zeta revista no. 1

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Z eta REVISTA DE BIBLIOTECOLOGÍA Y ESTUDIOS DE LA INFORMACIÓN No. 1 · Julio - Diciembre 2015 · México UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE BIBLIOTECOLOGÍA

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Zeta Revista de Bibliotecología y Estudios de la información. Núm. 1, jul.-dic. 2015

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  • ZetaREVISTA DE BIBLIOTECOLOGA Y

    ESTUDIOS DE LA INFORMACINNo. 1 Julio - Diciembre 2015 Mxico

    UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICOFACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS

    COLEGIO DE BIBLIOTECOLOGA

  • Zeta, Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin. Nmero 1, Julio Diciembre, 2015.

    UNAM Facultad de Filosofa y Letras Colegio de Bibliotecologa

    ZETA Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin se crea a partir de una necesidad por hacer partcipes a los estudiantes, profesores e investigadores a contribuir al desarrollo de la bibliotecologa, archivonoma, documentacin o cualquier materia afn a los temas tratados

    por esta rea del conocimiento.Es una publicacin creada por estudiantes del Colegio de Bibliotecologa de la Facultad de Filosofa y Letras, y coordinada en

    conjunto con la participacin de un Consejo Editorial y el apoyo institucional del Colegio y la Facultad.Las opiniones emitidas en la publicacin son responsabilidad de los autores. No reflejan ni comprometen necesaria-

    mente las posiciones de la Revista Zeta de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin.ZETA Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin se encuentra bajo una licencia Creative

    Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License, que permite que otros puedan descargar esta obra, compartirla con otras personas y crear obras derivadas a partir

    de ella de manera no comercial, siempre y cuando se reconozca la autora original y las licencias de las nuevas creaciones sean bajo las mismas condiciones.

    ZETA Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin. No. 1 (jul.-dic.) . Mxico : UNAM. Facultad de Filosofa y Letras. Colegio de Bibliotecologa,

    2015.Semestral (no. 1, 2015- )

    ISSN: En trmite.Contacto para mayor informacin:

    [email protected]

    FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS

    Dra. Gloria Villegas MorenoDirectora

    Dra. Luz Fernanda Azuela BernalSecretaria General

    Mtra. Mara Areli Montes SurezSecretaria Acadmica

    Lic. Claudia Europa SnchezSecretaria Administrativa

    Dr. Axayacatl Campos Garca RojasJefe de la Divisin de Estudios de Posgrado

    Mtro. Jos David Becerra IslasJefe de la Divisin de Estudios Profesionales

    Dr. Jos Mara Villaras ZugazagoitiaJefe de la Divisin del Sistema de Universidad Abierta

    y Educacin a DistanciaLic. Carmen Snchez

    Secretara de Extensin Acadmica Departamento de Publicaciones

    Dra. Lina Escalona RosCoordinadora del Colegio de Bibliotecologa

    Zeta, Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin. Nmero 1, Julio Diciembre, 2015.

    CONSEJO EDITORIALDra. Lina Escalona Ros Colegio de BibliotecologaDr. Hugo Alberto Figueroa AlcntaraColegio de BibliotecologaDr. Ral Rojas SorianoUniversidad Nacional Autnoma de MxicoMtra. Isabel Chong de la CruzColegio de BibliotecologaLic. Juan Manuel Zurita SnchezColegio de BibliotecologaLic. Fernando Ariel Lpez (ARG)Universidad Nacional de Asuncin (PAR)

    EQUIPO EDITORIALRodrigo Castaneyra HernndezDirector EditorialArturo Garduo MagaaEditor TcnicoAlegna Sina Zavala MiramontesCoordinadora EditorialBrenda Ximena Garca GonzlezCorreccin de EstiloGerardo Garduo Ros / Tania Yusely Sabino Duarte / Katy Anglica Fonseca Salcedo / Rodrigo Lara LedesmaEditores

    Colaboradores en este nmeroDr. Fermn Lpez FrancoMtra. Sandra Sotelo LinaresMtra. Sofa Rojas RuzMtro. Jorge Octavio Ruz VacaMtra. Salette Mara Guadalupe Aguilar GonzlezLic. Zaira Lagunas LedesmaLic. Ariel de la Rosa Alvarado

  • UNAM Facultad de Filosofa y Letras Colegio de Bibliotecologa

    ndiceUNAM Facultad de Filosofa y Letras Colegio de Bibliotecologa

    Zeta, Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin. Nmero 1, Julio Diciembre, 2015.

    Z

    Editorial

    Artculos

    Entrevistas

    Reseas

    Un vistazo a...

    Argumentos sobre los males del cientificismo.Un anlisis metacientfico en torno al estatutoepistemolgico de la bibliografa

    5Joel Enrique Cedeo Jimnez y Paola Vanesa Rosas Rivera

    Branding para biblioteclogosMarisela Romero Vzquez 19

    Modelo para evaluar la contribucin de la biblioteca acadmica en la gestin del aprendizaje, de la investigacin y del conocimientoBrenda Cabral Vargas y Mara Gabriela Vzquez Santa Ana 34

    La relacin bibliotecologa-restauracin Gerardo Garduo Ros

    Conferencia Ciencia Abierta,el siguiente paso OPENArturo Garduo Magaa

    65

    Navegar con libros. El comercio de libros entre Espaa y Nueva Espaa (1750-1829).Cristina Gmez lvarezRoberto Gonzlez Moreno 72

    54

    Biblioteca de Extremadura Victor David Snchez Cornejo76

    El rol del biblioteclogo en la Biblioteca Militar Katy Angelica Fonseca Salcedo82

    Portada: Hernndez, Selva. Tesoros de ex libris mexicanos / investigacin documental y textos de Selva Hernndez. Mxico:

    Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2006.Foto: T. Yusely Sabino Duarte

    Z40

    Z40

    Z665

    Z8001

    Z729

    Z729

    Z679

    Z679

    AdministradorTexto escrito a mquina

    AdministradorTexto escrito a mquina

  • 3UNAM Facultad de Filosofa y Letras Colegio de Bibliotecologa

    Zeta, Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin. Nmero 1, Julio Diciembre, 2015.

    Editorial La idea de crear una revista surgi hace aproximadamente un ao. Para los ltimos das de enero empezbamos a tener nuestras primeras juntas en el jardn de la Biblioteca Central. En ellas, estructuramos nuestros objetivos, lineamientos y el tipo de revista que realmente queramos. Entre las primeras cosas que se acor-daron fue que Zeta para ese entonces an no tenamos nombre fuera un espacio en la que tanto estudiantes, profesores y profesionales pudieran exponer sus ideas, experiencias y formas de ver a la bibliotecologa; que fuera un espacio de debate y confrontacin de ideas, teniendo como fin enriquecer el crecimiento escolar y aca-dmico; que fuese una revista arbitrada, con el objetivo de publicar artculos de cali-dad; que fuera hecha por estudiantes para involucrarlos en el proceso editorial; conseguir el apoyo del Colegio de Bibliotecologa de la UNAM al que le debemos un gran agradecimiento por facilitarnos recursos y espacios de trabajo; y por ltimo que fuera indexada. Al paso de los meses, se le dio el nombre de Zeta, Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin en referencia al Sistema de Clasificacin de la Biblioteca del Congreso, se dise el logo que ahora ven en la portada de la revista y nos sumergimos en la bsqueda de nuestro Comit Edito-rial a la par de la Cartera de rbitros que estuvieran dispuestos a ayudarnos con el fin de fortalecer la evaluacin y anlisis del contenido de esta publicacin. Al tener bien conformada la revista, se lanz la convocatoria y antes de que terminara Junio ya tenamos artculos con los cuales empezar a trabajar.

    El esfuerzo del equipo de trabajo, de los maestros, alumnos y profesionales que nos bridaron su apoyo y tiempo para la realizacin de Zeta se muestra a lo largo de las siguientes pginas, esperando que sea este un espacio para todas las personas interesadas en la bibliotecologa.

    Rodrigo Castaneyra HernndezDirector Editorial de Zeta Revista deBibliotecologa y Estudios de la Informacin

    .

  • ArtculosUNAM Facultad de Filosofa y Letras Colegio de Bibliotecologa

    Los artculos de divulgacin como de investigacin tienen como objetivo ofrecer algo nuevo en tremas ya tratados o temas completamente originales que expresen una nueva inquietud en relacin a la disciplina. El fin ltimo de esta seccin es abrir un espacio de discusin y retroalimentacin en los que pueden participar los estudiantes, profesores, investigadores y profesionales.

    Zeta, Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin. Nmero 1, Julio Diciembre, 2015.

    Z40 5Argumentos sobre los males del cientificismo.Un anlisis metacientfico en torno al estatuto

    epistemolgico de la bibliografaJoel Enrique Cedeo Jimnez y

    Paola Vanesa Rosas Rivera

    Z40 19Branding para biblioteclogosMarisela Romero Vzquez

    Z665 34Modelo para evaluar la contribucin de la

    biblioteca acadmica en la gestin del aprendizaje,de la investigacin y del conocimiento

    Brenda Cabral Vargas yMara Gabriela Vzquez Santa Ana

  • UNAM Facultad de Filosofa y Letras Colegio de Bibliotecologa

    Argumentos sobre los males del cientificismo.Un anlisis metacientfico en torno al estatuto

    epistemolgico de la bibliografaCedeo Jimnez Joel Enrique

    Colegio de Filosofa, Facultad de Filosofa y Letras, Universidad Nacional Autno-ma de Mxico. Nmero de cuenta: 310063012. Inscrito al sptimo semestre.

    Contacto: [email protected] Tel. 5521525494.

    Rosas Rivera Paola Vanesa Colegio de Bibliotecologa, Facultad de Filosofa y Letras, Universidad Nacional

    Autnoma de Mxico. Nmero de cuenta: 310161644. Inscrita al sptimo semestre.Contacto: [email protected] Tel: 5545173436.

    Z40

    Resumen: La importancia de la bibliografa para absolutamente todas las discipli-nas es innegable. En tanto que posibilita la investigacin dentro de cualquier rea del conocimiento, sta cobra una especial funcin prctica. Pero, es acaso la bibliografa una disciplina cientfica? Adems, es determinante, en trminos de validez y veracidad epistemolgica, que la bibliografa pertenezca al conjunto de las disciplinas cientficas? El propsito de este trabajo es ofrecer un anlisis metacien-tfico en torno al estatuto epistemolgico de la bibliografa. Al mismo tiempo, reali-zamos una crtica a las visiones cientificistas que pretenden reducir los terrenos de lo epistemolgicamente relevante al conjunto de las producciones cientficas. Todo esto, desde un enfoque interdisciplinar, entre filosofa y bibliotecologa.

    Palabras clave: bibliografa, epistemologa, filosofa de la ciencia, cientificidad, cientificismo, produccin de conocimiento, racionalidad cientfica, fuentes docu-mentales.

    Abstract: Bibliographys importance for all disciplines is absolutely undeniable, since it allows research in any field of knowledge. But, its the bibliography a scienti-fic discipline? Is it relevant that the bibliography obtains the status of science? The purpose of this paper is to offer a metascientific analysis about the epistemological status of the bibliography. At the same time, we perform a critique to the scientifi-cism that tries to turn all kinds of knowledge into scientific rationality. All this, from an interdisciplinary approach, between philosophy and librarianship.

    Keywords: bibliography, epistemology, philosophy of science, scientificity, scientifi-cism, knowledge production, scientific rationality, information sources.

    1) Introduccin. El conoci-miento y la informacin en el mundo contemporneo

    El presente se caracteri-za por ser un cmulo de todo el

    andamiaje cultural, y de produccin de conocimiento, que el pasado nos ha legado; sin embargo, esto no impide que el presente sea, de igual forma, productor de conocimientos antes inimaginables. Las antiguas teoras se estudian, en la actuali-dad, como parte de la historia de determinada disciplina; mas no por eso el presen-te se queda en mera descripcin de lo que aconteci en el pasado en trminos de poltica, ciencia, filosofa o arte sin problematizar, o aceptando como nico motor para la confianza en lo dicho el argumento de apelacin a la autoridad. En el presente se elaboran estudios en torno al pasado y tambin estudios guiados por los avances tericos del pasado; sin embargo, la realidad, cambiante por definicin, presenta nuevos problemas, antes no pensados, ante los cuales resulta imprescin-dible confrontar los hechos con una mirada crtica. As, por ejemplo, el conocimien-to transmitido a travs de los libros anteriormente era regulado por, y para, unos cuantos; no obstante, en el presente la informacin se comparte de aqu para all sin que pueda vislumbrarse alguna barrera que entorpezca su veloz y expandible camino. Adquirir un libro referente a, prcticamente, cualquier tema, resulta senci-llo, de manera masiva, con el acceso a internet. Por lo mismo, en la actualidad debe pensarse en el dilema moral que resulta de la confrontacin de dos tipos de dere-chos sumamente importantes, a saber: 1) el derecho a la propiedad intelectual; y 2) el derecho al libre acceso a la informacin 1 .Esto por poner slo un ejemplo.

    Ante este mar de problemas, que el mundo contemporneo arroja, resulta simple-mente imposible aprehender todo el conocimiento con miras a dar respuesta y solu-cin a todos los problemas que la inmensidad del saber acarrea. Por lo mismo, el conocimiento ha experimentado una fragmentacin tal que tiene la consecuencia ineludible de la erudicin; los estudiosos ya no son holistasa la manera en que lo eran en la Antigedad Clsica los filsofos sino que limitan los terrenos de su produccin e investigacin intelectuales a nicamente algunas disciplinas o, quiz, solamente a una. De esta forma, algunas especializaciones del conocimiento han adquirido el estatus de ciencia, y otras no.

    Ahora bien, existe una de estas especializaciones del conocimiento, que se impreg-na de una vital importancia para la multiplicidad de disciplinascientficas y no cientficasa saber: la bibliografa. Debido a la importancia con la que se reviste dicha disciplina, y la funcin intelectual tan importante que cumple, resulta necesa-

    rio intentar esclarecer su estatuto epistemolgico; esto es, determinar qu clase de conocimiento es el que produce, si acaso ste es cientfico o no. El propsito de este trabajo es ofrecer una respuesta a la pregunta por el tipo de conocimiento que arroja la bibliografa, a la vez que se someten a crtica las visiones cientificistas. Para ello: 1) Indagaremos cules son las tesis centrales del cientificismo y las acti-tudes que ante la ciencia y el conocimiento suelen adoptarse;2) realizaremos un acercamiento al objeto de estudio de la bibliografa; 3) someteremos a un anlisis metacientfico el estatuto epistemolgico de la bibliografa; y 4) con base en los resultados obtenidos, analizaremos cul es la verdadera relevancia epistemolgica de la cientificidad.

    2) Las actitudes frente a la ciencia y al conocimiento

    Para saber si algoen este caso la bibliografa es una ciencia resulta imprescin-dible indagar un poco sobre lo que se conoce como ciencia. En la actualidad el concepto de ciencia se ha impregnado, pareciera, de legitimidad automtica entre los crculos acadmicos; todo lo que se catalogue con el estatuto de ciencia se reviste de una importancia y grandeza incomparables. Esta visin cientificistacompartida por innumerables acadmicos se compromete con una idea que, en adelante, denominaremos tesis central del cientificismo y que simbolizaremos con TCC. sta puede expresarse as:

    TCC: Para todo conjunto de conocimientos C se da el caso que, la validez V y la veracidad V1 de la totalidad de las teoras T con formantes de C se legitiman y comprueban de inmediato, si y slo si, C se encuentra en una relacin de superveniencia2 con el universo de la racionalidad cientfica U.

    De esta forma, es comn escuchar verdaderas apologas, por parte de los repre-sentantes de N disciplina, para revestir a su representada con el estatuto de cien-cia. As, al menos unos cuantos historiadores, psiclogos, pedagogos, actuarios, abogados, entre otros, pierden el aliento, y la energa, tratando de demostrar que sus disciplinas deben ser catalogadas como ciencias. Esta argumentacin, comn-mente, es arrojada sin concientizar realmente qu es lo que debe cumplir una disci-plina para ser catalogada como ciencia. Pocos son los que, provenientes de otras disciplinas, se acercan a la filosofa de la ciencia disciplina filosfica, normativa, que tiene como uno de sus problemas principales determinar un criterio epistemol-

    gico para discriminar entre ciencia y pseudociencia con el fin de establecer una lnea de argumentacin ms slida en defensa de la cientificidad de N disciplina3.

    De esta manera, reconocemos dos miradas en torno a las ciencias, a saber: a) la mirada naturalista, y b) la mirada cientificista. La mirada naturalista se compromete con la idea que denominaremos tesis central del naturalismo y que simbolizaremos con TCN. sta se expresara, aproximadamente, as:

    TCN: Para todo conjunto de conocimientos C se da el caso que, la totalidad de las teoras T conformantes de C se encuentran en una relacin de superve-niencia con el universo de la racionalidad cientfica U, si y slo si, T fue producto, y es susceptible, de una metodologa similar a la de las ciencias naturales.

    Como ya podr notarse, La TCN limita el universo de las ciencias nicamente para las llamadas ciencias naturales, apoyndose en la idea de que son las que mayor xitoen trminos de prediccin han tenido, argumentando que todo conoci-miento que no pueda ser matematizado ni verificado experimentalmente no es un conocimiento slido y que, por tanto, no merece portar el ttulo de ciencia. Por otro lado, la mirada cientificista, en efecto, se compromete con la TCC y, por ende, se caracteriza por una tendencia a pretender convertir casi todo en ciencia, dejando, con ello, en claro que quienes sostienen este punto de vista consideran a la ciencia como un valor en s mismo, superior a todo lo dems, y que por ello toda disciplina que aspire a ser tomada seriamente en cuenta debe revestirse con el ttulo de cien-cia.

    Ahora bien, consideramos que una posible solucin a este problema se encuentra en un punto intermedio entre ambas miradas, la naturalista y la cientificista, optan-do por una mirada crtica ante el problema de determinar qu es lo que s, y qu lo que no, merece ser denominado ciencia. Pinsese que la ciencia se ha compren-dido como el paradigma de la objetividad, donde las pasiones, las afecciones y las subjetividades no deben tener cabida, sino slo el deseo por alcanzar la verdad. En la seccin 5 de este trabajo pretendemos mostrar que hay razones suficientes para considerar esta visin como errnea.

    3) Una breve aproximacin a la bibliografa

    Antes de someter a un anlisis metacientfico el estatuto epistemolgico de la bibliografa, consideramos metodolgicamente pertinente ofrecer una aproxima-cin al objeto de estudio de la misma. Bibliografa, es una palabra de origen griego

    que puede descomponerse, etimolgicamente, en dos vocablos griegos: biblion, que significa libro, y graphein, que significa escribir. Por tanto, si se atiende a su significado etimolgico se tiene que bibliografa podra entenderse como el proce-so de escribir libros, o para referir a alguien que se dedique a la escritura de libros. Sin embargo, es claro que el sentido etimolgico de las palabras no abarca su com-pleta dimensin semntica, pues los usos semnticos de las palabras pueden ir variando a lo largo del tiempo y a travs del espacio; por tanto, la etimologa nica-mente puede aproximarnos parcialmente a la significacin de una palabra. As, el trmino bibliografa

    En distintos lugares y pocas [] fue empleado para referirse tanto a la compo-sicin como a la escritura de los libros, as como a los listados, catlogos y repertorios bibliogrficos que eran preparados. Hacia el siglo XVIII, en Francia, el trmino adquiri el significado de escribir acerca de los libros (Blum, 1980) y es as como hasta ahora se entiende a la bibliografa, claro est, ampliado el concepto para abarcar todo tipo de materiales bibliogrficos.4

    Por lo mismo, la bibliografa es entendida, en la actualidad, como el estudio de los libros como objetos materiales y, por eso, tiene cercana y similitudes sin perder su autonoma metodolgica con otras reas del conocimiento que se acercan al estudio de los libros en tanto que entes materiales y en tanto que entes de produc-cin intelectual, a saber: la paleografa, la filologa, la hermenutica, etctera. Sin embargo, el trmino bibliografa es utilizado ad nauseam en diversos contextos que reducen la extensin amplsima del contexto, limitando el campo de su signifi-cacin al de un mero listado de libros, o fuentes bibliogrficas, sobre algn tema determinado. No toda la gente, incluyendo a algunas personas dedicadas a la produccin y estudio del conocimiento desde diversas reas, tienen informacin en torno a la existencia de la bibliografa entendida como disciplina que se encarga del estudio de los libros, y dems recursos bibliogrficos, como objetos materiales y entidades intelectuales. Pese a eso, la bibliografa existe como una disciplina aut-noma si es ciencia o no es un problema que an no hemos intentado determi-nar y goza de un prestigio dentro de las dems reas del conocimiento que se ocupan de estudiar al libro, o sus producciones intelectuales. La bibliografa ayuda a todas, sin eludir a ninguna, las disciplinas del conocimiento.

    La bibliografa nos puede ayudar a identificar los libros impresos y a describirlos, a juzgar la relacin entre diferentes textos y a evaluar la fiabilidad de cada uno; y, donde el texto es defectuoso, a intentar descubrir lo que el autor quera que leysemos. La bibliografa es, pues, una herramienta bsica para los editores, cuyo fin es proporcionar al lector moderno versiones fidedignas y comprensibles de lo que los autores escribieron. Pero tambin los bibliotecarios aspiran a trans-mitir textos preocupndose por su conservacin y ponindolos a nuestra dispo-

    sicin; y para llevar a cabo este cometido de forma eficaz para conocer lo que tienen-, tambin ellos deben utilizar las tcnicas de la bibliografa.5

    Ahora bien, la bibliografa, como muchas disciplinas metdicas, est compuesta por ramas que se encargan de estudiar diferentes parcelas del objeto de estudio total que se pretende, desde ella, aprehender e investigar. De acuerdo con Figue-roa Alcntara6 la bibliografa se compone de dos importantes ramas, a saber: 1) la bibliografa analtica, que se encarga de dar a conocer una descripcin e identifica-cin precisa y natural de los materiales bibliogrficos vistos como objetos fsicos, es decir, como unidades bibliogrficas7; y 2) la bibliografa enumerativa cuyo propsi-to es reunir informacin sobre libros individuales u otros materiales bibliogrficos dentro de un arreglo lgico y til, vistos, a diferencia de la bibliografa analtica, como unidades que conllevan ideas, es decir, como entidades intelectuales8. Antes bien, estas dos importantes ramas de la bibliografa se componen, a su vez, por algunas sub-ramas, con propsitos de hacer una aproximacin metodolgica-mente ms eficaz al objeto de estudio total de la bibliografa. Tras estas considera-ciones, y de acuerdo con Figueroa Alcntara, el campo de estudio de la bibliografa, quedara as:

    Zeta, Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin. Nmero 1, Julio Diciembre, 2015.

    4) Las principales teoras metacientficas y el estatuto epistemolgico de la bibliografa

    Una vez aproximados a lo que es la bibliografa y su objeto de estudio, en este apartado intentaremos determinar si la bibliografa es o no una ciencia. Pretende-mos mostrar que los criterios de demarcacin entre ciencia y pseudociencia depen-den, en ltima instancia, de la teora metacientfica que se suscriba. De esto se colige, entonces, que la racionalidad cientfica no puede eludir los influjos normati-vos que se imponen desde dentro de la misma comunidad cientfica y/o filosfica. Siguiendo a Kuhn10, pensamos que las consideraciones e implicaciones epistemo-lgicas, ontolgicas, metodolgicas y procedimentales de la ciencia dependen, en ltima instancia, del paradigma imperante dentro del contexto histrico en el que las teoras se elaboran.

    Ahora bien, consideramos imposible lograr un anlisis plausible en torno al estatuto epistemolgico de la bibliografa sin analizar la bibliografa a la luz de algunas de las teoras metacientficas ms importantes dentro del mapa contemporneo de la filosofa de la ciencia. Pretendemos someter a la bibliografa a un anlisis partiendo de tres teoras metacientficas, a saber: a) el falsacionismode Popper; b) la teora de los paradigmas de Kuhn; y c) el anarquismo epistemolgico de Feyerabend.

    4.1) El falsacionismo de Popper

    La teora de Popper pretende ofrecer una solucin para el problema de la demarca-cin entre ciencia y pseudociencia. Para ello, Popper analiz: 1) la teora de la rela-tividad de Einstein; 2) la teora de la historia de Marx; 3) el psicoanlisis de Freud; y 4) la psicologa del individuo de Adler11. Encontr que, a excepcin de la teora de la relatividad de Einstein, las teoras (2) (3) y (4) tenan en comn la capacidad de adaptarse explicativamente a absolutamente todos los acontecimientos analiza-bles. Era imposible encontrar un tipo de conducta Z tal que fuese inexplicable desde la ptica de, por ejemplo, el psicoanlisis freudiano. Despus de esto, Popper concluy que aquella nota definitoria de las teoras cientficas era su capa-cidad para ser falsables, refutadas12. La tesis central del falsacionismo, que simboli-zaremos con TCF, es la siguiente:

    TCF: Para todo conjunto de enunciados Econformantes de la teora T se da el caso que, la totalidad de los E conformantes de Tse encuentran en una rela-cin de superveniencia con el universo de la racionalidad cientfica U, si y slo si, T es susceptible de ser falsable.

    Con esto, el falsacionismo rechaza todo tipo de teoras holistas que pretendan aco-modar hiptesis ad hoc pues el criterio para establecer el status cientfico de una teora es su refutabilidad o su testabilidad13. Ahora bien, es capaz la bibliografa de superar la prueba del falsacionismo popperiano? Por principio de cuentas, parece difcil determinar si, en efecto, la bibliografa es productora de teoras a la manera en la que lo exige la TCF. La pregunta central sera, entonces, si la biblio-grafa produce teoras en sentido estricto. Entendemos por teora un conjunto de enunciados E concatenados de modo tal que pretenden explicar de manera objeti-va N fenmeno de alguna parcela de la realidad R. En qu sentido la bibliografa es productora de teoras?

    Parece severamente cuestionable y debatible el asunto referente a la produccin de teoras dentro de la bibliografa. Sin embargo, concediendo que la bibliografa produjese teoras desde la bibliografa analtica, claro est, ya que desde la bibliografa enumerativa esto resulta completamente imposible parece, al menos prima facie, que dichas teoras no seran susceptibles de ser falsables. De esto se colige que la bibliografa, al menos desde la teora metacientfica del falsacionismo, no parece poder obtener el estatuto de ciencia.

    4.2) La teora de los paradigmas de Kuhn

    El concepto clave para entender la teora metacientfica de Kuhn es el de paradig-ma. Los paradigmas kuhnianos, a grandes rasgos, pueden entenderse como el conjunto de presupuestos metodolgicos, ontolgicos, procedimentales y episte-molgicos que, de manera tcita, comparten y aceptan las personas competentes dentro de la comunidad cientfica. Ahora bien, la instauracin de un nuevo paradig-ma, que implica un cambio a nivel conceptual y ontolgico, se da en virtud de un proceso de revolucin cientfica. As, las revoluciones cientficas son el paso inter-medio entre el desuso de un paradigma viejo y la instauracin de uno nuevo. De esta forma, los paradigmas son aquel suelo comn que da sentido, epistemolgico y conceptual, al conjunto de problemas cientficos que imperan en un contexto histrico X. Por otro lado, es desde el mismo paradigma que se evaluar la informa-cin y, por lo mismo, se discriminar lo que compete a la ciencia de lo que no; esto implica que la cientificidad y relevancia de los datos informacionales dependen de los criterios, tcitos, que el paradigma impone a los cientficos que dentro de l investigan. Adems, los paradigmas constituyen el modo de entender el mundo de los cientficos que se encuentran inmersos en ellos; esto quiere decir que la reali-dad se configura de un modo especfico en virtud de los presupuestos epistemol-gicos, metodolgicos, ontolgicos y procedimentales que rigen el paradigma y, por lo mismo, cuando sucede un cambio de paradigma mediante un proceso de revo-lucin cientfica el mundo del cientfico cambia por completo. Abandonar un para-digma para abrirle paso a otro es, de acuerdo con Kuhn, cambiar un mundo por otro.

    Antes bien, los paradigmas no implican infalibilidad epistmica; nicamente marcan un criterio de significatividad desde el cual se evala la cientificidad de las teoras. Adems, los paradigmas no representan una vorgine aislada del contexto histri-co, sino que el cmulo de supuestos que imponen se dan en virtud del momento histrico en que stos aparezcan; no obstante, un cambio de paradigma no implica un progreso acumulativo en la ciencia, sino un cambio en el mundo desde el que se produce la ciencia pues la visin kuhniana del progreso cientfico no se correspon-de con un proceso acumulativo.

    De todo lo anterior se colige, entonces, que la teora de Kuhn carece de componen-tes trascendentes en trminos temporales14. As, los paradigmas no son un cmulo de supuestos ahistricos que imponen la normatividad de la racionalidad cientfica haciendo abstraccin del contexto histrico; por el contrario, los criterios normativos de un paradigma se dan en virtud del momento histrico en que dicho paradigma se impone, de manera tcita, en la escena de la investigacin cientfica. Con todo esto, Kuhn puede dar cuenta del proceso histrico como parte constitutiva de los elementos normativos de los estudios en torno a la ciencia.15 La tesis central de la teora de los paradigmas, que simbolizaremos como TCP, es la siguiente:

    TCP: Para todo conjunto de enunciados E conformantes de la teora T se da el caso que, la totalidad de los E conformantes de T se encuentran en una rela-cin de superveniencia con el universo de la racionalidad cientfica U, si y slo si, T se adecua al conjunto de presupuestosde un paradigma P y Pimpera dentro de U.

    Ahora bien, desde la perspectiva de la teora de los paradigmas de Kuhn, la biblio-grafa aparece como una ciencia nicamente si el conjunto de cientficos activos le dan el soporte normativo y significativo para serlo; de lo contrario no podra consi-derarse como una ciencia. Antes bien, parece claro que el grueso de la comunidad cientfica no comparte siquiera una nocin mnima de lo que es la bibliografa. La bibliografa es reducida, muy frecuentemente, a lo que se concibe como bibliografa enumerativa y, con ello, es incapaz de cumplir las expectativas de la TCP. As, la cientificidad de la bibliografa depender, desde la teora metacientfica de Kuhn, del paradigma desde el que se le juzgue.

    4.3) El anarquismo epistemolgico de Feyerabend

    La teora metacientfica de Feyerabend tiene implicaciones severas en el mbito de la metodologa de la ciencia; no as en el problema de la demarcacin entre ciencia

    y pseudociencia. Sin embargo, dicha teora es capaz de arrojar luz en el problema del estatuto epistemolgico de la bibliografa. Feyerabend postula su teora con la idea de que el anarquismo, que tal vez no constituye la filosofa poltica ms atrac-tiva, es sin embargo una medicina excelente para la epistemologa y para la filoso-fa de la ciencia16. Su propuesta epistemolgica tiene un simple principio para la operacin de la racionalidad cientfica: todo vale.

    A diferencia de la mayora de las teoras metacientficas, la de Feyerabend no impone una normatividad externa a la racionalidad cientfica; por el contrario, consi-dera como elementos valiosos de la misma un sinnmero de conocimientos proce-dentes de diversas metodologas y fuentes que, comnmente, seran rechazados dentro de la racionalidad cientfica. En tanto que ayuden en la produccin de cono-cimiento cientfico, cualquier conjunto de enunciados es vlido y legtimo indepen-dientemente de su procedencia. Con esto, el anarquismo epistemolgico de Feye-rabend incluye dentro del conjunto de la racionalidad cientfica teoras que, comn-mente, se consideraban desdeables, a saber: 1) teoras metafsicas; 2) teoras religiosas; 3) teoras mticas; 4) teoras no cientficas.

    De esta manera, debe colegirse que desde el anarquismo epistemolgico la biblio-grafa es una disciplina vlida para la produccin de conocimiento cientfico. Desde esta teora metacientfica, entonces, puede considerarse a la bibliografa como

    promotora del desarrollo del conocimiento cientfico.

    4.4) El estatuto epistemolgi-co de la bibliografa

    Despus de analizar la produc-cin epistmica de la bibliogra-fa desde la ptica de tres de las teoras metacientficas ms importantes, resulta sumamen-te prudente concluir que, al menos desde nuestra ptica, la bibliografa no es una ciencia. Pensamos que existe, adems, otro criterio para rechazar el pretendido por algunos estatuto cientfico de la biblio-grafa; dicho criterio, aunque menos terico, es importante.

    Parece evidente que prctica-mente nadie se dedica a la

    bibliografa sin tener incidencias culturales en otra rea del conocimiento, pues un bibligrafo puede ser un biblioteclogo, un profesionista que se desempea en cualquier otra rea del conocimiento o bien un librero o coleccionista17. Es aqu, precisamente, donde se encuentra el argumento para sostener que la bibliografa no es una ciencia. Las ciencias pueden complementar sus conclusiones con otras reas del conocimiento, dando paso a la interdisciplinariedad, pero nunca podrn ser cultivadas por gente que no est especializada en ellas, pues el hecho de hacer investigacin en una ciencia implica, de suyo, un inmenso cmulo de conocimien-tos tericos referentes a la ciencia que se pretenda cultivar.

    As, el enunciado: todo cientfico es un ser estudioso, es un enunciado analtico18, en tanto que el predicado se encuentra contenido, semnticamente, en el sujeto gramatical. No puede existir un cientfico que no sea estudioso. De esta forma, una persona sin estudios de qumica no puede hacer la labor que un qumico s puede, ni una persona sin estudios de sociologa puede desempear la labor de un socilo-go, por poner dos ejemplos. En cambio, de acuerdo con Figueroa Alcntara, la labor del bibligrafo es desempeada por personas eruditas en otros temas, tales como la bibliotecologa. De lo anterior colegimos que, a nuestra manera de enten-der, la bibliografa es una actividad prctica llevada a cabo por especialistas en otras reas del saber. Al no tener eruditos propios, sino que es cultivada por gente proveniente de otras disciplinas, la bibliografa se torna como una disciplina prcti-ca, que proporciona una ayuda invaluable a todas las dems reas del conocimien-to. Pero esto, pensamos, no es suficiente para otorgarle el estatuto epistemolgico de ciencia.

    5) Cul es la relevancia de la cientificidad? En contra del cientificismo

    El falsacionismo de Popper nos deja el aprendizaje de que, posiblemente, aquello que vuelve cientfica a una teora es lo que aquellos que sostienen la TCC conside-raran su mayor vicio, a saber: el hecho de que pueda ser refutada. En otras pala-bras, el falsacionismo nos ensea que la ciencia no es una verdad inmutable, abso-luta e inamovible capaz de responder de manera objetiva absolutamente todo. Por otra parte, de la teora metacientfica de Kuhn aprendemos que las pautas normati-vas y significativas de lo que es ciencia dependen, en ltima instancia, de las condi-ciones histricas que, a travs del paradigma operante, impone la comunidad de cientficos a la racionalidad cientfica misma. Esto tiene consecuencias fuertes para el modelo de racionalidad cientfica an imperante en muchos sectores acadmi-cos como equivalente a un modelo de objetividad absoluta. Quienes sostienen la

    TCC, de alguna u otra manera, demuestran un elitismo a la hora de evaluar los conocimientos yms fuerte an demuestran una ignorancia de la teora kuhnia-na de los paradigmas. Por ltimo, el anarquismo epistemolgico a la Feyerabend nos deja una enseanza sumamente importante: a la hora de buscar la verdad y ensanchar el conocimiento, todo vale. Esto nos libra del elitismo de, por ejemplo, aquellos que sostienen la TCN.

    La complejidad de la realidad es tal que su estudio no puede no debe encasi-llarse en un solo modelo de racionalidad. Consideramos que no todo tiene porque pretender convertirse en ciencia para ser tomado en cuenta ni para que, en efecto, pueda ser un tipo de racionalidad valiosa en s misma. La ciencia, claro est, es incapaz de explicar todos los fenmenos pinsese, por ejemplo, en los fenme-nos normativos. Pensamos que esto no la demerita en ningn sentido, como tam-poco demerita en ningn sentido a cualquier tipo de racionalidad el hecho de que no sea cientfica.

    Toda vez que se rechace el cientificismo radical, y con ello la TCC, podr dejarse de perder el aliento en busca de legitimar un supuesto estatuto de ciencia para disciplinas que, muy probablemente, no son cientficas. El no ser una ciencia no vuelve menos importante a ninguna disciplina y, por lo mismo, consideramos que la TCC tiene que eliminarse de la investigacin y del mundo acadmico en donde, por desgracia, sigue operando de manera tan arraigada.

    6) Conclusin

    Por todo lo antedicho, concluimos que, a nuestro juicio, la bibliografa no es una ciencia, sino un tipo de conocimiento aplicado de los estudios bibliogrficos, que encuentra a sus investigadores tericos dentro de diversas esferas del universo de las disciplinas productoras de conocimiento. Pensamos que la racionalidad que opera en la bibliografa es distinta a la racionalidad cientfica. Sin embargo, la biblio-grafa es una disciplina tan meritoria e importante como lo es cualquier otro tipo de disciplina seria aun cuando no sea cientfica que sus fronteras colindan con las de absolutamente todas las dems reas del saber. El conocimiento arrojado por la bibliografa es, evidentemente, requerido por todas las disciplinas; sin ste, la investigacin en cualquier rea resultara mucho ms rida.

    Dentro de las esferas de las relaciones sociopolticas y morales, la humanidad ha experimentado, aunque lentamente, grandes avances. La discriminacin racial o sexual se ha intentado combatir de manera admirable en el mundo contemporneo; sin embargo, an queda un inmenso camino de injusticias por erradicar. De igual manera, es probable que sea tiempo de comenzar a pretender e intentar transfor-mar la discriminacin epistmica. Consideramos que un acadmico que a estas alturas sostiene un cientificismo radical, y comparte la TCC, es tan atroz aunque en otro mbito como un poltico que gobierna con base en polticas pblicas

    cargadas de discriminacin. En tanto que el acadmico, el docente, tiene en sus manos la formacin de innumerables alumnos, consideramos pertinente empezar por erradicar el cientificismo injustificado que opera de manera contundente an dentro de nuestras aulas. Slo as, se abrir paso hacia la tolerancia epistmica y se lograr entender, entre muchsimas otras cosas, que la bibliografa, como muchas otras disciplinas, muy probablemente, no es una ciencia, pero que eso no la(s) vuelve menos importante(s).19

    Obras consultadas:

    A companion to the Philosophy of science. Newton-Smith, W.H. (ed.). Massachuse-tts: Blackwell Publishers, 2000. 576 p. ISBN 0-631-17024-3

    BROWN, Harold. La nueva filosofa de la ciencia. Solana Diez, Guillermo y Marraud Gonzlez, Hubert (trad.). 2a ed. Madrid: Tecnos, 1988. 235 p. ISBN 84-309-0971-0

    FEYERABEND, Paul. Tratado contra el mtodo. Esquema de una teora anarquista del conocimiento. Ribes, Diego (trad.). Madrid: Tecnos, 1981. 319 p. ISBN 84-309-0887-0

    FIGUEROA ALCNTARA, Hugo Alberto. Panorama de la bibliografa. En: FIGUE-ROA ALCNTARA, Hugo Alberto y RAMREZ VELZQUEZ, Csar Augusto (coords.). Recursos bibliogrficos y de informacin. Mxico: UNAM, FFyL, DGAPA, 2006. p. 45-62

    KUHN, Thomas. La estructura de las revoluciones cientficas. Contin, Agustn (trad.). Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1986. 319 p. ISBN 968-16-0443-1

    LORENZANO, Csar. Hipottico-deductivismo. En: MOULINES, C. Ulises (ed.). Enciclopedia Iberoamericana de Filosofa 4. La ciencia: estructura y desarrollo. Madrid: Trotta, 1993. p. 31-57

    OKASHA, Samir. Philosophy of science: A very short introduction. New York: Oxford University Press, 2002. 144 p. ISBN 0-19-280283-6

    POPPER, Karl. Conjeturas y refutaciones: El desarrollo del conocimiento cientfico. Miguez, Nstor (trad.). Buenos Aires: Paids, 1972. ISBN 84-7509-146-6

    5

  • UNAM Facultad de Filosofa y Letras Colegio de Bibliotecologa

    Resumen: La importancia de la bibliografa para absolutamente todas las discipli-nas es innegable. En tanto que posibilita la investigacin dentro de cualquier rea del conocimiento, sta cobra una especial funcin prctica. Pero, es acaso la bibliografa una disciplina cientfica? Adems, es determinante, en trminos de validez y veracidad epistemolgica, que la bibliografa pertenezca al conjunto de las disciplinas cientficas? El propsito de este trabajo es ofrecer un anlisis metacien-tfico en torno al estatuto epistemolgico de la bibliografa. Al mismo tiempo, reali-zamos una crtica a las visiones cientificistas que pretenden reducir los terrenos de lo epistemolgicamente relevante al conjunto de las producciones cientficas. Todo esto, desde un enfoque interdisciplinar, entre filosofa y bibliotecologa.

    Palabras clave: bibliografa, epistemologa, filosofa de la ciencia, cientificidad, cientificismo, produccin de conocimiento, racionalidad cientfica, fuentes docu-mentales.

    Abstract: Bibliographys importance for all disciplines is absolutely undeniable, since it allows research in any field of knowledge. But, its the bibliography a scienti-fic discipline? Is it relevant that the bibliography obtains the status of science? The purpose of this paper is to offer a metascientific analysis about the epistemological status of the bibliography. At the same time, we perform a critique to the scientifi-cism that tries to turn all kinds of knowledge into scientific rationality. All this, from an interdisciplinary approach, between philosophy and librarianship.

    Keywords: bibliography, epistemology, philosophy of science, scientificity, scientifi-cism, knowledge production, scientific rationality, information sources.

    1) Introduccin. El conoci-miento y la informacin en el mundo contemporneo

    El presente se caracteri-za por ser un cmulo de todo el

    andamiaje cultural, y de produccin de conocimiento, que el pasado nos ha legado; sin embargo, esto no impide que el presente sea, de igual forma, productor de conocimientos antes inimaginables. Las antiguas teoras se estudian, en la actuali-dad, como parte de la historia de determinada disciplina; mas no por eso el presen-te se queda en mera descripcin de lo que aconteci en el pasado en trminos de poltica, ciencia, filosofa o arte sin problematizar, o aceptando como nico motor para la confianza en lo dicho el argumento de apelacin a la autoridad. En el presente se elaboran estudios en torno al pasado y tambin estudios guiados por los avances tericos del pasado; sin embargo, la realidad, cambiante por definicin, presenta nuevos problemas, antes no pensados, ante los cuales resulta imprescin-dible confrontar los hechos con una mirada crtica. As, por ejemplo, el conocimien-to transmitido a travs de los libros anteriormente era regulado por, y para, unos cuantos; no obstante, en el presente la informacin se comparte de aqu para all sin que pueda vislumbrarse alguna barrera que entorpezca su veloz y expandible camino. Adquirir un libro referente a, prcticamente, cualquier tema, resulta senci-llo, de manera masiva, con el acceso a internet. Por lo mismo, en la actualidad debe pensarse en el dilema moral que resulta de la confrontacin de dos tipos de dere-chos sumamente importantes, a saber: 1) el derecho a la propiedad intelectual; y 2) el derecho al libre acceso a la informacin 1 .Esto por poner slo un ejemplo.

    Ante este mar de problemas, que el mundo contemporneo arroja, resulta simple-mente imposible aprehender todo el conocimiento con miras a dar respuesta y solu-cin a todos los problemas que la inmensidad del saber acarrea. Por lo mismo, el conocimiento ha experimentado una fragmentacin tal que tiene la consecuencia ineludible de la erudicin; los estudiosos ya no son holistasa la manera en que lo eran en la Antigedad Clsica los filsofos sino que limitan los terrenos de su produccin e investigacin intelectuales a nicamente algunas disciplinas o, quiz, solamente a una. De esta forma, algunas especializaciones del conocimiento han adquirido el estatus de ciencia, y otras no.

    Ahora bien, existe una de estas especializaciones del conocimiento, que se impreg-na de una vital importancia para la multiplicidad de disciplinascientficas y no cientficasa saber: la bibliografa. Debido a la importancia con la que se reviste dicha disciplina, y la funcin intelectual tan importante que cumple, resulta necesa-

    rio intentar esclarecer su estatuto epistemolgico; esto es, determinar qu clase de conocimiento es el que produce, si acaso ste es cientfico o no. El propsito de este trabajo es ofrecer una respuesta a la pregunta por el tipo de conocimiento que arroja la bibliografa, a la vez que se someten a crtica las visiones cientificistas. Para ello: 1) Indagaremos cules son las tesis centrales del cientificismo y las acti-tudes que ante la ciencia y el conocimiento suelen adoptarse;2) realizaremos un acercamiento al objeto de estudio de la bibliografa; 3) someteremos a un anlisis metacientfico el estatuto epistemolgico de la bibliografa; y 4) con base en los resultados obtenidos, analizaremos cul es la verdadera relevancia epistemolgica de la cientificidad.

    2) Las actitudes frente a la ciencia y al conocimiento

    Para saber si algoen este caso la bibliografa es una ciencia resulta imprescin-dible indagar un poco sobre lo que se conoce como ciencia. En la actualidad el concepto de ciencia se ha impregnado, pareciera, de legitimidad automtica entre los crculos acadmicos; todo lo que se catalogue con el estatuto de ciencia se reviste de una importancia y grandeza incomparables. Esta visin cientificista compartida por innumerables acadmicos se compromete con una idea que, en adelante, denominaremos tesis central del cientificismo y que simbolizaremos con TCC. sta puede expresarse as:

    TCC: Para todo conjunto de conocimientos C se da el caso que, la validez V y la veracidad V1 de la totalidad de las teoras T con formantes de C se legitiman y comprueban de inmediato, si y slo si, C se encuentra en una relacin de superveniencia2 con el universo de la racionalidad cientfica U.

    De esta forma, es comn escuchar verdaderas apologas, por parte de los repre-sentantes de N disciplina, para revestir a su representada con el estatuto de cien-cia. As, al menos unos cuantos historiadores, psiclogos, pedagogos, actuarios, abogados, entre otros, pierden el aliento, y la energa, tratando de demostrar que sus disciplinas deben ser catalogadas como ciencias. Esta argumentacin, comn-mente, es arrojada sin concientizar realmente qu es lo que debe cumplir una disci-plina para ser catalogada como ciencia. Pocos son los que, provenientes de otras disciplinas, se acercan a la filosofa de la ciencia disciplina filosfica, normativa, que tiene como uno de sus problemas principales determinar un criterio epistemol-

    gico para discriminar entre ciencia y pseudociencia con el fin de establecer una lnea de argumentacin ms slida en defensa de la cientificidad de N disciplina3.

    De esta manera, reconocemos dos miradas en torno a las ciencias, a saber: a) la mirada naturalista, y b) la mirada cientificista. La mirada naturalista se compromete con la idea que denominaremos tesis central del naturalismo y que simbolizaremos con TCN. sta se expresara, aproximadamente, as:

    TCN: Para todo conjunto de conocimientos C se da el caso que, la totalidad de las teoras T conformantes de C se encuentran en una relacin de superve-niencia con el universo de la racionalidad cientfica U, si y slo si, T fue producto, y es susceptible, de una metodologa similar a la de las ciencias naturales.

    Como ya podr notarse, La TCN limita el universo de las ciencias nicamente para las llamadas ciencias naturales, apoyndose en la idea de que son las que mayor xitoen trminos de prediccin han tenido, argumentando que todo conoci-miento que no pueda ser matematizado ni verificado experimentalmente no es un conocimiento slido y que, por tanto, no merece portar el ttulo de ciencia. Por otro lado, la mirada cientificista, en efecto, se compromete con la TCC y, por ende, se caracteriza por una tendencia a pretender convertir casi todo en ciencia, dejando, con ello, en claro que quienes sostienen este punto de vista consideran a la ciencia como un valor en s mismo, superior a todo lo dems, y que por ello toda disciplina que aspire a ser tomada seriamente en cuenta debe revestirse con el ttulo de cien-cia.

    Ahora bien, consideramos que una posible solucin a este problema se encuentra en un punto intermedio entre ambas miradas, la naturalista y la cientificista, optan-do por una mirada crtica ante el problema de determinar qu es lo que s, y qu lo que no, merece ser denominado ciencia. Pinsese que la ciencia se ha compren-dido como el paradigma de la objetividad, donde las pasiones, las afecciones y las subjetividades no deben tener cabida, sino slo el deseo por alcanzar la verdad. En la seccin 5 de este trabajo pretendemos mostrar que hay razones suficientes para considerar esta visin como errnea.

    3) Una breve aproximacin a la bibliografa

    Antes de someter a un anlisis metacientfico el estatuto epistemolgico de la bibliografa, consideramos metodolgicamente pertinente ofrecer una aproxima-cin al objeto de estudio de la misma. Bibliografa, es una palabra de origen griego

    que puede descomponerse, etimolgicamente, en dos vocablos griegos: biblion, que significa libro, y graphein, que significa escribir. Por tanto, si se atiende a su significado etimolgico se tiene que bibliografa podra entenderse como el proce-so de escribir libros, o para referir a alguien que se dedique a la escritura de libros. Sin embargo, es claro que el sentido etimolgico de las palabras no abarca su com-pleta dimensin semntica, pues los usos semnticos de las palabras pueden ir variando a lo largo del tiempo y a travs del espacio; por tanto, la etimologa nica-mente puede aproximarnos parcialmente a la significacin de una palabra. As, el trmino bibliografa

    En distintos lugares y pocas [] fue empleado para referirse tanto a la compo-sicin como a la escritura de los libros, as como a los listados, catlogos y repertorios bibliogrficos que eran preparados. Hacia el siglo XVIII, en Francia, el trmino adquiri el significado de escribir acerca de los libros (Blum, 1980) y es as como hasta ahora se entiende a la bibliografa, claro est, ampliado el concepto para abarcar todo tipo de materiales bibliogrficos.4

    Por lo mismo, la bibliografa es entendida, en la actualidad, como el estudio de los libros como objetos materiales y, por eso, tiene cercana y similitudes sin perder su autonoma metodolgica con otras reas del conocimiento que se acercan al estudio de los libros en tanto que entes materiales y en tanto que entes de produc-cin intelectual, a saber: la paleografa, la filologa, la hermenutica, etctera. Sin embargo, el trmino bibliografa es utilizado ad nauseam en diversos contextos que reducen la extensin amplsima del contexto, limitando el campo de su signifi-cacin al de un mero listado de libros, o fuentes bibliogrficas, sobre algn tema determinado. No toda la gente, incluyendo a algunas personas dedicadas a la produccin y estudio del conocimiento desde diversas reas, tienen informacin en torno a la existencia de la bibliografa entendida como disciplina que se encarga del estudio de los libros, y dems recursos bibliogrficos, como objetos materiales y entidades intelectuales. Pese a eso, la bibliografa existe como una disciplina aut-noma si es ciencia o no es un problema que an no hemos intentado determi-nar y goza de un prestigio dentro de las dems reas del conocimiento que se ocupan de estudiar al libro, o sus producciones intelectuales. La bibliografa ayuda a todas, sin eludir a ninguna, las disciplinas del conocimiento.

    La bibliografa nos puede ayudar a identificar los libros impresos y a describirlos, a juzgar la relacin entre diferentes textos y a evaluar la fiabilidad de cada uno; y, donde el texto es defectuoso, a intentar descubrir lo que el autor quera que leysemos. La bibliografa es, pues, una herramienta bsica para los editores, cuyo fin es proporcionar al lector moderno versiones fidedignas y comprensibles de lo que los autores escribieron. Pero tambin los bibliotecarios aspiran a trans-mitir textos preocupndose por su conservacin y ponindolos a nuestra dispo-

    sicin; y para llevar a cabo este cometido de forma eficaz para conocer lo que tienen-, tambin ellos deben utilizar las tcnicas de la bibliografa.5

    Ahora bien, la bibliografa, como muchas disciplinas metdicas, est compuesta por ramas que se encargan de estudiar diferentes parcelas del objeto de estudio total que se pretende, desde ella, aprehender e investigar. De acuerdo con Figue-roa Alcntara6 la bibliografa se compone de dos importantes ramas, a saber: 1) la bibliografa analtica, que se encarga de dar a conocer una descripcin e identifica-cin precisa y natural de los materiales bibliogrficos vistos como objetos fsicos, es decir, como unidades bibliogrficas7; y 2) la bibliografa enumerativa cuyo propsi-to es reunir informacin sobre libros individuales u otros materiales bibliogrficos dentro de un arreglo lgico y til, vistos, a diferencia de la bibliografa analtica, como unidades que conllevan ideas, es decir, como entidades intelectuales8. Antes bien, estas dos importantes ramas de la bibliografa se componen, a su vez, por algunas sub-ramas, con propsitos de hacer una aproximacin metodolgica-mente ms eficaz al objeto de estudio total de la bibliografa. Tras estas considera-ciones, y de acuerdo con Figueroa Alcntara, el campo de estudio de la bibliografa, quedara as:

    Zeta, Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin. Nmero 1, Julio Diciembre, 2015.

    4) Las principales teoras metacientficas y el estatuto epistemolgico de la bibliografa

    Una vez aproximados a lo que es la bibliografa y su objeto de estudio, en este apartado intentaremos determinar si la bibliografa es o no una ciencia. Pretende-mos mostrar que los criterios de demarcacin entre ciencia y pseudociencia depen-den, en ltima instancia, de la teora metacientfica que se suscriba. De esto se colige, entonces, que la racionalidad cientfica no puede eludir los influjos normati-vos que se imponen desde dentro de la misma comunidad cientfica y/o filosfica. Siguiendo a Kuhn10, pensamos que las consideraciones e implicaciones epistemo-lgicas, ontolgicas, metodolgicas y procedimentales de la ciencia dependen, en ltima instancia, del paradigma imperante dentro del contexto histrico en el que las teoras se elaboran.

    Ahora bien, consideramos imposible lograr un anlisis plausible en torno al estatuto epistemolgico de la bibliografa sin analizar la bibliografa a la luz de algunas de las teoras metacientficas ms importantes dentro del mapa contemporneo de la filosofa de la ciencia. Pretendemos someter a la bibliografa a un anlisis partiendo de tres teoras metacientficas, a saber: a) el falsacionismode Popper; b) la teora de los paradigmas de Kuhn; y c) el anarquismo epistemolgico de Feyerabend.

    4.1) El falsacionismo de Popper

    La teora de Popper pretende ofrecer una solucin para el problema de la demarca-cin entre ciencia y pseudociencia. Para ello, Popper analiz: 1) la teora de la rela-tividad de Einstein; 2) la teora de la historia de Marx; 3) el psicoanlisis de Freud; y 4) la psicologa del individuo de Adler11. Encontr que, a excepcin de la teora de la relatividad de Einstein, las teoras (2) (3) y (4) tenan en comn la capacidad de adaptarse explicativamente a absolutamente todos los acontecimientos analiza-bles. Era imposible encontrar un tipo de conducta Z tal que fuese inexplicable desde la ptica de, por ejemplo, el psicoanlisis freudiano. Despus de esto, Popper concluy que aquella nota definitoria de las teoras cientficas era su capa-cidad para ser falsables, refutadas12. La tesis central del falsacionismo, que simboli-zaremos con TCF, es la siguiente:

    TCF: Para todo conjunto de enunciados Econformantes de la teora T se da el caso que, la totalidad de los E conformantes de Tse encuentran en una rela-cin de superveniencia con el universo de la racionalidad cientfica U, si y slo si, T es susceptible de ser falsable.

    Con esto, el falsacionismo rechaza todo tipo de teoras holistas que pretendan aco-modar hiptesis ad hoc pues el criterio para establecer el status cientfico de una teora es su refutabilidad o su testabilidad13. Ahora bien, es capaz la bibliografa de superar la prueba del falsacionismo popperiano? Por principio de cuentas, parece difcil determinar si, en efecto, la bibliografa es productora de teoras a la manera en la que lo exige la TCF. La pregunta central sera, entonces, si la biblio-grafa produce teoras en sentido estricto. Entendemos por teora un conjunto de enunciados E concatenados de modo tal que pretenden explicar de manera objeti-va N fenmeno de alguna parcela de la realidad R. En qu sentido la bibliografa es productora de teoras?

    Parece severamente cuestionable y debatible el asunto referente a la produccin de teoras dentro de la bibliografa. Sin embargo, concediendo que la bibliografa produjese teoras desde la bibliografa analtica, claro est, ya que desde la bibliografa enumerativa esto resulta completamente imposible parece, al menos prima facie, que dichas teoras no seran susceptibles de ser falsables. De esto se colige que la bibliografa, al menos desde la teora metacientfica del falsacionismo, no parece poder obtener el estatuto de ciencia.

    4.2) La teora de los paradigmas de Kuhn

    El concepto clave para entender la teora metacientfica de Kuhn es el de paradig-ma. Los paradigmas kuhnianos, a grandes rasgos, pueden entenderse como el conjunto de presupuestos metodolgicos, ontolgicos, procedimentales y episte-molgicos que, de manera tcita, comparten y aceptan las personas competentes dentro de la comunidad cientfica. Ahora bien, la instauracin de un nuevo paradig-ma, que implica un cambio a nivel conceptual y ontolgico, se da en virtud de un proceso de revolucin cientfica. As, las revoluciones cientficas son el paso inter-medio entre el desuso de un paradigma viejo y la instauracin de uno nuevo. De esta forma, los paradigmas son aquel suelo comn que da sentido, epistemolgico y conceptual, al conjunto de problemas cientficos que imperan en un contexto histrico X. Por otro lado, es desde el mismo paradigma que se evaluar la informa-cin y, por lo mismo, se discriminar lo que compete a la ciencia de lo que no; esto implica que la cientificidad y relevancia de los datos informacionales dependen de los criterios, tcitos, que el paradigma impone a los cientficos que dentro de l investigan. Adems, los paradigmas constituyen el modo de entender el mundo de los cientficos que se encuentran inmersos en ellos; esto quiere decir que la reali-dad se configura de un modo especfico en virtud de los presupuestos epistemol-gicos, metodolgicos, ontolgicos y procedimentales que rigen el paradigma y, por lo mismo, cuando sucede un cambio de paradigma mediante un proceso de revo-lucin cientfica el mundo del cientfico cambia por completo. Abandonar un para-digma para abrirle paso a otro es, de acuerdo con Kuhn, cambiar un mundo por otro.

    Antes bien, los paradigmas no implican infalibilidad epistmica; nicamente marcan un criterio de significatividad desde el cual se evala la cientificidad de las teoras. Adems, los paradigmas no representan una vorgine aislada del contexto histri-co, sino que el cmulo de supuestos que imponen se dan en virtud del momento histrico en que stos aparezcan; no obstante, un cambio de paradigma no implica un progreso acumulativo en la ciencia, sino un cambio en el mundo desde el que se produce la ciencia pues la visin kuhniana del progreso cientfico no se correspon-de con un proceso acumulativo.

    De todo lo anterior se colige, entonces, que la teora de Kuhn carece de componen-tes trascendentes en trminos temporales14. As, los paradigmas no son un cmulo de supuestos ahistricos que imponen la normatividad de la racionalidad cientfica haciendo abstraccin del contexto histrico; por el contrario, los criterios normativos de un paradigma se dan en virtud del momento histrico en que dicho paradigma se impone, de manera tcita, en la escena de la investigacin cientfica. Con todo esto, Kuhn puede dar cuenta del proceso histrico como parte constitutiva de los elementos normativos de los estudios en torno a la ciencia.15 La tesis central de la teora de los paradigmas, que simbolizaremos como TCP, es la siguiente:

    TCP: Para todo conjunto de enunciados E conformantes de la teora T se da el caso que, la totalidad de los E conformantes de T se encuentran en una rela-cin de superveniencia con el universo de la racionalidad cientfica U, si y slo si, T se adecua al conjunto de presupuestosde un paradigma P y Pimpera dentro de U.

    Ahora bien, desde la perspectiva de la teora de los paradigmas de Kuhn, la biblio-grafa aparece como una ciencia nicamente si el conjunto de cientficos activos le dan el soporte normativo y significativo para serlo; de lo contrario no podra consi-derarse como una ciencia. Antes bien, parece claro que el grueso de la comunidad cientfica no comparte siquiera una nocin mnima de lo que es la bibliografa. La bibliografa es reducida, muy frecuentemente, a lo que se concibe como bibliografa enumerativa y, con ello, es incapaz de cumplir las expectativas de la TCP. As, la cientificidad de la bibliografa depender, desde la teora metacientfica de Kuhn, del paradigma desde el que se le juzgue.

    4.3) El anarquismo epistemolgico de Feyerabend

    La teora metacientfica de Feyerabend tiene implicaciones severas en el mbito de la metodologa de la ciencia; no as en el problema de la demarcacin entre ciencia

    y pseudociencia. Sin embargo, dicha teora es capaz de arrojar luz en el problema del estatuto epistemolgico de la bibliografa. Feyerabend postula su teora con la idea de que el anarquismo, que tal vez no constituye la filosofa poltica ms atrac-tiva, es sin embargo una medicina excelente para la epistemologa y para la filoso-fa de la ciencia16. Su propuesta epistemolgica tiene un simple principio para la operacin de la racionalidad cientfica: todo vale.

    A diferencia de la mayora de las teoras metacientficas, la de Feyerabend no impone una normatividad externa a la racionalidad cientfica; por el contrario, consi-dera como elementos valiosos de la misma un sinnmero de conocimientos proce-dentes de diversas metodologas y fuentes que, comnmente, seran rechazados dentro de la racionalidad cientfica. En tanto que ayuden en la produccin de cono-cimiento cientfico, cualquier conjunto de enunciados es vlido y legtimo indepen-dientemente de su procedencia. Con esto, el anarquismo epistemolgico de Feye-rabend incluye dentro del conjunto de la racionalidad cientfica teoras que, comn-mente, se consideraban desdeables, a saber: 1) teoras metafsicas; 2) teoras religiosas; 3) teoras mticas; 4) teoras no cientficas.

    De esta manera, debe colegirse que desde el anarquismo epistemolgico la biblio-grafa es una disciplina vlida para la produccin de conocimiento cientfico. Desde esta teora metacientfica, entonces, puede considerarse a la bibliografa como

    promotora del desarrollo del conocimiento cientfico.

    4.4) El estatuto epistemolgi-co de la bibliografa

    Despus de analizar la produc-cin epistmica de la bibliogra-fa desde la ptica de tres de las teoras metacientficas ms importantes, resulta sumamen-te prudente concluir que, al menos desde nuestra ptica, la bibliografa no es una ciencia. Pensamos que existe, adems, otro criterio para rechazar el pretendido por algunos estatuto cientfico de la biblio-grafa; dicho criterio, aunque menos terico, es importante.

    Parece evidente que prctica-mente nadie se dedica a la

    bibliografa sin tener incidencias culturales en otra rea del conocimiento, pues un bibligrafo puede ser un biblioteclogo, un profesionista que se desempea en cualquier otra rea del conocimiento o bien un librero o coleccionista17. Es aqu, precisamente, donde se encuentra el argumento para sostener que la bibliografa no es una ciencia. Las ciencias pueden complementar sus conclusiones con otras reas del conocimiento, dando paso a la interdisciplinariedad, pero nunca podrn ser cultivadas por gente que no est especializada en ellas, pues el hecho de hacer investigacin en una ciencia implica, de suyo, un inmenso cmulo de conocimien-tos tericos referentes a la ciencia que se pretenda cultivar.

    As, el enunciado: todo cientfico es un ser estudioso, es un enunciado analtico18, en tanto que el predicado se encuentra contenido, semnticamente, en el sujeto gramatical. No puede existir un cientfico que no sea estudioso. De esta forma, una persona sin estudios de qumica no puede hacer la labor que un qumico s puede, ni una persona sin estudios de sociologa puede desempear la labor de un socilo-go, por poner dos ejemplos. En cambio, de acuerdo con Figueroa Alcntara, la labor del bibligrafo es desempeada por personas eruditas en otros temas, tales como la bibliotecologa. De lo anterior colegimos que, a nuestra manera de enten-der, la bibliografa es una actividad prctica llevada a cabo por especialistas en otras reas del saber. Al no tener eruditos propios, sino que es cultivada por gente proveniente de otras disciplinas, la bibliografa se torna como una disciplina prcti-ca, que proporciona una ayuda invaluable a todas las dems reas del conocimien-to. Pero esto, pensamos, no es suficiente para otorgarle el estatuto epistemolgico de ciencia.

    5) Cul es la relevancia de la cientificidad? En contra del cientificismo

    El falsacionismo de Popper nos deja el aprendizaje de que, posiblemente, aquello que vuelve cientfica a una teora es lo que aquellos que sostienen la TCC conside-raran su mayor vicio, a saber: el hecho de que pueda ser refutada. En otras pala-bras, el falsacionismo nos ensea que la ciencia no es una verdad inmutable, abso-luta e inamovible capaz de responder de manera objetiva absolutamente todo. Por otra parte, de la teora metacientfica de Kuhn aprendemos que las pautas normati-vas y significativas de lo que es ciencia dependen, en ltima instancia, de las condi-ciones histricas que, a travs del paradigma operante, impone la comunidad de cientficos a la racionalidad cientfica misma. Esto tiene consecuencias fuertes para el modelo de racionalidad cientfica an imperante en muchos sectores acadmi-cos como equivalente a un modelo de objetividad absoluta. Quienes sostienen la

    TCC, de alguna u otra manera, demuestran un elitismo a la hora de evaluar los conocimientos yms fuerte an demuestran una ignorancia de la teora kuhnia-na de los paradigmas. Por ltimo, el anarquismo epistemolgico a la Feyerabend nos deja una enseanza sumamente importante: a la hora de buscar la verdad y ensanchar el conocimiento, todo vale. Esto nos libra del elitismo de, por ejemplo, aquellos que sostienen la TCN.

    La complejidad de la realidad es tal que su estudio no puede no debe encasi-llarse en un solo modelo de racionalidad. Consideramos que no todo tiene porque pretender convertirse en ciencia para ser tomado en cuenta ni para que, en efecto, pueda ser un tipo de racionalidad valiosa en s misma. La ciencia, claro est, es incapaz de explicar todos los fenmenos pinsese, por ejemplo, en los fenme-nos normativos. Pensamos que esto no la demerita en ningn sentido, como tam-poco demerita en ningn sentido a cualquier tipo de racionalidad el hecho de que no sea cientfica.

    Toda vez que se rechace el cientificismo radical, y con ello la TCC, podr dejarse de perder el aliento en busca de legitimar un supuesto estatuto de ciencia para disciplinas que, muy probablemente, no son cientficas. El no ser una ciencia no vuelve menos importante a ninguna disciplina y, por lo mismo, consideramos que la TCC tiene que eliminarse de la investigacin y del mundo acadmico en donde, por desgracia, sigue operando de manera tan arraigada.

    6) Conclusin

    Por todo lo antedicho, concluimos que, a nuestro juicio, la bibliografa no es una ciencia, sino un tipo de conocimiento aplicado de los estudios bibliogrficos, que encuentra a sus investigadores tericos dentro de diversas esferas del universo de las disciplinas productoras de conocimiento. Pensamos que la racionalidad que opera en la bibliografa es distinta a la racionalidad cientfica. Sin embargo, la biblio-grafa es una disciplina tan meritoria e importante como lo es cualquier otro tipo de disciplina seria aun cuando no sea cientfica que sus fronteras colindan con las de absolutamente todas las dems reas del saber. El conocimiento arrojado por la bibliografa es, evidentemente, requerido por todas las disciplinas; sin ste, la investigacin en cualquier rea resultara mucho ms rida.

    Dentro de las esferas de las relaciones sociopolticas y morales, la humanidad ha experimentado, aunque lentamente, grandes avances. La discriminacin racial o sexual se ha intentado combatir de manera admirable en el mundo contemporneo; sin embargo, an queda un inmenso camino de injusticias por erradicar. De igual manera, es probable que sea tiempo de comenzar a pretender e intentar transfor-mar la discriminacin epistmica. Consideramos que un acadmico que a estas alturas sostiene un cientificismo radical, y comparte la TCC, es tan atroz aunque en otro mbito como un poltico que gobierna con base en polticas pblicas

    1 En este trabajo no vamos a ahondar en el complicado tema referente a la naturaleza de dichos derechos. El anlisis filosfico en torno al estatuto ontolgico de estos derechos requiere, como mnimo, un trabajo por separado. Determinar si el derecho de acceso a la informacin es, adems de un derecho positivo, un derecho moral, es un complejo tema que rebasa los lmites y propsitos de este trabajo.

    cargadas de discriminacin. En tanto que el acadmico, el docente, tiene en sus manos la formacin de innumerables alumnos, consideramos pertinente empezar por erradicar el cientificismo injustificado que opera de manera contundente an dentro de nuestras aulas. Slo as, se abrir paso hacia la tolerancia epistmica y se lograr entender, entre muchsimas otras cosas, que la bibliografa, como muchas otras disciplinas, muy probablemente, no es una ciencia, pero que eso no la(s) vuelve menos importante(s).19

    Obras consultadas:

    A companion to the Philosophy of science. Newton-Smith, W.H. (ed.). Massachuse-tts: Blackwell Publishers, 2000. 576 p. ISBN 0-631-17024-3

    BROWN, Harold. La nueva filosofa de la ciencia. Solana Diez, Guillermo y Marraud Gonzlez, Hubert (trad.). 2a ed. Madrid: Tecnos, 1988. 235 p. ISBN 84-309-0971-0

    FEYERABEND, Paul. Tratado contra el mtodo. Esquema de una teora anarquista del conocimiento. Ribes, Diego (trad.). Madrid: Tecnos, 1981. 319 p. ISBN 84-309-0887-0

    FIGUEROA ALCNTARA, Hugo Alberto. Panorama de la bibliografa. En: FIGUE-ROA ALCNTARA, Hugo Alberto y RAMREZ VELZQUEZ, Csar Augusto (coords.). Recursos bibliogrficos y de informacin. Mxico: UNAM, FFyL, DGAPA, 2006. p. 45-62

    KUHN, Thomas. La estructura de las revoluciones cientficas. Contin, Agustn (trad.). Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1986. 319 p. ISBN 968-16-0443-1

    LORENZANO, Csar. Hipottico-deductivismo. En: MOULINES, C. Ulises (ed.). Enciclopedia Iberoamericana de Filosofa 4. La ciencia: estructura y desarrollo. Madrid: Trotta, 1993. p. 31-57

    OKASHA, Samir. Philosophy of science: A very short introduction. New York: Oxford University Press, 2002. 144 p. ISBN 0-19-280283-6

    POPPER, Karl. Conjeturas y refutaciones: El desarrollo del conocimiento cientfico. Miguez, Nstor (trad.). Buenos Aires: Paids, 1972. ISBN 84-7509-146-6

    6

  • UNAM Facultad de Filosofa y Letras Colegio de Bibliotecologa

    Resumen: La importancia de la bibliografa para absolutamente todas las discipli-nas es innegable. En tanto que posibilita la investigacin dentro de cualquier rea del conocimiento, sta cobra una especial funcin prctica. Pero, es acaso la bibliografa una disciplina cientfica? Adems, es determinante, en trminos de validez y veracidad epistemolgica, que la bibliografa pertenezca al conjunto de las disciplinas cientficas? El propsito de este trabajo es ofrecer un anlisis metacien-tfico en torno al estatuto epistemolgico de la bibliografa. Al mismo tiempo, reali-zamos una crtica a las visiones cientificistas que pretenden reducir los terrenos de lo epistemolgicamente relevante al conjunto de las producciones cientficas. Todo esto, desde un enfoque interdisciplinar, entre filosofa y bibliotecologa.

    Palabras clave: bibliografa, epistemologa, filosofa de la ciencia, cientificidad, cientificismo, produccin de conocimiento, racionalidad cientfica, fuentes docu-mentales.

    Abstract: Bibliographys importance for all disciplines is absolutely undeniable, since it allows research in any field of knowledge. But, its the bibliography a scienti-fic discipline? Is it relevant that the bibliography obtains the status of science? The purpose of this paper is to offer a metascientific analysis about the epistemological status of the bibliography. At the same time, we perform a critique to the scientifi-cism that tries to turn all kinds of knowledge into scientific rationality. All this, from an interdisciplinary approach, between philosophy and librarianship.

    Keywords: bibliography, epistemology, philosophy of science, scientificity, scientifi-cism, knowledge production, scientific rationality, information sources.

    1) Introduccin. El conoci-miento y la informacin en el mundo contemporneo

    El presente se caracteri-za por ser un cmulo de todo el

    andamiaje cultural, y de produccin de conocimiento, que el pasado nos ha legado; sin embargo, esto no impide que el presente sea, de igual forma, productor de conocimientos antes inimaginables. Las antiguas teoras se estudian, en la actuali-dad, como parte de la historia de determinada disciplina; mas no por eso el presen-te se queda en mera descripcin de lo que aconteci en el pasado en trminos de poltica, ciencia, filosofa o arte sin problematizar, o aceptando como nico motor para la confianza en lo dicho el argumento de apelacin a la autoridad. En el presente se elaboran estudios en torno al pasado y tambin estudios guiados por los avances tericos del pasado; sin embargo, la realidad, cambiante por definicin, presenta nuevos problemas, antes no pensados, ante los cuales resulta imprescin-dible confrontar los hechos con una mirada crtica. As, por ejemplo, el conocimien-to transmitido a travs de los libros anteriormente era regulado por, y para, unos cuantos; no obstante, en el presente la informacin se comparte de aqu para all sin que pueda vislumbrarse alguna barrera que entorpezca su veloz y expandible camino. Adquirir un libro referente a, prcticamente, cualquier tema, resulta senci-llo, de manera masiva, con el acceso a internet. Por lo mismo, en la actualidad debe pensarse en el dilema moral que resulta de la confrontacin de dos tipos de dere-chos sumamente importantes, a saber: 1) el derecho a la propiedad intelectual; y 2) el derecho al libre acceso a la informacin 1 .Esto por poner slo un ejemplo.

    Ante este mar de problemas, que el mundo contemporneo arroja, resulta simple-mente imposible aprehender todo el conocimiento con miras a dar respuesta y solu-cin a todos los problemas que la inmensidad del saber acarrea. Por lo mismo, el conocimiento ha experimentado una fragmentacin tal que tiene la consecuencia ineludible de la erudicin; los estudiosos ya no son holistasa la manera en que lo eran en la Antigedad Clsica los filsofos sino que limitan los terrenos de su produccin e investigacin intelectuales a nicamente algunas disciplinas o, quiz, solamente a una. De esta forma, algunas especializaciones del conocimiento han adquirido el estatus de ciencia, y otras no.

    Ahora bien, existe una de estas especializaciones del conocimiento, que se impreg-na de una vital importancia para la multiplicidad de disciplinascientficas y no cientficasa saber: la bibliografa. Debido a la importancia con la que se reviste dicha disciplina, y la funcin intelectual tan importante que cumple, resulta necesa-

    rio intentar esclarecer su estatuto epistemolgico; esto es, determinar qu clase de conocimiento es el que produce, si acaso ste es cientfico o no. El propsito de este trabajo es ofrecer una respuesta a la pregunta por el tipo de conocimiento que arroja la bibliografa, a la vez que se someten a crtica las visiones cientificistas. Para ello: 1) Indagaremos cules son las tesis centrales del cientificismo y las acti-tudes que ante la ciencia y el conocimiento suelen adoptarse;2) realizaremos un acercamiento al objeto de estudio de la bibliografa; 3) someteremos a un anlisis metacientfico el estatuto epistemolgico de la bibliografa; y 4) con base en los resultados obtenidos, analizaremos cul es la verdadera relevancia epistemolgica de la cientificidad.

    2) Las actitudes frente a la ciencia y al conocimiento

    Para saber si algoen este caso la bibliografa es una ciencia resulta imprescin-dible indagar un poco sobre lo que se conoce como ciencia. En la actualidad el concepto de ciencia se ha impregnado, pareciera, de legitimidad automtica entre los crculos acadmicos; todo lo que se catalogue con el estatuto de ciencia se reviste de una importancia y grandeza incomparables. Esta visin cientificista compartida por innumerables acadmicos se compromete con una idea que, en adelante, denominaremos tesis central del cientificismo y que simbolizaremos con TCC. sta puede expresarse as:

    TCC: Para todo conjunto de conocimientos C se da el caso que, la validez V y la veracidad V1 de la totalidad de las teoras T con formantes de C se legitiman y comprueban de inmediato, si y slo si, C se encuentra en una relacin de superveniencia2 con el universo de la racionalidad cientfica U.

    De esta forma, es comn escuchar verdaderas apologas, por parte de los repre-sentantes de N disciplina, para revestir a su representada con el estatuto de cien-cia. As, al menos unos cuantos historiadores, psiclogos, pedagogos, actuarios, abogados, entre otros, pierden el aliento, y la energa, tratando de demostrar que sus disciplinas deben ser catalogadas como ciencias. Esta argumentacin, comn-mente, es arrojada sin concientizar realmente qu es lo que debe cumplir una disci-plina para ser catalogada como ciencia. Pocos son los que, provenientes de otras disciplinas, se acercan a la filosofa de la ciencia disciplina filosfica, normativa, que tiene como uno de sus problemas principales determinar un criterio epistemol-

    gico para discriminar entre ciencia y pseudociencia con el fin de establecer una lnea de argumentacin ms slida en defensa de la cientificidad de N disciplina3.

    De esta manera, reconocemos dos miradas en torno a las ciencias, a saber: a) la mirada naturalista, y b) la mirada cientificista. La mirada naturalista se compromete con la idea que denominaremos tesis central del naturalismo y que simbolizaremos con TCN. sta se expresara, aproximadamente, as:

    TCN: Para todo conjunto de conocimientos C se da el caso que, la totalidad de las teoras T conformantes de C se encuentran en una relacin de superve-niencia con el universo de la racionalidad cientfica U, si y slo si, T fue producto, y es susceptible, de una metodologa similar a la de las ciencias naturales.

    Como ya podr notarse, La TCN limita el universo de las ciencias nicamente para las llamadas ciencias naturales, apoyndose en la idea de que son las que mayor xitoen trminos de prediccin han tenido, argumentando que todo conoci-miento que no pueda ser matematizado ni verificado experimentalmente no es un conocimiento slido y que, por tanto, no merece portar el ttulo de ciencia. Por otro lado, la mirada cientificista, en efecto, se compromete con la TCC y, por ende, se caracteriza por una tendencia a pretender convertir casi todo en ciencia, dejando, con ello, en claro que quienes sostienen este punto de vista consideran a la ciencia como un valor en s mismo, superior a todo lo dems, y que por ello toda disciplina que aspire a ser tomada seriamente en cuenta debe revestirse con el ttulo de cien-cia.

    Ahora bien, consideramos que una posible solucin a este problema se encuentra en un punto intermedio entre ambas miradas, la naturalista y la cientificista, optan-do por una mirada crtica ante el problema de determinar qu es lo que s, y qu lo que no, merece ser denominado ciencia. Pinsese que la ciencia se ha compren-dido como el paradigma de la objetividad, donde las pasiones, las afecciones y las subjetividades no deben tener cabida, sino slo el deseo por alcanzar la verdad. En la seccin 5 de este trabajo pretendemos mostrar que hay razones suficientes para considerar esta visin como errnea.

    3) Una breve aproximacin a la bibliografa

    Antes de someter a un anlisis metacientfico el estatuto epistemolgico de la bibliografa, consideramos metodolgicamente pertinente ofrecer una aproxima-cin al objeto de estudio de la misma. Bibliografa, es una palabra de origen griego

    que puede descomponerse, etimolgicamente, en dos vocablos griegos: biblion, que significa libro, y graphein, que significa escribir. Por tanto, si se atiende a su significado etimolgico se tiene que bibliografa podra entenderse como el proce-so de escribir libros, o para referir a alguien que se dedique a la escritura de libros. Sin embargo, es claro que el sentido etimolgico de las palabras no abarca su com-pleta dimensin semntica, pues los usos semnticos de las palabras pueden ir variando a lo largo del tiempo y a travs del espacio; por tanto, la etimologa nica-mente puede aproximarnos parcialmente a la significacin de una palabra. As, el trmino bibliografa

    En distintos lugares y pocas [] fue empleado para referirse tanto a la compo-sicin como a la escritura de los libros, as como a los listados, catlogos y repertorios bibliogrficos que eran preparados. Hacia el siglo XVIII, en Francia, el trmino adquiri el significado de escribir acerca de los libros (Blum, 1980) y es as como hasta ahora se entiende a la bibliografa, claro est, ampliado el concepto para abarcar todo tipo de materiales bibliogrficos.4

    Por lo mismo, la bibliografa es entendida, en la actualidad, como el estudio de los libros como objetos materiales y, por eso, tiene cercana y similitudes sin perder su autonoma metodolgica con otras reas del conocimiento que se acercan al estudio de los libros en tanto que entes materiales y en tanto que entes de produc-cin intelectual, a saber: la paleografa, la filologa, la hermenutica, etctera. Sin embargo, el trmino bibliografa es utilizado ad nauseam en diversos contextos que reducen la extensin amplsima del contexto, limitando el campo de su signifi-cacin al de un mero listado de libros, o fuentes bibliogrficas, sobre algn tema determinado. No toda la gente, incluyendo a algunas personas dedicadas a la produccin y estudio del conocimiento desde diversas reas, tienen informacin en torno a la existencia de la bibliografa entendida como disciplina que se encarga del estudio de los libros, y dems recursos bibliogrficos, como objetos materiales y entidades intelectuales. Pese a eso, la bibliografa existe como una disciplina aut-noma si es ciencia o no es un problema que an no hemos intentado determi-nar y goza de un prestigio dentro de las dems reas del conocimiento que se ocupan de estudiar al libro, o sus producciones intelectuales. La bibliografa ayuda a todas, sin eludir a ninguna, las disciplinas del conocimiento.

    La bibliografa nos puede ayudar a identificar los libros impresos y a describirlos, a juzgar la relacin entre diferentes textos y a evaluar la fiabilidad de cada uno; y, donde el texto es defectuoso, a intentar descubrir lo que el autor quera que leysemos. La bibliografa es, pues, una herramienta bsica para los editores, cuyo fin es proporcionar al lector moderno versiones fidedignas y comprensibles de lo que los autores escribieron. Pero tambin los bibliotecarios aspiran a trans-mitir textos preocupndose por su conservacin y ponindolos a nuestra dispo-

    sicin; y para llevar a cabo este cometido de forma eficaz para conocer lo que tienen-, tambin ellos deben utilizar las tcnicas de la bibliografa.5

    Ahora bien, la bibliografa, como muchas disciplinas metdicas, est compuesta por ramas que se encargan de estudiar diferentes parcelas del objeto de estudio total que se pretende, desde ella, aprehender e investigar. De acuerdo con Figue-roa Alcntara6 la bibliografa se compone de dos importantes ramas, a saber: 1) la bibliografa analtica, que se encarga de dar a conocer una descripcin e identifica-cin precisa y natural de los materiales bibliogrficos vistos como objetos fsicos, es decir, como unidades bibliogrficas7; y 2) la bibliografa enumerativa cuyo propsi-to es reunir informacin sobre libros individuales u otros materiales bibliogrficos dentro de un arreglo lgico y til, vistos, a diferencia de la bibliografa analtica, como unidades que conllevan ideas, es decir, como entidades intelectuales8. Antes bien, estas dos importantes ramas de la bibliografa se componen, a su vez, por algunas sub-ramas, con propsitos de hacer una aproximacin metodolgica-mente ms eficaz al objeto de estudio total de la bibliografa. Tras estas considera-ciones, y de acuerdo con Figueroa Alcntara, el campo de estudio de la bibliografa, quedara as:

    Zeta, Revista de Bibliotecologa y Estudios de la Informacin. Nmero 1, Julio Diciembre, 2015.

    4) Las principales teoras metacientficas y el estatuto epistemolgico de la bibliografa

    Una vez aproximados a lo que es la bibliografa y su objeto de estudio, en este apartado intentaremos determinar si la bibliografa es o no una ciencia. Pretende-mos mostrar que los criterios de demarcacin entre ciencia y pseudociencia depen-den, en ltima instancia, de la teora metacientfica que se suscriba. De esto se colige, entonces, que la racionalidad cientfica no puede eludir los influjos normati-vos que se imponen desde dentro de la misma comunidad cientfica y/o filosfica. Siguiendo a Kuhn10, pensamos que las consideraciones e implicaciones epistemo-lgicas, ontolgicas, metodolgicas y procedimentales de la ciencia dependen, en ltima instancia, del paradigma imperante dentro del contexto histrico en el que las teoras se elaboran.

    Ahora bien, consideramos imposible lograr un anlisis plausible en torno al estatuto epistemolgico de la bibliografa sin analizar la bibliografa a la luz de algunas de las teoras metacientficas ms importantes dentro del mapa contemporneo de la filosofa de la ciencia. Pretendemos someter a la bibliografa a un anlisis partiendo de tres teoras metacientficas, a saber: a) el falsacionismode Popper; b) la teora de los paradigmas de Kuhn; y c) el anarquismo epistemolgico de Feyerabend.

    4.1) El falsacionismo de Popper

    La teora de Popper pretende ofrecer una solucin para el problema de la demarca-cin entre ciencia y pseudociencia. Para ello, Popper analiz: 1) la teora de la rela-tividad de Einstein; 2) la teora de la historia de Marx; 3) el psicoanlisis de Freud; y 4) la psicologa del individuo de Adler11. Encontr que, a excepcin de la teora de la relatividad de Einstein, las teoras (2) (3) y (4) tenan en comn la capacidad de adaptarse explicativamente a absolutamente todos los acontecimientos analiza-bles. Era imposible encontrar un tipo de conducta Z tal que fuese inexplicable desde la ptica de, por ejemplo, el psicoanlisis freudiano. Despus de esto, Popper concluy que aquella nota definitoria de las teoras cientficas era su capa-cidad para ser falsables, refutadas12. La tesis central del falsacionismo, que simboli-zaremos con TCF, es la siguiente:

    TCF: Para todo conjunto de enunciados Econformantes de la teora T se da el caso que, la totalidad de los E conformantes de Tse encuentran en una rela-cin de superveniencia con el universo de la racionalidad cientfica U, si y slo si, T es susceptible de ser falsable.

    Con esto, el falsacionismo rechaza todo tipo de teoras holistas que pretendan aco-modar hiptesis ad hoc pues el criterio para establecer el status cientfico de una teora es su refutabilidad o su testabilidad13. Ahora bien, es capaz la bibliografa de superar la prueba del falsacionismo popperiano? Por principio de cuentas, parece difcil determinar si, en efecto, la bibliografa es productora de teoras a la manera en la que lo exige la TCF. La pregunta central sera, entonces, si la biblio-grafa produce teoras en sentido estricto. Entendemos por teora un conjunto de enunciados E concatenados de modo tal que pretenden explicar de manera objeti-va N fenmeno de alguna parcela de la realidad R. En qu sentido la bibliografa es productora de teoras?

    Parece severamente cuestionable y debatible el asunto referente a la produccin de teoras dentro de la bibliografa. Sin embargo, concediendo que la bibliografa produjese teoras desde la b