voces4

Upload: yoani-sanchez

Post on 09-Apr-2018

258 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/8/2019 voces4

    1/61

    voces4l a h a b a n a , 2 0 1 0a h a b a n a , 2 0 1 0a h a b a n a , 2 0 1 0

  • 8/8/2019 voces4

    2/61

    n 4 i c e :

    Abilio Estvez ( 6 )De los dioses / Del equilibrista

    www.vocescuba.com

    lahbndcembe2

    [email protected]

    Flix Luis Viera ( 14 )Dos poemas inditos deLa Patria es una Naranja

    Vicente Echerri ( 1 )Sobre una fracturada identidad

    Rosa Mara Rodrguez Torrado ( 18 )La miel del poder, las reformas,y la heredad?

    voces4

    voces4

    Jos Gabriel Barrenechea ( 37 )Comienza la reforma?

    Eliseo Alberto( 44 )

    Viento a favor

    Ernesto Hernndez Busto ( 7 )En defensa deWikileaksReinaldo Escobar ( 11 )El socialismo cubano: malabares al borde del abismo

    Ivn de la Nuez ( 16 )La poltica: patrimonio de la humanidad?

    Armando Ael ( 22 )En Puerto Plata, sin visaMabel Cuesta ( 25 )En la oficinaOmar Alfonso Requena ( 27 )Una probable Vasumitra

    Yoani Snchez ( 35 )Guajira de Centro Habana

    Orlando Luis Pardo Lazo ( 52 ) s/tNstor Daz de Villegas ( 49 )Filosofa del T-Che

    Miguel Iturria ( 45 )El carnaval y los muertos

    Jorge Enrique Lage ( 29 )Flash Forward

    Zorphdark ( 47 )12posts

    Dibujos de Beln Cerros del blog La vida agridulce.Diseo de ndice y Contraportada: Rolando Pulido

    voc e s voc e s voc e s @g m a i l . c om

    Escuadrn Patriota ( 55 )La verdad como lgica de vida (COMUNICADO)

    Tania Favela ( 42 )Las tentaciones de Lucio Gaitn

  • 8/8/2019 voces4

    3/61

    LA DESTRUCCIN y la transformacin de la nacin cubana se ha convertido no slo

    en un lugar comn, sino en una perenne lamentacin entre los nuestros. Los quevivimos en el exilio apenas si tenemos otro tema, sobre todo los que se identifican conel llamado "exilio histrico", si bien muchos de nosotros llegamos veinte aos despus.La identidad cubana a que nos aferramos, con la que solemos identificarnos, no es, porsupuesto, el pas que dejamos atrs hacia fines de la dcada del setenta, ni siquiera,en otros casos, diez o quince aos antes de esa fecha, sino la repblica que antecedial castrismo y que este congel en la memoria y los anhelos de ms de una generacin,al tiempo que haca entrar a toda una sociedad en la intemporalidad totalitaria. Comohe insistido ms de una vez, la Revolucin Cubana y sus secuelas slo puedenentenderse a partir del mito de la Bella Durmiente: un instante en que el tiempo realse detiene e ingresamos en el mbito de la fbula, aunque, a diferencia del relatofantstico, con la desventaja aadida de que envejecemos.

    Paradjicamente, esa congelacin que tiene lugar, sobre todo, en nuestras mentes,

    en nuestras conciencias, contrasta con una radical transformacin de lo esencialcubano o lo que por tal tenemos que no se detiene en la supresin de las libertadesfundamentales, ni en la destruccin de toda economa, privada y pblica, ni en laagresin al medio ambiente; sino que, vido de reescribir la historia y suplantar elpasado, en un sociedad hurfana de sus naturales clases rectoras, el Estado induce, pormalicia o por carencia, el envilecimiento colectivo de las costumbres ciudadanas, laplebeyez como norma del comercio social, el latrocinio como compensacin natural yla prostitucin como aspiracin redentora. Impotentes y horrorizados, muchos denosotros hemos asistido a este naufragio, cuyas secuelas, tal como una resaca, llegantambin hasta esta orilla para alterar si no para contaminar nuestro entendimientode lo cubano.

    Por amor y por tozudez nuestros, existe otra Cuba de este lado del mar: comunidadenquistada en el tiempo de la nostalgia, incapaz de renunciar ni al ms insignificante

    de los recuerdos que atesora y que considera inseparables de la identidad nacional quequeremos ver restituida en el territorio al que le es connatural, como si este mediosiglo hubiese sido nada ms que un mal sueo. Queremos, porque entre ellos meincluyo, que nos retornen el pas que perdimos quin?, no sabemos bien si la DivinaProvidencia o "los americanos" que, por momentos, pueden llegar a confundirse y quese nos permita, en un acto de amor y disciplina, devolverles a los cubanos de all (y aalgunos de los que llegan) los modales perdidos, el autntico patriotismo, la moral queparecen haber escurrido en algn sumidero, la voluntad de participar activamente enla vida poltica de su pas, el decoro, en fin, que es ingrediente esencial de lassociedades robustas y prsperas.v

    i

    c

    e

    n

    t

    e

    e

    c

    h

    e

    r

    r

    i

    s

    s o b r e s u n a a

    f r a c t u r a d a s i d e n t i d a d d s o b r e s

    u n a a f r a c t u r a d a s

    i d e n t i d a d d

    { V/1 }

  • 8/8/2019 voces4

    4/61

    Pero lo cierto es que la gran mayora de los cubanos se pervierte, conforme anuestros criterios y, al mismo tiempo, nosotros carecemos de los instrumentos polticos

    indispensables para intentar siquiera revertir ese proceso de perversin. Cuba se ha idotransformando en otra cosa sin que nosotros hayamos podido hacer nada, o nada querealmente pueda tener un efecto real. Adems, el tiempo (el de nuestra congelacin yel de la destruccin de nuestro pas y su nacin, uno y el mismo) obra en contranuestra. A la vuelta de diez, de veinte aos (que han de pasar ms rpidamente de loque quisiramos) aquellos que conserven nuestra visin de Cuba sern muchos menosque hoy, en tanto los que hayan incorporado los rasgos del envilecimiento habrnaumentado en varios millones. En esa carrera contra el tiempo, las solas cifras nosllevan la contraria. Si pasa otra generacin a la espera de que Cuba reingrese en eltiempo real de la historia, no quedar casi nadie para contar el espejismo de nuestraaspiracin.

    Se ha perdido, pues, Cuba? Es el castrismo no el rgimen comunista que ya haprobado ser un fiasco universal, sino sus secuelas sociales y morales irreversible? Es

    iluso acaso el pretender y hasta poner algn esfuerzo en ello, como hemos hecho,cada cual con los medios y talentos a su alcance restaurar la nacin (quiero decir,cuerpo de instituciones, tradiciones, costumbres, conductas, etc.) que alguna veztuvimos?

    Dndole cabida al pesimismo, me atrevo a responder afirmativamente a estaspreguntas. La devastacin totalitaria deja al pueblo de Cuba sin cimientos y sindechados y, en consecuencia, fcil presa de la dominacin. Los que no transigen, losque se acuerdan de cmo eran las cosas, emigran en su gran mayora, y esa emigracinacelera la pobreza y la enajenacin de los que se quedan. A ellos les toca la sperarealidad de la miseria instituida, el vasallaje y el canallesco escepticismo que stegenera. A nosotros, una serie de sueos de lo que fue nuestro pas, de lo que pudollegar a ser, de lo que an quisiramos que fuese. Pocas veces la realidad de dossegmentos de la misma nacin ha sido tan distinta.

    En sus orgenes, Cuba tambin fue un sueo, un sueo de un grupo de aristcratas yde intelectuales que les eran afines, cuyo bienestar, en la mayora de los casos,tambin llevaba el estigma del trabajo esclavo. Haban ledo, haban viajado, aspirabana que la plantacin en la que vivan fuera una sociedad ms eficaz y educada en elprincipio, ni siquiera mucho ms justa e independiente. El poder colonial cerr todaslas avenidas al criollo rico y culto que se sinti paria en su propia tierra, y la nacincubana fue surgiendo como entidad distinta, separada de Espaa, y esa separacinacabara pagndose con mucha sangre.

    La definicin de Cuba es una quimera europea, ciertamente un sueo de blancosdistinguidos que popularizan esa idea, que la venden, que la propagan, que la

    s o b r e s u n a a

    f r a c t u r a d a s

    i d e n t i d a d d s o b r e s

    u n a a f r a c t u r a d a s

    i d e n t i d a d d

    v

    i

    c

    e

    n

    t

    e

    e

    c

    h

    e

    r

    r

    i

    s

    { V/2 }

  • 8/8/2019 voces4

    5/61

    predican, que terminan por imponerla. El resto de la poblacin son obreros manuales,

    campesinos, tenderos espaoles o sus hijos y esclavos. A mediados del siglo XIX, lapoblacin negra, si slo contamos los esclavos, casi iguala a la blanca y, sumada a lapoblacin negra libre, es mayor que la blanca. Aunque el mestizaje no es tan obviocomo en la actualidad, ya existe en las fronteras de estas comunidades. Cuba es rica,es verdad, pero su riqueza se ha hecho sobre el sudor y la sangre y las espaldas decentenares de miles de esclavos. Los que suean a Cuba aspiran a la perfeccin de unarepblica europea en medio de una plantacin caribea. No los culpo, yo tambin hesoado siempre con lo mismo. Las guerras de independencia, que sirvieron de crisolpara fundir muchos prejuicios y acelerar la democracia, sirvieron tambin paraconsagrar las instituciones salidas del ideal patricio de la nacin: una camisa de fuerzapara decirlo con una metfora que se le impuso a los negros esclavos y a lostenderos espaoles; un ideal con el cual haba que vivir, con instituciones forjadas poruna clase a la que era menester imitar.

    El castrismo dinamita ese contrato social, expolia la riqueza que brinda los fuerosde la autoridad, demoniza el pasado, satiriza los paradigmas, usurpa los poderespblicos, adultera las tradiciones. El ciudadano, carente de estos referentes deidentificacin, de estos parmetros tradicionales, se convierte en rebao. Los que noconsienten son ejecutados o presos, o se marchan al exilio o se consumen en el silenciode su exilio interior. Las nuevas generaciones crecen desprovistas de asideros, deautnticos modelos, de rigurosos arquetipos de superacin. Se impone el disimulo, lalealtad ostentosa y caricaturesca a un rgimen espurio para la obtencin de prebendasque, en la mayora de los casos, son ridculas, tanto o ms que las piedras de abalorioscon que los espaoles alguna vez compraron el oro de los indios. La degradacin delpueblo es universal. La condicin material y moral de los cubanos sujetos al castrismose pude resumir en una sola palabra: miserable.

    Vale la pena preguntarse, son estos hombres y mujeres arrebaados, cuya manera

    de hablar en ocasiones no reconocemos, parte esencial y prominente del pueblo deCuba? Son, estos descendientes de esclavos y estos descendientes de tenderos aquienes han explotado y estafado por medio siglo en nombre de un proyectoenloquecido, nuestros compatriotas? Son hermanos nuestros estos millones deindividuos envilecidos por la gestin totalitaria que, privados de arquetipos, se hundenen la amoralidad y el escepticismo?

    Yo, que siempre he credo y an creo en la validez del ideal nacional que noslegaran nuestros grandes hombres del siglo XIX, no dudo en contestar que s. Por muchoque no podamos reconocernos en sus voces, en sus gestos, en sus conductas, en su faltade fe en la nacin, son ellos nuestra carne y nuestra sangre, parte de ese

    s o b r e s u n a a

    f r a c t u r a d a s i d e n t i d a d d s o b r e s

    u n a a f r a c t u r a d a s

    i d e n t i d a d d

    v

    i

    c

    e

    n

    t

    e

    e

    c

    h

    e

    r

    r

    i

    s

    { V/3 }

  • 8/8/2019 voces4

    6/61

    pueblo al que pertenecemos agnicamente como una extensin de nuestro ser y sin el

    cual nos sentiramos muy disminuidos. Ellos, los cubanos de la otra orilla tanto comomuchos que van llegando a esta orilla en medio del continuo naufragio han sidodesfigurados por la accin de la historia, pero aun as nos son ntimos y entraables,como parte substancial de una entidad que nos abarca y nos excede, que nos arraiga ynos explica.

    El futuro de nuestro querido pas no tiene que ser exactamente como lo hemossoado en este ya largo exilio. Tal vez las formas consagradas cuya ausencia tantohemos deplorado nunca ms se restauren. Las tradiciones se alteran con nuevosingredientes, de la misma manera que los idiomas se transforman y las costumbresevolucionan. La catstrofe ocurrida en Cuba, responsable de tanta muerte y crcel yexilio y envilecimiento, no es algo que podamos borrar como una pesadilla paraempezar de nuevo.

    Esto, sin embargo, no debe hacernos sentir frustrados ni derrotados. An tenemos,

    pensando en el futuro de Cuba, lecciones que impartir y que recibir, consejos que dar yque atender, dilogo abierto y generoso en el que hemos de hablar y de escuchar. Esdecir, tenemos delante de nosotros el duro trago de la reformulacin de lo cubano, locual, desde luego, no es tarea exclusiva de nosotros, los de esta orilla, erigidos endepositarios absolutos de una tradicin invariable y dispuestos a imponerla desde elpodio de alguna fabulosa magistratura, sino de toda suerte de voces y de individuos,con pluralidad de aportaciones y visiones, de principios y de objetivos, de aspiracionesy de avenimientos.

    Las transformaciones que un pueblo puede sufrir a veces para mal en la historiade su desarrollo no son susceptibles de ser ignoradas: ni el legista, ni el poltico, ni elfilsofo ni el historiador pueden permitirse ese lujo. Ojal ciertos hechos no hubiesensucedido! Pero, como bien sabemos, la historia no es lo que pudo haber sido, sino loque fue, y sus consecuencias son palpables. Si comparamos lo ocurrido en la historia

    reciente de Cuba con sucesos histricos ms drsticos, podemos encontrar incluso algnfundamento para el optimismo:

    Pensemos, por ejemplo, en la conquista espaola de Amrica y lo que signific suimpacto en las culturas indgenas, las ms adelantadas, porque las del Cariberesultaron simplemente abolidas. Qu profundo trauma no deben haber vividosacerdotes y prncipes y poetas del mundo incaico y del mundo azteca ante ese choqueque destruy sus templos y sus cdigos, avasall sus lenguas, suprimi sus dioses y susestamentos jerrquicos y hasta cambi sus nombres? Yo estoy seguro de que hubomuchos miembros de esas culturas que vivieron y murieron soando con el regreso de

    s o b r e s u n a a

    f r a c t u r a d a s i d e n t i d a d d s o b r e s

    u n a a f r a c t u r a d a s

    i d e n t i d a d d

    v

    i

    c

    e

    n

    t

    e

    e

    c

    h

    e

    r

    r

    i

    s

    { V/4 }

  • 8/8/2019 voces4

    7/61

    los viejos cultos y con la restitucin de sus costumbres ancestrales, de una cosmovisinque ya nunca ms habra de ser.

    Asimismo, en la Inglaterra isabelina, cuntos no habra que esperaron desde unlargo exilio, o desde una medrosa clandestinidad, el retorno de lo que suponan era lafe verdadera, la devolucin de los monasterios y de las abadas, la celebracin delculto legtimo sujeto al romano pontfice, la vuelta de ese mundo, en fin, que lafrustracin y la clera de Enrique VIII haba deshecho? Pero en Inglaterra no habra denuevo monasterios hasta 300 aos despus, y la misa romana jams habra de volver acelebrarse en las antiguas catedrales del reino. As de radicales y definitivos puedenser ciertos cambios.

    La Revolucin Francesa que tan exaltada y venerada ha sido por el republicanismomilitante quiso hacer nuevas todas las cosas y, en nimo de cambiar, cambi no slola configuracin del Estado, sino hasta el nombre de los meses del ao y la duracin delas semanas y, por supuesto, el himno nacional y la bandera y la divisin poltica delpas y otras mil cosas. Francia ya no volvera a ser la misma, ni tampoco el resto deEuropa y por tanto del mundo, gracias a ese engendro de la revolucin que fueBonaparte y no obstante los quince aos de restauracin borbnica que siguieron a suderrocamiento. Cuntos, cuntos pensemos vivieron y murieron en la Francia delsiglo XIX y hasta en la del XX, soando con el regreso del Ancien Rgime, esperandoque la odiosa escarapela que representaba a los descamisados y a los regicidas fuese

    arriada de una vez y por todas, y que de nuevo campearan los lises que habandistinguido a los reyes franceses desde la alta Edad Media! Hay muy pocos hoy que seacuerden de que Francia tuvo alguna vez otra bandera.

    Afortunadamente para nosotros, y pese al drstico proceso de transformacin ydeterioro que ha tenido lugar en nuestro pas en los ltimos cincuenta y tantos aos,los smbolos visibles que nos identifican no se han visto alterados: el nombre oficial delEstado no ha cambiado, ni la bandera, ni el escudo, ni el himno. Esto no es mucho,ciertamente, pero es algo, un terreno de entendimiento comn desde el cual partir.Tampoco han rechazado los que mandan en Cuba el lugar y la palabra de los prceresfundadores, sobre todo de Jos Mart, si bien han manipulado su doctrina y lo hanquerido hacer cmplice de la infamia. El discurso de Mart sobre Cuba y su visinpoltica profundamente democrtica pueden servir todava para tender un puente precario, pero puente al fin entre estas dos orillas de nuestra fracturada identidad

    nacional.No hay lugar, es verdad, para el desbordado optimismo ni para las visiones

    triunfalistas que alguna vez nos animaran. Cuba no nos estar esperando, en algnmomento de un futuro improbable, como un material dcil sobre el cual imprimir lavisin de nuestra sociedad, ms perfecta e idealizada, adems, de lo que jams fuera;ni para realizar el viejo sueo de despertar a la Bella Durmiente y encontrar que todose reanima a su alrededor. Eso no es posible. Eso nunca, en la historia, ha sido posible.

    Sin embargo, esa realidad tampoco nos deja sin tarea. Hay una obra que hacer an,creo yo, frente a esta devastacin que nos aflige. Nosotros conservamos nuestra visin.Hemos tenido tiempo de meditar en las debilidades, polticas y sociales, que nosllevaron, como pueblo, hasta este punto de desfiguracin. An nos queda un atisbo deentusiasmo y de entrega, an somos depositarios de unos saberes cvicos que losnuestros de all porque son parte nuestra y dolor nuestro tal vez hayan olvidado,

    forzados por las durezas de su vida; o casi seguramente reinventado en medio de susatroces circunstancias. Entre unos y otros tenemos que volver a reformular a Cubacuando esta pesadilla termine, e incluso antes de que termine, desde el momentomismo en que pensamos salvar este abismo, con las contribuciones de todos y las vocesde todos. Deca sabiamente Mart "de los derechos y opiniones de sus hijos todos estahecho un pueblo, y no de los derechos y opiniones de una clase sola de sus hijos". Cundifcil es renunciar, frente al terrible desarraigo, al asidero de nuestra verdad, denuestras soluciones, de nuestra arrogante suficiencia, para adquirir la generosidad y lahumildad que siempre impone el empeo comn! Tal es nuestro reto. { V }

    v

    i

    c

    e

    n

    t

    e

    e

    c

    h

    e

    r

    r

    i

    s

    v

    i

    c

    e

    n

    t

    e

    e

    c

    h

    e

    r

    r

    i

    s

    v

    i

    c

    e

    n

    t

    e

    e

    c

    h

    e

    r

    r

    i

    s

    { V/5 }

  • 8/8/2019 voces4

    8/61

    DE LOS DIOSES

    Dormitbamos en las tardes luego de lasconversaciones y del mucho calor y no creamos enlos dioses. No presumamos la crueldad de esos pobresseres ilusorios. Tampoco sobamos con su indulto, subenevolencia o su justicia. bamos al mar,conversbamos irresponsables entre amigos yenemigos (muchos se jactaban de ser ambas cosas),oamos la msica de las piedras al caer.Deambulbamos bajo el polvo y la ceniza de la ciudadfatigada, de sus muros y su irrisoria aristocracia.Tombamos el sol sin pensar en los dioses, sininvocarlos aunque tambin sin blasfemar. No hacafalta: los dioses no estaban. No creamos en elloscuando bebamos el ron de los labios del primermuchacho bailarn. Mucho menos cuando en las nochesascendamos desnudos las laderas de un antiguocastillo espaol para gritar el dolor de nuestro gozoel gozo del cuerpo roto y la punzada. No creamos enlos dioses; no haca falta; estbamos seguros,

    extraordinariamente persuadidos de su ausencia, ascomo de que el golfo y el cielo y los ciclones y losaos, y otras tantas plagas, eran la prueba de suausencia. No haba dioses y bastaba. La afirmacincareca de tragedia a la hora de sentir cmo llegaba elmiedo acompaado de una nostalgia ridcula. Ahora sinembargo que se han ido, que de verdad no estn, qularga noche inmvil, qu mal trago este desnudarse,ir a ninguna parte o incluso blasfemar.

    DEL EQUILIBRISTAAh se le puede ver buscando en el viejo bal, en los

    rincones sin luz, en las copas sin vino ni agua. Elequilibrista en la casa sin techo, sin friso, sin paredes.

    Un pobre seor, acrbata viejo, cansado y enfermo,muy enfermo. Ah est, se le ve buscar en la calle, en

    el tronco carcomido, en la ruina y en el pozo, hasta enel fondo de las alcantarillas.

    Sin ti grita ya no existe esta pobre ciudad decalores nocivos y payasos taciturnos. Ciudad de

    jardines marchitos y de parques perdidos, ruinashermosas y atroces. Sin ti, esta ciudad es otra formade fracaso. Grotesca, vaca forma de desilusin, de

    nada sobre nada. La ciudad destruida por decreto. Sinti no hay ciudad, ni muros, ni humo, ni sol, ni beso, ni

    manos, ni universo, ni canto. Sin ti este puerilempeo, estas manos intiles, estos ojos ciegos. Es el

    grito nico del equilibrista enfermo, muy enfermo.Y no se escucha.

    Dormitbamos en las tardes luego de lasconversaciones y del mucho calor y nocreamos en los dioses. No presumamos lacrueldad de esos pobres seres ilusorios.Tampoco sobamos con su indulto, subenevolencia o su justicia. bamos al mar,conversbamos irresponsables entre amigosy enemigos (muchos se jactaban de serambas cosas), oamos la msica de laspiedras al caer. Deambulbamos bajo el

    polvo y la ceniza de la ciudad fatigada, desus muros y su irrisoria aristocracia.Tombamos el sol sin pensar en los dioses,sin invocarlos aunque tambin sinblasfemar. No haca falta: los dioses noestaban. No creamos en ellos cuandobebamos el ron de los labios del primermuchacho bailarn. Mucho menos cuando enlas noches ascendamos desnudos lasladeras de un antiguo castillo espaol paragritar el dolor de nuestro gozo el gozo delcuerpo roto y la punzada. No creamos enlos dioses; no haca falta; estbamosseguros, extraordinariamente persuadidosde su ausencia, as como de que el golfo yel cielo y los ciclones y los aos, y otrastantas plagas, eran la prueba de suausencia. No haba dioses y bastaba. Laafirmacin careca de tragedia a la hora desentir cmo llegaba el miedo acompaadode una nostalgia ridcula. Ahora sinembargo que se han ido, que de verdad noestn, qu larga noche inmvil, qu maltrago este desnudarse, ir a ninguna parte oincluso blasfemar.

    Dormitbamos en las tardes luego de las

    conversaciones y del mucho calor y nocreamos en los dioses. No presumamos lacrueldad de esos pobres seres ilusorios.Tampoco sobamos con su indulto, subenevolencia o su justicia. bamos al mar,conversbamos irresponsables entre amigosy enemigos (muchos se jactaban de serambas cosas), oamos la msica de laspiedras al caer. Deambulbamos bajo elpolvo y la ceniza de la ciudad fatigada, desus muros y su irrisoria aristocracia.Tombamos el sol sin pensar en los dioses,sin invocarlos aunque tambin sinblasfemar. No haca falta: los dioses noestaban. No creamos en ellos cuandobebamos el ron de los labios del primermuchacho bailarn. Mucho menos cuando enlas noches ascendamos desnudos lasladeras de un antiguo castillo espaol paragritar el dolor de nuestro gozo el gozo delcuerpo roto y la punzada. No creamos enlos dioses; no haca falta; estbamosseguros, extraordinariamente persuadidosde su ausencia, as como de que el golfo yel cielo y los ciclones y los aos, y otrastantas plagas, eran la prueba de su

    ausencia. No haba dioses y bastaba. Laafirmacin careca de tragedia a la hora desentir cmo llegaba el miedo acompaadode una nostalgia ridcula. Ahora sinembargo que se han ido, que de verdad noestn, qu larga noche inmvil, qu maltrago este desnudarse, ir a ninguna parte oincluso blasfemar.Dormitbamos en las tardes luego de lasconversaciones y del mucho calor y nocreamos en los dioses. No presumamos lacrueldad de esos pobres seres ilusorios.Tampoco sobamos con su indulto, subenevolencia o su justicia. bamos al mar,conversbamos irresponsables entre amigosy enemigos (muchos se jactaban de serambas cosas), oamos la msica de laspiedras al caer. Deambulbamos bajo elpolvo y la ceniza de la ciudad fatigada, desus muros y su irrisoria aristocracia.Tombamos el sol sin pensar en los dioses,sin invocarlos aunque tambin sinblasfemar. No haca falta: los dioses noestaban. No creamos en ellos cuandobebamos el ron de los labios del primermuchacho bailarn. Mucho menos cuando en

    las noches ascendamos desnudos lasladeras de un antiguo castillo espaol paragritar el dolor de nuestro gozo el gozo delcuerpo roto y la punzada. No creamos enlos dioses; no haca falta; estbamosseguros, extraordinariamente persuadidosde su ausencia, as como de que el golfo yel cielo y los ciclones y los aos, y otrastantas plagas, eran la prueba de suausencia. No haba dioses y bastaba. Laafirmacin careca de tragedia a la hora desentir cmo llegaba el miedo acompaadode una nostalgia ridcula. Ahora sinembargo que se han ido, que de verdad noestn, qu larga noche inmvil, qu maltrago este desnudarse, ir a ninguna parte oincluso blasfemar.

    Ah se le puede ver buscando en elviejo bal, en los rincones sin luz,en las copas sin vino ni agua. Elequilibrista en la casa sin techo,sin friso, sin paredes. Un pobreseor, acrbata viejo, cansado yenfermo, muy enfermo. Ah est,se le buscar en la calle, en eltronco carcomido, en la ruina y enel pozo, hasta en el fondo de lasalcantarillas. Sin ti grita ya noexiste esta pobre ciudad decalores nocivos y payasostaciturnos. Ciudad de jardines

    marchitos y de parques perdidos,ruinas hermosas y atroces. Sin ti,esta ciudad es otra forma defracaso. Grotesca, vaca forma dedesilusin, de nada sobre nada. Laciudad destruida por decreto. Sinti no hay ciudad, ni muros, nihumo, ni sol, ni beso, ni manos, niuniverso, ni canto. Sin ti estepueril empeo, estas manosintiles, estos ojos ciegos. Es elgrito nico del equilibristaenfermo, muy enfermo. Y no seescucha.Ah se le puede ver buscando en elviejo bal, en los rincones sin luz,en las copas sin vino ni agua. Elequilibrista en la casa sin techo,sin friso, sin paredes. Un pobreseor, acrbata viejo, cansado yenfermo, muy enfermo. Ah est,se le buscar en la calle, en eltronco carcomido, en la ruina y enel pozo, hasta en el fondo de lasalcantarillas. Sin ti grita ya noexiste esta pobre ciudad decalores nocivos y payasos

    taciturnos. Ciudad de jardinesmarchitos y de parques perdidos,ruinas hermosas y atroces. Sin ti,esta ciudad es otra forma defracaso. Grotesca, vaca forma dedesilusin, de nada sobre nada. Laciudad destruida por decreto. Sinti no hay ciudad, ni muros, nihumo, ni sol, ni beso, ni manos, niuniverso, ni canto. Sin ti estepueril empeo, estas manosintiles, estos ojos ciegos. Es elgrito nico del equilibristaenfermo, muy enfermo. Y no seescucha.

    Ah se le puede ver buscando en elviejo bal, en los rincones sin luz,en las copas sin vino ni agua. Elequilibrista en la casa sin techo,sin friso, sin paredes. Un pobreseor, acrbata viejo, cansado yenfermo, muy enfermo. Ah est,se le buscar en la calle, en eltronco carcomido, en la ruina y en

    el pozo, hasta en el fondo de lasalcantarillas. Sin ti grita ya noexiste esta pobre ciudad decalores nocivos y payasostaciturnos. Ciudad de jardinesmarchitos y de parques perdidos,ruinas hermosas y atroces. Sin ti,esta ciudad es otra forma defracaso. Grotesca, vaca forma dedesilusin, de nada sobre nada. Laciudad destruida por decreto. Sinti no hay ciudad, ni muros, nihumo, ni sol, ni beso, ni manos, niuniverso, ni canto. Sin ti estepueril empeo, estas manosintiles, estos ojos ciegos. Es elgrito nico del equilibristaenfermo, muy enfermo. Y no seescucha.

    Ah se le puede ver buscando en elviejo bal, en los rincones sin luz,en las copas sin vino ni agua. Elequilibrista en la casa sin techo,sin friso, sin paredes. Un pobreseor, acrbata viejo, cansado yenfermo, muy enfermo. Ah est,se le buscar en la calle, en eltronco carcomido, en la ruina y enel pozo, hasta en el fondo de lasalcantarillas. Sin ti grita ya no

    existe esta pobre ciudad decalores nocivos y payasostaciturnos. Ciudad de jardinesmarchitos y de parques perdidos,ruinas hermosas y atroces. Sin ti,esta ciudad es otra forma defracaso. Grotesca, vaca forma dedesilusin, de nada sobre nada. Laciudad destruida por decreto. Sinti no hay ciudad, ni muros, nihumo, ni sol, ni beso, ni manos, niuniverso, ni canto. Sin ti estepueril empeo, estas manosintiles, estos ojos ciegos. Es elgrito nico del equilibristaenfermo, muy enfermo. Y no seescucha.

    a

    b

    i

    l

    i

    o

    e

    s

    t

    v

    e

    z

    a

    b

    i

    l

    i

    o

    e

    s

    t

    v

    e

    z

    a

    b

    i

    l

    i

    o

    e

    s

    t

    v

    e

    z

    d

    e

    l

    o

    s

    d

    i

    o

    s

    e

    s

    d

    e

    l

    e

    q

    u

    i

    l

    i

    b

    r

    i

    s

    t

    a

    d

    e

    l

    e

    q

    u

    i

    l

    i

    b

    r

    i

    s

    t

    a

    { V/6 }

  • 8/8/2019 voces4

    9/61

    LA BATALLA entre el imperativo de confidencialidady la libertad de expresin, cuyos "efectos colate-rales" hemos visto estas semanas, y cuyas implica-ciones finales ataen al funcionamiento mismo de lademocracia, trae los ecos de polmicas que hanmarcado la historia del periodismo, pero tambinresulta indita en muchos aspectos. Sin internet ysin la moderna tecnologa de compresin de datos,valga la obviedad, no existira el Cablegate. Es ini-maginable una filtracin como esta hace dos dca-das: no solo por la facilidad para hurtar los archivos,sino por la ausencia de un mecanismo de fcil acce-

    so a la informacin filtrada. Si algo hemos aprendidoestos das es que la Red representa el nico reto se-rio a ciertos poderes constituidos, capaz de garanti-zar de facto la posibilidad de un estado de transpa-rencia como el que hoy defienden Wikileaks y susseguidores.

    Habra que empezar por aceptar que el nivelque ha alcanzado la tecnologa para filtrar datos ydocumentos, y para compartirlos con garantas deanonimato, es tal que nos permite dar por sentadoms fugas futuras de informacin a gran escala. Unanalista de The Economist lo dejaba claro hace unosdas: "As como la tecnologa ha hecho ms fcil para

    los Gobiernos y corporaciones husmear de formacada vez ms invasiva en la vida privada de las per -sonas, tambin se ha vuelto ms fcil para las per-sonas, que trabajan solas o en conjunto, hundirse eny apropiarse de los archivos secretos de los gobier-nos y corporaciones".

    As visto, Wikileaks sera apenas la manifesta-cin temprana de un fenmeno mucho mayor, queafecta de manera definitiva toda la vida contem-pornea: una exigencia de transparencia y una de-manda de restriccin del espacio de lo secreto. Lanueva generacin de personas criadas en un mundodigital siente una solidaridad irreprimible con la

    "causa Wikileaks": hace mucho que piden mayortransparencia y apertura, no solo a sus conocidos,sino tambin a sus gobiernos. Hay un nuevo ethos enciernes y se respira la vaga sensacin de que algoanda mal en los patrones polticos del control de lainformacin. Podemos estar o no de acuerdo, nospuede parecer ms o menos gratuito, pero esteclima de desasosiego, que incuba las tentaciones delseudoanarquismo y la desobediencia civil, ya formaparte consustancial del espritu de la poca.

    e n d e f e n s a

    d e w i k i l e a k s

    e r n e s t o h e r n n d e z b u s t o e r n e s t o h e r n n d e z b u s t o e r n e s t o h e r n n d e z b u s t o

    { V/7 }

  • 8/8/2019 voces4

    10/61

    Todo esto ha catalizado, de alguna manera, elcaso Wikileaks y la reciente saga de Julian Assange,convertido por muchos en un nuevo smbolo de lalibertad de expresin. Las reacciones en contra tam-poco se han hecho esperar. Quizs la manera msrpida de tocar varias implicaciones de este temasea precisamente detallar algunas de esas objecio-nes. A saber:

    -Eso no es periodismo: es la lectura de ciertospuristas del oficio. Tienen razn solo hasta ciertopunto. Buena parte del periodismo del siglo XX seconstruy a partir de "filtraciones" de informacinprivilegiada. Por supuesto, no es lo mismo pasearsepor Wikileaks y glosar una docena de cables que "te-ner una historia". Pero sorprende que los defensoresde un periodismo ultrafctico no se hayan dadocuenta de los verdaderos alcances de esta modi-ficacin. Assange lo ha llamado, con cierta sorna,"periodismo cientfico". "Trabajamos con otros me-dios", dice, "para llevar las noticias a la gente, pero

    tambin para probar que son verdad. El periodismocientfico le permite leer una noticia, y despushacer clic en lnea para ver el documento original enque se basa. As puede juzgarla usted mismo: esautntica la historia? El periodista inform correc-tamente?"

    Wikileaksno tiene la vocacin ni los recursos pa-ra proponer un relato periodstico tradicional. Perocomo medio de informacin o intermediario de nue-vo tipo contribuye sin duda al pacto de confianzasobre el que se funda el periodismo moderno: quelos secretos, aun aquellos ms incmodos, puedenser revelados en nombre del inters pblico, y que

    la prensa exigir al Gobierno que cumpla con el im-perativo democrtico de transparencia o pague elprecio por ocultar. Cierto: si Wikileaks existe, estambin porque la prensa tradicional no ha sabidoo no ha podido garantizar la confidencialidad desus fuentes. Pero ahora el intermediario ha acor-dado con sus informantes que estas exclusivastendrn el mayor impacto posible, y ha cumplido. Sureciente alianza con importantes medios de prensaobedece a esa exigencia y marca un nuevo patrn atener en cuenta. Todos salen ganando. O casi.

    -No hay nada que no supiramos: es lo querepiten una y otra vez aquellos que no se han toma-

    do la molestia de leer, siquiera, una pequea por-cin de los cables revelados. Simple ignorancia. Peroesta queja revela, en realidad, una perversa depen-dencia del sensacionalismo ms obvio; quienes ashablan quieren sangre, buscan escndalos con rostrohumano, tormentas polticas que encarnen los secre-tos revelados. Muchos de estos opinantes supuesta-mente escpticos se comportan, en realidad, con lasmismas expectativas que el Gobierno bolcheviquecuando filtr los tratados secretos de la I Guerra

    { V/8 }

  • 8/8/2019 voces4

    11/61

    Mundial: son estos lectores, y no Wikileaks, los querebajan el periodismo al "ajuste de cuentas".

    -Son chismorreos, no justifican el uso de la no-cin "inters pblico". Periodistas eminentes, comoDavid Brooks o Christopher Hitchens, han reaccio-nado ante Wikileaks invocando privilegios de la di-plomacia decimonnica: el nivel de confianza se ve-r comprometido, algunas cosas no deben exponer-se, la privacidad y la inmunidad diplomtica sonpilares de nuestra civilizacin... Aplican las razonesde lo privado al marco de lo pblico, y expresan unaveneracin casi supersticiosa por un mundo cuyamateria fundamental es la intriga. Hablan dediplomacia como Bouvard y Pcuchet se referan aun bside romnico o al duque de Angulema. Debe -ran remontarse ms atrs, a los Borgia o a la diplo-macia veneciana del siglo XVI.

    La confidencialidad diplomtica no desaparece-r. Es parte del mundo civilizado, claro, pero es una

    convencin. Seguiremos pagando a los diplomticos(no olvidemos que con nuestros impuestos) y ellosseguirn haciendo su trabajo, obteniendo informa-cin y tejiendo secretos. Por lo dems, cualquierinteresado en que se respete la Convencin de Vienadebe exigir lo mismo al Gobierno norteamericano,que segn estos cables no ha sido demasiado escru-puloso al respecto. Como deca el otro da The Guar-dian: "Para que la santidad de la valija diplomticasignifique algo, debe ser un valor universal".

    Es cierto que las naciones ms democrticas sonms vulnerables a la exposicin pblica de sus secre-tos. Pero el secreto, realmente, nunca es total.

    Ningn diplomtico que se respete cree en la confi-dencialidad absoluta. Lo que existe es informacinpblica e informacin para uso gubernamental.

    Lo siento por el sanctasanctrum de la diploma-cia, pero yo s creo que el pblico tiene derecho asaber que China quiere rearmar a Irn y a Corea delNorte. O que estuvo tras el ataque a Google. QueChvez y el narco financian a Daniel Ortega. Y quelos mdicos cubanos en Venezuela viven en un in-fierno de vigilancia, extorsin y chantaje antes deemigrar a EE UU. En estos cables hay muchas opi-niones, pero estos son hechos de inters.

    Voy a dejar a un lado argumentos del tipo

    "Assange es un peligroso anarquista", "Wikileaks esuna organizacin terrorista", "estamos ante la cruza-da personal de un megalmano" o "Assange se apro-vecha de la proteccin de las democracias liberales,pero se niega a someterse a ellas". No inciden, creo,en la verdadera naturaleza del fenmeno que nosocupa: el papel que ha jugado, y seguir jugandointernet para definir las fronteras de la informacinlegtima.

    { V/9 }

  • 8/8/2019 voces4

    12/61

    w

    Wikileakses mucho ms que el Cablegate. Llevaaos creando una reputacin y tratando de garanti-zar su independencia. Mientras hablaban de Kenia yde Timor Oriental, pocos se preocuparon por su deon-tologa. Ahora la filtracin es a otra escala, y las exi-gencias nos obligan a meditar este asunto con la dosisprecisa de responsabilidad y realismo, pero, sobretodo, con la conviccin de que una sociedad abiertanunca debe castigar el acceso a la verdad. { V }

    { V/10 }

    w

  • 8/8/2019 voces4

    13/61

    !EL DISCURSO pronunciado por el general

    Ral Castro durante la ltima sesin del ao2010 en el Parlamento cubano ser recorda-do como el ms autocrtico de la historia dela Revolucin, o quizs como el ms desfa-chatado que se haya hecho desde una tribu-na oficial en medio siglo. Bsicamente, secentr en demoler varios pilares tenidoshasta ahora como sagrados y a proponer laactualizacin del modelo econmico pero sinrenunciar al ideal socialista.

    El motivo fundamental por el cual habrque seguir en la bsqueda del Santo Grialdel socialismo fue justificado por Ral Cas-tro invocando los sacrificios impuestos alpueblo cubano durante cincuenta aos ennombre de ese propsito, a lo que sum lasangre derramada por los mrtires desdeque los aborgenes se opusieron a la conquis-ta espaola.

    Cada cierto tiempo los dirigentes delproceso hacen declaraciones de esta natura-leza, donde se proclama el inicio de unanueva etapa para rectificar errores, enfati-zando que esta vez no estn equivocados.Memorable fue aquella sesin del Parla-mento cubano de finales de 1986, en la queFidel Castro dijo: "Ahora s vamos a construirel socialismo". La frase era entonces unaevocacin de otra histrica pronunciada porel Comandante en Jefe en los das iniciales

    de la guerrilla cuando, al comprobar que sehaban quedado con siete fusiles tras el de-sastroso desembarco de la expedicin, ex-clam pletrico de injustificado optimismorevolucionario: "Ahora s ganamos la guerra!"

    Para empezar su intervencin, Ral Cas-tro no tuvo reparos en retomar la ancdotade aquellos primeros tiempos de la lucha ar-mada, pero no cedi a la tentacin de com-pletar la referencia metafrica, porque todoel mundo iba a recordar la infructuosa pro-mesa hecha por su hermano hace ya 24 aos.

    Lo diferente que en apariencia tiene es-

    te nuevo comienzo es el carcter de urgen-cia inapelable que se le ha dado, y lo des-carnado de las crticas a los mtodos y a losresultados del proceso. El Presidente cubanoreconoci que era imprescindible desterrardefinitivamente la mentira y el engao de laconducta de los cuadros dirigentes, ademsde suprimir el exceso de secretismo. Con-fes que la Revolucin haba instituido unexcesivo enfoque paternalista, idealista eigualitarista; que no solo habamos pasado eltiempo copiando a otros sino que ademshabamos copiado mal. Destac la falta de

    cohesin, organizacin y coordinacin entreel Partido y el Gobierno, la ausencia deexigencia ante las violaciones y errores decarcter econmico, la prdida de millonespor incumplir los planes productivos, y dijoque no se ha sabido aprovechar adecuada-mente la existencia de profesionales de laeconoma, y que en no pocos casos los pro-cesos inversionistas se han caracterizado porla espontaneidad, la improvisacin y la su-

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r

    e

    i

    n

    a

    l

    d

    o

    e

    s

    c

    o

    b

    a

    r

    r e i n a l d o e s c o b a r r e i n a l d o e s c o b a r r e i n a l d o e s c o b a r r e i n a l d o e s c o b a r r e i n a l d o e s c o b a r r e i n a l d o e s c o b a r r e i n a l d o e s c o b a r

    e

    l

    s

    o

    c

    i

    a

    l

    i

    s

    m

    o

    c

    u

    b

    a

    n

    o

    :

    m

    a

    lab

    a

    r

    e

    s

    al

    b

    o

    r

    d

    e

    d

    e

    l

    a

    b

    is

    m

    o

    { V/11 }

  • 8/8/2019 voces4

    14/61

    perficialidad. No pareca el segundo al man-do de todas las decisiones ahora reprocha-das, sino daba la impresin de ser el polticoopositor que recin asume el poder sin tenerla ms mnima compasin para hablar de lomal hecho por las anteriores administraciones.

    Pero atencin, todo esto ocurri dijoporque no se cumplieron las instrucciones uorientaciones del mximo lder: "l hizo loque le corresponda, y yo trato de encontraruna explicacin y expreso que Fidel con sugenialidad iba abriendo brechas y sealandoel camino, y los dems no supimos asegurary consolidar el avance en pos de esos ob-jetivos".

    La parte optimista vena precedida deun "de ahora en adelante" con el que sedespeja la incgnita de que es l y no FidelCastro quien est gobernando el pas. Entrelas ofertas positivas est el compromiso de

    disminuir las retenciones de transferenciasbancarias hacia los suministradores extran-jeros, unido al propsito de honrar puntual-mente las deudas y no asumir nuevas sin laseguridad de cumplimentar su pago en losplazos pactados; reducir los gastos su-perfluos, respetar como sagrados los planesy el presupuesto, incrementar la productivi-dad y el ahorro, aumentar las exportacionesy reducir las importaciones, y favorecer deforma irreversible la iniciativa privada,expresada en la ampliacin de permisos altrabajo por cuenta propia. Todo esto deber

    ser alcanzado a partir de la introduccingradual y progresiva de cambios estructu-rales y de conceptos en el modelo econmico.

    Entre los cambios a realizar advirti quehabr medidas que, aunque indispensables,sern impopulares, entre las que se encuen-tran la eliminacin del mercado racionadosubvencionado y el desinfle de las abultadasplantillas estatales, ambos aspectos tenidoshasta hace poco como gloriosas conquistasde la Revolucin, que permitan exhibirausencia de diferencias sociales y plenoempleo. "En el futuro existirn subsidios,

    pero no a los productos, sino a las cubanas ycubanos que por una u otra razn losnecesiten".

    Ral Castro repiti una frase de Fidel enla que este confesaba que "entre los muchoserrores que hemos cometido todos, el msimportante error era creer que alguien sabade Socialismo, o que alguien saba de cmose construye el Socialismo", y a continuacindijo que en su modesta opinin la edifica-

    cin de la nueva sociedad era en el ordeneconmico "un trayecto hacia lo ignoto,hacia lo desconocido".

    No es ocioso sealar que estas obser-vaciones crticas del General Presidente nose remiten a los ltimos aos del procesosino al medio siglo en que los hermanosCastro han compartido la cpula del poder.Tampoco es ocioso recordar que a lo largode ese tiempo aquellos que se atrevieron aadvertir algo sobre los errores que secometan eran separados del Partido, des-tituidos de sus cargos, expulsados de sustrabajos y hasta encarcelados, en el caso deque las crticas hubieran sido demasiadocidas. Pero "de ahora en adelante" siguediciendo Ral Castro "no hay que temerle alas discrepancias de criterios", y aunqueadvirti que estas deben ser expresadaspreferiblemente "en el lugar adecuado, en

    el momento oportuno y de forma correcta",admiti que siempre sern ms deseables ala falsa unanimidad basada en la simulaciny el oportunismo, y que eran por lo dems"un derecho del que no se debe privar anadie". Desde luego que no lleg a extendereste derecho a opositores, periodistas inde-pendientes y representantes de la sociedadcivil alternativa, demonizados y tratados demercenarios al servicio del Imperialismo.

    { V/12 }

  • 8/8/2019 voces4

    15/61

    ?Quizs el momento ms dramtico de su

    intervencin fue cuando dijo: "O rectifica-mos o ya se acab el tiempo de seguir bor-deando el precipicio, nos hundimos y hun-diremos, como dijimos con anterioridad, elesfuerzo de generaciones enteras". Ms ade-lante enfatiz que el VI Congreso del Partido

    Comunista, previsto para realizarse en abrilde 2011, sera "por ley de la vida" el ltimode la mayora de los que integran la llamadaGeneracin Histrica, y estaban por eso enla obligacin de "aprovechar el peso de laautoridad moral que poseemos ante el pue-blo para dejar el rumbo trazado y algunasotras cuestiones importantes resueltas".

    Las reacciones ante estas declaracioneshan sido diversas. Aquellos hombres de fe,que siguieron sin protestar la poltica quehoy se reconoce errada, se sienten como elingenuo explorador que se entreg confiado

    a la experiencia de un gua en medio de laselva, como el obediente que deca a los in-conformes "cllense, que el dirigente sabe loque hace" y que ahora descubre que el mapadonde se marcaba con signos indescifrablesel sitio del tesoro era falso y, para colmo,tiene que escuchar a su mentor un comen-tario del tipo "dnde rayos estar el camino?".

    Por su parte, los que vieron a tiempo loserrores y los sealaron, disfrutan la amarga

    y tarda victoria de ver que les estn dandola razn; los que guardaron silencio son des-de luego los que ms aplauden, dispuestossiempre a obedecer, sea cual sea el nuevorumbo que el despistado pastor indique a susovejas. Basta hablar con la gente sencillapara percatarse que hay mucha confusin ydesaliento, aunque puede decirse que pre-valece el desconcierto pues lo nico que senos asegura es que todo lo nuevo que seavecina est destinado a perfeccionar y ac-tualizar el socialismo, no porque haya evi-dencias de que funcionar sino porque laRevolucin no est dispuesta a someterse auna humillante rendicin.

    Alguien pregunt una vez cuntas vecesy en cuntos sitios tena que fracasar el so-cialismo para considerar su inviabilidad co-mo la ms confiable de sus regularidades.Ahora, cuando Ral Castro pide una nueva

    oportunidad para demostrar que s es posi-ble la utopa, se ve obligado a realizar unarepresentacin teatral donde no estamos se-guros de cul es la mscara y cul es elrostro. Ya una vez los cubanos pasamos poruna experiencia similar. En 1959 se dabangarantas de que aquello no tena nada quever con el comunismo, y cuando estuvieroncreadas las condiciones, el 16 de abril de1961, se decret el carcter socialista de laRevolucin. Cincuenta aos despus, en lamisma fecha pero en el 2011, se dar inicioal muchas veces pospuesto VI Congreso del

    Partido Comunista de Cuba, donde quedarnestablecidas las reglas del nuevo modelo.

    Qu sobrevendr?, se preguntan todos,en particular los ms jvenes a quienes RalCastro dedica el 50 aniversario de la conme-moracin, pero que no tienen ningn com-promiso con el rumbo que les dejar trazadola Generacin Histrica, ni con las solu-ciones que proponen hoy los que no tienenninguna oportunidad de sobrevivir al siglo XXI.

    El futuro no podr ser controlado nuncapor los hombres del pasado, por poderososque hayan sido. Pero lamentablemente este

    largusimo presente padecido por tres gene-raciones de cubanos ha sido meticulosa-mente llevado a trmino por la voluntad y elcapricho de un solo hombre, el mismo queahora compra su inocencia a la cuenta de laineptitud de quienes no entendieron nunca"sus preclaras orientaciones", el genio in-comprendido de Fidel Castro, que merecevivir para contemplar el derrumbe final desu obra. { V }

    r e i n a l d o e s co b a r r e i n a l do e s c o b a r r e in a l d o e s c o b ar r e i n a l d o e s

    c o b a r r e i n a ld o e s c o b a r r ei n a l d o e s c o ba r r e i n a l d o es c o b a r r e i n al d o e s c o b a r re i n a l d o e s c ob a r r e i n a l d oe s c o b a r r e i na l d o e s c o b a rr e i n a l d o e s c

    o b a r r e i n a l do e s c o b a r r e in a l d o e s c o b ar r e i n a l d o e s

    { V/13 }

  • 8/8/2019 voces4

    16/61

    75

    Candorosas putas de mi patrialejos, desde esta gigantesca Ciudad, yo las saludoyo las amo en la distanciamuchachas que soaron como yo una vez con el porvenir del oroequitativamente repartido

    Putas masputas fillogas ingenieras mdicas economistas lnguidaslicenciadasque se han vendido a un italiano gordo dueo de un taller de mecnicaa un gastronmico sueco

    a un trailero mexicanoa un canadiense que corta el csped en los jardines ajenosa un espaol especialista en longanizasa un portugus ratero

    Yo las quiero putas masyo las quiero y les canto y soy vuestro defensormuchachasadolescentescuyos padres les dijimos que el hambre jams entrara en vuestro reinopuesto que eraasunto de otras latitudes

    cuyos padres les aseguramosque aquellos que hoy las poseen por cuatro dlareseran miserables sin valor para construir un porvenir ausente del oprobiocuyos padres les aseguramosque cantaramos a las cinco de la tardecada daen las colinas que levantbamos donde habramos de cultivar flautas y guitarras

    Putas de la patria mamuchachas adolescentes licenciadas en proyectos perdidosyo las quieroy las convoco a seguir amando cuando llegue el momento.

    f

    l

    i

    x

    l

    u

    i

    s

    v

    i

    e

    r

    a

    f

    l

    i

    x

    l

    u

    i

    s

    v

    i

    e

    r

    a

    { V/14 }

  • 8/8/2019 voces4

    17/61

    37

    Ya hoy dudo dnde est la patria.Segn las noticias que lleganla patria ma se desmorona como aqueljuguete de madera quede nioapenas pude construir.

    Pero quizs la patria sea el romerillo, la albahaca que sembraba mi abuela,el cocimiento de corteza de naranja que ella preparaba,

    y tambin ser mi amigo Mario Santana (que hoy no s dnde se encuentra,pero que conmigo enterr nuestro perro muerto junto a una caada all enel Barrio, no hace tanto, apenas unos 45 aos, tambinpodra ser la patriala escopeta de municiones que Mario y yo cambiamosa uno que se llamaba Belisario y que nos dio gato por liebre;podra ser la patria la racin de bofetones que le dimos al tal Belisario).

    Es posible que la patria sea aquel silln del que ya uno no puede salirse,esa calle,esas tres lomitas en la sabana,

    los tres embarcaderos sobre aquel ro mugrientoy las negras tetas de la negra Delia alimentndomecuando yo, que era un beb,estaba a punto de morir, segn luego me dijeron.

    No s.

    No s.

    f

    l

    i

    x

    l

    u

    i

    s

    v

    i

    e

    r

    a

    f

    l

    i

    x

    l

    u

    i

    s

    v

    i

    e

    r

    a

    { V/15 }

  • 8/8/2019 voces4

    18/61

    HAY UN pasaje archiconocido de Roland Barthes en el que compara la sexualidad delos japoneses con la de los norteamericanos. La frase asegura que "en Japn lasexualidad est en el sexo y en ningn otro lugar, mientras que en Estados Unidospor el contrario la sexualidad est en todas partes, excepto en el sexo". Pues bien, ala poltica con-tempornea le ocurre algo parecido al sexo de los norte-americanos,segn aquella frase rotunda y generalista escrita por Barthes hace cuarentaaos:est en todos los lugares, menos donde tendra que estar.

    Expandida en el deporte y en los proyectos artsticos, en la ubicuidad de la redy en los conciertos benficos, en los museos y en los archivos, expuesta en laclimatologa y absorbida por las estrategias econmicas. Y, claro, en esas campaasdonde se desgranan, por igual, acusaciones histricas al adversario y falsaspromesas a los electores.

    Lo ms lejos posible de la res publica.La poltica actual en casi todo el arco de colores que la representa es ese

    mbito donde el sustantivo ha dado paso al adjetivo, el futuro ha sido cambiadopor la promesa, el debate por el derribo. Y donde se ha trastocado la vieja mximade Clausewitz: como el simulacro de campo de batalla en que tambin se haconvertido, la poltica es hoy "la continuacin de la guerra por otros medios".

    Bienvenidos, pues, a la Era del Maximalismo. Este tiempo en el que se nosconvoca o eso dicen desde una "poltica esencial". Slo que ese esencialismo

    desde el socialismo del siglo XXI hasta el Tea Party; desde el terrorismo hasta elestalinismo de mercado implantado a escala global no radica en el regreso a lastradiciones (aquellas "sustancias"), sino en despojar a la poltica de sus aristas;podar al discurso de sus dudas. (La gravedad de este deterioro ya fue avisada porLouis Menand hace ms de una dcada en El club de los metafsicos).

    La Era del Maximalismo es la de los fundamentalismos sin fundamento, losapotegmas sin ideologa: la poca, en fin, del reinado de las mximas. (Mientrasms furibundas, ms repetidas. Mientras ms rabiosas ms rabiosamenteaplaudidas!)

    i v n

    d el a

    n u e z

    l a p o l -

    t i c a :

    p a t r -i m o n i o

    d e l a h -

    u m a n i d a d ?

    { V/16 }

  • 8/8/2019 voces4

    19/61

    Ahora, que se aproximan elecciones varias, son muchos los quehablan de votar con la nariz tapada. Esto es: vota a los "tuyos" pesea su ineptitud o corrupcin, su demagogia o inoperancia. Una tristecomplicidad donde la faccin se integra dcilmente en laputrefaccin. Votantes y no votantes, adems de taparse la nariz,podran asimismo taparse los odos. Hay en la ltima dcada algn

    poltico del que merezcan reunirse y, sobre todo, leerse susdiscursos? Se escuchan sugerencias.

    Lo que entiendo por "poltica" no puede concebirse al margen de lo queentiendo por democracia. Mucho me temo, sin embargo, que la ecuacin contrariaempieza a ser practicada por una parte de la ciudadana, que comienza aaparselas para practicar la democracia al margen de la poltica.

    Se trata, claro, de una dimensin de bajo perfil con ms xito en lamovilizacin que en la representacin, despojada de los protocolos habituales dela tribuna, la campaa o la obediencia partidista. Una poltica leve, que consideralo pblico ms all de lo estatal, lo privado ms all de lo meramente individual, losocial ms all de la masificacin. La reactivacin, en fin, de eso que algn da sellam ciudadana, sociedad civil y, en definitiva, la repblica (en el sentidoetimolgico, histrico y pendiente de esta palabra).

    Napolen sola considerar a la poltica como "la forma moderna del destino".Nuestro actual atolladero habla de una ecuacin de la cual el destino ha sidosuprimido (fin de la historia, del autor, de las ideologas, de izquierdas y derechas).Y no hay poltica ms temeraria que aquella que no tiene futuro.

    As las cosas, resulta pertinente preguntarse si no valdra la pena decretar a lapoltica en el clmax de su deterioro como un patrimonio de la cultura; unaherencia a la cual necesitamos "proteger" y "restaurar". Como esas ciudadespatrimoniales reconstruidas de manera que no pueden disimular el atrezo. Unapieza arqueolgica que acudiremos a contemplar formando parte de las manadasde turistas como el vestigio de un antiguo esplendor. { V }

    i

    v

    n

    d

    e

    l

    a

    n

    u

    e

    z

    a

    l a p o l -

    t i c a :

    p a t r -i m o n i o

    d e l a h -u m a n i d a d ?

    l a p o l -

    t i c a :

    p a t r -i m o n i o

    d e l a h -

    u m a n i d a d ?

    l a p o l -

    t i c a :

    p a t r -i m o n i o

    d e l a h -u m a n i d a d ?

    i v n d e l a n u e z

    i v n d e l a n u e z

    { V/17 }

  • 8/8/2019 voces4

    20/61

    ANTE LAS DISMILES y legtimas preocu-paciones que muestra una gran parte dela sociedad con relacin a las medidasque se perfilan en el futuro econmico ysocial cubano, ofrezco mi opinin, pues

    la indiferencia, la incredulidad, as comola indolencia y preocupacin ciudadanasmerecen la atencin de todos.

    Existen dudas en sectores de la po-blacin acerca de la intencin real porparte del gobierno de introducir refor-mas. Es cierto que existe un programapendiente de analizar en el veniderocongreso, que ha sido publicado y queser "discutido y analizado" desde la ba-se, pero la desconfianza acerca de que elmismo redunde en beneficio de la so-ciedad y coadyuve a su solvencia

    econmica y felicidad, corona de escep-ticismo el proyecto antes del parto. Haytantas promesas incumplidas y anunciosde rectificaciones no rectificadas que yala desconfianza se ha enseoreado einstalado en una buena parte de nuestrosconciudadanos!

    Mi experiencia en estos tpicos seenriqueciy reafirm recientemente du-rante un ameno y fructfero intercambio

    con un amplio y heterogneo grupo depersonas. Algunos partieron del espritutriunfalista que pretende infundirle a laalta direccin del pas la valientedecisin de llevar a cabo estas propuestaso lineamientos y de la falta de crtica queexpresa: este es el sistema que hancatalogado de "modelo" y ejemplo aimitar? Si hay que reformarlo es porqueadmiten que no marchaba bien o quesencillamente, no marchaba, lo queimplica un fracaso; pero eso no es lo quehan dicho hasta ahora, sin embargo, esalgo que muchos saben desde hacetiempo.

    Este "modelo de ineficiencia yantidemocracia" ha relegado durantedcadas las necesidades y demandas dela poblacin y ha acercado el odo hacialas necesidades de intereses forneos

    para priorizarlos, desdeando as los delos compatriotas del archipilago. Porqu no hicieron antes las reformas? Porqu ahora s?

    Pasaron ms de dos horas en que nosiempre se mantuvo el tono, muchos seindignaban acerca de si sera otrapublicidad demaggica como aquella dela "rectificacin de errores y tendenciasnegativas" de los 80s, que fue sucedidapor el autobombo del "perfecciona-miento empresarial" que dur hasta elprincipio de este decenio, y que

    pasaron a conformar el amplio y exitoso(para ellos) catlogo de "Los cuentos dela Buena Pipa" que ha caracterizado alfloatingde los dirigentes histricos en elcima inamovible de la "reinvolucin".

    As, en el grupo hubo consenso en loque definimos incuestionable: el recono-cimiento de que el actual modelo fracasy que la actualizacin del mismo queplantea la direccin del pas es un actode sobrevivencia de los que paladean yhan degustado durante medio siglo de lamiel del poder, y no un gesto justiciero

    hacia la sociedad cubana.

    Un breve y leve repaso al pasado

    No olvidamos (no podemos ni debemos)que los tiempos monocromticos dedemaggicas consignas, y la letanamusicalizada y mareante sobre laescalada al "Olimpo de los proletarios",fue el villancico hit-paradede una poca.

    r

    o

    s

    a

    m

    a

    r

    a

    r

    o

    d

    r

    g

    u

    e

    z

    t

    o

    r

    r

    a

    d

    o

    l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l d

    e l p o d e r, l a s r e f o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?

    l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r

    , l a s r e f o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l d

    e l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?

    l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l d

    e l p o d e r, l a s r e f o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?

    l a m i e l d e l p o d e r ,l a s r e f o r m a s ,

    y l a h e r e d a d ?

    { V/18 }

    l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r

    , l a s r e f o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l de l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?l a m i e l d

    e l p o d e r, l a s r e f

    o r m a s , y l a h e r e

    d a d ?

  • 8/8/2019 voces4

    21/61

    Se buscaba el afianzamiento en el podery era necesario deslumbrar a los pobreslos msenfrentndolos "a los oligarcasexplotadores" o propietarios de lati-fundios, monopolios, consorcios y hastapequeos negocios que eran y sonminora en las sociedades, para enviarel mensaje al mundo de una revolucinpopular. Por ello, hasta una alegorapotica era vista como sospechosa mani-festacin de debilidad burguesa enmomentos de remango, pesca sin caa y"socialismo con pachanga". Pensar dife-rente quedaba prohibido por decreto.

    Siempre me he preguntado por qunos entregamos a filo a un patrn quepersegua a los poetas con prosa ymetforas independientes, y enviaba a"los potros de brbaros atilas a cazarlos.Si Csar Vallejo y Roque Dalton

    estuvieran materializados, quizs hubie-ran sido ms honestos al reconocerseerrados y observar cmo el comunismo(lase capitalismo de estado; siempremetamorfosea igual) ha demostrado ser"una aspirina del tamao de unaaspirina!" Nada espectacular.

    Por ello el invento ideolgico cubanoni se acerc a lo que alegaba era supropsito inicial ms elevado y huma-nista. El caudillismo fue la estratagemapara inyectar de leyes prohibitivas lasarterias de la sociedad con el centrali-

    zador y nauseabundo propsito desometerla. A golpe de teque rosa y ltigorojo manipularon a los trabajadores ydesempinando la nariz, vestan unacamisa de mangas cortas y tomaban elascensor de la demagogia para "bajar" alproletariado y palpar la "participacincvica" en el proceso. Cul participacin?La originada desde una percepcinesclavizante: trabaja para m sin dere-chos ni demandas!

    Con frases precocidas al carbn de lapicarda, han mantenido un discurso de

    concurso, y no de participacin, sino deventajas generalmente para ellos, nopara la comunidad nacional. De esaforma les usurparon todas las conquistasque haban obtenido frente a sus antiguospatronos capitalistas y hoy les escu-chamos afirmar, con desfachatez, que laclase obrera las cedi por formar partedel actual gobierno del pueblo.

    Parece que la lite regente (oburguesa dirigente acaso?) tiene su visincon la que interpretan la realidad cubanay un idioma glosolalia de Pentecos-ts? diferente del resto de la sociedad,pues hace aos que se comunican con unlenguaje que pocos parecen entender. Niqu decir de la plusvala que hace ms demedio siglo le han quitado a la masatrabajadora nacional!

    El pasado ms reciente

    Una (h)ojeada recordatoria nos lleva dela mano de comentarios que no siempreson gratos aunque necesarios parapartir de la honestidad de hacer unanlisis lo ms certero posible sobrequines somos y qu hemos alcanzadodespus de varias dcadas de sacrificio.Es una mirada crtico-constructiva, esbo-zada desde la lectura realista u honesta,

    pero con sentimientos nuevos, priorizan-do siempre que el espritu que debeanimarnos es la solucin y no la polucinde los problemas. As nos llegan algunoscuestionamientos que son vlidos reflejaraqu.

    Todos hemos sido sorprendidos einesperados testigos de los comentarioscrticos de parte de rectores del gobiernohacia la poblacin. Resulta que ahora"somos pichones con el pico abiertoesperando a que nos traigan la comida".Pero, Dios mo, de dnde sali esta

    concepcin? En dnde viven losgobernantes? No fueron ellos los que lequitaron (nacionalizaron) el puesto defritas a Pepe, la zapatera a Pancho, lasherramientas de fontanera (plomera) aJuan, y la lavandera a Kung-fu (en losaos anteriores a 1959 los pequeosnegocios de lavandera y tintorera en LaHabana estaban mayoritariamente en

    { V/19 }

  • 8/8/2019 voces4

    22/61

    manos de los chinos establecidos enCuba)?

    La lista de ejemplos pudiera tener ellargo de cincuenta aos de indefensin.Comenzaron por los grandes propietarios,acusndolos de monopolio, y terminaroncon el cubano sencillo que venda churrosempujando un modesto carrito de fritascon su fuerza de voluntad. Es que porentonces se persegua someter al ciuda-dano con el nada loable propsito dehacerlo un sbdito dependiente eco-nmicamente del Estado. Ese ha sido yes, hasta hoy, aunque lo hayan disfrazadode paternalismo, un hegemnico empeode dominacin y supeditacin que en estaera digital queda rezagado y condenadopor el pragmatismo de la globalizacin,los libertarios clics de la internet, y losavances tecnolgicos en general.

    Pudiera pensarse entonces que elprecio por haber elevado el nivel deinstruccin de la sociedad, o haberla"compulsado a pensar", es que se debehacer solamente en aquello que convienea las instituciones del Estado, siemprecon la patritica, democrtica ydesinteresada intencin de la permanen-cia en el poder de los lderes histricos.

    Reinvolucin dentro de la Revolucin:la hora presente

    Pasan las dcadas y Cuba parece una fotoque envejece; los dirigentes del Estadotambin, pero la forma de imponernormas y aplicar disciplina permanecentan coercitivas y vigorosas como antao.Los cubanos mordemos pequeos ribetesde libertad gracias al desarrollo, la mo-dernidad, a las demandas siemprecrecientes de la sociedad y a su interac-cin con personas o grupos de otros

    pases, no a la voluntad estatal. Es unpequeo margen ganado a contrapelo delas autoridades, y esto ha inducido alEstado a un reanlisis y reenfoque de lascircunstancias actuales en pro de "man-tener todo lo que debe ser mantenido"para no poner en peligro a la Revolucin.O sea, su status.

    De esa forma nos imponen susreformas. El hecho del estancamientopoltico, econmico y social adonde hanllevado a Cuba, en comparacin con elritmo y nivel social internacionales(modernidad), supone per se una involu-cin. Muchas veces tenemos la sensacinde que el resto del mundo se mueve otraslada en un Jet, y nosotros a pie. Y esque hace mucho tiempo se debieronhaber tomado medidas, pero la tozudezgubernamental y el temor a la prdida de

    control, o la contradiccin con lo que hanpropugnado hasta ahora, fundamental-mente sumados a la ineptitud e indolen-cia, al igual que la ineficiencia einviabilidad del modelo, han estiradotanto la liga que est a punto de partirse.

    De cualquier forma, la falta deautocrtica por parte de la direccin delpas acerca de que el modelo actualfracas es la tpica rbrica de sudecursar, por lo que no debiera indignara todos los que seguido sus trazasaccionantes y discursivas durante ms de

    diez lustros.La intocabilidad gubernativa, con sus

    malas polticas en casi todos los rubros,as como las aplicaciones de las mismas,han demostrado la caducidad del prototi-po ideolgico que defienden. Quinesson los responsables del descalabroeconmico y social en nuestro hogarnacional? La confeccin del "Proyecto deLineamientos de la Poltica Econmica ySocial" (documento fechado el 1 denoviembre de 2010 y elaborado para serdiscutido en el VI Congreso del Partido

    Comunista de Cuba, que se celebrar enel venidero abril) es una muestra ms dela arrogancia que caracteriza a ladirectiva del gobierno: Por qu introdu-cen reformas ahora y no hace uno o dosdecenios atrs? Las directivas que ahoraestn en manos de muchos fueron redac-tadas por una lite comprometida con losdirigentes (o por ellos mismos) que son, afin de sntesis, los autores de la crisis

    { V/20 }

  • 8/8/2019 voces4

    23/61

    actual. Por supuesto que apoyamos cual-quier intento de cambiar lo que obstacu-lice o frene el desarrollo y bienestar de lasociedad y su desenvolvimiento en elcontexto nacional, pero la mentalidadautoritaria y controladora de los cabe-cillas del gobierno coarta el buendesempeo de cualquier tentativa dereales reformas, que seran las que hayque introducir ahora mismo en la so-ciedad actual. A eso hay que sumarle queno proponen reformas sustanciales, yaque obviaron asuntos medulares para lasociedad como los derechos humanos y lalibertad de expresin y asociacin, queson, desde mi punto de vista, la pilastrasobre la que se sustenta cualquier pro-puesta de reforma para que sea verda-dera y no un carrusel de feria ideologi-zante para ellos continuar ganando

    tiempo.No son tiempos de paos tibios y hay

    que reformar "todo lo que debe serreformado" para permitirle a los cubanosque edifiquen con libertad sus propiossueos, que no sern perfectos perosern la posibilidad de disfrutar de todolo que nos ha sido arrebatado so pretextode una ideologa.

    Tambin el derecho a la propiedaddebe ser tratado sin prejuicios ni pseudo-paternalismos. Se debe permitir la parti-cipacin de los cubanos del patio en los

    procesos inversionistas, algo de lo quehemos sido excluidos hasta hoy. En fin,ha sido tan larga la permanencia en elpoder, y el cmulo de problemas acumu-lados es tan elevado, que amerita cam-bios en lugar de reformas, y no nica-mente en lo econmico y social, comopropone la direccin del gobierno, sinointegrales. El modelo es inactualizable ylleva muchos aos sustentado a fuerza decontrol y de la obediencia debida.

    Vuelvo a recordar cmo en elproductivo intercambio que tuve con el

    grupo en que interactuaba, hubo consen-so con relacin a que siempre se hapriorizado el mantenimiento del sistemasin importar el coste humano ni econ-mico. Entonces, dnde est el humanis-mo del que blasonan? Por qu obligar aesta sociedad a sufrir y a resistir en lugarde reconocer los derechos de losciudadanos? Nos dieron educacin y saludpblica gratuitas (hoy tambin en crisis),

    y result ser una condicin sine qua nonque en la modernidad resulta unaextorsinpara desconocernos los demsderechos.

    Vale destacar en este punto cmoan se est trabajando en la instalacinde un cable de fibra ptica desdeVenezuela para el acceso a internet porbanda ancha, y desde ya han afirmadoque ser "para uso social" (el cualdeterminan ellos, claro est). Y aquapuntamos como otra clave para el de-sarrollo el libre acceso a la informacin atravs de la mega-red que son internet yotras autopistas tecnolgicas, as como loineludible que resulta para el avance ysano desempeo de la civilidad social laliberalizacin o despenalizacin de lasmismas.

    Alguien entonces acot que parece

    que la pretensin del mando de gobiernoha sido el que los capitalistas le subven-cionen sus planes para hacer la revolu-cin contra ellos. Si quieren financia-miento capitalista, que es algo que pidenpblicamente, por qu perseverar en elsistema socialista?

    Volvimos entonces mis amigos y yo alo que pensamos que es la encrucijadaque siempre han querido eludir los diri-gentes histricos cubanos, pues impli-cara democracia y, por tanto, alternan-cia en el poder. Por ello concluimos que

    ese punto tambin es medular y atenta-tivo contra el desarrollo.

    A los que esperan que los linea-mientos sean la medicina para curar losproblemas del fracasado modelo cubano,les recomiendo fijarse en la etiqueta pa-ra que lean que ha caducado antes de suaplicacin. Aun as reafirmamos que espositivo el escenario de debate que ge-nera desde ya y las expectativas quesiembra en los cubanos de Cuba. Creemosque es posible que su puesta en prcticaproduzca nuevos y mejores retos que

    conciten otras nuevas medidas que coad-yuven a la necesaria e inevitable demo-cratizacin de la sociedad. La famosateora de la vuelta de tuerca{ V }

    { V/21 }

  • 8/8/2019 voces4

    24/61

    1...

    HABA ENTRADO sin visa a Puerto Plata, como parte delcontingente audaz que desde que el mundo era mundodesandaba el mundo ejerciendo, o intentando ejercer, suvoluntad de poder (hacer). Para cualquier ciudadanocomn de cualquier pas comn la entrada a RepblicaDominicana no hubiera requerido visado, pero l eracubano. Una especie prohibida, que aun con residencia enEuropa se vea obligada a pasar por el aro del burocratismobananero.

    En Madrid, desde Santo Domingo, los dominicanos lenegaron la visa y, luego del asombro subsecuente, habahecho presa de l la tristeza. Una suerte de escepticismo

    pespunteado por el rencor. Tiempo despus cierto amigocomn suyo y de Norah le record, teatralmente, quemientras ms bajo alguien cae ms lo pisan los de abajo...para estar un poco ms arriba. Una versin libre del viejoproverbio: No hay peor astilla que la del mismo palo.

    No obstante, ya en Puerto Plata los propiosdominicanos no se ponan de acuerdo en cuanto a lanecesidad de un visado para entrar al pas, y en eseenclave turstico la normativa era olmpicamenteignorada, el entorno y su gente despejaron los nubarronesdel episodio. Apareca ante l una versin algo msrasante, pero tambin ms fresca, ms light en suoptimismo, de la Cuba rural. Sin duda, el paquete Todo

    Incluido acrecentaba esa percepcin, en cuya gnesiscoincidan el consumidor liberado y el extranjero con msde cuatro aos de permanencia en Europa. Tres hoteles enuno, y una consumicin a todo trapo. Ms no se podapedir.

    Una vez, mientras almorzaban, una camarera habacomenzado a barrer alrededor de la mesa que compartacon Norah. Ocasionalmente la escoba roz, o estuvo apunto de rozar, sus pies. Pero fue la insistencia de lamirada de la mujer sobre su comida, lo que le distrajo.Adopt, como velada forma de protesta, una posturaensimismada. Dej de comer lo que antes apenas si habaprobado. Abandon cuchillo y tenedor sobre el plato.

    Esper.Ms all los baistas evolucionaban bajo un solincesante, y el mar rompa calladamente contra loscocoteros. La camarera se acerc todava ms. l asumiuna expresin an ms dubitativa. "Mijo, est malo elmen de hoy?", pregunt la mujer con legtimapreocupacin y un tono que le record vagamente losconsejos de su difunta abuela. "Porque aqu hay otrosrestaurantes, mijo, hasta cafeteras hay. Uno no puededejar de alimentarse".

    e n p u e r t o p l a t a , s i n v i s a

    a

    r

    m

    a

    n

    d

    o

    a

    e

    l

    a

    a

    r

    m

    a

    n

    d

    o

    a

    e

    l

    a

    a

    r

    m

    a

    n

    d

    o

    a

    e

    l

    a

    a

    r

    m

    a

    n

    d

    o

    a

    e

    l

    a

    enpuertoplata,sinvisa

    { V/22 }

  • 8/8/2019 voces4

    25/61

    Otra vez, cuandodegustaban unos coctelesa la sombra de laparrillada, las caraslargas, reconcentradas, unanimador les propuso norecordaba muy bien quclase de divertimento.Dijeron que no, que deninguna manera, yenseguida el muchachoquiso saber de dndeeran. Reiteraron susrespectivas nacionalidadesciertamente, lacondicin anglo-germano-norteamericana de Norahllamaba la atencin, y susojos, tan despejados comoel cielo dominicano, y la

    brevedad de sus senos, yel delicado delineado desu cuerpo, y su metro 78de estatura y elanimador sac pecho yaen medio de todo undiscurso: "En la vida nohay problemas asegurextendiendo mucho lacara y ladeando el torsohacia ellos, haypreocupaciones. Elproblema somos

    nosotros, que nosllenamos depreocupa-ciones.La vidaesunasolayhayquevi-virla".

    2...

    Semanas despus, ya en Madrid, volvi sobre lasafirmaciones del animador. Sin embargo, en laactualizacin de su memoria las palabras de ste enviaban,perfectamente racionalizado, un mensaje mucho msrelevante, ms explcito y sugerente que el que l captaraen Puerto Plata, y quera sacarle lasca. Se sent a escribiry alcanz a componer un artculo humeante, vertiginoso,que nunca logr publicar. Que nadie quiso, o se atrevi, apublicarle. Luego advertira cierta crudeza en su anlisis,un aroma polticamente incorrecto que desde cualquiernariz que se le respirara subverta el tono distendido, casijocoso a que aspiraba el trabajo. Supuso que dndolealguna vuelta meramente formal poda remediarlo. Perotampoco era para tanto.

    El animador se llamaba Dionisio, tendra unos 30 aos yera delgado y anguloso, a la punzante manera de uncerncalo: una pequea ave rapaz intentando sabotear ladensidad de aquellos "currantes europeos", cuya actitud

    tena tantos puntos en comn con la tensin del conejo quese asoma a la sabana, imaginando la arremetida deldepredador.

    A Norah le haba llamado la atencin su perspicacia, lapose ligeramente pedaggica con que los sermoneaba,como quien alecciona a discpulos de mucha disposicin ypoco juicio. Porque la de Dionisio no era una forma ms omenos intrincada de holgazanera tampoco obedeca aacercamientos de ndole oportunista, sino una filosofaasumida como principio, algo cocinado intelectualmente.No pretenda justificarse a s mismo, sino a toda unacultura. Una cultura que se regodeaba en la contemplaciny asuma, a ratos conscientemente, las limitaciones de su

    naturaleza epicrea.La reflexin del animador estaba asociada a dosnociones bsicas, aunque slo favoreciera la segunda:

    Las de hacer y estar. Dionisio pensaba una cosa y ltambin, aunque desde distintos puntos de vista y

    gracias a aproximaciones no tan aproximadas. lpensaba, y as lo haba deslizado en el artculo,que aun en el epicentro de su pobreza que,por otra parte, le pareca relativa, habiendonacido y crecido l mismo en una isla tancercana y empobrecida aquella gente parecafeliz. Estaba feliz. Y pensndolo reproduca la

    condescendencia de algunos observadores

    primermundistas en virtud de la cual aquella gentese mereca lo que tena, su condicin no poda evaluar-se de acuerdo a cnones o percepciones almidonadas, otracultura demandaba otra visin, una mirada tolerante, me-nos inquisidora o paternalista, sensible a la diferencia. Unamirada diferente para una cultura diferente.

    { V/23 }

  • 8/8/2019 voces4

    26/61

    Desde la gravedad desu exilio europeo,asomado luego de ms decuatro aos a la festivapromiscuidad delsubdesarrollo, aquellamirada comenzaba a serlefamiliar. Comenzaba amirar con aquella mirada,

    mirando desde el PrimerMundo al Tercero, desdeel Norte en trnsito al Surestacionado, desde elhacer al estar. Por msvueltas que se le dieraaquella gente estaba, nohaca. Y para tomar unavin haba que hacer,para casarse all treshoteles en uno, TodoIncluido haba quehacer, para salir de all

    definitivamente parareconstruir toda una vidafuera de la parcela dondefuera levantada ladrillito aladrillito y en la cualdispona de suficientesubsuelo para hundirsehasta los cimientos habamuchsimo que hacer...Pero aquella gente estaba.

    Gozaba la vida. Lo dems no era, al menos en primerainstancia, demasiado relevante. Que la gozaran.

    La gozaban tanto que el juez que lo cas con Norahflirteaba copiosamente por su mvil, mientras verificabasus documentos, con una alemana a quien meses atrshaba unido en matrimonio con un compatriota suyo. Era ellicenciado Crescencio Linares de la Rosa, Oficial de EstadoCivil de la Primera Circunscripcin de Puerto Plata, unnegro enorme y entusiasta que no dejaba de llevarse pordelante cualquier atisbo de apocamiento o malhumor.

    Dijo que la teutona se lament amargamente, a puntode casarse y del brazo de su inminente marido, de no haberconocido antes a tan apetitoso jurista. Una nuevaoportunidad perdida, concluy al tiempo que sobaba, asalvo del encuadre de la fotgrafa, las nalgas de suasistenta. Qu desperdicio. Qu manera de perder la gentelos papeles. La vida con visa o sin ella, hubiera aadidol es una sola.

    Entonces, frente a las gafas negras como la muerte deljuez, record el estribillo del hit de Juan Luis Guerra y La440. Paradjicamente, buscaban visa para un sueo. Elsueo del American Way of Life. Ellos, los dominicanos.Norah sonrea a la cmara. Ellos, que le haban negado visaa un sueo tan elemental. { V }

    { V/24 }

  • 8/8/2019 voces4

    27/61

    LLEGADA DE Pakistn,destino Londres parahacer la sangre makea blood. Like people,like poor. El giro deMIA me esperaba alotro lado del puente.Houston, primer des-tino like people, likepoor, MIA, llegada dePakistn, siempre ten-dremos un tnel queatravesar, siempre lasangre. De Pakistn lle-ga tambin alguna de laropa colgada en nues-tro ropero, Plaza Mon-roe, madrugada en queya estoy del otro lado yManhattan se apaga

    porque se harta decada presencia recono-cible. Manhattan likespeople; aeropuerto de

    Houston en donde hesido seleccionada,

    Miss, solo una ruti-na, djeme que

    vea sus bolsillos, estirelas manos, haga de sucuerpo una cruz deborevisar cada centmetrosuyo, solo una rutina,

    deje all sus pertenen-cias. Qu me perteneceexactamente, me pre-gunta el oficial de Inmi-gracin, mexicano, es-pecialista en derechoshumanos, dice. Ustedquiere pasar el puentey aqu estoy para prohi-birlo, regresarla, sernada, nunca ms saldrde su pas. Cul era mipas, cul mi frontera.

    Quiere refugio poltico,dice. Niego, solo traba-jo con el tema de lasfronteras, mujeres yfronteras; pertenezco acierta universidad,cierto rasgo de verdadque queda deshecho enun segundo. Miente,dice.

    m

    a

    b

    e

    l

    c

    u

    e

    s

    t

    a

    m

    a

    b

    e

    l

    c

    u

    e

    s

    t

    a

    m

    a

    b

    e

    l

    c

    u

    e

    s

    t

    a

    e

    n

    l

    a

    o

    f

    i

    c

    i

    n

    a

    e

    n

    l

    a

    o

    f

    i

    c

    i

    n

    a

    { V/25 }

  • 8/8/2019 voces4

    28/61

    Miento, s. Insisto en demostrar la verdad que lo es amedias. Muestro certificados, cartas, realidades que sediluyen a la entrada del puente que debo pasar Llegada dePakistn, estrecho de La Mancha, probablemente MIAtambin haya mentido. Its ok, forget me. Forget me, pidoal oficial que insulta, que mete sus dedos, meticulosos alinterior de cada una de mis agendas, telfonos, postales,certificaciones de las que se burla. Quiere pasar, insiste,quin es esta mujer, pregunta. La que firma las postales, eltelfono que se repite. Quin es, cunto puede ofrecernosno llore ms, seorita, ya est usted en los Estados Unidos;no llore, pasa su mano por mi cabeza despeinada traebrujera? Niego el collar? El collar no, es solo unacompilacin de piedras, sin valor tiene usted derecho ahacer silencio y debe recordar, todo lo que diga puede serusado en su contra. Debo recordar.

    Qu tenemos a favor? Cul es el puente? Ese, madre,perdone que la llame madre es un modo mexicano dedecir y quin la espera al otro lado? Cunto puedeofrecernos? Nada que ofrecer, seor, nada que no sea yo

    misma, una ofrenda de m es cuanto tendra la regresar yser nada nadie.

    MIA, al otro lado del Estrecho de la Mancha era lo mismoque yo en Matamoros matar a los moros, esa s que resultauna irona, los moros han decidido que no los matan ms,que ya fue la hora de la Reconquista cinco siglos atrstodo al mismo tiempo, fuera los moros, arriba la Amricadnde queda Amrica, seor I like people, no blood, sifuera posible he sido muerta en Pakistn, en Irak, enVietnam, Sarajevo tantas veces en La Habana, muertapero en Matamoros viven pobres a los que no ver el rostroestoy dentro de una oficina en la que solo hay buitres. Denada ha valido la advertencia de nada buitres que

    sorbern mi sangre deliciosa sangre de los que recibenparole, ley de ajuste cubano, sangre que ser sangre dealien por un ao alien quiere decir extranjero, pero enrealidad quiere decir Alien, filme de la tanda del domingocuando tengo seis aos y solo estoy esperando a que mimadre venga a recogerme despus de que algn amante ladeje tan abandonada como estoy en esta oficina. Alien, seisaos tengo cuando veo el filme y no s an que ser lomismo a uno y otro lado del puente. Sospecha pura. Y mimadre que no llega.

    Es entonces que salgo a buscarla, salto cercos, desafobuitres que rondan mi sangre. Una madre que busco cadanoche ropa de Pakistn en el ropero los pechos

    dispuestos para m t vienes de otro tiempo, dice vienesde un tiempo en que te he condenado a muerte dentro deuna pared sonro y palpo sus pechos, llenos sus pechosahora que estoy para beberlos quiero los pechos de mimadre, debo decir al oficial de la Inmigracin mexicanaquiero ser el alien, reconocerme solo en el segundo en elque temblamos porque la leche que hay en ellos consiguellenar mi estmago I like people soy el alien en todaspartes menos en ese sitio en que mi madre abre su pijama yofrece debo decir al oficial que esa es la razn de la

    cruzada en Matamorosno matar, ser lamuerta que soloencontrar sosiego enese cuerpo queespera invertir elrumbo de la muerte.

    Llegar decualquier parte, jurarcomo MIA, har lasangre queriendopobres que vengan a mcomo flores encuaresma ser laabanderada de unamultitud que seguir mipaso ennoblecido en lamemoria sospecharny amarn mi cuerpotodos los que esperan

    cruzar al fin con lacerteza de que en cadatnel estar rehaciendola morada. Pakistn sinLondres, Matamoros sinMatanzas Manhattanapagada donde medispongo a desaparecerpara siempre todovestigio de mipasaporte en su rojizacoloracin

    Todo suceder

    mientras oficialestecleen sin cesar minombre en losordenadores en dondequedarn mis dedosinscritos, huellas porlas que ser reconoci-da todo suceder enla hora en que ya nadiepueda comprender elacento inteligible conque balbuceo no minombre, que no existe,

    sino alguna palabra conque querr ser recono-cida, filantrpico oficioque no digo en voz al-ta, no vaya a ser usadoen mi contra. { V }

    { V/