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MADRID 20 DE DICIEMBRE. Teatro escogido del maestro Tirso de Molina , tomo m , Madrid, 1859. Artículo i. Coatiene tres comedias: D. Gil de las calzas verdes , El celoso prudente , Fentura te dé Dios , hijo, Estas dos ultimas son mas raros y menos conocidas que la primera , representada y aplaudida muchas veces en nuestros teatros desde 18 14. Nada diremos de ella 1 porque ¿quién no la ha visto? ¿Quién no ha reido de buena gana con los artificios del ñogido D. Gil, con los remordimientos cómicos de su pérfido amante, con las locuras de dos mugeres, enamoradas de otra disfrazada de hom bre? Solo recordaremos algunos pasajes de la relación de Cara manchel, criado de muchos amos, que se omite en las represen taciones por ser inoportuna para la acción, como observa muy bien el editor en el examen de esta pieza. Un mes serví no cumplido á un médico muy barbado, belfo sin ser aleman, guantes de ámbar, gorgoran , muía de felpa, engomado; muchos libros, poca ciencia ( 1 ); pero no se me lograba el salario que me daba, porque con poca conciencia lo ganaba su mercé. Juana . ¿Mal lo ganaba? ¿por qué? Caramanchel» ror mil causas: la primera, porque con cuatro aforismos, dos textos, tres silogismos curaba una calle entera. No hay facultad que mas pida estudios, libros galenos, ni gente que estudie menos con importarnos la vida y cuando á casa llegaba ya era de noche: acudia al estudio , deseoso , (auuque no era escrupuloso) de ocupar algo del dia en ver los expositores de sus Rasis y Avicenas cuando Doña Estefanía gritaba: "ola Inés, Leonor, id á llamar al doctor, que la cazuela se enfría.” Respondía é l: "en un hora no hay que llamarme á cenar: déjenme un rato estudiar.” Enfadábase la dama, y entrando á ver su doctor decia, "acabad, señor; cobrado habéis hasta fama, y demasiado sabéis para lo que aqui ganais: advertid , si asi os caasais, que presto os consumiréis. Dad al diablo los galenos, si os han de hacer tanto daño: ¿qué importa al cabo del año veinte muertos mas ó menos?” La pintura del clerizonte es digna de la brocha de Goya. Su bouetazo calado, Lucio, grave, carilleno, mulco de veinteidoceno, el cuello torcido á un lado: y hombre en fin que nos mandaba á pan y agua ayunar los viernes por ahorrar la pitanza que nos daba: y él comiéndose un capón, quedándose con los do9 alones cabeceando, decia, al cielo mirando: "¡ay, ama! qué bueno es Dios!” Dejóle en fin, por no ver amo que tan gordo y lleno, nunca á Dios .llamaba bueno hasta después de comer. El editor en el examen de esta pieza hace guerra á los rí- gidos preceptistas del siglo pasado, perpétuos defensores de la sencillez en los argumentos dramáticos, porque en su sistema no se puede explicar cómo los dramas semejantes al D. Gil en la complicación de la acción, agradan tanto ó mas que los sen cillos. Nosotros creemos en primer lugar que Luzan y Moratin no merecen el nombre de preceptistas , tomado siempre en mala parte por los que quisieran que hubiera reglas , y por consi guiente ni principios en la práctica de la poesía dramática. En segundo lugar, que la sencillez de la fábula , recomen dada por los maestros del arte, no es la desnudez , pobreza y frialdad : sino la unidad de acción y de Ínteres. Dígalo, si no, la distinción , bien conocida de los literatos, entre las comedias de costumbres y las de intriga: entre las fábulas simples y las implexas . Es contra el arte destruir el inores truncándolo y complicando acciones que nada tengan de común entre sí, aun en las fábulas mas pobres de incidentes: pero nadie ha prohibi do todavía aumentar el movimiento de la acción, siempre que se haga sin destruir la claridad y la unidad de objeto. Los M e- necmos y el Persa de Plauto están tan llenas de lances como unal/comedia de Calderón. En tercer lugar, que no admiten comparación los dos géne- (í) Rasgo satírico de mucho mérito: la elipsis le da mas vigor, y recuerda mega biblan, mega cacan (un libro grande, grande mal) de los griegos, que acaso tuvo presente Tirso. ó ros. el de costumbres y el de intriga. Su mérito es de diferente clase. Acaso nos riamos mas con D. Gil que con el Misántropo ; pero la risa que este excita es de mejor tono, y sobre todo mas liti!. Si los franceses gozan mas en la representación del Maligno de Gresset que en la del Tartufo de Moliere, nos compadece mos de su gusto y de su moralidad: de su. gusto , porque hay en Moliere mas fuerza cómica y mas conocimieoto del corarzoa que en Gresset: de su moralidad, porque aquella preferencia mostraría que es mas común entre ellos el vicio de la maligni dad aue el de la hipocresía. En efecto, el primero supone uaa sociedad muy corrompida y sin principio alguno de vida mo ra l: el segundeo, que aun se aprecia la virtud, pues hay quien aspire á engañar con sus apariencias. El verdadero principio en las composiciones dramáticas es que los efectos, ó trágicos ó visibles, queden justificados á los ojos del espectador, ó en otros términos, que los medios sean proporcionados á los fines. Tirso no se fatigó mucho por bus car esta proporción , y en D, Gil menos aun que ea otras co medias suyas: su excelente elocución, su gracioso diálogo ar rastran al auditorio, y le impiden ver este defecto. Agrada , do por él , sino a pesar de él, Ea nuestro entender no hay mas que una fuente del placer en las artes; y es la belleza ideal de los cuadros, sean de la especie que fueren. Nos reimos con las truhanerías de Scapin, como pudiera un niño coa una carátula: U risa que excitan las Marisabidillas de Moliere, ó el Lindo D . Diego de Mo- reto , es ya digna del hombre.=A. L. SOBRE LOS INSECTOS. Sobre los principios que regulan la metamórfosis de los insectos. Una de las peculiaridades mas notables que se notan en el progresivo desarrollo de los animales es aquella cuyo descubri miento debemos á las investigaciones fisiológicas de loa moder nos profesores de la anatomía comparativa; á saber , que los animales pasan por una cierta serie de grados de desarrollo, por cuyo medio van ascendiendo desde el primer principio de la vida al ultimo estado de su perfección, siendo estos grados re presentativos evidentes, ó analogías de los mas perfectos estados de las ciases mas inferiores de animales. Esta peculiaridad tan singular no es una teoría fantástica , sino el resultado de la mas exacta aplicación de hechos. La consecuencia de este principio es que cuanto mas alto lugar ocupa el animal en el teatro de la creación, tanto mayor número de grados tiene que pasar. No intentamos decir que un animal en el primer grado de su existencia era ua animal distinto, sino que ea los primeros •radas de su formación tiene peculiaridades de organizado» análogas ó características del estado perfecto de animales mas 1 inferiores, por las que va pasando hasta llegar á la última que constituye su especie. Sobre este principio algunos escritores han dicho que la suposición de que el hombre pasa desde el primer momeólo de »u embrión por los grados de pólipo, gusano, insecto &c., no significa que el hombre en los primeros estados de su vida, baya sido un pólipo, gusano, rana ni lagarto, sino que en el progreso de su desarrollo se ha hallado en grados iguales á es tos animales inferiores, por los que ha pasado hasta llegar á su alto grado de perfección animal. Cofitrayéndonos á los insectos, hallamos tantas teorías cuan tos fisiólogos se han atrevido á escribir y publicar; unos dicen jue todos los insectos son producidos de huevos, y que cada ^ruga á su primera exclusión contiene en sí misma el germen le una futura mariposa, cuyas membranas se van presentando meesivamente hasta llegar á su perfecto estado alado; otros al :ontrario dicen que los pellejillos sucesivos de la oruga no preexiaten como gérmenes, sino que se forman sucesivamente del rete mucosum , que se forma de nuevo á cada mudaoza de pellejo, por medio de un poder que llaman vix formatrix. Con estas palabras altisonantes y misteriosas ocultan los fisió logos su ignorancia, cuando presumen entrar en el saucta sauc- torum de la naturaleza, en el que no es permitido á ningún mortal entrar, aino acatar reverentemente desde los umbrales. Sobre las propiedades que exhiben los insectos en su paso á un estado mas perfecto . Con dificultad se hallará un fenómeno da la historia natu ral que haya llamado mas la atención de loa hombres en todos los siglos, como el que exhiben los insectos en su paso de un es tado imperfecto á otro mas perfecto. Inclinada la mente huma na á toao lo que es maravilloso, no es extraño que los anti guos considerasen como una verdadera metamórfosis la mudan- ca de una oruga en una mariposa, aunque esto no se puede re conciliar con las leyes ordinarias de la naturaleza. Este error de los antiguos, efecto del imperfecto conocimiento zoológico cuando la naturaleza de estas mudanzas no estaba bien enten dida , ha sido últimamente removido por las sagacísimas inves tigaciones de M alpighi, Reaumur y otros, haciendo desapare cer lo maravilloso , y presentando una serie de desarrollos gra duales, mas peculiares que los exhibidos ea las demas tribus de animales. El descubrimiento de la naturaleza de las mudanzas de oru gas eq mariposas condujo al otro descubrimiento no menos im portante de que la oruga es producida par una criatura, que en un período de su existencia se asemejaba á ella; y la que llegando á su estado perfecto, y siendo fecundada , ha perpe tuado su especie por la deposición de huevos, los que fomenta dos por el calor del sol, producen pequeños animales voraces de varias formas , llamados larvas , y sujetos á una variedad de mudanzas. Eo el estado de larva la mayor parte de los insectos caen en un profundo reposo, durante el cual se altera comple tamente la apariencia de la criatura. El insecto en este estado se llama crisálida ó aurelia , ó en la moderna nomenclatura pupa. Después de mantenerse en este estado el insecto por al gún tiempo, arroja la túnica que lo encubría , y aparece en su perfecta forma. Ahora se llama con su nombre específico de ma riposa , abeja, escarabajo, y técnicamente se le da el nombre ¡mago , con el que se designa el estado adulto de todos ios in sectos. No dudamos que será agradable á muchos de nuestros lec tores saber la etimología de íos nombres larva ,pupa, é imago, tan frecuentemente hallados en los tratado? sobre insectos. har~ va significa máscara, y se aplica al primer estado del insecto salido del huevo, porque parece como enmascarado; pupa sig nifica muñeca, ó momia , y se aplica al segundo estado del in secto, cuando se parece á una criatura en pañales y fajada; miago se aplica al último estado, cuando quitada la máscara y fajas, aparece en su perfecta imagen. Asi pues son cuatro íos estados de la existencia de un insecto; huevo, larva, pupa é imago, de los que vamos á tratar. 1.° Huevo. Es un error suponer que un insecto puede ser producido de otro modo que por uu huevo depositado por otro insecto; pero el modo o situación en que son depositados los huevos es vario, y los entomologistas en este respecto han di vidido los insectos en dos clases: l.° Aquellos que con mucho trabajo forman una residencia, y almacenan alimento para su progenie: 2.° Aquellos que ponen sus huevos en lugares adap tados para su fomento, y donde puedan hallar, cuando se de senrollen , el alimento que les es conveniente. La primera ciase contiene varias especies, siendo las mas per fectas aquellas que viven en sociedad, que construyen hermosas habitaciones con una celdilla para cada hijuelo y salones para toda la comunidad, como las abejas, abispas, hormigas y otras (i). Otros insectos menos nobles hacen nidos bajo la are na ó en la madera podrida con celdillas redondas ú ovales, en las que depositan alimento apropiado para que lo tome ia nue va generación. La segunda clase es tan numerosa que casi com prende á todos los insectos, de modo que los de la primera clase parecen excepciones. Sin embargo, en la segunda ciase hay in sectos de mas ingeniosidad en depositar sus huevos. Muchas especies de carcomas residen en un estado de larva debajo de la corteza de los árboles, depositando las madres sus huevos en lo mas profundo de las grietas de la cáscara por me dio de un instrumento ó fístula muy sutil. En general cada especie deposita sus huevos en aquella sustancia que le sirve de alimento. Unos en carne de animales, y otros en plantas- unos dejando los huevos solamente pegados, y otros para mayor se guridad á la extremidad de los pedículos ó tallitos de árboles y plantas. Los mosquitos ponen sus huevos en las extremidades de las hojas de plantas acuáticas, pegándolos unos á otros en figura de un bote para mantenerlos flotando, mientras que otros de positan sus huevos eo alguna parte de un animal para que se fomeoteo en la carne viva. Seria una tarea larga mencionar, ni posible á los naturalistas conocer, los varios modos adoptados por los insectos para depositar sus huevos en aquellas situacio nes donde su progenie pueda hallar su primer alimento. Si el instinto que muestran los iosectos en preservar sus es- ecies es digno de admiración, no lo es menos el número de uevos que depositan. La reina de las abejas, por ejemplo , pro duce en el curso del año de 4^ á 500 huevos, y suponiendo que ua enjambre contiene 52,256 individuos, y que haya tres enjambres en el año , la poblacioa de una colmeua en el espa cio de 12 meses seria cerca de 1000 abejas; y la aleyrodes proletella , un pequeño insecto hemoptero, puede producir en un año mas de 2000 individuos de su misma especie. Una es pecia de polilla , según refiere L yoanet, produce en la tercera generación mas de un millón; y el Aphis, por la observación de Reaumur. produce á la quinta generación seis millones, y hay 20 generaciones en el curso de un año. Una hormiga blanca , cuyo cuerpo se ensancha tan enormemente que excede muchos centenares de veces el bulto de sus compañeras, de posita 60 huevos ea cada minuto, haciendo el número de 211.449,600 en el período de uo año. Sin embargo, hay otros insectos que no soo tan prolíficos. El gusano de seda produce solo de 4OO á 500 huevos ; la mosca cadice pone menos de 100; algunas curianas menos de 30, y la mosca de caballo no depo sita mas de un huevo. Los huevoi de los insectos son comunmente de una figura oval eos una cascarilla de fuerza suficiente para resistir una presión ordinaria, pero hay otros tan blandos que la menor presión los destruiría. Los huevos eo otras especies son globosos como ea muchos lepidópteros. Hay otros huevos cónicos, corso los de la grande mariposa blanca de la col, y hay otros cilindri cos, en figura de pera &c. Eitos per la mayor parte son sua ves, pero hay otros muy hermosos, ornamentados con varios fi letes simétricamente colocados. H¿y otras variedades muy nu merosas en la forma de los huevos , y algunos tienen adminí culos para intentos peculiares, mientras que otros tienen una coronilla de espinas, en cuyo centro está el verdadero huevo de la Nepa cinérea. El color de los huevos de los insectos tiene también mucha variación: aunque el blanco, amarillo y verde sea Sos colores mas predominantes, también se halla el naranjado, rojo pardo, y todas las modificaciones del negro y del azu l; y otros tienea fajas ó círculos. Pero este color de I 03 huevos no es permanente porque se pierden á proporción que la larva va llegando á esta do de romper su prisión; es probable que sea la causa U mudan za del color de la larva, visible por la delgada cascarilla del huevo. Muchas especies depositan los huevos separados unos de otros; otras los ponen aglomerados; otras los disponen simétri camente; otras los encierran en una masa de gluten, especial mente aquellos que en estado de larva habitan en el agua. Muchos insectos emplean una materia gomosa, con que los dejan pegados firmemeote á las sustancias que han de so.oortar á las larvas; mientras que otros los envuelven en una peluúlla que se arrancan de sus cuerpos con uu instrumento apropiado; y la polilla laca de posita sus huevos formando como ua rosario espiral al rededor de los renuevos de árboles frutales. El período que pasa desde la deposición de los huevos has ta el nacimiento de las larvas depende de la temperatura de la atmósfera, asi como de las especies de insecto. Ad sucede que los primeros huevos depositados por la mariposa carey en el ve rano se fomentan hasta salir las larvas en pocos dias, mien tras que los puestos á fin de otoño por el mismo insecto no producen las orugas hasta la primavera siguiente. Los huevos de las moscas de carne quedan empollados en algunas horas, mien tras que los de la mariposa pintada necesitan ocho dias; y las orugas de la mariposa machaon tardan un mes en salir dei hue vo. Es una regla general que los huevos depositados en otoño ( 1) Nuestros lectores observarán que aqui no tratamos de b economía de cada especie de insecto, sino de los principios de la insectología en general. No faltarán ocasiones de contraemos á la colmena, hormiguero &c.

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Page 1: ó MADRID 20 - boe.es · se haga sin destruir la claridad y la unidad de objeto. Los M e- necmos y el Persa de Plauto están tan llenas de lances como unal/comedia de Calderón. En

MADRID 20 DE DICIEMBRE.

T ea tro e s c o g id o d e l m a estro T irso d e M olin a , tomo m , M adrid , 1859. Artículo i.

Coatiene tres comedias: D. Gil d e las ca lza s v e r d e s , El ce lo so p r u d e n t e , F en tu ra te d é Dios , hijo, Estas dos ultimas son mas raros y menos conocidas que la primera , representada y aplaudida muchas veces en nuestros teatros desde 1814.

Nada diremos de ella 1 porque ¿quién no la ha visto? ¿Quién no ha reido de buena gana con los artificios del ñogido D. Gil, con los remordimientos cómicos de su pérfido amante, con las locuras de dos mugeres, enamoradas de otra disfrazada de hom­bre? Solo recordaremos algunos pasajes de la relación de Cara­manchel, criado de muchos amos, que se omite en las represen­taciones por ser inoportuna para la acción, como observa muy bien el editor en el examen de esta pieza.

Un mes serví no cumplido á un médico muy barbado, belfo sin ser alem an, guantes de ámbar, gorgoran , muía de felpa, engomado; muchos lib ros, poca ciencia (1) ; pero no se me lograba el salario que me daba, porque con poca conciencia lo ganaba su mercé.

Ju a n a . ¿M a l lo ganaba? ¿por qué?Caramanchel» ro r mil causas: la primera,

porque con cuatro aforismos, dos textos, tres silogismos curaba una calle entera.No hay facultad que mas pida estudios, libros galenos, ni gente que estudie menos con importarnos la vida

y cuando á casa llegaba ya era de noche: acudia al estudio , deseoso ,(auuque no era escrupuloso) de ocupar algo del dia en ver los expositores de sus Rasis y Avicenas

cuando Doña Estefanía g ritab a : "ola Inés, Leonor, id á llamar al doctor, que la cazuela se enfría.”Respondía é l : "en un hora no hay que llamarme á cenar: déjenme un rato estudiar.”

Enfadábase la dama, y entrando á ver su doctor decia, "acabad , señor; cobrado habéis hasta fama, y demasiado sabéis para lo que aqui ganais: advertid , si asi os caasais, que presto os consumiréis.Dad al diablo los galenos, si os han de hacer tanto daño:¿qué importa al cabo del año veinte muertos mas ó menos?”

La pintura del clerizonte es digna de la brocha de Goya.Su bouetazo calado,L ucio , g rave , carilleno, mulco de veinteidoceno, el cuello torcido á un lado: y hombre en fin que nos mandaba á pan y agua ayunar los viernes por ahorrar la pitanza que nos daba: y él comiéndose un capón,

quedándose con los do9 alones cabeceando, decia , al cielo m irando:" ¡a y , am a! qué bueno es D io s !”Dejóle en f in , por no ver amo que tan gordo y lleno, nunca á Dios .llamaba bueno hasta después de comer.

El editor en el examen de esta pieza hace guerra á los r í - g id o s p r e c e p t is ta s del siglo pasado, perpétuos defensores de la s en cillez en los argumentos dramáticos, porque en su sistema no se puede explicar cómo los dramas semejantes al D. Gil en la complicación de la acción, agradan tanto ó mas que los sen­cillos.

Nosotros creemos en primer lugar que Luzan y Moratin no merecen el nombre de p r e c ep t is ta s , tomado siempre en mala parte por los que quisieran que hubiera r e g l a s , y por consi­guiente ni p r in cip io s en la práctica de la poesía dramática.

En segundo lugar, que la s en c i l lez de la fábula , recomen­dada por los maestros del a r te , no es la d e sn u d ez , pobreza y f r i a ld a d : sino la un idad de acción y de Ínteres. D ígalo , si no, la distinción , bien conocida de los literatos, entre las comedias de costumbres y las de in triga : entre las fábulas s im p les y las im p lex as . Es contra el arte destruir el inores truncándolo y complicando acciones que nada tengan de común entre sí, aun en las fábulas mas pobres de incidentes: pero nadie ha prohibi­do todavía aumentar el movimiento de la acción, siempre que se haga sin destruir la claridad y la unidad de objeto. Los M e- n ecm os y e l P ersa de Plauto están tan llenas de lances como unal/comedia de Calderón.

En tercer lu g a r , que no admiten comparación los dos géne-

( í ) Rasgo satírico de mucho m érito : la elipsis le da mas v igor, y recuerda m ega biblan, m ega ca can (un libro grande, grande mal) de los griegos, que acaso tuvo presente Tirso.

óros. el de costumbres y el de intriga. Su mérito es de diferente clase. Acaso nos riamos mas con D. Gil que con e l M isán tropo ; pero la risa que este excita es de mejor tono, y sobre todo mas liti!.

Si los franceses gozan mas en la representación del M aligno de Gresset que en la del T artu fo de M oliere, nos compadece­mos de su gusto y de su moralidad: de su. gusto , porque hay en Moliere mas fuerza cómica y mas conocimieoto del corarzoa que en Gresset: de su m oralidad, porque aquella preferencia mostraría que es mas común entre ellos el vicio de la m aligni­dad aue el de la hipocresía. En efecto, el primero supone uaa sociedad muy corrompida y sin principio alguno de vida mo­r a l : el segundeo, que aun se aprecia la v irtud , pues hay quien aspire á engañar con sus apariencias.

El verdadero principio en las composiciones dramáticas es que los efectos, ó trágicos ó visibles, queden justificados á los ojos del espectador, ó en otros términos, que los medios sean p rop o rcion a d o s á los fines. Tirso no se fatigó mucho por bus­car esta proporción , y en D, Gil menos aun que ea otras co­medias suyas: su excelente elocución, su gracioso diálogo ar­rastran al auditorio , y le impiden ver este defecto. Agrada , do p o r é l , sino a p e sa r d e él,

Ea nuestro entender no hay mas que una fuente del placer en las artes; y es la belleza id ea l de los cuadros, sean de la especie que fueren. Nos reimos con las truhanerías de Scapin, como pudiera un niño coa una carátula: U risa que excitan las M arisab id illa s de M oliere, ó el Lindo D . D iego de M o- reto , es ya digna del hombre.=A. L .

SOBRE LOS INSECTOS.

Sobre lo s p r in cip io s que regu la n la m etam ór fo s is d e lo s in secto s.

Una de las peculiaridades mas notables que se notan en el progresivo desarrollo de los animales es aquella cuyo descubri­miento debemos á las investigaciones fisiológicas de loa moder­nos profesores de la anatomía com parativa; á saber , que los animales pasan por una cierta serie de grados de desarrollo, por cuyo medio van ascendiendo desde el primer principio de la vida al ultimo estado de su perfección, siendo estos grados re­presentativos evidentes, ó analogías de los mas perfectos estados de las ciases mas inferiores de animales. Esta peculiaridad tan singular no es una teoría fantástica , sino el resultado de la mas exacta aplicación de hechos. La consecuencia de este principio es que cuanto mas alto lugar ocupa el animal en el teatro de la creación, tanto mayor número de grados tiene que pasar. No intentamos decir que un animal en el primer grado de su existencia era ua animal d istinto, sino que ea los primeros •radas de su formación tiene peculiaridades de organizado» análogas ó características del estado perfecto de animales mas 1 inferiores, por las que va pasando hasta llegar á la última que constituye su especie.

Sobre este principio algunos escritores han dicho que la suposición de que el hombre pasa desde el primer momeólo de »u embrión por los grados de pólipo, gusano, insecto & c., no significa que el hombre en los primeros estados de su vida, baya sido un pólipo, gusano, rana ni lagarto , sino que en el progreso de su desarrollo se ha hallado en grados iguales á es­tos animales inferiores, por los que ha pasado hasta llegar á su alto grado de perfección animal.

Cofitrayéndonos á los insectos, hallamos tantas teorías cuan­tos fisiólogos se han atrevido á escribir y publicar; unos dicen jue todos los insectos son producidos de huevos, y que cada ^ruga á su primera exclusión contiene en sí misma el germen le una futura mariposa, cuyas membranas se van presentando meesivamente hasta llegar á su perfecto estado alado; otros al :ontrario dicen que los pellejillos sucesivos de la oruga no preexiaten como gérmenes, sino que se forman sucesivamente del r e t e m u cosum , que se forma de nuevo á cada mudaoza de pellejo, por medio de un poder que llaman v ix fo rm a tr ix . Con estas palabras altisonantes y misteriosas ocultan los fisió­logos su ignorancia, cuando presumen entrar en el saucta sauc- torum de la naturaleza, en el que no es permitido á ningún mortal entrar, aino acatar reverentemente desde los umbrales.

Sobre la s p r o p ied a d es que exhiben los in secto s en su p a so á un es ta d o m as p e r f e c t o .

Con dificultad se hallará un fenómeno da la historia natu­ral que haya llamado mas la atención de loa hombres en todos los siglos, como el que exhiben los insectos en su paso de un es­tado imperfecto á otro mas perfecto. Inclinada la mente hum a­na á toao lo que es maravilloso, no es extraño que los anti­guos considerasen como una verdadera metamórfosis la mudan- ca de una oruga en una mariposa, aunque esto no se puede re­conciliar con las leyes ordinarias de la naturaleza. Este error de los antiguos, efecto del imperfecto conocimiento zoológico cuando la naturaleza de estas mudanzas no estaba bien enten­dida , ha sido últimamente removido por las sagacísimas inves­tigaciones de M a lp igh i, Reaumur y otros, haciendo desapare­cer lo maravilloso , y presentando una serie de desarrollos g ra­duales, mas peculiares que los exhibidos ea las demas tribus de animales.

El descubrimiento de la naturaleza de las mudanzas de oru­gas eq mariposas condujo al otro descubrimiento no menos im ­portante de que la oruga es producida par una cr ia tu ra , que en un período de su existencia se asemejaba á e lla ; y la que llegando á su estado perfecto, y siendo fecundada , ha perpe­tuado su especie por la deposición de huevos, los que fomenta­dos por el calor del so l, producen pequeños animales voraces de varias formas , llamados la r v a s , y sujetos á una variedad de mudanzas. Eo el estado de larva la mayor parte de los insectos caen en un profundo reposo, durante el cual se altera comple­tamente la apariencia de la criatura. El insecto en este estado se llama cr isá lid a ó a u r e l ia , ó en la moderna nomenclatura pupa. Después de mantenerse en este estado el insecto por a l­gún tiempo, arroja la túnica que lo encubría , y aparece en su perfecta forma. Ahora se llama con su nombre específico de ma­riposa , abeja , escarabajo, y técnicamente se le da el nombre ¡m a g o , con el que se designa el estado adulto de todos ios in ­sectos.

No dudamos que será agradable á muchos de nuestros lec­tores saber la etimología de íos nombres la rv a ,p u p a , é im a go ,

tan frecuentemente hallados en los tratado? sobre insectos. har~ va significa m áscara, y se aplica al primer estado del insecto salido del huevo, porque parece como enmascarado; pupa s ig ­nifica muñeca, ó momia , y se aplica al segundo estado del in ­secto, cuando se parece á una criatura en pañales y f a j ada ; m iago se aplica al último estado, cuando quitada la máscara y fajas, aparece en su perfecta imagen. Asi pues son cuatro íos estados de la existencia de un insecto; huevo, la rv a , pupa é im ago, de los que vamos á tratar.

1.° Huevo. Es un error suponer que un insecto puede ser producido de otro modo que por uu huevo depositado por otro insecto; pero el modo o situación en que son depositados los huevos es vario , y los entomologistas en este respecto han d i­vidido los insectos en dos clases: l.° Aquellos que con mucho trabajo forman una residencia, y almacenan alimento para su progenie: 2.° Aquellos que ponen sus huevos en lugares adap­tados para su fomento, y donde puedan h a lla r , cuando se de­senrollen , el alimento que les es conveniente.

La primera ciase contiene varias especies, siendo las mas per­fectas aquellas que viven en sociedad, que construyen hermosas habitaciones con una celdilla para cada hijuelo y salones para toda la comunidad, como las abejas, abispas, hormigas y otras ( i ) . Otros insectos menos nobles hacen nidos bajo la are­na ó en la madera podrida con celdillas redondas ú ovales, en las que depositan alimento apropiado para que lo tome ia nue­va generación. La segunda clase es tan numerosa que casi com­prende á todos los insectos, de modo que los de la primera clase parecen excepciones. Sin embargo, en la segunda ciase hay in ­sectos de mas ingeniosidad en depositar sus huevos.

Muchas especies de carcomas residen en un estado de larva debajo de la corteza de los árboles, depositando las madres sus huevos en lo mas profundo de las grietas de la cáscara por me­dio de un instrumento ó fístula muy sutil. En general cada especie deposita sus huevos en aquella sustancia que le sirve de alimento. Unos en carne de animales, y otros en plantas- unos dejando los huevos solamente pegados, y otros para mayor se­guridad á la extremidad de los pedículos ó tallitos de árboles y plantas.

Los mosquitos ponen sus huevos en las extremidades de las hojas de plantas acuáticas, pegándolos unos á otros en figura de un bote para mantenerlos flotando, mientras que otros de­positan sus huevos eo alguna parte de un animal para que se fomeoteo en la carne viva. Seria una tarea larga mencionar, ni posible á los naturalistas conocer, los varios modos adoptados por los insectos para depositar sus huevos en aquellas situacio­nes donde su progenie pueda hallar su primer alimento.

Si el instinto que muestran los iosectos en preservar sus es- ecies es digno de adm iración, no lo es menos el número de uevos que depositan. La reina de las abejas, por ejemplo , pro­

duce en el curso del año de 4^ á 500 huevos, y suponiendo que ua enjambre contiene 52,256 individuos, y que haya tres enjambres en el año , la poblacioa de una colmeua en el espa­cio de 12 meses seria cerca de 1000 abejas; y la aleyrodes proletella , un pequeño insecto hemoptero, puede producir en un año mas de 2000 individuos de su misma especie. Una es­pecia de polilla , según refiere L yo an et, produce en la tercera generación mas de un m illón; y el A ph is, por la observación de Reaum ur. produce á la quinta generación seis millones, y hay 20 generaciones en el curso de un año. Una hormiga blanca , cuyo cuerpo se ensancha tan enormemente que excede muchos centenares de veces el bulto de sus compañeras, de­posita 60 huevos ea cada m inuto , haciendo el número de 211.449,600 en el período de uo año. Sin embargo, hay otros insectos que no soo tan prolíficos. El gusano de seda produce solo de 4OO á 500 huevos ; la mosca cadice pone menos de 100; algunas curianas menos de 3 0 , y la mosca de caballo no depo­sita mas de un huevo.

Los huevoi de los insectos son comunmente de una figura oval eos una cascarilla de fuerza suficiente para resistir una presión ordinaria, pero hay otros tan blandos que la menor presión los destruiría. Los huevos eo otras especies son globosos como ea muchos lepidópteros. Hay otros huevos cónicos, corso los de la grande mariposa blanca de la col, y hay otros c ilind ri­cos, en figura de pera &c. Eitos per la mayor parte son sua­ves, pero hay otros muy hermosos, ornamentados con varios fi­letes simétricamente colocados. H¿y otras variedades muy nu­merosas en la forma de los huevos , y algunos tienen adm iní­culos para intentos peculiares, mientras que otros tienen una coronilla de espinas, en cuyo centro está el verdadero huevo de la N epa c in é r ea .

El color de los huevos de los insectos tiene también mucha variación: aunque el blanco, amarillo y verde sea Sos colores mas predominantes, también se halla el naranjado, rojo pardo, y todas las modificaciones del negro y del a zu l; y otros tienea fajas ó círculos. Pero este color de I03 huevos no es permanente porque se pierden á proporción que la larva va llegando á esta­do de romper su prisión; es probable que sea la causa U mudan­za del color de la larva, visible por la delgada cascarilla del huevo.

Muchas especies depositan los huevos separados unos de otros; otras los ponen aglomerados; otras los disponen sim étri­camente; otras los encierran en una masa de g lu ten , especial­mente aquellos que en estado de larva habitan en el agua. Muchos insectos emplean una materia gomosa, con que los dejan pegados firmemeote á las sustancias que han de so.oortar á las larvas; mientras que otros los envuelven en una peluúlla que se arrancan de sus cuerpos con uu instrumento apropiado; y la polilla laca de­posita sus huevos formando como ua rosario espiral al rededor de los renuevos de árboles frutales.

El período que pasa desde la deposición de los huevos has­ta el nacimiento de las larvas depende de la temperatura de la atmósfera, asi como de las especies de insecto. Ad sucede que los primeros huevos depositados por la mariposa carey en el ve­rano se fomentan hasta salir las larvas en pocos d ias , m i e n ­tras que los puestos á fin de otoño por el mismo insecto no producen las orugas hasta la primavera siguiente. Los huevos de las moscas de carne quedan empollados en algunas horas, mien ­tras que los de la mariposa pintada necesitan ocho d ia s ; y las orugas de la mariposa machaon tardan un mes en salir dei hue­vo. Es una regla general que los huevos depositados en otoño

(1) Nuestros lectores observarán que aqui no tratamos de b economía de cada especie de insecto, sino de los principios de la insectología en general. No faltarán ocasiones de contraemos á la colmena, hormiguero &c.

Page 2: ó MADRID 20 - boe.es · se haga sin destruir la claridad y la unidad de objeto. Los M e- necmos y el Persa de Plauto están tan llenas de lances como unal/comedia de Calderón. En

no son fomentados hasta 3a prim avera, esto es, que tardan en salir las larvas de cuatro á seis meses , según las latitudes.

Se ha procurado investigar el desarrollo de la carcoma en­cerrada en el huevo- pero la extremada pequenez de los objetos h a s i d o hasta ahora una dificultad insuperable , y por esto se ha hecho peco progreso en este ramo de la entomología. Sin em­bargo, el Dr. Ilerold se ha empeñado en descubrir esta opera­ción de ia naturaleza , y ha hecho muchas observaciones m i­croscópicas admirables, las que publicadas últimamente, aclara­rán fdgo este intricado asunto.

No podemos pasar en silencio una peculiaridad relativa á esta parte del asunto; á saber , que los huevos de las hormigas j y de algunas moscas crecen considerablemente en tamaño, y hasta se altera su figura antes de salir las larvas; lo que es sin düda causado por el desarrollo del embrión, pues que se ve es­te en el huevo de la mariposa tan doblado , que la cabeza toca con la cola.

Está admitido que la mayor parte de los insectos mueren antes que tenga vida su progenie. Mr. de Geer averiguó que uoa especie de chinche de campo, probablemente la vincucha de Arr.érica, sobrevive á aquel evento, que ella aguarda aten­tamente , y que luegoVonduce su cria , compuesta de 50 á 40? del mismo modo que una gallina lleva á sus pollos.

Hay otras especies cuya atención está contraida enteramen­te al cuidado de los huevos y educación de los hijuelos, espe­cialmente aquellas que viven en sociedad. Llegado el período de la fomeotacioo completa del huevo, rompe la larva su prisión ó empujando ó mordiendo la cáscara con sus quijadas ó disentes. En aquellas especies cu yo s huevos tieneu la cáscara mas dura, tienen estos una suerte de birrete en una punta , el cual se se­para fácilmente dejando abierta la puerta al prisionero.

2.° Larva. Llegado el insecto á este estado, se considera en activa existencia, ejerciendo las funciones da comer y crecer. En este estado se le dan los nombres de oruga , cresa y otros varios, aplicados tan indiscriminadamente, que es casi imposible de- I fi ni ríos exactamente de modo que indiquen una precisa división de la existencia de los insectos. En el estado de larva casi todos se presentan en una forma de gusano cilindrica , asortijada y carnosa , generalmente con una cabeza bien distinguida , y seis patas escamosas adaptadas á la parte anterior del cuerpo. H ay, sin embargo, algunos que no se les puede distinguir la cabeza, y otros privados enteramente de patas, mientras que otras es­pecies tienen membranas en los segmentos terminales. Asimismo hay otras especies, cuyo número es muy reducido, que en el estado de larva se asemejan mucho á sus padres , y sin mas d i­ferencia que carecer de alas. Esta variación comprende dos d i­visiones principales; la primera tiene una metamorfosis comple­ta, y la segunda una incompleta. Lineo las llama H ete r om o r - pka y Homomorpha .

Con todo, en toda esta diversidad prevalece una uniformi­dad general de estructura , la que bajo varias modificaciones de forma preserva una tendencia hacia una organización típica ú original. Esta tipicidad ú originalidad en las larvas consiste en tener ordinariamente el cuerpo compuesto de 15 segmen­tos de igual tamaño en la mayor parte, aunque llegado el in ­secto á su madurez, algunos de estos segmentos se convierten eu órganos interiores , ó se alteran mucho con respecto á la ex­tensión del individuo. Todo el objeto de la existencia del an i­mal , en el estado de larva , consiste en su capacidad de alimen­tarse, por lo que el cuerpo mantiene en sus varios segmentos una uniformidad general correspondiente á la formación de los órga­nos interiores digestivos. Pero cuando el insecto ha llegado á su perfecto estado, aquel objeto se muda en la inclinación natu­ral de buscar á su consorte: para esto requiere a la s , y no podría sostener estas sin alteración de algunos segmentos. Proveído el I insecto coo alas, llega á su perfección, y con esta á la segunda a parte de su obligación , multiplicamini$ por lo que los órganos | de generación vienen á ser órganos de una importancia espe­cial , para cuyo oficio deberán ser sacrificadas algunas porcio­nes del cuerpo.

Los 15 segmentos que componen eí cuerpo de la larva tie­nen las relaciones siguientes con la distribución de ios segmen­tos de la imngo. El primer segmento, ó cabeza de la larva , vie­ne á ser la cabeza de la im ago ; los tres siguientes componen el tórax ó cavidad del pecho, y los demas son el abdómea en el insecto perfecto.

Homomorpha. Las larvas eo la división homomorpha se asemejan mucho al insecto perfecto, con la diferencia de no te­ner manifiesto el aparato para volar. El segundo segmento del cuerpo no exhibe tampoco eí escudo que se halla en la imago en aquella situación, como sucede en las varias tribus de lan­gostas, langostinos, cigarrones, grillos & c ,, chinches y otras especies que constituyen los órdenes Orthoptera , H em ip tera , Homoptera y algunas porciones del órdeu Neuroptera . A lgu­nos de estos insectos son notables por estar destituidos de alas en su estado perfecto; y asi es difícil d istinguir su estado de lar­va y siguientes, excepto por la variación de sus tamaños y an­tenas.

I le t e rom orpha . Las larvas en esta división no se parecen al insecto perfecto, teniendo mas ó menos ia forma de gusa nos y á excepción de la cabeza, una textura como de cuero. A esta división pertenecen las tribus de escarabajos , curianas, m ari­posas, polillas , abejas y la mayor parte de las moscas de dos y cuatro alas. Hay sin embargo varias modificaciones de forma eu la cabeza y patas de estos insectos , por Jo que daremos a l­gunos ejemplos.

A. L arya e cap i ta ta e9 ó con cabezas bien distinguidas. Es­tas se subdividen en

Io. I lyp e rh exapoda , ó con seis patas y antepatas.■ H exapodae , ó con seis patas, pero sin antepatas* Asi son las larvas de muchas co l e ó p t e ra .

5.° Apodae , ó destituidas de patas, como muchas heme- noptei a , mosquitos o típulas , y también la pulga.

B. Larva capitatae , ó sin cabeza d is tin ta , como la mayor parte de los inbectos dípteros.

Las cabczis de las larvas están generalmente cubiertas con un casco cornoso, dividido frecuentemente por una línea de a r­riba abajo por la mitad de la cara formando dos lobos laterales mas ó rneuos redondos, y frecuentemente de una figura trian­gular. Hay otras variaciones en las apeudencias que distinguen la cabeza de este animal. En la segunda sección mencionada antes la cabeza está tirada hácia atras; es membranosa , no tieue ojos ni antenas, ni las psrtes ordinarias de la boca ; en su lugar hay dos cerditas que les sirven para tomar el jugo que les sirve de alim ento, y de agarraderas para moverse.

Las cabezas de las larvas tienen generalmente un par de

antenas cortas rudimentales, ojos, y los órganos de la boca. Estas antenas están colocadas junto á la basa de las mandíbulas, y no se parecen en oada á las antenas del insecto en perfecto estada. Son en general muy cortas, compuestas de tres ó cuatro articulaciones.

Los ojos de las larvas no están formados en series de lentes hexágonos corno en el insecto ya perfecto, sino se componen de un pequeño número de tubérculos á los dos lados de la cabeza, en el mismo lugar que han de ocupar los ojos del insecto; y muchas larvas están destituidas de ellos. El número de estos tubérculos rara vez son mas de seis á cada lado, como sucede en las orugas de las mariposas. Las larvas de la mosca dragón tienen ojos algo semejantes á los del insecto perfecto.

La boca en la mayoría de las larvas se compone de un labio superior, un par de quijadas ó encías cornosas, otro par de mandíbulas inferiores de menos consistencia, á lasque está adaptado un palpo articulado, y un labio inferior con un par de palpos articulados. No se entenderá por esto que la estruc­tura de la boca de larva es igual á la de su imago. Hay en la estructura de los varios órganos de la boca algunas peculiari­dades que merecen ser mencionadas.

En aquellas larvas que han de formar capullos de seda den­tro de los que han de tener sus trasformaciones, tiene el labio inferior á su extremidad un órgano sumamente delgado, pro­bablemente el husillo para h ilar, compuesto de varios tobillos longitudinales , y terminando en un solo orificio, por el que el gusano arroja los hilos de seda , los que , aunque formados en dos distintos tubos , se unen antes de salir por el orificio del tubo. Hay algunas larvas que hilan su seda por medio de otro aparato que tienen á la otra extremidad del cuerpo.

(6b conc lu irá .)

PROVIDENCIAS JUDICIALES*

Subdelegación de Rentas de M adr id .

Por providencia del Sr. intendente subdelegado de Rentas de esta provincia se c ita , llama y emplaza á D. M atías More­no, que habita calle de Recoletos, núra. 14? manzana 276, para qae comparezca en la escribanía principal de Amortiza­ción , calle del Lobo, núm. 8 , piso segundo, á efecto de ha­cerle entender cierta providencia del mismo Sr. intendente; bien entendido que de no comparecer le parará el perjuicio que haya lugar*

N virtud de providencia del Sr. D. Juan José'Rodríguez Valdeosera , caballero comendador de la Real orden ame­

ricana de Isabel la Católica, juez togado de primera instancia de esta c ap ita l, refrendada del escribano del número D. M ar­tin Santin y Vázquez, se cita y emplaza á los que en cualquie­ra concepto se consideren con derecho á los bienes que queda­ron por fallecimiento de D. Francisco Cruces' Bueno, correo que fue de gabinete, para que acudan á deducirlo en su ju z ­gado y citada escribanía en el término de ocho d ias ; apercibi­dos que de no hacerlo les parará el perjuicio que haya lugar.

T A persona que se crea con derecho al patronato Real de Le­gos, fundado en la villa de Polvoranca por Juana M ar­

t in , que se halla vacante por muerte del licenciado D. José García del V alle , su último poseedor, vecino que fue de M a­drid , acuda al Sr. juez de primera instancia del partido de Ge- ta fe , por la escribanía que despacha eo él D. M iguel García Carrasco, en el término de 50 d ias , contados desde el 16 del corriente; en inteligencia que pasado este término sin haberlo verificado le parará entero perjuicio.

Asesoría general de la Guardia Real de todas armas.

En este juzgado privativo de la Guardia R ea l, de que soy asesor general, penden autos entre el Excmo. Sr. duque de Gas- troterreño, capitán director de la Real compañía de Guardias alabarderos, y la viuda y herederos de D. Diego R ute , vecino que fue de la ciudad de M álaga, sobre cumplimiento de una escritura de obligación otorgada en 50 de Setiembre de 1807; en los cuales por providencia de 25 de Noviembre último he acordado, entre otras cosas, que por medio de la Gaceta del Gobierno se llam e, cite y emplace á los herederos del nomina­do D. Diego R ute , á fin de que dentro del preciso y perento­rio término de 50 d ías, que por primero y último se les prefi­ja y señala, comparezcan por s í , ó por medio de procurador con suficiente poder, en este privativo juzgado y escribanía del mismo á cargo del secretario escribano de Cámara el Sr. Don Román Lorenzo Calvo, á decir y exponer de su derecho y jus­ticia en los mencionados autos; bajo apercibimiento que de no hacerlo asi se fiarán y sustanciarán las actuaciones coa los es­trados del tribuual en su ausencia y rebeldía, y les parará el perjuicio que haya lugar.

V A C AN TE.

C E halla vacante la plaza de médico-cirujano titu lar del lugar ^ de Candelario, partido de Bejar , en la provincia de Sala­manca , independiente de barba y sangría ; su dotación es de 83 rs. vn. anuales, cobrados y pagados por su ayuntamiento en tres tercios iguales: quedan á favor del facultativo los gol­pes de mano airada , cuya cura exigirá de los agresores; pero tendrá la obligación de asistir gratis á efectuar los reconoci­mientos necesarios en las quintas que ocurran, por cuya razón se le exiaie de toda clase de contribuciones.

Los profesores en dicha facultad que quieran optar á la va­cante , d irig irán sus solicitudes al ayuntamiento en los 50 dias siguientes al en que se efectúa el anuncio, pues pasados estos, se proveerá dicha plaza.

BIBLIOGRAFIA.

DICCIONARIO frances-español y español-frances de T a— ^ boada , 2 tomos , 90 rs.

Les fibles publiques de París: nueva é interesante publica­ción para la m oral, 2 tomos, 50 rs.

L ’histoire sainte. Un tomo con 24 lám inas, 10 rs.La Morale en action. Un tomo cou seis lám inas, 8 rs.Estos libros y otros se hallan en el gabinete de lectura y l i ­

brería de M ooier, Puerta del S o l, en donde se admiten sus­cripciones á toda clase de obras y periódicos, y se venden lo» figurines desde 1 real hasta 4*

HISTORIA general de E spaña, compuesta, enmendada y añadida por el P. Juan de M ariana , últim a edición, coa

láminas. Aumentada con las tablas del autor y la continua­ción de Miñana traducida , que llega hasta el año 1600 , y ad i­cionada únicamente eo esta edición con una narración de suce­sos desde 1600 hasta Í8 5 5 , ó sea hasta la muerte del Rey Don Fernando v n ; un resúmen cronológico de los sucesos mas nota­bles , sumamente necesario para metodizar el estudio de la h is­toria , por D. José María Gutiérrez de la Peña; y un escrito clásico del Sr. conde de Floridablanca á D. Cárlos m , que con­tiene lo acaecido durante su Ministerio.

Los Sres. suscriptores á esta obra acudirán á recoger el to­mo 8.° en Madrid , librería de Cuesta, en Barcelona á la de Oliva , y á los demas puntos que se hayan suscrito.

N U E V O tratado de fisiología-patológica de J . L . Begin, tra - ^ * ducido al castellano con notas por el Dr. D. Victoriano de Torrecilla. La junta escolástica del colegio de S. Cárlos de Madrid informará á la superior de medicina y cirugía , mani­festando la grande utilidad de esta obra para la teoría y la práctica de la medicina y cirugía. Dos tomos en 4*0 español, que se venden ea las librerías de Sánchez, calle de la Concep­ción Gerónitna; de Cuesta, frente á S. Felipe el Real, y de Pé­rez, calle de Carretas.

O BRAS del Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor de Jovellanos, ilustradas con numerosas notas dispuestas por orden de

m aterias, con un plan claro , vario y ameno, aumentadas con un considerable caudal de escritos del au to r, impresos ahora por primera vez con la vida de Jovellanos, retratos y viñetas, por D. Venceslao de Linares y Pacheco.

Los Sres suscriptores á esta obra acudirán á recoger el to­mo 2.° en Madrid á la librería de Cuesta; en Barcelona á la de O liva , y á los demas puntos donde se hayan suscrito: en tos mismos sitios sigue abierta la suscripción.

TEATROS.PRINCIPE. A las siete de la noche. Se pondrá nueva­

mente en escena el muy acreditado y aplaudido drama en cin­co actos, titulado

EL CASTILLO DE S. ALBERTO.

CRUZ. A las siete de la noche. Se ejecutará la función que se hizo ayer en beneficio de los profesores de la orquesta de ópera en este teatro , en la forma siguiente:

DISTRIBUCION.

Primera parte.

1.° Sinfonía en la ópera Guglielmo Tell, del maestro Ros— s in i, á completa orquesta , exornada con una magnífica deco­ración de país nevado, con claro de luna.

2.° Introducción en la ópera Elena é M alvina , del maes­tro Cam icer, por la Sra. V illó , el Sr. Salas y coristas; con de­coración y trajes.

5.° Dúo en la ópera Anna Bolena9 del maestro Donizetti, por la Sra. Lombía y el Sr. R eguer; con decoración y trajes.

4.0 Variaciones de flauta de M r. K a lt-b ek , por el joven profesor D. Pedro Sarmieoto.

5.° Cavatina en la ópera Semirámide , del maestro Rossini, por ia Sra. Campos y coristas; con decoración y trajes.

6.° Terceto en la ópera Elena é M alvina , por la señora V illó y los Sres. Unanue y S a la s ; con decoración y trajes.

Segunda parte.

í.° Sinfonía nueva del maestro Carnicer, escrita expresa­mente para este beneficio.

2.° Terceto de bajos del mismo maestro, por los Sres. Cal- v e t , Salas y Reguer.

5.° Canción española titulada La Criada; poesía de Don Manuel Bretón de los Herreros, música del mismo maestro Car­nicer , también expresamente compuesta para esta función; será ejecutada por la Sra. Campos.

4.0 Fantasía de fagot por M r. V illen t, desempeñada por el joven profesor D. Casimiro M ellier.

5.° Dúo en la ópera Ottelo, del maestro R ossin i, por los Sres. Unanue y C alvet; con decoración y traje.

6 .° Cavatina en la ópera Roberto el Diablo, del maestro Mayerbeer , por la Sra. V illó y coristas ; con decoración y trajes.