vacíos urbanos como estrategia de desarrollo

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2º semestre de 2005 UNIVERSIDAD CENTRAL FACULTAD DE ARQUITECTURA, URBANISMO Y PAISAJE SEMINARIO TALLER X DISEÑO URBANO Exploración y puesta en valor de “Vacíos” urbanos, como estrategia de desarrollo para barrios periféricos marginales de Santiago. Rodrigo Messen Montecinos. Temario 0. Introducción 1. Periferias 1.1 Periferia marginal 2. Imagen de ciudad global: espacios del anonimato(los no lugares)en dualidad con la periferia marginal de Santiago 3. Categorización de lugares vacíos y su configuración sobre la periferia 3.1 Terrain vague y sus variaciones en la periferia marginal Vacíos residuales Vacíos intersticiales Vacíos por obsolescencia Vacíos sobre paisajes vagos 4. Metodología 4.1 Hacia un imaginario de vacíos sobre el territorio periférico Río Mapocho y Zanjón de la Aguada, las fronteras naturales como vestigio de lo postergado. Estructuras viales, al amparo de las fronteras, y como soporte de nuevas. Areas de re-creación, como circuito de intersticios. ¿Infraestructuras y residuos, referentes semiológicos del espacio periférico? 5. Unidad de análisis 5.1 Frontera nor-poniente río Mapocho 5.1.1 Componentes 6. Conclusión

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Page 1: vacíos urbanos como estrategia de desarrollo

2º semestre de 2005 UNIVERSIDAD CENTRAL FACULTAD DE ARQUITECTURA, URBANISMO Y PAISAJE SEMINARIO TALLER X DISEÑO URBANO

Exploración y puesta en valor de “Vacíos” urbanos, como estrategia de desarrollo para barrios periféricos marginales de Santiago.

Rodrigo Messen Montecinos.

Temario 0. Introducción 1. Periferias 1.1 Periferia marginal 2. Imagen de ciudad global: espacios del anonimato(los no lugares)en dualidad con la

periferia marginal de Santiago 3. Categorización de lugares vacíos y su configuración sobre la periferia 3.1 Terrain vague y sus variaciones en la periferia marginal

• Vacíos residuales • Vacíos intersticiales • Vacíos por obsolescencia • Vacíos sobre paisajes vagos

4. Metodología 4.1 Hacia un imaginario de vacíos sobre el territorio periférico

• Río Mapocho y Zanjón de la Aguada, las fronteras naturales como vestigio de lo postergado.

• Estructuras viales, al amparo de las fronteras, y como soporte de nuevas. • Areas de re-creación, como circuito de intersticios. • ¿Infraestructuras y residuos, referentes semiológicos del espacio periférico?

5. Unidad de análisis 5.1 Frontera nor-poniente río Mapocho 5.1.1 Componentes 6. Conclusión

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INTRODUCCIÓN Desde la aplicación del esquema de Haberger en Santiago (1977-1990) mediante el D.S. 420 promulgado por el régimen militar, ya no se busca una “imagen objetivo”, sino someter el desarrollo de la ciudad a las variaciones del mercado de suelo, a través de un esquema adaptativo que pretende adecuarse a la dinámica de las componentes socioeconómicas del sistema urbano, suprimiendo el “limite urbano”, y haciendo un fuerte énfasis en lo cuantitativo1. Producto de lo anterior, Santiago experimenta una gran expansión física por valor de suelo con una planificación insuficiente y tardía, generando una ciudad antidemocrática y altamente segregadora, con una periferia carente de infraestructura y una calidad de vida altamente deteriorada. Así, es como las zonas ubicadas al sur, y nor–poniente de Santiago se reconocen hoy como sectores excluidos del sistema metropolitano, lugares residenciales con menores ventajas de acceso a los distintos servicios que ofrece la ciudad, áreas disfuncionales, con serios problemas de integración. Sin embargo, otras veces sólo son comunas de escasos recursos, que tienen sus propios sistemas de funcionamiento y su problema sólo está en los bajos ingresos y la falta de integración que les ofrece la ciudad. Para lo cual es vital el espacio y centros públicos como lugares que conduzcan a la integración e identidad social. Bajo esta situación, hace ya tiempo que nacen nuevas oportunidades de intervención dentro de la ciudad que busquen suplir estas carencias, a través de un desarrollo cualitativo, que deje atrás el cuantitativo y asuma el crecimiento económico del país de forma más equitativa sobre el territorio. Si bien lo expuesto anteriormente es algo sabido, e inclusive abordado teóricamente hace ya tiempo por las escuelas y profesionales, el problema sigue pasando porque aún no es atendido de forma directa por el estado, y es básicamente porque el esquema de mercado de suelo sigue operando en la ciudad, con lo cual estas periferias o territorios marginados siguen su tendencia, más aún cuando la parte moderna y “progresista” de Santiago les comienza a delegar nuevas tipologías de espacios de los no-lugares2. Así es como este trabajo de investigación pretende centrarse en el reconocimiento y exploración de territorios “vacíos”

1 “Decreto 420, Planificación SEREMI 1979-90”, revista serie “Premio nacional de urbanismo”, Nº 1, Santiago Nov. 1996, pp. 56. 2 Los no Lugares, gedisa, Barcelona, Enero de 2004.

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generadores de intersticios urbanos, o áreas infrautilizadas, inaccesibles, y por ello al margen de operaciones inmobiliarias, ubicados sobre la periferia poniente de Santiago. Esto con el objeto de identificar y establecer ciertas tipologías de terrenos vacíos presentes en estos sectores, llegando a develar carencias o posibles polos estratégicos de desarrollo que puedan conformarse como nuevos subcentros de la ciudad, capaces de suplir las carencias de integración de estos sectores. Esto, a través de un estudio descriptivo y analítico sobre estos terrenos inutilizados o “vacíos” dentro de un área a definir. Ahora bien. En este trabajo también se abordarán el tema de periferia y los vacíos urbanos dentro de esta, en un sentido más amplio, como espacios construidos o utilizables, terrenos, edificaciones, grandes conjuntos o zonas que se localizan en el interior de áreas urbanizadas y que se encuentran desocupadas, o bien, cuyo uso sea evidentemente más bajo que su potencial de desarrollo urbano, sin pretender llegar a dar definiciones de estos, sino a entenderlos en un contexto mas global, y dar una lectura en el contexto local.

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1. PERIFERIAS

“periferia. (Del lat. peripherĭa, y este del gr. περιφ�ρεια). 1.f. Contorno de un círculo, circunferencia. 2. f. Término o contorno de una figura curvilínea. 3. f. Espacio que rodea un núcleo cualquiera”.3

“Entiendo por periferia aquellas partes de la ciudad donde el binomio capacidad de uso y capacidad de significación está desequilibrado en cualquiera de sus componentes. Huelga decir que esto puede suceder, y sucede, en nuestras ciudades, tanto lejos del centro como en su interior. Lejos del centro es frecuente la crisis de la significación, y en el centro mismo, la de capacidad de uso”.4

Bru, Eduard Partiendo de las anteriores referencias, se podría asumir que la periferia es un hecho natural, un hecho casi de acción y reacción frente a cualquier foco de desarrollo dentro de la ciudad, ya que en estas están implícitos ciclos llenos de significaciones o (re) significaciones y de obsolescencia, y decadencias. Dicho de otra manera, cuando termina un ciclo de intereses o procesos sociales inmediatamente comienza otro, manteniendo así las contradicciones, y más aún, desarrollándolas en otros niveles u otros intereses, abriendo nuevas perspectivas 5 A la vez que la periferia existe desde siempre, no tan solo en las ciudades modernas, como lo señala Eduard Bru6, sino de los inicios de la cultura occidental. Por ende, se podría decir también, que podemos generar diversas tipologías de periferia constituidas a lo largo del tiempo en una misma ciudad. Pero para eso habría que agregar creo, que la periferia debe poseer una cierta medida, un espesor y una continuidad entorno, o en relación con “algo”, o si no le interpreto como un residuo, intersticio, terrain vague, o un no lugar. En la periferia, por decirlo de algún modo, se vive el lado “B”, “C”, o “D” de lo que sucede en el lado “A” suponiendo el lado “A” como un sistema o soporte autosuficiente. Entonces ya desde ahí podemos comenzar a definirlas. Partir por ejemplo, por un hecho básico como podría ser el físico, es decir, cual es el tamaño, la distancia, y el paisaje, etc., que posee en relación con el núcleo que rodea, y lo que proyecta sobre la ciudad o el territorio en general (escala).

3 Real Academia Española, “Diccionario de la lengua española”, http://www.rae.es/ 4 Bru, Eduard “Coming from the south”, Ocampo, Pablo, “Periferia”: la heterotopía del no-lugar, USACH, 2002. 5 Ianni, Octavio, “La sociedad global”, siglo XXI, Madrid, 1999, pp. 18 6 Bru, Eduard, “Coming from the south”, Actar, Barcelona, 2001, pp. 37

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Pues bien, entonces habría que recordar que este trabajo se centrará sobre la periferia poniente en barrios marginales de la ciudad de Santiago, la cual abordaré más adelante. Antes me resulta importante complementar lo anterior con otra visión más global, y es que las ciudades latinoamericanas como Santiago, de acuerdo a lo dicho anteriormente, son en gran medida productoras de periferias. Periferias que van, o bien fueron especulando sobre cualquier polo de desarrollo que surgía o surge dentro, lejos, o bien fuera de la estructura central de las ciudades, lo cual permite que hoy coexistan varias capas de periferias, de diversos espesores y diversas configuraciones como señalaba antes. Ahora como se puede suponer, es básicamente porque nuestras ciudades obedecen, y se han formado en gran parte de su historia bajo una forma de desarrollo basada en las variaciones del mercado de suelo, “esquema adaptativo”, el cual va buscando adecuarse a la dinámica de las componentes socioeconómicas, y socioculturales, y bien sabemos que esta forma de crecimiento, al final, acusa de manera mucho más crítica sobre la ciudad, dos marcadas etapas: una de abundancia y otra de decadencia, lo que asegura la (re)invención del modelo y del circulo vicioso del cual se hacen acompañar, intensificando aún más la producción natural de periferias. “Este modelo de imperialismo no hace más próspero a sus colonias aunque enriquezca a sus polos de desarrollo; no alivia las tensiones sociales regionales, sino que las agudiza; extiende aún más la pobreza y concentra aún más la riqueza”.8

Galeano, Eduardo “Un rasgo que encuentro asombroso de las ciudades norteamericanas es que, en un intervalo de diez años, pueden cambiar radicalmente de concepto y de aspecto; cambian literalmente de la noche a la mañana, y que eso pase cada década lo encuentro absolutamente asombroso.”9

koolhaas, Rem Efectivamente, también este cambio que señala Rem Koolhaas sobre las ciudades norteamericanas, producto de las oportunidades que ofrece el modelo económico, puede resultar asombroso o a lo menos atractivo para un Arquitecto, o quizás para la sociedad entera, que tiene o ve la posibilidad de (re)crear sus ciudades. Pero estas posibilidades y posibles transformaciones cuando las trasladamos a las ciudades latinoamericanas, ahora sí, concretamente a la ciudad de Santiago de Chile, se ve un panorama asombroso, sí. Porque asombrosamente de transformaciones nada, solo un cumulo de

8 Galeano, Eduardo, “Las venas abiertas de América Latina”, Pehuén, Santiago de Chile, 2005, pp. 270. 9 Koolhaas, Rem, “Conversación con estudiantes”, Gustavo Gili, Barcelona, 2002, pp. 37.

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postergaciones, o una yuxtaposición muy extensa de periferias mejor o peor urdidas a lo largo de la ciudad. Es decir, sobre Santiago podemos encontrar múltiples periferias que suceden a otras periferias no necesariamente en forma radial, sino que por paños, áreas, o linealmente. En fin, es la herencia a la cual hoy se le superponen los fenómenos de la globalización, fenómenos que, hacen más evidente, no por eso más accesibles, a realidades como la exclusión social y la segregación urbana, ya que justamente donde mayor impacto provocan es sobre la periferia más vulnerable.

Plano del crecimiento del gran Santiago con posterioridad al decreto 420 (Fuente: revista serie - premio nacional de urbanismo Nº1)

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1.1 PERIFERIA MARGINAL “Marginal: 4. adj. Dicho de una persona o de un grupo: Que vive o actúa, de modo voluntario o forzoso, fuera de las normas sociales comúnmente admitidas”.11 Si entendíamos como periferia aquellos lugares dentro de la ciudad fuera, al margen, o al borde de un núcleo, centro, o polo productivo o cívico, etc. carente de significación o carentes de un uso pertinente, de acuerdo a su temporalidad, complementarlo con la palabra marginal podría sonar redundante. Pero lo cierto es que la condición de marginalidad me ayuda a extraer o a develar aun más su esencia de periferia, porque con marginal me refiero a esas áreas periféricas con dificultades y desfavorecidas, donde no se vislumbra ninguna posibilidad de inversiones inmobiliaria, producto del historial que les acompaña, y la nueva configuración de las metrópolis del modelo fordista. En estas áreas, más allá de las diferencias de evolución histórica y de configuración urbanística, existen elementos comunes que los definen: índices de desempleo mayores que la media de la ciudad, bajo nivel de ingresos, falta de oportunidades, déficits de habitabilidad en asentamiento irregulares, reducida actividad económica, etc. Se trata, por tanto, de una concentración de problemas en áreas acotadas (poblaciones), y que son de difícil resolución, y de identificar los factores que rompan el ciclo de declive o de deterioro. Estas áreas en dificultades o marginadas, están asociados a dos situaciones de partida: por una parte las periferias o suburbios metropolitanos, fruto del modelo fordista de desarrollo, y por otra, a que se ubican sobre un horizonte de límites absolutamente efímeros, áreas donde la ciudad en vez de ir apaciguando lleva ya consigo una carga de conflictos en donde los puede detonar. “Son lugares donde la ciudad renuncia a un carácter tranquilizador y acepta, por el contrario, a través de su lado ausente, el encuentro con el cambio, con lo inquietante, con lo vulgar. Pero son también lugares donde el juego queda abierto”12

Parcerisa Bundó, Josep

A esta realidad se superponen los nuevos fenómenos de exclusión social, las nuevas tendencias de individualización y, sobre todo, la diversificación y complejización de la estructura social residente y de las formas de utilización del espacio urbano.

11 Real Academia Española, “Diccionario de la lengua española”, http://www.rae.es/ 12 Parcerisa Bundó, Josep, Rubert de Ventós, Maria. “La ciudad no es una hoja en blanco”, Arq, Santiago de Chile, 2000, pp. 117

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2. IMAGEN DE CIUDAD GLOBAL: ESPACIOS DEL ANONIMATO (Los no lugares) EN DUALIDAD CON LA PERIFERIA MARGINAL DE SANTIAGO

“si un lugar puede definirse como lugar de identidad e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no-lugar”.13

Auge, Marc Sobre la imagen de ciudad global, se desata un proceso de desterritorialización, el cual desarraiga y desplaza personas, cosas, ideas (Ianni, Octavio)14. Ese desarraigo que acompaña al funcionamiento de la sociedad global se puede traducir sobre el uso del territorio metropolitano como la difusa percepción de los puntos de referencia, dando la impresión que se van moviendo, o flotando, hasta que se nos borran. Eso porque el sistema de flujos que se instaura, está basado sobre hechos de consumo, o sucesos del consumo (Ocampo Pablo)15, que por lo demás son absolutamente segmentados. “La sobremodernidad es productora de no lugares, es decir, de espacios que no son en sí lugares antropológicos y que, contrariamente a la modernidad baudeleriana, no integran los lugares antiguos: éstos, catalogados, clasificados y promovidos a la categoría de “lugares de memoria”, ocupan allí un lugar circunscripto y específico”.16

Auge, Marc

Costanera Norte – sector poninete Borde autopista central –

Estos espacios del no lugar (autopistas, vías ferroviarias, “medios de transporte”, habitaculos de consumo, etc.) que define Marc Augé, cuando vemos que se comienzan a desplegar sobre terrenos de la periferia, básicamente con autopistas, se produce un choque o una dualidad de escalas, en donde antes todo era efímero, ambiguo, y ausente, no sabíamos donde comenzaba ni

13 Augé Marc. “los no lugares”, gedisa, Barcelona, 2004, pp. 83 14 Ianni, Ocatvio. “la sociedad Global”, siglo XXI, Madrid, 1999 15 Ocampo, Pablo. “Periferia: la heterotopia del no-lugar”, USACH, 2002 16 Augé Marc. “los no lugares”, gedisa, Barcelona, 2004, pp. 83

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terminaba precisamente, ahora es transgredido, corrompido, en algunos casos se transforman en paisaje, tienen minutos, y kilometraje, pero no se pueden reconocer identidades solo es un contacto visual (telespectador)17. Ahora desde la experiencia del residente de esa periferia, ese espacio lineal, moderno y transgresor que se le ha agregado a su ya deteriorado paisaje, no le queda más que codificarlo, y unirlo a los otros hitos, como las copas de agua, las torres de alta tensión, a los enormes y multiples vacíos, elaborando un nuevo mapa perceptual que le permita situarse en este circuito conformado por: residuos, intersticios, vacíos, y no lugares.

Manifestacion en Población la victoria Borde costanera norte.- sector ponien Cruce Carrascal con Costanera Norte(fuente:)

3. CATEGORIZACION DE LUGARES VACÍOS Y SU

CONFIGURACION SOBRE LA PERIFERIA. Ciertamente cuando hablamos de “vacíos” urbanos nos podemos estar refiriendo a diversas categorías de espacios, ya que el significado mismo de la palabra vacío puede abarcar múltiples aspectos, y solo estaríamos de acuerdo en que hace referencia a una carencia o ausencia. En este sentido sería útil volver a señalar en un aspecto más puntual, los espacios de los no lugares que vimos anteriormente, llámese vías ferroviarias, autopistas, aeropuertos, habitáculos de consumo, parques de recreo, supermercados, etc. En este caso, como se señaló, son vacíos porque desde el punto de vista del sujeto usuario carecen de identidad, relaciones, y memoria, cosa que puede ampliar aún más la variedad de estos espacios. Ahora si suspendemos esta definición por un momento y nos trasladamos netamente a los espacios dentro de la ciudad definidos bajo el nombre terrain vague18 los cuales apuntan de forma más directa a los vacíos urbanos o tierra de nadie. El autor los define de la siguiente manera:

“Son lugares aparentemente olvidados donde parece predominar la memoria del pasado sobre el presente. Son lugares obsoletos en los que sólo ciertos valores residuales

17 Ocampo, Pablo. “Periferia: la heterotopia del no-lugar”, USACH, 2002 18 Solá Morales, Ignasi. “territorios”, Gustavo Gili, Barcelona, 2002, pp. 181

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parecen mantenerse a pesar de su completa desafección de la actividad de la ciudad. Son, en definitiva, lugares externos, extraños, que quedan fuera de los circuitos, de las estructuras productivas. Desde un punto de vista económico, áreas industriales, estaciones de ferrocarril, puertos, áreas residenciales inseguras, lugares contaminados, se han convertido en áreas de las que puede decirse que la ciudad ya no se encuentra allí. Son sus bordes faltos de una incorporación eficaz, son islas interiores vaciadas de actividad, son olvidos y restos que permanecen fuera de la dinámica urbana. Convirtiéndose en áreas des-habitadas, inseguras, im-productivas. En definitiva, lugares extraños al sistema urbano, exteriores mentales en el interior físico de la ciudad que aparecen como contraimagen de la misma, tanto en el sentido de su crítica como en el sentido de su posible alternativa.”

Solá Morales, Ignasi

De acuerdo a lo que podemos entender de la anterior cita y retomando el concepto de los no lugares, claramente podríamos hacer una asociación directa entre ambas, e inclusive si las comparamos con lo que yo entendía por periferia se cruzarían en más de un punto, o tendrían algunos alcances en sus formas de interpretación, pudiendo llevarme a un error en la apreciación de la configuración de los vacíos. Es por eso que me resulta importante precisar en lo que para mí se van a relacionar y diferenciar a la hora de configurar sus espacios, ya que, creo que son las componentes que inciden en mayor medida en la creación del paisaje deteriorado sobre la periferia hoy en día. “Los territorios pierden sus perfiles y se cruzan con los problemas de movimiento y de tiempo. Todo se relativiza. Aparecen espacios nuevos. Mutaciones y flujos nos indican esta nueva relación espacio-temporal. Contenedores y terrain vague nos identifican los nuevos espacios que genera la ciudad, a menudo como desperdicios que hay que reciclar”19

Ramoneda, Josep Entonces la distinción que habría que hacer, es que los terrain vague de alguna manera enmarcan en gran medida los espacios vacíos, vagos, o vacantes, en definitiva tierra de nadie. Con la característica que bajo estos paisajes se podría encontrar todo lo que un no lugar no tiene, es decir bajo, en el terrain vague se pueden desprender capas donde se oculte la memoria de un lugar, ya que el autor señala que son lugares olvidados, poseen pasado, por lo cual podríamos encontrar una identidad, y fueron parte de algún circuito dentro de la ciudad, podríamos establecer una relación temporal con la ciudad y sus habitantes. En cambio los no lugares, si los sacamos de su contexto natural, la antropología, y nos fijamos en el circuito que generan, o la

19 ¿para qué sirven los arquitectos?, Revista UIA Barcelona 96, pp. 9

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yuxtaposición que implantan sobre la ciudad, nos damos cuenta que hacen un aporte a la creación de algunos vacíos, independiente de su vacío natural, esto porque cuando se fija la atención sobre ellos dentro de los espacios de la ciudad, inmediatamente los asociamos con áreas poco definidas, y no porque en si no tengan una definición espacial, sino porque el entorno inmediato que generan es el indeterminado. Y son estos espacios indeterminados los que podríamos incluir en una de las categorías de vacíos que podemos identificar sobre la periferia. 3.1 terrain vague Y SUS VARIACIONES EN LA PERIFERIA

MARGINAL. Entrar al tema del terrain vague, uno lo puede hacer, como lo señala el autor Ignasi de Solá Morales, por medio de la fotografía contemporánea, o por medios artísticos que han apuntado su mirada hacia estos vacíos urbanos, en el caso chileno podría ser el cine, en la caracterización de estos, o bien por lo que hoy es más llamativo, vale decir los grandes proyectos de transformaciones urbanas que se han venido haciendo sobre algunas ciudades. Como por ejemplo: la potsdamer platz en Berlín, recuperación del borde costero en Barcelona, de igual manera en Bilbao, Puerto Madero en Buenos Aires, en fin,... hasta llegar a nuestro ejemplo local de Santiago con el proyecto Bicentenario del Anillo Interior. Ahora el punto en común, obviamente es que actúan sobre estos denominados terrain vague con grandes proyectos de modo de promover una recuperación y mejora en el contexto global de la ciudad, porque justamente las áreas terrain vague lo permiten, al tener esa carga de memoria y significados en sus capas de obsolescencia y conflicto con la ciudad, lo que se hace es detonar su potencial. Entonces cuando nos encontramos con nuestra periferia marginal y buscamos estos lugares extraños, obsoletos, olvidados por el desarrollo, tratando de ir en busca de esa revelación y posterior estrategia, nos encontramos con que ya no son lugares específicos, sino que podría ser el paisaje completo, no son áreas obsoletas, vive gente, solo que “se les olvidó ponerles el pasto”, nunca pasó el ferrocarril, pero pasan las torres de alta tensión, no hubo grandes conglomerados de fábricas, a cambio, existen copas de agua, en definitiva, la escala es otra, aunque no por eso sin memoria ni significado, ni tampoco sin las posibilidades tradicionales del terrain vague, solo habría que mirarlos con mayor detención y tratar de asignarles alguna categoría de vacío que permita trabajarlos bajo una lógica.

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VACÍOS RESIDUALES Los vacíos residuales los podemos entender como aquellas áreas en las cuales no se puede desplegar tipologías de intervención, ya que son dependientes a una estructura mayor, es decir no poseen ningún grado de autonomía que haga posible incidir, o provocar un cambio sustancial sobre otra área. Estos espacios, como se dijo anteriormente, los encontramos de forma adyacentes a los no lugares. En el caso de la periferia marginal, son básicamente los bordes de las nuevas autopistas, que la cruzan, las cuales van sembrando de forma natural estos retazos.

VAC A difdel tvalorpermSobresenáreadefin

20 NuUIA B

Borde autopista del sol Borde costanera norte, sector poniente

IOS INTERSTICIALES.

erencia de los residuales, estos espacios, dentro de la política errain vague, son los posibles de re-significar y poner en , ya que poseen una autonomía y una lógica propia, que nos ite desde ahí, establecer un nuevo orden sobre el sector20. e la periferia se manifiestan de diversas maneras, pero cialmente como aquellas áreas destinadas a equipamiento o s verdes que quedaron sin consolidar o sin ejecutar itivamente, y que paradójicamente son las más agresivas.

evos fenómenos urbanos y nuevo tipo de proyecto urbanístico, Revista arcelona 96, pp - 12 -.280

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VACIOS POR OBSOLESCENCIA Si bien no participan activamente sobre el paisaje de la periferia marginal, y bien podrían estar en la categoría de intersticio, los cierto es que me resulta bueno ponerlos en otra categoría, para señalar esas áreas iconos del terrain vague, o más características, vale decir infraestructuras en desuso que producto del cambio, ya sea del sistema productivo, o por el cambio cualitativo de algún área, han quedado abandonados. Estos lugares casi siempre hace referencia a viejas instalaciones industriales, o sistemas de transporte que han quedado fuera de la ciudad, pero sobre la periferia podemos encontrar otros tipos, como por ejemplo el antiguo vertedero Lo Errazuriz, al sur poniente de santiago.

Vertedero lo Errazuriz Puente peatones sobre el Hospital Mapocho

VACÍOS SOBRE PAISAJES VAGOS. Por último, hago referencia de los paisajes vagos, porque tiene que ver con el paisaje que generó, o detonó la periferia al llegar a algunos sitios de gran escala, o escala metropolitana, y por los cuales, obviamente no se pudo hacer cargo, vale decir cauces de agua, cerros islas, que se unen a los residuos y los intersticios vistos anteriormente, conformando así, y cerrando el sistema de vacíos sobre esta periferia.

Borde canal ortisano con borde zanjon de la aguada frontera nor-poniente rio Poblacion Camilo Henriquez (Isabel Riquelme) Mapocho

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4. METODOLOGÍA. Apoyado en la aproximación hacia tipologías de vacíos sobre la periferia de Santiago, anteriormente descrita, ahora se propone hacer un reconocimiento sobre casos de estas, para llevarlas a una confrontación metodológica. Pero Ciertamente estamos frente a hechos (los vacíos periféricos) que no responden a una lógica en el tiempo, sino que a realidades fragmentadas21 insertas dentro de fenómenos macrosociales; Por tanto, me parece apropiado la realización de una cartografía como método de análisis, la cual permita develar e interpretar de forma mucho más representativa la realidad de estos vacíos22. Para tal efecto propongo asumir dos de las tres dimensiones cartográficas propuestas en la metodología de Cartografías de ciudad23, vale decir, abordar una dimensión “macro estructural” en donde se pueda dar cuenta de un reconocimiento general de los vacíos sobre el territorio a través de registros gráficos. Y otra llamada “dimensión cotidiana”, la cual apuntará a identificar de forma más semiológica un sistema de vacíos sobre una unidad de análisis, armando así un mapa perceptual de esta, que se pueda confrontar con la categorización de vacíos propuesta. Ahora, también me parece válido para este trabajo, mencionar el método propuesto por Kevin Lynch en su libro La imagen de la ciudad24, rescatando principalmente el primer procedimiento que nos plantea, que al igual que el anterior, también sugiere un reconocimiento general del terreno por parte del observador, obteniendo registros gráficos y escritos, los que luego se comparan con una entrevista masiva, obteniendo así una primera síntesis analítica de tipo perceptual. Obviamente por razones de tiempo, realizar una entrevista no es viable, pero creo que sería algo que podría reforzar mucho más la posibilidad de recodificar y resignificar estos vacíos como estrategia de desarrollo para los barrios periféricos, pues también plantea como segunda etapa una comprobación empírica, solo que con los mismos entrevistados, algo que se hace aún más difícil, pero de igual manera, creo que enriquecería, y se podría obtener un mayor provecho en la reflexión final si se aplicaran.

21 Llano José / Valencia Marco, “fragmentos y cotidianos. Hacia la generación de claves interpretativas para comprender la ciudad contemporánea”, revista digital, Diseño Urbano y Paisaje, volumen II, Nº 5, Santiago, 2004,

Lynch, Kevin. “la imagen de la ciudad”, Gustavo Gili, Barcelona, 1998,

pp.172

publicado en http://www.ucentral.cl/Sitio%20web%202003/Revista%20Farq/00001.htm 22 Véase Lehmann Karen, Valencia Marco, Llano José. “Cartografías de ciudad. Discursos, culturas y representaciones urbanas en Santiago. 1990-2000”, revista digital, Diseño Urbano y Paisaje, volumen I, Nº 3, Santiago, 2004, publicado en http://www.ucentral.cl/Sitio%20web%202003/Revista%20Farq/001.htm 23 Ibíd. Nº 22. pp. 13-15 24

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De igual forma creo que la metodología cartográfica aquí escogida, es capaz, y es el fin que se busca, de abarcar y multiplicar las entradas interpretativas de esta realidad25.

“Una cartografía, en el sentido de la definición del principio de cartografía y de calcomanía de en “Rizoma”, de Deleuze y Guattari: “muy distinto es el rizoma, mapa y no calco”. El mapa no reproduce un inconsciente cerrado sobre sí mismo, sino que contribuye a la conexión entre diversos campos. “El mapa es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable, alterable, susceptible de recibir constantemente modificaciones”. Puede, por tanto dibujarse en una pared, ser objeto de arte, constituirse como acción política. Un mapa es parte del rizoma”26

Por último, cabe señalar que la llevada acabo de esta metodología no fue de forma lineal, sino que respondiendo a fases cíclicas, entre búsqueda y corroboración, análisis y planteamiento. Por ende las dos dimensiones señaladas al comienzo se fueron armando de forma complementaria y paralela, aunque para efectos de exposición y orden, los expondré bajo las dos dimensiones, una macro, y otra de lo y cotidiana vivencial.

4.1 HACIA UN IMAGINARIO DE VACÍOS SOBRE EL TERRITORIO PERIFÉRICO. Para comprender, o más bien introducirme en el papel que podían desempeñar como estructura general los vacíos urbanos sobre los espacios periféricos, me fue necesario como primera instancia, antes de realizar un viaje de reconocimiento, preguntar por ellos a alguien que viviera sobre una periferia, no necesariamente una periferia marginal, sino que habitara sencillamente sobre la periferia, para ver si reconocía algunos de estos espacios y que importancia le otorgaba. Desde ahí que nace la conversación con un habitante de la comuna de Pudahuel, el cual vive en un barrio de vivienda social que se ubica al costado de la Ruta 68 y Av. Gral. Oscar Bonilla (yendo hacia Valparaíso al costado derecho de la carretera), pues al preguntarle sencillamente si reconocía algunos vacíos, o “peladeros”, cerca de su barrio o por su comuna, él me orienta con una especie de circuito de estos, en donde me señalaba como primer vacío relevante, las cerca de 25 canchas de fútbol, obviamente de tierra, que se ubican al costado de la carretera y al costado de su barrio, además del antiguo parque de diversiones abandonado, mundo mágico. Como segundo espacio, y en dirección norte, me señaló otro sitio que hacía de vacío icono, ya que se encontraba una copa de agua que lo hacía muy reconocible al encontrarse sobre un pequeño cerro, y era a su vez la zona más insegura del sector. Luego se

25 Ibíd. Nº 22, pp. 14 26 Deleuze, Gilles / Guattari, Félix, “mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, Vol. II, Ed. Pre-textos, Valencia, 1997. pp.12-13, Ibíd. Nº 22, pp. 4

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refirió, desviándose hacia la derecha en el mismo sentido norte, a los terrenos del metro utilizados como terminal de vagones. Después identificó el eje comercial de la calle san Pablo, para señalar que detrás de este se encontraban otros dos terrenos con canchas de fútbol, en uno habían 14, y en el otro 6. Continuó, en la misma orientación, refiriéndose a un terreno con torres de alta tensión, el cual se encontraba ya cerca del río Mapocho. Finalmente hace referencia justamente a todo el borde del río, y por último, y de forma más general se refiere a todo lo que podría ser los cerros islas de renca y sus alrededores. Pues bien, desde la subjetividad de estas indicaciones, y después de corroborar estos datos sobre una fotografía aérea, me di cuenta que estaban ajustados a la realidad y que estaban apoyados en fenómenos reconocibles dentro de la ciudad, es decir, la persona estableció un limite claro entre lo que es la frontera del río y el borde de la carretera, para poder identificar sobre la base de su experiencia personal estos vacíos. Desde esta lógica tan sencilla, evidente, y propia de la ciudad comencé la identificación de los vacíos sobre la periferia.

Esquema del circuito de vacíos Corroboración sobre foto aérea Identificados.

En primer lugar fijé limites o áreas estructurantes evidentes dentro de la ciudad que podrían ayudar a delimitar de mejor forma la extensa zona poniente, de igual forma como lo hizo en su imaginario el habitante de Pudahuel. A su vez tomé como perímetro o margen de partida, el anillo interior, ya que justamente se desarrollan proyectos basados en la política del terrain vague, lo cual podría significar una oportunidad estratégica para cualquiera de estos vacíos y zonas. Así, determiné que el Río Mapocho en conjunto con la Costanera Norte seria el limite por el lado norte. Más al sur la Ruta 68, continuando con el zanjón de la Aguada, y cerrando con la Autopista Central hacia le sur. Estos limites permitían abordar las

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zonas de forma equivalentes en su extensión otorgando además una clara identificación dentro de la ciudad. De esta manera comencé el reconocimiento por cada zona que quedaba entre estos limites, y el registro de los vacíos previamente vistos sobre una fotografía aérea, dejando solo los más relevantes en el sentido de su tamaño e inserción dentro de la trama, ya que muy afuera de esta podría caer en la interpretación de lo urbano rural. De esta forma se obtuvo un catastro, al cual mediante una esquematización, se le pretendió dar una continuidad a la existencia de estos vacíos, o más bien la que se podía tejer sobre estos vacíos, que sin duda está solo apoyada en la morfología y el carácter temporal.

Esquema de circuito de vacíos Corroboración sobre casco urbano propuesto.

Ahora, en contraste con la categorización de vacíos propuesta en el apartado 3, podríamos ya evidenciar ciertas jerarquías que se condicen. Como por ejemplo los paisajes vagos, en este caso dados por los bordes del río Mapocho, Zanjón de la aguada, y los cerros islas de Renca, que apoyados en la infraestructura de carreteras marcan las áreas hitos dentro de esta periferia, y la ciudad, limitando macro áreas donde en su interior se despliegan las otras categorías, como los intersticios, y vacíos de infraestructura. También es preciso señalar que esta esquematización de lo que podría resultar una red de vacíos sobre la periferia, solo nos sería útil si es que sobre esta, se superpone una secuencia de usos o actividades existentes sobre los barrios, ya que de otra manera solo se presentarían como hechos disgregados, unidos por un factor temporal.

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RIO MAPOCHO Y ZANJÓN DE LA AGUADA, LAS FRONTERAS NATURALES COMO VESTIGIO DE LO POSTERGADO.

ESTRUCTURAS VIALES, AL AMPARO DE LAS FRONTERAS, Y COMO SOPORTE DE NUEVAS.

Imágenes de los dos cauces de agua y las autopistas que los atraviesan, costanera norte y autopista del sol. Cabe señalar las otras dos autopistas que intervienen sobre esta periferia, como la ruta 68, y autopista central.

Sobre los dos principales cauces de agua que cruzan Santiago, el Mapocho y el Zanjón, uno podría develar casi, por no decir toda, la realidad de Santiago, por lo cual no entraré en análisis de ellos ya que sería materia de otro trabajo, solo haré mención a la consolidación de estos paisajes vagos sobre estos, que nacen bajo el amparo de la indeterminación de una periferia marginal, y hoy dan soporte a acciones de la “sobremodernidad”.

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ÁREAS DE RE-CREACION, COMO CIRCUITO DE INTERSTICIOS.

¿INFRAESTRUCTURAS Y RESIDUOS, REFERENTES SEMIOLOGICOS DEL ESPACIO PERIFERICO?

Imágenes obtenidas sobre la población la victoria y lugares aledaños al río Mapocho, nos muestran este despliegue de espacios infrautilizados y sin consolidar, como por ejemplo las canchas de fútbol.

5. UNIDAD DE ANÁLISIS Diversos elementos que actúan sobre el imaginario colectivo disgregados sobre la zona

poniente.

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5. UNIDAD DE ANALISIS 5.1 FRONTERA NOR-PONIENTE RIO MAPOCHO Apuntando a un carácter más local, en el reconocimiento de los vacíos urbanos, ahora me centraré en un área más acotada como una población, para realizar una mirada inversa a lo hecho hasta ahora, es decir, desde el espacio construido y habitado, al vacío y lo indeterminado. La zona escogida es el borde sur poniente del río mapocho, entre sus dos últimos cruces de oriente a poniente, desde el puente Carrascal hasta el puente Peterson, hasta la avenida Mapocho hacia el interior, esto solo porque en su extensión es un área abordable. A su vez que pertenece a una zona altamente segregada desde el punto de vista de la disponibilidad de servicios y equipamientos. Y además porque convergen de alguna manera todas las tipologías de vacíos y espacios vistos en el estudio, acentuados por la nueva visibilidad dada por la autopista.

5.1.1 COMPONENTES

Entrada sobre el puente carrascal, desde la costanera norte, hacia el sector de análisis

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5.1.1 COMPONENTES Estructura del espacio construido y morfología. El tejido aquí construido está basado en la conurbación de distintas poblaciones, y ciertos asentamientos irregulares consolidados en el tiempo alrededor del paisaje natural del río, los que dan cuerpo a una especie de costra altamente densificada y hermética, modelada a su vez por ejes viales de conexión intercomunal.

Tipologías de viviendas y agrupamiento, presentes sobre la poblacion Carrascal, Santa Rosa, y los Cisnes, principalmente.

Estructura vial y accesibilidad. La estructura vial interior, en este caso, está mimetizada con relación al espacio construido, acentuando aún más el concepto de costra, la cual se ve enfrentada a una dualidad de escala con los ejes viales mayores que la circundan y la conectan, especialmente con la autopista.

Perfil pasaje interior Perfil pasaje interior 2

Perfil costanera sur – circundante al núcleo

Perfil Av. Carrascal, eje de acceso a la zona

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La dualidad de escalas en la estructura vial, se puede evidenciar en las formas de desplazamiento que desarrollan los residentes sobre esta, convirtiendo los recorridos en circuitos autónomos, aveces deshumanizados en los retazos residuales de las vías.

Estructura de espacios públicos y áreas verdes.

Sin duda la carencia de espacios públicos constituidos, presente en el sector, es una de sus principales debilidades, pero en este caso podría ser también la principal herramienta para gestionar el desarrollo de los vacíos presentes en pos del desarrollo de la

zona.

Estructura de vacíos.

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Vemos como operan las distintas tipologías de vacíos sobre el área, las cuales van urdiendo el paisaje vago de los horizontes fugados, a los cuales está sumergida la vida de sucesos. Estos vacíos, a su vez, van escalando los espacios y marcando el adentro-afuera, el lleno–vacío, contenido– fugado, es decir van actuando como referentes dentro del sector. Superposición de estructuras. Si bien es cierto que sobre el sector podemos reconocer las distintas tipologías de vacíos, como los espacios residuales dejados por la costanera norte, los vacíos intersticiales que afloran en áreas sin consolidar, los vacíos de infraestructuras presentes principalmente en el hermetismo de la industria Fanaloza y las torres de alta tensión, lo que unido a lo indeterminado del borde rio genera un extenso paisaje vago. Una vez que separamos las distintas estructuras y vemos de alguna manera como van actuando e incidiendo de forma individual sobre el sector, cuando las intentamos superponer y buscar sus relaciones, lo que se evidencia es su absoluta disociación y falta de continuidad, ya que el hermetismo de cada una de las estructuras aflora un ensimismamiento, en su vocación de subsistencia, es decir, los espacios comienzan a experimentar un repliegue ante la agresividad y deshumanización del otro.

Por ende, aquí los vacíos en su categoría de intersticio, sí podrían asumir un rol conciliador del espacio total, desplegando su lógica interna y poniendo su autonomía y capacidad referencial al

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servicio de las preexistencias de uso del sector, pudiendo generar un nuevo orden y lectura sobre el mismo.

En otros términos, podríamos estar hablando de un sistema de medios estructurales físicos, que al ser dependientes y operar sobre ellos, un sistema relacional de convivencia27 las operaciones que podamos realizar, en este caso sobre los vacíos urbanos de los barrios periféricos marginales de Santiago, tendrían necesariamente que estar atendidas por las existencias intrínsecas de la organización y adaptación del sistema social28. Así, se estaría desarrollando un nuevo sistema estructural flexible capaz de mutar en el tiempo y subsistir en la continua adaptación que experimentan estos barrios.

6. CONCLUSION Sin duda, que bajo el marco del urbanismo actual, las herramientas de gestión y de diseño urbano que nos han entregado los diversos proyectos realizados hasta ahora sobre la experiencia del terrain vague, y la capacidad de reconstrucción que han demostrado sobre zonas conflictivas dentro de la ciudad, abren la inquietud por llevar esta política con capacidad ejecutiva e inductiva a través de sus acciones y proyectos concretos, hacia zonas igualmente de burocráticas y complejas de la ciudad de Santiago como son sus periferias. Esto porque en la realidad actual de ciertas áreas, como la unidad vista en este trabajo, las condiciones de mejorar o insertarse de manera efectiva dentro del “sistema” de ciudad, son muy bajas creo yo, si es que no se trabaja justamente con acciones y medidas concretas, lo cual sería un absoluto desperdicio no intentar implementarlas, porque las coincidencias y conexiones están, entre estos espacios marginales y heridos, con las herramientas, el orden, y la articulación que podemos lograr con esta estrategia de intervención. Y no en nombre de la economía, justificar no hacerlas. Más aún, si pensamos que la ciudad de Santiago no es todo lo extensa, ni toda lo disgregada que se cree, con lo cual podríamos estar amparando, hacia el futuro, acciones destructivas sobre lo que podría ser el tejido urbano más consolidado. Pero también resulta evidente, que realizar este ejercicio, precisa de una necesaria re-intrepretación de los fenómenos presentes sobre estas zonas, como son su indeterminación, ambigüedad en muchos caso, paisajes vagos, y cargas sociales complejas. Es por eso que creo, que cuando fijamos la mirada en la intervención de los vacíos presentes en estas zonas, apelando a esta filosofía

27 Maturana Humbert. “Transformación en la convivencia”, Dolmen, Santiago, julio de 1999, pp. 10 28 Ibíd. Nº27, sistemas sociales, pp. 26

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intrínseca del arquitecto por modelar el espacio disponible29, necesariamente tendremos que reflexionar sobre la importancia de los espacios colectivos y su dimensión social y cultural, como capaces de articular y convocar identidad al medio urbano, pudiendo así, de forma coherente y armónica, afectar o detonar cambios estructurales predeterminados ya, en la estructura del sistema social de estos barrios.

29 Ibíd, Nº 19, pp. 1

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