un acercamiento al carácter positivo de la resistencia en foucault. abraham mendieta rodríguez

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18 REVISTA ESTRUCTURA Antes de hablar de resistencia, cabe señalar que, a diferencia de la primera impresión que la palabra otorga, con Foucault nos referimos principalmente a un concepto de transforma- ción y no de reacción o mantenimiento de lo existente. Cuando la resistencia consigue transformar las lógicas de poder en nuestras relaciones de vida esta pasa a ser creativa, lo mismo que el propio poder, y construye inexo- rablemente nuestra realidad. En esta lectura, resistencia y libertad están enormemente liga- das, si bien no necesariamente con el carác- ter emancipador que pudo tener en la teoría marxista (en todo caso, podríamos plantear la emancipación del cuerpo o la realización en la vida encorsetada por el poder), sino desde una perspectiva tanto macro, frente al poder de los aparatos y estructuras del Estado, como mi- cro, en la cotidianidad del ejercicio del poder en las redes de vida con sus distintos condi- cionantes, la microfísica del poder, que afecta principalmente a todo lo que deriva del cuerpo. Para Foucault, en sus primeros estudios so- bre esta cuestión, que aborda en sus últimos años, es sorprendente la posibilidad de resis- tencia ante la magnificencia de aspectos en los que está presente el poder, que condiciona la cotidianidad de los individuos: la geografía, la semiología, el lenguaje y sus estructuras, etc. Partiendo de la omnipresencia del poder en toda relación humana en la que se imponga voluntad y de la existencia mutua e inseparable con la que la resistencia lo acompaña, plan- teando incluso que la resistencia misma forma parte del poder, no podemos entender ni ana- lizar el ejercicio del poder como algo estático, que siempre se comporta de igual manera, en las mismas condiciones y mediante los mismo procedimientos. El ejercicio del poder en las relaciones no está plenamente determinado, y esto es lo que le permite a Foucault plantear la necesidad de un espacio de libertad entre quienes son partíci- pes de la relación de poder, y no de una domi- nación plena. Este espacio de libertad para que exista ejercicio de poder es por consiguiente la cabida que Foucault otorga a la resistencia. Toda relación de poder abre un espacio a la resistencia: no hay un espacio desde el que re- sistir sino que se resiste desde cualquier punto de la red de poder. Para Foucault, los aparatos y fenómenos de represión no se limitan ni mucho menos a la explicación económica de su propia existencia sino que forman parte del engranaje del poder, que tiene un peso muy superior a los intereses a los que este propio engranaje pudiera bene- ficiar. La noción de represión no explica el re- sultado del poder. De la concepción de poder como represión, que Foucault entiende como incapaz de obtener obediencia, emana esta imagen negativa y reactiva de la resistencia a este poder. Si el poder solo fuera represivo, si el poder solo se opusiera y no tuviera un com- ponente creativo, emanador de discursos, co- nocimientos y placeres, la resistencia tampoco lo tendría. Sin embargo, sería erróneo contra- poner al poder la resistencia como si de un opuesto se tratase. No es una relación mecá- nica de reflejo mutuo, sino la máxima expresión de la creación y el cambio. Poder y resistencia acaban formando parte de una cierta unidad. Ejercer poder implica también ejercer resisten- cia. Las resistencias implican una lucha política inmediata, transversal, sin un oponente direc- to, en tanto emanan, como antes hemos seña- lado, del espacio de libertad que toda relación de poder permite. Foucault destaca especial- Un acercamiento al carácter positivo de la resistencia en Foucault. Abraham Mendieta Rodríguez. Estudiante de Ciencias Políticas y Filosofía, Universidad Complutense de Madrid.

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Publicado en la revista Estructura, número 03 (Octubre – Noviembre 2014). www.revistaestructura.wordpress.com

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Page 1: Un acercamiento al carácter positivo de la resistencia en Foucault. Abraham Mendieta Rodríguez

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REVISTA ESTRUCTURA

Antes de hablar de resistencia, cabe señalar que, a diferencia de la primera impresión que la palabra otorga, con Foucault nos referimos principalmente a un concepto de transforma-ción y no de reacción o mantenimiento de lo existente. Cuando la resistencia consigue transformar las lógicas de poder en nuestras relaciones de vida esta pasa a ser creativa, lo mismo que el propio poder, y construye inexo-rablemente nuestra realidad. En esta lectura, resistencia y libertad están enormemente liga-das, si bien no necesariamente con el carác-ter emancipador que pudo tener en la teoría marxista (en todo caso, podríamos plantear la emancipación del cuerpo o la realización en la vida encorsetada por el poder), sino desde una perspectiva tanto macro, frente al poder de los aparatos y estructuras del Estado, como mi-cro, en la cotidianidad del ejercicio del poder en las redes de vida con sus distintos condi-cionantes, la microfísica del poder, que afecta principalmente a todo lo que deriva del cuerpo.Para Foucault, en sus primeros estudios so-bre esta cuestión, que aborda en sus últimos años, es sorprendente la posibilidad de resis-tencia ante la magnificencia de aspectos en los que está presente el poder, que condiciona la cotidianidad de los individuos: la geografía, la semiología, el lenguaje y sus estructuras, etc. Partiendo de la omnipresencia del poder en toda relación humana en la que se imponga voluntad y de la existencia mutua e inseparable con la que la resistencia lo acompaña, plan-teando incluso que la resistencia misma forma parte del poder, no podemos entender ni ana-lizar el ejercicio del poder como algo estático, que siempre se comporta de igual manera, en las mismas condiciones y mediante los mismo procedimientos.

El ejercicio del poder en las relaciones no está plenamente determinado, y esto es lo que le permite a Foucault plantear la necesidad de un espacio de libertad entre quienes son partíci-pes de la relación de poder, y no de una domi-nación plena. Este espacio de libertad para que exista ejercicio de poder es por consiguiente la cabida que Foucault otorga a la resistencia. Toda relación de poder abre un espacio a la resistencia: no hay un espacio desde el que re-sistir sino que se resiste desde cualquier punto de la red de poder.Para Foucault, los aparatos y fenómenos de represión no se limitan ni mucho menos a la explicación económica de su propia existencia sino que forman parte del engranaje del poder, que tiene un peso muy superior a los intereses a los que este propio engranaje pudiera bene-ficiar. La noción de represión no explica el re-sultado del poder. De la concepción de poder como represión, que Foucault entiende como incapaz de obtener obediencia, emana esta imagen negativa y reactiva de la resistencia a este poder. Si el poder solo fuera represivo, si el poder solo se opusiera y no tuviera un com-ponente creativo, emanador de discursos, co-nocimientos y placeres, la resistencia tampoco lo tendría. Sin embargo, sería erróneo contra-poner al poder la resistencia como si de un opuesto se tratase. No es una relación mecá-nica de reflejo mutuo, sino la máxima expresión de la creación y el cambio. Poder y resistencia acaban formando parte de una cierta unidad.Ejercer poder implica también ejercer resisten-cia. Las resistencias implican una lucha política inmediata, transversal, sin un oponente direc-to, en tanto emanan, como antes hemos seña-lado, del espacio de libertad que toda relación de poder permite. Foucault destaca especial-

Un acercamiento al carácter positivo de la resistencia en Foucault.

Abraham Mendieta Rodríguez.Estudiante de Ciencias Políticas y Filosofía, Universidad Complutense de Madrid.

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mente esa lucha de resistencia como aquella que intenta romper la sujeción del sujeto, lo que para él era el objetivo principal del poder, consiguiendo superar la subjetividad impues-ta y construir una diferente frente a la que su-bordina al individuo a otros mediante el pro-ceso de normalización. Nuevamente aparece el carácter positivo y creativo de la resisten-cia como posibilidad de un nuevo escenario e impugnador de la subjetividad que Foucault tanto denuncia.Esta nueva conceptualización del poder y la re-sistencia otorga un marco teórico a las nuevas luchas culturales que emergen tras mayo del 68, situando la resistencia en todos los ámbi-tos de las relaciones humanas y no solo en los que pugnan contra el aparataje estatal. El po-der y la resistencia aparecen en lo banal y en lo trascendental, en lo micro y en lo macro, y por consiguiente en todos aquellos condicionantes que transforman y moldean el sujeto enredado en las relaciones de poder que lo constituyen.Sin embargo, en la posibilidad de resistencia que se crea en el ejercicio de todo poder, tam-bién cabe la posibilidad de dejarse llevar por este mismo poder, lo que es consecuencia inmediata del espacio de libertad que abre la relación de poder. Aquí surge un punto de con-flicto en la teoría foucaultiana: el requisito para la resistencia al poder es este propio poder, sin embargo, al generar este ejercicio un espacio para la libertad en el que surgiría la resistencia, es posible que ese espacio también implique asumir las consecuencias de dicho poder, de-jarse llevar por las fuerzas de acción y reacción del propio poder. En este caso tampoco se po-dría negar el carácter creativo ni del poder ni de sus consecuencias, que da lugar a un nuevo escenario. Esta capacidad de oponerse a la posibilidad de resistencia implicaría necesa-riamente voluntad, que no sería subjetiva sino intencional (a pesar de que esta derivase de su exclusión premeditada en cualquier ámbito de lo social), otra problemática imprescindible en la filosofía de Foucault. Si para este existe una racionalidad con la que operan las relacio-nes de poder, esta no es subjetiva, no opera en base a un sujeto con intereses directos en dicho ejercicio sino que estas mismas relacio-

nes operarían en el sujeto y serían constitutivas de él, utilizando al individuo incluso como me-dio de reproducción y difusión. Es por ello que tras estas caracterizaciones surge un problema con el papel de la verdad. Toda verdad en tan-to contingente y producida por un régimen de verdad (entendiendo como verdad aquello que distingue lo falso de lo verdadero, otorgando a lo verdadero efectos de poder) responde a sistemas de poder que la sostienen y legitiman, y a efectos coercitivos que la prorrogan y que esta misma verdad induce sobre las relaciones en las que se ve envuelta. La verdad, pues, no va ligada a un supuesto carácter emancipa-dor de la resistencia emanado del paradigma científico de la modernidad o del modelo cató-lico de “la verdad os hará libres” que Foucault tanto critica, sino que responde a esquemas de formación bien engranados en el sistema de poder. La verdad también abre una posibi-lidad a la resistencia de oponerse a la contin-gencia interesada del poder en esta construc-ción. Resistir a los esquemas de construcción y legitimación de la verdad como voluntad de saber es resistir a la influencia directa del po-der y a las bases sobre las que se estructura el sistema de obediencia.Hace falta reseñar, sin embargo, que el análi-sis foucaultiano del poder y la resistencia, en línea con su obra, no conforma un sistema cerrado de definiciones y posiciones que en-cajan perfectamente entre sí. No es una teoría ni lo pretende, sino que se conforma de aná-lisis que según el propio Foucault deben uti-lizarse como una caja de herramientas, tanto para cortocircuitar el sistema del poder como para, incluso, cortocircuitar su propia obra si así se estima, análisis que evolucionan en sus distintas publicaciones y etapas (especialmen-te tras la publicación de su obra “El orden del discurso”), que aparecen de manera diferente en entrevistas y ensayos, que se superponen a análisis de trabajos anteriores. Su obra aún nos hará sospechar sobre el ejercicio del po-der y las resistencias que genera.

— Foucault, M. 1978 Vigilar y Castigar. El nacimiento de las prisiones. Siglo XXI Editores España

— Foucault, M. 2012 Un diálogo sobre el poder y otras

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REVISTA ESTRUCTURA

conversaciones. Alianza Editorial

— Foucault, M. 1992 El orden del discurso. Buenos Ai-res, Tusquets Editores

— Foucault, M. 1998 Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas. Siglo XXI España.

— Giraldo Díaz, R. 2006 Poder y resistencia en Michel Foucault. Tabula Rasa, enero-junio, 103-122

— Lévi, B. 1977 No al sexo rey. Triunfo. Año XXXII, n. 752, p. 46-51

— Valle Orellana, N. del. 2012 Entre el poder y la resis-tencia. Revista Enfoques. Vol. X 17 p. 147-168