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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL
CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
PERIODISMO Y REALIDAD: EL EJERCICIO PERIODÍSTICO EN
CONTRASTE CON LA NORMA, A PARTIR DE LA IMPLEMENTACIÓN DE
LA LOC (2013)
Proyecto de investigación previo a la obtención del título de
Comunicador Social con énfasis en Periodismo
AUTOR: Aguilar Mosquera Marlon Freddy
TUTOR: MSc. Paul Edelberto Bonilla Soria
Quito, marzo 2018
ii
© DERECHOS DE AUTOR
Yo, Marlon Freddy Aguilar Mosquera en calidad de autor y titular de los derechos
morales y patrimoniales del trabajo de titulación “Periodismo y realidad: el ejercicio
periodístico en contraste con la norma, a partir de la implementación de la LOC
(2013)”, modalidad proyecto de investigación, de conformidad con el Art. 114 del
CÓDIGO ORGÁNICO DE LA ECONOMÍA SOCIAL DE LOS CONOCIMIENTOS,
CREATIVIDAD E INNOVACIÓN, concedo a favor de la Universidad Central del
Ecuador una licencia gratuita, intransferible y no exclusiva para el uso no comercial de
la obra, con fines estrictamente académicos. Conservo a mi favor todos los derechos de
autor sobre la obra, establecidos en la normativa citada.
Así mismo, autorizo a la Universidad Central del Ecuador para que realice la
digitalización y publicación de este trabajo de titulación en el repositorio virtual, de
conformidad a lo dispuesto en el Art. 144 de la Ley Orgánica de Educación Superior.
El autor declara que la obra objeto de la presente autorización es original en su forma de
expresión y no infringe el derecho de autor de terceros, asumiendo la responsabilidad
por cualquier reclamación que pudiera presentarse por esta causa y liberando a la
Universidad de toda responsabilidad.
Firma:
Marlon Freddy Aguilar Mosquera
CC. 1003283726
Dirección electrónica: [email protected]
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APROBACIÓN DEL TUTOR
Yo, MSc. Paul Edelberto Bonilla Soria, en mi calidad de tutor del trabajo de titulación,
modalidad proyecto de investigación, elaborado por MARLON FREDDY AGUILAR
MOSQUERA; cuyo título es: PERIODISMO Y REALIDAD: EL EJERCICIO
PERIODÍSTICO EN CONTRASTE CON LA NORMA, A PARTIR DE LA
IMPLEMENTACIÓN DE LA LOC (2013), previo a la obtención del Grado de
Comunicador Social; considero que el mismo reúne los requisitos y méritos necesarios
en el campo metodológico y epistemológico, para ser sometido a la evaluación por parte
del tribunal examinador que se designe, por lo que APRUEBO, a fin de que el trabajo
sea habilitado para continuar con el proceso de titulación determinado por la
Universidad Central del Ecuador
En la ciudad de Quito, a los 15 días del mes de marzo de 2018.
________________________________
MSc. Paul Edelberto Bonilla Soria
DOCENTE-TUTOR
C.C. 1702398965
iv
DEDICATORIA
A todo aquel que por temor
haya callado
cuando tenía algo importante que decir.
v
AGRADECIMIENTOS
A Ketty Mosquera por su amor y por haberme llevado tan lejos como le fue posible.
A Doris Mosquera por su apoyo incondicional en los momentos de mayor dificultad.
A Marco Antonio Rodríguez por ser amigo, maestro y un soporte constante.
A Paul Bonilla Soria por su guía en la realización de este proyecto.
vi
ÍNDICE DE CONTENIDO
© Derechos de autor ii
Aprobación del tutor iii
Dedicatoria iv
Agradecimientos v
Índice de contenido vi
Resumen ix
Abstract x
Introducción 1
CAPÍTULO I
PERIODISMO, EJERCICIO Y DEONTODOLOGÍA 3
1.1. El periodismo como un acto 3
1.1.1. Narrar la realidad social 6
1.1.2. Periodizar y la clasificar la realidad 7
1.1.3. Mediar e interpretar la realidad 9
1.1.4. Recopilar y emitir información 10
1.1.5. Defender el derecho a la información 11
1.2. El deber ser del periodismo 12
1.2.1. Apreciaciones previas 12
1.2.2. La deontología del periodismo 14
1.3. La práctica del ejercicio periodístico 20
1.3.1. Una práctica social 21
1.3.2. Una práctica metódica 22
CAPÍTULO II
PERIODISMO ECUATORIANO Y NACIMIENTO DE LA LEY ORGÁNICA DE
COMUNICACIÓN 26
2.1. El periodismo antes de la Revolución Ciudadana 26
2.1.1. Profesionalización del periodismo en Ecuador 26
2.1.2. La disputa por influir en el poder mediático: empresa vs gobierno 28
2.1.3. Normativa en el periodismo 29
2.1.4. Código de Ética Profesional del Periodista Ecuatoriano 32
vii
2.2. El camino hacia la Ley de Comunicación 36
2.2.1. Mandato en la Constitución 36
2.2.2. Definición de la Ley de Comunicación 39
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA 44
3.1. Enfoque metodológico de la investigación 44
3.2. Categorías de análisis 45
3.2.1. Primer componente: Diseño. 45
3.2.2. Segundo componente: Reportería 46
3.2.3. Tercer componente: Construcción del texto 46
3.2.4. Cuarto componente: Edición del texto 46
3.3. Métodos y técnicas para la recolección de la información 46
3.3.1. Revisión documental 47
3.4. Muestra 49
3.5. Procesamiento de la información 50
CAPÍTULO IV
IMPACTO DE LA LEY ORGÁNICA DE COMUNICACIÓN EN LA PRÁCTICA
DEL EJERCICIO PERIODÍSTICO 51
4.1. Diseño de la nota periodística 51
4.1.1. Relación entre prensa y gobierno 52
4.1.2. Autocensura al elegir tema o enfoque 54
4.2. Reportería 58
4.2.1. Acceso a fuentes 59
4.2.1. La Orden de no dar entrevistas 60
4.3. Construcción del texto 63
4.3.1. Nuevas estrategias narrativas 64
4.3.2. Autocensura al escribir la nota periodística 65
4.4. Edición de la nota periodística 67
4.4.1. Evitar sanciones y la relación con los abogados 69
4.4.2. La no relación entre la LOC y la realidad del periodismo 71
viii
PARA CONCLUIR 74
BIBLIOGRAFÍA 79
LISTA DE ANEXOS
Entrevistas 84
Ivonne Gaibor, editora regional de Diario Expreso 84
Fernando Fonseca, reportero de diario El Telégrafo 88
Ramón Bravo, líder de Radio de la Asamblea Nacional del Ecuador 92
Carmen Andrade, conductora de Notihoy en Radio Centro 98
Janet Hinostroza, conductora de Los desayunos 24H en Teleamazonas 101
José Luis Quinteros, jefe de redacción en GamaNoticias 106
Juan Carlos Calderón, jefe de redacción de la revista digital Plan V 112
Dayana Vinueza, reportera de agencia ANDES 117
ix
TITULO: Periodismo y realidad: el ejercicio periodístico en contraste con la norma, a
partir de la implementación de la LOC (2013)
Autor: Marlon Freddy Aguilar Mosquera
Tutor: Paul Edelberto Bonilla Soria
RESUMEN
El periodismo ecuatoriano, desde 2013, está normado por la Ley Orgánica de
Comunicación y tras su aplicación hubo cambios en los medios, redacciones y prácticas
periodísticas. La influencia que esta normativa ha tenido en las prácticas del ejercicio
periodístico es donde se centra esta investigación, encontrando así la correlación y
aplicabilidad de la Ley al ejercicio real de los periodistas. Mediante las voces de
profesionales con larga trayectoria en el periodismo ecuatoriano, este trabajo aborda el
ejercicio práctico del oficio y la influencia que ha ejercido la Ley de Comunicación
sobre el mismo.
PALABRAS CLAVE: LEY DE COMUNICACIÓN/ PERIODISMO/
DEONTOLOGÍA/ EJERCICIO PERIODÍSTICO
x
TITLE: Journalism and reality: journalistic exercise in contrast to legislation, following
the implementation of the Organic Law of Communication (2013)
Author: Marlon Freddy Aguilar Mosquera
Tutor: Paul Edelberto Bonilla Soria
ABSTRACT
Since 2013, Ecuadorian journalism is regulated by the Organic Law of Communication.
After its implementation, media, editorial staff and journalistic practices underwent
several changes. The influence of this legislation on journalistic practices is the focus of
this research work, which aims to find the correlation and applicability of said Law on
the actual professional exercise of journalists. Through the voices of Ecuadorian
journalists with extensive professional experience, this work addresses the practical
exercise of the journalistic trade and the influence that the Law of Communication
exerts on it.
KEYWORDS: LAW OF COMMUNICATION / JOURNALISM / DEONTOLOGY /
JOURNALISTIC EXERCISE
1
INTRODUCCIÓN
Este trabajo de investigación pretende conocer una parte de la realidad del periodismo
ecuatoriano: cuáles fueron los cambios que provocó la Ley Orgánica de Comunicación
en la labor del periodista. Toda realidad se descubre al enfrentar lo que se dice sobre
esta y lo que se puede experimentar en el campo. De modo que, en este trabajo se
contrapone la Ley de Comunicación y la práctica del ejercicio periodístico. Para
lograrlo, la investigación obtiene sus conclusiones tras analizar ocho entrevistas a
reporteros y editores con experiencia en el campo periodístico, antes y durante la
aplicación de la Ley.
La idea para esta investigación surgió de la experiencia personal de trabajar en una
redacción y escuchar opiniones varias a favor o en contra de la existencia de la Ley.
Ante ello surgió la inquietud de conocer la influencia que ejerce la Ley en el trabajo de
los periodistas.
Desde el año 2013, la Ley Orgánica de Comunicación norma el periodismo en el
Ecuador. Sin embargo, es importante cuestionar si la normativa se ajusta a la práctica
real. Mientras la Ley tiene como principio la defensa del derecho a la comunicación,
algunos periodistas se sienten coartados por la represión en forma de sanciones que
ellos y los medios en los que trabajan han recibido al publicar cierta información.
El periodismo ecuatoriano cambió con la norma, pero el resultado de ese cambio se
puede conocer a través del ejercicio periodístico y la mejor forma de conocerlo es desde
la experiencia de los profesionales de la información, reuniendo y analizando sus
percepciones. Así, la investigación puede resultar un aporte útil ante una posible
reforma de la Ley, pues recoge las experiencias de destacados periodistas.
La investigación inicia definiendo conceptualmente el periodismo, su ejercicio y su
deontología y realizando dos propuestas: entender el periodismo como un acto y
determinar cuatro fases en el ejercicio periodístico. De este modo quedan sentadas las
bases sobre las que se aborda el trabajo de campo. Este trabajo, en una segunda parte se
remonta unos años antes de la Ley Orgánica de Comunicación con el fin de explicar
cómo era el periodismo ecuatoriano entonces y también explicar cómo se implementó la
Ley y las reacciones que se dieron. En la última parte se muestran los resultados de la
2
investigación, de forma narrativa y citando a los ocho periodistas entrevistados se
explica los cambios y la influencia que genera la Ley Orgánica de Comunicación en la
práctica del ejercicio periodístico.
Es importante señalar que las entrevistas se realizaron en el último trimestre de 2017,
apenas cinco meses después de la posesión de Lenin Moreno como presidente del
Ecuador, por ello, el marco político-temporal, del que dan cuenta las experiencias de los
entrevistados, es el periodo de gobierno de Rafael Correa (2007-2017), cuya relación
con los medios de comunicación, como se explicará en la investigación, tuvo gran
influencia en la aplicación de la Ley de Comunicación.
El primer aporte de esta investigación es definir el periodismo desde la comprensión
teórica y la realidad de la práctica, lo cual es útil para explicar una profesión compleja
que está atravesada por intereses políticos, comerciales y que tiene una normativa ética
muy sólida. El segundo aporte es expresar las consideraciones de profesionales del
periodismo sobre su labor, pues de ese modo los resultados de esta investigación son un
aporte sólido para pensar la profesión del periodista y la pertinencia de la actual Ley.
3
CAPÍTULO I. PERIODISMO, EJERCICIO Y DEONTODOLOGÍA
1.1. El periodismo como un acto
Definir el periodismo es una aventura teórica compleja en la que resulta fácil caer en el
reduccionismo y difícil llegar a acuerdos. La amplia variedad de conceptualizaciones
evidencia que, al definir el periodismo, encontramos múltiples características y acciones
por las que encaminar el desarrollo teórico. En esta elección se producen encontronazos
entre pasiones, ideales y experiencias de investigadores y la rigurosidad del método
científico. Este primer escollo, en el camino de la teorización, desmonta las
definiciones que toman parte por la objetividad. Pena de Oliveira lo explica mejor
citando una conclusión de Walter Lippmann: “es el método el que debería ser objetivo,
no el periodista” (Pena de Oliveira, 2011, p. 48). Por lo tanto, la idea expuesta en este
párrafo no pretende desmerecer la conceptualización del periodismo, sino destacar la
importancia de entender la conclusión de Lippmann. El investigador no es objetivo,
pero el método que usa sí lo es y eso le da valor a su trabajo.
Empecemos por definir periodismo. En una publicación, compuesta por textos que
debaten la relación entre el periodismo y la literatura, uno de los autores esboza una
concepción funcional de esta entidad: “el periodismo es el discurso que narra hechos en
el mundo a través de diversos medios: radio, televisión, prensa [y medios digitales].
Finalmente, según Witthenstein, el mundo es todo lo que acaece, y de eso se trata el
periodismo”. (Hernández, 1997, p.79)
Algunas definiciones de periodismo no entran en el ámbito científico, pues no tienen un
sustento teórico, pero que se emplean en la Academia. Ejemplo de ello es la idea de que
el periodismo consiste en contar historias o que el periodismo es la construcción diaria
de la historia. Estas formas de entenderlo no están desapegadas de la realidad, sin
embargo, lo que hacen es partir de una de las acciones que caracteriza al periodismo. Lo
que explica por qué el periodismo tiene múltiples definiciones. De modo que, esta
investigación intenta definirlo, no desde una de sus particularidades, sino, desde un
conjunto de ellas. Esto se puede entender mejor, recurriendo a concepciones de grandes
periodistas, que ensayaron acepciones desde su experiencia. En 1997 Horacio
Verbitsky, periodista y escritor argentino, publicó Un mundo sin periodistas. Las
4
tortuosas relaciones de Menen con la ley, la justicia y la verdad, en el que hizo famosa
la siguiente definición de periodismo:
Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es
propaganda. Su función es molestar. Tiene fuentes pero no amigos. Lo que los
periodistas pueden ejercer, a través de ellos, la sociedad, es el mero derecho al
pataleo, lo más equitativo y documentado posible. Criticar todos y a todos. Echar
sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que el lado bueno se ocupa la oficina de prensa; de la neutralidad, los suizos; del
justo medio, los filósofos y de la justicia los jueces. Y si no se encargan, ¿qué
culpa tiene el periodismo? (Levinas, 2015)
En la Asamblea Anual de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en 1996, Gabriel
García Márquez, escritor, periodista colombiano y Premio Nobel de Literatura, dijo lo
que pensaba del oficio desde lo que había sentido y lo definió así:
El periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse
por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no lo haya vivido
puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el
orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya
nacido para esto y esté dispuesto a vivir sólo para eso, podría persistir en un
oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia,
como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no
vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente. (Zuluaga,
2017)
Otros maestros de la profesión, como el polaco Ryszard Kapuscinski emplearon
metáforas para definirla desde lo que implica el trabajo de reporteros. Para Kapuscinski,
“el trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz,
para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse” (Espín, 2005).
El aporte de estas definiciones, en este apartado, es entender el periodismo como un
acto y, por tanto, definirlo por sus acciones. De este modo se guía el concepto
explicando las mismas, que se convierten en pilares de la definición. Esta investigación
se aventura a decir que el periodismo es un ejercicio que se entiende por su interacción
con la sociedad. De sus acciones se destaca las siguientes: narrar la realidad social,
clasificar la realidad, mediar entre los sucesos y la comunidad, interpretando el mundo y
explicándolo, defender el derecho a la información, recopilar y entregar información.
Todo ello realizado con un sentido estético, responsabilidad social y atravesado por
intereses de distinta índole, pero vinculados al poder. Las distintas formas de entender
algo se deben al momento histórico en el que se observa y cuestiona. El periodismo,
5
como toda actividad, tiene esos momentos históricos. No interesa desentrañar la historia
del periodismo en esta investigación, pero sí abordar tres momentos claves, que
corresponden a: un periodo informativo, uno de exposición ideológica y otro
estructurado. Una vez explicados de forma superficial, resultará fácil de comprender la
multiplicidad de conceptos alrededor del periodismo.
El primer momento, el netamente informativo, se ubica a partir de la segunda mitad del
siglo XV, poco después de la imprenta de Gutenberg. Es importante destacar que el
primer modo de difusión masiva de información fue la oralidad. Pena de Oliveira
(2011) ubica el origen del periodismo en las transmisiones orales en el Ágora de Atenas,
donde la información de importancia pública era difundida de forma oral. En este
periodo, además de la oralidad, se destaca la escritura, porque implicó el paso del
conocimiento individual, que se alojaba en la memoria de las personas, a un
conocimiento colectivo alojado en elementos exteriores al cuerpo humano. Sin
embargo, esta no adquiere el papel protagónico en la historia del periodismo hasta la
imprenta de Gutenberg.
La impresión masiva de textos gracias a la imprenta de tipos móviles es la verdadera
revolución que hizo posible el periodismo. El contenido de las publicaciones que se
hicieron a partir de la popularización de la imprenta eran comunicados oficiales,
información comercial y folletos. De modo que, la acción por la que primero se entiende
al periodismo es por la de transmitir información a la comunidad. El segundo periodo,
el de exposición ideológica, empieza en la segunda mitad del siglo XVIII dentro de la
Ilustración. Este periodismo pretendía luchar por la libertad de expresión, atacar a la
nobleza y a la burguesía e introducir la economía y la política en la esfera pública.
Claudia Nonato explica que el periodismo que nace a partir de la Ilustración tiene “un
carácter revolucionario, de denuncia, de esclarecimiento, de formador de ideas y de
fomentador del debate público” (Figaro, Nonato, Grohmann 2015, p.135)
Los paradigmas de este periodismo cambiaron debido a la tecnología y a la economía.
Pena de Oliveira, afirma que, hasta el siglo XX, el contenido de los periódicos era, en su
mayoría, de opinión y narrativa, es decir, más retórica que informativa. De modo que,
a partir de la Ilustración, el periodismo fue usado de forma ideológica, sin embargo,
aparecieron en él los principios de denuncia, democratización de la información y
libertad de expresión. Las publicaciones adquirieron una periodicidad de ciclos más
6
cortos, llegando al diario en algunos países de Europa. Así, también entendemos el
periodismo desde las acciones de periodización, interpretación de la realidad y la
defensa del derecho a la información. El tercer periodo se ubica a partir del siglo XX,
que es el inicio del periodismo tal y como lo conocemos. Según Aguinaga (2001), en la
década de los 60, el periodismo es estudiado y analizado. En la década de los 70,
empieza la profesionalización, con la aparición de las primeras escuelas de periodismo.
Los medios de comunicación empiezan a formar parte de conglomerados de medios y
empresas mediáticas. Esto debido a una mayor importancia del periodismo, pues
emergen las grandes tiradas, los grupos editoriales y las relaciones públicas. La
industria del entretenimiento, muy vinculada a los medios de comunicación, también
tiene incidencia. En este siglo, a partir de los estudios sobre el periodismo, aparecen los
códigos de ética que marcan el quehacer periodístico alejado de lo ideológico y en busca
de la objetividad. A pesar de esto, el periodismo se ve influido de mayor manera por los
grupos de financiamiento que son privados (provocando que los medios dependan del
pautaje publicitario y la comercialización de sus productos) y públicos (haciendo
depender al medio de los impuestos y de la opinión pública de la ciudadanía, respecto al
Estado). De modo que, desde este periodo, se entiende el periodismo desde la narración
y la mediación de la realidad, también desde la necesidad de un sentido estético y la
influencia del poder económico o político.
La historia permite, además de ver el origen del periodismo, comprender cómo se ha ido
caracterizando de acuerdo a sus particularidades y a lo que cada autor considera lo más
destacado o importante. Este trabajo pretende entrar al debate entendiendo al
periodismo como una acción y, por tanto, definiéndolo desde las acciones.
1.1.1. Narrar la realidad social
Una de las acciones principales del periodismo es narrar. El periodismo no solo cuenta
historias, sino que dibuja la realidad social, al narrar el acontecer ciudadano, la
economía y la política en relación con la comunidad y todo lo que atañe a la sociedad.
El periodismo relata a la ciudadanía los sucesos más importantes para ella. “A lo largo
del siglo XX, el periodismo se consolida como la narrativa producida por profesionales
especializados, dedicados exclusivamente a seleccionar los hechos del cotidiano que
7
merecen, a partir de determinada evaluación, ganar el estatus de noticia.” (Fígaro,
Nonato, Grohmann 2015, p. 21)
A partir de la Ilustración, el periodismo se configura con principios a los que se
compromete. Uno de los principios, tal vez el más importante, es que la narración
periodística sea lo más apegada a la realidad. De modo que, el periodismo tiene
responsabilidades con la sociedad. Para lograr sus principios, el trabajo periodístico
cumple con ciertas directrices que le otorgan credibilidad a su narración (por ejemplo la
contrastación de fuentes). Dichas directrices están descritas en códigos deontológicos o
códigos legales, los cuales atañe a la ética profesional (tema que se desarrolla en los
próximos apartados). Sin embargo, es oportuno destacar que para desarrollar esta
narrativa, de forma responsable, se emplean conocimientos específicos adquiridos de
forma académica, técnica y mediante la experiencia en el ejercicio.
Cada una de las acciones, por las que se puede entender el periodismo, mantiene una
íntima relación con la otra, es decir, se realiza en conjunto y depende de las demás. Para
explicarlas, se desplegará cada una por separado, pero no se debe perder de vista dicha
integralidad. En estos párrafos se menciona que los hechos que se narran son los
importantes para la comunidad, en el enunciado de Fígaro dice que los hechos se
seleccionan. A partir de esa acción del periodismo se desarrolla la siguiente que se
explicará.
1.1.2. Periodizar y la clasificar la realidad
Seleccionar los acontecimientos y ordenarlos, según el tiempo en que sucedieron, es una
de las acciones que cumple el periodismo, consiste en determinar los sucesos de la
realidad que son importantes de ser narrados, esto según categorías determinadas por el
medio y en función de la actualidad. Hay autores que ven en este esfuerzo la auténtica
esencia del periodismo y por tanto lo que el periodismo es.
Una de las raíces olvidadas, entre las que pueden servir de etimología del
término periodismo, es aquella que nos trae el regalo del concepto de periodizar
o periodificar, que consiste en agrupar las ideas y los acaeceres en las parcelas
determinadas por la cronología. Partiendo de ahí, los hontanares del Periodismo
encuentran sabores de ritmo y vigores de método. Porque en realidad el
periodista, es, antes que otra cosa, un ordenador de informaciones y opiniones.
(Beneyto, 1957, p. 5)
8
Beneyto lo entiende así, su concepción del periodismo tiene la periodicidad como la
acción que define al periodismo. Aguinaga (2001) comparte estas ideas, sin embargo, él
determina que la esencia del periodismo es la clasificación de la realidad; toma esta
acción como lo principal y más importante y ubica a la narración como algo que se
deriva de dicha clasificación. Al alejarse de la concepción artística del periodismo y
ubicarse en la adecuación sistemática de los hechos, dentro de lo que debe ser publicado
y lo que no, y luego en categorías se alcanza, según Aguinaga, una consideración
científica.
Se confunde la esencia del Periodismo con los efectos del Periodismo, que son
muy llamativos, que son como la hiedra que oculta el árbol que le sirve de
sostén. Abrumados por los efectos, se llega a creer que la esencia del Periodismo
es su mercancía y su influencia en la sociedad, cuando, esencialmente, el
Periodismo es una taxonomía, una clasificación de la realidad. Lo que ocurre es
que aquella taxonomía genera poder o contrapoder y, por lo tanto, conflicto para
el dominio de ese poder. (Aguinaga, 2001, p. 243-244)
Estas concepciones respecto del periodismo toman una acción de este y la convierten en
su esencia. Sin embargo, el periodismo es más que una de sus acciones o características.
Aunque se ejecutan cronológicamente separadas, cada una es dependiente de las otras y
se ubican a un mismo nivel. A pesar de que primero se diseña la agenda de lo que se va
a trabajar, la narración está al mismo nivel de importancia, al igual que la mediación,
interpretación y recopilación de información, que son las acciones que se destacan.
Esta investigación no considera la clasificación de la realidad como la acción de la que
se deriva la concepción científica del periodismo, sino como una acción más, porque no
es metódica, sino más bien arbitraria. En las redacciones de los medios de
comunicación, los periodistas se reúnen y deciden sobre los temas que van a trabajar
con base en la actualidad, pero también con base en sus intereses y, muchas veces, la
parcela de la realidad que se decide trabajar se abandona por impedimentos en la fase de
recopilación de información.
Entendemos que la clasificación de la realidad, cronológicamente, es el inicio del
trabajo periodístico, pero no es la esencia del mismo.
La periodicidad, o sea, la agrupación de sucesos importantes en una cronología, es una
de las características del periodismo a partir del siglo XVII y XVIII en Europa, primero
de forma semanal y después llegaron las publicaciones diarias. En el siglo XX la
9
periodicidad dio lugar a la búsqueda constante de novedades. Pena de Oliveira (2011) se
vale del filósofo Norbert Elias para explicar que nuestra concepción del tiempo es
regulada socialmente y que como concluye Elias, esta regulación social privilegia la
sincronía haciendo que repitamos constantemente el presente.
Ante esto se pregunta si esta periodicidad, que desemboca en la búsqueda de novedades,
provoca que en el periodismo se repitan las mismas historias. El autor concluye que la
novedad no es el sustento de la periodicidad, sin embargo, la actualidad es capaz de
hablar de lo mismo aportando algo nuevo. “La temporalidad no se refiere al hecho, sino
a la forma en que se transmite, o mejor dicho, media. Es el instante de la mediación lo
que realmente cuenta”. (Pena de Oliveira, 2011, p. 37)
Esto lleva a deducir, una vez más, que las acciones del periodismo tienen una
importancia que las ubica al mismo nivel y, por ello, se debe entender el periodismo
desde sus acciones en conjunto y no desde una solo de ellas. De modo que, lo
recientemente citado sirve para enlazar el desarrollo a la acción que cumple el
periodismo de interpretar la realidad o mediar entre la realidad y la comunidad.
1.1.3. Mediar e interpretar la realidad
La mediación que realiza el periodismo, entre la realidad y la comunidad, y la
interpretación que hace de la realidad, aunque son dos acciones distintas, podrían
parecer la misma. Sin embargo, se explican en este apartado porque la una depende de
la otra. La mediación es una acción que hace el periodismo por su posición y por la
complejidad de las sociedades modernas. La realidad se manifiesta de forma enredada e
incluso borrosa frente a la comunidad, con múltiples emisores de información y sucesos
que no se comprenden. El periodismo se ubica entre la realidad compleja y la
comunidad, sirviendo como una variedad de lentes que ayudan a entender esa realidad
compleja.
La mediación periodística es la intervención intencional y consciente entre los
hechos y sus significados. Es un corte arbitrario de la realidad y el producto de la
mirada de un narrador. Es decir, existe un objeto o hecho real y un objeto o
hecho narrado por los medios. Ese proceso de mediación es parte fundamental
del proceso más amplio de reproducción simbólica de la realidad. (Abad, 2013,
p. 15)
10
¿Cómo consigue clarificar la realidad compleja? Lo hace interpretándola
metódicamente. El periodismo se sumerge en los hechos, investiga; toma la
información, analiza, contrasta, interpreta lo que ha obtenido y comprende esa realidad
para luego explicarla. Al explicarla o narrarla crea uno de varios lentes por el cual se
puede observar. En el periodismo siempre existirán varios lentes, porque habrá varias
interpretaciones de la realidad. Cuando la comunidad observa un hecho, a través de los
lentes que le ofrece el periodismo, logra llegar a una comprensión más amplia del
acontecimiento. “El periodismo es un fenómeno de interpretación y, más exactamente,
un método para interpretar periódicamente la realidad del entorno humano, método que
comporta unos hábitos y unos supuestos” (Gomis, 1991, p. 35-36).
La interpretación de la realidad que hace el periodismo implica un trabajo de
investigación y de recopilación de información. Esta es otra de las acciones que tiene el
periodismo y se enlaza con el siguiente apartado, que pretende acudir a la acción más
conocida o generalizada de las que el periodismo tiene: la de buscar información.
1.1.4. Recopilar y emitir información
Hay autores que piensan el periodismo desde una mirada más práctica y técnica. Ortega
y Humanes (2000) entienden al periodismo como la recopilación de noticias cuando se
origina la información y su transmisión a la comunidad en diferentes estilos que
corresponden con los formatos periodísticos. De esta definición es importante destacar
un aspecto que se manifiestan en el periodismo de los últimos años, en la era de las
redes sociales. El periodismo se puede entender como la recopilación de noticias, sin
embargo, es más preciso entenderlo como la recopilación y emisión de información,
porque es una de las cosas que hace, pero esa información ha sido interpretada como
explicamos en el apartado anterior.
Interesa mencionar, brevemente, un aspecto que sería objetivo de todo un libro y que
rompe con uno de los preceptos desarrollados anteriormente. En la era de las redes
sociales y los medios digitales, la inmediatez de la información rompe con la
periodicidad, pues hay un flujo continuo de hechos que van siendo narrados. Algunos
canales de televisión narran noticias de forma continua, las 24 horas del día. Los medios
digitales entregan información de forma permanente o suben a la web sus productos
cuando los tienen y no necesariamente el periodo de tiempo es igual que el de los
11
medios tradicionales. Ante esta realidad tecnológica, destaca comprender al periodismo
como la recopilación y emisión de información, aun distando de la periodicidad.
Este fenómeno acarrea una mayor atención y responsabilidad, pues la necesidad de
inmediatez, que se ha profundizado con la Internet, exige más a los periodistas y estos
requieren de mayores esfuerzos para emplear los métodos y cumplir con la rigurosidad
en la información que van a narrar. El periodismo cumple con una responsabilidad
grande con la sociedad, de ahí la siguiente acción que se abordará.
1.1.5. Defender el derecho a la información
El periodismo, con base en los principios con los que se ha construido desde la
Ilustración, se compromete con la comunidad a informarla e informar sobre ella. Este
proceso le otorga una responsabilidad con la sociedad y, para cumplirla, debe tener un
enfoque en defensa de los derechos. Para Abad (2013) este enfoque, significa que el
periodismo se hace investigando las causas del conflicto social que se narra y buscando
las soluciones al conflicto, cuestionando al poder responsable, ya sea económico o
político.
En este marco, la responsabilidad social del periodismo se materializa,
principalmente, cuando se construyen los mensajes informativos desde la
perspectiva de los derechos humanos, es decir, cuando aplicamos el enfoque de
derechos. Significa exponer, concitar el interés, atraer la mirada, propiciar la
vigilancia y el escrutinio de la población respecto del cumplimiento o no de los
derechos de las personas (Abad, 2013, p. 20).
Las responsabilidades sociales del periodismo también se pueden ver opacadas. No se
tratará a profundidad este tema porque es un debate amplio que se explicará en el
próximo apartado, abordando la ética periodística. Es importante mencionar que el
periodismo en la actualidad se realiza desde los medios de comunicación y desde
periodistas independientes. En ambas esferas se requiere de financiación para realizar el
trabajo. La financiación puede ser pública, privada o mixta. En ocasiones, la fuente de
financiación puede marcar el enfoque periodístico y alejarse del enfoque de derechos, lo
cual atañe a la deontología profesional de los periodistas, un tema a desarrollar como
próximo concepto.
Sin embargo, para concluir este apartado, con base a las conceptos que se han
explicado, esta investigación se aventura a definir que: el periodismo es la acción de
12
intervenir en la realidad social de forma metódica, mediando entre ella y la comunidad
con un esfuerzo de clasificarla dicha realidad, recopilar sus informaciones e
interpretarlas, para comprender dicha realidad y emitirla, narrándola de forma
responsable y en pro de los derechos de las personas que forman parte de la comunidad.
1.2. El deber ser del periodismo
1.2.1. Apreciaciones previas
Para comprender la categoría de deontología es importante diferenciar algunos de los
conceptos que giran alrededor de ella. Diferenciarlos, más no profundizar en ellos,
porque se encuentran ligados unos a otros y se aplican a las particularidades o parcelas
del correcto accionar de las personas. Estos conceptos son: la moral, la ética, la ética
profesional y la deontología. Una vez diferenciados estos conceptos será posible
adentrarnos en la deontología del periodista que es el tema que nos atañe.
La toma de decisiones es una constante en la vida de las personas y converge en actos,
que en sociedad se pueden valorar como buenos o malos. De dicha valoración se
encarga la moral, pero lo hace en función de instituciones que determinan ideales y
virtudes. Herrán y Restrepo (1995) explican que estos juicios morales revelan que existe
una conciencia común de lo que está bien o mal. Pero esta diferenciación se hace en
función de los valores. Los valores son comunes a los seres humanos al igual que las
necesidades, esto es porque se corresponden y, del mismo modo, se descubren de forma
individual. “El valor, pues, no existe en sí. Es la propiedad que adquiere una cosa o una
actitud para alguien porque responde a una necesidad”. (Herrán y Restrepo, 1995, p.
16). De modo que, como no todos tienen las mismas necesidades, tampoco tienen los
mismos valores.
Tanto la moral como la ética trabajan sobre los valores, con ciertas diferencias. La
moral realiza juicios de valor en función de instituciones morales. La ética, en cambio,
es una investigación filosófica sobre los valores y su validez para todas las personas, y
parte de los juicios morales consensuados. De modo que la ética “es la ciencia de los
valores morales y de su realización por obra de los hombres” (Herrán y Restrepo, 1995,
p. 16). Por ello, se puede concluir que la ética determina cómo deben accionar las
personas, en función de los valores comunes a todos los seres humanos.
13
Existe una ética específica para quienes ejercen una profesión, pues en cada profesión
hay necesidades distintas y valores particulares. La ética profesional es la que determina
cómo deben actuar las personas cuando ejercen su profesión. Sin embargo, según
explica Unión Profesional (2009), asociación que agrupa a las profesiones colegiadas
españolas, la ética profesional no es sancionadora, pues estable accionares ideales y
cuando se crea un código con facultad sancionadora, se hace bajo las normas mínimas
que los profesionales deben cumplir.
Entonces, ¿en qué se diferencian la ética profesional y la deontología? Su diferencia
reside en los estándares máximos y los mínimos de la ética profesional y el
establecimiento de códigos. Es importante revisar el concepto de lo que es la
deontología:
La deontología o teoría deontológica se puede considerar como una teoría ética
que se ocupa de regular los deberes, traduciéndolos en preceptos, normas
morales y reglas de conducta, dejando fuera de su ámbito específico de interés
otros aspectos de la moral. (Unión Profesional, 2009, p. 3)
La deontología, que indica cuál es el deber de cada persona en su campo de trabajo,
conforma códigos de conducta para los profesionales y son consensuados por
colegiados de cada profesión. Estos códigos tienen carácter normativo, de modo que, su
cumplimiento no queda a libre elección, sino que transgredir las normas puede conllevar
sanciones. Es por ello que las normas establecidas en los códigos son las obligaciones
éticas mínimas con las que debe cumplir el profesional.
En definitiva, cuando nos referimos a una profesión determinada, podemos
hablar de la existencia de una ética y de una deontología determinada. La
primera se podría centrar en determinar y perfilar el bien de una determinada
profesión (aportación al bien social) y la deontología, por su parte, se centraría
en definir cuáles son las obligaciones concretas de cada actividad. (Unión
Profesional, 2009, p. 7)
Una vez comprendida esta diferenciación, cabe destacar que al crearse un código que
regula la conducta profesional de un gremio se usa el término código deontológico, pero
también es común que sea llamado código de ética profesional. Sin embargo, ya se
explicó la diferencia de los términos ética y deontología. Ante esto es necesario perfilar
la deontología del periodismo y luego exponer la misma, definida para el Ecuador en la
Ley Orgánica de Comunicación.
14
1.2.2. La deontología del periodismo
El primer cuestionamiento al tratar la deontología del periodismo es si existe, en
realidad, una necesidad de normar el trabajo periodístico y ello se relaciona
directamente con la responsabilidad social que esta actividad tiene. Una de las labores
más características que realiza el periodismo es el llevar información a la comunidad. El
efecto que tiene esta labor es la defensa del derecho a la información y, por tanto,
convierte a esta información en un bien social que debe llevarse a la comunidad con
responsabilidad, para ello debe cumplir con ciertos valores.
La deontología del periodismo define los valores mínimos consensuados que se
demanda del periodismo y en ello reside la importancia de una normativa para este
oficio. Una vez comprendido esto, ¿cuáles son los valores mínimos que la práctica
periodística debe cumplir? Herrán y Restrepo (1995) examinan 68 códigos de ética
profesional o códigos deontológicos del periodismo de cinco continentes. El resultado
de este análisis es la conclusión de que existe el sentimiento universal de la necesidad
de normar el periodismo y que hay muchas coincidencias sobre la ética de esta
profesión en todo el mundo.
Los valores con mayores coincidencias en los códigos deontológicos son: veracidad (en
56 códigos), respeto al secreto profesional (en 50 códigos), rechazo a las ventajas
personales (en 44 códigos), ética relacionada con la libertad de información (en 38
códigos), rechazo al plagio (en 30 códigos), independencia (en 30 códigos),
solidaridad gremial (en 29 códigos), respeto de la intimidad ajena (en 29 y 25
códigos), responsabilidad (en 26 códigos), información comprobada y completa (en
25 y 24 códigos), servicio a la comunidad (en 23 códigos), obligación de rectificar y
derecho a la réplica (en 33 códigos). Es necesario tratar brevemente cada uno de estos
valores y su importancia para la deontología del periodismo.
Veracidad
Los códigos deontológicos exigen del periodismo la veracidad, deslindándose del
debate filosófico sobre la verdad y su naturaleza. La veracidad, la mayor cercanía y
fidelidad a los hechos, se convierte uno de los valores más importantes del periodismo,
pues mediante este se defiende el derecho a la información, al ofrecer información
veraz, muy cercana a la realidad. Ya sea el periodista testigo de una realidad o la haya
15
conocido al recopilar información, la sociedad demanda que su narración se apegue a la
verdad.
Según el código suizo, el periodista debe ser veraz, porque el público tiene
derecho a conocer la verdad. Así como el médico hace real y efectivo el derecho
del hombre a la salud, el periodista convierte en hecho concreto el derecho del
hombre a la información: por eso debe ser veraz. (Herrán y Restrepo, 1995, p.
80)
Respeto al secreto profesional
El periodista busca y recibe información de varias fuentes en el proceso de
investigación, que realiza para narrar una realidad. En algunos casos, los informantes no
quieren darse a conocer públicamente. Respetar esta exigencia y guardar en secreto la
identificación de esas personas, es algo que los códigos deontológicos exigen. Una de
las razones se vincula a la libertad de información, pues de no respetarse, esa
información podría ser ocultada por las fuentes.
Se llama secreto profesional la obligación que el periodista contrae con algunas
fuentes de información, de callar su identificación. Ese compromiso es tanto más
grave porque con él se garantiza el acceso del público a informaciones que de
otro modo habrían quedado fuera de su alcance. (Herrán y Restrepo 1995, p. 81)
No a las ventajas personales
Al desempeñar una profesión existen beneficios que son justos, elementales y
estipulados en la relación laboral, como el salario, entre otros. Pero aceptar o buscar un
beneficio personal adicional, que de alguna forma condicione el desempeño laboral, a
nivel ético, se considera una transgresión grave. El periodismo, al ser una actividad cuya
responsabilidad es hacer un bien a la comunidad, es más intransigente en cuanto a
buscar ventajas personales, porque esto pone en peligro su función social.
Este rechazo es la tercera gran prioridad dentro de las norma éticas universales.
Un código internacional como el de las Naciones Unidas da una de las razones
claves de este rechazo: porque buscar ventajas personales contradice la
dedicación del periodista al bien público. (Herrán y Restrepo, 1995, p. 83)
Libertad de informar
Al hablar de libertad para informar se está hablando de la libertad de prensa. Este es un
derecho cuya defensa se convierte en un valor ético. Los derechos son abarcativos y
16
están enlazados unos con otros, de modo que la libertad de prensa también se vincula al
derecho a ser informados, entonces informar con libertad se vuelve una norma ética para
la defensa de los derechos vinculados a la información. La relación que existe entre la
ética y los derechos es indisoluble. “La mayor parte de los códigos coinciden en señalar
la observancia de las normas éticas como una salvaguardia de la libertad de prensa”
(Herrán y Restrepo, 1995 p.83).
No al plagio
Debido a las dinámicas a las que se ha visto sometido el periodismo en la actualidad,
una de las principales demandas del mercado es la inmediatez. Esta circunstancia hace
que el periodismo sea propenso al plagio. El plagio es considerado para la ética como un
modo deshonesto de aprovecharse del trabajo de otros colegas, de modo que es una falta
grave. Diferenciar lo que es plagio y lo que no es una tarea compleja que requiere de un
consenso muy amplio.
Los hechos, desde luego, no tienen propietario; son la materia prima común para
los periodistas. Pero la presentación de los hechos, los datos adquiridos en
exclusividad y el enfoque original dado a su información e interpretación son
propiedad de sus autores. (Herrán y Restrepo, 1995, p. 89)
Independencia
La norma de independencia está íntimamente vinculada al rechazo de ventajas
personales. Lo que demanda esta norma es que el periodista, al momento de publicar
algo, no se vea influido por presiones externas, políticas o económicas, tampoco por los
intereses comerciales de sus lectores, ni los de los compradores de espacios publicitarios
que el medio tiene, ni siquiera por los intereses del medio, mucho menos por sobornos.
Los códigos deontológicos ponen como primer y único interés, llevar información veraz
al público.
Hay que anotar que en el aparte dedicado al rechazo de ventajas personales,
consignado en 44 códigos, la gran razón de la norma ética es la independencia,
lo cual convierte a ese valor, en uno de los fundamentales del talante
periodístico. (Herrán y Restrepo, 1995, p.91)
17
Solidaridad con el gremio
Este valor ético se basa en la premisa de que una actitud solidaria y correcta con los
compañeros de profesión permite un comportamiento adecuado, que convierte al
periodismo en un servicio a la comunidad. Es por ello que Herrán y Restrepo explican
que los códigos deontológicos rechazan que se difame a los colegas periodistas y mucho
más si se hace para obtener un beneficio. De igual modo, no se admite el trabajar a
cambio de un salario inferior a los honorarios corrientes de los periodistas, pues los
medios podrían despedir a unos para contratar a quienes cobren menos. Es importante la
solidaridad entre colegas para hacer bien un trabajo, que se pone en servicio de otras
personas.
Mal podría esperarse una honesta y noble disposición hacia los receptores de la
información a quienes el periodista no ve, si no existe un comportamiento digno
hacia unos colegas a quienes sí ve. Eso parece ser el fundamento de las varias
normas de comportamiento gremial incluidas en 29 códigos (Herrán y Restrepo,
1995, p. 91).
Respeto a la reputación e intimidad ajena - rechazo a la calumnia
El periodismo busca informar a la ciudadanía, por lo tanto, pretende llegar a la mayor
cantidad de público posible. Cuando una información que atenta contra la reputación de
una persona es difundida, puede causarle a dicha persona un daño irreparable, por ello,
ese tipo de información se debe tratar con ciertas normas. No toda información es de
interés ciudadano y no todo personaje del cual se informa tiene la misma relevancia.
Algunos códigos deontológicos plantean sus normas relacionadas a la reputación ajena
como rechazo a la calumnia.
En ocasiones, la reputación de una persona se vuelve de interés público, y por tanto,
motivo de investigación. Esto sucede cuando es un personaje público cuyos actos
afectan a la ciudadanía, ejemplo de ello son los funcionarios públicos, políticos y
empresarios, entre otros, y solamente en caso de que sus actos efectivamente afecten a
la ciudadanía. Añadido a publicar información que vaya contra la reputación o la
intimidad ajena, solo en caso de que sea de interés público, se añade el dar oportunidad
de explicar (contrastación de fuentes) o replicar (una vez ya publicada la información).
Los escándalos personales no son información éticamente publicable.
18
Los códigos dedican especial atención a las normas para proteger la fama de las
personas implicadas en procesos judiciales. Puesto que se trata de una
información acogida con privilegio en la prensa de todo el mundo, es allí donde
con mayor frecuencia se pone en peligro la reputación ajena. (Herrán y Restrepo,
1995, p.94)
Responsabilidad
La responsabilidad en el periodismo consiste en conocer los efectos de informar, el bien
y el mal que se puede hacer en el ejercicio del mismo. Además de esto, un periodista es
responsable de la información que publica y de que esta cumpla con las normas
deontológicas. La información es un bien social y, entenderla como tal, es parte de esa
responsabilidad. Informar de manera no responsable puede poner en situación de
vulnerabilidad las personas y hacer un daño irreparable a su reputación. Así como,
informar de forma responsable puede evidenciar situaciones de violaciones de derechos
para que sean tratadas. “Si ante las autoridades, la responsabilidad legal de una
publicación es asunto del director, para la ética es asunto de cada periodista, que puede
comprometer, al editor, al director y al medio” (Herrán y Restrepo, 1995, p. 97).
El fin no justifica los medios, de modo que publicar una noticia no justifica obtener
información con métodos que se consideren inadecuados, incluso a juicio del sentido
común. Así como el periodista debe ser responsable al momento de publicar
información, también debe ser responsable en el modo en que obtiene dicha
información. Los códigos deontológicos condenan que se use la violencia, el soborno o
el engaño para obtenerla.
Información completa y contrastación de fuentes
En busca de la veracidad, los códigos deontológicos determinan la necesidad de que la
información sea completa. La información que publica un periodista proviene de fuentes
y esta debe ser comprobada de algún modo, antes de publicarse. La comprobación es a
lo que llamamos contrastación de fuentes. El trabajo del periodista es dirigirse a la otra
fuente y contrastar. Una vez se tiene la respuesta de los implicados, se puede publicar,
en caso de no conseguir la contrastación y de haber necesidad de informar, es
importante señalar que no se ha conseguido conversar con todos los implicados.
19
El objetivo de la contrastación de fuentes está en entregar información completa y más
cercana a la verdad, dentro de lo posible. Después de leer una noticia, el lector interpreta
la información que ha recibido, a esto se debe que uno de los principios de la
contrastación es evitar que el lector se haga una idea equivocada o deduzca falsamente.
Prestar servicio a la comunidad
Ya se mencionó que la información que ofrece el periodismo es un bien social. Del
mismo modo, el ejercicio periodístico es un servicio a la comunidad, en tanto que
informa sobre de los temas que le interesa conocer. Esta labor no se realizan sin ánimo
de lucro, en realidad, el periodismo está atravesado por intereses empresariales,
políticos y económicos. Sin embargo, la ética profesional, la deontología del
periodismo, decretan que el deber del periodista es siempre primero con la comunidad,
de modo que, el periodismo debe ser un servicio por encima de cualquier otro interés
que lo atraviese.
Las ética periodística exige al reportero ser lo más imparcial y objetivo posible en busca
de ofrecer el mejor servicio a la comunidad. A causa de esto, en múltiples códigos de
ética, de los analizados por Herrán y Restrepo, se norma al periodista para que se
dedique exclusivamente a su profesión. No todos los campos profesionales estarían
negados a los periodistas, pero sí los vinculados a la comunicación, entre otros.
Hay diecinueve códigos en los cuales se incluyen normas dirigidas a mantener al
periodista dedicado exclusivamente a su profesión. Según esas normas, el
periodista debe evitar la simultaneidad de su ejercicio profesional con el de
relacionista, con el de publicista y con otras funciones que se juzgan
incompatibles con el periodismo. (Herrán y Restrepo, 1995, p.101).
Rectificar y el derecho a la réplica
Teniendo en cuenta que uno de los objetivos del periodismo es ofrecer información
veraz, cuando un periodista se equivoca y ha entregado al público información que tiene
inexactitudes, que se evidencian tras la publicación, el deber del periodista es rectificar.
“Rectificar es proclamar la primacía de la verdad sobre cualquier otro interés” (Herrán y
Restrepo, 1995, p.86). Una rectificación se realiza o por iniciativa del periodista o
medio de comunicación al evidenciar que se ha cometido un error, o por petición de una
persona externa que evidenció el error o se ha visto perjudicado por dicho error.
20
También se contempla como norma deontológica, que ante la publicación de un
periodista, el medio de comunicación en el que se publicó la nota de espacio para que se
ejerza el derecho a la réplica si así lo solicita quien se haya sentido perjudicado por la
publicación. El periodismo también debe darle acceso al público para que se defienda,
en caso de sentirse afectado por la publicación de información que tal vez atentó contra
su reputación.
1.3. La práctica del ejercicio periodístico
Existe una amplia crítica al papel que cumple el periodista en la actualidad y es gracias
a la forma empresarial de los medios:
“Sin ideales de ninguna especia; sin fe en sí mismo; sin respeto por la profesión
que es respetable; sin el más leve compromiso social; pero, eso sí, con un gran
apetito de rápidas ganancias, han tenido un éxito escandaloso –literalmente
escandaloso- en su ingreso a la prostitución periodística” (Buendía, 1996, p. 44).
El periodista mexicano Manuel Buendía explica que el ejerció periodístico requiere de
una gran responsabilidad y necesita ser un motor social, aun cuando no está ausente de
intereses particulares. El autor señala que para lograrlo es necesario un compromiso
igual del medio de comunicación. Buendía afirma que hasta la idea de libertad de prensa
nace de la idea de libre mercado:
Digo esto porque hasta donde es posible recordar, saber o estar informado, esta
idea surgió más bien de un cierto grupo de empresarios, y salvo variantes o
matices, se han mantenido así, como una festividad de esos empresarios que
reúnen con frecuencia a festejar el éxito de prensa como negocio (Buendía,
1996, p. 87).
En definitiva lograr un compromiso del medio y del periodista es difícil pero no
imposible, quizás no perpetuamente existirá esa obligación pero siempre habrá
situaciones que lo ameriten. Ante esto, Núñez Ladevéze (2002) se generan varios
cuestionamientos: ¿Qué criterios aplica el periodista cuando selecciona o da preferencia
a una información sobre otra, cuando titula, cuando elabora una noticia, cuando la
valora en el espacio impreso o en el tiempo informativo, qué normas ha utilizado para
elaborar los textos? ¿Qué tipo de nexo relaciona las decisiones de los periodistas con
sus textos? En definitiva, ¿qué hace el periodista al informar, titular, seleccionar,
21
evaluar la información, al opinar o redactar? Mattelart (1976) consideraba que es un
gran mito creer que los medios de comunicación son entidades autónomas.
López (2012) explica que el periodismo cumple la función de ser garantizador del
derecho a la información, pero el efecto que puede provocar en la opinión pública hace
que surjan tentativas para vigilar y crear fronteras dentro de la información. Para
realizar una buena práctica del ejercicio periodístico es importante comprender la
importancia y la responsabilidad del periodismo.
En muchas de las facultades de periodismo y comunicación social se aprenden estos dos
aspectos desvinculados en cuanto a prioridades. Por ello, García Márquez las criticó en
su conocido discurso El mejor oficio del Mundo: “Los muchachos que salen ilusionados
de las academias (…) parecen desvinculados de la realidad y de sus problemas vitales”
(García Márquez, 1996, p. 2). En la realidad, la práctica del ejercicio periodístico está
dotada de complejidades tanto éticas como profesionales.
1.3.1. Una práctica social
La práctica del ejercicio periodístico debe condensar los valores técnicos, teóricos,
éticos y estilísticos, para que se pueda considerar de calidad, en sus procesos de: diseño,
reportería y creación del producto. Se puede creer que si se informa con una técnica
correcta se estaría ejerciendo un periodismo de calidad, pero, ¿maniobrar la técnica es
suficiente para que no existan dilemas éticos dentro del ejercicio periodístico?
(Asociación de la Prensa Uruguaya, CAinfo, Grupo Medios y Sociedad, 2015).
Se podría entender a la práctica del ejercicio periodístico como el conjunto de
actividades que realiza el periodista en su trabajo. El periodista, además, debe
enfrentarse a retos todos los días, retos que tienen que ver con la profesión y otros que
son externos. El ejercicio periodístico se complica en la práctica porque el periodista
tiene un deber no solo con una eficacia material sino con responsabilidad ética. “Al
público le corresponde el derecho de esperar tal responsabilidad del periodista, es decir,
el derecho a ser informado de manera competente y correcta” (Bilbeny, 1953, p. 41).
Para algunos autores, esta práctica se la define como:
Los medios o mecanismos a través de los cuales se establece la relación
dialéctica entre los productores (periodistas) y los consumidores (lectores) de los
22
textos periodísticos. Entre estas prácticas o procesos, junto a las normas
deontológicas, la objetividad, las preferencias estilísticas o la intertextualidad
(citas), se sitúan los valores noticiosos. (Díaz, 2009)
Teóricamente, la práctica del ejercicio periodístico debe contener una serie de
cualidades que permitan comunicar con eficacia:
Para comunicar con fidelidad las noticias que generan los hechos que conforman
la actualidad, los periodistas han desarrollado un lenguaje, que conocemos como
“lenguaje periodístico”, cuya finalidad es conseguir atraer al lector para que se
entere, con claridad, concreción y concisión, de lo acontecido (recordemos la
regla de oro clásica del buen estilo: claro, concreto y conciso). (Zorrilla, 1996, p.
67).
1.3.2. Una práctica metódica
Según Mattelart (1976), existen cuatro áreas de actividad dentro de la práctica
periodística que son: recolectar información sobre sucesos actuales; interpretar la
información para generar opiniones; transferir valores y normas sociales de una
generación a otra; y entretener al público. El periodista debe tener claras las fases del
trabajo periodístico para que metodológicamente su labor no sea cuestionable. Miguel
Rodrigo Alsina (1989) cita a Golding y Elliot (1979) para describir los momentos
esenciales del trabajo periodístico y son:
1. Planificación: Aquí se fijan los acontecimientos previsibles y se fijan las
coberturas a corto plazo.
2. Recopilación: Se realiza el levantamiento de la información que serán la
materia prima de las noticias.
3. Selección: Se jerarquiza la información para crear los ítems finales.
4. Producción: Los ítems que fueron seleccionados son ordenados para su
presentación. (Alsina, 1989, p. 100)
Pero Alsina (1989) se basa en Rositi para hacer una relación más detallada de las
operaciones del desarrollo periodístico, en donde puntualiza todo el proceso que sigue el
periodista dentro de un medio para que la información llegue al público:
a) Selección y preparación de redes o canales para el acceso directo a los
acontecimientos o a informaciones relativas a los acontecimientos.
23
b) Control de relevancia de los acontecimientos aprehendidos, por tanto
selección del mismo.
c) Control de los valores de verdad de las enunciaciones seleccionadas sobre
acontecimientos y ulterior selección sobre la base de un cálculo de valores de
verdad (no necesariamente orientada a respetarla, sobre todo orientado a
tenerla en cuenta).
d) Jerarquización mediante la distribución del espacio o del tiempo, o de la
competencia comunicativa entre los acontecimientos seleccionados, sobre la
base de una misma comparación en términos de relevancia respecto a las
expectativas del emisor, del público o de ambos.
e) Preparación de las comunicaciones finales sobre acontecimientos
seleccionados, eventualmente mediante:
contextualización (relación con otros acontecimientos),
explicaciones o interpretaciones,
discusión de valores de verdad,
valoración (asignándoles valores positivos o negativos a los
acontecimientos seleccionados, respecto a criterios del emisor, del
público o de ambos). (Alsina, 1989, p. 101)
Analizando pasos que atraviesan la tarea periodística se puede resumir en dos procesos,
el proceso de selección y el proceso de creación. En el primer proceso se realiza una
selección de los acontecimientos, es decir, se define la agenda mediática. “La
selectividad se define aquí como la capacidad de discriminar entre diferentes
acontecimientos para valorar lo noticioso” (Valderrama, 2013, p. 102). Luego se
jerarquiza la información para saber qué es más relevante para el público. Y, finalmente,
se establecen las fuentes que proporcionaran la información requerida, y son quienes
van a “aportar declaraciones, o actos de habla, con información u opinión de algún
personaje relevante relacionado con la noticia” (Santamaría, 2009, p. 98). Cuando la
selección está completa, se realiza el proceso de creación.
“El proceso de creación señala cómo el periodista reconstruye la información, la
dispone y jerarquiza” (Valderrama, 2013, p. 102). Aquí se emplea un lenguaje
periodístico para contextualizar el relato, es decir:
Con un estilo claro, conciso, impersonal, neutro, con predominio de la narración
sobre la descripción, con el menor posible de adjetivos y de adverbios y con el
24
menor número también de relaciones entre los datos que no se desprendan
directamente de éstos de acuerdo a criterios puramente objetivos. (Santamaría,
2009, p. 98)
Tanto la fase de selección como la de creación están atravesadas por las normas éticas
del periodismo. Al seleccionar la información, el periodista clasifica la realidad dándole
interés a los asuntos ciudadanos y con la responsabilidad de informar. Al seleccionar
fuentes se da acceso a la veracidad. Y al momento de crear, el periodista narra la
realidad social y lo debe hacer cumpliendo las normas deontológicas. Para efectos del
presente estudio, dividiremos las fases anteriormente descritas en dos. Por lo tanto, la
práctica del ejercicio periodístico constará, para el análisis, de cuatro fases: la de diseño
y la de reportería (que corresponden a la fase de selección); y las de construcción y
edición del texto periodístico (que conforman a la fase de creación).
En el diseño se determina la agenda y se escoge un enfoque, esto implica seleccionar la
parte de la realidad que es noticia. Al hacer esto, el periodista realiza una de las
acciones: clasificar la realidad. Debe hacerlo apegado a los códigos deontológicos, es el
modo de cumplir con la responsabilidad social que tiene el periodismo y un correcto
ejercicio de la profesión. Algunos autores, o reconocidos periodistas, denominan esta
etapa como la de planeación o preparación, ya que incluye la investigación documental,
selección de entrevistados, planeación preliminar, enfoque y punto de vista.
Leila Guerriero, periodista argentina y cronista latinoamericana, en una entrevista para
la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (2017), explica que el trabajo
del periodista es saber qué mirar, y mucho antes de proponer el tema y salir a la calle,
tener claro su punto de interés: “encontrar un punto de vista es sinónimo de tener la
historia clara en la cabeza. Si saben qué es lo que van a contar, pueden establecer las
bases para lo que van a hacer” (Fnpi, 2017).
La fase de reportería es la actividad del ejercicio periodístico en donde se acude a las
fuentes. De esta fase depende la obligación ética de realizar una nota periodística lo más
veraz posible. Esto se debe a que en esta fase se contrasta la información, lo que permite
acercarse lo máximo posible a la imparcialidad. Además, en esta fase se evidencia la
necesidad de otras normas éticas como la negativa a obtener información mediante
métodos no lícitos, entre otros principios éticos del periodismo. Fnpi (2017), en esta
parte Guerriero afirma que en el periodismo la reportería es fundamental para la
25
construcción de un texto. Aunque las técnicas de recolección de información varían
dependiendo del género periodístico, las entrevistas a profundidad y la observación
directa son claves para obtener datos relevantes.
La fase de construcción del texto periodístico es donde se emplean los recursos
estilísticos para narrar la realidad. En esta fase, la ética juega un papel fundamental en el
tratamiento de la información y las fuentes de la misma. Fnpi (2017), según Guerriero,
es aquí, frente a la nada –a la hoja en blanco-, cuando el periodista pone a prueba todo el
trabajo previo. Lo importante es repasar el material obtenido en la cobertura y elegir qué
es lo más importante para el lector. En cuanto al lenguaje empleado: es enfática al
aconsejar que cada frase aporte información, y en usar un lenguaje sencillo sin caer en
lo simple. También prefiere la descripción en lugar de los adjetivos, pero aclara que
describir no es hacer un inventario de cosas sino una edición “una selección de la
esencia de un lugar” (Fnpi, 2017).
La última fase es la edición de la nota periodística, pues es parte del ejercicio
periodístico la revisión de los textos para supervisar que cumplan con normas
deontológicas y el estilo atractivo que demandan los lectores. Para hablar de la
importancia de los editores, Carme Ferré Pavia (2009) conversó con Núria Padrós,
quien fue editora general de la revista Cambio de México. Padrós, quien cree en
América Latina la tradición periodística tiene una gran influencia norteamericana, hace
la distinción sobre el concepto de editor de prensa:
El editor en América Latina es responsable directo del producto editorial, de tal
forma que su peso en la publicación es determinante. Existe editores por
secciones –economía, sociedad, espectáculos, cultura, internacional, etcétera- y
editores generales, que supervisan el trabajo de estos últimos, lo coordinan y
contribuyen a que cumpla con los objetivos y la línea editorial del medio (Ferré,
2009, p. 21).
Por lo tanto, el trabajo de edición no se limita a revisar que el texto escrito por el
reportero esté impecable, en lo que se refiere a ortografía y formas estilísticas. El editor
ve además que el producto esté dentro de los parámetros del manual de estilo del medio
y que no rompa ninguna norma ética. El periodista está obligado a elaborar un texto que
se caracterice por la precisión, imparcialidad, independencia, humanidad y
responsabilidad social.
26
CAPÍTULO II. PERIODISMO ECUATORIANO Y NACIMIENTO DE LA LEY
ORGÁNICA DE COMUNICACIÓN
2.1. El periodismo antes de la Revolución Ciudadana
Para comprender el amplio panorama del periodismo en el Ecuador se debe explicar
diferentes momentos históricos que han marcado la profesión, así como la relación de
los medios de comunicación con los sectores políticos y económicos. Pues debido a
estas relaciones surgieron, en la historia, intentos de normar la comunicación.
En Ecuador, la pertenencia de los periodistas y comunicadores sociales a un
complejo entramado de sistemas los sitúa en un papel de interacciones e
influencias diversas y continuas. Entre ellos, los sistemas económico y político
son los principales a tener en cuenta a la hora de estudiar al colectivo de
periodistas del país, ya que la intervención (o no) del Estado y los
condicionantes de los propietarios de los medios acaban definiendo los límites
de la profesión (Oller & Chavero, 2017).
De ese modo se comprenderá las condiciones por las que se creó la Ley Orgánica de
Comunicación y la situación de la prensa ante las normativas anteriores. Según Alfredo
Albuja Galindo (1979), la prensa ecuatoriana guardó el sentido de libertad de expresión
y pensamiento, como si fuera una tradición, a través de una historia trémula y sacudida.
Sin embargo, la llamada Revolución Ciudadana cambió la percepción que se tenía del
periodismo y de los reporteros radicalmente. El discurso del presidente Rafael Correa
sobre la prensa y sus críticas a los medios crearon un nuevo imaginario sobre lo que
implica el ejercicio periodístico. La Ley Orgánica de Comunicación intensificó el
debate y marcó un antes y después en la práctica del periodismo ecuatoriano. En este
capítulo se describirá el periodismo ecuatoriano y la llegada de la Ley de
Comunicación, empezando por explicar quiénes han ejercido el periodismo en el
Ecuador.
2.1.1. Profesionalización del periodismo en Ecuador
La profesionalización del periodismo fue un tema de discusión permanente durante años
en el Ecuador, pero los medios de comunicación preferían evitarlo. La práctica
periodística fue considerada una labor de carácter técnico y no una profesión
humanística. En el año de 1940 se fundó la Unión Nacional de Periodistas (UNP) con el
27
objetivo de ser un espacio para pensar sobre el periodismo nacional; se instauró como el
primer lugar que buscaba profesionalizar a periodistas que se habían formado en la
práctica. Le siguió la fundación de escuelas de periodismo, que se concretó en 1945, en
la Universidad Central del Ecuador y en la Universidad de Guayaquil. “Las escuelas de
periodismo formaron varias generaciones de egresados universitarios, pero muchos de
los que trabajaban en los periódicos siguieron siendo personas sin título universitario o
egresados de otras profesiones” (Ayala Mora, 2012, p. 24).
La propuesta formativa para los periodistas estuvo a manos del Centro Internacional de
Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal) que, desde los
años 60, lideró la estimulación académica hacia el periodismo. Ciespal fue una
iniciativa ideada desde 1956, cuando la Unesco fundó el Centro de Estudios Superiores
de Periodismo de Estrasburgo. Pese a los intentos por formar a los periodistas, los
medios de comunicación no tuvieron como eje central este tema. La Ley del Ejercicio
Profesional del Periodista, de 1975, otorgaba títulos de periodista a los ciudadanos que
tuvieran 5 años de experiencia en un medio, por esta razón es que algunas de las figuras
periodísticas del país no poseen título de periodistas, ni estudios en comunicación
social.
En los últimos años del siglo XX, los estudios universitarios se multiplicaron y
buena parte de las universidades de las provincias llegaron a contar con
facultades y programas de pregrado y posgrado en Comunicación Social. Los
egresados de estas instituciones se empeñaron en un esfuerzo de “defensa
profesional”, demandando que solo quienes tuvieran las titulaciones legales
respectivas pudieran realizar los trabajos especializados en los medios. Pero esa
demanda se ha cumplido parcialmente, ya que los medios han seguido contando
con profesionales en otros campos que llevan adelante labores periodísticas con
notorio éxito (Ayala Mora, 2012, p. 31).
Según una investigación realizada por María Punín y Alison Martínez (2013), la
profesionalización de los periodistas ecuatorianos seguía siendo poco importante para
los medios de comunicación, exceptuando a los medios impresos, hasta inicios del siglo
XXI. Lo que reflejaba una problemática dentro de la calidad del contenido periodístico.
Los resultados fueron los siguientes:
De un total de 101 medios impresos, utilizados para el análisis, se evidenció que
existen 1321 periodistas titulados y 1261 con títulos que no corresponden a la
comunicación. Dentro de los medios radiales, con una muestra de 591 radios de
todo el territorio ecuatoriano, se constató que existen 1881 periodistas titulados y
28
2375 periodistas sin un título universitario relacionado a la comunicación social.
En los medios televisivos, tomado en cuenta a canales de televisión de 16
provincias del Ecuador, se comprobó que existían 566 periodistas con título y
677 sin un título universitario. (Punín y Martínez, 2013, p. 513).
2.1.2. La disputa por influir en el poder mediático: empresa vs gobierno
En cuanto a la relación de la prensa con el poder político, históricamente existieron
métodos utilizados por los gobiernos para llegar a la prensa nacional y mantenerla a su
favor. Estas formas de persuasión son convenciones efectivas para tener a la prensa de
lado del poder, pero la libertad de prensa siempre encontró su lugar en el Ecuador:
Las altas posiciones burocráticas en los Gobiernos de turno como las Carteras de
Estado, la improvisación diplomática por razones políticas, las altas funciones
directas y administrativas (…) Y no han faltado también allí los periodistas, los
columnistas y dueños de periódicos. Ha sido regularmente ésta la manera de
escamotear la libertad de prensa con respecto al Gobierno, porque la prensa
pagada no tiene libertad. Sin embargo, la tónica general, ha sido libre y por cada
atentado gubernativo, pueden contarse muchos casos de garantías (Albuja
Galindo, 1979, p. 374).
La prensa comercial ecuatoriana surge a inicios del siglo XX, pero su relación con la
política se acentuó desde la década de los 70, en la presidencia de General Guillermo
Rodríguez Lara (1972 - 1976), quien emitió la Ley del Ejercicio Profesional del
Periodista y creó la Dirección General de Información Pública oficial del Estado. La
situación del periodismo ecuatoriano, a lo largo de los años, estuvo relacionada con los
gobiernos de turno.
Las alineaciones políticas fueron evidentes, como los medios de comunicación que se
identificaron con el gobierno de León Febres Cordero (1984-1988), donde se registró la
clausura de 37 medios de comunicación y múltiples agresiones a periodista.
Aunque se rasguen las vestiduras, es un hecho que los medios hacen política
abiertamente o de manera solapada e hipócrita; y nos quieren convencer, sin
conseguirlo (y la deslegitimación grave que viven y que llegó al clímax en abril
lo demuestra), de una ‘objetividad’ y ‘neutralidad’ (libres de ‘impurezas’)
inexistentes. (Checa, 2012, p. 62)
La prensa ecuatoriana no solo tuvo buenas relaciones con los gobiernos. Algunos
medios de comunicación jugaron un importante rol en las caídas de los gobiernos de
29
Bucaram (1996-1997) y Mahuad (1998-2000), al igual que la caída de gobierno de
Lucio Gutierrez (2003-2005), donde Radio La Luna tuvo protagonismo.
En cuanto a la relación con grupos de poder económico, hasta el 2013, la mayoría de la
prensa y de los medios de comunicación ecuatorianos se encontraban en manos
privadas, constituyendo “casi la única expresión de la opinión pública, que en definitiva
es la expresión de los interés de las fuerzas de presión y de dominio” (Albuja Galindo,
1979, p. 376). Por lo tanto, esta prensa era proclive a ceder ante influencias
gubernamentales o de oposición, de acuerdo a sus intereses empresariales. La estructura
de poder y propiedad de los medios de comunicación en el Ecuador, hasta el año 2012,
se repartían así:
El grupo Isaías posee 22 empresas, seis de ellas en el área de las
comunicaciones: Empresa de Televisión Satelcom, TVCable (40 por ciento, el
resto es del grupo El Juri), Gamavisión, Telecentro, Organizaciones Radiales
Cía. Ltda. Carrousel, Diario La Razón. Posiblemente incluidos en algunas de
estas empresas, a este grupo pertenecen: Cabledeportes y Cablenoticias. Cabe
agregar un hecho significativo, según la página web del Conartel (15 de
noviembre), de las 297 frecuencias de televisión abierta, no hay una sola a
nombre del Estado (pese a que la ley lo garantiza) y apenas cinco (1.68 por
ciento) pertenecen a la Iglesia y a una universidad; sin embargo, 82 frecuencias
(27.6 por ciento) están en manos de los prófugos Isaías: Gamavisión (47) y TC
(35). Otro importante es el grupo Egas que posee 14 empresas, tres en
comunicaciones: Multicines, Dinediciones (revistas Diners, Gestión, SOHO,
Gente), Teleamazonas, acciones en el diario Hoy. El grupo El Juri, 38 empresas,
cuatro en comunicaciones: TVCable (60 por ciento), Telecuador Cía. Ltda.,
Telerama y Radio Reloj. (Checa, 2012, p. 47)
Así queda constancia de que la concentración de los medios de comunicación en el
Ecuador, fue, durante décadas, parte de grupos financieros, que dependiendo de la
coyuntura nacional eran utilizados para encaminar las pugnas políticas.
“La concentración de medios en el Ecuador fue la norma durante décadas y los
grupos financieros que se encontraban detrás de ellos los empleaban para
canalizar sus disputas, algo que por lo general pasaba con los medios en manos
de la banca” (Sánchez y Benalcázar, 2015, p. 60).
2.1.3. Normativa en el periodismo
En Ecuador, desde 1972, la comunicación pasó a ser materia de legislación. La
normativa más destacada que los diferentes gobiernos establecieron respecto de los
periodistas y medios de comunicación fueron:
30
En la presidencia del Gral. Guillermo Rodríguez Lara, en el año de 1972, se creó el
Instituto Ecuatoriano de Telecomunicaciones (Ietel). “Mediante el Decreto Supremo
Nro. 256, publicado en el Registro Oficial Nro. 785 del 18 de abril de 1975, se creó
la Ley de Radiodifusión y Televisión” (Sánchez y Benalcázar, 2015, p. 58).
También mediante el Decreto Nro. 1348, en 1972, se creó la Dirección General de
Información Pública oficial del Estado, “estatalizando así la información pública
noticiosa” (Albuja Galindo, 1979, p. 375).
En 1975, el General Rodríguez Lara emitió la Ley del Ejercicio Profesional del
Periodista, en la cual decía que cualquier ciudadano que justifique 5 años de
experiencia dentro del periodismo, podía tener acceso al título profesional, sin la
necesidad de cursar estudios en algún centro educativo. La citada Ley de Ejercicio
Profesional, publicada en el Registro Oficial No. 900 de 1975, dice en el Art. 1, lo
siguiente: “Es periodista profesional literal c.) “Quien obtuviera un certificado de
profesionalización otorgado por el Ministerio de Educación Pública, en razón de
hacer ejercicio la profesión, con anterioridad a la fecha de vigencia de esta Ley, y de
acuerdo con sus disposiciones...” (Punín y Martínez, 2013, p. 508).
El 15 de enero de 1978 se aprobó una nueva Constitución con la que el Ecuador
inició el periodo democrático, luego de siete años de dictadura militar. Dentro de
esta Constitución se estableció el “derecho a la libertad de opinión y a la expresión
del pensamiento por cualquier medio de comunicación social, sin perjuicio de las
responsabilidades previstas en la Ley” (Ayala Mora, 2012, p. 30).
Y se añadió una garantía: “Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o
agraviada en su honra por publicaciones hechas por la prensa u otros medios de
comunicación social, tendrá derecho a que éstos hagan la rectificación
correspondiente en forma gratuita, inmediata y proporcional” (Ayala Mora, 2012, p.
30).
En la presidencia de Rodrigo Borja (1988-1992) se expidió la Ley Especial de
Telecomunicaciones, donde hubo una reestructuración “y se determinó que los
servicios básicos de telecomunicaciones debían mantenerse como un monopolio
exclusivo del Estado, a través de la creación de la Empresa Estatal de
31
Telecomunicaciones (Emetel), la cual reemplazó a Ietel” (Sánchez y Benalcázar,
2015, p. 58).
En la presidencia de Abdala Bucarám Ortiz, (1996-1997) comenzó a funcionar el
Consejo nacional de Radio y Televisión (Conartel), en 1996, haciendo
cumplimiento de la Ley de Radiodifusión y Televisión. “La finalidad de este
organismo era autorizar las concesiones y regulaciones y se encargó de la operación
de las frecuencias que se asignaron en el Ecuador.” (Sánchez y Benalcázar, 2015, p.
58).
En la presidencia Fabián Alarcón Rivera (1997-1998) se aprobó una nueva
Constitución, el 5 de junio de 1998, donde se incluyó una sección titulada “De la
comunicación”, y su artículo dice:
Art. 81. - El Estado garantizará el derecho a acceder a fuentes de información; a
buscar, recibir, conocer y difundir información objetiva, veraz, plural, oportuna
y sin censura previa, de los acontecimientos de interés general, que preserve los
valores de la comunidad, especialmente por parte de periodistas y
comunicadores sociales. Asimismo, garantizará la cláusula de conciencia y el
derecho al secreto profesional de los periodistas y comunicadores sociales o de
quienes emiten opiniones formales como colaboradores de los medios de
comunicación. No existirá reserva respecto de informaciones que reposen en los
archivos públicos, excepto de los documentos para los que tal reserva sea
exigida por razones de defensa nacional y por otras causas expresamente
establecidas en la Ley. Los medios de comunicación social deberán participar en
los procesos educativos, de promoción cultural y preservación de valores éticos.
La Ley establecerá los alcances y limitaciones de su participación. Se prohíbe la
publicidad que por cualquier medio o modo promueva la violencia, el racismo,
el sexismo, la intolerancia religiosa o política y cuanto afecte a la dignidad del
ser humano (Constitución de la República del Ecuador, 1998).
Y dentro del Código de procedimiento penal del 2000 se establecía la
responsabilidad de los delitos cometidos mediante medios de comunicación social:
Art.384.- Responsabilidad de los Directores.- El director, editor, dueño o
responsable de un medio de comunicación responderá por la infracción que se
juzga y contra él se seguirá la causa, si no manifestare, cuando el Fiscal lo
requiera, el nombre del autor, reproductor o responsable de la publicación.
Igualmente serán responsables cuando el autor de la publicación resultare o fuere
persona supuesta o desconocida, menor de dieciocho años o personas con
manifiesta y conocida alteración de sus facultades mentales. Los directores,
administradores o propietarios de las estaciones de radio y televisión están
obligados a remitir, cuando el Fiscal lo requiera, los filmes, las videocintas o las
32
grabaciones de sonidos. De no hacerlo, el proceso se seguirá contra ello (Código
de procedimiento penal, 2000).
2.1.4. Código de Ética Profesional del Periodista Ecuatoriano
Antes de la Ley de Comunicación, los periodistas en Ecuador ya contaban con un
código de ética. Ciespal (2017), en 1975 tras la creación de la Federación Nacional de
Periodistas (Fenape), una entidad de derecho privado y con personería jurídica, se
promulgó el Código de Ética Profesional del Periodista Ecuatoriano.
Este documento es una recopilación de los fundamentos que deben regular el
comportamiento de los trabajadores en la comunicación. Según lo que expresa el
Código, Fenape (1980), el periodista ecuatoriano tiene derecho, garantías y facilidades
para cumplir su función, pero también está obligado a respetar los derechos de las
demás personas, su honra, su integridad, la vida privada, y tener una conducta acorde a
la responsabilidad social que conlleva el comunicar. En tanto a la libertad de expresión
dice que:
La libertad de expresión del pensamiento es derecho fundamental del hombre y
piedra angular de todas las libertades consagradas en la Constitución Política de
la República y es, por tanto, una necesidad vital del pueblo ecuatoriano. Un
derecho irrenunciable del periodista profesional y una obligación ineludible de
los medios de comunicación social y del Estado. La libertad de expresión se
plasma esencialmente en la libertad de información y de opinión, a través de los
medios de la comunicación social. (Fenape, 1980)
Tres años después, este documento fue aprobado por el Comité Ejecutivo Nacional de la
Federación Nacional de Periodistas del Ecuador, en la ciudad de Cuenca, el 17 de
noviembre de 1978. Finalmente, el Código de Ética del Periodismo Ecuatoriano entra
al Registro Oficial No. 120 el 4 de febrero de 1980, bajo el gobierno de Jaime Roldós
Aguilera. El código se apega a los tratados internacionales de deontología periodística y
de derechos humanos:
La delicada tarea que cumple el periodista profesional le obliga también a ser
altamente responsable con los principios universales de la convivencia pacífica
entre los países del mundo y el respeto mutuo con los fundamentos sociales de
su propio pueblo y sus legítimas aspiraciones y con las libertades y derechos de
la persona humana. No puede, en consecuencia, prestarse para alentar acciones o
planes que atenten contra estos principios fundamentales. Deberá ser ajeno al
sensacionalismo irresponsable, a la mercantilización de la noticia o cualquier
33
tipo de manipuleo de la información o de la opinión que falsee, tergiverse,
niegue o limite la verdad. (Fenape, 1980)
El Código consta de 7 capítulos y 44 artículos organizados de una manera estructural
que aborda la misión y responsabilidad del periodista con todas las esferas, públicas y
privadas, de la ciudadanía y sus derechos, y el derecho de la patria. El objetivo de este
Código es garantizar que el trabajo periodístico sea consecuente con los principios y
aspiraciones del pueblo, la comunidad ecuatoriana. Desde el principio este documento
marca las normas y responsabilidades de los profesionales en la comunicación, marca
las pautas para un buen ejercicio periodístico y se ve reflejado en artículos dentro del
capítulo 1:
Artículo 1: El periodista tiene la obligación de proporcionar a la comunidad una
información objetiva, veraz y oportuna. (Fenape, 1980)
Artículo 4.- La comunidad tiene derecho a ser correctamente informada y el
periodista está obligado a evitar la deformación y tergiversación de las
informaciones. (Fenape, 1980)
El capítulo dos de este documento habla sobre el periodista y el Estado. Entendiendo al
Estado no como una entidad gubernamental, en este capítulo se apela a respetar los
valores patrios, y a saberse dentro de una comunidad que requiere un compromiso
mayor para poder avanzar con los objetivos nacionales. En este espacio hay artículos
importantes como:
Artículo 14.- El periodista exigirá del Estado la plena vigencia de la libertad de
expresión, el libre acceso a las fuentes de información y el derecho del pueblo a
una información objetiva, veraz y oportuna.
Artículo 16.- El periodista debe rechazar cualquier presión del Estado que
pretenda obligarle a adoptar determinada posición o identidad política, religiosa
o ideológica
Artículo 18.- El periodista luchará por la plena vigencia de los derechos
humanos y se manifestará contrario a los regímenes fascistas o que no respeten
la dignidad humana. (Fenape, 1980)
Si bien la vigencia de estos artículos tiene un carácter internacional, amparado por la
Declaración de los Derechos Humanos, es de suma importancia recalcar el carácter
local y actual que tienen. Si bien exige el deber ser del periodista también promueve una
34
responsabilidad ulterior del Estado con los profesionales. Es decir, el deber del Estado
para con los periodistas y estos con él, incluso colocando a la ciudadanía, a la dignidad
humana, en primer lugar cuando el Estado obre mal. Serán los periodistas los primeros
en denunciar.
En este código también destaca la responsabilidad del periodista para con el gremio, la
Fenape, desde la lealtad, hasta la participación dentro de sus filas. En varios artículos
posteriores se trabaja el ejercicio profesional del periodista. Ya que es una labor de
requiere de un rigor tal para cumplir con la responsabilidad de informar “objetiva,
veraz, y oportuna”.
Artículo 24.- El periodista guardará estricto secreto en el ejercicio de su
profesión respecto de las fuentes de información.
Artículo 25.- El periodista debe verificar sus informaciones y recurrir a fuentes
que garanticen una información veraz.
Artículo 26.- Le está prohibido al periodista recibir bienes o valores destinados a
interferir o tergiversar su labor informativa y de opinión.
Artículo 35.- Al periodista le está prohibido usar el anonimato, las publicaciones
apócrifas y la divulgación de rumores falsos o tendenciosos. (Fenape, 1980)
En el capítulo 5 del código se establece el tipo de relaciones entre empresas y
periodistas y procura evitar los idilios en bien de la comunidad, la empresa, los
periodistas y la sociedad civil:
Artículo 37.- El periodista exigirá a la empresa respeto para sus creencias
políticas, ideológicas y religiosas.
Artículo 41.- El periodista debe exigir en sus relaciones con la empresa un
tratamiento ajustado a su dignidad y al valor e importancia que tiene su
profesión en la sociedad. (Fenape, 1980)
Es verdad que estos artículos confieren al periodista como sujeto de derechos laborales,
pero las empresas y la relación de los medios de comunicación con los periodistas no se
puede normar en un código deontológico, y sigue siendo un debate hoy en día, incluso
después de aprobada la Ley de Comunicación. Este código deontológico también
promueve las buenas relaciones internacionales y las relaciones locales:
35
Artículo 43.- El periodista debe luchar por la libertad de los pueblos, contra el
colonialismo, el neocolonialismo y toda forma de discriminación ideológica,
religiosa y racista.
Estos fragmentos del Código de Ética del periodismo ecuatoriano son la muestra de que
el periodismo en Ecuador, antes de la Ley Orgánica de Comunicación, ya tenía una
estructura normativa donde conviven la ética, el ejercicio profesional y la
responsabilidad social que tiene el oficio de comunicar. Los artículos hablan del juego
de fuerzas dentro de la sociedad civil dentro de un oficio como es el periodístico, y
habla de que el periodismo es más responsable de lo que el discurso de la Revolución
Ciudadana considera.
Sin embargo, el carácter no punitivo de este código no ha establecido las reglas claras
cuando se presenta una falta. Por ejemplo, es potestad de los colegios provinciales de
periodistas, quienes deben conformar un Tribunal de Honor, juzgar cualquier tipo de
falta. A ellos les corresponde conocer la violación a este código, estatuto o reglamento.
Los artículos 10, 11 y 12, del Capítulo II del código, se refieren a las sanciones que
puede designar el Tribunal de Honor. El artículo 12, dice: “Los Tribunales de Honor, en
consideración a la gravedad y circunstancias de la falta cometida, podrán imponer las
siguientes sanciones: amonestación escrita, multa y suspensión temporal del ejercicio
profesional de tres meses a un año” (Fenape, 1980). Y se habla del Tribunal de Honor,
“cuando los actos cometidos por un periodista profesional fueren dolosos, podrá
recomendar la suspensión definitiva de su ejercicio profesional y la consiguiente
expulsión de la entidad, al colegio provincial al que pertenezca el periodista”. (Fenape,
1980)
El Código de Ética del periodista Ecuatoriano se apega a la realidad periodística, sin
utilizar conceptos ambiguos que se presentan en otras normativas:
El periodista profesional debe cumplir, en este contexto, un rol esencial: está
obligado a ser leal y consecuente con los principios y las aspiraciones de su
pueblo, de su comunidad y de su familia. Es y debe ser esencialmente objetivo,
de manera especial para interpretar los acontecimientos de la vida diaria y darle
a la información la categoría, el volumen, la importancia y la interpretación que
realmente merece. (Fenape, 1980)
36
2.2. El camino hacia la Ley de Comunicación
Como vimos en los apartados anteriores de este capítulo, a lo largo de la historia
nacional han existido intentos por reglamentar la comunicación social y el periodismo.
En este apartado se tratará la Ley Orgánica de Comunicación creada durante la década
de la Revolución Ciudadana. El gobierno de Rafael Correa duró 10 años, desde el 15 de
enero de 2007 hasta el 24 de mayo de 2017. En este periodo surgieron divergencias
entre la prensa privada y el gobierno. Rafael Correa calificó a toda la prensa (con
excepción de la pública) como "prensa corrupta".
La situación del Ecuador, en cuanto al periodismo y a la comunicación, se
caracteriza por una creciente polarización entre el poder político gubernamental,
liderado por Rafael Correa, y el poder mediático corporativo, ligado al poder
económico y político de oposición, liderado por los medios hegemónicos
privados. Ha sido un proceso creciente de radicalización política, discursiva y
emocional. (Checa, 2012, p. 21).
2.2.1. Mandato en la Constitución
Cuando Rafael Correa asumió la Presidencia en el 2007, anunció una consulta popular
para que se decida si se aprueba una Asamblea Constituyente encomendada de
componer una nueva Constitución. El entonces Congreso Nacional, el 13 de febrero del
2007, aprobó la convocatoria para el referéndum. El 7 de marzo del 2007, el Tribunal
Supremo Electoral (TSE) removió 57 diputados del Congreso Nacional (52 de esos
diputados habían votado por el relevo del presidente del TSE, y los otros cinco
diputados habían presentado una demanda de inconstitucionalidad en contra del llamado
al referéndum).
Por su parte, Rafael Correa defendía la tarea del TSE y promulgó el "sí" en la consulta
popular y amenazó con renunciar de su puesto como Presidente de la República si
llegaba a ganar el "no". Las votaciones se dieron el 15 de abril del 2007 y tuvo una
victoria el “sí” para la conformación de la Asamblea Constituyente con el 81,72% de
votos a favor.
Correa formó parte de la campaña electoral, esto probocó varias críticas por parte de la
oposición. El 30 de septiembre del 2007, se dieron las elecciones de asambleítas
nacionales, Alianza País ganó y obtuvo el 80 de los 130 escaños formando la mayoría.
37
El 29 de noviembre del 2007, la Asamblea Nacional se instaló en Montecristi y
comenzó la redacción de la nueva Constitución.
La nueva Constitución empezó a regir el 20 de octubre del 2008, día que se publicó en
el Registro Oficial. La Constitución del 2008 estableció una desarrollada nomenclatura
de derechos en donde constan los que tienen que ver con la información y la
comunicación. Se relata que todos los ciudadanos tienen derecho a una comunicación
libre, intercultural, incluyente, diversa y participativa, donde se da acceso universal a las
tecnologías (Ayala Mora, 2012, p. 32). También se habla de la creación de nuevos
medios de comunicación públicos y comunitarios, del “correcto” uso de las frecuencias,
y todo un conjunto de derechos y libertades. Entre estos derechos se encuentra el
derecho a exigir una rectificación a los medios de comunicación (como ya constaba en
otras constituciones) y el derecho a la libre expresión. Así mismo:
Con la Constitución vigente, en los últimos años se ha tratado desde el Gobierno
de establecer un sistema público de medios de comunicación, del que es parte el
diario El Telégrafo, “decano de la prensa nacional”, que fue recibido por el
estado como resultado de la crisis bancaria. Se ha impulsado, de otro lado, una
legislación que establece varios niveles de control y regulación de los medios de
comunicación por el Gobierno, que ha sido fuertemente resistida (Ayala Mora,
2012, p. 32).
El 7 de mayo del 2011 se realizó una consulta popular en la que se pidió la opinión de
las ciudadanía sobre 10 preguntas, dos de ellas tenían que ver con la comunicación, se
preguntó: “la tres pregunta si se debe prohibir que grupos financiaros puedan poseer
medios nacionales y a la inversa, y la nueve que plantea la creación de un Consejo de
Regulación que norme la difusión de ciertos contenidos” (Checa, 2012, p. 23). Dentro
de la Constitución también se adjunta que están prohibidos los monopolios u
oligopolios de medios, y se “garantizará la cláusula de conciencia a toda persona, y el
secreto profesional y la reserva de fuentes a quienes informen, emitan sus opiniones, a
través de los medios u otras formas de comunicación, o laboren en cualquier actividad
de comunicación” (Ayala Mora, 2012, p. 32).
En el Ecuador, los medios privados ocupaban casi el 90% de las frecuencias de radio y
televisión hasta el 2013. La concentración monopólica era muy evidente, por lo tanto en
la Constitución (2008) se aprobaron una serie de artículos en los cuales se especifica
que las frecuencias son un bien público que se administrará según precise el Estado, por
38
ejemplo, en el artículo 16.3 se especifica que toda persona tiene derecho a crear medios
de comunicación social, pero en el artículo 17.1 se sella que el Estado es quién
garantiza la asignación de frecuencias, sean públicas, privadas o comunitarias, y en el
artículo 17.3 se hace énfasis que no quedan permitidos los monopolios u oligopolios de
la posesión de los medios de comunicación y las frecuencias. Además, la Constitución,
en su artículo 213, determina que los medios de comunicación no pueden tener vínculos
externos ni intereses ajenos de la comunicación.
La Constitución estableció la creación de medios de comunicación públicos. Esto
significó que varios medios de comunicación (públicos, gubernamentales e incautados)
estuvieran bajo la administración del Gobierno. Ante esto, varios sectores han acusado
que estos medios constituyen un monopolio estatal y que es evidente la falta de
independencia que tienen los medios públicos. Los medios públicos:
Deben tener una independencia garantizada por la ley, para que los gobiernos de
turno no incidan en sus contenidos, programación, línea editorial; para que no
puedan usarlos como aparatos de propaganda. Independencia garantizada
también por un directorio plural, integrado por representantes del Estado y de la
sociedad civil, pero sobre todo por profesionales del medio, con estabilidad
respaldada por la ley y no sujeta a los cambios de gobierno (Checa, 2012, pág.
335).
La clasificación de medios administrados por el Estado fue:
Medios públicos: Diario El Telégrafo, Radio Pública del Ecuador (que ya existió
como Radio Nacional del Ecuador), Ecuador TV.
Medios gubernamentales: Agencia Pública de Noticias del Ecuador y
Suramérica (Andes), Semanario El Ciudadano, el periódico popular PP El
verdadero.
Medios incautados: TC Televisión, TC Radio, Gama TV, CN3 (televisión por
cable), radio Súper K, Multicom, América Visión, Organización Radial,
Editorial Unimasa que imprime las revistas La Otra, La Onda, La Onda Infantil,
Más, El Agro y Samborondón, entre otros medios. (Checa, 2012, p. 22)
Rafael Correa tuvo la estrategia de realizar enlaces sabatinos y difundirlos por los
medios a cargo del Estado. La oposición y diferentes sectores políticos criticaron esto
porque consideran que un segmento de este enlace “Correa lo dedica a criticar a los
medios, con un tono apasionado y a ratos insultante, lo cual suelen destacar los medios
39
privados en detrimento del contenido de la crítica presidencial” (Checa, 2012, pág. 23).
El periodista e investigador, Fernando Checa, advierte que:
En este ambiente de posiciones radicalmente contrapuestas, todo lo que tenga
que ver con el periodismo y la comunicación (opiniones, propuestas, críticas,
acciones, etcétera) es visto maniqueamente, desde la visceralidad y la
emocionalidad reinantes: se ubica a los hechos y a los actores o como
gobiernistas y enemigos de la “prensa libre e independiente” o de la oposición y
“cómplices de la prensa corrupta” (Checa, 2012, pág. 25).
Posterior a la aprobación de la Ley Orgánica de Comunicación (2013), el 4 de
diciembre del 2015, la Asamblea aprobó 15 enmiendas constitucionales con 100 votos
de 137 asambleístas, aunque solo 109 estuvieron presentes. Dentro de esta enmienda se
aprobó que la comunicación sea considerada como un servicio público. La
comunicación, dentro de la LOC ya estaba como un servicio público, pero se la elevó a
mandato constitucional. El artículo 384 decía textualmente: “el sistema de
comunicación social asegurará el ejercicio de los derechos de la comunicación, la
información y la libertad de expresión, y fortalecerá la participación ciudadana”
(Constitución de la República del Ecuador, 2008, p. 116). El Artículo 384 quedó
modificado así: “La comunicación como un servicio público se prestará a través de
medios públicos, privados y comunitarios. El sistema de comunicación social asegurará
el ejercicio de los derechos de la comunicación, la información y la libertad de
expresión, y fortalecerá la participación ciudadana” (Constitución de la República del
Ecuador, 2008, p. 116).
Con esta legislación, la comunicación y el periodismo fueron temas de debates en todo
el país. Crecieron voces en contra y a favor, pero también los espacios de diálogo y
para que el ecuatoriano pueda pensar al periodismo.
2.2.2. Definición de la Ley de Comunicación
La Ley Orgánica de Comunicación fue aprobada el 14 de junio del 2013 por la
Asamblea Nacional. En la Constitución de 2008 se determinó la creación de esta Ley, y
el tratamiento del proyecto inició en diciembre del 2009. El primer debate de la Ley se
dio el 23 de diciembre del 2009 y le siguió el segundo en 2011. Para este punto ya
existía una amplia oposición dentro de los gremios de periodistas antes la inevitable ley.
40
Otro mandato constitucional fue que la Asamblea Nacional elabore y apruebe
una Ley de Comunicación, lo que preocupó al empresariado mediático partidario
de la idea de que “la mejor ley es la que no existe”, por lo que se opuso a lo que
ya empezó a denominar sin razón alguna “ley mordaza”. Pese a que el mandato
estableció octubre de 2009 como plazo para la promulgación de la ley, hasta la
fecha no se la había aprobado, y las sucesivas prórrogas lo consiguieron
profundizar la tensión, radicalizar las posiciones, acentuar la emocionalidad y la
irracionalidad de los discursos (Checa, 2012, p. 22).
Según explica Ecuador Inmediato (2013), el oficialismo declaró el día de la aprobación
de la Ley como un día “histórico” mientras la oposición declaraba que era un día
“fúnebre”. Posteriormente, el 27 de enero del 2014, entró al Registro Oficial el
Reglamento General a la Ley Orgánica de Comunicación. La ley Orgánica de
Comunicación posee 119 artículos y 22 disposiciones transitorias, 6 reformatorias y 2
derogatorias.
Una vez aprobada la LOC, se dispuso la creación de la Superintendencia de
Comunicación, un organismo técnico que se encarga de la “vigilancia, auditoría,
intervención y control, con capacidad sancionatoria, de administración desconcentrada,
con personalidad jurídica, patrimonio propio, que cuenta con amplias atribuciones para
hacer cumplir la normativa de regulación de la información y comunicación”
(Ecuadorinmediato, 2013). En el 2014, se creó también el Consejo de Regulación y
Desarrollo de la Información y Comunicación (Cordicom).
La entidad reguladora conocida como Supercom, ha causado una serie de inquietudes
dentro de los periodistas. En especial al momento de sancionar a medios de
comunicación y a reporteros. El periodista, Juan Carlos Calderón, dijo para la Revista
La Verdad que la Superintendencia es:
Exactamente, es un tribunal inquisidor que actúa de oficio y que además tiene un
conflicto de interés muy grave. Cuando actúa de oficio actúa como fiscal, porque
sienta en un estrado a los periodistas y a los supuestos acusadores que en su
mayoría son funcionarios públicos. Aunque se suponía en un inicio que esta ley
era para proteger a los ciudadanos, resulta que al final del día, los que se han
sentido ofendidos por la prensa han sido funcionarios públicos. Cuando actúa de
oficio también, que ha sido el 60% de los casos, la Superintendencia gana todos
los procesos, entonces juzga, sanciona y recauda las multas. En la historia del
Ecuador no se había visto tal desfachatez para acusar, juzgar, sancionar y
recoger las multas producto de las sanciones. (Baquerizo, 2015)
41
Varias agrupaciones sociales, tras la aprobación de la Ley Orgánica de Comunicación
vieron grandes conquistas dentro de los artículos, según El Churo (2013), los aspectos
positivos de la Ley son:
La distribución equitativa de las frecuencias radioeléctricas. “El artículo 106
establece que las frecuencias del espectro radioeléctrico destinadas al
funcionamiento de radio y televisión serán distribuidas equitativamente: 33% para
medios públicos, 33% para medios privados, y 34% para medios comunitarios”. (El
Churo, 2013)
El artículo 37, donde se da la garantía sobre la inclusión a las personas con
discapacidad a través de diversas medidas.
En el artículo 35 se otorga el derecho de todos los ciudadanos a tener acceso a la
tecnología y a capacitarse en las tecnologías de la información y comunicación.
“Otro aspecto positivo de la Ley es que, con la restricción a los monopolios y
oligopolios (Art 113), se garantiza una mayor diversidad y pluralidad de voces en la
esfera pública” (El Churo, 2013).
Con el artículo 15, las voces y los derechos de niños, niñas y adolescentes contarán
con espacios en los medios de comunicación.
Los cineastas, músicos, actores, grupos culturales y productores locales se verán
favorecidos, pues les correspondería al menos el 60% de la programación diaria en
el horario apto para todo público.
La obligación que tienen todos los medios, plasmada en el artículo 36, de “difundir
contenidos que expresen y reflejen la cosmovisión, cultura, tradiciones,
conocimientos y saberes de los pueblos y nacionalidades indígenas,
afroecuatorianas y montubias, por un espacio de, al menos, 5% de su programación
diaria” (El Churo, 2013).
Sin embargo, otros artículos de la Ley Orgánica de Comunicación inmediatamente
generaron conflicto. Un número relevante de artículos demostrarían la ambigüedad que
existe en la Ley en cuanto a lo sancionable, según Ignacio López Vigil (2013), estos
serían los puntos negativos de la Ley de Comunicación ecuatoriana:
42
Los medios públicos oficiales: Según el artículo 83 existirá la creación de medios
públicos de carácter oficial. Esto ya existe y en la clasificación de medios antes
mencionada constan. “De esta manera, sin violar la Ley, el gobierno podría
controlar la tercera parte del espectro para hacer propaganda” (López Vigil, 2013).
Títulos Obligatorios: Para sectores de comunicadores y periodistas este fue un
logro, pero esto atentaría contra la Declaración de Principios de la Libertad de
Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que dice:
Toda persona tiene derecho a comunicar sus opiniones por cualquier medio y
forma. La colegiación obligatoria o la exigencia de títulos para el ejercicio de la
actividad periodística, constituyen una restricción ilegítima a la libertad de
expresión. La actividad periodística debe regirse por conductas éticas, las cuales
en ningún caso pueden ser impuestas por los Estados (OEA, 2015).
Linchamiento mediático: El artículo 26 de la Ley de Comunicación tiene como
finalidad evitar la información que se concentre en desprestigiar a un persona, sea
natural o jurídica. La ambigüedad del artículo no permitiría realizar un trabajo
periodístico sin autocensura. “¿Cómo podría llevarse adelante una investigación
sobre la corrupción de un funcionario público cuando a éste le bastaría denunciar
que están afectando su reputación? Ha habido ya casos de importancia en el país
que confirman este peligro” (López Vigil, 2013).
¿Existe libertad de expresión en Internet?: Según el artículo 20 de la Ley de
Comunicación, los comentarios vertidos en las páginas oficiales de los medios son
responsabilidad de los usuarios, por esta razón los medios deben llevar el registro
de los usuarios y sus comentarios: “Generar mecanismos de registro de los datos
personales que permitan su identificación, con nombre, dirección electrónica,
cédula de ciudadanía o identidad” (Ley Orgánica de Comunicación, 2013).
Consejo de Regulación y Supertintendencia: Los poderes otorgados tanto a la
Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom) y Consejo de
Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación (Cordicom). Al no ser
organismos autónomos, no generan confianza entre periodistas y medios de
comunicación: “¿Quién elabora el informe vinculante para conceder las frecuencias
de radio y televisión? El Consejo de Regulación. ¿Quién regula el acceso universal
43
a la comunicación? El mismo Consejo que cuenta con once atribuciones, todas ellas
de gran responsabilidad” (López Vigil, 2013).
Desde la llegada al poder del nuevo gobierno de Lenin Moreno, posesionado el 24 de
mayo del 2017, se ha planteado modificar la Ley de Comunicación. Varios sectores han
dado su opinión al respecto, también Rafael Correa lo hizo al terminar su mandato,
diciendo que:
¿Por qué las reformas a la Ley Orgánica de Comunicación están en el top de la
agenda política? No porque consta en el programa de Gobierno. No porque es la
principal preocupación de la gente. Sencillamente, porque los medios imponen
esa agenda. ¿Es eso democracia? Si alguna modificación habría que hacer a la
LOC, es endurecer las sanciones y darle capacidad coactiva a la Supercom, para
que se acaben tantos abusos de la mala prensa (Agencia Andes, 2017).
La Ley Orgánica de Comunicación seguirá normando al periodismo. Sin embargo,
varios sectores vinculados a la comunicación demandan modificaciones. En la
Asamblea Nacional ya han ingresado proyectos de ley para reformar la LOC. El
objetivo de este análisis es determinar qué cambios vivió la práctica del ejercicio
periodístico debido a la Ley de Comunicación y así convertirse en un aporte.
44
CAPÍTULO III. METODOLOGÍA
3.1. Enfoque metodológico de la investigación
El enfoque metodológico de esta investigación es netamente cualitativo porque está
emplazado en la necesidad de describir el objeto de investigación, que en este caso es el
ejercicio periodístico en el marco de la aplicación de la Ley Orgánica de Comunicación
en Ecuador. Según la teórica social María Eumelia Galeano, el enfoque cualitativo
pone énfasis en la valoración de la subjetividad, la vivencia y la interacción de los
sujetos de investigación. “Como experiencia investigativa prioriza lo micro, lo grupal,
lo local y el mundo de lo cotidiano” (Galeano, 2004, p.47). Por lo tanto, es ideal para
explorar cómo ha afectado a los reporteros, en su diario desempeño, la aplicación de
esta norma. Los principios fundamentales que orientan la investigación cualitativa,
según Ma Rejane da Silva, se pueden resumir en:
El reconocimiento de la existencia de múltiples realidades y no de una realidad
única y objetiva. Por lo tanto, los conocimientos desarrollados son también
múltiples y recogen la variedad de perspectivas de los diferentes actores
sociales.
El propósito de la investigación cualitativa es comprender la complejidad y
significados de la experiencia humana, así como contribuir a la generación de
teorías.
El proceso de investigación es inductivo, es decir, una estrategia de apertura a la
obtención de resultados inesperados, que no utiliza categorías preestablecidas.
Se desarrollan conceptos y se establecen las bases de teorías a partir de los datos
en vez de recoger datos ara confirmar teorías o hipótesis.
El investigador se reconoce como parte del proceso de investigación. Asume sus
valores, experiencias y sistemas de conocimiento de la realidad. (Vásquez, 2006,
p. 23)
Con la finalidad de clasificar y generar un sentido de entendimiento en los participantes
respecto a sus propias experiencias como profesionales frente a la Ley de
Comunicación, los métodos empleados supusieron:
Desarrollar de manera inductiva categorías y evidencias, más allá de la imposición
de clasificaciones determinadas de datos.
45
Analizar las narraciones de las experiencias de los editores y reporteros.
Generar comparaciones y conclusiones a partir de sus apreciaciones.
Galeano también especifica que al abordar el problema desde la perspectiva cualitativa
se generan tres momentos importantes en el estudio que corresponden a: la exploración,
focalización y profundización. En la fase de exploración se entra en el contacto con el
problema, que en este estudio está determinada por la influencia de la normativa de la
Ley Orgánica de Comunicación en el ejercicio profesional de los periodistas.
En la fase de focalización se construyen relaciones, a partir de la contextualización y
ubicación del problema. Para esto fue necesario realizar un acercamiento documental,
que permitió evidenciar conexiones entre los actores que están inmersos en el campo a
investigar. Esta indagación previa y su contraste con la realidad, dada por las versiones
de editores y reporteros que han trabajado antes y durante la aplicación de la Ley
conduce al tercer nivel que es el de la profundización, donde se reconfigura el sentido
de la acción y se establecen estrategias para la construcción conceptual.
3.2. Categorías de análisis
En este apartado se precisarán las categorías que se van a analizar en el desarrollo de la
investigación. Estas sirven para marcar las pautas del estudio, en cuanto al ejercicio
profesional de los periodistas, en el marco de la Ley Orgánica de Comunicación en el
Ecuador. En el primer capítulo se determinaron dos fases que contienen a estos
componentes: la de selección y creación.
3.2.1. Primer componente: Diseño.
Remite al primer paso de la fase de selección. Aquí el periodista realiza una
investigación previa del tema, selecciona los entrevistados y discute el enfoque que
quiere abordar con su editor. El cuestionario que se elaboró para los informantes sobre
esta categoría buscó indagar en dos temas específicos:
- Elección del tema
-Enfoque.
46
3.2.2. Segundo componente: Reportería
En concordancia con lo explicado en el marco teórico, en este apartado se pone en
práctica lo establecido en el primer componente. Por lo tanto, el reportero se guía por
las líneas antes pactadas para elaborar sus preguntas, realizar una contrastación de
fuentes e intentar manejar con la mayor imparcialidad posible la información recabada.
En esta categoría se buscó analizar:
-Acceso a la información
-Fuentes (acceso-contrastación)
3.2.3. Tercer componente: Construcción del texto
La construcción del texto es la etapa en la que el periodista tiene que analizar la
información recabada durante la etapa de pesquisa o reportería y elaborar una
estructura narrativa que evidencie la temática abordada. En esta fase es esencial indagar
sobre:
-Tratamiento de la información.
-Estrategias de narración (lo que se puede o no decir).
3.2.4. Cuarto componente: Edición del texto
La edición del texto es la fase final del proceso que se ha tomado en cuenta para este
estudio. En ella el producto periodístico es revisado por los editores, que tienen amplio
conocimiento de las normas estilísticas del medio, pero además manejan los criterios
necesarios para aprobar publicación o difusión del producto en mención. Se buscará
analizar dos temas específicos, dentro de esta categoría:
-Tratamiento de información.
-Cumplimiento de la Ley de Comunicación y de la deontología periodística.
3.3. Métodos y técnicas para la recolección de la información
En la presente investigación, además de la observación, se emplearon dos importantes
técnicas para recolectar la información que permite caracterizar las dificultades o
aciertos que representó la Ley de Comunicación para el ejercicio profesional de los
periodistas.
47
3.3.1. Revisión documental
Esta técnica pertenece al campo de la investigación documental y su importancia radica
en que intenta leer y otorgar sentido a documentos que fueron escritos en otros
contextos y con otras intencionalidades, pero que son fundamentales para comprender
la problemática estudiada. Esta revisión, “parte de propuestas y resultados sistemáticos,
alcanzados en procesos de conocimientos previos” (Gómez, 2011, p.230). Esta tarea de
indagar en la literatura existente de investigación incluye la identificación de datos,
selección, análisis crítico y descripción del material existente sobre el tema de interés.
Para este propósito se acudió a fuentes primarias y secundarias.
Fuentes primarias: el catedrático Domingo Buonacore las define como “las que
contienen información original, no abreviada ni traducida: tesis, libros, monografías,
artículos de revistas, manuscritos. Se les llama también fuentes de información de
primera mano” (Buonacore, 1980, p. 229). Son útiles ya que proveen evidencias
directas sobre el hecho que se está investigando.
Fuentes secundarias: son las que “contienen datos o informaciones reelaborados o
sintetizados (Buonacore, 1980, p. 229). Algunos ejemplos de este tipo de recurso son
los resúmenes, bibliografías, críticas, comentarios, cuadros estadísticos, diccionarios y
más.
3.3.2. Consulta a expertos
La presente investigación nace de una inquietud personal que surge de la práctica
periodística y del paso por redacciones de medios de comunicación. El interés
particular se centra en ver cómo la Ley Orgánica de Comunicación influye en la
práctica del periodismo. Por lo tanto, ¿quién puede hablar de esto sino los propios
periodistas? Esta convicción llevó a plantear como segundo recurso una consulta a
expertos.
La reflexión de expertos es un método de validación útil para verificar la fiabilidad de
una investigación que se define como “una opinión informada de personas con
trayectoria en el tema, que son reconocidas por otros como expertos cualificados en
éste, y que pueden dar información, evidencia, juicios y valoraciones” (Escobar-Pérez y
Cuervo-Martínez, 2008:29).
48
El juicio de expertos ha de reunir dos criterios de calidad: validez y fiabilidad. La
validez de contenido se establece con frecuencia a partir de dos situaciones, una que
atañe al diseño de una prueba y, la otra, a la validación de un instrumento sometido a
procedimientos de traducción y estandarización para adaptarlo a significados culturales
diferentes. Es aquí donde la tarea del experto se convierte en una labor fundamental
para eliminar aspectos irrelevantes, incorporar los que son imprescindibles y/o
modificar aquellos que lo requieran. En esta investigación, la consulta a expertos se
realiza mediante una entrevista semiestructurada a una muestra de ocho periodistas de
medios públicos y privados, que se detalla en los próximos apartados.
3.3.3. Entrevista semiestructurada
La técnica de recolección de datos que se empleó en esta investigación fue la entrevista
semiestructurada. La entrevista, en sí, es una conversación, un diálogo en el que el
investigador hace preguntas, de acuerdo a lo que quiere conocer, y los sujetos
investigados responden. Hay una clasificación en cuanto a la entrevista, de acuerdo a su
estructura y diseño. Para fines prácticos de este estudio, se decidió trabajar con la
entrevista semiestructurada, cuyas características podrían resumirse de la siguiente
manera:
-El investigador antes de la entrevista se prepara un guión temático sobre lo que quiere
que se hable con el informante.
-Las preguntas que se realizan son abiertas. El informante puede expresar sus
opiniones, matizar sus respuestas, e incluso desviarse del guión inicial pensado por el
investigador cuando se atisban temas emergentes que es preciso explorar.
-El investigador debe mantener la atención suficiente como para introducir en las
respuestas del informante los temas que son de interés para el estudio, en lazando la
conversación de una forma natural.
-Durante el transcurso de la misma el investigador puede relacionar unas respuestas del
informante sobre una categoría con otras que van fluyendo en la entrevista y construir
nuevas preguntas enlazando temas y respuestas.
49
3.4. Muestra
La población que está involucrada en este estudio son periodistas ecuatorianos que han
tenido que ejercer su oficio bajo la regulación de la Ley Orgánica de Comunicación,
que se aprobó y entró en vigencia en el año 2013. La muestra de informantes no es
estadística, ni representativa sino de conveniencia, una selección de miembros de
diferentes medios de comunicación que viene determinada por objetivos de estudio.
Para esta investigación se decidió tomar como informantes a periodistas profesionales
que hayan ejercido el oficio desde antes de la aplicación de la Ley Orgánica de
Comunicación, para que puedan tener un panorama más amplio de lo que sucedían
antes y después de esta normativa. Se tomó a dos periodistas, un editor y un reportero o
presentador, también se determinó que una sea mujer y el otro sea hombre, para
mantener un equilibrio de género entre los informantes. Además, estos periodistas
debían trabajar en un medio de comunicación y en cada una de las cuatro áreas de la
información: prensa escrita tradicional, radio, televisión y medios web.
Para seleccionar los medios de comunicación en los que se buscaría a los periodistas se
determinó que la mitad de los medios, uno de cada área, debían ser privados y la otra
mitad públicos, incautados o gubernamentales. Además, los medios debían ser de
cobertura nacional para garantizar la representatividad.
Los informantes seleccionados fueron los siguientes:
Periodista 1
Ivonne Gaibor, editora de Diario Expreso
(Editora – prensa escrita tradicional – medio privado – mujer)
Periodista 2
Fernando Fonseca, periodista cultural de Diario El Telégrafo
(Reportero – prensa escrita tradicional – medios público – hombre)
Periodista 3
Janet Hinostroza, conductora del programa Los desayunos de 24 horas en
Teleamazonas
(Presentadora – televisión – medio privado – mujer)
50
Periodista 4
José Luís Quinteros, jefe de noticias de GamaNoticias en GamaTV1
(Editor – televisión – medio incautado – hombre)
Periodista 5
Carmen Andrade, conductora del programa de entrevistas Notihoy en Radio
Centro.
(Presentadora – radio – medio privado – mujer)
Periodista 6
Ramón Bravo, líder de la Radio de la Asamblea Nacional
(Editor – radio – medio gubernamental – hombre)
Periodista 7
Juan Carlos Calderón, director de la revista digital Plan V
(Editor – medio digital – medio privado – hombre)
Periodista 8
Dayana Vinueza, periodista en Agencia de Noticias Andes
(Reportera – medio digital – medio gubernamental – mujer)
3.5. Procesamiento de la información
Para comprobar la validez y confiabilidad de la investigación, se utilizó la técnica de
Triangulación que:
“Permite evaluar la consistencia de los hallazgos mediante contrastes, es decir,
confrontando lógicas, lecturas de la situación, saberes y versiones, con la ayuda
de varios procedimientos, por ejemplo; comparando información obtenida con
diferentes técnicas, o provenientes de fuentes e informantes distintos” (Galeano,
2004, p. 54).
La triangulación se realizó entre el material documental recolectado y las versiones de
los expertos consultados. Para esto, se analizó las respuestas, de acuerdo a las cuatro
categorías planteadas: diseño, reportería construcción del texto y edición. De acuerdo a
las coincidencias que se encontraron en las respuestas se propusieron nuevas
subdivisiones, que darán luz en cuanto a la percepción de los periodistas sobre el
impacto que tuvo la LOC en el ejercicio periodístico diario.
1 La entrevista a José Luis Quinteros se realizó el 12 de octubre de 2017, cinco días después se anunció la
fusión entre EcuadorTV y Gama TV, posteriormente el noticiero de ambos medios se unió en un
programa al que se llamó Telediario. Para la redacción de esta investigación se consideró citar a José Luis
Quinteros con el cargo que ocupó el momento en que se hizo la entrevista.
51
CAPÍTULO IV. IMPACTO DE LA LEY ORGÁNICA DE COMUNICACIÓN EN
LA PRÁCTICA DEL EJERCICIO PERIODÍSTICO
4.1. Diseño de la nota periodística
Como ya se especificó en el primer capítulo de esta investigación, en el diseño de la
nota periodística se determina, en función de la agenda o la coyuntura, el tema que se
va a trabajar y se escoge un enfoque, perspectiva desde la que se va a tratar el tema,
esto implica seleccionar la parte de la realidad que es noticia. Al hacer esto, el
periodista realiza una de las acciones del periodismo: clasificar la realidad.
El diseño de la nota se realiza en dos niveles: individual y en conjunto. En el momento
individual el periodista piensa temas que proponer y el modo en que los puede abordar.
En el momento en conjunto, se reúnen reporteros y editores para determinar la agenda,
los temas que se va a tratar, el enfoque que se va a dar a dichos temas, las fuentes que
se van a utilizar, entre otros aspectos preparativos. Luego, de forma individual, los
reporteros se preparan investigando o planeando la reportería.
Esta práctica periodística debe hacerse apegado a los códigos deontológicos, es el
modo de cumplir con la responsabilidad social que tiene el periodismo y un correcto
ejercicio de la profesión. Algunos autores, o reconocidos periodistas, denominan esta
etapa como la de planeación o preparación, que incluye la investigación documental,
selección de entrevistados, planeación preliminar, enfoque y punto de vista.
Según el portal ABC Color (2008), esta fase de preparación consiste en buscar la
“fuente de inspiración” para realizar el artículo o nota periodística. Las fuentes pueden
ser innumerables. Sin embargo, en esta publicación se destacan algunas como la lectura
de otros medios de comunicación (para ampliar temas que no se han explorado lo
suficiente o hacer un seguimiento) o la lectura de libros (testimoniales, científicos,
literarios, técnicos, etc.). Los temas también surgen de la coyuntura del momento o de
las conversaciones informales. El acontecer político y su implicación en la vida común;
las tendencias en los consumos y las explicaciones de fenómenos que se generan a
partir de estos comportamientos; lugares misteriosos o fenómenos sobrenaturales,
pueden convertirse en lo que se debe indagar. Los reporteros se nutren de estas señales
para luego investigar y ofrecer una versión ampliada, detallada y clara de los hechos a
52
sus lectores. En esta fase de diseño de la nota periodística, esta investigación destaca
dos momentos de gran importancia porque determinan lo que el periodista investigará:
la selección del tema y el enfoque que esta va a tener.
Como ya mencionamos, por lo general, lo que va a suceder con estos elementos se
discute en las reuniones en las que participan los editores y los periodistas y analizan la
viabilidad y relevancia de las propuestas. En la presente investigación, en la que se
busca indagar cómo influyó la Ley Orgánica de Comunicación en el trabajo
periodístico, se plantearon preguntas sobre estos momentos a los entrevistados. Cada
uno de ellos contestó de acuerdo a su experiencia personal o la que comparten con sus
colegas de otros medios de comunicación. Existen variaciones en la percepción que
tienen los profesionales sobre lo determinante que fue esta normativa para el ejercicio
práctico de la profesión. Sin embargo, en el procesamiento de la información se detectó
que hay coincidencias importantes en sus respuestas que se agrupan en los siguientes
apartados.
4.1.1. Relación entre prensa y gobierno
Una de las coincidencias, entre los entrevistados, determinan que: la influencia que
ejerce la Ley Orgánica de Comunicación, en la fase de diseño de la nota periodística,
está marcada por la relación entre el Gobierno y la prensa. En los temas a investigar o
el enfoque que dar a una nota influyen las posibles sanciones a causa de que el
contenido moleste a alguien. Ivonne Gaibor, editora de Diario Expreso, explica que “el
rato que te toca hacer un texto sabes que no va a poder ser tú mismo y te censuras. O
propones un tema y dices: esto va a fastidiar a alguien y no lo escribes”. (I. Gaibor,
comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
Con la aprobación de la nueva Constitución de la República del Ecuador, en el 2008, se
establece la necesidad de la creación de una Ley de Comunicación. Este requerimiento
tiene su origen en mayo del 2001, a través de consulta popular, cuando la ciudadanía
se pronunció a favor de la existencia de una norma que regule los contenidos de los
medios de comunicación, la responsabilidad ulterior y la creación del Consejo de
Regulación y Desarrollo de la Información (Cordicom) y la Superintendencia de
Información y Comunicación (Supercom).
53
En la Asamblea el proyecto causó revuelo y generó divisiones, tanto que el entonces
presidente, Fernando Cordero, pospuso el debate indefinidamente para que los
diputados pudieran estudiar las propuestas. La controversia radicó en que había dos
posturas, que de alguna forma se alineaban con los intereses políticos. Quienes estaban
a favor de la implementación de la normativa, veían en ella un mecanismo para
fortalecer los derechos de los ciudadanos, para garantizar información veraz y la
independencia de los medios del poder económico. Quienes se oponían, en cambio,
argumentaban que estaba destinada a silenciar las críticas hacia el gobierno y que era
un atentado contra la libertad de expresión.
La Ley de Comunicación, desde sus inicios, fue polémica. Es fundamental pensar en
los antecedentes y tener en cuenta que el país vivía un ambiente polarizado, cuando
esta normativa entró en vigencia. Rafael Correa, entonces presidente del país, había
protagonizado enfrentamientos con periodistas y constantemente criticaba el papel de
los medios de comunicación, a quienes calificó como “sus mayores enemigos”. Al
punto que en junio del 2012, Correa ratificó en una sabatina la prohibición a sus
ministros de ceder entrevistas a medios privados, a los que consideraba “mercantilistas”
y acusaba de “atacar al gobierno con mentiras”. Esta tensión entre poderes, como se
verá posteriormente, incidió directamente en la producción periodística.
Por lo tanto, la influencia de la Ley, en el diseño de la nota periodística, radica en las
sanciones que permite aplicar, pues estas guardan relación con el contexto político que
vive el país, una realidad existente antes de que se apruebe la Ley, pero que se
profundizó con esta. En cuanto a la selección del tema:
Ivonne Gaibor, editora de Diario Expreso, afirmó:
En la parte de diseño, para pensar los temas y los ejes, la Ley no nos afectó en la
práctica diaria. Más bien, nos afectaron las condiciones externas marcadas por
un tema de política general del Estado al momento de acercarse a las fuentes y
acceder a documentación. (I. Gaibor, comunicación personal, 22 de septiembre
de 2017)
Fernando Fonseca, periodista de El Telégrafo, por su parte, piensa que:
En la elección del tema sí influyó. Antes se dudaba más de las ruedas de prensa,
comunicados, boletines, de las fuentes oficiales. Antes podías exigir que haya
preguntas en la rueda de prensa. Ahora te dicen que no haya preguntas y nadie
54
dice nada. La Ley es determinante en el sentido que condiciona cierta forma de
mostrar información y, después, empieza a condicionar ciertos datos,
dependiendo del tema que se trate. Lo cual es una cuestión política. (F. Fonseca,
comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
La falta de acceso a la información, por decreto del presidente, y las diferencias entre
sectores políticos, se replicó en los medios, según lo que declaró Dayana Vinueza,
periodista de la Agencia de noticias Andes:
La Ley separó en dos bandos a los periodistas, en los públicos y privados…
antes trabajaba en el Diario Hoy y ahí había temas que para no arriesgarte no los
hacías, eso es verdad. Entonces tú te preguntabas si hacer o no un tema y cómo
abarcarlo, y lo pensabas porque sabías que era probable que te sancionen (la
Superintendencia de Comunicación) o que te digan algo, que te molesten. (D.
Vinueza, comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
4.1.2. Autocensura al elegir tema o enfoque
Las condiciones del trabajo periodístico dan de sí múltiples razones para abandonar un
tema de investigación. En ocasiones, la falta de presupuesto, no tener acceso a las
fuentes de información, que la coyuntura haya terminado o llegar a un punto muerto,
puede hacer que el periodista decida no abordar o no continuar con un tema. El
momento en que la decisión de no investigar un tema se debe al miedo a una posible
represión se denomina autocensura. De igual modo cuando el periodista decide no
preguntar, escribir diferente o no publicar algo para evitar problemas a sí mismo o al
medio. Virginie Poyetton, periodista suiza, lo explica así:
La autocensura se define como la integración consciente o inconsciente por parte
de los y las periodistas o de los medios de comunicación de reglas explícitas o
tácitas que prohíben el ejercicio libre de la profesión y la búsqueda de la verdad.
(…) Así, la autocensura puede ocurrir de manera consciente cuando un medio o
periodista decide no difundir una información por causa de una presión externa,
por una imposición dentro del propio medio, por una decisión personal del/la
periodista, por el cuidado de no afectar sus intereses económicos, políticos y
sociales o por no entrar en conflicto con los intereses de la gente que está en el
poder. Por ejemplo, un periodista podría incurrir en autocensura por miedo a
perder su trabajo, por temor de que sea afectada su integridad física o la de su
familia. (Poyetton, 2012)
55
Al hablar de la selección del tema, se evidenció, según lo expresado por los
entrevistados, que la aplicación de la Ley incrementó la autocensura. Janet Hinostroza,
conductora del programa Los desayunos de 24 horas, de Teleamazonas, lo explica:
Lo que generó principalmente la Ley fue autocensura. Ya no piensas en hablar
un tema, porque el abogado te dirá que eso va afectar los intereses del medio,
que va a exponerse a una sanción económica y a un proceso legal que puede
llevar a la quiebra al medio. Entonces eso no se cubre. Esa es la principal
consecuencia nefasta de la Ley: la autocensura. Incide directamente en qué y
cómo vas a cubrir algo. (J. Hinostroza, comunicación personal, 10 de noviembre
de 2017)
Ivonne Gaibor, editora regional de Diario Expreso, considera que el uso que se ha dado
de le Ley incrementó la autocensura, sin embargo, afirma que este fenómeno ha
existido siempre:
La autocensura siempre ha existido. Empezando porque tu trabajas para un
medio que es una empresa privada. Y queramos o no, todos estamos conscientes
de que son empresas y responden a una línea editorial. Y esa línea se te impone
(…) Pero con la Ley sí aumentó. Ibas a una rueda de prensa y sabías que una
pregunta incómoda podía tener una respuesta incómoda. Comenzando por el
(entonces) presidente de la República.
Ramón Bravo (2017), líder de la Radio de la Asamblea Nacional, considera que existió
mayor autocensura en los medios de comunicación privados al no poder investigar
temas de corrupción en empresarios y banqueros. “Hay muchos colegas, de los medios
privados principalmente, que dicen que hay que autocensurarse para que no te boten del
trabajo o no te persiga el gobierno nacional. A mí no me ha tocado eso”. (R. Bravo,
comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
Juan Carlos Calderón, jefe de redacción de la revista digital Plan V, por la experiencia
de sus compañeros de oficio considera que:
De alguna manera las redacciones han cambiado sus políticas. En Plan V no,
porque nosotros somos un medio digital nativo y la Ley no nos alcanza2. Pero en
la experiencia de algunos colegas que yo conozco, existe la prevención y se
piensa primero en las consecuencias de meterse a un tema delicado, proclive a
alguna reacción… Existe el temor a ser acusado de linchamiento mediático. Se
está pensando en la reacción que puede haber ante la noticia. Eso es un grave
problema, porque así no haces periodismo, o lo haces de manera preventiva. Eso
2 Esto se debe a que la Ley Orgánica de Comunicación establece, en su artículo 4, que no regula el
contenido que se publica en internet, y Plan V es un medio de comunicación web - nativo digital.
56
obliga a no pensar en el lector y su derecho de ser informado, sino en que no se
vea afectada la empresa o el periodista que hace la investigación. (JC. Calderón,
comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
Sin embargo, Calderón concluye que:
Quien quiere ser periodista lo hace en cualquier condición. Puede acrecentarse
las prácticas censuradoras o persecutoras, pero el deber del periodismo es
informar, bajo cualquier circunstancia: con Ley, sin Ley, en guerra, en la paz, en
dictadura, en lluvia o en sol. El deber del periodista es informar, como el del
bombero apagar fuegos cuando se necesita. (JC. Calderón, comunicación
personal, 22 de septiembre de 2017)
José Luís Quinteros (2017), jefe de noticias del noticiero GamaNoticias, cree que la
Ley asegura que se pueda escoger con libertad un tema y afirma que en la realidad,
cuando un tema se deja de lado se debe a que no es atractivo para la audiencia.
El tema que tenemos ahora es: cómo te influye la Ley, y ella te dice que tú
puedes escoger tus temas. No debes permitir que alguien desde fuera influencie
para que no los abordes. Y para que en tu mesa de planificación no vayas
dejando temas de lado. Eso pasa en el primer momento. (JL. Quinteros,
comunicación personal, 12 de octubre de 2017)
Ramón Bravo, director de la Radio de la Asamblea Nacional, coincide con este criterio
y afirma que:
El impacto de la Ley en cuanto al enfoque ha sido positivo. En el momento en
que usted no tiene barreras de acceso a la información, usted puede realizar su
actividad. Y en este país, lo debo recalcar, en el Ecuador, usted tiene inclusive
muchas más probabilidades de investigar temas altamente complejos. (R. Bravo,
comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
Carmen Andrade (2017), conductora de NotiHoy en Radio Centro, cree que hay una
incidencia positiva de la normativa al momento de dar enfoque a un tema, porque se
busca contrastar más y esto significa trata con mayor neutralidad. Sin embargo, esta
mayor contrastación no se genera por necesidad periodística, sino por un temor a la
sanción, y el acceso a fuentes para contrastar es reducido.
Antes y después de la Ley, el periodismo es completamente diferente.
Amparados en la Ley, desde el poder te dicen qué tienes que escribir de titular,
qué tienes que informar, qué espacio tienes que darle. Se debe a que la Ley de
Comunicación fue interpretada y manipulada como bien tuvieron por parte en la
Supercom. (C. Andrade, comunicación personal, 07 de diciembre de 2017)
57
Dayana Vinueza (2017) considera que el enfoque viene determinado por el medio en el
que se labore. Sin embargo, Ivonne Gaibor (2017) cree que el uso punitivo de la Ley
impuso la limitación de pensar en si lo que sea dicho puede incomodar a personas o
instituciones que buscarán una sanción.
En el enfoque sí afectó. El rato que tienes la información tienes que cuidar
mucho cómo cuentas las cosas. Uno: guardando mucho tono en la noticia.
Tratando de ser preciso y objetivo. Pero, además, tratando de evitar molestar a
alguien, porque hubo personajes o instituciones que al publicar algo que los
molestara, te iban a abrir una investigación en la Superintendencia, que
terminaría en una posible sanción. Creo que, en esa parte de la noticia, en la
puesta en escena, hubo una autocensura. (I. Gaibor, comunicación personal, 22
de septiembre de 2017)
En las respuestas se revela que existe temor de no poder hablar, de no conseguir los
datos o de que el producto final cause controversias y sea sujeto de sanciones. Esto
finalmente repercute en el ejercicio del periodismo, pues más allá de pensar en el
lector, se está pensando en las consecuencias que pueda acarrear la publicación del
texto. Para Fernando Fonseca (2017) esto se traduce en algo más grave: un periodismo
menos crítico e investigativo.
El enfoque sí cambió también. Antes, las discusiones eran mucho más críticas.
Tenías como valor principal el interés público. Uno tenía antes como precepto de
lo que cubres, el interés público. Le dabas una valoración que se dirigía a un
ciudadano, que suponías tú como editor o periodista que había una utilidad en lo
que publicabas. En cambio, con la Ley, esa utilidad estaba limitada. Los temas sí
cambiaron. La consecuencia es que ahora se hace menos investigación. (F.
Fonseca, comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
En este apartado, es posible notar que hay mayores coincidencias que discrepancias,
pero dos posiciones. Para Ramón Bravo y José Luis Quinteros, la Ley no ha influido
negativamente sobre la primera fase de la práctica del ejercicio periodístico, que es la
de escoger tema y enfoque, ellos consideran que la Ley permite garantizar que se pueda
investigar cualquier tema. Sin embargo, el resto concuerda en que esta normativa ha
sido decisiva en el momento de escoger la temática que se va a investigar,
principalmente por dos motivos: primero el poco acceso a la información a causa de la
conflictiva relación entre el Gobierno de la Revolución Ciudadana y la prensa y
segundo, existe temor de no poder hablar de ciertos temas, o de abordarlos de cierto
58
modo, pues el producto final podría causar controversias que desemboquen en
sanciones al periodista o el medio de comunicación.
4.2. Reportería
En el primer capítulo de la presente investigación (apartado 1.3.2 Una práctica
metódica) se habló también de la fase de reportería, a la que se definió como la
actividad del periodismo en la que se consulta directamente a las fuentes. Catedráticos
de periodismo, como José Manuel de Pablos Coello (1998), llaman a esta etapa
pesquisa y afirman que es un elemento clave la consulta de las fuentes personales o
documentales.
El contraste de versiones permite que el reportero tenga un panorama más completo del
hecho y que pueda transmitirle al lector o espectador un relato lo más acercado a la
imparcialidad. Esta fase es determinante para la construcción del texto, ya que en ella
se emplean técnicas de recolección de información como entrevistas y observación
directa. Dependerá del acceso que se tenga a la información o a los entrevistados la
elaboración de un artículo completo y revelador.
En esta investigación, en la fase de reportería, todos los entrevistaron hablaron de la
Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LOTAIP). Esta normativa,
que ya existía antes de la aplicación de la Ley de Comunicación, garantizaba que las
instituciones públicas facilitaran los datos solicitados por los periodistas. Sin embargo,
con el clima político que se vivió durante la Revolución Ciudadana, los funcionarios no
cumplían con esta Ley, negándose a dar declaraciones o a facilitar información útil para
el ejercicio.
En concordancia con el análisis de las versiones recabadas para este estudio, se pudo
determinar coincidencias entre los entrevistados que tienen relación con la aplicación
de la Lotaip y la polifonía de voces que es condición irrenunciable de la construcción
de un texto periodístico. Ivonne Gaibor (2017), editora de Diario Expreso, cree que la
Ley Orgánica de Comunicación no impuso nuevas condiciones de trabajo para la
reportería diaria. Ella le atribuye las transformaciones a las condiciones políticas
externas. Incluyendo la contrastación de fuentes, “No es un ejercicio nuevo cuando la
Ley te pide verificar la información y contrastar fuentes. Todo eso era parte de la
59
práctica periodística desde antes”. (I. Gaibor, comunicación personal, 22 de septiembre
de 2017)
4.2.1. Acceso a fuentes
Sin embargo, hay reporteros que sienten que la Ley sí marcó diferencias en cuanto a la
relación con las fuentes, que en muchas ocasiones estaba mediada por la parte
institucional. Fernando Fonseca, del diario El Telégrafo, explica:
Por ejemplo, cuando quieres hablar sobre información o datos para una
investigación o reportaje, te dicen que debes comunicarte con el jefe de
comunicación, que vayas a la rueda de prensa o que en la rendición de cuentas te
facilitarán material. Lo que te puedan decir en esas instancias está sesgado.
Entonces, la propaganda de la institución pública precede la relación que puedas
tener con ellas. (F. Fonseca, comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
Esto genera un condicionamiento en cuanto al número de fuentes a las que se puede
acudir. No siempre están disponibles, por lo tanto, se vuelve un desafío para quienes
construyen la noticia contar con las versiones necesarias para evidenciar contrastación.
Además, de que –como se mencionó en el apartado anterior– existe un ambiente de
temor a la equivocación, debido a la naturaleza sancionadora de la Ley Orgánica de
Comunicación. Janet Hinostroza, conductora de Teleamazonas, explica que:
La Ley te obliga y, a la vez, garantiza el derecho a acceder a la información para
verificar. El problema era que las autoridades se creían dueñas de la información
pública. La manejan de acuerdo con sus intereses políticos… El momento en el
que se va a recoger información, siempre se va con temor a cometer un error. Y
que ese error vaya contra la Ley. Hay periodistas que se quedaron sin trabajo,
por intentar hacerlo bien. (J. Hinostroza, comunicación personal, 10 de
noviembre de 2017)
Carmen Andrade, conductora de programa de entrevistas en Radio Centro, concuerda
con Hinostroza en este tema y agrega que la poca apertura de las autoridades para dar
declaraciones dificulta el trabajo para los periodistas. “Era muy difícil cuando se pedía
información porque se optó por el silencio... Es una contradicción. Solicitan que se
contraste la información pero no te facilitan la obtención de datos”. (C. Andrade,
comunicación personal, 07 de diciembre de 2017)
60
Al contrario que las dos comunicadoras, hubieron entrevistados que declararon que la
Ley no tiene mayor influencia a la hora de acceder a las fuentes. Así lo explica Ramón
Bravo, director de la Radio de la Asamblea Nacional:
“La Ley no ha tenido ninguna influencia en cuanto al contraste de fuentes. No
conozco ningún caso, hasta quienes hacen periodismo de oposición que no
logren, salvo que el funcionario se niegue, tener acceso a una fuente. Los casos
que sí se dan, por ejemplo, es cuando un funcionario le escribe y no da
contestación. O sus servicios de relaciones públicas le dicen que el funcionario
no puede. Lo mismo de parte del sector privado”. (R. Bravo, comunicación
personal, 20 de septiembre de 2017)
José Luis Quinteros, jefe de noticias en GamaNoticias, concuerda con Bravo y expuso
que las fuentes malinterpreta la Ley cuando creen que pueden negar información:
“Hay gente que piensa que la Ley le dice que no diga nada. Piensa que la Ley
está para que se amordace y no responda preguntas. Eso es lo que
lastimosamente ocurre. Hay una muy mala interpretación por parte del sector
político, público, privado para no responder cosas. Ellos piensan que su derecho
es no decir nada al periodista. Y ellos saben que si no se contrasta no se puede
decir nada”. (JL. Quinteros, comunicación personal, 12 de octubre de 2017)
Son evidentes las coincidencias, en cuanto al acceso a fuentes, entre Bravo y Quinteros,
quienes consideran que no hay dificultades y que existen las condiciones adecuadas para
la contrastación de fuentes, en contraposición a lo que dicen Carmen Andrade y Janet
Hinostroza, quienes ven una contradicción en la exigencia de contrastar y la dificultad
que hay por parte de los funcionarios en permitir acceso a la información.
4.2.1. La Orden de no dar entrevistas
La mayoría de los entrevistados coincidieron al señalar que la fase de reportería se
había visto afectada antes de la aprobación de la Ley Orgánica de Comunicación,
debido a medidas que estableció el ex presidente de la República, Rafael Correa. En
junio de 2012, el mandatario no solo prohibió publicar publicidad oficial en “medios
opositores”, sino que además les ordenó a los funcionarios que no concedieran
entrevistas en medios privados, a los que acusó de “mercantilistas” y de tener actitudes
“monopólicas”. Este decreto obstaculizó la tarea de los reporteros de recolectar
información y sobre todo vulneró una normativa relevante para el ejercicio periodístico,
la Ley Orgánica de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Lotaip). Juan
Carlos Calderón, editor de Plan V, dijo:
61
El acceso a fuentes no depende de la Ley de Comunicación. La Ley señala lo
que dice la Constitución: toda persona tiene derecho a buscar información. Lo
que pasa es que hay una Ley de Transparencia, en el aspecto público, que no
cumplen. Nosotros, como Plan V, hemos hecho constantemente peticiones de
acceso a información, citando la Ley de Transparencia y la de Comunicación.
Pero a los funcionarios le importan un comino. Muy rara vez responden o
responden mal. (JC. Calderón, comunicación personal, 22 de septiembre de
2017)
Carmen Andrade, de Radio Centro, recuerda que fue la disposición antes mencionada,
como una estrategia política, la que empeoró la situación:
En este accionar hubo un montón de contradicciones, porque resulta que el
sector oficial ya no daba declaraciones, ya no servía la Lotaip. Correa dio la
disposición de que no se diera declaraciones a los medios independientes.
Entonces, nos sentíamos entre la espada y la pared, pero primaba la necesidad de
decir lo que tenías que decir. (C. Andrade, comunicación personal, 07 de
diciembre de 2017)
Ivonne Gaibor, editora de Diario Expreso, rememora cómo cambió el panorama a partir
de la decisión de Correa.
Hace unos siete años, teníamos mucho más acceso a personajes que detentaban
el poder: ministros, viceministros, alcaldes, luego eso se bloqueó. A pesar de la
Ley de Transparencia, encontrabas información en la Web o las fuentes
conservaban documentos. Eso sí fue algo que cambió, más por una cosa política.
Los últimos años ya no se puede ingresar a las entidades públicas. Ni siquiera
accedes a los departamentos de comunicación. Eso te limita mucho el trabajo,
porque te gustaría hacer un tema, pero no tienes acceso a fuentes ni a la
información. La alternativa que hemos encontrado es transparentar ese proceso e
incluir en la nota una aclaración, en la que se precise que el diario buscó la
versión oficial y no la obtuvo. (I. Gaibor, comunicación personal, 22 de
septiembre de 2017)
Ramón Bravo (2017), aseguró que el único momento en el que no se tiene acceso a la
información es cuando el funcionario no concede una entrevista, pero que esto no es
impedimento para contrastar, porque siempre es posible encontrar la información en las
páginas web de la institución, a menos que sea información clasificada, tanto el sector
público, como el privado:
Cuando uno va a un banco y pide una información que podría resultar ilícita, por
ejemplo, a qué hora se desplaza un bus blindado de un lado a otro. Es
información que no se te va a dar. Si yo estoy estableciendo un nuevo proceso
administrativo para cambiar horarios, yo no puedo sacar esa información a luz
pública. Procesos de compras, sí, están todos subidos. Lo ilícito está cuando,
62
claro tú pagas por una información que debe guardarse por reserva y por
desarrollo institucional. Salvo que no sea desfalco de bienes, o peculado, que son
delitos. (R. Bravo, comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
Los informantes identificaron otras dos dificultades para contrastar fuentes: ver al
periodismo únicamente como dos lados de una historia y la reticencia por parte de
algunos entrevistados. Juan Carlos Calderón, de Plan V, lo describió así:
En la reportería lo que se ve es que existen dos lados y eso significa simplificar
el periodismo. El que todo se reduzca a dos posturas sirve para librarse de la
Ley. Para que no exista posibilidad de una acusación o petición de réplica. (JC.
Calderón, comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
Dayana Vinueza, de la Agencia Andes, en cambio, relata su percepción sobre la actitud
de las fuentes, luego de la aprobación de la Ley de Comunicación:
En el momento de la reportería alguna gente, como tiene conocimiento de la
LOC, se abstiene de decir algunas cosas. O te advierten que no grabes. Conocen
sus derechos en cuanto a la comunicación. Saben que no puedes entrevistar o
preguntar si ellos no quieren hablar de tema. Y tienen derecho a la reserva. Te
piden que no pongas su nombre, porque tienen miedo a represalias. (D. Vinueza,
comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
La Ley Orgánica de Comunicación exige que la información difundida en medios de
comunicación sea contrastada y completa, lo cual es un principio ético presente en
quienes aplicaban buenas prácicas en su trabajo, antes de la Ley. Sin embargo, con la
Ley llegaron las sanciones y los pedidos de rectificación y esto hizo que todos los
periodistas, también los que estaban acostumbrados a no contrastar, empezaran a ser
más rigurosos en su reportería y posterior publicación de lo investigado.
Sin embargo, la relación con el Gobierno dificulto el acceso a la información que
permita contrastar obteniendo la versión oficial. Por ello, los entrevistados coinciden en
que no se respeta el libre acceso a la información que la Ley Orgánica de
Comunicación busca garantizar. Tampoco se puede acceder a la información aunque
exista la Ley de Transparencia y Acceso a la Información pública, una normativa que
ya existía antes de la aplicación de la Ley de Comunicación, y que garantizaba que las
instituciones públicas facilitaran los datos solicitados por los periodistas.
La relación entre el expresidente Rafael Correa y los periodistas provocó que los
funcionarios se negaran a dar declaraciones o a facilitar el acceso a información pública
63
y necesaria para el ejercicio, aunque hubiera una Ley que garantizara el acceso a
información. La Ley de Comunicación también garantiza el acceso a información
pública, sin embargo no se aplica y el acceso a información se volvió más difícil desde
la aprobación de la Ley.
Hay una imperante necesidad de contrastación de las fuentes, pero su facilidad o
dificultad, desde la aprobación de la Ley Orgánica de Comunicación, se reduce a la
relación con el Gobierno y por tanto a dos bandos: sector público y privado/
oficialismo-oposición.
4.3. Construcción del texto
En el capítulo teórico de esta tesis también se aborda la definición de esta tercera
categoría, que consiste en la fase de construcción del texto periodístico, momento en el
que se emplean los recursos estilísticos para narrar la realidad social. En esta etapa, la
ética juega un papel fundamental en el tratamiento de la información y las fuentes de la
misma.
Hay un proceso reflexivo pertinente antes de la elaboración de una nota periodística,
reportaje radial, televisivo o digital. Es fundamental revisa detenidamente la
información que se logró recopilar en la etapa de reportería y decidir qué estructura se
le va a dar y qué orden se escogerá para que el lector pueda tener una compresión
amplia del tema abordado.
La fase de construcción del texto se convirtió en un momento complejo para los
periodistas, después de la aplicación de la Ley Orgánica de Comunicación. Su
naturaleza sancionatoria los obligó a ser mucho más cautelosos con la presentación de
datos o de las declaraciones de las fuentes. Los periodistas tuvieron que ser más
creativos, ya que quienes están encargados de procesar la información piensan, antes de
construir sus notas periodísticas, en las consecuencias que la publicación de estas pueda
tener. Existe un eminente miedo a la figura del linchamiento mediático, a las sanciones,
y a la ambigüedad que hay en los artículos de la Ley y que pueden ser usados para
afectar económicamente a los medios de comunicación.
64
Por lo tanto, y de acuerdo al procesamiento de las entrevistas a los informantes, se
determinó que coinciden en que fue esencial pensar en nuevas estrategias narrativas y
que, además, la autocensura era una constante en el momento de la escritura.
4.3.1. Nuevas estrategias narrativas
Ivonne Gaibor (2007), editora de Diario Expreso, considera que aun cuando las reglas
de la redacción se enmarcan en la política del medio, con la LOC, si se implementaron
estrategias para no incurrir en faltas a la normativa:
En el caso de la Ley fueron detalles. Por ejemplo, en el momento práctico, en
lugar de colocar el nombre completo poner dos iniciales. Nos tuvimos que
acostumbrar. A mí me generó molestia el tema de pixelar fotografías, sobre todo
por una cuestión estética e informativa, pero son reglas que se deben cumplir. (I.
Gaibor, comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
En las entrevistas, también hubo informantes que afirmaron que la LOC no incidió en
su proceso de elaboración del producto periodístico. Ramón Bravo, líder de la Radio de
la Asamblea Nacional, comentó que cuando está escribiendo no piensa en esta
normativa: “Pienso la mayoría del tiempo en que lo que escribo esté correcto,
verificado y comprobable” (R. Bravo, comunicación personal, 20 de septiembre de
2017). Sin embargo, Bravo (2017) también argumenta que es en los medios de
comunicación privados donde se debe pensar en estrategias de redacción que eviten la
censura de los jefes del medio, respecto de haber cambiado la redacción para no
incurrir en faltas, dice:
Aquí, ninguna. En los medios comunitarios como la Corape peor todavía. Pero
en los medios privados y en las radios públicas, donde fui jefe de noticias, recae
un estrés más que el normal. El estrés de escribir bien, de que usted como
periodista ponga todo lo que sabe gramaticalmente, también en sentido ético.
(…) Si, a eso le suma la carga ideológica del medio, usted enfrenta un conflicto
ético, cada vez que escribe. Pasado eso al código deontológico tiene que ver si
usted cumple. Entre todos los códigos deontológicos de todos los medios y lo
que le dice su jefe normalmente hay una diferencia. (R. Bravo, comunicación
personal, 20 de septiembre de 2017)
Esa opinión no coincide con los entrevistados que sostienen que, a causa de la Ley, al
no conseguir la versión oficial, para no descuidar temas de relevancia para sus
audiencias, tuvieron que ingeniarse formas de evidenciar el proceso y las razones del
por qué había algún vacío en la reportería, como indicar que se buscó la versión oficial,
65
pero no hubo respuesta. Carmen Andrade, de Radio Centro, recuerda: “lo que hacíamos
es informar sobre los contactos que habíamos hecho para las entrevistas, los pedidos de
citas. Es decir, respaldar desde una manera argumental, por qué no tenías la visión del
otro lado”. (C. Andrade, comunicación personal, 07 de diciembre de 2017)
Fernando Fonseca, de diario El Telégrafo, explica desde su experiencia la realidad del
periodista en cuanto debe escribir la nota:
Yo trato de ser leal a eso que entendemos como realidad, a la verdad, que no es
absoluta. Pero trato de ser sincero con mis intenciones. Lo que pasa es que te
topas con toda una estructura. Así como los medios los medios privados están
condicionados por las empresas que los auspician, los medios públicos lo están
por la administración, que es pública, tiene recursos del estado (…) Entonces
piensas dos veces en las cosas que vas a publicar. Creo que hay muchos
periodistas que cuando empiezan a ejercer el oficio no se autocensuran. Pero
apenas llegan a un medio se encuentran con toda la superestructura (…) En la
Academia sería bueno que se vea eso, lo de la censura no es algo tan obsceno o
explícito como que tengas a alguien respirándote en la nuca. Nadie te dice qué
escribir, pero solo dejan de publicar lo que escribes. En letra muerta está que se
evita la censura, pero no hay un solo caso de un periodista que haya denunciado
a un medio. (F. Fonseca, comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
José Luis Quinteros, jefe de redacción en GamaNoticias, considera que a causa de la
Ley Orgánica de comunicación las prácticas de redacción han mejorado:
Es un marco en el que tienes aspectos que puedes y no puedes poner. Y por eso
siempre estás pensando. (…) A veces tendemos a confundir opinión con
información. En la facultad nos han dicho que no es lo mismo. Incluso cuando
estudias los géneros, hay géneros de información y otros de opinión. Y vienen en
páginas separadas, ni si quiera están juntos. Pero a veces en una nota
mezclamos, y es más, a veces ponemos nuestra opinión, como si fuéramos
articulistas o tuviéramos a cargo la columna editorial del medio. Y tú ves en
televisión muchísimas notas que tienen una gran carga de opinión. Cuando se va
a entrevistar hay fuentes. A veces en una nota informativa se pone la opinión de
nuestros entrevistados. Y tú eres responsable porque tu cortaste y editaste esa
parte. (JL. Quinteros, comunicación personal, 12 de octubre de 2017)
4.3.2. Autocensura al escribir la nota periodística
La mayoría de los consultados coincidieron en que se produce una censura de ideas al
enfrentarse al texto. Ivonne Gaibor, de Diario Expreso, por ejemplo, comenta:
Cuando redactas un texto y sabes que tendrá consecuencias, te censuras. Hubo
mucha autocensura, cuando vimos las afectaciones reales, con demandas,
procesos, sanciones económicas. Eso influyó mucho en el ánimo de la gente,
66
respecto a pensar temas. Y también en relación a guardar tono de las notas
periodística. Tener que sacrificar el estilo de redacción y escritura, para no tener
problemas. (I. Gaibor, comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
Para otros reporteros como José Luis Quinteros, de GamaNoticias, la Ley volvió más
cuidadosos a los periodistas. “Con la Ley reflexionas más lo que estás poniendo.
Piensas bien el significado de las palabras, el verbo que usas, y el adjetivo” (JL.
Quinteros, comunicación personal, 12 de octubre de 2017). ¿Por qué sucede esto?
Principalmente por temor, según Janet Hinostroza, de Teleamazonas, ella lo atribuye a
una figura que también está en la Ley Orgánica de Comunicación:
Al construir un texto o una noticia, lo principal es el miedo al linchamiento
mediático. Miedo a la rectificación. Miedo a la réplica. Porque las réplicas,
cómo son subjetivas, no están normadas. Lo que dice es que, si te sientes
afectado por una información publicada, pides la réplica o una rectificación y en
72 horas, tiene que hacerse efectiva. Pero no establece que debería existir un
mecanismo para poder verificar que lo que dice esa persona es verdad. (J.
Hinostroza, comunicación personal, 10 de noviembre de 2017)
En este sentido, según Carmen Andrade (2017), de Radio Centro, explica que fue
indispensable ser más prudentes, sobre todo en la utilización de los conceptos para que
los medios no se vean envueltos en procesos legales. Para ella, como detallamos en el
apartado anterior, la única salida fue ser recursivos:
Llegaron momentos de mucha tensión que, sin llegar a autocensurarnos en la
radio, nos obligaron a diseñar estrategias de decir lo mismo de otra manera. Es
un tema político. Creo que con la Ley de Comunicación sí hubo una censura. Ya
no sacábamos los micrófonos al aire, como se hacía antes. Teníamos los
segmentos de opinión comunitaria como se hacía antes, pero a través de las
redes sociales, todo por escrito. (C. Andrade, comunicación personal, 07 de
diciembre de 2017)
Uno de los problemas que encontraron los entrevistados en la aplicación de la LOC es
que en algunos artículos están sujetos a interpretación. Por lo tanto, para Juan Carlos
Calderón, no se trata de irse contra las buenas prácticas, sino de que la Ley será
utilizada a conveniencia de quienes detentan el poder.
Uno no va a irse contra nada que no sea la ética periodista ni contra las buenas
prácticas del periodismo. Pero la ley es tan ambigua, tiene tantas palabras que
pueden ser interpretadas a discreción por cualquier autoridad o cualquier persona
que se sienta afectada, que pone al periodismo siempre bajo amenaza. (JC.
Calderón, comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
67
Lo anteriormente expuesto, deja claro que han debido realizar un proceso más reflexivo
en la escritura, el apoyo de asesoramiento legal (que se trata en el próximo apartado) y
también tomar en cuenta la posibilidad de dejar de hablar de temas polémicos que
puedan suscitar problemas.
Los periodistas coinciden en que desde la aplicación de la Ley Orgánica de
Comunicación tuvieron que ser más creativos. Se evidencia la presencia de
autocensura, la cual siempre ha existido en el periodismo, pero que según los
entrevistados ha incrementado debido a la Ley, ya que quienes están encargados de
procesar la información deben pensar antes de construir sus notas periodísticas en las
consecuencias sancionatorias que la publicación de estas podría tener. Existe un
eminente miedo a la figura del linchamiento mediático, a las sanciones, y a la
ambigüedad que hay en los artículos de la Ley y que pueden ser usados para afectar
económicamente a los medios de comunicación.
Realizar un proceso más exigente en la escritura no es visto de forma negativa todos los
periodistas. Sin embargo, indican que los errores que pueden llevar a una sanción no
son por haber realizado un mal trabajo periodístico, sino porque alguien se moleste ante
lo escrito, principalmente funcionarios públicos. Por ello, tras la aprobación de la Ley
Orgánica de Comunicación, hay que pensar bien los términos y conceptos que se
utilizan en la redacción y transparentar los procesos de reportería y las dificultades de
acceso a la información que se hicieron presentes en la reportería para no incurrir en
fallas.
4.4. Edición de la nota periodística
Como explicamos, en el primer capítulo de esta investigación, la edición consiste en
revisar que la nota periodística cumpla con: una redacción atractiva para el lector, el
manual de estilo del medio (a nivel de texto y gráficos), la deontología del periodismo
(contrastación de fuentes, información comprobada y completa, respeto, etc.) y, en el
caso ecuatoriano, no quebrantar la Ley Orgánica de Comunicación. Esta tarea recae
sobre los editores, quienes tras la revisión sugieren, negocian o realizan cambios, de
considerarlo pertinente, con el o la reportera responsable. Esta práctica del ejercicio
periodístico es esencial, porque ultima los detalles del producto con el cual se narrará la
68
realidad social, además garantiza el derecho a la información y asegura el
cumplimiento de la deontología periodística.
También es función del editor modificar la agenda de acuerdo a la coyuntura. Para
definir las funciones que realiza un editor o jefe de información, Vásquez (2009)
explica que: del editor depende lo que sale a la luz y lo que no, él da una valoración
final tras los procesos de construcción de la nota y es quien decide la dimensión que
tendrá la nota, el orden en el que irá. Además, es quien debe conciliar con las políticas
del medio de comunicación, tanto ideológicas como estructurales. En el caso de radio y
televisión, debido a la necesidad de inmediatez, en ocasiones el editor no tiene tiempo
de revisar una nota y es cuando la etapa de diseño de la nota periodística evidencia su
importancia, pues si el reportero se ciñó a lo acordado con el editor, la nota sale al aire.
Ivonne Gaibor, editora de Diario Expreso explica la función de un editor así:
El editor tiene dos momentos. El primero es el de la propuesta, que puede ser
riesgosa, en cuyo caso, hay que dar la vuelta o postergar la publicación hasta
tener todas las fuentes, o como editor decir no. (…) El segundo es asegurar los
textos, que no haya una afirmación que no se pueda contrastar, que sean
afirmaciones de funcionarios y no del diario y su situación política. Cuidar
mucho el uso de adjetivos, temas descriptivos, cuidar detalles… (I. Gaibor,
comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
La estructura de las redacciones depende de cada medio. Existen editores por secciones
(economía, política, sociedad, deportes, etc), jefes de noticias o jefe de redacción,
editores regionales (cuando el medio mantiene redacciones en varias zonas del país),
editores nacionales o macro editores, editor general, etc. Los nombres o los temas que
abarcan pueden variar, pero la función es la misma: garantizar que la información
periodística que emite el medio sea de la mayor calidad posible a nivel periodístico.
Juan Carlos Calderón, editor de la revista digital Plan V, explica que:
El papel del editor tiene un sentido: mejorar la calidad del producto periodístico.
Entendemos por calidad: buenas prácticas, que sea un texto claro, que responda
a requisitos informativos, que de contexto, cite bien las fuentes. El papel de un
editor es pensar siempre en el lector. Si el texto del periodista no se entiende, no
está claro, no está sustentado (...) entonces el editor tiene la obligación de ser
muy riguroso. (JC. Calderón, comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
69
La edición de la nota es el último filtro en cuanto a prácticas periodísticas se refiere.
Dayana Vinueza (2007), reportera de la agencia de noticias Andes manifiesta, desde su
experiencia, que el papel del editor es decidir, si en un tema polémico, el medio se
arriesga a publicar, porque está seguro de tener todas las pruebas, o esperar a tener más
y mejores fuentes. Ante esto, se evidencia que la edición es el punto en que destaca la
influencia de la Ley Orgánica de Comunicación. Las coincidencias y diferencias
manifestadas por los entrevistados se agrupan en los próximos apartados.
4.4.1. Evitar sanciones y la relación con los abogados
Como explicamos en el capítulo dos de esta investigación, con la llegada de la Ley
Orgánica de Comunicación se creó la Supercom (Superintendencia de la Información y
Comunicación), un organismo regulador de la información emitida por los medios de
comunicación del país. Este organismo tiene la facultad de sancionar a los medios y
periodistas que incurran en actos contra la Ley y ante esta institución, cualquier
ciudadano puede denunciar. Las sentencias de la Supercom ha influido en la edición de
las notas periodísticas, según Fernando Fonseca, periodista de Diario El Telégrafo, de
este modo:
Hay editores que te cambian la información, la suavizan o la esterilizan, para no
ser sujetos de restricciones posteriores: pedidos de rectificaciones,
intimidaciones. En fin, los editores se han dedicado a llenar de eufemismos los
titulares… Nadie te va a decir que te cambiaron el título por la ley. (F. Fonseca,
comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
Del editor depende que se publique información que puede ser causa de una sanción.
Janet Hinostroza, presentadora de televisión en Teleamazonas, explica que debido a la
Ley de Comunicación:
La independencia con la que debemos trabajar los periodistas está acabada. Hoy
tienes que pensar en muchos factores que pueden terminar afectando el medio de
comunicación y esa no es la idea (del periodismo). La idea es que ese medio de
comunicación te deje trabajar con independencia. Y que las autoridades
entiendan y respeten que lo que hace un periodista no tiene nada que ver con lo
que diga, piense o haga el dueño. (...) siempre hubo problemas en las salas de
redacción por intereses contrarios con los que había que luchar. Pero un
periodista que conoce y sabe en qué consiste su trabajo no se dejaba y el medio
de comunicación sabía que no podía perderlo. (J. Hinostroza, comunicación
personal, 10 de noviembre de 2017)
70
En las redacciones de los medios de comunicación siempre han habido disputas entre el
periodismo que busca revelar información y los intereses empresariales del medio que
podrían verse afectados. Pese a ello, Janet Hinostroza (2007) considera que antes de la
Ley había mayor independencia y discusión, pero con la Ley de Comunicación ya no se
publica por temor a que el medio sea sancionado. Ramón Bravo opina lo contrario,
asegura que la Ley evita la censura y solo exige buenas prácticas:
Cuando estas escribiendo no piensas en la Ley de Comunicación. Al menos yo
lo hago, y creo que eso hace la mayoría. Tú piensas mayormente en que sea
correcto lo que escribes y también que sea cierto, comprobable. Tienes una
información, y ese audio, si eres ético y lo pones al aire, sabes que es real, que
no lo has cortado o arreglado a tu forma de ver las cosas. Entonces, al momento
de editar tienes lo mismo, el conflicto ético de que lo que estás sacando al aire
refleje la realidad. (R. Bravo, comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
José Luis Quinteros, jefe de redacción de GamaNoticias, expresa que al editar una nota,
desde la aplicación de la Ley se tiene que tomar en cuenta ciertas cosas, a las que se
adapta sin mayor problema:
Hay cosas que nosotros ya sabemos, nos han dicho, cosas que tú las prácticas.
Por ejemplo, no puedes poner fotos de niños, o de personas en situación de
vulnerabilidad, etc. Las vas adaptando y usando. En el proceso de edición se va
cuidando esas cosas. (JL. Quinteros, comunicación personal, 12 de octubre de
2017)
Sin embargo, Juan Carlos Calderón (2017) considera que las buenas prácticas
determinadas en la Ley son fruto del desconocimiento de quienes hicieron la Ley sobre
el periodismo y la profesión del periodista: “En este país si pones la foto de un
bombazo te sancionan. En otros países no ponerla es un delito, porque oculta
información de interés público”. (JC. Calderón, comunicación personal, 22 de
septiembre de 2017)
Con el objetivo de evitar sanciones, en las redacciones de los medios de comunicación
se empezó a consultar con abogados antes de publicar una nota que podría crear
polémica. Esta es una práctica común en otros países, lo cual no significa que sea una
práctica que haga bien o mal al periodismo, sin embargo, en Ecuador no fue frecuente
hasta la implementación de la Ley de Comunicación. Janet Hinostroza explica que:
Desde que se aprobó la Ley de Comunicación se marcaron muchas diferencias
en las salas de redacción. Se integraron personas que antes no se pensaban
71
integrar como: el abogado, y muchas veces también los gerentes y representantes
legales del medio de comunicación. (J. Hinostroza, comunicación personal, 10
de noviembre de 2017)
Carmen Andrade lo comprende como una práctica normal:
En otros países el área de noticias tiene un equipo jurídico, por el que primero
pasa la nota. Nosotros, cuando había temas muy delicados solicitamos abogados
para que den su opinión sobre la nota. Incluso hicimos algunos talleres de
capacitación para que el equipo periodístico sepa cómo manejar el tema de la
Ley de Comunicación.
Sin embargo, Juan Carlos Calderón no considera que llegar a ese punto sea adecuado
para el periodismo:
Yo como periodista siempre he agradecido tener un editor. Y los abogados no
pueden ser editores, porque no están pensando con la lógica periodística, ni de
los hechos. Sino con la mirada de las consecuencias jurídicas de una palabra o de
un hecho. Es un acto de censura que se ejerce en las redacciones. Y los
periodistas que se someten a eso están perjudicando a los lectores. (C. Andrade,
comunicación personal, 07 de diciembre de 2017)
4.4.2. La no relación entre la LOC y la realidad del periodismo
Se evidencia que existe temor a las sanciones de la Supercom y por ello en la edición
de la nota periodística se evidencia influencia por parte de la Ley. Sin embargo, ¿a qué
sanciones se teme? Los entrevistados han manifestado que publican las notas cuando
están seguros de que pueden probar todo lo que informan. Sin embargo, existen
sanciones por linchamiento mediático, pedidos de rectificación o réplica que se
conceden debido al desconocimiento que tienen quienes hicieron la Ley, sobre el
periodismo y su profesión. Ivonne Gaibor explica que:
Fue una ley escrita desde el desconocimiento del trabajo periodístico. Y siempre
se ha dicho desde el inicio que la Ley no es una Ley de Comunicación, sino una
Ley de Medios, porque la mayor parte de las sanciones están dirigidas contra los
medios de comunicación. (I. Gaibor, comunicación personal, 22 de septiembre
de 2017)
La Ley Orgánica de Comunicación define en su artículo 26 el linchamiento mediático
como:
La difusión de información que, de manera directa o a través de terceros, sea
producida de forma concertada y publicada reiterativamente a través de uno o
72
más medios de comunicación con el propósito de desprestigiar a una persona
natural o jurídica o reducir su credibilidad pública. (LOC, 2013)
Según explica Janet Hinostroza (2017), esta definición no comprende el periodismo,
porque evita que se pueda difundir una investigación periodística amplia en varios
capítulos:
Eso cuestiona en qué consiste en periodismo investigativo. Para cumplir,
tendríamos que hacer toda la investigación y pedir al canal que nos de todo el día
para sacarlo. No sacar por capítulos, como es normal como en los medios hemos
hecho toda la vida. (J. Hinostroza, comunicación personal, 10 de noviembre de
2017)
Juan Carlos Calderón (2017) considera que la Ley fue hecha por personas que no saben
de periodismo, ni de sus géneros y eso se evidencia en la exigencia de contrastación de
fuentes, pues no toda historia tiene dos lados y se denuncia desde la ignorancia de los
géneros periodísticos:
No sabe distinguir los géneros. Esa gente cree que un género como el testimonio
tiene que tener una segunda versión y no se puede, porque es un testimonio. A
una periodista ucraniana (Svetlana Alexievich) le dieron el premio Nobel de
literatura por su trabajo en testimonios y aquí se quiere regular. Estamos locos.
Y eso sucede, sobre todo, porque hay muchos relacionistas públicos que no
saben de géneros, que nunca han pisado una redacción, que desconocen el
proceso de creación periodística y critican desde su ignorancia. (JC. Calderón,
comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
Según los entrevistados con base al desconocimiento también se exigen las réplicas y
rectificaciones y la Ley así lo ampara en sus artículos 23 y 24 donde determina que:
(Ley Orgánica de Comunicación, 2013) toda persona tiene derecho a exigir una
rectificación o réplica, si se siente afectada por información publicada en el medio de
comunicación. Esta rectificación o réplica debe publicarse dentro del plazo de 72 horas,
de forma gratuita y con las mismas características, dimensiones, espacio, sección u
horario. Ante esta norma Ivonne Gaibor explica que:
La gente que está en el sector público no sabe cómo usar (su derecho a la réplica
o a una rectificación). No saben cuándo pedir una réplica o una rectificación. En
principio no es lo mismo, pero te piden rectificar una entrevista, por ejemplo.
Ante ello pueden pedir una réplica, porque no es posible rectificar lo que dice un
entrevistado. (I. Gaibor, comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
73
Fernando Fonseca añade que:
Tú estás obligado a publicar la rectificación tal cual, aunque te denigren, porque
hay funcionarios que dicen que el periodista tal malinterpretó, tergiversó, y más.
Es paradójico que la Ley que habla de contrastar te obligue a publicar un pedido
de rectificación que es unidireccional. Eso amedrenta al periodista… (...) me
parece terrible, porque están invadiendo un tipo de ejercicio profesional. (F.
Fonseca, comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
Ramón Bravo (2017) sostiene la importancia y el valor del derecho a la réplica y a la
rectificación, pues considera que la Ley solo exige buenas prácticas y, ante el fallo, las
personas deben tener derecho a reclamar y que de forma administrativa se publique su
versión en plazo máximo de 72 horas. Ante eso, Janet Hinostroza cuenta que:
Llegamos a tener réplicas con tanto descaro y abuso, que en caso de periódicos
mandaban diagramado, cuánto espacio quieren, y con qué titular. Existe pánico a
eso. Cuando sabes que ibas a herir los intereses de un tipo, herir el ego, le vas a
dañar el caminado y el negocio, sabes que eso va con rectificación. (J.
Hinostroza, comunicación personal, 10 de noviembre de 2017)
El proceso de edición es definitorio para la mayoría de entrevistados. El editor es la
figura encargada de procesar el producto final, de cuidar los detalles, declaraciones y
asegurarse que no corran riesgos en el ámbito legal. Mientras que para Ramón Bravo y
José Luis Quinteros la Ley estableció disposiciones de buenas prácticas periodísticas a
las que hubo que adaptarse, para los demás entrevistados, el carácter sancionatorio de
la Ley de Comunicación hace que los editores tengan que pensar mucho más en las
posibles sanciones que en lo periodístico, porque el criterio con el que se sanciona está
fundamentado en un desconocimiento del periodismo. Esto generó una pérdida de
independencia, porque siempre las publicaciones están sujetas a las repercusiones que
pueda tener el medio.
74
PARA CONCLUIR
La Ley Orgánica de Comunicación trajo cambios al periodismo ecuatoriano, sin
embargo, es importante entender cuáles son los cambios que realmente han modificado
la práctica periodística en el Ecuador. El modo de entender los cambios pasa por
comprender; qué es el periodismo, cuáles son sus buenas prácticas y de qué se habla al
referirse a prácticas periodísticas, luego, mediante las voces de quienes viven el
periodismo a diario, se comprenderá el impacto que causó la LOC.
En esta investigación, valiéndose de las conceptualizaciones de varios teóricos que
comprenden el periodismo desde una de sus funciones o características (Fígaro,
Aguinaga, Gomis, Pena de Oliveira, Abad, Ortega y Humanes) se ha propuesto definir
al periodismo como un acto que interviene en la realidad social de forma metódica, para
clasificarla, recoger información, interpretarla, generar una narración para emitirla y así
mediar entre dicha realidad y la comunidad, con el objetivo de garantizar el derecho a
ser informados. Sin embargo, cuando se habla de práctica de ejercicio periodístico, esta
investigación se refiere a los pasos que realiza un periodista en su producción.
Basándose en Mattelart y Alsina, esta investigación propone comprender la práctica
desde cuatro fases: diseño de la nota periodística, reportería, redacción y edición. Sin
embargo, al momento de teorizar el periodismo, se entiende que no existe una verdad
absoluta, sino esfuerzos investigativos, comparables a los que hace el periodista cuando
interpreta una realidad, la comprende y luego la narra.
Las normas deontológicas del periodismo son producto del acuerdo entre sus
profesionales y se aplican a la práctica del ejercicio periodístico. El respeto a ellas es lo
que asegura que el periodismo cumpla su responsabilidad con la comunidad. Estas
normas se relacionan unas con otras, si se falla en una, se atenta contra las demás. El
dicho popular de que la información es poder se evidencia en todos los intereses
políticos y económicos que atraviesan al periodismo, pero la deontología existe para que
siempre prime la defensa de los derechos de las personas y la comunidad.
Gracias al análisis de Herrán y Restrepo (1995) de 68 códigos deontológicos del
periodismo, de países de todo el mundo, fue posible comprender que las buenas
prácticas son: la veracidad, el respeto al secreto profesional, el rechazo a las ventajas
personales, la libertad de información, el rechazo al plagio, la independencia para
75
informar, la solidaridad gremial, el respeto de la intimidad ajena, la responsabilidad
sobre el informar, el ofrecer información comprobada y completa, dar servicio a la
comunidad, la obligación de rectificar y el derecho a la réplica.
Para comprender el impacto real de la Ley, esta investigación toma testimonio de ocho
periodistas (cuatro hombre y cuatro mujeres), pertenecientes a medios de comunicación
(cuatro públicos y cuatro privados) y que trabajen en cuatro áreas de la información
(prensa escrita tradicional, televisión, radio y medios digitales).
El periodismo ecuatoriano ya contaba con normas antes de la llegada de la Ley
Orgánica de Comunicación, se enuncian las más destacadas en el segundo capítulo de
este trabajo. El derecho a la rectificación estaba presente en la Constitución de 1978, de
igual modo la contrastación de fuentes y las buenas prácticas periodísticas, que exige la
Ley, ya eran un principio estipulado en el Código de Ética del Periodismo Ecuatoriano,
vigente desde 1980. Sin embargo, no siempre las normas éticas eran aplicadas por todos
los periodistas y la Ley creó el ente Superintendencia de Comunicación para regularlo.
Uno de los periodistas entrevistados, Fernando Fonseca, reportero de diario El
Telégrafo, explica que:
Ya había normativas contra los vicios que pretende sancionar la Ley. Por
ejemplo, la injuria, la calumnia… En la mayoría de países del mundo basta eso
para que los periodistas no vayan a incurrir en eso. Lo que hizo la Ley de
Comunicación es tratar de tipificar eso y llevarlo al extremo con conceptos y
categorías como el linchamiento mediático. Ahí están hiperbolizando las
consecuencias de lo que uno puede publicar. Es una forma de demonización de
lo que hacen los medios. (F. Fonseca, comunicación personal, 20 de septiembre
de 2017)
Mediante las voces de los periodista que en esta investigación se entrevistaron, se pudo
descubrir que existen incidencias en las prácticas periodísticas que se corresponden en
su mayoría con el uso político - punitivo de la Ley, más que con con la LOC a nivel
técnico.
En la práctica de diseño de una nota periodística se pudo evidenciar que la mayor
influencia de la Ley es la autocensura. Esto se debe a que hay temas que no se
investigan por temor a no conseguir las fuentes necesarias, a que la publicación de esa
información provoque que funcionarios públicos demanden sanciones, rectificaciones o
réplicas. “Yo creería que en el foro interno de cada uno teníamos siempre cierto temor.
76
Cierto temor de que un tema podría no gustar”. (I. Gaibor, comunicación personal, 22
de septiembre de 2017)
También se evidencia incidencias de la Ley de Comunicación, en el trabajo periodístico
de reportería, en que la Superintendencia de Comunicación puede sancionar a los
medios si considera que una nota publicada no tiene una contrastación sólida y por tanto
información precisa. Esto ha hecho que instituciones y personas, a pesar de que la Ley
determine que las instituciones públicas deben transparentar su información, se nieguen
a dar información de interés para la ciudadanía, a los periodistas, pues son conscientes
de que sin la información que poseen no se podría publicar la nota periodística. De igual
modo, la necesidad de contrastación se hizo complicada, cuando el ex presidente Rafael
Correa pidió a su gabinete no dar entrevistas a los medios de comunicación privados.
De modo que, conseguir la contrastación, en ciertos temas, se convirtió en un
complicado reto. Carmen Andrade, conductora de Notihoy en Radio Centro, lo explica:
Fue muy difícil cuando se pide información porque se optó por el silencio y se
supone que tiene la obligación cualquier funcionario público de entregarte la
información que necesites. Fue muy incómodo. Es una contradicción. Te piden
que contrastes pero no te dejan obtener la información. Entonces, a momentos se
constituía en un espacio más para decirte: te sanciono porque no contrastas.
Violando principios universales que eran de toda la normativa internacional. (C.
Andrade, comunicación personal, 07 de diciembre de 2017)
Sin embargo, José Luis Quinteros (2017), jefe de noticias en GamaNoticias, considera
que la negación a dar información, por parte de algunos funcionarios, se debe a la mala
interpretación de la Ley de Comunicación que tienen los ciudadanos ecuatorianos y
funcionarios públicos. “Piensan que el periodismo es mentiroso, interesado, que si
trabajas en un canal privado eres asalariado de ese sector, si trabajas para un canal
incautado eres asalariado del gobierno. Ese prejuicio si se ha colocado en nuestros
medios”. (JL. Quinteros, comunicación personal, 12 de octubre de 2017)
Otro de los efectos que ha causado la Ley, en las prácticas periodísticas, es que se debe
buscar formas sutiles de expresar una realidad, lo cual también es autocensura, para
evitar que los funcionarios públicos que sean cuestionados en la publicación se puedan
molestar, y por ello decidan poner demandas al medio ante la Superintendencia de
Comunicación. Dayana Vinueza de Andes, lo detalla así:
77
Cuando tú estás escribiendo una nota, llegará un momento en el que pienses en
lo que te dijo, pero sabes que si pones una frase en que se delata a alguien, él te
acusará. Ahí pasa un poco más a la edición, porque el editor te preguntará si
estás segura de que eso te dijeron y si lo tienes grabado. (D. Vinueza,
comunicación personal, 20 de septiembre de 2017)
En la edición de una nota periodística, la influencia de la Ley fue la censura al suavizar
ciertas expresiones y la necesidad de los editores de tratar con abogados, para que estos
revisen una nota periodística y adviertan de las posibles consecuencias legales de
publicar cierta información. Y esto no se debe a que la información periodística pueda
estar errada, sino a que los intereses políticos de algún alto funcionario público se
puedan ver afectados y decida aplicar la Ley contra los medios. Fernando Fonseca, de
diario el Telégrafo, aseguró que “hay editores que te cambian la información, la
suavizan o la esterilizan, para no ser sujetos de restricciones posteriores: pedidos de
rectificaciones, intimidaciones”. (F. Fonseca, comunicación personal, 20 de septiembre
de 2017)
Esta investigación evidenció que Ley Orgánica de Comunicación, en sí misma, no ha
causado grandes afectaciones, ni grandes beneficios a la práctica periodística. La
autocensura y el difícil acceso a altos funcionarios del Gobierno ha existido siempre, sin
embargo es innegable que se profundizó debido al uso político que hizo, de esta Ley, el
Gobierno de la Revolución Ciudadana. La necesidad de contrastar la información
publicada es un principio del periodista y está presente en el Código de Ética del
Periodista Ecuatoriano, lo que la LOC significó fue un verdadera obligatoriedad de
aplicar las normas éticas.
Aunque la Ley no modificó en gran medida las prácticas periodísticas, existe una falta
de regulación del contenido que se exige publicar en una réplica o rectificación, es un
problema para el periodismo ecuatoriano y los medios de comunicación, que es
necesario regular.
La LOC es una normativa polémica en el país. Sin embargo, de acuerdo a la percepción
de los entrevistados, más allá de la normativa, lo que creó un ambiente negativo para su
aplicación fue la relación con el Gobierno que la aprobó. La práctica del periodismo no
cambió estructuralmente. Las fases de construcción de la noticia siguen siendo las
mismas. Sin embargo, el carácter punitivo hizo que los medios de comunicación se
78
vieran afectados económicamente. Eso obligó a que los periodistas y editores de los
medios de comunicación deban adoptar estrategias (cuidado en la selección de temas y
enfoques para evitar réplicas o rectificaciones; respaldo de información de los datos
publicados; transparentación de procesos de obtención de la información; asesoría legal
y estrategias narrativas y de diseño) para poder evitar sanciones.
De modo que, la presente investigación abre otras posibilidades de estudio. En este
trabajo se analiza cómo la Ley Orgánica de Comunicación influyó en la práctica o el
ejercicio periodístico, pero a lo largo de su desarrollo, fue fácil ver que la mayoría del
contenido de la Ley está dirigido a los medios de comunicación, lo cual es motivo de
otra investigación. Por lo tanto, se recomienda continuar con esta investigación a un
nivel macro, en el que se pueda analizar, a través de casos específicos las sanciones a
medios de comunicación y periodistas del país. Es importante continuar el debate sobre
esta normativa que, en la actualidad, continúa vigente.
De acuerdo a lo que expresaron los entrevistados, se concluye que la influencia de la
Ley de Comunicación en las prácticas periodísticas y el periodismo ecuatoriano
depende del uso político que el Gobierno de turno decida hacer de ella.
Sin embargo, más allá del miedo y las posibles sanciones a periodistas y medios de
comunicación, la responsabilidad del periodismo es garantizar el derecho a la
información, y debe imponerse por encima de cualquier Ley. Juan Carlos Calderón,
jefe de redacción de la revista digital Plan V, lo expresa así:
En este oficio tienes que tener una dosis de valentía. Es como si quieres ser
militar, sabes que existe riesgo de ir a la guerra, o que una bala cruzada te hiera o
te mate, pero es un riesgo inherente, que tiene cada profesión.
El riesgo inherente del periodismo implica que puedas equivocarte, implica que
se pueda causar daño por una equivocación y también que te pueda pasar algo
por publicar. Yo creo que el principal deber del periodista es defender el derecho
del público. En nombre de eso uno trabaja, en nombre del derecho del público a
conocer. Hay gente que ha muerto por defender ese derecho, hay periodistas que
están presos por defender ese derecho. Hay periodistas que han sido torturados,
que están exiliados por defender el derecho del público a saber lo que hacen los
gobiernos. Cuartar eso, es un atentado a la libertad de prensa. (JC. Calderón,
comunicación personal, 22 de septiembre de 2017)
79
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ANEXOS
Entrevistas
Ivonne Gaibor, editora regional de Diario Expreso
¿De qué forma afecta la Ley de Comunicación en el diseño de una noticia?
Hay que poner en contexto que esto fue un proceso que cambió durante bastante tiempo. Al final, nos
fuimos adaptando a las nuevas condiciones que nos imponía la Ley de Comunicación. Condiciones
incluso marcadas desde afuera.
Por ejemplo, el tema de que aún antes de la Ley teníamos limitaciones para el acceso a fuentes, tienes
poco acceso a documentación, te marca como pensábamos el diseño de las notas. Directamente si me
dices la Ley de Comunicación cómo nos afectó en esa parte del diseño y la propuesta, diría que no hubo
una afectación directas, más bien las otras condiciones externas, que fueron marcadas por un tema de
política general del Estado, al momento de acercarte a las fuentes. Entonces, cuando tú pensabas un tema
te tocaba pensarlo en función de que nivel de acceso voy a tener a esa información. Entonces, pienso en
un tema que necesito una voz oficial, sé que esa voz oficial no la voy a tener el mismo día, en el caso de
los diarios. O hacíamos la planificación de un tema pensando en hacer la solicitud de información que van
a responder en un mes o quince días, tres meses, si es que te respondían. Creería que, en la parte de
diseño, para pensar los temas y los ejes no nos afectó en la práctica diaria.
Cuando pensabas en investigar un tema, ¿la Ley influyó para que no investigues ese tema?
Yo creería que no. En el caso del Expreso, no tenía mucha relación que se impusiera una censura, así que,
directamente por la Ley yo creería que no. Pienso que fueron otras condiciones, incluso políticas, el
riesgo de que pudiera no gustarle a alguien, luego sufrías las consecuencias. Al momento en que te caía la
sanción de la Superintendencia, o que te abrían una investigación. Pero yo diría que, en un inicio, la Ley
no fue la que nos censuraba o provocó una censura el cuanto pensar un tema. En el Expreso siempre hubo
la apertura a pensar cualquier tema. Creo que la censura vino en la parte posterior.
¿En el enfoque que le das la nota?
En el enfoque sí. En el tema de las fases, el rato que tenías la información si tienes que cuidar mucho
como contabas las cosas. Uno, guardando mucho tono en la noticia. Tratando de ser preciso y objetivo.
Pero, además, tratar de evitar molestar a alguien, porque sabias que había personajes o instituciones que al
rato de publicar algo que los moleste te iban a abrir una investigación en la superintendencia, e ibas a
terminar en una posible sanción. Eso pasó, y pasó mucho. Creo que, en esa parte de la noticia, en la
puesta en escena si hubo una autocensura, de controlar mucho más los textos.
¿En el momento de la reportería?
Otra vez no creo que la Ley de Comunicación haya impuesto nuevas condiciones de trabajo para la
reportería diaria, sino las condiciones externas. Cuando la Ley te decía que tu información debía ser
verificada, contrastada y esas cosas, todo eso era parte de la práctica periodística. Y antes ya lo hacíamos.
Entonces, la Ley en el papel del reportero creo que no mucho. A lo mejor si en la puesta en escena, en la
redacción, en el armado en noticias, era feo tener que poner esta advertencia, del diario pidió información
a tal institución y no la brindaron. Teníamos una obligación de registrar ese dato y era una cierta
protección cuando te decían que no contrastaste. Pero no creo que la Ley tenga la culpa de algún defecto
de reportería.
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Pero, las sanciones que se establecen lo hacen de acuerdo a la Ley. Entonces cuando en el diario ves
que te han puesto tantas sanciones, de alguna forma ¿debes decir esto ya no lo voy a hacer o me voy
a cuidar de tal cosa?
Yo creería que en el foro interno de cada uno teníamos siempre cierto temor. Cierto temor de que un tema
podría no gustar. Una ventaja que tiene el Expreso es que, en el último período, desde que esta la Ley, la
redacción siempre apoyó mucho a sus reporteros y a sus editores. Entonces si tenían que llevarnos a un
proceso, nos llevaba a la superintendencia. Pero teníamos abogados, y tal vez, tratar con ellos si era
molesto. Algunos textos tenían que pasar por los abogados, tener que preguntar a los abogados. Eso sí fue
denso, pero es más un tema administrativo.
Yo creo que la Ley fue solamente uno de los elementos que contribuyó al ambiente actual. Al ambiente
de los últimos años. Yo creo que es un tema de políticas generales. Tú sabías que, si escribías algo, a lo
mejor tu tema te llevaría a una sanción de la superintendencia. Si tú estabas consciente de tu trabajo, es
decir de que habías verificado, contrastado y verificado, aminoraba el temor. Y decías vamos a la
superintendencia. Porque sabías que esa sanción era un tema político y no periodístico.
Respecto al acceso a fuentes, ahora piensas, esta fuente no voy a tener mejor no lo saco, pero ¿antes
si la sacabas con otro tipo de información?
Por eso digo que, en el tema de acceso a fuente, a fuentes que están en capacidad de decisión, antes, hace
unos siete años, teníamos mucho más acceso a personajes que tenían poder de decisión: ministros,
viceministros, alcaldes, luego eso se bloqueó. Teníamos más acceso a información institucional. A pesar
de la Ley de Transparencia antes tenías información en la Web, o las fuentes te conservaban documentos.
Eso sí fue algo que se cortó, más por una cosa política. Los últimos años ya no puedes ingresar a las
entidades públicas. Ni siquiera entras a los departamentos de comunicación de las entidades públicas. Eso
sí te limita mucho el trabajo. Porque te gustaría hacer un tema, pero no tienes acceso a fuentes ni a la
información. Entonces no lo haces por eso.
Aunque luego optamos por poner, este diario buscó la versión oficial y no la tuvimos. A mí me daba
gracia a veces cuatro noticieros tenían ese mismo cierre. Creo que fue un recurso que los medios optaron
para evitar dejar de publicar cosas que teníamos. Aunque tampoco nos garantizaba nada.
Yo creería que la Ley directamente no afectó tanto, sino que fue un elemento más que se sumó al
ambiente que estábamos viviendo por cosas políticas. A lo mejor el tener que enfrentar a la
superintendencia hizo que aprendamos a guardar mejor la documentación por si te abrían un proceso.
Para tener esa seguridad como tu respaldo. Trabajar con más precaución, con temor, pero creería que no
fue mucho más el impacto.
Juan Carlos Calderón me decía que la Ley está hecha por gente que nunca han pisado una
redacción
Sí. Seguramente afecto mucho que fue una Ley escrita desde el desconocimiento del trabajo. Y siempre
se ha dicho desde el inicio. La Ley no es una Ley de Comunicación, sino una Ley de Medios. Porque la
mayor parte de las sanciones están dirigidas contra los medios. Si no conoce el trabajo de los medios, si
tenías medidas no entendidas.
Pero la Ley tiene un código deontológico inserto en él
Claro, pero son cosas que al final pasaron desapercibidas. Porque a lo que más importancia se le dio fue a
la parte sancionatoria de la Ley que termino afectando económicamente a los medios. Y el tema de
imponerte desde el Estado un código deontológico siempre es complicado. Yo me acuerdo que siempre
hubo códigos deontológicos en los medios. Pero claro, llevarlos a la Ley e implementarlo es inclusive un
poco irreal. Y para mi gusto, pasó desapercibido el código deontológico de la Ley. Al final cada medio y
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cada periodista tiene sus propias normas deontológicas y éticas. Que no es algo muy complicado, al final
es hacer un trabajo riguroso.
El momento de tratar en la redacción la información la Ley te define cosas que evita que trates a las
personas de ciertos modos.
Esos son detalles que para mi gusto no dejan de ser ciertamente noveleros. Que es parte de todo un
esquema de comunicación que se armó desde el Estado. Y en el caso de la Ley fueron detalles. En el
momento práctico el no tener que poner el nombre, sino dos iniciales, o no poner los nombres de niños
fueron detallitos. Nos tuvimos que acostumbrar, nada más. A mí me genero molestia el tema de pixelar
fotografías, sobre todo por una cuestión estética, pero también por una cuestión informativa, pero son
cosas que tienes que hacer.
¿Y en la redacción, cuándo ya escribes?
Yo creo que no. En la redacción, más que cuidar el tono, y hacer textos más limpios y alejados de la
opinión, lo peor fue como afecto el estilo de algunas personas por tener que escribir más fríos. Pero en mi
experiencia no hubo problema en la redacción.
Un periodista me dijo que la Ley lo obligó a usar eufemismos muchas veces en los títulos, las
noticias….
En el caso de El Expreso nosotros no hacíamos tantas esas cosas. Las cuestiones de redacción se
enmarcaban en la política del periódico y su estilo más que por la Ley.
Respecto a la autocensura
Eso sí pasó. El rato que te toca hacer un texto y sabes que no va a poder ser, tú mismo te censuras. O
propones un tema y dices: esto va a fastidiar a alguien y no lo escribes. Eso sí pasó. Hubo mucha
autocensura, cuando vimos las afectaciones reales, con demandas, procesos, sanciones económicas. Eso
influyó mucho en el ánimo de la gente, respecto a pensar temas. Y también el guardar tono en tus notas
periodísticas, es una forma de censurarte. Tener que resignar tu estilo de redacción y escritura, para no
tener problemas. Yo evitaba cosas en textos, a veces una palabra, un adjetivo que tu sabías que podía no
gustarle a alguien, y lo evitas. Y al final, eso es algo de autocensura.
La autocensura también existió antes
Si, la autocensura siempre ha existido. Empezando que tu trabajas para un medio que es una empresa
privada. Y queremos o no, todos estamos conscientes que son empresas. Y responden a una línea
editorial. Y esa línea te impone, y eso te autocensura. Pero con la Ley si aumentó. Ibas a una rueda de
prensa y sabías que una pregunta incómoda podía tener una respuesta incómoda. Comenzando por el
presidente de la República. Y algunos periodistas dejaron de preguntar, o de ir a las ruedas. Ese fue el
ambiente, cuando comenzamos a ver que caían las sanciones, que tenías que ir a juicios. Eso te muele la
parte personal. No hubo una política del diario, que te censure, pero tú sí.
Y el Editor
El editor tenía dos momentos. Una el momento de la propuesta que puede ser riesgosa. Tenían que dar la
vuelta o postergar la publicación hasta tener todas las fuentes. O como editor podías decir no. Eso como
tarea de los editores, no como una imposición de la Ley. Y asegurar los textos. Saber que no haya una
afirmación que se pueda contrastar. Y también que son afirmaciones de funcionarios y no del diario y su
situación política. Cuidar mucho de adjetivos, temas descriptivos, cuidar detalles que de todas maneras
debían ser siempre la norma general del trabajo. Y que con la Ley se hizo una imposición, una amenaza.
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¿Y alguna vez te tocó sentarte con un abogado?
Solamente una vez. En El Expreso todos los temas se trataban en Guayaquil. Solo una vez tratamos con
un abogado por un tema de IESS. Que contaba la historia de los ancianos jubilados. Una cuestión
testimonial. Y al IESS no le gustó y quiso que nos retractáramos. El diario decidió que no y tratamos con
abogados. Fue una cuestión tenaz porque tuvimos que enviar toda la información, todas las entrevistas,
los audios, las fotos que teníamos. Las fechas y los lugares en dónde se hicieron las cosas. Y los abogados
decían: él señor dice esto, dónde está la prueba. Y tú sabías que era un testimonio de vida.
Juan Carlos me decía que otra gente no sabe de formatos. Y te pide que para una entrevista
contrastes fuentes y también para testimonios
Eso, y también los que hicieron la Ley, no saben de formato. Además, la gente que está en el sector
público tampoco sabe cómo usarla. No saben cuándo pedir una ratificación o una rectificación. En
principio no es lo mismo, pero te pedían rectificar una entrevista, por ejemplo. Podían pedir una réplica,
tú no puedes rectificar lo que dice el entrevistado. Todos son términos que se usan muy a la ligera, desde
el sector público. Quieren rectificar hasta editoriales.
En general, la Ley ha influido en el periodismo ¿de qué manera?
Fue un elemento más a todo el ambiente negativo de un elemento negativo. Un ambiente general que se
vivió en los últimos años. Fue un elemento super decidor. Sobre todo, en el trabajo empresarial de los
medios. Ahora tenían que pensar en no pagar sanciones. Reducir también su espacio publicitario. Y eso
terminó haciendo que se reduzca también personal. Nosotros antes de la Ley éramos quince y terminamos
seis. Evidentemente eso te daba menos tiempo para procesar las cosas, para trabajar con fuentes. Sí fue un
elemento que perjudicó el periodismo en general. Y también el desarrollo de una nueva generación de
periodista que no tiene espacio. Las redacciones son menos, y son más chicas. Menos arriesgadas a
contratar personas. Al final nos quedaremos con ese hueco de una generación de periodistas.
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Fernando Fonseca, reportero de diario El Telégrafo
¿De qué forma ha influido la Ley de Comunicación en el diseño de la nota periodística?
Creo que ha sido determinante, porque antes tenías en rigor, las reglas del medio donde trabajabas. O sea,
en el rigor había esta contingencia del medio que es sobre todo estructural o funcional. Entonces, cada
medio tiene una línea editorial, un enfoque a seguir. Que tiene unas líneas generales que es el de informar
y el de distinguirse de los flujos informativos que ya hay desde inicios de este siglo con Internet.
Entonces, era eminente, pensando en un posible lector y en las necesidades como medio. Pero la Ley es
determinante en el sentido que condiciona cierta forma de mostrar la información y, después, empieza a
condicionar ciertos datos, dependiendo del tema que se trate. Eso ya es una cuestión política.
Me parece que en el proceso es casi igual. Es decir, el proceso orgánico de estructurar una nota, noticia o
reportaje. Es decir, hay un curso editorial que no cambia en lo superficial, pero que cambia el nivel inicial
de la reportería que es el tratamiento de las fuentes o con las fuentes.
El hecho del contraste, por ejemplo, antes tú sabías eso como regla implícita. En cambio, ahora es como
que te lo impone la Ley. Pero la Ley impone el contraste desde un sesgo: el de la administración pública,
el del gobierno. Eso determina, por ejemplo, que hace dos años haya una demanda contra el diario La
Hora, que es un diario privado, de la Alcaldía de Loja, por no haber cubierto una rendición de cuentas,
que es de comunicación organizacional, donde buscan difundir –casi nada comunicar o informar- lo que
cree la alcaldía que la gente quiere saber.
Es determinante en el sentido que tiene la información que se publica, más no en el nivel estructural.
Por ejemplo, cuando se elige un tema, ¿la Ley de comunicación ha influido en eso? ¿En que haya
temas que desechas para investigar?
Sí. Como síntoma, yo te diría que llegó un momento – creo que hasta finales del 2016- en el que las en las
redacciones, los editores estaban cruzando con abogados, especialmente en los medios privados. Yo sé
eso por el contacto con colegas cercanos. Entonces, llegó un punto en el que los directores de los diarios
tuvieron que contratar abogados para que revisen que una información publicada no vaya a ser sujeto de
un juicio. (Edición)
En la elección del tema sí influyó. Antes se dudaba más de las ruedas de prensa, comunicados, boletines,
de las fuentes oficiales. Y de los testimonios oficiales, porque la rueda de prensa es eso. O podías exigir
que haya preguntas en la rueda de prensa. Ahora te dicen que no haya esas preguntas y nadie dice nada.
El enfoque sí cambió también. Antes las discusiones eran mucho más críticas. Tenías como valor
principal el interés público. Uno tenía antes como precepto de lo que cubres, el interés público. Le dabas
una valoración que se dirigía a un ciudadano, que suponías tú como editor o periodista que había una
utilidad en lo que publicabas.
En cambio con la Ley, esa utilidad estaba limitada. Los temas sí cambiaron. La consecuencia es que ahora
se hace menos investigación. Yo no creo en esto de quqe haya un periodismo de investigación. Todo el
periodismo se debe investigar, pero se investiga menos.
¿A qué se debe esto, qué hace que el periodista diga no voy a investigar?
Ahí hay una suerte de complicidad. No se debe solo al Estado o a los organismos que aplican la Ley. Si
no que también es el trabajo fácil. Tú vas, grabas, transcribes una rueda de prensa y te da para llenar una
página. Ahora las ruedas de prensa son mucho más largas que antes, que tenían una información
específica. Ahora como pueden decir todo lo que quieran los funcionarios, te llenan de datos que son
vacíos pero que llenan espacio. De alguna forma es el esfuerzo mínimo y esa sería la corresponsabilidad
89
de nosotros como periodistas. Pero también está el hecho de que la voz oficial prima sobre las
informaciones, en cuanto a la cobertura de lo que hace una Alcaldía, el Estado o un funcionario.
Y cuándo escoges el enfoque que le das a una nota ¿la Ley ha tenido influencia en eso, en el
periodista o en el trabajo que hacen?
En general, sí. Porque, por ejemplo, yo cubro mucho lo que es la gestión cultural desde el gobierno. O sea
lo que provoca el hecho de que haya un ministerio de cultura. Quizá antes de la Ley hubiera habido
mayor libertad de cubrir eso con los actores sociales, como debe ser. Las personas que están afectadas por
la Ley de cultura, los fondos concursables, por todos los temas culturales que hay ahí. Pero llegó un
momento en el que sabías que un organismo como el Ministerio de Cultura tenía la potestad de ejercer el
derecho a la réplica, a través de un pedido de rectificación y ahí hay una cosa concreta de la Ley. Tú estás
obligado a publicar la rectificación tal cual, aunque te denigren, porque hay funcionarios que dicen que el
periodista tal malinterpretó, tergiversó, y más. Es paradójico que la propia Ley que habla del contraste te
obligue a publicar un pedido de rectificación que es unidireccional. Eso amedrenta al periodista que de
por sí ya eran timoratos, que tenían amenazas. En fin, era una cuestión organizacional. Y yo creo que
parte del origen de la Ley, del precepto de la Ley, es que los periodistas están haciendo mal su trabajo. De
alguna forma se legitimó la idea de la Ley a través de ese discurso. Rafael Correa, incluso antes de ser
presidente, ya les declaró la guerra a los medios.
¿No implica un mejoramiento de las prácticas periodísticas?
La Ley en concreto tiene dos puntos a favor: El uno es la homologación salarial. No todos los periodistas
son titulados en lo que hacen. Los medios tenían la facultad de pagarte lo que querían. Había formas de
precarización desde el sueldo. El hecho de que haya una homologación salarial, sí es una ventaja. Una
ventaja que también tuvo sus consecuencias: hubo despidos, cierres de algunos medios. Pero, en fin, es
una ventaja porque ya tienes unas condiciones para sobrevivir. Es un punto a favor que es totalmente
administrativo.
Hay otro punto que es editorial, respecto a la Ley, y es la Cláusula de consciencia. No sé en qué artículo
está (me parece que es el 140). Esta cláusula te faculta a que tú te niegues a cubrir un tema en el que
sientas que estás comprometido. Y, a su vez, se puede interpretar en que si crees que hay un tipo de sesgo,
también denuncies al medio en el que trabajes por censura.
Ahora por qué no destaco el hecho de que se hable de censura, de autocensura, o que se normativicen
cosas para evitar eso en la Ley, es porque no llega a ser tal. En los cuatro años que lleva la Ley no ha
habido alguien que denuncie a un medio que le está censurando o incurriendo en censura previa.
Tampoco está tipificado el término de censura ulterior, el hecho de que alguien te intimide después de
haber publicado una información que es lo que hacen algunas organizaciones. Y en lo que menos se
trabajó es en la autocensura. Una Ley no tiene el alcance a saber que un periodista dejó de publicar algo
por temor a lo que le hicieran después.
¿Influye en la autocensura la Ley?
Sí. Parte de una cosa: ya había normativas contra los vicios que pretende sancionar la Ley. Por ejemplo, la
injuria, la calumnia… En la mayoría de países del mundo basta eso para que los periodistas no vayan a
incurrir en eso. Lo que hizo la Ley de Comunicación es tratar de tipificar eso y llevarlo al extremo con
conceptos y categorías como el linchamiento mediático. Ahí están hiperbolizando las consecuencias de lo
que uno puede publicar. Es una forma de demonización de lo que hacen los medios. En ese sentido no
estoy de acuerdo. Yo creo que, en principio, por estas razones no debió haber Ley de Comunicación.
Ninguna Ley, en general, te restringe una libertad, un derecho. No hay Ley de la vivienda o de la
alimentación pública. Si existiese sería muy garantista, porque no puedes regular un derecho. Se pueden
regular los excesos, pero eso ya estaba tipificado en el COIP y en otros estamentos.
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Y en el momento de la reportería, ¿cómo influye la Ley?
Yo te puedo hablar por la experiencia de otros colegas y por la mía. Había, antes de la Ley de
Comunicación, una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Esa Ley era muy concreta
y se difundía entre periodistas, que tenían un aparato legal que te facultaba para que no te nieguen
información. O sea cuando un organismo, que estaba acostumbrado a burocratizar las cosas, te decía eso,
que debes solicitar por escrito la información para un reportaje, tú lo hacías y en el escrito ponías que te
respaldaba la Ley. Pero eso se perdió con la Ley de Comunicación. Por ejemplo, si yo que estoy
investigando un tema de la gestión de museos desde el Estado central, y quiero ver las piezas que ellos
guardaron después de que se cerrara hace dos años el museo nacional, me dicen que no, y no puedo hacer
nada.
Entonces, ¿ante quién demandas esa negación de información?
No se ha sabido de un proceso en el que la Supercom intervenga en cualquier institución pública para que
te den la información que tienen que dar.
La información que publican en sus páginas es potestad de ellos. No hay ningún criterio editorial. Hay
cuestiones como las de los sueldos o contrataciones públicas en las que algunos cumplen y otros no. Los
periodistas no estamos facultados y no deberíamos estar para decirles que cumples. Pero la información
que está establecido que publiquen no te sirve. Incluso la información de los contratos está falseada.
Hicieron las Leyes a medida para que no se sepa la información medula, central, que nos sirve a los
periodistas.
Y al momento de acceder a la información, ¿de qué modo influye la Ley?
Como desapareció de alguna forma, en la práctica, la Ley de Transparencia y Acceso a la Información
Pública, el libre acceso, de una forma arbitraria siento que ahora los funcionarios pueden negarte el
acceso a las fuentes y a los archivos. Incluso un archivo como el del ex penal García Moreno, que yo
investigué, es un repositorio de documentos que son muy importantes y tienen un valor histórico,
periodístico, social, jurídico que restringió el Ministerio de Justicia en primera instancia y luego el
ministerio de cultura y ahora están en manos del archivo nacional que como no lo han re organizado, no
lo muestran. Ellos nunca han mostrado un archivo como deberían mostrarlo.
De hecho, y eso también es sintomático, lo que hizo el ministerio de justicia fue contratar a un cineasta
para que hiciera un documental sobre el ex penal, no sobre el archivo. Pero Mateo Herrera usó recursos
del auspicio del documental para organizar el archivo que estaba descuidado. Ahí además hay un
mecanismo de hacer propaganda muy grande.
¿Dificulta la Ley la capacidad de obtener información veraz?
Sí. Primero por la lógica de amedrentamiento que hay. El hecho de que pueda existir una rectificación
incluso injustificada. Y a veces no es infalible el medio o los periodistas, pero el hecho de que existía la
lógica de atemorizar de poner una estructura legal sobre lo que vayas a hacer.
La propaganda antecede la relación con la fuente. Por ejemplo, cuando uno quiere hablar sobre una
información o un dato para una investigación o un reportaje , te dicenq eu debes hablar con el jefe de
comunicación, que vayas a tal o cual rueda de prensa o que en la rendición de cuentas te facilitarán esa
información. Lo que te puedan decir en esas instancias está sesgado. Entonces, la propaganda
institucional de la institución pública le precede a la relación que puedas tener con ellas.
Y cuando ya te sientas a escribir la nota, ¿de qué forma te influye la Ley?
Yo trato de ser leal a eso que entendemos como realidad, a la verdad, que no es absoluta. Pero trato de ser
sincero con mis intenciones. Lo que pasa es que te topas con toda una estructura. Así como los medios
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los medios privados están condicionados por las empresas que los auspician, los medios públicos lo están
por la administración, que es pública, tiene recursos del estado, y por lo tanto, era gubernamental hasta el
pasado. Hay una contingencia por quién te paga el pan. Entonces piensas dos veces en las cosas que vas a
publicar. Creo que hay muchos periodistas que cuando empiezan a ejercer el oficio no se autocensuran.
Pero apenas llegan a un medio se encuentran con toda la superestructura que es el medio y hay un editor.
Todos sabemos que por muchos años en El Comercio sus periodistas no podían hablar mal del Banco de
Pichincha que era uno de los mayores dueños. Eso estaba implícito. En la Academia sería bueno que se
vea eso, lo de la censura no es algo tan obsceno o explícito como que tengas a alguien respirándote en la
nuca. Nadie te dice qué escribir, pero solo dejan de publicar lo que escribes. En letra muerta está que evita
la censura, pero no hay un solo caso de un periodista que haya denunciado a un medio.
El tratamiento de la información, ya en la construcción de la nota, ¿es diferente con la Ley?
Siento que a nivel general sí ha cambiado. Ya no se investiga. A muchos periodistas les satisface la
versión oficial. Pero habemos periodistas que intentamos hacer la lucha. Se puede comprobar que la
aplicación de la Ley ha sido problemática. Por ejemplo, el linchamiento mediático tiene más casos que los
casos de discriminación, de desprestigio contra las personas.
Una de las cosas que norma la Ley es la prohibición de obtener información bajo métodos no lícitos.
¿De alguna forma va en detrimento de la práctica periodista?
Creo que como periodista tenías como valor central el interés públicos, cuando en ese ejercicio tienes
bloqueos, me parece que es legítimo que accedas por otros medios. Históricamente, solo cuando se delata
ha habido los grandes escándalos de los gobiernos. Pero no te da facultades para acceder.
Por último, en el momento en el que ya vas a editar la nota, ¿en qué forma ha influido la Ley en la
práctica del periodismo?
Te voy a confesar una cosa, en el Telégrafo no hay abogados pero hay editores que te cambian la
información, la suavizan o la esterilizan, para no ser sujetos de restricciones posteriores: pedidos de
rectificaciones, intimidaciones. En fin, los editores se han dedicado a llenar de eufemismos los titulares.
Por ejemplo, yo investigué el caso de la fáctory, se habían cumplido nueve años. Yo titulé, que a nueve
años de la tragedia los familiares siguen hablando de impunidad. Y un editor, lo cambió por: mañana
habrá un concierto en conmemoración de las víctimas. Quitó la palabra impunidad, en un acto de
autocensura. No puedes prever, podría haber mandado el Municipio o los Bomberos una carta de
rectificación. Nadie te va a decir que te cambiaron el título por la Ley.
Creo que hasta el segundo o hasta el tercer año de la Ley, los periodistas pensábamos, que efectivamente
si le atribuías un testimonio a alguien, el afectado no ibas a ser tú. Pero sí eres el afectado por haber
publicado algo sin contrastar. Es lo que le pasa a Diego Oquendo, más o menos una vez por mes: va
alguien y le pide una réplica, porque otra persona en un programa pasado habló mal de él. Pasa todo el
tiempo. Se difundió aquí, entonces yo tengo que tener el mismo espacio. O esto de que la Supercom
estableció que los medios, en especial La Hora, publicaran textos redactados e incluso diseñados por las
personas que pedían el derecho a la réplica. Eso me parece terrible. Están invadiendo un tipo de ejercicio
profesional.
Hay un valor que no tiene que ver con lo legal, sino con el imaginario de la Ley. Así como la Ley parte de
un imaginario negativista, sobre el trabajo de los periodistas, tiene una consecuencia positiva: el hecho de
que se puso en debate el trabajo concreto de los periodistas. Antes nunca se hablaba en los medios de
cómo se hacen los medios. Se está discutiendo el ejercicio de los periodistas en público. El haber llevado
al debate público el ejercicio de los periodistas es algo que instauró la Ley, pero es casi un efecto
colateral, no es deliberado.
92
Ramón Bravo, líder de Radio de la Asamblea Nacional del Ecuador
Teniendo en cuenta que una parte del ejercicio periodístico es el diseño de la nota periodística ¿De
qué forma considera que la Ley Orgánica de Comunicación, aprobada en 2013 influye en esta parte
del quehacer periodístico?
Mi criterio es que la Ley de Comunicación ha influido positivamente. Soy uno de los que está en contra
de los que se someta a una consulta popular, el hecho de que pueda, un cuerpo legal, que se refiere a
derechos ser votado y manifestado en las urnas. El debate público sobre asuntos de derechos debe
resolvérselo en el área legislativa.
La Ley de Comunicación entre los asuntos más importantes, que no se habían trabajado años, es, por
ejemplo, el área de derechos frente al ejercicio periodístico. Reitero, es el derecho que tienen las personas
a un reclamo frente a una noticia, y también a que pueda recogerse su versión por vía administrativa
obligatoria, con plazos de más de 78 horas. Lo que le da un derecho a la réplica.
Ese es el uno, el otro, derechos que todavía no son respetados ni en el ámbito público ni en el privado.
Que son la cláusula de conciencia que tenemos los periodistas, para redactar la noticia según lo que
hayamos encontrado en el campo. Todos los periodistas, creo que no existen excepciones, aquí o en
cualquier parte del planeta, estamos obligados a realizar el ejercicio de las notas de acuerdo al mandato
del dueño del medio o al jefe de redacción. Salvo en los medios comunitarios, donde se trabaja mucho por
convicción, con muy poco sueldo. Y, entonces, allí las cosas cambian. Pero en los públicos y privados
hay un fuerte influjo de las autoridades.
Hoy, los medios públicos han ido a cambiar un poco aquello. Y me refiero a este medio, donde se goza de
una buena calidad de libertad para el trabajo periodístico. No así en los privados que es muy fuerte. Y
también hoy día vemos los procesos que existen en los medios públicos en general, en las radios, en la
televisión pública, que ha sufrido un grave revés de timón. Y que no permite a la ciudadanía constatar.
Los derechos de contrastación, el derecho y la obligación que tienen los medios a tener un código de
ética, que tiene que estar publicado en sus respectivas páginas oficiales.
Específicamente en el momento en qué nos toque investigar, la Ley de comunicación ha tenido
influencia, desde que se aprobó, en los periodistas. Ellos, por ejemplo, cuando dicen: voy a
investigar este tema. ¿Encuentran alguna facilidad o dificultad desde la aprobación de la Ley?
La única dificultad es la ética, nada más. Vea las facilidades inclusive están garantizadas
constitucionalmente. Porque la Constitución de la república garantiza la contrastación de las fuentes. Eso
le permite a usted investigar. Ahí, el asunto tiene que ver más con lo ético. Qué concibe usted por
contrastación de las cosas, y con la entrega de una, o dos, o tres, o cuatro versiones o las que sean
necesarias sobre un tema. Cuando usted omite una o más, usted comete una infracción. Tiene un
problema de enfrentar de manera correcta y ética la información sobre la que está trabajando. Así que, en
eso, está garantizado, no sólo por la Ley de comunicación que es una norma menor, sino por la
Constitución de la República. He hecho varios artículos aquí de investigación de política nacional y no
hemos sido restringido en ninguno. Salvo cuando usted desdibuja la realidad.
Con respecto a la contrastación de fuentes, ¿la Ley ha influido en el acceso a fuentes?
Ninguna. Yo no conozco ningún caso, ningún caso mío, y hasta quienes hacen periodismo de oposición
que no logren, salvo que el funcionario se niega a entregarla, tener a una fuente. Los casos que, si se dan,
por ejemplo, es cuando un funcionario le escribe y no da contestación. O sus servicios de relaciones
públicas le dicen que el funcionario no puede. Lo mismo de parte del sector privado. Le podría demostrar
cuántos pedidos tenemos para que la Asociación de Bancos venga a nuestro programa, sabe cuántas
respuestas positivas tenemos: ninguna. O sencillamente nos omiten. Ellos no vienen a los medios
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públicos. No ofrecen información de carácter público relevante, como lo dice la Ley de Comunicación. Y
no se esmeran en hacerlo.
Hay de parte y partes estas omisiones que tienen que ver con una sociedad no madura frente al hecho de
la comunicación y a la transparentización de las cuentas.
¿Pero estás omisiones ya existían antes de la Ley?
Existían. Claro que sí existían. Y siguen dándose, no en la misma medida. Hoy tenemos una Ley de
Transparencia, en la que usted pública absolutamente todos los contratos, los sueldos, si trabaja en el
sector público, sus viáticos, sus traslados, todo lo que ha ganado, con sólo su número de cédula. Esa Ley
ha permitido transparentar en buena medida los procesos. Los casos de corrupción se dan por otra parte.
Tal vez, por ese dicho popular que dice: hecha la Ley, hecha la trampa. Pero esa es otra cosa. La Ley de
Transparencia hace que usted sea más proclive a acceder a información para publicar. Y poder contrastar.
Entonces, ¿la Ley ha tenido también una influencia positiva en el momento en el que el periodista
escoge el enfoque que le da a una nota?
Claro. El momento en que usted no tiene barreras de acceso a la información, usted puede realizar su
actividad. Y en este país, lo debo recalcar, en el Ecuador, usted tiene inclusive muchas más
probabilidades de investigar temas altamente complejos, me refiero, por ejemplo, a la seguridad nacional,
por ser un país de paz. Esto no podríamos hacer en territorio colombiano en extenso. Con el respeto que
merece Colombia, me refiero al conflicto que mantiene en ciertas zonas, en las que se crean Micro
Estados dentro del Estado. Me refiero a la guerrilla. Me refiero a los grupos violentos en los que usted no
puede ingresar. Me refiero a Brasil, usted quiere hacer un documental sobre las favelas, usted tiene que
pedirle permiso al narcotráfico, para ingresar a ciertas favelas de Rio de Janeiro. No al Estado como tal,
no a la policía, no al ejército. No pueden ingresar muchos de ellos. En argentina existen también, los que
les llamaban Guetos, para hacer ese tipo de trabajo. Ecuador no, usted no encuentra Estados dentro del
Estado. Hasta en eso, los periodistas tenemos probabilidades de trasladarse. Obviamente siempre, el
ejercicio periodístico, será un ejercicio de riesgo. Por irse a meter donde a usted no lo llaman. Eso es lo
que usted escogió. Usted escogió el periodismo.
Y en la fase de reportería ¿Qué influencia ha tenido?
Sigo diciendo hay una dos o tres cosas negativas. Pero las positivas, es que usted teniendo un código de
ética, usted tiene que reflejar lo que la realidad le dice, caso contrario, usted puede por vía
administrativas, porque la Ley no acepta demandas civiles ni penales, son vías administrativas puede
reclamar el derecho a la réplica. Si un periodista omitió su punto de vista o si se refirió a usted sin haberlo
entrevistado. Entonces exige mucha más responsabilidad. De hecho, que, en los diálogos normales, entre
los estudiantes, o entre los periodistas que cubren las fuentes y que son reporteros en esta fase de su vida
profesional, es que siempre dicen sin querer queriendo: cuidado la Supercom.
Antes no había que tener cuidado de nada, salvo del jefe. Y usted podía cometer todo tipo de excesos y
hasta atropellos que era muy difícil que alguien nos sancione salvo el jefe que nos pida o nos prohíba
decir algo. Esta vez hay mecanismos ciudadanos de defensa y ese es uno, el derecho de la réplica. Aparte
de los otros que usted puede reclamarlos por la vía administrativa como, por ejemplo, incumplimiento de
la franja, cuando hay programas con sexo explícito. Otros en los que no se cumple los tiempos mínimos
de suplementos de interculturalidad, que es el cinco por ciento de la programación.
Si usted no cumple con los derechos consagrados en la Ley de Comunicación como el derecho a la
intimidad, el respeto a la honra, que las personas con discapacidad sean respetadas y tratadas igual, el que
las mujeres no sean trabajadas como cosas u objetos que aún se lo hace en ciertos niveles. El que los
niños tengan programaciones que sean netamente inclusivas. Eso no existía y nadie lo hacía, ahora se lo
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hace. Entonces en el periodismo si tiene que haber responsabilidad en todos los ámbitos para el desarrollo
y redacción de sus noticias.
Por lo que entiendo, usted me dice que la Ley ha venido a beneficiar a la ciudadanía. Pero, ¿a los
periodistas los ha beneficiado o los ha dificultado?
En este ejercicio tú estás hablando con otros periodistas también. Y hay unos que se sienten acosados y
acorralados. Y claro todo depende del ambiente en el que se encuentren. Mire yo tengo cuatro años, más
dos en los medios públicos. El resto los desarrollé en medios privados. Comencé en Radio la Luna. Luego
salía con Anter sistema. Estuve en Sí TV, cuando estaba en manos del señor Aspiazu, un banquero.
Luego estuve en los medios comunitarios en la Corape. Luego me fui del país, porque estuve como
mucha gente del país de emigrante dos años. Y luego vine a GamaVisión cuando se llamaba GamaVisión,
luego GamaTv, y luego pasó a manos del Estado. Y allí sí usted encuentra que tanta violencia informativa
hay.
Por un lado, los Isaías dueños de GamaVisión nos sometían a regímenes de trabajo en el que usted no
podía decir nada que pueda dañar todas su imagen y sus negocios. Por otro lado, asume el gobierno la
tutoría y la propiedad y usted encuentra el otro lado. Usted tapa los unos y solo el gobierno nacional es el
que tiene importancia informativa. Entonces usted se da cuenta, como efectivamente puede un periodista
sentirse altamente fregado frente a una Ley de comunicación. ¿A quién obedece? Prácticamente al dueño
del medio. Llega la Ley y lo reglamente de una manera. Y tiene ciertas libertades, pero tiene también lo
otro. Esta es una espada de Damocles obedece la Ley u obedece al dueño.
Algún momento, yo le pediría si es que también lo hace, hay periodistas, Fausto Yépez, la misma Janet
Hinostroza, que, prevalidos de un poder muy fuerte, como es un Medio de comunicación nacional, y
cuyos mensajes tienen alta incidencia en la población, varias veces han sido obligados o lo han hecho, a
mentir de manera premeditada. Otras veces, esas mismas mentiras contrastadas han tenido que pedir
disculpas. Me refiero a Fausto. Es decir, todos tenemos experiencias muy duras frente al oficio, que
hemos vivido de nuestra profesión, frente al mandato del grupo, o dueño que domina al medio de
comunicación o frente a la Ley de Comunicación. Yo prefiero la Ley. Y esa ha ofrecido garantías a la
ciudadanía y también a los periodistas. Es ético. No sé si usted entreviste a otros periodistas, que, como
yo, tienen un rango, un rango salarial importantes.
Si usted averigua a los compañeros que han vivido años como reporteros, le puedo dar nombres, puede ir
e entrevistarlo. Hace muy poco, hace unos años, antes de la Ley, en el 2013 hace cinco años ganaban cien
dólares. Ochenta, cien, ciento veinte, ciento cincuenta, lo que le diera al dueño de comunicación la gana
de pagarles. Entonces trabajan para un medio, para otro, y para un político, y para un concejal, y para un
alcalde. Ya no como periodista sino como trasmisor de una información privada, reservada, una grabación
que ellos le hicieran. Así era el periodismo. Hoy usted tiene una regulación, la CORDICOM, que es parte
de la Ley de Comunicación. Hasta en eso hay cosa que han cambiado positivamente.
Entonces, ¿esta Ley para el periodista ha influido en sus posibilidades de obtener una información
veraz?
Yo apoyo la Ley de Información porque le permite tener un marco legal de acción para el ejercicio del
periodismo. Es bueno saber que goza de garantías, que goza de derechos, pero también de límites, y me
refiero al derecho de los demás al rato de emitir una información.
Se está teniendo en cuenta que hay un código deontológico que ya se establece en la Ley.
En cada medio. Cada medio debe tener un propio código deontológico que debe estar publicado en la red.
Nosotros, por ejemplo.
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Pero la Ley tiene su propio apartado Deontológico.
Claro, y es genérico. Y es el que le enseñan en la universidad. Y usted se aparta por diferentes
condiciones. Y ahí se escucha respecto a la honra, la responsabilidad sobre lo que dice. El respeto a los
pueblos y las nacionalidades. La inclusión en las notas. Y la contrastación en las notas. Que es algo
básico, pero que debe ser escrito. El derecho a la réplica que tienen las personas. Todas esas son formas
de beneficio social frente a la comunicación como derecho.
Al momento de construir una nota periodística, ¿qué influencia ha tenido ya en la construcción de
la nota?
Aquí, ninguna. En los medios comunitarios como la Corape peor todavía. Pero en los medios privados y
en las radios públicas, donde fui jefe de noticias, recae un estrés más que el normal. El estrés de escribir
bien, de que usted como periodista ponga todo lo que sabe gramaticalmente, también en sentido ético. En
que sus sentidos hayan logrado percibir una realidad tal como la vio y la percibió. Como tuvo, inclusiva
una incidencia en sus órganos, inclusive en su piel cuando sale a una manifestación callejera, cuando hay
una pelea, cuando hay una marcha, cuando hay gas lacrimógeno, cuando hay insultos.
Entonces todo eso usted tiene que plasmarlo en un papel. Y en ese momento hay algo más de estrés. Si, a
eso le suma la carga ideológica del medio, usted enfrenta un conflicto ético, cada vez que escribe. Pasado
eso al código deontológico tiene que ver si usted cumple. Entre todos los códigos deontológicos de todos
los medios y lo que le dice su jefe normalmente hay una diferencia. Usted es la única persona que la
ejerce. Y hay prácticamente usted decido, o sigue en un sitio trabajando o se va. Hasta que se muera así.
Salvo que después usted se convierta en un articulista o en líder de opinión. Aun así, usted debe tener la
evidencia de que, en algunos medios si usted escribe en contra de lo que piensa el dueño, usted como
articulista le dicen, muchas gracias. Vaya a otro medio donde pueda hablar libremente lo que quiere decir.
Cuándo se construye la nota, ¿en el tratamiento de la información?
Ese normalmente esta dado cuando se realizan las reuniones en la mañana. En todos los medios, tal vez
hay alguna excepción, pero en todos o casi todos tienen una reunión editorial de las mañanas. Aquí se
tienen los días lunes. Y también, yo nunca descuido el informativo para saber que vamos a hacer. Y allí
usted determina algunas claves del trabajo. Aquí, en lo que corresponde a los medios públicos todas las
notas tienen que ser contrastadas. Asambleístas de oposición y asambleístas del oficialismo. Y con la
mayor inclusión.
Por fortuna, cuando el doctor Serrano entró aquí emitió un memorándum, en el que, ordenaba y disponía
a todas las coordinaciones nacionales, el que se derrumben todo tipo de barreras. Las físicas, las
ideológicas, la de inclusión, etc. Podrá haber problemas a veces en la consecución de estos objetivos, pero
eso te da un marco de acción. Hasta este día no hemos tenido la presión de que alguien traiga algo que
está prohibido. Por fortuna y ojalá esto siga así, en los medios públicos. Pero aquí hacemos un ejercicio
de contrastación de las cosas, y libertad. Libertad de opinión de las personas que vienen aquí. Eso es lo
que hemos intentado, pluralidad. Eso es lo que debe caracterizar un medio público. Seguiremos
haciéndolo. No creo que estemos haciendo las cosas mal, en ese sentido.
La Ley de Comunicación, en su apartado deontológico, habla sobre la obtención de información, no
se permite obtener información de maneras consideraras ilícitas.
Claro, ilícito es cuando tú pagas, por ejemplo, para que te den información que puede ser reservada. Te
voy a dar ejemplos, aquí han venido periodistas para consultarme sobre contratos de prestación de
servicios. Les he dicho que, con el mayor agrado, con la Ley de Transparencia hay está absolutamente
todo. No les puedo dar declaraciones paso a paso. Primero porque no soy la autoridad administrativa de la
asamblea para regir eso. Pero toda la información está ahí publicada. Así que, sobre eso, no creo que haya
inconvenientes para quienes hagan ejercicio periodístico. Te reitero, todo está desde el ámbito ético.
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Lo mismo pasa cuando uno va a un banco. Y pide una información que podría resultar ilícita, por
ejemplo, a qué hora se desplaza un bus blindado de un lado a otro. Es información que no se te va a dar.
Si yo estoy estableciendo un nuevo proceso administrativo para cambiar horarios, yo no puedo sacar esa
información a luz pública. Procesos de compras, sí, están todos subidos. Lo ilícito está cuando, claro tú
pagas por una información que debe guardarse por reserva y por desarrollo institucional. Salvo que no sea
desfalco de bienes, o peculado, que son delitos.
Pero, cuándo se ocultan o no se permite el acceso a cierta información, por ejemplo, los contratos
respectivos a la deuda internacional, es información importante y de interés público y no se puede
acceder. ¿Por qué sería ilícito relevar esa información?
Es que no hay tal. Tal vez la explicación práctica está en lo que estamos viviendo actualmente. El
presidente Rafael Correa ciñéndose a un mecanismo de cálculo diferente al que se estableció antes de su
gobierno procedió a establecer el cálculo de la deuda de manera diferente. Con reglas y mecanismos
emanados desde el mismo fondo monetario. Con ello, se ha venido sosteniendo que la Deuda Externa
ecuatoriana no alcanza, todavía ni si quiera el 30%, de los 40%, que es el tope máximo que permite la
constitución. Hay muchos que han dicho que ese mecanismo es un mecanismo tramposo. Que nos están
ocultando las cuentas. A qué recurren, a otras fuentes. Por ejemplo, a los economistas privados, que
tienen una idea cercana. No es ilícito y es ético, porque eso es contrastar lo que dice el Banco Central y lo
que dicen otros. Y claro entre ambos hay una brecha muy grande de índices económicos. Pero, si puedes
hacerlo, no es ilícito. Qué tienes que hacer, contrastar.
¿Ha existido influencia de la Ley de Comunicación respecto de la autocensura?
Hay muchos colegas, de los medios privados principalmente, que dicen que hay que autocensurarse para
que no boten del trabajo o no te persiga el gobierno nacional. A mí no me ha tocado eso. Pero yo
conozco, y todos sabemos, porque nos dicen, nos cuentan, nos señalan, fulano de tal está robando en tal
institución. O en tal institución están pidiendo plata bajo la mesa para que les den un permiso de
operación. Entonces uno dice, caramba. Yo debo revelar esta situación, sin ir a investigar, comprobar.
Hay mecanismos, actualmente, que lo están haciendo, algunos medios, los envían a un fiscal y les dicen:
vamos a seguir algún delito de corrupción, permítanos hacer una grabación oculta, porque no puedes
hacerlo, regido por la Ley. Debes tener una orden judicial y un permiso.
El internet, y todas las redes sociales, en Ecuador y en otros muchos países del mundo no tiene una Ley.
Entonces hay si es libre todo lo que puedes poner. Y no te pueden juzgar. Salvo si tú le dices a una
persona que está robando. Esa persona si te puede demandar por lo que has escrito. Pero aun así no se lo
hace. Sería meterse en un lío con miles y miles de ciber editorialistas o ciber articulistas. No hay lío en el
ejercicio periodístico si tu no corroboras. Sabes cuántas cosas malas, en las calles a mí me han dicho del
doctor Serrano. O sabes cuántas cosas ciertas hay de eso. Tú como periodista debes comprobar cuánto
hay de cierto en eso. Sabes cuántas cosas dicen de mí, cantidades. Y sabes cuántas prueban tienen,
ninguna. Este trabajo te enfrenta a que la gente murmure, diga.
Pero de alguna forma, ¿algunas de esas normas impiden que el periodista pueda sacar a la luz casos
de corrupción?
La única cosa que te impide es que yo te diga no lo hagas. A nosotros nos tocó eso. Recuerdo 1999
quebraba el Banco del Progreso. Y recibimos una orden, del dueño del canal de que no tocáramos esa
información. Que no informáramos lo que estaba ocurriendo. El presidente de las noticias, en ese
entonces el Doctor Gonzalo Ortiz, dijo eso yo no lo acepto. Y renunció y se fue. Y supimos después que
el dueño del canal era cuñado del doctor Aspiazu, una relación medio- banco. Y también tenían grandes
inversiones en el banco la Previsora, etc, etc. Hay es donde se produce la autocensura. Si es que tú quieres
y lo permites. Si tienes defensas éticas, renuncias te vas y las cuentas en otras partes. Sino cuidas tu
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sueldo. Eso les ocurre a miles de periodistas. Dicen: aquí trabajo, tengo que guardar silencio. Es la mayor
censura que existe, la impuesta por los dueños de los medios.
Para concluir, ¿al momento de editar una nota, cómo ha influido la Ley de Comunicación?
Por la misma vía. Cuando estas escribiendo no piensas en la Ley de Comunicación. Al menos yo lo hago,
y creo que eso hace la mayoría. Tú piensas mayormente en que sea correcto lo que escribes y también que
sea cierto, comprobable. Tienes una información, y ese audio, si eres ético que lo pones al aire sabes que
es real, que no lo has cortado o arreglado, a tu forma de ver las cosas. Entonces, al momento de editar
tienes lo mismo, el conflicto ético de que lo que estás sacando al aire refleje la realidad. Hay una real
tragedia sobre la actual lucha de todos los periodistas.
En todos los medios hay noticias de tiempo. Aquí una nota de radio les he dicho que como tope es una
radionovela, dos minutos y medios. El que se pasa de ese tiempo sólo les llamo la atención, les digo que
dos minutos y medio es demasiado para contar algo. Hay medios de comunicación, por ejemplo, los
televisivos, recuerdo GamaTV nos decían un minuto y medio. El tema es una conferencia de prensa de
media hora que te explican todo y a ti te dan un minuto con quince. Es un reto muy duro. Que hace que,
en muchos de los casos, cosa que yo cuestiono, el periodista deje de decir los contextos y tenga que
utilizar las cifras duras. Y al escaparse los contextos tienes a ocultar. Es un ejercicio muy fuerte. Y
cuando ocultas, sin querer, estas mintiendo. Es una forma de ocultar. Pero son cosas políticas de los
medios.
Yo soy muy amigo de los programas periodísticos que te permiten hablar, discutir, poner puntos, aclarar.
Y los programas informativos que tienden una muy alta probabilidad de ocultamiento. Es lo que ocurre
casi siempre. Pero los periodistas se ven llevados a esa esquina. Porque los medios tienen políticas de
tiempo sobre las notas.
Esa es una influencia del medio, ¿pero de la Ley?
La Ley no. La Ley lo que te pide es ser responsable. Contrastar la nota. Que tu información sea
comprobable. Eso es lo que te pide la Ley. Y eso si lo puedes hacer. Así publiques un poquito, si alguien
te reclama tú tienes la capacidad de contrastar. De tomar las cifras de otros lados.
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Carmen Andrade, conductora de Notihoy en Radio Centro
En el momento en el que vamos a escoger el tema a investigar y el enfoque que le vamos a dar, ¿de
qué modo ha influido el tema de la Ley de Comunicación?
Definitivamente a partir del año 2013, que se aprueba la Ley de Comunicación, hubo dos aspectos:
positivo y negativo. Positivo, porque incidió en los comunicadores y en los medios de comunicación para
tener mayor rigurosidad en el tratamiento de la noticia. Creo que ese sí fue un aspecto positivo, pese a que
la estructura de conformación de los medios es harto compleja y tiene muchas limitaciones.
Desde el poder se dice que los medios de comunicación tienen muchísimo dinero, yo hablo por la radio,
por ejemplo. Sostener una empresa radial, día a día, es algo súper costoso. Sobre todo, si tú tienes el área
de noticias, si haces una radio viva, interactiva, esto implica muchos costos. Y cuando hablamos de
costos, nos referimos a que el periodista en el medio de comunicación hace de todo. No tienes un equipo
asesor o al menos un asesor para el tratamiento y el manejo de temas técnicos, cómo tratar la noticia
delicadamente, desde la visión jurídica, por ejemplo.
Esto ha implicado que el periodista también vaya inteligenciándose sobre el tema en el camino. Quizá
interiormente, la Ley de comunicación o toda la década pasada con un presidente con las características
que tuvimos, hizo que enriquezcamos estos procesos. Esto es lo positivo.
Lo negativo es que la Ley de Comunicación se convierte en una herramienta de persecución. Es decir, no
es un manejo técnico de la comunicación que te pedían, sino que lo que te exigían es que te calles la boca.
Que no digas lo que tengas que decir. Creo que hubo una necesaria autocrítica de los medios en la
primera fase, pero cuando fuimos confirmando que el tema era político y que se pretendía acallar la vos
de un periodista serio, riguroso y que lo único que tenía que hacer era cumplir con los principios de esta
profesión, entonces las cosas tomaron otras dimensiones.
Si tú notas los periódicos, la prensa, los titulares, antes y después del periodismo -seguramente en tu
investigación hagas estos contrastes- es completamente diferente. Desde el poder te decían qué tienes que
escribir de titular, qué tienes que informar, qué espacio tienes que darle. Todo esto amparados en una Ley
de Comunicación que fue interpretada y manipulada como bien tuvieron por parte de la Supercom.
Hoy mismo estamos viviendo el caso de Teleamazonas que es vergonzoso, bochornoso. Teleamazonas, es
una asambleísta que da declaraciones, pide el señor Ochoa réplica. Él se niega a ir y envía una grabación
para que la pasen, práctica recurrente en estos diez años. En el medio dice no señor, usted tiene que venir
e, inmediatamente, los sanciona.
Esto ha hecho que sí, que cambien las agendas de los medios. Que tengas mucho mayor cuidado. En el
caso de Radio Centro lo que hicimos nosotros es seguir con nuestra acción. Ventajosamente, el nivel
directivo, el presidente de la empresa, el gerente general, tomaron como política no agachar la cabeza y
decir lo que tenemos que decir. Esto ha implicado persecución por parte del régimen, tanto a Andrés
López como a mí, e incluso hemos expuesto la vida de nuestros familiares.
Sí ha incidido. Incidió todo el capítulo de la deontología que es increíble. Cómo con principios
deontológicos, castigan y sancionan a los medios de comunicación, cuando esto más bien es un acuerdo
entre el gremio. Y cuando se mira que se conceptualiza a la comunicación como servicio público, cuando
es un derecho humano, te das cuenta que es una inconstitucionalidad, una ilegalidad, de la Ley. Trataron
de arreglarlo con la enmienda.
Sí, sí incidió. En la selección del tema, en su tratamiento. Yo creo que por ahí sí fue bueno, porque
buscamos contrastar mucho más. Pero en este accionar encontramos un montón de contradicciones,
porque resulta que el sector oficial ya no te daba declaraciones, ya no te servía la Ley Orgánica de
Transparencia y Acceso a la Información Pública. Recordarás que hubo la disposición de Correa que no
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se de declaraciones a los medios independientes. Entonces, nos sentíamos entre la espada y la pared, pero
primaba la necesidad de decir lo que tenías que decir.
Correa revistió de legalidad lo ilegal, al concentrar todos los poderes. Destruyó y desbarató la
organización social. No necesitó usar la fuerza. Lo hizo constitucionalmente y con el voto de los
ecuatorianos.
Y en el momento en el que uno sale a una cobertura o a investigar, ¿qué facilidades brinda la Ley?
No, no tuvimos facilidades. Una cosa es lo que dice en la normativa. Con la Ley de Comunicación, muy
poco, te cerraban todas las puertas. La publicidad, tú sabes que es un recurso de los medios, fue
empleado como una suerte de castigo: tú hablas mal de mí, no te doy publicidad. Ese fue otro tema.
También el de los espacios, que fue un abuso terrible. Espacios que debían ser utilizados para
promocionar y publicitar al régimen. Fue otra manera de controlar la acción de los medios de
comunicación.
Interrumpían la transmisión si entrevistabas a determinada persona. Te presionaban con las famosas
cadenas, enviaban el material de ruedas de prensa segundos antes para que no conozcas y no puedas
responder nada al respecto. Entonces, la Ley de comunicación tiene un lado positivo: la democratización
de la comunicación. A mí me parece perfecto, pero hay que dar el salto de la retórica al hecho real. No
puedes hacer una Ley desde escritorio, de espaldas a la realidad y de espaldas a los decisores que son los
actores del proceso. No se ha cumplido hasta ahora, lo que se hizo fue entregar algunos volantes, algunas
frecuencias en el caso de la radio para los militantes del partido de gobierno. Esa fue la famosa
democratización de la radio. Y también poner controles. En cuanto de las frecuencias tienes que
presentar, cuando quieres oficializar la frecuencia, hay que hacer todo un proceso de calificación de
acuerdo a esta Ley, y tus objetivos, planes, deben guardar relación con el Plan Nacional del Buen Vivir,
por ejemplo, es uno de los requisitos. Todos estos eran mecanismos de secuestro de libre pensamiento en
el país.
En el momento, en el que se a obtener la información, desde la aprobación de la Ley, ¿se negaron
entrevistas?
Claro. Eso ha sido una constante. Ahora sentimos que un poco se va abriendo. Hemos tenido algunos
ministros, que en el correato era muy difícil. Lo propio con asambleístas del gobierno, muy pocos han
aceptado. Fue muy difícil cuando se pide información porque se optó por el silencio y se supone que tiene
la obligación cualquier funcionario público de entregarte la información que necesites. Fue muy
incómodo. Es una contradicción. Te piden que contrastes pero no te dejan obtener la información.
Entonces, a momentos se constituía en un espacio más para decirte: te sanciono porque no contrastas.
Violando principios universales que eran de toda la normativa internacional.
¿Eso evitó que algunas notas no se publicasen?
En el caso de Radio Centro lo que hacíamos es exponer e informar sobre los contactos que habíamos
hecho para las entrevistas, los pedidos. Es decir, respaldar desde una manera argumental, por qué no
tienes la visión del otro lado. Entonces, trabajabas con lo que tenías. No podías descuidar temas que el
país requiere. Lo importante de nuestra visión como comunicadores es tomar en cuenta que es el
ciudadano quien nos otorga el derecho a informar. Debemos dar prioridad a los intereses de la
comunidad, más allá de los gobiernos de turno.
En el caso de la radio, nuestro coordinador registra, sacamos copia y tenemos registros.
Sí, hubo autocensura de los propios personajes. Era evidente que algunos personajes muy activos en los
medios de comunicación, en determinadas coyunturas, se excusaban por emitir sus criterios. Algo que
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antes no se veía. Fue otra manera. Y como medios sí, varios programas cambiaron sus líneas
informativas.
En el caso de la radio no. Tuvimos la suerte de que antes que se apruebe la Ley, ya habíamos renovado la
frecuencia. Entonces, no teníamos esa espada de Damocles.
Cosa que ha pasado con otros medios, que hasta ahora están sin la oficialización de la frecuencia.
Creo que es más complicado para los medios grandes por su impacto y porque eran mayormente
monitoreados por el gobierno.
Bueno, y en el momento en el que nos ponemos a redactar la nota, y sabemos ya qué vamos a decir,
¿de qué modo influye la Ley?
Creo que el contraste, la línea argumental de la noticia siempre la has mantenido. No es que acá los
medios éramos tan irresponsables que botábamos cualquier cosa. De ninguna manera. Lo que sí
ajustamos términos. Fuimos mucho más prudentes en la utilización de los conceptos para que luego el
medio no se vea involucrado procesos legales. En lo político, sí llegaron momentos de mucha tensión, que
sin llegar a autocensurarnos en la radio, encontramos estrategias de decir lo mismo de otra manera. Es un
tema político. Hubiera sido increíble que la Ley de verdad tuviera como objetivo profesionalizar a los
medios, mejorar, enriquecer el periodismo. Hubiera sido extraordinario, pero fue una estrategia política.
Su aplicación, implicó mucha creatividad por parte de los periodistas.
Creo que con la Ley de Comunicación sí hubo una censura. Ya no sacabas los micrófonos al aire, como se
hacía antes. Tenías los segmentos de opinión comunitaria como se hacía antes. Entonces, lo que se hacía
es por las redes sociales, todo por escrito.
¿Y para los editores? En el momento de sentarse con ellos, al final de la construcción de la nota, ¿de
qué modo les influyó la Ley.
Eso te digo, en otros países el área de noticias tiene un equipo jurídico, por el que primero pasas. Ya
cuando había temas muy delicados solicitaban abogados para que den su opinión sobre la nota. Incluso
hicimos algunos talleres de capacitación para que el equipo periodístico sepan cómo manejar el tema de la
Ley de Comunicación.
Al editor, por ejemplo, en el caso de la radio no tenemos un equipo de reporteros porque lo que hacemos
es un programa de opinión, reposado con noticias que tenemos de la alianza con otros medios de
comunicación para el informativo.
Más bien el tema de opinión en el equipo dialogábamos sobre enfoques. En la entrevista planificas el eje
pero no sabes qué te va a decir el entrevistado y hasta qué punto tú puedes controlarlo. Entonces, sí.
Poníamos límites en el uso de ciertos conceptos y nos capacitábamos para saber cómo manejarlos.
La característica del espacio es de entrevistas muy directas, fuertes, tratamos de bajar niveles, un poco. En
las reuniones iniciales, sí pensamos incluso hacerlo más ligth. Irte por temas que no ponen ruido en el
escenario político, pero finalmente pesó más lo que teníamos que hacer.
Yo digo más que los medios públicos creo que el propio Correa marcaba la agenda. Pero era tan fuerte
que a veces no podíamos retraernos de eso.
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Janet Hinostroza, conductora de Los desayunos 24H en Teleamazonas
¿De qué forma la Ley de Comunicación ha influido en el diseño de la nota periodística que se
investiga?
Desde que se aprobó la Ley de Comunicación se marcaron muchas diferencias en las salas de redacción.
Se integraron personas que antes no se pensaban integrar: el abogado, y muchas veces también los
gerentes y representantes legales del medio.
La Ley se creó para que el periodista pueda trabajar con mayor independencia, pero lo que se obtuvo fue
lo contrario. Antes, se trabajaba sin pensar en los intereses del dueño del medio de comunicación, la sala
de redacción era un lugar sagrado, en la que esos intereses se quedaban fuera.
Con la aprobación de la Ley de Comunicación hay tantas incongruencias y subjetividades, que se ponen
en riesgo no sólo los intereses del dueño del medio, sino también el medio en sí. Como periodistas no
podíamos lanzar abajo toda una empresa. Algo que antes no ocurría.
Lo que generó principalmente la Ley fue la autocensura. Ya no piensas en hablar un tema, porque el
abogado te dirá que eso va afectar los intereses del medio, que va a exponerse a una sanción, a un proceso
legal y a una sanción económica que puede llevar a la quiebra al medio, etc. Entonces no se cubre eso.
Esa es la principal consecuencia nefasta de la Ley: la autocensura. Incide directamente en qué y cómo vas
a cubrir algo.
¿Eso se debe a la Ley de Comunicación o a otros organismos, cómo la SUPERCOM?
Sucede que todo gira alrededor de la Ley. Lo que hacen la SUPERCOM, la CORDICOM, y el resto es
aplicar la Ley de Comunicación. Todo incide. A lo que se remiten es la Ley. La Ley dice que, si hablas
mucho de una persona, de un funcionario público, y también lo hace otro medio, eso se cataloga como
linchamiento mediático. El linchamiento mediático es una falta grave a la Ley, y te pueden advertir y
sancionar. Además de las cadenas de televisión, el señalamiento en las sabatinas, y una serie de cosas que
golpeaban, no sólo el funcionamiento del medio, sino la moral.
¿La Ley de Comunicación incrementó la autocensura en las redacciones? ¿Aunque ya existía
antes?
Sí, siempre ha existido la autocensura. Pero no marcaba la agenda. En mi caso, temas de autocensura son
en los que interviene tu pensamiento, tu interés. Yo estoy contra el aborto, tengo mis razones personales.
A mí, me cuesta mucho trabajo tener hijos. Ellos han venido con muchas dificultades, y con muchos
tratamientos. Por eso, si una persona va a tener hijos y los pierde porque no se cuidó, o tuvo una noche
loca no está bien. Ese es mi pensamiento. Yo prefiero no abordar ese tipo de tema porque son polémicos.
Y mi pensar va a incidir en como aborde el tema en sí. Por eso me autocensuro, porque no me parece
ético que yo imponga o deje ver mi pensamiento. A pesar de que siempre he dado abertura a todos los
lados.
Existe autocensura, pero nunca fue porque una Ley te va a sancionar, te va a colocar una sanción
económica. O porque tienes miedo a que te señalen, o te nombren en una sabatina. Eso nunca había
pasado. El cambio es un giro de 180 grados.
¿El momento en qué se hace la reportería, y se busca la información ha influido la Ley de
Comunicación?
No sé a qué te refieres exactamente, es decir a que artículo hablas. El problema en el país, en estos años,
es que no hubo acceso a la información. No estabas pensando en la Ley. Si no tienes acceso a
información, la Ley no te puede afectar.
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En esos momentos intervenían otras políticas que existían en el país, y que eran de no acceso a la
información.
Me refiero a la fase de reportería. Cuando el periodista va a hacer entrevistas o a cubrir un acto.
¿Influyó la Ley en eso?
Detrás del temor frente a la Ley, como ya expliqué, está la autocensura. Esto funciona en todas las etapas
del trabajo. El momento en el que sales a recoger información, siempre vas con temor a cometer un error.
Y que ese error vaya contra la Ley.
Hay periodistas que se quedaron sin trabajo, por intentar hacerlo bien. Porque la Ley les caía encima. El
momento en que tú recoges información, tienes fuentes que no puedes citar, que tienes que proteger como
periodista, que la constitución te da ese derecho. Pero eso genera una réplica, o un pedido de réplica, o
una cadena o una sanción, o un pedido de ratificación.
Frente a todos esos temores al recoger información, lejos de invitar a ser más rigurosos, lo que nos hacía
era temerosos. En vez de hacer mejor tu trabajo, lo dejabas de hacer. Eso ha sido muy perjudicial para el
periodismo. Y sobre todo contra la gente que tiene el derecho de informarse de manera completa,
contextualizada, verificada y todo lo que dice la misma Ley.
En el momento en que usted hizo la entrevista a Carlos Pareja Yannuzzelli, ¿pensó en la Ley
cuándo empezó a investigar?
Claro que sí, tanto así que la historia de esa entrevista es que, por alguna razón sabían que yo estaba en
Estados Unidos y me buscaron. Y un periodista siempre está dispuesto y curioso a saber qué es lo mejor
que uno puede sacar de ahí.
Pienso que lo peor de un periodista es no hacerlo. Y, en lo que quedamos por el miedo a la Ley, y a la
reacción de las autoridades a todo nivel, porque aquí, aunque influía la Ley, estábamos frente a mafias
que no querían que se vea esa información. Entonces eso te da terror. Y la historia de esa entrevista es que
yo fui a verla, para ver que tenía que decir ese señor, que generaba noticia, ver que tenía y cómo lo iba a
argumentar, sostener y sustentar.
Yo hice la entrevista y regresé a Ecuador con ella. Y mi condición era que tenía que verificar todo lo que
tenía antes de botarla al aire. Esa entrevista nunca salió en Teleamazonas. Mas bien, el la cogió y la puso
en redes sociales para poder presionar a las autoridades del gobierno, en ese momento de Rafael Correa,
para sus intereses. Para poder sacar beneficios. Para pedir a las autoridades que liberen a su hijo, creo que
también estaba presa la suegra y varios familiares que no tenían que ver en el asunto y que estaba
afectando a su familia.
El uso la información para sus intereses. Ahí yo no puedo influir. No tiene nada que ver con lo que
nosotros hicimos y la responsabilidad con la que íbamos a manejar la información. Ninguno de los
periodistas que hicieron esa entrevista la sacó. No en ese momento. Veníamos con la información, que,
desde mi punto de vista, dio datos interesantes. Dio algunas cosas que fueron noticiosas pero que había
que contrastar.
Una de las fases de la reportería es contrastar esa información ¿La Ley de Comunicación ha
facilitado o dificultado conseguir esa contrastación de información?
No. En esta época lo que único que hemos tenido es dificultades para conseguir información. Pero en esta
parte, la de contrastación, no influía la Ley. Porque la Ley te obliga y a la vez te garantiza el derecho que
tienes a acceder a la información para verificar.
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El problema viene en otra parte y era que las autoridades se creían dueñas de la información, de
información pública. Ellos no la consideraban así, sino que la manejaban de acuerdo a sus intereses
políticos.
Tú entras a una página y siempre había información sobre la institución, con lo que ellos cumplían con su
obligación y la Ley de Transparencia. Pero cuando tú analizas esa información no hay nada, solo datos
básicos y generales. Cuando quieres datos específicos para verificar la información no existían en esas
páginas webs. Y era un viacrucis del poder pedir esa información.
En estos diez años se guardó muchísima información, porque no se pudo verificar ni contrastar.
Información que hoy está saliendo a la luz pública. Y hoy recién se comienza a conocer, por esos
documentos que necesitábamos para poder decir esa verdad.
¿Antes de la Ley se podía contrastar? ¿Buscar algo, y aunque no se lograra verificar, sacar la nota?
Existía. Del presupuesto que había, lo que quedaba de lo que robaban, porque nadie dice que no robaban,
muy poco dinero quedaba para investigación. Sacar datos y hacer investigación estadística, que es lo que
se necesita para saber que estamos mejor que antes.
Antes la dificultad que había no era de acceso, sino de inexistencia de información. Tú querías, por
ejemplo, investigar el tema de abuso de los niños. Cuando ibas al Ministerio de Educación, al Ministerio
de Salud, al de Bienestar Social, hay estaban. Había miles de carpetas y carpetas, que tenían miles de
casos, pero no estaban clasificados, ni dateados, ni convertidos en estadísticas.
Yo hice una investigación sobre embarazo adolescente con datos de diez años atrás. Y no había una
referencia más actual. Yo cumplía con mi obligación de ir y verificar y obtener datos que ayuden a probar
lo grave de la situación. Pero era de diez años atrás, y todo lo demás era referencias de especialistas.
Íbamos a los más representativos que podían decirte si mejoraba o empeoraba la situación. Pero no había
tanta dificultad de acceso a la información. Digo tanta, porque si existía la dificultad. Existían
funcionarios públicos que se creían dueños de la información o que la utilizaban. Pero nunca como en
estos diez años.
Ese es el problema. Es mucho más fácil no hacer, cuando no haces, no sabes. Pero cuando inviertes
dinero en saber cómo está tu país, te das cuenta de que el trabajo que tienes que hacer es enorme.
Entonces es mejor callar eso, porque no hay plata para hacer eso. Porque toda la plata se la están robando
y no se puede invertir en cosas importantes como atender los problemas que ellos saben que existen.
En el momento de redactar, ¿qué influencia encuentras?
Miedo al linchamiento mediático. Miedo a la rectificación. Miedo a la réplica. Porque las réplicas, cómo
es tan subjetiva la Ley, no están normadas. Lo que dice es que, si te sientes afectado por una información
publicada, pides la réplica o una rectificación y en 72 horas, este tiene que hacerla efectiva.
Pero no dice que deberíamos tener una mecánica para poder verificar que lo que dice esa persona es
verdad. Entonces hubo diez años de réplicas mentirosas, llenas de datos falsos, de acusaciones, de
calificativos, de denigración en contra del que denunciaba o del periodista que compartía la información.
Llegamos a tener réplicas con tanto descaro y abuso, que en caso de periódicos mandaban diagramado,
cuánto espacio quieren, y con qué titular. Existió pánico a eso. Tú sabías que ibas a herir los intereses a un
tipo, herir el ego, le ibas a dañar el caminado y dañar el negocio, eso iba con rectificación.
Yo hago dos entrevistas diarias, de más o menos diez minutos en promedio. Ellos venían con su réplica
del mismo tamaño de mi entrevista. Y en esos diez minutos entregaban el DVD o el archivo y había que
publicarlo sin chistar, sin preguntar, eso que usted dice de dónde lo saca, o por qué lo dice, o dónde está el
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documento que lo sustenta. No había como quitar los insultos y esas otras cosas. Eso al momento de
redactar influía.
El miedo a las represalias. Yo he tenido miedo, pero he tratado de seguir con mi trabajo. En otras
personas, muchas veces el miedo hace que se autocensuren. Al momento de redactar, muchas veces
omitían datos importantes por evitar las represalias.
No estoy inventando esto. Yo recibí un sobre bomba en el canal. De lo cual nadie ha dicho ni ha
investigado nada. Aquí quieren matar a un periodista, supuestamente a la presidenta del congreso,
supuestamente al gerente de una empresa multinacional, y a otra periodista de otro canal importante y no
pasa nada. Eso se guarda en el cajón del fiscal y queda en el olvido. Recientemente recibí una amenaza
vía redes sociales, y en 2012 una telefónica que me obligo a salir del medio.
Tú tocas intereses, raspas un poquito, empieza a salir el pus e inmediatamente venían las amenazas, la
presión, el acoso, el desprestigio, las redes sociales, los controles. Era un infierno. Cuando te expones a
todo eso, piensas dos veces antes de tocar el interés de ese poderoso que tiene todo el aparato del
gobierno para poder responder y acabarte.
En el caso de mi investigación sobre las medicinas me tacharon. Descubrieron algo que ni yo sabía, que
un familiar mío, que no tenía nada que ver con mi trabajo, laboraba en una multinacional de farmacéutica.
Era director médico. Él es un científico. No tiene nada que ver con la compra o la venta de medicamentos.
Él investiga lo que pasa con las medicinas en sus pacientes.
De un día para otro lo dejaron en la calle. Hasta hoy no consigue trabajo. Porque dicen que yo me
confabule con él, para poder hacer esta denuncia sobre la calidad de las medicinas. Para que ese
laboratorio, que estaba trabajando en un concurso, sea el beneficiario de la subasta. Me costó mi derecho
de hacer mi trabajo, y también el derecho de la gente de saber por qué le entregan medicina que no le
hace efecto, que no hay, y que la llaman genérica y no tiene nombre.
Para parar la investigación que demostraba todo lo que hay detrás, me armaron una parafernalia y además
aplicaron la Ley de Comunicación, diciendo que yo hice linchamiento mediático en contra del
(¿SERCOP?). Un periodista contra una super institución. Yo hice, supuestamente, linchamiento mediático
porque hice varias publicaciones de lo mismo.
Pero eso cuestiona en qué consiste en periodismo investigativo. Cómo debí hacer, tendríamos que hacer
toda la investigación y pedir al canal que nos de todo el día para sacarlo. No, se saca por capítulos. Es lo
normal. Es lo que los medios hemos hecho toda la vida.
Ellos dijeron-me voy a inventar porque no recuerdo bien- que de diez programas ellos salieron sólo en
dos, había desbalance. Y que había linchamiento mediático. Y los otros expusieron con argumentos, con
pruebas porque les preocupaba la calidad de medicina que recibían. Tiene que ser un tú a tú.
Si tú, como ciudadano, pones una queja, inmediatamente tiene que estar el funcionario público
respondiendo. Eso es una estupidez. Eso no es así. No puedes comparar el tamaño, el peso y el poder de
un ministro de salud vs diez enfermos. No hay comparación. Estas personas están exponiendo una
situación de vulnerabilidad. Y está otra persona tiene el poder de mover y cambiar esa situación, o de dar
una respuesta. Pero ellos quieren uno a uno. Tú me afectas, yo te respondo. Ese ha sido un problema
grande.
Para los editores y también los periodistas, cuando se sientan a dejar el producto final, ¿cómo
influyó la Ley de Comunicación?
La independencia con la que debemos trabajar los periodistas está acabada. Hoy tienes que pensar en
muchos factores que pueden terminar afectando el medio de comunicación. Y eso no es la idea. La idea es
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que ese medio de comunicación te deje trabajar con independencia. Y que las autoridades entiendan y
respeten, que lo que hace un periodista no tiene nada que ver con lo que diga, piense o haga el dueño.
Ese es nuestro trabajo. Defender todos los días esos hechos. Porque siempre hubo problemas en las salas
de redacción. Siempre hubo intereses contrarios con los que había que luchar. Pero un periodista que
conoce y sabe en qué consiste su trabajo no se dejaba. Y eso valía. El medio de comunicación sabía que
no podía perderlo.
El medio entendía que es un periodista valioso, al que la gente quiere, al que escuchan, que aporta. Como
medio me interesa que me respeten. Me interesa que la gente me vea porque publico cosas importantes
que hace este periodista. Y quizás vulneró o afecto este interés que yo tengo, pero más importante es el
interés de informar a la gente. Siempre hubo, pero tu defendías lo tuyo. Y si no te ibas.
Ese es el problema. En estos últimos diez años con el tema de los derechos de los periodistas- hemos sido
un gremio muy maltratado, económicamente, teóricamente explotado- en La Ley dice que se deben
respetar. Aunque en la práctica no se cumple. Pero tú no puedes supeditar tu derecho a trabajar, a ganar
bien, a tener más derechos vs lo que tú tienes que informar.
Si a ti te censuran por intereses tienes que irte de ahí. Y con redes sociales tienes que publicar.
Guardártelo es convertirte en cómplice, en el caso de que sea corrupción. Digo maltratados teóricamente,
porque este es un trabajo 24/7. No hay vacaciones, no hay feriados, no hay navidad, no hay año nuevo,
día de la madre, ni del padre, ni cumpleaños ni tuyos ni de tus hijos ni de nadie.
Si tú miras las estadísticas de divorcios en los periodistas es altísimo. Es un gremio que pierde mucho en
lo personal por hacer su trabajo. Pero este trabajo es así. Porque si mañana hay un terremoto, y es el
cumpleaños de tu hijo, debes decirle feliz cumpleaños y hacer tu trabajo. Cuánto dura el terremoto, 26,
48, 72, horas, 2, 3, 4, 5 días sin comer, sin descansar, sin tomar agua, probablemente, en medio de sol,
lluvia, calor frío. No sé. Y yo pregunto, tú lo dejarías de hacer. Yo no. Yo soy periodista. A mi me gusta
estar en la línea de fuego, en primera fila. Porque para eso soy periodista.
Subiéndome ahí, en donde se va a caer, ahí me gusta estar. Viéndolo todo. Haciendo tu trabajo, ayudando.
¿Vas a pasarle la cuenta al medio de comunicación? Trabaje sin comer, sin tomar agua, sin descansar.
Suena bonito, pero en la práctica es irreal. No hay medio de comunicación en este país, que te pueda
pagar, lo que un periodista, en la práctica tiene que trabajar.
Tú tienes que tratar de negociar en lo redondo. Ojalá esos sueldos básicos que nos pagan fueran mejores,
de mayor nivel, ojalá. Pero aplicar la Ley Laboral, para mí, es un imposible. Yo nunca he cobrado una
hora extra en mi vida. Me arriesgo a que el medio me diga no vayas tú. Y no, voy yo. Yo quiero ir. Yo
quiero contar. Yo quiero estar ahí.
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José Luis Quinteros, jefe de redacción en GamaNoticias
En el momento en el que se diseña la nota periodística ¿de qué modo influye la Ley de
Comunicación?
Es súper importante. La Ley de Comunicación cuando la diseñaron los legisladores o los que estuvieron
detrás del cuerpo legal, pensaron en el proceso de producción. Que se pudiera sintetizar como tú haces en
esta sistematización en cuatro momentos.
Cuando piensas en los temas, la Ley manda a que tú no tengas censura previa. La censura previa es una
especie de prejuicio que tú haces en el momento de seleccionar el tema. Dices: este tema si y este no.
La Ley en el ideal jurídico contempla la esperanza, también que nadie rija o dirija esos temas. Pero hay
temas que se van dejando de lado. El tema que tenemos ahora es: cómo te influye la Ley, y ella te dice
que tú puedes escoger tus temas. No debes permitir que alguien desde fuera influencie para que no lo
abordes. Y para que en tu mesa de planificación no vayas dejando temas de lado. Eso pasa en el primer
momento.
En el segundo momento, el de recolección de información, la Ley te pide que tú contrastes la
información. Si tú recoges una información, la Ley dice: que como periodista eres responsable de llevar
esa versión al entorno de la opinión pública. Esa información que estuvo guardada y tú la sacas. En ese
sentido soy responsable, y por eso debo contrastar.
Además de que me obliga la Ley, para tener multiplicidad de versiones que contarle a la gente. Tengo un
panorama amplio.
La Ley intenta proteger al periodista para que no sufra de censura previa. Pero en la práctica del
día al día, ¿el periodista no se cohíbe de abordar un tema desde la Ley?
Tú me preguntas lo que te dice la Ley. Y eso es lo que te da la Ley. Tu no me preguntas qué es lo que en
realidad pasa en las redacciones.
¿Qué es lo que pasa en la realidad?
Hay muchos temas que se van dejando de lado. Primero, por las propias decisiones y preferencias
editoriales de cada medio. También hay temas que no los abordas porque no tienes suficientes equipos
periodísticos. Eso obedece a que tu privilegias unos temas sobre otros.
GamaNoticas, que es donde yo trabajo, tenemos temas de coyuntura política, judicial que le prestamos
más atenciones que otros temas. De qué depende eso: de la construcción de nuestro noticiero, de la
identidad que va adquiriendo el noticiero.
Este es un noticiero que tiene una forma peculiar. No es un noticiero que tenga un fuerte bagaje político
ni económico. Más bien se hace fuerte en temas como la crónica roja. Un noticiero que busca temas que
lo vuelvan atractivo.
Nuestro noticiero tiene de todo. Va mezclando cosas y tiene momentos, a lo largo del tiempo, que ocupa
el noticiero al aire que ocupa tiempo. Evidentemente, en la realidad pasa, hay temas que tu no los abordas
por tiempo, o porque prefieres uno encima de otro. Depende de cual sea el enfoque que quieras dar.
Eso es lo que pasa en la práctica. Cada noticiero, de acuerdo a lo que piensa, va dejando temas de lado.
Qué es lo que en general procuras: es tener los temas que tengan, o que pienses que pueden ser más
interesante, a un grupo poblacional más amplio. Y también los temas con las mediciones que hacemos
con el rating, por ejemplo. Hay temas que a la gente les gusta mucho y por eso los elegimos sobre otros
temas.
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Por eso, a veces noticias de reuniones de foros, de cónclaves académicos, vemos que la gente no nos para
bola. Y que además son complicados de manejar audiovisualmente, como trabajamos nosotros que
tenemos que hacer rápido y fácil la cosa. Entonces, a lo mejor, dejamos de lado.
Pero si tenemos un encuentro importante, por ejemplo, con el ministro de economía después de alguna
Ley de economía, o alguna reunión de empresarios para evaluar el tema, eso probablemente si vayamos.
Ponte que tengan una reunión para mejorar la capacidad de los trabajadores en el sector agroindustrial, es
super interesante. Pero eso no nos parece una noticia que debamos cubrir. A lo mejor si viene un vocero
súper importante hagamos una noticia leída. Pero esos son los temas que se van quedando.
Eso es una cosa subjetiva. Y no es porque la Ley lo mande sino porque nosotros lo decidimos como
comunicadores. La Ley lo que te pide es que tu no tengas ningún tipo de limitación para abordar cualquier
tema.
Hay periodistas que argumentan que hay temas que deciden no investigar porque desde la
aprobación de la Ley no tienen apertura para eso. Ivon Gibor, editora del Expreso, en una
entrevista me dijo que desde que se aprobó la Ley el periodismo se ha vuelto más light, ya no se
investigan temas.
El problema radica en eso. El tema, desde mi perspectiva: la investigación periodística es un rubro muy
costoso para los medios. Cuando haces investigación periodística real, dependes de una serie de factores
externos y otros inherentes de los medios. Lo que corresponde al medio es, primero, tener un grupo de
periodistas listos para investigar.
Eso es un grupo de periodistas que investiga, que está trabajando en algo que podrá o no publicarse. Un
grupo de periodista que trabaja varios temas al mismo tiempo. Porque es como cualquier investigación
existe una metodología y rigor. Y te obliga a tener varias líneas de investigación.
No todas esas líneas de investigación van a tener un final feliz. Como en cualquier ámbito de
investigación, que pasa en cualquier ciencia dura, ciencia social y también en el periodismo, no todas las
líneas de investigación llegan a feliz término. Y la investigación se puede caer en cualquier momento,
empezando por el hecho de que partes de un elemento de afuera.
La investigación llega a las redacciones, alguien le interesa que eso se publique. Tienes que ser muy sabio
en qué tema de investigación vas a hacer, porque hay un interés atrás. Y esa es la primera pregunta que
tienes que resolver con tu equipo de periodista. Qué cosas se van a investigar.
Después tienes que validar la información. El trabajo de contrastaste. La Ley te obliga a contrastar, pero a
veces es muy difícil. Cómo pruebas las denuncias de PetroEcuador, tienes los informes, pero cómo dices
que eso es real. Tienes que contrastar. En algún momento tú no puedes efectuar esa contrastación y se cae
la investigación. Y no puedes publicar. Y no es porque la Ley te impida. Si no te dice que debes ser
responsable.
Entonces lo que sucedía es que tú sacabas como una investigación lo que decían. Y provocabas la
reacción. Porque la información provoca una reacción, no es inocente. Una reacción que a lo mejor
desvirtúa lo que tu dijiste o que tal vez lo confirma.
En este segundo momento, en el que tú tienes que contrastar toda la información que recibiste, creo que el
problema es, cómo lo haces. Y hay cosas que salen en los medios como grandes investigaciones y solo
son enunciados de algo. No hay una contrastación, o una verificación. Sólo se soltó. Se hizo la denuncia.
Y a esa denuncia lo llaman investigación periodística.
Y no es esa la investigación. La investigación tiene que darte conclusiones claras sobre cosas que se han
dicho o se han dado. Esa es una verdadera investigación. Debes llegar al fondo del asunto, no solo soltar
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ahí para que vaya la Fiscalía y aclare. Eso no es responsable. Hay aspectos que son de costos. Lo que es
pagar a un grupo de tres o más periodistas para que estén averiguando y tienes que estar documentando,
hacer procesos, buscar fuentes, hablar con informantes, etc. Hay aspectos de la Ley en los que te puedes
apoyar para hacer un buen trabajo.
Si tú ves lo que se publicaba antes y después de la Ley hay mejor depuración. Ha mejorado. Tienes que
meterte en serio si quieres hacer investigación. Meterle tiempo y pagar bien. Porque la investigación no es
así no más. No puedo darte un tema y en la noche querer la investigación. El Fiscal actualmente no nos ha
dado nada certero acerca de Glass por ejemplo.
No es fácil hacer investigación periodística. Todo nos llega de afuera. Tú no puedes ver esos documentos
o verlos. Primero alguien los saca por algún interés. Luego tienes que probar y ver que sea verdadero. Y
eso es muy difícil. Una investigación es más compleja. Y pocos medios tienen la capacidad económica de
sostener eso.
Esa es la verdad. Tú puedes hacer investigación. Y deberías hacer investigación. La Ley te permite que lo
hagas, pero te da pasos para que lo hagas bien. Si tú te ciñes a la Ley y haces una investigación
irrefutable, dónde te molesta la Ley. El problema es que la Ley te obliga a contrastar. Y tiene esas cosas.
Pero si realmente los cumples puedes hacer y sacar una investigación.
Juan Carlos Calderón me decía: la Ley está ahí, el periodista que se queja de que no puede hacer
investigación por la Ley es mediocridad. La Ley no te impide hacer investigación sino otras cosas.
Si, tienes muchísimas otras cosas. Y la gran verdad es que no puedes hacer mucho como periodista
porque necesitas un respaldo total del medio. Eso es super importante. Porque si tú te estás metiendo en
cosas oscuras. Y quieres sacar cosas bien raras, te vas a tener que enfrentar a todo un sistema en
ocasiones. O te vas enfrentar a personas que no quieren que eso salga y te van a perseguir y acosar. Hay
cosas más tangibles que pueden ser una limitación.
Ese sistema al que se tiene que enfrentar el periodista en el momento en el que saca algo oscuro e
importante ¿no es más fuerte con la Ley o antes de la Ley era igual?
No. Pensemos en un escenario en el que tu te has ajustado a todo lo que la Ley manda, qué te van a decir.
En muchas ocasiones que tienes problemas con algo, te defiendes con tu nota. No puedes defenderte más
allá de tu nota. Un buen trabajo periodístico se defiendo solo. Si tu trabajo está completo y tiene la verdad
y está respaldado no te pueden decir nada. Sólo debes decirle al juez que lea el artículo.
¿Cómo influye la Ley en el momento en que el periodista sale a buscar información?
Claro hay gente que piensa que la Ley le dice que no diga nada. Piensa que la Ley está para que se
amordace y no responda preguntas. Eso es lo que lastimosamente ocurre. Hay una muy mala
interpretación por parte del sector político, público, privado para no responder cosas. Ellos piensan que su
derecho es no decir nada al periodista. Y ellos saben que si no se contrasta no se puede decir nada.
Pero no cachan que también dice que, si ellos no dicen nada, se puede decir que no quisieron dar
información y se puede decir cosa. Y se puede decir que no se quiso dar la contrastación y cosas.
Hay gente que se escuda en la Ley. No conocen la Ley, la gente piensa que pueden decir no me grabes, no
me filmes, no me preguntes, yo no quiero decirte nada, te prohíbo que saques esto. Te intimida. Es una
Ley que la gente la malinterpreta. Porque hubo confrontación en la construcción de la Ley.
Piensan que le periodismo es mentiroso, interesado. Que si trabajas en un canal privado eres asalariado de
ese sector. Si trabajas para un canal incautado eres asalariado del gobierno. Ese tipo de prejuicio si se ha
colocado en nuestros medios.
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Había la necesidad de crear una Ley. Pero debió ser producto de un debate mucho más amplio. El
momento histórico en el que se hizo no fue el mejor. Hubo un ataque desde el gobierno, que fue popular,
que dejo mal colocado a los periodistas, casi como si fueran delincuentes.
Esas cosas se fueron haciendo paralelamente. Y en muchas cosas desvirtúan la Ley, que debía hacerse.
Hay cosas que se pueden corregir. Pero también es importante que la gente sepa que hay reglas para
emitir información en los medios de emisión masiva. Lo que ocurre ahora en las redes sociales.
Te enfrentas a cualquier cosa. Estás en un mar de información tóxica sin saber qué hacer, en las redes.
Controlar el contenido que se emite en los medios masivos es bueno. Y debería haber un mejor control,
hay cosas que no te explicas por qué se están produciendo. Por qué hay cosas que están recibiendo
publicidad, contenido que no entiendes.
En el ámbito de la televisión es un medio donde la mayoría busca entretenerse, busca información. Y hay
gente que la tiene por compañía. La tele encendida todo el día, uno más en la familia. Nos obliga a ser
responsables y tenemos que manejar parámetros de calidad. Y si no te los dan el propio medio que te los
de la sociedad. Y la Ley respondió a eso.
¿Cómo influye la Ley al momento de sentarse a escribir?
Es un marco en el que tienes aspectos que puedes y no puedes poner. Y por eso siempre estás pensando.
Antes tenías desopresión por terminar un párrafo. Antes ibas construyendo con tus oraciones y tus
párrafos. Con la Ley tu reflexionas más lo que estás poniendo. Piensas bien el significado de las palabras.
Piensas bien el verbo que usas, y el adjetivo si es que estás adjetivando, aunque digan que no debes
hacerlo. Piensas más si te ciñes a la Ley.
Hay gente que se cree contestataria y no obedece a la Ley, a mi me parece absurdo. Hay una Ley y punto.
Si no te gusta da igual, no puedes irrespetar la Ley. La Ley te hace más reflexivo.
A veces tendemos a confundir opinión con información. En la facultad nos han dicho que no es lo mismo.
Incluso cuando estudias los géneros, hay géneros de información y otros de opinión. Y vienen en páginas
separadas, ni si quiera están juntos. Pero a veces en una nota mezclamos, y es más, a veces ponemos
nuestra opinión, como si fuéramos articulistas o tuviéramos a cargo la columna editorial del medio.
Y tú ves en televisión muchísimas notas que tienen una gran carga de opinión. Cuando se va a entrevistar
hay fuentes. A veces en una nota informativa se pone la opinión de nuestros entrevistados. Y tú eres
responsable porque tu cortaste y editaste esa parte.
El momento en el que tú construyes la noticia, selecciones y eres responsable de eso. Por qué escogiste el
minuto 2, y no el tres. Es tu selección y tú eres responsable. No el que dio la opinión sino tú. Y esa es la
responsabilidad ulterior. Y además la Ley te deja escribir como quieras, las posibilidades después.
La Ley te pone cosas a considerar. El código deontológico es una cosa qué quién escribió, debió ser
meditado entre bastante gente. Y hay muchas cosas subjetivas. Pero hablando de la responsabilidad
ulterior si deben juzgarte con cosas fácticas que se puedan probar. Pero el código deontológico de la Ley
tiene muchas cosas abstractas, como entelequias. Pensar en eso es algo que te estremece.
Pero hay cosas que están claras que son las que están ahí. Hay otras que deberían eliminarse y pensarse.
Debería ser lo menos polisémico posible. Que todo esté claro, que esto sea esto y punto. Por ahí hay una
falencia de la Ley. Pero te hace más reflexivo cuando estás redactando piensas más en lo que vas a poner,
más en lo que vas a escribir. Y piensas más en lo que estás narrando.
En la radio a veces escuchas perlas porque son programas en vivo. También pasa eso en la televisión.
Pero en la televisión porque se suele editar, como no es en vivo, te enfrentas al guion literario, narras, te
escuchas, lees, editas, vas oyendo. Tienes más momentos para pensar y reflexionar.
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¿Cómo influye la Ley en el que va a editar la nota?
Igual, las cosas que cuidas. Sabes que no puedes poner cualquier cosa. Y una cosa es la Ley y otra cosa es
el reglamento. Muchos hemos leído la Ley, pero pocos hemos revisado el reglamento. El reglamento en
una forma es como se va normalizando la Ley. El reglamento tiene montón de cosas. Si la Ley tiene
muchas cosas el reglamento más, porque es como se lleva a la práctica.
Hay cosas que nosotros ya sabemos, nos han dicho, etc. Esas cosas tú las practicas. Por ejemplo, no
puedes poner fotos de niños, o de personas en situación de vulnerabilidad, etc. Las vas adaptando y
usando. La gente de edición también va cuidando esas cosas.
Y hay otras cosas, lo de los niños, por ejemplo, no es de la Ley sino del Código de la Niñez y
adolescencia. Lo otro no lo dice la Ley. Tú puedes sacar a las personas, pero tú eres responsable. O tal
vez el reglamento si te prohíbe si no se termina el proceso judicial. Sirve para ser más cuidadoso.
Algunas personas dicen que desde que se aprobó la Ley el editor tiene un abogado a lado.
No, no pasa eso. Se han creado mitos alrededor de la Ley, porque incomoda. Incomoda por los autores
que la hicieron. Pero siempre debió ser una preocupación de la gente que hizo periodismo antes de
construir una Ley. Una Ley que debió tomar en cuenta peculiaridades del oficio.
Está sacramentado, por ejemplo, que los periodistas tenemos que trabajar más de ocho horas sin ganar por
las horas extras. En muy pocos medios se reconoce ese trabajo. También que los departamentos de ventas
de los medios pueden influir en los contenidos. Eso es una ganancia de la Ley. Antes ventas te exigía un
publirreportaje. Y ahora tienes que decir que lo es, y, además, debe ir respaldado con una factura. Es
bueno.
Hay cosas que son positivas. Pero el colegio y la unión de periodistas se preocuparon de que haya una
Ley. Una mejor Ley porque antes existió una Ley que se hizo durante la dictadura militar. Por qué no se
preocuparon por hacer, mejorar y perfeccionar la Ley en su momento. Y dejaron que venga un Gobierno
y haga una Ley con su visión. No vamos a decir que la Ley es super buena y que es inocente total. Hay
una forma de entender y ver a la comunicación.
Está definida como un servicio básico. Y no encuentro el asidero teórico para explicar eso. Tuvo que ser
discutido por los periodistas, los comunicadores sociales. Muy a pesar de que no es una ciencia social. Y
que como comunicadores tenemos un serio problema epistemológico. Y una duda y una interrogante de
qué somos.
Primero definamos el tema de la comunicación que es un debate inacabado en el mundo. Y después
pensemos si realmente la comunicación es un servicio público. La UNP y el Colegio de periodistas
estuvieron cómodos y bien este tiempo. Se organizaron y tienen sus organizaciones transnacionales. Pero
entienden la comunicación como un negocio, una cuestión empresarial. Lo que es legítimo porque esto se
mueve con dinero.
Pero existe una responsabilidad. Cuando tú haces producción cultural, cuando colocas contenidos para el
gran público tienes que estar regido a Leyes. Como se permitió que tengamos Leyes y reglas construidas
en una dictadora que sólo se revisa años después, con un grupo político en su mejor momento y construye
una Ley a su manera. Los periodistas debimos haber sido los actores fundamentales de esa construcción.
Y cuando se planteó ese gran debate haber estado con mucha más firmeza para hacer eso y reivindicar
algunas cosas que si deben haberlo sido, desde derechos laborales hasta como se debe construir e
informar.
Si la Ley tiene cosas que corregir también es parte de la inacción de los actores fundamentales implicados
en esto, afectados por esto, los comunicadores. Y es algo que debe seguir procesando. Ahora molesta
111
mucho las multas que la SUPERCOM ha dispuesto. Esa es la gran crítica las multas a los empresarios. Es
la preocupación de los dueños de los medios.
Dónde está la preocupación de los periodistas. Lenin Moreno ha convocado a un gran debate para
cambiar las cosas, las reformas. Eso habría que ver para saber que se debería modificar, y qué debería
cambiarse. La Ley es un marco que está ahí y determina las cosas que tenemos que hacer. Pero no es un
impedimento para hacer un buen trabajo. Ayuda a la gente que está recibiendo los contenidos en muchos
sentidos.
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Juan Carlos Calderón, jefe de redacción de la revista digital Plan V
¿De qué forma influye la Ley de Comunicación al momento de escoger el tema de investigación?
De alguna manera las redacciones han cambiado sus políticas. En Plan V, no, porque nosotros somos un
medio digital nativo y la Ley no nos alcanza. Pero en la experiencia de algunos colegas que yo conozco,
existe la prevención y se piensa primero en las consecuencias de meterse a un tema delicado, proclive a
alguna reacción.
Existe el temor a ser acusado de linchamiento mediático. Es un tema que ya ha salido en medios y está en
boga, y es lo que acaba de decir el vicepresidente del Consejo de Participación Ciudadana que lo someten
a un linchamiento mediático.
Se está pensando, en las redacciones, siempre en la reacción que puede tenerse previamente a la noticia.
Eso es un grave problema, porque si empiezas a ver hacer notica o ver los hechos desde sus
consecuencias, no haces periodismo, o lo haces de manera defensiva y preventiva. Y eso te obliga a no
pensar en el lector y su derecho de ser informado. Sino en que no se vea afectada la empresa o el
periodista que hace la investigación.
¿Eso es algo que no sucedía antes?
No sucedía antes. Porque lo que se hacía, y se hace en países sin cuestiones especiales es que el periodista
define los temas de acuerdo al hecho, a la investigación pensando en el lector, en la relación que tu tienes
con el público y el papel que tienes. No interviene qué pensará el Estado o qué pensarán los abogados o la
SUPERCOM. No estás pensando en eso, sino cómo hacer el tema, qué fuentes vas a tener y qué
investigas.
¿Para las redacciones web, que son nativos digitales, como no están normadas, les influye la Ley?
El hecho de que no te toque la Ley no quiera decir que no tengas consecuencias. Porque si tenemos un
ejército de abogados que están dispuestos a amenazar a las redacciones sobre cualquier artículo. A mi me
han llegado algunas cartas de abogados de buffets, que me piden o exigen bajo amenaza que se retire un
artículo de la web.
Aunque ellos no acudan a la SUPERCOM diciendo que están siendo afectados, si acuden a ese tipo de
amenazas. Es una forma de amedrentamiento y de intimidación. Eso ha incrementado. Hay gente que
entra y golpea las puertas de la oficina.
A nosotros nos pasó recientemente cuando estuvimos en la UNP por el tema de los niños que fueron
abusados sexualmente en la academia AMPETRA. Entró el abogado pateando al perro a notificar que
había iniciado un proceso en la SUPERCOM. No era posible hacerlo, pero fue una intimidación.
¿Con el código ingenios?
No, todavía no nos hemos fijado si es posible la aplicación. Otro problema es que el periodista puede ser
denunciado y juzgado dos veces por el mismo tema. Lo cual es anticonstitucional. Si te llevan un juicio
en la SUPERCOM, eso no te libra de que te puedan llevar a un juzgado civil o penal.
Lo que está sucediendo es que te juzgan dos veces por lo mismo. Pasó en el caso Bonil. En el cuál, Javier
Bonilla, por una caricatura lo denunció la SUPERCOM y ese expediente fue llevado a la fiscalía. Dos
juicios por el mismo caso. Claro que la fiscalía rechazó esa demanda. Pero eso sucede.
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En la reportería ¿De qué forma afecto la Ley?
Depende mucho de cómo los editores y los periodistas de un medio asumen los temas. En general no se
piensa en la Ley cuando está en reportería. Es lo último. Y creo que en la redacción tradicional pasa igual.
La reportería se define en la mesa de redacción. Ahí se definen sus líneas, los procesos, las fuentes, se
discuten, el tema se pre produce. Y sobre eso se hace la reportería. Si en la reportería surgen cambios, eso
pasa por otro proceso o por otro tema. En la reportería lo que se ha visto es que se pone un lado y el otro.
Y eso significa simplificar el periodismo. Porque no siempre hay dos lados de un tema. Y reduce los
temas a dos posturas.
Eso sirve para librarse de la Ley. Para que no exista la posibilidad de que alguien te acuse o te llegué una
réplica. A veces eso no se entiende. Por ejemplo, yo entrevisto a un rector de una institución, y el habla o
crítica a una autoridad del SENECYD y el reclamo que hacen los colegas de relaciones públicas, es por
qué no se puede defender la autoridad.
Y el punto es que eso, es una entrevista. Y esa gente no sabe distinguir los géneros. Y esa gente cree que
un género como el testimonio tiene que tener una segunda versión. Y no se puede, es un testimonio. Yo
he hecho testimonios y me escriben en ese sentido.
A una periodista ucraniana le dieron el premio Nobel de literatura por su trabajo en testimonios. Y aquí
se quiere regular. Estamos locos. Y eso sucede, sobre todo, porque hay muchos relacionistas públicos que
no saben de géneros, que nunca han pisado una redacción. Y desconocen el proceso de creación
periodística. Y critican desde su ignorancia.
Respecto al acceso a fuentes ¿La Ley ha restringido o ha abierto?
El acceso a fuentes no depende de la Ley de Comunicación. La Ley señala lo que dice la constitución,
toda persona tiene derecho a buscar información, y nadie te dice que no tienes ese derecho. Lo que pasa,
es que hay una Ley de Transparencia en aspecto público, que no lo cumplen.
Nosotros como Plan V, hemos hecho constantemente peticiones de acceso a información, citando la Ley
de Transparencia y también la de Comunicación. Pero los funcionarios le importan un comino. Muy rara
vez responden, o responden mal. O responden pretextos como que no has citado un folio. Citan
información que uno no tiene por qué conocer, como el número del caso. Existe- y no como problema de
lay, sino del funcionario público- un problema del manejo de información pública.
Eso solamente se puede romper con la insistencia permanente de las personas a las que le interesa la
información.
Un periodista me mencionaba que antes existía una Ley a la que solían citar para que les den
información.
Es la Ley de Transparencia.
La Ley también determina que no se puede obtener información de modo ilegítimo, no poder
grabar a alguien sin decirle que no le estás grabando, por ejemplo.
Sí, pero eso me parece que está bien. Yo nunca he usado cámara oculta, ni grabación oculta ni me he
hecho pasar por lo que no soy. No me he disfrazado de algo que no soy. Porque no creo que haya hecho
falta. Y porque no lo considero ético, creo que eso es engañar al público y a las personas que están siendo
objeto de una investigación. Eso es una opinión personal.
No he visto, salvo algunas redes sociales, que se haya usado cámaras ocultas a partir de la Ley. Y no es
porque la Ley lo diga sino porque creo que es lo correcto, a pesar de que digas cómo le cojo a un ladrón si
114
no puedo grabarlo. Mi tarea no es ser fiscal. Solo la fiscalía puede hacking, grabaciones con autorización
judicial. Existen periodistas que creen que tienen que jugar a ser detectives privados o públicos y hacen
eso. Yo no estoy de acuerdo.
¿En general la Ley de Comunicación no ha afectado para conseguir información veraz?
En nuestra experiencia no. Porque no es algo que dependa de la Ley. Depende de otras Leyes y de cómo
se consigue información. Pero nuestras fuentes no han citado o dicho, no te puedo dar esto por la Ley de
Comunicación. La Ley como la cuestión exige, garantiza el derecho a buscar y tener información.
En el momento en el que el periodista se sienta a escribir la nota ¿cómo influye la Ley?
Yo creo que allí hay un problema. Existen redacciones que después de pasar todo el proceso de buenas
prácticas y edición de un producto, estos se van a manos de abogados. Los abogados son impuestos por
las administraciones para evitar problemas con la Ley.
Yo inicié en un programa de radio y me dijeron que nada que se vaya contra la Ley. Y eso es una serie de
limitaciones y restricciones que tienes que cumplir. Eso coarta de alguna manera. Uno no va a irse contra
nada que no sea la ética periodista ni contra las buenas prácticas del periodismo. Pero la Ley es tan
ambigua, tiene tantas palabras que pueden ser interpretadas a discreción por cualquier autoridad o
cualquier persona que se sienta afectada, que pone al periodismo siempre bajo esa amenaza. Entones si
hay cambios al momento de decir, escribir una nota, etc.
En este país si pones la foto de un bombazo te sancionan. En otros países no ponerla es un delito, porque
oculta información de interés público. Pero aquí tu tienes una Superintendencia, fruto de la Ley, que
interpreta ese montón de verbos y partes ambiguas. El Superintendente cualquiera que sea puede actuar
de oficio. Ellos mismos juzgan, ellos sancionan y ellos ponen la multa. Y no tienes derecho a apelación.
Este procedimiento rompe todos los derechos que se llaman de protección de la Constitución de la
República. Como si los periodistas no fueran ecuatorianos y no estuvieran sometidos a la constitución
sino al arbitrio de un señor Superintendente.
Hay periodistas que argumentan a favor de la Ley de Comunicación que ha mejorado las prácticas
periodistas.
Eso es una falacia. Yo llevó 35 años haciendo periodismo. Aquí se ha hecho buen periodismo antes de la
Ley, durante la Ley y se hará después de la Ley. Quien diga eso, es porque necesita de una Ley para ser
buen periodista. El tema de la práctica periodística es como cualquier otro oficio y eso se lo ve en la
relación con el público, no con lo que el Estado dice que es bueno o malo.
El problema de la Ley y el problema de que el Estado se meta a exigir buenas prácticas es que no tiene
actitud moral para hacerlo. Porque el Estado no tiene como exigirte eso, sino el público. Quien te diga
eso, es que es tan mal periodista, que necesita que una Ley lo obligue a tener buenas prácticas. Y eso no
es así. Es el oficio el que lo hace. Es como un médico, no hace falta que una Ley diga que si operas mal te
vas a ir preso para operar bien.
Pero siempre han existido códigos de ética.
No. Lo que hay son códigos de ética que son de auto regulación. Pero esos códigos son un compromiso
entre el medio y sus lectores, no entre el medio y el Estado. Es el mismo argumento que si tienes
publicidad una empresa, y ella te pone condiciones de un código de ética suena inaceptable. Lo mismo
sucede con el Estado. No tiene por qué entrometerse en medio, en nombre de quién. Dicen del bien
común, pero el Estado no es el bien común, es un grupo político que está allí. Y maneja según sus propios
intereses. Es inaceptable.
115
El público no es tonto. Primero, tiene un montón de fuentes. Yo no lo puedo engañar porque el ciudadano
común lo que hace es tener varias fuentes. Si a mi se me oculta información en el país, puedo encontrarlo
en diarios internacionales y quién queda mal es uno frente al público y el Estado estará contento porque
logró esconder información.
Pero el código y los principios éticos vienen inherentes al periodismo y a las buenas prácticas. Y se hacen
buenas prácticas porque hay un compromiso con los lectores. Y es a quién uno tiene que responder.
Obviamente el periodismo no está fuera de la Ley, si difama, insulta u ofende debe pasar por la Ley. Pero
esto ya está en el código penal y en el civil. Pero encima más tiene una Ley de Comunicación.
¿Respecto a la autocensura, cómo influye la Ley?
Puede darse. Creo que, en ese sentido, la Ley ha sido un pretexto. Por cualquier pretexto te puedes callar.
También hay Leyes contra la difamación. Y la gente puede temer a difamar, pero sólo no debes hacerlo.
Difamar significa no publicar algo que no puedas probar, en lo que estás firmando, artículo, texto, noticia.
Eso significa que nada debe ser pretexto para autocensurarse. En este oficio tienes que tener una dosis de
valentía. Es como si quieres ser militar, sabes que existe riesgo de ir a la guerra, o que una bala cruzada te
hiera o te mate. Sabes que en una inmovilización puedes tener esas cosas. Pero es un riesgo inherente, que
tiene cada profesión.
El riesgo inherente del periodismo implica que puedas equivocarte. Implica que se pueda causar daño por
una equivocación. Y también es que te pase algo por publicar. Yo creo que el principal deber del
periodista es defender el derecho del público. En nombre de eso uno trabajo, no en nombre al derecho a
publicar, el derecho del público a conocer.
Hay gente que ha muerto por defender ese derecho. Hay periodistas que están presos por defender ese
derecho. Hay periodistas que han sido torturados, que están exiliados por defender el derecho del público
a saber lo que hacen los gobiernos o todo lo de interés público. Cuartar eso, es un atentado a la libertad de
prensa.
Se supone que la Ley tiene ese pretexto de eliminar la autocensura, pero ¿ha aumentado por el
miedo?
Creo que sí, cuando salió la Ley. Las primeras víctimas de la Ley fuimos nosotros como Revista
Vanguardia. El dueño mayoritario y gerente de Vanguardia, la cerró argumentando que no se podía hacer
periodismo de investigación con la Ley que acababa de ser aprobada. Y se cerró la revista.
El tiempo comprobó que no tenía la razón. Que, quien quiere ser periodista lo hace en cualquier
condición. Puede estimular las prácticas censuradoras o persecutoras, pero el deber del periodismo es
informar, bajo cualquier circunstancia: con Ley, sin Ley, en guerra, en la paz, en dictadura, en lluvia, en
sol. El deber del periodista es informar, como el del bombero apagar fuegos, cuando se necesita. Muchos
periodistas no tienen claro cuál es su deber y por eso ponen cualquier pretexto para no cumplirlo.
Tienes que cumplir con tu deber, sino cambia de oficio. Puedes buscar una cosa más suave, donde no
implique el conflicto, que significa a veces informar contra el poder o los poderes. Y que puede tener
consecuencias. Y que sucede, las consecuencias en el periodismo suceden.
En el momento de editar la nota, ¿qué influencia ha tenido la Ley?
La Ley puede haber influido en el proceso de la edición. Pero, también tiene que ver con quiénes y cómo
son los editores de un medio. Pienso que una de las deficiencias del periodismo ecuatoriano ha sido la
falta de editores.
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El papel del editor tiene un sentido, mejorar la calidad del producto periodístico. Qué entendemos por
calidad, buenas prácticas: que sea un texto claro, que responda a requisitos informativos, que, de
contexto, cite bien las fuentes, actuar bien con la fuente, que es una escuela (saber cómo usar fuentes
ocultas, fuentes humanas, fuentes documentales, como atribuir a las fuentes de información). El papel de
un editor es pensar siempre en el lector.
Si el texto del periodista no se entiende, no está claro, no está sustentado, o no cumple requisitos, como
poner bien los contextos o tener más fuentes, o fuentes más amplias que enriquecen al texto. Se nota que
el periodista no está en el sitio. Entonces, si ocurren esas cosas, el editor tiene la obligación de ser muy
riguroso. Por ejemplo, para no confundir la información, con la opinión (como suelen hacer los
periodistas de televisión), saber la diferencia es el papel del editor.
Bajo esas condiciones, la Ley, cualquier Ley no tiene nada que ver. Es un tema de calidad periodística. Y
si, un periodista pone de pretexto la Ley, es un mediocre profesionalmente. Vuelvo a poner el ejemplo de
cualquier profesión. En el oficio hay reglas de juego y son el compromiso de credibilidad, que tiene un
medio y un periodista con los lectores, ese es el compromiso.
También cambia dependiendo del género en el que trabajes una historia. Si trabajas un reportaje tienes
una forma diferente de enfrentar a un tema, que, con un testimonio, con una entrevista radial o cualquier
otro género. El periodismo, como oficio humano, es de sentido subjetivo, que trata de ser riguroso frente a
los hechos. Que trata de contar los hechos. Y no ser manipulado, ni manipular los hechos, por eso es muy
complejo.
Tú puedes como periodista ser ganado por la subjetividad y mirar con ojos distintos un tema o una
historia frente a un lector que tendrá otros ojos para la misma historia. Es un tema complejo, no por
difícil, sino porque tiene muchas derivaciones, que no son simples. No es blanco y negro. No es de hablar
con uno a favor y otro en contra. No es tan fácil. En ese tipo de prácticas periodísticas, cualquier que
argumente restricciones de la Ley está poniendo un pretexto.
Un periodista me hablaba de que los editores tienen que tener un abogado a lado cuando editan una
nota.
Yo he escuchado sobre eso. Pero creo que, si los periodistas se sienten restringidos, porque eso es un acto
de censura del medio – hay periodistas que consideran un acto de censura que se les edite una nota,
aunque eso mejore la calidad de la nota-. Yo como periodista siempre he agradecido tener un editor, como
escritor también.
El editor tiene que ser riguroso. Y los abogados no pueden ser editores, porque no están pensando con la
lógica periodística ni de los hechos. Sino con la mirada de las consecuencias jurídicas de una palabra o de
un hecho. Es un acto de censura que se ejerce en las redacciones. Y los periodistas que se someten a eso
están perjudicando a los lectores.
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Dayana Vinueza, reportera de agencia ANDES
Teniendo en cuenta que una parte del ejercicio periodístico es cuando ya defines el tema y el
enfoque que le vas a dar, ¿de qué modo ha influido la Ley de Comunicación en esta parte del
ejercicio periodístico?
Si ha influenciado en mucho la Ley en el trato que se le da a las noticias desde el primero momento en
que aparecen. En el caso de temas específicos, temas más reporteados, o más profundos, no se ve tanto
cuando elijes el tema. Creo que es más adelante donde se refleja más. Siempre es la Ley de Comunicación
la que en muchos aspectos te llama a que tengas un ejercicio más responsable. Tú sabes que, si vas a
hacer un tema en particular, tienes que entrevistar a tal y tal persona porque sino no tienes la voz de aquí
y la de allá. Si por ejemplo tú haces sobre la Ley de Género tienes que entrevistar a alguien de la
Asamblea y también de colectivos de mujeres, también tienes que entrevistar a mujeres que fueron
afectadas por el tema de violencia. Te planteas que tienes que tener varias fuentes. También observas si
tienes apertura en un lugar o no.
La Ley nació en circunstancias que todos entendemos. Sabemos por qué nació la Ley. Porque el gobierno
necesitaba esa Ley para tener control. Eso no quiere decir que la Ley sea mala, pero si nació con ese
objetivo. Hay cosas buenas y cosas malas. Yo pienso que separó en dos bandos a los periodistas, en los
públicos y privados. Tú sabes, por el lado en el que estás, cómo vas a cubrir una cosa. Si tú estás en el
lado privado, sabes que la llegada de Fernando Villavicencio, tú vas a cubrir como su llegada a
defenderse. A poner su posición, a decir lo que no pudo decir. Entonces, en este lado tienes: este
perseguido político vino, y hay que castigarlo y cosas así. Pero después de esto podría ser, que sí, desde
un principio, desde que tú, o alguien te plantea un tema, la Ley si influencia, desde ese inicio. Pero desde
la Ley y también desde donde tú ejerces el periodismo.
Tal vez antes de la aplicación de la Ley, ¿no era algo que te hacía desechar un tema, el no poder
conseguirlo?
Puede ser que sí. Yo antes trabajaba en el Diario Hoy, y ahí había temas que para no arriesgarte no los
hacías. Eso es verdad. Entonces tú te preguntabas si hacer o no un tema y como abarcarlo, y lo pensabas,
porque sabías que era probable que te sancionen. O que te digan algo. Que te molesten.
Es decir, ¿con la Ley de Comunicación incrementó la incertidumbre?
En ese tipo de punto sí. La Ley tiene muchas cosas importantes. A mí, personalmente me parecía que si
era necesaria una Ley. Porque no importa en el lado que estés, si necesitas tener formas de hacer las
cosas. Entonces hay artículos de la Ley que son necesarios. Pero hay otras que, ciertamente limitan el
trabajo periodístico.
Tú me contabas sobre lo del enfoque, que también depende del medio en el que trabajes. En ese
sentido, ¿la Ley de Comunicación ha modificado eso?
Creo que no. Sobre todo, es la cuestión del recelo. Que te llegaba sobre que te podía pasar si hacías algo.
Porque el enfoque siempre ha existido. Cualquier medio tiene un enfoque. Te dice tienes que hacerlo por
aquí, o tienes que hacerlo por acá. Y tú te vas acostumbrando. Con el ejercicio te vas acostumbrando a
cómo debes hacerlo, a entrevistar a ciertas personas y otras no, priorizar las voces de otras personas y a
otros no.
¿La Ley de Comunicación no ha hecho qué esto sea menos frecuente?
En cuanto a contrastar. En ese sentido puede ser. Antes nadie te decía, usted tiene que contrastar,
verificar, etc. Y ahora en los medios, al menos en los privados, ahora dicen: tratamos de conseguir tal
versión, pero no nos la dieron. Eso antes no había. Pero ahora la Ley te dice que debes tener ambas
118
fuentes. En el ejercicio periodístico, por lo menos tú tienes que hacer la gestión de tratar de conseguir el
otro lado, aunque no te lo den. Eso ahora funciona en todo. Y eso es algo que si se hizo por la Ley.
En el momento de la reportería, ¿cómo consideras que ha influido?
Creo que la Ley de Comunicación también cambió la percepción de la gente. La gente ahora sabe que los
medios ya no pueden escribir o decir lo que quieran. No pueden mentir o dar mala información. En el
momento de la reportería alguna gente, como ya sabe esto, se abstiene de decirte algunas cosas. O te
advierten que no grabes. La gente ahora conoce sus derechos en cuanto a la comunicación. Saben que no
puedes entrevistar o preguntar si ellos no quieren hablar de tema. Y tienen derecho a la reserva. Y te dicen
que no pongas su nombre, porque tienen miedo o no quieren denunciar. En ese sentido, en la reportería se
da ese tipo de cosas. La gente ya sabe lo que puede hacer.
¿En el acceso a las fuentes ha tenido influencia la Ley?
El acceso a las fuentes creo que es un punto en que no hemos terminado. Se supone que hay un artículo
que obliga a las instituciones públicas a darte la información. Si hay denuncias o cualquier cosa tú puedes
pedir y ellos tienen la obligación de darla porque es pública. Creo que en ciertos casos se pudo avanzar,
porque ahora algunas instituciones son más abiertas. Yo no viví mucho la época en que te cerraban la
puerta, pero antes era así. La información es abierta, aunque no necesariamente la fuente. Por ejemplo, si
vas a la fiscalía y pides los datos de los últimos 30 años sobre algo, puede que te den la información, pero
si le pides a un funcionario que hable y estos te dicen que no. En ese sentido no puedes obligar a nadie a
hablar. A pesar de que, si hay artículos y cosas que te permiten el acceso, gracias a la Ley, no es que toda
la información salga a la luz como se quisiera. Todo tiene un doble lado. Porque tú piensas que, si ha
facilitado, pero luego te das cuenta de que no. Fundamedios sacaba información de la que le daban. Pero
es eso, te dan información, pero nadie habla.
La Ley te norma para que no puedas obtener información de manera ilícita, que no puedas grabar
a alguien sin permiso, ¿eso antes no pasaba?, ¿de alguna forma eso va en detrimento de la
investigación periodística?
Tú tienes que ver casos. Porque me parece que si hay un apto de corrupción en que tú ya tengas cierta
información y necesites que alguien diga algo. Me parece justo que tú puedas grabar a escondidas. Si
tiene un interés nacional. En casos privados, si apoyo a la Ley. Porque tú vas a un juzgado y grabas a
alguien, y esa persona dirá por qué me grabo. En el lado privado no me parece que eso este bien. Pero
también el periodismo en su forma de ser por muchos años, investiga. Por eso en ese punto no estoy de
acuerdo. Porque pienso que si ha permitido que los casos de corrupción se tapen. En ese sentido, es algo
negativo. Hasta cuándo llamas por teléfono, tienes que decirle a alguien que lo vas a grabar. Tú tienes que
avisar porque si no estás fregado. Puede ser una trampa para debilitar un poco el ejercicio del periodismo.
Porque puede que tú tengas una noticia bomba y no puedas mostrar porque tienes un audio privado.
En el momento de construir la nota, cuánto te sientas a escribir ¿cómo ha influido la Ley?
Esa, y la parte de la edición me parece que son las que más permiten apreciar los cambios. Porque cuando
tú estás escribiendo una nota, llegará un momento en el que pienses en lo que te dijo, pero sabes que, si
pones una frase, delatas a alguien y él te acusará. Ahí pasa un poco más a la edición. Porque el editor te
preguntará si estás segura de que eso te dijeron y si lo tienes grabado. Tener el audio y estar asegurados
por si acarrea problemas la nota. Eso me pasaba en el Hoy. Yo no hacía mucha política, pero en todos los
temas se ve la Ley. Al menos después de ver juicios y casos en contra de Diarios, sentencias, ahí te das
cuenta y tratas de ser más cuidadoso y responsable de lo que dices. Y siempre tener respaldos de todo y
saber que la persona dijo, y que no es una afirmación tuya. Porque no es un editorial de opinión, sino una
nota. Tratar siempre de poner las cosas claras: tal persona dijo tal cosa. Para que la acusación vaya contra
él, porque él es la voz y quién lo dijo. Si es una responsabilidad. Porque ahora tienes que estar más
pendiente.
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Aunque yo no comparta algunas cosas, por ejemplo, la réplica. A veces alguien te pedía réplica, porque tu
criticabas una película, y decías: la actuación, el guion fue pésimo, por tal razón. Una vez tuvimos
problemas con un director que dijo que nuestra crítica lo afecto y que quería la réplica. Eso te demuestra
que se ve en todo. Y que la gente está consciente de que hay una Ley y tiene derecho. Eso es bueno
porque a veces los medios no eran correctos. Pero en otros casos es exagerado.
Entonces desde la creación de la Ley, aunque tengas un respaldo y sepas lo que dijeron, ¿en algún
momento igual dudas?
Exacto. Es así. Me ha pasado y he visto gente a la que le pasa. Y que te dicen mejor no escribo esto.
¿En relación a la autocensura, ha influido la Ley?
Claro. Siempre hay una autocensura. Y los medios también caen en eso.
¿Esta autocensura es mayor o menor desde la aprobación de la Ley?
Desde la Ley es mayor. Porque ya sabes que te pueden hacer algo. Antes no pasaba nada. Antes
obviamente debió haber autocensura, por miedo de cosas judiciales o notas así. Pero ahora, con la Ley,
hay más. Y la gente no dice tanto.
En el momento en que se edita la nota, ¿cómo influye la Ley?
Hay muchos casos en que tu nota ya está lista y los editores paran tu nota por eso. Por esperar, para tener
fuentes. O piden que te tranquilicen y vean que pasa. Antes, querías la primicia. Pero ahora ya te
controlas. Mi jefe a veces decía, esto de Ley nos multan y nos cagan e igual mandaba. Porque sabíamos y
estábamos seguro de lo que mandábamos. Y a pesar de estar seguro sabíamos que nos íbamos a sancionar.
Si me pides mi opinión de la Ley hay cosas que son buenas y otras que no. Pienso que la sanción por todo
es demasiado. Incluso en programas de radio por decir palabras fuertes. Son cosas que tú sientes que
exageran demasiado.
Antes había códigos deontológicos también. El código del Colegio de Periodistas, el de cada medio.
Lo que da la Ley es esa cuestión sancionadora. ¿Cuál sería el problema: qué el código deontológico
esté en la Ley, la Ley o la interpretación de la Ley para sancionar?
Creo que es la interpretación de la Ley. Por eso algunos decían que debería desaparecer la SUPERCOM.
Que no debería existir un órgano que maneje la Ley para sancionar a los medios. Porque tu podrías acudir
a instancias judiciales si conoces la Ley. Pero la SUPERCOM es una institución que mal interpreta la Ley
y la vuelve solo para sancionar. Eso en mi opinión. Era una institución para que el Gobierno pueda decir
lo que quiera y el resto no pueda contestar. Si contestaban los sancionaban.
Un periodista me contaba que los periodistas tienen que estar con el abogado a lado.
En muchos medios hay abogados. El Comercio tiene un grupo de abogados que revisa las notas al final.
Ellos revisan las notas polémicas y te aconsejan y te dicen si publicar o no. Obviamente en otros no hay
los mismos recursos. Pero si se tiene cuidado. E incluso se llama amigos para saber si se afecta o no.
Andes es un medio que se maneja digitalmente, ¿le afecta la Ley de Comunicación?
Se rige igual la Ley. Los medios digitales también están normados. Las redes sociales no. Pero nosotros
tenemos una web y si incumplimos si nos sancionan-
Los Cuatro Pelagatos no han pasado por juicio.
Si han pasados por juicios. Por varios.
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Pero individualmente al periodista, no al medio.
Sí. Roberto tiene un montón de juicios tras él. Claro, denuncian generalmente al periodista más que al
medio. Pero también hay varios casos que han sancionado al medio, creo. Ellos siempre han sido un poco
polémicos.
De forma más amplia, en lo que es el ejercicio del periodista día a día, ¿cómo ha influido la Ley,
respecto a antes de existir?
Yo te debería un poco el antes. Porque cuando yo empecé a estudiar y a estar en periodismo era una de las
defensoras de la Ley. Pero en el ejercicio diario creo que si hubo cambio. En varias cosas que sabes que
no puedes hacer, por ejemplo, proteger niños o personas vulnerables. No puedes poner los nombres o
sacar las fotos. Eso es un gran avance. En el ejercicio diario si ha cambiado. Tienes que guardar reservas,
no puedes poner nombres, en esas cosas si se notan. Personas que como yo no ejercieron el periodismo
antes de la Ley no sabemos muy bien como era. Pero escuchamos cosas o compartes con los colegas.
La Ley lleva tres años.
Pero antes se discutía. Yo estoy en el periodismo seis años. Y desde la constitución ya se empezó a hablar
de la Ley. No se aprobaba, pero no había una guerra. Yo estaba en ese ejercicio desde el principio.
Cuando llegó el gobierno dijo que había que normar a los medios y comenzó a clasificarlo. No salió la
Ley, pero ya había una idea. El antes no puedo hablar mucho porque yo hacía noticias internacionales. Yo
creo que si hay un cambio bastante perceptible en el ejercicio cotidiano.