y usted aún no tiene su fm comunitaria

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ENTREVISTA Y usted, ¿aún no tiene su FM comunitaria? José Ignacio López Vigil es coordinador de AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias)para América Latina y Luis Dávila es vicepresidente para la región. En la siguiente entrevista analizan el variado espectro de las "otras radios" en los diferentes continentes. Festival de la canción, 500 años C hasqui: Hay ebullición de radios comunitarias. ¿Qué factores hay de- trás de este proceso? José Ignacio López Vigil: Tener una emisora de FM hoy día es sumamente accesible y bara- to. Puede costar menos de mil dólares con equipos de 10 y 20 vatios de poten- cia, un alcance de diez kilómetros a la redonda y un sonido stéreo super ché- vere. Se necesita un transmisor, antena y todo el cablerío, un par de micrófonos y unas grabadoras para enchufarlas y salir al aire. Hay diferencias entre la situación de Brasil, Perú, América Central y el ConoSur. Luis Dávila: El espectro es amplio y variado. En Santiago de Chile hay cuarenta o cincuenta emisoras de un vatio que hace poco lograron la aprobación de la ley que las legitima. Son experiencias pequeñitas de barrios cuya organización, entre otras activi- dades, tiene la de comunicación, en- tonces salen al aire por lo general sába- do y domingo. Transmiten todos los pro- blemas del barrio, las necesidades, los trabajos comunales que hay que hacer, las ayudas que hay que dar a determina- da persona. Comenzaron en barrios po- pulares pero cuando se presentó el Proyecto de Ley un sector que apoyó la aprobación fue la derecha, porque se dio cuenta que siendo tan barata la insta- lación del medio, les resultaba fácil insta- lar este tipo de emisoras en las comunidades donde ellos querían tener presencia y emitir sus mensajes. Son experiencias diferentes a la radio popular de Ecuador donde la única radio comuni- taria propiamente dicha, tal vez sea la radio Simiatug Runacunapac Yachana Huasi, de la provincia de Bolívar que es de propiedad de los indígenas, solo llega a la comunidad indígena y se ocupa de sus problemas. El resto son muy impor- tantes. Radio Latacunga por ejemplo, tiene una potencia que le permite llega provincias vecinas. Es muy variada experiencia en América Latina. J.I.L.V.: No es casual la variedad nombres que se dan: radios libres e Brasil, comunitarias en Argentina, part pativas en Nicaragua, populares Ecuador o Perú. La diversidad de nom bres no dispersa la experiencia no d de hacernos ver que hay más semeja zas que diferencias en todas las pr puestas. Pero cuando decimos ra comunitaria a qué definición nos es mos refiriendo. Llamar comunitario po potencia de su antena sería una red ción peligrosa, porque una radio comu taria en cuanto creciera perdería misma definición. Si tomamos en cue la propiedad también tendremos prob mas. En América Latina hay excelen experiencias de construcción democrá ca en radios de la Iglesia progresis radios privadas que pasan anunc comerciales y se mantienen co 8 CHASQUI 45, abril 1993

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ENTREVISTA 8 CHASQUI 45, abril 1993 Festival de la canción, 500 años ¿Qué servicios presta AMARC? Las Llamadas en los barrios negros de Montevideo La reportera CHASQUI 45, abril 1993

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Page 1: Y usted aún no tiene su FM comunitaria

ENTREVISTA

Y usted,¿aún no tiene

su FMcomunitaria?José Ignacio López Vigil es coordinador de

AMARC (Asociación Mundial de RadiosComunitarias)para América Latina y LuisDávila es vicepresidente para la región. Enla siguiente entrevista analizan el variado

espectro de las "otras radios" en losdiferentes continentes.

Festival de la canción, 500 años

Chasqui: Hay ebulliciónde radios comunitarias.¿Qué factores hay de-trás de este proceso?José Ignacio López Vigil:Tener una emisora de FM

hoy día es sumamente accesible y bara-to. Puede costar menos de mil dólarescon equipos de 10 y 20 vatios de poten-cia, un alcance de diez kilómetros a laredonda y un sonido stéreo super ché-vere. Se necesita un transmisor, antenay todo el cablerío, un par de micrófonos yunas grabadoras para enchufarlas y saliral aire. Hay diferencias entre la situaciónde Brasil, Perú, América Central y elCono Sur.

Luis Dávila: El espectro es amplio yvariado. En Santiago de Chile haycuarenta o cincuenta emisoras de unvatio que hace poco lograron laaprobación de la ley que las legitima.Son experiencias pequeñitas de barrioscuya organización, entre otras activi-

dades, tiene la de comunicación, en-tonces salen al aire por lo general sába-do y domingo. Transmiten todos los pro-blemas del barrio, las necesidades, lostrabajos comunales que hay que hacer,las ayudas que hay que dar a determina-da persona. Comenzaron en barrios po-pulares pero cuando se presentó elProyecto de Ley un sector que apoyó laaprobación fue la derecha, porque se diocuenta que siendo tan barata la insta-lación del medio, les resultaba fácil insta-lar este tipo de emisoras en lascomunidades donde ellos querían tenerpresencia y emitir sus mensajes. Sonexperiencias diferentes a la radio popularde Ecuador donde la única radio comuni-taria propiamente dicha, tal vez sea laradio Simiatug Runacunapac YachanaHuasi, de la provincia de Bolívar que esde propiedad de los indígenas, solo llegaa la comunidad indígena y se ocupa desus problemas. El resto son muy impor-tantes. Radio Latacunga por ejemplo,

tiene una potencia que le permite llegaraprovincias vecinas. Es muy variada laexperiencia en América Latina.

J.I.L.V.: No es casual la variedad denombres que se dan: radios libres enBrasil, comunitarias en Argentina, partid-pativas en Nicaragua, populares enEcuador o Perú. La diversidad de nom-bres no dispersa la experiencia no dejade hacernos ver que hay más semejan-zas que diferencias en todas las pro-puestas. Pero cuando decimos radiocomunitaria a qué definición nos esta-mos refiriendo. Llamar comunitario por lapotencia de su antena sería una reduc-ción peligrosa, porque una radio comuni-taria en cuanto creciera perdería sumisma definición. Si tomamos en cuentala propiedad también tendremos proble-mas. En América Latina hay excelentesexperiencias de construcción democráti-ca en radios de la Iglesia progresista,radios privadas que pasan anuncioscomerciales y se mantienen como

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RADIOS LIBRES

empresas, radios de propiedad máscomunal y radios del Estado. Lo quedefine una radio comunitaria son losobjetivos que persigue: democratizar lapalabra que está concentrada en muypocas bocas y en muy pocas manospara que nuestra sociedad sea másdemocrática.

¿Cómo está el panorama de laradios comunitarias en el mundo?

J.I.L.V.: En agosto del año pasadotuvimos la Quinta Asamblea Mundial delAMARC en México. Asistieron cuatro-cientos radialistas y directores de emiso-ras de todo el mundo. Allí nosencontramos con varias sorpresas. EnAustralia hay 105 radios comunitarias(algunas de ellas indígenas) haciendo untrabajo similar al que hacemos enAmérica Latina, a pesar de la diferenciacultural. En África, a pesar de la rigidezde los estados de derecha e izquierda yde la extrema crisis en que viven la ma-yoría de los países, comienzan a surgirexperiencias (en Malí, Benín, Senegal,República Centroafricana, Kenia, Niger,el mundo Árabe del Sáhel, incluso enSudáfrica) con un perfil que yaquisiéramos en muchas emisoras lati-noamericanas.

En Europa encontramos desde lasmunicipales españolas a las radios libresde Francia, pasando por las asociativas

de Suiza. Hay gran variedad, sin embar-go muchas están enlazadas en redescontinentales europeas con las queAMARC mantiene convenios.

En América del Norte los indígenasesquimales, los Cri, los Mohuac ymuchas otras etnias que viven y resistenen Canadá tienen sus radios. En laszonas donde no entra nada, en lasenormes planicies de nieve están trans-mitiendo cerca de 60 ó 70 radiosenlazadas entre sí por satélite parapasarse noticias e información. Pacífica,una de las afiliadas a AMARC enAmérica del Norte, fue ganando y dandoespacio a las minorías, los inmigrantes,los homosexuales y logró imponerse.

En Asia, la UNESCO desarrolló algu-nas experiencias de radios pequeñas enSri Lanka, Nepal, la India y Japón. Ya seplantea un encuentro regional (al menospor el lado de Filipinas y Japón) deradios comunitarias asiáticas.

América Latina tiene un paisaje deradios cuantitativamente muy grande ycualitativamente muy importante. No escasual que en todas las reuniones loscompañeros de otros continentes nospregunten sobre metodologías de capa-citación, estilo de programación, humoren el radioteatro, etcétera. La propuestade AMARC es ponerse al servicio deestas experiencias y aportar en unaconstrucción democrática.

Las Llamadas en los barrios negros de Montevideo

La reportera

Si el neoliberalismo habla de privati-zaciones, privaticemos el espectro mag-nético. Los brasileños siempre hablan dereforma agraria del aire. ¿Por qué hayestados que se entercan en no ceder fre-cuencias? Hay ciudades que están satu-radas, pero la mayoría de América Latinano tiene los diales ni de AM ni de FM sa-turados y sin embargo los ministeriosque conceden las licencias no lo hacen.Atrás de esos ministerios están losmonopolios privados que hablan de pri-vatización. Pero la privatización siempreva a favor de ellos. Liberalicemos losespectros y hagamos que la democraciaen la radio o en las comunicaciones nosólo sea el acceso a la palabra sino tam-bién a la propiedad.

¿Qué servicios presta AMARC?J.I.L.V.: Hemos desarrollado un plan

de capacitación. Cursos-talleres en lossitios de las emisoras que lo demanden.Otro servicio, que para AMARC es fun-damental y estratégico, es el de informar.Consideramos sumamente importanteconstruir una red informativa hoy que dealguna manera se va haciendo más sen-cillo y barato, con el correo electrónico,el fax, etcétera. Una red democrática queinforme y analice los problemas delTercer Mundo. Otro servicio es el envíode materiales a los asociados (folletos,casetes u otro tipo de materiales que se

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RADIOS LIBRES

considere aplicables y saludables paracualquiera de las emisoras).

El intercambio de material infor-mativo pasa mucho por el acceso alas tecnologías. Intentar un servicioinformativo a nivel de intercambio decasetes parece una utopía.

L.D: Depende mucho de los for-matos. Informativo Tercer Mundo que estal vez la red de intercambio de casetesmás amplia de América Latina como notrabaja tanto la noticia de actualidad,sino materiales de análisis que no sepublican ordinariamente en la gran pren-sa, tiene un sentido muy importante.

En cuanto a la propuesta de capa-citación radiofónica, lo que está atrás esla palabra competencia. El desafío de lasradios comunitarias es ¿cómo (consatélite o sin satélite) competir y ganaraudiencia? Hubo un tiempo en AméricaLatina que hablar de comunicación popu-lar era poco menos que hablar de comu-nicación marginal. La radio popular tieneque plantearse el desafío de competircon la radio que no lo es y se hace difícilmuy difícil, no por falta de ingenio sinopor falta de recursos. Lamentablementemuchas experiencias en América Latinafueron subsidiadas y el subsidio tiene debueno que te permite trabajar y tiene demalo que te castra la imaginación. Ganarespacios es el desafío que tiene queafrontar la capacitación radiofónica. Lossubsidios están mermando y en estemundo de competencia neoliberal si noganamos audiencia por nuestra exce-lente calidad, tenemos los días contados.En el hecho de captar publicidad, tam-bién es fácil ser puros cuando se estásubsidiado. Lo que corrompe un proyec-to no es el pasar anuncios, sino que tufin sea el lucro.

¿En América Latina cómo se estáviendo el autofinanciamiento?

J.I.L.V.: Hay muchas emisoras de laIglesia que aunque siguen recibiendofinanciamiento están planteándose se-riamente abrirse al mercado. Esto se daen los países andinos, en las emisorasdel norte de Brasil y en Centroamérica.

La Nicaragua Sandinista tenía 19emisoras subsidiadas por el Estado.Después de la derrota del 25 de febrerodel 90 quedaron al aire. Hubo quien dijo"que apaguen la luz que esto se acabó" ycomercializaron su proyecto. Hubo quienentregó la trinchera y dio la emisora a los

antiguos dueños somocistas. Y estuvoquien con audacia dijo "ahora que notenemos dinero, más que nunca esnecesario mantener un proyecto deconstrucción educativa y democrática.

La emisoras comunitarias enArgentina se han planteado dos cami-nos: autofinanciamiento o voluntariado.El voluntariado resuelve un problemaporque no tienes que pagar a nadie perocrea problemas mayores, porque los vo-luntarios se casan, emigran, trabajancuando pueden, no preparan el progra-ma porque tienen otras cosas que aten-der. Otras emisoras de las pequeñasalquilan o venden sus espacios a los pro-gramas de las grandes emisoras deBuenos Aires. Resuelven su problemapero hipotecan la originalidad de su pro-gramación. Hacen esto por falta de platay falta de unión, de servicios compar-tidos, de una mejor coordinación que les

Si el neoliberalismohabla deprivatizaciones,

privaticemos el espectromagnético. Los brasileñossiempre hablan de hacer lareforma agraria del aire. ¿Porqué hay estados que seentercan en no cederfrecuencias? Hay ciudadesque están saturadas, pero lamayoría de América latinano lo está.

permita mejorar la calidad de sus piductos e innovar formatos. Es más \resolver la cuestión de la plata quecalidad de programación competitiva qhaga que eso mismo te genere más pta.

Parte de la capacitación pasa pla relación que se puede estableecon las facultades y las radios com<cíales

J.I.L.V.: Las facultades de comuícación que tienen emisoras son poaHay algunas que ni siquiera micrófoitienen, con lo que todo el aprendizaje icomunicación es de papel de libro. Enuestros talleres se trata (sin descuidlo teórico) de mejorar la práctica evluándola y experimentando nuevas femas de producción radiofónica.

En cuanto a las radios comercial!habría que ver bien. En un último tal!en Perú llevamos a uno de los mejortlocutores de una radio comercial limefa dar una charla a un grupo deCoordinadora Nacional de Radie(CNR). Era un aburrido solemne. Urcosa es producir zapatos y otra enseñ;a producirlos.

También hay un vacío leg¡todavía por llenar

J.I.L.V.: Están surgiendo muchéiniciativas, se instalan radios sin licenciino por vocación de clandestinidad sinpor exigencia del derecho constituciónde comunicarse. La presión de muchoque ejercen su derecho actuándolesacando su programa al aire y reclamardo la licencia que no les dan, es la quva a ir democratizando el aire.

L.D. Esto es como la economía infoimal, que se da por el derecho tomadpor la sociedad civil a los almacenes qulegalmente eran los únicos que poseíaun licencia para poder vender.

Si una emisora quiere acceder;los servicios de AMARC ¿qué debíhacer?

L.D. El requisito más importante e:tener ganas. No queremos élites diemisoras, todo aquello que sea alternad'vo a esta propuesta neoliberal, aunquino sea estrictamente popular, bienvenidísea. Se debe llenar un formulario dondfuno expresa esas ganas en principio!coherentes con la propuesta democraticede la institución. La tercera condición e;la cuota anual de 50 dólares, que es simbólica. O

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