ufro en toma sexta edicion
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Sexta edición de la revista ufro en toma, conoce como se desarrolla el movimiento estudiantil al inerior y fuera de la ufro.TRANSCRIPT
“EL SUBDESARROLLO NO ES LA ETAPA ANTERIOR AL DESARROLLO, SINO SU CONSECUENCIA”
Eduardo Galeano.
Para la historia:
Marcha post paro continuó movilizando masas
l jueves 1 de Septiembre, al comienzo del mes en que se celebra la
supuesta independencia de la nación… les seguimos pagando la luz, el agua, comunicaciones, uso de carreteras, intereses usureros a sus bancos, más el saqueo de las minas y riquezas naturales a las grandes empresas españoles, extranjeras y $hilenas asociados con los ministros y la gran mayoría de las autoritarias autoridades que aparte de sus reguleques y bueneques sueldos gozan de las repartijas… Por esto, un gran número de estudiantes universitarios, secundarios, profesores, padres y abuelos
salieron nuevamente a las calles de Temuco. Unos 10 mil, más otros tantos trabajadores y transeúntes, que desde sus lugares de trabajo y quehaceres callejeros apoyaron con consignas y simpatía a los valientes que reclaman: LA EDUCACIÓN ES UN DERECHO Y NO UN PRIVILEGIO, NO MÁS LUCRO EN LA EDUCACIÓN, y tantas otras demandas más por una nación libre de seguir siendo la vitrina del neoliberalismo, democracia imperialista para el mal llamado tercer mundo o subdesarrollado. Por: Alejandro Stuart
E
A continuación, conoce cómo se desarrolló la marcha, a través de una serie de fotografías tomadas por Alejandro Stuart, poeta y escritor, quien pertenece a la Asociación de Reporteros Independientes.
¿Quién dijo que los privados
estaban ausentes?
Los secundarios de La Araucanía siguen luchando por
una educación de calidad
uchos liceos de la región siguen en
paros indefinidos y tomas
fantasmas. Establecimientos como
el liceo Pablo Neruda y el Gabriela Mistral
continúan paralizados, organizándose junto a
los demás secundarios.
Algo destacable en el avance del movimiento
en La Araucanía fue la presencia de la escuela
artística Armando Dufey Blanc, que el día
miércoles 31 de agosto realizaron su primera
toma, catalogada por los mismos como
pacífica. Esta fue realizada dentro de la
mañana y duró un par de horas, ya que al poco
tiempo fue bajada por Carabineros sin mayor
violencia. La toma fantasma tuvo como
objetivo paralizar las clases y poder expresar
su descontento, así como también demostrar
la represión que reciben al no poder parar su
establecimiento, pues un minoritario grupo de
alumnos continúan con clases normales. A
esto se le suma la poca libertad que tienen para poder ejercer
conciencia entre sus compañeros, ya que los profesores y directores
M Se llama toma
fantasma a aquellas
en que se realiza una
toma tradicional,
pero en donde los
estudiantes no
permanecen en ella,
por tanto, al ingreso
de Carabineros no se
encuentra nadie en
su interior.
Normalmente este
tipo de
manifestaciones dura
por un corto lapso de
tiempo.
insisten con la idea de que mientras existan alumnos en la sala de
clases, las actividades no pararán. Tal postura perjudica fuertemente
a todo aquel estudiante que participa y está luchando por conseguir
una educación de calidad.
Raúl González Shalper, estudiante del Armando Dufey, quien apoya
fuertemente el movimiento estudiantil y que también fue parte de
la toma realizada en dicho establecimiento, nos cuenta cómo surgió
todo.
— ¿Qué los motivó a
tomarse su liceo, sabiendo
que existe una estricta
normativa?
— El movimiento tiene que
ser radicalizado, nos dimos
cuenta de que no basta solo
con manifestaciones
artísticas, sino que esto
tiene que ir más allá, debe
existir conciencia en
nuestros compañeros, y la
única forma de motivarlos
es esta , porque así le toman
el peso a lo que nos estamos
enfrentando. Además esta
fue una oportunidad de dar
a conocer que nuestro
colegio lleva un mes
movilizado.
— ¿Consideran seguir con
la tomas y la movilización
después del desalojo?
— Sí, desde el principio
acordamos que esto va en
serio. Existen muchos
métodos de lucha y la idea
es hacer presión en nuestro
establecimiento y
obviamente contra el
gobierno, para que de una
vez por todas se tome
conciencia y los estudiantes
que no están movilizados
vean que las demandas
estudiantiles, en el caso de
ser aceptadas, no me
beneficiaran solo a mí, sino
a todos los estudiantes.
“Nuestro liceo no dará su
brazo a torcer hasta que
existan respuestas concretas
del Gobierno”
Raúl González
(Liceo Armando Dufey)
Como ya sabemos, el
pasado 26 de agosto murió
el joven secundario de 16
años Manuel Gutiérrez
producto de un disparo
realizado por Carabineros de
Chile. Tal incidente provocó
un gran descontento entre
los estudiantes secundarios,
quienes afirman que esta
tragedia los ha fortalecido
aun más y que su convicción
y ganas de luchar son
mucho más fuertes.
Notamos entonces que la
lucha estudiantil cada vez
adquiere más fuerza e
integra a nuevos actores
sociales.
Por Javiera Cartes
Alumnos del Liceo Armando Dufey Blanc.
+ Noticias (Por Paola Henríquez) Asamblea triestamental
El trabajo cooperativo entre estudiantes, funcionarios y
docentes continúa dando frutos para el movimiento y el
fortalecimiento de los LAZOS internos.
El pasado miércoles 24 de Agosto se llevó a cabo la asamblea
triestamental a cargo del AGA, en donde se aprobó la formación de
grupos de trabajo triestamentales para funcionar relacionados
estrechamente con el movimiento, los que ya se han comenzado a
conformar.
Esto refuerza los LAZOS internos que se habían dañado tras
declaraciones del Rector y del Gobierno universitario, que nacieron tras
la ocupación del Departamento de finanzas. Declaraciones que culpan
directamente a los estudiantes por impedir la entrega de sueldos a
algunos funcionarios y docentes que no poseen contrato de planta. Sus
dichos no lograron estropear las relaciones, pero consiguieron
pequeñas disputas sobre la soberanía de los estudiantes, que pronto
llegaran a buen diálogo, gracias a la acción de la asamblea que tras la
actualidad noticiosa fue bastante concurrida.
El proyecto de ley que prohíbe aportes estatales a instituciones que persiguen
fines de lucro en la actual educación subvencionada fue votado por la Comisión
de educación del Senado.
Con cuatro votos a favor, provenientes de los senadores Jaime Quintana (PPD),
Ignacio Walker (DC), Carlos Cantero (IND) y Alejandro Navarro (MAS), y uno en
contra, de la senadora Ena Von Baer (UDI), el proyecto a iniciado su primera
etapa de análisis, tras encontrarse en la Cámara alta para su discusión y votación.
Dicho proyecto busca quitar aportes estatales a instituciones que se
comprueben realicen lucro. Según sus defensores, esto generara que los
sostenedores se vean obligados a invertir más, disminuyendo los ingresos que van
a sus bolsillos.
Carlos Cantero, senador que aprueba el proyecto, señalo: “A mí me importa
poco que exista lucro, siempre que esté bien transparentado y bien regulado”.
El Ministro de Educación Felipe Bulnes se ha mostrado totalmente en contra
del proyecto de ley a través de sus dichos a la prensa que han marcado la
polémica.
"Adicionalmente, el proyecto no da ninguna respuesta sobre qué va a pasar
con estos establecimientos de llegar a aprobarse esta ley”, expresó. Esto
mientras otro proyecto, que, asegura, atacará al lucro y a las sociedades espejo
en las universidades, se encuentra en su etapa inicial de votación.
Se aprueba polémico
proyecto de ley
Las actividades no
paran
Las actividades continúan en el movimiento regional, aportando de esta manera a la integración de los
estudiantes y de la ciudadanía. La semana comenzó con una emotiva velatón en recuerdo
de Manuel Gutiérrez, asesinado por Carabineros en las protestas del paro nacional del 24 y 25 de agosto, convirtiéndose en la jornada más triste del movimiento. La actividad tuvo lugar en el marco de un sinnúmero de velatones que se realizaron en todas las casas de estudio a nivel nacional, organizadas por la Facultad de Medicina.
La Universidad Católica de Temuco, que se encuentra en toma en todos sus campus, continúa realizando actividades que involucran a la ciudadanía, destacándose la jornada de música y poesía con enfoque de género que se realizó en el campus Menchaca Lira el jueves 1 de septiembre.
Ese mismo día, como ya es tradición, se realizó una marcha con carácter de internacional, es decir, se manifestaron países de Latinoamérica en sus principales ciudades, solidarizando con la causa nacional. En Temuco se destacó la participación de los secundarios, que de manera numerosa marcharon en compañía de la Ufro y la UCT, que hicieron gala de las múltiples creaciones artísticas que han caracterizado las marchas de la región.
La marcha consistió en una procesión por el centro de la ciudad para luego retornar a sus casas de estudio.
No se produjeron enfrentamientos con Carabineros.
Las 40 horas de ayuno que, para algunos, de nada sirvieron
Lucía Sabelle Garcés.
iro mi reloj, son
cerca de las 10 de la
noche, voy saliendo
de mi casa y siento un frío en
las mejillas que me hiela hasta
los huesos. La partida de la casa
otra vez fue difícil, cada vez se
hace más complicado salir; mi
madre me dice que no vaya,
que nunca estará de acuerdo
con lo que estoy haciendo. Pero
mis convicciones cada día son
más claras: sé que yo no veré lo
frutos de esta movilización,
pero esta lucha nunca ha sido
para mí, es para esa persona
que me da miedo dejar, la
pequeñita que quizás un día no
tenga que pagar por sus
sueños.
Camino hacia la
universidad, me interrogo a mí
misma: ¿será posible este
sueño? ¿Valdrá la pena seguir
luchando? ¿Hasta cuándo
aguantaremos?
Las luces de la calle
acompañan mi trayecto, la
angustia en el corazón cesa
poco a poco, sé que mi hija
duerme profundamente y nada
malo pasará esta noche.
Llego a la casita Feufro,
saludo a quien encuentro en mi
camino y ante la pregunta de si
participaré de las “40 horas de
ayuno”, mi voz con certeza
afirma un rotundo “Obvio”,
aunque mi corazón aún siente
las dudas de si será posible
aguantar tanto. Pienso en los
M
compañeros que llevan más de
20 días en huelga de hambre.
Entiendo que luchamos por una
causa común, pero ¿tendré yo
aquella solidez que ellos han
manifestado hasta ahora?
La noche empieza a
trascurrir en paz, todavía falta
un rato para que empiece esto
y las dudas aún las tengo, pero
ya no las siento. Una invitación
a compartir a otro pabellón
llega de pronto, vamos sin
pensarlo demasiado. Al llegar
nos encontramos con una grata
sorpresa, compañeros que se
integraran a las “40 horas de
ayuno” han preparado
brochetas para compartir antes
de dejar de comer; parece un
poco contradictorio, pero
mejor echarle algo a la guatita
antes de.
Compartimos un rato
agradable, casi nadie acogió el
llamado a comer, pero con una
buena conversación, un poco
de música y hasta baile,
agradecidos nos retiramos.
Ha llegado la hora: 00.00
en punto del lunes 22 de
agosto. Nunca me he
enfrentado a una situación así,
pienso en mi hija que duerme
en su cama. Tengo razones de
peso para estar aquí.
Comienza el ayuno, varios
compañeros se han unido. En
principio, todo es medio en
serio, medio en broma, nadie
tiene la seguridad de aguantar
las 40 horas. Paseamos por la
universidad, nos quedamos en
el DIS. Están los compañeros
que juegan y ven películas. La
noche avanza así: lenta y fría. A
eso de las tres de la madrugada
vamos por un té, nada de café
(aumentará un futuro dolor de
estomago), entre cigarros,
conversaciones y risas, nos
desafiamos a nosotros mismos
a aguantar esto; las
convicciones son más firmes
que de lo que podemos
imaginar.
Llegan los compañeros
después de la guardia y frío es
evidente. Algunos apelan a más
café. Prefiero aguardar, no
quiero terminar con el colon en
la mano. Casi las 7 de la
mañana y me dispongo a partir,
mis responsabilidades me
llaman. De salida, el frío parece
hacerse notar con mayor
grandeza, quiero ignorarlo,
pero el tiritar casi inconsciente
de mi boca me dice que no.
Hago parar una micro, voy
rumbo al centro de la ciudad. Al
bajar se nota que es temprano:
casi nadie en las calles y la
gente que veo al pasar es gente
de esfuerzo, obreros que se
disponen a una nueva faena,
incluso antes de que el sol dé
sus buenos días. En el trayecto
casi me vence el sueño, pero sé
que al llegar a mi casa podré
descansar un poco los ojos.
En casa. Mi hija se
despierta alegre, signo de que
será un buen día para ambas;
caliento su ropa y la visto,
peino, perfumo y abrigo:
guantes, gorro, bufanda…
”Pareces una pequeña
encapuchada, lista para ir al
jardín”, pensé.
La bocina del furgón me
dice que la debo dejar de
nuevo. Un beso en la frente y
un “te amo” recíproco y nos
abandonamos otra vez.
Me dispongo a volver a la
universidad, esta vez casi me
entrego al sueño otra vez.
Vuelvo al DIS, un compañero
que no ha podido dormir es
quien escucha el llamado a la
puerta. Otra vez aquí, una taza
de café y leer un poco es el
panorama.
Ir y venir de gente, algunos
rostros no los conozco, otros
me son familiares y hasta
amigables. Un amigo me trae
una cajita de leche. La
preocupación de quienes nos
rodean hace que se sienta
mejor, y esa leche con
chocolate fue la más rica. Aún
no logro dormir y se acerca el
mediodía. Las horas siguen
pasando y nada parece
cambiar, me pregunto cómo
será el día a día de los
compañeros en huelga de
hambre. ¿Será parecido al que
estoy teniendo?
Mediodía en Chile,
conferencia de prensa en la
casita de Federación. Asistimos
con un par de compañeros:
nada nuevo, mucha gente; me
llama la atención la
concurrencia de los 9
compañeros en huelga de
hambre. Me tomo el tiempo de
observarlos y me siento
pequeñita a su lado. Yo,
pensando en comer, sintiendo
angustia y ansiedad: ¡y llevo
recién un par de horas! Me
siento un poco culpable, pienso
en mi hija y me imagino si
llevara tal cantidad de días sin
comer. La verdad, es
inexplicable lo que sentí en ese
momento, entre dulce y agraz;
quizás con la convicción de la
lucha estudiantil y la
contradicción de no poder estar
con mi tesoro más grande.
Vuelvo en mí, pienso en
que debo “regalar mi
almuerzo” en el casino Los
Notros. Entro y esto es casi
inconsistente para mí, lo hago
casi por inercia y salgo de allí.
Debo disponerme a dormir
porque mi cuerpo lo necesita.
Me tiendo en el sillón, pongo la
alarma para despertar (maldita
costumbre la mía) y me entrego
a dormir. Despierto cada cierto
rato, pero en definitiva duermo
bien. Aun así estoy consciente
de que debo levantarme a las
responsabilidades que me
esperan.
Vuelvo a mi casa otra vez,
mi hija llega y nos disponemos
a salir. De vuelta a la
universidad, llegamos a la toma
y ella es la más feliz. Creo que
tendrá unas convicciones
parecidas a las de su madre al
crecer. Nos dirigimos a
asamblea, pero desistimos por
el frío y la lluvia; la verdad, no
quiero arriesgar a mi hija a que
se enferme. De camino nos
topamos con los huelguistas
que se encuentran en el
campus Andrés Bello, portando
mascarillas en sus rostros. Mi
niña, muy curiosa, me pregunta
el porqué, a lo que debo
explicarle lo que es una huelga
de hambre, difícil de entender
para una pequeña de cuatro
años. Felizmente sé que, pese a
las complicaciones en mi relato,
entendió.
Volvemos a la pieza que
“recuperamos” en el DIS. El
hambre se aplaca y disfruto de
los momentos con mi hija antes
de llevarla de vuelta a casa.
No se siente el pasar de las
horas: es de día o de noche en
la toma, el tiempo parece no
contar aquí.
Son casi las ocho de la
noche y mi hija está de vuelta
en casa, mi madre nuevamente
me entrega su mirada
condenatoria; sé que se
preocupa por mí y mi bienestar,
y más aún por el de mi hija,
pero si solo comprendiera, otra
sería la historia. No importa,
una pelea más una menos, qué
más da. Mi hija me dice
“cuídate mamá, te amo” y se
me aprieta el corazón; una vez
más pienso que está mal
dejarla tan sola, ¡es tan
pequeña! Pero algo me dice
que debo seguir, que es por
ella, que es por todos.
De vuelta, mi amiga, la que
me ha apoyado desde el
principio, me da el ánimo para
seguir, con ella al lado es más
fácil, o por lo menos se siente
más liviano.
Regreso a la pieza y hay
que hacer aseo, tareas típicas
de la toma; parecemos no
pensar en que no hemos
comido: la alegría y el ánimo no
cesan y trapeo el piso hasta con
ganas. Todo es más acogedor
cuando se ordena. Una ronda
de cafés con leche y nos
sentamos a charlar, luego una
asamblea de pabellón y
discusiones varias en torno a
las movilizaciones.
La noche avanza y con la
premisa de no dormir, jugamos
un rato, como cuando teníamos
diez años a las escondidas,
volvemos a ser niños, sin
preocupaciones, sin
responsabilidades; niños
alegres, traviesos y hasta
maldadosos. Pero la “corrida”
pasa la cuenta y quedamos
literalmente botados en el piso,
mi compañero en ayuno
también; me mareo, nos duele
la cabeza y decidimos poner fin
al juego. Ya descansados, nos
disponemos a ver una película
Lo siento, pero “Diarios de
motocicleta” no pudo contra mi
gran sueño y “fallecí” en el
sillón. Dicen que ronqué y no lo
dudo, el sueño era tremendo.
La alarma vuelve a sonar y
comienza el recorrido hacia la
casa. La misma rutina del día
anterior, pero esta vez con más
sueño, se me nota y se le nota a
mi hija. Ambas quisiéramos
estar en una cama calientita y
soñando hasta tarde. Sube al
furgón semi-enojada, lamento
tener que enviarla día tras día,
si pudiera llevarla conmigo a
todos lados lo haría. Por ahora,
confío que es la mejor decisión.
De nuevo a la universidad,
esta vez el cansancio es
horrible. Llego y me apodero
del sillón: dormir y dormir, así
no se siente hambre, se pasa el
frío, se sueña de verdad. Me
levanto a nuevamente regalar
el almuerzo. Vuelvo con mi
vaso de leche en la mano y me
dispongo a seguir durmiendo.
Visitas van y vienen.
La vida en la toma es casi
clandestina, “tránsfuga”, llena
de reglas que todos saben y
nadie escribe. Pienso en esto,
¿podré seguir más allá de 40
horas? Comienzo a pensar en la
posibilidad de indefinir mi
ayuno.
Vuelvo a casa a buscar a
mi hija y una vez más a la toma.
De camino le planteo a mi
amiguita la posibilidad de
unirme a la huelga, sé que me
apoya, pero en mi situación
(con madre que casi me asesina
con la mirada cada vez que le
nombro la “toma” y con mi hija
que nos necesitamos diario) sé
que es inviable. En
conversaciones con mi compa
en ayuno, decidimos completar
las 48 horas, quizás
inconsistente para muchos,
pero con sentido para ambos.
Así que soportamos de buena
gana que nos digan que ya
terminaron las 40 horas, que
debemos comer. No nos
preocupa, ya lo hemos
decidido. Las últimas horas son
casi asfixiantes, todos comen a
nuestro alrededor y comienzan
los antojos. Una película nos
quita la concentración mientras
y así corre el reloj.
Casi las 21 horas, pienso
en que queda menos y que
debo irme a mi casa con mi
hija, hoy no habrá noche de
toma para mí. Me da pena
dejar “mi pieza y mi sillón
recuperados”, pero sé que
seguirán ahí cuando vuelva al
día siguiente. Me despido y nos
vamos, el trayecto en micro es
solo cansancio, a mi hija la
vence el sueño y mis fuerzas no
son las mismas para cargarla en
brazos al bajar.
Al llegar no miro a nadie
en mi casa. Acuesto a mi hija y
casi inconsciente me tiendo a
su lado. Duermo.
Me despierta el sonido del
celular, es mi compa en la
toma, ya cumplimos 48 hrs.
Yo no sé realmente si
aportamos en algo con este
ayuno, pero lo que sí sé es que
no soy la misma. Ahora
comprendo en carne propia lo
que es la huelga de hambre:
dolores de cabeza, sentirse
débil y querer vomitar, alejarse
de la gente que uno quiere y
tener el corazón ansioso y
apretado con incertidumbres.
Tengo la certeza de cómo
pueden llegar a sentirse ahora
los compañeros en huelga de
hambre. Y realmente los
admiro. Me quise unir a su
lucha y fallé. Por eso, ahora con
mis convicciones fortalecidas
los seguiré apoyando.
Esto termina, cuando
nosotros lo decidamos.
¡¡Fuerza a los que
luchan!!
Relato escrito por el Periodista Alfonso Zúñiga Fontecilla, quien se
desempeña en la Universidad de La Frontera como docente del ramo
Ética y legislación periodística.
PRIMERAS INCURSIONES REPORTERILES
uego de unos alegres
días y noches en
Estados Unidos, volvía
al país el Presidente
Gabriel González Videla.
Corría el año 1950. Y fue en
ese momento que surgió en
Radio Cervantes de
Santiago, la pionera y
brillante idea de crear el
departamento de prensa.
Fui nominado su primer
reportero ad honorem para,
como misión de estreno,
cubrir la entrevista que
ofrecería en La Moneda el
primer mandatario y en la
que estarían presentes
todos los medios
L
santiaguinos.
Cuando conté en mi casa la tarea que debía cumplir (cursaba el 4º año
de humanidades), lógicamente no me creyeron y, por ende, nadie se
preocupó por proveerme de alguna tenida ligeramente decente. Es
bueno señalar aquí, que éramos gente de clase media de economía
generalmente restringida y mi vestuario, por no existir en aquellos días
alguna tienda de ropa americana, era una generosa mezcla de estilos,
tallas y colores, producto de donaciones de algún tío rico, como el tío
David, hermano de mi madre, un coronel de ejército bajito del arma de
caballería y que había sido comandante del regimiento “Húsares” de
Angol.
No obstante mi “envoltorio”, que incluía un gastado abrigo a grandes
cuadros estilo Sherlock Holmes, armado de lápiz y un cuaderno de
matemáticas, emprendí el camino a la que sería mi primera e
inolvidable “rueda de prensa”.
Según la invitación enviada por la Dirección de Informaciones del Estado
(DIE), firmada por su director Hernán Amaya, debía accederse al palacio
por calle Morandé, puerta que veinticinco años después, junto con su
doloroso sacrificio, haría entrar en la historia el Presidente Salvador
Allende y reabriría en honroso gesto el Presidente Lagos.
Empujé suavemente la puerta mampara de grandes vidrios
empavonados y asomé tímidamente mi cabeza con pelada de colegial y
una dulce voz de mujer me invitó a pasar: era la bella y distinguida
primera dama, señora Rosa Markmann de González Videla, la que,
acompañando un gentil gesto, me invitó a despojarme de mi abrigo.
Alguna temblorosa excusa expresada en voz muy baja me salvó de
exhibir el resto de mi modesta tenida.
Pasado el primer bochorno, fui acompañado hasta el segundo piso en
cuyos amplios pasillos ya se encontraban mis “colegas” dando cuenta
entusiasta de un abundante cocktail al que me sumé sin una pizca de
vergüenza, pero sí con un gran apetito. Prudentemente me privé de los
generosos piscos sour y me ayudé con juguito de papayas serenenses, la
tierra del primer mandatario y su esposa.
“Cuidado, chiquillo……”
Un atento edecán nos invitó a pasar al gran despacho presidencial
donde, sentado a su enorme escritorio repleto de carpetas, libros,
lápices de diversos colores, teléfonos y fotos de familia, nos esperaba el
mandatario de la eterna sonrisa.
Los reporteros se apresuraron a rodear el escritorio mientras yo trataba
de pasar inadvertido en la última fila.
Siempre recordaré cómo el presidente no esperó preguntas y nos contó
en detalle los aspectos publicables y también los otros –los más
sabrosos–, solo advirtiéndonos en cuanto a esos últimos que los
guardáramos para nosotros en un espacio que hoy llamamos off the
record.
Sus conversaciones con el presidente americano de la época (Harry
Truman), sus reuniones de alto nivel con diversos personeros del
gobierno yankee, pero, por sobre todo y abundantemente, sus
aventurillas con algunas jovencitas participantes de las recepciones
oficiales y las movidas congas bailadas, incluso sobre el fino mobiliario y
camas de sus ilustres anfitriones.
Cuando D. Gabriel González contaba alguna de esas situaciones
privadas, el presidente buscaba mis ojos entre la apretada fila de
reporteros y me enviaba su mensaje: “Cuidado chiquillo con lo que
escribas…”.
Al término de la rueda de prensa, el Presidente se levantó y, dando la
vuelta a su escritorio y al grupo de reporteros, quedó frente a mí y
diciendo la frase que lo inmortalizó: “Venga un abrazo”, me estrechó
sonriente, volviendo a decirme al oído: “Cuidado, chiquillo… No me
vayas a dejar mal…”.
Creo que esa lección de confianza, de respeto pese a mi juventud, de
lenguaje cercano, de ausencia de censura, de absoluta verdad
informativa de la fuente más importante del país, marcó muy
fuertemente el camino de lo que han sido más de 60 años de ejercicio
profesional, que comenzó aquella tarde para aquel joven reportero
entre los viejos muros del Palacio de la Moneda.
Camila Vallejo
“En los medios hay estrategias de disuasión
para desenfocar realmente la atención
pública de lo importante”
Camila Vallejo, durante su asistencia a la reunión de la Confech en
Temuco.
27 de agosto
— ¿Cómo evalúas la
invitación que hace el
presidente Sebastián Piñera
a dialogar al interior de La
Moneda?
— La verdad es que siempre
hemos emplazado al ejecutivo,
particularmente al Presidente
de la República a que dé una
respuesta ante las demandas
del movimiento estudiantil y
social que se ha levantado
hasta el momento. La primera
fue a través de cadena
nacional y no dio respuesta.
Básicamente, si no es el
ejecutivo, no hay nadie más
que pueda dar respuesta.
Entonces, de alguna manera
se acoge a este llamado. Por
eso se generan también
ciertas dudas, porque
justamente después de dos
jornadas de movilización
altamente masivas,
transversales, las cuales
fueron muy reprimidas
también por parte de sus
mismas autoridades, por
parte del Ministerio del
Interior, se tomaron
decisiones y órdenes que
reprodujeron de alguna forma
Carabineros, y eso terminó
con muchísimos heridos,
maltratos, torturas y un
compañero muerto. Después
de eso, que se llame al diálogo,
igual suena un poco
contradictorio, sin embargo,
eso es lo que vamos a evaluar
ahora y yo creo que hay que
acogerlo, pero con ciertas
condiciones, porque a
nosotros no nos sirve
sentarnos a conversar y a
trabajar con el presidente si
es en base a los mismos
puntos que se han planteado
en la agenda del Ministerio de
Educación, cosa que hemos
rechazado en reiteradas
ocasiones. Así que ahí podrían
haber también ciertas
condiciones para trabajar con
nuestros puntos intransables
y además con la solicitud de
renuncia del ministro
Hinzpeter.
Hoy día nadie puede
sentarse a dialogar si no hay
un gesto por parte del
gobierno que diga realmente
que no se va a seguir
procediendo con este nivel
criminal de represión
— En relación a eso, que
opinión tienes con el nivel
ascendente de la represión.
¿Esto obedece a una
estrategia gubernamental
que pretende bajar la
movilización?
— Creo que nos encontramos
con un gobierno que proviene
de la dictadura militar. No hay
nada nuevo, el gobierno ya no
puede bajar más de
porcentaje de apoyo, del 24%
no baja y no tiene argumentos
para seguir sosteniendo este
modelo neoliberal en la
educación. Entonces, la única
carta que les queda bajo la
manga es la represión, ese es
el escenario que se evalúa en
este momento. Genera duda el
ofrecimiento del Presidente
Piñera, puede ser una salida y
esperemos que así sea, hemos
esperado mucho y la
respuesta siempre ha sido
negativa. Hay que ver ahí
cómo procedemos, con
cuidado y sin ser ingenuos,
pero también aprovechando
los escenarios para poder
darle una solución a este
conflicto. Todos queremos
darle una solución a nuestros
compañeros, a nuestras
familias, para tener una
educación pública, gratuita y
de calidad para todos. Si no
están esas condiciones es muy
difícil, y yo creo que el
escenario que se ha gestado,
de alguna manera, tiene un
cierto grado de amenazas
como “no pueden seguir
movilizándose”, “los únicos
responsables de la muerte de
Manuel son ustedes, por tanto
están obligados a sentarse a
dialogar”. Tenemos que ser
claros y fuertes para
mantener nosotros las
posturas, las garantías. De
cierto modo, la fuerza está de
nuestro lado por nuestro
argumento, nuestra razón.
“Tenemos que ser claros
y fuertes para mantener
nosotros las posturas, las
garantías. De cierto
modo, la fuerza está de
nuestro lado por nuestro
argumento, nuestra
razón”. Camila Vallejo
— ¿Qué te parece que la
prensa esté tratando de
farandulizar el tema de la
movilización? En especial,
La cuarta y LUN, en donde
tú has sido afectada.
— Hay un duopolio en las
comunicaciones que es
evidente y están manipulados
por la derecha de manera
fuerte, por el mundo
empresarial. No es nada
nuevo que utilicen estrategias
comunicacionales en los
medios: hay estrategias de
disuasión, de desenfocar
realmente la atención pública
de lo importante, y eso a
través de banalizar el
movimiento, de enfocarse en
temas superficiales, en la
apariencia, cuestiones que
además de machistas son
misóginas en muchos casos, y
esa es la estrategia que
utilizan La Cuarta y LUN. El
resto de los medios, el nivel de
persuasión lo utilizan con la
violencia. Los casos de El
Mercurio, La Tercera, La
Segunda, simpatizan más que
nada en tergiversar el
movimiento, en atacar a los
dirigentes y en enfocarse
particularmente en los hechos
de violencia. La Cuarta y LUN,
en los temas superficiales y
banales, que son hablar de mi
persona, como “No movió la
colita” o “No mostró el
hombro”. Hay una política
detrás de eso y es claro,
nosotros tenemos que estar
atentos y la gente de alguna
manera hoy día ya lo entiende
mejor, a los medios de
comunicación no se les puede
creer todo.
— Ahora, que justamente
estamos en territorio
mapuche, específicamente
en Wall Mapu, ¿qué opinión
te merecen las
reivindicaciones mapuches
y el tema de la actual
militarización de
Temucuicui?
— Para nosotros, como
movimiento estudiantil, es un
tema bastante nuevo,
justamente porque se
incorpora la Femae a la
Confech, lo cual fue difícil, por
romper con ciertos
parámetros de organización
de las temáticas que
manejamos. Por eso, se ha
podido reinventar la política
de la juventud, no solamente
enfocarse por
reivindicaciones que
parecieran ser gremiales, sino
que son políticas y que
involucran también al pueblo
mapuche. La represión que
nosotros vivimos no es nada
en comparación a lo que ellos
han vivido, la vulneración de
nuestros derechos no es nada
en comparación a lo que ellos
han sufrido, sobre todo por el
tema de los años que han
vivido eso, la cantidad de
tiempo que han vivido
represión. El no respeto a sus
reivindicaciones, a sus tierras,
a asistir a sus demandas ha
sido de larga data. Hoy hemos
dado un salto cualitativo al
respecto. Estar, por ejemplo,
acá en este espacio para
nosotros es un orgullo y
agradecemos que se nos
hayan abierto las puertas. Un
territorio recuperado,
autónomo, que han sabido
levantar desde las mismas
comunidades, para nosotros
es significativo y ahí es que
hay que hacer un llamado a la
unidad, porque el pueblo
mapuche ha estado en las
demandas de la educación
porque también le involucra.
Para nosotros es fundamental
que haya un enriquecimiento
de las discusiones para pensar
una educación, como ellos han
señalado, intercultural, que
realmente recoja la identidad
de Chile en su conjunto. Eso
realmente va a ser un salto a
un desarrollo más justo de
Chile y no solamente un
desarrollo de la visión
neoclásica o neoliberal de los
países, que es el crecimiento
económico, sino que un
crecimiento y un desarrollo
armónico del conjunto de los
habitantes de las tierras
chilenas. Pienso que eso se va
a dar necesariamente con los
compañeros estudiantes
mapuches y el pueblo
mapuche en su conjunto.
— ¿Podrías hacer un
llamado a los pobladores de
Temuco para que sigan
movilizándose, como lo han
venido haciendo?
— Ha habido un movimiento
realmente histórico y
agradezco, porque al lugar
donde he viajado se ha visto
un nivel de esperanza, de
creer que es posible. Gente
que hace décadas no se
movilizaba. Y creo que pasa
en todas las regiones y
comunas, pero falta la gente
que se queda en sus casas, que
apoya pero que no participa
en las discusiones, en la
organización. Ahí hago un
llamado a Temuco por una
realidad política particular,
hay mucha gente que ve la
necesidad de ser parte de este
proceso de transformación, de
ser constructores del futuro.
Es un llamado particular a los
estudiantes, pero también a
todos los padres, madres y
trabajadores, a que se sumen
a este movimiento que es
justo y necesario para el país.
“La represión que
nosotros vivimos no es
nada en comparación
a lo que ellos han
vivido”
Camila Vallejo, en referencia a la represión
contra el pueblo mapuche.
“Los jóvenes y estudiantes estamos venciendo miedos, trancas que han tenido tan
distantes a la nación mapuche y al pueblo chileno”.
Giorgio Jackson.
Giorgio Jackson
— ¿Cómo evalúas la invitación al diálogo que propone el Presidente Sebastián Piñera? — Honestamente yo no sé muy bien de qué se trata esta invitación. Así como se ha invitado al diálogo hace tiempo, no sé si creo que lo que falta es diálogo. Lo que falta es voluntad política, y para eso, si el gobierno no quiere ceder, tiene que decir en qué términos significa este llamado al diálogo, cuáles son los plazos, los temas que se van a abordar, los actores específicos que van a participar. Así que creo que es un llamado un poco ambiguo, pero por supuesto es importante que hable y que primero se haya sentido interpelado por la carta que le presentamos por las movilizaciones. Pero hay que exigir un poquito más de comprensión.
— Hablemos sobre la “prensa oficial”. ¿Crees que existe una especie de manipulación, en cuanto a aminorar al movimiento estudiantil? — Siempre los diarios tienen una línea editorial y sabemos que corresponden a grupos empresariales, muchos de ellos ligado a posturas más de derecha, entonces es lógico que siempre van a tener una intención detrás de eso. Pero tampoco se puede generalizar, hay veces que salen buenos artículos y otras es notorio y grotesco cómo van en contra del movimiento estudiantil, así que igual depende de cada caso. De repente salen algunos artículos que son más reales que otros que son sencillamente algo fuera de la realidad
— ¿Qué opinas de la reivindicación del pueblo mapuche, como lo es el caso de la militarización de la zona Temucuicui? — Es un tema complejo, no me considero un experto ni puedo ponerme en el lugar. Me imagino lo difícil que debe ser una reivindicación de 500 años. Entonces, solo me puedo mostrar ignorante con esto. He aprendido ahora último algo con los peñis de la Femae, me han empezado a impregnar un poco de la cultura mapuche, pero lo único que sé y que he visto es lo poco que sale en la prensa independiente, por Internet, que demuestra los grados de represión intolerables, las cámaras que se están poniendo en la zona y me parece terrible.
— ¿Qué significado le das a que la Confech se realice en un hogar mapuche? — Muy importante, porque ya entraron a la Confederación de Estudiantes de Chile, ya han posicionado sus demandas, incluso se están presentando algunos proyectos de ley correspondientes a las demandas de la Federación Mapuche, y eso demuestra que hoy día los jóvenes y estudiantes estamos venciendo miedos, trancas que han tenido tan distantes a la nación mapuche y al pueblo chileno. Entonces creo que es importante que una generación nueva vaya venciendo esas trancas y podamos avanzar todos en un territorio que podamos ocupar en armonía.
Hugo Aravena Gaete,
estudiante de Trabajo Social,
detenido el día 9 de agosto
por Carabineros.
e encontraba
visitando a mis
compañeros en
huelga de hambre, cuando de
pronto comenzamos a sentir los
balazos y gritos. Había
lacrimógenas en la propia sala,
y con mis compañeros
huelguistas nos vimos forzados
a salir. Después nos
encontramos rodeados por
Carabineros. Llego uno que nos
apuntaba con una pistola a un
grupo de 15 personas que
estábamos arrinconados en el
segundo piso del D; nos tiraron
dos lacrimógenas a menos de
tres metros, al cuerpo de todos
los compañeros, más una
enorme piedra que rebotó en la
pared y le cayó en la espalda a
una compañera. Con eso nos
vimos forzados a escapar a los
techos y los guardias nos
delataron. Intentábamos
M
Impactantes testimonios de estudiantes que fueron duramente violentados por
Carabineros los días que desalojaron su casa de estudio.
respirar aire puro, ya que
adentro estaba irrespirable.
Nos rodearon y, de forma
muy agresiva, nos hicieron
descender de los techos. No
tuvimos nada más que hacer
que entregarnos. Saltamos y
apenas llego al pasto, me
apuntan con una enorme
pistola al pecho a una distancia
de un metro. Me llevan
agresivamente a un muro, me
abren las piernas de dos
patadas, me rajan todo el
pantalón, me tiran del pelo, me
miran la cara y tratan de ver si
me conocían y el mismo paco
me dice “A este no lo he visto
nunca”, porque yo nunca ando
metido en nada.
Luego de eso nos forzaron
a tirarnos al pasto mirando
hacia abajo, y por cualquier
movimiento éramos golpeados.
Estábamos totalmente
sometidos. Vi cómo a una
compañera, tres carabineros la
patearon en el suelo como a un
saco de maíz. Estando ahí,
escuchaba las lumas en los
cráneos de mis compañeros
que iban cayendo a mi lado.
Fue bastante fuerte escuchar y
ver todo eso, estaba
totalmente sometido y era
ilógico empezar a buscarle la
contra a ellos si no tenías por
dónde. Y por el mismo hecho
de estar tan tranquilo, sentí el
golpe del escudo en mis tobillos
y al paco diciéndome “Pucha
que estái tranquilito ahora”, y
me vuelve a golpear. Pateaban
a mis compañeros, se
escuchaban los golpes,
manotazos y garabatos, nos
amenazaban con que nos iban
matar, y que “esto debería ser
como una dictadura” y
“deberían matar a un par de
hueones porque ya estaban
muy pasados”.
Estuvimos alrededor de 30
o 40 minutos en el pasto,
mojados en la noche. De una
patada nos hacían levantarnos,
y a combos nos subieron al
camión. Nos llevaron a la 2ª
Comisaría y nos hicieron
sacarnos los cordones, las joyas
y cosas de valor para luego
pasarnos a una sala oscura,
llena de barro y mojada, en
donde un carabinero nos
preguntaba qué carrera
estudiábamos. Y en base a la
carrera, te golpeaban más o
menos. Es así como escuché
que a mis compañeros de
sociología los patearon, a los de
antropología de la Católica los
patearon, a los de pedagogía
los patearon mucho más
todavía. Cuando me fueron a
preguntar a mí, me vi forzado a
decir que era de medicina. Su
trato conmigo cambio
completamente, pero
obviamente me siguió pegando
e incluso me dio un manotazo
en la cabeza que me dejó
aturdido como por media hora
y un dolor que me duró hasta el
amanecer. Nos hicieron
arrodillarnos con las manos
atrás y mirando hacia la pared.
En esa posición estuvimos por
media hora, mientras nos
insultaban, pateaban,
humillaban y ponían
sobrenombres entretanto se
fumaban un cigarro.
Ese fue el accionar de
Carabineros. Me sentí como un
prisionero de guerra, te tienen
ahí, no puedes ni respirar,
porque te golpean.
A las 3:10 de la mañana, nos
subieron al camión esposados.
Nos llevaron hasta Vilcún. ¡Era
irrespirable adentro! Se bajaron
tres compañeros, les
constataron lesiones y volvimos
a Temuco por caminos de tierra
en donde Carabineros no tuvo
consideración de si había hoyos
o cunetas. La cabeza rebotaba
en el techo del camión, todo
superduro, sin saber dónde
íbamos. Nos pasábamos las
tremendas películas, nunca se
nos dijo adónde nos dirigíamos.
Cuando se abre por primera vez
la puerta, preguntamos dónde
estábamos y ahí nos dijeron. No
entendíamos por qué
estábamos allá.
Después, cerraron las
puertas y tomamos marcha de
nuevo, llegamos a la 2ª
Comisaría nuevamente. Allí se
bajaron los pocos compañeros
que habían sido constatados y
nosotros seguimos camino a
Miraflores. En el consultorio, el
médico ni siquiera nos miró. No
nos saludaba, era un trato
tremendamente despectivo, El
doctor siguió escribiendo, no
me vio los moretones ni nada y
tuve que exigirle
medicamentos, porque me
dolía mucho la cabeza y las
piernas, a lo que él accedió a
entregarme cuatro
diclofenacos.
Creo que por donde se
mire esta situación es
totalmente desproporcionada.
No es justo que a los
estudiantes se nos trate de esa
forma, como verdaderos
delincuentes. Esos
allanamientos se llevan a cabo
por drogas o por armas, temas
graves; por ser estudiantes nos
trataron como a unos perros.
Carolina Acevedo, estudiante de Ciencias Políticas de cuarto año de
la Universidad Católica de Temuco.
El día del desalojo del San
Francisco yo estaba en la caseta del
guardia. Por una decisión de
asamblea acordamos en que
teníamos que quedarnos para que, en
caso de desalojo, acompañáramos a
los huelguistas. Fue un tema de
compromiso más que nada. A mí se
me salió de las manos, porque yo
tenía una tele, la fui a dejar al fondo y
cuando volví, los pacos ya estaban
entrando a la capilla. Yo toqué la
puerta súper fuerte y empecé a gritar
“déjenme entrar, déjenme entrar”. Mi compañero me toma del brazo,
me intenta tirar para adentro y el paco me agarra de la boca del
estómago y me empieza a pegar para que yo no opusiera resistencia a la
detención, lo que me provocó un shock, indicado en la constatación de
lesiones. Tuve vómitos, me sentí mal por tres días, porque los golpes no
fueron suaves y me causaron problemas respiratorios.
Después, una mujer de Fuerzas Especiales me agarró y me
preguntó si yo era parte de los huelguistas, como me vio vomitando
supuso que sí. Fue por eso que me llevaron a constatar lesiones, porque
tampoco me querían dejar pasar al Miraflores.
Me quedó un moretón en la rodilla. En el Miraflores me querían dar
un antibiótico para el dolor. Yo no accedí. La constatación de lesiones
fue horrible, nos pasaron a los seis que caímos detenidos, y yo creo que
en menos de 20 segundos nos revisaron a todos. Yo no iba acceder
tampoco a que me colocaran cualquier remedio y eso quedó en la
constatación de lesiones, pero es porque en medio minuto nadie te
puede revisar por completo.
Acá en la universidad tampoco hubo declaraciones de cómo fue el
desalojo. La gente que estaba dentro de la capilla fue amenazada de que
si ellos no se iban pacíficamente, iban a tirar lacrimógenas en un espacio
que es como una sala de clases. Entonces se podría haber hasta muerto
uno de los huelguistas, si ya llevaban como cinco o seis días sin ingerir
alimentos.
Las autoridades de la universidad no se manifestaron porque
consideran que el desalojo estuvo bien y que las tomas son violentas y
jamás van a aceptar eso. No se refirieron al desalojo ni a las agresiones.
Solamente el día ocho de la huelga de hambre, a través de un
comunicado hicieron alusión a que existían estudiantes en esa situación.
Por todo esto, tomaremos acciones en contra de la Universidad
que deja entrar a carabineros a la Universidad.
LA UZI 9 MM: “Cuando uno cae, miles se levantan”.
“Orden y Patria es nuestro lema,
la ley espejo de nuestro honor;
del sacrificio somos emblema,
Carabineros de la Nación”.
(Párrafo primero, Himno de Carabineros de Chile).
“La ley espejo de nuestro honor”.
“Pacos culiaos” , “pacos
y la conchatumare” “pacos
hijos de puta”, “pacas
reculiás”, “cerdos
asquerosos malparíos”, “los
pacos tienen tetas, las pacas
tienen tula”, entre otras.
Son algunas de las
expresiones verbales de
descontento que espera la
institución de carabinas
cruzadas no oír tan a
menudo. Y es que la Cámara
de “honorables” Diputados
aprobó no hace mucho
tiempo atrás (el 8 de agosto)
el Proyecto de Ley que
sanciona el maltrato verbal
contra carabineros del país.
El proyecto modifica el
Código Penal para disponer
una sanción monetaria (una
multa de seis a diez UTM, es
decir, de $223 mil a
$373.160), y de cárcel (de
uno a 60 días) para quienes
ofendan con palabras –ya
sean verbales o escritas– a
los “siempre respetables y
honorables”, los “un amigo
siempre”, a los de orden y
patria que están “dispuestos
a dar su vida por nosotros”.
María Angélica Cristi,
hoy diputada del Distrito
Nº24 y ayer alcaldesa
designada por Pinochet, fue
una de las mentoras
intelectuales del proyecto.
En palabras suyas: "Cada día
somos testigos de una
mayor agresividad y mayor
maltrato hacia la policía y no
había una norma que los
protegiera".
Esos mismos
carabineros que se sienten
maltratados verbalmente en
su labor son los que hoy
salen a las calles con
subametralladoras UZI 9mm
y los que tienen, por
supuesto, a la ley de su
parte.
Mientras en el gobierno
se dan de baja carabineros
por la responsabilidad en la
muerte de Manuel
Gutiérrez, poco o nada se
dice que instituciones (que
desde enero son
dependientes directamente
del Ministerio del Interior)
amparadas en su propia
legalidad, salgan armadas
con arsenal de guerra a
protestas sociales.
Considerando que la
misma Constitución de la
República de Chile es
herencia de la dictadura
Pinochetista, no es de
extrañar que las leyes,
medios y miedos estén a su
favor.
“La ley espejo verdadero de
su honor”
¿Para quienes son las
leyes que se aprueban?
¿Asesinar por la espalda es
prueba de su honor?
“Del sacrificio somos
emblema”
Ellos mismos, los
responsables de las muertes
–entre tantos otros– de:
José Vera (2001), Alex
Lemún (2002), Julio
Huentecura (2004), Zenén
Díaz Necúl (2005), Cristian
Castillo Díaz (2005), Rodrigo
Cisternas (2007), Johnny
Cariqueo (2008), Mauricio
Morales(2009), Juan
Lorenzo Collihuin (2006),
Yovani Reyes Sepúlveda
(2006), Matías Catrileo
(2008), Jaime Mendoza
Collío (2009), Manuel
Gutiérrez (25 agosto 2011),
Milton Jara Godoy (20 de
abril 2011). Todos
asesinados en democracia,
sin agregar a ello la
desaparición de José
Gerardo Huenante
Huenante, detenido
desaparecido el 3 de
septiembre de 2005, tras ser
detenido en la 5ª Comisaría
de Puerto Montt .
¿De qué sacrificios son
emblema? ¿De quién es la
patria que defienden? ¿A
quiénes les garantizan el
orden y a través de qué
medios? ¿El fin justifica los
medios? ¿Esto se entiende
por democracia, orden,
patria y honor?
“Que se metan su patria
y patriotismos por la raja”,
cantaba un amigo. Hoy sus
palabras cobran especial
relevancia y las convierto en
propias. “Cuando uno cae,
miles se levantan”, dicen
por ahí. Esperemos que sea
así y que el orden y patria
no sea lema, ni la ley espejo
del honor, que el sacrificio
no sea emblema de los
carabineros de la na$ión.
Por Martina Paillacar M.
Declaraciones: Los cara de palo
Por Paola Henríquez
Esta es una lista sobre las declaraciones que han marcado el acontecer noticioso
de la movilización de los estudiantes, en donde pareciera que cada vez que algún
miembro de gobierno se pronuncia, aprovecha para atacar a todo el que puede.
I. ¿Cómo diferenciar a un “infiltrado”?
1.- “Cómo se visten: jeans, jeans, jeans… zapatilla, zapatilla… Se da cuenta una
persona con esta característica, aunque no la conozcan, aunque no la hayan visto,
nunca saben que es de su grupo”. (Personal de Carabineros, Tele13).
2.- “Hoy, Chile es un país sin familia. Yo auguraba que esto iba a traer trastornos
sociales para Chile. Lo más extremo es llegar al anarquismo. Un niño que no
recibió nada, no recibió afectos, no recibió el cariño de un padre y una madre y la
protección de ellos, se manifiesta en las calles con odio”. (Víctor Lobos, intendente del
Biobío).
3.- “No estamos dispuestos a aceptar que vengan a empañarlas los muchachos y
quiénes están detrás de ellos, porque hay profesores de filosofía detrás de toda
esta cuestión violenta que está institucionalizándose en el país". (Martínez, Presidente de
la CUT).
Ya sabe como reconocer a este extraño espécimen:
Si conoce a alguien que use jeans y zapatillas.
Provenga de un matrimonio mal constituido.
Haya recibido clases de filosofía en su etapa escolar
COMUNÍQUESE CON SU ESTACIÓN DE POLICÍA MÁS
CERCANA.
II. Piñericosas: No atentemos a la libertad de los
empresarios
1.- “Por supuesto, no creemos en estatizar ni monopolizar por parte del Estado la
educación del país. Porque eso a la larga es un atentado no sólo a la calidad, es
un atentado a la libertad, y es un atentado a la equidad
de la educación”. (Sebastián Piñera, gobernante sin
gobernados).
2.- "Requerimos en esta sociedad moderna, una mucho
mayor interconexión entre el mundo de la educación y el
mundo de la empresa, porque la educación cumple un
doble propósito: es un bien de consumo". (Sebastián Piñera).
3.- “Nada es gratis en la vida, alguien tiene que pagar”. (Sebastián Piñera).
III. Y la lista continúa… Cada vez más cara de palos
4.- Si ven que este cuento está a un nivel de alto riesgo, muy sencillo, tendrán
que ver si con las fuerzas policiales alcanza. Si no, tendrán que pedir ayuda a las
Fuerzas Armadas”. (Pablo Zalaquett, alcalde de Santiago).
5.- Los colegios en toma de la comuna "se están convirtiendo en una casa de
remolienda". (Pedro Sabat, alcalde de Nuñoa).
6.- “Es un acto de cobardía extrema que alguien se diga en huelga de hambre
cuando en realidad no tiene el heroísmo para mantener esa decisión”. (Jaime
Mañalich, Ministro de Salud).
7.-“¿Por qué nuestros jóvenes están con ese nivel de violencia? Ahí siento que
las mamás somos fundamentales, el ROL de la mujer, pacificar los ánimos y de
contener”. (Cecilia Morel, primera dama).
¿Por qué nadie piensa en la
libertad para robar de los
empresarios?
Y todavía lo
pregunta
><
El valor de la opinión
Por: Diego Vrsalovic Huenumilla
ara poder comenzar como corresponde esta columna, quiero
recordar una frase de la columna titulada “Formas de lucha”, en la
que felicitaba a esta revista porque ayudaba a “construir
movilización y a construir un tejido transversal en el que todos
somos útiles”. ¿A qué viene esto, dirá usted? Ahora se lo cuento.
Cuando hablamos de que la universidad es un tejido social que
construimos todos en esta movilización a partir de nichos de
resistencia como la huelga de hambre, la marcha, la toma, la
intelectualidad o el simple, pero profundo respeto a la democracia
universitaria, hablamos de que todas, pero absolutamente todas
las formas de manifestación son válidas. Así también los aportes
que cada uno pueda expresar en el momento indicado y en el lugar
preciso.
En esta ocasión quiero hacer mención a un tema
importantísimo en estos tiempos y que las redes sociales han
relevado en demasía: el valor de la opinión.
Hacer un juicio nace de los antecedentes previos, del estudio,
de la preocupación, más bien, fundada y argumentada sobre un
tema o sobre una persona. Si alguien se compromete conmigo o me
“juega chueco” cuando espero reciprocidad en un momento crucial,
P
genero un juicio. Cuando la expresión es más visceral, es inmediata,
es una acción contra una reacción del momento, se convierte en
opinión. Hay personas dedicadas a escribir sus apreciaciones de lo
que pasa de forma coherente, transformándolo en un texto y
compartiéndolo. Pertenezco a esas personas.
Hay que tener cuidado con lo que se dice en el momento en
que se dice. También con la coherencia en la argumentación y los
hechos, en el decir y en el hacer. A pesar de que en estos momentos
de movilización podemos no estar de acuerdo en ciertas actitudes o
hechos, tenemos que respetarnos sin llegar a los odios. Saber bien
que, aunque a muchos no les gusten acciones como la toma o el
paro y se manifieste en una opinión, hay que señalar que es bien
básico responder a punta de garabatos sin argumentos. Se puede
convencer sin tratar de comunista al que está a favor o de fascista
al que está en contra. Tampoco poner argumentos que jamás se
han mencionado en la boca de quien no lo dijo jamás.
Por otro lado, y a pesar de que desvío con esto el tema central,
no hay que olvidar que cada acción que realizamos en pro del
movimiento estudiantil es por buscar un sistema con acceso más
igualitario para todos (manifiesto mi pública crítica por no
considerar un aspecto fundamental a la hora de la discusión: el rol
del profesor y la olvidada pedagogía); no es para tener anécdotas
para contar a los nietos. Por ello, no es menos válido el que no está
en la “primera línea de combate”: es tan valioso el que marcha
como el que está en la toma. Todos contamos.
No hay que ser ni malo ni despectivo con quien critica y
convencer con buenos argumentos a quien no está en la toma o no
cree en la democracia que se practica de asistir y participar. Más allá
de los revanchismos, más allá de las divisiones, mucho más allá de
repetir la estrategia de Pinochet para convencer a la gente: “yo o el
caos”. Es decir, “o estás conmigo o eres un idiota sin compromiso,
sin alma social”.
Es decir, es como tratar de comunistas a los compañeros de tu
carrera cuando jamás los consideraste así, sino que los respetas
por lo valioso de su lucha. Es como decir que eres un chupap... de
la política cuando lo que buscas es, con argumentos, poner tu
postura sobre la mesa y buscar el legítimo reconocimiento de tus
ideas y compartirlas con personas que pueden “pescarlas”.
Espero me disculpen los editores de esta revista y la gente que
lee esta columna con extrañeza, pero pido una breve licencia. Sé que
esto es un medio serio y no una mesa de recados. Pero ya que he
participado aquí de forma activa desde lo que mejor sé hacer, la
escritura, quiero comunicarles que precisamente a partir de estas
columnas y la extrañeza que provocaron en ciertos personajes, me
hackearon de manera muy cobarde el Facebook. Un ataque directo
ante el cual no podía quedarme callado.
Podría decir públicamente mis sospechas sobre quiénes fueron
(fundadas, intelectual y materialmente). Podría haberles contestado
y hacer que lo reconocieran. Pero es mejor no recoger el guante
ante la cobardía. El valor de la opinión está en decir las cosas a la
cara, de respetar al otro y su pensamiento, de abrir los canales de
comunicación entre quienes no creen en la democracia interna y
los que la detentan.
El valor de la opinión está en invitar al otro a conversar y no
hacer que se aleje.
A la gente de la carrera a la que pertenezco y que aporta
desde todas las formas de lucha, y no a los que atacan desde la
cobardía, el odio y el revanchismo.
A la gente que tilda a todo el contrario como “comunista” sin
saber lo que realmente piensa.
A los que mostraron su apoyo ante este ataque directo y me
apoyaron.
Al público lector de esta revista.
Colaboradores.
Enoc Figueroa Neira Producción
Javiera Cartes Artículo
Paola Henríquez Artículos, opinión
Stefanie Pacheco Entrevista
Carlos Nitrihual Entrevista
Javier Gajardo Humor
Enzo Cristóbal Rocha Puto Jefe y puto amo de la
Ortografía.
Agradecimientos
Alejandro Stuart Fotografías, artículo
Alfonso Zúñiga Relato
Martina Paillacar M. Opinión
Diego Vrsalovic H. Opinión
Cristóbal Guerrero Mural de portada
Lucía Sabelle Garcés Bitácora ayuno