar un submarino en el Tren Mixto de Constitución. Te espero en la estación debajo del reloj, le había dicho él, a lo que Amandita había contestado algo así como no sé qué decirle don Ludueña. Había aceptado al fin y así fue que en varias ocasiones Ludueña se sintió muy feliz de estar acompañado por esa jovencita, a la que él doblaba en edad, a la que apabullaba hablándole de Bécquer y de Amado Nervo, de Juan Ramón y de Rubén Darío; hasta le recitaba largos versos que ella escuchaba con cierto embeleso aunque sin comprender del todo. No estaba Amandita en el banco de la Plazoleta. Arrastró la pierna hasta que pudo cruzar la mitad del terreno. La fatiga lo obligó a descansar unos minutos. Dejó por un momento el portafolios en el banco. Sintió pasos detrás y al volver la cabeza, vio el matrimonio socialista que venía en dirección del mismo pasillo que él ocupaba. Hacía tiempo que no intercambiaban el saludo, por lo que Ludueña miró hacia adelante como ignorándolos. Sin embargo, otro fuerte tirón de la pierna le arrancó un quejido. —Ah...ay...

El matrimonio, que había optado por seguir con el ceño fruncido y altanero su camino, miró a Ludueña... Aunque ya habían pasado unos metros, la mujer soltó el bracete de su marido y se detuvo. Ambos se miraron como preguntándose qué hacer. El caudillito se rascó la cabeza y le hizo seña a su mujer que debían seguir su camino. Fue cuando Ludueña volvió a la exclamación de dolor, que trató de disimular más por vergüenza que por orgullo. —Este...don Ludueña —se atrevió a decir el político—. ¿Se siente mal? ¿Se ha golpeado? —No...no...es que...tengo unos tirones en la pierna derecha... —Lo llevamos hasta su departamento, señor —dijo la mujer, más desenvuelta que el atribulado político. Ignacio Ludueña, incómodo ante la situación de sus encontrados adversarios vecinales, no supo qué decir. No se podía mover mucho, ya que la pierna le dolía cada vez más. Sí, atinó a responder afirmativamente al brazo tendido por la mujer. —Agarralo del otro lado, Bartolito. —Sí. —Muchas gracias —dijo Ludueña, presa ahora de una alegre sensación, pese al dolor que le ocasionaba la maldita pierna derecha. —¿Lo vio un médico? Respondió con un gesto a la pregunta de la señora y luego explicó el asunto de las pastillas que le había dado. Sacó la receta de su bolsillo y se la mostró a la señora. Esta miró a su esposo, como haciéndole una seña de que debían ir hasta la farmacia. —Si se apoya un poquito más en mí, señor Ludueña, lo alcanzo hasta su departamento, mientras Bartolito va a la farmacia a buscarle el remedio, eh. —No...no se molesten, ah...ay. Ludueña hizo un ademán para sacar el dinero de la billetera, pero el caudillito ya se había ido a la farmacia. Sintió algo así como que el mundo era maravilloso y recordó la canción que cantaba Louis Armstrong.

—La perinola, cómo duele, no se imagina, señora... —Vamos, un pasito más, señor Ludueña. —No sé cómo agradecerles este gesto, justo ustedes, señora, yo... La voz de Ludueña estaba quebrada, casi en llanto. La voz se le había adelgazado hasta ser un hilo tenue. La mujer atinó a sonreír y también hizo silencio. Unos minutos después volvió a alentar: —Un par de pasitos y ya estamos en el ascensor, señor Ludueña, no se deje vencer por un dolorcito, vamos, vamos, ¿cómo anda su poesía? —Por lo visto, mejor que yo, lo que es decir, bastante bien —rió él. A los diez minutos de llegar al departamento, el ocasional ayudante apareció con el paquete de píldoras. La mujer había recostado a Ludueña en el sofá y le hacía un té. Ludueña no cesó de agradecerles y les dijo que debían irse. La mujer dijo algo así como que primero tomara las píldoras. Que no tenían apuro. Al rato, ante el aspecto de reposición que había tomado Ludueña, decidieron irse. —Cualquier cosa nos llama por teléfono —dijo ella. El marido le tendió una tarjeta: “Bartolomé Sacco, procurador” alcanzó a leer Ludueña. Volvió a agradecer, mientras el político lo acompañaba hasta la cama. La señora le trajo un vaso de agua fresca y la colocó sobre una servilleta en la mesita de luz. El remedio debía tener cierto efecto tranquilizante, ya que lo venció el sueño. Bostezó un par de veces y se durmió. Qué tanto lío por un simple tirón en la pierna. Se habían portado sus adversarios, después de todo. Qué rara es la gente. ¿Alcanzamos a conocerla en realidad? Un hálito de satisfacción lo invadió. Al otro día, habría de contarle sin más a Amandita su encuentro con el matrimonio Sacco. Grandes poetas como Shelley y como Lope, también habían sufrido malestares en la pierna derecha. Una especie de autocomplacencia lo puso ancho y más que nada, la extraña actitud de los vecinos. Se durmió. Una serie de ruidos y de pasos sobresaltaron su descanso. Creyó que estaba soñando, pero no: alguien

estaba metiendo bulla en la habitación. Al prender el velador, lo que vio lo mantuvo al borde de la desesperación. Su pierna derecha, como bailoteando, saltaba y hacía barullo por todo el lugar. Recordó en un instante a Gregorio Samsa, el personaje de La metamorfosis de Kafka y El leve Pedro, una travesura cuentística de Enrique Anderson Imbert en la que el protagonista se va levitando y se esfuma de la Tierra con inusitada rapidez. Se intentó convencer de que era presa de una horrenda pesadilla. No: su pierna se había desprendido del cuerpo e iba de aquí para allá. El miedo ya fue todo Ludueña. Pero había un pavor mayor aún que lo acechaba, en el caso de que fuese presa de los medios. Gracias al desprendimiento de la pierna, él pronto sería noticia al fin, no por su poesía, naturalmente, sino por el extraño acontecimiento que lo sobrecogía. De pronto aparecían los ancianos Testa y Amandita, ella tendiéndola la mano y ellos tomando mate al borde de su cama, como custodiándolo, como cuidándolo. Ahora la pierna pendía en el lugar donde solía estar el retrato de sus padres y él, Ludueña, seguía haciendo ingentes esfuerzos por darse a entender a Amandita pero la voz no le salía. Le contaba del acto piadoso de los Sacco pero ella sólo atinaba a sonreír y los viejecitos continuaban tomando mate sin parar. ¿Esto era la muerte? Trató de recordar algún verso de Rimbaud de Una temporada en el infierno pero no pudo e hizo un esfuerzo por incorporarse de la cama que resultó vano. De golpe la cinta de la imaginación fue para adelante, a un tiempo en que la biblioteca socialista llevaría el nombre de Ignacio Ludueña y una de las salas de lectura tendría el nombre de Rimbaud, sí, claro que lo estaba viendo, seguro que estaba viendo a muchos jóvenes colegiales consultando la sala en la biblioteca del barrio, con un retrato descolorido de Rimbaud y otro de él mismo, Ignacio Ludueña, enmarcado en un cuadro, luciendo cuello y corbata, con una expresión de dolor, provocada por el problema de su pierna derecha. No, tiene que despertarse, llamar a Amandita o a algún compañero de oficina y entre otras cosas, deberá decirle que la quiere, sin rodeos ni subterfugios el próximo sábado en el Tren Mixto. Sí, deberá

obviar algún pasaje de Las Iluminaciones y decirle a que la ama. Ya no siente dolor, no será necesario esperar hasta mañana para verla y contarle todo este asunto que lo tiene a maltraer. Ha sentido el alivio previsto por las píldoras y ahora no tiene más que vestirse otra vez, bajar y atravesar la Plazoleta Emilio Zola, cruzar el pasaje Bartolomé Sacco y llegarse hasta el Monoblock E donde lo estará esperando Amandita, el ángel negro al que ha dedicado toda su obra inédita.

JOSÉ VÍLCHEZ GARCÍA

LA CÁBALA

Yo soy el alfa y la omega, principio y fin, dice el Señor, que es y será y que ha de venir, el Todopoderoso.

Antes de leer y comprender los apócrifos del antiguo testamento es necesario aunque sea brevemente repasar la síntesis de “la cábala”, para situarnos en lo que fue todo un “Esotérismo” profundo nacido del estudio “deístico” de los libros sagrados, desentrañando el secreto significado de las palabras trascendentes.

Esto lo haremos, no por comprender a Dios, sino hacer un intento de fusionarnos en su naturaleza universal, llegando incluso a intuir su ambivalencia, el “Todo”andrógino de lo masculino y femenino, que lleva a la unidad de la dualidad del Bien y del Mal.

La Cábala y lo cabalístico se han oído infinidad de veces dichos, colocados en múltiples conversaciones, generalmente utilizadas, estas palabras, sin el menor conocimiento de cuanto quieren decir y abarcar.

La palabra o denominación de cábala tiene su origen en un termino hebraico, cuya escritura era “kábbalah” y tenía una profunda significación en su contenido, es decir, era el fenómeno producido por el hecho de recibir un don, aunque también abarca el sentido “tradicional”.

Esta palabra, Cábala, durante los siglos XII a XVII se aplica a una experiencia de lo trascendente en un tipo de movimiento espiritual dentro de la teosofía judía.

Considerada en un sentido genérico, la Cábala es también la Torah, es decir la ley que le fue dada a Moisés en el Sinaí acompañada de un decálogo escrito en las tablas.

Lo que no tiene duda es que esta palabra, Cábala,encierra misterio, un carisma, una intriga, porque en principio es una palabra mágica. Es indiscutible que desde

siglos la Cábala oculta todo un significado de misterio y lo sigue guardando.

Hay una Cábala cristiana que en realidad no es más que una loa a Dios, un poema lírico al “Hacedor”. Es la Cábalacristiana una intuición esotérica recogida de las escrituras judeo-cristianas.

Es, digo, un cántico oratorio, a ese Dios inconmesurable que se manifiesta al ser humano mediante su grafía escrita, mediante simbólicos signos de su creatividad.

Es también adentrarse en la esencia misma del texto bíblico, en donde se guarda el misterio secreto de “la palabra” entre Dios y el hombre.

Son unos misterios impenetrables para ser vistos meramente con los ojos de los mortales.

La andadura por el camino de la Cábala está llena de obstáculos y uno de los primeros es el idioma, pues su escritura es en hebreo o arameo. La otra gran dificultad es que en realidad la Cábala es ante todo una manera de ser y estar en la vida.

No puede, por otra parte, entenderse el estudio de la Cábala si se desconoce la Torah, pues es la esencia misma de la vida. Conocer y amar es una misma unidad.

Clarifiquemos la simbiosis anterior. “Cuando la “Torah” aparece fuera de su estuche y se

esconde inmediatamente de nuevo, lo hace sólo para aquellos que la conocen y tienen confianza en ella, pues “La Torah” es una amada bella y bien hecha que se esconde en una pequeña habitación retirada de su palacio.

Tiene un solo amante, que nadie conoce y permanece oculto. Por amor a ella, este amante pasa por delante de la puerta de su casa y, buscándola, mira por todas parte.

¿Qué hace ella? Abre una pequeña grieta en la habitación oculta en la que se encuentra y por un instante desvela su rostro al amante, Para esconderse de nuevo inmediatamente...”

“Lo mismo ocurre con la “Torah”. No se revela más qué a aquel que la ama.”

Seguimos penetrando en el terreno de los iniciados para el conocimiento de “Sophía”

La historia de la Cábala sitúa su nacimiento en el sur de Francia, terminado ya el siglo XII. Llega a España en el XIII y alcanza su apogeo en el XIV y con gran pujanza en la ciudad de Gerona. Es curioso que, no obstante la distancia, en el siglo XVI, el más importante centro cabalístico es Sefad, en la alta Galilea.

El fenómeno histórico de la Cábala en el mundo religioso judío es único y no debemos confundirlo con el misticismo.

Precisamente el cabalista no pretende que su personalidad sea anulada por una unión mística. Lo que quiere encontrar es la purificación y la divinización de ésta. Es tan sólo una simbiosis de amor.

La Cábala es más bien una especie de teosofía: la búsqueda de las mistéricas revelaciones sobre esa vida oculta, incognoscible y abismal de Dios para llegar al conocimiento íntimo de Él.

El origen de la Cábala se sitúa precisamente en el Sinaí con la revelación de la Torah.

El cabalista logra su finalidad cuando es capaz de penetrar nuevamente en el edén perdido.

Dice Talmud en su CHAGUIGA XIV-5 que en el siglo II hubo cuatro magníficos sabios que se consagraron al conocimiento esotérico de la Torah y que al fin consiguieron entrar en el paraíso. De los cuatro uno tan sólo pudo volver a salir sano y salvo. De los otros, uno, al ver, murió, el otro, cuando vio, se tornó loco, y el tercero se volvió apóstata. Solamente Rabbí Akiba fue el que lo logró.

El Talmud nos da una explicación cabalística,naturalmente, del porqué no lo lograron los tres y nos lo explica diciendo

“Cuándo lleguéis a los lugares de mármol brillante, no digáis ¡Agua, agua!”

“Aquel que busca a Dios en pensamiento y en acción debe apartar las apariencias de la muerte, que se oponen al retorno del aro celeste.”

La esencia de la Cábala no se puede aprender únicamente por los libros. Solo puede aprenderse de un maestro o “del Todo”, practicándola diariamente. Él auténtico cabalista solo persigue el establecer el contacto perdido entre “El Todo” y el hombre, para recuperar aquel estado humano anterior a la perdida del conocimiento posterior.

No es una fuga, una huida del mundo, sino precisamente una aceptación de este mundo descubriendo en él la acción secreta del “Todo”. Por eso el célebre “Lo que está arriba es como lo que está abajo”, y en ello hay una semejanza con el Hermetista.

La Cábala no tiene un lenguaje secreto, esto es criptográfico, susceptible de poder ser aprendido conociendo el secreto de la clave.

Los escritos cabalísticos, como los Midrashim o el Zohar,es cierto que no usan de un lenguaje directo, sino, por el contrario, el complejo lenguaje de los símbolos. Este no presupone él querer esconder oscuros secretos, como se ha creído la mayoría de las veces. Se utilizan sólo para alcanzar una altura intelectiva fuera de lo racional por su intimismo y profundidad.

La verdad es que es un lenguaje tan simbólico como el de la teosofía o el de la alquimia.

Cabría decir que es un verdadero idioma de la imagen donde cada una es susceptible de tener diferentes traduccio-nes.

El judaísmo tuvo con anterioridad a la Cábala y en aquellos centros talmudistas unos principios esotéricos que reaparecen de nuevo en ésta.

El Talmud precisamente hace mención de la doctrina “bereschit”, que es la primera palabra de la Biblia, por lo tanto se refiere al misterio de la creación.

La obra es la que se funda en la palabra “mercabah” con relación al carro divino que se menciona en Ezequiel-I

De ahí que se reconozcan una Cábala de “Bereschit” y otra de “mercabah”. El modo de entenderlas es considerar que la

primera equivale a una cosmogonía y la segunda a una teogonía.

Existen dos Torah, la oral y la escrita, es decir, la una invisible y la otra visible, y ambas son exactamente la ley.

Sin haber recibido la Torah, como Moisés en el Sinaí o como Esdras en la montaña, no puede haber comprensión cabalística. Por eso la misión del cabalista es la de unir la Torah escrita con la Torah oral, es decir lo terrestre con lo celeste.

“Los profundos misterios de la “Kábbalah” del Todo” tienen una existencia de las dos “Torah que le fueron reveladas a Moisés.”

En el Génesis, en su segundo capitulo y en el versículo 18, leemos: No es bueno que el hombre esté sólo, voy a hacerle una ayuda semejante a él.”

De esta frase surge dentro de la Cábala una doctrina, la de la “shekinah”. La pregunta es, por lo tanto, ¿Quien es la “shekinah? La “shekinah” equivale a la presencia del Todo.

La procedencia de esta palabra viene del verbo “sjakan”,que no es otra cosa que “residir”, “morar”. Si es así. La “Shekinah” no es otra cosa más que “la que reside”, la presencia del Todo. Por lo tanto, esa “vida de arriba” es exactamente “la shekinah”.

Si nos vamos en busca de la literatura “midráshica” con anterioridad a la cabalística, nos encontramos que la palabra “Shekinaha” era únicamente uno de los nombres de Dios.

Sucesivamente su significado fue cambiando para designar la característica femenina del Dios inmanente. Es la condición andrógina monoica de Dios, macho y hembra. Sólo así puede emplearse la palabra “unión”.

La concepción de la “shekinah” es la insinuación de la dualidad divina. De dos Dioses, uno masculino y otro femenino.

Hay que partir, por lo tanto, de que la “shekinah” es, por excelencia, lo femenino. Sería el conocido “eterno femenino”.

No podemos terminar esta síntesis de la Cábala sin hablar de las “sephiroth”.

Las “Sephiroth” parecen se una serie de poderes o potestades divinas, aunque para algunos no son más que receptáculos divinos.

Según el concepto hebraico. Dios es el origen de todo, y no hay posibilidad ni de definirlo ni de limitarlo. Parece ser que Dios intentó conocerse a sí mismo. Es decir “Dios deseó ver a Dios” y tuvo que crear el espejo, su espejo, y creó el Universo.

Las “Sephiroth” son por lo tanto, el camino el procedimiento por el cual la emanación de Dios se manifiesta.

En la Torah, los personajes y figuras que en ella aparecen se relacionan a este proceso de Dios. Por ello los cabalistas lo asocian a esta o aquella “Sephiroth”.

Las “Sephiroth” tienen su disposición en tres columnas: la de la Izquierda es la de la ira y el rigor, la del centro es la de la justicia y la de la derecha es la del amor y la misericordia.

El árbol “Sephirótico” tiene también su interpretación dentro del candelabro de los siete brazos o “Menorah”.

TRILOGÍA CABALÍSTICA. Son tres libros Cabalistas por excelencia. El primero

llamado “Sepher yetzipah” o “Libro de la creación”. Su tema principal es el de los diez elementos de este

mundo que se hallan en los diez primeros números y además en las veintidós letras del alfabeto hebreo.

Son los treinta y dos senderos de la sabiduría. Otro libro es el “sepher ha Bahir”. Es un libro que se funda en una frase del libro de Job.

Que dice “Y ahora el hombre no puede ver la luz que está brillando en los cielos”

Por último está el “Sepher ha zohar” o también “El libro del Esplendor”. Es la obra primordial de este tipo de literatura. Hace su aparición en Castilla mediado el siglo XIII y fue impresa en Mantua en el año 1.559. Iba a convertirse en el libro canónico de los hebreos.

Es en realidad un comentario del Pentateuco, de la Torahcon una serie de meditaciones metafísicas.

Para los que ansían su desarrollo personal y autorreali-zación, La cábala supone una vía basada en un mapa de conciencia llamado. “Árbol de la Vida”

“Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender”.

“Su belleza es superior a la se una perla, y aquello que más valoras no tiene parangón con ella. En su mano derecha reposa el día; en la izquierda, riquezas y honor. Sus caminos son placenteros y todas sus sendas son la paz. Es un Árbol de la Vida para quienes la toman, y todo el que se une firmemente a ella alcanzará la felicidad”

En el Árbol de la Vida vemos un jeroglífico del alma y del universo, y en las leyendas relacionadas con él, la historia de la evolución del alma y la vía de la iniciación.

IVÁN MONTES GÁLVEZ

LA FISURA

…la verdad de esta vieja pared; y sus fisuras,

ALEJANDRA PIZARNIK

Quien contempla una fisura que aparece sobre el muro y que como luz ha de quebrar los días, y deja proyectos y deja hábitos para observar esa germinación, es tan solo un eje entre el dolor y el mundo. Su avance arrinconado es el del geco y la memoria, el de la sed y el del olvido, ser perseguida en el ayer y sólo en el hoy ser invisible (la fisura es una araña, teje su engaño y desaparece en su propia espera). Dibuja formas y hay en ella antepasados, el perfil de los días, del dios y la madre; la costa de una ínsula, tan siquiera la nada: la fisura es ante uno como uno ante la nieve, todas las causas se agrietan en los ojos. Toma otra dirección y es vertical como la lluvia y la humedad se proyecta desde lo blanco: es un árbol majestuoso, un roble o una encina. Sientes raíces en tu interior y en el mañana: formas tatuadas como grietas en el cuerpo.

Iván Montes Gálvez (Granada, 1979) participó con su Ensayo general del corazónen el volumen colectivo El aspersor de Radio 3 de Rne .Sus textos han aparecido además en revistas literarias como Salamandria, Fábula, Alhucema, Cuadernos del Matemático y en algunos blogs de la red.

FELIPE GARCÍA QUINTERO

Universidad del Cauca

LA LITERATURA CONTEMPORÁNEA EN EL CAUCA

Dos aspectos opuestos caracterizan la literatura caucana contemporánea: la ausencia de crítica y la proliferación de nuevos y buenos escritores, aunque no tanto la edición de sus obras.

Sobre el primero de estos fenómenos, la carencia de un aparato crítico que revise, seleccione y ordene en un corpus actual las obras, los autores, los estilos, los lenguajes y los periodos durante el siglo XX1, hace desconocida y mal valorada la producción literaria caucana dentro de la región misma y en el resto del país. A ello contribuye como prueba, además, la escasa publicación de antologías de la lírica o la narrativa corta. Por ilustrar el caso, encontramos que durante los últimos cien años, sólo se editaron tres muestras de poesía y tan sólo dos breves volúmenes compilatorios de cuentos premiados en igual número de concursos locales2. De otros géneros como la novela, el ensayo o el teatro, sin contar con otras expresiones emergentes de la literatura como la testimonial, la periodística y de la oralidad, es aún más escaso encontrar estudios, muestras o panoramas que permitan conocer el estado de estas expresiones3.

En este punto es preciso anotar que si bien la configuración del canon regional se ha visto reducida a tan pocos libros y autores imprescindibles como Valencia y Maya, lo cual ha impedido determinar mejor la renovación generacional, la participación, principalmente de poetas, en antologías nacionales es significativa4. Este hecho confirma que aún la tradición de mayor reconocimiento externo y de más arraigo en Popayán y el Cauca es la de la lírica. No obstante la notoriedad de algunos narradores como Enrique

Cabezas Rher y Víctor Paz Otero, la novela y el cuento son menos apreciados.

Creemos ver operar de modo favorable la desterrito-rialización de nuestros escritores, pues algunos que emigra-ron de la ciudad a otras regiones o países han logrado incorporarse a diferentes tradiciones culturales, siendo reconocidos como propios en el sitio de arribo. Son los casos de los poetas caucanos Horacio Benavides y Julián Malatesta radicados a la poesía vallecaucana. Así también vemos figurar al guapireño Alfredo Vanín entre los intelectuales estimados de la Universidad del Valle o al timbiano Iván Ulchur Collazos en la academia ecuatoriana y ahora en la estadounidense. Igual ocurre con los foráneos incluidos en la reciente historiografía de la literatura caucana (ver García Quintero, 2005); tal es el caso del poeta caleño Carlos Fajardo Fajardo, dada su formación académica y literaria desarrollada en Popayán en la década del 80 como estudiante de Filosofía de la Universidad del Cauca.

Pero respecto del ejercicio crítico, vemos cómo la frontera de la identidad se cierra, pues la universidad continúa al margen de abordar el estudio de la tradición literaria regional5. El desinterés académico por los escritores locales y sus obras contribuye a hacer menos visible la producción artística y más difícil el camino de su reconocimiento y la proyección en otros ámbitos. Si bien la escasa reflexión crítica es ejercida en su gran mayoría por los mismos escritores, la ausencia de medios en la región y el país para la difusión del pensamiento en torno a las nuevas obras, acentúa el grado de invisibilidad y desconocimiento de los autores carentes de la publicidad ofrecida por el poder editorial trasnacional. Sobre este último asunto, la publicación, y ante la ausencia de apoyo público o privado, baste decir que en parte ha sido mal resuelto a través de la autoedición impresa y virtual y, en otros pocos casos, por medio de la obtención de concursos literarios.

Resulta claro que este breve y desolado diagnóstico no difiere de la situación presentada en los departamentos vecinos. Con igual o menor intensidad, los problemas que

aquejan a los creadores literarios del Cauca son los mismos en Nariño, Putumayo o el Huila. Sin embargo, el hecho de compartir iguales circunstancias, hace que ahora nos detengamos mejor en contribuir a la solución de los mismos, por medio del diálogo creador de este Primer Encuentro de Escritores del Suroccidente de Colombia que bien nos acoge en Neiva.

Para ello abordaré el segundo aspecto arriba anotado: la proliferación de nuevos y buenos escritores caucanos.

El optimismo tiene su razón por el entusiasmo que la literatura despierta en los escritores surgidos en Popayán a partir de 1990, también llamados la generación posterremoto(ver Lasso Echavarría, 2005: 250-300), puesto que en su infancia y adolescencia viven los sucesos del sismo del 31 de marzo de 1983, cuando la ciudad blanca ve trasformar la interpretación de sus símbolos tradicionales, propios del imaginario colonial religioso. Aunque las formas que los representan, esto es la arquitectura conventual, las imágenes y el ritual mismo de la Semana Santa, sean los mismos de antaño bajo el simulacro de la reconstrucción de sus modelos originales, los problemas no resueltos entonces y los derivados del crecimiento demográfico y urbano, tanto del conflicto armado actual, hacen que la ciudad sea leída desde otra mirada, menos nostálgica del pasado glorioso y más consciente de su crisis y decadencia. Aspecto sobre lo cual Guillermo Valencia (1955: 147-150), en 1909, cifrara en un homenaje crítico poco advertido que ha sido interpretado como de deificación, una de las miradas más penetrantes sobre de la realidad social, cultural y espiritual de la ciudad. Nos referimos al poema emblemático titulado “A Popayán”, que inicia y concluye con una negación: “Ni mármoles épicos claros de lumbre y coronas,/ni muros invictos, que prósperos hierros defiendan,”

Y es en el marco de la modernidad como espíritu crítico donde emerge la poesía de Carlos Illera Benavides (1957-1999). Nos resulta significativa, pues en su obra vemos surgir la ciudad apocalíptica de luces de neón; se trata ahora de una Popayán de pérdidas, de extravío, no de encuentros y

aciertos con la felicidad, como antes lo fuera. La conciencia de habitar el mal como estado de alma es también el eje que sostiene la poética mística de Francisco Gómez Campillo (1968), en su primer libro titulado La tiniebla luminosa(1993). Consideramos que esta obra es fundacional de la joven poesía caucana. A partir de ella, otros horizontes se abren en distintas direcciones fecundando nuevas visiones como, por ejemplo, la del tono sensual, grave y de circunstancias cotidianas de la poesía de Edgar Caicedo Cuéllar (1966). Este poeta es autor también de un libro de relatos esencial a la hora de trazar la historiografía reciente de la literatura en Popayán. Las blancas huellas del rocío y otros relatos (1998) se inscribe en la mejor tradición de la literatura norteamericana contemporánea. Se trata de un libro que bebe en la fuente primera del boomlatinoamericano, pues no asimila al García Márquez del realismo mágico sino a Saroyan, a Dos Pasos y al Hemingway que describe con perfección el caminar de un gato al doblar una esquina.

En poesía otro nombre significativo es el de César Samboní (1972), autor de cuatro libros, cuyo registro es mutante y da cuenta, no obstante, de ciertas obsesiones temáticas como la del amor, la infancia y la muerte. Y en narrativa, las voces de Marco Antonio Valencia Calle (1967), Juan Carlos Pino Correa (1968) y la de Johann Rodríguez-Bravo (1981-2006) completan el nuevo canon de escritores caucanos.

Valencia Calle publica en el año 2002 una novela particular titulada Oscuro por claritas, cuya diégesis ronda lo inane, rasgo posmoderno de la intrascendencia de la vida actual que no logra la conquista de grandes retos y en cambio se hunde en resolver dudas mentales insolubles. Es así como se cuenta la historia de un crimen cometido a un miembro del MLP (Movimiento por la Liberación de Popayán), joven universitario decidido a confrontar el estatuto colonial excluyente del sujeto moderno que no comparte los mismo signos. También la condición marginal y los nuevos imaginarios urbanos son bien representados mediante un

lenguaje que estiliza el habla popular y logra dar con el tono de una realidad social convulsiva por la violencia. De Juan Carlos Pino Correa destacamos el dominio técnico, el oficio mismo del lenguaje de novelista y la factura de su prosa templada en la vigilancia de saber contar una historia. En su primera narración larga titulada Hojas sin nombre (2002) aborda el narcotráfico en el sur del Cauca, cuando la bonanza cocalera de la década del 70 deslumbró con sus espejismos la pobreza del campesinado. En la oposición binaria de entrar y salir de un mundo, se expone la tensión de un cosmos rural enfrentado al caos civilizatorio de la ciudad, que termina venciendo a las fuerzas del mito con sus promesas incumplidas de progreso. Ya instalado en la dimensión urbana, Pino Correa incorpora a su obra un nuevo tono, de atmósfera grave y acento reflexivo, propio del monólogo interior de una conciencia plenamente individual, poblada de soledad, anonimato y extravío. Así viven y sienten los personajes del libro Los escaques y la noche y otros relatos(2004).

La reciente y lamentada desaparición de Johann Rodríguez-Bravo a la edad de 25 años, no impide referirnos a él como a un autor maduro, no sólo por la prolífera escritura de siete libros (tres novelas e igual número de libros de relatos y un tomo de ensayos, crónicas y reseñas críticas), sino también por el alcance de su poética, que si bien era una obra en marcha, respondió con solvencia de talento a las expectativas de la actual literatura colombiana. Suyos fueron los temas de una ciudad en trasformación y los jóvenes que la nutren con sus historias. Rodríguez-Bravo editó un bello tomo de relatos titulado Aquella vida de mago (2004) y obtuvo en vida el aprecio de sus amigos y el reconocimiento de escritores como el maestro Germán Espinosa, Juan Villoro y Enrique Vila-Matas.

Vemos cómo la oposición necesaria de los contrarios (ausencia de crítica y proliferación de nuevos y buenos escritores caucanos) que permite pensar en equilibrar las fuerzas de la imaginación literaria, fundamenta la realidad actual del breve repertorio de autores citados, que esperamos

sea renovado con la edición de nuevas obras, especialmente de novelas urbanas, pues la preponderancia de Popayán como tema, personaje y escenario es un principio que ahora empieza a ser objeto de ficciones narrativas, género que vislumbramos como el camino más transitado de los próximos años.

NOTAS

1 Hasta 1955, —año de publicación de la segunda edición ampliada y corregida de La Poesía en Popayán. 1536-1954— José Ignacio Bustamante aborda, desde la colonia, la historia del periodismo literario y realiza una antología amplia y plural de la poesía epigramática y lírica de autores caucanos. Este libro se constituye en la principal fuente documental y crítica de la literatura regional. Muy posterior a ello, el artículo “Poesía” de Francisco Gómez Campillo (2001: 87-104), escrito para el libro TTerritorios Posibles. Historia, Geografía y Cultura del Cauca, es,, junto al titulado “La nueva poesía en la crisis de la ciudad letrada” (1980 — 2005) de Omar Lasso Echavarría (2005: 250-300), la más actual aproximación crítica a la poesía caucana y de Popayán. A esta lista cabe agregar también nuestro ensayo dedicado a pensar el legado poético de Rafael Maya y su relación con la poesía joven de Popayán (Ver al respecto García Quintero, 1998). No obstante estas aportaciones, consideramos que aún falta diálogo y reflexión escrita para determinar las particularidades de la literatura regional, y con ello acaso definir mejor la configuración de sus características y valores.

2 Del periodismo escrito resulta importante registrar el libro El rastro de las ideas,de columnistas del diario El liberal de Popayán, compilado por Marco Antonio Valencia Calle (2004). De igual forma, destacamos el estudio realizado por la profesora Hortensia Alaix (1995) sobre la tradición oral en la localidad de El Patía, Cauca, premiado en la convocatoria de los Premios Nacionales de Cultura y la compilación de Carlos Alberto Velasco Díaz (1996) titulado Jugas y Bundes cantados por negros en el norte del Cauca.Sobre el ensayo y el teatro regional no encontramos fuentes documentales escritas, aunque la producción académica en Ciencias Sociales sea abundante y se constituya quizá, en uno de los más significativos aportes intelectuales de la región. Destacamos el trabajo investigativo-docente de los historiadores Guido Barona Becerra, Zamira Díaz y Gonzalo Buenahora Durán. En la antropología se destacan Herinaldy Goméz, Cristóbal Gnecco y Hugo Portela. La tesis doctoral en estética de Guillermo Pérez La Rotta significa un relevante aporte al campo de la filosofía. Una aproximación al hecho teatral en Popayán es el documental realizado en el año 2001 por Oscar Potes y Guillermo Pérez La Rotta, para la serie Arte y Cultura en Popayán, transmitida por la televisión local.

3 Los libros antológicos de poesía es el ya citado de Bustamante (1955), otro de autores caucanos compilado por el profesor Guido Enríquez Ruíz en 1987 y el más reciente titulado Silencio de serpientes sobre el tesoro. Panorama de la poesía contemporánea en Popayán (1975-2005) de García Quintero (2005). En el año

2003, la Gobernación del Cauca, a través de la Secretaría de Educación y Cultura, editó dos antologías de poesía y cuento de docentes escritores del departamento. Ambos libros dan cuenta de la vocación literaria de muchos maestros anónimos, aunque la falta de estilo y oficio haga considerar estas obras sólo por el valor documental y no estético. Precisamos que a la fecha no existe una antología sobre el cuento caucano. Dos muestras de relatos premiados se constituyen en el estado del arte del género. El primero de los cuales fue el concurso convocado en 1976 por el entonces Instituto Cultural de Popayán, el segundo por Radio Universidad del Cauca en 2000 y 2001.

4 Las obras de Matilde Espinosa, Gerardo Valencia, Helcías Martán Góngora, Horacio Benavides y Francisco Gómez Campillo, figuran en las más recientes antologías de poesía colombiana.

5 La excepción la constituye el decidido apoyo del Área Cultural del Banco de la República de Popayán al proyecto Desarrollo de la Literatura en el Cauca,realizado por la Revista de Poesía Ophelia de 1998 a 2001. Bajo la modalidad de ponencias en un seminario académico, se abordó la novela en el Cauca, el cuento payanés, la poesía joven, el audiovisual y las publicaciones culturales realizadas en la región. La participación en estos eventos estuvo a cargo principalmente de los mismos autores, tanto poetas, narradores, realizadores como gestores culturales que actuaron en calidad de lectores críticos y ponentes de su propia experiencia artística.

REFERENCIAS

Alaix, Carmen Hortensia (Recopiladora) 1995 Literatura popular. Tradición oral en la localidad de El Patía

(Cauca). Colcultura, Bogotá.

Burgos, Álvaro, et al1976 Cesta de recuerdos y otros cuentos. Concurso de cuento

Instituto Cultural de Popayán. Lotería del Cauca, Popayán.

Caicedo Cuéllar, Edgar Alberto 1998 Las blancas huellas del rocío y otros relatos. Fondo Mixto de

Cultura del Cauca, Popayán.

Caicedo Cuéllar, Edgar y Pino, Juan Carlos (Compiladores) 2003 Cuentos. Antología Minga Creativa. Gobernación del Cauca,

Popayán.

Campillo, Francisco Javier 2001 “Poesía”, en: Territorios Posibles. Historia, Geografía y

Cultura del Cauca. Editorial Universidad del Cauca, Popayán. pp. 87-104.

1993 La tiniebla luminosa. Colcultura, Bogotá.

Enríquez Ruíz, Guido

1987 Poetas Caucanos. Antología. Editorial López, Popayán.

Espinosa, Julio César, et al2001 Al filo de las palabras. I y II Concurso de Cuento y Poesía

Radio Universidad del Cauca. Taller Editorial Universidad del Cauca, Popayán.

García Quintero, Felipe 1998 Finca Raíz y Propiedad Horizontal. Lectura del legado poético

de Rafael Maya. Fondo Mixto de Cultura del Cauca, Popayán.

___________________ (Compilador) 2005 Silencio de serpientes sobre el tesoro. Panorama de la poesía

contemporánea en Popayán (1975-2005). Editorial Universidad del Cauca, Popayán.

Lasso Echavarría, Omar 2005 “La nueva poesía en la crisis de la ciudad letrada” (1980 —

2005)”, en: Silencio de serpientes sobre el tesoro. Panorama de la poesía contemporánea en Popayán (1975-2005). Editorial Universidad del Cauca, Popayán. pp. 250-300.

Pino Correa, Juan Carlos 2004 Los escaques y la noche y otros relatos. Ediciones Axis Mundi,

Popayán 2002 Hojas sin nombre. Editorial Universidad del Cauca, Popayán

Quintero, Elvira Alejandra y García Quintero, Felipe (Compiladores) 2003 Poesía. Antología Minga Creativa. Gobernación del Cauca,

Popayán.

Rodríguez-Bravo, Johann 2004 Aquella vida de mago y otros relatos. Ediciones Axis Mundi,

Popayán.

Valencia, Guillermo 1955 Obras poéticas completas. Aguilar, Madrid.

Valencia Calle, Marco Antonio (Editor) 2004 El rastro de las ideas. Columnistas de El Liberal. Asociación

Caucana de Escritores, Popayán. 2002 Oscuro por claritas. Editorial Trueque, Popayán

Velasco Díaz Carlos Alberto 1996 Jugas y Bundes cantados por negros en el norte del Cauca.

Imprenta Ideal, Santander de Quilichao.

LUIS CARLOS MUSSÓ Guayaquil (Ecuador)

UNO

Un canto que deshoje las orillas del miedo. Que amenace (como la belleza) desde sus ámbitos hostiles, y que nos haga sobrevivir a los hiatos del amor. Un hiato como el universo que contienen las manos. Un canto, como el silencio.

DOS

Lengua habitada / lengua simple / lengua suspensa; no nos seduce si se evade del mundo cierto: la víspera de toda batalla es frágil y el campo nos acosa con su paz maldita. En la visón reveladora no hay mentira que nos haga el invierno con todos sus bártulos; que nos recuerde la desnuda mirada del error.

Lengua habitada / lengua simple / lengua suspensa; no nos seduce si se ausenta del mundo ilusorio: la mañana que vino después de la batalla nos encontró lidiando con al arte mayor de la muerte. Ya que nadie acompaña a nuestros muertos en sus ataúdes de pino; y la noche les es tallada en los párpados. Pues la han ganado.

No hay pie quebrado que funcione si contemplamos las tersas aguas en los días después de la batalla. Graves, ligeros, los sepulcros en el mar. Y una lengua habitada, también simple y suspensa, nos embriaga con aroma de música y blasfemia: nos seduce con el rastro de un cántico profundo.

TRES

*

¿Y qué si la canción palidece los rostros? ¿Y qué si arrulla a las gaviotas que vuelan sobre las mazmorras? Bajo su sombra, una ola camina con paso ausente y abraza los talones de los amantes.

Entre la espuma se incendian las apariencias del sueño; su docilidad es parte de la leyenda que va perdiendo sus sabores.

La canción cubre mis hombros como una égida milagrosa. Como pieles de una pieza de caza aun ahora evocada. La canción cumple su cometido: extingue la certeza que traba las lenguas.

**

¿Por qué te obstinas en cuestionar el mensaje? ¿Por qué deseas constatar cuán anchos/ estrechos/ profundos son los socavones de esta mina que es el lenguaje? Salvajes melodías resuenan en ecos rituales. Y tú, empeñándote en disponerlas en forma de concierto. Para satisfacción de tus salaces arbitrios. Para constante perplejidad de los astrólogos.

RAMÓN MESA(República Dominicana)

El caso del profesor Juan Carlos Altham

Lo menos que puede hacer un escritor es regalarle a un personaje su destino. CARLOS FUENTES,El mal del tiempo II

Introducción para Dummies

Lo conocí —si a caso se pueda conocer a alguien con tan solo verlo una vez— en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde dictó su magistral conferencia sobre la arqueología Oriental. Por sus venas no corría oscura sangre, sino un vertiginoso río de arena. Vestigios de un Nilo milenario le hacían el alma cenagosa. Sé que el tiempo engendra el olvido, que una sola vez lo vi, es cierto, pero estoy seguro de que el retrato que publicó la prensa anunciando su muerte, no es el retrato de su rostro, sino algún reflejo de su realidad entre comillas. Creo que la muerte es una forma patética de Dios herir la imaginación del hombre: En algunos artículos periodísticos se debatió que “tanta arena en una biblioteca era imposible”. En otros se dijo que “el cuerpo yació por largo tiempo —curiosamente sin descomponerse—, y que esto dio oportunidad a que las arañas tejieran su red en todo el cadáver, especialmente en la cara”. También conjeturaron sobre las cosas raras que se encontraron en su biblioteca, como el caso de una vasija de origen desconocido, así como de un espejo opaco, tan oscuro en su fondo que ni siquiera refleja la realidad de las cosas, y que apenas se puede percibir de los rostros una extraña sombra.

Mi historia, —que no es mía, sino del Profesor Juan Carlos Altham— intenta sugerir que la realidad es un espejo frente a

otro espejo, y que esa realidad es la que todas las mañanas percibimos —sin asombro— al abrir los ojos.

Los hechos

La noche había entrado al corazón de las cosas cuando abandonó la lectura. Hacía frío, estiró los músculos con pereza. Pensó en la hora. (Realmente había ignorado el tiempo). Entonces se percató con sorpresa de que la noche había avanzado rápidamente hacia la madrugada. Le ardían los ojos, casi se desvaneció en un largo bostezo, sus párpados debían pesar tanto como una de esas piedras con las que construyeron la pirámide de Keops. Miró el espejo vacío en el que nunca ha podido verse. Este fue desde siempre su objeto predilecto de estudio, acaso porque intuía que las cosas vacías son las cosas más profundas del mundo. Se dejó caer pesadamente en el fondo del sillón. “Demasiado cansado para reordenar tantos libros”, pensó. Apartó algunos títulos y colocó el espejo frente a sí. Lo miró, fijamente y lo acarició como si acariciara a una mujer que espera ser poseída. Lo sintió frío y suave. Su opacidad le atraía. En él vio su sombra como si viera el otro que está después de la vida. Lo miró sin pestañar, con los ojos duros, queriendo de algún modo descubrir en ese interior sombrío su interior también sombrío, queriendo dialogar con esa forma sin forma que se desdibujaba a través del espejo. Su mirada era de insomnio, veía su imagen como si viera algo muy lejos. La veía como un largo camino sin regreso. La veía por entre las celdas de sus pestañas apretándose con el peso de sus parpados cansados. Luego, esa imagen lejana se hizo tan distante que se volvió pequeñísima, pero que en pocos segundos se transformó en una luz cósmica, y luego, dio paso a una oscuridad tormentosa, como en los sueños, donde las imágenes tienden a ser infinitas aunque en un tiempo brevísimo, y en donde la travesía de lo consciente a lo inconsciente, un segundo de tiempo es un cosmos de historia, y de abismos. Inexplicablemente despertó en una cámara sin puertas y de

paredes altísimas. La luz parecía venir de ninguna parte. Frente a él había un sarcófago y una efigie con forma de escarabajo en el torso. Comprendió que era la tumba de un faraón. No le pareció extraña, pues él había visto muchos sarcófagos en fotografías ampliadas y nítidas de las enciclopedias de historia. Miró su alrededor con curiosidad auque sin asombro, vio una vasija de barro llena de arena. Entonces se sorprendió, “mi vasija” murmuró. Volvió sus ojos a la efigie y encontró en la cuenca vacía de esa mirada una expresividad indescriptible. Se estremeció, abrió la boca como si le angustiara la necesidad de pronunciar algo aún no concebido o inconcebible en su memoria, «Kefer», (dios de la creación. Hacedor de espejos) alcanzó a decir, con voz entrecortada, inmóvil en toda su perplejidad. De pronto, como si volviera en sí, comenzó a mirar por todos lados, algo debía estar en la arena, y actuaba como si ese algo fuera más trascendental que saberse en la situación en que estaba. Pero Juan Carlos Altham, ignoraba esa realidad, en la que el sueño y la vigilia son partes de una misma niebla. Vio en la puerta una extraña escritura que no comprendió. Vio muchas cosas que le pareció haber visto en otros tiempos o en otros instantes tan confusos como este. “Dónde está el espejo —gritó—, el espejo, Kefer”. Su actitud era la de alguien que reclamaba a otro alguien algo que le pertenecía. Pero su voz se la tragaron las piedras. Seguidamente escuchó un mido, buscó desesperado la presencia de otra mirada. Entre las piedras vio moverse una sombra misteriosa, una especie de guerrero que venía hacia él con ímpetu. En el instante se creyó perdido, luego apareció una puerta que no había advertido antes, escapó, despavorido, y se vio corriendo por un pasillo interminable. A su espalda las sombras se multiplicaban. Inexplicablemente los corredores se cerraban y de nuevo se creía perdido; del mismo modo que antes, aparecía una puerta, escapaba, huía de un pasillo a otro, de una cámara a otra, tan similares todas que tuvo la impresión de que eran una misma. Sin advertirlo, quedó atrapado en una cámara totalmente cerrada, igual que la primera. Este hecho le produjo una leve sensación de seguridad. Cortó su

respiración para cerciorarse de que ya no le perseguían, escuchó una turbamulta de sombras (o de guerreros) a caballos y a pie. Escuchó (o imaginé) el mido metálico de las espadas. En un extremo de la cámara, cerrada y vacía, la arena salpicó. Las sombras atravesaron la pared. Casi muere. Arañaba los ladrillos como un preso en la jaula de un tigre hambriento. Milagrosamente notó que él también podía atravesar la pared (pero su agitación no le permitió meditar esa extraña facultad) escapó una vez más, al cabo de muchas horas entró a otro pasillo oscuro. Caminaba tentando las piedras para no hacerse daño, mientras a cada paso, sentía delgados hilos de telaraña que le cruzaban la cara, fue tanta la que llegó a tener que en ocasiones sintió ahogarse. El pasillo le pareció infinito, igual que el número de puertas, de sótanos, de escaleras y de cámaras. Las sombras no dejaban de atormentarlo. Hubo momentos en los que se dio por vencido y se detuvo a esperar su muerte —horriblemente resignado. Finalmente entrevió una luz muy débil, aunque le pareció tan lejana, se animó y apuró los pasos. El punto de luz fue creciendo poco a poco. Sin sorpresa, sus pies comenzaron a hundirse en la arena. Ahora respirar era menos fatigoso. Sus ojos, estaban tan llenos de oscuridad que no advirtió la luz del cielo. Se creyó engañado nuevamente por la vista: pensó que este corredor sólo difería de los anteriores en que ahora la mirada se perdía sin encontrar paredes, “doble tormento”, pensó, y se tiró al suelo, (más bien cayó, vencido). La boca y toda la cara se le llenó de arena. Sintió vértigo, luego se alivió, Miró hacia atrás y vio la pirámide: ¡La Gran Pirámide! junto a sus dos hermanas: Kefren y Milkerinos.

Así fue como se supo en el desierto. No bien había descansado, temió que las sombras encontraran la luz que lo sacó del laberinto y vinieran a darle muerte. Se puso de pie y siguió andando, como si lo empujara la brisa. Erró en el desierto por varios días. La mañana del tercer día se despertó en la arena. Había amanecido y el sol le trabajaba la piel con crueldad. El viento matinal le hería. La sed lo había torturado

sobremanera. Levantó el rostro y un resplandor lejano le hirió la vista ¿un oasis? dijo, (sin escuchar su voz) y lo creyó su última esperanza. Pero creyó también que otro esfuerzo le causaría la muerte inmediata. En verdad la distancia era corta, aunque en su estado le resultaría una odisea. Casi a rastras, movió su cuerpo. Notó que el oasis iba disminuyendo, (cosa que le extrañó por ser contrario a la perspectiva). Más tarde, la cercanía le reveló su engaño. Se sorprendió, no de que lo engañara la vista, sino de que, lo que produjo el resplandor había sido el espejo. Sintió que todas sus fuerzas lo abandonaban de golpe, mas, luché consigo y se sostuvo de pie. El espejo estaba ya a pocos pasos, semienterrado en la arena. Por un momento quedó estático, perdido en una reflexión desconocida. Finalmente, la curiosidad venció al miedo. El sol había subido, el cielo estaba vestido de un azul purísimo, las nubes vagaban como aves entregadas a la inmensidad. (Esto lo supo a través del espejo, ahora su fondo estaba totalmente translucido). Entonces lo invadió un deseo irresistible de tocarlo, de hacerlo suyo, y en un esfuerzo sobrehumano por alcanzarlo, vio, a través del espejo, su rostro por ultima vez, y cayó de bruces en la arena.

EMILIO JOSÉ ÁLVAREZ CASTAÑO

UN “MAR ADENTRO” MENOS CONOCIDO: COMENTARIO A UN POEMA DE PEMÁN

Aunque también es cierto que ha tenido otras interpretaciones, tradicionalmente se ha utilizado la imagen del mar en la literatura como símbolo de la inmensidad, muchas veces en relación a un asunto amoroso, o del fin de un ciclo vital, ya sea éste metafórico o real, como es el caso de las coplas que le dedicó Jorge Manrique a su padre.

No muy lejana de esta concepción ya clásica se encuentra la que se le ha aplicado a dicho elemento en la galardonada película Mar adentro, de Alejandro Amenábar. La cinta toma el nombre de un poema que escribió el mismo tetrapléjico Ramón Sampedro y que forma parte de su libro Cartas desde el Infierno. Con ese poema da comienzo el disco que contiene la banda sonora, en la que colabora de nuevo el director, y es también con el que acaba el largometraje. Todo ello puede dar pie a pensar que el mar al que se refería Sampedro y al cual se dirige no es otro que esa muerte deseada por él para acabar con una vida a la que dejó de verle sentido tras sufrir un accidente, en un caso muy polémico entonces y que, a raíz del lanzamiento de la película, reabrió durante un tiempo el debate sobre la eutanasia. Pero dicho debate no fue sólo en España, hay que recordar que aquel mismo año resultó triunfadora en los Oscar de Hollywood Million Dollar Babyde Clint Eastwood, que trató el mismo asunto, aunque también es cierto que desde una óptica distinta. En todo caso, si se lee el poema en cuestión, se comprueba que, en efecto, hay versos como “mi cuerpo ya no es mi cuerpo” y “siempre quiero estar muerto” o aquel en el que hace un juego con el título diciendo “más adentro, más adentro” que pueden apoyar la tesis “eutanasista”; no obstante, cabe también la posibilidad, más plausible a nuestro parecer, de concebirlo como una composición amorosa, al dirigirse a una persona querida, con las habituales referencias a la unión de dos

personas, el abrazo, los besos, las miradas y el deseo de estar siempre juntos.

Décadas atrás, tenemos un poema que lleva el curioso título de “Mar adentro, mar adentro” cuyo autor es José María Pemán, y que pertenece a su libro Nuevas poesías(1925), una de sus primeras obras. Se trata de una composición que, siguiendo a las cantigas galaico-portuguesas, presenta una estructura sencilla, con tres claras partes. Cada una de ellas contiene dos estrofas de cuatro versos hexasílabos, rimando los impares en asonante. Y cada parte concluye con el estribillo “¡Válame Dios, que la nave se anega; / válame Dios, que se anega en la mar!”, donde se comprueba que se repite una palabra arcaizante haciendo referencia a esa tradición literaria ya indicada. En la primera parte, hace saber que, por la fiesta de San Juan, ha conocido a una chica, y es que el seguimiento de las cantigas también está presente en la temática. Los ojos azules y serenos de la muchacha sirven para enlazar con la imagen de un mar que invita a adentrarse en él, con lo que queda establecido el paralelismo entre la navegación que va a tener lugar en el mar y la relación entre los jóvenes; en la segunda parte, hace saber su confianza y alegría en el comienzo de la travesía; y en la tercera, se acuerda de su madre cuando comprueba que ya se encuentra demasiado lejos para regresar, no tiene un punto de referencia (la playa) y es arrastrado por el oleaje de las circunstancias. Aunque los versos de dichas partes no dejan claro si el hundimiento es una experiencia positiva o negativa para él, el estribillo, con una repetida invocación divina, demuestra que no fue un viaje que hubiese querido repetir.

Resultaría demasiado aventurado decir que Sampedro pudiera conocer el poema de Pemán al que “tomó prestado” el título para el suyo, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una imagen recurrente desde los comienzos de la literatura y que es conocida por cualquier lector o escritor, por poco avezado que éste sea. Tanto Pemán como Sampedro se suman al listado de estos creadores a la hora de contar con una imagen que, como se ha visto en ambos casos, puede

hablar tanto del amor como de la muerte. Una vez más, Eros y Thanatos, como los conocieron en la antigüedad griega, aparecen cogidos de la mano, como dos partes complementarias de un mismo ciclo.

SUSANA DRANGOSCH

Micrófono abierto

Posiblemente una de las grandes torturas anímicas de los poetas desconocidos (y todos lo somos antes de ser escuchados) sea la de no poder atravesar el silencio. Recorrer bares, salas de recitales, escuchar a otros y quedar siempre del otro lado de la mesa mítica, donde otros entonan sus versos, conforma el itinerario frustrante de quienes no encuentran la manera de ser oídos por la eterna paradoja de sentirse poetas y al mismo tiempo no estar registrados como tales. ¿Cómo llegar entonces al olimpo de madera, desplegar las páginas del libro auto publicado o las hojas sacadas del cajón, convencer al organizador/a y comentarle que él/ella también escribe y quiere decir lo que le parece que vale la pena comunicar o en todo caso averiguarlo? Tarea ciclópea que atribula a tímidos o marca resentimientos de inútil perspectiva. Pero si el camino para ser escuchado es arduo no siempre es un calvario. Así, por ejemplo, en un bar de Buenos Aires, LLa Blanqiada, (Salta 135) un entusiasta de la poesía, Daniel Gradar, ([email protected]) ofrece la posibilidad de acceder al podio, que se instala todos los martes, a los poetas desconocidos, o sea, a todos aquellos que no cuentan con un extenso currículo de publicaciones, antologías e invitaciones a recitales y foros, a subir y leer lo suyo. Una modalidad no exclusiva pero, a diferencia de lo que puede verse en otros espacios, se trata de un micrófono abierto reducido, 3 a cuatro poetas como máximo por noche y que además son tratados de manera semejante a la de los poetas invitados, tanto en el esmero de la presentación como en la ronda de preguntas que se les hace al finalizar la lectura; talante que descarta protagonismos y facilita muchas veces la irrupción de algunas voces diferentes en el amplio espectro de la poesía.

“LLecturas en La Blanqiada”se inicia a principios de 2005 como continuidad de otros ciclos que llevaron a cabo otros poetas, con los lógicos cambios que introdujo su actual

conductor, más proclive al conocimiento de los poetas: sus luces y sombras a la hora de reflejar su mundo interior, sus preocupaciones estilísticas o el vocabulario personal, que de alguna manera los singulariza respecto de los otros poetas, que a la simple lectura de los poemas propiamente dicha. Momento clave de la noche, cuando a través de las preguntas que DDaniel Gradar hace a cada uno de los participantes el público descubre que a veces y no siempre el pozo personal de los poetas acierta con lo dicho hace un momento y otras veces, en cambio, se aleja o se desdice tal vez porque una cosa es hablar y otra escribir, ajenos y solitarios al gentío que espera la palabra que nombre el todo y, a cambio, recibe un balbuceo, una suerte de aproximación o apenas un deseo de abrir el cielo al limbo de los sueños. Y termina la noche.

VÍCTOR BUENO ROMÁN

Crisis en el Cercano Oriente: Israel y la Guerrilla islámica de Hisbollah. “Quien esté entre vosotros libre de toda culpa que arroje la primera piedra contra ella.” (contra la acusada de adúltera, VBR) [1]

Para Elisa, mi hija Para Milan, mi hijo

Berlín, al 06 de Agosto del 2006

I.- “Pues ellos siembran viento y cosecharán tempestades.” [2]:

En el mes de Diciembre del 2005 informaron algunos periódicos alemanes, entre ellos el diario berlinés “Der Tagesspiegel” (cast. “El espejo del día”) sobre un accidente ocurrido en una ciudad sobre las Islas Molucas (llamadas también Islas de las Especias) en el Archipiélago de Indonesia. Un conductor, que posteriormente se supo era de confesión cristiana, atropelló a un joven musulmán, dejándolo herido y maltrecho. Unos días más tarde se produjeron enfrentamientos entre los miembros de estas dos confesiones: Edificios públicos y tiendas de comercio fueron atacados con piedras y bombas Molotovs; muchos automóviles fueron incendiados. De esa espiral de violencia, de esa extremada emoción y desproporcionada reacción, resultaron cerca de cuatrocientos muertos y numerosos heridos; es más, iglesias y mezquitas fueron, asimismo, objeto de la furia y de la sed de venganza [3]. La protesta y el enfrentamiento religioso —marcados por cierto atavismo— se sumaron a la lista de protestas sociales en Indonesia por la represión, injusticia y dictadura del gobierno cívico-militar del General Suharto.

Y como si el derramamiento de sangre entre cristianos y musulmanes no habría sido suficiente, intervinieron la policía y las tropas del ejército para “apaciguar los ánimos, para

reestablecer el orden público y, de ese modo, salvaguardar la propiedad, garantizar la paz y la seguridad nacionales” . Este hecho no es irracional ni espontáneo: El corresponde a un plan premeditado y es muy racional. Ello se trata de capturar el poder y perpetuarse en él, a fin de construir un modelo de Estado, de Nación y de Sociedad que correspondan a los intereses de la clase dirigente y a su ideología dominante [4]. En el caso concreto de Indonesia, fueron el General Suharto y su dictadura cívico-militar (Marzo de 1966-Mayo de 1998) con la implementación y defensa del proyecto “Orde Baru” (Nuevo Orden) , los que trazaron el curso histórico de Indonesia y su destino como Nación.

Lo atávico en los miembros de ciertos grupos religiosos proviene, en mi opinión, de sociedades y culturas que se rigen por los llamados “Libros Sagrados”. Las ideas directrices —las Leyes y los Mandamientos— que prescriben “La Biblia”y “El Corán”, provocan ortodoxia y fundamentalismo, cuando aquéllas son tomadas avant la lettre. Los roles de cruzado, ángel vengador o exterminador (Terminator et Liquidator) , combatiente de incrédulos, se explica porque el sujeto que asume ese rol se cree un iluminado, se cree obligado a cumplir una misión cuasi divina [5]. “La Biblia” ofrece, en este caso, un ejemplo ilustrativo sobre los impulsos violentos y sobre la sed de venganza. Hablando sobre el derecho de los esclavos hebreos y sobre el resguardo de la salud mental y de la integridad física, exhorta Jahve / Jehova a Moisés: “Resultara de todo ello un daño permanente, entonces debes tú exigir vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, abolladura por abolladura, herida por herida.” [6]

El triste caso en Indonesia conduce, necesariamente, a reflexionar sobre lo que viene ocurriendo en el Cercano Oriente. Importante es encontrar las causas del enfrentamiento armado en el que participan el gobierno de Israel y sus tropas, de un lado; y por otro lado, no el Estado libanés, sino una de las tantas milicias chiítas, pues detrás del

conflicto religioso, detrás del así llamado “Choque de culturas” , se esconden otras razones [7].

II. Israel y los musulmanes chiítas de la milicia libanesa Hisbollah. “Sólo pocos israelíes están dispuestos a escuchar” [8]

Hace unas semanas atrás fueron secuestrados dos soldados israelíes por miembros de la guerrilla islámica Hisbollah [9]. Esta agrupación musulmana —cuyo Jefe e ideólogo es el chiíta Hassan NASRAHLLAH— opera en el sur de Líbano, en el llamado “Estado de los Cedros” (francés: “ L’ Etat des Cedars”). Hisbollah ha declarado desde años atrás la guerra a Israel y continúa la lucha que, hace décadas, iniciaran las palestinas y los palestinos a través de sus diferentes organizaciones político-militares.

Los motivos para la declaración de guerra de Hisbollah y para el enfrentamiento armado no son ni antojadizos ni inventados. Para encontrar las causas de las acciones de la Intifada palestina, de Hamas y de Hisbollah, etc., hay que echar una mirada a la historia y al derrotero de Israel en el Cercano Oriente [10]. De la vida en común que llevaban judíos y palestinos —a pesar de algunas diferencias y no obstante similitudes étnicas, linguísticas y culturales— se contribuyó con la creación del Estado de Israel [11] a la bifurcación de sus vidas y a un radicalizante antagonismo que conlleva trauma y dolor, violencia y derramamiento de sangre [12] ; es más, debido a la fijación territorial mediante fronteras artificiales y arbitrarias, se tendieron las bases para un futuro conflicto, cuyos resultados trágicos y sangrientos registra la historia. Hechos similares han producido, producen aún, los resultados del arbitrario trazado de fronteras y de la repartición colonial de África entre países europeos merced a la llamada “Conferencia del Congo” llevada a cabo en Berlín [13]. De ahí que yo me atreva a afirmar, sin ánimo de ofender a los habitantes de Israel, que las condiciones y circunstancias para su creación —desoyendo a los clamores y advertencias, a las observaciones

y a las propuestas de árabes y palestinos— ha sido un error histórico, una movida geo-política de consecuencias fatales que divide al mundo hoy en día —irresponsable e infundadamente— en “pro-semitas” y “antisemitas”. Sus contornos geográficos, que semejan a una cuña, contribuyen a forjarse la idea que Israel es una espina en el cuerpo árabe. La creación del Estado de Israel sobre territorio árabe ha tenido, en ese contexto, un carácter a fortiori.

La política armamentista y de defensa de los EE.UU. y de los países europeos miembros de la OTAN que, para contrarrestar la amenaza de la Unión Soviética y del Bloque Socialista agrupados en el “Pacto de Varsovia”, asumieran en la década de los años ochenta la denominada “Política de susto, de amenaza y de intimidación” (alemán: Abschreckungspolitik / inglés: Politics of Deterrence), ha sido, en cierta manera, asumida por Israel [14] en perjuicio de y en desafió a sus vecinos árabes. Yo cito, a continuación, algunos ejemplos: Su arbitrariedad e intransigencia en seguir posesionado de territorios árabes poblándolos con asentamientos judíos, la expulsión de palestinos de Israel, la exigencia “legítima” para apropiarse de la parte palestina en Jerusalén de Oriente (alemán: Ost-Jerusalem / inglés: East Jerusalem) y que culminara con la decisión del Parlamento israelí (K nésset) de declarar a esta ciudad milenaria como la capital de Israel , la no observancia de acuerdos y de disposiciones internacionales. Aquí me refiero yo a las Resoluciones de las Naciones Unidas sobre el retorno de los palestinos desterrados, sobre la devolución de los territorios ocupados [15] y sobre la aceptancia que Jerusalén es, al mismo tiempo, judía y palestina [16] , han azuzado al radicalismo musulmán y han incrementado —a nivel mundial— a la crítica contra el gobierno israelí y a la antipatía, por cierto indiferenciada, frente al pueblo judío [17]. El Estado de Israel justifica su política exterior y sus acciones militares sacando argumentos de las lecciones de la Historia; esto es , del sufrimiento judío durante el Holocausto. A este fenómeno llama Norman G. FINKELSTEIN

“La Industria del Holocausto” [18]. Y con esto, intenta Israel acallar, en mi opinión, toda crítica y toda protesta dirigida en su contra. Norman G. FINKELSTEIN subraya la cooperación entre grupos interesados a favor de esta mercantilización del Holocausto [19]. Criticar a Israel / Jizhar —palabra de la lengua hebrea que significa “Combatiente de Dios / Gotteskämpfer” [20] —es un tabú, pues, como las alemanas y los alemanes suelen decir: “Ein Mal Opfer, immer Opfer” (cast. “Se fue una vez víctima; ergo, se es y será siempre una víctima). Y yo no puedo evitar de sospechar con esto —y lamento decirlo— que aquí se ha perfilado una victimocracia.

Recordar a los israelíes el sufrimiento judío en el período de la dictadura nazi y establecer comparaciones con masacres y progromes recientes, es imprescindible y urgente. Por tal razón, opto yo por mencionar al pintor español don Francisco José de GOYA y LUCIENTES que con su cuadro intitulado “El sueño de la razón produce monstruos” ya advertía sobre los riesgos y peligros que producen la fatiga o el descuido, la conformidad o desidia: El sueño como metáfora de la no-razón, de la pérdida de conciencia y gobierno del miedo y de la angustia desmesurados. Ratio, Memoria et Contientia Historiae debieran regir los actos de toda política, de todo político en Israel, en particular; de toda política, de todo político en el Mundo, en general, a fin de no producir males, de no causar daños y no tener pesadillas. Los atropellos contra palestinas y palestinos en Gaza y recientemente los bombardeos contra la infraestructura del Estado libanés con su secuela de miedo y de desolación, de desalojo y de emigración, de angustia y de terror, de carestía y de muerte, trae a la memoria —trágica y dolorosamente— lo que judías y judíos, entre otras víctimas del terror y de la dictadura nazi en Alemania, sufrieran durante el gobierno del “Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores”, PNSAT (“Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei”, NSDAP) : Allanamiento domiciliario y confiscación de bienes, terror cotidiano y estigmatización, persecusión y represión, encarcelamiento y tortura, ghettoización y humillaciones,

destierro y muerte. Señalar a Israel por sus errores cometidos, mencionar los riesgos y peligros de su acción militar y opinar sobre su responsabilidad para la aún no lograda estabilización del Cercano Oriente (especialmente lo que toca a los Gobiernos de Menachem BEGIN, Jitzhak SCHAMIR, Ariel SHARON y últimamente Ehud OLMERT), puede ser interpretado como “antisemitismo”. Y, contrariamente, es el filosemitismo, en realidad, una gama de intereses económicos y geopolíticos en perjuicio de árabes y palestinos. El apoyo al Estado de Israel y la simpatía indiferenciada por el pueblo judío es un método pragmático y oportunista para aliviar a los propios cargos de mala conciencia por un pasado atroz, vergonzante y por las consecuencias del Holocausto.

Volviendo al tema de este artículo, puedo yo afirmar que ya en 1982 se dio un caso de violencia y de complicidad en la política exterior y en la campaña militar del Estado de Israel. Sobre la violencia: En ese año, inició Israel una guerra contra Líbano que lo llevó a violar las fronteras nacionales. Las tropas comandadas por el General y Ministro de Defensa Ariel SHARON pretendían desarmar a los refugiados palestinos y liquidar a Yassir ARAFAT. Refiriéndose al pragmatismo, a la complicidad y al oportunismo, suele decirse en Alemania: “Der Feind meines Feindes ist mein Freund” (cast. „El enemigo de mi enemigo es, al fin y al cabo, mi amigo). Esta praxis alcanzó un climax con la masacre de palestinas y palestinos (16-18 de Septiembre de 1982) en los campamentos de refugiados de Sabra y Schatila. La “visita” de los campamentos, ordenada por el Comandante libanés disidente Saad HADDAD y cuyo ejecutor fuera su lugarteniente Elie HOBEIKA, tuvo por finalidad intimidar y desarmar a las simpatizantes y a los simpatizantes de Arafat. La tropa Falangista (Der Knecht / el Siervo) ejecutó el sucio trabajo al que no se atrevió Sharon (Der Herr / el Amo). Sin embargo, el General israelí y Ministro de Defensa Ariel SHARON [21] —cuyas tropas se habían establecido en el Sur y muy cerca de esos campos de refugiados— tuvo la

oportunidad de detener a esa acción militar; pero, más bien, toleró Sharon la incursión falangista y, como consecuencia, se produjo una masacre que tuvo como saldo la muerte de más de mil palestinas y palestinos [22]. Posteriormente, fue Sharon destituido de su puesto como Ministro de Defensa y en el año 2002 le abrió Bélgica un proceso judicial por ser corresponsable de la masacre de refugiados; mas la denuncia y la acusación no prosperaron y, al final, el proceso judicial concluyó sin condena: No hubo sanciones contra el responsable ni exigencias de reparación civil (alemán: Entschädigung) en beneficio de las víctimas y de los sobrevivientes. [23]

La reacción del gobierno israelí ante el secuestro de dos de sus soldados es comprensible en la medida que el Estado judío aspira a recuperar y/o liberar a estos soldados tomados como rehenes. Israel aspira a salvaguardar la salud física y mental de estos jóvenes soldados. Israel persigue, con derecho, prever amenazas y ataques contra su población. Lo que es errado es el método para alcanzar a esas metas. Y así como Israel se ha trazado estos objetivos, así vale ello, también, para sus vecinos árabes que reclaman por sus territorios ocupados y por sus presos detenidos en las cárceles de Israel [24].

Israel podría mostrar más flexibilidad y astucia, más racionalidad y táctica para solucionar al actual problema. En Alemania se dice “Der intelligenteste zieht die Kürze bzw. gibt nach“.” (cast. „El más inteligente recurre, concediendo, a lo práctico y factible.”). Ello valdría la pena que practicara Israel. Sin embargo, ocurre lo contrario. Los métodos, con los cuales el gobierno israelí pretende resolver los conflictos y aliviar las tensiones con sus vecinos desde 1948 y/o dirimir enfrentamientos militares, son más tradicionales y menos modernos, por no decir desmedidos. Los bombardeos destruyen a la infraestructura de Líbano y lo arrojan muy hacia atrás en el desarrollo económico. Las naciones europeas van a financiar, tarde o temprano, lo que Israel —

según su antojo y prepotencia— viene destruyendo [25]. La violencia y el bombardeo sistemático de ciudades y de pueblos en Líbano y en Gaza tienen [26], en mi opinión, un nombre: Odio, ensañamiento ancestral y venganza, no obstante que los contrayentes provienen del mismo tronco ancestral: Las judías y los judíos descendientes de Isaac (Jitzhar) y las árabes y los árabes de Ismael / (Hismail). Ambos fueron hijos de Abraham (hebreo) / Ibrahim (árabe).

Las últimas noticias sobre los bombardeos sistemáticos y constantes efectuados por las tropas israelíes traen a la memoria su guerra contra Líbano entre 1982 y 1983, la ocupación de la capital Beirut y el establecimiento de tropas israelíes en el sur libanés desde 1983 hasta el 2000. Las noticias y fotos que propalan los medios de comunicación masiva intranquilizan aún más y hacen prever hacia dónde puede conducir esa espiral de violencia armada, de no asumir la Comunidad Mundial sus obligaciones y responsabilidades que le conceden el Derecho Internacional y la Justicia, la Moral y la Ética, el respeto por la Soberanía Nacional y por la Dignidad Humana. En ese sentido, no se excluye que Siria y Líbano movilicen a sus tropas regulares para acabar con este genocidio, para defender su integridad territorial o para repeler a posibles ataques; tampoco está descartado que Irán envíe pronto a sus voluntarias y voluntarios en defensa de sus hermanas y hermanos en Libano. Cuándo tendrá ello lugar, es sólo una cuestión de días, cuando no de semanas [26].

La muerte de cuatro “Cascos Azules” miembros de la “United Nations Interim Force in Lebanon”, UNIFIL ( cast. Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano) —que ocupaban un puesto de observación y vigilancia conocido desde hacía años por el gobierno israelí en la cercanía de la ciudad de Chijam (Khiam o Chiam)— ha sido criticado por Kofi Annan, por el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) [27]. Para el Jefe del Gobierno israelí se trata de un “error”, de un “acto involuntario”. Olmert se ha disculpado y ha prometido una “investigación profunda y

detallada” del accidente. Al mismo tiempo, ha rechazado él la crítica que hiciera Annan sobre el “acto posiblemente premeditado” y consciente de bombardear a un puesto de observación de la ONU. El Embajador de Israel en las Naciones Unidas, Dan GUILLERMAN, tipificó a esa crítica de Annan como “falsa y precipitada” (alemán: “falsch und voreilig”) [28]. Y sobre la posibilidad o el deber de asumir el gobierno israelí la responsabilidad para una reparación civil por los daños y perjuicios hasta hoy causados a la infraestructura del Estado libanés y a la población en general debido al bombardeo creciente, intenso y constante, no se ha manifestado Olmert hasta hoy. Y mientras la ONU y la Unión Europea (UE) se esfuerzan por alcanzar un alto el fuego, sigue el terror y la matanza en Líbano. Hisbollah no ofrece un alto el fuego y continúa, asimismo, con sus ataques al norte de Israel y ha alcanzado, recientemente, a la ciudad de Hadera, a cuarenta kilómetros de la capital Tel Aviv. Ninguno de los contrayentes muestra interés por un diálogo o por cese de las hostilidades y, por eso, siguen muriendo inocentes. Que Hisbollah deponga al fuego y entregue sus armas —como proponen Israel, los EE.UU y algunas naciones europeas como Inglaterra y Alemania para el inicio de un diálogo— es una medida unilateral. Israel tendría que cumplir antes una serie de exigencias y medidas que la Comunidad Mundial, a través de Resoluciones oficiales y obligatorias , espera de este país desde hace décadas.

Israel ha seguido constantemente un armamentismo, cada vez más moderno y sofisticado. Israel dispone hoy en día de un ejército y armamento de elite (The High Technological and Robust Army). La actual guerra entre Israel y la milicia de Hisbollah es una guerra asimétrica. La política armamentista del Estado de Israel debe ser entendida sobre la base de sus presupuestos de país amenazado. Israel argumenta con las ideas de integridad territorial, de seguridad nacional y de garantías por la paz. Y aquí cabe recordar que Israel y las Naciones Europeas partidarias de la política del susto y de la intimidación, han seguido las

enseñanzas del político y estratega romano Flavius VEGETIUS Renatus (que viviera por el año 400 d.C.) y que —ante el supuesto peligro para el Imperio Romano de ser atacado por sus vecinos— afirmara en su “Epitomae rei militaris” (cast. “Compendio sobre el Arte de la Guerra”) : “Qui desiderat pacem, praeparet bellum.” [29]. Por eso opino yo abiertamente que Israel —y con el Estado israelí otras naciones— no tienen ni el derecho ni el permiso para oponerse a que los árabes o los países del Tercer Mundo hagan lo mismo; esto es, a incrementar sus tropas y a modernizar su armamento, a fin de garantizar su soberanía territorial y defender sus recursos naturales de la avidez capitalista y neoliberal. En ese marco concreto y de autodefensa deben ser entendidos los trabajos de enriquecimiento de uranio de la República Islámica de Irán y sus planes secretos para la construcción de su bomba atómica, como lo ha hecho Corea del Norte. Con medidas preventivas contra posibles guerras, invasiones y/o anexiones se arman los países amenazados que no quieren seguir la suerte de China (1937-1945) , de Tibet (1949-1950 y 1959), de Hungría (1956), de Cuba (1961), de Vietnam (1964-1965), de Checoslovaquia (1968), de Chipre (1974), de Timor Oriental (1975-1976), de Grenada (1983), de Panamá (1989), de Kuwait (1991), de Afganistán (1979 y 2001), de Irak (2003). Aquí caben las siguientes preguntas: a) ¿Por qué ha de estar exclusivamente reservado ese privilegio —el derecho y el deber para la autodefensa— a ciertos países como EE.UU, Rusia, Francia, Inglaterra, China, India, Paquistán e Israel? ; b) ¿Por qué se permiten ciertos países del “Atomic Cafe” [30] proteger su soberanía nacional y persistir en la defensa de sus “intereses vitales” (producción de capital y acumulación de plusvalía, garantías de abastecimiento alimentario y energético) sobre la base de guerras artificialmente fabricadas, del neocolonialismo y de la cooperación con regímenes autocráticos, despóticos y represivos? Por tanto, es muy probable que Irán esté detrás del conflicto entre Israel y la milicia de Hisbollah. Sea como ello fuere, ganará Irán tiempo valioso, decisivo e

imprescindible para alcanzar parte de sus metas propuestas, cuando no su meta final [31]. La industria del terror, el perfeccionamiento del instinto tanático (Thanatos como Dios de la Muerte en la antigua Grecia) para la tortura y la eliminación física se multiplican cada vez más. Qué se puede decir, por ejemplo, con la Política de Intimidación (alemán: die Abschreckungspolitik) de los años 80 a través de la instalación de los cohetes Pershing II y de los Cruisse Misiles durante el gobierno de la Coalición social-demócrata/liberal, cuyas figuras descollantes fueran el Canciller Federal Helmut SCHMIDT (SPD) y su Ministro de relaciones Exteriores Hans-Dietrich GENSCHER (Partido Liberal / FDP) [32]; qué se puede decir por lo de las cárceles en Guantánamo y en Gharib. El viejo dicho “A Dios rogando y con el mazo dando” (alemán: “Gott bitten und zugleich mit dem Schlegel draufhagen.”) se puso de manifiesto, igualmente , con el acariciado proyecto norteamericano denominado Strategic Defense Initiative, SDI ( Iniciativa de Defensa Estratégica) del fallecido presidente norteamericano Ronald REAGAN que no excluía una Guerra de las Galaxias o Combate por las Estrellas (inglés: Star War).

III.- La visión selectiva e interesada sobre dictadores, déspotas y criminales de guerra:

Saddam HUSSEIN y Slovodan MILOSEVIC son criminales de guerra: Uno de ellos cometió suicidio en su celda de reclusión y el otro puede ser pronto condenado a la pena de muerte en Irak. Ambos cometieron actos de barbarie. Ambos practicaron políticas de limpieza étnica e ideológica en sus respectivos países. Ambos violaron la soberanía territorial o autonomía política de sus connacionales. Los Crímenes de Guerra y los Delitos contra la Humanidad son sancionados por las Naciones Unidas, por la “Declaración Universal de Derechos Humanos” y por los “Convenios de Ginebra de 1949 sobre Perseguidos Políticos y Prisioneros de Guerra”. Por eso se abrió juicio a estos dos políticos y Presidentes. De Yugoslavia,

como Estado Federado, queda sólo Serbia e Irak corre el riesgo de balcanizarse en tres o cuatro regiones, en el mejor de los casos; en cuatro estados autónomos, en el peor de los casos, debido a las diferencias sociales, culturales y religiosas y a los brotes, cada vez más crueles y frecuentes, de una Guerra Civil. Las simpatías por ciertas potencias económicas e industriales de los diferentes grupos de interés en Irak puede acelerar a este fenómeno de implosión.

Masacres y Pogromes no son cosa del pasado, sino que ellos son muy actuales: Recuérdese aquí a los conflictos en Ruanda entre Tutsis y Hutus entre Abril y Julio de 1994 que acarreara la muerte de por lo menos 800,000 personas. Y ya que se ha hablado del uso de la fuerza o “mandato robusto”(alemán: “robustes Mandat) [33] para las tropas pacificadoras o tropas de “militares humanitarios“ de la ONU en Ruanda, Irak y Afganistán en caso de no observancia de Resoluciones, Convenios y Leyes, es de esperar, por la lógica de sentido común, que la ONU actúe con la misma seriedad, rigurosidad y credibilidad ante el actual conflicto armado en el Cercano Oriente entre Israel y la milicia islámica de Hisbollah [34]. Aquí cabe recordar que los EE.UU , previendo posibles juicios post-guerra a sus soldados por maltratos y violación de Derechos Humanos, se negaron a firmar los acuerdos recientes sobre sanciones por crímenes de post-guerra y delitos contra la Humanidad [35]. El gobierno de George W. BUSH logró, así, librar a sus tropas de posibles críticas y sanciones por actos de lesa humanidad cometidos en Yugoslavia y en Irak. Para Bush, los detenidos en Guantánamo no están acogidos ni a las garantías ni a ciertos derechos que reconoce la “IV. Convención de Ginebra de 1949 sobre Detención y Tratamiento de Prisioneros de Guerra”. Los presos de Guantánamo son, según el eufemismo de Bush, “Illicites Enemis” (cast. “enemigos ilícitos”). Con esto, se exime el Presidente norteamericano de cumplir con lo estipulado por las Naciones Unidas y por la IV. Convención de Ginebra. Por ello es que, sobre la Base de Guantánamo, no rige ninguna Ley, no existe ningún derecho; es más, allí

cunde la tortura, la vejación moral, la desestabilización psíquico-mental, la incomunicación e isolación [36].

Saddam HUSSEIN y Slovodan MILOSEVIC recurrieron a la política de limpieza étnico-religiosa y a la represión sistemática de la oposición, como Stalin en la ex-Unión Soviética y Pinochet en Chile. Ellos permitieron la arbitrariedad, el terror y el exterminio selectivo. Bush no tiene nada que envidiarles, pues él no sólo terroriza a sus ciudadanas y ciudadanos con su “Patriotic Act” y con su “Ministerio para la Defensa de la Patria”, sino también es él un mentiroso, un cínico y farsante que justifica su invasión en Irak con fantasías y afirmaciones sin pruebas contundentes [37]: La posesión iraquí de armas de destrucción masiva que, por ningún lado, encontraran los Inspectores de Armamento enviados por la ONU Mohammed el-BARADEI (egipcio) y Hans BLIX (sueco). Bush no sólo ha tenido serios problemas con el alcohol, sino parece ser que él padece del conocido Síndrome de Münchhausen [38]. Su guerra reposa sobre una mentira, sobre una farsa. Su campaña en Irak no ha tenido, no tiene la aprobación, ni mucho menos el reconocimiento ni el mandato del Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Su guerra es injusta, inmisericorde e inhumana. Lo único que su guerra ha traído es caos, atentados, terror, inseguridad, emigración y prácticamente una cada vez más evidente guerra civil. Los últimos acontecimientos en Afganistán —secuestros y atentados— hacen pensar que en este país pronto o más tarde se producirán hechos trágicos y dolorosos tales como en Irak.

Sobre Irak: Las fotos y las noticias sobre el asesinato de kurdas y kurdos cometido por Saddam HUSSEIN al 16 de Marzo de 1988 mediante el gas vesicante (alemán: Senfgas / francés: Gas de Moutarde / inglés: Vesicant Gas) en la ciudad de Halabja (o Halabscha), dieron la vuelta al mundo y advirtieron a la opinión pública sobre el peligro de Saddam. Sobre Bosnien y Kosovo: Las imágenes de lo que ocurriera en Srbrenica en Julio de 1995 (caravanas de refugiados,

hombres y mujeres desnutridos, ciudades y pueblos bombardeados, presos en grandes centros de reclusión al aire libre, fosas comunes y masivas, hedores de cuerpos y de animales putrefactos, calaveras y esqueletos por doquier) generó una fundamentación moral [39] y motivó el cambio de mentalidad en algunos políticos alemanes como Joseph “Joschka” FISCHER de los “Verdes” (Ministro de Relaciones Exteriores y, desde Mayo del 2002, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Haifa en Israel) y Rudolph SCHARPING de la Socialdemocracia, SPD (Ministro de Defensa). Del Pacifismo, de la no ingerencia en asuntos internos se pasó al intervencionismo militar [40]: El primero, que nunca ocultó su simpatía por Yassir ARAFAT y por la causa palestina y que participara activamente el año 1969 en Argelia en una Conferencia de Solidaridad a favor de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, trajó a acolación el sufrimiento judío y el Holocausto en Alemania para justificar, de un lado, al bombardeo de Yugoslavia y, de otro lado, para justificar la participación de Alemania a nivel logístico y humanitario. El habló de no permitir un nuevo Auschwitz (“Nie wieder Auschwitz!”) y el segundo habló de un Plan secreto llamado “Plan de la Herradura” (alemán: Der Hufteisenplan / francés: Le Plan du Fer à cheval / inglés: The Horseshoe Plan) que se proponía una limpieza étnica, un despoblamiento de musulmanes y la repoblación con colonias y asentamientos serbios [41].

Sobre Líbano: Las imágenes de hombres y mujeres en largas caminatas y en caravanas migratorias, niñas y niños heridos y sangrantes, mutilados o muertos por causa de los ataques indiferenciados de las tropas israelíes hacen pensar que la opinión pública ha perdido toda sensibilidad y dignidad o que la Historia concluyó, para ellas y ellos, con el Holocausto judío y lo que ha venido después es el imperio de la razón, de la democracia y de la paz. El Pogrom y el Holocausto no han afectado exclusivamente a judías y a judíos; es más, esos hechos, por demás trágicos, inhumanos y demenciales, no otorgan un cheque en blanco para los que fueran víctimas o

son descendientes de ellas, de modo que se proceda —ante conflictos sociales, étnicos, religiosos y/o territoriales— con medidas y métodos que llevan, inevitablemente, a revisar profunda y sesudamente a la Historia y a preguntarse, si se ha sacado, a nivel de Nación, a nivel de Gobierno, una lección de todo ello [42].

IV.- Algunas fuentes del antisemitismo. Momentos y hechos de la agresión israelí:

Los semitas fueron una familia que abarcaba a varios pueblos o a varias etnias en el Cercano Oriente. Había similitudes entre estas etnias, mal llamadas tribus, en lo tocante a la Religión y a la Tradición, a la Cultura y a las Costumbres, a la Lengua y a sus Dialectos. A ese grupo humano, religioso, racial y cultural pertenecieron en la antigüedad: Babylónicos, Asirios, Arameos (Hebreos y Caldeos) y Fenicios. Cabe, entonces, preguntarse si no es posible una vida en el marco de la paz, de la cooperación y de la tolerancia, como fuera ello en la vieja ciudad de Toledo en España, donde —en clara coexistencia pacífica— vivían judíos, moros y cristianos antes de la Boda de los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, antes de sus guerras de expansión y reconquista, antes de sus exigencias por la hegemonía política, económica, religiosa y cultural. Esas guerras concluyeron con la expulsión de árabes y de judíos (conocidos como Sefardíes o Sephardim) del suelo ibérico en 1492 [43]. Contra esa intolerancia, contra esas pretensiones hegemónicas, contra esa política de exclusión y enfrentamiento, ha reaccionado hoy en día el actual Director Artístico de la Opera Cómica en Berlín y Maestro de origen judío Daniel BARENBOIM. El, siendo muy pequeño, emigró con sus padres a Argentina, huyendo de la persecución nazi. Barenboim, Dirigente famoso y pianista talentoso, ha demostrado que el diálogo, la tolerancia y la cooperación son urgentes, posibles y necesarios. El ha creado su conocida Orquesta Sinfónica llamada “Ost-West- Diwan” (cast. Diván Oriental y Occidental / inglés: East West Divan) que agrupa a

jóvenes talentos, cultores de la música clásica de Israel, Gaza y Cisjordania; esto es, judías y judíos, palestinas y palestinos. Barenboim y su orquesta han dado conciertos en varios países del Cercano Oriente —entre otros en Gaza, Cisjordania e Israel— y en otras ciudades importantes del Mundo. Por ese entusiasmo y esfuerzo por alcanzar la paz, ganar la armonía, fomentar el entendimiento y cultivar el respeto por y entre los pueblos, merece Barenboim mi saludo y respeto, mi admiración, apoyo y reconocimiento.

Y en cuanto a mí, que no se me acuse de ser antisemita o pro-árabe : a) Porque yo llame aquí “pan al pan, y vino al vino”; b) Porque yo escriba aquí sobre la política actual de Israel ; c) Porque critique las violaciones del Derecho Internacional contra la la soberanía de Líbano, de un Estado oficialmente constituido y reconocido por la ONU como uno de sus miembros; d) Porque yo llame a la agresión de Israel “Terrorismo de Estado”; e) Porque yo crea todavía en el rol ejemplarizador de sanciones, en la honestidad e imparcialidad, en la seriedad y credibilidad de Organismos Internacionales y de Instituciones Oficiales; f) Porque yo me oponga a la pasividad, desidia o complicidad de ciertas naciones y de ciertos políticos ante el no cumplimiento de Resoluciones Oficiales de la ONU ; g) Porque yo rechace y condene la barbarie contra la población civil indefensa, cuyas víctimas son mayormente niñas y niños.Y así como yo critico a Israel, critico también a los métodos terroristas de ciertos grupos árabes que, mediante coche-bombas u hombres-bomba no distinguen a civiles de militares, inocentes de culpables, mujeres, ancianos o niños [44]. A mi modo de ver, contribuye al antisemitismo, quien dentro o fuera de Israel apoye a las medidas de rigidez política, a la arrogancia económica, al armamentismo y vea con complacencia o guarde silencio ante la creación y/o mantención de asentamientos judíos sobre territorio árabe. Es más, quienes fomentan a un antisemitismo cada vez más grande y radical, son aquéllos que muestran complicidad y flaqueza, temor y cobardía para hacer cumplir Leyes y Acuerdos

Internacionales, para implementar con decisión y robustez Resoluciones de la ONU.

La cierta inoperancia, pasividad e indiferencia frente al sufrimiento de la diáspora de refugiados palestinos y a los nuevos errantes y perseguidos del Líbano; los opositores o enemigos de un diálogo racional y de una cooperación constante entre israelíes y árabes son los que hacen peligrar la existencia de Israel como país, como Estado, como Nación. Y aquí cito yo unos versos del poeta peruano César Abraham VALLEJO MENDOZA (1892-1938) de su libro “España, aparta de mí este cáliz “ (1937) cuando él se refería a la Guerra Civil en ese país (1936-1939). Dice César Vallejo en su poema XVI: “¡Cuídate, España, de tu propia España! (...) / ¡Cuídate de los que te aman! / ¡Cuídate de tus héroes! ¡Cuídate de tus muertos!”. Y donde Vallejo escribiera España, léase Israel [45].

Y aquí van algunos hechos del gobierno israelí y/o de sus de tropas, conocidos, tal vez, por la lectora o por el lector:

- Bombardeo sistemático y no diferenciado de pueblos y de ciudades libanesas.

- Terrorismo de Estado premeditado y alevoso contra la población libanesa.

- Intención forzada con miras al desalojo, al éxodo y a la emigración masiva (alemán: Vertreibung). Hasta el momento algo más de ocho mil refugiadas y refugiados libaneses.

- Muerte de inocentes: hombres y mujeres, niños y niñas (cerca de cuatrocientas víctimas en las dos primeras semanas de enfrentamientos armados). Recientemente: Algo más de ochocientas víctimas, entre las cuales hay vidas de israelíes por lamentar.

- Destrucción de la infraestructura del Estado libanés (fábricas, puertos, centrales eléctricas, puentes, emisoras radiales y canales televisivos).

- Juez y parte en el conflicto armado: Israel decide cómo, cuándo y por dónde se deben crear los corredores para la asistencia humanitaria.

- Ningún diálogo o entendimiento con las “organizaciones terroristas” de Hamas y de Hisbollah.

- Asesinato selectivo de dirigentes musulmanes (operaciones quirúrgicas). Asesinato de líderes de Hamas, tales como Abd al-‘Aziz Rantisi (Abril del 2004) y Ahmed Yassin (Marzo del 2004).

- Producción de efectos y daños colaterales. Bombardeo de un camión con refugiadas y refugiados en huída hacia Beirut. Muerte de más de cuarenta personas.

- Creación futura de un muro de contención (cinturón de protección) en las zonas o regiones expresamente despobladas (alemán: Die Pufferzone).

- Diálogo sobre cese de fuego y paz provisional únicamente bajo las condiciones del gobierno israelí.

- Recuperación de la simpatía personal y credibilidad política al interior del pueblo judío, algo disminuidas por las medidas que Ariel Sharon aplicara para la disolución de algunos asentamientos y en acercamiento al Presidente palestino Abbas.

- Muerte de cuatro observadores del regimiento “Cascos Azules” de las Naciones Unidas e integrantes de UNIFIL [46].

- Ataque a un petrolero cerca de las costas de Líbano y contaminación del mar con petróleo crudo. Daño ecológico que recuerda a las inflamadas refinerías y a los llameantes oleoductos en Kuwait que tropas iraquíes cometieran en su retirada.

- Sobrecarga y sobreexigencia de las capacidades humanitarias de cada país.

- Aparición de costos no previstos que redundan en el presupuesto nacional.

- Riesgos de hacinamiento en los campos de refugiados. Dificultades para la nutrición o carestía

de alimentos, desmejoramiento de la salubridad y de la atención médica.

- Empleo de la prohibida munición-racimo (inglés: Cluster Munitions / alemán: Streubomben).

El bombardeo del refugio de mujeres y menores de edad en un edificio del pueblo de Kana —que ha producido la muerte de cerca de cuarenta menores— es el trágico y desalmado clímax de las atrocidades que vienen cometiendo tanto la Fuerza Aérea como el Ejército israelíes y que, con justa y legítima razón, ha provocado el rechazo unísono y la indignación en el resto del Mundo. Esas niñas y niños árabes no han tenido la oportunidad de convocar en su lengua a sus padres, lo que sus similares en Israel y en hebreo — heridos de dolor y de pena— exclaman llorosos y desesperados por la pérdida de sus progenitores o cuando aquéllos son violentamente separados de éstos: “Aba! Aba!”, para el padre; “Ima! Ima!”, para la madre. Preguntas a la lectora al lector:¿Recuerda Usted a Anna FRANK o a la foto en blanco y negro con el niño judío con los brazos en alto ante la tropa nazi durante la masacre del Ghetto de Varsovia? ¿Y recuerda Usted que Menachem BEGIN tenía una gran foto de ese niño en su despacho de trabajo que cumplía la doble función de advertencia y exhortación por lo del Holocausto?

V.- A manera de conclusión: “Por sus frutos debéis vosotros reconocerlos. ” [47]

Quien tenga presente la historia y los sufrimientos del pueblo de Israel, narrados en el “Exodo” bíblico, quien tenga siempre a la mano los trágicos sucesos del Holocausto judío, no debe olvidar que: a) Los indígenas del Nuevo Mundo poseyeron un gran territorio en el Norte del Continente Americano y fueron, a sangre y fuego, desalojados de sus territorios, cuasi exterminados y los sobrevivientes posteriormente condenados a llevar una vida en Reservado, como especies y objetos exóticos en un Museo Antropológico de la Infamia; b) Que Irán, Turquía, Irak y Siria desestabilizaron a la Nación

kurda, persiguieron y expulsaron a kurdas y kurdos de su territorio original (de Kurdistán) para repartirse el botín. Mis preguntas al respecto: ¿Y qué ha hecho el resto del Mundo para aliviar al sufrimiento de las víctimas de estos anteriores Holocaustos? ¿Se les ha dado una reparación civil por los traumas colectivos, por los daños y por los perjuicios causados? ¿Por qué no se les ha restituido sus derechos, pertenencias y propiedades de acuerdo a un viejo principio básico de la Ley Internacional de los Pueblos: uti possidetis etita possidiatis (cast. “Lo que tú has poseído, seguirás tú poseyendo”).

Y para los que apliquen unilateralmente por su propio interés y para su propio beneficio las historias y enseñanzas de la “Biblia” —escritas por cierto en el marco del Mito y de la Leyenda— les recuerdo yo, sin ínfulas didáctico-pedagógicas que: a) “Quién cava fosas mortuorias para otros, caerá él mismo en ella; y quien hace rodar a una piedra, hacia éste volverá aquélla.” / “Wer eine Grube macht, der wird hineinfallen; und wer einen Stein wälzt, auf den wird er zurückkommen.”(Proverbios del Rey Salomón / Sprüche Salomos, 26: 27); b) “...y con la vara que vosotros midáis, seréis vosotros también medidos.” / “...und welchem Maß ihr messt, wird euch zugemessen werden.“ (El Evangelio según San Mateo / Mathäus Evangelium, 7: 2 ; c) “¡Devuelve tu sable a su lugar! Pues, quien empuña al sable, deberá también morir con él.” / “Stecke dein Schwert an seinen Ort! Denn wer das Schwert nimmt, der soll durchs Schwert umkommen.” (El Evangelio según San Mateo / Mathäus Evangelium, 26 : 52); c) “¡Ay de aquél que hace riqueza o la aumenta con la riqueza o con los bienes de otros (...) ¡Ahí clama, gime y pregunta la piedra en el muro y la viga en el maderamen da la respuesta! ¡Ay de aquél que construye una ciudad con sangre y erige un burgo o fortaleza sobre la base de la injusticia¡” / “WEH DEM, der sein Gut mehrt mit fremden Gut (...) WEH DEM, der die Stadt mit Blut baut und richtet die Burg auf mit Unrecht! (Antiguo Testamento /Altes

Testament: El libro del Profeta Habakuk / Das Buch des Propheten Habakuk, 2: 6 ; 2: 12).

NOTAS:

[1] Véase: “Die Bibel”. Nach der Übersetzung Luthers / La Biblia. Según traducción de Lutero. Deutsche Bibelgesellschaft., Stuttgart, 22001. Das Neue Testament. Johannes, 8: 7 / El Nuevo testamento. El Libro de San Juan, 8: 7 (Todas las citas bíblicas posteriores se referirán a esta edición. Al mismo tiempo, toda traducción al castellano de títulos y nombres, de citas y fragmentos, así como el empleo de frases en lengua extranjera mencionados en este artículo, son míos y de mi entera responsabilidad. VBR). [2 ] “ Denn sie säen Wind und werden Sturm ernten“. Véase: “Die Bibel”. op. cit.Das Alte Testament. Das Buch der Profeten. Hier: Das Buch Hosea, 8: 7 / El Antiguo Testamento. El Libro de los Profetas. Aquí: El Libro de Hosea, 8: 7. Lo que aquí es expresado es que una o uno es artífice de su propio destino, que cada quién labra su suerte y produce sus propios males; es más, que no se debe jugar con fuego, que la violencia genera violencia, que toda acción acarrea una reación, que todo desafío obtiene una respuesta. [3] Véase: “Der Tagesspiegel”. Berlin, 31 de Diciembre de 1999, pág. 9. [4] Marx y Engels escriben el el segundo capítulo del “Manifiesto del Partido Comunista” (Londres Diciembre de 1847-Enero de 1848): “Was beweist die Geschichte der Ideen anders, als daß die geistige Produktion sich mit der materiellen umgestaltet? Die herrschenden Ideen einer Zeit waren stets nur die Ideen der herrschenden Klasse.“ (¿Qué otra cosa sino demuestra la Historia de las ideas que la producción espiritual de la mano va con la producción material? Las ideas dominantes en un tiempo han sido siempre las ideas de la clase dominante.) Véase: Marx Engels Werke. MEW. Band 4, II. S. 480. Dietz Verlag Berlin, 1959.[5] En el libro “Mord im Auftrag Gottes „ . Eine Reportage über religiösen Fundamentalismus in den USA. Piper Verlag, München-Zürich, 2004 (orig. „Under the Banner of Heaven. A Story of Violent Faith”. New York 2003) (cast. “Muerte por encargo de Dios”. Sobre Fundamentalismo religioso en los EE.UU.), devela el autor, el norteamericano y ex-Mormón Jon KRAKAUER, los entretelones (violencia y rigidez, jerarquía y obediencia, sometimiento femenino y poligamia) en la comunidad religiosa de los Mormones en Utah. Sin embargo, la historia no queda ahí. Krakauer describe el asesinato de Brenda LAFFERTY —una mujer mormona— y de su pequeña hija Erica (de once meses) a manos de su cuñado Dan LAFFERTY el 24 de Julio de 1984 y ante la pasividad, consentimiento y complicidad de su hermano Ron LAFFERTY. Brenda, casada con Allen LAFFERTY, era una mujer inteligente y leída, muy segura y consciente de sí misma, de férrea voluntad y de agudeza crítica. Estas cualidades fueron su condena de muerte. Ella estaba en contra de la poligamia e influyó con sus ideas a Dianna, a la mujer de Ron: Dianna decide, al final, separarse de su marido (véase: Prolog / Prólogo: Seite / pág. 7-21; también, Teil Zwei / Parte Segunda. Kapitel 14 / Capítulo 14). Durante el juicio de 1986 por asesinato premeditado y

desalmado, alevoso y con ventaja, fueron los hermanos interpelados por el Juez acerca de los motivos delictivos y aquéllos respondieron: Por una revelación divina recibieron ellos la misión de liquidar a Brenda y que su muerte, como la de la hija, fue la voluntad de Dios (véase: Teil Vier / Parte Cuarta. Kapitel 23 / Capítulo 23). [6] “Die Bibel” op.cit. Das zweite Buch Mose (Exodus) / El Libro Segundo de Moisés (Exodo), 2: 21, 24. [7] Marx y Engels escriben en el “Manifiesto del Partido Comunista”: “Als die Welt im Untergehen begriffen war, wurden die alten Religionen von der christlichen Religion besiegt. Als die christlichen Ideen im 18. Jahrhundert den Aufklärungsideen unterlagen, rang die feudale Gesellschaft ihren Todeskampf mit der damals revolutionären Bourgeoisie. Die Ideen der Gewissens- und Religionsfreiheit sprachen nur die Herrschaft der freien Konkurrenz auf dem Gebiete des Gewissens aus.“ (cast. „Cuando en la Antigüedad parecía estar el Mundo en extinción, fueron vencidas las viejas religiones por la Religión Cristiana. Cuando las ideas cristianas sucumbieron ante las ideas de la Ilustración en el siglo XVIII, se hallaba la Sociedad Feudal en una guerra a muerte con la Burguesía, en aquel entonces revolucionaria. Las ideas sobre la libertad de Conciencia y de Creencia Religiosa expresaron concretamente al dominio de la Libre Concurrencia a nivel de Conciencia.”) Véase: MEW. Bd. 4, op.cit II, S. 480. [8] “Nur wenige Israelis können zuhören”. Esta es la afirmación de Peter Zvi MALKIN (nombre real: Peter MILCHMAN) miembro de un comando clandestino del servicio secreto israelí MOSSAD que, en Buenos Aires y en el marco de la operación “Attila”, capturara al criminal de Guerra nazi Otto Adolf EICHMANN en Mayo de 1961, violando para ello todo acuerdo sobre Derecho Internacional y Soberanía Nacional y arriesgando una denuncia del gobierno argentino con la secuela de ruptura de relaciones diplomáticas . (véase: MALKIN, Peter Z. y STEIN, Harry: “Ich jagte Eichmann”. Der Bericht des israelischen Geheimagenten, der den Organisator der ‚Endlösung’ gefangen nahm. München 1991, 10. Kapitel / Capítulo 10, Seite / pág. 109 (cast. “Yo capturé a Eichmann”. Informe del agente secreto israelí que capturara al organisador de la “Solución Final”.).[9] El Lingüísta norteamericano y analista político de origen judío Noam CHOMSKY no es sólo un inteligente y acérrimo crítico de Bush, Cheney y Rumsfeld, sino también de la política israelí frente a los árabes, especialmente frente a los palestinos. En una carta del 19 de Julio del año en curso —publicada en su hoja online (www.chomsky.info/letters/20060719.htm) y que firman Tariq ALI (paquistaní), John BERGER (inglés), Eduardo GALEANO (uruguayo), Naomi KLEIN (canadiense), Harold PINTER (inglés), Arundhati ROY (hindú), José SARAMAGO (portugués), Howar ZINN (norteamericnao) y el mismo Noam CHOMSKY— se lee: “The latest chapter of the conflict between Israel and Palestine began when Israel forces adducted two civilians, a doctor and his brother, from Gaza. An incident scarcely reported anywhere, except in the Turkish press. The following day the Palestinians took an Israeli soldier prisoner —and proposed a negotiated exchange against prisoners taken b the Israelis— there are approximately 10,000 in Israeli jails.” (cast. “El último capítulo del conflicto entre Israel y Palestina comenzó cuando las tropas militares de Israel secuestraron en Gaza a un médico y a su hermano. Sobre este hecho reportó únicamente la prensa turca y otros acallaron lo ocurrido. Al día siguiente

tomaron los palestinos a un soldado israelí como rehén y ellos propusieron una negociación: La vida del soldado israelí a cambio de la libertad de prisioneros palestinos que llegan a 10,000 en las cárceles de Israel.”). [10] Peter MALKIN escribe en su libro mencionado: ”Wir haben die Jahrhunderte nur durch Anpassung und Rückzug überlebt; wir hatten uns darüber hinaus gewohnt, diejenigen, die sich in der Welt mit Waffengewalt durchsetzten, mit einer merkwürdigen Mischung aus Staunen und Abscheu zu betrachten.” (cast. „Nosotros hemos sobrevidio durante siglos únicamente mediante adaptación o repliegue; nosotros nos habíamos acostumbrado a admirar con una mezcla de sorpresa y rechazo, a aquéllos que, por medio de la violencia, se hicieron escuchar y respetar, conquistando así sus derechos.”) (véase: MALKIN, Peter Z. op. cit. 5. Kapitel: Der Kriegsbeginn, S. 48) (cast. 5to. Capítulo. El inicio de la Guerrra, pág. 48). [11] El Estado de Israel ( Eretz Yisrael) fue fundado el 14 de Mayo de 1948 sobre una parte del territorio que estaba bajo el Mandato de Inglaterra. La fundación del nuevo Estado se hizo posible mediante un “Plan de partición” de Palestina que fuera discutido y aprobado en la Asamblea de la ONU el 29 de Noviembre de 1947, sobre la base del informe (Balfour’s Declaration = Palestina como Patria definitiva de judías y judíos) que elaborara el Ministro de Relaciones Exteriores y miembro del Partido Conservador inglés, Arthur James BALFOUR (1848-1930). Balfour intensificó sus propósitos, pues él había prometido un resultado positivo de sus negociaciones al Barón francés —sionista, banquero y miembro de una dinastía de grandes banqueros— Edmond de ROTHSCHILD (1845-1934) . A ese Plan se opusieron, como era de esperar, los países árabes limítrofes. [12] En el mundo árabe se ha dado a este hecho político, a este fenómeno histórico el nombre de al-Nabka= la catástrofe. Véase: ALI, Tariq: “Fundamentalismus im Kampf um die Weltordnung”. Die Krisenherde unserer Zeit und ihre historischen Würzeln (cast. „El Fundamentalismo en lucha por el Orden Mundial“). Heinrich Hugendubel Verlag, München 2002. Aquí.: II, 4: pág. 132.[13] El Canciller alemán Otto von BISMARCK convocó a varias naciones europeas a Berlín para participar en la llamada “Kongokonferenz” entre el 15 de Noviembre de 1884 y el 26 de Febrero de 1885. De esta Conferencia resultó el documento conocido como “Kongoakte” (cast. “El Acta del Congo”). Los países signatarios acordaron asumir el control en Africa, crear colonias bajo el Mandato o tutoría de países europeos y ganar influencias. Entre otros representantes , estuvieron en Berlín: Bélgica, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Países Bajos (Holanda) , Portugal y España. (véase: http://de.wikipedia.org./wiki/Kongokonferenz ).[14] Las consecuencias fatales de este error histórico, de esa obsecuencia e insensibilidad política no se harían esperar: Seis guerras contra los países árabes. (1948-1949, 1956, 1967, 1973, 1981, 1982-1983), Entre 1948 y 1949 amplió Israel su territorio. Ataque a Egipto por la nacionalización del Canal de Suez. En 1967 ocupó Israel los territorios del Sinaí, del Golán, de Gaza y de Cisjordania. 1973 tuvo lugar la guerra de Yom Kippur. El Parlamento israelí (K nésset) declaró en 1980 a Jerusalén reunificada como capital de Israel. Entre 1982 y 1983 ocupó Israel al Líbano y cercó a la capital Beirut. A partir de 1988 se inicia la “Intifada” en Gaza y Cisjordania. Y en cuanto a los asentamientos judíos, ellos fueron creados sobre territorios árabes ocupados a partir de 1970. La

inmigración abarcó mayormente a ciudadanas y ciudadanos de la ex-Unión Soviética. Esa política del “Espacio vital” o del “Hábitat” (alemán: Lebensraumpolitik) se intensificó en los años noventa con el movimiento migratorio conocido en hebreo como “Allija/ Alija/ Alijah”: Ingreso o Ascención que en Israel tipifica a la inmigración hacia Palestina. Mientras que “Alijah” es la migración oficial, es “Alija Beth”, contrariamente, la inmigración ilegal. El programa ideológico nazi llamado “Lebensraumpolitik” fue el slogan, el caballito de combate para justificar las guerras de expansión, y así aplicar las tres “V” fatales: Verfolgung (Persecusión), Vertreibung (Expulsión/Desalojo) y Vernichtung (Liquidación física). Los precursores alemanes de esta teoría y práctica asumidas por los nazis fueron el escritor y Geopolítico Friedrich RATZEL (1844-1904) con sus obras “Politische Geographie” (1897) (cast. “Geografía Política”) y “Der Lebensraum” (1901) (cast. “ Hábitat o espacio vital”). El otro precursor fue el periodista y escritor Hans GRIMM (1875-1959) con su novela intitulada “Volk ohne Raum” . München, 1926 (cast. “Pueblo sin Hábitat”). [15] Según el artículo Nr. 49 de la “Convención de Ginebra de 1949” (cf. “IV. Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra”) no está permitido anexarse territorios del vencido, ni desalojar a ciudadanas y a ciudadanos ni a expulsarlos de su país; mucho menos está permitido al vencedor repoblar las zonas o regiones —forzosamente abandonadas por los nativos— con colonias o asentamientos otorgados a la población del país vencedor o de la potencia vencedora. [16] Al 28 de Septiembre del 2000 se dirigió Ariel SHARON hacia Jerusalén de Oriente y, en un acto a todas vista provocativo e intimidatorio, incursionó Sharon en el famoso Templo sobre la Colina de Jerusalén. A él acompañon alrededor de mil personas, entre ellas Guardaespaldas, Policías, Soldados, Políticos y Periodistas. Con esta “visita” quisó él reafirmar que Jerusalem es una y es parte del territorio judío de Israel. [17] No se olvide, de un lado, a las actividades que por la paz y por la negociación razonable y equitativa despliega Lea RABIN, la viuda del asesinado Jefe de Gobierno Isaac RABIN; de otro lado, los esfuerzos de la organización “Peace Now”(cast. Paz ahora). [18] Norman G. FINKELSTEIN es Politólogo norteamericano de origen judío que trabaja en la City University en New York. Su libro “The Holocaust Industry”.Reflections on The Exploitation of Jewisch Suffering. Verso Editorial, London 2000 (alemán: “Die Holocaust-Industrie. Wie das Leiden der Juden ausgebeutet wird. Piper Verlag, München 2000 / cast. “La Industria del Holocausto”. De cómo es explotado el sufrimiento judío) es una sorprendente descripción de cómo las elites judías y el gobierno norteamericano cooperan, debido a intereses por el capital y por el poder, en el uso pragmático y oportunista del Holocausto: El sufrimiento judío cual mercancía. Escribe Finkelstein: “Die Holocaust-Industrie speist sich aus inneren Quellen. Gängige Interpretationen verweisen auf das jüngste Auftreten einer ‚Politik der Identitätsbesinnung’ auf der einen und der ‚Kultur der Übernahme von Opferrollen’ auf der anderen Seite. In der Tat kann sich Identität auf eine bestimmte Geschichte von Unterdrückung gründen; entsprechend suchten Juden ihre eigene ethnische Identität im Holocaust zu finden“. (cast. “La industria del Holocausto se alimenta de fuentes internas. Actuales interpretaciones remiten a la más reciente aparición de una “Política de búsqueda de sentido” y a la ‘Cultura de asumir roles de víctima’. En efecto, puede basarse la búsqueda de Identidad sobre la historia de la represión;

de acuerdo a ello, buscaron las judías y los judíos su propia identidad en el Holocausto.”). (Véase ed. alemana: 1. Kapitel / Capítulo 1ro. , S. 40 / pág. 40). Nadie cometería el error disparatado de llamar “antisemitas” a Finkelstein o a Chomsky, a estos dos serios intelectuales de renombre internacional, a estos dos analistas políticos de calidad. [19] En una entrevista con Finkelstein en el „Süddeutschezeitung“ / „Diario Suralemán“ (11 de Agosto del 2000, pág. 13) dice él: “Jüdische Eliten beuten, im Einvernehmen mit der amerikanischen Regierung, das entsetzliche Leiden der Millionen Juden aus, die während des Zweiten Weltkrieges umgebracht wurden, ebenso wie das der wenigen, die es schafften zu überleben —aus Macht— und Profitgründen. Man kann durchaus der Meinung sein, das die Holocaust-Industrie durch ihre skrupellose Ausbeutung jüdischen Leidens den Antisemitismus inzwischen fördert und der Leugnung des Holocaust zuträglich ist.“ (véase: www.steinbergrecherche.com/asfinkelstein.htm ) (cast. „Elites judías , en mutuo acuerdo con el gobierno norteamericano, explotan al horrible sufrimiento de los Millones de judías y de judíos, que fueron asesinadas y asesinados durante la Segunda Guerra Mundial. Esa explotación se extiende a aquéllos pocos que sobrevivieron al genocidio. Las razones para ese aprovechamiento son de carácter político (por el poder) y económico (por la ganancia). Se puede tener la opinión que a través de ese inescrupuloso manejo y uso del sufrimiento judío se fomenta al antisemitismo y aquél es provechoso para la negación del Holocausto.”). [20] En un diálogo en la “Biblia”, da el Dios Jahve otro nombre a Jacobo (Jakob), al hermano de Esaú e hijo de Abraham (Ibrahim en árabe). “Y Dios le preguntó: ‘¿Cómo te llamas tú?’. Y el interpelado respondió: ‘Jacobo’. Y Jahve agregó: ‘Tú no debes llamarte más Jacobo, sino Israel; pues tú has combatido al lado de Dios y al lado de otros y has ganado.’ ” (véase: “Die Bibel”. op.cit. Das erste Buch Mose (Genesis) / El Libro Primero de Moisés (Génesis), 32: 28-29. [21] La intención de Sharon era desarmar a la resistencia de los refugiados palestinos y liquidar físicamente a Yassir ARAFAT. Es más, con su campaña denominada “Operación Galilea” (iniciada en Junio de 1982) , pretendía él dos cosas: a) Limpiar al sur libanés de “rebeldes y terroristas”y ; b) Acercarse militarmente a Siria y, con sus tropas, advertirle acerca de los riesgos y peligros de seguir influyendo —política y militarmente— en Líbano. [22] El asesinato del Presidente Baschir GEMAYEL , ocurrido al 14 de Septiembre de 1982, fue atribuído a los palestinos refugiados. De ahí el interés de los cristianos y falangistas por encontrar a los culpables, desarmarlos y liquidarlos. Más sobre el tema “Masacre en Sabra y Schatila”, así como sobre la corresponsabilidad de Ariel “Aric” SHARON véase: http://de.wikipedia.org/wiki/Sabra_und_Schatila. [23] ibidem[24] En el „Buch der Psalmen“ / „Libro de los Salmos“ se lee en el Salmo Nr. 126: “HERR, bringe zurück unsre/ Gefangenen, / wie du die Bäche wieder bringst / im Südland. / Die mit Tränen säen, / werden mit Freuden ernten. / Sie gehen hin und weinen / und streuen ihren Samen / und kommen mit Freuden / und bringen ihre Garben.“ (cast. „Señor, trae a nuestros presos de nuevo / así como tú traes de regreso a los arroyos / en el Sur . / Aquéllos que siembren con llanto y pena, / cosecharán con alegría. / Ellos se encaminan hacia allí y lloran / y esparcen sus semillas / y retornan con alegría / y traen sus gavillas.” (véase: “Die Bibel”. op. cit ).

[25] Oskar LAFONTAINE, conocido por su agudeza política y por su capacidad argumentativa en el escenario político alemán, escribió: “Die Zerstörung de jugslawischen Wirtschaft und Infrastruktur war auch eine Folge der Kriegsführungsstrategie der NATO.” (cast. “La destrucción de la economía y de la infraestructura toda de Yugoslavia fue una consecuencia de la estrategia belicista de la OTAN.”) (véase: LAFONTAINE, Oskar: „Das Herz schlägt links“.Econ Verlag. Düsseldorf 1999, S. 254 ( cast. “El corazón late a la izquierda”.) [26] Las metas que se propusiera la ONU, esto es impedir o acabar con la violación de Derechos Humanos, persecusión y destierro, creciente catástrofe, pérdidas y destrucción de la infraestructura material, no fueron alcanzadas; antes bien, todo ello continuó en Yugoslavia y en Kosovo. Al respecto escribe Lafontaine: “Weder gelang es der NATO, die humanitäre Katastrophe im Kosovo zu verhindern, noch konnte sie Verluste unter der Zivilbevölkerung Serbiens vermeiden.“ (cast. „La OTAN no pudo ni evitar la catástrofe en Kosovo ni las grandes pérdidas entre la población civil de Serbia.”) (véase: LAFONTAINE, Oskar: op. cit. Seite / pág. 240.) [27] Véase: “Der Tagesspiegel”. Berlín, 27 de Julio del 2006; pág. 5. [28] ibidem[29] La máxima se halla en el Prefacio al Libro III. Traducción al castellano: “Quien desea la paz, pues que se arme.” (alemán: “Wer den Frieden will, rüstet zum Krieg”). La máxima en inglés reza: „He, therefore, who desires peace, schould prepare for war.” (Véase: “The Military Institutions of The Romans” / “De Re Militari”. By Flavius Vegetius Renatus. Translate from the Latin by Lieutenant John Clarke. In: www.pvv.ntnu.no/~madsb/home/war/vegetius/ ). [30] “The Atomic Cafe” es un documental de los cineastas norteamericanos Jayne LOADER, Kevin und Pierce RAFFERTY (filmado en 1983) sobre la inocencia política y la actitud conformista y relajada del ciudadano norteamericano promedio conocido en le lengua coloquial como “John Doe” ante los planes del gobierno en lo tocante a la producción de armamento atómico, a sus pruebas sobre el desierto de Nevada y sobre el atolón de Bikini en las Islas Marschall (Océano Pacífico) en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Los EE.UU. hicieron propaganda para ganar la simpatía y el apoyo de la población en sus planes atómicos. El gobierno inventó al enemigo y así creó la necesidad: La bomba atómica como única y contundente arma de defensa contra las amenazas y posibles invasiones del comunismo soviético. Y no se olvide que, hasta hoy, han sido exclusivamente los usamericanos quienes han empleado la Bomba Atómica: En Hiroshima (06 de Agosto de 1945) y Nagasaki (09 de Agosto de 1945). [31] Irán se halla en una carrera contra el tiempo. De un lado están las presiones de la ONU a través de nuevas Resoluciones, así como sanciones económicas y medidas de embargo; de otro lado, está la posible amenaza de un bombardeo por medio de Israel, tal como este país cometiera contra Irak en Junio de 1981 al reducir a escombros el reactor iraquí en la ciudad Osirak, utilizando para elllo a sus aviones F-16. [32] La política del susto o del amedrentamiento (alemán: Abschreckungspolitik) —representada y defendida por el Canciller Federal Helmut SCHMIDT (SPD)— hizo no sólo peligrar a la integridad y a la unidad de la Socialdemocracia, sino también a la estabilidad de la coalición entre socialdemocratas y liberales. No todos estaban de acuerdo ni con el estacionamiento de cohetes Pershing II y Cruisse Misiles sobre territorio alemán

ni con la Guerra entre Galaxias (SDI) de Ronald REAGAN. En la entonces capital federal Bonn, se dieron cita al 22 de Octubre de 1983 300, 000 manifestantes para protestar por la paz y contra el nuevo armamentismo germano-norteamericano estipulado en la Doble-Resolución de la OTAN (NATO-Doppelbeschluß). En el gobierno estaban los guerreristas (ellos); en las bases y en el pueblo, los pacifistas (nosotros). Entre otras figuras descollantes se hallaban Oskar LAFONTAINE (social-demócrata y Alcalde-Regidor de Saarbrücken), Joseph “Joschka” FISCHER (Verde), Horst-Eberhard RICHTER (Psiquiatra), Petra KELLY y Gerd BASTIAN (Verdes), Erhard EPPLER (socialdemócrata), Heinrich BÖLL (novelista y Premio Nóbel de Literatura). [33] Lo del uso de la fuerza en caso de incumplimiento de Acuerdos o de Resoluciones está fijado en el Capítulo VII “Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamiento de la paz o actos de agresión” de la “Carta de las Naciones Unidas”, firmada en San Francisco el 26 de Junio de 1945 y en vigor desde Octubre del mismo año. Sobre lo del mandato llamado “robusto” , véase: Artículos 44, 45 y 46. [34] Durante una conferencia de Lafontaine en su ciudad natal Saarbrücken sobre el rol de los EE.UU, de la OTAN y de la ONU para la solución de conflictos internacionales, llevada a cabo al 01 de Mayo de 1999, dijo éste: “Wenn ich zum Krieg in Jugoslawien heute Stellung nehme, dann möchte ich daran erinnern, daß dies nicht der einzige Krieg auf dieser Erde ist, daß Not und Elend, Tod und Vertreibung leider in vielen Ländern dieser Erde den Alltag bestimmen. (...) ...Länder dieser Erde, in denen großes Unrecht geschieht und in denen die Menschen leiden.“ (cast. „Si yo debiera tomar hoy posición sobre la guerra en Yugoslavia, quisiera recordarles que esa guerra no es la única en este Mundo, que la necesidad y la miseria, que la muerte y el éxodo tipifican a la vida cotidiana en muchos países en el Mundo. /.../ Países de este Mundo, en los cuales gobierna la injusticia y en los cuales sufren los Seres Humanos”.). Lafontaine hace después un listado de esos países, de regiones y de etnias, entre los cuales cita él a Argelia y Etiopía, Sudán y Ruanda, el Congo, los Kurdos, Turquía, Tibet, Afganistán. (véase: LAFONTAINE, Oskar: op. cit. Seite/ página 245).[35] Otros dos políticos y ex-Presidentes tienen una deuda no sólo con su país —con el Perú— sino también con la Justicia Internacional por violación de Derechos Humanos, Corrupción y formación de Grupos Paramilitares. Aquí me refiero yo a Alberto Kenya FUJIMORI y Alán GARCIA PEREZ. Este último ordenó al 19 de Julio de 1986 y durante una Conferencia de la Internacional Socialista, IS, en Lima, el bombardeo de tres prisiones, en las cuales se hallaban recluídos presos políticos y presos comunes. A causa de los bombardeos murieron cerca de 400 reclusos entre hombres y mujeres, la mayor parte de ellos miembros y miembras de Sendero Luminoso. Alán GARCIA PEREZ ha sido nuevamente elegido Presidente de la República. García Pérez substituye al saliente Alejandro TOLEDO MANRIQUE y gobierna desde el pasado 28 de Julio del 2006. [36] La “Convención de Ginebra del 12 de Agosto de 1949” (Aquí: “III. Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra”) estipula y reglamenta al trato de prisioneros de guerra. Ellas o ellos son prisioneros, pero esa situación no supone ni el pisoteo de sus derechos, ni la vulnerabilidad de su dignidad como Ser Humano ni el ensañamiento típico del vencedor revanchista. Los artículos 13-14, 16-18, 20-28, 29-32, 34-38 y 70 fijan y regulan los Acuerdos Internacionales sobre el tema.

[37] Sobre las consecuencias del bombardeo de Yugoslavia, que se efectuara sin Mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, quedaron escombros y un paisaje desolado. Sobre el tema escribe Lafontaine: “78 Tage und Nächte hat die NATO Jugoslawien bombardiert. Die Luftwaffe flog 36 000 Einsätze. Zurückgeblieben ist ein zerstörtes Land. Niedergebrannte Ortschaften im Kosovo, zerstörte Schulen, Krankenhäuser, Fabriken, zerstörte Straßen, Brücken, Energie —und Wasserversorgungsanlagen in Serbien sind neben Tod und Vertreibung die Bilanz des Krieges.“ (cast. Setentaiocho días y noches bombardeó la OTAN a Yugoslavia. La Fuerza Aérea incursionó treinta y seismil veces. Lo que ha quedado de todo ello es un país destruído, lugares calcinados en Kosovo, escuelas y hospitales destruídos. Escombros por doquier, ruinas de calles, de puentes, de centrales de energía y de abastecimiento de agua potable es lo que ha quedado, al lado de la muerte y del éxodo, en Yugoslavia.”). (véase: LAFONTAINE, Oskar: op. cit. pág. 247). [38] El Barón Münchhausen es curioso y ocurrente, por no decir un charlatán y calavera con desbordes pasionales y agresivos. El es un “Lügenbaron” (un Barón que vive de la mentira). El es un apasionado aventurero, él tiene siempre la razón y es un gran inventor de historias y de escenarios, en los que él es siempre la figura central. De ese personaje que vivió entre 1720 y 1797, se filmó una película en 1943. El director fue el húngaro Josef von BAKY (1902-1966); y el Barón, el actor alemán Hans ALBERS (1891-1960). En la psicología y en la medicina se habla, desde entonces, de un Síndrome Münchhausen (véase: Clasificación Internacional de Enfermedades y de Problemas relacionados a la Salud / International Classification of Diseases and Related Health Probem. Aquí: ICD-Code F68.1). [39] El ex-líder de la socialdemocracia y hoy miembro del Partido de Nueva Izquierda en Alemania Oskar LAFONTAINE afirmó sobe su colega Joseph “Joscka” FISCHER de los Verdes: “Der Krieg im Kosovo wurde von ihm (por Fischer, VBR) moralisch begründet. Wer Realpolitik zur Grundlage seiner Entscheidungen macht, weiß, daß moralische Normen nicht allein das politische Handeln bestimmen können. Wer aber moralische Prinzipien zur Grundlage seiner Entscheidungen macht, verliert sehr schnell den notwendigen Abstand gerät politisch auf Abwege.“ (cast. “El argumentó la Guerra de Kosovo con argumentos morales. Mas, quien hace de la política real la base de sus decisiones, sabe que las normas morales no pueden determinar únicamente a la acción política. Por eso, quien hace de los principios morales su base para sus decisiones, pierde rápidamente la necesaria distancia y termina en extravíos.”) (véase: LAFONTAINE, Oskar: op. cit. Pág. 153-154). [40] „Es steht jeden selbstverständlich frei, seine Meinung zu ändern, aber ein radikaler Kurswechsel bringt immer die Gefahr der Übertreibung. Die Gleichsetzung der schrecklichen Vorgänge im Kosovo mit Auschwitz, das Umwandeln von ‚ Nie wieder krieg’ in ‚Nie wieder Auschwitz’ war eine solch unzulässige Übertreibung. Die Kriegspropaganda machte die Serben zu den Bösen und die Albaner zu den Guten.“ (cast. „Cada quien goza de la libertad para modificar su opinión, pero un cambio radical en ella acarrea siempre el peligro de la exageración. La equiparación de los horribles acontecimientos en Kosovo con Auschwitz, la muda de ‘No más guerra’ en ‘No más Auschwitz’ ha sido una tal exageración. La propaganda belicista hizo de los Serbios los malos y de los Albaneses los buenos.” (véase: LAFONTAINE, Oskar: op. cit pág. 249).

[41] Por ejemplo, ello es el caso de los serbios Ratko MLADI (General del Ejército Federal) y Radovan KARADŽI (psicólogo, líder serbio y agitador político) que están como prófugos de la justicia internacional por crímenes de guerra y por delitos contra la humanidad. Ellos son responsables, entre otros delitos, de la matanza de más de 8,000 musulmanes bosníacos en Sbrenica en Julio de 1995, ante vista, ojos y paciencia de las tropas de Pacificación y de Protección de la ONU en la ex-Yugoslavia (UNPROFOR: United Nations Protection Force). Caso similar de impotencia e inoperancia ocurrió con las fuerzas de UNAMIR en Ruanda (United Nations Assistance Mission for Rwanda) durante los enfrentamientos y la masacre entre Hutus y Tutsis en 1994. [42] El ex-Jefe de Gobierno israelí Menachem BEGIN (1913-1992) y Premio Nóbel de la Paz de 1977, fue miembro activo de la organización terrorista llamada “Etzel” que se enfrentaba a los ingleses establecidos en Palestina antes de la fundación de Israel y promovía la inmigración clandestina de judías y judíos. Detrás de todo esto, se sospecha, estaba un plan detallado y muy bien pensado: Ejercer presión política internacional mediante el crecimiento demográfico que supone y exige espacio habitacional, a fin de alcanzar el objetivo final; esto es, la creación oficial de un Estado judío, autónomo, independiente y soberano, sobre una parte del territorio palestino. A Begin se acusa de haber organizado el atentado mediante una carta-bomba contra el primer Canciller Federal Konrad ADENAUER (1876-1967) y líder de la Democracia Cristiana de Alemania (CDU) en Marzo de 1952. (véase el periódico: “Berliner Zeitung”. Berlín, 13 de Junio del 2006, pág. 6. Véase, también, la enciclopedia alemana online: http://de.wikipedia.org/wiki/Menachem_Begin). Otro partidario de la violencia y del terror fue Jitzhak SCHAMIR (*1915), como Begin ex-Jefe de Gobierno que , a partir de 1943, se constituyó en el Jefe de la organización clandestina denominada “Lechi” que, mediante atentados y secuestros, protegía a los judíos contra abusos, agresiones, represalias y humillaciones. Schamir fue el responsable de los atentados contra el inglés Walter Edward Guinness, Lord MOYNE (Ministro de Estado para el Cercano Oriente) y contra el sueco Folke BERNADOTTE, Conde de Wisborg (Enviado y Representante de la ONU en el Cercano Oriente). “Etzel”, “Lechi” , “Irgun” y “Haganah” —como organizaciones político-armadas de los judíos en Palestina— reclamaban la atención y el apoyo mundiales para la causa judía: Expulsión de las fuerzas ocupacionistas inglesas en Palestina y reconocimiento del “legítimo derecho” para crear un estado judío y soberano en esta región. (véase: http:de.wikipedia.org./Jitzhak_Schamir). [43] Al respecto, puede leerse la historia y los pormenores de este hecho en la novela intitulada: “Die Jüdin von Toledo” (cast. “La judía de Toledo”) del escritor alemán Lion FEUCHTWANGER (1884-1958). [44] Para enterarse sobre los atentados suicidas contra ciudadanas y ciudadanos israelíes y para que no se piense que soslayo los actos terroristas de ciertos grupos palestinos, remito yo al listado ( desde el 26 de Octubre del 2000 hasta el 05 de Eenero del 2003) que sobre el particular publicara la revista “Caretas” en Lima-Perú. Véase: “Caretas”. Lima, Enero 9, 2003; pág. 63. [45] Véase: VALLEJO, César: “Obra poética completa”. Edición de la Casa de las Américas, La Habana-Cuba, 1970. Aquí: págs. 298-299. [46] El Presidente francés Jacques CHIRAC enjuició en París al Gobierno israelí por la destrucción del puesto de UNIFIL y condenó sin tapujos al asesinato de cuatro “Cascos Azules” con las siguientes palabras: “...wer UN-Friedenssoldaten

angreife, der greife die internationale Gemeinschaft an.” (cast. “Quien agrede a los soldados de las Fuerzas de Pacificación de la ONU, agrede él a la Comunidad Internacional.” (véase: “Der Tagesspiegel”. Berlín, 27 de Julio, pág. 5). O como expresara Wang Guangya, el Embajador de China en la ONU el 26 de Julio : “Nous condamnons cette attaque”. “Toute attaque contre une position des Nations unies et ses personnels est inexcusable et inacceptable.” Ver : www.lemonde.fr/web/article/0,1-0@22-3218,36-798859@51-796255,0.html. (cast. “Nosotros condenamos a este ataque.” “Todo ataque a un puesto de las Naciones Unidas y a sus enviados es inexcusable e inaceptable.”). [47] Véase: “Die Bibel”. op. cit. Das Neue Testament. Mathäus Evangelium / El Nuevo Testamento. El Evangelio según San Mateo, 7: 20.

Víctor BUENO ROMAN (Lima, 1949) es poeta, crítico literario y traductor residente en Berlín. El ha sido catedrático de Literatura en su país y profesor de castellano como lengua extranjera en las ciudades alemanas de Heidelberg, Hockenheim, Worms y Berlin. En esta última ciudad estudió él Latinoamericanística, Etnología y Sociología. Víctor BUENO ROMAN es autor de dos libros de poemas: “ Tránsito a la Poesía ” (Ayacucho, 1978) y “ Camina el Autor ” (Berlín, 1999).

WINSTON MORALES

Jaime Sáenz: Revelación esotérica o delirium tremens.

Todo es dual: todo tiene polos; todo su par De opuestos; los semejantes y desemejantes

Son los mismos; los opuestos son idénticos en Naturaleza difiriendo sólo en grado; los extremos

Se tocan; todas las verdades son semiverdades; Todas las paradojas pueden reconciliarse.

EL KYBALION

Todos los libros del mundo —por lo menos los libros Obscuros— hablan de la gran influencia de la sabiduría egipcia en las culturas de occidente. Se dice que todos los intelectuales, incluyendo los profetas y patriarcas hebreos, bebieron de las fuentes de la tradición y la mitología del Nilo.

Hay quienes afirman que desde Orfeo —conocedor de los misterios de Osiris—, pasando por Homero, autor de la Iliada y la Odisea, hasta llegar a Tales, Solón, Pitágoras, Jámblico, Demócrito de Abdera, Platón, Eudoxio de Cnido, Plutarco, Plotino, etc, etc, etc, se sumergieron en el imaginario y en la arquitectura del saber hermético o del conocimiento egipcio.

Después irrumpieron los sabios e iluminados de la Edad Media —muchos de ellos tachados de brujos— y los adeptos e iniciados del renacimiento italiano, alemán y francés.

Los narradores y poetas no serán la excepción; jamás permanecieron ajenos a ese saber trascendental que representa la mitología y la iconografía de Oriente. Varios son los que sostienen la presencia de intelectuales modernos como Joseph de Maistre, William Blake, Fabre D’Olivet, Friedrich De Hardenberg, Pierre-Simon Ballanche, Honorato de Balzac, Edgar Allan Poe, Franz Kafka y un largo etcétera, en las escuelas oscuras del globo terráqueo.

A pesar del gran intervalo de tiempo que podemos hallar entre uno y otro escritor —ubicados tanto en el pasado remoto como en el pasado presente— es común observar en cada uno de ellos ciertos elementos que los identifican y los

hermanan. Ni siquiera por el hecho de pertenecer a escuelas distintas temporal y geográficamente hablando los encontramos ajenos o al margen de un saber atemporal, definitivo, perenne.

De allí la proximidad entre creadores del romanticismo alemán, el surrealismo francés o las vanguardias americanas; esa filosofía persiste, se instala, fustiga el diario acontecer, el loco correr de unos días que forman la historia, pero que como un pensamiento absoluto o una idea reveladora del saber ecuménico se proyecta en el río de un universo que no posee presente, pasado o futuro. Por eso siempre esa escritura —así no sean muchos sus oficiantes—, siempre esa necesidad, esa búsqueda, ese ahondar en las cosas que carecen de presencias y fisonomías.

Las mismas extrañezas, los mismos sinos, son los que confraternizan a los cuatro poetas de este estadio, de esta summa narrativa. Atravesados por una filosofía trascendental es sencillo descubrir, debajo del matiz que tapiza sus arquitecturas, una constante fuga de la “realidad” y la consecución de una poética muy cercana a la Ciencia Oculta, el Hermetismo, la Magia, el Ocultismo, el Esoterismo.

Conocedores de esa corriente, definieron con destreza las tres grandes divisiones de las Ciencias Ocultas (Teurgia, Magia y Alquimia), manejando a la perfección ese discurso no sólo literario, sino también mental, ideológico y físico.

En ese terreno ellos se mezclan, se encuentran, se entrecruzan, y de ese territorio es también el último —quizás el primero—, pues es bien sabido que en las poéticas del Ocultismo, como en el Ocultismo mismo, no hay categorizaciones ni verdades absolutas o fijas.

La Muerte por el Tacto

Entre las cosas que igualan e identifican a los creadores de este universo esotérico-andino, se encuentran las preocupaciones que hemos tratado de conciliar a lo largo de esta escritura abstrusa: la percepción del tiempo, el espacio

como territorio que se destruye, la muerte como escenario cargado de luz, el suicidio como camino y principio.

La poética de Jaime Sáenz bordea esas preocupaciones. La muerte, por ejemplo —su más clara y justa obsesión, su grafía, su territorio—, está presente en la mayoría de sus poemas. Sus escritos son textos que nos hablan con una particularidad que asombra, una particularidad que sin duda está demarcada por la muerte de sus mayores, por la ausencia de su hijo (a quien pierde a los tres días de nacido) por la expiración de amigos tan significativos como Alberto Ufenast Vargas o Franz Tamayo, por la ruptura intempestiva de su matrimonio y la consecuente ausencia de su pequeña hija (Jourlaine), con quien no tiene contacto sino después de veinte años (a través de una carta escrita en alemán).

Todo eso, sin lugar a dudas, marcaría la obra de Sáenz, definiría sus líneas, sus cartografías, sus lámparas: Mientras viva, el hombre no podrá comprender el mundo; el hombre ignora que mientras no deje de vivir no será sabio.

Tiene aprensión por todo cuanto linda con lo sabio; en cuanto no puede comprender, ya desconfía.

No comprende otra cosa que no sea el vivir. (Recorrer esta distancia, Pág. 259)

Sáenz Guzmán estuvo marcado por la muerte, por esa misma idea que pende en la mente y en la creación de los “otros” malditos. Sin embargo, ¿por qué no llevar a feliz término la empresa, el asunto aquel de abordarla, de conocerla? Se sabe que el creador boliviano protagonizó un intento de suicidio —al parecer por el abandono de su esposa Erika— en el año de 1950, lo que constata que, al igual que los otros poetas latinoamericanos, sentía una especial delectación por el tema. No obstante, ¿abandonó después la “fatídica” trama? Lo que sí está bastante claro es que la idea como tal nunca fue diluida, suprimida, borrada; el poeta accede a la muerte, a su espacio cargado de luz a través del estro poético, a través de su literatura, su narrativa: Y yo digo que uno debería procurar estar muerto. Cueste lo que cueste, antes de morir. Uno tendría que hacer todo lo posible por estar muerto.

Las aguas te lo dicen —el fuego, el aire y la luz, con claro lenguaje.Estar muerto. El amor te lo dice, el mundo y las cosas todas, estar muerto. La oscuridad nada dice. Es todo mutismo. (Pág. 259)

En este poema reforzamos la teoría de los elementales como presencia viva en la poética de los cuatro creadores. Es más, Jaime Sáenz afirma que los elementales nos hablan con claro lenguaje —el problema es escucharlos y traducirlos—, que sus palabras —contrario a “la oscuridad que nada nos dice” —, se constituyen en luminarias, teas de fuego y de agua, las cuales manan una grafía “otra”, un fonema de sombras que se ubica muy cerca del olfato fundamental, del oído esencial.

Recorrer esta distancia

Uno se sorprende al encontrar puntos comunes en los grandes poetas de todos los tiempos —algo que no se sustenta con el sofisma de la condición humana—, y al observar cómo sus caligrafías y mapas mentales parecen estar diseñados por las mismas revelaciones. Ya habíamos hecho alusión al asunto del tiempo y del espacio en la poesía de Carlos Obregón y César Dávila Andrade. Ahora, y haciendo un recorrido por su universo metafísico, encontramos el mismo símbolo literario en la creación del poeta boliviano.

Sin embargo, ¿cuál es esa distancia para el poeta paceño? Sin duda se trata de la distancia que hay entre la vida y la muerte, el recorrido o el trayecto, la carretera que debe transitarse una vez se inicia el Gran Viaje. Y eso está claro en sus poemas; el poeta no hace alusión a la distancia física que se relaciona con el espacio y el tiempo terrestre, sino que hace alusión a una distancia suprafísica, el trayecto “invisible” entre lo palpable y lo intocado.

Jaime Sáenz intuía que para recorrer esa “Distancia” debía ubicarse en un no-lugar, en un espacio extraterreno —¿el poético?—, que le permitiera asumir esa lógica más allá del bien y del mal, separado de ambigüedades y polarizaciones; el vate debe asumirse como un todo, como el número que se conecta con el gran guarismo universal, separado de una sustancia corpórea, hecho aire, éter, polvo: En realidad, el otro lado de la noche es un dominio sumamente extraño,Y es el alcohol quien lo ha creado. Nadie puede pasar al otro lado de la noche; El otro lado de la noche es una región prohibida, y sólo podrán entrar en ella los sentenciados. ¿En qué consiste el otro lado de la noche? (La Noche, Pág. 15-16)

Sáenz Guzmán —quien nunca finiquitó su idea primaria de suicidio—, sabía, sin embargo, que uno de los canales para recorrer ese trayecto, esa curvatura era el alcohol, la bebida, el elixir de anís creado por los mortales con el ánimo de acercarse al “Hombre” y a sus concomitancias diabólicas. A través del alcohol —Jaime Sáenz “sufrió” en dos oportunidades de deliriums tremens— era capaz de acceder a su dimensión extraterrena, era presa de su “otro”, de su doble, de su Yo onírico o akásico, sombra que observaba al mundo desde una perspectiva lejana, retirada, musical: ...Entonces ocurre una cosa muy rara: En determinado momento, tú empiezas a mirar el otro lado de la noche, Y muy pronto llegas a comprender que éste se halla ya dentro de ti. Mas esto, por supuesto, es algo que sólo se da en los grandes bebedores. Es privativo de los bebedores que, por haber bebido y bebido sin piedad, han estado muchas veces a un pelo de la MUERTE (Lamayúscula es mía) es cosa que sólo ocurre con los bebedores que han enloquecido a causa del alcohol. (La Noche, Pág. 15-16)

Esto del alcohol no es exclusivo del poeta paceño. Al parecer fue una constante en los otros “iluminados” americanos. Es mas, sabido es de esa constante en poetas y creadores de todas las geografías y todos los tiempos terrestres. Es probable que Jaime Sáenz, a través del alcohol —como Dávila Andrade, Carlos Obregón y Ramos Sucre—, haya entablado una estrecha relación con su otro, con ese doble Yo al que ya hemos hecho alusión; doble Yo que fue abordado y comprendido por creadores como Nerval o Scéve.

Esa transubstanciación —o ese irse sobre sí— era un ejercicio tan usual como mirarse de cara al espejo. El espejo es un mapa, una lámpara, una brújula. Jaime Sáenz acudía a ese recurso, instrumento que algunos han acertado en calificar “conciencia en sí mismo”. Esa conciencia en sí mismo era como salirse de sus ropas, como abandonar su escafandra para mirarse desnudo, para apreciarse desde arriba, desde una altura meridiana que favoreciera el ojo suprasensorial: Yo no estoy existiendo Otro existe en lugar de mí pero dentro de mí Y es como lo mirara diez veces Cada una de las diez veces que lo miro. Estoy cada vez más enfermo que todo, más enfermo que un colibrí. Los días, las lunas y las moscas aparecen forjados en la colina pálida que recorre- deja que esa espada esté en mis sueños esté en mis pobres sueños de ángel solitario y jubiloso... (Muerte por el tacto, Pág. 111 y 113)

La noche y su música obscura

Las 150 pulsaciones por minuto que presentó Jaime Sáenz en uno de sus delirium tremens, lo llevaría a tener una impresión muy particular sobre la muerte y su espejo de sombras: La Noche.

Al igual que creadores como Allan Poe, Marcel Proust o William Faulkner, Jaime Sáenz hallaba en la noche ese gran laberinto que se abría unos minutos antes del fallecimiento. La noche significaba no sólo el acabose del día sino la apertura de cientos de pórticos y trinquetes, intersticios por donde se hallaba la luz, la luna, las estrellas, el viento nocturno, la música del silencio. En ese estadio, en ese escenario de sombras, el poeta suele entrar en un trance absoluto de observación —sin la perorata del cable, la radio, el Internet— y en un estado interminable de audiencia que ofrece todas las voces y los murmullos propios del silencio.

No terminaríamos de referenciar ese número de hombres cercanos a la noche. Son muchos los músicos, pintores, poetas que comprenden que el mejor lienzo y la mejor pintura se palpa en la oscuridad de las cosas; Jaime Sáenz ha sido llamado por Elías Blanco2 el ángel solitario y jubiloso de la noche (nombre extraído de unas líneas de su propia poesía: Muerte por el tacto), lo que nos arroja la certeza de ese gozo del poeta boliviano por la oscuridad, gozo que experimentaron artistas de naturalezas análogas como es el caso de Coleridge, Ronsard, Lautréamont o el belga Maurice Maeterlinck.

2 Jaime Sáenz, El ángel solitario y jubiloso de la noche, apuntes para una historia de vida.

La noche es la pila sensitiva de todos los creadores. Desde los Románticos, pasando por los surrealistas, la noche ha cumplido un papel básico en el vuelo maldito de muchos videntes.

La noche es para el poeta paceño el lugar común de encuentro, el lugar donde se establece conexión con el alcohol y sus pócimas reveladoras. Aquí creemos recordar esa bella sentencia de Baudelaire: Hay que estar siempre ebríos, esa es la cuestión.

Ante la afirmación de un padre literario, ¿qué más le queda a uno de sus hijos?

Pero la noche no es sólo la terminación del día, no es el estado donde el hombre duerme, sueña, entra en platica con su espejo. La noche constituye para Sáenz un espacio, un lugar geográfico, un estadio espiritual:

La experiencia más dolorosa, la más triste y aterradora que imaginarse pueda, es sin duda la experiencia del alcohol. Y está al alcance de cualquier mortal. Abre muchas puertas. Es un verdadero camino de conocimiento, quizá el máshumano, aunque peligroso en extremo. Y tan atroz y temible se muestra, en un recorrido de espanto y miseria, que uno quisiera quedarse muerto allá. Pues el retorno del otro lado de la noche es en realidad un milagro, y únicamente los predestinados lo logran.A tu retorno, el mundo te mira con malos ojos; eres un extraño, eres un intruso, y sientes en lo hondo

que el mundo no quiere que lo contemples; lo que quiere es que te vayas y desaparezcas —lo quequiere es que ya no estés aquí. Y como al fin y al cabo el mundo eres tú, imagínate, tendrás que tener muchafuerza, mucha humildad, mucho gobierno, paraenfrentarte contigo mismo —vale decir, con el mundo. (La noche, Poema 4, Pág. 15-16)

La noche es revelación esotérica, conjuro, brújula, triángulo para mirar sus ángulos y sus propios vacíos. Se intuye que Jaime Sáenz era una especie de ave nocturna, un ángel jubiloso que se paseaba por la oscuridad y negaba para sí las narraciones que pudiera arrojarle la voz del sol o del amanecer. El poeta era hijo de Sélene, antes que de Apolo. Esa cercanía a Hécate lo conduciría inexorablemente a los brazos de Dionisos, a los territorios del vino y las transformaciones particulares de la noche. El poeta boliviano posee una proximidad más estrecha con las sombras que con la luz, por lo menos a lo que concebimos de ella; su poesía es obscura como la noche, hermética y profunda como todo lo que está determinado por la luna, por su figura mitológica, por sus atributos astrológicos:

Llegada la hora en que el astro se apague, quedarán mis ojos en los aires que contigo fulguraban Silenciosamente y como una luz reposa en mi camino la transparencia del olvido. Tu aliento me devuelve a la espera y a la tristeza de la tierra, no te apartes del caer de la tarde —no me dejes descubrir sino detrás de ti lo que tengo todavía que morir. (Como una luz)

La noche representa lo femenino, tiene cuerpo, rostro, fisonomía. Para el poeta boliviano todo contiene forma, estructura, materia. La noche no es una abstracción —como tampoco lo es la muerte— e intuye que encima de ella, como supraestructura que es, está su connotación corporal, su imagen mental, su simbología humana. Esa noche lo atrapa, extiende sus manos de luz, su cabellera de olores y espectros. La noche es el canal, la vía por donde vienen las ánimas literarias, los demonios, los efectos del alcohol.

Salir de uno

¿De qué manera visitar a los hombres y a las mujeres que me habitan? Esa parece ser la consigna de uno de los tantos libros del poeta boliviano. No obstante, esa insinuación está decantada en muchos de sus textos cuando el poeta reconoce la visita de un océano “invisible” que le puebla y que se niega a violentar. Salir de uno, parece ser la cuestión —el ser o el no ser, de Shakespeare— para que el otro viva, para que el otro resucite y tome plena voz en medio del silencio de la carne. Salir de uno, abandonar las ropas, guardar silencio.

La muerte del poeta como sujeto individual es necesaria. El ego debe desmoronarse, desaparecer para que perviva la voz de un todo, el eco de una voz antiquísima que clama por ser escuchada. De ese lugar viene esta poesía, una poesía que no habla de emociones propias, de abandonos, de egos individuales. Una poesía que está en la piel de un sujeto colectivo, un sujeto histórico —siendo la línea de esta historia indefinible—, un hombre que NO habla por los otros, NI representa a los otros, sino que simplemente es:

Estoy separado de mí por la distancia en que yo me encuentro; el muerto está separado de la muerte por una gran distancia. Pienso recorrer esta distancia descansando en algún lugar.

De espaldas en la morada del deseo, sin moverme de mi sitio — frente a la puerta cerrada, con una luz de invierno a mi lado. En los rincones de mi cuarto, en los alrededores de la silla. Con la indecisa memoria que se desprende del vacío — en la superficie del tumbado, el muerto deberá comunicarse con la muerte. Contemplando los huesos sobre la tabla,contando las oscuridades con mis dedos a partir de ti. Mirando que se estén las cosas, yo deseo. Y me encuentro recorriendo una gran distancia.

(Recorrer esta distancia, Fragmento, Pág. 259)

El poeta Jaime Sáenz parece adivinar que los “Otros” están en Él, y que Él es el otro. En la medida en que reconocemos la diferencia —también como desigualdad— aceptamos a los otros como una forma más de nuestro propio cuerpo. Los defectos de los demás son nuestros propios defectos, los aciertos de los demás son nuestros propios aciertos, los atributos de los demás son nuestros propios atributos. Todo esto obedece a la ley natural de la existencia: El Uno está en el todo y, como tal, cada partícula forma parte de ese organismo suprafísico. De allí que el dolor de los demás sea nuestro propio dolor, la sonrisa de los demás una línea en nuestras bocas. El poeta se vuelve un hombre integrado a la sociedad —así sea desde su propia desterritorialización—, y poetiza a un hombre universal, un hombre sin máscaras, sin ropas, sin apellidos. Un hombre que puede situarse en el hoy o en el ayer menos inmediato.

Esos parecen ser los argumentos de toda sociedad secreta: la equidad, el equilibrio, el ascenso espiritual. Aquí parece cumplirse esa bella sentencia de Rimbaud: Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Jaime Sáenz, desde su obra, luchaba por eso, gritaba el vocabulario que debía ser común a todos, la palabra que hablara por

todos y que no planteara la necesidad de las diferencias y las desigualdades.

Por tal motivo, salirse de uno —de lo que creemos es nuestra piel— resulta una práctica inaplazable. El poeta Sáenz parecía cumplir este requerimiento a través del alcohol, la noche, la lectura, el desdoblamiento de sí. A través de estos resortes Sáenz Guzmán entra en conexión con los todos del hombre, dialoga con sus iguales, con sus hermanos, con sus analogías. Esos Todos hablan a través suyo: ...alguien que, al creer ser quien es, me mira, y de tal suerte, como si yo fuera lo que él siendo yo, Se mira a sí mismo, pero no a mí, desde que en realidad soy yo el que cree que él me mira, Cuando no me mira, por mirarlo yo; Es decir, yo soy yo y tú eres tú, y yo te miro y por eso creo que tú me miras, y tú no me miras pero crees que lo haces toda vez que tú me miras, con la diferencia que yo no me miro a mí sino que creo hacerlo por mirarte a ti, O sea que yo soy yo, y tú no eres tú sino yo; En una palabra; hay y no hay comunicación; y tú no existes, y no dejo de existir al ocuparme de ti, puesto que salgo porque existas tú —en conclusión, yo te digo que es éste el tono a emplearse cuando de penetrar en las cuestiones de amor se trata —una cosa oscura... (Muerte por el tacto, Pág. 126)

En este texto podemos apreciar cómo el poeta deja de Ser el Yo para constituirse en el Tú. Ese amor mayestático le permite la supresión de su Yo personal para permitir la existencia no sólo del otro, sino la del aquel, su más lejana mirada, su pensamiento desconocido, la posibilidad de un extraño fuera, muy lejos de sí mismo. Mientras existe el otro, parece decirnos, existo Yo, existe mi ser, se configuran mis formas, mis pesadillas, la milagrosa escritura, que siempre será el espejo, la brújula, el laberinto, la espada.

Pero esto es sólo posible en la piel de un hombre como Jaime Sáenz. Cuando un hombre ha alcanzado esa altura, todas las amalgamas del mundo son posibles, son verdades. Lo mismo puede decirse de Carlos Obregón, César Dávila Andrade y José Antonio Ramos Sucre. Y lo mismo puede decirse de un gigante como Newton, una tea como Einstein, una estrella negra como Roberto Matta, prohombres que sabían de los milagros de la filosofía trascendental, y que el arte y la ciencia, como manifestaciones del ser, sólo eran pretextos, caminos, atajos para llegar al HOMBRE:

Te tocas y no hay música. Te tocas y súbitamente sabes que no hay tú, Y lo que tocas no sirve más que para saber que no tocas Lo que tocas no hay. No es ilusorio porque todavía no has muerto Por qué no has de hablar en serio Y ver si pasa algo en el cielo que siempre es nuevo Si pasa algo en tus manos Y en la superficie de tu carne. (Muerte por el tacto, Pág. 111 y 113)

El poeta boliviano comprendió que Él como hombre, naturaleza, esencia y atributo se reducía a la figura de la célula, y que es únicamente a través del agrupamiento humano que puede pensarse en un órgano absoluto, un TODO, un aparato íntegro. De tal forma que toda célula debe buscar a su otra, debe integrarse en su otra para saberse parte de la unidad, de la cifra, del número primero.

Toda unidad es necesaria para pensarnos en el equilibrio y en la armonía del Universo; sólo a través de la unidad humana es factible pensar la armonía en la naturaleza, en el espacio. ¿De qué manera explicar la concordancia del sistema nervioso —análogo al sistema solar?—. ¿Cómo negar el equilibrio de las esferas —espejo del cuerpo humano—, la conjunción entre el sol y los planetas —reflejo de las partes del ser?— El hombre —como microcosmos— es el espejo del

cosmos, la cara más pequeña del Universo. De allí que el poeta Sáenz sienta la necesidad de ese equilibrio —así sea de manera literaria—, lo inexorable que resulta la armonía para la equidad, el crecimiento y la convivencia humana. ¿No son los desequilibrios sociales los que conducen a los grandes holocaustos? Cuando la naturaleza azota al hombre, ¿no da la sensación de un grito, un reclamo, una interpelación venida de un más allá? Esas tragedias, esos holocaustos son el mero resultado —¿el principio hermético de la causa y el efecto?—, el final lógico e innegable de la desarmonía y el ruido, el caos propio de la enfermedad humana que es, en últimas, la enfermedad del planeta.

El poeta es en esencia un científico. A partir de la escritura emprende el viaje esotérico por el aparato global, se da a la tarea de conocer esa integridad, esa summa metafísica que le permita establecer una idea precisa o cercana a un mundo equilibrado, equitativo, coherente. La poesía es en esencia eso, es la grafía que busca —o plantea— el equilibrio de los espíritus, es la línea delgada que corrige la tensión de los territorios, la incisión entre carnes y pliegues, la curva que ratifica la cadencia en un suelo infranqueable o accidentado.

Abecedario Oculto

Jaime Sáenz Guzmán, del mismo modo que los “Otros” poetas andinos, poseía un conocimiento del abecedario oculto. Aunque su poesía es menos alquímica que la de Dávila Andrade, hallamos en él grandes pasadizos, estrechas puertas, oscuros portalones. El poeta manejaba a la perfección un abecedario metafísico que lo conectaba, no obstante, con la naturaleza humana, aquella que hemos olvidado, la misma que reposa en el profundo mar de las revelaciones esotéricas.

Su poesía, por tal motivo, puede catalogarse como cercana a la metafísica, al esoterismo, antes que al ejercicio alquímico; Dávila Andrade es el más diestro de los cuatro, lo

que no niega la simpatía y el quizás compromiso de los otros tres. De hecho, creo que todos ellos efectuaron un ejercicio hacia la Gran Obra en el sentido que sus textos estuvieron vinculados de por vida con el lenguaje metafórico de la magia, la alquimia y las ciencias ocultas.

Jaime Sáenz así lo constata:En la espera de ser, estaré siempre. En ti me quedo yo,

confiado, y olvido a mí, y me cierro, y me vierto, y amo a todo y renuncio a todo. Yo me quedo en ti por así es mágico y porque basta un instante para confirmarte por el tacto.

* Me atrae la muerte que yo miro en mi búsqueda de ti

* El hombre ignora que mientras no deje de vivir no será sabio

* Las aguas te lo dicen —el fuego, el aire y la luz, con claro lenguaje.

* En el aislado mundo del que nada fluye, como no sea el perdido encanto, lo que me remite a ti.

* Así se quedará, mientras no sea capaz de incendiar y de matar y mientras se esté sin hacer nada

* Mientras no se levante y haga arder lo que no sirve, no podrá vivir.

* En determinado momento, tú empiezas a mirar el otro lado de la noche, y muy pronto llegas a comprender que éste se halla ya dentro de ti.

* Pues en un autorretrato, la vida no cuenta; sólo cuenta la muerte — y la muerte, en última instancia. Sólo cuenta en términos de espacio: es un allá, y es también un aquí.

* echo de menos la horca en que una vez me viera suspendido para mirarte con totalidad,

* echo de menos los años, las fechas, los días precisos que se llaman hoy, los precisos instantes que se llaman ahora —el mañana que ha sido, el ayer que ha de ser,

los que iniciados en los triunfos de la naturaleza en las revelaciones de las edades y de las lluvias anuncian las transformaciones del sonido, figura tuya —no sé aún quién eres

Todas estas aseveraciones, sentencias, axiomas nos dan la idea de un Hombre conectado con el infinito, en permanente contacto con sus “Otros”, con esas fuerzas externas de las que hablara Newton: Si he llegado tan lejos es porque iba sobre hombros de gigantes. ¿A qué gigantes se refiere el gran científico inglés? ¿Se refiere, acaso, a los prohombres a los que hemos hecho alusión a lo largo de este manuscrito? Lo mismo podemos decir del poeta Jaime Sáenz, de sus concomitancias con un Hombre que superaba las lógicas y limitaciones humanas, con un hombre que explotaba, al máximo, sus intelectos, sus capacidades sensitivas, sus atributos suprafísicos.

Con esta poesía, y con este hombre, tenemos la certeza de una literatura andina, latinoamericana, universal. La obra de Jaime Sáenz, como la de sus coetáneos “malditos”, esta a la altura de cualquier literatura, de cualquier búsqueda No humana, terrestre o no terrestre, visible e invisible. Una poesía en la que nos sabemos grandes, libres, conectados con un pasado y un presente, conocedores de otras formas, de unas dimensiones no siempre inaccesibles. Una poesía de aliento, de fuego metafísico, de presencias y elementales, atravesada por el decir y el lenguaje de lo no que tiene forma, sonido, estructura.

ÓSCAR DARÍO RUIZ HENAO

La amistad como capital social.

Pero la peste más funesta para la amistad es, en el mayor de los casos, la sed de dinero y, entre los mejores, la lucha por el poder y la gloria.

CICERÓN, en La Amistad.

Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos tenido un amigo verdadero. Nada más cierto que un amigo es un tesoro y muchos amigos muchos tesoros. Que fortuna poder contar sinceramente con alguien.

Desafortunadamente, también conocemos los amigos por conveniencia, por mero interés o por poder. Creo que esta es la amistad más común en nuestros días: la amistad instrumental, fruto de una sociedad capitalista, utilitarista y superflua que ha hecho que veamos al otro, incluido el amigo, como un instrumento, un objeto para nuestro beneficio personal.

Esta reflexión busca repensar algo tan valioso y benéfico para nuestra vida social como es el concepto de amistad y su relación con la construcción de capital social. Se hace una diferencia entre la amistad vulgar y la amistad sincera y como, desde esta, podemos y debemos construir confianza y cohesión social para el beneficio de una comunidad fundada, más que en la competencia, en la reciprocidad y en el apoyo mutuo.

Como componente social para el establecimiento de interacciones humanas, la amistad sincera esta basada en la confianza, la lealtad y la supresión de jerarquías. Hablo de una amistad que genera reciprocidad (acción y pasión, para Buber.), apoyo mutuo y afecto del que surge esa sensación llamada amor, que, a su vez, compromete y hace dar ganas de hacer y crear con el otro.

Al hablar de capital social me refiero a lo que dice Robert Putman, “Rasgos de la organización social como las redes, las normas y la confianza social, que facilitan la coordinación y la cooperación en beneficio mutuo”. El capital social es una forma de riqueza basada en las habilidades sociales que un ser humano y una comunidad construyen desde la configuración de redes sociales que interactúan positiva y creativamente. Estoy hablando de un grupo humano fundado en la amistad sincera que invita a compartir, dialogar y construir en medio de una cultura de la confianza y la solidaridad, la cual genera sentido de vida, de lucha y de horizonte compartido.

Es nuestro país, la violencia, la desconfianza y el miedo atentan contra la construcción de capital social. Igualmente la lógica del sistema capitalista basada en la tenencia, el consumo, la competencia, el individualismo y la idea de éxito. Es más: las organizaciones en general, prohíben el amor y la profunda amistad. Los jefes tienden a desconfiar en las amistades sólidas que se configuran en la organización.

Todo lo que hemos construido como realidad social tiende a negar las relaciones sociales basadas en ese sentimiento que le da sentido, plenitud, confianza y esperanza a nuestra vida: la amistad, que a su vez es el eje fundamental de la construcción de capital social.

Incluso muchas relaciones de pareja se basan más en la dependencia y el miedo a la soledad que en la convicción, el amor y la amistad recíproca.

Pero ¿Cómo rehacer este concepto y convertirlo en acción cotidiana?

Cicerón afirma que “la amistad sincera se construye desde la confianza en uno mismo y no por el miedo, la inseguridad y la necesidad”. Por consiguiente, se aprecia a un amigo por su cultura de virtudes y valores, por la dignidad con que vive, dignidad que invita a compartir y a seguir.

La amistad vulgar y mediocre solo sirve para la utilidad y el deleite, busca que el otro nos de lo que nos hace falta. Se

basa en la conveniencia. Si cambian los intereses se rompe la relación.

La sed de dinero y de supremacía, la lucha por el poder y la gloria, así como las rivalidades y la competencia afectan la amistad y los vínculos sociales.

En cambio, la amistad sincera vive la reciprocidad, la participación, el esplendor; nos ayuda a aliviar las adversidades, alimenta la esperanza favorable, genera cohesión y perdura en el tiempo.

Este es el gran beneficio de la amistad: la sensación de amor recíproco, de correspondencia, de lealtad que la hace suficiente e indispensable, sobre todo en este tiempo manchado por el utilitarismo, la corrupción y la manipulación.

La amistad sincera basada en las virtudes en términos de Cicerón sería incluso una forma de combatir los altos índices de corrupción, pues un buen amigo no le pide a otro algo corrupto o inmoral, ni este lo ejecutaría.

El beneficio tan grande que le trae a un ser humano y a una comunidad construir relaciones sociales basadas en la amistad sincera debe llevarnos a generar una acción pedagógica en escuelas, universidades y organizaciones sociales y solidarias para que esta, como base del capital social, se fortifique y sea vivencia cotidiana.

Estoy hablando entones de un proyecto social que desarrollo acciones, planes y proyectos en pro de la amistad sincera.Apartadó, agosto de 2004

JOSE PABLO QUEVEDO

El poeta Hartmut Sörgel y el nacimiento de un Sismo Poético en Berlín

La máquina del tiempo atraviesa por una cañería de plomo, y se escinde el tiempo en dos escenarios: Lima-Berlín.

Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima, el poeta berlinés Hartmut Sörgel, después de salir del avión es abordado por un grupo de periodistas peruanos. Algunos reporteros le sacan instantáneas con sus cámaras y le hacen preguntas repentinas.

— P 1: Díganos: ¿Llega usted, al Perú para hacer un duelo poético verbal con otros poetas? — P 2: ¿ Contorneará su cuerpo, hará mímica, gestos, o convertirá la sala de lecturas en un ring de box? — P 3: ¿Emitirá usted sonidos como los de un maremoto o como los de un elefante? — P 4 : ¿Recitará , leerá, dejará participar a otros ? — P 5: Por favor, díganos, ¿por qué ha fundado Sismo Poético Resistente y está integrado a MeloPoeFant ?

— Sörgel: ¡No tan de prisa! ¡Oigan con cuidado! El aeropuerto es una T cuando abre sus brazos a los aviones y es una I, como una daga imaginaria, que se traga también a otros aviones. ¡Así es! ¡Lo ven! Y es y una B y una bbbbb cuando los cierra. Y hace Brrrrr cuando llega el frío. Y es una F cuando los aviones despegan. Y Lima... es una lima...y una llama. Y yo beso la poesía en el beso de la llama. ¡Ahhh, señores reporteros!... Poesía es:

Un juego de ases EN y CON la palabra Un mamut saliendo de una lámpara, diluyéndose en la O y la Z de un abecedario. Ella está en la astronomía y los espacios del color, en alas de una mariposa.

Un astrónomo con su telescopio está dando nombre a los meteoritos Y los planetas. Ven la X proyectada en los satélites, miles de planetas con sus nombres. La espiral del cosmos se entrega en la forma de un caracol se anilla en mis orejas. El eco y la acústica están en el estallido de la Beeee y la Kaaaa. La historia de la I se simplifica en un breve tratado sobre el esqueleto humano. Las manos de la A van haciendo una escalerapara llegar a la luna. Y yo beso la luna en mis sueños. Poesía son huellas sobre la arena que alguien deja y que el poeta recoge.

En septiembre del año de 1994 viajé con una delegación de poetas y escritores alemanes para la ciudad de Trujillo, Perú, invitado por la revista „Lo que importa es el Hombre“, que dirige el escritor y periodista Juan Félix Cortés. En esa ciudad se iba a desarrollar la Ira. Jornada Internacional de Escritores,ese evento, iba a ser inaugurada en la noche del 8 de septiembre en el Salón Consistorial del Consejo Provincial de Trujillo. Recuerdo que en esa oportunidad viajé desde Lima con el poeta Hartmut Sörgel y su esposa Dagmar Sörgel; además con el latinoamericanista alemán, Hans Otto Dill y su esposa Gertha Stecher, la escritora Renate Apitz, y el fallecido escritor Frank Weymann.

Con Sörgel ,Dagmar y Renate hicimos una escala primeramente en Lima. Allí nos alojamos en la casa de mi madre, ubicada en ese entonces, en el distrito limeño de Lince. Allí, permanecimos dos días, antes de partir para Trujillo. Llamadas por teléfono a los amigos, visitas obligadas al centro de Lima, paseo en auto por la Costa Verde y por el centro de Barranco, después visitas a los museos, restaurantes, edificios públicos, algunos mercados, iglesias y también por algunas esquinas pintorescas de la Lima colonial,

entrevistas de algunos amigos de revistas literarias y de la prensa. Estas fueron las primeras impresiones de los tres alemanes en esos dos días, además de saborear la buena sazón de la comida limeña y el conocer y disfrutar de le exquisitez de algunos frutos desconocidos para los alemanes. Y efectivamente, esas primeras imágenes de la primavera limeña y el despertar entre los cantos de los pájaros en las mañanas aún un poco frías, motivaron la inspiración del poeta Hartmut Sörgel:

—Veo al Perú como un perro sentado. Sus orejas son largas, muy largas. Una llega hasta el mar. Un mar que es un océano. Un océano que son muchos mares. Peces y pájaros estremecen los horizontes de sus costas. La otra oreja pasa por los Andes. Andes, que son montañas inacabables, plomizas y marrones sin verdor y las otras llenas de nieve... Más allá la selva, bosques inmensos y con mares de pájaros... Yo soy ese perro que sentado oye ese canto estremecido por ese concierto de los pájaros que revolotea por los aires.

¡Perú!..¡Perro!..¿Pero..? ¡Pero!..¡Perú!

Recuerdo también, que en un carro interprovincial, viajabamos Hartmut Sorgel y su esposa por la Panamericana Norte, por los desiertos de Sechura con rumbo a Paita. Este desierto es muy ancho y se extiende hasta en casi 300 kilómetros de ancho, desde el Pacífico hasta las estribaciones de los Andes. El calor y los arenales de la costa norteña, son para el poeta Hartmut Sörgel impresionantes. Arenales interminables, llenos de dunas y con espejismos que sobre la carretera se levantan con el aire caliente.

Sörgel: 1,2,3,4...Blanca...Negra...Azul...Marrón Chofer: Qué hace, usted? Sörgel: Cuento las arenas. Chofer: !Ahhh! Sorgel: Usted ha contado alguna vez las arenas? Chofer: (Risas)

Sörgel: Sabe usted, que viajando en auto se las puede contar perfectamente.Chofer: Acaso, vamos muy lento? Sörgel: !No, no! Al contrario, a esta velocidad es agradable contar las arenas. Chofer: !Guaaa! Y yo que pensaba que debía acelerar. Sörgel: !No lo haga, que quiero terminar de contar los granos de arena, aunque sea una parte! Si usted acelera, pues, me quedo sin contar algunos granos de arena. Y usted, sabe que hay estrellas y galaxias que son tan importantes como lo granos de arena.

Las dunas, con sus formas caprichosas adquieren la contextura de lagartos en reposo y cargan nuestra imaginación de símbolos y también refrescan otros que hemos visto anteriormente en la ciudadela Chimú de la ciudad de Chan-Chan, la ciudad más grande de barro en el mundo. Ellas nos invitan a meditar sobre la obra permanente del viento que mueve las arenas en círculos, y nos dicen, por qué esta materia gaseosa es necesaria. Allí se procrean otras formas de vida que resisten al sol intensamente caliente. Qué contrario todo ese paisaje que parece desolado al Jardín de la Poesía del Intituto Nacional de Cultura de Trujillo, donde el mismo poeta Hartmut Sörgel, improvisa sus versos de poesía visual en sus cuadros llevados desde Berlín. El poeta entrega un recital poético en un auditorio de más de doscientas personas, muestra en su mímica el vuelo audaz de un piquero que se lanza en el espacio azul de la poesía y deja que su voz acústica trace una parábola para explicarnos lo que es poesía visual.

El público se impresiona, y él poeta lo hace solo, o a dúo con otro interlocutor. Hace flexiones con su cuerpo. ¡Poesía es multicultural, es plural!, les dice. ¡Plural es la palabra del lenguaje!

El explica al auditorio sus impresiones en el Perú.

— Hace poco, dormí por primera vez, en el Perú, en la casa de José Pablo. Y al amanecer, oí las voces de los pájaros en un diálogo exquisito. Uno y otro se preguntaban y se respondían. Y no acabando de responderse, los que se acercaban se incluían a ese diálogo. Después otras bandadas de pájaros formaba un concierto de repente. Una paloma hacía ¡cu-cu, cu-cu!, y formaba un solo aparte. Oí después, otros cantos extraños que trajo el viento, y fui percibiendo muchos sonidos. Una nueva magia del color se veía, se extendía e iluminaba el aire. Una caligrafía nueva, y yo escribí, aún sin conocer lo que se decían, pero era un lenguaje que todos los hombres entendemos!

Una vez, conversando con Hartmut Sörgel, el poeta me habló, sobre la historia y las posibilidades de la poesía visual. Y sobre ella, él me comentó: „!La poesía visual! Esto no es un invento nuevo, esta poesía, no es de este siglo, ni del siglo anterior.¡Ella ha nacido hace tiempo! ¡Escucha! Antes fue la palabra y después se crearon los símbolos, y cuando se crearon los símbolos, el hombre inventó la poesía y los horarios, les dio nombres a las cosas. Un astrónomo, que descubre un planeta, le da el nombre X. Y él es un poeta, porqué con su telescopio los recoge, y él crea y da nombres a lo que ve en el cielo. Desde ese entonces, el hombre habla de forma abstracta, enumera a las cosas, las ata como nudos en una red. Lo real y lo abstracto se cruzan en una línea vertical y horizontal como una espada. Ves, ¿cuántas cruces tiene ese edificio gótico? !Esas cruces son las tées! !Mira, yo levanto mis brazos y soy una teeeeé..! ¡Y no una hoja de té..! ¡La té, de la tetera..! Te lo digo“. Sino, ¿cuántas te-ee-es-ss tiene mi cuerpo?

En Berlín, en diferentes exposiciones pictóricas de este poeta visual, he conocido sus motivos poéticos, técnica, y fuerza, a veces, influidas por la obra de los grandes maestros de la cultura de la india, maya, mochica, nazca, etc,. Y dentro de aquella simbología expuesta, he podido ver la musicalidad

que él les prodiga a esos símbolos en su movimientos, ellos definidos en los contrastes de los colores que les da. En la obra de este artista hay una fusión nueva de los elementos de un mundo antiguo y también moderno, es decir: lo americano y lo europeo. Y es que las culturales de las viejas civilizaciones, tanto de América como de Asia y de la India y de África, le sirven a este artista como una fuente de inspiración para la renovación de su propio arte.

Según él mismo dice: “En la propia vigorosidad y explendor de esas obras descansa el trabajo humano, el trabajo de miles de hombres, de miles de manos.“ Pero, ¿ qué se trata con ello, lograr un nuevo historicismo, un intento exótico, o algo deliberado de una nueva provocación del ingenio? ¡No! Como es conocido, el arte impresionista, como muchas otras escuelas, se desarrolló en confrontación contra los cánones académicos. Y los maestros impresionistas buscaron una fuente de inspiración en la propia naturaleza y en la harmonía con ella, buscaron otras latitudes y regiones, fueron a lo sui generis, y así lo hicieron Paul Gaugin y Van Gogh, entre otros. Posteriormente, en la lucha contra lo exclusivamente académico crearon un arte de la reflexión y de la crítica social. Estos artistas lograron establecerse en grupos diferentes y en varios países de Europa y crearon sus programas estéticos y políticos en pro de una causa o idea social.”

En este proceso de reflexión teórica, se mezcló una y otra corriente filosófica, y bajo esos nuevos conceptos artísticos, algunas veces, se esgrimieron argumentos con alguna dosis de psicoanálisis o de misticismo religioso o de marxismo. Pero esto, sin duda alguna, respondió a todo un proceso creativo y de confrontación con los cánones oficiales, de interacción y de búsquedas nuevas impregnadas por otros ideales y otras metas. En ellas, estuvieron comprometidas algunas generaciones y las escuelas que fundaron esos artistas en el transcurso de las primeras décadas del siglo XX. Estas escuelas se formaron y se desarrollaron, y como es conocido, tuvieron trascendencia en la vida cultural de su

época. Posteriormente, la agudización de la crisis general del capitalismo y la Primera Guerra Mundial, habían de dislocar esas ideas y los movimientos generados por los artistas en pro o en contra de la misma guerra. Más adelante, el desarrollo y la instauración del fascismo, su política de intolerancia y de exterminio, contribuyó que estos intelectuales y artistas salieran de Alemania al exilio obligado. El curso de la Segunda Guerra Mundial, hizo agotar todas las razones por los cuales, estos hombres se habían integrado dentro de círculos artísticos. El fascismo hizo cambiar temporalmente la dinámica de aquellos grupos ya constituidos.

Pero, al principio, esos artistas no copiaron exactamente los patrones aborígenes, sino, que se sirvieron de esas realidades, en toda su originalidad, para profundizar, para comparar, y para desarrollar sus propios modelos; con ello lograron establecer acertadamente una vitalización del arte europeo, logrando al mismo tiempo traducir ese nuevo arte hacia un nuevo desplazamiento humano y universal El me dice: “Ya que lo nuevo nació de la confrontación con los patrones oficiales y académicos— y este nuevo acto de creación les permitió la posibilidad renovar las nuevas metas culturales humanas dándoles un profundo contenido histórico. Sólo así, se puede entender las interacciones de uno y otro arte.”

Como es visto, nuestra América tiene un patrón cultural original, propio, desde sus orígenes, y desde que la agricultura le sirvió como fuente de inspiración a estos artistas, y además les nutrió de una dinámica y una influencia verdadera. ¿Cómo se han influido mutuamente estas escuelas y cómo han sido las interacciones del arte entre estos dos continentes desde fines del siglo pasado? Esta pregunta debe de servir a los investigadores del arte como una labor de estudio y de análisis comparativo para establecer ese legado histórico.

En Piura, en una de nuestras incursiones por la ciudad, el viento de la noche, me arrebató uno de los dibujos que yo llevaba en un cartapacio, y que se lo quería mostrar a mis familiares. El alisio me lo sacó de la manos y lo lanzó por los aires, por una calle muy transitada por los autos. Hartmut Sörgel y el que escribe, vimos como aquella hoja, dando un impulso acrobático, fue a caer directamente a las llantas de un auto. Intenté recogerlo, pero otros autos que pasaban me lo impidieron, después la hoja voló por los techos de las casas. Nos miramos los dos, aturdidos, pero al mismo tiempo sonreímos. Parecía que soñábamos al mismo tiempo, que se trataba de un sueño subrealista frente a algo verdadero que lo arrebataba y llevaba el viento. Esto ya le había pasado, una vez, a Hartmut Sörgel, en la cafetería de la universidad de Humboldt, donde anteriormente trabajaba como profesor de indología. Él vaciaba el café de una tetera a un recipiente de vidrio, él me hablaba también. El café caía, pero el recipiente no se llenaba. El café se desparramaba por el piso, pero él no notaba que el café se desparramaba, solamente se daba cuenta que echaba el café a recipiente de vidrio. Todos los estudiantes miraban lo que él hacía. Hasta que uno de ellos, le preguntó, que, si él no se daba cuenta, de lo que estaba pasando. ¿Qué? La misma persona le mostró, que yo no tenía el recipiente de vidrio, sino la funda del mismo y que por eso el café caía sin lograr llenar el recipiente.

¡Cuánto reímos! No lo sé, si pudimos desayunar por la risa puesta por ese incidente.

Poesía visual ¡Una ilusión óptica! Eso también lo logran las arenas y el viento caliente del norte peruano. Y soñamos en algo del que creemos que es real y creemos que es cierto.

Y yo escribí entonces:

Invertido yo de la muerte, piedra de magia del ir y venir. Las posibles orillas llenas, los posibles imposibles se van.

El dibujo perdido, hecho a dos manos, por Harmut Sörgel y por el que escribe estas líneas, era un barquito pequeño. Sus colores lo habíamos hecho con los colores pasteles que Harmut había traído desde Berlín. Este barquito llevaba una carga de papas y sobre ellos habían muchos pelícanos y gaviotas. En la tarde, algunos niños, nos estaban mirando, cerca del mar. En la parte posterior del dibujo, Hartmut Sörgel había escrito:

¿Qué es la imagen poética visual?

La papa de la tierra (Un Sismo Poético Resistente) Una cadena de volcanes lanzando flores a los cinco continentes La intensión visual-acústica dimensional para ver el diamante por todos sus lados, desparramando las imágenes cúbicas Las imágenes poéticas diluyéndose entre los ecos de la lluvia El complemento necesario de la piedra.

Así, entre sueños, despertares y risas, nació MeloPoeFant, nació Sismo Poético Resistente, y hoy, en este Berlín, ha llegado a su 11avo Aniversario.

ANTONIA B. TALETI

Cruces culturales. Presencia morisca en América

El concepto de identidad participa de la calidad de idéntico, aquello que es igual o semejante a otra cosa, que pone en evidencia la filiación o señas de identidad de alguien. Transpuesto al ámbito de las identidades nacionales, las marcas identitarias son rasgos culturales comunes a un pueblo. Estas marcas tienen la posibilidad de ser modificadas al entrar en contacto con otros modos de entender y responder al mundo. Larraín Ibáñez(1996)vi considera que ningún pueblo tiene una identidad resuelta para siempre, desde una perspectiva cultural siempre se está en proceso de construcción. Esta posibilidad se incrementa cuando dos culturas se superponen durante un extenso período. Tal es en España, en la región de Al Andalus, actual Andalucía donde desde 711 hasta 1609 se enfrentaron, convivieron, se entrelazaron, se negaron y se distanciaron las culturas de dos pueblos: godos y árabes. De este prolongado cruce cultural quedarían en cada pueblo la marca del otro, poco a poco diluida como extraña o extranjera, olvidada de su origen terminaría como propia marca de identidad.

En un reciente trabajo la Dra. Luce López Baralt (2006)vii

lamenta lo tardío de los estudios orientalistas en España. La explicación que encuentra es que tal vez resulte extraño y conflictivo estudiar una cultura extranjera injertada en la propia. La autora revisa esta incomodidad en la obra de Miguel Asín Palacios20, sacerdote católico que abordó el estudio de los místicos musulmanes, es decir de sus oponentes en la fe. El erudito español en su obra póstuma se anima a reconocer la influencia de la literatura sufí sobre la obra de los místicos españoles del Siglo de Oro: San Juan de

20 Asín Palacios, Miguel. Arabista español (Zaragoza, 1871- San Sebastián , 1944). Sacerdote, catedrático de Arabe en la Universidad de Madrid y académico de la RAE. En sus obras de investigación estudió a los místicos musulmanes y españoles , en general las relaciones entre filosofía musulmana y cristiana. Su obras más conocida es La escatología musulmana en la Divina Comedia (1919)

la Cruz y Santa Teresa. Este reconocimiento, aunque tardío ya que la obra es de mediados del siglo XX, alentó la búsqueda de las huellas del Islam en la literatura española. Búsqueda que tiene en la Dra. López Baralt a una de las investigadoras contemporáneas más destacadas.

El diálogo entre la cultura árabe y la cultura hispánica se hace evidente desde los primeros textos de la literatura española. Dentro de la lírica se considera como primera expresión poética a las jarchas21, versos en mozárabe22 que cerraban un poema árabe o hebreo. Estos breves poemas mostraban una sensualidad que puede conectar con los tratados eróticos orientales 23 . Desde allí pueden rastrearse conexiones permanentes con la cultura árabe: en el poema épico que canta la hazañas del héroe Rodrigo Díaz de Vivar (m. Valencia 1099), conocido como Mio Cid, es decir mi señor. Este guerrero cristiano tiene un ejército mixto en el que están presentes los moros, y moros son también algunos colaboradores como el alcalde Abengalbón, dispuesto a socorrerlo con cien caballeros para que, a pedido del Mio Cid, custodien a su mujer Jimena y a sus hijas hasta Valencia.

Cuando el moro Abengalbón supo a lo que iban, salió a recibirlos muy alegre:

Sois vosotros los vasallos de mi entrañable amigo? Pues tened por cierto que vuestra llegada me llena de alegría.viii(pág. 167)

El libro del buen amor (S. XIV) es una obra medieval difícil de encasillar dentro de un género, pero sí evidencia la intención didáctica de enseñar acerca del loco amor y del buen amor. Este relato no puede ser totalmente entendido sin reconocer elementos árabes y sin percibir algunas coincidencias con el Collar de la paloma. Tratado sobre el

21La jarchya (siglos X y XI) es una cancioncilla en mozárabe con la que terminaban las muwaxahas, poesías escritas en árabe o hebreo. Estas composiciones eran la expresión del amor de una doncella a su amigo ausente. Temática que tendrá su posterior desarrollo en la lírica galaico portuguesa. 22 Mozárabe (Ar. mustarab, arabizado) Díc. Del cristiano que vivía mezclado con los moros de España. 23 En el estudio op.cit. López Baralt menciona la obra de ‘Ali al-Bagdadî y Nefzâwî.

amor y los amantes (XI )de Ibn Hazm de Córdoba, como ejemplos: la presencia en ambos libros de la figura del mensajero o la necesidad de poner placeres para alegrar el corazón ya que mucha tristeza es peligrosa. Más allá de coincidencias, su traductor, Emilio García Gömez marca que entre ambos hay verdaderos abismos de diferencias espirituales.

La obra más representativa de España es, sin dudas, Don Quijote de la Mancha. En ella, Cervantes utiliza el recurso del libro encontrado casualmente cuya traducción ofrece al lector. Lo curioso es que el supuesto autor del supuesto libro es Cide Hamete Benengelí, un árabe.

La broma es espléndida, porque también tiene claros sobretonos políticos; . poseer —y aún más escribir o traducir— un texto árabe era un crimen político en la España del siglo XVII . Cervantes nos está diciendo de manera ubicua, que el Quijote era no sólo un libro oriental sino un libro prohibido, que podría dar pie a un proceso inquisitorial.24

Entre los autores del siglo XX , dos poetas muestran su conexión con el mundo árabe y su estética. Manuel Machado se define con estas palabras yo soy como los hombres que a mi tierra vinieron, soy de la raza mora, vieja amiga del sol, que todo lo ganaron, y todo lo perdieron. Tengo el alma de nardo del árabe español.

En Federico García Lorca , que ha crecido contemplando el duelo arquitectónico entre la Alhambra de Granada y el Palacio de Carlos V, la relación íntima con Oriente se concreta en la escritura del Diwán del Tamarit compuesto por casidas25 y gacelas26 que remiten a los poemas de amor árabes.

El autor contemporáneo cuya obra da cuenta de un contacto sostenido, de un diálogo ininterrumpido con la identidad mora es Juan Goytisolo. La mayor parte de sus

24 López Baralt op.cit. pág. 69 25 Casida (del ár.qasida) Forma estrófica árabe monorrima, usada desde el s. VI. Su tono era lírico, constaba de un prólogo amoroso, del relato de un viaje por el desierto y una alabanza a la persona a quien se dirigía. 26 Entre los árabes, poema amoroso.

novelas y ensayos recorre la relación de las marcas orientales con España. Señas de identidad muestra las dificultades para asumir la parte semítica. Desde la Edad Media hasta nuestros días en la literatura española hay indicios de una larvada identidad oculta que no acaba de emerger y ser aceptada.

La cultura de Oriente se entretejió con la de Occidente y conformaron un entramado particular. En obras literarias españolas y latinoamericanas se han conservado evidencias de estos cruces culturales, desde sus primeras producciones. No obstante, fue necesario esperar siglos hasta que los estudiosos occidentales aceptaran la imbricación cultural y el valor que ésta conlleva.

Entre nosotros Detenernos en los cruces culturales que conforman

nuestra identidad nos lleva a pensar en etapas históricas de mestizajes. En un primer momento, el de la conquista, la relación entre conquistadores e indígenas adquiere formas de dominación en lo político pero también de intercambios de saberes y modos de vida. Un segundo momento de modificación de la identidad argentina, podemos encontrarlo al finalizar la Segunda Guerra mundial, cuando Argentina con su imagen de granero del mundo convocaba a inmigrantes europeos pauperizados y le daba la esperanza de un mejor porvenir. Sabemos que la respuesta mayoritaria fue dada por italianos y españoles. A estas confluencias fácilmente reconocidas y aceptadas como constitutivas de un perfil nacional debemos agregar otra, menos mencionada, a veces ignorada: la de otra cultura que vino a América en los mismos barcos de los conquistadores, la cultura hispano-árabe.

En dos ensayos, la investigadora María Elvira Sagarzazu vuelca su rastreo de vestigios orientales presentes en nuestra cultura: La Argentina encubierta (2000)ix y La conquista furtiva .Argentina y los hispanoárabesx (2001). Del enunciado de los títulos, podemos rescatar indicadores semánticos que anticipan la temática. Se trata de elementos encubiertos, legados por los hispanoárabes. La hipótesis de Sagarzazu,

refrendada por trabajos de campo realizados por la autora, propone la presencia de componentes culturales orientales en nuestras tradiciones. Esto, por sí solo, no implicaría un aporte novedoso, ya que desde el siglo XIX distintos eruditos han reconocido esta presencia, particularmente puesta de manifiesto en textos literarios .El aporte de la propuesta de Sagarzazu radica en establecer que los componentes de la cultura hispanoárabe no llegaron a nosotros mediados por la cultura española, sino que fue un traspaso directo realizado por los moriscos, que llegaban a América bajo identidad española. Desde esta perspectiva podemos decir que hubo en América dos modos de ser español: el de los “cristianos viejos” y el de los hispanoárabes. Recordemos que en 1609, después de un proceso en el que los gobernantes cristianos impusieron la dominación, luego la conversión y finalmente la expulsión de los últimos miembros de la comunidad de origen musulmán, los moriscos estaban en riesgo constante de perder la vida. Recibieron el nombre de moriscos los musulmanes forzados a convertirse al cristianismo. Vivieron en España durante los siglos XVI y XVII, practicaron su religión de manera oculta, conservaron costumbres, el lenguaje y aprendieron a no mencionar su origen.

Un permiso legal: la taqiyya27, que significa secreto, reserva, admitía que los moriscos fingieran la aceptación de imposiciones de otro credo cuando se vivía en sociedades no islámicas. El objetivo de esta aparente sumisión era el de preservar la vida. La takiyya ofrecía formas de cumplir con los cinco pilares del Islam28 de un modo disimulado u oculto .En la novela española La baraka(2005) de EmilioBallesterosxi el autor muestra a Yahya quien por no renunciar a su fe islámica emigra al norte de África mientras el resto de su familia permanece en España ocultando su verdadero

27 Fatwa del muftí de Orán Esta fatwa está dirigida a los andaluces obligados a renegar de su fe. Es una ordenanza que los alienta a seguir en el Islam pero también les indica cómo acatar aquello que les imponen en materia de religión los gobernantes no musulmanes y cómo conservar las propias creencias. 28 Estos son : 1) No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta,2) las oraciones,3)la limosna,4) la peregrinación,5)el ayuno de Ramadán.

credo y acudiendo a la taqiyya para sobrevivir. El alcance de esta forma de mentira se aprecia en el siguiente diálogo

—¿Tú nunca mientes?— le interrumpe Pepi, intentando defenderse de la turbulencia de dudas que le asaltan por dentro.

—Sólo si es por defender mi vida —contesta Mari Asunción pensando en sus hermanos que, como ella, son secretamente musulmanes y tienen que aparentar ser cristianos—.Nunca para manipular en beneficio mío o para hacer daño a otro.

En nuestro país la observación de rasgos árabes en el arquetipo nacional, el gaucho, y en consecuencia en las obras literarias que lo aluden o lo tienen como protagonista, fueron planteadas ya en el siglo XIX. Sarmiento al describir al cantor en Facundoxii agrega una nota al pie de página

No es fuera de propósito recordar aquí las semejanzas notables que representan los argentinos con los árabes. En Argel, en Orán, en Mascara y en los aduares del desierto vi siempre a los árabes, reunidos en cafés, por estarles prohibido el uso de licores , apiñados en derredor del cantor, generalmente dos, que se acompañan de la vihuela a dúo, recitando canciones nacionales, plañideras como nuestros tristes. La rienda de los árabes es tejida de cuero y con azotera, como las nuestras; el freno que usamos es el freno árabe, y muchas de nuestras costumbres revelan el contacto de nuestros padres con los moros de la Andalucía. De las fisonomías, no se hable: algunos árabes he conocido que jurara haberlos visto en mi país.

En esta línea de observaciones se encuentra el escritor franco-argentino PaulGroussac quien en su obra El viaje intelectual xiii escribe que el gaucho es hermano del árabe nómade trasplantado a la pampa americana.

El profesor Ricardo H. Elía (2006)xiv en un trabajo de investigación releva un conjunto de textos de americanistas que evidencian la íntima conexión entre la cultura árabe y la argentina. De entre ellos destaca a quien considera el primer gran teórico sobre los orígenes hispanoárabes del gaucho: Federico García Tobal (1840-1898) jurisconsulto, escritor y periodista, autor de una monografía sobre “Los libros de Eduardo Gutiérrez: el gaucho y el árabe” quien expresa que” Todo en el gaucho es oriental y árabe: su casa, su alimento,

su traje, sus pasiones, sus vicios y virtudes y aún sus creencias”.

La presente comunicación tiene como objetivo mantener el interés por los temas que vinculan nuestra cultura con el mundo hispanoárabe.

La tarea de reconstruir la historia de los moriscos en América está aún en sus etapas iniciales. Su conocimiento contribuirá a la aceptación de los variados matices culturales que confluyen en nuestra identidad nacional.

vi Larrain Ibáñez, Jorge (1996): Modernidad. Razón e identidad en América latina .Andrés Bello. Chile vii López Baralt, Luce (2006): Los moriscos y el siglo de oro enVoz del Islam. Anuario 2006.Bs.As. viii Anónimo (1976) Cantar de Mio Cid. Espasa Calpe, Madrid, España. iix Sagarzazu, María Elvira (2000) La Argentina encubierta. Informes sobre la otra identidad. Ovejero Martín Editores, Rosario, Argentina x Sagarzazu, María Elvira (2001) La conquista furtiva. Argentina y los hispanoárabes. Ovejero Martín Editores .Rosario,Argentina. xi Ballesteros, Emilio (2005) La baraka. Libros Dauro. Granada. España xii Sarmiento,Domingo Faustino (1971) Facundo. Edit. Kapelusz. Arg. xiii Groussac, Paul (1904) El viaje intelectual.. Madrid. Citado por Ricardo H. Elía en Moriscos de a caballo por la pampa. La voz del Islam. Anuario 2006. Argentina xiv Elía ,Ricardo H (2006) Moriscos de a caballo por la pampa: orígenes hispanomusulmanes de los gauchos argentinos. La voz del Islam. Anuario 2006. Arg.

LIBROS

Antología Internacional de Poesía Amorosa, copilada por Santiago Risso; Ed. Alejo; Lima; Perú, 2006

CELEBRACIÓN DEL AMOR

La poesía es una manifestación cautivadora de la vida, es asimismo, testimonio inextinguible de sentimientos primordiales, pues, aún en sus mínimos estadíos brillan cual sortilegios el recuerdo, la esperanza y los variados atavíos del alma. A través de la poesía nuestras vivencias semejan signos sutiles y maravillosos en cuyas esencias se sustenta el árbol primoroso cuya copa divina es el cáliz eterno que llamamos Amor.

La poesía amorosa asumida desde una perspectiva de conmoción psico-sensual, se despliega entre las aristas extremas del ensueño seráfico y la voluptuosidad, pues, a cada instante nos llena la inquietud por encontrarnos con la pareja buscando la suprema realización. En esa gesta, en esa asunción de la experiencia humana nadie se equivoca si consideramos que la dicha del amor es un estado de gracia incomensurable.

Esta capacidad de buscar y encontrarse vuelve al hombre hacia la unidad paradisíaca entre cuerpo y espíritu. Despierta todas las fuerzas, vale decir las del ángel y el demonio a cuyo hechizo se inicia la gran travesía arriesgándolo todo, sabiendo que el amor es al mismo tiempo dicha y sufrimiento y que en la búsqueda de este goce tan profundo se puede sucumbir en una trampa mortal.

La historia literaria registra numerosos avatares al respecto. Safo no correspondió el amor de Alceo —dice la leyenda—,otros afirman que se arrojó ala mar por una intensa pasión al mancebo Faonte que no fue correspondido; Dickens ya de muy avanzada edad se separó de su buena mujer y se puso a adorar a la que fuera su cuñada tomándola por musa; Verlaine en contraposición a su fealdad tuvo por esposa a la bellísima Matilde Mauté de apenas 16 años de

edad; Cleopatra considerada la esfinge del amor en persona, era la fascinación que cortejaban los dueños del mundo, considerándola mitad diosa mitad ramera; Goethe gran romántico, no solo era un amante conjurador, sino un permanente entregado a los placeres carnales en su paradisiaca residencia de Weimar.

Esta noche el amor nos congrega para celebrar la Antología Internacional de Poesía Amorosa compilada por Santiago Risso dinámico director del Centro Cultural Mammalia y Alejo Ediciones. Risso ha reunido en un pequeño pero carismático jardín a 121 poetas de América, Europa y Africa. Para el poeta Risso ha sido un placer estructurar esta antología a tenor de sus palabras prologales: “Fue un verdadero placer, luego de miles de comunicaciones, ir armando esta antología donde el amor ha sido el compás temático primordial”.

Esta antología florece una multiplicidad de signos y aromas, aristas que al engarzarse sustantivan las excelencias creativas al definir, hablar y nombrar el amor como esencia ferviente, apasionada, temperada y viril de la vida misma.

En este florecimiento de poesía amorosa que le debemos a Santiago Risso encontramos amalgamados muchos corazones en un solo corazón. Esta realidad nos lleva de alborozo en la certidumbre que esta conjunción hará posible que el mundo cicatrice sus heridas. Tenemos este hermoso libro cerca del corazón, los sentimientos florecen en todas las latitudes en la palabra viva de los poetas antologados. Juntos podemos celebrar haciendo nuestra la palabra del poeta italiano Gaetano Longo: “Este libro te mira y te acaricia, como yo lo haría”. Así sea.

Carlos Zúñiga Segura

Poeta peruano, autor de los libros de poesía: Inauguración de la ausencia, Imperio del azar, Señor de Marbella, Aeroestrella, Angeles de sandalias azules, Estambres de plenilunio e Hijos del arcoiris. Es director de la revista de poesía La Manzana Mordida y Ediciones Capulí. Correo [email protected] Teléfono 2614385 Lima 17-Perú

Ulrich Grasnick, y su libro „Defensa de la Luz“ (Aus dem Buch „Verteidigung des Lichtes“)

Con relación a la “Luz” han sido publicados muchos poemarios últimamente lo cual nos hace pensar que este símbolo es al mismo tiempo una metáfora del esclarecimiento y del conocimiento, y que se puede definir de varias maneras dentro de los planos de la poesía, ya que sus parámetros son inagotables, desde la época de la Ilustración y el Siglo de las luces, pasando por los escritores franceses y alemanes, entre ellos Juan Jacobo Rousseau, Christoph Martin Wieland, Gottfried Herder, y con otras consonancias los poetas clásicos alemanes Johann Wolfgang Goethe y Friedrich Schiller. La luz tiene relevancias símbólicas y metafóricas variadas para sus diversos autores, y por lo tanto, será un permanente ejercicio usual de los poetas, mientras haya poesía.

Anteriormente Ulrich Grasnick había escrito libros como „Der vieltürige Tag“, „Gespräch mit dem Spiegel“, 1973 „Ankunft der Zugvögel“, 1976, “Pastorale“, 1978, “Liebespaar über der Stadt“,1979, „Flugfeld für Träume“ (conjuntamente con Charlotte Grasnick) 1984. Textos para cinco sinfonías de Siegfried Köhler (Edition Peters) 1985, también como producción de un disco de larga duración. Editor de la antología „ Zwei Ufer hat der Strom“, Verlag der Nation, 1988, „Das entfesselte Auge“ 1988, „Hungrig von Träumen“, 1990 „Lieder die colori“, conjuntamente con Simona Ciliana 1996,y otros. Estos libros mencionados recogen el olor a tierra fértil de los campos alemanes, atraviesan por sus diversos pueblos explorando sus ambientes, reflejando el caracter de la gente y las preguntas que hay que responder ante las necesidades del trabajo y los quehaceres de la vida. También las poesías de Grasnick, muestran la contradicción entre lo dejado como herencia por las guerras y el nuevo quehacer alemán.

Un poeta lírico es Ulrich Grasnick, que recoge las esencias de las tradiciones alemanas, de los románticos y de los

autores comtemporáneos, pero él también siente admiración por los poetas latinoamericanos y sus autores de Vanguardia, entre ellos Pablo Neruda y César Vallejo. En sus versos frescos y latentes, el poeta nos lleva por el mundo de lo verosímil y de lo cotidiano, de la historia reconstruida intelectualmente, abordada con el buril de un arqueólogo que se emociona por cada fragmento descubierto. Y, estos poemas están elaborados con un lirismo sorprendente y de una orfebrería fina y minuciosa de gran acabado de relojero, que es lo quiere el gran público exigente, y cuya musicalidad nos sorprende desde las primeras líneas.

El fondo y la forma de estos versos son descubiertos sin ambivalencias, ellos son desnudos y descarnados, como flores siemprevivas que hacen gozar y recrear nuestros sentidos. El contenido comprime la forma, la extiende en breves narrativas, condensa el monólogo-diálogo que muestra las cortezas de una historia pasada y actual de nuestra América, ella es la que inquieta la epidermis del poeta. Un halo de luz y de sombra marchan convergentes, cada una expandiendo su elocuencia en proceso de regresión meditativa, detenidas en los sucesos históricos que el tiempo expande y recompone, y que necesita de la intelequia y del conocimiento para extenderse. La musicalidad se adecúa al contenido, y es como piano de una sonata a lo Beethoven, emergiendo de una profundidad de notas. El contenido hace la lira de resonancia de la forma, es lo que fluye de adentro de esos vasos comunicantes, de esas raíces que el ojo avizor del poeta va descubriendo en cada contacto e impacto con esa realidad histórica. La musicalidad no es el juego a lo Mozart en Ulrich Grasnick, no es solamente, el desplazamiento o la búsqueda del aquí o del allá del eco espacial, sino el hueso del cóndor, hecho flauta, hallado en una roca de las Cordilleras de los Andes.

Como Director del Círculo Poético “Köpenicker Lyrikkreis“ de Berlín, lo conozco desde hace algunos años. A este círculo he venido en muchas oportunidades invitado para participar en sus reuniones literarias y también como organizador y realizador de la Cita de la Poesía: Berlín-

Latinoamérica. En conversaciones abiertas con otros líricos alemanes, hemos tratado muchos de los temas relacionados con el poeta como hombre y su vinculación social; además hemos tocado problemas palpitantes que mueven a la humanidad en nuestros días: La globalización y sus consecuencias en los países pobres, la guerra y la paz, la democracia y las dictaduras, la emigración y el exilio; y también conversado sobre los enfoques de la poesía actual. Y hemos podido entender, que los poetas son mundos abiertos a la realidad, a la fantasía, al sueño diferente, a la paz y a la tolerancia.

También haciendo diversas lecturas para un público latinoamericano que solamente conoce la lengua castellana, he tenido que traducir la obra de Ulrich Grasnick, sobre todo la poesía que está relacionada con nuestro continente.

“Defensa de la luz” (Verteidigung des Lichtes),un libro que pronto va a ser publicado en su totalidad, contiene cuatro partes:

1.- “Llegada de la aves migratorias” ( „Ankunft der Zugvögel“)*.

“Llegada de los aves migratorias“, fue escrito después del golpe militar en Chile, en 1973, en homenaje al poeta universal Pablo Neruda y al compositor y cantante mártir chileno, Víctor Jara. Segun el mismo Grasnick, estas poesías fueron algunos de sus trabajos juveniles cargados de los sentimientos de emoción, de admiración y de dolor por la muerte del gran poeta chileno, pero al mismo tiempo, el repudio hacia la dictadura militar fascista que se establecía en el poder. Sobre esto, no voy a abundar en algo que es una materia conocida por muchos escritores e intelectuales.

Solamente valdría agregar que Ulrich Grasnick es un escritor y poeta difícil, que tiene siempre una opinión ante cualquier suceso político, y que ve al poeta en sus relaciones como hombre, como miembro de una sociedad, pero también como un ente social pensante en este planeta. Este poeta

expuso sus ideas a favor o en contra de ese sistema llamado “socialismo real”, a pesar de haber sido en la RDA muchas veces publicado. También no deja de decir su opinión política en esta Alemania reunificada. Lo segundo, es un poeta que está convencido de que la tolerancia y el respeto a otras culturas enriquece el caracter del hombre, y que los intelectuales ganan nuevos conocimientos en contacto con poetas de otros continentes. Él se manifiesta a favor del humanismo y tiene como modelo a los grandes poetas de nuestra América. Lo tercero es que este libro nunca hubiera sido escrito, sino se hubiera dado ese trabajo de confrontarse con otras realidades del mundo y al conversar con otros escritores e intelectuales de América Latina, sobre todo con aquellos que tienen en su saber los conocimientos de la América originaria, y cuentan y escriben sobre sus tradiciones, mitos, canciones, poemas y símbolos. Lo propio y lo ajeno es una interacción dialéctica en su escritura. El escribe un poema en homenaje a Víctor Jara después de su asesinato que por su naturaleza nos hace recordar a Pablo Neruda que también en un poema se dedica a otra víctima del fascismo, en la España de Franco, a Federico García Lorca.

Registro domiciliario en casa de un muerto

Ellos han demolido tu casa, han hecho todo para demostrar, que un muerto no opone resistencia.

Se han embriagado de tu indefensa —como ratas agreden en los barrios pobres a un niño durmiendo, así han llegado.

En esa mañana no tardó el solen su llegada. Iluminó cuidadosamente todos los crímenes cometidosantetu rostro pálido, iluminó precisamente los rostros de los asesinos, para que no olvidemos sus nombres, tampoco las fotos rotasen tu cuarto, los armarios destrozados, la cama acuchillada.

Que guardemostus palabras en nuestro interior

2.- “Los días de muertos” ( “Ein mexikanisches Totenfest”)

En este nuevo libro „ Los días de muertos“ el poeta toca a la América autóctona, el mundo ancestral y originario de los indios. Se nota a primera vista los planos de un mundo diferente al europeo, un mundo que no está regido por los valores del mercantilismo y de la competencia económica, sino regido por la filosofía natural de los hombres, es decir, en su panteísmo originario.

Esta vieja América, ancestral, es mostrada en su comportamiento usual frente a los ritos con la muerte, y en su relación con el mundo de la „ existencia dual del hombre“. Es decir, muestra una realidad aún actual, como se da en México, a pesar del proceso de enajenación dada con la conquista española, y desde la “estirpación de idolatrías”.

En esta versión, el poeta, nos deleita con una poesía enriquecida por lo vital de la magia y por el variado caudal de voces antiguas que emergen de sus protagonistas. Su discurso respira en un escenario donde el poeta lo ha proyectado a través del razonamiento, y no a través de los órganos sensoriales. Ese pasado histórico cuyos lazos reconstruye a manera de escenas, le permiten como las olas en su resaca, hallar esa memoria antigua. El vate alemán escribe: “Despertamos/ de la escuela de los sueños,/ pasamos a las lecciones/ del día,/ a los deberes/ que la muerte nos invita,/ a la fatiga/ que nos entrega con cada/ desgracia en las calles,/ en las montañas,/ en los mares.”

En estos escenarios la muerte irrumpe de otra manera, ella no está desprendida de la vida, de los miembros de una comunidad; y para los vivos es algo natural vivir con ella, rodearse de ella, dirigirse con la amabilidad de siempre, servirla, entregarle algunas prendas y hasta comida, actuando como si ella estuviera presente. “Hoy retornan todos los ríos/ nuevamente del mar,/ hoy os saludamos, muertos,/ hoy os levantáis de vuestras tumbas,/ de los pálidos bordes de flores de cera,/vosotros los muertos,/ el tiempo os ha quitado/ vuestras indumentarias,/ pero hoy os regalamos/ nuevas sarapas/ y vestidos de colores.”

Un escenario diferente a una sociedad de consumo en donde se negocia con la muerte, se venden tumbas, se atrae a gente extraña para que entregue sus discursos, sin que esa gente haya conocido al muerto. También las tumbas necesitan del pago a una inmoviliaria, y cuando no se realiza ese pago, los muertos son sacados de esas tumbas. Aquí, en el mundo mercantil, todo está invertido, todo es anónimo, aquí se negocia con la muerte. El poeta define en una metáfora filosófica esta paradoja: “El tiempo/ es la muerte/ detrás de la máscara del tiempo vacío,/ igual como la muerte/ es la máscara/ detrás del tiempo vacío de ella misma.”

En el primer escenario, los muertos están en esos espacios físicos de la comunidad y emergen en los recuerdos y pensamientos de la gente, ellos son esperados en “su día de muertos”, se les prepara sus comidas preferidas, se les asigna

algunas prendas queridas, y crece el asombro: “Nadie en este mundo/ debe de temer /al tiempo que en este mundo / tiene que pertenecer—/ la muerte disuelve de pronto el tiempo /...”

Entonces la muerte habita en los ritos, es como un sueño que está permanente, es algo que ha sido y existido, la persona ya no está pero al mismo tiempo está con nosotros. La llamamos y ella viene, invocamos al ánima y conversamos con ella, compartimos sus recuerdos, nuestras esperanzas. El poeta escribe: “Despertamos / de la escuela de los sueños/ pasamos a las lecciones del día,/ a los deberes/ que la muerte nos impone.../ bailamos / celebramos con ella la fiesta”.

Ulrich Grasnick, herrero de la poesía, forja el azul de la luz con este libro, y nos enseña que los ojos del poeta no solamente pueden abarcar lo que le es conocido y experimentado dentro de un espacio o país, sino que ellos pueden abrirse a los diversos horizontes culturales. La (s) historia (s) radica (n) en su unidad, y en la unidad de sus mensajes y enseñanzas.

3.- “Del libro: „ Invierno en los Andes“. El cóndor, el dios pájaro. La estética de la soledad, la estética del silencio (Kondor- der Göttervogel- Die Ästhetik der Einsamkeit- Ästhetik der Stille).

El cóndor, símbolo de la cultura andina, representa la imagen del cosmos con sus alas en vuelo. No en vano, su vuelo, desde hace miles de años, está detenido en la iconografía nazca, en los desiertos de la costa sur del Perú; aún más, se le ve en los adoratorios de las grandes culturas de ese mundo antiguo, tallado en las esculturas de piedra, como en Chavín de Huántar, Tiahuanaco, Huari, y posteriormente, en la cultura de los incas. También hay una simbología del cóndor en muchos de los tejidos encontrados en la civilización Nasca, Paracas y Huari, entre otras culturas. El Cóndor es una de las mayores personalidades de la fauna terrestre y el hombre andino ha tratado de imitar su vuelo en sus ceremonias y fiestas.

Ulrich Grasnick, ha escrito un libro sobre la estética del cóndor, del dios pájaro, la cual considera, la estética de la

soledad, la estética del silencio (Kondor- der Göttervogel- Die Ästhetik der Einsamkeit- Ästhetik der Stille). Vemos, como el tiempo se detiene en la reflexión del poeta, y el pasado y el presente se hermanan en los espacios geográficos de esos mundos, donde el cóndor trasciende:”... tú pones a nuestra palabra/ tu silencioso vuelo, en tus ojos/ vuela con nosotros/ tu sabiduría escondida”

El Cóndor atalaya las diferentes dimensiones de los espacios terrestres, él puede observar cada acontecimiento que se da en el mundo de arriba y de abajo. Ese vuelo siempre como un péndulo continuo es una visión de cambios y de grandes realizaciones en los destinos de ese mundo.

Su poesía se escribe en escenas descriptivas, ante las cuales el mismo poeta ocupa mentalmente y observa esos espacios tan vastos, ellos están construidos a base de fotos o de filmes que el mismo ha visto en las series culturales difundidas en Alemania. La estética del silencio, es la comunicación del hombre andino con el mundo de arriba, con el cosmos, con sus dioses protectores, con sus apus, a los cuales esta ave puede alcanzar con sus grandes alas, y estar cerca del cosmos. De los cambios que ellos realicen, y de sus designios, depende el mecanismo de la vida en el mundo de abajo, el mundo en que los hombres viven.

Un descongelamiento, la escarcha que quema y mata, un alud de nieve, un terremoto, una tormenta, puede apagar la vida en una región, como muchas veces ha ocurrido en infinitas zonas. El hombre del ande tiene una creencia y un respeto a la propia obra de la naturaleza, que tiene un desdoblamiento benefactor, protector y aniquilador. El hombre de los andes, no desafía a esos elementos naturales, sabe que cada objeto tiene una doble función: positiva y negativa. El sol es la fuente de la vida y de creación, pero tanto calor quemante puede apagarnos. El dios-pájaro pliega sus alas en el aire, está en contacto con las montañas más elevadas, da vueltas a sus innumerables crestas, habla en silencio con ellos: “Ellos son los viejos indios,/ que mucho tiempo/ con sus dioses hablan,/que bajo sus sombras/ secretamente se hallan,/ por la noche/ en la lejanía miran/

hasta que el dios-pájaro/ una pluma deja caer/ en sus sueños/ y sienten como en un vuelo/ el alma del viento los impulsa.”

La comunicación de esa gran ave con los hombres se hace en silencio, “con el canto detenido en tu lengua/ con imponente pico...” La comunicación es desde lo alto, desde lo lejos, donde el cóndor es un punto, una estrella negra, es el aire mismo, la vibración y el canto, es el anuncio de lo que viene desde ese mundo de arriba, lo que estremecerá, tal vez, el mañana.

Pero también el cóndor es la alegría, es la fiesta de los antiguos ritos que el hombre andino hasta la actualidad conserva y donde celebra y presenta su magnitud y su grandeza, pero es también un símbolo de resistencia y de liberación: “Cóndor/ ahora hay aplausos/ tu galope a la espalda del toro—/ Rito del triunfo de tus alas/ sobre el polvo./ Él sube como humo/ del fuego de los cascos/ se va por las callejuelas/ donde las sombras llaman a gritos la luz.”

4.- Caral

Sospecho, que en estos versos, el poeta, quisiera recomponer poéticamente la historia del mundo andino desde sus orígenes. El modelo de filosofía europea, sobre las culturas aborígenes no le sirve para abordar este tema. Aún más, ella no ha dicho la última palabra en su proyección, ella ha sido adulterada por la historiografía oficial, desde el primer diario de Colón y sus imágenes creadas para convencer a la corona de los Reyes Católicos, acerca de los “ríos de oro” en la zona del Caribe. Después, también esta misma falsificación ha sido hecha por los escribidores de la conquista, el virreynato y la república en el Perú, tratando de imponer criterios anacrónicos. De diversas maneras, ha sido interpretado y proyectado este mundo, en su esencia tan desconocido para el europeo, sus historiadores y escritores. También modernos escritores, que tienen fama en el mundo europeo, le han restado importancia, cuando no, han tomado ese mundo por algo descartado.

El poeta Ulrich Grasnick, al proyectarse sobre este nuevo descubrimiento, con los nuevos elementos que la ciencia posee actualmente, desea abrir los espacios en donde el hombre tuvo otra magnitud, en su forma de ser y de pensar, sobre todo, frente al comportamiento de los problemas de su tiempo, frente a la paz y la guerra, el hambre, las sequías, la naturaleza, la solidaridad y al trabajo. Y precisamente Caral, una ciudad pre-inca que se halla a doscientos kilómetros al norte de Lima, le entrega la llave maestra de lo que puede ser un cambio histórico nuevo y decisivo para la humanidad.

Aquí, diversos espacios se abren como una parábola histórica, ellos se introducen en los razonamientos del poeta; y a Ulrich Grasnick, le gusta contar, introducirse con su imaginación y sus emociones.

Este poeta alemán es racional para penetrar en las dimensiones de ese tiempo, para reconstruir los espacios y los objetos que la arquelogía actual ha investigado. No hay otra manera posible de llegar a esos espacios y a ese tiempo histórico, sino con el intelecto. Veo en todo ese extenso poema, la admiración que este vate siente por Caral. Miles de años han vividos los pueblos del mundo andino cerca de las orillas del Océano Pacífico, o en el macizo de las Cordilleras de los Andes, ellos son los creadores de una cultura original para la Humanidad, los creadores de la primera Ciudad de la Paz de mil años y la primera Ciudad multicultural en la Vieja América.

Antes de la escavación de esa ciudad, el tiempo está detenido, pero el vate baja a las profundidades de ese tiempo, todavía está el polvo sobre la tierra detenido, todavía la noche conserva lo que no está determinado, y el tiempo, aún, no ha sido comprendido. Después, a través de las escavaciones que se realizan, a través de las cámaras de la televisión que nos entrega las imágenes, el poeta nos transporta por todos sus ambientes, Caral irradia como una nueva estrella que ha nacido de repente, su despertar es como un pájaro de luz, que ilumina una mañana. “¡Escribe ese poema, /me dice mi propia voz,/ escribe tu asombro /sobre la gran ciuda!.”

La toma de una nueva conciencia hacia la convivencia con otros pueblos hermanos y otras naciones, su relación con la misma naturaleza, se levanta desde los Andes milenarios y bordea a todas las zonas que los rodean.

Este mundo no ha sido un producto histórico-formal, sino está allí, saliendo bajo el polvo que lo cobijó, sus murallas y sus grandes pirámides están apareciendo con su gente y con el fuego de las antorchas, con su gran anfiteatro en donde también está el gran fuego de todas las naciones, allí también están los mercados a los cuales llegan los productos de regiones lejanas, del norte, (hoy el Ecuador) y del sur, de Chile, de las regiones costeñas y de las selvas. Allí están las conchas y las semillas que se muestran como objetos de adorno, están las piedras apreciadas de todo color, y las plumas de los loros y de los papagayos y los granos, también está la codiciada cal y los checos que mantienen a flote las redes de los pescadores, y la coca, pero también el algodón. En el anfiteatro los músicos tocan con flautas hechas con huesos de condor.

“Caral,/ descubrimiento de un aire transformado/ en sonidos de las flautas hechas de húmeros.../Flautas de los huesos del gran pájaro./ Él trajo el ruido del viento /desde las cumbres de los Andes que temen los valles/ Una gota de sangre,/ del corazón del cóndor/ fue el beso del nacimiento/ de la música.”

Hay hombres que sin hablar una misma lengua, entonan una canción que el viento lleva, es poesía del cosmos que cuenta de las cosas hechas por sus dioses, ellos indican la procedencia de sus productos, hablan de los seres de la tierra y del agua y del mundo de arriba, aparece un cóndor sobre las alturas, mira a esos hombres, los rodea y se para en una de las rocas.

También hay un gran fuego y una ceremonia, el ambiente cobija a las diversas naciones esencialmente comunitarios, los hombres cuentan sobre los caminos por donde vinieron, de los objetos que traen, de la hermosura de sus mujeres, de las cosas que tienen y de sus aldeas. El dinero no existe, pero sí los productos y su intercambio y el equivalente. Ellos hablan

del intercambio de sus productos, ellos mismos saben del valor de cada objeto, chacchan las hojas de coca y intercambian sus productos. Redes cambian por peces, piedras por coca, cal por semillas, plata por lapislázuli,,tabaco por carne de llama. Hay edificios, que son pequeños adoratorios, los hombres invocan a los astros, a los dioses principales: al Sol y a la Luna, a la Madre Tierra, y al Mar. La ciudad no tiene murallas, no está fortificada, no hay armas que lleven los viajeros.

En los altares frente al humo de los zahumerios y de los hongos alucinógenos, los dioses hablan.

La paz social, emana de ese mundo, que no adora el dinero o dioses que los sentidos no captan, que no son reales o no tienen una comunicación con ellos, sino que esos sentidos por ser plenos de naturaleza están en comunicación con la realidad natural y grandiosa y que al mismo tiempo es sagrado, y que no puede ser alterada. Hay tolerancia en el intercambio. La paz irradia de esa misma esencia, no hay manuales, ni libros de ética para el comportamiento, solamente el decir de la palabra y lo que se dice, se hace y ello vale. La propia naturaleza del caracter social comunitario vale.

Caral expresa un alto grado de desarrollo social donde la pesca, la agricultura y el intercambio recrea a estos hombres hacia fines comunes, y la alegría del intercambio en esos encuentros mueve a esas naciones a fomentar la paz. Diversas naciones están integradas, económicamente, social y culturalmente, y Caral es la primera médula de integración de otros pueblos y naciones de la vieja América..

José Pablo Quevedo

Ulrich Grasnick, nacido en Pirna; Alemania en 1938, ha publicado: „Der vieltürige Tag“, „Gespräch mit dem Spiegel“, 1973 „Ankunft der Zugvögel“, 1976, Pastorale“, 1978, „Liebespaar über der Stadt“,1979 „Flugfeld für Träume“ (conjuntamente con Charlotte Grasnick) 1984. Textos para cinco Sinfonías de Siegfried Köhler (Edition Peters) 1985, también como producción de un disco de larga duración. Editor de la antología „ Zwei Ufer hat der Strom“, Verlag der Nation, 1988, „Das entfesselte Auge“ 1988, „Hungrig von Träumen“, 1990 „Lieder die colori“, conjuntamente con Simona Ciliana 1996 y otros.

Seis narradores españoles en Nueva York; varios autores; Ed. Dauro, Granada, 2006

Francisco Álvarez-koki, Víctor Fuentes, Eduardo Lago, Antonio Muñoz Molina, Carlos Perellón y Gerardo Piña-Rosales (por orden alfabético, tal como aparecen en la portada) son los seis autores de los cuentos que integran este libro de relatos. Dispar en los estilos y planteamientos, representa una buena muestra de la literatura española que hoy día se escribe desde Nueva York.

En Amanda en Nueva York, de CCarlos Perellón, una vendedora de frutas escarmentada del amor y que huye de un italiano maduro, cursi y casposillo que ha intentado violarla, acaba enamorándose de un pianista de jazz. Pero si resulta que este pianista es un viejete arrugado, con un diente de oro y, eso sí, una buena verga, que tiene detrás un harén de mujeres de variado pelaje que lo siguen y adoran (y se acuestan con él, cómo no), que esa mujer que se pretende madura y escarmentada se acabe enamorando hasta el punto de querer compartirlo en la misma cama con las fulanas de turno, ya empieza a resultar poco creíble. Uno piensa que eso no puede ocurrir a una mujer sana ni siquiera en Nueva York; el caso es que en esta sociedad tan neurótica, hasta sería posible algo así; pero si hay que sumarle que es una vendedora de frutas que se emociona con el jazz y que se expresa en términos muy literarios (el cuento está narrado en primera persona por la propia protagonista contándole los hechos a su sobrina), el relato acaba por resultar poco verosímil. Incluso en Nueva York. Y para guión porno es demasiado literario.

Muñoz Molina nos sumerge en los pensamientos de un autor consagrado que va a tener un encuentro indeseado, pero ya repetido en otras ocasiones, siempre con la misma desgana, con un antiguo compañero de andanzas que no se ha vendido a la comercialidad en su obra y desprecia el mundo de oropeles y buena vida de los “triunfadores” que

vendieron su alma al diablo. Una mezcla de admiración y de rechazo se mezclan en los sentimientos y reflexiones del protagonista, que en este caso es un músico, como su amigo, pero bien podrían ser ambos escritores y para el caso sería lo mismo. La capacidad narrativa de Muñoz Molina es tan lograda como suele serlo en él, y es una buena oportunidad de “oír” lo que piensa y siente un autor de éxito ante una ocasión como esa.

En Don Quijote en Maniatan, GGerardo Piña-Rosalesescribe una divertida fábula en la que un D.Quijote actual “desface” entuertos en el Nueva York de nuestros días, ayudado por un Sancho hispano. Algunas de las reflexiones que hace están llenas de enjundia y, además de divertidas, dan que pensar.

En ¿Quién quiere las cenizas de Richard Ramírez? EduardoLago acaba enfrentando a un operario de un horno crematorio a la penosa tarea de guardar las cenizas del asesino de su hija, pues la familia del asesino no quiere saber nada de él.

La muerte de Zefirelli de Francisco Álvarez-koki narra la sorpresa del protagonista al asistir a un entierro lujoso de “algún familiar” de la vecina, que resultó ser al final su gato. Después de todo, al protagonista le hace recordar algunas vivencias de su niñez con gatos que resultaron providenciales.

El texto de VVíctor Fuentes, Amerikaka (en blanco y negro con desenfoques), es el más experimental de todos. El protagonista intenta descifrar un fajo de páginas mugrientas y el relato nos introduce en la tarea de desentrañarlas paralelamente con el protagonista, que a veces nos las da interpretadas y otras en camino de estarlo, por lo que el lector tiene también que poner de su parte par entenderlas y en el intento va a encontrar caras inesperadas del sueños americano, que no son tan de ensueño.

Los relatos no tienen más en común que la de haber sido escritos por españoles y en Nueva York. Pero merece la pena leer el libro que dará tanto motivos de reflexión, como ratos de distracción y momentos emotivos.

Emilio Ballesteros

Poliedros de Jean Moreau; Colección “Mar de Tanis”, Málaga, 2005. 60 Pág.

Si una particularidad tiene Poliedros no es otra que la de unos versos inacabados carentes de la última sílaba. No me cabe la menor duda de que a muchos lectores modernos esto les puede, cuando menos, impactar. Se trata del cabo suelto,llamado por otros cabo roto. Éste es un libro que homenajea al príncipe de las letras: Miguel de Cervantes. Fue él quien potenció y dio a conocer urbi et orbe esta forma novedosa de versificar. Asomarse por unos instantes a los orígenes de esta forma poética puede resultar muy ilustrativo para alumbrar aquellas zonas ensombrecidas que cuatro siglos de historia han puesto en el camino de la poesía.

En el mismo año de la publicación de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, el chocarrero López de Úbeda da a imprenta La pícara Justina. La obra está repleta de estos singulares versos, utilizando distintas formas estróficas: sextillas, décimas... Este autor los llama versos cortados oquebrados (afanado siempre en burlarse hasta de las propias denominaciones). En una sextilla se publica lo siguiente: “[...] Soy la rein- de Picardí-, / más que la rud- conoci-, / más famo- que doña Oli-, / que Don Quijo- y Lazari-, / que Alfarach- y Celesti- / si no me conoces cue-, / yo soy due- / que todas las aguas be-”. Hay un hecho que aparentemente es incontestable. Si en La pícara Justina se cita el Quijote, casi con seguridad la redacción de éste era anterior y fue el influjo de Cervantes el que se proyectó en López de Úbeda para componer los cabos rotos (se da por descontado que López de Úbeda conocería la obra cervantina —si no íntegra, al menos algunos capítulos— por circular manuscrita en los círculos literarios). Rodríguez Marín dejó escrito que la primera irrupción en los libros de esta forma “chulesca” de trovar parece fuera de duda que se le debe a López de Úbeda” y Marcel Bataillon cree que recíprocamente Cervantes o uno de sus amigos debieron de tener conocimiento de LaPícara Justina en pruebas, en la época en que ésta quemaba las etapas legales para aparecer más pronto. Ante estas

autoridades, osado sería quien se atreviese a poner en tela de juicio dichas sentencias. Se nos presenta el primer nudo gordiano, el primero de los múltiples caballos de batalla que vamos a encontrar.

Bartolomé José Gallardo (gran erudito y unos de los más grandes bibliófilos del siglo XIX) halló en una miscelánea de inicios del XVII una noticia que a lo que nos toca hay que guardarla como oro en paño: “De este conocimiento general de Juan de Arguijo entró en parte Lope de Vega Carpio, residente en Madrid, y le envió un libro que él había compuesto, intitulado El peregrino para que lo censurase; y teniendo noticia de esto un poeta de Sevilla que se llamaba Alonso Álvarez hizo la copla siguiente: “Envió Lope de Ve- / al señor don Juan de Argüí- / el libro del Peregri- / a que diga si está bue- / Y es tan noble y tan discre- / que estando, como está ma- / dice es otro Garcila- / en su traza y compostu- / mas luego entre si quien du- / no diga que esta bella-“. Esta fue, añade Gallardo, la primera copla de pie quebrado que se oyó en Sevilla, de que fue autor el dicho Alonso Álvarez”.

En este siglo veintiuno, aún a los que se precian de poseer una redomada sabiondez (aquellos a quienes su vista no alcanza a ver más allá de sus círculos poéticos) les parecerá que este Alonso Álvarez era un absoluto desconocido. Para su desengaño, saco a colación esta noticia. Francisco de Quevedo en su Buscón nos dice que en cierta posada sevillana había varios que “las cogieron tristes y lloraron tiernamente al mal logrado Alonso Álvarez”. Y a continuación pone en boca de Pablos la nota que sitúo a renglón seguido. “¿Quién es este Alonso Álvarez que tanto se ha sentido su muerte? Mancebito, dijo uno, lidiador ahigado, mozo de amos y buen compañero”.

Se han mencionado hasta este punto La pícara Justina(1605) y el Quijote (1605). También del Buscón (h. 1604, publicado en 1626) y El peregrino en su patria (1604). En esta encrucijada de textos y autores (López de Úbeda, Cervantes, Quevedo y Lope de Vega; capitales, ninguno de segundón ni epígono) se sitúa una nueva forma de versificar.

Nadie discutirá ahora que en la época fue todo un caldo de cultivo el cabo roto.

Bien. Pero el cabo suelto no nace en la nada, sin más. Se incardina en una corriente poética bien conocida: la poesía como juego, la poesía burlesca, paródica. Estamos ante el poeta ludens. El cauce literario en el que se imbrica manifiesta una intención paródica y burlesca, con piruetas conceptuales, cabriolas ingeniosas y juegos lingüísticos. Pertenecen a esta categoría los ecos, los disparates, los enigmas, los porqués, etcétera. En esta corriente podemos encontrar otra serie de textos, los ovillejos. Aparentemente no entran en competencia con el cabo roto. Nada más lejos de la realidad. Seguro que han oído en alguna ocasión un ovillejo; pero como no se peca por carta de más, les traigo uno a sus mientes:

“¿Quién menoscaba mis bienes? / Desdenes. / Y ¿quién aumenta mis duelos? / Los celos. / Y ¿Quién prueba mi paciencia? / Ausencia / De ese modo, en mi dolencia / ningún remedio se alcanza, pues me matan la esperanza / desdenes, celos y ausencia.”

No es un ovillejo cualquiera, sino el primero de que se tiene constancia en la literatura española. Saben quien lo compuso: un tal Miguel de Cervantes. Hallamos a un Cervantes a la zaga de la vanguardia lírica de su tiempo. El autor del Viaje del Parnaso no fue pionero en cultivar el cabo suelto, pero sí el precursor del ovillejo. Evidentemente los eslabones no se acaban ahí, sino que esta fórmula culta hunde sus raíces en unos muy explícitos y minoritarios antecedentes: los poemas en eco de la poesía cancioneril (algunos contenidos en el Cancionero de Zaragoza).

Pero no desatendamos el presente y centrémonos en Poliedros. Este libro busca a un lector activo y participativo. El cabo roto es un juego, nadie lo pondrá en duda, pero Moreau se burla hasta de los propios versos (y hasta del lector avisado) ya que no respeta la rima, lo que da pie a que nos perdamos con frecuencia por esos vericuetos que contiene este libro. Verán. Las palabras trisílabas o tetrasílabas son fácilmente identificables, pero donde el autor

pone el acento es en las voces bisílabas, creando así dilogismos y abriendo el abanico de lecturas e interpretaciones de los poemas. Si un verso acaba en ca-, fijaos el haz de posibilidades que tenemos de lecturas: cara,cama, casa, cala, cava, cada, caza, y otras que por escatológicas y malsonantes no las cito.

De los treinta poemas que alberga este poemario, absolutamente todos son sonetos (precisamente lo que compuso Cervantes). Por la forma de versificar utilizada podríamos pensar que es un libro monótono. Ni siquiera ahí se ancla nuestro autor, sino que busca, en ese afán por innovar y variar, las combinaciones que le da el propio metro. Encontramos sonetos endecasílabos, alejandrinos, heptasílabos... incluso con estrambote. Atreverse con el soneto no es arco de ninguna iglesia para Moreau, pero para que vean un referente de la dificultad que entraña el soneto traigo un paño de muestra de uno de los sonetistas (como teórico y versificador) más insignes de todos los tiempos. Fernando de Herrera en sus Anotaciones a la poesía de Garcilaso (1580), escribe que “es el soneto la más hermosa composición i de mayor artificio i gracia de cuantas tiene la poesía italiana y española. [...] es tan extendida i capaz de todo argumento que recoge en sí sola todo lo que pueden abraçar estas partes de poesía”. Me pregunto yo después de leer la más densa definición del soneto: ¿hay algún poema estrófico que de más juego al mensaje? ¿hay continente que pueda albergar más variedad de contenido? Líneas más abajo expresa el sevillano: “Sin duda alguna, el soneto, que tanta semejança tiene i conformidad con el epigrama, cuanto más merece i admite sentencia más grave, tanto es más difícil, por estar encerrado en un perpetuo i pequeño espacio”. Ante esta aseveración Moreau no se arredra y compone un soneto elástico, ensanchándolo y aclimatándolo justo a sus necesidades.

Llama poderosamente la atención la página 51 del poemario. Encontramos un espacio en blanco con una invitación o incitación. “El amigo lector puede construir a su gusto este obelisco inacabado” dice a pie de página. El lector

antes tenía que estrujar su mente para completar los versos y hacer un poema coherente. Ahora el autor arroja el guante al lector para que enristre su pluma y componga un soneto (esa es la forma que le da). De esta forma se crea un diálogo permanente con el lector. En este orden de cosas hay algo en lo que me gustaría que prestasen atención: Jakobson esbozó para la comunicación lingüística un esquema del que todos somos sabedores y que explicito en sus líneas maestras: emisor-mensaje-receptor. Moreau rompe estos trazados y propone que el receptor tome parte en el mensaje y se metamorfosee en emisor. Sencillamente genial.

Con seguridad se me estarán escapando claves de un libro tan poliédrico y resbaladizo como este, que ni los propios filólogos somos capaces de apre(he)nderlo. Tampoco es el momento de hacer un análisis exhaustivo de Poliedros.Se nos presenta un minero del que en futuros trabajos no faltará quien se detenga a averiguar alguno de sus encantos.

Con este libro Moreau ha querido “dar un toque de atención a la poesía española de nuestros días, tan endogámica y ensoberbiada como un pequeño dios de pies de barro”. Quisiera terminar con esta idea. Si la cultura hoy se está haciendo desde la marginalidad (entiendan el término no en su forma peyorativa) y decididamente para minorías, Jean Moreau ha preferido siempre buscar sus propias formas, su propia poética; sin enarbolar nunca los colores de los victoriosos, ni capitanear un barco de gregarios esnobistas. Enemigo acérrimo de amiguismos al uso, me atrevo a decir que Jean Moreau hace suyo un verso de Lope de Vega que reza: “mi vida son mis libros, mis acciones” y que está íntimamente ligado a otro conocido verso cervantino (y puesto que este libro es un tributo al genio alcalaíno) que también pudiera suscribir: “libre nací y en libertad me fundo”.

David GonzálezDirector de la revista Synthesis (Málaga)

Doctorando en filología hispánica por la UMA

Layla y Machnún, el Amor Verdadero de Yahya Nurul Hudá y Teresa; Ed. Dauro; Granada, 2006

Si me preguntan acerca de mi opinión sobre “Laila y Machnún, el amor verdadero”. ¡Opinión!... No tengo opinión, sino gozo, deleite tan sólo después de haber leído esta hermosura. Yo conocía esa leyenda, no en su tratamiento por Nizami, sino en otras versiones árabes anteriores, igualmente sufíes.

En la leyenda árabe de Qays, locaina de amor, y la nocturna Laila, encontramos la misma dialéctica que entre lo minótico y lo hélico, la misma dialéctica que en el suceder de la Noche silenciosa y el Día decidor y enamorado, la misma opugnación y delirio (a un paso más allá de la intuición inmediatamente saltadora cazada por el concepto) entre el proclamador de un amor, con idocia excesiva para la exterioridad, donde se agita en el menesteroso tiempo el brote concreto y su árbol absoluto. Este libro, también es una dialéctica del 2 resuelto en Unidad: unidad ignota que es el resultado de la difuminación de lo múltiple en el Todo, que es de nuevo monosustancia; el absoluto en un sentido muy hegeliano. Sabemos ya que el Ser no se opone a la Nada, sino al no-ser.

La girovagancia, el aleteo circular y obsesivo, hecho de palabras y poemas del bello Qays, por fuerza ha de acabar en la extenuación copulativa de la Noche, de Laila, en su silencio, que contiene más el Amor que su proclamación. Sobrenaturalmente, la copulación con lo oscuro, el imbrincamiento con lo amoroso enigmático sin respuesta, es el alumbramiento unitivo, místico.

Lo místico es, definitivamente, el coño, su trasplantación simbólica en el desbocamiento amoroso del espíritu cabalgador.

Los maestros del sufismo, al narrar la historia del Tontiloco de Amor y Noche, solían casi siempre terminar el relato preguntando:¿ quién amó más, Ochum, que no dejó ni un solo minuto de expresar su amor por Laila, o ésta, que todo lo vivió en silencio? Quién ama más, podríamos

preguntar nosotros: ¿El día, que todo lo proclama o la Noche que todo lo silencia? Probablemente, no hay una respuesta humana a esa pregunta.

Para los griegos, la noche es antes que los dioses, antes que el Destino, porque la noche es LO Informe, el apeiron deAnaximandro y, paradojalmente, lo que no tiene forma contiene dialécticamente lo que en el devenir del proceso dialéctico ya tiene forma, después de un manotazo apartador que acaba de tumbar todas las sensaciones temporales: lo que será, ya es.

Probablemente la leyenda de Laila y Macnún, en cualquiera de sus versiones, incluida ésta, es la chispa concreta de una leyenda absoluta, el filamento radial de un haz divino de luz, un reflejo concreto y determinado, en un espejo de bronce, tangible, de la Intangibilidad absoluta.

La lectura de este libro me ha llevado a preguntarme acerca de amores más “históricos”: en nuestro ámbito, en torno a Abelardo y Eloísa. ¿Quién amó más? ¿Abelardo, que renunció a todos los honores y sufrió la terrible emasculación del tío de Eloísa, o ésta, cuyo amor a la sabiduría, que creía encontrar al lado de Abelardo, encontró en éste el amor y la tragedia de ambos? El gran filósofo Abelardo, capado, desgarradoramente emasculado y Eloísa, apartada y encerrada en un convento, no dejaron hasta lo último de sus días de proclamarse su amor en cartas, dificultosa y clandestinamente enviadas.

Bien: el libro, pues, me emociona bastante: el ritmo, en seguida me recuerda las danzas de los giróvagos, y pueden leerse también danzando en giros de exultación entusiástica, con todo gymnosthousiasmos (dios en el cuerpo, o el cuerpo de dios).

José Domínguez Hoyos

Las hijas del espino de Lucía Estrada; Cobalto Ediciones; Medellín (Colombia), 2006 (Premio de Poesía Ciudad de Medellín 2005)

Es bastante singular el planteamiento de este poemario. Su autora elige ponerse para mirar el mundo en el sitio de mujeres, muchas de las cuales (en realidad la mayoría, si exceptuamos las míticas) son más conocidas por el hombre al que estuvieron ligadas que por sí mismas. Es, por tanto, una mirada de mujer, pero que observa a través de la mirada del hombre. Hombre que, en la gran mayoría de los casos, va a estar marcado por una doble huella: la del genio creador por un lado (lo que le dará una dimensión indagadora, sublime…) y por otro la del neurótico, tan frecuentemente asociado a lo anterior, con toda su carga de compulsiones obsesivas, perversiones…, infelicidad y dolor al fin.

Es doblemente humana la mirada de Lucía en estos versos. Pero a ese mirar transversal, como de soslayo, hay que unir el carácter misterioso, mágico, tan propio de la poeta. Y no es que elija el misterio como vehículo de expresión. Lo que más me impresiona cuando leo la poesía de Lucía es que tengo la absoluta sensación de que es el misterio el que la elige a ella para expresarse; que sus palabras están más allá de su propia intención racional y que cuando escribe es una médium que, más que utilizar, es utilizada por las palabras para entreabrir puertas que no muchos pueden abrir.

A menudo los títulos de una obra son una clave importante para interpretarla. Y a mí me ha ocurrido con éste. Es el espino un árbol hermoso y de flores blancas y vistosas. Atrae y a alguien con sensibilidad puede hechizarlo con su su belleza. Pero aferrarse a él tiene un inconveniente inesperado y doloroso: es un árbol que bajo su belleza esconde espinas lacerantes y traicioneras que hieren a quien lo abraza.

Y eso es lo que le va a ocurrir a sus hijas: mujeres que se dejaron seducir por su atractivo, lo amaron con entrega hasta acabar adquiriendo su mirada, sus propias espinas preparadas para herir…, y terminaron por convertirse en sus “hijas”, dispuestas a reproducir el mismo dolor que las laceró, la misma actitud seductora, pero con espinas traicioneras. Las hijas del espino se acercaron a su árbol blancas e inocentes,

como sus flores, pero la bondad fue rasgada/ y es ahora/ el pájaro muerto/ bajo mi pie. Lo que las hijas han aaprendido,con gran dificultad y a costa de irse envenenando con la savia de la planta, es sombrío aunque tiene el mismo poder que las sedujo: Es la sombra/ lo que retengo/ (…)/ negro polvo que tus pies/ han traído/ hasta mi casa. La mirada de “la mujer que miraba al hombre” ha acabado adquiriendo su mismo veneno: mi sombra es este círculo.

Esa visión masculina que la hija del espino ha tomado, hace sentir victorioso al árbol de las espinas y pretende hacer partícipe de su vanagloria a su hija adoptiva: y ahora me invitas bajo el árbol/ retienes la espada un momento/ y me indicas/ que abrace la sangre/ como si la victoria fuese nuestra.Pero la hija del espino sabe, su corazón lo sabe, que eso que ha aaprendido (y que tanto le costó aprender) es en realidad una renuncia a lo mejor de sí, no siente pues su nueva actitud vital como una victoria ni su aprendizaje como un conocimiento. Y es el dolor ahora el que se va posesionando, poco a poco pero de forma cada vez más inexorable, de lo más sutil de su existencia. Aturdida entre el sentimiento superficial de haber aaprendido algo poderoso y seductor y el profundo de haber perdido lo mejor de sí misma, no comprenderá lo que sucede, ni el momento en que alguien/ transformó mi plato de aceitunas/ en setas venenosas/ mi mano en piedra/ arrojada al vacío.

Ante la infelicidad que le acomete, es la decepción y la desconfianza la que hace nido en su alma (Por cada nacimiento benigno/ un escorpión/ incuba su veneno), esa perpetua acechanza hacia un mundo que ha perdido su inocencia. Y en él, la escritura va a ser su refugio y salvación (Pendes por última vez en la escritura/ de tu propio destino).

Hay, no obstante, reductos en los que la vida muestra todavía su belleza, misteriosa y oscura a veces (Es más bella la mano/ al pulsar una cuerda invisible/ (…)/ Yo también lo prefiero/ cóncavo y oscuro), contemplativa y serena otras (Crecen silenciosas/ en la contemplación de sí,/ de sus bordes,/ en el trabajo minucioso del insecto/ que las hiere), si bien aun en esos momentos hay una herida al acecho. Porque, al final,

es el dolor el que se apropia de la existencia (No te asombre / (…) / si nuestro destino, tal como se construye,/ nos golpea el rostro y nos hiere/ y nos deja completamente ciegos) hasta el punto de que llega a buscarlo de forma masoquista como alivio (Un poco más de dolor/ y estaré a salvo). Sin embargo el recuerdo de lo primigenio no se ha extinguido del todo (¿sabrías que toda búsqueda/ tiene su lámpara,/ todo camino su límite,/ toda sabiduría/ su árbol de inocencia?) y el silencio guarda secretos que pueden curar las heridas (Un puñado de silencio/ es mi fervor/ sobre lo blanco.) No todo se ha perdido y en ese paisaje de “ángeles caídos”, máscaras y uniones monstruosas/ en el corazón de toda inocencia ( ) la rosa debe mantenerse/ aun si la mano de su dueño/ cava cifras penumbrosas.

Pues, a pesar de tener la cabeza arrancada/ por la cruel guillotina del desamparo es posible todavía decir que la noche se hará boca de lobo/ en la que pueda entrar y ser la torre imantada/ que busca el rayo/ desde lejos. ( ) Tu riqueza es lo imposible/ lo que no se comprende. ( ) Ríos blancos llevan su destino y Este rostro metálico/ es el recuerdo de la lluvia,( ) una mutilación de las raíces vivas/ del propio reino.

¿Cómo alcanzar ese rayo que eleve e ilumine, que arranque las raíces mutiladas del árbol que hiere y la hija del espino deje de reproducirlo para hacer que germine un nuevo árbol de la inocencia? En realidad no es tan difícil: Toma su origen/ y arrójalo al fuego./ Que la llama/ pueda más que tu nombre. Que la renovación y la purificación del fuego quemen los sarmientos y las espinas que aferran, esas que atosigan y ahogan con su veneno de seducción y neurosis y la Hija del espino se sacuda de la carga y el dolor para poder volar y alcanzar la luz. No pienses marcharte, tampoco hay un lugar/ a donde ir. Rûmi decía: “toda tu vida no es más que una huida de tu propio silencio”. Pero el silencio es elocuente y puede contarte lo que necesitas, todo lo que debes arrancar de tu vida y hacia dónde debes encaminar tus pasos, Hija del espino, para que no seas ya más del Espino sus raíces, sino

una flor nueva y poderosa que hará crecer por fin el árbol que no hiere.

Yahya Nurul Hudá

Después de Praga nada fue igual de Pedro M. Domene;Sevilla, Algaida, 2004

PEDRO M. DOMENE, EL ESCRITOR Y EL CRÍTICO (Con motivo de la presentación del libro)

Me corresponde presentar a mi amigo, el escritor y crítico literario Pedro Martínez Domene, un hijo del pueblo de Huércal-Overa (Almería), cuyo nombre lo acompaña por donde quiera que aparecen o se divulgan sus escritos, para honra suya y la de sus paisanos. Creo que cuando uno habla de sus amigos bien pudieran disculparse los pecados veniales de la confesada parcialidad con que se expresa. Y así, quizás, los lectores considerasen oportuno juzgar este caso con generosidad y benevolencia. Yo voy a hablar bien de Pedro y voy a hacerlo porque es mi amigo, pero también porque es de justicia y él se lo merece. Así es que hago este aviso para navegantes y me dispongo a iniciar su presentación refiriéndome a alguna que otra virtud, por qué no hacerlo, de mi amigo, que posee el serio defecto de amar los libros, aunque afortunadamente aún no se le ha reblandecido el cerebro como a don Quijote, de tanto y tanto leerlos; pues quede claro que este hombre es reincidente en sus errores y no creo que vaya a tener propósito de enmienda en un futuro más o menos próximo.

Probablemente la virtud que más le reconozco a este hombre sea la de la constancia, pues Pedro es hombre trabajador y voluntarioso donde los haya, dispuesto a arremeter contra cuantos molinos le salgan al paso, si bien no suele confundir a éstos con gigantes o a rebaños con ejércitos (discúlpenseme estas alusiones cervantinas ante la celebración del cuarto centenario de la publicación de la

primera parte del Quijote). Y junto a las virtudes de la constancia, de la voluntad y del trabajo que acabo de mencionar, aún me quedan algunas otras que iré desvelando a lo largo de este texto con mayor o menor fortuna, pero siempre con buena y sana intención. Pedro sabe bien lo que hace y conoce perfectamente el mundo en que se mueve. No es, por tanto, ningún entrometido que viene a probar fortuna en la república casi bananera de las letras ni tampoco un oportunista con afán de notoriedad. Su nombre es respetado, especialmente, entre amplios sectores de la crítica literaria en España y Méjico. Sabe, por consiguiente, plantarse y decir “no” cuando hay que hacerlo. No comulga con ruedas de molino y puede que sea algo tozudo en su proceder, por no utilizar la expresión del lenguaje coloquial. Ser terco puede no ser un defecto cuando se trata de no darse por vencido, de no rendir las armas y hacer frente a los obstáculos que aparecen en el camino de la vida. Es un hombre obstinado, sí, qué le vamos a hacer. Pero su obstinación es la del luchador que no está dispuesto a rendirse ante la primera de cambio. Testarudo para mantenerse firme en sus convicciones y en su vocación, para decir lo que piensa aunque ello le conduzca a veces a un cierto ostracismo por parte de personajes y personajillos cuyo trato, tal vez, no merecía la pena. Es hombre directo y amigo de mirar de frente, no muy diplomático y quizás no sepa o no quiera, en ocasiones, “doblar la píldora” a nadie para estar a bien con todo el mundo. Y eso que es buena gente. Se me olvidaba decir que valora la amistad por encima de muchas cosas y que es amigo leal; esto es: que puede uno fiarse de él. Pienso también que Pedro es hombre sencillo y que tiene cierto pudor a la hora de ir aireando por ahí sus logros en el mundo de las letras, como pudiera corresponder, pues ha comprendido que la gloria es efímera y que sólo el trabajo constante puede traer consigo la merecida satisfacción o la recompensa interior. Y ya digo que la voluntad, el trabajo y la constancia son sus más firmes aliados. Por otro lado, es hombre comprometido, en primer lugar, consigo mismo y con su propia conciencia; y en segundo, con los demás; tanto en su ámbito profesional,

que se toma muy en serio, como en cuanto intelectual y ser humano. Vamos, que no suele ir de chapuzas por la vida. Quizás, eso sí, se le vaya alguna vez el santo al cielo y tenga Mari Ángeles que devolverlo a la realidad llevándoselo a hacer las compras de la semana. Pero, en honor a la verdad, suele ser hombre con los pies en el suelo.

Pedro Martínez Domene tragó bien el anzuelo de la literatura, que suele ser dulce veneno que no mata, aunque tal vez a algunos nos aturda un poco. Y es que la literatura ayuda a hacer más transitable nuestro paso por este mundo, a hacer más llevaderos los rigores del invierno de la vida, cuando no es alimento de la mente y del espíritu. Creo que este hombre ha hecho de ella una compañera casi inseparable de su vida y no me extrañaría que Mari Ángeles pueda haberla tenido entre ceja y ceja en algún momento. Bueno, sé positivamente que nadie les arrebata esa primera posición a ella, a sus hijas y al resto de su familia.

Debo dejar constancia de otra de las cualidades que enriquecen la personalidad de Pedro, y es que nunca se da por satisfecho con cuantas metas alcanza y amplía constantemente el círculo de sus amistades literarias, en numerosas ocasiones de muy alto nivel. Para ello no le duelen prendas ni escatima en sacrificios. Con voluntad y constancia va abriéndose nuevos campos donde publicar sus trabajos y cuanto ha conseguido no se lo debe al márketing ni al amiguismo, sino a su esfuerzo. Tiene ideas y entusiasmo, lo cual resulta imprescindible en el mundo del arte. De vez en cuando entra en santa rebeldía, ante los atropellos, tropelías y desmanes de los rufianes que deambulan, con oscuras ambiciones, por la república de las letras y no juegan limpio.

En fin, que puedo decir yo más de este hombre. Pedro Martínez Domene se nos ha ido creciendo en todos estos años; yo soy testigo de ello, pues hace casi treinta que lo conozco. Y aunque la barba se le ha ido encaneciendo, es aún joven y el futuro nos irá desvelando todo el caudal literario que le resta por nacer, como un vasto y anchuroso río potencialmente fecundo. Sus trabajos literarios en España y

México creo que son cada vez más y mejor considerados y su prestigio aumenta con el tiempo. Sus límites estarán donde él quiera ponerlos. Ninguno de nosotros va a ponérselos. Pocos críticos como él siguen tan de cerca la narrativa actual y la conocen tan bien. De ahí la solvencia de sus ediciones sobre el cuento español y mejicano o de sus trabajos sobre la narrativa española y universal. No voy a citar aquí la larga lista de sus títulos, que cualquier persona interesada podrá encontrar en sus publicaciones, aunque ahí están para mostrar su valía obras recopilatorias de algunos de sus trabajos aparecidos en prensa, como el volumen de entrevistas literarias integradas en Galería de elegidos o la recopilación de artículos sobre literatura universal recogidos en Imposturas. Ni tampoco voy a mencionar la larga nómina de revistas literarias de prestigio nacional e internacional en las que ha colaborado; así como resulta casi inevitable no citar sus comentarios críticos habituales en “Cuadernos de Sur” del Diario Córdoba o en “Artes y Letras” del Diario Ideal.He de decir, por último, que Pedro Martínez Domene es uno de los principales valedores de la revista literaria “Batarro”, que continúa saliendo, en muy buena parte, gracias a sus esfuerzos y a su tozudez.

Nos convoca ahora Pedro en torno a su primera novela, Después de Praga nada fue igual, un relato escrito especialmente para jóvenes pero que leerán con agrado los mayores, en el que ha trabajado durante varios años y que mereció el premio de narrativa juvenil “Los Pedroches”, en la provincia de Córdoba, publicado por la editorial Algaida. Una novela de pequeño formato pero de vigoroso aliento, que sorprenderá, seguro, a cuantos lectores se adentren en su lectura, como lo hizo a quien les habla. Con ello creo que este hombre, como suele decirse, ha puesto “una pica en Flandes”. Seguro que no será la última. Y basta ya, que quizás no resulte aconsejable poner de manifiesto, públicamente, todas estas cosas en su elogio; aunque él sea mi amigo y se lo merezca. Bien está que sea él también profeta en su tierra. Y ello no quiere significar otra cosa que mostrar los frutos de su labor creadora y que todos nosotros lo rodeemos con nuestro

calor y afecto; así como le hagamos saber, con nuestra presencia cercana, la admiración y respeto que nos merece por sus logros literarios.

JJosé Antonio SÁEZ

Temblando bajo la fronda de Irina Ojeda Becerra; Ediciones Sed de Belleza; Santa Clara, Cuba, 2005

Sé que tengo lagunas como lector que no voy a poder cubrir nunca. Incluso de algún que otro clásico que es considerado un estandarte para la modernidad (o la posmodernidad, que todavía no veo clara la linde entre una y otra y en estos tiempos todavía una cosa no ha acabado de ser lo que es cuando ya es pos-símisma). ¿Quién, por otra parte, puede leer y conocer todo lo que hay escrito en un mundo tan prolijo y tan extenso? Ni siquiera me tengo por un erudito, si bien no son menos de cien los libros que leo completos cada año y casi otros tantos que leo por encima, en parte (porque sólo me interesan parcialmente) o que comienzo y abandono cuando se me hacen ladrillos intragables o muermos anodinos (por supuesto, no incluyo entre estos los miles de poemarios que abandono en cuanto he leído dos o tres poemas y veo que sus versos son tan intrascendentes como estériles). Pero confieso que la intelectualidad rebuscada y pedante se me hace tan insoportable como la naturalidad forzada y artificial de tanto pretendido poeta que cuenta sus pinitos en supuestos versos tan prosaicos como carentes de fuerza y de misterio. Y valga toda esta introducción para que se comprenda por qué me ha sorprendido tan positivamente un libro de una joven poeta cubana del momento. Una profesora cubana que además escribe cuentos, me dijo hace tiempo que en la Cuba actual escribir con rima se considera antiguo. ¡No hace falta ir a Cuba!, ese es un país puntero en muchos campos culturales, pero esa misma afirmación puede encontrarse en todo el mundo conocido en la actualidad. Y sin embargo Irina, joven, poeta, cubana y viva (y bien viva) viene a escribir unos versos

que riman, que tienen una métrica cuidada y hasta clásica y, sin embargo, no suenan a antiguos. Es más, yo diría que, precisamente porque no se someten al dictado dogmático de la “modernidad” (¿o posmodernidad, en qué quedamos?), salen del molde trillado de la grey y nos soprende con una transparencia, una magia y una música que suena a flauta entre el follaje o a misterioso cuerno de no sé qué unicornio que es tan de mañana como de siempre. Tú rompes a la mañana/ su vestidura de encaje./ Yo juego donde el paisaje/ se encorva como una anciana./ Tu vida es la porcelana/ que duerme bajo el cristal/ y mi lecho es de un coral/ inaccesible a tu mano./ En la lluvia gris profano/ tus corceles de metal.¿Ecos de José Martí? ¡Pues puede! ¿Y por qué no? ¿O sólo se permiten de Joyce, Latrèaumont y, en todo caso, el Huidobro, el Neruda o el Vallejo más complicados y oscuros, como si Los heraldos negros o los Veinte poemas de amor y una canción desesperada hubieran sido pecados de juventud? Irina bebe en la fuente que alimenta su tierra y respira el aire del paisaje que le ha hecho crecer. Pero su aliento es fresco y poderoso y no se deja avasallar por la pedantería de tanto profesor y tanto santón que se erige en voz de lo correcto y de lo acutal ni se deja llevar por el eco de los que, ansiosos de nombre y reconocimiento, se someten al dogma que estos jerarcas imponen desde sus púlpitos seculares (que más bien parecen eclesiásticos, aunque su parroquia sea de adocenados beatos del ateísmo). Y ese temblor bajo la fronda se comunica al que, sin prejuicios intelectuales (que son más peligrosos que los prejuicios de la “chusma analfabeta”), se deja embargar por el aroma de sus aguaceros/ que sacuden/ a los altos puñales envejecidos, o se deja arrastrar por la furia de Llameantes corceles en la hierba o queda hipnotizado por el centelleo de la fuga de las garzas o siente erizarse su piel al contacto de los peces inmóviles en mi cama o siente que el misterio se adueña de él si me invade/ la niebla azul de aquel bosque.

Ese temblor es tan natural…, tan hondo y tan sencillo a la vez…, tan franco y tan vigoroso, tan tierno y tan fuerte que uno se siente de verdad en medio del bosque y al arrullo

de un canto primigenio y futuro a la vez. Y parece como si un nebuloso vestido blanco se perdiera entre la fronda, como el rayo de luna becqueriano (¡Bécquer, qué pecado!, ¿verdad señores intelectuales?) y alguna voz lejana musitara: Tedirán: estuvo a solas merodeando entre los rosales./ Podrán decirte: la vieron anoche partir y desvanecerse/ tras el último quejido de alguna calleja.Y uno siente entonces el vivo deseo de gritar: ¡Irina!, ¡muéstrate! Quiero conocerte.

Emilio Ballesteros

Un canto a ras de tierra de Diego Vaya; Ed. La Garúa; Barcelona, 2006

El segundo poemario de Diego Vaya, Un canto a ras de tierra, obtuvo el I Premio de Poesía Joven de la editorial La Garúa, que lo publicó en su original colección “Cuadernos del Sinsonte”.

Este nuevo libro tiene importantes conexiones con el anterior, Las sombras del agua (Editorial Alhulia, 2005), tanto en los elementos simbólicos personales como en el contenido, pero con un planteamiento formal radicalmente distinto.

Constuido a partir de dos indagaciones complementarias, la búsqueda de una identidad y la búsqueda de un lenguaje propio, Un canto a ras de tierra es un libro denso y complejo, que no se agota con una primera pectura y en el que se establecen numerosas conexiones ocultas entre las los poemas.

Las citas de Shakespeare y Ovidio que abren el libro marcan la tensión del poemario. El deseo de unión y fusión con el amado que señala el poeta inglés, es contrarrestado con la frustración del encuentro de la historia de Píramo y Tisbe. Y siguiendo un proceso de acercamiento, alejamiento y unión se articulan las tres partes del libro, tejido con símbolos personales que encarnan las preocupaciones, dificultades y obsesiones del poeta.

La fuente, por ejemplo, en la que se citan los enamorados ovidianos, tendrá una presencia continua en el libro, como un lugar que se anhela en sueños, aunque en la realidad el poeta se enfrente a la sed y el agua, elementos contrapuestos que encarnan el desencuentro.

La búsqueda del otro supone también una indagación en la identidad, un volver la mirada hacia la infancia y la constatación de que ese desencuentro ya estaba en los orígenes. Se busca el rostro del otro, que no es más que una forma de buscar el propio, ya sea en el agua (“Esperaste en las aguas La sed entonces tuvo rostro”), ya en el espejo (“Oh padre me pregunto por tu rostro”).

El dolorido vivir del poeta, prisionero de su propia búsqueda (“He buscado tantísimo la llave que la búsqueda ha sido la prisión”), lo lleva a una angustiosa existencia, en la que el dolor es permanente (“Dolor antiguo el mío…”), el mismo desde el nacimiento (“pudo doler el día pero no Ese día se ha hecho cada día”), y en el que vive ahogado por la desazón, la inutilidad, e incluso se siente partícipe de una deriva generacional (“qué náuseas de haberlo probado todo sin que nada nos sacie).

Este dolor lo hermana en lo humano (y en el fondo también en lo literario) con otros poetas, como San Juan de la Cruz, César Vallejo y Lorca. Identificando la búsqueda propia del padre con la introspección mística de San Juan, en uno de los mejores poemas del libro, cargado de símbolos (las las, el ciervo), e incluso de elementos mitológicos (Ícaro).

La otra búsqueda fundamental del poemario se basa en la exploración de la sintaxis. La disposoción en prosa de los versos, el ritmo intenso y la ausencia de puntuación producen una sensación de continuum, que obliga al lector a hacer las pausas rítmicas donde lo cree más conveniente, originando así construcciones distintas en cada lector, e incluso, en cada lectura. La plurisignificación a la que se expone el texto es importante, pese a todo, su cohesión temática y semántica impide interpretaciones contradictorias. El uso frecuente de repeticiones, elipsis, paranomasias, dilogías y calambures

incrementa la tensión de la sintaxis; y como señala el prologuista, Andrés González Castro, estas “figuras más propias de obras satíricas (…) se ponen al servicio de temas graves”. Es interesante también la introducción del dialoguismo, representado gráficamente con la cursiva, y utilizado desde el primer poema, pero intermitentemente, para dar salida a la voz de un sermón interior.

El desasosiego existencial de Un canto a ras de tierra tiene su contrapartida en la inestabilidad que produce la sintaxis, haciendo pues inseparables la búsqueda de ese encuentro y de esa identidad con la exploración del lenguaje. Un libro experimental, sin duda, pero cuyas raíces se hunden en la hondo de la tradición.

Jaime Galbarro García

ESCAPARATE

El árbol de Miguel Armas Coronado; adamaRamada Ediciones; Madrid, 2006Exquisito libro lleno de originalidad y hondura, en el que las palabras (y las letras) revelan secretos y provocan reflexiones que dan a la existencia otro sentido y un ángulo de mira tan inusual como impactante. Muy recomendable. Nada hay como el murmullo, secreto de amor o sabiduría. La eme es sonido sordo, casi una hache. La eme es amor y el amor es la mitad de Dios. Con dos amores se tiene a Dios completo. Mar. Monte. Árbol y alga, pájaro y madrépora. Madre. Se puede oler. La eme huele a cielo como la ce sabe a dulce. Montañas, dos gemelas. La eme es shin inversa. Si los palos del tridente shin fueran cuatro y no tres, el universo sería otro. La letra hace al mundo, no a la inversa.

El aire trajo tiempos sin espacio de Jesús Amaya; Ficciones; Granada, 2006

La sensibilidad de Jesús Amaya se recrea en estos poemas llenos de luz y de aire transparente y perfumado, en una edición bellísima que lleva fotografías a todo color de paisajes de la Vega de Granada acompañando a los versos de poeta, llenos de un lirismo muy personal. Velan las hierbas/ la Vega bañada en plata./ La tarde, breve, anda revuelta./ Mi corazón suspendido en un íntimo cara a cara.

Navegante inmóvil que amó en la oscuridad del océano de Juan Garrido Salgado; traducción de Peter Boyle; Pícaro Press; NSW, Australia, 2006Poemario homenaje-regalo a Neruda por su centenario, en el que se incluyen poemas bilingües de Juan Garrido-Salgado, chileno como Pablo, traducidos por el australiano Peter Boyle y acompañados de fotografías de Louise Davies. En él se recrea la imaginación coleccionista de Neruda, dedicándole estos versos inspirados en la visita al museo de Port Adelaida repleto de mascarones de proa. ¿De dónde vuelves señora blanca/ Hanna Nicholson?/ Tu silueta de sobreviviente/ se sostiene en el muro del mar sin capitán./ Yo soy un marinero ciego de azul/ anclado en el humo de una taza de café./ Desde ahí hago navegar mis barquitos de papel.

La voz que nunca alcanzo de Antonia B. Taleti; Editorial Ciudad Gótica; Rosario, Argentina, 2004 La sencillez y la belleza aliados pueden dar como resultado una inquietante ternura, como ocurre con los versos de esta poeta argentina tan concretos, tan exactos… e inasibles a la vez.Si quitaran el barral, la pesada tranca/ si pudiera traspasar/ la frontera./ No ser un espía/ un fantasma que se cuela./ Correr el límite/ quebrarlo.

Sueños nada más de Juan Bautista Serrano; Ed. Dauro; Granada, 2006

Fruto de una experiencia dolorosa e íntima, se aprecia el desgarro interior en estos poemas del jiennense Juan Bautista Serrano, que vierte su dolor en palabras. Hemos cortado la noche/ cuando los pájaros canta silencios/ y los buitres derrochan/ corazones de hiel./ ¿Hemos andado/ por el infierno tú y yo?

Venus Valdivia y la herencia de su estirpe de Yela Rodríguez de Klein; Ed. Espol; Guayaquil, Ecuador, 2006 Interesante estudio de ñas culturas prehispánicas ecuatorianas, deteniéndose en particular en los restos arqueológicos que existen de ellas y lo que estos nos dicen sobre su vida. Ilustrado con fotografías a todo color, repasa hasta nueve culturas de aquellas tierras y supone un trabajo de investigación y documetnación muy valioso para historiadores e interesados en el mundo americano.

La dimensión cultural de Samuel Feijóo de Silvia Padrón Jomet; Centro de investigación y desarrollo de la cultura cubana Juna Marinello; La Habana, 2005 Estudio exhaustivo sobre la obra y el significado de Samuel Feijóo en el entramado sociocultural cubano realizado por esta ensayista cubana con el auspicio del Centro Juan Marinello.

Granada 1936 relatos de la guerra civil; varios autores; Ediciones El Defensor de Granada; Granada, 2006 Gran parte de los narradores granadinos actuales dejan constancia de su hacer en este libro de relatos cuyo nexo de unión es la guerra civil española. Un total de 26 escritores, con prólogo y coordinación de Emilio Atienza, publicados por El Defensor de Granada con el auspicio de Caja Granada y que supone una muestra muy representativa de la narrativa granadina del momento, a la vez que una visión múltiple y variada de aquella cruenta contienda civil.

Poemas Imperfectos de María Virginia Monteiro; Ed. UNICEPE; Oporto, Portugal; 2006

Deliciosos sonetos de la poeta portuguesa Mª Virginia Monteiro, cuya saudade es aún más bella escrita en su dulce idioma atlántico. Amor tamanho que julgamos imortal/ tal como a sarça vai ardendo sem morrer/ sem darmos conta que é no fogo, é afinal/ na própia chama que se extingue a chama a arder

El olor del humo Auschwitz y la pedagogía del exterminio de Raffaele Mantegazza; traducción: Mª Dolores Ramírez Almazán; Antrhopos Editorial; Barcelona 2006 Esta es la primera edición en castellano de este ensayo del italiano Rafael Mantegazza sobre el drama de Auschwitz y sus secuelas. La traducción se la debemos a Mª Dolores Ramírez Almazán y eso nos permitirá a los hispanohablantes acceder a estas reflexiones que el autor hace sobre el campo de exterminio como dispositivo pedagógico que, además de destruir al individuo, lo sitúa en condiciones de procurarse a sí mismo su propia liquidación y sobre las posibilidades de resistencia y oposición por parte del sujeto.

Moro mío de Leticia Herrera Álvarez; Ediciones Fósforo; México D.F., 2006 La pintora y poeta Leticia Herrea Álvarez nos da una lección de sensibilidad e intensidad en este largo y único poema de amor y de ausencia, ilustrado por ella misma con dibujos, que se extiende por todo el libro como un espíritu apasionado y carnal, alado y místico, sublime y bellísimo; como sólo un corazón noble e intenso puede crear. Ha boqueado mi boca/ en pos de un beso que/ me llevara a la muerte./ Pero estoy viva/ y muero.

De esquina a esquina de Francisco Miguel López Jiménez;Academia Iberoamericana de Poesía; Málaga, 2006 Su riqueza de imágenes, paradojas y metáforas es capaz de saltar del drama a la ironía y de despertar tanta ternura como emoción dolorida y ensueño.

Pero yo configuraré las amapolas/ que orillan tu esquina/ y anudaré tus pasos/ como la estrangulada ciática/ que muerde tus venas,/ que silbo en la puerta/ y escribo palabras.

Homenaje a Juan Ramón Jiménez; varios autores; Academia Iberoamericana de poesía; Málaga, 2006Un total de cuarenta y dos poetas dedican sus versos a Juan Ramón en una cuidada y elegante edición del capítulo de Málaga de la Academia Iberoamericana de la Poesía.

Vientos de letras antología de Ulises Varsovia y Alexis R.;Asociación Cultural Myrtos; Córdoba, 2005 Estos dos poetas de verbo desbordante el primero y no menos original el segundo que combina un estilo depurado y clásico con poesía visual y formas audaces, publican conjuntamente esta antología de su poesía dentro de la colección de publicaciones de la Asociación Cultural Myrtos, radicada en Córdoba, pero que tiene entre sus miembros chilenos (como es el caso del propio Ulises Varsovia, afincado en la actualidad por motivos ce trabajo en Suiza), venezolanos, españoles…, todo un abanico internacional de poéticas de indudable mérito. Alexis R. también acaba de publicar en esta misma colección los poemarios Manuscritos de la mar y otros poemas y Del helado llanto y la luz rota.

Vestigios de Síbaris de Ernesto Peña González; Ed., Sed de Belleza; Santa Clara, Cuba, 2005 Versos de fina orfebrería y poderosa sustancia que mantienen sin sosiego y dejan al lector la inquietud de la mirada sobre la sima.Mi gato blandamente ocupa la ventana./ Pasa un viejo, le cuelgan lágrimas de los dedos.

La espiral de Marcelo Morales; Ediciones Sed de Belleza; Santa Clara, Cuba, 2005 Libro laberíntico y mágico que el autor confiesa que escribió en el arco de sus veintiún años, después de leer La Divina Comedia, Los cantos de Maldoror (Lautrèaumont), Aurelia

(Nerval) y Tomás el oscuro (Blanchot). Si para él fue una revelación esciribirlo, para el lector puede serlo el encontrarse con esta prosa tan bien escrita por un muchacho de esa edad.

Terraria de Francisco León; Ed. La Garúa; Barcelona, 2206En palabras de AAndrés Sánchez Robayna, Terraria es el testimonio de un viaje a una realidad que es al mismo tiempo espectral y vivísima, la prueba escrita de su incursión en el espejo negro de una tierra enigmática: la experiencia, fulgurante y secreta, de una insularidad alucinada. Lo esencial del pensamiento es su poder sobre el detalle. El resto suele matar.

Ladino de Joan de la Vega; Ediciones Trea S.L.: Barcelona, 2006El autor radiografía diferentes estados de conciencia y ánimo, las actitudes que lo emplazan a vivir y a reconstruirse a diario, acusadas en su mayoría de una incertidumbre desgarrada y agónica. En el silencio anidan palomas de arcilla, dientes húmedos, pupilas dilatadas por el relámpago./ Lente que consume tu tosca ausencia.

Equilibrios cotidianos de Lali Valls; Ed. La Garúa; Barcelona, 2006Prosas llenas de poesía, relatos entreverados de observaciones (a menudo provocativas) que se detienen en momentos cuyo significado desborda lo anecdótico y hacen de los detalles miradas llenas de brillo y de misterio. (…) Bueno, señores, ya está; quinquiera que tenga la suerte de descubrir un cadáver en la calle de Alcatraz, 5, primer piso, puerta B, con estas palabras encima de un cuaderno con tapas de color ocre, por muy mal que huela, por muy descompuesto que se halle mi cuerpo, por favor, no dude en rescatar el cuaderno.(…)

Estación lactante de Ricardo Ruiz; Ed. Devenir; Madrid, 2006

El poemario reflexiona acerca del paso del tiempo y el inicio de un nuevo periodo vital, donde confluyen la certeza, la perplejidad y el desconcierto del vivir de cada día. La estación lactante desde donde parte y se inicia la memoria del futuro. Calmó su sed de triunfos/ bebiendo todas sus derrotas.

Ángeles sobre Berlín de Mercedes Riba; Ed. Devenir, 2006 Libro de poética personal y arriesgada, en el que la autora considera insustituible el furor y la catarsis como fin. Yo soy lo que han hecho de mí, desventurada,/ por eso estoy perdida desde siempre./ Soy una virtuosa enferma,/ no puedo reprimir la arcada si me tocas.

Animal marino de Jacinta Negueruela; Ed. Devenir, 2006 35 poemas de estructura circular con el elemento acuoso (río y mar) como hilo conductor y unos poemas centrales en los que aparece reflejada la expresión de la muerte y el dolor que, inexorablemente, es condición de vida. Porque no es volcánico ya el cráter extinguido,/ ni la playa de lava tiene el mismo color,/ ni el desierto, esquelético y profundo, nos envuelve,/ pero hay una montaña bajo el volcán/ y arenas limpias sosteniendo la lava/ y dos cuerpos aun tibios debajo de un incendio.

Zurita de Julián Sesmero Ruiz; Ed. Dauro; Granada, 2006 Relación fraternal y llena de ternura entre una paloma que cae exhausta junto a un sumidero en una día de lluvia y el niño que la recoge. Éste crece junto a ella, pero Zurita se resiste a volar al cielo del incierto mañana del hombre que aguarda en el corazón del muchacho que despierta a la vida adulta.

La voz escrita de las poetas de Mª Victoria Prieto Grandal; Ed. Dauro; Granada, 2006 Antología de voces poéticas femeninas (del mundo hispanohablante, incluyendo en él al-Ándalus) desde las jarchas hasta el romanticismo. Alhucema ya anticipó parte de

esta publciación en un especial sobre mujeres poetas de al-Ándalus que se incluye en este libro. Imperscindible para cualquiera que quiera conocer a fondo el transcurrir de la voz poética femenina en la historia de la lengua española.

El grupo Ánade de poesía de Antonio César Morón Espinosa; Ed. Dauro; Granada, 2006 Estudio a fondo de una corriente literaria de enorme peso en una ciudad tan viva culturalmente y con tanto auge literario como Granada, en la que conviven (y a menudo se enfrentan) tantos escritores de estilos, pensamientos y círculos de interés diferentes y con frecuencia antagonistas.

La baraka de Emilio Ballesteros; Ed. Dauro; Granada, 2006Segunda novela de la trilogía que el autor dedica al siglo XVI. Al comienzo de dicho siglo en la naciente España se desarrollan varios acontecimientos históricos que van a marcar la historia y la cultura del país: la revolución comunera en Castilla, las germanías en Valencia, todo ello mezclado con la feroz represión contra la población morisca y la omnipresencia de la Inquisición, y el nacimiento de la corriente religiosa de los alumbrados, que perseguidos y juzgados por el tribunal inquisidor, acabarán cristalizando en la mística de S. Juan de la Cruz y de Santa Teresa. Estos acontecimientos, entrelazados en los avatares de los protagonistas de su anterior novela Aynadamar, la fuente de las lágrimas van a desarrollar un relato mosaico que habla de aquel tiempo, pero también del actual, que aún vive las secuelas de todo aquello.

La insurgencia de 1810 en la plástica por el pintor muralista José Luis Soto; edita la Casa Natal de Morelos; Morelia, Michoacán, México, 2006 Obra de carácter eminentemente gráfico, con reproducciones a todo color de murales de José Luis Soto y artículos de varios autores sobre el significado de su obra.

Big Bang La luce del Tempo de Angelo Manitta; Il Convivio, Sicilia, 2006Fondeando tanto en la mitología como en la historia, en las visiones cósmicas como en los detalles menudos, tal como nos señala Vittoriano Esposito en el prólogo a esta obra del poeta italiano Angelo Manitta, director de la revista Il Convivio, los poemas de este libro indagan en la crónica deprimente de este tiempo y desenmascaran la comparsa de personajes que pueblan la actual política mundial. Anche Argiuna-Blair raccolse attorno a sé tutti i re solari, dalla carnagione bianca, mentre Krisna-Bushjunior li guidava e li consigliava

Cuando me hice fruta de Joumana Haddad; Monte Ávila Editores; Caracas, Venezuela, 2006Poemas intensos con palabras cargadas de energía y luz en las que la poeta libanesa Joumana Haddad vive en cada página y es a la vez terrenal y divina, sensual y etérea. Leyendo sus versos nos vemos como la aventura para la que nunca nos hemos preparado: la del amor. Yo tengo un cuerpo/ esperando en el fondo del océano./ Tengo un cuerpo que es como un volcán,/ cuyo cráter el agua lame/ para que no emita placer antes que llegue el amor.

Urna de crital de Custodio Tejada; Ed. Port Royal; Granada, 2006Poemario en el que se dan cita el otoño y su paisaje, el paso del tiempo, el dolor por la enfermedad, la muerte…, pero también el amor, único talismán que protege del abismo de la nada. Por sus versos fluye de igula modo el aporte visionario y, sobre todo, la añoranza del seno materno, lugar mágico y simbólico de la felicidad primera. Recoleto,/ como un damnificado/ buscando un lugar de honor/ entre las grullas,/ me resisto a ser/ maleta de un dios salvaje/ que pasa sigiloso/ por un mundo en llamas.

Cosecha de silencios de Fair Areco de Gañi y UUrbanaoscuridad de Silvia Berterreche; Grupo Cultural B.L.A.N.C.O.; Montevideo, Uruguay, 2006 La revista BLANCO, con el auspicio del Frente de Afirmación Hispanista, publica los dos poemarios galardonados con el Premio María Eugenia Vaz Ferreira en su edición del 2005. Las premiadas son dos poetas uruguayas y en ambos casos son emociones articuladas alrededor de la soledad, el silencio o la tristeza los motivos que articulan sus poemarios.

Tránsito de Eva Falotico Gandolfi; Revista Alas del Alma; Buenos Aries, Argentina, 2006 Quince sonetos constituyen el cuaderno de versos Tránsito,que la revista Alas del Alma publica en su colección literaria. En ellos, con un lenguaje pleno de alegorías, Eva desmenuza sentimientos e ideas como Fe, Verdad, Miedo o Muerte. Quien persigue el saber y terco boga/ de la corriente en contra: si no avanza,/ o retrocede apático, o se ahoga.

Últimas publicaciones del FFrente de Afirmación Hispanista:Es esfuerzo generoso e impagable de Fredo Arias de la Canal y sus colaboradores, continúa con su labor de antologación y análisis de múltiples autores del mundo de habla hispana. En esta ocasión publican las obras: MMar cautiva de SerafinaNúñez, con prólogo de Roberto Carlos Hernández Ferro,Antología del romancero de Pedro Padilla con selección y prólogo de Fredo Arias de la Canal, TTesoro de varias poesíasde Pedro de Padilla, en dos tomos y con versión y prólogo de Virgilio López Lemus, PPresagio que intimida las raíces de Odalys Leyva Rosabal con prólogo de Francisco HenríquezCrónicas de las pirámides del fuego de Odalys Leyva Rosabalcon prólogo de Rosamarina García Munive y AAntologías de la poesía oral traumática y cósmica de Nidia y Alejandra Ramírez Tavera y la de JJuan Delgado López por Fredo Arias de la Canal, IIntento de Psicoanálisis del Homo Sapiens de Fredo Arias de la Canaly PParnaso cubano con introducción histórico crítica de Antonio López Prieto.

TEATRO

ÍNDICE

Obras:-EL LEGADO de AAlfonso Pascal Ros -EL CABALLERO de AAlfonso Pascal Ros -EL COLIBRÍ de Ignacio Rivas

Estudios:-Emilio Coco, Teatro Spagnolo Contemporaneo, por Magda Ruggeri Marchetti.-Ariadna de Marina Tsvietáieva: dramaturgia para un desahucio, por CCristina Consuegra.-Gravitaciones teatrales, de Maricel Mayor Marsán, por JJesús J. Barquet.

EL LEGADO

Alfonso Pascal Ros

PERSONAJES

JuglarArzobispo de Burdeos MayoralInfanzón joven Infanzón segundo

El legado: Obra estrenada el 23 de julio de 2005 en la III Semana del Misterio de Obanos, Obanos (Navarra), con dirección de Javier del Cura.

ACTO ÚNICO

JUGLAR

(Llega el juglar ante la mesa donde se encuentran sentados tres infanzones: uno de edad madura y reflexivo como cabo o mayoral y dos sobrejunteros, uno de ellos joven y exaltado, y el otro de mediana edad.)

Año de Nuestro Señor de 1264. Bajo el reinado del rey Teobaldo II, a instancias de este y fiel cumplidor de las órdenes del papa Urbano IV, el arzobispo de Burdeos llega a Obanos con el encargo bajo el brazo de disolver las Juntas de Infanzones o, caso de negarse, de excomulgar a sus miembros. Viene a cosa hecha, piensa: pisar Obanos, hacer oír la voz papal y vuelta a casa.

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Llegándose también hasta la mesa; solemne, con movimientos seguros y consciente de su jerarquía y cometido. Es orondo y de buen color.)

Como bien sabréis, bien advertidos ya de mi presencia, la voz del papa habla por mi boca. Mis órdenes son breves y de inmediato cumplimiento y en ellas no caben reticencias, excusas ni añadidos. Tal y como os lo digo y doy media vuelta, toda liga y corporación queda deshecha. Ni podéis ejercer justicia real, pues no sois reyes, ni responder por vuestra propia cuenta a un atropello ni ejecutar penas sin el consentimiento expreso de otros mucho más dignos que vosotros y autorizados para tales fines.

(Les arroja la orden sobre la mesa, gesto al que el sobrejuntero más joven responde haciendo ademán de irse a por la espada, volcando su silla. Su ímpetu es controlado por el mayoral, que le obliga a sentarse, y toma la palabra.)

MAYORAL

(Levantándose parsimonioso y enfrentando su mirada a la del legado papal.)

Señor arzobispo. Ha llegado hasta nuestra casa encontrando libres los caminos. No os ha molestado malhechor y le hemos acogido en nuestras tierras con la hospitalidad y dignidad que a su cargo corresponde. No ha habido parada donde no os hayan servido de comer y de beber, bien abundantemente como delata la redondez de vuestra cintura, que seguro le debe más a las codornices al vinagre, a los embutidos y pucherillos de barro con mantequillas y quesos que a las verduras y a las frutas. No habéis tenido que soltar moneda de la bolsa, que bien os abulta como veo, y no diría yo que no la habéis aumentado en los caminos entre siesta de canónigo y buen tinto, ni habéis tenido pleitos que...

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Cortándole a viva voz, irritadísimo.)

¡No tengo que seguir soportando más insolencia! ¡La Junta de Infanzones, y cuidad que no haga lo mismo con vuestra viperina lengua, pasa aquí y desde ahora inapelablemente a mejor vida! ¡He dicho y lo dicho es ley de obligado cumplimiento!

MAYORALLo que se hereda no se hurta.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Digo lo que he dicho!

MAYORALA tiempo estamos aún de tener la fiesta en paz.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Digo lo que he dicho!

MAYORALMucho os repetís.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Digo lo que he dicho!

MAYORALMucho decís entonces.

INFANZÓN JOVEN

(Echando otra vez mano a la espada, sin llegar a sacarla, y volcando otra vez la silla al levantarse airado.)

¡Nadie en mi propia casa me dice lo que debo o no debo hacer y vive para contarlo! Si fueseis noble de espada, juro que yo os desafiaría ante cinco caballeros escogidos como mandan leyes.

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Retrocediendo unos pasos, pero tratando de mantenerse digno.)

¿A quién no desafiaríais vos?

INFANZÓN JOVEN ¿A quién no excomulgaríais vos?

MAYORAL

(Al infanzón joven.)

Calma, amigo. Así no resolvemos nosotros nuestros asuntos.

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Al mayoral.)

Sospecho que preferís los servidores leales a los competentes.

INFANZÓN JOVEN

(Avanzando hacia el arzobispo.)

Os protegen vuestros hábitos.

ARZOBISPO DE BURDEOS Nada sana la arrogancia.

INFANZÓN JOVEN Me parece que a pocas almas sanáis vos si no es a la vuestra.

INFANZÓN SEGUNDO

(Interponiéndose entre el infanzón más joven y el arzobispo, que ha perdido la compostura y tiembla, y dirigiéndose a este con voz firme.)

Señor arzobispo: Como infanzón hijo de infanzón que soy, he servido y según el Fuero lo he hecho bien. He asistido con caballo al rey los tres días preceptivos a mi costa y otros nueve a la suya, prestándole en batalla mi caballo como dicta disposición aunque quedase yo indefenso y cosido a lanzadas a costa de hierros enemigos, y no pidiéndole luego cuentas, caverías y soldadas que no me correspondiesen.

INFANZÓN JOVEN

(Interponiéndose a su vez entre el segundo infanzón y el arzobispo, haciendo recular a este.)

¡Yo, hijo de infanzón de abarca pero fiel, sí que se las protesté pero como quien oye llover, que aún espero sueldos de sanchetes que bien me merecí y el rey no me trata sino como a villano! Pero antes os digo que me veréis como mendigo que no se queja de puro fuerte que pasándole la mano por la espalda a un poderoso que no tiene más origen divino que el que yo tengo y aún ni de eso estoy seguro.

MAYORALNuestros procedimientos, señor arzobispo, se cumplen escrupulosamente. Requerimos al delincuente a reparar el daño hecho o pida fiador que le avale en garantía antes de izar apellido y pasar a las mayores, lo que rey más de una vez no sabe hacer o se muestra incapaz de acometer, prefiriendo mercenarios que le descarguen del trabajo de perseguir y ordenar desórdenes.

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Palpándose las ropas, poniéndose digno.)

¿Cómo osáis pedir cuentas a la corona cuando habéis ahorcado a un tal Jordán y a sus tales hijos en Iza por robar un buey?

INFANZÓN JOVEN ¡Lo merecían!

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis pedir cuentas a la corona cuando habéis destruido bienes y perseguido y cercado y dado muerte a ladrones y cuando en Vidaurreta hicisteis vista gorda mientras ardía un tal Ochoa en una pira con llamas que vosotros mismos subisteis del mismo infierno?

INFANZÓN JOVEN

¡Lo merecían!

ARZOBISPO DE BURDEOS

¿Cómo osáis pedir cuentas cuando usurpáis derechos reales, os defendéis entre vosotros y os aprovecháis del derecho de asilo de vuestras casas, convertidas así en iglesias, para acoger en ellas a intrigantes? ¡Yo os acuso de rebeldes si la orden no se cumple de inmediato!

MAYORAL

Las reuniones generales seguirán celebrándose con vuestro consentimiento o sin él.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Tengo jurisdicción por donde piso!

MAYORALSólo Dios la tiene en todo y sobre todos.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Yo os acuso de rebeldes!

MAYORAL

(Con aplomo, como siempre, remarcando cada palabra.)

Señor arzobispo: Si nuestro buen rey don Sancho el Fuerte, a quien Dios tenga en la Gloria, levantase la cabeza, no habría Teobaldo o mitrado que me impidiera devolverle a Burdeos atado de pies y manos a un jumento de carreta. Recoja y llévese de aquí sus bríos y la convicción de que no hay soborno que el honor soborne, que no hay fidelidades sin afecto y bula que valga y que aunque sea en clandestino seguiremos defendiendo lo nuestro contra cualquier amenaza, venga de ricohombre o de contrafueros de rey.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

MAYORAL¡Basta o preparamos el jumento!

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

MAYORAL¡Callad!

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

MAYORALY dale.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

MAYORAL

Por vuestro bien.

ARZOBISPO DE BURDEOS

¿Cómo osáis...?

MAYORAL

(Al infanzón más joven.)

¡El burro más gordo, como corresponde a su excelencia!

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

INFANZÓN JOVEN ¡Enfiladlo por campo yermo, donde no encuentre recentales a los que hincar el diente!

INFANZÓN SEGUNDO Ni incauto a quien engañar.

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Echa a correr por donde había venido, volviendo la cabeza por si le siguen y perdiendo la bolsa en la carrera.)

¿Cómo osáis, cómo osáis...?

INFANZÓN SEGUNDO

(Dirigiéndose al público.)

¡Otra ronda de vino, posadero! ¡Esta a cuenta del francés!

(Cantan los tres infanzones, moviendo las jarras en el aire.)

El cura que por ahí viene no viene como conviene, que viene como con vino.

EL CABALLERO

Alfonso Pascal Ros

PERSONAJES

JuglarMayoralDon Hurtado Sánchez, caballero Infanzón joven Infanzón segundo

ACTO ÚNICO

JUGLAR

(Llega el juglar ante la misma mesa anterior donde se encuentran sentados los tres mismos infanzones: el de edad madura como cabo o mayoral y los dos sobrejunteros, el joven exaltado y el de mediana edad. De pie frente a ellos, el acusado caballero don Hurtado Sánchez.)

Año de Nuestro Señor de 1270, último del reinado de Teobaldo II, muerto de disentería al regresar de la Cruzada de Túnez. La Junta de Infanzones convocada en Obanos decide sobre la suerte del caballero don Hurtado Sánchez, apresado en Otazu por infanzones por repetidos abusos en tierras de su propiedad.

MAYORAL

(Al caballero, que permanece altivo y desafiante.)

Vuestros abusos han sido diarios y extralimitada vuestra autoridad cuantas veces la habéis practicado contra los más débiles.

DON HURTADO SÁNCHEZ Abreviando. Mi tiempo es más valioso que el de toda la Junta presente junta.

MAYORALLos campesinos de vuestras tierras nos han denunciado mil aberraciones cometidas por vos y que hemos comprobado y os hemos leído como corresponde, y no podemos menos que acusaros por ello. Vuestro patrimonio ha crecido en las espaldas de los más desfavorecidos. Su sangre ha regado vuestras cosechas y sus fatigas han reventado vuestra bolsa, tan grande es su peso.

DON HURTADO SÁNCHEZ Hasta ahora no veo de qué puedo apenarme.

INFANZÓN JOVEN

(Impaciente, levantándose y encarándose con el caballero, hacia el que avanza amenazador.)

¡Dejémonos ya de palabrerías y que hablen hierros, que ricos sólo hay malos y peores. Los labradores nos lo agradecerán, que más que como Hurtado deberían haberle bautizado como Hurto.

INFANZÓN SEGUNDO

(Dirigiéndose al infanzón joven.)

Calma, amigo. Que no se diga que la Junta de Infanzones hace justicia sin conceder al acusado toda garantía.

DON HURTADO SÁNCHEZ

(Sosteniéndole la mirada al infanzón joven.)

¿Cómo osáis y en nombre de qué justicia podéis ajusticiar a caballero? Dudo que sepáis con quién estáis hablando y las consecuencias derivadas de vuestros actos. Un dedo que levante, sólo un dedo, y cien hombres de saetas os fulminarían como un rayo.

MAYORALCuidado, no os pesen las palabras.

DON HURTADO SÁNCHEZ No reconozco a este tribunal que no es del rey y es sólo al rey a quien mi linaje sirve en cuantas batallas campales y asedios de castillos se le convoque. No reconozco a un tribunal al que recuerdo que sus miembros tampoco pagan pechas y están eximidos de satisfacer portazgos cuando atraviesan los caminos. De doble brazada de leña os aprovecháis y me pedís cuentas a mí de lo que hago en mi propia casa y mis dominios.

MAYORALCada uno en su casa tiene plena potestad, no seré yo quien os lo niegue, pero Dios también en la de todos. Vuestros atropellos no tienen defensa por haberse perpetrado de puertas hacia dentro ni vuestros desmanes tienen comparanza. En vuestras heredades habéis apaleado a campesinos, les habéis dejado a media razón, muriendo de hambre más de tres, y habéis hecho oídos sordos a los llantos de sus mujeres, de las que gozasteis en placentería de más de cuatro por la fuerza y seguro que os hubiera gustado pecar más. Vuestro poder económico es tan grande como vuestra falta de conciencia, don Hurtado.

INFANZÓN JOVEN ¡Don Hurtado, no! ¡Don Hurto!

DON HURTADO SÁNCHEZ ¡Caballero don Hurtado Sánchez! ¡Sobre todo para vos!

INFANZÓN JOVEN

(Sacando la espada.)

¡Vamos a ver si vuestra lengua se muestra tan altiva cuando esté paseando por el filo de mi espada!

DON HURTADO SÁNCHEZ No ha nacido de mujer ni nacerá el hombre que me levante a mí una mano.

INFANZÓN JOVEN Y las dos si os place.

DON HURTADO SÁNCHEZ No ha nacido de mujer ni nacerá el hombre que a mí me rete.

INFANZÓN JOVEN Vuestros esbirros lo mandarían por la espalda a criar malvas y luego os apuntarían el tanto, que a cualquier cosa llamáis valentía y honor y duelo justo.

DON HURTADO SÁNCHEZ No ha nacido de mujer ni nacerá el hombre que a mí me hable así.

INFANZÓN JOVEN Sólo os pido un minuto los dos a solas para comprobar si guardáis algo de noble y hasta de hombre debajo de esos perfumes y de esos finos trajes...

DON HURTADO SÁNCHEZ Que vos nunca os podríais permitir.

INFANZÓN JOVEN Hombría no es saber usar así la lengua. Sólo un minuto y os dejaría hecho un juanberinga.

DON HURTADO SÁNCHEZ Lástima no poder perder tiempo con vos.

INFANZÓN JOVEN Rico y rufián sois.

DON HURTADO SÁNCHEZ Y vos lenguaraz y mentecato.

INFANZÓN JOVEN Si señor sois, nada tenéis de señorío.

DON HURTADO SÁNCHEZ Y vos mucho de arrogante para tratar con hombre tan ilustre.

INFANZÓN JOVEN Cuidad que no os grabe en vuestras distinguidas posaderas el sello de la Junta.

DON HURTADO SÁNCHEZ Jugáis con fuego.

INFANZÓN JOVEN Más que jugaré.

DON HURTADO SÁNCHEZ No os vayáis a hacer encima aguas mayores.

INFANZÓN SEGUNDO

(Al infanzón joven.)

Calma, amigo. Que no se diga que la Junta de Infanzones hace justicia sin conceder al acusado toda garantía.

(Al caballero.)

¿Qué tenéis que alegar en vuestra defensa?

DON HURTADO SÁNCHEZ Ante hijodalgo de bragueta, nada. Mi honor y dignidad de caballero están fuera de toda duda. Mi reputación no la cuestionan juntas ni de arcángeles, así que menos aún de quienes están fuera de consentimiento de rey.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Algo más que alegar en vuestra defensa?

DON HURTADO SÁNCHEZ Mi abolengo.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Nada más?

DON HURTADO SÁNCHEZ Mi venganza.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Nada más?

DON HURTADO SÁNCHEZ ¿Poco os parece? No me conocéis.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Nada más?

DON HURTADO SÁNCHEZ De nada me arrepiento.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de vaciar escudillas de comistrajos a los puercos mientras niños de pecho se morían de hambre en vuestros herbales?

DON HURTADO SÁNCHEZ

¿Por qué debería hacerlo si les saco más rendimiento a los cochinos? Un niño cuesta menos reemplazarlo y si es de buscona o villana apenas una sacudida.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de tirar de látigo y agravio más en carne humana que en bestia sin disimular mayor atrocidad?

DON HURTADO SÁNCHEZ De eso menos que nada.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de conducta lasciva e indecorosa?

DON HURTADO SÁNCHEZ Ni del doble de lo hecho. Favor que las hacía.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de volver a engaños y a artimañas ventajistas de vender puerca por puerco y de volver la paja con avena para aumentar vuestros dineros?

DON HURTADO SÁNCHEZ A pícaro no me ganáis.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de beneficiaros de prestamero y abusón?

DON HURTADO SÁNCHEZ Todo vale si sirve a mis negocios.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de no tener escrúpulos?

DON HURTADO SÁNCHEZ ¿Cómo si no alcanzar posición tan envidiada?

INFANZÓN SEGUNDO

Por tonto de baba os tengo, pues, aunque por vuestras despreocupadas respuestas os tengáis por lo contrario.

DON HURTADO SÁNCHEZ Todo vale si sirve a mis negocios.

INFANZÓN SEGUNDO

(Al mayoral.)

Díctese y cúmplase sentencia.

DON HURTADO SÁNCHEZ Díctese, sí, que tengo prisa y a un par de mozos de cuadra que arrear por burlarme la pernada.

MAYORALNo tan deprisa. Ante lo irremediable de vuestros actos, me puede el corazón y dejo que me pueda. Sean en contrapeso, pues, saqueadas vuestras propiedades e incendiadas vuestras haciendas, igual que habéis hecho daño y destrucción de quienes trabajaban para vos y que han sufrido dolor del más mortal de los mortales. Seguiréis preso mientras se cumple la sentencia a la vista de los que tuvisteis por esclavos.

INFANZÓN SEGUNDO ¡Cúmplase!

INFANZÓN JOVEN

(Dirigiéndose al público y guiñando un ojo.)

Si nuestro rey se entretiene en censos y contar fuegos, yo me entretendré en arrimar llama.

MAYORAL¡Sea!

JUGLAR

(Cantando alrededor del caballero mientras los infanzones se lo llevan preso.)

Don Hurtado, caballero, que abusó, vejó y hurtó, de justicia de infanzón no le libran sus dineros.

EL COLIBRÍ

IGNACIO RIVAS

PERSONAJES:

Una niña

ESCENA UNICA

(Sala de estar del chalet de una familia de clase media acomodada, situado a las afueras de una ciudad. Al fondo hay una ventana grande que da a un jardín por la que entra mucha claridad. En el suelo hay una muñeca vestida con ropa de vivos colores, y, repartidos de forma desordenada, diversos complementos de muñecas: un peine, un cepillo de pelo, un espejo de mano, varios rulos, etc.)

LA NIÑA.-

¡Qué calor!... Hace un rato llovió. Luego salió el sol. Después volvió a llover. Y otra vez el sol... ¡Jopé, qué mareo de tiempo!

(La niña se acerca a la ventana y mira hacia el jardín.)

El cerezo está superbonito. ¿Te has fijado, Lucy? Es como si hubiera nevado sobre él.

(Inspira profundamente, cerrando los ojos.)

Hum... Huele de maravilla.

(Pausa.)

Lucy, ¿y a que no sabes lo que vi ayer en el cerezo?... Seguro que ni te lo imaginas...

(La niña mira a la muñeca, como esperando respuesta.)

¡Un colibrí! Un colibrí precioso.

(Se acerca a la muñeca.)

¿A ti, Lucy, cómo te gusta más el cerezo, así con las flores o cuando está lleno de cerezas ?

A mi me gusta más cuando tiene cerezas, porque con los ramilletes te puedes hacer pendientes. Además, las cerezas están riquísimas. Pero no las puedes comer cuando están calientes, porque luego te duele la barriguita.

(Se arrodilla junto a la muñeca y le acaricia la cara.)

Lucy: tienes cara de aburrida. ¿Quieres que juguemos a algo?

(Parece esperar respuesta.)

¿A qué podíamos jugar?

(Se queda pensativa unos instantes.)

¡Ya lo tengo!... Mira, jugaremos al juego de la playa. Es un juego muy divertido. Verás como nos lo pasamos chupi guay.

(Hace gesto de abanicarse.)

¡Que calor!... Y tu con chaqueta…

¿Nos la quitamos?

Venga: ¡una! ¡dos! y ¡tres! ¡chaqueta fuera!

(Le quita la chaquetilla que lleva puesta la muñeca.)

Espera..., antes de nada tenemos que hacer una cosa...

(Se levanta a cerrar las cortinas. Ligera pausa. Al volver, la niña se queda pensativa.)

Los colibríes no pueden volar contra el viento. ¿Sabes, Lucy? Por más que lo intenten, no pueden.

(Pausa)

Ahora los zapatos y los calcetines... : ¡A la de una!, ¡a la de dos! … ¡y a la de tres!

(Le quita los zapatos y los calcetines.)

¡Qué bien! ¡Qué guay! ¡Oh, que piececitos tan lindos...!

(Con parsimonia le acaricia los pies y se los besa. )

Y... Ta chan, ta chan...: señoras y señores, damas y caballeros : ¡la blusa !

(Le desabrocha los botones de la blusa.)

Un botón... otro botón....y... ¡el ultimo botón!

(Le quita la blusa, quedándose la muñeca vestida únicamente con la braguita.)

¡Que guapa esta mi niñita, que parece una sirenita!

(Pausa. La niña deja la muñeca en el suelo y se pone de pie.)

¿Sabes, Lucy, por qué los colibríes no pueden volar contra el viento? La respuesta está súper chupada. Piensa… Seguro que si piensas un poco, lo descubrirás.

(Pasea con los brazos cruzados esperando.)

¿Te rindes?

(Ligera pausa.)

Vale. Yo gano… Pues... ¿por qué va ser, Lucy?... ¡Jopé! Porque son tan pequeñitos que el viento se los lleva para cualquier parte.

( Se arrodilla ante la muñeca.)

¡Oh, mi amor, estás despeinada! Ven, ven que te peino…

(Busca por el suelo el cepillo de pelo de la muñeca y la peina con dulzura.)

Me gusta peinarte. Tienes un pelo tan sedoso... Parece el pelo de La Bella Durmiente.

(Pausa.)

Son muy bonitos los colibríes, ¿verdad, Lucy? ¿verdad que son bonitos?...

(Ligera pausa. La niña se levanta, dejando la muñeca en el suelo.)

Pero es triste ser un colibrí. Sí, muy triste. No puedes ir a donde quieras. No puedes… Da igual lo que hagas: siempre te llevará el viento. Siempre te tienes que dejar llevar por el viento…

(La niña se queda pensativa unos instantes, luego se arrodilla junto a la muñeca.)

Ahora estamos en la playa. Tú y yo solos en la playa. ¡Solos, Lucy! ¡Completamente solos! Y nos tumbamos en la arena…

(Recuesta la muñeca en el suelo y después lo hace ella, cerrando los ojos.)

Cerramos los ojos… ¿Sientes la brisa en la cara? ¿La sientes, Lucy? Y las olas…¿las oyes? ¡Que pasada!... ¿verdad que es una pasada, Lucy?

(ligera pausa. La mira. Se incorpora de súbito)

¡Eh, oye, oye!… no te vayas a dormir… No vale dormirse, nena, que aún tenemos que jugar al juego de las cosquillas. El juego de las cosquillas: ¡el juego más divertido del mundo!

Tú primero…, después yo… ¿vale?

(Se acuesta.) A la de una…, a la de dos… y la de tres: Cuando quieras ya puedes empezar a hacerme cosquillas. Verás como no me río ni una pizca…

(Se incorpora de forma súbita)

Si no… mejor… primero yo, y fíjate bien como lo hago para hacérmelas luego tú a mi ¿vale?

(Se sienta en el suelo junto a la muñeca.)

A ver como mi niña cierra esos ojitos tan lindos…

(Ligera pausa.)

¡Que cierres los ojos, caramba! Con los ojos abiertos no vale, se escapa la magia… ¡Tienes que cerrar los ojos, Lucy!

(persuasiva) Vamos, Lucy, que no tenemos toda la tarde…

(Se vuelve a levantar enojada.)

¡Muy bien! Bueno, pues si no los cierras se acabó el juego, y me enfado.

(Pasea con los brazos cruzados como esperando algo. Insiste en la persuasión)

¡Venga, Lucy! Por lo que más quieras: cierra los ojos. El juego tiene unas reglas. Y hay que respetarlas. Tener los ojos abiertos es hacer trampas, y no se puede hacer trampas. Es una cosa muy fea. Las niñas buenas no hacen trampas.

(Se arrodilla de nuevo junto a ella y le da un beso en la mejilla)

¡Oh, qué bien, que mi niña ha cerrado los ojitos!... ¡Así me gusta!... ¡Un besito para la niña mas bonita!...

Ahora tienes que aguantarte la risa. Nena, ¡superimportante! Aguantarse la risa. Si te ríes, pierdes.

(Le hace cosquillas a la muñeca.)

¡A ver si en los piececitos mi reina tiene cosquillitas!... ¡A ver, a ver!... ¡Caramba, pues parece que no tiene...!

¿Y detrás de las rodillas?...

Anda, pues tampoco… ¡Que valiente es mi reina, que no tiene cosquillas!...

Y ahora... y ahora... en las tetitas…

(Le acaricia con deleite los pechos.)

¿Te gusta, mi amor? ¿verdad que sí? ¡Oh, qué maravilla, estar los dos aquí solitos en medio de esta playa tan grande, oyendo las olas… y las gaviotas…, y la brisa en la cara!... ¡Que felices somos!... No hay nadie en el mundo más feliz que nosotros ¿No es cierto, mi amor?...

(Pausa, la niña se queda pensativa unos instantes con los ojos cerrados.)

¡No, no…! ¡Todavía no puedes abrir los ojos! El juego aún no ha terminado.

Mantén los ojitos cerrados, cariño, que ahora es cuando viene lo mejor…

(Se oye el ruido del motor de un coche. La niña se incorpora inmediatamente. Se acerca a la ventana.)

¡Maldita sea! ¡El coche de mamá!

(Zumbido del motor de una puerta de garaje.)

¡Se está abriendo la puerta del garaje! ¡Qué mala suerte!

¿Por qué te has tenido que adelantar, tonta? ¡Tonta! ¡Tonta! ¡Tonta! ¡Idiota! ¡Estúpida!

¡Esta imbécil siempre tiene que venir a tocar los cojones!...

Lucy, ahora tenemos que vestirnos rápido rápido. ¡Venga! Vamos, vamos... que no hay tiempo que perder...

(Viste la muñeca a toda prisa.)

Oye, Lucy, escúchame bien: de esto ni una palabra a nadie ¿Me oyes? ¡Ni una palabra! ¡A nadie! Y cuando digo a nadie es a nadie. A mamá tampoco ¿eh?...

Este es un secreto entre nosotros. ¿Recuerdas lo que dijimos de los secretos, y a dónde se llevan a los niños que no los guardan?...

Tienes que jurarlo. Dime que lo juras: ¿Lo juras? A ver, Lucy: levanta la mano y di conmigo:

¡Lo juro por el Niño Jesús!

TELÓN

Reseña: Emilio Coco, Teatro Spagnolo Contemporaneo. Vol. III.Edizioni dell’Orso, Alessandria, 2004.

Llega por fin a las librerías italianas el esperado tercer volumen de Teatro Spagnolo Contemporaneo, traducido y prologado por Emilio Coco. Conocido crítico, ensayista, traductor y poeta ha sido distinguido por el rey Juan Carlos I con el título de Comendador de la Orden de Alfonso X el Sabio. En efecto se debe a sus tres volúmenes, que presentan a los dramaturgos fundamentales de la segunda mitad del siglo XX, si en Italia se conoce el teatro español contemporáneo. Este tercer volumen está dedicado a la generación que se dio a conocer entre los años 80 y 90 como «Generación Bradomín», que debe su nombre al «Premio Marqués de Bradomín», creado para los jóvenes autores menores de treinta años. En su introducción general Emilio Coco pasa revista a las instituciones que hicieron posible la difusión de estas obras: el «Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas» dirigido por Guillermo Heras, la Muestra de Teatro Alternativo de Madrid, la Muestra de Teatro Contemporáneo de Alicante. Examina después las características comunes a esta generación que representa «el ritmo vertiginoso y descompuesto del mundo en que vivimos» y los maestros que la han influenciado. Subraya la abundante presencia de dramaturgas, señalando también nombres cuyas obras no están incluidas en el volumen. Algunas de las piezas traducidas comparten la discontinuidad de tiempo y lugar, la aparición de personajes que, aun abstractos, siempre tienen relación con la realidad del mundo de hoy. Cada una está precedida por una introducción informativa sobre la personalidad del autor y su trayectoria productiva, así como noticias del estreno, si lo hubo, o de sus lecturas dramatizadas. La traducción es ajustada, meticulosa, clara y muy cuidada.

Los autores seleccionados se suceden en orden alfabético y el primero es Antonio Álamo. En la obra que aquí se traduce, Pasos, los protagonistas son cucarachas que luchan

para salvar su vida cuando Nuria quiere matarlas, resultando ridículas las incomprensiones entre madre e hija frente a la angustia de los dos insectos. Siempre con fantasía e imaginación, trata el horror a través de la poesía y de la metáfora, rechazando el realismo. Así era también en Losenfermos, que hemos tenido ocasión de ver, donde nos presenta con saracasmo a tres jefes de estado, especímenes terminales, resaltando los juegos crueles del poder para perpetuarse.

Sigue La construcción de la catedral de Luís Araujo que abunda en «el abuso de poder con sus mecanismos y sus perversiones» tema central de otra obra del mismo autor: Vanzetti. En la pieza aquí incluida el rey se preocupa de la construcción de una catedral para inmortalizarse ante la historia.

De Ernesto Caballero se ha seleccionado Auto donde, por un accidente de automóvil, se encuentran en una sala cuatro personajes de clase media sin saber a quién o qué esperan. El título de la obra anticipa ya la ambigüedad dominante y por sus conversaciones conocemos «sus escondidas y sorprendentes relaciones, sus pasiones y frustraciones, sus secretos inconfesables y sus miserias interiores». Conocido director, hemos admirado montajes suyos como Destino desierto y El rey negro, de Ignacio del Moral, y Santiago (de Cuba) y cierra España, siendo también el autor de esta última.

José Ramón Fernández ha ganado en 2003 el Premio Lope de Vega por Nina, que desgraciadamente no hemos visto todavía en las tablas, y es coautor, con Yolanda Pallín y Javier G. Yague, de La trilogía de la juventud, uno de los más importantes éxitos teatrales de estos años, donde se examina la juventud española desde la posguerra hasta nuestros días. Emilio Coco traduce otra interesantísima obra suya Para quemar la memoria en la que se critica ásperamente la sociedad contemporánea dominada por la cultura del dinero a través de la historia de Alberto Monte, dueño de una empresa de construcciones en dificultades. El sistema económico y social en descomposición está expresado

metafóricamente por un núcleo familiar, cargado de conflictos, que camina impotente hacia su propia destrucción.

De Raúl Hernández Garrido, autor de Los malditos y de otras interesantes obras, Emilio Coco traduce Los engranajes,dramatización de un suceso acaecido en Rusia después de la Perestrojka. El autor no quiere escribir un teatro documento sino más bien «indagar en la vida de los personajes, protagonistas de un macabro hecho de sangre, para preguntarse las razones de la conducta humana y constatar como un cúmulo de circunstancias nos obliga a veces a tomar decisiones que pueden parecer sin sentido».

De Juan Mayorga Emilio Coco incluye Cartas de amor a Stalin, historia del gran dramaturgo ruso Michail Bulgakov al cual fue prohibido representar sus obras, lo que le conduce a una situación de grave depresión con alucinaciones en las que se le aparece Stalin. La figura interesó al autor sobre todo por la oportunidad de analizar la relación entre el intelectual y el poder y de presentar el desvalimiento del individuo frente a él. La tensión reside en la incompatibilidad entre la necesidad de afirmación del yo del creador y la negación del individuo a favor de la clase, propia del marxismo-leninismo. Mayorga ha construido el protagonista estudiando muchos documentos pero evitando el historicismo. También trata así la historia en otras obras suyas: Siete hombres buenos, El jardín quemado, El sueño de Ginebra, etc. En esta traducción se nota la habilidad de Emilio Coco ante una prosa culta, rica, llena de imágenes sugestivas al servicio de un diálogo conceptual.

Con La mirada del hombre oscuro Ignacio del Moral se enfrenta «con el problema de la emigración africana en España» y se inspira en una foto de periódico de los cadáveres de dos emigrantes. El superviviente se encuentra con una familia española «y es el portador de un mensaje antirracista frente a la incomprensión del hombre blanco que encarna todos los miedos y prejuicios de una sociedad ignorante soberbia y vacía».

Antonio Onetti es dramaturgo, director teatral, fundador y director de la Escuela de Escritura Dramática y del Instituto del Teatro de Sevilla, su ciudad natal. Toda su producción se ocupa de los problemas sociales y sus obras nos presentan ladronzuelos, prostitutas, parados, delincuentes y drogadictos encontrados en su Sevilla. El traductor ha escogido La puñalá, una pieza breve donde un homosexual termina apuñalando absurdamente a un travesti.

Hemos admirado a Borja Ortiz de Gondra por haber sido uno de los pocos que ha tratado abiertamente el tema del terrorismo vasco en Del otro lado, donde analiza sus efectos en la gente normal. Hace una fuerte exhortación a mirar las cosas de frente y a hablar claro. Recogiendo las constantes típicas del autor, Emilio Coco traduce Mane, Thecel, Pharesdonde «la violencia, el racismo, la colonización y el derecho a la diversidad son tratados con un lenguaje áspero y poético al mismo tiempo. La mezcla de escenas de duro y truculento realismo y de momentos de alta poesía constituye el mayor mérito de la obra».

Yolanda Pallín, coautora de La trilogía de la juventud y conocida también por haber obtenido el «Premio María Teresa León» en 1995 por Los restos de la noche, es autora de Lista negra, la obra seleccionada por Emilio Coco. Se trata de una historia de marginación que presenta varios aspectos de una sola realidad: la violencia dura y salvaje, irracional y gratuita que permea todos los actos, mientras la sociedad permanece indiferente. Los diálogos entrecortados, sin signos de puntuación, un lenguaje irregular, fragmentado, turbio como la personalidad de quien lo habla, subrayan la situación trágica.

El tema de la última obra de Itziar Pascual, Pared, que acaba de aparecer en «Primer Acto» n.306, es de gran actualidad: la violencia sobre la mujer, ya tratada en el teatro (Ella se va, de Jerónimo López Mozo) y en el cine (Tedoy mis ojos, de Iciar Bollaín) pero denunciada ahora de forma poética en búsqueda de un medio para dar la palabra a aquellas mujeres amordazadas. Emilio Coco traduce

Miauless donde el gato protagonista, recogido por una niña rica, descubre que una vida confortable tiene el precio supremo de la libertad y decide finalmente escapar.

Concluye el volumen Amado mío o La emoción artificialde Pedro Víllora, que pone casi siempre su atención en la familia (La misma historia, Las cosas perras, El eclipse de un Dios, etc.), como microcosmos de los conflictos y tensiones del mundo, simbolizando en el incesto la crisis que hoy sufre. Así es en la obra escogida, que presenta una casa rica en absoluta decadencia moral, expresada en pasiones sexuales llevadas al extremo. Por encima de tanta degradación brilla Inma, la nieta, personaje extraordinario que tiene premoniciones. Los abundantes cultismos, citaciones y nombres significativos, desafían la habilidad del traductor que vuelve a superar ampliamente la prueba.

Al final Emilio Coco presenta una breve selección de bibliografía consultada y la relación de las ediciones que ha utilizado para la traducción.

Magda Ruggeri Marchetti

Ariadna de Marina Tsvietáieva: dramaturgia para un desahucio

Mi Ariadna albergará un nuevo tacto…

Según el mito, el rey Minos de Creta mandó construir al ingeniero Dédalo un laberinto en el que poder encerrar al minotauro; éste sería alimentado cada nueve años por siete jóvenes y siete doncellas atenienses como estricta condición para la paz entre las dos ciudades del Egeo. Este tributo fue impuesto por Minos tras invadir Atenas por el asesinato de su hijo Androgeo que al salir victorioso en los juegos panatenienses, encendió la ira del pueblo rival. Pero en el tercer tributo, Teseo, hijo del rey Egeo de Atenas, se ofrece como parte de tal empresa para dar muerte al temible minotauro. Ariadna, hija del rey Minos, al ver a Teseo se enamora de él y le entrega una espada mágica y un ovillo de hilo dorado cuyo extremo será sujeto por ella desde la

entrada del laberinto para así poder asegurar el retorno de Teseo. Ariadna huye con él quien la abandona en la isla de Naxos.

La trascendencia de esta leyenda no se debe únicamente al magistral uso que hace de la traición (elemento constante en la mitología), o al modo con el que la causalidad aturde a los personajes y avasalla la linealidad de la historia; sino que parte de esta relevancia se debe a la interpretación que hizo Nietzsche de este mito para conformar la idea del eternoretorno.

Sin embargo, para algunos, el mito de Ariadna es mucho más que una parte integrante de una teoría filosófica, una pretensión intelectual o un relato de extraordinaria belleza. Para algunos, como la escritora rusa Marina Tsvietáieva, amante sin igual de la Grecia antigua, la tragedia de Ariadna es reflejo de su propia existencia, el discurso solitario y doloroso que supone estar vivo y continua búsqueda de ese fin definitivo para el que hemos sido creados.

Ariadna constituye la primera pieza de lo que hubiese sido su trilogía trágica (Tsvietáieva fue la primera escritora en abordar una trilogía de corte clásico) que comenzó a escribir en Praga en 1924. Puso fin a su vida en 1941 dejando por escribir la tercera pieza, Helena. Entre ambas se sitúa Fedra que escribió en París en 1927. Pero Ariadnasuponía más que un simple título para Tsvietáieva: Ariadna es el nombre de su primera hija. La trayectoria literaria de esta autora destaca precisamente por ese ensamblaje, férreo y delicado a la vez, entre su vida y su legado. Y es que la vida de Marina Tsvietáieva reside en sus palabras, en sus versos, escribe de lo que vive, y su lectura nos conduce a un estado de incertidumbre en el cual no logramos adivinar cuándo habla la mujer y cuándo la escritora. Su vida (o su obra…) se caracterizó por la presencia del dilema, concepto de envergadura griega, la frustración, la soledad, por el rechazó a la revolución de 1917 y el exilio que duró casi veinte años. Fue testigo del desahucio ruso.

Tsvietáieva dibuja una nueva Ariadna, tal vez con la esperanza de ver en su personaje una parte de ella misma

que no terminaba de fraguar; o tal vez, albergó en su heroína, la esperanza de una vida distinta para su hija. La mujer que ofrece el mito clásico es inconsciente de la traición y se deja manipular por unos sentimientos que se le antojan reales. La Ariadna de Tsvietáieva, conoce su traición y sabe que va a ser traicionada, y es ahí dónde alberga todo su coraje y valentía, y se dispone a amar con la libertad que otorga el conocimiento de lo certero. En el extraordinario juego agónico del protagonista-antagonista, aparece un Teseo dubitativo y cobarde, temeroso de todo dilema. Mentiroso. Pero lo que es aún más importante, Tsvietáieva, rompe con el hilo de la moralidad.

Teseo: Sólo un poder tengo: mi pasión.

Ariadna: Tu pasión la depondrás. Convertirme en paloma tuya me horroriza. ¡Con mayor precisión que una mordedura de serpiente, que a mí me dejará este hombre!...

Y es que los versos con los que está escrita la obra, refuerzan lo mencionado: la intensidad de la tragedia se fundamenta en su juego fónico, las palabras se desestructuran, rompe los esquemas lingüísticos, los maltrata; aliteraciones, adulteración de acentos, repetición de fonemas,… crea el poema trágico.

Tal vez la historia, como ocurrió con muchos autores clásicos, sepa conceder la importancia que merece esta obra de incuestionable dramatismo. Tsvietáieva sólo quiso vivir, y vivir, sin duda, es escribir. Ella fue palabras, ahora nos toca recibirlas.

Cristina Consuegra

Gravitaciones teatrales (Miami: Baquiana, 2002), de Maricel Mayor Marsán. Prólogo de Odette Alonso.

Esta primera muestra de seis piezas breves o en un acto de Maricel Mayor Marsán [MMM], nacida en Santiago de Cuba en 1952 y residente actualmente en Miami, Florida, nos presenta a la autora manejando tres técnicas diferentes en la propuesta escénica de sus temas: la primera técnica se nutre del teatro del absurdo (“Análisis de madurez”); la segunda, del auto medieval pero no por su religiosidad sino por su sentido claramente didáctico o moralizante y el carácter alegórico de sus personajes y sus fábulas (“El plan de las aguas” y “La roca”);29 mientras que la tercera técnica se corresponde con lo que Bertold Brecht definió como “realismo sintético” (“Lazos que atan…” y los monólogos “Las muchachas decentes…” y “Testimonio de mis días”). Curiosamente las tres técnicas dramáticas empleadas por MMM guardan coherencia con el tema.

Como en mucha producción literaria del siglo XX, la autora presenta en “Análisis” su crítica al tema social de la burocracia utilizando una técnica absurdista apoyada en una visión kafkiana de la realidad. Como José K. en El proceso y El castillo, de Kafka, MMM utilizará el patronímico de su protagonista, un ser promedio llamado Juan Augusto García López, “para alegorizar la mutilación del individuo”30 en cualquier sociedad post-industrial, no obstante la ubicación de la pieza en “una agencia gubernamental de cualquier ciudad de los Estados Unidos” (14). Del absurdo toma MMM su forma apropiadamente abstracta, crítica y humorística.

Siguiendo esas preocupaciones de alcance transpersonal o macrocósmico, MMM escoge la forma alegórica de acciones y personajes tales como Aire, Mar, Tierra, Obrero,

29 Este vínculo con el auto medieval es tratado por Leonardo Fernández Marcané, “La obra dramática de Maricel Mayor Marsán,” Revista Literaria Baquiana (2002-2003), pp. 141-146. 30 Martha García, Reseña de Gravitaciones teatrales, en Jesús G. Maestro et al., eds. Elteatro de Miguel de Cervantes: ante el IV Centenario de la edición del Quijote(Pontevedra: Mirabel, 2003), pp. 536-538.

Poeta y Estudiante bien sea para su reclamo ecológico en la pieza “El plan” la cual tendría como público ideal a niños y adolescentes , como para su denuncia de las egoístas prisiones ideológicas en que viven los diferentes sectores sociales, en la pieza “La roca”, cuyo público ideal podrían ser los estudiantes universitarios y preuniversitarios. Esta pieza, en particular, resemantiza, además, el ya universal mito platónico de la caverna: la sociedad humana como una caverna tapada con una roca que la inarmonía social no logra remover.

La mencionada técnica realista sintética es usada por MMM en las tres últimas piezas del libro. En estas, la autora necesita crear personajes altamente individualizados sicológica y tempo-espacialmente. El énfasis desindividualizador característico de las otras dos técnicas no procede, pues, al tema e intención de estas tres piezas: la constante lucha de la mujer por mantener, como apunta Odette Alonso en su prólogo al libro, “su dignidad humana en medio de los embates que caracterizan al microcosmos familiar” (11).

Como también señala Alonso, estas tres obras exhiben cierta “continuidad” (11): están interconectadas por la figura de una mujer en tres momentos claves de su vida. Pero dicho vínculo lo establece el lector/espectador, ya que las piezas son independientes entre sí o autosuficientes, aunque también podría pensarse en la posibilidad de considerarlas como un solo texto en tres actos, de cierta forma fragmentario o elíptico, y protagonizado por una misma actriz. La elipsis entre estos supuestos tres actos se correspondería perfectamente con la técnica del realismo sintético que, en mi opinión, da el tono más eficaz de este libro y que, consecuentemente, siento como el más pertinente a la voz dramática de la autora. En “Lazos”, “Las muchachas” y “Testimonio”, MMM no diluye su trama con explicaciones o detalles que, aunque lógicos, resulten ser lugares comunes innecesarios, sino que logra una eficaz potencia de convicción en el lector/espectador mediante la síntesis y la elipsis. Sabe la autora que, en numerosas sociedades actuales, muchos conflictos expresados por la

protagonista femenina de estas tres piezas, tales como la condición de ser o sentirse “sándwich” entre diferentes generaciones y las complejas relaciones materno-filiales, no son asunto exclusivamente pertinente a la mujer sino a la familia toda, pero sin dudas la mujer experimenta dichos conflictos desde una especificidad que nunca es descuidada sino hábilmente presentada por MMM.

Concluyo así que las tres primeras piezas presentan explícitamente sujetos y circunstancias universales, mientras que las tres últimas buscan su universalidad a través de sujetos altamente individualizados. Es en estas últimas, además, donde la autora vierte un componente testimonial referido tanto a la experiencia cubana en los Estados Unidos durante el período posrevolucionario (es decir, a partir de 1959), como a la experiencia cotidiana de la mujer en tanto que madre, esposa e hija.

Estas seis piezas breves, de técnicas abstractas unas y realistas otras, se caracterizan, además, por un despojamiento escénico y una concentración en el discurso verbal y corporal que las hacen muy factibles de ser representadas escénicamente por grupos de escasos recursos materiales, que no de talento creativo. El accesible y sintético lenguaje de las piezas, así como la brevedad de las mismas, permiten incluso promover entre los diferentes públicos antes mencionados, después de cada representación, el debate sobre temas de fuerte “gravitación” actual sobre la sociedad y los individuos. De ahí el título general del libro: sea cual fuere la técnica empleada, el teatro de MMM no oculta su imantación en la realidad social contemporánea, sino que constituye un alerta que enfrenta críticamente al individuo, tanto en forma de personaje como en forma de lector/espectador, con su “cotidianeidad”, sin imponerle respuestas, según afirma Humberto López Cruz.31

Jesús J. Barquet

31 Humberto López Cruz, “Teatro y pasión: las gravitaciones de Maricel Mayor Marsán,” Horizontes 45.89 (2003): 127-138.

ÍNDICE

Obras:-EL LEGADO de AAlfonso Pascal Ros -EL CABALLERO de AAlfonso Pascal Ros -EL COLIBRÍ de Ignacio Rivas

Estudios: -Emilio Coco, Teatro Spagnolo Contemporaneo, por Magda Ruggeri Marchetti.-Ariadna de Marina Tsvietáieva: dramaturgia para un desahucio, por CCristina Consuegra.-Gravitaciones teatrales, de Maricel Mayor Marsán, por JJesús J. Barquet.

EL LEGADO

Alfonso Pascal Ros

PERSONAJES

Juglar Arzobispo de Burdeos MayoralInfanzón joven Infanzón segundo

El legado: Obra estrenada el 23 de julio de 2005 en la III Semana del Misterio de Obanos, Obanos (Navarra), con dirección de Javier del Cura.

7

ACTO ÚNICO

JUGLAR

(Llega el juglar ante la mesa donde se encuentran

sentados tres infanzones: uno de edad madura y reflexivo como

cabo o mayoral y dos sobrejunteros, uno de ellos joven y

exaltado, y el otro de mediana edad.)

Año de Nuestro Señor de 1264. Bajo el reinado del rey Teobaldo II, a instancias de este y fiel cumplidor de las órdenes del papa Urbano IV, el arzobispo de Burdeos llega a Obanos con el encargo bajo el brazo de disolver las Juntas de Infanzones o, caso de negarse, de excomulgar a sus miembros. Viene a cosa hecha, piensa: pisar Obanos, hacer oír la voz papal y vuelta a casa.

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Llegándose también hasta la mesa; solemne, con

movimientos seguros y consciente de su jerarquía y cometido.

Es orondo y de buen color.)

Como bien sabréis, bien advertidos ya de mi presencia, la voz del papa habla por mi boca. Mis órdenes son breves y de inmediato cumplimiento y en ellas no caben reticencias, excusas ni añadidos. Tal y como os lo digo y doy media vuelta, toda liga y corporación queda deshecha. Ni podéis ejercer justicia real, pues no sois reyes, ni responder por vuestra propia cuenta a un atropello ni ejecutar penas sin el consentimiento expreso de otros mucho más dignos que vosotros y autorizados para tales fines.

(Les arroja la orden sobre la mesa, gesto al que el

sobrejuntero más joven responde haciendo ademán de irse a

por la espada, volcando su silla. Su ímpetu es controlado por el

mayoral, que le obliga a sentarse, y toma la palabra.)

8

MAYORAL

(Levantándose parsimonioso y enfrentando su mirada a

la del legado papal.)

Señor arzobispo. Ha llegado hasta nuestra casa encontrando libres los caminos. No os ha molestado malhechor y le hemos acogido en nuestras tierras con la hospitalidad y dignidad que a su cargo corresponde. No ha habido parada donde no os hayan servido de comer y de beber, bien abundantemente como delata la redondez de vuestra cintura, que seguro le debe más a las codornices al vinagre, a los embutidos y pucherillos de barro con mantequillas y quesos que a las verduras y a las frutas. No habéis tenido que soltar moneda de la bolsa, que bien os abulta como veo, y no diría yo que no la habéis aumentado en los caminos entre siesta de canónigo y buen tinto, ni habéis tenido pleitos que...

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Cortándole a viva voz, irritadísimo.)

¡No tengo que seguir soportando más insolencia! ¡La Junta de Infanzones, y cuidad que no haga lo mismo con vuestra viperina lengua, pasa aquí y desde ahora inapelablemente a mejor vida! ¡He dicho y lo dicho es ley de obligado cumplimiento!

MAYORAL Lo que se hereda no se hurta.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Digo lo que he dicho!

MAYORAL A tiempo estamos aún de tener la fiesta en paz.

9

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Digo lo que he dicho!

MAYORAL Mucho os repetís.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Digo lo que he dicho!

MAYORAL Mucho decís entonces.

INFANZÓN JOVEN

(Echando otra vez mano a la espada, sin llegar a

sacarla, y volcando otra vez la silla al levantarse airado.)

¡Nadie en mi propia casa me dice lo que debo o no debo hacer y vive para contarlo! Si fueseis noble de espada, juro que yo os desafiaría ante cinco caballeros escogidos como mandan leyes.

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Retrocediendo unos pasos, pero tratando de mantenerse

digno.)

¿A quién no desafiaríais vos?

INFANZÓN JOVEN ¿A quién no excomulgaríais vos?

MAYORAL

(Al infanzón joven.)

Calma, amigo. Así no resolvemos nosotros nuestros asuntos.

10

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Al mayoral.)

Sospecho que preferís los servidores leales a los competentes.

INFANZÓN JOVEN

(Avanzando hacia el arzobispo.)

Os protegen vuestros hábitos.

ARZOBISPO DE BURDEOS Nada sana la arrogancia.

INFANZÓN JOVEN Me parece que a pocas almas sanáis vos si no es a la

vuestra.

INFANZÓN SEGUNDO

(Interponiéndose entre el infanzón más joven y el

arzobispo, que ha perdido la compostura y tiembla, y

dirigiéndose a este con voz firme.)

Señor arzobispo: Como infanzón hijo de infanzón que soy, he servido y según el Fuero lo he hecho bien. He asistido con caballo al rey los tres días preceptivos a mi costa y otros nueve a la suya, prestándole en batalla mi caballo como dicta disposición aunque quedase yo indefenso y cosido a lanzadas a costa de hierros enemigos, y no pidiéndole luego cuentas, caverías y soldadas que no me correspondiesen.

INFANZÓN JOVEN (Interponiéndose a su vez entre el segundo infanzón y el

arzobispo, haciendo recular a este.)

11

¡Yo, hijo de infanzón de abarca pero fiel, sí que se las protesté pero como quien oye llover, que aún espero sueldos de sanchetes que bien me merecí y el rey no me trata sino como a villano! Pero antes os digo que me veréis como mendigo que no se queja de puro fuerte que pasándole la mano por la espalda a un poderoso que no tiene más origen divino que el que yo tengo y aún ni de eso estoy seguro.

MAYORAL Nuestros procedimientos, señor arzobispo, se cumplen

escrupulosamente. Requerimos al delincuente a reparar el daño hecho o pida fiador que le avale en garantía antes de izar apellido y pasar a las mayores, lo que rey más de una vez no sabe hacer o se muestra incapaz de acometer, prefiriendo mercenarios que le descarguen del trabajo de perseguir y ordenar desórdenes.

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Palpándose las ropas, poniéndose digno.)

¿Cómo osáis pedir cuentas a la corona cuando habéis ahorcado a un tal Jordán y a sus tales hijos en Iza por robar un buey?

INFANZÓN JOVEN ¡Lo merecían!

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis pedir cuentas a la corona cuando habéis

destruido bienes y perseguido y cercado y dado muerte a ladrones y cuando en Vidaurreta hicisteis vista gorda mientras ardía un tal Ochoa en una pira con llamas que vosotros mismos subisteis del mismo infierno?

INFANZÓN JOVEN ¡Lo merecían!

12

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis pedir cuentas cuando usurpáis derechos

reales, os defendéis entre vosotros y os aprovecháis del derecho de asilo de vuestras casas, convertidas así en iglesias, para acoger en ellas a intrigantes? ¡Yo os acuso de rebeldes si la orden no se cumple de inmediato!

MAYORAL Las reuniones generales seguirán celebrándose con

vuestro consentimiento o sin él.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Tengo jurisdicción por donde piso!

MAYORAL Sólo Dios la tiene en todo y sobre todos.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¡Yo os acuso de rebeldes!

MAYORAL

(Con aplomo, como siempre, remarcando cada palabra.)

Señor arzobispo: Si nuestro buen rey don Sancho el Fuerte, a quien Dios tenga en la Gloria, levantase la cabeza, no habría Teobaldo o mitrado que me impidiera devolverle a Burdeos atado de pies y manos a un jumento de carreta. Recoja y llévese de aquí sus bríos y la convicción de que no hay soborno que el honor soborne, que no hay fidelidades sin afecto y bula que valga y que aunque sea en clandestino seguiremos defendiendo lo nuestro contra cualquier amenaza, venga de ricohombre o de contrafueros de rey.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

13

MAYORAL ¡Basta o preparamos el jumento!

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

MAYORAL ¡Callad!

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

MAYORAL Y dale.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

MAYORAL Por vuestro bien.

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

MAYORAL

(Al infanzón más joven.)

¡El burro más gordo, como corresponde a su excelencia!

ARZOBISPO DE BURDEOS ¿Cómo osáis...?

INFANZÓN JOVEN ¡Enfiladlo por campo yermo, donde no encuentre

recentales a los que hincar el diente!

14

INFANZÓN SEGUNDO Ni incauto a quien engañar.

ARZOBISPO DE BURDEOS

(Echa a correr por donde había venido, volviendo la

cabeza por si le siguen y perdiendo la bolsa en la carrera.)

¿Cómo osáis, cómo osáis...?

INFANZÓN SEGUNDO

(Dirigiéndose al público.)

¡Otra ronda de vino, posadero! ¡Esta a cuenta del francés!

(Cantan los tres infanzones, moviendo las jarras en el

aire.)

El cura que por ahí viene no viene como conviene, que viene como con vino.

15

EL CABALLERO

Alfonso Pascal Ros

PERSONAJES

Juglar MayoralDon Hurtado Sánchez, caballero Infanzón joven Infanzón segundo

ACTO ÚNICO

JUGLAR

(Llega el juglar ante la misma mesa anterior donde se

encuentran sentados los tres mismos infanzones: el de edad

madura como cabo o mayoral y los dos sobrejunteros, el joven

exaltado y el de mediana edad. De pie frente a ellos, el acusado

caballero don Hurtado Sánchez.)

Año de Nuestro Señor de 1270, último del reinado de Teobaldo II, muerto de disentería al regresar de la Cruzada de Túnez. La Junta de Infanzones convocada en Obanos decide sobre la suerte del caballero don Hurtado Sánchez, apresado en Otazu por infanzones por repetidos abusos en tierras de su propiedad.

MAYORAL

(Al caballero, que permanece altivo y desafiante.)

Vuestros abusos han sido diarios y extralimitada vuestra autoridad cuantas veces la habéis practicado contra los más débiles.

16

DON HURTADO SÁNCHEZ Abreviando. Mi tiempo es más valioso que el de toda

la Junta presente junta.

MAYORAL Los campesinos de vuestras tierras nos han

denunciado mil aberraciones cometidas por vos y que hemos comprobado y os hemos leído como corresponde, y no podemos menos que acusaros por ello. Vuestro patrimonio ha crecido en las espaldas de los más desfavorecidos. Su sangre ha regado vuestras cosechas y sus fatigas han reventado vuestra bolsa, tan grande es su peso.

DON HURTADO SÁNCHEZ Hasta ahora no veo de qué puedo apenarme.

INFANZÓN JOVEN

(Impaciente, levantándose y encarándose con el

caballero, hacia el que avanza amenazador.)

¡Dejémonos ya de palabrerías y que hablen hierros, que ricos sólo hay malos y peores. Los labradores nos lo agradecerán, que más que como Hurtado deberían haberle bautizado como Hurto.

INFANZÓN SEGUNDO

(Dirigiéndose al infanzón joven.)

Calma, amigo. Que no se diga que la Junta de Infanzones hace justicia sin conceder al acusado toda garantía.

DON HURTADO SÁNCHEZ

(Sosteniéndole la mirada al infanzón joven.)

17

¿Cómo osáis y en nombre de qué justicia podéis ajusticiar a caballero? Dudo que sepáis con quién estáis hablando y las consecuencias derivadas de vuestros actos. Un dedo que levante, sólo un dedo, y cien hombres de saetas os fulminarían como un rayo.

MAYORAL Cuidado, no os pesen las palabras.

DON HURTADO SÁNCHEZ No reconozco a este tribunal que no es del rey y es

sólo al rey a quien mi linaje sirve en cuantas batallas campales y asedios de castillos se le convoque. No reconozco a un tribunal al que recuerdo que sus miembros tampoco pagan pechas y están eximidos de satisfacer portazgos cuando atraviesan los caminos. De doble brazada de leña os aprovecháis y me pedís cuentas a mí de lo que hago en mi propia casa y mis dominios.

MAYORAL Cada uno en su casa tiene plena potestad, no seré yo

quien os lo niegue, pero Dios también en la de todos. Vuestros atropellos no tienen defensa por haberse perpetrado de puertas hacia dentro ni vuestros desmanes tienen comparanza. En vuestras heredades habéis apaleado a campesinos, les habéis dejado a media razón, muriendo de hambre más de tres, y habéis hecho oídos sordos a los llantos de sus mujeres, de las que gozasteis en placentería de más de cuatro por la fuerza y seguro que os hubiera gustado pecar más. Vuestro poder económico es tan grande como vuestra falta de conciencia, don Hurtado.

INFANZÓN JOVEN ¡Don Hurtado, no! ¡Don Hurto!

DON HURTADO SÁNCHEZ ¡Caballero don Hurtado Sánchez! ¡Sobre todo para

vos!

18

INFANZÓN JOVEN

(Sacando la espada.)

¡Vamos a ver si vuestra lengua se muestra tan altiva cuando esté paseando por el filo de mi espada!

DON HURTADO SÁNCHEZ No ha nacido de mujer ni nacerá el hombre que me

levante a mí una mano.

INFANZÓN JOVEN Y las dos si os place.

DON HURTADO SÁNCHEZ No ha nacido de mujer ni nacerá el hombre que a mí

me rete.

INFANZÓN JOVEN Vuestros esbirros lo mandarían por la espalda a criar

malvas y luego os apuntarían el tanto, que a cualquier cosa llamáis valentía y honor y duelo justo.

DON HURTADO SÁNCHEZ No ha nacido de mujer ni nacerá el hombre que a mí

me hable así.

INFANZÓN JOVEN Sólo os pido un minuto los dos a solas para comprobar

si guardáis algo de noble y hasta de hombre debajo de esos perfumes y de esos finos trajes...

DON HURTADO SÁNCHEZ Que vos nunca os podríais permitir.

INFANZÓN JOVEN Hombría no es saber usar así la lengua. Sólo un

minuto y os dejaría hecho un juanberinga.

19

DON HURTADO SÁNCHEZ Lástima no poder perder tiempo con vos.

INFANZÓN JOVEN Rico y rufián sois.

DON HURTADO SÁNCHEZ Y vos lenguaraz y mentecato.

INFANZÓN JOVEN Si señor sois, nada tenéis de señorío.

DON HURTADO SÁNCHEZ Y vos mucho de arrogante para tratar con hombre tan

ilustre.

INFANZÓN JOVEN Cuidad que no os grabe en vuestras distinguidas

posaderas el sello de la Junta.

DON HURTADO SÁNCHEZ Jugáis con fuego.

INFANZÓN JOVEN Más que jugaré.

DON HURTADO SÁNCHEZ No os vayáis a hacer encima aguas mayores.

INFANZÓN SEGUNDO

(Al infanzón joven.)

Calma, amigo. Que no se diga que la Junta de Infanzones hace justicia sin conceder al acusado toda garantía.

(Al caballero.)

20

¿Qué tenéis que alegar en vuestra defensa?

DON HURTADO SÁNCHEZ Ante hijodalgo de bragueta, nada. Mi honor y

dignidad de caballero están fuera de toda duda. Mi reputación no la cuestionan juntas ni de arcángeles, así que menos aún de quienes están fuera de consentimiento de rey.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Algo más que alegar en vuestra defensa?

DON HURTADO SÁNCHEZ Mi abolengo.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Nada más?

DON HURTADO SÁNCHEZ Mi venganza.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Nada más?

DON HURTADO SÁNCHEZ ¿Poco os parece? No me conocéis.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Nada más?

DON HURTADO SÁNCHEZ De nada me arrepiento.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de vaciar escudillas de comistrajos a los puercos

mientras niños de pecho se morían de hambre en vuestros herbales?

21

DON HURTADO SÁNCHEZ ¿Por qué debería hacerlo si les saco más rendimiento a

los cochinos? Un niño cuesta menos reemplazarlo y si es de buscona o villana apenas una sacudida.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de tirar de látigo y agravio más en carne humana

que en bestia sin disimular mayor atrocidad?

DON HURTADO SÁNCHEZ De eso menos que nada.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de conducta lasciva e indecorosa?

DON HURTADO SÁNCHEZ Ni del doble de lo hecho. Favor que las hacía.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de volver a engaños y a artimañas ventajistas de

vender puerca por puerco y de volver la paja con avena para aumentar vuestros dineros?

DON HURTADO SÁNCHEZ A pícaro no me ganáis.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de beneficiaros de prestamero y abusón?

DON HURTADO SÁNCHEZ Todo vale si sirve a mis negocios.

INFANZÓN SEGUNDO ¿Ni de no tener escrúpulos?

DON HURTADO SÁNCHEZ ¿Cómo si no alcanzar posición tan envidiada?

22

INFANZÓN SEGUNDO Por tonto de baba os tengo, pues, aunque por vuestras

despreocupadas respuestas os tengáis por lo contrario.

DON HURTADO SÁNCHEZ Todo vale si sirve a mis negocios.

INFANZÓN SEGUNDO

(Al mayoral.)

Díctese y cúmplase sentencia.

DON HURTADO SÁNCHEZ Díctese, sí, que tengo prisa y a un par de mozos de

cuadra que arrear por burlarme la pernada.

MAYORAL No tan deprisa. Ante lo irremediable de vuestros actos,

me puede el corazón y dejo que me pueda. Sean en contrapeso, pues, saqueadas vuestras propiedades e incendiadas vuestras haciendas, igual que habéis hecho daño y destrucción de quienes trabajaban para vos y que han sufrido dolor del más mortal de los mortales. Seguiréis preso mientras se cumple la sentencia a la vista de los que tuvisteis por esclavos.

INFANZÓN SEGUNDO ¡Cúmplase!

INFANZÓN JOVEN

(Dirigiéndose al público y guiñando un ojo.)

Si nuestro rey se entretiene en censos y contar fuegos, yo me entretendré en arrimar llama.

23

MAYORAL ¡Sea!

JUGLAR

(Cantando alrededor del caballero mientras los

infanzones se lo llevan preso.)

Don Hurtado, caballero, que abusó, vejó y hurtó, de justicia de infanzón no le libran sus dineros.

24

EL COLIBRÍ

Ignacio Rivas

PERSONAJES:

Una niña

ESCENA ÚNICA

(Sala de estar del chalet de una familia de clase media

acomodada, situado a las afueras de una ciudad. Al fondo hay

una ventana grande que da a un jardín por la que entra

mucha claridad. En el suelo hay una muñeca vestida con ropa

de vivos colores, y, repartidos de forma desordenada, diversos

complementos de muñecas: un peine, un cepillo de pelo, un

espejo de mano, varios rulos, etc.)

LA NIÑA

¡Qué calor!... Hace un rato llovió. Luego salió el sol. Después volvió

a llover. Y otra vez el sol... ¡Jopé, qué mareo de tiempo!

(La niña se acerca a la ventana y mira hacia el jardín.)

El cerezo está superbonito. ¿Te has fijado, Lucy? Es como si hubiera nevado sobre él.

(Inspira profundamente, cerrando los ojos.)

Hum... Huele de maravilla.

(Pausa.)

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Lucy, ¿y a que no sabes lo que vi ayer en el cerezo?... Seguro que ni te lo imaginas...

(La niña mira a la muñeca, como esperando respuesta.)

¡Un colibrí! Un colibrí precioso.

(Se acerca a la muñeca.)

¿A ti, Lucy, cómo te gusta más el cerezo, así con las flores o cuando está lleno de cerezas ?

A mi me gusta más cuando tiene cerezas, porque con los ramilletes te puedes hacer pendientes. Además, las cerezas están riquísimas. Pero no las puedes comer cuando están calientes, porque luego te duele la barriguita.

(Se arrodilla junto a la muñeca y le acaricia la cara.)

Lucy: tienes cara de aburrida. ¿Quieres que juguemos a algo?

(Parece esperar respuesta.)

¿A qué podíamos jugar?

(Se queda pensativa unos instantes.)

¡Ya lo tengo!... Mira, jugaremos al juego de la playa. Es un juego muy divertido. Verás como nos lo pasamos chupi guay.

(Hace gesto de abanicarse.)

¡Qué calor!... Y tú con chaqueta…

¿Nos la quitamos?

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Venga: ¡una! ¡dos! y ¡tres! ¡chaqueta fuera!

(Le quita la chaquetilla que lleva puesta la muñeca.)

Espera..., antes de nada tenemos que hacer una cosa...

(Se levanta a cerrar las cortinas. Ligera pausa. Al volver,

la niña se queda pensativa.)

Los colibríes no pueden volar contra el viento. ¿Sabes, Lucy? Por más que lo intenten, no pueden.

(Pausa)

Ahora los zapatos y los calcetines... : ¡A la de una!, ¡a la de dos! … ¡y a la de tres!

(Le quita los zapatos y los calcetines.)

¡Qué bien! ¡Qué guay! ¡Oh, qué piececitos tan lindos...!

(Con parsimonia le acaricia los pies y se los besa. )

Y... Ta chan, ta chan...: señoras y señores, damas y caballeros : ¡la blusa!

(Le desabrocha los botones de la blusa.)

Un botón... otro botón....y... ¡el último botón!

(Le quita la blusa, quedándose la muñeca vestida

únicamente con la braguita.)

¡Qué guapa está mi niñita, que parece una sirenita!

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(Pausa. La niña deja la muñeca en el suelo y se pone de

pie.)

¿Sabes, Lucy, por qué los colibríes no pueden volar contra el viento? La respuesta está súper chupada. Piensa… Seguro que si piensas un poco, lo descubrirás.

(Pasea con los brazos cruzados esperando.)

¿Te rindes?

(Ligera pausa.)

Vale. Yo gano… Pues... ¿por qué va ser, Lucy?... ¡Jopé! Porque son tan pequeñitos que el viento se los lleva para cualquier parte.

( Se arrodilla ante la muñeca.)

¡Oh, mi amor, estás despeinada! Ven, ven que te peino…

(Busca por el suelo el cepillo de pelo de la muñeca y la

peina con dulzura.)

Me gusta peinarte. Tienes un pelo tan sedoso... Parece el pelo de La Bella Durmiente.

(Pausa.)

Son muy bonitos los colibríes, ¿verdad, Lucy? ¿verdad que son bonitos?...

(Ligera pausa. La niña se levanta, dejando la muñeca

en el suelo.)

Pero es triste ser un colibrí. Sí, muy triste. No puedes ir a donde quieras. No puedes… Da igual lo que hagas:

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siempre te llevará el viento. Siempre te tienes que dejar llevar por el viento…

(La niña se queda pensativa unos instantes, luego se

arrodilla junto a la muñeca.)

Ahora estamos en la playa. Tú y yo solos en la playa. ¡Solos, Lucy! ¡Completamente solos! Y nos tumbamos en la arena…

(Recuesta la muñeca en el suelo y después lo hace ella,

cerrando los ojos.)

Cerramos los ojos… ¿Sientes la brisa en la cara? ¿La sientes, Lucy? Y las olas…¿las oyes? ¡Qué pasada!... ¿verdad que es una pasada, Lucy?

(ligera pausa. La mira. Se incorpora de súbito.)

¡Eh, oye, oye!… no te vayas a dormir… No vale dormirse, nena, que aún tenemos que jugar al juego de las cosquillas. El juego de las cosquillas: ¡el juego más divertido del mundo!

Tú primero…, después yo… ¿vale?

(Se acuesta.)

A la de una…, a la de dos… y la de tres: Cuando quieras ya puedes empezar a hacerme cosquillas. Verás como no me río ni una pizca…

(Se incorpora de forma súbita.)

Si no… mejor… primero yo, y fíjate bien cómo lo hago para hacérmelas luego tú a mi ¿vale?

(Se sienta en el suelo junto a la muñeca.)

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A ver cómo mi niña cierra esos ojitos tan lindos…

(Ligera pausa.)

¡Que cierres los ojos, caramba! Con los ojos abiertos no vale, se escapa la magia… ¡Tienes que cerrar los ojos, Lucy!

(persuasiva) Vamos, Lucy, que no tenemos toda la tarde…

(Se vuelve a levantar enojada.)

¡Muy bien! Bueno, pues si no los cierras se acabó el juego, y me enfado.

(Pasea con los brazos cruzados como esperando algo.

Insiste en la persuasión)

¡Venga, Lucy! Por lo que más quieras: cierra los ojos. El juego tiene unas reglas. Y hay que respetarlas. Tener los ojos abiertos es hacer trampas, y no se puede hacer trampas. Es una cosa muy fea. Las niñas buenas no hacen trampas.

(Se arrodilla de nuevo junto a ella y le da un beso en la

mejilla)

¡Oh, qué bien, que mi niña ha cerrado los ojitos!... ¡Así me gusta!... ¡Un besito para la niña mas bonita!...

Ahora tienes que aguantarte la risa. Nena, ¡superimportante! Aguantarse la risa. Si te ríes, pierdes.

(Le hace cosquillas a la muñeca.)

¡A ver si en los piececitos mi reina tiene cosquillitas!... ¡A ver, a ver!... ¡Caramba, pues parece que no tiene...!

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¿Y detrás de las rodillas?...

Anda, pues tampoco… ¡Qué valiente es mi reina, que no tiene cosquillas!...

Y ahora... y ahora... en las tetitas…

(Le acaricia con deleite los pechos.)

¿Te gusta, mi amor? ¿Verdad que sí? ¡Oh, qué maravilla, estar los dos aquí solitos en medio de esta playa tan grande, oyendo las olas… y las gaviotas…, y la brisa en la cara!... ¡Qué felices somos!... No hay nadie en el mundo más feliz que nosotros ¿No es cierto, mi amor?...

(Pausa, la niña se queda pensativa unos instantes con

los ojos cerrados.)

¡No, no…! ¡Todavía no puedes abrir los ojos! El juego aún no ha terminado.

Mantén los ojitos cerrados, cariño, que ahora es cuando viene lo mejor…

(Se oye el ruido del motor de un coche. La niña se

incorpora inmediatamente. Se acerca a la ventana.)

¡Maldita sea! ¡El coche de mamá!

(Zumbido del motor de una puerta de garaje.)

¡Se está abriendo la puerta del garaje! ¡Qué mala suerte!

¿Por qué te has tenido que adelantar, tonta? ¡Tonta! ¡Tonta! ¡Tonta! ¡Idiota! ¡Estúpida!

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¡Esta imbécil siempre tiene que venir a tocar los cojones!...

Lucy, ahora tenemos que vestirnos rápido rápido. ¡Venga! Vamos, vamos... que no hay tiempo que perder...

(Viste la muñeca a toda prisa.)

Oye, Lucy, escúchame bien: de esto ni una palabra a nadie ¿Me oyes? ¡Ni una palabra! ¡A nadie! Y cuando digo a nadie es a nadie. A mamá tampoco ¿eh?...

Este es un secreto entre nosotros. ¿Recuerdas lo que dijimos de los secretos, y a dónde se llevan a los niños que no los guardan?...

Tienes que jurarlo. Dime que lo juras: ¿Lo juras? A ver, Lucy: levanta la mano y di conmigo:

¡Lo juro por el Niño Jesús!

TELÓN

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Reseña: Emilio Coco, Teatro Spagnolo Contemporaneo. Vol. III. Edizioni dell’Orso, Alessandria, 2004.

Llega por fin a las librerías italianas el esperado tercer volumen de Teatro Spagnolo Contemporaneo, traducido y prologado por Emilio Coco. Conocido crítico, ensayista, traductor y poeta ha sido distinguido por el rey Juan Carlos I con el título de Comendador de la Orden de Alfonso X el Sabio. En efecto se debe a sus tres volúmenes, que presentan a los dramaturgos fundamentales de la segunda mitad del siglo XX, si en Italia se conoce el teatro español contemporáneo. Este tercer volumen está dedicado a la generación que se dio a conocer entre los años 80 y 90 como «Generación Bradomín», que debe su nombre al «Premio Marqués de Bradomín», creado para los jóvenes autores menores de treinta años. En su introducción general Emilio Coco pasa revista a las instituciones que hicieron posible la difusión de estas obras: el «Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas» dirigido por Guillermo Heras, la Muestra de Teatro Alternativo de Madrid, la Muestra de Teatro Contemporáneo de Alicante. Examina después las características comunes a esta generación que representa «el ritmo vertiginoso y descompuesto del mundo en que vivimos» y los maestros que la han influenciado. Subraya la abundante presencia de dramaturgas, señalando también nombres cuyas obras no están incluidas en el volumen. Algunas de las piezas traducidas comparten la discontinuidad de tiempo y lugar, la aparición de personajes que, aun abstractos, siempre tienen relación con la realidad del mundo de hoy. Cada una está precedida por una introducción informativa sobre la personalidad del autor y su trayectoria productiva, así como noticias del estreno, si lo hubo, o de sus lecturas dramatizadas. La traducción es ajustada, meticulosa, clara y muy cuidada.

Los autores seleccionados se suceden en orden alfabético y el primero es Antonio Álamo. En la obra que aquí se traduce, Pasos, los protagonistas son cucarachas que luchan

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para salvar su vida cuando Nuria quiere matarlas, resultando ridículas las incomprensiones entre madre e hija frente a la angustia de los dos insectos. Siempre con fantasía e imaginación, trata el horror a través de la poesía y de la metáfora, rechazando el realismo. Así era también en Los

enfermos, que hemos tenido ocasión de ver, donde nos presenta con saracasmo a tres jefes de estado, especímenes terminales, resaltando los juegos crueles del poder para perpetuarse.

Sigue La construcción de la catedral de Luis Araujo que abunda en «el abuso de poder con sus mecanismos y sus perversiones» tema central de otra obra del mismo autor: Vanzetti. En la pieza aquí incluida el rey se preocupa de la construcción de una catedral para inmortalizarse ante la historia.

De Ernesto Caballero se ha seleccionado Auto donde, por un accidente de automóvil, se encuentran en una sala cuatro personajes de clase media sin saber a quién o qué esperan. El título de la obra anticipa ya la ambigüedad dominante y por sus conversaciones conocemos «sus escondidas y sorprendentes relaciones, sus pasiones y frustraciones, sus secretos inconfesables y sus miserias interiores». Conocido director, hemos admirado montajes suyos como Destino

desierto y El rey negro, de Ignacio del Moral, y Santiago (de

Cuba) y cierra España, siendo también el autor de esta última.

José Ramón Fernández ha ganado en 2003 el Premio Lope de Vega por Nina, que desgraciadamente no hemos visto todavía en las tablas, y es coautor, con Yolanda Pallín y Javier G. Yague, de La trilogía de la juventud, uno de los más importantes éxitos teatrales de estos años, donde se examina la juventud española desde la posguerra hasta nuestros días. Emilio Coco traduce otra interesantísima obra suya Para

quemar la memoria en la que se critica ásperamente la sociedad contemporánea dominada por la cultura del dinero a través de la historia de Alberto Monte, dueño de una empresa de construcciones en dificultades. El sistema económico y social en descomposición está expresado

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metafóricamente por un núcleo familiar, cargado de conflictos, que camina impotente hacia su propia destrucción.

De Raúl Hernández Garrido, autor de Los malditos y de otras interesantes obras, Emilio Coco traduce Los engranajes,dramatización de un suceso acaecido en Rusia después de la Perestrojka. El autor no quiere escribir un teatro documento sino más bien «indagar en la vida de los personajes, protagonistas de un macabro hecho de sangre, para preguntarse las razones de la conducta humana y constatar como un cúmulo de circunstancias nos obliga a veces a tomar decisiones que pueden parecer sin sentido».

De Juan Mayorga Emilio Coco incluye Cartas de amor a

Stalin, historia del gran dramaturgo ruso Michail Bulgakov al cual fue prohibido representar sus obras, lo que le conduce a una situación de grave depresión con alucinaciones en las que se le aparece Stalin. La figura interesó al autor sobre todo por la oportunidad de analizar la relación entre el intelectual y el poder y de presentar el desvalimiento del individuo frente a él. La tensión reside en la incompatibilidad entre la necesidad de afirmación del yo del creador y la negación del individuo a favor de la clase, propia del marxismo-leninismo. Mayorga ha construido el protagonista estudiando muchos documentos pero evitando el historicismo. También trata así la historia en otras obras suyas: Siete hombres buenos, El jardín quemado, El sueño de

Ginebra, etc. En esta traducción se nota la habilidad de Emilio Coco ante una prosa culta, rica, llena de imágenes sugestivas al servicio de un diálogo conceptual.

Con La mirada del hombre oscuro Ignacio del Moral se enfrenta «con el problema de la emigración africana en España» y se inspira en una foto de periódico de los cadáveres de dos emigrantes. El superviviente se encuentra con una familia española «y es el portador de un mensaje antirracista frente a la incomprensión del hombre blanco que encarna todos los miedos y prejuicios de una sociedad ignorante soberbia y vacía».

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Antonio Onetti es dramaturgo, director teatral, fundador y director de la Escuela de Escritura Dramática y del Instituto del Teatro de Sevilla, su ciudad natal. Toda su producción se ocupa de los problemas sociales y sus obras nos presentan ladronzuelos, prostitutas, parados, delincuentes y drogadictos encontrados en su Sevilla. El traductor ha escogido La puñalá,una pieza breve donde un homosexual termina apuñalando absurdamente a un travesti.

Hemos admirado a Borja Ortiz de Gondra por haber sido uno de los pocos que ha tratado abiertamente el tema del terrorismo vasco en Del otro lado, donde analiza sus efectos en la gente normal. Hace una fuerte exhortación a mirar las cosas de frente y a hablar claro. Recogiendo las constantes típicas del autor, Emilio Coco traduce Mane, Thecel, Phares

donde «la violencia, el racismo, la colonización y el derecho a la diversidad son tratados con un lenguaje áspero y poético al mismo tiempo. La mezcla de escenas de duro y truculento realismo y de momentos de alta poesía constituye el mayor mérito de la obra».

Yolanda Pallín, coautora de La trilogía de la juventud y conocida también por haber obtenido el «Premio María Teresa León» en 1995 por Los restos de la noche, es autora de Lista negra, la obra seleccionada por Emilio Coco. Se trata de una historia de marginación que presenta varios aspectos de una sola realidad: la violencia dura y salvaje, irracional y gratuita que permea todos los actos, mientras la sociedad permanece indiferente. Los diálogos entrecortados, sin signos de puntuación, un lenguaje irregular, fragmentado, turbio como la personalidad de quien lo habla, subrayan la situación trágica.

El tema de la última obra de Itziar Pascual, Pared, que acaba de aparecer en «Primer Acto» n.306, es de gran actualidad: la violencia sobre la mujer, ya tratada en el teatro (Ella se va, de Jerónimo López Mozo) y en el cine (Te

doy mis ojos, de Iciar Bollaín) pero denunciada ahora de forma poética en búsqueda de un medio para dar la palabra a aquellas mujeres amordazadas. Emilio Coco traduce Miauless donde el gato protagonista, recogido por una niña

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rica, descubre que una vida confortable tiene el precio supremo de la libertad y decide finalmente escapar.

Concluye el volumen Amado mío o La emoción artificial

de Pedro Víllora, que pone casi siempre su atención en la familia (La misma historia, Las cosas perras, El eclipse de un

Dios, etc.), como microcosmos de los conflictos y tensiones del mundo, simbolizando en el incesto la crisis que hoy sufre. Así es en la obra escogida, que presenta una casa rica en absoluta decadencia moral, expresada en pasiones sexuales llevadas al extremo. Por encima de tanta degradación brilla Inma, la nieta, personaje extraordinario que tiene premoniciones. Los abundantes cultismos, citaciones y nombres significativos, desafían la habilidad del traductor que vuelve a superar ampliamente la prueba.

Al final Emilio Coco presenta una breve selección de bibliografía consultada y la relación de las ediciones que ha utilizado para la traducción.

Magda Ruggeri Marchetti

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Ariadna de Marina Tsvietáieva: dramaturgia para un desahucio

Mi Ariadna albergará un nuevo tacto…

Según el mito, el rey Minos de Creta mandó construir al ingeniero Dédalo un laberinto en el que poder encerrar al minotauro; éste sería alimentado cada nueve años por siete jóvenes y siete doncellas atenienses como estricta condición para la paz entre las dos ciudades del Egeo. Este tributo fue impuesto por Minos tras invadir Atenas por el asesinato de su hijo Androgeo que al salir victorioso en los juegos panatenienses, encendió la ira del pueblo rival. Pero en el tercer tributo, Teseo, hijo del rey Egeo de Atenas, se ofrece como parte de tal empresa para dar muerte al temible minotauro. Ariadna, hija del rey Minos, al ver a Teseo se enamora de él y le entrega una espada mágica y un ovillo de hilo dorado cuyo extremo será sujeto por ella desde la entrada del laberinto para así poder asegurar el retorno de Teseo. Ariadna huye con él quien la abandona en la isla de Naxos.

La trascendencia de esta leyenda no se debe únicamente al magistral uso que hace de la traición (elemento constante en la mitología), o al modo con el que la causalidad aturde a los personajes y avasalla la linealidad de la historia; sino que parte de esta relevancia se debe a la interpretación que hizo Nietzsche de este mito para conformar la idea del eterno

retorno.Sin embargo, para algunos, el mito de Ariadna es mucho

más que una parte integrante de una teoría filosófica, una pretensión intelectual o un relato de extraordinaria belleza. Para algunos, como la escritora rusa Marina Tsvietáieva, amante sin igual de la Grecia antigua, la tragedia de Ariadna es reflejo de su propia existencia, el discurso solitario y doloroso que supone estar vivo y continua búsqueda de ese fin definitivo para el que hemos sido creados.

Ariadna constituye la primera pieza de lo que hubiese sido su trilogía trágica (Tsvietáieva fue la primera escritora

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en abordar una trilogía de corte clásico) que comenzó a escribir en Praga en 1924. Puso fin a su vida en 1941 dejando por escribir la tercera pieza, Helena. Entre ambas se sitúa Fedra que escribió en París en 1927. Pero Ariadna

suponía más que un simple título para Tsvietáieva: Ariadna es el nombre de su primera hija. La trayectoria literaria de esta autora destaca precisamente por ese ensamblaje, férreo y delicado a la vez, entre su vida y su legado. Y es que la vida de Marina Tsvietáieva reside en sus palabras, en sus versos, escribe de lo que vive, y su lectura nos conduce a un estado de incertidumbre en el cual no logramos adivinar cuándo habla la mujer y cuándo la escritora. Su vida (o su obra…) se caracterizó por la presencia del dilema, concepto de envergadura griega, la frustración, la soledad, por el rechazó a la revolución de 1917 y el exilio que duró casi veinte años. Fue testigo del desahucio ruso.

Tsvietáieva dibuja una nueva Ariadna, tal vez con la esperanza de ver en su personaje una parte de ella misma que no terminaba de fraguar; o tal vez, albergó en su heroína, la esperanza de una vida distinta para su hija. La mujer que ofrece el mito clásico es inconsciente de la traición y se deja manipular por unos sentimientos que se le antojan reales. La Ariadna de Tsvietáieva, conoce su traición y sabe que va a ser traicionada, y es ahí dónde alberga todo su coraje y valentía, y se dispone a amar con la libertad que otorga el conocimiento de lo certero. En el extraordinario juego agónico del protagonista-antagonista, aparece un Teseo dubitativo y cobarde, temeroso de todo dilema. Mentiroso. Pero lo que es aún más importante, Tsvietáieva, rompe con el hilo de la moralidad.

Teseo: Sólo un poder tengo: mi pasión.

Ariadna: Tu pasión la depondrás. Convertirme en paloma

tuya me horroriza. ¡Con mayor precisión que una mordedura

de serpiente, que a mí me dejará este hombre!...

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Y es que los versos con los que está escrita la obra, refuerzan lo mencionado: la intensidad de la tragedia se fundamenta en su juego fónico, las palabras se desestructuran, rompe los esquemas lingüísticos, los maltrata; aliteraciones, adulteración de acentos, repetición de fonemas,… crea el poema trágico.

Tal vez la historia, como ocurrió con muchos autores clásicos, sepa conceder la importancia que merece esta obra de incuestionable dramatismo. Tsvietáieva sólo quiso vivir, y vivir, sin duda, es escribir. Ella fue palabras, ahora nos toca recibirlas.

Cristina Consuegra

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Gravitaciones teatrales (Miami: Baquiana, 2002), de Maricel Mayor Marsán. Prólogo de Odette Alonso.

Esta primera muestra de seis piezas breves o en un acto de Maricel Mayor Marsán [MMM], nacida en Santiago de Cuba en 1952 y residente actualmente en Miami, Florida, nos presenta a la autora manejando tres técnicas diferentes en la propuesta escénica de sus temas: la primera técnica se nutre del teatro del absurdo (“Análisis de madurez”); la segunda, del auto medieval pero no por su religiosidad sino por su sentido claramente didáctico o moralizante y el carácter alegórico de sus personajes y sus fábulas (“El plan de las aguas” y “La roca”);1 mientras que la tercera técnica se corresponde con lo que Bertold Brecht definió como “realismo sintético” (“Lazos que atan…” y los monólogos “Las muchachas decentes…” y “Testimonio de mis días”). Curiosamente las tres técnicas dramáticas empleadas por MMM guardan coherencia con el tema.

Como en mucha producción literaria del siglo XX, la autora presenta en “Análisis” su crítica al tema social de la burocracia utilizando una técnica absurdista apoyada en una visión kafkiana de la realidad. Como José K. en El proceso y El castillo, de Kafka, MMM utilizará el patronímico de su protagonista, un ser promedio llamado Juan Augusto García López, “para alegorizar la mutilación del individuo”2 en cualquier sociedad post-industrial, no obstante la ubicación de la pieza en “una agencia gubernamental de cualquier ciudad de los Estados Unidos” (14). Del absurdo toma MMM su forma apropiadamente abstracta, crítica y humorística.

Siguiendo esas preocupaciones de alcance transpersonal o macrocósmico, MMM escoge la forma alegórica de acciones y personajes tales como Aire, Mar, Tierra, Obrero,

1 Este vínculo con el auto medieval es tratado por Leonardo Fernández Marcané, “La

obra dramática de Maricel Mayor Marsán,” Revista Literaria Baquiana (2002-2003),

pp. 141-146.2 Martha García, Reseña de Gravitaciones teatrales, en Jesús G. Maestro et al., eds. Elteatro de Miguel de Cervantes: ante el IV Centenario de la edición del Quijote(Pontevedra: Mirabel, 2003), pp. 536-538.

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Poeta y Estudiante bien sea para su reclamo ecológico en la pieza “El plan” la cual tendría como público ideal a niños y adolescentes , como para su denuncia de las egoístas prisiones ideológicas en que viven los diferentes sectores sociales, en la pieza “La roca”, cuyo público ideal podrían ser los estudiantes universitarios y preuniversitarios. Esta pieza, en particular, resemantiza, además, el ya universal mito platónico de la caverna: la sociedad humana como una caverna tapada con una roca que la inarmonía social no logra remover.

La mencionada técnica realista sintética es usada por MMM en las tres últimas piezas del libro. En estas, la autora necesita crear personajes altamente individualizados sicológica y tempo-espacialmente. El énfasis desindividualizador característico de las otras dos técnicas no procede, pues, al tema e intención de estas tres piezas: la constante lucha de la mujer por mantener, como apunta Odette Alonso en su prólogo al libro, “su dignidad humana en medio de los embates que caracterizan al microcosmos familiar” (11).

Como también señala Alonso, estas tres obras exhiben cierta “continuidad” (11): están interconectadas por la figura de una mujer en tres momentos claves de su vida. Pero dicho vínculo lo establece el lector/espectador, ya que las piezas son independientes entre sí o autosuficientes, aunque también podría pensarse en la posibilidad de considerarlas como un solo texto en tres actos, de cierta forma fragmentario o elíptico, y protagonizado por una misma actriz. La elipsis entre estos supuestos tres actos se correspondería perfectamente con la técnica del realismo sintético que, en mi opinión, da el tono más eficaz de este libro y que, consecuentemente, siento como el más pertinente a la voz dramática de la autora. En “Lazos”, “Las muchachas” y “Testimonio”, MMM no diluye su trama con explicaciones o detalles que, aunque lógicos, resulten ser lugares comunes innecesarios, sino que logra una eficaz potencia de convicción en el lector/espectador mediante la síntesis y la elipsis. Sabe la autora que, en numerosas sociedades actuales, muchos conflictos expresados por la

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protagonista femenina de estas tres piezas, tales como la condición de ser o sentirse “sándwich” entre diferentes generaciones y las complejas relaciones materno-filiales, no son asunto exclusivamente pertinente a la mujer sino a la familia toda, pero sin dudas la mujer experimenta dichos conflictos desde una especificidad que nunca es descuidada sino hábilmente presentada por MMM.

Concluyo así que las tres primeras piezas presentan explícitamente sujetos y circunstancias universales, mientras que las tres últimas buscan su universalidad a través de sujetos altamente individualizados. Es en estas últimas, además, donde la autora vierte un componente testimonial referido tanto a la experiencia cubana en los Estados Unidos durante el período posrevolucionario (es decir, a partir de 1959), como a la experiencia cotidiana de la mujer en tanto que madre, esposa e hija.

Estas seis piezas breves, de técnicas abstractas unas y realistas otras, se caracterizan, además, por un despojamiento escénico y una concentración en el discurso verbal y corporal que las hacen muy factibles de ser representadas escénicamente por grupos de escasos recursos materiales, que no de talento creativo. El accesible y sintético lenguaje de las piezas, así como la brevedad de las mismas, permiten incluso promover entre los diferentes públicos antes mencionados, después de cada representación, el debate sobre temas de fuerte “gravitación” actual sobre la sociedad y los individuos. De ahí el título general del libro: sea cual fuere la técnica empleada, el teatro de MMM no oculta su imantación en la realidad social contemporánea, sino que constituye un alerta que enfrenta críticamente al individuo, tanto en forma de personaje como en forma de lector/espectador, con su “cotidianeidad”, sin imponerle respuestas, según afirma Humberto López Cruz.31

Jesús J. Barquet

31 Humberto López Cruz, “Teatro y pasión: las gravitaciones de Maricel Mayor

Marsán,” Horizontes 45.89 (2003): 127-138.

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