· web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las...

26
La crítica de Paul K. Feyerabend a las nociones positivistas de explicación y reducción. Saúl Pérez González. 1. Introducción. En los años sesenta del siglo XX surgieron en filosofía de la ciencia nuevas propuestas que cuestionaron los fundamentos del Positivismo lógico. Hay que tener en cuenta que el Positivismo lógico había sido la concepción de las teorías científicas predominante durante los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo XX. En este contexto de ruptura se enmarca la crítica de Paul Karl Feyerabend a la teoría positivista de la explicación, elaborada por Carl G. Hempel y Paul Oppenheim, y de la reducción, elaborada por Ernest Nagel. Esta crítica fue desarrollada por Feyerabend en su artículo «Explicación, reducción y empirismo» (en adelante ERE) publicado en 1962. El objetivo de la presente comunicación es reconstruir el diálogo que, a través de dicha crítica, se establece entre estos autores. Esta reconstrucción nos permitirá evaluar el éxito y la profundidad de la crítica planteada por Feyerabend. Dicha evaluación es importante porqué nos ofrece la posibilidad reflexionar sobre la noción de explicación, la cual es de gran actualidad. 2. Las nociones positivistas de explicación y reducción. Si nuestro objetivo es reconstruir la crítica de Feyerabend, parece claro que la primera etapa de nuestro 1

Upload: others

Post on 14-Feb-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

La crítica de Paul K. Feyerabend a las nociones positivistas de explicación y reducción.

Saúl Pérez González.

1. Introducción.

En los años sesenta del siglo XX surgieron en filosofía de la ciencia nuevas

propuestas que cuestionaron los fundamentos del Positivismo lógico. Hay que tener en

cuenta que el Positivismo lógico había sido la concepción de las teorías científicas

predominante durante los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo XX. En este

contexto de ruptura se enmarca la crítica de Paul Karl Feyerabend a la teoría positivista

de la explicación, elaborada por Carl G. Hempel y Paul Oppenheim, y de la reducción,

elaborada por Ernest Nagel. Esta crítica fue desarrollada por Feyerabend en su artículo

«Explicación, reducción y empirismo» (en adelante ERE) publicado en 1962. El

objetivo de la presente comunicación es reconstruir el diálogo que, a través de dicha

crítica, se establece entre estos autores. Esta reconstrucción nos permitirá evaluar el

éxito y la profundidad de la crítica planteada por Feyerabend. Dicha evaluación es

importante porqué nos ofrece la posibilidad reflexionar sobre la noción de explicación,

la cual es de gran actualidad.

2. Las nociones positivistas de explicación y reducción.

Si nuestro objetivo es reconstruir la crítica de Feyerabend, parece claro que la

primera etapa de nuestro trayecto ha de ser reconstruir el objeto de dicha crítica; a saber,

la teoría de la explicación de Hempel y Oppenheim, y la teoría de la reducción de

Nagel.

Hempel y Oppenheim desarrollaron la teoría positivista de la explicación,

conocida como «modelo de cobertura legal». Este modelo se basa en la idea de que la

explicación ha de tener la forma de un argumento. Dicho argumento tiene dos

componentes: el explanans y el explanandum. El explanans, en el cual se especifica la

información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden

ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones acerca de hechos concretos. Y el

enunciado explanandum, que describe el fenómeno a explicar, está constituido por la

conclusión del argumento. Hempel entiende que para explicar correctamente un

fenómeno hemos de subsumirlo bajo una ley natural. Hempel y Oppenheim defienden la

simetría entre la explicación y la predicción. Consideran que la explicación, la

1

Page 2:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

predicción y la retrodicción, comparten una misma estructura. Entienden que la

diferencia entre la explicación y la predicción es solo de carácter pragmático. Si el

fenómeno descrito por el enunciado explanandum ya ha ocurrido y es conocido, y

nuestra tarea consiste en proporcionar un conjunto de leyes y condiciones iniciales que

lo impliquen, se tratará de una explicación. Mientras que si conocemos esas leyes y

condiciones antecedentes antes de conocer el explanandum, y a partir de ellas hemos

deducirlo, se tratará de una predicción o de una retrodicción. Hablaremos de predicción

si el fenómeno descrito por el enunciado explanandum aún no ha ocurrido, y de

retrodicción si ese fenómeno ya ha tenido lugar. La simetría entre la explicación y la

predicción científica lleva a Hempel y Oppenheim a plantear que «la explicación de un

hecho no es enteramente adecuada a menos que su explanans, considerado a tiempo,

hubiera podido fundamentar el pronóstico del hecho que se analiza.» (Hempel y

Oppenheim 1988, 251)1.

Hempel planteó que había dos requisitos que debía satisfacer una explicación para

ser científica: el requisito de relevancia explicativa y el requisito de contrastabilidad. El

requisito de relevancia se cumple cuando «la información explicativa aducida

proporciona una buena base para creer que el fenómeno que se trata de explicar tuvo o

tiene lugar.» (Hempel 1999, 78). Por su parte, el requisito de contrastabilidad plantea

que «los enunciados que constituyen una explicación científica deben ser susceptibles

de contrastación empírica.» (Hempel 1999, 79). Estos dos requisitos están relacionados

entre sí, una explicación que cumpla el requisito de relevancia explicativa,

necesariamente cumplirá también el de contrastabilidad. Hempel planteó que hay

diferentes tipos de explicaciones que cumplen estos requisitos, y pueden considerarse

como válidas y científicas. Un tipo de explicaciones científicas son las explicaciones

nomológico-deductivas. Las explicaciones nomológico-deductivas pueden formularse

como un argumento deductivo, en el cual la verdad del explanans implica

necesariamente la verdad del enunciado explanandum. Un ejemplo de explicación

nomológico-deductiva, es la explicación de que al formarse imágenes por reflexión en

un espejo esférico, se cumple que l/u + 1/ v = 2/r. Donde u y v son las distancias desde

el punto objeto y desde el punto imagen, hasta el espejo. Y r es el radio de curvatura del

espejo. Esta explicación podría plantearse como un argumento deductivo en que la

conclusión es el enunciado explanandum, y las premisas son las leyes básicas de

1 En las citas de las obras de Feyerabend, Hempel y Nagel; va a utilizarse la paginación de las traducciones al castellano indicadas en la bibliografía.

2

Page 3:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

reflexión y de propagación rectilínea, junto con el enunciado que señala que la

superficie del espejo forma un segmento de esfera.

Otro tipo de explicación científica es la explicación estadístico-inductiva2. En

estas explicaciones el explanans está formado por leyes probabilísticas y por enunciados

descriptivos. En estos casos el enunciado explanandum no está deductivamente

implicado por el explanans. Podría darse el caso de que el explanans fuera verdadero y

el explanandum fuera falso. En las explicaciones estadístico-inductivas, del explanans

se sigue el explanandum con un cierto grado de probabilidad, pero no con certeza

deductiva. Un ejemplo de explicación estadístico-inductivas sería una explicación en

que el enunciado explanandum fuera: «Fritz Lang ha contraído el sarampión», y el

explanans estuviera formado por un enunciado que afirmara que Fritz Lang ha estado

expuesto al contagio del sarampión, junto con una ley probabilística según la cual las

personas expuestas al contagio del sarampión tienen una probabilidad muy alta de

contraer la enfermedad.

Como hemos indicado, Ernest Nagel desarrolló la teoría positivista de la

reducción. Nagel entiende por reducción «la explicación de una teoría o de un conjunto

de leyes experimentales establecidas en un campo de investigación por otra teoría

formulada habitualmente, aunque no invariablemente, para otro dominio.» (Nagel 1981,

445). Llamará ciencia secundaria a la teoría o leyes experimentales que son reducidas, y

ciencia primaria a la teoría a la cual se efectúa la reducción. Hay dos tipos de reducción.

Hablamos de reducción homogénea cuando la ciencia secundaría no usa términos

descriptivos que no hayan sido utilizados, aproximadamente con el mismo significado,

en la ciencia primaria. En este tipo de reducciones se establecen relaciones deductivas

entre dos conjuntos de enunciados que usan un vocabulario homogéneo. Un ejemplo de

reducción homogénea es la incorporación de la ley de caída de Galileo y las leyes de

Kepler, a la teoría mecánica y de la gravitación de Newton. Pero si el tema de la ciencia

primaria es cualitativamente distinto respecto de los fenómenos estudiados por la

ciencia secundaria, entonces se tratará de una reducción heterogénea. Nagel denomina

reducción heterogénea a aquellas reducciones en que la ciencia secundaria utiliza

términos descriptivos que no han sido usados en la ciencia primaria. Un ejemplo de

reducción heterogénea es la reducción de la termodinámica a la mecánica estadística y

la teoría cinética de la materia. Las reducciones heterogéneas dan lugar a un importante 2 Hempel también habló de un tipo de explicaciones científicas estadístico-deductivas. En ellas el explanandum, que tiene la forma de una ley estadística, ha de deducirse a partir de un explanans que contenga al menos una ley estadística. (Hempel, 1988)

3

Page 4:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

problema. Nagel considera que se realiza la reducción de una teoría a otra cuando se

demuestra que las leyes experimentales de la ciencia secundaria son consecuencias

lógicas de las suposiciones teóricas de la ciencia primaria. La reducción es la deducción

de un conjunto de enunciados empíricamente confirmables, a partir de otro conjunto de

enunciados empíricamente confirmables. Pero eso no es posible si las leyes de la teoría

secundaria contienen términos que no aparecen en la teoría primaria, rasgo que se da en

las reducciones heterogéneas. Pues en la conclusión de una demostración formal no

puede aparecer ningún término que no aparezca en las premisas. Para resolver este

problema y posibilitar que las reducciones heterogéneas sean reducciones válidas, Nagel

desarrolló las leyes puente. En el caso de que la ciencia secundaria contenga un término

«A» que está ausente en la ciencia primaria, la reducción es posible si se satisfacen dos

condiciones: la condición de conectabilidad y la condición de deducibilidad. La

condición de conectabilidad plantea que deben introducirse suposiciones adicionales, las

leyes puente, que postulen relaciones adecuadas entre lo significado por «A» y

características indicadas por términos ya presentes en la ciencia primaria. Por su parte,

la condición de deducibilidad exige que con ayuda de esas suposiciones adicionales,

todas las leyes de la ciencia secundaria, incluidas las que contienen el término «A», sean

lógicamente deducibles de los enunciados de la ciencia primaria. Estas suposiciones

adicionales pueden ser de diferentes tipos: conexiones lógicas, definiciones

coordinadoras que conecten «A» con expresiones de la ciencia primaria, o hipótesis

físicas que afirmen que el estado de cosas designado por la expresión «B» de la ciencia

primaria es condición suficiente del estado de cosas designado por «A».

Aparte de las condiciones formales, Nagel también plantea condiciones

informales para la reducción. Por ejemplo, es necesario que la cuestión de si una teoría

es reducible a otra se plantee en referencia a una etapa concreta del desarrollo de esas

teorías. No puede plantearse en abstracto, ya que las teorías sufren modificaciones con

el paso del tiempo. También se exige que los enunciados teóricos de la ciencia primaria,

desde los que hay poder realizar la deducción, reciban apoyo de elementos empíricos

que posean algún grado de fuerza probatoria. Es decir, no pueden ser meras hipótesis ad

hoc carentes de apoyo empírico e introducidas expresamente para posibilitar la

deducción.

3. La crítica de Paul K. Feyerabend.

4

Page 5:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

Ahora que hemos trazado las líneas principales de la teoría de la explicación de

Hempel y Oppenheim, y de la teoría de la reducción de Nagel, podemos abordar la

crítica planteada por Feyerabend en ERE. Feyerabend inicia el artículo con la siguiente

afirmación: «El tema principal que debate el presente ensayo lo constituye la afirmación

de que es imposible una concepción formal de la reducción y la explicación para las

teorías generales» (Feyerabend 1989, 37). Y para demostrar esta tesis inicial, va a tratar

de mostrar que «tanto la teoría de la reducción de Nagel como la teoría de la explicación

de Hempel y Oppenhein se alejan de la práctica científica real y de un empirismo

razonable.» (Feyerabend 1989, 38).

Feyerabend plantea que el paso de una teoría T a otra teoría T’ más amplia (que

engloba más fenómenos que T), no consiste simplemente en incorporar la teoría T al

contexto más amplio de T’. El cambio es mucho mayor. Con el cambio de teoría, se va a

producir un cambio ontológico. También se producirá un cambio en el significado de

los términos teóricos, y en el de ciertos términos descriptivos. Otra consecuencia será

que la frontera entre el dominio de lo observable y lo no observable variará. Para

respaldar tal postura Feyerabend se apoyará en dos ideas. La primera es considerar a las

teorías como formas de mirar al mundo. Esto explica por qué va a defenderse que la

adopción o el rechazo de una teoría afecta a nuestras creencias, a nuestras experiencias

y a nuestra concepción de la realidad. La segunda de las ideas en que se apoya

Feyerabend es la de que las teorías han de ser empíricamente contrastables. Y en el caso

de que alguna de sus contrastaciones no cumpla con nuestras expectativas, han de ser

abandonadas. La cuestión que se nos impone ahora es si estas dos ideas son o no

compatibles. Como indica Feyerabend, «Lo que necesitamos es una garantía de que, a

pesar del carácter omnicomprensivo de una teoría científica, como hemos afirmado en

la primera idea, sigue siendo posible especificar hechos que sean inconsistentes con

ella.» (Feyerabend 1989, 40). Esta posibilidad ha sido negada por algunos filósofos

anteriores. Pero Feyerabend considera que esto sí es posible, si se pasa de un modelo en

que se contrasta una única teoría con los hechos, a un modelo en el que recurramos a

dos teorías fácticamente adecuadas, pero inconsistentes entre sí. Feyerabend va a sumir

ese modelo pluralista de contrastación, que permite combinar el carácter

omnicomprensivo de las teorías y la exigencia de contrastabilidad. En este modelo, la

unidad metodológica para llevar a cabo contrastaciones es un conjunto de teorías con

dominios parcialmente solapados, fácticamente adecuadas, y mutuamente

inconsistentes. La forma de llevar a la práctica ese modelo es diseñar experimentos

5

Page 6:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

cruciales entre teorías, que permitan comparar una pluralidad de teorías entre sí y con la

experiencia. Dichas teorías, a pesar de estar todas de acuerdo con los hechos conocidos,

son mutuamente inconsistentes y proporcionan respuestas diferentes sobre dominios

inexplorados. Para contrastarlas hemos de explorar esos dominios.

Este modelo pluralista es incompatible con las teorías ortodoxas de la explicación

y la reducción. Pues dos de los presupuestos en que estas teorías se basan, son

incompatibles con las tesis que está defendiendo Feyerabend. El primero de ellos es el

principio de deducibilidad. Este plantea que la explicación y la reducción se realizan por

deducción lógica. Lo cual remite a la exigencia de que todas las teorías satisfactorias en

un dominio han de ser consistentes entre sí. Y esa afirmación es claramente contraria al

nuevo modelo de contrastación que está siendo planteado. El segundo de los

presupuestos es el principio de invariancia del significado. Dicho principio defiende que

los significados de los términos son invariables respecto al proceso de reducción y de

explicación. La noción de teoría que aquí está operando es opuesta a la defendida por

Feyerabend. Si las teorías son formas de mirar al mundo, entonces, inevitablemente los

cambios en las teorías producirán cambios fundamentales en los conceptos con que nos

referimos al mundo. No podría defenderse simultáneamente esta noción de teoría y las

teorías ortodoxas de la explicación y de la reducción.

Asumir estas dos ideas, implicaría asumir que «sólo son admisibles (para la

explicación y la predicción) en un dominio dado, aquellas teorías que contienen las

teorías ya usadas en este dominio, o que al menos son consistentes con ellas.»

(Feyerabend 1989, 64). Este principio se sigue de las dos ideas que hemos señalado, por

tanto, todo aquel que defienda esas ideas, deberá aceptar este principio. Feyerabend va a

servirse de esa implicación para llevar a cabo la crítica a la tesis según la cual la

explicación y la reducción deben realizarse por deducción. Tesis que él considera que es

defendida por Hempel y Nagel. En primer lugar, va a mostrar que la mayoría de

ejemplos presentados como explicaciones y reducciones científicas paradigmáticas, no

satisfacen el requisito de que la nueva teoría sea consistente con las teorías ya usadas en

ese dominio. Y mucho menos, el de contener esas teorías anteriores. También mostrará

que esos ejemplos no se ajustan al sistema deductivo. Para ello, va a analizar la

reducción de la física de Galileo a la física de Newton. O, lo que es lo mismo, la

explicación de las leyes de la física galileana sobre la base de la física de Newton. La

teoría ortodoxa defiende que las leyes de la física de Newton [T], junto con una

descripción de la tierra y su entorno [d], que exprese en términos de la teoría de Newton

6

Page 7:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

las condiciones validas en un dominio, implican las leyes de la física de Galileo [T’].

Feyerabend va a defender que eso no es así. Un supuesto básico de la teoría de Galileo,

es que la aceleración vertical que ocurre en la superficie de la tierra es constante en un

intervalo vertical finito. Si entendemos «H» como la variación del nivel de altura en el

proceso descrito, y «R» como el radio de la tierra. Mientras el resultado de H/R sea

finito, por muy pequeño que sea, la implicación defendida por la teoría ortodoxa será

falsa. No puede darse tal implicación, porque ese supuesto básico de T’, es inconsistente

con T. Y una de las condiciones necesarias para reducir una teoría en otra, es la

consistencia entre ellas. Según la teoría de la reducción de Nagel, la reducción debe

realizarse por deducción. Pero si la teoría primaria y la teoría secundaria son

inconsistentes, entonces es imposible que las leyes de la teoría secundaria puedan

deducirse lógicamente de la teoría primaria. Y por tanto, también es imposible que la

teoría secundaria pueda ser reducida a la teoría primaria. Lo que realmente se seguiría

de T y d sería una ley T’’, la cual sería experimentalmente indiscernible de T’ (sobre la

base experimental que en primer lugar formó la evidencia inductiva de T’), pero

inconsistente con ella. Para poder derivar lógicamente T’ de T y d, habría que falsear d.

Habría que convertir a d en d’, en un una descripción de la Tierra en términos

newtonianos, en la que se describieran las condiciones en las proximidades de la Tierra

como si condujeran a una aceleración constante en un intervalo finito de distancia

vertical. Y d’ no es la descripción que realmente da la teoría newtoniana de la Tierra y

sus proximidades.

Este ejemplo paradigmático de reducción no se ajusta a los presupuestos de la

teoría ortodoxa de la reducción que han sido señalados. No es cierto que la nueva teoría

sea consistente con las teorías anteriores que se ocuparon del mismo dominio que ella.

Y por tanto, en este ejemplo, la reducción y la explicación no han sido realizadas por

deducción. No es posible tal deducción entre estos dos planteamientos, y si se exige esa

deducción como requisito para realizar la reducción y la explicación, entonces éstas no

podrán realizarse. Esta situación, nos deja ante un dilema. Tenemos únicamente dos

opciones, «Podemos declarar que la ciencia galileana no puede ser reducida a, ni

explicada en, términos de la física de Newton, o podemos admitir que la reducción y la

explicación son posibles, pero negar que la deducibilidad, o incluso la consistencia

(basándonos en condiciones límite apropiadas), sea una condición necesaria para ello.»

(Feyerabend 1989, 70-71). Feyerabend va a optar por el segundo cuerno del dilema.

Pero abandonar el supuesto según el cual la explicación y la reducción se realizan por

7

Page 8:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

deducción, implica abandonar la teoría ortodoxa de la explicación y de la reducción.

Este contraejemplo nos ha revelado que ciertos supuestos en los cuales se apoya la

concepción ortodoxa de la explicación y la reducción, fracasan al ser comparados con

ejemplos paradigmáticos de explicación y de reducción. Pero no nos ha revelado el

porqué de este fracaso. Por tanto, hallar su causa es la nueva etapa que se impone a la

argumentación de Feyerabend. Esa situación se debe a que un conjunto de datos

observacionales es compatible con teorías distintas y mutuamente inconsistentes. Y hay

dos razones que explican esto. La primera es que las teorías, en tanto que

generalizaciones universales, van más allá de cualquier conjunto finito de

observaciones. La segunda es que la verdad de un enunciado de observación sólo puede

ser afirmada dentro de un margen de error. La primera de las razones permite que

diferentes teorías puedan diferir en un dominio que permanece aún inexplorado. La

segunda de las razones, complementa a esta, y permite que esa diferencia se manifieste

también en el seno de dominios donde sí se han realizado observaciones. En este caso,

las diferencias quedarían restringidas por el margen de error de las observaciones.

Estas dos razones señaladas provocan que los hechos no constriñan en exceso la

libertad de los científicos a la hora de constituir las teorías científicas. Pero, como indica

Feyerabend, «esta libertad que la experiencia otorga al teórico casi siempre es

restringida por condiciones de carácter totalmente distinto» (Feyerabend 1989, 74). Esta

libertad se ve restringida por elementos de muy diversa índole3; como la tradición a la

que pertenece el científico, sus creencias metafísicas y prejuicios, su idiosincrasia

personal, el aparato formal disponible, o la estructura del lenguaje que habla. La teoría

que el científico propone está, indudablemente, influida por los hechos. Pero también lo

está por estos elementos. Por tanto, si dos científicos parten de unos mismos hechos,

pero estos elementos son diferentes, es natural que varíe la teoría resultante. Y la

posibilidad de que estos elementos sean exactamente iguales en dos científicos es

bastante reducida, sobre todo si se trata de dos científicos que no son contemporáneos.

La evidencia experimental que en un dominio D’ confirma T y T’ no es la misma. La

evidencia experimental no consta sólo de hechos puros y simples, sino también de

hechos analizados, modelados y construidos de acuerdo con alguna teoría concreta. Esto

3 Es importante advertir que el conjunto de factores que influyen en el científico es muy heterogéneo. Aquí encontramos elementos enteramente subjetivos, como la idiosincrasia personal, que varían de un científico a otro. Pero también hay factores que son iguales para todos los científicos, como el aparato formal disponible. En su artículo, Feyerabend es descuidado con respecto a esta diversidad, y da a entender que todos esos elementos son subjetivos.

8

Page 9:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

se manifiesta en la corrección que el científico realiza sobre las lecturas obtenidas por

medio de un aparato de medición, y en el hecho de que los resultados observables

siempre son expresados en una determinada teoría que los hace inteligibles y los dota de

significado. Esto nos lleva a la siguiente consideración. Siendo T’ una teoría posterior a

T, los hechos que cuentan como evidencia para T’ son distintos de los que contaron

como evidencia para formular T. Por ejemplo, el desarrollo de las técnicas

experimentales puede permitir el acceso a datos desconocidos cuando se formulo T. Por

tanto, la aceptación de la teoría T’, obliga a rehacer la evidencia que condujo a T. La

exigencia de que T’ sea consistente con respecto a las teorías anteriores que se ocupan

del mismo dominio que ella, en ese caso T, implica la exigencia de no usar nuevas y

más refinadas mediciones. Y por tanto, nos fuerza a mantener la misma evidencia. Aquí

Feyerabend está considerando que si T’ realiza mediciones más refinadas que

contradigan las realizadas por T, entonces es que T’ y T son inconsistentes. Pero lo

cierto es que no es necesario que esto sea así. Habría que objetarle a Feyerabend que

ninguna teoría implica por sí sola un resultado experimental. La teoría requiere ser

complementada con supuestos auxiliares y condiciones iniciales. Si hay una

inconsistencia entre las mediciones de T y T’, es posible que esta no se deba a que T y

T’ son inconsistentes. Sino a que algunos de los supuestos usados por T son

inconsistentes con algunos de los supuestos usados por T’.

Feyerabend sostiene que sólo en la medida en que las teorías precedentes han sido

contrastadas y confirmadas será necesario que una teoría nueva esté de acuerdo con

ellas. Esta exigencia es más débil que aquella que obligaba a una teoría a ser consistente

con las teorías que se habían ocupado previamente del dominio del cual ella se ocupa.

Supongamos que tenemos una teoría T que es aceptada y que posteriormente se plantea

T’. A T’ sólo se le podría exigir que estuviera de acuerdo con T en aquellos lugares

donde T ha sido confirmada, pudiendo disentir con ella en el resto de ámbitos.

Supongamos que T’ coincide con T en aquellos lugares en que T ha sido confirmada, y

difiere en el resto. La teoría ortodoxa diría que hemos de elegir a T. La exigencia

ortodoxa de consistencia con las teorías previas haría que T’ fuera eliminada y

rechazada, no por ser inconsistente con los hechos, sino por serlo con respecto a una

teoría previa, hasta ahora irrefutada. Y la razón por la cual se aceptaría T y se rechazaría

T’ es porque T planteó con anterioridad. Esto daría estabilidad a la ciencia, pero a un

precio demasiado alto. Para elegir entre estas dos teorías podría recurrirse a criterios

adicionales, diferentes de la contrastación con los hechos. Aunque al hacer esto, nos

9

Page 10:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

veríamos obligados a romper con el la exigencia de consistencia con las teorías previas.

Por lo común, se prefieren las teorías más generales y coherentes a las leyes menos

generales y más ad hoc. Y Feyerabend considera que la exigencia de consistencia con

las teorías previas va en contra de esa preferencia. Pues normalmente las teorías

generales con un alto grado de coherencia violan esa exigencia.

Feyerabend concluye, tras haber realizado todas estas consideraciones, que una

nueva teoría T’ podría ser más satisfactoria que una teoría anterior T, aún siendo T y T’

inconmensurables e inconsistentes en el dominio en que se solapan. Es el caso de la

física de Newton. La física newtoniana es más satisfactoria que la física de Galileo, a

pesar de que ambas teorías son inconmensurables e inconsistentes en el dominio en que

se solapan. Una teoría T’ de este tipo, la cual sería satisfactoria según el criterio de

Feyerabend, no serviría como explanans para la teoría ortodoxa de la explicación, ni

podrá reducirse a ella la teoría T. Los cambios que deberían realizarse para que las

teorías ortodoxas de la explicación y la reducción pudieran admitir esa teoría

satisfactoria como explanans, o como teoría primaria, son inasumibles por aquellas. La

incorporación de estos cambios haría imposible mantener una teoría formal de la

explicación y de la reducción, ya que habría que introducir consideraciones subjetivas o

pragmáticas en las teorías de la explicación y la reducción. La propuesta de Feyerabend

ni es compatible con estas concepciones, ni puede llegar a serlo.

4. Comentarios a la crítica de Paul K. Feyerabend.

En ERE Paul K. Feyerabend trata de tumbar la teoría de la explicación de Hempel

y Oppenheim, y la teoría de la reducción de Nagel. Las cuales, como hemos visto, se

enmarcan dentro de lo que se denominó Concepción Heredada. La estrategia de

Feyerabend consistirá en atacar una serie de supuestos que él considera que subyacen a

estas teorías. Uno de esos supuestos es la condición de deducibilidad, según la cual la

explicación y la reducción deben realizarse por deducción. El otro supuesto es la

condición de invarianza de significado, que exige que el significado de los términos sea

invariable respecto a los procesos de explicación y de reducción. A partir de estos

supuestos, Feyerabend tratará de extraer una serie de consecuencias no deseables, que

nos fuercen a rechazar las teorías de Hempel y Nagel. Por eso, la primera cuestión que

se nos impone al evaluar la crítica de Feyerabend es si realmente Hempel y Nagel se

comprometen con esos dos supuestos. Para dar respuesta a esa cuestión, es necesario

que analicemos estas dos teorías por separado.

10

Page 11:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

En primer lugar vamos a ocuparnos de la teoría de la reducción de Nagel. Esta

teoría sí se compromete con la condición de deducibilidad. En la propia definición de

reducción ya se manifiesta ese compromiso. Nagel considera que «se efectúa una

reducción cuando se demuestra que las leyes experimentales de la ciencia secundaría (y,

si ésta posee una teoría adecuada, la teoría también) son consecuencias lógicas de las

suposiciones teóricas (inclusive de las definiciones coordinadoras) de la ciencia

primaria.» (Nagel 1981, 463). También parece claro que Nagel se compromete con la

exigencia de invarianza del significado. Con respecto a este tema señala que «las

expresiones características de una ciencia (como la palabra “temperatura” empleada en

la ciencia del calor) son inteligibles en términos de las reglas o hábitos de uso de esta

rama de la investigación; y cuando se usan esas expresiones en esta disciplina, se las

debe entender en los sentidos que se les ha asociado dentro de ésta, haya sido reducida o

no dicha ciencia a alguna otra.» (Nagel 1981, 462-463).

En segundo lugar, vamos a ver si Hempel y Oppenheim también se comprometen

con esos supuestos. Ciertamente, Feyerabend cita un fragmento del artículo de Hempel

y Oppenheim «Studies in logic of explanation» de 1948, en el que se comprometen con

la exigencia de deducibilidad. En este artículo plantean que «El explanandum debe ser

una consecuencia lógica del explanans» (Hempel y Oppenheim 1988, 149). La

información contenida en el explanans ha de implicar lógicamente la información

contenida en el explanandum. Y asumir esa exigencia implica asumir también la

exigencia de invarianza del significado. Ya que para que podamos deducir una teoría T’

de una teoría T, es necesario que T’ no contenga términos que no aparecen en T, y que

los términos que aparecen en T y T’ tengan el mismo significado en ambas teorías. Pues

en una demostración formal la conclusión no puede contener términos que no aparecen

en las premisas, ni términos que tengan un significado distinto al que tienen en las

premisas.

Pero la teoría de Hempel evolucionó, y en su obra Filosofía de la ciencia natural

de 1966, manifiesta que ya no considera la deducibilidad como una condición necesaria

de la explicación. En esta obra Hempel plantea que hay diferentes tipos de explicaciones

científicas válidas. En algunas explicaciones el explanans implica lógicamente el

explanandum, como en las nomológico- deductivas. Pero en otras no se da tal

implicación. En las explicaciones estadístico-inductivas el explanandum se sigue del

explanans con un cierto grado de probabilidad, pero no de forma deductiva. Hempel

admite que las explicaciones no deductivas pueden también ser válidas, porque

11

Page 12:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

considera que «el papel importante y cada vez más amplio que las leyes y las teorías

probabilísticas juegan en la ciencia y en sus aplicaciones hace que sea preferible

considerar las explicaciones basadas en esos principios como si fueran también

explicaciones, aunque de un tipo menos riguroso que las de la forma nomológico-

deductiva.» (Hempel 1999, 104). Hempel reconoce que las explicaciones nomológico-

deductivas dan certeza deductiva, mientras que las estadístico-inductivas o

probabilísticas sólo dan un cierto grado de probabilidad. No obstante, afirma que ambas

son explicaciones válidas. Ciertamente, las explicaciones nomológico-deductivas son

más rigurosas, y son preferibles frente a las estadístico-inductivas. Pero esto no se debe

a que las explicaciones estadístico-inductivas sean una versión inacabada o degenerada

de las nomológico-deductivas. Hay ciertos fenómenos de los que sólo puede darse una

explicación inductiva, como es el caso de los fenómenos cuánticos. Ya que se trata de

fenómenos que no están causalmente determinados. La existencia de tales fenómenos

nos coloca antes un dilema: o bien aceptamos que la explicación estadístico-inductiva es

válida, o bien aceptamos que hay ciertos fenómenos que no pueden ser explicados.

Hempel opta por el primer cuerno del dilema.

No pretendemos acusar a Feyerabend de falsear intencionadamente la posición de

Hempel y Oppenheim, atribuyéndoles un compromiso con la deducibilidad que ellos no

habían asumido. Pues cuando Feyerabend lleva a cabo su crítica, en 1962, justo se está

produciendo el cambio en la teoría de la explicación de Hempel. Es en este mismo año

cuando Hempel va a renunciar a la deducibilidad como condición necesaria para la

explicación, y va a admitir las explicaciones estadístico-inductivas como válidas. Como

señala Wesley C. Salmon «El primer modelo explícito [de la explicación estadística] se

ofreció en su "Deductive-Nomological vs. Statistical Explanation" (1962) en el volumen

III de los Minnesota Studies. Constituye el primer intento serio (del cual soy consciente)

de cualquier filósofo o científico de ofrecer un informe detallado y sistemático sobre

cualquier patrón de explicación estadística. En este trabajo, Hempel se ocupa de las

explicaciones estadísticas de hechos particulares» (Salmon 1989, 51). Por tanto, cuando

Feyerabend escribió ERE, que fue publicado en el mismo volumen de los Minnesota

Studies que «Deductive-Nomological vs. Statistical Explanation», aún no era conocedor

de la aceptación de las explicaciones estadístico-inductivas por parte de Hempel. Lo que

queremos señalar es que, aunque Feyerabend no falsea la posición de Hempel, la

evolución de éste provocó que casi de inmediato la crítica de Feyerabend perdiera su

vigencia, y se tornara inocua.

12

Page 13:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

La cuestión que ahora se nos plantea es: ¿qué pasa con la condición de invarianza

del significado? En ERE Feyerabend reconoce que Hempel no se ha comprometido de

forma explícita con la condición de invarianza. Pero como la condición de invarianza

del significado se sigue de la condición de deducibilidad -en el sentido de que la

invarianza se da por supuesta, ya que si el significado no se preserva, no podríamos

deducir- y Hempel acepta la exigencia de deducibilidad; Feyerabend infiere que Hempel

también ha de asumir la exigencia de invarianza. Feyerabend basa su convicción de que

Hempel se compromete con el principio de invarianza, únicamente en el hecho de que

éste se compromete con el de deducibilidad. Por tanto, una vez Hempel renuncia a la

exigencia de deducibilidad, la inferencia de Feyerabend queda totalmente injustificada.

En ERE no se dan razones suficientes para poder atribuir a Hempel el supuesto de

invarianza del significado, una vez éste ha aceptado las explicaciones no deductivas

como válidas. Como vemos, la evolución de la teoría de la explicación de Hempel hace

que sea un error atribuirle el supuesto de deducibilidad y el supuesto de invarianza del

significado. Lo cual tiene como consecuencia que la crítica de Feyerabend resulte

inocua; pues trata de enfrentarse a un enemigo que ya no está, que acaba de desaparecer.

13

Page 14:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

5. Bibliografía

ANTÓN, Amador. (1996), «La explicación científica: argumentación nomológica o

redescripción metafórica». En: Actas del XI Congrés Valencià de Filosofia.

Valencia: Societat de Filosofía del País Valencià.

AYER, Alfred. J. (ed.) (1993), El positivismo lógico. Méjico D.F.: Fondo de

cultura económica.

DIÉGUEZ, Antonio. (2010), Filosofía de la ciencia. Madrid: Biblioteca nueva.

DÍEZ, José A. y MOULINES, Carlos U. (1997), Fundamentos de Filosofía de la

Ciencia. Barcelona: Ariel.

FEYERABEND, Paul K. (1962), «Explanation, reduction and empiricism». En:

Feigl, H. (ed.) Minnesota Studies in the Philosophy of Sciencie, vol. III.

Minnesota, EEUU: University of Minnesota Press. [Publicado en castellano

como Explicación, reducción y empirismo. Barcelona: Paidós, 1989.]

FEYERABEND, Paul K. (1970), «Against method: outline of an anarchistic theory

of knowledge». En: Radner, H. y Winokur, S.(eds.) Minnesota Studies in the

Philosophy of Sciencie, vol. IV. Minnesota, EEUU: University of Minnesota

Press. [Publicado en castellano como Contra el método: esquema de una

teoría anarquista del conocimiento. Barcelona: Orbis, 1974.]

FEYERABEND, Paul K. (1975), Against Method. London: NLB, 1975. [Publicado

en castellano como Tratado contra el método. Madrid: Tecnos, 1981.]

HEMPEL, Carl G. (1962a), «Deductive-Nomological versus Statistical

Explanation». En: Feigl, H. (ed.) Minnesota Studies in the Philosophy of

Sciencie, vol. III. Minnesota, EEUU: University of Minnesota Press.

HEMPEL, Carl G. (1965), Aspects of scientific explanation and other essays in

philosophy os science. Nueva York, EEUU: The Free Press. [Publicado en

castellano como: La explicación científica: estudios sobre la filosofía de la

ciencia. Buenos Aires, Argentina: Paidós, 1988.]

HEMPEL, Carl G. (1966), Philosophy of Natural Science, Englewood Cliffs,

EEUU: Prentice-Hall. [Publicado en castellano como: Filosofía de la

ciencia natural. Madrid: Alianza editorial, 1999.]

HEMPEL, Carl G. y OPPENHEIM, Paul. (1948), «Studies in the logic of explanation».

En: Philosophy of science, Vol. 15. Chicago, EEUU: The university of

Chicago press. [Publicado en castellano como: «La lógica de la

14

Page 15:   · Web view, en el cual se especifica la información explicativa, está constituido por las premisas del argumento. Éstas pueden ser leyes o enunciados que hagan aseveraciones

explicación». En: La explicación científica. Estudios sobre filosofía de la

ciencia. Barcelona: Paidos, 1988.]

MUGUERZA, Javier (ed.). (1981), La concepción analítica de la filosofía. Madrid:

Alianza editorial.

NAGEL, Ernest. (1961), The Structure of Science: Problems in the Logic of

Scientific Explanation. Nueva York, EEUU: Harcourt, Brace & World.

[Publicado en castellano como La estructura de la ciencia: problemas de la

lógica de la investigación científica. Barcelona: Paidós ibérica, 1981].

NEWTON-SMITH, William. (2000), La racionalidad de la ciencia. Barcelona:

Paidós, 2000.

OBERHEIM, Eric. (2006), Feyerabend`s philosophy. New York, EEUU: Walter de

Gruyter.

OBERHEIM, Eric y HOYNINGEN-HUENE, Paul. (2013), «The Incommensurability of

Scientific Theories». En: Edward N. Zalta (ed.) The Stanford Encyclopedia

of Philosophy. Primavera 2013 [En línea]. Disponible en web:

<http://plato.stanford.edu/entries/incommensurability/>

PRESTON, John. (2012), «Paul Feyerabend». En: Edward N. Zalta (ed.) The

Stanford Encyclopedia of Philosophy. Invierno 2012 [En línea]. Disponible

en web: <http://plato.stanford.edu/entries/feyerabend/>

SALMON, Wesley C. (1989), Four Decades of Scientific Explanation. Minnesota,

EEUU: University Press.

SUPPE, Frederick. (1991), La estructura de las teorías científicas. Madrid:

Universidad Nacional de Educación a Distancia.

15