unidad 5 revoluciones hispanoamericanas

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 Unidad 5: Las Revoluciones Hispanoamericanas.  Anál isis del concep to : se refier e, de manera general, al proceso por el cual las colonias españolas de América Central y Sur lograro n su indep endenc ia polí tica. Dicho proceso se ubicó entr e los inicios y el pr imer cuar to del si gl o XI X, aproximadamente. “Se puede hablar, en general, de las Revoluciones His panoamericanas, por que a pes ar de alg unas di ferencias es pefi cas, las ti erras de domi ni o es pa ñol en Amér ica estuvieron so metida s a sistemas de dominación política y económica muy  pare cido s, reunían cara cterí stica s socio culturales simila res e ini cia ron casis simultáneamente su  proceso independentista.”  (Delgado de Cantú, G. “Historia del Mundo Moderno y Contemporáneo”). A principios del siglo XIX, España y Portugal dominaban la may or par te del continente americano. España poseía en América un enorme territorio, organizado políticamente en 4 Virreinatos (México, Nueva Granada, Perú y Río de la Plata) y 3 Capitanías Generales (Guatemala, Venezuela y Chile). Las luchas de independencia de las colonias hispanoamericanas se encuadran en un comportamiento similar al de las revoluciones Nort eamer icana y Fran cesa, en cuanto a que surgiero n del descontent o soci al en cont ra de los abusos del Anti guo Régimen, y porque fueron el resultado de la influencia de las ideas liberales sobre el sector social que inició y encabezó los movimientos de liberación. Pero había, además, otros factores específicos que en América Latina actuaron como causas de los levantamientos armados en contra del dominio colonial. Causas generales de estas revoluciones: - Desigualdad social: la organización social creada en las colonias españolas en América estuvo marcada por una importante diferenciación social y un trato discriminatorio, no solo hacia indígenas y mestizos, sino también hacia los hijos de españoles nacidos en América (“crioll os”), los que se distinguían de los nacidos en España (“peninsulares”). Estos últimos eran los únicos que tenían acceso a los altos puestos del gobierno, mientras que los criollos quedaban excluidos de ellos. Luego se encontraban los mestizos, los indígenas y los esclavos negros, ubicados en una posición muy inferior y utilizados únicamente como mano de obra. - Reformas administrativas de las a utoridades coloniales (“Reformas Borbónicas”) : la población criolla, excluida de los cargos públicos, creció económicamente a pesar de las restricciones impuestas por la Corona Española; hacia fines del siglo XVIII, el gobierno español aumentó esas restricciones, estableciendo reformas tendientes a reorganizar la estructura económica y administrativa de las colonias, con el propósito de reforzar su dominio colonial y extraer mayores ganancias de éstas. La metrópoli advirtió que los metales preciosos (cada vez más escasos en América) no eran lo único que sus colonias podían aportarle, y que dichas colonias podían ser, además, un amplio mercado consumidor y abastecedor de materias primas para las nacientes industrias. Se trató de un “nuevo pacto colonial”. Pero España no poseía entonces la infraestructura necesaria para abastecer a sus colonias americanas, por lo cual se transformó en una intermediaria entre sus colonias y los Estados industriales europeos. El desabastecimiento de sus colonias fomentó su autonomía económica y el creciente poder económico de los criollos, que reclamaban poder político y orden social para desarrollar sus negocios. - Formación de una conci encia criolla emancipado ra : ademá s de su crecimiento económico, los crio llos habían desar rollado una conciencia “nacionali sta”, gracias a la cual habían empezado a consi derarse difer entes a la metrópoli explotadora y se habían dado cuenta (influidos por las ideas liberales llegadas desde Europa) de la necesidad de constituir un gobierno independiente en el que pudieran participar en la toma de decisiones. Esta conci enci a nacio nali sta de los criollo s tomó gran impul so ante las refor mas administr ativ as que frenaban su crecimiento económico. - Decadencia de España: a principios del siglo XIX, el poder dominante de los Estados Ibéricos (España y Portugal) había declinado, ocupándolo otras potencias europeas (como Gran Bretaña, por ejemplo). A esto se agregaba la debilidad de algunos gobernantes, incapaces de solucionar las crisis internas. Esto generó gran descontento entre la pobl ación, lo que dio ocasión para que el sector medio e inte lectu al de la sociedad tomara las ideas liberales con gran interés. - Influencia de las revoluciones Norteamericana y Francesa: estas revoluciones constituyeron un ejemplo inmediato que serviría de estímulo a las capas sociales medias en ascenso en las colonias españolas (muy influidas, por ejemplo, por la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa), las que esperaban la oportunidad

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Unidad 5: Las Revoluciones Hispanoamericanas.

  Análisis del concepto: se refiere, de manera general, al

proceso por el cual las colonias españolas de América Central

y Sur lograron su independencia política. Dicho proceso se

ubicó entre los inicios y el primer cuarto del siglo XIX,

aproximadamente.

“Se puede hablar, en general, de las Revoluciones

Hispanoamericanas, porque a pesar de algunasdiferencias específicas, las tierras de dominio

español en América estuvieron sometidas a

sistemas de dominación política y económica muy 

 parecidos, reunían características socioculturales

similares e iniciaron casis simultáneamente su

  proceso independentista.”   (Delgado de Cantú, G.

“Historia del Mundo Moderno y Contemporáneo”).

A principios del siglo XIX, España y Portugal dominaban la

mayor parte del continente americano. España poseía en

América un enorme territorio, organizado políticamente en 4Virreinatos (México, Nueva Granada, Perú y Río de la Plata) y

3 Capitanías Generales (Guatemala, Venezuela y Chile). Las

luchas de independencia de las colonias hispanoamericanas se

encuadran en un comportamiento similar al de las revoluciones

Norteamericana y Francesa, en cuanto a que surgieron del

descontento social en contra de los abusos del Antiguo

Régimen, y porque fueron el resultado de la influencia de las ideas liberales sobre el sector social que inició y encabezó los

movimientos de liberación. Pero había, además, otros factores específicos que en América Latina actuaron como causas de

los levantamientos armados en contra del dominio colonial.

Causas generales de estas revoluciones:

- Desigualdad social: la organización social creada en las colonias españolas en América estuvo marcada por una

importante diferenciación social y un trato discriminatorio, no solo hacia indígenas y mestizos, sino también hacia los

hijos de españoles nacidos en América (“criollos”), los que se distinguían de los nacidos en España (“peninsulares”).

Estos últimos eran los únicos que tenían acceso a los altos puestos del gobierno, mientras que los criollos quedaban

excluidos de ellos. Luego se encontraban los mestizos, los indígenas y los esclavos negros, ubicados en una

posición muy inferior y utilizados únicamente como mano de obra.

- Reformas administrativas de las autoridades coloniales (“Reformas Borbónicas”): la población criolla, excluida de los

cargos públicos, creció económicamente a pesar de las restricciones impuestas por la Corona Española; hacia fines

del siglo XVIII, el gobierno español aumentó esas restricciones, estableciendo reformas tendientes a reorganizar la

estructura económica y administrativa de las colonias, con el propósito de reforzar su dominio colonial y extraer 

mayores ganancias de éstas. La metrópoli advirtió que los metales preciosos (cada vez más escasos en América) no

eran lo único que sus colonias podían aportarle, y que dichas colonias podían ser, además, un amplio mercado

consumidor y abastecedor de materias primas para las nacientes industrias. Se trató de un “nuevo pacto colonial”.

Pero España no poseía entonces la infraestructura necesaria para abastecer a sus colonias americanas, por lo cual

se transformó en una intermediaria entre sus colonias y los Estados industriales europeos. El desabastecimiento de

sus colonias fomentó su autonomía económica y el creciente poder económico de los criollos, que reclamaban poder 

político y orden social para desarrollar sus negocios.

- Formación de una conciencia criolla emancipadora: además de su crecimiento económico, los criollos habían

desarrollado una conciencia “nacionalista”, gracias a la cual habían empezado a considerarse diferentes a la

metrópoli explotadora y se habían dado cuenta (influidos por las ideas liberales llegadas desde Europa) de la

necesidad de constituir un gobierno independiente en el que pudieran participar en la toma de decisiones. Esta

conciencia nacionalista de los criollos tomó gran impulso ante las reformas administrativas que frenaban su

crecimiento económico.- Decadencia de España: a principios del siglo XIX, el poder dominante de los Estados Ibéricos (España y Portugal)

había declinado, ocupándolo otras potencias europeas (como Gran Bretaña, por ejemplo). A esto se agregaba la

debilidad de algunos gobernantes, incapaces de solucionar las crisis internas. Esto generó gran descontento entre la

población, lo que dio ocasión para que el sector medio e intelectual de la sociedad tomara las ideas liberales con

gran interés.

- Influencia de las revoluciones Norteamericana y Francesa: estas revoluciones constituyeron un ejemplo inmediato

que serviría de estímulo a las capas sociales medias en ascenso en las colonias españolas (muy influidas, por 

ejemplo, por la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa), las que esperaban la oportunidad

para iniciar una lucha que pondría fin a la vieja estructura aun imperante y promovería el cambio hacia una nueva

sociedad.

-

Influencia de la independencia de Haití : la porción occidental de la isla de Santo Domingo era una colonia francesahabitada en su mayoría por negros y mulatos, con una economía de plantación dedicada a la exportación de azúcar 

y café a la metrópoli. Francia tenía allí un destacamento militar y funcionarios que controlaban a la mano de obra

esclava a través de la violencia. La Revolución Francesa constituyó una oportunidad de liberación para los

habitantes de esta colonia, que se revelaron en 1791 y comenzaron una lucha por la abolición de la esclavitud y por 

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la independencia. Napoleón intentó someter a los rebeldes pero fracasó, y en 1804 debió reconocer al nuevo Estado

republicano de Haití.

- Invasión napoleónica a la Península Ibérica: el triunfo de las tropas francesas enviadas por Napoleón sobre la

Península Ibérica, provocó la derrota de los monarcas españoles en 1808 y el establecimiento de un nuevo gobierno

controlado por el emperador francés. Este gobierno no fue reconocido por los vencidos, quienes aprovecharon la

ausencia de un gobierno legítimo para conformar “Juntas” de gobierno, que funcionarían mientras se derrotaba a los

invasores y se restituía a los gobernantes auténticos. Esta fue la oportunidad para los independentistas

latinoamericanos, quienes tampoco reconocieron la autoridad napoleónica y continuaron en América con el

movimiento juntista español.

Estas Juntas de gobierno, en nombre del Rey Fernando VII, se propagaron por toda América Latina, bajo el argumento de

que, ante la falta de legitimidad de las autoridades locales que dependían de España, la soberanía quedaba en manos del

pueblo. Ahora bien, estos gobiernos locales no declararon formalmente su independencia sino hasta tiempo después. Como

lo sostiene el historiador Antonio Fernández: “En general, la ‘independencia’ era solo una palabra con la que se demostraba

el no reconocimiento de las autoridades españolas más que un pronunciamiento legal sobre la separación de la patria

 peninsular.” 

En Montevideo, en Setiembre de 1808, por ejemplo, se formó una “Junta Gubernativa” a favor de la restitución de Fernando

VII. Esta Junta estuvo presidida por el Gobernador de la ciudad, Elío, y fue integrada por representantes del Cabildo, del

orden eclesiástico, del ejército, del comercio,… Esta Junta estuvo en funciones hasta Junio de 1809, cuando llega Cisneros

al Río de la Plata como nueva autoridad, con el cargo de Virrey, y la disuelve.

En el Río de la Plata, a principios del siglo XIX, Buenos Aires reunía las condiciones necesarias para la emancipación. Laoligarquía mercantil criolla de la ciudad anhelaba el libre comercio y el final del monopolio español. Además, había

demostrado su capacidad militar y la ineficacia de las autoridades españolas durante las invasiones inglesas: en 1806,

Buenos Aires fue atacada por una flota británica y ocupada por los ingleses, ante la cual el Virrey no opuso resistencia. Un

ejército criollo comandado por Liniers los derrota, pero los ingleses no se retiran de la región. En 1807, refuerzos

procedentes de Gran Bretaña ocupan Montevideo, luego de los cual cruzan el Río de la Plata e invaden nuevamente Buenos

Aires. Los invasores fueron finalmente expulsados por una milicia criolla de Buenos Aires. Esta acción tuvo varias

consecuencias: promovió la toma de conciencia de su poder por parte de los criollos, y la adquisición de un sentido de

“identidad criolla”: el “Criollismo”; la milicia criolla se transformó en un nuevo núcleo de poder militar; evidenció las fallas del

Imperio español en América del Sur.

Si bien en los sucesos de 1808 fueron importantes, los mismos no abrieron la lucha armada en el continente americano; en

cambio, sí lo hará la crisis que en 1810 experimentó el gobierno español que dirigía la lucha contra el avance francés en

España. Las disputas por la sucesión en el gobierno español se tradujeron en América en una serie de guerras civiles, en lasque los vencedores del vínculo monárquico comenzaron venciendo en casi todas partes. Tras la abdicación de Fernando VII,

Buenos Aires se negó a reconocer a José Bonaparte (hermano de Napoleón) como nuevo gobernante español; se dejó,

entonces, al Cabildo la creación de una nueva autoridad. Se desarrolló así la llamada “Semana de Mayo” de 1810 :

o 18 y 19 de Mayo: Saavedra (jefe del primer regimiento criollo, el Regimiento de Patricios) presiona sobre el Cabildo y

el Virrey para convocar un Cabildo Abierto.

o 22 de Mayo: se realizó una votación pública por la cual se decidió que el Virrey (Cisneros) debía abandonar su cargo

y que la autoridad residiría temporalmente en el Cabildo, el cual debía nombrar una Junta de Gobierno.

o 24 de Mayo: el Cabildo nombró una Junta de 4 miembros, que incluía a Saavedra y mantenía al Virrey como su

presidente.

o 25 de Mayo: una multitud reclamó ante el Cabildo la formación de una nueva Junta, por lo cual éste nombró una

“Junta Patriótica”, cuyo presidente fue Saavedra. El Virrey fue destituido.

Pero la autoridad de esta nueva Junta no fue libremente aceptada en todas partes. Algunos veían al Río de la Plata como

una única entidad con capital en Buenos Aires; otros pensaban que la separación de España haría a cada provincia dueña

de su destino, en el cual cabría la asociación con Buenos Aires pero en libertad, no en subordinación a ella. Es así que

Paraguay y la Banda Oriental no reconocieron su autoridad. En la Banda Oriental, Montevideo (gobernada por Elío) se

transformó en el foco de la contrarrevolución españolista; en cambio, la campaña Oriental se mostró favorable a Buenos

Aires, agobiada por el reclutamiento y los impuestos sancionados desde Montevideo para sostener la causa realista. Su Jefe

fue Artigas, quien propuso un tipo diferente de Revolución, de carácter anticentralista.

En los años siguientes, se produjeron algunos cambios en el Gobierno bonaerense, que afectarán también a la Banda

Oriental:

o 1811: la Junta Patriótica fue sustituida por el primer Triunvirato, conservando aquella funciones legislativas. Su poder 

militar radicó en San Martín y Alvear.

o 1812: fueron disueltas las Juntas provinciales y sus diputados fueron expulsados de la junta bonaerense, lo que

muestra un claro avance hacia el centralismo porteño. Se formó un segundo Triunvirato, que convocó al pueblo a

elegir delegados para una Asamblea Nacional Constituyente.

o 1813: la Asamblea Nacional Constituyente inició sus sesiones (los diputados Orientales no fueron admitidos en ella).

o 1814: se creó un gobierno central unipersonal en manos de un Director Supremo, cargo ocupado por Posadas.

Montevideo fue ocupada por Alvear.

o 1815: Posadas renunció a su cargo y fue sustituido por Alvear. Una agitación popular derrocó a Alvear (quien debió

también retirar sus fuerzas de Montevideo) y formó un Gobierno Provisional.

o 1816: Pueyrredón fue designado Director Supremo. Se desarrolló el Congreso de Tucumán, que el 9 de Julio firmó la

Declaración de Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

o 1819: se aprobó dicha Constitución (centralista).

o 1820: elección del primer gobernador de las Provincias Unidas (Martín Rodríguez). El Congreso de Tucumán se

trasladó a Buenos Aires.

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