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Un itinerario entre pasado y presente. Apuntes en torno de la difusión del patrimonio
cultural
Mesa 9: Valores del Patrimonio Cultural
Sergio Arturo Vargas Matías
Universidad Veracruzana
1. INTRODUCCIÓN
El presente texto, pretende ofrecer un panorama del proceso de investigación realizado por
el autor en torno del patrimonio fortificado de Veracruz. Cabe aclarar que más que enunciar
un protocolo de investigación o su desarrollo formal, esta ponencia se orienta a describir
algunas de las actividades realizadas en torno a la misma, así como a comentar brevemente
las interacciones llevadas a cabo durante dicho proceso con otros actores y las instituciones
ligadas al tema.
2. LOS ANTECEDENTES
2.1. El patrimonio fortificado de Veracruz
Desde el establecimiento del primer reducto defensivo construido por Cortés en
Quiahuiztlan en el siglo XVI, hasta la capitulación de la última guarnición española del
fuerte de San Juan de Ulúa a principios del siglo XIX, las fortificaciones fueron uno de los
símbolos más visibles del poder hispano en las tierras de lo que hoy es la entidad
veracruzana.
Erigidas en un primer momento por los conquistadores para hacer frente a los ataques
de los nativos, estos edificios debieron ser repensados posteriormente para hacer frente a
los ataques de piratas y corsarios; a la amenaza latente que representaban las potencias
rivales del Imperio Español, como Inglaterra y Francia; a los ataques de los insurgentes
durante la Guerra de Independencia, y en su etapa final, ya como parte del entramado
defensivo del México independiente, a las ambiciones intervencionistas de España, el
Imperio Francés y los Estados Unidos de América.
Esta multiplicidad de adversarios, propósitos y circunstancias a lo largo de cuatro
siglos, llevó a que estos edificios se construyeran de manera cada vez más sofisticada, a la
par de los avances de la arquitectura y la ingeniería militar, de acuerdo con los postulados
de las escuelas de fortificación francesa, holandesa, italiana y española, y bajo la influencia
de tratadistas como Vauban y Montalemberg, cuyo arte es posible apreciar hoy en día en
los recintos fortificados y obras de acompañamiento existentes en diversas ciudades y
poblados adyacentes a la costa y a las viejas rutas del antiguo camino de Veracruz a
México, como Antón Lizardo, Puente Nacional, Cerro Gordo, Paso del Macho, Corral
Falso, Plan del Río, Tejería, Fortín de las Flores, Soledad de Doblado, Perote, El Sumidero,
Francisco I. Madero, Orizaba, Miradores y Xalapa, entre otras (Fig. 1).
Fig. 1. Entre las fortificaciones más notables presentes en las rutas por Orizaba y Xalapa del antiguo camino
de Veracruz a México, cabe señalar los fortines de Paso del Macho (izq.) y de Plan del Río (der.). Fotos: Sergio Vargas.
La destrucción de la muralla de Veracruz en 1880, marcó el fin de una época, y el inicio de
otra, que se caracterizó por las ideas de modernidad, orden y progreso. La estabilidad
interna impuesta por el porfirismo, el pleno reconocimiento del Estado Mexicano en el
concierto internacional y los avances tecnológicos, hicieron obsoletos los recintos
fortificados que salvo contadas excepciones, quedaron relegados, considerándoseles
vestigios de un pasado que se quiso sepultar bajo las vías del desarrollo: “…el aumento
adquirido por el comercio porteño con motivo del ferrocarril, demandaba el crecimiento de
la ciudad, para lo cual se hacía necesario derrumbar esa triste y lóbrega muralla, muro
anacrónico que impedía ese crecimiento y que ya carecía de objeto…”.1
2.2. Un itinerario entre pasado y presente
La idea de la investigación, nace de una visita hecha en 2009 al fuerte de San Carlos de
Perote, con el fin de realizar un reportaje para el periódico Imagen de Veracruz. De este
primer encuentro con el patrimonio fortificado, resultaron, además de otros textos
dedicados al tema, diversas preguntas que, en esencia, se referían a dos aspectos
fundamentales: ¿quién y por qué construyó estos inmuebles? Y ¿cuántas de estas
fortificaciones existen en la actualidad? Tales cuestionamientos llevaron al autor a
acercarse en primera instancia, a las instituciones que por su orientación, se consideró
podrían dar respuesta a tales interrogantes, como el Instituto Nacional de Antropología e
Historia (en adelante, INAH) y el Instituto Veracruzano de la Cultura (en adelante, Ivec).
No obstante, dichos acercamientos resultaron infructuosos, ya que si bien se
localizaron algunas referencias al patrimonio fortificado de Veracruz en varios de los
informes y publicaciones realizadas por dichos organismos, lo cierto es que hasta el
momento, ninguna de estas instituciones cuenta en la actualidad con un registro
pormenorizado y al alcance del público del conjunto de las fortificaciones e instalaciones
militares logísticas construidas entre los siglos XVI y XIX que existen hoy en día en el
territorio veracruzano.2
En consecuencia, las preguntas iniciales llevaron al autor de este texto a involucrarse
en el estudio de una temática que se reveló compleja pero apasionante, y que a la vez,
planteaba nuevas interrogantes, lo que hizo evidente la necesidad de un acercamiento más
profundo y una dedicación mayor, que eventualmente, superó los alcances del trabajo
periodístico y la mera curiosidad del investigador aficionado.3
Si bien en un inicio no se tenía una certeza respecto de los objetivos finales del
1 Trens, Manuel B., Historia de la H. ciudad de Veracruz y de su ayuntamiento, p. 152. 2 A pesar de que se han realizado algunos esfuerzos en este sentido, hasta el momento la conformación dicho
inventario constituye una asignatura pendiente. Por ejemplo, en 2007 el Instituto Veracruzano de Cultura, en
coordinación con otras instituciones, editó Itinerario Cultural. Camino Real de Veracruz a Perote, texto en el
que si bien se incluye una parte importante del patrimonio fortificado de Veracruz, presenta algunas
confusiones respecto de algunos de los inmuebles que lo constituyen, como es el caso de los telefres (torres de
telegrafía óptica) de Cerro Gordo y Corral Falso, que registra como fortines. 3 Al día de hoy, el autor se encuentra inmerso en el proceso de redacción de su tesis doctoral, la cual se enfoca
precisamente al sistema de fortificado de defensa y caminería del itinerario de Veracruz a México.
trabajo que recién comenzaba, era evidente que el primer paso, debía orientarse a la
conformación de un listado que concentrara la mayor cantidad posible de los edificios
fortificados e instalaciones militares complementarias existentes, para facilitar su
documentación y clasificación posterior.
De esta manera, a partir de 2009, quien esto escribe realizó numerosos recorridos por
distintos segmentos de las antiguas rutas -por Xalapa y Orizaba- del camino de Veracruz a
México, con la finalidad de localizar y realizar un registro fotográfico de los inmuebles,
para lo cual, además de la información contenida en diversos textos,4 se recurrió al apoyo
de varios académicos adscritos a distintas instituciones culturales y de educación superior,
como la Facultad y del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana, el Centro
Histórico del Ayuntamiento de Veracruz, el Museo de Antropología de Xalapa, Patrimonio
y Conservación, A.C., así como de ciertos investigadores independientes,5 personas
dedicadas a la conservación del patrimonio cultural de sus localidades, y algunos
funcionarios municipales, quienes generosamente compartieron su tiempo y conocimientos,
y facilitaron algunos datos que resultaron significativos en el curso de la investigación.6
Lo anterior, en combinación con la revisión detallada de los trabajos publicados hasta
el momento dedicados a las obras de fortificación y proyectos de construcción de caminos
llevados a cabo en la región de Veracruz durante el periodo colonial y el primer siglo de
4 Al respecto, es posible mencionar: Historia de las fortificaciones en la Nueva España, de José Calderón
Quijano; “La arquitectura militar en la Nueva España”, de José Gorbea Trueba; Arquitectura militar de
México, de José Enrique Ortiz Lanz; y la colección “Historias de San Juan de Ulúa en la historia”, coordinada
por Pablo Montero. 5 De manera desafortunada, al parecer ciertos individuos han asumido que el término “independiente”
equivale a “improvisado” u “ocurrente”, lo que en su opinión, les permite presentarse como “expertos” en el
patrimonio histórico y cultural, aunque su experiencia como investigadores se limite al uso de la Wikipedia y
al plagio más o menos evidente de los textos realizados por los investigadores consolidados, a quienes muy
rara vez citan en sus propios trabajos. Al respecto, en este texto se denominan como “investigador
independiente” a aquellos académicos y estudiosos que desarrollan su trabajo sin el cobijo institucional de
alguna organización pública o privada, o bien, con referencia a quienes desde el ámbito comunitario, realizan
la importante labor de proteger el patrimonio cultural de su localidad, en algunos casos quizás sin una
formación académica pero con la validez y el respaldo que les da la experiencia y el vínculo emocional e
intelectual con dicho patrimonio. 6 Entre otros, cabe mencionar a los Dres. Sara Sanz y Pablo Montero (INAH); la Dra. Maura Ordoñez y los
Mtros. Sergio Vázquez, Alfonso García (Universidad Veracruzana) y Francisco Muñoz (Centro Histórico de
Veracruz); los Arqs. Jorge Pérez y Abraham Broca (Patrimonio y Conservación, A.C,); el Ing. José Vázquez;
los Profes. Andrés Fernández y Vicente Garrido; la Sra. Piedad Carreón (Patronato de conservación del fortín
de Plan del Río); y los Lics. Margarita Faranoni (H. Ayuntamiento de Fortín de las Flores) y Carlos
Domínguez (H. Ayuntamiento de Puente Nacional).
vida independiente de México,7 se tradujo en la certidumbre de la existencia de un número
considerablemente superior de inmuebles militares de los que consignaban los inventarios
previos, lo que le confería al proyecto un alcance mayor del considerado inicialmente, y a
la vez, ampliaba los límites espaciales y cronológicos de la investigación.
En este punto, cabe mencionar que de acuerdo con Arquitectura militar de México
(Ortiz Lanz: 1993) se tenía registrada la existencia de 20 fortificaciones novohispanas y
decimonónicas en todo el país, cuatro de las cuales se ubican en el estado de Veracruz: los
fuertes de San Carlos de Perote, y de San Juan de Ulúa, el baluarte de Santiago y la batería de
Antón Lizardo. No obstante, y sin que se pretenda cuestionar la rigurosidad con que fue
elaborada esa relación -que fue retomada y hasta cierto punto avalada por el INAH al ser
publicada en la edición de enero de 2005 de Diario de Campo-,8 hoy en día, gracias al trabajo
de numerosos investigadores, se tiene documentada la existencia en la entidad veracruzana de
por lo menos una decena edificios fortificados construidos entre los siglos XVI y XIX que no
fueron considerados en el mencionado inventario de Arquitectura militar…, y al menos, ocho
inmuebles adicionales erigidos o adaptados básicamente con el propósito de complementar la
estructura defensiva de la región, tanto en las viejas rutas del camino de Veracruz a México,
como en algunas localidades adyacentes a las costas (Fig. 2).
7 Entre estos textos, destacan “El fortín de órdenes militares en Plan del Río”, artículo de Daniel Molina Feal
publicado en Trabajos de investigación en monumentos históricos, compilación editada por el INAH; “Fortín
de órdenes militares de Plan del Río, Veracruz”, tesis de maestría de Alfonso García García; “Puente
Nacional en el siglo XIX: un ensayo de arqueología histórica”, tesis de licenciatura de Raúl Martínez
Vázquez; “Construcciones militares y de acompañamiento en el Camino Real: tramo Veracruz-Perote”, tesis
doctoral de Maura Ordoñez Valenzuela; Paso del Macho, ¿Olvidado por la historia o mudo testigo?, de
Oscar Anaya; y “Telegrafía óptica en México y los telefres”, de José Emilio Vázquez. 8 La revista Diario de Campo es el medio de divulgación principal, aunque no exclusivamente, de los
siguientes centros de investigación: la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS), La Dirección
de Lingüística (DL), La Dirección de Etnohistoria (DE) y la Dirección de Antropología Física (DAF); todas
ellas forman parte de la Coordinación Nacional de Antropología del INAH. Tomado de:
http://www.bibliotecavirtual.inah.gob.mx/centros-inah/category/24-Diario%20de%20Campo
Fig. 2. Fortificaciones, edificios militares complementarios y de resguardo fiscal existentes en las rutas del
camino México-Veracruz y las costas. Elaboración propia.
Por otra parte, cabe mencionar que la constante revisión del estado de la cuestión, llevó a la
formulación de nuevas preguntas con relación al tema, y de la misma manera, a cuestionar
algunos de los datos expuestos en los trabajos consultados, lo que no hizo sino evidenciar la
necesidad de ir más allá de las fuentes secundarias y el trabajo de campo, y acudir a las
fuentes primarias, para lo cual resultaba indispensable la consulta del vasto acervo
documental conservado en los múltiples repositorios existentes tanto en el país como en el
extranjero,9 que hace referencia a las obras de fortificación y construcción de caminos en la
región de Veracruz.
Así, poco a poco este proceso ha hecho posible aclarar ciertas cuestiones relacionadas
con estos inmuebles, como por ejemplo, la verdadera naturaleza de las torres de telegrafía
óptica de Cerro Gordo, Corral Falso y Miradores, que como ya se mencionó, han sido
9 Más adelante en este texto se refieren algunos de dichos repositorios.
referidos en algunas publicaciones como fortines; la autoría de las fortificaciones de Paso
del Macho y El Sumidero;10
así como respecto de la funcionalidad de las garitas localizadas
en algunas poblaciones, a las cuales se les ha adjudicado una función de defensa militar,
cuando su principal cometido era la vigilancia fiscal.11
3. LA DIFUSIÓN DEL PATRIMONIO FORTIFICADO: DEL PERIODISMO A LA
ACADEMIA
En la etapa inicial del proyecto, y como parte de sus actividades como colaborador del
periódico Imagen de Veracruz, el autor publicó algunos reportajes dedicados a las
fortificaciones de Veracruz, los cuales aparecieron en la primera página de la sección
cultural “Galería”,12
gracias a la sensibilidad de los editores del diario respecto de la
importancia histórica y cultural de estos inmuebles, lo que ayudó a la visibilización de
algunos de los elementos constitutivos del patrimonio fortificado hasta entonces
desconocidos, y contribuyó a facilitar el curso posterior de la investigación, gracias a la
buena respuesta que tuvieron tales textos (Fig. 3).
Con relación a las actividades académicas, a mediados de 2011, se presentó una
ponencia13
dedicada al Camino Real de Veracruz, en el XVII Congreso Internacional de la
International Association for Intercultural Communication Studies (IAICS), en San
Cristóbal de las Casas, Chiapas, evento en el que se participó sin ningún apoyo
institucional, pero donde el texto presentado tuvo una cálida acogida, que derivó en la
publicación de la ponencia adaptada al formato de artículo en la revista Folios, de la de la
10 Con relación a la fortificación de El Sumidero, hay quien incluso realiza “visitas guiadas” a dicho
inmueble, el cual confunde con uno localizado a la orilla del río Metlac, mismo que muy probablemente
corresponde a los restos de un antiguo caserón. 11 Al respecto, cabe señalar la posible excepción de la garita de Soledad de Doblado. Hay que decir que estas
cuestiones se tratan de forma detallada en el proyecto de tesis del autor; no obstante, dado que la finalidad del
congreso se refiere a las intersecciones entre la sociedad y el Estado en la gestión de lo cultural, y no la
investigación histórica, de momento no se abundará en ello. 12 Además del reportaje dedicado al fuerte de San Carlos de Perote (15 de mayo de 2009), se publicaron otros
textos relativos a las fortificaciones del camino de Veracruz a México (1 de marzo de 2010) y al fortín de
Paso del Macho (17 de septiembre de 2010). 13 “El Camino Real de Veracruz: pasado, presente y futuro”. XVII Congreso Internacional de la International
Association for Intercultural Communication Studies (IAICS). Organizado por la Universidad Autónoma de
Chiapas, la Universidad Intercultural de Chiapas, la International Association for Intercultural
Communication Studies, la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y Educación para las Ciencias en
Chiapas, A.C. San Cristóbal de las Casas, Chis. Del 7 al 10 de junio de 2011.
Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquía, Colombia.14
Fig. 3. Entre 2009 y 2010, se publicaron algunos reportajes y crónicas dedicados al patrimonio fortificado de
Veracruz en la sección cultural “Galería” del periódico Imagen de Veracruz.
Durante 2012, se continuó la labor de acopio de información, para la cual se adquirieron
numerosos textos de autores nacionales y extranjeros, y se realizó una exhaustiva labor de
recolección en internet de múltiples artículos de revistas especializadas, al tiempo que se
realizaron diversas exploraciones en las zonas aledañas a las antiguas rutas del camino de
Veracruz a México que permitieron registrar algunas de las fortificaciones que estaban
pendientes de localizarse. En este punto, de nuevo hay que destacar el apoyo de las
personas dedicadas a la investigación y protección del patrimonio cultural de sus
comunidades, quienes en la mayor parte de los casos, realizan sus actividades sin soporte
14 “El Camino Real de Veracruz: pasado, presente y futuro”. En Folios, revista de la Facultad de
Comunicaciones de la Universidad de Antioquía, Colombia. No. 27, enero-junio de 2012. ISSN 0123-1022.
Disponible en: http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/folios/article/view/12769
alguno de parte de las instituciones dedicadas a tales fines.15
En octubre de ese año, se presentó una nueva ponencia16
dedicada al tema de las
fortificaciones del Camino Real de Veracruz, en el XXXV Encuentro Internacional RNIU
2012, evento realizado en San Luis Potosí, y al que también se concurrió sin algún tipo de
apoyo institucional.
4. EL GESTOR CULTURAL Y LAS INSTITUCIONES
4.1. La gestión cultural desde afuera del ámbito institucional
La gran cantidad de material compilado durante el proceso, llevó al autor a considerar
diversas posibilidades para difundir la importancia histórica y cultural del patrimonio
fortificado de Veracruz, entre las cuales, se consideró como la más viable el diseño y
producción de un sitio web, dada la penetración y alcance que tiene esta plataforma de
comunicación. Si bien dicha idea estuvo presente desde un inicio, la misma no había podido
considerarse seriamente, ya que la falta de información respecto de estos inmuebles hacía
imposible concretar una propuesta de tal envergadura.
Por tanto, dada la necesidad de recursos para emprender el proyecto de desarrollar el
sitio web, así como para realizar la consulta de las fuentes de primera mano en los diversos
acervos documentales relacionados con el tema, entre 2011 y 2012 se buscó obtener el
respaldo económico de algunos de los organismos ligados a las artes, la cultura y el estudio
y conservación de patrimonio cultural, como el Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes (en adelante, Conaculta) y el Ivec, por lo que se tomó parte en varias de las
convocatorias de apoyos emitidas por las mencionadas instituciones, específicamente en las
del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Veracruz (en
adelante, PECDA), y del Programa de Apoyo a la Docencia, Investigación y Difusión de
15 Un caso paradigmático es el del Fortín de Órdenes Militares de Plan del Río, restaurado exitosamente en
2008 por académicos de la Universidad Veracruzana, y un grupo de ciudadanos de la localidad, pero que
desafortunadamente, hasta el momento no cuenta con un apoyo continuo de las instancias estatales y federales
para su conservación y mantenimiento. 16 “La ruta de las fortificaciones históricas de Veracruz como opción de desarrollo comunitario a través del
turismo alternativo”. XXXV Encuentro Internacional RNIU 2012. Organizado por la Red Nacional de
Investigación Urbana y la Facultad del Hábitat de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. San Luis
Potosí, Slp. Del 10 al 12 de octubre de 2012. ISBN 976-607-7856-81-8.
las Artes (en adelante, PADID), sin que se obtuvieran resultados positivos, por lo que de
momento, se continuó con la labor de registro y documentación con recursos propios y el
respaldo institucional de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la
Universidad Veracruzana (en adelante, Facico), organización donde el autor se
desempeñaba como profesor de asignatura.
De la misma forma, durante 2012 se realizaron diversos contactos con el Centro
INAH Veracruz, con el fin de estudiar las posibilidades de allegarse el patrocinio de dicho
organismo para la realización del proyecto, gestiones que desafortunadamente, no
fructificaron. Sin embargo, gracias a estas visitas, fue posible localizar algunos textos
interesantes en la biblioteca de la institución, así como obtener los datos de contacto de
ciertos investigadores dedicados al tema, aunque, hay que decirlo, sin que se lograra
establecer colaboración alguna.
Cabe señalar que en este lapso, y con el fin de obtener información de varias
fortificaciones, también se realizaron algunos contactos con ciertas dependencias
municipales, que salvo en los casos de las áreas de cultura y turismo de los ayuntamientos
de Puente Nacional y Fortín de las Flores, en su mayoría carecían de datos respecto de los
monumentos asentados en sus poblaciones.
4.2. La gestión cultural en el marco de la esfera institucional
2013 fue un año de intensa actividad con relación a la investigación emprendida, dada la
tentativa de quien esto escribe para obtener el respaldo del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (en adelante Conacyt), con el propósito de dedicarse de lleno a la investigación
del tema, así como por la presentación de tres nuevas ponencias dedicadas al patrimonio
fortificado de Veracruz17
en distintos eventos realizados en la ciudad de México y San Luis
17 “El sistema fortificado del Camino Real de Veracruz: legado de la técnica y el arte europeos en la Nueva
España”. IX Encuentro Internacional de Historiografía. Transculturación: espacios y tiempos. Organizado
por la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco. México DF, México. Del 20 al 23 de agosto de
2013. “Guardianes a pie firme: el sistema fortificado de defensa del camino de Veracruz a México”. Coloquio
Internacional “El Patrimonio desde las Ciencias Sociales y las Humanidades. Organizado por el Colegio de
San Luis. San Luis Potosí, Slp. Del 25 al 27 de septiembre de 2013. “Escenarios de conflicto, custodios de la
historia: el patrimonio fortificado del camino de Veracruz a México. Apuntes para su estudio”. III Foro de
Investigación sobre Arquitectura y Urbanismo Militar en Iberoamérica. Organizado por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia, la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del
Castillo Negrete” y la Universidad Autónoma Metropolitana. México, DF. Del 4 al 6 de noviembre de 2013.
Potosí, al tiempo que se continuaba con la revisión de la bibliografía recién adquirida y
otras actividades.
Además, se tomó parte en la convocatoria 2013-2014 del PECDA, con el proyecto:
“Guardianes a pie firme. Proyecto multimedia de investigación y difusión de la arquitectura
militar de los siglos XVI-XIX en el estado de Veracruz”, el cual afortunadamente, resultó
seleccionado para recibir el apoyo del programa en el área de Difusión de la Cultura y las
Artes.
Entre los puntos esenciales de la propuesta, vale mencionar los siguientes:
4. OBJETIVO GENERAL
Investigar y difundir los valores artísticos, históricos y culturales de la arquitectura militar de
los siglos XVI-XIX en Veracruz.
5. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
• Documentar la importancia artística, histórica y cultural de la arquitectura militar mediante la
consulta de fuentes primarias, secundarias y vivas y trabajo de campo.
• Realizar el inventario, catalogación y registro fotográfico de las construcciones representativas
de la arquitectura militar existentes en la costa y las dos rutas (por Orizaba y Perote) del antiguo
camino de Veracruz a México, a partir de sus cualidades artísticas y aspectos técnicos (escuelas
de fortificación: holandesa, española, francesa; modelos constructivos: Vauban, Montalemberg,
etc.), su tipología funcional (atalaya, fuerte, telefre, garita, etc.) y el periodo en el que se
construyeron (Conquista, Virreinato, Guerra de Independencia, México Independiente).
• Diseñar y producir un web site interactivo en el que a través de herramientas multimedia se
muestren los productos realizados a partir del presente trabajo para contribuir a la conservación
y mantenimiento del patrimonio fortificado de Veracruz en el que se expresan el arte y la
técnica de la arquitectura militar.
6. METAS
• Archivo documental e iconográfico
• Catálogo de las fortificaciones y obras militares complementarias
• Registro fotográfico de los edificios y vestigios
• Web site interactivo
De esta manera, gracias al apoyo del PECDA, cuyos recursos comenzaron a fluir en febrero
de 2014, fue posible realizar algunas de las actividades que habían sido postergadas, como
la visita al Archivo General de la Nación y la Mapoteca Orozco y Berra. A lo anterior, cabe
agregar el respaldo otorgado por el Conacyt para la realización de la investigación, lo que
en definitiva, representó un impulso sustantivo para continuar la investigación del
patrimonio fortificado de Veracruz más allá del marco de la difusión y la gestión cultural
para entrar de lleno en el ámbito de la investigación académica.
Así, fue posible llevar a cabo una estancia de investigación en diversas ciudades de
España durante los meses de septiembre a noviembre, en la cual se visitaron algunos de los
archivos que resguardan la información relativa al periodo colonial y los primeros años de
vida independiente de México, como el Archivo General de Indias, el Centro Geográfico
del Ejército, y la Biblioteca Nacional de España, entre otros, lo que permitió acopiar una
gran cantidad de información documental relativa a las obras de fortificación, construcción
de edificios militares y caminos correspondientes al mencionado periodo, así como un
importante número de mapas y planos.
Todo lo anterior ha permitido la conformación de un valioso acervo documental que
en definitiva, constituye un aporte fundamental para entender no sólo el proceso de
construcción del sistema de defensa y caminería de la región, sino para comprender los
diversos aspectos relacionados con la política, el comercio y las comunicaciones de la
época que influyeron de forma decisiva en su configuración, material que se espera, en un
futuro próximo contribuya al mejor conocimiento del mencionado sistema, y sobre todo, a
la conservación y puesta en valor del patrimonio fortificado existente hoy en día en
Veracruz.
5. CONCLUSIONES
En este sucinto recorrido, más allá de la descripción del proyecto de gestión cultural
emprendido por el autor desde 2009, se ha tratado de presentar un vistazo de las acciones
en las que se ha fundamentado su desarrollo, con el fin de que esta experiencia contribuya
aunque sea de forma mínima, al planteamiento y feliz desarrollo de proyectos similares, o
bien, para alertar a quienes se inician en el ámbito de la gestión y la difusión cultural
respecto de la necesidad de realizar un trabajo de investigación sustentado de forma
rigurosa, ajeno a la improvisión, abierto a la crítica y éticamente realizado, en el que se
reconozcan los aportes de las investigaciones precedentes y que a la vez, plantee hallazgos
e interpretaciones propios que den como resultado propuestas originales y académicamente
sustentadas, como base para entablar una relación de reciprocidad en igualdad de
circunstancias con los actores e instituciones que se ocupan del estudio y conservación del
patrimonio cultural material e inmaterial de nuestro país.
No obstante, esta exigencia de rigor no debe entenderse de modo alguno como una
actitud de menosprecio desde la academia respecto del trabajo realizado por quienes desde
el ámbito local, se han abocado a la tarea de documentar y proteger el patrimonio cultural
de sus comunidades. Por el contrario, se trata de establecer una relación de sinergia con
estos promotores culturales populares, con el propósito de apoyar de forma efectiva sus
esfuerzos y auxiliarlos en la medida de lo posible, especialmente con relación al entramado
institucional del sector cultural público y privado, sin que esto signifique apropiarse de sus
logros y proyectos, como lamentablemente, ocurre con algunos personajes que
sistemáticamente se dedican no sólo a adjudicarse como propios los hallazgos de dichos
promotores, sino a “refritear” el contenido de las publicaciones realizadas desde la esfera
académica por los investigadores profesionales, presentando como suyos los datos
obtenidos de las mismas.
Otro aspecto a destacar de este proceso, es la notable falta de patrocinios desde el
espacio público y privado para la realización de investigaciones y proyectos en torno al
patrimonio cultural material. Si bien existen diversas convocatorias tanto a nivel estatal y
federal relacionadas con las artes y la cultura, pocos de estos programas se dirigen de forma
específica a respaldar trabajos enfocados en esta temática, por lo que quienes se ocupan de
esta vertiente –sobre todo si no están adscritos a algún de centro de investigación-, tienen
pocas oportunidades de recibir tales apoyos, que en su mayor parte, premian
manifestaciones pretendidamente artísticas, que en muchas ocasiones, responden
únicamente a los gustos particulares de ciertas élites o a los designios de las modas y
estéticas dominantes, pero sin que tengan un impacto positivo en la sociedad, y mucho
menos, contribuyan de forma relevante a la cultura y el desarrollo social de la población.
Por otra parte, hay que señalar la urgente necesidad de instrumentar mecanismos de
cooperación entre los gestores culturales y las instituciones abocadas al tema, articulación
que en estos momentos de estrechez presupuestal generalizada, podría constituir la base
para la realización de proyectos a corto y mediano plazo, sin que se tenga que recurrir a la
engorrosa “tramitología” -y al desembolso de grandes presupuestos- que generalmente
requieren las propuestas de largo aliento, lo que haría factible la realización y/o
continuidad de aquellas propuestas que reúnan las condiciones necesarias de viabilidad,
formalidad y relevancia.
Finalmente, en cuanto a la operatividad de este tipo de proyectos, cabe señalar que
desde mediados de 2010 a la fecha, el incremento generalizado de la violencia en la mayor
parte del país, y la notable incapacidad de las autoridades para hacer frente a esta situación,
ha tornado sumamente riesgosa la realización de actividades como el trabajo de campo,
circunstancia que en el caso de la investigación del patrimonio fortificado es
particularmente grave, dada la ubicación de estos monumentos, localizados en pequeños
poblados y vías secundarias de la entidad veracruzana, lo que sin duda afectará el desarrollo
futuro de esta propuesta y de otras con características similares.
Para concluir, vale la pena enunciar algunos de los aspectos que de distintas maneras,
han influido en el curso de esta investigación, que tal vez contribuyan a entender y mejorar
la relación entre los distintos actores y organismos inmersos en el campo de la gestión
cultural, así como a facilitar el planteamiento y planificación de las nuevas propuestas de
quienes recién incursionan en este ámbito:
a) Una amplia oferta de eventos académicos que facilitan la presentación del trabajo
realizado por los investigadores del tema, así como la interacción entre los mismos.
b) La vasta red de acervos documentales públicos y privados dedicados a la
preservación del material relacionado con el patrimonio fortificado.
c) La constante participación de académicos de distintas áreas dedicados al estudio del
patrimonio fortificado.
d) La participación de diversos gestores culturales que desde lo local, se dedican a la
investigación y protección del patrimonio de sus comunidades.
e) La implicación de algunas instituciones de educación superior en el estudio y la
conservación del patrimonio.
f) La oportunidad que representan las convocatorias de becas y estímulos emitidas por
ciertos organismos gubernamentales y de la iniciativa privada, que aunque escasas y
económicamente insuficientes, constituyen un factor a tener en cuenta para la
realización de este tipo de proyectos.
g) La falta de mecanismos para colaborar, fuera de los ámbitos institucionales, con los
organismos responsables del cuidado y conservación del patrimonio histórico de
nuestro país.
h) El escaso margen de maniobra de tales instituciones para desarrollar acciones que
estén fuera del marco de sus operaciones cotidianas.
i) La escasa relación entre estos organismos, las comunidades y otros actores sociales
vinculados con el patrimonio.
j) La falta de programas y acciones que garanticen la conservación, restauración y
puesta en valor del patrimonio fortificado.
k) La falta de un inventario actualizado de dicho patrimonio.
l) La marcada tendencia “gremial” de ciertos investigadores y académicos que lleva a
una contraproducente “parcelización” del conocimiento relativo a las
fortificaciones.
m) La falta de programas públicos que faciliten apoyos para la realización de
investigaciones independientes y proyectos a mediano y largo plazo dedicados al
patrimonio histórico y cultural.
n) El desconocimiento y la falta de información con relación a este patrimonio que se
aprecia en la mayor parte de las dependencias a nivel municipal de las poblaciones
donde se ubican estos monumentos.
o) La tergiversación de nuestra historia que resulta de las supuestas “investigaciones”
realizadas por ciertos individuos que se autocalifican como “expertos”, carentes de
bases epistemológicas, empíricas y documentales, que no hacen sino oscurecer el
legado del patrimonio histórico y cultural que representan los inmuebles
fortificados.18
18 En este punto, cabe señalar que con esto no se pretende descalificar la labor de personajes como los
cronistas, quienes desde el ámbito de lo popular, rescatan el conocimiento histórico y lo aderezan con los
ingredientes de la leyenda, el mito y la narración oral, lo que sí mismo, constituye otro rico filón del
patrimonio cultural de México. Por el contrario, el inciso se refiere a aquellas personas que como ya se ha
mencionado en otras partes del texto, no sólo se dedican a apropiarse del trabajo que realizan los
investigadores y los gestores culturales comunitarios, sino que incluso, llegan al extremo de presentarse como
catedráticos adscritos a alguna institución académica –sin serlo-, o bien, a otorgarse grados académicos que
no detentan.
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