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ZAPOPANACura a la humanidad

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Ahí, a la entrada del Hos-pital Santa Margarita, en pleno centro de la ciu-

dad de Guadalajara, Jalisco, a lo alto, justo del lado izquier-do de un arco, está la imagen de la madre María Guadalupe García Zavala, la Madre Lupita, quien fundó y asistió a cientos de enfermos que llegaban para curarse y encontrar alivio a su dolor.

“Yo he tenido contacto con personas que convivieron con ella, fue una mujer llena de fe y entrega incondicional. Uno de esos casos es el de Libia quien ingresó al hospital debido a que tenía cáncer de estomago y con-taba con muy pocos recursos para su tratamiento. Después de asistirla con recursos eco-nómicos y su medicamento, regreso a su casa, pero tenía fuertes dolores. Para que no la vieran sus hijos se fue a llorar a un rincón donde llegó una religiosa vestida de negro y le impuso las manos en la zona que estaba causando la moles-tia. Libia le pidió ayuda y ella le dijo: “ya te estoy ayudando”. Al día siguiente sorprendente-mente su molestia desapareció. Al regresar al hospital me co-mentó que inexplicablemente una monjita vestida de negro había entrado a su casa para curarla, yo decidí llevarla a donde tenemos su estatua en cera. Libia al verla se puso a llorar y admirada señaló: “fue la que estuvo en mi casa”.

Este testimonio lo comentó a Vida Nueva la hermana Ra-quel Rodríguez Saguayo, en-cargada de la administración del Hospital Santa Margarita y responsable de recabar la do-cumentación necesaria para canonizar a la Madre Lupita.

Y es que documentar toda la información para que Gua-dalupe García Zavala sea ca-nonizada, ha sacado a la luz muchos otros favores que no han tendido seguimiento ni están fundamentados cientí-ficamente, pero hay testigos directos de que se han origina-do, la hermana Raquel comenta otro de ellos:

“Dentro del hospital había un señor internado que requería atención pero las hermanas enfermeras teníamos mucho trabajo. Timbraba y timbraba pero nadie acudía a su llamado, hasta que llegó una madrecita y le dio un analgésico, lo con-fortó y le dijo que a la primera religiosa que viera, le diera la envoltura de la pastilla que se tomó para que la apuntara en el expendiente. Al atender el llamado del paciente, éste le comunicó lo que había pa-sado y describió a una mujer con las características de la Madre Lupita. Después de su recuperación el paciente vio la escultura de cera. Se arrodilló conmocionado y le agradeció por haberle devuelto la salud”.

La hermana Raquel asegu-ra que la Madre Lupita acude

GUADALUPE ESQUIVIAS AGUILAR

En pleno siglo XXI hay un lugar que

guarda las vivencias de una mujer que

será canonizada en la Basílica de San

Pedro por Benedicto XVI. Es un sitio

místico y sublime, guarda mucho dolor pero también amor

infinito hacia el que más lo necesita.

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siempre al servicio de los en-fermos no sólo en el Hospital Santa Margarita, sino en otras partes como en el hospital del Seguro Social, en el Civil y en otros países.

“Es un milagro”En el Hospital Santa Marga-

rita aún puede percibirse su presencia, sus huellas, su razón de ser. Su mística de servicio se respira a flor de piel en ese lu-gar enmarcado por más de una docena de hermanas vestidas de blanco que van y vienen por los pasillos.

En el teatro en el que muchas veces se escenificaron obras que la Madre Lupita gozó y aplaudió junto con toda su co-munidad, entró un gran reflejo de luz y delante de él, caminan-do, Wvintila Godoy Salas de 86 años acompañada por Cecilia, su hija; Angela y Carolina sus nietas y Odón su yerno.

En el año 2008, Wvintila a los 81 años, tuvo un sangra-do cerebral fulminante, por el cual tuvo que ser trasladada al Hospital Santa Margarita. Ahí le realizaron una tomografía que determinó hemorragia talámi-ca, diagnóstico por el cual muy pocos sobreviven o padecen se-cuelas severas para siempre.

La paciente presentaba pará-lisis facial y viendo su grave-dad, fue trasladada a la clínica del Seguro Social para ser aten-dida; en el trayecto, su yerno Odón platicó con ella y notó que podía hablar sin ninguna complicación.

La señora Wvitila recuerda: “Yo me sentía bien, aunque dicen que perdí la noción del tiempo. Después de tener una fuerte desilusión me comencé a sentir muy mal, empecé con tos y a devolver el estomago, le dije a una de mis hijas que me lle-vara al baño porque me sentía mal. Luego fui con el doctor, me revisó y les recomendó a mis hijos que me trasladaran a la

ciudad de Guadalajara porque era grave lo que tenía. Cuando me despedí del doctor me dijo “a ver si llega viva”. Yo le con-testé: ¡claro que estaré viva! Dios va conmigo.

“En el trayecto ya no supe nada, estaba perdida, solo me comentan que me quejaba de mi cabeza. Cuando vi que esta-ba en el hospital, vi a mis hijos. Me ayudaron a bajar del carro y el médico de guardia me recibió y empezó hacer preguntas”.

Mientras Wvintila era exami-nada, los miembros de la fami-lia esperaban algún reporte de los médicos en el hospital Santa Margarita. En tanto, la hermana

Tomasita que es quien recibe a los pacientes en Imagenología, salió a confortar a los familia-res y les dio oraciones con la imagen de la Madre Lupita “pí-danle a ella que la salve porque esta muy delicada. Recen”.

“Nos tomamos de la mano, rezamos e invocamos con mu-cha fe y devoción a la Madre Lupita, fue un momento muy difícil porque cuando te dicen que tu mamá está muy grave no puedes más que implorar su pronta recuperación”, comenta Ceci, su hija.

Odón su yerno, que es mé-dico, interpretó la tomografía y confirmó su gravedad. Aten-

diendo a su petición la trans-portó a la clínica del IMSS más cercana de Santa Margarita, en el trayecto se dio cuenta de que su suegra estaba consciente y sólo tenía una leve parálisis en la boca, comentó con ella algunas cosas y vio su lucidez.

Al recibirla el médico del IMSS comunicó a Odón que, de acuerdo con la tomografía que llevaban, era necesario in-tervenirla y estabilizarla para que la hemorragia no causará más daño, a lo cual contestó que Wvintila venía consciente. El neurocirujano no lo podía creer, le tomo otra tomografía y sorprendentemente su cerebro ya no registraba daño.

“Luego me acuerdo que escuché al doctor del seguro social que me tenía que abrir mi cabeza”, recuerda Wvintila.

La vigilaron durante un par de días y la dieron de alta. Al mes y medio le realizaron otro estudio y fue una sorpre-sa grande. No había rastro de ninguna hemorragia, ni una cicatriz que diera muestra de haber ocurrido. “Fue cuando le comenté -dijo Odón-: suegra, esto es un milagro”.

Después de que no había una explicación para lo ocurrido,

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Wvintila y su familia dan testimonio de uno de los milagros.

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Odón platicó con la madre Ra-quel y convinieron empezar a argumentar el posible milagro. Se mandó llamar a monseñor Oscar Sánchez Barba, postu-lador de la causa de la Madre Lupita, y se inició la investi-gación para corroborar este acontecimiento.

Hoy Wvintila asegura: “es fabuloso ser portadora del testimonio de un milagro, las personas me ven y no creen que yo haya sanado”.

En tanto, las nietas Angela y Carolina están muy orgullosas de que el milagro de la Madre Lupita se haya manifestado en su familia, ya que pueden dar muestra clara de que los mila-

gros sí existen en estos tiempos en donde pareciera que todos estamos distraídos y no tene-mos fe y esperanza.

Santa de las enfermerasEl milagro de la señora de 81

años fue el que se presentó para empezar el proceso de canoni-zación de esta madre mexicana quien, junto con un grupo de mártires italianos y la religio-sa colombiana Laura Montoya serán elevados a los altares en una misma ceremonia oficiada por Benedicto XVI.

Entrevistado por Vida Nueva monseñor Oscar Sánchez Bar-ba, postulador de la causa de canonización, dijo que se pre-tende que la religiosa mexicana oriunda de Zapopan, Jalisco, sea la patrona de las enferme-ras, ya que dedicó 62 años de su vida a la humanidad doliente del Hospital Santa Margarita de Guadalajara.

Sánchez Barba comentó que el día en que se le rendirá culto a la recién declarada santa lo determinará el Papa, pero muy probablemente será el 27 de abril, día en que nació.

Durante la ceremonia, el Papa Benedicto XVI develará una nueva gigantografía que

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RELIGIOSAS Y LOS AGENTES SANITARIOS

Se calcula que en México existen cerca de 302 000 personas que se dedican a la enfermería, una profesión que empezó como un oficio y para la cual existe actualmente una licenciatura y especializaciones. En México se ha reconocido a religiosas que ejercen esta profesión, tal fue el caso de Sor María Suárez Vázquez de la orden de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado y ex directora de enfermería del Instituto Nacional de Cardiología que recibió en el año 2008, de manos del entonces presidente Felipe Calderón, el Premio al Mérito en Enfermería del Consejo de Salubridad.

P. Oscar Sánchez Barba

es una ampliación de una fo-tografía digital con la imagen de la Madre Lupita, la primera se exhibió el día de la beatifi-cación, además se le entregará una reliquia de primer grado.

Informó que después de la celebración de la canonización habrá una misa en la Basíli-ca de Santa María Mayor, en Roma, para invocar a la San-ta, hacer una glorificación y la propagación de las vocaciones religiosas. En México, en las casas religiosas y en la dióce-sis de Guadalajara se dedicará un día para venerar a la recién proclamada santa.

“No hubo ninguna dificul-tad para su proceso de cano-nización, ella, se fue solita; en otras causas hay muchas difi-cultades, por ejemplo cuando hay mártires; en el caso de la madre no hubo problema para comprobar sus virtudes y sus milagros. Por unanimidad de teólogos, médicos y cardena-

les se logró su canonización”, afirma el postulador.

Sánchez Barba manifestó que: “la canonización de Gua-dalupe García Zavala es una gran alegría. Dice el salmo que la santidad es el adorno de tu casa, es un empuje muy grande para la humanidad, es un ejem-plo de que hoy en día cualquie-ra puede ser santo proclaman-do los valores fundamentales y viviendo conforme ellos”.

Un sitio con su presenciaRecorrer los pasillos del Hos-

pital Santa Margarita es todo un paseo que huele a santidad, la capilla, el pequeño auditorio, el comedor, los jardínes, las ofi-cinas, las habitaciones y hasta en los quirofános se percibe esa sensación que deja la estela de alguien que tuvo una vida que trascendió y cumplió con Dios.

Impecablemente, el lugar guarda las pisadas de la santa. Hay en especial un espacio en

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donde se venera su presencia y ese es el cuarto en donde vi-vió la Madre Lupita que está resguardado por su estatua en cera.

En ese sitio hay algunos ob-jetos de la madre fundadora, ahora reliquias. Ahí se puede ver su máquina de escribir con la que plasmó sus pensamien-tos y sus instrucciones para sus compañeras de congregación, también se puede observar su bolsa de mano en donde a lo mejor guardaba recetas y medi-cinas de amor para los cientos de pacientes del hospital.

“La estatua de cera se mandó hacer con el mismo escultor que realiza los personajes que se encuentran en el museo de cera de la Basílica de Guada-lupe, la mandamos hacer dos años después de que se inició su proceso para su veneración alrededor de los años 80”, re-cuerda la hermana Raquel que junto con la hermana Tomasi-ta, cocinera de buen sazón y enfermera de corazón, cami-nan para mostrar ese lugarcito

que se destaca a la entrada del hospital Santa Margarita, en Guadalajara, Jalisco. En dos cuartos pequeños en extensión pero grandes en recuerdos, pe-ticiones, clamores, dolores y agradecimientos se encuentra un libro en donde los pacientes y familiares escriben a la Madre Lupita.

“Para el proceso de canoniza-ción se presentaron 50 de ellos con el fin de reafirmar que su devoción y su intercesión ante Dios nuestro señor ha logra-do curar y mitigar el dolor de quien más lo necesita”, dice la administradora del hospital.

Cientos de detalles que tie-nen el nombre de la madre se

pueden ver en las vitrinas que resguardan lo que pudiera ser un milagro o una demostración de que la Madre Lupita ha ali-viado y atendido el llamado de auxilio de quienes ahí se lo reconocen.

La estatua que tiene las ca-racterísticas físicas de la Madre Lupita con un hábito negro, anteojos y carismática sonri-sa, parece que fija su mirada bondadosa de quien se detie-ne a observar ese lugarcito en donde reposan pensamientos y clamores que vuelan repletos de fe, esperanza y consuelo.

Una historia trascendentalMaría Guadalupe García Za-

vala nació en Zapopan, Jalisco, el 27 de abril de 1878.

Desde muy pequeña mostró amor a los pobres y a los en-fermos.

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La religiosa Guadalupe García Zavala también fue fundadora de la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres. Dejó como legado algunos pensamientos que hasta el día de hoy son recordados por las hermanas, Vida Nueva reproduce algunos de ellos:“Miren hermanas, procuren ponerles lo necesario; que no les falte nada. Pregunten cuáles son sus gustos, si quieren otra cosa; sean siempre solícitas en servirles que es Dios a quien sirven”.“Hermanas, atiendan bien a los enfermos. Es Dios el que viene en persona de los enfermos”.“Cuando tengan enfermos graves no los dejen solos. Esténse ahí. Son almas que ustedes pueden salvar”.“La humanidad sufre, y Dios nos ha escogido precisamente a nosotras para aliviar en todo lo que se pueda ese dolor”.“Entréguense enteramente a Dios y Él las conservará inmunes frente a los hermanos contagiosos que llegan hasta el hospital Santa Margarita”.

MÍSTICA QUE ELEVA AL CIELO

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Blasa Aguilera Romo es superiora ge-neral de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres que son 130 reli-giosas distribuidas en 22 comunidades

que asisten a enfermos, ancianos y sacerdotes. ¿ Cómo vive la congragación esta canoniza-ción de su fundadora?Para la congregación es muy importante y una gran responsabilidad la canonización de la Madre Lupita, ya que nos motiva a seguir perfeccionán-dose en el servicio a los enfermos.¿Actualmente cómo es el modelo de salud de la orden? Hoy en día el hospital Santa Margarita cuenta con atención de vanguardia y sólo a través de cuotas de recuperación logramos sostener nuestra labor.¿ Considera que la canonización de su fun-dadora puede atraer más vocaciones?Sí, por supuesto. Motivará a más mujeres para que desde su quehacer diario se santifiquen.

¿Qué actos celebrativos se tienen contem-plados tras su regreso de Roma?Se tendrán festividades magnas una vez que se regrese de las ceremonias oficiales en el Vaticano, entre las que destacan: un día de celebraciones en todas las iglesias del estado de Jalisco y even-tos especiales en la diócesis de Guadalajara. Asimismo se tiene pensado buscar un espacio para edificar un templo dedicado a la Madre Lupita en su lugar de nacimiento (Zapopan).

ENTREVISTABLASA AGUILERA. Superiora General de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres

“Santíficate desde tu lugar”

A los 23 años, escuchó el lla-mado de Dios en el servicio de los enfermos y los pobres.

El padre Cipriano Iñiguez Martín del Campo le mostró el lugar donde Dios la necesitaba y así, entre los dos fundaron la Congregación religiosa de “Sier-vas de Santa Margarita María y de los Pobres” para prestar ayuda a los que la pidieran.

Sus padres fueron Fortino García y Refugio Zavala de García.

Guadalupe era una joven bo-nita y simpática. Su novio fue Gustavo Arreola, con el que se comprometió en matrimonio a los 23 años, aunque en ese tiempo sintió el llamado del Señor Jesús para consagrarse como religiosa y canceló su compromiso.

La Madre Lupita tuvo como oficio el de enfermera. Pro-curó a los enfermos un buen cuidado en la vida espiritual. Como superiora general de la congregación tuvo momentos muy difíciles, por ello solicitó permiso para poder mendigar por las calles junto con otras hermanas lo que ayudo a so-lucionar los problemas eco-nómicos y seguir su labor con los enfermos. En tiempo de la persecución contra la Iglesia, la Madre Lupita arriesgó su vida y la de sus mismas compañeras puesto que ocultó en el hospital

a algunos sacerdotes y al arzo-bispo de Guadalajara. Al mismo tiempo que curó las heridas de los militares persecutores.

En vida abrió 11 fundacio-nes en México. Hoy en día la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres cuenta con 22 fundacio-

nes, distribuidas en México, Perú, Islandia, Grecia e Italia.

En 1961 festejó su jubileo de diamante al cumplir 60 años de vida religiosa. A los 85 años de

edad María Guadalupe García Zavala murió por complica-ciones de diabetes. Sus restos están sepultados en la capilla del Hospital Santa Margarita. Hermana Raquel Rodríguez

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