universidad de guayaquil facultad piloto de...

66
UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL FACULTAD PILOTO DE ODONTOLOGÍA TRABAJO DE TITULACIÓN PREVIO A LA OBTENCIÓN DEL TITULO DE ODONTÓLOGO TEMA: “Riesgos quirúrgicos de pacientes con hipertensión arterial en Cirugía oral y maxilofacial” AUTOR Patricio Alejandro Parada Flores TUTOR DR. Juan José Macio Pincay MSc. Guayaquil, julio del 2014

Upload: others

Post on 04-Feb-2021

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

    FACULTAD PILOTO DE ODONTOLOGÍA

    TRABAJO DE TITULACIÓN PREVIO A LA OBTENCIÓN DEL TITULO DE ODONTÓLOGO

    TEMA:

    “Riesgos quirúrgicos de pacientes con hipertensión arterial en Cirugía oral y maxilofacial”

    AUTOR

    Patricio Alejandro Parada Flores

    TUTOR

    DR. Juan José Macio Pincay MSc.

    Guayaquil, julio del 2014

  • CERTIFICACIÓN DE TUTORES

    En calidad de tutores del trabajo de titulación

    CERTIFICAMOS

    Que hemos analizado el trabajo de titulación como requisito previo para

    optar por el Titulo de tercer nivel de Odontólogo

    El trabajo de graduación se refiere a:

    “Riesgos quirúrgicos de pacientes con hipertensión arterial en

    Cirugía oral y maxilofacial”

    Presentado por:

    Patricio Alejandro Parada Flores 17392141-1

    Tutores:

    ____________________________ ___________________________

    Dr. Juan José Macio Pincay MSc. Dr. Marco Ruiz P. MSc. TUTOR ACADÉMICO TUTOR METODOLÓGICO

    __________________________________

    Dr. Miguel Álvarez Avilés MSc. DECANO (e)

    Guayaquil, julio 2014

    I

  • AUTORÍA

    Los criterios y hallazgos de este trabajo responden a propiedad intelectual

    del autor.

    Patricio Alejandro Parada Flores

    C.I. 17392141-1

    II

  • AGRADECIMIENTO

    Quisiera agradecer de primeramente a Dios por su gran bendición en

    este largo camino para la obtención de mi título profesional como

    Odontólogo.

    Agradecer de la mejor manera a todos los docentes que formaron mi

    capacitación en esta formación profesional.

    Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a mi director de tesis, al

    Dr. Juan José Macío Pincay profesor titular de la catedra de cirugía, por

    brindarme la oportunidad de recurrir a la capacidad y experiencia en un

    marco de afecto, confianza y amistad.

    Igualmente, quiero mostrar mi gratitud y reconocimiento a la Dra. Rocío

    Centeno Aspiazu por sus contribuciones, sugerencias y sabios consejos,

    que han sido imprescindibles para terminar estos últimos años de mi

    carrera.

    Agradecer a Vanessa Mero Macías por estos tres últimos años donde ha

    sido más que mi novia, sino un factor indispensable de apoyo

    incondicional y de constancia absoluta en todo lo que eh necesitado

    realizar para culminar esta carrera de forma óptima y continua afrontando

    obstáculos y alegrías.

    Muchas gracias a todos por su tiempo, ayuda y ánimos durante este

    tiempo.

    Patricio Alejandro Parada Flores.

    III

  • DEDICATORIA

    Quisiera dedicar este logro a mis padres Pabla Vivian Flores Rodríguez y

    Patricio Esteban Parada Sáez por ser un pilar fundamental en mi vida

    alentándome y dándome fuerzas con su apoyo incondicional en cada

    paso que eh dado y daré, sobretodo en este camino a la obtención de mi

    título profesional como odontólogo, mis más sinceras gratitudes los amo.

    Patricio Alejandro Parada Flores.

    IV

  • INDICE GENERAL

    Contenido pág.

    CERTIFICACIÓN DE TUTORES I

    AUTORÍA II

    AGRADECIMIENTO III

    DEDICATORIA IV

    RESUMEN X

    ABSTRACT XI

    INTRODUCCIÓN 1

    CAPITULO I 2

    EL PROBLEMA 2

    1.1 Planteamiento del problema. 2

    1.2 Formulación del problema. 2

    1.3 Delimitación del problema. 2

    1.4 Preguntas relevantes de investigación. 2

    1.5 Formulación de objetivos. 3

    1.5.1 Objetivo general 3

    1.5.2 Objetivos específicos. 3

    V

  • INDICE GENERAL

    Contenido pág.

    1.6 Justificación de la investigación. 3

    1.7 Valoración crítica de la investigación. 4

    CAPÍTULO II 6

    MARCO TEORICO 6

    ANTECEDENTES 6

    2.1 Fundamentos teóricos. 7

    2.1.1 Generalidades. 7

    2.1.2 Factores de riesgo. 8

    2.1.2.1 Factores de riesgo para hipertensión arterial: 8

    2.1.2.2 Enfermedades cardiovasculares asociadas al estilo de vida: 9

    2.1.3 Toma de la presión arterial. 10

    2.1.3.1 Criterios para la hipertensión arterial. 12

    2.1.4 Crisis hipertensiva. 13

    2.1.5 Tratamiento. 14

    2.1.5.1 Modificaciones del estilo de vida. 15

    VI

  • INDICE GENERAL

    Contenido pág.

    2.1.5.2 Tratamiento no farmacológico de la hipertensión: 16

    2.1.5.2.1 Indicaciones para el uso exclusivo de medidas no

    farmacológicas: 16

    2.1.5.3 Consideraciones en la atención dental de un paciente con

    hipertensión arterial. 17

    2.2 Manejo odontológico 18

    2.2.1 Recomendaciones y adecuaciones durante la consulta. 18

    2.2.2 Tipos de pacientes hipertensos con base en el control de la

    enfermedad. 19

    2.2.3 Tipos de etapas de hta y plan de tratamiento recomendado: 20

    2.2.4 Exámenes complementarios 21

    2.2.5 Manejo de urgencia: 22

    2.2.6 Consideraciones farmacológicas 22

    2.3 Selección del anestesico local para los pacientes con hipertension

    arterial. 24

    2.3.1 Uso de anestesicos con vasocontrictor: 24

    2.3.2 Receptores adrenérgicos: 25

    2.3.2.1 epinefrina: 25

    VII

  • INDICE GENERAL

    Contenido pág.

    2.3.2.2 norepinefrina: 25

    2.3.2.3 levonordefrina: 25

    2.3.3 Contraindicaciones en el empleo de los vasoconstrictores

    adrenérgicos. 26

    2.3.4 Uso de anestesicos sin vasocontrictor 28

    2.3.4.1 mepivacaina. 29

    2.4 Hipertensión arterial como un factor de riesgo para cirugía oral. 29

    2.4.1 Hipertensión perioperatoria y riesgo anestésico 32

    2.4.2 IIntraoperatorio 33

    2.4.3 Sangrado intraoperatorio 36

    2.4.4 Postoperatorio 37

    2.5 Manifestaciones bucales de hipertensión arterial 38

    2.6 Marco conceptual 40

    2.7 Marco legal 42

    2.7 Elaboración de hipótesis. 44

    2.8 Identificación de las variables. 44

    VIII

  • INDICE GENERAL

    Contenido pág.

    2.8 Operacionalizacion de las variables 45

    CAPITULO III 46

    MARCO METODOLÓGICO 46

    3.1 Nivel de investigación 46

    3.2 Diseño de la investigación 46

    3.3 Instrumentos de recolección de información 46

    3.4 Población y muestra 47

    3.5 Fases metodológicas 47

    4. CONCLUSIONES. 48

    5 RECOMENDACIONES. 49

    BIBLIOGRAFÍA 50

    ANEXOS 52

    IX

  • RESUMEN

    La hipertensión arterial esta entre uno de los problemas de mayor crecimiento en salud pública a nivel mundial. El número de pacientes con hipertensión arterial que acuden a las consultas odontológicas crece de manera diaria, ya que muchos pacientes que nos visitan o realizan consultas no saben que son hipertensos por ser una enfermedad idiopática. La siguiente investigación meramente bibliográfica expone todas las consideraciones que el profesional de la salud en este caso el odontólogo debe tomar de forma preventiva para disminuir el riesgo quirúrgico al tratar pacientes que padezcan esta enfermedad sistémica como también los efectos adversos a ciertos procedimientos; Además de poder identificar los pasos preventivos para todo tipo de intervenciones quirúrgica, pudiendo de esta manera seleccionar el anestésico local ideal ya sea con o sin vasoconstrictor a usarse, dependiendo de la etapa de hipertensión arterial en que se encuentre el paciente y si este está siendo correctamente medicado y si el sigue paso a paso su tratamiento para poder ser atendido como una paciente apto para intervenciones quirúrgicas ambulatorias, como también servir de guía sobre el correcto manejo odontológico de pacientes con hipertensión arterial en la consulta odontológica para el alumnado de la facultad de odontología de la universidad de Guayaquil y quien desee revisar esta investigación logrando un tratamiento mucho más seguro tanto para el profesional como para el paciente que se le realizara alguna intervención quirúrgica dentro de las instalaciones de la facultad de odontología o en la consulta privada del profesional que realizará dicha acción clínica.

    PALABRAS CLAVES: HIPERTENSIÓN ARTERIAL, RIESGO QUIRÚRGICO, EFECTOS ADVERSOS, MANEJO DEL PACIENTE.

    X

  • ABSTRACT

    Hypertension is among one of the fastest growing problems in public health worldwide. The number of patients with hypertension attending dental practices grows daily, as many patients who visit us or make inquiries do not know they are hypertensive to be an idiopathic disease. The following literature review merely exposes all the considerations that the health care in this case the dentist should take preventive way to decrease the surgical risk when treating patients suffering from this disease as well as systemic adverse effects to certain procedures; In addition to identifying preventive steps for all types of surgical interventions, and can thus select the ideal local anesthetic either with or without a vasoconstrictor used, depending on the stage of hypertension in which the patient is and whether it is being properly medicated and if the step is treatment to be treated as a suitable patient for outpatient surgery, as well as provide guidance on proper dental management of patients with hypertension in the dental practice for students of the faculty of dentistry from the University of Guayaquil and who wish to review this research making treatment much safer for both the professional and the patient that he undertake any surgical intervention within the premises of the dental school or in the private practice of professional will perform such clinical action.

    KEYWORDS: HYPERTENSION, SURGICAL RISK, SIDE EFFECTS, PATIENT MANAGEMENT.

    XI

  • INTRODUCCIÓN

    La Hipertensión arterial es la elevación anormal y sostenida de la presión

    arterial sistémica que si no es tratada se asocia con un significativo

    aumento de la morbilidad y mortalidad, siendo uno delos factores de

    riesgo de mayor importancia para la enfermedad coronaria y de mayor

    relevancia para la enfermedad cerebrovascular.

    Puede ser una condición asintomática por largos períodos pero finalmente

    lleva a un daño en órganos que incluyen riñón, corazón, cerebro y ojos. El

    odontólogo puede jugar un rol importante en la detección de la

    hipertensión y en el monitoreo de su tratamiento. Si el paciente está en

    desconocimiento de su condición, el odontólogo puede ser el primero en

    detectar una elevación de la presión arterial o síntomas de la enfermedad

    hipertensiva o ambos.

    Además, el odontólogo puede dar un monitoreo invalorable en aquellos

    pacientes que están enterados de su condición pero que no están siendo

    controlados o que no cumplen adecuadamente su terapia farmacológica.

    Consecuentemente, los odontólogos necesitan tomar un rol activo en el

    equipo multidisciplinario involucrado en el tratamiento y educación de

    pacientes de riesgo, realizando mediciones rutinarias de presión arterial,

    dando información sobre cambios en el estilo de vida, fomentando el

    seguimiento de la terapia prescrita por el médico, y realizando

    derivaciones adecuadas.

    Además, se debe tener ciertas consideraciones en el tratamiento por parte

    del odontólogo del paciente hipertenso; estas incluyen: monitoreo,

    identificación, reducción de estrés y ansiedad, evaluación de las

    interacciones farmacológicas, manejo de los efectos colaterales de los

    fármacos, consideración de los efectos de los fármacos en los tejidos

    orales.

    1

  • CAPITULO I EL PROBLEMA

    1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. Falta de preocupación y cuidado con el manejo odontológico de pacientes

    con hipertensión arterial por parte de estudiantes de pregrado en el pre y

    post quirúrgico en las clínicas de cirugía de la facultad de odontología de

    la universidad de Guayaquil.

    1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA. ¿Cómo disminuir los riesgos que se desencadenan en el tratamiento

    quirúrgico de los pacientes con hipertensión arterial?

    1.3 DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA. Tema: Riesgo quirúrgico de pacientes con hipertensión arterial en cirugía oral y maxilofacial.

    Objeto de estudio: Riesgos quirúrgicos en pacientes con hipertensión arterial.

    Campo de acción: Clínicas de cirugía de la facultad de odontología.

    Área: Pregrado.

    Periodo: 2013-2014.

    1.4 PREGUNTAS RELEVANTES DE INVESTIGACIÓN. ¿Qué sintomatología debo tener en cuenta para considerar a un paciente

    como hipertenso?

    ¿Cuál es la mejor manera para tratar a un paciente con hipertensión

    arterial?

    ¿Cómo debemos tomar la presión arterial?

    ¿Existe algún tratamiento que no requiera medicamentos para

    hipertensos?

    ¿Cómo se clasifican los estados de presión arterial?

    ¿Qué se debe hacer en caso de una crisis hipertensiva?

    2

  • ¿Qué tipo de anestésico se debe usar en pacientes hipertensos?

    ¿Qué riesgos puede tener la anestesia en un paciente hipertenso?

    ¿Qué riesgo se puede presentar en una cirugía con pacientes

    hipertensos?

    ¿Cuáles son las manifestaciones bucales que presenta un paciente

    hipertenso?

    1.5 FORMULACIÓN DE OBJETIVOS. 1.5.1 OBJETIVO GENERAL Determinar los riesgos quirúrgicos en el manejo de pacientes con

    hipertensión arterial en cirugía oral y maxilofacial.

    1.5.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS. Analizar literatura relacionada con el tema.

    Determinar la sintomatología inicial de un paciente con hipertensión

    arterial.

    Valorar el estado de salud de paciente con hipertensión arterial.

    Delimitar el tratamiento quirúrgico dependiendo del estado del paciente.

    1.6 JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN. Convivencia, mediantes la utilización de medidas preventivas, ante los riesgos quirúrgicos durante intervenciones quirúrgicas, se reduce efectos

    adversos como el señalado.

    Relevancia social, en la facultad piloto de odontología, de la universidad de Guayaquil, diariamente frecuentan pacientes en busca de soluciones

    odontológicas de ámbito quirúrgico.

    Implicaciones prácticas, proponer a los alumnos maneras preventivas que puedan ser usadas para disminuir riesgos durante una intervención

    3

  • quirúrgica, ayudando al mismo tiempo a la resolución de la práctica que

    diariamente cubrimos en las clínicas de cirugía de la facultad de

    odontología los alumnos de los últimos años de la carrera.

    Valor teórico, proponer a nuestros pacientes medidas seguras y actuales

    sobre el manejo odontológico de pacientes con hipertensión arterial,

    procurando a la mínima medida efectos secundarios tras el

    tratamiento quirúrgico en las clínicas de cirugía.

    Utilidad metodológica, el presente te de investigación se relaciona entre dos variables definidas como causa y efecto en la formulación del

    problema.

    Esta investigación es viable ya que cuenta con todos los recursos para ser

    llevada a cabo, ya que se realizara en la facultad piloto de odontología

    contando con recurso humano, material de apoyo, recursos bibliográficos

    y económicos que garantizan su realización e el tiempo previsto y con las

    características de calidad necesarias.

    1.7 VALORACIÓN CRÍTICA DE LA INVESTIGACIÓN.

    Este estudio se realizó mediante la revisión literaria, científica mediante

    recopilación bibliográfica sobre los riesgos quirúrgicos de pacientes con

    hipertensión arterial.

    Evaluaremos el presente estudio mediante varios aspectos:

    Delimitado: ya que describiremos el problema de esta investigación de manera detallada.

    Evidente: presentamos el problema mediante manifestaciones claras, concisas y precisas.

    Concreto: ya que la redacción expuesta es corta, precisa y directa

    4

  • Relevante: esta investigación será importante para la comunidad estudiantil y odontológica.

    Factible, pues se encontrará soluciones en el problema a investigar y será una guía para la comunidad teniendo recursos como libros, textos del

    internet y revistas odontológicas.

    Identifica los productos esperados, será de utilidad para entidades educativas e interés de los estudiantes.

    5

  • CAPÍTULO II

    MARCO TEORICO

    ANTECEDENTES

    Parte de la historia de la medicina en su intento científico de comprender

    los mecanismos del sistema cardiovascular, la medida de sus valores

    (presión arterial) y los efectos que produce en la salud. Las evidencias

    documentales realizadas sobre la hipertensión se remontan al 2600 a.C. e

    indican que el tratamiento de la denominada "enfermedad del pulso duro"

    se realizaba mediante técnicas como la acupuntura, o las de reducción de

    sangre corporal como la venosección controlada y el sangrado provocado

    mediante sanguijuelas. Las bases para la medida de la tensión arterial se

    establecieron en los trabajos pioneros de Hales en 1733. (wikipedia,

    2014)

    La medida de la tensión arterial con carácter clínico no se pudo realizar

    hasta comienzos del siglo XX, con la invención del esfigmomanómetro y la

    simple medida indirecta de la tensión arterial detección de los sonidos de

    Korotkov mediante un estetoscopio. En las primeras décadas de este

    siglo fue cuando la hipertensión fue considerada como una enfermedad.

    Anteriormente era interpretada como una consecuencia

    del envejecimiento debido en parte a su carácter asintomático en la

    mayoría de los casos. Llegando a creer la comunidad científica que la

    hipertensión era un fenómeno favorable ya que mejoraba la circulación.

    Pronto se pudo comprobar que sus efectos eran nocivos en la

    población. (wikipedia, 2014)

    Investigadores como Edward David Freisque mostraron la gravedad de la

    enfermedad. La industria farmacéutica, justo en los años cuarenta,

    cuando comienza a investigar medicamentos con los que tratar la

    hipertensión, ya considerada una enfermedad grave. Ya a mediados del

    6

    http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_medicinahttp://es.wikipedia.org/wiki/Sistema_cardiovascularhttp://es.wikipedia.org/wiki/Presi%C3%B3n_arterialhttp://es.wikipedia.org/wiki/Acupunturahttp://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Venesecci%C3%B3n&action=edit&redlink=1http://es.wikipedia.org/wiki/Hemorragiahttp://es.wikipedia.org/wiki/Sanguijuelahttp://es.wikipedia.org/wiki/Stephen_Haleshttp://es.wikipedia.org/wiki/Esfigmoman%C3%B3metrohttp://es.wikipedia.org/wiki/Tensi%C3%B3n_arterialhttp://es.wikipedia.org/wiki/Sonidos_de_Korotkovhttp://es.wikipedia.org/wiki/Sonidos_de_Korotkovhttp://es.wikipedia.org/wiki/Estetoscopiohttp://es.wikipedia.org/wiki/Envejecimiento_humanohttp://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADntomahttp://es.wikipedia.org/wiki/Aparato_circulatoriohttp://es.wikipedia.org/wiki/Edward_David_Freishttp://es.wikipedia.org/wiki/Industria_farmac%C3%A9uticahttp://es.wikipedia.org/wiki/1940s

  • siglo XX se sabía que la restricción dietaría con el objeto de disminuir el

    peso corporal, junto con la disminución en la ingesta

    de alcohol y café eran causas de disminución en los niveles diastólicos

    y sistólicos de la presión arterial. (wikipedia, 2014)

    A pesar de las muchas investigaciones realizadas sobre los mecanismos

    fisiológicos que provocan la hipertensión, a comienzos del siglo XXI sólo

    en unos pocos casos se conocen las causas. Se puede controlar los

    efectos mediante combinaciones de medicamentos, sin embargo las

    causas de la enfermedad en cada caso clínico, permanece como un

    misterio. (wikipedia, 2014)

    2.1 FUNDAMENTOS TEÓRICOS.

    2.1.1 GENERALIDADES.

    La hipertensión arterial sistémica (HTAS) es hoy en día la enfermedad

    crónica más frecuente en nuestro medio; afecta especialmente a

    individuos en la etapas más productivas de la vida; no siempre se

    diagnostica oportunamente, por lo que puede permanecer asintomática

    hasta que aparece alguna complicación. (Peña, 2002)

    Aún ahora, su etiología es poco clara. Sin embargo, hay avances al

    respecto e igualmente han surgido notables hallazgos en cuanto a su

    fisiopatología, tales como la participación del endotelio vascular y sus

    productos; se observa también la relación fisiopatológica con algunas

    otras enfermedades como diabetes, obesidad etc., hecho que quizás en

    un tiempo no muy lejano haga cambiar el término de esencial o primaria

    en aquel subtipo de hipertensión francamente preponderante en la HTAS

    (90%). (Peña, 2002)

    A la hipertensión arterial per se es un factor de riesgo para el desarrollo

    de complicaciones tanto cardiovasculares, renales, del sistema nervioso

    central y de hecho, sus efectos adversos ocurren en prácticamente todo

    órgano de nuestro cuerpo. Por ello para su estudio y la atención del

    7

    http://es.wikipedia.org/wiki/Alcoholismohttp://es.wikipedia.org/wiki/Caf%C3%A9http://es.wikipedia.org/wiki/Di%C3%A1stolehttp://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADstole_auricular

  • paciente es de especial importancia valorarle de forma integral. (Peña,

    2002)

    La hipertensión arterial no tratada se ha asociado a una disminución en la

    expectativa de vida de entre 10 a 20 años. Cerca de un 30% de los

    pacientes hipertensos no controlados mostrarán complicaciones

    arteroescleróticas, y más del 50% mostrarán daño a nivel de un órgano

    "blanco" de la hipertensión como el corazón, los riñones, el cerebro o la

    retina. Es evidente que incluso en sus formas más leves, la hipertensión

    es una enfermedad progresiva y letal si no es tratada. (Indriago, 2007)

    2.1.2 FACTORES DE RIESGO.

    La edad, el sexo (masculino) y la raza (negra) son los mayores factores

    de riesgo para desarrollar presión sanguínea alta. Varios factores en

    cuanto al estilo de vida son determinantes a la hora de estudiar los niveles

    de presión sanguínea en aquellos pacientes que tienen una

    predisposición genética a sufrir ésta enfermedad: el exceso de grasa

    corporal es una causa predominante de hipertensión, otros factores como

    dietas saladas, exceso de alcohol, sedentarismo también pueden

    contribuir a padecer la enfermedad en aquellas personas con

    predisposición genética. (Indriago, 2007)

    2.1.2.1 Factores de riesgo para hipertensión arterial:

    Edad.

    Sexo (masculino).

    Raza (negra).

    Diabetes mellitus.

    Enfermedad en un órgano "blanco".

    Esta enfermedad se define como una elevación anormal de la presión

    arterial, que potencialmente puede ser mortal. Es una enfermedad

    8

  • crónica, que no produce dolor, a veces produce algunas molestias. Da

    síntomas graves, cuando lleva mucho tiempo instalada. Puede provocar:

    (Indriago, 2007)

    Falla renal.

    Accidente cerebro-vascular.

    Insuficiencia coronaria.

    Infarto.

    Falla cardiaca congestiva.

    Ceguera.

    Encefalopatía.

    2.1.2.2 Enfermedades cardiovasculares asociadas al estilo de vida:

    Obesidad y dieta.

    Sedentarismo.

    Cigarrillo.

    Consumo de alcohol.

    Depresión y stress.

    La relación entre la ingesta de sodio y la hipertensión sigue siendo

    controversial. Los estudios más recientes muestran solamente una

    modesta disminución en los niveles de presión arterial con la reducción de

    la ingesta de sodio. Sin embargo la evidencia clínica demuestra que la

    ingesta de sodio se relaciona con daño a nivel de "órganos

    blanco"(corazón, los riñones, el cerebro o la retina) como hipertrofia

    ventricular y enfermedad renal. Si bien es cierto que en los pacientes

    hipertensos se evidencia el beneficio de la reducción en la ingesta de

    sodio para prevenir el daño a nivel de "órganos blancos", el beneficio de

    ésta disminución en la población general es cuestionable debido a los

    pocos beneficios en la prevención de la enfermedad y a los problemas

    derivados de una disminución crónica en la ingesta de sodio (ej;

    problemas cardiovasculares no dependientes de la presión arterial).

    (Indriago, 2007)

    9

  • La presencia de una lesión que produzca hipertensión arterial (ej;

    feocromocitoma) es el factor etiológico de la hipertensión secundaria.

    Mientras que solamente la activación simpática juega un rol importante en

    la patogénesis de hipertensión esencial o primaria. Por lo tanto es

    importante una buena evaluación médica que excluya uno u otro tipo de

    hipertensión. (Indriago, 2007)

    2.1.3 TOMA DE LA PRESIÓN ARTERIAL.

    Para decir que un paciente es hipertenso debe ser encontrado con cifras

    tensionales elevadas por lo menos de 3 a 6 veces en diferentes visitas,

    médicas o en registros efectuados por farmacéuticos o enfermeros. Estos

    registros para ser contados requieren que el paciente no esté en el

    momento de la toma de la tensión arterial bajo una severa situación de

    estrés inusual. No debe haber fumado o consumido sustancias (cocaína

    en las horas previas). (Rey, 2011)

    La presión sanguínea debe ser tomada en todos los pacientes

    odontológicos que asisten por primera vez a la consulta. Lo mismo debe

    hacerse en cada nueva cita. Más aún; muchos pacientes odontológicos

    que están sistémicamente comprometidos se manejan de una manera

    más segura monitoreando continuamente la presión sanguínea durante

    ciertos procedimientos como: cirugía bucal, tratamientos restaurativos

    largos y complicados, colocación de implantes, y cirugía periodontal.

    (Indriago, 2007)

    Cuando se va registrar la tensión arterial en la unidad odontológica, se le

    debe permitir al paciente descansar por al menos 5 minutos antes del

    procedimiento. El paciente no debe haber fumado ni ingerido cafeína por

    al menos 30 minutos antes de la cita. El paciente debe estar sentado, con

    la espalda recta, y los brazos apoyados a nivel del corazón. El brazalete

    del tensiómetro se coloca a nivel de la arteria humeral, en la porción

    superior del antebrazo, cubriendo aproximadamente el 80% del mismo y

    se hacen dos o más medidas insuflando aire con la vejiga. Debe pasar al

    10

  • menos 5 minutos entre cada registro para que los mismos sean

    confiables. (Indriago, 2007)

    Los registros se promedian y las medidas de soporte o la referencia al

    médico se hacen basadas en ese promedio, y no en base a un registro

    aislado. Los pacientes médicamente comprometidos deben tener el

    tensiómetro en el brazo al comenzar el procedimiento odontológico y la

    presión debe registrarse durante varios intervalos a lo largo del

    procedimiento. El odontólogo debe estar atento de una variación

    repentina en la tensión arterial. Bien sea una elevación o un decline

    repentino de la misma, siempre tomando como referencia el promedio

    registrado en la primera cita. Si esto ocurre, el odontólogo debe tomar las

    medidas de soporte o detener el procedimiento. (Indriago, 2007)

    Numerosos estudios han demostrado la importancia de la presión

    sistólica en relación a la mortalidad y morbilidad por hipertensión arterial.

    Hace menos de 15 años todos los diagnósticos y tratamientos se

    implementaban en base solo en la presión diastólica. Hoy en día esta

    claro que una prolongada elevación de la presión sistólica es tan peligrosa

    como una marcada elevación en la presión diastólica. Un promedio de

    reducción de 12 a 13 mmHg en la presión sistólica durante cuatro años se

    ha asociado con 21% en reducción de enfermedad coronaria, 37% de

    reducción en infartos al corazón, y 25% de reducción en mortalidad total

    cardiovascular. (Indriago, 2007)

    La enfermedad es idiopática primeramente en el 90% de los casos, y en el

    resto es secundaria a alguno de los problemas mencionados

    anteriormente. Este 10% no representa problema debido a que

    generalmente se encuentran controlados, el problema son los 90%

    restantes que no saben que padecen esta enfermedad, y pueden pasar

    muchos años antes de que se constaten que la tienen.

    11

  • Los limites superiores para la normotensión son 130/80 mm Hg para la

    presión de 24 horas, 135/85 mm Hg para la presión diurna y 120/70 mm

    Hg para la presión nocturna. (Indriago, 2007)

    Numerosos investigadores hablan de un abordaje "cronobiológico" para la

    evaluación y diagnóstico de la hipertensión arterial. (Indriago, 2007)

    La presión sanguínea y el gasto cardíaco son recogidos automáticamente

    de manera ambulatoria cada 15 o 30 min. Durante 24, 48 o 72 horas. O

    preferiblemente; durante 7 días consecutivos. Esto permite al clínico tener

    suficiente datos para hacer un análisis computarizado con fórmulas

    cronobiológicas que permiten examinar el comportamiento individual de la

    presión arterial en cada paciente. (Indriago, 2007)

    Estudios demuestran que el uso del abordaje cronobiológico para evaluar

    pacientes odontológicos que habían sido diagnosticados como

    normotensos reveló un número significativos de pacientes hipertensos

    (13%-31%) disminuyendo así los falsos negativos y positivos. (Indriago,

    2007)

    2.1.3.1 criterios para la hipertensión arterial. DEFINICIÓN PRESIÓN SISTÓLICA PRESIÓN DIASTÓLICA

    Optima < 120 mm Hg

  • Si la presión sistólica es inferior a 130 mm Hg y la diastólica menor a 85

    mm Hg, el paciente puede ser evaluado nuevamente dentro de 2 años

    para efectos de diagnóstico cardiológico, lo cual no impide que su

    odontólogo revise su presión arterial en cada consulta. (Indriago, 2007)

    Los pacientes con presión normal-alta deben ser revaluados otra vez por

    su cardiólogo dentro del año siguiente al establecimiento del diagnóstico.

    Para los pacientes en estadio 1 de hipertensión el chequeo debe

    realizarse nuevamente dentro de dos meses. (Indriago, 2007)

    Los pacientes con estadio 2 de hipertensión deben revaluarse

    cardiológicamente dentro de un mes y los pacientes con estadio 3 de

    hipertensión deben ser referidos inmediatamente a un centro clínico para

    instaurar medidas urgentes de soporte. (Indriago, 2007)

    Los pacientes en estadio 3 de hipertensión no deberían realizarse ningún

    tratamiento odontológico. Los estadios 1 y 2 de hipertensión pueden

    recibir tratamiento odontológico siempre y cuando se haga la respectiva

    referencia al cardiólogo para que inicie una terapia antihipertensiva. En

    todo caso, un monitoreo continuo de la presión arterial de estos pacientes

    durante cada cita es absolutamente necesario. (Indriago, 2007)

    2.1.4 CRISIS HIPERTENSIVA. Se define como un enfermo que presenta una presión sistólica de 180 o

    más, y una diastólica de 120 o más. Estos enfermos presentan fuertes

    dolores de cabeza, generalmente en la zona de la nuca, ojos rojos y

    emocionalmente se sienten mal. Deben ser trasladados a servicios de

    urgencia para ser atendidos y de este modo evitar una complicación

    mayor. Pueden presentar las siguientes alteraciones: (Cama, 2012)

    Dolor de cabeza.

    Hiperdebilidad.

    Pérdida de la conciencia.

    Epistaxis.

    13

  • Hemorragia Cerebral.

    Infarto Agudo al Miocardio.

    Edema Pulmonar.

    Dolor en pecho, producto del edema pulmonar.

    Un paciente con crisis hipertensiva debe ser rápidamente tratado, en el

    mismo momento, se debe llevara algún lugar donde la presión pueda ser

    bajada rápidamente. (Cama, 2012)

    2.1.5 TRATAMIENTO.

    Cabe destacar que el tratamiento es meramente médico y no odontológico

    el tema es solamente instructivo para conocimiento del lector; los

    pacientes que van a recibir tratamiento para la hipertensión pueden

    dividirse en tres grupos. Estos grupos se elaboran en base a los

    siguientes criterios: presencia de enfermedad en uno de los órganos

    "blanco" (retinopatías, neuropatías, etc.), otra enfermedad asociada a la

    hipertensión (hipertrofia ventricular izquierda, angina, infarto al miocardio,

    enfermedad arterial periférica, etc.), y factores de riesgo como; hábitos

    tabáquicos, hiperlipidemia, edad, diabetes mellitus, antecedentes

    familiares de hipertensión, etc. (Indriago, 2007)

    .GRUPO A:

    No hay enfermedad de algún “órgano blanco" (corazón, los riñones, el

    cerebro o la retina), ninguna enfermedad cardiovascular asociada y

    ningún factor de riesgo. (Indriago, 2007)

    Los pacientes de este grupo con presión normal-alta se tratan

    modificando su estilo de vida (dieta, reducción del estrés y cigarrillo, etc.).

    Los pacientes con estado 1 de hipertensión se tratan con modificación del

    estilo de vida, pero si la hipertensión persiste por más de un año se

    implementa la terapia medicamentosa. Los pacientes en estadio 2 y 3 de

    14

  • hipertensión comienzan inmediatamente terapia medicamentosa.

    (Indriago, 2007)

    GRUPO B:

    Se incluyen en este grupo los pacientes con al menos 1 factor de riesgo

    siempre y cuando no sea diabetes, y sin enfermedad de órgano "blanco"

    ni alguna otra enfermedad cardiovascular asociada. (Indriago, 2007)

    Los pacientes con presión normal-alta son manejados con modificaciones

    en el estilo de vida. Los pacientes con estadio 1 de hipertensión se tratan

    con modificaciones del estilo de vida pero si la hipertensión persiste por

    más de seis meses, se implementa terapia medicamentosa. Los estadios

    2 y 3 de hipertensión se tratan con terapia medicamentosa. (Indriago,

    2007)

    GRUPO C:

    Se incluyen pacientes con enfermedad de órgano "blanco", enfermedad

    cardiovascular asociada (distinta a la hipertensión) y/o diabetes, con o sin

    otro factor de riesgo. Todos los pacientes de este grupo se tratan con

    terapia medicamentosa. (Indriago, 2007)

    2.1.5.1 modificaciones del estilo de vida.

    Esta modalidad de tratamiento se utiliza para prevenir y tratar la

    hipertensión arterial en los pacientes de los grupos A y B con presión

    normal-alta e hipertensión de grado 1. Los pacientes obesos deben ser

    encaminados a una dieta para perder peso. La ingesta de alcohol se limita

    a no más de una onza diaria de etanol para los hombres y onza y media

    para las mujeres. Se recomienda actividad física aeróbica diaria de 30 a

    45 minutos. La ingesta de sodio también debe reducirse a no más de 6

    gramos por día, así como aumentar la ingesta de potasio, calcio, y

    magnesio. Los pacientes hipertensos deben ser motivados a dejar de

    fumar y reducir la ingesta de grasas saturadas y colesterol. (Indriago,

    2007)

    15

  • 2.1.5.2 tratamiento no farmacológico de la hipertensión:

    La meta ideal del tratamiento de la población hipertensa es obtener la

    normotensión de todos los individuos. La corrección de hábitos o

    conductas defectuosas, permite reducir significativamente el nivel de la

    presión arterial. Este concepto ha sido cambiado recientemente por el de

    “estilo de vida saludable”, para enfatizar no sólo su beneficio como

    medida terapéutica antihipertensiva, sino como una actitud integral que

    promueve una vida más saludable. (Martín, 2001)

    2.1.5.2.1 indicaciones para el uso exclusivo de medidas no farmacológicas:

    Reducción de peso. Es importante calcular el índice de masa corporal

    (peso entre talla al cuadrado), así como la relación cintura cadera

    (mujeres -0.85; hombres -1). De acuerdo con varios estudios, se ha

    logrado establecer que con tan sólo 4.5 kg de reducción en quienes tienen

    sobrepeso del 10% se logra un buen control de la presión arterial. De

    hecho, un cambio en el estilo de vida y disminución de peso deben

    probarse al menos entre 3 y 6 meses antes de instituir tratamiento

    farmacológico. (Peña, 2002)

    Restricción de sodio en la dieta. Esta es sin duda la medida más popular

    para disminuir la presión y ha sido ampliamente comprobada su eficacia

    en al menos dos terceras partes de hipertensos. A este respecto, la

    cantidad recomendada de ingesta diaria es de no más de 2.4 g/día.

    (Peña, 2002)

    Dieta adecuada en potasio, calcio y magnesio. Ha sido ampliamente

    comprobado que una ingesta de 4 g de potasio al día se asoció con un

    riesgo de hipertensión arterial de 4% contra 12 y 14% en quienes ingerían

    solo 900 gramos por día de potasio. En cuanto a la ingesta de magnesio,

    está aún por determinarse en series mayores su posible efecto benéfico.

    (Peña, 2002)

    16

  • Dieta baja en grasas y colesterol. Si bien no existe evidencia clara de la

    relación entre ingesta de grasa-hipertensión, ésta si está francamente

    relacionada con el estilo de vida, obesidad, etcétera. (Peña, 2002)

    Café y cafeína. Se le atribuyen a éstos un efecto simpático-mimético,

    atribuyéndose un posible efecto mayor en cuanto a elevar la presión arte-

    rial en quienes toman café hervido y no filtrado. (Peña, 2002)

    Moderación en la ingesta de alcohol. Se ha asociado a hipertensión la

    ingesta de 40 g de etanol en hasta un 50% mayor que en quienes no

    consumen esto. (Peña, 2002)

    Actividad física. El sedentarismo conlleva un riesgo mayor para

    hipertensión del 20 al 30 %. (Peña, 2002)

    Abandono en el hábito de fumar. Básicamente se asocia a mayor riesgo

    coronario, aunque algunas series han demostrado elevación leve de

    la presión arterial predominantemente sistólica. (Peña, 2002)

    Relajación. El estrés puede elevar la presión arterial en forma aguda y

    contribuir a la aparición de hipertensión. (Peña, 2002)

    2.1.5.3 consideraciones en la atención dental de un paciente con hipertensión arterial. Cuantificar y monitorear la enfermedad. (Cama, 2012)

    Manejar las situaciones de estrés, que son factores que pueden agravar

    la enfermedad. (Cama, 2012)

    Conocer las interacciones que existen entre los fármacos que el paciente

    consume y los que nosotros le indicaremos. (Cama, 2012)

    Manejar los efectos que se pueden producir a través de esta interacción

    entre medicamentos. (Cama, 2012)

    17

  • 2.2 MANEJO ODONTOLÓGICO

    2.2.1 RECOMENDACIONES Y ADECUACIONES DURANTE LA CONSULTA.

    Siendo la HTA una enfermedad prevalente en personas mayores de 40

    años, silenciosa, y una de las más comunes entre las personas que

    solicitan atención odontológica, es muy importante que el personal

    odontológico participe en su debido diagnostico precoz. Tomar la presión

    arterial por lo menos una vez al año a toda persona adulta, y en cada

    consulta, si es que el paciente es identificado como hipertenso, es una

    práctica de enorme valor preventivo. Ya que en sus inicios no presenta

    sintomatología, la lectura de la presión arterial es el único método con el

    cual se cuenta para el diagnóstico. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Tener los valores base de la presión arterial del paciente en reposo,

    tomados desde la primera cita, sirven como referencia para poder tomar

    decisiones ante situaciones de emergencia, así como para establecer la

    duración y el grado de presión física y mental tolerables el día de la

    consulta. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Todos los pacientes no diagnosticados como hipertensos, que se

    presenten con cifras superiores a 140/90 mmHg deben ser remitidos al

    médico para su confirmación, diagnóstico y probable tratamiento. También

    deberán ser enviados quienes muestren signos de repercusión orgánica,

    como disnea, dificultad para subir escaleras, o bien manifiesten la

    necesidad de dormir con más de dos almohadas, ya que todos pueden

    ser indicadores de insuficiencia cardiaca secundaria a hipertensión

    arterial. El edema de miembros inferiores o facial matutino, pueden se

    indicios de insuficiencia renal crónica, derivada también de la hipertensión

    arterial. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    El contacto con el medico del paciente es de gran importancia por la razón

    de que el medico nos puede proporcionar información que permita

    conocer la evolución de la enfermedad, el estado de salud actual, el tipo

    18

  • de HTA, la etapa en la que está clasificada, la terapia que ha recibido y

    las cifras de presión arterial que son de esperarse en la persona.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Para efectos del manejo dental, los pacientes hipertensos pueden ser

    clasificados en relación con el control médico que se tenga sobre sus

    cifras tensionales y el tipo de comportamiento frente a esta enfermedad.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    2.2.2 TIPOS DE PACIENTES HIPERTENSOS CON BASE EN EL CONTROL DE LA ENFERMEDAD.

    Control adecuado: Como paciente controlado será considerado aquel que toma sus medicamentos, acude a sus citas con el médico tratante y

    mantiene cifras cercanas a lo normal. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Mal controlado: Quien a pesar de adecuado uso de sus medicamentos y de sus visitas médicas, puede cursar con cifrar superiores a lo esperado

    en su tratamiento. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Control errático: Bajo esta categoría entran quienes no han sido motivados lo suficiente como para ser metódicos en sus visitas al médico

    y en la ingesta de los fármacos antihipertensivos. (Castellanos/Diaz/Gay,

    2002)

    Abandono del tratamiento: Son pacientes que han abandonado su tratamiento antihipertensivo por diversas razones. (Castellanos/Diaz/Gay,

    2002)

    Hipertenso no controlado. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002) Los cuatro últimos tipos de pacientes deben ser remitidos al facultativo.

    Una manera de hacer medicina preventiva es preguntar al paciente en

    cada consulta si ha seguido su tratamiento. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    El paciente hipertenso debe ser informado sobre la necesidad de realizar

    algunas modificaciones en su tratamiento dental, buscando como objetivo

    principal evitar una crisis hipertensiva (cifra sistólica superior a 120

    mmHg) derivada del tratamiento odontológico. Los pacientes con HTA

    19

  • bien controlados generalmente no requieren de modificaciones

    importantes en su manejo. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    En general, el odontólogo no debe proveer tratamiento dental electivo a

    hipertensos que cursen con cifras superiores en 20% a los valores

    considerados como base. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    2.2.3 TIPOS DE ETAPAS DE HTA Y PLAN DE TRATAMIENTO RECOMENDADO:

    Etapa 1: 140 a 159/90 a 99 mmHg, sin modificaciones en el plan de tratamiento. Informar al paciente, referir al médico o ambos.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Etapa 2: 160 a 179/100 a 109 mmHg, tratamiento dental selectivo, restauraciones, profilaxis, terapia periodontal no quirúrgica, tratamiento

    endodontico no quirúrgico. Referir al paciente con el médico.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Etapa 3 y 4: 180 a 209/110 a 119 mmHg - ≥ 210/≥ 120 mmHg, procedimiento de emergencia no estresante; alivio del dolor, tratamiento

    para infecciones, disfunciones masticatorias, consulta. Referir

    inmediatamente al paciente con el médico para su oportuno tratamiento y

    control. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Si es necesario algún procedimiento quirúrgico emergente, este deberá

    llevarse a cabo en un ambiente hospitalario, con asistencia del médico

    responsable y apoyo de los especialistas que este determine.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Dado que la ansiedad y el dolor están ligados de manera directa con

    aumento en la presión arterial, el dentista y su equipo de trabajo deben de

    reducir los eventos estresantes, tratando de producir una atmosfera de

    relajación en la consulta. Si fuera necesario, prescribir ansiolíticos por la

    noche anterior y 45 minutos antes de la cita (diacepam 2 mg por vía oral).

    Se ha comprobado que existe un incremento en la presión arterial antes

    20

  • de despertar, con un máximo a media mañana, por lo que parece mas

    sensato atender a los pacientes hipertensos por la tarde. En particular

    debe procurarse optimizar al máximo el tiempo de la consulta, tratando de

    abarcar el mayor número de acciones clínicas y evitando sesiones

    prolongadas. Los hipertensos en etapas 2, 3 y 4 pudieran mostrar

    prolongado el tiempo de sangrado, por lo que debe tomarse esta

    observación en consideración al realizar procedimientos que impliquen

    sangrado, ya que podrían sangrar de manera abundante. La

    programación de cada cita estará estratégicamente determinada por el

    exceso de estrés físico y mental a que el paciente será sometido,

    pudiendo influir el número y duración de las citas o la elección del sitio de

    prestación de los servicios (consultorio o ambiente hospitalario).

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    2.2.4 EXÁMENES COMPLEMENTARIOS

    La toma de la presión arterial, como ya ha sido comentado, es el

    procedimiento complementario más importante en el manejo del paciente

    hipertenso, sin embargo existen otras pruebas de laboratorio que pueden

    ser de utilidad para que el cirujano dentista pueda tomar decisiones.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    En quienes se sospeche de daño renal secundario a HTA pueden

    solicitarse una biometría hemática, urea, creatinina y examen general de

    orina. La biometría hemática podría mostrar cambios en la cuenta

    eritrocitaria; anemia secundaria a la falta de producción de eritropoyetina

    por daño al parénquima renal. También pudieran presentarse cifras

    menores en la cuneta de leucocitos cuando el daño renal es serio, lo que

    implicaría una tendencia a las infecciones que debiera compensarse en el

    manejo dental quirúrgico. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Los valores de urea y creatinina deben solicitarse siempre juntos, pues

    evaluada de manera aislada la urea brinda información relativa o sus

    cifras pueden distorsionarse en pacientes con una ingestión alta de

    21

  • proteínas animales o hemorragias del tubo digestivo. Valores superiores a

    lo normal (urea ≥ a 46 y creatinina ≥ a 1.2 mg) obligan a referir al paciente

    a la consulta médica y a ser cautos con la administración de

    medicamentos que se excreten por los riñones. El examen general de

    orina permite identificar la perdida de proteínas. Ante resultados

    anormales de las pruebas de laboratorio, la referencia del paciente a la

    consulta médica es prioritaria. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    2.2.5 MANEJO DE URGENCIA:

    Con respecto a la crisis hipertensiva durante la atención odontológica,

    esta es muy poco frecuente. Sin embargo, hay especiales circunstancias

    en que hay riesgo de crisis, es decir, cuando la PA necesita una reducción

    inmediata o cuando debe ser bajada en pocas horas, para evitar

    complicaciones. La crisis hipertensiva puede asociarse a situaciones

    médicas críticas como epistaxis profusa, dolor intenso, vértigo y tensión

    emocional. Para su manejo agudo se recomienda Nifedipino de 10 a 20

    mg sublingual en adultos y de 0.25 a 0.50 mg/Kg en niños, por su eficacia,

    rapidez de acción (10-15 minutos), duración (3-6 horas), seguridad, fácil

    uso, mecanismo antihipertensivo vasodilatador y moderado efecto

    natriurético. El otro medicamento que se utiliza en su etapa aguda de una

    HTA esencial o maligna es el Captopril, de 25-50 mg y en niños de 0.05-

    0.1 mg/kg, con una rapidez de acción de 30 minutos, una duración de 12

    horas y se da previamente molida. Frente al fracaso del Nifedipino o

    Captopril, se usa Clonidina, con una dosis de 0.150 mg cada 6 horas con

    un máximo de 0.7 mg diarios. (Martín, 2001)

    2.2.6 CONSIDERACIONES FARMACOLÓGICAS

    Los medicamentos antihipertensivos pueden producir en los pacientes

    que los reciben una serie de reacciones secundarias o de interacción

    medicamentosas con las drogas prescritas por el odontólogo, que pueden

    requerir modificaciones en el plan de tratamiento dental.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    22

  • El empleo de diuréticos y anticolinérgicos o con sus efectos, debe alertar

    al médico sobre la extensión y sofisticación del tratamiento, ya que la falta

    de saliva incrementa el riego de desarrollar caries y enfermedad

    periodontal. en estos pacientes deben extremarse las medidas de control

    de placa bacteriana y de visitas de mantenimiento. (Castellanos/Diaz/Gay,

    2002)

    El empleo de flúor en la consulta es de enorme calor, y más lo es cuando

    incluye entre los cuidados caseros recomendados. Para pacientes con

    problemas extremos de hiposalivacion puede prescribirse el uso de

    enjuagues antisépticos potentes (sin alcohol) como la clorexidina, y

    sustitutos de saliva como Ora-Lube A. V. ® (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Algunos medicamentos antihipertensivos tienen como reacciones

    secundarias hipotensión ortostatica, por lo que se deben evitar cambios

    bruscos de posición del paciente en el sillón dental, sobre todo al terminar

    la consulta y bajarlo, ya que pudiera presentarse una situación de

    hipoperfusión cerebral y sincope o perdida de la conciencia. En estos

    casos es recomendable colocar al paciente en posición supina mantenerlo

    así que el flujo cerebral se regularice. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    El empleo de anestésicos locales con vasoconstrictor adrenérgico o de

    otro tipo no está contraindicado en los pacientes con HTA en etapas 1 y 2,

    siempre y cuando se empleen a dosis terapéuticas y en las

    concentraciones adecuadas. Estos fármacos dan la seguridad de lograr

    una anestesia local profunda, durante el tiempo requerido para realizar

    cualquier procedimiento dental sin dolor, lo que favorece la reducción de

    la ansiedad y una disminución en la producción de adrenalina endógena

    liberada por el estrés y el dolor. El vasoconstrictor también reduce la

    toxicidad del anestésico local, por lo que siempre que sea necesario debe

    emplearse para mayor seguridad del paciente. La American Heart

    Association (AHA) y la American Dental Association (ADA) restringen las

    concentración máxima de epinefrina a 0.2 mg y 1.0 de levonordepinefrina

    (vasoconstrictor adrenérgico empleado con mepivacaina) 0.2 mg de

    23

  • epinefrina es la cantidad que contienen 20 mL de anestésico a una

    disolución de 1:100,000, lo que equivale a mas de 11 cartuchos (1

    cartucho = 1.8 mL), cantidad difícil se superar en procedimientos dentales

    rutinarios. Algunos autores recomiendan el empleo de 0.054 mg de

    epinefrina (tres cartuchos de anestésico con vasoconstrictor a una

    concentración de 1:100,000) en pacientes en etapa 2.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    2.3 SELECCIÓN DEL ANESTESICO LOCAL PARA LOS PACIENTES CON HIPERTENSION ARTERIAL.

    2.3.1 USO DE ANESTESICOS CON VASOCONTRICTOR:

    Es bueno tener en mente los objetivos del uso de vasoconstrictores en

    anestesia local previamente: (Martín, 2001)

    Disminuir la absorción sistémica de la solución anestésica, lo cual

    aumenta la duración y profundidad de ésta además de disminuir la

    posibilidad de toxicidad. (Martín, 2001)

    Dar hemostasia local, lo que mejora las condiciones del campo operatorio.

    (Martín, 2001)

    Sin estas ventajas el anestésico local es de menor duración, menos

    efectivo, se absorbe más rápido y con mayor posibilidad de toxicidad.

    Además la solución anestésica por sí misma es vasodilatadora, lo que

    puede resultar en mayor sangramiento del campo operatorio. Por otro

    lado, el potencial peligro del anestésico local que contiene Epinefrina u

    otro vasoconstrictor en un paciente con hipertensión arterial u otra

    enfermedad cardiovascular, es un desfavorable incremento de la presión

    arterial o una arritmia. En la mayoría de los casos la cantidad de

    Epinefrina administrada va en un rango de 0.018 mg a 0.054 mg (1 a 3

    tubos de lidocaína al 2% con Epinefrina al 1:100.000). (Martín, 2001)

    Para comprender la influencia de los vasoconstrictores en la presión

    arterial, hay que entender primero la acción de los vasoconstrictores sobre

    24

  • los receptores adrenérgicos: alfa 1, alfa 2, beta 1 y beta 2. Estos

    receptores se encuentran en varios tejidos y órganos, sin embargo,

    predomina un tipo generalmente: (Martín, 2001)

    2.3.2 receptores adrenérgicos:

    Alfa 1: Ubicados en arteriolas periféricas (producen constricción de las arteriolas en piel y mucosas, aumento de presión sistólica y diastólica)

    (Martín, 2001)

    Beta 1: Ubicados en corazón (producen aumento de la capacidad cardíaca, fuerza contráctil) (Martín, 2001)

    Beta 2: Ubicados en arteriolas del músculo esquelético y músculo liso bronquiolar (dilatación de las arteriolas en músculo esquelético e hígado,

    disminución de la presión diastólica) (Martín, 2001)

    Las drogas que estimulan los receptores adrenérgicos se llaman

    simpaticomiméticas, estas son: EPINEFRINA, NOREPINEFRINA,

    LEVONORDEFRINA, FELIPRESINA, FENILEFRINA. (Martín, 2001)

    2.3.2.1 epinefrina:

    Potente estimulador de receptores alfa y beta. Predominantemente beta

    2. Altas dosis de ésta pueden provocar un importante aumento de la

    presión arterial, más la sistólica que la diastólica, y un aumento del gasto

    cardíaco. (Martín, 2001)

    2.3.2.2 norepinefrina:

    Potente estimulador de alfa 1 y beta 1, leve efecto en beta 2, por lo tanto

    produce un aumento en ambas presiones (Martín, 2001)

    2.3.2.3 levonordefrina:

    Similar acción a la norepinefrina con menos acción sobre alfa 1 y

    levemente mayor en beta 2. Se ha determinado por medición directa que

    en un adulto de 70 kilos la médula adrenal secreta en reposo un promedio

    25

  • de 0.544 ug/minuto de epinefrina (0.009µg/Kg/minuto); y que en un tubo

    carpule de Lidocaína al 2% con epinefrina al 1:100.000 (18µg) la cantidad

    de esta última es cerca de 36 veces lo que secreta la médula adrenal en

    reposo por minuto. Después de la inyección de 1 tubo con éstas

    características los niveles plasmáticos se aumentan en 2 a 3 veces sin

    producir cambios en el gasto cardíaco o en la PA. Con 5.4 ml de solución

    (3 tubos) los niveles plasmáticos aumentan 5 a 6 veces, acompañándose

    de un aumento del gasto cardíaco y aumento de la presión sistólica, pero

    sin síntomas adversos. En un estudio, se compararon los cambios

    hemodinámicos tras la inyección de lidocaína con epinefrina y

    norepinefrina en pacientes normotensos e hipertensos, y se concluyó que

    los cambios en la presión arterial y en el gasto cardíaco fueron similares

    pero con una alteración más marcada (aumento en presión arterial y

    descenso del gasto cardíaco) en el caso de la norepinefrina. Por lo tanto,

    la concentración de norepinefrina de 1: 20.000.-1:30.000 está

    contraindicado en pacientes hipertensos según éste estudio. (Martín,

    2001)

    Como conclusión, se puede decir que el uso de más de dos tubos carpule

    con epinefrina al 1:100.000 se puede asociar con aumento del riesgo de

    cambios hemodinámicos adversos dentro de la atención odontológica.

    Además, se recomienda evitar el uso de norepinefrina y levonordefrina en

    pacientes con HTA debido a la estimulación de receptores alfa 1. (Martín,

    2001)

    2.3.3 contraindicaciones en el empleo de los vasoconstrictores adrenérgicos.

    Cuando el paciente no esté bajo estricto control médico (etapa 3 y 4).

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Cuando sus cifras aún bajo tratamiento médico, son mayores a 160

    mmHg en la presión sistólica y 100 mmHg en la diastólica.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    26

  • Cuando su condición actual se desconozca. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Cuando está recibiendo bloqueadores de los receptores β-adrenérgicos

    no cardioselectivos, como parte de la terapia antihipertensiva, como son

    propanolol, atenolol, timolol. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Cuando sufra arritmia y no esté bajo tratamiento o sea refractaria al

    mismo. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Los siguientes seis meses posteriores a un infarto del miocardio (por la

    inestabilidad eléctrica del musculo cardiaco). (Castellanos/Diaz/Gay,

    2002)

    Angina de pecho inestable. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Pacientes que reciben antihipertensivos tricíclicos. (Castellanos/Diaz/Gay,

    2002)

    Pacientes bajo la influencia de cocaína. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Si el paciente va a ser sometido a anestesia general, consultar con el

    anestesiólogo sobre la posibilidad de interacciones farmacológicas, ya

    que en común el empleo de anestésicos locales para lograr un mejor

    control hemostático. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Es importante aspirar antes de depositar el anestésico local en los tejidos

    para evitar inyecciones intravasculares y reacciones de toxicidad;

    tampoco deben aplicarse estos fármacos de manera intraligamentaria o

    hacer inyecciones intraóseas, ni hacer uso de hilo retractor de tejidos,

    para toma de impresiones, que contenga epinefrina, ya que no puede

    preverse cuanta cantidad del fármaco pudiera absorberse a través del

    surco gingival, del ligamento periodontal o del hueso, y sus efectos sobre

    el gasto y frecuencia cardiaca. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Es de destacar el hecho de que el empleo a largo plazo de

    antiinflamatorios no esteroideos (AINE) reduce el efecto antihipertensivo

    de los diuréticos, bloqueadores βn inhibidores de la ECA (enzima

    27

  • convertidora de angiotensina), agonistas centrales, vasodilatadores y

    bloqueadores α. El uso prolongado de dichos fármacos eleva 5 mmHg la

    presión arterial de los pacientes normo e hipertensos. Aun cuando la cifra

    pareciera inocua, este aumento sostenido de la presión arterial es

    significativo ya que incrementa en 67% el riesgo de paro cardiaco y en

    15% las posibilidades de desarrollar enfermedades coronarias. Al parecer

    el efecto nocivo en el uso por largo plazo de estos medicamentos radica

    en el incremento en la resistencia periférica y la función cardiaca. Por ello,

    es prudente que el clínico prescriba regímenes a corto plazo de AINE y

    otros analgésicos, en pacientes que están bajo terapia antihipertensiva

    con el grupo de medicamentos anteriormente señalado.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    La rifampicina es un medicamento que puede generar una disminución de

    las propiedades antihipertensivas de drogas como verapamil, isradipino,

    metroprolol, por lo que debería evitarse este tipo de combinaciones

    farmacológicas. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Si el odontólogo prescribe ácido acetilsalicílico, indometacina u otro AINE

    a las personas bajo tratamiento con furosemida, pudiera producirse una

    disminución en el efecto diurético de este medicamento, y de manera

    indirecta contribuir a mantener las cifras de la presión arterial elevadas; al

    mismo tiempo se potencializa el efecto analgésico de la aspirina. Se debe

    ser muy cauto y evitar prescribir kanamicina, gentamicina o tobramicina,

    ya que el empleo simultaneo de estos antibióticos con la furosemida

    incrementa su toxicidad renal y auditiva. Tampoco deben emplearse

    corticosteroides al mismo tiempo que este diurético o la clortalidona,

    porque se produzca hipopotasemia. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    2.3.4 USO DE ANESTESICOS SIN VASOCONTRICTOR

    El trabajar con anestésicos locales sin vasoconstrictor, limita la

    profundidad y duración del medicamento, incrementándose las

    28

  • posibilidades de toxicidad (temblores, convulsiones, taquicardia e

    hipertensión arterial, entre otras manifestaciones). (Gúzman, 2003)

    2.3.4.1 Mepivacaina.

    Es un representante de los anestésicos del grupo amida, comercialmente

    se la conoce como carbocaína, arestocaína, isocaína, scandicaína según

    sea el laboratorio que la envase. Tiene un poder anestésico y de

    toxicidad semejante a la Lidocaína con una característica muy especial

    como la de ser uno de los anestésicos de origen sintético que menos

    acentuado tiene el efecto vasodilatador, incluso algunos han descrito que

    tendría un leve efecto vasoconstrictor lo que se manifiesta en la duración

    del efecto anestésico cuando se infiltra sin vasoconstrictor, el que es

    mayor al proporcionado por otros anestésicos infiltrados en las mismas

    condiciones. (Péndola, 2007)

    Este efecto dura entre 20 a 40 minutos en el tejido pulpar que es bastante

    más que el efecto que se consigue con la Lidocaína en las mismas

    condiciones. (Péndola, 2007)

    Se la envasa en concentraciones al 3% sin vaso constrictor y al 2% con

    vaso constrictor. (Péndola, 2007)

    Este es generalmente la epinefrina a concentraciones que varían entre

    1.50.000 y 1.100.000. También puede traer levonordefrin al 1:20.000.

    (Péndola, 2007)

    2.4 HIPERTENSIÓN ARTERIAL COMO UN FACTOR DE RIESGO PARA CIRUGÍA ORAL.

    En el pasado era aceptado que los pacientes hipertensos estaban frente a

    un riesgo elevado de complicaciones. En los años '20s la anestesia

    general era considerada un riesgo injustificable en el paciente

    hipertenso y posteriormente tomó fuerza la idea de que el paciente

    hipertenso era de alto riesgo de complicaciones cardiovasculares

    29

  • perioperatorias específicas. Esta idea se apoyó sobre todo por estudios

    realizados a finales de los años; 70s y comienzos de los´80s. (Hernández,

    2005)

    En el escenario perioperatorio, los estudios que relacionan HTA y riesgo

    de complicaciones cardiovasculares, no son concluyentes. Tanto la HTA

    aguda como crónica, han sido asociadas a una morbilidad cardiovascular

    aumentada en el perioperatorio, manifestada como mayor labilidad en las

    cifras tensionales, disrritmias, isquemia miocárdica o déficits neurológicos

    transitorios. Los cambios vasculares y en la masa miocárdica asociados a

    la HTA crónica, en sí mismos aumentan el riesgo de morbilidad

    cardiovascular. (Hernández, 2005)

    De acuerdo con el estudio Framinghan, la HTA es uno de los factores más

    fuertemente asociados al desarrollo de enfermedad coronaria y los

    pacientes hipertensos tienen una incidencia mucho mayor de infarto

    miocárdico silente que la población general. (Hernández, 2005)

    Un estudio de Fox y Prys-Roberts mostró que el riesgo potencial de

    complicaciones en el paciente hipertenso sometido a cirugía era bastante

    alto. Estudiaron una población sometida a cirugía electiva no cardíaca y

    encontraron un 10.7% de complicaciones mayores postoperatorias en el

    grupo de pacientes hipertensos. Éstas incluían: infarto miocárdico, edema

    pulmonar, eventos cerebrovasculares y falla renal aguda. Estas

    complicaciones ocurrieron sólo en el 3.9% de los pacientes no

    hipertensos. Posteriormente, Goldman y Caldera, en un estudio de

    pacientes sometidos a cirugía electiva con anestesia general, no

    encontraron diferencias significativas en cuanto a mayor labilidad

    hemodinámica, ocurrencia de arritmias cardíacas, falla cardíaca o renal

    entre el grupo de pacientes con hipertensión leve a moderada, frente el

    grupo de pacientes no hipertensos. (Hernández, 2005)

    Numerosos estudios han mostrado que la HTA en estadios I o II no son

    factores de riesgo independientes, para complicaciones cardiovasculares

    30

  • perioperatorias. Prys-Roberts encontró que los hipertensos con control

    deficiente y una presión arterial media mayor o igual a 129.5 mmHg,

    presentaron una mayor incidencia de hipotensión y cambios

    electrocardiográficos sugerentes de isquemia miocárdica, durante el

    mantenimiento de la anestesia general. Recientemente, Hollenberg

    encontró que una historia de hipertensión era uno de los cinco mayores

    predictores de isquemia miocárdica postoperatoria. (Hernández, 2005)

    La dificultad para definir el papel de la HTA perioperatoria en la ocurrencia

    de complicaciones cardiovasculares, se debe básicamente a la

    imposibilidad de aislar la hipertensión de otros factores de riesgo. Se han

    señalado otros factores más fuertemente asociados con morbilidad

    cardiovascular perioperatoria, más allá del diagnóstico per se de

    hipertensión arterial: severidad de la hipertensión, presencia de daño a

    órganos blanco, presencia y magnitud de hipertrofia concéntrica

    ventricular izquierda, efectos adversos de la medicación antihipertensiva,

    entre otros. (Hernández, 2005)

    Un estudio reciente realizado por Lee y cols. Identificó a la enfermedad

    coronaria, las fallas cardíacas y la renal como factores de riesgo para

    complicaciones cardíacas perioperatorias. La HTA pre existente per se

    podría ser de poca importancia, pero esto no le da licencia al

    anestesiólogo para ignorar el daño que ésta produce en los órganos

    blanco. (Hernández, 2005)

    Un meta-análisis que recogió 30 estudios publicados entre 1978 y 2001,

    con un total de 12995 pacientes, buscó establecer una relación entre la

    hipertensión arterial y los eventos cardiovasculares perioperatorios. Las

    conclusiones de este estudio pueden resumirse así: “Hay poca asociación

    clínicamente significativa entre una presión arterial de admisión menor de

    180 mmHg de presión arterial sistólica (PAS) o 110 mmHg de presión

    arterial diastólica (PAD) y un mayor riesgo cardiovascular

    perioperatorio”. Aquellos pacientes con cifras tensionales por encima de

    31

  • estos valores, son más susceptibles a isquemia perioperatoria, arritmias y

    labilidad hemodinámica. (Hernández, 2005)

    De los estudios realizados podemos concluir que, ya sea directa o

    indirectamente, una historia de HTA crónica, aún si es tratada, se asocia

    con un riesgo de mayor morbilidad cardiovascular. Este riesgo sólo se

    hace significativo en el subgrupo de pacientes con HTA y presiones ≥

    180/110 mmHg o en los pacientes no conocidos como hipertensos, que

    presenten estas cifras tensionales al momento de la admisión o en

    aquellos con daño orgánico a nivel renal, cerebral o coronario.

    (Hernández, 2005)

    2.4.1 HIPERTENSIÓN PERIOPERATORIA Y RIESGO ANESTÉSICO

    El paciente hipertenso, una vez en cirugía, presenta ciertas

    particularidades que aumentan el grado de dificultad en el manejo

    anestésico y quirúrgico: (Hernández, 2005)

    Mayor labilidad hemodinámica, principalmente durante la inducción

    anestésica y en la fase de recuperación. Investigadores han demostrado

    que son las fluctuaciones exageradas en la presión arterial las que se

    asocian mayormente a complicaciones cardiovasculares tipo isquemia

    miocárdica, evidente en el registro electrocardiográfico, en especial los

    episodios hipotensivos (en especial si PA < 50% de los valores

    preoperatorios). (Hernández, 2005)

    Efecto cardiodepresor y vasodilatador de los agentes anestésicos.

    (Hernández, 2005)

    Menor tolerancia a la hipotensión por alteraciones en la autorregulación

    cerebral y renal: En los pacientes hipertensos la curva de autorregulación

    cerebral está desplazada a la derecha y esto, aunque protege al cerebro

    frente a súbitos aumentos de presión arterial, lo hace más vulnerable

    frente a la hipotensión. Así, cuando la presión arterial disminuye

    32

  • abruptamente, el paciente hipertenso mostrará signos de isquemia

    cerebral a niveles de presión arterial mayores que un paciente normo-

    tenso. (Hernández, 2005)

    Alteraciones hidroelectrolíticas: El volumen sanguíneo total es normal en

    los casos de HTA leve y está disminuido en pacientes con HTA severa, lo

    que puede agravar una hipotensión producida por cárdio-depresión o

    vasodilatación luego de la inducción anestésica. Un hallazgo frecuente en

    los pacientes hipertensos tratados con diuréticos tiacídicos es la

    hipokalemia. Diversos estudios han demostrado que la hipokalemia

    reduce la eficacia del tratamiento antihipertensivo. (Hernández, 2005)

    Complicaciones órgano específicas de la HTA perioperatoria, no tratada o

    no controlada, son similares a aquéllas vistas en cualquier emergencia

    hipertensiva: morbilidad cerebral, hemorragia ocular, morbilidad cardíaca,

    complicaciones vasculares como resultado de ruptura de vasos o

    disección aórtica, disfunción renal. (Hernández, 2005)

    Complicaciones quirúrgicas: desarrollo de hematomas en los sitios

    quirúrgicos y posibilidad de ruptura de anastomosis vasculares.

    (Hernández, 2005)

    2.4.2 INTRAOPERATORIO

    La hipertensión perioperatoria se define como la elevación sostenida de la

    PA media (PAM) superior al 20% de la presión habitual, y la hipotensión

    perioperatoria como un descenso de la PAM superior al 20% de la PA

    habitual, con una duración suficiente como para comprometer la

    perfusión de órganos. (Parodi, 2013)

    Durante la cirugía se pueden detectar amplias fluctuaciones de la presión

    arterial, especialmente durante la inducción anestésica y la intubación.

    Aquellos pacientes con mayor carga de enfermedad vascular serán los

    33

  • más vulnerables a los cambios bruscos de PA y consiguiente modificación

    del flujo vascular tisular. (Parodi, 2013)

    En general, la PA aumenta durante la intubación e inducción anestésica

    por un mecanismo de descarga simpática, luego suele disminuir durante

    la profundización de la anestesia, y nuevamente tiende a aumentar con la

    recuperación de la anestesia. Estas modificaciones de la PA son más

    pronunciadas y con mayor labilidad en el paciente hipertenso con

    respecto al normotenso. También, se le adjudica riesgo cuando ocurren

    cambios bruscos, mayores del 20% en las cifras de PA basales, ya sea

    hipertensión o hipotensión. Así, descensos severos de la presión arterial

    intraoperatoria, hasta un 50% o más del 33% del nivel basal durante más

    de 15 minutos, constituyen un predictor independiente de eventos

    adversos cardiovasculares perioperatorios. (Parodi, 2013)

    El objetivo durante la cirugía es mantener una PA entre 70-100% de basal

    y evitar la taquicardia. En ocasiones, se recomienda el control directo de

    la PA con colocación de un catéter arterial durante la cirugía,

    especialmente, en casos de procedimientos carotídeos o cerebrales,

    feocromocitoma, o cuando la PA basal es mayor de 180/110 mmHg.

    (Parodi, 2013)

    En caso de cifras de PA muy elevadas durante la cirugía y en el

    postoperatorio inmediato, se sugiere realizar un manejo similar al de las

    urgencias y emergencias hipertensivas. Es decir, con fármacos

    parenterales, de fácil titulación, acción breve, rápidamente reversible y

    que permitan intervenciones dinámicas según los cambios de PA, sin

    descender la PA más del 25%. (Parodi, 2013)

    Algunos de los fármacos utilizados y sus características

    34

  • Esmolol: es un agente bloqueante ß-adrenérgico, cardioselectivos, de corta acción. Es hidrolizado rápidamente por la vía de la esterasa del

    eritrocito y no es dependiente de la función renal o hepática. Debido a

    sus propiedades farmacocinéticas, algunos autores lo consideran un

    “beta-bloqueante ideal” para el uso en pacientes críticamente enfermos.

    Este agente es utilizable tanto para uso intravenoso en bolo, como en

    infusión. Es particularmente útil en la hipertensión postoperatoria severa.

    Es un agente de elección en situaciones que aumentan el gasto cardíaco,

    la frecuencia cardíaca y la presión arterial. (Parodi, 2013)

    Labetalol: es un bloqueador combinado selectivo a1 y no selectivo ß-adrenérgico, bloqueando el receptor a y ß en una relación de 1:7. Debido

    a su efecto ß-bloqueante, la frecuencia cardíaca se mantiene ligeramente

    reducida. A diferencia de los agentes bloqueantes ß-adrenérgicos puros

    que disminuyen el rendimiento cardíaco, el labetalol lo mantiene; reduce

    la resistencia vascular sistémica sin reducir el flujo total de sangre

    periférica. Además, los flujos cerebral, renal, y coronario se mantienen.

    (Parodi, 2013)

    Nitroprusiato de sodio: es un vasodilatador arterial y venoso que disminuye la precarga y postcarga. Disminuye asimismo el flujo de sangre

    cerebral, aun cuando aumente la presión intracraneal, siendo este efecto

    peligroso en pacientes con encefalopatía hipertensiva o con accidente

    cerebrovascular. En pacientes con enfermedad arterial coronaria puede

    ocurrir una reducción significativa en el flujo de sangre regional (robo

    coronario). Debe utilizarse en pacientes con función renal y hepática

    normal, por el riesgo de intoxicación con cianuro. Si bien es un fármaco

    que puede usarse en la mayoría de las emergencias, considerando la

    potencial toxicidad severa del nitroprusiato, debe usarse sólo cuando

    otros agentes antihipertensivos intravenosos no están disponibles y en

    circunstancias clínicas específicas. La duración de tratamiento debe ser

    tan corta como sea posible. (Parodi, 2013)

    35

  • Fenoldopam: es un agonista de la dopamina (DA1 agonista) de acción corta y tiene la ventaja de aumentar el flujo sanguíneo renal y la excreción

    de sodio. Aunque la estructura del fenoldopam es similar a la dopamina,

    es específico sólo para receptores DA1 y es 10 veces más potente que la

    dopamina como vasodilatador renal. Es rápida y extensamente

    metabolizado por unión en el hígado, sin participación del sistema

    enzimático del citocromo P450. Asimismo, mejora la depuración de

    creatinina, el flujo urinario y la excreción de sodio en pacientes

    severamente hipertensos; por consiguiente sería de elección en pacientes

    con insuficiencia renal. (Parodi, 2013)

    Nicardipina: es un bloqueador de segunda generación de los canales de calcio, derivado de la dihidropiridina, con alta selectividad vascular y muy

    buena actividad vasodilatora cerebral y coronaria. La nicardipina

    intravenosa se ha mostrado útil para reducir la isquemia cardíaca y

    cerebral. (Parodi, 2013)

    Nitroglicerina: es un venodilatador potente, y sólo a dosis altas afecta el tono arterial. Causa hipotensión y taquicardia. Reduce la PA, reduciendo

    la precarga y el gasto cardíaco que son efectos indeseables en pacientes

    con perfusión cerebral y renal comprometida. Sin embargo, a dosis baja

    puede ser usada como coadyuvante a la terapia antihipertensiva

    intravenosa en pacientes con emergencias hipertensivas asociadas con

    síndromes coronarios agudos o edema pulmonar. (Parodi, 2013)

    Hidralazina: es un vasodilatador directo. Posee un prolongado e imprevisible efecto antihipertensivo, por lo que es mejor evitarla en el

    manejo de la emergencia hipertensiva. (Parodi, 2013)

    2.4.3 SANGRADO INTRAOPERATORIO

    La presión arterial elevada durante la cirugía conduce a aumento del

    sangrado intraoperatorio. Mientras el sangrado puede no ser de

    importancia durante procedimientos restaurativos, si lo es en cirugía oral.

    36

  • En efecto los cirujanos maxilofaciales solicitan a los anestesiólogos

    disminuir la presión arterial en procedimientos que generalmente causan

    hemorragia significativa, como la osteotomía de Le Fort. Esta anestesia

    hipotensiva produce una reducción global de las pérdidas de sangre. En

    el contexto de a cirugía odontológica en el consultorio bajo anestesia

    local, esto algunas veces no es posible, pero se deben tomar

    precauciones si se planea una cirugía oral agresiva y el paciente se

    encuentra hipertenso (por ejemplo, extracciones de todos los dientes

    presentes con alveoloplastia), especialmente si el paciente está tomando

    antiagregantes o anticoagulantes como aspirina o warfarina. La tendencia

    actual es no suspender la warfarina para cirugía oral. El enfoque racional

    para estos pacientes, especialmente si la presión arterial esta elevada, es

    realizar una o dos extracciones y verificar anticoagulación adecuada

    antes de continuar el procedimiento. (Rosa, 2010)

    2.4.4 POSTOPERATORIO

    Es frecuente la aparición de HTA en el postoperatorio, su incidencia se

    calcula entre el 4-35%. Algunos autores consideran que las cifras de PA

    con consecuencias directas y en las que habría que adoptar medidas

    farmacológicas para su descenso son aquellas mayores de 180-190

    mmHg de PAS y mayor de 100 mmHg de PAD en dos determinaciones

    consecutivas. Sin embargo, esto debe adaptarse al contexto y al paciente

    en particular. Por ejemplo, aquellos con alto riesgo de sangrado o

    insuficiencia cardíaca severa requerirán intervención con cifras más bajas

    de PA, lo mismo que en el postoperatorio de cirugías cardíacas y

    vasculares, donde el objetivo es intervenir con PAS > 140 mmHg y

    mantener una PA media entre 90 y 100 mmHg. Las cifras elevadas de PA

    típicamente aparecen entre los 10 a 20 minutos de la recuperación

    anestésica y suelen durar entre 2 a 4 horas. Se las ha asociado a un

    incremento del riesgo de sangrado, eventos cerebrovasculares e infarto

    de miocardio. Algunos procedimientos, como la cirugía de bypass

    coronario, aneurisma de aorta o endarterectomía carotidea, se asocian a

    37

  • la aparición de hipertensión arterial en el postoperatorio con mayor

    frecuencia que otros. (Parodi, 2013)

    El antecedente de hipertensión arterial previo a la cirugía constituye el

    principal factor de riesgo para el desarrollo de cifras elevadas de PA en el

    postoperatorio. Otros factores que pueden actuar como desencadenantes

    son, la presencia de dolor, excitación y ansiedad postanestesia,

    hipercapnia, hipoxemia, hipotermia, sobrecarga de fluidos, retención de

    orina o suspensión del tratamiento antihipertensivo crónico. Estas

    situaciones pueden presentarse simultáneamente en el postoperatorio y

    resulta sumamente importante identificarlas y tratarlas adecuadamente.

    (Parodi, 2013)

    2.5 MANIFESTACIONES BUCALES DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL

    La HTA no suele dar manifestaciones bucales por si misma, con

    excepción de hemorragias petequiales debidas a aumento súbito de la

    presión arterial, que son patognomónicas de la enfermedad; sin embargo,

    pueden identificarse lesiones y condiciones secundarias al empleo de

    medicamentos antihipertensivos, que pudieran poner al médico y al

    cirujano dentista en problemas para establecer el diagnostico. Entre las

    manifestaciones secundarias al uso de fármacos destaca la

    hiposalivacion, que se acentúa en las personas que toman más de un

    fármaco antihipertensivo. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    La falta de saliva puede ser leve y repercutir en la sensación de sequedad

    de la boca (xerostomía), pero en algunos pacientes puede ser causa de

    recidivas cariosas, caries radicular y compromiso en el pronóstico a largo

    plazo de un tratamiento rehabilitador protésico. (Castellanos/Diaz/Gay,

    2002)

    Por otro lado, la hiposalivacion, y con ella la disminución de

    inmunoglobulina A secretora disponible, puede favorecer además del

    38

  • desarrollo de caries, periodontopatias e infecciones micoticas en la

    mucosa bucal se erosione y se torne susceptible a traumatismos ante

    estímulos menores; las protesis removibles parciales y totales pueden

    volverse irritantes por esta razón, aun cuando sean perfectas desde el

    punto de vista de su diseño y elaboración; la saliva sirve además de

    interfase entre las placas y las mucosas, favoreciendo su adherencia por

    incremento de la tensión superficial, su carencia o ausencia puede

    provocar desaptacion protésica. (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Los agrandamientos gingivales son alteraciones frecuentes secundarias al

    empleo de los bloqueadores de los canales de calcio (nifedipino),

    particularmente en hombres. Se presentan como crecimiento lobulado y

    fibroso de la encía bucal y lingual, especialmente en la región anterior

    inferior, y son similares a los que se presentan por el uso de

    anticonvulsivos. Pudiera discutirse con el medico la importancias de

    seleccionar un antihipertensivo diferente, complementando su manejo

    quirúrgicamente e implantando medidas rígidas de higiene oral.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    Otras lesiones que pueden presentarse son las reacciones liquenoides,

    alteraciones de la mucosa oral que semejan liquen plano (enfermedad

    dermatológica de piel y mucosas, de etiología probablemente inmunitaria,

    que se caracteriza por lesiones blancas queratósicas que adoptan un

    patrón de líneas, red o encaje), pero las cuales son debidas, en estos

    casos, a la administración de medicamentos antihipertensivos, tales como

    tiacidas o agonistas α centrales como metildopa. Se han reportado

    pacientes que desarrollan eritema multiforme secundario al uso de

    bloqueadores de los canales de calcio o furosemida. También han sido

    descritos trastorno en la percepción de los sabores (disgeusia y

    cacogeusia) por el empleo de inhibidores de la ECA (captopril, enalapril) y

    bloqueadores de los canales de calcio (nifedipino, diltiazem), entre otros.

    (Castellanos/Diaz/Gay, 2002)

    39

  • 2.6 MARCO CONCEPTUAL

    Riesgo: es la vulnerabilidad ante un potencial perjuicio o daño para las unidades, personas, organizaciones o entidades. cuanto mayor es la

    vulnerabilidad mayor es el riesgo, pero cuanto más factible es el perjuicio

    o daño, mayor es el peligro. por tanto, el riesgo se refiere sólo a la teórica

    "posibilidad de daño" bajo determinadas circunstancias, mientras que el

    peligro se refiere sólo a la teórica "probabilidad de daño" bajo esas

    circunstancias.

    Hipertensión arterial: la hipertensión arterial es el aumento de la presión arterial de forma crónica. Es una enfermedad que no da síntomas durante

    mucho tiempo y, si no se trata, puede desencadenar complicaciones

    severas como un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis

    cerebral, lo que se puede evitar si se controla adecuadamente. las

    primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se

    endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma

    continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de

    sangre a su través. Esto se conoce con el nombre de arterosclerosis.

    Venosección: producción de sangrado desde una vena. aunque es una de las técnicas que se usó para extraer sangre para los procedimientos

    diagnósticos, en la medicina moderna, se utiliza comúnmente en el

    tratamiento de la eritrocitosis, hemocromocitosis, policitemia vera, y

    porfiria cutánea tarda. su contrapartida histórica es la venodisección (o

    sangría).

    Órgano blanco: se conoce como órgano blanco aquél en el cual se presenta el mayor daño; dependiendo del tóxico, puede haber uno o más

    órganos blanco

    Feocromocitoma: a feocromocitoma es el término médico usado para un tumor de la médula suprarrenal de la glándula adrenal.

    Específicamente se originan de las células cromafinas y producen una

    secreción aumentada y no regulada de catecolaminas. puede presentarse

    40

    http://es.wikipedia.org/wiki/Vulnerabilidadhttp://www.dmedicina.com/enfermedades/enfermedades-vasculares-y-del-corazon/infarto-miocardiohttp://www.dmedicina.com/enfermedades/enfermedades-vasculares-y-del-corazon/arterosclerosishttp://www.lookfordiagnosis.com/mesh_info.php?term=sangre&lang=2http://www.lookfordiagnosis.com/mesh_in