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El racionalismo de Descartes CONTEXTO CULTURAL Y FILOSÓFICO DE DESCARTES VIDA Y OBRAS René Descartes, considerado como "padre de la Filosofía Moderna", nació en La Haye (Touraine) en 1596. Estudió en la escuela jesuita de La Flèche, donde recibió una formación escolástica. Concluidos sus estudios, y para “leer en el libro del mundo” participó en la Guerra de los Treinta Años. El 10 de noviembre de 1619, estando acampados en Neuburg, tiene lugar el episodio de la “estufa” ( donde descubre su famoso “Pienso,luego existo), y en el que entregado a sus reflexiones, vislumbra el camino que conduce al fundamento de la ciencia mediante la aplicación de un método similar al de las matemáticas. Así pues, Descartes abandonó la filosofía de corte escolástico, para buscar un saber fundado en el modelo del conocimiento matemático. Fue decisivo su encuentro, en 1618-19, con Beeckmann, matemático y físico holandés de formación galileana, a raíz del cual abandonó también su tentación de adentrarse por el camino del ocultismo de inspiración renacentista. Entre sus obras destacan Las Reglas para la dirección del espíritu, que fue compuesta entre 1628 y 1629, y si bien está inacabada contiene en germen lo fundamental de su pensamiento: las reglas del método, simplificadas posteriormente en el Discurso del Método. En 1628 se trasladó a Holanda, donde permanecerá hasta un año antes de su muerte. Son años de intensa especulación filosófica, en los que escribe la mayor parte de sus obras. En 1637 publica tres ensayos: Los Meteoros, La Dióptrica y La Geometría, extraídos de su Tratado del mundo (1633, pero no publicado hasta después de su muerte por temor a la Inquisición). Dichos ensayos van precedidos de un Discurso del método, primera obra filosófica escrita en francés, y no en latín como era la costumbre. Otras obras escritas en el período holandés son: · Meditaciones Metafísicas (1641) · Las Pasiones del Alma (1649) En 1649, aceptando una invitación de la reina Cristina, pasó a vivir a Estocolmo. El 11 de febrero de 1650 muere en Estocolmo de un gran resfriado. CONTEXTO FILOSÓFICO Descartes vive y publica su Discurso del método en el siglo XVII, caracterizado por los numerosos cambios que hacen tambalearse lo que hasta entonces se consideraba cierto y seguro. Como hemos dicho se produce una crisis política con la Guerra de los Treinta Años, en la que Descartes tomó parte, y que posee un trasfondo religioso, la lucha de los católicos y los reformados (los protestantes). La crisis social y demográfica que provoca incrementa 1

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El racionalismo de Descartes

CONTEXTO CULTURAL Y FILOSÓFICO DE DESCARTES

VIDA Y OBRAS

René Descartes, considerado como "padre de la Filosofía Moderna", nació en La Haye (Touraine) en 1596. Estudió en la escuela jesuita de La Flèche, donde recibió una formación escolástica. Concluidos sus estudios, y para “leer en el libro del mundo” participó en la Guerra de los Treinta Años.        El 10 de noviembre de 1619, estando acampados en Neuburg, tiene lugar el episodio de la “estufa” ( donde descubre su famoso “Pienso,luego existo), y en el que entregado a sus reflexiones, vislumbra el camino que conduce al fundamento de la ciencia mediante la aplicación de un método similar al de las matemáticas.        Así pues, Descartes abandonó la filosofía de corte escolástico, para buscar un saber fundado en el modelo del conocimiento matemático. Fue decisivo su encuentro, en 1618-19, con Beeckmann, matemático y físico holandés de formación galileana, a raíz del cual abandonó también su tentación de adentrarse por el camino del ocultismo de inspiración renacentista.           Entre sus obras destacan   Las Reglas para la dirección del espíritu, que fue compuesta entre 1628 y 1629, y si bien está inacabada contiene en germen lo fundamental de su pensamiento: las reglas del método, simplificadas posteriormente en el Discurso del Método.            En 1628 se trasladó a Holanda, donde permanecerá hasta un año antes de su muerte. Son años de intensa especulación filosófica, en los que escribe la mayor parte de sus obras.             En 1637 publica tres ensayos: Los Meteoros, La Dióptrica y  La Geometría, extraídos de su Tratado del mundo (1633, pero no publicado hasta después de su muerte por temor a la Inquisición). Dichos ensayos van precedidos de un Discurso del método, primera obra filosófica escrita en francés, y no en latín como era la costumbre.  Otras obras escritas en el período holandés son:·          Meditaciones Metafísicas (1641) ·          Las Pasiones del Alma (1649)                En 1649, aceptando una invitación de la reina Cristina, pasó a vivir a Estocolmo. El 11 de febrero de 1650 muere en Estocolmo de un gran resfriado.

CONTEXTO FILOSÓFICO

Descartes vive y publica su Discurso del método en el siglo XVII, caracterizado por los numerosos cambios que hacen tambalearse lo que hasta entonces se consideraba cierto y seguro.

Como hemos dicho se produce una crisis política con la Guerra de los Treinta Años, en la que Descartes tomó parte, y que posee un trasfondo religioso, la lucha de los católicos y los reformados (los protestantes). La crisis social y demográfica que provoca incrementa el sentimiento de fugacidad de la vida, ya percibible en el Barroco con obras como "La vida es sueño" de Calderón de la Barca o el Hamlet de Shakespeare y su famoso “Ser o no ser, esa es la cuestión” .

La crisis religiosa rompe con la unidad de ésta y se comienza a dudar de la autoridad del Papa, que había sido uno de los pilares de la Edad Media. No obstante, esta unidad ya había sido cuestionada con el nominalismo de Ockham, con el humanismo y con la Revolución científica.

El nominalismo había sido el primer movimiento en proponer la separación de la razón y la fe al negar la existencia de verdades divinas indudables y cognoscibles con la razón y la fe, pues la razón no puede llegar a conocer a Dios.

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El racionalismo de DescartesOtro de los grandes cambios es el giro antropocéntrico que se produce con movimientos como el humanismo. Se rompe con el teocentrismo medieval. Esto influye en la concepción del método cartesiano que deduce la realidad a partir del conocimiento del yo.

La Revolución Científica tiene también una gran influencia en las posturas filosóficas de este siglo. Hasta entonces, el conocimiento seguía precedido por la física de Aristóteles y Ptolomeo con el modelo geocéntrico. Kepler, Copérnico y Galileo son los precursores del modelo heliocéntrico.

En este tiempo de constantes cambios que rompen con la concepción que se tenía del mundo, solo se mantienen las demostraciones matemáticas, las cuales además, impulsan cualquier ciencia a la que se apliquen. Esto hace al racionalismo tomarlas como modelo de conocimiento.

Los cambios anteriormente citados llevan a las posturas filosóficas a centrarse en la epistemología. Las soluciones propuestas dan lugar a dos corrientes: el racionalismo, del que Descartes es precursor, y el empirismo, del que Hume es el máximo representante

También surge la corriente escéptica, representada por Montaigne ,que defiende la imposibilidad de conocer, de encontrar referentes sólidos para fundamentar el saber. La estrategia cartesiana pretende vencer al escepticismo con sus propias armas, transformando la duda escéptica en metódica.

Con lo matemático como modelo y frente al escepticismo, Descartes busca un proceso metodológico que permite llegar hasta soluciones firmes, verdades indudables, de modo que se pueda superar la crisis del conocimiento. Otros autores se proponen lo mismo.

El método de Francis Bacon pretende conseguir una inducción mediante la elaboración de tablas que recojan datos para enunciar fórmulas físicas. Pero este método se aleja del cartesiano al desconocer la importancia matemática y el papel de las hipótesis.

El método resolutivo-compositivo de Galileo se acerca más al cartesiano, pues ambos defienden la matematización del mundo. Y dónde el proceso deductivo es fundamental.

CONTEXTO CULTURAL            En el ámbito del arte, se impone la técnica del claroscuro, la ornamentación exagerada y el dinamismo en todas las artes. Es la plenitud del Barroco. Figuras como Rubens, Rembrandt y Velázquez destacan en pintura. A Weenix, pintor holandés, le debemos un óleo de Descartes en 1647, en el que aparece sosteniendo un libro en el que podemos leer “Mundus est fabula”, que guarda una gran relación con el temor de Descartes a que su  Tratado del Mundo pudiera ser considerado un atentado contra la teoría geocéntrica de la Iglesia, a la vez que suponía una provocación humorística. En música, son contemporáneos de Descartes, Monteverdi y Charpentier. En literatura, el teatro destaca por un gran desarrollo en figuras como Shakespeare (inglés), Moliere, Racine (franceses.), Calderón y Lope de Vega (españoles). Tanto en Shakespeare como en Calderón encontramos el tema de la vida como sueño, también presente en el inicio de la duda cartesiana.

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El racionalismo de Descartes

Mundus est fabula

II. CARACTERES DEL RACIONALISMO

Descartes inaugura una nueva época de la filosofía, caracterizada por la autonomía absoluta de la razón, autonomía que implica, negativamente, que su ejercicio no sea coartado o regulado por ninguna instancia exterior y ajena a la razón misma, sea ésta la tradición, la autoridad o la fe religiosa. Positivamente, la autonomía de la razón implica que ésta es el principio y el tribunal supremo al que corresponde juzgar sobre lo verdadero y lo conveniente, tanto en el ámbito del conocimiento teórico como en el de la actividad moral y política.

En segundo lugar, la filosofía moderna también se caracteriza por su íntima conexión con el triunfo de la ciencia moderna, aspecto este que observaremos claramente en Descartes, cuyo método tiene claras resonancias matemáticas. Además, Descartes legó importantes trabajos a las matemáticas (geometría analítica).

Ahora bien, tanto la afirmación de la autonomía de la razón (o entendimiento), como la conexión con la ciencia moderna no son aspectos exclusivos del racionalismo, sino de todo el pensamiento moderno.

Los términos “racionalismo” y “racionalista” se utilizan a menudo en la lengua y conversación comunes. Para una persona ajena a la filosofía, el racionalismo es aquella actitud que confiere una importancia fundamental a la razón. Esta definición no es, desde luego, desatinada, pero peca de excesiva generalidad e imprecisión.

A pesar de que pueda recibir distintas acepciones y aplicarse a esferas distintas, el término “racionalismo” se refiere de modo específico a la corriente filosófica del siglo XVII a la que pertenecen Descartes, Leibniz, Spinoza y Malebranche. En este caso, el racionalismo se opone al empirismo inglés del siglo XVIII. Quizá la mejor forma de entender esta oposición sea comparar lo que dicen estas corrientes sobre el origen del conocimiento: el empirismo sostiene que todos nuestros conocimientos proceden, en último término, de los sentidos, de la experiencia sensible; el racionalismo, por su parte, establece que nuestros conocimientos válidos y verdaderos acerca de la realidad

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El racionalismo de Descartesproceden de la razón, del entendimiento mismo. La filosofía racionalista del siglo XVII concede a la razón la primacía en cuanto fuente y origen de los conocimientos, negándosela a los sentidos.

Ciertamente, los sentidos nos suministran información acerca del universo, pero esta información es confusa y a menudo incierta. Los elementos últimos del conocimiento científico, las ideas claras y precisas que han de constituir el punto de partida, no proceden de la experiencia, sino del entendimiento, que las posee en sí mismo. Esta explicación del origen de las ideas se denomina innatismo, ya que sostiene que hay ideas innatas, connaturales al entendimiento, que no son generalizaciones a partir de la experiencia sensible.

Dos son, por tanto, las afirmaciones fundamentales del racionalismo acerca del conocimiento: en primer lugar, que nuestro conocimiento de la realidad se construye deductivamente a partir de ciertas ideas y principios evidentes; en segundo lugar, que esas ideas y principios son innatos al entendimiento, que éste los posee en sí mismo y al margen de toda experiencia sensible.

En definitiva, podemos decir que los rasgos principales del racionalismo son:

- Consideración de la razón como la única fuente válida de conocimiento. Entre los racionalistas se produce una tendencia a rechazar el criterio de autoridad y a defender la autosuficiencia de la razón. La confianza en la capacidad de la razón es tal que sus criterios se aceptan sin crítica alguna.

- Infravaloración del conocimiento sensible. Para los racionalistas, los sentidos son engañosos. El conocimiento sensible no puede fundamentar, pues, un conocimiento universalmente válido, es decir, un conocimiento científico.

- Afirmación de que el conocimiento puede ser construido deductivamente a partir de unos primeros principios.

- Afirmación de la existencia de las ideas innatas, verdades fundamentales que se hallan potencialmente en el entendimiento, que surgen gracias a determinadas experiencias y a partir de las cuales la razón obtiene todas las demás verdades por deducción.

- Aspiración de crear una ciencia única, universal y necesaria. La razón humana es siempre una y la misma, por lo que la ciencia también debe ser una, aunque los objetos a los que se aplique sean muy diversos. El racionalismo adopta las matemáticas como modelo de ciencia.

- Consideración de la deducción y, más aún, de la intuición intelectual como los modos más adecuados para el ejercicio del pensamiento.

- Defensa de la racionalidad del mundo. Todo lo que sucede en el mundo, todo lo que compone la realidad tiene una justificación que la razón puede llegar a conocer. En definitiva, que todo puede llegar a conocerse. Es el optimismo racionalista.

III. EL MÉTODO

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El racionalismo de Descartes Toda la modernidad se caracteriza por una casi obsesiva preocupación por el método. El propio Descartes, con el que comienza la filosofía moderna, dedicó gran parte de sus esfuerzos a encontrar su famoso método, que será al mismo tiempo el punto de partida y la meta de su filosofía. En efecto, es justamente la búsqueda de un nuevo método lo que caracteriza a la Edad Moderna. Dicha búsqueda es el resultado de una situación dramática producida por el derrumbamiento del sistema de ideas y creencias que había imperado durante tantos siglos. Tal concepción del mundo, la concepción Escolástica, se fundaba sobre dos autoridades principales: Aristóteles y Tomás de Aquino, representante de la Iglesia. Sus cosmovisiones eran admitidas por tradición y por autoridad, sin ningún tipo de examen o análisis crítico.

Pero como ya hemos visto, en el Renacimiento se abrieron las primeras grietas de esa cosmovisión al no poder explicar ciertos fenómenos naturales, grietas por las que se filtraron en la Escolástica los nuevos vientos, que pronto habrían de sacudir el edificio entero. En definitiva, la filosofía pierde poco a poco su tradicional punto de apoyo, de manera que lo que se necesitaba no eran descubrimientos ocasionales, sino un nuevo criterio de verdad (bien sea la razón, bien la experiencia) que viniera a sustituir a la autoridad de la Escolástica, de Aristóteles y de la Iglesia.

En la filosofía moderna dos serán los métodos predominantes, el experimental y el matemático, métodos que configurarán las dos grandes corrientes filosóficas modernas: empirismo y racionalismo. No obstante, hay una coincidencia temática básica en la modernidad: todos tratan de poner en el centro de toda su investigación el tema del método, aunque cada uno lo entienda y plantee de forma diferente. Obviamente, Descartes optará por el método matemático, es decir, el genuino de la razón, inaugurando así el racionalismo.

Descartes define su método del siguiente modo: “Por método entiendo lo siguiente: unas reglas ciertas y fáciles, gracias a las cuales todos los que las observen exactamente no tomarán nunca por verdadero lo que es falso, y alcanzarán, sin fatigarse con esfuerzos inútiles, sino acrecentando progresivamente su saber, el conocimiento verdadero de todo aquello de que sean capaces” (Reglas para la dirección del espíritu, IV).

Finalmente, Descartes resume las reglas de su método en estas cuatro:

1.- EVIDENCIA. “No admitir jamás como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender, en mis juicios, más que lo que se presentase a mi espíritu tan clara y distintamente que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda”.

2.- ANÁLISIS. “Dividir cada una de las dificultades que examinase en tantas partes como fuese posible y en cuantas requiriese su mejor solución”.

3.- SÍNTESIS. “Conducir ordenadamente mis pensamientos comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos”.

4.- COMPROBACIONES. “Hacer en todas enumeraciones tan completas, y revisiones tan generales, que estuviera seguro de no olvidar nada”.

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El racionalismo de DescartesDe suerte que, según Descartes, este es el único método que responde a la

dinámica interna de una razón única. Y hasta entonces, piensa nuestro filósofo, la razón ha sido utilizada de este modo sólo en el ámbito de las matemáticas, produciendo resultados admirables. Sin embargo, al ser única la razón, nada impide utilizar dicho método –a su juicio- en todos los ámbitos del saber, para que produzca unos frutos igualmente admirables.

En definitiva, los principios en que se fundamenta el método cartesiano son:

- Matematicismo: si el universo está escrito en lenguaje matemático, las matemáticas serán el único instrumento válido para conocer la realidad. Además, el método es matemático porque este saber es el único que puede otorgar fundamentos sólidos y firmes por ser inmune a errores;

- Simplicidad: para poder demostrar la realidad, lo simple debe ser el punto de partida (regla 2), porque lo simple es lo que se conoce de manera inmediata y directa, por intuición, a partir de lo cual se inicia el proceso de deducción para llegar a lo complejo (regla 3);

- Orden: en definitiva, el orden es la quintaesencia del método cartesiano.

IV. LA UNIDAD DEL SABER Y LOS MODOS DE CONOCIMIENTO

En la primera de sus Reglas para la dirección del espíritu, Descartes afirma lo siguiente: “Todas las diversas ciencias no son otra cosa que la sabiduría humana, la cual permanece una e idéntica, incluso cuando se aplique a objetos diversos, y no recibe de ellos más distinción que la que recibe la luz del sol de los diversos objetos que ilumina”. Las distintas ciencias y los diversos saberes son, pues, manifestaciones de un saber único.

Esta concepción unitaria del saber proviene, en último término, de una concepción unitaria de la razón. La sabiduría es única porque la razón es única: la razón que distingue lo verdadero de lo falso, lo conveniente de lo inconveniente, la razón que se aplica al conocimiento teórico de la verdad y al ordenamiento práctico de la conducta.

En definitiva, aunque, por supuesto, existen distintas ciencias, todas ellas conforman una unidad orgánica: “Toda la filosofía es como un árbol, cuyas raíces son la metafísica, el tronco es la física, y las ramas que salen de este tronco son todas las demás ciencias, que se pueden reducir a tres principales: la medicina, la mecánica y la moral” (Principios de la Filosofía, carta al traductor).

Puesto que la razón, la inteligencia, es única, interesa sobremanera conocer su estructura y su funcionamiento, para poder aplicarla correctamente y, de este modo, alcanzar conocimientos verdaderos y provechosos. Hay dos modos de conocimiento, según Descartes: la intuición y la deducción. La intuición es una especie de “luz o instinto natural” que tiene por objeto las naturalezas simples; por medio de ella captamos inmediatamente conceptos simples emanados de la razón misma, sin posibilidad alguna de duda o error. La intuición es definida por Descartes del siguiente modo (Regla III): “Un concepto de la mente pura y atenta, tan fácil y distinto que no queda duda alguna sobre lo que pensamos; es decir, un concepto no dudoso de la

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El racionalismo de Descartesmente pura y atenta que nace de la sola luz de la razón, y es más cierto que la deducción misma”.

Todo el conocimiento intelectual se despliega a partir de la intuición de naturalezas simples. En efecto, entre unas naturalezas simples y otras, entre unas intuiciones y otras, aparecen conexiones que la inteligencia descubre y recorre por medio de la deducción. La deducción, por más que se prolongue en largas cadenas de razonamientos, no es, en último término, sino una sucesión de intuiciones de naturalezas simples y de las conexiones entre ellas. Como la intuición y la deducción constituyen el dinamismo interno y específico del conocimiento, éste ha de aplicarse en un proceso de dos pasos: en primer lugar, un proceso de análisis hasta llegar a los elementos o naturalezas simples; en segundo lugar, un proceso de síntesis, de reconstrucción deductiva de lo complejo a partir de lo simple. A estos dos momentos corresponden las reglas segunda y tercera del método cartesiano.

V. LA DUDA, LA PRIMERA VERDAD Y EL CRITERIO

Por último, llega el momento de comprobar la utilidad del método a la hora de dar con ese fin tan perseguido por Descartes. En efecto, decíamos que el proyecto cartesiano consistía en la unificación de la ciencia. Pero la construcción de este edificio del saber, mediante el método que ya hemos analizado, exige un punto de partida que sea una verdad absolutamente cierta sobre la cual no sea posible dudar en absoluto. Sólo con unos cimientos así, el conjunto del sistema quedará firmemente asentado, fundamentado.

Y el camino elegido por Descartes es el de la duda metódica (que no es, ni mucho menos, una actitud escéptica, es decir, Descartes no duda por dudar, no se trata de una duda gratuita, sino que usa la duda tan solo para buscar la verdad). Ahora bien, la búsqueda de un punto de partida absolutamente cierto exige la tarea previa de eliminar todos los conocimientos, ideas y creencias que no aparezcan dotados de una certeza absoluta: hay que eliminar todo aquello de que sea posible dudar. Por tanto, la duda es metódica, es una exigencia del método en su momento analítico. Es decir, que la función principal de la duda es la de ejercer una labor de desescombro en nuestro conocimiento. La duda metódica es el instrumento filosófico que le permite a Descartes llevar a cabo la labor de análisis, para deshacerse de todo lo que sea complejo mediante diversos niveles de duda hasta que llegue a una verdad simple e indubitable, una base firme sobre la cuál poder reconstruir todo su sistema filosófico.

Así, Descartes introduce tres niveles de duda, de menor a mayor radicalidad escéptica:

- Falacia de los sentidos. Si sabemos que los sentidos nos inducen a veces a error, ¿qué garantía existe de que no lo hagan siempre? Es, sin duda, altamente improbable que así sea, pero la improbabilidad, por alta que sea, no equivale a certeza, que es –recordemos- el criterio requerido por el método cartesiano;

- Argumento del sueño. El nivel anterior nos permite dudar de que las cosas sean como las percibimos por medio de los sentidos, pero ello no nos permite dudar de que existan las cosas que percibimos. De ahí que Descartes añada una 2ª razón –más radical- para dudar: la imposibilidad de distinguir entre el sueño y la vigilia. A veces los sueños nos muestran mundos de objetos con extremada viveza, y al despertar descubrimos que tales

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El racionalismo de Descartesmundos no existen realmente. ¿Cómo distinguir el estado de sueño del de vigilia y cómo alcanzar certeza absoluta de que el mundo que percibimos es real? (Como en el caso de la falacia de los sentidos, la mayoría de los seres humanos –si no todos- cuentan con criterios para distinguir la vigilia del sueño; pero esos criterios no sirven, de nuevo, para fundamentar una certeza absoluta);

- Argumento del genio maligno. La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño permite dudar de nuestra percepción del mundo e incluso del mundo mismo, pero no parece afectar a ciertas verdades, como las matemáticas: dormidos o despiertos, los tres ángulos de un triángulo suman 180º en la geometría de Euclides. De ahí que Descartes añada un tercer y más radical motivo de duda: tal vez exista algún genio maligno “de extremado poder e inteligencia, que pone todo su empeño en inducirme a error” (Meditaciones metafísicas). Esta hipótesis del “genio maligno” equivale a suponer que tal vez el entendimiento humano es de tal naturaleza que se equivoca siempre y necesariamente cuando piensa captar la verdad. Una vez más, se trata de una hipótesis improbable, pero que nos permite dudar de todos nuestros conocimientos.

A estas alturas, nada sería cierto. Así, Descartes consigue llegar a una duda universal. La duda llevada hasta este extremo de radicalidad parece abocar irremisiblemente al escepticismo. Esto pensó Descartes durante algún tiempo hasta que, por fin, encontró una verdad absoluta, inmune a toda duda por radical que ésta sea: la existencia del propio sujeto que piensa y duda. Si pienso que el mundo existe, tal vez me equivoque en cuanto a la existencia del mundo, pero no cabe error en cuanto a que yo lo pienso; igualmente, puedo dudar de todo menos de que dudo. Mi existencia, pues, como sujeto que piensa (que duda, que se equivoca, que afirma, que niega, etc...) está exenta de todo error y de toda duda posible. Descartes lo expresa con su célebre frase: “Cogito, ergo sum” (Pienso, luego existo).

Mi existencia como sujeto pensante no es sólo la primera verdad y la primera certeza, es también el prototipo de toda verdad y de toda certeza. ¿Por qué la existencia del sujeto pensante es absolutamente indubitable? Porque se percibe con toda claridad y distinción. De aquí deduce Descartes su criterio de verdad: todo cuanto perciba con igual claridad y distinción será verdadero y, por tanto, podrá afirmarse con inquebrantable certeza:

“En este primer conocimiento no existe sino una percepción clara (percepción manifiesta a un entendimiento o espíritu atento) y distinta (percepción diferente y separada de cualquier otra) de lo que afirmo. Por tanto, me parece que puedo establecer como regla general que todo lo que percibo clara y distintamente es verdadero” (Meditaciones, III).

En definitiva, este descubrimiento cartesiano marcará el comienzo de la filosofía moderna, donde únicamente la razón asume el criterio de verdad.

VI. LAS IDEAS

Tenemos ya una verdad absolutamente cierta: la existencia del yo como sujeto pensante. Esta existencia indubitable del yo no parece implicar, sin embargo, la existencia de ninguna otra realidad. En efecto, aunque yo lo piense, tal vez el mundo no exista en realidad, (podemos, según Descartes, dudar de su existencia); lo único cierto es que yo pienso que el mundo existe. ¿Cómo conseguir la certeza de que existe algo

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El racionalismo de Descartesaparte de mi pensamiento, exterior a él? El problema es enorme, sin duda, ya que a Descartes no le queda más remedio que deducir la existencia de la realidad a partir de la existencia del pensamiento. Así lo exige el ideal deductivo: de la primera verdad, “yo pienso”, han de extraerse todos nuestros conocimientos, incluido, claro está, el conocimiento de que existen realidades extramentales.

Antes de seguir adelante con la deducción, veamos, como hace Descartes, qué elementos tenemos para llevarla a cabo. El inventario nos muestra que contamos con dos: el pensamiento como actividad (yo pienso) y las ideas que piensa. En el ejemplo citado, “yo pienso que el mundo existe”, esta fórmula nos pone de manifiesto la presencia de tres factores: el yo que piensa, cuya existencia es indubitable; el mundo como realidad exterior al pensamiento, cuya existencia es dudosa y problemática; y las ideas de “mundo” y de “existencia” que indudablemente poseo (tal vez el mundo no exista, pero no puede dudarse de que poseo las ideas de “mundo” y de “existencia”, ya que, si no las poseyera, no podría pensar que el mundo existe).

De este análisis concluye Descartes que el pensamiento siempre piensa ideas. Es importante señalar que el concepto de “idea” cambia en Descartes con respecto al vigente en el pasado (y, por supuesto, con respecto a Platón, para quien las ideas tenían existencia en y por sí, es decir, existían con independencia de las cosas). Para la filosofía anterior, el pensamiento no recae sobre las ideas, sino directamente sobre las cosas: si yo pienso que el mundo existe, estoy pensando en el mundo y no en mi idea de mundo (la idea sería algo así como un medio transparente a través del cual el pensamiento recae sobre las cosas, como una lente a través de la cual se ven las cosas, sin que ella misma sea percibida). Para Descartes, por el contrario, el pensamiento no recae directamente sobre las cosas (cuya existencia no nos consta en principio), sino sobre las ideas: en el ejemplo utilizado, yo no pienso en el mundo, sino en la idea de mundo (la idea no es una lente transparente, sino una representación o fotografía que contemplamos). ¿Cómo garantizar, pues, que a la idea de mundo corresponde la realidad del mundo?

La afirmación de que el objeto del pensamiento son las ideas lleva a Descartes a distinguir cuidadosamente dos aspectos en ellas: las ideas en cuanto que son actos mentales (“modos del pensamiento”, en expresión de Descartes) y las ideas en cuanto que poseen un contenido objetivo. Como actos mentales, todas las ideas poseen la misma realidad; en cuanto a su contenido, su realidad es diversa:

“En cuanto que las ideas son sólo modos del pensamiento, no reconozco desigualdad alguna entre ellas y todas ellas parecen provenir de mí del mismo modo, pero en tanto que la una representa una cosa, y la otra, otra, es evidente que son muy distintas entre sí. Sin duda alguna, en efecto, aquellas ideas que me representan sustancias son algo más y poseen en sí, por así decirlo, más realidad objetiva que aquellas que representan sólo modos o accidentes” (Meditaciones).

Hay, pues, que partir de las ideas. Hay que someterlas a un análisis cuidadoso para descubrir si alguna de ellas nos sirve para romper el cerco del pensamiento y salir a la realidad extramental. En dicho análisis, Descartes distingue tres tipos de ideas:

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El racionalismo de Descartes- Ideas adventicias, las que parecen provenir de nuestra experiencia externa (las ideas de hombre, de árbol, de colores, ...). He escrito “parecen provenir”, y no “provienen”, porque aún no nos consta la existencia de una realidad exterior.

- Ideas facticias, las que construye la mente a partir de otras ideas (la idea de caballo con alas, de centauro, de unicornio...).

Es claro que ninguna puede servirnos como punto de partida para la demostración de la existencia de la realidad extramental: las adventicias, porque parecen provenir del exterior y, por tanto, su validez depende de la problemática existencia de la realidad extramental; las facticias, porque al ser construidas por el pensamiento, su validez es cuestionable.- Ideas innatas. Existen, sin embargo, algunas ideas (pocas, pero las más importantes) que no son ni adventicias ni facticias. Ahora bien, si no pueden provenir de la experiencia externa ni tampoco son construidas a partir de otras, ¿cuál es su origen? La única contestación posible es que el pensamiento las posee en sí mismo, es decir, que son innatas. (Henos aquí ya ante la afirmación fundamental del racionalismo de que las ideas primitivas a partir de las cuales se ha de construir el edificio de nuestros conocimientos son innatas). Ideas innatas son, por ejemplo, la de “pensamiento” y la de “existencia”, que no son construidas por mí ni proceden de experiencia externa alguna, sino que las encuentro en la percepción misma del “pienso, luego existo”.

VII. LA EXISTENCIA DE DIOS Y DEL MUNDO

1.- La existencia de Dios es demostrada a partir de la idea de Dios Descartes utiliza dos argumentos basados en la causalidad y otro basado en una deducción de la existencia de Dios a partir de la propia definición de la idea de Dios.

1. Primer argumento causal: Descartes descubre que tiene la idea de perfección e inmediatamente asume que no es una idea adventicia y considera que es una idea innata. Y esta idea requiere haber sido puesta en mí por un ser verdaderamente perfecto, es decir, la causa de esta idea de perfección ha sido Dios. Por tanto, Dios existe.

2. Segundo argumento causal: Mi yo no ha sido el causante de sí mismo puesto que si así lo fuera no me habría creado con las imperfecciones que reconozco en mí (duda, inconstancia, tristeza). Por tanto, la causa de mi yo debe de haber sido un ser verdaderamente perfecto y que no tiene ninguna de estas imperfecciones, es decir, mi yo ha sido creado por Dios.

3. El tercer argumento, denominado ontológico, es una demostración casi matemática de la existencia de Dios a partir de la definición de Dios. El argumento es el siguiente:

A) Por definición la idea de Dios como ser perfecto exige que existe también en la realidad.

B) Efectivamente si un ser es perfecto debe obligatoriamente de tener la perfección de existir no solo en la mente sino también en la realidad.

C) De lo contrario no sería un ser perfecto ya que le faltaría la perfección de existir en la realidad. Y esto es imposible, puesto que por definición Dios es perfecto y tiene todas las perfecciones.

D) Por tanto, Dios no solo es perfecto en el entendimiento, sino que tiene la perfección de existir en la realidad.

2.- La existencia del mundo es demostrada a partir de la existencia de Dios

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El racionalismo de Descartes Puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que me engañe al creer que el mundo existe, luego el mundo existe.Dios aparece así como garantía de que a mis ideas corresponde un mundo, una realidad extramental, lo cual no deja de resultar paradójico para un sistema supuestamente racionalista. Conviene, sin embargo, señalar que Dios no garantiza que a todas mis ideas corresponda una realidad extramental. Descartes (como Galileo, como toda la ciencia moderna) niega que existan las cualidades secundarias (las captadas por los sentidos), a pesar de que tenemos las ideas de los colores, los sabores, los sonidos, etc. Dios sólo garantiza la existencia de un mundo constituido exclusivamente por la extensión y el movimiento (cualidades primarias, captadas por la razón). A partir de las ideas de extensión y movimiento puede deducirse la física, las leyes generales del movimiento, deducción que el propio Descartes intenta realizar.

VIII. LAS TRES SUSTANCIASTras lo anteriormente expuesto se comprende fácilmente que Descartes distinga tres esferas o ámbitos de la realidad: Dios o sustancia infinita, el yo (alma) o sustancia pensante (res cogitans) y los cuerpos o sustancia extensa (res extensa). (Ya hemos señalado que, según Descartes, la esencia de los cuerpos es la extensión: para él no existen las cualidades secundarias). El concepto de sustancia es fundamental para Descartes y, a partir de él, en todos los filósofos racionalistas. Cada sustancia se corresponde con un atributo, que constituye la esencia de la sustancia, serían el pensamiento, la extensión y la perfección en Dios; además la sustancias pueden adquirir diferentes modos, que sería las diversas formas como está dispuesta una sustancia, por ejemplo, un cuerpo (sustancia) es extensión (atributo) que tiene una figura determinada (modo). Una célebre definición establece que sustancia es toda cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Tomada esta definición de un modo literal, es evidente que sólo podría existir la sustancia infinita (Dios), ya que los seres finitos, pensantes y extensos, son creados y conservados por Él. Descartes mismo reconoce (Principios 1, 51) que tal definición sólo puede aplicarse de modo absoluto a Dios, si bien la mantiene por la independencia mutua entre la sustancia pensante (res cogitans) y la sustancia extensa (res extensa), que no necesitan la una de la otra para existir. De lo cual podemos deducir un dualismo antropológico cartesiano mucho más radical que el del propio Platón.

El objetivo último de Descartes, al afirmar que alma y cuerpo, pensamiento y extensión, constituyen sustancias distintas, es salvaguardar la autonomía del alma con respecto a la materia. La ciencia clásica (cuya noción de materia comparte Descartes) imponía una concepción mecanicista y determinista del mundo material, en el que no queda lugar alguno para la libertad. La libertad –y con ella el conjunto de los valores espirituales defendidos por Descartes- sólo podía salvaguardarse sustrayendo el alma de la necesidad mecanicista, lo que, a su vez, exigía situarla como una esfera de la realidad autónoma e independiente de la materia. De manera que esta independencia del alma y del cuerpo es la idea central aportada por el concepto cartesiano de sustancia.

La autonomía del alma con respecto a la materia se justifica, por lo demás, en la claridad y distinción con que el entendimiento percibe la independencia de ambas: “puesto que, por una parte, poseo una idea clara y distinta de mí mismo en tanto que soy una cosa que piensa e inextensa, y, de otra parte, poseo una idea distinta del cuerpo en tanto que es sólo una cosa extensa y que no piensa, es evidente que yo soy distinto de mi cuerpo y que puedo existir sin él” (Meditaciones, VI).

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El racionalismo de Descartes El problema de cómo explicar la relación entre las influencias del alma y del cuerpo lo soluciona afirmando que ambas sustancias se interconectan la glándula pineal, situada en la base del cerebro.

Apuntes para comparar Descartes con otra posición filosófica

EL empirismo de Hume y su crítica al racionalismo de Descartes.I. Caracteres generales sobre el empirismo.II. Reseña biográfica.III. El conocimiento: Sus elementos y las formas o modos de conocimiento.IV. La crítica al principio de causalidad.V. La crítica de las sustancias cartesianas: Dios, mundo y alma.---------------------------------------------------------------------------------------------I : Caracteres generales sobre el empirismo:

1. El empirismo es la segunda gran corriente de la Filosofía Moderna.2. Coincide con el racionalismo es que busca cómo se produce el conocimiento en

el entendimiento humano. Pero difiere totalmente en las soluciones que dan.3. Es básicamente una corriente de filósofos ingleses. Destacan Locke y sobre todo

Hume, los cuales pertenecen ya al movimiento ilustrado que culmina con Kant.4. Las características más importantes del empirismo son:

a. La única fuente de conocimiento válida es la que captamos de nuestras experiencias a través de los sentidos. ( Los racionalistas decían que eran la captación directa de las ideas innatas a través de la razón)

b. Niegan la existencia de las ideas innatas de los racionalistas.c. Rechazan que pueda existir conocimiento de las sustancias metafísicas

que defendían los racionalistas, a saber : Dios, alma y mundo.d. Rechazan , por tanto, que el ser humano pueda tener un conocimiento

ilimitado y universal , ya que no se puede conocer más allá de lo que nos informan los sentidos.

e. El único criterio de certeza es la experiencia sensible. ( Los racionalistas defendían que el criterio de certeza era la evidencia de las ideas que se presentan de modo claro y distinto).

f. El nuevo modelo de la ciencia que proponen es el inductivo, recordemos que la inducción es la generalización de leyes a través del conocimiento directo que tenemos de la naturaleza a través de la experiencia. (Esta tesis no implica que rechacen las matemáticas, solo que la Física adquiere más importancia. (Recordemos que en esta época Newton elabora su gran teoría de la Física de la naturaleza con el descubrimiento de la Ley de la gravitación universal.)

II: Reseña biográfica:

Hume nace en Edimburgo en 1711 y muere en 1776. En 1751 escribe la obra “Ensayo sobre el entendimiento humano”, donde explica cómo conocemos los humanos y las características del conocimiento humano.

III. El conocimiento humano: sus dos elementos y las dos formas o modos de conocimiento:

1) Los elementos del conocimiento y el criterio de verdad o certeza.

Hume divide los elementos o percepciones de nuestra mente en impresiones e ideas:

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El racionalismo de Descartesa) Impresiones: Son captadas directamente de la experiencia. Serían las

sensaciones captadas a través de los sentidos. Se caracterizan por ser muy nítidas. (Ejemplo: Leer ahora estos apuntes).

b) Ideas: Son los recuerdos que quedan en nuestra mente de las impresiones pasadas. Son más débiles. (Ejemplo: el recuerdo de cuando leí los apuntes).

En nuestra mente tenemos muchas ideas, pero para saber si son verdaderas tenemos que poder indicar cuál ha sido la impresión de la que es un recuerdo. Si no tenemos impresión de esa idea para Hume esa idea puede ser una “invención” o un fruto de la imaginación y, por lo tanto, está carente tanto de utilidad, verdad y significado.Este criterio para aceptar la validez de una idea será demoledor, pues es imposible señalar la impresión de todos los conceptos metafísicos como los de Dios y alma.

2) Las dos formas o modos del conocimiento humano:a) El conocimiento de relaciones entre ideas:

- Es el propio de las Matemáticas.- Sus verdades son universales y necesarias, es decir, valen

siempre y no pueden ser de otra manera porque su contrario implica una clara contradicción.

- Su verdad solo ordena el conocimiento humano pero no lo amplia. Son verdades analíticas y a priori.

- Se alcanzan bien por intuición (directamente por la razón) o por deducción (se demuestra a partir de otra idea).

b) El conocimiento de cuestiones de hecho.- Es el propio de la Física.- Son verdades contingentes y solo probables, es decir, valen

aquí y ahora; y pensar lo contrario u otra cosa no sería nada imposible o contradictorio.

- Su verdad amplia el conocimiento humano. Son verdades sintéticas y a posteriori.

- Se alcanza por inducción, es decir, un conocimiento por experiencia a través de los sentidos.

- Hume dice que los conocimientos basados en el principio de causalidad son de este tipo y por tanto no son ni universales ni necesarios. Con ello criticará la aplicación ilegítima que hace Descartes de este principio para demostrar a Dios y el mundo.

Hume llega a decirnos que si un libro no contiene en sus fundamentos algunos de estos dos conocimientos, es decir, de relaciones entre ideas (matemáticas), o de cuestiones de hecho (física), está seguro de que no es un libro de ciencia, y que más bien solo puede contener palabrerías, mentiras o fantasías. Este sería el caso de todos los libros de Metafísica, como el Discurso del Método de Descartes. Estos libros, falsamente científicos, solo sirven para enredarnos; y lo mejor es hacerlos desaparecer de la enciclopedia de la sabiduría humana. (Dice que arrojándolos a las llamas).

IV. Crítica de Hume al principio de causalidad.El principio de causalidad ha sido definido, hasta que llega Hume, como la relación

necesaria que se establece entre una causa y su efecto. Ello implicaría dos consecuencias:

1) Que si observamos la causa, podremos predecir con seguridad el efecto.Ejemplo: Que si aplicamos calor a un metal (la causa), el metal se dilatará ( Efecto).

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El racionalismo de Descartes2) Que si observamos el efecto podremos deducir con seguridad cuál ha sido su

causa.Ejemplo: Que si tenemos la idea de ser perfecto (el efecto), su causa ha de ser un ser verdaderamente perfecto. Es lo que hace Descartes y Hume no está dispuesto a aceptar este tipo de razonamiento porque cree que no existe esa relación de necesidad entre la causa y el efecto.

Para ello hace un estudio riguroso de las relaciones de causalidad y sólo va a aceptar como válidas en el principio de causalidad aquellas ideas de las que pueda tener una impresión (observación), según su conocido criterio de verdad de una idea. La conclusión es que no encuentra la impresión de la idea de necesidad al observar una causa y su efecto. Por ejemplo, que por mucho que observé el fuego no encuentra en él nada que obligue a que se dilate un metal.

Vamos a explicar este análisis de la forma más escueta posible.En las relaciones entre causa y efecto nuestra experiencia nos ofrece las siguientes impresiones:

1) Que la causa es anterior al efecto ( el calor es anterior a la dilatación del metal)2) Que hay una contigüidad - cercanía - entre la causa y el efecto (el calor debe estar

cerca del metal).3) Que, hasta ahora, se ha repetido que cuando aparece la causa ( el calor) ha

aparecido el efecto ( el metal se ha dilatado)

Pero lo que nunca ha encontrado es que por mucho que observé el calor éste lleve necesariamente a que un metal se dilate. Por tanto, podría perfectamente ocurrir que al aplicar calor a un metal éste no se dilate. Es decir, se trataría de un conocimiento de hechos y, por tanto, solo es probable y no absolutamente necesario.

¿Cómo explica Hume que las personas crean en este principio de causalidad? Según Hume todo es fruto de una combinación de nuestra memoria, nuestra imaginación, -es decir, la capacidad de asociar ideas- , y la continua repetición en el pasado entre la causa y el efecto. Su explicación es como sigue.

1- Gracias a nuestra memoria recordamos que causa y efecto han aparecido juntos en el pasado.

2- Si estas uniones se han repetido en el pasado, podríamos decir que estamos acostumbrados a estas uniones por repetición; entonces nuestra mente, gracias a la imaginación, asocia las ideas de causa y efecto. Estableciendo así la creencia de que si observamos la causa entonces vendrá necesariamente después el efecto.

3- El error está en confundir esta repetición entre causa y efecto con la idea de relación necesaria entre causa y efecto.

4- En definitiva para Hume el principio de causalidad es solo una creencia basado en las costumbres de lo que ha ocurrido. Nuestra mente cree que si aparece la causa aparecerá el efecto. Pero recordemos, creer no es tener un conocimiento necesario y seguro.

¿Podemos aceptar en nuestra vida cotidiana el principio de causalidad? Hume acepta que este tipo de creencias, entre causa y efecto, puede aceptarse en grandes líneas si al menos hemos observado en el pasado la causa y el efecto. Por ejemplo, que podemos creer que si aplicamos calor a un metal éste se dilatará. Este tipo de creencia nos sirve en la práctica para vivir. Es el prototipo de un conocimiento de hechos y por ello es altamente probable, pero aun así no podemos decir que sea seguro del todo.

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El racionalismo de Descartes¿Cuándo no debe aceptarse el principio de causalidad? Especialmente Hume

rechazará este principio de causalidad en los casos en lo que nunca hemos tenido impresión empírica de lo que se defiende como causa, atacando de este modo a Descartes.

V. La crítica de las sustancias cartesianas: Dios, mundo y alma.A) La crítica a la demostración de la sustancia infinita de Descartes: Dios.

Descartes dice que la causa de su idea de ser perfecto es que Dios existe: pero está claro que nunca, ni hoy ni en el pasado, hemos podido tener la impresión del ser al que se refiere la idea de Dios. Por tanto, esta relación es ilegítima y no es verdadera en absoluto. Con ello rechaza que haya quedado demostrada la existencia de Dios. Con esta crítica al principio de causalidad Hume quiere rechazar todos los argumentos que basándose en él nos propugnan “ilusorias” relaciones entre la causa y el efecto.

B) La crítica a la demostración de la sustancia extensa de Descartes: el mundo. La crítica que hace también se basa en el rechazo del principio de causalidad. La conclusión a la que llega es que el ser humano solo conoce las impresiones que tiene en su mente. Suponer que las impresiones son causadas por la existencia de un mundo real es suponer demasiado puesto que el mundo en sí mismo no es ninguna impresión, es el mundo, no una impresión. Por ejemplo: Si yo digo que tengo la impresión de un árbol suponer que ha sido causada por la existencia de un árbol real es ir demasiado lejos. Así pues lo único que sé con seguridad es que yo tengo la impresión de un árbol, pero no puedo decir cuál es la causa de que yo la tenga. Esta radicalidad en su posición hace que en el fondo Hume desconfíe de que podamos conocer la realidad y por ello comienza a caer en el escepticismo. Es un poco extraña esta radicalidad para nosotros, pero esto es lo que podemos decir si aplicamos con rigor que el principio de causalidad. El conocimiento del mundo es solo probable, nunca totalmente cierto.

C) La crítica a la demostración de la sustancia pensante de Descartes: el alma. En esta crítica Hume no la ataca desde el principio de causalidad ya que esta sustancia

Descartes la acepta de manera intuitiva, de manera directa, sin derivarla de nada anterior. La crítica va dirigida hacia el propio concepto de sustancia. Vamos a explicarla.

1) Si como dice Descartes el alma es una sustancia, y la sustancias son permanentes, entonces yo tendría que encontrar en mí una impresión de mi propio yo, el alma, que sea siempre la misma.

2) Sin embargo, ¿qué impresiones tengo de mi propio yo? Según Hume solo encuentra diferentes impresiones de su propio yo. Por ejemplo, ayer tuve una impresión mía de estar triste, hoy tengo la impresión distinta de estar alegre.

3) Por tanto, lo que llamamos “yo” no es más que un conjunto o haz de impresiones sobre mí, todas distintas pero semejantes, unidas por la memoria. Pero Hume no encuentra esa impresión única y constante de uno mismo que sería el sustrato de todas esas impresiones diferentes. (Si dudas sobre esto observa una fotografía tuya de hace diez años). ¿Qué es un ser humano? Un haz o conjunto de impresiones.

Con todas estas críticas Hume concluye la crítica de las tres sustancias cartesianas y, por extensión, la crítica de los pilares de toda la metafísica occidental: el principio de causalidad y el concepto de sustancia. Tendremos que esperar a Kant para intentar hacer una síntesis entre las corrientes racionalistas y empiristas retomando lo mejor de cada una de ellas: es decir, aceptando que no todo el conocimiento proviene de los sentidos (racionalismo), existen los

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El racionalismo de Descartesconceptos innatos; pero que nunca pueden ampliar en conocimiento humano más allá de la experiencia. ( Empirismo).ANOTACIONES adicionales sobre Descartes.

A) COMPARACIÓN CON OTRA POSICIÓN FILOSÓFICA: Podremos elegir, pero seguramente Ortega y Gasset

B) VALORACIÓN LA ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE DESCARTES.

Apuntes del libro de laberinto.A) Matematización y desarrollo científico-técnico:- Es cierto que hoy día las matemáticas ha impregnado todos los ámbitos de la

ciencia occidental, en cierto modo lo real es lo matematizable, es decir, lo que se puede cuantificar. Y su aplicación y éxito en las ciencias ha sido tal que la fe en la religión se ha sustituido por la fe en la ciencia. Incluso las ciencias humanas han acabado matematizándose. El culmen de este proceso ha sido la informática, un mundo de deducciones perfectas y donde no cabe la contradicción.

B) Autonomía de la razón frente a la fe.- La ciencia no hubiera evolucionado si la razón no se hubiera independizado de

la fe y de este modo puede descubrir leyes sin que tengan que ser testadas por ninguna autoridad distinta.

C) Modernidad, individualismo y derechos humanos:- La modernidad hará aparecer posiciones agnósticas y ateas, y aunque el

racionalismo optimista de Descartes sigue afirmando su existencia el hombre moderno ya no cree poseer una razón tan poderosa como para afirmar que Dios existe.

- Individualismo: el criterio de verdad lo impone el criterio racional del individuo, y aquí está la base de todo el individualismo de la edad moderna.

- Derechos Humanos: pero como la razón es la misma en todos los hombres es ahí donde se encuentra la reivindicación de la igualdad en derechos de todos.

D) La verdad y el genio maligno- La sospecha de la realidad: en la película “Abre los ojos” el protagonista es

incapaz de distinguir.- En la película Matrix, un poderoso sistema informático, engaña al protagonista

convirtiendo la realidad digital en la realidad que se le impone.(Otros posibles temas actuales)1.- El valor que da Descartes a la razón humana como juez en el conocimiento inaugura la época moderna en la cual se encuentra hoy la sociedad occidental.2.- El ejemplo que nos da Descartes sobre el hecho de que un hombre solo, utilizando únicamente su capacidad racional puede replantearse que tiene él por verdadero en su vida. Sin recurrir a instancias menos racionales como pueden ser: a) Las costumbres, b) las tradiciones, c) los prejuicios d) la religión e) la autoridad etc.3.- Todo nosotros podemos reflexionar sobre conductas irracionales que se dan en la actualidad tales como la violencia de género, en el fútbol, en las aulas, el terrorismo etc., y que nos vienen a convencer de la importancia de fomentar como dice Descartes la fuerza de la razón y no como dicen otros la razón de la fuerza. La razón o sentido común se ha convertido en el menos común de los sentidos.4- La influencia de Descartes en el pensamiento occidental posterior ha sido enorme. En adelante la Filosofía se ha planteado como problema fundamental el de asegurar un tránsito de la certidumbre subjetiva a la verdad objetiva, convirtiéndose en una teoría

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El racionalismo de Descartesdel conocimiento fundamentalmente. El inicio de toda filosofía deberá ser una crítica del conocimiento. La huella de este “giro epistemológico” la encontramos directamente en los empiristas ingleses (Hume y Locke) y en el idealismo trascendental de Kant.

Epílogo: VISION PERSONAL –CRÍTICA DEL PENSAMIENTO CARTESINO.1. La crítica al “cogito”: Su primera verdad “Pienso, luego existo” es algo pobre. Lo único que sé con seguridad es que el cogito es un ser que piensa y nada más. Y lo importante es saber si sus pensamientos son o no son ciertos.2. El problema de círculo cartesiano Este problema es parecido al de si es primero la gallina o el huevo, conocido como el problema del “círculo cartesiano”. Efectivamente para Descartes no podemos confiar en nuestras percepciones claras y distintas hasta saber que Dios existe y quedan garantizadas por su bondad; pero no podríamos demostrar la existencia de Dios si no confiamos en nuestras percepciones claras y distintas del yo. De tal forma que de las ideas del yo deduce a Dios; pero es Dios quien garantiza la verdad de las ideas del yo. 3. Los límites de los sentidos: Podemos decir que, aunque para los racionalistas el conocimiento ofrecido por los sentidos no sea tan estable, seguro y universal como el conocimiento ofrecido por la razón no por ello hemos de menospreciar el conocimiento ofrecido por los sentidos.4. Crítica a la matemática.Puede que los razonamientos matemáticos sean muy correctos pero las matemáticas es una ciencia que nos informa muy poco de cómo es en realidad el mundo en el que vivimos. Y está claro que el conocimiento del mundo, de lo que ocurre, sólo puede adquirirse por la experiencia a través del conocimiento ofrecido a través de los sentidos

Anota aquí tus reflexiones personales:

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El racionalismo de Descartes

Esquema de la 2ª parte del Discurso del Método. (Laberinto)

1- El proyecto exige un método. Así se evitará que la razón caiga en errores

2- Las influencias del método.

7.1. La lógica.7.2. Las matemáticas.

3- Las reglas del método.- La evidencia, el análisis, la síntesis y la enumeración. La razón tiene dos

modos de conocer: la intuición y la deducción. La primera regla regula la intuición y las otras tres la deducción

4- El seguimiento del método proporcionará un conocimiento ilimitado, muestra del optimismo racionalista.

5- Primera aplicación del método: las matemáticas.

5.1- Son el mejor entrenamiento, pues proporcionan conocimientos ciertos y son un campo adecuado para ver si el método funciona correctamente.

5.2. La aplicación de la unidad del método5.3- El primer éxito: la geometría.

6- El método está listo para aplicar los principios del conocimiento, especialmente la filosofía

ESQUEMA DE LA CUARTA PARTE DEL DISCURSO DEL MÉTODO. En esta parte Descartes demuestra la verdad de la existencia del alma, de Dios y del mundo, las tres grandes sustancias de la metafísica.

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El racionalismo de Descartes

7) Finalidad de esta parte: demostrar la existencia del alma y de Dios.8) La duda sólo se podrá aplicar a nivel teórico.9) El proceso de la duda metódica:

9.1- Los sentidos a veces nos engañan.9.2- Los paralogismos de la razón.9.3- El sueño y la vigilia son indistinguibles.

10) La primera certeza: “Pienso, luego soy.11) Análisis de las característica del “yo pienso”.

a) La esencia de este ser que piensa es el pensar.b) El yo pienso lo identifica con el alma, y es lo que define al hombre.c) Este yo pienso se ha demostrado sin necesidad de demostrar el cuerpo.d) Esta alma es inmortal y totalmente independiente del cuerpo. Esto implica el dualismo antropológico.

12) El criterio de certeza: Es verdadero lo que se presenta claro y distinto al pensamiento.

13) La segunda certeza: Dios existe. Aduce tres argumentos. 13.1- Primer argumento causal: Dios es la causa de mi idea de “ser perfecto”

13.1.1. La idea de ser perfecto no es ni adventicia ni facticia.13.1.2. La idea de ser perfecto requiere una causa proporcional, por tanto ha sido puesta en mí por un ser perfecto y por ello es innata.

13.2- Segundo argumento causal: Dios ha causado el propio yo.13.2.1. El yo no es origen de sí mismo, ya que es imperfecto.13.2.2. El yo ha sido causado (creado) por un ser verdaderamente perfecto, a saber, Dios.

13.3- Características de la naturaleza de Dios.13.3.1. Dios posee todas las perfecciones y ninguna imperfección.13.3.2. Dios posee una naturaleza simple, es decir no está compuesto de diversas sustancias.13.3.3. Dios ha creado todas las demás sustancias imperfectas.

13.4- Tercer argumento: el ontológico (tomado de San Anselmo)13.4.1 Las demostraciones de las ideas matemáticas no implican

necesariamente que existan realmente dichas ideas.13.4.2 La idea del ser más perfecto sí exige que exista en la realidad.

14) Dios y el alma han sido más fáciles de conocer que el propio mundo, debido a que se ha utilizado la razón y no los sentidos.

15) Solo Dios garantiza la certeza de lo sensible.16) Dios garantizai el criterio de certeza: las ideas evidentes son verdaderas.17) Por tanto, Dios garantiza la verdad de los razonamientos matemáticos.18) Dios garantiza el mundo. La bondad y veracidad de Dios (no es un ser que

engañe) garantiza que nuestras ideas, claras y distintas, que se refieren al mundo físico han sido causados porque este mundo existe.Apéndice: Dios sólo garantiza la verdad de las propiedades matemáticas del mundo, es decir, las objetivas y cuantificables, a saber: la extensión (un objeto físico está claro que ocupa una anchura, altura y profundidad) y el movimiento por el espacio.

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A continuación, presentamos el texto de Descartes que hay que leer y elaborar una labor hermenéutica, es decir interpretativa. Ánimo, se entiende el 70%o más. Sigue literalmente la mayor parte de los apuntes

Comparación Ortega-Descartes

Desde el punto de vista ontológico:

Para Descartes la única existencia real es lo percibido con certeza por la razón. Por tanto, lo real es lo racional matematizable. Esta realidad cierta es idéntica e igual para todos los sujetos racionales que apliquen correctamente el método. Además, distingue el dualismo ontológico, separando la sustancia pensante (razón) de la sustancia extensa (cuerpo).

Para Ortega la realidad no es objetiva ni relativa, sino perspectiva. La realidad se muestra para él desde tantos puntos de vista como sujetos. Por tanto, la realidad completa nunca será conocida. Solo el sujeto que aglutinara las infinitas perspectivas podría conocer toda la realidad (Dios), aunque esta hipótesis sea contradictoria y utópica, pues todo yo conoce desde su punto de vista, el proporcionado por su circunstancia. Cada sujeto y época solo tiene acceso a una parte de verdad, que forma parte de la verdad absoluta.

Desde el punto de vista epistemológico:

Para Descartes será verdadero lo que la razón distinga como claro y distinto, excluyendo al lugar y momento histórico al que pertenezca. Una razón separada y sin ningún contacto con el cuerpo: la sustancia pensante, que cuando se deja llevar por los sentidos entra en contacto con lo sensible y pierde la capacidad de alcanzar la verdad. Para él, ni la vida concreta ni su momento histórico influyen en su capacidad de conocer lo que se ha definido como real.

Para Ortega sucede lo contrario, el conocimiento siempre es alcanzado desde una perspectiva, desde un punto de vista. La circunstancia del sujeto determina la parte de verdad a la que tiene acceso. Por tanto, ningún sujeto ni ninguna época histórica podrá alcanzar jamás el conocimiento absoluto y definitivo, alcanzarán solo una parte de la verdad. Desde su vida, el hombre alcanza realidades objetivas lo que no implica que sean ultravitales y extrahistóricas porque solo son accesibles desde una vida y una historia. Por eso, la verdad no es consecuencia de una sustancia pensante o alma racional, sino de una razón encarnada en la vida, de una razón vital.

Desde el punto de vista antropológico:

Descartes propone un dualismo antropológico racionalista, lo único indubitable es la existencia del “yo pienso”, una sustancia que se define y justifica su existencia como pensamiento. Lo corporal es un añadido secundario y accidental. Por ello para él, los hombres de todas las épocas y lugares son los mismos. Las diferencias culturales e históricas que Descartes reconoce entre ellos no tocan a la esencia humana, que es su pensar. La actividad que lleva a la verdad es una actividad no vital.

Para Ortega lo que define al hombre es su vivir. La vida no es una sustancia, no tiene naturaleza, tiene historia. El hombre es un ser que se está haciendo continuamente a sí mismo, decidiendo desde el marco de libertad que le ofrece su circunstancia. El hombre no puede prescindir de la cultura: de querer conocer la verdad, de actuar bien y de contemplar lo bello. Sin verdad no hay hombre, pero esa verdad solo es accesible y útil desde y para un hombre, que es razón vital.

ACTIVIDADES. (Sobre los apuntes)

1- ¿Por qué se caracteriza la filosofía moderna ?

2- ¿Cuáles son los dos nuevos posibles criterios de verdad?

3- Da una definición de método .

4- Señala las características principales de las cuatro reglas del método .

5- ¿A qué disciplina aplica con éxito este método y a cuál se propone aplicarlo

6- ¿Cuáles son los dos grandes ámbitos o tipos de conocimiento a los que se aplica la razón?

7- Enumera los dos modos de conocimiento de la razón.

8- Cita tres características del conocimiento por intuición .

9- ¿Cómo funciona la deducción y cuál puede ser su límite?

10- ¿Con qué reglas del método se relacionan la intuición y la deducción?

11- Explica con una redacción de 20 líneas el mapa conceptual de la 2º parte del Discurso del Método.

12- Explica brevemente los tres niveles de la duda:

13- Descartes descubre algo evidente y que puede dudar de todo menos de eso ¿Qué es?

14- ¿Por qué el “Pienso luego existo” es también considerado el criterio de certeza? ¿Por qué este criterio inicia la modernidad?

15- A partir de dónde debe deducir que existe una realidad exterior al pensamiento

16- Con qué cuenta para comenzar la deducción de esta realidad exterior

17- En qué son iguales y en qué son diferentes las ideas.

18- Describe brevemente las tres clases de ideas.

19- Pon dos ejemplos de ideas innatas

20- ¿Por qué mi idea de perfección requiere una causa perfecta?

21- ¿Por qué está claro que yo no he sido la causa de mí mismo?

22- ¿Por qué la definición de Dios implica su existencia?

23- ¿Qué cualidades de Dios garantizan que a mis ideas no le corresponde una realidad material?

24- ¿Qué cualidades del mundo garantiza?

25- Enumera tres sustancias, con que se corresponde y su atributo o esencia

26- Escribe la definición de sustancia.

27- ¿Qué objetivo pretende al afirmar que el alma y el cuerpo son sustancias independientes entre sí?

VOCABULARIO DE DESCARTES:* Álgebra: parte de las matemáticas que trata de la cantidad en general, valiéndose de símbolos para su representación, cuyo objeto es simplificar y generalizar las cuestiones relativas a los n1s. * Alma: es la sustancia pensante, el yo propio de cada hombre. * Análisis: regla del método (20) que prescribe descomponer lo complejo en lo simple, hasta llegar a los elementos que son aprehensibles por intuición. * Análisis de los geómetras: Procedimiento utilizado en geometría analítica, que tarta de solucionar un problema mediante ecuaciones. * Certeza: cualidad subjetiva que se atribuye a la creencia del sujeto y expresa la seguridad que el sujeto muestra ante el enunciado en cuya verdad cree. En Descartes es sinónimo de evidencia y se contrapone a la duda y la opinión. * Circunspección: actitud de prudencia mental que en el camino del razonar evita cualquier precipitación o falta de fundamento a la hora de enjuiciar. * Claridad: nota característica del criterio de certeza, es la manifestación tal de un conocimiento a la mente atenta que a ésta no le queda más remedio que asentir. * Conocimiento cierto: es un conocimiento verdadero y firme, que constituye el ideal que se propone Descartes apoyándose en su razón, bien encaminada por un método adecuado. * Cuerpo: sustancia material, que se caracteriza por la extensión (ocupar un lugar en el espacio), y que es considerada por Descartes independiente del sujeto que lo conoce (yo). * Deducción: operación que consiste en la inferencia rigurosa a partir de conocimientos ciertos. Para Descartes, implica una sucesión ordenada de intuiciones y representa la 30 regla del método. * Dios: Ser Perfecto, es la sustancia infinita, cuya existencia se hace evidente al yo y es garantía de la veracidad de mi razón cuando sigo el método. Sus atributos son la infinitud, eternidad, inmutabilidad, omnisciencia, omnipotencia, subsistencia en sí mismo y omniperfección. * Distinción: nota característica del criterio de certeza, es la cualidad que tiene una idea cuando no puede ser confundida con otra, porque aparece separada y diferente de las demás. * Duda (metódica): proceso que emprende Descartes con la intención de averiguar si hay alguna verdad indudable y que lleva a cabo rigurosamente y de forma sistemática, procediendo paso a paso y considerando falso todo aquello de que pueda tenerse alguna duda. * Escepticismo: doctrina filosófica que niega la capacidad del conocimiento para alcanzar la verdad. Es criticada por Descartes, que se propone como objetivo superarlo a través de la duda metódica y el descubrimiento de una verdad indubitable. * Esencia: es lo que una cosa es. En el texto se refiere al verdadero ser de mi yo, que no es otro que el pensamiento, atributo esencial del alma, por el cual se es lo que es, que es enteramente distinta del cuerpo y más fácil de conocer que éste. * Evidencia: es, para Descartes, la aprehensión directa de la verdad de una proposición. Constituye el criterio de certeza, establecido en la 10 regla, y sus notas características son la claridad y la distinción. Se hace presente en el acto de intuición, mediante el cual la mente percibe su propio concepto y se hace transparente a sí misma. * Ideas: son representaciones de la realidad en nuestro pensamiento. Las ideas, para Descartes, además de actos de pensar, tienen un contenido, representan una realidad. Pueden ser innatas, adventicias y facticias. * Juicio: es el acto mental que afirma algo sobre algo y que se expresa en un enunciado o proposición. * Lógica: Disciplina filosófica, de gran importancia en la formación escolástica, cuyo objeto es el estudio de los razonamientos válidos por su forma. 1* Metafísica: Como *filosofía primera+, es la ciencia teórica (en oposición a las ciencias prácticas y productivas) que trata de las sustancias inmutables; como *ciencia del ente+, su objeto es el ser, el concepto más fundamental y general que puede pensar el entendimiento humano. Éste es el sentido de metafísica que la identifica con la ontología. En la época de Descartes se mantienen las dos expresiones con sentido equivalente, como atestigua la traducción al latín de sus Meditaciones metafísicas como Mediaciones de prima filosofía.

* Método: (del griego, méthodos, búsqueda, investigación, de metá hacia, y odós, vía, camino) Según la etimología, camino que debe ser recorrido para llegar a un punto o resultado, o modo de hacer una cosa. Es un conjunto de reglas o normas para alcanzar alguna meta. Para Descartes es imprescindible en la investigación de la verdad y debe ser aplicable a todos los dominios del saber y del obrar, pues su fundamente reside en la unidad y simplicidad de la propia razón humana. * Opinión: Creencia que se considera verdadera, o por lo menos probable, por quien la sostiene, sin razones suficientes (objetivas) en que apoyar su verdad. Siempre se ha distinguido, a lo largo de la historia de la filosofía, entre conocimiento y opinión, reservando para el primero la prerrogativa de ser verdadero saber; la opinión sólo es conocimiento inseguro y está sometida al error. Descartes utiliza el término para designar los puntos de vista mantenidos en la filosofía anterior (aristotelismo escolástico) estudiados por él en La Fleche, basados en el criterio de autoridad, a los que el autor contrapone el verdadero conocimiento fundado en la razón. * Paralogismos: razonamientos no válidos, que conducen a una conclusión falsa y que, a diferencia del sofisma o de la falacia, no requiere voluntariedad de engañar. * Precipitación: aceptar como evidente algo que no lo es. * Prejuicio: etimológicamente es un juicio-previo. En general se han considerado los prejuicios de manera peyorativa, entendiéndolos como creencias no fundamentadas o como actitudes no razonadas, basadas en conjeturas y sin tener un conocimiento completo de lo juzgado. Descartes los combate por considerarlos como nociones falsas que obstaculizan el conocimiento. * Prevención: no admitir lo evidente. Es el extremo opuesto a la circunspección e impide, como ella, el recto avance racional. * Razón: sinónimo de Abona mens@, Abuen sentido@, es la facultad que permite al ser humano establecer los juicios correctos y distinguir la verdad del error. Descartes, ve en ella, identificada con el pensar, la esencia misma del hombre, y la capacidad de penetrar en la esencia oculta de las cosas, incluida la del mismo sujeto que piensa. * Sentidos: Los sistemas sensoriales -de la sensibilidad- con los que un organismo recibe la energía que le proporciona un estímulo, que, debidamente elaborada por el sistema nervioso, se convierte en sensación o información sobre el medio interno o externo. Descartes considera a los sentidos entre las facultades que deben ayudar al pensamiento a encontrar la verdad, pero en sí mismos no son fuente de verdad, porque son falibles. * Silogismo: razonamiento deductivo compuesto de dos premisas y una conclusión que se extrae de ellas. Descartes critica el silogismo porque piensa que no añade nada nuevo, pues la conclusión está implícita en las premisas. * Sustancia: es aquello que existe de tal modo que no precisa de ninguna otra cosa para existir. Así pues, sólo Dios es verdaderamente sustancia para Descartes; pero también, con existencia recibida de Dios, son sustancias la extensa (cuerpo) y la pensante (alma). * Verdad: Es la conformidad entre lo que se dice, piensa o cree y la realidad, lo que es o lo que sucede. Para Descartes es la meta indiscutible del conocimiento y el objetivo de su filosofía: Aaprender a distinguir entre lo verdadero y lo falso- Para ello necesita encontrar una verdad primera o básica que aparezca como evidente. * Yo: Término equivalente a conciencia o alma, utilizado para indicar la propia identidad personal. Para Descartes es la primera verdad de su sistema (*pienso, existo+) y lo concibe como sustancia pensante (res cogitans finita), como entidad por tanto permanente y autónoma (distinta del cuerpo)

VOCABULARIO DESCARTES ( Segunda versioón

Razón: única fuente verdadera de conocimiento. La imaginación y los sentidos son engañosos y no proporcionan conocimientos seguros de los que resulte imposible dudar. Es innata a la mente humana, y se caracteriza por la intuición y la deducción. Por la intuición la razón capta las “naturalezas” u objetos simples sin posibilidad de duda o error. Por la deducción se obtienen los objetos más complejos.

Método: es el camino que usa Descartes para alcanzar la verdad en las ciencias. Se caracteriza por seguir el modelo matemático, es decir, deducir todas las verdades (teoremas) a partir de unas ideas indudables (axiomas). Para encontrar esas primeras verdades utiliza como método la duda.

Alma: sustancia pensante (res cogitans). Es una de las partes que compone al ser humano, junto con el cuerpo, pero totalmente diferente y más importante de éste. Su propiedad esencial o atributo es el pensamiento.

Certeza, cierto: es la seguridad con que Descartes admite que una idea es verdadera, y se caracteriza por la evidencia, esto es, por la claridad y la distinción. Se diferencia de “verdad” en que la certeza es un estado subjetivo.

Evidencia: patentización de la verdad de una idea, su intuición directa e inmediata. Tiene dos notas características: claridad y distinción. Es un criterio de conocimiento de carácter subjetivo. La evidencia a la que se refiera Descartes es una evidencia intelectual, no empírica.

Claridad: presencia ante la mente de todos los elementos, distinguiéndolos bien, que componen una idea.

Distinción: presencia ante la mente de las diferencias entre una idea y todas las demás. Gracias a la claridad conocemos la idea internamente y gracias a la distinción la conocemos por referencia a todas las demás.

Sentidos: hay que distinguir entre “sentir” y “sentidos”. Los sentidos, en cuanto órganos corporales que son, pertenecen a la sustancia extensa. Pero el sentir, que es la consciencia de las sensaciones que nos transmiten los sentidos, es una facultad del alma, un modo de pensar, que nos da una percepción confusa, debido a su relación con el cuerpo. No son fuente de verdad, fácilmente caen en el error.

Cuerpo: Res extensa, sustancia extensa o corporal, su atributo definitorio es la extensión, y es totalmente distinta al alma. Cuerpo y alma determinan el dualismo cartesiano.

Cosa (res): todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual. En Descartes se identifica con sustancia.

Sustancia: es una cosa que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra para existir. Sólo Dios se ajusta a esta definición, pero Descartes admite también el alma y el cuerpo, que no necesitan el uno del otro para existir, son completamente independientes.

Ser: cada una de las cosas que existen. Hay dos clases de seres: el Ser Perfecto (Dios) y los seres creados.

Idea: aquello en lo que pensamos, el resultado de la actividad de pensar. Cuando la mente piensa, lo que piensa son ideas, no el mundo a través de las ideas. Las ideas pueden considerarse desde dos aspectos: como actos mentales y como contenidos objetivos de la mente. Como actos mentales todas tienen la misma importancia. Como contenidos de la mente, las ideas se dividen en: adventicias, facticias e innatas. Estas últimas son las más importantes, porque sólo ellas son claras y distintas.

Dios: es la sustancia infinita. Es la única que es causa de sí misma y tiene como atributo fundamental la perfección. El Dios cartesiano es un Dios filosófico, visto desde una perspectiva

puramente racional. Cumple dos funciones: garantiza tanto la existencia real del mundo, como la verdad de nuestros conocimientos, de nuestras ideas.

Duda, dudar: la duda es vacilación, irresolución. La de Descartes no es una duda escéptica, aquella que mantienen quienes consideran que la verdad no puede alcanzarse, sino metódica, es decir, sólo un procedimiento para llegar a la verdad.

Extensión: es la capacidad para ocupar una parte del espacio. Es el atributo de la sustancia extensa (res extensa).

Verdad, verdadero: en Descartes, todo conocimiento que se ajuste a las leyes de la mente. La verdad consiste en la percepción clara y distinta por parte del entendimiento. Un conocimiento verdadero es un conocimiento claro y distinto.