universidad del istmo facultad de …glifos.unis.edu.gt/digital/tesis/2004/13079.pdf · valores y...
TRANSCRIPT
UNIVERSIDAD DEL ISTMO FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES
DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS NEGOCIOS INTERNACIONALES
“LIDERAZGO Y VERDAD: LOS DOS PILARES PARA LA TRANSFORMACIÓN EMPRESARIAL”
MARÍA GABRIELA ANDRETTA MONZÓN
GUATEMALA, 27 DE OCTUBRE DE 2004
1
UNIVERSIDAD DEL ISTMO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES NEGOCIOS INTERNACIONALES
“LIDERAZGO Y VERDAD: LOS DOS PILARES PARA LA
TRANSFORMACIÓN EMPRESARIAL”
TRABAJO DE GRADUACIÓN
Presentado a la Junta
Directiva de la Unis
por
MARÍA GABRIELA ANDRETTA MONZÓN
A conferírsele el título de
LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS CON ESPECIALIDAD EN NEGOCIOS INTERNACIONALES
Guatemala, 27 de octubre de 2004
2
LIDERAZGO Y VERDAD: LOS DOS PILARES PARA LA TRANSFORMACIÓN EMPRESARIAL
A medida que se ha avanzado en la historia, se ha modificado el quehacer
empresarial. Los mercados, los modelos económicos han cambiado y han
pasado de ser utilitaristas a centrarse más en las personas. Así como en
mercadeo se le ha dado más prioridad al cliente y a la satisfacción de sus
necesidades reales, en la dirección de empresas se cuestiona si el fin de éstas
es únicamente generar riqueza. Ahora se ha incluido el componente social y
humano de las mismas, y son los líderes quienes han tomado la iniciativa en
este aspecto y se han preocupado por estudiar modelos de dirección enfocados
no sólo en generar utilidades, sino centrados en las personas y en la relación
directa que hay entre la condición moral de éstas y el logro de resultados.
Hoy, es común escuchar sobre virtudes en la empresa y responsabilidad
social empresarial, pero no siempre ha sido así. Esto ha sido el resultado de
reconocer que al ser los valores parte inherente del ser humano y como el líder
empresarial es ante todo un ser humano, éste posee valores que pueden ser
desarrollados y al actuar conforme a ellos, al volverlos virtudes, los reafirma,
transmite y enseña a las demás personas con las que se relaciona. De allí la
importancia que los líderes y directores de empresas sean personas virtuosas,
para que puedan encaminar la actividad empresarial, no sólo a la obtención de
resultados materiales, sino a la formación de personas. Más aún, se promueve
la idea que una empresa que actúa bajo valores y principios morales
necesariamente obtendrá retribuciones económicas, como resultado de este
actuar responsable y orientado al logro de objetivos benéficos para las empresas
mismas y para la sociedad en general.
La ética, los valores y la verdad no pueden estar desligados de la vida
empresarial pues sus principales actores son personas agrupadas, que buscan
por lo menos un fin en común: aprender a humanizarse y humanizar, pues se
3
reconoce lo que dice el Profesor Rafael Alvira: “Nacemos siendo hombres, pero
aún no Humanos.”1
En este ensayo se trata la verdad como el valor pilar de los demás, pues
la persona que la vive, tenderá a desarrollar todos los demás valores cardinales,
dándose cuenta que los tiene por naturaleza propia en potencia y que sólo al
desarrollarlos podrá perfeccionar su calidad humana. En la medida en que la
persona quiera acercarse más a vivir la verdad y transmitirla a los demás,
actuará conforme a ella en todos los ámbitos de su vida, incluyendo el área
laboral.
Es difícil hacer una propuesta que habla de valores y virtudes en el mundo
empresarial, que a simple vista parece ser un mundo dominado por la estructura
económica inminentemente individualista y por el ambiente postmodernista de
las sociedades. Ante este desgaste económico y social característico del
postmodernismo, se ha visto la necesidad de “volver a la confianza, estimular la
creatividad y elevar la cooperación en todos los ámbitos del quehacer humano”2,
es evidente entonces, la necesidad de hablar sobre las humanidades y un
resurgimiento del management centrado en la persona. Pero ¿qué es el
postmodernismo y por qué se hace urgente esta reflexión?
La época en la que se vive es llamada postmodernismo o neoliberalismo.
Si se recuerda la historia, su origen es el modernismo que se da a partir de la
época de la ilustración (Siglos XVIII-XIX), en la que se endiosó a la razón
tecnológica como un “medio para dominar al mundo”3, se enfatizó la fe en el
progreso y la realidad se redujo a una pura lógica racional, dándose énfasis a la
1 Rafael Alvira. ¿Qué es el Humanismo Empresarial? Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. 1989, No. 17 [citado 15 septiembre 20004] p. 2 Disponible en Internet: <http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ISSN:3456-8743. 2 Enrique de Sendagorta. El Empresario Servidor-líder. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Julio 2002, No. 72 [citado 16 septiembre 2004] p.3. Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3650-9870 3 Héctor Zagal Arreguín. Empresa ética y postmodernidad. (México D.F.: Universidad Panamericana, 1997) p. 12
4
razón práctica y descartándose la razón teórica, por lo que las humanidades y la
ética se reducen a lo técnico y se evalúan en cuanto a si son rentables o no. La
acumulación de poder y riqueza, se vuelve una obsesión para la persona y la
vida misma es evaluada bajo esta perspectiva.
Las tendencias del ambiente postmoderno podrían resumirse en la
búsqueda del placer por el placer, evitar el dolor y el sufrimiento, buscar la
comodidad y una felicidad falsa, basada en el utilitarismo y el hedonismo. Estas
tendencias conciben a las sociedades y a las empresas como grupos de
personas que deben adaptarse y subordinarse a los sistemas establecidos. La
persona se convierte entonces, en esclavo de la conveniencia y el interés
individual, considerándosele sólo un instrumento o un activo más, “el activo más
importante de las organizaciones.” Esta común expresión es tan inverosímil,
como el querer contemplar este rubro dentro del balance general o estado de
situación actual, después de los activos fijos. Es paradójico porque “el activo
humano, generado, formado, crecido, educado, enriquecido dentro de la propia
vida de la empresa, es un capital de difícil valoración”4, no puede ser clasificado
como un objeto, pues es un fin en sí mismo. Bajo el punto de vista neoliberal la
persona es, pues, vista como una pieza más de la economía y de un
determinado sistema en donde es mejor quien no se complica la existencia
reflexionando, cuestionando y quien no entorpece la obtención de beneficios
materiales individuales. Debido a que lo material se ha vuelto vital, lo importante
no es qué tan virtuoso se sea, sino qué tanto se sabe o qué tanto se puede
hacer por unidad de medida (rendimiento por hora, unidades por minuto etc.).
Se olvida incluso, desde el punto de vista económico, que la formación de
la virtuosidad hará que las personas se esfuercen por hacer cada vez mejor sus
tareas, por lo tanto se formarán mejores trabajadores y ésto a su vez traerá
4 Tomás Calleja. Consideraciones Sobre el Activo Humano de la Empresa. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Octubre 2003, No. 35 [citado 16 septiembre 2004] p. 8 Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3254-5012
5
mayores beneficios en cuanto a eficiencia y eficacia para las empresas; en
pocas palabras redundará en mayores beneficios económicos.
La tendencia postmoderna rechaza las leyes de cualquier tipo. La razón y
las ciencias se sustituyen por lo estético, “lo que yo siento sobre la realidad.”5 El
que algo sea bueno o malo depende del sentimiento de la persona,
sustituyéndose la verdad objetiva por la opinión subjetiva, de una realidad
adaptada al sujeto. Surge entonces la ética emotivista que construye las normas
a partir de los sentimientos, las emociones y la espontaneidad. “La ética
emotivista quiere que el hombre se encuentre bien consigo mismo sin
parámetros externos y naturales de objetividad.”6 Entonces si a una persona le
nace consumir drogas porque le hace sentir bien, lo hará y estará bien, puesto
que no es necesario hacer un análisis físico, ni moral del mal que esta conducta
causa; lo importante es que la persona debe sentirse bien consigo misma. De
esta manera el cumplir con los deberes universales ha pasado a un segundo
plano porque no produce satisfacción inmediata, al contrario, se cree que el
cumplirlos restringe la libertad personal, y lo que realmente satisface son los
apetitos y las pasiones. El ser diferente se reconoce como un derecho supremo
“todos tienen derecho a ser distintos”7 y de ahí que se justifique el que nadie
tenga la razón en nada.
La persona que se deja guiar por las tendencias postmodernistas pierde la
capacidad de contemplación y reflexión; se conforma con vivir de manera
superficial, sin mayores cuestionamientos y sin preocuparse por desarrollar las
potencias espirituales. En el entorno actual, donde existe la tendencia hedonista
utilitaria, la moral y la ética podrían ser vistas como opciones y no como deberes
donde las principales guías de actuación de las sociedades son el egoísmo, el
placer y la utilidad tanto de las cosas como de las personas, porque la vida está
regida por la economía. Se influye entonces, en el desinterés por Dios, por las
5 Héctor Zagal, op. Cit., p. 9 6 Ibid., p. 22 7 Ibid., p. 10
6
verdaderas amistades y por la familia porque no representan inversiones
económicas. “El existencialismo moderno y los movimientos vitalistas inspirados
en Nietzsche postularon una moral basada exclusivamente en el ejercicio mismo
de la libertad, sin valores objetivos, sin normas establecidas por la tradición o por
la realidad misma.”8 Las ciencias pasan a estar al servicio de la comodidad de la
persona y buscan facilitarle la vida desde su propio punto de vista subjetivo.
Nace así la “ética utilitarista que se justifica por sus resultados,”9 donde la meta
no es hacer mejor al hombre, sino hacer funcionar los sistemas económicos,
políticos y sociales para que sean generadores de mayores riquezas. Lo bueno
es sustituido por el bien personal en forma de rendimientos.
Cuando la persona cae en cuenta de este ambiente deshumanizado en el
que se encuentra sumergido y que el causante de tantos problemas sociales a
nivel mundial, es un aparente vacío moral, se percata de la urgencia de hablar
sobre las ciencias humanísticas y sobre el verdadero sentido de la existencia. El
postmodernismo da lugar a que empiecen a surgir las siguientes interrogantes:
¿Es necesario volver a los valores universales clásicos? ¿Deben las empresas
contribuir al bienestar auténtico de la sociedad y ayudar a superar la situación de
relativismo moral?
Este trabajo es una contribución a estas interrogantes, se quiere dar una
idea general sobre la importancia de la verdad y del liderazgo fundamentado en
los valores, como un inicio para salvaguardar lo propio de lo humano. Es una
respuesta ante el interés que siempre ha habido por la persona y el papel que
debe desempeñar en el mundo.
8 Juan Cruz Cruz, Valores éticos de la empresa. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Fecha desconocida, No. 50 [citado 16 septiembre 2004] p.29 Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ISSN:9821-4587. 9 Héctor Zagal, op. Cit., p. 23
7
LA VERDAD COMO PILAR
Cuando se habla de valores y virtudes el tema pareciera abrumador, pues
existen interminables listas de hábitos buenos a poner en práctica para cada
situación y para cada profesión. Sin embargo, según la propuesta de este
trabajo, el asunto es más sencillo puesto que se plantea que para vivir los
valores y virtudes, se debe empezar por conocer la verdad y regresar a
enfocarse en las cuatro virtudes cardinales, ya que éstas impulsarán a la
persona a desarrollar todas las demás. Conviene ahora explicar por qué es
necesaria la verdad como base para el descubrimiento de valores y el desarrollo
de virtudes.
Como ya se ha explicado, debido a las tendencias actuales de comodidad
y relatividad, muchas personas humanas y jurídicas llegan a confundirse y a
desconocer lo realmente objetivo; permitiéndose escoger qué valores poner en
práctica, para volverlos virtudes y cuáles no, pues les es conveniente así para
alcanzar sus fines individuales. Y es precisamente para evitar este tipo de
confusiones que se vuelve al principal valor de todos: la verdad. Aunque
actualmente se oyen expresiones como “la verdad para mí es…”, “nuestra
verdad consiste en…”, “de acuerdo a mi verdad…”, éstas sólo reflejan la
escogencia subjetiva que se hace acerca de qué parte de la verdad única es
conveniente en determinada situación. ¿Pero por qué se dice que hay una
verdad? ¿Qué es lo que hace a la verdad, verdad? Para poder dejar claro este
concepto, se recurre a la siguiente definición: “La verdad se entiende como la
adecuación del conocimiento a la naturaleza de cada realidad. La realidad es lo
que es, independientemente de la opinión de quien la conozca.”10
Dicho lo anterior de otra manera, la realidad es la expresión y reflejo de
una naturaleza concreta, es la manifestación del ser de las cosas. Esta realidad
10 Ana Teresa López de Llergo. Valores, Valoraciones y Virtudes. (México, D.F.: Editorial Continental S.A., 2000) p.16.
8
se hace verdad cuando la persona ha sido capaz de conocer esa naturaleza,
percibiendo y comprendiendo lo que es de manera objetiva. Por esta razón la
verdad es una, pues sólo existe una realidad o naturaleza para cada ente.
EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD
Ya se ha dado una breve definición teórica de lo que es la verdad y se ha
mencionado que la persona puede conocerla. Ahora conviene aclarar que la
persona es capaz de volverla parte de sí, gracias a una de las potencias
humanas por medio de la cual se aprende: la inteligencia. Si se repasa el
proceso del conocimiento humano se comprende que la persona conoce la
verdad al observar la realidad objetiva por medio de los sentidos, ya que capta la
esencia de lo que conoce y la razón de ser de cada cosa o ente. Esta
información recibida se analiza haciendo uso del raciocinio y es así como se
crean las ideas conceptuales, para luego ser plasmadas o expresadas de
diferentes maneras. “Semejante densidad interna tiende a expresarse hacia el
exterior a través de distintas manifestaciones, sobre todo en el obrar.”11
Entonces al conocer la esencia y razón de ser de todo lo que la rodea, la
persona se logra apropiar internamente de esa realidad o verdad objetiva,
denominándosele a ésto “lo verdadero”12, pues es una verdad subjetiva
(comprendida por un sujeto), pero apegada a la verdad externa u objetiva y por
consiguiente no puede ser contraria a ella. Es gracias a esta capacidad de
razonamiento, que la persona puede profundizar en lo que conoce y descubrir
los valores que le pertenecen a cada ente.
Sin embargo debido a que el ser humano no es absoluto, está en la
posibilidad de hacer combinaciones de ideas falsas o erróneas que no se
apegan a la realidad. Es entonces cuando se corre el riesgo de caer en el
11 Tomás Melendo. Dignidad Humana y Bioética. (España: EUNSA, 1999.) p. 172 12 María Teresa López de Llergo, op. Cit., p. 7
9
subjetivismo, pues se trata de hacer verdadero un juicio personal por encima de
la realidad; se busca hacer legítima una manera de concebir esta realidad sin
respetar la esencia y naturaleza de los entes. Está claro que no apegarse a la
realidad es un grave peligro, pues poco a poco se pierde objetividad y ésta
empieza a distorsionarse, a tal punto que ya no se le puede reconocer pues no
existe un punto de referencia, sino que todo puede ser, validándose
pensamientos y posturas erróneas que pueden incluso, deshumanizar a la
persona por ser contrarias a su naturaleza. “El error es un vicio de la inteligencia
que se define como el atreverse a afirmar lo que no se sabe.”13 Una vez
expuesto este planteamiento, al lector puede surgirle la siguiente duda: ¿Cómo
se sabe cuál es la verdad?
Para saber cuál es la verdad y no caer en el error de aceptar como verdad
objetiva la opinión subjetiva de otro, la persona debe conocer su propia
naturaleza y la naturaleza o razón de ser de cada ente. A veces pareciera que la
persona ha “olvidado”, por así decirlo, su esencia; ha olvidado conocer
profundamente la razón de ser de sí mismo y de cada ente, por lo que se hace
necesario ahora más que nunca practicar la reflexión y la contemplación. Sólo
cuando la persona reflexiona sobre su propia naturaleza y la comprende, conoce
la realidad de sí; por consiguiente lo más lógico es que actúe conforme a ella,
descubriendo y desarrollando los valores humanos que ya posee, pues son parte
de su propia esencia. Dicho lo anterior, puede afirmarse que el primer paso para
conocer la verdad es conocerse esencialmente. Una vez que la persona se
conoce realmente, querrá ir en búsqueda de su perfeccionamiento, haciendo
congruente su actuación con su naturaleza y por lo tanto haciendo virtud cuanto
valor descubra; ésto es ser ético y cumplir con la propia misión. “En los
designios de Dios, cada hombre está llamado a desarrollarse, porque toda su
vida es una vocación”.14
13 Leonardo Polo. Ética: Hacia una versión moderna de los temas clásicos. (Madrid: AEDOS Unión Editorial, 2000) p. 108 14 Gonzalo Lobo Mendez. Persona, Familia, Sociedad. (España: Editorial Magisterio Español, S.A., 1973) p. 297
10
Cuando la persona conoce su esencia y reflexiona sobre la dualidad que
vive: lo corpóreo y espiritual, es capaz de comprender que desde que nace,
posee una naturaleza determinada con reglas o normas que ordenan la razón, a
las que se les llama ley natural. “La ley moral o natural es el conjunto de reglas
o normas que el hombre descubre en su naturaleza, y gracias a las cuales es
capaz de dirigirse a su fin”.15 La persona tiene la capacidad de conocer y
comprender de manera espontánea su propia esencia, comprende que dicha ley
forma parte de la verdad, de la realidad del humano y por consiguiente le ha de
ayudar a alcanzar su fin: la plenitud. Entonces, la ley natural supone una
ordenación de las facultades humanas hacia sus propios fines, especialmente de
la inteligencia hacia el conocimiento de la verdad y de la voluntad hacia el bien.
Los preceptos de la ley natural están grabados en la inteligencia y la voluntad de
la persona.
La ley natural busca “expresar el valor de la persona humana con su
inteligencia, libertad, responsabilidad, tomada con todas sus relaciones: su
puesto y circunstancia concreta en el mundo.”16 Gracias a la ley natural se tiene
la capacidad de encontrar la mejor manera de volver virtudes los valores que se
descubren; es una luz que guía la inteligencia con la que se puede juzgar de
acuerdo a los principios morales y el modo justo de aplicarlos en los casos
concretos. Dentro de las características propias de la ley natural es importante
mencionar su carácter universal, ya que es la misma para todas las personas, es
inmutable pues no varía a través del tiempo, no admite dispensa porque siempre
se debe actuar conforme a ella y es evidente para todas las personas que tienen
uso de razón. Es por ésto que la persona tiende naturalmente a buscar el bien y
evitar el mal, como lo dice el primer principio o sindéresis: la persona tenderá a
la bondad y a la verdad única.
15 Ricardo Sada. Curso de Ética General y Aplicada. (México: Editorial Minos, 2000) p. 81 16 Joaquín María Aragó Mitjans. Ética y valores. (Guatemala: Universidad Rafael Landívar, 1998) p. 32
11
Al conocer lo anterior, se puede decir que la vida del humano es moral en
la medida en que descubre la ley natural que descubre, la interioriza, la
comprende, se apropia de ella y la aplica; como consecuencia de ésto, los
valores descubiertos se volverán hechos reales cuando la persona los
comprenda, haga suyos y los viva, traduciéndolos en actos y actitudes que guíen
su conducta habitual. Al tener una vida moral se tendrá una conciencia moral
verdadera, pues se evaluará la intención de cada decisión en cuanto si se acerca
al bien y a la verdad; en la medida en que ésto se logre las decisiones
personales se ajustarán a lo que es objetivamente bueno, a lo que es conforme a
la naturaleza y dignidad de la persona, en contra posición con lo que el ambiente
postmoderno pueda promover de manera negativa.
Como la naturaleza humana se concibe universal, pues es compartida por
todas las personas que existen en el mundo, se puede hablar de una ley natural
que da origen a una ética universal inmutable. Se dice inmutable, porque la ética
basada en la ley natural formulará principios verdaderos que no cambian, puesto
que la propia naturaleza del hombre es constante. Dos extremos derivados de
esta afirmación podrían ser el absolutismo ciego que no permite la flexibilidad de
la ley ante las diferentes circunstancias del actuar y el relativismo moral que
afirma que es imposible encontrar normas generales que obliguen a todos, pues
no hay una única verdad, como dice Carlos Llano “la consistencia de diversas
hipótesis sobre el ser del hombre origina el presente relativismo. Según éste no
puede proclamarse una idea acerca del ser humano que sea objetiva o
demostrativamente verdadera para todos los tiempos y circunstancias”.17
En resumen la ley natural es real y constante, indiscutiblemente está
presente y existe como las leyes matemáticas o físicas. “El verdadero
significado de la ley natural, es propio y originario del hombre; es la persona
misma en la unidad de alma y cuerpo, en la unidad de sus inclinaciones de orden
17 Carlos Llano. Dilemas Éticos de la Empresa Contemporánea. (México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1997) p. 21
12
espiritual y biológico”.18 Por lo tanto ninguno de los principios de la ley natural
corresponden a una legislación o religión en particular, al contrario éstas últimas
la incluyen pues reconocen que es evidente por sí misma y puede ser
comprobada por cualquier persona, basta con que interiorice en sí misma, como
dice Mitjans en su libro Ética y Valores. Si la persona se apega a vivir bajo la ley
natural universal de su alma pura, (que no ha sido corrompida por los vicios)
podrá formar y fortalecer una serie de virtudes propias de su humanidad. El
riesgo de que la persona, al hacer uso de su libertad, se aleje de la verdad, no
descubre valores, sino antivalores o vicios.
La importancia del descubrimiento de la verdad reside entonces en que,
por no ser absoluta y debido a veces a la vulnerabilidad de las potencias de su
alma (inteligencia y voluntad), la persona no puede conocer todos los valores.
En el peor de los casos, se dejan de descubrir y de conocer cuando se tiene
poca voluntad para ello, si predomina una actitud de indiferencia o de ignorancia
vencible. Otras veces no se descubren ni practican pues no se tienen los
conocimientos éticos necesarios, por ignorancia invencible - “la ignorancia
invencible es involuntaria, resulta por ello inculpable desde la perspectiva
ética”.19- Pero si la persona vive la verdad haciéndola virtud, automáticamente
se garantizará el que siempre quiera conocer la esencia de las cosas, explorar
valores y volverlos virtudes; es por esta razón que la verdad se trata en este
ensayo como pilar, pues este valor hecho virtud, obliga a formar todas las demás
virtudes que corresponden a la naturaleza humana. De esta manera se puede
aminorar el riesgo de caer en una defectuosa orientación de la voluntad, por
entorpecimiento de la inteligencia; pues la propia razón juzgará como malos
aquellos actos que se alejen de la verdad objetiva y que atenten contra la
dignidad humana. Así pues, el apego a la verdad evita las conductas
deshumanizadoras porque necesariamente se actuará conforme a la naturaleza
y a la realidad trascendente de las personas.
18 SS. Juan Pablo II. Veritatis Splendor. (Guatemala: Ediciones San Pablo, 2002) p. 65 19 Ricardo Sada., op. Cit., p. 66
13
DIGNIDAD HUMANA
Como parte de la reflexión anterior, sobre la dualidad de la naturaleza
humana, lo corpóreo y lo espiritual, y ésto último a su vez conformado por dos
grandes potencias: la inteligencia y la voluntad, es fácil comprender la
supremacía que tiene el ser humano sobre todo lo demás creado. A este valor
inherente e innato a su naturaleza espiritual se le denomina dignidad. “Aquello
que constituye la condición para que algo sea un fin en sí mismo, eso no tiene
meramente valor relativo o precio, sino un valor interno, esto es, dignidad.”20
La persona tiene valor intrínseco porque es, si se define persona como un
ser individual de naturaleza racional –como lo hizo Boecio- es evidente que la
persona tienen un valor superior al resto de los entes que existen, por su
carácter individual, único e irrepetible y porque tiene la capacidad de razonar, de
hacer juicios de valor y de elegir. “La palabra persona designa al individuo o
sujeto que es parte, independiente y autónoma, de esa común naturaleza de la
que todos los individuos de esa especie participan por igual.”21 La dignidad es
inseparable o inalienable a la persona, nada ni nadie puede pretender quitar o
negar este valor pues es una realidad: al participar de la naturaleza humana, se
posee dignidad.
Puede entonces afirmarse que todas las personas, por naturaleza, son
dignas y al poseer este valor superior, son merecedoras de un trato especial y
diferente del que reciben las demás criaturas. Sólo cuando se conoce la esencia
de la persona y cuando se comprende su dignidad, se le puede apreciar
verdaderamente, pues se le reconoce como un ser igual, de la misma naturaleza
que la propia, que metafísicamente hablando comparte las mismas potencias y
que tiene el mismo valor intrínseco. De allí que el único trato que se le debe dar
20 Inmanuel Kant. Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres. (España: Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, 1993) p. 71 21 Jose Luis González-Simancas. Educación: Libertad y Compromiso. (España: Eunsa. Ediciones Universidad de Navarra, 1992) p.52
14
a los demás es el basado en el amor, puesto que no existe una persona que no
sea digna. Es por esta razón que la manipulación y la utilización de la persona
como instrumento o medio no pueden ser aceptados, porque se atenta contra su
libertad y dignidad. “Manipular equivale a manejar. Manipular es tratar a una
persona o a un grupo de personas como si fueran objetos, a fin de dominarlos
fácilmente.”22 Las personas que no son capaces de dar este trato, violan su
propia naturaleza o esencia y por lo tanto se deshumanizan, dificultando su
propio perfeccionamiento.
VALORES Y VIRTUDES ¿QUÉ SON?
Hasta este punto se ha hablado bastante sobre valores y virtudes, ahora
es necesario profundizar un poco en el tema, pues en el lenguaje común se ha
acostumbrado a utilizar estas dos palabras como sinónimos, cuando tienen
diferencias. Por valor se entiende “el bien del propio ser, de la perfección
objetiva de la persona.”23 Este bien procede de la naturaleza humana apoyado
en el ser y es por ésto que merece nuestra estima. Al hacer uso de la
inteligencia y por medio del conocimiento, la persona es capaz de descubrir
valores en sí mismo, en su propia naturaleza y por consiguiente en las demás
personas. Una vez descubierto el valor, se hacen valoraciones, o sea, se emiten
juicios ante una realidad o un hecho.
Entonces, los valores se apoyan en el ser de los entes y por consiguiente
son reales, existen y son susceptibles de ser captados por el raciocinio. Para
comprender lo anterior, se debe tener claro que los valores no son los entes,
sino están contenidos en ellos, por lo tanto el acto de valorar no es dar valor a
algo –pues el valor ya se tiene-, sino es reconocer ese valor que ya reside en el
ente. Dicho de otra manera, los valores siempre son y están en los entes,
concretamente, en las personas, y todas tienen la capacidad de desarrollarlos,
22Alfonso López Quintás. El secreto de una vida lograda. (España: Palabra, 2003) p. 18 23 Karol Wojtyla. Mi Visión del Hombre. (España: Palabra, 1997) p. 78
15
pues se poseen por naturaleza. Para desarrollarse de manera integral, la
persona debe descubrir los valores objetivos que posee.
Todos estos valores objetivos, se deben hacer vida, practicándolos de
manera repetida en forma de hábitos, denominados virtudes. Se entiende por
virtudes humanas aquellos valores que se han vuelto hábitos formados, con
base en repetición de pensamientos, palabras y acciones concretas. Son
virtudes pues ayudan al perfeccionamiento de la persona, de manera integral, en
cada uno de los roles que juega dentro de la sociedad. Una vez adquirida una
virtud, es muy difícil que la persona vuelva al estado anterior desvirtuado, pues
ella misma buscará formas de reafirmar y acrecentar la virtud específica que ha
desarrollado. Por lo tanto se puede decir que los valores guían la voluntad de la
persona, dando una razón de ser, pues condicionan su actuar para lograr el fin
propio de su naturaleza humana, la plenitud. De allí que la inteligencia se apoye
en la verdad y la voluntad en la bondad, pues mientras más apego exista entre la
persona y la verdad, sus actos serán más bondadosos y buscará desarrollar
virtudes.
¿Por qué es importante conocer la verdad para descubrir valores? La
respuesta a esta interrogante es sencilla; ante el conocimiento de la realidad es
fácil descubrir los valores propios de cada naturaleza, comprenderlos y aplicarlos
en la vida diaria. Los valores trascienden sólo cuando se exteriorizan del sujeto
que los posee para transmitirlos a los demás, entonces se da una conexión entre
almas que conocen su razón de ser o finalidad, la comprenden y buscarán
hacerla realidad, desarrollando las virtudes que se requieran para ello; es decir,
se practicarán hábitos buenos que lleven a vivir el valor que motiva la conducta.
Una vez que la persona se interesa por descubrir la verdad, necesariamente
desarrollará cuatro virtudes, llamadas cardinales, que son fundamentales en la
vida de todos y que están íntimamente relacionadas con la misma. A
continuación se explicará brevemente cada una de las virtudes cardinales.
16
Prudencia. Como se ha mencionado, la realización del bien, exige el
conocimiento de la verdad y para conocer esa realidad es necesario actuar con
prudencia. “La prudencia hace a la persona actuar a favor del bien, en cuanto
responde a la verdad y a su vez, la verdad se manifiesta en la prudencia. El que
es prudente busca ver las cosas como son.”24 De esta manera se puede decir
que el que actúa con prudencia no mira sólo hacia sí mismo, evitando el
egocentrismo, sino que es objetivo pues el mismo se permite conocer la realidad.
La prudencia es la virtud que da origen a las otras tres: templanza, justicia y
fortaleza; ya que “es la facultad perfecta que dispone a determinarse
rectamente”25, por lo que hace que todo se eleve al bien, volviendo la actitud
impulsiva e instintiva, una actitud virtuosa. Es la prudencia la que adecua la
voluntad a la verdad objetiva; una persona que no es prudente, es incapaz de
conocer la verdad, tema central de este ensayo.
Justicia. La justicia está ligada a la prudencia y a la verdad “la justicia es la
capacidad de vivir la verdad con el prójimo”;26 ya que es dar a cada quien lo
suyo, libremente, como un hábito de la voluntad que está acostumbrada a
respetar y a dar el derecho de cada quien. Como ya se ha explicado, es fácil
comprender que a cada persona se le deben derechos por su misma dignidad,
porque es persona; de ahí que el actuar con justicia, presupone el actuar con
prudencia, pues es ésta última la que se acerca a la verdad. La justicia está
además ligada a la solidaridad, ya que ordena las relaciones entre las personas,
reconociendo a el otro como una individualidad que se respeta, pues se
comparte la misma naturaleza.
Fortaleza. La prudencia y la justicia son necesarias para llegar al Bien. Pero el
Bien no se da por sí sólo, para alcanzarlo la persona debe estar dispuesta a
hacerlo y es por ello que se necesita la virtud de la fortaleza. “La fortaleza es la
24 Josef Piper. Las Virtudes Fundamentales. (Madrid: Ediciones Rialp S.A., 2001) p. 33 25 Ibid., p.37 26 Ibid., p. 18
17
disposición de realizar el bien a costa de cualquier sacrificio.”27 Ser fuerte quiere
decir que se es capaz de recibir todo lo que va contra la propia voluntad y que de
alguna manera trae consigo daño y dolor; sin embargo no es sinónimo de
temeridad irresponsable, ya que no busca por sí misma el peligro sino el bien.
“La fortaleza, es fortaleza en la medida en que es formada por la prudencia y
recibe así su propia esencia de virtud,”28 puesto que implica luchar contra los
propios miedos sin ignorar el orden natural de las cosas.
Templanza. La finalidad de la templanza es hacer orden en el interior de las
personas y gracias a ese orden se da la tranquilidad del espíritu. Templanza
significa “hacer un todo armónico de una serie de componentes dispares.”29 El
orden no se da espontáneamente; muchas veces se rompe por el amor egoísta a
sí mismo, por los instintos y las pasiones. Por eso se hace necesario desarrollar
esta virtud, para mantener el equilibrio que se requiere y así lograr la auto-
realización.
En resumen, si se viven las cuatro virtudes cardinales, y se practican en el
diario actuar, la persona se dará cuenta que el Bien Supremo incluye la
prudencia, porque constituye la perfección de la razón, permitiendo conocer la
verdad. La justicia es la que ejecuta este bien, implantando el orden de la razón
en todas las cosas. Y las otras dos virtudes mantienen y defienden al Bien de
las pasiones y vicios (fortaleza), crean y mantienen el orden en el interior de la
persona (templanza), canalizando sus impulsos para encaminarla hacia dicho
Bien. Una vez se tengan estas cuatro virtudes desarrolladas, será consecuencia
inmediata e inevitable el querer no sólo desarrollar, sino fortalecer de manera
constante, todas las demás para llegar a ser una persona integral, plenamente
realizada.
27 Ibid., p. 21 28 Ibid., p. 194 29 Ibid., p. 222
18
LIBERALIZACIÓN DE LA PERSONA: PERSONA PLENA Y SOLIDARIA
Después de reflexionar sobre las cuatro virtudes cardinales, se puede
comprender que la persona será más libre en la medida en que las practique.
Se habla de liberalización porque cuando no existe la trascendencia de valores
en la persona, tampoco existe libertad. “La libertad humana podría describirse
como la posibilidad de autorrealizarse.”30 Las virtudes cardinales hacen libre a la
persona no de los demás, sino de sí misma pues implican una mejora para sí.
Como por naturaleza (gracias a la ley natural), la persona tiende hacia lo
que la perfecciona y hacia lo trascendente, cuando ella se ha dejado llevar por
los vicios y las pasiones, queda cegada ante su propia naturaleza y se siente
atrapada, enfrentando constantes conflictos morales, pues se aceptan como
buenos, hechos que realmente no lo son, ennubleciendo así su alma y
restringiendo su libertad trascendente. Para lograr liberarse de estas ataduras y
mantener el espíritu libre, la persona debe orientarse hacia las virtudes
cardinales que le permitan esa interrelación y conexión profunda con las almas
de otros; solo así descubrirá como necesario vivir el valor de la solidaridad. ¿Por
qué se busca la solidaridad? ¿Cuál es el origen de este valor?
El valor de la solidaridad es propio de la persona, por el hecho de poseer
una naturaleza social que la hace buscar vivir en comunidad con otras. “Las
características orgánicas del hombre exigen la vida social como condición
ambiental apropiada.”31 La solidaridad es un valor humano y una virtud social,
pues “nace del entendimiento de las relaciones de interdependencia entre las
personas dentro de una sociedad y de considerar las necesidades y carencias
ajenas, como las propias.”32 Esto quiere decir, comprender el dolor, sufrimiento
o necesidades materiales y espirituales, de otros y reconocer la obligación de
30 Tomás Melendo. Dignidad Humana y Bioética. (España: EUNSA, 1999) p. 126 31 Solomon Asch. Psicología Social. (Argentina: EUDEBA, 1962) p. 134 32 Doménech Melé. Cristianos en la Sociedad. 3ª ed. (Madrid: Ediciones Rialp, S.A., 2000) p. 225
19
contribuir a la superación y al perfeccionamiento del prójimo. Ser solidario
implica olvidarse de sí mismo para ayudar a otros a conseguir lo bueno de
manera amorosa, no impositiva respetando su libertad; la solidaridad busca no
sólo el bienestar individual, sino el de las demás personas.
Para tener una actitud solidaria, este valor debe convertirse en virtud,
siendo sensible ante las necesidades de los demás, amándose a sí mismo y a
los otros y no dejándose llevar por intereses egoístas, ya que se busca promover
a la persona desde el contexto social en que se desenvuelve, procurando así el
bien común. Cuando se es solidario se ve al otro tan digno como al propio ser y
se le aprecia, pues no se puede odiar lo que es igual.
Al reconocer esta igualdad humana, se colabora con el bienestar de los
demás, no con fines utilitaristas, sino para que vivan dignamente, como se
quisiera para sí mismo si se estuviera en las mismas condiciones y
circunstancias ajenas.
Se puede deducir que en ésto consiste la verdadera realización humana,
ya que la vida plena se alcanza cuando libremente se vive al servicio de otros,
con el firme propósito de no irse de este mundo sin haber contribuido de manera
concreta y constante a la formación y perfeccionamiento de los demás y por
consiguiente de sí mismo.
Como todos los valores, la solidaridad es susceptible de ser escogida por
la persona como prioritaria, para practicarla hasta el grado de virtud. Si las
personas tanto individuales como jurídicas, se acercan a vivir la verdad,
practicarán la solidaridad libremente como una forma de vida y no como
consecuencia de un puro sentimentalismo, pues sólo mediante el amor y el
apego a la verdad, la persona puede liberarse de las ataduras hedonistas y
utilitaristas del mundo actual, para salir de sí mismo al encuentro del prójimo y de
20
Dios. “La libertad es tal en la medida en que es verdad, solidaridad, sacrificio y
amor.”33
La solidaridad es una prioridad en las sociedades ya que “una sociedad
en donde se practican las virtudes es mucho más rica pues al desarrollar una
virtud automáticamente crecen otras, por la conexión que existe entre ellas.”34
No cabe duda entonces, que para ser solidaria, la persona debe tener una
formación ética y moral, además de una formación profesional y técnica elevada,
para que por medio de su trabajo y conducta pueda facilitar la participación de
los otros en su propio desarrollo y contribuir de esta manera a la construcción de
una sociedad humanizadora, que en un mundo globalizado, transmitirá esta
manera de vivir a otras sociedades, tornándolas plenas e íntegras. De esta
afirmación parte la práctica conocida como responsabilidad social empresarial,
que se tratará más adelante. Es evidente que la ética no propone soluciones
técnicas a los problemas humanos, ni dice qué caminos tomar; pero “examina y
valora las relaciones y los sistemas humanos a la luz de la verdad, para caminar
hacia la solidaridad y hacia la plenitud”.35
VERDAD Y LIDERAZGO
Se ha dicho que vivir la verdad es posible y la persona es capaz de llevar
esta vida plena dentro de las agrupaciones sociales que ha formado para
garantizar su subsistencia. En este ensayo se trata el tema de la verdad en
agrupaciones peculiares, que desde el punto de vista social y económico tienen
características complejas, éstas han sido denominadas empresas y son
comunidades de personas que comparten sus vidas, objetivos y fin. La empresa
33 S.S. Juan Pablo II. Citado en: Garitagoitia, José Ramón. El Legado Social de Juan Pablo II. (España: EUNSA, 2004) p. 40 34 Ana Teresa López de Llergo, op. Cit., p. 161 35 Doménech Melé. Cristianos en Sociedad. 3ª ed. (Madrid: Ediciones Rialp, S.A., 2000) p.81
21
es “una comunidad de personas, en donde la condición de ser persona,
prevalece sobre cualquier otra condición.”36
Todas las empresas tienen un fin o una situación deseada a lograr,
derivada de su propia razón de ser o naturaleza. Este fin se traduce en un
término conocido como la visión empresarial, pero ¿cómo logra la empresa – los
directores de la misma-, configurar una visión orientada hacia la verdad para que
sea vivida día a día? Además de que cuenta con varias herramientas para
lograrlo como lo son la planeación estratégica y la cultura organizacional, entre
otros, se vale de los líderes para encaminar a las personas hacia el logro de lo
planteado. Como es lógico, sólo cuando estos líderes se basan en la verdad
objetiva, podrán promover y transmitir los valores propios de la naturaleza
humana y motivarán a descubrirlos en las demás personas.
El líder que vive la verdad desarrolla virtudes en sus tareas diarias en
beneficio de otras personas. Por lo tanto, el líder es verdadero en la medida en
que desarrolle las cuatro virtudes cardinales para perfeccionarse a sí mismo,
formando a otros, reconociendo la naturaleza humana y actuando conforme a
ella. Pero, ¿quién es verdaderamente un líder?
Todas las personas en cuanto seres integrales, son dignas de ser
promovidas a un plano más humano. Es por esta razón que el individuo busca
alguien de su confianza para que oriente su conducta de la mejor manera posible
hacia el logro de su fin, respetando la libertad individual y la dignidad.
Un líder es la persona que tiene la habilidad de orientar, guiar y en el
fondo de influir en la voluntad de otras personas porque éstas se lo permiten así;
lo escuchan, lo observan, lo admiran y por consiguiente lo siguen, pues confían
en que éste busca lograr lo mejor para ellas, teniendo la seguridad de que él
36 Carlos Llano. Dilemas Éticos de la Empresa Contemporánea. (México: Fondo de Cultura Económica, 1997) p. 54
22
contribuye a su desarrollo personal. Es por esta razón que puede decirse que el
rol del líder es el mismo que el de un maestro formador, con la diferencia que el
papel de líder ha sido dado por otras personas. De ahí que para su existencia es
necesaria la condición de un “redil”37 que lo siga.
El líder tiene una actitud de servicio para con este redil, pues se
compromete consigo mismo y con los otros, a buscar y luchar por el crecimiento
humano, a pesar de lo que el entorno y la sociedad puedan dictar; incluso hasta
haciendo grandes sacrificios para lograrlo. “Su misión es mejorarse a sí mismo,
mejorando a los que colaboran con él.”38 El líder como buen maestro solidario,
se preocupa por las necesidades y carencias de los colaboradores en el plano
material, profesional, cognoscitivo y moral-espiritual.
EVOLUCIÓN DEL LIDERAZGO
El concepto y la práctica del liderazgo ha evolucionado a lo largo del
tiempo. “En las sociedades postindustriales las personas ya no respetan a las
demás simplemente por su cargo en el trabajo, porque la sociedad en general
rechaza el uso coercitivo o manipulador del poder.”39 Hoy, se rechaza cualquier
tipo de conducta manipuladora y coercitiva, buscando mayor participación y
responsabilidades compartidas; esto es porque las personas han adquirido más
conocimientos y se preparan técnica y académicamente mejor. El mito de un
líder casi omnipotente ha desaparecido. Anteriormente el líder era el que tenía
el poder económico, político e incluso militar, como se recordará en la época del
caudillismo a nivel internacional con su máximo representante, Hitler. Se creía
que el líder era una especie de super héroe, dotado de habilidades y
capacidades extraordinarias. Según el autor David Casares Arrangoiz, en su
37 Joan Ginebra. El Liderazgo y la Acción: Mitos y Realidades. (México: Mc Graw-Hill, 1994) p.21 38 Miguel Alfonso Martínez Echevarría. ¿Política o Liderazgo en la Empresa? En Raíces Éticas del Liderazgo. (España: EUNSA, 2000) p. 100 39 Doménech Melé Carné. Raíces Éticas del Liderazgo. (España: EUNSA, 2000) p. 17
23
libro Liderazgo: Capacidades para Dirigir,40 hoy se cuestionan estos paradigmas
ya que el mismo entorno mundial está cambiando: el poder económico ya no lo
tiene una sola persona, sino es el mercado quien lo domina y tanto el poder
militar como el político tiende a ser repartido entre varios, en busca de la
democratización de las sociedades.
Como recopila Doménech Méle Carné, en su obra Raíces Éticas del
Liderazgo la evolución del mismo ha respondido a los momentos históricos
específicos. Desde la época de la revolución industrial (Siglo XVIII) hasta
principios del Siglo XX el liderazgo era autocrático. La persona debía nacer con
las características propias de un líder y el poder que tenía sobre otros era dado
sólo por su posición jerárquica ya que debía ser eficiente para mandar a un
grupo de obreros de escasos conocimientos. Bajo este ambiente nace el
liderazgo carismático el cual definía como líder a aquel que tiene una
personalidad poderosa, “pero dejan a la posteridad mejor recuerdos de ellos
mismos que contribuciones tangibles a la organización o a la sociedad.”41 Luego
se hacen estudios sobre el comportamiento que debía tener el líder en diferentes
circunstancias y como consecuencia surge la teoría del liderazgo situacional, en
donde se ve la necesidad de tratar de manera diferente a las personas, de
acuerdo con sus personalidades, en las distintas circunstancias de la vida. Esta
teoría, rechaza el mecanicismo de la conducta habitual, pues implica el análisis
cognoscitivo, previo al juicio y a la acción.
En las décadas de los ochentas y noventas, empieza a surgir la idea del
liderazgo relacional, donde se hace evidente la relación de influencia mutua
entre los líderes y los seguidores. Se da importancia a la creación de ambientes
cooperativos entre superiores y subordinados y además se reconoce que la
tecnología altera las relaciones entre los mismos. A este estilo de liderazgo se le
40 David Casares Arrangoiz. Liderazgo: Capacidades para Dirigir. (México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2000) p.15 41 Joanne Ciulla. ¿Por qué la Ética es Importante en el Liderazgo Empresarial? En Raíces Éticas del Liderazgo. (España: EUNSA, 2000) p.38
24
ha llamado transaccional. Es desde esta época que empiezan a surgir
diferentes teorías que se centran en lo que el líder representa verdaderamente
para la organización por su papel de guía. El liderazgo transformador y el
trascendente, indican que el líder debe desarrollar a sus colaboradores para que
éstos sean líderes también, fomente el diálogo y se preocupe por analizar los
propios sistemas de valores. Además aparece la figura del líder servidor, que ya
se ha mencionado, quien dirige porque quiere servir a los demás y no se puede
dejar de mencionar el modelo antropológico del profesor Juan Antonio Pérez
López42, que se centra en las motivaciones de las personas.
Como se ha visto, debido a los rápidos y drásticos cambios que sufre la
sociedad actualmente, es indudable que ya no se necesita el líder de principios
del Siglo XX, sino se necesitan líderes verdaderos, que sean maestros de vida
de las personas y que sepan unir los esfuerzos individuales en el logro de
objetivos comunes, promoviendo un ambiente humanizador desde la perspectiva
moral y fundamentados en la verdad. En las empresas, hoy, es necesaria la
formación de personas que tengan la vocación de ser agentes de cambio, de ser
transformadores, para que en su diario actuar analicen y pongan en práctica
estrategias creativas y morales, eficaces para hacer frente a los nuevos retos
que se presentan constantemente. De ahí la necesidad de líderes formados
moralmente y con rectitud de conciencia, para defender los intereses de los
colaboradores y los de la empresa en general, tanto a nivel interno como
externo, transmitiendo esos intereses y valores vividos dentro de la misma, hacia
la sociedad. Lo que urge hoy es un liderazgo cardinal; que es el liderazgo
fundamentado en las cuatro virtudes cardinales y basado en la verdad única y
objetiva.
¿Por qué el liderazgo y la ética están íntimamente relacionados? Debido a que
en los problemas que enfrenta el mundo empresarial, siempre hay involucradas
42 Juan Antonio Pérez López. Liderazgo y Ética en la Dirección de Empresas. (España: Deusto, 1998).
25
personas, el líder no puede resolver “problemas humanos”, en donde
necesariamente hay una connotación moral, con modelos o sistemas
metodológicos donde impere el racionalismo. La realidad que se vive en las
relaciones humanas dentro de las empresas, no puede cambiarse desde un
plano teórico y técnico, sino que éste debe complementarse con las ciencias
humanas y prácticas, como la ética. Para profesar el liderazgo cardinal, es obvio
que el líder debe estar formado en valores, pues ejercerá su influencia en otras
personas, transmitiendo y ayudando a otros a desarrollar virtudes. Dicho de otra
manera, “los valores que tenga un líder y cómo vive la ética, influirá en los
valores que puedan tener los colaboradores y en cómo ellos vivirán la ética
también; pues el seguidor sigue al líder, porque percibe que éste persigue a su
vez un ideal.”43 Es por esta razón que es tan importante que el líder viva
conforme a la verdad y a la ley natural, pues a través del ejemplo, enseñará este
modo de vivir a las personas que lo siguen.
Sin embargo, debido a que la persona – y por consiguiente el líder- no es
un ser acabado, sino que siempre está en constante cambio, el liderazgo
cardinal y formador, supone un crecimiento mutuo entre el líder y el seguidor
gracias a la fuerte relación de interdependencia entre ambos, contribuyendo así
al perfeccionamiento de los dos. Como bien menciona José Luis González-
Simancas: “la educación es una tarea compartida-afectuosa-ayudada- de ambos
agentes.”44 Y él mismo define a la educación como “el despliegue progresivo de
uno mismo hasta el más puro desarrollo que a uno le sea posible, como ser
humano, como persona; por entero y en su irrepetible singularidad; abriéndose al
mismo tiempo a la realidad que vive; y comprometiéndose solidariamente con
ella; mediante el recto uso de su libertad.”45 Todas estas características son las
que dan origen a la propuesta de un líder- maestro-formador.
43 Joan Ginebra, op. Cit., p. 27 44 González-Simancas, op. Cit., p. 39 45 Ibid., p.31
26
Hasta ahora ha quedado clara la necesidad de líderes virtuosos y
formadores orientados hacia la búsqueda de la verdad. Se hace énfasis en el
término liderazgo pues lo que el mundo necesita hoy, son líderes auténticos más
que directores. Todas las empresas tienen ya directores y puestos directivos
bien definidos pero hace falta desarrollar aún, verdaderos líderes-formadores.
Para aclarar mejor lo antes dicho, Joan Ginebra en su obra El Liderazgo y la
Acción presenta las diferencias que hay entre directores y líderes, ya que estos
dos roles han sido tomados como sinónimos.
Los directores son aquellas personas que ocupan cargos directivos (como
su nombre lo indica) dentro de la jerarquía o estructura formal de la organización.
Pero el que una persona sea un director, no necesariamente quiere decir que
sea un líder. Las diferencias básicas radican en que un director es metódico y
estratega, empuja al logro de la condición deseada, asignando recursos de la
mejor manera posible y tendiendo a la motivación por factores extrínsecos e
intrínsecos (de afuera hacia adentro). Un líder en cambio, es un visionario que
se apropia del ideal empresarial y lo convierte en uno personal; tiene la
capacidad de contemplación y ayuda a guiar por la dirección correcta. Es una
persona emocional y apasionada que da el ejemplo y motiva trascendentemente
a las personas, por lo que en vez de empujar, atrae hacia el logro de la condición
deseada. “Un líder es capaz de encaminar la energía de la estructura informal
de la organización hacia el logro del propósito porque los seguidores se
identifican con él.”46
Ambos roles, el de directivo y líder, son indispensables para que una
empresa funcione adecuadamente, pero la condición ideal en industrias aún
pequeñas como las de los países centroamericanos, es que los directores sean
a su vez líderes y que sepan identificar a otros en la estructura informal de la
empresa, para valerse de ellos y de sus habilidades dentro del cambiante
entorno en el que se desenvuelven. Esto es importante debido a que el
46 Joan Ginebra, op. Cit., p. 20
27
liderazgo es un factor crítico para la sobrevivencia y para el éxito empresarial,
pues a pesar de la inestabilidad del ambiente externo, el líder sabe mantener la
estabilidad y la firmeza de la dirección, para llegar a los objetivos establecidos.
“La misión del líder sería lograr la integración de ambos aspectos: conseguir que
la vitalidad de lo informal se ponga al servicio de la formalidad; que lo
espontáneo colabore al logro del objetivo impuesto desde afuera.”47
Como se ha comprendido, la condición de líder puede darse en la
organización de manera formal o informal, lo importante es que viva la verdad y
que se guíe por los valores para que analice sus decisiones y actuaciones desde
esta perspectiva y para que los medios utilizados, para el logro de los resultados
deseados, sean virtuosos y que contribuyan a la práctica y a la enseñanza de la
prudencia, justicia, fortaleza y templanza; que prevalezca siempre la congruencia
entre dirección y liderazgo ya que “el moderno management supone una
cooperación mental, una simetría de todos, de los dirigentes y de los dirigidos”.48
PERFIL DEL LÍDER Y SU MISIÓN
Una vez aclarada la diferencia entre director y líder, es importante
mencionar cuáles son los rasgos que distinguen al verdadero líder, derivados de
las cuatro virtudes cardinales.
El líder auténtico practica la prudencia y por consiguiente conoce la
realidad, se da cuenta del impacto que tienen sus acciones y decisiones, no sólo
dentro de la empresa, sino que fuera de ésta, en el resto de personas y
entidades con las que se relaciona; “esta es una virtud fundamental para poder
acertar, el estar dispuesto a aprender al incorporar las ideas de los demás.”49 El
líder prudente sabrá que es importante que las empresas obtengan rendimientos
47 Miguel A. Martínez Echevarría, op. Cit., p. 87 48 José María Ortiz Ibarz. La Hora de la Ética Empresarial. (España: McGraw Hill, 1995) p. 22 49 Alberto Horcajo. Liderazgo, Virtudes Humanas y Responsabilidades Empresariales. En Raíces Éticas del Liderazgo. (España: EUNSA, 2000) p. 284.
28
económicos, pero respetando los límites de la ética; se prepara para encontrar
soluciones técnicas y virtuosas resolviendo los problemas que se presentan en el
mundo empresarial. El líder prudente, se compromete consigo mismo y con los
demás en la búsqueda constante de la verdad. La prudencia hace que el líder
tenga congruencia con la cultura organizacional haciendo compatibles, no sólo
sus valores personales, sino los del grupo con los valores organizacionales. De
esta manera rechazará cualquier antivalor que atente contra la ética universal y
contra la cultura empresarial.
Se debe aclarar que hacer compatibles los valores personales con los de
la organización es una tarea difícil pues no se puede pretender que existan
objetivos iguales en todos los niveles jerárquicos de la misma; “ no se puede
pretender que los subordinados piensen igual que los directores,”50 sin embargo
el objetivo común que se debe tener en toda la empresa y a todo nivel, es el
desarrollo de las capacidades de las personas que trabajan en ella y el
desarrollo de valores y virtudes para encontrar moralmente mejores formas de
realizar lo que se hace actualmente, dentro de un ambiente de confianza.
El líder prudente es proactivo, no de manera impulsiva ni adelantándose a
lo que pueda ocurrir, sino en cuanto que toma completa responsabilidad de su
propia vida, haciendo consciente que la conducta es fruto de las decisiones
individuales tomadas de manera libre. “El juicio prudente supone memoria de
pasado, examen atento de las circunstancias, conocimiento de los principios y de
las reglas, y visión de futuro.”51
Entonces, el primer paso para vivir la prudencia es el autoconocimiento,
ya que sólo cuando el líder se conoce a sí mismo logra su propia credibilidad y
se hace responsable de sus decisiones y acciones, permitiendo ésto ser el pilar
de confianza de los demás. Conocerse a sí mismo implica conocer los mapas o
50 Miguel Alfonso, Martínez Echevarría, op. Cit., p.98 51 Rafael Alvira, op. Cit., p.6
29
esquemas mentales que se tienen acerca del modo en que son las cosas, la
realidad, o acerca de lo que debería ser. Es importante que se aprenda a
reconocer la influencia que tienen estos supuestos creados por la mente, en la
conducta y actitudes personales. “La formación humana carece de una base
sólida mientras no se conoce a fondo la vida interna de los esquemas mentales y
el doble uso que se puede hacer de los mismos.”52 Cuanto más conocimiento se
tenga sobre los propios paradigmas y creencias y la manera en que éstos
influyen en la propia vida, en mayor grado se podrá asumir responsabilidad
sobre ellos, se analizarán, cuestionarán y se podrá escuchar a otros para tener
una visión más objetiva y verdadera. Por ello es necesario desarrollar la
autoconciencia, que es la capacidad de reflexionar en los propios procesos de
pensamiento y actuación.
El líder es justo y está dispuesto a salir de sí mismo al encuentro de otros,
amándolos generosamente por el simple hecho de ser, para dar a cada quien lo
que es digno de merecer como persona. Por esta razón el líder al reconocer que
lo siguen, no buscará cambiar la personalidad de su seguidor, sino reconocerá
su individualidad, y sus potencialidades, sin manipularlo; y le permite tomar
decisiones de manera concreta y libre. Facilita así el desarrollo de los demás,
logrando una influencia permanente en ellos. Como la justicia es la virtud que
ordena las relaciones entre las personas, el líder justo posee habilidades de
negociación, pues sabe tratar las relaciones humanas desde el punto de vista
moral, promoviendo a su vez las virtudes; tiene la capacidad de convencer,
acordar y argumentar para lograr la visión empresarial, creando sistemas donde
prevalezca el acuerdo y no la imposición. “Debe ser capaz de sintetizar las
necesidades, valores y esperanzas en una inspiradora y significativa visión.”53
Además, practica la empatía y la comprensión profunda de los demás,
poniéndose en las circunstancias ajenas, creando relaciones sólidas y leales.
Propicia la solidaridad y el bien común dentro y fuera del ámbito empresarial.
52 Alfonso López Quintás. La tolerancia y la Manipulación. (España: RIALP, 2001) p. 168 53 Peter Pruzan. El Poder como la Capacidad de Servir Más que de Controlar. En Raíces Éticas del Liderazgo. (España: EUNSA, 2000) p.228
30
Un líder debe practicar la fortaleza para crear y tener un compromiso
consigo mismo, con sus tareas, con las demás personas y con la empresa, como
ejemplo o modelo moral a seguir por su capacidad de arrastre y transformación.
Este compromiso será invariable, constante y debe crecer con el tiempo para
afianzarse aún más. El compromiso con otros implica ver las debilidades de los
demás con compasión y no de manera acusadora, percatándose de la
singularidad de las otras personas y de las contribuciones específicas que cada
uno puede dar. Así mismo el líder que es fuerte adquiere capacidad de
discernimiento para no dejarse llevar por las influencias negativas del ambiente;
por lo que será creativo para cumplir su rol estratégico y práctico, tomando las
decisiones y ejecutando las acciones que pongan en marcha dichas estrategias
para alcanzar así los objetivos planteados con eficacia y generar valor
económico, social y ético. “El líder modifica rumbos dados por inamovibles,
motiva a los más débiles e influye en otros para tomar rumbos compartidos hacia
el bien común.”54
Cuando el líder tiene fortaleza, no se conforma con lo sencillo, le gustan
los retos y lucha por alcanzarlos y por dar solución a los momentos de crisis.
Unido a la prudencia, el líder se hace responsable de su propia manera de
actuar ante las situaciones difíciles de la vida, en el ámbito laboral y en su
relación con otras personas, aunque sea más fácil hacer lo contrario. El líder
fuerte es capaz de soñar con ideales e inspira a otros para lograr alcanzarlos,
pero también reconoce su limitada capacidad de prever el futuro, por lo que está
consciente que los objetivos establecidos hoy, corresponden al momento y
circunstancias presentes, y estará dispuesto a modificarlos cuando sea
necesario, para que respondan de mejor manera a las necesidades
empresariales y a las circunstancias concretas de la sociedad. “La fortaleza
proporciona coherencia del actuar a lo largo del tiempo, es decir, la aptitud de no
54 Enrique Sendagorta. Hablar de Liderazgo es Hablar de Servicio. En Raíces Éticas del Liderazgo. (España: EUNSA, 2000) p. 237.
31
ceder a los ataques injustos y de no fragmentar la vida en reacciones más o
menos arbitrarias, cobardes o caprichosas.”55
El líder buscará practicar la templanza para lograr la armonía no sólo en sí
mismo, sino en todo lo que lo rodea; inspirando así a los demás a que se
comprometan de la misma manera que él con su trabajo y con el fin que
persigue; ésto gracias a su carácter de formador y servidor y al uso de la
autoridad conferida por los subordinados, más que del poder formal del puesto
de trabajo. Los colaboradores “esperan un grado razonable de armonía entre sus
valores personales y los valores que ellos ven manifestados en las decisiones,
acción y cultura de la organización; ellos quieren sentirse orgullosos de su
compañía y ser respetados por aquello que son.”56 El líder templado sabrá
equilibrar la obtención de resultados económicos dentro de los límites de la ética
y será creador de sinergias pues buscará canalizar la energía creadora de cada
persona, en acciones y proyectos concretos. Reconoce así la interdependencia
de las personas pues sabe que si combina su esfuerzo con el de los demás,
puede lograr un éxito mayor y más equilibrado. Todo esto requiere de madurez
emocional, para no atraparse en la emotividad subjetiva de cada persona.
Además, el líder que practica las cuatro virtudes cardinales sabe hacer
uso correcto del poder y la autoridad. Se debe recordar que el profesor Juan
Antonio Pérez López en su libro Liderazgo y Ética en la Dirección de Empresas,
hace clara la diferencia entre ambos conceptos. El poder es dado por el puesto
de trabajo o por la organización formal de la empresa, dicho de otra manera, el
poder se gana por el puesto que se tiene y es de arriba hacia abajo. La
autoridad, en cambio, es el poder dado por los subordinados, porque confían y
creen en la persona como agente de desarrollo y transformación. Es un poder
dado de abajo hacia arriba. A medida que al líder se le confiere mayor
autoridad, serán menos necesarios los factores extrínsecos de motivación, pues
55 Leonardo Polo, op. Cit., p. 198 56 Peter Pruzan, op. Cit., p. 226.
32
el seguidor cree en que lo que el líder hace contribuirá a crear valor para sí
mismo (intrínsecamente) o para alguien más (trascendentalmente).
El líder reconoce que el poder tiene límites pues cada persona tiene la
libertad interior de elegir y lo respeta así. Sabe que aunque es más fácil culpar a
otras personas o a las circunstancias de la vida por la propia situación, cada uno
es responsable de controlar su propia vida, de modificar sus paradigmas y
esquemas mentales; en suma, sabe que cada uno es capaz de influir en su
propio ser, como lo decía Víctor Frankl en su libro El Hombre en Busca del
Sentido y a lo que denominó “libertad última”57; que no es más que esa libertad
interior que los carceleros del campo de concentración no podían quitarle.
Desde su interior, él ejercía sus opciones encontrando un sentido al sufrimiento y
el sentido de su dignidad y la de las demás personas, aún siendo presos.
Las personas que no reconocen esta libertad última y a quienes sólo les
interesa la obtención de beneficios económicos actuarán haciendo uso del
poder. El peligro que ésto conlleva es que el uso excesivo del poder genera
miedo, frustración, enojo y aleja a las personas, debilitando así las relaciones
entre ellas. El director que hace uso exagerado del poder y que con sus
acciones e influencias deshumaniza a la persona, no puede ser considerado un
auténtico líder. “Si no se reconoce la verdad trascendente, triunfa la fuerza del
poder, y cada uno tiende a utilizar hasta el extremo los medios de que dispone
para imponer su propio interés o la propia opinión, sin respetar los derechos de
los demás.”58
Una vez especificadas las principales características del líder, derivadas
de las cuatro virtudes cardinales, se facilita ahondar en la misión del líder, en ese
dirigir de personas, facilitando y orientando de la misma manera como lo hace un
maestro. El líder es capaz de influir en los demás, motivándolos e integrándolos
57 Víctor Frankl. El Hombre en Busca del Sentido. 21ª ed. (España: HERDER, 2001) p.137 58 S.S. Juan Pablo II. Centesimus Annus. (Guatemala: San Pablo, 2000) p. 89
33
hacia la consecución de objetivos comunes, trascendiendo su propia naturaleza
cuando enseña a otros y aumenta a su vez, la capacidad de trascendencia de
cada persona que lo sigue. “Un maestro cuando enseña a sus discípulos, se
trasciende y aumenta la trascendencia de cada uno de ellos.”59
Aunque el líder es también influenciado por sus colaboradores y puede
aprender de ellos, su rol consistirá en acercarlos a la verdad, a conocerla y a que
establezcan juicios de valor apegados a la misma, para que tomen decisiones y
actúen de manera acorde a la realidad y a la naturaleza de las cosas. “La
primera función del directivo como líder, es ayudar a sus subordinados a
encontrar el valor real de lo que están haciendo, de anticipar y evaluar los
efectos de sus acciones sobre otras personas y a elevar sus motivos, retirando
obstáculos, a fin de que aprendan a actuar movidos por motivos
trascendentes.”60
El que el líder sea agente de cambio quiere decir que arrastra a la
formación de hábitos virtuosos en donde se interrelacionan el conocimiento (qué
y por qué hacerlo), la capacidad (cómo hacerlo) y el deseo (querer hacerlo). La
misión del líder es pues hacer uso de la autoridad conferida por los
colaboradores, para buscar la integridad de los mismos y ayudar a dar
respuestas sobre las interrogantes del sentido de la vida de cada uno; dándose
él mismo a los demás, totalmente consciente y con auténtica sensación de
compartir. Un líder es agente de cambio y maestro de vida en cuanto que
enseña y prepara a las personas para que éstas también sean capaces de influir
positivamente en otras, procurando así su crecimiento y perfeccionamiento. “La
formación no se limita al hecho de acumular conocimientos, implica configurar la
propia realidad personal según la vocación y misión que uno tiene en la vida.
59 López de Llergo, op. Cit., p. 40 60 Ma. Nuria Chinchilla y Ma. Victoria Coporas. Teoría Institucional y Teoría Antropológica del Liderazgo. Raíces Éticas del Liderazgo. (España: EUNSA, 2000) p.155
34
Formar a una persona significa “conseguir que vaya haciéndose cargo, por
propia cuenta, de la meta que debe alcanzar para ser fiel a su propio ser.”61
Formar personas capaces de autodirigirse dentro de un proceso de
humanización, haciendo crecer los valores morales. La mejor manera para
fomentar esta formación es demostrando su pasión por alcanzarla y su firme
creencia en que con las acciones del día a día se logran los objetivos
corporativos, sin necesidad de recurrir a la inmoralidad. Arrastrar personas
quiere decir, entonces transmitir la pasión, la entrega total por la humanización,
por la verdadera realidad de la persona humana y por el descubrimiento de
valores, para la interiorización de los mismos y para la transformación de éstos
en virtudes, convirtiendo así la vida de las demás personas, en una vida
ejemplar.
El líder que forma hacia la verdad, transforma porque transformar quiere
decir humanizar y dar sentido de trascendencia a todas las acciones, decisiones
y actividades que se lleven a cabo dentro de la organización, promoviendo la
sinergia para lograr la maximización de los esfuerzos.
Pero para lograr este cambio, la persona debe querer libre y
conscientemente transformarse y asumir como propios los valores del sistema
organizacional, es por esta razón que la ética debe ser un ideal compartido tanto
por la empresa como por el individuo. Todas las personas que están en contacto
o relacionadas de alguna manera con ella, deben percibir los valores y su cultura
organizacional, fundamentados en la verdad y vividos constantemente. Como
dice Juan Antonio Pérez López, esta vivencia se debe dar en tres grandes áreas
de influencia del líder: en las tareas que exige el puesto de trabajo, en donde el
líder direcciona al cumplimiento de la misión y objetivos corporativos; en el área
profesional por la influencia del líder en el aprendizaje profesional y técnico de
61 Alfonso López Quintás. Inteligencia Creativa: el descubrimiento personal de los valores. (España; BAC. 2002) p. 498
35
los colaboradores; y en la unidad de la empresa, ayudando a mantener la
cohesión e integración del equipo de trabajo.
Esta influencia no puede ser impuesta desde fuera y no se logra con
manipular. “Manipular es tratar a una persona o a un grupo de personas como
si fueran objetos, a fin de dominarlos fácilmente.”62 Lo anterior sólo crea luchas
entre los seguidores, directores y líderes y como ya se vio, atenta contra la
dignidad de la persona. Para que realmente existan esos grados de influencia,
el líder se vale de la motivación o de la disposición de la persona a pertenecer a
la empresa y a ser influenciada.
Por motivación se entiende el impulso que se tiene para realizar una
acción, es “una fuerza”63 que hace que la voluntad quiera actuar de determinada
manera. Los motivos que existen son: extrínsecos, donde la motivación se debe
al deseo de lograr una reacción del entorno para obtener un resultado externo.
La satisfacción en este caso se da por la obtención de valores extrínsecos. Los
motivos intrínsecos, se dan cuando la motivación se debe al deseo de la
ejecución de la acción independientemente de las consecuencias externas de la
misma, pues lo que se busca son los cambios que esa acción haga en las
capacidades operativas de la persona o en su aprendizaje. La satisfacción se da
por los resultados de la acción en sí y por el aprendizaje que provoca. Y por
último los motivos trascendentes, en donde la motivación se da por el deseo de
lograr resultados para el entorno, o sea las consecuencias que la acción tiene
para otras personas ajenas al sujeto que la ejecuta. Cuando se está motivado
trascendentemente, se buscan resultados externos, reflejados en un tercero y la
satisfacción se da por los cambios o efectos que esta acción produce en otras
personas y la influencia que pueda tener en el aprendizaje de ellos,
contribuyendo así a su transformación.
62 Alfonso López Quintás. El Secreto de una Vida Lograda. (España: Palabra, 2003) p. 18 63 Juan Antonio Pérez López. Liderazgo y Ética en la Dirección de Empresas. (España: DEUSTO, 1998) p. 45.
36
El lector habrá ya comprendido, que el líder auténtico, basado en la
verdad, será aquel que se valga de la motivación trascendente para actuar y
para dar de sí todo lo que puede, en aras del servicio solidario a las demás
personas. En una persona pueden existir los tres tipos de motivos en mayor o
menor grado, dependerá de la formación virtuosa y de lo que la empresa misma
promueva para sus colaboradores y para el ambiente externo. Por eso mientras
mayor sea el grado de unidad, mencionado anteriormente, dentro de la empresa,
se adherirán de manera más espontánea los esfuerzos y las capacidades
personales para dar más al que más lo necesita, esta es la manera como una
sociedad puede volverse más justa; de allí que la empresa sea un medio para
lograr el bien común, el libre mercado y en definitiva la justicia social. “Si no
existe una verdad trascendente, con cuya obediencia el hombre conquista su
plena identidad, tampoco existe ningún principio seguro que garantice relaciones
justas entre los hombres.”64
El grado de unidad de una empresa, se hace realidad al ser guiada por
líderes-maestros-formadores que viven las virtudes cardinales; esta unidad hace
a la empresa más productiva y rentable, pues los colaboradores estarán
dispuestos a dar más, para que sea mejor dentro del mercado.
EL LIDERAZGO VERDADERO PARA LA TRANSFORMACIÓN EMPRESARIAL
Como ya se ha explicado antes, dentro de la empresa el líder verdadero
abandona la visión mercantil y utilitarista de la vida, ya que sabe que no todo
puede ni debe ser evaluado desde el punto de vista de las utilidades y del valor
de la acción. Por ésto sabe adoptar un punto de vista más humano, haciendo
evaluaciones y emitiendo juicios teniendo presente la premisa: ¿Contribuye a mi
humanización y a la de los demás? Ya es sabido que el campo de acción y de
actuación concreta de un líder es dentro de la empresa, ayudando a idear y
desarrollar los procesos que pongan en práctica las capacidades y
64 S.S. Juan Pablo II. Centesimus Annus. (Guatemala: San Pablo, 2000) p. 89
37
potencialidades únicas de cada persona, para generar un valor inigualable;
desarrollando la creatividad moral, que es consecuencia de aplicar la creatividad
individual para resolver problemas, fundamentándose en los valores cardinales.
El liderazgo de hoy, abandona la idea que no hay una estrecha relación entre la
ética, la empresa y la economía.
Así como ha variado el concepto de liderazgo a través del tiempo, así ha
variado el concepto de empresa. Anteriormente se decía que la empresa “tiene
como fin la creación y distribución de recursos escasos, percibiendo beneficios
por ello.”65 Entonces las empresas crean bienes, riqueza y nada más. Pero para
comprender la relación existente entre la empresa y la persona, se debe partir de
la afirmación innegable que la misma está conformada por seres humanos. De
hecho “es una comunidad de personas que comparten fines y objetivos en
común”,66 donde cada uno se reconoce como ser interdependiente e inacabado
y está dispuesto a mejorarse a sí mismo y a otros, por medio de las actividades
de servicio mutuo que exige el trabajo ya que sólo pueden ser realizadas en
comunidad.
La empresa es un conjunto de valores personales que se viven y que
están reflejados en una filosofía organizacional, de la cual se derivan las pautas
de comportamiento congruentes con la misma. Esto es la cultura empresarial,
que está en constante enriquecimiento por las personas y que a su vez ayuda a
encausar el comportamiento de las mismas, dando parámetros de valoración y
definiendo campos de acción. “La empresa en sí es una proyección o
materialización de los rasgos más hondos de la persona”.67 La influencia de la
cultura empresarial en la persona como individuo y como parte de una
comunidad, es innegable. Esta cultura ayuda a formar una identidad de la que
65 Tomás Melendo. Las Claves de la Eficacia Empresarial. (Madrid: Rialp, 1990) p. 10 66 Carlos Llano Cifuentes. Dilemas Éticos de la Empresa Contemporánea. (México: Fondo de Cultura Económica, 1997) p. 41 y 51 67 Armando Segura. La Inserción de la Persona en la Empresa. Cuadernos Empresa y Humanismo. [en línea]. fecha desconocida, No. 41 [citado 16 septiembre 2004] p. 11 Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ISSN:2172-8855
38
todos forman parte, aumentando así el compromiso para con la empresa y las
demás personas, dando sentido de identidad y de pertenencia. De ahí el que las
convicciones éticas de una persona, puestas en práctica en su vida íntima,
tienen repercusión en su vida pública; por lo que la vida privada de cada persona
que forma la empresa, incide también en su vida laboral-empresarial, incide en la
ética de la corporación y viceversa. “La ética empresarial está cimentada en la
ética de cada uno de los individuos que la integran.”68
Por otro lado, también es evidente que los valores corporativos y la cultura
organizacional se ven también influidos y muchas veces hasta determinados por
el entorno político, social, económico y cultural. “La sociedad influye de modo
permanente en la empresa y ésta debe tener claros los parámetros a través de
los cuáles califica a aquella.”69 Por lo tanto el reto para la organización es no
dejarse guiar por los antivalores que actualmente predica el postmodernismo. La
empresa, de hecho, debe reaccionar ante esa corriente deshumanizadora; “ante
lo que nos rodea no podemos simplemente dejarnos envolver y absorberlo todo
hasta la indigestión o hasta el empacho”.70 No se puede permanecer indiferente
ante esta realidad y la empresa es un campo de acción para lograr el cambio
social.
Se puede entonces concluir que la relación entre la empresa y la persona
es interdependiente, pues la actividad empresarial es importante para la
humanidad, no sólo desde el punto de vista económico, puesto que organiza el
trabajo, sino también por las relaciones que se dan dentro de la misma. La
empresa constituye para la persona un ámbito en donde puede dar a conocer
sus valores, capacidades y habilidades, aprendiendo de otros y desarrollando las
virtudes de que carece. “Es importante que la cultura de empresa oriente las
68 Héctor Zagal Aguerrín, op. Cit., p.33 69 Tomás Calleja. Las Referencias Sociales de la Empresa. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Fecha desconocida, No. 39 [citado 15 septiembre 2004] p.2. Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3695-5824 70 Alejandro Llano Cifuentes. La Enseñanza de la Dirección. (México: IPADE, 1996) p.10
39
actitudes y los comportamientos estimulando permanentemente la comunicación,
la participación y la colaboración.”71
Las personas que trabajan en la empresa y con la empresa deberían ser
“accionistas morales” de la misma, tal como se hace referencia en el concepto
del capital moral de Alejo José G. Sisón, ya que deben estar comprometidas con
lo que la empresa y las otras personas buscan y quieren para sus vidas, deben
participar en este proceso de formación para que exista un verdadero
compromiso. La empresa debe procurar enriquecer el alma de los empleados ya
que en la inteligencia reside su capacidad, creatividad y conocimiento, y en el
espíritu reside su lealtad y entusiasmo, para con los clientes, para con la
empresa y para con ellos mismos.
Como ya se mencionó la ética, en cuanto normas prácticas, ayuda a la
persona a descubrir la realidad, la naturaleza de cada ente y en definitiva ayuda
a descubrir la verdad. Se puede decir entonces que la ética supone cierto límite
para la vida empresarial, sólo de la misma forma como lo suponen las leyes, los
tratados comerciales etc., pero a diferencia de éstos, el actuar éticamente no se
limita a evitar la conducta errónea (evitar el mal), sino busca esforzarse por
hacer las cosas de la mejor manera posible (hacer el bien), para obtener
ventajas competitivas. “Las consideraciones éticas suponen un factor, un
elemento más en el análisis de las decisiones empresariales.”72 La actuación
ética de la empresa, no tendrá siempre efectos inmediatos en la misma, pero sí
en las personas que la conforman. Y luego por el trabajo y las acciones de ellas,
se verá el fruto general. Se puede entonces, afirmar que en el largo plazo, más
que un límite, el actuar éticamente supone una posibilidad de ser algo mucho
mejor y más grande.
71 Tomás calleja. Las Referencias Sociales de la Empresa. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Fecha desconocida, No. 39 [citado 15 septiembre 2004] p.16 Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3695-5824 72 Jose María Ortiz Ibarz. La Hora de la Ética Empresarial. (España: McGraw Hill, 1995) p. 2
40
VERDAD Y EMPRESA
Este ensayo propone que la ética y específicamente la verdad como valor
pilar, son necesarias en el ámbito empresarial, pues una empresa verdadera no
sólo garantiza su eficacia y eficiencia a largo plazo, sino que como grupo
humano, ayuda al perfeccionamiento y a la transformación de personas. Si bien
es cierto que la empresa debe tener objetivos económicos, pues ellos definen
parte de su actividad, éstos no son los únicos ya que el que una empresa genere
riqueza no es suficiente. Y es por esta razón que la propuesta de este ensayo
pone en duda el que se diga que el fin último de toda empresa es la
maximización de utilidades, puesto que esta afirmación por sí sola, puede
resultar peligrosa, dejando campo abierto para pensar y decidir maximizarlas a
costa de lo que sea, cuando esta maximización no se puede dar sacrificando el
medio ambiente, la lealtad de las personas, la vida y el bien común.
Juan Elegido, en su libro Fundamentos de Ética de Empresa73 dice que
existen teorías que afirman que la única responsabilidad de una empresa es la
generación de riqueza respetando la ley, como la de la mano invisible de Adam
Smith, quien afirma que como consecuencia natural de la existencia de esta
mano invisible, se promoverá el bien de la sociedad. Sin embargo, esta teoría
de Smith es incompleta y cuestionable, pues da lugar a pensar que cualquier
producto demandado que genere utilidades es susceptible de ser ofrecido, desde
el punto de vista económico, por aquel que tiene capacidad de oferta, pero no
toma en cuenta el punto de vista ético. Por ejemplo, si existe en el mercado la
demanda de pornografía, y además existen personas con esta capacidad de
oferta, siguiendo esta ley sería bueno proporcionar dicho producto, pues genera
utilidades, pero no se toma en consideración el que la pornografía sea
destructiva para la persona, pues es contraria a su humanización. Teorías como
la de la mano invisible de Smith, por sí solas, justifican hasta cierto punto el que
se ofrezcan y demanden productos o servicios que atentan contra la dignidad de
73 Juan Elegido. Fundamentos de Ética de Empresa. (México: IPADE, 1998) p. 122
41
la persona. Y siendo “el mercado una institución social, reflejo de la naturaleza
social del hombre”,74 este tipo de productos no deberían ni ofrecerse, ni
demandarse.
Pero en cuanto agrupación de personas que se interrelacionan y que
están al servicio de otras, las empresas tienen otros fines más profundos:
contribuir al perfeccionamiento personal de quienes tengan relación con ella y
propiciar un aprendizaje técnico-operativo y moral. Esto quiere decir que la
empresa también tiene fines sociales, morales y trascendentes, que deben
garantizar la satisfacción de las personas con quienes se relaciona, dentro y
fuera de la misma. Se habla entonces, del concepto de responsabilidad social
empresarial que se tratará más adelante. Bajo este punto de vista, las
decisiones empresariales siempre deben ser evaluadas desde dos grandes
aspectos: el económico y el ético-social. Esto no quiere decir que siempre deba
anteponerse el aspecto social al económico, aunque a veces si será necesario
hacerlo, cuando la magnitud de las decisiones y sus consecuencias así lo
requieran, por el posible daño que puedan generar.
Una empresa verdadera es aquella en donde se viven las cuatro virtudes
cardinales y por consiguiente está al servicio del hombre y busca el éxito
verdadero, no el que genera la ambición, sino más bien, busca la plenitud por
medio del trabajo. Por esta razón tendrá procesos o sistemas donde cada uno
sea responsable de su actuación, de las consecuencias de la misma, y de
ayudar a otros a mejorar, evitando el paternalismo; buscará vivir los valores y no
se conformará con parecer ética pues “no se puede engañar a la gente toda la
vida”.75 La empresa verdadera mantiene un trato congruente con todos los
grupos con quienes interacciona: los clientes, colaboradores, el gobierno, la
competencia, los acreedores etc., guardando el equilibrio en todo lo que hace y
74 José María Ortiz. Máximo Beneficio y Máxima Racionalidad. Cuaderno Empresarial [en línea]. Julio 2003, No. 40 [citado 15 septiembre 2004] p.3 Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 1925-3618 75 Máxima de Groucho Marx. Citado por Juan M. Elegido, op. Cit., p. 40
42
en todas estas relaciones. Además tiene un plan de vida desarrollado, en donde
está plasmado el papel que jugará dentro de la sociedad, sus compromisos y
responsabilidades a desempeñar; y esto implica ofrecer al mercado productos de
calidad moral, pues se valora la dignidad del cliente tanto como la de los propios
colaboradores. En suma, la empresa verdadera promueve el análisis y la
reflexión en la toma de decisiones siguiendo la siguiente premisa: la suma de los
valores personales, más los valores corporativos y la evaluación de las
consecuencias de la acción da como resultado una decisión éticamente
prudente.
Una empresa que vive la verdad tiene beneficios tangibles e intangibles
como lo es la imagen corporativa, que es la “síntesis de los valores y
características de los agentes que la conforman y que la identifican por las
consecuencias de sus acciones”76, porque los grupos de interacción creen en
ella, volviéndose ésto una ventaja competitiva sobre otros, pues no es fácil imitar
comportamientos éticos para dar soluciones a los problemas que se enfrentan en
el entorno actual.
Otro beneficio que tiene la empresa ética es la lealtad de los
colaboradores, pues confían en que la institución busca el beneficio de la
comunidad y por consiguiente están dispuestos a dar más, a tener más iniciativa,
a ser más creativos, a esforzarse y a dedicar más tiempo por alcanzar los
objetivos corporativos. Lograr este tipo de entrega por parte de los
colaboradores no es tarea fácil, requiere de tiempo y esfuerzo por parte de los
líderes y directivos; sin embargo una vez se logre, los empleados serán capaces
de unificar los intereses personales con los de la firma, pues se sentirán parte de
un equipo y no sólo integrantes de un grupo. Así mismo, se generará este grado
de confianza y lealtad con los demás grupos de interacción, facilitando las
relaciones cooperativas a largo plazo.
76 Tomás Calleja. Las Referencias Sociales de la Empresa. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Fecha desconocida, No. 39 [citado 15 septiembre 2004] p.19. Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3695-5824
43
Entonces, si bien es cierto que el actuar fundamentándose en la verdad
trae beneficios implícitos, éstos no pueden ser las razones de la actuación moral.
La razón para que una empresa actúe desde el punto de vista ético es porque
está conformada por personas y se debe a las mismas. Es lógico comprender
que la ética “no es un valor añadido, es un valor intrínseco de toda actividad
económica y empresarial porque atrae hacia sí un cúmulo de factores humanos,
y los seres humanos tenemos en nuestro obrar una dimensión inevitablemente
ética.”77
Cuando se habla de empresa verdadera, no se toma como sinónimo de
empresa exitosa ya que buscar el “éxito a toda costa es un modo de renunciar a
la verdad;”78 el éxito será una consecuencia de la actuación ética de la empresa,
pues la historia ha demostrado que sólo sobreviven las mejores y esto también
desde el punto de vista de transparencia moral, y de la excelencia íntegra. Es
importante hacer ver que el vivir la verdad, por sí sola, no garantiza el éxito que
una empresa pueda tener, de la misma manera como el tener al mejor
profesional en el área de finanzas no garantizará resultados positivos en los
estados financieros. Para que una empresa sea exitosa deben considerarse la
combinación de varios factores, siendo entre ellos importante y necesario el
factor ético.
LA VERDADERA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL
Ya se ha dejado claro que la empresa verdadera ve el trabajo como un
medio de satisfacción de necesidades para la persona, de crecimiento y
transformación. Como dice S.S. Juan pablo II en la encíclica Laborem Exercens:
“la persona es sujeto del trabajo y las acciones que en éste realiza, deben servir
77 José María Ortiz Ibarz. La Hora de la Ética Empresarial. (España: McGraw Hill, 1995) p. 18 78 Ibid, p. 10
44
a su humanización.”79 Entonces por lógica se comprenderá que cualquier
empresa al servicio de personas tiene una responsabilidad grande con ellas, hoy
llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
La RSE no es una postura izquierdista como algunos empresarios podrían
suponer. En este ensayo no se defiende ninguna postura extrema como el
comunismo o el capitalismo puro, pues se ha comprobado que ambos fallan al
considerar a la persona como un medio y no como un fin. La RSE tampoco es
sinónimo de protección al ambiente, ya que éste es sólo uno de tantos deberes
sociales, ni es una moda o una actitud pasajera que lleva a distribuir la riqueza,
el lograr condiciones de equidad será sólo una consecuencia de la misma.
Al tomar en cuenta que el objetivo de este ensayo no es seguir una moda
y al suponer que el hablar de RSE lo sea, la propuesta que se presenta aquí,
quedaría inválida al pasar esa moda. Por esta razón se prefiere llamar a esta
práctica, de tener una actitud moralmente responsable para con las personas
que se relacionan con la empresa y para con la sociedad en general, como
Responsabilidad Ética y Social Empresarial, pues implica el verdadero
compromiso ético para con la sociedad y con las personas y este compromiso es
de carácter inmutable.
Hay que aclarar que el compromiso con la sociedad no quiere que se
caiga en el extremo de pensar que una empresa debe usar todos sus recursos
para acabar con los males de la misma; es obvio que la empresa no puede
olvidar los objetivos económicos que le dieron origen, pero tampoco puede
ignorar o ser indiferente ante los objetivos sociales y trascendentes que debe
tener como agrupación de personas que se proyecta hacia otros grupos sociales.
Esto sólo quiere decir que el tener un compromiso ético y social, no
necesariamente implica hacer cosas fuera de las actividades normales, al
79 S.S. Juan pablo II. Laborem Exercens. (Guatemala: Ediciones San Pablo, 2002) p. 21
45
contrario, se es responsable cuando se hace bien lo que se sabe hacer; cuando
la empresa cumple con su fin y es congruente con su naturaleza.
Como ya se dejó claro anteriormente, la RESE (Responsabilidad Ética y
Social Empresarial), al igual que la ética, no tiene sentido si se busca sólo por
obtener un beneficio de ella, si se utiliza como una simple herramienta para
formar una imagen empresarial, porque a la larga mantener esta imagen a toda
costa se vuelve más importante que buscar el bien de las otras personas. El
auténtico compromiso ético y social no espera premios ni reconocimientos a la
labor, porque se tiene claro que la verdadera recompensa es el sentimiento que
se tiene respecto de sí misma como organización.
Entonces, la primera responsabilidad que tiene una empresa es evitar el
mal, no pretenderlo como fin; de allí que los que se dedican al narcotráfico o a la
prostitución por ejemplo, no puedan ser considerados empresarios, ni sus
negocios empresas verdaderas. Pero la empresa verdaderamente responsable,
no se conforma sólo con evitar el mal, sino promueve el bien, dando un trato
humano y teniendo en cuenta las necesidades espirituales de las personas que
colaboran con ella tanto dentro como fuera de la misma, eliminando los efectos
colaterales negativos que su actividad pueda tener y apoyando iniciativas
valiosas para disminuir las carencias de la sociedad con aportes económicos o
promoviendo actuaciones especiales de servicio al bien común.
Para comprender mejor este aspecto se puede hacer la siguiente
reflexión: para una persona es más sencillo dar limosna al indigente de la calle
puesto que requiere desprenderse de algo material, que probablemente sea
recuperable. Lo realmente difícil, es comprender la necesidad de ese indigente y
comprometerse solidariamente con él y con otros en su misma condición, de
manera permanente, para garantizar la promoción de su dignidad humana;
contribuyendo desde el propio trabajo o rol dentro de la sociedad al cambio de
46
estructuras injustas que hoy permiten que se de la condición de pobreza del más
del 50% de guatemaltecos.80
Así, de la misma manera, para las empresas puede resultar más sencillo
hacer donativos o patrocinar eventos de caridad, y esto está bien, pero lo que
realmente tiene mérito en cuanto a responsabilidad ética y social, es que la
empresa completa -alta dirección, mandos medios y colaboradores- adquiera el
compromiso de transformar estructuras internas y externas que no contribuyan a
la superación de las personas bajo los tres puntos de vista que mencionaba Juan
Antonio Pérez López: económicamente a través de la generación de empleos,
pagando salarios justos para que las personas puedan llevar una vida digna;
profesionalmente, ayudándolas a perfeccionar sus habilidades profesionales y
trascendentalmente, propiciando situaciones éticas en las que el individuo pueda
desarrollar las cuatro virtudes cardinales, el juicio crítico y el discernimiento,
aplicándolos en cada situación concreta, tanto en la vida laboral como personal.
La empresa que tiene un verdadero compromiso ético para con la
sociedad comprende que el “no atender a la exigencia de la justicia social podría
favorecer el surgir de una tentación de respuesta violenta por parte de las
víctimas de la injusticia.”81 Y reconoce que su naturaleza y razón de ser debe
contribuir a eliminar esas injusticias sociales y a generar un efecto multiplicador
en la educación en valores.
Debido a que para algunas empresas y empresarios, resultan aún
incomprensibles los efectos que tiene el que se fomente la verdad y la práctica
de virtudes dentro de la empresa, en la sociedad en general y su relación con la
responsabilidad ética y social, se ilustrará este punto con un ejemplo: si los
líderes de una empresa han descubierto el valor de la honestidad, buscarán
hacer de este valor, una virtud, y lo transmitirán a los colaboradores de la
80 Según las estadísticas del Informe de: NACIONES UNIDAS. Informe de Desarrollo Humano. Guatemala: Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala, 2001. p. 22 81 S.S. Juan Pablo II. Sollicitudo rei Sociales. (Guatemala: San Pablo, 2000) p. 13
47
organización gracias a su capacidad inspiradora y de arrastre. Una vez que las
demás personas descubren el valor de la honestidad, actuarán honestamente no
sólo dentro de la empresa, sino también fuera de ella, en todos los roles que
juega dentro de la sociedad: en la familia, dentro de su comunidad específica, en
el centro educativo de los hijos, en el club que frecuenta, etc. Todo ésto en
suma, es contribuir de manera indirecta a la responsabilidad que tiene la
empresa para con la sociedad.
Una vez explicado lo anterior, es fácil comprender que la empresa debe
actuar éticamente por las incontables consecuencias negativas que trae para la
sociedad el que no lo haga, y por los beneficios que genera, no sólo para ella,
sino para la comunidad a la que pertenece. Solamente entendido ésto, la
empresa verdadera asumirá la responsabilidad ética que tiene para con cada
uno de los grupos de interacción ya mencionados. Obviamente la organización
debe cumplir primero con las responsabilidades para con sus miembros, es decir
al interior, para luego tener más participación concreta en el exterior. Si no lo
hace de esta manera, equivaldría a pensar en un padre que se dedica hacer
donaciones para obras de caridad cuando es incapaz de dar ayuda económica a
sus propios hijos. Esto es jugar a ser ético y los empresarios no pueden fingir
una responsabilidad ética-social, de la misma manera como no pueden jugar a la
verdad, a ser empresarios o a ser personas.
La responsabilidad ética y social es una realidad, es una verdad que se
torna obligación para las empresas, por lo que no contribuir con ella, en
definitiva, sería no contribuir con la plenitud o perfeccionamiento humano y por lo
tanto atentaría contra la naturaleza de la persona, alejándose de la verdad, lo
cual sólo generaría más problemas sociales. “Una sociedad basada en la
mentira, se destruye.”82
82 Leonardo Polo, op. Cit., p. 197
48
En resumen, actualmente las empresas deben ayudar a subsanar las
necesidades que el Estado no ha podido satisfacer y entre ellas no sólo se
encuentra la necesidad de capacitación o tecnificación de las personas que
escasamente han completado el nivel de educación primaria, sino la urgente
necesidad de la formación en valores y virtudes. Nuevamente se afirma que la
verdadera responsabilidad ética y social de las empresas no es sólo hacer
donaciones, ni que tengan una actitud paternalista solucionadora de problemas
sociales; lo que se afirma es que la empresa es un motor de crecimiento y de
cambio en sociedades como la guatemalteca, donde existen tantas carencias y
fallos sociales que no respetan el valor intrínseco de las personas.
Muestra de que hace falta el practicar una verdadera responsabilidad ética
y social son las estadísticas dadas por el Ministerio de Trabajo83 en donde se
evidencia la gran cantidad de niños y adolescentes que trabajan. En Guatemala
son alrededor de un millón de niños y adolescentes entre 7 y 14 años de edad
laboran, en su mayoría en el sector agricultura (63%), seguido del sector
comercio (16%) y un 14% en la industria manufacturera. La tendencia del
trabajo infantil a lo largo del tiempo ha tenido un crecimiento desde 1994 en
donde un 8% de niños trabajaba, hasta el 2002, donde ya era un 24%. Para que
tanto niños como adolescentes trabajen, deben existir patronos que los contraten
y este hecho lleva implícito una gran carga moral pues ¿bajo qué punto de vista
se justifica el que niños y adolescentes se vean obligados a trabajar, muchas
veces por la situación de pobreza en que viven sus familias? ¿Qué están
haciendo las empresas como generadoras de riqueza de tal manera que ayuden
a evitar el que se siga incrementando esta tendencia? Esta realidad es más
alarmante cuando se habla de niñas que ejercen la prostitución en varios
83Trabajo Infantil y Adolescente. [en línea] 2004 [citado 15 septiembre 2004] Disponible en Internet: http://www.mintrabajo.gob.gt:8080/extranet/mtps/estadistica/estadisticas/trabajo_infantil/img10.html/view?searchterm=trabajo%20infantil/ISSN:2298-6743
49
burdeles del país, según datos de Casa Alianza sobre la explotación sexual
comercial en Guatemala de 668 niñas y adolescentes centroamericanas.84
Otro indicador que muestra el gran camino que hay que recorrer en
materia de responsabilidad ética y social es el preocupante 39%-42% de evasión
del IVA registrado por el Ministerio de Finanzas Públicas desde 1996 hasta el
2001.85 Como bien se sabe, parte de la RESE es cumplir con la ley y con los
deberes para con el Estado.
Además en materia de los derechos del consumidor el Ministerio de
Economía muestra que en el 2003 se ingresaron 2,123 quejas y que sólo fueron
resultas 1,207.86 En el sector maquila la Inspección General de Trabajo afirma
que en el 2002 se formularon denuncias contra 110 empresas por mes87, ya que
se ha demostrado que los trabajadores (aunque en su mayoría son mujeres
entre 16 y 25 años), tienen horarios que exceden las 44 horas semanales,
trabajando entre 10 y 12 horas diarias. En algunos casos se les encierra hasta
que terminen el trabajo y los servicios como cafeterías y baños son insalubres.
En estos lugares es común el abuso físico de los capataces, así como el abuso y
acoso sexual. Por si esto fuera poco, no todos los trabajadores tienen acceso al
IGSS, ya que no todos son declarados y muchas veces los menores de edad
que trabajan, no cuentan con la autorización de sus padres.88
Es evidente que hay muchas empresas que aún no conocen ni aplican el
concepto de responsabilidad ética y social empresarial, ya que como lo
84 Explotación Sexual Infantil. [en línea] mayo 2004 [citado 15 septiembre 2004] Disponible en Internet: http://www.casa-alianza.org/ES/human-rights/sexual-exploit/press/ISSN:2605-2004 85 Estimación de la Evasión del IVA. 1996-2001 [en línea] 2002 [citado 15 septiembre 2004] Disponible en Internet: www.minfin.gob.gt/iva/ISSN:3378-2111 86 Quejas Recibidas en Forma Anual. [en línea] 2003 [citado 15 septiembre 2004] p.4 Disponible en Internet: http://www.mineco.gob.gt/mineco/diaco/pagina_n4/ISSN:4467-9089 87 Los Derechos de la Mujer en la Esfera Laboral. [en línea]. 2003 [citado 15 septiembre 2004] Disponible en Internet: http://www.cidh.oas.org/countryrep/Guatemala2003sp/capitulo5/ISSN:7723-6471 88 Industrialización en Guatemala. [en línea]. 2003 [citado en 15 septiembre 2004] Disponible en Internet: http://doschivos.com/neuna/indusgua/ISSN:9812-3299
50
demuestran las estadísticas, no respetan ni la dignidad, ni los derechos humanos
universales. De allí que la responsabilidad ética y social vaya más allá de
brindar productos “correctos”, implica un compromiso por parte de las empresas
de incorporar en sus planes estratégicos las necesidades de las personas y su
actuación concreta en la reducción de la pobreza para poyar el desarrollo
sostenible. “Tenemos mucha organización, pero nos falta buena organización”89.
Las empresas también son ciudadanas que tienen derechos y obligaciones
legales y morales a favor del bien común de la sociedad.
Entonces, no se puede esperar que todos los cambios económicos y
sociales vengan exclusivamente del Estado, y que éste lo haga todo, las
personas en general dentro de la sociedad no pueden desligarse de esta
responsabilidad ciudadana. “Cuando los hombres no tienen otra cosa que
esperar lo que les ofrece este mundo, cuando deben y tienen que exigírselo todo
al Estado, se destruyen a sí mismo y destruyen al Estado”.90 Aunque sí es un
deber natural del Estado el ordenar la convivencia de la sociedad, en busca del
bien común, su rol fundamental, como menciona Joseph Ratzinger en su libro
Verdad, valores, poder, no es hacer del mundo un paraíso, puesto que tampoco
es capaz de hacerlo.91
Las empresas y sus líderes adquieren entonces, un papel protagonista
dentro de la sociedad como transformadores y educadores, ayudando solidaria y
subsidiariamente a las comunidades de personas con quienes se relacionan. Es
urgente adquirir otro concepto de desarrollo fundamentado en la vivencia de los
valores universales, redefinir el papel del Estado, las empresas mismas y la
sociedad civil en general para crear estructuras económicas y de un libre
mercado más transparente, justo y humano. “Las empresas excelentes serán
89 Alejandro Llano. La empresa ante la Nueva Complejidad. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Julio 2002, No. 15. [citado 16 septiembre 2004] p.5. Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3254-5012 90 Joseph Ratzinger. Verdad, valores, poder: piedras de toque de la sociedad pluralista. (España: RIALP, 2000) p. 108 91 Ibid. P. 100
51
los nuevos protagonistas sociales de una sociedad futura más libre y solidaria,
más perfecta y más rica, con unas Instituciones más participativas y unos
Estados más livianos y aligerados.”92
Es por esta razón que, ahora más que nunca, son necesarios los líderes
que viven la verdad, pues sólo ellos serán agentes de cambio dentro de las
empresas, y sólo ellos sabrán guiar hacia esta auténtica responsabilidad ética y
social empresarial. Son ellos los responsables de sembrar una cultura
organizacional virtuosa de responsabilidad social, común para todos,
estableciendo indicadores de RSE haciendo prevalecer esta actitud frente a
cualquier otra regla, “las empresas se rigen, antes que nada, por las leyes y
principios que deriven de las personas.”93 Sólo los líderes verdaderos podrán
marcar la diferencia y dar prioridad a los principios humanos, viendo a la ética no
como un conjunto de obstáculos, sino como un conjunto de nuevas
posibilidades, de nuevas y mejores opciones que se convierten en retos al
buscar vivir constantemente en base a la prudencia, justicia, fortaleza y
templanza.
El que se busque esta actuación virtuosa dentro de las estructuras
económicas y sociales de la empresa, permite asumir de manera automática y
espontánea la responsabilidad que se tiene no sólo para con los colaboradores
sino para con la sociedad en general; permite reconocer que las prácticas
actuales de algunas empresas deshumanizan a la persona, no fomentando el
crecimiento hacia la plenitud ni de los mismos empresarios.
Hay corporaciones que ya han hecho conciencia sobre esta realidad y que
están luchando por erradicar estas prácticas, desde su propia actividad pues
cuentan con lideres quienes “a través de su trabajo, organizan la sociedad: la
92 Tomás Calleja. El Protagonismo Social de la Empresa. Cuaderno Empresaria y Humanismo [en línea]. Octubre 2003, No. 66. [citado 16 septiembre 2004] p.5. Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 4695-6841 93 Carlos Llano. Dilemas Éticos de la Empresa Contemporánea. (México: Fondo de Cultura Económica, 1997) p.54
52
«externa» a él, por la influencia que despliega, y, sobre todo, la interna, la
referida a los propios hombres de la empresa.”94 Uno de los ejemplos más
concretos de este tipo de empresas es Starbucks Café, quien es reconocido a
nivel mundial gracias al modelo de responsabilidad social que implementa en su
actividad diaria. “El Informe de Responsabilidad Social Corporativa de Starbucks
de 2003 contiene los puntos más sobresalientes de las actividades, programas e
iniciativas de la compañía que demuestran cómo brinda Starbucks beneficios
sociales, ambientales y económicos a las comunidades en que operamos.”95
Este informe está disponible en línea en www.starbucks.com/csr.
Además, son varios los países que se preocupan y hacen grandes
esfuerzos en dar énfasis a la RSE: en Inglaterra existe una academia de
responsabilidad social empresarial, dirigida por Andrew Dunett96 quienes
estudian y promueven modelos para la educación y la ejecución de la actividad
empresarial responsable. En Hong Kong, las autoridades de diferentes
entidades comerciales hacen énfasis en la necesidad de que las compañías
locales hagan más en materia de responsabilidad social y ambiental.97 En
Bruselas, Bélgica, se ha lanzado una campaña de nueve meses para promover
la RSE entre las pequeñas y medianas empresas.98 Es también reconocido a
nivel internacional el esfuerzo de Daimler Chrysler, Chevron Texaco, Toshiba y
Alitalia (entre otros), quienes ya elaboran y publican un reporte sobre RSE.99
94 Rafael Alvira, op. Cit., p. 6 95 Sandra Taylor. Starbucks CRS Annual Report. [en línea]. 2003 [citado 21 de octubre de 2004] p. 67. Disponible en Internet: http://www.starbucks.com/aboutus/SpanishFY03CSR 96 Alex Blyth. Emea News: Companies using CSR Competency Framework. [en línea] 18 de octubre 2004 [citado 21 de octubre de 2004] p. 1. Disponible en Internet: http://www.ethicalcorp.com/content.asp?ContentID=2959 97 Tobias Webb. Asia Pacific News: Hong Kong companies urged to catch up with multinationals on ethics. [en línea] 18 de octubre 2004 [citado 21 de octubre de 2004] p. 1. Disponible en Internet: http://www.ethicalcorp.com/content.asp?ContentID=2967 98 Alex Blyth. CRS Reports [en línea] octubre 2004 [citado 21 de octubre de 2004] p. 1. Disponible en Internet: http://www. ethicalcorp.com/content.asp?ContentID=2877 99 Rikki Stancich. EMEA News: Corporate social responsibility campaign launched in Brussels [en línea] 18 de octubre 2004 [citado 21 de octubre de 2004] p. 1. Disponible en Internet: http://www.ethicalcorp.com/content.asp?ContentID=2928
53
Ante los ejemplos citados, se podría suponer que los líderes de estas
instituciones ven la verdad, la aman, se apropian de ella y la viven, para
traducirla en una realidad de responsabilidad ética y social empresarial auténtica.
Son capaces de amar la verdad pues se dan cuenta de la riqueza que tiene la
naturaleza humana, hecha a imagen y semejanza de Dios; se dan cuenta del fin
de la misma y de la misión a la que todas las personas son llamadas: el dejar
huella, contribuyendo a la humanización de las sociedades. “El amor a la verdad
surge cuando uno es creativo y experimenta por propia experiencia la riqueza y
el valor de la realidad, más allá de toda apariencia y de todo interés subjetivo”.100
Es tarea de la actual generación de jóvenes guatemaltecos, que han
tenido la oportunidad de estudiar errores del pasado y que tienen la capacidad y
creatividad para desarrollar nuevos sistemas y modelos de gestión empresarial,
el crear nuevas maneras de hacer las cosas, desde un punto de vista más
humano y de verdadero compromiso social. El cambio en países en vías de
desarrollo como Guatemala, ya está en manos de los líderes de las empresas,
como motores de la economía y como fuente de aprendizaje para muchos. Es
por esto que el líder de hoy está llamado a ser maestro y ejemplo de valores y
virtudes, está llamado a ser maestro de vida y un agente de cambio
humanizador; puesto que el valor ético de la empresa, determina su valor para la
sociedad, asegura el logro de resultados económicos y el desarrollo de la calidad
moral de sus miembros. “El management será, ya lo está siendo, la base teórica
de referencia para la configuración de las nuevas estructuras sociales que
debemos construir entre todos con mayor consideración a las personas y a su
desarrollo solidario.”101
Stephan Schimidheiny, un gran empresario y fundador de FUNDES dijo
que no hay empresas exitosas en sociedades fracasadas, y es evidente que
100 Alfonso López Quintás. La tolerancia y la Manipulación. (España: RIALP, 2001) p. 240 101 Tomás Callejas. Las Referencias Sociales de la Empresa. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Octubre 2003, No. 39 [citado 16 septiembre 2004] p.10. Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3695-5824
54
para que una sociedad sea exitosa, y por ende sus empresas, las personas que
la conforman deben ser virtuosas. En esto se basa el humanismo cívico de
Alejandro Llano102: en reconocerse parte fundamental y vital para la construcción
de sociedades íntegras, gracias al aporte personal que se pueda hacer en
materia de bien común, asumiendo la propia responsabilidad para garantizar la
solidaridad de los pueblos. Una buena manera de comenzar esta tarea es a
través de las empresas, desde una perspectiva más humana, “el humanismo
empresarial consiste simplemente en poner como último fin de la empresa la
dignidad de todos los que con ella se relacionan y, en último extremo, de toda la
sociedad.”103
Para que el líder de hoy sea verdadero, debe cambiar la manera de
concebir los negocios sólo como una oportunidad para la mera acumulación de
dinero, y debe estar consciente que las grandes injusticias sociales que sufren
países como Guatemala requieren de una visión “que vaya mucho más allá del
mercantilismo y del capitalismo actual; que haga de la dignidad humana, no del
dinero, un motor de las relaciones de los pueblos y de las personas; que
propugne el reparto equitativo de la riqueza y la igualdad de todos los seres
humanos.”104
Ser líder, es ser maestro de vida en tanto que se tiene la oportunidad de
generar un efecto multiplicador de transformación dentro de las empresas, en el
diario actuar y desde un punto de vista profesional; las empresas deben
entonces reconocerse hoy por hoy como incubadoras de grandes iluminados
para el cambio de estructuras económicas y sociales que esclavizan. “La
empresa se encuentra de esta manera enfrentada a desempeñar un papel
102 Alejandro Llano. Humanismo Cívico. (España: Ariel, S.A.,) p.109 103 Rafael Alvira, op. Cit., p. 14 104 José Luis Zurbano. La solidaridad: Un tema transversal para la escuela. (España: Editorial San Pablo, 1998) p. 35
55
histórico en la evolución de las sociedades”105. Por las personas que las
conforman, las empresas se vuelven ejemplo de vida virtuosa, basado en el
trabajo como un medio que ayuda a la trascendencia de la persona, esto gracias
al reconocimiento de la verdad como pilar de actuación y como origen de toda
virtud propia de la naturaleza humana, impactando positivamente el ambiente en
el que se desenvuelve su acción.
Como conclusión ante todo lo anterior planteado cabría preguntarse
¿Hacia dónde se dirige la humanidad y el mundo empresarial? Y como
respuesta a esta interrogante un tanto amplia e incierta, cabe afirmar que aún no
es tarde para empezar a luchar contra el utilitarismo desmedido y contra la
ambición extrema; aunque “el afán de dominio prevalece sobre la cooperación, y
estamos con sobredosis de competencia”,106 todavía es tiempo de cambiar el
rumbo de las relaciones humanas. Este cambio se puede empezar a hacer a
través de la propuesta que se hace en este trabajo: la necesidad de líderes-
formadores que vivan las virtudes cardinales, fundamentándose en la verdad,
para transmitir este modo de vida dentro de la empresa, garantizando así su
unidad, gracias al enriquecimiento del alma de los colaboradores y promoviendo
el bien común y la generación de riqueza de manera ética y responsable.
De ahora en adelante será necesario dirigirse de una manera más
emprendedora que permita innovar, crear y poner en práctica formas creativas y
diferentes de hacer las cosas, desde una perspectiva más humana. “Emprender
es tarea ardua que supone elegir, renunciar, sacrificarse, combatir, tomar
riesgos, cumplir la palabra, motivar, cooperar, acciones en las que el hombre
105 Jesús Arellano. Empresa y Libertad. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Octubre 2003, No. 16 [citado 16 septiembre 2004] p.10 Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ISSN: 3254-5012 106 Enrique de Sendagorta. El Empresario servidor-líder. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Julio 2002, No. 72 [citado 16 septiembre 2004] p.3 Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3650-9870
56
pone en juego sus valores, sus conceptos vitales y su libertad.”107 Pero
seguramente es una tarea que vale la pena hacer, por las grandes recompensas
que deja, si se hace bien hecha, en la sociedad y en la propia vida. Esto implica
un cambio de actitud desde sus raíces más profundas, un cambio de cultura y de
la manera en como se está acostumbrado a actuar pasivamente, para
involucrarse de manera activa en la transformación de personas. Aunque como
bien dice Carlos Llano en su ensayo “La persona humana en la empresa de fin
de siglo”108, estos cambios son los que más cuestan, pero a la larga son los más
importantes pues requieren de más profundidad.
Este es el reto que aquí se plantea para las futuras generaciones de
administradores y directores de empresas: explorar los amplísimos horizontes y
la vasta capacidad humana de aprender y mejorar a la luz de la verdad, para
tener una vida laboral virtuosa y hacer que otros también la tengan, generando
valor para sí mismo y para la sociedad. “Es necesario que haya una clara
sensación de optimismo; la gente necesita creer que una cosa de estas vale la
pena y que hay que hacerla.”109
Una vez que el empresario conoce y comprende la propuesta de este
trabajo seguramente se preguntará ¿por dónde empezar esta ardua tarea?
Como primer paso, es recomendable que se busquen instituciones que están
familiarizadas con el tema y que de alguna manera han ya desarrollado
herramientas éticas y de responsabilidad social empresarial. Se puede empezar
por conocer y comprender su forma de trabajo, su filosofía y cultura corporativa y
la manera como llevan a cabo la ejecución de sus planes.
107 Enrique de Sendagorta. La Responsabilidad Social del Empresario. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Julio 2002, No. 3 [citado 16 septiembre 2004] p.2 Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 2083-2014 108 Carlos Llano. La Persona Humana en la Empresa de Fin de Siglo. Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Fecha desconocida, No. 63 [citado 16 septiembre 2004] p.13 Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 7298-2519 109 Kart Albrecht. La Revolución del Servicio: lo único que cuenta es un cliente satisfecho. (Colombia: 3R Editores, 1998) p. 62
57
Una manera de hacer ésto es consultar sitios como el Ethical Corporation
(www.ethicalcorp.com), el Instituto Argentino para la Responsabilidad Social
Empresarial (www.iarse.org.ar, www.comunicarseweeb.com.ar), el Instituto para
la promoción de la Responsabilidad Empresarial (www.ipres.org), la organización
Centrarse (www.centrarse.org.gt), entre otros, que son instituciones formadas
por empresarios quienes han sido testigos que los valores morales y las virtudes
no son excluyentes de los beneficios económicos y por lo tanto, se dedican a
estudiar, analizar y promover actividades éticas dentro del mundo empresarial.
A su vez, publican información, artículos, casos y herramientas de
aplicación sobre la verdadera responsabilidad social empresarial. Estas
organizaciones pueden ser una guía de actuación empresarial ética y un apoyo
para todos aquellos que comprendan y crean en la importancia y el gran impacto
positivo que puede tener para las sociedades, el vivir conforme a la verdad y a
las virtudes cardinales, también en el mundo laboral.
En este sentido, se alberga la esperanza de que no todo está perdido y
que hay que aunar esfuerzos con personas, directores y líderes que piensen y
crean lo mismo para poder planear y ejecutar modelos de actuación económica y
socialmente buenos desde el punto de vista ético.
58
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
LIBROS
ALBRECHT, Kart. La Revolución del Servicio: lo único que cuenta es un cliente
satisfecho. Colombia: 3R Editores, 1998. 325 p.
ALBRECHT, Kart y Lawrence j. Bradford. La Excelencia del Servicio. Colombia: 3R
Editores, 1998. 237 p.
ALVIRA, Tomás y Luis Clavell. Metafísica. 7ª ed. Pamplona (España): EUNSA, 1998.
289 p.
ARAGÓ MITJANS, Joaquín María. Ética y valores. Guatemala: Universidad Rafael
Landívar, 1998. 169 p.
ARGANDEÑA, Antonio. La Ética en La Empresa. Nota Técnica. Barcelona (España):
IESE, 1994.
ARTIGAS Mayayo, Mariano. Introducción a la Filosofía. 5ª ed. Navarra (España):
EUNSA, 1997. 359 p.
ASCH, Solomon. Psicología Social. Argentina: EUDEBA, 1962. 647 p.
BERRIO Terrazas, Francisco. La Ética es un Buen Negocio. México. 32 p.
BLANCHARD, Ken y Marc Muchnick. The Leadership Pill: The Missing Ingredient in
Motivating People Today. New York (E.E.U.U.): Free Press, 2003. 112 p.
CANALS Margalef, Jordi. La Gestión del Crecimiento de la Empresa. España:
McGraw Hill, 2000. 216 p.
CASARES ARRANGOIZ, David. Liderazgo. México D.F.: Fondo de Cultura
Económica, 2000. 180 p.
CHALMETA Olaso, Gabriel. Ética Especial: El orden ideal de la vida buena. Navarra
(España): EUNSA. 1996. 222 p.
CHINCHILLA, Nuria. Rotación de Directivos. Barcelona (España): Ediciones Gestión
2000 S.A., 1996. 212 p.
COOPER, Robert. La Inteligencia Emocional Aplicada al Liderazgo y a las
Organizaciones. Colombia: Editorial Norma, 1998. 307 p.
59
CORTINA, Adela. Por una Ética del Consumo. Madrid (España): Editorial Taurus,
2002. 263 p.
CORTINA, Adela. Ética de la Empresa. Valladolid (España): Editorial Taurus, 1996
270 p.
COVEY Stephen. Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva. México D.F.:
Editorial Paidos, 1990. 435 p.
DE LA ISLA, Carlos (compilador). Ética y Empresa. México D.F.: Instituto Autónomo
Tecnológico de México, 2000. 282 p.
ELEGIDO, Juan M. Fundamentos de Ética de Empresa. México, D.F.: IPADE, 1996.
ESCRIVÁ de Balaguer, José María. El Cristo que Pasa. Madrid (España): Editorial
Minos, 2001. 423 p.
ESTAIN Villoslada, Pedro. Gentes con Ideales. Madrid (España): PALABRA. 1998.
179 p.
FISCHER Roger y Alan Sharp. El Liderazgo Lateral. Colombia: Norma, 1999. 239 p.
FRANKL, Víctor. El Hombre en Busca de Sentido. 21ª ed. Barcelona (España):
Herder 2001. 190 p.
GANDHI, Mahatma. Reflexiones Sobre la Verdad. Long Seller. 1998.
GARITAGOITIA, José Ramón. El Legado Social de Juan Pablo II. Navarra
(España): EUNSA, 2004. 254 p.
GINEBRA, Joan. El Liderazgo y la Acción. México D.F.: Editorial McGraw Hill, 1994.
224 p.
GÓMEZ PÉREZ, Rafael. Ni de Letras ni de Ciencias. Madrid (España): RIALP,
1999. 162 p.
GÓMEZ PÉREZ, Rafael y Calleja Tomás. Ética Empresarial. Madrid (España): Rialp.
1999. 3ª ed. 166 p.
GONZÁLEZ-SIMANCAS, José Luis. Educación: Libertad y Compromiso. España:
Eunsa. Ediciones Universidad de Navarra, 1992. 316 p.
HOLDEN, Philip. Ética para Managers. España: Ediciones Piadós Ibérica, 2000.
287 p.
HOSTENCH, Antoni Carol i, Hombre, Economía y Ética, Pamplona (España):
EUNSA, 1993. 224 p.
60
IPRES. Estudios Sobre Ética Empresarial. Guatemala: IPRES, 1995. 34 p.
KANT, Inmanuel. Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres. Madrid:
Real sociedad Económica Matritense de Amigos del País, 1993. 215 p.
KREITNER, Robert y Angelo Kinicki. Comportamiento de las Organizaciones.
España: McGraw Hill, 1997. 661 p.
LARA ROCHE, Luis. Valores Morales para Nuestro Tiempo. Guatemala: Lección
inaugural USAC, 1984.
LLANO, Alejandro. Humanismo Cívico. Madrid (España): Ariel, 2000. 218 p.
LLANO, Alejandro. La Enseñanza de la Dirección. México D.F.: IPADE, 1996.131 p.
LLANO, Alejandro. La vida Lograda. España: Ariel, 2002. 203 p.
LLANO, Carlos. Ética en la Empresa. México, D.F.: FCE, 1997.
LLANO, Carlos. Dilemas Éticos de la Empresa Contemporánea. México D.F.: Fondo
de Cultura Económica, 1997. 312 p.
LOBO Mendez, Gonzalo. Persona, Familia, Sociedad. 2ª ed. España: Editorial
Magisterio Español, S.A., 1973. 374 p.
LÓPEZ de Llergo, Ana Teresa. Valores, Valoraciones y Virtudes. México, D.F.:
Editorial Continental S.A., 2000. 206 p.
LÓPEZ Quintás, Alfonso. El Secreto de una Vida Lograda. Madrid (España):
PALABRA. 2003. 342 p.
LÓPEZ Quintás, Alfonso. Inteligencia Creativa: el descubrimiento personal de los
valores. Madrid (España): BAC. 2002. 528 p.
LÓPEZ Quintás, Alfonso. La tolerancia y al Manipulación. Madrid (España): RIALP,
2001. 252 p.
MARÍAS, Julián. Mapa del Mundo Empresarial. Madrid (España): Alianza, 1994.
206 p.
MARTÍ García, Miguel-Ángel. La Intimidad: Conocer y Amar la Propia Riqueza
Interior. 5ª ed. Madrid (España): Ediciones Internacionales Universitarias, 2001.
157 p.
MELÉ, Doménech, La Prudencia en la Toma de Decisiones. Nota Técnica.
Barcelona (España): IESE, 1992.
61
MELÉ, Doménech. Relaciones de Justicia en el Ámbito Empresarial. Nota Técnica.
Barcelona (España): IESE, 1992.
MELÉ, Doménech. Talento Ético del Directivo. Nota Técnica. Barcelona (España):
IESE, 1993.
MELÉ, Doménech. Cristianos en la Sociedad. 3ª ed. Madrid (España): Ediciones
Rialp, 2000. 239 p.
MELÉ, Doménech. Raíces Éticas del Liderazgo. Pamplona (España): Editorial
Eunsa, 2000. 360 p.
MELÉ, Doménech. Empresa y Vida Familiar. Barcelona (España): IESE, 1995.
311 p.
MELENDO, Tomás y Lourdes Millán-Puelles. La Pasión por la Verdad. Pamplona
(España): Editorial Eunsa, 1997. 161 p.
MELENDO, Tomás. Las Claves de la Eficacia Empresarial. Madrid, (España):
Ediciones Rialp S.A., 1990. 188 p.
MELENDO, Tomás. Dignidad Humana y Bioética. Pamplona (España): Eunsa,
1999. 186 p.
NACIONES UNIDAS. Informe de Desarrollo Humano. Guatemala: Sistema de las
Naciones Unidas en Guatemala, 2001. 234 p.
NUENO, Pedro. Emprendiendo: El Arte de Crear Empresas y sus Artistas.
Barcelona (España): Ediciones Deusto S.A., 2000. 219 p.
ORTIZ IBARZ, José María. La Hora de la Ética Empresarial. Madrid (España):
Editorial McGraw Hill. 1995. 172 p.
ORTIZ IBARZ, Jose María y Enrique de Mulder Duclós. Ética para Seguir Creciendo.
Bilbao (Madrid): Prentice may. Pearson Educación S.A., 2000. 138 p.
PÉREZ López, Juan Antonio. Liderazgo y Ética en la Gestión de Empresas. Bilbao
(España): Ediciones Deusto S.A., 1998. 240 p.
PIPER, Josef. Las Virtudes Fundamentales. Madrid (España): Ediciones Rialp S.A.,
2001. 550 p.
POLO, Leonardo. Ética: Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª ed.
Madrid (España): AEDOS Unión Editorial, 2000. 198 p.
62
PORTER, Michael. Estrategia competitiva: Técnicas para el Análisis de los Sectores
Industriales y de la Competencia. México D.F., Compañía Editorial Continental S.A.,
1999. 407 p.
RATZINGER, Joseph. Verdad, valores, poder: piedras de toque de la sociedad
pluralista. Madrid (España): RIALP, 2000. 108 p.
ROBBINS, Stephen. Comportamiento Organizacional. 8ª ed. México D.F.: Prentice
Hall, 1999. 673 p.
RODRIGUEZ Luño, Ángel. Ética. Pamplona (España): EUNSA, 1986. 253 p.
SADA, Ricardo. Ética Aplicada. México D.F.: Editorial Minos, S.A., 2000. 248 p.
SAINT-EXUPERY, Antoine. El Principito. Valencia, (España): Ortells, 1994.
SENNETT, Ricardo. El Respeto: sobre la dignidad el hombre en un mundo de
desigualdad. Barcelona (España): Anagrama, 2003. 301 p.
SUÁREZ, Federico. Que los Buenos no Hagan Nada. Madrid (España): Rialp, 2000.
228 p.
S.S. Juan pablo II. Laborem Exercens. Guatemala: Ediciones San Pablo Guatemala,
2002. 96 p.
S.S. Juan Pablo II. Veritatis Splendor. Guatemala: Ediciones San Pablo Guatemala,
2002. 144 p.
S.S. Juan Pablo II. Centesimus Annus. Guatemala: Ediciones San Pablo Guatemala,
2002. 116 p.
S.S. Juan Pablo II. Sollicitudo rei Sociales. Guatemala: Ediciones San Pablo
Guatemala, 2002. 71 p.
TREACY, Michael and Fred Wiersema. La Disciplina de los Líderes del Mercado.
Colombia: Editorial Norma, 1996. 229 p.
YEPES, Ricardo y Javier Arenguen Echevarría. Fundamentos de la Antropologia.
4ª ed. Navarra (España): EUNSA, 1999. 375 p.
VÉLAZ, Iñaki. Responsabilidad Social Corporativa. Carta informativa, Febrero 2004,
No.148, página 2, Guatemala: IPRES.
WIERSEMA, Fred. Customer Intimacy. California (E.E.U.U.): Knowledge Exchange,
1996. 221 p.
WOJTYLA, Karol. El Hombre y su Destino. Madrid (España): Palabra, 1998. 299 p.
63
WOJTYLA, Karol. Mi Visión del Hombre. Madrid (España): Palabra, 1997. 367 p.
ZAGAL Arregún, Héctor. Empresa, Ética y Postmodernidad: Hacia las
Organizaciones del Tercer Tipo. México D.F.: Universidad Panamericana,1997. 63 p.
ZURBANO, José Luis. La solidaridad: Un tema transversal para la escuela. Madrid
(España): Editorial San Pablo, 1998. 243 p.
INTERNET
ALVIRA, Rafael. ¿Qué es el Humanismo Empresarial? Cuaderno Empresa y
Humanismo [en línea]. 1989, No. 17 [citado 15 septiembre 20004] p. 2 Disponible en
Internet:<http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ISSN:3456-
8743.
ARELLANO, Jesús. Empresa y Libertad. Cuaderno Empresa y Humanismo [en
línea]. Octubre 2003, No. 16 [citado 16 septiembre 2004] p.10 Disponible en Internet:
http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ISSN: 3254-5012
BLYTH, Alex. CRS Reports [en línea] octubre 2004 [citado 21 de octubre de 2004]
p. 1. Disponible en http://www.ethicalcorp.com/content.asp?ContentID=2877
BLYTH, Alex. Emea News: Companies using CSR Competency Framework. [en
línea] 18 de octubre 2004 [citado 21 de octubre de 2004] p. 1. Disponible en Internet:
http://www.ethicalcorp.com/content.asp?ContentID=2959
CALLEJA, Tomás. Consideraciones Sobre el Activo Humano de la Empresa.
Cuaderno Empresa y Humanismo [en línea]. Octubre 2003, No. 35 [citado 16 de
septiembre del 2004] p. 8 Disponible en:
http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3254-5012
64
CALLEJA, Tomás. El Protagonismo Social de la Empresa. Cuaderno Empresa y
Humanismo [en línea]. Octubre 2003, No. 66. [citado 16 septiembre 2004] p.5.
Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/
ISSN: 4695-6841
CALLEJA, Tomás. Las Referencias Sociales de la Empresa. Cuaderno Empresa y
Humanismo [en línea]. Fecha desconocida, No. 39 [citado 15 septiembre 2004] p.2.
Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/
ISSN: 3695-5824
CRUZ, Juan. Valores éticos de la empresa. Cuaderno Empresa y Humanismo [en
línea]. Fecha desconocida, No. 50 [citado 16 septiembre 2004] p.29 Disponible en
Internet:http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ISSN:9821-4587.
LLANO, Carlos. La Persona Humana en la Empresa de Fin de Siglo. Cuaderno
Empresa y Humanismo [en línea]. Fecha desconocida, No. 63 [citado 16 septiembre
2004] p.13 Disponible en Internet:
http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 7298-2519
LLANO, Alejandro. La empresa ante la Nueva Complejidad. Cuaderno Empresa y
Humanismo [en línea]. Julio 2002, No. 15. [citado 16 septiembre 2004] p.5.
Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/
ISSN: 3254-5012
ORTIZ, José María. Máximo Beneficio y Máxima Racionalidad. Cuaderno
Empresarial [en línea]. Julio 2003, No. 40 [citado 15 septiembre 2004] p.3 Disponible
en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 1925-
3618
65
SEGURA, Armando. La Inserción de la Persona en la Empresa. Cuadernos
Empresa y Humanismo. [en línea]. Fecha desconocida, No. 41 [citado 16 septiembre
2004] p. 11 Disponible en Internet:
http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ISSN:2172-8855.
SENDAGORTA, Enrique de. El Empresario Servidor-líder. Cuaderno Empresa y
Humanismo [en línea]. Julio 2002, No. 72 [citado 16 septiembre 2004] p.3. Disponible
en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/ ISSN: 3650-
9870.
SENDAGORTA, Enrique de. La Responsabilidad Social del Empresario. Cuaderno
Empresa y Humanismo [en línea]. Julio 2002, No. 3 [citado 16 septiembre 2004] p.2
Disponible en Internet: http://www.unav.es/empresayhumanismo/4publi/cuadernos/
ISSN: 2083-2014
STANCICH, Rikki. EMEA News: Corporate Social Responsibility Campaign
Launched in Brussels [en línea] 18 de octubre 2004 [citado 21 de octubre de 2004] p.
1. Disponible en Internet: http://www. ethicalcorp.com/content.asp?ContentID=2928
TAYLOR, Sandra. Starbucks CRS Annual Report. [en línea]. Diciembre 2003 [citado
21 de octubre del 2004] p. 67. Disponible en Internet:
http://www.starbucks.com/aboutus/SpanishFY03CSR
WEBB, Tobias. Asia Pacific News: Hong Kong companies urged to catch up with
multinationals on ethics. [en línea] 18 de octubre 2004 [citado 21 de octubre de 2004]
p. 1. Disponible en Internet: http://www.ethicalcorp.com/content.asp?ContentID=2967
66
OTROS SITIOS WEB DE REFERENCIA:
Trabajo Infantil y Adolescente [en línea]. 2004 [citado 15 septiembre 2004] Disponible
en Internet: http://www.mintrabajo.gob.gt:8080/ISSN:2298-6743
Explotación Sexual Infantil. [en línea] mayo 2004 [citado 15 septiembre 2004]
Disponible en Internet: http://www.casa-alianza.org/ES/human-rights/sexual-
exploit/press/ISSN:2605-2004
Estimación de la Evasión del IVA. 1996-2001 [en línea] 2002 [citado 15 septiembre
2004] Disponible en Internet: www.minfin.gob.gt/iva/ISSN:3378-2111
Quejas Recibidas en Forma Anual. [en línea] 2003 [citado 15 septiembre 2004] p.4
Disponible en Internet: http://www.mineco.gob.gt/mineco/diaco/paginan4/ISSN:4467-
9089
Los Derechos de la Mujer en la Esfera Laboral. [en línea]. 2003 [citado 15 septiembre
2004] Disponible en Internet: http://www.cidh.oas.org/countryrep/ Guatemala2003sp/
capitulo5/ISSN:7723-6471
Industrialización en Guatemala. [en línea]. 2003 [citado en 15 septiembre 2004]
Disponible en Internet: http://doschivos.com/neuna/indusgua/ISSN:9812-3299
67
SITIOS WEB DE CONSULTA
http://www.iarse.org.ar
http://www.ipres.org
http://www.comunicarseweeb.com.ar
http//www.ethicalcorp.com
SITIOS DE CONSULTA EN GUATEMALA
IPRES
Dirección: 4a. Ave. 11-37 zona 10 Guatemala Ciudad, Guatemala 01010
Teléfonos: (502)361-9097/9117
Fax: (502)334-1315
Sitio web: www.ipres.org
CENTRARSE
Dirección: 5 Calle 0-50, Zona 14 Edificio Anacafé 3er Nivel 01014 Guatemala,
Guatemala
Teléfono/Fax: (502) 366-4679
Email: [email protected]
Sitio web: http://www.centrarse.org
68
ANEXO 1
FUNCIONES DEL DIRECTOR Y DEL LÍDER: TABLA COMPARATIVA
DIRECTOR LÍDER
o Su papel se crea necesariamente desde la
estructura formal de la organización.
o Crea la visión o la condición futura deseada
o Es metódico: crea modelos y sistemas de acción y
control. Establece procedimientos.
o Es estratega: crea las estrategias necesarias para
orientar el trabajo. Para ello escribe manuales,
políticas, planes, procedimientos, lleva adelante
programas, introduce tecnologías etc.
o Debe asegurarse de contar con líderes que hagan
posible por medio de su capacidad de arrastre el
logro de su planeación estratégica.
o Empuja al logro de la condición deseada.
o Asigna recursos de la mejor manera posible
partiendo de la premisa que todos los recursos son
escasos y ésta es una realidad que sabe afrontar.
o Tiende hacia la motivación por factores extrínsecos
e intrínsecos (de afuera hacia adentro).
o Es exigente desde el punto de vista administrativo
y organizacional.
o Su papel no necesariamente nace de la
estructura formal de la organización; puesto
que hay directores que no son líderes y hay
líderes que no son directores.
o Es un visionario: más que crear la visión, se
apropia de ella y la convierte en un ideal
personal. Especifica y hace concreto lo que
quiere conseguir.
o Tiene capacidad de contemplación, y ayuda a
guiar por la dirección correcta.
o Es emocional y apasionado: da ejemplo y
motiva a las personas a seguir determinados
sistemas creados para lograr una visión.
o Su capacidad estratégica es más bien una
capacidad de hacer realidad las estrategias,
aunque puede colaborar en su diseño, el líder
se asegura de llevarlas a cabo pues para ello
inspira a las personas.
o En vez de empujar, atrae hacia el logro de la
condición deseada.
o Encamina la energía de la estructura informal
de la organización hacia el logro del propósito
pues existe una identificación con él.
o Tiende hacia la motivación por factores
trascendentes.
o La capacidad de liderazgo es complementaria
de la capacidad de dirigir.
o La condición de liderazgo es necesaria para
hacer cambios institucionales.
o Es exigente con sus seguidores.
Fuente: Joan Ginebra.
69
ANEXO 2 ESQUEMA DE RELACIONES EMPRESA- PERSONA
COLABORADORES CULTURA
EMPRESARIAL
ALTA DIRECCIÓN
ENTORNO
Fuente: propia
70