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VOCES BIBLIOTECARIAS, RECORRIDOS LECTORES CENDIE

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documento técnicopedagógico-bibliotecológico destinado a profundizar el diálogo con y entre los colegas bibliotecariosescolares. CENDIE, Dirección General de Cultura y Educación.

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VOCES BIBLIOTECARIAS, RECORRIDOS LECTORESCENDIECONTENIDO Presentacin ......................................................................................................................... Introduccin ..........................................................................................................................Captulos en el recorrido: infancia, adolescencia y adultez ........................................... Los libros ............................................................................................................................... Los libros, esos objetos que contienen historias Los lugares y los momentos ............................................................................................... Historias que atrapan, lugares que cobijan Los mediadores .................................................................................................................... El encuentro con otros La biblioteca como lugar ..................................................................................................... Bibliotecas escolares, bibliotecas de pueblo, bibliotecas pblicas... Las bibliotecas constituyen el lugar Consideraciones fnales ....................................................................................................... Bibliografa ............................................................................................................................ 2014, Direccin General de Cultura y EducacinSubsecretara de Educacin. Calle 13 entre 56 y 57 (1900) La Plata. Provincia de Buenos AiresDireccin Provincial de PlaneamientoDireccin de Contenidos Educativos | Edicin Lic. Leandro Bonavita | Diseo Ariel TancrediEjemplar de distribucin gratuita. Prohibida su venta. Hecho el depsito que marca la Ley N [email protected] 7 7 9 11 14 15 16 17Direccin General de Cultura y EducacinVocesbibliotecarias,recorridoslectores:guaterico-prctica;coordinado porRaquelBassarotto.-1aed.-LaPlata:DireccinGeneraldeCulturay Educacin de la Provincia de Buenos Aires, 2014.E-Book.ISBN 978-987-676-076-81. Documentacin. 2.Informacin. 3.Bibliotecas. I. Bassarotto, Raquel, coord. CDD 025CENDIE|3Voces BibliotecariasPRESENTACINElCentrodeDocumentacineInformacinEducativa(Cendie),dependientedelaDireccinProvincial dePlaneamiento,presentaconVocesbibliotecarias,recorridoslectoresunnuevodocumentotcnico-pedaggico-bibliotecolgicodestinadoaprofundizareldilogoconyentreloscolegasbibliotecarios escolares.Estosdocumentos,elaboradosporelequipotcnicopedaggicodelDepartamentode DocumentacinreaCapacitacin,intentarnacompaarlatareacomplejaydesafantedel bibliotecario en su interaccin con los alumnos, los docentes y la comunidad.Abrir puertas, derribar muros, facilitar, mediar y compartir la informacin para producir y ayudar a que otros se apropien y produzcan nuevos conocimientos es un reto que se agudiza en este siglo XXI. En este sentido,creemosqueellugardelasbibliotecasescolaresenlasinstitucioneseducativasyelroldel bibliotecario en tanto gestor comunicacional y cultural amerita un tiempo de refexin. Cmoseconstituyenenlectoreslosbibliotecarios?Culesfueronsusrecorridos?Quhistoriaslos atravesaron e hicieron que en un momento hayan elegido ser bibliotecarios? Al leer las historias en primera personademuchoscolegas,ellectordeestedocumentoquizencuentreunavoz,unahistoria,una escena parecida, o bien, evoque y le permita reconfgurar, hasta resignifcar, la propia eleccin profesional realizada.En este sentido leer, compartir voces propias y ajenas, experiencias, recuperar escenas de lectura puede ser una buena excusa para redefnir tareas, priorizar acciones y disear nuevas estrategias. Este documento pedaggico surgido a partir de la capacitacin La biblioteca como centro de recursos de aprendizajes (CREA): el nuevo lector 1 intenta acompaar el constante proceso de refexin que como bibliotecariossehaceentornoalamediacinbibliotecariaenlaescuela,lasdiferentesconcepciones respecto a la lectura en sus mltiples y variados aspectos y soportes, adems de propiciar un reencuentro con las propias prcticas lectoras, es decir pensarse a s mismo tanto lector como en el rol de mediador. Para ello se ha focalizado en las biografas lectoras de algunos de los bibliotecarios, quienes compartieron sus experiencias.1Mdulos elaborados por el equipo de capacitacin del Departamento de Documentacin: Bib. Mnica Rosso y Esp.Gabriela Purvis. Tambin responsables de la produccin de este material. 4|DGCyE | SSEConsideramos que el trabajo con las biografas, el desandar el propio recorrido, abre ejes para repensar la lectura como objeto de estudio, a la vez que posibilita refexionar sobre la tarea cotidiana y la forma de resignifcar el trabajo de mediacin en la formacin de otros lectores. La importancia de las biografas lectoras, adems, reside enelintento valioso demirar demanera sistemticalaspropias prcticas de lectura y las que llevan a cabo con otros como mediadores; en suma, pensar la prctica desde la propia historia.Nunca sabremos bien cmo llega una persona a hacerse lectora, hay tantos caminos y recorridos posibles como lectores. Se pueden aventurar muchos motivos sobre por qu leer y cada quien tendr el suyo. El sentido no es algo que est dado, no es algo que est all esperando, se construye de mltiples maneras y a l se llega por diversos atajos (Petit, 2008).Cuando surgi la idea del curso La biblioteca como centro de recursos de aprendizajes (CREA): el nuevo lector quisimos abrir un espacio para la refexin, pensar el lugar de las bibliotecas y en particular de las bibliotecas escolares y los bibliotecarios en el nuevo contexto de poca.2 La propuesta fue pensar lasbibliotecas()desdedosdimensiones:comounlugarcargadodesignifcacinencuantolugarde encuentro()ytambincomolugarqueseresignifcaenlaescuelacomouncentroderecursospara laenseanzayelaprendizaje(CREA)comounelementoms,perodesumaimportancia,enlacultura escolar, promoviendo de esta manera el fortalecimiento de las bibliotecas en las escuelas (DGCyE, 2010).3 Deestamanerapropiciamosenunamiradadelargaduracinunrecorridoporlahistoriadellibro, lasbibliotecasylalectura,desdelastablasdearcillasumerias,depasoporelcdicehastaeltexto en pantalla actual (el hipertexto) en un intento por rastrear transformaciones, rupturas y continuidades en los modos de leer que ayudarn a pensar y situar en perspectiva las mutaciones que atraviesan las prcticas de lectura y escritura en la actualidad. En este camino abrimos tambin un espacio (mdulo) exclusivamente dedicado a pensar los propios recorridos lectores, las biografas lectoras (DGCyE, 2010). Es preciso indicar que, como mediadores, el ejercicio de pensarse a s mismo como lector es insoslayable. Los relatos que nos llegaron fueron sorprendentes. Transitar este momento en el curso fue para nosotras una de las experiencias ms enriquecedoras: oblig a otro ritmo de trabajo, una nueva temporalidad ese tiempo lento de la lectura, el de meterse en una historia, la del otro, en este caso la de los bibliotecarios capacitadores, la de leer y escuchar al otro, porque la lectura, como se sabe, es ese tiempo dentro del tiempo, y eso sucedi.En ese sentido, rescatamos para este trabajo algunos de los recuerdos presentes con las imgenes de la actividad que inici el curso (La biblioteca como centro de recursos de aprendizajes CREA: el nuevo lector). Se trat de la tarea denominada El hilo de la memoria, a partir de la cual propusimos a cada uno ubicarse en una larga temporalidad como lectores, ingresar en el laberinto de la memoria, intentar recuperar sensaciones, palabras y momentos (se utiliz para ello una serie de imgenes: portafolio, libro de lectura escolar, mquina de escribir, e-book, entre otras). Laideaeraelegirunadeellasy,deacuerdoadistintaspreguntas,tirardelhilodesumemoria. 2 La irrupcin y expansin de las tecnologas de la informacin y la comunicacin en sus mltiples manifestaciones () Internet, telefona mvil, dispositivos multimedia, televisin digital, agendas electrnicas, etc. han invadido el ocio, el hogar, lo laboral, la vida cotidiana de tal forma que estn provocando una mutacin radical, casi revolucionaria, en las formas de produccin, difusin y consumo de la informacin, el conocimiento y la cultura (rea Moreira y Ortiz Cruz, 2010).3Se habla de la biblioteca como lugar de encuentro tanto en el sentido material como simblico, espacio y lugar que permite el encuentro con otros y con uno mismo.CENDIE|5Voces BibliotecariasAlgunos de esos interrogantes fueron: la imagen elegida est unida a su niez, adolescencia, o bien, es cercana en el tiempo? Pueden rememorar sensaciones relacionadas a ese objeto o situacin? Cules? Expectativa,temor,alegra,maravilla,aburrimiento?Porquintuyenqueeligieronunaimagenyno otra? Traten de contar el momento de su vida, la experiencia signifcativa o la simple relacin que tienen con el objeto representado. Recuerdos de la infancia, de la adolescencia, familiares, personales, de objetos queridos que se crean quizs olvidados, todas esas cuestiones salieron con fuerza a la luz a partir de la actividad. Incluso llev a revisar nuestras propias biografas lectoras. A continuacin se desarrollan algunos fragmentos de esos recorridos.Tamborcito de Tacuar relata las acciones del valiente nio que supo conducir a los soldados del general Manuel Belgrano, en el combate de Tacuar (Paraguay).En el hilo de la memoria lo que me impact fue el cuaderno del Tamborcito de Tacuar ya que no lo haba vuelto a ver, los libros de la Coleccin Billiken (le y rele Papaito piernas largas) y en la biografa lectora losrelatosoralesdemipap,lleyendo,luegodeldurotrabajoenelcampo,totalmenteaislado,las novelas por entregas semanales que lea mi mam, las peleas por quien lea primero las historietas, mi maestra de tercero, que como amiga de la familia unos aos despus me prestaba libros de grandes y mi trabajo en la biblioteca de la escuela primaria primero y como ayudante en la pblica mientras cursaba el secundario (Mnica Rosso). 6|DGCyE | SSEElrojodelatapadeaqueldiccionarioLarousseelfamosoPequeoLarousseilustrado,cualidad sta de su tamao que tantas bromas noshahechohacer dechicas con mihermana cada vezquelo agarrbamos me invita a tirar del hilo () es como si ese diccionario que veo fuese el mo, el Larousse demistardesynochesdedeberes(antesdelacena,recuerdoprecisamenteextendernoshastaesa hora por el ruido de ollas, el olor de comidas a medio preparar de mi abuela) () tal la identifcacin que me produce esa imagen. Me veo sentada en la punta de la mesa, mi hermana enfrente mo con hojas, carpetas y manuales abiertos por igual () y el diccionario. Me gustaba de por si buscar en l, senta que haca algo importante y ms aun sentir mis dedos hundirse en esos huecos de papel que contena una letra cada uno. Para hacer los deberes tenamos un mantel de un rojo desgastado que mi mam ya no usaba, que por supuesto era el mantel de hacer los deberes (es increble como una frase tan coloquial paraalgunospuedecargarsedetantosignifcadoparaotros)()Ponganelmantel,decamimam, para que la mesa no se raye. Pero terminbamos rayando el mantel, escribiendo en el mantel, haciendo cuentas en el mantel, resumiendo, trazando crculos con el comps, escribiendo nuestros nombres, el de nuestras amigas y el de los chicos que nos gustaban (Gabriela Purvis).Amododecierredelapresentacinvanestaspalabrascomomuestradegratitudyagradecimiento alaaperturaquetuvieronlasbibliotecariasconlapropuestadepensarseenrelacinalostextos,por arriesgarseaencontraresoscaminospersonalesqueyaseverenmuchoscasoslassorprendial evocar imgenes de infancia, por dejarse asombrar, inundar de emociones y por permitirnos a nosotras compartir las experiencias.Pierre-Athanase Larousse cre su editorial en 1851. La primera edicin en espaol de El pequeo Larousse ilustrado fue publicada en 1912. CENDIE|7Voces BibliotecariasIntroduccin Todo lo que soy es parte de lo que vislumbr a lo largo de mi vida en el encuentro con las personas, la palabra y los libros. En cada etapa de la vida uno es marcado por una lectura diferente, por libros que llegan a la mano nunca de manera azarosa. Es cierto que esas mismas lecturas muchas veces estn estrechamente asociadas a ciertas personas, a momentos y lugares particulares; incluso a olores. As lo sostiene la escritora y traductora argentina Graciela Montes (1999) () Una puerta. La ocasin. Un lugar y un tiempo propicios. () Un altillo. Un rbol. Los bajos de una mesa. () El cuarto. () Y no slo el espacio en el espacio sino el espacio en el tiempo. () Una cierta hora vaca. Un blanco en el sucederse de los acontecimientos. La hora de la siesta. El ocio. Las vacaciones. Las largas esperas. Las noches de verano despus de la cena. Hay siempre un momento y un escenario que parecen abrirse para que suceda en ellos algo diferente (). Y todos, como lectores, transcurrieron ese tiempo dentro del tiempo y ese espacio dentro del espacio, esos blancos de los que habla Montes, la habitacin propia de Virginia Woolf (1987).Encontramos as una constante en los relatos, mismos lugares y momentos: la hora de la siesta, un rbol, una terraza o la cama. Pero tambin lugares como el bao o las estanteras de un supermercado, porque como sostiene Aidan Chambers (2009) la lectura siempre tiene que ocurrir en algn lado.Estosmomentos,estassuspensioneseneltiempo,sonestimuladoseiniciadosgeneralmenteporalguien,un mediador, que en la infancia suele ser un familiar, un maestro o un bibliotecario, pero a veces es el propio deseo de conocer, de acercarse a ese universo misterioso de signos que son las letras sobre el papel (a veces vedado), el que lleva a alguien al encuentro con la lectura.Captulos en el recorrido: infancia, adolescenciay adultez Conmovedoras y numerosas fueron las evocaciones de situaciones de lectura en la infancia, casi siempre asociadas a escuchar leer, a la musicalidad de las palabras. Cierro los ojos y me veo de muy chiquita, tres o cuatro aos, no ms, escuchando un cuento que mis tas haban descartado, esos cuentos en un disco de pasta que venan con un libro. Recuerdo que intentaba leer a partir de lo que escuchaba.Mi biografa lectora se inicia leyendo a Mara Elena de muy chica; escuchaba sus canciones, cantando, bailando y actuando de reina batata, me apasionaban las rimas. () me hacan volar, eran msica para el alma.Mi historia con la lectura empez de muy chiquita y de la mano de la bibliotecaria de la escuela (...) ella hablaba a travs de sus libros, todava recuerdo su voz. Cmo se convierte uno en lector es todava un misterio; como sostiene Petit (2007) es ms probable que uno se vuelva lector si vio en su casa a personas leer, si tuvo desde chico contacto con libros, pero es cierto tambin 8|DGCyE | SSEque se encuentran muchos relatos de personas que aun sin haber tenido o haber sido escasos los libros en su hogar muestran ya una avidez por la lectura, quiz precisamente por aquello que falta, que no est al alcance, es que se encuentra todo tipo de astucias para sortear los obstculos y encontrar el sentido.4() solo recuerdo el contacto con libros dentro del mbito escolar, en mi casa no se lea. Haba cosas ms importantes que hacer antes de sentarse a leer, como limpiar, cocinar, atender a mis hermanos, a mi padre cuando llegaba de trabajar, por sobre todo, la cultura que trataban de imponernos era solo la del trabajo: sin l, no se llega a nada.Enmihogarhabamuypocostextos,niTV,nirevistas,solounaradio,cadavezquehacanlas comprasdelmestenadesesperacinporrescatarlosdiariosenquevenanalgunoscomestibles envueltos.Pudeleermiprimerlibroalos12aoscuandollegamismanosellibrodeJosMaurode Vasconcelos, pero para poder leerlo me encerraba en el bao y dejaba correr la ducha, para que no me retaran.Esa lectura robada era muy sabrosa, envuelta en lo prohibido, era una verdadera aventura (). Esta impronta de leer en secreto marc mi adolescencia ().S que aprend a leer antes de ingresar a la escuela primaria, por estimulacin familiar y, a la vez, por una necesidad personal. Mi familia, de clase media baja, no dispona de muchos libros en la casa, pero contaban con un bagaje de valores, entre los que estaba el estudio y la educacin como primordiales.Creoquenotenamostelevisinyesporesoqueleamosms,nosconectbamosconellibro. Recuerdo que me devoraba los mitos y leyendas de los Lo s todo. Tambin en mi casa se compraba larevistaseleccionesdelReadersDigest,yqudecirdelasbibliasquetenamosenlabiblioteca delacasa.Enmiinfanciatuvemuchasprivaciones,deropaycalzado,peroloslibrosyrevistas fueronlaprioridaddecompraparamispadres.Poresoagradezcoaelloselamorporloslibros. Otras veces, la escuela, que es la que debera propiciar el acercamiento a los libros, es la misma que aleja de la lectura. Soy lectora a pesar de la escuela.Hoy me defno como lectora compulsiva ().Ya en la escuela primaria tuve una primera decepcin. En primer grado, esperaba con ansiedad que me pidieran mi primer libro de lectura y no s por qu cuestin pedaggica o corriente de enseanza lo nico que me pidieron fueron unas fchas con colores y dibujos, con los que me iban a ensear a leer. S me acuerdo que la fcha amarilla signifcaba la!, pero para este punto saba leer.4 El sentido no es algo que est dado, no es algo que est all a la espera, se construye de mltiples maneras y se llega por diversos atajos.CENDIE|9Voces BibliotecariasA los diez aos creo que no haca otra cosa que leer.En mi historia lectora no recib desde la escuela demasiados ejemplos lectores, s tuve la fortuna de ver personas lectoras en mi casa quienes me contagiaron el gusto por la lectura.Conrespectoamisprimeraslecturas,lasescolaresfuerondemasiadoforzadas,recuerdoaMiamigo Gregorio, aunque solo su dibujito en la tapa del libro. Creo que soy uno de esos lectores que se form a pesar de la escuela.Los libros Un libro es una o muchas historias, una o varias vidas, vividas como propias durante el tiempo que dura su lectura. Pero un libro es tambin su materialidad: aquellas tapas que de chicos nos hacan soar, los lomosrojosoamarillosconletrasbrillantesdealgunacoleccin,elolorqueemanabadesushojasal tenerlo entre las manos. Quin podra negar ese cuerpo a cuerpo con el libro, el olor a viejo, a revistas humedecidas, el contacto con esa humedad propia del verano (que se confunde tanto con los olores de la infancia y de los lugares de la casa en que se lea), o bien hoy, el olor a libro recin comprado, listo para empezar, con todo el enigma que guarda la primera pgina (quin no ley las primeras oraciones de ese libro solo para deleitarse con la dilacin de dejarlo en ese punto y saber que se va a retomar despus?). .Incluso en la librera hay libros que conquistan por algunas frases salteadas, sin ninguna recomendacin ni carta de presentacin ms que esa profunda intuicin iluminadora de que esa publicacin debe ir a casa.Yporqunoelolordellibrodelotro,delqueloprest,lafrmaenlaprimerahoja,elhechode apropirselo.5Los libros, esos objetos que contienen historias5 Roger Chartier es quiz quien ms ha insistido en este aspecto material del libro. En su obra el autor cita una declaracin de Borges a cuenta de esta tensin entre la inmaterialidad de las obras (la pura abstraccin textual para algunos, el texto como substancia) y la materialidad delostextos,queparaChartierdeterminalamaneraenqueellectorseapropiadeltexto,esdecir,laconstruccindelsentido.Dice Borges, en el afn de dejar sentado su desinters acerca del aspecto fsico del libro: no me interesan los libros fsicamente, () sino las diversas valoraciones que el libro ha recibido, para ms adelante agregar () Todava recuerdo aquellos viejos volmenes rojos con letras estampadas en oro de la edicin Garnier. En algn momento la biblioteca de mi padre se fragment, y cuando le El Quijote en otra edicin tuve la sensacin de que no era el verdadero. Ms tarde hice que un amigo me consiguiera la edicin de Garnier, con los mismos grabados en acero, las mismas notas a pie de pgina () considero que se es el verdadero Quijote (Chartier, 2006).La coleccin Robin Hood es una de las colecciones de libros de literatura juvenil ms reconocidas de la Argentina. Hizo su aparicin en 1941 y sigui sin interrupciones hasta principios de la dcada del 90.10|DGCyE | SSELa coleccin Robin Hood! El hilo me llev a mi experiencia de lectura con esos libros gordos, de pginas gruesas,letrasgrandeseilustraciones.Laexpectativadeterminarunoyempezarotro;laesperapor juntar el dinero para comprarlo o que mis padres me lo pudieran dar; la sensacin de entrar a la librera de enfrente de la escuela a revisar el expositor rotativo donde estaban y elegir todos los ttulos que me gustara tener; lo mismo al revisar la contratapa y ver los publicados: marcaba con un puntito chiquito los que quera leer. Y cuando tena el libro nuevo empezar a leer, devorarlo, con el deseo contradictorio de querer terminarlo y la pena de llegar a ese momento, porque despus se habra acabado el libro. Muchos aos ms tarde tuve esa sensacin con La montaa mgica, de Thomas Mann. Una amiga me prest una edicin viejsima, en dos columnas por pgina, tan rstico y amarillo, era tal el placer que me brindaba esa lectura, que por primera vez en mi vida me puse un lmite: solo lea diez pginas por noche, tratando de que durara lo ms posible. Pero igual se termin! Leer es como respirar.Eldiccionariomeremontaaminiez,amisaosdeescuelaprimaria.LaseoritaSilvianosdaba muchaspalabrasparadefnirsusignifcadoynoshacaaplicarlasenredacciones.Fueen5to cuando mejor la ortografa y comenc a ampliar el vocabulario. Es en mi casa donde recurra a los diccionarios, mesentabaenlamesadelacocinaparahacerlastareasescolares.Qusatisfaccindescubrirenel diccionario la defnicin de la palabra. Desde esa poca me gustan los diccionarios y las enciclopedias. Me apasiona buscar informacin y encontrarla!.Un domingo a la tarde tarde vino a visitarnos una amiga de mi madre que trabajaba como ama de llaves en una residencia en San Isidro, cuya patrona la seora Susana nos mand de regalo a mis hermanas y a m el libro Los Cuentos de Andersen. Un libro de tapas duras con ilustraciones tan bellas, tan lindo. Lo hemos ledo y reledo tantas veces y aun est intacto.Hans Christian Andersen fue un escritor y poeta dans, famoso por sus cuentos para nios, entre ellos se destacan El patito feo y La sirenita.CENDIE|11Voces BibliotecariasLos lugares y los momentosCuentaGracielaMontes(1999)quetodostenemos()lasensacindecasa,dehueco.Podaestaro no vinculado con una persona. (...) otras veces era un silln, un lugar de la casa, una postura del cuerpo, una cierta hora del da, el olor del libro () la sensacin de haber llegado a casa. (...) todos tuvimos un instante de cuerpo a cuerpo, algn hueco en la almohada, un atisbo de libro de tapas rojas. La memoria de esos cuerpos, aunque abrumada por el escombro aun nos pertenece (). Aparecen aqu o bien hace referencia a los libros a los que se vuelve una y otra vez, aquellos que dejaron huella.Historias que atrapan, lugares que cobijanEvoqu con ternura la lectura de Mi planta de naranja lima, que hoy releyndolo de adulta todava me conmueve y me transporta a esas sensaciones infantiles. Adems de refexionar sobre las huellas que van dejando las personas en cada uno de nosotros. Qu buen ejercicio emocional esto de recorrer escenas guardadas en nuestro interior!.Hered de una prima la coleccin Selecciones Juveniles.Nosepuedenimaginarlascosas queaprenddeellas.Conlaliteraturame encontrenlasecundaria,noantes.Ellibro que, por esas cosas de la vida que nunca sabr, me lleg al alma fue El tnel de Ernesto Sbato. Recuerdohaberpasadohorasenlabiblioteca del Nacional de Merlo.Mi planta de naranja lima es una novela de Jos Mauro de Vasconcelos, constituye una de las novelas mas ledas de la literatura de Brasil.Corazn es una obra literaria escrita por el autor italiano Edmundo de Amicis, destacado novelista y creador de libros de viajes.12|DGCyE | SSELa niez me abri los ojos al mundo con Corazn, de Edmundo DAmicis, luego llegaron Mujercitas, de L. M. Alcott y varios de los que ella escribi, Emilio Salgari con Sandokn, El corsario negro, La reina del Caribe y otros tantos.Leo mucho los libros de Saramago, soy fel seguidora de sus ensayos. Su Ensayo sobre la ceguera me ha marcado a fuego. Recuerdo esperar los das jueves por la maana, largo rato en la vereda, para que el diariero trajera el Anteojito y me lo diera a m antes que a mis hermanos (ya que soy la cuarta de cinco hermanos).Lugares para la lectura, leer donde sea, leer all dnde (y cundo) asalta el deseo Mis lugares de lectura eran en general la cama (costumbre que sigo cultivando) y arriba de los rboles del fondo de mi casa, un ambiente especial que me ocupaba de crear en donde fuera.Descubr unas tas de mi esposo que me hicieron acercar al libro, las tas de Haedo, una de ellas era una gran lectora, Beba, recuerdo que deca en forma elegante cuando alguien estaba en el bao: est en la biblioteca, todos nos reamos.Durantemiadolescenciatengoelrecuerdontidodelastardesdeveranocuandomicasayelbarrio dorman en el clido silencio de la siesta obligada, sentarme entonces en los escalones de mi casa, lugar muy fresco y tranquilo, con un durazno fresquito, a leer.Amigos de siestas, de noches con el velador tapado para que no se vea tanta luz, para no decir que la lectura me robaba las horas de sueo pero me transportaba a otros mundos, otras vidas.Y as las poesas de amor ledas, memorizadas y recitadas entre amigas era un platillo de las siestas de verano trepadas al corraln que una nuestras casas.El profesor nos ley Ruinas circulares de Borges. Nadie entendi nada, explic el signifcado del cuento, los smbolos que Borges utilizaba. Qued deslumbrada, coment que en el caf Tortoni solan reunirse msicos y escritores. Mis compaeros y yo nos miramos, tenemos que conocer ese lugar! A los pocos das estbamos sentados en las sillas del histrico caf, pensando ac estuvieron Roberto Arlt, Borges, Alfonsina Storni y tantos grandes.Incluso aparecen en los relatos lugares no tan convencionales. Conmiscompaerasdeescuelanosjuntbamos lossbadosajugar ynuestrojuegopreferidoerala lectura de recetarios culinarios, otro lugar de lectura era la iglesia.Unademisprimerasbibliotecas,comolugardeencuentroyconstructoradesubjetividad,fuela improvisada estantera de aquel despersonalizado espacio de un supermercado.CENDIE|13Voces BibliotecariasEn ocasiones, libros y personas se anudan de tal manera en el recuerdo que se hace imposible separaruno de otro. Espiaba por las espaldas al abuelo Miguel, que con sus inmensas manos lea Las mil y una noche, en rabe. Esos signos se me imaginaban bailando sobre el papel y hoy las recuerdo con nostalgia. Me lea algn prrafo de las historias que Scheherezade le contaba al sultn Shahriar.RecuerdocmomamnosnarrabaloscuentostradicionalesBlancanieves,qumiedomedabala bruja!; Hansel y Gretel (otro llanto debajo de las sbanas).En la adolescencia leamos con una amiga en las vacaciones o tardes libres, tal vez porque eran libros de terror y juntas tenamos menos miedo; Sara T, El Exorcista, Nacida inocente, entre otros. Una lea y la otra escuchaba. Pasado un rato, los lugares de lector y oyente se invertan.Enlaadolescenciasemecumplielsueocompartidoconmiabueladeviajaryvivirmomentos inimaginables. Instalados en la ciudad de Cali descubr una novela romntica de un autor del Departamento del Valle del Cauca, Jorge Isaac: Mara, qu historia bella y triste a la vez, pero atrayente con los condimentos justos para una adolescente. Siento el olor a los libros viejos que aun as me gustaban. Recuerdo que mi abuela Tata sacaba de un cajndemaderaquetenaensudormitoriounpardelibros,entreellosrecuerdoLostreschanchitos, Blancanieves y Cenicienta. Ya tena un recorrido lector antes de la lectura de Las medias de los famencos, pero esa situacin de lectura, esa maestra, me impact tanto que a ms de 30 aos aun recuerdo la emocin que provoc en m, escucharla.Las medias de los famencos es un cuento del escritor Horacio Quiroga que forma parte de la obra para nios Cuentos de la selva.14|DGCyE | SSELos mediadoresAl igual que en el amor, lector y lectura se encuentran. Lector y lectura solo existen por y para el otro, desdelaentregaabsoluta.Lalecturarequiereunaexperienciapersonalentima,peroquedebeser acompaadaenelinicioporquienseacapazdeexperimentaresesentimiento,ydetransmitirlo.Un celestino que los presente y los rena; que les allane el camino, que les propicie el encuentro.El encuentro con otros Los fragmentos hablan por s mismos, padres, madres, docentes, bibliotecarios, abuelos y abuelas, tos y tas, hermanas, todos puentes hacia el libro y la lectura. Mis mediadores primarios fueron mis padres, desde que nac. Siempre los vea leyendo o nos lean en voz alta, a mis hermanas y a m. A veces mi madre nos llamaba a todas (somos tres) para comentarnos la lectura de algn libro interesante. O algn chiste de selecciones del Readers Digest, relatos de la Biblia para nios, lo comentbamos entre todos y esas experiencias lectoras nos alimentaban cada vez ms, hasta la adultez.Si puedo decir de alguien que me invit a la lectura permanentemente fue mi pap. Siempre lo vi leyendo.Las personas que ms ejercieron infuencia en mi amor hacia los libros fueron mi mam y mi abuelo. l tena una gran biblioteca, muy organizada, la mayora de sus libros en la actualidad forman parte de mi biblioteca personal. Yo no saba leer y siempre persegua a mi hermana para que develara los misterios que guardaban esos libros que miraba una y otra vez, porque siempre los tena al alcance de mi mano. Con nosotros viva mi ta. No recuerdo si antes de sus problemas fsicos ya era una vida lectora o sus gustos por los libros nacieron con su enfermedad, ella fue la primera mediadora que provoc mi encuentro con los libros.Admiro a mi madre por el hecho de haberme acercado con mucho sacrifcio y con un compromiso frme a los textos sobre ciencia y tecnologa desde muy chico; tambin recuerdo el apoyo del kiosquero amigo, que me reservaba el material, o me lo faba.Habaunabueloquesepreocupabatodaslasmaanasenleerparamlostitularesdeldiarioyeraun momento cargado de emocin, de amor defnitivamente, estar en su falda abrazada a l mientras esos dibujos se convertan en palabras.Al recordar cmo fue mi acercamiento a los libros y a la lectura no puedo dejar de pensar en lo importante que fue para esto mi mam. Ella fue la que nos contagi a todos mis hermanos (ya que todos son muy lectores) el gusto por la lectura, la escritura y la msica.Mi padre cuando vena de su trabajo nos sentaba a los cuatro hermanos en unos silloncitos de caa y nos lea o inventaba algn cuento, haca juegos, mientras mi madre preparaba la cena.CENDIE|15Voces BibliotecariasEn ocasiones son tan fuertes los vnculos, las mediaciones que terminan por desatar vocaciones.Laverdadsientoquelabibliotecameatrapdesdelainfancia.Enlasecundariasegu encontrandoenlabibliotecaunlugardepertenencia.Alfnalizarmi5toao,enelactode colacin,mepreguntaronquequeraseguirestudiandoylesdijequieroserbibliotecaria. La biblioteca como lugarDesde mi experiencia docente bibliotecaria, mi propsito es acercar a mis alumnos al libro, hacer que la biblioteca sea un lugar de encuentro con el libro pero tambin con un otro que escucha, que comparte y que dialoga.Mi historia con la lectura empez de muy chiquita y de la mano de la bibliotecaria de la escuela.Bibliotecas escolares, bibliotecas del pueblo, bibliotecas pblicas las bibliotecas constituyen el lugar La biblioteca es el lugar donde el lector y el libro se encuentran, donde se producen lazos que perduran a lo largo de toda la vida. Mis mejores lecturas ocurrieron gracias a un bibliotecario.Teresita, mi bibliotecaria del secundario, cuntas horas escapada del aula y escondida en la biblioteca de mi querido colegio Rivadavia. Bueno sera analizar en qu espacio aprend ms, si en las ruidosas aulas o en la tenue luz de aquella biblioteca, enorme, hermosa, con olor a libros y madera.En mi escuela no haba biblioteca pero exista la biblioteca del club, cuantas horas pasaba all con mi madre. Era un placer y las personas que atendan nos dejaban decidir y elegir tranquilamente.Comopartedemihistoriaaparecemiabuelamaterna,otrodemismediadoresnoescolarizados, me llevaba a la biblioteca pblica del pueblo, ya que en ese entonces viva en el campo; quin retiraba libros para que yo leyera (recuerdo su frase Que tengas algo para leer, siempre). En cada recreo mi presencia ocupaba ese gran sitio: recorra sus catlogos manuales solo para descubrir obras. Espordicamente me encontraba pidiendo un video de un documental y mirndolo solo en la sala de video. Por aquellos das no comprend el valor de lo que se estaba gestando all, en la construccin de mi subjetividad. La verdad no recuerdo su nombre, no era muy conversadora, ella hablaba y enseaba con sus acciones, la biblioteca estaba impecable pero siempre llena de chicos buscando qu leer, ella hablaba a travs de sus libros, recuerdo su voz clara. Yo iba a la biblio a alquilar libros, no s por qu tena ese concepto tan errado y siempre me deca, los libros no se alquilan, se prestan.16|DGCyE | SSEHoy son mis manos las que acercan un poco de mundo a ese pequeo o a esa otra pequea que mira conansiaslosestantesqueestnaltos,muyaltosperonotantoparalosbrazosmgicosdeunbuen bibliotecario. Como bibliotecaria debo poner libros al alcance de los alumnos, libros que valgan la pena de ser ledos y que puedan ser tocados y gastados.En consecuencia, hay mediadores facilitadores, puentes hacia los libros, pero en estas biografas lectoras aparecen tambin los otros, los que a veces por efecto contrario terminan por hacer aforar aun ms la curiosidad del futuro lector.Labibliotecariadelaescuelaalaqueyoconcurranoqueraqueletocramosloslibrosporquelos desacomodbamos, debamos esperar a que nos atendiera y si tombamos algn libro del estante por curiosidad nos gritaba un poco, no era muy grato concurrir a la biblioteca. Teniendo en cuenta esto, siempre trat de que la biblioteca sea un lugar lindo, cmodo, alegre y de buen trato para atraer a los nios. Consideraciones fnalesSe lee a pesar de todo, de la escuela, de los padres, de los contextos familiares y sociales. O con todo eso.Seleepornecesidadopordeseo.Desdetempranoseveenlosrelatoslaspalabrasejercen fascinacin: fascinacin por libros que no son propios (los de una hermana, los de un abuelo del que se hereda la biblioteca), por los libros inalcanzables (en aquellos estantes altos donde los libros constituyen un misterio y el bibliotecario un celoso guardin, o simplemente porque no estaban disponibles en la casa), por develar el secreto de cada historia contenido en unas tapas que llaman la atencin.Se advierte en las historias que el amor por la lectura, por los libros, est inevitablemente atravesado por vnculos entraables. Los bibliotecarios han dado cuenta tambin de que este ejercicio de revisar su recorrido lector ha sido un camino para volver a mirar la propia biografa: a mi particularmente me sirvi para desandar mi camino como lector, para mirar de manera ms sistemtica sus prcticas de lectura y las que llevan a cabo con otros como mediadores; en suma, pensar la prctica desde la propia historia, lo que los llev a conectarse con emociones ntimas y personales, lo cual condujo a resignifcar la tarea cotidiana.6 Dice Ptit (2007) en uno de sus libros que () Hay gente () que habla de literatura en los salones y que nos hace sentir, al escucharla, que nunca ha conocido esa experiencia, esa alteracin. No ha buscado en los libros ms que la forma de impresionar a sus amigos. Habla de la literatura y es como si personas frgidas le hablaran a uno sobre el amor carnal. No es este el caso de los bibliotecarios capacitadores: ellos han experimentado este amor del que habla Ptit, este encuentro ntimo con la 6() Todolorealizadoenelcursohastaelmomentosirvidedisparadorparaabrirunapuertaalasemociones,relatauna capacitadora en su biografa. CENDIE|17Voces Bibliotecariaslectura, sus palabras dan cuenta de ello. Debe haber un convencimiento de que lo que est en juego es tambin la relacin personal del mediador con la lectura. En ese sentido, nadie puede dar lo que no tiene. Por compartir sus recuerdos, sus palabras, agradecemos a: Nora Antn, Helga Aquino, Irene Barrueco, GastnBellafanti,ClaudiaBoff,MnicaCabral,GracielaCaramanica,FedraCaron,LidiaCerecedo, EvangelinaDrachenberg,MarcelaEstaiye,IlianaFalconnat,ClaudiaFaras,ClaudiaFernandino, Susana Ferrarasi, Mario Fretes, Mariana Gonzlez, Mara Lescano, Ceferino Libana, Claudia Mendico, MaraInsMinassin,AlbaNascimbene,AdrianaOrona,SilvinaPanaitescu,Maradelosngeles Peralta,MnicaPeralta,EvangelinaPerri,RosaRodrguez,NancyRojas,PatriciaRomano,Eliana Saavedra, Miriam Santiago, Patricia Tagliaferro, Eleonora Taurizano, Claudia Torres, Ana La Traversa, Nancy Vanini y Virginia Verdugo (bibliotecarios capacitadores del Cendie).Bibliografa rea Moreira, Manuel y Ortiz Cruz, Manuel. Bibliotecas Escolares: El ltimo reino de papel? Tenerife, Centro del Profesorado Valle de La Orotava, 2010. Chambers, Aidan, El ambiente de la lectura. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2009. Chartier, Roger, Inscribir y borrar. Cultura escrita y Literatura (siglos XI XVIII). Buenos Aires, Katz, 2006. Chartier, Roger, El orden de los libros: Lectores, autores, bibliotecas en Europa entre los siglos XIV y XVIII. Barcelona, Gedisa, 1992. DGCyE, La biblioteca como centro de recursos de aprendizaje (CREA). El nuevo lector. Mdulos I, II, III, IV y V. La Plata, DGCyE (Cendie), 2010. Montes, Graciela, La frontera indmita. En torno a la construccin y defensa del espacio potico. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1999. Petit, Michle, Nuevos acercamientos a los jvenes y la lectura. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2007. Petit, Michle, Una infancia en el pas de los libros. Barcelona, Ocano Travesa, 2008.18|DGCyE | SSEGobernadorDn. Daniel ScioliDirectora General de Cultura y EducacinPresidente del Consejo General de Cultura y EducacinDra. Nora De LuciaVicepresidente 1ro del Consejo General de Cultura y EducacinDr. Claudio CrissioSubsecretario de Gestin Educativa(a cargo de la Subsecretara de Educacin)Dr. Nstor RibetDirectora Provincial de PlaneamientoLic. Marisa PaviskovDirectora de Informacin y EstadsticaLic. Andrea MircDirectora de Prospectiva e Investigacin EducativaLic. Silvia PucciniDirector del CendieProf. Rafael GaglianoDirector Provincial de Proyectos EspecialesIng. Pablo BarbosaDirector de Contenidos EducativosProf. Fernando Arce