verdad y politica

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1) CONFLICTO VERDAD-POLÍTICA: Antiguo y complejo. A lo largo de la historia los que dicen la verdad fueron ccs de los riesgos de su tarea: si no interferían en el curso del mundo: caían en el ridículo, pero si forzaban a los ciudadanos a tomarlos en serio al querer librarlos de la falsedad y la ilusión, corrían peligro de muerte. El conflicto platónico entre el que dice la verdad y los ciudadanos es que estos últimos justifican las mentiras si la supervivencia de la ciudad está en juego; éstos vivían como meros espectadores de imágenes y disfrutaban de la falsedad. Hobbes sostenía que solo la verdad que no se oponga a los beneficios y placeres humanos será bienvenida por todos los hombres. No pensaba que no había ninguna verdad que fuera bienvenida por los hombres, sino que había verdades indiferentes, es decir, temas por los que los hombres no se preocupaban (como la verdad matemática que no interfiere en la ambición, el beneficio o el placer humanos) – ejemplo: si las premisas de la geometría se opusieran al derecho de dominio de cualquier hombre se hubiesen suprimido de raíz. Época moderna : cree que la verdad no está dada ni revelada, sino que es producida por la mente humana. Y desde aquí se diferenciaron la verdad de razón de la de hecho o factual. Las VERDADES DE HECHO son mucho más vulnerables que todos los tipos de verdad de razón juntas. El dominio, al atacar la verdad racional, excede su campo cuando falsifica los hechos. La verdad factual tiene pocas posibilidades de sobrevivir a la embestida del poder, siempre corre peligro de que la arrojen del mundo. Los hechos y acontecimientos son más frágiles que los axiomas y las teorías; se producen en el campo de los asuntos siempre cambiantes de los hombres y una vez perdidos no hay esfuerzo racional que pueda devolverlos. El conflicto entre verdad y política se planteó por primera vez respecto a la verdad política. Lo opuesto de un juicio racionalmente verdadero es el error y la ignorancia o la ilusión y la opinión. El conflicto surge de dos modos de vida opuestos: la vida del filósofo y la de los ciudadanos. A las opiniones cambiantes de los ciudadanos, el filósofo opuso la verdad sobre las cosas permanentes y de las cuales se podían derivar principios para estabilizar los asuntos humanos. En consecuencia, la antítesis de la verdad era la simple opinión (igual a la ilusión) y esto fue lo que dio al conflicto su intensidad política, porque la opinión y no la verdad está entre los prerrequisitos de todo poder: “todos los gobiernos descansan en la opinión”. Ni el gobernante más tirano puede llegar al poder sin el apoyo de quienes piensen como él. Para platón este antagonismo consiste en la entre la forma de dialogo (para la verdad filosófica) y la retórica (para el discurso del demagogo). Kant: “el poder externo que priva al hombre de la libertad para comunicar sus pensamientos en público lo priva de su libertad para pensar” la única garantía para la corrección de nuestro pensamiento está en que pensamos en comunidad con otro a los que comunicamos nuestros pensamientos, así como ellos nos comunican los suyos. LA RAZON HUMANA SOLO PUEDE FUNCIONAR SI EL HOMBRE PUEDE HACER USO PUBLICO DE ELLA. El pasaje desde la verdad racional hacia la opinión implica un paso del hombre en singular hacia los hombres en plural, lo que implica un cambio desde un campo en

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Hannah Arendt (resumen)

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Page 1: Verdad y Politica

1) CONFLICTO VERDAD-POLÍTICA: Antiguo y complejo. A lo largo de la historia los que dicen la verdad fueron ccs de los riesgos de su tarea: si no interferían en el curso del mundo: caían en el ridículo, pero si forzaban a los ciudadanos a tomarlos en serio al querer librarlos de la falsedad y la ilusión, corrían peligro de muerte. El conflicto platónico entre el que dice la verdad y los ciudadanos es que estos últimos justifican las mentiras si la supervivencia de la ciudad está en juego; éstos vivían como meros espectadores de imágenes y disfrutaban de la falsedad. Hobbes sostenía que solo la verdad que no se oponga a los beneficios y placeres humanos será bienvenida por todos los hombres. No pensaba que no había ninguna verdad que fuera bienvenida por los hombres, sino que había verdades indiferentes, es decir, temas por los que los hombres no se preocupaban (como la verdad matemática que no interfiere en la ambición, el beneficio o el placer humanos) – ejemplo: si las premisas de la geometría se opusieran al derecho de dominio de cualquier hombre se hubiesen suprimido de raíz.

Época moderna: cree que la verdad no está dada ni revelada, sino que es producida por la mente humana. Y desde aquí se diferenciaron la verdad de razón de la de hecho o factual. Las VERDADES DE HECHO son mucho más vulnerables que todos los tipos de verdad de razón juntas. El dominio, al atacar la verdad racional, excede su campo cuando falsifica los hechos. La verdad factual tiene pocas posibilidades de sobrevivir a la embestida del poder, siempre corre peligro de que la arrojen del mundo. Los hechos y acontecimientos son más frágiles que los axiomas y las teorías; se producen en el campo de los asuntos siempre cambiantes de los hombres y una vez perdidos no hay esfuerzo racional que pueda devolverlos.

El conflicto entre verdad y política se planteó por primera vez respecto a la verdad política. Lo opuesto de un juicio racionalmente verdadero es el error y la ignorancia o la ilusión y la opinión. El conflicto surge de dos modos de vida opuestos: la vida del filósofo y la de los ciudadanos. A las opiniones cambiantes de los ciudadanos, el filósofo opuso la verdad sobre las cosas permanentes y de las cuales se podían derivar principios para estabilizar los asuntos humanos. En consecuencia, la antítesis de la verdad era la simple opinión (igual a la ilusión) y esto fue lo que dio al conflicto su intensidad política, porque la opinión y no la verdad está entre los prerrequisitos de todo poder: “todos los gobiernos descansan en la opinión”. Ni el gobernante más tirano puede llegar al poder sin el apoyo de quienes piensen como él. Para platón este antagonismo consiste en la entre la forma de dialogo (para la verdad filosófica) y la retórica (para el discurso del demagogo).

Kant: “el poder externo que priva al hombre de la libertad para comunicar sus pensamientos en público lo priva de su libertad para pensar” la única garantía para la corrección de nuestro pensamiento está en que pensamos en comunidad con otro a los que comunicamos nuestros pensamientos, así como ellos nos comunican los suyos. LA RAZON HUMANA SOLO PUEDE FUNCIONAR SI EL HOMBRE PUEDE HACER USO PUBLICO DE ELLA.El pasaje desde la verdad racional hacia la opinión implica un paso del hombre en singular hacia los hombres en plural, lo que implica un cambio desde un campo en el que cuenta solo el racionamiento solido de una mente hacia un ámbito donde la fuerza de la opinión se determina por la confianza individual en quienes tienen las mismas opiniones.

2) VERDAD DEL FILÓSOFO-OPINIÓN EN LA MODERNIDAD: Este antagonismo ha desaparecido. Ni la verdad de la religión ni la del filósofo interfieren ya en los asuntos del mundo. La 1° por la separación de la Iglesia y el Estado, la 2° porque dejo de reclamar su dominio. Y porque ha desaparecido su causa originaria: el choque de la verdad racional con la opinión.Pero el choque entre la verdad factual y la política que se produce en la modernidad tiene rasgos similares. Ninguna época toleró tantas opiniones diversas en asuntos religiosos y filosóficos, pero la verdad de hecho si se opone al placer de un grupo, es mas hostil que nunca.Como las verdades de hecho se refieren a asuntos de importancia política inmediata lo que se juega es la propia realidad común y objetiva y éste es un problema político. La verdad de hecho es mucho menos abierta a la discusión que la filosófica, pero parece estar sujeta al mismo destino: que se la combata con opiniones y no con mentiras o falsedades.

Mala situación filoso y narrador de verdad: el 1° regresa del solitario viaje al cielo de las ideas perdurables y pretende comunicar su verdad a la multitud, pero con esto la ve desaparecer en la diversidad de pdv, que para él son ilusiones, y caer en el espacio incierto de la opinión. El 2°, no vuelve de ningún viaje a regiones que estén más allá del campo de los asuntos humanos y por eso se considera que su verdad es menos legitima que la del filósofo. Si no se aceptan los juicios objetivos (verdades vistas por los ojos del cuerpo y no por los de la mente) se sospecha que puede estar en la naturaleza

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del campo político negar o tergiversar cualquier clase de verdad, como si los hombres fueran incapaces de llegar a un acuerdo con ella. La verdad filosófica, hallada en soledad, trasciende al campo de la mayoría, al mundo de los asuntos humanos -> el

filósofo deja de usar su verdad como una norma que se impone en los asuntos humanos, porque en realidad deriva de un espacio que es ajeno a este campo. Cuando la verdad filosófica entra en la calle, cambia su naturaleza y se convierte en opinión, se produce un paso de un tipo de razonamiento a otro y de un modo de existencia humana a otro. Se refiere al hombre en su singularidad, por ende, es apolítica x naturaleza.

La verdad de hecho, siempre relacionada con otras personas: se refiere a acontecimientos y circunstancias en la que hay muchos implicados. Se establece por testimonio directo y depende de declaraciones; solo existe cuando se habla de ella, aunque se produzca en el campo privado. Es política por naturaleza. Los hechos y las opiniones, aunque se mantiene separados, no son antagónicos, pertenecen al mismo campo. Los hechos dan origen a las opiniones, inspiradas por pasiones e intereses. La verdad factual configura el pensamiento político tal como la verdad de razón configura la especulación filosófica. (3)

Al pensamiento filosófico, Platón lo caracteriza como un dialogo silencioso consigo mismo y cuya existencia depende de un intercambio articulado con el mismo, de una participación-en-dos de la unidad que él es. El pensamiento es el dialogo callado que se produce entre el sujeto y su yo, y si no se mantiene la integridad de éste se pierde la capacidad de pensar .

No se pueden borrar las líneas divisorias entre hecho, opinión e interpretación. Si se admite que c/ generación tenga dcho a escribir su propia historia, solo se le permite acomodar los acontecimientos según su propia perspectiva, pero no alterar la materia objetiva. (no es difícil imaginar cual sería el destino de la verdad de hecho si los intereses del poder, nac o sociales, tuvieran la última palabra; lo que hace sospechar el hecho de que puede ser propio dela naturaleza del campo político estar en guerra con la verdad en todas sus formas. Un compromiso con la verdad de hecho es una actitud anti-política).

4) HECHOS Y OPINIONES: Todas las verdades se contraponen a la opinión en su modo de afirmar la validez. La verdad implica un elemento de coacción. Juicios como “la tierra se mueve alrededor del sol” o “es mejor sufrir un daño que hacerlo” son por la forma en que se llegó a ellos, pero una vez considerados verdaderos o reconocidos están más allá de la discusión o la opinión. Esos juicios no varían según quienes comparten la misma tesis, la persuasión o la disuasión son inútiles, porque el contenido del juicio no es persuasivo, sino coactivo.

Vista con la perspectiva de la política, la verdad tiene un carácter despótico. Los tiranos la odian porque temen la competencia de una fuerza coactiva que no pueden monopolizar; los gobiernos que se basan en el consenso y rechazan la coacción, no le dan mucha importancia. Los hechos están más allá de acuerdos y consensos, y todo lo que se diga de ellos no servirá para establecerlos (“Ni siquiera Dios puede lograr que 2 + 2 no de 4”). El problema es que la verdad de hecho necesita un reconocimiento perentorio y evita el debate (y éste es la esencia misma de la vida política). Los modos de pensamiento y comunicación que tratan de la verdad no toman en cuenta las opiniones, cuando justamente eso es la característica de todo pensamiento político. Éste es representativo, lo que no implica que se adopten ciegamente pdv de los que sustentan otros criterios, sino de ser y pensar dentro de mi propia identidad tal como en realidad no soy. “Cuando + pdv diversos tenga al valorar un asunto y mejor pueda imaginar cómo se sentiría estar en lugar de otros, + fuerte será la capacidad de pensamiento representativo y + válidas mis conclusiones y mi opinión” -> esta capacidad de “mentalidad amplia” es la que permite que los hombres juzguen (Kant). El proceso de formación de la opinión está determinado por quienes en cuyo lugar alguien piensa usando su propia mente; la única condición para aplicar la imaginación de éste modo es el desinterés, estar libre de los propios intereses privados.

La calidad de una opinión depende de su grado de imparcialidad; ninguna es evidente por si misma. En cuestiones de opinión nuestro pensamiento es discursivo, va de un lado a otro a través de toda clase de pdv antagónicos hasta que por fin se eleva una generalidad imparcial. Un juicio de verdad tiene cierta opacidad, la verdad de razón ilumina el entendimiento humano; la verdad de hecho debe configurar opiniones y se dilucidada posteriormente. No hay ninguna razón para que los hechos sean lo que son, siempre pueden ser diversos. Esto demuestra el carácter intratable e irracional de la factualidad. La verdad de hecho no es mas evidente que la opinión. En la medida en que la verdad de hecho está expuesta a quienes sustentan la opinión, es tan vulnerable como la verdad filosófica racional. 6)

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5) MENTIRA: Verdad de hecho: se define por la oposición a la falsedad deliberada o mentira. Que se desdibuje la línea divisoria entre verdad de hecho y opinión, es una de las tantas formas que puede asumir la mentira, todas ellas, formas de acción. El embustero es un hombre de acción, no así el veraz. El que dice la verdad factual, cuando entra en el campo político y se identifica con algún interés, compromete la única cualidad que podría hacer que su verdad fuera plausible: su veracidad. La figura política del veraz despierta sospechas. El embustero siempre está en la escena política, es actor por naturaleza, dice lo que no es porque quiere que las cosas sean de lo que son: quiere cambiar el mundo.En lo que respecta a la acción la mentira organizada es un fenómeno marginal. El problema es que su antítesis: el relato de los hechos, no conduce a ninguna acción, sino que lleva a la aceptación de las cosas tal cual son. La veracidad no se incluye en las virtudes políticas, porque no contribuye a ese cambio del mundo que está entre las actividades políticas. Solo cuando una comunidad se embarca en la mentira organizada por principio, la veracidad, sin el sostén de las fuerzas del poder y el interés, puede convertirse en un factor político. Cuando todos mienten sobre lo importante, el hombre veraz empieza a actuar. Como el falsario tiene libertad para modelar sus hechos para que concuerden con el provecho, el placer o las expectativas de la audiencia, es posible que sea más persuasivo que el hombre veraz.

MENTIRA TRADICIONAL MENTIRA MODERNA Mentira política tradicional: se refiere a los verdaderos secretos o a intenciones. No pretende engañar a todos, sólo

a ciudadanos particulares; pretende engañar al enemigo. (esto disminuye el daño que provoca a la verdad, porque como los hechos siempre ocurren dentro de un contexto, una mentira limitada desgarra la tela de lo factual y porque quienes mentían no resultaban victimas de sus propias falsedades: podían engañar a los demás, pero no a sí mismos). El mentiroso despiadado distingue entre verdad y falsedad, de modo que la verdad que esconde no queda por completo fuera del mundo y el daño que se hace a la realidad no es completo ni definitivo.

Mentira política moderna: se ocupan de cosas conocidas por todos. Exige una acomodación completamente nueva de toda la estructura de los hechos. El falsario debe convencerse de sus mentiras para poder engañar al resto. Nuestra captación de la realidad depende de que compartamos el mundo con nuestros semejantes, se requiere una gran fuerza de carácter para no apartarse de lo no compartido: cuanto + éxito tenga un falsario, + probable es que caiga en la trampa de sus propias mentiras. Solo el autoengaño crea una apariencia de fiabilidad. Peligros: imágenes creadas para el consumo interno, pueden convertirse en realidad para todos y también para sus propios fabricantes; el resultado es que engañados y engañadores se esfuerzan por mantener intacta la imagen de la propaganda.

8) Resultado de sustitución de mentiras por la verdad de hecho: sentido con el que establecemos nuestro rumbo en el mundo real queda destruido. Y para esto no hay remedio.El carácter transitorio del poder hace que sea un instrumento poco fiable para conseguir la permanencia tanto de la verdad y los hechos como de la no-verdad y los no-hechos. En sus manos todos estos están inseguros. La verdad tiene una fuerza propia: hagan lo que hagan, los que ejercen el poder no pueden inventar un sustituto adecuado para ella. La persuasión y la violencia pueden destruir la verdad, pero no reemplazarla.

9) INSTITUCIONES RELEVANTES PARA LA POLÍTICA .Instituciones que tienen como criterio a la verdad y la veracidad. Entre ellas, instituciones judiciales que están protegidas ante el poder social y político, tal como las instituciones de enseñanza superior. El campo político necesita instituciones exteriores a la lucha de poder e imparcialidad para la administración de justicia. Las posibilidades de que la verdad prevalezca en público se dan por entidades como éstas. Aunque las universidades tienen gran utilidad social y técnica, esa importancia no es política. Las ciencias históricas y las humanidades que investigan vigilan e interpretan la verdad de hecho y los documentos humanos, tienen gran relevancia política. La transmisión de la verdad factual abarca + que la info que brindan los periodistas, pero sin ellos jamás encontraríamos el rumbo. Esto tiene gran importancia política porque la función de abastecer info se ejercita desde fuera del campo político.

10) NARRADOR El que dice lo que existe, narra algo, y en esa narración los hechos particulares pierden su carácter contingente adquiriendo un sdo humanamente captable. El narrador, el que dice la verdad factual, produce una reconciliación con la realidad que es el fin último de todo pensamiento filosófico. La función política del narrador es enseñar la aceptación de las cosas como son; de esa aceptación o “veracidad”, nace la facultad de juzgar.