12 de diciembre

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REPRESENTACIÓN DE LAS APARICIONES DE N. S. DE GUADALUPE 11 DE DICIEMBRE 2010 7:00 y 9:00 P.M. OBJETIVO Que las representaciones sean un evento evangelizador para que a través de la Oración y del trabajo en equipo, experimentemos el amor de Cristo y logremos transmitir el mensaje de amor Dios a los demás. ACTITUDES Responsabilidad, respeto, puntualidad, oración y trabajo en equipo. ASESORES: COORDINADOR GENERAL COJUCA: PERSONAJES: Narrador: _________________________ Virgen: _________________________ Juan Diego: ________________________ Obispo: _________________________ Frailes: _________________________ Curandera: _________________________ Tío: _________________________ ESCENOGRAFÍA: Voluntarios COJUCA 1

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puesta en escena del gran milagro guadalupano que no solo ha quedado como manifestacion del amor y la presencia de Dios en nuestra tierra, sino que ha trascendido fronteras

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Catedral de Nuestra Seora de Guadalupe

REPRESENTACIN DE LAS APARICIONES

DE N. S. DE GUADALUPE

11 DE DICIEMBRE 2010 7:00 y 9:00 P.M.OBJETIVO

Que las representaciones sean un evento evangelizador para que a travs de la Oracin y del trabajo en equipo, experimentemos el amor de Cristo y logremos transmitir el mensaje de amor Dios a los dems.

ACTITUDES

Responsabilidad, respeto, puntualidad, oracin y trabajo en equipo.

ASESORES:

COORDINADOR GENERAL COJUCA:

PERSONAJES:

Narrador:_________________________

Virgen:_________________________

Juan Diego: ________________________

Obispo:_________________________

Frailes:_________________________

Curandera:_________________________

To: _________________________

ESCENOGRAFA:

Voluntarios COJUCA

Narrador:Aqu se refiere la manera maravillosa en que la siempre Virgen santa Mara, madre de Dios y reina nuestra s apareci en el Tepeyac, primero se dej ver de un pobre indio llamado Juan Diego, despus s apareci su preciosa imagen delante del nuevo obispo, don Fray Juan de Zumarraga.

Diez aos despus de tomada la ciudad de Mxico, s suspendi la guerra y hubo paz entre los pueblos. Tambin empez a brotar la fe del verdadero Dios por quien se vive.

En los primeros das del mes de diciembre en el ao 1531. Sucedi que un indio de nombre Juan Diego, natural de Cuautitlan, s diriga a Tlatelolco, tocante a las cosas espirituales.

(5 SEGUNDOS) Primera aparicin

Narrador:Era sbado muy de madrugada y venia en pos del culto divino y de sus mandatos, al llegar junto al cerrito llamado tepeyac, amaneca y oy cantar arriba del cerro.

(Juan diego s dirige a tlatilolco y cuando va llegando al cerrito se toca las orejas, levanta la cabeza y dice:)

Juan DiegoQu es lo que oigo?, que cantos tan retebonitos?, es el canto de pjaros tan chulos lo que oyen mis odos, se oye ms bonito que si cantara el cocoyoltototl y ms suavecito que si estuviera trinando el tzinizcan, por ventura soy digno de lo que oigo?quizs es que sueo?me levanto de dormir?dnde estoy?acaso estoy en el paraso terrenal del que dejaron dicho los viejos, nuestros mayores?acaso es ya en el cielo? (se queda mirando hacia el cerrillo de donde escucha los cantos)

Narrador:(Sin pjaros Humo y Luces)

Estaba viendo hacia el oriente, arriba del cerro de donde provena el precioso canto celestial y se hizo el silencio. Oy que le llamaban de arriba del cerrillo y le decan.

Virgen:Juanito, Juan Dieguito.

Narrador:Luego se atrevi a ir adonde lo llamaban, no se sobresalt, al contrario, muy contento fue subiendo al cerrillo, a ver de donde le llamaban. Cuando lleg a la cumbre, vio una seora que estaba all de pie..

Virgen: Acrcate Juanito, mi pequeo.

Narrador:

Llegado a su presencia se maravill mucho de su sobrehumana grandeza: su vestidura era radiante como el sol, el risco en que se posaba su planta flechado por los resplandores, semejaba una ajorca de piedras preciosas y relumbraba la tierra como el arcoiris. Los mezquites, nopales y otras diferentes hierbecillas que all se suelen dar, parecan de esmeralda, su follaje, finas turquesas, y sus ramas y sus espinas brillaban como el oro.

(con cara se asombro, alegre se inclina delante de la virgen)

(con voz tierna y dulce se dirige a Juan diego)

Virgen:Juanito, el ms pequeo de mis hijos, a dnde vas?

Juan Diego:Seora y nia ma, tengo que llegar a tu casa de Mxico Tlatelolco, a seguir las cosas divinas, que nos dan y ensean nuestros sacerdotes, delegados de nuestro Seor.

Virgen:Sabe y ten entendido, t l ms pequeo de mis hijos, que yo soy la Siempre Virgen Santa Mara madre del verdadero Dios por quien se vive, del creador que sabe todo, Seor del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aqu un templo para en el mostrar y dar todo mi amor, compasin, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa madre; a ti y a todos vosotros juntos, moradores de esta tierra y a los dems amadores mos que me invoquen y en mi confen; or ah sus lamentos y remediar todas sus miserias, penas y dolores. Y para realizar lo que mi clemencia pretende, ve al palacio del obispo de Mxico y le dirs como yo t envo a manifestarle lo que mucho deseo, que aqu en el llano se me edifique un templo: le contars puntualmente cuanto has visto, admirado y lo que has odo. Ten por seguro que lo agradecer bien y lo pagar, porque te har feliz y merecers mucho que yo recompense el trabajo y fatiga con que vas a procurar lo que te encomiendo, mira que ya has odo mi mandato, hijo mo l ms pequeo, anda y pon todo tu esfuerzo.(se inclina respetuosamente delante de la virgen y le dice)

Juan Diego:Seora y nia ma, ya voy a cumplir tu mandato, por ahora me despido de ti, yo tu humilde siervo.

(baja del cerrillo y se dirige a la casa del seor obispo)

(Sin pjaros Humo y sin Luz entra msica gregoriana luz en el convento)

Narrador:Luego baj, para ir a hacer su mandato, sali a la calzada que viene en lnea recta a Mxico. Habiendo entrado en la ciudad sin dilacin se fue en derechura al palacio del obispo, que era el prelado que poco antes haba venido y se llamaba don fray Juan de Zumarraga, religioso de san Francisco. Apenas lleg, trat de verle...

(toca la campana de la puerta del convento y salen dos frailes)

Juan Diego:Seores, est tata obispo?

Fraile 1:Est ocupado, para que lo quieres ver?

Juan Diego:Quiero platicar con tata obispo, le traigo un mensaje de una gran seora.

Fraile 2:Espera en la puerta

(se queda esperando un buen rato en la puerta del obispo, luego de un rato sale el criado y le dice)

Ya se desocup el seor el obispo, vamos para que hables con l.

(entra, se inclina y se arrodilla delante del obispo)

Juan Diego:buenos das, tenga uste, tata obispo

Obispo:Buenos das, hijo mo. qu es lo que te trae hablar conmigo?

Juan Diego:Mire, mi seor, ha de disculpar, vengo pa traerle un recado muy especial. Esta maana yo cruzaba por el cerrito del Tepeyac. De pronto o unos cantos retechulos de pjaros, eran sus cantos ms bonitos que el del cenzontle y del cerro una voz me llam, sub al cerro y me pareci que estaba en el cielo. Una seora hermossima era la que me llamaba y cuando yo me arrodill, me dijo que ella era la madre del verdadero Dios por quien se vive y me dijo que le dijera a uste que se le construyera un templo en ese mismo lugar para mostrar su amor a todos los moradores de esta tierra.

Obispo:Otra vez vendrs, hijo mo y t oir ms despacio. Lo ver muy desde el principio y pensar en la voluntad y en el deseo con que has venido.

Juan Diego:Bueno tata obispo, me despido de uste, con su permiso luego volver.

(Juan diego sale de la casa del obispo con cara de tristeza. )

Narrador:Juan diego sali y se vino triste por que de ninguna manera se realiz su mensaje.

(5 segundos) Segunda aparicin

Narrador:En el mismo da se volvi, se vino derecho a la cumbre del cerrito y acert con la Seora del cielo que le estaba aguardando, all mismo donde la vio la primera vez.

(Juan diego se postra delante de la virgen)

Juan Diego: Seora, la ms pequea de mis hijas, nia ma, fui a donde me enviaste a cumplir tu mandato; aunque con dificultad entr a donde es el asiento del prelado; le expuse tu mensaje, as como me advertiste; me recibi benignamente, me oy con atencin, pero en cuanto me respondi, pareci que no lo tuvo por cierto, me dijo: otra vez vendrs, te oir mas despacio; ver muy desde el principio el deseo y voluntad con que has venidocomprend perfectamente en la manera en que me respondi, que piensa que quiz es invencin ma que tu quieres que aqu te hagan un templo y que acaso no es de orden tuya, por lo cual, te ruego encarecidamente, seora y nia ma que a alguno de los principales, conocido, respetado y estimado le encargues que lleve tu mensaje para que le crean, por que yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda y tu nia ma la mas pequea de mis hijas, seora, me envas a un lugar por donde no ando y donde no paro. Perdname que te cause gran pesadumbre y caiga en tu enojo, seora y duea ma.

Virgen:Oye, hijo mo l ms pequeo, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros, a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad; pero es de todo punto preciso que con tu mediacin se cumpla mi voluntad. Mucho te ruego hijo mo, el ms pequeo, y con rigor te mando, que otra vez vayas maana a ver al obispo. Dale parte en mi nombre y hazle saber por entero mi voluntad, que tiene que poner por obra el templo que le pido, y otra vez dile que yo en persona, la siembre Virgen Santa Mara, Madre de Dios te envi.

Juan Diego: Seora y nia ma, no te cause yo afliccin, de buena manera ir a cumplir tu mandato; de ninguna manera dejar de hacerlo ni tengo por penoso el camino, ir a hacer tu voluntad, pero acaso no ser odo; o si fuese odo, quizs no me creer. Maana en la tarde, cuando se ponga el sol, vendr a dar razn de tu mensaje con lo que responda el obispo. Ya me despido de ti, hija ma, la ms pequea, mi nia y seora, mientras descansa

(Humo sin luz)

(Juan diego baja del cerrito y se va a su casa)

Narrador:Luego se fue a descansar a su casa (pausa 10 seg.)

Al da siguiente, domingo muy de madrugada, sali de su casa y se vino derecho a Tlatelolco, a instruirse de las cosas divinas y estar presente en la cuenta para ver enseguida al prelado. Casi a las diez, se present despus de que oy la misa, se hizo la cuenta y se dispers el gento. Al punto se fue Juan Diego al palacio del seor obispo. Apenas lleg, trat de verle. Hizo todo empeo por verlo, otra vez con mucha dificultad.

(Luz convento y msica gregoriana)

(Juan Diego toca la puerta de la casa del obispo, es introducido por los criados)

Juan Diego:Buenos das, seor, vengo a ver otra vez a tata obispo, dgale que si tiene bien atenderme.

Fraile 3:Aguarda un momento, el obispo acaba de celebrar la misa. Pero de momento no s si podr atenderte. Enseguida vuelvo para avisarte

(se mete a la casa del obispo)

Seor obispo, el mismo hombre de Cuautitlan que ayer lo vino a ver quiere platicar con usted, no s si lo quiera recibir.

Obispo:Pero hombre hazlo pasar.

(se arrodilla delante del obispo)

Juan Diego:Buenos das tenga uste, tata obispo. Estaba aguardando a que se desocupara.

Obispo:Hijo mo, que es lo que nuevamente te trae por aqu?

Juan Diego:Lo mismo, seor, ayer cuando iba de regreso a mi casa y pasaba por el cerrito, otra vez me encontr con la Seora. Estaba igual de bonita que cuando la mire la primera vez y me dijo que volviera a venir. Yo le dije que mandara a otra gente, por que a mi no me iban a hacer caso, pues soy un pobre indio. Pero ella me insisti. Me dijo que precisamente fuera yo quien viniera y por eso estoy aqu. Crea mi mensaje. No soy ningn impostor. Yo lo nico que hago es traerle el mensaje de mi Seora. Quiere ella que le levante un templo.

Obispo:Y cmo era ella?

Juan Diego:Estaba re-bonita, reflejaba mucha luz. Pareca que el sol la baaba con sus rayos. Su carita era morena pero bien fina. Sus ojos miraban dulcemente como cuando una madre mira a su hijo con ternura. Yo nunca haba mirado una seora tan hermosa.

Obispo:Y, cmo dices que se llama ella?

Juan Diego:Ella dice que es la siempre Virgen Mara, la Madre del Verdadero Dios por quien se vive, por lo que ella me dice se trata de la misma madre de nuestro seor Jesucristo del que usted nos habla tan bonito.

Obispo:Mira, Juan Diego, dile a la seora del cielo que yo lo nico que preciso es una seal para poder creer que realmente es la seora del cielo quien t enva y para cumplir el mandato que ella pide.

Juan Diego: Seor, mira cual ha de ser la seal que pides; que luego ir a pedrsela a la Seora del cielo que me enva ac.

Obispo:Dios te bendiga, hijo mo y treme esa seal que te pido.

(sale Juan Diego y el obispo se dirige a los dos frailes)

Obispo:Vayan siguindolo, viglenlo, vean que es lo que hace y con quien platica.

Fraile 1:Descuide, seor, nosotros le seguiremos. No queremos que le venga con cuentos, que se ensee a que los cristianos siempre debemos decir la verdad.

(salen los criados de casa del obispo y van siguiendo a Juan diego)

Narrador:Juan diego se vino derecho y camin por la calzada; los que venan tras l, donde pasa la barranca, cerca del puente Tepeyac, lo perdieron. Y aunque buscaron por todas partes en ninguna le vieron.

Dialogo abierto (15 SEGUNDOS)

As que regresaron, no solamente por que se fastidiaron, sino tambin por que les estorbo su intento y les dio enojo. Eso fueron a informar al obispo.

(los dos criados en la casa del seor obispo)

Fraile 1:Seor, fuimos siguiendo a Juan Diego, pero se nos perdi al cruzar la barranca. Ese indio solamente lo engaa, no le crea.

Obispo:lo vieron detenerse a platicar con alguien?

Fraile 2:No seor, iba caminando muy deprisa e iba muy rpido. Pero le aseguro que lo que ese indio le viene a decir son puros inventos. Son puras imaginaciones de su cabeza. Viene a pedirle a usted no cosas reales si no lo que suea.

Fraile 1:Si vuelve a venir usted debe tomarle y castigarle con dureza para que no ande con sus inventos. Ese indio es de esos hombres que les gusta mentir y engaar.

(5 segundos. Esperar a que Juan Diego este en escena)

Tercera aparicin

(termina cantos gregorianos y empiezan pjaros, humo, luz en el cerro)

Narrador:Entre tanto Juan Diego estaba con la Santsima Virgen dndole la respuesta que traa del seor obispo.

Juan Diego:Buenas tardes, seora y nia ma vengo a darle a saber cual es la voluntad del obispo, l dice que usted le mande una seal para poder creer a mis palabras y para saber que realmente es usted quien me enva.

Virgen:Bien est hijo mo, volvers maana para que lleves al obispo la seal que te ha pedido. Con eso te creer y acerca de esto ya no dudar, ni sospechar de ti, sbete hijo mo, que yo pagar tu cuidado, el trabajo y cansancio que por m has impedido. Vete pues ahora, que maana aqu t aguardo.

Narrador:Al da siguiente, lunes cuando tena que llevar Juan diego la seal para ser credo, ya no volvi. Por que cuando lleg a su casa, a un to que tena llamado Juan Bernardino, le haba dado enfermedad y estaba muy grave.

(Luz Choza)(Juan Bernardino acostado y Juan diego se hinca junto a el)

Juan Diego:Que le pasa to? Qu es lo que tiene?

To:Juan Diego, me siento muy mal. Ve a traer un mdico para que me de algo, siento que me muero.

(sale de la casa y entra con el curandero)

Juan Diego:Hoy en la maana que me fui a misa a Tlatelolco todava estaba bien, y ya en la tarde cuando regres lo encontr as de malo.

Curandera:Juan Diego, tu to ya no tiene remedio, est muy grave, perece que le dio la peste, se va a petatear.

To:Oye, Juan Diego. Vete maana temprano a Tlatelolco y llama a uno de los padrecitos. Diles que estoy muy malo y que quiero que me vengan a confesar, para disponerme a bien morir, yo estoy seguro que estos son mis ltimos das, ya no me levantar ni sanar, a menos que haya un milagro del cielo.

Juan Diego:Lo har como mi to me lo diga, muy temprano estar en Tlatelolco y un padrecito vendr para auxiliarte. As es como nos dicen los padrecitos que deben hacerse las cosas, por que lo que ms importa es la salvacin eterna.

(5 segundos) Cuarta aparicin

(Pjaros, luz en el cerro y humo)

Narrador:El martes muy de madrugada, se vino Juan Diego de su casa a Tlatelolco a llamar al sacerdote; y cuando venia llegando al camino que sale junto a la ladera del cerrillo del Tepeyac, hacia el poniente, por donde tenia que pasar dijo:

Juan Diego:Si me voy derecho, no sea que me vaya a ver la Seora, y en todo caso me detenga para que lleve la seal al obispo, segn me previno, que primero nuestra afliccin nos deje y llame deprisa al sacerdote, el pobre de mi to lo est ciertamente aguardando.

(Juan Diego le da la vuelta al cerrito)

Narrador:Le dio la vuelta al cerro, subi por entre l y pas por un lado, hacia el oriente, para llegar pronto a Mxico y que no le detuviera la seora del cielo. Pens que por donde dio la vuelta, no le poda ver la que est mirando bien a todas partes.

Virgen:Qu hay hijo mo, el ms pequeo? a donde vas?

(con un poco de rubor y apenado se acerca Juan diego a la virgen)

Juan Diego:Nia ma, la ms pequea de mis hijas. Seora, ojal ests contenta cmo has amanecido, ests bien de salud?, seora y nia ma? Voy a causarte afliccin: sabes, nia ma?, que est muy malo un pobre siervo tuyo, mi to. Le ha dado la peste y est para morir. Ahora voy presuroso a tu casa de Mxico a llamar a uno de los sacerdotes amados de nuestro Seor, que vaya a confesarle y disponerle, por que desde que nacimos venimos a aguardar el trabajo de nuestra muerte, pero s voy a hacerlo. Volver luego otra vez aqu, para ir a llevar tu mensaje seora y nia ma, perdname, tenme paciencia, no te engao, hija ma la ms pequea: maana vendr deprisa.

Virgen:Oye y ten entendido, hijo mo, el ms pequeo, que es nada lo que te asusta y aflige, no se turbe tu corazn, no temas esa enfermedad, ni alguna otra enfermedad y angustia, NO ESTOY YO AQU QUE SOY TU MADRE? NO ESTS BAJO MI SOMBRA? NO SOY TU SALUD? NO ESTAS POR VENTURA BAJO MI REGAZO? QU MS NECESITAS HIJO MO? No te apene ni te inquiete otra cosa; no te aflija la enfermedad de tu to, que no morir ahora de ella. Est seguro de que ya san.

Narrador:Y entonces san su to Juan Bernardino, como despus se supo, cuando Juan diego oy estas palabras de la seora del cielo, se consol mucho y qued contento.

Juan Diego:Te ruego nia ma que me despaches cuanto antes para ir con tata obispo. Le llevar la prueba y seal que tu me des a fin de que l me crea.

Virgen:Sube, hijo mo el ms pequeo, a la cumbre del cerrito, all en donde me viste y te di rdenes. Hallars diferentes flores, crtalas, jntalas y recgelas. Enseguida baja y trelas a mi presencia.

(Juan Diego sube al cerrito)

Narrador:Al punto subi Juan Diego y cuando lleg a la cumbre del cerrito se asombr de que hubieran brotado tantas y tan variadas rosas de castilla, antes del tiempo en que se dan.

Juan Diego:Que hermosas rosas de castilla no es tiempo de que se den y arrecia el hielo. Su fragancia es retebonita y con el roci de la noche parecen preciosas perlas.

(Juan Diego corta las rosas, las hecha en su regazo, baja del cerro y las lleva a la virgen, ella toca las flores que Juan diego lleva en el hllate, las toma en sus manos y las envuelve)

Virgen:Hijo mo, el ms pequeo, esta diversidad de rosas es la prueba y seal que llevars al obispo, le dirs en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que el tiene que cumplirla. T eres mi embajador muy digno de confianza. Rigurosamente te ordeno que solo delante del obispo despliegues tu manta y descubras lo que llevas. Contars bien todo; dirs que te mand subir a la cumbre del cerrillo a que fueras a cortar flores; y todo lo que viste y admiraste; para que puedas inducir al prelado a que te d su ayuda, con objeto de que se haga y erija el templo que te he pedido.

(Juan diego se va al palacio del seor obispo)

(Sin luz en el cerro e inicia el canto gregoriano y luz en el convento)

Narrador:Despus de que la seora del cielo le dio el consejo, se puso en camino por la calzada que viene derecho a Mxico; ya contento y seguro de salir bien, trayendo con mucho cuidado lo que portaba en su regazo; no fuera que algo se le soltara de las manos y gozndose de la fragancia de tan variadas y hermosas flores.

Al llegar al palacio del obispo salieron a su encuentro el mayordomo y otros criados del prelado.

(la servidumbre est a la puerta del palacio del obispo, Juan diego se dirige a ellos y les dice)

Juan DiegoSeores, tengan a bien dejarme pasar a platicar con tata obispo.

(ellos hacen como que no oyen)

Fraile 1Es muy temprano para que vengas a importunar al obispo.

Fraile 3Otra vez bienes con tus imaginaciones y con tus sueos. Vete de aqu indio, que otra gente crea tus mentiras.

Narrador:Los frailes estaban informados de que Juan Diego se les haba perdido de vista cuando el obispo lo haba mandado vigilar, Juan diego estuvo largo rato esperando. Ya que vieron que hacia mucho que estaba all de pie, cabizbajo, sin hacer nada, por si acaso era llamado; y que al parecer traa algo que portaba en su regazo, se acercaron a l.

Fraile 2:qu es lo que traes?

(lo jalonea y busca con curiosidad ver que es lo que lleva en el hllate, su compaero le ayuda)

Narrador:Viendo Juan Diego que no poda ocultar lo que traa y que por eso le haban de molestar y empujar, descubri un poco.

(Juan Diego abre un poco su tilma y ensea algunas rosas)

(secretendose con su compaero)

Fraile 1: Qu rosas de castilla tan diferentes y hermosas trae el indio Juan Diego, de donde las traer?

Fraile 3:Esas flores no se dan en este tiempo, qu cosa tan curiosa! Apenas las vamos a tocar cuando se desaparecen. Las veces que hemos intentado tocarlas parece que no son reales.

Fraile 1:No ser que estn cosidas, pintadas o labradas en la manta de este indio? Vamos a avisarle al obispo.

Fraile 2:Seor obispo, est otra vez el indio Juan Diego, dice que lo quiere ver, anda muy misterioso, no s que cosa trae en el hllate, no se lo quiere ensear a nadie. Los hemos forzado para que nos ensee y parece que son unas hermosas flores. Cuando nos acercamos para tocarlas se desvanecen...

Obispo:Seguramente esa ser la prueba que Juan Diego me trae de la seora del cielo. Pronto, dganle que entre.

(La servidumbre va por Juan Diego)

Juan Diego:Seor, hice lo que me orden, que fuera a decir a mi ama, la seora del cielo, Santa Mara, preciosa madre de Dios, que me pedas una seal para poder creerme que le has de hacer un templo en donde ella te pida que lo erijas, y adems le dije que yo haba dado mi palabra de traerte alguna seal y prueba, como me encargaste. Condescendi a tu recado y acogi benignamente lo que pides, alguna seal y prueba para que se cumpla su voluntad. Hoy muy temprano me mand que otra vez viniera a verte. Le ped la seal para que me creyera, segn me haba dicho que me la dara y al punto lo cumpli. Me despach a la cumbre del cerrito, donde antes yo la viera, a que fuese a cortar rosas de castilla, despus me fui a cortarlas, las traje abajo, las cogi en sus manos y de nuevo las ech en mi regazo, para que las trajera y a ti en persona te las diera. Aunque yo saba bien que la cumbre del cerrillo no es lugar en que se den flores, porque solo hay muchos riscos, abrojos, espinas, nopales y mezquites, no por eso dude. Cuando fui llegando a la cumbre del cerrillo mire que estaba en el paraso, donde haba juntas todas las variadas y exquisitas rosas de castilla, brillantes de roci que luego fui a cortar. Ella me dijo que te las entregara para que en ellas veas la seal que pides y cumplas su voluntad, as lo hago, tambin as aparecer la verdad de mi mensaje. Helas aqu, recbelas.

(se arrodilla el obispo y toda su servidumbre y la admiraron)

Obispo:Perdname Oh, Gran Seora, Madre del Verdadero Dios por quien se vive, en arrepentimiento por mi falta de Fe edificare el templo que pides.

(desata el hllate del cuello de Juan diego y lo pone en el oratorio)

(Msica alta y luz alta de preferencia Ave Mara)

Apariciones 2009Sin Tiempo

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