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8. JESUCRISTO, DIOS Y HOMBRE VERDADERO

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Page 1: 08 Jesucristo

8. JESUCRISTO, DIOS Y HOMBRE VERDADERO

8. JESUCRISTO, DIOS Y HOMBRE VERDADERO

Page 2: 08 Jesucristo

La venida de CristoLa venida de Cristo

“Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer” (Ga 4,4). “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14).Esta verdad es el punto esencial por el que el cristianismo se diferencia de otras religiones. En el cristianismo no es solamente el hombre quien busca a Dios, sino que es Dios en Persona quien viene al hombre (TMA, 6).

“Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer” (Ga 4,4). “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14).Esta verdad es el punto esencial por el que el cristianismo se diferencia de otras religiones. En el cristianismo no es solamente el hombre quien busca a Dios, sino que es Dios en Persona quien viene al hombre (TMA, 6).

Page 3: 08 Jesucristo

La venida de CristoLa venida de Cristo

La existencia histórica de Jesucristo es una verdad de fe (1Jn 4,2) y es también un hecho que se puede probar fácilmente (cf. TMA, 5).

Nació, vivió y murió en un tiempo histórico preciso (Lc 2,1-2 y 3,1-2). Es hombre verdadero: “trabajó con manos de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre...” (GS, 22), no es un mito, ni creación de los hombres.

La existencia histórica de Jesucristo es una verdad de fe (1Jn 4,2) y es también un hecho que se puede probar fácilmente (cf. TMA, 5).

Nació, vivió y murió en un tiempo histórico preciso (Lc 2,1-2 y 3,1-2). Es hombre verdadero: “trabajó con manos de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre...” (GS, 22), no es un mito, ni creación de los hombres.

Page 4: 08 Jesucristo

La venida de CristoLa venida de Cristo

Declaró que era Dios, Hijo Unigénito de Dios, de la misma naturaleza que el Padre, y manifestó su divinidad con su vida, su doctrina y sus milagros, sobre todo con su gloriosa Resurrección.

El Padre y yo somos una sola cosa (Jn 10,30). Antes de que Abraham existiera, yo soy (Jn 14,9). Nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni al Padre sino el Hijo (Mt 11,27)...

Declaró que era Dios, Hijo Unigénito de Dios, de la misma naturaleza que el Padre, y manifestó su divinidad con su vida, su doctrina y sus milagros, sobre todo con su gloriosa Resurrección.

El Padre y yo somos una sola cosa (Jn 10,30). Antes de que Abraham existiera, yo soy (Jn 14,9). Nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni al Padre sino el Hijo (Mt 11,27)...

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La unión hipostáticaLa unión hipostática

Misterio

La Segunda Persona de la Santísima Trinidad (el Hijo) unió a su propia naturaleza divina una verdadera naturaleza humana, con un cuerpo y un alma como los nuestros.No es un ser con dos personalidades (la de Dios y la de hombre), sino una Persona con dos naturalezas (unión hipostática).

No es un hombre extraordinario, ni un dios con apariencia de hombre, ni un mítico semidiós, sino perfecto Dios y perfecto hombre.

Misterio

La Segunda Persona de la Santísima Trinidad (el Hijo) unió a su propia naturaleza divina una verdadera naturaleza humana, con un cuerpo y un alma como los nuestros.No es un ser con dos personalidades (la de Dios y la de hombre), sino una Persona con dos naturalezas (unión hipostática).

No es un hombre extraordinario, ni un dios con apariencia de hombre, ni un mítico semidiós, sino perfecto Dios y perfecto hombre.

Page 6: 08 Jesucristo

La unión hipostáticaLa unión hipostática

Misterio : El Verbo se hizo carne no por transformación de la divinidad en humanidad, sino mediante la asunción de la naturaleza humana —cuerpo y alma— por la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.No es en parte Dios y en parte hombre, ni el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. Se hizo verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios (CEC, 464).

Misterio : El Verbo se hizo carne no por transformación de la divinidad en humanidad, sino mediante la asunción de la naturaleza humana —cuerpo y alma— por la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.No es en parte Dios y en parte hombre, ni el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. Se hizo verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios (CEC, 464).

Page 7: 08 Jesucristo

La unión hipostáticaLa unión hipostática

A la unión de la naturaleza humana con la naturaleza divina en la Persona del Hijo se le llama unión hipostática.En JESUCRISTO hay dos naturalezas: divina humanaen una ÚNICA PERSONA: la del VERBO

A la unión de la naturaleza humana con la naturaleza divina en la Persona del Hijo se le llama unión hipostática.En JESUCRISTO hay dos naturalezas: divina humanaen una ÚNICA PERSONA: la del VERBO

Page 8: 08 Jesucristo

La unión hipostáticaLa unión hipostática

Naturalezas : unidas en la persona del verbo.

- Divina: desde toda la eternidad .- humana: cuerpo y alma .

Las dos anteriores van dirigidas a la inteligencia y voluntad .

Naturalezas : unidas en la persona del verbo.

- Divina: desde toda la eternidad .- humana: cuerpo y alma .

Las dos anteriores van dirigidas a la inteligencia y voluntad .

Page 9: 08 Jesucristo

La unión hipostáticaLa unión hipostática

La Iglesia debió defender esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:Docetismo: negaban que la humanidad de Cristo fuera verdadera (sería sólo aparente); fue rechazada por los Apóstoles (1Jn 4,2-3; CEC465).

La Iglesia debió defender esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:Docetismo: negaban que la humanidad de Cristo fuera verdadera (sería sólo aparente); fue rechazada por los Apóstoles (1Jn 4,2-3; CEC465).

Page 10: 08 Jesucristo

La unión hipostáticaLa unión hipostática

La Iglesia debió defender esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:

Arrianismo: (Arrio) sostiene que el Hijo de Dios es “de una substancia distinta de la del Padre”. Condenada por el Concilio de Nicea (a. 325), que enseñó que el Hijo es “de la misma substan-cia (homousios) que el Padre. (CEC, 465)

La Iglesia debió defender esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:

Arrianismo: (Arrio) sostiene que el Hijo de Dios es “de una substancia distinta de la del Padre”. Condenada por el Concilio de Nicea (a. 325), que enseñó que el Hijo es “de la misma substan-cia (homousios) que el Padre. (CEC, 465)

Page 11: 08 Jesucristo

La unión hipostáticaLa unión hipostática

La Iglesia debió defender esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:

Nestorianismo: (Nestorio) decía que en Cristo había dos personas, una humana y una divina. El Concilio de Éfeso (a. 431) enseña que en Cristo hay una sola Persona, la divina, que asume la natura-leza humana. Proclama que Ma-ría es “Madre de Dios” (CEC, 466).

La Iglesia debió defender esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:

Nestorianismo: (Nestorio) decía que en Cristo había dos personas, una humana y una divina. El Concilio de Éfeso (a. 431) enseña que en Cristo hay una sola Persona, la divina, que asume la natura-leza humana. Proclama que Ma-ría es “Madre de Dios” (CEC, 466).

Page 12: 08 Jesucristo

La unión hipostáticaLa unión hipostática

La Iglesia debió defender esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:

Monofisismo: (Eutiques) decía que en Cristo había una sola naturaleza. El Concilio de Calcedonia (a. 451) enseña que en Cristo hay dos naturalezas, la divina y la humana, “sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación” (CEC, 466).

La Iglesia debió defender esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a las herejías que la falseaban:

Monofisismo: (Eutiques) decía que en Cristo había una sola naturaleza. El Concilio de Calcedonia (a. 451) enseña que en Cristo hay dos naturalezas, la divina y la humana, “sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación” (CEC, 466).

Page 13: 08 Jesucristo

La unión hipostáticaLa unión hipostática

Contra otros errores, el Concilio de Constantinopla (a. 553) confesó: "No hay más que una sola hipóstasis [o persona], que es nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad". Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristo debe ser atribuido a su persona divina como a su propio sujeto, no solamente los milagros sino también los sufrimientos y la misma muerte: "El que ha sido crucificado en la carne, nuestro Señor Jesucristo, es ver-dadero Dios, Señor de la gloria y uno de la Santísima Trinidad" (CEC, 468).

Contra otros errores, el Concilio de Constantinopla (a. 553) confesó: "No hay más que una sola hipóstasis [o persona], que es nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad". Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristo debe ser atribuido a su persona divina como a su propio sujeto, no solamente los milagros sino también los sufrimientos y la misma muerte: "El que ha sido crucificado en la carne, nuestro Señor Jesucristo, es ver-dadero Dios, Señor de la gloria y uno de la Santísima Trinidad" (CEC, 468).

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La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

En la Encarnación “la naturaleza humana ha sido asumida, no absorbida” (GS, 22) por la Persona del Verbo.Por eso la Iglesia enseña “la plena realidad del alma humana, con sus operaciones de inteligencia y de voluntad, y del cuerpo humano de Cristo” (CEC, 470).

En la Encarnación “la naturaleza humana ha sido asumida, no absorbida” (GS, 22) por la Persona del Verbo.Por eso la Iglesia enseña “la plena realidad del alma humana, con sus operaciones de inteligencia y de voluntad, y del cuerpo humano de Cristo” (CEC, 470).

Page 15: 08 Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

Por haber sido asumida, la naturaleza humana de Cristo pertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido (CEC, 470).

Por eso la más pequeña de las acciones de Cristo por medio de su Humanidad tiene un valor infinito en orden a nuestra salvación (CEC, 470).

Por haber sido asumida, la naturaleza humana de Cristo pertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido (CEC, 470).

Por eso la más pequeña de las acciones de Cristo por medio de su Humanidad tiene un valor infinito en orden a nuestra salvación (CEC, 470).

Page 16: 08 Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

El Señor asumió la naturaleza humana sin manifestar en su Humanidad la gloria sobrenatural que le correspondía por ser la Humanidad del Verbo: “se anonadó a sí mismo” (Flp 2,7).Por su unión con la Divinidad, su alma humana tuvo desde el primer momento la plenitud de la gracia. “Y de su plenitud recibimos todos, gracia sobre gracia” (Jn 1,16).

El Señor asumió la naturaleza humana sin manifestar en su Humanidad la gloria sobrenatural que le correspondía por ser la Humanidad del Verbo: “se anonadó a sí mismo” (Flp 2,7).Por su unión con la Divinidad, su alma humana tuvo desde el primer momento la plenitud de la gracia. “Y de su plenitud recibimos todos, gracia sobre gracia” (Jn 1,16).

Page 17: 08 Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

El conocimiento humano de Cristo:Ciencia humana: “El alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado... Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" (Lc 2, 52) e igualmente adquirir lo que en la condición humana se adquiere de manera experimental” (cf Mc 6, 38; 8, 27; Jn 11, 34). (CEC, 472).

El conocimiento humano de Cristo:Ciencia humana: “El alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado... Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" (Lc 2, 52) e igualmente adquirir lo que en la condición humana se adquiere de manera experimental” (cf Mc 6, 38; 8, 27; Jn 11, 34). (CEC, 472).

Page 18: 08 Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

El conocimiento humano de Cristo:

Ciencia infusa: en su conocimiento humano, Jesús demuestra también la penetración divina que tenía de los pensamientos secretos del corazón de los hombres (CEC, 473).

El conocimiento humano de Cristo:

Ciencia infusa: en su conocimiento humano, Jesús demuestra también la penetración divina que tenía de los pensamientos secretos del corazón de los hombres (CEC, 473).

Page 19: 08 Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

El conocimiento humano de Cristo:

Ciencia beata: el conocimiento humano del Hijo de Dios expresaba la vida divina de su persona... ante todo en lo que se refiere al conocimiento íntimo e inmediato que tiene de su Padre. Debido a su unión con la Sabiduría divina en la persona del Verbo encarnado, el conocimiento humano de Cristo gozaba en plenitud de la ciencia de los designios eternos que había venido a revelar (CEC, 473-474).

El conocimiento humano de Cristo:

Ciencia beata: el conocimiento humano del Hijo de Dios expresaba la vida divina de su persona... ante todo en lo que se refiere al conocimiento íntimo e inmediato que tiene de su Padre. Debido a su unión con la Sabiduría divina en la persona del Verbo encarnado, el conocimiento humano de Cristo gozaba en plenitud de la ciencia de los designios eternos que había venido a revelar (CEC, 473-474).

Page 20: 08 Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La voluntad humana de Cristo:

Cristo posee dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no opuestas sino cooperantes, de forma que el Verbo hecho carne, en su obediencia al Padre, ha querido humanamente todo lo que ha decidido divinamente con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación (CEC, 475).

La voluntad humana de Cristo:

Cristo posee dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no opuestas sino cooperantes, de forma que el Verbo hecho carne, en su obediencia al Padre, ha querido humanamente todo lo que ha decidido divinamente con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación (CEC, 475).

Page 21: 08 Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

El poder de Cristo:Jesús ha manifestado tener en cuanto hombre un poder que sobrepasa las fuerzas naturales del hombre, especialmente al realizar milagros. Aparte de la capacidad humana natural, su Humanidad es como un instrumento unido de su divinidad (Concilio III de Constantinopla, DS 556-559).

El poder de Cristo:Jesús ha manifestado tener en cuanto hombre un poder que sobrepasa las fuerzas naturales del hombre, especialmente al realizar milagros. Aparte de la capacidad humana natural, su Humanidad es como un instrumento unido de su divinidad (Concilio III de Constantinopla, DS 556-559).

Page 22: 08 Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

El Corazón del Verbo encarnado:Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de nosotros: “Me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano... que es como el símbolo del amor con que el Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres (CEC, 478).

El Corazón del Verbo encarnado:Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de nosotros: “Me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano... que es como el símbolo del amor con que el Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres (CEC, 478).

Page 23: 08 Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

La Humanidad Santísima de Jesucristo

A Cristo se le debe culto de adoración, también en su Humanidad, porque es la humanidad de Dios: “al nombre de Jesús dóblese toda rodilla” (Flp 2,10).En Él se manifiesta y revela la Divinidad a través de su Humanidad. Ésta es camino para llegar a la Divinidad. Contemplar y escuchar a Jesús es tratar a Dios. La santidad es imitar a Cristo y unirnos a Él, para llegar a ser otro Cristo, el mismo Cristo, por la acción del Espíritu Santo.

A Cristo se le debe culto de adoración, también en su Humanidad, porque es la humanidad de Dios: “al nombre de Jesús dóblese toda rodilla” (Flp 2,10).En Él se manifiesta y revela la Divinidad a través de su Humanidad. Ésta es camino para llegar a la Divinidad. Contemplar y escuchar a Jesús es tratar a Dios. La santidad es imitar a Cristo y unirnos a Él, para llegar a ser otro Cristo, el mismo Cristo, por la acción del Espíritu Santo.

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El motivo de la EncarnaciónEl motivo de la Encarnación

Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo (Credo):para salvarnos, reconciliándonos con Dios (CEC, 457);para que conociésemos el amor de Dios (CEC, 458);para se nuestro modelo de santidad (CEC, 459);

para que llegáramos a ser hijos de Dios (CEC, 460).

Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo (Credo):para salvarnos, reconciliándonos con Dios (CEC, 457);para que conociésemos el amor de Dios (CEC, 458);para se nuestro modelo de santidad (CEC, 459);

para que llegáramos a ser hijos de Dios (CEC, 460).

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El motivo de la EncarnaciónEl motivo de la Encarnación

La Encarnación es un inmenso don completamente gratuito que:robustece nuestra fe;aumenta nuestra esperanza: enciende en nosotros el deseo de ver a Dios;inflama nuestra caridad;nos lleva a obrar mejor;nos aparta del mal y nos mueve a obrar bien.

La Encarnación es un inmenso don completamente gratuito que:robustece nuestra fe;aumenta nuestra esperanza: enciende en nosotros el deseo de ver a Dios;inflama nuestra caridad;nos lleva a obrar mejor;nos aparta del mal y nos mueve a obrar bien.