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UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y AGRONOMÍA CENTRO DE ESTUDIOS FORESTALES PROGRAMA DE DOCTORADO CURRICULAR COLABORATIVO EN CIENCIAS FORESTALES REHABILITACIÓN DEL BOSQUE DE RIBERA DEL RÍO CUYAGUATEJE, EN SU CURSO MEDIO. ESTRATEGIA PARTICIPATIVA PARA SU IMPLEMENTACIÓN Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Forestales Barbarita Mitjans Moreno Pinar del Río, 2012 “Año 53 de la Revolución”

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UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO

FACULTAD FORESTAL Y AGRONOMÍA CENTRO DE ESTUDIOS FORESTALES

PROGRAMA DE DOCTORADO CURRICULAR COLABORATIVO EN CIENCIAS FORESTALES

REHABILITACIÓN DEL BOSQUE DE RIBERA DEL RÍO CUYAGUATEJE, EN SU CURSO MEDIO. ESTRATEGIA PARTICIPATIVA PARA SU IMPLEMENTACIÓN

Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Forestales

Barbarita Mitjans Moreno

Pinar del Río, 2012 “Año 53 de la Revolución”

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UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO

FACULTAD FORESTAL Y AGRONOMÍA CENTRO DE ESTUDIOS FORESTALES

PROGRAMA DE DOCTORADO CURRICULAR COLABORATIVO EN CIENCIAS FORESTALES

REHABILITACIÓN DEL BOSQUE DE RIBERA DEL RÍO CUYAGUATEJE, EN SU CURSO MEDIO. ESTRATEGIA PARTICIPATIVA PARA SU IMPLEMENTACIÓN

Tesis presentada en opción al Grado Científico de Doctor en Ciencias Forestales

Autora: Prof. Auxiliar. MSc. Barbarita Mitjans Moreno Tutores: Prof. Tit. Dr.C. Eduardo González Izquierdo

Prof. Tit. Dr. C. Martín González González Consultante: Prof. Tit. Dr. C. Yudel García Quintana

Pinar del Río, 2012 “Año 53 de la Revolución”

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  ii

Agradecimientos La realización de esta Tesis ha sido el resultado del apoyo recibido por varias perso-

nas, sin las cuales no hubiera sido posible la misma. A todos mis más sinceros reco-

nocimientos y gratitud, por posibilitarme cumplir esta aspiración de hacerme Docto-

ra en Ciencias; si lo logro es en gran parte gracias a ellos.

Aún así, a riesgo de no mencionarlos a todos, y espero que no haya resentimientos

por los que no incluyo, quiero dar en primer lugar muchas gracias a mi familia en

especial a mis hijos por soportar mis ausencias y mis obstinaciones durante las in-

tensas jornadas de procesamiento, análisis y redacción de la Tesis.

A mis tutores: Dr. C. Eduardo González Izquierdo y Dr. C. Martín González González

por el apoyo incondicional, compresión y conocimientos brindados.

Al profesor consultante Dr. C. Yudel García Quintana, por sus sugerencias, consejos

y apoyo incondicional en cada momento necesitado.

Al Dr. C. Miguel A. Vales García y Juan A. Herrero Echevarría, por sus aclaraciones

en las consultas personales brindadas.

Al Dr. C. Pedro Herrera Oliver por su ayuda en la revisión de las especies sinantrópi-

cas y las sugerencias brindadas para mejorar la calidad del documento.

A la Máster en Ciencias Ramona Oviedo por el tiempo dedicado en la revisión a las

especies invasoras.

A todo el claustro de profesores de la carrera de ingeniería forestal de la Universi-

dad de Pinar del Río, por el apoyo brindado en cada momento necesitado, especial-

mente a las Doctoras Gretel Geada López, Marta Bonilla Vichoct, Greysi Rodríguez

Crespo, Milagros Cobas López y los Doctores Rogelio Sotolongo Soopedra, Pedro

Álvarez Olivera y Edilio Aldana Pereira, por las aclaraciones de las dudas presenta-

das durante la investigación.

A mis compañeros y amigos que siempre me han apoyado y han estado pendiente a

la evolución de este trabajo: Ana Gloria Suárez Mesa, Pedro Lázaro Hernández,

Eilén Reyes y Yaidelín Moreno.

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  iii

A los alumnos de la carrera de ingeniería forestal de la SUM de Guane, que partici-

paron en los talleres de intercambio y en el inventario florístico, especialmente a

Yoani Rodríguez, Bárbaro Ismeli Prieto, Roberto Camejo, Raúl Pimienta, Israel Her-

nández y Leoncio Ramos.

A los funcionarios del Servicio Estatal Forestal por sus sugerencias y todo el apoyo

brindado durante diez años de trabajo, con especial gratitud a Agustín Lago

Díaz.

A los campesinos y familias de la Cooperativa Menelao Mora, sin su ayuda no hubie-

ra sido posible realizar la investigación, especial agradecimiento a los campesinos

líderes de la cooperativa: Pedro Cordero, Noel Pérez, Pedro Santoyo.

A todas aquellas personas que de una forma u otra influyeron en la elaboración de

esta tesis.

A todos muchas gracias.

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iii

Dedicatoria A mí querido padre que siempre he tenido presente y que eternamente quiero gratificar,

por el cariño y el amor que continuamente me ha dado.

† A la memoria de mi madre que siempre quiso que me superara.

† A la memoria de mi sobrina "Evelín" que siempre está presente en cada instante de

mi vida.

A quienes comprenden el sacrificio de llegar hasta aquí. A la Revolución, a Fidel.

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SÍNTESIS

La investigación se realizó en el curso medio del bosque de ribera del río Cuyaguateje,

municipio Guane, con el objetivo de fundamentar el proceso de rehabilitación a través

de una estrategia participativa que incluye la silvicultura tradicional, se efectuó un estu-

dio ecológico y sociológico. En el primero se evaluaron elementos de la estructura,

composición y dinámica del bosque a partir de la abundancia, frecuencia, dominancia,

cálculo de los índices de biodiversidad y grado de conservación; también se valoraron

los distintos usos que le atribuyen los actores locales a la flora que se rehabilita, como

metodología básica se utilizaron los criterios de Curtis y Macintosh (1950), Magurran

(1988), Ricardo et al., (1995), Grela (2002), Feisinger (2004), Matos y Ballate (2006),

Godínez et al., (2006) y Jaramillo (2009). En el estudio sociológico, se realizó el análisis

de la percepción (económica, ambiental y social) de los actores locales sobre el bosque

de ribera, a través de la triangulación de métodos participativos como: la Investigación

Acción Participativa (IAP) y la Etnografía siguiendo los criterios de Rodríguez et al., (2008); y la metodología enfocada hacia la evaluación del conocimiento, sensibilidad y

disposición al cambio propuesta por el CIPS (2000); entre los instrumentos aplicados

para la recogida de los datos se encuentran la observación y la entrevista. En el estudio

de la flora se identificaron especies arbóreas y arbustivas, autóctonas e introducidas;

existe similitud entre las márgenes que se rehabilitan y estas con el área testigo, la re-

generación natural y las plantas adultas. Los mayores pesos ecológicos estuvieron re-

presentados por especies propias de los bosques de galería. Los elementos de la vege-

tación evaluados indican que el área se rehabilita. Los resultados sociológicos muestran

el cambio en la percepción económica, ambiental y social de los actores locales a partir

de la puesta en práctica de las metodologías participativas.

Palabras claves: Río Cuyaguateje, estrategia participativa, bosque de ribera, rehabilita-

ción

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iv

ÍNDICE

CONTENIDO Pag.

INTRODUCCIÓN 1

CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS TEÓRICOS SOBRE LOS BOSQUES RIBERA Y

REHABILITACIÓN CON PARTICIPACIÓN DE LOS ACTORES LOCALES

7

1.1. Relación hombre- naturaleza 7

1.2. Los bosques de ribera a nivel global y en el contexto cubano 9

1.2.1. Generalidades de los bosques de ribera 9

1.2.2. Normas jurídicas para la protección de los bosques de riberas 14

1.2.3. Influencia de la agricultura en el deterioro de los bosques de riberas 16

1.3. Silvicultura participativa 17

1.3.1. La rehabilitación ecológica desde un enfoque participativo en los bosques de

riberas

18

1.3.2. La intervención como lo opuesto a la participación 24

1.4. Percepción de los actores sociales 27

1.5. Estrategia participativa 29

CAPÍTULO 2. REHABILITACIÓN DEL BOSQUE DE RIBERA DEL RÍO CUYAGUA-

TEJE EN SU CURSO MEDIO, DESDE UN ENFOQUE PARTICIPATIVO

32

2.1. Objetivo 32

2.2. Metodología 32

2.2.1. Descripción del área de estudio 32

2.2.2. Selección y tamaño de la muestra 34

2.2.3. Variables analizadas 35

2.2.4. Diversidad de especies (alfa y beta) 36

2.2.5. Metodología para determinar la estructura horizontal y vertical del bosque 37

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v

2.2.5.1. Estructura horizontal 37

2.2.5.2. Estructura vertical 38

2.2.6. Metodología para determinar el grado de conservación 38

2.2.7. Estudio etnobotánico 40

2.3. Análisis y discusión de los resultados 41

2.3.1. Validación del muestreo 41

2.3.2. Diversidad de especies (alfa y beta) 42

2.3.2.1. Diversidad alfa 42

2.3.2.2. Diversidad ß. Índice de similitud Jaccard 47

2.3.3. Estructura horizontal y vertical de bosque 51

2.3.3.1. Estructura horizontal 51

2.3.3.2. Regeneración natural 54

2.3.3.3. Índice de valor Importancia Ecológica Ampliado (IVIEA) 55

2.3.3.4. Distribución diamétrica 57

2.3.3.5. Estructura vertical 57

2.3.4. Grado de conservación del área que se rehabilita 59

2.3.4.1. Grado de representatividad de las especies originales 59

2.3.4.2. Grado de representatividad de estratos originales 60

2.3.4.3. Cobertura vegetal 61

2.3.4.4. Grado de modificación 62

2.3.4.5. Índice de sinantropismo 63

2.3.4.6 Especies invasoras 65

2.3.4.7 Resumen de los indicadores que determinaron el grado de conserva-

ción del área que se rehabilita

65

2.3.5. Estudio etnobotánico 66

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vi

Conclusiones parciales 68

CAPÍTULO 3. PERCEPCIÓN ECONÓMICA, AMBIENTAL Y SOCIAL DE ACTORES LOCALES SOBRE EL BOSQUE DE RIBERA DEL RÍO CUYAGUATEJE. ESTRA-TEGIA PARTICPATIVA PARA SU REHABILITACIÓN

69

3.1. Objetivos 69

3.2. Metodología 69

3.2.1. Tamaño de la muestra 69

3.2.2. Instrumentos para la recogida de información 70

3.2.3. Talleres de diagnóstico y capacitación participativa 71

3.2.4. Validez de datos 72

3.3. Análisis y discusión de los resultados 73

3.3.1. Percepción de los actores locales sobre el bosque de ribera del río Cuyaguateje 73

3.3.1.1. Percepción sobre la legislación para la protección del bosque de ribera 73

3.3.1.2. Percepción sobre las especies arbóreas apropiadas para reforestar las

riberas

77

3.3.1.3. Percepción sobre la función socio-económica que brinda el bosque de

ribera

80

3.3.1.4. Percepción sobre la función ambiental que brinda el bosque de ribera 81

3.3.1.5. Percepción sobre las causas de deterioro del bosque de ribera 83

3.3.1.6. Percepción sobre los más interesados por reforestar las riberas del río

Cuyaguateje

86

3.3.1.7. Percepción acerca de las acciones de cambios hacia la reforestación

de las riberas del río Cuyaguateje con la participación de los actores co-

lindantes

88

3.3.1.8. Percepción sobre el método de reforestación más idóneo 89

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vii

3.3.2. Correlación entre las variables estudiadas 91

3.3.3. Especies arbóreas identificadas por los campesinos en la entrevista semi-

estructurada

91

3.4. Estrategia participativa y líneas de trabajo para la rehabilitación del bosque de ribera

del río Cuyaguateje (curso medio)

92

3.4.1. Información concebida para elaborar la estrategia participativa 93

3.4.2. Objetivo 94

3.4.3. Objetivos específicos 94

3.4.4. Premisas 94

3.4.5. Generalidades de la estrategia 95

3.4.6. Resultados esperados con la aplicación de la estrategia participativa 96

3.4.7. Líneas estratégicas para la rehabilitación participativa 96

Conclusiones parciales 99

CONCLUSIONES GENERALES 100

RECOMENDACIONES 101

BIBLIOGRAFÍA ANEXOS

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Introducción El nuevo milenio surge en el proceso de globalización económica, ecológica, tecnológi-

ca y cultural, lo que ha marcado un ritmo acelerado de vida en la humanidad. Los deba-

tes se han agudizado alrededor de las oportunidades de los proyectos frente a los ries-

gos ecológicos, a los derechos de las empresas, los estados y los pueblos sobre los

recursos naturales y el papel de la ciudadanía en la configuración de nuevas reglas de

gobernabilidad democrática. Este propósito ha enfatizado el reto de formular programas

y estrategias donde las políticas ambientales encuentren un punto de convergencia que

asegure un desarrollo sustentable con equidad social, democracia y justicia (Ribeiro de

Almeida et al., 2008).

El deterioro medio-ambiental en el mundo está dado, en gran medida, por la destrucción

de los bosques, que se incrementa en una cifra equivalente a 11,13 millones de ha ca-

da año, Jiménez (2006), citado por Rodríguez (2010). Esto tiene su origen en factores

económicos, sociales y culturales, que se traducen en la sobreexplotación de los recur-

sos y las prácticas inadecuadas de manejo, las que conducen a la pérdida de estos, con

ello la disminución de la fertilidad de los suelos y en consecuencia su productividad. La

FAO (2001) apunta que la destrucción de los bosques afecta la calidad de vida de las

generaciones actuales y futuras.

Dada la interdependencia que existe entre la sociedad y los bosques, es necesario en-

frentar de manera integral los problemas que en ellos se presentan, lo que implica la

participación directa del hombre en la apropiación de su patrimonio natural y cultural y

en el manejo adecuado de estos recursos. Según Sánchez (1994) la participación dire-

cta de los actores sociales es un aspecto inherente al manejo de los recursos naturales.

Los bosques, en particular los de riberas, ocupan un lugar destacado en los esfuerzos

encaminados en la conservación de la diversidad biológica, su vegetación varía am-

pliamente en sus características físicas, las cuales se expresan vívidamente a través de

un gran número de estrategias de historia natural y patrones de sucesión. Consecuen-

temente, estas áreas se encuentran entre los ecosistemas ecológicos más complejos

de la biosfera los cuales son importantes para mantener la vitalidad del paisaje y sus

ríos dentro de las cuencas hidrográficas, según refieren Robert et al., (2000). Su con-

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2

servación debería ser un componente integral para las estrategias de manejo de cuen-

cas hidrográficas.

A pesar de la importancia y de las legislaciones existentes, en muchas y diferentes

áreas por donde discurren los ríos en el mundo se han eliminado grandes extensiones

de los bosques y matorrales que en otros tiempos conformaban su vegetación natural,

principalmente para dedicar esos terrenos a las actividades agrícolas y la urbanización,

trayendo consigo el uso de plaguicidas, fertilizantes, y otros productos químicos difícil-

mente degradables, que al no ser debidamente utilizados o aplicados en exceso, son

fuente de contaminación de los suelos, el agua y los ecosistemas en general (Piña,

1990 y Andrade, 2004).

En Cuba en el largo proceso de deforestación por el que transitó por más de cuatro cen-

turias, las zonas que con más intensidad sufrieron la deforestación fueron sin duda las

riberas de los ríos (Herrero, 2007).

Con el propósito de recuperar las corrientes fluviales y con ello disminuir su contamina-

ción ambiental, en Cuba, se lleva a cabo un plan de reforestación en todas las riberas

de los ríos y demás cuerpos de agua desde el año 1999. Para contribuir con tales em-

peños, la Delegación Territorial del CITMA, el Centro de Estudios Forestales de la Uni-

versidad de Pinar del Río y la Sede Universitaria del municipio Guane, con el apoyo del

Servicio Estatal Forestal y demás actores sociales implicados, en particular, las comu-

nidades aledañas y los campesinos, desarrollan un proyecto dirigido a la rehabilitación

del bosque de ribera del río Cuyaguateje, el más caudaloso de la provincia de Pinar del

Río y de interés nacional por su contribución al medio ambiente y al ecosistema. En lí-

nea con la política científica del Estado, el grupo coordinador de este proyecto ha intro-

ducido la perspectiva social, participativa y comunitaria, la cual facilita los nexos entre la

teoría y la experiencia en función del desarrollo sostenible y de la calidad de vida con

equidad social, como elemento novedoso y actual de la problemática ambiental.

El río Cuyaguateje tiene una longitud total de 112 Km, sistema acuatorio más importan-

te del occidente de Cuba; situado en el municipio Guane con una extensión de 62 Km lo

que representa un área total de 248 ha que pertenecen al bosque de ribera según esta-

blece la metodología para la reforestación de Fajas Forestales Hidrorreguladoras (FFH),

propuesta por Herrero (2003). En el año 1999 se encontraban deforestadas 90,9 ha se-

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3

gún estudios realizados por Mitjans (2004). Se verificaron en ese mismo año alteracio-

nes en los principales parámetros de calidad en este bosque, ocasionadas fundamen-

talmente por las acciones antrópicas, como la tala de los árboles, el pastoreo extensivo

del ganado mayor y menor, la extracción de arena para las construcciones de obras

sociales e hidráulicas, laboreo hasta la misma margen, en consecuencia formación de

cárcavas, arrastre de suelo, duna de grava y arenas, arcilla y materia orgánica de la

marisma, (cayos) en el delta del río y sedimentación en el cauce principal que provoca

menos profundidad cada año y la salida de sus márgenes naturales, ocasionando pene-

tración de agua en los lugares más bajos de las áreas colindantes, y con ello la pérdida

de cosechas y de recursos agrícolas en producción de las familias campesinas colin-

dantes en estas áreas.

La construcción de obras hidráulicas como la presa y el badén, amén de la oposición de

las comunidades locales cuando se ejecutaba la obra, también impiden que las aguas

sigan su cauce normal, y se desvíen hacia ambas riberas, provocando la embestida del

río sobre sus límites, ya de por sí dañados, con efectos negativos en la capacidad pro-

ductiva de los suelos cerca de las riberas y otras partes de la cuenca; en consecuencia,

el río amenaza ya con abrir nuevos cauces.

El Servicio Estatal Forestal (SEF) del municipio, de conjunto con la agricultura, trazaron

el plan de reforestación hasta el año 2015, rectificado y elaborado después hasta el

2020, de todos los cuerpos de aguas, centrando mayor atención en las riberas del río

Cuyaguateje por su categoría de “río principal”; el mismo tributa a la cuenca de interés

nacional que lleva este mismo nombre. Para el diseño, establecimiento y manejo de los

bosques de riberas, se guían operativamente por la metodología (FFH), pero aún no se

han logrado los mejores resultados, sobre todo en el sector privado, tampoco hay una

suficiente implicación real de la sociedad, en particular de las comunidades campesinas

más cercanas a la ribera, las que pudieran tener un impacto que cambiaría el curso de

lo acontecimientos si se tuviera en cuenta su participación real como decisores cons-

cientes y la educación ambiental requerida.

Desde el año 2000 se realizaron sistemáticamente trabajos de reforestación encamina-

dos a recuperar el bosque de ribera de dicho río, sin embargo se mantuvieron bajos los

por cientos de logros y supervivencia de las plantaciones, como consecuencia de la alta

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4

incidencia de indisciplinas sociales por los actores locales colindantes, observándose

mejores resultados en los espacios de ribera en los que se puso en práctica el protago-

nismo de los campesinos como entes responsables en la rehabilitación (Mitjans y Gon-

zález, 2008).

La situación que se presenta conlleva una nueva visión en la ciencia Forestal que re-

clama una modificación del pensamiento en la comunidad científica y dirigentes; cambio

que debe promover el control y la evaluación social del desarrollo científico tecnológico,

lo que significa construir las bases educativas para lograr una participación social for-

mada, así como organizar los mecanismos institucionales ya existentes para hacer po-

sible tal participación.

La adopción de un enfoque participativo en el proceso de reforestación puede convertir-

se en la esencia para consolidar el establecimiento de los bosques de riberas y con es-

to, contribuir evidentemente a proteger el suelo, estabilizar el cauce, embellecer el pai-

saje, recuperar la fauna, la diversidad florística y al mismo tiempo mejorar la calidad de

vida de los actores locales colindantes; los resultados obtenidos por Mitjans et at.,

(2008 y 2010) constituyen una prueba fehaciente de este planteamiento.

Para ello, básicamente se ha considerado el criterio de González (2003) que declara

“Cuba dispone de una red social que incluye los gobiernos locales y demás instituciones

económicas, políticas, sociales, culturales, científicas, el sistema escolar y de salud, así

como un potencial humano calificado con tradición, voluntad y capacidad de participa-

ción, por lo que se considera que en la sociedad cubana existen condiciones para el

desarrollo del enfoque participativo comunitario, en particular, lo cual permite concebir

metodologías que contribuyan al necesario cambio de actitud de las personas para lo-

grar un tránsito hacia el desarrollo comunitario” .

Los argumentos expuestos permitieron identificar como problema científico la siguien-

te interrogante: ¿Los métodos de la silvicultura tradicional con la participación de los

actores locales contribuirán a la rehabilitación del bosque de ribera del río Cuyaguateje

(curso medio) a mediano y largo plazo?

Objeto de estudio: El proceso de rehabilitación del bosque de ribera del río Cuyagua-

teje en el curso medio. Hipótesis: Si se ponen en práctica métodos de la silvicultura tradicional con la partici-

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5

pación de los actores locales, entonces se logrará la rehabilitación del bosque de ribera

del río Cuyaguateje en el curso medio a mediano y largo plazo.

Objetivo general: Fundamentar el proceso de rehabilitación del bosque de ribera del

río Cuyaguateje en el curso medio a través de una estrategia participativa que incluye

la silvicultura tradicional.

Objetivos específicos: 1. Sistematizar los referentes teóricos sobre el bosque de ribera y enfoque participativo

a partir de la relación de ambos.

2. Evaluar el grado de rehabilitación con participación de los actores locales en el bos-

que de ribera del río Cuyaguateje en el curso medio.

3. Evaluar el cambio de la percepción económica, ambiental y social en los actores

locales sobre el bosque de ribera.

4. Diseñar una estrategia participativa para la rehabilitación del bosque de ribera del río

Cuyaguateje en el curso medio.

Novedad científica Con esta tesis se aportan conocimientos novedosos sobre aspectos de la silvicultura

participativa y la rehabilitación del bosque de ribera, mediante la estrategia participativa

y la implementación de la silvicultura tradicional, así como la combinación de métodos científicos cualitativos y cuantitativos que avalan dichos resultados.

Aporte teórico Aporta fundamentos teóricos sociales que sustentan la rehabilitación del bosque de ri-

bera con un enfoque participativo.

Aporte práctico

• Aplicación de la estrategia participativa para la rehabilitación del bosque de ribera.

• Área docente experimental para estudiantes de nivel medio y superior en forestal y

agronomía.

• Investigaciones sobre el funcionamiento ecológico de la vegetación ribereña que

posibilitó identificar las especies arbóreas y arbustivas.

• Los cursos de capacitación impartidos a los actores sociales (ejecutores y decisores)

que tienen que ver con el uso y conservación del bosque de ribera.

• Tesis en soporte digital e impresa y artículos científicos que pueden ser utilizados

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6

para la transmisión de los resultados a las instituciones interesadas e implicadas en

el desarrollo sostenible de los bosques de ribera (SEF, Gobierno, MINAG, Institucio-

nes educativas y científicas).

Aporte social Brinda una amplia información que estará a disposición de investigadores y actores lo-

cales implicados en la rehabilitación del bosque de ribera del río Cuyaguateje que con-

tribuye a la actualización del conocimiento en técnicos, obreros, dirigentes del MINAG y

Órganos del Poder Popular, así como a todos los trabajadores de la empresa forestal y

el sector cooperativo del municipio Guane involucrados en las actividades silvicultura-

les. También fortalece los distintos programas de educación ambiental existentes y po-

sibilita acciones para la rehabilitación participativa en otros ríos de interés en el país. Procedimientos metodológicos Para el desarrollo de esta investigación se conjugan los métodos de la investigación

cualitativa y cuantitativa, integrando elementos de ambas metodologías, los que se de-

claran en cada capítulo.

Estructura capitular La investigación está conformada por tres capítulos. El primero aborda los fundamentos

teóricos relacionados con el bosque de ribera y rehabilitación con la participación de los

actores locales. En el segundo capítulo se presenta la estructura, composición, dinámi-

ca, grado de rehabilitación, estudio etnobotánico del bosque de ribera que se ha logra-

do con la reforestación participativa y los métodos científicos utilizados en el análisis de

los resultados. El tercer capítulo muestra el cambio adquirido en la percepción socio

económico, ambiental y legislativo de los actores locales sobre el bosque de ribera des-

pués de aplicar métodos y técnicas participativas así como la estrategia participativa

para su rehabilitación. La sección de anexos muestra mapas y fotos aéreas del área de

estudio y distintas tablas que avalan resultados de la tesis. También se presenta el codi-

ficador de variables utilizado para interpretar las variables sociales, el listado de temas

para la entrevista en profundidad y semi-estructurada, un resumen de la legislación vi-

gente en materia de manejo de los bosques ribereños, la relación de especies identifi-

cadas por los campesinos, el análisis de correlación entre variables entre otros anexos.

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CAPITULO I. FUNDAMENTOS TEÓRICOS SOBRE LOS BOSQUES DE RIBERA Y REHABILITACIÓN CON PARTICIPACIÓN DE LOS ACTORES LOCALES 1.1. Relación hombre- naturaleza La relación del hombre con la naturaleza es ancestral. De ella la sociedad ha obtenido

múltiples beneficios que le han permitido generar su propia existencia, es decir, producir

y reproducir sus propias relaciones sociales. En esta relación esencial, históricamente el

hombre ha obtenido lo necesario para la vida sin ocuparse de las consecuencias de sus

actos, lo que ha llevado a la humanidad al borde de la extinción de la vida en el planeta.

La superficie terrestre es cada vez abarcada por más y nuevas ciudades y grandes ur-

bes altamente tecnificadas, quedando menos espacios para el hombre y las especies

de plantas y animales, los segundos desaparecen incesantemente en proporción con-

traria a la población mundial que crece indeteniblemente, con énfasis en los llamados

países subdesarrollados, lo que se traduce en pobreza creciente para las grandes ma-

yorías y opulencia para las élites cada vez con mayor capital financiero, y en conse-

cuencia, más poder. El incumplimiento de los objetivos del milenio es una prueba feha-

ciente de lo antes expuesto (González, 2011).

El descuido del medio ambiente y el maltrato de los hombres sobre sus recursos y fuen-

tes naturales, se han convertido en uno de los mayores problemas del mundo contem-

poráneo y una preocupación para políticos, ambientalistas, ecólogos, organizaciones no

gubernamentales e instituciones científicas.

La desaparición de los ecosistemas y especies nativas del paisaje, va acompañada del

desvanecimiento de la cultura en la misma región. Si el objeto natural no tiene una ima-

gen en la cultura local, un concepto que la define y un valor que lo asocie positivamente

a la praxis cotidiana, está condenado a desaparecer. El ser humano crea a su alrededor

el paisaje que lleva en su interior, programado dentro de las ideas genéticas, es por ello

que para restablecer un bosque o especies dentro de un ecosistema controlado por el

hombre, debe primero restaurarse su conocimiento y valoración dentro de la cultura

(Gálvez, J. 2002).

Dentro de los recursos naturales más importantes para la humanidad se encuentran los

ríos, bastiones del balance ecológico y componentes esenciales del paisaje (continen-

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tal). Su trabajo erosivo moldea el relieve, forma valles, corta cañones y deposita mate-

riales en sus tramos bajos, originando amplias llanuras aluviales, son fundamentales

para la vida en el medio terrestre porque llevan agua y nutrientes a las plantas y anima-

les, transportan a los organismos y a sus estructuras reproductoras, al mismo tiempo

son muy usados por el hombre como suministro de agua, producción pesquera e impor-

tantes rutas de navegación, etc. No obstante, el hombre cada día se convierten en el

principal agente causante de su deterioro producto de las prácticas inadecuadas que

realiza sobre el ecosistema que lo protege (bosque de ribera).

Según Bren (1993) y Lowrance et. al., (1998) la ribera es un área muy próxima al arroyo

o río, cuyo ambiente es distintivamente influenciado por dicha proximidad y que funcio-

na como amortiguadora de sedimentos y fuente de nutrientes para las cuencas vecinas,

posibilitando mejoras de la calidad del agua que sale de la cuenca. Debe ser trabajada

desde su perspectiva geográfica incluyendo el análisis del ecólogo o el geógrafo que

enfocan la zona como un todo dinámico donde interactúan muchos procesos Bayley

(1995) y Lowrance et al., (1998).

Borhidi (1996), dentro de lo que clasifica como formaciones vegetales de agua dulce,

considera que asociadas a los ríos hay dos tipos de formaciones: los bosques de gale-

ría aluviales y los de galería de los ríos tipos derivados. El primero, propio de los am-

plios valles de ríos de tierras bajas, como los que se encuentran en las riberas del río

Cauto, en la parte baja del Cuyaguateje, en las llanuras bordeadas por pequeños ríos y

la costa. Mientras que el segundo, lo describe como un bosque que crece a lo largo de

ríos y arroyos, ricos en lianas, palmas y gramíneas altas. El río Cuyaguateje presenta

características similares a los bosques de galería aluviales.

En general es reconocido el papel que desempeñan estos bosques en la estabilización

de las riberas, favoreciendo la infiltración de agua, reduciendo la energía de la esco-

rrentía, regula la penetración de las radiaciones solares hasta estratos inferiores, impi-

de en gran medida la evaporación del agua de la corriente fluvial, así como, desempe-

ña una benéfica función en la ecología del paisaje, según refieren los siguientes auto-

res: Prinsley (1992); Febles y Durán (1998); MINAG (1999); Suárez de Castro (1965);

Del Risco (1995); Herrero (2007) y Tánago y García (2008).

Numerosas personas que se benefician con los ríos y sus riberas tienen una idea de

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cómo los bosques riparios deben ser utilizados y manejados, sin embargo, influyen en

sus deterioros, utilizando las tierras de excelente fertilidad para extender sus cultivos,

por la necesidades de alimentos.

Piña y Covington (1994); Higgs (1997); Roger y Martínez (1995); Cairns (1995), todos

citado por Ramírez y Gulazaa (2004) coinciden que en los temas relacionados con la

recuperación de los ecosistemas se demanda la inclusión de elementos sociales y cul-

turales, exigiéndose una extensión de la definición de la salud del ecosistema de mane-

ra que incluya la relación de los seres humanos con la tierra.

La experiencia ha demostrado, que la mayoría de los agricultores no están persuadidos

sobre la necesidad de reforestar las áreas pertenecientes a los bosques de riberas y

menos aún de una manera directiva, en Cuba los mejores resultados se han logrado

con las Fincas Forestales Integrales (Herrero, 2007) y la llamada Reforestaría Análoga

(Sordo et al., 2011) donde se han incluido de cierta manera la acción participativa de

los actores locales. Declaran estos últimos autores que en Cuba la Forestaría Análoga

ha constituido un factor determinante para la restauración y enriquecimiento de áreas

insertadas a fincas forestales.

En muchos casos en las áreas donde se ha practicado la reforestación de manera esta-

tal, lamentablemente han sido bajos los por cientos de logro y supervivencia de las

plantaciones lo que implica grandes pérdidas para la economía nacional. Según Zaldí-

var et al., (2011) en el período 2001-2007, la media nacional fue 63,4 %, demostrando

que se ha incurrido en una pérdida de tiempo y dinero. Estos avances apuntan hacia la

necesidad de considerar la participación comunitaria local como una vía para la recupe-

ración tanto del ambiente social como ecológico.

1.2. Los bosques de ribera a nivel global y en el contexto cubano 1.2.1. Generalidades de los bosques de ribera Los bosques de ribera, galería, ripario, mata ciliar o F F H como se le suele llamar, se

distinguen por ser de mayor densidad, contener una mayor cantidad de biomasa, ser

estructuralmente más complejos y poseen un mayor número de especies siempre ver-

des Lamprecht (1990).

Sobre la base del planteamiento anterior se pueden incluir ciertas características que

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10

distinguen al bosque de ribera: I) ecosistema que se encuentra inmediatamente a am-

bos lados de las corrientes fluviales, incluyendo los bancos aluviales y humedales, te-

rrazas de inundación, las cuales interactúan con el río en tiempos de crecidas o inunda-

ciones; II) vegetación que depende de un suministro de agua en el suelo, proveída por

un río adyacente; III) ecosistemas adyacentes a drenajes y canales que desembocan

en ríos o humedales; IV) última línea de defensa para la protección de la calidad del

agua y los ecosistemas acuáticos.

Olson et al., (2000) los identifican como áreas que rodean lagos y la FAO (2002) como

corredores biológicos y de flujo genético que conectan pequeñas reservas y sistemas

ambientales de gran importancia para el trópico, acotando que albergan numerosa fau-

na silvestre además de desempeñar funciones de sustento y recreación para la pobla-

ción.

Cada año es más intensa la presión antrópica sobre los bosques de ribera a nivel glo-

bal. Según Herrero (1993), en Cuba los recursos hídricos son escasos, los ríos, gene-

ralmente, de curso corto y rápido, lo que provoca amplias fluctuaciones de caudal entre

el tiempo de lluvia y el de estiaje, sin embargo, sus bosques protectores no han estado

excepto de ser quebrantados, lo que ha conllevado que algunos de ellos, como el Cu-

yaguateje, sean gravemente dañados, estimulando cambios en su caudal, su profundi-

dad y sus márgenes que cada año se expanden provocando inundaciones que afectan

las comunidades aledañas.

El deterioro de las condiciones naturales por la extracción de los bosques de ribera y el

uso de suelos para cultivos agrícolas exponen estos sitios a importantes procesos ero-

sivos Herrero (2003).

Herrero et al., (2004) dejaron plasmado en el Programa de Desarrollo Nacional Forestal

hasta el 2020, que la protección de los bosques de ribera es importante por lo escasez

de los recursos hídricos en el país. Otros autores como Aldana et al., (2006) aseveran

que estos bosques han sufrido los efectos de la expansión irracional de la agricultura y

la ganadería además de la explotación inadecuada de sus recursos forestales, estimu-

lando que actualmente las galerías ubicadas en áreas agrícolas y ganaderas estén de-

gradadas y con una vegetación dominada por arbustos, lianas y trepadoras

La Estrategia Ambiental Nacional 2007-2010 elaborada por el CITMA (2007) reconoce

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que persisten problemas con la calidad de los bosques de riberas en los ríos y embalses

que han recibido atención en los últimos años, por lo que todavía requieren de un esfuer-

zo significativo para lograr que estén totalmente forestados

Aunque los trabajos de manejo de cuencas en Cuba se iniciaron a principios de la dé-

cada del 70 y se desarrollan hasta la fecha con un grado de integridad cada vez mayor

(Álvarez, 2003). Desde 1991 instituciones como la Empresa Nacional de Proyectos

Agropecuarios, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, el Instituto de Investiga-

ciones Forestal, el Instituto de Planificación Física, La Dirección de Suelos y Fertilizan-

tes del MINAGRI, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, entre otras,

han formulado los proyectos de manejo integral de un grupo de cuencas y subcuencas,

además de la metodología para la creación de FFH por Herrero (2003). Este plantea

que aún cuando los por cientos de logro y supervivencia de las plantaciones en las ribe-

ras de los ríos han sido muy bajos, se ha observado que la búsqueda de algunas estra-

tegias locales pueden contribuir en su incremento, un ejemplo lo constituye el estable-

cimiento de fincas forestales en las riberas del río más extenso de Cuba, el Cauto, que

ha posibilitado un alto nivel de logros y supervivencias de las plantaciones realizadas

que ya cubren casi todas las áreas de protección de este importante curso fluvial.

En la revisión bibliográfica se han encontrado otras investigaciones que de una forma u

otra hacen referencia a dichos bosques, como las realizadas por: Samek (1974); Capo-

te y Berazaín (1984); Capote et al., (1988); Álvarez y Varona (1988); Aldana et al., (2006); Aldana et al., (2007); Figueroa (2006); Eupierre (2008); Sánchez (2001); Cés-

pedes (2005); Sánchez (2011) y Renda (2011), en las mismas indistintamente se expo-

nen su estructura y composición, así como el deterioro ocasionado de los mismos gene-

ralmente por perturbaciones antrópicas.

De igual manera en las riberas del río Cuyaguateje se han realizado un grupo de inves-

tigaciones que responden al proyecto encargado de su rehabilitación, entre ellas se en-

cuentran las realizadas por: Mitjans (2004, 2005, 2011); Mitjans y González (2008); Mit-

jans y González (2009) y Mitjans et al., (2007, 2008, 2010) estas al igual que el trabajo

realizado por Eupierre (2008) en las riberas del río Caunao, hacen hincapié hacia la

necesidad de incluir métodos participativos como vía para la recuperación de los siste-

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mas acuatorios, porque precisamente los resultados de las investigaciones realizadas al

respecto lo han demostrado.

Según Treviño et al., (2001) estos ecosistemas son importantes formaciones biológicas

que contribuyen a conservar los valles de los ríos y a mitigar la erosión. Cumplen fun-

ciones como la regulación de caudales, retención y reciclaje de sustancias químicas

nocivas a la salud. También contribuyen a fomentar la biodiversidad, e influyen nota-

blemente en la purificación de la atmósfera y el mejoramiento del paisaje (MINAG,

1999). Los bosques de ribera complementan sus valores ecológicos al brindar un amplio rango

de valor económico y social, ofrecen a las comunidades sus recursos naturales. Según

Robins y Cain (2002) reportan servicios ambientales de protección y conservación.

También son atractivos para el hombre por su alcance estético y ecológico, por la

abundancia y variedad de animales que se refugian en ellos.

En el mundo la vegetación de las riberas se caracteriza por poseer una alta densidad de

individuos y una rica biodiversidad en los lugares más conservados, fundamentalmente

distante de las comunidades humanas Boutin et al., (2003), a diferencia de los lugares

cercanos a los asentamientos poblacionales, donde se han sobre explotado sus recur-

sos naturales, provocando un deterioro de la flora, la fauna y un acelerado proceso ero-

sivo que coincide con las formaciones de cárcavas que se han formado en las riberas

de algunos ríos importantes de Cuba como el Cuyaguateje, según Mitjans et al., (2008),

Figura 1 (anexos).

Capote et al., (1988) plantearon que la formación predominante de los bosques de ribe-

ra de Cuba es semidecíduo sobre suelo ácido, fundamentalmente con dos estratos y

una altura de 12 a 20 metros, formado mayormente por árboles deciduos, los cuales

alcanzan del 40 al 60% de caducidad, encontrándose en ellos emergentes como pal-

mas de tamaño hasta 25 metros. También presentan arbustos, herbáceas escasas, epí-

fitas poco desarrolladas y abundancia de lianas.

Samek (1973) y Álvarez y Varona (1988) los declaran bosques de estructura compleja,

que cambian según el régimen hídrico y las condiciones edáficas, lo que permite que

aparezcan mezcladas especies siempre verdes con otras semicaducifolias y hasta ca-

ducifolias, conforme a la zonación topográfica determinada por las condiciones hidroló-

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gicas y el suelo.

Plantean los autores anteriores que en este tipo de formación existen especies valiosas

como: Calophyllum antillanum (Britt.) Standl. (Ocuje), Talipariti elatum Frixell (Sw) (Ma-

jagua), Gerascanthus gerascantoides L. (Varía) y Calycophyllum candidissimun D.C

(Dagame) Mastichodendron foetidisimum (Jacq.) (Jocuma), Andira inermis (W.Wright)

Kunth ex DC. (Yaba), pero generalmente en menor proporción, por la presión antrópica

que con frecuencia se ejerce., por lo que las especies que más abundan son de escaso

valor maderable, predominando en mayor proporción Syzygium jambos L. (Pomarrosa)

y otras especies como: Cecropia peltata L (Yagruma), Guarea guidonia L. Sleumer (Ya-

mao), Roystonea regia HBK O.F. Cook (Palma real), Matayba oppositifolia (A. Rich)

Britt. (Macurije), Trichilia havanensis Jack, (Siguaraya), Lonchocarpus domingensis

(Pers). DC. (Guamá), Bursera simaruba (L) Sargent. (Almácigo), Pithecellobium arbo-

reum (L Urb.) (Moruro rojo), Pithecellobium discolor Britt. (Inga dulce), Hirtella triandra

S.w. (Icaquillo) y Brya ebenus (L) D.C (granadillo) entre otras.

Según Herrero (2004) han sido probadas algunas especies de valor económico para su

reconstrucción o enriquecimiento fuera del nivel permanente de las aguas como espe-

cies exóticas que se pueden adaptar a estas condiciones como: Tectona grandis L,f.

(Teca), Khaya sp (caobas africanas) y Swietenia macrophylla King (Caoba de Hondura),

así como autóctonas como: Talipariti elatum Frixell (Sw) (Majagua), Swietenia mahagoni

L. (Caoba antillana), Cedrela odorata L. (Cedro). Gerascanthus gerascantoides L. (Va-

ría), Calophyllum antillanum (Britt.) Standl. (Ocuje), Mastichodendron foetidisimum

(Jacq.) (Jocuma).

Álvarez y Varona (1988) y Mitjans (2011) coinciden que la presencia de muchas espe-

cies arbustivas y arbóreas de poco valor maderable, y el reducido número de individuos

en las especies valiosas, proporciona aspectos desventajosos para sus tratamientos

silviculturales, a lo que se une su vegetación exuberante y de rápido crecimiento, que

exige intervenciones frecuentes; así como el efecto de las inundaciones, que requieren

de una cuidadosa selección de especies para cada contexto y época de plantación a la

hora de repoblar.

(Samek, 1974 y Allen, 2004) apuntan que gran parte de estos bosques se asemejan

fisonómicamente a los bosques siempre verdes, sin embargo, a menudo se presenta

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una zonación topográfica según las condiciones hidrológicas del río.

En determinados tramos de los bosques de ribera también se pueden encontrar las lla-

madas especies sinantrópicas, Ricardo et al., (1990) le atribuye este concepto a aque-

llas especies asociadas a la actividad del hombre, ya sea en lugares habitados por él o

cultivados por este.

1.2.2. Normas jurídicas para la protección de los bosques de ribera en Cuba Desde la etapa colonial en Cuba habían leyes que contemplaban el cuidado de los re-

cursos naturales, como la conocida Ley de Aguas, promulgada el 29 de diciembre de

1876 ANC (1881). Zaldívar et al., (2011) plantearon la preocupación constante desde

esa época del Estado por la formulación y puesta en vigor de instrumentos jurídicos en

función de la conservación de los bosques y sus recursos, no obstante, aseguran estos

autores que los resultados no han ido a la par de las aspiraciones con que se han crea-

do tales instrumentos. En tal sentido a partir de la década del 90 en Cuba se han des-

plegado un grupo de acciones, entre las que se destacan: la modificación del Artículo

27 de la Constitución de la República con la integración del medio ambiente al desarro-

llo económico y social del país; el Decreto Ley No.138: De las Aguas Terrestres puesto

en vigor en el año1993; Programa Nacional de Medio Ambiente y Desarrollo y la

creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en el

año1994; la Ley 81 de Medio Ambiente con artículos referidos a la creación y funciones

de la Comisión Nacional de Cuencas Hidrográficas promulgada en el año1997; en ese

mismo año se constituye el Consejo Nacional de Cuencas Hidrográficas, máximo órga-

no coordinador en materia de ordenamiento y manejo de las cuencas hidrográficas del

territorio nacional, presidido por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros (CECM),

creándose un marco legal para este consejo de cuencas con sus normas y reglamen-

tos, desde las instancias nacionales hasta los municipios; en el año 1998 se promulga

por la Asamblea Nacional del Poder Popular la Ley # 85, Ley Forestal, con su reglamento

y contravenciones correspondientes, esta fue elaborada bajo los principios más novedo-

sos, contando con el asesoramiento de la FAO y tuvo en cuenta la experiencia de legisla-

ciones forestales contemporáneas; Se elaboró el Plan de Desarrollo Nacional Forestal

hasta el año 2015 en el año 1997.

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La Norma Cubana emitida por el MINAG (1999) también enuncia las especies a utilizar

en la reforestación para la protección de los embalses y cauces fluviales, así como el

marco de plantación para cada especie. En otros anexos se presentan referencias de las

regulaciones establecidas para la gestión de los bosques de ribera.

De manera general, puede afirmarse que el Estado cubano ha instrumentado un apara-

to regulativo y normativo que contempla todos los requisitos necesarios para la refores-

tación de las riberas de los sistemas fluviales. Conforme plantearon Faustino y Campos

(2006) las leyes de recursos naturales o forestales, de agua, ambiente y otras afines,

especifican muchas posibilidades de realizar gestión y manejo de cuencas. Estos auto-

res plantean que “leyes sobran", pues lo principal es que se cumplan o se utilicen ins-

trumentos y medios para implementarlas o “aplicarlas bien”.

Relacionado con el planteamiento anterior amerita señalar que ningún planteamiento o

propuesta debe ir en contra de una norma o ley vigente, se hace necesario actuar con

respaldo legal institucional local y central, en este caso (Servicio Estatal Forestal (SEF),

CITMA, MINAG, Instituto de Recursos Hidráulicos, Cuerpo de Guardabosque, etc.).

Ahora bien, la puesta en práctica de dicho aparato de forma aislada no contribuye efi-

cientemente a la rehabilitación y protección de los bosques de ribera, se necesita incor-

porar a los actores locales, comprometerlos y motivarlos, logrando sentido de pertenen-

cia y compromiso hacia el problema, de manera que se establezca un sistema que inte-

gre todos los recursos con base social y responsabilidad colectiva.

Ahora, si hay buenos acuerdos comunitarios, se podrá hacer una buena planeación pa-

ra el manejo del bosque de ribera. A los campesinos les motiva que lo que se planifique,

beneficie a la mayoría y no a unos pocos, que se establezcan acuerdos en torno al cui-

dado, protección y planificación de este bosque en los que se incluyan sus criterios. De

ahí la importancia que tiene la aplicación de métodos participativos, pues según Basa-

goiti y Bru (2002) permiten la adecuación de las respuestas desde lo público a las nece-

sidades y demandas de los ciudadanos.

Hoy día, muchos estudiosos en la materia concuerdan que es necesario que la comuni-

dad participe en el manejo forestal local. La estrecha cooperación con los agricultores,

las organizaciones de autoayuda, los grupos de usuarios forestales y los comités comu-

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nitarios, se perciben como factor importante que contribuye al éxito de los proyectos de

manejo (Sodeik et al., 1999).

1.2.3. Influencia de la agricultura en el deterioro de los bosques de ribera Es importante en la racionalidad del manejo de los bosques de ribera combinar su fun-

ción protectora con las necesidades económicas, sociales, estéticas y naturales de to-

dos los actores sociales beneficiarios. En el mundo el desarrollo agrícola es la causa

fundamental de su deterioro (Sandia et al., 1999).

Según Ongley (1997) la agricultura, a nivel mundial, utiliza el 70% de todos los suminis-

tros hídricos superficiales, lo cual representa el principal factor de degradación como

consecuencia de la erosión y de la escorrentía química, por la falta de un manejo soste-

nible de dicho recurso.

La contaminación de fuentes superficiales debido a la agricultura está íntimamente rela-

cionada con el proceso de pérdida de suelos, es decir, provocada por la entrada de se-

dimentos a los ambientes acuáticos (Zhao et al., 2001). La agricultura de subsistencia

de quema y roza con efectos de erosión, sedimentación, deslizamientos, pérdida de la

productividad del suelo y contaminación del recurso hídrico, también son causantes de

este deterioro.

Los países de América Central y el Caribe (incluida Cuba) presentan graves problemas

de deforestación, en la mayoría de los casos, los problemas relativos al uso de la tierra

y las prácticas forestales se han agudizado a causa del avance de la frontera agrícola –

pecuaria, eliminando el bosque nativo y causando una fuerte erosión, pérdida de fertili-

dad de los suelos y los cursos de agua, destrucción de cuencas hidrográficas y avance

del desierto (Martínez et al., 2011).

Según Matus et al., (2009) la agricultura intensiva sin obras de conservación, la labran-

za convencional y el uso de maquinaria agrícola han tenido importante influencia en el

deterioro de las corrientes fluviales. Muestras fehacientes de este apunte lo constituyen

las riberas del río Cuyaguateje donde la producción agrícola extensiva, con un uso y

manejo inadecuado de los suelos y la intensa destrucción de las áreas boscosas contri-

buyó en su deterioro. 1.3. Silvicultura participativa

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La silvicultura social, participativa o Manejo Forestal Participativo (PFM), como suele

llamársele, en la escena internacional constituyó una respuesta a la crisis energética

por falta de leña de los sectores de menos recursos y a los supuestos desastres ecoló-

gicos en la década del setenta, nace formalmente en la India, donde varios Estados fue-

ron pioneros en la implementación de programas de plantación de árboles fuera del

bosques (Hobley, 2005).

Según la FAO (2010) la silvicultura participativa se ha vuelto cada vez más común du-

rante los últimos 25 años y está relacionada con la fomentación de los bosques a través

de la participación de las comunidades. Al mismo tiempo, cada día son más los orga-

nismos gubernamentales que declaran la necesidad de su puesta en práctica, de mane-

ra que la inserción de esta en las riberas del Cuyaguateje puede contribuir en su rehabi-

litación.

El autor antes mencionado adopta una definición amplia al Manejo Forestal Participativo

(PFM) y apunta que:

La silvicultura participativa hace referencia a los procesos y mecanismos que permiten a

la población, que tiene un interés directo en los recursos forestales, ser parte de la toma

de decisiones en todos los aspectos, desde el manejo de los mismos hasta la formula-

ción e implementación de marcos institucionales. Más específicamente, constituye un

componente de la actividad forestal participativa que tiene su eje en las comunidades

locales como actores clave para la sostenibilidad.

En la década de los años 80, se alentó de manera creciente a los gobiernos para que

restituyeran el manejo de los recursos naturales a las instituciones locales, tanto guber-

namentales como no gubernamentales. Estas políticas fueron impulsadas por diversas

inquietudes entre las que se encuentran: a) La reducción del protagonismo del Estado y

el costo en la protección y conservación de los bosques; b) La postura ambientalista de

quienes viven en estrecho contacto con los recursos podrían llevar a cabo una protec-

ción más efectiva; c) La asunción del control a nivel local contribuiría a proteger los me-

dios de subsistencia de gran cantidad de familias rurales; d) La creencia de que las

instituciones descentralizadas son más receptivas a nivel local y de que las mismas

administrarían los recursos forestales de manera más eficiente, aprovechando las ca-

pacidades, la motivación y el trabajo de las comunidades.

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La participación cada vez mayor de las comunidades locales en el manejo de los bos-

ques, ha estado asociada en muchos casos, a los programas gubernamentales de des-

centralización, como en el caso de Hondura y Bolivia, donde la responsabilidad del ma-

nejo forestal y de lograr una mayor participación de la población local en el mismo ha

sido retransferida a las autoridades municipales (Nebel et al., 2003).

La aplicación de la silvicultura participativa en Cuba puede contribuir a lograr mejores

resultados en la reforestación de las riberas de los sistemas acuatorios; ya se tienen

experiencias en este tema, como las que se practican con la denominada Forestaría

Análoga a través del Proyecto Internacional Canadiense que se desarrolla de conjunto

con el Instituto de Investigaciones Forestales y Fincas de Guantánamo, que incluye

dentro de sus objetivos la siembra de árboles frutales y ornamentales con usos múlti-

ples, que contribuyan al bienestar de las comunidades con el consentimiento de los ac-

tores locales, así como los resultados obtenidos por Mitjans y González (2009) y Mitjans

(2011) en las riberas del Cuyaguateje.

Por su parte Rodríguez (2003) aseveró la importancia de la participación de los actores

sociales en el manejo sostenible de los bosques, en tal sentido declara: “las comunida-

des deben ser adecuadamente instruidas en el conocimiento del ecosistema y la in-

fluencia positiva o negativa que ellos pueden ejercer sobre este, así como su importan-

cia desde el punto de vista socioeconómico, cultural y medioambiental, con la importan-

te presencia de las instituciones que rigen el proceso de desarrollo con su planificación,

seguimiento, control y aparato legislativo”.

1.3.1. La rehabilitación ecológica desde un enfoque participativo en los bosques de ribera La rehabilitación ecológica es el proceso que busca restablecer en zonas degradadas

elementos o servicios ecológicos. Puede ser parcial y no pretende forzosamente que

sean homólogos a estados prístinos. Es un concepto muy amplio que involucra prácti-

cas que tienen mucha tradición en varias administraciones. En este ámbito caen nume-

rosas de las llamadas “mejoras” de terrenos, remedios para impedir la erosión, trata-

mientos de taludes o las complejas actuaciones hidrológico-forestales. Se suele reser-

var el uso de “rehabilitación” para aquellas situaciones donde realmente existe degra-

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dación del sitio (Machado, 2001).

Según Vargas y Mora (2007) la rehabilitación se puede emplear para indicar cualquier

acto de mejoramiento desde un estado degradado. Según la FAO (2010), “Rehabilita-

ción forestal, es el proceso de restauración de la capacidad de un bosque de proveer

bienes y servicios sin que esto signifique, lograr que el bosque recupere su estado an-

terior al proceso de degradación.”

Entre los Principios de la Sociedad Internacional para la restauración ecológica SER

(2004) se plantea que la rehabilitación comparte con la restauración un enfoque fun-

damental en los ecosistemas históricos o preexistentes como modelos o referencias,

pero las dos actividades difieren en sus metas y estrategias. La rehabilitación enfatiza la

reparación de los procesos, la productividad y los servicios de un ecosistema, mientras

que las metas de la restauración también incluyen el restablecimiento de la integridad

biótica preexistente en términos de composición de especies y estructura de la comuni-

dad.

González et al., (2008) declaran la rehabilitación como una técnica de conservación y

puede ser una acción más para el uso sustentable del suelo, pero debe conciliarse con

las demandas sociales.

Cuando se elige un sitio para la rehabilitación hay una gran variedad de factores tanto

naturales como sociales que hacen que cada sitio sea único, y que cada uno necesite

de una estrategia única para la rehabilitación, En estos sitios se encuentra una gran

heterogeneidad ambiental y una historia de uso difícil de reconstruir (Vargas y Mora,

2007).

La rehabilitación, planificación y gestión de los recursos naturales requiere no solo de

un espacio físico donde ejecutarse, sino también de una verdadera y efectiva participa-

ción de los actores involucrados. Por ende, se requiere de un modelo de desarrollo que

mejore la relación entre el ser humano y los recursos naturales (Andino et al., 2006).

El enfoque Ciencia-tecnología-Sociedad (CTS) permite la introducción de resultados

científicos y tecnológicos asentados en el contexto social del escenario de aplicación,

los estudios que fundamentan el presente enfoque examinan los procesos científicos-

tecnológicos y sus implicaciones, más que el propio resultado científico en sí, con el fin

de minimizar los impactos ocasionados por el desarrollo de esta actividad social. Este

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sin llegar a ser la verdad absoluta, promueve desde una perspectiva más humanista el

desarrollo sostenible (González, 2003). Originando que todos los actores locales, que

se encuentran inmersos en ese desarrollo científico tecnológico, alcancen una cultura

de sustentabilidad, que requiere educación e integración, pues cada actor social, ya sea

persona jurídica o natural, debe desarrollar un espíritu crítico y reflexivo en torno a las

condicionantes contextuales del desarrollo científico y tecnológico y su impacto, para

establecer estilos de vida como consumidores de ciencia y tecnología (Peña, 2007).

El desarrollo de la ciencia en el mundo ha conllevado a utilizar métodos y técnicas de la

investigación cualitativa que garanticen la rehabilitación de ecosistemas deteriorados

con la intervención de los actores locales como entes protagonistas.

Entre estos métodos se encuentra la Investigación Acción Participativa, en lo adelante

(IAP); en tal sentido, se han enunciado diferentes conceptos, sin embargo, la asevera-

ción que más se ajusta a la concepción de la presente investigación es como sigue, Se-

gún Cornell (1995), citado por Gutiérrez et al., (2006) es un proceso de inquisición sis-

temática en el cual los que experimentan una situación problémica en una comunidad o

sitio de trabajo colaboran, como sujetos, con investigadores entrenados en decidir el

aspecto en el que se genera conocimiento en la colección y análisis de la información y

en actuar para manejar, mejorar o resolver la situación problémica, en esencia: produc-

ción colectiva del conocimiento y su traslado inmediato a la práctica.

Este método según González (2003) tiene su antecedente en la década del 40 del pa-

sado siglo, en los argumentos del sociólogo Kurt Levvín, profundizado y sistematizado a

principio de los años 60, por el sociólogo colombiano Orlando Fals Borda, como método

acerca de opciones educativas y políticas comprometidas con la intención de buscar

soluciones colectivas a problemas cotidianos con esfuerzos propios. Este permite la

participación de los implicados, el poder de decisión desde las bases para la autoges-

tión en la solución del problema, a diferencia del tradicional enfoque de intervención

desde “arriba”, influenciado por el positivismo de los cientistas.

Según el autor anterior este método ha dado resultados tan convincentes en diferentes

partes del mundo que se ha ido convirtiendo en alternativa para organismos e institu-

ciones que han aplicado políticas desarrollistas sin buenos resultados, en campos como

el cooperativismo, la capacitación agrícola, la educación vocacional y de adultos. Se

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utiliza en los últimos tiempos, no solo en las investigaciones sociales y humanistas, tam-

bién en las ciencias agrícolas y forestales (Freyre, 1996).

Entre las características que la destacan se encuentran: I) Su estrategia general es la

participación: las personas no solo son parte, sino que tienen y toman parte activa en el

proceso de investigación y transformación de su propia realidad; II) Implica un profundo

compromiso por incluir a todos los participantes en el proceso, responsabilizándose en

la solución de los problemas comunes y perdiendo la neutralidad valorativa; III) Se rom-

pe así el tradicional binomio sujeto-objeto, donde el investigador externo es el sujeto

activo, estableciéndose una relación sujeto-sujeto; IV) Su fin no es el conocimiento en sí

mismo, sino la producción conjunta del saber acerca de determinado contexto social,

como punto de partida para la acción transformadora; v) Ocurre una estrecha relación

entre la teoría, la práctica y el método científico, VI) Permite que los participante

desarrollen una conciencia crítica acerca de sus propias necesidades y problemas y de

las vías de solución; VII) Posee un profundo sentido educativo (conocimiento y trans-

formación de la realidad del proceso mismo); VIII) Está basada en la comunicación y el

diálogo promoviendo una estrecha interacción entre los participantes.;IX) Tiene un ca-

rácter dialéctico y permanente, pues sus resultados no son definitivos, ya que constan-

temente surgen nuevas necesidades y contradicciones que condicionan un ininterrum-

pido proceso de búsqueda y acción, X) Tiene un carácter histórico-concreto, estudiando

la realidad desde adentro y desde abajo, pero en sus relaciones con el contexto global,

sin perder de vista el todo.

La estrategia general de la IAP es la participación, pero no se trata de la participación

tradicional, donde participar es solo asistir o estar presente, la participación es entendi-

da en el sentido de accionar, decidir, oír o ser oído, de manera que el individuo tenga la

capacidad de decidir, controlar, ejecutar, y evaluar el proceso en el que involucra; De la

Riva (1994) expresó “la participación en la comunidad desarrolla conocimientos y habili-

dades que mejoran la efectividad y la eficacia de los proyectos, satisface necesidades

espirituales de los comunitarios, genera poder en los participantes, profundiza su identi-

dad y compromiso revolucionario, además disminuye los costos de los proyectos”.

Para Escalera (2003) la participación actúa como un factor de potenciación en la

identificación de un colectivo con respecto al territorio que identifica como propio.

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Actualmente se considera de gran relevancia en la gestión y manejo de cuencas, la cual

se basa en alianzas de aprendizaje, caracterizada porque la acción se acompaña de un

proceso de sistematización y análisis que permite generar conocimientos aplicados (in-

vestigación).

Esta concepción acerca de la participación tiene una estrecha relación con la investiga-

ción presente, pues además de todo lo que expone, la participación también crea una

unión invencible en la solución de cualquier problema que se quiera combatir, por lo que

a través de ella todo es más factible. En este caso tiene dos propósitos: la rehabilitación

del bosque de ribera, y la comprensión y aprendizaje de los actores locales en su cui-

dado y conservación.

Como medio de inserción de esta temática con los agricultores se han introducido otras

definiciones sobre el término de la IAP, tal es el caso de Gonsalves et al., (2006) estos

lo declaran como un método en el cual el énfasis principal se pone en la investigación

de la producción, que es planificada y llevada a cabo por y con los agricultores en sus

propios campos, en este se desarrolla un proceso donde "el agricultor actúa como un

sujeto que investiga, mide y estudia en colaboración con los investigadores", es un pro-

ceso práctico para reunir el conocimiento y las capacidades de investigación de las co-

munidades agrícolas locales con el de las instituciones comerciales y científicas de una

manera interactiva.

La investigación participativa con los agricultores se centra en la identificación, desarro-

llo, adaptación y uso de tecnologías hechas para satisfacer específicamente las necesi-

dades de los pequeños agricultores de escasos recursos. Los agricultores conducen los

experimentos y evalúan lo adecuado de una tecnología sobre la base de sus propios

criterios y experiencias por los conocimientos acumulados.

Freyre (1996) aseveró que en la agricultura también se necesita de estudios sociales

dirigidos hacia aspectos cualitativos, que ya no basta con investigar lo que es controla-

ble, invariable, manipulable, calculable o medible estadísticamente, se necesita investi-

gar las percepciones, y los cambios de actitudes de los actores locales que utilizan los

recursos naturales.

La tendencia a lo cualitativo es muy útil para la investigación social en los proyectos de

reforestación tanto en el sector estatal como privado, pues los métodos participativos se

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interesan por el factor humano y a su vez exige el no distanciamiento del investigador

respecto a su objeto, así como su involucramiento. De ahí que el autor antes menciona-

do asevera que los métodos de la investigación sociológica: Investigación Acción Parti-

cipante y el etnográfico, son de preferencia para los agricultores.

Tal como planteó González (2003) el término participación es decisivo en la proyección

del trabajo de los actores en la relación bosque y la sociedad, traducido en la actividad

de la comunidad residente con los demás actores sociales vinculados a la labor de uso,

protección y rehabilitación forestal, por lo que favorece la visión estratégica en la solu-

ción de los problemas propios del área de referencia.

Rodríguez (2003) apunta que las personas cooperan de buena fe, cuando perciben que

han tenido la oportunidad de haber participado en el proceso de planificación.

Para Gonsalves et al., (2006) la verdadera participación del agricultor, en el planea-

miento, ejecución y evaluación de un proyecto, debe distinguirse claramente de la sim-

ple investigación en los campos del agricultor, iniciada y controlada completamente por

científicos.

Es difícil conocer las causas de deterioro de un ecosistema sino se tiene en cuenta la

concepción de los implicados, tal es el caso de lo recursos naturales en las cuencas

hidrográficas, de ahí que para entender por qué los bosques ribereños son eliminados o

conservados es importante conocer las percepciones, económicas, sociales y ambienta-

les de quienes viven ahí o en áreas aledañas. Estos criterios pudieran ayudar al gobier-

no local en la definición de políticas, toma de decisiones y acciones de desarrollo rural

que consideren los bosques ribereños desde diferentes perspectivas (Arcos et al., 2006).

Desde las posiciones anteriores, se puede llegar al planteamiento siguiente: las investi-

gaciones con enfoque agrícola y forestal precisan de la aplicación de los métodos de la

investigación cualitativa, al ser esta la manera más apropiada de interpretar, en el con-

texto del problema científico que se analiza, dado por la comprensión y el comporta-

miento social dentro de la gestión de estos ecosistemas.

No obstante, tal involucramiento no ha sido del todo reconocido por investigadores de

las ciencias agrarias, en tal sentido priman los análisis esquemáticos y positivistas; los

que no en todos los casos son determinantes en la solución de los problemas del sec-

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tor. Un ejemplo concreto de esta afirmación se puede encontrar en el problema que

aborda la presente investigación.

Partiendo de la necesidad de un enfoque integral y sistémico en la rehabilitación de los

bosques de riberas se hace necesario una perspectiva participativa, según Gonsalves

et al., (2006) al reconceptualizar el proceso de investigación y desarrollo, ha existido un

interés creciente en el uso de esta tecnología, en el manejo de los recursos naturales, la

agricultura y los medios rurales de sustento. Estos han incluido: la evaluación con parti-

cipación de los habitantes de las zonas rurales, la investigación participativa de los agri-

cultores, el desarrollo participativo de tecnologías, la investigación en acción participati-

va, el aprendizaje y la acción participativa, el análisis de género y de los interesados

directos, el manejo comunitario de recursos naturales y el enfoque de medios sosteni-

bles de sustento.

Con este nuevo paradigma se busca integrar a todos los actores en las etapas del pro-

ceso de manejo y conservación del bosque de ribera. Las principales etapas de ese

proceso son el análisis de los problemas, la búsqueda de soluciones y la definición de

planes de acción que ayuden a restaurar y proteger este ecosistema de las actividades

que destruyen sus recursos naturales, para ello se precisa de un enfoque participativo y

no interventivo como ha sido la tecnología tradicional.

1.3.2. La intervención como lo opuesto a la participación En la investigación se considera el término interventivo a los métodos que utiliza el Es-

tado cuando presenta los planes de reforestación de manera dirigida sin previa consulta

con los actores locales de las comunidades. Según González (2003) la intervención

como lo opuesto a la participación significa introducción, interposición o intermediación

desde una postura de autoridad, de un elemento externo con la intención de modificar,

o interferir en el funcionamiento de un sistema o proceso en una dirección dada (cambio

direccional, cesación, desarrollo). Conforme plantea este autor la intervención produce

un proceso de interferencia o influencia.

Coincidiendo con el autor anterior, la intervención comunitaria se realiza por diferentes

vías, medios y propósitos en dependencia de los objetivos propuestos a partir de los

intereses de los sujetos, está justificada cuando incluye aspectos significativos, necesa-

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rios a la comunidad, deseados por esta y compatibles a las necesidades, los valores y

capacidades potenciales y que de no producirse, no se lograría el cambio. Solo con una

clara idea de un vínculo de trabajo entre equipo y comunidad, y una diferenciación de

tareas, son viables los planes de intervención. A pesar de lo necesario de esta, en el

caso que se justifique su uso, en muchos casos es insuficiente, al limitar una de las par-

tes en la que se aborda, la población comunitaria.

“La intervención se considera legítima cuando esté motivada o justificada o anida algo

positivo y significativo y necesario a lo aportado por la comunidad y que sea deseado y

compatible con las necesidades de la comunidad, con sus valores y capacidades po-

tenciales” (Sánchez, 1994). Considerada así, es una variante más indirecta para enfren-

tar problemas de la comunidad a través del Estado y sus instituciones, como medio de

apoyarla y fortalecerla con recursos a los cuales no tienen acceso para emprender op-

ciones de empleo, educativas, de salud, servicios a la familia y atención social, entre

otros.

Con meridiana claridad, Freire (1976) citado por Torres (1990) refirió que en la investi-

gación tradicional también se produce aprendizaje, pero en ella sólo decide el investi-

gador, en tanto los sujetos que participan reciben órdenes y quedan sin posibilidad de

participar en la solución de los problemas. Esto fue lo que él caracterizó como un pro-

ceso de extensión, antagónico en sí mismo y no de comunicación, coincidiendo con el

criterio de este autor: en el proceso de aprendizaje sólo aprende verdaderamente “aquel

que es capaz de aplicar lo aprendido-aprehendido a las situaciones concretas”.

Como respuesta al clásico enfoque interventivo en lo social y lo natural, han surgido

corrientes de pensamiento, entre las más importantes y de más influencia, junto a la

IAP, abordada antes, la educación popular, que acercan lo científico instrumental a la

racionalidad empírica cotidiana con procesos participativos relacionados con las tradi-

ciones, los conocimientos, los saberes, la cultura y los valores de los sectores popula-

res, con una perspectiva participativa como alternativa al histórico enfoque interventivo

y positivista que aún impera en las ciencias, con incalculables consecuencias negativas,

particularmente en la incapacidad de potenciación de los recursos humanos de las

grandes mayorías en la convivencia comunitaria, al excluirlos de la participación real en

la toma de decisiones (González, 2003).

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Como estrategia de introducción de este paradigma se precisa de una visión socio am-

biental y de cogestión en la rehabilitación de las riberas de los ríos, lo que implica que la

sociedad, la familia, así como instituciones y organizaciones vinculados al sector, se

impliquen en la gestión de estos ecosistemas, pues de sus decisiones y acciones, de-

penden el uso, manejo, conservación y protección de los recursos naturales y el am-

biente. De este modo, se puede lograr el cambio de actitudes y fortalecimiento de capa-

cidades para el empoderamiento social, manteniendo una articulación adecuada entre

población, gobiernos locales, instituciones nacionales y otras organizaciones responsa-

bles del manejo de cuencas o recursos naturales.

Las actividades que realiza la sociedad y sus actitudes sobre los recursos naturales,

constituyen el eje de la gestión integral de cuencas, lo que requiere el desarrollo de ca-

pacidades locales que faciliten la participación conveniada real y plena de todos los ac-

tores, el aprendizaje, el comprometimiento, la comunicación y la participación de todos

los entes sociales, de modo que todos, de una manera u otra pueden aportar con sus

saberes. Ahora, es necesario buscar los métodos para extraer esos saberes, de la ma-

nera más sencilla posible.

En este sentido Guevara (1988) planteó “Debemos ir a la gente con afán investigativo,

y con espíritu humilde, a aprender en la gran fuente de sabiduría que es el pueblo”. Es

en el pueblo donde se encuentran los conocimientos de los ancestros y sus experien-

cias.

De la misma manera la investigación participativa con los campesinos requiere de la

colaboración interdisciplinaria entre investigadores y campesinos, lo que incluye la cola-

boración entre los campesinos, los científicos forestales y las ciencias sociales.

Según Gonsalves et al., (2006) es esencial el diálogo entre los científicos y los agricul-

tores, este permite la absorción y puesta en práctica de los conocimientos ancestrales,

pues los sistemas de conocimiento heredado comprenden las "teorías, creencias, prác-

ticas y tecnologías, que todos los pueblos en todos los tiempos y lugares, han elabora-

do sin insumos directos de las instituciones modernas, formales y científicas.

Los conocimientos autóctonos han sido considerados "atrasado e irracional" por los in-

vestigadores que dependen del conocimiento basado en la ciencia. Sin embargo, si los

científicos desconocen el valor científico, el principio o la explicación para una práctica

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no significa que dicha práctica o conocimiento no sea bueno para los agricultores, ni

que carezca de una base científica. Según el autor anterior tal vez solo sea que nadie

ha realizado una investigación sobre las prácticas agrícolas tradicionales.

Los sistemas de conocimientos campesinos son concretos, prácticos, utilitarios, am-

plios, detallados, integrales y generalmente sostenibles. Se basan en la observación

empírica, el tanteo y la experimentación controlada durante siglos. Los años de expe-

riencia han conducido al desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles.

Para el enfoque sistémico en las cuencas y sus bosques de ribera, la base fundamental

debe estar encaminada hacia el rescate y respeto a las costumbres, tradiciones, cono-

cimientos y la cosmovisión de las comunidades en su interrelación con la naturaleza, de

una parte y la labor educativa para desterrar prácticas negativas que han pasado a ser

acciones acostumbras y de tanto tiempo, que llegan a convertirse en parte de las tradi-

ciones.

1.4. Percepción de los actores sociales La percepción social se define, según Perera (1999) citado por CIPS (2001), como ele-

mento de la subjetividad que construye una creación del contexto interaccional del suje-

to y que contiene el significado, que de una forma más o menos consciente, este confie-

re a sus acciones, así como la relación que establece entre medios y fines de sus ac-

ciones.

Según CIPS (2001), la percepción es, un enunciado, un juicio, que denota la presencia

de un criterio, construido con mayor o menor profundidad, elaboración e información; en

el discurso de los sujetos, individuales o colectivos, sobre cualquier evento que se rela-

ciona directa o indirectamente con dichos sujetos.

Según la FAO (2010) el sector forestal en los últimos diez años en America Latina se ha

centrado más en las personas, y la percepción de la sociedad acerca de los bosques y

ha experimentado importantes cambios con un creciente énfasis en los valores ambien-

tales, sociales y culturales de los bosques, sin embargo, en Cuba ha sido incipiente el

trabajo realizado al respecto. La complejidad entre la relación del hombre y la naturaleza ha conllevado a desarrollar

estudios para comprender sus respuestas ante el ambiente mediante los estímulos sen-

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soriales, surgiendo así la disciplina la Psicología Ambiental, a partir de la cual se origina

el concepto de percepción ambiental (Acosta, 2009).

Para Núñez (2004) la percepción está relacionada con verbalizaciones, enjuiciamientos

subjetivos, con cierto grado de elaboración que tienen los individuos respecto al entorno

natural, Alea (2005) agrega que las percepciones condicionan las actitudes, sensibilida-

des, e influyen considerablemente en la orientación y regulación del accionar de los in-

dividuos hacia el entorno. Mientras que Fernández (2008) declara que es la forma en

que cada individuo aprecia y valora su entorno, e influye de manera importante en la

toma de decisiones sobre el ambiente que lo rodea, es decir la mirada de cada cual a

cada contexto indica su percepción.

Molina at al., (2011) expresaron que los estudios de percepción han constituido una

importante herramienta para explicar los conflictos sobre causas, actores y procesos de

manejo de los bosques de áreas protegidas.

En el proceso de rehabilitación del bosque de ribera es necesario concentrar las accio-

nes en un espacio delimitado, conocer los aspectos biofísicos, sociales y políticos del

área, la interrelación entre los ecosistemas aguas arriba-aguas abajo y más que todo

ello, conocer lo que los actores involucrados piensan, de manera que es de vital impor-

tancia deducir las percepciones acerca del uso, aspiraciones, contradicciones y posibles

conflictos en relación de estos bosques ribereños para elaborar propuestas de rehabili-

tación viables en el contexto local, pues la toma final de decisiones sobre el manejo,

protección y conservación de estos bosques y en general de los recursos naturales,

dependen principalmente de los productores y propietarios que viven y aprovechan los

recursos, estos reflejan su nivel de conocimiento acerca del medio ambiente que los

rodea (Mitjans et al., 2011).

Las percepciones pueden ser ampliamente compartidas; por ejemplo, los beneficios de

proteger la vegetación ribereña con el fin de tener libre de contaminación el agua de la

red fluvial son generalizados entre los productores. Asimismo existen percepciones pro-

pias de individuos; por ejemplo, la decisión de eliminar el bosque ribereño porque nece-

sitan los suelos para cultivos agrícolas y estos suelos son muy fértiles, a veces la per-

cepción está vinculada al conocimiento de los individuos. Muchas percepciones son

consistentes entre la población, otras no tienen ninguna o poca consistencia entre indi-

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viduos Saín (1997) citado por Arcos et al., (2006).

Para profundizar en el conocimiento de los actores sociales y educar verdaderamente

acerca de los ecosistemas forestales se necesita más que conocer solo los hechos, se

requiere de una interacción entre pensar, sentir y actuar. Esto exige entrenamiento, de-

finir objetivos y planificar actividades específicas para trabajar las actitudes y el compor-

tamiento. Supone asimismo pasar del análisis de los problemas a la acción, aprender

implicándose en los problemas reales y participando en actividades de protección y me-

jora del medio.

1.5. Estrategia participativa Existen diferentes criterios acerca del concepto de estrategia, Según Mintzberg y Quinn

(1993) existe la estrategia como: plan, táctica, posición, perspectiva, y estrategia como

pauta o línea, esta última la define como: cualquier conjunto de acciones o comporta-

miento, sea deliberado o no. Para este autor definir la estrategia como un plan no es

suficiente, pues para él se necesita un concepto en el que se acompañe el comporta-

miento resultante.

Los enfoques clásicos del concepto de estrategia la definen como un proceso a través

del cual el estratega se abstrae del pasado para situarse mentalmente en un estado

futuro deseado y desde esa posición tomar todas las decisiones necesarias en el pre-

sente para alcanzar dicho estado.

La estrategia no es más que la determinación conjunta de los objetivos de una empresa

y las líneas de acción para alcanzarlos, o sea lo que quiere hacer una empresa en el

futuro.

Sierra (2004) declara la estrategia como la manifestación de un proceso de toma de

decisiones, implica la gestión de la información adecuada, así como tener en cuenta el

sistema de valores y competencias que sostienen o sostendrá la cultura de esa futura

organización.

Existen estrategias encaminadas hacia la conservación de los recursos ambientales en

las que el desarrollo sostenible es un proceso armónico, donde el crecimiento económi-

co, el aprovechamiento de los recursos, la equidad social, la orientación de los cambios

tecnológicos y de las políticas, tienen presentes las necesidades y condiciones de las

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poblaciones actuales, así como de las generaciones futuras; este tipo de estrategia

asume una postura democrática al defender la igualdad de oportunidades y la equidad

económica entre los miembros de la sociedad, así como una postura ética.

En Cuba la Estrategia Ambiental Nacional (EAN) es considerada como el documento

rector de la política ambiental del país, establece los principios en los que se basa el

quehacer ambiental nacional, caracteriza los principales problemas ambientales del pa-

ís y propone las vías e instrumentos para su prevención, solución o minimización, con

vistas a mejorar la protección del medio ambiente y el uso racional de los recursos natu-

rales en aras de alcanzar las metas de un desarrollo económico y social sostenible

CITMA (2007).

Esta estrategia representa una contribución al desarrollo sostenible y es en esencia,

una estrategia de continuidad. La idea de la sostenibilidad es intrínseca a los principios

socialistas que sustenta el modelo revolucionario (CITMA, 2007).

Dentro de principios que sustentan la gestión y la política ambiental cubana, la EAN

2007-2010 destaca el siguiente: la aplicación, como elemento clave de la gestión am-

biental cubana, de los principios del manejo integrado de cuencas hidrográficas, con

énfasis a la protección de los bosques de ribera y un enfoque ecosistémico para dar

solución a los problemas ambientales.

En esta estrategia se aborda la problemática de la deforestación la que se declara como

un proceso motivado fundamentalmente por causas antrópicas y que ha tenido una po-

sitiva respuesta en el proceso revolucionario, logra avances sustantivos, fundamental-

mente en las condiciones de montaña.

Paralelo a esta estrategia se trazan un grupo de programas tales como: El Programa de

Inversiones, destinado a la protección del medio ambiente en las cuencas hidrográficas;

Programa de Recursos Hidráulicos; El Programa Forestal Nacional (PFN) que incluye

franjas hidrorreguladoras y fincas forestales; Programa de Lucha contra Incendios Fo-

restales; Vigilancia Cooperada (Protección de Recursos Naturales); Programa de Lucha

contra la Contaminación (Reducción de la Carga Contaminante); Programa de Estudio y

Uso Sostenible de la Diversidad Biológica y el Programa de Educación Ambiental y

Participación Ciudadana.

El PFN hasta el 2015, contempla una serie de acciones para el desarrollo forestal del

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país, a los efectos del tema de esta investigación es de particular interés la siguiente:

Bienes y servicios de los bosques: uno de los principales servicios ambientales que se

esperan que crezcan en el futuro es la protección de los recursos hídricos y de los sue-

los contra la erosión y la desertificación. Los recursos hídricos en Cuba son escasos y

la protección de los cuerpos de agua (presas, micro presas y corrientes fluviales) resulta

de una importancia estratégica.

Dentro del Plan de acción para temas ambientales, el PFN se trazó la meta de concluir

en el año 2007 la reforestación de las fajas forestales hidrorreguladoras de todos los

ríos y embalses del país, de acuerdo al Programa trazado al efecto por la DNF (2006);

en tales empeños no han sido del todo satisfactorio los resultados obtenidos.

El PFN adolece de líneas de trabajo con enfoque participativo, pues este se apoya en el

sector estatal para dar cumplimiento a los objetivos que se propone. En este aspecto

los resultados obtenidos por Eupierre (2008) y Mitjans et al., (2011) demuestran lo plan-

teado. De manera que aparejado al PFN debe trazarse una estrategia participativa que

permita el logro de los objetivos planteados en este programa. La misma debe partir del

conjunto de experiencias que los diferentes actores (decisores y ejecutores) vienen

desarrollando en la actividad forestal desde sus respectivas perspectivas e Intereses.

Lo que implica un trabajo profundamente educativo desde la base hasta ser incorpora-

do a la cultura nacional, que contribuye a garantizar la sostenibilidad, que es un requisi-

to indispensable para el logro del desarrollo forestal.

En la presente investigación se propone una estrategia funcional o subsistema que res-

ponde a los intereses de la Estrategia Nacional Ambiental, así como al Programa Na-

cional Forestal en él que está diseñado el Plan Forestal de Cuba hasta el 2020 preci-

sando la reforestación de las riberas de todos sistemas acuatorios, desde el municipio

hasta la nación.

Las líneas estratégicas participativas que se proponen, son orientaciones precisas para

el éxito de la reforestación del bosque de ribera, objetivo propuesto en el Plan Nacional

Forestal. La FAO (2002) declara que las líneas son grandes orientaciones estratégicas

para la implementación exitosa en una Estrategia.

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CAPÍTULO II. REHABILITACIÓN DEL BOSQUE DE RIBERA DEL RÍO CUYAGUA-TEJE EN SU CURSO MEDIO, DESDE UN ENFOQUE PARTICIPATIVO 2.1. Objetivo Evaluar el grado de rehabilitación en el bosque de ribera del río Cuyaguateje en su

curso medio con participación de los actores locales.

2.2. Metodología 2.2.1. Descripción del área de estudio Ubicación geográfica La investigación se realizó en el bosque de ribera del río Cuyaguateje, en 22 ha que

conciernen a la Cooperativa de Créditos y Servicios Fortalecida (CCSF) “Menelao

Mora”, condicionada la selección por su estado de deterioro, coincidiendo ser el área

más proclive a inundaciones y de mayor presencia de campesinos con cultivos agrí-

colas en las márgenes. Desde el año 2000 hasta el 2004 se realizaron acciones para

la reforestación y no fue posible rehabilitar el área en estudio.

Se localiza en el municipio Guane, en el curso medio del río Cuyaguateje; limitando al

Oeste con el casco urbano del municipio Guane, al Norte con plantaciones de la Em-

presa Forestal Integral Macurije, al Sur con la Cooperativa de Créditos y Servicios

Fortalecida Secundino Serrano y al Este con el final de la Sierra Cerro de Guane, su

posición geográfica la ubica entre las coordenadas 22° 11’ 78” y 22° 13’ 10” de Latitud

Norte y las coordenadas 84° 03’ 82” y 84° 05’ 13” de Longitud Oeste, entre 10 y 34

m.s.n.m. de altitud, Figura 2 (anexos).

Para la localización del área se emplearon técnicas que comprenden el campo de la

Geomática Aplicada (Percepción Remota y Sistema de Información Geográfica),

herramientas importantes en los estudios de la tierra según refiere Álvarez (2001).

Con el propósito de comparar con un área menos antropizada se levantaron dos par-

celas testigos en las coordenadas 22° 14' 34'' Latitud Norte y 84° 5’ 38” Longitud Oes-

te a 20 m de altitud y a una distancia de 6 km del área que se rehabilita.

Suelo Según Mitjans (2004) los suelos son fértiles y profundos, los cuales fueron utilizados

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para los cultivos agrícolas hasta el año 2000. León (2002) les atribuye la categoría de

suelos aluviales y Martínez (2007) los declara como Ferralítico Cuarcítico Amarillo

Lixiviado, favorables para el cultivo de tabaco, lo cual coincide con los criterios de

Hernández et al., 2006.

Clima La Figura 3 muestra el climograma elaborado con el programa ClimoPro v. 2.1, basa-

do en los criterios de Walter y Lieth, el mismo representa los principales parámetros

climáticos del área, revelando similitud con las características medias del clima cuba-

no, con dos temporadas marcadas. Los datos de las precipitaciones y temperaturas

que se utilizaron, comprendidos en los años del 2000 al 2010, están disponibles en la

estación de Isabel Rubio, municipio Guane.

La precipitación promedio anual es de 1 414 mm. Se delimita una temporada lluviosa,

desde mayo hasta octubre, con más de 100 mm mensuales, y una temporada poco

lluviosa, con menos de 100 mm de lluvia por mes, de noviembre a abril. En la tempo-

rada lluviosa se destacan los meses de agosto y septiembre, y en la temporada más

seca los meses de enero, marzo y diciembre.

Figura 3. Climograma (años 2000-2010) de la estación más cercana al área de estu-

dio. Fuente: Registro climatológico de la estación de Isabel Rubio, municipio Guane

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En determinadas ocasiones del período lluvioso ocurren inundaciones que hacen

permanecer las riberas bajo agua hasta cinco y siete días, propiciando que las espe-

cies que no resisten dichas condiciones mueran, por lo que se impone una adecuada

selección de ellas para la reforestación.

Factores que intervienen en la erosión A lo largo de todo el proceso de la investigación y mediante el método de la observa-

ción directa, en los recorridos realizados se pudo comprobar que los factores de ma-

yor incidencia en la erosión, resultan ser la deforestación de sus márgenes, el manejo

inadecuado del suelo y las inundaciones que ocurren en períodos lluviosos.

Coincidiendo con León (2002), se presentan alteraciones en sus márgenes, que han

originado el deterioro de sus taludes naturales, provocando meandros que de no con-

trolarse pueden ocasionar cambios significativos en el cauce del río, incluso con peli-

gro para las comunidades más cercanas a las riberas, como el casco urbano de Gua-

ne y la comunidad “La Arenera”. Los trabajos de reforestación y rectificación de cár-

cavas han influido en el control de algunos meandros, pero todavía son insuficientes,

lo que se logrará en un período más prolongado, pues la rehabilitación de los ecosis-

temas degradados se alcanza a mediano y largo plazo. En la Figura 4 (anexos) se

presenta la vegetación que se recupera con la rectificación de cárcavas realizadas por

los actores locales con medios propios de la localidad.

Estructura social La CCSF cuenta con 44 campesinos, 19 propietarios y 25 usufructuarios, todos de

una forma u otra tienen relación con las riberas del Cuyaguateje, con una edad pro-

medio de 59 años, Tabla 1 (anexos), de ellos 20 son nacidos en esta comunidad, lo

que representa una fortaleza para esta cooperativa.

2.2.2. Selección y tamaño de la muestra Se realizó un muestreo sistemático para el censo de las plantas mayores de 2 m de

altura, donde fueron seleccionadas e inventariadas un total de 34 parcelas de 500 m²

(20 m x 25 m), 17 en cada margen, distribuidas por toda el área a una distancia

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aproximada de 323 m entre ellas, lo que representa una intensidad de muestreo de

ocho por ciento con relación al área total. La regeneración natural (RN) fue estimada

a las especies arbóreas menores de 2 m de altura, mediante un muestreo con diseño

anidado de sub- parcelas de 5 m x 5 m, siguiendo la metodología propuesta por Alda-

na et al., (2006).

Se validó con el método la curva área-especie, en la misma el número de especies

nuevas en una muestra aumenta de manera logarítmica, por incrementos aritméticos

en el número de unidades de muestreo; el punto de inflexión o estabilización de la

curva es tomado como el número de unidades de muestreo suficiente, porque apare-

cen representadas la gran mayoría de las especies según Ramírez (1999).

Las márgenes se identificaron siguiendo un gradiente de Norte a Sur, las ubicadas a

la izquierda se identificaron como margen 1 y a la derecha como margen 2, de igual

manera fueron seleccionadas dos parcelas testigo (una en cada margen) en la parte

norte, a una distancia de 6 km del área de estudio y a los 20 m.s.n.m., considerada

como el área menos antropizada. Se realizó un censo de los individuos mayores de 2

m de altura y 2,5 cm de diámetro presentes en cada parcela. Para las mediciones del

diámetro y la altura fueron utilizados la forcípula y el hipsómetro de Blume Leiss res-

pectivamente. Todas las especies fueron identificadas en el campo, los nombres co-

munes proporcionados por los campesinos y miembros del Cuerpo de Guardabosque;

corroborada su identificación según establece la Flora de Cuba (Alaín, 1964 y 1974),

Árboles de Cuba (Bisse, 1988), así como entrevistas con especialistas en especies

sinantrópicas e invasoras de Cuba. Posteriormente fue consultada la Flora de la Re-

pública de Cuba (Bässler, 1998 y Gutiérrez, 2000).

2.2.3. Variables analizadas Se identificaron como variables independientes: las márgenes 1 y 2 de la ribera que

se rehabilita y del área testigo, como dependientes: las especies presentes en cada

parcela, diámetro, altura, abundancia, frecuencia, dominancia, regeneración natural,

especies sinantrópicas, invasoras, autóctonas, exóticas, usos de cada especie, grado

de representatividad de especies originales, grado de representatividad de estratos

originales de la vegetación, grado de cobertura vegetal y grado de modificación. Para

Page 50: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

36

el análisis estadístico fueron utilizados los programas BioDiversity Pro versión 2.0.

1997 NHM & SAMS y el Excel 2003.

2.2.4. Diversidad de especies (alfa y beta) Diversidad alfa

Con el objetivo de evaluar las condiciones ecológicas y estimar la cantidad de espe-

cies, se determinó la diversidad alfa de las especies arbóreas y arbustivas mediante

la riqueza de especies, descrita como el número de especies en cada margen, consi-

derado el indicador más importante de diversidad según Magurran (1988) y Garibaldi

(2008). También se determinó el índice de Simpson que expresa la dominancia de las

especies y su recíproco, el cual está influenciado por la importancia de las especies

más dominantes (Magurran, 1988). Los índices basados en la dominancia son pará-

metros inversos al concepto de equitatividad y toman en cuenta la representatividad

de las especies con mayor valor de importancia.

2∑= pλ

i

Donde:

Pi =abundancia proporcional de la especie i, es decir, el número de individuos de la

especie i dividido entre el número total de individuos de la muestra.

Se comparó la riqueza de especie en el período comprendido 2000-2010, para ello se

tuvo en cuenta los estudios realizados por Mitjans (2008) y Mitjans et al., (2010).

Diversidad beta

Con el propósito de comparar biológicamente la diferencia entre las márgenes que se

rehabilitan y estas con el área testigo, se determinó la diversidad beta, utilizando el

índice de similitud de Jaccard a partir de la expresión propuesta por Magurran (1988),

este es empleado para procesar datos cualitativos (presencia- ausencia).

cbacI j −+

=

En ambos casos se utilizaron las variables siguientes:

Entre las márgenes:

a = número de especies presentes en la margen 1.

b = número de especies presentes en la margen 2.

Page 51: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

37

c = número de especies presentes común en ambas márgenes.

Entre el área que se rehabilita y el testigo

a = número de especies presentes en el área que se rehabilita.

b = número de especies presentes en el área testigo.

c = número de especies presentes común en ambas áreas.

Se elaboraron diagramas de rango/abundancia para comparar aspectos importantes

de la biodiversidad como la riqueza y la presencia/ausencia de las especies entre

ambas márgenes del área testigo y del área que se rehabilita, según los criterios de

Magurran (1988) y Feisinger (2004).

2.2.5. Metodología para determinar la estructura horizontal y vertical del bosque 2.2.5.1. Estructura horizontal Para los análisis cuantitativos, cualitativos y ecológicos de la estructura horizontal en

cada margen del área que se rehabilita y del área testigo, se determinaron: abundan-

cia (A), dominancia (D) y frecuencia (F), en valores absolutos y relativos de cada es-

pecie; con la suma de estos parámetros se calculó el Índice de Valor de Importancia

Ecológica (IVIE), de acuerdo con la expresión propuesta por Curtis y Macintosh

(1950). Este índice además de expresar la importancia ecológica de cada especie en

el área muestreada, permitió identificar las especies más adaptadas por su dominan-

cia, abundancia o mejor distribución.

Expresión propuesta por Curtis y Macintosh (1950) y retomada por Terán et al.,

(2010).

IVIE= Ar%+Dr%+Fr%

Abundancia relativa:

Dominancia relativa

Frecuencia relativa

Regeneración natural

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38

La regeneración natural (RN) es otro indicador que se tuvo en cuenta para valorar la

estructura horizontal, se determinó a partir de la suma de la abundancia y frecuencia

en valores absolutos de los individuos ≤ de 2 m de altura, y la regeneración natural

relativa (RNRi) como el porcentaje de la (RN) en cada especie de la comunidad res-

pecto al total, utilizando la metodología propuesta por Grela (2002).

Índice de Valor de Importancia Ecológica Ampliado

El Índice de Valor de Importancia Ecológica Ampliado (IVIEA) se determinó conside-

rando el criterio de Jaramillo (2009), que lo declara como la suma del Índice de Valor

Importancia Ecológica (IVIE) más la Regeneración Natural Relativa (RNRi). Se utilizó

con el propósito de estimar la correspondencia entre las plantas que se identifican en

el estrato arbóreo y la regeneración natural.

IVIEA = IVIE+RNRi

Distribución de abundancia de individuos por clase diamétrica

Se determinó la distribución de abundancia por clases diamétricas de (2 a 10 cm),

(>10 cm < de 20 cm) y ≥20 cm en el área que se rehabilita, a través de la metodolo-

gía propuesta por Araujo et al., (2005).

2.2.5.2. Estructura vertical Esta se describió tomando en consideración las clases de altura del bosque, utilizan-

do la metodología propuesta por Araujo et al., (2005), que define tres estratos: Inferior

2 a 5 m, intermedio > 5 a 10 m y superior > 10 m.

2.2.6. Metodología para determinar el grado de conservación Aunque los indicadores de diversidad y estructura antes mencionados permiten eva-

luar la rehabilitación del ecosistema, también se determinó el grado de conservación a

partir de la metodología propuesta por Matos y Ballate (2006), los cuales tienen en

cuenta el estado de recuperación de la cubierta vegetal, el índice de sinantropismo y

las especies invasoras.

Estado de recuperación de la cubierta vegetal

Para determinar la recuperación de la cubierta vegetal se utilizó la metodología de

Fernández (1994) a partir de las adecuaciones propuestas por Matos (2006), utilizan-

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39

do una matriz de datos cualitativos, que incluye las variables siguientes:

• Grado de representatividad de especies originales.

• El grado de representatividad de estratos originales de la vegetación.

• Grado de cobertura vegetal.

• Grado de modificación.

La matriz de análisis y la explicación de algunos elementos para evaluar dichas varia-

bles se presentan en los anexos. Tablas desde la 2 a la 11.

La cobertura vegetal se evaluó a partir del porcentaje del área cubierta, comparando

tres años (2000, 2005 y 2010); utilizando los datos de la dinámica forestal elaborada

por el SEF (2000, 2005, 2010), también se realizó un estudio espaciotemporal del

área en estudio, mediante la interpretación de una fotografía y varias imágenes sateli-

tales, las cuales se presentan en los anexos, Figura 5 (fotografía aérea del vuelo ge-

neral soviético realizado entre el año 1970 y el 1971 con la cámara fotográfica K-10,

escala 1: 35 000 y salida cartográfica por Mapinfo a escala 1: 18 960), Figura 6 (Ima-

gen de satélite del año 1999) y la Figura 7 (Imagen de satélite del año 2009). Las

imágenes fueron obtenidas a través del programa Google Earth, georreferenciadas a

la proyección del sistema de Cuba: Cuba Norte, en plataforma SIG Mapinfo. Simultá-

neamente con este procedimiento se escanearon las fotografías aéreas del vuelo ge-

neral1970 y el mapa topográfico de escala 1:10 000, presentado en la Figura 2, la

cual muestra el área de estudio.

Índice de sinantropismo

Para determinar el índice de sinantropismo se tuvieron en cuenta todas las especies

muestreadas en el área que se rehabilita, incluyendo la regeneración natural. Para

ello se utilizó la clasificación sinantrópica de la Flora de Cuba y el cálculo del índice

de sinantropismo aplicado a la escala de estado de conservación, de acuerdo con los

criterios de Ricardo et al., (1995), explicado en las Tablas 12 y 13 (anexos). Se con-

sultaron además Ricardo et al., (1990); Ricardo y Rosete (1999); Pouyú et al., (1992);

Pouyú (1995) y Herrera (2007). La expresión matemática propuesta por Ricardo et

al., (1995) para determinar este índice es:

321

NNNNIs

−−

=

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40

N1= sinantrópicas nativas (Apófitas)

N2= sinantrópicas “Aliens” (Antropófitas)

N = número total de especies del inventario

N3= especies de origen desconocido (Parapófitas).

Especies invasoras

Se clasificaron las especies invasoras teniendo en cuenta los criterios de Oviedo

(2005 y 2010), Herrera (2007), Oviedo et al., (2012) y Regalado et al., (2012). Para

su evaluación se empleó la metodología propuesta por Matos y Ballate (2006), en la

que plantean que es un complemento insoslayable en la determinación del índice de

sinantropismo, Tabla 14 (anexos).

Con los valores asignados a cada uno de los parámetros evaluados: estratos origina-

les, grado de modificación, cobertura vegetal, especies originales, especies invasoras

e índice de sinantropismo; se elaboró la matriz general que define el grado de conser-

vación en el área que se rehabilita, la cual se presenta en la Tabla15.

Tabla 15. Matriz general para determinar el grado de conservación

Suma total de valores Grado de conservación 15-18 Conservado 10-14 Medianamente conservado

5-9 Poco conservado 0-4 No conservado

2.2.7. Estudio etnobotánico Se realizó un estudio etnobotánico para valorar las fortaleza del área en cuanto al uso

de las especies presentes, utilizando la metodología propuesta por Godínez et al.,

(2006), los cuales clasifican las especies en: maderables, melíferas, medicinales y

otros usos, dentro de estos últimos incluyen las ornamentales, comestibles y protecto-

ras de suelo y agua. La información se obtuvo a través de la entrevista en profundidad

No.1 (otros anexos), aplicada a conocedores de la flora. Los talleres de intercambios,

las visitas a las vegas de cada campesino y las actividades recreativas realizadas sir-

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41

vieron para corroborar la entrevista. En todos los casos se llevaron representaciones

botánicas de las especies, para facilitar la obtención de información deseada en los

distintos intercambios.

Se efectuó una exhaustiva revisión bibliográfica de los clásicos de la literatura fores-

tal, para profundizar sobre las características de la vegetación del ecosistema entre

los que se encuentran: Fors (1965); Roig (1965); Acuña (1970); Bisse (1988); Sablón

(1984); Capote y Berazain (1984); Betancourt (2000) y Berazaín et al., (2005).

Se clasificaron las especies de acuerdo a su hábito en: árbol, arbusto e hierba según

los criterios de Godínez et al., (2006).

2.3. Análisis y discusión de los resultados 2.3.1. Validación del muestreo La curva área-especie representada en la Figura 8, muestra el punto de inflexión o

estabilización de la curva a partir de la parcela 31, lo que permite inferir que a partir

de ella se repiten las mismas especies en las parcelas, no obstante como es un bos-

que que se está rehabilitando en presencia de perturbaciones antrópicas y naturales,

lógicamente aparecerán nuevas especies con el trascurso del tiempo. La aceptación

de la rehabilitación por los campesinos colindantes también es un factor positivo para

su aparición.

Figura 8. Curva área-especie para la validación del muestreo de las 34 parcelas

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42

2.3.2. Diversidad de especies (alfa y beta) 2.3.2.1. Diversidad alfa En el inventario realizado en ambas márgenes del río en el área que se rehabilita in-

cluyendo la regeneración natural se identificó una riqueza de 38 especies, agrupadas

en 21 familias y 36 géneros, tres especies monocotiledóneas (Bambusa vulgaris

Schrader ex Wendland, Cocos nucifera L., Roystonea regia HBK O. F. Cook.) y 35

dicotiledóneas.

En la Tabla 16 se presentan los 860 individuos identificados en el estrato mayor de

2 m de altura, con 28 especies en la margen 1 y 30 en la margen 2. La presencia de

dos especies más en la margen 2 coincide con la mayor participación de los actores

locales en la reforestación, precisamente en esta margen se desarrollaron los talleres

de intercambio y fue la más visitada por el equipo del proyecto debido a su posición

geográfica, ubicada cerca de la comunidad, que más se involucra en las acciones de

rehabilitación. Este resultado se corroboró con los estudios realizados por Mitjans et

al., (2008 y 2010), en dichas investigaciones los campesinos aseguraron la presencia

de algunas de estas especies antes de la década del 70, refiriendo como las más re-

presentativas: Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland, Guazuma ulmifolia Lam.,

Samanea saman (Jacq.), Sapindus saponaria L., Lonchocarpus domingensis (Pers).

DC., Spondias mombin L., Roystonea regia, Trichilia hirta L., Bursera simaruba (L).

Sargent, entre otras.

Existe coincidencia entre las especies identificadas y las recomendadas para estos

ecosistemas por autores como: Samek (1973); Álvarez y Varona (1988); Capote y

Berazain (1984); Herrero (2003); Mitjans (2005); Aldana, et al., (2006); Eupierre

(2008) y Mitjans et al., (2011), así como las propuestas en la lista de especies ripa-

rias por Herrera (2010).

Lógicamente este proceso de rehabilitación que se desarrolla a través de la regenera-

ción natural como método predominante, permite la incorporación y abundancia de

especies autóctonas como: G ulmifolia, S. saponaria, L. domingensis, T. citrifolia, S.

mahagoni, T. hirta, T. elatum, S. mombin, entre otras, que con el tiempo acumularán

materia y energía propiciando que se forme un sistema más resistente a los disturbios

naturales y antrópicos, favoreciendo la resiliencia en las especies que al mismo tiem-

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43

po serán menos vulnerables a las tensiones. Criterios similares plantearon Barrera et

al., (2010).

Tabla 16. Especies arbóreas y arbustivas identificadas en el área que se rehabilita

con la participación de los actores locales en las riberas del río Cuyaguateje con altu-

ras mayores de 2 m (curso medio)

Especies Individuos Dr Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland 191 22,21 Guazuma ulmifolia Lam. 87 10,12 Samanea saman (Jacq.) 79 9,19 Sapindus saponaria L. 46 5,35 Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. 42 4,88 Tabernaemontana citrifolia L. 42 4,88 Swietenia mahagoni L 37 4,30 Trichilia hirta L. 35 4,07 Gmelina arborea Roxb 34 3,95 Talipariti elatum Frixell (Sw) 32 3,72 Spondias mombin L 26 3,02 Guarea guidonia L. Sleumer 21 2,44 Cordia collococca L 17 1,98 Cedrela odorata L 16 1,86 Gerascantus gerascantoides L. 16 1,86 Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm 16 1,86 Acacia mangium Willd 15 1,74 Psidium guajava L. 15 1,74 Cephalanthus occidentalis L. 14 1,63 Roystonea regia HBK O. F. Cook. 13 1,51 Mangifera indica L. 12 1,40 Swietenia macrophyla King. 10 1,16 Gliricidia sepium Jacq. Urb 7 0,81 Tabebuia angustata Britt. 7 0,81 Bursera simaruba (L). Sargent. 6 0,70 Terminalia catappa L 6 0,70 Andira inermis (W. Wright) Kunth ex DC. 4 0,47 Casearia hirsuta Sw 3 0,35 Melicoccus bijugatus Jacq 3 0,35 Annona reticulata L 2 0,23 Comocladia dentata Jacq 2 0,23 Cupania americana L. 2 0,23 Cocos nucifera L 1 0,12 Khaya senegalensis Desr (A.Juss) 1 0,12 Total 860 100

En la Figura 9, se muestra la riqueza total de especies, con individuos superiores a

los 2 m de altura y d1,3 superior o igual a 10 cm, en cada margen (1 y 2). Detalles del

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44

comportamiento de las especies por parcelas y márgenes se muestran en la Tabla 17

y 18 (anexos); aunque existe similitud entre ambas márgenes, en la margen 2 se en-

cuentra el mayor número de especies en las categorías antes señaladas, al unísono

de la mayor frecuencia de talleres participativos realizados durante el proceso de re-

habilitación; resultado que coincide con los de Mitjans et al., (2011), los cuales decla-

ran que la mayor cantidad de campesinos que aceptaron la reforestación se encuen-

tran en dicha margen. También se localizaron especies maderables de importante

valor económico como: C. odorata, y K. senegalensis, T. elatum y S. mahagoni.

Figura 9. Riqueza total de especies >2 m de altura y d1,3 superior o igual a 10 cm en

cada margen (1y 2)

En el año 2000 solo se encontraban escasos árboles, distribuidos de manera aislada

por las riberas, con ocho especies identificadas. Los resultados que se muestran en la

Figura 10 permiten corroborar su incremento en la medida que transcurre el tiempo y

con ello la rehabilitación del ecosistema, condicionado lógicamente por la disminución

de los factores tensionales, en este caso los relacionados con las labores de cultivo,

pastoreo extensivo y extracción de arena. Conforme plantearon Vargas y Mora (2007)

“inmediatamente que se eliminan los factores tensionales, el área comienza el proce-

so de rehabilitación a través de la regeneración natural”. Dicha regeneración depende

de la dispersión, reproducción, capacidad de establecimiento y patrón de desarrollo

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45

de cada especie, por una parte, y las condiciones climáticas, geográficas y el régimen

de perturbaciones presentes por la otra.

Figura 10. Comportamiento de la riqueza de especies en el período (2000-2010)

Las especies identificadas corresponden a las familias que se exponen en las Tablas

19 y 20 (anexos). Las más representativas por la cantidad de especies son: Melia-

ceae, Sapindaceae, Mimosaceae, Fabaceae y Anacardiaceae (Figura, 11).

Figura 11. Familias más representativas de acuerdo a la riqueza de especies

Las especies que representan la familia Meliaceae en la margen 2 son: S. mahagoni,

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46

T. hirta, G. guidonia, C. odorata, S. macrophyla, Trichilia havanensis Jacq. y Khaya

senegalensis (Desr).

En la Tabla 21 se representan los valores correspondientes a la biodiversidad, expre-

sados por el índice de Simpson y su recíproco, que muestran la dominancia y diversi-

dad de especies para cada una de las parcelas del muestreo. Los mayores valores de

diversidad se encuentran de manera descendente en las parcelas ocho, cinco y tres

de la margen 1 y en las parcelas 24, 18, 25 y 30 de la margen 2. Las mismas corres-

ponden a áreas que se han rehabilitado con el protagonismo de los campesinos. En el

caso de la parcela ocho coincide además con la desembocadura de un afluente del

río en estudio (río Portales), lo que parece indicar que esta corriente fluvial influye en

el aumento de la diversidad.

Tabla 21. Índice de dominancia y su recíproco, de los individuos con d1.3 ≥ 2,5 cm por

parcelas en cada margen Margen 1 Margen 2

Parcela Dominancia (D) Diversidad (I/D) Parcela Dominancia (D) Diversidad I(/D) 1 0,22 4,50 18 0,08* 12,2* 2 0,21 4,75 19 0,14 7,35 3 0,12* 8,61* 20 0,09 10,6 4 0,22 4,61 21 0,27 3,72 5 0,11* 9,23* 22 0,22 4,62 6 0,40 2,80 23 0,24 4,11 7 0,20 6,51 24 0,07* 14,25* 8 0,08* 12,61* 25 0,08* 12,05* 9 0,50 2,20 26 0,61 0,62

10 0,27 3,67 27 0,19 5,6 11 0,39 2,60 28 0,12 8,56 12 0,57 1,74 29 0,16 6,18 13 0,51 1,97 30 0,19* 11,27* 14 0,78 1,29 31 0,15 6,3 15 0,40 2,50 32 0,09 10,5 16 0,39 3,05 33 0,16 8,11 17 0,35 2,30 34 0,15 6,66

De manera general la diversidad en cada una de las parcelas resultó con valores en-

tre 1,29 y 12,61 en la margen y entre 0,62 y 14,25 en la margen 2, lo que denota alta

disparidad entre las parcelas, condicionados los valores más bajos fundamentalmente

por las limitantes antropogénicas y no por las características de relieve, fertilidad y

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47

humedad del suelo que evidentemente muestran similitud entre las parcelas.

Las parcelas identificadas con mayor diversidad manifiestan en su composición florís-

tica, las características necesarias para ser consideradas como ecosistema de bos-

que de galería a pesar de mostrar señales de intervención antrópica, histórica y pre-

sente. En términos de ecología del paisaje, se puede decir que dichas parcelas tien-

den a formar complejos mosaicos, como resultado de los procesos y funciones eco-

sistémicas que favorecen la resiliencia ecológica y la permanencia, con una tendencia

no solo a mantener, sino también a incrementar los valores de la diversidad.

Las parcelas 30, 25, 18, 8 y 24 muestran una mejor salud en el ecosistema y en con-

secuencia constituyen una isla de biodiversidad del área de estudio, que por su signi-

ficado debe ser un elemento a considerar en el futuro manejo.

En las márgenes (1 y 2), hubo coincidencia en los mayores valores de diversidad con

la menor dominancia.

2.3.2.2. Diversidad ß. Índice de similitud Jaccard El valor del índice o coeficiente de similitud de Jaccard indica que existen semejanzas

entre las márgenes que se rehabilitan, obteniendo un valor de 0,78 con 29 especies

en común, Tabla 22 (anexos). Tal como plantearon Magurran (1988) y Moreno (2001),

este índice es muy importante porque permite conocer el grado en que dos comuni-

dades son semejantes por las especies presentes en ellas. Además a través de él se

puede determinar el grado de exclusión de dos especies en el seno de la misma co-

munidad cuando las especies tienden a ser dominantes, lo cual adquiere una impor-

tancia particular en el manejo de la comunidad. Obviamente la similitud en ambas

márgenes en cuanto a factores climáticos (temperatura, humedad, precipitación), tipo

de suelo y posición latitudinal, influyen en esta analogía.

Otro aspecto que incide en su analogía, es la ocurrencia en ocasiones de inundacio-

nes que facilitan la deposición de semillas que provienen del sector alto de la cuenca,

que al disminuir la presión antrópica favorece la regeneración natural de las especies

pioneras y con ello la aparición de especies propias del bosque de galería, ejemplo de

ello lo constituyen: G. ulmifolia, L. domingensis, T. citrifolia, T. hirta, S. mombin y S.

saponaria.

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48

Las dos parcelas testigos también presentan similitud, mostrando un índice de 0,56,

estas corresponden al área menos antropizada de la ribera del río Cuyaguateje en el

municipio Guane. Su posición geográfica, que las localiza en el sector alto de la cuen-

ca, no permite que se produzcan inundaciones, de manera que hay menos relación

entre las márgenes y por consiguiente la similitud tiende a ser menor, no obstante, es

aceptable.

Entre ambas comunidades (rehabilitada y testigo) se obtuvo un índice de similitud de

0,28 con 14 especies en común (Tabla 23). La menor similitud entre el área testigo y

la rehabilitada está influida por varias causas, en las que se encuentran: el poco tiem-

po del proceso de rehabilitación, el número de parcelas testigos y las diferencias entre

las condiciones ambientales (orografía y suelo). Además la rehabilitación se lleva a

cabo en un sistema abierto donde se desarrollan y establecen con más facilidad las

especies invasoras, pioneras, así como los frutales de preferencia para los actores

locales que en ocasiones transitan por el área, es decir en estas condiciones pueden

entrar o salir otros elementos o agentes ecológicos de ecosistemas adyacentes.

El valor del índice es importante para evaluar el comportamiento florístico entre am-

bas comunidades (rehabilitada y testigo). Es de esperar que el mismo tenga una ten-

dencia a aumentar en la medida que disminuyan los disturbios antropogénicos en el

área que se rehabilita.

La resiliencia de algunas especies ante condiciones adversas, la producción de semi-

llas, así como la propia corriente fluvial y la avifauna presente en el ecosistema, que

constituyen un medio para el traslado de las semillas, también tienen incidencia en el

incremento del índice de similitud y por tanto, en la rehabilitación del ecosistema.

El cese de las labores agrícolas, del pastoreo extensivo y la extracción de arena por

una parte, así como el manejo de la regeneración natural y el enriquecimiento con

especies, incluso exóticas, por la otra, han propiciado condiciones ecológicas que fa-

vorecen la explosión poblacional de especies, las cuales no se encontraban en el

ecosistema al inicio de la rehabilitación, de ahí que el bosque que se rehabilita tiene

mayor riqueza y diversidad de especies que el menos antropizado. Comparando la

riqueza de especies en las áreas aprovechadas y la no aprovechada, en Santa Cruz,

Bolivia, Toledo et al., (2003) observaron una menor riqueza en el área no aprovecha-

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49

da, lo que puede deberse a que en las áreas alteradas hay presencia de otras plantas

(especies pioneras heliófitas) que se establecen en el proceso de la sucesión vegetal.

Esto indica que los manejos silviculturales participativos adecuados contribuyen a la

formación del bosque clímax deseado.

Las condiciones favorables (fertilidad, humedad y deposición de semillas) para la re-

generación natural, y la plantación de especies propias del ecosistemas como: T. ela-

tum, S. mahagoni, también han incidido en estos resultados. En este sentido plantean

Vales et al., (2011): “los ecosistemas degradados por la acción humana pueden, en

algunos casos, ser restaurados por medio de la eliminación de los estreses externos,

la reintroducción de especies nativas, la remoción de las especies exóticas y la res-

tauración de procesos ecológicos”.

En la Figura 12, se muestran los diagramas rango/abundancia de las especies pre-

sentes en las márgenes (1 y 2) del área testigo.

Figura 12. Diagrama rango/abundancia de las especies identificadas en las márgenes

(1 y 2) del área testigo

En ambos diagramas la mayor abundancia la presenta S. jambos, indicadora de eco-

sistemas antropizados, lo que significa que aunque el área se encuentra distante de

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50

las comunidades humanas no está fuera de la acción del hombre. García et al., (2004) refieren que dicha especie es un frutal que fue introducido en Cuba y que pos-

teriormente formó montes secundarios en algunas zonas montañosas, ríos y cañadas,

que constituyen un serio obstáculo para la reforestación.

La Figura 13 presenta los diagramas de rango/abundancia de las 15 especies más

representativas en ambas márgenes rehabilitadas que permiten evaluar la recupera-

ción. Coinciden con las mayores abundancias de las especies B. vulgaris y G. ulmifo-

lia.

Figura 13. Diagrama rango/abundancia para las 15 especies más representativas del

área que se rehabilita en las márgenes (1 y 2)

En ambas márgenes coexisten muchas especies similares, pero en la margen 1 se

presenta B. vulgaris, G. ulmifolia y S. saman con una mayor abundancia y las demás

especies en menores proporciones, característico del modelo en serie normal logarít-

mica según criterios de Magurran (1988). La margen (2) resulta la de mayor homoge-

neidad en la distribución de las especies.

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51

La mayor abundancia de B. vulgaris en ambas márgenes, es la consecuencia de

haber sido la especie más utilizada por los organismos estatales en la reforestación.

En el informe del SEF (2005) se aprecia que de un total de 92 000 individuos que se

utilizaron para reforestar las 22 ha en el período 2000-2004, el 40% estuvo constituido

por B. vulgaris. Refieren Mitjans et al., (2011), que la menor aceptación y participa-

ción de los actores sociales se evidenció en ese período.

De forma general en la margen 2, se muestra la pendiente más plana, indicando una

mayor igualdad de abundancia entre las especies y una menor dominancia de B. vul-

garis respecto a la margen 1. Algunos campesinos refieren que la invasión de dicha

especie puede crear dificultades, tanto obstaculizando el cauce del río con sus tallos

en las crecidas, como en las producciones agrícolas producto a la sombra que pro-

porciona, en tal sentido el campesino Pedro Santoyo Ramos planteó: “Parece que la

Caña brava afecta, se parte y tupe el río, además la sombra afecta la producción del

tabaco y los frijoles que están sembrados después de los 20 m, pudiera reforestarse

con otras plantas de tallos que no se parten como el Guamá,… ”.

Según Regalado et al., (2012), B. vulgaris es una especie exótica introducida para la

reforestación y cultivada para la explotación maderera a gran escala, o como parte de

un programa de reforestación.

2.3.3. Estructura horizontal y vertical del bosque

2.3.3.1. Estructura horizontal Las Tablas 24 y 25 (anexos), muestran los resultados de los indicadores que evalúan

la estructura horizontal del bosque que se rehabilita con la participación de los actores

locales: dominancia (D), abundancia (A) y frecuencia (F), en valores relativos y el Ín-

dice de Valor de Importancia Ecológica (IVIE) de las especies en cada margen, pun-

tualizando las especies que presentan menos importancia ecológica pero que a su

vez, son propias del ecosistema como: B. simaruba, A. inermes, C. dentata, C. ameri-

cana, S. mahagoni y R. regia.

A través de la abundancia relativa se identificaron las especies más sensibles a las

perturbaciones ambientales y antropogénicas en el ecosistema, destacándose: A.

inermis, C. dentata, S. macrophyla, S. mahagoni, A. reticulata y R. regia por su esca-

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52

sa representatividad en la comunidad. Coincidiendo con Magurran (1988) este índice

alerta acerca de procesos empobrecedores, lo cual es un indicador a considerar para

el manejo de las especies de manera singular y su comportamiento de manera gene-

ral en la comunidad. El criterio del carácter empobrecedor de los ecosistemas en ge-

neral o los bosques de ribera en particular, por causa de los diferentes disturbios na-

turales y antrópicos, lo señalan también, SER (2004) y Barrera et al., (2010).

En la Tabla 24 (anexos), se muestran los parámetros fitosociológicos y el Índice de

Valor Importancia Ecológica (IVIE) de las especies de la margen 1. Las especies con

mayor peso ecológico estuvieron representadas por: B. vulgaris, S. saman, G. ulmifo-

lia, L. domingensis, y S. saponaria, todas logradas a partir de la regeneración natural

excepto B. vulgaris, esto es un indicativo de aceptación de la reforestación por los

actores locales.

Amerita señalar la coincidencia entre las especies que se incorporan al ecosistema

con las recomendadas por Herrero (2003), la lista de la flora riparia (Herrera 2010) y

las preferidas por los campesinos que colindan con las riberas, según refieren Mitjans

y González (2009).

Situación similar a la anterior se refleja en la margen 2, en este caso las especies de

mayor peso ecológico están representadas de manera descendente por: B. vulgaris,

G. arborea, S. saman, G. ulmifolia, L. domingensis, S. mahagoni, T. elatum, S. sapo-

naria y R. regia, Tabla 25 (anexos),

En cuanto a G. arborea, el valor del IVIE está condicionado principalmente por su

dominancia; la frecuencia y abundancia presentan valores bajos. Dicha especie no es

aconsejable plantar en las riberas pues es considerada como potencialmente invasora

por su acción transformadora en el ecosistema según plantearon Oviedo et al.,

(2012); tampoco es recomendable para los sitios proclives a inundaciones porque se

comprobó en la práctica el bajo por ciento de supervivencia en dichas condiciones,

aunque Betancourt (2000) planteó que la misma prefiere suelos fértiles, profundos y

húmedos.

Las especies frutales estuvieron representadas con valores muy bajos en frecuencia,

dominancia y abundancia y solo se observaron P. guajava, M. indica, A. reticulata y

M. bijugatus, dado fundamentalmente a que son las especies frutales predominantes

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53

en el ecosistema; siendo las más aceptadas por los actores locales las tres primeras,

no así M. bijugatus, dicha especie es declarada por Oviedo et al., (2012) como poten-

cialmente invasora.

La escasez de frutales también puede estar relacionado con la existencia de semillas,

que aunque viables no germinan bajo condiciones propicias, por la necesidad de pro-

cesos pre-germinativos, en estos casos como mejor se establecen es a través de la

plantación en cepellón, como por ejemplo Pouteria campechiana (H. B. K.), o Canis-

tel, Calocarpum sapota (Jacq.) Merr., o Mamey Colorado.

La incorporación de especies frutales de valor económico (injertados) lógicamente es

un medio de motivación para la reforestación y por tanto una vía para la protección de

las riberas con la participación de los actores locales colindantes.

De manera general en la Figura 14, se muestra el IVIE de las 12 especies más repre-

sentativas en cada margen, observándose con los mayores valores: B. vulgaris, S.

saman, G. ulmifolia y L. domingensis en ambas márgenes y de manera diferenciada

G. arborea en la margen 2.

Figura 14. Índice de Valor de Importancia Ecológica (IVIE) de las 12 especies más

representativas (márgenes 1 y 2 del área que se rehabilita)

La representatividad de T. elatum, está condicionada por su dominancia, dicha espe-

cie se recomienda para estos ecosistemas por su importancia económica, ambiental y

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54

social, según criterios de Herrero (2007). El enriquecimiento silvicultural es una vía

para fomentarla.

2.3.3.2. Regeneración natural Las Tablas 26 y 27 (anexos) muestran el comportamiento de la regeneración natural

con valores promedios por ha de 3 952 en la margen 1 y 4 564 en la margen 2, lo cual

demuestra un estado de salud aceptable del ecosistema. Conforme planteó Chinchila

(2008) una manera de conocer el estado actual de la salud de un bosque es evaluar

su dinámica de regeneración natural.

Es importante comparar las especies que están en el estrato inferior o regeneración

natural con las que se encuentran en el estrato arbóreo, pues como declara el IARNA

(2005) ayuda a realizar predicciones biológicas y sus consecuencias sociales. De

manera general se puede decir que la salud de un bosque está directamente ligada a

su proceso sucesional.

De igual manera Vales et al., (2011) plantearon que la salud de las comunidades bio-

lógicas brinda una referencia integral sobre la calidad ambiental y el estado de con-

servación de un hábitat, y que tiene además un valor social.

En la Tabla 28 y 29 (anexos) se presentan los valores de abundancia, frecuencia y

regeneración natural absoluta, así como la regeneración natural relativa por especies

en cada margen, los resultados indican que existen condiciones favorables para la

regeneración y el reclutamiento de especies arbóreas y arbustivas que pueden

aumentar o disminuir en la medida que se disminuyan o no los factores limitantes;

lógicamente esto guarda relación con el beneplácito de los actores locales por la re-

habilitación.

En ambas márgenes se encontraron en el estrato herbáceo especies arbóreas y ar-

bustivas características de estos ecosistemas, entre las que se encuentran: G. ulmifo-

lia, S. saman, L. domingensis, S. saponaria, G. guidonia, R. regia, T. citrifolia, S.

monbin, S. saponaria, T. elatum, C. collococca, L. domingensis y B. simaruba.

La regeneración natural relativa RNRi, la cual incluye abundancia y frecuencia, pre-

senta los mayores valores en las especies: T. citrifolia, S. saman, G. ulmifolia, S.

monbin, L. domingensis y S. saponaria. En ambas márgenes existen especies que

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55

caracterizan el bosque de galería y a su vez han sido recomendadas por Herrero

(2003).

De las nueve especies que se utilizaron en el inicio de la reforestación, según informe

del SEF (2005), solo se encontraron en este estrato cuatro (G. arborea, T. elatum, M.

indica, P. guajava), lo que ratifica los bajos índices de logros y supervivencia de las

plantaciones realizadas. Se observó muy buena germinación de G. arborea, propio de

especies invasoras, no obstante, la tendencia a su establecimiento dependerá de los

procesos de inundaciones que se presenten y el manejo silvicultural que se le realice;

aunque fue la más plantada por las empresas estatales no está entre las preferidas

por los campesinos para la rehabilitación.

De manera general se aprecia similitud en ambas márgenes en cuanto a la presencia

de las especies identificadas en los pisos inferiores (regeneración natural) y el piso

superior (estrato arbóreo). No ocurre así en la abundancia y frecuencia, lo cual se

muestra en el resultado de la Regeneración Natural Relativa (RNRi) aportando valo-

res superiores a los encontrados en el estrato arbóreo.

Las especies presentes y su distribución similar entre la RNRi y el IVIE, permiten infe-

rir que hay una tendencia hacia la rehabilitación, con la presencia de especies propias

de bosques de galerías, tanto en las plántulas como en el estado adulto.

2.3.3.3. Índice de valor Importancia Ecológica Ampliado (IVIEA) En las Tablas 30 y 31 (anexos) se presentan los valores obtenidos del Índice de Valor

Importancia Ecológica Ampliado (IVIEA), en ambas márgenes: S. saman, B. vulgaris,

G. ulmifolia, G. arborea y S. saponaria siguen siendo las más importantes desde el

punto de vista ecológico, al igual que en el IVIE existen correspondencia entre las

plantas que se identifican en el estrato arbóreo y la regeneración natural en ambas

márgenes. Según planteó Jaramillo (2009) el IVIEA es el indicador más importante

para evaluar la dinámica del bosque por la integración que hace de la estructura hori-

zontal y vertical tanto en la masa adulta como en la regeneración natural.

La Figura 15, muestra el IVIEA de las 12 especies más representativas con un valor

relevante de G. arborea en la margen 2, condicionado por la abundancia de la rege-

neración natural y la dominancia en las plantas adultas.

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56

Figura 15. Índice de Valor de Importancia Ecológica Ampliado (IVIEA) de las 12 espe-

cies más representativas (márgenes 1 y 2 del área que se rehabilita)

La aparición de nuevas especies en el estrato inferior, no identificadas en el estado

adulto, confirma la existencia de semillas y factores ambientales que favorecen la re-

habilitación del bosque. La OIMT (2002) considera que la disponibilidad de diferentes

mecanismos de regeneración es un factor crucial en la velocidad y el curso de la su-

cesión secundaria. No obstante, la reproducción por medio de semillas es el principal

mecanismo de regeneración de las especies pioneras extensamente dispersadas,

especialmente después de repetidos ciclos de cultivo–barbecho durante largos perío-

dos de tiempo.

Es importante aclarar, que para todas las especies, las inundaciones no constituyeron

la causa fundamental de los bajos por cientos de logro y supervivencia de las planta-

ciones realizadas en el período (1999-2004), lo cual se corrobora con las especies ya

establecidas.

2.3.3.4. Distribución diamétrica La Figura 16, representa la estructura horizontal de este bosque, expresada por su

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57

distribución en tres clases diamétricas, mostrando irregularidad en su repartimiento,

propio de los bosques que se recuperan con predominio de la regeneración natural.

Los mayores valores fueron registrados en las clases diamétricas de 2 a 10 cm y las

menores representaciones se muestran en las clases diamétricas mayores o igual a

20 cm mostrando el histograma la forma de “J” invertida, coincidiendo con el criterio

de Lamprecht (1990) que plantea que bosques disetáneos e irregulares tienen la ma-

yor representatividad de individuos en las clases diamétricas inferiores. De manera general se puede inferir que se ha ido formando un ecosistema con una

población heterogénea y clases diamétricas irregulares, por lo que hay coincidencia

con lo planteado por Samek (1973) y Álvarez y Varona (1988) que los declaran como

bosques de estructura compleja. Esto permite inferir que la reforestación realizada por

las instituciones del Estado a través del método de plantación no obtuvo los mejores

resultados, cediendo el paso a la regeneración natural una vez que cesaron las ac-

ciones antrópicas, método que propicia

Figura 16. Distribución de los individuos en tres clases diamétricas (márgenes 1 y 2

del área que se rehabilita)

2.3.3.5. Estructura vertical La estructura vertical permite distinguir los diferentes estratos o pisos que caracteri-

zan a este bosque según se aprecia en la Figura 17. Aunque las edades no sobrepa-

san los diez años se observa disparidad en las alturas, quedando detrás aquellas es-

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58

pecies que presentan menos resiliencia ante las perturbaciones (naturales y artificia-

les), pues las condiciones ambientales presentes favorecen el rápido crecimiento de

las especies pioneras. Se observa un comportamiento mayor en cuanto a la altura en

la margen 2, condicionado por la presencia de especies de rápido crecimiento como:

G. arborea y B. vulgaris.

Figura 17. Estructura vertical distribuida en tres clases de altura (márgenes 1 y 2 del

área que se rehabilita)

En general la distribución en forma de “J” invertida, está determinada fundamental-

mente por los bajos por cientos de supervivencia en las plantaciones en los primeros

años y la rehabilitación silvícola siguiendo una estrategia participativa. De manera que

la mayor cantidad de individuos se han establecido a través de la regeneración natu-

ral en los últimos años, aunque hay presencia de algunos en estratos superiores a los

20 m como resultado de las plantaciones realizadas en los primeros años.

En ambas márgenes la mayor abundancia de individuos se encuentra en las clases

de tamaños menores (2 a 5 m) con un 56%, y a medida que aumenta la altura, dismi-

nuye proporcionalmente el número de individuos, solo el 8% se encuentran en las

clases por encima a los 10 m de altura.

En las dos márgenes el 69% de los individuos se presentan en las menores alturas y

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59

solo el 5% en alturas por encina de los 20 m, en este caso se encontraron especies

como: R. regia, S. saman, S. mombin. Dichas especies coinciden con las que confir-

man los campesinos que existían en la ribera antes del 1970, fecha en la que el Esta-

do construyó la presa “El Cuyaguateje” y comenzó la extracción intensiva de arena

con equipos pesados por toda la ribera (Mitjans, 2011).

Por tanto, las mayores alturas y diámetros se encontraron representadas por la menor

cantidad de individuos, coincidiendo con los resultados de Mitjans y González (2009)

los cuales encontraron bajos por cientos de logros y supervivencias en las plantacio-

nes realizadas por empresas estatales, como consecuencias de las altas indisciplinas

sociales de los moradores, la inadecuada selección de especies y métodos de planta-

ción durante la reforestación, unido a la escasa participación de los actores locales en

la reforestación.

De igual manera los mayores valores de abundancia en el estrato inferior, resultado

de la regeneración natural, indican que el área se recupera, pues conforme declaran

Primack et al., (2001) un número de juveniles y adultos jóvenes puede ser indicativo

de una población estable e incluso en expansión.

2.3.4. Grado de conservación del área que se rehabilita El grado de conservación que presenta el ecosistema está condicionado por los dis-

tintos indicadores evaluados, el comportamiento de cada uno permitió tener elemen-

tos para proyectar la estrategia de su total recuperación. Identificar las causas de de-

terioro constituye un eslabón fundamental en su posterior manejo. El estado de recu-

peración de la cubierta vegetal se muestra a partir de los valores obtenidos de los in-

dicadores evaluados, que a continuación se presentan.

2.3.4.1. Grado de representatividad de las especies originales Se identificaron 10 especies apófitas intrapófitas, que representan un 26% de las in-

ventariadas, que obtiene la categoría (media-baja) por lo que se le asigna el valor (1),

según establece la metodología utilizada. Estas especies se pueden utilizar para la

reforestación, por la capacidad que tienen de iniciar la sucesión vegetal según decla-

ran Ricardo y Rosete (1999), dentro de ellas se encuentran: G. guidonia, B. simaruba,

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60

C. americana, T. elatum, G. ulmifolia, L. domingensis, R. regia, S. mahagoni, S.

mombin.

2.3.4.2. Grado de representatividad de estratos originales Aunque no se cuantificaron las especies herbáceas, epífitas y lianas, se tuvo en cuen-

ta su presencia para evaluar el grado de representatividad de los estratos que carac-

terizan al bosque de galería.

En el estrato herbáceo se identificaron especies propias de estos sitios como: Persi-

caria portorricensi Ber Swall (Hierba de sapo), Chenopodium ambrosioides L. (Apaso-

te), Agdestis clematidea Moc. & Sesse (Flor del pedo), Phyla strigillosa Mont & Gal.

(Oro azul), Exostema longiflorum (Lirio de río), Bidens pilosa L. (Romerillo blanco),

Paspalum virgatum L.m (Caguazo), Setaria geniculata (Lam.) (Rabo de gato), con una

representación de manera irregular, pues se observó mayor abundancia de Persicaria

portorricensi Ber Swall. Entre las lianas se encontraron: Davilla rugosa Poir (Bejuco

colorado), Ipomoea alba L. (Bejuco lechero), Cissus syciodes L. (Bejuco ubí). No se

identificaron especies epífitas.

Entre las especies arbustivas se identifican ocho, compuestas por autóctonas y exóti-

cas, las primeras representadas por: C. hirsuta, C. dentata, T. havanensis, T. hirta y

las segundas por: C. occidentalis, P. guajava, D. cinerea y S. jambos.

El estrato arbóreo lo componen 30 especies con presencia de exóticas y autóctonas.

Se localizó B. vulgaris, según Borhidi (1991) dicha especie clasifica entre las herbaza-

les de orilla de los ríos. En la Tabla 32 (anexos) se muestra la lista de las 25 especies

arbóreas y arbustivas que refieren los campesinos su presencia antes de la década

del 70, en una franja menor a los diez metros en diferentes tramos de las riberas. Si

se considera este listado y se emplean los criterios de Matos y Ballate (2006) para la

presencia de las especies originales en la vegetación actual, se obtiene el 47,4%, por

lo cual el grado de representatividad sería Alta–media para un valor (2) en la matriz

de análisis.

2.3.4.3. Cobertura vegetal La Figura 18, muestra el comportamiento en porcentaje de la cobertura vegetal en un

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61

período de rehabilitación de diez años. A partir del año 2005 se obtienen los primeros

resultados en la reforestación, al unísono del trabajo participativo desplegado con los

actores locales colindantes a las márgenes del Cuyaguateje. En el año 2010 se en-

contró el 72% del área cubierta de vegetación, por lo que se le asigna la categoría

muy alto, y por tanto adquiere un valor de (3), según establece la clasificación pro-

puesta (cuando la cubierta vegetal abarca entre el 65% y 75% del área total del terri-

torio). Los campesinos en las experiencias aportadas reconocieron el deterioro del

bosque al inicio de la rehabilitación y su proceso de recuperación a partir de que se

involucraron los actores locales. Ramos (2008) aseveró que entre las causas principa-

les que incidieron en el deterioro del bosque originario se encuentran: la tala de árbo-

les para la producción de madera, el cultivo de caña, tabaco y pastos para el ganado

mayor.

Figura 18. Línea tendencial en por ciento del incremento de la cobertura forestal del

área en 10 años (márgenes 1 y 2 del área que se rehabilita)

El estudio espaciotemporal realizado con la fotografía aérea del año1970 y las imáge-

nes del 1999 y 2009, fue determinante para evaluar el estado de la cobertura vegetal,

mostrando la recuperación del bosque en la imagen aérea del año 2009 que se pre-

senta en la Figura 7, (anexos).

La Figura 5 (anexos), presenta la situación del bosque de ribera en el año 1970, en

ella se observa la existencia de vegetación, aunque no en toda el área; la Figura 6

(anexos), muestra las riberas en el año 1999, que constituye la etapa más crítica de la

deforestación, pues además del deterioro propiciado por la construcción de la presa y

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62

la extracción indiscriminada de arena, se realizaban labores agrícolas hasta la misma

margen; y la Figura 7 (anexos), exhibe las riberas en el año 2009 con una situación

favorable en la recuperación de la vegetación.

2.3.4.4. Grado de modificación Entre los indicadores evaluados se identificó un camino que representa menos del 1%

del área en estudio, este se utiliza con frecuencia por los moradores de la comunidad,

pero no provoca afectaciones importantes, incluso se puede emplear como sendero

interpretativo por los interesados en el turismo de naturaleza, una vez que se haya

rehabilitado el bosque de ribera. Ocupa el 0.2% del área, correspondiendo al valor de

(5) en la matriz de análisis.

La ocurrencia de fuegos no es un factor a considerar en la evaluación de la rehabilita-

ción, existen condiciones de alta humedad, incluso inundaciones (Figura19, anexos)

que no permiten la ocurrencia de fuegos, por lo que se asigna a este indicador el valor

de (4).

Las modificaciones ocurridas por la extracción de recursos vegetales, incidencia de

cultivos agrícolas y pastoreo de ganado mayor y menor, se evaluaron a partir de las

multas impuestas a los actores locales, que incurrieron en infracciones por este con-

cepto, en las que el 4% de estos tuvieron implicaciones, también se tuvieron en cuen-

ta los criterios del SEF y las observaciones realizadas durante el trabajo de campo, lo

que se le asigna en la matriz el valor de (2).

El pastoreo extensivo de ganado menor y mayor, todavía está entre los factores limi-

tantes que interrumpen el buen resultado de la rehabilitación, ocasionado fundamen-

talmente por actores sociales ajenos a esta comunidad.

La introducción de las especies exóticas es un indicador importante a considerar para

los futuros manejos, pues coincidiendo con Ávila y Vargas (2010) ocasiona la pérdida

de servicios ambientales y el estancamiento de la sucesión natural, lo cual impide que

el ecosistema pueda recuperarse por sí solo; con dicha categoría se identificaron 15

especies, que representan el 39% del total inventariado Tabla 33 (anexos), que lo

ubica en la categoría de alta, evaluado con el valor (1).

De manera general el grado de modificación expresado a partir de la matriz presenta-

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63

da en la Tabla 34, resume estos indicadores con un valor total de (16) unidades, lo

que se corresponde según la metodología aplicada al grado de modificación de medio

y un valor asignado de (2) en la matriz general.

Tabla 34. Valores asignados a los indicadores modificantes

Indicador modificante Grado de modificación Valor Área ocupada por caminos 1% 5 Intensidad y duración de los incendios No hubo fuegos 4 Extracción de los recursos forestales Poca extracción 2 Cultivos agrícolas Mediano 2 Pastoreo extensivo de ganado Media 2 Introducción de especies exóticas Alta 1 Total 16

La matriz general Tabla 35 muestra que los elementos evaluados presentan un valor

medio de modificación, esto se traduce en la recuperación del área y por tanto, me-

nos presión sobre el ecosistema.

Tabla 35. Matriz de evaluación del grado de modificación

Suma de los valores Grado de modificación Valor 16 Medio 2

2.3.4.5. Índice de sinantropismo

La Tabla 36 (anexos) muestra las categorías sinantrópicas y hábitos de las especies

presentes en el área que se rehabilita con la participación de los moradores, las mis-

mas representan el ciento por ciento de las 38 identificadas.

Se encontró Simaruba glauca como sinantrópica local, especie no considerada como

tal en la flora de Cuba, según Herrera (2007).

Se observa el desarrollo de especies pioneras y recuperadoras como: T. hirta, T.

havanensis, T. angustata, S. saponaria, G. guidonia, C. americana, B. simaruba y T.

citrifolia, coincidiendo con Ricardo y Rosete (1999) estas especies predominan en

formaciones secundarias o áreas afectadas por la acción del hombre, lo que indica

que una vez que se rehabilite el área, se adaptarán a las condiciones sinantrópicas y

no se alterará su ciclo biológico. Estas de acuerdo a sus habilidades competitivas y a

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64

su resiliencia son capaces de invadir las áreas deforestadas, constituyendo una vía

para la rehabilitación.

Un resumen de la clasificación por categorías sinantrópicas se presenta en la Figura

20, de las cuales 23 son apófita (autóctonas) lo que representa el 61%; y 15 clasifican

en la categoría de antropófito (introducidas), para un 39%. No se identificaron espe-

cies parapófitas (introducidas de origen desconocido). El mayor por ciento de espe-

cies autóctonas representa una fortaleza para esta biocenosis.

Figura 20. Distribución de la riqueza de especies por categorías sinantrópicas (már-

genes 1 y 2 del área que se rehabilita)

El índice de sinantropismo obtuvo un valor de 0,21. Aunque todavía con presencia de

factores tensionales (antrópico y naturales), se observan elementos de estructura y

composición del bosque que permiten inferir que el ecosistema se rehabilita. Amerita

aclarar que al inicio los suelos eran utilizados para los cultivos agrícolas, con frecuen-

cia los moradores hacían extracciones de arena y solo se observaban escasos árbo-

les en determinadas vegas de campesinos; sin embargo, hoy el entorno se muestra

diferente con la recuperación del ecosistema Figura 21 (anexos).

Por lo antes expuesto se puede inferir que en la medida que se logre una conciencia

ambiental se disminuirán las perturbaciones antrópicas, y a su vez habrá una tenden-

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65

cia a la recuperación total de este bosque aunque con características diferentes a la

formación vegetal primaria, por lo que se le asigna el valor (1) en la matriz de análisis.

En cuanto al hábito se encontró una especie en categoría de hierba perenne, 8 en

arbustos y 29 en árboles.

2.3.4.6. Especies invasoras La Tabla 37 (anexos) muestra la clasificación de las especies invasoras identificadas

en el área, en la que se evaluó la cobertura vegetal con un valor de (1) grado de alta a

media según establece la metodología. Se identificaron 11 especies con una cobertu-

ra de 44% del área, entre las especies invasoras identificadas se encuentran: A. man-

gium, B. vulgaris, M. bijugatus, T. catappa, S. saman, D. cinerea, S. jambos, P. guaja-

va, M. indica, C. nucifera, S. macrophyla. Dichas especies se reproducen con facilidad

y de no controlarse su expansión, pueden ocasionar dificultades para los propios

campesinos en el futuro, invadiendo las tierras que utilizan para la producción de los

cultivos agrícolas, principal sostén económico de los residentes locales.

2.3.4.7. Resumen de los indicadores que evaluaron el grado de conservación en el bosque que se rehabilita

A partir de los resultados obtenidos en los indicadores evaluados, se comprobó que el

ecosistema se encuentra en el inicio de la rehabilitación, con una cobertura vegetal de

72%, un grado de modificación con categoría de media, se ha recuperado el 26% de

las especies originales, incidiendo en la recuperación del bosque secundario.

El resumen de los aspectos evaluados se muestra en la Tabla 38, para los cuales la

suma total de puntos acumulados corresponde al número diez.

Si se toman las diferentes categorías de conservación sugeridas por Fernández

(1994) y Matos y Ballate (2006), teniendo en cuenta la suma de los valores asignados

a cada uno de los parámetros evaluados (total de puntos acumulados diez), así como

su traducción mediante una matriz general que se presenta en la Tabla 38, se puede

inferir el grado de conservación de la cubierta vegetal del área evaluada como inicio

de la rehabilitación (Tabla 39) pues se encuentra en el rango de 10 a 14 puntos según

establece la metodología utilizada.

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66

Tabla 38. Resumen de indicadores evaluados para determinar grado de conservación

del bosque de ribera en el “río Cuyaguateje según Matos y Ballate (2006) Bosque ribera “río Cuyaguateje” Indicadores Índice Evaluación

Grado de especies originales Alta - media 2 Grado de estratificación Bajo Medio 1 Grado de cobertura Muy alto 3 Grado de modificación Medio 2 Índice de sinantropismo 0,19 1 Grado de especies invasoras Media a baja 1

Total de puntos acumulados 10

Los argumentos antes mencionados presentan el resultado de la rehabilitación de las

riberas del río Cuyaguateje logrado a través de la participación de los actores ejecuto-

res (campesinos y familias).

Tabla 39. Grado de rehabilitación del bosque de ribera en el curso medio Suma total de valores Grado de rehabilitación Categoría de conservación

10 Inicio de la rehabilitación Medianamente conservado

Vargas (2007) comparte criterios similares, cuando indica que la rehabilitación no im-

plica llegar a un estado original y por esta razón se puede usar para indicar cualquier

acto de mejoramiento desde un estado degradado, sin tener como objetivo final pro-

ducir el ecosistema original. En este caso como explica el propio autor, es posible que

se pueda recuperar la función ecosistémica, sin recuperar completamente su estructu-

ra. Finalmente asevera que en muchos casos la plantación de árboles nativos o de

especies pioneras dominantes y de importancia ecológica puede iniciar una rehabili-

tación. Más recientemente Barrera et al., (2010) consideran que la rehabilitación eco-

lógica, es un nivel intermedio entre el sistema degradado y el restaurado, con una

composición y estructura que puede ser similar o no al predisturbio, dicho sistema es

autosostenible pero puede ser usado para prestar algunos servicios, como la produc-

ción de madera, productos medicinales y alimento, entre otros.

2.3.5. Estudio etnobotánico La Tabla 40 (anexos) presenta las diferentes categorías de uso que le atribuyen los

moradores de la comunidad a las especies identificadas, y un resumen más detallado

Page 81: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

67

se presenta en la Figura 22, donde clasificaron con propiedades melíferas 29 (76%),

maderables 28 (73%) y medicinales 30 (78%), en esta última se identificaron especies

muy utilizadas por los campesinos y sus familias, como son: G. ulmifolia, B. simaruba

y P. guajava para trastornos estomacales, y T. hirta y T. elatum como anticatarrales.

Figura 22. Distribución de la riqueza de especies, según los usos más frecuente de la

flora sinantrópica

Las especies más importantes para la comunidad, según refieren los entrevistados

son: T. elatum y B. simaruba, en ambas, además de hacerles referencias como pro-

tectoras de suelo, maderables y melíferas, le atribuyen un importante valor medicinal.

Existe coincidencia con otros autores que reportan a B. simaruba con un importante

valor medicinal por la presencia de polifenoles, según Domínguez y Alcorn (1985) ci-

tados por Ricardo y Rosete (1999).

Se recuperan otras especies que además de proteger las márgenes del río, tienen

gran valor económico para los moradores, como son: S. macrophyla, S. mahagoni, S.

saman, G. gerascantoides, G. guidonia, M. indica, P. guajava por lo que es aconse-

jable salvar el área del impacto antropogénico e impulsar las acciones de manejo sil-

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68

viculturales que garanticen la recuperación del ecosistema.

Lograr en los actores de la comunidad el conocimiento del uso de dichas especies,

expresado (otros anexos) por las propias experiencias de los ejecutores, propicia una

mayor aceptación por la reforestación y cuidado del bosque.

Conclusiones parciales 1. Los elementos de estructura, composición florística y dinámica del bosque de ribe-

ra del río Cuyaguateje en su curso medio, muestran que se está rehabilitando, con

los mejores IVIEA en especies propias de los bosques de galerías, con un gran

número de autóctonas de preferencia por los actores locales, que corrobora el in-

cremento continuo de riquezas de especies. Estos indicadores permiten inferir que

puede llegar al bosque clímax a mediano o largo plazo, en la medida que cesen

los factores tensionales antrópico, histórico y presente.

2. Los análisis de similitud mostraron semejanzas muy marcadas en la composición

florística entre ambas márgenes que se rehabilitan y de estas respecto al área

menos antropizada también, aunque en menor proporción.

3. El elevado número de individuos promedios por ha. en la regeneración, que siguen

en líneas generales el mismo patrón que las plantas adultas en cuanto a especies

y similitud entre las márgenes estudiadas, indican la presencia de un banco de

semilla que constituye un potencial para la rehabilitación a través de la reforesta-

ción pasiva en la medida que disminuya la presión antrópica sobre el ecosistema.

4. El conocimiento del uso de todas las especies, expresado por los actores locales

es una fortaleza para lograr mejores resultados en la rehabilitación de este ecosis-

tema, pues contribuye a incentivar la rehabilitación participativa.

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CAPITULO III: PERCEPCIÓN ECONÓMICA, AMBIENTAL Y SOCIAL DE LOS AC-TORES LOCALES SOBRE EL BOSQUE DE RIBERA DEL RÍO CUYAGUATEJE. ES-TRATEGIA PARTICIPATIVA PARA SU REHABILITACIÓN 3.1. Objetivos 1. Evaluar el cambio de la percepción económica, ambiental y social en los actores

locales sobre el bosque de ribera.

2. Diseñar una estrategia participativa para la rehabilitación del bosque de ribera del río

Cuyaguateje en el curso medio.

3.2. Metodología Para evaluar la percepción económica, ambiental y social de los actores locales acer-

ca del bosque de ribera, antes y después de los talleres participativos, y estimar hacia

donde se enfocan sus niveles de comprometimiento y responsabilidad en la rehabilita-

ción, se emplearon métodos de la investigación cuantitativa y cualitativa con predominio

de esta última, en la que se utilizaron: el método Etnográfico y la Investigación Acción

Participativa (IAP); siguiendo los criterios de Rodríguez et al., (2008) que declaran el

primero como método de investigación por el que se aprende el modo de vida de una

unidad social concreta y el segundo como método de carácter preponderante de la ac-

ción, cuyo objetivo se centra en la producción de conocimientos y acciones útiles para

un grupo de personas con un papel activo de los sujetos que participan por una parte y

por otra, que estos se empoderen/capaciten a través del proceso de construcción y utili-

zación de su propio conocimiento.

También se empleó la metodología propuesta por el Centro de Investigaciones Psicoló-

gicas y Sociológicas CIPS (2001), triada conocimiento-sensibilidad-disposición al cam-

bio, en este caso enfocada hacia la evaluación del conocimiento (económico, social y

ambiental sobre el bosque de ribera) sensibilidad (importancia atribuida a este bosque)

y disposición al cambio (relación entre ese conocimiento y las acciones que consideran

pertinentes para su rehabilitación) Figura 23 (anexos).

3.2.1. Tamaño de la muestra La selección de las personas que facilitan al investigador la información necesaria para

Page 85: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

70

comprender el significado y las actuaciones que se desarrollan en determinado contex-

to, según Rodríguez et al., (2008), tiene en la investigación cualitativa, características

diferenciadoras del método cuantitativo que impone una representatividad estadística

de la muestra para probar las hipótesis, que son sustentadas a partir de una serie de

datos conocidos y comprobables; en la presente investigación se centra el interés en la

comprensión de los hechos, tratando de identificar las diferentes perspectivas que se

dan en la realidad social desde las propias descripciones de los actores locales, obli-

gando a la propia autora a buscar la relevancia social, es decir el muestreo es intencio-

nal.

Cada informante elegido cumplió ciertos requisitos. De un universo de 50 actores loca-

les implicados en el proceso de reforestación, 44 ejecutores y seis decisores, se selec-

cionó una muestra de 29 individuos, distribuidos en 23 ejecutores (campesinos propieta-

rios de fincas y usufructuarios con áreas de cultivos en las márgenes) y seis decisores

(Servicio Estatal Forestal, Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, Empresa Fo-

restal Integral Macurije, Cuerpo de Guardabosque, Ministerio de la Agricultura y el Ór-

gano del Poder Popular), miembros todos del Consejo Municipal de Cuencas.

Para la entrevista semi-estructurada (Entrevista No. 2, en otros anexos) se determinó la

muestra a través del procedimiento planteado por Calero (1978) para estudios sociales

en poblaciones finitas, de 23 (universo) actores locales que colindan directamente con

las riberas, la muestra resultó de 17 individuos, concebido este muestreo probabilístico

simple a diferencia de la entrevista en profundidad (Entrevista No. 3, en otros anexos)

que es intencional estratificado con fijación al tamaño del estrato (ejecutores y deciso-

res).

Expresión matemática propuesta por Calero (1978).

( )

( )N

ppd

Z

N

ppd

Z

n

1111

1

2

21

2

21

−−⎟⎟⎟

⎜⎜⎜

⎛+

−⎟⎟⎟

⎜⎜⎜

=

α

α

3.2.2. Instrumentos para la recogida de información Para la recogida de datos que reflejan la percepción económica, social y ambiental de

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71

los actores locales sobre el bosque de ribera del río Cuyaguateje, se utilizaron las en-

trevistas en profundidad y semi-estructurada, la observación simple y participante y las

visitas al campo.

En la entrevista en profundidad, conforme lo planteado por Rodríguez et al., (2008) el

entrevistador desea obtener información sobre determinado problema y a partir de él,

establece una lista de temas. En este caso los temas estuvieron enfocados hacia la

percepción de los actores locales sobre los problemas que se presentaban en el área

objeto de estudio. Se utilizó con más frecuencia porque en esta investigación no es el

propio conocimiento o la explicación lo importante, lo realmente interesante son las ex-

plicaciones de los otros hacia el resto del auditorio, de manera que, aprendan los cono-

cimientos de los más experimentados en los de menos experiencias.

El instrumento antes mencionado es uno de los medios para acceder al conocimiento

de las creencias, los rituales, la vida de la sociedad o cultura, obteniendo datos en el

propio lenguaje de los sujetos. Según los autores antes referidos el entrevistador busca

que la persona se manifieste espontáneamente, sin presiones, permitiendo un estudio

en profundidad, intensivo y rico de su afectividad, sus motivaciones y visiones; en este

caso sobre el bosque de ribera, datos que no pueden ser obtenidos a través de encues-

ta o de entrevista semi estructurada. Esta última sólo se utilizó para recoger informacio-

nes precisas como: identificación de las especies forestales y frutales presentes en las

etapas estudiadas (antes de 1974; 1999-2002 y 2002-2007) y los usos de estas espe-

cies por los actores locales colindantes a las riberas del río Cuyaguateje; dicha entrevis-

ta fue elaborada partiendo de los criterios de los productores, directivos y técnicos. Pre-

vio a su aplicación fue consultada y estandarizada con varios productores.

El uso de medios audiovisuales fue otro recurso en la recogida de información, la efica-

cia del mismo está en que no solo permitió obtener la expresión de cada entrevistado,

incluyó además, la observación de gestos y miradas.

En todo momento se tuvo en cuenta los principios y códigos de ética profesional y hu-

mana para el trato con los sujetos y la recogida de la información, pues cada entrevista

partió de la explicación del propósito de la investigación.

3.2.3. Talleres de diagnóstico y capacitación participativa Después de la reunión inicial del proyecto, se efectuaron 16 talleres en el período

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72

(2004 - 2009) con el objetivo de propiciar la participación de los diferentes actores a tra-

vés de la recolección y análisis conjunto de la información necesaria, exponiendo los

problemas y las posibles soluciones para la rehabilitación de las riberas del río Cuya-

guateje en el curso medio.

En el primer taller se utilizó la metodología de reunión con informantes claves, donde

los participantes identificaron una serie de aspectos, que de acuerdo a su criterio eran

los principales problemas en el proceso de reforestación. Posteriormente se realizaron

los demás talleres utilizando los problemas identificados como base para los temas de

la entrevista en profundidad y el debate con los campesinos, los que fueron motivados

a través de distintas técnicas participativas (lluvias de ideas, la telaraña, el pastel, el

árbol, tres árboles ornamentales, etc.) las cuales a su vez facilitaron la recogida de in-

formación sobre las diferentes percepciones de los actores (ejecutores y decisores),

necesaria para obtener referencias cualitativas sobre el estado de conservación, locali-

zación, uso y manejo del bosque de ribera. También se efectuaron sistemáticamente

acciones de capacitación para propiciar el cambio de actitud y aptitud en los morado-

res.

En general los talleres promovieron el análisis crítico de manera colectiva sobre la pro-

blemática existente, las causas y las vías de solución entre los propios actores locales.

Para el análisis de la información se utilizó un codificador de variables, Tabla 41

(anexos).

3.2.4. Validez de datos La Figura 24 (anexos), muestra la triangulación de datos o combinación de diferentes

métodos aplicados para el análisis e interpretación de un mismo fenómeno, lo que com-

plementa las debilidades de los métodos empleados y mitiga los sesgos generados con

la aplicación por sí sola de algunas de las metodologías. La misma intenta probar dis-

tintos valores del fenómeno estudiado para lograr mayor exactitud, viéndolo desde dis-

tintas perspectivas metodológicas y permite establecer la validez de un método deter-

minado a la luz de otros métodos. Brewer y Hunter (1990), citados por Urrutia (2003) y

Eupierre (2008) plantearon que no se trata de utilizar un método para probar la eficacia

del otro, sino complementarlos, integrarlos.

Para el análisis estadístico se realizaron pruebas no paramétricas: correlación bivariada

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73

utilizando el coeficiente de correlación, Rho de Spearman, para determinar la fortaleza

de la relación lineal entre las variables categóricas. La evaluación del cambio en la per-

cepción de los actores locales se hizo a través de análisis descriptivos, basados en dis-

tribuciones de frecuencia con generador de gráficos. Para el procesamiento de la infor-

mación se utilizó el paquete estadístico SPSS, versión 15.

3.3. Análisis y discusión de los resultados 3.3.1. Percepción de los actores locales sobre el bosque de ribera del río Cuya-guateje Coincidiendo con lo planteado por Núñez (2004) “En Cuba se ha avanzado en cuanto al

cuidado y la conservación de la biodiversidad, y la existencia de medios legales, logísti-

cos e infraestructurales que garantizan el funcionamiento de una buena parte del siste-

ma ambiental, pero esto aún no es suficiente”.

Los métodos participativos aplicados en la presente investigación, contribuyeron en el

cambio de actitudes hacia posiciones positivas sobre la percepción económica, ambien-

tal y social de los actores locales que colindan con el bosque de ribera en estudio, fo-

mentando una educación al respecto como resultado de la capacitación que se imple-

mentó en función de la formación de los mismos.

3.3.1.1. Percepción sobre la legislación para la protección del bosque de ribera La Figura 25, muestra la mayor incidencia de infracciones cometidas por los actores

locales en las riberas del río Cuyaguateje en el período comprendido 2001–2004. Se

observa una disminución paulatina a partir del 2004 aparejado al trabajo participativo

desplegado durante esa etapa. Desde la perspectiva ontológica se muestra un cambio

de pensamiento como consecuencia del conocimiento y la conciencia ambiental adqui-

rida.

Los análisis de frecuencia realizados sobre la percepción de los actores locales en

cuanto al aparato regulativo muestran que el 83 % (24/29) de los actores entrevistados

(en lo adelante # específico # total 29) clasifican dentro de las posiciones de avanzada

(Figura 26). Como cuestión favorable resulta que el 78% (18/23) de los actores ejecuto-

res (en lo adelante # específico # total 23) se encuentran en posiciones avanzada, es

decir, conocen las regulaciones (ancho mínimo, obligatoriedad en la reforestación y

Page 89: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

74

manejos silviculturales a realizar) en la ribera.

Figura 25. Comportamiento de las infracciones cometidas por los actores locales en las

riberas del Cuyaguateje en el período comprendido 2001 – 2010

Reconocen solo la autoridad del SEF sobre patrimonio forestal el 22% (5/23) que clasi-

fican en posiciones intermedias. No se registran valores en atrasada, lo que permite

inferir el cambio en la percepción del conocimiento de la legislación, demostrando la

influencia de las acciones de capacitación y motivación realizadas en los talleres parti-

cipativos y visitas al campo.

Figura 26. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los acto-

Page 90: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

75

res locales sobre la legislación

Estos resultados fueron contrastados con otros estudios sin previo trabajo participativo,

como el realizado por Eupierre (2008) en las riberas del río Caunao, en ese caso las

frecuencias en posiciones de avanzada fueron considerablemente bajas con un 30 %

(4/13). De esta manera se puede inferir que la inserción de la IAP permitió que los acto-

res implicados en este proceso adquirieran los conocimientos legales establecidos para

la protección de los bosques ribereños. Por tanto se evidencia que la educación popular

es una vía para obtener cambios en la percepción de los actores locales.

Otros resultados relacionados con el desconocimiento sobre la legislación, apuntan ha-

cia la necesidad de capacitar a los actores locales para lograr mejores resultados en la

protección de los bosques, como los obtenidos por Molina et al., (2011) y Zaldívar et

al., (2011).

Lo antes expuesto también fue validado con los planteamientos de los campesinos y

funcionarios del SEF (otros anexos) durante la entrevista en profundidad, las visitas al

campo y los talleres participativos. El cambio percibido en el campesino usufructuario Noel Pérez, convertido en líder

informal de la comunidad, es un patrón importante a utilizar como criterio de medida en

la asimilación de conocimientos en los talleres de intercambio. Se percibió un salto cua-

litativo en cuanto al conocimiento de la Ley Forestal, pues este incurrió en varias infrac-

ciones hasta el año 2002 por desconocimiento de las regulaciones establecidas.

Después de la capacitación realizada en los talleres participativos, se aprecia sentido de

pertenencia y compromiso hacia el bosque de ribera, evidenciado en los resultados ob-

tenidos en la reforestación y el establecimiento de las plantaciones, ejemplo de ello lo

constituye el área perteneciente al campesino antes mencionado, la cual se convirtió en

el laboratorio forestal de la Sede Universitaria del municipio Guane y la Universidad de

Pinar del Río. Sus expresiones en los talleres participativos son ejemplo de tal cambio

“Mira, en el año 2002 me pusieron una multa, sí, una multa injusta porque yo no sabía

nada, no sabía lo de la ley, hoy estoy claro, se que el ancho de la orilla a sembrar está

puesto por la ley forestal, esa dice muy bien de los metros de cada tipo de río…Yo es-

toy de acuerdo y contento, contento porque veo que me están aumentando las produc-

ciones del tabaco, contento porque el Servicio Estatal me va a pagar y también porque

en las crecidas del río el agua no me lleva el material de la tierra… ” (Noel Pérez, cam-

Page 91: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

76

pesino).

Amerita aclarar que no todos los actores locales ejecutores asimilan los conocimientos

de igual manera ni en el mismo tiempo. Las posiciones intermedias así lo demuestran.

Aunque se evidencia un cambio, todavía los actores locales no poseen el dominio ne-

cesario sobre la legislación establecida, lo que se confirmó con los gestos, miradas y

expresiones emitidas en los talleres participativos, la entrevista en profundidad y otros

intercambios realizados.

El actor decisor (en lo adelante # específico # total 6) estuvo exento de esta situación,

pues todos se ubican en la posición de avanzada, siendo este el encargado de hacer

cumplir la ley.

Dan fe del conocimiento adquirido por los ejecutores otras expresiones como las de los

campesinos Pedro Cordero y Juan Ramos (otros anexos), las cuales se corroboraron

con los resultados de Eupierre (2008), en ese caso se manifestó un generalizado des-

conocimiento por los actores locales ejecutores de la legislación que ampara las riberas.

El exceso de multas impuestas, por las indisciplinas sociales, que propiciaron los bajos

por cientos del logro y la supervivencia de las plantaciones en el período (2001-2004),

constituyen una prueba fehaciente de las consecuencias de la reforestación realizada

de manera direccional, sin el protagonismo de los actores locales colindantes a las ribe-

ras.

Otro ejemplo que confirma la necesidad de introducir los métodos participativos en la

recuperación de los bosques de ribera es el estudio realizado por Arcos et al., (2006),

en la cuenca del río Sesesmiles (Honduras). Declaran dichos autores que el 90 %

(18/20) de los productores no conocen lo que establece la legislación vigente acerca del

ancho de franjas ribereñas, a pesar de que el 75 % (15/20) de los pobladores manifes-

taron la necesidad de recibir capacitación sobre el tema, y que el Estado vigile el cum-

plimiento de las leyes de protección establecidas.

En general, las respuestas sobre la percepción concerniente a la legislación forestal

confirman la adquisición de conocimientos por los actores involucrados. Todos de una

forma u otra conocen lo que plantea la ley, lo cual fue tema de debate en los talleres

participativos. Los resultados expuestos permiten deducir que los métodos participativos

utilizados han contribuido en la transformación del pensamiento de los actores locales,

expresado en nuevas actitudes. Tal como plantea Basagoiti et al., (2002), se cumple la

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77

meta de la IAP, “conocer para transformar”, actuando no “desde arriba”, ni de una ma-

nera interventiva sino desde y con una base social.

3.3.1.2. Percepción sobre las especies arbóreas apropiadas para reforestar las riberas

Desde la óptica de esta investigación, la población es el agente principal en la transfor-

mación del ecosistema. Con una activa participación de los actores implicados en la

rehabilitación, a través de las experiencias acumuladas y el intercambio de sus conoci-

mientos entre los propios campesinos y estos con los investigadores, fue posible deter-

minar las especies arbóreas propias para la rehabilitación. Se obtienen las mayores fre-

cuencias en las posiciones de avanzada, tanto de los actores ejecutores como los deci-

sores.

Los talleres participativos de conjunto con la aplicación de la IAP constituyeron escena-

rios de aprendizaje que permitieron explicar y entender mejor la realidad, y al mismo

tiempo encontrar propuestas de solución a los problemas identificados, implicando a los

actores locales; en fin, se utilizó la IAP como medio de movilización social.

Se reconoce la importancia del conocimiento experiencial desde la perspectiva episte-

mológica, demostrado a través de la puesta en práctica del saber empírico de los cam-

pesinos en la reforestación con las especies más idóneas. Se observó preferencia hacia

las arbóreas y arbustivas autóctonas, que pueden ser logradas por el método de refo-

restación pasiva.

En la Figura 27 se muestran las frecuencias de acuerdo a la percepción de los actores

locales sobre las especies arbóreas apropiadas para la reforestación de las riberas, el

78 % (18/23) de los actores ejecutores entrevistados muestran dominio sobre las espe-

cies que deben ser plantadas (reconocen las especies propias del ecosistema e identifi-

can las características de estas con respecto a la función del bosque de ribera). El co-

nocimiento de las especies presentes en el ecosistema es necesario, según SER

(2004) la presencia de múltiples especies, provee la seguridad que se mantendrá la sa-

lud del ecosistema en respuesta al estrés, a las perturbaciones u a otros cambios am-

bientales.

Los moradores también mostraron un conocimiento aceptado sobre la época de planta-

ción para obtener la mejor supervivencia, el que fue contrastado con los resultados de

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78

estudios realizados en bosques de galerías por otros autores como: Samek (1974); Ca-

pote y Berazaín (1984); Capote et al., (1988); Álvarez y Varona (1988); Herrero (2003);

Aldana et al., (2006); Aldana et al., (2007); Figueroa (2006); Eupierre (2008); Sánchez

(2001); Céspedes (2005); Sánchez (2011); Renda (2011) y Mitjans (2011).

Figura 27. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los acto-

res locales sobre las especies arbóreas apropiadas para la reforestación de las riberas

Es importante además la incidencia del estatus de tenencia, pues el 92 % (11/12) de los

propietarios de tierra se comportan en posiciones de avanzada. Plantean como mayo-

res dificultades para el logro de la reforestación, la inadecuada selección de especies,

la época para la plantación y, en mayor grado, el pastoreo extensivo producido por el

ganado equino. Este ganado pertenece a personas que provienen de zonas urbanas y

no son propietarios de ninguna de las formas de tenencia de las tierras.

Recomiendan los actores ejecutores realizar las plantaciones en los meses más secos,

producto a las crecidas que ocurren casi todos los años en la época de lluvia, las cuales

intervienen en la pérdida de plantas que no resisten condiciones de alta humedad co-

mo: C. odorata y G. arborea. Tales resultados son confirmados con las expresiones

(otros anexos) de campesinos colindantes a este ecosistema. Entre ellos se destacan:

Domingo Estrada, Eusebio Álvarez, Hermes Linares, Orlando Cruz, Pedro Santoyo Ramos y Juan A. Miranda.

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79

Es elemental el conocimiento que tienen los campesinos nativos de la comunidad. Sus

experiencias aportan criterios válidos acerca de las especies, los métodos de reforesta-

ción, y el manejo a realizar en el bosque que se establece. Por ejemplo, el campesino

Antonio Santoyo, sirvió de guía para identificar las especies durante los recorridos por

las riberas. También expresó en los talleres y las entrevistas las especies más idóneas

y los mejores métodos para la plantación. Este campesino en su declaración (otros

anexos) no acepta la especie G. arborea, en la que el resto de los campesinos coinci-

den.

La interacción del conocimiento empírico y científico en busca de soluciones a los pro-

blemas que contribuyen al deterioro del bosque de ribera, debe partir del conocimiento

adquirido por los actores locales a través de sus ancestros. El mismo debe ser combi-

nado con las técnicas y ciencias modernas para la búsqueda de propuestas más ade-

cuadas a las condiciones ecológicas. El agricultor tiene conocimientos acumulados que

pueden ser teorizados por los científicos forestales y al mismo tiempo, estos últimos,

tienen teorías científicas que pueden ponerse en práctica. Esta es la importancia de

implementar las metodologías participativas. De manera que, el sujeto (campesino),

pasa a ser objeto que investiga, aportando sus saberes y experiencias al resto de los

actores locales y asimilando el conocimiento proporcionado por los facilitadores que

también se nutrirán de estos saberes.

La rehabilitación social participativa con adecuada fundamentación, puede ser realiza-

ble y constituir una respuesta de las que requiere actualmente el país. La descentraliza-

ción de la gestión ambiental refuerza el grado de responsabilidad y derecho de los acto-

res locales sobre el bosque. Los conocimientos que tienen las personas acerca de su

región, uso tradicional de los recursos naturales, ubicación de las especies y en algunos

casos la forma de propagación de las plantas, son cuestiones importantes a tener en

cuenta en los planes de manejo de los diferentes ecosistemas forestales.

De la misma forma, se necesita la coincidencia de ciertas investigaciones forestales con

los criterios de los campesinos. Pues en ella se aprecia la relación de los saberes empí-

ricos y teóricos y su mutua complementación. Hecho que ha estado ausente en la per-

cepción de las instituciones científicas, salvo algunos de sus representantes que han

modificado su actitud por los enfoques sociales de las ciencias.

También es importante tener en cuenta lo planteado por FAO (1988) “Las innovaciones

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80

forestales en el medio rural deben basarse en la comprensión de las prácticas tradicio-

nales del manejo de los árboles y de los conocimientos autóctonos, tanto de hombres

como de mujeres, así como la necesidad de la introducción de una nueva estrategia de

manejo”.

3.3.1.3. Percepción sobre la función socio-económica que brinda el bosque de ribera

Siguiendo la línea de pensamiento, es importante conocer también la percepción de los

actores locales sobre la función socio-económica de estos bosques, tema muy discutido

a la hora de interpretarlo, pues es natural que las personas reconozcan las utilidades de

los árboles y los bosques. Sin embargo, aquí se trata de captar con toda practicidad la

verdadera razón que llevaría a los actores locales a accionar sobre las riberas. En este

caso se deslindan dos percepciones. El bosque importante solo para la producción de

madera y el bosque desde una perspectiva social, económica y ambiental, donde se

incluyen la obtención de productos maderables, no maderables, así como también la

protección del medio ambiente.

La Figura 28, muestra la concepción de aprovechamiento del bosque restringida a la

madera, asumida solo por el 20 % (6/29) de los actores locales. Sin embargo, el 72 %

(21/29) le atribuyen importancia económica y social. Esto denota que se ha logrado una

transformación en cuanto a la percepción económica del bosque, pues solo dos campe-

sinos usufructuarios no reconocen su aporte económico. Resultado contrastado con los

obtenidos por Eupierre (2008), donde el 77 % de los entrevistados asumieron el bosque

exclusivamente como fuente de madera. De igual manera Arcos et al., (2006) diagnos-

ticaron que solo el 45 % de los campesinos de la ribera del río Sesesmiles (Honduras)

perciben los bosques ribereños con valor económico y social, pues brindan productos

como frutas, leña y madera para el consumo de la familia.

Según SER (2004), una de las metas de restauración podría ser el suministro sostenible

de bienes y servicios naturales específicos para el beneficio social.

Las expresiones de los actores ejecutores en los distintos intercambios realizados, tam-

bién confirman el valor que ellos le atribuyen a la protección de estas riberas. Tal es el

caso de lo pronunciado por el campesino Antonio Santoyo Barreto, propietario, oriun-

do y de más experiencia de esta comunidad (otros anexos).

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81

Siguiendo esta línea existe coincidencia con lo planteado por Kilpatrick (1978) “El enri-

quecimiento de las percepciones ambientales se alcanza como resultado de la actividad

y de otros procesos dirigidos por la relación interpersonal, como lo es la educación que

es portadora de conocimientos, vivencias y reflexiones en las personas, lo que contribu-

ye a su crecimiento”.

Figura 28. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los acto-

res locales sobre la importancia socio-económica del bosque de ribera

3.3.1.4. Percepción sobre la función ambiental que brinda el bosque de ribera

Desde una posición filosófica, la interpretación de las percepciones de los campesinos

sobre la función ambiental muestra que el 52 % (12/23) tienen un conocimiento ambien-

tal dirigido únicamente hacia la protección del suelo (posición intermedia). Juicio que

parece ser heredado de sus ancestros, que puede transformarse a través de los méto-

dos de investigación utilizados. Tales resultados se tuvieron en cuenta en la planifica-

ción de la línea de capacitación que se propone en la estrategia.

Hoy día un 48 % (11/23) de los campesinos (usufructuarios y propietarios) que colindan

con las riberas del río Cuyaguateje están en posiciones de avanzada, identifican la fun-

ción del bosque para controlar la erosión del suelo, lo relacionan con la calidad del

agua, con la diversidad biológica y reconocen el impacto del bosque sobre cultivos ale-

daños, asimismo manifiestan los resultados positivos de este bosque para la protección

de los suelos en los períodos de crecidas. Figura. 29.

En general todos los actores locales distinguen al bosque con funciones ambientales,

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82

una parte de ellos, perciben el bosque como elemento importante en el control de la

erosión presente en los suelos de sus fincas. Este aspecto se puede triangular con la

importancia económica que le atribuyen al ecosistema, pues no ven al bosque única-

mente como productor de madera, sino que lo aprecian como recuperador de los suelos

que favorecen sus cosechas y por ende, su economía.

Figura 29. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los acto-

res locales sobre la función ambiental del bosque de ribera.

Lo anterior se contradice con la percepción de los mismos actores locales en el año

2001, percibiendo el cambio en la percepción de los ejecutores, confirmado con la

disminución paulatina de infracciones en los años (2001-2010), así como la rehabilita-

ción del bosque establecido con la participación comunitaria, presentada en el capítulo

II de este informe.

De igual manera las expresiones de los campesinos en los talleres participativos son

elementos que permiten evaluar el cambio y comprobar cómo se ha logrado sensibilizar

la población sobre sus propios problemas y las posibles soluciones. Estos resultados se

contrastaron con los de Arcos et al., (2006) el cual diagnosticó que para el 55 % de los

productores, el bosque ribereño tiene valor ambiental. Eupierre (2008) encontró un

comportamiento similar en un 46 % de los entrevistados.

Todos los moradores entrevistados se comportan en posiciones de avanzada e inter-

media y no se observan posiciones atrasadas.

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83

Las mayores posiciones de avanzada las refieren los propietarios, campesinos que han

vivido toda su vida en áreas colindantes a la ribera, mostrando sentido de pertenencia

hacia dicho ecosistema, lo que permite inferir que el estatus de tenencia también incide

en el cambio de la percepción en esta variable.

Como aspecto importante se destaca la polarización de las respuestas de la variable

estudiada, la cual responde a posiciones de avanzada, en la que los entrevistados iden-

tifican la función del bosque en el control de la erosión del suelo, y relacionan el bosque

con la calidad del agua y la migración de la fauna. También reconocen el impacto del

bosque sobre la recuperación de los nutrientes del suelo y como consecuencia el in-

cremento de las producciones de los cultivos aledaños.

Los testimonios expuestos en los talleres muestran como se han apropiado de los co-

nocimientos los actores ejecutores, pues, ya le atribuyen importancia a la necesidad de

la protección de las riberas para que no se le desprendan los suelos de las márgenes ni

se distorsione el cauce del río, que inicia con la formación de cárcavas en las áreas

desprovistas de vegetación, que pueden ser controladas con los recursos locales por

los propios campesinos, Figura 1 y 4 (anexos). Los argumentos de los campesinos con-

firman el conocimiento aprendido, ejemplo de ello lo constituye lo planteado al respecto

por Noel Pérez (otros anexos).

3.3.1.5. Percepción sobre las causas de deterioro del bosque de ribera Cuando las causas de deterioro son antropogénicas, no se debe iniciar la reforestación

sin antes haber eliminado confiablemente los factores que impiden una repoblación na-

tural (Mitjans, 2011).

Las respuestas de los campesinos ante la pregunta siguiente: ¿las causas del deterioro

presente en la ribera del río Cuyaguateje son consecuencias de la actividad directa o

indirecta del hombre a través de decenas y decenas de años? se contrastaron con la

procedencia de los entrevistados a través de análisis de frecuencias, observándose que

todos los actores locales conocen las causas del deterioro, estos identifican causas ex-

ternas e internas. En la figura 30, se muestran en las posiciones de avanzada un 69 %

(20/29), con representación importante de los que han vivido siempre en esta comuni-

dad. Los cuatro usufructuarios representados en la figura, también son campesinos

oriundos de esta localidad que en un momento de su vida entregaron sus tierras y

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84

a partir del período especial las retomaron en calidad de usufructuarios.

Según refieren los campesinos nativos, las causas del deterioro estuvieron dadas por la

construcción de la presa, la tala de los árboles, la extracción de arena para las cons-

trucciones, y las labores agrícolas para la producción de tabaco y los cultivos varios,

Figura 31 (anexos). Tal como declaran estos agricultores, definen varias causas, sin

embargo, las expresan como factores externos y no propios, incluso, hasta el uso de los

suelos para cultivos agrícolas, para ellos es un problema de los antecesores, lo cual

muestra una conciencia de auto responsabilidad baja, pues solo identifican otros agen-

tes causantes de la problemática y no ellos. Resultados similares obtuvo Eupierre

(2008) donde el 46 % de los entrevistados consideran que las causas del deterioro son

multifactoriales, pero nunca por los campesinos dueños de estas tierras.

Figura 30. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los acto-

res locales sobre las causas del deterioro de las riberas del río Cuyaguateje

La mayoría de los agricultores perciben las márgenes del río como de su propiedad o

por lo menos piensan que tienen derecho de usarlas y manejarlas, a pesar del hecho de

que el terreno sea propiedad estatal, en este aspecto hay coincidencia con los resulta-

dos de Ortiz et al., (2005), Arcos et al., (2006) y Eupierre (2008).

No obstante, hay valoraciones acerca del papel que ha venido desempeñando la activi-

dad humana desde tiempos remotos y que ubican en un segundo plano los efectos de

la naturaleza, que son provocados como respuesta de esta a la renovación del ecosis-

tema. Puede afirmarse que una de las causas de mayor incidencia en el deterioro ha

sido la falta de conocimiento de los moradores sobre las consecuencias futuras de este

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85

deterioro, para la humanidad y para la naturaleza.

Es menester conocer la historia del sistema disturbado para obtener resultados satisfac-

torios en la rehabilitación. Según los principios de SER (2004) las condiciones históricas

son el punto de partida ideal para diseñar la restauración.

Un ejemplo del conocimiento que tienen los actores nativos sobre las causas de deterio-

ro, lo constituye el planteamiento del campesino, que más experiencia tiene en la co-

munidad: "Yo tengo casi 70 años y me apuesto con ustedes, sí con ustedes los ingenie-

ros, que no conocen las matas que yo conozco, yo nací, sí nací y me crié aquí, y vi las

plantas crecer, vi los guamá, los algarrobos, las palmas reales y vi muchos jobos que

daban buena sombra, pero nunca había visto esa que sembró la forestal, sí esa de las

hojas grande… sí esa que se ahoga en las crecidas…” Antonio Santoyo Barreto,

campesino.

En estudios similares Arcos et al., (2006) obtuvieron como resultado que el 85 % de los

entrevistados han cortado los bosques en los últimos diez años con el objetivo de sem-

brar maíz, frijol y café; argumento que sirve de base para comparar las deducciones del

caso en estudio, donde la mayoría hacen uso de estos suelos para las labores agríco-

las.

A partir de la interpretación de los datos históricos disponibles y valorando la situación

que presentaba las riberas en el año 2000, con la presencia de escasos árboles aisla-

dos, se infiere que también estuvieron sometidas a presiones antrópicas, incluso mayo-

res que los casos antes mencionados, pues además de la deforestación de sus márge-

nes se ha distorsionado el cauce, condicionado fundamentalmente por la agricultura

expansiva, sin adecuadas técnicas de conservación y la construcción de la presa.

De manera general se evidencia que el deterioro del bosque nativo condicionó cambios

irreversibles en el cauce, tanto del ancho como en la formación de meandros por sus

márgenes, corroborados con León (2002) y Mitjans (2008, 2010). La rehabilitación es

una vía para contener el progreso de dichos cambios.

De lo antepuesto se deriva que los campesinos que habitan y trabajan en las riberas del

río Cuyaguateje, han presenciado siempre un panorama de deforestación en este eco-

sistema. Según sus manifestaciones, las primeras acciones para la reforestación co-

menzaron en el año 2000, en este caso con un procedimiento direccional e interventivo,

en el cual participaban: el Servicio Estatal Forestal, el Cuerpo de Guardabosques y las

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86

empresas (Forestal Integral Macurije y Tabaco y Cultivos Varios), rectorados todos por

la dirección del Gobierno Municipal; en ese año se plantaron por primera vez las 22 ha

del área en estudio y no fue posible logro alguno. También acontecían las mayores inci-

dencias de indisciplinas sociales.

A partir del año 2006 se observa una recuperación paulatina del bosque de ribera, con

el establecimiento de algunos árboles que fueron plantados y otros que se han recupe-

rado de forma natural como consecuencia de la disminución de la presión antrópica,

resultado de los conocimientos adquiridos en los talleres de capacitación que iniciaron

en el año 2004. Se infiere un cambio en la percepción de los actores locales sobre los

bosques ribereños, que se confirma con las expresiones de los campesinos y familias,

entre los que se destacó la familia de Pedro Cordero (otros anexos).

Lo anterior concuerda con criterios Ortiz et al., (2005) los cuales declaran que en busca

de alternativas para la restauración y manejo de los recursos naturales, se ha planteado

la necesidad de analizar no solo los aspectos ecológicos, sino también los aspectos

sociales y económicos relacionados con la restauración.

3.3.1.6. Percepción sobre los más interesados por reforestar las riberas del río Cuyaguateje

La Figura 32 muestra que el análisis de frecuencia sobre los interesados por reforestar

las riberas, se comporta con una valoración favorable, pues el 96 % de los entrevista-

dos (28/29) de una forma u otra consideran tener interés por la reforestación, ubicándo-

los en posiciones de intermedia y avanzada, en lo que intervino la triangulación de mé-

todos y técnicas participativas utilizadas en los distintos escenarios, incluyendo las acti-

vidades recreativas; en las cuales participó la investigadora.

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87

Figura 32. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los acto-

res locales sobre los más interesados por la reforestación

El comportamiento de los actores en los diferentes intercambios indica una alta disposi-

ción auto transformativa en los distintos individuos estudiados, proponiendo acciones

colectivas desde la propia comunidad. Ellos reconocieron en sus respuestas la impor-

tancia de sus criterios en el proceso de rehabilitación, de manera que puedan formar

parte en la toma de decisiones de las tareas que inciden en la solución del problema

planteado. De igual manera la necesidad de la unión y la participación conjunta, en la

que se precisa la integración sistémica de todos para acometer las acciones, corrobora-

do textualmente por la campesina Caridad Ramos, la cual expresó: “ Para mí ha falta-

do la unión y la participación de todos, no se puede aislar ningún factor, todos son im-

portantes. La ANAP nos protege, pero también los Guardabosques y el Servicio Fores-

tal son importantes, porque estos nos controlan, y los técnicos también juegan su papel.

Estos nos enseñan. ¿Qué sería de la reforestación sin uno de estos factores?. Yo pien-

so que todo el mundo tiene que tener interés, todo el mundo tiene que poner su grano

de arena, porque juntos es como podemos lograrlo…” (Caridad Ramos, campesina).

El planteamiento anterior indica que se necesita enfocar las relaciones entre los actores

locales desde una perspectiva sociológica, donde prime la cooperación de todos los

que intervienen en la reforestación de las riberas, pues no han sido favorables los resul-

tados obtenidos con los métodos verticales aplicados, por lo que se necesita que los

actores opinen y decidan lo que se concibe sobre su entorno.

Es importante en el proceso de rehabilitación el enfoque de la Ciencia, la Tecnología y

Sociedad (CTS) como clave para armonizar las acciones a desarrollar, lo cual requiere

una integración holística entre los actores, partiendo de la participación del actor ejecu-

tor en el trazado de políticas y estrategias diseñadas por el actor decisor que se ha re-

troalimentado de las experiencias de los actores locales.

Ahora bien, para lograr la contribución efectiva de los actores ejecutores, estos tienen

que estar motivados y para ello inexorablemente preparados (educados), en lo concer-

niente al tema en debate, de ahí que una de las primeras acciones a implementar debe

ser la capacitación en los actores decisores y ejecutores, la cual debe estar asentada

sobre los principios de la sostenibilidad.

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88

Los actores decisores no deben adoptar una posición tecnocrática y autoritaria, deben

enmarcar su gestión en el contexto sociocultural y natural en que se debate el problema

en sí. Coincidiendo con Eupierre (2008) los esquemas asumidos tradicionalmente para

detener los problemas asociados al manejo de las riberas en la mayoría de los casos

han fracasado.

Para llegar a la ansiada y necesaria sustentabilidad en la gestión forestal de los bos-

ques de ribera, las instituciones, en especial el SEF, tienen que sumirse en un proceso

de adopción del paradigma Ciencia Tecnología y Sociedad. En tal sentido es provecho-

so considerar que en todo proceso de manejo de recursos naturales donde las perso-

nas cumplen un papel fundamental, surge siempre un componente de organización y

conflicto de intereses.

3.3.1.7. Percepción acerca de las acciones de cambios hacia la reforestación de las riberas del río Cuyaguateje con la participación de los actores colindantes La gestión forestal participativa se ha convertido en un elemento primordial en las estra-

tegias de gestión forestal, la misma trata acerca de una colaboración estructurada entre

el gobierno y los actores locales (campesinos) con recursos forestales para obtener ob-

jetivos comunes relacionados con el manejo sostenible del ecosistema. En la Figura 33, se observa que el 78 % de los actores ejecutores (18/23) han realizado

acciones positivas en beneficio de las riberas, en la que incluyen la disminución de las

labores de cultivo y el pastoreo de ganado menor y mayor. Se han ejecutado otras labo-

res, aunque todas no han sido favorables, los fracasos han estado dado principalmente

porque el Estado no ha tenido presente la participación de los actores implicados, tal es

el caso de la plantación desproporcionada de especies exóticas como: G. arborea y A.

mangium, las cuales han desentonado el paisaje. La inadecuada selección propició ba-

jos por cientos de logros y supervivencias de G. arborea, comprobándose en la práctica

su baja supervivencia en las áreas donde mayor permanencia tienen las inundaciones.

El resultado de la entrevista en profundidad aplicada al campesino Hermes Linares

ratifica lo planteado.

"Aquí vino la empresa forestal y sembraron miles de Gemelinas y se lograron muy bien,

bien hasta que comenzó a llover y haber crecida. Cuando pasó la creciente del 2004 se

ahogaron casi todas, y las que no se partieron, eso fue porque no contaron con noso-

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89

tros, nadie vino a preguntar y por eso se fracasó...” (Hermes Linares, campesino).

Figura 33. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los acto-

res locales sobre la tendencia al cambio de los actores locales

Es necesario profundizar aún más en el conocimiento y percepción local sobre el bos-

que ribereño, ya que los puntos de vista de los actores de la comunidad son fundamen-

tales para el manejo. En este aspecto es importante destacar el caso del campesino

líder de la comunidad Noel Pérez por los buenos resultados obtenidos en su finca, al

cual le ha certificado el SEF cuatro ha de bosque ya establecido.

3.3.1.8. Percepción sobre el método de reforestación más idóneo La Figura 34 muestra los resultados del análisis de la percepción de los actores locales

acerca de los métodos de reforestación de preferencia, apuntando las mayores posicio-

nes hacia la regeneración natural con el 74 % (17/23), técnica de la silvicultura moderna

que contribuye a la rehabilitación, la misma permite rescatar especies nativas y naturali-

zadas del ecosistema. La condición principal para lograr el éxito de su implementación

es eliminar las barreras que la interrumpen. Acerca de esto Vargas y Mora (2007) plan-

tearon que cuando se eliminan los factores tensionales en un ecosistema degradado,

este se restaura solo. Dichos autores aseveraron que el éxito de la restauración no de-

pende únicamente de los costos, de las fuentes de financiamientos, ni la voluntad políti-

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90

ca de las instituciones interesadas, lo principal para ello es la participación de las comu-

nidades locales con poder de decisión.

Figura 34. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los acto-

res locales sobre el método de reforestación más idóneo

En cuanto a las especies, son válidas todas las que se logran a través de la regenera-

ción o la plantación, pues ha sido valorado el término de rehabilitación como el acto de

mejoramiento de un sistema degradado, de ahí que esta puede iniciarse también por

medio de la plantación de árboles nativos, de especies pioneras dominantes y las de

mayor peso ecológico, todas las que protejan las riberas del río.

Es menester tener en cuenta el criterio de los ejecutores, que plantean la necesidad de

una reforestación con especies propias de ese lugar, otros aseguran, que dejando el

terreno sin labores agrícolas también se puede rehabilitar, como es el caso de lo expre-

sado por Pedro Cordero (otros anexos). Otros estudios realizados por Mitjans y González (2009) coinciden con las aseveracio-

nes de estos ejecutores.

Entre las especies que se lograron a través de la regeneración natural se encuentran: L.

domingensis, G. ulmifolia, S. saman, T. catappa, T. hirta, S. saponaria, T. angustata, B.

simaruba, C. collococca, T. citrifolia, R. regia, C. dentata, A. reticulata, C. hirsuta, A.

inermis, S. mombin. Se identificó también G. sepium, lograda a través de la siembra

directa de estacas. Dichas especies coinciden con las propuestas en la metodología

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91

para la reforestación de Fajas Forestales Hidrorreguladoras por Herrero (2003).

3.3.2. Correlación entre las variables estudiadas En la Tabla 42 (anexos) se presenta el análisis de correlación entre las variables apli-

cando el coeficiente de correlación Rho de Spearman. En ella se muestra la relación

significativa entre las variables: actores locales, percepción sobre la función ambiental y

la tendencia al cambio. La variable interés por la reforestación se correlaciona altamen-

te significativa con la percepción sobre la función ambiental y menos significativa con la

percepción sobre las especies idóneas. También se observa correlación entre las varia-

bles: actores locales, métodos de reforestación, el estatus de tenencia y procedencia de

los encuestados.

De manera que los actores locales que tienen interés por la reforestación, también le

atribuyen importancia al bosque para la protección del medio ambiente y al mismo tiem-

po son los que tienen el conocimiento más certero sobre las especies idóneas para la

reforestación; obviamente hay un cambio de actitud en los actores locales relacionado

con la asimilación de conocimientos. Este comportamiento se logra cuando hay un em-

poderamiento de los actores locales sobre el problema a solucionar, y se motiven para

promover el compromiso y la responsabilidad en cada uno de ellos sobre el bosque.

En tal sentido Núñez (2004) planteó: “entre los actores sociales median elementos con-

textuales, psicológicos y sociales, esto no significa que una preocupación por las cues-

tiones ambientales implica necesariamente un comportamiento proambiental; para ello

se necesita una participación comprometida de los actores involucrados”.

De lo antes expuesto se puede inferir que los individuos que manifiestan sensibilidad

por el medio ambiente son los más interesados por reforestar el área y al mismo tiempo

abogan por la inserción de la silvicultura participativa para la rehabilitación, esto indica

un cambio de actitud y sentido de pertenencia hacia la ribera.

3.3.3. Especies arbóreas identificadas por los campesinos en la entrevista semi-estructurada

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92

Con la aplicación de la entrevista semi-estructurada (Entrevista No. 3 otros anexos), se

determinó cuáles eran las especies arbóreas que existían en las tres etapas estudiadas,

teniendo presente algunas de sus características específicas. La primera etapa se enmarca antes de 1974, es precisamente en esa fecha cuando se

construyó la presa “Cuyaguateje” y se intensificó la extracción de arena para su uso

en la construcción. Aún cuando no se cumplía lo normado de los 20 metros de refores-

tación, como plantea la Ley Forestal (Ley # 85), los campesinos solían conservar algu-

nos árboles en las riberas. Según relatan los entrevistados, existían especies arbóreas

forestales y frutales en las márgenes, con predominio de: B. vulgaris, S. saman, L. do-

mingensis, G. ulmifolia, T. elatum, S. saponaria, G. gerascantoides, C. occidentalis, S.

jambos, R. regia, P. guajava, M. indica.

En la etapa 1999-2002 se localiza el máximo deterioro del bosque de ribera. De las 25

especies que refieren los campesinos que se observaban en las márgenes antes del

1974, Tabla 32 (anexos), solo subsistían ocho especies de manera aislada, pues por

toda la faja se sembraban cultivos agrícolas. Entre los escasos árboles se encontraban:

B. vulgaris, S. saman, L. domingensis, G. ulmifolia, M. indica, y P. guajava y R. regia.

En la etapa 2002-2007 se lleva a cabo la reforestación de toda el área de estudio, se

rectifican las cárcavas, se sistematiza el control del Servicio Estatal Forestal, se elabora

y aprueba por el CITMA el Proyecto de Rehabilitación y Ordenamiento de la Faja Hidro-

rreguladora del Río Cuyaguateje que propició el desarrollo de los talleres, con la partici-

pación de los actores (decisores y ejecutores). Dichas acciones trajeron consigo el

comprometimiento y sentido de pertenencia de los campesinos hacia la conservación

de la ribera; lo que se demuestra con la disminución de infracciones que afectaban la

rehabilitación.

En esta última etapa refieren los entrevistados que se comienza a observar la regene-

ración natural de especies que existían en la década del 70 como: G. ulmifolia,

S.saman, S. saponaria, L. domingensis, S. mombin, T. angustata, T. catappa, C. occi-

dentalis, T. hirta, C. collococca y B. simaruba. Lo anterior demuestra su existencia antes

de la construcción de la presa, como resultado de un proceso natural de coexistencia

del hombre en el ecosistema.

3.4. Estrategia participativa y líneas de trabajo para la rehabilitación del bosque

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93

de ribera del río Cuyaguateje (curso medio) La elaboración de la estrategia siguió un proceso participativo que estimuló la reflexión

de los actores locales (ejecutores y decisores) en torno a la situación presentada en el

proceso de rehabilitación de las riberas del río Cuyaguateje en el sector medio.

Para su elaboración se tuvo en cuenta la información recopilada durante diez años de

trabajo e intercambio continuo con los actores (campesinos y sus familias) colindantes

al río Cuyaguateje y las autoridades competentes encargadas de hacer cumplir las di-

rectivas del Estado, de conjunto con los resultados obtenidos del “Proyecto de Rehabili-

tación y Ordenamiento de la Faja Hidrorreguladora del Río Cuyaguateje con Participa-

ción Campesina “PROFHRCC” que dirige la Sede Universitaria Hermanos Saiz del mu-

nicipio Guane. En todo el proceso de la investigación participaron especialistas foresta-

les y sociólogos de la Universidad de Pinar del Río, funcionarios del Servicio Estatal

Forestal, inspectores del Cuerpo de Guardabosques, la Asociación Nacional de Agricul-

tores Pequeños, funcionarios del Ministerio de la Agricultura, e ingenieros de la Empre-

sa Forestal Integral Macurije, constituyendo la experiencia práctica para la investiga-

ción. También se consideraron los resultados del proyecto Nacional Guaní Ciencia y

criterios de investigadores en ecosistemas similares de Cuba y otros países tropicales.

Para lograr el éxito de manera organizada en los resultados de la rehabilitación desde

una perspectiva participativa, se propone una secuencia lógica de las líneas trazadas

en la estrategia, Figura 35 (anexos).

3.4.1. Información concebida para elaborar la estrategia participativa

• Caracterización de la estructura y composición del bosque rehabilitado con la parti-

cipación de los actores locales.

• Los resultados de encuentros, entrevistas en profundidad y semi-estructuradas, ta-

lleres de intercambios, visitas a viviendas, observaciones participativas, datos emiti-

dos por el Servicio Estatal Forestal y consultas efectuadas a los distintos actores lo-

cales decisores y ejecutores.

• Reuniones con técnicos y especialistas en la materia a instancias municipales, pro-

vinciales y nacionales.

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94

• Los resultados del trabajo realizado a lo largo de diez años de la puesta en ejecu-

ción de un estudio de caso de rehabilitación e “Investigación Acción Participativa”

sirvió de base para la retroalimentación de la estrategia.

3.4.2. Objetivo Rehabilitar el bosque de ribera del río Cuyaguateje en su curso medio a través de la

silvicultura participativa y el método Investigación Acción Participativa, fortaleciendo las

capacidades y habilidades de los actores locales; orientándolos hacia la sustentabilidad

y teniendo como base las percepciones de los actores, las instituciones y las tecnolo-

gías locales.

3.4.3. Objetivos específicos

• Lograr el éxito de las estrategias, metodologías y programas propuestos por el Esta-

do para la recuperación del bosque de ribera del río Cuyaguateje en el curso medio.

• Mejorar el estado ecológico de las riberas y el río Cuyaguateje, reforestando con la

participación de los actores locales, con especies frutales y maderables preferible-

mente autóctonas, aunque se pueden utilizar exóticas pero con probada adaptación,

siempre que se cumplan las normas técnicas y jurídicas establecidas.

• Fomentar la integración de los actores locales en la rehabilitación de este ecosiste-

ma fluvial, su política de uso y manejo, con criterios de sostenibilidad.

• Aportar información y experiencias para mejorar las actuaciones que se llevan a ca-

bo en el ámbito de la rehabilitación del bosque de ribera del río Cuyaguateje y los

demás ríos del país.

3.4.4. Premisas Para su implementación es necesario que la Comisión Municipal de Cuencas, de

conjunto con el Servicio Estatal Forestal del municipio (autoridad encargada de ejercer

el control estatal sobre el cumplimiento de las regulaciones del patrimonio forestal y

demás medidas adoptadas para su conservación, manejo y desarrollo sostenible)

garanticen las condiciones mínimas para lograr la rehabilitación sobre la base de

criterios adecuados al contexto de las riberas del Cuyaguateje, las condiciones son:

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95

• Elaborar el proyecto de rehabilitación con una adecuada selección y capacitación de

los facilitadores del trabajo participativo, asesorados por forestales y sociólogos de

la Sede Universitaria Municipal y la Universidad de Pinar del Río.

• Los actores decisores encargados de la capacitación y control de las acciones para

la rehabilitación deben tener conocimiento adecuado sobre el manejo de los bos-

ques de ribera y aparato jurídico referencial establecido, así como la experiencia

práctica necesaria de los métodos y técnicas para lograr el éxito del trabajo partici-

pativo.

• El facilitador participativo debe apoyarse en los informantes claves, que puedan

describir la estructura de poder de la comunidad, el mismo debe exponer clara y ho-

nestamente, a los actores locales implicados, cuáles son los objetivos que se propo-

ne alcanzar con el trabajo participativo, en este caso, conducido hacia la rehabilita-

ción del bosque.

• Durante la implementación de las líneas de trabajo participativo deben delimitarse

cinco fases de trabajo, que se organizarán en un orden lógico como sigue: diagnós-tico biofísico del área a rehabilitar, identificación del problema y causas que lo

originan, integración de los actores locales implicados en la problemática y su po-

sible solución, un proceso de capacitación-acción con la participación de los acto-

res locales y la evaluación o monitoreo de los resultados.

• Los principios de funcionamiento de la estrategia deben estar dirigidos hacia la parti-

cipación de todos los actores (ejecutores y decisores), la flexibilidad y contextualiza-

ción de los métodos participativos aplicados.

3.4.5. Generalidades de la estrategia De manera general la estrategia participativa se centra en:

Partir de un diagnóstico donde se identifiquen los principales problemas desde la pers-

pectiva de los diferentes actores locales y entidades interesadas, hasta la búsqueda de

las posibles soluciones en la comunidad.

Generar espacios de discusión, planeación, elaboración y experimentación de las pro-

puestas técnicas y organizativas con diferentes actores locales y lograr su implementa-

ción a nivel de familia y comunidad.

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Propiciar la realización de estudios técnicos (ecológicos e hidrológicos) conveníados

con las instancias pertinentes.

Promover en los actores involucrados el autoanálisis, la construcción del futuro desea-

do, el fortalecimiento de la autoestima, la autovaloración comunitaria y de los miembros

de la comunidad en la búsqueda de caminos compartidos, con criterios éticos y de

equidad, y sustentados en las realidades locales y en el concepto global del ambiente y

de la sostenibilidad.

Mediante las líneas, la estrategia propone acciones prioritarias para alcanzar los objeti-

vos en materia de conservación y uso sustentable de la biodiversidad de los bosques de

ribera, planteados tanto en la Estrategia Ambiental Nacional (EAN) como en El Progra-

ma Forestal Nacional (PFN) hasta el 2020.

3.4.6. Resultados esperados con la aplicación de la estrategia participativa

• Actores locales con cultura y conciencia forestal, representado en la disminución de

los impactos negativos antrópicos sobre el bosque de ribera.

• Conocimiento tradicional campesino incorporado al desarrollo forestal.

• Actores locales integrados con equidad al desarrollo forestal sostenible.

• Instituciones estatales y privadas integradas fortalecidas y descentralizadas.

• Actualización de los conocimientos forestales científicos y tradicionales para los ac-

tores locales ejecutores y decisores.

• Se fomenta la responsabilidad en los actores locales, lo que genera comprometi-

miento con las actividades de conservación del bosque de ribera.

• Adecuada selección de métodos y especies para la reforestación.

• Rehabilitación del bosque de ribera, y en consecuencia, disminución de la erosión

del suelo, recuperación de la fauna, embellecimiento del paisaje, mitigación de la

contaminación ambiental y producción de bienes y servicios forestales, que mejoran

la calidad de vida de los actores locales.

3.4.7. Líneas estratégicas para la rehabilitación participativa I- Análisis y organización real del contexto Esta línea se enfoca hacia dos objetivos básicos: uno localizar el área y el otro organi-

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zar el contexto. Para ello se necesita básicamente tener amplia información sobre el

tema, que debe partir de los fundamentos teóricos y el aparato regulativo existente, así

como la experiencia práctica que se adquiere con los proyectos, programas y estrate-

gias relacionadas con el tema y que aportan vivencias positivas con posibilidades de

generalizar. Para la obtención de esta experiencia la investigación se apoyó en el Pro-

yecto de Rehabilitación y Ordenamiento de la Faja Hidrorreguladora del Río Cuyaguate-

je con Campesinos (PROFHIRCC), coordinado por la propia autora y el proyecto Guaní

Ciencia.

II- Capacitación y educación Capacitación y educación, ambas son las vías para alcanzar conocimientos, habilida-

des, destrezas; así como propiciar el cambio de actitud hacia valores favorables para la

rehabilitación, el manejo, la producción sostenible, capacidad de gestión y organización

local sobre el bosque de ribera.

Al unísono del proceso de rehabilitación se realizaron distintos intercambios (campesi-

nos, familias, decisores e investigadores). Se expusieron las experiencias de los actores

locales en la rectificación de cárcavas, selección de especies y métodos de plantación

(Figura 36 anexos). De igual manera, los decisores expusieron a los campesinos resul-

tados científicos sobre especies y métodos utilizados para la rehabilitación de los bos-

ques de ribera. Al conocimiento de los decisores también se le atribuye importancia,

pues como refieren Valdés et al., (2008) los decisores deben estar preparados para

obtener mejores resultados en los proyectos.

De manera general la capacitación es un componente horizontal y permanente en el

proceso de rehabilitación, debe incluir a todos los actores locales con una participación

preponderante de la esfera educacional. La formación de los actores locales tiene un

carácter de proceso, por lo que la Investigación Acción Participativa es un método efi-

caz para obtener buenos resultados.

III- Participación comprometida de los actores locales Para lograr la participación comprometida de los actores locales, se necesita que los

estos se apoderen de los tres elementos claves de la participación: formar parte del

problema, tomar parte permitiendo adquisición de conocimientos y tener parte o decidir

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lo que conlleva a la formación de valores, es decir, es necesario lograr que el individuo

tenga la capacidad de decidir, controlar, ejecutar y evaluar, por lo que es necesario vin-

cular la rehabilitación ecológica con la rehabilitación biocultural, en las que se incluyan

las dimensiones históricas, culturales, sociales, estéticas y morales de los actores invo-

lucrados.

IV- Manejos silvícolas bajo la modalidad de la participación comunitaria La silvicultura social o participativa se logra con la inclusión de los actores ejecutores

en el proceso de rehabilitación, yendo desde el campesino y el manejo comunitario del

bosque, hasta el manejo forestal conjunto entre el Estado, la comunidad y la restitución

del manejo individual del bosque por la familia.

V- Autogestión de los campesinos sobre el bosque de ribera La autogestión de los campesinos sobre el bosque de ribera conduce a una mejor plani-

ficación de los recursos naturales que de él se extraen, convirtiendo a cada campesino

en el administrador de su tramo de ribera, como ente protagonista en la selección de

especies y métodos idóneos para la reforestación, así como los distintos manejos silvi-

culturales después de establecido el bosque. Siempre con el consentimiento y asesoría

del SEF, representante del Estado para los recursos forestales.

VI- Actividades de protección y vigilancia Tener en cuenta las regulaciones que amparan el cuidado y protección de los bosques

de ribera, es una línea de trabajo indispensable para obtener mejores resultados al res-

pecto. Ninguna solución técnica por buena que sea, será realmente aplicable si no se

cuenta con acuerdos y mecanismos de regulación.

VII- Evaluación participativa La evaluación, constituye un requisito básico para medir los avances o limitaciones de

la ejecución de las actividades realizadas. Es un mecanismo de retroalimentación nece-

sario para identificar obstáculos y buscar alternativas de solución a tiempo, de manera

que permite el alcance de las metas establecidas por ambas partes, ejecutores y deci-

sores. El propósito principal es estimular a quienes intervienen en la rehabilitación, a

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detenerse y reflexionar sobre lo que ha sucedido en el pasado, con el propósito de to-

mar decisiones sobre el futuro. Al realizar la evaluación, los actores se enteran de lo

que ha funcionado bien o mal y por qué. Mediante este proceso hay mayores probabili-

dades para que se tomen medidas correctivas, por cuanto, los actores son los que des-

cubren y comprenden dichas medidas.

La explicación detallada de las acciones de cada línea se presenta en otros anexos.

Conclusiones parciales 1. El método Investigación Acción Participativa de conjunto con las técnicas emplea-

das en el proceso de investigación constituyeron los medios para estimular la par-

ticipación de los diferentes actores locales, acercándolos a la realidad local, esta-

bleciendo lazos de confianza entre (ejecutores y decisores) y estos con los investi-

gadores, y en consecuencia un cambio en la percepción de los ejecutores hacia un

mejor cuidado y conservación del bosque ribereño.

2. Se constató que los actores ejecutores cuentan con conocimientos empíricos so-

bre las especies idóneas y métodos de plantación que pueden combinarse con los

conocimientos científicos de los agentes decisores para lograr mancomunadamen-

te lo que ni una ni otra parte pueden hacer por sí solas.

3. Los cambios en la percepción de los actores locales sobre el bosque de ribera

después de la puesta en práctica de los métodos participativos propició la elabora-

ción de una estrategia que contribuye al proceso de rehabilitación desde una pers-

pectiva comprometida.

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Conclusiones generales

1. Los referentes teóricos analizados permitieron dilucidar la importancia de los bo-

ques de ribera desde una perspectiva social, económica y ambiental; así como los

métodos participativos que se utilizan para su rehabilitación.

2. A pesar de que aún existen evidencias de manifestaciones antrópicas en el bos-

que de ribera del río Cuyaguateje en el curso medio de la cuenca, los patrones es-

tructurales y florísticos, como la riqueza de especies en individuos superiores a los

2 m de altura, el IVIEA, el elevado número de individuos en el estrato herbáceo y

el grado de conservación, indican la rehabilitación del ecosistema con la presencia

de especies propias de los bosques de galería.

3. La alta disparidad en cuanto a diversidad y dominancia que se localizan en el

mismo gradiente (suelo, precipitación, clima y temperatura), y la presencia de sus

mayores valores, entre las parcelas, que se han reforestado con el protagonismo

de los campesinos, infiere la influencia de los actores locales en el proceso de re-

habilitación.

4. Ante las prácticas de las plantaciones utilizadas, fundamentalmente con el uso de

especies exóticas que tienen altos impactos ambientales, el manejo de la regene-

ración natural resulta ser una buena alternativa para la rehabilitación la cual inclu-

ye una alta riqueza de especies.

5. Los métodos y técnicas participativas empleadas durante el proceso de rehabilita-

ción, propiciaron cambios en la percepción de los actores locales hacia actitudes

favorables, e indicaron la necesidad de elaborar una estrategia con líneas de tra-

bajo participativo como una vía para la recuperación del bosque de ribera que con-

tribuirá a mejorar la calidad de vida de los moradores.

6. La estrategia propuesta encierra detalles participativos que contribuyen al proceso

de rehabilitación desde una perspectiva comprometida. Su puesta en práctica

permitió recuperar las técnicas tradicionales de reforestación (la regeneración na-

tural, la siembra directa y en estaca).

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RECOMENDACIONES

1. Poner en práctica la estrategia participativa elaborada en el curso alto y bajo del río

Cuyaguateje y en otros bosques de ribera del municipio.

2. Continuar los estudios de las plantas presentes en el estrato subarbustivo, con el

propósito de identificar las especies arbóreas y arbustivas que se incorporan al

ecosistema.

3. Mantener un control sobre las especies invasoras más agresivas en el área.

4. Realizar estudios entomológicos para evaluar el estado fitosanitario del bosque que

se rehabilita.

5. Realizar estudios de la influencia de las inundaciones sobre la vegetación ribereña y

su impacto en la rehabilitación del ecosistema.

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Índice de figuras de la tesis Figura 1. Cárcavas localizadas en las riberas del río Cuyaguateje en el año 2003,

producidas por el manejo inadecuado de los suelos, en anexos

Figura 2. Localización del área de estudio, en anexos

Figura 3. Climograma (años 2000-2010) de la estación más cercana al área de estu-

dio. Fuente: Registro climatológico de la estación de Isabel Rubio municipio

Guane. Página 33 de la tesis

Figura 4. Vegetación que se recupera con la rectificación de cárcavas, en las riberas

del río Cuyaguateje, en anexos

Figura 5. Fotografía aérea, vuelo general del año 1970, K-10, escala 1:35 000 y

georreferenciada a través de Mapinfo obteniendo salida cartográfica a esca-

la 1: 18 960. Muestra el estado de la cubierta vegetal de las riberas del río

Cuyaguateje en el año 1970, en anexos

Figura 6. Imagen Google de alta resolución del año1999, período más crítico en la

deforestación de toda la ribera del río Cuyaguateje (comienzo de la investi-

gación), en anexos

Figura 7. Imagen Google de alta resolución, año 2009, se observa recuperación de la

vegetación en el área de las riberas del río Cuyaguateje que se rehabilitan

con la participación de los actores locales

Figura 8. Curva área-especie para la validación del muestreo de las 34 parcelas. Pá-

gina 41 de la tesis

Figura 9. Riqueza total de especies > 2 m de altura y d 130 superior o igual a 10 cm

en cada margen (1y 2). Página 44 de la tesis

Figura 10. Comportamiento de la riqueza de especies en el período 2000-2010. Página

45 de la tesis

Figura 11. Familias más representativas de acuerdo a la riqueza de especies. Página

45 de la tesis

Figura 12. Diagrama rango/abundancia de las especies identificadas en las márgenes

(1 y 2) del área testigo. Página 49 de la tesis

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Figura13. Diagrama rango/abundancia para las 15 especies más representativas del

área que se rehabilita en las márgenes (1 y 2). Página 50 de la tesis

Figura 14. Índice de Valor de Importancia Ecológica (IVIE) de las 12 especies más re-

presentativas (márgenes 1 y 2 del área que se rehabilita). Página 53 de la

tesis

Figura 15. Índice de Valor de Importancia Ecológica Ampliado (IVIE) de las 12 espe-

cies más representativas (márgenes 1 y 2 del área que se rehabilita). Pági-

na 56 de la tesis

Figura 16. Distribución de los individuos en tres clases diamétricas (márgenes 1 y 2 del

área que se rehabilita). Página 57 de la tesis

Figura 17. Estructura vertical distribuida en tres clases de altura (márgenes 1 y 2 del

área que se rehabilita). Página 58 de la tesis

Figura 18. Línea tendencial en por ciento del incremento de la cobertura forestal del

área en 10 años (márgenes 1 y 2 del área que se rehabilita). Página 61 de

la tesis.

Figura 19. Fotografía de las riberas del río Cuyaguateje inundadas por las precipitacio-

nes, 10 junio del año 2006, en anexos

Figura 20. Distribución de la riqueza de especies por categorías sinantrópicas (márge-

nes 1 y 2 del área que se rehabilita). Página 64 en la tesis

Figura 21. Fotografía del área que se rehabilita con la participación de los actores loca-

les, año 2009, en anexos

Figura 22. Distribución de la riqueza de especies, según los usos más frecuente de la

flora sinantrópica. Página 67 en la tesis

Figura 23. Triada conocimiento, sensibilidad y disposición al cambio asociada a las

riberas del río Cuyaguateje y su interrelación con los actores locales, en los

anexos

Figura 24. Esquema de la triangulación de datos o combinación de diferentes métodos

aplicados durante la investigación, en anexos

Figura 25. Comportamiento de las infracciones cometidas por los actores locales en

las riberas en el período comprendido 2001 – 2004. Página 74 en la tesis

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Figura 26. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los ac-

tores locales sobre la legislación. Página 74 en la tesis

Figura 27. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los ac-

tores locales sobre las especies arbóreas apropiadas para la reforestación

de las riberas. Página 78 en la tesis

Figura 28. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los ac-

tores locales sobre la importancia socio-económica del bosque de ribera.

Página 81 en la tesis

Figura 29. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los ac-

tores locales sobre la función ambiental del bosque de ribera. Página 82 en

la tesis

Figura 30. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los

actores locales sobre las causas del deterioro de las riberas del río Cuya-

guateje. Página 84 en la tesis

Figura 31. Fotos de cultivos agrícolas en las riberas del río Cuyaguateje en el año

2003, en anexos

Figura 32. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los

actores locales sobre los más interesados por la reforestación. Página 86 en

la tesis

Figura 33. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los

actores locales sobre la tendencia al cambio de los actores locales. Página

89 en la tesis

Figura 34. Distribución de frecuencias obtenidas de acuerdo a la percepción de los

actores locales sobre el método de reforestación más idóneo. Página 90 en

la tesis

Figura 35. Secuencia lógica de las líneas trazadas en la estrategia participativa para la

rehabilitación del bosque de ribera del río Cuyaguateje, municipio Guane

Figura 36. Acciones de capacitación para la recuperación de las riberas del río Cuya-

guateje con los actores locales (decisores y ejecutores), en anexos

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Figura 1. Cárcavas localizadas en las riberas del río Cuyaguateje en el año 2003, producidas por el manejo inadecuado de los suelos

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Figura 2. Localización del área de estudio  

Área testigo

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Figura 4. Vegetación que se recupera con la rectificación de cárcavas, en las riberas del

río Cuyaguateje

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Figura 5. Fotografía aérea, vuelo general del año 1970, K-10, escala 1:35 000 y georre-ferenciada a través de Mapinfo obteniendo salida cartográfica a escala 1: 18 960. Mues-tra el estado de la cubierta vegetal de las riberas del río Cuyaguateje en el año 1970 

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Figura 6. Imagen Google de alta resolución del año1999, período más crítico en la deforestación de toda la ribera del río Cuyaguateje (comienzo de la investigación)

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Figura 7. Imagen Google de alta resolución, año 2009, se observa recuperación de la vegetación en las riberas del río Cuyaguateje, que se rehabilitan con la participación de los actores locales

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Figura 19. Fotografía de las riberas del Cuyaguateje inundada por las precipitaciones, 10 junio del año 2006

Figura 21. Fotografía del área que se rehabilita con la participación de los

actores locales, año 2009

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•Percepciones sobre el marco legislativo relativa al manejo del bosque de ribera.•Percepciones sobre las especies arbóreas apropiadas para reforestar la ribera.•Percepciones sobre la función socio económica del bosque de ribera.•Percepciones sobre la función ambiental del bosque de ribera.

Conocimiento

•Percepciones sobre la causas de deforestación de las riberas del río Cuyaguateje.•Percepciones sobre los más interesados por reforestar la ribera del río Cuyaguateje.

Sensibilidad

•Percepciones acerca de las acciones de cambio tendentes hacia la reforestación de la ribera del río Cuyaguateje.

Disposición al cambio

Figura 23. Triada conocimiento, sensibilidad y disposición al cambio asociada a las riberas del río Cuyaguateje y su interrelación con los actores locales Figura 24. Esquema de la triangulación de datos o combinación de diferentes métodos aplicados durante la investigación

Sondeo de los actores locales

Talleres participativos

Entrevista en profundidad Entrevista Semi-estructurada

Observación

Visitas al campo

Análisis de percepción de los actores locales

SONDEO DEL ESPACIO GEOGRÁFICO COMUNAL

IAP

Simple y participante

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Figura 31. Fotos de cultivos agrícolas en las riberas del río Cuyaguateje en el año 2003

Figura 36. Acciones de capacitación para la recuperación de las riberas del río Cuyaguateje con los actores locales (decisores y ejecutores)

Page 146: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

Figura 35. Secuencia lógica de las líneas trazadas en la estrategia participativa para la rehabilitación del bosque de ribera

del río Cuyaguateje, municipio Guane

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Índice de tablas Tabla 1. Relación de los campesinos colindantes y su edad (área que se rehabilita),

en anexos

Tabla 2. Categorías para evaluar la presencia de especies originales (área que se

rehabilita), en anexos

Tabla 3. Categorías para evaluar la presencia de estratos originales (área que se

rehabilita), en anexos

Tabla 4. Categorías para evaluar el grado de cobertura vegetal (área que se rehabili-

ta), en anexos

Tabla 5. Categorías para evaluar el área ocupada por caminos (área que se rehabili-

ta), en anexos

Tabla 6. Categorías para evaluar el grado de extracción de los recursos forestales

(área que se rehabilita), en anexos

Tabla 7. Categorías para evaluar la modificación por ocurrencia de fuegos (área que

se rehabilita), en anexos

Tabla 8. Categorías para evaluar la modificación por cultivos agrícolas (área que se

rehabilita), en anexos

Tabla 9. Categorías para evaluar la incidencia del pastoreo de ganado mayor y me-

nor (área que se rehabilita), en anexos

Tabla 10. Categorías para evaluar la Introducción de especies exóticas (área que se

rehabilita), en anexos

Tabla 11. Matriz general de evaluación del grado de modificación (área que se rehabi-

lita), en anexos

Tabla 12. Metodología para la clasificación de especies sinantrópicas propuesta por

Ricardo et al., (1995), en anexos

Tabla 13. Clave para interpretar el índice de sinantropismo (Matos y Ballate, 2006), en

anexos

Tabla 14. Clave para interpretar abundancia de especies invasoras (Matos y Ballate,

2006), en anexos

Tabla 15. Matriz general para determinar el grado de conservación. Página 40 de la

tesis

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Tabla 16. Especies arbóreas y arbustivas identificadas en el área que se rehabilita

con la participación de los actores locales en las riberas del río Cuyaguateje

con alturas mayores de 2 m (curso medio) Página 43 de la tesis

Tabla 17. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera en la margen 1, con espe-

cies arbóreas > 2 m de altura, en anexos

Tabla 18. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera en la margen 2, con espe-

cies arbóreas > 2 m de altura, en anexos

Tabla 19. Total de familias y riqueza de especies identificadas en ambas márgenes

que se rehabilitan, en anexos

Tabla 20. Familias identificadas en cada margen que se rehabilita, en anexos

Tabla 21. Índices de dominancia de Simpson y su recíproco, de los individuos con

d1,3 ≥ 2,5 cm por parcelas en cada margen. Página 46 de la tesis

Tabla 22. Especies en común entre ambas márgenes rehabilitadas, en anexos

Tabla 23. Especies identificadas en el área de estudio (rehabilitada y testigo), en

anexos

Tabla 24. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera río Cuyaguateje, margen

(1) Dr = Dominancia relativa; Fr = Frecuencia relativa; Ar = abundancia rela-

tiva; IVIE = Índice de Valor de Importancia Ecológica, en anexos

Tabla 25. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera del río Cuyaguateje mar-

gen (2) Dr = Dominancia relativa; Fr = Frecuencia relativa; Ar = abundancia

relativa; IVIE = Índice de Valor de Importancia Ecológica, en anexos

Tabla 26. Abundancia de las especies por parcelas y árboles/ha en el estrato de la

regeneración natural de la margen 1, en anexos

Tabla 27. Abundancia de las especies por parcelas y árboles/ha en el estrato de la

regeneración natural de la margen 2, en anexos

Tabla 28. Parámetros fitosociológicos bosque de ribera del río Cuyaguateje, área que

se rehabilita margen (2) Aa = Abundancia absoluta; Fa = Frecuencia absolu-

ta; RN= Regeneración Natural y RNRi = Regeneración Natural Relativa, en

anexos

Tabla 29. Parámetros fitosociológicos bosque de ribera del río Cuyaguateje, área que

se rehabilita margen (2), Aa = Abundancia absoluta; Fa = Frecuencia abso-

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luta; RN= Regeneración Natural; RNRi = Regeneración Natural Relativa, en

anexos

Tabla 30. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera del río Cuyaguateje área

que se rehabilita margen (1), incluyendo (IVIEA), en anexos

Tabla 31. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera del río Cuyaguateje área

que se rehabilita margen (2), incluyendo (IVIEA), en anexos

Tabla 32. Especies arbóreas y arbustivas inventariadas, que coinciden con las que

existían antes del año 1974, en anexos

Tabla 33. Especies exóticas identificadas en el área que se rehabilita, en anexos

Tabla 34. Valores asignados a los indicadores modificantes. Página 63 de la tesis

Tabla 35. Matriz de evaluación del grado de modificación. Página 63 de la tesis

Tabla 36. Categoría de la especies sinantrópicas identificadas en el área que se reha-

bilita en ambas márgenes del río Cuyaguateje, en anexos

Tabla 37. Especies invasoras identificadas en el área que se rehabilita de las riberas

del río Cuyaguateje, en anexos

Tabla 38. Resumen de indicadores evaluados para determinar grado de conservación

del bosque de ribera en el “río Cuyaguateje según Matos y Ballate (2006)

Tabla 39. Grado de rehabilitación del bosque de ribera del río Cuyaguateje en el curso

medio. Página 66 de la tesis

Tabla 40. Categorías de usos de las especies identificadas en el área, en anexos

Tabla 41. Codificador de variables para la interpretación de los datos, en anexos

Tabla 42. Análisis de correlación entre las variables estudiadas. Coeficiente de corre-

lación Rho de Spearman, en anexos

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Tabla1. Relación de los campesinos y su edad (área que se rehabilita)

No. Productor Edad 1 Pedro Cordero R 56 2 Carlos E Martínez 42 3 Marcos Samón 43 4 Hermes Linares 64 5 Cirilo Martínez 65 6 Julio Alonso 45 7 Carlos L Cordero 74 8 Domingo Álvarez 69 9 Pablo Hernández 76 10 Marcelo Ramos 58 11 Víctor Mederos 53 12 Tomás Martínez 68 13 Orlando Cruz Cordero 44 14 Juan Alonso García 40 15 Pedro Martínez Urra 66 16 Carmen Santoyo 44 17 Leobaldo Márquez 39 18 Tomás Brito Sosa 94 19 Domingo Fernández 56 20 Pedro Santoyo Ramos 74 21 Julio González Acosta 61 22 Antonio Cruz Ramos 40 23 Pablo R Zabala 60 24 Doris Caro Pimienta 50 25 Rene M Cruz 60 26 Bernaldo Serrano 62 27 Eusebio Álvarez 67 28 Teresa Domínguez 59 29 Francisco Valdés 59 30 Armando Ramos 72 31 Noel Pérez 71 32 Juan A Roque 41 33 Antonio Valle 50 34 Tomas R Valle 94 35 Lázaro Martínez 59 36 Pedro Carriles 61 37 José A Santoyo 49 38 Orlando Cruz Sant. 44 39 Juan Ramos Martínez 62 40 Osvaldo Camejo 73 41 Domingo Estrada 69 42 Rafael Ramos Sosa 75 43 José Acosta Santamaría 41 44 Ismael Martínez 57

Page 152: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

Explicación y matriz de análisis para determinar el grado de conservación del área que se rehabilita Grado de representatividad de las especies originales: Se determinó a partir de las es-

pecies apófitas (excluyendo las extrapófitas por su posible origen en otra formación ve-

getal y su capacidad para conquistar hábitats alterados), no se tuvo en cuenta especies

no sinantrópicas propias de esa formación, ni endémicos locales no sinantrópicos, pues

todas las especies identificadas en el área tienen categorías sinantrópicas, este resulta-

do fue interpretado a partir de las categorías que se muestran en la Tabla 2.

Tabla 2. Categorías para interpretar presencia de especies originales

Grado de representatividad Presencia de especies originales Valor Alta >65% 3

Alta – media 65 – 41 2 Media – baja 40 – 15 1

Bajo o inexistente 15 – 0 0

Grado de representatividad de estratos originales de la vegetación: Se evaluó la posibi-

lidad de existencia de estratos propios de esta vegetación, comparando las especies

que se identificaron en el inventario florístico con los resultados de la entrevista semi-

estructurada (Entrevista No.2 anexos), aplicada a campesinos nacidos cerca del área,

en la que se evalúo la composición florística representativa y la altura de estos estratos,

comparándose también con los criterios de otros autores sobre las características de la

vegetación de estos ecosistemas como: Samek (1973, 1974); Álvarez y Varona (1988);

Capote y Berazaín (1984) y Aldana et al., (2006 y 2007).Tabla 3.

Tabla 3. Categorías para interpretar presencia de estratos originales Categorías Características ValorAlta Todos los estratos originales incluyendo los principales 3 Alta-media La mayoría de los estratos originales incluyendo los principales 2 Media-baja Irregularidad de los estratos originales incluyendo los principales 1 Bajo o inexis-tente

Algunos estratos aislados incluyendo los principales o ausencia total de estratificación

0

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Tabla 4. Categorías para evaluar el grado de cobertura vegetal

Categorías Características ValorMuy alto Cuando la cobertura de la vegetación ocupa más del 85 % del área del

territorio 3

Alto Cuando la cobertura de la vegetación ocupa del 75 al 85% del total del territorio

2

Medio Cuando la cobertura de la vegetación abarca entre el 65 y 75 del área total del territorio

1

Bajo Cuando la cobertura de la cubierta vegetal ocupa menos del 65 % 0

Grado de modificación: para su determinación se tuvo en cuenta la sumatoria de los

indicadores: caminos existentes, la extracción de recursos (arena), ocurrencia de fue-

gos, tala de árboles, cultivos agrícolas, pastoreo, introducción de especies; analizados a

través de distintas matrices, que evalúan cada factor modificante, traduciendo los carac-

teres cualitativos a valores cuantitativos Tablas: 5, 6, 7, 8, 9, 10 y 11.

Tabla 5. Categorías para evaluar el área ocupada por caminos

% de Ocupación Valor asignado 0-10 5

11-20 4 21-30 3 31-40 2 41-50 1 > 50 0

Tabla 6. Categorías para evaluar el grado de extracción de los recursos forestales

Grado de extracción Valor asignado Extracción intensa 0 Medianamente intensa 1 Poca extracción 2 No hay extracción 3

Tabla 7. Categorías para evaluar la modificación por ocurrencia de fuegos Intensidad y duración Valor asignado Intenso y duradero 0 Intenso y no duradero 1 Mediano intenso y duradero 2 Mediano intenso no duradero 3 No hubo fuegos 4

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Tabla 8. Categorías para evaluar la modificación por cultivos agrícolas Categoría Realizan labores de cultivo Valor asignado

Muy alto Más de un 10 % de los actores sociales 0

Alto Entre el 5 y el 10 % de los actores sociales 1

Mediano Entre el 1 y el 5 % de los actores sociales 2

Bajo Menos del 1 % de los actores sociales 3

Tabla 9. Categorías para evaluar la incidencia del pastoreo de ganado mayor y menor Categorías Incurren en infracciones por pastoreo extensivo Valor asignado Muy alto Más de un 10 % de los actores incurren en infraccio-

nes 0

Alto Entre un 5-10 % de los actores incurren en infracciones 1

Medio Entre un 1-5 % de los actores incurren en infracciones 2

Bajo Menos de un 1% de los actores incurren en infraccio-nes

3

Tabla 10. Categorías para evaluar la introducción de especies exóticas Categorías Grado de introducción Valor asignado

Muy alto Más del 50 % de las especies son introducidas 0

alta Entre el 30% y el 50 % de las especies son introducidas 1

medio Entre el 15 y el 30 % de las especies son introducidas 2

baja Menos del 15 % de las especies son introducidas 3

Tabla 11. Matriz general de evaluación del grado de modificación

Suma de los valores Grado de modificación Valor

1-4 Muy Alto 0

5-14 Alto 1

15-20 Medio 2

> 20 Bajo 3

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Tabla 12. Metodología para la clasificación de especies sinantrópicas, propuesta por Ricardo (1995) Categoría Descripción Parapófitos Especies de origen desconocido Apófitas Especies sinantrópica de origen nativo Antropófita Especies sinantrópica introducida con o sin intención Extrapófito Apófito que excede su hábitat

Intrapófito Apófito, cuyo número no tiene incremento significativo, después de la alte-ración del hombre.

Intrapófito pione-ro

Apófito, especie pionera cuyo número se incrementa explosivamente bajo cualquier alteración ecológica

Intrapófito recu-rrente

Apófito, especies dominantes que bajo alteraciones ecológicas fuertes reinvaden su hábitat.

Arqueófitos Antropófito introducidos por los Amerindios, antes del siglo XVI

Efemerófito Antropófito, introducidos por negros, blancos o asiaticos durante el siglo XVI o después.

Epecófito Antropófito, especie persistente en hábitats ruderales. Agriófito Antropofito, especie persistente en comunidades naturales o seminaturales. Holoagriófito Antropófito, planta que crecen en lugares naturales

Hemiagriófito Antropófito, planta que crece en áreas seminaturales bajo impacto ocasio-nal humano

Tabla 13. Clave para interpretar el índice de sinantropismo

Categorías Valor asignado

Is > 0,5 Indica que el ecosistema está en buen estado de conservación. 3 Is = 0,5 Indica que el ecosistema se encuentra estático o en transición,

dependiendo de los agentes que interactúan con el ecosistema en el futuro.

2

Is < 0,5 y aproximándose más a 0, muestra que el ecosistema sufre un se-vero impacto sinantrópico. 1

Is = 0 Indica que la vegetación original está completamente destruida. 0

Tabla 14. Clave para interpretar abundancia de especies invasoras Grado abundancia de especies inva-soras

% que representa del área total evaluada Valor

Alta > 65% 0 Alta a media 41-65% 1 Media a baja 16-40% 2 Baja o inexistente 0-15% 3

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Tabla 17. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera en la margen 1, con especies arbóreas > 2 m de altura

ESPECIE P1 P2 P3 P4 P5 P6 P7 P8 P9 P10 P11 P12 P13 P14 P15 P16 P17 A. mangium 2 10 A. inermis 1 1 A. reticulata 1 B. vulgaris 21 23 24 8 13 19 23 13 16 19 B. simaruba 1 3 1 C. hirsuta 3 C. dentata 2 C. collococca 1 2 3 C. americana 2 D. cinerea 7 G. gerascantoides 2 4 1 3 1 G. arborea 2 1 4 1 G. guidonia 1 1 4 G. ulmifolia 9 12 3 3 2 7 4 2 2 2 T. elatum 9 1 3 L. domingensis 2 2 1 4 1 4 1 1 1 M. indica 3 3 1 2 1 1 P. guajava 6 1 2 1 R. regia 1 S. saman 9 4 4 4 1 3 6 1 3 4 1 3 1 S. saponaria 2 1 1 4 2 1 1 1 2 S. mombin 3 1 1 1 S. mahagoni 1 S. macrophyla 1 T. angustata 3 3 1 T. citrifolia 4 1 4 1 2 3 T. catappa 2 3 T. hirta 8 3 1 3 6 indiv 27 39 31 38 16 39 17 44 36 12 13 17 27 26 21 25 29 sp 6 6 9 8 7 9 8 12 8 5 4 5 5 4 5 6 7

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Tabla 18. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera en la margen 2, con especies arbóreas > 2 m de altura

ESPECIE P18 P19 P20 P21 P22 P23 P24 P25 P26 P27 P28 P29 P30 p31 P32 P33 P34A. mangium 1 1 1A. inermis 1 1A. reticulata 1B. vulgaris 9 9 8 7 8 7 7 7B. simaruba 1C. odorata 1 4 11C. occidentalis 10 1 2 1C. nucifera 1C. collococca 2 3 2 2 2D. cinerea 1 5 3G. gerascantoides 2 3G. sepium 2 5G. arborea 4 4 4 2 4 3 5G. guidonia 2 10 2 1G. ulmifolia. 9 8 5 3 1 2 3 5 5T. elatum 5 1 5 2 2 1 3L. domingensis 3 2 2 1 2 2 2 2 7 1 1M. indica 1M. bijugatus 1 1 1P. guajava 1 2 2R. regia 2 3 1 3 2 1S. saman 5 7 2 2 2 3 1 1 2 3 1 6S. saponaria 3 2 3 9 5 1 3 4 1S. mombin 2 2 3 3 3 3 1 2 1S. mahagoni 4 8 4 2 1 2 5 10S. macrophyla 4 3 1 1T. citrifolia 3 1 7 1 6 4 2 2 1T. catappa 1T.hirta 1 1 3 2 3 2 2K. senegalensis 1indiv 52 47 39 19 16 13 19 23 13 27 27 15 32 27 23 38 23sp 16 10 10 4 6 5 10 10 2 8 9 6 12 7 9 11 8

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Tabla 19. Total de familias y riqueza de especies, identificada en ambas márgenes del área que se rehabilita

No Familia Especies1 Meliaceae 7 2 Mimosaceae 3 3 Sapindaceae 3 4 Anacardiaceae 3 5 Fabaceae 3 6 Arecaceae 2 7 Bignonaceae 1 8 Boraginaceae 2 9 Annonaceae 1 10 Apocinaceae 1 11 Burseraceae 1 12 Clusiaceae 1 13 Combretaceae 1 14 Flacourtiaceae 1 15 Malvaceae 1 16 Myrtaceae 2 17 Poaceae 1 18 Rubiaceae 1 19 Simarubaceae 1 20 Sterculeaceae 1 21 Verbenaceae 1

Total 38

Tabla 20. Familias identificadas en cada margen del área que se rehabilita

Margen 1 Margen 2 Anacardiaceae AnacardiaceaeAnnonaceae Annonaceae Apocinaceae Apocinaceae Arecaceae Arecaceae Bignonaceae Boraginaceae Boraginaceae Burceraceae Burceraceae CombretaceaeCombretaceae Fabaceae Fabaceae Malvaceae Flacourtiaceae Meliaceae Malvaceae Mimosaceae Meliaceae Myrtaceae Mimosaceae Poaceae Myrtaceae Rubiaceae Poaceae Sapindaceae Sapindaceae Sterculeaceae Sterculeaceae Verbenaceae Verbenaceae

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Tabla 22. Especies en común entre ambas márgenes que se rehabilitan

No Especies 1 Acacia mangium Willd 2 Andira inermis (W.Wright) Kunth ex DC. 3 Anonna reticulata L 4 Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland 5 Bursera simaruba (L)Sargent. 6 Casearia hirsuta Sw 7 Cordia collococca L 8 Cupania americana L. 9 Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm.

10 Gerascanthus gerascantoides L. 11 Gmelina arborea Roxb. 12 Guarea guidonia L.Sleumer 13 Guazuma ulmifolia Lam. 14 Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. 15 Mangifera indica L. 16 Melicoccus bijugatus Jacq. 17 Psidium guajava L. 18 Roystonea regia HBK O. F. Cook. 19 Samanea saman Jacq. 20 Sapindus saponaria L. 21 Simaruba glauca D.C. 22 Spondias mombin L 23 Swietenia mahagoni L 24 Swietenia macrophyla king 25 Tabernaemontana citrifolia L. 26 Talipariti elatum Frixell (Sw) 27 Terminalia catappa L 28 Trichilia havanensis Jacq. 29 Trichilia hirta L.

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Tabla 23. Especies identificadas en el área de estudio (rehabilitada y testigo) Especies ( área natural) Especies (área que se rehabilita) Común en ambas áreas Alibertia edulis (L.C.Rich). Acacia mangium Willd Bursera simaruba L. Sargent. Bursera simaruba L. Sargent. Andira inermis (W. Wright) Kunth Casearia hirsuta Sw Calycophyllum candidissimun '(Vahl) DC. Anonna reticulata L Comocladia dentata Jacq Casearia hirsuta Sw. Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland Cupania americana L. Cinnamomun elongatum (Nees) Kostermans Bursera simaruba (L) Sargent. Guarea guidonia L. Sleumer Cochlospermun vitifolium (Willd) Calophyllum antillanum (Britt.) Standl Guazuma ulmifolia Lam.

Comocladia dentata Jacq. Casearia hirsuta Sw Lonchocarpus domingensis (Pers). DC.

Cupania americana L. Cedrela odorata L Roystonea regia HBK O. F. Cook. Chrysophyllum cainito L. Cephalanthus occidentalis L. Sapindus saponaria L. Erythroxylum havanense Jacq. Cocos nucifera L Spondias mombin L Gossypiospermum praecox (Gris.) P. Wilson Comocladia dentata Jacq

Syzygium jambos L. Alston in Trimen

Guarea guidonia( L). Sleumer Cordia collococca L Tabernaemontana citrifolia L. Guazuma ulmifolia Lam. Cupania americana L. Trichilia hirta L. Lonchocarpus domingensis(Pers). DC Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm. Trichilia havanensis Jacq. Luchea speciosa Willd Gerascanthus gerascantoides L. Matayba apetala Macf. RDKL. Gliricidia sepium Jacq. Urb. Oxandra lanceolata SW: Baill. Gmelina arborea Roxb. Protium cubense (Rose.) Guarea guidonia(L). Sleumer Roystonea regia HBK O. F. Cook. Guazuma ulmifolia Lam. Sapindus saponaria L. Khaya senegalensis Juss. Spondias mombin L. Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. Syzygium jambos L. Alston in Trimen Mangifera indica L. Tabernaemontana citrifolia L. Melicoccus bijugatus Jacq Trichilia havanensis Jacq. Psidium guajava L. Trichilia hirta L. Roystonea regia HBK O. F. Cook. Zanthoxylum elephantiasis Macfd. Samanea saman (Jacq.) Sapindus saponaria L. Simaruba glauca DC Spondias mombin L Swietenia mahagoni L Swietenia macrophyla King Syzygium jambos L. Alston in Trimen Tabebuia angustata Britt. Tabernaemontana citrifolia L. Talipariti elatum Frixell (Sw) Terminalia catappa L Trichilia havanensis Jacq. Trichilia hirta L.

Page 161: UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO FACULTAD FORESTAL Y …

Tabla 24. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera río Cuyaguateje, margen (1). Dr = Dominancia relativa; Fr = Frecuencia relativa; Ar = Abundancia relativa; IVIE = Índice de Valor de Importancia Ecológica

ESPECIE Dr Fr Ar IVIE Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland. 6,93 9,01 31,70 47,63

Samanea saman Jacq. 20,78 11,71 10,81 43,30

Guazuma ulmifolia Lam. 17,47 9,01 11,30 37,78

Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. 3,99 7,21 4,18 15,37

Sapindus saponaria L. 2,87 7,21 3,69 13,76

Acacia mangium Willd. 8,75 1,80 2,95 13,50

Trichilia hirta L. 3,42 4,50 5,16 13,08

Spondias mombin L 7,89 3,60 1,47 12,97

Gmelina arborea Roxb. 5,65 3,60 1,97 11,22

Mangifera indica L. 2,70 5,41 2,70 10,81

Tabernaemontana citrifolia L. 1,18 5,41 3,69 10,27

Talipariti elatum Frixell (Sw) 3,97 2,70 3,19 9,87

Gerascanthus gerascantoides L 2,64 4,50 2,70 9,85

Psidium guajava L. 1,47 3,60 2,46 7,53

Cordia collococca L. 3,15 2,70 1,47 7,33

Tabebuia angustata Britt. 1,36 2,70 1,72 5,78

Guarea guidonia L. Sleumer 0,97 2,70 1,47 5,15

Bursera simaruba (L.) Sargent. 1,21 1,80 1,23 4,24

Terminalia catappa L. 0,89 1,80 1,23 3,92

Andira inermis (W.Wright) Kunth ex DC. 0,58 1,80 0,49 2,87

Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm. 0,08 0,90 1,72 2,70

Comocladia dentata Jacq 1,15 0,90 0,49 2,54

Casearia hirsuta Sw. 0,03 0,90 0,74 1,67

Cupania americana L. 0,15 0,90 0,49 1,54

Swietenia macrophyla King. 0,31 0,90 0,25 1,46

Swietenia mahagoni L. 0,22 0,90 0,25 1,36

Annona reticulata L. 0,14 0,90 0,25 1,29

Roystonea regia HBK O. F. Cook. 0,05 0,90 0,25 1,20

Totales 100 100 100 300

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Tabla 25. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera del río Cuyaguateje margen (2). Dr = dominancia relativa; Fr = Frecuencia relativa; Ar = abundancia relativa; IVIE = Índice de Valor de Importancia Ecológica

ESPECIE Dr Fr Ar IVIE

Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland 11,53 5,52 13,69 30,73

Gmelina arborea Roxb 19,63 4,83 5,74 30,20

Samanea saman (Jacq.) 13,39 8,28 7,73 29,39

Guazuma ulmifolia Lam. 9,99 6,21 9,05 25,25

Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. 5,00 7,59 5,52 18,10

Swietenia mahagoni L 4,14 5,52 7,95 17,61

Talipariti elatum Frixell (Sw) 8,25 4,83 4,19 17,27

Sapindus saponaria L. 3,49 6,21 6,84 16,54

Roystonea regia HBK O. F. Cook. 8,82 4,14 2,65 15,61

Spondias mombin L. 3,63 6,21 4,42 14,25

Tabernaemontana citrifolia L. 0,52 6,21 5,96 12,69

Trichilia hirta L. 0,29 4,83 3,09 8,21

Cedrela odorata L. 1,83 2,07 3,53 7,44

Cordia collococca L. 0,81 3,45 2,43 6,69

Swietenia macrophyla king. 1,81 2,76 1,99 6,56

Guarea guidonia L. Sleumer. 0,30 2,76 3,31 6,37

Cephalanthus occidentalis L. 0,18 2,07 3,09 5,33

Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm. 0,90 2,07 1,99 4,95

Gliricidia sepium (Jacq). 1,25 1,38 1,55 4,17

Acacia mangium Willd. 0,95 2,07 0,66 3,68

Psidium guajava L. 0,33 2,07 1,10 3,50

Andira inermis Sw. 1,43 1,38 0,44 3,25

Gerascanthus gerascantoides Jacq. 0,52 1,38 1,10 3.00

Melicoccus bijugatus Jacq. 0,03 2,07 0,66 2,76

Cocos nucifera L. 0,37 0,69 0,22 1,28

Khaya senegalensis (Desr.) 0,37 0,69 0,22 1,28

Bursera simaruba (L.) Sargent. 0,21 0,69 0,22 1,12

Annona reticulata L. 0,03 0,69 0,22 0,94

Mangifera indica L. 0,01 0,69 0,22 0,92

Terminalia catappa L. 0,01 0,69 0,22 0,92

Totales 100 100 100 300

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Tabla 26. Abundancia de las especies por parcelas y árboles/ha en el estrato de la regeneración natural de la margen 1 Especies P1 P2 P3 P4 P5 P6 P7 P8 P9 P10 P11 P12 P13 P14 P15 P16 P17 A T. citrifolia 1 1 2 1 1 1 6 2 4 1 20 S. saman 1 2 1 3 2 1 3 2 15 G. ulmifolia 2 1 4 1 1 1 10 T. hirta 2 2 1 1 2 3 11 T. havanensis 1 1 1 3 C. americana 2 1 2 3 2 1 4 15 S. monbin 1 2 1 3 2 1 10 L. domingensis 1 2 1 3 7 S. saponaria 4 2 2 3 1 12 C. dentata 1 1 1 1 4 G. arborea 2 6 4 12 T. angustata 2 1 2 5 G.gerascantoides 3 1 1 5 G. guidonea 1 1 1 3 R. regia 1 1 1 3 T. catappa 1 1 2 4 B. simaruba 1 1 2 C. collococca 1 2 1 4 A. inermis 2 2 T. elatum 2 5 7 B. vulgaris 1 1 1 3 D. cinerea 1 1 M. indica 1 1 M. bijugatus 1 3 4 P. guajava 1 2 2 5 Total individuos 11 9 12 7 10 8 12 10 9 7 10 5 15 11 8 15 9 168 Total especies 7 7 6 5 8 5 3 7 4 5 4 4 6 6 4 7 6 25 Árboles/ ha (Prom.) 4400 3600 3200 2800 4000 2400 6000 4800 5200 4000 5600 1600 8400 4000 3200 7040 3600 3952

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Tabla 27. Abundancia de las especies por parcelas y árboles/ha en el estrato de la regeneración natural de la margen 2 Especies P18 P19 P20 P21 P22 P23 P24 P25 P26 P27 P28 P29 P30 P31 P32 P33 P34 A A. inermis 1 1 B. simaruba 2 1 3 C. hirsuta 1 1 2 C. americana 2 1 5 1 1 1 1 2 11 C. occidentalis 5 1 6 C. collococca 1 1 D. cinerea 1 1 G. gerascantoides 3 3 G. sepium 1 1 G. arborea 1 1 1 12 1 16 32 G. guidonia 10 2 1 4 17 G. ulmifolia 2 2 2 2 6 T. elatum 1 4 1 2 2 10 L. domingensis 1 2 2 1 2 6 M. indica 1 1 2 M. bijugatus 1 1 1 P. guajava 1 1 R. regia 1 1 1 1 4 2 10 S. saman 2 2 1 2 1 1 1 10 S. saponaria 2 11 1 5 2 2 23 S. mombin 1 1 2 4 T. citrifolia 2 2 2 5 1 1 2 15 T. catappa 5 1 1 1 1 9 T. hirta 7 1 2 1 1 2 14 S. glauca 1 1 C. antillanun 1 1 T. havanensis 1 1 2 S. jambos 1 1 Total de individuos 18 7 12 17 15 12 15 11 19 9 12 20 8 10 9 3 5 194 Total de especies 6 6 7 5 5 7 2 10 4 7 5 4 6 7 7 2 3 Árboles/ha (Prom.) 7200 2800 4800 6800 6000 4800 6000 4400 7600 3600 4800 8000 3200 4000 3600 1200 2000 4564

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Tabla 28. Parámetros fitosociológicos bosque de ribera del río Cuyaguateje, área que se rehabilita, margen (1). Aa = Abundancia absoluta; Fa = Frecuencia absoluta; RN= Regeneración Natural; RNRi = Regeneración Natural Relativa

No Especies Aa Fa RN RNRi

1 Tabernaemontana citrifolia L. 20 10 30 11,4

2 Samanea saman (Jacq.) 15 8 23 8,75

3 Guazuma ulmifolia Lam. 10 6 16 6,08

4 Trichilia hirta L. 11 6 17 6,46

5 Trichilia havanensis Jacq. 3 3 6 2,28

6 Cupania americana L. 15 7 22 8,37

7 Spondias mombin L. 10 6 16 6,08

8 Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. 7 4 11 4,18

9 Sapindus saponaria L. 12 5 17 6,46

10 Comocladia dentata Jacq. 4 4 8 3,04

11 Gmelina arborea Roxb. 12 3 15 5,7

12 Tabebuia angustata Britt. 5 3 8 3,04

14 Gerascanthus gerascantoides L. 5 3 8 3,04

15 Guarea guidonea L. Sleumer. 3 3 6 2,28

16 Roystonea regia HBK O. F. Cook. 3 3 6 2,28

17 Terminalia catappa L. 4 3 7 2,66

18 Bursera simaruba (L) Sargent. 2 2 4 1,52

19 Cordia collococca L. 4 3 7 2,66

20 Andira inermis (W. Wright) Kunth ex DC. 2 1 3 1,14

21 Talipariti elatum Frixell (Sw) 7 2 9 3,42

22 Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland. 3 3 6 2,28

23 Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm. 1 1 2 0,76

24 Mangifera indica L. 1 1 2 0,76

25 Melicoccus bijugatus Jacq. 4 2 6 2,28

26 Psidium guajava L. 5 3 8 3,04

Total 168 64 263 100

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Tabla 29. Parámetros fitosociológicos bosque de ribera del río Cuyaguateje, área que se rehabilita, margen (2). Aa = Abundancia absoluta; Fa = Frecuencia absoluta; RN: Regeneración Natural; RNRi = Regeneración Natural Relativa

No Especies Aa Fa RN RNRi

1 Gmelina arborea Roxb 32 4 36 13,1

2 Sapindus saponaria L. 23 3 26 9,5

3 Guarea guidonia L Sleumer 17 3 20 7,3

4 Tabernaemontana citrifolia L. 15 5 20 7,3

5 Trichilia hirta L. 14 5 19 6,9

6 Cupania americana L. 11 4 15 5,5

7 Talipariti elatum Frixell (Sw) 10 4 14 5,1

8 Roystonea regia HBK O. F. Cook. 10 3 13 4,7

9 Samanea saman (Jacq.) 10 5 15 5,5

10 Terminalia catappa L. 9 2 11 4,0

11 Cephalanthus occidentalis L. 6 2 8 2,9

12 Guazuma ulmifolia Lam. 6 4 10 3,6

13 Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. 6 3 9 3,3

14 Spondias mombin L. 4 4 8 2,9

15 Bursera simaruba (L) Sargent. 3 2 5 1,8

16 Gerascanthus gerascantoides L. 3 1 4 1,5

17 Casearia hirsuta Sw. 2 4 6 2,2

18 Mangifera indica L. 2 3 5 1,8

19 Trichilia havanensis Jacq. 2 2 4 1,5

20 Andira inermis (W. Wright) Kunth ex DC 1 2 3 1,1

21 Cordia collococca L. 1 4 5 1,8

22 Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm 1 2 3 1,1

23 Gliricidia sepium Jacq. Urb 1 1 2 0,7

24 Melicoccus bijugatus Jacq 1 2 3 1,1

25 Psidium guajava L. 1 2 3 1,1

26 Simaruba glauca D.C. 1 2 3 1,1

27 Calophyllum antillanun Britt. 1 1 2 0,7

28 Syzygium jambos L. Alston 1 1 2 0,7

Total 194 80 274 100

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Tabla 30. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera del río Cuyaguateje área que se rehabilita margen (1), incluyendo (IVIEA) No Especies Ar Fr Dr IVIr RNRi IVIEA 1 Samanea saman (Jacq.) 20,8 11,7 10,8 43,3 8,7 52,0 2 Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland 6,9 9,0 31,7 47,6 2,3 49,9 3 Guazuma ulmifolia Lam. 17,5 9,0 11,3 37,8 6,1 43,9 4 Tabernaemontana citrifolia L. 1,2 5,4 3,7 10,3 11,4 21,7 5 Sapindus saponaria L. 2,9 7,2 3,7 13,8 6,5 20,2 6 Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. 4,0 7,2 4,2 15,4 4,2 19,6 7 Trichilia hirta L. 3,4 4,5 5,2 13,1 6,5 19,5 8 Spondias mombin L. 7,9 3,6 1,5 13,0 6,1 19,0 9 Gmelina arborea Roxb. 5,6 3,6 2,0 11,2 5,7 16,9

10 Acacia mangium Willd. 8,7 1,8 2,9 13,5 13,5 11 Talipariti elatum Frixell (Sw.) 4,0 2,7 3,2 9,9 3,4 13,3 12 Gerascanthus gerascantoides Jacq. 2,6 4,5 2,7 9,9 3,0 12,9 13 Mangifera indica L. 2,7 5,4 2,7 10,8 0,8 11,6 14 Psidium guajava L. 1,5 3,6 2,5 7,5 3,0 10,6 15 Cordia collococca L 3,2 2,7 1,5 7,3 2,7 10,0 16 Cupania americana L. 0,1 0,9 0,5 1,5 8,4 9,9 17 Tabebuia angustata Britt. 1,4 2,7 1,7 5,8 3,0 8,8 18 Guarea guidonia L. Sleumer 1,0 2,7 1,5 5,2 2,3 7,4 19 Terminalia catappa L. 0,9 1,8 1,2 3,9 2,7 6,6 20 Bursera simaruba (L.)Sargent. 1,2 1,8 1,2 4,2 1,5 5,8 21 Comocladia dentata Jacq. 1,1 0,9 0,5 2,5 3,0 5,6 22 Andira inermis (W.Wright) Kunth ex DC. 0,6 1,8 0,5 2,9 1,1 4,0 23 Roystonea regia HBK O. F. Cook. 0,1 0,9 0,2 1,2 2,3 3,5 24 Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm. 0,1 0,9 1,7 2,7 0,8 3,5 25 Trichilia havanensis Jacq. 2,3 2,3 26 Melicoccus bijugatus Jacq. 2,3 2,3 27 Casearia hirsuta Sw. 0,0 0,9 0,7 1,7 1,7 28 Swietenia macrophyla king. 0,3 0,9 0,2 1,5 1,5 29 Swietenia mahagoni L. 0,2 0,9 0,2 1,4 1,4 30 Anonna reticulata L 0,1 0,9 0,2 1,3 1,3 Total 100 100 100 300 100 400 Leyenda: Ar = Abundancia relativa; Fr = Frecuencia relativa; Dr = Dominancia relativa IVIEr = Índice de Valor de Importancia relativo; RNRi = Regeneración Natural Relativa, IVIEA = Índice de Valor de Importancia Ecológica Ampliado

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Tabla 31. Parámetros fitosociológicos del bosque de ribera del río Cuyaguateje área que se rehabilita margen (2), incluyendo (IVIEA) No Especies Ar Fr Dr IVI RNRi IVIEA

1 Gmelina arborea Roxb. 19,6 4,8 5,7 30,2 13,1 43,3 2 Samanea saman (Jacq.) 13,4 8,3 7,7 29,4 5,5 34,9 3 Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland 11,5 5,5 13,7 30,7 30,7 4 Guazuma ulmifolia Lam. 10,0 6,2 9,1 25,2 3,6 28,9 5 Sapindus saponaria L. 3,5 6,2 6,8 16,5 9,5 26,0 6 Talipariti elatum Frixell (Sw) 8,2 4,8 4,2 17,3 5,1 22,4 7 Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. 5,0 7,6 5,5 18,1 3,3 21,4 8 Roystonea regia HBK O. F. Cook. 8,8 4,1 2,6 15,6 4,7 20,4 9 Tabernaemontana citrifolia L. 0,5 6,2 6,0 12,7 7,3 20,0

10 Swietenia mahagoni L 4,1 5,5 7,9 17,6 17,6 11 Spondias mombin L 3,6 6,2 4,4 14,3 2,9 17,2 12 Trichilia hirta L. 0,3 4,8 3,1 8,2 6,9 15,1 13 Guarea guidonia L 0,3 2,8 3,3 6,4 7,3 13,7 14 Cordia collococca L 0,8 3,4 2,4 6,7 1,8 8,5 15 Cephalanthus occidentalis L. 0,2 2,1 3,1 5,3 2,9 8,3 16 Cedrela odorata L 1,8 2,1 3,5 7,4 7,4 17 Swietenia macrophyla king 1,8 2,8 2,0 6,6 6,6 18 Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm 0,9 2,1 2,0 5,0 1,1 6,0 19 Cupania americana L. 5,5 5,5 20 Terminalia catappa L 0,0 0,7 0,2 0,9 4,0 4,9 21 Gliricidia sepium (Jacq.) 1,2 1,4 1,5 4,2 0,7 4,9 22 Psidium guajava L. 0,3 2,1 1,1 3,5 1,1 4,6 23 Gerascanthus gerascantoides L. 0,5 1,4 1,1 3,0 1,5 4,5 24 Andira inermis Sw 1,4 1,4 0,4 3,3 1,1 4,3 25 Melicoccus bijugatus Jacq 0,0 2,1 0,7 2,8 1,1 3,9 26 Acacia mangium Willd 0,9 2,1 0,7 3,7 3,7 27 Bursera simaruba (L)Sargent. 0,2 0,7 0,2 1,1 1,8 2,9 28 Mangifera indica L. 0,0 0,7 0,2 0,9 1,8 2,7 29 Casearia hirsuta Sw 2,2 2,2 30 Trichilia havanensis Jacq. 1,5 1,5 31 Cocos nucifera L 0,4 0,7 0,2 1,3 1,3 32 Khaya senegalensis (Desr) 0,4 0,7 0,2 1,3 1,3 33 Simaruba glauca D.C. 1,1 1,1 34 Anonna reticulata L 0,0 0,7 0,2 0,9 0,9 35 Syzygium jambos L. Alston 0,7 0,7 36 Calophyllum antillanun Britt. 0,7 0,7

Total 100 100 100 300 100 400 Leyenda: Ar = Abundancia relativa; Fr = Frecuencia relativa; Dr = Dominancia relativa IVIER=Índice de Valor de Importancia Relativo; RNRi=regeneración Natural Relativa, IVIEA= Índice de Valor de Importancia Ecológica Ampliado.

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Tabla 32. Especies arbóreas y arbustivas inventariadas, que coinciden con las que existían antes de la década del 70, según refieren los campesinos

No Especies

1 Andira inermis (W. Wright) Kunth.

2 Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland.

3 Bursera simaruba (L) Sargent.

4 Casearia hirsuta Sw.

5 Cephalanthus occidentalis L.

6 Comocladia dentata Jacq.

7 Cordia collococca L.

8 Cupania americana L.

9 Gerascanthus gerascantoides L.

10 Guarea guidonia L.

11 Guazuma ulmifolia Lam.

12 Lonchocarpus domingensis (Pers). DC.

13 Mangifera indica L.

14 Melicoccus bijugatus Jacq.

15 Roystonea regia HBK O. F. Cook.

16 Samanea saman (Jacq.)

17 Sapindus saponaria L.

18 Spondias mombin L.

19 Tabebuia angustata Britt.

20 Tabernaemontana citrifolia L.

21 Terminalia catappa L.

22 Trichilia hirta L.

23 Trichilia havanensis Jacq.

24 Syzygium jambos L. Alston.

25 Calophyllum antillanum (Britt.) Standl.

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Tabla 33. Especies exóticas identificadas en el área que se rehabilita

No Especies exóticas 1 Acacia mangium Willd.

2 Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland.

3 Cephalanthus occidentalis L.

4 Cocos nucifera L.

5 Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm.

6 Gliricidia sepium Jacq. Urb.

7 Gmelina arborea Roxb.

8 Mangifera indica L.

9 Melicoccus bijugatus Jacq

10 Psidium guajava L.

11 Samanea saman (Jacq.)

12 Swietenia macrophyla king.

13 Terminalia catappa L.

14 Khaya senegalensis (Desr.)

15 Syzygium jambos L. Alston.

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Tabla 36. Categorías sinantrópicas y hábito de las especies identificadas en el área que se rehabilita en ambas márgenes del río Cuyaguateje No Especies Hábito Categoría 1 Acacia mangium Willd T Antropófita Hemiagrófita intencionalmente introducido 2 Andira inermis (W. Wright) Kunth T Apófita, Intrapófito 3 Anonna reticulata L. T Apófita, Extrapófito 4 Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland H Antropófita, Hemiagrófita intencionalmente introducido 5 Bursera simaruba (L) Sargent. T Apófita Intrapófito recuperador 6 Casearia hirsuta Sw S Apófita, Extrapófito 7 Cedrela odorata L. T Apófita, Extrapófito 8 Cephalanthus occidentalis L. S Antropófita Holagriófitos 9 Cocos nucifera L. T Antropófita Holagriófitos intencionalmente introducido

10 Comocladia dentata Jacq. S Apófita, Extrapófito 11 Cordia collococca L. T Apófita, Extrapófito 12 Cupania americana L. T Apófita, Intrapófito pionero 13 Dichrostachys cinerea (L) Wigth et Arm. S Antropófita, Hemiagrófita intencionalmente introducido 14 Gliricidia sepium Jacq. Urb. T Antropófita, Hemiagrófita intencionalmente introducido 15 Gerascanthus gerascantoides L. T Apófita, Extrapófito 16 Gmelina arborea Roxb. T Antropófita intencionalmente introducido 17 Guarea guidonia L. T Apófita Intrapófito recuperador 18 Guazuma ulmifolia Lam. T Apófita, Extrapófito 19 Talipariti elatum Frixell (Sw.) T Apófita, Extrapófito 20 Lonchocarpus domingensis (Pers). DC. T Apófita, Extrapófito 21 Mangifera indica L. T Antropófita, Hemiagrófita intencionalmente introducido 22 Melicoccus bijugatus Jacq. T Antropófita, Hemiagrófita intencionalmente introducido 23 Psidium guajava L. S Antropófita,Arqueófito intencionalmente introducido 24 Roystonea regia HBK O. F. Cook. T Apófita, Extrapófito 25 Samanea saman (Jacq.) T Antropófita, Hemiagrófita intencionalmente introducido 26 Sapindus saponaria L. T Apófita, Intrapófito pionero 27 Spondias mombin L. T Apófita, Intrapófito 28 Swietenia mahagoni L. T Apófita, Extrapófito 29 Swietenia macrophyla king. T Antropófita, Hemiagrófita int 30 Tabebuia angustata Britt. T Apófita Intrapófito recuperador 31 Tabernaemontana citrifolia L. T Apófita, Intrapofito pionero 32 Terminalia catappa L. T Antropófita, Hemiagrófita intencionalmente introducido 33 Trichilia hirta L. S Apófita, Intrapófito pionero 34 Khaya senegalensis (Desr.) T Antropófita intencionalmente introducido 35 Trichilia havanensis Jacq. S Apófita, Intrapófito pionero 36 Syzygium jambos L. Alston S Antropófita, Hemiagrófita intencionalmente introducido 37 Calophyllum antillanum (Britt.) Standl T Apofito,extrapófito 38 Simaruba glauca DC. T Apofita extrapófito

Leyenda: T (árbol), S (arbusto), H (Hierba perenne).

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Tabla 37. Clasificación de las especies invasoras identificadas en el área que se rehabilita de las riberas del río Cuyaguateje

Especies y clasificación

Bambusa vulgaris Schrader ex Wendland: Invasora* t Samanea saman (Jacq.): Potencialmente invasora Gmelina arborea Roxb.: Potencialmente invasora t Dichrostachys cinerea (L.) Wigth et Arm.: Invasora* t Acacia mangium Willd: Potencialmente invasora t Psidium guajava L.: Invasora* t Mangifera indica L.: Potencialmente invasora Swietenia macrophyla King: Potencialmente invasora t Terminalia catappa L.: Invasora* t

Melicoccus bijugatus Jacq.: Potencialmente invasora Cocos nucifera L.: Potencialmente invasora

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Tabla 40. Categorías de usos de las especies identificadas en el área que se rehabilita

Especies Usos A. mangium MR A. inermis MR, ME, MD, OU A. reticulata MD, ME, OU B. vulgaris MR, ME, OU B. simaruba MR, ME, MD, OU C. hirsuta MR, ME, OU C. odorata MR, ME, MD, OU C. occidentalis OU C. nucifera MD, OU C. dentata MR, ME, OU C. collococca MR, ME, MD, OU C. americana MR, ME, ME D. cinerea MR, ME, MD, OU G sepium MR, ME, MD, OU G. gerascantoides MR, ME, MD, OU G. arborea MR G. guidonia MR, MD, OU G. ulmifolia MR, ME, MD, OU T. elatum MR, ME, MD, OU L. domingensis MR, ME, MD, OU M. indica MR, ME, MD, OU M. bijugatus ME, OU P. guajava MR, ME, MD, OU R. regia MR, ME, MD, OU S. saman MR, ME, MD, OU S. saponaria ME, MD, OU S. mombin ME, MD, OU S. mahagoni. MR, ME, MD, OU S. macrophyla MR T. angustata MR, ME, OU T. citrifolia ME T. catappa MR, ME, MD, OU T. hirta MR, ME, MD, OU K. senegalensis MR T. havanensis MR, ME, MD, OU S. jambos ME, MD, OU C. antillanum. MR , OU, S. glauca. OU

Leyenda: MR -maderable, ME –melíferas, MD -medicinales, OU -otros usos.

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Tabla 41. Codificador de variables para la interpretación de los datos Conjuntos

Dimensiones 1-(visiones atrasadas) 2 (visiones intermedias) 3 (visiones avanzadas)

1. Percepciones so-bre la legislación relativa al manejo del bosque de ribe-ra.

No conoce regulaciones legales sobre el manejo de la ribera.

Solo reconoce autoridad del SEF so-bre el patrimonio forestal. Desconoce regulaciones sobre la F. F. H.

Conocen regulaciones sobre la FFH (ancho mínimo, obliga-toriedad de reforestación, manejo, etc.). Reconoce autori-dad del SEF sobre patrimonio forestal

2. Percepciones so-bre las especies ar-bóreas apropiadas para la reforestar la ribera.

No identifica ninguna espe-cie arbórea apropiada para el bosque de ribera.

Reconoce solo especies de árboles que han existido o existen en la ribe-ra. No justifica la presencia de los mismos en la ribera.

Reconoce las especies propias del ecosistema. Identifica las características (sistema radical, velocidad crecimiento, resistencia a crecientes, etc.) de dichas especies, con res-pecto a la función del bosque de ribera.

3. Percepciones so-bre la función socio-económica del bos-que de ribera.

No considera aportaciones económicas y/o sociales del bosque de ribera.

Concepción de aprovechamiento del bosque restringida a la madera.

Identifica potencialidades del bosques de riberas, en cuanto a beneficios económicos y/o sociales (madera, fibras, ali-mentación tanto para humanos como para animales, semi-llas, valor paisajístico)

4. Percepciones so-bre la función am-biental del bosque de ribera.

No reconoce ninguna fun-ción ambiental

Reconoce la función antierosiva del bosque de ribera.

Identifica la función del bosque de controlar la erosión del suelo, relaciona el bosque con la calidad del agua, lo asocia con diversidad biológica y reconoce impacto del bosque sobre cultivos aledaños.

5. Percepciones so-bre la causalidad de la deforestación de las riberas del río Cuyaguateje.

No define las causas que han provocado la defores-tación de las riberas

Desmarca claramente la responsabili-dad por la deforestación de las riberas del río Cuyaguateje a agentes exter-nos (adversidades climáticas, crecien-tes, apoyo institucional, problema heredado, etc.).

Considera múltiples las causas de la deforestación de las riberas del Cuyaguateje, o sea, identifica causas externas e internas (carencia de conocimientos sobre manejo de ese bosque, escasez de mano de obra, limitaciones fondo de tiempo, carencia de insumos). Inundaciones, presa del Cu-yaguateje.

6. Interés por la refo-restación

No demuestra ningún inte-rés porque se proteja las áreas colindantes con las ribera

Expresa claramente la necesidad de que se reforeste el área, pero no rea-liza acciones comprometedoras.

Expresa claramente la necesidad de que se reforeste el área, realiza acciones para la reforestación, exige las postu-ras o semillas que necesita para la reforestación.

7.Tendencia al cam-bio

Cree que la forestal es el encargado de la reforesta-ción de las riberas del río.

Muestra interés por reforestar el área pero considera el Estado como el máximo interesado y responsable por esta reforestación.

Considera que sin la participación de los campesinos la re-forestación nunca tendrá los logros deseados, pues para este los actores sociales implicados en el deterioro son los máximo responsable en la rehabilitación de este ecosistema

8.Método de refores-tación más idóneo

Considera que cualquier método es bueno para la reforestación.

Reconoce que la mejor vía para la reforestación es la plantación con posturas producidas en la empresa forestal

Considera que en todos los sitios no se puede reforestar con el mismo método, pues para él, el método lo define las condiciones de sitio y el tipo de postura, este puede ser plantación, regeneración natural y siembra en estacas.

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Tabla 42. Análisis de correlación entre las variables estudiadas. Coeficiente de correlación Rho de Spearman

** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). * La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).

Leyenda AL. Actores Locales ET. Estatus de tenencia PE. Procedencia de los encuestados P S L. Percepción sobre la legislación

PSFA. Percepción sobre la función ambiental PSEI. Percepción sobre las especies idóneas PSCD. Percepción sobre las causas deterioro

PSIE. Percepción sobre importancia económica IR. Interés por la reforestación TC. Tendencia al cambio MR. Método de reforestación

AL ET PE PSLF PSFA PSEI PSCD PSIE IR TC MR

AL Coef.de correl. 1,000 -,754(**) -,637(**) -,233 -,429(*) -,051 ,127 -,312 -,260 ,393(*) -,658(**)

ET

Coef. de correl -,754(**) 1,000 ,302 ,393(*) ,454(*) ,240 ,132 ,601(**) ,346 -,340 ,464(*)

PE

Coef. de correl -,637(**) ,302 1,000 ,077 ,362 ,125 -,313 -,100 ,314 -,253 ,408(*)

PSL

Coef. de correl -,233 ,393(*) ,077 1,000 ,173 -,008 ,019 ,286 ,201 -,306 ,167

PSFA

Coef. de correl -,429(*) ,454(*) ,362 ,173 1,000 ,262 ,209 ,150 ,606(**) ,193 ,428(*)

PSEI

Coef.de correl -,051 ,240 ,125 -,008 ,262 1,000 ,302 ,267 ,390(*) ,393(*) -,087

PCD

Coef. de correl ,127 ,132 -,313 ,019 ,209 ,302 1,000 ,152 ,145 ,244 -,145

PIE

Coef. de correl -,312 ,601(**) -,100 ,286 ,150 ,267 ,152 1,000 ,343 -,057 ,295

IR

Coef. de correl -,260 ,346 ,314 ,201 ,606(**) ,390(*) ,145 ,343 1,000 ,051 ,298

TC

Coef. de correl ,393(*) -,340 -,253 -,306 ,193 ,393(*) ,244 -,057 ,051 1,000 -,167

MR

Coef. de correl -,658(**) ,464(*) ,408(*) ,167 ,428(*) -,087 -,145 ,295 ,298 -,167 1,000

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Índice de otros anexos Estrategia con las líneas y acciones para la rehabilitación de las riberas del río

Cuyaguateje, municipio Guane. Páginas i-vii

Expresiones de los campesinos en los distintos intercambios. Páginas viii-x.

Normas y regulaciones sobre los bosques de ribera. Páginas xii-xvi.

Entrevistas realizadas a los campesinos. Páginas xvii-xx.

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Líneas y acciones para la rehabilitación de las riberas del río Cuyaguateje, municipio Guane.

Líneas Acciones Fecha Participan Responsable1. Explorar toda la información existente

sobre rehabilitación de los bosques de ribera a nivel nacional y global y trasladar a la comunidad.

Permanente Equipo del proyecto Coordinador del proyecto

2. Delimitar el área a rehabilitar, para ello se pueden utilizar información del SEF y fo-tografías aéreas del área.

Inicio del proyecto

Campesinos y funcionario del SEF especialista en reforestación

SEF

3. Seleccionar los líderes formales e infor-males de la comunidad.

Inicio del proyecto

Facilitador, actores eje-cutores y decisores

Facilitador participativo

4. Realizar un diagnóstico integral participa-tivo para evaluar los factores ambienta-les, socioculturales y económicos, en él que se detallará el uso y tenencia del suelo, situación económica de cada cam-pesino y sus necesidades reales y senti-das.

Inicio del proyecto

Equipo del proyecto Coordinador del proyecto

1-Análisis y or-ganización real del contexto

5. Integrar a todos los organismos decisores de conjunto con los actores ejecutores en la búsqueda de soluciones a los problemas que se presentan (Servicio Estatal Forestal, Em-presa Forestal Integral, Asociación Nacional de Pequeños Agricultores, Sede Universitaria Municipal, escuelas primarias, el CITMA, di-rectivos del Consejo Popular y los campesi-nos con sus familias). Los talleres participati-vos, las visitas al campo, los eventos científi-cos, las actividades recreativas, las reuniones con los distintos actores ejecutores y deciso-res son los escenarios para lograr la integra-ción.

Inicio del proyecto

Facilitador participativo y actores locales (ejecu-tores y decisores)

Facilitador participativo

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ii

Líneas y acciones para la rehabilitación de las riberas del río Cuyaguateje, municipio Guane. (Continuación…)

Líneas Acciones Fecha Participan Responsable 1. Capacitar a los actores locales de la comunidad sobre las

normas y aparato regulativo existente para el manejo de los bosques de ribera.

Primer semestre

Facilitador participativo SEF, CGB y actores ejecu-tores.

Coordinador del proyecto

2. Sistematizar la observación directa, el contacto regular y personal, del equipo del proyecto con los actores (ejecuto-res y decisores), participando en sus acontecimientos de vi-da.

Permanente

Coordinador del proyecto y actores (ejecutores y deci-sores).

Coordinador del proyecto

3. Realizar los talleres de intercambio donde participen todos los actores (ejecutores-decisores) para fomentar conoci-mientos básicos y ganar en la comprensión sobre la necesi-dad de la rehabilitación de las riberas, utilizando este espa-cio como escenario donde cada actor ejecutor exponga sus experiencias en la rehabilitación negativa y positiva.

Permanente

Facilitador participativo y actores (ejecutores y deci-sores) vinculados al pro-yecto de rehabilitación del bosque de ribera.

Coordinador del proyecto

4. Desarrollar actitudes y aptitudes en los actores (ejecutores y decisores), basadas en la adquisición de valores sociales y el interés por la rehabilitación de las ribera, asumiendo el bosque importante, no sólo para la economía, sino desde una perspectiva holística es decir integrando lo económico, social y ambiental.

Permanente Facilitador participativo y actores (ejecutores y deci-sores).

Equipo del proyecto

5. Estimular la participación individual y colectiva de los acto-res locales, profundizando el sentido de responsabilidad de cada persona de manera individual y los grupos sociales de manera general.

Permanente Facilitador participativo y actores (ejecutores y deci-sores) vinculados al pro-yecto de rehabilitación.

Facilitador par-ticipativo

6. Promover y generalizar los mejores resultados en la rehabi-litación, mediante el intercambio de experiencias entre pro-ductores de avanzada y estos con los que aún no hayan logrado los resultados deseados, esto debe hacerse en la práctica directa. Coincidiendo con Garibaldi (2008) bajo la modalidad de “aprendiendo-haciendo” y potenciando el in-tercambio de experiencias horizontales de “productor a pro-ductor”, pueden lograrse mejores resultados.

Siempre que se certifique la planta-ción, de cada campesino.

Actores ejecutores y SEF SEF

2- Capacitación y educación

7. Elaborar plegables donde se muestren las características y la importancia de este bosque como protector de las riberas del río más importante del occidente cubano para el presen-te y el futuro de la comunidad en general.

Inicio del proyecto

SEF, Profesores y alumnos de la Sede universitaria Municipio de Guane

Sede universi-taria municipio Guane.

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iii

Líneas y acciones para la rehabilitación de las riberas del río Cuyaguateje, municipio Guane. (Continuación…)

Líneas Acciones Fecha Participan Responsable 1. Adoptar un enfoque de planeación local y des-

centralizado, que incorpore las experiencias de los actores locales sobre la base del concepto de bosques de ribera, incorporando a los cam-pesinos como entes responsables, de manera que se involucren a estos y sus familias desde el inicio de la rehabilitación de una manera activa y garante.

Permanente Equipo del pro-yecto y campesi-nos

Coordinador del Proyecto

2. Promover el ordenamiento ecológico, con una amplia y activa participación de los actores eje-cutores. Los campesinos colindantes involucra-dos deben decidir y asumir su responsabilidad en cuanto a sus deberes para una participación responsable dentro del grupo. Deberán ser ellos los que con la ayuda de la asistencia técnica se comprometan a reforestar sus propias áreas, así como adoptar las medidas pertinentes para su protección y manejo, para lograrlo es necesario que haya empoderamiento de los actores ejecu-tores.

Permanente Sociólogo, espe-cialista en cien-cias forestales y actores ejecuto-res (campesinos y familias)

Especialista forestal

3-Participa- ción compro-metida de los actores loca-les

3. Implementar y promover actividades productivas compatibles con la conservación de la diversidad biológica, basadas en principios agroecológicos.

Permanente Actores ejecuto-res y especialis-tas en agroeco-logía.

Especialistas en agroeco-logía.

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iv

Líneas y acciones para la rehabilitación de las riberas del río Cuyaguateje, municipio Guane. (Continuación…)

Líneas Acciones Fecha Participan Responsable1. Responsabilizar en la rehabilitación a cada campe-

sino y familia colindante a las riberas, estos defini-rán las especies y métodos de reforestación idó-neos para cada tramo de las riberas, según las ex-periencias de los campesinos, lo que permite eje-cutar la reforestación por pequeños tramos.

Inicio del proyecto

SEF, CGB y campesinos

Coordinador del proyecto

2. Impedir la plantación de especies invasoras y las-que contaminan el agua con el desprendimiento de sus hojas, flores y frutos como: A. mangium, G. arborea, S. jambos.

Permanente SEF y CGB SEF

3. Controlar y regular la introducción de especies ex-óticas sin una probada adaptación; así como el uso de agroquímicos tóxicos que contaminan el ecosis-tema.

Permanente SEF y CGB SEF

4. El SEF debe certificar el área establecida (planta-ción o regeneración natural), aplicando medios que estimulen a los actores ejecutores que mayor por ciento de especies autóctonas y de área hayan lo-grado.

Cuando los árboles es-tén estable-cidos

SEF y actores ejecutores.

SEF

4- Manejos silvícolas bajo la modalidad de la partici-pación comu-nitaria

5. Rescatar las prácticas silvícolas que apenas se utilizan en la actividad forestal actual, como: la plantación de estacas, la siembra directa, la rege-neración natural y el enriqueciendo individual con las especies propias del lugar o naturalizadas y especies de valor maderable de probada adapta-ción. Proporcionar atención especial a las especies pioneras y que más resiliencia han mostrado ante las inundaciones.

Permanente Facilitador parti-cipativo, SEF y actores ejecuto-res.

SEF

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v

Líneas y acciones para la rehabilitación de las riberas del río Cuyaguateje, municipio Guane. (Continuación…)

Líneas Acciones Fecha Participan Responsable6. Crear viveros comunitarios o familiares para la pro-

ducción de plantas forestales nativas con importantes valores maderables y melíferas así como frutales in-jertados de mayor aceptación por los actores locales. Entre las especies de valor maderable destacar: T. elatum, C. antillanum, G. gerascantoides, G. guido-nia. Los frutales deben ser los de preferencia por los actores locales y que tengan el consentimiento del SEF.

Entre los me-ses de junio a septiembre, para garanti-zar las postu-ra que se plantaran a en los meses de noviembre.

Campesinos y familias y funcio-narios del SEF.

SEF

7. Delimitar futuras áreas recreativas, bancos de semi-llas forestales y frutales, vinculado con los campesi-nos aventajados en la rehabilitación de las riberas.

Inicio del pro-yecto de re-habilitación

Actores ejecuto-res y decisores

Equipo del proyecto

8. Valorar la posibilidad de utilizar el camino de uso tra-dicional de la comunidad "La Arenera " como sendero interpretativo para el turismo de naturaleza, una vez que se haya logrado la rehabilitación total de área, esta puede ser una vía de remuneración para la loca-lidad.

Establecida la plantación

SEF y Actores ejecutores

Coordinador del proyecto

9. Seguir potenciando en especies nativas el área expe-rimental "Vega Noel Pérez", incluir el sistema agrofo-restal tradicional. De esta manera el bosque de ribera se convierte en escenario de aprendizaje para la su-peración agroforestal de los estudiantes de nivel pri-mario, medio y superior, lo que propiciará la motiva-ción para estudios forestales y agrícolas desde los primeros niveles de enseñaza.

Permanente Campesino Noel Pérez, Sede Uni-versitaria del Municipio Gua-ne, profesores y alumnos de la carrera de Ing. Forestal

Campesino Noel Pérez y coordinador del proyecto

4- Manejos silvíco-las bajo la modali-dad de la partici-pación comunita-ria (Continuación…)

10. Implantar sistemas agroforestales tradicionales con previa capacitación y aceptación de los campesinos. Esta técnica es aplicada en el mundo como vía para aprovechar y enriquecer el suelo, en este caso se pueden aplicar cultivos de árboles con diversas acti-vidades, agrícolas y de pastoreo.

Cuando se establece el bosque

Campesinos y especialistas

Equipo del proyecto

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vi

Líneas y acciones para la rehabilitación de las riberas del río Cuyaguateje, municipio Guane. (Continuación…)

Líneas Acciones Fecha Participan Responsable 1. Promover la administración del bosque de ribera a

nivel de unidad de campesino.

Permanente SEF y campesi-nos

SEF 5-Autogestión de los campesinos sobre el bosque de ribera.

2. Capacitar a los campesinos en la autogestión del bosque de ribera de manera general y la particulari-dad de cada especie. Cada campesino debe conocer el momento y los manejos que le realizará a cada es-pecie, el que debe estar controlado y certificado por el Servicio Estatal Forestal. También se tendrá en cuen-ta las experiencias de los campesinos.

Permanente SEF y campesi-nos

SEF

1. Planificar la ejecución de las actividades educativas y organizativas que permitan el control y la vigilancia es-tricta del área con la inserción de los actores ejecuto-res, lo que requiere una responsabilidad pública y so-cial. Las mismas deben articularse en tres grandes ejes: • Importancia de lo que se protege. • Para qué se protege. • Qué resultados proporciona su protección

Inicio del pro-yecto

SEF, CGB y campesino

SEF 6-Actividades de protección y vigi-lancia

2. El Cuerpo de Guardabosques y el Servicio Estatal Fo-restal deben ser más sistemático y estrictos cuando se infringen las normas y leyes establecidas para la pro-tección de los bosques de ribera, esto se puede lograr en la medida que se planifiquen más visitas al área y se haga un registro que contemple los actores (no pro-pietarios de tierras) que tienen ganado mayor y menor, y acostumbran a pastorear dicho ganado de manera ilegal en las márgenes del río.

Permanente CGB y SEF Coordinador del proyecto

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vii

Líneas y acciones para la rehabilitación de las riberas del río Cuyaguateje, municipio Guane. (Continuación…)

Líneas Acciones Fecha Participan Responsable 1. Elegir el grupo evaluador. Este grupo debe estar

integrado por funcionarios del SEF, campesinos, CGB y el coordinador del proyecto.

Inicio del proyecto

Actores ( deci-sores y ejecuto-res)

Coordinador del proyecto

2. Determinar los indicadores a evaluar como: por ciento de logros y supervivencias, especies

autóctonas, enriquecimiento con especies de va-lor económico (maderables y frutales), compor-tamiento de la dinámica forestal y otros que pue-dan surgir.

Inicio del proyecto

SEF y ejecuto-res

SEF

3. Planificar fecha de evaluación.

Inicio de ca-da año

Grupo evalua-dor

SEF y coor-dinador del proyecto

4. Decidir cómo se comunicarán los resultados (para quiénes y cuándo).

Inicio del proyecto

Grupo evalua-dor

SEF

7-Evaluación participativa

5. Realizar la evaluación Terminando la campaña de reforesta-ción

Grupo evalua-dor

Coordinador del proyecto

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Expresiones de los campesinos en los distintos intercambios

“Nosotros conocemos la ley, sabemos que no se pueden arar 20 m a la orilla del río,

estamos seguros que este trabajo nos favorece… ” (Pedro Cordero, campesino).

“La ley forestal es muy clara en ella se dice que los ríos principales tienen que

reforestarse 20 m., como mínimo, ahora a veces esto depende de las características del

río, hay lugares que se hace necesario cubrir con más de 20 m en otros hasta con 15

m o 17 m se resuelve, eso si, en la ley esta claro lo de la reforestación… ” (Agustín

Lago Díaz, Jefe del Servicio Estatal Forestal en Guane).

“Yo sé que existe una ley que hay que cumplir, y que hay que respetar un ancho del río,

pero no sé del ancho que tienen que sembrarse de palos, de cuánto ancho se puede

cultivar de cultivos agrícolas…” (Juan Ramos, campesino).

“Los logros de supervivencia han sido bajos porque no se han seleccionado las etapas

de sequía para plantar, debe sembrarse en la segunda quincena de octubre y el mes de

noviembre…” (Domingo Estrada, campesino).

“Yo diría que las que más abundan son el Guamá y el Jaboncillo, esas matas tú no las

ves en las áreas forestales donde están los pinares, pero sí donde más abundan es en

la orilla de los ríos, donde único tú vas a ver un Guamá es por toda la orilla del río,

cuando niño habían más, hubo un tiempo que no había ni uno, ahora los estoy viendo

de nuevo... ” (Eusebio Álvarez, campesino).

“El jaboncillo y el Guamá, se dan solo, yo lo he visto, lo he visto desde niño en las

orillas de este río, sí y lo he visto en otros ríos también…” (Hermes Linares,

campesino).

“Aquí hay que plantar, está bien, vamos a plantar con lo que se da, aquí nosotros

sabemos que hay tramos que no se da la Caña brava y la forestal viene y las siembra,

sí y no nos dicen nada, entonces namá que hay una crecida se las lleva el río, se tupe y

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ix

se pierde todo y nadie ve eso, porque no se guían por lo que le decimos, si nosotros

conocemos esto mejor que nadie, porque hemos visto crecer las matas en este río

desde que éramos muchacho…” (Orlando Cruz Cordero, campesino).

“Por qué no se planta el Algarrobo, eso es madera y hasta comida pa el ganao, y

además resiste mucho las crecidas, yo los he visto aquí desde toda la vida y están ahí,

en mi vega no, ahí es por gusto sembrar, ahí lo único que sale es la clavellina, si la

clavellina esa es la que se da en la tierras como las mías de mucha inundación, la cubre

y se vuelve un monte…” (Pedro Cordero, campesino).

“El cedro es muy bueno, si, buena madera, pero aquí no se puede sembrar porque se

pierde, esas matas son de partes mas altas…” (Antonio Valle, campesino).

“Nosotros los técnicos también hemos permitido que no se haya tenido el conocimiento

de las especies idóneas para la reforestación porque el trabajo se ha hecho por cumplir

planes, fíjense que aquí se han traído posturas hasta de Oriente para la orilla del río

como esa que se conoce como Gavilán y nadie ve ese gasto…” (Mario Puentes,

técnico forestal).

“La Caña brava parece no resultar en todos los lugares del río, en algunos lugares se

caen y se atraviesan en el río, eso tiene que ver con la posición del río, en todos los

lugares el río no hace la misma fuerza…” (Juan Ramos Martínez, campesino).

“La especie que más se adapta en mi zona es la guayaba, yo sembré cuando empezó

este trabajo y pueden ir ahí, están produciendo guayaba…” (Juan A. Miranda,

campesino).

“La gente no sabe lo bueno que son los árboles del río, nada mejor que refrescar

debajo de un árbol a la orilla del río, ahí cerca en el badén han hecho una playita, la

gente va y refresca, también esas matas están protegiendo que se vaya la tierra de la

orilla, mira también en mi vega hay guayaba y mango que sirve para comer y en

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x

muchas vegas hay caoba y algarrobo que se pueden utilizar para los muebles, las

matas sirven para todo, unas para una cosa y otras para otras, lo que hay es que

sembrar o dejar la tierra descansar para que las plantas nazcan solas…”(Antonio

Santoyo, campesino). “Hay que cuidar las márgenes, en mi vega habían muchos desprendimientos de tierras

y cada vez que había una crecida se perdían hasta dos metros de tierra, tierra que caía

al río y además de ensancharlo, lo tupía, yo lo he comprobado sí, y hasta lo he dicho en

la televisión, mi vega ha crecido y han crecido las producciones y todo gracias a los

palos que han sembrado a la orilla del río, sobre todo después que empezaron a oír el

criterio de nosotros los campesinos…”(Noel Pérez, campesino ).

“Yo siempre he vivido aquí y estas áreas estaban limpias de bosques, eso sí, había un

cordón de árboles de más o menos dos o tres metros, en muchos tramos del río pero

eso se acabó cuando empezó la extracción de arena, eso fue un crimen, también la

construcción de la presa, esa obra se llevó cientos de palmas, donde sí yo sé que había

mucho bosque de majagua es en la zona de la Catalina, y eso sí lo talaron con las

buldozas, para coger las vegas para la granja pecuaria…”(Antonio Santoyo,

campesino).

“Después que nos dimos cuenta de la necesidad de estos árboles para que no se

desbarranque el río, hay más árboles en la ribera, por lo menos aquí en la cooperativa

hay más, algunos se han logrado solos, otros los ha sembrado la forestal y otros

nosotros mismos. Antes de que vinieran aquí la gente del proyecto había alguna

Guásima, Palma y Algarrobo a la orilla del río, ahora hay varios tipos de matas, mira

todas esas matas de Guamá, Clavellina y Jaboncillo salieron sola na ma que se dejó de

arar y de amarrar animales... ” (Pedro Cordero, campesino).

"No estoy en contra de que se siembre, porque si ustedes lo dicen lo hago, me imagino

que ustedes sepan lo que dicen, pero ya hemos visto lo que se da aquí, y hay lugares

que el estado ha perdido mucho dinero y no ha logrado nada, ahí mismo en mi vega se

sembró Gemelina, Caoba, Cedro y hasta fruta y no se da nada, lo único que sí está ahí

es lo que nació solo, la clavellina y el jaboncillo…”(Pedro Cordero, campesino).

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Normas y regulaciones sobre los bosques de ribera Principales artículos de la Ley # 85. (Ley Forestal) relacionados con la gestión de los bosques de riberas

Artículo 15. - Los bosques son administrados con arreglo a sus funciones y ubicación

geográfica y se clasifican sobre la base de un conjunto de elementos de orden físico,

biológico, ecológico, social y económico, en:

b) bosques de protección: aquellos cuya superficie debe ser conservada

permanentemente para proteger los recursos renovables a los que estén asociados,

pero que, sin perjuicio de ello, pueden ser objeto de actividades productivas

prevaleciendo siempre su función protectora.

Artículo 19. - Los Bosques Protectores de las Aguas y los Suelos son los situados en las

cabeceras de las cuencas hidrográficas, las fajas forestales de las zonas de protección

de embalses, ríos y arroyos, así como todos los situados en pendientes mayores del

45% o en zonas susceptibles al desarrollo de la erosión hídrica o eólica; los que evitan la

erosión de los suelos y contribuyen a su rehabilitación. El ancho de las fajas forestales

de las zonas de protección de embalses y cauces fluviales será establecido

conjuntamente por el Ministerio de la Agricultura y las entidades que correspondan.

En estos bosques se admiten talas de explotación selectiva individual o en grupos y

talas totales en franjas. Los manejos silvícolas tendrán como fin principal fortalecer su

papel como protectores de los suelos y las aguas.

Artículo 21. - En las zonas declaradas bosques protectores no se podrán efectuar

actividades que ocasionen la eliminación permanente de la vegetación.

Artículo 27. - No podrán realizarse talas de explotación, independientemente de la

categoría a que pertenezcan, y quedarán sujetas a un régimen especial de protección

las áreas siguientes:

- bosques y fajas forestales de las zonas de protección de los embalses y cauces

naturales, los que circundan manantiales y a lo largo de cárcavas y barrancos;

Artículo 35. - La forestación o reforestación será de carácter obligatorio en las áreas

siguientes:

a) zonas de protección de los embalses, cauces naturales y canales, en el ancho y con

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xii

las características que se dispongan en las regulaciones complementarias de la

presente Ley.

Artículo 37. - En los trabajos de forestación, reforestación y reconstrucción de bosques,

se utilizarán especies que faciliten un adecuado equilibrio ecológico y beneficio

económico de conformidad con las disposiciones, normativas técnicas y

recomendaciones del Servicio Estatal Forestal.

Artículo 38.- El aprovechamiento de los recursos del patrimonio forestal se realizará

cumpliendo las normativas técnicas establecidas, de forma tal que se mantengan las

condiciones más favorables para el equilibrio del ecosistema en cuanto a su relación

con el suelo, el agua, la flora y la fauna silvestres.

Artículo 39.- Para el aprovechamiento de los recursos forestales o la realización de

cualquier otro tipo de corta, se requiere la previa autorización del Servicio Estatal

Forestal la que se emitirá mediante los documentos y cumpliendo los requisitos que se

establecen en el reglamento de la presente Ley.

El uso y comercialización de los productos forestales por parte de las entidades y

productores individuales será regulado en el propio reglamento, teniendo en cuenta su

balance nacional.

Artículo 45.- Todas las personas tienen derecho al disfrute del bosque y el deber de

contribuir a su cuidado y conservación.

Artículo 50.- Todas las personas tienen el deber de evitar y denunciar los actos de

depredación de las áreas boscosas, prevenir y combatir con los medios a su alcance las

plagas e incendios forestales, colaborar con las actividades de reforestación y en la

rehabilitación de las áreas afectadas por incendios y otros desastres naturales.

Artículo 62.- Se prohíbe el uso del fuego en las áreas de bosques y sus colindancias.

Artículo 69.-Toda persona natural o jurídica, que por su acción u omisión dañe el

patrimonio forestal está obligada a cesar en su conducta y a reparar los daños y

perjuicios que ocasione.

Decretos, Resoluciones y Normas con aplicación a la gestión de bosques de ribera Decreto # 179. Protección, uso y conservación de los suelos, y sus contravenciones

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xiii

Artículo 9.- Los usuarios de suelos para producción agrícola o forestal deberán cumplir

los sistemas de protección y uso de los suelos, así como explotarlos en forma racional,

de acuerdo con las normas y procedimientos vigentes.

Artículo10.- Los usuarios de suelos estarán obligados a conservarlos y a protegerlos

contra la erosión, la salinidad, la acidificación, la alcalinización, la contaminación u otras

formas de degradación, así como de actos y efectos que le sean perjudiciales.

Igualmente deberán rehabilitar los suelos dañados, elevar la fertilidad de estos, y

cumplir las medidas anteriores, todo conforme a las normas establecidas y las

disposiciones que emanen de los estudios efectuados.

Decreto # 268/99. Contravenciones de las regulaciones forestales Artículo 4.- Se consideran contravenciones de las disposiciones sobre los árboles del

patrimonio forestal y se le impondrá la multa y demás medidas que en cada caso se

establece, al que:

a) pode, desgaje, descortece o anille árboles, sin la autorización debida, 50 pesos por

cada árbol dañado y el decomiso de los medios empleado;

b) tale u ordene talar árboles sin la autorización debida, de especies diferentes a las

autorizadas, o en cantidades superiores y en lugares diferentes a los autorizados, 100

pesos por cada árbol y el decomiso de lo talado sin autorización, de las especies no

autorizadas, de lo talado en demasía, o en lugares diferentes a los autorizados y de los

medios empleados;

c) autorice, ordene talar o tale árboles cuya tala está totalmente prohibida, 300 pesos

por cada árbol y el decomiso de lo talado y de los medios empleados.

Artículo 6.- Se consideran contravenciones de las disposiciones sobre los bosques y el

manejo forestal y se le impondrá la multa y demás medidas que en cada caso se

establece al que:

b) autorice efectuar o efectúe talas de explotación en los bosques protectores

diferentes a las expresamente autorizadas en la Ley, 500 pesos, el decomiso de lo

talado y de los medios empleados y la obligación de reforestar;

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xiv

c) autorice efectuar o efectúe talas de explotación en los bosques que la Ley señala,

como sujetos a un régimen de protección especial, 500 pesos, el decomiso de lo talado

y los medios empleados y la obligación de reforestar;

e) autorice efectuar o efectúe manejos silvícolas diferentes a los establecidos en la Ley

para cada categoría o clasificación de bosques, 200 pesos;

h) no elabore y presente para su aprobación según lo establecido en la Ley y en el

Reglamento los proyectos técnicos específicos para las acciones de reforestación,

forestación, tratamientos silviculturales, reconstrucción de bosques y aprovechamiento

de productos forestales, 200 pesos por cada proyecto no elaborado y la paralización de

los trabajos hasta tanto no obtenga la aprobación;

i) no cumpla, el programa de forestación y reforestación en las áreas que como

obligatorias se señalan en la Ley, 500 pesos y la obligación de cumplirlo;

k) construya viviendas, instalaciones, fomente cultivos agrícolas, realice movimiento de

tierras no permitidos, en las fajas forestales, 500 pesos y la obligación de desactivarlas

en el plazo que se le conceda.

Artículo 10.- Se consideran contravenciones de las disposiciones sobre la protección y

conservación de los bosques y se le impondrá la multa y demás medidas que en cada

caso se establece al que:

d) pastoree ganado mayor o menor de su pertenencia o bajo su custodia sin la

correspondiente autorización en áreas de bosques, 200 pesos y el decomiso de los

animales.

Artículo 11.- Se consideran contravenciones de las disposiciones sobre prevención y

extinción de incendios forestales y se le impondrá la multa y demás medidas que en

cada caso se establezcan, al que:

a) ordene o haga uso del fuego en las áreas de bosques y sus colindancias sin la

autorización del Cuerpo de Guardabosques, o aún teniéndola incumpla las medidas de

seguridad establecidas, 500 pesos.

Resolución # 330/99. Reglamento de la Ley Forestal Artículo 13.- Las bonificaciones se pagarán por una sola vez, previa certificación del

SEF Municipal de que la plantación ha quedado establecida y/o que los manejos se han

realizado conforme a los proyectos técnicos aprobados.

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Artículo 38.- El ancho de las fajas forestales de las zonas de protección de los embalses

y cauces naturales, las que circundan manantiales y a lo largo de cárcavas y barrancas,

se establecerán mediante un estudio de las condiciones de cada lugar realizado por las

entidades autorizadas por el Ministerio de la Agricultura, el Ministerio de Ciencia,

Tecnología y Medio Ambiente o el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en cada

territorio.

No obstante, cuando no se cuente con dicho estudio dichas fajas tendrán las

dimensiones mínimas establecidas en NC 93-01-2061 de Fajas Forestales.

Artículo 40.- En las fajas forestales se prohíbe la construcción de viviendas e

instalaciones y el fomento de cultivos agrícolas, así como cualquier tipo de movimiento

de tierras, salvo que se realice como parte del cumplimiento de medidas antierosivas.

Artículo 41.- Cuando las condiciones geográficas y topográficas lo permitan, en estas

zonas se podrán efectuar plantaciones con el empleo de especies de frutales

permanentes, café y cacao, en plantaciones puras o mezcladas con especies

forestales. En estos casos se ejecutarán las medidas de conservación de suelos que

procedan y se adecuará su manejo a la protección de los recursos hídricos.

Artículo 42.- En estas fajas se podrán realizar talas de aprovechamiento, cuando se

trate de árboles que han alcanzado su fase de maduración, en que la tala selectiva

individual será autorizada por el SEF Municipal. También se podrán efectuar cortas

sanitarias debidamente autorizadas.

Artículo 43.- La forestación y reforestación de las fajas forestales es responsabilidad de

los administradores o tenentes de las áreas en que están ubicadas, para lo cual

elaborarán el programa correspondiente el cual será aprobado y controlada su

ejecución por el SEF Municipal.

Artículo 74.- Los agricultores pequeños y otros privados en cuyas tierras existen

árboles pertenecientes al patrimonio forestal pueden hacer uso de los recursos

forestales para insumo productivo de sus fincas y para la construcción y reparación de

sus viviendas y muebles y enseres domésticos.

1 La NC 93-01-206:1988 fue revisada, en su lugar quedó vigente la NC 23:1999.

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Artículo 76.- Las entidades estatales, cooperativas y personas naturales que realicen

aprovechamientos forestales para su uso, vienen obligadas a mantener la especie

aprovechada, mediante la plantación o regeneración natural de cinco árboles por cada

árbol cortado, la cual se hará previamente y como requisito para obtener la Guía

Forestal.

Artículo 82.- Las personas naturales o jurídicas que reciban tierras en usufructo, están

obligadas a cuidar, mantener y proteger los bosques y árboles de especies forestales,

existentes en las tierras recibidas, así como cumplir las disposiciones de la Ley Forestal

y del presente Reglamento.

Artículo 97.- Los árboles que se corten para aserradero por tala selectiva, tendrán un

diámetro no menor de 30 cm a una altura de 1.30 metros sobre el suelo de las especies

cedro, caoba, majagua y otras que se utilicen para objetivos similares.

.

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Entrevista No. 1

Temas para la entrevista en profundidad aplicada a los

Actores locales (campesinos y familias) para identificar uso de la flora inventariada

Datos Generales Entrevistado:

Procedencia del entrevistado:

Estatus de tenencia:

Investigador:

Fecha:

Lugar:

Hora:

Tema de la entrevista Los distintos usos: maderable, melífera, medicinal, comestible, ornamental que los

actores locales le atribuyen a las plantas arbóreas y arbustivas que se han identificado

en el bosque riberas del río Cuyaguateje.

Las especies más utilizadas por los actores locales en los diferentes usos.

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Entrevista No. 2 Entrevista semi-estructurada aplicadas a los actores locales colindantes a las riberas

del río Cuyaguateje, para determinar las especies arbóreas que existían antes de la

construcción de la presa, en la etapa crítica del período especial y las que aparecen

durante el proceso de la rehabilitación.

CUESTIONARIO

Nombre y apellidos del informante:

Edad:

Marque con un x según corresponda

Tenente de tierra: Propietario___ Usufructuario___

a) ¿Ha vivido toda la vida cerca del río Cuyaguateje? Si____ No___

b) ¿Desde que año vive cerca del río Cuyaguateje? ______

c) ¿Conoce los límites de la faja hidrorreguladora? Marque con una x Si ___ No __.

d) ¿Que altura promedio tenía el bosque de ribera que usted observó cuando era niño?

5 m a 10 m__ 10 m a 15 m___ 15 m a 20 m

e) Relacione las plantas que usted vio que tenían las mayores alturas.

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xix

De las plantas que se relacionan a continuación señale cuáles observó en las siguientes etapas.

antes del 1974 1999-2002 2002-2007 No Especies si no Especies si no Especies si no 1 Acacia Acacia Acacia 2 Yaba Yaba Yaba 3 Chirimoya Chirimoya Chirimoya 4 Caña brava Caña brava Caña brava 5 Almacigo Almacigo Almacigo 6 Raspalengua Raspalengua Raspalengua 7 Cedro Cedro Cedro 8 Clavellina Clavellina Clavellina 9 Coco Coco Coco 10 Guao Guao Guao 11 Ateje Ateje Ateje 12 Guara hembra. Guara hembra. Guara hembra. 13 Marabú Marabú Marabú 14 Piñón florido Piñón florido Piñón florido 15 Varía Varía Varía 16 Gemelina Gemelina Gemelina 17 Yamao Yamao Yamao 18 Guásima Guásima Guásima 19 Majagua Majagua Majagua 20 Guamá Guamá Guamá 21 Mango Mango Mango 22 Mamoncillo Mamoncillo Mamoncillo 23 Guayaba Guayaba Guayaba 24 Palma real Palma real Palma real 25 Algarrobo común Algarrobo común Algarrobo común 26 Jaboncillo Jaboncillo Jaboncillo 27 Jobo Jobo Jobo 28 Caoba del país Caoba del país Caoba del país 29 Caoba de hondura Caoba de hondura Caoba de hondura 30 Roble Roble Roble 31 Huevo de gallo Huevo de gallo Huevo de gallo 32 Almendra Almendra Almendra 33 Cabo hacha Cabo hacha Cabo hacha 34 Caoba africana Caoba africana Caoba africana 35 Siguaraya Siguaraya Siguaraya 36 Pomarrosa Pomarrosa Pomarrosa 37 Ocuje Ocuje Ocuje 38 Gavilán Gavilán Gavilán

Relacione los nombres de otras plantas que haya observado en las diferentes etapas y

no se encuentren en la lista anterior.

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Entrevista No.3

Temas para las entrevistas en profundidad aplicada a los actores locales (decisores y ejecutores)

Datos Generales Entrevistado:

Procedencia del entrevistado:

Estatus de tenencia:

Investigador:

Fecha:

Lugar:

Hora:

Temas analizados

• Percepción sobre la legislación relativa al manejo del bosque de ribera. • Las especies arbóreas apropiadas para reforestar la ribera. • La función socio-económica del bosque de ribera. • La función ambiental del bosque de ribera. • Las causas de deterioro de las riberas del río Cuyaguateje. • Los más interesados por reforestar las riberas del río Cuyaguateje. • Los métodos de reforestación de mayor preferencia en las riberas del río

Cuyaguateje

• Las acciones de cambio tendentes hacia la reforestación de la ribera del río

Cuyaguateje con un enfoque participativo.