un poeta nunca muere

8/18/2019 Un Poeta Nunca Muere.

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UN POETA NUNCA MUERE


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Sergio Witz

UN POETA

NUNCA MUERE

PREMIO DE POESÍA YDALIO HUERTA ESCALANTE 2007

CONSEJO ESTATAL PARA LAS CULTURAS Y LAS ARTES DE CHIAPAS

2 0 0 7

Lic. Juan Sabines GuerreroGOBERNADOR DEL ESTADO

Mtro. Alfredo Palacios EspinosaDIRECTOR GENERAL

Lic. Óscar David Herrán SalvattiCOORDINADOROPERATIVOTÉCNICO

Lic. Carlos Gutiérrez VillanuevaDIRECTOR DE PUBLICACIONES

© SERGIO WITZ

CUIDADO EDITORIAL Dirección de PublicacionesDISEÑO Mónica Trujillo LeyFORMACIÓN ELECTRÓNICA Mario Alberto Palacios ÁlvarezCORRECCIÓN DE ESTILO Roberto Rico Chong

PORTADA: Corazón brujo (detalle)RAFAEL ARAUJO.

D.R.©2007Consejo Estatal para las Culturas ylas Artes de Chiapas, Boulevard Ángel AlbinoCorzo No. 2151, fracc. San Roque, TuxtlaGutiérrez, Chiapas.C.P. 29040.

ISBN: 978-970-697-227-9HECHOEN MÉXICO


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Contenido

Un poeta nunca muere . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11

UN POETA NUNCA MUERE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13

LA SELVA DE TU CUERPO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19

Hablando de literatura con una mujer . . . . . . . . . . . . . . . . .35

HABLANDO DE LITERATURA CON UNA MUJER . . . . . . . . . . . . . . . . .37 LOS SUICIDAS GRIEGOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51

(HA DE SER UN SUEÑO MIRAR TU CUERPO JUNTO AL MÍO) . . . . . . .62

Amantes que estremecen a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63

LA QUIMERA DEL FUEGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .65

AMANTES CAPACES DE ESTREMECER ADIOS . . . . . . . . . . .76

EROTISMO Y LITERATURA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .84

ECLIPSE DE MUJER . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .95


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Para Lourdes y mis hijas Demayansi, Beyatli y Arumyta, por su generosidad compartida

de todos estos años y permitir que el po eta sobreviva en cada palabra.


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Un poeta nunca muere


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Un poeta nunca muere

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EN LATUMBAde un poetarecuerdo las palabras de Giuseppe Ungaretti:“Estas son las horas de terror para mí; para esta estúpida

vida que me atormenta; para los hombres que no comprenden nada,

que serán siempre reacios a comprender y que recompensan

con presunción humillante la pureza que el poeta cava en el alma y ofrece al sol”.

Un poeta nunca muereporque respira en la trascendencia de una plegaria,en la apuesta de un mar entusiasmado por el oleaje,en la ofrenda de unas manos que denigran la codicia,en la boca de vínculos exactos en la hora de la custodia,

el verbo conjugado de manzanas que hieren la naturalezay la imaginación, el cáliz de las certezas y el diámetroentre la vida del verso y su estrofa.


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EL AZARnos hace náufragos de la literaturadonde cada quien tiene escrito su réquiem.

El poeta es un escrutador del lenguaje,un nómada que hace de Paris una religión de amory fe literaria. Lector de Darío y de Verlaine.

Su tumba no es el final, es la oscilaciónhacia otra entidad, hacia otro límite de amatistasy provisiones; una tumba es la saliva pétrea de lagolondrina imprudente, el desalojo hiriente del poemacuya silueta permanece a solas.

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REIVINDICO LApoéticaen estos tiempos que la palabra declina y se pierdeen un ámbito de parodias, la reivindico porque la calamidad jamás triunfará sobre su tumba, esa tumba donde su vozes un ritual de privilegio, el sosiego donde el destinoes una plaza abierta para vivir y meditar a solascomo siempre lo hace un poeta verdadero.

Conocimos los sueños y retornamos a la palabra,al canto inaudito de los que tienen alma y ojos para no ser

indiferentes.

Nunca él lo fue ante la amarguraporque ningún poeta lo es,porque ningún hombre lo es.

SERGIOWITZ

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EL POETAtiene dominio de su sombra,es una piedra de toque, un punto que mueve el mundo.Es la voz que geometriza el alma y los girasoles.

Y cuando otro poeta lee junto a su tumbapercibe todos los amaneceres que encierranen su corazón la dualidad de nubes asustadas,

el dialecto donde los abanicos son fronterasque convocan la resina del mar.

Cuando un poeta lee junto a la tumbase fortalece su vocacióny se le señala un rumbo de obsesionesy respuestas.

La poesía es un juego extremodonde el murmullo acrecienta su perseverancia,su reiteración de voz anónima y silenciosa.

SERGIOWITZ

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POR ESOcreemos en el albatros de Baudelairecomo un símbolo, como el ropaje interior del textoque se adentra en el mar del poema.

El poeta no muere porque es la certezade un mar entusiasmado y sus manos lo vinculana la custodia de la tarde y al verbo donde las manzanas

hieren la naturaleza y la imaginación.

El poeta no es un pequeño dios,es el dios de su propio caos, de su fugacidad,de su esperanza, de lo que simboliza el instintode perpetuar el milagro de existir,el poeta es dios, no el fingimiento,no la rapiña, no la burla.


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La selva de tu cuerpo

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TU CUERPOencierra el misterio de la hoguera, la selva donde el tiempo dicta su advertencia de labios

amatorios,réplicas de un tatuaje que vincula al mar con el silencio de los

presagios

que crecen como una circunstancia manuscrita.

Llegas a mí con la trascripción que da certidumbreal jade y a la orquídea; todo se bifurca cuando el sol agrega a

la arcillalas pulsaciones de las palabras que nacen al amparo de los

enigmas.

Tu cuerpo es entonces el acantilado que adornael cautiverio de los amantes, la conjetura donde se da

respuestaal espléndido ropaje de los cardos y los murmullos heridos, –peces que tejen la marisma y el rescate de una flor–.

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EL POETAes su propio mundo,su propio éxtasis,su propio mar…

Poeta, sílabas son tus dedos,sílabas son tu mente y tu cuerpo: el naranjoflorece en la extensión de un himno, de un himno

que nos dice que eres el más grande artistade tu generación.

SERGIOWITZ

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ALGO NOSrecobra en el desfile de las dudaso las interrogaciones, en las sombras donde se halagael tiritar de la memoria; sin embargo, hallamos lo espléndidodel cáliz donde bebemos el vino que encarna la perpetuidadde la noche y su arrogante privilegio.

Me has dejado entrar en ti, en la pupila

de ese cuerpo que yace infinito ante el deseo y la cumbrede golondrinas, ante la sensualidad de las encrucijadas y los

destinos,de los episodios donde las navajas cortan la provocacióndel que se aísla en la voluntad de amar y vivir.

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HEMOS DESAFIADOlo imprescindible de esa vozy nuestro pacto emprende su viaje de liberación y fugacidad,es un buen gesto tuyo acariciar mis labios y mis manos,el crepúsculo de un hombre que moriría por entregarte la

sutilezade todos sus impulsos y todos sus anhelos.

No hay casualidades en esta relación, en nuestrarelación de lenguajes asombrados por la figura matutina,por lo minucioso de este misterio que esconde la furiade un desafiante halcón.

Es notorio el testimonio de los pájaros,la perspectiva transparente de quienes vigilan el impenetrableparaíso donde confluyen las impresiones y las risas

furtivas de besos con olor a piel.

SERGIOWITZ

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SOMOS LOSexcesos y las quemaduras,los amantes vírgenes que se esconden en el exilio de la

mandrágora,en los destellos del mineral agazapado de la colinaque trasciende y se transforma en rostrosque maquillan la música y el voyeurismode un sol impávido.

Hemos ganado batallas, colores cuyo linajedisfraza la primavera, la belleza de esas alas que confirmanel plumaje del estío, el mensaje súbito de unas manosque son la continuidad de un puente matutino.

SERGIOWITZ

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HABLEMOS COMOhuéspedes que somosy cíñenos a la lluvia la persuasión de las quimerasque inventan el árbol y los habitantes, tregua y fulgor,espacio donde las campanas convulsan inauditasante lo remoto de la sangre que estremece el pasode los espejos en penumbras.

Algo quizá se obscurece en la resurrección del polvo,en lo que nutre nuestro aliento, en el enigma que palidecepor una transformación de lunas, de gacelas que defiendenel eco del trigo y del agua.


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NADA EStan hondo como la visión de un mundodiferente y distante o el porvenir de gotas que son semillasde ausencias y delirios, de ruedas acomodadas por los rebañosde ríos invisibles que nos acosan cuando la madrugadaes una dulce soledad.

Todo vuelve al círculo donde naufragan los nombres

y las traiciones, la sobrevivencia de una costumbre quedictamina

el rencor de las fragancias.

SERGIOWITZ

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SOMOS PARTEde este juego que parece extrañoal testigo que desvía los navíos, la subsistencia de una esperanzaque convierte la sed en mariposa y la tristeza de los dioses.

Nunca una mujer estuvo tan amenazadapor tantos murmullos y extravíos, por tantos destierrosocultos en los labios de la vida, esos ojos derramados

que son aves y cipreses, cuadernos absolutosdonde los ángeles insertan su bufanda de plegarias.

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MIRAMOS COMOlas estatuas, como las brújulaso los deseos, somos fantasmas recorriendo el corazón de un

destino,de una fe, de un convencimiento natural de espiga y multitud.

En nuestra ropa se juntan todos los caminos,todos los paisajes, todos los temores, todos los cortejos…

lo que vive y muere, lo que se transforma y se vuelveinexplicable,

locura de amar y copular en la nieve, en el bosque, en la edadde la furia

que nos convence de ser únicos y blasfemos.

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PERO TODOse resquebraja en la aurora,en la negación del sueño, en la resaca de la piedra y

la tormenta,en el remordimiento de la sal y su queja.

Somos parte del juego y de su soledad,de la crucifixión que nos aísla de las imágenes poderosas

y de golondrinas expuestas al porvenir, al río de hojas quepresagian

la justicia del amanecer y su marea.

SERGIOWITZ

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FLEXIBLEESel oleaje que desata esta pasión,esta entrega de rostros y cuerpos, de muslos hechosde fuego y ternura, de colinas y profundidades.

Nos llaman el vértigo y su ropaje, el asombro nupcialde quienes aún gimen en el radar de peces que copulan a

orillas

de una luz insomne, vago incesto de ocasos vertidos por la rocade un génesisinsensato.

SERGIOWITZ

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U NA MUJER es un poema, la libertad para mirar a solaslo que ha sido nuestra vida.

Nada como el mundo en ti, esencia, bosque, planisferio,totalidad y plenitud de un alma, reloj, bruma, incendio,

garganta,nombre, infancia, parpadeo, gota sublime en comunión con

el zafiroy la inmensidad de la luciérnaga junto a Dios.


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VIVIMOS ENhabitaciones anónimas,en planisferios que vaticinan la ferocidad del manantial,la confidencia que establece el dialecto y la claridad de los

cuerpos:confusión de casas y museos de muertes.

Todo es atrevimiento cuando los delfines

evaden y rememoran el pulso del agua, visión de un pénduloque teje el pectoral de la lluvia como una noche limpia

y castaña,voz escarlata de una biografía que arde en el ocre del pubisy su metamorfosis, eclipse y enredadera de niños asustados.

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TOMA ESTEanillo donde se concibe la voluntadde los amantes que se adhieren al maíz, a la promesaque debe ser cumplida, a la sílaba ardiente de los pétalosintemporales que construyen cenizas y puentescon el mineral de la sonrisa.

SERGIOWITZ

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Hablando de literatura

con una mujer


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Hablando de literatura con una mujer

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EVOCO LAmujer que habita tu cuerpoy la literatura siembra su alquimia de follaje.

Me acompaña la piedra de lunaque asume la esperanza de tu inocencia.


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YGOZAMOSde la rebeliónde nuestra sed en una isladonde los cuerposson cisnes en silencio,penumbras de mareas infinitas.

Te amo como una lágrima

o un reloj.

Mis manos se han tatuado de ti,de la vorágineque respalda el derechoa imaginar el juego de la vida,de nuestra vida.

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UN POETA NUNCA MUERESERGIOWITZ

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DEBO EXPLICARTEtodo cuandoel silencio traza la frontera del musgo.

Me has recordado con aciertotodas las palabras.

Pertenecemos y somos habitantes

de una quimera donde el mar nos haceinvictos, sobrevivientesde los naufragios amorososque reencarnan.


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ME HAShecho útil y necesarioy mi alma flota como la tuyaen un paseo por el eco del crepúsculo.

Somos el crepúsculoy su hoguera.

Puedo mover una montañacon sólo decir tu nombre,con sólo estructurar la rosade los vientos.

SERGIOWITZ

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HE ANOTADO

con cuidado los lugaresdonde hemos idoy el destino nos reserva.las huellas del inviernomientras la luna desposaa su luciérnaga de fuego.

Estos son los astros.sublimes de la esperay comparten su ansiedadcomo amantes taciturnos.


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Amo los abecedariosy sílaba por sílabapronuncio tu nombrecon ese hermoso lenguajedonde habita el horizonte.

Beso tu cuello

y me comprometo más contigo,eres mi compañía, la reacción naturalde un río que me ama y me seducecon el agua de su esperanza.

SERGIOWITZ

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ME EMBRIAGOde ti,de lo que significas,de tus invitaciones,del jade etéreo que te vinculaa la menguante escarchade la alondra.

Pienso en ticomo en el vientoy su raíz, como en ese bosquedonde encuentroel trébol de la suerte.


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NO ES UNespejismo,es una lluvia de hojarasca,de corazones en la nieblade la primera noche.

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MÁGICA REALIDAD

que nos acompañay nos perfila a lo contemporáneode la fuerza mineralque nos prodigael acto de amarnosa contraluz.

A contraluzel mundo luce perfectoy nos otorgala subterránea nochey la cumbre del preludio.


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ADORAS

los enigmas,la vastedad del vientoque recreala imagen de la infancia.

Somos felices

porque todo lo compartimos:la piel, los versos,el mundo interiorque se bifurcapara crear un arco irisde obstinacionesy relámpagos.

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HEMOS

recogidoa nuestro pasolas pupilas del horizontey la enrancia.de los dioses.

Somosel mismo sueñoy el mismo tiempo.

No haynecesidadde ser otrosen este drama

de sonidosque alimentana la espiga.


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Los suicidas griegos

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LOS CÍCLOPESnos han unidoy permanecen fieles a nuestro pactode suicidas griegos.

El desgaste es obsceno

como la propia tinta y es sutil la órbitade esta ambición que concibe el infinitocon un propósito relevante.

Nuestra cercaníanada trasgrede; quitemosnuestras máscarasy mostrémonos tal como somos,

sin tragaluces ni distancias,sin ese léxicode constelaciones y abalorios.

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TODO NOSprotege,hasta el océano donde el poemame otorga tu cuerpo,sílaba por sílaba.

SERGIOWITZ

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A NUESTROcuerpose adhiere la certezay la dádiva del que avizorael delta de la sangre,la respiración que cierne a un gatoa las siete vidas del poema.

El mundo es el mejorafrodisíaco y trepa en nuestros labioscomo una metamorfosisde vulvas ardientes.

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COMO PAREJA

aplazamos todo encuentroque no revitalizael cardumen de los ecos.

No cabe duda,la retina mella la rémora

del reflejo.

Y descendemoscomo huéspedes en ese mástilque conserva la señal del mar.

Somos la parejaque asume su condición

de mamíferos foráneos.

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LAS PALABRAS

convocan al silencio,a no mutilarse anticipadamentecomo un fruto.

(Ya nos conocenlos elementos rebeldes,

apresuremos el paso porque hay que dar respuestaa esa claridad transcurrida)

La sinagoga es un diamantede sueños, de cauces, de obviedades,de reiteraciones matutinas.

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EL PAÍSen el que crecimostiene un manantial de lluvia, un diálogode eternidad. Pero aún así somos vulnerablespor los cuchillos de mediodía y el ritual de un océanolascivo. Entre nosotros también solloza la ciénegay su vestigio, el color de la esperanza.

Y las islas nos contagian de sargazos,de premoniciones, de pájaros que abrevianel alimento de la ira y de los espejos y las torresque invaden el jardín donde se violentala espera de la hidra.


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FLAMEA ELdíay la sombra se torna impasible,simplemente impasible,simplemente vanidosa.

El dialecto del musgose revela y se desnuda,flota en su vértigo la definiciónque lo juzga como una verdad contradictoria,como una descripción contemporáneadel desasosiego.

Sabemos del juego,de sus reglas y enigmas.

Sin embargo, entre nosotros,

existe un lazo que nos fortalecey nos hace auténticos.

Nuestro erotismo es un paso másde la esperanza.

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NOS HICIMOSamantes,convivencia perfecta sin los prejuiciosde una religión o una idolatría.

Doy todo de mí y las manzanasnos llevan a lo profundo de la sed,a lo salvaje del mito que se rompe

como una lámpara.


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El archipiélago yace bajo el agua y habita con gozo su matri-monio de paloma árabe.

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EL AMORpulula como un dios errante, es un dios errante encamino de perfeccionarse, pero debe escalar esa montañadonde las aves migratorias lo esperan en primavera.

La desnudez nos cubre desesperadamente. Congreguemos,entonces, al sol que jamás claudica, al eclipse que cree en el júbilo de los sentimientos.

Nos sentimos fugitivos cuando volvemos al pasado, cuandolos niños que fuimos se agotan de tanto mirar estrellas.

No hay opciones en esta mitología personal, en este asombroque hereda la pasión de un ajedrez marítimo.

He cedido por ti y ante ti, es un triunfo de inquietudes mutuas,

de destellos sublimados en el instante que compartimos elmismo destino.

Somos sinceros y eso hace inagotable nuestra búsqueda deperfección; la luna ha dejado de ser la calle desierta en esteviaje de dibujos y estatuas.


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EL CIELOnos haceperpetuos, sexo sin parentescos,alucinaciones entre la perseveranciay la fatalidad(nuestra fatalidad de suicidas griegos).

Te amo y me amas,somos nuestra propia resurrección,

nuestro propio himno, la nueva versióndeCelestina.

Y todo es válidode aquello que se aprende,del encuentro de la vida, del textoque alumbra nuestro reino.

Ha de ser un sueñomirar tu cuerpo junto al mío,en esa densidad de piel y epigrama,de abeja compartida por el vello púbicode las sirenas cuando palidecen.

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LA DIMENSIÓN

de este juego no importa.

Somos nuestropropio oráculo, nuestra propia ternura,nuestra jerarquía, nuestra reiteración inducidaa perpetuar el gozo de las gaviotas

en celo.

Beso tus pezonesadolescentes y el mar(nuevamente el mar) gozaal transformarse en el erótico reptilque ha de seducirme.

Estamos conscientesde ser los prisioneros, de no vivirsegún la lógica, pero tambiénhacemos castillos en la arenay escribimos nuestras iniciales.

SERGIOWITZ

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(Ha de ser un sueño mirar tu cuerpo junto al mío)

EVOCO ELmarque habita tu cuerpo,ese cuerpo que se adhiere al míocon la totalidad del sol y la luna.

Evoco el marque habita tu cuerpo,

ese cuerpo que abre todaslas puertas de mis deseosy cohabitacon el poema y mi piel.

SERGIOWITZ

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Amantes que

estremecen a Dios


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La quimera del fuego

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NUESTROS CUERPOS

tienen el semblante del amor,nada los perturba en esa fugacidaddonde prevalece el otoño.

Nuestros cuerposson la memoria del sol y la luna,el exilio de esa tempestadque desahoga la quimera del fuego.

Y esas sensacionesnos orillan a vivir más alláde los prejuicios cotidianos.

Todo es lascivo y tormentosoen este juego del amor, en estaoligarquía donde un minotauro evadeel claroscuro de nuestros sueños.

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TODA DINASTÍAde amantes traslada su obsesión como un canto,intuyen con rapidez la misma reverencia de quien cree en lamagia de un pájaro.

No hay represalias ni puede haberlas, un rapto se justificacomo se justifica una controversia o una entrega.

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NUESTROS CUERPOS

son el agua y la tierra,la voluntad y el ámbitode un resplandor y el inviernodonde el frío petrifica una acuarelaal contacto de las estrellas.

A veces nuestra entregaes absolutacomo en este instante.

Y se lo debemosa lo profundo del mar,a ese naufragio de la otra sed.

Sabemos que nada debe quedar sin respuesta, nada.


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NUESTROS ROSTROS

tienen el esbozo de un dibujo renacentista,de un escozor concentrado en ser agradablea todos los deseos.

Nos aferramosa esas miradas que entrelazan

la sorpresa de seguir vivos,de sentirnos fugitivosante la tempestady la inocencia.

Nuestra postura es la misma:el amor es la certeza de evocar y convivirentre luna y luna.

Somos miles de dudas y preguntas,amantes y gatopardoscon ansias animales.

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LA VIDAes esa soledad aparente,esa resurrección que parodia la secuenciade un abismo, ese vestíbulo de mar y acantilado.

Nosotros los amantesespiamos nuestros cuerpos,nuestra piel, nuestros rencores;

y con los dedos jugamos y jugamos,nos divertimos hasta hacer el truequey la danza de esa rara representación que nos llegaen la madurez.

SERGIOWITZ

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donde buscas tu huellay encuentras el sentido de la vida.

Qué volátil resulta

el mundo cuando el egodesgrana su paciencia,el rumor de la pasiónque nos hace únicos.

Nuestras bocasdesnudan nuestras lenguas,nuestros alientos, nuestras salivas:

dan testimonio de que somos criaturasque se aproximan a la perfección.

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ESCUCHOTUSpasosy mi vida tiene sentido,tu cuerpo y tu alma son míos,perturban generosamentemi goce infinito.

Qué extraño

no poder nombrartey desahogarme en ese torrentede erotismo que imaginocada noche que tu sombraes intensay danzas para mí,para mí que lo dejo todoy me envuelvo en la lucidez

de un tiempo que no pasay donde sucede lo inexplicabley lo fortuito de amara sangre y fuego.

Me elogias el pubisy lo comparas con ese mar

SERGIOWITZ

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LA VIDAes delirantey nos responde en este laberintodonde hasta el más hábilquema sus naves.

Nadie ama si en su interiorexiste el odio,

nadie ama si hay un vacíoen sus ojos.

Sólo la nostalgiaguarda para siemprenuestros nombres,nuestros proyectos,nuestras rivalidades,

nuestra sumisión a ese agotamientode sucesos no vividos.

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DICEN

que somos distintosporque nunca nos reprochamos nadade lo que se presagiaba de nosotros.

La sensaciónsigue siendo perversa

porque debemosimpregnarnos de suritmo mágico,de su evocación.

Dicenque somos distintosporque rompemos los tabúes

de los seres humanos.

Todoeso hablan de ti y de mí,amor, de nosotros que nos miramoscon la mirada de los amantesinfinitos.

SERGIOWITZ

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CUANDO TUcuerpo se adhiere al mío son inútiles las palabras;únicamente los gemidos pueblan el bosque de esa alegría quecrece como un manantial de ocultas madreselvas.

Ruedan enlazados nuestros destinos, nuestros talismanes decaracoles y crepúsculos, somos la presencia absorta de esosdías que nutren la lluvia y la higuera.

Nos tatuamos de navíos y girasoles, el amor sigue siendo eseávido temblor, esa guirnalda desempolvada como un retrato.

Llenas mi alma y tu influencia está lejos de todo compromiso,es divino gozarnos y describir esos sentimientos que nos galo-pan como un sonido al alba.

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NADA NOSfatiga,ni somos indiferentes,nuestros rostros tambiénasimilan el contacto de los semblantesamargos.

En el reino

del corazón la ambigüedadno conoce límites.

El amor tiene sus razones personales.

El brillo inaudito del placerhostiga siempre a los cuerposen un campo de batalla.

Somos el ciclo vital,el camino sin retornode dos párpados extasiados,la promesa de sobrevivir en mediodel agua y el humo.


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Amantes capaces de estremecer a Dios

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EN ESTEvértigo que nos encadena y nos sublima, el rencor esajeno, disputa la dualidad del relámpago y la hidra, duermeescondido en su fábula de ciprés moribundo.

Inventamos esa voz que precisa el término de nuestra agitada

respiración: a veces nos herimos y a veces nos enfurecemos,estamos hechos de sombras y equinoccios, de solsticios e inti-midades.

Somos la ansiedad de ese universo donde vivimos y amamoscomo dioses. En nuestros cuerpos fluyen los ocasos, las qui-mera, el éxtasis de la sobrevivencia –sorpresa que nos ata ynos dispersa.

Es legítimo el hallazgo de una respuesta porque todo esconsciente y excepcional en esa tregua donde la habitaciónpermanece a solas y donde descendemos estimulados por laclarividencia de quien conoce el santuario de los deseos.

SERGIOWITZ

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No vacilamos para nada y nuestros ojos contribuyen a rebe-larnos entre las sábanas. Somos dos adultos forjando unacoincidencia, una víspera, una señal que rompe el tabú del

cautiverio.

Somos felices en esta diáspora donde cada detalle ha sido ana-lizado, donde cada detalle expone su ornamento y aborda elánimo de la vida.

Nada está restringido, al contrario, esta complejidad de amar-nos tiene su albedrío, su tentativa de exponer gratamente la

fiesta de una luz frenética.

En nosotros se cumple la ley de los laberintos, giramos a laizquierda.

Nuestros cuerpos son las manecillas de un reloj disidente, elarmisticio que elogio el festín de la piel. Gesticulamos comodos amantes, como los ruiseñores que devoran a los árboles.

Nos agazapamos y tenemos suerte, los destellos sintetizan laeuforia donde la lluvia delata su transparencia. Hemos abor-dado la temática de la provocación, la oportunidad de invadirla intimidad del fuego, la utopía prometeica que fascina a lacensura.


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Nuestros cuerpos están hechos de expectativas que descifranlas pautas de un inexorable murmullo, todo llega y se hace tanrápido, socava lo pernicioso de un placer distinto y ajeno.

Tú y yo nos fascinamos de esta vida, de reclutar nuestros ins-tintos y nuestras respuestas, nuestros tatuajes donde el poemaaún yace en la página en blanco.

En este escenario de enigmas y vastedades hay algo irrevoca-ble, algo inminente que oscila y dispone de todo lo que setransforma, de todo cuanto se entrega.

SERGIOWITZ

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NADA ESinefable ni absorbente, el amor cae por su propio pesoy en él la esperanza es recíproca, inusitada, exhausta… comoun silencio que convierte la arena en la esencia de los cuerposfugitivos.

Mis manos te reciben como una ofrenda, eres una ofrendadonde el mundo y las teorías amatorias han puesto lo mejor

de sí mismos, de esas encrucijadas que enfrentan a la seden-taria luna.

Tú también me has dado todo de ti: tus labios y tus muslosson mi refugio, la reconstrucción de un sol agónico y tutelar.

Y nuestros cabellos advierten de la tiranía de las palabras, delinconveniente de prorrogar la diversión del tiempo.

La edad no ha hecho estragos en nosotros, ni siquiera es unobstáculo, al contrario, somos maduros y capaces de asumir lafuerza de esta innovación errante.


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Lo nuestro se sustenta en que somos huéspedes de la lujuria yel sadismo, el amor no es un dios que se ignora, es la cortesíade un intromisión corpórea, el proyecto de cuerpos que se aís-lan y se incrustan como el universo de asombros y aprobacio-nes donde siempre importa el contacto.

Nos acostamos y nos acariciamos, somos el regocijo que con-

tribuye a la dicha de perpetuar la felicidad, somos el libro quedignifica el frenesí de las mil y una nochesárabes, el kamasutrahindú, el cantar de los cantares hebreo.

No hay delito que perseguir porque es previsora la afinidadde nuestras ansias, de nuestros deseos, de nuestros descon-ciertos.

Nos amamos con la turbulencia del aire, con las propuestasdogmáticas de las otras religiones, con la experiencia de losamantes humanos y literarios, con la fe de los mitos y lasinvenciones.

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Rodamos en la arena y las sombras nos advierten de crepús-culos y traiciones. Miramos cara a cara ese cielo que duda enreprimirnos, en desalentarnos. Nuestra relación está más allá

de que soy un poeta y tú una mujer de rasgos cotidianos.

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AÚN ENTRElos escombros viviremos, aún entre los escombros

intuiremos el amor, aún entre los escombros la tierra respeta-rá nuestros cuerpos.

Que nadie subestime la configuración que hemos dado a estosmomentos donde se bifurcan los enigmas. La mala suerte noexiste, es sólo consecuencia de una represalia inerte de quienno sabe vivir.

Te amo y me amas, somos el tejido y la resina, la controversiaque dilata el apremio del mundo. Somos nuestro mundo, nues-tra predicción, nuestro rapto primigenio, nuestras herejíascapaces de estremecer y seducir a Dios.

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Somos correspondidos a pesar de la imperfección que evocannuestros latidos o esa raíz oscilante de los infortunios y las pre-moniciones, nuestros cuerpos son la poderosa metáfora donde

alguien lee su destino amoroso como una mano donde no exis-te la duda.


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EN TORNOa ti los relojesson el diálogo donde el paisajees otra metáfora de la luna,la transparencia del amorque grita los besosde su agitada naturaleza.

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Erotismo y literatura

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ME ENLAZOal erotismode tu mirada, a la disposicióndel juego que teje el cristaly las orillas que incendian el mundode tigres y palomas, de ruiseñores

que se alzan hasta la cúspidede una guirnalda.

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ERES

Medea, Ana Karenina

o quizás Margarita Gautier … personajesy canciones que estallan como labios,como el fuego supremo de un arteque oscila y comprometela orfandad de la arena.

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ERES LAvoz que rodea,el eco de la sangre que alimentaun arco iris de murciélagos y cipreses;hoy tus manos duermen en las mías,en ese cuerpo que reconstruyenostalgias anónimasdonde se escuchan todos

los sueños y latidos,todos los nervios de la rosay la alondra.

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ME ENTREGOa ti con la mismaintensidad de un sol que vive para festejartu rostro, la simple respuesta de un niñocomiendo helados en el atril de la quimera,en presencia de estalactitas que nos abrazancon la predicción de seres imaginarios.

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JUNTAS ALdelirio y al hastío,al esbozo del viento en comunióncon la lluvia; y sabes que el barroes un anhelo desesperado,una contradicción de calles y penumbras,sombras que persuadenla esperanza de una luz perfecta.

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UNA MUJERes una presencia, una mirada donde yacen los quese entregan y resucitan, los que se evaden y se desean.

Una mujer es un verso que se codicia toda la vida. Sus alas sonel naufragio y la fascinación del instante. Bella suerte de rein-tegrarse al alma sensible de los amantes.

Todo en ti es propicio y da respuesta a mis preguntas, a lo quedesborda nuestra vida con la sensibilidad del trigo. Frágil ino-cencia que se lleva la noche con su viento de palabras inútiles.Todo en ti es propicio y a la vista del fuego que aprisiona latarde de la lejanía y la higuera.

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ESTE JUEGO

nos lleva a la furiade la respiración, al canto

que acompaña a los amantescuando la luz es un atardecer olvidado.

Temblamosporque nuestros ojosencuentran cartasy mareas inacabadas.

El salitre no sólo vienedel mar sino de los cuerposque se niegan a morir.

El amor es una olaque destruye el follajede toda profanación,de todo vértigo permitido.

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Eres la que multiplicalos panes y la que se regocijaen mi paraíso de palabras.

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EN CARNEvivanos expresamos cuandolas manecillas han marcadoel plenilunio y su recuerdo.

Nada debe ya parecernosambiguo o distante.

Abriremos las puertasque nos muestren el caminode los pájaros y los crepúsculosde los planetas que humedecenel silencio de su eternidad, las callesque redimen al otoño y su luciérnaga.

No hay en ti,ni vileza ni mezquindad,tampoco la confusión bíblicade Babel.

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Eclipse de mujer

DEJO LAmemoriay abro la habitación y el deseo,fluye la noche con su bosque de tiempo y luna,luna que todo lo transforma en eclipse de mujer.

Ella define las palabras,los ocasos, la ambigüedad del camino

en que toco la rara lucidez del polvo.

Me invitaa justificar la presencia de su cuerpo,la conformación de una gota de sal embellecidapor el arte de vivir a solas.

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ERES LApresenciamística que se adhiereal abrazo del zodiaco, la pielque alumbra el aire y el reinode los invitados a vivir con el alimentode los versos surtidores de trébolesy esmeraldas, abrigo de un lenguaje

transformado en espejo y mar.

Me enlazo a ti,a tu mirada de erotismo y literatura.

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EL AGUAes su aliada en la hora que presagia

la unidad del mundo.

Me ha dicho la palabra vida,el otro nombre de nuestra tempestad.

Ella viste al sol con la historia de siempre,con su visión de mujer luna(mitad abril, mitad sonido).

Otra vez el amanecer habla de nosotros,los de muslo color de madrugada.

Esta calle lleva su nombre:¿Por qué, entonces, extraño el conjuro de la luzsi sé que la música no muere solacuando se adhiere con la avidez del vidrio?

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EL AMANECER

la lleva de la mano y la coronacon su árbol de espuma.

Ella despierta y es una hoguera,alguien que descifra el azul del mutilado mar.

Somos el sueño que los labios desafían,el puente con rostro de largo invierno.

Su secreto es un imperio de ojosdonde la piel nace del alba y del cristal amurallado.

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TE AMO

por tu brillo de diosay la sustancia de la que presiente en la orillala diafanidad del día.

Tu recintoes la ternura que el mármol conoce, el alimentoy el aire.

Aún no te deslumbra la obsidianay la arena mientras la torre hechizael color de mi huella y la tuya.

Tienes sed y me abrazas,nos miramos nuevamente con el relámpagode siempre. Son libres nuestros pasosen la monotonía de la tarde.

Celebramos la ceremoniadonde el colibrí pronuncia su nostalgia.

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SU CUERPOy mi cuerpo son una desbandada de sombras,

de murmullos fecundos por una realidad de peces.

Quiero impregnarla con los pasos tibiosde una mezquita de sal.

Que venga la piedray roce el umbral de su nítida red.

Mujer, te escribo desde el litoraldonde respira el musgo(celda y cardumen, nido y helecho).

Luce tu bocaPorque desciende al placer y besa mi vientre(lava de volcán indigno al reflejo).

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S G O


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¿QUIÉN DICEque hemos

abandonado los recuerdos si nos hacen falta?

Tu secreto es un imperio de ojos,un sueño que los labios desafían en el largo invierno(todo tiene una causa y un por qué).

Hemos seducido la costumbre,el argumento de la ráfaga y la derrota,

la puerta donde el asombro ha olvidado su rencory su presencia.

Persistimos en descubrir la tregua y el misterio,todo abismo que deletree el nacimiento de un beso –anónima frontera de la duplicada claridad de un río–

El amor es un huésped que no duerme,

una criatura que transforma en deseo el instante.

Apoyo en ti la embriaguez y el aliento,el manantial de mis hábitos nocturnos.

Invítame, mujer luna, a justificar la memoria de mis manos.

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TU IMAGEN, entonces,

se repite en el reverso de la nubeque recorre el gesto de una tristeza moribunda(te contemplo y yergues la silueta del olvido).

Todo se parece a ti:la frase huye como una desnudez,todo se parece a ti.

Y…nos envuelve la vida con la carne del delirio,con las deliberaciones que señalan la esperanzade un lecho matutino ( donde ahogamos los retratos

y los sobrenombres)

porque todo tieneuna causay un

por qué.

SERGIOWITZ

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Sergio Witz RodríguezCampeche, Campeche,1962

Es autor de los siguientes libros depoesía:Como hierba ardiente,

Ciudad de paso, Mi odio por los barcos,

El bosque explicativo, El poeta se corta las

venas, Parásitos literarios que protegen a

sus crías, Las partes nobles, Profanador

de poemas, De cómo la mercadotecnia

privatiza al poeta y Los mirones son de palo, poesía infantil. También es coautor

de la antología literaria contemporáneade Campeche, El silencio cambia de voz.

Becario del Fondo Nacional para laCultura y las Artes en el género

de ensayo y Premio Nacional de PoesíaEfraín Huerta2005, de Tampico.

Su obra ha sido traducida al inglés, alfrancés y al italiano. Imparte clases de

Poesía Latinoamericana del SigloXXenla Universidad Autónoma de Campeche.

D A T O S B I O B I B L I O G R Á F I C O S


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Un poeta nunca muerese terminó de imprimir

en diciembre de2007en Talleres Gráficos,en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.Los interiores se tiraron sobre couché matede90 grs y la portada sobre cartulina couché

de169kg. En su composición tipográficase utilizó la familia CantoriaMT.Se imprimieron mil ejemplares.


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un poeta nunca muere

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